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Diagnostico de una empresa

El diagnóstico inicial de empresa es una herramienta que evalúa


la situación actual de la empresa. Conocer cómo está la empresa
le da seguridad al empresario para tomar las decisiones
necesarias que impulse el crecimiento de su empresa reduciendo
de esta manera la incertidumbre.
Con el diagnóstico inicial se conocen aspectos sobre el
funcionamiento y las rutas que debería seguir la empresa para
mejorar. Se compone de varios análisis que permiten identificar y
conocer que obstáculos están limitando el crecimiento de la
empresa, para así diseñar un plan de acción que haga mejorar a
la empresa.
Las empresas que se deciden a realizar un diagnóstico
de empresa podrán obtener los siguientes beneficios:

 Conocer el estado actual de la empresa reduce la incertidumbre de no saber cómo

va el negocio.

 La toma de decisiones estratégicas se basa en datos objetivos.

 Conocer las líneas de negocio más importantes para la organización, y saber los

recursos destinados a cada línea.

 Comparar el desempeño actual, el mínimo recomendado y el mínimo deseado.

 Saber si el camino que sigue la empresa nos lleva a la meta que se quiere conseguir.

 Muestra las áreas funcionales críticas de la organización y enfoca con planes de

acción que lleve a la empresa a otro nivel de gestión.


Desarrollo de los objetivos
Los objetivos de una empresa, también
conocidos como objetivos empresariales, son
resultados, situaciones o estados que una
empresa pretende alcanzar o a los que
pretende llegar, en un periodo de tiempo y a
través del uso de los recursos y capacidades
con los que dispone o planea disponer.

Establecer objetivos es fundamental para el


éxito de toda empresa sin importar el tipo o
tamaño que tenga ya que estos permiten
establecer un curso a seguir, motivar a los
trabajadores, medir el desempeño, entre varios
otros beneficios o ventajas.
Características de los objetivos
No existe una regla que determine cómo deben ser los objetivos de una empresa, pero
en general objetivos que permiten obtener los beneficios o ventajas descritos
anteriormente deben contar con las siguientes características:

Medibles
• Deben ser medibles o mensurables; es decir, ser cuantitativos y estar ligados a un
límite de tiempo; por ejemplo, a diferencia del objetivo «aumentar las ventas», un
objetivo medible sería «aumentar las ventas en un 20% para el próximo mes».
Claros
• Deben tener una definición clara, entendible y precisa. No deben prestarse a
confusiones ni dejar demasiados márgenes de interpretación.
Alcanzables
• Deben ser alcanzables, factibles o asequibles. Deben estar dentro de las
posibilidades de la empresa teniendo en cuenta los recursos (humanos, financieros,
tecnológicos, etc.) y las capacidades con los que cuenta, así como la disponibilidad
del tiempo necesario para cumplirlos.
Desafiantes
• Deben ser desafiantes o retadores (aunque realistas). No deben ser algo que de todas
maneras sucederá, sino algo que signifique un desafío o un reto.

• Objetivos poco ambiciosos no son de mucha utilidad ni proporcionan mayor motivación,


aunque objetivos fáciles al principio pueden servir de estímulo para no abandonar el
camino apenas este se haya iniciado.

Realistas
• Deben ser realistas y razonables. Deben tener en cuenta las condiciones y circunstancias
del entorno en donde se pretenden cumplir, así como los recursos y capacidades de la
empresa; por ejemplo, a diferencia del objetivo «aumentar de 10 a 1000 empleados en
un mes», un objetivo realista sería «aumentar de 10 a 20 empleados en un mes».

Coherentes
• Deben estar alineados y ser coherentes con otros objetivos y con la visión, la misión, las
políticas, la cultura y los valores de la empresa.

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