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CAPITULO II
DELITOS CONTRA LOS MEDIOS DE TRANSPORTE,
COMUNICACIÓN Y OTROS SERVICIOS PÚBLICOS
Cabe precisar que la «Seguridad de los medios de Transporte y Comunicación», en el entendido de cautelar
punitivamente que aquéllos se desarrollen con total normalidad, desprovistos de toda perturbación que tienda a colocar
en peligro su desenvolvimiento, en el marco de un Estado Social, con ello, la seguridad de todas las personas que hacen
uso normal de estas vías de comunicación, indispensables para la vida misma de la sociedad en general.
En síntesis, los servicios públicos son aquellos servicios de interés de la colectividad cuyo uso está disponible para el
público a cambio de una contraprestación tarifaria, sin discriminación alguna, dentro de las posibilidades de la oferta
técnica de los operadores.
A modo de ejemplo: el que comete el acto delictivo con conocimiento y deliberación
"El que, a sabiendas, ejecuta cualquier acto que pone en peligro la seguridad de naves, aeronaves,
construcciones flotantes o de cualquier otro medio de transporte colectivo o de comunicación destinado al
uso público, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años.
Si el hecho produce naufragio, varamiento, desastre, muerte o lesiones graves y el agente pudo prever estos
resultados, la pena será no menor de ocho ni mayor de veinte años"
Al respecto del tipo penal antes señalado, es importante destacar que en este tipo de bienes jurídicos, la protección
jurídico-penal abarca no sólo la elaboración de un interés jurídico supraindividual (colectividad), sino que ingresa,
de forma indirecta, a una suerte de vinculación con intereses jurídicos de orden personal.
Reiterando que en estos tipos de delitos, tampoco se requiere el daño efectivo, y quizás ni siquiera sería necesario
el peligro común, SINO QUE LO QUE SE VALORA ES EL NORMAL FUNCIONAMIENTO DE LOS
MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS VITALES PARA EL NORMAL
DESENVOLVIMIENTO DE LA COLECTIVIDAD ORGANIZADA.
La seguridad de los medios de transporte y de comunicación, ha de fijarse en función del bien jurídico, propuesto
en el presente título, esto es, la «Segundad Pública». En este sentido, es necesario que la acción afecte o ponga en
peligro la vida, la integridad corporal o propiedades de un conjunto de personas, de la comunidad, de personas
indeterminadas.
Otros de los elementos importantes es que las naves, aeronaves y/o construcción flotante, otros servicios públicos
DEBE ESTAR EN FUNCIONAMIENTO, en el marco de un servicio público, condicionado para recibir una
cantidad indeterminada de usuarios, que en dicho decurso, haya de colocar en peligro la seguridad de dicho medio
de transporte público; de no ser así, se estaría penalizando la idea de un peligro meramente artificial. Aspecto, que
incide en el ámbito de un delito de imposible realización.
SUJETO ACTIVO:
El autor puede ser cualquier persona, no se exige una cualidad especial y/o específica para detentar dicha categoría
conceptual.
Precisando que el hecho de ser funcionario y/o servidor público no supone la conducción a una circunstancia de
agravación, lo que no impide tomar dicho dato, como un factor a tomar en cuenta por el juzgador en la determinación
judicial de la pena, con arreglo al artículo 46°-A de la PG.
Se puede presentar tantos CO-AUTORES, siempre que se establezca el CODOMINIO FUNCIONAL del hecho, sin
necesidad de conducir la valoración al ámbito del reproche personal.
Quien determina a otro a ejecutar los actos de materialidad típica, bajo un convencimiento psicológico, será
INDUCTOR, y si el hombre de atrás se aprovecha de un defecto cognoscitivo y/o orgánico del hombre de adelante,
estaremos ante una AUTORÍA MEDIATA.
SUJETO PASIVO:
La calidad de sujeto pasivo, por su parte, es de la sociedad, al consistir en un bien jurídico de orden colectivo.
LA MODALIDAD TÍPICA:
La conducta del autor, debe consistir en ejecutar cualquier acto que ponga en peligro la seguridad de los medios de
transporte mencionado, se requiere, por tanto, de actos de materialidad que en su proceder haya de generar el estado
de disvalor, que el legislador ha previsto como factor de punición. Consecuentemente, el peligro ha de ser concreto,
de ninguna manera presunto.
El resultado, en el sentido de peligro, requerido por el tipo puede lograrse mediante actos directos o indirectos sobre
el medio de transporte.
La Seguridad de transportes terrestre, acuática o aéreo, se refiere tanto a la incolumidad, estabilidad o control del
medio mismo, como de las cosas o personas transportadas o por transportar, aunque aquélla no se vea afectada. No
resulta necesario, a efectos de punición, que el medio de transporte se encuentre atestado de usuarios, basta que en
su interior esté su conductor, para poder hablar del ilícito penal en cuestión.
Cuando señala la modalidad: «ejecutare cualquier acto», quedan comprendidas tanto las acciones y las omisiones; en
este segundo caso, el delito asume la forma de la modalidad de omisión impropia, según los términos normativos
comprendidos en el artículo 13° del CP.
La término cualquier acto, por extensión se entiende a todos los que originan el particular y específico peligro, que
se orienta a afectar la seguridad del medio de transporte; si estos actos producen ya un daño en su estructura,
estaremos hablando del tipo penal de Daños.
OBJETOS DEL DELITO:
Los objetos sobre los que puede recaer EN LOS BUSES, NAVES, CONSTRUCCIONES FLOTANTES O
AERONAVES; es decir, todos aquellos objetos destinados al servicio público de transporte y/o comunicación.
Por naves debe entenderse toda embarcación -cualquiera que sea su medio de impulsión, destinada al transporte de
personas o cosas.
Aeronave es todo aparato cualquiera que sea el medio de impulsión- que se mueve en el aire y destinado al mismo
transporte de personas o de carga, y otros.
La construcción flotante, es toda aquella embarcación, susceptible de trasladarse, movilizarse sobre el torrente de las
aguas, en mérito a la propia estructura que le sirve como base, que puede o no contar con un motor que propulse su
funcionamiento, es decir, su navegación
Se trata de un delito eminentemente doloso. El autor debe haber actuado a sabiendas de que con su accionar pone en
peligro la seguridad de los medios de transporte aéreos o acuáticos, dirigiendo su voluntad conforme a ese
conocimiento. De acuerdo a la estructura del tipo sólo es admisible el dolo directo. Bien dice Creus que la acción es
ejecutar una acción que pone en peligro, motivo por el cual el agente debe conocer la naturaleza del acto y, es más,
conocer el esquema causal con relación al peligro que puede crear. Peña Cabrera.
El término «a sabiendas» forma parte del aspecto cognoscitivo del dolo, no una intencionalidad y/o búsqueda de
una predeterminación volitiva, lo que implica incluir en dicha fórmula al dolo eventual; el aspecto cognitivo ha de
abarcar la creación de un peligro concreto a la seguridad de la nave y/o aeronave.
La consumación: no toma lugar con la sola realización del acto mientras no ha surgido el peligro concreto para la
seguridad; es por ello que hicimos alusión a que la colocación en peligro de la seguridad de la nave y/o aeronave
ha de ser comprobada tanto ex ante como ex post.
Si el peligro creado por el autor se refiere a actos tendientes a secuestrar el aeronave, mediando la amenaza de sus
ocupantes de hacer explotar una bomba, será un acto típico de Secuestro y no la modalidad del injusto en
comento, a menos que también se verifique que la seguridad del avión ha sido puesta también en un estadio de
peligro concreto de lesión.
FIGURA PRETERINTENCIONAL
Segundo párrafo del Art. 280.- “Si el hecho produce naufragio, varamiento, desastre, muerte o lesiones graves y el
agente pudo prever estos resultados, la pena será no menor de ocho ni mayor de veinte año”
En la figura preterintencional puede darse aquellos resultados de mayor disvalor, que tengan como dato a saber: la
afectación de otros bienes jurídicos, sobre todo, aquellos conectados con la vida, el cuerpo y la salud.
En la “figura preterintencional”, se emplea una fórmula mixta: combinando el disvalor de la acción, según su variante
dolosa, con el disvalor del resultado, desde su modalidad culposa; el agente dirige conscientemente su accionar a
colocar en un estado de peligro concreto la seguridad de las naves, busques y otros medios de comunicación, lo que a
su vez produce una lesión grave, la muerte o un desastre, bajo la singularidad que dichos resultados antijurídicos no
deben ser abarcados por la esfera cognitiva del agente, deben importar la creación de un riesgo que no ingresa a la
esfera consciente del autor, de no ser así, dichos resultados habrían de ser atribuibles al autor, por lo menos a título de
dolo eventual.
Gracias.