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Facultad de Economía
HISTORIA
ECONÓMICA
DEL PERÚ
1. La Periodización del proceso: No fue un buen proceso lineal, sino mas bien
discontinuo
La Rebelión del Cuzco de 1814 fue un episodio de la guerra de Independencia del Perú que implicó la
sublevación de gran parte de la provincia del Cuzco —incluyendo la intendencia de ese nombre y las de
Huamanga, Arequipa y Puno— y parte de la provincia de Charcas. Durante la misma fue proclamada la
autonomía y autogobierno del Cuzco, tanto de cualquier poder extranjero como del Virreinato del Perú,
gobernado por el virrey José Fernando de Abascal y Sousa.
El origen de la rebelión fue la reclamación sostenida por miembros del ayuntamiento del Cuzco para
instalar la diputación provincial cusqueña, y autónoma del gobierno virreinal de Lima, según lo que
preveían las Cortes de Cádiz de 1812 (hasta la Restauración absolutista en España), pero que el tribunal de
la Real Audiencia del Cuzco resolvió contrariamente dando orden de prisión sobre los reclamantes. Los
hermanos Angulo, miembros del cabildo del Cuzco, huyeron el 3 de agosto de 1814 y encontraron apoyo en
el cacique Mateo Pumacahua para formar una Junta de Gobierno del Cuzco. Bajo el mando de José Angulo
se organizaron tres expediciones: la primera tomó la ciudad de La Paz; la segunda dirigida al norte asaltó
la ciudad de Huamanga; la tercera, al frente de Pumacahua, ocupó Arequipa.
LA REBELIÓN DE PUMACAHUA Y LOS HERMANOS ANGULO
CUZCO 1814
El estallido de la revolución de Pumacahua y los hermanos Angulo en 1814, en comunicación con otros
movimientos insurreccionales en el sur del continente, representó un nuevo desafío económico a la
estabilidad del régimen colonial. Y frente a la absoluta carencia de fondos se apeló, como de costumbre, a
las corporaciones de la capital. Así, en 1814, el Gobierno solicitó un crédito al Consulado para enviar
1.500 soldados a Arequipa, con el objetivo preciso de sofocar la rebelión de Pumacahua en aquella ciudad.
Nuevamente, en 1815, fueron tocadas las puertas del Consulado para solicitar cuatro préstamos que
montaron en conjunto un poco menos de 700.000 pesos
LA REBELIÓN DE PUMACAHUA Y LOS HERMANOS ANGULO
CUZCO 1814
Una vez agotadas todas las fuentes posibles de ingresos, el virrey se vio obligado a solicitar el consejo de
una nueva comisión independiente conocida como Junta de Arbitrios, constituida por el arzobispo de Lima,
el intendente de la capital, el prior del Consulado, dos comerciantes, el alcalde, el síndico, el director del
Tribunal de Minería, los factores de la Compañía de Filipinas Pedro de Abadía y Juan Bautista de
Oyarzabal, el deán de la catedral, los directores de la aduana de Lima y del estanco de tabaco, para
formular una propuesta de arbitrio destinado a solucionar la pavorosa caída de ingresos del Estado. En
ella, planteó un vasto conjunto de medidas, dentro de las cuales destaca un nuevo impuesto que sorprende
por su grado de modernidad.
LA REBELIÓN DE PUMACAHUA Y LOS HERMANOS ANGULO
CUZCO 1814
• Aumento de la alcabala del 6 al 7%.
• Incremento del almojarifazgo del 3 al 4% y aplicación de una tasa de 6% a
los artículos importados y 2% a los exportados, que hasta entonces estaban
libres de derechos, y la subida de la tasa para los productos importados
desde Panamá a un nivel de 20% para los permitidos y 16% para los
prohibidos.
• Instauración de un impuesto de 7% al trafico de cabotaje de productos que
habían estado previamente exentos de derechos, como jabones, pitas, lanas,
cordobanes y textiles producidos básicamente por las comunidades
El plan de 1815 incluía indígenas. Los vinos pagarían 6% de alcabala y 3% de almojarifazgo,
los siguientes puntos: mientras que las piedras de sal de Huacho pagarían 2 reales por cada una.
• Instauración de una contribución a todos los locales públicos que brindaran
algún tipo de servicio como fondas, cafés, tambos y casas de hospedaje.
• Imposición de un gravamen a todos los coches que circulaban por la capital.
• Establecimiento de un empréstito patriótico para solventar los gastos de la
guerra
• Establecimiento de un impuesto sobre la propiedad predial urbana a una
tasa de 5%.
LA REBELIÓN DE PUMACAHUA Y LOS HERMANOS ANGULO
CUZCO 1814
Esta serie inopinada de medidas tributarias, que combinaba impuestos de aduana, contribuciones directas,
indirectas y de capitación (el regreso del tributo), muestra claramente a un Gobierno desesperado, que
trataba de extraer hasta el último resto de una olla casi vacía para obtener recursos de cualquier índole.
De todas estas iniciativas, la más redituable fue la imposición de sobretasas a los productos chilenos que,
en conjunto, podía aportar un poco menos de un cuarto de millón de pesos
Más importante por su significado era, sin lugar a dudas, el impuesto que gravaba con una tasa fija la
posesión de predios rústicos y urbanos. La novedad de esta contribución fue su naturaleza directa y
progresiva, pues recaía básicamente en las clases propietarias cuyas riquezas estaban conformadas por
bienes inmuebles.
LA REBELIÓN DE PUMACAHUA Y LOS HERMANOS ANGULO
CUZCO 1814
Y, a diferencia del fracasado proyecto de catastro del marqués de Ensenada que no pudo ser llevado a la
práctica por la reticencia de la aristocracia española demasiado encadenada a los valores y privilegios
estamentales del Antiguo Régimen, la aplicación de esta contribución territorial sí fue efectiva en el Perú,
pues los grupos acomodados no tuvieron más remedio que participar activamente en el sostenimiento del
Estado para evitar el derrumbamiento del orden colonial.
Durante los postreros años del régimen colonial, el Gobierno sobrevivió merced a
una combinación de ingresos fiscales de fácil percepción (especialmente, las
rentas de aduana y el resucitado tributo indígena) y la exacción de los grupos
acomodados dentro de una lógica de economía de guerra.