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ESTILO Y

ESTÉTICA
DE LOS
ROMANCES
 A) Procedimientos estilísticos de origen
épico

 B) Procedimientos estilísticos propios


del romancero
A) Procedimientos estilísticos de origen épico
 El diálogo: se limitan a desarrollar muy
rápidamente una escena, una situación, sin
exponer los sucesos de manera pormenorizada
y completa. Lo corriente es que la narración
se vivifique mediante la utilización del
diálogo, que a veces ocupa todo el poema.
 Actualización de la escena: la escena o
situación no se narra, sino que se actualiza,
ya mediante la utilización del verbo en
presente, ya por medio del apóstrofe
encabezado con los verbos “ver” u “oír”, ya
utilizando el adverbio demostrativo “he” o
el adverbio “ya”.
 Descripción fugaz y eliminatoria: en
general, la descripción no suele ser
circunstanciada. Se utiliza de un modo
fugaz y rápido. En algunos casos suele
haber descripciones más detenidas.
También es común el tipo de descripción
enumeratoria. A veces, esa enumeración
adquiere la forma antitética.
B) Procedimientos estilísticos propios del
romancero
 Fragmentarismo: la poesía es selectiva:
escoge aquello que tiende a producir la más
honda emotividad. El romancero prescinde
de los preliminares, incidentes y desenlace,
para destacar sólo la situación escogida o
una rápida serie de sucesos centrales. Este
procedimiento presenta dos aspectos: 1.
Comienzo abrupto y 2. Final trunco.
 Comienzo abrupto: se omite la
presentación de los personajes y de las
circunstancias que motivan su presente modo
de actuar. No importan ni identificaciones ni
causas, lo que importa es esta situación, este
individuo en trance de adoptar una actitud o
expresar un sentimiento. A veces no sólo no
se proporcionan sus antecedentes sino que ni
siquiera se menciona el nombre de los
personajes que muestra. En otras ocasiones
ni se ve al protagonista: sólo se le oye hablar.
 Final trunco: cuando el canto ha mostrado
los elementos que considera capaces de
suscitar la emoción, suele detenerse en el
umbral del desenlace sin descifrarlo. Es lo
que Menéndez Pidal llama “saber callar a
tiempo”. El enigma promueve el duelo de
la imaginación y de la fantasía, cumple con
una de las funciones esenciales de la
poesía: la de sugerir más que decir.
 Lo irreal y lo impreciso: el romancero
tiende hacia lo inmotivado, vago y
misterioso, que le otorgan- al superar la
lógica de la razón- otro de sus mayores
encantos poéticos.
 Irregularidad en el uso de los tiempos
verbales: la irregularidad en el empleo de
los tiempos verbales obedece a razones de
orden métrico en algunos casos, o bien a
razones rímeas.
 Reiteraciones: es uno de los recursos
estilísticos más usuales. El romancero gusta
repetir los términos (reiteración de la
misma palabra o de sus derivados). Estas
reiteraciones suelen ser exclamativas, a
veces se establece entre los hemistiquios
del verso un paralelismo que puede, de
modo sistemático, transmitirse a través de
todo el romance.
 Uso del diminutivo: su empleo abunda en
el romancero, es de carácter estético-
valorativo: el hablante se detiene en la
representación imaginativa del objeto para
empequeñecerlo y valorarlo así
sentimentalmente, rodeándolo de su afecto.
 Austeridad expresiva: la expresión es
sencilla, no abundan los elementos
puramente ornamentales. La adjetivación se
reprime y la palabra descarnada, concisa,
sin artificios, es el instrumento apto para la
creación poética.
 Gusto por lo suntuario: esto pone de
manifiesto una marcada preferencia del
pueblo por objetos lujosos. Se repiten las
evocaciones de joyas, metales preciosos,
telas finas, etc. (oro, plata, marfil, seda). Es
un procedimiento artístico, un recurso
finamente estético que sirve para esmaltar
el sencillo lenguaje poético.

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