Está en la página 1de 7

LA LABRANZA MECANIZADAY SU IMPACTO EN LA

CONSERVACION DEL SUELO.


I. INTRODUCCIÓN
La labranza o laboreo del suelo consiste en la remoción de su capa
vegetal, que se realiza antes de la siembra, para facilitar la germinación
de las semillas, el crecimiento, desarrollo y producción de las plantas 1
cultivadas. Asimismo permite el control de malezas y se busca mejorar las
propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo (FAO, 2013). Por lo
general, la labranza es definida según el tipo de actividad que se lleva a
cabo.
• Inversión: Este tipo de labranza da vuelta al suelo en la parte en que es
trabajado. Las capas superficiales son completamente enterradas y las
capas más profundas son llevadas a la superficie. El argumento de que la
labranza controla las malezas no es válido cuando se hace todos los
años, ya que la misma cantidad de semillas es llevada a la superficie
(FAO http://www.fao.org/ag/ ca/es/3b.html).
• Mezcla: Esta operación mezcla todos los materiales en forma
homogénea hasta una cierta profundidad, por lo general cerca de 10 cm
(http://www.fao.org/ag/ca/ es/3b.html).
• Rotura: Este tipo de labranza abre el suelo para aflojarlo sin mover los
terrones; por ejemplo, en operaciones de descompactación del suelo
(subsolado) (http:// www.fao.org/ag/ca/es/3b.html).
• Pulverización: Esta operación consiste en romper finamente los
terrones de suelo, de modo que forme un horizonte muy fino; por ejemplo,
la cama de semillas. Se ejecuta en unos pocos centímetros debajo de la
superficie (http://www.fao.org/ag/ca/es/3b.html).
La inversión y la mezcla agresiva afectan la cantidad de residuos que
quedan sobre la superficie del suelo.
Los arados de vertedera y de discos dan vuelta completamente el suelo
mientras que los arados de cincel rompen y mezclan el suelo y los
cultivadores solo lo mezclan. Las rastras pulverizan el suelo.
Se pueden distinguir por lo menos cuatro tipos de operaciones de
labranza en los sistemas convencionales (Krause et al., 1984):
Labranza con arado de discos La densidad aparente (ρ ) puede ser
incluida dentro del grupo mínimo de parámetros a medir para evaluar la
calidad de un suelo, como indicador de la estructura, la resistencia
mecánica y la cohesión del mismo (Doran et al., 1994).
Cambios en la densidad aparente reflejan cambios en la estructura del
suelo, debido a la relación existente entre la densidad aparente y la
porosidad total (e). 2

La densidad aparente es el peso de las partículas sólidas en un volumen


estándar de suelo no perturbado (sólidos + espacio poroso). La densidad
de partículas es el peso de las partículas sólidas en volumen estándar de
dichas partículas. En este caso particular, la densidad aparente es la
mitad de la densidad real y el % de espacio poroso es 50% (Rucks, L.,
2004)
La densidad aparente afecta al crecimiento de las plantas debido al efecto
que tienen la resistencia y la porosidad del suelo sobre las raíces. Con un
incremento de la densidad aparente, la resistencia mecánica tiende a
aumentar y la porosidad del suelo a disminuir. Estos cambios limitan el
crecimiento de las raíces a valores críticos. Los valores críticos de la
densidad aparente para el crecimiento de las raíces varían según la
textura que presenta el suelo y de la especie que se trate. Por ejemplo,
para suelos arenosos una densidad aparente de 1.759 kg m-3 limita el
crecimiento de las raíces de girasol, mientras que en suelos arcillosos ese
valor crítico es de 1.460 a 1.630 kg m-3 para la misma especie (Jones,
1983). Los valores que puede tomar la densidad aparente depende de
muchos factores, que van desde la textura, contenido de materia
orgánica, hasta el manejo que se le da al suelo. En contraste con la
densidad real, que es más o menos constante, la densidad aparente es
altamente variable.
Esta es afectada por la estructura del suelo, que es su flojedad o grado de
compactación, así como también por sus características de contracción y
expansión. Esto último depende tanto de su contenido de arcilla como de
la humedad del suelo.
El espacio poroso puede ser altamente reducido por compactación, pero
nunca se puede llegar a eliminar totalmente (Ingaramo, 2003). La
densidad aparente también es usada para referir a un volumen de suelo
en el campo los resultados de los análisis de laboratorios. Esta utilidad es
necesaria para la práctica agronómica de la fertilización (Ingaramo, 2003).
La densidad aparente está directamente relacionada con la estructura del
suelo y, por lo tanto, depende de los mismos factores de control. Este es
un dato que se puede obtener con bastante facilidad y por ello es un
parámetro que puede estar disponible para los diferentes horizontes de un 3

suelo.
Aunque cabe destacar que el valor de la densidad aparente presenta
limitaciones importantes, ya que no permite obtener información
relacionada con el tamaño de los poros, su continuidad o sobre las
fuerzas que dieron lugar a una estructura específica. Estos aspectos
tienen importancia para predecir el movimiento del agua en el suelo y los
riesgos de degradación de los agregados.
A pesar de esta condición y con excepción de los suelos con
características verticales, la compactación del suelo, a menudo, es
medida a través de los incrementos de la densidad aparente. Se debe
señalar que suelos con los mismos valores de densidad aparente pueden
tener respuesta distinta a fuerzas externas. Los objetivos de este trabajo
fueron conocer los efectos que tienen diferentes sistemas de labranza
para siembra de quinua sobre la densidad aparente, determinada a 15, 35
y 45 cm de profundidad y cómo repercute en la compactación y porosidad
en suelos y en el desarrollo radicular de la quinua en la comunidad de
Cochapamba.
Estos son los tipos de labranza que usted puede utilizar en su predio
Los productores pueden apelar a estos tipos de labranza para
descompactar el suelo y permitir que las raíces penetren la tierra.
La labranza es una secuencia de actividades que, a través del tiempo,
deben conducir a la formación de un suelo óptimo, con el fin de permitir
que las raíces puedan explorar el mayor volumen de este y absorber los
nutrientes disponibles.
Así lo explicaron Álvaro Rincón Castillo y Samuel Caicedo Guerrero,
investigadores del Centro de Investigación de La Libertad de Agrosavia
(antes Corpoica), en el artículo "Establecimiento de pastos en sistemas
ganaderos de los llanos colombianos".

De forma general, la labranza se hace para corregir cualquier factor


fisicoquímico que procesa el suelo y controlar los procesos degradativos,
de manera que la planta pueda expresar todo su potencial genético. A
continuación, se mencionan varios tipos de labranza: 4

LABRANZA CONVENCIONAL O TRADICIONAL


Implica el uso intensivo de implementos de disco como rastras, rastrillos y
pulidores que busca remover la superficie del suelo. El número de pases
oscila entre 4 a 8, lo que puede ocasionar pérdidas de suelo anuales de
10 t/ha, compactación y degradación de los suelos.
LABRANZA DE CONSERVACIÓN
Se refiere al sistema de labranza en el cual por lo menos 30 % de la
superficie del suelo debe quedar cubierta de residuos de plantas después
de la siembra, con el fin de controlar la erosión.
Este sistema involucra la labranza reducida y la siembra directa, con los
cuales se pretende transformar el modelo convencional en sistemas
sostenibles que utilicen la capacidad de producción del suelo a través del
uso racional de insumos.
Los pilares básicos para los sistemas de labranza de conservación son:
operación de maquinaria especializada, rotación de cultivos, uso de
coberturas o rastrojos, manejo integrado de plagas y malezas.
LABRANZA MÍNIMA O REDUCIDA
Consiste en reducir las labores de preparación del suelo para la siembra
de un cultivo o pastura. Es de tipo correctivo e involucra el uso de
implementos para una labranza vertical, que incorpora parte de los
residuos del cultivo anterior, dejando al menos un 30 % en la parte
superficial.
En este sistema de preparación, entre 1 y 3 labores son adecuadas para
la preparación del suelo, mientras que los implementos más usados son
los arados de cincel rígidos, los cinceles vibratorios y las combinaciones
de estos con un pase de implemento de disco.
Los cinceles rígidos se utilizan para corregir la compactación encontrada
a profundidades mayores de 25 cm, reemplazando el efecto de los arados
de disco. Para compactaciones superficiales, en los primeros 20 cm, se
recomienda el uso de cinceles vibratorios que reemplaza la acción de las
rastras.
Con esto se logran las condiciones adecuadas para el desarrollo de
raíces a mayor profundidad, además mejora el drenaje en suelos que 5

tienen problemas de encharcamiento ocasionando desarrollo deficiente o


desaparición de los pastos cultivados.
Después de la labranza vertical debe hacerse un pase de rastra para
uniformizar el terreno y destruir terrones grandes y, por último, hacer un
pase de pulidor, para dejar el suelo en condiciones adecuadas para la
siembra.
LABRANZA CERO O SIEMBRA DIRECTA
Se define como un sistema de producción que involucra la rotación de
cultivos, el uso de coberturas y/o abonos verdes y la no labranza del
suelo. Permite la siembra del cultivo sin ninguna labor de preparación,
pero requiere suelos sin limitantes físicos, químicos y biológicos, además
de una sembradora especializada.
Esta consta de un cincel que rotura y afloja el suelo en la línea de
siembra, una segunda sección que distribuye y coloca la semilla en la
profundidad deseada y una última que ubica el abono en las cantidades
requeridas. Posteriormente se efectúa la tapada con un conjunto de
llantas tapadoras, que pretende mejorar el contacto de la semilla con el
suelo.
Existen varias tipos de sembradoras: a) de surco, para el caso de maíz,
sorgo, soya; b) de densos, utilizadas para arroz, pastos; e) unas mixtas,
que combinan simultáneamente la siembra de cultivos de surcos y denso,
como en el caso de los sistemas arroz-pastos y maíz-pastos.
Este sistema de labranza inicia con el manejo de las coberturas o los
rastrojos, mediante el uso de un implemento de corte o la aplicación de
desecantes de contacto o sistémicos.
Otro factor por considerar son las propiedades estructurales del suelo
como densidad aparente y el espacio poroso, indicadores importantes al
momento de decidir la preparación del suelo, pues las labores de
preparación deben conducir a la recuperación de estas propiedades.
Esto debido a que los suelos que han sido sobrepastoreados o sometidos
a laboreo intenso sufren un proceso de compactación, principalmente en
las capas superiores, presentando una disminución en el tamaño de los 6

poros que hacen deficiente la aireación y movimiento del agua en el


suelo.
7

También podría gustarte