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Dios Trino

UNO EN ESENCIA, TRIPLE EN PERSONAS


“BAUTIZAD EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO”
MATEO 28, 19.
Puede llegar la razón humana a conocer
esta realidad de Dios, uno y trino?
 Una persona puede describir muchas cosas de otra persona, pero lo que piensa,
siente, lo más profundo de sí, no lo puede conocer si la misma persona no lo
comparte.
 De igual forma, Dios es el ser y tiene todos los atributos, entre ellos, el principal
es el SER (el que participar el ser a todos los seres de la nada), la verdad, la
bondad, la belleza, etc.
 Por lo tanto, Dios no puede mentirse ni mentir a los demás.
 En conclusión solo podemos saber que Dios es uno y trino si es él mismo el que
se da a conocer. Y se ha dado a conocer como Dios, Uno y Trino.
En conclusión:

 Por la razón podemos llegar a que Dios si existe con certeza por medio de la
realidad y el principio de causalidad.
 No es irracional creer que Dios pueda existir. Otra cosa es que no nos sea
evidente. Es metarracional.
 Llegar a la existencia de Dios lo podemos hacer por la razón natural.

 Pero conocer su misterio, sólo se puede por REVELACIÓN de él mismo. Y él se


nos revela como Uno y Trino, uno en una sola naturaleza y triple en personas.
 No tres dioses, ni tres máscarás. Un Dios en tres personas.
Desde la Revelación.

 La revelación es una porque Dios es uno.


 El modo de cómo se ha revelado es doble: Sagrada Tradición y Sagrada Escritura.
 En el Antiguo Testamente va dejando vestigios, señales que desde Cristo Jesús,
podemos mirando hacia atrás reconocerlas.
 Pero la plenitud de la revelación se da en Jesús, el Hijo de Dios. Y es con él como
sabemos que Dios es uno y trino. Sólo aquel que es la segunda persona de la
Santísima Trinidad y que asume la naturaleza humana como nosotros menos en el
pecado es “el puente, el mediador” entre Dios y los hombres.
Revelación: S. Escritura: Antiguo
Testamento.
 1. Dios habla de sí mismo usando can frecuencia el plural; Gen 1, 26 : «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza' ; cf. Gen 3, 22; 11, 7. Los santos
padres interpretaron estos pasajes a la luz del Nuevo Testamento, entendiendo que la primera persona hablaba a la segunda o a la segunda y tercera; cf. SAN
IRENEO, Adv. haer. Iv, 20, 1. Probablemente la forma plural se usa para guardar la concordancia con el nombre de Dios «Elohim»; que tiene terminación de
plural.
 2. El Ángel de Yahvé de las teofanías del Antiguo Testamento es llamado Yahvé, El y Elohim, y se manifiesta como Elohim y Yahvé. Con ello parece que se
indica que hay dos Personas que son Dios : la que envía y la que es enviada ; cf. Gen 16, 7-13 ; Ex 3, 2-14. Los padres de la Iglesia primitiva, teniendo en
cuenta el pasaje de Isaías 9, 6 (magni consilii angelus según los Setenta) y Mal, 3 1 (angelus testamenti), entendieron por Ángel de Yahvé al Logos. Los santos
padres posteriores, principalmente San Agustín y los autores escolásticos, opinaron que el Logos se servía de un ángel creado.
 3. Las profecías mesiánicas suponen distinción de personas en Dios al anunciar de forma sugerente al Mesías, enviado por Dios, como Dios e Hijo de Dios; Ps
2, 7: «Díjome Yahvé: Tú eres mi hijo, hoy te he engendrado» ; Is 9, 6 (M 9, 5) : «...que tiene sobre su hombro la soberanía, y que se llamará maravilloso
consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno, Príncipe de la Paz» ; Is 35, 4: «...viene Él mismo [Dios] y Él nos salvará» ; cf. Ps 109, 1-3 ; 44, 7; Is 7, 14 (Emmanuel
= Dios con nosotros) ; Mich 5, 2.
 4. Los libros sapienciales nos hablan de la Sabiduría divina como de una hipóstasis junto a Yahvé. Ella procede de Dios desde toda la eternidad (según Prov 8,
24 s procede por generación), y colaboró en la creación del mundo; cf. Prov 8, 22-31; Eccli 24, 3-22 (G) ; Sap 7, 22 — 8, 1 ; 8, 3-8. A la luz del Nuevo
Testamento podemos ver en la Sabiduría de que nos hablan los libros del Antiguo Testamento una alusión a la persona divina del Logos.
 5. El Antiguo Testamento nos habla con mucha frecuencia del Espíritu de Dios o del «Espíritu Santo». Esta expresión no se refiere a una Persona divina,
sino que expresa «una virtud procedente de Dios, que confiere la vida, la fortaleza, y que ilumina e impulsa al bien» (P. Heinisch) ; cf. Gen 1, 2; Ps 32, 6; 50,
13; 103, 30; 138, 7; 142, 10; Is 11, 2; 42, 1; 61, 1; 63, 10; Ez 11, 5 36, 27; Sap 1, 5 y 7. A la luz de la revelación neotestamentaria, los padres y la liturgia aplican
muchos de estos pasajes a la Persona del Espíritu Santo, principalmente Ps 103, 30; Is 11, 2; Ez 36, 27; Ioel 2, 28; Sap 1, 7; cf. Act 2, 16 ss.
 6. Algunos creyeron ver, a la luz del Nuevo Testamento, una insinuación de las tres divinas personas en el Trisagio de Isaías 6, 3, y en la triple bendición
sacerdotal de Nm 6, 23 ss. Con todo, hay que tener en cuenta que triplicar una expresión, en el lenguaje del Antiguo Testamento, es un modo de expresar el
superlativo. En Ps 36, 6 junto a Yahvé se nombran su Palabra y su Espíritu ; en Sap 9, 17 su Sabiduría y su Espíritu Santo. Pero la Palabra, la Sabiduría y el
Espíritu no aparecen como personas propiamente dichas junto a Yahvé, sino como potencia o actividades divinas.
Revelación: S. Escritura: Nuevo
Testamento.
 1. Los evangelios
 a) En el relato de la Anunciación habla así el ángel del Señor, según Lc 1, 35: «[El] Espíritu Santo (pneuma agion) vendrá sobre ti y [la] virtud del
Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios» ; cf. Lc 1, 32: «Este será grande y llamado Hijo
del Altísimo». Se hace mención de tres personas: el Altísimo, el Hijo del Altísimo y el Espíritu Santo. Es verdad que no se expresa con toda claridad la
personalidad del Espíritu Santo, dado el género neutro de la palabra griega mei4cc y la ausencia de artículo, pero no hay duda sobre su interpretación si
comparamos este pasaje con aquel otro de Act 1, 8, en el cual se distingue al Espíritu Santo de la virtud que de él dimana, y si atendemos a la tradición ;
Act 1, 8: «Recibiréis la virtud del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros.»
 b) La teofanía que tuvo lugar después del bautismo de Jesús lleva consigo una revelación de la Trinidad ; Mt 3, 16 s : «Vio al Espíritu de Dios (pneuma
theou; Mc 1, 10: to pneuma Lc 3, 22: to pneuma to agion; Ioh 1, 32; to pneuma descender como paloma y venir sobre él, mientras una voz del cielo
decía : Este es mi Hijo amado, en quien tengo mis complacencias». El que habla es Dios Padre. Jesús es el Hijo de Dios, su Hijo único, por lo tanto, el
verdadero y propiamente dicho Hijo de Dios. «Hijo amado», efectivamente, según la terminología bíblica, significa «hijo único» (cf. Gen  22, 2, 12 y
16, según M y G ; Mc 12, 6). El Espíritu Santo aparece bajo símbolo especial como esencia sustancial, personal, junto al Padre y al Hijo.
 c) En el sermón de despedida, Jesús promete otro Abogado (Paraclitus), el Espíritu Santo o Espíritu de verdad, que h1 mismo y su Padre enviarán ; cf.
Ioh 14, 16: «Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Abogado que estará con vosotros para siempre» ; cf. Ioh 14, 26 y 15, 26. El Espíritu Santo, que es
enviado, se distingue claramente como persona del Padre y del Hijo que lo envían. La denominación de «Paraclitus» y las actividades que se le asignan
(enseñar, dar testimonio) suponen una subsistencia personal.
 d) Donde se revela más claramente el misterio de la Trinidad es en el mandato de Jesucristo de bautizar a todas las gentes ; Mt 28, 19: «Id, pues,
enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.» Trátase aquí de tres personas distintas, como se ve,
con respecto al Padre y al Hijo, por su oposición relativa, y con respecto al Espíritu Santo, por ser éste equiparado totalmente a 'las otras dos personas,
lo cual sería absurdo si se tratara únicamente de un atributo esencial. La unidad de esencia de las tres personas se indica con la forma singular «en el
nombre» (d ró ivoµa). La autenticidad del pasaje está plenamente garantizada por él testimonio unánime de todos los códices y versiones. En cuanto
fórmula litúrgica se halla bajo el influjo del kerygma cristiano primitivo.
Revelación: S. Escritura: Nuevo
Testamento.

2. Las cartas de los apóstoles


 a) San Pedro, al comienzo de su primera carta, usa una fórmula trinitaria de salutación; 1 Petr 1, 1
s: «A los elegidos extranjeros... según la presencia de Dios Padre, en la santificación del Espíritu,
para la obediencia y la aspersión de la sangre de Jesucristo.»
 b) San Pablo concluye su segunda carta a los Corintios con una bendición trinitaria; 2 Cor 13, 13:
«La gracia del Señor Jesucristo y la caridad de Dios y la comunicación del Espíritu Santo sean
con todos vosotros» (cf. 2 Cor 1, 21 s).
 c) San Pablo enumera tres clases distintas de dones del Espíritu refiriéndolos a tres
dispensadores, el Espíritu, el Señor (Cristo) y Dios; 1 Cor 12, 4 ss: «Hay diversidad de dones,
pero uno mismo es el Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero uno mismo es el Señor. Hay
diversidad de operaciones, pero uno mismo es Dios, que obra todas las cosas en todos». Queda
indicada la unidad sustancial de las tres personas, porque esos mismos efectos se atribuyen
solamente al Espíritu en el v 11; cf. Eph 1, 3-14 (elección por Dios Padre, redención por la sangre
de Cristo, sigilación con el Espíritu Santo) ; Eph 4, 4-6 (un Espíritu, un Señor, un Dios).
Revelación: S. Tradición: Iglesia primitiva.

 a) La liturgia bautismal paleocristiana ofrece una clara profesión de fe en la Trinidad. Como testifica


la Didakhé (cap. 7), el bautismo se administró ya en los tiempos más remotos del Cristianismo «en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», haciendo al mismo tiempo una triple inmersión o derramando tres
veces agua sobre el bautizando; cf. SAN JUSTINO, Apología I 61; SAN IRENEO, Adv. haer. III 17, 1;
TERTULIANO, De bautismo 13; ORÍGENES, In ep. ad Rom. 5, 8; SAN CIPRIANO, Ep. 73, 18.
 b) El símbolo apostólico de la fe (nos referimos al Credo), que en su forma primitiva se identifica con el
primitivo símbolo bautismal romano, sigue las líneas de la fórmula trinitaria del bautismo. Las Reglas de
Fe, que nos han transmitido los escritores eclesiásticos de los siglos II y III, son una ampliación y paráfrasis
del símbolo trinitario del bautismo; cf. SAN IRENEO, Adv. haer. I 10, 1; TERTULIANO, De praescr. 13, Adv.
Prax 2, De virg. vel. 1; ORÍGENES, De principiis I praef. 4-10; NovACIANO, De Trin. I. Podemos ver
expuesta con claridad meridiana toda la doctrina sobre la Trinidad en una confesión de fe de San Gregorio
Taumaturgo (+ hacia 270), dirigida privadamente contra Pablo de Samosata.
 c) Las antiguas doxologías expresan igualmente la fe en la Trinidad. La antigüedad cristiana conocía dos
fórmulas : la coordinada, Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo; y la subordinada, Gloria al
Padre por el Hijo en el Espíritu Santo. Como los arrianos interpretaron torcidamente esta última fórmula en
sentido subordinacionista, SAN BASILIO la cambió de la siguiente manera: Gloria al Padre con el Hijo en
unión del Espíritu Santo (De Spiritu Sancto 1, 3) ; cf. Martyrium Sancti Polycarpi 14, 3.
Revelación: S. Tradición: Padre prenicenos (antes
del Concilio de Nicea – en este concilio se definió que Jesús, es de la misma naturaleza que el Padre, año 325 d.C.)

 SAN CLEMENTE ROMANO escribe (hacia 96) a la comunidad de Corinto: « No es verdad que tenemos un solo Dios y un
solo Cristo y un soló Espíritu de gracia?» (46, 6). Llama a Dios y a nuestro Señor Jesucristo y al Espíritu Santo: fe y esperanza de los
elegidos (58, 2). SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA (+ hacia el 107) no solamente enseña de forma clarísima la divinidad de Jesucristo,
sino que usa además fórmulas trinitarias ; Magn. 13, 2: «Sed dóciles al obispo y unos a otros, como lo fue Cristo, según la carne, al
Padre, y los apóstoles lo fueron a Cristo, al Padre y al Espíritu» ; Cf. Magn. 13, 1; Eph 9, 1.
 Los apologistas intentaron valerse de la filosofía (noción del Logos) para explicar científicamente el misterio de la Trinidad; pero no
siempre se mantuvieron exentos de expresiones subordinacionistas. SAN JUSTINO dice que los cristianos veneran, junto con el Creador
del universo, en segundo lugar a Jesucristo, Hijo de Dios verdadero, y en tercer lugar al Espíritu profético (Apol. 1 13). ATENÁGORAS
(hacia 177) rechaza así la acusación de ateísmo: «No es de maravillar que se llame ateos a los que creen en Dios Padre y en Dios Hijo y
en el Espíritu Santo, y que enseñan así su poder en la unidad como su diferencia en el orden?» (Suppl. 10). Afirmaciones precisas sobre la
fe de la Iglesia en el misterio de la Trinidad se encuentran en SAN IRENEO (Adv. haer. 1, 10, 1; Iv, 20, 1; Epideixis 6s, 47) y, sobre todo,
en TERTULIANO (Adv. Prax.). Este último, frente al sabelianismo, enseña la trinidad de Personas divinas («Ecce enim dico alium esse
Patrem et alium Filium et alium Spiritum» ; cap. 9), pero defiende igualmente de forma bien clara la unidad de sustancia en Dios («unius
autem substantiae et unius status et unius potestatis, quia onus Deus» ; cap. 2). ORÍGENES emplea ya la expresión óµoousios  (In ep. ad
Hebr 1, 3). TEÓFILO DE ANTIOQUÍA es el primero en usar el término triás para designar la trinidad de Personas en Dios (Ad Autol. 11
15) ; el término latino equivalente «Trinitas» lo introduce TERTULIANO (Adv. Prax. 2; De pud. 21).
 En todo el período anteniceno, la expresión más clara de la fe que animaba a la iglesia romana en el misterio de la trinidad de personas y
de la unidad de esencia en Dios es la famosa carta dogmática del papa San Dionisio (259-268) al obispo San Dionisio de Alejandria, en
la que reprueba el triteísmo, el sabelianismo y el subordinacionismo; Dz 48-51. La definición del concilio de Nicea no fue una
innovación, sino una evolución orgánica de la doctrina que la Iglesia creía desde los primeros tiempos, y en la que cada vez había
profundizado más la teología científica.
Revelación: S. Tradición: Postnicenos.

Los padres postnicenos se encontraron con el principal problema de probar


científicamente y defender contra el arrianismo y el semiarrianismo la
consustancialidad del Hijo con el Padre; y contra el macedonianismo, la
consustancialidad del Espíritu Santo con el Padre y con el Hijo.
Entre los griegos: San Atanasio el Grande (+ 373), San Basilio el Grande (+
379), San Gregorio Nacianceno (+ hacia 390), y San Gregorio de Nissa (+ 394), San
Cirilo de Alejandría (+ 444).
Entre los latinos, San Hilario de Poitiers (+ 367), San Ambrosio de Milán (+ 397).
San Agustín (+ 430) con su grandísima obra: De Trinitate.
LAS PROCESIONES DIVINAS INMANENTES EN GENERAL
https://mercaba.org/TEOLOGIA/OTT/100-121_dios_trino_en_personas.htm#Capitulo%2
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 1. Noción y realidad
 En Dios hay dos procesiones divinas inmanentes (de fe).
 Procesión significa que una cosa se origina de otra.
 Hay que distinguir entre procesión hacia fuera («processio ad extra o pr. transiens») y procesión hacia
dentro («processio ad intra o pr. immanens»), según que el término de la procesión salga fuera del principio o
permanezca dentro de él.
 De la primera forma proceden de Dios en cuanto causa primera todas las criaturas.
 De la segunda, proceden el Hijo y el Espíritu Santo en el seno de la Trinidad. Procesión divina inmanente designa el
origen de una persona divina de otra por la comunicación de la esencia divina numéricamente una.
 Los símbolos de fe nos hablan de dos procesiones inmanentes en Dios: la generación del Hijo y la procesión del Espíritu
Santo; cf. Dz 86.
 Estas dos procesiones son la razón de que se den en Dios tres hipóstasis o personas realmente distintas.
 El término «procesión» ¿xir6pEua.C, processio) se deriva de la Sagrada Escritura ; Ioh 8, 42 : «Yo he salido de Dios»
(«Ego ex Deo processi») ; Ioh 15, 26: «...el Espíritu de verdad, que procede del Padre» («Spiritum veritatis, qui a Patre
procedit»). Como se deduce por el contexto, ambos pasajes no se refieren a la procesión eterna del Hijo y del Espíritu
Santo, sino a su misión temporal al mundo. Pero la misión temporal es signo de la procesión eterna.
2. Sujeto de las procesiones divinas
inmanentes
 El sujeto de las procesiones divinas inmanentes (en sentido activo y pasivo) son
las personas divinas, no la naturaleza divina (de fe).
Sobre las procesiones divinas.

 El Padre es el ingénito desde toda la eternidad.


 El Padre al contemplarse a sí mismo (ENTENDIMIENTO) engendra al Verbo
desde toda la eternidad.
 El Padre y el Hijo en esa comunión de amor (VOLUNTAD) espiran al Espíritu
Santo desde toda la eternidad.
Sobre las relaciones divinas.

 En la Trinidad hay cuatro relaciones de las cuales tres son reales.


 La primera relación es de PATERNIDAD: El Padre que engendra al Hijo desde
siempre.
 La segunda relación es de la FILIACIÓN, que es la relación opuesta a la anterior:
el Hijo es el engendrado por el Padre desde siempre.
 La tercer relación es la de la ESPIRACIÓN ACTIVA. El Padre y el Hijo espiran
al Espíritu Santo desde siempre.
 La cuarta relación es la de la ESPIRACIÓN PASIVA, que es la relación opuesta a
la anterior. Es decir, que el Espíritu Santo es espirado por el Padre y el Hijo desde
siempre.
Tres relaciones reales.

 Las relaciones reales, no quiere decir que la que se excluye no sea verdadera, no
sea “real”.
 Sino lo que quiere decir es que hay que distinguir las relaciones que se oponen.
 La primera es PATERNIDAD. Sale del Padre.
 La segunda es FILIACIÓN, que se opone a la primera. Sale del Hijo.
 La tercera, ya no saldría ni del Padre ni del Hijo, sino del Espíritu Santo. Por lo
tanto, sería la ESPIRACIÓN PASIVA.
LA PERICÓRESIS TRINITARIA

 Es la raíz de toda comunión.


 Significa los siguiente: “El Padre está todo en el Hijo y en el Espíritu. El Hijo está
todo en el Padre y en el Espíritu. El Espíritu está todo en el Padre y el Hijo.”
 De un modo pleno sólo se da este tipo de presencia de Personas en Personas en el
seno de la Santísima Trinidad. Dios, en su misterio más profundo una es la
comunión perfecta de personas.
 Por pericóresis trinitaria (circumincessio, y más tarde circuminsessio) se entiende
la mutua compenetración e inhabitación de las tres divinas Personas entre sí.
 Las tres divinas Personas in-existen entre sí o están la una en las otras (de fe).
Pericoresis: Fundamento bíblico.

 Cristo da testimonio de que el Padre está en El y El en el Padre:


 Jn 10, 30 : «El Padre y yo somos una misma cosa»
 Jn 10, 38 : «Creed a mis obras para que sepáis y conozcáis que el Padre está en mí
y yo en el Padre»
 Jn14, 9 ss y 17, 21.
 La in-existencia del, Espíritu Santo en el Padre y en el Hijo se halla indicada en 1
Cor 2, 10: “Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el
Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios”.
LA UNIDAD DE LA OPERACIÓN
DIVINA AD EXTRA
Esto quiere decir que todas las operaciones de Dios ad extra (es decir, hacia afuera
de la Trinidad) son comunes a las tres divinas Personas (de fe).
Son las tres personas las que actúan.
Pero como veremos en el siguiente pp se explicará mejor lo que se entiende por
“apropiación”.
LAS APROPIACIONES

 Definición: La apropiación consiste en un modo especial de predicar de una sola


persona un atributo o una operación divina común a las tres. Por ejemplo:
 La creación es obra de la Trinidad pero se le atribuye al Padre especialmente.
 La redención es obra de la Trinidad pero se le atribuye al Hijo especialmente.
 La Santificación es obra de la Trinidad pero se atribuye al Espíritu Santo
especialmente.
 Como se darán cuenta en todas las acciones operan las 3 personas pero se le
atribuye, se le apropia a una de ellas especialmente la acción que es común a las 4.
LAS MISIONES DIVINAS.

 El Padre envía al Hijo: el Padre y el Hijo envían al Espíritu Santo (sent. cierta).


 La Sagrada Escritura testifica :
 a) La misión del Hijo por el Padre: Jn 3, 17 ; 5, 23; 6, 58; 17, 18; Gal 4, 4: «Dios envió a su Hijo».
 b) La misión del Espíritu Santo por el Padre: Jn 14, 16 y 26; Gal 4, 6: «Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su
Hijo, que clama : Abba, Padre».
 c) La misión del Espíritu Santo por el Hijo; Jn 15, 26; 16, 7; Lc 24, 49: «Yo os envío la promesa de mi Padre».
 La Sagrada Escritura no dice nunca del Padre que sea enviado, sino únicamente que viene y mora: Jn 14, 23: «Si alguno
le ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y en él haremos morada».
 Las misiones se dividen en visibles e invisibles, según que la nueva presencia de la persona enviada sea perceptible por
los sentidos o no.
 Ejemplos de misión sensible son la encarnación del Logos (misión sustancial) y la misión del Espíritu Santo bajo el
símbolo sensible de una paloma o de lenguas de fuego (misión representativa).
 La misión invisible tiene lugar cuando Dios confiere la gracia santificante, y tiene por fin la inhabitación de Dios en el
alma del justo. Tal inhabitación es atribuida, generalmente, en la Sagrada Escritura, al Espíritu Santo (1 Cor 3, 16; 6, 19;
Rom 5, 5; 8, 11). Pero con el Espíritu Santo vienen también el Padre y el Hijo al alma del justo para morar en ella (Jn 14,
23; 2 Cor 6, 16).

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