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La batalla de Tarapacá
Aguirre Jaramillo, 1926
El repase
Ramón Muñiz, 1888
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¿Qué ideas de nación fueron construidas
producto de la guerra con Chile?
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Planteamiento del nacionalismo en
contexto de guerra
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Nación y escritura
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Análisis de dos textos marginales*
▪ Recuerdos de la campaña de la Breña de Antonia Moreno de
Cáceres (escrito por Hortensia Cáceres Porras, hija, y publicado
en 1953 parcialmente y en 1974 la versión íntegra)
▪ Las memorias de Ambrosio Salazar escritas por Juan P. Salazar
(primera edición en Huancayo, 1918; conservadas por Lorenzo
Alcalá Pomalaza, un profesor huancaíno, y entregadas en 1974 a
Felipe de la Barra [director del CEHM], con prólogo de 2001 del
mayor EP Eduardo Mendoza Meléndez)
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División de trabajo
1. Nación, héroes y pueblo
2. Espacio doméstico y sentimientos
3. Linaje y cortesía
4. Civilización y barbarie
5. La ambivalencia de los indígenas
6. Rabonas
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1. Nación, héroes y pueblo
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2. Espacio doméstico y sentimientos
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2. Espacio doméstico y sentimientos
“Algo que sí es posible detectar en el siglo XIX es que lo que Butler denominaría el “acto
performativo” de la masculinidad tiene como marco varios espacios principales: la oficina de
trabajo, los centros homosociales (clubes, tabernas, cafés, cenáculos letrados), la calle y el
hogar. Todos estos espacios estaban asociados en la imaginación histórica del siglo XIX con
valores diferenciados que establecen entre sí una relación conflictiva. Mientras que en las
fraternidades viriles se enfatizaba la colaboración entre hombres y la solidaridad
homosocial, en el mundo del trabajo el self-made man abrazaba una ética competitiva e
individualista; mientras que en el hogar el paterfamilias debía actuar con ternura y
benevolencia, en el campo de batalla su actuación heroica dependía del coraje, la agresividad
y la fuerza física. Cuando John Tosh desmiente la idea de un yo estable basado en una sola
sustancia identitaria, lo hace proponiendo un sistema de identidad casi esquizofrénico en el
que un mismo sujeto puede ser padre benévolo en el hogar y un soldado asesino en el campo
de batalla” (Peluffo & Sánchez Prado, 2010, p. 14)
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3. Linaje y cortesía
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4. Civilización y barbarie
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4. Civilización y barbarie
“Es a través del discurso romántico que las mujeres, como grupo
social diferenciado, encontraron posible liberarse de tres siglos y
medio de anonimato intelectual”. Esto implicaba para las
escritoras moverse en una ideología en la que la mujer era
caracterizada por su “amorosa obediencia” y “blanda sumisión”
(Denegri, 2018, p. 58).
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5. La ambivalencia de los indígenas
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5. La ambivalencia de los indígenas
“En el proemio a Aves sin nido (1889) el sujeto literario afirma que quiere establecer
una relación “horizontal” con los indígenas a quienes ve como “hermanos que sufren
explotados en la noche de la ignorancia”. Lo que une a indígenas y mujeres en el
ideario mattiano es su exclusión de lo que Matto de Turner llama el “palacio
encantado del saber, del trabajo y de la fortuna” (Boreales 250). Aunque a nivel
explícito el sujeto de la enunciación invoca en este prólogo una retórica fraternal
que busca “horizontalizar” las diferencias entre las razas, la propuesta se contradice
con una ideología maternalista, de corte más vertical que horizontal. Más que como
“hermanos” de las élites criollas, los indígenas son incorporados a la familia-nación
de forma infantilizada, como “hijos adoptivos” de un ángel de caridad que los educa,
acultura y civiliza desde el ámbito del hogar” (Peluffo, 2009, p. 6-7)
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Caso Tomás Laymes
La movilización de guerrilleros como Laymes "desbordaba [ ... ) claramente los límites que la sociedad
terrateniente imponía a la acción autónoma de los indígenas, expresando un potencial revolucionario aún
confuso y larvario, pero no menos amenazador, por ello, para los intereses de la elite regional" (Manrique 1981,
p. 361).
“Ya para comienzos de 1884, las faccionalizadas elites peruanas habían comenzado a dejar de lado sus
diferencias y cerrar filas contra la creciente amenaza de la anarquía rural en la Sierra Central. En junio de ese
año, Cáceres le dio la espalda a sus propios soldados campesinos para forjar alianzas tácticas con Iglesias,
acomodándose al Tratado de Ancón. La guerra civil había terminado. Cáceres podía capitalizar sus heroicos
esfuerzos en la resistencia, pero sólo si apostaba por los oligarcas costeños y hacendados serranos. En
particular necesitaba de estos últimos en su propia provincia de Junín, para que respaldaran su puja por el
poder y para ganárselos debía aplastar a las guerrillas que alguna vez habían defendido a la nación en nombre
suyo. Hizo esto con un gesto brutal. En julio de 1884, apenas un mes después de que aceptara cumplir con el
infame Tratado de Ancón, Cáceres capturó, juzgó y ejecutó en la plaza de Huancayo a Tomás Laimes, un jefe
guerrillero y sus tres asistentes” (Larson 2002, p. 31)
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Caso Tomás Laymes
Lo primero que habría que decir es que Cáceres nunca llegó a forjar "alianzas tácticas" (como dice Larson) con
Iglesias […]. De hecho, al revés de lo que dice Larson, la guerra civil no había concluido, sino que comenzaba un
largo y violento proceso de lucha entre peruanos que terminaría recién con la toma de Lima por Cáceres en
diciembre de 1885. También hay que señalar que Cáceres no "apostó por los oligarcas costeños", sino que
mantuvo fuertes vínculos con destacadas personalidades del medio limeño, muchas de ellas civilistas […] Como
han precisado Florencia Mallon y Nelson Manrique, hay por lo menos una evidencia documental de julio de
1884 -el mes de la ejecución de Laymes- de que Cáceres buscaba una reaproximación con los terratenientes,
favoreciéndolos en la recuperación de bienes que habían pasado a ciertas comunidades en el desorden de la
guerra […] Es claro que el complejo tema del nacionalismo campesino, superficial o auténtico, es el elemento
que aparece asociado claramente a la movilización campesina promovida por Cáceres. En sus declaraciones,
Laymes aparece hablando con un lenguaje prestado e inauténtico, que busca encubrir sus crímenes y su
resistencia a ser encuadrado dentro de las estructuras jerárquicas que tenían en su cumbre a Cáceres y a los
otros jefes del Ejército del Centro. En otros casos, el nacionalismo es claramente consistente o, por el contrario,
deja paso a actitudes más asociadas a los odios de castas. (Pereyra Plasensia, 2004, pp. 153-158)
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6. Rabonas
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Conclusiones
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