Para decir que existe un circuito eléctrico cualquiera,

es necesario disponer siempre de tres componentes o

elementos fundamentales:

Una fuente (E) de fuerza electromotriz (FEM), que

suministre la energía eléctrica necesaria en voltios.

El flujo de una intensidad (I) de corriente en amperes.

Una resistencia o carga (R) en ohm, conectada al

circuito, que consuma la energía que proporciona la
fuente y la transforme en energía útil.

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 Si no se cuentan
con estos tres
componentes, no se
puede decir que
exista un circuito
eléctrico.

Los circuitos pueden

ser simples, como el
de una bombilla de
alumbrado o
complejos como los
que emplean los
dispositivos
electrónicos.

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 Fuente de alimentación: Proporciona la energía
eléctrica necesaria para el funcionamiento de
todos los consumidores del circuito. Ejemplo: pila,
batería, generador, etc.

Carga, receptor, consumidor: Transforma

la energía eléctrica en otro tipo de energía.
Ejemplo: luminosa, térmica, mecánica. etc.

Interruptor: En líneas generales, un interruptor

es un dispositivo de control, utilizado para cerrar
y abrir el circuito eléctrico.

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Cables conductores: Conducen la corriente eléctrica desde
la fuente hasta el consumidor.

Fusible: Dispositivo
que protege a los
componentes de la
instalación, de las
consecuencias de un
cortocircuito o de una
sobrecarga (incendio o
destrucción de los
elementos).

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Cortocircuito: Ocurre cuando por casualidad en un circuito
eléctrico se unen accidentalmente dos conductores de
diferente polaridad, entonces, la resistencia en el circuito se
anula y el equilibrio que proporciona la Ley de Ohm se pierde.

El resultado, una elevación brusca de la intensidad de la

corriente y un incremento violentamente excesivo de calor en
el cable.

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La temperatura que produce el incremento de la intensidad de
corriente cuando ocurre un cortocircuito es tan grande que
puede llegar a fundir el cable en los puntos de falla, derretir el
forro aislante de los cables, quemar el dispositivo o equipo de
que se trate si éste se produce en su interior, o llegar, incluso,
a producir un incendio.

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Sobrecarga: Elevación brusca de la corriente, superior a la
que los componentes del circuito pueden resistir en
condiciones normales de trabajo. Comúnmente las sobrecargas
se originan por exceso de consumidores conectados en la
instalación.

Las sobrecargas producen calentamiento excesivo en los

conductores, lo que puede significar las destrucción de su
aislación, incluso llegando a provocar incendios por
inflamación.

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Para proteger los circuitos eléctricos de los “cortocircuitos” o
“sobrecargas", existen diferentes dispositivos de protección. El
más común es el fusible. Este dispositivo normalmente posee
en su interior una lámina metálica o un hilo de metal con bajo
grado de fusión (por ej. plomo, plomo con estaño, plata
alemana).

Cuando el fusible tiene que soportar la elevación brusca de una

corriente, superior a la que puede resistir, el hilo o lámina se
calienta y se funde, el circuito se abre inmediatamente,
dejando de fluir corriente y se evitan, así, males mayores.

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