Editado por: Dervis Granadillo y Nereyda Carrero Ciclo del Desarrollo Humano de la Persona
Pre-Natal Primeros Pasos -
Infancia
Pre-Adolescencia - Adolescencia
Edad Adulta Intermedia Edad Adulta Temprana
Ciclo del Desarrollo Vital Según Erikson
La persona asimila de sus padres
muchos patrones de conducta
Los patrones de conducta que tuvieron con
nosotros, afectan la manera como nos relacionamos con los demás y especialmente con Dios como persona
Erikson demostró que el desarrollo que no se tuvo antes
se puede tener después, y que todo se puede sanar: “Hay poco que no se pueda remediar después, y mucho que se puede prevenir completamente” Ciclo del Desarrollo Vital Según Erikson La persona se desarrolla de acuerdo con etapas jerárquicas, organizadas en el tiempo, desde la infancia hasta la vejez, integrando en cada etapa los niveles biológico, psíquico y social, así como las cualidades y las carencias de las etapas anteriores
La cuestión es encontrar un sano equilibrio entre usar en
exceso las cualidades de cada etapa ó no utilizarlas en absoluto Ciclo del Desarrollo Vital Según Erikson El cambio de una etapa a otra provoca una crisis, en la que se puede dar un proceso de cambio progresivo o un estancamiento, en las estructuras operacionales de la persona
De la resolución positiva de la crisis emerge una fuerza, una
virtud. Y de la no resolución de la crisis, emerge una patología (Maladaptación o Malignidad)
Al entrar en cada etapa de nuestra vida y traer al presente
recuerdos pasados podremos sanar las heridas que subyacen en el interior, no por fuerza de voluntad sino por el poder del amor: “Nosotros amamos porque Dios nos amó primero” (I Juan 4,19) Etapa I: Confianza vs. Desconfianza (0 a 18 meses) En esta etapa podríamos encontrar respuesta a la pregunta: ¿De dónde proviene nuestra fuerza interior?
La confianza: requisito fundamental de la actividad mental y
piedra angular de la personalidad, se deriva de las experiencias del primer año de vida: "Una seguridad plena en los otros y en la propia confiabilidad"
Nace de la certeza interior y de la sensación
de bienestar en lo físico y en lo psíquico, ser acogido, recibido y amado, atención, alimentación, y afectos proporcionados principalmente por la madre Etapa I: Confianza vs. Desconfianza (0 a 18 meses) La capacidad de confianza empieza en el seno materno. A través del tacto los padres pueden entablar un diálogo amoroso con el bebé. Pueden empezar a hacer esto cuando el bebé tiene aproximadamente cuatro meses de gestación y hasta que el bebé ya sea lo suficientemente grande para moverse con libertad, pues el bebé va hacia el lugar donde los papás ponen su mano.
Si los padres se comunican de
esta forma con su bebé todos los días a la misma hora y luego faltan a su “cita” un día, el bebé empezará a patalear, como si estuviera protestando por esta pérdida temporal de comunicación amorosa Etapa I: Confianza vs. Desconfianza (0 a 18 meses) El niño depende de los demás para satisfacer sus necesidades, y aunque tiene recursos para expresarlas, no puede hacer gran cosa para satisfacerlas
Si el niño recibe el amor y los cuidados
que necesita, entonces decidirá que el mundo es bueno y se puede confiar en él
Aprenderá a confiar en sí mismo, porque ve que sus necesidades
(y por lo tanto, su ser) son buenas. Es como si el niño dijera: “Algo bueno sucede cuando expreso mis necesidades. Yo he de ser bueno” Etapa I: Confianza vs. Desconfianza (0 a 18 meses)
La desconfianza se desarrolla en la medida en
que el niño no encuentra respuesta a sus necesidades, dándole una sensación de abandono, aislamiento, separación y confusión sobre sí, sobre los otros y sobre el significado de la vida
El niño desconfiará del mundo y también
de sí mismo, sintiendo que no es bueno. Se culpará a sí mismo y si no son satisfechas sus necesidades, supondrá que éstas son malas Etapa I: Confianza vs. Desconfianza (0 a 18 meses) Aunque un cierto grado de desconfianza es inevitable y significativa desde el punto de vista personal y social para la formación de la prudencia y la actitud crítica
La confianza básica no sólo es crucial
para la salud física, sino para el desarrollo emocional posterior, porque sin éste la persona no puede crecer interiormente despidiéndose del pasado y arriesgándondose a nuevas posibilidades en el futuro Etapa I: Confianza vs. Desconfianza (0 a 18 meses) De la resolución positiva de la antítesis confianza vs desconfianza emerge la virtud de la “Esperanza” que es la fuerza que nutre al niño de una confianza interior de que la vida tiene sentido y que puede enfrentarla
Erikson afirma que la confianza básica no se establece tanto por
la cantidad de amor y atenciones que se le prodigan al niño, sino por la calidad de amor que recibe Etapa I: Confianza vs. Desconfianza (0 a 18 meses) Los padres deben contar con maneras de guiar a través de la prohibición y el permiso y además, estar en condiciones de representar para el niño una convicción profunda de que todo lo que hacen tiene un significado
El niño no se va a traumar a causa de las frustraciones, sino a
causa de la falta de significado social de sus frustraciones Etapa I: Confianza vs. Desconfianza (0 a 18 meses) Consecuencias espirituales: la Confianza y nuestra imagen de Dios
La forma como percibimos a Dios está moldeada por la manera
como nuestros padres nos trataron
Si nuestra imagen de Dios está
lastimada, podemos entrar en un círculo vicioso en el cual oramos pidiendo sanación, pero ésta no se produce porque le estamos rezando a un Dios que únicamente refuerza nuestra herida Etapa I: Confianza vs. Desconfianza (0 a 18 meses) Consecuencias espirituales: la Confianza y nuestra imagen de Dios
Una distorsión de esta etapa podría ser la de concentrar
nuestra desconfianza y desesperanza en nosotros mismos, y, con la confianza y esperanza que nos quede, ver a Dios como un padre rescatador que baja a salvarnos
De esta actitud puede surgir un
desprecio por nosotros mismos y hacia el resto de la creación, esperando pasivamente que Dios nos rescate en vez de trabajar junto con Dios para redimir la creación y hacerla que cumpla su cometido Etapa I: Confianza vs. Desconfianza (0 a 18 meses) ¿Cómo podemos sanar nuestras heridas?
Primero, podemos volver a nuestros recuerdos positivos y
contemplar en ellos la forma como Jesús y otros nos han amado. Luego podemos concentrarnos en nuestros recuerdos negativos y traer a Jesús dentro de ellos, con su inmenso amor por nosotros, agradeciendo por quien nos cuidó de pequeños, de lo contrario, no habríamos sobrevivido