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Integrantes :

Hernan Ibarra Hernández


Orlando Martin castañuela Jasso
Martha Herrera Alfaro
Wendy Deyanira Zúñiga González
Bibliografía
Irwin G. Sarason, B. R. (2006).
Psicopatología Anormal : El problema de
la conducta inadaptada . México : Pearson
Education, Inc.
En muy raras ocasiones, dice mi nombre. Con más frecuencia,
simplemente aprieta mi brazo y me mantiene frente a él y sus ojos me
miran fijamente. Su mano todavía es fuerte, su agarre firme. Las
enfermeras me comentan que reconocer mi cara es ahora lo único que
todavía lo conecta con la vida que vivió (Kozol, 2000, p. 27).

El autor Jonathan Kozol describe de esta forma a su anciano


padre, quien por casi 50 años dio clases de neurología en la
Harvard Medical School, y después desarrolló la enfermedad
de Alzheimer
Es una enfermedad de evolución lenta y progresiva, que destruye las funciones mentales
importantes, llevando al paciente a la demencia, un término usado para indicar que el
individuo ha perdido sus habilidades de razonamiento, juicio y memoria, haciéndolo
dependiente de apoyo en sus actividades diarias. El mal de Alzheimer es la causa más
común de demencia, representando más del 60% de los casos. En la enfermedad de
Alzheimer, las neuronas y sus conexiones se degeneran y mueren, causando atrofia cerebral
y deterioro global en la función mental.
La enfermedad de Alzheimer es, por mucho, la causa principal de deterioro mental
entre los ancianos. Aproximadamente cuatro millones de estadounidenses lo padecen.

Este mal es la causa de más de 100 000 muertes por año en Estados Unidos, y está en
cuarto lugar como causa de muerte después de la enfermedad cardiaca, del cáncer y
del derrame cerebral.

El promedio de supervivencia a partir del diagnóstico es de aproximadamente ocho


años. Al parecer este trastorno tiene dos tipos: esporádico y familiar. Mientras que los
síntomas de ambos son similares, el tipo esporádico (en la mayoría de los casos) no
prevalece en la familia, y el tipo familiar sí.

Esta enfermedad representa una gran demanda de recursos para el cuidado de la


salud. Las víctimas de la enfermedad constituyen de 50 a 60% de los 1.3 millones de
personas en los asilos en Estados Unidos y representa más de la mitad de los varios
miles de millones de dólares que se gastan cada año para el cuidado en los asilos.

la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano como en la enfermedad senil, la


destrucción progresiva del tejido nervioso lleva al deterioro del lenguaje, movimientos
involuntarios de brazos y piernas y, en algunos casos, convulsiones. Cuando la
enfermedad se manifiesta sobre todo en la esfera intelectual, es probable que el
individuo experimente gran ansiedad por el deterioro de sus capacidades.
LEVE
MODERADA
SEVERA
Un médico alemán, Alois Alzheimer, identificó por primera vez
la enfermedad que lleva su nombre en 1906. Su paciente, una
mujer de 51 años, sufría de pérdida de memoria,
desorientación y, más adelante, demencia severa. Después de
la muerte de ésta, Alzheimer llevó a cabo la autopsia del
cerebro y encontró las dos características distintivas de la
enfermedad: masas confusas de células nerviosas y fragmentos
de ramificaciones de células nerviosas desintegradas conocidas
como placas (ver la figura 13-5). Debido a que los pacientes
que estudió Alzheimer eran relativamente jóvenes, creyó que la
enfermedad se presentaba en la edad intermedia; el médico y
sus contemporáneos consideraron que los síntomas similares
en personas mayores eran una consecuencia natural del
envejecimiento. En la actualidad, este punto de vista ya se
descartó. Las demencias de la enfermedad de Alzheimer
parecen comprender un proceso patológico específico en lugar
de ser una consecuencia normal del envejecimiento. Los
investigadores han recurrido a muchas fuentes de información
sobre las causas posibles de la enfermedad. Cada vez hay más
razones para creer que los distintos casos de la enfermedad de
Alzheimer pueden surgir de causas diferentes.
Una de las claves de la enfermedad de Alzheimer puede ser cierto tipo de célula cerebral, la célula colinérgica, que
participa en la memoria y el aprendizaje. Esas células liberan un importante mensajero químico llamado
acetilcolina. La acetilcolina desempeña un papel clave en la actividad cerebral. Cuando es liberada por las células
colinérgicas, estimula las células cercanas y hace que liberen otros químicos y éstos a su vez influyen en otras
células. Es evidente que el Alzheimer distorsiona este proceso. Por razones que todavía no se comprenden, las
personas que padecen esta enfermedad en una etapa avanzada pierden hasta 80% de las células colinérgicas en
áreas clave del cerebro. Como resultado de ello, se presenta una reducción dramática de la cantidad de
acetilcolina que se produce en el cerebro. Hay una fuerte correlación entre la magnitud de la pérdida de
acetilcolina o de las células colinérgicas en el cerebro de un individuo y la severidad de la demencia que padece
esa persona. Uno de los puntos de atención de las investigaciones actuales es el desarrollo de fármacos que
aumenten la formación de acetilcolina, prevengan su destrucción o estimulen en forma directa los receptores de
ésta.

El hipocampo, es el área del cerebro responsable del aprendizaje en la memoria, se está estudiando para
determinar el papel que juega en la enfermedad de Alzheimer y en el desarrollo de cambios cerebrales aun antes
de que se observen los síntomas típicos. La palabra hipocampo viene de la palabra en latín para caballo de mar,
porque esta área del cerebro se parece a un caballo de mar cuando se observa en un corte transversal. El
hipocampo humano sólo mide unas cuantas pulgadas de largo y se ve como un pequeño dedo torcido. Además,
sirve como puerta de entrada de información durante el proceso de aprendizaje, porque determina qué
información acerca del mundo debe enviarse a la memoria, y cómo deben codificar y almacenar esta información
otras regiones del cerebro
Por medio de estudios de autopsias, los investigadores saben desde hace tiempo que los pacientes
de Alzheimer muestran muerte progresiva de las células nerviosas en muchas áreas del cerebro.
Imágenes repetidas de resonancia magnética (IRM) han hecho posible desarrollar, en la actualidad,
imágenes del daño de acuerdo con su evolución a lo largo de ciertos periodos. Un estudio encontró
que el porcentaje de pérdida de tejido cerebral en pacientes con Alzheimer progresa de 4 a 5%
cada año, mientras que en los cerebros sanos se pierde sólo alrededor de 0.5% cada año como
resultado de un envejecimiento normal (Thompson y cols., 2003)
El hecho de que la enfermedad de Alzheimer ocurre con
frecuencia en varios miembros de la misma familia sugiere que
existe un factor genético. Clínicamente, los síntomas en estos
casos se parecen a los que se observan en el tipo esporádico,
excepto que los dolores de cabeza antes y durante la
enfermedad caracterizan la variedad de inicio temprano

La proyección de las influencias hereditarias de la enfermedad de


Alzheimer puede revelar marcadores genéticos, y podría permitir la
identificación de factores ambientales que influyen en la edad de inicio y
la evolución de la enfermedad. Sin embargo, la investigación sobre los
aspectos genéticos de este padecimiento se complica por el hecho de
que la enfermedad se presenta tan tarde en la vida, y por ello muchas
personas que pudieran estar destinadas a tenerlo mueren antes por
otras causas.
El efecto de la enfermedad de Alzheimer en la familia Los desafíos que enfrentan las personas que viven y cuidan
a pacientes con Alzheimer son considerables. Algunas de las preocupaciones conductuales más comunes de los
cuidadores respecto de las personas de las que se encargan son las siguientes:

➤ Depresión. La infelicidad y el aislamiento son comunes en los pacientes.


➤ Hostilidad y agresividad. Los pacientes pueden ser egoístas y hostiles.
➤ Desorientación. El paciente se sentirá cada vez más confundido con respecto a las personas, los lugares y el
tiempo.
➤ Vagabundeo. El vagabundeo y la inquietud son problemas comunes.
➤ Ansiedad y suspicacia. Se presentan preocupaciones y pensamientos paranoicos.

Además de buscar las causas del Alzheimer, los investigadores intentan encontrar formas de tratar no sólo a los
pacientes sino también a los cuidadores. Quienes se encargan de las personas con Alzheimer con frecuencia
experimentan un estrés severo.

la enfermedad de Alzheimer demuestra que la sensación de falta de control sobre lo que sucederá más adelante es
muy importante (González-Salvador y cols., 1999). Además, las personas que cuidan al paciente se sienten
aisladas, incapaces de controlar en forma eficaz el estrés continuo, y confundidas por sus propias reacciones. Los
grupos de apoyo y la terapia de grupo pueden ser muy valiosos pues permiten que los familiares expresen sus
sentimientos, sobre todo aquellos que consideran inaceptables (por ejemplo, enojo y desilusión). La oportunidad
de comparar sus experiencias con las de individuos que pasan por la misma situación con frecuencia hace que se
den cuenta de que esos sentimientos son normales y comprensibles.
Las siguientes estrategias de afrontamiento pueden ser útiles para ayudar a los cuidadores de pacientes con Alzheimer:

1. Intentar aumentar las actividades que antes disfrutaban los pacientes y que todavía pueden realizar. Tratar de que
participen en cada una de ellas, quizá con algún otro miembro de la familia o un amigo. Hablar con ellos, rememorar a la
familia, a los amigos y otras actividades.

2. Enfrentar la situación y tratar de razonar con el paciente no funciona. Hacerle sentir seguridad y estar tranquilo pueden
ayudar a reducir la hostilidad. También puede ser útil tratar de distraerlo con preguntas sobre el problema y cambiar su
atención en forma gradual hacia algo distinto.

3. Poner etiquetas a los objetos o pintar con colores clave las habitaciones (como el baño o la recámara) puede aligerar
algunos problemas en las primeras etapas de la enfermedad. Hablar con voz tranquila y hacer que los pacientes se sientan
seguros de dónde están y quiénes son, puede ayudar a aliviar los sentimientos de estar perdido y solo.

4. Mantener la casa ordenada es un aspecto importante para que no exista más confusión ni peligro para el paciente
mientras camina por el que alguna vez fue un ambiente familiar. Las pulseras de identificación y las cerraduras de seguridad
son otros instrumentos útiles para los individuos que se inclinan por vagabundear. Caminar y realizar otros ejercicios físicos
puede ayudar a aliviar esos problemas.

5. En realidad no se pueden manejar los temores y las ansiedades del paciente en forma racional y normal. Puede ser útil
identificar que le asusta, pero no funciona enfrentarlo en forma directa ni decirle que no hay nada de qué preocuparse. Con
frecuencia, es útil desarrollar respuestas tranquilizantes para la situación atemorizante y después distraer al paciente con
otro tema
TRATAMIENTO FARMACOLOGICO
TRATAMIENTO NO FARMACOLOGICO

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