Está en la página 1de 26

CURSO DE ACTUALIZACIÓN

JURÍDICA – MÓDULO DE DERECHO


PRIVADO
MG ALEXANDER CAICEDO VILLAMIZAR
EL MARIAGE BLANC O SHAM
MARRIAGE EN EL DERECHO CIVIL
COLOMBIANO

2
Derecho Privado
19/05/20
EL CONTRATO MATRIMONIAL
El matrimonio encuentra sustento constitucional en el
artículo 42 de la Carta, el cual dispone que “la
familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se
constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la
decisión libre de un hombre y una mujer de contraer
matrimonio o por la voluntad responsable de
conformarla”.

El matrimonio es definido en el artículo 113 del


Código Civil y tiene como objeto la unión solemne de
un hombre y una mujer para fundar una nueva familia,
vivir juntos, procrear, ayudarse y prestarse auxilio
mutuo, cuyos efectos están establecidos en la ley y no
pueden ser objeto de negociación para incluir o
excluir obligaciones.

3
Sentencia T – 574 de 2016
19/05/20
EL CONTRATO MATRIMONIAL
Acorde con lo establecido en el artículo 115 del Código Civil son
características esenciales del matrimonio el acto jurídico, por
cuanto se trata de un acuerdo de voluntades encaminado a producir
los efectos y obligaciones establecidos en la ley; la unión
personal, debido a que crea un vínculo personal que modifica el
estado civil de las personas; la singularidad, puesto que excluye
la posibilidad que alguna de las partes sea plural y resulta
incompatible con otro tipo de uniones para cualquiera de los
contrayentes; y la forma solemne, por cuanto se trata de un
contrato formal y solemne, que debe cumplir con las formalidades
establecidas en la ley, que se contrae ante juez o notario mediante
sentencia o escritura pública, y que refleja la manifestación
expresa y recíproca de voluntades de quienes lo contraen.
El contrato de matrimonio deberá reunir los requisitos generales
comunes a todo acto jurídico. Por lo cual y teniendo en cuenta lo
preceptuado en el artículo 1502° del Código Civil, es necesario que
los contrayentes del matrimonio civil sean legalmente capaces,
consientan en dicho acto o declaración y que su voluntad no
adolezca de vicios, que recaiga sobre un objeto lícito y que tenga
una causa lícita. La ausencia del cumplimiento de los requisitos
esenciales del matrimonio impide que este nazca a la vida jurídica
o produzca efectos.

4
Sentencia T-574 de 2016
19/05/20
EL CONTRATO MATRIMONIAL
La capacidad debe entenderse como la aptitud legal en que se hallan los
contrayentes del matrimonio civil. En principio son capaces para contraer
matrimonio todas las personas naturales, excepto cuando la ley dispone otra
cosa. Respecto de la edad, la sentencia C-507 de 2004, manifestó que los mayores
de 14 años pueden celebrar válidamente este contrato, siempre y cuando tengan el
consentimiento de sus padres o curador.

El matrimonio civil se perfecciona por “el libre y mutuo consentimiento de los


cónyuges, expresado ante el funcionario competente” (Art. 115 del Código Civil),
el cual deberá ser expresado de forma libre y personal por los contrayentes.
Dicha disposición dispone que el “contrato de matrimonio se constituye y
perfecciona por el libre y mutuo consentimiento de los contrayentes, expresado
ante el funcionario competente, en la forma y con solemnidades y requisitos
establecidos en este Código, y no producirá efectos civiles y políticos, si en
su celebración se contraviniere a tales formas, solemnidades y requisitos”

En relación con el requisito del consentimiento, y de acuerdo con lo dispuesto


en el numeral 3° del artículo 140 del C.C, el matrimonio es nulo y sin efecto
“cuando para celebrarlo haya faltado el consentimiento de alguno de los
contrayentes o de ambos. La ley presume falta de consentimiento en quienes se
haya impuesto interdicción judicial para el manejo de sus bienes. Pero los
sordomudos, si pueden expresar con claridad su consentimiento por signos
manifiestos, contraerán válidamente matrimonio.” 

5
Sentencia T-574 de 2016
19/05/20
LA SIMULACIÓN EN EL CONTRATO
MATRIMONIAL
La simulación se produce cuando las partes de manera simultánea celebran
públicamente un negocio jurídico o contrato, y al mismo tiempo y de manera
oculta realizan una contra estipulación privada que altera lo pactado en el
acto público, todo o en parte. Es decir, que existe una disconformidad entre
el querer de las partes (voluntad real) y su declaración (voluntad
declarada), que se refleja en la celebración de un acto jurídico que tiene
dos caras, una falsa que se hace de manera pública y otra veraz que es la
oculta.
El fenómeno de la simulación es una anomalía en el negocio jurídico, en el que
las partes reflejan exteriormente la celebración de un contrato que no
coincide con su voluntad real. Lo que ocurre en realidad, es que las partes
celebran un trato con dos caras distintas, es decir, que hay dualidad de
declaraciones pero no de contratos. Las declaraciones son “[l]a pública y la
privada, una contraposición, no entre lo que se quiere y lo que se dice, sino
entre dos expresiones igualmente queridas: una enmascarada u oculta,
destinada a permanecer secreta, otra, que es el disfraz que se muestra al
público, las dos, piezas integrantes de un solo mecanismo, ambas, de una
misma entidad”

En la simulación las partes crean una situación que exteriorizan ante terceros,
la cual solo se explica en razón de otra oculta, es decir, que los dos hechos
se interrelacionan de manera funcional. En otras palabras, se trata de la
celebración de un contrato con dualidad de propósitos (público y privado),
ambos queridos y ciertos por los contratantes, cuyas consecuencias son
diferentes.  

6
Sentencia T – 574 de 2016
19/05/20
LA SIMULACIÓN EN EL CONTRATO
MATRIMONIAL
Se desprende que cuando los contrayentes al celebrar el contrato
matrimonial en realidad lo fingen, dado que su real consentimiento
no consiste en realizar los fines que la ley ha previsto para el
vínculo nupcial, se entiende que el mismo fue simulado, puesto que
el verdadero consentimiento fue dado para otra cosa distinta. Es
decir, que no está conforme la voluntad declarada con la voluntad
real, lo que supone que el acto aparente denominado matrimonio
nunca existió, únicamente se trató de simular que existía,
valiéndose de las formas que el ordenamiento ha previsto para ello.

El matrimonio simulado o fraudulento también ha sido denominado como


matrimonio de conveniencia, blanco, de complacencia, mariage blanc
o sham marriage. Es aquel en el que los contrayentes aparentan
contraer matrimonio y expresa o tácitamente lo acuerdan, con la
intención fraudulenta de engañar a los demás, de no cumplir con los
derechos y las obligaciones que del mismo se derivan y de no
aceptar el cumplimiento de los fines. Dicho de otra manera, este
tipo de matrimonios son negocios jurídicos simulados o aparentes,
que suponen la celebración de un matrimonio ficticio, puesto que si
bien, cumplen con las formalidades requeridas, los contrayentes no
tienen la real intención de contraer el contrato nupcial.

7
Sentencia T – 574 de 2016
19/05/20
LA SIMULACIÓN EN EL CONTRATO
MATRIMONIAL
La doctrina ha sostenido que este tipo de contratos se
celebra, frecuentemente con el objeto principal de obtener
beneficios, económicos, sociales o jurídicos, sin que entre
los contrayentes exista un vínculo sentimental o se llegue
a su consumación carnal. Este tipo de uniones, generalmente
están precedidas por un valor acordado entre las partes y
tienen como propósito algo muy diferente a los fines del
contrato nupcial, es decir, supone que no existe voluntad
de casarse y únicamente se pretende hacer aparecer ante
terceros un matrimonio, a pesar de que la voluntad real no
es proceder así. Este tipo de contratos, ha advertido un
sector de la doctrina, es frecuente en países con una gran
inmigración La celebración de dichos contratos
matrimoniales, generalmente corresponde a la adquisición
rápida de beneficios tales como, la nacionalidad o el
permiso de residencia en un país, beneficios de seguridad
social (afiliación al sistema de salud y pensiones),
permiso para trabajar, entre otros.

8
Sentencia T – 574 de 2016
19/05/20
INDICIOS DE LA SIMULACIÓN EN
EL MATRIMONIO
La doctrina española ha considerado que son indicios fuertes sobre la celebración del
matrimonio fraudulento cuando:

1. los cónyuges son imprecisos al declarar sobre los datos académicos, profesionales, las
circunstancias en las que se conocieron, número de hijos, y otros datos de carácter personal,
familiar y sentimental;

2. hay ausencia de contribución adecuada a las responsabilidades que sobrevienen del


matrimonio;

3. no hay vida común entre los contrayentes y se evidencia una superficialidad en la relación
de pareja;

4. no tienen un idioma común a través del cual comunicarse;

5. los cónyuges no se conocían con anterioridad a la celebración del matrimonio;

6. alguno de los contrayentes tiene antecedentes en la celebración de matrimonios fraudulentos;

7. alguna de las partes ha pagado de manera previa una suma de dinero con el propósito que se
celebre el matrimonio, excepto cuando el dote sea una práctica normal en alguno de los países
de los contrayentes;

8.la diferencia notable de edad entre la pareja.

9
Sentencia T – 574 de 2016
19/05/20
CIRCUNSTANCIAS REALES EN EL
MATRIMONIO
De otra parte, existen circunstancias que
indican la real voluntad de contraer
matrimonio, tales como:  
1. el conocimiento de las circunstancias
personales, familiares y laborales del
contrayente;
2. la existencia de hijos comunes o el hecho
de que la mujer se encuentra en embarazo,
3. el tener una lengua común a través de la
cual comunicarse;
4.la concordancia en las declaraciones por
parte de ambos contrayentes; y
5. edades similares.
10
Sentencia T – 574 de 2016
19/05/20
LA SIMULACIÓN EN EL CONTRATO
MATRIMONIAL
Se ha señalado, refiriéndose a esta materia, que las autoridades
competentes, deberán valorar las condiciones y motivaciones de cada
una de las partes al momento de la celebración del contrato
matrimonial y en los casos en los cuales corroboren que su
celebración fue motivada únicamente por razones distintas a los fines
del matrimonio establecidos en la ley, necesariamente procede
declarar la inexistencia del vínculo nupcial. Las partes nunca
tuvieron la voluntad ni otorgaron su consentimiento para asumir las
obligaciones matrimoniales y cumplir con los derechos, y deberes
propios de este contrato. Lo anterior, se traduce en la simulación
del contrato matrimonial.
La Corte Constitucional considera que si bien el contrato matrimonial
tiene un régimen especial, cerrado y estricto que implica que sólo
puede ser atacado a través de las nulidades de matrimonio civil
establecidas en el artículo 140 del Código Civil, para cuya
declaración solo están legitimados los contrayentes y de manera
excepcional los curadores o guardadores de los menores, no es este el
único camino jurídico para dejar sin efectos el matrimonio. Como se
ha explicado, si este ha sido simulado, los terceros con un interés
directo pueden solicitar al juez que declaren tal circunstancia,
debido a que el ordenamiento jurídico no puede patrocinar tales
comportamientos.

11
Sentencia T – 574 de 2016
19/05/20
LA SIMULACIÓN EN EL CONTRATO
MATRIMONIAL
Los requisitos de existencia (voluntad, objeto, causa
y las solemnidades propias de cada contrato) hacen
referencia a los elementos sin los cuales el contrato
no puede nacer a la vida jurídica, mientras que los
componentes de validez (objeto lícito, voluntad libre
de vicio, causa lícita y capacidad de las partes)
adquieren relevancia cuando el negocio ya existe. La
distinción entre los presupuestos de existencia y
validez cobra importancia al momento de imponer
consecuencias, dado que puede advertirse, en general,
que la ausencia de los primeros deriva en la
inexistencia del acto, mientras que el incumplimiento
de los requisitos de validez implica la nulidad
absoluta o relativa del contrato. Por lo tanto LA
DISCREPANCIA ENTRE LA VOLUNTAD REAL Y LA APARENTE EN
EL CONTRATO DE MATRIMONIO CIVIL NO REFLEJA UN PROBLEMA
DE CAUSA Y OBJETO ILÍCITOS

Sentencia T – 574 de 2016 12


19/05/20
LA TERMINACIÓN DEL
MATRIMONIO

13
www.google.com.co
19/05/20
LA DISOLUCIÓN DEL
MATRIMONIO
La doctrina sostiene que el matrimonio se caracteriza por ser un contrato:
bilateral, porque una vez celebrado se constituye en fuente de derechos y
obligaciones recíprocas entre los esposos, solemne, pues para su validez requiere
el cumplimiento de ciertas y precisas formalidades especiales, puro y simple, ya
que los derechos y obligaciones que surgen del mismo no pueden someterse a plazo o
condición, de tracto sucesivo, por cuanto sus obligaciones se deben cumplir
mientras perdure el matrimonio, y finalmente, en la actualidad, el entendimiento
igualitario constitucional permite advertir que el matrimonio tiene una condición
de diversidad en sus contrayentes.

De acuerdo pues con su régimen jurídico especial, el contrato matrimonial produce


dos tipos de efectos: 1. los efectos de orden personal, que tienen que ver con los
derechos y obligaciones que surgen entre los cónyuges y en relación con los hijos;
y, 2. los efectos de orden patrimonial, consecuencia de la existencia de la
sociedad conyugal o comunidad de bienes que se forma con ocasión del matrimonio.

Por ser relevante en el presente caso, en relación con los primeros efectos en
mención, desde el momento de la celebración del matrimonio y durante todo el
tiempo de ejecución del mismo, con pleno consentimiento y conocimiento previo, los
cónyuges se obligan recíprocamente a guardarse fe y fidelidad, a cohabitar, a
ejercer en condiciones de igualdad la dirección del hogar, a socorrerse y a
ayudarse mutuamente en todas las circunstancias de la vida (Arts. 176 y ss del
CC).

14
SU – 080 de 2020
19/05/20
LA DISOLUCIÓN DEL
MATRIMONIO
Ahora bien, el artículo 5° de la Ley 25 de 1992 “por
la cual se desarrollan los incisos 9, 10, 11, 12 y 13
del artículo 42 de la Constitución Política”, que
modificó el artículo 152 del Código Civil, establece
que el vínculo matrimonial se disuelve: 1. por la
muerte real o presunta de uno de los cónyuges, o 2.
Por divorcio. En cuanto a éste último, esa misma ley
modificó dos temas relevantes: de un lado, lo relativo
a la consagración de las causales de divorcio que fija
el artículo 154 del Código Civil, y de otro lado, lo
referente a la legitimación en la causa por activa y
la oportunidad para interponer la respectiva acción
judicial que ponga fin al lazo matrimonial.
Ahora bien, como se indicó, el artículo 6° de la Ley
25 de 1992, modificó las causales de divorcio
establecidas por el artículo 154 del Código Civil. El
texto de esta disposición es el siguiente:

15
SU – 080 de 2020
19/05/20
CAUSALES DE DIVORCIO O
CESACIÓN DE EFECTOS CIVILES
“ART. 154.—Modificado. L. 1ª/76, art. 4º. Modificado. L. 25/92, art. 6º. Son
causales de divorcio: 
1. Las relaciones sexuales extramatrimoniales de uno de los cónyuges.
2. El grave e injustificado incumplimiento por parte de alguno de los cónyuges
de los deberes que la ley les impone como tales y como padres.
3. Los ultrajes, el trato cruel y los maltratamientos de obra.
4. La embriaguez habitual de uno de los cónyuges.
5. El uso habitual de sustancias alucinógenas o estupefacientes, salvo
prescripción médica.
6. Toda enfermedad o anormalidad grave e incurable, física o síquica, de uno
de los cónyuges, que ponga en peligro la salud mental o física del otro
cónyuge e imposibilite la comunidad matrimonial.
7. Toda conducta de uno de los cónyuges tendientes a corromper o pervertir al
otro, a un descendiente, o a personas que estén a su cuidado y convivan bajo
el mismo techo.
8. La separación de cuerpos, judicial o de hecho, que haya perdurado por más
de dos (2) años.
9. El consentimiento de ambos cónyuges manifestado ante juez competente y
reconocido por éste mediante sentencia.”

16
Sentencia C-985 de 2010
19/05/20
CLASIFICACION DE LAS
CAUSALES
Las nueve causales del divorcio han sido clasificadas por la
jurisprudencia y la doctrina en objetivas y subjetivas. Las causales
objetivas se relacionan con la ruptura de los lazos afectivos que motivan
el matrimonio, lo que conduce al divorcio “(…) como mejor remedio para las
situaciones vividas”. Las causales pueden ser invocadas en cualquier
tiempo por cualquiera de los cónyuges, y el juez que conoce de la demanda
no requiere valorar la conducta alegada; debe respetar el deseo de uno o
los dos cónyuges de disolver el vínculo matrimonial. A esta categoría
pertenecen las causales establecidas en los numerales 6, 8 y 9 del
artículo 154 del Código Civil (modificado), las cuales por su naturaleza
han sido denominadas como “divorcio remedio”.
El segundo grupo de identifica como causales subjetivas, que se relacionan
con el incumplimiento de los deberes conyugales y por ello pueden ser
invocadas solamente por el cónyuge ofendido que con su actuar no haya dado
lugar a los hechos que motivan la causal, y debe invocarla dentro de un
término de caducidad, con la finalidad de obtener el divorcio a título de
censura. De allí que se le conozca en la doctrina como “divorcio
sanción”. 
De hecho, la sentencia C-985 de 2010 al referir a este último grupo e
causales, indicó que “la ocurrencia de estas causales debe ser demostrada
ante la jurisdicción y el cónyuge en contra de quien se invocan puede
ejercer su derecho de defensa y demostrar que los hechos alegados no
ocurrieron o que no fue el gestor de la conducta” .

17
Sentencia C – 985 de 2010
19/05/20
LA LEGITIMACIÓN EN LA
CAUSA
La competencia del juez y la capacidad de las partes para
intervenir en el proceso son elementos que deben estar muy
bien definidos en cualquier proceso. En relación con este
último elemento debe existir una correcta integración por
causa activa y pasiva. La causa activa corresponde a la
titularidad del demandante respecto de los derechos
infringidos, la capacidad para actuar en representación de
otros a quienes resulta imposible defender directamente sus
propios derechos, o la capacidad para actuar como apoderado
judicial de acuerdo con los requerimientos legales para el
efecto.
Por causa pasiva es importante resaltar, que permite vincular
como responsable directo de la vulneración de sus derechos
fundamentales a quienes en su parecer son o fueron los
causantes de la violación de los derechos por ellos
reclamados, dejando de lado a quienes realmente sí tienen la
obligación de responder y que por tal motivo deben asumir las
consecuencias de su conducta.

18
Sentencia C – 985 de 2010
19/05/20
LA LEGITIMACIÓN EN LA
CAUSA
El divorcio solo podrá ser demandado por
el cónyuge que no haya dado lugar a los
hechos que lo motivan……….

La distinción entre causales objetivas y


subjetivas de disolución del matrimonio,
precisando que las segundas son las que
pueden dar lugar a que en el extremo de la
relación se encuentre un cónyuge culpable,
quien en aplicación del principio “nemo
auditur propiam turpidudinem”, le está
vedado alegar a su favor la propia culpa.

19
Sentencia C – 985 de 2010
19/05/20
LA LEGITIMACIÓN EN LA
CAUSA
La Corte mediante la SENTENCIA C- 394 DE JUNIO 21 DE 2017 declaró
exequible la expresión “por el cónyuge que no haya dado lugar a los
hechos que lo motivan”, así como la frase “sólo” integrada para
conformar la proposición jurídica completa, contenida en el artículo
156 del Código Civil, porque no desconoce el derecho al libre
desarrollo de la personalidad del cónyuge que incumple sus deberes,
habida cuenta que resulta ser una restricción admisible desde la
óptica constitucional y, por tanto, razonable y proporcionada a la
finalidad que persigue de proteger la familia constituida mediante el
vínculo jurídico del matrimonio.

Al respecto, la Sala planteó como problema jurídico el siguiente:


determinar si el legislador al establecer que la legitimación en la
causa por activa para ejercer la acción judicial de divorcio sólo
recae en el cónyuge que no haya dado lugar a los hechos que lo
motivan, desconoce el derecho fundamental al libre desarrollo de la
personalidad del denominado “cónyuge culpable” (art. 16 de la CP), al
punto de limitar su autodeterminación para definir la continuidad del
vínculo matrimonial, escoger su estado civil y concretar libremente
su proyecto de vida emocional y familiar.

20
Sentencia C – 394 de 2017
19/05/20
LA CONDENA EN ALIMENTOS EN
LA DISOLUCIÓN DEL VINCULO
MATRIMONIAL
Teniendo en cuenta la clasificación de las causales
previstas en el artículo 154° del Código Civil en
OBJETIVAS o de DIVORCIO REMEDIO y en SUBJETIVAS o de
DIVORCIO SANCIÓN, recordemos sus caracteres:
Las Causales Objetivas puede ser invocadas en cualquier
tiempo, por cualquiera de los contrayentes y entrar a
determinar cual de los consortes tuvo la culpa en la
configuración de la causal; en cambio las Causales
Subjetivas, solo pueden ser invocadas por el cónyuge
inocente u ofendido, quien debe alegar y probar la
causal, demostrando la culpa del otro en la ocurrencia
de los hechos que la configuran, se pueden invocar en
cualquier tiempo pero si además de pretender la
disolución del vinculo matrimonial busca la condena en
alimentos o la revocatoria de donaciones, si debe so
pena de caducidad instaurar la acción de divorcio dentro
del término indicado en el artículo 156° del Código
Civil.
21
Sentencia C – 985 de 2010
19/05/20
CONDENA EN ALIMENTOS EN
CAUSAL OBJETIVA DE DIVORCIO
Si la condena en alimentos contra el cónyuge culpable es la sanción
patrimonial propia de una CAUSAL SUBJETIVO O DE DIVORCIO SANCIÓN, es
posible pretender lo mismo si la causal para disolver el matrimonio
es OBJETIVA O DE DIVORCIO REMEDIO?
La Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia mediante
SENTENCIA STC – 442 DE 2019 determinó que pese a que se invoque una
CAUSAL OBJETIVA es posible sancionar patrimonialmente con la condena
en alimentos. La Sala indicó que es deber del juez que conoce los
procesos de divorcio (en particular en aquellos que se invoca una
causal objetiva como la separación de cuerpos de hecho por más de dos
años) auscultar los motivos reales y concretos que dieron lugar a la
ruptura del matrimonio, a efectos de imponer consecuencias
patrimoniales a cargo de quien provocó tal rompimiento de la unidad
familiar.
 
En ese sentido, explicó que la Corte Constitucional estableció que
“el hecho de que uno de los cónyuges, en ejercicio de su derecho a la
intimidad, invoque una causal objetiva para acceder al divorcio no lo
faculta para disponer de los efectos patrimoniales de la disolución”,
por lo que el juez debe evaluar la responsabilidad de las partes en
el resquebrajamiento de la vida en común.

22
Sentencia STC – 442 de 2019
19/05/20
REPARACION DE PERJUICIOS EN
EL DIVORCIO

23
Sentencia SU – 080 de 2020
19/05/20
REPARACION DE PERJUICIOS EN
EL DIVORCIO
Inicialmente la Sala de Casación Civil de la Corte
Suprema de Justicia mediante SENTENCIA STC-10829
DE 2017 determinó que dentro del proceso de
disolución del matrimonio es posible la condena a
la reparación de los daños y perjuicios que por
violencia se le hayan causado al cónyuge ofendido.
Posteriormente esa decisión fue revocada mediante
la SENTENCIA STL-16300 DE 2017 de la Sala de
Casación Laboral, quien manifestó que en caso que
la violencia causada produjera perjuicios, éstos
debían ser invocados y demostrados en un proceso
declarativo separado al de divorcio o cesación de
efectos civiles, por cuanto este asunto no podía
ser de competencia del Juez de Familia, ya que la
ley no le concede a éste competencia para conocer
juicios de responsabilidad civil.

24
Sentencia SU – 080 de 2020
19/05/20
REPARACION DE PERJUICIOS EN
EL DIVORCIO
Tales decisiones fueron Objeto de Revisión por
parte de la Corte Constitucional, la cual
mediante la SENTENCIA SU-080 DE 2020 dictaminó
en primer lugar que dentro de un proceso de
cesación de efectos civiles o un divorcio
relacionado con la causal de “ultrajes, trato
cruel y maltratamientos de obra” (violencia
intrafamiliar), los alimentos, como especie de
sanción, se deben pagar cuando la persona
violentada tenga la necesidad y los requiera
(cónyuge pobre), por cuanto estos se fundan en
la solidaridad. Pero cuando el cónyuge cuente
con los medios económicos no habrá lugar a
este tipo de reparación.   

25
Sentencia SU – 080 de 2020
19/05/20
REPARACION DE PERJUICIOS EN
EL DIVORCIO
En segundo lugar determinó que los Jueces
pueden acudir a incidente para fijar perjuicios
por violencia intrafamiliar dentro de un
divorcio. Concluyó que cuando dentro de un
divorcio o una cesación se demuestre la
existencia de daños, ultrajes, maltratos o
cualquier tipo de violencia intrafamiliar y se
invoque la causal 3ª del artículo 154 del
Código Civil, los jueces de familia deben
acudir a la “Convención interamericana para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer - Belém Do Pará”, que ordena
que los Estados ajusten su legislación para
conseguir procesos ágiles y flexibles que
permitan la reparación de la mujer violentada.

26
Sentencia SU – 080 de 2020
19/05/20

También podría gustarte