LUZ MARY HERRERA -UMB 2018 Psicología del adulto del anciano Laslett apunta que el establecimiento de una edad para la vejez es una construcción social, que solo parcialmente está determinada por factores biológicos o psicológicos. Este autor menciona la posibilidad de distinguir 4 etapas del ciclo de vida: la "primera edad", relacionada con la infancia y la juventud; la "segunda edad", vinculada con la vida activa y reproductiva; la "tercera edad" (60-75 años), referida a la etapa activa de retiro; y la "cuarta edad" (más de 75 años), que alude a la fase de declinación, mayor dependencia y deterioro más acelerado. Otros términos que con frecuencia se utilizan son los de edad avanzada, adulto mayor y personas de edad (Chackiel J. El envejecimiento de la población latinoamericana: ¿hacia una relación de dependencia favorable? Encuentro Latinoamericano y Caribeño sobre las Personas de Edad. Santiago de Chile, 8 al 10 de septiembre. 1999). Psicología del adulto del anciano Demencia senil no existe la demencia senil. La vejez, per se, no es causa demencia, ni todas las personas que alcancen una edad avanzada tienen por qué desarrollar demencia de forma ineludible. El envejecimiento ocasiona modificaciones cognitivas (disminución de la velocidad de procesamiento mental, dificultad para mantener la atención en varias cuestiones al mismo, cierto déficit de memoria inmediata, etc.) que no tienen por qué interferir con la capacidad de un individuo para llevar una vida autónoma e independiente (a diferencia de las demencias). Otra cuestión es que la edad sea es el principal factor de riesgo para desarrollar demencia, fundamentalmente de causas neurodegenerativas (la enfermedad de Alzheimer entre ellas), pero las causas serán las propias de la neurodegeneración y no la edad por sí misma. Psicología del adulto del anciano Alzheimer Es una enfermedad neurodegenerativa, de curso insidioso y progresivo, cuya causa aún es incierta y en la que se imbrican factores genéticos y ambientales. Hoy sabemos que las lesiones cerebrales que originarán la demencia (placas de proteína betaamiloide, ovillos neurofibrilares) empiezan a aparecer en determinadas áreas del cerebro 15-20 años antes de la aparición de los síntomas. En su forma típica, los primeros síntomas afectan a la memoria inmediata, a la denominada memoria episódica, con dificultades para codificar y guardar la información. Progresivamente se afectarán otras funciones cognitivas (lenguaje, orientación, capacidad de juicio, etc.) y conductuales, determinando la pérdida de la persona afectada de la capacidad de valerse por sí misma en su vida cotidiana. La enfermedad sintomática suele transcurrir de forma lenta y progresiva a lo largo de 12-15 años, y se verá influenciada por factores que tienen que ver con la propia salud de la persona (enfermedades vasculares cerebrales, medicaciones, infecciones, etc.) y el entorno donde ésta se desenvuelva. Psicología del adulto del anciano Enfermedad de Parkinson Es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por la destrucción progresiva de neuronas dopaminérgicas y la sustancia que producen, la dopamina. La sintomatología, de aparición progresiva, tiene que ver, fundamentalmente, con la falta de coordinación de los movimientos. Característicamente suele aparecer temblor (de reposo, en una mano o pierna), rigidez, amimia (cara inexpresiva), lentitud de movimientos, trastornos de la marcha (encorvados, a pasos cortos, con bloqueos), etc. Es frecuente que los pacientes con enfermedad de Parkinson padezcan depresión y puedan desarrollar demencia. La demencia asociada a la enfermedad de Parkinson tiene rasgos diferentes a la enfermedad de Alzheimer. La memoria suele estar menos afectada que en el Alzheimer, y la presencia de síntomas neuropsiquiátricos (depresión, alucinaciones, delirios, etc.) es más frecuente y precoz. Psicología del adulto del anciano