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PEDRO PRADO

(1886-1952)
1. Los Diez (X)

O Origen: Grupo multicultural: Nace de una conversación entre Pedro


Prado y Julio Bertrand:
- J.B.: ¿Habrá gente tan entusiasta?
- P.P. : Quizás unos diez.

- J.B: Me gustaría conocerlos.


O Integrantes: Pedro Prado (escritor, pintor, arquitecto. Premio Nac.
Literatura 1948), Manuel Magallanes Moure (escritor, pintor),Juan Fco.
González (pintor), Julio Bertrand (arquitecto, pintor, fotógrafo), Acario
Cotapos (músico, P.N.M. 1960), Alfonso Leng (músico, P.N.M. 1957),
Armando Donoso (escritor, crítico literario, periodista), Julio Ortiz de
Zárate (pintor), Alberto Ried (escritor y escultor), Ernesto Guzmán
(escritor), Alberto García Guerrero (músico), Augusto D’Halmar (escritor,
P.N.L.1942), Eduardo Barrios (escritor, P.N.L. 1946).
O Descripción: “Somos hombres de nuestro tiempo: vivimos con
las ideas y los sentimientos de la época, nos movemos en el
ambiente actual de una renovación de tendencias artísticas;
no podemos abandonar el contacto con este momento de la
vida en que nos ha tocado actuar”. (Ernesto A. Guzmán)

O Finalidad: “Cultivar el arte con una libertad natural”.

O Casa de los X: Ubicada en Santa Rosa con Tarapacá. Eduardo


Tupper es su dueño; Alberto Ried y Julio Ortiz de Zárate la
decoran: 9 Columnas talladas con los nombres de los
integrantes del Grupo. Piedra del dintel: traída en carreta de
bueyes (!): Juan Fco. González, parado sobre ella, grita:
“¡Carajo, carajo y recarajo!. Estas cosas no las hacían más que
los incas! Estilo: neocolonial chileno: criollismo cósmico.
2. Momento histórico

O Época de contradicciones. La “cuestión social”: Concentración obrera


en las salitreras. Organizaciones de trabajadores. Parlamentarismo >
Inconciencia de la clase gobernante y corrupción política. Pequeños
grupos intelectuales de incipiente clase media (profesores) comienzan
a tener presencia en el mundo social.

O Sistema político: Sólo puedan votar los mayores de edad (21 años) que
sepan leer y escribir (5% de la población). Parlamentarismo: Ministros
y alcaldes son controlados por el Congreso. Oligarquía burguesa y
aristocracia manejan padrones electorales > cohecho y robo de urnas.
Las decisiones se toman en el Club de la Unión, en el Club Hípico, en la
sede de la masonería y en instancias eclesiásticas.

O 1924: Golpe militar (Ibáñez/Alessandri). 1925: Reasume Alessandri >


Constitución nueva > presidencialismo (democracia como régimen
definitivo).
3. Pedro Prado
O Arquitecto: Paisajista urbano: Critica planificación de la ciudad de
Santiago. Diseña Palacio Bruna (Ex embajada de USA).

O Pintor: Director del Museo Nacional de Bella Artes.

O Diplomático: Bolivia, Colombia, Perú, Argentina, Europa.

O Alcalde de San Bernardo.

O Presidente de la Sociedad de Escritores. Colaborador de La Nación y La


Prensa y Babel (Argentina), y en El Mercurio y Atenea (Chile)
O Obra: Flores de cardo, La casa abandonada, El llamado del
mundo, Los pájaros errantes, Alsino, Un juez rural, Camino de
las horas, Otoño en las dunas, Esta bella ciudad envenenada,
No más que una rosa, Las estancias del amor.

O Importancia: Inaugura uso del verso libre (Flores de cardo);


uso magistral del soneto (G. Mistral lo considera el líder de su
generación); sentido de la vida (El llamado del mundo),
vinculación con la naturaleza, exaltación del hombre puro.
Motivos: soledad, infancia, vida del campo, gozo mental.
Naturaleza (verdad y sabiduría) > panteísmo Modernista
(Flores de cardo).

O Premios: Premio de la Academia de Roma (1935) y el Nacional


de Literatura (1949)
Características de su poesía
O Simbolismo, recurso a la parábola,
serenidad, evasión, introspectivo y análisis
del mundo, criollismo social y sentido
aristocrático del arte. Flores de cardo:
privilegia el ritmo interior sobre la rima.
Interés por lo pequeño e irrelevante.
Exacerbada soledad y tristeza.
Poemas:

O Con un lento vagar ensimismado, / sin rumbo


alguno y el deseo ausente / atravieso los
bosques, cruzo un puente, / y sigo entre los
surcos del arado. // Al llegar a la altura del
collado, / veo el milagro de la tarde ardiente: /
un mar eterno surge inexistente, / entre las islas
del país soñado…! // Ante la inmensidad que
me anonada, / absorto en lejanía y
pensamiento, / soy un río rizado por el viento //
que inmóvil al subir la marejada, / transido de
oración y maravillas, / ensancha como un sueño
sus orillas.
O Los largos años de mi vida oscura / buscaron
siempre a la mujer divina; / mi vida ya a su
término camina, / y aún el deseo, sin hallar,
perdura. // Ella ha sido mi miel y mi amargura;
/ la sombra misteriosa que ilumina / el linde de
la muerte que, vecina, / a mi alma en su alma
transfigura. // En ti que fueras si una vez lo
fuiste; / en ti que llegas, si una vez lo eres; / no
sé yo en dónde, pero sé que existe // la
esperada entre todas las mujeres. / En todo
vario amor, sólo él persiste, / y en su espera
inmortal vives y mueres.
O De qué mundo ignorado habré venido, / qué
lenguaje es el mío tan arcano, / que si a alguien
tiendo con amor la mano, / ignora lo que
ofrezco o lo que pido. // Me sé distinto de
mortal nacido: / niño o zagal, maduro ya o
anciano, / no encuentro al alternar, y busco en
vano / ¡y entre tantos! a alguno parecido. //
Sonriendo miran como quien indaga, / sin
comprender jamás lo que yo quiero, / y con tal
inconciencia se me paga // que alejarme, por
último, prefiero. / No hay cosa mía que a alguien
satisfaga: / me siento entre los hombres
extranjero! (Presentar versión musical)
O La rosa inefable: Su belleza tan frágil,
transparente, / parece va a trizarse si suspiro; /
temeroso me finjo indiferente; / apenas hablo,
apenas si la miro. // Más que verla, en el aire
la espiro; circula de mi sangre en la corriente /
con el ritmo de paz de este retiro / moviendo el
corazón desfalleciente. // Belleza de la rosa
indescifrable, / concreción de infinito y de
imposible, / nadie diría que una flor nos hable
// y la rosa ante mi alma, tan sensible, / va
diciéndome siempre lo inefable, / y
mostrándome siempre lo invisible.
O Soneto VI: Todo en mi vida es un presentimiento.
/ Soy como hoja medio desprendida / que ya la
agita, sin llegar, el viento; / una hoja temblorosa
y conmovida. // Amo, sin verla, clara imagen
pura; / y mis ansias, mi angustia y mi tristeza, /
sólo escupen y buscan en la dura / realidad de
la vida a la belleza. // Yo sabré quién espera y
quién me llama, animando el misterio y
escondida, / cuando esta fiebre que a mi ser
inflama, / ciña, por fin, la forma apetecida. / De
amor humano hacia el amor divino, voy
labrando, sin tregua, mi camino.
O Mi verso: Si todo pasa, y el supremo canto / al
amor más profundo, no lo evoca; / si el arte es
pobre, y si la gloria es poca; / y oculto vive en la
sonrisa el llanto; // déjame en la soledad de mi
quebranto. / Mi beso muerto en la sonriente
boca, / en belleza florezca, ¡oh! alma loca, / que
bien sonríe el que sufriera tanto. // Sírvame el
verso sólo como escudo, / y el disfraz de su
extraña arquitectura, / mejor que en la sonrisa
florecido, // lo diga todo mientras quedo mudo;
/ y oculte en su belleza mi amargura, /
dejándome presente y escondido.
O La llave: Llave mohosa en vieja cerradura, / esta
palabra que indeciso trazo, se me resiste, sin
cederme el paso / a mis días lejanos de
ventura. // Terca en abrir, ya nada la apresura;
/ y dudo y pienso si ella no es, acaso, / la misma
llave; que va siendo escaso / el sol que en la
alta duna aún perdura. // Sobrevendrá la
noche, y detenido, / tratando de vencer la vieja
puerta, / estaré de mi esfuerzo tan cansado, //
que no sabré, siquiera, si he venido / a ver una
mansión en que, desierta, no queda ni la
sombra del pasado.
O Convaleciente: Convaleciente, con mi herida
abierta, / recibo el sol en lánguido desgano; /
clama una voz en la mansión desierta, / y el eco
débil la devuelve en vano. // Atruenan golpes
la cerrada puerta / y los dejo sonar, y no me
afano; / ya vuelve aquella voz, y queda alerta; /
retornan golpes de invisible mano. // No
espero ni deseo compañía; no sonrío anhelante
ni desdeño; / se mece mi alma, sin saber, vacía;
// no vivo en la vigilia ni en el sueño. / Me veo
de mí mismo tan lejano, / que no me busco;
¡buscaría en vano!

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