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Beck, J.S. (2005) - Terapia Cognitiva para La Superación de Retos (Situaciones Difíciles en Terapia)
Beck, J.S. (2005) - Terapia Cognitiva para La Superación de Retos (Situaciones Difíciles en Terapia)
A M 1 L IA R
TERAPIA COGMTJVA
PAKA LA SUPERACIÓN
DE RETOS
Judith S. Beck
GrupO; P9ICOI.ÜGÍA
Subgrupo: TERAPIA FAMILIAR
Editorial Gedisa ofrece
los siguientes títulos sobre
gedisa
CJ editorial
Título del original en inglés:
Cognitive the,rapy for challengingproófe
€>2GG5JudithS, Beck
© 2005 The fíyílfürd Press
ISBN: 97S-S4-9784-158-0
Depósito legal: B. 19.822-2007
Impreso por:
Publidísa
Impreso en España
Prroted In Spain
BlBJJOGRAffA . . . . , . . . . , , . . . . . . , . . . , , . . . . . , 371
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Judith S. Beek, doctora en Filosofía, es la directora del Instituto
Beck de Terapia Cognitiva e Investigación, entidad sin fines de lucro
sita en Filadelfla* y profesora clínica aaoeíada de Psicología y Psi-
quiatría en la Universidad de Pensílvania. La doctora Beck dirige
las tres actividades principales del Instituto Beck: educación, aten-
ción clínica e investigación, Actualmente, divide BU tiempo entre la
administración, la supervisión y enseñanza, el trabajo clínico, el de-
sarrollo de programas, la investigación y la escritura. Actúa como
consultora en investigaciones y estudios realizados por varios Insti-
tutos Nacionales de Salud Mental y con frecuencia conduce talleres
de ámbito nacional e internacional sobre diversos temas de terapia
cognitiva. Asimígmos es la responsable del libro Terapia cognitiva:
conceptos básico® y profundizaron f ampliamente reconocido, que ha
sido traducido a doce idiomas; coautora de Cognitive Therapy ofPer-
sonaiity Disorders, Second Editivn y coeditora del Oxford Textbook
ofPsychotherapy. También ha escrito numerosos artículos y contri-
buciones en varios programas de terapia cognitiva. La doctora Beck
es presidenta de la Academia de Terapia Cngnitiva.
11
Prólogo
Bibliografía
Rustí, A, J., A. T., Beck, M. Kovacs y Hollon, 3,, 1977, «Comparativa efíicacy
of cognitive therapy and imipramine íti the treatment of depressed out-
patients», en Cognitiire Therapy and Research, n* 1, págs, 17-37.
15
Soy muy afortunada por tener a Aaron Beck como padre, mentor y
maestro. Por supuesto^ no podría haber escrito este libro sin sus
aportes al desarrollo del campo de la terapia cognitiva. Leer sus
obras compiladas; debatir las investigaciones, la teoría y la práctica
con su persona; observar su tratamiento de los pacientes y sus da-
ses? y revisar casos con él han contribuido a mi formación como prac-
ticante de la terapia cognitiva y como profesora, Al igual que nume-
rosos profesionales y clientes de la salud mental, tengo con el doctor
Beck una enorme deuda de gratitud.
Muchas otras personas han tenido un papel muy importante en
la elaboración de cate libro. En primer iugarf mis principales entre-
nadores, seguidores y críticos; mi madre, Phyllis Beek; mi amiga, co-
lega y mano derecha, Naoroí Dank; mi marido, Richard Busis, Tam-
bién quiero agradecer a mis hijos, Sarah, Dcbbíe y Sams pues
supieron criarse en los muchos años que me tomó escribir este libro;
no saben cuánto he aprendido de ellos.
Además, deseo expresar mi agradecimiento a mis colegas An-
drew Butler, Norman Cotterell, Leslie Sokol y ChriB Reílly, del Insti-
tuto Bock. El hecho de examinar casos a su lado a lo largo de los últi-
mos diez años me ha ayudado a precisar mis ideas y ampliar mis
horizontes. Mi colega Cory Newman me hizo valiosas sugerencias
que enriquecieron el manuscrito, al igual que mi extremadamente
paciente, amable y muy útil editora y amiga Kitty Moore, de The
Guilfbrd Press. Agradezco también a mis pacientes, a los colegas su-
pervisados, a los estudiantes y a los numerosos participantes en los
talleres, que me proporcionaron ejemplos de casos de problemas difí-
ciles*
Identificar problemas
en el tratamiento
$f|M^^
„„..*_-*,. í -. - .^,.,^^^^^11^;.^
: rtíKtf- • . . ,.,i:¿
Andrea, una padfinte e&n trastorno bipolar, trastorno por estrés pos-
irauniático y trastorno de per^onalídati fronteriza, fue dada de alta re-
cientemente del hospital tras un intento de suicidio, Ao^fca de iniciar td
tratamiento con una nueva terapeuta extema» Desde el comienza» An-
drea desconfía de la nueva terapeuta y está tipervigüajito al daño. Se
resguarda, se resiste a fijar objetivos y} en repetidas ucasiones» afirma
que la terapia no puede ayudarla. A menudo se molesta con la terapeu-
ta, le atribuye reacciones negativas contra su. persona y la culpa de can-
sarle sufrimiento, Se niega a hacer las tareas «i el hogar o tomar la me-
dicación que el psiquiatra le ha recetado,
22
Cuando se trata de determinar cuál es la mejor manera de tratar a
pacientes que, como Andrea» presentan numeremos problemas difíci-
les, es importante evaluar sí las dificultades en la terapia están rela-
eiunüdas con las siguientes posibilidades:
Cuando los problemas no son severos, tal vez no aea necesario enca-
rarlos directamente, por lo menos al inicio. George, un estudiante de
secundaria, gesticulaba y ponía en blanco loa ojos al comienzo de sus
dos primeras sesiones de terapia. La terapeuta no reconocía la con-
ducta de George. En cambio, procuró ser suficientemente empalica, a
fin de demostrarle que ella no actuaría como los otros adultos que
controlaban su vida, Le ayudó a fijar los objetivas que él quería lograr?
no necesariamente lo que otros habían previsto para él. Hacia la mi-
tad de la segunda sesión, George pudo comprobar que su terapeuta
tenía mucho que ofrecerle» y BUS reacciones negativas desaparecieron.
Algunos problemas son más bien específicos y aislados, y pueden
tratarse a través de una simple resohición de problemas. Jerry se
molestó cuando su terapeuta ie pidió que completara cada semana
unu lista de control de síntomas. Él y üu terapeuta llegaron entonces
a un acuerdo: Jerry debería dar una puntuación a su estado de áni-
mo en una escala del i al 10. Holly necesitaba saber cómo se las in-
geniaría para que alguien cuidara de sus hijos pequeños y así poder
asistir regular y puntualmente a las sesiones,
24
Otros problemas surgen de manera más evidente en alguna se-
sión en particular y pueden requerir varias soluciones. Cuando el te-
rapeuta de Toni intento ayudarla a evaluar una arraigada creencia,
la paciente era incapaz de ver la situación desde otro punto de vista.
Ante ello, el terapeuta dijo simplemente: «Parece que esta conversa-
ción no nos está ayudando ahora. ¿Qué tal si pasamos al punto si-
guiente?» En el caso de otro paciente, Bob pareció afligido cuando su
terapeuta lo interrumpió por tercera vez, Al comprobar que la aflic-
ción estaba relacionada con las interrupciones, el terapeuta se dis-
culpó y le propuso que hablara de manera ininterrumpida durante
los cinco o diez minutos siguientes. En ambos casos, el cambio de
plan del terapeuta resolvió el problema.
Aveces, el problema afecta a la sesión en EUconjunto* Lucy se
sentía peor hacia el final de la sesión que a su inicio. El terapeuta,
con razón, atribuía esa angustia a la activación continua de su creen-
cia básica en su falta de va Ion Acordaron dedicar los últimos minutos
de cada sesión a conversar sobre uno de los intereses de Lucy (el ci-
ne), de tal modo que pudiera irse de la sesión menos angustiada,
Margaret, por su lado, parecía irritable durante la primera parte de
su sesión de terapia, En respuesta a su queja de que la terapeuta no
tenía mocha empatia, ésta preguntó a Margaret sí le gustaría expre-
sarse de modo más completo mientras ella, la terapeuta, escuchaba
cuidadosamente y se abstenía de resolver el problema hasta casi el
final de la sesión. Una vez más, estos problemas fueron abordados
con rapidez-
Por lo general, un problema permanente que aparece de una se-
sión a otra debe ser examinado y resucito, de tal modo que el pacien-
te desee continuar y avanzar en la terapia. Dean siempre estaba mo-
lesto con su terapeuta porque creía que ella trataba de controlarlo o
subestimarle!. La terapeuta necesitaba pasar más tiempo empatizan-
do con él, hacerlo hablar y ayudarlo a responder a las ideas disftin-
eionales sobre elia y encontrar una resolución del problema respecto
de la relación terapéutica, de tal modo que él centrara más su aten-
ción luego en el trabajo de sus problemas cotidianos fuera de la tera-
pia.
Así pues5 la mayoría de los problemas relativos a la terapia pue-
den resolverse a través de la resolución de problemae, modificando
las cogniciones del paciente o cambiando la conducta del terapeuta,
Cuando los problemas persisten, es importante evaluar una varie-
dad de factores que podrían estar interfiriendo con el tratamiento,
tal y como se describe a continuación.
Si bien algunos problemas persistentes pueden estar relacionados
con el proceso y el contenido de las sesiones de terapia^ otros están
determinados por factores externos. Loe aspectos que considerare-
mos más abajo están incluidos en la lista de control del Cuadro 1.1.
26
Dosis, nivel de atención, modalidad del
tratamiento y tratamiento auxiliar
Aveces, los pacientes no pueden avanzar lo suficiente porque la «do-
sis» de terapia no es la adecuada. Claudia» una paciente muy sinto-
mática, mejoró con una rapidez considerable cuando su terapeuta le
aconsejó asistir a la terapia, en lugar de cada quince días, una vez
por semana- Por el contrario, Janice, una paciente cuyo trastorno de
ansiedad había remitido significativamente, necesitaba una menor
frecuencia en sus sesiones, de tal modo que pudiera poner en prácti-
ca por sí sola las habilidades que había aprendido durante la tera-
pia, sin depender en tan alto grado del terapeuta.
Los pacientes pueden estar recibiendo su tratamiento con un ni-
vel de atención inadecuado. Larry, un paciente desempleado con un
trastorno bipolar de ciclo rápido e ideas de suicidio frecuentes, empe-
oraba periódicamente cuando se lo trataba como paciente externo y
necesitaba un programa de hospitalización ocasional o parcial. Carol
requería de una rehabilitación con internamiento para tratar su de-
pendencia de los estupefacientes antes de pasar a recibir un trata-
miento como paciente extema.
La modalidad de la terapia puede ser asimismo inadecuada para
algunos pacientes. Russell, un paciente con depresión y una patología
del eje II significativa, hizo importantes avances cuando aceptó pasar
de una terapia individual a una terapia cognítíva grupal, Allí sintió
que las experiencias de los otros integrantes del grupo eran similares a
la suya; por lo tanto» sus compañeros tenían un alto grado de credibili-
dad para él y estuvo más dispuesto al cuestionaniicnto de sus pensa-
mientos j al cambio de su conducta. Elaine, que tenía una depresión
leve y angustia, además de algunos rasgos de personalidad fronteriza,
había recibido varias sesiones de terapia individual* Manifestó una
mejoría significativa cuando su novio comenzó a asistir con ella a la te-
rapia de pareja. Lasa, una adolescente rebelde, no se beneüciaba mu-
cho de su terapia individual ^ sobre todo porque tendía a culpar a los
demás y a minimizar su responsabilidad a cansa de sus problemas.
Sin embargo, cuando el terapeuta empezó a alternar las sesiones indi-
viduales con las sesiones familiares, Lisa comenzó a mejorar.
En ocasiones, el terapeuta carece de las competencias especiales
que los pacientes necesitan y, en tal ca&o, puecie recomendarse un
tratamiento auxiliar. Algunos pacientes SG benefician significativa^
mente de tratamientos adicionales, como un aforamiento religioso,
vocación ai o nutricional, Muchos otros se sienten ayudados con el
apoyo y la educación de asociaciones como Alcohólicos Anónimos, al-
guna de sus variantes o distintos grupos de autoayuda.
27
Muchos pacientes^ sobre todo los que han estado tomando medica-
ción durante un período de tiempo, mejoran con una consulta por me-
dicación que puede resultar en un aumento, una disminución o un
cambio de dicha medicación, Joe, tin paciente con depresión severa»
tenía muchas dificultades para dormir. La medicación alivio ese pro-
blema y le permitió avanzar mucho mejor en ia terapia, Shaimonr
una paciente con trastorno de pánico» tomaba una alta dosis de ben™
zsodiazepina, que reducía sus síntomas de ansiedad. No obstante» no
pudo entender del todo que esos síntomas no eran peligrosos hasta
que redujo la medicación, Nancy estaba sufriendo efectos sedantes
colaterales por su medicación antípsicótíca y no era capaz de concen-
trarse suficientemente ni en las sesiones, ni cuando trataba de de-
sempeñar la tarea en el hogar, fuera de la sesión, hasta que se le
cambió la medicación.
Los pacientes también pueden padecer problemas médicos no
diagnosticado® ^ que es necesario tratar. Sí no se han hecho un control
médico reciente, el terapeuta debería recomendárselo, Mark manifes-
taba ansiedad, irritabilidad, pérdida de peso> labilidad emocional y
concentración alterada. Afortunadamente, el terapeuta lo alentó a
que visitara a su médico clínico, quien ¡negó determinó, a través de un
análisis de sangre, que Mark no tenia depresión, sino hipertiroídisino,
Áiexandra también parecía deprimida. Había perdido el interés en ca-
si todas sus actividades, se sentía física y mentalmente causada, no
podía dormir y había aumentado de peso. Su médico le diagnosticó hi-
potiroidisniQ, y sus síntomas disminuyeron cuando se la trató con la
medicación adecuada.
Otros pacientes pueden presentar síntomas que parecen derivar
de trastornos psiquiátricos, pero que en realidad son el resultado de
desórdenes endocrinos, tumores cerebrales, heridas cerebrales trau-
máticas, ataques de epilepsia, infecciones en el sistema nervioso cen-
tral, deficiencias vitamínicas o metabólicas, demencias degenerati-
vas, enfermedades cerebro-vasculares u otras afecciones médicas
(véase Asaad, 1995, para información detallada sobre esta cuestión).
íi^^
29
sáÉi^^
II *S¡ [adopto esta conducta disfunetonal], ¿qué cosas buenas pueden ocurrir?*
ES «si [no adopto esta conducta dísfuncionaf], ¿qué cosas malas pueden ocurrir?*
31
peuta, uomo de pensamientos o creencias disfuncionales de los pa-
cientes.
opiniones
'
Diagnóstico y formulación
Dado que el enfoque de un tratamiento de terapia eognitiva para un
trastorno puede ser muy diferente del que §e adopte para otro, es
fundamental realizar una evaluación clínica detallada de los pacien-
tes que permita efectuar un diagnóstico preciso. Por ejemplo, el tra-
tamiento del trastorno por estrés postraumático difiere en gran me-
dida del tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada.
Es importante, asimismo, formular el caso correctamente. La
cognición más relevante en el tratamiento del trastorno de pánico
es, por ejemplo, la interpretación errónea catastrófica de los sínto-
mas del paciente (Clark y Ehlers, 1993). En la depresión, los pensa-
mientos negativos sobre uno, el mundo y el futuro son ]os aspectos
más centrales a los que se debe apuntar (Beckt 1976), En los trastor-
nos obsesivo compulsivos, es básico no centrarse demasiado en la
modificación del contenido de lo& pensamientos o las imágenes obse-
sivas del paciente, sino modificar su apreciación de sus cogniciones
obsesivas (Frost y Stekettee, 2002; Clark, 2004; McGinn y Sander-
son, 1999). Si un terapeuta emplea un enfoque genérico para los pa-
cientea, sin cambiarlo en función del trastorno de cada uno, es pro-
bable que no progresen suficientemente. Se puede hallar más
información sobre los manuales de tratamiento en www.beckins ti tu-
te,org.
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Los terapeutas también deben conocer los aspectos clave que afec-
tan a los pacientes y a su tratamiento; por ejemplo, su edad» nivel de de-
sarrollo, nivel intelectual, medio cultural, creencias espirituales géne-
ro, orientaciones sexuales, salud física y etapa de la vida, Mia, por
ejemplo, era asiática. Su terapeuta la incomodaba, sin darse cuenta,
cuando cuestionaba su fuerte creencia cultural acerca de la necesidad
de obedecer a los padres. La terapeuta de Janet no comprendía el dolor
que ésta sintió cuando su hijo menor se fue de la casa, y en lugar de cm-
patízar con ella y apoyarla» trata de modificar su pensamiento, lo que
hacía que Janet creyera que estaba equivocada por tener una reacción
humana, normal. El terapeuta de Keíth no tenía en cuenta las dificulta-
des de movilidad y de memoria que, debido a su edad, poseía su pacien-
te, y le sugería tareas para el hogar que estaban destinadas al fracaso.
En ocasiones, resulta evidente, incluso en la evaluación o en la
primera sesión de terapia, que el tratamiento debería ser modifica-
do, Comprender que Andrea, cuyo caso hemos descrito más arriba,
mostraba un trastorno de personalidad fronteriza con fuertes rasgos
de paranoia ayudó a la terapeuta a pensar que esta terapia tendría
que ser diferente de otra con un paciente que estaba atravesando un
primer episodio de depresión y que no tenía ana patología del eje II
significativa.
Eí diagnóstico y la formulación del caso deben ser continuos. Por
ejemplo, un diagnóstico de comórbido puede no ser obvio al comienzo
del tratamiento. Eieanor, una paciente can depresión y trastorno de
pánico, hizo algunos avances en terapia, pero luego se estancó, Hasta
que el terapeuta no se dio cuenta de que también estaba ante un caso
de fofaia social y cómeme a tratarla según ente diagnóstico, Eleanor
no volvió a mejorar. Lo mismo sucedió a Rodney, que al principio mi-
nimizaba su consumo de drogas.
Conceptualización cognitiva
El terapeuta necesita elaborar y afinar continuamente una concep-
tuaMzaeión cognitiva de cada paciente. La conceptualización, que se
describe en el capítulo 2, ayuda al terapeuta (y a los pacientes) en la
comprensión de por qué el paciente reacciona a las situaciones y los
problemas de determinada manera y en la identificación de las cog-
niciones y las conductas centrales que es importante abordar en la
lerapia. Los pacientes pueden tener numerosas dificultades y con-
ductas problemáticas, miles de pensamientos automáticos, varías
docenas de creencias disfutieionales. El terapeuta debe identificar
con rapidez las cogniciones y las conductas que más necesitan -y
más susceptibles son de- cambiar,
Planificación del tratamiento
para cada y de una sesión a otra
Un diagnóstico y una formulación adecuados del caso permiten al te-
rapeuta la elaboración de un enfoque general del tratamiento para el
paciente de una sesión a otra. Una eonceptualiz ación eognitíva preci-
sa, que evolucione constantemente, posibilita al terapeuta concen-
trarse en los problemas centrales del paciente, las cogniciones y las
conductas disñmeíonales en cada eesión. Su dan ejemplos de planifi-
cación del tratamiento en las cesiones a lo largo de todo este libro.
35
matices; realizar las tareas on el bogar; planificar actividades (esta
tarea es particularmente importante para los pacientes depresivos)
y exponerse a sí mismos a situaciones que les causen temor (esta ta-
rea es particularmente importante para loa pacientes con trastorno
de ansiedad}* Los terapeutas cuyos pacientes muestren mucha resis-
tencia a hacer las tareas en el hogar pueden decidir dejar de prestar
atención a todas esas actividades esenciales, cuando» en realidad, de-
berían negociar con sus pacientes para lograr una mayor aceptación
de su parte o ayudarles en la respuesta a las cogniciones dísñincio-
nales asociadas.
39
versión simplificada del modelo eognitivo. Luego, se describen las
creencias básicas, es decir, las creencias más fundamentales que el
paciente tiene sobre sí mismo, los demás y el mundo, junto con las es-
trategias y las suposiciones conductuales. Se ofrece un esquema para
ayudar a los terapeutas a efectuar la coneeptualizaeíóo eognitiva.
Por último, se incluye una descripción pormenorizada del modelo
cognitíw», al lado de secuencias complejas de los pensamientos y las
reacciones de los pacientes ante diversas situaciones.
Situación
La terapeuta le pregunta a Andrea cuates son sus objetivos con ia terapia.
Pensamientos automáticos
^¿Porqué me hace esta pregunta? ¡Es tan superficial! Fijar objetivos no
será de gran ayuda. Mis problemas son muy profundos. Debería saberlo.
¿N0 leyó el informe o!el evaluador? Tal vez piense que soy corno los demás,
No le voy a permitir que me trate asi»
4?
Reacción
Emocional: rabia
Fisiológica: tensión en el rostro, los brazos, los hombros.
: los hombros, evita el contacto visual, no dice nada.
Creencias básicas
«Soy vulnerable» mala o incapaz.»
«Los demás son críticos, duras y superiores a mí.®
4,
Situación
La terapeuta y Andrea analizan (as dificultades
que tiene para organizarse y pagar sus cuentas.
4^
La situación es percibida a través de la lente de las creencias básicas
Pensamientos automáticos
[Mi terapeuta] piensa que soy estúpida,
«¡Cómo se atreve a juzgarme!»
Reacción
Emocional: rafaia
Fisiológica: cierra ios puños.
: te dice a la terapeuta que no [a está ayudando.
41
trata de ayudarla a evaluar uno de sus pensamientos automáticos^
preguntándole: «¿Existe alguna prueba de que, tal ve2, podrías lle-
gar a tener cierto control [haciendo una pequeña tarea en casa]?^»
Andrea llanamente responde «No», con un tono de voz que advierte a
la terapeuta que no debe seguir insistiendo,
El diagrama de conceptual i zaci ó n cognitiva (Bet'k, 1995), en el
gráfico 2.1, describe a Andrea de modo más completo, muestra cómo
ios elementos conceptuales básicos, las creencias básicas, los supues-
tos y los mecanismos de defensa {descritos más abajo) están vincula-
dos unos con otros, tanto a la infancia de Andrea CQJHG a su experien-
cia actual Ese esquema se eicplka de manera más detallada en las
páginas 52-55,
Creencias básicas
Cuando los niños se esfuerzan en darse un sentido a sí mismos, a los
demás y a sus mundos, lo que hacen es organizar conceptos en la men-
te. Activamente buscan un significado y de forma continua incorporan
nuevos datos en los esquemas o modelos existentes. Cuando perciben
la experiencia de su infancia de forma negativa, IOK niños suelen co-
menzar a atribuirse cualidades también negativas, Sí tienen suficien-
tes experiencias positivas significativas, a veces son capaces de verse a
sí mismos de manera negativa, pero en general creen que eEítán bien:
son razonablemente eficaces, agradables y valiosos. Si no tienen
experiencias, comienzan a verse de manera negativa a sí mismos, a su
mundo y/o a las demás personas.
Si esos conceptos negativos empiezan a organizar sus estructu-
ras mentales, loa niños quizá comiencen a procesar la información de
manera equivocada y disíwicíonal, a percibir lo negativo y centrarse
demasiado en ello, a no poder procesar la información positiva. En el
capítulo 3, se describe cómo esa tendencia se arraiga eun el tiempo y
lleva a los niños a un estado de vulnerabilidad como para desarrollar
un trastorno del eje II (Beek etaL, 2004),
Por ejemplo, la infancia de Andrea estuvo marcada por una serie
de experiencias negativas, que solían ocurrir a diario. Su familia era
pobre. Tañía seis hermanos y hermanas. Su padre, alcohólico, abusa-
ba físicamente de Andrea y sus familiares. Su madre era una depre-
siva crónica, los castigaba y era física y emocionalmente hostil, An-
drea fue objeto de abusos sexuales a los doce años por un tío y ai los
trece años por un vecino. No sorprende entonces que Andrea haya co^
menzado a formarse muchas ideas negativas sobre sí mÍBma, los de-
más y su mundo, Por ejemplo, Andrea empezó a creer que era una
DATOS RELEVANTES SOBRE LA INFANCIA
Niña sensible y emocional de nacimiento, segunda de siete hijos, familia pobre.
Padre aleonó l¡co< abusaba físicamente de fa paciente, Madre depresiva, fría, dura.
Abusada sexualmente por un tío y un vecino.
CREENCIAS CENTRALES
«Soy Incapaz,» «Soy maía.
I
SUPUESTOS / ACTITUDES / REGLAS CONDICIONALES
«SI estoy muy alerta a los «Si evito ios efesaf ios» «SI cupo a los demás,
daños que pueden voy a estar bien.* significa que estoy
hacerme, me protejo,* *Sl trato de hacer algo bieo.»
«Sí ba|o la guardia, rne difícil, no voy a ser *Si me equivoco,
hacer» daño.» capaz.» significa que soy mala.*
ESTRATEGIAS DE DEFENSA
Hípervlgllanite a los damas que Evita ¡taeer tareas que Culpa a Igs demás.
los demás pueden causarte. percibe como difíciles.
Hipervigilante a les emociones Evita situ3Ctor>©s en que
negativas, se le puede petíír que
Habla con hostilidad a fos haga algo qua se siente
demás para prevenir la Incapaz de realizar.
hostilidad de éstos.
44
Otros pacientes^ que creen que no pueden ser o que no ^on queridos,
están en condiciones de vincular esa creencia a la idea de la compe-
tencia, Así, creen o temen que nunca obtendrán la intimidad y la
atención que desean. Expresan GSÍÍ idea de la manera siguiente:
«Soy indeseable, a nadie le gusto, soy feo, aburrido; no tengo nada para ofrecer,*
«Nadie me quiere, nadie me ama, nadie me presta atención.*
«Siempre seré rechazado y abandonado; siempre ¥oy a estar solo,*
«Soy diferente, imperfecto, no soy lo suficientemente bueno como para ser
querido,*
Los pacientes que sienten que no son ualiosús pueden expresar esa
idea de las siguientes maneras:
«No soy valioso, soy Inaceptable, malo, loco, estoy pertiído, no valgo nada.»
«Soy dañino, peligroso» el demonio.»
«Wo merezco vivir.*
47
der de forma adaptada a la descalificación que efectúa de sus conduc-
tas y experiencias positivas, así como a identificar y valorar los datos
s sobre sí misma que previamente no había reconocido,
Una razón por la que pacientes como Andrea son difíciles de tratar
es que a menudo hacen las mismas suposiciones sobre su terapeuta
j el proceso de la terapia que sobre las otras personas y las otras si-
tuaciones, y qtie utilizan sus estrategias de defensa nial adaptativas
en el tratamiento, Al comienzo de la terapia, Andrea estaba hipervi-
gilanta al daño y percibía que su terapeuta estaba tratando de dis-
minuirla, por eso respondía de manera crítica y hostil Creía que era
incapaz de mejorar su vida* por ello se resistía ante los intentos de la
terapeuta de que considerara los objetivos de la terapia o de que hi-
ciera pequeños cambios. Andrea también evitaba revelar informa-
ción sobre ella, pues consideraba que si lo hacía, la terapeuta la re-
chazaría,
Los pacientes también expresan las ideas que forman sus supo-
siciones de otras formas, a través de reglas y actitudes. La regla «No
debo revelar mucho sobre mí misma» puede asociarse a la suposición
«Si revelo información sobre mí, seré rechazada o herida^ La acti-
50
tud «Es terrible cometer un error» puede derivar del supuesto «si co-
meto un error, significa que soy incompetente». Suele ser útil deducir
el supuesto en que se basa una regla o una actitud, a fin de probar la
idea de manera más eficaz.
CREENCIAS BÁSICAS
«Soy vulnerable-» «Soy Incapaz.» mala.>
© 1993, Judith S. Beck. Adaptado cte Terapá cognítiva: eortCíptos tásfcúáy£roñj/TdéH0on4 por Jü-
dithS- Beck 1995, GuitfoFd Press.
54
cías del paciente, preguntándole por el significado de sus pensamien-
tos automáticos. Por ello, el casillero del significado está ubicado de-
b^Q del casillero del pensamiento automático. Más adecuadamenté,
el casillero podría aparecer encima del casillero del pensamiento au-
tomático y podría llamarse «creencia que influye en la percepción
que el paciente tiene de la situación»*
En el caso de Andrea, ella cree, desde su infancia, que es mala,
incapaz y vulnerable, ¿Cómo ha llegado a formarse esas creencias?
Los datos que se presentan en el casillero superior dejan claro por
qué comenzó a verse a sí. misma y a los demás de manera tan negati-
va. Creció en un hogar caótico y abusivo. En algún momento del tra-
tamiento, su terapeuta resumirá las experiencias de la infancia de
Andrea y la ayudará a ver que muchos niños que sufrieron el mismo
tipo de trauma que ella pueden haber crecido con creencias extrema©
sobre sí mismos y los demás, pero que esas creencias pueden no ser
ciertas, o no del todo ciertas.
Su terapeuta también le ayuda a entender que, dadas esas creen-
cias tan negativas y disfuncionaleá sería natural, para alguien como
Andrea^ desarrollar algunas estrategias defensivas para seguir ade-
lante. La terapeuta de Andrea revisa sue suposiciones condicionales
para que la paciente pueda comenzar a comprender por qué suele
comportarse de manera disfuncional. Andrea cree implícitamente que
si utiliza sus estrategias de defensa^ estará bien, pero si no las utiliza,
sus creencias básicas se harán evidentes para ella y los demás.
Emoción: angustia
4
Reacción fisiológica: se aceleran los latidos del corazón.
60
de caso 2
Patrick atraviesa una secuencia particular de pensamientos, sensa-
ciones y conductas justo antes de coasumir drogas (véase gráfico 2.5).
Por ejemplo, está en su casa, pensando en qué poco dinero tí en e, y se
siente triste. Se da cuenta de que Je está embargando la tristeza y
61
piensa: «Odio este sentimiento. Sí sólo pudiera tomar un poquito [de
cocaínaK Después^ recuerda la primera vez que tomó cocaína y lo
bien que se sintió. Esa imagen le provoca un fuerte deseo y siente una
necesidad urgente de consumir. Piensa: ^Tengo que conseguir algo.
Una vez no me va a hacer mal". Luego, Patríele concibe un plan para
conseguir cocaína, concentra su atención en el plan y aleja pensa-
mientos que podrían disuadirlo de hacerlo» EntíMce» ejecuta el plan?
consigue la cocaína y la consume. Unas horas más tarde, se siente
muy mal otra vez. Sus creencias de que es un fracasado y eatá fuera
de control se intensifican y lo predisponen a una recaída mayor,
Ejemplo de caso 3
Pamela tiene bulimia. Su conducta de devorar la comida ea típka
(véase el gráfico 2.6). Cuando ha terminado el último turno en la fá-
brica donde trabaja, vuelve a su casa, un apartamento vaeíOj y siente
que no tiene nacía que hacer, «Podría lavar la ropa*» piensa, «pero, en
realidad, no tengo ganas de hacerlo». Comienza a pensar en su fami-
lia y sus amigos^ que viven a Más de una hora de viaje. Se da cuenta
de que está muy sola y piensa: «No puedo soportar esta angustia.
¿Qué hago?», Trata de leer una revista, pero no puede concentrarse.
Piensa: *La comida me calmará, Sé que he comido mucho hoy, pero
me siento demasiado mal, no puedo evitarlo».
Pamela recuerda que hay helado en la nevera. Tiene una imagen
visual y una sensación somática de comer el helado, que es bastante
agradable. La imagen desencadena un fuerte deseo, y Pamela siente
la urgencia de buscar el helado y comerlo. Pasa por alto los pensa-
mientos que la desalientan de ir hasta la nevera y toma la decisión
de comer. Habiendo tomado esa decisión, siente alivio. Coge el cuarto de
helaclo de la nevera y comienza a ingerirlo, Se dice a sí misma que se
detendrá después de unos bocados. Tras varias cucharadas, piensa;
«Sé que tengo que parar después de unos bocados, pero sigo estando
molesta», y continúa comiendo. Aleja los pensamientos que pueden
regular su conducta; en realidad, trata de limpiar su mente de todo
pensamiento. Casi en estado disociado, sigue cucharada tras cucha-
rada hasta terminar el helado, Luego, busca más comida, Tras haber
terminado el atracón, se siente física y emocionalmente muy mal.
Tiene una imagen de ai misma muy exagerada, como inflada, obesa,
Se culpa a sí misma? viciosamente^ por ser tan débil y estar fuera de
control. Sti desaliento se profundiza y se autoriza a vomitar.
Situación 1: en sola, por la noche.
Pensamiento automático'; «Tendría que la ropa, pero no tengo
Me oon {mi familia y mis amigos]».
Emoción: soledad.
j,
Stíuae/órj 2: se da cuenta de que se sola.
i
Pensamiento automático: «No puedo soportarlo. ¿Qué hago?»,
4^
Emoción: angustia.
i
Pensamiento automático: «Lo único me hará sentir mejor es fa
comida*».
¿
Imagen de un helado.
w-
Reacción fisiológica: deseo intenso.
4*
Pensamiento automático; ««Sé que no debería, pero lo voy a buscar»,
4>
Emoción: alivio,
•*
Conducta: toma el helado, come varias cucharadas.
4<
Pensamiento automático; «Debería parar, pero sigo estando molesta».
4*
Conducta: aleja sus pensamientos. Termina el helado, Sigue comsendo otra
comida con muchos carbohidratos y calorías,
4-
Situación 3: se siente físicamente mal.
4-
Pensamientos e imagen automáticos: «Soy tan estúpida. Nunca debería
haber hecho eso*> [imagen de sí misma inflada y gorda).
4r
Emoción: tristeza, desaliento» enfado con sí misma.
4^
Pensamiento automático: «No puedo soportarlo, Tengo que vomitar»,
4^
Emoción; alivio parcial.
4/
Conducta: vomita.
4-
Aumentan sus creencias de que es y de control,
Ejemplo de caso
Maggie, una joven de diecinueve años, tenía una depresión modera-
da y un trastorno de personalidad por dependencia y por evitación.
Vivía cotí sus padres. Su terapeuta conceptualizó acertadamente que
la depresión de Maggie era exacerbada por las críticas frecuentes
que sus padres le hacían. Cuando el terapeuta supo que la hermana
mayor de Maggie, Jen, se trataba de una persona más positiva y es*
taba dispuesta a ayudarla, sugirió que Maggie se mudara a su casa.
Si bien Jen era cálida y positiva, su esposo era más entrometido e
insistió en quo Maggie aceptara nuevos desafíos^ como salir con ami-
gas, buscar un trabajo mejor u ocuparse de sus propias finanzas,
Maggie no estaba preparada para afrontar actividades. Le fal-
taba capacidad para tomar decisiones, resolver problemas, iniciar
conversaciones (mucho menos entablar relaciones nuevas), manejar
sus finanzas y tolerar emociones negetivas.
Como era incapaz de hacer frente a dichas exigencias, Maggie se
angustió cada vez más. Sus creencias de que carecía de capacidad y
de valor se activaron a un mayor nivel y BU depresión se agravó de
modo considerable. Comenzó a sentirse desesperada, pues no se veía
capa^ de llevar una vida feliz, normal, y, por primera vez, empezó a
considerar la posibilidad del suicidio.
69
Arontüiuaeión, se enumeran los trastornos de la personalidad , por or-
den de prevaleneía en muestras de comunidad (Tforgereen, Kringlen y
Cramer, 2001), junto con los correspondientes conjuntos de creencias
(acerca de sí y de los demás), suposiciones, estrategias aobre y subde-
sarrolladas, cogniciones interferentes con la terapia y conductas. Cada
trastorno de la personalidad está ilustrado con un ejemplo específico,
Cmencias los
«Tengo que impresionar a los demás para importarles.»
Suposiciojies Cündicioriales
«Si entretengo a los demás, les voy a agradar (pero si no lo hago, me
vana ignorar)*»
«Si exagero, voy a obtener lo que necesito (sí no, no voy a obtener lo
que necesito de los demás).»
Ejemplo de caso
De niña, Tifíany era el centro de la vida de sus padres y sus abuelos,
Era encantadora y extrovertida. Le agradaba divertir a los demás. Sin
embargo^ la atención intensamente positiva, el reconocimiento y el
trato especial que recibía disminuyeron casi de un día para ei otro
cuando tenía ocho años y nació su hermanito, con graves problemas de
salud. Sus padres, agobiados por el cuidado del bebé enfermo^ la criti-
caban por BUS demandas de atención. Tiffany pasó de creer que era la
más especial y encantadora niña del mundo a creer que no era «nada».
El sentimiento de privación emocional y desatención era bastan-
te doloroso para ella, así que desarrolla estrategias para tratar de re-
cobrar el sentimiento de sentirse especial. Comenzó a tratar de sus-
citar el interés de los demás cada vez que tenía ocasión, a través de
reacciones emocionales y un lenguaje exagerados, participaciones
artísticas (como cantar y actuar en la esencia) ys varios años después,
medíanle un estilo de vestirse y de hablar muy seductores y partici-
paciones en concursos de belleza. Creía que sólo podría ser felk si los
demás la percibían y la trataban de manera especial. Tiffany tam-
bién tendía a sentir las emociones más intensamente que los demás,
En comparación con muchas personas, se ponía eufórica cuando los
demás la alababan o la adoraban,, mientras que sentía un «bajón»
cuando esto no ocurría.
Cuando asistió al tratamiento por primera vez, Tiffany trató de
emplear sus estrategias usuales, como entretener a la terapeuta,
contarle historias escasamente relacionadas con BUS problemas rea-
les y hacerle regalos.
Trastorno de personalidad obsesivo compulsiva
Creencias sobre sí
«Soy vulnerable a todo lo malo que pueda suceder.»
«Soy responsable de evitar posibles danos.»
Cmencias los
«Los so» débiles, irresponsables, no les nada.»
Suposiciones condicionales
«Sí me hago responsable de todo, voy a e§tar bien (pero sí dependo de
los demás, me van a decepcionar),*
«Si «reo y mantengo un orden para mí y los demás, y hago todo a la
perfección, mi mundo estará bien (pero si no lo hago, todo se de-
rrumbará).»
de defensa sobredesarrolladas
Controlarse estrictamente a sí mismo y a los demás.
Crearle expectativas poco razonables.
Asumir demasiada responsabilidad.
Esforzarse por la perfección.
Creencias con la
«Si no corrijo a mi terapeuta y le digo lo que debe saber, no podrá
ayudarme.»
«Si no hago mis tareas perfectamente, la terapia no va a funcionar.»
«Si bajo mis expectativas con respecto a mí y a los demás, algo malo
va a pasar**
la
Tratar de controlar la sesión.
72
Tratar de dar información absolutamente correcta.
Ser hipervigilante con respecto a la falta de comprensión del tera-
peuta.
Pasar demasiado tiempo con la tarea para el hogar y prestarle dema-
siada atención.
Resistirse a que las tareas en el hogar sean espontáneas y a delegar
respon sabllid ad.
Suposiciones condicionales
«Si los demás me controlan, quiere decir que soy débil.»
«Si ejerzo un control indirecto (por ejemplo, diciendo que estay de
acuerdo, pero sin realmente estarlo del todo), loa demás no po-
drán controlarme (pero si me pronuncio de forma directa, no va a
funcionar}.»
Cooperar.
Asumir responsabilidades, de manera razonablet para con uno y los
demás.
Hacer directamente la resolución de problemas interpersonal,
Suposiciones condicionales
«Si evito los desafíos, voy a estar bien (pero si los acepto, voy a fraca-
sar).»
75
«Si dependo de los demás, voy a estar bien (pero sí no depando, no
voy a sobrevivir).*
«Si hago todo lo que los demás quierea? tal vez se queden conmigo
por un tiempo (pero si no les agrado, me van a abandonar pron-
to).*
«Si soy hipervigilante al daño que los demás pueden hacerme, puedo
protegerme (si not voy a resultar herido},»
«Si castigo a los demás cuando estoy molesto, me puedo sentir más
poderoso y, tal ves:, controle su conducta en el futuro (pero si no lo
hago, me voy a sentir débil y pueden hacerme daño de nuevo),»
«Si reduzco mis emociones negativas, voy a estar bien (pero si no, ine
voy a desmoronar),»
Ejemplo de caso
La madre de June muiió cuando ella tenía seis años. Naturalmente,
la niña se sintió muy maL No tenia en quién apoyarse tras el falleci-
miento y nunca se recuperó de esa pérdida. Su padre le prestaba po-
ca atención y abusaba emocionalmetite de ella- Comenzó a creer lo
que BU padre le decía; que era mala y no servia para nada, Se volvió
muy temerosaj creía que su padre iba a seguir haciéndole (taño o la
abandonaría. Creía lo mismo de otras personas. June era relativa-
mente poco comunicativa y se aislaba, en casa y en la escuela. Recha-
zaba la ayuda de los maestros y loa vecinos, cuando lograban acer-
carse a ella. De adolescente, June entabló amistades por primera
vez, pero con muchachos poco confiables, consumidores de drogas y
orgullosos de estar, en general, Afuera del sistema» en su discurso, su
vestimenta y sus modales. June se sentía cada vez más enfadada con
su padre y, con el apoyo de sus amigas, se convirtió en una fugitiva
asidua.
Cuando June comenzó el tratamiento por abuso de drogas y de-
presión, pensaba que BU terapeuta le haría daño. En realidad, ya ha-
bía sido dañada en terapia^ cuando un terapeuta se aprovechó de su
vulnerabilidad y la sedujo sexualmente, Teiüa miedo de que su nue-
vo terapeuta también le mintiera y la manipulara. Por otro lado^ Ju-
ne pronto se volvió dependiente del terapeuta, pues creía que era su
única salvación. Se enfadó bastante cuando éste trató de poner un lí-
mite razonable a las llamadas de June fuera de la sesión y cuando
procuró terminar las sesiones puntualmente. Lo acusé de no prestar-
le atención y comenzó a llegar tarde a las cesiones,
77
Suposiciones condicionales
«Si dependo de los demás, voy a estar bien (pero si dependo de mis
propias decisiones, si trato de resolver problemas, fracaso).»
«Si me someto a los demás, se ocuparán de mí (pero si los molesto, no
lo harán),»
Ejemplo de caso
Sheíla era una niña temerosa y tímida, Incluso cuando se le pedía
que hiciera tareas que era capaz de ejecutar, por lo general se sentía
sobrepasada y confundida, y solicitaba más ayuda de la que en reali-
dad necesitaba. Con el tiempo, comentó a verse como alguien del to-
do incompetente. La madre, al percibir que Sheila era muy retraída,
78
permitió que dependiera demasiado de ella y no fomenta su indepen-
dencia, Sheila aprendió a pedir ayuda a los demás, a que tomaran
decisiones en su lugar y a evitar los conflictos. Aprendió que? sí some-
tía sus deseos a los otros, le permitirían depender de ellos.
Sheila tuvo ocasión de usar esas estrategias con eficacia mien-
tras vivió eon su madrej que había enviudado. Sin embargo, cuando
ésta volvió e casarse^ el padre adoptivo insistió en q\ie Sheila* que te-
nía 21 años, se mudara de la casa en la que había crecido, Sheila no
sabía cómo protegerse, tomar decisiones, afirmarse. Tenía que bus-
car un trabajo y pagar BUB gastos. Comenzó a angustiarse cada vez
más y desarroEó un trastorno de ansiedad generalizada.
A pesar de que sus rasgos dependientes al comienzo la indujeron
a ser más bien complaciente en la terapia (es decir, que hacía todo lo
posible por agradar a! terapeuta), Sheila manifestaba muchas difi-
cultades para resolver problemas y temía que la terapia terminara,,
aun después de que §u trastorno de ansiedad hubiese remitido.
Suposiciones condicionales
«Si simulo estar bienj los demás me aceptarán (pero si me muestro
tal como soy, me van a rechazar).»
«Sí agrado a los demás todo el tiempo, voy a estar bien (pero si los
molesto, me harán daño).»
«Si (cognitiva y eonductualmente) evito, voy a estar bien (pero si me
permito sentir emociones negativas, me voy a desmoronar).»
Ejemplo de caso
Eriit creció en un ambiente difícil, Su padre abandonó a la familia
cuando Erin apenas comenzaba a hablar. Durante toda su infancia,
la madre de Erin la culpó por la huida del padre, La madre era iría y
la humillaba, Erin comenzó a pensar que no era susceptible de ser
querida ni valiosa. Suponía que ai los demás la conocieran realmen-
te, la criticarían y la rechazarían, porque no era digna de ser queri-
da, Creía que nunca encontraría el amor y la intimidad que tanto de-
seaba si se mostraba tai cual era ante la gente.
Erin desarrolló una estrategia de evitación. Evitaba las situacio-
nes sociales siempre que tenia ocasión: evitaba hablar con sus com-
pañeros en la escuela, evitaba hablar en clase, evitaba llamar la
atención, evitaba revelar información sobre ella a los demás. Tam-
bién era hipervigilante a la evaluación negativa del resto sobre su
persona, y con frecuencia percibía, equivocadamente, las reacciones
neutrales de los demás como negativas.
80
Erin también se sentía vulnerable a lan emociones desagrada-
bles. Temía que si se permitía sentir angustia, se hundiría. De este
modo, rehuía asimismo las emociones negativas» no sólo evitando las
situaciones potenciaunente molestas, sino también evitando pensar
sobre situaciones angustiosas. Además, se dio cuenta de que el alco-
hol la ayudaba a aliviar el dolor que le causaban la soledad y la de-
presión, Sus estrategias de evitación cognitíva, emocional e interper-
sonal contribuyeron a dificultar el tratamiento cuando comenzó la
terapia como joven con dependencia del alcohol.
Suposiciones condicionjales
«Si soy hipervigilante,, puedo ver los signos de peligro [interperso-
nal], (pero si no estoy alerta, no los voy a ver),»
«Si supongo que los demás no son confiables, voy a poder protegerme
(pero si confío en los demás, me harán daño),»
Ejemplo de ca^o
Jon desarrolló, con el tiempof una estrategia para ser Mpervigilante.
A la edad de tres años, comenzó a vivir en una serie de hogares de
acogida donde algunos de los padres adoptivos fueron física y emocio-
nalmente abusivos. Se veía a sí mismo como vulnerable ante lo& de-
má^, En realidad, para él era adapfeativo sospechar, en ciertas situa-
ciones, de la$ motivaciones de los demás y desconfiar de aquello que
decían. Por desgracia, Jon comenzó a ver a todos los demás como
potencialmente dañinos. Era incapaz de distinguir entre personas
que podrían herirlo y personas que no»
Jon desarrolló uíi trastorno bipolar a la edad de veinte años,
Cuando comenzó el tratamiento de terapia eognitiva, tenía unos cua-
renta años y desconfiaba de su terapeuta. No respetaba la medica-
ción, se negaba a dar información personal, era evasivo en sus res-
puestas a preguntas básicas y se mostraba reticente a examinar sus
pene amiantos5 su estado de ánimo j su conducta* Suponía que si con-
fiaba en la terapeuta, ésta le haría daño.
Ejemplo de caso
Mickey creció en una familia disfimcionaL Su madre era drogadicta
y alternaba el descuido con el abuso físico de sus hijos, Mickey era un
niño muy angustiado, Se sentía débil y vulnerable, A los ocho años,
descubrió que si golpeaba a su hermano menor, se sentiría fuerte y
superior, Luego» comenzó a atacar a los niños más débiles del vecin-
83
darlo. Desarrolló un hábito a las drogas a la edad de doce aftas. Junto
con un grupo de amigoSj comenzaron a cometer pequeños robos y
atracos» Álos catorce años, Miekey trabajaba para vendedores de
drogas y luego se convirtió él mismo en uno de ellos.
Mickey BE negaba rotundamente a hacer un tratamiento.
Una condición para su liberación (había sido condenado por vender
drogas) fue que comenzara un tratamiento o iría a la cárcel, Al co-
mienzo, mentía al terapeuta (sobre todo, en relación eon el consumo
de drogas y los robos), llegaba tarde a las sesiones y parecía compro-
metido sólo superficialmente,
Ejemplo de caso
Hank siempre había sido extraño pare LOE demás* Incluso de peque-
ño, parecía raro, Los otros niños, en la escuela y en el vecindario , se
burlaban de él y lo ridiculizaban, un hecho que lo indujo a creerse di-
ferente, Esa creencia hizo que se apartara de los demás. De adoles-
cente, Hank se inclinó por el ocultismo* Creía que era poseedor de un
«sexto sentido» y comenzó a usar una capa. Se preocupaba por adivi-
nar el futuro, creer que las cosas cotidianas eran portadoras de signi-
ficados especiales. No tenía amigos de verdad y la mayor parte de sus
Interacciones sociales las efectuaba por Internet, se ponía en contac-
to con otras personas interesadas en el ocultismo a través de! chat y
del correo electrónico. El resto de personas seguía evitándolo a causa
de sus excentricidades. Ese rechazo, sumado al aislamiento que él
mismo se había impuestOj provocó que Hank no tuviera interaccio-
nes normales con los deaiás y no hallara ocasiones para adquirir ap-
titudes sociales adecuadas,
Hank planteaba un desafío a la terapia. Estaba permanentemen-
te angustiado y deprimido, pero temía fijar objetivos para efectuar
actividades que eran capaces de mejorar su vidas sobre todo las que
podrían ponerlo en contacto con otras personas. Se sentía muy vul-
nerable y, al comienzo del tratamiento, desconfiaba siempre de ia te-
j pues creía que podría hacerle daño.
85
Suposiciones condicionales
«Si me retraigo, los demás no me molestarán (pero sí interactúo con
ellos, me encontrarán incompetente)*»
«Sí evito las relaciones, voy a estar bien (pero si me relaciono con los
demás, van a entrometerse en mi vida).»
Estrategias de defensa sobrede^arrolladas
Evitar el contacto con los demás*
Evitar la intimidad*
Aislarse,
Estrategias de defensa subdesarrollada®
Poseer aptitudes sociales comunes.
Confiar en los demás.
Ejemplo de caso
Lee siempre había aído un solitario, Calificado como un inadaptado
por sus familiares, maestros y compañeros, rara vez, e incluso nun-
ca, buscaba el contacto social. Parecía no sentir las recompensas psí-
quicas de la interacción social, como la mayoría de oíños y adultos.
Su estrategia coriductual de evitación le ayudaba a soslayar los sen-
timientos de angustia que, de manera inevitable, surgían cuando in-
teractuaba con los demás* Se sentía mucho más a gusto en activida-
des que podía desarrollar solo: construir modelos, jugar en la
computadora} mirar televisión. De niño, no era terriblemente infeliz,
pero ae mentía diferente y, en cierta medida, incapacitado,
De jovenj Lee se mudó lejos de casa y se buscó un tipo de trabajos,
como guardia de seguridad nocturno, que no exigían un alto grado de
86
contacto con la gente, Cada vez tuvo mayor conciencia de que su de-
seo por la interacción j la relación con las personas era mucho más
bajo que el de los demás; en realidad, era casi nulo- Se sentía cada día
más vacio e incapaz de tener sentimientos de capacidad o de placer.
Su vida siguió girando en torno al trabajo y a actividades solitarias.
Cuando Lee comenzó el tratamiento por depresión^ manifestaba
dificultades para fijar objetivos, A pesar de su depresión, su único ob-
jetivo era «sacarse de encima» a BU madre, porque siempre estaba
persiguiéndolo para que consiguiera un trabajo mejor y se hiciera un
grupo de amigos. Sé angustiaba en la terapia en e! instante que la te-
rapeuta demostraba atención» empatia, o cuando sentía que ella se
entrometía, hacía demasiadas preguntas sobre sus pensamientos y
emociones.
Suposiciones ^ondícmnales
«Si actúo de manera superior, puedo sentirme mejor conmigo mismo
(sí no, me siento dolorosamente inferior).»
«Si los dem᧠me tratan de manera especial, queda demostrado que
soy superior (BÍ no lo hacen, debería castigarlos).»
«¿Si controlo a los demás/los subestimo* puedo sentirme superior a
ellos (si no, me subestimarán j me sentiré inferior).»
87
Castigar a los demás cuando uno se siente disminuido, dísfórieo, su-
bestimado.
Criticar, subestimar a los demás, tratar de competir y controlar a los
demás,
Tratar de impresionar a los demás con posesiones materiales, logros,
teniendo amistades de elevada posición social.
Ejemplo de caso
El padre de Brad tuvo efectos muy negativos en su hijo durante su
infancia* Muy narcisista? el padre siempre destacaba sus propios lo-
gros, pedia que se le esperara servilmente y criticaba a Brad por no
«parecerse a él», Si bien Brad era inteligente, nunca podía alcanzar
los parámetros de su padre y comentó a creer que era incapaz. Pron-
to aprendió a imitar el comportamiento de su progenitor ante otras
personas, y se sintió mejor cuando pudo convencerse a sí mismo y a
los demás de que era superior a ellos. Continuamente se elogiaba,
88
exigía privilegios y destacaba las debilidades de los demás. Por otro
lado, se mostraba Mpersensible y reaccionaba con vehemencia cuan-
do el resto no lo miraba o trataba de manera especial*
De adulto, Brad pudo echar mano de sus estrategias narcisistas
en el trabajo, Los empleados de su pequeña compañía de plomería te-
nían que tolerar su conducta narcisista o buscarse otro empleo (como
muchos así hicieron). Su esposa y su hijo también soportaban sus
arrogancias permanentes, sus exigencias insensatas y sus frecuen-
tes humillaciones. A los sesenta y cinco años, Erad vendió su com-
pañía, se jubiló y comenzó a pasar mucho más tiempo en casa. Su es-
posa, que no podía sufrir una exposición mayor a las conductas
ofensivas de Brad? lo dejó, y su hijo, ya crecido, de quien Be sentía ca-
da vez más alejado, no quería saber nada con él, De pronto, se encon-
tró sin un trabajo y sin relaciones significativas, Sus ex «amigos»
firaiij en realidad, hombres cuyas esposas socializaban con su mujer
y con él porque les agradaba BU esposa y una vez separados Brad y
ella, los amigos no tenían por qué soportar su conducta aburrida,
egoísta y critica. Si bien Brad se deprimió un poco, no inició el trata-
miento por su depresión. Sólo acudió a la terapia debido a que su es-
posa lo había amenazado con divorciarse si no lo hacía.
El caso de Brad era un desafío para la terapia. Sus creencias y
emociones podían cambiar de un momento a otro. El hecho de vana-
gloriarse de sus éxitos económicos lo hacía sentirse momentánea-
mente superior a la terapeuta. El hecho de percibir que, como pa-
ciente, estaba en una posición inferior a la terapeuta, le resultaba
intolerable* Por ello, al comienzo, la subestimaba siempre que tenía
ocasión, se enfadaba cuando ella no estaba de acuerdo con sus exi-
gencias y se negaba a cumplir con las tareas en el hogar.
Resumen
Es importante que el terapeuta conozca las creencias y las estrate-
gias'típicas asociadas a cada trastorno de la personalidad. Ese cono-
cimiento le ayudará a buscar y categorizar los numerosos datos que
los pacientes proporcionan, de tal mudo que podrá conceptuali^arlos
y elaborar una planificación del tratamiento de una sesión a otra,
además de decidir al instante qué hacer en cada sesión. Asimismo,
conocer las creencias y las estrategias conductuales de los pacientes
que sufren trastornos de la personalidad suele ser fundamental para
establecer y mantener una alianza terapéutica sólida, como se des-
cribe en los dos capítulos siguientes.
89
Entablar y utilizar
la alianza terapéutica
93
ción se debe a las percepciones del paciente. Algunos de ellos presen-
tan problemas difíciles y no colaboran fácilmente, Meredith, por
ejemplo, se irritaba cuando su terapeuta trataba de interrumpirla y
dirigirla hacia la resolución del problema, pues percibía que la tera-
peuta quería ejercer demasiado control. La terapeuta tuvo que llegar
a un acuerdo eon ella y permitirle hablar sin interrupciones durante
la primera parte de cada sesión, antes de que Meredith estuviera dis-
puesta a concentrarse en un problema en particular. Por otro lador
Joshua, un paciente dependiente, era sumamente pasivo en las se-
siones, ya que creía que su terapeuta tomaría todas las decisiones de
forma unilateral, dado que se percibía a sí mismo como alguien inca-
paz de priorizar los problemas que debía incluir en la agenda o de
responder a sus pensamientos disfuncionales. La terapeuta de Jo-
sima se vio en la necesidad de alentarlo a asumir un papel más activo.
Aliviar el dolor
Una de las mejores maneras de fortalecer la alianza terapéutica es
ayudar a los pacientes a resolver sus problemas y mejorar su estado
de ánimo. En realidad, DeRubeis y Feeiey (1990) hallaron que los pa-
cientes percibían al terapeuta como empático después de una mejora
de sus síntomas. Una alianza débil puede fortalecerse de manera
96
considerable en el instante en que loe pacientes reconocen que se
sienten mejor al final de una sesión y, sobre todo, cuando observan
que funcionan mejor durante la semana. La evaluación del estado de
ánimo del pariente al comienzo y al término de cada sesión y la revi-
sten de los cambios en el ftmcionamiento durante la semana anterior
pueden ayudar a saber si el terapeuta está logrando ese objetivo. Sin
embargo, una excepción a este principio es aquel paciente que teme
que, si mejora en la terapia, su vida empeorará (por ejemplo, se preo-
cupa porque tendrá que comenzar a asumir responsabilidades que
no quiere aceptar o tendrá que asumir la posibilidad de que nn ma-
trimonio poco satisfactorio tal vez nunca mejore significativamente),
97
los contenidos importantes y el proceso de la terapia, y a la evalua-
ción del terapeuta por lo que respecta al interés y laa competencias.
Se puede obtener informarión valiosa de formulario, sobre todo si
el terapeuta subraya cuan útil es recibir una devolución positiva,
cuando ése es el caso, y también mgativat cuando el paciente piensa
que el terapeuta estaría en condiciones de prestar más ayuda, Algu-
nos pacientes están dispuestos a hacer urna devolución honesta en un
formulario escrito^ y no verbalmente.
El terapeuta también puede pedir una devolución al comienzo de
cada sesión si sospecha o sabe que el paciente tuvo una macción nega-
tiva en la sesión anterior* Ken, por ejemplo, pareció estar algo irrita-
ble durante una sesión, pero lo negó+ En la sesito siguiente, el tera-
peuta le dijo: «Estuve pensando en la última sesión y me di cuenta de
que te presioné demasiado para que pienses en buscar otro trabajo.
¿Tuviste la misma impresión?».
Cuando los pacientes son reticentes a hacer una devolución, aca-
so sea importante identificar sus creencias disfuncionales sobre el
hecho de revelarse, como se explicará en la sección siguiente.
Es probable que los pacientes que tienen los siguientes tipos de pen-
samientos automáticos no sean capaces de obtener suficientes bene-
ficias de la sesión:
99
cíente que mantenía una alianza sólida con BU terapeuta era dema-
siado desorganizado en su casa como para hacer las tareas asigna-
das. Una vez más, es fundamental preguntar a los parientes qué es-
taban pensando antes de haber adoptado una conducta disfancional
o antes de que así casi lo hicieran.
Si el terapeuta sospecha que hay un problema al respecto de la
alianza que el paciente no ha reconocido, puede normalizar el proble-
ma y analizarlo un poco más:
100
Ejemplo 2: el paciente no responde las preguntas de manera
directa
La terapeuta de Jodi observó que, con frecuencia, ésta no respondía
directamente las preguntas cuando se sentía incómoda. En el mo-
mento en que Jodi manifestó el mismo tipo de conducta por tercera
vez, la terapeuta abordó el problema sin rodeos:
TERAPEUTA: (Resumiendo.) Entonces tal vez sí hay una razón para
creer que puede» influir en tu marido más de lo que pensabas.
JODI: Bueno, él siempre ha sido así. Yo debería haber prestado más
atención cuando comenzamos a salir. Quiero decir, en ese enton-
ces? él hacía lo mismo que ahora.
TERAPEUTA: (Tratando de que retome el tema de la pregunta.} ¿Qué
piensas de la idea de que puedes influir en él ahora?
JODI: También es así con su madre.
TERAPEUTA: Jodi, ¿cómo te sentiste cuando sugerí que podrías ejercer
cierta influencia? (Pausa.) ¿Te sentiste algo angustiada?
JODI: (Piensa, suspira.)No sé.
TERAPEUTA: ¿Qué significo eso para tí cuando te lo dije?
JODI: No sé,
TERAPEUTA: De acuerdo, no estuvo bien esa pregunta.
JODI: Ko. (Pietisa,,) Mira^ supongo que, en realidad, no sé si debería
seguir con él o dejarlo*
En este caso, la terapeuta eoneeptualizó que la paciente no respondía
sus preguntas directamente porque Jodi ere ambivalente respecto de
su pareja. Si bien no hubo una ruptura en la alianza terapéutica^ sin
duda Jodi no quería que su terapeuta analizara la posibilidad de que
podría mejorar la relación con su marido.
Ejemplo de caso 2
Claire era una paciente de cuarenta y dos años con una depresión gra-
ve, superpuesta a una distimia crónica y a rasgos pasivo agresivos. Se
veía a sí misma débil, algo ineficaz y perezosa, mientras que veía a los
demás fuertes, entrometidas y demandantes. En general, trataba de
ejercer el control mostrándose irritada cuando se le pedia que hiciera
algo que no quería hacer o asintiendo a los pedidos de otros, aunque
luego los satisfacía de manera parcial o incorrecta, o directamente no
los satisfacía. Con frecuencia, su marido !e solicitaba que realizara ta-
reas que no le gustaban, como llevar el control de los gastos o hacer un
mandado, tareas que terminaba haciendo él misino, Hipersensible al
control, Claire encontró la manera de socavar la autoridad de su pare-
ja, cuando éste ponía límites razonables a su hijo.
Para Claire fue relativamente fácil conseguir trabajos de media
jornada, pero en general duraba en ellos unos pocos meses, antes de
aer despedida por no responder a las expectativas de sus jefes. Había
restringido las relaciones con su familia de origen; a diferencia de
sus parientes, no acudía si las reuniones familiares1 o iba muy tarde;
también se negaba a colaborar con el cuidado físico de sus padres, ya
mayores*
Las creencias disf unción ales de Claire acerca del control se acti-
varon durante las sesiones de terapia. Percibía que era débil y que la
106
terapeuta estaba tratando de controlarla. Pasó bastante tiempo en
las sesiones quejándose de su marido, sus jefes y otras personas. Se
resistía a adoptar un enfoque de resolución de problemas. A pesar de
que ella y la terapeuta asignaban las tareas en forma conjunta, Clai-
re, de manera invariable, no las hacía: decía que había perdido las
apuntes de la terapia, que había estado muy ocupada o que se había
dado cuenta de que aquella tarea, en realidad, no iba a ayudarla.
La terapeuta en seguida conceptualizó que Claire utilizaba estra-
tegias defensivas para evitar la activación de creencias angustiantes.
Confirmó su hipótesis sin rodeos: «Claire, a veces, algunas personas,
cuando les hago sugerencias sobre lo que podrían hacer en casa, sien-
tan que trato de controlarlas, (Pausa.) ¿Alguna vez te has sentido así?».
Cuando Claire reconoció que sí, la terapeuta respondió empáticamen-
te, «No debe ser agradable. Vamos a tratar entonces de hacer algo dife-
rente, ¿Tienes alguna idea?». Cuando Claire dijo no con la cabeza, la te-
rapeuta añadió: «Sabes, me pregunto si sería útil revisar los objetivos
de tu terapia y asegurarnos de que realmente quieres alcanzarlos En
caso de que sea así, podemos tratar de imaginar cómo puedes hacerlo
de manera que no sientas que te controlo, (Pausa.) ¿Está bien?".
Cuando revisaron la lista de objetivos, la terapeuta pidió a Claire
que los clasificara en orden de importancia. Claire afirmó que Jo que
más quería era realizar actividades agradables, como encontrarse
con amigos, leer y analizar temas de interés en Internet, En verdad,
casi había abandonado esas actividades cuando su depresión se
acentuó, La terapeuta le brindó la posibilidad de discutir en la sesión
lo que podría hacer durante la semana o pensarlo sola en casa. Clai-
re eligió la segunda opción y, en la sesión siguiente, informó que ha-
bía hecho varias actividades.
Los avances en la terapia pronto comenzaron a disminuir cuando
Claire empezó a sentirse mejor- La terapeuta le ayudé entonces a iden-
tificar y responder a la creencia disiuncional; «Si me siento mejor, la te-
rapeuta y mi marido tendrán cada vez más expectativas sobre mí*. La
evaluación de esta creencia, una simple resolución del problema y el
juego de roles ayudaron a Claire a sentir que era capaz de arreglárse-
las si ese problema surgías y de ese modo pudo seguir avanzando.
Una importante lección que han de aprender muchos de los pacien-
tes que presentan problemas difíciles es que los problemas interper-
sonales pueden mejorarse o resolverse a través de la adopción de una
perspectiva más precisa y funcional sobre la conducta de los demás
y/o de una resolución directa del problema, por ejemplo, cambiando
la conducta de uno hacia los demás o pidiendo a los demás que modi-
fiquen su conducta.
107
Existen muchas estrategias que el terapeuta pude utilizar para for-
talecer la alianza terapéutica y? al mismo tiempo, lograr otros objeti-
vos de la terapia. En esta sección, se describen estrategias para tres
aspectos importantes: proporcionar experiencias de relaciones posi-
tivas^ trabajar a través de problemas en la alianza y generalizar lo
que el paciente ha aprendido a través del trabajo sobre los problemas
en la relación terapéutica aplicándoloa otras relaciones importantes en
la vida del paciente»
Utilizarla auiorréuelafMn
La utilización razonable de la autorrevelaeíón en ocasiones ayuda a
fortalecer la alianza terapéutica j proporciona una importante he-
rramienta para el aprendizaje. Claudia estaba bastante molesta
porque su marido iba a aceptar un trabajo que le exigía un nivel de
responsabilidad mucho más alto, lo que significaba que muchas no-
ches no estaría en la casa para cenar con ella y los niños, Su tera-
peuta le contó cómo ella había abordado e! mismo problema varios
años antes; pensando que el trabajo de su marido era un trabajo por
turnos, y a él le tocaba trabajar hasta tarde y no tenía elección si
quería conservar ese empleo, Claudia apreció la disposición de su te-
rapeuta a compartir esa información personal y se sintió más vincu-
lada con ella*
La revelación de información personal por parte áe la terapeuta
indirectamente también ayudó a Claudia a reconocer que ella no era
la única que había tenido que afrontar tal situación y que tenía la op-
eíócn de continuar sufriendo por su problema o pensar de otra manera
y sentirse mejor. Claudia tuvo ocasión de adoptar el mismo punto de
vista con respecto al horario de su marido, y su angustia disminuyó.
Pudo iniciar una resolución de problema eficaz con la terapeuta, a fin
de pensar en maneras de controlar mejor a sus hijos a la hora de la
cena.
En otro caso, Eileen, una paciente autónoma que estaba muy de-
primida, se sentía sobrepasada por el pensamiento de tener que re-
emplazar algunos muebles que se habían maltratado con una inun-
dación. Su terapeuta normalizó el problema? contándole que ella,
como muchas otras personas que conocía, había padecido un proble-
ma similar. La terapeuta explicó que al final había resuelto el pro-
blema pidiendo a un amigo que le ayudara y dándose cuenta de que
necesitaba comprar muebles aceptables pero no neees ariamente per-
fectos. Eileen se sintió aliviada al descubrir que su dificultad era al-
go común y comencé a creer que, si para su terapeuta estaba bien pe-
dir ayuda * tal vez también estaba bien para ella.
«Lamento tanto fo que te lia pasado. Nadie, muchos menos tú, merece que le
pase algo asi, ttoatomercte.) Pero estoy contenta de que hayas venido a
verme, así puedo ayudarte a superarlo,»
«Lo que te ocurrió ha debido de ser muy difícil, y sé que todavía sufres mucho
por ello, /físí/saJAhora parirías sentirte desesperado, pero quiero que sepas
que tengo mucha cüítfiamam que podremos aliviar tu dotar.»
*Sin duda ello ha sido muy difícil para ti... Ahora comprendo que tenemos que
interrumpir esta [tarea}, ir más despacio, centramos en tareas más fáciles, „
¿Qué te parece?»
Meredithf «na paciente con depresión crónica y trastorno pur estrés pos-
traumático, había sido abusada física y sexualmente por &u padre cuan-
do ara niña. Su madre había ayudado e incitado a la comisión del abuso,
Meredith se formó creencias muy fuertes de que era mala, indigna de
ser querida y carente de valor alguno. Su terapeuta utilizó n« meros as
estrategias para ayudarla a modificar esas creencias, incluidas muchas
intervenciones en la relación terapéutica* Por ejemplo* la terapeuta rea-
lizó ua esfuerzo considerable durante la conversación para alentar a
Meredith sobre so trabajo voluntario en la iglesia, sobre su (muy positi-
va) relación cor* su hijo o sobre BU interés por la tragedia de los refugia-
dos. Esas conversaciones dieron a la terapeuta la oportunidad de mos-
trar su interés y su respeto por Meredith y de fortalecer fwsitívámente
a la paciente por sus actitudes compasivas. Más avanzado el tratamien-
to, la terapeuta también pudo usar datáis que había obtenido en esas
conversaciones coinu prueba de que la nueva creencia básica de Mere-
díth, es decir, que era una buena persona, era válida.
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114
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117
cosas. En realidad, es al revés. La mayor parte de la gente necesi-
ta empegar a hacer algo; luego comienza a sentirse motivada,
MiCHAEL; (Irritado.) Sí, ya sé, ya sé, no estás diciendo nada nuevo.
TERAPEUTA: (Reconociendo la reacción negativa dslpaciente.) ¿No te
estoy ayudando mucho, verdad?
MICHAEL: No.
TERAPEUTA: (Esperando restablecer la colaboración, reconcentrúndo-
se en el problema efe manera diferente, más aceptable.) Bueno^ tal
vez seria más útil &i nos concentramos en lo que pensaste duran-
te esta semana* ¿En qué momento en particular de esta semana
pensaste en ir al gimnasio?
MICHAEL: Entonces, me recordé a mí mismo que tal vez no era del to-
do mi culpa si las cosas no andaban bien con Julia [la ex novia].
TERAPEUTA: Y cuando te dices eso, ¿qué sientes?
MICHAEL: Me siento un poco mejor, Quiero decir, ella tampoco es per-
fecta,
TERAPEUTA: Eso está muy bien. Fuiste capaz de cambiar tu estado de
ánimo,
MICHAEL: (Parece incómodo.)
TERAPEUTA: Oh, ¿qué has pensado?
MICHAEL: Suena algo condescendiente cuando me dices cosas así*
TERAPKUTA: ¿Cómo qué?
MICHAEL: Es como si me estuvieras palmeando el hombro (Realiza d
gesto en un tono desagradable») «Eres un buen niño»,
TKRAPKIJTA: Bueno, me alegra que me lo digas.., ¿Mis palabras no pa-
recieron sinceras? ¿Es eso?
MICHAEL: No, es más como si estuvieras felicitándome por hacer esas
pequeñas cosas. Parece casi insultante. (Pausa.) No es que pien-
se que en realidad quier&s insultarme.
TERAPEUTA: Es cierto. No quise, Pero, si fuera cierto, si te felicitara
por hacer pequeñas cosas, ¿qué tendría de malo?
MICHAEL: (Mira hacia abajo.) No sé,
TERAPEUTA: (Lanzando una hipótesis,) ¿Te hace sentir disminuido, de
alguna manera? ¿Como si yo fuese el experto o la persona mayor,
que trata de ser agradable con alguien más pequeño?
MICHAEL: (Piensa,) Sí» algo así.
TEIAPEUTA: ¿Realmente quieres decir eso? ¿Estás realmente de
acuerdo con eso?
MICHÁEL: No, pienso que es correcto. Es como si tú fueras la maestra
y yo sólo el alumno,
TERAPEUTA: Bueno, entiendo que eso es muy duro. Y, en cierto senti-
do, tienes razón. Tengo algunas cosas para enseñarte... Pero por
otro lado, creo que tú y yo somos un equipo.
MICHÁEL: Mmm,
TERAPEUTA: Entoncest como equipo, tenemos que resolver un proble-
ma juntos. Pienso que puedo dejar de hacerte comentarios positi-
vos.*,, pero tenemos que pensar de qué manera tendrás la posibi-
lidad de saber cuándo vas por el buen camino, ¿O hay alguna otra
forma de interpretar el hedió de que te haga comentarios positi-
vos?
MlfiHAKL; ¿Por ejemplo?
TERAPEUTA: No sé..., tal vez que estamos funcionando bien corno equi-
po^,
MICHÁEL: (Piensa.) No,»- no creo.
TERAPEUTA: Bien, este problema es difícil. ¿Puedes pensar en esta
cuestión durante la semana? Piensa cómo podrías sentirte mejor
sobre mi reconocimiento por lo que logras,
MICHÁEL: Está bien,
119
tal vez también me siento así con mi jefe. Siempre explica las co-
sas demasiado. Aveces, imagino que ha de pensar que soy estúpi-
do. (Pausa.)
TERAPEUTA: ¿Y con alguien más?
MICHAEL: Mis padres, por supuesto. Ya te he contado, ellos siempre
creen que saben más que yo. Siempre me están diciendo lo que
tengo que hacer.
TERAPEUTA: ¿Y qué tal con Sharon [su novia]? ¿Alguna vez has senti-
do qne es condescendiente?
MICHAEL: (Piensa.) No mucho... espera,., sí..,, aveces.
TERAPEUTA; ¿Por ejemplo?
MiCHAftL: Como^ por ejemplo, cuando sabe qué película deberíamos
ir a ver, porque lee la sección de espectáculos [del diario], Y m yo
digo que quiero ir a ver otra película, porque oí que era buenas
ella dice que sabe que no será buena porque leyó una crítica.
Una crítica es la opinión de una sola persona, y ella cree en esa
única opinión y por eso no quiere ir a ver la película que a mí me
apetece.
TERAPEUTA: Bueno, eso puede ser molesto. Entonces, podemos decir
que esa sensación de que te sientes disminuido y los demás son
condescendientes aparece en ti de vez en cuando,
MIOHAEL: Sí, podría decirse que sí.
TEKAFEUTA: (Anticipándose y previendo su respuesta,) ¿Piensas que
es posible que puedas lograr un cambio importante al respecto
con tu jefe? tus padres y Sharon?
MICHAEL: Tal vez con Sharon, un poquito.
TERAPEUTA: ¿Y tal vea conmigo, un poquito?
MICHAEL: Tal vez*
TERAPEUTA: ¿Pero tu jefe y tus padres seguirán molestándote?
MÍCHAEL: Sí, probablemente^ y mi hermana,
TERAPEUTA: Entonces, ¿te gustaría fijar como objetivo aprender a no
molestarte tanto? ¿Cómo hacer para que ellos no te hagan sentir
inferior?
MICHAEL: Sí, creo que eso sería bueno*
122
5
Problemas en la
relación terapéutica.
Ejemplos de casos
TERAPEUTA; Creo que eso es algo posible, que soy igual a los demás te-
rapeutas, Por otro lado, he vivido varias experiencias donde he
podido ayudar a personas que se tiabfan tratado con otros tera-
peutas.
ANDREA: (Cambiando de argumento,) De todos modos, esta terapia
no me ayudará.
TERAPEUTA: ¿Qué te hace pensar eso? Lvariación de «¿Qué prueba tie-
nes para pensar eso?»].
ANDREA: Ninguna de mis terapias anteriores me ayudó. Sigo estando
deprimida. Mi vida sigue siendo miserable,
TERAPEUTA: (Haciendo referencia a elementos de terapia cognitiva
que habían analizado antes en la sesión.) Bueno, no importa si no
tien.es mucha confianza en la terapia. (Pausa.) ¿Te parece que
hay atgn diferente en esta terapia? ¿Todos los demás terapeutas
organizaron una agenda contigo, te dieron notas tomadas duran-
te la terapia pata que lleves a casa? te pidieron que Meleras una
devolución al final de cada sesión?
126
ANDREA: (LentamanteJ .,. No
TERAPEUTA: Qué Meii^ eso es realmente alentador. Si estuviéramos
tratando de reproducir exactamente lo mismo que hiciste con los
otros terapeutas, opinaría que tal vez existen menos oportunida-
des de que yo pueda ayudarte. (Pausa.) No puedo garantizarte
que puedo ayudarte, pero tampoco veo ninguna razón por la que
no podría. (Pausa,) ¿Tb gustaría darle una oportunidad a esta te-
rapia dej digamos, cuatro o cinco Kesiones^ para ver qué sucede?
ANDREA; No sé si puedo prometerle eso>
TERAPEUTA; Entonces, pienso que, por ahora, podemos ir viéndolo se-
sión a sesión. (Pausa.) Mientras tanto, es muy importante que
me hayas dicho que piensas que te echaré de la terapia. Necesito
que me digas cada vez que tienes un pensamiento de esc tipo.
¿Está bien?
ANDREA; Supongo que ®í, (Cambiando de tema.) Sé que debe de pen-
sar que soy muy molesta, que soy difícil de tratar y todo eso.
TERAPEUTA: (Dando una respuesta lo más honesta posible.) No, no
pienso que eres molesta. Pienso que entiendo por qué esto es tan
difícil para tL
ANDREA; Pero BUS otros pacientes.., deben de ser más fáciles.
TERAPEUTA: Bueno, sí, e& verdad que pienso que algunos de ellos son
más fáciles. Pero eso no significa que no quiera seguir trabajando
contigo, (Dando a entender que ella es especial) No eres un tipo
de paciente común, que se ve todos los días. Tengo que prestarte
particular atención,
TERAPEUTA: ¿Cree que sería bueno para usted tratar de salir wi rati-
to todos los días?
Jason: (Desganado.) No.
TERAPEUTA: Entonces, eliminemos esa propuesta, ¿Recuerda algo
que haya hecho en el pasado y que le ayudara a mejorar un poco
su estado de áiunio, aunque sea un poquito?
133
ÁLEXANDER; No, ¡quiero hablar ahora!
TERAPEUTA: Creo que ahora se sentirá muy decepcionado. Le prometo
que, en la próxima sesión, hablaremos de ello en primer lugar y que
también hablaremos de cerno lo he decepcionado, ¿Le parece bien?
ALEXANDEK: (Murmura, enfadado,) Me parece que no me queda op-
ción,
TERAPEUTA: Lamento que esté enfadado por culpa de esto, ¿Sabe qué?
¿Le gustaría escribirme algo al respecto j dejárselo a la recepeio-
nista? Lo leeré antes de nuestra próxima sesión, así tendré una
idea de qué es lo que podemos haeer.
ALEXAMMR: (Con tono de enojo.) Pues nos no voy a escribir nada, pero
se lo diré en la próxima sesión,
TERAPEUTA: Está bien.
ALEXÁNDER: (Murmura.) Está bien*
(Mi terapeuta] no puede ciarme el cien por 100 cíe 5U tiempo, Eso no significa que
no le Importo. En realidad» cfice que sí le importo yf la mayoría de las veces, actúa
consecuentemente. Si me digo a mí mismo que no le importo, me enfado, y tal
vez eso no sea verdad,
Cuando Mandy se mostró muy angustiada por tener que revelar sus
pensamientos, el terapeuta hizo surgir los temores de Mandy sobre
esta acción. La ayudó a evaluar sus predicciones de manera objetiva
y lo ofreció un punto de vista alternativo, que ayudó a la paciente a
darse cuenta de que sus predicciones negativas podrían no ser cier-
tas. El terapeuta le ofreció a continuación la posibilidad de contar só-
lo una parte. Mandy reveló un incidente de la infancia en que su ma-
dre abusaba físicamente de ella. El terapeuta mostró empatia y
preocupación, Maady comenzó a creer con menor fuerza que su tera-
peuta la juzgaría negativamente y la rechazaría, y mostré mayor dis-
posición a dar más información.
143
Resumen
Los pacientes descritos en los ejemplos de caso presentados en este
capítulo tienen dificultades particulares para establecer una aliaaza
con el terapeuta. La mayor parte de los pacientes no presenta esas
dificultades significativas. Sin embargo, es importante estar prepa-
rada para las diversas maneras en que la relación terapéutica puede
verse puesta a prueba y forzada. Es fundamental que el terapeuta
mantenga la calma y no adopte una postura defensiva. Cuando sur-
gen, dificultades» el terapeuta debe conceptual!zar los problemas y
determinar si el paciente se está sintiendo vulnerable, obligado, con-
trolado^ desaprobado o rechazado. El terapeuta puede expresar com-
prensión y empatia^ y tras ello comentar e llevar cuidadosamente al
paciente a tina evaluación de la relación terapéutica de la manera
más objetiva y constructiva posible. El terapeuta déte aprovechar lo
mejor de BUS aptitudes interpersonales para controlar el problema,
mostrando sinceridad, apertura, flexibilidad y optimismo para repa-
rar la relación terapéutica, de modo que la terapia pueda avanzar,
Cuando el terapeuta tiene dificultad para lograrlo, tal vez deba ajus-
tar sus propias actitudes y comportamientos, como se describe en el
capítulo siguiente,
6
Cuando el terapeuta tiene
reacciones disfuncionales
ante el paciente
«[El paciente]:
se sentina peor
no hará ninpn avance
demandará demasiada energía
me sobrepasará
me culpará, se enfadará conmigo, me hará sentir incómodo
no me apreciará
exigirá un Hato de privilegio
esperará que yo resuelva todos sus problemas
no me dejara hacer l§ que se supone debo hacer.»
«rEste ¡paciente] hizo algunas de las tareas, pero sigue sin esfor-
zarse lo suficiente,»
«Aitnque el paciente está satisfecho con sus avances, yo deberta
ayudarlo mucho más-»
«El avance de la semana pasada no fiíe real.»
147
Ccmceptualizar las reacciones
Es importante que el terapeuta utilice sus propias reacciones emo-
cionales y conductas disfuncionales como señales para identificar
problemas potenciales. Cuando nota que se siente incómodo o tiene
una conducta adaptativa mala (por ejemplo: evita temas importan-
teBj sobre o subintróla al paciente, habla con brusquedad o sin em-
patia) f el terapeuta debería identificar sus pensamientos y creencias
disfunclonales y eonceptualizar su zona de vulnerabilidad, Algunos
terapeutas, pongamospor casOj se sienten demasiado responsables
de resolver todos los problemas del paciente. Otros se sienten fiíera de
control cuando sus pacientes están muy emocionados o son demasia-
do dominantes durante la sesión, Algunos más se enfadan con los
pacientes que continúan actuando de manera dísfuncíonal o que
transgreden la moral del terapeuta.
Para conceptualizar las propias reacciones emocionales o eon-
ductuales disfuncionales, el terapeuta debería preguntarse;
Ejemplo de caso 3
La terapeuta estaba conduciendo una terapia de pareja con Craig,
un hombre dominante y controlado^ y Amy, una mujer dócil y sumi-
sa. Cuando la terapeuta trató de interrumpir a Craig para que su es-
posa expresara su punto de vi&ta, Craig se mostró impaciente y
desdeñoso con la terapeuta. É&ta> que con frecuencia se sentía vulne-
rable, se notó angustiada por provocar la irritación del paciente* y se
volvió muy pasiva durante el resto de la sesión.
Ejemplo de caso 4
Isabelle, por lo general, subestimaba a los demás para así sentirse
superior. Cuando desestimó las propuestas del terapeuta, éste se sin-
tió dolido al principio; luego, enfadado, Las creencias del terapeuta
de que era débil e incompetente se habían activado. Con su propia
modalidad característica, el terapeuta comenzó a intimidar a la pa-
ciente, a fín de restablecer el equilibrio de poder en la sesién.
Un aspecto crítico para mejorar les reacciones negativas ante los pa-
cientes es responder a las cogniciones negativas, Los Cognitíve ¿A#-
rapy workskeet packet {Registros de pensamientos disfuncionales)
(Beck, 2005) pueden ser de utilidad* También la lectura con cierta re-
gularidad de respuestas alternativas, como las que se presentan a
continuación.
Me está dando mucho trabajo^ porque tiene mucho dolor emociona! y e$ Ea única
manera que conoce de abordarlo, Realmente tiene muchos problemas difíciles y
necesitará hacer terapia durante un largo tiempo. No detería prever que va a
cambiar rápida y fácilmente.
Quiere que yo resuelva todos sus problemas, sin tetier que cambiar ella, porque
con sinceridad cree que no tiene la capacidad de ayudarse a sí misma.
Está bloqueando mis intentas de ayudarla porque piensa que si mejora, su vida
empeorará. Si m puedo pensar cómo resolver este problema por mis propios
medios, tengo las opciones de leer bibliografía o consultar a otros terapeutas.
150
Si bien Ion pensamientos automáticos de los terapeutas que tienen
pacientes con problemas difíciles suelen ser negativos, a Teces pue-
den ser demasiado positivos:
Ejemplo de caso B
Durante los tres primeros meses de terapia, Gary, de veinticinco
años, se mostró* a veces, crítico e incluso desdeñoso con su terapeuta.
Éste conceptualizó que, cuando Oary entraba al consultorio, volvía a
sentirse como un niño y, por lo tanto3 percibía que la terapeuta lo su-
bestimaría, como su padre y muchas otras personas en su vida ha-
bían hecho durante su infancia. Obviamente, Gary no actuaba como
un adulto maduro en la sesión, Era como un niño de ocho años, que
preveía que iba a ser subes timadoP de modo que se protegía antes de
que el terapeuta pudiera actuar de este modo.
Ejemplo de 6
Conníe3 que había sido depresiva crónica durante muchos años,
mantenía una relación muy mala con su marido y se sentía bastante
bloqueada e impotente* La terapeuta, que einpatízaba demasiado
con la angustia de Connie, no confiaba en que fuera capaz de enfren-
tarse a BU marido, aprendiera nuevas técnicas para controlar a su re-
belde Mjo adolescente} o realizase actividades fuera de la casa. Tras
consultar a un colega, la terapeuta puso a prueba sus suposiciones y
alentó a la paciente a que intentara algunos experimentos eondue-
tuales. En realidad, Cormie fue capaz de lograr pequeños cambios en
los tres aspectos, algo que le infundo esperanza y motivación para
salir del bloqueo en que se hallaba.
152
Ejemplo de caso 7
La terapeuta de Amy expresaba mucha empatia en ciertas ocasiones*
Cuando Amy se mostraba muy molesta en la sesión, la terapeuta le
decía que lamentaba que tuviera esos problemas tan difíciles y se
sintiera tan maL Cuanto más empatizaba la terapeuta, peor se sen-
tía Amy, de tal modo que, basta que la terapeuta no la ayudó a que se
centrara más en la refiolución de sus problemas, Amy no pudo co-
menzar a sentirse mejor,
Derivar al paciente
El terapeuta tiene la posibilidad de considerar hablar con el paciente
acerca de la conveniencia de derivarlo a otro terapeuta cuando está
claro que, para el pariente, las desventajas del tratamiento superan
las ventajas. Una decisión de ese tipo debería tomarse de forma con-
junta, A veces, el inicio de un tratamiento con otro terapeuta aporta
esperanza, energía y una perspectiva nueva. Es importante terminar
una terapia de la manera más positiva posible con el paciente: el tera-
peuta debería expresar que lamenta no poder ayudar más al paciente
y que está seguro de que éste avanzará mejor con otro terapeuta.
156
vieran en la situación del paciente, no todas lafi personas llegarían a estar
deprimidas clínicamente. Aeí, la terapeuta debería suponer que Don ma-
nifeataba, por lo menos, algunas creencias y pensamientos incorrectos,
que éstos podrían modificarse para ayudarlo a sentirse mejor y que? con
toda probabilidad, Don necesitaba algún tipo de ayuda para la resolueién
de problemas. Por ejemplo, al igual que muchos pacientes depresi¥üs?
Don habla dejado de llevar a cabo actividades que antes le causaban pla-
cer y necesitaba ayuda de la terapeuta para tratar de retomarlas.
CARLY; Quiere decir que no piensa que yo tenga una dificultad para re-
solver la etapa oral de mi desarrf)ilo paicntiexuat» ¿No cree que debe-
ría saber algo más sobro teoría psicoanalítica? ¿El término doctor
que usa después de su apellido no debería significar algo?
TERAPEUTA: Ee realidad, tal vez tengas razón. Probablemente debería
saber más sobre teoría psicoanalítica. (Pausa.) ¿le preocupa eso?
CARLY: Por supuesto. No estoy segura de que pueda ayudarme. Tal vez
debería ver a la directora de la clínica, a ver qué dice.
TERAPEUTA: (De manera no defensiva*) Seguro. Sin duda, ella estará dis-
puesta a recibirte, o a recibirnos a ambos5 sí lo prefieres. Dos cabe-
zas siempre piensan má^ que tina.
CARLY: (Murmurando.) Bueno, lo voy a pensar»
TERAPEUTA: Está bien. Pero ahora ¿qa Meras retomar el tema del inci-
dente con tu madre?
159
aún más. Un diálogo más adecuado hubiera comentado con una respues-
ta empatien, seguida de una resolución de proMemacolaborativa,
TERAPEUTA: Lamento que no te sientas mejor. Debe ser muy frustrante
para ti,
EVELYN; Sí, lo es.
TERAPEUTA: ¿Puedes decirme qué piensas que hemos techo mal y cerno
debería ser la terapia?
En realidad, es útil reconocer que los pacientes deberían ser tal co-
mo SOE? dada su predisposición genética sus experiencias, creencias
y estrategias, El terapeuta debe demostrar más empatia cuando se
siente frustrado o enfadado, reconocer que él debe cambiar sus acti-
tudes (y, a veces, su estrategia y conducta generales) si desea que el
paciente mejore.
La terapeuta de Eodney se enfadó con él porgue traté de manipularla pa-
ra que le recetara un medicamento ansiolitico, cuando el paciente había
abusado de esa df oga en el pasado. Sus pensamientos eran: «No debería
pedirme medicamentog. TVata ele que sienta pena por él y así manipular-
me para que le recete loa medicamentos. No está respetando el acuerdo
que tenemos*. Una posición más adecuada hubiese sído: «Esto era prede-
tible. Por supuesto, va a ir a buscar drogas. No piensa que pueda sentirse
mejor de alguna otra manera, No tengo que discutir con él, sólo tengo que
marcarle los límites con firmeza». Si adopta esta postura, la terapeuta
puede empalizar con el paciente y continuar de manera máe apropiada.
160
El terapeuta suele enfadarse con pacientes que se enfadan con él
Sharon se enfadó bastante con su terapeuta cuando é^ta volvió a poner
límites a las llamadas que podía hacerle entre sesiones. La paciente res-
pondió enfadada: «No comprendo, ¡No la llamo todo el tiempo, sólo cuan-
do estoy molesta y no puedo soportarlo! A usted íio le importo. Me trata
como a cualquier otro. Para usted, sólo soy un caso más*. Los pensa-
mientos automátícog de la terapeuta fueron: «Sharon es una pesada, So-
breactua todo el tiempo. ¡No se da cuenta de que tengo una vida propia!»
Una postura correcta hubiere sido empática: «Pobre S harón. Tiene ua
umbral de tolerancia tan bajo al dolor. Debe ser muy duro para ella». Es-
ta postura habría conducido a una respuesta más adecuada, basada en
la empatia:
TERAPEUTA: Lamento roncho no poder estar por ti a todas horas. De algu-
na manera, ®ería maravilloso sí pudieras contactarme en cualquier
momento, de día o de oodhe, para que te ayude de inmediato, (Pausa, )
Por supuesto, esa ayuda rápida tiene su contrapartida también. Pro-
bablemente pensarás que nunca te podrás sentir bien sin mi ayuda, y
eso sería bastante angustioso, (Patina. ) Entonces, ¿qué tal gi trata-
mos de solucionar el problema juntas de otra manera? ¿Te apetece?
162
Los pacientes deben tener una idea clara de hacía dónde los conduce
e) trabajo en terapia, a fin de llevar el tratamiento por el buen cami-
no y de aumentar su motivación. Por lo general, el terapeuta estable-
ce una üata de objetivos con el paciente en la primera sesión de tera-
pia y añade otros problemas u objetivos, si los identifica, en sesiones
posteriores. Es conveniente revisar la lista de objetivos con periodici-
dad y preguntar al paciente cuan importante sigue siendo cada obje-
tivo para él. De ese modo, es posible recordar al paciente que no está
en terapia para complacer al terapeuta o para, simplemente, descri-
bir problemas, sino para lograr aquello que es importante para él.
Las listas de objetivos son, en realidad, el reverso de las listas de pro-
blemas, enunciados de una manera específica, eonduetual, que con-
lleve soluciones. Por ejemplo, cambiar un problema de «soledad» por
«conocer nuevas personas» y ^hacer planes con amigos» especifica ob-
jetivos concretos que el paciente puede proponerse alcanzar.
En eete capítulo, se aborda la cuestión de la determinación de ob-
jetivos; la cuestión del trabajo realizado para lograr objetivos se exa-
mina en el capítulo 8, que se centra en la resolución de problemas y
el cambio de conductas, al igual que con la mayoría de los problemas
de la terapia, puede darse un problema práctico (por ejemplo, el tera-
peuta no pide al paciente que especifique un objetivo general), un
problema psicológico (por ejemplo, el paciente tiene creencias ínter-
ferentes, como «Si determino objetivos, tendré que hacer cosas que
no quiero hacer»), ° ambos a la vez,
En la primera parte de este capítulo, se explica cómo utilizar y
modificar las estrategias estándar para determinar objetivos. Luego,
183
se presentan lae creencias y las conductas disfundonales típicas que
interfieren con la determinación de objetivos. Por último, se ofrecen
estrategias para modificar, o trabajar sobre, creencias disfundonales
que impiden la determinación de objetivos, acompañadas de ejem-
plos de casos ilustrativos.
Las técnicas con imágenes pueden ser de utilidad a los pacientes que
tienen dificultad para determinar objetivos, El terapeuta puede ayu-
dar al paciente a que imagine mentalmente coma sería un día típico
de los que le gustaría vivir en el futuro, Para ello, formula preguntas
orientadas con las que el paciente esté en condiciones de imaginarse
a sí misino con una conducta funcional y sintiéndose bien.
165
«Está bien, es la hora del almuerzo ¿Qué quieres imaginar que sucede a
continuación? ¿Te ves preguntándole a {tu colega] Joan si qylere almorzar
contigo? ¿Puedes verte caminando hacia el lugar dónete almorzarás?
Descríbemete... ¿Cómo te sientes?... ¿Da qué hablas durante el almuerzo? „.
¿Qué deseas imaginar que harás luego?»
Ejemplo de GÜSÜ
Alien se sentía tan desesperanzado, que no respondía a las pregun-
tas estándar para la determinación de objetivos y tenía dificultad pa-
ra imaginar una escena futura.
167
: (Baja ¿a vista,) Tal vez. Pero sus hijos son más grandes ahora,
No estoy seguro de que quieran estar conmigo.
TERAPEUTA: Bueno, tai vez tengas razón, O tal vez tengas que cam-
biar las actividades con ellos, (Ofrece tina opción forzada.) ¿Cuál
de ios niños te parece que sería el más abierto a tu propuesta?
ALIEN: (Piensa.) El más chico, Joey.
TERAPEUTA: ¿Cuántos años tiene ahora?
ALLEN: No sé? ocho, nueve.
TERAPEUTA: ¿Qué podrías hacer con él? (Pausa.) ¿Qué te gustaba ha-
cer a ti cuando tenias ocho o nueve años?
La terapeuta sigue ayudando al paciente a determinar objetivos ba-
sándose en recuerdos que tiene de cerno él era en el pasado y traba-
jando creativamente en tomo a su depresión,
169
Suposiciones sobre si mismas
«Si fijo objetivos^ me sentiré mal (por ejemplOj «Me voy a ver sobre-
pasado por todo lo que tengo que hacer),»
«Si fijo objetivos, tendré que cambiar.»
«Si tango que cambiar, significa que he estado mal o equivocado.»
«Si trato d© cambiar, voy a fracasar.»
«Si cambio, voy a anular mi sufrimientos
«Si cambio, mi vida empeorará,»
«No merezco cambiar y tener ima vida mejor,»
«No es justo que tenga que cambiar, s*
Conductas disftmeionales
Cuando los pacientes tienen el tipo d& suposiciones que figuran en la
lista presentada más arriba, pueden adoptar conductas disftmeiona-
les como las siguientes;
; *.^-«.is)í-.s>ás..í. i j. jf «atví
í.&ÍSsi>l ifm
•«"••C^- •S-^°-^^»W^'í4frÍ»&4«¥Í-í .'i" H-'^WWWKWJ».^ •fc^í^VX-íi^i-" ? <
Numerosas estrategias pueden resultar útiles cuando los pacientes
se resisten a determinar objetivos o determinan objetivos que? debi-
do a sus creencias disfuocionalesj son poco prácticos:
kqitÉ¿:áfé^5
TERAPEUTA: Láea, ¿te parece bien si hablamos sobre lo que deseas lo-
grar en la terapia?
LISA: (Se encoge de hombros)
TERAPEUTA: ¿Qué te gustaría que cambie, de ti o de tu vidas como re-
sultado de la terapia?
LISA; Ni siquiera sé por qué estoy aquí. Ya le dije, es mi madre la que
necesita terapia. Está loca. Desde que mi papá se fue, por culpa
de ella, además, cada vez está peor y peor, A cualquiera que le
pregunte^ mis hermanos, mi tía Flot le dirá que ella está fiíera de
control,
TERAPEUTA; (Suavemente.) Supongo que ella ve las cosas de otra ma-
nera,
LiSA: (Con enfado.) Piensa quejo tengo un problema. (S&rúástica-
mente.) Es muy gracioso,
TERAPEUTA; (Mmpáticamente,) Suena como sí estuvieras atrapada.
Ella tiene el problema, pero hace que tú vengas a terapia.
LJSA: (Murmura.) lodo estaría bien, muy bien» sí no tuviera que tra-
tar con ella.
TERAPEUTA: (Recabando datos.) ¿Hay alguna posibilidad de que no
sea así?
LISA; No, Y no la habrá por mucho tiempo.
TERAPEUTA; Entonces, estás obligada a tratar con ella,
LISA: SL
TERAPEUTA! ¿Puedes darme alguna idea sobre cómo es tratar con
ella?
LISA: (Hablando de manera muy general») Es imposible.
TERAPEUTA; (Tratando de que Lisa sea más específica,) ¿Qué te moles-
ta más?
LISA: Oh, todo, Ni siquiera quiero miraría,
TERAPEUTA: (Empátícamente.) ¿Tan mal las cosas?
LISA: Sí.
TERAPEUTA: Bueno, me gustaría ver si tú y yo podemos hacer algo pa-
ra mejorarlas,
LISA: (Mira hacia el techo.)
TERAPEUTA: Entiendo, por tu silencio, que no te convence la idea,
LISA: No es justo que^yo tenga que mejorar las eosa&> cuando ella es el
problema. Quiero que me deje en paz. (Con tono acusatorio.) Pero
usted, seguramente, me va a decir que debo ser (Con tono sarcás-
tico.) amable con mamá y cooperar y ser una buena hija.
TERAPEUTA: Mmm, oh, bueno, me alegra que hayas dicho eso, Está
bien. Trataré de reo decir ese tipo de cosas. Pero, Lisa, puedo fa-
llar, Y sí lo hago, necesito que me lo hagas saber, así puedo corre-
girme, (Pausa,) ¿Estarías dispuesta a hacer eso?
LISA: (Sorprendida.) Sí, sí> lo haré,
TERAPEUTA: Está bien, porque si no lo hacesj no creo que la terapia
funcione,
186
TERAPEUTA: Entoncess ¿qué quieres lograr con la terapia?
JENNA; (Con voz apagada,) No sé.
TERAPEUTA: Bueno, ¿qué te gustaría que cambie de tu vida?
JENNA: No sé, se supone que tengo que decir que quiero volver al tra-
bajo, pero la verdad es que no quiero. {Con fuerza,*) Y no lo voy a
hacer, (Mira amenazante a la terapeuta,)
TERAPEUTA; Sé que el trabajo ha sido bastante malo para ti el líltímo
mes,
JENNA: (Core voz disgustada.) Es terrible, La gente que trabaja ahí es
terrible. Los clientes son terribles.
TERAPEUTA: Vaya, no cabe duda de que no quieres regresar ahí.
JENNA: (Sarcásticamenie,) No, ni soñando. De todos modos, no puedo
volver. Es demasiado molesto. Probablemente, me deprimiría y
tratarla de matarme, otra ves,
TERAPEUTA: Bueno, me doy cuenta de que es mejor que no trate de
convencerte de que vuelvas* ¿Qué opciones tienes?
JENNA: No sé. Quedarme en casa, creo,
TERAPEUTA: ¿Puedes hacer eso?
JENNA; Mi madre me mataría, Está furiosa conmigo ahora porque no
voy a volver al trabajo, Me amenazó con echarme de casa si no
vuelvo. Pero no la ereo, De todos modos, aunque lo hiciera, me
mudaría a casa de mi amiga Denise,
TEHÁPEUTA: Entonces, tal vez un objetivo de la terapia puede ser ayu-
darte a planificar lo que quieres hacer en las próximas semanas
y, luego, a largo plazo.
JENNA: (Con amargura,) Como quiera,
TERAPEUTA: (Dándole una opción.) Amenos que quieras pensar en es-
to tú sola,
JENNA: (Reconociendo indirectamente que necesita ayuda.) Sé que
mamá me hará la vida imposible,
TERAPEUTA: Siendo así, ¿otro objetivo sería tratar a tu mamá de otra
manera?
JENNA: (Sarcásticamente») Como si fuera posible.
TERAPEUTA; Bueno, tal vez tengas razón, O tal vez no. Parece como si
ya te sintieras frustrada con ella,
JENNA: Sí.
TERAPEUTA: Entonces, tal vez puedas aprender a hablarle de otra
manera. Tal vez esto no dé resultado, pero, una vez más, podría
ayudarte a conseguir lo que quieres.
JENNA: (Reconociendo que la terapeuta no va a insistir en et objetivo
de que vuelva al trabajo y va a comenzar a pensar más en una al-
ternativa.) Verá5 no sé muy bien qué pencar acerca del trabajo.
Sin duda, no quiero volver a ese trabajo. Pero estoy empezando a
quedarme sin dinero.
TERAPEUTA: (Aclarando.) Por lo tanto, tal vez ayudaría si habláramos
de conseguir un nuevo trabajo, un trabajo mejor*
JENNÁ: Creo que sí.
TERAPEUTA: (Anticipando que Jenna puede ¿sentirse angustiada con la
¿dea de volver al trabajo,) Pero, Jenna, si decides volver al traba-
jo, tendremos que hacer algún tipo de preparación, Sería muy
importante que esta ves sea más agradable para ti, ¿Está bien?
JENNA: (Asiente.)
TERAPEUTA: (Escribe ese objetivo,) Bueno, veamos, {Resumiendo.)
Tendremos que tomar una decisión sobre el trabajo, tal vez
aprender a hablar a tu mamá de otra manera, tal vea aprender a
lograr que el próximo trabajo sea mejor, <, ¿Hay algún otro proble-
ma que te gustaría tratar conmigo?
JENWA: No sé. Tbdo está mal.
TERAPEUTA: ¿Por ejemplo?
JENNA; (Suspira.) Tbdo lo que hago a lo largo del día. Mi mamá me
llama por teléfono a cada instante, me persigue para que me le-
vante y haga algo* Pero no tengo energía. Llamo a mis amigos
por teléfono, pero no tengo nada que decirles. Entonces, escucho
todo lo que ese chico le hizo a aquella chica, y que esa chica está
enfadada con aquella otra chica... ¡Muy aburrido!
TERAPEUTA: Seguro que necesitas más satisfacción en tu día a día.
JENNÁ: Sí, pero estoy muy cansada como para hacer algo.
TERAPEUTA: Üh, entonces, tal vez el objetivo sería «Encontrar algo
placentero para hacer que no exija demasiada energía». ¿Qué te
parece?
JENNA: Está bien, creo.
TERAPEUTA; De acuerdo, la lista de objetivos parece razonable. ¿Esta-
rías dispuesta a examinarla esta semana y ver BÍ hay algo más
que deseas agregar, lograr con la terapia?
JENNA: Vale.
CHARLIE; Itengo que decirle que, en realidad, no sé por qué estoy aquí,
Ha sido idea de mi esposa. Dice que necesito terapia. De heehor
me ha dejado entender que podría dejarme si no venía.
TERAPEUTA: Entonces, supongo que lo primero que tendríamos que
analizar es si tenemos solamente que resolver BU problema en la
sesión de hoy o si piensa que la terapia lo ayudaría de alguna ma-
nera.
CHARLEE: Bueno, como dije, fiíe idea de mi esposa,
TERAPEUTA: ¿Puede decirme qué opinaría ella si estuviera aquí? Si yo
pudiera preguntarle por qué desea que Charlie vaya a terapia ,
¿qué diría?
CHARLIE: Me responsabilizaría de su infelicidad. Diría que no hablo
con ella lo suficiente, que no «comparto!* cosasj más allá de lo que
eso signifique. Diría que trabajo demasiado y ya no soy divertido,
TERAPEUTA: ¿Piensa que tiene razón?
CHARLIE: No sé qué quiere de mí. Sabe que mí trabajo es muy absor-
bente* Le gusta el dinero que gano*
TEBÁPEUTA; ¿Usted dijo que ella se siente tan infeliz que podría dejarlo?
CHARLJE: Bueno, dejó entender eso. No lo sé con seguridad»
TEKÁFEUTA: ¿Y cómo se sentiría usted con algo así, si ella lo dejara?
CHARLIE: No quiero que se vaya. En verdad, no quiero. Tan sólo deseo
que me deje en paz.
189
TERAPEUTA; Por lo tanto, su objetivo en la terapia sería pensar qué
puede hacer usted para que las cosas vayan mejor, Tal vea podrí-
amos pensar en algunas cosas relativamente fáciles que podría
hacer y que serían muy significativas para ella,
CHARUE: No sé, Tendré que pensarlo.
TERAPEUTA: Me parece muy bien, (Lanzando una hipót&sis.) Mien-
tras tanto, ¿habría algo malo en que usted llevase a cabo algunos
cambios pequeños? Por ejemplo, ¿significaría que ella ganó y us-
ted perdió, o algo asi?
«¿Cómo puado ayudar al paciente para que sienta mejor al final de esta
sesión?*
«¿Cómo puedo ayudarlo/a a pasar una semana mejor (hasta que vuelva a
¥erlo/a}?*
Regulación de la sesión
Otra aptitud esencial para la estructuración eficaz de las sesiones es
la regulación. El terapeuta debe controlar continuamente el tiempo
que queda a lo largo de la sesión y orientar de manera táctica el diá-
logo, para poder ayudar al paciente a sentirse mejor hacia el final de
la sesión y prepararlo para que disfrute de una semana mejor* Es útil
disponer de dos relojes en el consultorio, así, tanto el terapeuta como
el paciente pueden asumir la responsabilidad de cómo utilizan el
tiempo. El terapeuta debería cerrar el análisis del último problema
entre cinco y diez minutos antes del término de la sesión. De ese mo-
do, el paciente y el terapeuta podrán llegar al cierre de un problema
(o decidir de forma conjunta BÍ continúan analizando el problema en
la sesión siguiente), revisar y registrar las conclusiones más impor-
tantes de la sesión y las tareas para el hogar, y analizar la devolución
del paciente sobre la sesión.
Interrupciones
El terapeuta no puede regular las sesiones y lograr los objetivos tera-
péuticos a menos que interrumpa tácticamente al paciente, Al co-
mienzo, el paciente no sabe lo que el terapeuta necesita conocer para
ayudarlo. Algunos pacientes (y terapeutas) precisan saber de cada
detalle sobre la historia del paciente y sobre cada problema para po-
der ayudarlos, O requieren estar al tanto de todo aquello que ha sido
problemático para un paciente o ha estado en su mente. En realidad^
el terapeuta, por lo general, necesita disponer de la información sufi-
ciente para conceptual!zar con qué problema es más importantetra-
bajar y? luego, en el contexto de la resolución de problemas, qué infor-
mación de fondo es la más relevante, así como qué cogniciones y
conductas es más fundamental modificar.
Así pues^ es fundamental que el terapeuta interrumpa gentil-
mente al paciente, diciendo, por ejemplo: *¿Puedo interrumpirlo un
momento? Quiero asegurarme de que entiendo lo que está diciendo»;
194
o: «¿Puedo hacerle una pregunta sobre ello?»; o; «Disculpe que inte-
rrumpa, pero necesito saber.,,«, Los pacientes que se molestan por
las interrupciones habitualmente manifestarán un cambio de afecto
o modificarán el lenguaje corporal o el tono de voz. En los capítulos 4
y 5, se describe qué hacer en esos casos. Si el terapeuta no está segu-
ro del efecto de sus interrupciones en el paciente, simplemente puede
preguntar:
195
Los terapeutas que tienen suposiciones de ese tipo deben evaluar
sus ideas y tratar de ponerlas a prueba. Si el terapeuta pierde infor-
mación importante, en su mano está llevar a cabo un interrogatorio
más profundo. Si la alianza resulta dañada, puede trabajar para re-
pararla.
Cuando los pacientes están angustiadoSj tienden a centrarse en
el acontecí miento que más recientemente los ha molestado o que
más los ha angustiado durante la semana, Áveces3 esos temas son de
primera importancia. Sin embargo, si el terapeuta no interrumpe al
pacíen te, no podrá obtener datos suficientes como para tomar esa de-
cisión. El hecho de no interrumpir a los pacientes tos priva, de la opor-
tunidad de pensar qué los ayudará más, d& tal filudo que puedan ob-
tener el mayor beneficio posible cíe la sesión,
Harriet, por ejemplo, llegó a la sesión muy molesta^ acababa de
pelearse con su hija, ya adulta. Si el terapeuta no hubiera interrum-
pido a Harriet, tal vez no habría sabido! hasta el final de la sesión, en
el mejor de los casos, que la paciente estaba afrontando un problema
mucho más grave: estaba a punto de dejar de percibir los beneficios
de la asistencia pública porque había estado evitando completar los
formularios necesarios y la reunión con su asistente social.
En otras ocasiones, el terapeuta se beneficia al ensayar respues-
tas correctas a sus suposiciones disfuncionales, por ejemplo:
«Me incomoda tener que interrumpir a este paciente, Pero Bé} por
experiencias previas, que no interrumpirlo significa que no lo-
graremos mucho. Puedo tratar de interrumpirlo y ver qué pasa,
Si se angustia, tengo la opción de disculparme y decirle que lo es-
toy interrumpiendo porque es muy importante para mí ayudarlo
a resolver sus problemas. Por otro lado, acaso esto no sea un pro-
blema en absoluto.»
Ejemplo de caso
Rosa tenia problemas crónicos, prolongados, con su hermano. Como
él vivía lejos y como ella, por lo general, evitaba el contacto con él, los
problemas entre ambos surgían con poca frecuencia. Aunque Rosa
quería hablar de eso^ la terapeuta consideró que era más importante
concentrarse en ayudarla a encontrar un trabajo, dado que sus esca-
sos recursos monetarios pronto m agotarían.
202
TERAPEUTA: Entonces, ¿qué problemas quieres trabajar hoy?
ROSA: Esa pelea que tuve con mí hermano, creo. Me estaba molestan-
do para que ñiera a viaitar a mis padres y le dije que me dejara
en paz.
TERAPEUTA: ¿Aigo más?
ROSA; (Piensa.) Mnrm, sí tenemos tiempo, mi apartamento que está
tan desordenado...
TERAPEUTA; (Mencwnand® un problema constante.) ¿Y qué tal la bús-
queda de trabajo?
ROSA: Sí, creo que sí.
Ejemplo de caso
PACIENTE: Tuve una semana muy dura. No sé por dónde empezar.
Ttengci ese problema con el vecino. Otra vez. ¡Otra vezí Me está
arruinando la vida, Y también tuve un problema en el trabajo.
Wanda» de quien le hablé antes, cada vez está peor. Siempre me
dice qué tengo que hacer, pero ella no es mi 8Upemstsra> Su pues-
to es más alto que el mío, pero lo que yo hago es asunto mío, no de
ella, Y Simón [novio], no sé qué le pasa*Á veces es cálido, y otras,
muy fiio, Me dijo algo muy hiriente esta semana» pero después se
disculpó, no sé, Y creo que estoy quedándome sin dinero. Ni si-
quiera sé cuánto tengo en el banco, superé el limite de les tar-
jetas de crédito y hoy recibí una carta de una agencia recaudado-
ra. Y mi madre me está volviendo loca, me llama todo el tiempo,
quiere que siempre esté detrás de ella y la llame. Y me encuentro
terriblemente mal, pienso que voy a resfriarme, pero no puedo
permitirme volver a faltar al trabajo, si no, me van a despedir. Y
mi compañera de apartamento, creo que me está robando dinero.
No limpia su parte de la casa. La cocina siempre está sucia. Es
desagradable.
TERAPEUTA: (Intemtmpieridoy resumiendo.) Entonces, veamos qué
deberíamos tratar primero. Hay un problema de dinero, hay pro-
blemas con relaciones y un problema que se darla si te enfermas.
Si tuviéramos tiempo para trabajar un solo problema, ¿cuál te
parece que sería más importante?
PACIENTR: No sé. Estoy tan enfadada con mi vecino, Y con mi compa-
ñera de apartamento, (Pierna,) Mi compañera, creo, Puedo igno-
rar al vecino, hacer como que no lo veo,
TERAPEUTA; Está bien, pedemos empezar con tu compañera. Si tene-
rnos tiempo para otro problema, ¿cuál sería?
205
Estos temas se describen a continuación,
Revisión dg la semana
Los pacientes muestras diversos grados de predisposición a revelar
espontáneamente información sobre su semana (o sobre el período
posterior al último contacto con el terapeuta). Aveces, incluso los pa-
cientes que tienen problemas difíciles dan poca información; otros,
en cambio, dan demasiada información. A fin de conceptual! zar có-
mo se puede ayudar mejor al paciente en una sesión en particular, el
terapeuta debe tener un panorama amplio de cómo fue BU semana y
también buscar información específica sobre cuándo el paciente se
sintió má& angustiado- El terapeuta puede reconocer problemas im-
portantes para incluir en la agenda a partir del informe del pacien-
te. Es fundamental observar que algunos pacientes pueden no infor-
mar espontáneamente sobre problemas en ámbitos esenciales* Así
pues, acaso sea útil revisar con rapidez aspectos específicos de su
funcionamiento para comprobar si ha surgido un problema que de-
bería incluirse en la agenda,
Ejemplo de caso
Laura, una paciente de larga duración, con trastorno bipolar de ciclo
rápido, acudía a la terapia una vez por semana cuando estaba en una
crisis, con menor frecuencia cuando se encontraba mejor, y una vez
206
cada seis semanas o dos meses cuando estaba relativamente estable.
La terapeuta reconoció el patrón de Laura ríe incluir en la agenda só-
lo el problema que era más angustiante para ella el día en que se en-
contraban. Ocasionalmente, se daban otros problemas craciaies} que
Laura no mencionaba, De modo quet al comienzo de cada sesión, la te-
rapeuta rápidamente pasaba revista, junto a Laura, a una lista de
control de los diierentes aspectos críticos de su vida: «¿Cómo están las
cosas con tu novio? ¿Con tu hija? ¿Cuántas veces dejaste de tomar los
medicamentos desde la última vez que nos vimos? ¿Cuándo viste al
psiquíatra? ¿Qué te dijo? ¿Puedes ocuparte de tu casa? ¿Cómo están
las eoeas con tu madre y tu hermana? ¿Sigues leyendo la Biblia casi
todos los días? ¿Estás comiendo con regularidad? ¿Durmiendo? ¿Sales
a dar un paseo? ¿A hacer mandados?»* Si no descubrían y trataban los
problemas de Laura rápidamente^ la paciente solía decaer.
«¿Va a suceder algo antes cte que rotemos a vernos que yo debería saber?»
209
Las investigaciones muestran que los pacientes que realizan las
tareas en el hogar obtienen mejores resultados que los que ao las ha-
cen {Persons, Burns y Perloff, 1988). De modo que el terapeuta debe
subrayar la importancia de llevar a cabo las tareas y revisar la cues-
tión con los pacientes que no cumplen con las tareas asignadas (véa-
se capítulo 9)*
El comienzo de la sesión también es un buen momento para pre-
guntar sobre el consumo de sustancias, si corresponde.
«¿En cuántos días de esta semana [bebiste]? ¿Cuál fue la mayor cantidad que
llegaste a beber en un día? ¿La menor? ¿El promedio?»
«Parece que hay rnuciías cosas que te angustian. Debe ser duro». COITO es
pro&abfe que sólo tengamos tiempo para trabajar sobre uno o dos problemas,
¿puedes d&círme cuál es más importante para ti?»
Para otros pacientesr es útil resumir los problemas en grupos;
«Entonces, tienes problemas [en el trabajo, problemas con 1u marido, tus hijos
y algunos problemas porque te sientes ansiosa y sola.] ¿Pw dónde quieres
comenzar?»
Resumir
Durante la sesión de terapia, es fundamental tener una idea de la
experiencia emocional del paciente en ese momento y de su com«
prensión del contenido de la sesián. El terapeuta debe saber lo que el
paciente está pensando y cómo reacciona, algo con frecuencia difícil
de lograr, a menos que el terapeuta efectúe preguntas corad:
«¿Qué piensas so&re eso? <„ ¿En qué medida crees en eso?»
«¿Cómo te sientes sobre lo que hemos estado hablando?»
Notas de la terapia
Una vex que han hecho un buen resumen, el terapeuta suele pedir al
paciente que lo escriba, o se ofrece a escribirlo en su lugar. El pacien-
te, de hecho» olvida mucho de lo que oye en el consultorio del médico
(para una descripción de sus dificultades, véase Meichenbaiim y
Torkf 1987), Por consiguiente^ al terapeuta debe suponer que eso
mismo es válido para los pacientes de psicoterapia. Para saber qué
es importante que el paciente recuerde, el terapeuta puede hacerse
la siguiente pregunta a lo largo de la sesión de terapia:
¡¿Qué me gustaría que [este paciente] recuerde esta semana?»
213
El terapeuta ayuda a continuación al paciente a tomar de manera
idiosincrática notas de terapia elaboradas. Esas notas pueden conté*
ner ideas adaptativas (respuestas a cogniciones disfimcionales o con-
clusiones a las que ha llegado el paciente), instrucción e 8 para cam-
biar BU conducta o tareas para el hogar. El paciente o el terapeuta
pueden escribir esos importantes recordatorios en tarjetas, en un
cuaderno o en un papel, El terapeuta luego puede fotocopias las no-
tas, (Para evitar el fotocopiado, el terapeuta puede consepiir papel
de calco de una impresora, sea de tamaño grande o diseñado de ma-
nera similar a un recetario J Alternativamente, el terapeuta y el pa-
ciente tienen la opción de grabar esas «notas de terapia» en una cinta
de audio.
Más tarde, el paciente tendrá la oportunidad de revisar, en casa3
las conclusiones más importantes a las que haya llegado durante la
sesión (tanto en las semanas siguientes, como una vez que haya ter-
minado el tratamiento). Acaso resulte beneficioso leer esas notas con
regularidad (por ejemplo, en el desayuno y la cena) y también cuando
lo considere necesario. A veeess el terapeuta debe ser creativo para
ayudar al paciente que no es capaz de leer o no dispone de un graba-
dor de andia El paciente puede dibujar gráficos o símbolos que le sir-
van de ayuda para recordar o puede pedir a alguna otra persona, cui-
dadosamente seleccionada} qua le lea las notas.
Esas notas de terapia ^on, en realidad, la «terapia domiciliaria»
del paciente. Es muy importante motivar al paciente a leer sus notas
con regularidad, pues ello facilita un cambio eti sus cogniciones y su
conducta. (Para más información sobre este tema, véase Beck, 2001.)
«Me alegra mucho que me hayas dicho eso [que siente come si me
del lado de tu familia, nunca quise dar a entender eso], Esto es mg/menfó
importante y lamento (fue no tengamos tiempo de hablar ahora de ello.
¿Te gustaría hablar de eso en primer fugar en la próxima sesión?»
216
9
Dificultades en la resolución
de problemas y las tareas
para el hogar
Como se mostró más arriba» las cogniciones del paciente pueden faci-
litar u obstaculizar su habilidad o su disposición para ejecutar cam-
bios, incluso pequeños, en su conducta. Y una vea que ha logrado ha-
cer cambios, sus pensamientos determinan si hará más cambios o
no, Cuando los pacientes no avanzan del modo adecuado, cambiar lo
que realizan cada día es esencial para que se sientan mejor. Para mu-
chos pacientes, sobre todo para los que están deprimidas, estD signi-
fica volverse más activos, disminuir la evitación y aumentar sus
oportunidades de sentirse competentes y de sentir placer. (En el caso
de los pacientes que tratan de cumplir demasiadas responsabilida-
des, el objetivo del terapeuta debería ser diferente, por supuesto: Li-
mitar las tareas que no son esenciales y generar más oportunidades
para el descanso, la relajación y el placer,)
Los pacientes «fáciles», por lo generals creen que concentrarse en
la resolución de problemas es útil, que son capaces de hacer cambios
y que hacer cambios los llevará a sentirse mejor y tener una mayor
calidad de vida. Por otro lado, los pacientes con problemas difíciles
pueden manifestar algunas cogniciones disñmcionales. Pueden creer
que sus problemas no tienen solución o que son incapaces de resol-
verlos; que concentrarse en una resolución de problemas los hará
sentirse peor, y no mejor; que el terapeuta, de alguna manera, les ha-
rá daño si revelan sus problemas; que aceptar llevar a cabocambios
significa que son débiles o inferiores; o que, en realidad, hacer cam-
bios entre sesiones los rebajará o los hará sentir peor. Esas mismas
cogniciones también pueden activarse durante la sesión e interferir
con la determinación de objetivos inicial (véase el capítulo 7).
220
Si el paciente no tiene cogniciones disfundonales acerca de la concen-
tración en un problema, es probable que responda bien al intento de
colaboración del terapeuta para dirigir la sesión de forma productiva.
Otra dificultad que suele presentarse es cuando el nivel de an-
gustia delpo£tent€ es demasiado alto en el momento cié concentrarse
en la resolución de un problema, Robería estaba tan molesta por una
discusión con un colega, que no podía adoptar un marco mental para
la resaludan del problema. El terapeuta empatizó, luego ofreció una
alternativa a la paciente:
«Lamento qye te sientas angustiada, y parece que cuanto más hablas de [cómo
te ha afectado Douglas], peor te sientes. (Pausa.) ¿Rensas que sena mejor
hablar [fie un problema menos grave] ahora y volver a Douglas después?»
Ejemplo de caso
Olivia, tina paciente con trastorno esqtÚEüafeetivo, solía desconfiar
de los demás cuando estaba deprimida. Sin embargo, cuando estaba
eutímica, no lo hacía, y el terapeuta sospechaba que no era acertada
la opinión negativa que tenía de sus colegas en la época que estaba
deprimida.
La primera vez que el terapeuta trató de que Olivia hablara so-
bre sus pensamientos paranoicos respecto de los demás,, la paciente
se hallaba demasiado sintomática para evaluar sus cogniciones. El
terapeuta propuso cambiar el foco de la conversación. Comenzaron a
examinar qué podía hacer Olivia en el trabajOj aunque los demás la
criticaran, Estuvieron de acuerdo en que todo sería mejor si podía
poner buena cara y responderles de manera neutral, Luego habla-
ron acerca del significado de las críticas de los colegas -si podían lle-
var a que ella perdiera el trabajo- y convirtieran en algo menos ca-
tastrófico su temor. La tarea para el hogar que tenía Olivia, además
de leer las notas de la terapia, era tratar de actuar naturalmente y
observar cómo reaccionaban sus colegas: las expresiones del rostro,
el lenguaje corporal, las palabras y el tono de voz que utilizaban.
Cuando Olivia estuvo menos deprimida y dejó de creer que sus
colegas eran hostiles.» el terapeuta retomó el problema original y la
preparó para la posibilidad de que tal vez la próxima vez que estu-
viera deprimida llegaría erróneamente a la conclusión de que sus co-
legas tenían malas intenciones.
J. •K:«3«4«4C«^«j.X £ *-••
Los pacientes que responden «noventa por 100 o cien por 100» o «Mu-
días probabilidades» casi siempre realizan las tareas (a menos que
sean demasiado optimistas o deseen evitar discusiones). Loa pacien-
tes que dicen «ochenta por 100» o «Bastantes, creo» por lo general
cumplen una parte de las tareas, la mayoría de las veces sólo para
complacer ai terapeuta. Con los pacientes que dicen «cincuenta por
100» o «No estoy seguro», las probabilidades de que no hagan la tarea
son muy altas. Cuando la respuesta es «menos del noventa por 100»,,
el terapeuta debe tratar de averiguar qué impedimentos prácticos y
cogniciones están, tal vez, interfiriendo, cabe la posibilidad de cam-
biar la tarea? de modo tal que haya muchas probabilidades de que el
paciente la realice, Si hay pocas probabilidades de que un paciente
lleve a cabo una tarea conchictual (por ejemplo, llamar a un amigo),
es preferible propiciar que la tarea sea optativa o cambiar la tarea
(por ejemplo, pensar en llamar a un amigo, pensar en lo que podría
decir; ver qué pensamientos surgen cuando la/lo está por llamar).
227
debería escribir sus conclusiones. (Alternativamente, el paciente o el
terapeuta podrían dictar las conclusiones para grabar en audio este re-
sumen, al mismo tiempo o al final de la sesión,) Por ejemplo:
228
Pensamiento automático: Está bien si no hago esto [o si lo hago más tarde],
Respuesta: Es importante hacer esto cada vez. No está bien posponerlo. Cada
vez que realizo algo que no quiero tiacer, fortalezco un músculo saludable que me
llevará a cumplir mis objetivos. Cada vez qire no lo hago, fortalezco el múscuto de
procrastinadon que me aleja de mis objetivos,
Salir a caminar durante, por fo menos, cinco minutos cada día, aunque no me
haga sentir mejor, porque es un primer paso para controlar la depresión.
Cada vez que hago ta tarea de terapia, o cualquier otra tarea productiva, me
recuerdo qye merezca confiar en mí mismo, sobre todo si no veo una retribución
inmediato.
229
Tratar los pensamientos negativos
y hacer la tarea en el hogar
Sin embargo, en lugar de tenerse confianza, algunos pacientes,, de
forma oo deliberada, socavan sus avances ctm pensamientos negati-
vos después de haber terminado una tarea, Sí un paciente no se sien-
te mejor tras haber hecho una tarea qtlepütencialmente lo gratifica-
ría, el terapeuta debería averiguar qué pensamientos interferentes
pueden haber surgido durante la tarea y después de é&ta? y ayudar al
paciente en la elaboración de respuestas adaptativa^, que puede leer
después de desempeñar la tarea. Los siguientes ejemplos fueron ex-
traídos de tres pacientes difíciles, cuyos casm frieron descritos al co-
mienzo de este capítulo:
Pensamiento automático; Mica esto, pero no muy bien, y ahora estoy exhausto,
La terapia no ayuda. Nunca ¥oy a sentirme mejor.
Respuesta; Merezco darme confianza por haber hecho esto, Después de lodo, no
había realizado estas cosas antes de comenzar la terapia. Me llevará un tiempo
sentirme mejor. Deseo que estas cosas me hagan sentir mejor de inmediato, pem
eso no es realista Sólo tengo que seguir haciéndolas y asistiendo al tratamiento.
«Me parece que podría tener algunas ventajas el hecho de resolver este
problema, pera creo que también conlleva algunas desventajas, (Paum.)
¿Cyáles podrían ser las desentejas?»
«Si hago I®que mi terapeuta quiere que liap, significa que ella está
controíándome.»
«Si trato de resolver esta problema o de hacer esta tarea, voy a fracasar
porque soy demasiado incompetente.*
Grace no sólo tenía una creencia arraigada de que era incompetente
e incapaz, sino que había desarrollado una estrategia general de pro-
crastinaeión y evitación. En cierto sentido^ pensaba que era mejor vi-
vir con un problema^ aunque eso le provocara un grado de angustia
significativo. A pesar de que esa evitación necesariamente conducía
al fracaso, al menos podía decirse a sí misma: «* Fracasé porque no
probé» > algo menos doloroso que la alternativa; «Fracasé porque soy
incompetente». Á corto plazo, esa dificultad surgió cuando Grace no
pudo plantear problemas importantes en la terapia ni realizar las ta-
reas para el hogar. La terapeuta se vio en la necesidad de ayudarla a
modificar su creencia sobre la incompetencia antes de que estuviera
dispuesta a resolver problemas y cumplir conlas tareas,
Es evidente que, si espera que alguien me salve, voy a seguir sintiéndome muy
mal, Con pa ayuda de mi terapeuta], puedo «salvarme* a mí misma. Es la única
manera en que voy a lograr sentirme mejor, La fantasía de un salvador me hace
sentir mejor, pero soto de forma momentánea, y después me siente peor.
241
Hank no quería hablar de cerno hacer que su jornada laborai fuera
más tolerable porque, de alguna manera, sabía que tenía parte de
responsabilidad en esos problemas. Trataba de hablar con todo deta-
lle de la manera injusta en que los demás lo trataban y evitaba las
preguntas de la terapeuta cuando ésta pretendía hacerse una idea
mejor de lo que realmente sucedía, de lo que Hank hacía y decía. La
siguiente transcripción ilustra una intervención clave:
Kimberly sufría, desde hacía años, por la relación con su padre an-
ciano, al que tenía que cuidar. Cuando la terapeuta le propuso algu-
nas soluciones directas, como dejar el cuarto cuando él le gritaba, po-
nerle limites, recompensarlo por conductas positivas o pedir ayuda e
otros miembros de la familia o al servicio social, Kimberly desechó
cada una de estas ideas, Era demasiado doloroso para ella reconocer
que podría haber sido capaz de resolver algunas de sus dificultades
con su padre varioB años aittes. No obstante, reconoció que ello era
así cuando la terapeuta lanzó la hipótesis sobre esta posibilidad
(«Kimberly, me pregunto si es muy difícil para ti considerar que tal
vez tuviste la capacidad de mejorar las cosas. Por ejemplo, ¿sería ma-
lo para ti darte cuenta de que podrías haber mejorado esta situación
mucho tiempo antes?»),
Los pacientes pueden tener crisis existeneiales cuando reconocen
que han pasado mucho tiempo sufriendo innecesariamente porque
se lo han autoünpuesto (Yaloin, 1980), Una manera de amortiguar
este golpe es considerar la posibilidad de que el paciente está ahora
en una etapa de desarrollo psicológico en que puede dar el salto que
lo lleve de la víctima autopercibida al individuo autosufíciente. Por lo
tanto, el tiempo anterior (y tal vez los anos previos de terapia) puede
242
no haber sido una pérdida de tiempo; por el contrario, quizá haya si-
do una etapa precursora del estado presente del paciente y de mejo-
res posibilidades en el futuro.
«Si trato de resolver este problema de forma productiva, voy a tener que
dejar a los demás en paz,»
Abe creía que había sido muy maltratado por su familia de origen
durante años- Se resistía a hablar de cómo podría lograr que un viaje
inminente a la casa de sus padres fuera más placentero para éL La
idea de tratar a BU familia razonablemente le parecía inaceptable*
Quería seguir castigándolos por sus malos tratos, incluso a un costo
emocional importante para su persona,
El terapeuta de Abe le hizo recordar el viaje que anteriormente
había realizado a casa de sus padres, cuando había castigado a BU fa-
milia negándose a ir a ujtia reunión familiar, a acompañarlos al zooló-
gico o a sumarse a un proyecto familiar para hacer fotografías. Re-
cordó que se había sentido aislado, desconectado e incluso rechazado,
244
y que la herida había persistido durante semanas. El terapeuta le
ayudó a darse cuenta de que, probablemente, sus familiares se ha-
brían sentido muy poco heridos en comparación con él Tras su con-
versación} Abe reconoció que si utilizaba la misma estrategia para
castigarlos, lo más seguro es que terminaría castigándose más a sí
mismo que a ellos» Finalmente, Abe llegó a la conclusión de que era
mejor para él hacer lo que estuviera a su alcance para reducir su pro-
pio dolor3 dado que era probable que su familia no sfi ñintiera dolori-
da en absoiuto,
248
Pensamiento automático: Aunque logre sentirme mejor, esa sensación no va
durar
Respuesta; Quiza sea verdad al comienzo, pero puedo incorporar aptitudes para
modificar mi estado de ánimo durante períodos más largos,
PATRICIA: No sucederá.
TERAPEUTA: (Lamandú una hipótesis.) ¿También estás preocupada
porque, si creamos una imagen mejor, en verdad tendrías que sa-
lir j conseguir un trabajo?
PATRICIA: S£? creo que sí.
TERAPEUTA: ¿Y qué significa para ti conseguir un trabajo?
PATRICIA: Voy a estar atrapada. Sería fatal. Si consigo un trabajo,
tendré que conservarlo, abandonar toda esperanza de una vida
mejor,
Tras ello, el terapeuta analizó con ella cómo podría actuar si consi-
guiera un trabajo que ñiera insoportable, y la ayudó a que entendie-
ra que no estaría atrapada, que podría mantenerlo por unos días o
semanas y, mientras tantot buscar otro trabajo. Sería posible dejarlo
una ve2 que hubiera encontrado otro. También analizaron cómo el
hecho de no tener un trabajo tampoco estaba aportándole felicidad;
en realidad, se estaba deprimiendo y angustiando cada vei más en
las ultimas semanas. Finalmente, estuvo dispuesta a imaginar cómo
sería un trabajo mejor; un trabajo que se sintiera capa^ de desempe-
ñar, con colegas compatibles y un jefe razonable,
251
Después, Patricia planteó su temor sobre los efectos que a largo
plazo que tendría el hecho de conseguir un trabajo. Sólo imaginaba un
futuro doloroso, una existencia miserable consistente en ir al trabajo,
volver a una casa desordenada, preparar la cena, limpiar, ir a dormir,
luego levantarse y repetir ese ciclo durante meses y años- Una vez
más, el terapeuta la ayudó a comprender que solo imaginaba la peor
situación. Así pues, también analizaron la mejor situación y la situa-
ción más realista. Luego, el terapeuta pidió a Patricia que visualizara
un día relativamente satisfactorio un año después, cuando hubiera es-
tado trabajando por varios mases en un trabajo tolerable, estuviera
acostumbrada al ritmo del trabajo diario, volviera a casa y estuvie-
ra contenta de ver su hijo^ y se sintiera a gusto porque le estaba yendo
bien en el trabajo y podía contribuir a la economía familiar.
Más tarde, Patricia expresó sus temores de que acaso no sería
competente para cualquier trabajo que encontrara. Tenía una pesadi-
Ea que era una reminiscencia de una lucha que había tenido de niña,
y de la que no había hablado antes. Cuando estaba en sexto grado, se
le pidió que tomara cursos de una lengua extranjera. Se esforzó mu-
cho con esa materia, se esforzó públicamente, cuando se le pidió que
mantuviera un diálogo en voz alta. Se sintió muy incómoda y se negó
a pedir ayuda al profesor. El terapeuta conceptualizó que ese nuevo
*¥trauma» (tener que conseguir un trabajo) tal vez estaba reactivando
sus sentimientos de estar atrapada, ser incompetente, incapaz de re-
solver sus problemas. La ayudó a reconocer que esos sentimientos
(creencias, en realidad) no eran particularmente aplicables en el mo-
mento actual. Patricia no tenía que aceptar un trabajo que estuviera
más allá de sus capacidades, podría tratar de resolver los problemas
que surgieran en el trabajo y estaría en condiciones de dejarlo si era
necesario, El terapeuta le infundió la esperanza de que podría apren-
der, a través de la terapia, a obtener satisfacción de su trabajo y a no
sentirse tan angustiada, autocrítica y herida.
Otro conjunto de ideas disftmcionates que interferían con la dis-
posición de Patricia a considerar la búsqueda de un trabajo estaba
relacionado con el enfado hacia su marido, que le había dicho, cuan-
do se casaron, que podría quedarse en casa y ocuparse de sus hijos y
que no tendría que trabajar nunca fuera del hogar* Patricia estaba
enfadada s porque él ia había decepcionado y sentía que tenía que
castigarlo, El terapeuta la ayudó a ver que el hecho de que perdiera
el trabajo había estado fuera del control del marido. Patricia recono-
ció que él estaba haciendo todo cuanto podía para encontrar otro em-
pleo y que había aceptado un puesto menor a tiempo parcial para
tratar de mantener la familia a flote. En cierta medida, Patricia pu-
252
do transferir su enfado con él a la situación difícil que todos atrave-
saban.
Finalmente, Patrida reveló una fuerte estrategia defensiva que
había utilizado desde la infancia y que consistía en fantasear con que
era rescatada: «Quiero algo o alguien que me cuide». Su madre había
estado muy deprimida cuando Patricia era niña; su padre trabajaba
mucho, comenzaba a beber apenas regresaba a casa, cada día, y no
estaba disponible emocionaimente, De niña, Patricia había deseado
ser rescatada y había imaginado a al guien , BU madre., su padre, un
pariente o un personaje desconocido, que la levantaba, la colmaba de
afecto y amor, y satisfacía todos sus deseos y necesidades. Ahora,
treinta después, aún seguía esperando que, de algún modo, al-
guien la salvara: su marido, su terapeuta o alguna persona todavía
desconocida para ella.
Patricia reconoció que se sentía decepcionada porque BU terapeu-
ta no la había salvado. Quería que alguien solucionara sus proble-
mas para poder llevar una vida placentera, sin angustias. El tera-
peuta empatizó con el dolor que causaba a Patricia el hecho de que
esa situación era improbable. En realidad, ella tenía que pasar por el
duelo de la pérdida de su fantasía, con el apoyo del terapeuta, antes
de estar dispuesta a reconocer que necesitaba aprender a cuidar de sí
misma. Las notas de terapia le ayudaron a recordarlo:
Resumen
Uno de los principales objetivos de la terapia cogiiitiva es ayudar al
paciente a sentirse y a funcionar mejor durante la semana siguiente
255
a la sesión, algo que exige trabajar en pos de la resolución de proble-
mas y motivar al paciente para que haga las tareas de autoayuda
asignadas en cada sesión - Cuando el paciente tiene dificultades para
desarrollar esas tareas de la terapia, que san fundamentales, el tera-
peuta debe especificar el problema, luego evaluar si ha aplicado las
estrategias estándar de manera ineficaz y/o si las creencias disfun-
cionales del paciente han interferido, en cuyo caso necesitará modifi-
car el enfoque que está utilizando.
256
La mayor parte de loa pacientes 110 llegan a la terapia con un conoci-
miento del modelo cognitivo: no saben que sus percepciones de las si-
tuaciones influyen en la manera en que reaccionan (emocional, con-
duetual y psicológicamente) y que sus pensamientos son ideas (no
necesariamente verdades); tampoco saben que sus pensamientos
pueden estar equivocados y quet si evalúan su manera de pensar y
responden a ella, pueden sentirse mejor y actuar de forma más fun-
cional. Con frecuencia j los pacientes creen que las situaciones difíci-
les o que otras personas afectan directamente a sus reacciones, O tal
vez pueden estar confundidos por su angustia, y son incapaces de ver
por qué esas reacciones se producen, Es importante que los pacientes
entiendan loe efectos de su& pensamientos en sus reacciones; de otro
modo, no tendrá sentido que inicien el proceso de evidenciar (y res-
ponder a) sus cogniciones.
Incluso cuando los pacientes comprenden el modelo cognitívo, ca-
be la posibilidad que tengan que esforzarse parar identificar sus pen-
samientos, imágenes, suposiciones y creencias básicas, Cuando el te-
rapeuta les pregunta qué pasaba por su cabera {cuando estaban
angustiados, actuaban de manera disfuncional y/o tenían síntomas
físicos dolorosos), los pacientes pueden decir que no saben o que no
estaban pensando nada. De igual modo, pueden cambiar de tema,
dar una respuesta sobreintelectualizada o inelueo negarse a hablar.
También pueden exhibir esas conductas cuando el terapeuta está
tratando de verificar el significado de sus pensamientos a fin de evi-
denciar sus creencias subyacentes, Al igual que con otros problemas
durante la terapia, cuando al paciente tiene dificultades para identi-
ficar sus cügnieíoneSj el terapeuta debe conceptuallssar por qué ha
surgido el problema, con ei objetivo de ser capaz de planificar una es-
trategia adecuada.
Algunas dificultades para evidencia? las cogniciones disfirn-
cionales de los pacientes se deben a una aplicación ineficaz o inade-
cuada de las técnicas estándar, aunque a veces el terapeuta necesita
modificar estos enfoques estándar, En este capítulos se describe cómo
hacer gurgir los pensamientos automáticas, las imágenes, las suposi-
ciones y las creencias de los pacientes que presentan problemas difí-
ciles; en los tres capítulos siguientes^ se describe cómo modificar esas
cogniciones.
Las preguntas que los terapeutas suelen hacer para evidenciar los
pensamientos automáticos son;
261
Asimismo, quizá tenga la opción de explorar las explicaciones de los
pacientes acerca de !a emoción que han manifestado:
264
Algunos pacientes, cuyos pensamientos automáticos les provocan re-
acciones físiülógicasj están muy concentrados en los cambios de su
cuerpo o mente y tienen poca conciencia o niegen que tienen emocio-
nes o pensamientos negativos, Puede ser útil enseñar a esos pacten -
tes a identificar sus pensamientos después de que sufran una sensa-
ción somática, por ejemplo: «Oh, no, [el dolor] otra vez, seguramente
va a empeorar»; «no puedo soportar lestos síntomas]». TVas ello, los
pacientes pueden entender mejor cómo pensamientos de ese tipo
pueden intensificar su angustia. El terapeuta puede pedir al pacien-
te que preste atención a las situaciones en las que tiene esos sínto-
ma e y, juntos, pueden buscar los patrones. Por ejemplo, Cari solía de-
cir que tenía dolores abdominales poco después de levantarse,
durante la mananaj cuando llegaba al trabajo y al final del día de
trabajo. El terapeuta le proporcionó pensamientos opuestos hipotéti-
cos y, de este modo, el paciente fue capaz de identificar los pensa-
mientos angustiantes que realmente padecía.
Otra técnica útil cuando los pacientes no pueden identificar sus pen-
samientos automáticos es la utilización de imágenes. La terapeuta
de CyntMa ya había probado^ sin éxito, varias maneras para hacer
surgir sus pensamientos sobre una situación que había ocurrido
unos días atites.
272
«Si me dices lo que estás pensando, ¿podría pasar algo malo?*
«¿Piensas que puedo llegar a juzgarte negativamente?*
Predicciones
Los pensamientos de ios pacientes suelen ir acompañados de imáge-
nes, comió se ilustra en los capítulos siguientes* Danielle^ una estu-
diante de secundaria, vio un grupo de jóvenes de su escuela a! otro
lado de la calle. Parecían estar riéndosef y Danieile pensó: «Seguro
que están hablando de mí», Estaba demasiado lejos como para verlas
claramente u oír lo que decían» pero elaboró la imagen de su risa
mezquina, sus expresiones desdeñosas, diciéndose entre ellas que
Danieile era una «perdedora». Randy estaba bastante nervioso en e!
trabajo. Cuando un colega le recordó que se aproximaba su evalua-
ción anual, Randy pensó: «Mi evaluación va a ser terrible», Tuvo una
imagen de su jefe llamándolo a su oficina, criticándolo por no traba-
jar lo suficiente y despidiéndolo de inmediato. Cuando la esposa de
Brian lo Eamó para decirle que su madre había tenido que volver al
hospital, Brian pensó: «¿Qué pasa sí empeora?». Se imaginó a su ma-
dre agonizando en la cania del hospital» Cuando Al se sintió molesto,
pensó; «No puedo seguir sintiéndome así», Tuvo una imagen de él co-
rriendo por la calle, gritando y sintiéndose totalmente ñiera de con-
trol. Luego, vio que unos hombres vestidos de blanco lo hacían entrar
por la fuerza en una ambulancia,
El terapeuta puede pedir directamente al paciente que cuente
sus imágenes cuando éste hace una predicción:
275
Con frecuencia, en imágenes específicas encontramos recuerdos do-
lorosos incorporados. Cuando Jenny se sentía confundidas a veces te-
nía una imagen espontánea de estar sentada en BU banco de primer
grado de la escuela, sintiéndose sobrepasada y humillada porque no
lograba comprender una tarea que el maestro le había indicado.
En la sesión^ la terapeuta de Teresa le pidió que diera prue-
bas de que no podría sobrevivir si su marido fallecía. Contó un re-
cuerdo visual, de hada varios anos, cuando se había mudado de la
casa de sus padres para vivir sola por primera vez. Era ia primera
noche en su nuevo apartamento y se sentía bastante triste, sola y to-
talmente apesadumbrada.
277
Por ejemplo, la terapeuta de Patricia le ayudó a identificar un peque-
ño subeonjtinto derivado de una suposición (una predicción) y, luego,
la suposición más general vinculada a su creencia básica;
279
PACIENTE: Sí? sí.
TERAPEUTA: ¿Ysi merecieras que te culpe...?
PACIENTE: (Mira hacia abajo.)
TERAPEUTA: ¿Significa que eres malo?
PACIENTE: (Susurra.) Sí.
«¿Cómo sabes que pensarán que eres engreída? ¿Has tenido muchas
experiencias en el pasado de las que tienes la certeza de que los demás te
encontraron engreída? ¿O por lo geneml, en realidad, te has quedado
callada?»
«¿Es posible que ios demás te hallen interesante y agradable, pero no
engreída?»
«¿Podrías estar haciendo una predicción equivocada?»
«¿Qué es lo peor que podrá pasar si tos demás te hallaran engreída? ¿Qué
podrías hacer si ello sucediera? ¿Qué es lo mejor que podría pasar en esa
situación? ¿Cuál sería el peor desenlace de esa situación?»
*¿CuáI es e! efecto de creer que los demás te hallarán engreída? ¿Qué podría
pasar si cambiaras tu pensamiento?»
«Si tu amiga Daphne estuviera en esa situación y tuviera ese pensamiento,
¿qué le dirías?»
«¿Qué piensas que deberías hacer?»
288
TERAPEUTA: Así pues, predices que los demás te considerarán engreí-
da si hablas de tí misma. (Pausa.) Me pregunto, Ltiey, si podría
suceder lo contraría* Conoces a un hombre en esas reuniones^ le
haces algunas preguntas para demostrarle que te interesa como
persona, Y si no te hace el mismo tipo de preguntas, distiendes la
conversación, ofreciendo información sobre ti: comentas cuánto
tiempo has estado yendo a la iglesia, qué te gusta de la iglesia,
dónde trabajas,,, cosas asi (Pama,) Tal vezs en lugar de verte co-
mo engm£da, la otra persona estará agradecida porque llevas
adelante la conversación, sobre todo sí el otro es algo tímido*
(Pausa.) ¿Qué piensas?
TERAPEUTA: En todo caso, cuando hablo con los demás, soci alíñente,
me siento incómoda si tengo que hablar todo el tiempo. Aunque el
otro parezca interesado y me haga muchas preguntas, siento que
se produce un desequilibrio si el otro no habla mucho voluntaria-
mente o cuando le hago preguntas, Megmta que la otra persona
hable de síf a menos, por supuesto, que monopolice toda la con-
versación, (Pausa.) ¿Qué piensas de ello?
289
TERAPEUTA: Bueno, pienso que la mayoría de las personas no se sien-
ten muy cómodas cuando la otra persona está en uno de los dos
extremos del diagrama. Alo que tal vez te gustaría apuntar es al
punto medio,
297
Pensamientos interferentes
En ocasiones3 los pacientes se resisten a tratar de modificar sus pen-
samientos automáticos o de responder a ellos en su casa debido a ideas
disfuncionales* Muchas de esas ideas se describen en el capítulo 9, en
la sección dedicada a «tareae para el hogar». En la siguiente trans-
cripción, el terapeuta explora los pensamientos interferentes y ayu-
da al paciente a darles respuesta:
Cambiarla imagen
Randy, cuyo caso describimos brevemente en el capítulo anterior, se
angustiaba mucho cuando tenía pensamientos y la imagen de que
era despedido. Su angustia disminuyó en el momento en que el tera-
peuta le ayudó a examinar la validez de BUS pensamientos y recono-
ció qu6j si bien no había cumplido con algunos plazos en el trabajo,
en general, se había desempeñado adecuadamente. Sin embargo, gu
angustia disminuyó aún más cuando el terapeuta le ayudó a cambiar
esa imagen. Al principio, veía la imagen de que su jefe lo llamaba y le
pedía que fuera a su oficina, lo criticaba duramente por su desempe-
ño profesional y le decía que se faera y no volviera nunca más. El te-
rapeuta le ayudé a elaborarse otra imagen más realista de su jefere-
visando su evaluación con él, señalando aspectos positivos de su
desempeño laboral e indicándole en qué tenía que mejorar.
Resumen
Los pacientes pueden tener dificultades para modificar sus pensa-
mientos automáticos por diversas razones. Cuando el interrogatorio
socrático estándar es insuficiente, el terapeuta suele necesitar el uso
de diferentes tipos de preguntas y técnicas, y verificar si el paciente
posee creencias que interfieren con el proceso en el que examina sus
pensamientos. El terapeuta también debe evaluar si el paciente de-
muestra dificultades para modulear sus pensamientos como tarea
para el hogar y, al igual que con otros problemas, ha de especificar y
solucionar dicha dificultad- En este sentido, son útiles las técnicas
especiales con imágenes, pues ayudan a los pacientes a dar respues-
ta a sus imágenes angustiantes.
303
Algunas suposiciones de los pacientes con problemas difíciles BOU re-
lativamente fáciles de modificar, sobre todo las que están relaciona-
das con una situación específica* En realidads esas suposiciones per-
tenecen al nivel de los pensamientos automáticos y, por lo general,
son de tipo predictivo. Las suposiciones que se encuentran en un nivel
de creencia intermedio son más difíciles de modificar y a ellas e«tá de-
dicado este capítulo. Son más amplias, están más arraigadas j} casi
siempre, incorporadas como estrategia defensiva, o bien como reflejo
de una creencia básica. En la primera sección de este capítulo, se dis-
tinguen esos dos grupos de suposiciones. En la sección siguiente, se
describe el uso y la variación de las estrategias estándar para modifi-
car las suposiciones de nivel de creencia intermedio, y se analizan las
ereencias disfuncionales que interfieren con la modificación de las su-
posiciones. Por últimot se ilustran, a través de un extenso ejemplo de
caso, las intervenciones que deben nacerse para tres suposiciones dis-
funcionales que, a menudo, interfieren con el tratamiento*
Á veces, las suposiciones de ese tipo están tan arraigadas* que el te-
rapeuta debe ayudar al paciente a modificarlas antes de que éste se
muestre dispuesto a comprometerse con el tratamiento. En el ejem-
plo expuesto a continuación, el terapeuta identificó esas suposicio-
nes al inicio del tratamiento y comenzó a ayudar a la paciente en su
modificación, A diferencia de la mayoría de los pacientes, Helen ne-
cesitó mucho trabajo; hubo que utilizar numerosas estrategias tera-
péuticas y modificar sus suposiciones, sobre todo la primera. La pa-
ciente logró, muy lentamente y a lo largo de cierto tiempo, aumentar
su compromiso con el trabajo durante la terapia, De hecho, conti-
nuaron trabajando sobre esas suposiciones a lo largo de todo el tra-
tamiento,
307
Helen, de treinta años, sufría de depresión crónica y angustia desde
los veinte. Había trabajado temporalmente como recepcionista en
varias tiendas minoristas* Su padre* alcohólico, había sido física-
mente abusivo con eUa cuando era una niña. Su madre, también de-
presivaf por lo general se aislaba y no prestaba atención a Helen y a
su hermana, y era emociónalmente distante, Al comienzo del trata-
miento, el función amiento de Helen era bajo: estaba desempleada?
dormía mucho durante el día y miraba televisión casi toda la noche.
Salía de su casa sobre todo para hacer mandados, ir a casa de una
amiga o ayudar a su hermana. Su apartamento era un caos total; es-
taba atrasada con las cuentan Algunos días, ni siquiera se vestía.
Antes de comenzar el tratamiento de terapia cognítiva, su angustia
era leve, debido, sobre todof a su evitación generalizada. Helen relató
una iarga historia de visitas a profesionales de la salud menta!.
Las tres suposiciones enumeradas en la sección anterior interfe-
rían de forma considerable con la capacidad de Helen para compro-
meterse con el tratamiento. Llegaba tarde a las sesiones y se resistía
a determinar objetivos, responder a sus cogniciones y hacer las tare-
as para el hogar* A pesar de que en el diálogo a continuación se pre-
sentan intervenciones para las tres suposiciones en forma separada^
el terapeuta, por lo genera^ trató más de una suposición en cada se-
sión, tanto en el contexto del establecimiento de la agenda y la asig-
nación y la revisión de las tareas pera el hogars como en la resolución
de problemas. Para superar la evitación de Helen respecto de las ta-
reas para el hogar, por ejemplo, el terapeuta tuvo que trabajar sobre
las tres suposiciones* Realizó varias intervenciones a lo largo del tra-
tamiento para modificar sus suposiciones disfuncionales y ayudarle
a elaborar y fortalecer suposiciones nuevas, más funcionales, Lenta-
mente, Helen pudo progresar y terminó la terapia después de un año
de tratamiento.
TERAPEUTA: Helen, ¿cómo responderías a esto: «Si hago cosas que po-
drían hacerme sentir mal, .... podría pasar»? ¿Cuál es tu mayor
preocupación?
HELEN: Que (Pausa.) simplemente ... me voy a desmoronar-
TERAPEUTA: ¿En qué medida crees eso?
HELEN: No sé... Mucho. Siento que estoy al borde del precipicio la
mayor parte del tiempo.
TERAPEUTA: Bueno, entiendo que no quieras hacer esto como tarea
para el hogar,
309
Determinar el grado de creencia en la suposición
m «¿En qué medida croes esta idea ahora: 'Si me siento mal, podría
desmoronarme"?»
1 «¿En qué medida crees esa idea inteiectualmente y m qué medida la crees
emocionalrnenle?»
Definir términos
m «¿Qué significa "desmoronarse"? ¿Cómo se siente?»
312
* MI vida seguirá siendo miserable. * Puedo eontímíar evitando, pem la
* Seguiré estando deprimida, evitación me alivia sólo a corto plazo
* No voy a conseguir un trabajo, y me siento mal i largo plazo.
* No voy s tener mucho dinero. * No tenéré que correr riesgos, pero ta
* No voy a conseguir un novio. mayoría de las cosas que estoy evíbndo
* Me voy a sentir muy angustiada son poco riesgosas, y mi terapeuta me
cuando deba hacer cosas. puede ayudar con tas demás.
* No me voy a sentir bien conmigo * Puedo mantener el staíu qwos pero en el
po sigo estando deprimida,
Ofrecer psicoeducación
El terapeuta de Helen elaboró un gráfico para ayudarse y ayudarla a
comprender por qué su evitación era tan omnipresente (Gráfico
12,1). El hedió de describir de ese modo el esquema de evitación típi-
Situación
Pensar en hablar al vecino en el vestíbulo o en el ©levador.
I
Pensamiento automático
*Si soy amable con él, podría invitarme a tomar una cerveza o algo con
él. Sí lo hace, tendré que aceptan Sí acepto, me voy a angustiar mucho-»
Emoción; Angustia
i
Consecuencia a corto plazo Consecuencia a corto plazo
Siento angustia.
i
Siento alivio
313
co de Helen la ayudó a ver por qué BU patrón de evitación estaba tan
arraigado (debido a un cese inmediato de la ansiedad y una sensa-
ción de alivio inmediata). Sin embargo, también le recordé las conse-
cuencias muy indeseables que su evitación tenía a largo plazo y las
consecuencias muy deseables que se derivarían si tolerase BU angus-
tia y HK abstuviera de adoptar una conducta de evitación.
El terapeuta de Heleti también utilizó un diagrama para ayudar-
le a ver que su evitación, en lugar de liberarla de la angustia, en rea-
lidad, la mantenía angustiada.
Angustia y
miedo dé
temoronarse
Fortalece la suposición de
desmoronarse (en el sentido
de las agujas del reloj] c^ducta de
evitación
Utilizar imágenes
El terapeuta de Helen utilizó técnicas con imágenes. Entre otras co-
sas, la indujo a formarse imágenes defensivas, al pedir a Helen que
se imaginara realizando actividades que le causaban temor, prime-
ro, sintiéndose angustiada, y luego, sintiéndose mejorf tras haber
utilizado las técnicas de manejo de la angustia que había aprendido
durante el tratamiento.
Tengo la idea efe que si comienzo a sentirme mal, me desmorono, Pero rué sentí
mal mites de veces en los últimos anos y no me desmoroné. Me hallaba en una
situación totalmente diferente cuando terminé tn el hospital,
Al principio, Helen leía tarjetas sólo dos o tres veces por sema-
na, pero poco tiempo después, comenzó a leerlas casi a diario.
315
Hacer experimentos
Helen realizó, literalmente, docenas y docenas de experimentos con-
ductuales como tarea para el hogar, a fin de probar su suposición; co-
menzó en un nivel muy fácil (por ejemplo, leer su correo durante diess
minutos, pedir información en la biblioteca), Las tarjetas la ayuda-
ron a motivarse:
Hacer esto me hace sentir algo mal, pera puedo tolerarlo. No voy a
desmoronarme. Hice muchas otras cosas en los últimos meses que eran más
angustiantes y no me desmoroné,
316
Sin embargo, el terapeuta le indicó que sería impórtente sentir total-
mente la angustia, ain adoptar otras conductas, para que pudiera
probar del tndo su BU posición de que se desmoronaría; de este modo,
aprendería a tolerar emociones negativas, Una tarjeta le ayudó a re-
cordarlo:
317
te dice este experimento sobre tu capacidad de controlarte
cuando te sientes mal?».
«¿Durante cuánto tiempo fias tenido e§a idea? ¿Cuándo crees que se formó?'*
«¿En qué situaciones realmente te desmoronaste y cuánto tiempo
permaneciste en ese estado?*
«¿Cómo superaste la experiencia?»
Si supongo que tengo un problema, no voy a ser capaz de resolverlo, Pero esto es
una idea, no necesariamente una verdad. Mientras siga dictándome eso, voy a
permanecer bloqueada, ni siquiera voy a talar de resolver problemas, y mi vida
seguirá siendo miserable. Si hubiera creído que podría resolver problemas, podría
haber aceptado ideas wsnio pedir una ayuda financiera para el programa de
formación o para comprar un apartamento más cómodo.
320
Cuando pienso que no puedo resolver un problema, puedo ver si es más cierto
que tw quiero tratar de resolverlo o que, sin duda, no seré capaz de resolverlo.
Descatastrofimr
Al igual que antes, el terapeuta de Helen la ayudó a ver que no nece-
sariamente tenía que afrontar grandes desafíos cuando se sintiera
mejor, Tbndría siempre la opciéít de hacerlo o no.
Helen y el terapeuta también analizaron ios recursos con los que con-
taría para afrontar grandes desafíos. Estaba aprendiendo nuevas
aptitudes en la terapia para contrarrestar sus pensamientos sabote-
adores, disminuir su angustia, ayudarla a afrontar las tareas que
evitaba y hacer que su vida, en general, fuera más gratificante.
Siempre tendría una vía de escape; por ejemplo, podría renunciar a
un trabajo, o llamar a Jean, a su hermana o al terapeuta,
Conseguir tío
trabajes mejor,
Probar un
No daré yn Practicar primer trabajo,
salto tan entrevistas de
grande Hacer trábalo trabajo w te
como éste. voluntario unos terapia.
327
Relacionar las creencias básicas con
las estrategias defensivas
Antes de que estén dispuestos a evaluar y modificar sus creencias
básicasj muchos pacientes pueden beneficiarse si el terapeuta les
compone un gráfico que explique cerno la creencia básica afecta a su
conducta y cómo esas estrategias defensivas, a su vez^ fortalecen la
creencia básica,
Evito actrntíaítes en
las que podría fallar,
TKRAPEIJTA: Ibngo una teoría acerca de por qué crees esa idea de un
modo tan fuerte. (Pausa. ) Pero tienes que decirme si piensas que
tengo razóa o no, ¿Está bien?
HELI&N: Sí.
: (Dibujando el gráfico que se pre%er$ta a cantinimcioTí,) Es-
tá bien, Helen, es como si hubiera una parte de tu mente que tiene
esta forma, vcs> como un círculo con una apertura rectangular.
Nú h
Ñola\f\t- ín 1? ¡gleíií.
TERAPEUTA: (Subrayando «Soy incapaz»,) Y cada vez que un rectángu-
lo encaja ahí, hace que la idea «Soy incapaz» se vuelva más fuerte,
HELEN; SI
TERAPEUTA: Probemos con otra situación.,, Veamos*.. Dijiste la se-
mana pasada que no habías manejado bien tus gastos y que esta-
bas al descubierto en el banco- Cuando eso sucedió, ¿te dijiste
«Esto significa que eoy incapaz^, o significa que estoy bien, que
estar al descubierto no es relevante en relación con ese senti-
miento?
HELEN: No, inmediatamente pensé «Qué idiota soy» no sirvo para na-
da»*
No -a\s\é en ls \epcsa.
Estoy S; úegcut&rto en di
332
TERAPEUTA: (Dibujandoy subrayando.) Entonces, estar al descubier-
to también es un rectángulo negativo y encaja de modo directo...
y hace que la idea «Soy incapaz» se vuelva más fuerte.
HELEN: Sí.
TEBAPEUTA: Veamos si podemos buscar otros ejemplos. ¿Qué hiciste
esta semana que serviría para que^o diga que estuviste bien y
no que eres incapaz?
HELEN: (Piensa.) Comencé a aprender a manejar un procesador de
textos en el ordenador de Jean,
TERAPEUTA: ¡Muy bien! Y te dijiste a ti misma: «Esto es muy bueno,
aquí estoy aprendiendo a manejar el ordenador».
HELEN: No, nada de eso.
TERAPEUTA; ¿Qué te dijiste?
HELEN: Que es lamentable. Probablemente soy la única persona o¿ue
todavía no sabe manejar un ordenador.
TERAPEUTA: (Dibujando mientras ella habla.) Ohs parece como si hu-
biera pasado lo mismo* En este caso, hubo un hecho positivo, un
triángulo positivo, y tuvo que tr ansiar mar se en un rectángulo
negativo para, de nuevo, encajar, ¿Es correcto?
335
HELEN: Síf supongo que sí,
TEBAPEOTAÍ Tbiriemos un ejemplo más, (Pm¿m>) Veamos Me explicaste
que habías estado iiadendo cosas en tu apartamento, pintando pa-
redes, tirando rsjpa y coaas viejíu^ arreglando la mesa de la cocina» <
HELEN; Si»
TERAPEUTA: Y cuando hiciste esas cosas3 ¿inmediatamente pensaste;
«Esto muestra que estoy bien, que no soy incapaz»?
HELEN: (Piensa.) No, no creo que haya pensado nada así,
TEKAP^ÜTA: Pero, si no hubieras hecho esas cosas, entonces ¿habrías
pensadú que eres incapaz?
TTKLEN: ni, probttblQiriHntB.
TEKAPKUIA: (Dibujando.) Por lo tanto, hay alpinos triángulos positi-
vos que saltaron- No te di^te cuenta realmente de que esas cosas
eran positivas.
Ip Ml£9
ífl el
üMtomlffUfcK
/ de tgyS^S —.A
336
: (Pierna,) No sé*** Parece que sí.
TERAPEUTA: Bueno, es algo en lo que pensar, (Pausa,) ¿Qué te parece
si, como tarea, tratas de observar esos acontecimientos negativos
y positivos y ves qué pasa, cómo los interpretas? ¿Estaría bien?
HELEN: Sí.
TERAPEUTA; {Dibujando,) Aquí, podrías escribirlas en esta hoja. Ano-
tar los hechos negativos enseguida, cuando te hacen sentir que
eres incapaz, en la columna de la izquierda, debajo del rectángu-
lo. Y anotar los hechos positivos en la columna de la derecha? de*
bajo del triángulo,
338
Utilizar analogías
Las analogías también sirven para comprender la idea de que las
creencias básicas son simplemente ideas muy fuertes. E! terapeuta
de Helen utilizo el ejemplo de laa personas que vivieron antes de la
época de Colón: como creían firmemente que el mundo era plano,
nunca pusieron a prueba esa idea y siempre evitaban navegar muy
lejos de la tierra, El terapeuta de Helen también le hizo preguntas
sobre personas que manifestaban algún prejuicio que ella no com-
partía. Pudo ver cámo una vecina, de ideas muy conservadoras, tenía
opiniones basadas en datos que apoyaban sus ideas y descartaba o
ignoraba las ideas contrarias. De ese modo, Helen comprobó que su
propia creencia de incapacidad era^ en realidad, un fuerte prejuicio
contra sí misma (véase Padesky, 1993),
341
postura más conversacional durante el nexo, para tratar de identifi-
car los triángulos negativos que Helen podría no haber contado es-
pontáneamente,
No controlé P£RO
, ello ocurrió porque tiendo a evlter
fc
mis'""'"* las tareas que son
ahora estoy aprendiendo a cambiar,
Me quedé en casa PERO porque me sentía muy
todo el domingo. deprimida, no porque soy anormal.
343
len que se había convertido en un rectángulo negativo contenía esta
idea:
Para Helen, era difícil reconocer los datos positivos que daba por een-
tados. Con el paso del tiempo, cuando comenzó a comportarse de ma-
nera cada vez más funcional, Helen empezó a tener muchos datos
que apoyaban su nueva creencia básica de que se encontraba bien*
AdemáSj se abstenía de realizar muchas cosas disfuncionales* El te-
rapeuta de Helen le hizo las siguientes preguntas, luego le hizo escri-
bir las respuestas en nuevos triángulos para la lista;
Examinar el procesamiento de
información históricamente
El terapeuta de Helen también la ayudó a darse cuenta de que había
estado incorporando loa datos negativos y dejando fuera o descar-
tando los datos positivos desde la infancia. Le pidió que recordara
los datos negativos y positivos desde períodos específicos de la infan-
cia, como la escuela primaria, el preeaeolar, la escuela secundaria e
incluBo después* Tras ello, le hizo registrar esos datos en una lista de
«rectángulos negativos Metérteos» y en otra lista de «triángulos posi-
tivos históricos» para cada período.
Tanto en la sesión cornn eii las tareas para el hügm; Helen reen-
raarcó los datos históricos negativos y descartó ios datos positivos, El
terapeuta también Ic hi^o mirar fotografías y se entrevistoCTHuna
tía y un tío de Helen, que He interesaban por ella y con los que había
mu vivido cierto tiempo cuando era niña. De ese modo, pudo ayudar-
la a identificar nuevos «triángulos positivas». El terapeuta y Helen
revisaron más tarde ios datus acumulación para cada período y obtu-
vieran oívnduBÍonesadaptativas,
A través de este proceso, ttelcn pudo comprender, por ejemplo,
que BU pobre deftemprnio hacia t*l final de la escuela primaría no sig-
nificaba que era incapaz, A través del interrogatorio socrático, llegó a
la conclusión de que ese desempeño estaba relacionado, con probabi-
lidad? con la conmoción emocional que estaba sufriendo en casa, de-
bido al alcoholismo y los abusos físicos de su padre y a la indiferencia
depresiva de su madre, Pudo entender que el hecho de darse por ven-
cida era una respuesta natural a un entorno sumamente estresante.
Interrogatorio socrático
Junto con preguntas destinadas a reenmarcar los «rectángulos nega-
tivos» (y el descarte de los «triángulos positivos») y a identificar otros
«triángulos positivos*, el terapeuta de Helen continuamente le hacía
preguntas para evaluar su creencia básica en el ámbito general y en
el contexto de problemas específicos, A continuación, reproducimos
unas pocas preguntas de la multitud que le hizo en el transcurso de
la terapia.
Revisar las tarjetas cada día en casa era una parte importante del
esfuerzo de Heien por integrar sus nuevas y más funcionales ideas.
TEJÍATE UTA: ¿En qué medida signes creyendo que eres incapaz?
HELEN: No tanto intelectualmente. No sé. Pero emocionalmente, sí
sigo creyendo que lü soy,
TERAPEUTA: ¿Podemos hacer un juego de roles? Me gustaría interpre-
tar el papel de tu mente, que sabe que no eres incapaz, y que tú
hagas el papel emocional3 que sigue sintiendo que eres incapaz. Y
me gustaría que discutas conmigo con la mayor fuerza que pue-
dan ¿Tte parece bien?
HELEN: Sí.
TERAPEUTA: Está bien, tú empiezas. Di «Soy incapaz porque.,.» y yo
responderé*
HELEN; (Suspira.) Soy incapaz. Tfengo un trabajo miserable, mal pa-
go, no estoy casad a, no tengo hijos*.. No soy nada,
TERAPEUTA: No es cierto que no soy nada. Soy una persona normal.
No tengo un montón de cosas que en verdad quiero, porque mi
depresión me ha tenido retraída durante muchos años, pero eso
no significa que soy incapaz.
HELEX*: Tener una depresión me hace incapaz,
TÜKAPEUTA: No, no lo hace. No más que alguna condición física parti-
cular: el hecho de tener un problema de corazón no vuelve inca-
paz a la persona que lo tiene. Es cierto que me he perdido algu-
nas experiencias vitales importantes, pero ello no quiere decir
que soy incapaz.
HELEN: (Silencio.)
TERAPEUTA: (Fmm del juego d& roles,) Ahora respóndeme. Convénce-
me de que estoy equivocado, de que eres incapaz.
HEIZX: Pero debe haber algo en mí que está muy mal, porque estoy
deprimida y sigo estándolo, y he malgastado tanto tiempo,
TERAPEUTA: Ha habido algo malo en mi, jHe estado deprimida!
HELEN: Faro algunas personas deprimidas se casan y tienen hijos y
tienen trabajos y no se vuelven alcohólicas, como yo,
350
TERAPEUTA: Es cierto. Tienen una genética diferente y nacieron con
tina personalidad diferente y tuvieron experiencias vitales dife-
rentes. Algunas personas deprimidas pueden afrontar la depre-
sión de mejores maneras que otras, pero esu nn significa que laa
personan más ftincionales estén bien y qtte yo sea incapaz.
HELEN: (En silencio.}
TERAPEUTA: (Fuera del juego de roles,) Sigue discutiendo.
HELEN: Pero no tengo una vida. La gentt* normal tiene una vida,
TEÜAPEUTA: Ee cierto que no tengo la vida que quiero, todavía. Pero sí
ttíngo una vidti y ¡a ettluy mejorando cada VEZ más, En los últimos
meeeSj conseguí un trabajo, estoy trabajando, me mudé» comencé
a conocer gmite en la iglesia. Estoy ocupándome de la casa.
HÜLÜ.N: Pero tendría que haber hecho eso hace años,
TERAPFITTTA: Me gustaría haberlo hecho, Y si hubiera hecho un trata-
miento diferente de mí depresión hace unos años, tal vez lo ha-
bría logrado. Es una lástima que no lo haya hecho,
HELEN: (En silencio.)
TERAPEUTA: ¿Puedes seguir discutiendo?
HELEN: (Piensa.} No puedo pensar en nada más,
TERAPEUTA: Está bien. Cambiemos de roles ahora. Me gustaría que
fueras la parte intelectual, que sabe que estás bien, y yo seré la
parte emocional, que sigue sintiéndole incapaz.
HELEN; Está bien,
TERAPEUTA; Yo comienzo,,, Sé que soy incapaz, Tengo este trabajo mi-
serable, no me pagan muy bien, no estoy casada^ no tengo hijos**,
No súj nada.
Participación de la familia
Después de evaluar cuidadosamente los riesgos y los beneficio®, He-
len y el terapeuta decidieron invitar a la hermana de Helent Julie, a
una parte de una sesión, para que ofreciera su visión sobre Helen,
Después de darle algunos elementos de psicoeducación y de revisar
cómo la depresión había afectado a Helen, el terapeuta» amablemen-
te, hizo algún AH preguntan a Julie. En SUB respuestas, JuMe dijo que
lamentaba mucho que la depresión hubiera afectado tanto a Helen*
Destacé varios cambios positivos en He leu en los meses anteriores,
Expreso enfado contra BU padre por cómo había tratado a Helen
cuando eran niñas y por cómo seguía tratándola. Julie afirmó que no
veía a Helen como incapaz, sino como alguien que lo había pasado
mal por un largo tiempo. Preguntó cómo podría ayudar a Helen, Ésta
se emocionó bástente y pudo procesar y creer buena parte de lo que
BU rmrrnarm dijo. Después de esa sesión, Julie y Helen comenzaron a
hablar por teléfono con más frecuencia y a verse una o dos veces por
mes, Las expresiones constantes de apoyo y cuidado por parte de Ju-
lie fueron importantes «triángulos positivos»,
Terapia de grupo
A pesar de que Helen no eligió hacer una terapia de grupo o partici-
par en un grupo de apoyo, ese tipo de experiencias suelen ser útiles
para que los pacientes encuadren sus rectángulos negativos y sus
triángulos positivos, pues comienzan a ver que otras personas con di-
ficultades no son incapaces, o mala^, o incompetentes o no merecen
ser queridas. El hecho de percibir que otras personas efectúan mu-
chos esfuerzos y logran superar sus dificultades puede ayudar a los
pacientes a tener esperanza y una nueva visión de sí mismos.
Biblioterapia
Helen no estaba, dispuesta a continuar deBempeñandíi tareas para el
hogar que exigieran biblioterapia, pero tal vez le habría sido de utili-
dad una psicoedueaeión sobre creencias» como las que se hallan en
Prisomrs ofBel¿e/*(HcKay y Fanníngj 1991 )f R&inüenting Your Lifií
(Young y Klosko, 1993), Mind over Mood (Greenberger y Padesky,
1995} o Getting Your Life Back (Wríglit y Basco, 2001)-
Resumen
Pedir a algunos pacientes con problemas difíciles que cuestionen
creencias básicas puede socavar el sentido de sí mismos. Natural-
mente, el proceso hace que los pacientes se sientan bastante angus-
tiados. Por lo tanto, el terapeuta debe elegir muy bien el momento
en que lo hará j motivar al paciente en la realización de! ejercicio y
colaborar con él, Se necesitan muchas estrategias a lo largo del tra-
tamiento para brindar el auxilio necesario a los pacientes a cambiar
sus creencias básicas. La perseverancia es difícil; por ende» el tera-
peuta deberá ayudar continuamente ai paciente a reiterar lo que ha
aprendido, tanto en el plano intelectual como emocional, y propiciar
el desarrollo de las nuevas creencias en el plano conductual, de mo-
do que se produzcan cambios de afecto de manera profunda y dura-
dera,
359
Anexo A
Recursos, formación y
supervisión en terapia cognitiva
El objetivo de este libro es ayudar a los terapeutas a conceptualizar las difi-
cultades que conlleva el tratamiento de los pacientes y a modificar dicho tra-
tamiento para que puedan ayudarlos de manera más eficas. Los terapeutas
también deberían buscar recursos adicionales, para ser del mismo modo lo
más eficaces posible con los pacientes que presentan problemas difíciles
A veeeSj algunas lecturas serán suficientes, pero, en general, los terapeutas
(yflUBpacientes) se benefician ole la formación práctica o de Bupervísíén. En
este anexo} se describen dos organizaciones, cuya finalidad es promover el
creciinieiito del terapeuta en terapia cognltiva.
Por otra parte, el sitio web ofrece varios productos para el público en general:
362
Anexo B
Cuestionario de creencias
de la personalidad
Puede obtener información aofan* el desarrollo, la aplicación y la evaluación
del «Cuestionario de creencias de la personalidad:* en www.beKkinBtitute.org,
Por favor, tea las afirmaciones que figuran a continuación y califique EN QUÉ MEDIDA
SE CREE CADA UNA DE ELLAS. Procure evaluar U IMYOR PARTE DEL TIEMPO có-
mo se siente acerca de cada yna de esas afirmaciones*
4 3 2 1 0
363
4 3 2 1 0
Total- Mucho yodera- Escasa- En
meníe dameníe mente absoluto
364
4 3 2 1 0
Total- Mucho Modera- Escasa- En
mente damente mente absoluto
22. No debo hacer nada que ofenda 4 3 2 1 0
a mi auxiliar;
23, Debo ser muy sumiso para q ye mi 4 3 2 1 0
auxiliar siga cu Mandóme.
24. Debo tenar acceso a él todo el tiempo. 4 3 2 1 0
25 . Debería cultivar relaciones \Q más 4 3 2 1 0
intimas posibíe.
26, No puedo tomar decisiones por 4 3 2 1 0
rní mismo.
27. No puedo afrontar las situaciones 4 3 2 1 0
como los demás.
28, Necesito que los demás nie ayuden 4 3 2 1 0
a tomar decisiones o me digan
qué hacer.
29, Soy autosuflclente, pero necesito 4 3 2 1 0
qye los demás nn& ayuden a lograr
mis objetivos.
30 . La un ica manera en que puedo 4 3 2 1 0
preservar mi autoestima es
afirmándome indirectamente (por
ejemplo, no cumpliendo las
instrucciones al pie de la letra).
31, Me gusta estar vinculado a los 4 3 2 1 0
demás, pero no pagar
et precio de ser dominado.
32 . Las figuras de autoridad tienden 4 3 2 1 0
a ser entrometidas, demandantes,
¡nterferefrtes y contraladoms.
33 . Tengo que res istír a fe dom inación 4 3 2 1 0
de las figuras de autoridad, pero al
mismo tiempo debo mantener su
aceptación y aprobación.
34. Ser controlado o dom írtado por los 4 3 2 1 0
demás rne resulta intolerable.
35. Tengo que hacer las cosas 4 3 2 1 0
a mi manera.
36. Aceptar plazos, cumplir exigencias, 4 3 2 1 0
conformarme con lo que se me pide
son golpes dilectos contra mi ongullo
y autosuficiencia.
37. Sí sigo las reglas como les demás 4 3 2 1 0
esperan, mi libertad de acción
quedará inhibida.
4 3 2 1 0
Total- Mucho Modera- Escasa- En
mente damente mente absoluto
366
4 3 2 1 0
Total- Mucho Modera- Escasa- En
mente damente mente absoluto
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374
aburrimiento, £9 anticipar pirublemas futuros, 207
abuso de las dragas, 22,61, 206,210, 375 apoyo terapéutico, IOS
abuso de sustancia^ 6lt 17» 210 apreciación
abu&o ilel aieolioL Véaaií iumbién Abuso en í.'l Diagruniu do C
de tíutílítuciay, 22, 2U6,2tiíJ Cognitivíi, ñ'¿
Academia de 'leiapía Cognitiva^ 361 con respecto a los
actitudes, condicional, 43t 50-64,278 automáticos, 56-5S
actuar «como si» 3 SG7, 327, 350 formulación de caao yb 33
adaptabilidad de las conductas, 67 aptitudes sociales, 85
afeeto negativo. Véase también asesorajwiento en alimentación, 27
Emociones, 285-293 asesoramionto religioso, 27
alianza terapéutica asistencia a las seaioiiea, 22
ejemplo <3a eaeo des 100-102,10frll35 ataquBK ríe pánivi), 59, &0
292-203 autenticidad, 94
estrategias para construir, 68-89
estructuración de las sesiones y, 158, biblioterapía, 358
174 bienestar, 191,226, 247
generalizar a otas relaciones, IOS, 113 buiimia p secuencias de, 62, 63
identificar y resolver problemas en* 98-
107 catalogar a los pacientes, 3-21
rní&do a la respuesta del terapeuta y, catalogar loa C!riwí& eügnitivos, 114-148
272 col aburad »ti wn «J pedente, 93
•modificación de creencias y, 325 comparación del yo, 327
objetivos de la terapia y, 107, 108-112 competencia del terapeuta t 30,117, 150
pensamientos automático^ y, 256-270^ comprensión, 94,144, 154, 212
274 compromiso con la terapia^ 30V
panorama^ 32f 65, 91 compromiso riel pfldoiilp, 206. 210
t? «1 Iratunú^nLo yt 82 jón no verbal, 95^ 9S
con, 29 en un problema, 218-2^10
ciúii dc¡ yrnhhímasy tíirufis pium «jncrptunugación cognitiva, 34-37j 3S-64
el liogEir, y, ^25 txjnceptunlizacidn de casos, errores en, 29
alucinaciones, 259 conceptual!zación de problemas, 102
amplitud de los problemas, 24 conducta
analogías, 339 como desencadenante de pensamientos
angustia autamátácoSj 56, 58
alianza terapéutica y, GO, 102 determinación de objetivos y, 35
Rjftmpln de caso üX 15S, 308 en el Diagrama de Oüfieeplualización
evaluación de, en ei terapcutfi, 147 Cognitiva,. 3f>, 43, ñ4
secuencias de, 58 en In descripción de problemas que
angustia, tdivio de, 36 surgen en el tratamiento» 21
375
en el trastorno de personalidad en fíl traBtflmo de personalidad paiivo
dependiente, 77 agresiva, 73
panorama! 20 evaluación de, en el terapeuta, 39^ 65,
conducta de culpar 1463 148
comu cunduot/i problemática en loe conexión^ IOS, 112
pacientes, 21,22 confianza
dráifirmínadóa de objeta vos y^ 17Ü en el trastorno de personalidad
ejemplo de caso de, llfl, 1$2, 148 evítudara, 80
en el trastorno de personalidad en el trastorno dtr peryumiUdad
fronteriza, 75 esquizotípica, 84
de, en el terapeuta^ 145-147 en el trastorno de personalidad
exagerudojí, 48, (52, 70,71 froatcri^a, 76
conducta de hacarsfl flañn, 22 en el ieastorao de personalidad
GUEiducULpaaivo agrava, 33-77 paranoica, 81
conductas critieat fifiti lo terapéutico y, 92, 85
terapéutica y, 92,104 predicciones sobre el tratamieíito yt &^
lo de cago de, 74-75,89, 124-125 confrontar a log pacientes, 93
en trastorno de la pnrfioriftlldad CDnRocuencias, 83
narcieróta, 87 rousulta.S?, 151^162
conductas de falta d© atención» Vécuse contendón, 111
tatnbién Conductas que interfieren ron iüvof 307, 327,
la terapia, 22 f 27
conductas de manipulación ,83 control
conductas de mentir, 22t 83 ayudar a los pacientes a evaluar, 220
conductas de qutya, 22. 83,171 determinación de objetivos y, 171
ooncJueUifi demandantes, 22 ejemplo de caso det 10 1» 128-131
conductas disñindonales. Véase también en ti Iritótormj de peraonalidad
Conductas que interfieren con la antisocial, 83
en el trastorno de personalidad
terapia
fronteriza, 75
conductas evitadoras, 36
en el trastorno de personalidad
conductas impulsivas. Vénsc también
nard&ista, 33
Conductas que interfieren COD la en el trastorno de personalidad
templa, 72,83 obsesivo compulsiva, 72
conductas jugadoras, 22, 86, 170, 257 en. el trastorno de personalidad pasivo
conductas para herir a los demás, 22 agresiva, 74
conducta!* que dan seguridad, 310, 318 evaluación de, en di terapeiuíat 145,
conductas que interfieren con la terapia 146, 148
deterraiimjción de oijjjetivGs y5 22, 170 resolución de problema y tareas pttTA el
en el trastorno de personaiídad hogar, y, 227
antisocial, 62 control del estada de ánimo, 159-101
en el trastorno de personalidad control, terapeuta,, 20
fí&quizoide, 85 cooperación, 74, 81, 83 s SS, 160
en el trastorno de yeraoíialidad creencia de incapacidad, Véase también
eñauÍKdtfpicaN 84 Creencias básicas
en el trastorno de personalidad en el trastorno de personalidad
evitad™^ 79 tifípeiidleuUij 77
en el trasto?no de personalidad en o) trjiHtornis de pemoiialidad
rrorileriza, 75 evítadota, 79
en el trastorne de persuriüüdad en el trastorno de personalidad
hístriónica, 70 fronteriza, 75, 76
en el trastorno de personalidad &n el trastorno de personalidad
narciBigta, S7 nareisista, 87
en el traatoniíí de í>eraonalidad panorama, 69
obsesivo compulsiva, 72 creencia de incompetencia
en ei trastorno de personalidad creencia de no ser querido, Véase también
paranoica, 81 Oreendau básicas
en el trastorno de personalidad en el trastorno de personalidad
e^itariora, 79 fronteiizaj 75
en el trastorno de personalidad en el trastorno de personalidad
fronteriza, 75 hiatríáaicay 70
creencia cíe rechazo, 084 en el trastorno de personalidad
creencias básicas luiráBifita, S7
257 en el trastorno de personalidad
detemonadón de objetivos y, 16S obsesivo (xanpvilsiva, 72
fij'fimpb fie c&m df\t 341 en £i! trastorno de personalidad
en el niogramn de O paranoica» 31
Cognitiva, 42 iinel trastorno de personalidad pasivo
en el modelo cognitivo, 40 agresiva, 74
en el trastorno de personalidad creencias-di^fundünales. Vétum también
Pensamientos automáticos; creencias
en el trastorno de personolictad que interfieren con la terapia
esquizoide, 65 alian sea terapéutica yt 97-98
$n el trastorno de personalidad dol tprnpcutnj 24
esquizotípicR, 84 ejemplo de caso de» 31
en el trastorno de personalidad error del terapeuta y, 24» 29
eviladom, 79 identificación de creencias básicas y, 24
an el trastorno de personalidad relativas a pensfunjentos automáticos,
fronLcmü, 75 34
en el trastorno de personalidad relativas a la determinación de
dependiente+ 77 objetivos* 34
en el trastorno de personalidad creencias distorsionadaa
histríónica. 70 aceptación de^ por el terapeuta, 3&
en el trastorno de personalidad estrategias terapéuticas y, 36, 39
na retota, S7 creen das espiritiiaiett del paeientej 34
en el trastorno de personalidad creencias que interfieren con Ja terapia,
obsesivo compulsiva, 72 Víase también Creencias diaimicionaJes
en el trastorno de personalidad en el trastorno de personalidad
paranoica, 81 antisocial, 82
en el trastorno de personalidad pasivo en al trastorna de personalidad
agresiva, 74 d&pendíentet 77
evidejieí ación y modificación 21> 325 en el trastorno de personalidad
estrategias conductuales y^ 33, 48 esquizoide, 85
pensamientos automáticos como, 281- en el trastorno de personalidad
esquÍ7!otípicíJt 84
probianiaa para Identificar las, 283 en el trastorno de personalidad
trastornos de la personalidad y, 65, 66 evitad ora, 79
creencias básicas ambíifíias. Véa$z en el trastorno de personalidad
fambiin. Creeneíaa básicas fronteriza, 75
creencias básicas sobre los demás en el trastorno de personalidad
detemai nación tl*i nbJKtivttsy, 164 Iiiwtrif'niicíi, 70
en el Diagrama de Conceptuaíizacíón en el trastorno de personalidad
Cognitiva, 52 narciéi&ta, 87
en el trastorno de personalidad en el trastorno de personalidad
antípoda], 32 obsesivo compulsiva, 72
en el trastorno de personalidad en el trastorno de personalidad
dependiente, 77 paranoica, 81
en el trastorno de personalidad en el trastorno de personalidad pasivo
esquizoide, 85 agresiva, 74
en el trastorno de personalidad creencia» sobre %L Vé&$® t&rtthMfi
esquizotípiea, 84 Creencias básicas
en el trastorno de en el trastorno de personalidad
evítadüra, 79 antisocial ,82
en el trastorno de personalidad emociones
dependiente, 77 creencias básicas expresadaB como, 282
en fcl trastorno de personalidad en *1 Diagrama de Cúneeptualixación
esquizoide, B5 Cogaitiva, 53
on el trastorno de personalidad en el trastorno de perfionalidad
esquizotipica, 84 fronteriza., 76
en el Lr&fttarno de personalidad evaluación de, en el terapeuta, 146
evittidoru, 79 pensamientos automáticos y, 39,261^
finfiJtrastorno de personalidad 267
fronterian, 75 resolución de prú blemae y tareas para
ísn el trastorno de personalidad el hogar, y, 58,315
Mstríóníea, 70 «mpatía
«u el trzistúruü de personalidad allanta tcirapéutica y, 98
narciai&ta, S7 evaluadén, 6@, 8Í, ^6-98
en el trastorno de pnrsonnlidíid enfado
obsesivo compulsiva, 72 alianza terapéutica y, 63-65
en el trastorno de personalidad como conducta problemática del
paríinoieíij 81 paciente» 116,176
en el trastorno de personalidad pasivo ejemplo de caso de, 77, 103, 116, 133
agresiva, 74 evaluación de, en el terapeuta, 114?
panorama 133, 160
Cuestionario de Creendas déla entorno, 40
Personalidad, 66, 369 ™mo obstáculo para el tratamiento, 19,
culpat 170 23, 26, 28
cumplir con la medicación, 22, 26, 28 creencias básicas sobre, 327
estrategias terapéuticas y, 115^ 352
decatastrofizar, 322 modificación de creencias yf 327
demostrar atención, 22, 23, 32, 228 cnt™ gíí&ionflB, 20, 21,22,29,37, 114, 119S
dependencia,, 6& 133,199,209, 238
depresión equilibrio en la relacián terapéutica.
ejemplo de caso de, 27 , 69 , 1&7 Véase también Alianza terapéutica
programación des actividades y, 14 error del terapeuta
derivar al paciente, 150, 1S5 eraenciaft diidurteionabfi ys 29,30,31,
describir problemas en el tratamiento, 19 53
desencadenantes, 65 estructuración de las sesiones y, 155
determinación de objetivos evaluación de, 2Bt 29,37, 102
creencias dbfuncionales sobré, 163 problemas relacionados con, 23,32
templos do yftsEj di*. 163, 172 errores cognitivos, 20
en ei trastorno de personalidad Escala de Valoración de la Terapia
esquizoide, 85 Cognitiva, ÍH>-
panorama, 22 esquema, modelo de procesamiento de la
problemas relacionados con, 163 infoiTnscidn. 42
establecer límite», 1331W, 150P161
alianza terapéutica y, &3 establecimiento de la agenda en la sesión.
ejemplos de caso de, 95, 115^ 126 Wa¿¡í! también Estructurar la sesión
hacer a los pacient&a., 97, 114> 150, 153 estados emocionales, 99
pái] urania, 2 14 estilo de la terapia, %
diagnóstico, 29, 33-35, 150 estilo interpersonal, 115
Di agranda, de Üonceptuallzación estimulación auditiva, 259
Cognitiva, 43, 52-55 estimulación cinética, 259
disculparse ante el paciente, 104, 116 estimulación olfativa, 259
insumía, 10G estimulación visual, 259
dosis de terapia, 26, 27 estrategias cottductualg& Vé&sz también
Estrategias de defensa, 48-49,
edad del paciente,, 34 estrategias de defensa. Véase también,
encada del tyatamientó, evaluación, 37 Estrategias conductuales
creencias básicas y, 42-4$ evitar problemas en la terapia, 14, 19
ejemplo de caso da 69, 107
en el Diagrama de CooceptuaLizacion del terapeuta^ 1 45j 149, 1 51,1 56
Cognitiva, 52 en el iTEisüiriisi do poraonalidad
BU el IrajíLuríiu de personalidad
antisocial ,82 <*n el traetomo de personalidad
en el trastorno de perwnaüdud obapsivo compulsiva, 72
dependiente, 77 en el trastorno de personalidad pasivo
en el trutiturní) de personalidad agresiva, 74
pensamientos autnmiitifinR y, 1fíI
eo el trastorno de personalidad &üfcr<2 las Laj-eas para el hogar, GP, 73^
ÉifiquisíJEjtfjjicfi, 84 75, 225
en el trastorna de personalidad conduetual Véam t
evitado™, 79
en el trastorno d& personalidad tyeinplo de caso de?
frantariza., 75 pensamientos
ííu tfl trastorno de perBonulidiid
hiatrídnica, 70 g y, 213
en el trastorno de personalidad experímentoH
ejemplo de caso de, 4fi
en ei trastorno de personalidad pen^ainientíis automático» y, 006, 317
obsesivo compulsiva,. 72 suposiciones y, 152, 213
en el trastorno de personalidad tareas para el ¡hogar como, éfí, 117, 209
paranoica^ SI exposición» 3E>, 89, 259
en el trastorno de personalidad pasivo exposición gradual. Véase también
agresiva, 74 Exposicién, 27 1
relacionar creencias básicas con, 42-43
factores del paciente, 23, 24, 25
trastornos de personalidad j, 64
factores externos a la sesión de terapia, 26
estructurar las sesiones
ahanza terapéutica y, 35S &3, 106 ficha de «preparación para la terapia»,
361
cuándo no hacerla, 15
formulación de easoa, 29, 33, 34, 35
ejemplo de eaao de^ 153
fortalecimiento positivo, IOS
estándar, 127 frecuencia de un problema, 20
panojfama» 22 frecuencia, del tratanaienfo, 20
problemas relacionados con, 21, 22 , 156, 160
etapa de la vida del paciente, 34
evaluación» 33 , 37 género del paciente, 34
evidenciadén de la devolución^ 97 grabación de las sesiones, 93, 94
evitación gravedad de un problema* 37
alianza terapéutica yT 36 grupos de autoayuda, 27
determinación de objetivos y, SO
ejemplo de caso de, 66, 86 hipervigilancia
en el trastorno de la personalidad ejemplo de caso des 49, 82» 105, 125
egquigoide,. 85 tíu. t'l tr?ufftvniQ cíe
en el trastorno de personalidad
evitadofcaj 79 (in oí trystornrj de personalidad
en el trastorno de personalidad evitadora, 79
fronteriza, 75 en el trastorno úú personalidad
estilo terapéutico yt 96 fronteTiKa, 75
pensajaieiitos autojaáticcis y, 258S 2159 en el trastorno de personalidad
evitación. oognitiva. Véase también nard&iata, 87
Evitación, 270 en el tra&torno de personalidad
evitación eonduetua). Véase t&mbien- obsesivo compulsiva.,, 72
Evitación, 86, 259 en ei trastorno de personalidad
üvJtación emocionai. Véase también parantsica, 81
Evitación, 270 hipótesis de la terapia, 44, 213b 272
identificado!* de creencias básicas, 21, 52^ modificación de creencias y, 350
282 para evidenciar pensamientos
i dentificatióíi de problema^ 19, 98, 146 automáticos, 292
imágenes pen@amientQ3 automáticos y, 292
conio desencadenante de pensamientos
autowálicug, 21, 57, 268, 284 Jenguqje corporal. 96-99, 146, 195, 224,
determiriannn rte fubjetívíis yf Ifi5 290
ejemplo de caso de, 57, I fifi. 265 limitaciones de la terapia, 77, 161
estrategias terapéuticas y, 37. 307 lista Efe control: .«-.RaaGiies. posibles para no
evidfiariacidn y modificación, 112f 257, hacer las tareas de awtoayuda», 2S2
261, 283 llamadas en situacián de crisis, 22, 77,
identifkadwi de, 267, 274
modificación de creencia* y, 21, 112» llamar por teléfono al terapeuta, H, 32, 50,
77, 83f IB3
panorama, 22 llegar tárele a las sesiones, 22, 77, 84, 154,
p-enaEininjiiioa auluuiálitiOti y, 299
suposiciones y, 21, S¿57, 258, 267, 2S3
imágenes metafóricas^ 274-275 medicación, 22, 26, 28, 82, 208, £23
i nceriid timbre, tolerar ía? T2 io cultural del paciente^ 34
ínformad6n superficial sobre iñ de U seaions 29-30
pensamientos automáticos Véase metáforas, 302, 30?, 327, 353
también Pensamientos automatices, modalidad de la terapia, 27
40,66,197,206 modelo cognitivo., 40
informe, 11, 14, 360 alianza terapéutica y, 114
TmtiluLa Beek, 22, 158, 174 comprensión del paciente d*l, 64, 343
intentos do suicidio, 98, 108 Diagrama de ConceptuaMzaciófi
interrogatorio Hucráticci Cognitiva» 42
alianza terapéutica y, 83, 293-294 elaboración de, 40, 52-55
ejemplo de caso de, 287, 294 modelo de procesamiento de la
modificad ón de creencias y, 2 69-27 U, información, 32fl
modelos de roles., 027
pensamientos automáticos yt 287? 294 modificación de creencias
resumir en las eesíonee utilizando» 213 ejemplo de caso de, 34 1
suposiciones y, 307 estrategias estándar, 106^ 327
interrogatorios molestia, 121, 162
creencias básicas y, 286 motivar a los pacientes, 215, 221* 226.,
pensamientos automáticos y, 261 256
interrupción del tratamiento, 22, 2QS, 254 mundo, creencias básicas sobre ci. Vénse.
interrupdonea durante las sesiones iéít Creencias básicas
alianza terapéutica y, 111-112
cuino conducta problemática de los negación de problemas, 22, 370
pacientes, 22, 94, 161, 196 negarse a responder, 22
como error del terapeuta, 158, 193 negociado n coa los pacientes, 36. 102, 193
ejemplo de CLISO de, 73, 94, 194 nexo entre las s-esones, 119, 133, 194.,
estructuración de las sesiones y, í£2Q 196, 201, 205, 209
intervenciones, nivel dft atención, 14, 2fi, 27-37, 157
j 318 ñivo! dtí iltiBarrollüdel paciente, 34, 152
de objetivos y, IOS, 106 nivel de función amianto, 191,, 30S
eficacia de^SS, 86 nivel intelectual del paciente^ 211, 285,
panorama, 22 2&2f 355
intervenciones basadas históricamente. no r*velñí información en la terapia, 50 ,
Véase también Intarvencíones» 318 86, &6, 123
j 28 notas déla terapia, 214f 223, 224, 226,
229, 236T 253, 298, 299, 316-316
uego
ejemplo de caso de. 107, 178. 247, 266? otjjetivoB. Véase también Detefminacíán
290, 350 de objetivos
objetivos de IB terapia, 21, 22, 35, 40, 50, problemas de finanaas, 69
es, ios problemas médicos no diagnosticados,
ybjetivo&edstenciales de la terapia, Véase iamhién Frobkmas orgánicos
Véase tamhie'ti Determinación de problemas médicos. Véam también
objrtivoH Problemas orgánicos
ulgetivfHf pocü realistus para ia terapia, 'problemas orgánlcias
también Determinado1 11 de cúinü ulratácuio pnro el tratamiento^
vos determinad nn de ol^etivos yt 171
obligación de ir a la terapia, 221 estríitfl^iae terapéuticas y, 36
optimismo, &4f 111, 144 mecÜFodtiny^ 27
oraciones, para completar, ÜÜ77 programad ón de actividades, 3'G, 175
uún sexual del paciente, H4 pruebas conduetuale!^ 36,. 48, 213, 312
en la infancia, 244, 318 paicoeducaciún, 179-1BO, 220? 2
343,
pacientes pftlígrnsciBj 97, 161
partieípacién de la familia, 327 también
patología, 23 r 27 f a4 T íf7 automáticos^ 220-221
peiJbzimÍL'iiLütí uuEiLUiiiíi-kw*, Véante razones de l^s dificultades en el
lar/ibién Cruuncitm dial uncí únales tratamiento , 19
alianza terapéutica y, 9fl-3fl reacciones., 58
corno suposiciones., 305 reacciones del terapeuta ante los
desencadenantes de, 55 pacientes
determinacióo de objetivogy 167 conceptualizacién, 145
en el Diagrama de Conceptualización ejemplos de caso de, 145
Cognitíva, 343 40, 42 identificar problemas en3 115, 145
en «1 modelo cognitivc, 21, 34 mejorar,, 13
estrategias terapéuticas y, 35 temor de, 208
evídenciaci6n y modificación de, 261 recuerdan, 56P 276, 299, 302
identificación de, m, 258, 26C? recursos de formación» 360
identificación dé creencias básicas yt 41, recursos, personal, 360
42,247-248,267,279,291 recursos, profesional, 360
ünágeneB y, 21, &6P 166-167, 258, 261, Registros de Peni amientas
265, 267 Disfuncionales, 14
interpretación de tos pacientes det 267 reglas de la soeiedad, 83
rf?lati¥ag a creencias cUefunei®nales}, reglas, condicional t 43( 54
171, 2&3-20e re^ulaciéíi déla sesióo, 21, 33, 36,
panorama, 22 relacionea, 108
secuencias del modelo cognitivo, 55 relajación, 1S5( 219, 286, 2IJ6, 316
tareas para el hogar y, 212 representaciones metafóricas,
pensamientos defensivos, VCÍHW tamhie.fi también Imágenes
Pensamientos automáticos reaistencia, 13, 3©, 1G7S 284
p-ensamientoe distorsiona dog, Wcise resolución de problemas
también Pensamientos automáticos alianza terapéutica ys 30f 32^3f 91, 06,
pensamientos interferentes, 298 9S
pensamientos negativos, Véa&tí tnmhién. creencias disíuncioiisles que- ínteríleretl
PniiBumirntoH nutomá ticos con, 178, 195, 217
pensamientoís que tranquilizan. Véase cuándo no hacer, 255
también Pensamientos automáticos cuándo los pacientes no parecen
perfección^ 72 S 110 mejoraij 255
persistencia, «n interrogar, 5S ejetnplixit! caso de, 25, 215, 233, 320
plan del tratamiento, 10, 12, 257 en el trastorno de personalidad
planificación del tratamiento. 25-26, 30, dependiente, 77
33, 36, 91 estrategias estándar pera facilitar, 163?
predicciones, 91-92, 143, 275 164, 191, 218
predicciones sobre el tratamiento^ 92, 275 estructuración de las sesiones yr 196
predisposiciones genéticas, 66, 160 panorama, 19
respuestas de ios pacientes a, 218 supervisión, 96, 150, 360
tareas pnrn ni hogar, 217-21fí suposiciones
responsabilidad» 73-74 ali&ms. terapéutica ys 178
respuestas a la& crisis, 22, 206, 207 (Itítcrinitiüdén de übjolivu» yT 178
ruüp untáis ¡nlelectualjzfldas, 257f 3G7 diferendadones eDtr«T 305
reestructuración eognitiva, 294 fljfimpln de c.ñKn d^3 ñ t , 30ñ} 307
reestnictui-aí1 experiencias de la infancia, en el rHa^Ffinin de ConceptuaüíÉa
327 Cogmti?ar 40, 42
ffisumir en las sesiones, 154,199, 205 en el trastorno de personalidad
rcvclor informadla personal., 35, 50t SO,
86, IOS, 123,208 en el trastorno de
revisión de la samaría, 206 dependiente, 71
m el trastorno
salud fifil paciente, 34 esquizoide, §5
secuencias del TiindHn fwgnilivft. Véase en el trastorno
también Modelo eognitivo, ésqoízütípk-a, 34
winnadonea fisiológicas,, 56 en el trastorno de personalidad
sena adunes üiEíiiLak'B., 56 eviladora, 79
ftensadoneg somáticas, 261-264 en el trastorno de personalidad
sentidos, pensamientos automáticús y, Fronteriza, 75
257-258 en el traiaUínio de personalidad
sentimiento de dreespOTñosEa hitftrióníca, 70
ejemplo de caso de, 61,158,1B4, I6ÍS en el trastorno de personalidad
evaluación de, en el terapeuta, 197 narcisista, 87
resolución de problemas y tareas para en el trastorno de personalidad
el hogar, 237-238 obsesivo compulsiva, 72
en el trastorno dje personalidad pasivo
sentimiento de incapuddüd. Wwse
también Creencias básicas agresdva, 73
estrategias eonductuales y, 48-50
determinación de objetivos y, 189
estructurar las sesiones y, 216
ejemplo de caso de, 18S evidenciaeión y modificación^ 191-192,
on el trastorno de personalidad
283, 293
fronteriza, 75 identificación de las creencias básicas, y,
fortalecimiento poeutivo, 108 51
panorama, 44 penaamientoB automáticas y, 293
resolución de problemas y, 69,189 que interfieren con la resolución de
de inoomodidad, 215 problemas y las tareas para el hogar,
de aiibeetimacion,, 123 188
eentimientoB do inffírioridads 105 centrales. Véase también
sentimientos de validadcb, 1^8
sentimientos defensivos, 155 condicionales. Véase también.
sentirse amenazado, 158
sentirse sobrecargado, 157 determin ación cíe olgetívos? y} S6
sentirse sobrepasado^ 146 en el Diagrama de Conceptual! Eaclfe
Bignificailu, 43,148,232-233, 240,255 Cognitiva, 40
síntomas, 28,295 l!íl f 197 en el trastorno de personalidad
síntomas físicos, 257 antisocial, 32
situad onea en el trastorno de personalidad
modelo cognitivo y, 39, 40, ^2,257 dependiente, 77
pensamientos automáticos yf 40t 259 on el trastorno de persoaalidaíi
secundan y^ 40,58, 68-ÍS9 esquizoide, ^S
sobregeneralización, error oognitivo, 52- en e] trastorno de personalidad
53,147,315 e&qitiiotípiea, 84
la terapia, 203 en el trastorno de personalidad
e supoeicáonea. Véase evitadora, 79
ién. Supaaíciones en «1 trastorno de personalidad
Í£at 75
382
en el trastorno de personalidad trastorno de personalidad esquizotípíca^
hiatriónica., 70 Véase también Trastornos de
en el trastorno de personalidad personalidad
mardeísta , @7 trastorna de personalidad evitadora,
en ti Ira&Loma de personalidad Véase iattibién Trastornos de
obsesivo compulsiva, 72 personalidad
en fil trastorno de personalidad trastorno de personalidad fronteriza.
Vó&Ae también TrAstornoa de
e/n el trastorno de personalidad
agresiva, 73 trustomo dü personalidad histrionicu,
Véase también lYastornos de
/iB pnrrt fil hogar personalidad.
alianza terapéutica y, 100, IOS, LmsLojrait tlt= pi^rKuiiüliilji
178 Véase también Trastornos de
ejemplo fte «le» de, 71, 23Í1 personalidad
estrategias terapéuticos yt 20P 36-36 trastorno de personalidad
estructurar las mioneg y, 159» 186 compulsiva,, 72
experimentos eotifliietiJalfw como, Íá09, trastorno de personalidad paranoica, 81
213-2 14, 237, 31fi trastorno de personalidad pasivo
íacílittición de, ¿S25 tumbeen Ttafitornos de
pensamientos automáticos y, 248, 2iK)
revisión de, 209 trastornos de ansiedad, 14, 27, 30S 33» 36
trastorno de personalidad eaqulzaide tras toreos de coinórbido, 14
y, 85 trastornos de 3a alimentación, gecuencáaa
tr^Lstomcí de personalidad hiatrlúnica de, 63
y,TO trastornos de personalidad
trastorno de persooalidad nara&ista creencias básicas y, 50f 67
y^7 dessrroll^ de, 66
trastorno de personalidad obsesivo estrategias conductuales y, 68
compulsiva y , 7^ panorama, 14, 21, 50+ 64, 65
taijetas, 296,315-317 pcrHlKh [¡((gniUvnñ, 70
técnicas de la terapia, 36 tratamiento auxilioi; 27
tácnieas. Véase también Intervenciones tratamiento vocadonal? 27
temor, de la respuesta del terapeuta, 272 trauma^ 36
terapeuta
aeti tildes d el > 147
competencias del h 30, 94, 149, 150
dificultades en d tratamiento y, 19 validez de los
formación del, 360 automátícc-6, 114
Éiuposieiones sobre. ]70 vktímizadón, sentimiento de. Sí
terapia de grupo, 327, 353 vulnerabilidad, creencia de
tiemp& entre sesiones, 21t 199, 201, 209, eáemplo cíe caso de» 77,106
296 en el trastorno de personalidad
trastorno de pánico, 2B, 2&t 33t 34, 179, 246 eequizotfpícaj 84
trastorno d* personalidad antisocial. en el trastorno de personalidad
WÍZJK también Traetornos de evitadorat 7d
pe/Bonalidad en el trastorno de personalidad
trnHit?rno de personalidad dependiente. obsesivo compulsiva^ 72
Véase también Trastornos de en el trastorno de personalidad
persüiiaiirhnl paranoica, 81
trastorno de personal i dad ( en el trastorno de personalidad pasivo
Véase también Trastornos de agresiva, 73
personalidad
383
TERAPIA
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