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DE LA EFICACIA COMO

SIGNO DE HEGEMONÍA
OSCAR CORREAS
EFICACIA EN KELSEN
 La eficacia de un sistema jurídico consiste en el
hecho de que un gobierno consigue ser obedecido.
En tal caso puede plantearse la hipótesis
sociológica de que conseguirá que se observen
otras normas que introduzca en el sistema
jurídico.
 Para Kelsen, la eficacia consiste en el hecho
empíricamente comprobable de que los
ciudadanos ajustan su conducta a lo establecido
por las normas y al hecho de que, en caso
contrario, los órganos del Estado aplican las
sanciones previstas para tal hipótesis.
 Eficacia de las normas: obediencia y aplicación de
las mismas
TESIS DE CORREAS

 El concepto de hegemonía (Gramsci) implica el


concepto de eficacia del derecho (Kelsen).
 Para que exista hegemonía de un grupo social, es
necesario que éste sea capaz de lograr obediencia
con cierto grado de sistematicidad.
 Habrá hegemonía donde se compruebe
empíricamente que existe eficacia del derecho.
HEGEMONÍA COMO “DIRECCIÓN” EN
GRAMSCI

 Eghesthai: conducir, ser guía, ser jefe.


 Eghemoneno: guíar, preceder, conducir.

 Estar al frente, gobernar, comandar, dirigir.


 Eghemonia: término militar. Dirección suprema
del ejército.

 “Gramsci habla de hegemonía como dirección.


Ejercer hegemonía es dirigir.
 Etimológicamente, “Derecho” y “dirigir” tienen el
mismo origen etimológico:
 Dirigir: del latín dirigere (enderezar en una
dirección, alinear, ordenar), disponer cada cosa
en su dirección. El participio perfecto de dirigere
es directus, que significa directo.
 Derecho: viene del latín directus que significa lo
recto o lo rígido. Seguir las reglas, seguir
determinado orden.

 Dirigir quiere decir “hacer hacer”, más que


reprimir cuando se obedece. Dirigir no es “hacer
hacer” por la fuerza, no es el acto de coacción en
sí mismo, así se recurra a él en caso de
desobediencia. Con Gramsci, “dirigir” es
“hegemonizar” los órganos del Estado.
 Dirigir es conseguir que un grupo social haga que
otros actúen de cierta manera. Conseguir que
otros produzcan unas determinadas acciones y no
otras es ejercer el poder.
 De acuerdo con Gramsci, ello es una labor
ideológica, que implica un “convencer”, un educar
al otro, forjando sus acciones conforme a los
intereses del grupo social hegemónico. No hay
ejercicio del poder sin consentimiento por parte
del dominado. La aceptación y la obediencia (que
implica acción) son características de dicho
ejercicio.
DERECHO EN GRAMSCI
 Capta el Derecho en un solo aspecto: el negativo,
el de represión.
 La posibilidad del “hacer hacer”, Gramsci la
adjudica a la ideología. Sin embargo, siguiendo a
Gramsci, el Derecho podemos interpretarlo como
ideológico.
 El Derecho no es únicamente una amenaza de
sanción, también busca un “hacer hacer”,
producir determinados comportamientos. Incluso
la sanción como función de organización del
Estado es un “hacer hacer”.
REVISIÓN DE LA CONCEPCIÓN COMÚN DE
DERECHO

 El derecho no es algo meramente objetivo, una


“cosa” inerte esperada a ser manipulada.
 El Derecho no es algo que aprendemos a
manipular cuando lo estudiamos y que está por
fuera de los hombres. No es un discurso separado
del jurista, sino que está en el jurista.
 Pertenece a los usos prescriptivos del lenguaje.
Constituye una apropiación del mundo específica
el deber.
 Además, regula su propia producción y amenaza
con sanción o perjuicio especial.
 No existe otro campo ideológico que prescriba
expresamente ciertas conductas requeridas como
obligación universal en determinada sociedad.
 En este sentido, la eficacia del Derecho es la única
que puede indicar de forma precisa la posesión, crisis
o ausencia de hegemonía. Es el único campo
ideológico que permite comprobar empíricamente ello,
a pesar de la dificultad en la práctica de la prueba.
 Si producir una norma es un acto de voluntad cuyo fin
es el ejercicio del poder indicando qué conducta es no
reprimible, lograr la producción de tales acciones es
tener hegemonía.
 El grado de eficacia de la ley corresponde al grado de
hegemonía de un grupo social en específico.
 Toda disputa por el ejercicio del poder, es una disputa
por el Derecho. Todo “movimiento social” tiene
siempre tiene como objetivo, así sea en última
instancia, la producción, la derogación o efectividad
de una norma.
EFICACIA Y HEGEMONÍA COMO PROCESOS

 Eficacia del Derecho y hegemonía son conceptos


que denotan procesos, cadenas de hechos. La
eficacia de una norma implica el hecho que va
desde su producción, hasta el cumplimiento de los
sucesivos actos (otras normas, decretos, etc.) que
la efectivizan o desarrollan, hasta llegar al acto
de su consumación (efectividad de la obediencia a
la ley o su aplicación por parte de funcionario).
 La hegemonía es un proceso de construcción,
cuya temporalidad y espacialidad es relativa.
 Hegemonía es “hacer hacer” a otros por medio del
consenso. El consenso es generar la aceptación
generalizada y activa en una sociedad o sector
social determinado, a partir de los intereses del
grupo social que ejerce el poder. Dichos intereses
(ideología) deben convertirse en sentido común.
El proceso en el que la ideología se convierte en
sentido común (visión de mundo, “filosofía
espontánea”), es complejo.
 El lugar de la educación, en el amplio sentido del
término, y de los intelectuales (burócratas del
Estado, profesores, presentadores de televisión,
cineastas, militares, juristas, etc.) central en la
construcción de hegemonía.
 Como funcionarios de la ideología, los juristas son
los personajes encargados de la eficacia del
Derecho.
DOS PROCESOS DE HEGEMONÍA: ESTATAL Y
CIVIL
 Gramsci distingue conceptualmente entre sociedad
civil y sociedad política.
 Esta distinción es compleja, sobre todo en las
realidades económicas actuales.
 Para el italiano, la sociedad civil cumple la función de
hegemonía y la sociedad política la de dominación.
Esto es problemático.
 Hay un error en no ver al Derecho en su positividad,
como productor de conductas. Ello también impide ver
que la fuerza no puede ejercerse sin la hegemonía en
el mismo aparato estatal (ejercicio de violencia, por
ejemplo)
 Simetría hegemonía-consenso-sociedad civil y
dominio-coerción-sociedad política es relativa y
compleja.
 En Teoría general de las Normas, Kelsen establece el
presupuesto de que cada norma jurídica general es la
ligazón de dos normas:
 Normas primarias (sancionadora): pone como debido
la producción de un acto condicional de coacción por
parte de un órgano judicial.
 Normas secundarias (conductora): establece como
deber una cierta conducta que en caso de ser violada,
pone en funcionamiento la norma primaria.
 Para Kelsen, el elemento central del derecho es la
coerción.
 Kelsen, al igual que la mayoría de juristas, parece en
mente dos personajes centrales del orden jurídico:
legislador y juez. Sin embargo, esta concepción del
Derecho y de su eficacia es limitada y problemática.
 Propuesta de Correas ante la limitación de
Gramsci y Kelsen: Proceso estatal de hegemonía y
proceso civil de hegemonía. Hablar de proceso
implica:
 Que el ejercicio de poder no es en ningún caso, un
acto único ni irrepetible. Nadie detenta la fuerza
por sí solo, ni en una dictadura.
 Ejercicio de poder denota un conjunto muy
amplio de acciones.
 El sujeto que ejerce el poder no se identifica con
un único individuo. Ejercicio de poder implica un
conjunto de conductas ejercidas por un grupo de
actores.
 Lo que hace de varias conductas un “conjunto” y
de varios actores un “grupo determinado”,
depende del enfoque del analista.
 Los procesos estatales de hegemonía son el
conjunto de conductas producidas por órganos del
Estado. Determinado conjunto de conductas
serán parte de un proceso de hegemonía
dependiendo de la interpretación del investigador
como obediencia o aplicación de la norma cuya
eficacia decide investigar.
 Con todo, Hegemonía no se reduce a eficacia de
las normas, aunque los procesos de eficacia del
Derecho son siempre signos de hegemonía.
VALIDEZ Y EFICACIA DE UN SISTEMA
JURÍDICO
 Con Kelsen, la validez de una norma equivale a su
existencia. Norma válida es la producida por alguien
autorizado para hacerlo conforme al procedimiento
previsto en otra norma superior. Dicha existencia (su
esencia) no es un hecho, sino un sentido del hecho, la
existencia ideal de un hecho.
 Ello no niega el hecho de que los hombres guían sus
conductas por valores y que es el sentido de las
conductas las que permiten explicarlas. Las normas
en este caso determinan las conductas y con mayor
razón, las jurídicas.
 Kelsen insiste en la validez como la esencia del
Derecho porque es ella la que permite establecer de
forma específica la manera como lo jurídico se dirige a
la realidad. La norma se dirige a los hombres con el
fin de que materialicen determinadas conductas,
hacerlos hacer (ejercicio de poder).
 El concepto de validez es el que nos permite
establecer si una conducta corresponde a una
relación de hegemonía. Con ello podemos saber si
corresponde a normas existentes o no. El análisis
de los hechos reales deben analizar si tales
constituyen o no el cumplimiento de una norma
para poder indicar si el grupo en el poder
mantiene o no su hegemonía.
 Hay una cadena de validez, que eslabona una norma con
otra superior, hasta llegar a un límite (norma fundante
básica). Estas normas son producidas por el poder
legislativo.
 En Teoría de general de las normas (obra póstuma), Kelsen
afirma que la norma inferior no es simplemente una
deducción silogística de una superior. Así mismo, allí
afirma que la interpretación del derecho y su aplicación (la
labor del juez o determinado funcionario) es un acto político
de creación de derecho. No es un silogismo. En este sentido,
el poder no es una simple deducción racional.
 Incluso en Teoría General del Derecho, Kelsen establece
que se debe evitar la ficción de que una norma jurídica
siempre admite un solo sentido, el “correcto”. Esta es una
ficción usada por la jurisprudencia tradicional para
mantener el ideal de seguridad jurídica.
 ¿Es realmente la obra de Kelsen una obra a-política y
simplemente científica y racional, como se ha planteado en
múltiples ocasiones?
 Cada norma inferior es interpretación de su
superior. Y cada interpretación es un acto
político, una decisión política.
 La validez de una norma inferior con respecto a
su superior, no es una inferencia lógica. Siendo la
validez producto de un acto político, es entonces
el resultado de cierta arbitrariedad. La conexión
entre norma inferior y norma superior no es
meramente lógica.
 El propio ordenamiento jurídico proporciona
procedimientos para acatar normas (recurso de
apelación y reposición por ejemplo). El Derecho
debe tener un “órgano judicial de cierre”. Pero el
mismo Kelsen denuncia dicho procedimiento
puede estar sujeto a arbitrariedad.
 Kelsen salta de toda esta cadena de validez de eslabones
intermedios a la grundnorm, de la cual dice expresamente
que vale, existe, simplemente porque es considerada válida.
Esto mismo puede decirse de las normas intermedias: la
validez de una norma reposa en la validez de una superior,
y ello es una cuestión de hecho, correspondiente a una
interpretación, un acto político, llevado a cabo por algún
funcionario o agente.
 La gran mayoría de ciudadanos desconocen el
nombramiento de jueces y funcionarios y las normas
procesales según las cuales estos actúan. Esta mayoría casi
nunca discute las normas producidas por funcionarios y
jueces. Ello permite conservar la hegemonía.
 En este caso, cada norma es eficaz porque se cumple. Los
que obedecen el ordenamiento jurídico aceptan que las
normas son válidas.
 La validez también es un fenómeno de consenso: aceptar o
no que las normas son dictadas conforme al procedimiento
y por el órgano autorizado. La validez es también signo de
hegemonía.
LA NORMA FUNDANTE
 En la Segunda edición de la TPD, Kelsen afirma que
su grundnorm es una norma supuesta, ficticia que
presupone un acto de voluntad ficticio que establece
esta norma. Es la ficción de que debe ser lo que una
autoridad quiere. No es una norma puramente
pensada, sino que es la ficción de una voluntad. Esta
norma es el sentido de un acto de voluntad ficticio. El
deber (sollen) es siempre el correlato de un querer
(wollen).
 Kelsen establece la necesidad de fingir una autoridad
con una voluntad ficticia, de la cual brota una norma.
 El hombre finge un poder, una voluntad que no existe.
Finge que lo que la autoridad quiere, además debe
hacerse.
 Es decir, de acuerdo con Kelsen: el hombre ama ser
dominado e inventa a sus dominadores.
 La ficción es la siguiente: alguien (sujeto dominado)
autoriza a la autoridad (quien ejerce el poder) bajo la
cual se coloca y se finge autoridad sobre esa
autoridad. Se hace autoridad aunque no lo sea, para
dar autoridad a quien ejerce el poder sobre él. Hay
entonces dos fingidores: el que da autoridad a otro
sobre sí mismo y este que se aprovecha.
 El Estado en este sentido es una personificación del
ordenamiento jurídico, una ficción creada por los
hombres que se vuelve contra ellos, apareciéndoles
como una persona distinta a los hombres mismos.
 La imaginación aquí va más allá de lo empírico y
busca justificar el ejercicio del poder, inventando
dicha justificación. De acuerdo con Kelsen, la única
forma de fundamentar la validez de las normas,
mediante la grundnorm, es por medio de una ficción.

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