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“El deber de todas las cosas

es ser una felicidad”


Jorge Luis Borges
Diferencias y semejanzas

- Querer dar a luz un texto escrito (cuento, poesía,


microrrelato, novela)

- Querer ser un/a escritor/escritora


2 modos de lectura
¿Qué efecto tiene en mí este microrrelato?
Vs
¿Qué cosas le cambiaría?

A tener en cuenta
• ¿Qué efecto quiero yo lograr con ese microrrelato?
• Desarrollar un sentido propio de la propia estética
Intrusa/Secreto

Desde calles desconocidas, los pasos se detienen al otro lado de la


cama.

Diana Perico
Pozo
Cuando era más pequeño, descubrí un pozo en la mitad del bosque que
quedaba detrás de mi casa. Solía jugar a que una bruja había quedado
atrapada allí durante los juicios de Salem, y nadie había ido nunca a
sacarla. Poco a poco dejé de ir al bosque, cuando comencé a ir al
instituto y preocuparme por las chicas. Recordé todo eso cuando mi
hija más pequeña, habiendo cumplido 5 años la semana pasada, me
dijo “Papá, papá, la mujer del pozo me ha preguntado que cuando la
visitarás de nuevo”.
Mateo Guzmán
El pozo
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.
Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la
circunstancia de la familia numerosa.
Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel
pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse.
En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el
interior.
"Este es un mundo como otro cualquiera”, decía el mensaje.
Luis Mateo Díez
Ella se levantó más temprano. Él estaba acostumbrado a recibir cada
mañana un regalo, y sin sospecharlo, recibió su ausencia.

Karol Liliana Colmenares


La silla
Durante sus últimos segundos de consciencia, Carlos pensó que la viga
no sostendría su peso, que la soga era muy delgada, pero sobretodo,
que aquel que pateó la silla en la que estaba de pie se veía
sospechosamente parecido a él. Sólo que él nunca había sonreído de
esa forma.

Mateo Guzmán
Sueño
David soñó que el tiempo era una esfera de nieve. Lo veía caer con
delicadeza, encima de cada uno de los diminutos seres que habitaban
dentro del juguete. En el momento en el que cayó en cuenta que el
tiempo no lo afectaba, se sobresaltó y dejó caer la esfera. Cayó y cayó
durante eones, y cuando por fin se estrelló contra el piso, el tiempo se
detuvo para siempre.
Mateo Guzmán
Prohibido comer

Migas de galleta caen con silenciosa violencia sobre las hojas


El libro cerrado es llevado al anaquel por las manos de un bibliotecario
Perturbado está el delicado ecosistema del libro, de todos los libros
Quién sabe cuándo se abrirá de nuevo
Entretanto microscópicos animales de pesadilla nacen entre las letras

Diana Perico
Riesgo biológico

Gotas de café negro se amplificaron como ojos dilatados en el papel


Trasmutando las palabras, borroneando las líneas, estirando los significados
El libro cerrado sobre la mesa del café es ubicado en el anaquel junto a otros
que bien podrían ser tratados de historia o novelas de amor y dudas
Perturbado está el delicado ecosistema del libro, de todos los libros echados
a perder por accidente
Quién sabe cuándo se abrirá de nuevo
Entretanto microscópicos animales de pesadilla nacen entre las hojas
Diana Perico
El deceso
Estaba sentado en su viejo escritorio, por alguna razón macabra y
mágica a la vez le quedaba solo un poco de tinta para su pluma y solo
un sorbo de whisky para su garganta.
Casualmente, a medida que iba terminando la canción de The Beatles
que sonaba en su tocadiscos, vertía el trago sobre su boca agotándolo.
Procedió después a tomar su pluma y escribir en una agenda en letra
grande y una caligrafía perfecta: T W I T T E R. Después de esto, se
desvaneció.
Cristhian Ayala
El piso negro
Siempre me he preguntado sobre el ultimo piso negro de ese edificio
que siempre veo en el horizonte, que a diferencia de los otros pisos
pareciera que no tiene divisiones, como si fuera un lugar común
completo.
Fijo mi mirada en ese piso y de repente veo un destello y escucho un
disparo, no me lo esperaba.

Cristhian Ayala
Nada cambia
Rey es un ángel que está de paso por la tierra. Jugábamos casi todos
los días, corría enérgicamente para alcanzar la pelota, pero no le
gustaba devolvérmela. Siempre quería que fuera tras él a quitársela.
La última vez que jugamos fue en agosto, después de casi diez meses
sin hacerlo. Hoy Rey regresa a casa a jugar, Dios le ha lanzado la
pelota. Antes de ir por ella, me mira como despidiéndose, pero yo le
digo: No te despidas que seguimos jugando, voy tras de ti.
Cristian Molina
Alegre despedida
Jajajaja y todos alrededor reían apoteósicamente.
Y yo giré y me di cuenta que mi madre yacía en el frió suelo de la acera.

Germán Ayala
SE FUE/Sin título
Luego de esa gran confesión, aún con la
voz ronca y cansada , fue apagando sus
ojos para siempre.

Elizabeth Vera
CITA INCUMPLIDA
Saludé a Mónica, no sé por qué sentía molestia con ella. Con
la que debía estar enojada era con Norma, su hermana, la
pelirroja, la que me plantó en el Centro Comercial el pasado
domingo.

Mónica, con su atuendo negro de pies a cabeza y muy dulce


me cuestiona por qué mi enojo. Con desdén le pregunté ¿Y
su hermana? La enterramos el sábado, luego de un silencio
sepulcral
Elizabeth Vera
No le era fácil manifestar su amor. Aún así, de manera implícita, hasta
en el más mínimo detalle, lo expresaba.

Karol Liliana Colmenares


Mostrar y decir
• "Silvia está contenta“
• “Silvia no para de reir”
Mostrar y decir
• "Pedro era pobre“
• "Pedro vestía harapos, dormía entre cartones y se alimentaba de
mendrugos y sardinas"
Mostrar y decir
Juan era un hombre gris y antipático, pero a Marta le parecía un auténtico caballero. Por fin,
un día la invitó a cenar. Marta sintió que la felicidad la embargaba y se arregló lo mejor que
pudo para parecerle atractiva. Pero cuando, nerviosa, se dirigía al restaurante donde habían
quedado en verse empezó a dudar de la finalidad de la cita y un miedo terrible a hacer el
ridículo la invadió.

Juan tenía siempre el semblante sombrío. Ante cualquier pregunta, respondía con
monosílabos o sencillamente se hacía el sordo. Jamás miraba a los ojos de su interlocutor, y
su sudorosa mano se aflojaba como una esponja cuando se veía obligado a estrechar la de
un nuevo compañero de trabajo. Su vida se repartía entre su casa y la oficina, y los fines de
semana los dedicaba a leer periódicos atrasados en su sofá de toda la vida y a tomar
cervezas delante de la televisión.
Juan no caía bien a nadie, excepto a Marta, quien veía en él a un auténtico caballero. Por fin,
un día la invitó a cenar. Marta enrojeció al escuchar sus palabras; el corazón le latió con
fuerza y no pudo evitar que una sonrisa insegura asomara a sus labios. Tragó saliva y
acordaron el encuentro

Ejemplos tomados de Samaniego relata, elaborados por José Pabón Cajiao

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