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Sinopsis

Cinco años después del horrible incidente en donde se vieron envueltas


dos chicas inocentes, Ellie Russell ha logrado seguir adelante y continuar
con su vida como cualquier persona normal, o al menos eso es lo que
parece.3.4K

Sus pesadillas han regresado y ahora le es imposible cerrar los ojos sin
recordar todo lo que vivió en carne propia mientras estuvo
secuestrada.171

Afortunadamente cuenta con personas que la apoyan y solo desean lo


mejor para ella, pero...64

¿Qué sucederá cuando su viejo amor aparezca de nuevo en su vida?770

Él no tiene intenciones de acercarse a ella. 842

Ella no entiende por qué él se fue. 314

Él solo quiere protegerla.257

Ella quiere respuestas.226

Y cuando finalmente sus caminos se crucen, quizás las cosas no sean


como todo el mundo lo espera...
Prólogo
Era más de la media noche y los alrededores del cementerio estaban
oficialmente cerrados. Una extraña bruma flotaba en el aire de manera
débil, fina y muy deprimente, como una fila de fantasmas alzándose de
entre los muertos. Soplaba un viento frígido, que hacía que los árboles
susurraran como si tuvieran vida propia, y una liviana llovizna que
humedecía la tierra del lugar, convirtiéndolo todo en barro. 1.4K

Una sombra surgió de la oscuridad del cementerio, deteniéndose frente a


una de las lapidas, mirando con melancolía el nombre grabado en el
mármol. Era un chico alto, delgado y con la piel pálida como la leche.
Vestía estrictamente de negro y ocultaba su rostro detrás de la capucha
de su sudadera, de la cual, rebeldes mechones de cabello dorado
escapaban. En su mano izquierda sostenía un cigarrillo entre sus dedos,
dando profundas caladas cada cierto tiempo, para luego exhalar el humo
por la boca.694

Después de un largo rato, una segunda sombra se le unió. Era un


hombre con un par de años encima, vestido de manera muy elegante. Se
acercó al chico sin decir una sola palabra y se detuvo junto a él,
dirigiendo la mirada a la tumba frente a ellos. 381

Michael Scott Kent.475

Esposo y padre devoto.913

23 de Abril del 2008.636

—¿Por qué no me dijiste que estabas en Seattle? —le preguntó el


hombre al chico.285
Aquel tono de voz dejó muy en claro que no tenía intenciones de
mantener una conversación amigable, todo lo contrario. El hombre
parecía nervioso y desesperado por marcharse de ese lugar.54

—Tu m'as manqué aussi, papa. (Yo también te extrañé, padre)2.2K

El hombre se removió incomodo, pero no dijo nada. En su lugar, se


dedicó a mirar su aspecto. Sin duda ya no era aquel crío que había
ingresado a un internado en Francia hace algunos años, a petición de la
misma Isabella. Ahora era incluso más alto que él, y había heredado los
mismos ojos de su madre.525

—Je peux vous appeler comme ça, non? (Puedo llamarte así,
¿verdad?)338

—No es necesario que hables en francés.168

El chico ladeó la cabeza con un gesto divertido y asintió. 17

—Lo lamento —se disculpó con un pronunciado acento—. Aún no me


acostumbro a la idea de hablar en inglés. Después de pasar dieciséis
años de mi vida en el extranjero, supongo que es normal. 571

La mandíbula del hombre se tensó al detectar cierto tono de desprecio y


burla en su voz.2

—Enviarte a Francia fue algo que hice por tu propio bien. 105

El pálido chico soltó un bufido.2

—Sí, ya has dicho eso antes, en una carta —cuando terminó su cigarrillo,
tiró la colilla a un lado—. Así que... ¿por qué me has citado en este sitio,
padre? No creo que tu intención sea solo para visitar a mi otro padre. 1.1K

—¿Cuánto tiempo llevas en Seattle? —le preguntó sin rodeos.48


Las esquinas de la boca del chico se alzaron, pero era apenas una
sonrisa.3

—No mucho —respondió encogiéndos de hombros.71

—¿Por qué no me habías dicho que estabas aquí?9

—No creí que te importara. La única vez que te acordaste de mi


existencia fue hace once años, en mi decimo cumpleaños. ¿Sabías que
durante toda mi estancia en otro país, solo me escribiste una carta? 231

El hombre tragó saliva.2

—Soy un hombre ocupado.233

—Lo sé, no estoy enfadado.137

Aquella noche no había luna, y la liviana llovizna se había detenido justo


antes de que el hombre llegara al cementerio. Sin embargo el viento
seguía soplando frío y fuerte, helando hasta los huesos a cualquier ser
humano sin excepción, lo extraño era que el pálido chico, aún con lo
ligera que se veía su ropa, no parecía inmutarse. Continuaba firme como
una roca, inmune al frío.137

—Quiero hacerte una pregunta... —exclamó el hombre después de un


largo silencio.38

—¿Y era realmente necesario traer contigo a todos tus amigos, solo para
hacerme una pregunta? —se burló, quitándose la capucha de la cabeza,
revelando finalmente su rostro—. ¿Puedes decirles que bajen sus
armas? Me siento un poco intimidado. 777

Detrás de ambos, ocho oficiales de policía se habían acercado, con


armas en mano, esperando indicaciones a través de sus articulares en
los oídos. Habían sido bastante sigilosos, pero aún en medio de la
oscuridad, el chico podía sentir sus cuerpos acercándose poco a poco. 119

—¿Tuviste algo que ver con el secuestro de mi hija?1.8K

Se pasó una mano por su alborotado cabello dorado. 18

—¿Que te hace pensar eso?19

—Hay un video -dijo el hombre.62

—Padre... —murmuró el chico, sonriendo como si se tratase de una


broma.112

—Responde la pregunta.2

—Jamás haría algo que pudiese lastimar a Ellie. 891

—Responde la pregunta -insistió.2

—No —respondió malhumorado—. No tuve nada que ver con el


secuestro.700

Aquel hombre miró al chico como si de verdad intentara creer en sus


palabras, pero no podía. Había algo en su interior que le decía a gritos
que él estaba involucrado, aún cuando la única evidencia que tenían para
incriminarlo era un video. William sabía que ese chico estaba detrás de
todo lo sucedido con su hija.160

—No te creo...87

El chico frunció el entrecejo cuando uno de los oficiales se acercó. 4

—Ponga las manos donde pueda verlas. 99

—¿Pero qué...?6
—Dije que ponga las manos donde pueda verlas —repitió el oficial.6

El pálido chico casi puso los ojos en blanco, pero al final sacó las manos
de sus bolsillos y levantó los brazos por encima de su cabeza. Otro de
los oficiales se acercó a él y comenzó a colocarle las esposas en las
muñecas.100

—Queda usted detenido por posible participación en el secuestro de la


señorita Ellie Annalise Russel. Cualquier cosa que diga puede ser usada
en su contra en un tribunal judicial. Tiene derecho a consultar un
abogado y a tener uno presente durante el interrogatorio. Si no puede
pagar un abogado, el tribunal le asignará uno. 323

—¿Es en serio, William? —se quejó el chico.182

—Eres sospechoso.3

—¿Por qué querría hacerle daño a mi propia hermana? —argumentó,


mientras los oficiales comenzaban a llevárselo.1.3K

—Silencio —exclamó el oficial que lo llevaba a una de las patrullas,


afuera del cementerio.12

—Primero abandonas a un hijo en otro país, después dejas solo a otro


durante toda su vida y ahora haces que me arresten. Te diré algo,
cuando sea declarado inocente, realmente espero una disculpa de tu
parte.536

—Scott... —murmuró William Russell, sintiéndose un poco culpable


después de aquellas palabras.697

Pero dos de los oficiales se lo llevaron a la comisaría, dejando a William


en el lugar junto con los demás policías. Segundos después, una mujer
robusta de cabello castaño y corto hasta los hombros se acercó a
William, cruzando los brazos sobre su pecho. 2

—Bien hecho, señor Russell. Ahora solo hay que mostrarle a Ellie el
video.127

—Pero...1

—Es necesario, solo así tendremos las pruebas suficientes para


refundirlo en la cárcel.3

—¿Y si de verdad él no tuvo nada que ver con el secuestro?47

—Muéstrele el maldito video a su hija y veamos si ella piensa lo


mismo.250

—Oficial Margot, no quiero que mi hija se vea obligada a recordar lo que


vivió, ya ha sufrido bastante.23

—Con todo el respeto, señor Russell, creo que lo mejor para todos es
que así sea. Ella necesita recordar para que le sea más fácil recuperarse,
de otra manera, vivir con miedo es algo que no le deseo a nadie
Capítulo 1

Ellie827

Desperté sobresaltada después de sentir un par de manos cerrándose en


mi garganta. Mi cuerpo entero estaba cubierto por una ligera capa de
sudor y mi pecho subía y bajaba, siguiendo el ritmo de mi acelerada
respiración. Me pasé las manos por el rostro y tomé grandes bocanadas
de oxigeno, intentando tranquilizar mi sistema. 370

—Fue una pesadilla —me dije a mi misma—. Fue solo una pesadilla,
Ellie.381

Miré el reloj sobre la mesilla de noche y solté un gruñido antes de


enterrar la cara en la almohada. Aún faltaban dos horas para que sonara
la alarma, pero después de haber tenido un sueño tan desagradable,
estaba segura de que me iba a ser imposible conseguir conciliar el sueño
de nuevo. Di un largo suspiro y decidí levantarme de la cama para darme
una ducha.19

Las pesadillas eran algo que llevaban persiguiéndome desde hace ya


algunos años, sin embargo, llevaba meses sin tener una así de fuerte.
Supuse que se debía al incidente con Chase del día de ayer por la
noche, siempre me pasaba exactamente lo mismo cada vez que
intentaba profundizar mi relación con alguien. 1.5K

Quince minutos después, salí del cuarto de baño con una toalla en la
cabeza y con otra alrededor de mi cuerpo. Me puse la ropa que usaría
para ir al trabajo y luego de desayunar algo rápido, le di un vistazo a los
mensajes de mi celular, solo para comprobar que mi jefa ya me había
bombardeado con tareas y pendientes para cuando llegara a la oficina. 628

—Te levantaste temprano —escuché la voz de Lexie a mis espaldas.877

—Tuve una pesadilla —respondí, tratando de no darle mucha


importancia.1

—¿De nuevo?1

—Sí, pero no fue nada grave.1

—¿Quieres hablar de ello? —negué con la cabeza y le di una sonrisa.1

—No, estoy bien. No te preocupes.1

Tomé unos papeles de la barra y preparé mis cosas para marcharme. 2

—¿Ya te vas al trabajo? —preguntó, sonando un poco sorprendida—.


Son las cinco de la mañana.218

—Elena quiere que comience a revisar los manuscritos de esta semana


—murmuré mientras cogía una manzana de la barra y la guardaba en mi
bolso—. Se están juntando con los de la semana pasada, así que
estamos hasta el tope de trabajo.139

—Un día de estos voy a asesinar a esa mujer —gruñó, cruzando los
brazos por encima de su pijama de cuadros—. No trabajes demasiado,
¿vale?234

Asentí y me despedí de ella con una sonrisa en los labios. 220

Lexie y yo habíamos decidido mudarnos a Nueva York hace exactamente


cinco años. Yo fui quien propuso la idea, y Lex como mi mejor amiga
desde que usábamos pañales, estuvo de acuerdo en seguirme a donde
sea que yo quisiera ir. Ambas terminamos nuestros estudios en
la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) y justo después de
graduarnos, conseguimos nuestros trabajos de ensueño. 906

Lexie trabajaba como diseñadora grafica en una revista de modas,


mientras que yo había conseguido un lugar en una de las
mejores Editoriales de Nueva York, como ayudante de Elena Brawley, la
editora ejecutiva. Elena era una mujer de cuarenta años, alta, delgada y
con un carácter que hacía temblar a muchos, sin embargo, era una
buena jefa. Siempre tenía montones de trabajo para mi, y aunque
muchos no lograban entender como es que yo podía soportar a una
mujer como ella, en el fondo me agradaba. 325

Me ayudaba a no tener tiempo ni para pensar. 120

Como de costumbre, fui la primera en llegar al edificio. Saludé a John, el


hombre encargado de vigilar el lugar durante la noche, e hice mi camino
a la oficina principal. Al llegar a mi escritorio, miré la torre de manuscritos
que había sobre la madera y me dejé caer en mi silla. Separé los
manuscritos por genero, me preparé una taza de café negro sin nada de
azúcar y me puse manos a la obra.266

Un par de horas más tarde, deduje que Elena había llegado al edificio
cuando todos a mi alrededor comenzaron a correr de un lado para otro,
presos del pánico. Los miré con gesto divertido a través de las paredes
de cristal que separaban la oficina que compartía con mi jefa, del resto
de los empleados, y sonreí mientras negaba con la cabeza, al verlos
actuar así todas las mañanas.340

Cuando las puertas del elevador se abrieron y Elena Brawley salió de


este, todo el mundo se paralizó un momento para escuchar las ordenes
que ella daba y segundos después, el alboroto continuó. 153
—Dime que has avanzado con los manuscritos o voy a volverme loca —
exclamó al entrar a la oficina. 105

Me levanté de mi lugar para tomar su bolso y luego ayudarle a quitarse el


abrigo.219

Elena era una mujer muy hermosa y madura. Me gustaba mucho su


estilo, siempre vestía conjuntos ejecutivos muy bonitos, ya fuesen
vestidos o faldas y alguna elegante blusa. Su melena era de color oscuro
y solía recogerlo la mayoría de las veces en una coleta alta, aunque
también en raras ocasiones solía llevarlo suelto, casi siempre después de
tener una pelea con su marido.303

Hoy era una de esas raras veces.2

—Tres de los manuscritos son realmente muy buenos, estuve


revisándolos y creo que deberías echarles un vistazo. En cuanto a los
demás, yo no diría que son malos, pero siento que les falta algo para
llamar la atención del lector, quizás...56

—Lleva los tres manuscritos que seleccionaste con Jenna para que
comience a trabajar en ellos, los demás solo descártalos —encendió su
ordenador y se puso sus gafas—. No olvides llamar a los autores para
hacerles saber que sus manuscritos han sido seleccionados.510

—De acuerdo.2

Me acerqué a mi escritorio para tomar los manuscritos, cuando de pronto


escuché como Elena utilizaba el teclado con más fuerza de lo necesaria,
soltó un gruñido y se quitó las gafas para mirarme, antes de que pudiese
salir de la oficina.2
—Albert es un grandísimo imbécil —farfulló—. Siempre me sorprende lo
fácil que es para él arruinarme el desayuno, ni siquiera pude terminar mi
estúpido café.238

Sonreí.2

—¿Quieres que te traiga una taza?5

—Sí, con una cucharada y media de azúcar. No más, no menos.261

—Enseguida.2

Con los manuscritos en mano, tomé el elevador y bajé al tercer piso.


Encontrar a Jenna no fue difícil, pues el equipo de Revisión solía ser el
único piso que siempre estaba tranquilo y en silencio, mientras todos
trabajaban en sus computadoras. Jenna era una agradable chica de
veinticinco años, solo tenía tres años más que yo y ya era la encargada
del equipo de revisión.372

Cuando me vio acercarme, sonrió.1

—¿Qué me traes esta vez? —preguntó muy animada.6

—Suspenso, fantasía y un poco de erotismo. 1K

Jenna aplaudió suavemente y tomó los manuscritos para comenzar a


revisarlos.3

—¿Podemos decir entonces que tenemos un digno sucesor


de Cincuenta Sombras? —murmuró revisando el tercer manuscrito, aquel
de genero erotico—. Necesito otro Christian Grey.899

Me reí.3

—Creo que sí, solo que sin tanto sadomasoquismo. 463


—Estupendo, ahora mismo me pongo a leerlo. ¿Cuál es el estado de
animo de Elena la controladora, el día de hoy? 35

Meneé un poco la cabeza.2

—Creo que tuvo una pelea con su marido.2

—¿Qué te hace pensar eso?

—Lleva el cabello suelto.9

Suspiró.

—Diablos, eso solo significa que estamos en problemas. 10

—Empezando la semana con el pie derecho —bromeé.121

Después de dejarle los manuscritos a Jenna, me dirigí de nuevo al ultimo


piso del edificio y me acerqué a la maquina de café. Mientras preparaba
una taza para Elena, saqué mi celular del bolsillo de mis jeans y fruncí el
entrecejo al ver la pantalla. Era extraño no tener mensajes o llamadas
perdidas de Chase, pero después de lo que había pasado ayer, supuse
que era normal. Quizás debí haberle dado una respuesta, es solo que en
el fondo, todavía tenía miedo de comenzar una relación en serio con
alguien.1K

No quiero salir lastimada, no otra vez. 697

Cuando regresé a la oficina, Elena se encontraba en medio de una


llamada telefónica, así que dejé la taza de café sobre su escritorio y
continué revisando la torre de manuscritos. Les mandé correos de
confirmación a los autores de los tres manuscritos aceptados, y luego
llamé al equipo de diseño para saber como iban con las portadas de los
libros que se encontraban en proceso de impresión. 66
Rara vez Elena me daba tiempo para descansar, y siendo sincera no me
importaba no tener tiempo ni para respirar, me gustaba tener la cabeza
siempre ocupada. A la una, quedé de ir a comer con Jenna y Mark a un
restaurante no muy lejos del edificio. 194

Mark era un chico de veintitrés años, que trabajaba en el equipo de


Marketing. Fue el primer amigo que hice cuando comencé a trabajar en
la editorial, era un chico bastante alegre y su hobby era contar chistes
que no tenían nada de gracia, quizás era por eso que sus chistes eran
graciosos.475

—A veces siento que me va a explotar la cabeza de tanto trabajo que


nos carga esa mujer —exclamó Jenna, dándole un mordisco a su
sandwich de pavo—. Ni siquiera he tenido tiempo para ver a mi novio. 27

—¿Tienes novio? —le pregunto Mark, sonando ligeramente


sorprendido.215

—Sí, llevamos saliendo casi dos años.12

—Los personajes literarios no cuentan como novios, menos sí se trata de


Christian Grey.1.7K

Jenna estuvo a punto de lanzarle una patata frita a la cara, pero al final
decidió que era demasiado valiosa para ser utilizada solo para ese
propósito, y le dio un mordisco.201

—No es un personaje literario, es un ser humano de carne y hueso.


¿Quieres que te muestre una foto?600

—Ná, es muy temprano para vomitar mi comida. 247

Esta vez sí que se vio obligada a propinarle un buen golpe en el hombro.


Mark se quejó del dolor y yo me reí al ver la cara que hizo.
—¿Que hay de ti, Ellie? ¿Como vas con Chase? —quiso saber Jenna.263

Jenna conocía a Chase únicamente porque una vez lo había visto venir a
recogerme, al día siguiente me bombardeó con miles de preguntas y me
vi obligada a contarle todo. Todo excepto la parte en la que le decía que
Chase solía ser mi psicólogo.1.9K

—¿Tu también tienes novio? ¿Como es que no me entero de nada? —


murmuró Mark.228

Hice una mueca y jugué un poco con mis patatas fritas. 8

—Chase no es mi novio, solo somos amigos —expliqué.188

—Menos mal, significa que todavía tengo oportunidad —dijo Mark, pero
Jenna le propinó un segundo golpe.465

—No juegues conmigo, Chase y tu han sido amigos desde hace cuatro
años. ¿Como es que no ha surgido nada más entre ustedes?199

Me encogí de hombros.1

—Pues... no es que no haya surgido nada entre nosotros, es solo que... 3

Ayer me dijo que quería tener una relación conmigo, y yo le dije que no
estaba lista...353

—¿Es solo que, qué? Venga, dilo, no dejes una frase a medias, sabes
que lo odio.37

Sonreí.1

—No lo sé, es complicado.8

—Conmigo, nada sería complicado nena —intervino Mark.1.2K


—Una palabra más y te dejo sin dientes, deja ya de molestarla —gruñó
Jenna.240

—Joder, que es broma.31

—Pues déjate de bromas, imbécil.86

Era divertido salir con ese par, sobre todo porque la mayoría del tiempo
se la pasaban peleando por cualquier tontería y eso me hacía gracia. Si
no fuese porque Jenna tenía novio, estaba segura de que esos dos haría
una linda pareja.600

En ese momento, mi celular comenzó a sonar en el bolsillo de mi


pantalón. Mi corazón dio un brinco al ver que se trataba de un mensaje
de Chase,92

Lamento lo de anoche, fui un idiota.


¿Me das otra oportunidad?2.1K

-Chase.214

Después de leer el mensaje y darme cuenta de que no estaba enfadado,


una sonrisa tonta se dibujó en mi rostro. Jenna fue la primera en notarlo,
así que también fue la primera en decir algo al respecto. 273

—No puedes decir que es complicado, cuando un simple mensaje suyo


te hace sonreír de esa forma.516

—Odio tener que estar de acuerdo con la mujer ogro, pero creo tiene
razón —murmuró Mark.224

Y muy rara vez, esos dos solían estar de acuerdo en algo. 164

*****86
Cuando dieron las cuatro de la tarde, dejé todo completamente ordenado
sobre mi escritorio y me preparé para marcharme. Elena había tenido
que atender un asunto, así que se había marchado justo después de que
yo regresara de comer. No sin antes dejarme un montón de trabajo. Me
despedí de los chicos del equipo de edición que se quedaban hasta un
poco más tarde y finalmente, salí a las atestadas calles de Manhattan.39

Tomé el autobús hasta Walter Street, donde me bajé para luego caminar
un poco a la escuela primara Blue School. Al acercarme un poco al
portón, las mujeres que esperaban de pie a que sus hijos salieran de la
escuela, me miraron como solían hacerlo desde el primer día que vine a
recoger a Valentina. La mayoría de ellas estaban por encima de los
treinta, por lo que seguramente les gustaba juzgar a las mamás más
jóvenes. Sin embargo, a pesar del peso de sus miradas, me gustaba
saludarlas con una sonrisa.816

Cinco minutos después, se abrió el portón y un puñado de niños y niñas


comenzaron a salir de la escuela, todos y cada unos de ellos usando un
adorable uniforme de color azul oscuro. En cuanto vi un par de ojos
azules y un largo cabello castaño, una enorme sonrisa amenazó con
partir mi rostro en dos.422

—¡Tía Ellie! —gritó Valentina, apenas sus ojos se encontraron con los
míos.1.2K

Corrió hasta el lugar en donde me encontraba y agaché un poco para


poder recibir el fuerte abrazo que solía darme cada vez que venía a
recogerla. Valentina era la niña más preciosa que había visto nunca,
tenía exactamente el mismo rostro que Lexie cuando era pequeña, pero
su cabello era un poco más claro que el de su madre. 261
—¿Cómo te fue en la escuela, cariño? —le pregunté mientras la tomaba
de la mano.26

—Muy bien, hice un nuevo amigo —respondió muy animada.295

—¿Ah sí?

—Sí, aunque es un poco extraño... se estaba comiendo mi Play-


Dohrosada.1.5K

Me reí.6

—A veces, las personas extrañas son las más interesantes.710

Valentina asintió con la cabeza y comenzó a dar pequeños saltitos


mientras caminábamos a casa.3

—Su nombre es Leon, y se pronuncia como el rey de la selva —


continuó—. Incluso sabe rugir como un león, pero la maestra lo regañó
cuando intentó rugir encima de la mesa.952

—Tiene un lindo nombre.1

—¡Ah, por cierto! —Valentina se detuvo de golpe y se quitó la mochila de


los hombros para buscar algo entre sus colores. Sacó un envoltorio de
chocolate y me lo tendió—. La maestra Flor nos dijo que le diéramos un
dulce a dos personas que queramos mucho, así que uno es para ti, y el
otro es para mamá.1.1K

Sonreí y le acaricié las mejillas.1

—Eres muy linda. Muchas gracias por el chocolate. 5

—Sí quieres, puedes abrirlo ahora —murmuró sin dejar de mirar el


chocolate en mis manos.663
—¿Quieres un poco? —asintió frenéticamente con la cabeza—. Bien,
pero no le digamos nada a tu madre.195

—Sí, mi madre no se enterará.25

Estuve a punto de reírme. Abrí la envoltura del chocolate y lo partí en dos


trozos, luego le di a ella el trozo más grande. Disfrutamos del dulce sabor
de chocolate por unos minutos y después continuamos nuestro camino a
casa.253

Cuando llegamos al departamento que compartía con Lexie desde hace


cinco años, Valentina corrió y brincó a los brazos de Christopher, que se
encontraba ayudando a Lexie a preparar la comida. 2.5K

—¡Chris! —exclamó la pequeña.196

Christopher sonrió y levantó a Valentina entre sus brazos. 92

—¿Cómo está la princesa más hermosa de este planeta? —le preguntó


Chris.633

—¡Basta! ¡Me voy a caer! —chilló entre risas.2

—Yo nunca te dejaría caer, ¿acaso no confías en mi?544

—¡Si confío!4

—Chris —murmuró Lexie con tono autoritario desde la barra de la


cocina—. Si la dejas caer, eres hombre muerto. 352

Chris acercó a Valentina a su pecho mientras que ella se aferraba a su


cuello.4

—¿Oíste eso? Tu madre quiere matarme.47

—¡No mamá, no puedes! 46


—Entonces dile a Chris que te deje en el suelo, es hora de comer. 13

—Chris, dejame en el suelo.5

Chris puso cara de cachorro triste.5

—Pero no quiero hacerlo...75

—Mamá siempre habla muy en serio, no quiero que mueras. 644

Eso hizo sonreír a Chris, quien luego de darle un fuerte beso en la mejilla
izquierda, finalmente dejó que sus pies tocaran de nuevo el suelo. 36

—¿Cómo estás Ellie? ¿Qué tal el trabajo? —me preguntó Chris, luego de
liberar a Valentina.10

Era realmente adorable verlo actuar de esa forma con la pequeña. 3

—Estoy bien, gracias por preguntar. Y el trabajo va de maravilla. 1

—No dejes que te mienta, Chris —intervino Lexie, mientras le servía de


comer a su hija—. Lo mejor será que vayamos pensando en demandar a
su jefa, siempre está sobrecargandola de trabajo. 207

—Eso no es verdad, me gusta trabajar.3

—Sí, claro. Sobre todo con esa controladora de Elena Brawley. 1

—¿Elena Brawley no es esa mujer que se ha casado y divorciado como


nueve veces? —preguntó Chris.458

—La misma —respondió Lex.1

—Vaya... pues si de verdad quieres demandarla, sabes que trabajo en


una firma de abogados y...290
—No voy a demandar a mi jefa, ¿acaso se volvieron locos? ¿Que
ganaría haciendo algo como eso?4

Tanto Chris como Lexie sonrieron.1

—Dinero —dijeron los dos.562

—Sí me disculpan, voy a acompañar a Valentina en la mesa —murmuré,


haciéndome camino al comedor.1

—Tengo que irme —escuché a Chris.

—¿No puedes quedarte un poco más? —le preguntó Lexie.386

Christopher sonrió y negó con la cabeza.3

—Tengo que ver unas cosas en cuanto al caso en el que estoy


trabajando, te llamaré más tarde. ¿De acuerdo?439

—De acuerdo.1

Cuando se miraron fijamente a los ojos durante unos segundos, creí que
se besarían o algo, pero en lugar de eso, Chris tomó a Lexie de las
manos y le dio un beso en la mejilla. No pude evitar sonreír luego de ver
esa escena. Después Christopher se despidió de Valentina y de mi, y se
marchó.701

—¿Qué hay entre ustedes dos, eh? —quise saber, aun cuando ya lo
sabia.26

El rostro de Lexie se puso completamente rojo. 2

—Nada, solo somos amigos.410

—Sí, claro. A otro perro con ese hueso.231


—¡A otro perro con ese hueso! —repitió Valentina, quien estaba muy
atenta en la conversación.469

—¡Oye tu, no repitas lo que dice la loca de tu tía! —exclamó Lex.124

—Llámame loca si quieres, pero no puedes negar que definitivamente


hay algo entre ustedes. ¿Hasta cuando vas a aceptarlo? 16

—No lo sé. Algunas veces siento que se me va a declarar, pero no lo


hace. Tal vez no está seguro de sus sentimientos. 89

—¿Y tú? ¿Estás segura de tus sentimientos?1

—Por supuesto, él me gusta, me gusta mucho pero... ¿Y si yo a él no? 164

—Por favor, Lexie. Se nota que a Chris le gustas también. 219

—¿Entonces por qué no me lo dice?4

—Pues...

—Quizás solo está nervioso —murmuró Valentina, antes de terminar de


comer su puré de patatas.669

—No lo sé, yo... —Lexie dio un respingo—. ¿Oye tú, quien te dijo que
podías participar en esta conversación?648

Valentina se encogió de hombros.

—Solo digo lo que pienso.313

—Deja tu plato en el lavabo y ve a lavarte los dientes, señorita. Y luego


quiero que vayas hacer tu tarea, ¿entendido?60

—Pero...3

—¿Entendido?11
Hizo un mohín con los labios.1

—Sí, mamá.67

Valentina hizo exactamente lo que le había ordenado su madre, así que


luego de dejar su plato sobre el lavabo de la cocina, desapareció en el
baño para lavarse los dientes. Una vez solas, Lexie apoyó los codos
sobre la mesa y me miró con curiosidad. 1

—¿Qué hay de ti? ¿Como vas con Chase?74

Suspiré.1

—Creo que estoy en una situación un poco parecida a la tuya... ayer por
la noche me pidió una oportunidad para intentar que hubiera algo más
entre nosotros.2

—¡Oh por dios! ¿Y qué le dijiste?1

—Lo rechacé, le dije que todavía no estaba lista.53

—Ellie, ya pasaron cinco años.821

—Lo sé.1

—¿Entonces, por qué...?5

—No lo sé, ¿vale?71

Nos quedamos en silencio durante un par de largos minutos. 1

—¿Todavía piensas en él?1K

Tragué saliva.1

—Cada vez que intento seguir adelante, su rostro viene a mi mente y no


puedo hacerlo —murmuré—. Es como si mi corazón se negara a aceptar
que él ya no está, que él se marchó de mi vida y que jamás hizo el menor
intento por volver a ponerse en contacto conmigo...1.3K

—Ellie...1

—No lo entiendo, Lex. ¿Por qué se fue, aún cuando dijo que me amaba?
Él me lo dijo, justo después de que nos dieran de alta del hospital. 498

Suspiró y se pasó una mano por el pelo.

—No lo sé, eso es algo que yo también nunca voy a entender.36

—Desearía poder regresar el tiempo... Sí tan solo hubiese sabido que


amar tanto a una persona seria tan difícil, desearía que jamás nos
hubieramos conocido. Cada vez que cierro los ojos, puedo recordarlo. Su
rostro, su voz, sus gestos, sus brazos, todo él. El simple hecho de
imaginar que ahora él le pertenece a otra persona es.... 764

Es realmente muy doloroso.64

—Soy débil, Lex —antes de que pudiese darme cuenta, sentí lágrimas
mojando mis mejillas—. Porque aún después de todo este tiempo, no he
sido capaz de olvidarlo.502

Odiaba admitirlo, pero era la verdad. 1

Aquel dolor en mi pecho sin duda era real, y por más que tratara de
ignorarlo, o por más intentos que hiciera por no pensar en él, al final,
siempre acababa recordándole.32

—Si tuvieras la oportunidad de encontrartelo, si pudieras ver cuanto ha


cambiado él, y todo su mundo, ¿que le dirías? —exclamó Lexie.500

¿Qué le diría? Pues, siendo sincera...35

—No lo sé, creo que estaría demasiado nerviosa. 5


—Está bien recordarlo, Ellie. Pero es momento de que guardes todos
esos recuerdos que tienes de él en una pequeña cajita y la mantengas
en un rincón de tu corazón. De vez en cuando puedes echar una mirada
dentro y entonces, recordar todos y cada uno de los momentos que
viviste a su lado, pero no debes olvidar que son solo recuerdos, y jamás
serán más que eso. Es hora de dejar el pasado atrás y concentrarte en lo
que tienes delante. Concentrarte en el presente y el futuro. 577

Lexie tenía razón, tenía que aprender a soltar el pasado. Y eso es


exactamente lo que iba a hacer.126

Definitivamente seguiré adelante.


Capítulo 2
Ellie119

Antes de que Lexie y yo decidiéramos mudarnos a Nueva York hace


cinco años, creí que me pasaría la vida debajo de mi cama, encerrada en
mi habitación, asustada de todo lo que me rodeaba. Solía tener
pesadillas a diario, así que la mayor parte del tiempo prefería no
dormir. 99

Sin embargo, eso comenzó a causarme problemas de salud.

Me diagnosticaron insomnio, ansiedad, anemia, estrés postraumático e


indicios de depresión. Mi madre me forzó a ingresar en un hospital
psiquiátrico, decía que no soportaba verme tan mal. 603

Al principio odié ese lugar, odiaba a los doctores, odiaba sus miradas y
odiaba los gritos de los pacientes del piso de arriba que no me dejaban
dormir por las noches.123

Fue ahí cuando conocí a Chase Hudson.2K

En ese entonces, Chase se encontraba en el hospital psiquiátrico


haciendo sus prácticas para la universidad. Mi doctor a cargo decidió
asignarlo conmigo ya que ambos teníamos más o menos la misma edad,
y así fue como empezamos una relación de amigos. Recuerdo que lo
primero que pensé de él, fue que era un chico muy serio, pero también
fue la primer persona que no me miró con lástima. 285

Hablar con él era sencillo. Sabía hacer las preguntas correctas, y


también quedarse callado cuando era necesario. Jamás intentó
presionarme para que le contara todos mis temores, y jamás me hizo
sentir como si yo fuese un bicho raro por estar en ese lugar. 135
Chase fue la persona que me apoyó durante todo ese tiempo, si no fuera
por él, seguramente todavía estaría llorando en mi habitación. Gracias a
su apoyo, fue que pude salir del hospital psiquiátrico, mudarme a Nueva
York, terminar una carrera y conseguir un empleo. 243

Entonces... ¿por qué no he podido corresponder a sus sentimientos


como es debido?481

—Elena, tengo a Norman de diseño en la línea tres. Quiere saber sí


recibiste su e-mail —exclamé, luego de poner el teléfono en mute.29

Nunca se sabía que clase de respuesta iba a darme mi jefa, así que lo
mejor era que las personas del otro lado de la línea no escucharan.
Elena me dedicó una mirada desde su escritorio y me apuntó con un
bolígrafo, de manera acusadora.34

—Dile a Norman que la portada que me mandó es una autentica basura,


parece hecha por un niño de tres años. Quiero colores más fuertes y
menos ilustraciones. Es un libro para adultos, no un cuento para
bebés.282

Asentí con la cabeza y me aseguré de darle el mensaje a Norman, solo


que utilizando palabras más suaves y delicadas. Norman me respondió
con un « dile que se vaya al diablo » , pero luego se retractó porque no
quería perder su trabajo.347

—Ellie, ¿dónde está la entrevista con el escritor de Te regalo mi


sonrisa?111

—Guardado en la carpeta de J. L. Pierce, en tu buzón de correo.923

—Ah, tienes razón... ¿Cómo vas con el resumen de la presentación del


ultimo libro?3
—Muy bien, aún me falta elaborar un esquema con las fechas en las que
se estará publicando en diferentes partes del mundo, pero lo tendré listo
en un rato.6

—¿Ya agendaste mi cita con el dermatólogo?15

—Sí, la cita es el jueves a las tres de la tarde. 2

—¿Llamaste a Albert para confirmar que la cena es en el


restaurante Sylvia's, hoy a las nueve?35

—Sí, dijo que estaría ahí puntual.27

—Estupendo —se quitó las gafas y suspiró—. Ahora solo hay que
reservar los boletos de avión para la boda de mi hija. Se casa este fin de
semana, ¿puedes creerlo?1K

—Debes sentirte muy contenta —murmuré.3

—Todo lo contrario, estoy triste y enfadada porque mi pequeña es muy


joven para sentar cabeza. Solo espero que el infeliz de su novio la haga
muy feliz, o se las tendrá que ver conmigo. 695

Eso me hizo sonreír.1

—Estoy segura de que serán muy felices. 2

—¿Qué hay de ti, querida? ¿No estarás pensando en casarte pronto


también, verdad? Me volvería loca sin ti.243

Negué con la cabeza.4

—No tengo novio, asi que por eso no tienes porque preocuparte. 52

Mi comentario me hizo ganarme toda su atención, frunció un poco el


entrecejo y me miró como si buscara alguna clase de explicación.
—¿Cómo que no tienes novio?94

Me encogí de hombros.

—Bueno, en realidad, si que hay alguien, pero... es solo que... es


complicado.94

Sus labios formaron una línea recta.1

—Ya veo, te rompieron el corazón en el pasado, y ahora tienes miedo de


comenzar una nueva relación.531

—Sí, algo así...5

—¿Sabes? La manera más inteligente para sanar un corazón roto, es


remplazandolo con un nuevo amor —sonrió por primera vez en toda la
mañana—. Así que no tengas miedo de volver a enamorarte, siempre
que algo malo se va, es porque algo mejor viene en camino. 1K

Sonreí.5

Supongo que Elena tiene razón, era hora de avanzar. 281

A partir de hoy, iba seguir el camino que escogí, con la persona que
escoja. Y aunque tengo temor, ya no puedo seguir escondiendome. 60

No voy a llorar más.106

¿Puedes oírme, Hunter? ¿Qué comiste? ¿Qué hiciste hoy? ¿Con quién
hablaste? ¿Tú también has conocido a alguien más? ¿Ahora tu corazón
le pertenece a otra persona?774

Yo... finalmente he conocido a alguien que me hace sentir feliz. 289

Es la persona que ha estado apoyándome en los momentos más difíciles


de mi vida.70
Gracias a él, es que he podido seguir adelante. 47

Voy a darme una oportunidad más, porque quiero vivir feliz y hacer mi
vida con él.228

Ahora soy yo quien le dice adiós al pasado. 833

*****33

—Siento la demora, Elena no dejaba de hablar sobre sus nueve


matrimonios —exclamé, luego de sentarme en la mesa donde se
encontraba Chase, esperando a por mi en el restaurante—. ¿Llevabas
mucho tiempo esperándome?113

Esbozó una sonrisa.1

—No, yo también acabo de llegar.232

Chase era un chico al que le resultaba difícil no verse atractivo todos los
días. Era alto y delgado, pero con algo de músculos en su cuerpo. Tenía
un rebelde cabello oscuro, y sus ojos, de un tono verde grisáceo, eran
dulces y cordiales.862

Tragué saliva y me miré los dedos de las manos con nerviosismo.

Después de lo ocurrido el día de ayer, no podía evitar sentirme un poco


tímida frente a él. Prácticamente lo había rechazado, pero lo
sorprendente era que Chase no parecía estar molesto en absoluto. 32

« —Vamos a intentarlo —murmuró, justo después de dejarme en la


entrada de mi departamento. »

« —¿Intentar qué? —le había preguntado, como toda una idiota. »14

« —Salir, tu y yo. »3
« —¿Te refieres... a salir como...? »42

« —Como una pareja —terminó por mí. »123

Sabía que ese día llegaría. El día en el que Chase terminaría por
confesarme sus sentimientos, es solo que no estaba preparada. 5

« —Sé que tu corazón todavía es inestable, Ellie. Y parece que no hay


manera de romper definitivamente los lazos que te unen a esa persona,
pero aún así, quiero que me des la oportunidad de demostrarte que, a
pesar de no ser él, yo también puedo hacerte feliz. » 1.2K

Esas palabras, en esa situación, seguro que no fue fácil para él decirlas,
pero... Chase significaba mucho para mí, y aunque estaba muy asustada,
no pensaba retirar mis palabras. Quiero intentarlo con él, quiero darle
una oportunidad, aun si al final las cosas no salen nada bien, y termino
lastimada, yo... quiero intentarlo.89

—Puedes estar tranquila, Ellie. No pienso tocar ese tema de nuevo —la
suave y masculina voz de Chase, me hizo salir de mi pequeño
aturdimiento.93

—¿No? —le pregunté, ligeramente desconcertada.

Negó con la cabeza.

—No. Entiendo como te sientes, y creo que fue bastante grosero de mi


parte hacerte esa clase de propuesta sin antes prevenirte.171

—No fuiste grosero, para nada.1

—Sí que lo fui —una de sus manos alcanzó la mía por encima de la
mesa—. Siempre he sido bastante evidente en cuanto a mis sentimientos
por ti, pero lo último que quiero es que te sientas presionada. Quiero que
sepas, que sin importar cuanto tiempo te lleve estar lista, puedo esperar.
Quiero esperarte.816

Vamos, dile que has cambiado de parecer. Dile que estás lista para
entablar una relación con él.9

—Gracias —murmuré, sin saber que más decir.227

Maldición, odiaba ser tan cobarde.70

—La última vez que estuvimos aquí, me hiciste pedir un platillo que
estaba realmente delicioso —exclamo, tratando de cambiar de tema.8

Por alguna razón, me sentí aliviada. 4

—La pasta con camarones en salsa de queso.152

—Mmm... creo que voy a pedirla de nuevo.4

Sonreí.

—¿Seguro que podrás terminarla esta vez? —le pregunté, recordando


que la última vez que pidió ese platillo, dijo sentirse lleno solo con la
mitad.78

Chase me devolvió la sonrisa.

—De no ser así, tendrás que volver a ayudarme.9

Me reí y asentí con la cabeza.

—Vale, solo porque me encantan los camarones. 453

Una agradable chica se acercó a nuestra mesa para tomar nuestra


orden, y un par de minutos más tarde, regresó con nuestros platos y
bebidas. Chase pidió la pasta con camarones, y yo solo un bagel de
salmón ahumado con queso crema.51
—¿Ya hablaste con tu madre? —preguntó mientras comíamos.71

Casi hice un mohín.4

—No he tenido tiempo de hacerlo.2

—Es tu madre, Ellie. No puedes ignorarla por siempre. 432

—Lo sé, no pretendo hacerlo.2

—¿Sigues molesta con ellos?135

—No, no estoy molesta. Es solo que desde que mis padres se


divorciaron, parece que entraron en una guerra constante por ver quien
consigue ganar mi atención. Y no me gusta sentirme como un premio al
que alguno de los dos tiene que ganar.713

—Así que prefieres ignorarlos.12

Asentí.

—La última vez que acepté hablar con mi madre, descubrí que había
vuelto a contratar a un par de hombres para que me siguieran por toda la
ciudad.108

—Seguro que es porque está preocupada. Se siente culpable por no


haber podido protegerte en el pasado.133

—¿Y no crees que ya es muy tarde para que comience a preocuparse


por mi?190

—Ellie...23

—Dejemos de hablar de esto, ¿sí? Te prometo que voy a llamarla,


cuando no tenga demasiado trabajo.80

Sonrió, tenía una sonrisa preciosa.203


—De acuerdo. Hablando de trabajo, ¿cómo te va con Elena? 27

—Bien. La boda de su hija es este fin de semana, así que va a estar


fuera de la ciudad por tres días y... —me mordí el labio antes de darle la
noticia—. Quiere dejarme a cargo de la editorial durante su ausencia. 401

—¿Hablas en serio?4

—Sí, dice que confía en que podré arreglarmelas sin ella —sonreí—.
¿Puedes creerlo? Elena Brawley, la mujer más controladora de Nueva
York, confía lo suficiente en mí como para dejarme a cargo de algo tan
importante.138

—Es genial, estoy muy feliz por ti —tomó su jugo de naranja e hizo un
brindis—. Salud por eso.198

Hice lo mismo con mi jugo de arándanos. 69

—Salud.7

*****82

Después de pasar una agradable comida con Chase, regresé a la oficina


con una sonrisa enorme en el rostro. Me gustaba mucho ese efecto que
solía causar en mi, me parecía increíble lo bien que me sentía después
de hablar con él.180

Definitivamente la idea de darle una oportunidad, se hacía cada vez más


probable.396

Elena como siempre tenía un montón de trabajo para mi. Me encargó


leer y revisar un par de documentos, para después entregárselos al
equipo encargado de redacción. Terminé de una buena vez la torre de
manuscritos que llevaban acumulándose desde la semana pasada, y me
encargué de preparar todos los preparativos para el viaje de Elena a
Londres.127

Horas más tarde, después de que Elena se marchara, decidí visitar a


Jenna a su oficina, donde la encontré hasta el cuello de trabajo. Apenas
me vio, soltó un grito de alivio que llamó la atención de todos en el piso. 19

—¡Justo a ti te quería ver! 1

—Voy de salida, ¿quieres que te espere o...?

—Necesito un favor, un favor enorme. Di que sí, Ellie, por favor. 1

—¿Qué sucede?

—Olvidé que la prueba de la portada del libro de George Murphy era hoy
—exclamó Jenna con los nervios de punta.490

—¿No se supone que era mañana a las diez? —murmuré, recordando


haberla escuchado mencionar algo sobre eso el otro día.

—Ese era el plan, pero el otro día me llamó para adelantarla y lo olvidé
—se llevó el dedo pulgar a la boca y se mordió la uña—. No tengo tiempo
para eso ahora...2

—¿Quieres que vaya en tu lugar?416

—¿Lo harías? —me tomó de las manos—. ¿De verdad lo harías?22

Asentí.1

—Claro, hoy no tengo que ir a recoger a Valentina a la escuela, así


que...141
—¡Dios! ¡Eres un amor! ¿Puedo besarte? Quiero besarte, maldición —
me abrazó y me dio un fuerte beso en la mejilla—. Ven, acompañame, te
daré todo lo que necesitas para la prueba. 403

Seguí a Jenna hasta su escritorio, donde me proporcionó un montón de


papelería que según ella, necesitaba para presentarme en la prueba de
portada. Me habló un poco del escritor del libro, pero yo ya sabía de
quién se trataba. Era una de sus admiradoras. 124

También me advirtió que por tratarse de un hombre de la tercera edad,


no tenía muy buen genio que digamos.486

—Ese hombre me da miedo, ¿por qué crees que Elena me dejó a


Murphy? Porque incluso una mujer como ella le tiene miedo a alguien, y
ese alguien es George Murphy.80

—No creo que sea para tanto.

—¿Debería darte la bendición antes de que te vayas? Quizás la


necesites.85

—Tranquila, soy buena tratando a hombres mayores. 430

Pero cuando llegué al lugar acordado, pensé que quizás sí que hubiera
sido bueno dejar que Jenna me diera la bendición.111

George Murphy era un hombre de sesenta y cinco años, reconocido


mundialmente por sus grandes historias y su excelente manera de narrar.
Incluso muchos de sus libros habían sido llevados a la pantalla grande.
En otras palabras, era un honor estar frente a un gran escritor como él. 87

Me sentía un poco nerviosa.


—Llegas tarde —exclamó apenas entré a la bodega, donde se estaría
llevando a cabo la prueba de la portada. 1

Sonreí.

—Lo lamento. Mi nombre es Ellie Russell, estoy aquí en lugar de Jenna


Johnson ya que...8

—¿Acaso te pedí una explicación? —preguntó bruscamente—. No me


interesa quien seas, niña. Solo quiero que terminemos con esto rápido, el
tiempo es oro.474

—Oh, claro —le di un vistazo a los documentos en mis manos—. ¿Que le


parece sí...?1

—No, no me parece. Ya he decidido como quiero que sea la portada,


ahora solo necesito que la aprueben.131

—Ah... bueno...29

—¿Qué estás esperando para llamar a esa mujer? He dicho que ya he


decidido como será la portada, solo tienes que llamarle para que nos de
luz verde.57

—Me temo que primero tengo que revisarla, necesito comprobar que
cumpla con las normas requeridas. 1

—¿Disculpa?30

—Ya me ha escuchado, usted no puede solo decidir como será la


portada sin antes consultarlo con nosotros.411

Murphy arqueó ambas cejas.

—¿Y tu vas a revisarla?


—Sí.

Bufó.

—¿Cuántos años tienes, niña?53

Oh, oh.2

—Veintidós —respondí.111

—¿Que puesto tienes en la Editorial Brawley?3

—Soy la asistente de Elena.

—¿Asistente? —repitió con un tono casi burlón.

Diablos, creo que había hecho enfadar al abuelo.198

—¿Tiene algo de malo ser la asistente de la editora ejecutiva, señor


Murphy?14

—Gracias a mi, es que esa editorial es bastante reconocida. De no ser


por mis historias, Brawley sería solo una editorial de tantas —tragué
saliva—. Y ahora tú, que solo eres la "asistente" de esa mujer, ¿crees
que puedes venir y decirme que hacer?225

—Creo que está mal entendiendo la situación, no he venido a decirle que


hacer. Sí estoy aquí, es para asegurarme de que la portada de su
próximo libro cumpla con las normas establecidas en el contrato.
Contrato que usted firmó.144

—Ya he decidido como será la maldita portada de mi maldito libro —


exclamó, ganando la atención de las personas a nuestro alrededor—. Y
no necesito que una niña como tu la revise.33
—¿Entonces no me dejara revisar la portada? —le pregunté, solo en
caso de que cambiara de parecer.2

—No.3

Suspiré.

—De acuerdo. Supongo entonces que su portada no podrá ser aprobada


por la editorial Brawley, y sin portada, la fecha de publicación tendrá que
retrasarse.285

Soltó una carcajada.

—¿De verdad quieres ir por ese camino?

—Solo estoy haciendo mi trabajo.2

—¿Cual dijiste que era tu nombre? —preguntó.2

—Ellie Russell.64

—Te diré algo, Ellie Russell. Sí no aprueban la portada de mi libro, voy a


hacer que te despidan y no vuelvan a contratarte en ninguna otra
editorial.88

Oh, vamos. ¿De verdad estaba amenazandome?1

—Y yo también le diré algo, señor Murphy. El hecho de ser uno de los


mejores escritores del mundo, no le da el derecho de actuar y tratar a las
personas de esa forma. En ningún momento le he faltado al respeto, solo
he venido a hacer mi trabajo y ya que usted se niega a cooperar, no me
ha dejado muchas opciones.604

Tomé mis cosas, o mejor dicho, las cosas de Jenna, y me preparé para
marcharme.
—Última oportunidad, señorita Russell. Apruebe mi portada ahora o... 1

—¿Sabe algo, señor Murphy? Cuando tenía diecisiete años, pasé por
una etapa realmente dura en mi vida. Incluso llegó un punto en el que
creí que la pesadilla jamás llegaría a su fin, fue entonces cuando conocí
sus historias. El primer libro de leí de usted fue "Una luz entre las
sombras", incluso hice mi proyecto final sobre esa historia en la
universidad. Usted fue la razón por la que decidí estudiar literatura, pero,
de haber sabido que era usted un hombre tan grosero y arrogante, sin
duda alguna las cosas hubiesen sido diferentes. 329

—¿Quieres hacerme sentir mal al escuchar tu historia? La vida es dura,


niña. No eres la única que ha tenido que pasar cosas horribles, todo el
mundo tiene problemas.84

Sonreí.

—Lo sé. Solo quería darle las gracias por haber escrito tan maravilloso
libro. De alguna forma, me hizo sentir que estaba leyendo mi propia vida,
y me hizo entender siempre se puede seguir adelante, sin importar que
tan horrible sea todo.14

Luego de marcharme de ese lugar, sentí unas ganas enormes de llorar.


Y no fue porque el hombre al que solía admirar desde hace años,
amenazara con despedirme. En realidad, fue porque no podía creer que
una persona como él, hubiese escrito mi libro favorito.109

Las personas no siempre son como esperamos que sean... 290

Mientras caminaba por la sexta avenida, escuché el timbre de mi celular


sonando desde el interior de mi bolsa. Mis manos estaban ocupadas por
los papeles y documentos que me había dado Jenna, así que en un
intento desesperado por tener todo en orden, los agarré todos con un
solo brazo y con el otro saqué mi celular de la bolsa. 13

El semáforo cambió a verde para los peatones, pero apenas y di unos


cuantos pasos para cruzar la calle, cuando escuché el sonido de un auto
acercándose a gran velocidad.185

Ni siquiera tuve tiempo de reaccionar, cuando un par de brazos rodearon


mi cuerpo y acto seguido, ambos caímos fuera del camino del coche. Mi
cabeza comenzó a dar vueltas debido al busco movimiento, inclusive
comencé a sentirme mareada.1.5K

Después de largos minutos, me di cuenta de que me encontraba encima


del cuerpo de un hombre. Mi cabeza estaba sobre su pecho, y una de
sus manos me sostenía con bastante firmeza, como si la idea de
soltarme le resultara aterrador. Fue hasta que aquel familiar aroma hizo
contacto con mis fosas nasales, que me vi obligada a levantar la cabeza
y mirar a la persona que me había salvado de morir arrollada. 1.2K

Iba vestido con el uniforme del departamento de la policía de Nueva


York. Su cabello tenía un estilo de corte diferente al de hace años, y
tenía un ligero raspón en la mejilla debido al golpe contra el pavimento,
que había recibido luego de protegerme con su propio cuerpo. 1.2K

Mis ojos se abrieron de par en par.

¿Pero que...? ¿Cómo...? ¿Por qué...?54

—Hunter... —susurré.
Capítulo 3
Ellie113

Podía escuchar las pisadas de alguien a la distancia, se estaba


acercando. Intenté abrir los ojos, pero mis parpados se negaron a
abrirse. Me sentía demasiado cansada, demasiado débil. Mi cuerpo
entero se negaba a obedecerme. Entonces, algo rozó mi mejilla izquierda
en una delicada caricia, causándome un suave hormigueo. 331

«Perdóname por no estar ahí para apoyarte cuando más me


necesitabas, siento mucho que hayas tenido que pasar por todo eso tu
sola.»651

Un momento, ¿esa voz era de...?64

«Dejarte es lo único de lo que me arrepiento en esta vida.» 624

No, espera... por favor espera.

«Cuídate, se feliz.»709

No, por favor no te vayas... no me dejes otra vez.96

—¡Hunter! —exclamé con desesperación.252

Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue un techo liso y de color blanco
por encima de mí. El resto de la habitación estaba totalmente a oscuras,
a excepción de la luz de emergencia. Todo estaba en silencio, pero no
tardé mucho en darme cuenta donde era el lugar en el que me
encontraba.261

El aroma del hospital era algo difícil de olvidar. 81


Al momento de incorporarme, sentí un ligero dolor en el brazo izquierdo,
lo que me hizo fruncir el entrecejo y mirarme la parte interna del
antebrazo. Tenía un pequeño raspón de color rojo, el cual al parecer ya
había sido tratado. Fue ahí cuando recordé todo lo sucedido. Estaba
cruzando la calle, cuando un automóvil a gran velocidad estuvo a punto
de arrollarme.10

Y quizás así habría sido si aquel policía no hubiese aparecido para


salvarme.565

—Por fin despiertas, estaba comenzando a preocuparme —murmuró


Lexie, entrando a la habitación del hospital con un vaso de agua en sus
manos.43

Mi cabeza comenzó a doler con más fuerza cuando traté de recordar lo


que sucedió después de eso. Yo... estaba encima del oficial de policía,
pero cuando levanté la cabeza para mirarlo, él... demonios, no podía
recordar nada más.683

—¿Por qué estoy en el hospital? —le pregunté.

Necesitaba respuestas, necesitaba...30

—Parece que te desmayaste en la calle luego de casi ser arrollada por


un auto —se sentó en un sofá color beige junto a la cama, y me miró muy
molesta.6

—¿Me desmayé después de casi ser arrollada? —eso no lo recordaba.81

—Sí, la doctora que te revisó dijo que tenías fatiga. ¿Qué diablos hacías
trabajando después de tu hora de salida? Estaba hablando en serio
cuando dije lo de demandar a esa mujer por exceso de trabajo. 1
—Estaba ayudando a una compañera, se le juntaron un poco las cosas,
así que...1

—Tienes que dejar de tratar de ayudar siempre a los demás. No estoy


diciendo que ayudar sea algo malo, pero mírate, estás exhausta, te
esfuerzas demasiado en hacer todo tu sola.61

—Eso no es verdad.1

—Sé que estás teniendo pesadillas de nuevo y que por eso prefieres no
dormir.

—¿Cómo...?1

—Encontré las píldoras escondidas en tu armario. 224

—¿Revisaste mi habitación? —le pregunté, tratando de sonar ofendida. 1

—¿Chase lo sabe?75

Bien, esa pregunta sí que me hizo sentir enfadada. 1

—No es asunto tuyo. Nada de esto es asunto tuyo o de él, o de nadie. 65

La expresión en su rostro cambió.

—Yo no soy tu madre, Ellie. Soy tu amiga y me preocupo por ti como no


tienes idea. Por supuesto que el hecho de que estés tomando de nuevo
estas estúpidas píldoras es asunto mío. ¿Por qué no me lo dijiste?110

—¿De verdad quieres saber por qué?

Lexie asintió.

—Sí, de verdad.

Suspiré.2
—Por que estoy cansada de hacer que las personas se preocupen por
mí. No quiero seguir dando lastima por algo que pasó hace cinco años —
mi labio inferior tembló con fuerza, así que lo mordí para no llorar—. Y sé
que tú pasaste por lo mismo, es solo que no logro entender como es que
puedes vivir con ello.187

—¿De verdad crees que para mí es fácil vivir con eso? —soltó un
bufido—. ¿Crees que esos tres meses solo se borraron de mi memoria y
ahora estoy viviendo en un cuento de hadas? Por su puesto que no, Ellie.
No hay día en el que no recuerde todo lo que nos pasó, sobre todo
cuando hay una pequeña personita que todos los días me mira a los ojos
y me llama mamá, recordándome que esa pesadilla en realidad
sucedió.750

—Lex...

—Valentina es un angel, lo supe desde que me dijeron que estaba


embarazada. Por esa razón, cada vez que miro a mi hija, le doy gracias a
Dios por habernos dado una segunda oportunidad para vivir nuestras
vidas. Oportunidad que no vamos a desaprovechar, ¿me escuchaste? 312

Me llevé una mano a la frente y negué con la cabeza.

—No sabes cuánto te envidio —admití—. Envidio que seas tan


jodidamente fuerte.36

Se acercó a la cama y tomó asiento junto a mí.

—No solo yo, tú también eres jodidamente fuerte, Ellie —me tomó de la
mano—. Juntas vamos a salir adelante, Valentina, tu y yo. 218

—¿De verdad piensas eso?1


—Sí, de verdad —me limpió una lagrima y después me miró con una
expresión bastante seria—. Ahora necesito que me digas cuanto tiempo
llevas con insomnio.1

Tragué saliva y me preparé para revelar mis secretos.

—Empezó hace aproximadamente seis meses.77

—¿Las tomas a diario? Las píldoras.1

Negué con la cabeza.

—No, solo de vez en cuando.

—Ya veo... lo mejor será que te recuestes. Iré a ver a la doctora para ver
si puedes irte a casa conmigo, no quiero que duermas en este incomodo
lugar.5

Cuando estaba por levantarse de la cama y marcharse, la tomé de la


muñeca, obligándola a detenerse. Se giró a mirarme confundida. 1

—Lexie, yo... he comenzado a perder muchos de mis recuerdos —


murmuré. Sus ojos se abrieron de par en par—. Desde cuando conocí a
Hunter, hasta cuando mamá me ingresó al hospital psiquiátrico. Solo
recuerdo algunas cosas, pero casi todo es borroso. Incluso la mayor
tiempo en el que estuvimos secuestradas, ni siquiera lo recuerdo. Creo
que lo olvidé, creo que esos recueros simplemente desaparecieron de mi
cabeza. Al principio creí que eso era bueno, pero cuando estoy
durmiendo, sé que en realidad no lo he olvidado. Cuando me duermo,
todo sale a flote y algunas veces persiste incluso cuando abro mis
ojos.501

—Ellie...1
—Si vas a decirme que necesito ver a un psiquiatra, no lo hagas. Quiero
decir, casi estoy saliendo con uno y paso la mayor parte del tiempo con
él, así que... —sonreí—. Creo que ni yo entiendo mi propia mente. 284

♡ ♡ ♡111

Al día siguiente, dormí todo lo que no había podido dormir en semanas.


Luego de marcharme del hospital, la doctora me había recetado un par
de pastillas que me ayudarían a conciliar el sueño, y aún cuando la idea
de dormir y tener una pesadilla me parecía aterradora, Lexie
prácticamente me había obligado a tragarlas y a beber un vaso de
agua.35

Afortunadamente, había despertado sin la sensación de haber tenido un


mal sueño.2

Cuando me levanté de la cama eran poco más de las siete de la mañana.


Lexie se encontraba preparando el desayuno en la cocina, mientras que
Valentina miraba fijamente su vaso de leche, perdida en sus
pensamientos. De inmediato me pregunté, que podría estar pensando
una niña tan pequeña como ella.400

—Mamá —exclamó de pronto.5

Lexie la miró mientras servía tortitas y huevos revueltos en tres platos. 6

—¿Sí, cariño?

Los ojos de Valentina se llenaron de lágrimas. 6

—No quiero ir a la escuela.231

—¿Ah? ¿Por qué no?

—Porque tengo mucho sueño... quiero seguir durmiendo —lloriqueó.917


Los ojos de Lexie se fijaron en los míos y ambas sonreímos al mismo
tiempo.1

—Tienes que ir a la escuela, mi amor. No puedes faltar a clases. 109

Las lágrimas comenzaron a correr por su rostro, humedeciendo sus


mejillas.4

—Pero no quiero... yo quiero dormir244

—¿Y qué hay de Leon? —murmuré yo—. Estoy segura de que va a


sentirse muy triste si no vas a la escuela. 172

Eso hizo que dejara de llorar.67

—Pero...

—Tía Ellie tiene razón, cariño. Un amigo nunca deja solo a otro. 205

—¿Nunca? —preguntó con la nariz roja.1

—Nunca —repetí.83

Se limpió la nariz con la manga de su pijama y asintió con la cabeza. 2

—De acuerdo, voy a ir a la escuela.421

Lexie sonrió y puso un plato con tortitas en la mesa. 7

—Bien, ahora come tu desayuno, tampoco puedes llegar tarde. 1

Mientras desayunábamos las deliciosas tortitas y el huevo revuelto que


Lexie había preparado, Valentina le contó a su madre todo sobre su
nuevo mejor amigo, Leon. También nos habló de su maestra favorita, la
señorita Flor, quien al parecer era mujer muy amable y cariñosa con
todos sus alumnos. Era agradable saber que nuestra pequeña estaba
rodeada de personas buenas.348
—Ya terminé, ¿puedo ir a bañarme? —le preguntó Valentina a su
madre.21

—Sí. ¿Quieres que te ayude?2

Pero Valentina puso mala cara y negó con la cabeza.

—No mamá, ya soy una niña grande.352

—Vale, vale.3

Sonreí.1

—Parece que tu hija acaba de mandarte al diablo —me burlé, mientras


me encargaba de lavar los platos sucios.235

—Dale solo cinco minutos antes de que empiece a gritar por mi ayuda —
dijo antes de darle un sorbo a su jugo de naranja—. ¿Cómo dormiste
anoche?52

—Bien, demasiado bien. Gracias a Dios no tuve ninguna pesadilla. 43

—Es bueno escuchar eso. Prométeme que no volverás a tomar esas


pastillas.

—No tiene nada de malo que las tome, Lex. 57

—Ellie, prométemelo.

—Sí, te lo prometo —sus hombros se relajaron visiblemente, así que


decidí cambiar de tema—. Oye, hay algo que he querido preguntarte
desde ayer

—Pues venga, pregúntame.2

Dudé un poco antes de soltar la pregunta.


—¿Quién me llevó al hospital?1

—Oh... creo que el oficial de policía que te salvó de ser arrollada. 473

—¿Pudiste verlo?

Torció un poco los labios.1

—No, cuando llegué al hospital las enfermeras me dijeron que ya se


había ido. Al parecer iba junto con una chica, ambos del departamento
de policía de Nueva York.1.6K

—¿Entonces, no supiste cuál era su nombre?1

—Pues no, tonta. ¿Por qué quieres saberlo?

No podía decirle que me pareció creer que el policía que me salvó era
Hunter, no cuando no estaba completamente segura. Además, él se
había ido a España, así que no podía estar en Nueva York, y menos
trabajando como policía.344

—Quería darle las gracias por haberme salvado —me excusé.23

Lexie ladeó la cabeza.2

—¿Por qué te estás sonrojando? ¿Acaso era un policía atractivo? 567

Sentí que mi rostro se calentaba aún más. 1

—No, bueno, no lo sé, no puedo recordar bien su rosto.

—Mmm... ahora que lo pienso, sí que he visto a uno que otro policía
guapo en la ciudad, aunque también he visto algunos que parece que se
la pasan todo el día comiendo rosquillas —se encogió de hombros—.
Supongo que tuviste suerte de encontrarte con uno galán. 314

Sonreí.
—Olvídalo, ¿quieres?

—¿Por qué? ¿Tienes miedo de que le diga a Chase que andas


preguntando por el nombre del apuesto policía que te salvó la vida? —
preguntó con malicia.43

—Ni siquiera recuerdo sí era atractivo o no —dije poniendo los ojos en


blanco—. Solo olvida que te hice esa pregunta, ¿de acuerdo?13

—De acuerdo —su sonrisa no desapareció—. Pero tengo que admitir


que ya me dio curiosidad por saber cómo era... 61

—¡Lexie! —exclamé, salpicándola con el agua de la llave. 7

Gritó y se alejó de mí.

—Vale, ya. No hablaré más de ese tema.

—Eso espero.

Abrió la boca para decir algo más, cuando escuchamos la voz de


Valentina desde el cuarto de baño.

—¡Mamá, me entró jabón en los ojos! —gritó.1.1K

No pude evitar echarme a reír, al igual que Lexie.

—¿Qué te dije? Dale solo cinco minutos antes de que empiece a gritar
por mi ayuda —me guiñó un ojo—. Super mamá al rescate.509

♡ ♡ ♡79
Cuando llegué a la oficina, Elena parecía estar a punto de sufrir un
colapso mental. Apenas tomé lugar detrás de mi escritorio y ya tenía
toneladas de trabajo para mi. Llegaron más manuscritos a la Editorial, la
publicación de dos libros estaban cada vez más cerca, había que
comenzar a negociar los contratos con los nuevos escritores cuyos
manuscritos habíamos aprobado, y sobre todo, hacer y recibir un montón
de llamadas.328

Me encontraba en medio de una negociación telefónica con uno de los


nuevos escritores, cuando el teléfono sobre el escritorio de Elena
comenzó a sonar. De inmediato me pareció muy extraño, era raro que
alguien le llamara directamente. La mayoría preferían tratar primero
conmigo, antes que tratar con el mismísimo diablo ellos mismos. Incluso
su esposo prefería dejarle sus mensajes conmigo. 148

—Elena Brawley —respondió y frunció el entrecejo—. ¿Señor Murphy...?


Claro, es mi asistente... ¿de verdad? Mmm... ya veo.... No, no hay ningún
problema, me encargaré personalmente de todo. 514

Oh no. Esto no podía estar pasando. ¿Ese hombre acababa de llamar a


mi jefa para decirle lo que había pasado ayer? ¿De verdad iba a hacer
que me despidieran? Cuando Elena terminó la llamada, sus ojos se
fijaron en los míos y en su rostro apareció una expresión bastante seria. 23

—¿Tienes algo que decirme, Ellie?12

Tragué saliva con nerviosismo.

—Yo...

—¿Por qué no me dijiste que fuiste a ver a ese vejete para la prueba de
portada, en lugar de Jenna? ¿Sabes que es lo que acaba de decirme?7
Casi podía sentir una gota de sudor bajando por mi frente.

—¿Vas a despedirme?3

Frunció las cejas.

—¿Despedirte? ¿Por qué habría de hacerlo? Murphy quedó encantado


contigo, dijo que fuiste la persona más profesional que ha conocido en
años, me he quedado sin palabras. Normalmente suele llamarme para
quejarse de mis empleados.1.5K

Un momento, ¿qué?12

—Mencionó que ayer no tuvieron tiempo suficiente para revisar la


portada, pero parece tiene hoy está libre a las tres —me quede con la
boca abierta por lo menos un minuto, esperando a que mi cabeza
terminara de procesar todo lo que acababa de escucha—. ¿Estás bien,
querida?99

—Sí —me apresuré a decir—. Sí, estoy bien. ¿Te te mencionó donde
quería que nos viéramos?10

—Dijo que en la cafetería frente a la bodega de ayer. ¿Sabes dónde


es?13

—Eh... sí.2

—Estupendo —regresó su atención al manuscrito que tenía sobre su


escritorio—. Jenna me pasó un resumen de uno de los manuscritos que
elegiste, sin duda tienes buen ojo. Ahora podré irme a la boda de mi hija
tranquila porque sabré que he dejado la editorial en buenas manos. 254

En mi rostro apareció una sonrisa.1


—Gracias Elena, no te decepcionaré.2

—Lo sé, querida. Lo sé.196

Antes de las tres de la tarde, le hice una rápida e inesperada visita a


Jenna. No sabía que esperar en cuanto a mi segunda reunión con el
señor Murphy, quizás solo quería continuar intimidándome hasta que
aceptara su portada, pero aun así, me fue imposible no sentirme
nerviosa.3

—Te dije que ese anciano tenía un genio horrible, debí haberte dado la
bendición —murmuró Jenna, sin dejar de escribir en su laptop. 31

—Amenazó con hacer que me despidieran —solté.1

—¿Estás hablando en serio?1

—Sí. Pero lo extraño es que hoy llamó personalmente a Elena y le dijo


que le había parecido una persona muy profesional, incluso pidió que nos
encontráramos de nuevo hoy a las tres.3

—Santa mierda —exclamó dejando sus dedos quietos sobre el teclado,


me miró con preocupación—. ¿Y vas a ir?69

—Tengo que.9

—¿Quieres que te acompañe? Yo te metí en este lío, además, no vaya a


resultar ser un viejo pervertido.154

Eso me hizo reír.

—No creo que el gran George Murphy sea un viejo pervertido. 84

—Nunca juzgues un libro por su portada.341

Suspiré.
—Estaré bien, pienso que solo quiere verme para amenazarme de nuevo
si no apruebo su portada.1

—Maldito viejo hijo de...98

—Tengo que irme, no quiero quedar atrapada en el tráfico. 40

—De acuerdo, pero sí intenta algo raro no dudes en llamarme. 5

Asentí y después de fichar mi salida, me marché del edificio.4

♡ ♡ ♡1

—Siento llegar tarde —murmuré, luego de tomar asiento en la mesa de


Murphy.1

—Parece que la puntualidad no es lo suyo, señorita Russell. 86

—Lo lamento.9

Despegó la vista de la pantalla de su laptop, se quitó las gafas y me miró.

—Iré directo al grano. Quería disculparme por como me comporté el día


de ayer, estaba molesto por otro asunto y creo que me desquité con
usted.374

Oh, no me esperaba esto, pero...

—No pasa nada, lo entiendo. Todos tenemos días buenos y días


malos.37

—Aún así, no es razón para tratar mal a las personas. Por favor, acepte
mis disculpas.155

Sonreí.
—Está bien, las acepto.11

—¿Quiere tomar algo? —me preguntó, antes de llamar a una de las


chicas que trabajaban en la cafetería.87

—Um... un café con leche estaría bien.107

Asintió y le encargó a la chica mi café, junto con un té negro para él. 15

—Ayer mencionó que leyó uno de mis libros —exclamó cuando la joven
mesera se marchó para preparar nuestras bebidas—. Una luz entre las
sombras.2

—Sí, fue el primer libro que me leí completo —admití.642

—¿Por qué le llamó la atención un libro como ese?1

—Por el tema que toca, más que nada. Además, fue una
recomendación.1

—Ya veo...

—¿Ha pensado en escribir una continuación? —me atreví a


preguntarle.158

Se lo pensó un rato antes de negar con la cabeza.1

—Lo he pensado, sí. Pero no creo que sea necesario. 1

—¿Por qué? Es decir, al final no se sabe si la protagonista logra superar


el trauma que sufrió, o si algún día dejará de tener esas horribles
pesadillas.418

Murphy frunció las cejas.


—¿Por qué le interesa saber eso?3

—Simple... curiosidad.75

Cuando la misma chica regresó a nuestra mesa con las bebidas, intenté
tomar mi taza de café pero las manos comenzaron a temblarme. Oh no,
no ahora. Al darme cuenta de lo que estaba a punto de suceder, tragué
saliva y cerré los ojos para tratar de calmarme, solo que ya era
demasiado tarde. Comencé a sentir las palpitaciones, la sensación de
falta de aire, de no poder respirar y el miedo irracional. 592

—Lo siento, tengo que irme —dije, levantándome de mi silla sin mirar a
nadie.

—¿Estás bien, niña?4

—Solo... necesito un poco de aire fresco —murmuré, antes de salir


apresuradamente de la cafetería.1

Una vez fuera intenté tranquilizarme, pero era imposible. Los recuerdos
estaban viniendo uno tras otro, y se sentían tan... reales. Mi cuerpo
entero estaba temblando y no importaba cuanto tratara de llevar aire a
mis pulmones, no podía. No podía respirar. 229

—¿Qué quieres? —pregunté al ver a Josh entrar a mi habitación.

Sonrió.

—Él se acaba de ir.8

—¡No! ¡¿Qué haces?! ¡Aléjate de mí!

—Cierra la boca, preciosa.


Sus manos comenzaron a tocarme.200

—Dijo que no podías tocarme, dijo que te mataría si lo hacías —sollocé


con lágrimas en mis mejillas.11

—Pero él no va a enterarse de esto —no, no—. Y tu no se lo vas a decir.

—¡Mike! —comencé a gritar con desesperación cuando se colocó encima


de mi—. ¡Michael!518

—¡Michael! —gritó él también y después soltó una carcajada—. ¿Lo ves?


Él no está aquí, no puede protegerte.33

—¡No! ¡Michael! —pero Josh no se detuvo, comenzó a deshacerse de mi


ropa hasta que no quedó nada.318

No, Dios mío no.23

Duele.
Capítulo 4
Hunter2K

Los golpes en la puerta comenzaron justo después de que mi cabeza


tocara la almohada. O al menos, así fue como lo sentí. Afuera todavía
estaba oscuro, casi podía asegurar que no eran más de las cinco y
media de la madrugada. Dejé escapar un largo suspiro antes de pasarme
las manos por el rostro y levantarme de la cama. Me puse un par de
pantalones y abrí la puerta antes de que la persona del otro lado la
derribara.157

—¿Por qué todavía no estás vestido? —gruñó la morena.702

Le di una sonrisa torcida.49

—Buenos días a ti también, Eva.1.4K

Bufó y me empujó a un lado para abrirse paso en mi departamento. 68

—Siempre es lo mismo contigo, todas las mañanas es igual. No creo que


sea tan difícil estar listo cuando vengo a recogerte. 23

Me di la vuelta, cruzando los brazos por encima de mi pecho. 2

—Ya te dije que no tienes por qué hacerlo —me encogí de hombros y
caminé a la cocina—. Puedo encontrarme contigo en la comisaría.542

—¿Y arriesgarme a ser el hazme reír de todo el equipo? —negó con la


cabeza—. Ni hablar.20

Supongo que en ese aspecto, ella tenía razón. Aquellos que me


conocían solían decir que impuntual debería ser mi segundo nombre, y la
verdad, no podía culparlos. Había intentado ya con todos los
despertadores posibles, pero ninguno era capaz de despertarme a
tiempo. Solo el puño de la delgada chica frente a mí, era lo
suficientemente potente como para obligarme a abrir los ojos y hacerme
salir de la cama.558

Me acerqué al refrigerador y saqué una caja de burritos colgados,


ganando de inmediato una mirada aterradora por parte de la morena. 866

—Ah no, nada de comida congelada por la mañana—se acercó a mí y


me arrebató los burritos—. Mueve tu culo y date una ducha, ya
cogeremos algo para desayunar en el camino. 358

En ese preciso momento, una despampanante rubia vestida únicamente


con la camisa de mi uniforme, salió de mi habitación con las manos
todavía esposadas detrás de su espalda. Inmediatamente mis ojos
viajaron a sus irresistibles pechos, que aun cuando su gran tamaño se
debía a los implantes de silicona, me había sido imposible no llevarla a
casa conmigo.2.7K

—Oficial, voy a necesitar que me libere las manos para poder ir al baño
—dijo con tono dulzón.498

Sonreí.5

—Las llaves están en el bolsillo de mis pantalones, ¿por qué no vienes y


las tomas?556

La rubia me regresó la sonrisa y comenzó a acercarse, sin embargo, Eva


la detuvo y liberó las esposas con su propio juego de llaves. 467

—Regresa a la habitación, ponte tu ropa y lárgate —le ordenó.205

—¿Y tú quién eres? ¿Su novia? —se quejó la rubia.195


—Largo, no me hagas repetirlo de nuevo.320

Cuando la rubia miró en mi dirección en busca de alguna aprobación,


asentí con la cabeza y fue así como regresó a mi habitación sin discutir.
Eva se giró a mirarme con las manos en la cintura. 20

—Aquí vamos... —murmuré, preparándome para ser sermoneado. 97

—¿Es en serio? Dijiste que ibas a dejar de traer chicas a tu


departamento. Además, estaba usando tu uniforme, sabes perfectamente
que no puedes utilizar el equipo de trabajo para tus porquerías. 494

Suspiré y me dejé caer en el sillón. 1

—Soy un hombre, tengo ciertas necesidades que atender. 995

Eva hizo una mueca de asco y yo sonreí complacido. En el fondo,


disfrutaba molestarla.175

—Eres un idiota —escupió—. No, más que eso. Eres un grandísimo


imbécil.443

—Auch —murmuré, llevándome una mano al pecho—. Este grandísimo


imbécil tiene sentimientos.416

—La mayor parte del tiempo sospecho que no. 36

—Y tienes razón —exclamé totalmente fuera de broma—. No los


tengo.602

Rodó sus ojos por segunda vez.1

—Repite eso hasta que te lo creas, Cross. Todo el mundo los tiene. 84

—Yo no —le aseguré, levantándome del sillón cuando la rubia apareció


de nuevo en la sala—. Me deshice de ellos hace mucho tiempo.738
Eva cruzó los brazos sobre el chaleco antibalas de su uniforme, y miró en
otra dirección cuando me acerqué a mi invitada para despedirla. La rubia
deslizó las manos sobre mi pecho desnudo, envolvió los brazos
alrededor de mi cuello y se mordió el labio antes de darme un
apasionado beso.421

—Dejé mi número sobre la mesita de noche —susurró seductivamente—.


Mándame un mensaje cuando estés aburrido. 413

Asentí con la cabeza, no sin antes darle un último apretón en el trasero.


Después de cerrar la puerta, me giré para mirar de nuevo a Eva y traté
de no reír. No sabía porque me divertía tanto verla entre enfadada y
horrorizada por mi comportamiento, pero lo hacía. 402

—Eres un imbécil.118

Le guiñé un ojo.26

—Me lo dicen todo el tiempo.490

♡ ♡ ♡11

Después de salir de la sala de juntas, donde todas las mañanas solían


reunir a todo el equipo para tener alguna estúpida charla motivadora
sobre compañerismo y justicia, salí disparado a la segunda planta de la
comisaría. Mi misión, era encontrar algo que había perdido hace ya
algunos días.100

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Eva, luego de encontrarme


abriendo y cerrando casilleros en la sala de armas. 12

—Trato de encontrar un nuevo juego de llaves para las esposas. Creo


que extravié las mías.201
Eso la hizo sonreír por primera vez en toda la mañana, fue una sonrisa
genuina.2

—Oh Dios mío, ¿quieres decir que de no ser por sin mí, la rubia de senos
enormes aun seguiría esposada?282

—Mmm... probablemente —en realidad, no sabía desde cuando las


había extraviado.93

Negó con la cabeza.

—Definitivamente eres un caso perdido —me arrojó las llaves de la


patrulla—. Ten, te toca conducir.43

Levanté ambas cejas, fingiendo sorpresa. Rara vez me dejaba conducir


la patrulla, siempre prefería ser ella la persona al volante y siendo
sincero, me importaba una mierda. Al menos así, podía mantener los
ojos en los alrededores mientras patrullábamos la ciudad, esperando
siempre encontrar un par de ojos grises entre la multitud. 1K

—¿Perdiste una apuesta, o porque me estás cediendo las llaves?1

—Acabo de hacerme la manicura —dijo, mostrándome sus femeninas


manos—. No quiero arruinarme las uñas. 286

—A veces olvido que eres una chica.285

Me gané un puñetazo en el hombro de su parte y por poco hice una


mueca de dolor. Eva era una chica de veintitrés años que no medía más
de un metro setenta, y pesaba aproximadamente sesenta y ocho kilos.
Pero lo realmente sorprendente, era que alguien tan pequeña como ella,
fuese capaz de golpear y encargarse de los tipos malos en las calles, a
los que usualmente solíamos enfrentarnos.536
—Cuida tus palabras, Cross. Mi próximo movimiento podría ser un golpe
en la entrepierna.170

Sonreí y guardé en mis bolsillos el nuevo juego de llaves que había


estado buscando.2

—¿Qué área recorreremos hoy? —quise saber, luego de no haber


prestado atención en toda la junta.1

—Brooklyn —soltó, mirándome como si esperase alguna reacción de mi


parte.243

Venga, ahora sabía porque me había dado las llaves. 29

Eva y yo nos habíamos conocido hace cinco años, cuando me mudé a


casa de mis abuelos en España. Su familia vivía en la casa de al lado y
las ventanas de nuestras habitaciones quedaban una frente a la otra. Al
principio esa chica no era más que un dolor en el culo. Se la pasaba
siguiéndome a todas partes y no hacía más que sermonearme por todo
lo que hacía. Sin embargo, con el tiempo, comencé a acostumbrarme a
ella. Fue lo más parecido que tuve a una amiga, una verdadera amiga.
Ella me contó su pasado y yo le conté el mío, así que era una de las
pocas personas que sabían la verdadera razón por la cual había decidido
mudarme a Nueva York y convertirme en policía. 590

—¿Segura que no quieres conducir tu?

Pero Eva negó con la cabeza.

—Te estoy haciendo un favor —sonrió—. Vamos, dejemos de perder el


tiempo y pongámonos a trabajar.48

Nuestras labores diarias eran patrullar la ciudad, detectar actividades


sospechosas, detener, entrevistar e interrogar criminales, investigar
delitos, tales como homicidios, acosos, violaciones y robos, y por ultimo
pero no menos importante, atender llamadas por radio y asistir a los
ciudadanos cuando era necesario. Lo mejor de ser policía, era que
siempre teníamos bastante trabajo, así que tanto Eva como yo,
tratábamos de dar lo mejor de nosotros para ayudar y proteger a los
inocentes.296

—¿Quién era la chica que salvaste ayer? —preguntó Eva, tomándome


por sorpresa—. Me sorprendió mucho la forma en la que te lanzaste
hacia ella, sin importar que el auto pudiera arrollarlos a ambos. 1.1K

Tal como había anticipado, era cuestión de tiempo para que mi


compañera comenzara a hacer preguntas sobre el incidente de ayer. El
problema era que no esperaba que lo hiciera tan rápido. Mantuve la
mirada al frente con una expresión seria y me encogí de hombros. 1

—Mi trabajo es proteger a las personas —murmuré, tratando de no darle


mucha importancia.345

Eva asintió, pero no parecía muy convencida con mi respuesta.

—Lo sé, pero hay algo que me he estado preguntando desde ayer, ya
sabes que soy bastante curiosa —joder, ya podía hacerme una idea de
cuál iba a ser su pregunta—. Ella... es decir, la chica de ayer... ¿era ella,
verdad?817

Mierda.

Apreté las manos con fuerza en el volante hasta que mis nudillos se
volvieron blancos, y traté de no soltar alguna palabra que pudiese hacer
sentir mal a la morena. No me gustaba nada hablar sobre ese tema, no
me gustaba nada hablar sobre ella. Eva pareció darse cuenta de mi
estado, porque su rostro se sonrojó ligeramente. 186
—Lo siento... no creí que...1

—Sí, era ella.202

Sus ojos se abrieron por la sorpresa. Frunció el ceño y bajó la mirada a


sus manos sobre su regazo.31

—Ya veo... es... es muy bonita.808

Sonreí.124

—Sí, lo es.516

—Pero también es bastante distraída. Mira que cruzar la calle sin antes
mirar a ambos lados...—suspiró—. ¿Qué dijo la doctora luego de
examinarla? ¿Por qué se desmayó?149

—Estaba exhausta, supongo que es porque trabaja demasiado. 274

—¿Hablaste con ella cuando despertó?2

—No.3

—¿Por qué?6

—Porque no.19

—Pero...1

—Eva, no quiero ser grosero. Sabes que odio hablar de ella. 595

—¿Hasta cuándo piensas seguir con...?273

«Atención a todas las unidades, se solicita atención en Troy Avenue y


Hawthorne St. Recibimos una llamada de auxilio en el cuarto piso del
edificio frente a la 93, habitación catorce» —exclamó la voz de una mujer
a través de la radio.547
Tomé el aparato para responder.

—Recibido, aquí la unidad dos-seis cero-nueve, estamos en camino —


exclamé, pisando el acelerador.533

—Aún tenemos una conversación pendiente —murmuró Eva,


ajustándose el cinturón de seguridad.34

—No, no la tenemos.203

Cuando llegamos al edificio donde se había recibido la llamada de


auxilio, lo primero que notamos fue que era un lugar bastante extraño. El
portero no parecía saber nada acerca de un delito y mucho menos de
alguna actividad sospechosa. Eva y yo subimos hasta el cuarto piso, yo
por delante y ella detrás de mí, cubriéndome la espalda. Ambos con una
mano en la funda de nuestra arma en la cintura. 151

Toqué la puerta un par de veces pero no recibimos ninguna respuesta.


Según el portero, en el lugar solo vivía una mujer junto con su hija, y no
las había visto salir del edificio desde hace ya algunos días. 311

—Policía de Nueva York, abra la puerta —exclamé, pero de nuevo solo


hubo silencio.198

—Quizás deberíamos... —comenzó Eva, pero guardó silencio cuando


escuchamos un ruido en el interior.

Parecía el llanto desesperado de una niña. 17

Eva y yo compartimos una mirada, para después desenfundar nuestras


armas y prepararnos para enfrentarnos a lo que sea que estuviese
sucediendo dentro. Di un paso atrás, antes de darle una patada al a
puerta lo suficientemente fuerte para abrirla de golpe. Lo primero que
vimos al entrar al departamento, fue el cuerpo de una mujer adulta tirado
en el suelo, con un charco de sangre debajo de su cabeza. Sus ojos
estaban abiertos al igual que su boca, pero desafortunadamente ya no
estaba con vida.495

Maldición.4

Le hice a Eva una seña con la mano, para que ella se encargara de
revisar las dos puertas que se encontraban del lado derecho de la sala,
mientras que yo me encargaba de las otras dos del lado izquierdo. La
primer puerta era un cuarto de baño, bastante sucio y descuidado, pero
sin ninguna señal de la niña. Antes de abrir la segunda puerta, fruncí el
ceño al escuchar el ahogado sollozo de la pequeña. Lo que me preocupó
fue la idea de que hubiese alguien más con ella. No iba a permitir que
saliera lastimada.171

Al abrir la puerta lo más silenciosamente posible, me di cuenta de que el


dormitorio parecía estar vacío, pero los sollozos de la niña que provenían
desde el interior del armario me dijeron todo lo contrario. Me acerqué con
pasos suaves y tranquilos. En el interior de este, encontré a una pequeña
de unos ocho años, acurrucada en el suelo mientras se cubría los oídos
con desesperación. Tenía golpes en el rostro, y cortaduras en los brazos.
Cuando intenté acercarme a ella, hizo una expresión de horror y negó
con la cabeza frenéticamente, intentando al mismo tiempo echarse para
atrás.367

—Tranquila, no voy a hacerte daño —murmuré suavemente.5

Pero la pequeña no hizo más que negar una y otra vez con la cabeza,
totalmente horrorizada. Su rostro estaba empapado en lágrimas, y
mechones rubios de cabello se pegaban a sus mejillas. De inmediato, el
recuerdo del momento en el que vi a Annalise en el bosque, luego de que
escapara de ese hijo de perra, vino a mi cabeza.640

Algo en mi pecho comenzó a sentirse pesado. 118

—Soy policía, he venido a protegerte —hablé de nuevo, dándole un poco


de espacio—. Nadie va a hacerte daño, lo prometo.63

Luego de eso, la pequeña dejó de moverse para mirarme fijamente a la


cara. Tenía los ojos muy abiertos y su cuerpo entero estaba temblando,
abrió la boca para decir algo pero las palabras no salieron de su
garganta. Se llevó las manos al rostro y estalló en llanto. Acerqué una de
mis manos a ella y le acaricié la cabeza con ternura. No quería ni
imaginar por todo lo que había pasado esta niña. 1

—Por el amor de Dios... —escuché la voz de Eva a mis espaldas.7

—Está en shook —murmuré—. Informa de esto a los demás.141

Asintió.

—Aquí la oficial Prescott, tenemos el cuerpo de una mujer sin vida en el


cuarto piso del edificio frente a la 93, entre Troy Avenue y Hawthorne.
También solicito ayuda médica, encontramos a una niña entre ocho o
nueve años de edad en estado de shook, con heridas en el cuerpo. 117

«Recibido, la ayuda va en camino»1

—Mamá... —balbuceó la pequeña, mirándome entre lágrimas—. Quiero


a mi mamá...296

—Linda... —susurré.169

—Por favor... —sollozó—. Por favor, quiero a mi mami.484

♡ ♡ ♡6
—¿Estás bien? —me preguntó Eva, luego de terminar nuestra jornada de
trabajo.2

Suspiré cuando llegamos a la comisaría, estaba agotado.

—Sí.

—¿Seguro?

—Sí —repetí—. ¿Por qué preguntas?

—Bueno, has estado bastante callado.

—Solo estoy un poco cansado —murmuré, dirigiéndome a la salida. 1

—Oye, si estás cansado y no tienes ganas de comer comida congelada,


¿por qué no vas a cenar a mi departamento?884

Sonreí y me giré para mirarla.

—¿Doce horas conmigo no es suficiente? ¿De verdad no te cansas de


mí?98

Rodó los ojos.

—Créeme que ganas de patearte el trasero no me faltan, pero vamos,


¿cansarme de ti? Nunca.383

Me crucé de brazos.

—¿Solo me estás invitado porque quieres que yo haga la cena,


verdad?80

Sonrió.

—Diablos, me has descubierto —se burló—. Entonces... ¿qué dices?91

Asentí con la cabeza.


—De acuerdo.3

—Ah, pero necesitamos ir al supermercado primero. Me he quedado sin


provisiones.339

—Vale.

Algo que me gustaba bastante de Nueva York, era la vista nocturna. Mi


pasatiempo favorito era caminar por las calles a altas horas de la noche,
mientras me fumaba un cigarrillo, perdiéndome completamente en mis
pensamientos. Era bastante relajador. 101

Mientras caminaba junto a Eva, camino al supermercado, me di cuenta


de que la morena tenía ganas de decir algo, pero no se atrevía a hacerlo.
En su lugar, movía las manos nerviosamente, 103

—¿Vas a hablar, o qué? —exclamé.2

Ella dio un respingo.

—¿Quieres que hable?5

—Quiero que digas lo que sea que estás pensando. 1

Soltó el aire.

—¿Prometes no enfadarte?54

Casi puse los ojos en blanco.

—Olvídalo.

—¿Por qué te molesta tanto hablar de ella? —se quejó.121

Que insistente era esta mujer.40

—Eva...
—Solo quiero saber, porque ahora que la has encontrado en esta
enorme ciudad, con millones de personas, ¿no la has ido a buscar? 192

—Porque no.

—¿No puedes o no quieres?7

—Joder, olvídalo. Me voy a casa.85

Pero me detuvo tomándome de la camiseta.12

—Hunter... te conozco, y la expresión que vi ayer en tu rostro cuando


creíste que iban a arrollarla, fue una expresión que no te había visto
poner nunca —comenzó—. Sé que ella es importante para ti, es solo que
no entiendo porque no has hecho nada por tratar de acercarte a ella. 283

—Porque no puedo —solté—. Sí me acerco a ella, solo voy a hacerla


infeliz.641

—¿Por qué dices eso?1

—Porque en el pasado eso fue lo único que hice. Las personas que amo
están destinadas a sufrir, siempre lo supe y aun así no quise alejarme de
ella. ¿Y qué pasó? Prácticamente le desgracié la vida, ahora ella vive
con un maldito trauma que de no ser por mí, jamás habría tenido que
experimentar.488

—Lo que le pasó no fue culpa tuya, su secuestro fue...1

—Está saliendo con alguien más —murmuré, aun cuando esas palabras
se sentían amargas en mi boca—. Y el chico parece un buen tipo.976

—¿Por qué parece que no te molesta que ella esté saliendo con otro? 22

Me encogí de hombros.
—Bueno, era de esperarse.

—¿Quién lo esperaba?

—Yo.

Eva sonrió y se pasó las manos por el rostro, visiblemente frustrada. 1

—Ahora sí que no tengo dudas, eres un... grandísimo imbécil. 413

—Si el hecho de querer que ella sea feliz con alguien más, aun cuando
no sea conmigo, me hace un grandísimo imbécil, entonces sí, lo soy. 800

—Hunter...17

—Me voy a casa, disfruta tu cena.


Capítulo 5
Ellie99

«Estás bien, estás a salvo. Nadie puede hacerte daño» —susurró la voz
de Chase en mi cabeza.157

No, no es verdad. No estoy bien, no estoy a salvo. Él está... está


lastimándome. 26

«Concéntrate en tu respiración, mantente en el presente. Puedes


superarlo.»10

Tragué saliva y negué con la cabeza.

«Está bien Ellie, yo estoy contigo. No estás sola.»145

Cuando abrí los ojos, lo primero que noté fue el intenso aroma a café
inundando mis fosas nasales. Mi pulso estaba acelerado y mi respiración
era rápida y superficial. Desorientada, me quedé quieta un momento,
mientras volvía en mí y trataba de recordar donde estaba. Lo peor de
sufrir ataque de pánico, era que aun cuando este pasaba, la sensación
de miedo y peligro permanecían.94

Miré al señor Murphy que se encontraba agachado frente a mí con una


mano en mi cabeza, un gesto bastante paternal de su parte. Ambos
estábamos en el suelo fuera de la cafetería. No pude evitar sentirme un
poco avergonzada, sobre todo, después de sufrir uno de estos episodios
frente a él.156

—¿Estás bien, niña?1

Asentí lentamente con la cabeza.


—Sí, lo siento.

—No, no te disculpes por algo que no ha sido culpa tuya —se levantó
sacudiéndose los pantalones y después me tendió una mano—. ¿Puedes
ponerte de pie?156

Asentí de nuevo y con su ayuda me alcé del suelo. Todavía me


temblaban las piernas y me sentía un poco mareada. Cuando el señor
Murphy se dio cuenta, se acercó a mi para brindarme su apoyo. Una vez
dentro de la cafetería, tomé asiento en la misma mesa de antes y me
llevé ambas manos al rostro, esperando a que las náuseas y los
escalofríos abandonaran mi cuerpo.

Odiaba sentirme de esta forma.139

—¿Puede traer un vaso de agua? —le pidió a la chica que nos había
atendido hace un rato.

—Por supuesto —respondió la joven.

Minutos más tarde, la chica regresó con un enorme vaso con agua
purificada para mí.77

—¿Te sucede a menudo? —preguntó Murphy luego de unos segundos.2

Levanté la cara para mirarlo.1

—No... bueno, no en público.1

—Supongo que estás recibiendo ayuda profesional, ¿verdad? —cuando


no respondí, casi puso mala cara—. Niña...2

—Mi madre me internó en un hospital psiquiátrico cuando tenía dieciocho


años —murmuré, mirando fijamente la mesa de madera—. Después de
eso, me llevó a ver un montón de psiquiatras pero... comienzo a pensar
que el problema no es mi mente, el problema soy yo. 221

El señor Murphy suspiró.1

—Ayer hablaba muy en serio cuando dije que iba a hacer que te
despidieran. Estaba tan molesto, que le pedí a uno de mis ayudantes que
investigara todo sobre ti. Al principio no encontró nada, pero entonces me
mostró la nota de una vieja noticia —me mordí el interior de la mejilla con
fuerza e hice todo mi esfuerzo por no poner mala cara. Él lo sabía—.
Siento mucho que hayas tenido que pasar por algo como eso siendo tan
joven.359

Forcé una sonrisa en mis labios.

—¿Por esa razón cambió de parecer? —solté molesta—. ¿Sintió lástima


por mí?

Negó con la cabeza y me miró bastante serio.

—No, lástima no. Fue más un sentimiento de empatía —fruncí el


entrecejo—. ¿Sabías que Una luz entre las sombras, está basada en una
historia real?390

—Sí, fue por eso que decidí leerla.

—¿También sabías que la inspiración de esta novela, fue mi propia


hija?909

Oh...1

—No, no tenía idea de eso

Murphy asintió.
—Joanna tenía solo quince años cuando fue drogada y violada por un
grupo de amigos suyos durante una fiesta. Eran cinco chicos en total y
cada uno de ellos le hizo cosas horribles durante tres días seguidos —se
llevó una mano a la boca e hizo una mueca, como si hablar de aquello le
resultara desgarrador—. La golpearon y la abandonaron en un callejón
entre bolsas de basura creyendo que estaba muerta, pero no fue así. Un
hombre sin techo la encontró y de inmediato informó a la policía. 757

Oh por Dios...1

—Mi pequeña jamás volvió a ser la misma, no salía de su habitación, no


comía, no dormía y tenía pesadillas. Mi esposa y yo le brindamos todo el
apoyo posible, hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance pero...
supongo que no fue suficiente. Cuando Joanna cumplió diecisiete años,
decidió quitarse la vida.1K

Tragué saliva y me miré las manos, al mismo tiempo en el que una


lágrima rodaba por mi mejilla.22

—Es muy difícil... —murmuré en voz baja—. Vivir con el recuerdo de


haber sufrido algo tan horrible es... realmente muy difícil. 131

—Lo sé. Es difícil, pero no imposible. Mi hija decidió tomar esa salida
para terminar con aquel sufrimiento que la carcomía, pero eso no quiere
decir que sea el único camino. Cuando conocí tu historia, me sorprendí al
descubrir que a pesar de todo lo que has pasado, has logrado continuar
con tu vida y luchas todos los días por seguir haciéndolo. Creo que eres
un claro ejemplo de que sin importar qué, se puede salir adelante.212

—No, yo no... no soy un ejemplo. Muchas veces siento que no puedo


más y quiero rendirme, pero... soy una persona demasiado cobarde. 116
—No eres cobarde, eres una chica fuerte Ellie. No dejes que los malos
recuerdos te superen.127

—Señor Murphy...2

—Por favor, demuéstrame que la historia de mi pequeña pudo haber sido


diferente. Demuéstrame que se puede salir adelante. 1.2K2

Luego de charlar un buen rato con el señor Murphy, decidí llamarle a


Chase para pedirle que pasara a recogerme. No quería molestar a Lexie,
ella seguramente estaba en nuestro departamento cuidando de
Valentina. Cuando Chase apareció en la cafetería, de inmediato una
sensación de seguridad y calidez me invadió por completo. 266

—Perdón por hacerte venir hasta aquí —murmuré avergonzada—. No


quería molestarte.

Chase me sonrió y negó con la cabeza.

—Tú jamás vas a molestarme —tomó una de mis manos y me dio un


beso en el dorso. Me encantaba cuando hacía eso—. ¿Te sientes
mejor?443

—Sí, afortunadamente no fue nada grave. Ven, hay alguien a quien


quiero presentarte —me giré a mirar al señor Murphy y jalé a Chase
conmigo—. Chase, él es George Murphy. Señor Murphy, él es Chase, el
chico del que le hablé.

—¿Usted es...? —comenzó Chase y Murphy asintió con una sonrisa—.


Es un placer conocerlo señor, soy un gran admirador suyo. 71

—¿De verdad?

—Él fue quien me recomendó sus libros —murmuré.


—Muchas gracias por recomendar mi trabajo, chico.

—No hay porque agradecer.

—¿Así que tú eres el caballero andante de esta jovencita? —Chase


asintió—. Cuídala mucho, es un tesoro que no vas a encontrar en ningún
otro lado.726

—Lo haré, ella significa mucho para mí. 534

Inevitablemente, me sonrojé. La sonrisa en el rostro de Murphy se hizo


más grande.3

—Me alegra mucho escuchar eso.1

—Sobre el asunto de la portada... —comencé yo.1

Se suponía que esta era una cita para tratar el tema sobre la portada de
su próximo libro, pero al final no habíamos ni quiera mencionado el
asunto.1

—Ya lo veremos después niña, no te preocupes ahora —le dio un vistazo


al reloj en su muñeca y torció las cejas—. Debo irme antes de que mi
esposa comience a preocuparse, fue un placer hablar contigo Ellie,
también fue un placer conocerte, Chase. 48

—El placer fue mío, señor.

—Gracias por todo, señor Murphy.2

—Por favor, llámenme George.217

Chase y yo sonreímos.1

—Parece un buen tipo —exclamó Chase luego de que Murphy se


marchara.6
Asentí, lo mejor era no contarle como había sido nuestro primer
desastroso encuentro. Me hizo muy feliz saber que mi escritor favorito no
era tan malo como había pensado.10

—¿Tienes hambre? —le pregunté cuando salimos de la cafetería. 2

—Mucha. ¿De que tienes ganas?400

Entrelacé mi mano con la suya.376

—Mmm... no lo sé. Tacos.229

—¿Tacos?14

—Sí, de esos que preparas con carne de cerdo.154

Sonrió.

—Tacos serán. Pero primero tendremos que ir al supermercado, tengo


que comprar los ingredientes.1.2K

—Está bien, sabes que amo ir de compras.124

Chase se llevó mi mano a la boca y volvió a darme un beso en el dorso.


Mientras nos dirigíamos al supermercado, le hablé un poco de los temas
que había tratado con el señor Murphy, él también se sorprendió al
escuchar que la historia de Una luz entre las sombras estaba inspirada
en la vida de su hija. Después de todo, la vida de un escritor era bastante
privada.79

—¿Quieres hablar del asunto? —preguntó, refiriéndose a mi ataque de


pánico.

—No hay mucho de qué hablar, estoy bien. Solo me sorprendió un poco,
ya sabes, no me lo esperaba.22
—¿Segura que estás bien?

—Sí, segura —lo tranquilicé—. Aunque... creo que hay algo que debería
decirte...2

—¿Mmm?13

Llené mis pulmones de oxígeno.

—Las pesadillas volvieron —confesé, lo cual fue suficiente para hacer


que Chase dejara de caminar—. Y no puedo dormir, más bien, no quiero
dormir, así que comencé a tomar de nuevo esas píldoras. 153

—Ellie...

—Lo siento.24

—¿Por qué no me lo habías dicho?

—No quería preocuparte. Tienes mucho trabajo y no quería convertirme


de nuevo en una carga, ya has hecho mucho por mí. 19

—¿Cuántas veces debo decírtelo? No eres una carga, deja de pensar de


esa forma. ¿Y qué tiene de malo que me preocupe por ti? 239

—Pues que va a llegar un punto en el que vas a fastidiarte y vas a


dejarme igual que... —cerré la boca de golpe al ver como fruncía las
cejas.719

—¿Dejarte igual que quién? ¿Que él?99

Solté su mano y bajé la mirada al suelo.3

—Chase...

—¿Sabes? Creo que él tuvo sus razones para alejarse de ti, quizá no
quería hacerlo o no tenía otra opción, pero lo hizo —se acercó a mí y
tomó mi rostro entre sus manos—. Pero a diferencia de él, yo no voy a
dejarte sola, Ellie. No pienso irme a ningún lado.937

—¿Por qué? —quise saber—. Tal vez nunca pueda olvidarme


completamente de él, tal vez nunca sea capaz de corresponder a tus
sentimientos, entonces... ¿por qué?78

Sonrió, aunque fue una sonrisa triste.1

—Porque quiero estar contigo. Aun si solo puedo ser tu amigo, quiero
estar contigo cuando seas capaz de sonreír y decir que eres
completamente feliz.802

Mis ojos se llenaron de lágrimas.14

—Chase, yo...4

Terminó con la distancia que nos separaba y me abrazó con fuerza. El


cuerpo de Chase era realmente cálido, por esa y muchas otras razones
es que me gustaba estar con él. Me sentía segura entre sus brazos. 137

—No tienes por qué decir nada, no quiero que me agradezcas. Solo
déjame estar a tu lado, déjame apoyarte. 208

Cerré los ojos y enteré mi rostro en el hueco de su cuello, inhalando el


aroma que desprendía. Chase olía a jabón de ropa y a la fragancia de
algún desodorante masculino. Era muy agradable. 120

—Gracias —murmuré después de un largo rato—. Por estar ahí para mí


en los malos momentos y por no darte por vencido conmigo. 27

Sonrió y me acarició la cabeza.1

—Siempre voy a estar para ti, Ellie —sentí un beso en mi sien—.


Siempre.
Capítulo 6
Eva1.4K

Siempre recordaré el momento en el que me dejó entrar a su mundo.


Probablemente fue la primera vez que me dejé llevar, dejando atrás todo
mi razonamiento. Desde el principio, siempre me ha parecido que Hunter
tiene una especie de escudo protector alrededor de él y no deja que
nadie lo atraviese. Justo cuando creí que jamás iba a ser capaz de
atravesarlo, un día él solo comenzó a hablarme de su pasado y de todo
lo que había dejado atrás.353

Ese día hace casi cinco años descubrí dos cosas; la primera era que
Hunter sufría de algo llamado trastorno explosivo intermitente y que por
esa razón se había mudado a España para tratarse, y la segunda, era
que Hunter tenía a una chica a la que él llamaba el único amor de su
vida.1.4K

Cuando me hablaba de ella, en su rostro aparecía una sonrisa que


iluminaba toda su cara, lo extraño era que a los pocos segundos su
expresión cambiaba por completo y sus ojos tomaban una mirada triste y
vacía.423

Al principio no lo entendía pero ahora... ahora todo tenía sentido. 1

Esa era su manera de escapar, su manera de protegerse. Hunter tenía


miedo de acercarse a ella y lastimarla de nuevo.274

Solté un largo suspiro cuando las puertas automáticas del supermercado


se abrieron para mí, sintiéndome mal luego de permitir que Hunter se
marchará y me dejara sola a mitad camino. No había sido mi intención
hacerlo enfadar, pero sabía que tocar ese tema siempre era razón
suficiente para acabar con su paciencia.65

Quizás debería dejar de meter mis narices donde nadie me llamaba. 686

Tomé una canasta de la entrada y comencé a deambular entre los


pasillos del lugar, sin un objetivo claro en mente para lo que haría de
cenar esta noche. Pensé en varias opciones, pero ninguna me pareció lo
suficientemente apetitosa.3

Tal vez debería comprar ramen instantáneo, fácil y rápido. 197

Después de tomar solo lo necesario, me dirigía a la línea de cajas para


pagar por mis artículos cuando una persona chocó con mi hombro
izquierdo. Afortunadamente mi canasta no cayó al suelo, pero no pude
decir lo mismo de la otra persona. Un par de tomates y patatas pequeñas
rodaron por el suelo, algunas deteniéndose entre mis zapatos.130

—¡Perdón! —se disculpó de inmediato la chica—. Fue mi culpa, lo


lamento. Soy bastante torpe.591

Sonreí mientras me agachaba para ayudarla a recoger las cosas que se


le habían caído junto con la canasta de las manos. Acababa de
levantarme luego de recoger los tomates y las patatas que habían rodado
hacia mí, cuando mis ojos se encontraron con la misma chica que Hunter
había salvado de ser arrollada el día de ayer. 245

Sentí como todo el aire escapaba de mis pulmones de una sola


exhalación.13

—¿Ellie? —balbuceé en voz alta.464

La delgada chica me regresó la sonrisa y ladeó un poco la cabeza. 93


—¿Nos conocemos? —preguntó curiosa.6

Oh diablos, era ella.4

—No, bueno... —maldición, tenía que pensar en algo rápido—. Creo que
te he visto en algún lugar antes, pero no estoy segura. 51

—Oh... —su expresión se volvió un poco triste—. Entiendo.393

¿Acaso había dicho algo incorrecto?95

—Soy Eva, por cierto —me apresuré a decir.2

Sonrió, pero no fue una sonrisa auténtica.

—Yo Ellie, aunque eso ya lo sabias.51

Le ayudé a meter todas las cosas que se le habían caído del interior de
la canasta y luego volví a mirarla, todavía sorprendida de haberme
encontrado con ella en este lugar.1

Un momento...

¿Eso quiere decir que si Hunter no se hubiese enfadado, él y Ellie se


habrían encontrado por arte del destino? ¿Este era el momento indicado
para que finalmente esos dos hablaran cara a cara? De pronto me sentí
terriblemente culpable por haber hecho que Hunter se marchara. 867

—Tomates, patatas y salsa enlatada. ¿Qué planeas hacer con todo eso?
—le pregunté, tratando de hacer un poco de conversación. 53

—Um... tacos.12

—¿Y piensas comer tacos con esa salsa? —hice una mueca y negué
con la cabeza—. Los tacos deben comerse con una salsa picante, no con
una de sabor dulce.349
—¿De verdad? La verdad es que no sé mucho sobre salsas y solo tomé
la primera que encontré —admitió avergonzada.21

—Parece que chocaste conmigo por una buena razón. Ven, te mostraré
la salsa que va perfecta para comer con unos tacos. 260

Cuando Ellie sonrió, fue más natural que su sonrisa de hace un


momento. Juntas nos dirigimos de nuevo al pasillo de abarrotes,
deteniéndonos en el área de salsas enlatadas. Las examiné por unos
segundos y luego cogí mi favorita, salsa verde casera. 62

—¿No es muy picosa? —me preguntó, mirando la lata que le tendí. 42

—Un poco, sí. Pero eso le da mucho sabor al taco cuando lo muerdes —
pensar en tacos hizo que mi estómago comenzará a gruñir en
respuesta.50

—Vaya, pues me has convencido. Me la llevo.

Sonreí.1

—No te vas a arrepentir.14

Ellie dirigió su mirada a la canasta en mis manos y frunció las cejas.

—Ramen, ramen y más ramen —exclamó ella, imitando mi tono de hace


unos minutos—. ¿De verdad piensas comer eso que tarda meses en salir
de tu sistema digestivo?315

—En realidad soy bastante perezosa, tenía planeado hacer que... —


estuve a punto de decir Hunter, cuando recordé quien era la persona
frente a mí—. Que un amigo cocinara para mí, pero al final él se molestó,
se fue para su casa y pues... ni hablar.31

Meneó la cabeza.
—Los hombres son criaturas complicadas. 327

—Los hombres son criaturas imbéciles.534

Eso la hizo reír.2

—No podría estar más de acuerdo.2

—Oye, quizás lo que voy a decir no sea asunto mío, pero... 74

—Aquí estás, creí que te había extraviado —me interrumpió alguien—. Y


dame la canasta, sabes que no me gusta que cargues cosas pesadas. 418

Era un chico alto, delgado y con una maraña de cabello oscuro


ligeramente rizado que le cubría la frente. Sus ojos eran de un extraño
color verde grisáceo y tenía una expresión bastante amable en su rostro.
Cuando se acercó a nosotras, primero miró a Ellie y después a mí, para
luego volver a mirarla a ella.154

Así que este era el buen tipo del que Hunter había hablado,
interesante...181

—Lo siento. Chase ella es Eva, Eva él es Chase —nos presentó Ellie.

—Es un placer conocerte, Eva —murmuró el chico.291

Sonreí.

—El placer es mío —respondí y luego miré a Ellie dispuesta a obtener


información sobre esos dos, sin importar verme demasiado
entrometida—. ¿Es tu novio?367

El chico sonrió mientras que el rostro de Ellie enrojeció, dirigió la mirada


a Chase como si no supiera que responder y luego negó con la cabeza. 2

—No, solo somos amigos.345


—Ya veo...49

Perfecto, eso significaba que Hunter estaba muy, pero muy equivocado.
Ellie no estaba saliendo con este chico, solo eran amigos. Ahora que lo
sabía, iba a encargarme de hacer reaccionar a ese idiota y si era posible,
arrastrarlo ante ella para que finalmente se encontraran. 2.2K

—Le estaba diciendo a Eva que tenemos planeado hacer tacos para la
cena, fue muy amable al recomendarme esta salsa —le dijo Ellie a
Chase, intentando cambiar de tema.1

Vamos, prácticamente lo había mandado a la friendzone en mi cara.


Hasta yo habría intentado cambiar de tema.539

—¿No pica demasiado? —exclamó sonriendo.6

—Eso es lo delicioso de comer tacos —intervine—. Combinarlos con una


salsa picante pero deliciosa.100

—Eva me convenció de llevarla, así que vamos a tener que probarla —


murmuró Ellie.

Chase asintió.

—Me parece bien, solo que si mañana amanecemos con dolor de


estómago, ya sabremos contra quien tomar represalias —bromeó.143

Me reí.6

—Les prometo que no sucederá nada de eso, al contrario, van a querer


darme un beso en la frente cuando descubran que es la salsa más
sabrosa que existe.77

—Tentador.11
En ese momento un celular comenzó a timbrar. Ellie miró la pantalla del
suyo y de inmediato hizo una mueca. Miró a Chase y le enseño el
nombre de la persona.

—¿Vas a contestar? —le preguntó Chase.1

—No lo sé, todavía no quiero hablar con ella.35

—Ellie...5

Suspiró.

—Bien, lo haré —me miró—. Discúlpame un momento.

Deslizó el dedo por la pantalla de su celular y fingió una sonrisa, antes de


responder la llamada y alejarse un poco de nosotros. Cuando Chase y yo
nos quedamos solos, le di un rápido vistazo dándome cuenta de que en
realidad, era un chico bastante atractivo. Hunter iba a tener un poco de
competencia.643

—¿Ramen de pollo asado? —murmuró Chase mirando mi canasta—.


Eso es asqueroso.316

—Ah no, no te atrevas insultar algo tan sagrado como el ramen.305

—¿Sagrado? —se burló—. No estoy en contra del ramen, solo de ese


sabor.67

—¿Lo has probado?

—Sí. Sabe a todo menos a pollo asado.15

—Pues claro, si de verdad tuviera sabor a pollo asado, sería realmente


asqueroso.104

Sonrió.26
—Supongo que tienes razón.1

Después de eso, reinó el silencio incómodo entre nosotros. De lo que no


pude evitar darme cuenta, fue de que para Chase era difícil apartar los
ojos de la bonita rubia. Aun cuando solo eran pequeñas y rápidas
miradas, cualquiera podía deducir que el chico estaba enamorado de
ella. Eso podría llegar a ser un problema. 147

—¿De verdad ustedes dos no están saliendo? —le pregunté de nuevo,


tomándolo por sorpresa.12

—Ah... no. Solo somos amigos. ¿Por qué preguntas?1

—Tu mirada dice muchas cosas.3

Sonrió.

—¿Soy tan obvio?103

—Demasiado, aunque no te juzgo. Es muy bonita, más cuando la miras


de cerca.263

Ahora entendía porque aun después de cinco años, Hunter seguía


pensando en ella. Ya que además de ser físicamente linda, era una
persona encantadora y amable. Supuse que ella era como mi abuela
solía decir, una persona de sangre liviana. 343

—Oh... entiendo —exclamó Chase, con un tono de voz distinto.176

Cuando caí en cuenta, ya era demasiado tarde.

—Espera un segundo, no es lo que estás pensando —balbuceé


rápidamente—. No soy lesbiana.802

—No estaba pensando en eso.


—Claro que sí, hiciste esa cara.

—¿Cual cara?

—Esa de "Oh, entiendo. Es lesbiana".418

—Pero si yo no hice ninguna cara.

—¡Claro que lo hiciste! 337

Frunció el ceño y soltó una risotada, a la que segundos después yo


también me le uní.156

—¿Como es que conoces a Ellie? —preguntó después.13

—Mmm... en realidad acabamos de conocernos, yo iba camino a pagar


mi ramen cuando ella chocó conmigo.

Chase asintió.

—Sí, suele ser un poco distraída.5

—¿Solo un poco?1

Casi la arrollan ayer.413

—Bien, tu ganas. Es bastante distraída.32

Cuando Ellie regresó junto a nosotros, se le veía el rostro pálido y los


labios ligeramente azules. Eso llamó de inmediato la atención de Chase,
quien se giró hacia ella y la agarró de la cara.58

—¿Estás bien?1

—Sí. Solo estoy... un poco cansada.

—¿Pasó algo con tu mamá?5

—No, bueno... —suspiró—. Es complicado.


En ese momento me di cuenta de que yo ya estaba de más y que lo que
debía hacer, era marcharme para dejarlos solos. Era muy obvio que esos
dos eran muy buenos amigos, de esos que suelen contarse todos sus
secretos. Justo como lo éramos Hunter y yo. 172

—Yo ya debería irme, me gustó mucho conocerlos. Espero que sus tacos
sepan deliciosos con la salsa.42

Tanto Chase como Ellie sonrieron.1

—Gracias por la recomendación, Eva —murmuró Ellie con una sonrisa


amable en su pálido rostro.1

—No fue nada.1

—No olvides tirar a la basura ese ramen de pollo asado —agregó


Chase.38

—Por supuesto que no lo haré —sonreí—. Nos vemos.191

♡ ♡ ♡4

—Así que... ¿te encontraste con ella? —exclamó Darla, mi mejor amiga
de años, antes de darle un mordisco a su taco. 295

Después de pagar por mi ramen en el supermercado y marcharme a


casa, decidí que sería mejor idea visitar a mi mejor amiga y convencerla
de comer tacos conmigo. Mi encuentro con Ellie me había seducido a
comprar un par de ordenes en un puesto de comida mexicana. 162

—Sí. Deberías verla, es igual a esas chicas de Instagram que tienen un


montón de me gusta en sus fotos solo por mostrar sus rostros.185

—Entonces fue bueno que Hunter no te acompañara, de ser así se


habrían encontrado y...138
Hice una mueca.

—No me lo recuerdes, por mi culpa él se molestó y se fue a su casa.


Este era el momento, ¿sabes? Para que él y ella se encontraran. 27

—¿Y cómo por qué quieres que esos dos se encuentren? Mucho mejor si
no lo hacen. Así podrías confesarle de una buena vez por todas tus
sentimientos a Hunter.2.2K

—Ni hablar, eso nunca.88

—¿Por qué?1

—Porque él ya tiene a una persona a la que ama, aun cuando diga que
no tiene corazón y todas esas tonterías.358

—Cinco años es mucho tiempo. Las personas cambian y también lo


hacen los sentimientos. Deberías intentar decirle lo que sientes. 270

Negué con la cabeza.

—No puedo.

—¿Por?12

Suspiré y dejé mi taco a medio comer encima de mi plato.2

—Porque el Hunter de ahora solo sabe tratar a las mujeres como si


fueran objetos. Y no es que sea un solitario, o un ansioso por contacto
humano, ni nada que se le parezca. Simplemente es un insensible.
Aunque a primera vista parezca alguien gentil, en el fondo, su corazón es
un glaciar.262

—Vaya, parece que lo has estado analizando —se burló Darla—. Que su
corazón sea un glaciar, no quiere decir que no pueda ser derretido. 333
Sonreí.1

—Lo sé, aunque sospecho que la única persona capaz de lograrlo es


ella. Después de todo, ya lo hizo una vez. 375

—¿Y por qué piensas que lo hará de nuevo?75

—No lo sé —me encogí de hombros—. ¿Destino?66

Bufó.

—Odio la palabra destino.297

Tomé el último taco que me quedaba y lo devoré. 11

—En realidad, yo creo que eso de que los dioses atan un hilo rojo
invisible en el meñique de dos personas que están destinadas a
encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias, es una
creencia muy bonita.505

—¿Estás hablando de esa tonta historia china? —asentí y ella hizo cara
de asco—. Ugh, pues yo la odio.219

—¿Sigues sin superar a tu ex, eh? ¿Cuál era su nombre?120

—Oh no, no te atrevas a mencionarlo.

—¿Demetrio? ¿Daniel? ¿David...?288

—¡Eva! ¡No se te ocurra decir su nombre o te lanzaré salsa en los ojos!2

—Venga hazlo, yo te arrestaré por dejar ciega a un oficial. 54

—No estás en horas de trabajo, justo ahora solo eres una ciudadana. 3

—Aun así, siempre cargo las esposas conmigo. 53

—¿Dónde? ¿En tu bolso?


—Sip.

—Un día deberías prestármelas, ya sabes, para sujetar a un hombre a la


cama y...170

—¡Ugh, no!3

Se rio.

—Sabía que pondrías esa cara. ¿Ya no vas a comer? —preguntó,


mirando la última orden de tacos sobre la mesa.

—No, un taco más y voy a reventar. 15

—¿Entonces por qué pediste una orden de más...? Oh, ya. Hasta la
pregunta es estúpida. ¿Vas a ir a llevárselos?13

—Sí, seguramente está planeando comer sus adorados burritos


congelados.302

—Ese chico tiene un grave problema con la comida congelada. 287

—Lo sé —me levanté de mi lugar y cogí el cepillo de dientes de mi


bolso—. ¿Puedo usar tu baño? No quiero llegar con la boca oliendo a
cebolla.144

—Claro guapa, mi casa es tu casa.72

Después de lavarme los dientes dos veces —quitarse el olor a cebolla


nunca era tan sencillo—, miré mi propio reflejo en el espejo y fruncí el
ceño. A lado de Ellie, yo era una patata con patas. Y no es que yo fuese
fea, pero si me comparaba con ella ambas éramos muy distintas. Ellie
era blanca y rubia, mientras que yo era morena y castaña, y por alguna
extraña y francamente perturbadora razón, Hunter solo buscaba mujeres
que se le parecieran.1K
Sí, Hunter era un chico raro.114

Cuando me despedí de Darla y me marché de su casa, tomé un taxi y me


dirigí directamente al apartamento de Hunter. En el camino, crucé los
dedos esperando no encontrarlo con alguna mujer en la cama, realmente
odiaba esa parte de él.155

—Hola —murmuré apenas abrió la puerta—. Lamento haberte hecho


enfadar hace un rato. No era mi intención.

—Mmm...109

—¿Ya cenaste? —continué—. Te traje tacos.

—¿Piensas comprar mi perdón con tacos?211

—Sí.20

Su boca se arqueó en una media sonrisa.2

—Hecho. Ahora entra.344

El apartamento de Hunter era más agradable que el típico apartamento


de un soltero mujeriego. Tenía un par de platos sucios en la barra de la
cocina y quizás uno que otro vaso en el suelo, pero a parte de eso era un
lugar bastante limpio. Sin mencionar que él era de esos chicos a los que
les gusta mantener todo en orden.104

Dejé la orden de tacos en la mesa y Hunter ladeó la cabeza al notar que


solo eran para una persona.1

—¿Tú ya has comido? —preguntó.

—Sí, no te preocupes.
—Mmm... ¿quieres algo de tomar, al menos? No me gusta comer solo
mientras los demás me miran. 718

—La ultima vez que me ofreciste algo de tomar fue jugo de naranja y
estaba caducado —le recordé.379

—La fecha en los envases es solo un aproximado.327

—¡Sabía agrío! Además, tu tampoco te lo tomaste. 61

—No seré la primer persona en morir por beber jugo de naranja


caducado.111

—¿Y yo sí? —sonrió maliciosamente—. Eres un idiota, Cross.71

—Solo bromeaba.1

—Apresúrate a comer antes de que se enfríen tus tacos. 13

—Ya voy, ya voy.21

Cuando Hunter terminó de comer, se levantó de su lugar y comenzó a


recoger los platos sucios que tenía regados por toda la sala. Le ofrecí mi
ayuda al momento de lavar los platos, pero se negó y dijo que podía
hacerlo solo. Después de todo, yo era una invitada. 27

—¿Puedo decirte algo? —le pregunté mientras él lavaba los platos


sucios.

—¿Tiene que ver con cierta chica rubia?269

—Sí.

—Entonces no.11

—Hunter...
—Eva, de verdad que no entiendo por qué estás tan obsesionada en
hablar de ella. Ya te lo dije una vez, no pienso acercarme a Annalise. 290

—¿Por qué, tienes miedo de hacerle daño de nuevo?

—¿De qué estás hablando?7

—Me dijiste que en una ocasión, perdiste el control de ti mismo e


intentaste lastimarla. ¿Tienes miedo de repetir lo mismo, no es así? 255

—Yo no...

—Deja de poner excusas.39

—No son excusas.

Sonreí con ironía.

—¿Entonces que caso tuvo el hecho de que decidieras mudarte a Nueva


York? ¿Que caso tuvo convertirte en policía para así poder protegerla?
Tú lo dijiste Hunter, lo hiciste para poder estar cerca de ella. 847

Se quedó completamente mudo, así que después de unos minutos


continué.2

—Me encontré con ella en el supermercado. Iba con un chico, su nombre


era Chase. No sé porqué piensas que ella está saliendo con él, pero no
es así. Solo son amigos.121

—¿Y eso debería de importarme? —exclamó como si realmente fuese


indiferente al tema.390

Suficiente, ahora yo había alcanzado mi límite.


—Bien, ¿sabes qué? Olvídalo —tomé mi bolso y me preparé para
marcharme, solo que antes de salir por la puerta, me detuve y me giré a
mirarlo—. Eres un cobarde.300

Arqueó una ceja y apretó la mandíbula.

—¿Cobarde?238

—Sí. Y si no haces nada por recuperarla, o por lo menos intentar hablar


con ella, vas a perderla para siempre.330

—Eva...3

—Las personas cambian y también lo hacen los sentimientos —exclamé


recitando las palabras de Darla—. Solo espero que cuando eso suceda,
no te arrepientas por no haberlo intentado. 882

Y entonces me marché.
Capítulo 7
Ellie347

El tiempo parecía ir tan lento hoy... ayudaría mucho si tuviera más tareas
y trabajo pendiente. Solo quería que el tiempo pasara volando para que
así, todo saliera de mi mente sin darme cuenta. Quería estar tan ocupada
hasta caer inconsciente, de esa manera, toda esta ansiedad acabaría
cuando finalizara este día...10

—Oye Ellie, ¿quieres que te traiga un café? —me preguntó Jenna,


asomando la cabeza por la puerta de la oficina de Elena. 3

Di un respingo.

—No, estoy bien. Gracias.1

Pero en lugar de marcharse, frunció el ceño.1

—¿Te pasa algo?2

—No. ¿Por qué preguntas?

—Bueno, has estado actuando muy extraño desde temprano.

Jenna tenía razón, toda la mañana me había comportado como un zombi


adicto al trabajo, pero no podía evitarlo. Ahora que Elena no estaba, me
sentía con la extraña necesidad de tener todo en perfecto orden para
cuando ella regresara. Sin mencionar que era la única manera en la que
podía dejar de pensar tanto en las cosas que me molestaban. 29

Cerré los ojos y respiré profundamente.


—La verdad es que no pude dormir mucho anoche —confesé—.
Supongo que gran parte se debe a que estoy nerviosa ahora que Elena
no está.166

Sonrió.

—Tú tranquila, lo estás haciendo muy bien. Por algo ella te dejó a cargo. 1

—Gracias.

—Pero estoy segura de que eso no es todo —insistió—. Te conozco, sé


que hay algo más que está molestándote. 37

Olvidé que Jenna era bastante buena leyendo a las personas. Solté un
largo suspiro y decidí contarle que era lo que me pasaba. 8

—El día de ayer recibí una llamada de mi madre.21

—Oh... ¿no te llevas muy bien con ella, verdad?2

Negué con la cabeza.180

—Nuestra relación es complicada —murmuré—. Tanto que estado


tratando de evitarla durante un largo tiempo. 1

—Ya veo. ¿Tan malo fue lo que hizo como para que ahora no quieras ni
verla?351

Bueno, si lo decía de esa forma... 1

—Yo no diría que lo que hizo fue malo, es solo que ella y mi padre
estuvieron ausentes durante gran parte de mi vida, y ahora quieren fingir
que todo está bien, cuando en realidad, no lo está. Mi madre en especial
es quien más se empeña en ello, no se da cuenta de que hay cosas que
no son fáciles de olvidar.59
—¿Le guardas rencor?31

—No, por supuesto que no. Solo prefiero no tener cerca a la clase de
personas que te dan la espalda cuando más las necesitas. 260

—Pero estamos hablando de la mujer que te dio la vida, Ellie. Y sí, sé


que quizás no fue la mejor madre del mundo, pero no deberías de
recluirla de tu vida por cosas que ocurrieron en el pasado. 217

—Lo sé. Es por eso que voy a ir a cenar con ella esta noche.231

—¿Qué? ¿De verdad?

Asentí.1

—Sí, aunque tengo que admitir que estoy un poco nerviosa. No he


hablado con ella en persona desde hace más de un año. 9

—Me lo imagino...

En ese momento, una chica entró a la oficina.

—Ellie, la reunión con los nuevos escritores es en cinco minutos —nos


interrumpió Anne, una de las chicas que apenas comenzaba a trabajar
en la editorial.135

—Oh, es verdad. Lo había olvidado, gracias por recordármelo.

—No es nada —después de eso, la pelirroja dirigió su atención a


Jenna—. ¿Tú no deberías estar trabajando?130

—¿Disculpa?

—Eres la encargada del equipo de redacción, ¿no es así? No deberías


estar perdiendo el tiempo.159

—¿Y esta tipa quién es? —me preguntó Jenna.127


Abrí la boca para responder, solo que Anne fue más rápida que yo.

—Mi nombre es Anne Miller, soy una de las nuevas practicantes en el


área de edición.435

Jenna me miró como si esperara una explicación más detallada de mi


parte.

—Será mi asistente personal mientras estoy a cargo —murmuré.6

—Entiendo. ¿Pero quién le dio el permiso de hablarme como lo está


haciendo?184

Oh, oh.

—Anne, ¿puedes asegurarte de que esté todo listo para la reunión?

La pelirroja asintió.32

—Claro.

—¿Cuántos años tiene esa niña? —se quejó Jenna cuando Anne se
marchó—. ¿Quince?129

—Tiene dieciocho.99

—¿Y? ¿No le enseñaron a respetar a sus superiores?40

—Jenna —tomé todo lo necesario para la reunión y luego me levanté de


mi lugar—. No empieces.2

—Tú has visto como me habló esa chiquilla.78

—Ya hablaré con ella más tarde, ¿vale?

—Vale —gruñó.

Sonreí.
—Te veo luego —me despedí de ella antes de dirigirme a la sala de
reuniones.

♡ ♡ ♡112

Cuando terminó la reunión, la mayoría de los trabajadores de la editorial


ya se habían ido. Eran un poco más de las cuatro de la tarde y mi
estomago comenzaba a exigirme comida. Organicé todo en la oficina de
Elena antes de irme y posteriormente salí del edificio tomando una gran
bocanada de aire fresco.4

El invierno en Nueva York era por mucho mi estación favorita del año.
Aun cuando nos encontrábamos casi a principios de verano, el viento de
la ciudad continuaba soplando de manera frígida, por lo que siempre era
bueno cargar con un buen abrigo en caso de una fuerte ventisca.
Mientras caminaba tranquilamente hacia la estación de autobuses, mi
teléfono en la bolsa emitió un suave sonido.44

Era el tono con el que tenía asignado a Chase cada vez que me enviaba
un mensaje.37

He oído que hay una buena película en cartelera. 12

¿Deberíamos ir a verla?533

-Chase.3

Una enorme sonrisa se apoderó de mi rostro. Justo estaba por escribir


una respuesta, cuando tropecé de frente con otra persona. De inmediato
solté una disculpa, pero en el momento en el que levanté la vista de la
pantalla de mi celular, mi cuerpo entero se paralizó por completo. 1.2K

Fue como darme de bruces contra una pared imprevista. Prácticamente


me quedé sin respiración.5
—Hunter... —susurré.2.1K

Su boca se arqueó en una media sonrisa.382

—Annalise —exclamó en forma de respuesta.1.2K

Un segundo esto tenía que ser un sueño ¿no?148

Es decir, Hunter estaba... él estaba ahí, de pie frente a mí, después todos
estos años, mirándome como si encontrarse conmigo fuese algo que
pasaba todos los días.244

Su rostro seguía siendo exactamente el mismo, a excepción de sus


facciones que se habían profundizado y ahora parecían más maduras
que antes, resaltando exageradamente su masculinidad. Sus ojos azules
conservaban aquella misteriosa y perversa mirada, sin mencionar aquella
atractiva sonrisa en sus labios que seguía siendo la misma a pesar de los
años.338

—Por favor, no te desmayes de nuevo —murmuró con un suave tono


burlón.909

Pestañeé un par de veces.1

—¿Qué... qué estás...? —mi corazón comenzó a latir muy deprisa y no


pude evitar sentirme como una idiota al no lograr que las palabras
salieran de mi boca.95

Sonrió al darse cuenta.4

—¿Quieres ir a sentarte?221

Sentí como mi rostro se calentaba pero aun así, asentí. 76

Después de sentarnos en una de las bancas que se encontraban cerca


de la estación de autobuses, fruncí el ceño y me giré para mirar a Hunter
directamente a la cara. Lo primero que me dijo mi subconsciente
después de salir de su severo aturdimiento fue; golpéalo. Golpéalo
fuertemente hasta asegurarte de que es real. 581

—¿Fuiste tú quien me salvó el otro día? —le pregunté finalmente.7

Asintió.1

—Sí. Te has vuelto un poco distraída.10

—Lo siento...144

Ladeó la cabeza a un lado.162

—¿Por qué lo sientes?283

—Ese día después de desmayarme, tú fuiste quien me llevó al hospital


¿verdad? Yo... no lo recuerdo.3

—Es normal, la doctora dijo que estabas exhausta y supongo que la


impresión de verme después de todos estos años no fue de mucha
ayuda.31

Sonreí.1

—Tienes razón, realmente me sorprendiste. Nunca me imaginé que


terminaría encontrándote aquí en Nueva York. 5

La verdad es que solo había soñado con este momento, pero jamás
imaginé que mis sueños se harían realidad. 311

—¿A qué te dedicas? —me preguntó después de un largo rato.313

Vamos Ellie, espabila. Acaba de hacerte una pregunta. 47

—Ah... trabajo en una editorial como asistente personal de la editora


ejecutiva —murmuré—. ¿Qué hay de ti?26
—Soy oficial de policía.574

—Oh...

Así que el recuerdo de Hunter con el uniforme de la policía no había sido


un sueño...80

—La sorpresa en tu rostro es un poco insultante. 503

Me reí.5

—Lo siento. Eso solo que nunca imaginé que Hunter Cross terminaría
convirtiéndose en un oficial de policía. ¿No se supone que le rompiste los
dientes a uno de un puñetazo?481

Esta vez fue él quien se rio.86

—Ese fue solo un rumor, de ser así me habría metido en un muchos


problemas.144

—Tienes razón.

Desesperada, comencé a pensar en temas de conversación pero la


realidad era que me encontraba sumamente nerviosa. Tenía un montón
de preguntas en mi cabeza que quería hacerle, sin embargo no quería
arruinar el momento. Probablemente esta sería nuestra única
oportunidad para tener una conversación sencilla y normal, después de
encontrarnos por casualidad de una manera totalmente aleatoria. 526

¿Cómo había sido su estancia durante el tiempo que estuvo viviendo en


España? ¿Cuánto tiempo llevaba viviendo en Nueva York? ¿Por qué
nunca volvió a buscarme? ¿Por qué nunca me llamó? ¿Por qué...? 55

—¿Tienes hambre? —soltó de repente.388


Eso me tomó por sorpresa, así que demoré un par de segundos en
reaccionar.2

—Eh... sí, un poco.1

—Conozco un lugar bastante bueno donde venden comida china. ¿Te


gustaría ir para recordar viejos tiempos?1.3K

¿Recordar viejos tiempos?396

—Claro.19

Dudosa, caminé junto a Hunter por las transitadas calles de Nueva York,
sintiendo el estómago hecho un manojo de nervios. Su presencia me
producía un extraño hormigueo en la piel.83

¿Qué estábamos haciendo? ¿De verdad iba a ir a comer comida china


con el chico por el que había estado llorando durante cinco largos años?
Quiero decir, después de todos estos años, ¿solo íbamos a fingir que no
había pasado nada? ¿Así de simple? ¿Así de sencillo? Durante mucho
tiempo imaginé un montón de veces este momento, el momento en el
que finalmente tendría la oportunidad de ver y hablar de nuevo con
Hunter. En mi cabeza había creado un montón de conversaciones sobre
lo que hablaríamos cuando eso sucediera pero... justo ahora, mi cabeza
estaba totalmente en blanco.255

No sabía que decir, no sabía cómo actuar, yo solo... 54

Hunter terminó llevándome a un pequeño restaurante de comida china,


donde la decoración fue lo más bonito que había visto nunca. En las
paredes había dibujos de dragones mitológicos chinos en colores rojo,
azul y verde, mientras que del techo colgaban lámparas chinas de papel,
creando un hermoso contraste con las masas y las sillas del lugar. 59
Cuando tomamos asiento en una de las mesas, cogí un menú y le di un
rápido vistazo antes de ordenar algo.9

—El pollo agridulce de aquí es realmente bueno —murmuró—. Casi tan


bueno como tu restaurante favorito en Seattle. 756

Forcé una sonrisa en mis labios mientras una dolorosa punzada ardía mi
pecho. Así que a eso se refería con recordar viejos tiempos, significaba
que ya había ido a comer comida china con él antes en Seattle... El no
poder recordarlo me hizo sentir increíblemente triste, supuse que era uno
de los recuerdos que yo misma había bloqueado en un intento
desesperado por olvidar aquel trauma.906

Pero... ¿por qué iba a querer olvidar algo como eso? 165

—Entonces pediré el plato de pollo agridulce —dije sin titubear.

Hunter sonrió y llamó a una de las chicas asiáticas que trabajaban en el


lugar para ordenar. Cuando la misma chica regresó con nuestra comida,
tomé un par de palillos chinos y examiné un trozo de pollo agridulce
antes de llevármelo a la boca. La verdad es que no sabía nada mal. 24

—¿Cómo están tus padres? —preguntó, intentando hacer un poco de


conversación mientras comíamos.98

Me encogí de hombros.1

—Se divorciaron hace poco más de tres años y aunque papá ya hasta se
volvió a casar, mi madre no lo ha llevado muy bien que digamos. 468

—¿De verdad? —parecía sorprendido—. ¿Con quién se casó tu padre?6

—¿Recuerdas a Francis? ¿La chica a la que yo solía llamar, la mujer sin


alma? —Hunter asintió, aunque conociéndolo, probablemente no la
recordaba—. Pues se casó con ella. Al parecer, era su amante mientras
él todavía estaba casado con mi madre. 2.1K

—Joder... tu madre debió cabrearse muchísimo. 27

—Ni que lo digas, fue una bomba enorme —le di un trago a mi bebida—.
¿Qué hay de tus padre, cómo están?330

—Mmm... pues Elizabeth está muy bien. Robert se recuperó hace un


tiempo y volvió a tomar su lugar como director en Bicentenary High
School, por lo que Ben finalmente pudo continuar con su carrera, aunque
al final terminó trabajando como maestro en la universidad de Columbia
—sus ojos se oscurecieron un poco antes de continuar—. En cuanto a mi
madre biológica, tuvo un derrame hace un par de años. 1K

Dios mío...3

—Estuvo así durante varios días hasta que los doctores le diagnosticaron
muerte cerebral. Nos dijeron que lo mejor que podíamos hacer era
desconectarla, así que después de pelear y pensarlo mucho, lo
hicimos.522

—Oh por Dios... lo siento mucho Hunter. No lo sabía.

Sonrió.9

—Está bien, estoy bien. Fue la mejor decisión. Ahora ella está en paz, en
un lugar donde definitivamente nadie puede hacerle daño. 349

Mis ojos se llenaron de lágrimas.2

—Hunter...32

—No, por favor no llores.321


—¿Por qué no me llamaste para decírmelo? —murmuré—. Pudiste al
menos haber levantado el teléfono para decirme algo tan importante. 25

—No tenías por qué saberlo.250

—Pero...

—Las cosas entre tú y yo ya habían terminado, no era asunto tuyo —


exclamó sin más.1.7K

Bien, ese sí que fue un golpe bajo. El estómago se me revolvió, de


pronto más interesado en rechazar la comida que en digerirla. El pollo
agridulce en mi plato dejó de parecerme apetitoso y todo lo que quería
hacer era irme a casa. ¿Por qué había aceptado venir en primer lugar?
¿No hubiese sido mejor solo saludarnos y fingir que entre nosotros no
había existido una historia? Después de todo, eso es lo que estábamos
haciendo, ¿no?181

Después de comer, Hunter se ofreció a acompañarme a casa. Quise


negarme, pero una parte de mí se negó a hacerlo y al final, terminamos
caminando por Central Park, envueltos en un incómodo silencio. Noté su
mirada recorriéndome el perfil, pero mantuve la atención fija en el camino
con la manos dentro de los bolsillos de mi abrigo rojo. 55

—No quise ser grosero hace un rato —murmuró.475

Negué con la cabeza.2

—Está bien, tenías razón. No era asunto mío. 94

Dejó de caminar abruptamente, por lo que yo también lo hice.

—Annalise...196

—No me llames por ese nombre, sabes que lo odio —le recordé.18
Sonrió.

—Pues yo lo amo.1.3K

¿Eh?76

Inspiré profundamente e intenté que no me importara su proximidad,


concentrándome en los árboles que teníamos delante. Pero era
imposible. Esperé a que comenzara a caminar de nuevo, pero como no
lo hizo, me vi obligada a darme la vuelta y mirarlo directamente a la cara.
Todo él era perfecto, guapísimo y olía exactamente a como lo
recordaba.9

—¿Cuánto tiempo llevas viviendo en Nueva York? —le pregunté después


de armarme de valor.2

Su mirada sobre la mía me hizo sentir muy nerviosa.

—Casi cuatro años.722

¿Cuatro años? Pero...

—¿Sabías que yo estaba viviendo aquí también?

Demoró un largo rato en responder, pero al final asintió.

—Sí.120

—Entonces... ¿por qué no fuiste a buscarme en todo este tiempo? —mis


piernas estaban temblando—. ¿Por qué no llamaste para al menos saber
cómo estaba?344

Los músculos de su mandíbula se tensaron.1

—No lo sé.267
¿Eso es todo? Después de todo este tiempo, ¿eso era todo lo que iba a
decir? Inesperadamente me dieron unas terribles ganas de golpearlo,
todo en mi interior era un desastre, un torbellino. Mis sentimientos
estaban a punto de desbordarse pero no iba a permitirlo, no podía
permitirlo.67

—¿Por qué estás aquí ahora, Hunter? Nuestro encuentro no fue por
casualidad, ¿no es así? —suspiró—. Quiero la verdad...84

—Quería verte.249

—¿Para qué?2

—No lo sé —repitió, y eso me hizo enfurecer—. Solo sé que quería verte,


me estaba volviendo loco por hacerlo.285

—¿Y por qué tardaste tanto tiempo? ¿Qué estuviste haciendo durante
todos estos años? —cerró los ojos y se pasó una mano por el pelo—.
Quiero una respuesta.184

—No puedo decírtelo.87

Me mordí el labio con fuerza para evitar llorar. 2

—Entonces no sé qué estoy haciendo aquí —dije para después dar


media vuelta y marcharme.286

—Espera, Annalise... no es así como quería que terminaran las cosas. 68

—¿Ah, no?4

—No, escúchame... —exclamó tomándome del brazo.16

Inmediatamente le di un manotazo para hacer que me soltara. 96

—No me toques —me quejé.218


—Perdón.99

Suspiré y volví a mirarlo.

—¿Qué quieres?1

—Ya que estamos aquí, ¿no quieres ir a alimentar a los patos? 874

—No hay patos durante el inventario —murmuré—. El lago aún está


congelado.408

—Mmm... —por un momento, fue como si no supiese que decir—. En


ese caso...83

—Hunter, está bien. Solo terminemos con esto, no tienes por qué
esforzarte demasiado.110

Frunció el ceño.

—¿De qué hablas?

—No tienes por qué seguir ocultándolo —tragué saliva—. Sé que la


verdadera razón por la que no tuviste el valor de buscarme antes, es
porque no querías estar con una mujer tan dañada como yo. 763

—¿Dañada...?4

—¿Vas a fingir que no lo sabes? —bufé—. Fui ingresada a un hospital


psiquiátrico en Seattle dos meses después de que te fueras a España.
Además, sufro ataques de pánico todo el tiempo y últimamente he
comenzado a perder gran parte de mis recuerdos —me limpié una
lágrima con el dorso de la mano—. Ni siquiera recuerdo ese restaurante
que mencionaste hace un rato, no recuerdo haber ido a comer comida
china contigo antes.1.2K
Hunter me miró completamente atónito por unos segundos. Parecía que
de verdad era totalmente ajeno a todo lo que acababa de decirle, pero en
el fondo estaba segura de que él ya lo sabía. Por eso nunca me buscó,
por eso no se atrevió a llamarme.217

¿Quién querría estar con una mujer como yo?1K

Antes de darme cuenta, Hunter se acercó a mi tan rápido que no lo vi


venir. Sus brazos me rodearon con fuerza y me sujetó con energía contra
su cuerpo, mientras escondía la cara en mi cuello. Todavía no estaba
acostumbrada a que alguien me abrazara de aquella manera tan
abruptamente, pero con él era diferente. Mi cuerpo no tembló, no se
paralizó y no sentí ningún temor. Fue como si todo mi miedo
desapareciera de golpe. Entonces me di cuenta de algo que no había
notado.320

Él estaba temblando.815

—Hunter...3

—Sabía lo del hospital psiquiátrico —susurró en voz terriblemente baja—


. Pero no sabía todo lo demás, de haberlo sabido, yo... joder... 486

Su cuerpo era cálido. Exageradamente cálido.1

—Los doctores dicen que es mi cerebro tratando de bloquear


desesperadamente cualquier recuerdo traumático de lo que viví durante
el secuestro, pero...60

—Lo siento —se disculpó, abrazándome con más fuerza—. Yo soy el


culpable de todo lo que te pasó.440

Di un respingo.3
—No. Estás equivocado. Nada de lo que pasó fue tu culpa, así que no
pidas perdón —utilicé una de mis manos para acariciarle la espalda—.
Créeme Hunter, tú no hiciste nada malo. 186

Levantó la cara para mirarme y luego pegó su frente a la mía. Mi corazón


estaba latiendo tan rápido que incluso comenzó a ser doloroso.
Estuvimos así durante un largo rato y siendo sincera, no me importó. Lo
único que quería era detener el tiempo y disfrutar por siempre este
momento.159

—¿Puedo besarte? —preguntó de repente.1.7K

Sonreí.2

—¿Te volviste loco? —negó con la cabeza. Creo que nunca ante lo
había visto tan serio en mi vida—. No, no puedes.628

—Annalise...9

—Ha pasado mucho tiempo, Hunter. No creo que podamos repetir el


pasado.450

Cerró los ojos y se alejó de mí.6

—Lo sé.

Cuando el viento comenzó a sentirse más frío, decidí que era hora de
irme a casa.2

—Debería irme —murmuré—. Gracias por la comida.1

Asintió.1

—No fue nada.4


Cuando no supe qué más decir, tragué saliva y comencé a alejarme. No
quería irme, quería seguir conversando con él pero siendo sincera, creo
que ya no teníamos nada más de que hablar. Eso había sido todo. 93

—La verdad es que si intenté buscarte antes... —exclamó Hunter a mis


espaldas, sin poder evitarlo, me paralicé—. Ese día hace cinco años,
después de saber que te habían ingresado a un hospital psiquiátrico, lo
primero que hice fue tomar un avión y volar de regreso a Seattle. 607

Todo mi cuerpo tembló. Me volví para mirarlo de nuevo. 1

—¿Qué...?12

—Fui al hospital pero no me dejaron verte, al parecer alguien me había


restringido la entrada —no... esto tenía que ser una broma—. Solo Dios
sabe todas las veces que traté llamarte después, pero tu madre... 728

—¿Mi madre?88

Hunter hizo una mueca, como si acabara de decir algo que no debía. Se
pasó las manos por el rostro y negó con la cabeza.

—Tú madre me convenció de que alejarme de ti era lo mejor, y aunque al


principio le creí, cuando me di cuenta de mi error y quise recuperarte
ella... —bufó—. Ella hizo hasta lo imposible por no dejar que me acercara
a ti de nuevo. Fue tan lejos que incluso consiguió una orden de
restricción en la que se estipula que no puedo acercarme a ti más de
cuarenta y cinco metros.1.2K

Oh no, esto fue como recibir un fuerte golpe de la realidad. 14

Hunter sonrió.8

—Justo ahora estoy en problemas


Capítulo 8
Ellie36

—Mientes —fue lo único que salió de mi boca.404

Sus labios se arquearon en una sonrisa irónica. 16

—¿Por qué mentiría? 7

—No lo sé —murmuré y me llevé una mano a la frente. Mi cabeza estaba


comenzando a doler de nuevo—. ¿Por qué mi madre iba a poner una
orden de restricción en tu contra? Ella sabía lo mucho que yo quería
verte, lo mucho que quería escuchar tu voz, lo mucho que te
necesitaba.329

Entonces... ¿por qué?

—Annalise —comenzó.2

—Deja de llamarme por ese nombre —lo interrumpí molesta—. Deja


de...1

Todo comenzó a darme vueltas, mi estómago se revolvió y sentí ganas


de vomitar. Mi respiración estaba muy acelerada y mi pecho subía y
bajaba. No... no de nuevo. No frente a él, por favor... 166

«Él no va a regresar, cariño. Se fue, te dejó.»508

Era la voz de mi madre.

«Te abandonó cuando más lo necesitabas. No le importó dejarte


sola.»458
Hice una mueca al sentir que mi dolor de cabeza se intensificaba.
Cuando Hunter se dio cuenta de lo que me pasaba, se acercó a mí y
tomó mi rostro entre sus manos.48

—Ellie, mírame —exclamó suavemente—. Respira.395

Pero el aire sencillamente se negaba a llegar a mis pulmones. Me sentía


muy mareada, demasiado. Sus brazos eran lo único que evitaban que
me desplomara en el suelo.1

«Mamá está aquí contigo, cariño. Mamá está aquí y no va a volver a


dejarte sola. Jamás volveré a dejarte sola.»240

—No... —dije yo, tratando inútilmente de empujar a Hunter lejos de mí.


No quería tenerlo cerca—. No me toques...190

«Quiero pedirte por favor que en cuanto Ellie despierte, te vayas de


Seattle y no regreses jamás.»315

No, no, no.

«Quiero que te alejes de mi hija para que no puedas hacerle daño. Es lo


mejor para los dos.»70

«Solo quiero que Annalise sea feliz.»86

«Y lo será, lo será cuando desaparezcas de su vida.»146

—No fue un sueño... —sollocé entre lágrimas, aferrándome a la tela de


su chamarra—. Tu conversación con mi madre en el hospital ese día, no
fue un sueño...437

Lo recordaba, lo recordaba muy bien. Yo estaba inconsciente pero podía


escuchar perfectamente todo lo que pasaba a mi alrededor. Mi madre me
mintió, ella dijo que le había pedido a Hunter que no se fuera a España,
dijo que le había rogado que no me dejara sola, pero que aun así, él
había decidido marcharse.220

—Respira nena, por favor respira.1.2K

Tragué saliva con dificultad y escondí la cara en su pecho, temblando


con violencia entre sus brazos. Los brazos de Hunter me rodearon y me
abrazó ejerciendo la misma fuerza con la que me había sostenido el día
que me salvó de ser arrollada. Como si la idea de soltarme le resultara
aterradora. Cerré los ojos y me concentré en el olor que desprendía su
cuerpo, era un aroma masculino y agradable, justo como lo recordaba. 182

—Es gracioso —murmuré en voz baja luego de unos minutos. 5

—¿Mmm?269

—En el pasado, solía ser yo quien hacía que te tranquilizaras cuando


estabas a punto de sufrir un ataque de ira y ahora... ahora eres tú quien
acaba de evitar que sufra un ataque de pánico. 792

Sonrió.

—¿Ya te sientes mejor?5

Asentí.

—Sí, gracias.6

Me limpié las lágrimas con las mangas de mi suéter y Hunter suavizó su


abrazo para permitir que yo me alejara si quería hacerlo, solo que no lo
hice. Permanecí entre sus brazos, con la mejilla izquierda apoyada en su
pecho, escuchando los latidos de su corazón. Estaba latiendo igual de
rápido que el mío.327
—Está nevando —exclamó Hunter, atrapando un copo de nieve con una
de sus manos.291

Cuando abrió el puño para mostrármelo, este ya se había derretido con


el calor de su mano. Levanté mi brazo derecho y toqué la pequeña gota
de agua que había dejado el copo de nieve, recordando todas esas
veces que Hunter me había tocado antes con esas manos. 444

En ese momento, Hunter atrapó mi mano con la suya y la llevó hasta su


boca para darme un suave y cálido beso en el dorso. De inmediato mis
mejillas se sintieron calientes.423

—Aquellos lazos y vínculos que nos unían ya se ha roto, Ellie. Tuviste


mucha razón al decir que no podemos repetir el pasado —murmuró
acariciando mi mejilla, mirándome fijamente a los ojos—. No quiero que
repitamos el pasado, sería una estupidez repetir algo que no salió bien.
¿No lo crees?486

—Hunter...4

— Lo quiero es crear un futuro que supere al pasado. Esta vez voy a


luchar por recuperar el tiempo que nos fue arrebatado. Voy a luchar por
ti, nena.4.1K

Mi corazón comenzó a latir con fuerza. ¿De verdad sería posible


recuperar todo el tiempo que nos fue arrebatado?595

♡ ♡ ♡44

—Justo a tiempo —exclamó Lexie apenas puse un pie en el


departamento, estaba en la cocina con Valentina a su lado—. Acabamos
de hacer la cena.25
Valentina estiró los brazos por encima de su cabeza y sonrió. 1

—¡Estofado de res! 90

Sonreí.

—Huele delicioso —murmuré recibiendo a la pequeña en mi brazos—.


Desafortunadamente no puedo quedarme a cenar. 134

—¿Ah? —expresó Lexie cruzándose de brazos.2

—¿Ah? —repitió Valentina imitando a su madre. 488

Me reí.

—Quedé de ir a cenar con mi madre —expliqué.249

—¿De verdad?1

—Sí.

—Vaya... así que finalmente has decidido darle una oportunidad. 124

En realidad no quería verla. Después de hablar con Hunter y enterarme


de todas las cosas que había hecho para que él y yo no pudiéramos
encontrarnos, no quería volver a verla nunca. 239

—Voy a darme una ducha —le di un beso a Valentina en la frente, antes


de retirarme a mi habitación.1

Una vez sola en el baño, me deshice de mi ropa y me metí debajo del


chorro de agua helada. Estaba haciendo mucho frio afuera, sin embargo,
a mi cuerpo no parecía molestarle la temperatura. En el fondo, me
gustaba la sensación que me causaba el sentir el agua tan fría
calándome hasta los huesos, era como sentir un montón de alfileres
enterrándose en mí piel. Muy relajante. 967
Cuando salí de la ducha, me puse ropa interior limpia y sequé mi cabello
con la máquina. Mientras miraba mi reflejo en el espejo de mi habitación,
vi marcas de golpes y raspones en mi rostro, los mismos que había visto
el día que salí del hospital luego de aquel incidente. 122

Recuerdo que durante mucho tiempo sentí asco de mí misma, me era


imposible mirar mi propio reflejo sin recordar todo por lo que había
pasado, todo lo que me habían hecho. Cerré los ojos con fuerza y me
aseguré de enterrar esos recuerdos en lo más profundo de mi mente. 67

Cuando volví a abrirlos, la chica que me miraba de regreso ya no tenía


golpes en las mejillas y su boca ya no estaba reventada. Esa chica ya no
era yo.3

Di un respingo cuando escuché el tono de un nuevo mensaje en mi


celular.

¿Estás bien?180

-Chase.430

Mierda, había olvidado responder a su mensaje luego de encontrarme


con Hunter. Tecleé rápidamente una respuesta en donde me aseguré de
decirle que me encontraba bien, y donde también tuve que rechazar su
invitación al cine debido a la cena con mi madre. 36

Saqué un vestido negro de mi armario y me coloqué un poco de


maquillaje antes de salir de mi habitación. 4

—¿A dónde irás a cenar con tu madre? —me preguntó Lexie cuando
tomé mi bolso de la barra.2

—A Clark's.27
—No llegues muy tarde, ¿de acuerdo?134

Asentí.

Justo estaba por abrir la puerta y marcharme, cuando sentí suaves


tirones en la falda de mi vestido. Valentina se había levantado de su
lugar en la mesa para acercarse a mí, con una expresión bastante seria
en su rostro.115

—¿Qué pasa, linda? —le pregunté, agachándome un poco para estar a


su altura.2

—¿Estarás aquí para contarme un cuento antes de dormir? 493

Sonreí y le acaricié las mejillas.1

—Por supuesto.1

—¿Lo prometes? —dijo levantando su pequeño dedo meñique. 51

—Lo prometo —dije entrelazando mi dedo meñique con el suyo. 266

Eso la hizo sonreír.3

—Valentina, tu tía tiene que irse. Deja de molestarla y ven a terminar tu


comida —se quejó Lexie.11

—Ya vooooy —me abrazó antes de irse—. No olvides tu promesa.232

El trayecto en taxi para encontrarme con mi madre me pareció bastante


tranquilo, tanto que inclusive estuve a punto de pedirle al conductor que
tomara el camino más largo para así, evitar durante un par de minutos
más a mi madre.70
No quería verla, pero tenía que hacerlo. Quería mirarla a los ojos cuando
le exigiera que me dijera toda la verdad, quería ver que excusas pondría
y quería escuchar que clase de mentiras diría esta vez.38

Cuando llegué al restaurante, seguí a la anfitriona del lugar hasta la


mesa en donde se encontraba mi madre. A pesar de no haberla visto
durante un largo tiempo, mi madre seguía siendo la misma mujer de
siempre. Largo cabello dorado, piel excesivamente bronceada y grandes
ojos grises. En cuanto me vio, se levantó de su silla para envolverme en
un fuerte abrazo.83

—Cariño, tenía tantas ganas de verte.98

Forcé una sonrisa en mis labios.

—Madre —murmuré un tanto incomoda—. Sabes que no...97

Me soltó.

—Tienes razón, lo siento, lo siento —sonrió y me tomó de las manos—.


Me emocioné demasiado, perdón. Lo último que quiero es hacerte sentir
incomoda.72

—Está bien.

Después de sentarnos en nuestros lugares, dejé mi bolso sobre la mesa


y le eché un vistazo al menú.8

—¿Como has estado? ¿Te ha ido bien en el trabajo? ¿Como vas con
Chase?5

Suspiré.

—Estoy bien, me ha ido muy bien en el trabajo, y Chase y yo estamos


bien. Solo somos amigos.
Se rio.

—¿Solo amigos?178

—Sí.

—Cariño, el chico está loco por ti, deberías pensar seriamente en darle
una oportunidad.419

—¿Eso crees?

—Sin duda. Ese chico es un gran partido. Sus padres son dueños de... 393

—¿Lo investigaste? —quise saber.16

Casi puso los ojos en blanco.

—Cariño...2

Dejé el menú sobre la mesa y la miré muy molesta.

—Ya hemos hablado de esto antes, mamá. No es necesario que


investigues a cada una de las personas que me rodean. 5

—Eres mi hija, no pienso permitir que cualquiera con un pasado oscuro o


con antecedentes se acerque a ti.182

—¿Pasado oscuro? ¿Antecedentes? —me burlé—. Mamá... estás


exagerando.

—No, no estoy exagerando.

—Sí que lo estás. Primero haces que dos hombres me sigan por toda la
ciudad, ¿y ahora esto? ¿Qué será lo siguiente?13

—Solo me estoy asegurando de que nada malo vuelva a pasarte.


—¿De verdad lo haces por eso? ¿O solo te estas asegurando de que él
no regrese a mi vida?361

Los músculos de su mandíbula se tensaron.

—¿Él...?

—Sí, él. Hunter.5

Negó con la cabeza.

—Ese hombre se fue, cariño. Te dejó cuando más lo necesitabas, aun


cuando le rogué que no te abandonara. ¿Acaso ya lo olvidaste? 584

—¿Estás segura de que así fueron las cosas? —le pregunté apretando
los dientes—. ¿No tuviste nada que ver con la decisión de Hunter en irse
a España?2

—¿Pero qué preguntas haces? Por supuesto que yo no tuve nada que
ver con su decisión de irse, él...43

—Eres una mentirosa.175

—¿Que has dicho?57

—Dije que eres una mentirosa. ¿Como fue que pudiste mirarme a la cara
y decirme tantas mentiras?2

—Cariño...

—¡Deja de decirme cariño! —solté golpeando las manos contra la mesa,


ganando así la atención de las personas a nuestro alrededor—. Sabías lo
mucho que lo necesitaba, lo mucho que lo amaba y aun así... aun así no
te importó.194

—Baja la voz.72
—¿Por qué lo hiciste, mamá? ¿Por qué le pediste a Hunter que se fuera?
¿Por qué le pediste que me dejara?2

Bufó.

—Yo no...

—¡Deja de mentir! ¿Tan difícil es decir la maldita verdad? 40

—No me estés hablando en ese tono —se quejó—. No sé de dónde has


sacado todas esas ideas, pero no son más que tonterías. 12

—¿Tonterías?4

—Sí, tonterías.52

Sonreí.

—En ese caso explícame, ¿cómo fue que lograste conseguir poner una
orden de restricción en su contra? Que yo sepa, la persona que debe
poner la orden debo ser yo, ¿no?4

—¿Pero que...? —su expresión cambió por completo—. ¿Te encontraste


con él?

—Sí.44

En ese momento, sacó el celular del bolso y después de marcar un


número en la pantalla, se llevó el aparato a la oreja. De inmediato me
levanté de mi sitio y le arrebaté el celular de las manos. 191

—Dame el teléfono —gruñó levantándose también.1

Fruncí el ceño al ver el nombre de "Capitán Ray" en la pantalla y


rápidamente terminé la llamada.48

—¿A quién le estabas hablando?


—Ese hombre no puede acercarse a ti.

—¿Estás aceptando que pusiste una orden de restricción en su contra?


—le pregunté sin poder creerlo—. ¿Como pudiste...?2

—Dame el maldito teléfono, Ellie.87

—No.2

—Voy a refundir al hijo de ese psicópata en la cárcel, no quiero a nadie


de esa asquerosa familia cerca de nosotras.245

—¿Te has vuelto loca?1

—¡Dame el maldito teléfono! 8

Actuando de manera impulsiva, sujeté el celular de mi madre con una


mano y después lo lancé con fuerza al suelo, haciendo que la pantalla de
este se quebrara en cientos de pedazos. Eso fue suficiente para hacer
que mi madre se acercara a mí y me brindara una violenta bofetada.418

Me giré a mirarla con todo el odio que fui capaz.

—¿De verdad te haces llamar a ti misma una madre? —gruñí.125

El rostro de mi madre se puso rojo de cólera después de mis palabras.

—Cierra la boca.5

—Eres una mujer insoportable —continué—. Ahora entiendo porque


papá te dejó, nadie sería capaz de soportar a una mujer tan controladora
como tú.601

—Dije que cierres la boca.45

—Estuviste ausente durante toda mi maldita vida, ¿y ahora crees que


puedes venir y comenzar a controlar todo lo que hago? Ni siquiera sé
porque te llamo madre, tú jamás quisiste tenerme, si te embarazaste fue
solo para poder atrapar a mi padre —sonreí y me preparé para soltar
algo todavía más doloroso—. Y aun así, él jamás te amó.1.2K

Volvió a abofetearme, esta vez con más fuerza.123

—No quiero volver a verte nunca —susurré, sintiendo como me palpitaba


el lado izquierdo de mi rostro—. Tomaste decisiones que no te
correspondían y me hiciste sentir miserable por eso.

—Lo hice por tu bien, un chico como él...1

—Ya no soy una niña, mamá. A partir de ahora seré yo quien decida
como vivir mi vida.182

—Ellie... hija, por favor...69

—Quiero que quites esa estúpida orden de restricción en su contra...


¿Sabes por qué? —me limpié una lagrima con el dorso de la mano—.
Porque quiero recuperar el tiempo que nos fue arrebatado. Quiero
recuperar el tiempo que tú nos arrebataste. 945

Tomé mi bolso de la mesa y salí del restaurante sin mirar atrás. Después
de atravesar las puertas, seguí caminando sin ningún rumbo en
específico. Todo lo que quería era estar lejos de esa mujer. 29

Luego de un rato, saqué mi celular del bolso y miré el nombre de Hunter


en la pantalla, me había dado su número de teléfono luego de nuestra
charla. Aún con lágrimas en las mejillas, presioné el botón para llamar y
esperé a que contestara, que fue casi de inmediato. 221

—¿Annalise?107

—Tenías razón —balbuceé—. Mi madre... ella...


—¿Hablaste con ella?

Tragué saliva y me limpié la nariz.

—Me mintió, Hunter. Mi madre me mintió.

—¿Dónde estás? —preguntó, sonaba preocupado.178

—No lo sé... yo... —comencé a toser.113

No había dejado de nevar en toda la noche y por primera vez, comencé a


sentir frío de verdad. Estaba sola en un callejón, sin nada con que
cubrirme de la nieve. Estaba completamente sola. 94

—Dime donde estás, iré a recogerte.44

—No es necesario... —murmuré levantando la cara, suaves copos de


nieve cayeron sobre mi rostro—. Estoy bien...

Pero eso era mentira, no estaba bien.

Mi visión se tornó borrosa. Hunter dijo algo más a través del teléfono
pero no pude escucharlo. Cerré los ojos cuando escuché su voz a mis
espaldas y supe que sin importar qué, él me perseguiría por el resto de
mi vida.283

—Aquí estás... —exclamó Josh, casi pude sentir su sonrisa—. ¿Creíste


que podrías esconderte de mí para siempre?
Capítulo 9
Michael1.5K

Siempre he pensado que los seres humanos somos solo un costal de


carne con un montón de mierda dentro. Seres que tienden a preocuparse
por cosas estúpidas, seres que aspiran a grandes cosas como fama o
riqueza, pero sobre todo, seres que fingen ser algo que no son,
intentando desesperadamente ser aceptados por la sociedad. 516

Una sociedad formada de seres hipócritas.726

Es interesante ver como las personas se esfuerzan día tras días por
lograr la aceptación de los demás, para poder sentirse bien consigo
mismas. Una estupidez, diría yo, pero de verdad lo hacen. 196

¿Cuál es el punto de ponerse una máscara y pretender ser alguien más


frente a otras personas?314

Yo te lo voy a decir, porque hay un puñado de monstruos caminando


entre nosotros, escondiendo su verdadero yo. Hoy en día, no puedes
saber con certeza si la persona que va junto a ti en el autobús es un
asesino serial, o si la persona sentada frente a ti en el restaurante es un
violador, o en mi caso, no puedes saber si el chico de la agradable
sonrisa es un maldito psicópata. ¿Por qué? Porque hago lo que todo el
mundo hace.514

Pretendo ser alguien que no soy.194

A diferencia del resto, no lo hago por la aceptación de una sociedad y


tampoco lo hago para encajar en este mundo de mierda. Si pretendo ser
alguien que no soy, es porque es más sencillo ganarse la confianza de
las personas. Una vez que hay confianza, es más fácil que muestren sus
vulnerabilidades, y las personas vulnerables son más fáciles de engañar
y de manipular.520

Solo hay que saber cómo mover bien los hilos detrás. 128

—Ella estará aquí en un par de minutos —me informó una de las


guardias de la prisión general de mujeres en Seattle. 366

Levanté la cara para mirar a la mujer cuarentona a los ojos y sonreí, lo


cual fue suficiente para hacer que los vasos sanguíneos de su rostro se
dilataran y sus regordetas mejillas enrojecieran en cuestión de segundos.
Una de las ventajas de tener un rostro atractivo, es que difícilmente
pueden sospechar que en realidad eres un puto psicópata.496

¿Cuánto es exactamente un par de minutos? Pensé dirigiendo mi


atención a la vena yugular interna de su cuello. El cuerpo humano es sin
lugar a duda un costal de mierda fascinante. Un pequeño corte en la
yugular y bastará para que esta mujer muera desangrada en menos de
treinta segundos. ¿Debería hacerlo para ayudarla a desaparecer ese
estúpido rubor de su rostro?636

No, no es momento.54

Siete minutos más tarde, la puerta de metal del cuarto de visitas se abrió
y una chica de piel increíblemente pálida entró a la habitación. Llevaba
un uniforme naranja y su cabello era ahora más corto a como lo
recordaba. En cuanto sus ojos azules se fijaron en mí, una enorme
sonrisa se extendió por su rostro y sus pupilas se dilataron de inmediato.
La mujer detrás de ella le quitó las esposas y esta enseguida tomó lugar
en la silla del otro lado del cristal blindado. Cuando levantó el teléfono
junto al cristal para poder comunicarse conmigo, yo hice lo mismo. 354

—Creí que no vendrías —murmuró con un suave rubor en sus mejillas.64


Casi puse los ojos en blanco.9

—Se me hizo un poco tarde —respondí sin darle mucha importancia—.


¿Cómo has estado?8

En realidad, me importa una mierda saber cómo estaba, pero algunas


veces era necesario hacer esta clase de preguntas para pretender
mostrar interés en alguien. Aun cuando ese interés ni siquiera existía. 311

—Bien. Creo que comienzo a acostumbrarme a este lugar. 3

¿De verdad? Eso es estupendo, porque aquí es donde vas a morir,


estúpida perra.945

—¿Qué te pasó en la boca? —le pregunté al notar un corte en su labio


inferior.4

Sonrió.7

—La vida en prisión no es nada fácil, las prisioneras están divididas en


grupos y solo las más fuertes sobreviven. Estoy tratando de unirme a
ellas, pero tienen un genio bastante pesado, esto no es nada comparado
con lo que le hacen a las demás. Se podría decir que soy afortunada. 37

¿Afortunada dices? En ese caso, espero que te maten ya que si no lo


hacen ellas, lo haré yo.482

—No quiero que te acostumbres demasiado, estoy haciendo todo lo


posible para sacarte de este lugar —mentí mirándola a los ojos para
darle un poco más de romanticismo—. Aún recuerdas nuestra promesa,
¿verdad?574

Si antes sus mejillas estaban ligeramente rosadas, ahora estaban


completamente rojas.5
—Sí, jamás la olvidaría.61

Sonreí y coloqué una de mis manos en el cristal que nos dividía, ella hizo
lo mismo.228

—Solo espera un poco más, definitivamente voy a cumplirla. 92

—Lo sé, confío en ti.415

Es una lástima, hermosa. El segundo error más grave que pudiste


cometer fue depositar tu confianza en mí. El primero, fue dispararle a mi
hermana por la maldita espalda. Eso no era parte del plan, ¿sabías? Así
como tampoco era parte del plan que ese hijo de puta la violara mientras
yo no estaba, ignorando mis jodidas órdenes. 2.5K

Espero que ahora esté ardiendo en el infierno. 663

—Te traje un obsequio, pero las guardias dijeron que te lo darían cuando
demostraras tener buen comportamiento —murmuré.1

—¿Ah sí? ¿Qué es?8

—Es una sorpresa.184

La expresión en su rostro fue bastante divertida, estuve a punto de


reírme a carcajadas. Manipular a esta chica había sido increíblemente
sencillo desde un principio, después de todo, su estado emocional era un
caos. Todo gracias a mi hermanito.649

—Mike...82

Joder, no digas mi maldito nombre con tu sucia boca. Cuando te vi


dispararle a mi hermana, lo primero que hice fue prometer algo que se
cumplirá después de irme de este lugar. 461
¿Qué es mejor que pasar el resto de tu vida en prisión? Una muerte lenta
y dolorosa.189

En realidad, creo que deberías darme las gracias, ya que estoy siendo
bastante considerado. Sin mencionar que estoy cansado de fingir frente a
ti, solo para que decidas no abrir la boca y mandar a la mierda todo lo
que he hecho.7

Un cadáver no puede testificar, así que cuando mueras, no podrás decir


que la mente detrás del secuestro no fue el imbécil de Josh, si no yo. 627

—El tiempo de visitas ha terminado —exclamó la misma cuarentona


entrando a la habitación de visitas.1

—No, espera... suéltame —comenzó a forcejear Zoella cuando


procedieron a colocarle las esposas de nueva cuenta—. Estúpida perra,
dije que no me toques.176

—Zoella —dije completamente serio, odiaba esa actitud de niña estúpida


suya—. Buena conducta.84

Frunció las cejas y después apretó los labios, asintiendo con la cabeza.
Cuando la mujer del otro lado del cristal se la llevó, miré a la cuarentón
detrás de mí y sonreí de forma encantadora.

—¿Está todo listo? —quise saber.6

La mujer asintió.

—Sí, parecerá que fue un accidente. Después de todo, las tuberías de


gas en la cocina tienen tiempo con problemas de fuga. 421
—Perfecto —me acerqué a ella y acaricié sus labios con el pulgar—. No
olvides mandarme una copia de los videos de seguridad. Quiero
escuchar sus gritos mientras el fuego la consume viva. 1.2K

—Lo haré.

Bajé la mirada a su cuerpo y me lamí los labios. Las mujeres como ella
también eran fáciles de manipular, pues tener un par de kilos encima, un
esposo que la engaña con quien se le ponga enfrente y unos hijos que
no la valoran, hace mucho más sencillo todo el trabajo.359

—Ahora que estamos solos, debería comenzar a agradecerte por lo que


vas a hacer... —dije sujetándola por las caderas.329

Estampé su cuerpo contra la pared y me desabroché los pantalones. Ella


rápidamente me rodeó la cintura con las piernas y sonrió excitada.344

—No quiero cabos sueltos —exclamé antes de penetrarla.631

Gimió en respuesta.30

—No los habrá.

Sonreí. Por supuesto que no los habrá, la única persona que sabe que la
muerte de Zoella no será un accidente, eres tú. Y cuando entierre mi
navaja en tu bonita y tentadora vena yugular, la única persona que lo
sabrá seré yo.707

Solo es cuestión de tiempo.341

Ellie79

No era real.10

Josh no era real.1


No podía serlo, él... estaba muerto. 14

Después de escuchar su voz, cerré los ojos con fuerza y me dije a mi


misma que solo era mi imaginación jugando conmigo. Tenía que
concentrarme en la realidad, era la única forma. Tragué saliva y me
concentré en el frío viento que me helaba hasta los huesos. 1

El frío era real.

—No puedes ignorarme por siempre, Ellie.73

No lo escuches. No interactúes con él. Es solo una ilusión de tu mente.


No es real. Josh está muerto. Está muerto y no puede hacerme daño. No
puede...68

—¡Deja de fingir que no existo, maldita sea! 18

Abrí los ojos de golpe al escuchar su voz demasiado cerca. Josh estaba
de pie frente a mí, mirándome con una sonrisa en los labios mientras
sostenía un bulto de sabanas entre sus brazos. 268

—¿Qué quieres? —le pregunté, temblando violentamente.2

—Nada en especial, solo quería verte.1

—Josh...1

—El infierno es realmente aburrido —exclamó mirando aquello que tenía


entre los brazos—. Es más divertido molestarte a ti. 328

No podía ver de qué es lo que sostenía, pero sea lo que fuera, estaba
llorando. Eran los llantos de un bebé. 492

—¿Que tienes en las manos? —quise saber.32


Ya había escuchado ese llanto antes un montón de veces, siempre en
mis pesadillas.1

—¿Tú que crees? Un bebé. Es el hijo que nunca conociste. ¿Sabes por
qué? —su sonrisa fue aterradora—. Porque está muerto, igual que yo.549

Sentí lágrimas deslizándose por mis mejillas.1

¿Eso era... mi bebé?53

—Déjame verlo —murmuré acercándome a él, solo que Josh retrocedió


divertido.40

—Ah, ah. No puedes.

—¿Por qué? Por favor, solo déjame...

—No tiene forma alguna, es un puto monstruo. ¿Aun así quieres


verlo?194

Temblé ante la idea de ver eso que según él, no tenía forma.

—Yo...

—Aquí tienes —dijo acercándose a mí, dándome un puñado de sábanas


azules con algo que no dejaba de moverse y de llorar dentro. 31

—¿Qué es...?

—Míralo tu misma —exclamó revelando lo que había en su interior—


. Vamos, dile hola a mamá.116

Pero cuando miré lo que se escondía entre las sábanas, mi cuerpo


entero se paralizó y mi corazón dejó de latir por un breve momento.

¿Qué demonios era eso?141


—¿Qué estás haciendo allá arriba? —escuché la voz de otra persona.240

Di un respingo al cambiar de escenario abruptamente. Seguía haciendo


mucho frío, pero yo ya no estaba en el mismo callejón de antes. Justo
ahora, me encontraba de pie en la orilla del puente Bow en Center
Park.514

¿Cómo es que había llegado a este lugar?1

Con mucho cuidado, giré mi cuerpo para mirar a la otra persona.

—Mike —solté.1.1K

Tenía una expresión bastante seria en su rostro, incluso parecía


molesto.1

—Baja de ahí, es peligroso.104

Miré el bulto de sábanas entre mis manos y tragué saliva cuando vi la


criatura que me miraba de vuelta. Eso no era un bebé, era un... un
monstruo.180

—Mira —murmuré extendiendo los brazos, con la intención de mostrarle


lo mismo que yo estaba viendo—. Josh me lo dio.154

Michael miró mis manos y frunció el ceño.7

—¿Josh?1

Asentí con la cabeza.1

—Es el hijo que murió cuando...1

—No tienes nada en los brazos, Ellie.403

—¿Eh? —cuando miré mis manos, aquel bulto de sabanas ya no estaba.


Había desaparecido justo en mis narices—. Pero...33
—Baja de ahí ahora —repitió.1

—¿Por qué?1

—Es peligroso.

—¿Ahora te preocupas por mí? — los músculos de su mandíbula se


tensaron—. Justo hace unos minutos vi a Josh —expliqué—. Tenía al
bebé que me hizo abortar ese día entre sus brazos —las piernas
comenzaron a temblarme—. ¿Me estoy volviendo loca, Mike?428

Dio un paso hacia mí.

—No.

—¿Sabes? Siempre quise tener un hermano mayor... alguien que me


cuidara y protegiera mientras mamá y papá no estaban en casa —me
mordí el labio con fuerza hasta sentir el sabor metálico de la sangre en
mi boca—. Ese día tú estabas ahí.362

—Ellie... —exclamó sutilmente en tono de advertencia. 1

—¡Tú estabas ahí y no hiciste nada! —grité furiosa—. ¿De verdad


quieres que crea que ahora te preocupas por mí?172

Pero el chico de cabello rubio frente a mí no dijo absolutamente nada. Él


solo me miró como si todo dentro de sí fuese un completo lío. No sabía
que decir, eso era evidente. ¿Por qué tenía esa clase de expresión en un
momento como este?6

—Es realmente gracioso que los dos hermanos hayan pensado


exactamente lo mismo —murmuré después de un largo silencio—.
Destruir a la hija de las personas que les destruyeron la vida, cuando la
única inocente en todo este maldito asunto, era yo. 526
—Nunca fue mi intención...43

—Cierra la boca. No digas que no fue tu intención hacerme daño porque


ese fue tu objetivo desde un principio. Que hayas cambiado de parecer al
final no lo hace diferente.326

—Deja de moverte así, vas a caerte si lo sigues haciendo.

—Estoy cansada.4

—Te llevaré a tu casa.1

—No pienso ir a ningún lado contigo.1

—Deja de actuar como una idiota y baja de ahí ahora mismo —gruñó.2

—De acuerdo, solo que cometiste un error —lo miré fijamente a los ojos
y sonreí—. No especificaste a qué lado.558

—¿Qué? —sus ojos se abrieron cuando me vio inclinarme hacia el


lago—. ¿Pero qué... ? ¡No! 40

Mike corrió para tratar de sujetarme, solo que no fue lo suficientemente


rápido. Sentí como mi cuerpo volaba por unos segundos antes de que mi
espalda chocara contra la delgada capa de hielo que se había formado
en el lago. Debido al impacto y al peso de mi cuerpo, esta se quebró y
por consecuencia, me hundí hasta el fondo sintiendo lo helada que
estaba el agua.518

Se sintió bien, muy bien, y eso era aterrador. Creo que de verdad estaba
volviéndome loca.353

Pasaron solo un par de segundos antes de que una mano me sujetara


fuertemente del brazo y tirara de mi hacia arriba, como si no fuese más
que una muñeca de trapo. Mike me tomó de la cintura y después quebró
el resto de la capa de hielo que seguía intacta para poder llegar a la orilla
del lago.142

—¿Qué cojones pasa contigo? —exclamó furioso cuando ambos


estuvimos fuera del agua—. ¡Joder!142

Mi sonrisa se extendió al ver a mi hermano totalmente empapado. Me fue


imposible no reír, así que comencé a reírme hasta que mi risa se
convirtió en fuertes carcajadas. Mike solo me miró horrorizado. 564

—No dudaste en lanzarte al lago helado para sacarme, ¿pero no te


importó dejarme sola con un psicópata como Josh? —bufé—. Eres
realmente patético.500

—No soy patético.24

—Lo eres.2

—Ellie —masculló temblando debido al frío.1

—No me toques —me quejé cuando intentó acercarse a mí—. No te


atrevas a tocarme.68

—Bien.15

Tomé una respiración profunda y después me levanté del suelo con


movimientos torpes y lentos. Maldición, el frío comenzaba a hacer efecto,
se me estaban entumeciendo los brazos y las piernas. 1

—Me encontré con Hunter hoy en la tarde —murmuré cuando estuve de


pie—. Dijo que quiere recuperar el tiempo que nos fue arrebatado. 7

—¿Ese idiota te abandona y ahora quiere regresar?234

—Él no quería dejarme. Mi madre lo obligó a irse. 1


—Ya veo... —apretó los puños—. ¿Que estás esperando para correr a
sus brazos entonces?397

—¿Vas a dejar que lo haga? —como no dijo nada, sonreí—. Tengo


miedo.241

Se levantó del suelo y se echó el cabello mojado para atrás.49

—¿De qué?2

—De mí —confesé—. Ya no soy la misma Ellie que solía ser. 283

La Ellie que Hunter había conocido ya no estaba. Yo era solo una copia
de ella.146

La verdadera había muerto hace mucho, mucho tiempo.


Capítulo 10
Chase652

Eran pasadas las diez de la noche y afuera llovía a cántaros. Me


encontraba en medio de una videollamada desde mi computadora con
Frederic Hayes, un reconocido psicólogo estadounidense con una larga y
brillante carrera en la universidad de Harvard. 137

—Cada persona sometida a un ataque o amenaza traumática reacciona


de manera diferente. Hay estudios que afirman que uno de los factores
que tiene más peso en el desarrollo de un trastorno por estrés
postraumático, es la evitación experiencial. Dicho trastorno se da cuando
la persona tiende a eliminar por todos los medios el sufrimiento
emocional, esforzándose por evitar recuerdos, sentimientos o
pensamientos relacionados con el suceso. 340

—De forma que son estas conductas de evitación las que generan la
parte principal del sufrimiento —murmuré.97

El doctor Hayes asintió.9

—Sabemos que los recuerdos de eventos pasados nos evocan


reacciones emocionales muy similares a las que provocó el suceso
traumático. Si no se evitan esas emociones y se sigue con una vida
normal, su influencia en el bienestar de la persona acabará
minimizándose. Sin embargo, cuando la persona trata de evitar a toda
costa el sufrimiento emocional y lucha contra los pensamientos,
emociones y sentimientos que le recuerdan el hecho traumático, el
sufrimiento persiste y crece.225
—Es ahí cuando aparecen recuerdos recurrentes, pesadillas y
alucinaciones que provocan una gran activación fisiológica que la
mayoría de la veces no mejora con el transcurso del tiempo. 161

—Así es. La inutilidad de los esfuerzos que realiza la persona para


controlar el sufrimiento provoca sentimientos de depresión y valoraciones
negativas hacia sí mismo. Esto, porque considera que algo no funciona
en ella ya que no puede controlar el sufrimiento. El hecho de que el
suceso traumático haya sido inesperado, le lleva a la persona a temer
que en cualquier momento y en cualquier lugar pueda volver a ocurrir. 56

—Esto le genera una visión del mundo como un enemigo hostil, que
puede atacar en cualquier momento.97

Él asintió de nuevo.4

—Querer evitar que un suceso inesperado aparezca o se vuelva a


repetir, obliga a la persona a colocarse en una posición completamente
alerta. Este estado es fruto de la evitación experiencial y lleva a la
persona afectada a crear características como hipervigilancia,
sobresaltos, problemas de concentración, dificultades para dormir y
reacciones ante los demás con un comportamiento irritable, imprudente o
autodestructivo.234

Suspiré.1

—¿Cuál es la mejor terapia para una persona que sufre evitación


experiencial? —quise saber.134

—Hoy en día, la técnica más destacada es la terapia de aceptación y


compromiso. En ella, la exposición toma una nueva dimensión al cambiar
el objetivo de reducir la ansiedad por el de poder elegir otra conducta que
le permita seguir los propios valores en situaciones amenazantes266
—La importancia de este cambio de objetivo lleva a la estrategia de
aceptar el sufrimiento porque hay un buen motivo, convirtiéndose en un
sufrimiento con sentido y por lo tanto, aceptado. 84

La forma en la que el doctor Hayes me miró, dejaba en claro lo orgulloso


que se encontraba al ver que podía entender y seguir la conversación.
Después de todo, él había sido mi maestro. 169

—Está terapia propone un protocolo con dos objetivos, la primera es la


aceptación; donde la persona debe desarrollar la capacidad de
experimentar el pensamiento y la sensación asociada al trauma sin
evitarlos para de ese modo, poder avanzar. Y la segunda es la acción
comprometida; donde se debe desarrollar la capacidad de actuar guiada
por esos valores en presencia de pensamientos, sentimientos,
sensaciones y emociones asociadas al trauma. 95

Tragué saliva y pregunté finalmente lo que me interesaba. 1

—¿Que sucede cuando la persona se niega a aceptar ayuda y el suceso


continua, volviéndose inevitable?3

El doctor Hayes se tomó un momento antes de responder a mi pregunta. 2

—Significa que la persona es incapaz de realizar ninguna acción, aunque


no exista ningún peligro. También hay que considerar que un suceso
traumático causa objetivamente un sufrimiento tremendo en sí mismo,
independientemente de que luego se generen los procesos de evitación.
Quien lo ha sufrido está herido y necesita curar esas heridas. 129

—Entiendo...62

—¿A qué se debe tu repentino interés en este tema? —me preguntó


cuando terminé de escribir algunas notas.3
—Conozco a una persona que se encuentra en un estado de evitación
experiencial debido a un trauma que sufrió hace años. 3

—¿Se trata de un paciente?3

Negué con la cabeza.

—Solía serlo cuando hice mis practicas de la universidad en el Hospital


Psiquiátrico Estatal de Nueva York.

—Puedes proponerle llevar a cabo esta técnica.

—El problema es que la persona afirma haber olvidado los recuerdos del
suceso traumático, aún cuando sé que está mintiendo. 449

—Debe estar muy asustada. El miedo es una reacción emocional que


está al servicio de la supervivencia del ser humano, porque nos libra de
amenazas y peligros.40

—Por eso va contra nuestro condicionamiento genético enfrentarlos y en


consecuencia, los afrontamos cuando tenemos una razón que lo
justifique.34

El doctor Hayes sonrió.1

—Siempre fuiste el mejor alumno de mi clase, Chase. Te graduaste con


honores de la universidad y terminaste tu doctorado en menos tiempo de
lo esperado. Si quieres ayudar a esa persona, lo mejor que puedes hacer
es brindarle todo tu apoyo. Ayúdale a asumir el pasado y asegúrate de
elegir el momento adecuado para hablar del suceso traumático, eso sí,
jamás debes presionarla.88

—Lo sé, realmente quiero ayudarla.190


—Te diré algo que me decía mi padre —exclamó de pronto, ganando así
mi atención de nuevo—. Aquellos que se dirigen a un desenlace
indeseable, dirán, “quiero olvidarlo todo” y “me odio a mi mismo” ,
siempre hay gente así. Cuando esos pensamientos aparecen, el sentido
de la vida desaparece.298

—Quiere decir que...4

—Pero —me interrumpió—. Los sentimientos de amor continúan y


muchas veces ese amor puede darle un nuevo sentido a la vida. Como
dicen por ahí, el amor es sin duda la mejor medicina. 861

¿Amor?156

Esa palabra me hizo recordar el nombre de la persona que ella


mencionaba cada vez que teníamos una sesión durante el tiempo que
estuvo internada en el hospital psiquiátrico. Solía decir su nombre incluso
cuando no era consciente de ello.210

Ella verdaderamente lo amaba, en realidad, creo que lo sigue


haciendo.405

—Dios mío, mira la hora, ya es tarde. 1

Sonreí.

—El tiempo vuela cuando se habla de algo interesante, ¿no lo cree? 114

—Sin duda.4

—Gracias por no mandarme por un tubo cada vez que necesito consultar
algo con usted, profesor.41

—Jamás me atrevería, Chase.9


Después de despedirme del doctor Hayes, cerré la computadora portátil y
me levanté de mi lugar en la sala de mi departamento, estirando los
brazos por encima de mi cabeza. Me acerqué a la ventana para mirar
como enormes gotas de lluvia chocaban con el cristal de la ventana,
creando un sonido rítmico que al mismo tiempo me parecía relajante. 30

En un momento dado, un par de golpes en la puerta de la entrada me


hicieron desinteresarme en lo que sucedía fuera, para comenzar a
preguntarme quien sería la persona del otro lado de la madera. Cuando
abrí la puerta, mis ojos se abrieron de par en par al encontrar a la
persona que menos imaginaba ver a esta hora. 8

Ellie estaba frente a mí, con la mirada perdida, completamente


empapada.141

—¿Puedo pasar aquí la noche? —me preguntó sin mostrar ninguna


emoción.313

Asentí y me hice a un lado para dejarla pasar a mi departamento. 1

Su cabello rubio se le pegaba al rostro y se le veía demasiado pálida,


incluso sus labios tenían un color entre azul y morado. De inmediato
comencé a preocuparme. Corrí al baño por una toalla para envolverla en
ella, pero cuando una de mis manos rozó la piel de sus hombros, fruncí
el ceño.1

—Necesitas tomar una ducha caliente —dije—. Te estás congelando,


Ellie.

Me miró con sus enormes ojos grises directamente a la cara y medio


sonrió.127

—¿Puedo?7
—Por supuesto.1

Cuando Ellie entró al cuarto de baño, cerré la puerta y me aseguré de


escuchar que se quitaba la ropa y entraba a la ducha, para después oír el
sonido del agua corriendo.97

—Voy a dejarte ropa mía en mi habitación para que te cambies cuando


salgas —murmuré a través de la puerta—. ¿De acuerdo?241

—Sí —respondió.

Después de buscar ropa en los cajones de mi armario, dejé las cosas


sobre la cama y regresé a la cocina. Era seguro que mi ropa le iba a
quedar bastante grande y holgada debido a lo delgada que era ella, pero
al menos estaría caliente y seca.115

Preparé un poco de su chocolate caliente favorito y esperé a que


terminara de ducharse, para posteriormente esperar a que terminara de
vestirse en mi habitación.256

—Preparé chocolate. ¿Quieres un poco? —le pregunté cuando salió de


la habitación, usando la ropa de invierno que le había dejado.

Me miró durante un largo rato antes de asentir con la cabeza y acercarse


la cocina para tomar una taza entre sus manos. Su rostro ya no estaba
pálido y sus labios habían adquirido de nuevo aquel tono rosado con el
que la recordaba. Cuando terminó de beber su chocolate caliente en
pequeños sorbos, la miré dispuesto a saber que le había pasado.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

Dejó la taza sobre la barra de la cocina y me miró.

—Sí.
—¿Por qué estabas empapada? ¿Te pasó algo antes de llegar aquí? —
al notar que no parecía tener ganas de hablar, decidí no presionarla—.
¿Quieres más chocolate?17

—No lo sé —murmuró de pronto—. Yo no sé porque estaba empapada,


o que me pasó antes de llegar aquí.961

—Ellie.

—Estoy muy cansada. ¿Puedo dormir en su sillón?78

Casi puse mala cara.1

—¿Cómo crees? Dormirás en mi cama, yo dormiré en el sillón. 309

—Pero18

—Ven —exclamé tomándola de la mano para llevarla a mi habitación. 27

Ellie se subió a la cama y se cubrió rápidamente con las cobijas. Por un


momento, me recordó mucho a la actitud de una niña pequeña. Ella era
tan inocente e indefensa152

—¿Estás seguro de querer dormir en el sillón? Podemos compartir la


cama, si quieres.326

Negué con la cabeza.1

—No quiero molestarte —le di un suave beso en la frente antes de tomar


una de las cobijas que tenía guardadas en el armario y prepararme para
irme—. Descansa.288

Antes de que pudiera cerrar la puerta, la escuché decir mi nombre. 1

—Chase.14

—¿Si?
—Gracias —susurró mientras sus ojos se cerraban, dejándose llevar por
el cansancio.64

Sonreí.1

Una vez solo en la sala de mi departamento, me dejé caer en el sofá y


me cubrí el cuerpo con la cobija. Desafortunadamente el sueño no vino
rápido, de forma que me fue imposible ponerme a pensar un par de
cosas antes de dormir.

¿Cómo puedo ayudar a la mujer que amo? ¿Qué puedo hacer que no
haya hecho ya, para tratar de ayudarla a superar esos recuerdos que
tanto la atormentaban?627

¿Si esa persona regresase a su vida podría de alguna manera ayudarla a


superar aquel trauma? ¿Es él realmente la persona que ella más
necesita en este momento?948

*****16

Ellie19

Desperté sintiéndome ligeramente agripada.61

Lo primero que noté fue el olor de Chase en todas partes, lo cual se


debía primeramente a que me encontraba usando sus ropas y también, a
que había dormido en su cama, con sus almohadas y su cálida cobija de
lana.71

Al levantarme de la cama, salí de la habitación solo para encontrar a


Chase profundamente dormido en el sofá de la sala. Chase era alguien
muy alto, por lo que me sorprendió verlo dormir en un mueble tan
pequeño. Seguramente le había sido muy difícil poder conciliar el suelo
en un lugar tan incómodo.125
Mientras pensaba en la mejor manera de darle las gracias por haberme
dejado dormir aquí, me dirigí a la cocina y comencé a preparar el
desayuno. Chase se despertó un rato después, al sentir el fuerte olor a
tocino se adueñó de todo el lugar.29

—Buenos días —murmuré sonriendo al ver la expresión desorientada en


su rostro.1

Sonrió.1

—Buenos días —respondió—. ¿Qué estás haciendo?32

Regresé mi atención de nuevo a la sartén para evitar que se me quemara


el tocino.

—Huevos revueltos, tocino y algunas tortitas. 180

—Huele delicioso.25

—Sí, ¿qué piensas comer tú? —bromeé.392

Eso lo hizo reír.1

—No creo que puedas comerte todo eso tú sola97

—Tú ganas, compartiré el desayuno contigo. 5

Cuando terminé de cocinar, serví el desayuno en dos platos mientras que


Chase vertía un poco de jugo de arándanos en dos vasos de cristal.
Comimos en silencio para disfrutar de la comida, eso sí, no pasé por alto
las miradas fugitivas que me lanzaba él de vez en cuando. 134

—¿Cómo dormiste anoche? —preguntó.

—De maravilla gracias a tu colchón ortopédico. Estoy pensando


seriamente en comprarme uno también.187
—Están diseñados para otorgar soporte y comodidad, prácticamente es
como dormir en una nube.415

Asentí.

—Por cierto gracias por recibirme anoche a pesar de ser tan tarde.

—No es nada. Me preocupé mucho cuando te vi totalmente empapada. 50

Mastiqué el ultimo trozo de tocino de mi plato y me limpié las manos con


un pedazo de servilleta. Cuando Chase terminó de comer, levanté los
platos sucios de la mesa y me dispuse a lavarlos en el fregadero.

—Ayer fui a cenar con mi madre —murmuré al notar que Chase no


quería hacerme sentir incomoda haciéndome preguntas, de forma que
iba a contarle por mi propia voluntad—. Descubrí que me ha estado
ocultando cosas.1

—¿Qué clase de cosas?1

—Cosas sobre él —no hizo falta que dijera su nombre, porque Chase ya
sabía a quien me refería—. Me molesté mucho, así que peleamos y me
abofeteó en dos ocasiones.108

—Ellie...7

—¿Vas a defenderla?1

—No, por supuesto que no.4

Suspiré.1

—Durante todo este tiempo, mi propia madre no hizo más que decirme
un montón de mentiras. ¿Puedes creerlo? —tragué saliva y negué con la
cabeza—. No quiero volver a verla nunca. No quiero volver a saber nada
de ella.49
—¿Estás segura de lo que dices?63

—Sí.

Él asintió.

—De acuerdo. Si esa es tu decisión, no pienso decir nada al respecto. 109

—Gracias por apoyarme, y por siempre estar ahí para mí, Chase. 47

—Me gusta estar ahí para ti. Siempre vas a contar con mi apoyo Ellie. 234

Después de terminar lavar los platos y las sartenes sucias con la ayuda
de Chase, miré el reloj colgado en la pared de la sala e hice una mueca.
Quería quedarme un poco más con él, pero tenía que bañarme,
cambiarme de ropa e ir a trabajar. 28

—Tengo que irme, Elena regresa el martes de Londres así que debo
asegurarme de tener todo en orden hasta entonces. 5

—Quizás cuando regrese y vea lo bien que te las has arreglado, piense
seriamente en darte un ascenso.

—Eso estaría bien —miré la ropa holgada que Chase me había prestado
para dormir—. Voy a llevarme esto pero te lo regresaré. 45

De inmediato sonrió.

—Te ves preciosa usando mi ropa.744

Hice un mohín.

—Eres un terrible mentiroso —me acerqué a él para despedirme—.


Gracias otra vez por haberme dejado dormir aquí. ¿Qué puedo hacer
para pagarte?84
—Sonreír —exclamó acariciando mi mejilla izquierda—. Todo es más
hermoso cuando sonríes.1.3K

****19

Cuando llegué al departamento que compartía con Lexie y su hija, fui


sermoneada por ambas hasta que me dolieron los oídos. La primera
insistía en que al menos debí haberle avisado que pasaría la noche con
Chase, y la segunda, me sermoneó porque insistía en que había roto mi
promesa de contarle un cuento para dormir. 283

Obviamente me sentí mal, pero planeaba comprar el perdón de la más


pequeña sobornándola con una barra de chocolate que le compraría al
salir del trabajo.86

—La prueba de portada para los manuscritos que fueron aceptados y


pronto comenzarán a imprimirse ya ha sido programada. Me encontraré
con ellos en una cafetería para discutir algunos términos del contrato —
exclamó Jenna, sentada frente mi escritorio. 16

Asentí.3

—Perfecto, en ese caso ya solo nos quedaría revisar los números de


ventas de los autores más antiguos. Aquellos que tienen más tiempo con
nosotros —dije yo, enviando correos electrónicos.4

—Ahora que Elena no está, el trabajo es sin duda más relajante. ¿Por
qué no puedes ser tu la editora ejecutiva de forma permanente, Ellie? 1

Sonreí.

—Elena no es tan mala, si la conocieras incluso creo que te caería bien.

—Ugh, no lo creo. Esa mujer tiene un genio35


—Ellie, el equipo de traducción ya ha terminado con el ultimo manuscrito
—exclamó Anne, irrumpiendo en la oficina. Como de costumbre, sus ojos
se detuvieron en Jenna y frunció un poco el ceño—. ¿Tú aquí de nuevo?
No puede ser, parece que te encanta hacerle perder el tiempo a Ellie. 324

—Oye, ¿de verdad no te enseñaron modeles en tu casa? —se quejó


Jenna.13

—Por supuesto.2

—Entonces

—Anne, Jenna es tu superior así que no deberías hablarle de forma tan


grosera —intervine yo—. Y no me está haciendo perder el tiempo, si está
aquí es por cuestiones de trabajo. Ahora pídele una disculpa. 193

—¿Eh?

—Ya la oíste —se burló Jenna.82

El rostro de Anne enrojeció al instante.

—Pero... —la miré completamente seria—. De.. de acuerdo. Te pido una


disculpa.43

—Disculpa aceptada.

—Bien, ahora puedes retirarte —le dije a la joven pelirroja.30

Ella asintió y salió de la oficina.

—Woah, te viste genial. Por un momento pensé que eras Elena con esa
mirada.68

Sonreí.

—Lleva días hablándote de esa forma, tenía que ponerle un alto.5


—Tienes razón, pero realmente me sorprendiste —murmuró—. ¿Por qué
crees que esa chiquilla me odie? Que yo sepa, no le he hecho nada. 26

—Quizás está enamorada de Mark.148

—¿Y?

—Pues que tú le gustas a Mark.4

—¿Pero qué dices? —su rostro se puso más rojo que el de Anne—.
Claro que no.26

—¿De verdad no te habías dado cuenta de que le gustas?1

—Pues no.1

Me reí.1

—Ups, creo que acabo de cometer un error. 1

—Tengo novio —dijo ella rápidamente.352

—Lo sé, es por eso que él no se te ha declarado.1

Pestañeó muchas veces nerviosa y tragó saliva.

—Voy a olvidar que dijiste eso y voy a pretender que esto nunca pasó —
se recogió el cabello con una liga y suspiró—. Cambiando de tema, ¿ya
tienes planes para esta noche?3

—Sí.

Tenía una cita con Netflix y con mi cama. Un trio perfecto.628

—Diablos, quería invitarte a tomar un par de copas.

Mmm... tentador.57

—Podemos ir mañana, si quieres.1


—¿De verdad? —asentí—. Estupendo.

Cuando llegó la hora de la salida, tomé todas mis cosas y salí del edifico
junto con Jenna. Le comenté que había extraviado mi celular y se ofreció
a acompañarme al mall para comprar uno nuevo. Para mi todo eso de la
tecnología era demasiado, pero ella parecía saber demasiado, así que
encontró un modo de hacer que mi nuevo teléfono recuperara la memoria
del antiguo, y eso incluía las fotografías, la música, los contactos
guardados y los mensajes de texto.29

En ese momento, mi nuevo teléfono comenzó a timbrar.

—Un tal Hunter te está llamando —murmuró Jenna, dándome el


celular.443

—¿Eh? —balbuceé—. Oh... em...73

—¿No vas a contestar?

Tragué saliva y respondí.

—¿Hola?

—¿Estás bien? —exclamó una voz ronca que conocía muy bien. 409

Mis mejillas se calentaron.3

—Sí, yo... perdón por terminar la llamada así ayer.

—No te escuchabas nada bien así, fui a buscarte pero no me dijiste a


donde irías a cenar con tu madre.1

—Estoy bien, mi teléfono se quedó sin batería así que... —mentí.9

De inmediato Jenna me lanzó una mirada curiosa y me preguntó


moviendo solo los labios “¿Por qué mientes?”9
Lo escuché soltar un pesado suspiro.

—Me preocupé bastante, pensé que algo malo te había ocurrido —


susurró en voz terriblemente baja.124

—Estoy bien, siento haberte preocupado.2

—Quiero verte.544

Mi pecho comenzó a sentirse pesado, conocía esa sensación. 1

—Bueno... es que yo...1

—Está bien, tampoco quiero presionarte.2

—No, no es eso. Quiero decir... yo también... sí. 58

Lo escuché reír.2

—¿Tú también, qué?387

—Pues... yo también... —miré a Jenna y después me alejé un poco de


ella. Era vergonzoso—. Yo también quiero verte.242

Aún cuando no podía ver su rostro, supe que estaba sonriendo. 282

—Bien, en ese caso, ¿qué te parece si... ?1

—Espera, todavía está la orden de restricción en tu contra de por medio.


No sé si mi madre ya la ha quitado, primero debo asegurarme de eso.

—Si debo ir a la cárcel a cambio de verte unos minutos, creo que lo


vale.860

—Hunter —me quejé.2

—Vale, está bien. Voy a revisar lo de la orden de restricción, después de


todo soy policía y tengo acceso a esas cosas. 182
—¿No puedes hacer uso de ese poder y quitar la orden tú mismo?1

—Solo si quiero ser despedido e ir a parar a la cárcel unos cuantos


años...40

—Sigues siendo un idiota, ¿lo sabías?44

—Hay algunas cosas que no cambian nunca, nena. 1.1K

Me sonrojé.25

—Bien, entonces déjame revisar eso con mi madre y ya te llamaré, ¿sí?1

—De acuerdo.

Cuando terminé la llamada, Jenna ya estaba detrás de mí, mirándome


como si quisiera alguna explicación de mi parte. 41

—¿Qué pasa? —le pregunté.

—¿Quién es Hunter y porqué te pones tan nerviosa cuando hablas con


él? —quiso saber.229

—Es... es...1

—Vamos, no tartamudees.4

Suspiré.

—Es mi ex.580

Su boca se abrió en una gran O.43

—¿Así que eres de esas chicas que mantienen una buena relación con
sus ex's?225

—Bueno, algo así. Es complicado.13


—Lo que tú digas. Lo que si sé es lo que vieron mis ojos, y déjame
decirte que nunca te había visto ponerte tan colorada por un hombre. 20

—Hace frio, deberíamos irnos —dije tratando inútilmente por cambiar de


tema.

—¿Cómo es él? ¿Está bueno?681

—Jenna...

—Vamos, dime. Chase sí que está muy bueno pero nunca te has puesto
así de nerviosa con él. Así que, ¿Qué tan bueno está Hunter? 257

—¿Podemos dejar de hablar de esto?

—Nop.

—Eres un dolor en el trasero —le dije medio en broma32

Mi teléfono comenzó a timbrar por segunda vez desde que lo había


comprado, sin embargo, esta vez no era una llamada, era un mensaje.

Un mensaje del número de mi madre.3

Lo siento, espero que algún día puedas perdonarme. 846

-Victoria Russell.95

—¿Quién tiene a su madre guardada por su nombre? —se burló


Jenna.572

Pero lo que llamó mi atención fue el significado de sus palabras. ¿Por


qué de pronto tenía la ligera impresión de que esto era un mensaje de
despedida?
Capítulo 11
Hunter478

—¿No puedes hacer uso de ese poder y quitar la orden tú mismo? —


preguntó.96

Vamos nena, si fuese así de fácil ya lo habría hecho. 466

—Solo si quiero ser despedido e ir a parar a la cárcel unos cuantos días


—murmuré, ganando así la atención de Eva.78

Frunció el ceño y arqueó una de sus oscuras cejas. 5

—Sigues siendo un idiota, ¿lo sabías?31

Sonreí al igual que un niño travieso. 173

—Hay algunas cosas que no cambian nunca, nena. 246

Tardó un par de segundos en responder, seguramente porque se había


sonrojado.267

—Bien, entonces déjame revisar eso con mi madre y ya te llamaré, ¿sí? 1

—De acuerdo.

Cuando Ellie terminó la llamada, guardé el celular en el bolsillo trasero de


mi pantalón y regresé al mostrador de la cafetería. Después de pasar la
mañana entera patrullando las calles de Nueva York, Eva me había
convencido de parar a comer un bocadillo. Prácticamente me hizo
comprarle media docena de donas y un café helado. 94

—¿Nena? —exclamó haciendo una mueca.438

—No es lo que estás imaginando.24


—¿Ah no?

—No.1

—¿Entonces con quién estabas hablando de una orden de restricción, de


ser despedido y de ir a parar a la cárcel? 149

Parece que esta mujer tenía oído biónico.289

—No te puedo decir —murmuré pagándole a la chica de la caja


registradora.52

—¿Ah? ¿Por qué no? No me digas que se trata de la chica con la que te
encontré el otro día en tu departamento, por qué si es así, voy a
matarte.118

Tuve que esforzarme bastante para no reírme. 2

—Tienes una imaginación enorme, ¿lo sabías?7

—Hunter2

Suspiré.1

—Te hice caso.2

—¿En qué? —murmuró dándole un mordisco a una de sus donas


glaseadas.39

—El otro día me dijiste que si no hacía nada por recuperarla, o por lo
menos intentar hablar con ella, iba a perderla. 203

—No me digas que...9

Asentí con la cabeza.

—Fui a buscarla.4
—¡Oh por Dios! —gritó escandalosamente—. ¿De verdad? ¡No puedo
creerlo!859

—Joder Eva, creo que acabas de dejarme sordo —me quejé.55

—¿Cómo fue? ¿De qué hablaron? Necesito saberlo todo —exclamó


emocionada, solo que al ver mi expresión, palideció—. Quiero decir, está
bien si no quieres contarme. Lo entiendo. 402

¿En que momento había decidido hacer de esta chica mi amiga más
cercana? Ella lo sabía todo sobre mí y algunas veces era bastante
incómodo.263

—Fue extraño —confesé en voz baja—. Fue... como si nada hubiese


cambiado entre nosotros aun después de todos estos años, pero no es
así. Descubrí que ella ha tenido que pasar por muchas cosa y yo no pude
estar ahí para apoyarla.112

Eva tenía razón, siempre fui un maldito cobarde. 243

—Pero lo estás ahora, Hunter. Eso es lo importante. 13

—Quiero recuperarla —solté, aferrándome con fuerza al volante—. Ya no


soy el mismo adolescente estúpido que solo buscaba desesperadamente
la manera de desquitar su ira. He cambiado. 503

—Lo sé —estuvo de acuerdo Eva—. Yo estuve ahí, ¿lo recuerdas? Te


ayudé a lograr ese cambio.741

Antes de continuar con nuestra rutina diaria, giré mi cuerpo en el asiento


para así poder mirarla directamente a la cara. Había un par preguntas
que tenían tiempo rondando en mi cabeza, y creo que era momento de
obtener algunas respuestas.32
—Eva, quiero hacerte una pregunta.271

La morena frunció el ceño.

—¿Si?1

—¿Por qué te preocupas tanto por mí? —quise saber—. Sé que siempre
has dicho que tu único propósito es asegurarte de que no me meta en
problemas, pero no tenías porque seguirme a Nueva York y unirte
también a la academia de policía.688

Tragó saliva con dificultad antes de abrir la boca para después volver a
cerrarla, como si no pudiese encontrar una respuesta adecuada a mi
pregunta. En realidad, creo que nunca la había visto ponerse tan
nerviosa. ¿Por qué le era tan difícil responder, cuando yo ya sabía la
respuesta? Estaba claro que la razón por la que se preocupaba tanto por
mí, era porque me veía como un hermano mayor. 4.4K

—Bueno... tu mismo lo has dicho. Si no fuese por mí, es cien por ciento
seguro que ya estarías metido en un montón de problemas —balbuceó—
. Además, el por qué decidí seguirte y unirme a la academia de policía,
supongo que fue porque me motivó mucho el discurso que diste el día
del funeral de mi padre. Cuando fue asesinado a sangre fría por un
psicópata, lo único que quería era que se hiciese justicia.433

Su respuesta me hizo sonreír. Eva era como la hermana pequeña que


nunca tuve.918

—Me alegra escuchar que fui tu motivación principal para unirte a la


policía —murmuré arrogante.36

Ella me golpeó el hombro y sonrió.

—Eres un idiota.275
Encendí el motor del auto para posteriormente proceder con nuestras
labores diarias. Ese día habíamos sido asignados para patrullar las calles
del distrito de Manhattan, que era el barrio con la mayor densidad de
población de toda Nueva York.39

—Si continuas tirando migajas en el auto no te ayudaré a limpiarlo —


gruñí cuando devoró una segunda dona glaseada. 8

Puso mala cara.

—Eres un gruñón —se quejó—. Regresando al tema principal... la


persona con la que estabas hablando por teléfono en la cafetería, ¿era
ella?17

—Sí, logré hacer que me diera su número.

—¿Qué no solías tener su número antes?

—Así es, pero su madre...48

—¿Su madre? —preguntó curiosa.

Mierda, esto era algo que ni siquiera ella sabía.

—Hay algo que no te he dicho.2

—¿Tuviste algo con su madre? —soltó horrorizada.802

—¿Qué? —hice una mueca—. No, ¿qué clase de pregunta es esa?104

—¿Entonces que ibas a decir?

Suspiré.1

—Su madre se aseguró de que Ellie jamás recibiera mis llamadas.


Después de mudarme a España, Trevor me llamó para decirme que Ellie
había sido ingresada a un hospital psiquiátrico. Intenté ponerme en
contacto con ella muchas veces, pero su madre siempre me ponía una
excusa.454

—Pero...2

—Sin embargo no iba a darme por vencido, de forma que compré un


boleto de avión y regresé a Seattle, solo que no me dejaron verla —
continué—. Fue entonces cuando amenazó con poner una orden de
restricción. Al principio no creí que hablara en serio, pero cuando fui a
inscribirme en la academia de policías, el sargento Raymond me puso al
tanto de la situación. Casi rechazaron mi solicitud, si no hubiese sido
porque Ray decidió creer en mis palabras. Dijo que me daría la
oportunidad de hacer el examen, solo si prometía no ir en contra de esa
orden.114

—En otras palabras, no tuviste más opción que mantenerte alejado de


ella...3

Asentí.

—Ahora sabes toda la verdad.3

—No puedo creerlo ¿qué está mal con esa mujer?315

Me encogí de hombros.1

—Ahora que Ellie lo sabe, dijo que iba a hacer que su madre la retirase,
pero sospecho que no va a ser tan sencillo.13

—Ya veo —sonrió con tristeza—. Así que no te importó arriesgarlo todo
con tal verla. Parece que mis palabras realmente hicieron efecto en ti,
¿eh?235

—Digamos que solo me ayudaste a abrir los ojos. 1


—Sí, claro...1

«Aquí el oficial Jackson, solicitamos apoyo en la calle 32 de lado este,


entre Newkrik y D Avenue. Tenemos el cuerpo de una mujer sin vida en
el segundo piso del 245.»882

«Recibido, el apoyo va para allá.»

Eva hizo una mueca y yo tomé el trasmisor de la base.

—¿Causa de muerte? —quise saber.

«Tiene un corte bastante profundo en la vena yugular, murió


desangrada.»1.4K

—Con esa ya son seis las mujeres que mueren de un corte en la yugular
—exclamó Eva frunciendo las cejas—. Tenemos que hacer algo.708

—Lo haremos —murmuré regresando el trasmisor a su sitio—.


Definitivamente atraparemos a la persona detrás de todas esas
muertes.412

*****4

Ellie48

—¿Moana o Frozen? —me preguntó Valentina cuando me senté junto a


ella en el sofá de la sala.1.7K

Traté de no hacer una mueca. Tanto Lexie como yo habíamos visto esas
dos películas más de siete veces. Todo gracias a que eran las favoritas
de Valentina. Creo que esa niña no sabía que existían más películas
de Disney además de Moana o Frozen.248

—¿Qué tal si vemos Greys Anatomy? —exclamó Lexie en un intento


desesperado por no ver una de esas películas por octava vez. 1K
Valentina puso mala cara y negó con la cabeza. 1

—No mamá, es Moana o Frozen.192

Lexie y yo compartimos una mirada de "no otra vez, por favor."25

—El otro día dijiste que querías ver Mulán —dije yo en otro intento
desesperado—. Y también Hércules, nunca he visto Hércules —mentí.273

Todo menos Moana o Frozen, por favor.12

—¿Nunca? —preguntó sorprendida.

—Nunca —repetí.

—Pero yo quería ver Frozen...65

—Podemos ver Frozen otro día —murmuró Lexie—. Vamos cariño, no


me hagas sufrir viendo esa película otra vez, ya me sé todos los
diálogos.264

—Pero...7

El timbre del departamento hizo eco en toda la sala y Lexie rápidamente


se levantó de su lugar para abrir la puerta. Del otro lado se encontraba
Christopher sosteniendo dos cajas de pizza con una mano, mientras que
con la otra sostenía un bote de helado de chocolate. Cuando Valentina lo
vio, se abalanzó sobre él incluso antes de que su madre tuviese la
oportunidad de hacerlo.466

—¡Chris! —chilló la pequeña, aferrándose a una de sus piernas. 36

—¡Princesa! —exclamó Chris.565

Lexie le ayudó con las cajas de pizza y el helado para que el castaño
pudiese levantar a Valentina entre sus brazos. 41
—¡Llegas justo a tiempo! Estabamos decidiendo que película veremos
hoy —le informó la niña—. ¿Cuál te gusta más, Moana o Frozen?59

—No he visto Frozen —murmuró Chris.770

—¡Entonces tenemos que verla! 8

Lexie y yo le lanzamos una mirada asesina. 75

—¿Qué pasa? —nos preguntó confundido.2

Después de dejar todo sobre la barra, Lexie se acercó a él para besarle


la mejilla y luego pellizcarle el brazo izquierdo. 22

—Pasa que gracias a ti, tendremos que ver Frozen por decima vez —
gruñó.1

—Creí que era la octava —dije yo, levantándome de mi lugar para


saludar a Chris.13

—Para ti es la octava, para mi es la décima vez que la veo. 7

Me reí.

—Lo siento, no lo sabía —se disculpó Chris con el rostro ruborizado. 339

—Está bien, no pasa nada. Ya me las pagaras después. 87

—¿Ah sí? ¿Cómo exactamente? —dijo él deslizando las manos por la


cintura de Lex.810

—Bueno, estaba pensando en...58

Me aclaré la garganta.

—Hay niños y una ex aquí —los interrumpí con una sonrisa.2.1K

Inmediatamente los dos se sonrojaron.8


—Lo siento —dijeron al mismo tiempo.17

Mientras que Valentina se encargaba de poner Frozen en la pantalla de


la sala, Lexie y Chris se fueron a la cocina para repartir pedazos de pizza
en algunos platos. Yo por otra parte, intenté llamar de nuevo al número
de mi madre pero no obtuve ninguna respuesta. ¿Por qué no me
contestaba el teléfono? ¿Y que hay de ese ultimo mensaje que me había
enviado en la tarde?389

—¿Vas a querer pizza, Ellie? —me preguntó Lexie.18

Negué con la cabeza.45

—No, estoy bien. Gracias.59

—Pero pedí una de las pizzas mitad hawaiana —dijo Chris.399

—¿De verdad? Ya veo, me la comeré después entonces.14

Tanto Chris como Lexie me miraron como dos padres molestos después
de haberles rechazado la comida, pero fingí no darme cuenta y regresé
mi atención al celular. Presioné el nombre de mi madre por millonésima
vez, solo para escucharlo timbrar un par de veces hasta mandarme al
buzón de voz.7

Suficiente, iba a ir a verla.89

—¿A dónde vas? —me preguntó Lex cuando me levanté del sofá.

—Voy a visitar a mi madre.20

—¿A está hora? Ya es tarde.

—No tardaré mucho.

Valentina puso cara de cachorrito.


—Pero tía Ellie, la película ya va a empezar... 144

Me puse mi abrigo antes de agacharme y besarle la frente.

—Lo siento princesa, intentaré regresar antes de que termine —


pensándolo bien, quizás regrese cuando ya haya terminado. 121

—De acuerdo...

—Ellie, no olvides mandarme un mensaje si decides quedarte dormir con


Chase —gruñó Lexie.28

Chris dio un respingo.105

—¿Ya te quedas a dormir con él?226

—No es... no es lo que están pensando.

Los dos sonrieron al ver como mi rostro se sonrojaba.

—¿Segura? —inquirió Lex.2

—Ya me voy —dije dándome la vuelta—. No se coman mis pedazos de


pizza.12

—Por eso no te preocupes, solo a ti te gusta la Hawaiana —murmuró


Chris.410

—¡Cualquier cosa me avisas! —gritó Lexie cuando abrí la puerta.

—Sí, mamá —murmuré antes de irme.77

Al salir del departamento lo primero que hice fue tomar un taxi. Mi madre
vivía en el distrito de Manhattan, rodeada de lujos y edificios altos. Por lo
que siempre solía quejarse del lugar en el que Lexie y yo habíamos
decidido mudarnos en Brooklyn. Todavía recordaba las palabras que dijo
al ver nuestro edificio, "¿En serio piensan vivir en este basurero?". 333
Durante el trayecto de mi casa a la suya, saqué el celular de mi bolso e
intenté llamarla de nuevo. Casi puse los ojos en blanco cuando no
respondió. Cuando finalmente el taxi se detuvo frente al Woolworth
Tower Residences, le pagué al conductor y le di las gracias por
traerme.102

—Bienvenida al Woolworth Tower, ¿en que puedo ayudarla? —me


preguntó el hombre que se encontraba del otro lado del mostrador.4

—Hola, estoy aquí para ver a mi madre. Su nombre es Victoria Russell. 7

—Por supuesto, espere un momento —dijo levantando el teléfono,


supuse que era para hacerle saber a mi madre de mi visita. Aquel
hombre frunció el ceño y volvió a intentarlo, solo que no obtuvo ninguna
respuesta—. Que extraño, la señora Russell no ha salido del edificio
desde el día de ayer422

Eso hizo que comenzara a preocuparme.

—¿Puedo subir para asegurarme de que está bien?

—Lo siento, pero primero necesito comprobar que usted es su hija.

Saqué mi identificación de mi bolso y se la di. Me temblaban los brazos y


las piernas, no quería ni imaginar que clase de tontería había hecho mi
madre ahora.1

El hombre del mostrador le dio una llave a una de las trabajadoras de


ese lugar y le pidió que me acompañara hasta el piso en el que vivía mi
madre. Mientras subíamos hasta el segundo piso más alto del edificio,
sentí como mi corazón latía con demasiada fuerza. Incluso comenzaron a
pitarme los oídos.13
—¿Victoria? —exclamé cuando se abrieron las puertas del elevador—.
¿Mamá, dónde estás? —pero no se le veía ni oía por ninguna parte. 4

—Quizás está en su habitación —murmuró la chica junto a mí.1

Asentí.

Cuando abrí las puertas dobles de lo que era su habitación, lo primero


que noté fue el cuerpo de mi madre tumbado sobre la cama, con uno de
sus brazos y la cabeza colgando de esta. En el suelo, había un bote de
color blanco y un montón de pastillas regadas por toda la alfombra. 625

Mis ojos se abrieron por la sorpresa y me quedé plantada en mi sitio sin


saber que hacer o como reaccionar ante esta situación. 16

—¡Oh por Dios! —chilló la chica al ver a mi madre—. Voy a llamar a una
ambulancia, espere aquí por favor —me dijo antes de salir corriendo a la
sala.8

¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué es lo que hizo?

—¿Mamá? —murmuré, acercándome a su cuerpo. Me agaché para


tomar el bote de pastillas y luego la miré a la cara, pero sus ojos estaban
cerrados—. ¿Qué qué hiciste? —pero ella no respondía. ¿Por qué no
respondía? No, no, no—. ¡¿Qué demonios hiciste?! —estallé.347

*****1

Es tu culpa.52

Si tu madre muere, será solo por tu culpa. 272


—Cierra la boca —susurré.1

¿Por qué?

¿Te molesta que te diga la verdad?

—Dije que cierres la boca.

Vamos Ellie, tu madre solo está tratando de llamar la atención.130

¿De verdad vamos a caer en su trampa? 3

—Podría morir... mi madre podría morir... 1

¿Y?

Seamos sinceras, todo seria más sencillo si ella muriera. 316

—Pero es mi madre...2

Nuestra madre, cariño.591

Es nuestra madre.143

Tragué saliva y cerré los ojos mientras esperaba en la sala de espera del
hospital al que habían traído a mi madre después de tomar esas
pastillas. Todavía no sabía nada de ella. ¿Por qué tardaban tanto?
¿Acaso ella... ?15

¿Te digo un pequeño secreto?

A mí me haría muy feliz saber que ella murió.399

—Cállate.

Piénsalo bien Ellie.

Sin ella, ya no habrá nadie que quiera controlarnos.106


—Cállate, solo cállate.

—¿Señorita Russell? —exclamó el doctor que atendió a mi madre.

Me levanté de mi lugar y me acerqué a él.

—¿Cómo está mi madre?

Suspiró.

—Ingirió demasiadas pastillas para dormir, afortunadamente cuando la


encontraron acababa de hacerlo, así que no corre ningún riesgo. Le
hemos hecho un lavado intestinal y despertó hace un rato. 567

—¿Puedo pasar a verla?

—Por supuesto, pero me temo que solo podrá verla unos minutos.
Necesita descansar.1

Asentí y lo seguí hasta la habitación de hospital en la que se encontraba


mi madre. Ella estaba ahí, sobre la cama, de espaldas a la puerta.
Cuando el doctor y yo entramos, ni siquiera se atrevió a mirarme.15

—Señora Russell, su hija ha venido a verla —pero mi madre no dijo


nada—. Las dejaré solas para que puedan hablar.

Cuando el doctor salió de la habitación, me acerqué a la cama de mi


madre y me senté en la orilla. Parecía que no tenía intenciones de darse
la vuelta y mirarme a la cara. ¿Se sentiría avergonzada después de lo
que hizo?2

—¿Por qué lo hiciste? —murmuré en voz baja—. ¿En qué estabas


pensando cuando te tomaste todas esas pastillas?6
Demoró un largo rato en responder.

—¿Debo tener una buena razón para querer morir?255

Sonreí con tristeza.

—Sí.2

La escuché soltar un bufido.

—Dijiste que soy una mujer insoportable... dijiste que soy una mujer
controladora... también dijiste que no querías volver a verme nunca. ¿Ya
se te olvidó?432

—Estaba enojada.8

—Lo sé.

—Entonces...

—Tenías razón —soltó. Tragó saliva y continuó—. Cuando dijiste que


solo me embaracé de ti para poder atrapar a tu padre, era verdad. Yo
jamás quise tener un bebé, pero era la única manera para que él se
casara conmigo.264

—Mamá...

—Tu padre nunca me amó, eso siempre lo he sabido. Solo tenía ojos
para esa maldita mujer. ¿Puedes creerlo? ¿Qué tenía ella que yo no? No
lo entiendo... —sollozó un par de veces—. Solo cuando me embaracé de
ti, tu padre comenzó a mostrarse amable y amoroso contigo, pero fue
solo mientras tu estabas dentro de mí. Cuando naciste, él volvió a
despreciarme. Al final, él solo te aceptó a ti pero no a mí. 214
Mis ojos se llenaron de lágrimas.1

—Durante toda mi vida, las personas no han hecho más que


desoresiarme y odiarme. Incluso mis propios padres... Tu eres lo único
que me queda... por lo tanto, no me botes a la basura como todo el
mundo lo ha hecho. A pesar de todas las cosas que he hecho, sigo
siendo tu madre, Ellie. Así que no me dejes. ¿De acuerdo?704

—Yo no... no voy a ir a ningún lado, mamá. 79

—¿Lo prometes?94

Me miré las manos y cerré los ojos. 13

—Lo prometo.
Capítulo 12
Ellie77

Después de abandonar el Hospital General, regresar a casa no me


pareció la mejor opción. Lo más seguro era que tanto Chris, como Lexie
y Valentina estuviesen ahora mismo compartiendo un momento íntimo en
familia, viendo aquella película de Frozen. Una vez Valentina me confesó
que Chris y su madre solían darse besos delante de ella, pero yo jamás
los había visto dado un beso frente a mí, por lo que no pude evitar
pensar que esos dos no podían actuar con naturalidad cuando yo estaba
presente.349

Lo mejor que podía hacer era dejarlos solos. 47

Mientras caminaba por las frías y abarrotadas calles de Brooklyn, saqué


mi teléfono celular del bolso de mi abrigo y le eché un vistazo a mi lista
de contactos. Miré el nombre de Chase durante unos segundos y luego
bajé un poco más hasta encontrar el nombre de Hunter. Tomé una gran
bocanada de oxígeno antes de darle al botón de llamar.156

—¿Nena? —exclamó, logrando derretirme con una palabra tan simple. 1K

Inmediatamente me envolvió una sensación de alivio, y fue ahí que


comprendí cuanto había deseado volver a escucharlo. 24

—Hola —respondí ligeramente nerviosa—. ¿Estás ocupado?2

—No, voy saliendo del trabajo. ¿Tú?2

—Voy saliendo del Hospital General. 3

—¿Del hospital? ¿Por qué? ¿Estás bien?282


—Sí, es solo que... —suspiré—. Mi madre trató de suicidarse tomando un
puñado de pastillas para dormir.102

—Mierda... ¿cómo está?180

—Bien, el doctor dijo que afortunadamente no tenía mucho tiempo de


haber ingerido las pastillas —me mordí el labio—. Sin embargo, no es la
primera vez que lo hace.43

—¿Quieres decir que ya ha intentado quitarse la vida antes? 1

—Hace dos años y medio, cuando mi padre le pidió el divorcio.213

—Lo siento, no lo sabía.

—Tuve mucho miedo —confesé—. Quizás mi madre no es la mejor


mamá del mundo, pero si ella muriese yo... 172

—Sí, te entiendo.

—Cambiemos de tema, ¿sí? —me limpié una lagrima y sonreí—. Una


compañera de trabajo me ha dicho que en Central Park hay una pista de
hielo increíble.6

—¿Te refieres al Wollman Rink?3

—Sí.1

—Jamás he patinado sobre hielo —murmuró.372

—Yo tampoco.41

—¿Deberíamos ir?122

Mis mejillas se calentaron.4


—Bueno... mi madre aún no ha quitado la orden de restricción en tu
contra, no quiero meterte en problemas.7

—No me importa.239

—Hunter...8

—¿Deberíamos ir ahora?3

—¿Ahora? —balbuceé—. Pero...1

—¿No quieres?3

—No, sí, es decir, si quisiera, pero tengo entendido que cierran a las
once.1

—Apenas son las diez —dijo quitado de la pena.532

—Primero tendríamos que encontrarnos, eso nos llevará un tiempo.

—Resulta que el Hospital General está a unas cuantas calles de la


comisaría.1

—¿Uh? ¿De verdad?

—Acabo de comprobar que, efectivamente, te has vuelto una persona


increíblemente distraída —di un respingo al escuchar su masculina voz
detrás de mí.1.1K

Al darme la vuelta, encontré a Hunter mirándome con una expresión


divertida en el rostro. Vestía una elegante gabardina en color negro con
un suéter de lana por debajo del mismo color, mientras que en la parte
de abajo llevaba un pantalón de vestir informal en color gris oscuro y
unos zapatos formales de cuero negro. Jamás habría imaginado que lo
vería usar esa clase de vestimenta, así que me sorprendió. Sin duda ya
no era aquel chico de dieciocho años que solía usar chaquetas de cuero,
jeans desgastados y enormes botas de combate.681

—Me asustaste —exclamé llevándome una mano al corazón, estaba


latiendo demasiado rápido, pero no por el susto, si no por el semejante
hombre frente a mí.500

Sonrió.2

—Lo siento, no fue mi intención.2

Tragué saliva y me concentré en su rostro, en algún momento tendría


que dejar de babear por él cada vez que lo veía. 158

—¿Cuánto tiempo llevabas detrás de mí? —quise saber.36

—Un par de minutos. Cuando me dijiste que ibas saliendo del Hospital
General, comencé a caminar en esta dirección hasta que te encontré. 286

—Ya veo... —¿qué podía hacer para dejar de ponerme tan nerviosa
frente a él?69

—Entonces, ¿quieres ir a la pista de hielo? —inconscientemente


comencé a mirar a todos lados, asegurándome de no encontrar a alguna
persona que pudiese vernos. No sabía muy bien como funcionaban las
ordenes de restricción, pero la idea de que Hunter pudiese ir a parar a la
cárcel solo por acercarse a mí, me parecía aterradora—. Tranquila, no
tendré ningún problema98

—¿Estás seguro?2

Asintió con la cabeza y me ofreció una de sus manos. 1

—¿Vamos?141
Cuando tomé su mano, el calor de su piel entrando en contacto con la
mía aceleró mi corazón. Nunca me había sentido tan nerviosa antes.191

Hunter y yo caminamos de la mano hasta Central Park, para


posteriormente dirigirnos al Wollman Rink. Me asombró ver que a pesar
de ser tan tarde, todavía hubiese un montón de personas dentro. 50

—Ven, siéntate aquí —me pidió Hunter después de rentar dos pares de
patines.1

—Yo puedo ponérmelos, ¿sabes? —dije con una sonrisa cuando él se


dispuso a quitarme las botas para luego ponerme los patines. 429

—Lo sé, pero yo quiero hacerlo.555

Después de abrocharme bien las agujetas, se sentó a mi lado y se


deshizo de sus zapatos para ponerse los patines. Los míos eran de color
blanco y los suyos negros.220

—Hunter, de verdad que nunca he patinado sobre hielo. 10

—Yo tampoco —me miró con una sonrisa maliciosa en los labios—. Pero
podemos aprender juntos, comenzar desde cero. ¿Te parece? 727

De inmediato supe que sus palabras tenían otro significado. 145

—Sí —con mucho cuidado se levantó de su lugar, para después


ofrecerme las dos manos—. Primero prométeme una cosa.28

—¿Mmm?87

—Quiero que me prometas que no me vas a dejar caer —cuando vi que


su sonrisa se ensanchó, agregué—. Y que no te reirás de mí si termino
cayendo de todas formas.548

—Dijiste una cosa, esas son dos.38


—Promételo —gruñí.112

—Lo prometo.52

Me levanté de mi lugar con su ayuda y poco a poco comenzamos a


adentrarnos en la pista de hielo, rodeados por un montón de personas.
Las manos me temblaban muchísimo y pasé la mayor parte del tiempo
mirando nuestros pies. Estaba demasiado concentrada en no hacer un
mal movimiento y caer.2

De pronto escuché a Hunter reír suavemente, así que levanté la cara


para mirarlo.1

—¿De qué te ríes?1

—No sé si estás temblando debido al frío, o porque tienes miedo de


caer.245

En ese momento un chico junto a nosotros cayó de sentón dándose un


buen golpe en el trasero, soltó una palabrota y volvió a levantarse. 473

Miré a Hunter horrorizada.2

—Tengo miedo de caerme como él —admití—. Se ve doloroso.224

—No te voy a dejar caer —inesperadamente uno de mis patines se


deslizó de más y casi resbalo, solo que Hunter me sostuvo por la cintura
para pegarme a su cuerpo—. ¿Lo ves?559

Deslicé las manos alrededor de su cuello, presa del pánico luego de casi
caerme.123

—¿Cómo es posible que tu estés tan tranquilo? —le pregunté al darme


cuenta de que para él, moverse sobre el hielo le era demasiado
sencillo.10
Se encogió de hombros.

—El truco está en el equilibrio.21

Puse mala cara.

—Parece que el equilibrio no es lo mío.100

—No, no lo es —estuvo de acuerdo, sonrió y miró a una pareja de


patinadores—. Eso se ve divertido, ¿quieres intentarlo?159

Ambos se veían muy buenos en esto, incluso parecían dos profesionales


practicando la coreografía para algún concurso. La chica se deslizaba
sobre el hielo con una delicadeza tan precisa que era casi hipnotizante,
mientras que el chico patinaba de reversa sujetándola de la mano sin
dejar de mirarla.194

—¿Estás loco? —respondí regresando mi atención a Hunter. 17

—No.56

—Ni siquiera lo pienses —dije cuando se deshizo de mi agarre para


sujetarme de la misma forma que el chico sostenía a la chica—.
¡Hunter! 190

Se rio al ver mi expresión y deslizó sus manos de nuevo por mi cintura. 21

—Solo bromeaba, no pienso hacer eso —murmuró cuando el chico


patinador levantó una de sus piernas y comenzó a dar un montón de
vueltas.152

Me fue imposible no reírme, por supuesto que Hunter no iba a hacer


eso.29

—Eres un idiota —solté.226


Acercó su rostro al mío.20

—Extrañaba mucho tus insultos —rozó su nariz con la mía—. Tienes la


cara roja.565

—Es porque está haciendo demasiado frío —mentí.114

—¿Ya quieres irte?4

Negué con la cabeza.1

—No, estoy bien.

Su boca se arqueó en una media sonrisa.1

Yo extrañé mucho ver esa sonrisa arrogante, pensé.351

Estuvimos intentando aprender a patinar durante un largo rato, pero


siendo sincera, me gustaba más cuando Hunter me sujetaba por la
cintura cada vez que estaba a punto de caerme. Nos reímos un montón
cuando inesperadamente él fue el primero en caer de los dos, en realidad
fue culpa mía. Y aunque él había prometido que no se reiría de mi
cuando yo me cayera, yo no había prometido lo mismo, por lo que me reí
a carcajadas cuando eso sucedió.344

—Hace mucho que no te veía reír así —murmuró al levantarse.46

—Cinco años para ser exactos.367

Pero él negó con la cabeza y me acarició la mejilla izquierda con el


pulgar.10

—Cinco años para ti, pero no para mí. 549

—¿De qué hablas?2


Cuando Hunter abrió la boca para responder, un adolescente chocó
repentinamente contra mí, empujándome hacia Hunter. Debido a que él
tampoco se lo esperaba, ambos terminamos cayendo al suelo.
Afortunadamente yo había caída sobre él. 406

—Lo siento —se disculpó el chico antes de levantarse y salir huyendo. 45

—Maldito idiota —gruñó Hunter—. ¿Estás bien?317

—Sí —respondí avergonzada.1

Nuestros rostros estaban a escasos centímetros de distancia. Por un


momento quise inclinarme sobre él y darle un beso, pero no me atreví a
hacerlo. En su lugar, me levanté y me senté en el suelo. Hunter hizo lo
mismo.93

—Parece que ya van a cerrar —exclamó al ver que las personas a


nuestro alrededor comenzaban a abandonar la pista de hielo.

—Sí —repetí.1

—¿Quieres ir a tomar chocolate caliente?1

Arqueé una ceja.

—Creí que no te gustaban las cosas dulces.8

—Y no me gustan.255

Sonreí.1

—De acuerdo.3

Después de entregar nuestros patines y de salir del Wollman Rink,


Hunter y yo caminamos por Central Park hasta llegar a un pequeño
puesto ambulante, que le pertenecía a un agradable anciano que
preparaba el mejor chocolate caliente de Nueva York. 11

—Me encanta —murmuré luego de darle un sorbo a mi bebida—. El


chocolate de aquí es mi favorito.1

—Lo sé.472

Su respuesta llamó mi atención.4

—¿Ah sí? ¿Y cómo lo sabes?1

—Porque sueles venir aquí todos los martes y viernes después del
trabajo. Pides un vaso de chocolate con una cucharada de canela extra,
y después vas a sentarte a ese lugar para leer algún libro —dijo
señalando una banca de piedra, debajo de un gran árbol de roble. 1.6K

Mi corazón se detuvo.1

—¿Acaso tú...?55

—Tienes un gusto muy peculiar, te he visto leer desde Cien años de


soledad de Gabriel García Márquez, hasta Harry Potter de J.K Rowling
—sonrió con tristeza—. Jamás te había visto usar lentes de aumento,
cuando los usas te ves muy hermosa, por cierto.796

—Hunter... —mis ojos se llenaron de lágrimas—. ¿Por qué?250

—No podía acercarme a ti, tenía miedo de hacerlo. Y no era por la


estúpida orden de restricción, sino porque te abandoné cuando más me
necesitabas y no sabía cómo ibas a reaccionar cuando decidiera
aparecer de nuevo en tu vida —apretó los dientes—. Así que durante
todo este tiempo, te he seguido a todos lados como un acosador. Y sí, sé
cuan enfermo suena eso.1.5K
—Muy enfermo —estuve de acuerdo—. Pero eso quiere decir que
siempre estuviste cerca de mí, aun cuando yo creía que ya me habías
olvidado.127

—¿Por qué iba a olvidar a la mujer que elegí para convertirla en mi


esposa?4.4K

Sentí como mi rostro se calentaba a niveles impresionantes. Jamás, ni


siquiera en mi sueños más profundos, habría imaginado que Hunter
dijese algo como aquello. ¿Estaría soñando? ¿Me habría golpeado la
cabeza contra el hielo y ahora estaba imaginando cosas? Abrí la boca
para decir algo, pero no sabía que contestar a eso. ¿Qué se supone que
debía decir? Mi corazón estaba latiendo demasiado rápido y me
temblaban las piernas.191

¡Vamos, dile algo! 40

Sin embargo, a mi estomago se le ocurrió recordarme que no había


comido nada desde la hora de comida en el trabajo, emitiendo un
escandaloso gruñido. Mis mejillas se sonrojaron y Hunter casi se rio. 293

—Creo que eso acaba de arruinar por completo el momento —murmuré


avergonzada.97

—¿Tienes hambre? —asentí—. ¿De qué tienes ganas?656

—Mmm... no lo sé, ¿pasta?29

—¿Pasta? —repitió frunciendo el ceño.

—Con camarones —agregué y casi se me hizo agua la boca.132

Supuse que en realidad si estaba muriéndome de hambre.

—¿Dónde podemos comprar eso?1


—Podemos hacerla nosotros, pero Chris y Lexie están en el
apartamento... no sé cómo vayan a reaccionar cuando nos vean juntos. 16

—Podemos ir a mi departamento —propuso él.499

—¿A tu departamento?

—Aunque no tengo camarones...101

—Está bien, podemos hacer pasta sin camarones —murmuré, quería


conocer el lugar en el que vivía Hunter. 63

—Si quieres camarones, tendrás camarones —dijo tomándome de la


mano—. Pasaremos al super de camino. ¿Está bien?709

Asentí.2

****18

El departamento de Hunter resultó ser muy diferente al departamento en


el que solía vivir en Seattle. El lugar era amplio, cálido y aséptico. Las
paredes, los muebles y las cortinas eran de colores oscuros, dándole
aquel toque masculino a su espacio privado. Sin mencionar que aquí
todo olía a él, era una aroma que me traía muchos recuerdos.161

Cuando Hunter cerró la puerta detrás de mí, dejó las bolsas con
mandado sobre la barra de la cocina y se deshizo de su abrigo, después
me pidió el mío para luego colgarlos en un perchero junto a la entrada. 51

Sonrió al ver mi cara.1

—¿No te gusta mi humilde morada? —me preguntó desde la cocina.30

—No es eso, me parece un lugar increíble —murmuré acercándome a


él.11
Me guiñó un ojo.171

—Sobre la pasta, vas a tener que guiarme porque nunca en mi vida he


hecho pasta de camarones. ¿Cuál es el primero paso?181

—Primero hay que poner el agua a hervir en una cazuela —dije sacando
las cosas de las bolsas, Hunter sacó una olla de un gabinete y la llenó de
agua—. Cuando comience a hervir, le pondremos la pasta. Mientras
tanto, puedes ir picando un poco de ajo y cebolla, yo haré la salsa, ¿te
parece?399

—De acuerdo.

Después de licuar los ingredientes para la salsa en la licuadora, le pedí a


Hunter que se encargara de freír los camarones en una sartén con
aceite, junto con las cosas que había cortado previamente. Cuando la
pasta estuvo lista, colamos el agua y la mezclamos junto con la salsa y
los camarones. El aroma que desprendía la comida me pareció delicioso,
y al parecer a él también, porque lo vi tragar saliva un par de veces. 230

—Así que... ¿el idiota y Lexie, eh? —murmuró mientras comíamos sobre
la barra—. Quien iba a pensar que esos dos terminarían juntos. 516

Asentí con la cabeza.

—Es muy extraño, pero no me molesta. Todo lo contrario. 6

—¿Entonces la niña con la que he te visto, es la hija de Lexie?328

—Sí, su nombre es Valentina y es una niña adorable —dije muy


animada—. Espera... ¿también sueles seguirme cuando salgo con
Valentina? —él asintió sin una gota de vergüenza—. Definitivamente eres
un acosador de primera.469
—Ser tu acosador personal es mi segundo empleo.744

Me reí.1

—Perturbador.311

Al terminar de comer, me levanté para lavar los trastes sucios pero


Hunter se negó rotundamente. Sin embargo, no iba a darme por vencida
tan fácilmente, de forma que mientras él los lavaba, yo los secaba con un
trapo seco y limpio.64

—¿Qué vas a hacer mañana? —me preguntó mientras enjuagaba un


plato.4

—No lo sé, mañana es mi día de descanso —respondí, secando el plato


que él acababa de enjuagar.94

Debido a que la cocina no era tan grande, cada vez que alguno de los
dos hacia un movimiento ya sea por cualquier cosa, nuestros brazos se
rozaban y de inmediato sentía una deliciosa corriente eléctrica
recorriéndome todo el cuerpo. Tenía mucho tiempo sin sentir esta
sensación en mi pecho.189

—Yo salgo a las seis —me miró de reojo—. Quizás podríamos hacer
algo.128

Me mordí el labio para evitar reírme.

—¿Estás invitándome a salir?55

—Hablaba muy en serio cuando te dije que quería recuperar el tiempo


que nos fue arrebatado.287

—¿Pero... qué hay de la orden de restricción? Hoy tuvimos suerte, sin


embargo quizás no sea así siempre.7
—Supongo que tienes razón.9

Dejé el plato seco sobre los demás y me giré a mirarlo.

—Hunter yo... también quiero que recuperemos el tiempo que nos fue
arrebatado, pero... —bajé la mirada al suelo—. Pero no sé si sea
posible.103

—¿Por qué?

—Porque ya no soy la misma Ellie que conociste —solté—. Soy una


persona diferente.295

—Sigues siendo tú —dijo tomándome del rostro con las manos—. Sigues
siendo la misma mujer de la que me enamoré hasta la maldita médula. 813

—No, no lo entiendes —me deshice de su agarré y retrocedí—. Estoy...


sucia. Incluso yo siento asco por mí misma. ¿Como vas a poder tocarme,
cuando ni siquiera yo soporto hacerlo? Mira esto —dije mostrándole mis
muñecas, aún conservaba las marcas de las esposas con las que me
habían retenido tres meses de mi vida—. Estás marcas jamás se irán, así
como tampoco se irán los recuerdos.584

—Annalise...74

—Las odio —sollocé entre lágrimas—. Odio estás marcas, odio mi


cuerpo y odio cada parte que él...516

Los labios de Hunter estuvieron sobre los míos antes de que tuviese
tiempo de terminar lo que iba a decir, solté un gemido cuando sus manos
me tomaron por la cintura y me pegaron a su cuerpo de una manera
dolorosa. Su beso ejerció una presión tan salvaje, que por un momento
creí que me ahogaría, pero no fue así y me gustó. Sobre todo porque la
persona que lo estaba haciendo era él. 1K
De pronto me soltó con la misma rapidez con la que había comenzado el
beso, se relamió los labios y me miró entre furioso y lleno de deseo por
mí.192

—No quiero volver a escucharte decir eso —espetó sin soltarme—.


Porque yo amo cada jodida parte de ti, sin importar lo que hayas
pasado.1.1K

—Hunter...8

—Deja que te demuestre lo mucho que te amo —me pasó el pulgar con
los labios, sin dejar de mirarme la boca—. Déjame hacerte el amor.2.3K

Tragué saliva y cerré los ojos cuando pegó su frente a la mía. 2

—Tengo miedo —susurré.257

—No tengas miedo, nena. Estoy aquí, está vez no pienso irme a ningún
lado.744

Entonces lo sentí. Sentí de nuevo aquella pasión en mi interior que me


quemaba todo el cuerpo. Sentí el deseo, la excitación y fue ahí cuando lo
supe. Él era todo lo que yo necesitaba, él era todo lo que yo quería. 345

Hunter Cross era mi medicina.


Capítulo 13
Ellie33

Mi corazón estaba latiendo muy deprisa, tanto que temí que terminara
por estallar dentro de mi pecho. Me temblaban los dedos de las manos y
quizás también un poco las piernas. Los labios de Hunter eran más
suaves y cálidos de lo que recordaba. Su boca fue decisiva y exigente
mientras se movía sobre la mía, causando que un montón de
sentimientos despertaran desde lo más profundo de mi ser. 160

Me sentía dentro de un sueño. Y en caso de que lo fuera, no quería


despertar.279

Cuando Hunter deslizó las manos por cada lado de mi cuerpo, un extraño
y desconocido deseo me paralizó. Me tomó de los muslos y me levantó
para sentarme encima de la barra de la cocina. Separó un poco mis
piernas y luego se acomodó en el pequeño espacio que había creado.
Me derretí al contacto de su lengua acariciando lenta y dolorosamente la
mía. Las manos se me fueron a su pelo, acariciándolo y tirando de él. Un
leve gemido escapó de mi garganta cuando succiono y mordisqueó mi
labio inferior. Tiró de él con fuerza causándome un poco de dolor.415

—¡Auch! —me quejé antes de propinarle un suave golpe en el


estómago.314

Sonrió.2

—Lo siento, me dejé llevar.364

Le sonreí de vuelta y dejé que mis ojos examinaran su torso. Fruncí el


ceño al darme cuenta de que hacía ya mucho tiempo que no lo veía sin
ropa. Tomé un puñado de la tela de su suéter de lana y lo jalé. 189
—Quítatela.803

Actuando de manera obediente, Hunter tomó el dobladillo de su suéter y


se lo sacó de un tirón por la cabeza. Ver su torso desnudo fue como
mirar algo magnifico, fascinante y muy deleitable. Tragué saliva y permití
que mis manos se desplazan por la piel de su abdomen, sintiendo cada
musculo y cada dura ondulación de su cuerpo. Me fue inevitable suspirar
ante la sensación de gozo que me causaba. 315

—Parece que pasas muchas horas en el gimnasio —murmuré tratando


de no babear.209

—Tengo que estar en forma —respondió acariciando mi barbilla.195

—Mmm... —lo sujeté del cuello y volví a atraer su boca a la mía. 125

Rodeó mi cintura con sus brazos y me pegó a su cuerpo sin dejar de


devorarme los labios. Rápidamente nuestras respiraciones comenzaron a
aumentar, al igual que nuestros ritmos cardiacos. Podía sentir el latido de
su corazón latiendo rápidamente. Eso me gustó. Ahora sabía que yo no
era la única que se encontraba sumamente nerviosa.153

Sus manos viajaron por toda mi espalda hasta deslizarse dentro de la


tela de mi sudadera blanca. Temblé un poco al sentir el contacto de sus
dedos contra mi piel, pero de inmediato traté de controlarlo. Era la
primera vez en cinco años que dejaba que alguien más me tocara, por lo
que me era imposible no sentir miedo. 424

—¿Puedo... ? —me preguntó, tomando el dobladillo de mi sudadera. 472

Asentí con la cabeza y levanté los brazos para facilitarle esa tarea. 2

Soltó un suave gruñido antes de bajar la cabeza y saborear la piel de mi


cuello. Sus labios dejaron un rastro de besos por toda la base hasta
llegar a mis hombros, me dio un pequeño mordisco el cual hizo que mi
estomago hiciera cosas graciosas.103

—Quiero que conozcas mi habitación —exclamó con voz ronca—. Quiero


que conozcas mi cama. ¿Está bien?949

Bueno, no iba a decirle que no.610

—Sí.37

Sus manos me tomaron por las caderas y me llevó cargando hasta


donde él quería llevarme. Maldición, por más que lo intentara no podía
hacer que mi cuerpo dejara de temblar. Y realmente ya no sabía si era
debido al miedo que me provocaba el hacer esto, o la excitación. Cuando
llegamos a su habitación, Hunter dejó que mis pies tocaran el suelo y me
abrazó. Una oleada de calor me recorrió entera.178

—Está bien si no quieres hacer esto —habló contra mi oreja—. No quiero


presionarte. Aun si todo lo que hacemos es dormir en la misma cama,
estará bien para mí.708

Me sorprendió que dijera eso. No me lo esperaba. 22

Cerré los ojos y traté de preguntarme a mi misma que es lo que quería.


Sin embargo no fue necesario. Yo ya sabía lo que quería. Quería esto.
Quería estar con él a un nivel de profundidad que solo nosotros dos
conocíamos. Ahuequé su rostro entre mis manos y lo besé. Lo besé por
todas esas veces que no habíamos podido hacerlo durante todos estos
años. También lo besé por todas las veces que lo había extrañado y lo
besé como deseé haberlo hecho ese día en el aeropuerto, cuando se
marchó sin saber que esa sería la ultima vez que lo vería. 264
Hunter respondió de la misma manera. Me besó con una desesperación
tan fuerte que no pude evitar sentirme de la misma manera. Llevé mis
manos al botón de sus pantalones y los desabroché lo más rápido que
pude. Él se encargó de quitárselos junto con los boxers oscuros. En
cuanto me di cuenta de lo grande y dura que estaba su miembro, mis
mejillas se calentaron y traté de mirar a otro lado. 771

Lo escuché reír.65

—Es mi turno —murmuró con una sonrisa malvada.221

Tragué duro cuando sus manos tocaron de nueva cuenta la piel de mi


espalda hasta alcanzar el broche de mi sostén rosado. Lo desabrochó en
tiempo récord y lo bajó por mis brazos antes de dejarlo caer a nuestros
pies. También se encargó de quitarme los jeans junto con las bragas y se
agachó para ayudarme a salir de ellos. No iba a negarlo, estar de nueva
cuenta desnuda frente a él fue vergonzoso, muy vergonzoso. No
obstante, los ojos de Hunter observaron mi cuerpo con un fuerte
destelleo de lujuria y deseo. Él me miraba como lo había hecho siempre.
Como si nada hubiese cambiado. Su respiración se aceleró y lo vi tragar
saliva con dificultad.376

—Joder, eres hermosa.888

En cuanto sus ojos terminaron de mirar cada parte de mi cuerpo, se


acercó a mí y selló nuestras bocas en un voluptuoso y húmedo beso. Oh
diablos. Piel con piel. Solté un gemido cuando presionó su erección
contra mi vientre. Envolví los brazos alrededor de su cuello y él me cargó
para llevarme a la cama. Una vez sobre la suavidad del colchón, enterré
las manos en su pelo mientras Hunter me saboreaba toda la boca con la
lengua.179
—Hunter...6

Sentir su cuerpo encima del mío estaba volviéndome loca. Necesitaba


más de él. Quería sentirlo más cerca. Fue hasta que Hunter llevó una de
sus manos a uno de mis pechos, que me quedé helada y un horrible
recuerdo me golpeó.348

—Voy a disfrutar esto como no tienes una maldita idea —escupió


Josh.742

No, no, no, no.

—Annalise —la voz de Hunter me trajo de vuelta—. Está bien, nena. Soy
yo.568

Solté el aire con fuerza y me mordí el interior de la mejilla para no llorar.6

—Yo...

—Está bien —repitió—. No dejaré que vuelvan a hacerte daño. 306

Deslicé las manos por su rostro y lo miré hasta asegurarme de que era
él. De que era real. Hunter besó mis manos y después besó mis mejillas,
las cuales estaban empapadas en lágrimas. Cerré los ojos disfrutando de
sus besos. No tenía por qué sentir miedo. No cuando se trataba de él.
Tomé una de sus manos y la llevé de nuevo a mis pechos. 166

—Nena...376

—Tócame Hunter. Por favor tócame.556

—Pero...110

—Borra esos recuerdos de mi cuerpo —susurré—. Bórralos todos.974


Él asintió lentamente con la cabeza y luego masajeó uno de mis pechos.
Apreté los dientes y reprimí el temor en mi interior. Me gustó que Hunter
no se conformara con eso. Acercó su rostro a mi pecho y se llevó un
pezón la boca. Tomé un puñado de las sabanas y gemí al sentir el calor
de su lengua saboreando mi piel. Succionó su chupó delicadamente al
principio, pero conforme creía la excitación comenzó a hacerlo más
fuerte.688

Todo en lo que podía pensar era en los movimientos que hacía su lengua
sobre mis senos. La forma en la que sus manos los apretaba y tiraba de
ellos me hizo sentir que estaba a punto de perder la cabeza. Aquel dolor
en mi entrepierna no era normal. Sabía que estaba palpitando en busca
de atención, pero135

De pronto la boca de Hunter dejaron mis pechos para dejar un rastro de


besos por todo mi estómago. Sus ojos azules se encontraron con los
míos cuando tomó mis rodillas y separó un poco mis piernas. Los latidos
de mi corazón se aceleraron al darme cuenta de lo que estaba a punto
de hacer, pero no me importó. Quizás me habría sonrojado si no fuese
porque de verdad quería eso.415

Cuando su lengua hizo contacto con mi clítoris, una deliciosa sensación


me elevó hasta más allá de las estrellas. Eché la cabeza para atrás y
grité su nombre. Sus lamidas fueron seguras y decisivas. Hizo girar la
lengua y luego la introdujo en mi interior, haciéndome gemir todavía más
fuerte. Estaba demasiado hinchada, demasiado sensible. No podía
pensar en nada, mi mente estaba completamente en blanco.738

—Dulce, muy dulce —exclamó antes de volver a lamer mi apertura. 946


Faltaba muy poco. El orgasmo estaba casi ahí. Hunter se dio cuenta y
comenzó a batir la lengua sin pudor alguno. Entonces sucedió. Mi
espalda se arqueó y aquella burbuja de placer en lo más profundo de mi
vientre estallo en miles de pedazos. Grité su nombre una y otra vez. Fue
como subirme a una montaña rusa de emociones. Me llevé una mano a
la cara tratando de ocultar mi rostro. Tratando de ocultar lo avergonzada
que me encontraba.354

—No, no te escondas de mí —murmuró quitándome las manos de la


cara.166

—Hunter...24

—Necesito estar dentro de ti.394

Asentí mientras trataba de tranquilizar mi respiración. 5

—Sí. Te necesito dentro.353

No hizo falta que dijera más. Hunter se acomodó encima de mí y


presionó la punta de su miembro en mi entrada. Gruñó y apretó los
dientes cuando comenzó a deslizarse dentro de mí. ¿Qué si estaba
asustada? Sí, estaba malditamente asustada. La ultima vez que alguien
estuvo dentro de mí, había sido en contra de mi voluntad. Me agarré de
sus hombros y eché esos pensamientos muy lejos. Hunter no iba a
hacerme daño. Hunter no iba a lastimarme. 553

—Mierda, esto es demasiado bueno—soltó una vez que estuvo


completamente dentro—. Demasiado bueno.456

Nuestros pechos subían y bajaban, y una muy ligera capa de sudor ya


había comenzado a formarse entre nuestros cuerpos.

—Más... —murmuré—. Más...368


Me miró a los ojos antes de darme un beso. 2

—¿Estás segura? No quiero hacerte daño.537

—No lo harás —le aseguré.11

Hunter cerró los ojos con fuerza y muy lentamente comenzó a deslizarse
fuera de mí. Me mordí el labio al sentir ese vacío. Necesitaba que me
llenara de nuevo. Necesitaba sentirlo otra vez. Cuando sentí de nuevo la
punta de su miembro presionando contra mi hendidura creí que me
penetraría de nuevo, pero no lo hizo. En su lugar movió la punta hacia
adelante y hacia atrás, causándome un torbellino de placer. Sonrió al ver
mi reacción.725

—¿Te gusta eso?159

—Ah... —gimoteé cuando volvió a hacerlo—. Sí...116

—Aquí voy —dijo antes de hundirse en mi interior. 412

Gemí y lo abracé por la espalda.4

—Hunter... —balbuceé desesperada.1

—¿Mmm...?302

La forma en la que salía y entraba de mi cuerpo era dolorosamente lenta 2

—Ah... más... —volví a gemir en su boca—. Más rápido... más fuerte.301

—No.482

—Sí...64

—Annalise...230

—Por favor...57
Suspiró.1

—De acuerdo, voy a darte lo que quieres —se deslizó fuera—. Pero si es
demasiado, vas a decírmelo. ¿Entendido?487

Asentí.1

—Sí...2

De pronto se puso de rodillas sobre el colchón y levantó mi cuerpo hasta


colocarme en la posición que él quiso. Se pasó una mano por el pelo
antes de tomarme por las caderas. Entonces empujó su cuerpo hacia el
mío y me penetró de una sola estocada. Gemí, grité y eché la cabeza
hacia atrás. Hunter entraba y salía de mi interior justo como yo se lo
había pedido. Estaba tan húmeda y caliente que él se deslizaba como la
seda, llenándome por completo. No fue doloroso, al contrario. Esto se
sentía demasiado bien. Más que bien. Se sentía grandioso. Mi cuerpo
estaba muy caliente y mi respiración era un desastre. 478

—Mierda, joder. Voy a correrme entero —gruñó sin dejar de


embestirme—. Dime que tú también.646

No estaba segura de poder articular palabras, sin embargo me las


arreglé para asentir con la cabeza. El segundo orgasmo estaba
demasiado cerca, podía sentirlo.12

Hunter deslizó una mano por mi cuerpo y después dejó la palma abierta
sobre mi vientre bajo. Tocó mi palpitante clítoris con la yema del dedo
pulgar y comenzó a moverlo en círculos lentos, suaves expertos. Todo en
mi interior se contrajo.410

—¡Ah, sí! ¡Justo ahí! —grité.954


Hunter, con la respiración agitada, soltó una palabrota y echó la cabeza
para atrás. Gotas de sudor bajaban por su rostro. Estaba llegando a su
límite, pero quería asegurarse de que yo también lo hiciera. Mi corazón
se apretó.233

En algún momento perdí la cabeza y me corrí con más intensidad que


nunca, gimiendo y estremeciéndome de placer. Hunter llegó al orgasmo
casi al mismo tiempo que yo. Sus rasgos se endurecieron un instante y
se estremeció mientras se corría a chorros calientes dentro de mí. Verlo
alcanzar el clímax fue todo un deleite. Al cabo de unos segundos se
desplomó sobre mi y me besó.575

—Joder, eso tenemos que repetirlo —exclamó contra mis labios.481

Sonreí.3

—Definitivamente.516

*****26

Hunter198

Despertar en la misma cama que Annalise, después de todos estos


malditos años, fue como un jodido sueño. Se había quedado dormida
encima de mí después del segundo orgasmo. Maldición, verla así, tan
hermosa, había sido lo mejor. Me pareció bastante normal que haya
sentido miedo al principio, pero después 238

—Borra esos recuerdos de mi cuerpo —susurró—. Bórralos todos.81


Mierda, ella de verdad había dicho eso. Me confió su cuerpo a mí. A mí.
A pesar de haberme ido. A pesar de haberla dejado cuando más me
necesitó. A pesar de todos estos años306

Sonreí.6

Sin duda era yo un hijo de perra muy afortunado. Ahora que finalmente
tenía a la mujer de mi vida entre mis brazos, no iba a permitir que me
alejaran de ella. No esta vez. Preferiría morir antes que volver a
perderla.1.1K

Durante un largo rato me dediqué solo a mirar su rostro. Era tan hermosa
que podría mirarla por horas y nunca aburrirme. Levanté uno de mis
brazos y acaricié la suave piel de su rostro. Continué por sus mejillas y
me detuve en sus carnosos labios rosados.91

Joder. Se me puso dura de solo pensar en volver a probarlos. ¿Desde


cuando los besos de una mujer eran suficiente para ponerme duro como
una piedra? Bufé. Desde que esa mujer Annalise. Solo ella despertaba
en mí aquella sensación de estar locamente enamorado. Sí, esta mujer
era mi maldita perdición.417

—Mmm... —gimió ella cuando deslicé mis manos por su espalda. 30

No quería despertarla, pero tenía que irme a trabajar. Entre mis planes
estaba darle un largo beso antes de levantarme y tomar una ducha.
Quería que ella se quedara en mi apartamento hasta que yo regresara,
pero seguramente no iba a gustarle esa idea. 135

—Nena —murmuré contra su oreja.451

Ella rodó sobre la cama y jaló la sabana hasta su barbilla.1


—Cinco minutos más... —gruñó.267

Sonreí como un idiota.128

—Mi amor —susurré en voz terriblemente baja, sin embargo eso fue
suficiente para hacer que abriera los ojos. 2.3K

Pestañeó confundida y frunció el ceño.1

—¿Qué qué fue lo que dijiste? —balbuceó.174

—Me oíste —me coloqué sobre ella y la besé—. Mi amor.767

Su rostro enrojeció y luego sonrió avergonzada al sentir mi creciente


erección entre sus piernas.65

—Idiota —soltó antes de acomodarse debajo de mí y envolver sus


brazos alrededor de mi cuello.57

Oh, mierda. No creí que despertara con ganas de hacerlo. 384

—¿Cómo dormiste? —le pregunté, moviendo mi pene entre sus


pliegues.769

Se mordió el labio.1

—Bien... muy bien —después agregó—. No tuve ninguna pesadilla.258

—¿Sueles tenerlas a menudo?

—Bueno... sí —apreté los dientes—. Pero no es para tanto.1

—Nena...454
Movió sus caderas contra las mías, obligándome a penetrarla con la
punta y a cerrar la boca. Tragué saliva y abrí la boca en una gran O.
Sonrió al igual que una niña traviesa y me besó. Gruñí antes de tomarla
por las caderas y giré nuestros cuerpos, de forma que ahora era ella
quien estaba encima de mí.314

—¿Qué estás? —me deslicé dentro de ella con un rápido movimiento


antes de que pudiese terminar su pregunta—. ¡Oh, Hunter! ¡Ah!580

En está posición podía enterrarme en ella más profundo. Más adentro. 257

Annalise echó la cabeza hacia atrás y enterró las manos en la piel de mis
bíceps. Se pasó la lengua por los labios y luego parpadeó muchas veces.
Su respiración no tardó en volverse pesada. Desde aquí ella se veía
como una maldita diosa.242

—Móntame —murmuré.887

—Pero... —me moví y ella se retorció de placer—. ¡Ah! Está... está


bien.525

Sonreí cuando comenzó a moverse. Levantó las caderas hasta que mi


pene estuvo completamente fuera de ella, usó su mano para volver
acomodarlo en su entrada y después bajó lentamente sobre mí. 145

Mierda, mierda y más mierda. Esto se sentía jodidamente bien. 96

Repitió el proceso un par de veces más, volviéndome loco. Nunca había


estado tan duro antes. Ni siquiera con otras mujeres. Mi pene estaba tan
duro y apretado que dolía como el infierno. Quería moverme, penetrarla y
embestirla como ella no tenía idea, pero no quería lastimarla así que me
contuve de hacerlo.324

Annalise me miró fijamente a los ojos antes de comenzar a moverse más


rápido. De inmediato la tomé por las caderas y la detuve. 4

—No. En esta posición no.85

—¿Por?4

—Podrías lastimarte.257

—¿Y?393

—Nena...411

Pero levantó sus caderas y se dejó caer con fuerza. Solté una maldición
y enterré los dedos en su piel. Sonrió y comenzó a cabalgar sobre mí
más rápido y duro. Me senté sobre la cama y abracé su cuerpo con mis
brazos para besarle la barbilla. Ella se sostuvo de mis hombros mientras
subía y bajaba sus caderas. Rápidamente encontramos un ritmo, joder,
era un ritmo casi salvaje. Los gritos y gemidos que salían de su boca solo
me hacían sentir más y más excitado. Deslicé mis manos hasta su
trasero y comencé a embestirla con más fuerza. Eso pareció gustarle,
porque estrelló su boca con la mía y tiró de mi cabello con
desesperación.453

Mordió mi labio con demasiada fuerza cuando alcanzó el orgasmo. 4

—¡AH!233

Yo por otra parte solo tuve que embestirla un par de veces más antes de
correrme. Apreté su trasero y la besé con locura mientras sentía chorros
de mi semen descargándose dentro de ella.639
—Mierda —rugí.129

Como me encontraba tan inmerso en el momento, ni siquiera escuché el


momento en el que la puerta de mi habitación se abrió de golpe y alguien
entro.545

—¡Joder Cross! ¡Prometiste que dejarías de traer mujerzuelas a tu


departamento! —espetó la voz de Eva—. ¡Oye tú rubia teñida! ¡Ponte la
maldita ropa y vete de aquí antes de que...! 1.7K

Pero cerró la boca de golpe cuando Annalise giró la cabeza para mirarla.
Sus ojos se abrieron por la sorpresa, así también como los de Eva. 160

—¿Ellie? —balbuceó Eva.328

—¿Eva?630

Mierda.
Capítulo 14
Ellie226

Mi respiración era un desastre, mi pulso estaba acelerado y los


espasmos después del orgasmo aún estaban ahí. Probablemente mi
primera reacción debió haber sido jalar de la sábana hasta cubrir mi
cuerpo, en un intento desesperado por esconder mi desnudes. Sin
embargo, el hecho de ver un rostro familiar, de pie junto a la puerta,
mirándonos con una expresión de horror y sorpresa en el rostro, fue
suficiente para inmovilizarme por completo. 241

¿Qué hacía la misma chica del supermercado, irrumpiendo de esa forma


en la habitación de Hunter? ¿Cómo es que había entrado al
apartamento? Y más importante, ¿de verdad escuché bien sus palabras
justo antes de que se cortara?367

Giré la cabeza para mirar a Hunter, quien me miraba de vuelta con los
ojos muy abiertos.305

—¿Mujerzuelas? —espeté.733

—Puedo explicarlo.310

—¿En serio? —cuando intenté levantarme, sus manos se aferraron a mis


caderas evitando así que pudiera alejarme—. Hunter —me quejé.279

—Puedo explicarlo —repitió ahora con desesperación.230

—Yo... creo que debería irme —balbuceó Eva, mirando a todos lados
excepto a nosotros.359

—Excelente idea —gruñó Hunter apretando los dientes.119


—No —agregué rápidamente—. Tú no irás a ningún lado.163

—Pero...24

Me deshice de su agarré y separé nuestros cuerpos, para luego tomar la


sábana y envolverla alrededor de mi cuerpo. Eva se llevó ambas manos
a los ojos y nos dio la espalda cuando Hunter se levantó detrás de mí,
cubriendo sus partes nobles con solo una almohada. 443

—¿Tu nombre es Eva, verdad? —le pregunté y ella asintió, aun de


espaldas a nosotros—. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Acaso ustedes
son...?102

—Annalise...26

—Somos compañeros, solo compañeros... de trabajo, quiero decir.


También soy oficial de policía, trabajamos juntos así que... —dijo todo
demasiado rápido.93

—Si solo son compañeros de trabajo, ¿por qué entraste de esa forma?286

—Bueno, la puerta... la puerta estaba abierta y yo... suelo venir a


despertar a Hunter porque él... siempre llega tarde al trabajo y eso es
muy molesto. Siempre lo encuentro con una chica difere... bien, no,
olvida... olvida eso. Yo solo...889

—Eva —exclamó Hunter con un tono de voz amenazador—. Es


suficiente, vete.81

—De acuerdo. Siento... siento mucho haberlos interrumpido mientras


estaban... ya saben, yo... ya, ya me voy —soltó antes de salir
corriendo.355

¿Qué demonios había sido todo eso?5


—Nena —murmuró Hunter acercándose a mí. 465

Levanté uno de mis dedos en forma de advertencia. 61

—No, no te acerques a mí —fruncí el ceño y lo miré asqueada—.


¿Sueles dormir con una chica diferente todos los días? ¿Es por eso que
ella reaccionó de esa manera?305

—No. Escucha, las cosas no son como...41

—Responde la pregunta —dije apretando los dientes—. ¿Sueles dormir


con una chica diferente todos los días?113

Tragó saliva y se pasó una mano por el pelo. Hizo una mueca y se
preparó para responder.10

—No, no todos los días.725

Un dolor punzante en mi pecho fue todo lo que sentí. 176

—Tengo que irme.60

—Annalise —exclamó acercándose—. Entiende que no podía acercarme


a ti.197

—Sí, eso tiene mucho sentido —me burlé—. No podías acercarte a mí,
pero si podías follarte a otras mujeres.527

—No significaron nada.43

—¿De verdad? —asintió con la cabeza y yo enfurecí—. ¡¿Entonces por


qué dormir con alguien en primer lugar, si no va a significar nada?! 266

—Escúchame...5

—¿Qué? ¿Qué es lo que quieres que escuche?39


—Todos estos años, lo único que he hecho es extrañarte como un
maldito loco. Mis pensamientos son siempre sobre ti, mi mundo entero
gira solo en torno a ti, y te he deseado tanto que... 254

—¿Que acabaste follándote a un montón de mujeres, imaginando que


eran yo? —terminé por él—. ¿Te das cuenta de lo retorcido que suena
eso?538

—Sí.82

Una lagrima se deslizó por mi mejilla, pero de inmediato la sequé con


una de mis manos.71

—¿Cuántas mujeres han sido? —quise saber.107

—¿Importa?125

—No, no importa. Pero por alguna extraña razón quiero saberlo —


cuando no respondió, decidí cambiar de pregunta—. ¿Si quiera sigues
enamorado de mí, o lo que sientes por mí ahora es solo una maldita
obsesión?405

—¿Qué clase de pregunta es esa? Ellie, yo te a.... 86

—¿Por qué Eva me conoce? —lo interrumpí, negándome a escuchar


esas palabras salir de su boca. No las necesitaba—. El día que me
encontré con ella en el supermercado, Eva sabía mi nombre de
antemano.12

—Ella... —respondió un poco dolido al darse cuenta del repentino cambio


de tema—. Conocí a Eva cuando me mudé a España, desde entonces se
convirtió en una buena amiga. Te conoce y sabe tu nombre porque le he
hablado mucho de ti.30
—¿Conoce nuestra historia? —asintió—. ¿Qué tanto le has contado?5

—Todo.22

—¿Todo? ¿Incluso sabe lo de mi...? —la palabra secuestro se quedó


atorada en mi garganta.143

Hunter solo asintió.4

—Lo sabe.50

Negué con la cabeza y lo miré furiosa. 5

—¿Cómo pudiste? —susurré—. Ahora entiendo porque me mira con


tanta lastima. Porque sabe sobre eso, porque tú se lo contaste.298

—Ellie...2

—¿Sabes qué no es justo? —continué—. Que yo jamás le conté a nadie


sobre tus ataques de ira, o sobre tus problemas de personalidad. En
cambio tú... ¿tú solo vas, y le cuentas cosas que no te incumben a
cualquier chica?574

—Eva no es cualquier chica —aclaró.382

Sonreí.4

—Tienes razón, ella es la buena amiga que hiciste durante tu estancia en


España. Dime Hunter, ¿también te has acostado con ella? 298

Bien, esa pregunta si que estuvo de más. Es solo que me encontraba tan
furiosa... por no decir celosa.56

—No —respondió totalmente serio—. No me he acostado con ella.101


—Vaya... me parece impresionante que hayas logrado mantener tus
pantalones cerrados cerca de ella —me agaché para recoger mi ropa del
suelo—. Debió haber sido muy difícil, ¿verdad?230

—¿Qué estás haciendo? —preguntó cuando me deshice de la sábana


que cubría mi cuerpo.30

—Creo que es obvio, me estoy poniendo la ropa. 13

—No puedes irte, no hemos terminado de hablar. 48

—Yo ya he terminado de hablar contigo. 37

—Annalise... nena, por favor, no te vayas.441

—Estoy cansada, me duele la cabeza y tú tienes que ir a trabajar —


cuando terminé de vestirme, me giré a mirarlo—. Vamos a olvidar que
esto sucedió, ¿sí?343

—¿Esto? ¿Te refieres a...?6

—Lo que hicimos, lo que pasó anoche, solo... vamos a olvidarlo.207

—No.44

—Hunter...3

Lanzó la almohada con la que cubría sus partes nobles y se acercó a mi


para sujetar mi rostro entre sus manos. 474

—¿Cómo puedes pedirme que olvide algo como eso? —negó con la
cabeza y me miró molesto—. Me niego a olvidar que anoche te hice el
amor.426

—No, no me hiciste el amor. Me follaste, igual que a las otras mujeres. 528
—¿Así que es eso? ¿Cambió tu percepción sobre mi ahora que sabes
que me follé a otras mujeres antes de tenerte finalmente entre mis
brazos?175

—Sí.6

—¿Por qué?5

—Porque yo... yo.... —no podía decirlo, era vergonzoso.33

Acercó su rostro todavía más al mío. 3

—¿Tú, qué?1

—Yo... —tragué saliva—. Jamás he vuelto a estar con un hombre


después de ti —dije en voz terriblemente baja—. Al menos, no
voluntariamente.737

Sus labios casi tocaron los míos, pero se detuvo antes de besarme. 12

—Te amo —soltó, tomándome totalmente desprevenida. 634

—Hunter...4

—Te amo —repitió.458

Quería una respuesta, podía verlo en su mirada. Él quería que le


respondiera de la misma manera, sin embargo, yo aún no estaba lista. 284

—Deberías ponerte unos pantalones —dije recordando que él estaba


desnudo.171

Sonrió.3

—Acabo de decir que te amo, ¿y tú me dices que me ponga unos


pantalones?348
Asentí con la cabeza.4

—Tengo que irme.31

Suspiró y me soltó.2

—De acuerdo.52

Salí de la habitación solo para dirigirme a la sala y tomar mi abrigo del


perchero junto a la puerta. Estaba por marcharme del apartamento,
cuando sentí su fuerte presencia detrás de mí. Se había puesto una
camiseta blanca y unos pantalones de chándal oscuros.76

—Ya te perdí una vez, Ellie. No pienso volver a hacerlo. 444

Levanté mi cabeza y lo miré fijamente a los ojos. 1

—Esta vez no depende de ti.356

—Nena... soy un imbécil, ¿de acuerdo? Soy un maldito desgraciado hijo


de perra, pero quiero que sepas que... 478

—Te llamaré mas tarde, ¿sí? —exclamé, interrumpiéndolo de nuevo.353

La expresión de dolor en su rostro fue como una daga clavándose en mi


corazón, pero de verdad tenía que irme. Tenía que alejarme de él. Yo
sabía existía una probabilidad de que Hunter hubiera continuado su vida
después de mí, conociendo a otras mujeres y también teniendo intimidad
con otras. No obstante, escuchar y confirmar mis sospechas era sin duda
muy doloroso. Necesitaba pensar, y también necesitaba procesar toda
esa información.343

—¿Lo harás? —preguntó él con un poco de miedo.267


Forcé una sonrisa en mis labios y asentí con la cabeza. Finalmente me
puse mi abrigo rojo y me marché, percibiendo un extraño dolor en mi
pecho.195

***5

Ir a la farmacia a comprar un bote de jugo de naranja, era solo una


excusa para acercarme al mostrador y pedirle a la encargada la famosa
pastilla del día siguiente.591

Después de abandonar el apartamento de Hunter, recordé que todo lo


que habíamos hecho ayer por la noche y esa misma mañana, había sido
sin protección. Claro que eso no tenía por qué llegar a ser un gran
problema, pues hoy en día existían muchos métodos anticonceptivos
para evitar un embarazo no deseado.759

Mi problema era que a mis veintidós años, todavía sentía un poco de


pena y vergüenza al tener que comprar una pastilla de esas. ¿Por qué no
podían solo ponerlas en un pasillo? ¿Por qué tenía que pedírsela a la
encargada del lugar?137

Cuando me decidí por el bote de jugo de 450 ml, inflé mis pulmones de
oxígeno e hice mi camino a la caja registradora. La mujer robusta del otro
lado me sonrió cuando dejé mi jugo sobre el mostrador. 3

—Yo, um... ¿podría... podría darme también una pastilla de... —me
removí incomoda en mi lugar—, una pastilla del día después?207

—Por supuesto —murmuró ella completamente natural. Se marchó para


buscarla en los medicamentos que ellos resguardaban en algún otro sitio
y regresó con una pequeña caja rosada en sus manos—. ¿Sería todo?16

—Sí.1
—Serían cinco dólares con veinticinco centavos.412

Le entregué el dinero y ella me devolvió el cambio sin dejar de sonreír.


Tomé la bolsa de plástico con mis cosas dentro y salí de la farmacia
sintiéndome como una boba después de eso. Cuando terminé de darle
un largo trago a mi jugo de naranja, revisé mi celular y casi hice una
mueca. Tenía quince llamadas perdidas de Lexie y un montón de
mensajes de voz.41

Tragué saliva y decidí caminar a casa. 1

Tal y como sospeché, al llegar al departamento que compartía con Lexie,


ella y Valentina se encargaron de reñirme como nunca lo habían hecho.
Cada vez que Lex decía algo, Vale la imitaba e incluso hacía sus mismas
caras y gestos. Me pareció gracioso ya que Valentina era como ver una
versión pequeña de su madre, igual de cabreada y lista para patearme el
trasero.334

—¿No pudiste al menos llamar para avisar que no llegarías a dormir, otra
vez? —gruñó Lexie, llevándose las manos a la cintura—. ¡Estabamos
muy preocupadas! 3

—¡Sí, muy preocupadas! —gruñó también Valentina, imitando la postura


de su madre.513

—¿Dónde pasaste la noche? Llamé a Chase para preguntarle si estabas


con él, ¿y adivina qué? ¡Él tampoco sabía nada de ti! —continuó Lex.110

—¡Él tampoco sabía nada! —repitió Valentina.806

—Estaba con mi madre —respondí, haciendo un gran esfuerzo por no


reír.59

En serio, Valentina enojada era la criatura más adorable del universo. 62


—¿Te quedaste a dormir con ella?2

—No.2

—¿Entonces... ? —miré a Lexie con una mirada de "no voy a decirte esto
frente a tu hija", que ella rápidamente entendió—. Valentina, ve a tu
cuarto a hacer la tarea.170

—¿Qué? ¿Por qué? —exclamó la pequeña mirando a su madre—.


¡Dijiste que la regañaríamos juntas! 1.1K

—Pues ya hemos terminado, ahora ve a tu cuarto. 1

—Pero...2

—Valentina —dijo Lexie con un tono de voz autoritario.5

—Está bieeen, ya me voy —gruñó, pero antes de desaparecer me lanzó


una mirada molesta—. Todavía estoy muy enfadada contigo, jovencita. 974

Después de que Valentina se marchara a su cuarto, me eché a reír. 5

—¿Y bien? —me preguntó Lex cuando estuvimos solo ella y yo. 1

Suspiré y dejé mi bolso sobre la barra de la cocina.

—Mi madre trató de suicidarse —solté.6

—¿Otra vez? —asentí y me encogí de hombros—. ¿Qué está mal con


esa mujer?194

—Todo —dije un tanto irónica—. No soy tonta Lex, sé que solo está
tratando de manipularme justo como trató de manipular a mi padre
cuando él le pidió el divorcio.382

—¿Por qué dices que está tratando de manipularte?2


—Bueno... hay algo más que debería decirte —apreté los labios e hice
un mohín—, la razón por la que mi madre hizo todo este teatro de
nuevo.2

—¿Qué es? Vamos, dime.1

—Hunter está aquí, en Nueva York —los ojos de Lex se abrieron por la
sorpresa.1

—¿Qué? Oye... espera un segundo, mi cerebro necesita procesar esa


información —frunció el ceño y negó con la cabeza—. ¿Hunter está
aquí? ¿Cómo... ?68

—Me dijo que lleva aquí cuatro años.8

—¿Ya hablaste con él? —otra vez, solo asentí—. ¿Cuándo?38

—Hace dos días.3

—Pero...1

—Ayer pasé la noche con él —admití.68

Por un momento fue como si Lexie no encontrara que decir, desde aquí
podía ver como su cerebro trabajaba hasta el punto de sobrecargarse y
estallar. Finalmente abrió la boca y pestañeó varias veces. 46

—¿Pasaste la noche con él? —balbuceó—. ¿Te refieres a que


ustedes...?70

—Sí, me acosté con él.73

—Dios mío, Ellie —comenzó a caminar de un lado para otro en la


pequeña cocina—. ¿Por qué? Es decir, odiabas la idea de volver a estar
con alguien, odiabas la idea de que alguien te tocara. 39
—Lo sé, yo también estoy un poco sorprendida pero... solo sucedió. 8

—¿Y? —dijo colocando los codos sobre la barra.1

—¿Cómo qué Y?1

—¿Cómo fue? —quiso saber.190

Mi rostro enrojeció y traté de limpiar una mancha invisible sobre la


superficie.1

—Fue... fue increíble —sonreí un poco al recordarlo—. Por primera vez


en mucho tiempo, me sentí yo misma. Todavía no puedo creer que haya
sido real.111

—Estás sonriendo —murmuró ella, tocando mi barbilla con sus dedos—.


Hace mucho que no te veía sonreír así. 90

—Siempre estoy sonriendo —me quejé.5

—Sí, pero esas sonrisas no son genuinas. Esta sí lo es. 23

Hice un mohín.21

—Me contó la verdad, Lex. La razón por la cual me dejó, la razón por la
cual nunca me llamó y la razón por la cual no se acercó a mí durante
todo este tiempo.2

—¿Entonces ya arreglaron las cosas?8

—Bueno, yo no diría eso pero... —cerré la boca cuando alguien comenzó


a llamar a la puerta.2

—Yo abro, de seguro es ese idiota de enfrente que al parecer nunca


tiene azúcar —gruñó Lex poniendo los ojos en blanco.244
Mientras Lexie se encargaba de abrir la puerta, yo me dirigí a la cocina
para llenar un vaso de agua y tomarme la pastilla de una vez por todas.
Había olvidado lo mucho que las odiaba ya que solían alterar mi ciclo
menstrual.181

—¡Zorra Williams! —chilló una conocida voz de mujer.557

—¡Tonta Blondeau! —chilló también Lexie.207

Al darme la vuelta para mirar a la persona del otro lado de la puerta, una
enorme sonrisa se apoderó de mi rostro. Mi cuerpo se movió por si solo y
antes de que pudiera darme cuenta, me encontraba corriendo hacía
ella.128

—¡Lisa! —chillé ahora yo, uniéndome al abrazo que compartían ella y


Lexie en la sala—. ¡No puedo creer que estés aquí! ¿Por qué no nos
avisaste?618

—Quería darles una sorpresa —respondió—. ¿Las sorprendí?51

—Pues claro que sí, tonta —gruñó Lexie.3

Después de abrazarnos por un largo rato, Lexie y yo dejamos respirar a


nuestra amiga. Un poco más e íbamos a terminar por asfixiarla. 2

—¿Qué te trae a Nueva York? —le pregunté finalmente.1

Lisa sonrió y se pasó la mano izquierda por el rostro. 35

—Trevor fue transferido por cuestiones de trabajo, así que hemos


decidido mudarnos a Nueva York. Estamos en busca de un
apartamento.986

—¿Y qué hay de tu trabajo? —inquirió Lex.1

—Me tomé un descanso.1


—¿Hablas en serio?1

—Sí, aunque ya tengo llamadas de algunas agencias aquí en Nueva


York que quieren contratarme. Solo quería tomarme un tiempo lejos de
las pasarelas y los reflectores —cuando terminó de decir aquello, volvió a
pasarse una mano por el rostro.132

Entonces lo noté. Era hermoso, dorado y el pequeño diamante en el


centro brillaba más que cualquier otra cosa. Me llevé las manos a la boca
para no gritar de la emoción que sentí en ese momento. 512

—¿Eso en tu dedo es un anillo de compromiso? —exclamé, ya que Lexie


seguía sin darse cuenta. Fue ahí cuando ella también lo notó y abrió los
ojos.1

—Oh Dios, no me digas que...3

—¡Sí! —chilló Lisa—. ¡Trevor me propuso matrimonio la semana


pasada!1.3K

Quizás fue por la emoción, pero tanto Lexie como yo soltamos un


escandaloso grito y nos lanzamos hacia ella para volver a abrazarla.
Comenzamos a dar brinquitos y nos reímos al darnos cuenta de lo tontas
que nos veíamos haciendo eso.53

—¿Por qué hacen tanto ruido? —se quejó Valentina saliendo de su


habitación, al ver a Lisa, su rostro se iluminó y corrió hacia ella—. ¡Tía
Lisa!192

—¡Mi hermosa princesa! —exclamó Lisa, agachándose para recibirla.2

—No puedo creer que te vayas a casar... —balbuceé, todavía con la


emoción desbordando de mi pecho—. ¿Cómo fue? ¿Cómo te lo
propuso?9
Lisa pellizcó la nariz de Valentina y luego la cargó entre sus brazos. 3

—Pues verán... Trevor y yo estábamos en Paris, a los pies de la torre


Eiffel, cuando de pronto comenzó el espectáculo de iluminación. Yo
estaba fascinada viendo las luces, no tenía idea de lo que estaba a punto
de suceder. Entonces él solo me dijo; "oye Lizzy, creo que se te cayó la
cabeza". Asustada, miré al suelo para encontrarla, pero en ese momento
pensé; "¿qué diablos, por qué se me caería la cabeza?" Y fue ahí,
cuando me di cuenta de que él estaba postrado sobre su rodilla, con este
hermoso anillo en sus manos.2.2K

A Lexie y a mí nos fue imposible no reír.18

—Es la propuesta de matrimonio más tonta que he oído —se burló


Lexie.256

—Parece que Trevor no va a cambiar nunca —dije ahora yo, riéndome


un poco.19

—Lo sé, él es tan lindo. Lo juro chicas, nunca creí que un chico como él
pudiera hacerme sentir tan bien. Cuando estoy con Trevor, me siento la
mujer más feliz del mundo. Es apuesto, caballeroso, atento y siempre
está haciéndome reír.222

—Estás enamorada —murmuró Valentina.37

—Lo estoy —respondió ella, pellizcando ahora sus mejillas—. Muy


enamorada.5

—Todavía no puedo creerlo —habló Lexie, con los ojos llenos de


lágrimas—. De verdad te vas a casar...3

—Estoy muy feliz Lisa, es maravilloso —dije yo, igual de llorosa que Lex.2
—Aún no hemos establecido una fecha, pero queremos que sea pronto
—continuó Lisa—. Y quiero que ustedes dos y Marisa sean mis damas
de honor.205

—¿Qué hay de mí? —bufó Valentina.23

—Oh, lo siento. Quiero que ustedes dos, Valentina y Marisa sean mis
damas de honor —Valentina sonrió y asintió con la cabeza. 4

—¿Qué es una dama de honor? —preguntó.241

Las tres nos reímos. Después de explicarle a Valentina lo que era una
dama de honor, pasamos gran parte de la tarde hablando de la futura
boda de Lisa.51

—Bueno, ya basta de hablar sobre mí —se quejó Lisa—. Ahora


cuéntenme sobre ustedes, ¿Lex, como vas con Chris?3

Cada vez que una persona mencionaba a Christopher, el rostro de Lexie


se calentaba a niveles impresionantes.40

—Bien. Solo somos amigos.81

Tanto Lisa, como Valentina y yo, intercambiamos una mirada de "sí,


claro".135

—¿Hasta cuando piensan seguir con eso de solo amigos? —le pregunté.

—Uno de los dos tiene que dar el primer paso —habló Lisa—. Sí Chris
no tiene los pantalones para confesarse, entonces hazlo tú. 42

—Es verdad mamá, necesito un padre —agregó Valentina.1K

—Es que yo... —Lexie dio un respingo—. ¿Por qué sigues tú aquí? ¿No
te había dicho que hicieras la tarea en tu cuarto?275
Pero la pequeña Vale se aferró al brazo de Lisa y al mío, para después
negar con la cabeza.1

—No, no me iré. Además, ya terminé la tarea.38

—Valentina...1

—Vale tiene razón Lex, ella necesita un padre —estuvo de acuerdo


Lisa.42

—No lo entienden, Chris y yo hemos estado... —sus ojos me observaron,


como si el hecho de que yo estuviese presente le diera un poco de
pena.64

—Está bien, puedes hablar de ustedes. No me molesta —repetí por


enésima vez.1

Suspiró y jugueteó con el dobladillo de su vestido. 1

—Chris y yo hemos estado saliendo mucho. Últimamente me siento cada


vez más unida a él, es solo que no sé sí él de verdad siente algo por mí.
Quizás solo me ve como a una amiga de la que quiere cuidar. 56

—Los amigos no se besan en la boca —soltó Valentina.894

—Bueno... —volvió a dar un respingo—. Valentina, te dije que no


hablaras sobre eso frente a los demás. 63

—Adoro a esta niña —murmuró Lisa.903

—¿No me digas que yo soy la razón por la que ustedes no han


formalizado nada aun? —le pregunté directamente a Lexie, ella bajó la
mirada y apretó los labios—. Lexie, lo qué pasó entre nosotros fue hace
muchísimo tiempo. Créeme cuando digo que estoy bien, solo quiero que
sean felices.111
—Es complicado...1

—Lexie...1

—¿Por qué mejor no le cuentas a Lisa lo que me estabas diciendo hace


un rato? —exclamó Lexie, tratando de desviar la atención de ella. 55

Lisa de inmediato me miró muy intrigada y yo fulminé a Lex con la


mirada.1

—¿Qué es? Vamos, vamos, vamos, no me dejen con la duda. 1

—Yo... —me lamí los labios al sentirlos terriblemente secos—. Él...1

—¿Él? ¿Quién es él? ¿Chase? ¿Ya estás saliendo con él? 5

—No, no es Chase. Y no estoy saliendo con nadie.1

—¿Entonces?1

—Es Hunter —soltó Lexie.15

—¿Hunter? ¿Qué pasa con él? ¿No se supone que está en España? 5

—Eso era lo que creía hasta hace dos días, cuando vino a buscarme —
su boca se abrió en una gran O—. Me confesó que tiene cuatro años
viviendo en Nueva York.16

—¡No puedo creerlo! —chilló—. ¿Cómo es que Trevor nunca me dijo


nada?85

—Vamos, cuéntale tooodo —insistió Lexie.2

Volví a mirar a Lex con ojos de asesina. 1

—Bueno... es que yo... nosotros... nosotros... 2

—¿Ustedes qué? ¿No me digas que...?4


—Hicieron la tarea juntos —exclamó Lexie, ya que Valentina estaba
presente.1K

—¡¿Qué?! —escupió Lisa—. ¡¿En serio?! Espera un segundo... vamos a


recapitular todo dese el principio. Hunter se fue a España hace cinco
años, él no te llamó y tampoco intentó buscarte. Ahora me dices que
lleva viviendo en Nueva York cuatro años, lo que es todavía peor porque
a pesar de estar tan cerca, nunca trató de buscarte, y tú me dices que, a
solo dos días de volver a verlo, ¿te acos... hiciste la tarea con él? 394

Ugh, sí lo decía de esa forma, hasta a mí me daba vergüenza. 1

—Sí —murmuré—. Pero necesitan saber por qué lo hice.1

—¿Ah sí? Entonces venga, suéltalo.6

Tragué saliva y le conté todo a Lisa y a Lexie. Desde el como yo creía


que él me había abandonado, hasta la orden de restricción que mi madre
había puesto en su contra. Incluso Valentina que seguramente no
entendía nada de lo que decíamos, me miraba con mucha atención y
seguía imitando los gestos que hacía su madre cuando ella se
sorprendía.278

—Con todo respeto, creo que odio a tu madre —exclamó Lisa.492

—Yo ya la odiaba desde antes, pero ahora en verdad siento muchas


ganas de arrancarle la cabeza —admitió Lexie.167

—¿Qué opinan? ¿Qué creen que debería hacer?1

—Bueno... ahora que sé toda la historia, la verdadera historia, creo que


deberían recuperar el tiempo que tu madre les arrebató. 211
El hecho de que usara la misma palabra que Hunter, me hizo sonreír.
Arrebatar el tiempo que nos fue arrebatado... 130

—Lisa tiene razón, Ellie. Pueden volver a intentarlo. 1

—Pero... ¿qué pasará si las cosas no salen bien? —esa parte era la que
más me aterraba.43

—Nosotras estaremos ahí para apoyarte, y para patear el trasero de


Cross si es necesario.277

Me reí.1

—Sí, así que el resto solo depende de ti. Piensa que es lo que realmente
quieres.

—¿Y qué hay de Chase? —dije recordándolo—. Él siempre se ha


portado muy bien conmigo, me apoyó durante todo este tiempo... 156

—Estoy segura de que él lo entenderá —murmuró Lex—. No lo conozco


mucho, pero sé que él solo quiere lo mejor para ti. Lo único que Chase
quiere, es verte feliz.282

Al final, no pude evitar pensar en lo bien que me había sentido estando


así de cerca con él, pero el recuerdo de lo que había descubierto sobre
Hunter, acostándose con Dios sabe cuantas mujeres, inmediatamente
me hizo sentir mal.104

Lo extraño era que a pesar de todo eso, quería verlo. 17

Yo realmente... quería volver a verlo.


Capítulo 15
Hunter293

—Seis mujeres entre veintiún y veinticinco años, encontradas muertas en


un período de tres meses, con cortes en la vena yugular derecha. Todas
con heridas de diez centímetros en el cuello, producidas por cuchillos de
caza —exclamó el capitán Raymond, sentado sobre su escritorio—.
Hasta el momento, no hemos encontrado ninguna pista que nos lleve a
saber más sobre la persona detrás de estos asesinatos. No hay arma
homicida, no hay huellas en las escenas del crimen, y el único testigo es
una niña de ocho años que se niega a hablar. 762

En la sala de juntas había oficiales de policía y detectives, reunidos aquí


para hablar sobre el caso de un nuevo asesino en serie. Lo más
desconcertante, era que durante esos tres meses, la persona detrás de
estas muertes continuaba sin dejar un solo rastro. 120

—Vanessa Simons, veintidós años —espetó el detective Parks,


colocando la fotografía de una chica en el pizarrón—. Fue la primera
víctima encontrada sin vida en su departamento. El vecino al lado reportó
un mal olor proveniente del cuarto de la víctima, llevaba muerta dos
semanas cuando se dio aviso a la policía —tomó otra fotografía y la
colocó a un lado de la anterior—. Carol Davis, veinticinco años. Segunda
víctima encontrada sin vida en su departamento —agregó otra foto—.
Samantha Allen, veintiún años. Tercera víctima encontrada sin vida
en...207

—¿Por qué todas las víctimas son rubias? —preguntó un oficial, su


nombre era Paul.1.4K
—Esa es una buena observación —cuando el detective terminó de
colocar las fotografías de las seis mujeres en el pizarrón, se giró a
mirarnos—. Todas las victimas comparten ciertas similitudes.
Caucásicas, cabello rubio, delgadas, y no miden más de un metro
sesenta. Es indiscutible que el homicida solo busca mujeres con esas
características.719

—Otra relación en estos crímenes, es que todos han sucedido dentro del
barrio de Brooklyn —añadió la detective Pérez—. Así que el asesino
conoce muy bien el lugar.384

—El cuarto homicidio fue cometido en Midwood —comenzó Eva—. Hay


cámaras de seguridad en ese lugar. Sí las revisamos, quizás
podríamos...9

—Ya lo hicimos —la interrumpió Parks—. El sistema de seguridad del


área fue hackeado, las cámaras no estaban funcionando ese día. 159

—¿Cómo es posible que una persona no deje ni siquiera una huella de


zapato en el área del crimen? —inquirió otro detective, Marshall. 182

—Sabe lo que hace, casi puedo asegurar que esta persona tiene
demasiada experiencia en ser invisible. El homicidio de Vanessa Simons
sin duda no fue su primer asesinato, ya lo ha hecho antes. La pregunta
es, ¿por qué las similitudes entre sus últimas seis víctimas? 180

—Quizás está tratando de demostrar algo —propuso otra mujer, la


detective Robinson—. O tal vez quiere enviar un mensaje. 92

—¿Un mensaje? —soltó Pérez con un bufido—. ¿A quién?164

—No lo sé, quizás...5


—Esto es una pérdida de tiempo —exclamé en voz alta, ganando de
inmediato la atención de todos en el lugar.132

—¿Dijo algo, oficial Presley? —habló Parks, con un tono de voz bastante
molesto.214

—Sí. Dije que esto es una pérdida de tiempo —repetí igual que la
primera vez, en caso de que ese idiota padeciera de sordera—. En lugar
de estar aquí, hablando de lo que se habla todos los malditos días,
deberíamos estar afuera buscando al asesino de estas seis mujeres. 157

Parks sonrió y me miró fijamente desde su lugar. 2

—¿No escuchó nada de lo que acabamos de decir, oficial? Porque si no


lo hizo, se lo diré de nuevo de una forma más rápida; no tenemos
ninguna pista. Nada, cero. Y no sé si ya lo sabe, pero no podemos
buscar a una persona sin una pista que nos diga donde comenzar. 37

—Tres meses, seis víctimas, ¿y aun así, ninguna pista? —hice una
mueca y ladeé un poco la cabeza—. Definitivamente alguien no está
haciendo bien su trabajo.287

—¿Eso cree, novato? —soltó con burla. Ese imbécil seguía llamándome
novato, a pesar de llevar tres años y medio en el departamento de
policía—. En ese caso, ¿por qué no se convierte en detective y trata de
atrapar al asesino? Oh... es verdad, usted no es quién decide eso. Usted
y sus compañeros son quienes se supone deben proteger a esta ciudad,
¿qué han estado haciendo durante estos tres meses? ¿comer rosquillas
en sus patrullas?174

Bien, joder, eso sí que me hizo enfadar. Sobre todo porque no estaba de
muy buen humor. Me levanté de mi sitio y me acerqué a ese idiota. Iba a
romperle la cara.121
—Parks, Cross, este no es momento para una de sus escenas —se
quejó el capitán Raymond, interponiéndose entre nosotros—. La junta de
hoy no es para hablar sobre lo mismo de siempre, o para desacreditar el
trabajo de los oficiales de policía. Sí estamos aquí, es porque el día de
hoy se integra a nuestro equipo un destacado miembro del FBI, enviado
para apoyarnos a resolver este caso. 392

—¿El FBI va a meter de nuevo sus narices? —gruño Parks.24

—Adelante, pasa y preséntate —le dijo el capitán Raymond a alguien en


la puerta.8

Venga ya, esto tenía que ser una broma.143

—Mi nombre es Trevor Frost, tengo veintitrés años, mido un metro


ochenta y dos, y soy miembro del servicio de inteligencia del FBI. Es un
placer conocerlos.2.4K

Ahora era un poco más alto, igual de delgado, y su rostro tenía un


aspecto más maduro que antes. Había cambiado sus viejos anteojos
redondos por unos cuadrados, dejando finalmente atrás aquel aspecto de
Harry Potter, con el cual solía compararlo en el pasado. 226

—¿No quieres decirnos también tu signo zodiacal? —se burló uno de mis
compañeros.933

—Soy capricornio —respondió Trev sin notar el sarcasmo en esa


pregunta.1.4K

Después de vivir un año en España y después mudarme a Nueva York,


Trevor y su novia (quien no recuerdo cómo se llama) se mudaron a
Washington durante una larga temporada. Él ha sido mi mejor amigo
desde que éramos unos críos, por lo que a pesar de la distancia, mi
amigo el friki y yo seguíamos en contacto. 291

¿Por qué no mencionó que lo mandarían de apoyo?19

—El agente Trevor es uno de los mejores en su departamento —informó


Raymond—. Esperamos que con su apoyo, podamos encontrar algo que
nos lleve al asesino.6

—Daré lo mejor de mí —dijo Trev, mirándome con una sonrisa contenida


en su rostro.264

Perfecto, ahora que el pica-teclas estaba de apoyo en nuestro equipo,


esperaba que se pudiera resolver el caso de estos asesinatos. La idea de
seguir encontrando cuerpos de mujeres desangradas me hacía arder en
furia.159

—Bien equipo, a trabajar.17

*****4

—Debiste haber visto tu cara —se burló Trevor, encontrándose conmigo


al final de la jornada—. Fue como mirar El grito de Munch.170

—¿Por qué no me dijiste que venías a Nueva York? —me quejé.2

—Quería sorprenderte.2

—Odio las sorpresas —dije dándole un golpe en el hombro.16

—¡Ouch! ¿Tres años sin ver a tu mejor amigo, y así es como me


recibes?68

—¿Qué esperabas, un abrazo?126

—Pues sí, la verdad es que sí.221


Le di otro golpe, uno lo suficientemente fuerte como para que él hiciera
una mueca.19

Después de cambiarme el uniforme, Trevor y yo salimos de la comisaría


con Eva caminando detrás de nosotros. Llevaba siguiéndome todo el
maldito día, mirándome como si quisiera expresar algo que no se atrevía
decir. No necesitaba ser adivino para saber que aún estaba sintiéndose
mal por ser el detonante esa mañana, luego de irrumpir en mi
habitación.212

—No quiero ser grosero ni nada parecido, pero... ¿quién es la chica y por
qué no ha dejado de seguirnos? —exclamó Trevor, mirando a Eva un
poco confundido.169

Abrí la boca para responder, pero Eva se me adelantó. 1

—Soy Eva Prescott, tengo veintidós años, mido uno sesenta y ocho, y
soy compañera de Hunter —exclamó ella con una sonrisa en los
labios.529

—Mmm... veo que copiaste mi estilo.225

—Y vaya estilo. Hunter me ha hablado mucho de ti, es para mi un placer


conocer finalmente al famoso Trevor Pica-Teclas Frost.281

—Ahora me siento halagado. ¿Eva, verdad?1

—Sí. Espero que Hunter te haya dicho cosas buenas de mí. 28

—Bueno... —los ojos de Trevor se clavaron en los míos y luego volvió a


mirarla a ella—. Sí, sí, él me ha dicho solo cosas buenas de ti. 352

Fue como si Eva entendiera de inmediato la mirada que compartimos mi


amigo y yo.6
—Un momento —los ojos de la castaña me observaron con enfado—.
¿No le hablaste de mí a tu mejor amigo? ¿En serio?387

Dejé escapar un largo suspiro.

—No hablo mucho sobre mi vida personal, ya deberías saberlo.69

—¡Pero yo soy tu mejor amiga! Hemos sido amigos durante cinco largos
años.376

—Ahora que lo recuerdo, si te mencionó una vez —intercedió Trev.7

—¿Solo una vez? ¿Le hablaste de mí a tu mejor amigo, solo una vez? 125

—Eva, es suficiente. Deja de actuar como una novia dramática. 668

¿Cuál era su maldito problema? No era normal que ella actuara de esa
forma, casi parecía una niña pequeña haciendo un gran berrinche por
nada. Eva tragó saliva, e hizo falta de todo su esfuerzo para que no
terminara poniendo mala cara.79

Cruzó los brazos sobre su pecho y asintió con la cabeza.

—Tienes razón, lo siento. Ahora si me disculpan, tengo que irme. 161

—Eva...18

Pero ella dio media vuelta y comenzó a marcharse por la acera. La miré
con el ceño fruncido hasta que desapareció al dar vuelta en una
esquina.57

—¿Está bien que se vaya así? ¿No deberías ir tras ella? —exclamó
Trev.146

—Nah, ya se le pasará.347
—Mujeres —dijo encogiéndose de hombros—. Entonces... ¿cuál es tu
relación con esa chica? ¿están saliendo o algo así?110

—No, Eva es como mi hermana.261

—¿Cómo tú hermana? ¿Y que hay de mí? ¿Yo estoy pintado o qué? 553

Venga ya ¿en serio él también iba a ponerse así de dramático? 63

—Trev, no empieces tú también.9

Se echó a reír al ver la expresión de fastidio en mi rostro.1

—Solo bromeo. Yo sé que soy tu amor prohibido, pero no puedo


corresponder a tus sentimientos, le soy fiel a mi Lizzy —cuando me
preparé para golpearlo, retrocedió con una sonrisa burlona. 652

—Hablando de tu novia, ¿vino ella contigo? —le pregunté.3

—Sí. Fue a ver a Ellie y Lexie. Como aún no hemos encontrado un


departamento, creo que pasará la noche con ellas. En cuanto a mí... 140

—No.267

—Oh, vamos. ¿Vas a dejar que pase la noche en un hotel?14

—Sí.50

—Eres cruel, pero ya me he adelantado y he dejado mi maleta en tu


pieza.509

—¿Qué? ¿Cómo demonios entraste?23

—Le dije al tipo de la recepción que necesitaba la llave de tu


apartamento para hacer una revisión antidroga. Solo tuve que mostrarle
mi placa y una hoja en blanco, haciéndole creer que era una orden
judicial. El pobre se puso pálido, pero fue muy cooperativo. 760
—¿Me estás jodiendo?60

—Un poco, sí —palmeó mi hombro—. Cambiando de tema, ¿sabes


llegar a Jimmys Bar? Nunca he estado en Nueva York, así que no tengo
ni idea de donde esté ese lugar6

—¿Por qué quieres saber?1

—Es una sorpre... ¡auch! —chilló, después de recibir otro de mis


golpes—. ¡Recuerda que tengo la piel sensible! ¡Vas a dejarme el puño
tatuado!211

Sonreí al verlo retorcerse de dolor.

—Responde mi pregunta.

—Le dije a Chris que nos encontraríamos ahí con él, después del trabajo
—soltó, sobándose el hombro derecho—. Ahora que estamos los tres
juntos, tenemos que celebrar. ¿Y que mejor manera de celebrar, que
emborrachándonos?465

Sonreí.

—Te apuesto cincuenta dólares a que estarás ebrio con la segunda


cerveza.84

—Para que lo sepas, mi tolerancia al alcohol ha mejorado bastante. 55

—Ver para creer —me burlé.39

Jimmys Bar era un lugar pequeño, rustico y sofisticado, al que podías ir a


beber con amigos (o en mi caso), al que solía ir para conocer chicas. No
obstante, ese no era el objetivo esa noche, pues después de ver la
reacción de Annalise al descubrir mis distracciones, lo último que quería
hacer era continuar con aquella rutina de mujeriego. 371
—Entonces le dije: "Lizzy, creo que se te cayó la cabeza" —balbuceó
Trev, sosteniendo una botella de corona en su mano izquierda, y un
puñado de cacahuates en la derecha—. Y cuando ella miró al suelo para
buscarla, pensé: "Definitivamente es la correcta".2.2K

Yo tenía razón, Trevor estaba terminando apenas lo que era su segunda


cerveza y ya estaba ebrio. Él normalmente no bebe alcohol, por lo que su
tolerancia es demasiado baja.82

—Hombre, todavía no puedo creer que te vayas a casar —murmuró


Chris, también un poco ebrio. Ese idiota llevaba cinco cervezas, una
menos que yo—. Creí que los frikis vivían y morían solteros y vírgenes. 338

—No soy un friki, soy un geek —lo corrigió, con la boca llena de
cacahuates—. Y gracias a mi conocimiento, soy el mejor en el
departamento de inteligencia del FIBBI.592

—FBI —lo corregí—. ¿Cuánto tiempo más piensas seguir fanfarroneando


por eso?23

—Toda la vida. Es un gran logro para mí, ¿sabes? El segundo gran logro
en mi asquerosa vida, el primero fue que Lizzy aceptara casarse
conmigo. Quiero decir... ¡ella es hermosa! Aún no puedo creer que haya
aceptado. Normalmente a las chicas como ella no les atraen los chicos
como yo, así que es un milagro —levantó su botella—. ¡Es un milagro! 635

Chris y yo sonreímos, y levantamos nuestras botellas para acompañar a


nuestro amigo.108

—¿Cómo fue que te diste cuenta de que querías casarte con ella? —le
preguntó Chris muy serio y ebrio—. El matrimonio conlleva una gran
responsabilidad.134
Trevor soltó una escandalosa carcajada.

—¡Acabas de sonar como el tío Ben! 205

—¿Quién? —balbuceó el castaño.7

—¿Pues quién más? El tío de Peter Parker —inclinó su cuerpo sobre la


barra del bar y luego susurró—. Peter Parker es en realidad el hombre
araña.555

Chris y yo compartimos una mirada, antes de decir al unísono. 69

—Friki.160

—Volviendo a tu pregunta —continuó, echando un vistazo al interior de


su botella vacía de cerveza—. ¿Cómo me di cuenta de que quería
casarme con ella? Sencillo. Ella sabe hacer todo lo que yo no, y yo sé
hacer todo lo que ella no. Creo que nos complementamos a la
perfección. Además, siempre se ríe de mis chistes, sin importar que tan
malos sean. Y una vez mi abuela me dijo, "cuando encuentres a una
mujer se ría del chiste de las dos focas, no la dejes ir". 701

—Tú abuela nunca te dijo eso —solté.116

—Tienes razón, eso lo acabo de inventar.523

—¿Cuál es el chiste de las dos focas? —quiso saber Chris.33

Trevor sonrió.2

—Verás, eran dos focas en un... —comenzó.211

—Joder, si cuentas ese estúpido chiste una vez más, esta vez si te
dejaré mi puño tatuado en la piel, ¿me escuchaste?128
—Oh God nooo —exclamó con una expresión de horror, que
rápidamente se vio remplazada por una sonrisa—. Mierda, necesito otra
cerveza. ¡José, trame otra coro... ! 143

Lo obligué a bajar la mano antes de que el tipo de la barra lo escuchara. 1

—No vas a pedir otra cerveza, ya estás ebrio solo con dos. 4

Trevor frunció el ceño y miró a Chris. 1

—No estoy ebrio, solo estoy entrando en calor, Hunter. 231

—Soy Chris, idiota —murmuró él, lanzando un cacahuate en el aire para


después atraparlo con la boca.411

—Oh... —Trevor giró la cabeza para ahora sí, mirarme a mí—. No estoy
ebrio, solo estoy entrando en calor, Hunter. 307

—No —espeté, cuando de nuevo intentó llamar la atención de José. 1

—Bieeen, tú ganas —tomó otro puñado de cacahuates antes de


levantarse de su lugar en la barra—. Tengo que ir al baño, siento que mi
vejiga va a explotar en cualquier momento. ¿Se imaginan eso en las
noticias? "Chico muere en un bar, luego de que su vejiga explotara
debido al exceso de liquido retenido, es decir, pipí". 763

Después de que Trevor se alejara, Chris sonrió. 1

—Ese no es el baño —me dijo, señalando el camino que Trevor estaba


tomando. Solté el aire con fuerza y me preparé para levantarme—. Yo
iré, también necesito desechar liquido retenido, es decir, pipí —le dio un
último trago a su cerveza antes de seguirlo. 262

Una vez solo, le pedí al tipo de la barra (según Trev, su nombre era José)
otra cerveza. Apenas disfruté del primer trago, cuando una chica se
sentó en el taburete junto a mí. Era linda, muy linda. Tenía esa clase de
rostro fresco y llamativo, que era imposible de ignorar. Pidió una cerveza
y me miró con una mirada seductora. 367

—Voy a ser sincera —exclamó cruzando las piernas, sin importar que su
vestido rojo se subiera de más, mostrando tentativamente sus muslos—.
Estuve esperando tu llamada, pero creo que lo anoté mal, o decidiste no
llamarme nunca.170

Forcé una sonrisa en mis labios.

—¿Te conozco?446

La pelirroja frunció las cejas y sonrió con ironía. 90

—Bueno... sí. Nos conocimos aquí hace dos semanas, ¿no lo


recuerdas?10

—Paso la mayor parte del tiempo ebrio en este lugar —expliqué—. Así
que no, no te recuerdo.1

—En ese caso, permíteme refrescarte la memoria —me tendió una de


sus delicadas y femeninas manos—. Soy Anne, Anne Miller.1.5K

—Gusto en conocerte Anne, yo soy Hunter —dije sin más.63

—Oh vamos, ¿por qué estás siendo tan arisco? —hizo un puchero, al
igual que una niña pequeña—. La última vez fuiste muy amable conmigo.
Dijiste que tenía unas tetas muy lindas, e incluso me llevaste a conocer
tu departamento.327

La chica tenía unas tetas realmente grandes a pesar de ser tan delgada,
y no iba a mentir, eran unas tetas muy lindas, pero... sí, en mis
pantalones no hubo ninguna reacción.467
—Lo siento, realmente no lo recuerdo —solté, tratando de no sonar
grosero.3

—Está bien, no tienes porque recordarlo. Pero en ese caso, ¿qué te


parece sí repetimos lo que pasó ese día? Ya sabes... me compras una
cerveza, me dices cosas sucias al oído, y me llevas a tu departamento a
conocer la suavidad de tu colchón.360

Vaya, directo al grano. Hice una mueca y le di otro trago a mi cerveza


antes de responder.1

—Escucha Anna... —comencé.224

—Anne —me corrigió ella.68

—Anne —repetí—. No quiero ser o sonar grosero, pero no vine aquí con
la intención de buscar a una chica con la cual follar. Estoy aquí con unos
amigos.51

—Oh, ¿en serio? —asentí—. Ya veo, en ese caso, te dejaré mi número


para que...27

—No es necesario, no te voy a llamar.253

—Pero...2

—El baño de hombres huele a mierda —exclamó Trevor, dejándose caer


en su lugar en la barra—. Lo juro, fui a mear y casi termino vomitando.
Pero hey, conocí a un tipo muy agradable que se ofreció a llevarme al
baño de hombres, cuando estuve a punto de entrar al de mujeres. 897

—Ese tipo era yo —gruñó Chris, sentándose también en su lugar.1.1K

—¿Ellos son tus amigos? —murmuró la pelirroja.14

En serio, ¿cuándo planeaba irse?2


—Woah, te dejamos solo cinco minutos, ¿y ya conseguiste una chica? —
Trevor chasqueó la lengua—. ¿Qué crees que dirá Ellie cuando se
entere?380

—¿Quién es Ellie? —preguntó la chica.336

—Su novia —respondió Trevor—. Bueno, su exnovia. Pero este tipo que
ves aquí, todavía está loco por ella. ¿Me dijiste que habías vuelto a
buscarla, no es así?423

Christopher casi escupió su trago de cerveza.256

—¿Así que finalmente la buscaste? —me preguntó a mí—. Hombre, creí


que nunca lo harías. Ya era hora, felicidades. ¿Un brindis o qué? 424

—¿Así que por esa razón no dejabas de llamarme Ellie, el día que me
llevaste a tu departamento? —se quejó la pelirroja.1.4K

—Anna...18

—Mi maldito nombre es Anne, idiota.189

—Bueno, me importa una mierda —solté, no tenía porque darle


explicaciones a ella.452

Anna, o Anne, o como se llame, tomó el trago de un tipo junto a ella y sí,
como era de esperarse, me lanzó el contenido en la cara.
Afortunadamente alcancé a cerrar los ojos antes de que lo que parecía
ser vodka entrara a mis ojos.155

—Púdrete, imbécil —espetó antes de marcharse.31

—Woah, woah, woaaah —exclamó Trevor—. Que se armen los pinches


chingadazos.2.3K
—¿Por qué las chicas siempre te lanzan sus bebidas a la cara? —
murmuró Chris, recordando viejas anécdotas—. Yo en su lugar, te habría
dado un puñetazo en toda la cara.211

—Mierda —dije, limpiándome el rostro con una servilleta. 1

—Chicos, ¿ya les dije que conocí a un tipo muy amable que me dijo
donde estaba el baño de hombres? —repitió Trevor.742

—Ya te dije que ese tipo era yo —volvió a gruñir Chris—. La próxima vez
dejaré que entres al de chicas, así ellas te darán una paliza. 202

—Odio el Smirnoff de tamarindo —me quejé cuando sentí el sabor del


trago que me habían lanzado a la cara—. ¿A quién cojones le gusta esa
mierda?386

—Lo juro, el tipo fue excesivamente amable —continuó Trev—. Me salvo


de recibir una paliza por entrar al baño de mujeres. ¿Qué iba a pensar mi
Lizzy cuando se enterara?626

—Joder friki, me están dando ganas de molerte a puñetazos. 76

—Más respeto, que Trev no es un friki, es un geek —murmuré.405

Chris comenzó a reírse.1

Después de un par de cervezas más, (solo una en el caso de Trevor), el


idiota numero uno plantó las manos sobre la barra y se levantó de su
lugar.12

—Ya está, lo he decidido.69

Trevor dio un respingo y yo solo lo miré. 2

—¿Qué has decidido? —le pregunté.1


—Primero que nada, ¿qué hora es?85

—Son las... —Trevor frunció el ceño al mirar el reloj en su muñeca—.


¿Nueve veinte?304

Asentí con la cabeza después de comprobarlo.1

—Bien. Ahora, levanten sus culos y vengan conmigo. 79

—¿Por qué?

—Porque la única joyería que conozco cierra a las diez. 582

—¿Joyería? —repitió Trev—. ¿Para qué?

—Voy a comprar un anillo de compromiso.404

—Chris, ya te dije que lo nuestro no puede ser. Yo voy a casarme con


Lizzy.1.1K

Esta vez fue Chris quien le dio un golpe en el hombro a Trevor, quien de
inmediato hizo una mueca de dolor.

—No es para ti, imbécil. Es para Lex. 928

Debido al alcohol en nuestro sistema, Trevor y yo tardamos unos minutos


en procesarlo.31

—¿Qué? —dije finalmente.2

—¿Qué? —dijo también Trev.71

—Voy a pedirle a Lex que se case conmigo. 247

—¿Te volviste loco? Ustedes ni siquiera están saliendo, ¿no es así?

—Quiero saltarme la etapa del noviazgo. 411

—Hombre...15
—¿Sabes qué? Sí le propones matrimonio a Lex, podríamos hacer una
boda doble —propuso Trevor—. ¿Te lo imaginas? Boda doble con
temática de Star Wars. Yo sería Anakin y mi Lizzy Padme, y Lex podría
ser Leia y tú Han Solo.859

—Solo una vez en mi vida vi una película de Star Wars y me quedé


dormido —murmuró Chris—. Pero me agrada tu idea, solo que yo quiero
ser Darth Vader.419

—No puedes. Yo seré Darth Vader.

—Dijiste que serías un tal Anakin.18

—Anakin es Darth Vader.124

—¿En serio?94

—Bien, los dos siéntense —intervine—. Chris, no iremos a comprar un


anillo, estás demasiado ebrio como para pensar con claridad. 14

—Estoy pensando con claridad —se defendió—. Llevo pensando en esto


desde hace mucho tiempo. ¿Por qué crees que sé que hay una joyería
que cierra a las diez?269

—¿Estás seguro?

—Seee, muy seguro. Ahora andando, mi auto está afuera. 67

—¡Todos al batimóvil! —exclamó Trev.968

El auto de Chris era un Mercedes Benz Clase A de color gris, que estaba
estacionado a unas calles de Jimmys Bar. Después de que los tres nos
abrochamos los cinturones de seguridad, fruncí el ceño al notar que el
coche no se estaba moviendo.127
—¿Por qué tienes botes de plastilina Play Doh en tu guantera? —
preguntó Trevor, desde el asiento del copiloto—. Oooh, estas cosas
huelen a galletitas.362

—Son de Valentina —explicó Chris a mi lado, en el asiento trasero del


Mercedes.284

—¿Esto es comestible, no?150

—Ni se te ocurra friki, te mataré si lo haces. 1

—¿Ah, por qué harías eso?1

—Porque Valentina me dijo que cuidara sus Play Doh, sobre todo la
rosada.299

—¿Entonces me puedo comer la azul?583

—No.2

—¿Quién será el conductor designado? —exclamé al notar que el


asiento estaba vacío.376

—Paso —soltó Trev.2

—Paso —soltó también Chris.1

—Joder... pediré un Uber.344

Al llegar a la joyería me di cuenta de dos cosas, la primera era que, como


había dicho Chris, al parecer él era cliente frecuente en este lugar (digo
cliente, porque aunque nunca compraba nada, solía venir muchas veces
a ver un mismo anillo en particular), y la segunda, era que los
trabajadores del lugar sabían que los tres estábamos ebrios, y querían
vendernos algo a como diera lugar. 254
Mientras Chris y Trevor hablaban con el encargado de la joyería,
discutiendo sobre cosas que no tenían nada que ver con el anillo que
Chris había venido a comprar, yo me acerqué a una vitrina y miré algo
que llamó mi atención. Quizás no debí mirar aquello demasiado tiempo,
porque una mujer cincuentona se acercó a mí. 32

—Es un anillo muy bonito, ¿no lo cree? —exclamó—. Son catorce


quilates de oro blanco, con siete puntos de diamantes. ¿Quiere que se lo
muestre?334

—Solo estoy mirando.212

Por más ebrio que estuviera, no conseguirían hacerme comprar algo a mi


también.135

—Al verlo pensó en alguien, ¿me equivoco?148

—Mmm...35

—¿Quién es ella? —insistió. Cuando no dije nada, la mujer de cabello


castaño y bolsas bajo sus ojos sonrió, y abrió la vitrina de cristal para
mostrarme el anillo que tanto había estado mirando—. Sí ella tiene
manos delgadas y exquisitas, este modelo es el mejor. Es bastante
sencillo, pero tiene una belleza muy peculiar. 86

Me pasé una mano por el pelo.3

—Mi amigo el de allá, es quien está buscando un anillo. Yo no... 1

—El matrimonio no es solo la unión de dos personas ante la ley —me


interrumpió—. Trata también de proteger y cuidar de una persona en las
buenas y en las malas, respetarla y amarla, incluso en las circunstancias
más adversas.239
—No es mi novia —murmuré—. Es... es complicado.231

—Reconozco la mirada de un hombre cuando está enamorado —en


serio, esta mujer realmente quería venderme ese anillo a como diera
lugar—. Cuando yo me casé, tenía solo diecinueve años. Claro que eran
otros tiempos, pero en ese momento mi esposo y yo estábamos
profundamente enamorados. La boda fue pequeña y hermosa, solo
invitamos a nuestros conocidos y...135

—Celia, deja de abrumar al chico con tus historias —la interrumpió otra
mujer cincuentona—. Sí no te gusta este modelo, tenemos otros de este
lado.152

—No estoy buscando un anillo.

—Este de aquí es de oro blanco de quince quilates, con doce puntos de


diamante —continuó—. Es de origen Indio. Dicen que los Indios tienen
como costumbre...129

—Está bien, me llevaré el primero —exclamé, para que las dos mujeres
se callaran.1.2K

Comenzaba a darme jaqueca.3

—Hiciste una muy buena elección.15

En realidad, estaba bastante ebrio como para darme cuenta de lo que


estaba haciendo, no obstante, supuse que no tenía nada de malo
comprar un anillo.131

Después de todo, entre mis planes estaba convertir a Annalise en mi


esposa así que... ¿por qué cojones no?
Capítulo 16
Ellie207

Desde que Valentina cumplió cinco años de edad, nuestros fines de


semana consistían básicamente en ordenar comida rápida a domicilio,
comer helado de chocolate o vainilla, y ver alguna película en Netflix. El
problema era que, desde que se anunció Frozen 2, Valentina había
comenzado a interesarse en la primer película y no hacía más que verla
una y otra vez. 257

Esa noche, era la octava vez que me tocaba verla. La película no era
mala, cabe decir, todo lo contrario. Sin embargo, empezaba a odiar el
hecho de saberme la mayoría de los diálogos de memoria e incluso las
canciones, y lo peor de escuchar Let it go, y Do you want to build a
snowman?, era que al día siguiente, difícilmente podía sacármelas de la
cabeza336

Dejé escapar un largo suspiro y le di un pequeño bocado a mi trozo de


pizza con piña. Lisa se encontraba recostada en el sofá de una pieza,
mirando la película más entretenida que una niña pequeña. Valentina ya
estaba dormida en los brazos de su madre, en el sofá de dos piezas. Y
yo, yo estaba recostada en el sofá reclinable, con mis ojos a medio
cerrarse.144

Faltaba muy poco para que la película terminara, cuando noté música y
voces de hombres cantando, que provenían del exterior del apartamento.
La primera en fruncir el ceño fue Lexie, quien se levantó con cuidado de
su lugar, tratando de no despertar a su hija. Minutos después, regresó a
la sala haciendo un gran esfuerzo por no reír.939
—No van a creer lo que está sucediendo allá afuera —nos dijo a Lisa y a
mí.141

—¿Te refieres al escandalo que no me ha dejado disfrutar la película? —


gruñó Lisa—. ¿Qué es, por cierto? ¿Algún borracho decidió traerle
serenata a su mujer?369

—Eso parece —respondió Lexie—. Y no es solo un borracho, son tres.875

En ese momento, una de las voces trató de alcanzar la nota alta de una
canción en español, fallando terriblemente en el intento. Uff, sea quienes
fueran los borrachos de allá afuera, requerían con urgencia unas buenas
clases de canto.543

—¿Quiénes son los escandalosos? —quise saber.53

—Uno es un abogado estúpido que no tiene los cojones suficientes para


pedirme una relación seria, el otro es un tipo demasiado friki, y el último
es un sexy policía —exclamó.1.2K

Las tres compartimos una larga mirada, para después romper a reír a
carcajadas.80

—¿Es una broma? —le pregunté a Lexie, pero ella negó con la cabeza. 7

—Ya decía yo que esa voz de pato me era conocida —murmuró Lisa—.
Trevor nunca logra alcanzar la nota alta de esa canción, pero lo hace con
sentimiento, que es lo importante.657

—¿Vamos a dejar que hagan el ridículo toda la noche, o vamos a ir a la


ventana para saber que es lo que quieren? —dije con una sonrisita en
mis labios.72
—La primer opción suena interesante —habló Lexie—. ¿Cuánto tiempo
creen que sea necesario para que algún vecino decida tirarles un cubo
de agua en la cabeza?144

—Prefiero no averiguarlo, Trevor es muy propenso a pescar resfriados,


no quiero que mi bebé se enferme —soltó Lisa, levantándose de su lugar
a toda prisa.735

Lisa y yo nos reímos, y la seguíamos a la cocina. Una vez ahí, me


encargué de abrir la ventana sobre el fregadero, para posteriormente, las
tres asomar un poco la cabeza. Lexie tenía razón, fuera del apartamento,
en plena calle, estaban Christopher, Trevor y Hunter, afuera de un coche
que no conocía. Debido a que Lexie y yo vivíamos en la segunda planta
del edificio, fue fácil ver sus rostros. Efectivamente, los tres estaban muy
borrachos.138

Al notarnos, Trevor dio un respingo y se inclinó sobre la ventanilla del


coche.

—Rápido Bob, pon la canción que te dije —lo escuchamos decir.874

Segundos después, comenzó a sonar música disco. I Will Survive, si no


me equivoco. Trevor abrió la boca para cantar, pero frunció el ceño y
volvió a inclinarse sobre la ventanilla.271

—No, esa no, la que te dije después —volvió a decirle al conductor.748

La música se detuvo durante un rato, antes de que comenzara a sonar


otra canción. Una que no conocía en absoluto, pero que sin duda había
escuchado alguna vez, en alguna parte. Chris abrió los ojos sorprendido,
levantó los brazos sobre su cabeza y empezó a cantar. 19
—¡Chala, head chala, no importa lo que suceda siempre, el ánimo
mantendré!986

Lexie, Lisa y yo fruncimos una vez más el ceño. ¿Qué clase de serenata
era esa? Trevor, al notar de nuevo que esa no era la canción que él
esperaba, volvió a inclinarse sobre la ventanilla del auto, y esta vez, se
introdujo dentro. Por un momento solo pudimos ver sus piernas
agitándose. Cuando volvió a salir, sonrió satisfecho cuando comenzó otra
canción.375

—Si nos dejan —empezó a cantar Trevor en español—, nos vamos a


querer, toda la vida.1.4K

Chris frunció el ceño y se giró a mirarlo muy molesto. 2

—Oye, esa no me la sé —se quejó.536

—Si nos dejan —continuó Trevor, ignorando por completo a Chris—, nos
vamos a vivir, a un mundo nuevo. Yo creo podemos ver, el nuevo
amanecer, de un nuevo día.312

—¡Dije que esa no me la sé, friki idiota! —se quejó de nuevo Chris,
golpeando el hombro de Trevor con fuerza. 488

—¡Auch! —se quejó ahora Trevor, sobándose el lugar adolorido—. ¿Por


qué siempre me pegan en ese hombro? ¡Se me va a caer! 519

Fue entonces cuando dirigí mi atención a Hunter, quien estaba callado,


recargado en el capo del coche, con las manos en los bolsillos de su
pantalón, y una sonrisa arrogante en su rostro. De los tres, él era el más
tranquilo.499

Esa noche, se veía exageradamente hermoso. Vestía una camiseta


blanca, con una chaqueta de cuero negro encima; pantalones de
mezclilla oscuros, rotos de las rodillas; y pesadas botas de motociclista.
Justo como en los viejos tiempos, pensé. 426

Nos miramos a los ojos durante un largo rato, antes de que el muy idiota
me guiñara un ojo. Eso me hizo salir de mi embobamiento momentáneo.
Pestañeé varias veces y tragué saliva.205

—¿Qué están haciendo? —le pregunté sin hablar, moviendo solo mis
labios.2

—No tengo idea, pero me estoy divirtiendo —respondió igual que yo.429

Sonreí y negué con la cabeza.1

—Suficiente, tenemos que ir detenerlos antes de que alguien llame a la


policía —soltó de pronto Lexie —. Además, Trevor y Chris se están
peleando, y a Hunter parece importarle un cacahuate que esos dos se
maten a golpes, porque parece estar muy ocupado mirándote embobado
—me dijo a mí.548

Inevitablemente, me sonrojé.3

—¿Se están peleando? —preguntó Lisa, alarmada—. Creí que estaban


bailando.1.3K

Después de discutirlo, tanto Lexie, como Lisa y yo, decidimos bajar para
finalmente detener aquel espectáculo, en plena calle, a las casi doce de
la noche. Afortunadamente, Chris y Trevor habían dejado de pelear
cuando llegamos. Ahora estaban cantando la segunda canción que había
cantado Chris, solo que esta vez, Hunter también se les había unido. 448

—¡Chala, head chala! ¡Vibrante mi corazón siente emoción, haré una


genkidama! —cantaron los tres al unísono.1K
Cuando el conductor del auto nos vio a las tres, juntó sus manos sobre el
volante y cerró los ojos, como si le estuviera agradeciendo a un ser
todopoderoso.486

—Gracias a Dios, comenzaba a pensar que tendría que escucharlos


cantar durante toda la noche —exclamó aquel hombre de la tercera
edad.244

—Lo sentimos —se disculpó Lexie.

—Gracias por traerlos a casa sanos y salvos —murmuró Lisa.1

—Y por soportarlos durante todo este tiempo —agregué yo.40

—No fue nada, mientras la carrera siga en curso, la tarifa sigue


subiendo.353

Hice una mueca, no quería ni pensar en que tan caro iba a salir
ese Uber, pero por la expresión del conductor, supuse que la tarifa iba a
ser muy, muy alta.1

—¿Cuánto...? —comencé.1

Pero antes de que pudiera terminar, Hunter ya estaba a mi lado, sacando


tres billetes de cincuenta dólares de su billetera. 233

—¿Con esto es suficiente? —preguntó Hunter, arrastrando un poco las


palabras.41

Los ojos de aquel hombre se abrieron de par en par. 3

—Bueno...2

—Está bien, quédate con el cambio —continuó, dándole el dinero.104


Quise darle un buen golpe por regalar su dinero de esa forma, pero él me
llevó lejos del auto antes de que pudiera hacerlo. Cuando Hunter deslizó
una de sus manos por mi cintura, para luego pegarme a su cuerpo, todo
mi enojo quedó completamente en el olvido. Había olvidado lo bien que
se sentía que me tocara, aún por encima de mi pijama de seda rosada. 216

Lexie y Lisa se llevaron a Chris y a Trevor dentro del apartamento, pero


Hunter y yo nos quedamos afuera. Podía invitarlo a pasar dentro y decirle
que se quedara a dormir conmigo, o podía llamar un nuevo Ubery
enviarlo a su casa.96

—Hunter... —comencé.3

—Te extrañé —murmuró él, mirándome fijamente a los ojos. 418

Mi corazón se aceleró, pero me fue imposible apartar la mirada de la


suya.1

—¿Quieres entrar? —le pregunté finalmente.4

Él arqueó una de sus oscuras cejas.

—¿Puedo? —asentí con la cabeza—. Mmm... mejor vamos a mi


departamento.214

—Mañana tengo que trabajar, y tú también —le recordé—. Además, ya


es tarde, tenemos que dormir.11

—No quiero dormir —murmuró, acercando su boca a la mía—. Quiero


estar contigo.309

Eso me hizo sonreír, no por lo que dijo, sino porque era obvio que estaba
borracho.37
—Te aseguro que en cuanto tu cabeza toque la almohada, vas a dormirte
como un bebé.5

—Mmm...80

—Mmm... —lo imité, y Hunter sonrió.325

—De acuerdo, vamos a dormir.14

Con eso, lo tomé de la mano y lo llevé al interior del apartamento.


Subimos las escaleras a la segunda planta, y después abrí la puerta de
nuestro piso. Trevor estaba sentado en el sofá reclinable, con Lisa frente
a él, ella tenía los brazos cruzados sobre su pecho. Chris estaba en la
cocina, intentando abrazar a Lexie, mientras ella fruncía el ceño. Y
Valentina, ella seguía profundamente dormida en el sofá de dos plazas,
con un poco de saliva deslizándose fuera de su boca. Sonreí un poco al
recordar que Valentina solía tener el sueño muy pesado. Incluso una vez
se cayó de su cama, y ni siquiera se despertó. 737

—Bien, creo que lo mejor será que Lisa y Trevor se queden en mi


habitación —murmuró Lexie, empujando a Chris lejos de ella—.
Valentina, Chris y yo, nos quedaremos en la habitación de Valentina, y
bueno... —cuando sus ojos se encontraron con los míos, me sonrojé—.
Hunter puede quedarse en tu habitación.226

Lisa se levantó de su lugar y jaló a Trevor con ella. No sabría decirlo,


pero se veía molesta. Quizás porque Trevor no era de esos hombres que
se emborrachaban, así que seguramente, el hecho de verlo borracho esa
noche, le molestó. Por otra parte, Lexie se acercó al sofá donde se
encontraba Valentina y se inclinó para cargarla, pero Chris fue más
rápido.12

—Yo la llevaré —dijo él.64


—Sí la dejas caer, te juro que te mataré —gruñó Lexie.80

—No voy a dejarla caer, primero me corto un pie. 424

Dicho aquello, Chris, Lexie y Valentina desaparecieron por el pasillo


frente a nosotros.13

Cuando solo quedamos Hunter y yo, lo volví a tomar de la mano y lo


obligué a caminar en dirección a mi habitación. Me sentía muy nerviosa.
Era la primera vez que Hunter estaba en mi apartamento, y también era
la primera vez que conocería mi habitación. 36

No me molesté en encender las luces, pues debido a la hora, todo lo que


quería hacer era dormir. Hunter se deshizo de su chaqueta, después de
sus tenis, y por último, también decidió quitarse la camiseta. La luz que
se filtraba a través de las cortinas no era mucha, pero me permitió ver su
torso desnudo, cubierto de tatuajes. Mis manos comenzaron a temblar,
con un fuerte deseo de tocar los músculos de su pecho y abdomen, pero
me contuve de hacerlo. Hunter se dio cuenta de cómo estaba mirándolo
y sonrió.107

—Si quieres tocarme, puedes hacerlo. Después de todo, todo esto es


tuyo —exclamó, señalándose a sí mismo.1.1K

Casi puse los ojos en blanco.1

—Es tarde, deberíamos dormir —dije, tratando de no mirarlo fijamente.7

—Espera... —murmuró, tomándome por la cintura—. ¿Puedo besarte?268

—¿Por qué sigues preguntando si puedes besarme? —quise saber.17

—Porque no quiero hacer algo que te moleste —respondió.302


—Me molesta que preguntes si puedes hacerlo —confesé—. Deberías
solo besarme.458

Hunter no dijo nada, pero me miró como si no entendiera. Luego de unos


segundos, tragó saliva, enredó sus dedos en mi cabello y me besó. Fue
un beso casi salvaje, sus labios se movieron sobre los míos con
ferocidad, como si hubiera estado deseando besarme durante mucho
tiempo. Deslicé mis manos desde su pecho hasta su cuello, para unirme
más a él.62

Todavía estaba un poco molesta después de lo que descubrí esa


mañana. Saber que él había estado acostándose con no sé cuantas
mujeres, me hacía sentir furiosa y asqueada, pero al mismo tiempo, no
podía evitar decirme a mí misma que él había estado en todo su derecho.
Nosotros no estábamos saliendo en ese entonces, y tampoco estábamos
saliendo ahora.383

En otras palabras, no tenía porque enojarme y reprocharle por cosas que


él había estado haciendo. A fin de cuentas, yo pude haber hecho lo
mismo, sin embargo, no lo hice. Fue decisión mía no salir
románticamente con alguien más, así como también fue decisión mía no
tener intimidad con otra persona.196

La simple idea de que alguien me tocara, me causaba pánico y terror. Lo


extraño era que con Hunter, ese miedo simplemente desaparecía de mi
mente, y todo lo que quería era que me tocara más y más, hasta tener
suficiente.16

La pregunta era, ¿cuándo iba a tener suficiente de él?188

Cuando Hunter me recostó sobre la cama, y luego se colocó sobre mí,


creí que seguiría besándome hasta volverme loca, pero en su lugar,
enterró la cara en el hueco de mi cuello y aspiró profundamente. Sus
brazos me rodearon con fuerza y me abrazó con seguridad,
manteniéndome lo más cerca de él posible. No dije nada, solo me quedé
muy quieta.155

—No saber cuánto extrañé tu olor —murmuró. Si antes estaba


arrastrando las palabras, ahora lo hacía más. Sonaba incluso un poco
somnoliento—. Hueles a hogar —continuó, cerrando los ojos—. Hueles a
hogar...1.1K

Entonces, solo así, se quedó dormido. 509

***9

Desperté después de sentir la garganta seca. Necesitaba con urgencia


algo que la refrescara, así que abrí los ojos solo para encontrar el rostro
de Hunter a una distancia extremadamente corta de mi cara. Él estaba
dormido, acostado sobre su pecho, con una mano en mi cintura y una de
sus piernas entrelazada con las mías. No pude evitar pensar en lo bien
que dormí esa noche, pues no tuve ninguna pesadilla, y probablemente
habría seguido durmiendo, si no fuera porque de verdad tenía mucha
sed.228

Me levanté de la cama con cuidado de no hacer ningún movimiento


brusco y salí a la cocina en busca de un poco de agua. Mientras
refrescaba mi garganta, pensé en muchas cosas. Pensé en mi madre en
el hospital, en la orden de restricción contra Hunter, en los mensajes de
mi padre que tanto había estado ignorando, en mi trabajo, y también
pensé en Michael.223

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, y para evitar sentir aquella


sensación de miedo y ahogo, decidí cambiar mis pensamientos a otra
dirección. Así que pensé en Hunter, por ejemplo. Pensar en él me hacía
sentir segura, y ni siquiera sabía porque.36

Recuperar el tiempo que nos fue arrebatado, pero... ¿es eso realmente
posible? ¿Qué haría él al descubrir que Hunter y yo podríamos estar
juntos de nuevo? ¿Nos dejaría ser felices? Cansada de tanto pensar,
terminé de beber mi vaso de agua y regresé a mi habitación. 226

Hunter estaba sentado en la cama, con el ceño ligeramente fruncido,


mirando el lado del colchón donde yo había dormido. Seguramente
estaba preguntándose donde estaba yo, cuando notó mi presencia junto
a la puerta. Su cara de recién levantado, era la cosa más hermosa que
había visto nunca.404

—¿Dónde estabas? —murmuró con voz ronca, todavía un poco


adormilado.249

—Fui a beber agua —al mirar el pequeño reloj sobre mi cama, me di


cuenta de que todavía era muy temprano—. ¿A qué hora entras a
trabajar? —le pregunté.5

—Ocho.46

—Yo también —dije sonriendo—. Aun tienes tiempo para seguir


durmiendo.1

—No quiero dormir —exclamó, ahora totalmente despierto. 359

Tragué saliva y lo miré. Quizás era solo mi imaginación, pero casi podía
sentir una rara y extraña sensación de electricidad y magnetismo flotando
en el aire. Supuse que gran parte se debía a la manera en la que él me
miraba. Era como si me deseara todo el tiempo, como si en realidad
fuese verdaderamente difícil para él no tirarme a la cama y devorar todo
de mí.135

Dejándome llevar por la situación, me subí a la cama y coloqué una


pierna a cada lado de su cuerpo, de forma que terminé sentada a
horcadas sobre él. Hunter no dijo nada, pero no dejó de mirarme en
ningún momento. Sus manos recorrieron mi espalda y luego enterró su
rostro a mi cuello, olfateando de nuevo mi olor. Hueles a hogar, había
dicho antes.167

Si de algo era consciente, era de la erección que presionaba fuertemente


contra sus pantalones. Me había dado cuenta de eso incluso desde
antes, pero ahora que estaba sobre él, también podía sentirla. Pasé mis
brazos por su cuello y comencé a rozar nuestros cuerpos, lentamente.
Hunter se tensó y soltó el aire con fuerza. Mi pijama consistía solo de un
camisón de seda hasta la mitad de los muslos y bragas de algodón, por
lo que solo hizo falta que él tomara el dobladillo del camisón para
sacármela por la cabeza.183

Mis pechos no eran grandes, pero tampoco pequeños, eran (según yo)
de un tamaño completamente normal. Muchas veces me había sentido
avergonzada por no tener la clase de cuerpo que a la mayoría de los
chicos les atrae, el mismo Hunter me había dicho una vez que a él le
gustaban las chicas exuberantes, pero, a pesar de haber dicho eso,
siempre parecía fascinado a la hora de verme y tocarme. Me hacía sentir
que no importara el cuerpo que tuviera, él siempre se sentiría atraído por
mí.630

Después de quedar solo en bragas, Hunter inclinó la cabeza para


comenzar a lamer y chupar uno de mis pechos. Enredé mis dedos en su
cabello y eché la cabeza para atrás, disfrutando de aquella mágica
sensación. Sí había algo que me gustaba de él, era que no se contenía a
la hora tenerme entre sus brazos. Su boca chupaba y tiraba de mi pezón
con fuerza, sin ninguna pisca de delicadeza, y en lugar de doler, me
hacía sentir más excitada.430

Mientras él se concentraba en mis pechos, yo continué moviendo mi


cuerpo sobre el suyo, sintiendo su erección crecer cada vez más y más.
Era algo que estaba volviéndome loca. 58

De pronto, planté las manos sobre su pecho y lo empujé hasta que su


espalda tocó el colchón. Nuestras respiraciones eran un desastre, aun
así, me incliné encima de él y comencé a besar la base de su cuello. Sus
manos subían y bajaban por mi espalda, y sus dedos parecían querer
enterrarse en mi piel. Besé su cuello durante un rato más, hasta que opté
por descender con mis besos a su cuerpo.179

Desde que Hunter y yo éramos solo unos adolescentes, siempre


fantaseé con hacer algo que, hasta hace cinco años, me daba vergüenza
intentar. No obstante, esta vez, no me sentía para nada avergonzada, así
que continué con un camino de besos por su pecho, hasta su abdomen,
y finalmente me detuve. Sus ojos azules me observaron con curiosidad y
lujuria, mientras que yo me encargaba de desabrocharle los pantalones.
Su respiración aumentó significativamente cuando se dio cuenta de mis
intenciones, pero no me detuvo.739

Cuando terminé de bajarle los pantalones, hasta liberar su erección,


rodeé su miembro con una de mis manos y comencé a deslizarla de
arriba a bajo una y otra vez. Hunter tragó saliva ruidosamente, mientras
su pecho subía y bajaba con dificultad. Acerqué mi boca a su miembro y
pasé la lengua por la punta, lo que hizo que él soltara algo parecido a un
gemido, para después echar la cabeza hacia atrás. Su reacción me
excitó todavía más, y aunque no sabía que era lo que ellos sentían
cuando hacían esto, supuse que le había gustado. 516

Decidí lamer una vez más, antes de meterme un poco de eso a la boca.
No sabía mal, quizás un poco salado, pero no era desagradable. Y
aunque yo era una inexperta haciendo algo como esto, me dije a mí
misma que era lo mismo que chupar una paleta helada. 936

Sintiéndome una persona valiente, introduje su miembro de nuevo en mi


boca, arriesgándome a ir un poco más lejos esta vez. Una de sus manos
salió disparada a mi cabeza, tomando un puñado de mi cabello para
después tirar de él con fuerza. Sonará extraño, pero por alguna extraña
razón, que él hiciera eso, me gustó. Podía sentir la humedad
acumulándose en mis bragas.415

Seguí lamiendo y chupando todo de él con energía y vigor durante un


rato más, hasta notar que Hunter estaba a muy poco de alcanzar el
clímax. Tuve arcadas más de una vez, pero no me importó. Verlo en ese
estado, tan expuesto y desesperado por mis caricias, era
verdaderamente un deleite.1.3K

—Annalise... —murmuró con esfuerzo, tenía la voz más ronca que


nunca—. Nena, no quiero correrme en tu boca... 682

A pesar de no haber hecho esto nunca, quería tener toda la experiencia.


Además, ¿qué tan malo podía ser? Ignorando sus palabras, continué
haciendo lo mío hasta que lo sentí. Su miembro se hinchó por unos
segundos, antes de comenzar a correrse a chorros calientes en mi
garganta. Traté de tragar lo más que pude, pero al final me eché para
atrás y sentí aquel liquido caliente deslizándose por mi boca. 734
Hunter gruñó y gimió con salvajismo durante el tiempo que se corría.
Apretó los dientes con fuerza y cerró los ojos. 127

Satisfecha con lo que había logrado, volví a sentarme a horcadas sobre


él, con una sonrisita arrogante en mis labios. Hunter tardó un par de
minutos en recomponerse, para después sentarse de nuevo en la cama,
de forma que nuestros rostros estaban frente a frente. 4

Por un breve instante, me dio la impresión de que estaba un poco


avergonzado. Entonces, su expresión se vio remplazada por una
diferente, sus ojos brillaron con deseo, mientras miraba mi boca. Con su
dedo pulgar derecho limpió una gota de su semen que tenía yo en la
comisura de mis labios, y yo me llevé su dedo a la boca antes de que él
pudiera decir algo.647

Sus ojos me miraron con increíble fascinación.2

—¿Qué estás haciendo conmigo? —exclamó.252

—¿Lo hice bien? —le pregunté, solo para estar segura.108

Me acomodó un mechón de cabello rubio detrás de la oreja, antes de


responder.2

—Sí antes ya estaba loco por ti, ahora estoy desquiciado —sus manos
se apretaron en mi cintura—. Nunca creí que podría llegar a amar tanto a
una mujer.647

Mi rostro se sonrojó, y fue ahí cuando comencé a sentirme avergonzada. 2

—¿Me amas?90

Él asintió.2
—Te amo como no tienes idea —murmuró, acercando su boca a la mía.
Su mirada filosa me hacía querer inclinarme sobre él y besarlo—. Tal vez
no te lo dije antes, pero ahora pretendo hacerlo cada vez que tenga
oportunidad. Te amo, nena.1.2K

No dije nada, solo lo miré. Intenté abrir la boca y darle por fin una
respuesta, pero algo en mi interior se retorció y un escalofrío me recorrió
la espina dorsal. No podía decirle que yo también lo amaba, no podía...
todavía no estaba lista.277

—Bésame —le dije, a pesar de la expresión de dolor en su rostro al no


obtener una respuesta de mi parte otra vez—. Bésame hasta que tenga
suficiente de ti.287

—¿Y cuando tendrás suficiente? —me preguntó.94

—Nunca.
Capítulo 17
Ellie131

Sí de algo estaba segura, era de que la cocina del apartamento que


compartía con Lexie no era para nada pequeña, todo lo contrario; esta
abarcaba un extenso dominio rectangular, que además, coincidía con
parte de la sala. A pesar de ello, esa mañana, la cocina lucía
extremadamente pequeña con tantas personas sentadas en los taburetes
de la barra. 149

De un lado estaban Trevor, Chris y Hunter, mientras que en el otro


extremo estábamos, Lisa, Lexie, Valentina y yo. Todos con un plato de
huevos revueltos, tiras de tocino, y dos tortitas con miel y mantequilla. 229

Los primeros tres individuos en ser nombrados, se veían cansados,


adoloridos, y muy seguramente sufrían de un fuerte dolor de cabeza. Por
lo visto, estaban padeciendo aquello mejor conocido como resaca, luego
de una noche de tragos.405

Me hizo gracia ver que incluso Trevor parecía sufrir de resaca, pues
según Hunter, él solo había bebido dos cervezas anoche. 198

—Valentina, deja de mirar fijamente a las personas, es de mala


educación —masculló Lexie, luego de notar que la pequeña tenía más de
quince minutos mirando a Hunter.1K

Ni siquiera había tocado su comida.2

—Creo que está enamorada —bromeó Lisa, dejando escapar una


risita.566
—¿Por qué mi princesa se enamoraría de un perdedor como él? —gruñó
Chris, llevándose un trozo de tocino a la boca—. Es decir, mírenlo, es un
fracasado.468

—¿Tan desesperado estás por sentir mi puño en tu rostro, Chris? —le


dijo Hunter.397

—Anda, quiero ver que lo intentes.30

—¿Eso quieres?11

En ese momento, Lexie clavó con demasiada fuerza su tenedor en una


de las tortitas que tenía en su plato y les lanzó una mirada amenazante a
esos dos. Desde que Lexie se convirtió en madre, daba mucho miedo.
Así que lo mejor era no hacerla enfadar. 198

—Una palabra más y voy a ensartar mi tenedor en otro lugar,


¿entendieron?265

Tanto Chris como Hunter, cerraron la boca y miraron sus platos con el
desayuno al igual que dos niños pequeños que acababan de ser
regañados.184

Eso me hizo reír.24

—¿Acaso eres un ángel? —habló finalmente Valentina, con sus ojos


firmes en Hunter.1.7K

Chris le dedicó una mirada a la pequeña. 24

—¿Por qué piensas eso? —quiso saber él.9

—Porque mamá dice que los ángeles son criaturas hermosas —


respondió—. Además, cada vez que el Dr. Dereck aparece en la pantalla,
mamá dice: Oh, es un ángel.1.7K
Todos en la barra nos reímos. Lexie tenía un fuerte crush con Patrick
Dempsey, el actor que interpretaba al Dr. Dereck Sheperd en Grey's
Anatomy.706

Hunter sonrió y negó con la cabeza.3

—No, no lo soy —respondió—. Pero tú si podrías serlo.314

—¿Crees que soy una criatura hermosa?173

—Oh sí, lo eres.138

—Por favor Hunter, detente. Es raro ver a mi hija de cinco años


coquetear con un vejestorio como tú —exclamó Lexie desde su lugar.966

—En realidad, tengo veintitrés —se defendió Hunter.381

—Eso no te hace menos vejestorio que ella.25

—Mamá, para el amor no hay edades —intercedió Valentina.2.2K

—Quiero que termines de comer tu desayuno antes de que se enfríe —


gruñó Lex.3

—Pero mamá...3

—Pero nada, ahora come o me enfadaré. 15

—Bieeen.4

Después de eso, todos en la barra retomamos nuestros desayunos.


Hunter le dio un trago a su jugo de naranja, mientras que sus ojos azules
se posaban de nuevo sobre mí. No había dejado de mirarme desde que
salimos de mi habitación. Era como una cadena; mientras Valentina
miraba a Hunter, él me miraba a mí y yo miraba mi plato. 424

Me sentía demasiado nerviosa.5


—¿Ustedes son pareja? —curioseó repentinamente Valentina. 617

Hunter ni siquiera pensó la respuesta.3

—Sí.769

Me atraganté y comencé a darme golpecitos en el pecho. 200

—¿Entonces, puedo llamarte tío Hunter?594

—Mmm... no se oye mal —dijo él, encogiéndose de hombros.228

Desde mi lugar, pude ver las sonrisas en los rostros de todos. No pude
evitar sentirme avergonzada, así que fulminé a Hunter con la mirada y
luego me aclaré la garganta.41

—Hunter, ¿podemos hablar?49

Pero ese tonto me miró como alguien que acababa de hacer una
travesura.51

—Claro, dime.70

—En privado —gruñí.68

Asintió y luego miró directamente a Valentina, quién continuaba


mirándolo hipnotizada. Al parecer, ella también había sido víctima del
efecto Hunter Cross.695

—El tío Hunter regresará enseguida —le dijo a la pequeña.471

Valentina sonrió y asintió varias veces con la cabeza. Yo me levanté de


mi lugar y me aseguré de ir a un sitio que no fuese visible desde la barra,
no quería que los demás presenciaran lo que tenía que decirle. 9

Hunter me siguió de manera obediente y en silencio. 2


—¿Por qué dijiste eso? —le pregunté, cuando me detuve a mitad del
pasillo.1

—¿Qué cosa? —respondió, haciéndose el inocente.29

—No te hagas el tonto, ¿por qué le dijiste a Valentina que somos


pareja?7

—¿No lo somos?82

—Hunter...8

—Solo bromeaba —murmuró al notar aquel tono molesto en mi voz—.


Pensé que de esa forma Valentina dejaría de mirarme. Es muy incómodo
sentir la mirada de una niña de cinco años sobre ti, ¿sabes? Comenzaba
a darme escalofríos.455

—Creo que realmente le gustaste —dije con una sonrisa en mis labios,
después sacudí la cabeza y retomé mi postura—. Como sea, tú y yo no
estamos saliendo.195

—¿Y no te gustaría hacerlo?100

—Yo no... no lo sé —mis mejillas se calentaron—. Se supone que nos


estamos conociendo.280

—Pero yo ya te conozco, nena. Sé que duermes abrazando una


almohada, ya que de esa forma, duermes mejor. Sé que sueles cepillarte
los dientes dos veces antes de dormir, para evitar tener mal aliento en la
mañana. Y también sé que por alguna rara, y francamente desconocida
razón, te gusta dormir con solo un calcetín puesto, el izquierdo. 1K

Pestañeé aturdida y lo miré asombrada.


—¿Recuerdas todo eso? —él asintió y deslizó sus manos por mi
cintura.124

—Cuando se trata de ti, puedo recordarlo todo. 352

—Pero esos son hábitos que conociste de la Ellie de hace cinco años —
negué con la cabeza—. Aunque no lo parezca, he cambiado.
Actualmente puedo dormir bien sin depender de abrazar una almohada.
En lugar de cepillarme los dientes dos veces, uso enjuague bucal. Y por
alguna rara, y francamente desconocida razón, ahora mi calcetín favorito
es el derecho.256

—¿Por qué ya no el izquierdo?79

—No tengo idea —sonrió y yo sonreí también—. Estoy segura de que no


soy la única que cambió, tú también lo has hecho. ¿O vas a decirme que
todavía te gusta ir por ahí, destrozando los vidrios de los coches cuando
estos tiran tu motocicleta?268

—No es que me haya dejado de gustar, es solo que ahora mi placa de


policía me impide hacerlo —me reí—. Además, tuve que vender la
motocicleta antes de mudarme a España. 215

Oh no, la motocicleta...425

—¿Lo ves? Ambos hemos cambiado, Hunter. Por esa razón quiero que
vayamos despacio, para que poco a poco conozcas a mi yo de veintidós
años. ¿Qué tal si descubres que hay algo nuevo de mí que no te guste
nada?130

—Eso es imposible —levantó un brazo para acariciar una de mis


mejillas—. Pero está bien, nena. Vayamos despacio. No quiero
presionarte o hacerte sentir incomoda.380
—Gracias —murmuré—. Por entender y por... por regresar a mi vida. 129

Acercó su rostro al mío.

—Jamás volveré a irme, Annalise. No volveré a dejarte sola. 375

—¿Lo prometes?5

Asintió.1

—Lo prometo.371

***1

—Fue hermoso —exclamó Elena, escribiendo en su teclado sin


titubear—. La boda, el lugar, todo. Mi pequeña no dejaba de sonreír,
nunca antes la había visto tan contenta.197

—¿Finalmente le diste tu aprobación al novio? —le pregunté, mientras


terminaba de redactar un correo electrónico. 27

—No tuve otra opción. Aunque debo admitir que estuve a muy poco de
ponerle veneno a su copa para cuando hicieran el brindis, solo que no
quise arruinarle la felicidad a mi hija.120

—Espero que lo digas en broma.

—Claro que es broma, linda —soltó una risita fingida y después agregó—
. Pero ya sabes lo que dicen por ahí, entre broma y broma, la verdad se
asoma.307

Forcé una sonrisa. Vaya... Elena y mi madre sin duda serían muy buenas
amigas.78
—Por cierto, la portada del próximo libro de George Murphy ya ha sido
aprobada. Solo falta anunciar la fecha de su publicación —murmuré,
tratando de cambiar de tema.1

—Es verdad, lo había olvidado con tantas cosas que tengo en la cabeza
—se colocó las gafas de aumento antes de darle un vistazo a la pantalla
de su celular.1

—También recibí una respuesta por parte de los autores de los


manuscritos que fueron aprobados, dos de ellos aceptaron el contrato,
pero uno todavía está en espera —exclamé mientras revisaba los
apuntes en mi libreta de pendientes—. Jenna quiere reunirse contigo
para terminar de aprobar los últimos manuscritos y... oh, a las tres, tienes
una junta con el equipo de Marketing. Parece que tienen dos propuestas
para algunas estrategias de ventas.47

Elena soltó un ruidoso suspiro y se llevó las manos al rostro. 2

—No sabes las ganas que tengo por mandar todo al carajo y regresar a
Londres. Quizás debería irme de vacaciones y dejar que te hagas cargo
de la editorial un poco más.106

—No, por favor. Estos días que estuviste fuera creí que iba a volverme
loca —dije medio en broma—. Estar al frente de una editorial es una
responsabilidad muy grande, definitivamente tienes toda mi admiración.
No creí que fuese tan difícil.3

—Pero te las arreglaste muy bien, te felicito. Realmente me


sorprendiste.3

—Gracias —solté ruborizada, Elena nunca felicitaba a nadie. 2

Fue extraño.
—Por cierto, noto algo diferente en ti. ¿Qué es?143

—¿De qué hablas?

—Normalmente sueles venir a trabajar en vaqueros y camisetas con el


logotipo de alguna banda, en cambio hoy, estás usando un vestido. Muy
bonito, por cierto.416

Inmediatamente aquel rubor en mis mejillas comenzó a expandirse.1

—Bueno, es que... ya está comenzando la primavera y... hace calor —


tartamudeé.92

Los oscuros ojos de Elena me observaron con atención.

—No es eso, sé que estás escondiendo algo —tragué saliva—. ¿Vas a


decirme cuál es la razón por la cual no has dejado de sonreír en todo el
día?105

Oh, diablos. ¿De verdad era tan fácil de leer?99

Suspiré y decidí contarle.

—¿Recuerdas que antes de irte a Londres, hablamos de alguien que me


había roto el corazón en el pasado? —ella asintió—. Pues veras... resulta
que tuvo sus razones. Él en realidad no se alejó de mi porque quisiera
hacerlo, se podría decir que lo obligaron. Aunque bueno, él también tuvo
un poco de culpa ya que... —sacudí la cabeza—. El punto es que esa
persona está aquí, en Nueva York, y me confesó muchas cosas.5

Me quedé en silencio durante un rato.

—¿Qué más? Vamos linda, no te quedes en la mejor parte. 177

Casi me reí.
—Quiere volver a intentarlo. Él quiere... recuperar el tiempo que nos
arrebataron.73

Elena sonrió y me miró como una madre mira a su hija de catorce años,
después de que esta le habla del chico de la escuela que le gusta. 172

—Eso suena muy lindo, pero ¿qué quieres tú?16

—No lo sé —me mordí el labio y después agregué—. Bueno, creo que sí


lo sé, es solo que tengo miedo de admitirlo. 5

—¿Por qué?

—Porque si lo hago, y esa persona se entera, es capaz de destruirlo


todo.433

—¿Esa persona? —repitió Elena, con el ceño fruncido.30

Un par de ojos grises aparecieron en mi mente, lo cual fue más que


suficiente para erizar los vellos de todo mi cuerpo. Me miré las manos y
sonreí.358

—Mi madre —mentí—. Ella no quiere a Hunter, así que seguramente va


a hacer hasta lo imposible para que estemos separados. 101

Eso era en parte mentira y en parte verdad, aunque la verdadera persona


que podría hacer hasta lo imposible por vernos separados a Hunter y a
mí, era otra. Una a quien conocía perfectamente bien, y a quien había
que tener mucho, mucho miedo.401

—Ellie, ya no eres una niña, eres una adulta. No necesitas ni la


aprobación de tu madre, ni la de cualquier otra persona. Solo tú debes
elegir lo que necesitas, lo que quieres para ti, y lo que te hace feliz. Nadie
más.106
—Lo sé, es solo que no es tan sencillo. Tengo miedo de que las cosas no
resulten como yo quiero. Tengo miedo de perder a las personas que son
importantes para mí.56

—El miedo es una sensación horrible, pero la única forma de superarlo,


es arriesgándose. Así que arriésgate, linda. Arriésgate y lucha por lo que
realmente quieres.447

***21

El resto del día transcurrió en un abrir y cerrar de ojos. Ahora que Elena
estaba aquí, el peso del trabajo sobre mis hombros disminuyó
notablemente, por lo que no pude estar más agradecida. Cuando llegó mi
hora de salida, decidí que era hora de hacer algo que llevaba unos
cuantos días evitando.6

Enviarle un mensaje a Chase, pedirle que se encontrara conmigo y,


finalmente, contarle todo sobre el regreso de Hunter a mi vida. 392

Aun no sabía cómo se tomaría la noticia, peor aún, no sabía cual sería su
reacción al escuchar de mi propia boca que estaba pensando seriamente
en darme una nueva oportunidad con Hunter, pero esperaba que no se
molestara, lo último que quería era perder su amistad. 67

Le pedí a Chase que nos encontráramos en mi restaurante favorito, lugar


al cual solíamos venir cada semana, ya que formaba parte de uno de los
nuevos cambios en mí. A pesar de que a mi yo de diecisiete años le
fascinaba la comida china, a mi yo de veintidós le encantaba la comida
italiana. La pasta debería ser un platillo sagrado y aclamado por todos. 259

—Te dije que no tenías nada de qué preocuparte, si Elena te dejó a


cargo de la editorial en los días que estuvo fuera, es porque ella
realmente confiaba en que harías muy bien tu trabajo —exclamó
Chase.15

—¿Puedes creer que incluso me felicitó? Elena nunca felicita a nadie, ni


siquiera suele darle las gracias a las personas que hacen algo por ella.
Realmente me sorprendió.7

—Era de esperarse, confió en ti y no la defraudaste. Así que va siendo


hora de que comiences a tener más confianza en ti misma. 4

—La tendré, créeme. Después de esto siento que puedo hacer todo lo
que me proponga —le di un pequeño sorbo a mi bebida y lo miré—. Pero
basta de hablar sobre mí, ¿qué hay de ti? ¿Cómo vas con la búsqueda
de un consultorio propio?2

Las últimas veces que hablé con Chase, él me había hablado sobre su
deseo por abrir su propio consultorio. Incluso lo había acompañado a
visitar algunos lugares en renta, pero ninguno parecía adaptarse a él. 17

—Bastante bien, encontré un lugar disponible en el área de Manhattan.


Justo ayer comenzaron con las modificaciones, así que probablemente
puedas verlo por ti misma en unos cuantos días. Además, un amigo que
trabaja como profesor en la Universidad de Columbia me está invitando a
dar clases con él. Al parecer, le habló de mí al director y está muy
interesado en conocerme.320

—¿Lo dices en serio? Eso es genial, Chase. Una vez mencionaste que te
gustaría transmitir todos tus conocimientos a una nueva generación,
¿qué mejor oportunidad que esa?1

La sonrisa en el rostro de Chase era verdaderamente contagiosa.


—No puedo decir que no estoy emocionado, porque realmente lo estoy,
pero al mismo tiempo no puedo evitar sentirme un poco nervioso. 1

—Vaya, quien iba a decir que llegaría el día en el que me tocaría ver al
Dr. Hudson nervioso —me burlé—. Estoy muy feliz por ti, de verdad.220

—Gracias —se pasó una mano por el pelo y me miró como si acabase
de darse cuenta de algo—. Te noto más feliz que de costumbre, ¿por
qué será?241

Oh vamos, ¿él también se había dado cuenta? ¿Qué era exactamente


aquello diferente en mí? ¿Sería la sonrisa tonta que se negaba a
abandonar mi rostro?39

—¿Qué te hace decir eso? —quise saber.

—Tu sonrisa, no has dejado de sonreír. Sin mencionar que es la primera


vez que te veo terminar tu pasta con camarones —agregó, mirando mi
plato vacío.62

Así que aquello que me delataba era mi sonrisa, ya veo...

—Hay algo que quiero decirte —comencé, iba a contarle todo.4

—¿Qué es?

—Veras, hace exactamente cuatro días... —venga, solo dile. No puedes


seguir ocultándolo, mucho menos a él. Merece saberlo—. Hace
exactamente cuatro días me encontré con Hunter. Al parecer, lleva casi
cuatro años viviendo en Nueva York, aunque yo no tenía ni idea —tomé
una bocanada de aire antes de continuar—. Me dijo muchas cosas,
cosas que yo no sabía. Y también me confesó las razones por las cuales
decidió dejarme.215
Si había algo de Chase que me ponía nerviosa, era no saber que es lo
que estaba pasando por su cabeza. Justo ahora, él solo estaba ahí,
mirándome con mucha atención.84

—Mi madre lo convenció de que dejarme era lo mejor para mí, y aunque
al principio él se dejó influenciar por ella, al final, cuando trató de
regresar, mi madre se encargó de que no pudiera hacerlo. Fue tan lejos,
que incluso puso una orden de restricción en su contra. 18

—¿Qué vamos a hacer con esa madre tuya? —sonrió y negó con la
cabeza—. Definitivamente creo que necesita ir a terapia. 450

—Yo también lo creo —estuve de acuerdo.14

Chase estiró una mano por encima de la mesa hasta alcanzar la mía. 62

—Entonces, ¿eso es lo que te tiene tan feliz? ¿Qué él haya


regresado?218

Sonreí y traté de no mirarlo. Era un poco incomodo hablar de Hunter con


Chase, más, cuando yo era consciente de los sentimientos que él tenía
por mí.3

—Sí —admití y luego hice mueca—. Por favor, no te enfades.10

—¿Por qué habría de enfadarme? —lo escuché reírse, cosa que me hizo
mirarlo de nuevo a la cara. Chase estaba sonriendo—. Ellie, todo lo que
quiero es que tú seas feliz. Aun si no soy yo quien te hace sentir y sonreír
de esa manera, créeme que está bien para mí. 1.5K

—Pero no es justo... —murmuré, sintiéndome realmente mal—. Siempre


has estado ahí para mí. Fuiste tú quien me apoyó cuando estaba en mi
peor momento, fuiste tú quién me animó a salir delante después del
trauma que pasé.44
—Lo sé, pero eso es lo que hacen los amigos. 275

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Hubo un tiempo en el que de verdad


intenté corresponder a los sentimientos que Chase tenía por mí, todo lo
que quería era agradecerle y de alguna forma también pagarle por todo
lo que había hecho por mí, sin embargo... 7

—No quiero perderte —confesé.7

—No lo harás. ¿Te lo dije antes, no? Aun si solo puedo ser tu amigo,
quiero estar contigo cuando seas capaz de sonreír y decir que eres
completamente feliz.333

—Chase...

—Deja de pensar en mis sentimientos, deja de pensar en todos los


demás y dime, ¿qué es lo que realmente quieres? ¿Qué es eso que te
hace sentir verdaderamente feliz?187

Tragué saliva.

—Yo...137

Entonces lo dije. Sin miedo, sin temor, sin nada ni nadie que me lo
impidiera. Esa fue la primera vez en cinco años que dije lo que realmente
quería decir, sin importarme nada más. 211

Sin importarme si quiera que él pudiera escucharme. 121

Estaba cansada de tener miedo.


Capítulo 18
Hunter232

—Joder, ya he tenido suficiente. Sí la chiquilla se sigue negando a abrir


la boca, no sé porque cojones seguimos perdiendo el tiempo con ella —
escupió Parks, entrando a la cámara de Gesell, lanzando un expediente
con documentos dentro—. Es probable que ni siquiera haya visto al
asesino, seguro solo vio a su madre muerta y corrió a esconderse en el
armario. 253

—Solo tiene ocho años —murmuró la detective Pérez—. Debe estar


asustada.109

Parks se dejó caer en una de las sillas y soltó el aire con fuerza. 1

—Asustada no, se niega a cooperar y yo ya he perdido la paciencia. Lo


mejor será dejar que servicio de protección a menores se haga cargo de
ella.232

Habían pasado ya algunos días desde que Eva y yo encontramos a la


pequeña escondida en el armario de su casa, donde su madre, Damara
Roth, había sido asesinada. Su nombre era Susan, tenía ocho años, y no
había registros de ningún familiar en su expediente ni en el de su
madre.154

En pocas palabras, estaba sola en este mundo. 97

—¿Puedo intentar hablar con ella? —pregunté, ganando de inmediato


una mirada molesta de Parks, quién no dudo en soltar un ruidoso
bufido.77
—¿Por qué mejor no te vas a patrullar las malditas calles? Después de
todo, ese es tu trabajo ¿me equivoco? —exclamó aquel imbécil.144

—John... —advirtió su compañera, Pérez.4

—¿Por qué crees que ella quiera hablar contigo? —me preguntó el
capitán Raymond.28

—Yo fui la primer persona que ella vio después del incidente, quizás se
sienta en más confianza conmigo —expliqué.48

Ray me miró por un largo rato, como si estuviera pensando en mi


propuesta.2

—Por favor, ¿qué te hace pensar que...? —comenzó Parks, pero fue
interrumpido48

—De acuerdo, ve a hablar con ella.42

—¿Qué demonios Ray?59

—La pequeña se sigue negando a hablar contigo, sin mencionar que no


tienes nada de tacto con los niños —se encogió de hombros—. Dejemos
que Cross lo intente.303

El rostro de ese idiota se contrajo, pero no dijo nada más. Me


desenfundé el arma del cinturón y se la tendí rápidamente a Eva antes
de dirigirme al otro lado de la cámara Gesell. 32

En la pequeña habitación había solo una mesa y dos sillas, en una de


ellas se encontraba la pequeña.1

Llevaba su rubio cabello suelto, usaba un vestido que alguien le había


dado para que se cambiara de ropa, y tenía la mirada clavada en sus
manos sobre la mesa. Ahora que podía ver bien su rostro, pude percibir
que tenía un gran parecido con Annalise.976

Cuando entré a la habitación, Susan ni siquiera reaccionó.

—Hola Susan, mi nombre es Hunter Cross —antes de sentarme en la


silla frente a ella, dejé las llaves de la patrulla sobre la mesa—. Soy el
oficial de policía que te encontró en el armario, ¿te acuerdas de mí? —
pero como era de esperarse, no obtuve ninguna respuesta de su parte—.
Me dijeron que no has querido comer, debes tener hambre. ¿Qué te
gustaría comer? Puedo hacer que te consigan lo que tú quieras, así que
dime ¿de qué tienes ganas?284

Tragó saliva pero no dijo nada.

Mierda, ¿de podría hablar con una niña de ocho años para ganarme su
confianza? ¿Qué debería hacer para conseguir que hable conmigo?
Mientras pensaba en algún tema de conversación, noté que sus ojos
azules estaban mirando las llaves de la patrulla que había dejado hace
un momento sobre la mesa. En el llavero de estas, había un extraño
animal de peluche que Eva decidió ponerle solo porque se le dio la
gana.187

—¿Te gusta el llavero? —le pregunté, tomando las llaves para


desprender aquel objeto—. Si te gusta, puedes quedártelo —murmuré,
dejándolo frente a ella. La pequeña estiró un brazo para tomar el
llavero—. ¿Te gustan los osos? —intenté de nuevo.38

—N... so... es... nio... —habló con voz terriblemente baja.466

¿Qué fue lo que dijo?174

—No pude escucharte, ¿podrías repetir lo que dijiste?1


—No es un oso... —repitió, todavía con la voz muy suave—. Es un
unicornio.737

Escucharla hablar me hizo sonreír. 52

—¿Cómo lo sabes?9

Susan me mostró el llavero y luego tocó la cabeza de ese raro animal


con uno de sus dedos.

—Porque tiene un cuerno, ¿lo ves?312

—Mmm... ya veo. Aun así, para mí se ve más como un oso. 149

Negó con la cabeza.

—Los osos son gordos y tienen las orejas redondas, los unicornios
parecen caballos, pero tienen un cuerno en sus cabezas y el cabello de
colores.246

—¿En serio? No tenía ni idea —mentí, Susan levantó la cara para


mirarme y sonrió.91

—¿De verdad puedo quedarme con el llavero?1

—Sí, es todo tuyo.

—Gracias, es muy bonito.7

—¿Te gustan los unicornios? —asintió—. ¿Qué me dices de los gatos?


—asintió de nuevo—. ¿También los perros? —volvió a asentir.32

—Hace dos semanas, mamá dijo que me compraría un perro... —al


recordar a su madre, su rostro entristeció. 192

—¿Qué raza? —quise saber—. Quizás yo pueda comprarte uno.612


Eso hizo que la sonrisa en su rostro volviera.

—Me gustan los dálmatas, tienen un montón de manchas 243

—En ese caso, será mejor que vayas pensando en un nombre —Susan
volvió a asentir con la cabeza muy emocionada—. Hablando de tu
madre... —tenía que comenzar a hacerle preguntas o estaba seguro de
que el idiota de Parks entraría por esa puerta en cualquier momento —.
Dime Susan, ¿recuerdas que pasó ese día?5

Dio un respingo ante el repentino cambio de tema.

—Yo no... no lo sé.2

—¿Había alguien más en tu casa, además de tú y tu madre? —centró su


atención en el llavero y jugueteó nerviosamente con él—. Necesito que
me lo digas.

—Es que yo... yo estaba... —su labio inferior tembló—. Yo estaba en mi


cuarto haciendo los deberes. Mamá había salido esa tarde y cuando
regresó, me dijo que no saliera de mi habitación o habría consecuencias.
Aun así, yo... yo tenía mucha hambre, así que salí. 32

—¿Qué pasó cuando saliste de tu habitación?

—Vi a mi madre... con un hombre.144

—¿Qué estaban haciendo?62

—Estaban sentados en la sala... creo que estaban viendo una película.

—¿Qué pasó después?

Tomó una larga respiración antes de continuar.


—Mi madre... ella se molestó conmigo por haber salido de mi habitación.
Se molestó tanto que me golpeó en la cara...315

—¿Fue la primera vez que tu madre te golpeó? —quise saber.

Susan negó con la cabeza.24

—A mi madre le gustaba mucho disciplinarme... 581

—¿Qué hizo el hombre cuando tu madre te golpeó?

—Se molestó y comenzó a gritarle. Le dijo que una madre no debería


golpear a sus hijos y entonces... —sus ojos se llenaron de lágrimas—.
Entonces comenzó a estrangularla.941

Un momento, ¿el asesino se molestó con la madre por haber golpeado a


la pequeña? ¿Por esa razón es que la madre de Susan era la única
víctima que además de morir por un corte en la yugular, tenía marcas de
estrangulamiento en el cuello?245

—¿Qué hiciste cuando viste a ese hombre estrangulando a tu madre? 1

—Traté de detenerlo le pedí muchas veces que la dejara en paz, pero


él... él sacó un cuchillo de sus bolsillos y después... —un montón de
lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas—. Le enterró ese cuchillo
en el cuello.172

Mierda, de solo imaginar todo lo que ella tuvo que presenciar 8

—¿Ese hombre no trató de lastimarte a ti también? —seguí


preguntándole.9

Negó con la cabeza.


—No, incluso cuando traté de escapar por la puerta de enfrente — se
limpió la nariz con el dorso de la mano—. No pude hacerlo porque la
puerta tenía seguro...1

—¿Te dijo algo cuando intentaste escapar?1

—Sí, dijo que gracias a él mi madre no volvería a golpearme, y luego me


dijo que me escondiera en el armario. Lo hice porque en la alfombra
había mucha sangre.245

—¿Cómo era él?1

Susan cerró los ojos y negó con la cabeza.1

—No lo recuerdo...

—Trata de recordar, aun si es solo su color de cabello, o la ropa que


llevaba puesta.1

Tragó saliva.

—Tenía el cabello muy rubio —murmuró—. Y llevaba una sudadera, pero


no recuerdo de qué color era... también llevaba guantes 729

—¿Algo más que puedas recordar? —insistí.

—Él... me llamó por un nombre que no era el mío.701

¿Un nombre que no era el suyo?1

—¿Qué nombre te dijo?173

—No lo recuerdo... solo lo dijo una vez y casi no pude escucharlo. 257

Bien, eso era suficiente.16

—Buen trabajo, lo hiciste muy bien —la animé.


—¿Ya no habrá más preguntas? —quiso saber.2

—No, eso es todo.

Se pasó las manos por el rostro y trató de limpiarse las lágrimas que
había derramado durante el interrogatorio. Tenía la nariz muy roja, me
hizo recordar a Annalise, ya que a ella también se le ponía la nariz roja
después de llorar.307

Saqué un pañuelo del bolsillo de mi camisa del uniforme y se lo di para


que pudiera limpiarse mejor la cara.6

—Gracias —exclamó, y después agregó—. Oficial... ¿puedo hacer una


pregunta?2

—Claro, dime.3

—Ahora que mamá ya no está... ¿qué qué va a pasar conmigo?310

Mmm... ¿cómo explicarle esto a una niña?69

—Van a llevarte a un lugar donde habrá más niños de tu edad —


murmuré, recordando algunas cosas de mi pasado—. En ese lugar van a
cuidar muy bien de ti, y también podrás hacer muchos amigos.85

—Pero... ¿y si yo no quiero ir a ese lugar? ¿y si yo quiero regresar a


casa?33

—Me temo que eso no va a ser posible, Susan.

—¿Por qué? Yo... sé hacer sopa instantánea, y no me da miedo dormir


con la luz apagada... también sé que no debo abrirle la puerta a los
extraños, así que...985

—Vas a estar mejor en una casa hogar.


—Pero no quiero... —lloriqueó una vez más—. No quiero ir a un
orfanato.34

—Está bien, todo va a estar bien. Esos lugares no son tan malos. 74

—¿Cómo lo sabes?

—Porque yo también estuve en uno —cuando la mirada triste de Susan


no cambió, agregué—. No estarás ahí durante mucho tiempo, además, si
te portas bien, iré a visitarte.283

Eso pareció gustarle.57

—¿Lo harás?

Asentí con la cabeza y sonreí.

—Lo haré, te lo prometo.642

***8

—Realmente sorprendiste al capitán durante el interrogatorio —murmuró


Eva, mientras nos dirigíamos a la sala de descanso, luego de nuestra
jornada de trabajo—. Incluso yo me sorprendí, nunca creí que pudieras
relacionarte tan bien con un niño.81

—Tu llavero fue de mucha ayuda —dije yo, dándole también un poco de
crédito.

—Tienes razón, ahora que lo recuerdo, me debes un llavero nuevo —


sonrió al verme hacer una mueca—. Pero ahora en serio Hunter, de
verdad creo que Ray está considerando seriamente la idea de
ascenderte a detective.295

—Me gusta ser un policía.


—Eso es verdad, pero... —al llegar a mi casillero, comencé a quitarme la
camisa del uniforme. Eva inmediatamente miró hacia otro lado—.
También es verdad que te gusta ayudar resolver casos, aun cuando
Parks parece querer ahorcarte cada vez que te involucras. 158

—Parks es un idiota —tomé una camiseta limpia para cambiarme y miré


a Eva—. ¿Qué me dices de ti? ¿También te gustaría ser detective? 1

—Bueno, ahora que lo mencionas, el sueldo de un detective no está tan


mal —bromeó, y después agregó—. Me gustaría ir a donde sea que tú
vayas, recuerda que una de mis tareas es seguirte a todas partes. 973

Su respuesta me hizo sonreír.59

—Olvidé que eres como un grano en el culo. 178

Eva soltó una risita.

—Eso es verdad, soy un enorme grano en tu culo del cual no podrás


deshacerte ni con la mejor crema anti-granos de culos del mundo.559

Cuando terminé de cambiarme el uniforme por ropa de civil, guardé mis


cosas en la taquilla antes de marcharme, sin embargo, al momento de
hacerlo, algo cayó al suelo. El objeto rodó hasta los pies de Eva, y antes
de que pudiera agacharme y recogerlo, ella lo hizo. 147

—¿Qué es... ? —sus ojos se abrieron por la sorpresa, luego de ver de


que se trataba aquello que se me había caído—. ¿Esto es... ? ¿No me
digas que... ? ¿Acaso te volviste loco?386

Mierda, no esperaba que ella lo viera primero. 1

—Ups —fue lo único que dije.308


Eva me miró, después miró a la pequeña caja de terciopelo azul que
sostenía entre sus manos, y por último, volvió a mirarme con mala cara.
Solo ponía esa clase de expresión cuando algo no le agradaba en
absoluto.192

—¿Por qué tienes un anillo de compromiso escondido en tu taquilla? —


quiso saber.202

—Porque no se me ocurrió un mejor lugar donde guardarlo. 104

Frunció el ceño.

—¿Vas a proponerle matrimonio? ¿En serio?483

—Ayer me puse un poco borracho —expliqué, aunque no tenía por qué


explicarle nada—. Un amigo quiso ir a una joyería para comprar un anillo,
y de alguna forma los vendedores del lugar lograron hacer que yo
también comprara uno.99

—Así que estabas borracho, menos mal... —negó con la cabeza—. ¿Por
qué no lo has regresado? Lo que hicieron esos vendedores es inaudito,
mira que aprovecharse de tu estado de ebriedad... incluso podrías
demandarlos.500

—No voy a demandarlos —me burlé—. Y tampoco pienso regresar el


anillo.123

—¿Eh? ¿Por qué?279

Me encogí de hombros.

—¿Por qué no?

—¿Eso quiere decir que sí estás pensando en proponerle matrimonio? 91

—Quizás.19
—Pero Hunter... ¿no crees que es demasiado pronto? Es decir ustedes...
ustedes apenas acaban de reencontrarse. Creo que estás yendo muy
rápido.770

Tomé la caja de terciopelo de su mano izquierda y volví a esconderla en


mi taquilla.5

—Relájate, no es como si fuera a proponérselo mañana —guardé el


anillo tratando de no darle mucha importancia—. Además, cuando decida
hacerlo, tú serás la primera en saberlo.376

—¿Yo?71

Asentí.

—Eres como una hermana para mí, Eva, es justo que tú seas una de las
primeras personas en saberlo, ¿no lo crees? Sin mencionar que eres una
chica, y yo no soy muy bueno siendo un hombre romántico, por lo que es
probable que necesite tu consejo para pensar en una propuesta
adecuada —me pasé una mano por el pelo e hice una mueca—. Cuando
pienso en la forma en la que Trev le propuso matrimonio a su novia,
hasta me siento mal, él muy idiota solo le dijo que se le había caído la
cabe...941

Un momento... ¿qué diablos?

¿Por qué Eva estaba llorando?1.3K

—¿Eva?13

Ella dio un respingo al notar que había lágrimas derramándose por sus
mejillas.
—Oh, yo... lo siento —sonrió y soltó una risita nerviosa—. Lo siento, es
solo que escucharte decir que soy como una hermana para ti fue
realmente muy... muy lindo.1.8K

Fruncí el ceño y luego ladeé la cabeza, confundido. 14

—¿Tanto como para hacerte llorar? —le pregunté y ella asintió—.


Mmm... no sabía que las chicas fuesen tan sentimentales. 413

—Bueno, también resulta que estoy más sentimental de lo normal porque


recién llegó Andrés, sabes, aquel que viene cada mes —se limpió la cara
y sonrió de nuevo—. Gracias por pensar en mí de esa manera, tú
también eres como un hermano para mí... 741

—¿Segura que estás bien?2

—Sí, sí lo estoy. Me duele un poco el estómago, eso es todo. 98

Dejé escapar un largo suspiro.

—Bien, venga, te compraré algo de chocolate. 87

—¿Chocolate? —preguntó ella, arrugando las cejas.

—Siempre que te duele el estomago por ese tal Andrés, me pides que te
compre algo de chocolate. Así qué está bien, te dejaré escoger lo que
quieras de la tienda.284

—No soy una niña pequeña —se quejó—. ¿Incluso si quiero un huevo
kínder sorpresa?322

—Lo que quieras.37

—¿Aun si quiero dos, o tres huevos kínder sorpresa?72

—Los que quieras.74


—De acuerdo, tú ganas. Solo espera a que me cambie, ¿vale?2

—Vale, no tardes o me iré sin ti.

—Eres un idiota.173

Sonreí.2

Cuando Eva se marchó del área de varones, para ir a cambiarse al área


de mujeres, saqué mi celular del bolsillo del pantalón y le envié un
mensaje por WhatsApp a Annalise.99

¿Estás ocupada?
8:19 pm.73

Un poco, ¿por qué?


8:21 pm.4

Por nada en especial,


solo quería saber que estabas haciendo.
¿Qué estás haciendo?
8:22 pm.310

Estoy ayudando a Valentina con su tarea.


¿Tú qué estás haciendo?
8:22 pm.4

Voy saliendo del trabajo.


Tuve un día pesado.
8:23 pm.1

¿Todavía estás usando el uniforme?


8:23 pm.309
No, ¿por qué?
¿Querías una foto?
8:23 pm.300

Quizás...
8:24 pm.260

Puedo volver a ponérmelo.


Solo tienes que pedirlo.
8:24 pm.220

Solo bromeaba.
8:24 pm.42

Bien, espera un segundo.


Tendrás tu foto.
8:25 pm.223

No hace falta, solo bromeaba.


8:25 pm.9

¿Qué parte de mí te gustaría ver exactamente?


Dime la que más te guste.
8:25 pm.517

SOLO BROMEABA, IDIOTA.


No se te ocurra enviarme nada.
Porque sí hablamos de que parte de ti
me gusta más, creo que ya deberías saberlo;)
A Valentina le gusta agarrar mi celular y
revisar mis mensajes.
Así que no lo hagas.
8:26 pm.536
Me estás tentando.
Demasiado.
Pero a cambio, también me gustaría una foto de ti.
En cuanto a qué parte de ti me gusta más...
No creo que pueda elegir solo una,
así que necesito fotos de cada parte de tu cuerpo.
¿Qué dices, tenemos un trato?
(Valentina no tiene por qué ver esto)
8:27 pm.373

Ola tio Junter.


8:27 pm.1.5K

...
Hola, nena.
8:27 pm.404

Tia Eli está hablando con mamá.


Ella dijo que eres un pervertido.
8:28 pm.575

¿Yo?
¿Un pervertido?
Tía Ellie miente.
Dile que no diga mentiras.
8:28 pm.266

Já, soy yo, idiota.


Valentina todavía está aprendiendo a leer y escribir.
¿Eres tonto, o qué?
Y sí, eres un pervertido.
8:29 pm.1K

Esto no se va a quedar así.


¿Lo sabes, verdad?
Vendrá mi castigo.
>:(
8:29 pm.1.2K

Que miedo...
¿Qué clase de castigo tienes en mente?
8:29 pm.164

Una que implica mi departamento.


Y mi cama.
8:30 pm.407

¿En serio?
Suena bien.
Quiero decir... tienes razón.
He sido una chica muy mala.
8:30 pm.649

Vaya... ahora me estás provocando.


¿Esto es algo nuevo de ti?
(¿Puedo verte esta noche?)
8:30 pm.115

Sí, ¿por qué?


¿No te gusta la Ellie provocadora?
(Esta noche estoy libre)
8:31 pm.49
Oh, nena.
Me encanta.
(¿Paso por ti a las nueve?)
8:31 pm.405

Me alegra que te encante.


(Mejor te veo en tu departamento)
8:31 pm.116

No solo me encanta.
Me fascina.
(Estoy ansioso por verte)
8:32 pm.198

(Yo también)
8:32 pm.227

—Estoy lista —anunció de pronto Eva, ganando un poco de mi


atención—. ¿Listo para gastarte el dinero de la quincena en mí? Porque
créeme, tengo ganas de mucho chocolate.338

Asentí con la cabeza distraídamente.113

—Andando.
Capítulo 19
Michael868

Desde que era solo un niño de cinco años de edad, me he sentido


altamente atraído por la música clásica. Admito que gran parte de ese
gusto musical se debe a que en el internado en Francia donde residí gran
parte de mi vida, los profesores solían reproducirla en los altavoces
mientras se bajaban los pantalones y me pedían que abriera la boca. 2.1K

Aquella era su manera de "disciplinarme".456

En aquel entonces, yo no entendía por qué insistían en castigarme de


esa manera. Después de todo, yo era el que mejor se comportaba de la
clase, yo era quien tenía las mejores notas, yo era quién jamás causaba
ningún estrago. ¿Entonces... por qué yo?386

La respuesta vino a mí cuando cumplí ocho años.7

Yo, de todos los niños en el internado, era el único que no tenía


padres. 404

Corrección, sí que tenía un padre. El problema es que, durante toda mi


jodida estancia en ese maldito lugar, el muy hijo de puta jamás se
molestó en visitarme. En otras palabras, yo era un blanco fácil con el cual
ellos podían abusar de mí todo lo que quisieran, y nadie, pero
absolutamente nadie, vendría a rescatarme. 446

Cabe mencionar que, a pesar de estar ausente toda mi vida, no lo odio.


Es decir, ¿cómo podría odiar al hombre cuyo espermatozoide fue una de
las principales razones por las que estoy hoy aquí, pisando este
asqueroso mundo de mierda?480

No, lo que siento por él es diferente. 14

Por mí, William Russell podría estar quemándose en una maldita


hoguera, y yo, complacido, miraría con gusto aquel espectáculo, con un
tazón de palomitas en mis manos. 375

—Aquí está tu té —exclamó la voz de una chica, Arya, según el gafete en


letras cursivas que colgaba de su camisa blanca del uniforme—. Siento
mucho la demora.159

Levanté mi atención del libro que sostenía entre mis manos y observé
con fascinación sus ojos grises. Su cabello podría no ser lo
suficientemente rubio, y quizás su piel no era tan pálida como quisiera,
pero sus ojos... esos ojos tan grises eran casi como los de ella.716

Sí, esta chica servirá.347

—Gracias —murmuré, con el atisbo de una sonrisa en mis labios. 2

—¿Qué libro estás leyendo esta vez? —me preguntó.84

—El gato negro —respondí, como lo haría alguien realmente interesado


en empezar una conversación con ella, aun cuando no lo estaba. 171

—¿En serio? Me encanta ese libro.1

—¿Te gusta Edgar Allan Poe? —le pregunté, luego de notar un extraño
tono en su voz.575

—Sí.

Mientes, definitivamente estás mintiendo. Pero está bien, lo dejaré pasar


ya que pareces una presa extremadamente fácil. Eso sin mencionar que
estás mintiendo con la única intención de agradarme. Muy estúpido, debo
admitir, pero encantador y factible.312

—Ya veo... —fue lo único que dije.

—Mi turno termina en veinte minutos, ¿quieres esperarme o...? 224

—Terminaré mi té y te esperaré en la parte trasera del local —murmuré,


regresando mi atención al libro en mis manos. 65

La trama me tenía intrigado.335

—De acuerdo —agachó la cabeza para que su flequillo cubriera su


rostro, ocultando de esa forma su rubor, y después se marchó con una
sonrisa tímida en los labios.23

Encontrar a esta chica no fue difícil. 1

Hace exactamente tres días, mientras pasaba por aquí, la vi entrar a esta
nauseabunda cafetería con una mochila colgada al hombro. No hizo falta
que la examinara demasiado para saber que se trataba de una
universitaria que probablemente no pertenecía a la ciudad. Su piel estaba
demasiado bronceada, y no artificialmente, lo que me hizo pensar que
posiblemente proviniera del campo. Su cabello rubio tenía cierto tono
dorado, indicándome que, efectivamente, en algún momento ella pasó
largos periodos de tiempo bajo el sol. 126

Por otra parte, sus astutos ojos grises, eran justo lo que necesitaba para
mi siguiente jugada.98

La esquina de mi boca se arqueó en una media sonrisa mientras que un


torbellino de excitación me sacudía todo el cuerpo. Me temblaron las
manos de solo pensar que esa misma noche, hundiría el filo de mi
cuchillo en el cuello de esa chica. La emoción de saber que esa noche
vería su sangre derramándose por su pecho, era exquisitamente
indescriptible.976

Oh Arya, por favor, trata de darme tu mejor expresión de pánico y agonía


cuando deduzcas que vas a morir a manos de un hombre que conociste
hace solo tres días.302

Diez minutos después, cuando terminé de beber el té que, según el


menú, estaba hecho con ingredientes naturales (lo cual era una
asquerosa mentira), dejé el dinero de mi consumo sobre la mesa, guardé
el libro en mi mochila y me marché. Mientras esperaba a que mi próxima
víctima terminara su turno de trabajo, me recargué en la pared de ladrillo
junto a la puerta trasera del local, encendí un cigarrillo y saqué mi celular
del bolsillo de mi pantalón.55

Algo que me divertía bastante, era mirar los informes en las noticias
sobre los homicidios cometidos por mi propia mano. Al parecer, la policía
continuaba sin obtener pistas que pudieran llevarlos a la persona detrás
de todo esto, lo cual por supuesto, me hacía sentir sumamente orgulloso.
Sin duda alguna, estaba haciendo un trabajo estupendo. 221

Sin errores y sin fallos, todo perfectamente calculado. 110

—Sí, lo sé, no tienes por qué recordármelo —prorrumpió la melódica voz


de Arya, quién salió por la puerta trasera y me miró muy apenada—. Lo
siento, mi jefe es un idiota.85

—La mayoría de los jefes lo son —dije yo.


Ella sonrió y se acercó más a mí. 2

—Me encanta tu acento, ¿francés, verdad?46

—¿Cómo lo sabes? —quise saber.

—Una amiga mía está tomando un curso de francés en la universidad,


pero es tan mala, que está pensando seriamente en dejarlo. 1

—¿Y esa amiga tuya sabe que tendrías una cita con un francés?314

Negó con la cabeza.

—No, mi teléfono fue victima de un accidente durante una fiesta a la que


asistí hace unos días, así que he estado un poco incomunicada del
mundo —soltó una risita—. Pero mañana, lo primero que pienso hacer
será decirle a Liv que salí con un francés. 646

No, no lo harás, pero es gracioso que pienses que sí. 409

—Hmm... así que, ¿qué quieres hacer? —le pregunté.4

Muéstrame tus verdaderas intenciones al invitar a salir a un chico que


acabas de conocer. No es que no lo sepa ya, pero igual quiero que lo
digas en voz alta.41

—Bueno, estaba pensando en ir a mi departamento y... —se mordió el


labio inferior con una mirada provocativa—. Ya sabes, divertirnos un
rato.225

Sí, ella es esa clase de chica.235

—Suena bien.3
Se colgó de mi brazo izquierdo y procedió a mostrarme el camino a su
casa.5

—¿Cuánto tiempo llevas viviendo en Nueva York? —murmuró.1

—Tres años.3

—¿Estás cursando la universidad? Luces como un universitario. 2

—Sí, actualmente estoy estudiando leyes en la universidad de


Columbia.333

Eso era cincuenta por ciento mentira y cincuenta por ciento verdad.
Mentira porque actualmente no estoy estudiando esa carrera en la
universidad de Columbia, y verdad, porque me gradué como licenciado
en derecho hace cinco años en una universidad en Francia. Otra de las
ventajas de tener un rostro como el mío, era que a pesar de llevar
veintiséis años encima, las personas continuamente solían verme y
confundirme con un joven universitario.365

Ahora que lo pienso, quizás se deba a la sangre derramada de mis


victimas con la cual suelo bañarme después de cada homicidio... 1.6K

Je plaisante.494

—¿En serio? ¡Eso es genial! Yo traté de entrar a Columbia, pero mis


calificaciones no fueron lo suficientemente buenas para obtener un lugar
—hizo una mueca—. Así que tuve que resignarme con la universidad de
Nueva York.50

—No te pierdes de mucho.2

—Eso es exactamente lo que diría un cerebrito —se burló.2


—¿Qué puedo decir? —de nuevo, soltó una risita estúpida. ¿Por qué
cojones tenía que reírse de todo lo que yo dijera?—. ¿Cuánto tiempo
llevas tú viviendo en Nueva York?130

Mi pregunta pareció tomarla por sorpresa.

—¿Cómo supiste que soy foránea?44

—Tu bronceado es distinto al de las mujeres de Nueva York. 5

Tomó un mechón de su cabello rubio entre sus dedos y jugueteó


nerviosamente con él.

—Un año —admitió—. Mi familia tiene una granja en Weidman, Michigan.


Mi madre quería que me dedicara al trabajo en el campo, pero mi padre
me apoyó cuando les dije que quería estudiar la universidad en Nueva
York, y bueno... henos aquí.295

Mierda, eso solo significa que cuando te mate, tardarán en encontrar tu


cuerpo. Estás sola en Nueva York, tu teléfono no sirve para una mierda,
tu familia no vive aquí, y puedo apostar mi mano izquierda a que ni
siquiera tienes amigos de verdad. Pero venga, eso no te impidió invitar a
tu casa un chico que acabas de conocer, solo por su cara bonita.438

—¿Los echas de menos? —murmuré.1

Arya dio un respingo.3

—¿A quiénes, a mis padres? —asentí—. No en realidad, todo lo


contrario. En Weidman estaban todo el tiempo sobre mí, son de esa
clase de padres sobreprotectores que se preocupan hasta por las cosas
más pequeñas y estúpidas. Mi madre en especial era quién más me
sacaba de quicio, siempre tratándome como una niña pequeña. Es difícil
ser hija única.213

—Connasse —balbuceé en voz alta. Arya ladeó la cabeza al no


entenderme, así que sonreí—. Te envidio, yo solo tengo un padre que
siempre está ocupado, una hermana que me odia, y un hermano que ni
siquiera sabe de mi existencia.668

—Me encanta no saber que dices cuando usas palabras en francés —


exclamó cuando llegamos su edificio—. ¿Por qué tu hermana te odia?204

—Es complicado —dije, mientras tomábamos el ascensor. 121

Sabía de antemano que el edificio era demasiado viejo para tener


cámaras, lo mismo con el elevador. El primer día que vi a esta chica, me
encargué de seguirla hasta aquí para inspeccionar todo el lugar. No
había portero, tampoco había seguridad, y la mayoría de los vecinos eran
ancianos que nunca salían de sus casas. Solo tenía que asegurarme de
no tocar absolutamente nada. Cualquier descuido de mi parte podría ser
fatal.87

Afortunadamente, yo jamás cometo errores.264

—Vamooos, dime —insistió con voz chillona.2

Le lancé una mirada maliciosa.

—Traté de matarla hace cinco años.1.2K

La expresión en su rostro fue verdaderamente divertida. Por una parte,


parecía esperar que se tratase de alguna especie de broma, pero
también, era natural que mis palabras la habían asustado y confundido
un poco.
Antes de que pudiera decir algo, agregué;

—Solo bromeo —sonreí para tranquilizarla—. En realidad, solo está


molesta conmigo porque no apruebo su relación con un chico.541

Y entonces, como era de esperarse, soltó una risita nerviosa. Al llegar a


su piso, ella abrió y cerró la puerta, para luego dejar su chaqueta y bolso
sobre el sofá. El lugar era un asco; las paredes estaban mal pintadas, los
muebles de segunda mano estaban muy desgastados, y lo peor, había
heces de perro por todo el maldito suelo. A los pocos segundos de
entrar, un asqueroso Beagle vino a nuestro encuentro, solo para
comenzar a ladrarme.283

—Ya basta Sam, no seas mal educado —lo reprimió Arya, sin embargo,
el maldito perro no dejó de ladrar—. Lo siento, normalmente es muy
tranquilo.285

Fastidiado, me postré sobre mi rodilla izquierda y miré al Beagle


directamente a los ojos. Bastaron solo un par de segundos para que el
animal soltara un quejido y saliera disparado lejos de mí. Eso fue
sumamente reconfortante.712

—Vaya, no sé que fue lo que hiciste, pero fue asombroso —murmuró la


chica—. Espera un segundo, voy a limpiar rápidamente el suelo. Aun no
logro hacer que Sam haga sus necesidades en el periódico y no por todo
el piso.117

Mientras Arya buscaba productos para limpiar en la cocina, yo me tomé


mi tiempo para descolgarme la mochila del hombro y rebuscar entre mis
cosas hasta encontrar mis guantes de poliamida. Después de
ponérmelos, me aseguré de cerrar la puerta con seguro. 8
—¿A cuántos chicos has traído a este lugar? —le pregunté,
enfundándome bien los guantes.33

—¿Qué has dicho? —exclamó ella asomando la cabeza—. Creo que no


te escuché bien.

Casi puse mala cara. Odiaba que me hicieran repetir las mismas cosas
dos veces.457

—Te pregunté a cuantos chicos has traído a este lugar —repliqué—.


Para ser el sitio al que sueles traer a los chicos para que te follen, debo
admitir que es realmente una mierda. 489

Sus rubias cejas se fruncieron y luego me miró como si no comprendiera.

—¿Disculpa?

Suspiré.

—Deja de fruncir el ceño, te hace ver mal. 81

—No estoy entendiendo muy bien las cosas, pero... 20

—Me trajiste a este lugar para que te follara, ¿no? —dejé caer mi
mochila en el suelo y negué con la cabeza—. ¿Tus padres saben sobre
el estilo de vida que llevas? Dices que tu padre te apoyó cuando les
dijiste que querías estudiar la universidad en Nueva York, pero ¿saben
que en realidad eres una perra mentirosa? Les mentiste, Arya, y también
me mentiste a mí. No estás estudiando en la universidad de Nueva York,
ni siquiera lograste entrar ¿no es así? ¿Por qué mientes? Odio a los
mentirosos.791
La expresión en su rostro era fascinante. Ella estaba pálida como un
muerto, su cuerpo había comenzado a temblar, y sus ojos me miraban
con temor.197

—B.. bien, creo que... que lo mejor será que te vayas —balbuceó,
acercándose a la puerta.

Cuando pasó junto a mí, la detuve tomándola por la muñeca derecha. 1

—¿Me estás echando? —ladeé la cabeza—. Que grosera, acabo de


llegar.97

—Estás estás actuando muy extraño.15

—No estoy actuando extraño, en realidad esta es mi personalidad, pero


eso no lo sabías. Dime, ¿tus padres no te enseñaron a no dejar entrar a
extraños a tu casa? En este mundo hay personas que dan miedo, yo por
ejemplo. ¿Quieres saber por qué?171

Sus hermosos ojos grises comenzaron a llenarse de lágrimas. 34

—Basta, por favor... me estás asustando... 96

—Porque voy a matarte —cuando se preparó para gritar, presioné una


de mis manos en su boca y con la otra, tomé mi cuchillo favorito para
presionarlo en su garganta—. Vamos a jugar un juego, si gritas, te
cortaré el cuello, pero si me obedeces y no haces ningún ruido, quizás,
solo quizás, decida dejarte vivir un poco más. ¿Qué dices? 250

Arya derramó un par de lágrimas y asintió con la cabeza. 1

—Buena chica —sonreí y entonces la solté—. Ahora siéntate en el sofá,


no me hagas repetirlo dos veces —cuando obedeció, yo tomé asiento en
el sofá frente a ella—. Hace un momento me preguntaste la razón por la
que mi hermana me odia. Bueno, no estaba bromeando cuando dije que
traté de matarla, en realidad, ese era el plan original, pero digamos que
cambié de parecer al conocerla. ¿Quieres escuchar la historia
completa?704

No dijo nada, solo me miró sin dejar de temblar y llorar.

—Tomaré eso como un sí —miré el filo de mi cuchillo y después lo hice


girar una y otra vez en mis manos—. Todo comenzó cuando mi madre,
una mujer llamada Isabella Presley, decidió casarse con un hombre
llamado Michael Kent. Por desgracia, no conocí a ninguno de los dos así
que no puedo darte demasiados detalles, pero según escuché, ellos
estaban muy enamorados. Entonces apareció otro hombre, su nombre
era William Russell. Al parecer, ese tipo siempre había estado
enamorado de Isabella, de forma qué, aún después de casada, él
continuó buscándola una y otra y otra vez, siempre tratando de
convencerla de que dejara a su actual marido para fugarse con él. 126

Hice una pausa solo para asegurarme de que Arya estuviera


prestándome atención.40

—Isabella amaba a Michael, así que todas y cada una de las veces que
William trató de convencerla, ella siempre lo rechazó. Sin embargo,
puedo decir que las mujeres son realmente un enigma, ya que a pesar
del amor que Isabella tenía por su marido, en un desliz, terminó cediendo
ante los encantos de William y al final, se acostó con él —asentí con la
cabeza y dejé escapar algo parecido a un bufido—. Sí, fue ahí donde yo
fui concebido.399

—Desde el momento en el que Isabella supo que estaba embarazada de


mí, jamás quiso tenerme. Yo era el producto de una infidelidad, así que
es comprensible. Ella trató de abortar un montón de veces, pero jamás
tuvo éxito. Michael por supuesto no era estúpido, él no sabía que Isabella
lo había engañado, pero sospechaba que ese hijo no era suyo —sonreí y
sacudí la cabeza—. Creo que estoy alargando demasiado la historia,
pero aquí empieza lo bueno.184

—El día que nací, Michael había empujado a Isabella por las escaleras,
por lo que fui un bebé prematuro. Aun así, los doctores dijeron que era
un bebé sano y fuerte, pero eso no hizo sentir mejor a nadie, todo lo
contrario. Isabella le pidió a William que me llevara lejos, ella no quería
verme y tampoco quería saber nada de mí. Por otra parte, William, mi
padre, al igual que una jodida marioneta, hizo exactamente lo que esa
mujer le pidió. Y así fue como terminé en un internado en Francia. 233

—Siendo sincero, los internados no son tan malos. Te dan de comer, te


tratan bien, y también te dan clases. El problema son las personas. En
este mundo hay monstruos con máscaras aparentando ser buenas
personas, y cuando se deshacen de ellas, son unos malditos demonios
—mi agarre en el mango de mi cuchillo se intensificó—. Tenía cinco años
cuando un profesor abusó sexualmente de mí. En ese entonces, yo era
demasiado pequeño para entender que era lo que ese hombre hacía
conmigo, pero lo odiaba. Poco después, otro profesor hizo lo mismo, y
después se unió otro más.774

—Suena asqueroso, ¿no es así? Tres hombres abusando sexualmente


de un niño indefenso —suspiré y continué—. Conforme me hacía mayor,
me decía una y otra vez que algún día pagarían por lo que hicieron. Así
que, cuando cumplí doce años, el profesor Baudin murió al caer del
tercer piso del edificio de los dormitorios. Una semana después, el
profesor Cornett fue envenenado mientras comía su almuerzo, y por
último pero no menos importante, el profesor Duval, quien murió
electrocutado en la piscina. Todos por muertes accidentales.808

Recordarlo me hizo sonreír.19

—Finalmente, cuando cumplí diecinueve años, decidí que era hora de


hacerle una visita a mi padre en Seattle. La única vez que se puso en
contacto conmigo fue cuanto yo tenía diez, y fue por medio de una carta
que seguramente ni siquiera fue escrita por él. Pero, adivina que fue lo
que encontré cuando fui a buscarlo —miré a Arya esperando una
respuesta de su parte, pero la chica se veía horrorizada—. A una
chiquilla de quince años, mi media hermana. 126

—No tienes idea de cuánto la odié, recuerdo que lo primero que pensé al
verla fue que ella no era más que una niña mimada. William tuvo una hija
con otra mujer, y además, vivía en su maldita casa. No como yo, que fui
obligado a vivir en otro maldito país —apreté los dientes—. Quería
lastimarlos, a William y a su maldita hija, así que comencé a indagar
sobre ellos. No obstante, no fue necesario, pues rápidamente me di
cuenta de que William y su esposa rara vez estaban en casa. Mi
hermana siempre estaba sola, ella... era igual a mí. 354

—La observe durante dos años, hasta que ella cumplió diecisiete. Y
durante esos dos años, no hice más que pensar en todas las formas en
las que podría deshacerme de ella, para así hacerle daño a él. Quizás
William no pasaba mucho tiempo con ella, pero algo era seguro. Él la
adoraba, y no lo culpo, es imposible no hacerlo. Incluso yo lo hago,
después de todo, es mi hermana pequeña. Pero eso no iba a detenerme,
así que ideé un plan.499

—Comencé haciendo amistad con uno de los mejores amigos de su


novio, en ese entonces, un tal Christopher Gray. Su nombre era Josh,
estaba enamorado de mi hermana, y era un grandísimo imbécil.
Demasiado músculo y muy poco cerebro. Él fue demasiado fácil de
manipular, prácticamente era mi marioneta. Juntos, instalamos un
programa en la computadora de mi hermana para espiarla. No me
malinterpretes, no lo hice por morbo, simplemente quería mantenerla
vigilada todo el tiempo.236

—Entonces sucedió algo muy extraño, su novio la engañó con otra chica,
y ella comenzó a salir rápidamente con otro chico, que, resultó ser nada
más y nada menos que mi otro medio hermano —sonreí y casi solté una
carcajada—. ¿Sabes lo extraño que es ver a tus dos hermanos juntos?
Peor aún, ¿sabes lo asqueroso que es verlos follando? Puede que ellos
no compartan sangre entre sí, pero joder, ¿qué cojones?1K

En ese momento, Arya cometió el grave error de bostezar. 698

—¿Te estoy aburriendo? —le pregunté enseguida.155

Ella dio un respingo y negó repetidamente con la cabeza.

—No, yo solo...

—De verdad que eres grosera —me levanté de mi lugar y me acerqué a


ella—. Pero está bien, no te culpo. Ya he perdido demasiado tiempo, se
supone que esto sería rápido.1
—¿Qué haces? —exclamó, cuando alcé mi cuchillo—. Dijiste que me
dejarías vivir si no hacía ningún ruido, y eso hice...18

—No, dije que si no hacías ruido, quizás te dejaría vivir un poco más.
¿Cuánto tiempo tardé en contarte toda la historia? ¿Diez, quince
minutos?

—No... no, por favor... ¡Qué alguien me ayu...!

—Treinta segundos —murmuré contra su oreja—. No te preocupes, yo te


sostendré mientras te desangras. Así no morirás sola, Arya. 303

Ella intentó hablar, pero lo único que salió de su boca fue sangre. 2

—¿Quieres saber la razón por la que estoy haciendo esto? —de nuevo,
solo escupió sangre—. Mi hermanito es oficial de policía, y está aquí, en
Nueva York. Él no sabe de mi existencia, y estoy seguro de que ella no
se lo va a decir. Pero estoy asesinando a mujeres que se parecen
físicamente a mi hermana, con la única intención de enviarle un
mensaje.587

Diez segundos.

—Creo que el mensaje es fuerte y claro... 15

Annalise me pertenece, así que mantén las malditas manos lejos de ella
o te atendrás a las consecuencias.
Capítulo 20
Ellie161

Ayudar a Valentina con su tarea me era algo increíblemente relajador,


sobre todo, porque su maestra del preescolar no solía encargarle más
que colorear dibujos sin salirse de la línea y, por supuesto, escribir su
nombre una y otra vez. Muy sencillo.395

Mientras Valentina se encargaba de pintar el sol de color verde (una


decisión extraña, debo decir), yo le eché un vistazo a mi celular y sonreí
tontamente al ver un nuevo mensaje de Hunter. No pude evitar sentirme
como una adolescente al mensajearme de esa manera con él. Me daban
ganas de chillar de la emoción, tirarme en la cama y reír como una
boba.321

Me encontraba escribiendo una respuesta a su "¿Qué llevas puesto?" ,


cuando entró una llamada. Al ver el nombre de Victoria Russell en la
pantalla, inmediatamente fruncí el ceño. 109

—¿Mamá? —exclamé apenas respondí.

—Sé que es un poco tarde, pero me preguntaba si podías venir al


hospital ahora.201

—¿Estás bien? ¿Pasó algo?

—Estoy bien, cariño, no te preocupes. Es solo que estoy harta de estar


en este lugar y quería saber si podías venir a recogerme. Quiero ir a
casa.144

—¿Qué dijo el doctor? ¿Está bien que dejes el hospital?

—Sí, todo está en perfecto orden.108


—De acuerdo... estaré ahí en diez minutos.

—Gracias hija.

Cuando terminé la llamada, encontré a Valentina mirándome con ojos


curiosos.

—¿Vas a salir? —preguntó, dejando el sol verde a medio colorear.

Me fue imposible no sonreír.

—Tengo que ir al hospital a ver a mi madre —le expliqué.

—¿Puedo ir contigo?52

—Ya es tarde, además, aun no has terminado tu tarea.

—Pero...21

—Valentina —exclamó Lexie desde la sala de estar. Llevaba toda la


tarde trabajando en su laptop—. Si no terminas de hacer tu tarea,
mañana no comerás nieve.280

—No es justo, no puedes hacer eso, mamá.45

—Ya me escuchaste.1

—Tía Ellie... —chilló Valentina, haciéndome su carita de cachorrito


triste.17

Uff, era muy difícil enfrentarse a esa expresión, pero no funcionaría


conmigo esta vez.5

—Ya oíste a tu madre, Val. Tienes que terminar de hacer tu tarea. 1

—Bieeen —puso mala cara y regresó su atención al sol verde. 103


Acaricié su cabeza y luego me levanté de mi lugar para dirigirme a mí
habitación. Una vez ahí, tomé mi bolso y le envié un rápido mensaje a
Hunter.

Surgió algo, debo ir al hospital por mi madre.

No creo poder ir a tu casa a las nueve.

¿Te parece bien si llego a las diez?233

8:38 pm.1

¿Está todo bien?

8:38 pm.52

Sí, no te preocupes.

8:39 pm.

De acuerdo, pero...

Aún no me has dicho que llevas puesto.196

8:39 pm.

Pronto lo verás con tus propios ojos.6

¿Quieres un adelanto?1

No llevo sostén ;)669

8:39 pm.

De nuevo estás provocándome...3

Ahora no tendré piedad contigo.267

8:40 pm.1
No esperaba que la tuvieras.94

Oficial789

8:40 pm.5

—¿Tu madre quiere dejar el hospital? —me preguntó Lexie al verme salir
de mi habitación con mi bolso y un suéter, lista para marcharme.

Guardé mi celular antes de ver la respuesta de Hunter.17

—Sí, dijo que estaba harta de estar en ese lugar. 2

—Mas bien, se dio cuenta de que su teatrito de chantaje no funcionaría


de nuevo contigo y se dio por vencida —exclamó con voz gélida. Lexie
nunca había sido fan de mi madre, y ahora con sus intentos de suicidio,
menos—. ¿A qué hora piensas regresar?81

—Sobre eso —mis mejillas se calentaron—. Es posible que no llegue a


dormir hoy.74

—¿Por qué? ¿Te quedarás con tu madre? —cuando no respondí,


levantó la atención de su laptop, me miró y sonrió; fue como si lo
entendiera todo—. Oh... así que es eso. Está bien, lo entiendo, supongo
que tienen que compensar esos cinco años en los que no pudieron... 304

—¡Lex! —gruñí, lanzándole una mirada a Valentina.

Ella estaba demasiado ocupada pintando el tronco de un árbol azul.267

—Verse —continuó Lexie, su sonrisa se hizo más ancha—, en los que no


pudieron verse. Mujer, que mente tan sucia tienes. ¿Qué pensaste que
iba a decir?261
—Nada —me ajusté el bolso en el hombro y tomé mis llaves—. Te veo
mañana.3

—Seguro, te veo mañana —pero antes de que pudiera salir por la puerta,
Lexie agregó—. Con cuidado, recuerda que sin globito no hay fiesta. 629

Puse los ojos en blanco y me reí.

Yo no era tonta, por supuesto que sabía que sin globito no hay...
mierda.382

Ahora que lo pienso, todas las veces que he estado con Hunter, lo
habíamos hecho sin preservativo, y aunque compré una pastilla en la
farmacia, también había olvidado tomármela. 749

Me puse a hacer cuentas en mi cabeza y fruncí el ceño. 52

Según tenía entendido, el lapso para que la pastilla del día siguiente
hiciera efecto era de cinco días, y bueno, solo habían pasado dos días,
por lo que no tenía por qué haber un problema sí decidía tomármela hoy
mismo. Revisé mi bolso para confirmar que la pastilla estuviera ahí y dejé
escapar un suspiro. Me la tomaría después de ir por mi madre. 952

Diez minutos después, llegué al hospital donde mi madre estaba


esperándome en su habitación lista para marcharse. Al verme, me tomó
de las manos y luego me recibió con un cálido abrazo. No me quejé y
tampoco puse resistencia, todo lo contrario, la abracé de vuelta. 30

—Gracias por venir, cariño.

—Está bien, mamá, no es nada. ¿Lista para irnos?1

Asintió con la cabeza y recogió una bolsa en la que supuse, llevaba sus
pertenencias.4
—Sin duda, voy a volverme loca con todos estos olores fuertes —sonreí
y permití que caminara conmigo del brazo hasta la salida—. Tu padre
estuvo aquí —soltó de pronto.97

—¿Papá está en Nueva York? —pregunté sorprendida.

—Sí, llegó esta misma tarde. Me dijo que has estado evitando sus
llamadas, lo cual no me sorprende, ya que también estabas eludiendo las
mías. Ahora me siento un poco mejor. 49

—No es que esté evitando sus llamadas, es solo que he estado muy
ocupada —eso no era del todo cierto, pero era la mejor excusa que
tenía.5

Saqué mi celular del bolso y me encargué de pedir un Uber. 31

—Al parecer, va a quedarse unos días y me pidió que te dijera que quiere
verte.

—No sé si tenga tiempo.

—Hija, ¿por qué no quieres ver a tu padre?1

—No es que no quiera verlo.4

—Ellie...

—¿Qué más te dijo papá?

—Nada en especial, ¿por qué?

—Porque él... bueno, no sé si debería decirte, ya que él todavía no lo ha


hecho.74

—¿Qué es?

Suspiré y miré a mi madre.


—Francis está embarazada, ella y papá van a tener un hijo. 808

Otro hermano o hermana más que agregar al árbol genealógico. 308

Los ojos de mi madre se abrieron de par en par, pero rápidamente trató


de disimular su sorpresa con una sonrisa.

—¿En serio? Vaya... que bien por ellos.75

—¿Estás bien con eso?

—Claro, ¿por qué no habría de estarlo? Tu padre y yo nos divorciamos


hace dos años.1

—Pero tú aún quieres a papá, ¿no?58

Sonrió e hizo un gesto con la mano, como si eso fuese lo de menos. 1

—Sí, supongo que sí. Pero ahora él está casado con esa... —apretó los
dientes—. Mujer, y está bien, es decir, él y yo no pudimos ser felices
debido a mi carácter, pero me alegra saber que está haciendo su vida
con esa... —de nuevo, apretó los dientes—. Mujer.387

Me hizo gracia ver como mi madre trataba realmente muy duro por
pretender que la noticia no le había molestado, cuando era evidente que
sí.

—Ya veo...20

—¿Es por eso que has estado evitando a tu padre, cariño? —quiso
saber.

—No, bueno... no quiero que pienses que me molesta la idea de que él y


Francis vayan a tener un bebé, es solo que... —traté de no hacer
contacto visual con ella—. Cuando papá me dio la noticia, se veía muy
feliz y no lo sé, creo que sentí celos.199
—¿Celos?

Asentí con la cabeza e hice una mueca.

—Papá y tú no pasaron mucho tiempo conmigo cuando yo era pequeña,


gran parte de mi vida estuve completamente sola. Así que la idea de que
este nuevo bebé vaya a recibir todo el amor y cariño que yo no pude... —
pudimos, pensé—, recibir, me hace sentir celosa.551

Victoria sonrió y casi soltó una risita.34

—Cariño, es normal que te sientas de esa forma, pero no es tan malo.


Siempre quisiste tener un hermano, ¿no es así? Esta es tu oportunidad, y
lo mejor, es que podrás asegurarte de que ese bebé reciba todo el amor
y cariño que tu padre y yo no pudimos darte en su momento. 179

Mi celular emitió un sonido, avisándome que el conductor ya estaba


afuera.

—El Uber ya está aquí —murmuré, dejando de lado ese tema.1

Durante el trayecto a la casa de mi madre, ambas estuvimos sumidas en


un largo silencio. El conductor aprovechó para poner algo de jazz, lo cual
agradecí ya que comenzaba a darme dolor de cabeza. A mitad de
camino, sentí una mano sobre la mía.56

—Siento mucho no haber podido estar ahí para ti cuando eras pequeña,
Ellie. No tienes idea de lo mucho que me arrepiento —enunció mi
madre.207

—Está bien. No tienes por qué...

—Déjame terminar —me pidió, con un tono suave de voz y sin soltar mi
mano izquierda —. Quiero que me perdones por no haber podido ser una
buena madre, y también quiero que me perdones por todas las cosas
horribles que hice y he hecho.236

—Mamá...

—Cuando recuerdo la manera en la que te eché de la casa aquel día...


—cerró los ojos mientras una lágrima corría por su mejilla—. Nunca
pensé que sería la última vez en la que te vería. No puedo dejar de
pensar que fue mi culpa que hayas tenido que pasar por todo eso.141

—No fue culpa tuya. Josh estaba mal de la cabeza, y Mic... —cerré la
boca de golpe, esperando que no haber cometido un error—. Eso ya es
parte del pasado.322

—No, no para mí. Todos los días pienso en eso. Debí haberte puesto
más atención, debí haberte cuidado mejor, debí haberte protegido... 72

—Mamá —la tomé de ambas manos y sonreí—. Está bien, estoy bien
ahora. Me gusta pensar que todo eso fue un mal sueño, algo que nunca
pasó. Es mi manera de sobrellevarlo.39

—Pero...6

—Pero nada. Ahora dejemos de hablar de eso, ¿vale?2

—Vale...3

Cuando el conductor del Uber detuvo el coche frente al Woolworth Tower


Residences, le pagué al chico y después ayudé a mi madre a bajar. Al
cruzar las puertas dobles, fuimos recibidas por el portero del lobby. Un
chico joven y agradable.11

—Bienvenida de nuevo, señora Russell. Señorita —murmuró,


saludándonos a ambas.5
—Gracias, Gavin. Es bueno volver —respondió mi madre. Yo solo
sonreí.21

Antes de llegar al ascensor para subir al piso en el que mi madre estaba


quedándose, las puertas de aluminio del elevador se abrieron, mostrando
a un hombre guapo y elegante en su interior. Llevaba una camisa de
botones oscura, pantalones de vestir a la medida, y zapatos negros y
elegantes.297

Sus ojos se posaron en mi madre y luego en mí; se hizo a un lado para


dejarnos entrar y después hizo un gesto con la cabeza.

—Señoritas —exclamó, para luego abandonar el ascensor. 3

Mi madre esperó a que las puertas del elevador se cerraran para de decir
algo.

—Ese hombre es un adonis.226

Me giré a mirarla.

—¿Adonis?2

—¿Lo viste bien? Es guapísimo. Vive en el piso más alto de esta torre y
creo que es uno de los hombres más jóvenes y ricos del mundo, según la
revista Forbes.379

—Parece que has estado investigándolo.15

—Solo un poco...47

Cuando llegamos al piso de mi madre, ella fue a su habitación para darse


una ducha, y yo me quedé en la cocina, preparando un poco de avena
con canela. Mientras esperaba a que mi madre regresara, le eché un
vistazo a mi celular e, inevitablemente, sonreí como idiota.14
¿Oficial, eh?1

Nunca pensé que me excitaría con esa palabra. 588

8:40 pm.1

Y yo nunca pensé que me excitaría al2

imaginarte usando el uniforme de policía, 1

ya sabes, arrestándome.519

9:32 pm.7

Estoy empezando a preocuparme1

por tu seguridad, será mejor que estés63

preparada. Me muero por verte.3

9:35 pm.1

Yo también me muero por verte.2

Y estoy muy hambrienta.8

¿Tendrás la cena lista para mí?9

9:35 pm

Claro nena.251

¿De qué tienes ganas?351

9:35 pm.1

Sorpréndeme.388

9:36 pm.
—Hogar, dulce hogar —exclamó mi madre, uniéndose a mí en la
cocina—. Gracias otra vez por haber ido a recogerme, cariño. 26

Se veía más delgada, seguramente no había estado comiendo nada en


los días que estuvo en el hospital, y eso no era bueno. 5

—No fue nada —serví avena en un tazón y se lo puse delante—. Ten,


preparé avena.

—¿Tú no piensas comer?28

—No, quedé de cenar con Lexie y Valentina —mentí.45

Los ojos verdes de mi madre me observaron como si no creyeran al cien


por ciento mis mis palabras, pero, aun así, ella asintió con la cabeza. No
podía decirle que iba a encontrarme con Hunter, quién saber que podría
decir o hacer para impedirlo.17

—Está bien, entiendo.

—Bueno mamá, si necesitas algo, cualquier cosa, no dudes en llamarme


—tomé mis cosas y me preparé para marcharme.4

—Cariño, antes de que te vayas hay algo que me gustaría decirte. 45

Me giré a mirarla.

—¿Sí?

Revolvió la avena en su tazón antes de mirarme a la cara.


—A partir de ahora, quiero ser una mejor madre para ti, y es por eso que
hice un par de llamadas para retirar la orden de restricción en contra de
ese chico... Hunter.464

—¿Estás hablando en serio? ¿Quieres decir que...?1

Asintió con la cabeza.

—Él ya no va a tener problemas por acercarse a ti, ahora es libre de


hacerlo.322

Una enorme sonrisa comenzó a apoderarse de mis labios, y antes de


que pudiera darme cuenta, me encontraba corriendo hacia ella para
sorprenderla con un fuerte abrazo. Fue algo que no se esperaba
(tampoco yo), pero saber que había retirado la orden de restricción en
contra de Hunter me hacía sentir muy feliz. Ahora no teníamos por qué
escondernos.93

—Gracias —murmuré, desbordando felicidad—. Gracias, mamá.4

—No tienes por qué agradecer, cariño. Solo espero que puedas
perdonarme. Yo fui quién le pidió a Hunter que se fuera hace cinco años,
lo convencí de que alejarse era lo mejor, y aun cuando él regresó al
enterarse que estabas internada en un hospital psiquiátrico, no le permití
acercarse a ti. Te mentí muchas veces, lo siento, creí... creí que estaba
haciendo lo mejor para ti y no me di cuenta de lo mucho que te estaba
lastimando... yo...228

—Está bien.1

—Ellie... hija, por favor, perdóname.94


—Está bien, te perdono. Todos merecemos una segunda oportunidad,
¿no?378

Victoria sonrió y se limpió las lágrimas que habías derramado. ¿Quién


era esta mujer y qué había hecho con mi madre? Pensé. Sea lo que

fuera que experimentado durante su estancia en el hospital, sin duda la


había cambiado.201

—Gracias cariño, eres un ángel con un corazón increíblemente


bondadoso —sonreí al escucharla llamarme de esa forma—. Ahora basta
de lágrimas, él está esperándote, ¿verdad?313

Mi rostro enrojeció.1

—Bueno...1

—Anda, ve con él. Recuperen el tiempo que les fue arrebatado,


recuperen el tiempo que yo les arrebaté. 901

***9

Cuando llegué al departamento de Hunter, estaba que no podía con la


emoción de saber que esa orden de restricción entre nosotros ya no
existía. Es decir, ahora podíamos tener citas y no tendríamos que
preocuparnos por que alguien pudiera vernos. 88

Toqué el timbre y esperé pacientemente a que me abriera, sin embargo y


para mi sorpresa, quién abrió la puerta no fue Hunter, sino, la misma
chica que nos había pillado en pleno acto sexual hace solo unos días;
nada más y menos que Eva.520
—¿Ellie? —exclamó al verme, claramente no tenía idea de que yo
vendría.55

Forcé una sonrisa en mis labios. No era momento para actuar como una
novia celosa, sobre todo, cuando yo ni siquiera era la novia, así que lo
dejé pasar.73

—Hola Eva.3

—¿Qué estás...? ¿Vienes a ver a Hunter?262

—Sí, ¿puedo pasar?37

—Por supuesto, adelante —dijo ella, haciéndose a un lado.

Una vez dentro, noté un fuerte olor a queso cheddar que provenía de la
cocina.

—¿Dónde está Hunter? —quise saber.1

—Está haciendo la cena. Le diré que has venido. 32

—Él ya sabía que vendría.25

—¿En serio? No me lo dijo.431

—Oh...

Y fue así como se hizo un silencio incómodo entre nosotras. Apreté los
labios y le lancé una mirada curiosa a Eva. Ella era muy bonita; tez
morena, cabello castaño, y profundos ojos oscuros. También era más
alta que yo, y su cuerpo tenía más curvas.267

—¿Quieres algo de beber? —me preguntó.50


—Um...

¿Por qué actuaba como si esta fuera su casa? Tranquila, Ellie, está bien,
ella solo está siendo amable. No dejes que tus celos se apoderen de ti.
Eva es la mejor amiga de Hunter, eso es todo, no hay razón por la cual
debería sentirme celosa.227

—Ahí estás —irrumpió una voz masculina.344

Hunter hizo su aparición en la sala de su departamento, vistiendo una


camiseta negra, pantalones de gimnasio oscuros, y tenis. Traté de no
babear, pero esa ropa me hizo recordar la forma en la que solía vestirse
en el pasado, hace cinco años. La única diferencia ahora era que su
espalda estaba más ancha, los músculos de su cuerpo se notaban más,
y en sus brazos, un par de tatuajes que no había visto antes destacaban
con orgullo.322

Santa madre...151

—Siento no avisar que llegaría antes, pero resulta que... —sus brazos
me rodearon por la cintura y luego me levantó del suelo para después
devorarme la boca con un caluroso beso. 1.1K

Eso me sorprendió, tanto, que no pude evitar soltar un suave gemido. 269

Sus labios se movieron sobre los míos con fuerza y delicadeza al mismo
tiempo, cerré los ojos y me permití disfrutar de la sensación de
hormigueo que comenzaba a brotar en mi estómago. Su lengua encontró
la mía, profundizando así todavía más nuestro beso. 322

Coloqué mis manos en sus hombros y traté de echarme para atrás, solo
que él no me lo permitió.1
Finalmente, cuando Hunter pareció tener suficiente de mí, separó
nuestras bocas y dejó que mis pies tocaran de nuevo el suelo de
madera.1

—Cuando dije que no tendría piedad contigo, lo decía muy en serio —


murmuró él.464

Estuve a punto de derretirme ahí mismo.1

—Eres un idiota —me quejé, con la respiración agitada.126

Sonrió y acercó su boca de nuevo a la mía.1

—Acabo de comprobar que decías la verdad, no estás usando un


sosté...373

—Creo que mejor me voy —exclamó alguien más.1.4K

Inmediatamente empujé a Hunter con más fuerza, obligándolo a


retroceder. Mierda, por un momento olvidé que Eva también estaba aquí.
Que vergonzoso.92

—¿No quieres quedarte a cenar? —le preguntó Hunter, mirándome con


una sonrisa.459

¿Acaso estaba burlándose de mí? ¿Por qué?1

Entonces me di cuenta; debido al apasionado beso que él acababa de


darme, se me había erizado la piel de todo el cuerpo, y por
consecuencia, también se me habían erizado los pezones, qué, debido a
que no estaba usando un sostén, podían notarse por debajo de la tela de
mi vestido.331
Puse mala cara y crucé los brazos sobre mi pecho, pero su sonrisa era
contagiosa, por lo que me fue imposible no sonreír segundos después. 8

—No, yo... quedé de verme con Darla para cenar —habló Eva. Tomó su
bolsa del perchero junto a la puerta y luego se puso su chaqueta de
mezclilla—. Fue muy lindo verte, Ellie. Te... te veo mañana en la
comisaría, Hunter. Oh, y gracias por los chocolates. 441

Hunter asintió y posó sus ojos sobre ella solo unos segundos. 120

—De nada —fue lo único que dijo.31

Cuando Eva abandonó el departamento, lo primero que hice fue darle a


Hunter un fuerte golpe en el estómago. Por supuesto, ni siquiera debió
sentirlo, porque en lugar de quejarse por el dolor, me sujetó de la mano y
tiró de mí para envolverme con sus brazos. 57

—¿Qué sucede contigo? —le reproché—. Eva aun estaba aquí.51

—¿Y?83

—¿Cómo qué Y? Fuiste muy grosero.10

—Lo siento nena, pero cuando estás bajo el mismo techo que yo, no
puedo pensar en nada más —me acomodó un mechón de cabello detrás
de la oreja—. ¿Tienes hambre?384

Quise enojarme con él, de verdad que lo intenté, pero no pude hacerlo. 65

—Mucha.6

—Ven, te preparé macarrones con queso.336

Sonreí y lo seguí.1

—Huele muy bien.6


Lo ayudé a traer la comida a la mesa y después nos sentamos a comer.
Quizás yo era una exagerada, pero los macarrones que preparó, a pesar
de ser algo bastante simple, sabían exquisitamente bien. Claro que no
iba a decírselo, ya que solo estaría alimentando su ego. 87

—¿Cómo está tu mamá? —preguntó.3

—Bien, dijo que estaba harta de estar en el hospital y me pidió que fuese
a recogerla.

—¿Está bien que lo haya dejado?

—Sí, no creo que trate de atentar de nuevo contra su vida.

—¿Qué te hace pensar eso?

—Bueno, desde que llegué al hospital me di cuenta de que ella estaba


actuando muy extraño. Se disculpó conmigo por las cosas que ha hecho,
y también me dio una maravillosa noticia —de nuevo, una boba sonrisa
amenazó con partir mi rostro en dos—. Finalmente retiró la orden de
restricción que había en tu contra. ¿No es grandioso?134

Él asintió con la cabeza sin dejar de mirarme. 136

—Oh, y aún hay más —continué—. Mi padre está en Nueva York, al


parecer fue a ver a mi madre y realmente creo que él tuvo algo que ver
con su repentino cambio, así que estoy pensando en reunirme con él, a
pesar de que no quiero hacerlo —hice una mueca y miré lo que quedaba
de macarrones en mi plato—. He estado ignorando sus llamadas por una
razón bastante tonta, así que ahora me da un poco de pena mirarlo a la
cara.3
Al ver que Hunter seguía mirándome sin decir nada, comencé a sentirme
más nerviosa y continué hablando como un ave parlanchina. 196

—Francis, la actual esposa de mi padre, está embarazada. Creo que es


por esa razón que he estado evitando sus llamadas, una parte de mí
siente celos por un bebé que ni siquiera ha nacido, solo porqué sé que él
o ella va a recibir toda la atención que yo no recibí en su momento y... —
ya fue suficiente, cierra la boca Ellie—. ¿Por qué no dices nada? Estás
pensando que soy una idiota, ¿no es así?212

Sonrió y negó con la cabeza.2

—No es eso, nena, es solo que amo escucharte hablar. No sabes cuánto
extrañé el sonido de tu voz.1.1K

Eso hizo que mi corazón se acelerara.1

—Yo también extrañé el sonido de tu voz, así que es tu turno de hablar.


Cuéntame algo, ¿cómo te está yendo en el trabajo? ¿es divertido ser un
oficial de policía?76

Meneó la cabeza a ambos lados como si lo pensara.1

—Yo no diría que es divertido, pero tampoco es aburrido —estiró una


mano sobre la mesa para alcanzar la mía, y después comenzó a tocar
mis dedos—. Estoy ayudando a resolver el caso sobre un asesino en
serie en Brooklyn, lleva meses dejando los cuerpos sin vida de mujeres
como si tratara de un juego para él. Y lo más extraño es que todas sus
víctimas comparten ciertas similitudes físicas; como el cabello rubio, ojos
grises y...574

Frunció el ceño y me miró directamente a los ojos. 411


—¿Y...? —murmuré yo.24

Sacudió la cabeza y forzó una sonrisa en sus labios. 143

—Olvídalo nena, no es momento para hablar sobre asesinos y cuerpos


sin vida en la mesa —se levantó de su lugar y tomó su plato vacío para
dejarlo sobre la barra de la cocina. 261

Quizás tenía prohibido hablar sobre asuntos de su trabajo, pero...


¿asesino en serie? ¿en Brooklyn? Y lo más extraño de todo, ¿similitud
física entre sus víctimas como el cabello rubio y los ojos grises? ¿podría
ser que...?210

No. No puede ser él, Michael no puede estar en Nueva York, él me


prometió que...632

—¿Estás bien? —le pregunté.2

Pero no respondió, se había quedado muy quieto frente a la barra de la


cocina, de espaldas a mí.109

Inmediatamente me levanté de mi lugar y pasé mis brazos alrededor de


su cintura. Hunter no sabía nada sobre Michael, y tampoco había forma
de que supiera algo.125

—Hunter... —insistí.2

En ese momento, él dio un respingo.2

—¿Sí?1

—¿En qué tanto estás pensando?4

Se dio la vuelta para mirarme y tomó mi rostro entre sus manos. Por la
mirada extraña en sus ojos pude darme cuenta de que algo estaba
molestándolo, o tal vez solo estaba pensando en algo demasiado. Sea lo
que fuera, no iba a decírmelo.207

—Creo recordar que hace un rato estabas provocándome por mensajes


de texto —exclamó, cambiando su expresión por una sonrisa traviesa. 114

—Lo hice.9

—¿Estás admitiendo tu crimen?77

—Oh sí, lo admito, soy culpable.276

Su sonrisa se amplió y sus manos se desplazaron de mi rostro hasta mi


espalda. Un delicioso cosquilleo acompañó sus toques sobre mi cuerpo.2

—Espero que entiendas que lo que hiciste tendrá consecuencias y debe


ser severamente castigado. No lo digo yo, lo dice la ley. 392

Esta vez casi me reí.1

Pasé las manos por su pecho y me mordí el labio. 1

—Está bien oficial, aceptaré cualquier castigo que usted crea


necesario.133

—Definitivamente vas a volverme loco —exclamó antes de estampar su


boca con la mía.
Capítulo 21
Eva759

—Entonces, tomé mis cosas y me marché —exclamé, dándole un sorbo


a mi bebida.214

Darla me miró a través de sus largas pestañas y chasqueó la lengua.4

—¿Quieres que diga "te lo dije"?8

—No, no te atrevas a decir "te lo dije" —gruñí.228

Una sonrisa se extendió por su rostro justo antes de que se llevara la


aceituna de su Martini a la boca. Hice una mueca al verla comerse esa
cosa con tanto deleite, pues solo una vez en mi vida había probado las
aceitunas y, como era de esperarse, vomité. 354

—Cinco años —dijo ella, dejando su copa ya vacía sobre la barra—.


Cinco años en los que fácilmente pudiste haberle confesado tus
sentimientos, pero dime, ¿qué fue lo que hiciste en su lugar? Tomaste el
papel de la mejor amiga y lo peor, lo animaste a recuperarla. 393

—¿Qué más podía hacer? Desde que conocí a Hunter, él se ha


encargado de dejarme muy en claro que su corazón le pertenece y
siempre le pertenecerá a ella, a Ellie Annalise Russell; el amor de su
vida —eso último lo dije tratando de imitar la voz de Hunter. 384

—¿Y? Pudiste haberlo seducido.374

—¿Seducido dices? —solté un bufido—. Sí, claro.17

—¿Qué? Eres muy guapa y tienes un cuerpo que, madre mía... —no
pude contener la risa—. Hablo muy en serio cuando te digo que si lo
hubieras querido, hubieses podido seducirlo, es decir, tuviste cinco años
para lograrlo.226

—Pero yo no soy así. Además, aun si lo hubiese intentado, estoy segura


de que solo habría sido algo de una noche y después me habría dado
una patada en el trasero.429

—Quizás sí, quizás no, el punto es que ahora jamás lo vas a saber. 49

Dejé escapar un escandaloso suspiro y recosté la cabeza sobre barra de


mármol del bar al que había venido a charlar con Darla. Un sitio muy
elegante, pero también muy costoso. La única razón por la que solíamos
venir, era porque Shane, el nuevo novio de Darla, trabajaba en este
lugar. Lo que en otras palabras también significaba; bebidas gratis.469

Oh sí, oh sí.99

—Jamás había sentido tantos celos en toda mi vida... —admití,


frunciendo un poco las cejas—. La verdad es que siempre he querido ver
a Hunter así de contento, ya sabes, verlo sonreír y reírse con otra
persona, aún si esa persona no era yo, pero... —sonreí con tristeza al
recordar la expresión en su rostro cuando vio a Ellie—. Nunca pensé que
dolería tanto.629

—Eva, no me digas que ya estás ebria.5

—Todavía recuerdo la primera vez que lo vi —comencé.265

Darla dirigió sus ojos al techo y juntó sus manos, como si le rezara a
algún dios.79

—No señor, por favor, has que pare.169


—Hunter era la personificación de todos los chicos malos que tanto me
gustaba leer en los libros —proseguí, a pesar de sus plegarias—. Era
guapo, aterrador, y siempre estaba fumando. Cuando mis padres me
dijeron que el nieto de los Presley iba a quedarse con ellos una
temporada, no imaginé que se trataría de un chico como él. La primera
vez que hablamos fue a través de mi ventana. La habitación de Hunter
quedaba justo frente a la mía, y al idiota le gustaba fumar mientras
miraba el cielo con una expresión de melancolía... 1.1K

—¿Te importaría apagar tu cigarro? —le había dicho, luego de notar que
el causante de que todo mi cuarto oliera a tabaco, era él. 54

Hunter ni siquiera me miró, pero tampoco se molestó en apagar su


cigarro.1

—¿Hola? Tierra llamando a chico que disfruta acortar su vida al consumir


esa cosa.49

En ese momento, los ojos de Hunter me miraron y arqueó una ceja. 1

—¿Qué? —exclamó en inglés.494

Vaya, así que no hablaba español... afortunadamente yo había tomado


clases de inglés en la escuela desde primer año, por lo que no iba a
tener problemas.79

—Dije que si serías tan amable de apagar tu cigarro —le respondí


también en inglés.475

—No.51

—¿Eh?

—Si tanto te molesta el olor, solo cierra la ventana. 143


—No voy cerrar la ventana, me gusta recibir aire limpio y fresco de la
calle en mi habitación, aire no impuro y contaminado por ese pequeño
cilindro asesino.89

—Ya casi termino —fue todo lo que dijo. 2

—¿Sabías que eso provoca cáncer? Además, es una de las principales


causas de las enfermedades pulmonares como la bronquitis crónica
y...108

Pero el muy idiota inhaló una calada de su cigarro y después expulsó el


humo en mi dirección. Eso me hizo enfurecer. 121

—Suficiente, si no apagas ese cigarro ahora, voy a ir a tu casa y le diré a


tus abuelos que estás fumando —gruñí, sin importar que acababa de
sonar como una niña pequeña.73

—¿Vas a acusarme con mis abuelos?66

—Sí.3

—Mmm... —después de eso, dio una última calada a su cigarro y lo


apagó.11

Sonreí triunfante.

—¿Te dio miedo la idea de que te acusara con tus abuelos? —me
burlé.88

Regresó su atención al cielo y soltó el aire.

—No, solo no quiero causar más problemas.512

El tono de voz que usó en ese momento me causó mucha curiosidad.1


—¿Cómo te llamas? —quise saber, pero él no respondió. Después de un
rato, decidí hacerle otra pregunta—. ¿Estás triste por algo? ¿Por qué
razón has venido a España?106

—Hablas demasiado —se quejó, posando ojos azules en mí.195

Nunca había visto un color de ojos tan bonito como el suyo. 98

—Lo sé, es un hábito que heredé de mi padre. Supongo que es mi don,


mi maldición.75

A pesar de lo tonto que fue mi comentario, sonrió. 1

—Lo mismo decía mi mejor amigo cuando nos interrumpía a mí y a mi


novia en la mejor parte, que era su don, su maldición —no iba a mentir,
tenía una sonrisa bellísima.818

—Sí, es la frase de una película que sirve como pretexto para muchas
situaciones —luego de eso, me recargué sobre el marco de mi ventana—
. Soy Eva, por cierto. Eva Prescott.140

Cuando creí que no me diría su nombre, finalmente dijo:

—Yo soy Hunter, Hunter Cross.330

—Eva, por favor, he escuchado esa historia un millón de veces —


exclamó Darla.145

—Escucharla una vez más no te hará daño. 55

—Claro que lo hará —abrí la boca para protestar, pero sus ojos viajaron
a una persona detrás de mí—. Mira quien viene ahí, el chico más guapo
y ardiente de Nueva York.63

Escuché la risa de un hombre.


—¿Así que soy guapo y ardiente? —ronroneó Shane mientras se
acercaba a nosotras.471

—También eres encantador —agregó ella, deslizando sus brazos por el


cuello de él.3

—Y tú eres la chica más hermosa del lugar. 21

Darla hizo un puchero.

—¿Solo del lugar?

—Déjame corregir eso, eres la chica más hermosa del planeta entero. 160

—¿Ah sí? Pues yo creo que tú eres...

—¿Les importaría dejar toda esa cursilería para otro momento? —


exclamé yo, tratando de no hacer una mueca de disgusto—. Ya bastante
tuve con ser un mal tercio hace un rato, siento que estoy teniendo un
deja vu.149

—Lo siento Eva —se disculpó el ardiente Shane—. ¿Cómo estás?66

—Bien, más que bien, de maravilla —levanté mi copa—. El alcohol aquí


es increíble.

Shane sonrió y Darla se encargó de quitarme la copa de las manos. 4

—Creo que ya has bebido suficiente.

—Oye, apenas estoy entrando en calor.102

—¿Tienen hambre? ¿Qué les parece si vamos por comida francesa? Yo


invito.88

Darla chilló y se colgó del cuello de su novio. 1


—¡Eres un encanto!

—Vayan ustedes, yo no tengo hambre.

—Venga Ev, te prometo que dejaremos de ser cursis frente a ti —


murmuró Shane.10

—Eva, ven con nosotros —insistió Darla.

—No, de verdad. Gracias, de todas formas.

—Bien, te pediré un Uber entonces.2

—Me gustaría quedarme aquí un poco más.70

—¿Qué? Ni de broma.

—¿Por qué? No estoy ebria, Darla.

—No voy a dejarte sola en un bar, alguien podría querer intentar algo. 85

—Soy oficial de policía, ¿recuerdas? Pateo traseros tooodo el día. 33

—Eva...

—Está bien Darla, solo me tomaré una copa más y después me iré a
casa.12

—¿Lo prometes?

—Sí, lo prometo.25

—De acuerdo, pero quiero que me envíes una captura del coche que
vayas a tomar, y también quiero que me envíes un mensaje cuando ya
estés en tu casa.255

—Sí, mamá.48
Puso mala cara, pero al final agarró el brazo de Shane el ardiente y
juntos abandonaron el lugar. Una vez sola, fruncí los labios y miré
fijamente mi copa sobre la barra. Hunter y Ellie, Ellie y Hunter demonios,
¿por qué no puedo dejar de pensar en ellos? El recuerdo de ellos dos
besándose y riendo en la sala no quería salir de mi cabeza, sin importar
lo mucho que lo intentara, no podía arrancarme esas imágenes. 152

—Eres una tonta, Eva —me dije a mí misma, antes de sonreír y negar
con la cabeza.185

Después de terminar mi Cosmopolitan, decidí intentar con algo más


fuerte ya que se trataba de mi ultimo trago antes de irme a casa, así que
le hablé al bartender y le pedí un Toro Bravo; un nombre gracioso y
extraño para una bebida que me había llamado la atención desde hace
rato en el menú. Mientras el hombre que se encontraba detrás de la
barra preparaba mi trago, yo lo miré fascinada. Hielo, vodka, mucho
vodka, licor de café y limón.53

Cuando le di el primer trago, casi hice una mueca.

—Nada mal... —volví a hablar para mí misma.

—¿Ahogando penas? —exclamó de pronto una voz profunda y


masculina, con un acento extranjero bastante marcado.1.1K

A mí lado, un chico alto, delgado y muy atractivo, tomó asiento frente a la


barra. Lo primero que pensé fue, ¿y ese quién es? Seguido de un
pensamiento totalmente diferente como: ¡Pero que guapo! Tenía el
cabello rubio y largo, vestía una camiseta negra con una chamarra de
cuero encima, pantalones negros y zapatos deportivos. 1.3K

Los ojos grises del chico guapo me miraron, al mismo tiempo en el que
una sonrisa se formaba en sus labios.293
—Algo así —respondí cuando salí de mi embobamiento.

—Déjame adivinar, ¿terminaste con tu novio?27

Sonreí y negué con la cabeza.

—No.

—¿Terminaste con tu novia? —intentó de nuevo.123

—Tampoco —dije acompañado de una risita tonta.1

—¿Te despidieron de tu trabajo?

—No, nada de eso.

—Entonces, ¿qué hace una chica tan bonita, sola en un bar, con una
expresión tan triste? —tragué saliva y regresé mi atención a mi trago de
Toro Bravo.137

—Intento no pensar en un amor no correspondido. 10

—Ya veo... te entiendo, yo estoy pasando por lo mismo. 880

Eso llamó mi atención, así que volví a mirarlo. 21

—¿En serio?5

¿Quién diablos se atrevería a rechazar a un chico como él? Es decir, él


era ¡Era guapísimo! ¡Parecía sacado de una revista de modas! Su cuerpo
era perfecto, sus ojos hermosos, su rostro muy varonil y bueno, la lista
seguía y seguía.345

—Sí.

—En ese caso, salud —levanté mi copa—. Por los amores no


correspondidos.143
Levantó su vaso con ron.1

—Por los amores no correspondidos —dijo él.88

Le di un trago a mi copa y de nuevo, casi hice una mueca. Uff, esto


estaba demasiado fuerte, pero también sabía muy bien. Tomé la rodaja
de limón y le di un pequeño mordisco, esta vez, me fue imposible no
hacer una mueca.5

Al darme cuenta de que el chico guapo seguía mirándome desde su


lugar, sentí que me ruborizaba de la vergüenza.

—El limón —balbuceé, tratando de explicar la razón de mi mueca—. Está


muy ácido.31

El chico guapo sonrió.

—Los limones son ácidos.262

—Sí, pero este lo es más.1

Sin dejar de sonreír, asintió con la cabeza y luego dirigió su atención al


frente. Mi yo interior me dio una buena bofetada mientras me gritaba,
¡¿ya viste lo que hiciste?! ¡Lo espantaste! ¿Y? ¿Qué se supone que
debería hacer? ¿Conseguir su numero de teléfono?174

Ambos estamos atravesando un amor no correspondido, quizás debería

—Duele, ¿no? —murmuró de pronto el chico guapo—. Ver a la persona


que amas ser feliz con alguien más, alguien que no eres tú. 523

Inmediatamente entristecí.

—Sí, duele muchísimo —estuve de acuerdo con él.12


—¿Cuál es tu caso? ¿Esa persona es un amigo, una persona que
conoces, o...?56

—Es mi mejor amigo, lo conozco desde hace casi cinco años —hice una
pausa antes de continuar. No quería solo empezar a contar mi triste
historia si a él no le interesaba, pero fue todo lo contrario, el chico guapo
parecía realmente interesado—. Creo que me enamoré de él a primera
vista, y no lo digo porque él sea muy atractivo, sino, porque a pesar de
que aparentaba ser alguien rudo y descortés, en realidad era alguien
amable y generoso.298

» Me gustaba mucho hacerlo enfadar, solía molestarlo especialmente


porque él no hablaba nada de español. Lo único que sabía decir
era quéy no me interesa, así que me divertí muchísimo cuando con él
comenzó a trabajar conmigo en la ferretería de sus abuelos. 266

Me mordí el labio al recordar esos viejos tiempos.

» Cuando murió mi padre, él fue mi principal apoyo. Me deprimí bastante


y rara vez salía de mi habitación. Hunter se dio cuenta y comenzó a
molestarme con la única intención de hacerme sentir mejor, me
convenció de terminar mis estudios, me compró botes de helado todos
los días durante un mes, y me convenció de volver al trabajo —sonreí
como una idiota—. Fue ahí cuando nuestra amistad se consolidó y nos
convertimos en mejores amigos.939

» Un día mientras regresaba de ver a una amiga, lo vi peleando con un


grupo de chicos en un callejón. Ellos eran tres y él solo uno, y aun así,
Hunter les dio una terrible paliza, fue horrible. Recuerdo que esa fue la
primera vez que tuve miedo de él, no sabía por qué estaba tan enfadado,
pero no dejaba de golpear a los chicos, sin importar que ellos ya no
podían defenderse. Ese día, después de detenerlo, me confesó que
sufría de ataques de ira.481

» Yo lo apoyé, así como él me apoyó en su momento. Nos volvimos tan


cercanos, que poco a poco fue contándome cada vez más de él. Me
contó la razón por la cual se había mudado a España, y me habló de ella
por primera vez —un sentimiento de celos se instaló en mi pecho—. A
Hunter le gustaba referirse a ella como, el amor de su vida. 718

Tuve que parar de hablar cuando sentí que las lágrimas me picaban los
ojos. Diablos, tenía que recordar que no era bueno hablar de Hunter bajo
los efectos del alcohol.18

—¿Cómo es ella? —me preguntó el chico guapo, con la mandíbula muy


tensa.884

—Es hermosa —admití—. Muy hermosa, pero eso no es lo que él ama


de ella, es algo más, algo que, por más que trato de entender, no
puedo... —apreté los dientes—. ¿Por qué está tan enamorado de ella? Sí
la miras bien, tampoco es tan especial. Puede que su vida no haya sido
perfecta, y también es un poco triste que haya sido secuestrada, pero no
por eso, él debería sentirse obligado a quererla y estar con ella. A veces
pienso que ella solo está utilizando el papel de la víctima para agradarle
a todos, quizás ella es solo una chantajista... 3.1K

El chico guapo golpeó la barra con sus manos y yo di un respingo. 412

—No hables así de ella cuando ni siquiera la conoces —gruñó, se veía


muy molesto.1.4K

—Yo creo... creo que hablé demasiado...212

—Sí, lo hiciste.45
—Lo siento, el alcohol me hace decir muchas tonterías...19

—No, el alcohol solo te hace decir cosas que realmente piensas y


sientes.546

Negué con la cabeza y me llevé las manos al rostro.

—No, eso no es... —eso no es en realidad lo que pienso de ella. 105

Ni siquiera sé por qué lo dije, yo solo... 33

—No te ves muy bien, Eva.473

¿Cómo es que sabía mi nombre? ¿Y por qué diablos todo me daba


vueltas? Estiré una de mis manos para alcanzar mi bolso sobre la barra,
pero este no estaba ahí.285

¿Dónde dónde lo había dejado? ¿Por qué no podía encontrarlo?

—Creo que perdí mi bolso —murmuré, arrastrando las palabras.

—¿En serio? —asentí—. Eres muy distraída, ¿lo sabías?291

Cuando traté de levantarme del taburete en el que me encontraba


sentada, mis piernas no fueron capaces de sostener el peso de mi
cuerpo. Probablemente me hubiese ido directo al suelo, si no fuese
porque los brazos del chico guapo me sujetaron por la cintura. 46

—¿Estás bien? —me preguntó, en su voz no había nada de


preocupación.1

—Sí, yo... —levanté la cara para mirarlo y tragué saliva—. Yo...22

Él era tan guapo, tenía unos labios que suspiré. Por alguna razón, en
todo lo que podía pensar era en besarlo. Sus manos sobre mi cintura se
sentían calientes, tanto, que quería que me tocara y las deslizara por
otras partes...170

¿Qué pasa conmigo? ¿por qué...?43

De pronto, el chico guapo acercó su rostro al mío y me besó. Fue un


beso que me hizo perder la cabeza, o bueno, creo que lo que me hizo
perder la cabeza fue el alcohol. Todo a mi alrededor seguía dando
vueltas, y algo dentro de mí estaba volviéndome loca.251

Era como si mi cuerpo entero estuviese en llamas, se sentía sumamente


extraño.62

Sus manos subieron por mi espalda, y yo enterré las manos en su pelo


mientras nuestras bocas se saboreaban una a la otra. Cuando su lengua
entró en contacto con la mía, un delicioso hormigueo me hizo cosquillas
en el estómago. No supe durante cuánto tiempo estuvimos así, pero, de
un momento a otro, me di cuenta de que ya no estábamos en aquel bar,
estábamos en otro lugar y creo que era mi departamento. 654

El chico guapo me tomó por los muslos y me llevó cargando hasta mi


habitación, en donde estaba mi cama. Me dejó caer bruscamente sobre
el colchón y después cubrió mi cuerpo con el suyo. Todo estaba pasando
demasiado rápido, pero no podía pensar en nada más. Estaba
demasiado excitada y ni siquiera sabía por qué. 96

—Detesto a las chicas como tú —exclamó, mirándome desde arriba. 579

Fruncí el ceño y moví mi cuerpo, deseando sentir de nuevo sus toques. 1

—¿Qué estás...?—solté el aire con fuerza y tomé el dobladillo de su


camiseta—. Vamos, quítate la ropa.206
—¿Quieres que te folle? —asentí con la cabeza, el chico guapo acercó
su boca a mi oído y susurró—. Por desgracia, yo no tomo chicas a la
fuerza y menos en estado de ebriedad.809

Después de decir aquello, se levantó de la cama.

—Espera... no te vayas...

—Vas a ser de mucha ayuda, Eva. Has bien tu trabajo y serás


recompensada.370

—¿Recompensada? ¿De qué... de qué estás hablando?18

—Dejé mi número en tu teléfono, estaré esperando ansioso tu llamada. 44

—Espera, espera... ¿cómo... cómo te llamas?9

—Michael —a pesar de lo mareada que me encontraba, y de lo oscuro


que estaba mi habitación, vi el atisbo de una sonrisa perversa—. Michael
Kent.
Capítulo 22
Ellie148

—Me mentiste —exclamó una voz masculina haciendo eco en la


oscuridad.183

Lo primero que vi fue la figura de Michael frente a mí, mirándome con


una expresión bastante sombría en el rostro. De inmediato, algo dentro
de mí se retorció y un frío estremecedor me caló hasta los huesos.
Quería gritar, quería correr, pero no podía hacerlo.54

No cuando él presionaba el cañón de su arma en la nuca de Hunter. 355

—No lo hagas... por favor Michael, no lo hagas. 4

—Rompiste tu promesa —continuó—. Me traicionaste.87

—Yo no te traicioné.1

—¡Lo hiciste!1

—Michael...10

—Espero que con esto aprendas tu lección.6

—No, espera... —sollocé—. No, por favor, no... ¡no!10

Pero fue demasiado tarde, el sonido de un disparo hizo eco en todo el


lugar.231

Abrí los ojos de golpe al sentir que mis pulmones se quedaban sin aire,
me senté en la cama y tomé una inhalación profunda. Mi cuerpo entero
estaba temblando y de mis ojos no paraban de salir lágrimas calientes.
Miré mis manos, estaban cubiertas de sangre, las sabanas estaban
cubiertas de sangre.306
Dios mío, había sangre en todas partes5

—¿Nena? ¿Estás bien?341

Esa voz, Hunter. Él está bien, está vivo. Aquello fue solo un sueño. Pero,
aun así... Michael, él está aquí, en Nueva York. Lo sé, casi puedo sentir
su presencia. Él está aquí a pesar de que prometió que me dejaría en
paz. Él está aquí para hacerme sentir miserable.188

¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer?178

—Annalise —habló de nuevo Hunter—. ¿Qué sucede?13

Cuando me giré para mirarlo con los ojos llenos de lágrimas, sus cejas se
fruncieron e inmediatamente se acercó a mí para saber que era lo que
me pasaba. No dije nada, en su lugar, deslicé mis manos por su cuello y
me senté a horcajadas sobre él. Abrió la boca para decir algo más, pero
yo me encargué de unir nuestras bocas en un beso desesperado. 332

Necesitaba asegurarme de que era él, necesitaba asegurarme de que


era real.108

Sus manos me tomaron por las caderas, colocándome en una mejor


posición encima de su cuerpo, de forma que pudiese sentir lo duro que
estaba en ese momento. Dejé escapar un suave gemido antes de
mordisquear su labio inferior y luego abrirme camino en su boca. 302

Todavía estábamos desnudos debido a los momentos que habíamos


compartido hace apenas un rato, así que no había nada que nos
impidiera convertirnos en un solo ser. No sabía qué hora era, o cuanto
tiempo habíamos dormido, solo estaba segura de una cosa. 128

Necesitaba de esto, lo necesitaba a él. 90


Tomé su miembro con una de mis manos, lo coloqué entre los pliegues
de mi apertura y, sin más preámbulos, dejé que se hundiera en mi interior
con una placentera y deliciosa lentitud. Hunter dejó escapar un ronco
sonido de su garganta y luego echó la cabeza hacia atrás, disfrutando de
aquella conexión que nos unía. Me aferré a la piel de sus hombros
mientras impulsaba mi cuerpo de arriba abajo, cabalgando sobre él justo
como a mí me gustaba; con movimientos suaves, lentos y pausados. 426

Desplazó sus manos de mis caderas hasta mi espalda y acercó su boca


a uno de mis pechos, llevándose un pezón a la boca para comenzar a
chupar y succionar de esa manera tan suya. Gemí sin dejar de moverme
sobre él. Enredé mis dedos en su alborotado cabello oscuro y lo empujé
más cerca de mí, incitándolo a chupar mi delicada piel con más fuerza. 275

Hunter soltó un gruñido antes de ceder a mi suplica. 4

—Hunter... —dije entre jadeos, con la respiración agitada—. Voy a...185

Me mordí el labio con fuerza cuando él mordisqueó y tiró de mi pezón


izquierdo, al mismo tiempo en el que sus manos me sujetaban por las
caderas, hundiéndose en mí hasta el fondo con un brusca embestida. La
sensación fue tan arrebatadora y placentera, que no pude evitar soltar un
grito cuando ambos alcanzamos el clímax. 153

Envolví mis brazos alrededor de su cuello y lo abracé, mientras nuestros


cuerpos se sacudían violentamente debido a los espasmos del orgasmo.
Estuvimos sentados sobre la cama, abrazados durante un largo rato, sin
decir una sola palabra.72

—¿Vas a decirme por qué estabas llorando? —exclamó contra mi


oído.184

—Tuve una pesadilla.27


—¿Quieres hablarme de ello?1

Negué con la cabeza.1

—No.167

—Nena...303

Separé nuestros cuerpos y usé la sábana de su cama para cubrir la


desnudes de mi cuerpo. Por alguna razón, siempre después de hacerlo
con Hunter comenzaba a sentirme avergonzada. Quizás era por la forma
tan hambrienta en la que me miraba, a pesar de haber estado en mi
interior hace apenas unos minutos.2

Maldita criatura insaciable, pensé.393

—Tengo que ir al baño —murmuré, con la única intención de escapar de


su mirada.9

—La última vez que escuché eso no volví a verte en tres meses. 981

Me volví para mirarlo. Tenía una expresión bastante seria en el rostro. 1

—Lo sé, sin embargo —señalé la puerta del baño que, básicamente,
estaba a cinco pasos de distancia de la cama—. Esta vez, el baño está
justo ahí.279

Eso lo hizo sonreír aunque fuera un poco.1

—Supongo que tienes razón.1

—Siempre tengo razón —bromeé. Hunter sonrió, se levantó de la cama y


se acercó a mí para darme un beso—. ¿Por qué no te encargas del
desayuno mientras yo voy al baño?83

Arqueó una de sus cejas.1


—¿Así que ahora soy tu cocinero personal? —cuando asentí con una
sonrisa en mis labios, él volvió a besarme—. De acuerdo, me gusta la
idea.293

Me dio un último beso antes de ponerse unos pantalones y abandonar la


habitación. Una vez sola, tomé mi bolso y entré al baño. Recogí mi
cabello en un moño, refresqué mi cuerpo en la ducha y me puse un par
de pantis limpias que había traído junto conmigo, escondidas en mi
bolso. Cuando estaba a punto de cerrar el cierre, una pequeña caja color
rosa llamó mi atención. Era la pastilla del día siguiente.250

Tomé la caja y después saqué la diminuta pastilla de su empaque.

» ¿A quién quieres engañar? ¿Por qué si quiera compraste esa


porquería?297

Di un respingo al escuchar esa voz en mi cabeza. 29

—Por qué no quiero quedar embarazada, no aún —murmuré en voz


baja.58

» ¿Sabes que eso es imposible, verdad? —la voz en mi cabeza bufó—.


No puedes quedar embarazada, idiota. ¿Acaso ya olvidaste lo que dijo
esa doctora, hace cinco años?1.4K

—Yo...1

—¿Quieres decirme exactamente qué sucedió, Ellie?

>
Tragué saliva y me miré las manos. Después de un rato, negué con la
cabeza.
—No lo recuerdo.

La doctora suspiró y asintió con la cabeza.

—Está bien, de acuerdo. Pero basándome en los estudios y exámenes


realizados, puedo asegurar que la forma en la que sucedió no fue la
correcta, de forma qué, al ser un proceso para el que no estaban
preparados, y en el que no se te brindó la ayuda inmediata, es muy
posible que no puedas concebir en un futuro. 487

Fruncí las cejas y abrí la boca para hacer una pregunta, pero mi madre
se me adelantó.

—¿Quiere decir que mi hija no podrá volver a embarazarse?

Los ojos de la doctora miraron primero a mi madre y después a mí.

—No quiero decir que sea imposible, pero las posibilidades son muy
bajas.322

—¿Qué tanto? —inquirió de nuevo mi madre—. ¿De cuánto es la


posibilidad?

—¿Quiere que sea sincera? —me preguntó, mirándome solo a mí. Sin
ser capaz de encontrar mi propia voz, asentí—. La posibilidad es de...28

—Una en un millón —susurré, repitiendo las palabras de la doctora. 586

Alguien soltó una risita burlona.5

» Ahora dime ¿de verdad vas a tomarte esa pastilla?89

—Cierra la boca.2
» La única razón por la que compraste esa pastilla, fue para sentirte una
mujer completa, ¿no es así? Pero la realidad es que, no lo eres, Ellie.
Solo eres la mitad de una.268

—Dije que cierres la boca —gruñí, cubriéndome los oídos.7

» ¿Quieres escuchar algo más? —continuó, haciendo caso omiso a mis


palabras—. ¿No has pensado que es un poco extraño el hecho de que
todas las veces que hemos estado con Hunter, él no haya utilizado, o
siquiera pensado, en ponerse un maldito preservativo?598

En ese momento, miré mi propio reflejo en el espejo con confusión.

—¿Qué quieres decir?1

» Es obvio, ¿no? Él claramente está tratando de embarazarte. ¿O por


qué otra razón no ha utilizado protección contigo, ni te ha preguntado si
estás tomando anticonceptivos?357

—No, debe ser un error. Él no...

» ¿Qué crees que haga cuando descubra que no puedes quedar


embarazada? ¿Crees que le agrade la idea de estar con una mujer que
no puede ni podrá darle un hijo algún día?248

—No lo sé, yo... —me llevé ambas manos a la cabeza e hice una
mueca.2

» Eres una mujer dañada, Ellie. Y lo digo en todo el sentido de la


palabra...131

Tiré la pastilla a la basura, tomé mi bolso y salí del baño. Recogí mi


vestido del suelo y me lo puse en un santiamén antes de salir de la
habitación de Hunter hecha una furia. Él estaba de pie en la cocina,
batiendo algo en un tazón de espaldas a mí, cuando me acerqué a él, lo
sujeté del brazo y lo obligué a darse la vuelta para mirarme. En cuanto
sus ojos se encontraron con los míos, y notó lo enfadada que me
encontraba, frunció las cejas.115

—¿Qué sucede?1

—¿Por qué no has estado usando preservativos conmigo? —le pregunté


sin rodeos—. ¿Por qué ni siquiera me has preguntado si estoy tomando
algún anticonceptivo?303

—¿Eh?92

—¿Estás tratando de embarazarme sin mi consentimiento? 526

Sus cejas se fruncieron todavía más.1

—¿Qué? ¿Embarazarte? ¿De dónde sacaste esas ideas?121

—¿Por qué no has usado preservativos? Dime la verdad, Hunter.6

—Por supuesto que no estoy tratando de embarazarte sin tu


consentimiento.2

—Eres un mentiroso.20

—¿Mentiroso?65

—Sí, eso fue lo que dije. Mentiroso.2

Sonrió, dejó el tazón sobre la barra y tomó mi rostro entre sus manos. 9

—Vamos a ver, primero que nada, tranquilízate.48

—¡No! —empujé sus manos lejos de mí—. ¡Dime la verdad! 73


—Bien, ¿quieres la verdad? —asentí, cruzándome de brazos—. La
verdad es que he estado olvidado usar preservativos contigo porque me
vuelves loco.305

—¿En serio? —asintió—. Pero que excusa tan patética.200

De nuevo, ese idiota solo sonrió.21

—¿Sabes? Verte así de enfadada me está poniendo muchísimo. 410

—Más te voy a poner cuando te dé una paliza, gilipollas. 394

—¿Gilipollas? ¿Dónde aprendiste esa palabra?303

—Hunter...1

—No estoy tratando de embarazarte a propósito. Solo he estado


olvidando ponerme el condón, eso es todo. Y sí, sé que eso me hace un
imbécil.3

—¿Entonces... no lo estás haciendo a propósito?147

—Claro que no, nena.271

—Pero...2

—¿Te he dicho ya lo mucho que me pones cuando estás enfadada?151

Sonreí, después recordé que aún estaba enfadada y volví a poner mala
cara.420

—¿Te he dicho ya lo idiota que eres?1

—Sí, muchas veces —dejé escapar un largo suspiro.68

—Está bien.2

—¿Me crees?3
—Sí —miré lo que había en el tazón y arqueé una ceja—. ¿Qué estabas
haciendo?160

—Un omelette.74

—¿Quieres que te ayude con algo?50

Negó con la cabeza y me colocó un mechón de cabello detrás de la


oreja.2

—Yo soy el cocinero, ¿recuerdas? Siéntate y deja que te prepare el


desayuno.271

Esta vez me fue imposible no sonreír como una tonta. Me senté sobre
uno de los taburetes frente a la barra de la cocina y miré a Hunter con la
barbilla apoyada en mi puño. Él no estaba usando una camiseta, de
forma que, desde mi lugar, tenía una vista increíble de toda su espalda
cubierta de tatuajes. Me mordí el labio y observé con fascinación la forma
en la que los músculos de sus hombros se flexionaban cada vez que él
hacía algún movimiento.213

También me reí cuando lo vi echar la mezcla de huevos revueltos sobre


la sartén sin ningún cuidado y, como era de esperarse, el aceite le saltó
una mano, lo que hizo que él soltara una palabrota. Cuando me miró de
reojo, traté de ponerme seria, pero fallé. 297

Mientras Hunter continuaba peleándose con el aceite y los huevos, miré


mis manos sobre la barra y recordé lo que esa voz en mi cabeza me
había dicho hace unos minutos.8

¿Qué crees que haga cuando descubra que no puedes quedar


embarazada? ¿Crees que le agrade la idea de estar con una mujer que
no puede ni podrá darle un hijo algún día?92
—Hunter, tú...1

—¿Mmm?98

Tragué saliva y me mordí el labio.1

—¿Has pensado tener hijos en algún momento de tu vida? —la pregunta


salió de mi boca antes de que pudiera detenerla. 34

—¿A qué viene esa pregunta?1

—Solo responde.1

Se quedó en silencio durante unos segundos antes de responder. 2

—Bueno... supongo que hace cinco años mi respuesta definitiva habría


sido un no, pero ahora —mi corazón comenzó a latir con fuerza—. No me
desagrada mucho la idea de tener hijos algún día, siempre y cuando sea
contigo.696

Mierda, eso no era lo que yo quería escuchar. 3

—¿Y si te dijera que no puedo?200

Cuando terminó de preparar el desayuno, apagó la estufa y sirvió todo en


platos.1

—Está bien, nena. Si no quieres tener hijos tampoco voy a obligarte. 431

—No, no me estás entendiendo —me remojé los labios antes de


continuar, sentía la boca muy seca—. Lo que quiero decir es que no no
puedo, yo... no puedo embarazarme.219

—¿No puedes? —repitió, como si no terminara de entender. 37

—No —la expresión en su rostro era indescifrable, de forma que no


había manera de saber que era lo que pasaba por su cabeza—. Hace
cinco años, después del secuestro, volví a tener problemas con mi
periodo. Cuando fui a ver a la doctora Grace, ella se encargó de hacerme
un par de exámenes, varios estudios y... notó que había algo mal
conmigo.2

» Yo tenía trece semanas de embarazo cuando... —mi garganta se


cerró—. Ocurrió "eso. No recuerdo exactamente lo que sucedió en ese
momento, pero.... el punto es que la doctora dijo que las cosas no se
hicieron de la manera correcta y eso tuvo consecuencias. Así que es muy
poco probable que vuelva a embarazarme. La posibilidad es de una en
un millón.405

Mi voz casi se quebró, pero no iba a llorar. Estaba cansada de hacerlo. 1

—Soy una mujer dañada... —dije, forzando una media sonrisa en mis
labios.313

—No, no lo eres —dijo él, con una expresión bastante seria—. Que no
puedas tener hijos no significa que estés dañada. 476

—Pero lo estoy —me mordí del interior de la mejilla, luchando por no


llorar—. ¿Por qué querrías estar con una mujer que no podrá darte hijos
algún día?116

—Porque amo cada parte de ella. Algo como eso no hará que deje de
amarla.658

Casi solté un bufido.

—Hunter... ¿cómo es posible que tus sentimientos no hayan cambiado, a


pesar de estos cinco años? —esa era la pregunta que no dejaba de
hacerme una y otra vez.81
Hunter rodeó la barra de la cocina hasta estar frente a mí. Apreté los
dientes y bajé la mirada, pero sus dedos en mi barbilla levantaron mi
rostro, obligándome a mirarlo a los ojos.1

—Porque cuando se ama de verdad, esos sentimientos jamás cambian ni


desaparecen.1.4K

Sonreí y permití que un par de lágrimas rodaran por mis mejillas. Él se


encargó de secarlas con su pulgar, para luego enredar sus dedos en mi
cabello y sellar nuestras bocas en un suave beso. Aquella cálida
sensación en mi pecho no tardó mucho en hacerse presente, al igual que
las famosas mariposas en mi estómago.50

Paz, seguridad y amor... esas eran las tres primeras palabras que venían
a mi cabeza cada vez que estaba con Hunter. Paz, porque con él sentía
una tranquilidad mental que no había sentido en mucho tiempo;
seguridad, porque sus brazos me parecían el lugar más seguro del
mundo; y amor, porque nunca había sentido este sentimiento con
ninguna otra persona.240

Después de comer, Hunter se ofreció a llevarme a casa y yo acepte


alegremente solo para pasar un poco más de tiempo con él. Durante el
camino Hunter me habló de una niña de ocho años llamada Susan la
cual acababa de perder a su madre y, al no tener ningún familiar que
pudiese hacerse cargo de ella, sería llevada a una casa hogar. Al
parecer, la madre de la pequeña había sido víctima de aquel asesino en
serie que rondaba en Brooklyn.349

—Estoy planeando ir a visitarla esta semana, pero... —murmuró él.57


—¿Puedo ir contigo? —dije yo, ganándome de inmediato una mirada
curiosa de su parte—. Debe ser duro para ella estar en ese lugar,
además, me gustaría conocerla.304

La boca de Hunter se arqueó en una media sonrisa.

—Seguro nena, me parece una excelente idea.383

Cuando llegamos al departamento que compartía con Lexie, me volví


para mirarlo, deslicé mis mano por su pecho, me puse de puntitas y lo
besé. Él rodeó mi cintura con sus brazos y se encargó de profundizar
nuestro beso. Despedirse era difícil, pero ambos teníamos que
prepararnos para ir a trabajar ya que, de otra forma, llegaríamos tarde. 41

—Gracias por los macarrones —solté contra sus labios—. Y también por
el omelette.90

Hunter mordió mi labio inferior y tiró de él antes de echarse para atrás. 1

—Fue un placer cocinar para ti —sonreí como una boba—. ¿Qué me


dices si esta noche...? —comenzó, pero la puerta del edificio se abrió y
una persona casi chocó conmigo.105

Esa persona era Chris.213

—Lo siento —se disculpó él rápidamente. Al ver que se trataba de


nosotros, sus ojos se abrieron como platos y su rostro enrojeció—. Oh...
Ellie, Hunter, ¿qué tal?167

—Hola —dije yo, un tanto sorprendida—. ¿Pasaste la noche aquí?94

Me sentí como una idiota al hacer esa pregunta, cuando la respuesta era
más que obvia.1

—Eh... bueno... no, no es lo que están pensando. 53


—¿Y qué estamos pensando? —preguntó Hunter.337

—Pues que yo... ya saben... pero no es así. Yo solo vine a... 141

En ese momento, la puerta del edificio se abrió y esta vez, fue Lexie
quien salió.2

—Amor, olvidaste tus calzonci... —al vernos, su rostro enrojeció y cuando


se percató de los calzoncillos que llevaba en las manos, dio un respingo
y los encondió detrás de su espalda—. Esto no es... no es lo que están
pensando.1.3K

—¿Y qué estamos pensando? —dije ahora yo.231

Hunter sonrió.156

—Pues que nosotros... ya saben, pero no es así. Chris solo vino a... a
ofrecerse a llevar a Valentina a la escuela —balbuceó ella—. Ya le dije
que no es necesario por qué...87

—Está bien, nosotros solo vamos a fingir que no vimos nada —


murmuré.49

—¿En serio? Genial —Lexie le tiró a Chris sus calzoncillos en la cara y


luego lo empujó con fuerza—. Rápido, fuera de aquí.318

—Ouch, ya voy, ya voy — respondió Chris visiblemente avergonzado,


guardando sus calzoncillos en los bolsillos de su pantalón—. Te llamaré
más tar...35

>
—Sí, sí, ahora vete.222
—Lo que usted diga, patrona —después de eso, los dos compartieron
una sonrisa misteriosa y luego Chris se marchó en su auto. 78

—Ustedes dos no vieron nada, ¿de acuerdo? —exclamó Lex, usando


aquel tono de voz de mamá gruñona.3

—Sí —respondimos Hunter y yo al mismo tiempo. 6

Cuando Lex entró al edificio, Hunter me miró y señaló las dos puertas de
la entrada.25

—Ella puede llegar a dar mucho miedo —murmuró.196

Sonreí y asentí con la cabeza.9

—Sí, mucho miedo.2

Deslizó sus manos por mi cintura y me pegó a su cuerpo. 1

—Ahora... ¿en qué nos quedamos? —me reí cuando acercó su boca de
nuevo a la mía—. Te decía si te parece bien que nos veamos otra vez
esta noche.51

—¿Aún no has tenido suficiente de mí? —me burlé.7

—Jamás voy a tener suficiente de ti, nena.501

Escucharlo llamarme nena era algo que hacía que me temblaran las
piernas.368

—Está bien, te veo esta noche —respondí, dándole un largo beso de


despedida. Sin embargo, aún así, él se negó a dejarme ir—. Hunter,
tenemos trabajo —le recordé.3

—Lo sé, ¿y?2


—¿Cómo que y? Vamos a llegar tarde si no me sueltas. 2

—Mmm... —sonreí y besé su barbilla—. Estaba pensando en que quizás


deberías traer contigo algunas de tus cosas esta noche, como ropa por
ejemplo.312

—Tienes razón, llevaré un cambio de ropa esta vez. 4

Pero él negó con la cabeza.1

—No, no solo un cambio de ropa, más. Y también otras cosas que creas
necesitar.488

Fruncí el ceño y lo miré confundida.

—¿Por qué?32

—Porque así no tendrías que preocuparte por regresar y prepararte para


el trabajo todos los días.309

—Vaya, casi parece que me estás pidiendo que me mude contigo —


bromeé. Cuando Hunter no dijo nada y me miró completamente serio,
fruncí todavía más las cejas—. ¿Acaso me estás pidiendo que me mude
contigo? —esta vez, casi balbuceé.344

Ni siquiera titubeó la respuesta.

—Sí.556

—P..pero es muy pronto, ¿no lo crees?197

—Tal vez, pero sucede que quiero despertar y ver tu rostro hinchado a mi
lado todos los días.608
Le di un fuerte golpe en el estómago.1

—Eres un grandísimo idiota —Hunter sonrió con malicia y yo hice un


mohín. Después lo miré y me mordí un poco el labio—. ¿Puedo... puedo
pensarlo?71

—Por supuesto nena, tampoco quiero que te sientas presionada por


darme una respuesta. Solo quiero que sepas que las puertas de mi
departamento siempre estarán abiertas para ti. Espero que algún día ese
lugar se convierta en nuestro hogar.606

¿Por qué de pronto decía cosas que me hacían querer llorar? 194

Asentí con la cabeza y lo besé de nuevo en los labios.7

—Gracias.

Él me devolvió el beso y luego me soltó.

—Te llamaré más tarde.

—Sí —cuando Hunter se dio la vuelta para marcharse, algo dentro de mí


se encendió y me dio un pequeño empujoncito de valor—. Hunter, yo
te...279

Mierda, ¿por qué soy tan cobarde? En el pasado, no se me dificultaba


tanto decir esas palabras. Entonces, ¿por qué ahora es tan difícil? Hunter
se volvió para mirarme y sonrió.103

—Está bien, esperaré el tiempo que sea necesario para escucharte decir
esas palabras.555
Después de eso, él retomó su camino y se marchó. Me quedé durante
unos minutos mirando el sitio por donde Hunter había desaparecido,
hasta que algo más llamó mi atención. 17

Al principio creí que se trataba de una sombra al final de la calle, pero no


fue así. En realidad, era una persona vestida completamente de negro. 299

Sentí como se me cerraba la garganta, mientras que todo mi cuerpo


comenzaba a temblar del miedo.25

Era él... Dios mío, era él...9

Michael está aquí.


Capítulo 23
Hunter 354

Cuando la habitual reunión matutina de todos los días terminó y Eva


continuó sin dar señales de vida, comencé a preocuparme de verdad.
Ella nunca llegaba tarde, nunca se perdía esas estúpidas reuniones y
nunca había ignorado tantas veces mis llamadas. Entonces, ¿por qué
diablos no había llegado a la comisaría? ¿por qué ni siquiera contestaba
mis llamadas? 308

Ella está bien, pensé. Es imposible que algo malo le haya pasado. 185

—Hey Cross —me llamó alguien al salir de la sala de juntas. Era una
chico rubio más o menos de mi edad que había estado junto conmigo y
Eva en la academia de policía hace algunos años—. La detective Pérez
me pidió que te entregara esto, parece que es la dirección de la casa
hogar a donde fue llevada la pequeña del caso en el que estás
participando.173

Tomé el papel que me ofrecía y asentí con la cabeza. 2

—Gracias Bruno.99

—¿Dónde está Eva? —preguntó antes de que pudiera darme la vuelta e


irme—. No la vi en la reunión de hoy, ¿se tomó el día libre o algo? 58

Bueno, al menos no fui el único que notó su ausencia.2

—No lo sé, no responde mis llamadas.8

Bruno frunció el ceño mientras se llevaba una mano al mentón. 2


—Que extraño, ella jamás ha faltado a una reunión. ¿Crees que le haya
pasado algo?80

—No lo creo, es una chica fuerte y sabe defenderse. 159

—Eso lo sé, fui su costal de arena en los combates de cuerpo a cuerpo


cuando estábamos en la academia, ¿lo recuerdas? —sí, lo recordaba
perfectamente—. Pero aun así, Eva sigue siendo una chica, ¿sabes? Y
allá afuera hay un loco que está asesinando mujeres. 339

—Eva está bien —exclamé, tratando de convencerme a mí mismo de


que así era—. Solo se le hizo tarde, ya debe estar en camino. 105

—Esperemos que así sea, ojalá no sea su nombre el próximo que


tengamos que añadir a la lista de chicas asesinadas con un corte en la
yugular —le lancé una mirada furiosa, casi colérica—. Estoy bromeando,
relájate Cross. El asesino solo va detrás de mujeres rubias. 409

—¿Crees que es gracioso hacer bromas de un tema tan delicado? 174

El idiota palideció de inmediato.15

—No, tienes razón. Lo siento.7

—La próxima vez que te escuche hacer ese tipo de bromas voy a partirte
los dientes, ¿entendido? —Bruno tragó saliva y asintió—. Ahora lárgate
antes de que cambie de parecer.393

No tuve que decirlo dos veces, porque ese idiota prácticamente salió
corriendo.17

Mientras me dirigía al estacionamiento por el coche patrulla, llamé a Eva


a su celular por millonésima vez pero de nuevo no obtuve ninguna
respuesta. La idea de que algo malo hubiera podido ocurrirle me hizo
sentir increíblemente furioso, sobre todo, por la forma en la que me había
comportado apenas ayer, cuando Annalise llegó a mi departamento. 22

Fui un imbécil, lo reconozco. Pero Eva era como mi hermana, y sí algo


terrible le había ocurrido jamás me lo perdonaría. 345

Intenté llamarla una última vez, pero de nuevo su celular me mandó


automáticamente al buzón de voz. Le di un fuerte golpe al volante y tomé
una decisión. Iba a ir a buscarla. Necesitaba asegurarme de que ella
estaba bien.26

Cuando encendí el motor del coche, mi celular comenzó a sonar. En


cuanto miré el nombre de Eva en la pantalla, contesté al primer tono. 3

—¿Dónde diablos estás? —solté.

La escuché soltar un quejido.1

—Hunter... —lloriqueó, su voz se escuchaba rara, demasiado. 162

—¿Estás bien? —dije ahora, dejando que la preocupación se apoderada


de mi—. Dime que estás bien, Eva.1

—Estoy bien, tranquilo. Me quedé dormida, eso es todo —la escuché


reírse suavemente—. ¿Tú estás bien? Suenas preocupado, Cross.306

Dejé escapar el aire que había estado reteniendo en mis pulmones.

—Joder, estaba muy preocupado —admití.

Eso la sorprendió, porque no dijo nada durante varios segundos.

—Yo... estuve bebiendo con Darla ayer y creo que olvidé poner la alarma
—explicó un poco torpe—. Siento haberte preocupado, no era mi
intención.52
—¿Dónde estás? —quise saber.

—Voy en un taxi camino a la comisaría. La cabeza me está matando,


¿crees que puedas ir preparando café en la maquina de la sala de
descanso?11

—Llegas tarde al trabajo y todavía quieres que te prepare un café, ¿algo


más? —dije con sarcasmo y luego sonreí al imaginarla con aquella
expresión de niña pequeña que acababa de ser regañada—. No le
pondré nada de azúcar, ese será tu castigo. 293

De nuevo, soltó un suave quejido de dolor. 1

—Bieeen, supongo que me lo merezco. No debí beber tanto anoche... —


se escuchó un sonido extraño, seguramente tuvo una arcada—
. Demonios, será mejor que se de prisa si no quiere que termine
vomitando en el asiento trasero de su coche, señor conductor. 11

El conductor dijo algo que no fui capaz de entender y luego Eva soltó una
risita.2

—Estaré ahí en cinco minutos —me dijo a mí antes de terminar la


llamada.

Puse mala cara, me bajé del coche y entré de nuevo a la comisaría. 52

La sala de descanso era una habitación pequeña y ordenada en donde


los miembros del departamento de policía podíamos venir a descansar o
a despejar nuestras cabezas un rato. En las paredes había desde
carteles u anuncios, hasta una lista con los cumpleaños de los miembros
del equipo.10
Al llegar, noté que la máquina de café ya estaba encendida y que alguien
se había encargado de preparar un poco. 174

Serví una taza para para Eva, sin nada de azúcar. 46

Mientras esperaba, tomé mi celular del bolsillo de mis pantalones y


navegué un poco por internet. Las noticias del "asesino
degollador"estaban en todas partes, lo peor, era que nosotros seguíamos
sin encontrar alguna pista. Hasta ahora, lo único que sabíamos del
asesino era que se trataba de un hombre y que tenía el cabello rubio,
nada más.156

Cerré los ojos y permití que una palabrota escapara de mi boca. La idea
de seguir encontrando cuerpos de mujeres asesinadas me llenaba de
rabia, mucha rabia. ¿Cómo puede una persona ser tan precavida a la
hora de cometer un homicidio? ¿Por qué diablos todas sus víctimas
tienen un patrón? ¿Qué objetivo hay detrás de todo esto?75

"Tal vez quiere enviar un mensaje".178

¿Un mensaje? ¿A quién?198

"Me llamó por un nombre que no era el mío". 74

Un nombre, pero... ¿qué nombre?29

Annalise.606

Sacudí la cabeza y ahuyenté aquel pensamiento de mi mente. Era


verdad que Annalise encajaba perfectamente en las características que
ese maldito psicópata buscaba en sus víctimas, pero jamás iba a permitir
que le pusiera una mano encima. Casi la pierdo una vez, definitivamente
no dejaré que eso vuelva a suceder, no mientras yo viva.462

Nadie volverá a hacerle daño. Nunca.215

—Estoy aquí, estoy aquí —exclamó una voz femenina—. ¿Dónde está
ese café? Lo necesito antes de que... —tuvo otra arcada y yo le tendí la
taza sin decir una palabra.41

Eva tomó la taza entre sus manos y le dio un largo trago a su bebida
caliente. Después hizo una mueca y sacó la lengua de su boca. Sí, esa
idiota acababa de quemarse.124

—Deo de me duemé da dengua —balbuceó, dando brinquitos en su


lugar.396

Arqueé una ceja mientras miraba aquel espectáculo. Su uniforme estaba


arrugado, su cabello era un desastre y tenía crema dental seca en la
comisura de los labios.257

—De verdad que nunca dejas de sorprenderme —le quité la taza de café
de las manos antes de que se quemara de nuevo—. ¿Y bien?1

—¿Qué?

—¿Vas a decirme por qué decidiste emborracharte?68

—Solo fueron un par de copas con Darla, después llegó su novio, me


invitaron a cenar con ellos, pero yo decidí quedarme un rato más en la
barra. No planeaba emborracharme, pero conocí a un chico y... lo demás
no lo recuerdo.229

—¿No recuerdas lo que pasó después de que conocieras a ese chico? 2

Negó con la cabeza y se llevó una mano a la frente. 1


—No.18

—Joder, no me digas que le puso algo a tu bebida... 110

—No, estuve muy atenta en todo momento así que no pudo hacerlo, es
solo que no debí pedir bebida tras bebida. Mi tolerancia al alcohol no es
muy alta que digamos.131

—¿Qué pasó después? ¿Cómo llegaste a tu casa?1

—Ese es el problema —hizo una mueca—. Recuerdo estar charlando


con aquel chico, luego todo comenzó a darme vueltas y de pronto
estábamos en mi departamento... —miré al techo y solté el aire—. No
sucedió lo que estás pensando, créeme. No pasó nada de nada. 67

—¿Cómo cojones vas a saberlo si no puedes recordar nada? —dije


bastante molesto.206

Sus mejillas se calentaron.19

—Cuando desperté yo estaba completamente vestida, además, esto


estaba en la mesa —del bolsillo de sus pantalones del uniforme sacó un
trozo de papel con algo escrito.

Fue muy agradable hablar contigo, Eva. Espero que podamos volver a
vernos cuando estés en tus cinco sentidos. Dejé pastillas para el dolor de
cabeza junto la lampara.248

Pd: No te preocupes, jamás me aprovecharía de una chica y menos en tu


estado.664
—¿Lo ves? No pasó nada —murmuró Eva cuando terminé de leer la
nota.7

—¿Estás segura?

—Sí, muy segura —después de guardar aquel trozo de papel de nuevo


en sus pantalones, sonrió—. ¿No crees que es lindo? Pudo haberse
aprovechado, pero no lo hizo.513

—Mmm...35

—Vamos, deja de fruncir tanto el ceño.9

—Termina de beber tu café.

—¿Estás enfadado?118

No respondí, en su lugar, me dirigí a la salida de la sala de descanso. 1

—Tenemos que patrullar Brooklyn y llevamos veinte minutos de


retraso.274

—Hunter...50

—Te espero en el coche.95

***13

Durante el resto del día Eva y yo no hicimos más que patrullar las calles
de Brooklyn y atender una que otra llamada por radio. Desde que ese
psicópata degollador de mujeres eligió Brooklyn como su parque de
juegos, gran parte del las tareas del cuerpo policial de Nueva York eran
mantener vigilada la zona. Nunca se sabía cuando volvería a atacar. 9

—¿Sigues enfadado? —escuché la voz de Eva, sacándome de mis


pensamientos.66
—No estoy enfadado —respondí sin más.

Eva dejó lo que quedaba de su quesadilla en el puesto de comida rápida,


se limpió los dedos con una servilleta y me miró con mala cara. Nos
habíamos detenido a comer algo luego de llevar toda la mañana y gran
parte de la tarde trabajando.62

—Claro que sí, has estado enfadado todo el día.

—No estoy enfadado —repetí.4

—Al menos deberías decirme por qué. Ya me disculpé por llegar tarde al
trabajo y por beber de más ayer. ¿Por qué más quieres que me
disculpe?128

Después de pagarle al hombre del puesto de comida, di media vuelta y


comencé a dirigirme de nuevo al coche. Casi de inmediato sentí la
presencia de Eva detrás de mí.34

—¿Estás enojado por lo que te conté del chico? ¿Es eso? —cuando no
respondí, continuó—. ¿Acaso estás celoso o algo?1.6K

Me detuve antes de abrir la puerta del coche y la miré. 1

—Te emborrachaste con un completo desconocido, Eva. Algo terrible


pudo haberte pasado, ¿y tú estás preguntándome si estoy celoso? 439

—Bueno, no me refería a esa clase de celos, pero... 138

—No quiero que vuelvas a beber —murmuré totalmente serio—. No


quiero que vuelvas a ponerte a ti misma en peligro de esa manera,
¿entendido?130

—¿Quién eres? ¿Mi padre? —dijo ella ligeramente molesta.37

—Le prometí a tu padre que te cuidaría —le recordé.356


Fue una promesa que le había hecho al padre de Eva dos semanas
antes de que fuera asesinado, hace más de cuatro años. 171

—No me pasó nada, ¿cuántas veces tengo que repetirlo? —bufé y entré
al coche. Eva hizo lo mismo—. No volverá a suceder, ¿de acuerdo?

—Prométemelo.17

—¿Es en serio?

—Eva.

—¡Bien! Prometo que nunca más voy a emborracharme con un completo


desconocido porque algo terrible podría pasarme. ¿Contento?2

Me encogí de hombros.1

—Más o menos —dije mientras me abrochaba el cinturón de seguridad—


. Es por tu bien, ¿ya olvidaste que hay un maldito psicópata allá afuera
que está asesinando mujeres?66

—No, no lo he olvidado. Pero yo te recuerdo que ese maldito psicópata


solo está asesinando mujeres rubias. Quizás deberías preocuparte más
por tu novia que por mí.951

Los músculos de mi cuerpo se contrajeron luego de escucharla decir algo


como eso.

—Bien.

—Lo siento, no quise decir eso —balbuceó—. Es solo que...347

» Atención a todas las unidades, solicito refuerzos en Borough Park,


entre la 13th avenida y la calle 52th. Edificio 1320, sexta planta, puerta
66. Encontré el cuerpo de una mujer con un corte en la yugular, parece
que se trata del hombre que estamos buscando y sospecho que el
asesino sigue aquí. Por favor, venid rápido. «485

Tomé la radio para responder.

—Diez cuatro, el apoyo va para allá —exclamé.314

Después de que Eva terminara de abrocharse el cinturón de seguridad,


puse el coche en marcha y me dirigí de inmediato a la dirección
proporcionada. Debido a que no nos encontrábamos muy lejos del lugar,
el tiempo que tardamos en llegar fue de ocho minutos. 34

Una vez ahí, noté que no había señales de otro coche patrulla cerca,
pero sin duda estábamos en el lugar indicado. Eva y yo bajamos del auto
con las manos en nuestras armas, listos para desenfundarlas en
cualquier momento.115

La recepción del edificio estaba vacía y los ascensores no se


encontraban funcionando, eso era demasiado sospechoso.107

—Aquí la oficial Prescott y el oficial Cross, estamos en el edifico,


subiremos por las escaleras en este momento —habló Eva por su
radio.45

Seis pisos después, encontramos la puerta con el número 66


entreabierta. Luego de analizar la situación, le hice una señal a Eva con
las manos para que se colocara detrás de mí. Me acerqué a la puerta en
silencio y comencé a abrirla cuidadosamente. 27

—Policía de Nueva York —exclamé.279


Esperaba encontrar al oficial que había solicitado el apoyo por radio, pero
el lugar estaba vacío; lo muebles eran viejos, todo estaba lleno de polvo,
y las ventanas estaban cubiertas de periódico, por lo que todo estaba
oscuro. Además, no había señales de que hubiera otra persona en el
departamento.200

—Aquí el oficial Cross y la oficial Prescott, estamos en el lugar donde se


solicitó el apoyo. ¿Cuál es tu ubicación actual? —hablé por mi radio, pero
no obtuve ninguna respuesta.86

Eva me miró y frunció el ceño.

—¿Seguro que estamos en el sitio correcto? —me preguntó.60

Asentí con la cabeza y tomé la lampara del bolsillo de mis pantalones.

—Comienza a revisar el lugar.

—¿Crees que el oficial que nos llamó esté herido?

—Es probable, así que ten cuidado. El asesino podría seguir aquí. 27

—V..vale.467

El departamento era demasiado amplio y tenía demasiadas puertas. El


empapelado de las paredes colgaba en algunos sitios, dejando en claro
que ese lugar llevaba mucho tiempo abandonado, lo cual era extraño.
Mientras Eva se encargaba de revisar las puertas de su lado, yo me
encargué de revisar las que estaban del mío.

—Despejado —la escuché decir luego de terminar de revisar la primera


habitación.4

—Despejado —dije yo, terminando de revisar otra de las habitaciones.


En el suelo pude ver cucarachas y una que otra rata que corrían
despavoridas apenas veían la luz de mi linterna. El aire tenía un fuerte
olor a moho y a algo más, algo mucho más fuerte. 121

¿Aromatizante ambiental, quizás? Sea lo que fuera, apestaba


demasiado.78

—Despejado —repetí luego de revisar otra habitación para continuar con


la siguiente.2

El cuarto de baño era un desastre; la taza de porcelana tenía un montón


de porquería dentro, el espejo encima del lavabo estaba quebrado, y en
la ducha había botes de pintura junto con... ¿esos eran botes de
gasolina? Me acerqué a uno de ellos solo para comprobar que,
efectivamente, se trataban de botes grandes de gasolina. 290

Sin embargo, todos estaban vacíos.175

—Adelante Eva —exclamé por mi radio—. ¿Encontraste algo? —todo lo


que obtuve fue silencio. Fruncí el ceño e intenté de nuevo—. Eva, ¿me
copias?313

Salí del cuarto de baño con un hormigueo en el brazo izquierdo. No


había señales de Eva por ningún lado.41

Inmediatamente comencé a buscar en las habitaciones que ella había


revisado pero no encontré nada. Fue hasta que abrí la puerta de la última
habitación que mi corazón se detuvo.9

Eva se encontraba tirada en el suelo, con los ojos cerrados y un hilo de


sangre bajando de su cabeza.698

¿Qué cojones?
—Solicito ayuda medica en Borough Park, entre la 13th avenida y la calle
52th. Edificio 1320, sexta planta, puerta 66. Tengo un diez uno, oficial
herido —exclamé por la radio—. Aquí el oficial Cross, ¿alguien me
copia?41

Miré a Eva en el suelo y comencé a revisar la herida en su cabeza.


Parecía que le habían dado un golpe demasiado fuerte con la culata de
un arma.21

—Eva mírame, abre los ojos y mírame —murmuré con el pulso


acelerado, pero ella no respondió—. ¡Joder! ¿Quién cojones te hizo
esto?72

—Tranquilo, ella está bien —exclamó una tercera persona.738

Cuando giré la cabeza para mirar al dueño de aquella voz, encontré a un


chico alto, delgado, con el cabello rubio recogido en una coleta, vestido
completamente de negro.477

Me levanté del suelo y desenfundé mi arma. El chico sonrió con


arrogancia al ver mi expresión.2

—Policía de Nueva York, ponga las manos donde pueda verlas —solté.73

—Así que de verdad te convertiste en policía, quien lo diría —se burló—.


No te ofendas, el uniforme te queda bastante bien, eso hay que admitirlo,
Hunter.498

—¿Cómo sabes mi nombre?6

Sus ojos grises me miraron con diversión y luego ladeó un poco la


cabeza.1

—Sé todo sobre ti, petit frère, es mi deber.422


¿Petit frère? ¿Qué mierda significa eso?211

El chico metió las manos a los bolsillos de su sudadera, buscando algo.

—Pon las malditas manos donde pueda verlas, ahora —exigí, listo para
jalar del gatillo en caso de que se le ocurriera sacar un arma de fuego. Él
hizo caso omiso a mis palabras y sacó una cajetilla de cigarros. Tomé mi
radio—. Aquí el oficial Cross, solicito... 68

—No te molestes en gastar saliva, hackeé la radio —se llevó un cigarrillo


a la boca y lo encendió—. Quería encontrarme contigo, así que fingí una
llamada de apoyo.390

—¿Quién diablos eres?3

—Soy el hombre que has estado buscando. El asesino degollador, un


nombre terrible por cierto, ¿a quién se le ocurrió?495

—¿Admites que eres el hombre que ha estado asesinando mujeres?

Dejó salir el humo de su boca y sonrió.

—Oui.570

—Apaga el maldito cigarro y levanta las manos. 11

—¿Puedo hacerte una pregunta?1

—Apaga el maldito cigarro y levanta las manos —repetí.28

—¿Cómo está ella? — mi mandíbula se tensó—. Sabes de quién hablo,


¿verdad?356

—Apaga el maldito cigarro y levanta las jodidas manos, no volveré a


repetirlo.32
—Bien, bien, tú ganas —levantó las manos y sin dejar de sonreír, dejó
caer el cigarro.310

En el momento en el que el cigarro tocó el suelo, el espacio que nos


separaba comenzó a arder en llamas. No me esperaba nada de eso. Fue
tan repentino que tuve que echarme para atrás antes de que el fuego me
alcanzara.184

—A plus tard, mon frère —exclamó antes de dar media vuelta y salir por
una ventana.860

Disparé mi arma en dos ocasiones, pero ninguna bala rozó al asesino.


Las llamas eran tan fuertes que rápidamente comenzaron a extenderse
por toda la habitación. Me llevé el antebrazo a la boca para evitar respirar
el humo y sin pensarlo dos veces, atravesé el lugar para llegar a la
ventana por donde ese maldito había escapado. Lo vi bajar las escaleras
de emergencia con bastante agilidad.233

Disparé una vez más.1

—¡Realmente necesitas mejorar tu puta puntería! —gritó cuando terminó


de bajar las escaleras, se giró a mirarme y sonrió—. ¡Te veo luego,
Hunter!451

Una parte de mí quería saltar por la ventana y atrapar a ese hijo de perra,
pero un grito en el interior de la habitación me hizo regresar a mis cinco
sentidos. Mierda, Eva seguía dentro.370
Guardé el arma de nuevo en su funda y atravesé de nuevo el lugar.
Cuando llegué a ella, me di cuenta de que parte de su uniforme estaba
en llamas.280

—¡Hunter! —chilló, mientras trataba desesperadamente de apagar el


fuego.116

Ni siquiera lo pensé, le quité la camisa del uniforme tan rápido que lo


botones salieron disparados en todas direcciones. Lancé la prenda en
llamas lejos de nosotros y la examiné. Parte de su brazo izquierdo había
sufrido quemaduras de segundo grado. Eva hizo un gran esfuerzo por no
llorar, pero sin duda era muy doloroso. 489

La habitación no tardó mucho en llenarse de humo negro. Al parecer, ese


psicópata había utilizado gasolina para que las llamas se expandieran
más rápido por todo el departamento. Me quité la camisa del uniforme y
se la di a Eva para que no respirara el humo. 56

Ella me miró y negó con la cabeza.

—¿Qué hay de... —tosió—. ¿Qué hay de ti?6

—Yo estaré bien.59

—Pero...16

La tomé entre mis brazos y me levanté del suelo. Teníamos que salir de
ese lugar antes de que fuera demasiado tarde. El fuego amenazaba con
tragar todo a su paso y si no nos dábamos prisa, también nos tragaría a
nosotros. Pensé en salir por la ventana al igual que aquel maldito
psicópata, pero las llamas habían alcanzado las cortinas y ahora parecía
imposible salir por ahí.26

Tosí y elegí el camino por donde habíamos llegado. 1

Eva me tendió mi camisa, pero yo negué con la cabeza y sujeté su


cuerpo con más fuerza. Enterré la nariz en su cuello tratando de no
respirar demasiado humo de esa manera.578

—¿Cómo está tu brazo? —le pregunté en voz baja después de toser.

—Duele como el infierno —respondió apretando los dientes—. Hunter...91

—Ya casi salimos —dije, luego de atravesar el pasillo que nos llevaba a
la salida, mi visión comenzó a tornarse borrosa y cuerpo se sintió cada
vez más pesado debido al humo que había estado respirando durante
todo este tiempo—. Falta muy poco...54

Algo estalló en alguna parte del departamento. Lo último que escuché fue
un grito ahogado de Eva.
Capítulo 24
Ellie299

La última vez que sentí aquella sensación de miedo y angustia


carcomiéndome desde el interior, fue hace más de cinco años durante mi
secuestro. Cada vez que Michael me dejaba a solas con Josh para ir a
conseguirme algo de comer, el maldito aprovechaba para drogarme y
abusar de mí una y otra vez. 339

Josh nunca fue cuidadoso con la cantidad de droga que me


administraba, por lo que en más de una ocasión estuve a punto de morir
de una sobredosis.290

Quizás eso hubiera sido lo mejor, así no tendría que vivir día a día con
los recuerdos de haber estado en el mismísimo infierno. 83

Un infierno que parecía no tener fin.42

Esa mañana justo después de ver a Michael al final de la calle


observándome con una expresión fría en el rostro, recordé la promesa
que le había hecho con tal de que me dejara tener una vida tranquila.
Ahora él sabía que había roto esa promesa, sabía que había traicionado
su confianza.64

Lo único que me quedaba por hacer era esperar su mejor golpe.104

—¿Estás bien, Ellie? ¿No te gustó tu comida? —pestañeé varias veces


al escuchar la voz de Jenna junto a mí—. No has tocado tu plato en todo
este tiempo.193

Sonreí y negué con la cabeza.1


—No es eso, solo estaba pensado —tomé el tenedor entre mis dedos y
me llevé un bocado de pasta a la boca.5

La pasta sabía muy bien, pero no tenía mucha hambre.

—¿Y en qué tanto piensas? —quiso saber Jenna.3

—En nada importante.12

—Estabas pensando en mí desnudo, ¿verdad? —bromeó Mark,


inclinando su cuerpo sobre la mesa.363

Jenna lo miró con cara de pocos amigos y luego puso los ojos en
blanco.1

—En serio, no sé por qué seguimos invitándote a comer con nosotras —


gruñó ella.

—Vaya, parece que quien estaba pensando en mí desnudo era otra


persona.127

—Eso quisieras.40

—¿Qué? No tiene nada de malo.1

—Cierra la boca.1

—Te estás sonrojando.3

—Claro que no.

—Claro que sí.1

—Mark...13

Dejé de prestarle atención a esos dos cuando mi celular emitió un


sonido. Al mirar la pantalla, vi que se trataba de un mensaje de Hunter. 134
Inmediatamente una boba sonrisa se formó en mis labios. 7

No dejo de pensar en ti.344

¿Qué estás haciendo justo ahora?70

1:45 pm.94

Estoy en mi hora de comida.

Vine a comer con unos amigos del trabajo.

¿Tú?3

1:46 pm.

Patrullando.

¿Qué llevas puesto?274

1:46 pm.

¿Eh? ¿En serio?

Eres un pervertido.1

1:46 pm.

¿Qué estás comiendo?*263

Lo siento, el autocorrector ;)541

1:47 pm.

Pues tu autocorrector es un pervertido.8

Y estoy comiendo pasta con camarones. 42

¿Tú ya comiste?
1:47 pm.

No, aún tengo que patrullar hasta las tres.

Probablemente me detenga en un puesto de comida rápida.

Eva tiene ganas de quesadillas.482

1:48 pm.

En cuanto el nombre de Eva fue mencionado en la conversación, algo


dentro de mi se retorció. ¿En serio estaba poniéndome celosa solo por
eso? Por favor, tampoco era para tanto. Aún así, decidí que lo mejor que
podía hacer era cambiar de tema.118

Ya quiero verte.2

¿Aún quieres que me quede a dormir contigo?34

No me molestaré si has cambiado de opinión.

1:49 pm.

Claro que quiero nena, la oferta sigue en pie.374

Es imposible que cambie de opinión.2

Por cierto, aún no me has dicho que llevas puesto. 116

1:49 pm.

Creí que habías dicho que fue el autocorrector. 4

Idiota pervertido.75

1:50 pm.

:(987
1:50 pm.30

Bien, tú ganas.1

Estoy usando un vestido rojo.27

1:50 pm.1

¿Y...?4

1:51 pm.

Zapatos de tacón.16

1:51 pm.

¿Y...?107

1:51 pm.1

Ropa interior negra.90

De encaje.102

Oh... y medias :)429

1:51 pm.

Mierda.24

Creo que acabo de tener una ere...570

1:52 pm.1

—¿A qué se debe la gran sonrisa en tu rostro, eh? —me preguntó Jenna,
justo antes de que terminara de leer aquel mensaje. 53

Tragué saliva, me mordí el labio y miré a la chica frente a mí. 1

—A nada importante —murmuré, tratando de ocultar mi teléfono. 6


Jenna frunció el ceño y luego, sin previo aviso, estiró una mano para
arrebatarme el celular. Solté un gritito y traté de echarme para atrás, pero
no fui lo suficientemente rápida para impedir que tomara mi teléfono. 308

Demonios, no me gustaba nada que las personas hicieran eso, pero... 212

—Dios mío, ¿estabas teniendo sexting con Chase? —soltó en voz alta,
ganando incluso la atención de Mark. Mis mejillas se calentaron y abrí la
boca para responder—. Un momento, el tipo de la foto no es Chase. ¿No
me digas que...? ¿Volviste con tu ex?379

Me estiré sobre la mesa y tomé mi celular de vuelta.

—No. Bueno, no es... no es de tu incumbencia.194

Ella sonrió y colocó los codos sobre la mesa, mirándome con ojos
coquetos.1

—No te culpo. Sí tu ex es el tipo de la foto, definitivamente estás


haciendo lo correcto.465

—Jenna...

—¿Qué es sexting? —preguntó Mark, tratando de entender nuestra


conversación.550

Uff, menos mal que él no tenía ni idea de lo que estábamos hablando. 1

—Sexting es cuando intercambias mensajes o fotografías subidas de


tono con otra persona —le respondió Jenna, haciendo que el calor
regresara a mis mejillas.61

—Vaya, ¿en serio? Suena bien, deberíamos intentarlo —le dijo a la


castaña.279

Ella hizo una mueca y le propinó un fuerte golpe en el brazo. 1


—Ni en tus sueños, amigo —regresó su atención a mí—. Dime Ellie, ¿el
tipo de la foto es tu exnovio? ¿Cuál era su nombre? ¿Hank? ¿Henry?
¿Hummer?197

—Hunter —respondí, todavía avergonzada—. Y sí, ese tipo es mi


exnovio.25

—¿Puedo ver su fotografía una vez más? —me pidió.161

—¿Para qué?3

—No lo vi bien, anda. Por favooor —insistió.103

Solté un largo suspiro antes de ampliar la fotografía que Hunter tenía en


su perfil de WhatsApp y luego le di el teléfono a Jenna. Ella lo tomó muy
gustosa con una sonrisa.23

—Madre mía... este hombre está para chuparse los dedos —admitió.379

Eso llamó la atención de Mark, quien puso mala cara y se acercó a


Jenna para mirar la pantalla de mi celular. Arqueó una ceja y frunció el
ceño.

—El cuerpo de tu exnovio parece pared grafiteada —murmuró molesto,


luego de ver como Jenna estaba a nada de comenzar a babear sobre la
mesa—. Es más, si entrecierras los ojos no es tan atractivo. 778

—Cierra la boca. Ya quisieras tú tener esos brazos, o ese cuerpo... 7

—¿Por qué tiene tantos tatuajes? —continuó Mark—. ¿Es un delincuente


o algo así?432

Tomé mi celular de vuelta y bloqueé la pantalla.

—Bien, es suficiente.
—¿Dónde diablos lo tenías escondido? Es un manjar de los Dioses. 198

Mark se encogió de hombros.1

—Nah, tampoco es para tanto.129

Jenna le propinó un segundo golpe en el brazo. 2

—¡Ouch!

—Entonces, ¿volviste con él? —me preguntó Jenna.3

—No, solo somos... amigos.252

Bufó.

—Claro, amigos que tienen sexting.59

—Deja ya de decir sexting, te van a escuchar.

—¿Qué? Es normal que las parejas tengan sexting. 48

—El problema es que ese chico, también conocido como la pared


grafiteada, no es su pareja —exclamó Mark, quien después de pensarlo
durante un rato me miró con una sonrisa malvada en los labios—. Vaya,
que traviesa...303

—¿Podemos cambiar de tema? Siento que me van a explotar las mejillas


—me quejé.

—Tienes razón, tu rostro está igual de rojo que un tomate. Que adorable
—se rio Jenna.75

Después de ser molestada un poco más sobre Hunter y los mensajes en


mi celular, Jenna y Mark se enfrascaron en una nueva conversación
sobre el sexting. Cuando terminamos de comer, pagamos por nuestra
comida y salimos del restaurante con el estomago lleno
Cinco horas más tarde, apagué el monitor de mi computadora y dejé
escapar un largo suspiro. El reloj en mi muñeca marcaba las siete de la
tarde. Mi hora de salida era a las cuatro, pero Elena me había pedido que
me quedara horas extra para terminar un pendiente que ella había
estado dejando pasar y, al final, terminó volviéndose una gran tarea. 47

—Gracias por ayudarme a resolver este problema, querida. No sé que


haría sin ti —habló Elena, quitándose las gafas antes frotarse los ojos
con cansancio.20

Forcé una sonrisa en mis labios.

—Está bien, un par de horas extra nunca le hacen daño a nadie —


bromeé.53

La mayoría de los empleados de la editorial ya se habían ido, sí acaso


quedaba uno que otro chico terminando algo en su computadora. 2

Después de ordenar todo sobre mi escritorio, me levanté de mi lugar para


tomar mi bolso y abrigo. Esperé a que Elena hiciera lo mismo y juntas
salimos del edificio.14

—¿Quieres que te lleve a casa? —me preguntó, subiendo al auto con su


chofer privado—. Es lo menos que puedo hacer luego de hacerte quedar
hasta tarde.28

Sonreí y negué con la cabeza.4

—Estaré bien, me gusta caminar.568

—¿Segura?9

—Sí, gracias —me ajusté el bolso y la despedí con la mano—. Te veo


mañana, Elena.14
—Hasta mañana, querida —dijo antes de subir la ventanilla y marcharse.

Me quedé un rato en la puerta de la editorial y verifiqué los mensajes de


mi teléfono. El último mensaje que le había enviado a Hunter era uno
donde le avisaba que me quedaría horas extra en el trabajo, sin
embargo, él no respondió.67

Hice un mohín y le envié otro mensaje.

Acabo de salir del trabajo.

¿Qué hay de ti, oficial?2

¿Debería ir directo a tu departamento?281

7:13 pm.

Normalmente Hunter respondía a mis mensajes más rápido que un rayo,


lo extraño era que esta vez no fue así. Diez minutos más tarde, algo en
mi estomago comenzó a sentirse pesado. Intenté llamarlo varias veces,
pero terminaba enviándome al buzón de voz. 92

¿Hunter?2

¿Está todo bien?

Estoy comenzando a preocuparme.47

7:25 pm.12

De nuevo no obtuve ninguna respuesta.

Quizás se quedó sin batería, pensé. Pero sí ese fuera el caso, no le


estarían llegando los mensajes a su celular... su última conexión había
sido a las tres veinte, justo después de decirme lo grasosas que estaban
sus quesadillas.34
Me encontraba escribiendo un nuevo mensaje cuando mi teléfono
comenzó a sonar. Lo primero que pensé fue que se trataba de él, pero
aquella sensación de alivio se esfumó cuando vi que se trataba del
número de Lexie.2

—¿Lex? —respondí.6

—No vas a creer lo que sucedió... —dejó escapar un sollozo.281

Mis pulsaciones se aceleraron y mi dolor de cabeza se hizo más fuerte.

—¿Qué... qué pasó? —pregunté, sumamente asustada.

—Estoy en shock Ellie, no sé como decírtelo...81

Dios mío...¿le pasó algo a Hunter?8

—Lexie...

—Chris me propuso matrimonio —soltó.2.1K

Un momento... ¿qué?

—¿Eh?

—Lo que oíste. Ese idiota... —sorbió por la nariz—, ese idiota me pidió
que me casara con él. ¿Puedes creerlo? Nosotros... nosotros ni siquiera
estamos en una relación o algo.

Me sentí como una idiota al haberme asustado tanto. 391

Así que se trataba de eso...

—¿Chris te propuso matrimonio? —repetí, solo para estar segura.1

—¡Sí! ¡Estoy que no me lo creo!

—Vaya, yo... no sé que decir. Felicidades.


—Tienes que venir a casa ahora, quiero que veas la enorme piedra que
tengo en mi mano. Es el anillo más bonito que he visto nunca. 34

Me llevé una mano a la frente y sonreí.

—¿Así que le dijiste que sí?

—¡Pues claro! No podía decirle que no y menos en frente de Valentina.


Ese tonto lo planeó todo, hizo que Vale escondiera el anillo y... —soltó
una risita nerviosa—. Olvídalo, será mejor que te lo cuente en persona.
¿Ya estás en camino, verdad?63

—Sí, ya voy para allá.

—¡Rápido! Toma un taxi sí es necesario, te necesito aquí ahora. 22

Después de procesar lo que acababa de escuchar, sacudí la cabeza y


decidí ponerme en marcha. No tenía caso que tomara un taxi ya que a
esa hora el tráfico en Brooklyn era un verdadero desastre, así que opté
por caminar a casa.94

El cielo ya estaba oscuro, sin embargo, las calles estaban bien


iluminadas. No tenía por qué preocuparme. O al menos, eso fue lo que
pensé hasta que sentí la presencia de otra persona justo detrás de mí. Al
principio traté de hacer caso omiso a esos ruidos, pero las pisadas se
escucharon cada vez más cerca. No hizo falta que me diera la vuelta
para saber de quien se trataba.153

Estaba segura de que era él, así que lo único que hice fue detenerme en
medio de un callejón.164

—¿Qué estás haciendo aquí? —exclamé, volviéndome hacia esa


persona.
Un par de ojos grises me devolvieron la mirada.

—Tenía ganas de verte.137

—Michael... —comencé, pero él terminó con la distancia que nos


separaba y sin más, rodeó mi cuerpo con sus brazos. 368

Enterró su rostro en el hueco de mi cuello y me olfateó. 421

—Hmm... Hueles exactamente a como lo recuerdo; flores y cosas


dulces.285

Me quedé inmóvil en mi sitio, sintiendo como mi cuerpo comenzaba a


temblar. Tragué saliva y traté de tranquilizarme, pero era inútil. Michael
me causaba mucho terror.7

—¿Qué es lo que quieres? —le pregunté.

—Nada en especial, solo he venido a ver a mi dulce hermanita. 171

—Mientes.14

Levantó la cara y me miró directamente a los ojos. 1

—No, aquí la única mentirosa eres tú. Te vi esta mañana, estabas con
él.192

Intenté soltarme de su agarre, pero él no me lo permitió. 10

—Suéltame.

—¿Por qué estabas con él, Ellie? ¿Acaso ya olvidaste tu promesa? 53

Planté las manos en su pecho y lo empujé.

—Dije que me sueltes —repetí, apretando los dientes.


—Prometiste que aún sí ese imbécil regresaba a tu vida, jamás ibas a
aceptarlo.108

—Las promesas pueden romperse.47

Sonrió y tomó mi rostro con una de sus manos.

—Tienes razón, las promesas siempre pueden romperse. 18

—¿Por qué te afecta tanto que Hunter y yo estemos juntos? —quise


saber.2

—Porque son mis hermanos pequeños.401

—Hunter y yo no compartimos sangre.97

—No, ¿pero tienes idea de lo retorcido que es para mí verlos juntos? 518

Su agarre en mi rostro se intensificó, casi hice una mueca.

—Basta, me estás lastimando.3

Él dio un respingo y me soltó.178

—Lo siento, no fue mi intención —se miró la mano con la que había
estado tomándome del rostro y frunció el ceño—. Es solo que estoy muy
enfadado...353

—¿Tú estás enfadado? —dejé escapar un bufido—. ¿Y como crees que


estoy yo?

Cerró los ojos durante unos segundos y cuando volvió a abrirlos, una
sonrisa perversa se formó en sus labios. Sí había algo que me aterraba
de él, eran sus cambios de humor.48

—¿También estás enfadada? —preguntó.


—Sí.

—¿Por qué?

—Porque por primera vez en mucho tiempo siento que puedo ser feliz, y
tienes que llegar tú y arruinarlo todo. 46

Volvió a acercarse a mí.1

—¿Acaso no lo entiendes? Nunca vas a ser feliz con él. 134

—El que no lo entiende eres tú. ¿Qué tengo que hacer para que me
dejes tranquila de una buena vez por todas? ¿Qué tengo que hacer para
que dejes de atormentarme?20

—Creo que ya lo sabes, belle.232

Sí, ya lo sabía. Es solo que no estaba dispuesta a aceptarlo. 235

—No.1

—¿No? —negué con la cabeza y él arqueó una de sus rubias cejas—.


¿Sabes bien lo que significa eso, no? —cuando no respondí, Michael
metió la mano en el bolsillo de su sudadera negra y sacó algo muy
pequeño—. Bien, en ese caso te daré esto.3

—¿Qué es...? —murmuré, mirando el objeto metálico que acababa de


darme.

—Hoy hablé con él en persona por primera vez. Es bastante


maleducado, ¿verdad? —sonrió al ver mi expresión—. Trató de
dispararme un par de veces, pero su puntería es una mierda. 277

Entonces lo entendí, aquello que él acababa de darme era una bala.2

—Michael...1
—Considera esto tu primera advertencia.5

Dio media vuelta y comenzó a marcharse.

—¿Qué hiciste? —me giré hacia él—. Michael, ¿qué hiciste? —cuando
no respondió, corrí detrás de él y lo detuve tomándolo del brazo—. ¿Qué
hici...?

—Descúbrelo por ti misma.

—No... no, dime que no le hiciste daño. Tú... lo prometiste. 94

—Las promesas pueden romperse —sonrió—. Te veré luego,


hermanita.488

En cuanto Michael desapareció de mi campo de visión, saqué mi teléfono


celular y le marqué a Hunter. Cuando no obtuve ninguna respuesta, un
sentimiento de miedo y terror comenzó a crecer rápidamente en mi
interior. Desesperada, hice lo único que podía hacer. 1

Salí corriendo en dirección al departamento de Hunter. 4

No me importó que las personas me miraran raro al verme recorrer las


calles de Brooklyn como si el mismísimo satanás me estuviese
persiguiendo, lo único que me importaba en ese momento era
asegurarme de que él estaba bien.22

Después de correr durante diez largos e interminables minutos, llegué al


edificio en el que Hunter estaba viviendo. Subí las escaleras sudando la
gota gorda y finalmente, cuando llegué a su puerta, la golpeé una y otra
vez, esperando encontrarlo del otro lado. 2

Pero nadie abrió la puerta.

Hunter no estaba ahí.


¿Qué fue lo que hizo Michael?13

De pronto, el aire a mi alrededor se terminó, mi dolor de cabeza se


incrementó y cada extremidad de mi cuerpo tembló. Presioné la espalda
contra la madera de la puerta y luego me deslicé en ella hasta terminar
sentada en el suelo.15

Tragué saliva, cerré los ojos y me llevé ambas manos a la cabeza.

"Es tu culpa"15

"Sí a Hunter le pasa algo, será solo tu culpa". 171

—No...

"Lo desobedeciste"

"Te atreviste a desafiarlo".1

—Yo no...

"Probablemente él ya está muerto"2

—¡No!

Entonces, algo comenzó a sonar.

Ese sonido... era el timbre de mi celular.

Llamada entrante – Hunter Cross492

Me tomó un par de segundos volver en mí misma. Miré el nombre que


aparecía en la pantalla hasta asegurarme de que era real. Solté el aire de
mis pulmones y respondí.

—¿Hunter...?

Lo escuché soltar un largo suspiro.


—Lo siento nena, no había tenido tiempo de mirar el celular. 227

—¿Dónde estás? ¿Estás bien?

—Estoy bien, no te preocupes. El trabajo me está tomando más tiempo


de lo normal y... me pidieron doblar turno. No voy a poder verte esta
noche, lo lamento.465

—Oh, está bien, no pasa nada... —mi cuerpo se relajó—. ¿Estás seguro
de que está todo bien? Te escuchas un poco... raro.

—Solo estoy cansado, ha sido un día pesado —escuché la voz de otro


hombre, solo que no pude escucharlo. Hunter respondió y luego regresó
a la llamada—. Tengo que irme, te veré mañana, ¿de acuerdo?158

Abrí la boca para responder, pero él ya había terminado la llamada. 45

Mientras guardaba el celular de nuevo en mi bolso, algo cayó al suelo.


Era la bala que me había dado Michael. Con las manos temblorosas,
tomé la bala entre mis dedos y la estudié. Casi al instante mi corazón se
aceleró. La bala tenía escrito un nombre. 88

Hunter.318

La voz de Michael hizo eco en mi cabeza, como una pesadilla que


acababa de comenzar;24

“Considera esto tu primera advertencia".


Capítulo 25
Hunter209

—¿Estás seguro de que está todo bien? Te escuchas un poco... raro. 1

Pensé en decirle la verdad, pero lo último que quería era preocuparla. Lo


mejor que podía hacer era mantenerla fuera de esto. Así ella estaría a
salvo.449

—Solo estoy cansado, ha sido un día pesado —en ese momento, uno de
los doctores que había atendido a Eva se acercó a mí e inmediatamente
cubrí el micrófono con una mano.42

—La chica despertó, puedes pasar a verla ahora —me informó.85

—De acuerdo, gracias —le respondí, regresando mi atención a la


llamada—. Tengo que irme, te veré mañana, ¿de acuerdo?96

No esperé una respuesta de su parte, en su lugar, solo colgué. 279

Me levanté de mi lugar en la pequeña sala de espera y seguí al doctor a


la habitación donde habían trasladado a Eva hace unos minutos. Ella se
encontraba reclinada sobre una camilla, con el brazo izquierdo cubierto
de vendas al igual que parte de su pierna. Al verme entrar, sus ojos se
iluminaron y una enorme sonrisa se formó en sus labios. 327

—¡Hunteeer! ¡Ahí estás! —chilló—. ¿Por qué diablos estás dando


vueltas? Oh, espera, no eres tú quien está dando vueltas... creo que todo
está dando vueltas.363

Sonreí y me acerqué a ella.

—¿Cómo te sientes?
—¡De puta madre, tío! No siento ningún dolor. Nada nada, ni poquito. Es
como si mi cuerpo estuviese flotando en una nube. 394

Fruncí un poco las cejas mientras me sentaba en una silla junto a su


cama.

—¿Cuántos analgésicos te dieron?

Sacudió la cabeza.

—No lo sé. Solo le dije al doctor que me dolía mucho el brazo y me


inyectó algo.21

—Mmm...58

—Me encanta cuando haces eso. Hazlo otra vez. 495

—¿Qué cosa?

—Ese sonido que haces con la boca cuando estás pensando en algo. 126

Rodeé los ojos y negué con la cabeza.49

—Dime Eva, ¿qué pasó exactamente antes de que te golpearan en la


cabeza?5

Ella puso mala cara.

—Primero has el sonido.30

—Eva...1

—Hazlooo —insistió.270

Solté el aire con fuerza y me pasé una mano por el pelo. 1

—Mmm... —la sonrisa volvió a su rostro—. Ahora responde a mi


pregunta.444
—La verdad es que no tengo idea. Déjame rebobino mi cabeza —cerró
los ojos durante unos segundos y luego hizo un mohín—. Oh, espera.
Creo que rebobiné demasiado.304

—¿Pudiste ver a la persona que te golpeó? —quise saber, pero ella no


respondió. Después de unos segundos, tomé su brazo sano y la sacudí
suavemente—. Eva.36

Abrió los ojos de golpe.

—Ups, lo siento. Tanto rebobinar me dio sueño. ¿Qué estabas


diciendo?248

—Te pregunté si pudiste ver a la persona que te golpeó en la cabeza.

—Aaaah, eso... —negó repetidas veces con la cabeza—. Nop, nop,


nop.201

—¿No?

—Nop.1

—¿Puedes decirme todo lo que recuerdes antes de que te desmayaras


por el golpe?

—Pueees... vamos a ver, primero déjame rebobino mi cabeza. 356

—Sin rebobinar, Eva. Solo dime lo que recuerdes. 6

—Pero que gruñón —se quejó y después miró la chaqueta del


departamento de policía que me había puesto encima de la camisa
interior blanca—. Recuerdo estar revisando las habitaciones de ese feo
lugar. Había ratas en todas partes...

—¿Qué más?1
—Cucarachas y gusanos, ugh.216

—Me refiero a que más recuerdas, Eva.1

—Ah, pues... recuerdo que la primera habitación estaba vacía, la


segunda también, pero cuando abrí la tercera puerta, vi algo frente a mí.
Después sentí un fuerte golpe en la cabeza y luego todo se volvió
oscuro.96

—¿No alcanzaste a ver el rostro de la persona que te golpeó?

—Nop. Quizás fue un fantasma, aunque se supone que los fantasmas no


pueden tocar a los vivos... ¿crees en los fantasmas, Hunter? 303

Tratar con una Eva bajo la influencia de los analgésicos era difícil,
prácticamente era como si estuviera borracha. 3

—Lo siento, Eva. Fue culpa mía —murmuré en voz baja.128

Eva dio un respingo.

—¿Eh?3

—Se supone que debo protegerte, se lo prometí a tu padre —continué.166

—Pero estoy bien, solo fue mi brazo el que terminó chamuscado.


Tampoco es para tanto —hizo una pausa y se miró el brazo cubierto de
vendas—. ¡Oh Dios mío, mi brazo! 449

—El doctor dijo que estarás bien. Sufriste quemaduras de segundo grado
pero es muy probable que una vez recuperado, no queden marcas —le
hice saber.27

—Me asusté horrible... —dijo ella, sin dejar de mirar su brazo—. Cuando
vi que mi brazo estaba en llamas y no podía apagar el fuego, creí que iba
a morir.243
Apreté los puños.

—Te prometo que voy a atrapar a ese hijo de perra y... 114

—¿Puedo hacerte una pregunta, Hunter? —me interrumpió.95

Suspiré para calmar mi ira y tomé su mano entre las mías. 291

—Te escucho.6

—¿Qué pasó después de la explosión? —cerró los ojos y tragó saliva—.


Solo recuerdo haber estado en tus brazos cuando algo estalló detrás de
nosotros...110

Asentí con la cabeza.

—La fuerza de la explosión nos mandó directo al suelo. Traté de


protegerte con mi cuerpo, pero eso no evitó que te golpearas en la
cabeza y quedaras inconsciente.52

—Espera... ¿eso significa que la persona que recibió todo el impacto de


la explosión fuiste tú? —cuando no dije nada, Eva abrió los ojos—. Dios
mío, ¿ya te revisó un médico?56

—No es necesario, no estoy herido.54

—Hunter...

—Tengo que hacer una llamada —le informé.40

Dejé un beso en el dorso de su mano y me levanté de mi lugar. Ella


enderezó la espalda y me sujetó por la muñeca antes de que pudiera
alejarme de ella.393
—No, espera. No te vayas. No me dejes sola —la expresión en su rostro
me hizo entender que estaba visiblemente asustada—. Por favor,
quédate conmigo.609

—No pienso ir a ningún lado, solo necesito hacer una llamada —sonreí
para tranquilizarla—. Volveré en unos minutos, ¿de acuerdo?29

—De acuerdo...52

Después de que ella me soltara, continué mi camino y salí de la


habitación. Fuera se encontraban el detective Parks y su compañera, la
detective Pérez. En cuanto me vieron salir de la habitación de Eva, se
acercaron a mí listos para hacerme un montón de preguntas. 4

—¿Cómo está la oficial Prescott? —me preguntó la detective Pérez.


Pérez era una mujer de unos cuarenta años, morena, de estatura media
y deslumbrantes ojos negros.32

—Bien, solo está un poco drogada por los analgésicos. 32

—El que no se ve muy bien eres tú, Cross. ¿Ya te revisó un médico?27

—Estoy bien.50

—Vayamos directo al grano, ¿vale? —exclamó Parks, fastidiado—.


Necesitamos que nos digas todo lo que sucedió antes y después de que
llegaran al lugar.2

—Primero debería revisarlo un médico —insistió Pérez.63

Parks rodó los ojos.

—Él dijo que está bien, ¿no? —se encogió de hombros—. Ahora dinos,
¿qué pasó?191
Les conté todo. Desde el momento en el que recibimos la llamada por
radio, hasta el momento de la explosión que casi me hizo perder el
conocimiento. Afortunadamente, fui capaz de levantarme de nuevo y
sacar a Eva de ese lugar antes de que el fuego nos tragara. 3

Parks y Pérez me escucharon con mucha atención.

—¿Pudiste ver su rostro? —preguntó Pérez.

—Sí. Era un chico alto y rubio; muy delgado, de piel pálida, misma
estatura que yo, y vestía estrictamente de negro. 182

—Encaja con la descripción de la niña —le dijo Pérez a su compañero.


Parks solo frunció el ceño—. Definitivamente era el asesino.90

—Eso parece...

—¿Algo más en lo que pueda ayudar? —pregunté, ligeramente


cansado.2

—Por ahora eso es todo, gracias por tu cooperación Cross. Deberías ir a


descansar.1

—Voy a quedarme aquí con Eva.349

—Bien, solo no te esfuerces demasiado —después de eso, la mujer miró


al hombre castaño junto a ella—. ¿Nos vamos?2

—Adelántate, me gustaría hablar a solas con el novato.57

—Parks...

—No tardaré.

Ella resopló pero al final, asintió con la cabeza y desapareció por el


pasillo. Cuando Parks y yo estuvimos a solas, él me miró como si
quisiera abrirme la cabeza a puñetazos y ver lo que había dentro. Ese
vejestorio podía llegar a ser intimidante, pero no demasiado. Además, yo
estaba demasiado cansado como ponerme a pelear con él, como era
costumbre.2

—¿Y bien? —le pregunté—. ¿Sobre qué querías hablar conmigo?

—Voy a ser franco, novato. Me parece extraño que, de todas las jodidas
patrullas en Brooklyn, haya sido exactamente tu radio la única que fue
hackeada. ¿Por qué será?181

—Créeme, a mí me gustaría saber lo mismo.

Negó con la cabeza y chasqueó la lengua.

—Hay algo más que no me estás diciendo, ¿qué es?68

—Ya les he dicho todo.

—¿Estás seguro?

Apreté los dientes y luego solté el aire con fuerza.

—El tipo me conoce —eso llamó su atención—. Me llamó por mi nombre


cuando me encontré con él. Probablemente hackeó solo mi radio porque
quería encontrarse conmigo.61

—¿Entonces ya lo habías visto antes?

—No, yo a él no lo había visto en mi puta vida. Pero su voz...


definitivamente ya he escuchado su voz antes, es solo que no lo
recuerdo.68

—¿Qué clase de conexión podría haber entre tú, el asesino y los


homicidios de mujeres?126
Cerré los ojos y me llevé ambas manos a la cabeza.

"¿Por qué todas las víctimas son rubias?"59

"Tal vez quiere enviar un mensaje"27

"Me llamó por un nombre que no era el mío"

"¿Cómo está ella?"

"Sabes de quién hablo, ¿verdad?"1

"A plus tard, mon frère"413

—Te dejaré descansar —exclamó Parks—. Pero mañana quiero verte en


mi oficina.3

Asentí aun con los ojos cerrados. Joder, mi dolor de cabeza solo estaba
empeorando.31

—Bien.

Cuando creí que ya se había ido, sentí una mano en mi hombro derecho.

—¿Sabes? Me recuerdas mucho a mi hijo mayor, demasiado arrogante y


demasiado estúpido —cuando palmeó mi espalda con una de sus
manos, hice una mueca—. Ve con un doctor para que te revise, te
necesito sano para la investigación.243

Abrí los ojos para mirarlo y fruncí el ceño.

—¿Investigación?

—Ahora que tu compañera estará fuera de servicio por un tiempo, te


quiero en mi equipo. Ya hablaré con Raymond después —me ofreció una
mano—. ¿Qué dices?228
Sonreí y estreché su mano.

—Atrapemos a ese hijo de perra.547

Cuando volví a la habitación de Eva, la encontré profundamente dormida.


Al parecer, los analgésicos finalmente habían hecho efecto. 53

Menos mal, pensé.116

Traté de no hacer mucho ruido al cerrar la puerta y luego me senté de


nuevo en la silla junto a su cama.7

Después de que el detective Parks se marchara, había ido con un doctor


para que tratara las heridas que recibí en la espalda cuando ocurrió la
explosión. Como era de esperarse, no era nada grave que requiriera
hospitalización, pero sí había necesitado un par de puntos.74

Me acomodé mejor en mi lugar y miré a Eva desde mi silla con la barbilla


apoyada en el puño. Ella tenía uno que otro raspón en las mejillas, sin
mencionar la venda blanca que envolvía su frente. Habían tenido darle
algunos puntos debido al culatazo que recibió de ese maldito
psicópata.128

Según los doctores, fue un milagro que no hubiese sufrido una contusión
cerebral, pues la fuerza del golpe había sido tanta, que estuvo a punto de
abrirle el cráneo.349

Dejé escapar un suave suspiro y saqué el celular del bolsillo de mis


pantalones.6

No me quedaba mucha batería, pero había algo que necesitaba hacer.


Necesitaba hablar con Trevor y pedirle que hiciera algo por mí, solo que
en ese momento me ganó otro deseo.88
Todo lo que quería era escuchar la voz de otra persona. 223

—¿Sí?4

—¿Qué llevas puesto en este momento? 271

La escuché reírse.1

—¿Siempre eres tan pervertido?9

—Solo contigo, nena.437

Casi podía sentir su sonrisa.3

—Pues para tu información, acabo de salir de la ducha.97

—No me digas... soy un tipo afortunado, ¿eh?36

—No pienso enviarte fotografías, viejo enfermo. 310

Me reí suavemente para no despertar a Eva. 14

—¿Viejo enfermo? —chasqueé la lengua—. Me gusta ser un enfermo


cuando se trata de ti. Ahora dime, ¿todavía estás en el baño?27

—No, ya estoy en mi habitación.1

—¿Sigues en toalla?1

—Sí.1

—¿Qué vas a usar como pijama?2

—Un camisón de seda.1

—Antes de que te lo pongas, quiero que te acuestes en la cama. 631

—¿Eh?

—Solo hazlo, nena.232


—Bien... ¿ahora?4

—Quítate la toalla.159

—¿Hablas en serio? —la escuché reírse otra vez.6

—Hablo muy en serio.4

—Bien, ya me quité la toalla y estoy desnuda sobre mi cama. 2

—Ahora quiero que te toques.902

—¿Qué me toque?3

—Sí, quiero que cierres los ojos e imagines que estoy ahí contigo.
Imagina que te estoy tocando donde más te gusta —se quedó en silencio
durante un rato—. ¿Lo estás haciendo?425

—Hunter, esto es muy extraño... —su voz sonó un poco acalorada.7

—¿Pero lo estás haciendo?6

—Sí...100

—¿Dónde te estás tocando?198

—En los pechos...118

—Bien nena, tócate fuerte. Hazlo como sé que te gusta —cuando la


escuché soltar un gemido, mi miembro comenzó a ponerse duro—. ¿Lo
estás haciendo?506

—Sí... —otro encantador gemido—. Hunter...192

—Quiero que deslices una mano por tu abdomen, lentamente —soltó el


aire con fuerza—. Deslízala hasta llegar a tu entrepierna y dime, ¿estás
húmeda?353
—Sí... muy húmeda...70

Tragué saliva.50

—Ahora tócate con las yemas de los dedos, nena. Haz movimientos
circulares y no te detengas —volvió a gemir con más fuerza—. No dejes
de hacerlo...523

—Hunter...9

Mierda, escuchar sus gemidos en mi oreja eran una dolorosa y excitante


tortura. Mi miembro estaba más duro y erecto que nunca, tanto, que
comenzaba a doler dentro de mis pantalones. Cerré los ojos y disfruté
imaginándola acostada en su cama, desnuda, tocándose a sí misma.
Una imagen muy agradable, sin duda. 191

—Ahora quiero que introduzcas un dedo en tu interior... 240

—No...57

—Sí... hazlo y dime cómo se siente —murmuré con voz ronca.270

—Aaaah... —me aferré al brazo de la silla—. Se siente... se siente muy


bien...113

—Deslízalo fuera lentamente y después vuelve a introducirlo... 148

—Mmm... —gimió—. Aaaah...453

Apreté los dientes con fuerza y eché la cabeza hacia atrás cuando ella
comenzó a soltar gemido tras gemido, sin detenerse. Ya no hacía falta
que le dijera que más hacer, ella estaba haciendo el resto sola. Joder,
joder, joder. Iba a correrme en mis pantalones. 342

Sus gemidos continuaron durante un rato más, hasta que finalmente la


escuché ahogar un grito, seguido de una pesada exhalación. 9
—¿Lo conseguiste, nena?248

Tardó unos segundos en recuperarse.

—Sí...

—¿Te gustó?1

—Mucho...45

Joder...2

—Me alegra escuchar eso.1

—Ahora por tu culpa tendré que ducharme otra vez... 203

Sonreí con arrogancia.1

—Pero valió la pena, ¿no?3

—Definitivamente.2

Miré el gran bulto en mis pantalones y pensé seriamente en


autocomplacerme a mí mismo.146

Bien, lo haría, pero no frente a Eva. 271

—Tengo que irme, que tengas dulces sueños.1

—Dulces sueños, Hunter. Te quiero.506

Abrí la boca para responder, pero mi teléfono se quedó sin batería. 407

Mierda...
Capítulo 26
Ellie107

—Es enorme, ¿cierto?682

Lisa dejó escapar un bufido.2

—¿Bromeas? El mío es todavía más grande. 317

—Eso quisieras. 6

—No, eso quisieras tú.5

—Bien, suficiente. Ellie, ¿cuál de los dos anillos tiene la piedra más
grande?484

—Sí, ¿cuál?4

Di un respingo y pestañeé varias veces.

—¿Perdón?12

Lexie rodó los ojos y estiró su mano izquierda, mostrándome el precioso


anillo de oro blanco que se encontraba en su dedo anular. Lisa frunció el
ceño e hizo exactamente lo mismo que ella; estiró su mano izquierda y
me mostró su bello anillo de plata, con un radiante diamante en el
centro.17

Pestañeé de nuevo y las miré a ambas sin entender la situación. 1

—¿Qué anillo tiene la piedra más grande? —insistió Lexie.86

—Sí, ¿y cuál es más bonito? —esa fue Lisa.


—Chicas... ambos anillos son muy bonitos —murmuré, dándole un sorbo
a mi taza de café—. Y ambos tienen piedras realmente grandes. 2

—Pero el mío es más grande, ¿verdad?101

—Quizás, pero el mío es más bonito. Trev tiene buen gusto. 150

Hice un mohín y le ti otro trago a mi taza de café ya frío. No conocía otra


manera de salir de aquella discusión por saber que anillo tenía la piedra
más grande. Lexie y Lisa continuaron esa disputa durante un rato más
hasta que finalmente, todo terminó en un empate. 12

Después de una larga jornada de trabajo, Lexie y Lisa se aparecieron en


mi trabajo con la excusa de que querían ir tomar una taza de café,
cuando en realidad, la verdadera razón había sido para llevarme con
ellas a un montón de tiendas de vestidos de novias. 11

La boda de Lisa era en solo tres meses y aun no encontraba el vestido


perfecto.179

—¿Lista para pasar al probador? —exclamó una mujer, dirigiéndose a


Lisa.

Ella soltó un gritito de emoción y se levantó de nuestra mesa, lista para


seguir a la vendedora de la tienda. Dejé mi taza sobre la mesita de
porcelana y le di un vistazo a mi teléfono. 3

Desde el día de ayer, después de mi excitante conversación con Hunter


en la cual, le había dicho que lo quería y él solo colgó, no había recibido
ninguna llamada o mensaje de su parte. Una parte de mí estaba molesta,
pero sabía que no debía enfadarme solo por eso. 267
Quizás se quedó sin batería, pensé. O quizás no me escuchó.247

—¿Qué hay con ustedes? —me preguntó Lexie.

—¿Mmm?5

—Vamos, cuando piensas dar el siguiente paso con Hunter. 133

Oh, así que hablaba de eso. Me encogí de hombros. 1

—Nos estamos tomando las cosas con calma —murmuré.89

—Ajá, pero no están saliendo, ¿verdad? Al menos, no oficialmente.

—No.

—¿Por qué?1

—No lo sé, yo... no sé si estoy lista.62

—¿En serio, Ellie? ¿Lista para qué? ¿Para dejarte querer por un hombre
que está loco por ti? Deberías haberlo visto la noche que nos llevaron
serenata, la manera en la que te miraba era muy tierna. Sin mencionar
que Christopher y Trevor estaban a punto de romperse la nariz
mutuamente y él ni siquiera lo notó por estar mirándote. 587

Aquello me hizo sonreír.1

—Lo sé, sé que Hunter me quiere y que durante todo este tiempo nunca
dejó de hacerlo, pero no es tan sencillo. No cuando lo único que tengo
son un montón de traumas. ¿Y sí termina fastidiándose de mí? ¿Y si mis
traumas son demasiado para él?211

Por segunda vez en el día, Lexie puso los ojos en blanco y negó con la
cabeza.1
—¿Por qué insistes en poner tantas excusas para ser feliz? De verdad,
Ellie. Tu felicidad está ahí, justo frente a tus narices, y no haces otra cosa
que no sea huir de ella. Hunter te quiere, no, espera, él no solo te quiere.
Él te ama. Te ama con todo y tus traumas, cualquiera se da cuenta de
eso. Así que deja de eludir ese sentimiento y grítalo, joder. 399

La miré un tanto sorprendida y luego me reí. Era gracioso verla perder


los estribos.2

—¿Quieres que lo grite? —me burlé.

—Sí, ahora mismo.

—¿Estás loca? No lo haré.

—Grítalo.1

—No.

—Ellie...

—Lexie...

Y justo en ese momento, Lisa abrió la puerta y entró a la habitación


luciendo un raro, extravagante y muy, muy feo vestido de novia. Bueno,
quizás no era feo, pero... ¿a quién diablos se le ocurrió diseñar un
vestido como ese? El cuello era alto, las mangas demasiado grandes, y
la falda de sirena no combinaba para nada. 297

¡El vestido era horrible! 37

—¿Y bien? ¿Les gusta? —nos preguntó, muy seria.168

Lexie y yo compartimos una breve mirada antes de negar con la cabeza.


—Quiero vomitar —murmuró Lexie—. En serio Lisa, es vestido es tan feo
que me están dando ganas de vomitar.96

Lisa puso mala cara y me miró a mí, esperando mi opinión.

—Lexie tiene razón, el vestido es... es...

—Horrible —terminó Lexie por mí—. Solo dilo, es asquerosamente


horrible.40

—¿Eso crees, Ellie?88

Apreté los labios antes de asentir con la cabeza.

—Es horrible —admití—. Asquerosamente horrible.

—¡¿Creen que no lo sé?! —chilló la futura novia, mirando su feo


vestido—. ¡La vendedora me lo ofreció y no pude decirle que no! 420

—Pues pruébate otros e ignora lo que la vendedora te diga —habló


Lex—. A ella solo le interesa vender.61

—¿Y si no logro encontrar el vestido perfecto? —lloriqueó—. Quiero que


mi boda sea perfecta, solo eso. En cuanto al vestido...2

—Todavía faltan tres meses —dije yo, intentando animarla—. Estoy


segura de que encontrarás el vestido perfecto, solo es cuestión de seguir
buscando.2

—¿Qué te parece si Ellie y yo escogemos algunos vestidos para ti? —


propuso Lexie.

El rostro de Lisa se iluminó.


—¡Tengo una idea mejor! ¿Qué tal si ustedes se prueban vestidos
conmigo?314

—¿Qué? —soltamos Lexie y yo al unísono.

—¡Sí! ¡Levanten sus culos ahora mismo!44

—Lisa... —comencé.

—Bien, ¿por qué no? Será divertido.

Miré a Lexie con un poco de horror.

—¿Lo dices en serio?

—Sí, quiero decir, pronto yo también voy a casarme. ¿Así que, por qué
no?

—Creo que paso —me apresuré a decir—. Yo no voy ni estoy próxima a


casarme, así que...331

—Levanta tu culo —dijeron ambas—. Ahora.31

—Chicas...

—¡Ahora!6

—¡Bien! ¡Está bien! —dejé escapar un suspiro—. Ustedes ganan.9

Tanto Lexie como Lisa soltaron grititos de emoción y luego me tomaron


de ambos brazos para llevarme fuera de la habitación de espera. La
tienda de vestidos era enorme, lo cual también significaba que había un
montón de vestidos por todo el lugar. 2
Encontrar uno que le gustara a Lisa definitivamente iba a ser una tarea
difícil.

—Lexie, ¿qué tal si buscas vestidos con corte de sirena? —propuso Lisa.
Ella asintió y se marchó para comenzar a buscar vestidos—. Y tú, mi
bella Ellie, ¿qué tal si buscas vestidos con corte princesa? 1

—¿Corte princesa?210

—Bueno, solo busca vestidos que consideres lindos y traerlos, ¿de


acuerdo?

—De acuerdo.

Dicho eso, Lisa se marchó a otro lado de la tienda, lista para rebuscar
entre los vestidos que colgaban de las paredes por todo el segundo piso
del lugar.

Mi búsqueda me tomó más de cuarenta minutos. Cuando terminé, sentía


que mi cabeza estaba punto de estallar. No sabía que existían tantos
colores de vestidos de novia. Había desde blanco puro, blanco natural,
hasta color marfil, color champagne y diferentes tonos pálidos. 169

—Nada mal —exclamó Lisa al ver los tres vestidos que había elegido—.
Ahora anda y pruébatelos.

Hice una mueca.

—¿Por qué no te los pruebas tú? Después de todo, tú eres la novia,


¿no?

—Ellie, entra al maldito probador y ponte los vestidos. 122


—¿Qué hay de las vendedoras? Nos pueden decir algo por estar
jugando con los vestidos.19

—Por eso no hay problema, le dije a la encargada que las tres vamos a
casarnos pronto.211

—Pero yo no...15

—Cierra la boca y pruébatelos. Por favor —dijo con voz llorosa.38

Suspiré.

—Vale, vale. Me probaré los vestidos. 5

El primer vestido que elegí fue un "corte sirena", este se ajustaba a mi


cuerpo hasta las rodillas, y luego se abría vuelo hasta el suelo, simulando
la cola de este mitológico ser marino. La tela era de seda y encaje, con
una apertura en la espalda y un bonito listón rosa pálido que abrazaba mi
cintura, funcionando como un cinturón de seda. Miré mi reflejo en el
espejo una última vez antes de salir del probador para encontrarme con
Lisa y Lexie.215

Ambas llevaban puestos vestidos igual o incluso más bonitos que el mío.

—Wow —dijo Lexie, mirando mi vestido—. Ese vestido sí que resalta tu


trasero.102

Su comentario me hizo reír.

—¿Sí? Pues el tuyo sí que resalta tus tetas —dije yo.119

—¿Por qué no tenemos una boda triple? —propuso Lisa—. O mejor,


¿por qué no mandamos al diablo a nuestros novios y nos casamos solo
las tres?845

—Me gusta tu idea —bromeó Lexie.2


—A mí también —estuve de acuerdo—. ¿Y bien, qué piensas de los
vestidos, futura novia?

—Me gustan, me gustan todos.

—¿Sabes que tienes que elegir solo uno, verdad? Recuerdo que en la
graduación compraste un montón, ahora no puedes hacer lo mismo.
Estos vestidos cuestan una fortuna.100

—Lo sé, lo sé. Por eso necesito ver más opciones. Ahora pruébense los
que siguen.

—Sí señora —bromeé.

Mi segundo vestido era un "corte imperio". Me pareció bonito porque la


tela era color champagne y se ajustaba en mis pechos de tal forma que
daba la impresión de que mis senos eran realmente grandes. Las
mangas eran de encaje y el resto de seda. Muy bonito... 203

Cuando alcancé el mango de la puerta del probador, escuché que


alguien gritaba.1

—¡¿Qué estás haciendo aquí?! —chilló la voz de Lisa.52

—Tú me dijiste que... —esa voz, era la de Trevor.454

—¡Se supone que el novio no debe ver el vestido hasta la boda, idiota! —
continuó Lisa.211

Salí del probador y sonreí al ver a Lisa golpeando una y otra vez a Trevor
en el pecho, furiosa por el hecho de que él hubiese entrado hasta los
vestidores de la tienda.78

—Pero la vendedora me dejó pasar —se defendió el pobre Trevor.14

—¡Esa vendedora es una tonta! 240


Mientras pensaba si acercarme a ellos o no, un movimiento en el pasillo
de los probadores llamó mi atención. Cuando giré la cabeza para ver de
que se trataba, mi corazón se detuvo y mi cuerpo entero se paralizó.
Hunter estaba ahí, de pie, a solo dos metros de distancia, mirándome
completamente atónito. Abrió la boca para decir algo, pero fue como si
no lograra encontrar su propia voz.1.5K

¿Qué es lo que le pasaba? ¿Por qué me miraba de esa forma? 217

—Hunter —dije yo, acercándome a él—. ¿Qué estás haciendo aquí?4

Su vista se trasladó a mi rostro y tragó saliva antes de hablar.

—Trevor.388

—¿Trevor?

Asintió y luego se pasó una mano por el pelo. 1

—Tu amiga le pidió que pasara a recogerlas, yo estaba con él así que...
—se remojó los labios antes de continuar. 136

Fue entonces cuando recordé lo que estaba usando en ese momento.


Diablos, había olvidado que llevaba puesto un vestido de novia. Por esa
razón no dejaba de mirarme. Mis mejillas se encendieron e
inmediatamente traté de cubrirme con mis propias manos. Esto era muy
vergonzoso.209

—Yo solo... nosotras... —deja de balbucear—. Lisa no podía decidirse


por un solo vestido así que... nos pidió que nos probáramos vestidos con
ella. No es lo que estás pensando... 253

Su boca se arqueó en una media sonrisa.136

—Te ves muy hermosa.705


Sonreí un poco tímida.1

—¿Eso crees?53

Él asintió de nuevo y volvió a recorrer todo mi cuerpo. 2

—Muy hermosa.18

Avergonzada, señalé la puerta detrás de mí.

—Voy a cambiarme —murmuré—. No tardaré.27

Tomé su silencio como un "vale" y entré al probador sintiendo más


vergüenza que nunca.

Dios mío, ahora él iba a pensar que yo tenía la boba idea de casarme. El
matrimonio era algo que espantaba a la mayoría de los hombres. ¿Y sí el
verme vestida de novia lo espantaba a él también? Buen trabajo, tonta.
Ahora que finalmente te habías decidido a... 367

La puerta del probador se abrió y Hunter entró sin decir una sola palabra.
Aquello me sorprendió. Abrí la boca para decir algo, pero antes de que
tuviera la oportunidad de hacerlo, sus labios ya estaban sobre los míos.
Deslizó sus manos por mi cuerpo y me pegó a él, profundizando todavía
más nuestro beso. Gemí en su boca mientras me aferraba a un puñado
de su camisa oscura. Hunter mordió y tiró de mi labio inferior antes de
empujarme contra la pared para devorar la piel de mi cuello. 550

Solté el aire con fuerza.

—Hunter...4

Pero no se detuvo ahí, después de besar y mordisquear la delicada piel


de mi cuello, sus labios se trasladaron al escote de mi vestido. Hundió la
nariz en mis pechos y respiró con fuerza. Eso hizo que se me pusieron
los vellos de punta.314

—Se ven más grandes —murmuró, su voz se oía muy ronca.607

—Es por el vestido... —dije en un susurro.31

Hunter besó el escote de mis pechos durante un rato más, antes de


regresar de nuevo a mis labios. Su lengua acarició la mía y yo,
completamente perdida, disfruté de eso. Cuando el dolor entre mis
piernas comenzó a hacerse presente, Hunter subió la falda de mi vestido
y me levantó, lo suficiente para que yo pudiera envolver las piernas
alrededor de su cintura. Se me escapó un gemido al sentir su masculino
miembro entre mis piernas, duro como una roca. 273

—Joder... —masculló él, con los dientes apretados.4

Rompí nuestro beso y lo miré directamente a los ojos.

—Fóllame.711

Tragó duro.2

—Nena...465

Acaricié sus mejillas.

—Solo no rompas el vestido, vale una pequeña fortuna.327

Sonrió y lo siguiente que supe fue de alguna forma u otra se deshizo de


mis bragas, se bajó los pantalones de un tirón y acto seguido, se hundió
en mi interior. Ahogué un gemido y eché la cabeza hacia atrás. Hunter
volvió a saborear la piel de mi cuello mientras me embestía con su
cuerpo una y otra vez.291
Traté de no hacer mucho ruido, pero era imposible. Los sonidos que
salían de mi boca eran algo que no podía controlar. 258

No pasó mucho tiempo cuando aquella burbuja en mi interior comenzó a


hacerse cada vez más grande. En esta posición podía sentirlo todo de él,
la sensación era increíble. Estaba volviéndome loca. Envolví los brazos
alrededor de su cuello y lo abracé. Hunter soltó algo parecido a un
gruñido/gemido, lo cual me pareció de lo más excitante. Hicieron falta
solo un par de embestidas más para que el mundo a nuestro alrededor
estallara en mil pedazos.162

Enterré las uñas con fuerza en su espalda, escuchándolo soltar un suave


quejido.106

—Lo siento —balbuceé segundos después, avergonzada ante mi


repentina agresividad.220

Él solo sonrió y pegó nuestras frentes, tratando de recuperar el aliento


después del increíble orgasmo. Nos quedamos en silencio un largo rato,
todavía unidos por nuestros cuerpos. Cuando los espasmos
disminuyeron, Hunter me soltó y se echó para atrás. Me puse de nuevo
las bragas mientras lo miraba a él, arreglándose los pantalones. 16

Me dio la espalda unos segundos antes de volver a girarse hacia mí. 1

—Estás sangrando —le dije al percatarme de la pequeña mancha de


sangre en su camisa oscura—. Déjame ver...268

—No, está bien. No fue nada.167

Me miré las uñas y fruncí un poco las cejas. Mis uñas no estaban tan
largas como para haberle ocasionado una herida en la espalda.
Entonces, ¿por qué estaba sangrando?95
—Hunter...

Se acercó de nuevo a mí y me dio un suave beso en los labios.

—Estoy bien, de verdad.65

Hice un mohín.7

—Deberíamos salir, los demás deben estar preguntándose que estamos


haciendo aquí dentro.6

—Ya deben haberse dado una idea con lo ruidoso que fuimos.249

Me sonrojé y él sonrió. Lo empujé y decidí que era hora de cambiarme.

—Nena...284

—¿Mmm? —cuando terminé de desabrocharme el cierre del vestido, me


di la vuelta para mirarlo—. ¿Qué suce...? —sentí que la sangre de todo
mi cuerpo bajaba hasta mis pies.798

Hunter estaba postrado sobre su rodilla izquierda, mirándome desde


abajo, con una pequeña caja de terciopelo en las manos. Fue como si el
aire a mi alrededor se terminara. Mi corazón estaba latiendo tan rápido,
que por un momento temí desmayarme ahí mismo.2.1K

—¿Qué estás...?41

—¿Te casarías conmigo?2.9K

Lo miré y él me miró a mí, pero ninguna palabra salió de mi boca. No


sabía que responder a eso, mi cabeza estaba completamente en
blanco.132

Di un paso atrás y pestañeé.


Dentro de aquella caja de terciopelo, había un precioso anillo que no se
comparaba con el anillo de Lisa, o el de Lexie. Este era hermoso,
hermoso y exquisito.284

—¿Por qué? —murmuré, casi inaudible—. ¿Por qué quieres casarte


conmigo?269

—Porque te amo —di otro paso atrás.353

—Hunter...54

—No te estoy pidiendo una respuesta ahora —agregó, levantándose del


suelo—. Lo único que quiero es que tengas esto contigo. No importa si
necesitas meses o años para darme una respuesta. Solo quiero que
sepas que pase lo que pase, mi corazón siempre te pertenecerá.994

—¿Pase lo que pase? —dije ahora, con los ojos llenos de lágrimas.307

Él asintió.26

—Pase lo que pase.


Capítulo 27
Ellie157

Cada vez que abría mi bolso para buscar cualquier cosa, lo primero que
veía era un pequeño estuche de terciopelo azul. Sin importar cuantas
veces lo mirara, mi reacción era siempre la misma. Corazón acelerado,
temblor en las manos, y un extraño cosquilleo en el estómago que me
era difícil de explicar.186

Eso, sin mencionar la tonta sonrisa en mis labios. 35

"No importa si necesitas meses o años para darme una respuesta. Solo
quiero que sepas que pase lo que pase, mi corazón siempre te
pertenecerá", esas fueron las palabras que Hunter me había dicho hace
solo unas semanas, justo después de darme un precioso anillo de
compromiso en nada más y menos que los probadores de una tienda de
vestidos de novia.325

Bonito lugar para una propuesta, pensé. 218

Miré la hora en el reloj de mi muñeca y luego me mordí el labio. Faltaban


solo un par de minutos para que Valentina saliera del kínder, lo que
también significaba que pronto habría un montón de niños saliendo por
esas puertas.28

Siempre me emocionaba la idea de verla correr a mis brazos en su


bonito uniforme escolar; un adorable trajecito de marinero en color
azul.178

Las madres a mi alrededor, como ya era costumbre, no dejaban de


mirarme y cuchichearse palabras entre ellas. Claro que yo fingí no darme
cuenta de sus miradas juzgadoras y me pregunté si Lexie tenía que
soportar todo aquello cada vez que venía a recoger a su propia hija.86

Por fortuna, tres minutos más tarde, las puertas del edificio se abrieron y
un montón de niños comenzaron a salir de este. No tardé mucho en
encontrar a Valentina. Ella iba dando brinquitos con un niño junto a ella,
parecía que estaban hablando de algo. 182

En cuanto los ojos azules de Vale se encontraron con los míos, una gran
sonrisa se formó en su rostro.71

—¡Tía Ellie! —chilló la pequeña, corriendo hacia mí. 3

Me agaché en mi lugar y extendí los brazos, preparándome para recibirla


con un fuerte abrazo. Valentina era la niña más adorable y hermosa que
jamás había visto.84

—¿Cómo te fue en la escuela, cariño? —le pregunté.1

—Muy bien, mira —me mostró sus manos cubiertas de pintura—, hoy
pintamos un montón con las manos. Fue muy divertido. 5

—¿En serio? Suena genial.

En ese momento, el mismo niño que había salido junto con ella se acercó
a nosotras, sosteniendo un pequeño bote amarillo en las manos. Él tenía
el mismo tamaño que Valentina, su cabello era muy negro, y tenía un par
de bonitos ojos azules. 517

—Oye Tina, olvidaste tu almuerzo —murmuró el pequeño.450

Valentina se giró a mirarlo y abrió la boca.

—¡Ese no es mi almuerzo, Leon! ¡Es mi masita Play Doh! 541

—Oh...5
—¿Volviste a comértela?138

—Solo un poquito.467

—¡Mal, muy mal! 67

—Lo siento, es solo que huele muy bien y también sabe muy rico. 424

Me fue imposible no reír.2

—Tía Ellie, dile a Leon que lo que hizo estuvo muy mal —me dijo
Valentina.1

Miré al pequeño y él me miró a mí. Mi corazón se apretujó al ver la


expresión de confusión en su tierno rostro. ¡Dios mío, los niños pequeños
eran tan adorables! 404

—¿Por qué estuvo mal lo que hice? —me preguntó.2

—Porque puede hacerte daño. ¿Acaso quieres que te duela el


estómago? —Leon negó con la cabeza—. Entonces debes prometer que
no volverás a comer masita. ¿De acuerdo?225

—De acuerdo...4

Valentina sonrió y le revolvió el cabello con una de sus manos. Aquello


hizo que el pequeño sonriera de nuevo y soltara una risita, echándose
para atrás.261

—¿Dónde está tu madre? —le pregunté al adorable Leon, después de


notar que ninguna mujer parecía estar buscando al pequeño. 3

—No lo sé, a veces se pierde y tarda mucho en llegar. 495

—Ya veo...
—¿Por qué no vamos al parque? —propuso Valentina, tomando a Leon
de la mano.98

—No creo que sea una buena idea, cariño. Deberíamos esperar a que la
madre de Leon aparezca —ambos pequeños pusieron caritas tristes—.
Pero... cuando su madre llegue, podemos ir al parque todos juntos, ¿está
bien?96

—¡Sí! —respondieron los dos, con una sonrisa.

Al principio, creí que esperar a la madre del pequeño Leon sería cosa
fácil. Es decir, ¿qué tanto podía tardar en aparecer? No obstante, una
hora y media más tarde, llegué a la conclusión de que su madre era una
mujer verdaderamente irresponsable.129

¿Quién diablos tardaba tanto en venir a recoger a su hijo?146

—¡Mamá! —exclamó de pronto el pequeño, levantándose de la banca


donde habíamos estado esperando a su perezosa madre. 8

Una mujer de largo cabello negro, piel pálida y lentes de sol se acercó a
nosotros, con un cigarrillo en la mano. Fruncí al ceño al ver que ni
siquiera se molestó en regresarle el abrazo al pequeño, o en apagar su
cigarro.475

—¿Usted es la madre de Leon? —le pregunté, acercándome a ella.

—Sí, yo soy la madre —respondió, arrastrando un poco las palabras.22

—Mucho gusto, yo soy la tía de Valentina.

—¿Valentina?

—Sí mamá, te he hablado mucho de Tina —le dijo Leon, señalando a


Valentina.132
—Ah, sí. Valentina... —le dio una calada a su cigarro y luego soltó el
humo.2

—Vamos tía, dile, dile —me susurró Valentina, tirando de mi blusa.2

Me aclaré la garganta y forcé una sonrisa en mis labios.

—Yo... me preguntaba si querrían acompañarnos al parque un rato.

La mujer torció los labios y suspiró con pereza.

—Bueno, no tenemos nada mejor que hacer —fue todo lo que dijo, antes
de volver a su cigarrillo.107

Los niños compartieron un gritito de emoción y luego se tomaron de las


manos para dirigirnos al parque, que estaba a solo unas calles del
kínder. Una vez ahí, la madre de Leon tomó asiento en una de las
bancas, mientras que yo me acerqué a los pequeños.43

—No se alejen mucho de aquí, ¿de acuerdo? Y nada de hablar con


extraños.290

Ambos asintieron y después se echaron a correr a los juegos. Los vi


deslizarse por el tobogán un par de veces, antes de correr a los
columpios infantiles. Sonreí y sin quitarles los ojos de encima, me
acerqué a la madre de Leon para sentarme en la banca junto a ella.

Parecía que acababa de encender otro cigarrillo.

—Son adorables, ¿verdad? —murmuré, tratando de hacer un poco de


conversación.

La madre de Leon se encogió de hombros.


—Solo lo dices porque eres la tía de esa niña. Espera a que tengas hijos
y dudo que vuelvas a decir lo mismo. Criar a un niño es un verdadero
infierno.424

Y esa fue toda nuestra conversación. Después de eso, no volví a abrir la


boca y afortunadamente, ella tampoco. No pasó mucho tiempo cuando el
teléfono en mi bolso comenzó a sonar. Antes de cogerlo, vi el estuche de
terciopelo dentro y mi corazón dio un brinco.

Sacudí la cabeza y tomé mi celular.

—¿Podrías vigilar a los niños por mí? Tengo que responder esta llamada
—le dije a Morticia Addams.652

—Seguro.19

Me levanté de la banca y me alejé solo un poco antes de responder.

—¿Aún están esperando a la madre de ese niño? —me preguntó Lex.

—No, después de esperarla durante más de una hora finalmente


apareció. Es solo que Valentina y el pequeño quisieron ir al parque, y
bueno, aquí estamos.2

—Menos mal. Esa mujer es una perezosa, la mayor parte del tiempo
parece un zombie.1

—¿La conoces?

—Claro que la conozco. Siempre que me toca recoger a Valentina tengo


que esperar a que ella aparezca. No soy capaz de dejar al pequeño Leon
solo en el edificio.34

—¿Así que no es la primera vez, eh?


—No, y créeme que estoy a nada de denunciarla por irresponsable —
suspiró—. ¿Cuánto tiempo más piensan quedarse en el parque? Quiero
comenzar a preparar la comida.54

—Solo unos minutos más, estaba pensando en irnos muy pronto.

—De acuerdo, aquí las espero entonces.

—Vale.

—¡Oh espera! Antes de que cuelgues...

—¿Qué pasa?

—Primero que nada, quiero que sepas que yo sé muchas cosa, ¿vale?

—¿Qué clase de cosas?

—Cosas, Ellie. Muchas cosas. Ahora que sabes esto, ¿no hay nada que
quieras decirme?313

—Pues no, la verdad es que no.

—Vamos, no te hagas la tonta.

Me reí.

—¿Por qué mejor no me dices que se supone que sabes? —le pregunté,
realmente curiosa.

—Porque quiero que tú me lo digas.

—¿Tiene que ver con Hunter?

—Obviamente.2
—Mmm...28

—¡No lo imites y dime ya!98

—Bien, tú ganas. Hace varias semanas Hunter me pidió que me mudara


con él.1

La escuché soltar un bufido.

—¡Eso no! ¡Lo otro!236

—¿Lo otro? —entonces, algo hizo click en mi cabeza. Abrí la boca por la
sorpresa y fruncí las cejas—. ¿Cómo diablos sabes sobre eso?3

—¡Joder, entonces es cierto!

—Lexie...

—¿Y bien, cómo es? —me interrumpió—. ¿Acaso es más grande y


bonito que el mío?301

Sentí que se me calentaban las mejillas.

—No quiero sonar arrogante... pero sí. Es más grande y bonito que el
tuyo —bromeé.238

—¡No me jodas! ¡Tengo que verlo!19

—Te lo mostraré en cuanto lleguemos a casa, ¿de acuerdo? —gruñó y


yo sonreí—. Ahora dime, ¿cómo diablos te enteraste?

—Christopher. El otro día estábamos hablando y al idiota se le escapó


algo sobre eso.168

—¿Eso significa que lo torturaste hasta que te lo dijo?7


—Sip.51

—Eres el diablo.13

—Lo sé. Ahora tú dime, ¿cuál fue tu respuesta?

—Pues yo... yo... no le di una respuesta. 81

—¡¿Qué?!143

—Lo que oíste, no supe que responder. Más bien, mi mente se quedó en
blanco. Él se dio cuenta y me dijo que no necesitaba una respuesta en
ese momento.

—¿Entonces? ¿Cuánto tiempo te dio para pensarlo?

—Esa es la cuestión, él... dijo que sin importar cuantos meses o años
necesitara para darle una respuesta, su corazón siempre me
pertenecería.20

—¡Aw! ¡Qué cosa tan cursi y romántica!205

—Lo quiero, Lexie. Yo de verdad lo quiero, pero...41

—Cuando se trata de ti, siempre hay un "pero" —suspiró—. ¿Pero qué?


Anda, dime.6

—Quiero que vayamos despacio —terminé.49

—Bueno, eso también está bien. Después de todo, él te dijo que no le


importaba esperar meses o años. Quizás cuando tengas sesenta años
estés lista para darle una respuesta.240

—Eres una tonta, ¿lo sabías?


—Pues tú eres la tonta mayor.18

Ambas nos reímos. Cerré los ojos y dejé escapar un suspiro.

—Suficiente charla, iré por Valentina ahora. Te veo en unos minutos,


¿está bien?166

—Venga. Con cuidado.

Cuando terminé la llamada, regresé a la banca con la madre de Leon


solo para decirle que Valentina y yo teníamos que irnos. Sin embargo, al
acercarme a ella, noté que estaba enfrascada en su teléfono celular.
¿Qué demonios? Le había pedido que vigilara a los niños.27

¡No me tarde ni cinco minutos!9

—¿Dónde está...? —comencé, pero las palabras se quedaron atoradas


en mi garganta.96

Mi corazón comenzó a latir con fuerza al darme cuenta de que Valentina


ya no estaba en los juegos, y tampoco se le veía por ninguna parte. Al
único que vi fue al pequeño Leon, de pie junto al tobogán, mirando
fijamente hacia el otro lado del parque. 313

Sin pensarlo dos veces, corrí hacia él.1

—Leon, ¿dónde está Valentina? ¿No estaba contigo?1

Leon me miró y frunció las cejas.

—Un hombre se acercó a nosotros y le dijo que le compraría caramelos


si iba con él.755

—¿Qué?1
El pequeño asintió y señaló un punto en el parque.

—Se fueron por allá. Yo le dije que no lo hiciera, pero no me hizo caso. 136

Las manos, las piernas, todo el cuerpo, comenzó a temblarme. Fue como
si me dieran un puñetazo, solo que peor. La madre de Leon se acercó a
nosotros y se quitó las gafas de sol.

—¿Qué sucede? —preguntó.8

Ni siquiera me molesté en responder, en su lugar, comencé a buscar


desesperadamente a Valentina por todo el parque. Corrí y corrí, pero no
pude encontrarla. Le pregunté a un montón de personas por ella, pero
ninguna había visto nada. Fue como si se la hubiese comido la tierra. 79

Dios mío, no, no, no... por favor no... 1

Antes de que pudiera darme cuenta, ya había lágrimas cayendo por mis
mejillas. Un dolor punzante en mi cabeza amenazó con hacerme perder
el conocimiento, pero no lo permitiría. No iba a darme por vencida. Tenía
que encontrarla, tenía que...1

—¡Tía Ellie, tía Ellie! —gritó alguien.444

Cuando me di la vuelta, vi a Valentina corriendo alegremente hacia mí,


con una gran bola de algodón de azúcar en una de sus manos. Pestañeé
varias veces antes de correr hacia ella y estrecharla entre mis brazos,
sintiendo el corazón latiéndome a mil por segundo.103

—¡¿Dónde estabas?! —me aparté y la sacudí por los hombros—. ¡¿Por


qué te fuiste con un hombre?! ¡Te dije que no hablaras con extraños! 14

—Pero él no era un extraño, era mi padre. 1.2K


Por segunda vez en el día, sentí que se me cortaba la respiración.1

—¿Qué...?9

—Sí, él dijo que era mi padre. Y mira, mi papá me compró esto —


exclamó, mostrándome su algodón de azúcar. 290

Apreté los dientes con furia y sin pensarlo, le arrebaté el algodón de


azúcar para después botarlo a la basura. Valentina me miró entre
sorprendida y asustada, para luego poner mala cara. 19

—¡¿Por qué hiciste eso?! —me gritó—. ¡Mi padre...!8

—¡Ese hombre no es tu padre! ¡Tú no tienes padre! 339

—¡Mientes! ¡Sí tengo un padre! ¡Él dijo que seguramente dirías eso
porque eres una mentirosa! 206

—Valentina... —cerré los ojos y me llevé ambas manos a la cabeza.

Mi cabeza dolía... dolía demasiado... era un dolor insoportable... 121

—¡Mierda! ¿Qué demonios hiciste, Josh? —chilló alguien.83

Esa voz... ¿Vicky?16

—Nada, ella se tropezó sola.

—Yo te vi empujarla, imbécil.1

—Cierra la boca y ayúdame a levantarla.

—Sí él se entera de esto vas a...

—¿Qué es todo este alboroto? —habló una tercera persona.


Hubo un silencio muy largo.

—Esta perra estaba tratando de escapar. Yo intenté detenerla pero


entonces tropezó y...

—¿Tropezó?

—S..sí.1

—¿Sabes que odio a los mentirosos, verdad? —escuché el sonido de un


golpe—. Jamás vuelvas a llamarla perra, ¿me escuchaste?127

—¿Pueden dejar de pelear? Ella está sangrando.

Cuando abrí los ojos, todo a mi alrededor comenzó a darme vueltas. Dejé
escapar un fuerte gruñido antes de doblarme por el repentino dolor en mi
vientre. Apreté los dientes y grité. Era como si algo dentro de mí se
retorciera una y otra vez. El dolor era insoportable. 339

—¿Qué le sucede?

—Se golpeó la cabeza —murmuró Vicky—. Creo que... oh Dios mío...

—¿Qué?

—¡¿Tú lo sabías?!

—¿De qué cojones estás hablando? ¿Saber qué?

—Tiene que ser una puta broma —exclamó otra voz femenina; Zoella—.
¿Está embarazada? ¿De él?294

—¿Embarazada? —repitió Michael, como si no terminara de


entenderlo.16
—Tenemos que hacer algo —habló Vicky, se le escuchaba muy
preocupada—. El golpe fue muy fuerte, si no hacemos nada es probable
que sufra un aborto.1

—¿Y no sería lo mejor? Dejémosla así, no permitiré que ella tenga un


hijo de él.261

—¿Estás loca?1

—¿Qué dices tú, Michael? ¿Quieres que tu adorada hermanita tenga un


hijo de él?

Pero Michael no respondió.

—¿Acaso se volvieron locos? Mike, ayúdame a...

En ese momento, un horrible retorcijón me hizo soltar otro gemido de


dolor. Alguien me tomó entre sus brazos y me levantó del suelo.

—Llevémosla arriba. Virginia, tú vienes conmigo. 1

—¿Es en serio? —se quejó Zoella—. Vamos Michael, ¿de verdad vas a
dejar que...?

Otro retorcijón. Esta vez fue más doloroso que el anterior. Me aferré a un
puñado de la camiseta de Mike mientras él me llevaba a la parte de
arriba de la cabaña. Me latía la cabeza, sentía como si fuese a
desmayarme en cualquier momento, así fue... 96

Cuando volví a abrir los ojos, noté que me encontraba encima de una
cama.

—Ya es tarde... hay demasiada sangre —murmuró Vicky—. Deberíamos


llamar a...
—Nadie va a llamar a nadie —exclamó Michael—. Tú te encargarás de
esto.

—Pero...

—Hazlo o te volaré los malditos sesos. 19

—No —dije yo, sintiéndome desorientada—. Mike, por favor...86

—Tranquila, vas a estar bien. No dejaré que nada te pase. 131

—Michael... —susurré, pero mis ojos comenzaron a cerrarse. 5

Una espesa nube volvió a cernirse sobre mí.

No supe cuánto tiempo estuve inconsciente esta vez, solo sé que, sea lo
que fuera que ellos me hicieron, dolió demasiado. El dolor me hacía gritar
y retorcerme, pero eso era todo lo que podía hacer. Mi cuerpo dolía, mi
vientre dolía.217

Era como si me estuvieran arrancado una parte de mí. 59

« Mierda, se está desangrando...»

« Sí ella muere, tú mueres también.»9

« Necesitamos un médico.»

« ¿Cómo está?»

« Mal, muy mal, no puedo parar la hemorragia.» 1

« ¿Y ahora que cojones hago con esto? Es asqueroso.»488

« Deshazte de él.»672

~2
—Lo siento, lo siento —lloriqueó Valentina—. No volveré a hacerlo, tía
Ellie.157

Di un respingo al regresar al presente. Valentina estaba frente a mí,


acurrucada en mis brazos, con las mejillas empapadas en lágrimas.

Tragué saliva y pestañeé varias veces.

—Valentina...

—No volveré a hablar con ese hombre, lo prometo —continuó ella.3

Pasé los dedos por sus mejillas, limpiándole las lágrimas.

—Está bien, cariño. Está bien.

—Por favor, no te enfades conmigo...115

—No estoy enfadada.

Valentina me miró a los ojos y luego volvió a abrazarme. 1

—Te quiero mucho, tía Ellie. No vuelvas a asustarme de esa manera. 28

Aquello llamó mi atención.2

—¿Por qué dices eso? ¿Acaso yo... te hice algo?6

Negó con la cabeza sin dejar de llorar.

—No hablabas —se limpió la nariz—. Por más que te llamé, tú no


hablabas...328

Dejé escapar un largo suspiro. Menos mal... 23

—Lo siento cariño, no fue mi intención asustarte. Solo estaba pensando


—sonreí para tranquilizarla—. Dime, ¿dónde está ese hombre?
—Se fue después de comprarme el algodón, él... me pidió que te diera
algo.1

—¿Qué cosa?

Me dio una nota:1

Segunda advertencia.114

Será mejor que no haya una tercera.612

M.122

—Valentina, prométeme algo —murmuré, sin dejar de mirar la nota—.


Prométeme que, sin importar lo que pase, no le dirás nada de esto a tu
madre.431

—¿Por qué? Ese hombre dijo que...4

—Prométemelo.12

Me miró sin entender, pero al final asintió con la cabeza. 2

—Está bien, lo prometo.


Capítulo 28
Ellie176

Esa noche en mi sueño, me encontraba de pie sobre el


puente Bowubicado en Central Park, en medio de la noche. El cielo sobre
mí estaba oscuro, el viento que soplaba a mi alrededor era frío, y el
silencio que me envolvía es de lo más relajante. Mi cuerpo se sentía
increíblemente ligero y fue justamente por esa razón que me di cuenta de
que estaba soñando. 169

Cerré los ojos durante unos minutos antes de mirar mi reflejo en la


oscurecida agua del lago. La persona que me regresaba la mirada era mi
yo de diecisiete años, cuyo rostro magullado me hizo recordar la manera
en la que me veía justo después de haber salido del hospital hace cinco
años, luego de haber sido privada de mi libertad durante tres largos e
interminables meses.205

—Te ves cansada —exclamó de pronto mi reflejo en el lago—. Muy


cansada. Te ves incluso peor que yo.130

Dejé escapar un largo suspiro antes de acercarme aún más a la orilla del
puente.3

—Lo que pasó hoy en el parque fue un verdadero descuido de tu parte—


continuó mi yo de diecisiete años—. ¿Qué vas a hacer ahora?
¿Esconderte debajo de la cama como siempre lo has hecho? ¿Fingir que
no recuerdas nada con tal de mantener su identidad oculta?229

—¿Qué mas puedo hacer?

—Hablar con Hunter, decirle la verdad. O mejor aún, ve directamente a la


policía.581
—No puedo...41

—¿Tienes miedo? —no respondí, pero no era necesario que lo hiciera—


. Eres una cobarde, Ellie. Una verdadera cobarde. Es por eso que él se
divierte tanto atormentándote. ¿No te das cuenta? Tienes que ponerle un
alto. Demuéstrale que él no te asusta.428

—Pero me asusta —admití, apretando los dientes—. Realmente me


asusta.86

—¿Por qué? ¿Por qué le tienes tanto miedo? Sabes bien que él no
puede hacerte daño.1

—No, tal vez a mí no, pero sí a las personas que amo. 95

Mi reflejo casi soltó un bufido.2

—¿Así que de eso se trata? ¿Temes que se desquite con los demás? 3

—Ya lo hizo una vez utilizando a Lexie.171

—Y aprendió su lección. Descubrió que al lastimar a las personas que te


importan, lo único que conseguirá será ser odiado por ti, y créeme, él es
la última persona que quiere ganarse tu odio. Después de todo, eres todo
lo que él quiere y no puede tener.595

Abrí la boca para responder, cuando una voz me hizo pegar un brinco. 3

—¿Ellie?

Al dar media vuelta, encontré a una persona mirándome desde el otro


lado del puente. En su rostro había una expresión extraña, parecía
confundido.

Fruncí el ceño.
—¿Chase? ¿Qué estás haciendo aquí?244

—Recibí tu mensaje.1

—¿Mensaje?1

En ese momento, giré la cabeza para mirar de nuevo mi reflejo en la


oscurecida agua del lago. Para mi sorpresa, la persona que me miraba
de regreso ya no era mi yo de diecisiete años.

Un segundo... ¿acaso yo... no estaba soñando?527

—¿Estás bien? —preguntó Chase al notar mi ceño fruncido.

Pestañé un par de veces antes de volver a mirarlo.

—No recuerdo haberte enviado un mensaje —murmuré.2

Tampoco recordaba haber llegado al puente Bow de Central Park. Al


principio pensé que se trataba de un sueño pero ahora... ahora todo era
confuso. Chase comenzó a acercarse a mí con pasos lentos y tranquilos.
Como si no quisiera asustarme.289

—Me pediste que me encontrara contigo en este lugar. Me pareció


bastante extraño, pero decidí venir de todas formas. Es más de la media
noche, Ellie. ¿Qué estás haciendo aquí? 6

—No lo sé, yo... tampoco recuerdo haber llegado a este lugar —tragué
saliva antes de continuar—. Creo que está sucediendo de nuevo...3

Chase inmediatamente supo a que me refería. 108

—¿Has estado bajo mucha presión últimamente?

Cerré los ojos y me llevé ambas manos al rostro.

—No quiero volver al mismo sitio de antes. 1


—No lo harás. Mírame Ellie, todo está bien. Tú estás bien. 138

Negué con la cabeza y retrocedí al mismo tiempo que él se acercaba a


mí. Cuando volví a abrir los ojos, lágrimas calientes comenzaron a
deslizarse por mis mejillas.1

—No, no lo está. Nada está bien.54

—¿Qué no está bien? Habla conmigo.

Me mordí el labio.

—El monstruo de mis pesadillas ha vuelto.90

—¿El monstruo de tus pesadillas? —asentí y él suspiró—. Dime, ¿has


vuelto a tomar esas pastillas? —asentí otra vez, no tenía caso decir
mentiras—. Ellie...73

—Tengo miedo... y tampoco sé que hacer. Él...

—Él no puede hacerte daño.86

De nuevo esas palabras. Sacudí la cabeza y apreté los dientes con


fuerza.

No me asustaba el hecho de que él pudiera hacerme daño, todo lo


contrario. Me aterraba pensar que él pudiera hacerle daño a las personas
que eran importantes para mí. Conocía muy bien a Michael, y es por eso
que sabía que él era capaz de hacer cualquier cosa con tal de lograr su
objetivo.33

De solo pensar que esa tarde Valentina pudo ser una de sus víctimas... 41

—Jamás dejaré que te haga daño —exclamó de pronto Chase,


tomándome del rostro—. Nadie volverá a hacerte daño, lo prometo. 197
—¿Puedes prometer que nadie más resultará herido?7

—¿Por qué alguien más habría de resultar herido?

—Porque él... —cerré la boca de golpe.4

Desde que fui ingresada a un hospital psiquiátrico hace casi cinco años,
Chase fue el psicólogo a prueba que estuvo a cargo de mí durante la
mayor parte del tiempo. En cada una de nuestras sesiones le hablé poco
a poco de mis traumas, pero jamás le conté sobre él. Por más que
quisiera, no podía hacerlo. Así que opté por referirme a él como "el
monstruo de mis pesadillas".19

Por esa razón Chase pensaba que "el monstruo de mis pesadillas" era
alguien de mi imaginación, cuando en realidad, se trataba de un
monstruo de carne y hueso. Uno que se divertía atormentándome y
sobre todo, uno al que no podía mencionar jamás. De lo contrario, las
personas que eran importantes para mí terminarían gravemente heridas,
o peor, muertas.160

Él mismo me lo dijo.4

¿Por qué otra razón habría guardado su existencia solo para mí? ¿Por
qué otra razón no le había hablado de él a otras personas? ¿Por qué otra
razón no había declarado en su contra cuando la policía lo detuvo y me
hizo enfrentarlo frente a frente?109

Sencillo, porque de hacerlo, él cumpliría su amenaza. 2

"Una maldita palabra y todos aquellos a quienes amas estarán muertos


antes de que puedas mover un jodido dedo, ¿me escuchaste?
Absolutamente todos".195
—Hay algo que no me estás diciendo, ¿verdad? —murmuró Chase luego
de un largo silencio—. ¿Qué es? ¿Qué es eso que te tiene tan
aterrada?23

—Si te lo dijera, tú también correrías peligro. 9

—Ellie...

Me limpié las lágrimas y di un paso atrás, escapando del suave y dulce


agarre de Chase. Incluso él formaba parte de la lista de personas que
eran importantes para mí. Nunca me atrevería a ponerlo en peligro.

—Es tarde —comencé, dejando de lado mi rabieta de hace unos


segundos para volver a fingir una sonrisa en mi rostro—. Siento haberte
citado aquí tan tarde.1

—¿Puedo llevarte a tu casa?

Asentí.

Mientras caminábamos hacia la salida de Central Park, para luego


dirigirnos al coche de Chase, no pude evitar sentir un extraño hormigueo
en mi nuca. Era la misma sensación que tenía cuando sentía que había
alguien observándome escondido entre las sombras. 81

La simple idea me hizo sonreír.1.2K

Cuando llegamos a mi edificio, Chase se bajó del coche, abrió la puerta


para mí y me acompañó hasta la entrada. Siempre me había gustado esa
parte sobreprotectora suya.1

Una vez en las puertas del edificio, me giré hacia él para despedirme.2

—Gracias por traerme. Yo... de verdad siento mucho haberte molestado


a esta hora.
Sonrió y acarició mi mejilla izquierda con una de sus manos. 11

—Está bien, no me molestaste en absoluto —estaba a punto de irme


cuando lo escuché de nuevo—. Cuando necesites hablar de algo que te
sea muy difícil de expresar, podemos hacerlo en mi consultorio. Como en
los viejos tiempos.74

Sonreí y, poniéndome de puntitas, le di un casto beso en la mejilla. 57

—Gracias.

En el interior del apartamento que compartía junto con Lexie todas las
luces estaban apagadas, lo cual era de esperarse. Mi reloj de mano
marcaba más de la media noche. Dejando salir un largo y cansado
suspiro, colgué mi abrigo en el perchero y me dirigí a mi habitación.

Sobre mi cama, un agotado Hunter descansaba encima de mis sabanas


rosadas. Se encontraba acostado sobre su pecho, con el rostro
presionado en una de las almohadas y un brazo estirado en el sitio
donde se suponía debía estar yo.444

Parecía qué, de alguna manera, me las había arreglado para salir de la


cama sin hacer un solo movimiento que pudiera despertarlo. 195

Con pasos lentos y sigilosos, me acerqué a él y pasé una de mis manos


por su alborotado cabello castaño. Cuando Hunter dormía, los músculos
de su rostro se relajaban a tal punto que lo hacían ver como si estuviese
teniendo un agradable sueño. Dejándome llevar por la situación, toqué la
línea de su mandíbula con mi dedo pulgar y luego seguí un camino hasta
sus mejillas.86
Alguien me dijo una vez que la felicidad es algo que no se puede ver, sin
embargo, mi felicidad está justo aquí, respirando y durmiendo frente a
mí...552

Después de mirar a Hunter dormir durante un par de minutos, me


acerqué al armario para cambiar mi ropa por algo más cómodo y así,
regresar finalmente a la cama. Cuando terminé de ponerme un camisón
de seda blanco, noté que mi celular estaba vibrando encima del buro
junto a la cama.62

Fruncí las cejas al ver que se trataba de un mensaje de texto de un


numero privado.95

Inmediatamente sentí que se me erizaban los vellos de todo el cuerpo.


Miré a Hunter una vez más para comprobar que se encontrara todavía
dormido y me encerré en el cuarto de baño. 1

Mis dedos temblaron mientras desbloqueaba el teléfono para mirar el


mensaje.

Michael tenía una mente demasiado cruel y retorcida, por lo que no sabía
que esperar encontrar en aquel mensaje. No obstante, para mi sorpresa,
el mensaje resultó estar vacío. Dejé escapar el aire que había estado
reteniendo en mis pulmones de una sola exhalación. Justo me preparaba
para salir del cuarto de baño, cuando noté que, a pesar de estar vacío,
aquel mensaje contenía archivos adjuntos. Tragué saliva y decidí mirar el
primero de ellos.39

Mi corazón se detuvo y mi estomago se revolvió.

Los archivos adjuntos eran nada más y menos que un montón de


fotografías de chicas muy parecidas a mí, tiradas en el suelo de
diferentes lugares sobre un charco de sangre. Todas y cada una de ellas
tenían los ojos abiertos, por lo que parecían estar mirando a la cámara
cuando esas fotografías fueron tomadas, pero no era así. Las chicas que
físicamente lucían casi como yo, tenían un corte en la yugular, por lo que
muy seguramente habían muerto desangradas. 375

Mis piernas comenzaron a sentirse débiles y terminaron llevándome


directo al suelo. Una vez ahí, me arrastré hasta el retrete y vomité, una y
otra vez. Cada vez que parecía que había terminado, mi estomago se
revolvía de nuevo y vomitaba otra vez. 161

Cuando no hubo nada mas que arcadas, me limpié la boca y presioné mi


espalda contra la fría pared de azulejos. Todavía sentada en el suelo,
levanté mis rodillas y abracé mis piernas. 3

Entonces, mi celular comenzó a vibrar. 21

Esta vez, era una llamada.

En lugar de responder, dejé que la llamada se fuera al buzón de voz.


Pero, como era de esperarse, este comenzó a vibrar una y otra y otra
vez. No iba a detenerse hasta que yo contestara. 1

Después de tomar una profunda bocanada de aire, tomé la llamada.

—¿Qué diablos quieres? —exclamé con repulsión en voz baja.37

—¿Viste mi mensaje?¿Te gustó? No sabes las ganas que tenía por


compartir mi arte con otra persona, y bueno, ¿qué mejor persona que
tú?247

—¿Así que tú asesinaste a todas esas chicas? ¿Tú eres el degollador de


Brooklyn?48

Hasta la pregunta era estúpida.72


—¿Por qué otra razón iba a tener esas fotografías entonces?

—Michael...50

—Lo sé, sé lo que estás pensando. Créeme, yo también desearía saber


quién fue la persona que decidió llamarme así. ¿El degollador de
Brooklyn? Mmm, que poco original.303

—¿Por qué lo haces?

—¿Qué, asesinar mujeres? —bufó—. Porque estoy aburrido.394

—Tienes que detenerte —murmuré—. Sí continuas asesinando a más


chicas, yo...

—¿Qué? ¿Vas a delatarme? —se rio. Su risa siempre me causaba


escalofríos—. Sabes que no puedes hacerlo, ¿verdad? No te atreverías.
A menos, claro, que quieras que cumpla mi amenaza. Sin mencionar
que, ahora que sabes que yo soy el "degollador", te has convertido en mi
cómplice. ¿No te parece genial? Somos cómplices del crimen, belle. 319

Apreté los dientes con fuerza mientras lágrimas calientes corrían por mis
mejillas. Me sentía tan impotente al no poder hacer nada ahora que sabía
que él era el asesino de todas esas chicas inocentes, chicas que no
tenían nada que ver con esto.76

—¿Sigues ahí? —preguntó después de un rato.26

—Sí...

—Perfecto, porque olvide decirte una cosa —casi podía sentir su


sonrisa—. Valentina es una niña realmente adorable, ¿no es así? 103

Aquello fue suficiente para hacerme enfurecer.

—Jamás vuelvas a acertarte a ella —gruñí.3


—¿Por qué? Después de todo, es mi hija.722

—Valentina no es tu hija.

—Tienes razón, su verdadero padre está muerto. Aun así, como


responsable de su muerte y locura, es mi deber tomar su lugar, ¿no
crees?482

—No me hagas repetirlo. Si te acercas de nuevo a ella, definitivamente


vas a arrepentirte.3

—Me encanta escucharte hablar con ese tono de voz, mi querida belle.
Bien, tú ganas. Si no quieres que vuelva a acercarme a mi hija, tú tienes
que hacer lo que habías prometido.67

—No... no puedes obligarme, tú no...1

—Claro que puedo y lo haré si es necesario. ¿Ya olvidaste que sé todo


acerca de las personas que te importan? Sé donde trabajan, sé sus
malditos horarios. Solo necesito hacer una maldita llamada y todos ellos
estarán muertos.84

De nuevo, todo lo que pude hacer fue quedarme en silencio.

—Parece que lo entiendes. Ahora, sé que Hunter está contigo. ¿Sigue


durmiendo, verdad?192

—¿Cómo lo...?3

—Cierra la boca y escúchame. Dejaré que disfrutes la boda de tu amiga


Blondeau que se casa en unas semanas, y, como un buen hermano
mayor, también voy a darte un poco más de tiempo para que hagas con
él todo lo que tengas que hacer. Después de ese tiempo quiero que
vengas conmigo.428
—Michael...

—¿Te quedó claro?

—¿Por qué estás haciendo todo esto? ¿Qué es lo que quieres?

—A ti.328

—Estás loco.12

—Lo sé. Pero, para que veas que realmente no estoy bromeando,
mañana Christopher Gray, el novio de tu amiga, sufrirá un accidente. No
será nada grave, así que no te preocupes. 558

—No, no. No te atrevas a...4

—Una cosa más, en cuanto a Hunter... asegúrate de romperle el


corazón.1.4K

Cuando colgó, sentí que todo a mi alrededor daba vueltas. Cerré los ojos
y presioné mi frente contra mis rodillas. Mi garganta se sentía apretada,
el aire no era capaz de llegar a mis pulmones. Mi cuerpo entero estaba
temblando y mi cabeza no dejaba de palpitar. Aquella sensación de falta
de aire me golpeó, al igual que el miedo irracional. Sabía que era lo que
venía a continuación, pero, sin importar cuando lo intentara, no podía
detenerlo.106

Fue entonces cuando me fue imposible seguir conteniéndome y sin más,


estallé.
Capítulo 29
Hunter227

Desperté de golpe en medio de la penumbra luego de escuchar los


fuertes gritos de una mujer. Desorientado, me senté en la cama y
parpadeé varias veces mientras mi visión se acostumbraba a la
oscuridad. Cuando estiré un brazo, mi cuerpo se tensó al notar que
Annalise no se encontraba a acostada mi lado. ¿Dónde...? 288

Un escalofrío me recorrió la espina dorsal. 1

Esos gritos eran de Annalise.326

Con una patada, lancé la sábana a un lado y salí de la cama a


trompicones. Al intentar abrir la puerta del baño, esta se negó a hacerlo.
Estaba cerrada desde el otro lado.93

Con el ceño fruncido, golpeé la madera con los nudillos. 2

—¿Annalise? —exclamé, los gritos se detuvieron casi al instante—.


Nena, ¿estás bien?433

No respondió. Tomé el pomo de la puerta y lo hice girar de nuevo, pero


esta no cedió.

—Por favor, abre la puerta —insistí, acercando la oreja a la madera.11

Lo único que escuché fueron un par de sollozos ahogados, seguidos de


un fuerte golpe. Aquello fue suficiente para hacerme actuar. Solo hizo
falta que golpeara dos veces la puerta de madera con mi hombro
izquierdo, antes de que esta se abriera. Annalise se encontraba sentada
en el suelo del baño, con las rodillas contra su pecho, las manos sobre
sus oídos y los ojos firmemente cerrados; como si la idea de abrirlos le
resultara aterradora.495

Además, tenía el rostro empapado en lágrimas. 1

Con extremada cautela me acerqué a ella procurando no hacer mucho


ruido con cada una de mis pisadas. Finalmente, cuando estuve frente a
ella, me agaché y la miré antes de hacer algún movimiento que pudiese
asustarla.

Todo su cuerpo estaba temblando.

—Annalise... —comencé, estirando un brazo para tocarle una mejilla. 9

—Será mejor que yo me encargue —habló la voz de una mujer detrás de


mí.79

Junto a la puerta del pequeño baño se encontraba Lexie Williams,


anudándose el cinturón de su pijama con ojos adormilados. Miré de
nuevo a Annalise y luego otra vez a Lexie. 27

—Déjame a mí, Hunter. Sé que hacer en estos casos —insistió.310

Después de analizar la situación, dejé escapar un largo suspiro antes de


levantarme del suelo y hacerme a un lado. Lexie se acercó a Annalise y
se agachó frente a ella.

—Ellie —habló con voz suave y tranquilizadora—. Ellie, soy yo, Lexie.

Pero Annalise no respondió. En su lugar, mantuvo los ojos cerrados


mientras que lágrimas rodaban por sus mejillas. Lexie se acercó más a
ella y tocó sutilmente sus brazos.

—Ellie —repitió nuevamente—. Abre los ojos, todo está bien. Estás a
salvo.159
Solo en ese momento Annalise decidió a abrir lentamente los ojos. A la
primera y única persona que miró fue a Lexie, que se encontraba justo
frente a ella acariciando sus brazos con extrema delicadeza. Tragó saliva
con dificultad y frunció sus rubias cejas antes de hablar.

—¿Lexie? —su voz fue casi inaudible.

—Sí, soy yo. ¿Quieres decirme que sucedió? ¿Tuviste una pesadilla?

—Él está aquí.288

—¿Él? ¿Te refieres a...? —Lexie giró la cabeza para mirarme por encima
de su hombro, solo que en ese instante Annalise la tomó del brazo de
una manera un tanto brusca.71

—Regresó —continuó ella con una expresión de horror en el rostro, Lexie


casi hizo una mueca de dolor—. Él regresó y va a hacernos daño...
yo...114

—Josh ya no puede hacernos daño, Ellie. Está muerto. 152

—¿Josh?2

—Sí. Tuviste una pesadilla, eso es todo. 63

Annalise frunció todavía más las cejas y luego soltó el brazo de Lexie. 1

—Pero...40

—Está bien, solo fue una pesadilla.200

—¿Una pesadilla? —Lexie asintió—. Una pesadilla...3

Desde mi lugar junto a la puerta, lo único que podía hacer era mirar a
Annalise. Esa fue la primera vez en mucho tiempo que me sentí
totalmente inútil por no poder hacer nada. Quería acercarme a ella,
quería abrazarla y quería ayudarla, pero no podía hacerlo. No sin
asustarla.170

Después de unos minutos, su ceño fruncido se desvaneció para dar paso


a una expresión de confusión. Se limpió las lágrimas de las mejillas y
miró a Lexie con atención mientras ella le susurraba palabras
tranquilizantes. Asintió un par de veces antes de levantar la cabeza y
mirarme fijamente a los ojos.

—¿Hunter? —murmuró.40

Cuando abrí la boca para responder, Annalise hizo una mueca de dolor y
se llevó una mano a la boca. Inclinó su cuerpo sobre el inodoro y vomitó.
Lexie rápidamente se colocó detrás de ella y acarició su espalda con una
de sus manos.244

—¿Estás bien? —le pregunté, dando un paso hacia ella.6

Annalise se limpió la boca con el dorso de la mano derecha y cerró los


ojos.1

—Vete.448

—Nena...266

—¡Vete!172

—No voy a dejarte...14

—Hunter —me interrumpió Lexie—. Será mejor que te vayas.

"Espérame en la sala" —articuló con los labios al ver que estaba a punto
de protestar.90

A pesar de que no quería irme, al final, no tuve otra opción. Salí del
cuarto de baño para regresar a la habitación de Annalise, recogí mi
camiseta del suelo y me la puse antes de dirigirme a la sala. Una vez ahí,
noté la presencia de una niña que sostenía un oso de peluche blanco
entre sus brazos, sentada en el sofá. Al verme salir de la habitación, dio
un respingo.150

—¿Tía Ellie está bien? —preguntó preocupada.38

Me senté junto a ella en el sofá y acaricié su cabeza. 6

—Sí, solo tuvo una pesadilla.

—¿Los adultos también tienen pesadillas? —asentí—. ¿Por qué?3

—Bueno...

—Mamá dice que las pesadillas son causadas por el miedo. Yo le tengo
miedo a la oscuridad y también a los monstruos que hay debajo de mi
cama, es por eso que a veces tengo pesadillas y me despierto gritando
en medio de la noche. ¿A qué le tiene miedo mi tía Ellie? 52

¿A qué le tiene miedo Annalise?357

De todas las noches que habíamos pasado juntos en la misma cama, la


única vez que ella despertó debido a una pesadilla fue hace ya algunas
semanas. Esa noche Annalise no quiso hablar mucho del tema y yo
decidí no hacerle demasiadas preguntas, sin embargo, la inquietud por
saber sobre que iban sus pesadillas continuaba rondando en mi cabeza. 1

Durante un tiempo sospeché que esas pesadillas probablemente


trataban de lo que vivió cuando fue privada de su libertad hace cinco
años, pero ahora, ahora dudaba que fuera así.33

Había algo que yo estaba pasando por alto, pero... ¿qué? 209

—No lo sé —respondí en voz baja—. A mí también me gustaría saberlo.


—¿Tú también tienes pesadillas, tío Hunter? —preguntó la pequeña.136

—Mmm...83

—¿Mmm?180

La expresión de confusión e inocencia en su rostro me hizo sonreír un


poco.

—Todos los adultos tenemos pesadillas, ángel.553

—¿En serio? Pero no lo entiendo... ¿a qué podrían tenerle miedo los


adultos?18

En ese momento, Lexie Williams salió de la habitación de Annalise


tratando de no hacer demasiado ruido. Sus ojos azules se detuvieron en
mí y luego en Valentina.2

—¿Qué haces despierta? —le preguntó a su hija.3

—Tenía ganas de hacer pis.69

—¿Ya fuiste al baño? —la pequeña asintió—. Entonces deberías volver a


la cama.

—Pero estoy charlando con mi tío Hunter, mamá. 138

—A la cama —repitió Lexie con tono autoritario—. Ahora.7

—Bieeen —exclamó Valentina, dejando escapar un suspiro—. Hasta


mañana, tío Hunter.68

—Hasta mañana, ángel —respondí, acariciando su cabeza por última vez


antes de que se marchara a su habitación. Miré a Lexie—. ¿Cómo está
Annalise?75

—Bien, le di un par de tranquilizantes y se quedó dormida.


—Ya veo... —me levanté de mi lugar—. Será mejor que me vaya,
entonces.7

—Espera, hay algo que me gustaría hablar contigo. Es sobre Ellie.104

Me detuve antes de llegar a la puerta y me giré a mirarla.

—Te escucho.1

Se pasó una mano por el cabello y luego se dirigió a la cocina.

—Primero necesito un poco de cafeína. ¿Tú quieres algo de beber? 4

—No, estoy bien —ella asintió y encendió la cafetera—. ¿Sucede con


mucha frecuencia? —le pregunté.

—Sí... al principio no eran tan violentas como ahora, pero empeoraron


poco después de mudarnos a Nueva York —me quedé en silencio y
esperé a que continuara—. Realmente creí que su estadía en ese centro
psiquiátrico en Seattle le había ayudado, pero un día tuvo un ataque de
pánico en la universidad y fue cuando me di cuenta de que algo andaba
mal.44

—Ese día descubrí que había estado comprándole píldoras a un chico y


cuando la confronté, me dijo que era la única forma en la que podía
mantenerse despierta y así evitar tener pesadillas. De alguna manera se
las arregló para convencerme de que todo iba a estar bien y que jamás
tendría algún tipo de problema debido a las pastillas, pero la falta de
sueño comenzó a afectarle poco a poco. Primero fueron las náuseas,
después los dolores de cabeza, y luego siguieron los mareos, las
alucinaciones y los cambios de humor.327
Como Lexie estaba de espaldas a mí, mirando la cafetera, no fui capaz
de ver la expresión en su rostro, sin embargo, su voz temblaba después
de cada palabra.1

—Hablé con ella y le dije que lo mejor que podía hacer era dejar de
tomarlas antes de que el daño fuera irremediable, pero ya era demasiado
tarde. Aún cuando Ellie dejó de tomar esas pastillas, ella no volvió a ser
la misma. Se siente culpable por el hecho de haber estado conmigo en el
momento que sucedió el secuestro y cree que es culpa suya que yo
también haya sido arrastrada a todo eso, pero no es así. Ninguna de las
dos sabíamos lo que iba a pasar...141

Apagó la cafetera y se dio la vuelta para mirarme. Sus ojos estaban


saturados de lágrimas no derramadas, pero no parecía estar dispuesta a
dejarlas salir. Le dio un trago a su taza de café y se sentó frente a mí en
la barra. Tragó saliva antes de continuar. 5

—Durante el secuestro... todo el tiempo estuve recluida en un pequeño


cuarto, al final de un oscuro pasillo, en lo que parecía ser un viejo refugio
subterráneo. La única persona que iba a verme era Josh, pero cuando lo
hacía, solo era para darme palizas que me dejaban en el suelo, sin poder
levantarme o moverme durante varios días. Prácticamente yo era su
saco de boxeo. Solo una vez abusó de mí, y fue entonces cuando quedé
embarazada de Valentina.390

Ni siquiera sabía que decir. Lexie estaba hablándome por su propia


voluntad sobre lo que había experimentado durante el tiempo que
estuvieron secuestradas, tanto ella como Annalise. 10

¿Qué otra cosa podía hacer, además de escucharla?29


—No vi a Ellie en todo ese tiempo ni una sola vez, sin embargo... lo que
sí podía hacer, era escuchar sus gritos durante toda la noche —su labio
inferior tembló mientras se aferraba a su taza de porcelana—. Todos los
días la escuchaba gritar y gritar hasta que se le desgarraban las cuerdas
vocales. Jamás supe que clase de cosas horribles le hicieron, pero sí sé
que el infierno que ella vivió fue muy diferente al mío. De eso no me
queda ninguna duda.452

Se limpió una lágrima que había escapado en contra de su voluntad y


miró su café.

—He intentado hablar con ella sobre todo lo que pasó, he intentado
hacer que se abra conmigo y me diga lo que sea que ellos le hicieron,
pero se niega a hacerlo. Ella dice que no lo recuerda, que su cerebro
bloqueó todos esos recueros, pero yo sé que eso no es verdad. La
verdad es que ella lo recuerda todo, pero finge que no. Es su manera de
protegerse a sí misma.225

Apreté los dientes y miré un punto especifico sobre la superficie de


mármol de la barra.2

—Tú la haces sentir segura —exclamó de pronto, obligándome a


mirarla—. A pesar de que tú también la lastimaste en el pasado, ella se
siente segura contigo. Y es justo porque se siente segura contigo, que
creo que le será más fácil hablar sobre eso si tú se lo pides. Ellie
necesita aceptar lo que pasó, necesita aceptar sus recuerdos, por más
traumáticos que sean, para así poder superarlo y seguir adelante. De
otra forma, jamás logrará escapar de aquel estanque en el que ella
misma se ha metido y no puede salir. 228
—¿Estás segura de que esto es lo mejor para ella? ¿Qué acepte esos
recuerdos sin importar lo dolorosos que sean? —murmuré.159

—Sí.2

Suspiré y me pasé una mano por el pelo.

—No quiero que salga lastimada de nuevo, ya ha sufrido bastante. 1

—Pero ella está sufriendo justo ahora, Hunter. ¿No lo ves? ¿Acaso no
puedes ver que Ellie se está ahogando? Y no lo digo solo por sus
recuerdos, yo... sospecho que ella está escondiendo algo. Algo que le
aterra lo suficiente como para decirlo en voz alta. Tú también lo crees,
¿no es así?259

Me limité a asentir con la cabeza.

—Sí, lo creo.

—Pero, ¿qué es? —no respondí, la verdad era que yo tampoco tenía
idea de lo que podría estar ocultando—. Tienes que hacer que te lo diga,
tienes que....

—Lo haré.

—Bien, porque ese será tú único trabajo si lo que quieres es que yo


apruebe el hecho de que quieras casarte con ella.251

Aquello llamó mi atención.

—¿Te contó lo del anillo?3

—Sí, estaba muy feliz al respecto —sonreí—. Ella te quiere, pero eso ya
lo sabías ¿verdad? Solo necesita tiempo. Ya sabes, para sanar todas sus
heridas.1
—Yo le daré todo el tiempo que necesite.268

—Me alegra escuchar eso, lo último que necesita es que la presionen. 6

Miré el reloj de mi muñeca.

—Tengo que irme, entro que entrar a trabajar en una hora —murmuré—.
Gracias por hablarme sobre el tiempo en el que estuvieron secuestradas,
sé que es un tema doloroso.87

—Está bien. Es un tema todavía más doloroso para ella, pero estoy
segura de que contigo a su lado podrá superarlo. 68

—¿Realmente piensas eso?7

Asintió antes de darle un trago a su café. 3

—Sí, porque tú eres la persona que la ayudará a sanar. Después de


todo, ustedes dos estaban destinados a conocerse.
Capítulo 30
Hunter245

—Dos nuevas víctimas en menos de una semana —exclamó el detective


Parks, golpeando con fuerza la superficie de su escritorio—. ¿A qué
cojones está jugando ese maldito psicópata? Quiero un jodido folleto con
su retrato hablado en cada rincón de la ciudad. ¡¿Entendido?! 354

A mi lado, la detective Pérez suspiró con pesadez. 2

Hace solo dos semanas me había integrado al equipo de investigación


del detective Parks, en el cual, también formaban parte su compañera; la
detective Pérez, la detective Clark, el detective Forest, otro oficial
llamado Shepard y por supuesto, el destacado miembro del servicio de
inteligencia enviado por el FBI; Trevor Frost. Nosotros siete éramos los
encargados de investigar todo aquello relacionado con el asesino en
serie, "el degollador" de Brooklyn.306

Después de mi desafortunado encuentro con el asesino, en un edificio


que terminó envuelto en llamas, me vi obligado a confesarle algunas
cosas al detective Parks. A partir de esa información, ahora teníamos
algo con lo que trabajar para comenzar a buscar pistas que pudieran
llevarnos con la persona detrás de todos esos homicidios. Sin embargo,
lo que no nos esperábamos era que, al llamar a la policía de Seattle, nos
encontraríamos con la noticia de que la detective Margot, quien fue la
encargada de llevar a cabo toda la investigación sobre el secuestro de
Annalise, hubiese perdido la vida hace tres años en un accidente de
tráfico.658
Casualmente, una semana después de su muerte, el sistema del
departamento de policía de Seattle fue hackeado y todo lo relacionado
con el caso de Annalise fue borrado.519

Ni siquiera Trevor pudo hacer al respecto, pues la persona que violó el


sistema de seguridad parecía tener muchísima experiencia y, por
consecuencia, fue de lo más cuidadoso para no dejar ni un solo rastro.
Según Trevor, era imposible que alguien pudiese entrar y salir de una red
tan protegida como esa, no obstante, esta persona lo logró.208

Ahora, de nuevo en un punto muerto donde no teníamos nada que


pudiera servirnos para dar con la persona detrás de todo esto, algo era
seguro. El hombre del edificio en llamas, el hackeo del sistema policial de
Seattle y el secuestro de Annalise, estaban relacionados entre sí. 246

Sin mencionar que "A plus tard, mon frère" significaba "hasta luego,
hermano" y, según mi historia familiar, yo no tenía ningún hermano.
Michael Kent e Isabella Presley solo tuvieron un hijo, y ese hijo era yo.
Por lo que, sin importar cuanto me esforzara buscando en los archivos y
documentación, no había nada que confirmara la existencia de un
hermano perdido.501

—...ahora quiero a todos fuera de mi vista, todos excepto tú, novato.


Necesito hablar contigo a solas —di un respingo al notar que se refería a
mí.85

Trevor me lanzó una mirada de soslayo antes de abandonar la oficina. 2

—¿Qué? —solté, ganando de inmediato una fuerte palmada en la


espalda.5

Casi hice una mueca.1


—Se dice mande —puse los ojos en blanco—. ¿Cómo siguió tu
espalda?384

—Bien.

—Voy a ir directo al grano, ¿vale? Estoy pensando en llamar a esas dos


a la estación.133

Apreté los dientes.1

—¿Es realmente necesario?1

—Bueno, lo único que podría habernos servido para la investigación fue


borrado del sistema policial luego de un ataque cibernético, llevándose
consigo todas las declaraciones de un secuestro en donde posiblemente
participó el asesino que estamos buscando, así que sí, es realmente
necesario que esas dos chicas sean llamadas para tomar sus
declaraciones, otra vez.214

Lo peor para una victima era tener que revivir los sucesos de un evento
traumático para dar una declaración, bajo presión y bajo muchos
interrogatorios. Por supuesto que la idea de que tanto Annalise como
Lexie tuviesen que dar sus declaraciones sobre el tiempo que estuvieron
secuestradas hace cinco años, me causaba cierto malestar. Pero era
necesario.141

—¿Cuándo tiene planeado citarlas en la comisaría?1

—En un día o dos —mierda—. ¿A qué viene esa expresión en tu rostro,


novato?1

Dejé escapar un suspiro.1


—Quizás yo pueda obtener sus declaraciones sin tener que hacer todo el
proceso.30

—No me digas, no quieres que esa chica se sienta bajo presión, ¿me
equivoco?53

—Lo último que necesita es sentirse presionada, ella... no está bien. 92

A pesar de la curiosidad que brilló en los ojos del detective, este se


contuvo a la hora de hacer más preguntas y, en su lugar, asintió con la
cabeza.91

—Bien. En ese caso, te dejaré a cargo de sus declaraciones.


¿Entendido?47

Enderecé la espalda e hice un gesto con la cabeza.

—Entendido.

Después de aquel intercambio de palabras, el detective Parks se marchó,


dejándome a solas en la oficina de investigación. Miré el pizarrón de
corcho en la pared, donde se encontraban pegadas las fotografías de
todas las victimas que habían muerto por un corte en la yugular en los
últimos meses.2

La similitud entre todas ella era bastante evidente; mujeres caucásicas,


rubias, y, en su mayoría, de ojos grises. 150

El asesino conocía a Annalise, de eso no hay duda. Sin mencionar que el


asesino también me conoce a mí. Su participación en el secuestro de
hace cinco años también es un hecho, pero, ¿cuál fue su papel? ¿por
qué asesina a mujeres inocentes? ¿cuál es su verdadero objetivo? 159

"¿Por qué todas las víctimas son rubias?"


"Tal vez quiere enviar un mensaje"193

"Me llamó por un nombre que no era el mío"3

"¿Cómo está ella?"

"Sabes de quién hablo, ¿verdad?"

"Él está aquí... regresó. Él regresó y va a hacernos daño". 330

—Annalise conoce la identidad del asesino —susurré, atando finalmente


todos los cabos.1.7K

En ese momento, el celular en el bolsillo izquierdo de mis pantalones


comenzó a vibrar. Al mirar la pantalla, noté que se trataba de un número
desconocido.77

—Cross —murmuré.1

—Hunter... espero... espero no molestarte, pero... 1

—¿Lexie?

—Christopher tuvo un accidente de coche, él... —la escuché sollozar


suavemente—. Me hablaron del hospital hace unos minutos y vine
corriendo, yo...777

—¿Cómo está él?

—No lo sé, lo trajeron en una ambulancia, pero los doctores aún no han
dicho nada... estoy asustada, muy asustada.83

—Tranquila, todo va a estar bien —intenté consolarla—. ¿En qué hospital


está?1

—En el New York Presbyterian.58


—Voy para allá.1

—Aguarda, yo... quería pedirte un favor enorme —hizo una pausa


cuando su voz tembló al hablar—. Valentina está en la escuela y Ellie
todavía está durmiendo por los tranquilizantes que le di, ¿podrías...
podrías por favor ir a recoger a mi hija y llevarla directo a casa? No
quiero que se sepa de que Chris está en el hospital, ella lo quiere
muchísimo y sí entera...325

—Está bien, yo pasaré por ella. No le diré nada sobre el accidente de


Chris.9

—Muchas gracias, te enviaré la dirección por mensaje, ¿está bien? 4

—Sí, no te preocupes.3

Al terminar la llamada, esperé la dirección por mensaje y me marché.41

***7

La escuela de Valentina se llamaba Blue School y estaba ubicada en la


parte baja de Manhattan. Al llegar al lugar, me vi rodeado de un montón
de mujeres que esperaban la hora de salida para recoger a sus hijos.
Algunas de ellas me miraban con interés, mientras que otras parecían
asustadas al ver la cantidad de tatuajes que cubrían mis brazos. 452

—¿Estás aquí esperando a alguien? —me preguntó una mujer de cabello


rojo. Me limité a asentir con la cabeza y emitir un breve "Mmm"—. ¿A
quién?166

—A mi sobrina.502

—Una niña, entonces. Ahora, ¿podrías decirme su nombre, apellido,


número de clase y el grado en el que está? Soy la encargada del grupo
de padres de familia de esta escuela, nunca antes te había visto por
aquí. Espero que no te moleste responder a mi pregunta.359

—Pues... —la verdad era que no tenía ni idea.29

Afortunadamente, las puertas del edificio se abrieron y cientos de niños y


niñas comenzaron a salir del interior. No pasó mucho tiempo cuando
encontré a Valentina entre la multitud, vistiendo un raro trajecito de
marinero azul. En cuanto sus ojos azules se encontraron con los míos, su
rostro se iluminó y levantó ambos brazos. 197

—¡Tío Hunter! ¡Tío Hunter! —exclamó la pequeña, corriendo hacia mí. 424

La tomé por la cintura y la cargué.64

—¿Este hombre es tu tío, Valentina? —le preguntó la pelirroja.260

Valentina asintió con la cabeza.

—¡Sí, es mi tío Hunter! 5

—Ya veo...

—Es muy guapo, ¿verdad? —la mujer forzó una sonrisa y asintió
suavemente. Aún no parecía muy convencida—. Para su información, ya
está ocupado. Está saliendo con mi tía Ellie. 1.2K

—¿Por qué razón no ha venido ella a recoger a la niña? —me preguntó


la mujer.93

Valentina me miró como sí a ella también le interesara saber, así qué, en


lugar de responderle a la encargada del grupo de padres de familia,
hablé para la pequeña.1

—Tu tía Ellie no se sentía muy bien.


—¿Tía Ellie aún no se siente bien? ¿Por qué? ¿Le duele el estómago? 35

—Algo así. Por esa razón debemos tratar de animarla.

—¿Y cómo podemos hacer eso?

—Estaba pensando en conseguir algo delicioso para comer en el camino


a casa. ¿Alguna idea de qué comida podría animar a tía Ellie? 91

—¿Qué tal... qué tal un pastel de chocolate?35

—¿Pastel de chocolate?

—Sí, y gomitas de frutas.

—¿Gomitas de frutas?

—¡Sí! ¡Oh, y también una cajita feliz con juguete! 625

Cuando la mujer de cabello rojo no tuvo nada más que decir, se


marchó.115

—Bien, vayamos a conseguir pastel de chocolate, gomitas de frutas y


una cajita feliz.189

Valentina sonrió y me rodeó el cuello con más fuerza. Mientras


caminábamos por las calles, en busca de una tienda donde vendieran
pasteles, atravesamos un parque en el cual había un hombre vendiendo
algodón de azúcar. Al verlo, la pequeña lo miró fascinada. 157

—¿Quieres uno? —le pregunté.

Ella estaba a punto de asentir, cuando frunció el ceño y entonces, negó


con la cabeza.272

—No, está bien. Gracias, tío Hunter.4


—¿Segura?

—La última vez que me compraron uno, tía Ellie se enfadó muchísimo. 457

—¿Por qué se enfadó?1

—Porque yo... yo... no puedo... tía Ellie me hizo prometer que no se lo


diría a mi madre.221

Aquello encendió mi curiosidad.1

—Yo también sé guardar secretos, ángel. Sí me dices, yo tampoco se lo


diré a tu madre.202

—¿Lo prometes?167

—Lo prometo.

—De acuerdo... pues verás, ayer, tía Ellie vino a recogerme como todos
los jueves. Después de esperar durante muuucho tiempo a la madre de
Leon, decidimos ir al parque a jugar un ratito —comenzó a jugar con el
cuello de mi camisa—. La madre de Leon aceptó venir con nosotros, así
que Leon y yo fuimos a jugar a las resbaladillas, pero... mientras
jugábamos, un hombre se acercó a mí y se ofreció a comprarme un
algodón de azúcar si iba con él.299

—Nunca debes aceptar algo de un desconocido y mucho menos, aceptar


ir a algún sitio con esa persona.4

—Lo sé, eso fue lo que le dije a ese hombre, pero entonces...

—¿Entonces...?

—Entonces él dijo que era mi padre.208

¿Qué cojones?210
—¿Tu padre?1

—Sí.

—¿Cómo era él?

—Tenía el cabello rubio, casi blanco.57

—¿Recuerdas que ropa llevaba?

Asintió.

—Una sudadera negra y pantalones negros.353

Mierda, mierda, mierda. Encajaba con la descripción del asesino. Sin


duda era él.252

—¿Te dijo algo más?

—Sí, él dijo que cuando le dijera a mi tía Ellie, ella iba a decir que eso no
era cierto, que yo no tenía padre, pero también dijo que yo no debía creer
en lo que tía Ellie dijera porque ella era una mentirosa. 137

Mi cuerpo entero comenzó a arder en furia. Ahora no me quedaba


ninguna duda, Annalise definitivamente conocía la identidad del asesino.
Ellos se conocían.254

—¿Algo más que te haya dicho ese hombre?

—No, eso es todo —un segundo después, agregó—. Oh, él me dio un


trozo de papel.2

—¿Un trozo de papel?

—Sí. Me dijo que se lo entregara a tía Ellie, pero cuando se lo di, ella me
hizo prometer que no le diría nada de esto a mi mami. Así que no puedes
decírselo, ¿de acuerdo?40
—¿Qué decía ese trozo de papel? —quise saber.

—No lo sé, no lo leí —apreté los dientes—. Tío Hunter, ¿puedo hacerte
una pregunta?44

—Dime.

—¿De verdad ese hombre no era mi padre? —la inocencia en sus ojos
era demasiada.163

—No.10

Dejó escapar un suspiro de alivio.68

—Eso es bueno. No quiero que mi padre sea un hombre que hace que
tía Ellie actúe de forma extraña... ayer tuve mucho miedo. 336

—¿Qué quieres decir con que ella actuó de forma extraña?49

—Bueno, no es la primera vez que lo hace. Algunas veces, ella se pone


de cuclillas en el suelo y se agarra la cabeza con ambas manos,
entonces se queda completamente muda y, sin importar cuanto la llames,
ella no responde. Me da mucho miedo cuando eso sucede. 563

Saber aquello hizo que algo en mi interior se retorciera. Annalise no solo


tenía pesadillas, ella también sufría ataques de pánico muy fuertes. 137

Todo debido a ese hijo de...400

—Está bien, ángel. Ella va a estar bien.147

—Tú vas a protegerla, ¿verdad? Cada vez que tía Ellie tenga miedo, tú
estarás ahí para protegerla, ¿verdad?251

—Sí, yo voy a protegerla.208


—Yo también voy a protegerla, mamá también. Todos tenemos que
protegerla464

—Así es, ángel. Todos tenemos que protegerla.249

***19

Cuando llegamos al departamento que Annalise y Lexie compartían en


Brooklyn, Valentina sacó una llave de un compartimiento secreto de su
mochila, la cuál resultó ser la llave del lugar. Al entrar, todas las luces
estaban apagadas. La única fuente de luz era aquella que se filtraba por
las cortinas de las ventanas. Eso significaba que Annalise seguía en la
cama.63

—¿Por qué no vas a lavarte las manos mientras que yo voy por tu tía? —
le dije a la pequeña.27

Ella asintió.

—Sí, de acuerdo. Me parece una estupenda idea. 31

En cuanto Valentina se marchó, me acerqué a la puerta de la habitación


de Annalise y entré. Lo primero que noté fue que la cama estaba vacía.
Ella no estaba aquí. ¿Dónde...?161

Un movimiento en el cuarto de baño llamó mi atención. Giré la cabeza


justo en el momento en el que ella estaba saliendo de este, usando solo
una bata de baño de terciopelo.229

—Hunter —murmuró, un tanto sorprendida de verme ahí—. ¿Qué estás


haciendo aquí?

Mierda, era verdaderamente difícil concentrarme cuando ella estaba


vestida así.399
—Lexie me pidió que pasara a recoger a Valentina.

—Oh... ¿por qué? ¿sucedió algo?

—Chris tuvo un accidente automovilístico —cuando esas palabras


salieron de mi boca, su rostro se puso pálido—. ¿Estás bien?242

—Sí, yo solo... —tragó saliva—. ¿Él está bien? ¿En qué hospital está?
¿Lex está con él?

Me acerqué a ella cuidadosamente y acaricié sus brazos de manera


tranquilizadora.1

—Fue llevado en una ambulancia al New York Presbyterian, Lexie está


con él. Volvió a llamarme hace unos minutos, dijo que Chris está bien.
Solo recibió un golpe en la cabeza y otro en la pierna izquierda. No fue
nada grave, solo fue el susto.160

—Ya veo...

—¿Tienes hambre? —no respondió, parecía perdida en sus


pensamientos—. Nena...366

—Lo siento, ¿qué dijiste?

—Te pregunté si tenías hambre —murmuré, acariciando su rostro.1

—No en realidad, mi estómago se siente un poco extraño. 441

—Debes comer algo, Valentina y yo te trajimos algo de comer.

—¿Ah, sí? ¿Qué me trajeron?

—Una cajita feliz.68

Una pequeña sonrisa tiró de sus labios.


—¿Una cajita feliz?3

—Valentina dijo que eso te animaría, también eligió el juguete de


Frozen.155

—¿Me compraste una cajita feliz con un juguete de Frozen? 291

—También te compré pastel —agregué, logrando que su sonrisa se


hiciera más grande.62

—Vaya, a este paso vas a terminar por convertirnos a Valentina y a mí


en unas mimadas.46

—Es un dos por uno —deslicé las manos por su cintura y la acerqué a mi
cuerpo—. Me gusta mimarte, solo déjate consentirte, ¿está bien? 550

—Bien...

Cuando Annalise se colocó de puntitas, yo me incliné para besarla, solo


que en ese preciso momento, la puerta de la habitación se abrió y una
furiosa Valentina entró.307

—Tía Ellie, tío Hunter, la comida se está enfriando. Dejen los abrazos
para después y vayan a comer, ahora —gruñó con los brazos cruzados
sobre su pecho.949

Annalise soltó una risita y yo sonreí.

—Ya vamos —exclamé.

—Dije ahora —repitió la pequeña—. Y no olviden lavarse las manos


antes de comer.477

Dicho eso, dio un suave pisotón y se marchó de regreso a la cocina. 29

—Es igual a su madre, ¿no crees? —murmuró Annalise.23


—Ni que lo digas.2

—Voy a cambiarme, tú Adelántate.21

—De acuerdo.

—Hunter.

—¿Mmm? —antes de que pudiera darme cuenta, ella me tomó por el


cuello y me besó.143

—Gracias.9

—¿Por qué?1

—Por animarme con comida.155

Sonreí y volví a besarla.1

—Es un placer, nena.


Capítulo 31
Michael 854

—Hace poco tuve ese sueño de nuevo —murmuré, recostado en un


confortable diván de cuero oscuro—. Aquel en donde asesino personas
sin sentir remordimiento alguno.419

El joven junto a mí, sentado en un sofá de una sola plaza, mantuvo una
expresión imperturbable en el rostro. No parecía sorprendido en
absoluto, todo lo contrario. Era como si estuviese acostumbrado a
escuchar esta clase de sueños retorcidos todo el tiempo. 287

—¿Hubo algo en ese sueño que haya sido distinto a los demás? —me
preguntó.24

Hice girar las pelotas de imán que tenía en las manos, una y otra vez.
Estas cosas realmente relajaban.23

—No —respondí. Pero casi al instante, agregué—. No, espere, sí hubo


algo distinto esta vez.7

—¿Y qué fue?3

—La víctima murió con una sonrisa en los labios. 454

Esperé alguna reacción de su parte por más mínima que fuera, pero no
hubo ninguna. Tenía que admitirlo, algo que me parecía fascinante era la
habilidad que tenía el doctor Hudson para mantener una expresión
inexpresiva en todo momento.1K

Jamás permitía que su rostro revelara lo que sentía o lo que pensaba. 2


—Debemos trabajar en tus problemas de ira —exclamó finalmente, luego
de tomar un par de anotaciones en su cuaderno—. El hecho de que
tengas esta clase de sueños constantemente solo me indica que tiendes
a contener tanto tu ira, que esta comienza a desbordarse. Los sueños
son una amplificación de lo que sucede cuando estamos despiertos, pero
no es necesario que se relacione con lo que hacemos, sino con lo que
pensamos.379

—¿Problemas de ira? —dije un tanto irónico—. ¿Por qué tendría yo


problemas de ira?262

—En nuestra última sesión profundizamos un poco en tu pasado. Los


traumas durante la infancia suelen tener efectos desfavorables que se
transfieren también a la edad adulta. Lo que sientes ahora es un fuerte
resentimiento hacia los acontecimientos que sucedieron en el pasado. 94

Su explicación me hizo sonreír.1

—¿Así que la razón por la que suelo asesinar personas a sangre fría en
mis sueños, es debido a los problemas de ira contenida causados por un
fuerte resentimiento?339

El doctor Hudson asintió.36

—El resentimiento es como una herida abierta que no sana y que no deja
de producir dolor. Suele causar mucho sufrimiento a aquel que lo
padece, ya que es una emoción negativa que puede amargar la vida
propia y la de otras personas.77

—Ya veo... y ya que es el resentimiento lo que me hace tener esa clase


de sueños, ¿cómo se supera?

—Aprendiendo a perdonar, dejando atrás el pasado. 225


—¿Perdonar? —me burlé, sentándome en el diván—. ¿Usted perdonaría
a su padre luego de haberlo abandonado en un internado donde lo
primero que aprendió fue a hacer una felación?578

Para mi deleite, el joven sentado frente a mí movió ligeramente su pierna


izquierda. Un gesto que podría haber pasado desapercibido para
cualquiera, pero no para mí. Al parecer, aquella abrupta revelación sí que
había logrado perturbarlo aunque fuera un poco. 105

Chase Hudson era un chico de veintisiete años que tenía poco de haber
abierto su propio consultorio en la gran manzana. Graduado con honores
de la universidad de Harvard y admirado por muchos, era también el
mejor de su clase. Llevaba tiempo observándolo, por lo que sabía que
era alguien bastante profesional y sobre todo, muy inteligente. Conoció a
Ellie durante sus prácticas en el hospital donde ella fue ingresada, razón
por la cual comencé a interesarme en él. 734

Tenía que comprobar que clase de persona era cuando se acercó a mi


pequeña hermana.255

No obstante, el chico resultó ser de gran beneficio, pues no solo ayudó a


mi hermana a salir de esa oscuridad en la que yo mismo la encerré, sino
que también parecía estarla ayudando a superar al idiota de mi otro
hermano luego de enamorarse de ella, (algo no muy profesional de su
parte, debo admitir).313

¿Quién iba a pensar que todo se iría a la mierda cuando decidió hacerse
a un lado para dejarle el camino libre a ese imbécil, sin molestarse en
pelear por ella?121

Aquello me causaba cierto fastidio.33

—¿Te gustaría hablar sobre eso? —preguntó.1


Me encogí de hombros.

—No es un tema que merezca la pena.

—¿No es un tema que merezca la pena, o es un tema que prefieres


evitar?56

Dejé las pelotas de imán sobre una mesilla y miré al doctor directamente
a los ojos.5

—No estoy tratando de evitar nada, doctor Hudson. Acepté mi pasado


hace mucho tiempo, cuando comprendí que el mundo está lleno de
sacos de escoria que se hacen llamar a sí mismos seres humanos.
Inclusive yo soy uno de ellos. ¿Pero quiere escuchar un secreto? Nadie
nace siendo un psicópata, los demás nos convierten en uno a través de
años y años de abuso. Después de todo, la crueldad es un regalo de
nuestra propia humanidad.609

—¿Te consideras a ti mismo un psicópata?170

—Definir es limitar —murmuré, citando a Oscar Wilde—. El mundo está


lleno de gente que pone "etiquetas", por lo tanto, yo me considero a mi
mismo un ser superior. Uno que está muy por encima de muchos otros
sacos de porquería.532

—¿Qué es lo que tanto te decepciona de la sociedad?310

Sonreí ante su pregunta.

—Sería mejor que me preguntara que es lo que no me decepciona —


dejé escapar un suave suspiro—. Me decepciona la falta de empatía y
compasión por los demás. Las personas creen que ir a la iglesia después
de hacer algo horrible te salvará de ir al infierno, ¿pero no es eso una
estupidez? Cuando alguien muere no va a ningún lado. Ni al cielo ni al
infierno. ¿Quiere saber cómo sé eso, doctor? Porque yo mismo he
estado en el infierno. Y no, no es un lugar debajo de la tierra en donde un
hombrecillo rojo con cuernos te espera para hacerte sufrir el resto de la
eternidad. El infierno está aquí, sobre la tierra y las peores bestias se
encuentran caminando entre nosotros disfrazados de corderos. El mundo
en sí es un gran engaño.1.8K

—Estoy totalmente de acuerdo contigo, Michael. Yo también pienso que


existen muchas personas que carecen de empatía y compasión, pero no
por eso deberías señalar a todo el mundo. 136

—En mi experiencia, creo que estoy en todo mi derecho. He vivido tanto


tiempo en la oscuridad que mis ojos se han acostumbrado
completamente a ella. Nadie es lo que aparenta por fuera, eso ya me ha
quedado claro. Todos tenemos algo que ocultar. Así que voy a ser
sincero con usted. Asesinar personas en mis sueños me hace sentir
jodidamente bien.232

—¿Y por qué lo haces? —preguntó con un tono de voz bastante


tranquilo, de nuevo no conseguí una reacción de su parte—. En tus
sueños, ¿por qué razón cometes estos asesinatos?21

Una sonrisa tiró de mis labios.

—¿Por qué? —me encogí de hombros—. Porque estoy aburrido.440

Sin embargo y para mi sorpresa, mi respuesta no pareció convencerle


del todo.3

—No creo que esa sea la verdadera razón, Michael. 65

Arqueé una de mis cejas, de forma desafiante.

—¿Ah no?29
—No —guardé silencio y esperé a que continuara, cosa que por
supuesto, hizo—. Creo que la verdadera razón por la cual cometes
asesinatos en tus sueños, es porque quieres llamar la atención. La
pregunta es... ¿de quién? ¿Se trata de una persona que forma parte de
tu pasado?696

Un pensamiento que podría considerarse bastante acertado, pensé.9

—Hay una mujer —murmuré sin rodeos, sintiendo una terrible curiosidad
por saber cual sería su veredicto final sobre todo esto—. Una mujer a la
que quiero y no puedo tener.1K

Aquello llamó su atención, pues en todas y cada una de nuestras


sesiones jamás había mencionado a una mujer. Supuse que, debido al
tiempo que llevábamos de conocernos, finalmente era hora de soltar esa
información tan valiosa e importante.15

—¿Quién es esta mujer? —preguntó, tomando más y nuevas


anotaciones en su cuaderno.6

—Mi hermana.574

—Tu hermana... —repitió—. ¿Qué es lo que quieres decir con "quiero y


no puedo tener"?249

—Exactamente eso. Ahora mismo lo único que quiero y deseo es la


compañía y el amor de mi hermana menor, el problema aquí es que ella
me odia —después de pensar bien mis palabras, sonreí y negué con la
cabeza—. No, borre eso de su cuaderno. En realidad ella no me odia.
Mas bien se odia a sí misma por no poder odiarme del todo. 496

—¿Y por qué debería odiarte?15

Miré la hora en el reloj de mi muñeca.


—Es una historia muy interesante, desgraciadamente se nos ha
terminado el tiempo —me levanté de mi lugar en el diván y me preparé
para marcharme de la habitación—. Fue un verdadero placer hablar con
usted, doctor Hudson. Muchas gracias por escucharme. 124

El doctor Hudson se levantó también de su sofá y me acompañó hasta la


puerta. Su rostro se mantuvo inexpresivo, pero aun así, noté sus cejas
ligeramente fruncidas. Sí había algo que me gustaba hacer era observar
a las personas. Un rostro, un gesto, una simple expresión decía más que
mil palabras.51

Y yo era verdaderamente bueno leyendo a los demás. 202

—A veces me pregunto que es lo que escondes detrás —exclamó de


pronto el castaño.66

Inexplicablemente, me detuve antes de salir por la puerta. 1

—¿Piensa que estoy ocultando algo?2

—No lo pienso, sé que lo haces.230

—¿Y según usted, qué podría estar ocultando?21

—Eso es lo que me gustaría saber.31

Sonreí e hice un gesto con la cabeza.

—Le diré algo, doctor. Los psicópatas no están locos, en realidad, ellos
son completamente conscientes de lo que hacen y de las consecuencias
que tienen esas acciones. El no poder sentir tiene sus ventajas. En
cuanto a mí, como le he dicho antes, no me considero a mí mismo un
psicópata, sino un ser superior. No soy un hombre, pero tampoco soy
una bestia. Soy algo completamente nuevo. Algo que vive bajo sus
propias reglas.649

—Te veo en la próxima sesión, Michael —dijo él a modo de despedida.53

—Lo veré después, doctor.86

***4

Odiaba los días grises en los que el cielo no paraba de llorar. El aire
húmedo me sacaba de quicio, las grandes y oscuras nubes me causaban
cierto malestar, y la constante lluvia casi me hacía sentir melancólico. Por
fortuna, la melancolía era un sentimiento que yo no conocía. 211

Ser una persona que carece de emociones era algo de lo más


favorable.90

—¿Puedo ayudarle en algo? —me preguntó la mujer detrás del


mostrador, mirándome por encima de sus desgastados anteojos cuando
me acerqué a la recepción.6

Forcé una amigable sonrisa en mis labios. 2

—Estoy aquí para ver a alguien.

—¿Nombre de la persona?

—Eva Prescott, ella dejó saber que vendría.519

Ingresó el nombre en la computadora y segundos después, asintió. 1

—Firme aquí por favor —dijo dándome una lista de visitantes. Después
de poner una firma en esa hoja, volví a mirarla—. Tome el elevador de la
izquierda hasta el tercer piso, la señorita Prescott está en la habitación
304. El horario de visitas termina en quince minutos. 52
—Gracias, que tenga un buen día —murmuré antes de retirarme.22

Tomé el elevador izquierdo que la mujer del mostrador había


mencionado y posteriormente, subí al tercer piso del edificio. Al llegar a la
puerta blanca con el número 304 grabado en ella, arreglé por última vez
mi cabello y toqué.50

—Adelante —exclamó una voz desde el interior. Cuando entré a la


habitación, los ojos de Eva se abrieron con sorpresa—. No tenías por
qué hacer esto... —murmuró avergonzada.300

Sonreí y me acerqué a ella con un ramo de rosas blancas. 224

—Debo admitir que estaba realmente emocionado luego de recibir una


llamada tuya, sin embargo, jamás imaginé que nuestro segundo
encuentro sería en un hospital.82

—Lo siento, tuve un accidente de trabajo y por esa razón es que no pude
llamarte antes.11

—¿Qué tan grave fue? —le pregunté, dejando las flores en una
mesilla.446

—Un par de quemaduras de segundo grado en el brazo izquierdo y un


golpe en la cabeza.

Nada grave entonces... Quizás debí usar más fuerza al momento de


darte aquel golpe con la culata de mi arma, me hubiese gustado al
menos abrirte un poco el cráneo.985

Una lástima.408

—¿A qué te dedicas? —quise saber.


—Es verdad, no te lo había dicho. Soy oficial de policía. 65

—Vaya... acabas de dejarme impresionado.151

Soltó una risita nerviosa.

—Siempre se sorprenden cuando revelo esa información. ¿Es porque


soy muy bajita?249

—No, más bien creo que es porque eres una chica muy linda y
agradable. No parece que andes por allí y por allá pateando traseros,
protegiendo la ciudad.99

Como era de esperarse, mi comentario hizo que sus mejillas se tornaran


rosadas.43

—Me gusta patear traseros, lo hago todo el tiempo. 66

—Espero entonces que también te gusten las galletas —murmuré,


dándole una caja azul.226

—Dios mío, ¿son macarrones dulces? —su sonrisa se extendió por su


rostro—. No te hubieras molestado, de verdad que no te llamé con la
intención de que me trajeras algún detalle. 33

—No fue ninguna molestia, decidí traerte esto porque sentí la necesidad
de hacerlo.65

Eso era mentira, pero había que hacer sacrificios para ganarse la
confianza de una persona.482

—Gracias, eres la primer persona que me regala macarrones dulces. Oh,


que grosera soy, por favor, toma asiento —miré la silla junto a su cama y
casi fruncí el ceño. No tenía planeado quedarme demasiado tiempo, los
hospitales me causaban cierta sensación de asco—. Te cortaste el
cabello —soltó de pronto, ganando de nuevo mi atención. 145

—Solo un poco —respondí, sentándome en la incomoda silla de


hospital.5

—Ese corte te queda muy bien —forcé una sonrisa—. Por cierto, la razón
por la que decidí llamarte fue porque quería agradecerte en persona lo
que hiciste por mí el otro día.66

—¿Agradecerme?

—Sí. El día que nos conocimos yo... bebí demasiado, además, creo que
incluso perdí el conocimiento. Fuiste muy amable al llevarme a casa sin
aprovecharte de la situación.218

—Deberías tener más cuidado, Eva. Yo jamás me aprovecharía de una


chica, mucho menos en ese estado, sin embargo, no todos los hombres
son como yo.545

—Lo sé, es por eso que quería darte las gracias. 18

Negué con la cabeza.

—No hay necesidad de agradecer.7

Hizo un puchero, algo bastante infantil para una chica de su edad. 391

—También quiero que sepas que no soy una borracha. En realidad no


suelo beber. Ese día ni siquiera sé como fue que me puse tan ebria, que
yo recuerde, solo bebí un par de copas... 14
—Lo admito, yo también tuve la culpa de tu borrachera. Quizás no lo
recuerdes, pero ese día estuvimos bebiendo para ahogar las penas de
los amores no correspondidos.30

Se llevó la única mano que podía mover al rostro, tratando de ocultar su


nuevo rubor.

—Dios mío, dime que no hablé de más.121

Casi solté un bufido.

—Lo hiciste. Me hablaste de cosas realmente interesantes. 8

—¿Qué clase de cosas? —me preguntó tímidamente.

—Mencionaste al chico del que has estado enamorada por cinco años. 69

Si su rostro ya estaba rojo antes, ahora lo estaba aún más. Aquello era
divertido.17

—Yo...

—También mencionaste a la chica de la que él está enamorado. 14

—Oh no... dime que yo no... dime que no hablé mal de ella. 246

Lo hiciste. Y fue justo por esa razón que debí haberte destrozado el
cráneo. Pero venga, un error lo comete cualquiera. Aunque sin duda no
habrá una próxima vez, ya que si vuelves a hablar porquerías de mi
hermana, no solo te destrozaré el cráneo. 877

Esta vez te destrozaré entera.381

—Tranquila, estabas bajo el efecto del alcohol.6


—¿Eso quiere decir que si dije cosas malas de ella?48

—Quizás...1

—Yo no soy así —se apresuró a decir—. Lo que sea que haya dicho de
ella no es lo que pienso en realidad. Quiero decir, no la odio, al contrario.
Es solo que...114

—Ella tiene aquello que tú no puedes tener. Está bien, entiendo ese
sentimiento.115

—Tú también estás sufriendo por un amor no correspondido, ¿verdad?


No recuerdo muy bien nuestra charla de ese día, pero creo haberte oído
decir que estabas pasando por lo mismo. 17

—Se podría decir que sí, pero mi amor no correspondido no es del tipo
romántico y pasional, sino más bien, un amor fraternal. 597

Sus grandes y oscuros ojos me miraron con curiosidad, pero no se


atrevió a preguntar.

—Oh...

No quería desperdiciar mi tiempo hablando de eso con ella, así que opté
por cambiar de tema.1

—¿Cuándo te darán el alta?

Dio un respingo.

—El doctor dijo que en una semana o dos.1


—¿Sería muy egoísta de mi parte pedirte una cita en una situación como
esta?7

Su rostro enrojeció por enésima vez. Estuve a punto de poner los ojos en
blanco.318

—¿Una cita? ¿Conmigo?103

Fingí buscar a alguien más en la habitación. 127

—Eres la única persona en la habitación, así que sí, contigo. 144

—Yo... ¡sí! —al darme cuenta de su propio entusiasmo, se aclaró la


garganta y habló con un poco más de calma—. Sí, está bien. Por mí
encantada.174

Su reacción me hizo sonreír. 98

Eva, Eva, Eva... quién iba a decir que en el fondo no eres más que un
cachorro en busca de cualquier tipo de cariño o afecto. Algo que viene
muy bien para mis futuros planes. El momento de actuar estaba muy
cerca, pero primero necesitaba relajarme, necesitaba observar, y
finalmente, dar mi mejor golpe. 276

Ahora veamos... ¿qué papel desempeñarás en mi próximo movimiento,


querida Eva?
Capítulo 32
Hunter357

Estaba anormalmente húmedo para ser principios de febrero. El invierno


finalmente había terminado, lo que también significaba; no más nieve
cubriendo las calles y no más ropa abrigadora. Eso era un alivio, y no lo
decía porque odiara aquella estación del año, en realidad, me gustaba la
primavera ya que, debido al intenso calor, Annalise había comenzado a
usar vestidos veraniegos. 517

Aquellos vestidos eran verdaderamente ventajosos para mi ávidas


manos.436

Cuando dieron las cuatro de la tarde, me refugié de la molesta lluvia


dentro del edificio de la editorial en donde trabajaba Annalise, y esperé
pacientemente a que ella apareciera por el elevador. 95

Tenía varios días viniendo por ella al trabajo con la esperanza de que
ese infeliz apareciera o tratara de ponerse en contacto con ella, pero
nada de eso sucedió. Quizás él ya estaba sobre aviso, o quizás no era
tan estúpido como para no darse cuenta de que, desde ese día, un oficial
(además de mí), seguía los pasos de Annalise cada vez que ella salía de
su apartamento.463

Lo más extraño de todo el asunto, era la forma tan repentina en la que


cesaron los asesinatos. El último cuerpo encontrado había sido el de una
chica llamada Arya Coleman hace poco más de una semana. La chica
llevaba muerta casi tres semanas, por lo que su estado de
descomposición había sido bastante severo cuando se dio aviso a la
policía. Después de ella, no se había reportado ninguna otra víctima cuya
causa de muerte fuese un corte en la yugular. 99

—Es posible que esté planeando algo grande —le dije al detective Parks
en una junta.271

—Eso o se tomó unas vacaciones —agregó el oficial Shepard con un


tono burlesco.213

—Necesitamos estar preparados para lo que sea que suceda. Es posible


que en los próximos días descubramos cuerpos que aún no han sido
reportados y se encuentren en estado de descomposición, como ya fue
el caso. De cualquier forma, no le quiten los ojos de encima a la chica.
Tarde o temprano tratará de acercarse a ella, es solo cuestión de
tiempo.112

—¿Llevas mucho tiempo esperándome? —exclamó la voz de Annalise.85

Enderecé la espalda al darme cuenta de que había estado tan absorto en


mis pensamientos, que ni siquiera noté cuando ella salió por las puertas
del elevador.9

Deslicé una mano por su pequeña cintura y la besé en los labios.765

—No, llegué hace unos minutos.

Dirigió su atención a las puertas de cristal de la entrada.

—Parece que la lluvia no tiene intención de detenerse —dijo ella,


pegándose más a mí.2

—¿Tienes frío?

—Un poco. En las noticias dijeron que sería un día soleado, así que no
traje un suéter conmigo... —sus mejillas enrojecieron con timidez. Sin
pensarlo dos veces, me quité la chamarra de cuero y se la coloqué sobre
los hombros. Hizo una mueca—. ¿Qué hay de ti?402

—Yo estoy bien.25

Casi puso los ojos en blanco.

—Bien, pero si terminas pescando un resfriado tendré que ser tu


enfermera personal.289

Aquello me pareció una idea de lo más interesante, por no decir


tentadora.96

—En ese caso, quizás debería quitarme también la camiseta. De esa


forma, habrá más probabilidades de que pesque un refriado, ¿no lo
crees? —dije medio en broma.226

Me dio un golpe en el abdomen.

—Eres un idiota pervertido.12

—Solo contigo, nena —sonrió—. Debes tener hambre, ¿de qué tienes
ganas?572

—Mmm...115

Acerqué mi rostro al suyo, rozando su nariz con la mía.9

—¿Acaso estás imitándome?121

Su sonrisa se hizo más grande.1

—Tengo ganas de algo que solo tú puedes darme —murmuró, con las
manos en mi pecho.493
—¿Y eso es...? —mi voz adquirió un tono más ronco cuando sus manos
se deslizaron hasta mi abdomen, donde posteriormente continuaron un
camino hasta la hebilla de mi cinturón. 217

Tuve que detenerla debido a que todavía nos encontrábamos en las


puertas del edificio en donde ella trabajaba. Una sonrisita traviesa tiró de
sus labios al ver mi expresión.82

—Dejemos el postre para más tarde entonces. Por ahora, ¿qué tal fideos
japoneses?169

Me dieron ganas de arrojarla al sofá de la recepción y hacerle el amor ahí


mismo.609

—Conozco un lugar.

—¿En serio? Genial —cuando abrí el paraguas para evitar que la lluvia la
tocara, Annalise se detuvo abruptamente y luego buscó algo en el interior
de su bolso—. Espera un segundo, creo que olvidé mi teléfono en la
oficina —después de revisar su bolso una vez más, finalmente dijo—. Sí,
lo olvidé sobre el escritorio. Tengo que volver, seré rápida, lo prometo. 498

—De acuerdo —antes de que pudiese marcharse, la tomé del brazo y


volví a besarla.132

Eso la tomó por sorpresa.

—Idiota —sus mejillas se calentaron—. Espérame aquí, no tardaré.39

Cuando Annalise tomó el elevador, me recargué en la pared junto a la


entrada y de nueva cuenta, me enfrasqué en mis pensamientos.
Después de un largo rato, escuché la voz de una chica soltar una
palabrota. Se trataba de una chica de largo cabello anaranjado. 190
—Mierda —gruñó, buscando algo en el interior de su mochila. Por alguna
razón, la chica me pareció un tanto familiar—. Joder, estoy segura de
que estaba por aquí.71

En ese momento, el teléfono en el bolsillo de mis pantalones emitió un


sonido. Al mirar la pantalla, noté que se trataba de un mensaje de Eva.
Me encontraba a punto de responder, cuando sentí la presencia de una
persona justo frente a mí.66

Era la chica de cabello naranja.1

—¿Qué estás haciendo tú aquí? —bramó.101

Fruncí un poco las cejas.

—¿Nos conocemos?490

Las facciones de su rostro se contrajeron.

—¿De nuevo con esa actitud de mierda? ¿En serio?74

Vaya manera de hablar, pensé.16

—Debes estar confundiéndome con alguien más.

Quizás la chica me parecía familiar, pero no la recordaba de ninguna


parte.

—No, no estoy confundiéndote con alguien más. ¿Ya olvidaste también


el día en que te arrojé un vaso de vodka en el rostro por ser un imbécil?
—un segundo, ¿acaso ella era...?257

—¿Ana?170

Bufó y cruzó los brazos sobre su pecho.


—Mi nombre es Anne, no Ana —puso mala cara—. ¿Cómo supiste
donde trabajo?375

—¿Trabajas aquí?6

—¿Estás siguiéndome? ¿Qué eres? ¿Un acosador?329

¿Qué cojones?

—Bien, espera un segundo. ¿Por qué crees que yo...?

—¿Qué sucede aquí? —exclamó una segunda voz.247

Mierda. La pelirroja miró a Annalise y luego regresó su atención a mí.


Incluso yo pude notar como algo hacía click dentro de su cabeza. 13

Su rostro enrojeció y su mandíbula se tensó. 175

—Oh, entiendo —Ana se giró hacia Annalise y sonrió—. Como tú amiga,


Ellie, debo decirte que este hombre es muy bueno en la cama, pero
debes saber que una vez que obtenga de ti lo que quiere, definitivamente
va a darte una patada en el trasero. Te lo digo por experiencia. 713

Dicho eso, sacó un paraguas muy pequeño de su mochila y se marchó.

Joder, ¿cuál era su maldito problema?99

—Nena, eso no fue...271

—¿Tuviste algo que ver con Anne Miller? —dijo ella horrorizada.208

Mierda y más mierda.4

—No lo sé, no lo recuerdo.119

—¿No lo recuerdas?3

Dejé escapar un largo suspiro y me pasé una mano por el pelo. 2


—No —y era en serio—. Solía estar borracho la mayor parte del tiempo
en que...2

—Hunter...

—Déjame llevarte a comer —dije cambiando de tema.

—Creo que perdí el apetito.349

—Déjame llevarte a comer —insistí—. Conozco un lugar donde venden


fideos muy buenos —cuando intenté acercarme a ella, Annalise
retrocedió—. Nena... lo siento.316

—¿Por qué lo sientes? ¿Por acostarte con una chica que conozco y que
además trabaja conmigo? —apretó los dientes—. Ahora cada vez que la
miré voy a recordar que ustedes dos... 200

—Soy un imbécil, ¿de acuerdo? Lo admito. Pero no dejes que esto


arruine lo que tenemos ahora. Esa era la vida que solía llevar antes de
estar contigo, ahora forma parte de mi pasado. 246

—Y vaya pasado... —negó con la cabeza—. Lo mejor será que...147

—No.2

—Ni siquiera sabes que es lo que iba a decir —se quejó.13

—Claro que lo sé, ibas a decir que lo mejor será que cada quién se vaya
a casa, pero no te dejaré hacerlo.40

—¿Por qué?

—Porque quiero que solucionemos esto ahora. No me gusta que estés


enojada conmigo.331

—No estoy enojada.2


—¿No?

—No. Yo solo... necesito procesar esta... nueva información. 69

—Puedes procesarla mientras comemos fideos japoneses —dije un tanto


optimista.235

Me lanzó una mirada fulminante.

—¿Te crees muy gracioso?103

—Para nada.21

—Quiero ir a casa.

—Di que soy un idiota —murmuré, acercándome de nuevo a ella para


rodearla de la cintura. Esta vez no retrocedió—. Necesito escucharte
decir que soy un idiota.226

—No necesito decirlo porque ya eres un idiota. 2

—Auch —la pequeña sonrisa que cruzó por sus labios no me pasó
desapercibida—. Entonces... ¿quieres que te lleve a casa?4

—No lo sé.2

—¿No lo sabes? —intenté darle un beso, pero ella giró la cabeza. 7

—Ni siquiera lo pienses, todavía estoy enojada. 162

—Creí que habías dicho que no lo estabas.22

—Pues mentí, estoy muy enojada. Y sí, sé que no debería estarlo, pero
no puedo evitarlo.24

—¿Te he dicho ya lo mucho que me pones cuando estás enojada? 391

—Cierra la boca —sonrió y luego se mordió el labio.7


Al darme cuenta de que las barreras que hace unos segundos ella misma
había levantado, comenzaron a caer, la acerqué a mi cuerpo y me aferré
a ella.5

—Déjame llevarte a comer —repetí con la esperanza de que aceptara.74

Esa era la única forma en la que podía asegurarme de que ella comiera.
Estos últimos días había notado que estaba incluso más delgada que
antes, y yo sabía el por qué. Sin embargo, si la presionaba a hablar de
algo que ella no quería, podía ocasionarle un choque emocional. 225

—De acuerdo, tú ganas. Alimenta a tu mujer. 1.1K

Aquello me hizo sonreír.7

—¿Mi mujer, eh? Me gusta como suena eso. 497

—A mí también —admitió—. Entonces... ¿fideos japoneses?60

—Si mi mujer quiere fideos japoneses, fideos japoneses tendrá. 1.4K

***13

El restaurante de fideos japoneses al que terminé llevando a Annalise,


era un sitio pequeño pero de lo más acogedor. La razón por la cual
conocía lugares bastante buenos para comer, era Eva. Esa chica podía
ser bastante pequeña, pero tenía un apetito que muchas veces me
dejaba con la boca abierta. Según ella, la razón por la cual no engordaba
sin importar cuanto comiera, era debido a que su metabolismo era más
rápido que el de la mayoría de las personas. 779

Aquello era algo digno de admirar. 86


—Estos son los mejores fideos que he probado —murmuró Annalise con
una sonrisa en el rostro. Estabamos sentados lado a lado en un sofá—.
¿Cómo es que diste con este lugar?5

—Eva —respondí—. Tiene una rara afición por buscar críticas de los
peores restaurantes en internet, y la mayoría de las veces resultan ser de
los mejores.161

—Oh... ya veo —su sonrisa se desvaneció—. Ustedes son muy amigos,


¿verdad?146

—Algo así.12

—¿Cómo fue que se conocieron? —quiso saber.

Le di un rápido sobro a mi refresco antes de responder. 31

—Cuando me mudé a la casa de mis abuelos en España, ella vivía con


sus padres en la casa de a lado. Nos conocimos un día mientras yo
estaba fumando junto a la ventana de mi habitación y ella apareció
furiosa del otro lado para pedirme que apagara el cigarro. 25

—Nunca te lo he preguntado pero... ¿cómo fue vivir en un país donde


hablan un idioma diferente?242

Me encogí de hombros.

—Al principio fue un verdadero dolor de cabeza, más aún cuando


comencé a trabajar en la ferretería de los padres de Eva. La mayoría de
las veces no entendía lo que decían las personas, por fortuna, Eva
hablaba inglés, así que ella me ayudó muchísimo. 501

—¿Trabajaste en una ferretería? —dijo un tanto sorprendida.

—Sí, yo era el chico de la caja registradora. 128


Sonrió al imaginarme detrás de dicho lugar. 1

—Me hubiera encantado poder ver eso... —bajó la mirada a su tazón de


fideos y luego frunció el ceño—. Un momento, sí tú eras el chico de la
caja registradora, eso significa que... 22

Asentí con la cabeza.

—Tuve que aprender a hablar español.74

—¿En serio? En ese caso, ¿qué tal una demostración?4

—No lo creo, mi acento es bastante malo.587

—Vamos, solo unas palabras.

—No.

—Al menos di la frase que más usabas cuando alguien se acercaba a la


caja registradora —insistió, haciendo uso de su encantos con tal de
convencerme.86

Dejé escapar un largo suspiro antes de ceder a ella.

—Mmm... la frase que más utilizaba cuando alguien se acercaba a la


caja registradora era: "Bienvenido a la Ferretería El Martillazo, ¿encontró
todo lo que buscaba?".1.2K

Su sonrisa se extendió por todo su rostro y luego soltó una risita.1

—¿Ferretería El Martillazo? —se burló.139

—Como lo escuchaste —sonreí al verla reírse de nuevo—. Es un nombre


genial, ¿no lo crees?2
—Sí, bastante genial —tuvo que morderse el labio para dejar de reír—.
Por cierto, tienes buen acento. Y debo admitir que sonaste muy sexy
hablando en español.69

—Mi palabra favorita era sin duda "gilipollas".498

—¿Qué significa?25

—Significa idiota.52

—Vaya, en ese caso, creo que eres un gilipollas.423

Mientras ella sonreía, deslicé una mano por debajo de la mesa hasta
alcanzar su rodilla. Annalise pegó un brinco al mismo tiempo en el que
sus mejillas enrojecían.17

—¿Q.. qué estás haciendo? —balbuceó.26

—Tocando a mi mujer —deslicé mi mano por debajo de la tela de su


bonito y agradable vestido, sintiendo como cada vello de su cuerpo se
erizaba.548

—¿Te has vuelto loco? Hay gente alrededor, Hunter...

—Ha sido culpa tuya, nena, me llamaste gilipollas. Eso me excitó.876

Dejó el tenedor sobre la mesa y me sujetó del brazo.

—Basta, se van a dar cuenta —soltó un suave gemido cuando alcancé


sus bragas—. Hunter, basta...96

—¿Quieres que me detenga?8

Apretó los dientes con fuerza antes de negar con la cabeza. 8

El restaurante estaba casi vacío de no ser por un par de parejas que se


encontraban sentadas en el otro extremo de la sala. Era realmente bueno
que este lugar tuviera tan malas criticas en cuanto a la calidad de su
comida, así podría hacer esto y nadie nos molestaría. 37

—Definitivamente tienes que estar loco... —dijo con la voz muy ronca,
disfrutando de los hábiles movimientos de mis dedos.10

—Estás muy mojada.189

—¿Y de quién crees que es la culpa?63

—Apenas y te he tocado.12

—Cierra la boca —recostó la cabeza sobre mi hombro y ahogó un


gemido.243

Verla tratando de contenerse me hizo sentir de lo más excitado. Quizás


hacerle aquello con los dedos en este lugar había sido una mala idea,
pero me era muy difícil mantener las manos lejos de ella todo el tiempo.
Mucho más ahora que usaba esos vestidos sueltos. 23

Joder, era preciosa.257

—Terminando aquí te llevaré a mi departamento — susurré contra su


oreja—. Ahí podrás gemir todo lo que quieras y nadie nos molestará. 292

Sus suaves y resbaladizos pliegues se sentían increíblemente bien entre


mis dedos. Me era imposible tratar de detenerme ahora que sabía lo
húmeda que se encontraba debido a unas cuantas caricias mías. Su
respiración se volvió cada vez más rápida y entrecortada. Maldición.
Annalise estaba a punto de llegar al orgasmo, solo un poco más... 67

—Oh, Dios... Hunter... —gimió con fuerza antes de dejarse ir.481

Su cuerpo tembló y se sacudió ligeramente debido a los espasmos


durante unos minutos. Minutos de lo más agradables. 161
—¿Eso se sintió bien? —le pregunté, tratando de no pensar en el bulto
dentro de mis pantalones.43

—Tienes que... —tragó saliva mientras recuperaba el aliento—, tienes


que dejar de hacer eso, estamos... —cerró los ojos unos segundos—,
estamos en un restaurante.9

—¿Y?86

Resopló.

—Quiero golpearte.

—Siempre quieres golpearme.1

—Eso es porque eres un gilipollas —me miró con una sonrisa traviesa en
los labios.85

—Creo que deberíamos irnos, de otra forma, no me importará hacerte


mía sobre la mesa.158

—No te atreverías...9

—¿Ah no? —cuando sonrió, la tomé por las caderas y la senté sobre mi
regazo.252

Aquello la hizo pegar un gritito, lo que de inmediato llamó la atención de


todos en el restaurante. Se levantó a trompicones y me miró entre furiosa
y avergonzada.161

—Vámonos —gruñó.1

Dejé el dinero sobre la mesa y sonreí satisfecho. 10

¿Quién iba a imaginar que esos serían los últimos momentos felices que
compartiríamos juntos?
Capítulo 33
Ellie405

Cuando Hunter me habló de la pequeña que había perdido a su madre y


tuvo que ser llevada a una casa hogar, mi corazón se estrujó solo de
imaginar lo difícil que sería para ella acostumbrarse a ese nuevo estilo de
vida y por alguna razón, sentí la extraña necesidad de conocerla. 230

Su nombre era Susan Roth, tenía apenas ocho años y su color favorito
era el rosado.81

—¿Realmente está bien que yo vaya contigo? —le pregunté a Hunter


dentro del taxi en el que nos dirigíamos al orfanatorio de Brooklyn—.
¿Qué tal si solo espera verte a ti?132

Una pequeña y burlona sonrisa cruzó por sus labios. 1

—Le he hablado mucho de ti, tiene muchas ganas de conocerte. 237

—¿De verdad?5

Me colocó un mechón de cabello detrás de la oreja antes de responder.6

—Probablemente Susan está más emocionada por verte a ti que por


verme a mí —aquello me hizo sonreír—. ¿Todavía estás nerviosa?67

Asentí con la cabeza y miré nuestras manos entrelazadas. 3

—¿Qué voy a hacer si no le agrado?123

—Créeme, vas a agradarle bastante.1

—¿Por qué estás tan seguro de eso?1

—Porque a mí me agradas mucho.352


Le di un pellizco en el muslo y él casi hizo una mueca. 48

—Eres un tonto —sonrió y apoyó su cabeza sobre la mía—. Cuéntame


más de ella.8

—Mmm... pues, le gustan los unicornios, su comida favorita es el


espagueti, también le gusta el fútbol, y físicamente es muy parecida a
ti.266

—¿En serio?

—Sí, cuando la veo solo puedo verte a ti en miniatura. Incluso algunas


veces he llegado a pensar que quizás ella podría ser... —se quedó
callado cuando se dio cuenta de lo que estaba diciendo. 583

Nuestra, pensé. Podría ser nuestra hija.597

¿Alguna vez piensas en eso? —dije después de un largo silencio—. Me


refiero a lo que pudo haber sucedido si yo no... —no pude terminar la
frase.326

Dejó escapar un suave suspiro.1

—Todo el tiempo.459

Sentí un nudo en la garganta. Normalmente, esto sería un tema de


conversación del que me hubiese gustado no hablar nunca, sin embargo,
ahora mismo todo lo que podía sentir era curiosidad. ¿Qué habría
pasado si jamás hubiese sucedido lo del secuestro? ¿Habría dado a luz
a un niño o una niña? ¿Qué se sentirá tener una pequeña personita que
te llame "mamá"?331
—A veces pienso que de haber podido nacer, muy seguramente habría
sido igual a ti —murmuré, recordando aquellos sueños en donde
sostenía a un hermoso niño entre mis brazos. 257

Hunter sonrió con melancolía.2

—Yo pienso lo contrario. Creo que, de haber podido nacer, habría sido
igual a ti. Una preciosa niña con tus mismos ojos. 202

—Quizás deberíamos adoptar a la pequeña Susan —dije medio en


broma.871

—¿Te gustaría? —preguntó con un tono de voz bastante serio.363

Tragué saliva y pestañeé con rapidez. 2

—Bueno, yo... —pero antes de que pudiera responder a esa pregunta, el


taxi en el que viajábamos disminuyó la marcha hasta detenerse frente a
un gran construcción.18

Hunter le pagó al conductor y después me ayudó a salir del auto. 5

—Existe la posibilidad de adoptar —exclamó Lexie cuando le conté sobre


mi incapacidad para tener hijos—. Muchas personas adoptan. Además,
creo que es maravilloso el poder darle un hogar y una familia a algún
pequeño que está por ahí, esperando ser adoptado. 298

Podríamos adoptar, pensé. Adoptar a la pequeña Susan... 153

—Dejaré que disfrutes la boda de tu amiga Blondeau que se casa en


unas semanas, y, como un buen hermano mayor, también voy a darte un
poco más de tiempo para que hagas con él todo lo que tengas que
hacer. Después de ese tiempo quiero que vengas conmigo.353
La boda de Lisa era en unos días, lo que significaba que no me quedaba
mucho tiempo.35

—¿Ya olvidaste que sé todo acerca de las personas que te importan? Sé


dónde trabajan, sé sus malditos horarios. Solo necesito hacer una
llamada y todos ellos estarán muertos.14

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. 1

—Tienes que ponerle un alto. Demuéstrale que él no te asusta. 137

No puedo.61

No puedo enfrentarlo.1

Soy demasiado cobarde.254

—¿Lista? —murmuró Hunter antes de entrar al orfanatorio. 1

Di un respingo que me regresó al presente. Asentí con la cabeza y tomé


la mano que él me ofrecía.1

El interior del orfanatorio era grande, sombrío y muy silencioso. Tenía el


mismo aspecto que el de una biblioteca pública pasadas las seis de la
tarde. Cuando nos acercamos a la recepción, una mujer de cabello
blanco y enormes gafas redondas nos recibió con una sonrisa.2

—Así que ella es la famosa Annalise —exclamó la mujer detrás del


mostrador, acomodándose los anteojos—. Este jovencito me ha hablado
mucho de ti.319

Arqueé una ceja y miré a Hunter. Este se encogió de hombros y dijo: 1

—¿Qué? No puedo evitarlo. Me gusta hablarle de ti a todo el mundo. 835


—Susan está ansiosa por verlos —continuó la mujer, levantándose de su
lugar—. Ha estado muy inquieta desde esta mañana. Síganme, los
llevaré con ella.1

—¿No tenemos que firmar algo? —pregunté al ver que la mujer iba a
llevarnos directamente con la niña sin antes firmar alguna clase de
registro.2

—El joven Cross viene casi todos los días para que Susan no se sienta
sola en un lugar que es nuevo para ella, podemos ocuparnos del papeleo
después.221

Saber eso me hizo sonreír. Sin embargo, mientras más nos acercábamos
a la sala de visitas en donde nos encontraríamos con la pequeña, sentí
que ambas manos comenzaron a temblarme. 1

—Tranquila —susurró Hunter contra mi oído—. Ella te va a amar, ya


verás.70

Pero en lugar de tranquilizarme, sus palabras solo me hicieron sentir más


nerviosa.3

Finalmente, cuando llegamos a lo que parecía ser la sala de visitas, la


mujer de cabello blanco estiró un brazo y abrió la puerta. Del otro lado,
en una habitación llena de mesas y juguetes, una niña de largo cabello
rubio recogido en una coleta, se encontraba sentada en una silla mirando
nerviosamente sus manos. Llevaba puesto el uniforme del orfanatorio. 166

Cuando escuchó la puerta abrirse, giró la cabeza para mirarnos y al


verme, sus ojos azules se abrieron con sorpresa. Fue como si hubiese
visto un fantasma.14
—¿Mamá? —balbuceó la pequeña sin apartar los ojos de los míos.
Entonces, tomándome totalmente desprevenida, se lanzó hacia mí para
envolverme en un fuerte abrazo—. ¡Mami! 1.7K

Mi cuerpo entero se paralizó. Ni siquiera supe que responder a eso. Fue


como si algo dentro de mi cabeza se desconectara y por ende, todo
dentro de mí dejara de funcionar. Mi corazón comenzó a latir tan fuerte
que por un momento temí que saliera disparado por mi pecho.3

Al notar mi estado de shock, Hunter se agachó para quedar a la misma


altura que la pequeña.1

—Susan, ella es...3

Cuando Susan escuchó la voz de Hunter, levantó la cara para mirarme y


fue ahí que se dio cuenta de que en realidad, yo no era su madre.
Inmediatamente me liberó de su abrazo y se echó para atrás con el
rostro más rojo que una manzana. 319

—L.. lo siento —se disculpó visiblemente avergonzada—. Lo siento,


yo...67

Sonreí y me agaché yo también. Ella era demasiado bajita.33

—¿Me parezco a tu madre? —le pregunté con una amigable sonrisa en


los labios.183

—S.. sí.1

—Está bien, no tienes por qué avergonzarte. Mi nombre es Ellie, Hunter


me ha hablado mucho de ti. Tenía muchas ganas de conocerte, Susan. 4

Su rostro enrojeció todavía más.3


—¿De verdad? —asentí y ella sonrió—. Yo también tenía muchas ganas
de conocerte.52

Dios mío, era adorable.194

—Joven Cross, sobre la información que me pidió el otro día... —


comenzó la mujer, pero Hunter la interrumpió aclarándose la garganta.387

—Es verdad, lo había olvidado —apretó la mandíbula—. ¿Está bien si las


dejamos a solas unos minutos? Necesito revisar unos documentos para
asegurarme de que todo esté en orden.318

—Estaremos bien —le guiñé un ojo a la pequeña—. ¿Verdad?20

La sonrisa de Susan se hizo más grande.1

—¡Sí!3

Después de darnos una última mirada, Hunter y la mujer de la recepción


se marcharon de la sala de visitas dejándonos a mí y a la pequeña en
ese lugar.1

Hunter tenía razón, Susan era idéntica a mí cuando tenía su edad, la


única diferencia era que, a pesar de ser tres años más grande que
Valentina, Susan solo era un par de centímetros más alta que ella. 141

En otras palabras, Susan era demasiado bajita para su edad. 301

—Dime Susan, ¿te están tratando bien en este lugar? — le pregunté,


arreglándole el cuello de su uniforme—. .¿Los demás niños están siendo
amables contigo?1

Bajó la mirada al suelo y movió sus pies con nerviosismo. 1

—Bueno, los adultos han sido muy amables conmigo, pero los demás
niños...171
—¿Hay algún problema con ellos? —quise saber.1

—Desde que llegué a este lugar, ninguno de ellos me ha dirigido la


palabra...97

—Quizás debas ser tú quien dé el primer paso —la animé.8

—No lo sé... nunca he sido muy buena a la hora de hacer amigos. 759

—Eso no es verdad, nosotras acabamos de conocernos y ya estoy


deseando ser tu amiga.28

—¿En serio?2

—Sí.2

Sonrió.1

—A mí también me gustaría ser tu amiga. Hunter siempre está hablando


de ti, dijo que eras muy bonita y que eras la persona más bondadosa que
ha conocido. Por esa razón está enamorado de ti. 695

—¿Él te dijo eso?1

—Sí.1

—Ya veo...1

—¿Tú también estás enamorada de él, verdad?4

Sentí que mis mejillas se calentaban un poco. 2

—Sí —admití.303

—Eso es genial, él es genial. Siempre es muy bueno conmigo. El otro día


le dije que tenía miedo del monstruo que se esconde debajo de mi cama
y al día siguiente me regaló esto —se llevó una mano al cuello y tomó
cadenilla de oro blanco entre sus dedos—. Dijo que este collar me
protegería de todos los monstruos y no dejará que me hagan daño.537

—Susan, los monstruos no existen.123

Pero Susan negó frenéticamente con la cabeza. 1

—Sí que existen, yo ya he visto a uno. Fue el mismo que hizo dormir a
mamá.630

Cientos de astillas se clavaron en mi pecho. Es verdad, su madre había


sido asesinada.6

—¿Cómo era el monstruo que hizo dormir a tu madre? —le pregunté,


esperando no traerle malos recuerdos. 11

—Era como nosotros. No tenía cientos de ojos, o tres brazos y cuatro


piernas, él... se veía igual que una persona. Pero sé que era un
monstruo, de verdad lo sé. ¿Me crees, verdad?106

Un monstruo que se veía igual que una persona... 90

—Sí, te creo.1

—¿Crees que mamá despierte algún día? —su labio inferior tembló—.
Los adultos de este lugar siguen diciéndome que tal vez algún día mamá
regrese, pero sé que están mintiendo. 174

—¿Quieres que sea sincera contigo, Susan? —dudó por unos instantes,
pero al final, asintió con la cabeza—. A veces, cuando los adultos están
realmente cansados, necesitan dormir por un largo, largo tiempo —
acaricié su mejilla antes de continuar—. Tú mamá ahora mismo está muy
cansada, más de lo que te puedas imaginar. ¿Sabes lo que eso significa,
verdad?69
Se mordió el labio para no llorar.46

—Significa que necesita dormir mucho, mucho tiempo —una lágrima


rodó por sus rosadas mejillas—. Significa que no va a despertar... 222

Verla llorar fue demasiado para mí. Se veía tan pequeña e indefensa que
me fue imposible no rodearla con mis brazos hasta terminar por
envolverla en un fuerte abrazo.3

—Está bien, cariño. Está bien —susurré, acariciando suavemente su


espalda—. No estás sola, nos tienes a Hunter y a mí. Nosotros no vamos
a dejarte sola.265

Sus pequeñas manos se aferraron a la tela de mi camiseta y lloró todo lo


que tuvo que llorar. Cuando Hunter regresó a la sala de visitas, en lugar
de hacer preguntas al respecto, se acercó a nosotras y me ayudó a
consolar a la pequeña Susan en silencio. Creí que cuando él estuviera
presente, Susan se lanzaría a sus brazos al ser la persona que ella más
conocía, pero no parecía tener intenciones de separarse de mí.91

—Gracias —murmuró de pronto la pequeña.

Tanto Hunter y yo compartimos una mirada de desconcierto.

—¿Por qué? —le pregunté.1

—Por ser sincera conmigo.529

***3

—Te dije que le ibas a agradar —exclamó Hunter luego de abandonar el


orfanatorio—. Por un momento pensé que me había vuelto invisible,
Susan solo tenía ojos para ti.132

Me reí.2
—Es porque le recuerdo mucho a su madre. 1

—Mmm... —me dio un beso en la sien—. ¿Qué quieres hacer ahora?194

—No lo sé, ¿qué quieres hacer tú?2

Envolvió un brazo alrededor de mi cintura y me pegó a su cuerpo. 2

—Te tengo dos propuestas; la primera es que puedo llevarte a cenar a


un restaurante de comida italiana y la segunda, es que puedo llevarte a
mi departamento y hacer la cena yo mismo. 109

—¿La segunda opción incluye un buen orgasmo después de la cena? 716

Acercó su rostro al mío y sonrió.1

—No incluye solo un orgasmo, nena. Incluye todos los orgasmos que
puedas resistir antes de quedarte dormida en mi cama. 579

Tuve que morderme el interior de la mejilla para no sonreír como una


boba.1

—En ese caso, creo que la respuesta es más que obvia. 4

Me dio un largo beso en los labios antes de sacar el teléfono del bolsillo
de sus pantalones y hablarle a un taxi por medio de una aplicación.
Mientras él se encargaba de eso, yo recosté la cabeza en su pecho y
aspiré el masculino aroma que desprendían sus ropas. 10

—Hay algo de lo que quería hablar contigo —comencé.16

Sentí como su cuerpo se congelaba por un instante. 53

—¿Qué es? —preguntó de inmediato.1

Decir aquello en voz alta me daba un poco de vergüenza, pero si lo que


quería era pasar todo el tiempo que pudiera lo más cerca de él, tenía que
hacerlo. De cualquier forma, lo peor que podía hacer era rechazarme y
sinceramente, dudaba que lo hiciera.1

—¿Recuerdas que hace unas semanas me insinuaste de manera


indirecta que me mudara contigo? —cuando asintió, tragué saliva y dije—
. ¿Sigue en pie esa propuesta?422

La expresión en su rostro cambió de un momento a otro. Fue como si


esperara escuchar otras palabras salir de mi boca. Segundo después,
frunció ligeramente las cejas.18

—¿Quieres mudarte conmigo? —preguntó un poco incrédulo.30

Mi rostro entero se ruborizó.1

—Solo sí tú estás de acuerdo...1

—Ven a vivir conmigo.261

—¿Estás seguro de esto? Aún puedes rechazarme si...2

—¿Deberíamos ir por tus cosas ahora mismo? —me interrumpió.362

—¿Estás loco? No, primero necesito hablar con Lexie.

—Puedes hablar con ella después.61

—Hunter...1

Sonrió.

—De acuerdo, lo haremos a tu manera.1

—Oh, y tengo un par de condiciones.7

Arqueó una ceja y me miró como si ya supiera que es lo que iba a decir.

—Te escucho.2
—Quiero que me dejes pagar la mitad del alquiler. 113

—No.174

—¿Disculpa?60

—No hay necesidad de que lo hagas, nena. Yo me encargo eso. 344

—No pienso vivir a tus costillas —me quejé, malhumorada.102

—La respuesta es no.3

Crucé los brazos sobre mi pecho.1

—Entonces tendré que seguir pensando en tu propuesta. 3

—Annalise...194

—Déjame pagar la mitad del alquiler —insistí—. Solo así me sentiré a


gusto viviendo contigo.45

Suspiró y se pasó una mano por su oscuro cabello castaño. 1

—¿Si digo que sí, podemos ir por tus cosas ahora mismo?160

Oh, vamos. Tratar de negociar con él era imposible. 76

—Solo si aceptas mi segunda condición —puso los ojos en blanco—.


Sobre la despensa...2

—No.157

—Hunter en serio, me están dando ganas de golpearte —le hice


saber.175

—La despensa irá por mi cuenta.2


—No voy vivir a base de burritos congelados toda mi vida —mi
comentario lo hizo sonreír, pero inmediatamente volvió a ponerse serio—
. Yo me encargaré de la despensa.284

—Bien, tú harás la despensa pero yo te daré el dinero. 353

—Eso no es...

—Fin de la discusión.29

—¡Hunter!8

—¿Podemos ir por tus cosas ahora?417

Por fortuna, tuve una grandísima idea para hacer que él aceptara mi
segunda condición.1

—Te propongo un trato —dije, poniendo un poco de distancia entre


nosotros—. Si aceptas mis dos y únicas condiciones, yo te dejaré hacer
"eso" que me pediste el otro día y yo me negué. 900

—¿"Eso"? ¿Te refieres a...? —al entender de lo que estaba hablando,


sus ojos brillaron con demasiada fascinación—. Estás jugando sucio,
nena. No es justo.650

—No pondré ninguna resistencia —murmuré, tentándolo a aceptar—.


Dejaré que lo hagas de la forma y en la posición que tú quieras. 584

Tragó saliva y cerró los ojos durante unos segundos. Parecía estar
pensando seriamente en mi propuesta. Lo mejor de todo esto era que
sabía que no iba a ser capaz de rechazarla. 16

Sucio animal.607

—¿De la forma y posición que yo quiera? —preguntó, solo para estar


seguro.342
Sonreí y asentí.2

—¿Qué dices? ¿Tenemos un trato? —murmuré, tendiéndole una de mis


manos.51

Hunter miró mi mano y después me miró a mí. Repitió el mismo proceso


un par de veces hasta que finalmente estrechó mi mano. Y no solo eso,
sino que también tiró de mí para luego deslizar mis manos por mi nuca y
posteriormente, sellar nuestro trato con un beso. 375

Un gemido escapó de mi boca y antes de que pudiera darme cuenta, mis


manos ya estaban entre su cabello tirando de él todavía más cerca. 7

Una sonrisa triunfante se apoderó de mis labios.5

—Definitivamente tenemos un trato —exclamó él.


Capítulo 34
Hunter459

La última vez que presencié a una boda, fue cuando tenía


aproximadamente doce años. Prácticamente fueron los Presley quienes
me obligaron a asistir a la ceremonia de un familiar al cuál no conocía de
nada. En aquel entonces, yo era solo un niño que la mayor parte del
tiempo estaba molesto consigo mismo o con el resto del mundo. Odiaba
las reuniones familiares, odiaba las fiestas familiares, pero más odiaba
ver a los demás bailando, riendo u celebrando el hecho de que dos
individuos hubiesen decidido unir sus vidas en sagrado matrimonio. 327

No podía evitar preguntarme, ¿por qué alguien querría algo como eso en
primer lugar? ¿Cuál era el propósito de unir tu vida a la de otra
persona?189

«Para construir una vida juntos —fue la respuesta que Elizabeth Presley
le dio a mi pregunta—. Para amarse y respetarse hasta que la muerte los
separe.»310

Para un niño de doce años, esas palabras no habrían sido más que eso;
palabras. Para mí, esas palabras fueron solo un montón de mentiras. En
vida, mi padre jamás mostró respeto alguno hacia mi madre, todo lo
contrario. El amor que ellos tenían era doloroso y enfermizo. 176

Yo no quería eso para mí.70

Durante mucho tiempo, uno de mis temores más grandes había sido
terminar convirtiéndome en alguien igual a mi padre. Un hombre violento,
posesivo y enfermo de celos. Un hombre que actuaba por impulso debido
a sus ataques de ira, y no pensaba en las consecuencias que tendrían
sus actos.137

Hubo un punto de mi vida en el cuál yo cometí los mismos errores que él.
Lastimé a la mujer que amaba y la abandoné en el momento que ella
más me necesitó. A día de hoy, continuaba odiándome a mí mismo por
eso.365

Sin embargo, no estaba dispuesto a cometer los mismos errores otra


vez.97

Ahora, las palabras de Elizabeth tenían algo de sentido. "Construir una


vida junto a esa persona importante en tu vida; amarla y respetarla hasta
que la muerte los separe".123

Eso, sin duda, parecía una buena idea.167

—Joder macho, ¿por qué es tan difícil hacer un nudo? —refunfuñó


Trevor Frost frente a un espejo de forma ovalada, batallando con el
corbatín de su traje—. ¿No puedo solo no usarlo?305

—Lisa dejo estrictamente estipulado que lo usaras ya que su ramo de


flores es del mismo color —murmuró Christopher Gray, sentado
despreocupadamente en el sofá de la habitación. 371

Dejé escapar un largo suspiro y me acerqué al futuro novio para ayudarle


con esa tarea.78

—No sería tan difícil de hacer si no te temblaran tanto las manos —


exclamé.79

—No puedo evitarlo, estoy muy nervioso. ¿Qué tal si Lisa se da cuenta
de que casarse conmigo es un error? O peor, ¿qué tal si decide fugarse y
dejarme plantado en el altar? —se aclaró la garganta—. Diablos, estoy
empezando a sentir nauseas. Creo que estoy embarazado.1.2K

—Eso no va a pasar, relájate un poco —cuando terminé de hacerle el


nudo, miré a Chris con algo burla—. ¿Te imaginas que la novia se dé a la
fuga con el juez que los va a casar?577

Chris sonrió igual de socarrón que yo.98

—Hombre, justo estaba pensando lo mismo. Sería genial. 301

—¡¿Acaso quieren verme vomitar?! —se quejó el cuatro ojos—. Porque


se los advierto, si llego al altar con el traje manchado de vómito, Lisa les
va a arrancar la cabeza.173

—Eso si no se ha fugado con el juez —murmuré, con una media


sonrisa.434

Chris levantó una mano para chocar su puño con el mío. 278

—Muy buena.17

—¡Ya basta! ¡Fue una terrible idea invitarlos a mi boda! 137

—Tranquilo viejo, solo estamos bromeando —Chris, quien tenía la mitad


de la pierna izquierda enyesada debido al accidente de coche del que fue
víctima hace un par de semanas, se levantó del sofá con la ayuda de sus
muletas y se acercó a nosotros—. Además, si Lisa se fuga con el juez,
Cross siempre puede tomar su lugar. 442

Trevor se giró a mirarme con ojos soñadores. 193

—¿Te casarías conmigo en caso de que Lisa decida plantarme?611

—Ni en tus sueños, primero me voy con el juez. 982


De nuevo, Chris levantó una mano para chocar su puño con el mío. 137

—Buenísima.106

—¿Por qué siguen chocando los puños? Yo también quiero hacerlo. 284

—No puedes, se supone que estamos burlándonos de ti —le dije.186

—Pero...48

—Cuando yo también sea un hombre casado, vamos a poder chocar los


puños mientras nos burlamos de este idiota —exclamó Chris,
señalándome, mientras le guiñaba un ojo el Trev. 155

—¿En serio? —él asintió y Trevor se giró a mirarme—. Pero, ¿no se


supone que tú también compraste un anillo de compromiso el mismo día
que Chris? ¿Aún no se lo has dado a Ellie?143

Abrí la boca para responder, pero el idiota de la pierna rota fue más
rápido que yo.61

—Oh, lo hizo. El problema fue que Ellie no le dio una respuesta. 267

—¿Significa que te rechazó?39

—No —me apresuré a responder.217

—Sí —contestó el otro idiota—. Prácticamente lo mandó por un tubo.259

—Vaya, no tenía idea... venga, te presto mi hombro para que puedas


llorar.362

En lugar de eso, le propiné un fuerte puñetazo en el hombro izquierdo.


Trevor hizo una mueca de dolor y rápidamente dio un paso atrás,
tocándose el área afectada.62
—¡Mierda Hunter! ¡¿Acaso quieres que me case con un hombro
dislocado?! 156

—¿No quieres casarte también con una pierna rota? Así Chris y tú irían
combinados.493

—No, gracias. Pero aprecio tu oferta.61

—¿Qué fue lo que respondió Ellie cuando le propusiste matrimonio? —


curioseó Chris.7

Estuve a nada de poner los ojos en blanco, pero al final, decidí


confesarles lo ocurrido.3

—Me preguntó por qué razón quería casarme con ella. 36

—¿Y? ¿Cuál fue tu respuesta?26

—¿Qué otra podría ser? Quiero casarme con ella porque la amo.427

—Joder, que tierno... —soltó Trevor, quién al percatarse de la mirada


asesina que había aparecido en mis ojos, dio un respingo y retrocedió
todavía más—. Quiero decir, bien, así se habla.546

—¿Y luego? —insistió Chris, claramente interesado en el tema.28

Suspiré y me pasé una mano por el pelo. 4

—No supo que responder, creo que no estaba preparada para una
situación como esa, así que le dije que no necesitaba una respuesta en
ese momento, que lo único que quería era que guardara el anillo consigo
hasta que estuviera lista para darme un sí o un no. 291

—Espera un segundo, ¿eso significa que ella se quedó con el anillo? 27

—Sí.4
—Hmm...45

La sonrisa que comenzó a formarse en los labios del friki idiota no me


pasó desapercibida.106

—¿Por qué razón estás sonriendo como un idiota? —quise saber.40

—Nada, no es nada. Solo estaba pensando que, si yo fuese Ellie,


vendería el anillo.982

—Hombre, estaba pensando exactamente lo mismo —exclamó el idiota


de la pierna rota, levantando su mano—. Venga cuatro ojos, choquemos
los puños.466

—¿Eh? ¿De verdad?137

—Claro.8

—¿Acaso quieren morir? —exclamé justo antes de que esos dos


chocaran los puños. Ambos se paralizaron al instante—. Porque parecen
desperados por cavar sus propias tumbas. 224

Chris fue el primero en bajar la mano para luego tratar de salvar su


pellejo.38

—Oye, fue Trev quien lo dijo en voz alta, yo solo lo pensé. 151

Trevor se giró a mirarlo totalmente pasmado ante su traición. 54

—¡Pero fuiste tú quien dijo que chocáramos los puños para burlarnos de
él!125

—¿En serio? Ya no me acuerdo. Creo que el golpe que me di durante el


accidente fue demasiado grave. Nadie debería golpear a un hombre
herido, ¿no estás de acuerdo, Hunter?271
—No puedo creer que me estés vendiendo.35

—¿Ya viste la cara de este tipo? Es la cara que pone cuando quiere
golpear a alguien, y ese alguien no quiero ser yo. Ya bastante tengo con
una pierna rota.99

—Yo he sido su saco de boxeo desde el prescolar, sin mencionar que


hoy es el día de mi boda. Si alguien va a ser golpeado, no debería ser
yo.157

—¿Ves esto, cuatro ojos? —murmuró Chris, abriendo la boca para


señalar uno de sus dientes delanteros—. Este es un diente que tuvo que
ser reimplantado luego de que este idiota me lo tirara de un puñetazo
hace cinco años. ¿Escuchaste bien? Tuvieron que reimplantármelo.1.2K

—¿Y? —gruñó Trevor, señalando su hombro izquierdo—. ¿Ves esto,


abogado mediocre? Desde que tengo memoria, Hunter se ha encargado
de golpearme en este hombro hasta el cansancio, ni siquiera sé como es
que sigue unido a mi cuerpo.510

—¿Han tenido que reimplantarte el brazo?111

—Bueno, no pero...4

—Entonces no es lo mismo, ya está, decidido. Hunter, si vas a golpear a


alguien tiene que ser él.279

—¡¿Qué?!13

Afortunadamente para mí, como para mi dolor de cabeza, un par de


golpes en la puerta del salón en donde nos encontrábamos fueron más
que suficientes para callar a esos dos. Segundos después, la encargada
de organizar y verificar que todo estuviera en orden en cuanto al asunto
de la boda asomó la cabeza y sonrió al vernos a los tres.14
—¿Ya está listo el novio? La ceremonia dará inicio en veinte minutos —
anunció la mujer.16

Trevor abrió la boca para responder, pero de su boca no salió ni una sola
palabra. Su rostro palideció y me miró con nerviosismo. Le di una
palmada en la espalda para tranquilizarlo.64

—No se preocupe, el novio estará listo en unos minutos —hablé.4

—De acuerdo, se los encargo chicos. Ah, y nada de retrasos,


¿entendido?17

Chris y yo asentimos. Después de que la mujer abandonara la


habitación, Trevor se dejó caer en el sofá y se cubrió el rostro con ambas
manos. Cualquiera podía darse cuenta de que este chico estaba
muriéndose de los nervios. Aquello me causó cierta gracia. 35

—Oye, ¿estás bien? —le preguntó Chris, tocándole el pie con una de sus
muletillas—. No vayas a vomitar, recuerda que Lisa va a enfadarse si
llegas al altar con el traje manchado de vómito. 76

—Veinte minutos —murmuró Trevor, aún con ambas manos en el


rostro—. Voy a casarme con la mujer de mis sueños en solo veinte
minutos. Sean sinceros conmigo, chicos, ¿estoy soñando? ¿En realidad
estoy postrado en la cama de un hospital imaginando todo esto y cuando
despierte, voy a descubrir que ya no tengo piernas y que todo fue un
sueño?553

—Necesitas un trago —exclamé—. O la mitad de un trago, de lo contrario


te pondrás ebrio.144
—No, lo que necesito es un golpe —antes de que pudiera decir algo, me
interrumpió—. Ah no, un golpe tuyo podría mandarme directo al hospital.
¿Chris, serías tan amable de...? ¡Auch! 331

Christopher sonrió con malicia después de golpearlo con una de sus


muletas.166

—Tengo un amor-odio por estas cosas —soltó, mirando sus dos armas.91

—Ese fue un buen golpe, Gray .79

—Lo aprendí del mejor, Cross.468

—Bien, de acuerdo, creo que sí necesito un trago —aulló Trevor,


sobándose la rodilla.3

—¿Quieres que vaya por una botella de champaña? —ofrecí.68

—Sí, por favor. Pero no tardes, recuerda que me caso en veinte


minutos.22

—No lo haré —le aseguré, antes de salir de la habitación. 201

El Hotel Plaza de Nueva York era un hotel de lujo ubicado en la quinta


avenida de Manhattan. Por fuera el edificio era muy similar a un castillo
de estilo renacentista francés, mientras que por dentro era elegante y
pintoresco. Al llegar al salón en donde se llevaría a cabo la ceremonia,
me di cuenta de que no era la única persona que había ido por una
botella. Annalise estaba de pie junto a la barra, bebiendo el contenido de
una burbujeante copa de champaña de un solo trago. Verla hacer una
mueca debido al ardor en su garganta me hizo sonreír. 285
Sin pensarlo dos veces, me acerqué a ella y le rodeé la cintura con
ambos brazos. Annalise pegó un pequeño brinco que casi deja caer la
copa que sostenía entre sus manos.83

—¡Santo cielo, me asustaste! —se quejó.5

—Lo siento nena, te vi y no pude resistirme.399

Se dio la vuelta para mirarme y sonrió. Joder, se veía preciosa. Se había


rizado el cabello rubio y lo tenía recogido en la coronilla. Llevaba puesto
un vestido azul pálido que se ajustaba a su cuerpo como si se tratase de
segunda capa de piel. Una parte de mí quería tomarla entre mis brazos,
llevarla a una habitación y hacerla mía, pero tuve que contenerme. 226

—¿Qué estás haciendo aquí? —me preguntó, examinando mi atuendo.1

—Trevor necesitaba un trago, así que vine por una botella de


champaña.1

—¿Está nervioso por la boda?1

—Muy nervioso —murmuré, mis ojos viajaron al escote de su vestido—.


Demasiado diría yo.250

—Lista también está nerviosa. Creo que se está arrepintiendo de


casarse.186

Aquello me hizo mirarla de nuevo a la cara. 4

—¿Qué? ¿Hablas en serio? —Trevor va a llorar, pensé.192

Sonrió y negó con la cabeza mientras dejaba escapar una risita. 1

—No, solo estoy bromeando —torció un poco la nariz e hizo un mohín—.


No quería decir esto, pero una de mis fantasías era verte usar un traje
negro algún día. Te queda muy bien.185
—¿Eso crees? —asintió. Acerqué mi rostro al suyo para besarla, pero no
lo hice. Esto de contenerse era demasiado difícil—. Yo también tengo
una fantasía —exclamé.12

—¿Ah sí? ¿Y cuál es?3

Pegué mi boca a su oreja y susurré:2

—Hacerte el amor aquí y ahora.464

Sus mejillas se calentaron y su respiración se aceleró ligeramente. 1

—¿Estás loco? —sonreí con malicia y la acerqué aún más a mi cuerpo. 2

—La ceremonia es en veinte minutos —continué—. Tenemos tiempo


suficiente.117

—Pero... —dejó la frase a medias cuando saboreé la piel de su cuello


con la lengua.72

—Seré rápido, lo prometo.244

Después de pensarlo un rato, Annalise tragó saliva y me tomó por las


solapas del traje.81

—Si llegamos tarde a la boda será solo por tu culpa —gruñó antes de
besarme en los labios.194

Aquello fue algo que me tomó por sorpresa, pero no tardé demasiado en
recomponerme y tomar las riendas de la situación. Su boca sabía a
champaña y sus labios aún estaban fríos. Besarla era una de mis
actividades favoritas, pero también lo era acariciarla en todas partes.
Quería morder su cuello y enterrarme muy profundo dentro de ella, pero
no podía hacerlo.86

Al menos no aquí, en la barra de bebidas. 32


Cuando Annalise rompió nuestro acalorado beso, se relamió los labios y
sonrió. Sus pupilas estaban dilatadas, su rostro había enrojecido y su
respiración era un desastre. Verla en ese estado me volvía loco y me
excitaba más que cualquier otra cosa en el mundo. 44

—No podemos hacer esto aquí —murmuró sin dejar de mirarme los
labios. Me sujetó del brazo izquierdo y comenzó a tirar de mí—. Ven,
sígueme.302

Una sonrisa amenazó con tirar de mis labios. 2

Al final decidí obedecerla y la dejé guiarme a donde sea que ella quería
llevarme. No mucho tiempo después, terminamos encerrados en un
pequeño cuarto de insumos del hotel, devorándonos la boca. Ahora que
Annalise y yo vivíamos juntos, prácticamente hacíamos el amor todos los
días, sin embargo, el deseo sexual que había entre nosotros parecía no
disminuir nunca.394

—Hunter... —jadeó cuando levanté la falda de su vestido y presioné mi


erección contra sus glúteos—. Hunter...231

Tomé el elástico de sus bragas y las deslicé por sus piernas hasta que
estas dejaron de ser un obstáculo entre nosotros. Posteriormente, llevé
una de mis manos a la humedad de sus pliegues y gruñí. Introduje un
dedo en su interior, causando que de su boca salieran excitantes sonidos
mientras se retorcía de placer entre mis brazos. Estaba muy mojada, lista
para recibirme.130

Desabroché mis pantalones con una sola mano y liberé aquella tensión
acumulada en mi entrepierna. Annalise dejó escapar un fuerte gemido
cuando presioné la punta de mi miembro en su delicada entrada. Sonreí
antes de comenzar a mover la cabeza de mi pene entre sus resbaladizos
pliegues, estimulándola un poco más antes de hundirme dentro de ella.
Finalmente cuando sentí un ligero temblor en sus muslos, la tomé por las
caderas y la penetré de una sola estocada. El gemido que salió de su
boca casi hizo que me corriera dentro de ella. 352

—Si continuas haciendo tanto ruido alguien va a oírnos —susurré muy


excitado contra su oreja, embistiéndola con mi cuerpo una y otra vez. 102

Annalise presionó su frente contra la pared frente a ella y se llevó una


mano a la boca, tratando inútilmente de acallar sus incontrolables
gemidos. Estar dentro de ella era una sensación increíble y
enloquecedora. Su interior era tan estrecho y cálido que llenarla por
completo me fascinaba bastante, siempre invitándome a llegar más
profundo. Sin importar cuantas veces la hiciera mía, nunca era suficiente.
Continuaba queriendo más y más de ella. 109

Joder, iba a terminar volviéndome loco.4

—Te amo —murmuré al sentir que Annalise estaba por alcanzar el


clímax—. Te amo nena.626

Entonces, como si mis palabras se trataran de algún tipo de estimulante,


algo dentro de ella se contrajo y su cuerpo entero se retorció. Gimió una
vez más mientras experimentaba el placer y los estremecimientos del
orgasmo. Por mi parte, hizo falta solo un par de embestidas más para
obtener la liberación que tanto necesitaba. Me hundí hasta lo más
profundo y me corrí en su interior a chorros calientes. Aquello hizo que
Annalise se retorciera una vez más.225

Minutos más tarde, besé su cuello y salí de su interior.

—Lo lamento nena, no quería correrme dentro —exclamé con un poco


de culpa mientras me abrochaba los pantalones. 533
—Está bien, no me molesta.112

Cuando terminó de arreglarse el vestido, se acercó a mí para ayudarme


con los botones de mi camisa blanca que ella misma se había encargado
de desabotonar, y también me ayudó a hacer el nudo del moño de mi
traje. La expresión que ponía justo después de un buen orgasmo era de
mis favoritas, sin mencionar aquel brillo en sus ojos y mejillas. Sin poder
evitarlo, me incliné sobre ella y la besé de nuevo. Sonrió como una niña
pequeña después de hacer una travesura.140

—Podría estar encerrado contigo aquí todo el día —dije.12

—Yo también —admitió, besándome de vuelta antes de tomar mi mano y


mirar el reloj en mi muñeca—. Pero ya es tarde, será mejor que salgamos
de aquí antes de que comiencen a buscarnos. Después de todo,
nosotros somos los padrinos de anillos.191

—Tienes razón —besé el dorso de su mano—. Andando.


Capítulo 35
Ellie272

En cuanto las primeras notas musicales de piano comenzaron a filtrarse


armoniosamente en la habitación, Mera, la mujer que estaba a cargo de
la organización y supervisión de la boda, nos pidió a Marisa, Lexie y a mí
que formáramos una fila. El plan era el siguiente; como damas de honor,
cada una de nosotras caminaría por un largo pasillo de alfombra que
dividía a los invitados en dos secciones, esto para guiar a la novia al
altar, donde su futuro esposo la esperaba. 175

—A mi señal —exclamó Mera, presionando un pequeño auricular contra


su oreja—. Ahora.54

La primera en salir y atravesar aquel pasillo de alfombra fue Marisa;


quien al igual que Lexie y yo, vestía un precioso vestido de seda en color
azul. Segundos más tarde, Mera hizo un gesto con las manos y la
siguiente en abandonar la habitación fue Lexie, no sin antes mirar hacia
atrás y sonreírle a la futura novia. Finalmente, cuando llegó mi turno de
salir, Lisa tiró del listón de mi vestido en la cintura llamando mi
atención.44

—¿Qué sucede? —le pregunté, tenía el rostro muy pálido. 8

—Creo que voy a vomitar...207

Me acerqué a ella y la tomé de ambas manos. 2

—Está bien, es normal que estés nerviosa. Pero te diré algo, una vez que
salgas ahí fuera y veas el rostro de Trevor esperándote en el altar, todos
esos nervios desaparecerán.41
—No lo sé, yo... yo...9

—¿Qué es?4

—Creo que estoy embarazada.886

—¿Eh? —fruncí las cejas—. ¿Tú estás...? ¿Estás embarazada?68

Asintió con los ojos llenos de lágrimas. 5

—Últimamente he estado teniendo muchas nauseas —murmuró,


sujetando mis manos con más fuerza—. Y tengo un retraso de varias
semanas, así que ayer compré una prueba. 120

—¿Salió positiva? —me atreví a preguntar.7

—Sí.369

—Oh por Dios, Lisa... ¡felicidades! ¿Trevor ya lo sabe? 33

—No, él todavía no sabe nada. Creo que es por eso que quiero vomitar,
las náuseas por los nervios de la boda y por no saber cuál será su
reacción son demasiado...22

—De acuerdo, hagamos esto. Quiero que cierres los ojos e inhales y
exhales al mismo tiempo que yo, ¿está bien? —de nuevo, ella solo
asintió—. Bien, ahora cierra los ojos e inhala... y exhala... 11

Aquello era un método que solía utilizar cada vez que era víctima de un
ataque de pánico en las calles, me gustaba porque me ayudaba a
tranquilizarme ante cualquier situación y por lo tanto, esperaba que de
alguna forma le resultara de ayuda a Lisa para controlar sus nervios. 73

—Chicas, tienen que salir ahora —irrumpió Mera desde la puerta.35


—Solo será un segundo —exclamé, antes de regresar la atención a la
novia—. Una vez más, inhala... y exhala... bien, lo estás haciendo muy
bien Lisa. Ahora, quiero que repitas justo después de mí: Voy a
casarme...41

—Voy a casarme... —repitió, obedeciendo mis órdenes.6

—Con el hombre que amo.7

—Con el hombre que amo.92

—Hoy va a ser el día más feliz de mi vida. 3

—Hoy va a ser el día más feliz de mi vida. 4

—La boda será todo un éxito...5

—La boda será todo un éxito...225

—Todo va a salir estupendamente bien.5

—Todo va a salir estupendamente bien.26

—Y no pienso vomitar...7

Sonrió, aún con los ojos cerrados.1

—Y no pienso vomitar —repitió, riéndose.89

—Hasta decir sí acepto e intercambiar anillos. 2

—Hasta decir sí acepto e intercambiar anillos.9

—Ahora abre los ojos —eso hizo—. ¿Te sientes mejor?26

La novia que hace solo unos segundos estaba a punto de llorar y


vomitar, tenía ahora una enorme sonrisa en el rostro. Se mordió el labio
antes de lanzarse sobre mí y abrazarme con fuerza.7
—No sabes cuánto te quiero, Ellie.283

—Yo también te quiero, Liz.34

—Señoritas... —murmuró Mera con una sonrisita de apuros—. Es hora.4

—¿Estás lista? —le pregunté a la futura novia.8

Lisa tomó su ramo de dalias azules y asintió con la cabeza.8

—Sí, muy lista. Hagámoslo.

Después de eso, tomé mi posición frente a la puerta de la habitación y


salí de ahí.

Lo primero que noté mientras atravesaba el gran pasillo de alfombra


entre todos los invitados, fue que la mayoría de ellos parecían aliviados
al verme salir luego de haber demorado tanto. Por supuesto, cualquiera
habría imaginado lo peor en una situación como esa; un ejemplo sería
que la novia podría haberse arrepentido de casarse a último momento y
yo, como buena amiga suya, le había ayudado a fugarse.391

Aquel pensamiento me hizo sonreír. 7

En el altar, Trevor Frost se encontraba parado con un juez detrás de él,


mientras que a su lado, se encontraban Chad Prescott, Christopher Gray,
y por supuesto, Hunter Cross. Cuando mis ojos se encontraron con los
de este último, él aprovechó para guiñarme un ojo. Inmediatamente sentí
como se calentaban mis mejillas, pues el recuerdo de lo que habíamos
estado haciendo minutos antes de la boda, en unos de los cuartos de
almacenamiento del Plaza Hotel, me hizo sonrojar.215

—¿Por qué tardaste tanto? —susurró Lexie cuando me posicioné junto a


ella.2
—Lo siento, Lisa estaba muy nerviosa.1

—Por un momento creí que no habría boda.2

Sonreí y negué con la cabeza.

—Está bien, logró tranquilizarse.

—Oh Dios, mira quién viene ahí, mi pequeña bebé —comentó Lexie con
una sonrisa.280

La siguiente en recorrer el pasillo de alfombra fue Valentina, quién lucía


excesivamente adorable en un pequeño y hermoso vestido azul hecho a
la medida. En las manos, la pequeña sostenía una canasta con pétalos
de rosas blancas, los cuales dejaba caer conforme avanzaba. 349

Finalmente, las notas del piano se detuvieron y en su lugar, la orquesta


comenzó a tocar. Lisa apareció al final del pasillo escoltada por su
padre.6

Lo primero que pensé al verla fue que era la novia más hermosa que
había visto; su vestido era un corte princesa en color blanco, con escote
en forma de corazón y hombros caídos. Llevaba el cabello recogido en
una media coleta con un montón de rizos color cobre, mientras que su
velo de novia, largo y hermoso, la hacía ver como una verdadera
princesa de cuentos de hadas.230

Cuando Lisa y su padre terminaron de recorrer aquel interminable pasillo,


Trevor se acercó a la hermosa novia y tomó orgullosamente su mano. La
ceremonia comenzó, y la música se transformó lentamente en una nueva
canción, suave y romántica. Los novios hicieron votos sencillos y
tradicionales, aunque todos los presentes estallaron en carcajadas
cuando sorpresivamente ambos agregaron frases como "prometo ver las
pelis de terror que tanto te gustan y yo odio" por parte de Trevor, y un
"prometo disfrazarme de tu personaje favorito de Star Wars" por parte de
Lisa.724

Entonces, el juez llamó a los padrinos de anillos. 24

Hunter y yo dimos un paso al frente, sosteniendo pequeñas almohadillas


donde se encontraban los anillos que Lisa y Trevor iban a intercambiar.
En cuanto mis ojos se encontraron con los de Hunter, sentí de nuevo un
cosquilleo que me recorrió toda la espina dorsal. De nuevo, me sonrojé
en cuestión de segundos. Aquello parecía divertirlo, dado que una
sonrisa tiró de sus labios al verme ruborizar sin poder evitarlo. 195

Una vez terminada nuestra tarea, regresamos a nuestros lugares para


presenciar el resto de la boda.

—¿Acepta usted como esposo al joven Trevor Frost? —le preguntó el


juez a Lisa.218

—Sí, acepto —pronunció ella con voz ahogada, tratando de no llorar. 3

—¿Acepta usted como esposa a la joven Lisa Christina Blondeau? 196

—Sí, acepto —juró Trevor, con una sonrisa tan grande en su rostro que
amenazaba con partirlo en dos.73

—En ese caso los declaro, marido y mujer. Puede besar a la novia. 942

***14

La boda se transformó suavemente en la fiesta de recepción más ruidosa


y escandalosa a la que había asistido nunca. Después de que los novios
tuvieran su primer baile, una banda de jazz apareció de sorpresa, lo que
hizo que la mayoría de los invitados se levantaran de sus lugares para
bailar felizmente al ritmo de la música. 38

Hunter por supuesto no dudó en sacarme a bailar. 171

Seguirle el paso era sencillo, sobre todo cuando las canciones eran
lentas y casi podías saborear el sonido del saxofón. Todo era alegría y
felicidad, lo que no sabía en ese instante era que esos sentimientos
podían disiparse con solo un mensaje de texto. 243

Aquello me hizo poner los pies de nuevo en la tierra.

¿Te estás divirtiendo?667

9:23 pm.5

Se me pusieron los pelos de punta. Por fortuna, Hunter y yo habíamos


tomado un breve descanso y él había aprovechado ese momento para
salir a fumarse un cigarrillo.53

—¿A dónde crees que vas? —preguntó Lexie al encontrarme camino a la


salida del salón.63

—Al baño.355

—Ah no, no puedes. Lisa está a punto de lanzar el ramo. 87

—¿El ramo?41

—Ven conmigo —dijo, tomándome de la muñeca.171

Lexie terminó arrastrándome al centro de la pista de baile, donde un


montón de chicas se habían reunido con anticipación. Con la ayuda de
Trevor, Lisa se subió a una silla y luego se colocó de espaldas para
lanzar su ramo de flores a todas las chicas que lo esperaban. Fruncí el
ceño y miré de nuevo la pantalla de mi celular. Algo como atrapar el ramo
era la última de mis preocupaciones, todo lo que podía pensar en ese
momento era en él, en Michael y sus mensajes. 127

Podía escuchar los murmullos alegres de las chicas a mi alrededor, la


música, las risas, pero todo eso sonaba como algo muy lejano. Me
temblaban las manos y sentía la frente fría. Mi cabeza comenzó a dar
vueltas. Necesitaba salir de ahí, necesitaba tomar un poco de aire ahora,
o si no...2

Entonces, algo aterrizó directo en mis manos, justo sobre mi celular.641

Un segundo... ¿eso en mis manos era...? ¿Por qué...?215

—¡Felicidades! —me animó una chica junto a mí.26

—¡Esa fue una buena atrapada! —dijo otra.97

—¿Qué? Pero yo no... —ni siquiera estaba prestando atención, pensé. 27

¿Cómo fue que el ramo voló directo a mis manos?234

Mi cabeza seguía dando vueltas, me sentía como alguien que acababa


de recibir dos bofetadas, una después de otra. Pestañeé varias veces y
me concentré en el ramo. Lexie me tomó por los hombros y me sacudió
suavemente.4

—¡Espabila! ¿Sabes lo que esto significa?60

—Sí, algo así... —sacudí la cabeza y le di el ramo a ella—. Toma,


necesito ir al baño.63

—¿Qué sucede? ¿No te sientes bien?

Negué con la cabeza y forcé una sonrisa en mis labios.

—No es eso, es solo que...


—¡Oh por Dios, Ellie! ¡Atrapaste el ramo! —chilló Lisa, acercándose a
nosotras a toda prisa.

—¡Significa que eres la siguiente en casarse —agregó Marisa,


sumamente emocionada.300

—No, la siguiente en casarse es Lexie —murmuré, señalándola con un


gesto de cabeza.1

—El ramo te pertenece a ti, no a mí —gruñó ella, cruzando los brazos


sobre su pecho.17

—No puedes cederlo, así no funciona la tradición. 2

—Lisa tiene razón, además, debiste haber visto como voló directo a tus
manos.2

Dejé escapar un suave suspiro.

—De acuerdo, lo aceptaré. Pero ahora, chicas, de verdad necesito ir al


baño —mentí.185

Necesitaba un momento a solas.

—Bien, está bien. Ve al baño. Ah, pero llévate tu ramo. 77

Puse mala cara y tomé el ramo de vuelta antes de marcharme. 21

Para mi buena suerte, el baño del lugar resultó estar totalmente vacío.
Sin pensármelo dos veces, me aproximé a uno de los lavabos y dejé mi
bolsa y ramo de dalias azules sobre la barra de mármol. Tragué saliva y
mojé mi frente. Las manos habían dejado de temblarme, pero mi corazón
seguía muy acelerado. Lo que había en mi interior ahora mismo era una
especie de guerra entre mis sentimientos. Una parte de mi se sentía feliz
por haber atrapado el ramo (lo cuál me parecía bastante tonto), mientras
que la otra parte se sentía aterrorizada por el mensaje de texto que había
recibido minutos atrás.20

—¿Qué vas a hacer ahora? —exclamó una voz familiar—. ¿Vas a dejar
todo de lado e irás con esa persona cuando él te lo pida, o vas a dejar de
tenerle miedo y enfrentarlo?296

—¿Por qué siempre apareces en momentos como este? —murmuré en


voz baja, mirando a la chica que me miraba de regreso en el espejo. 63

Sonrió y se encogió de hombros.85

—Porque yo soy quién piensa de manera racional cuando se trata de


él.176

—¿Racional? —bufé—. Tú sabes cómo es él. Michael es capaz de


levantar el infierno si es necesario con tal de lograr sus objetivos. Si no
obedezco sus órdenes, entonces él...45

—¿Qué? ¿Va a lastimar a quienes amas? —se rio—. ¿Sabes? Yo sí


estoy dispuesta a correr ese riesgo.222

—¿Te has vuelto loca?3

—Cariño, ¿quién está hablando con su propio reflejo? —buen punto—


. ¿Acaso ya lo olvidaste? La razón por la cual fui creada por tu mente, es
porque yo personifico todo aquello que tú no te atreves a decir en voz
alta. En realidad no le temes a Michael, al contrario, quieres enfrentarlo.
Estás dispuesta a poner todo lo que quieres en riesgo con tal de obtener
tu libertad, ¿por qué? Porque estás cansada de tener miedo. Y por
supuesto y no menos importante, amas tanto a Hunter, que deseas
aceptar su propuesta de matrimonio en este mismo instante, ¿me
equivoco?550
—Ya basta, es suficiente —tomé mi bolso de la barra con brusquedad y
di media vuelta para marcharme de ahí, sin embargo, algo cayó al
suelo.75

Se trataba de la pequeña caja de terciopelo azul que Hunter me había


dado a guardar. Al caer, la caja se abrió y el precioso anillo que
permanecía en su interior salió disparado de su lugar. 65

—Demasiadas coincidencias por hoy, ¿no crees? —se burló esa


vocecilla en mi cabeza.226

Molesta, apreté los dientes y me agaché para recoger el anillo del suelo.
Me gustaba llevarlo conmigo a todos lados, escondido en mi bolso,
porque todavía me parecía un tanto irreal que Hunter de verdad me
hubiese propuesto matrimonio. De esa forma, al sentir el peso de este en
el bolso, podía asegurarme de que no había sido un sueño, sino que en
realidad sucedió.21

Antes de abandonar el baño del hotel, miré el ramo de dalias azules


sobre la barra del lavamanos y fruncí el ceño. Era un ramo precioso,
demasiado como para solo dejarlo ahí botado.

Al final, regresé por él y salí de ahí. 126

***5

Localizar a Hunter no fue difícil, después de todo, el salón del Plaza Hotel
donde se estaba llevando a cabo la fiesta de recepción contaba
solamente con un balcón, y el único lugar a donde un fumador
compulsivo iría, era ahí.44

Cuando lo encontré, él estaba en medio de una llamada telefónica


mientras trataba de encender un segundo cigarrillo. Inmediatamente
puse mala cara y crucé los brazos sobre mi pecho. Aquel movimiento fue
suficiente para captar su atención.28

—Tengo que irme, te llamaré después —le dijo a la persona del otro lado
de la línea para luego colgar sin esperar una respuesta de su parte—.
¿Qué estás haciendo aquí? —me preguntó.2

—Vine a buscarte ya que me dejaste sola por demasiado tiempo —me


acerqué a él para quitarle ese segundo cigarrillo y lo apagué—.
Prometiste que solo sería uno.19

Una seductora sonrisa tiró de sus labios; deslizó una mano por mi cintura
y me pegó a él.71

—Tienes razón nena, lo siento —cuando se inclinó para darme un beso,


levanté el ramo de dalias y lo coloqué entre nuestras bocas. Hunter
frunció un poco las cejas—. ¿Qué es eso?355

—El ramo de la novia —expliqué, y luego agregué con orgullo—. Yo lo


atrapé.193

—Mmm...191

—¿Sabes lo que esto significa?37

Lo pensó unos segundos antes de decir:1

—¿Significa qué eres muy buena atrapando ramos de novias? 633

Sonreí y negué con la cabeza.1

—No, tonto. En las bodas existe una tradición en la que la novia lanza su
ramo a las invitadas que aún están solteras, y aquella que lo atrape... —
agité el ramo en mis manos—. Será la siguiente en casarse.34

Sus ojos brillaron con cierta fascinación.203


—Ya veo... una tradición interesante, debo admitir.75

—Claro que es solo una tradición —murmuré, colocándome un mechón


de cabello detrás de la oreja. Hunter no dijo nada, solo continuó
mirándome como si no entendiera. Al darme cuenta de su estado de
confusión, utilicé mi mano izquierda para arreglar el moño de su traje—.
No quiere decir que en realidad vaya a ser yo la siguiente chica en
casarse.389

Solo en ese momento, pareció percatarse del anillo de diamante que


brillaba resplandeciente en el dedo anular de mi mano izquierda. Sus
ojos me miraron con incredulidad.1K

—¿Eso es...?6

—Es un anillo bellísimo, ¿verdad? —sonreí e hice un mohín—. Pero si


has cambiado de idea...519

Ni siquiera tuve tiempo de terminar esa frase. Sus labios estuvieron


sobre los míos, besándome con tanta desesperación y deseo, que me
fue imposible no gemir suavemente en su boca. Enterré los dedos en su
pelo y respondí de la misma manera que él. A ninguno de los dos pareció
importarnos que nos quedáramos sin aire, todo lo que queríamos era
más y más de eso.87

—Dilo —murmuró contra mis labios, aún en medio de nuestro beso. 932

—Haz la pregunta —dije yo, respirando con dificultad.220

De nuevo, esa sonrisa tan suya que tanto me fascinaba, tiró de sus
atractivos labios.1

—Ellie Annalise Russell, ¿quieres casarte conmigo?938


Me mordí el labio con fuerza y asentí con la cabeza. 5

—Sí, sí quiero.1.7K

Sus manos me tomaron del rostro y me besó nuevamente, esta vez fue
un beso más largo que el primero. Me fue imposible no soltar una risita
boba, cosa que lo hizo sonreír todavía más. 6

Ese día tomé una decisión.76

Mi otra yo tenía razón.411

La verdad era que estaba dispuesta a poner todo en riesgo con tal de
obtener mi libertad; estaba cansada de tener miedo. 445

Pero sobre todo...2

Deseaba convertirme en la esposa de Hunter Cross.


Capítulo 36
Ellie292

Una vez terminada la fiesta de recepción (a las casi dos y media de la


madrugada), los recién casados se despidieron de sus invitados y luego
partieron directo al aeropuerto internacional de La Guardia, para tomar
un avión privado que los llevaría a Bora Bora, una pequeña isla en la
Polinesia Francesa donde celebrarían su maravillosa luna de miel. Cabe
mencionar que dicho viaje había sido planeado en secreto por Lexie y
por mí, y lo que hacía más divertido todo este asunto, era que ni Lisa ni
Trevor tenían la menor idea de que ese sería su destino. 237

—Todavía no puedo creer que nuestra Tonta Blondeau se haya casado


—murmuró Lexie, sosteniendo a Valentina que dormía profundamente
entre sus brazos.99

—Lo sé, ¿quién iba a pensar que terminaría casándose con un friki? —
bromeé.221

Lexie se rio y asintió con la cabeza. 6

—Es un buen chico. Quizás demasiado friki, pero es un buen chico. 83

—De eso no hay ninguna duda.4

—¿Crees que estuvo bien elegir Bora Bora para su luna de miel? —me
preguntó.62

—Bueno, la otra opción era Maldivas, que es básicamente lo mismo,


pero con más limitaciones —respondí, encogiéndome de hombros—. Así
que realmente creo que fue una buena elección. 327
—Eso espero, no por nada estuvimos rompiéndonos la cabeza durante
dos semanas planeando todo para que no les vaya a gustar el lugar. 9

En ese momento, Hunter y Christopher salieron del Plaza Hotel y se


acercaron a nosotras; este último tomó a Valentina de los brazos de
Lexie, mientras que Hunter me rodeó por la cintura para luego darme un
beso en la sien. Me fue imposible no sonreír ante ese gesto de su
parte.318

—Es tarde, deberíamos irnos —murmuró Hunter contra mi oreja.95

Asentí con la cabeza y miré a Lexie.1

—Ustedes también deberían irse, Vale necesita con urgencia llegar a su


cama.65

—Sí, tienes razón —mientras nos despedíamos, Lexie se acercó a mí


una vez más y susurró en voz terriblemente baja—. No creas que no me
di cuenta del anillo en tu dedo, eh.422

Mi rostro se calentó.3

Después de que Christopher y Lexie se marcharan, Hunter no perdió el


tiempo y me llevó inmediatamente a su departamento. Ahora que
vivíamos juntos, nuestra relación se había vuelto más íntima y mucho
más sexualmente activa que antes. Hacíamos el amor al despertar,
después del trabajo y luego antes de dormir. Vivir con Hunter era
increíble, me sentía como en un sueño.481

—¿Estás cansada? —preguntó cuando llegamos a nuestro hogar. 224

Dejé mis cosas sobre la barra y negué con la cabeza. 1

—¿Tú?2
—No —respondió.113

Acto seguido, me atrajo hacia él y presionó su boca contra la mía,


besándome apasionadamente. Por mi parte, hice lo que había estado
deseando hacer desde que lo vi usando un traje negro: lo tomé de la
solapas de su traje y le devolví el beso. Hunter me agarró por la cintura y
llevó hasta el sofá de la sala, donde se sentó conmigo a horcajadas
sobre él. Aquella posición era una de mis favoritas, me gustaba porque
me hacía sentir que yo tenía el control. 313

Con una pierna a cada lado de su cuerpo, le abracé a la altura de los


hombros y profundicé aún más nuestro beso. Lamí y mordisqueé su labio
inferior, para luego balancear las caderas contra él, rozando la dura y
creciente erección dentro de sus pantalones. Hunter comenzó a emitir
sonidos eróticos al soltar el aliento con fuerza, los cuales me parecieron
de lo más excitantes.243

—Nena... —murmuró apenas llevé una de mis manos a la bragueta de su


pantalón.493

Cuando tomé su miembro entre mis manos, él se puso rígido pero no


intentó detenerme, así que comencé a acariciarlo de arriba abajo, de la
raíz a la punta. Hunter apretó los dientes y buscó bajo la falda de mi
vestido hasta encontrar mis bragas, las cuales rasgó con un rápido
movimiento para después lanzarlas a un lado. Gracias a esa esa manía
que tenía por romper mi ropa interior, había tenido que comprar
bastantes bragas nuevas estos últimos días. 538

Entonces, sus dedos acariciaron mis resbaladizos pliegues, moviéndose


de tal manera que era imposible para mi cuerpo no contraerse de placer.
Cerré los ojos, escondí la cara en su cuello y dejé escapar un fuerte
gemido cuando utilizó uno de sus dedos para penetrarme. 104

—Estás tan húmeda... —susurró contra mi oreja con un tono grave de


voz—. Apenas te he tocado y ya estás lista para recibirme... 270

—Hunter... —exclamé jadeante. No quería correrme de esta manera,


quería hacerlo con él dentro de mí. Solté algo parecido a un gruñido y
enterré las uñas en sus hombros, sobre la tela de su traje—. Por favor...63

—¿Por favor qué, nena? —se burló, sin dejar de mover sus hábiles
dedos.391

Me sacudí al sentir el orgasmo cada vez más cerca. 5

—Fóllame.174

—Eso estoy haciendo.92

Mi cuerpo entero se sacudió por segunda ocasión, pero me negué a


llegar al clímax.1

—No, no así....44

Vi el atisbo de una media sonrisa en sus labios. 13

Cediendo ante mis suplicas, Hunter dejó de acariciarme con los dedos y
en su lugar, me sujetó por los muslos. Podía sentir su erección
rozándome entre las piernas mientras se posicionaba debajo de mí.
Aquello me hizo desearle desesperadamente. Tragué saliva y observé
sin vergüenza como él tomaba su miembro con una mano, para luego
colocar la punta de este entre los pliegues de mi hendidura.179

—Joder —soltó Hunter enterrándose dentro de mí, muy despacio. 70


Diablos, sí, esto era lo que quería. Sentirlo dentro de mí, poseerle de
esta manera.145

Dejé escapar un suave quejido e inspiré profundamente, sintiendo una


deliciosa agonía en mi interior mientras me llenaba lentamente,
centímetro a centímetro. Una vez que estuvo completamente dentro de
mí, presionó sus labios contra los míos y comenzó a moverse. Estaba tan
húmeda y caliente que me deslizaba como la seda a lo largo de su
miembro con demasiada facilidad. Cada vez que lo hacíamos en esta
posición, él entraba tan hondo y profundo que casi no podía soportarlo,
pero a mi cuerpo no parecía importarle. Se sentía increíblemente bien. 285

Quizás las cosas habían comenzado lentas y pausadas, pero conforme


más creía la excitación y el placer entre nuestros cuerpos, más veloces e
impacientes se volvían sus embestidas. Le besé sin dejar de menar las
caderas, dejándome llevar por el ritmo que él mismo había impuesto. 10

—Hunter... —mustié, apretando los dientes.44

Los temblores que sacudían mi cuerpo eran solo una señal de lo que
estaba por venir. Él lo notó, así que me sujetó por las caderas y tiró de mi
hacia abajo para que yo recibiera sus embestidas con más fuerza.
Cuando ya no pude soportarlo, mordí su labio y me corrí con más
intensidad que nunca, gimiendo y estremeciéndome de nada más que
puro placer.196

Hunter me agarró de la nunca y gruñó con ferocidad, fue un sonido que


me fascinó y excitó al mismo tiempo. Sus caderas me embistieron un par
de veces más antes de correrse en lo más profundo de mi ser. Tomé su
rostro entre mis manos y lo besé sutilmente, reconfortándolo mientras él
dejaba escapar chorros de su semen caliente dentro de mí. 359

Sus brazos me rodearon por la cintura y me estrechó contra su cuerpo,


presionando su cara húmeda contra la curva de mi cuello. Yo le abracé
de vuelta, aferrándome a él. Nos quedamos así abrazados durante un
buen rato, tratando de recuperar el aliento. 54

—¿Qué tal estuvo eso? —lo escuché hablar al cabo de unos minutos.156

—Bien, demasiado bien —admití, besando su barbilla—. Tanto que me


gustaría repetirlo.203

Hunter me apartó un mechón de cabello del rostro y luego pasó los


dedos por mi cara. Él me miraba como si yo fuese algo precioso en su
vida, algo que estaba agradecido por tener.286

—Tus deseos son órdenes.40

Sonreí satisfecha y me separé de él, sintiendo cómo salía de mi cuerpo


dejándome humedecida. Mis mejillas enrojecieron al notar que parte de
esa humedad era gracias a sus fluidos ya que, como se había vuelto
costumbre entre nosotros, él no había utilizado un condón. 396

—Mierda —exclamó antes de que me apartara por completo—. Te deseo


otra vez.155

Abrí la boca para responder, pero no me dio tiempo de hacerlo. Hunter


selló mis labios con los suyos, saboreándome y devorándome sin piedad
alguna. Al principio me resistí todo lo que pude, pero al final terminé
derritiéndome al contacto de su lengua acariciando lenta y
dolorosamente la mía. Se levantó del sofá conmigo en los brazos,
impulsándome con las manos desde el trasero para que le rodeara la
cintura con las piernas. Me llevó en brazos hasta su habitación, pero me
vi obligada a detenerlo cuando depositó sobre la cama. 10

—Espera, yo... necesito darme un baño —murmuré, con las mejillas


encendidas.90

Esta vez fue él quien sonrió satisfecho.

—¿Por qué? —puse los ojos en blanco y él se rio—. De acuerdo, está


bien. Tomemos un baño.346

***40

Cuando me desperté a la mañana siguiente, la habitación estaba bañada


por los rayos del sol que se filtraban por la ventana. Las sábanas estaban
hechas un desastre, me había movido hasta el otro lado de mi mitad de
la cama, pero lo más importante, Hunter no estaba por ningún lado. Me
incorporé para mirar la hora en el reloj de la mesilla y vi que eran las diez
de la mañana.112

Dejé escapar un suave gemido y me revolví en mi lugar, abrazando la


almohada de Hunter para después enterrar la cara en ella. Me encantaba
el aroma que esta desprendía.97

Minutos más tarde, decidí levantarme para ver que era lo que había
obligado a Hunter a levantarse de la cama tan temprano un domingo. Me
puse lo primero que encontré en el suelo y salí de la habitación. Mi
primer pensamiento fue que lo encontraría en la cocina preparando el
desayuno, pero no fue así. La cafetera estaba encendida y el desayuno
ya estaba servido, pero no había señales de él por ninguna parte. Fruncí
el ceño y me acerqué a la mesa.242

Sobre la superficie, a un lado de un plato de cerámica cubierto con una


bandeja que mantenía la comida caliente, se encontraba un post-it azul
con algo escrito.6

Recibí una llamada de un caso en el que estoy trabajando y tuve que


irme, no tardaré.280

Preparé el desayuno, espero que todavía esté caliente cuando


despiertes.57

¿Te he dicho ya lo preciosa que te ves dormida?513

Cross.187

Sonreí después de leer su mensaje y revisé el desayuno; aún estaba


caliente. Me serví una taza de café y me senté a comer. Desde que
Hunter y yo vivíamos juntos, él siempre se aseguraba de ser el primero
en levantarse y preparar el desayuno, de forma que, lo primero que
percibía apenas abría los ojos, era el olor a café. Por otro lado, para
mantener el equilibrio en nuestra relación, yo trataba de tener la cena
lista para cuando él terminara de trabajar, lo cuál resultaba de lo más
beneficioso, puesto que su manera de recompensarme por una "cena
exquisita" era haciéndome el amor hasta el cansancio. ¿Cómo no
acostumbrarse a ese nuevo estilo de vida?501

Cuando terminé de comer, miré el anillo de diamantes en mi mano


izquierda y tragué saliva. El día de ayer había tomado una decisión
demasiado importante, y eso era aceptar la propuesta de matrimonio que
Hunter me había hecho hace unas semanas. Quizás era verdad que
aceptar su propuesta había sido un acto impulsivo de mi parte, pero ya
no había vuelta atrás.58

Sí lo que quería era casarme con Hunter y convertirme en su esposa,


primero necesitaba vencer todos mis miedos, lo que también significaba
que era hora de ponerle un alto a las amenazas y chantajes de Michael,
sin importar las consecuencias que esto pudiera ocasionar.277

—Esa es mi chica.631

Después de lavar los platos sucios, revisé mi teléfono una vez más, solo
para asegurarme de no ver otro mensaje de texto aterrador en la
pantalla. Michael y yo habíamos acordado que, días después de la boda
de Lisa, me encontraría con él para tomar un avión a algún sitio en el que
nadie pudiese encontrarnos. Mientras tanto, él prometió que no
asesinaría a ninguna otro chica, así como también prometió que no le
haría daño a las personas que eran importantes para mí. 127

Todo lo que tenía que hacer era ir a la policía. Aquello sonaba


demasiado fácil, pero no era tan sencillo. Así como había un policía
siguiéndome a todas partes (Hunter parecía creer que yo todavía no me
daba cuenta), también había un segundo hombre siguiéndome entre las
sombras, y ese hombre era alguien que trabajaba para él, para Michael
Kent.308

—Recuerda el plan —continuó esa vocecita en mi cabeza—. Todo va a


salir bien.252

—¿Estás segura? —no quería sonar como una cobarde cuando ya había
tomado una decisión, pero la verdad era que estaba realmente aterrada. 6
—Sí, confía en mí.288

Mordiéndome el labio por el nerviosismo que crecía en mi interior, tomé


una ducha y llamé a mi madre. El motivo de mi llamada era más que
nada para cerciorarme de que ella estuviera bien, que estuviera a salvo.
Una vez confirmada su seguridad, llamé también a mi padre y a Lexie.
Extrañaba mucho a Lex y a Valentina, pero me reconfortaba saber que
después de mi partida, Christopher se había mudado con ellas, por lo
que ahora eran prácticamente una familia.285

Durante la siguiente media hora, me dediqué a pensar y en preparar todo


lo necesario para el plan que tenía en mente. El objetivo de este era
burlar tanto al policía que me seguía desde hace ya unas semanas,
como al lacayo que trabajaba para Michael. Cuando tuve todo listo, me
puse una sudadera lo suficientemente holgada sobre la ropa, tomé mi
mochila y me marché.348

***7

Clancy's House era un pequeño restaurante de comida rápida al cual me


gustaba venir una vez a la semana para tomar una taza de café y leer un
libro. El reloj en mi muñeca marcaba casi las casi las doce de la tarde, mi
pulso estaba acelerado, pero traté de mantener una expresión neutra en
el rostro. Quince minutos después, tal y como lo había previsto, el policía
que yo sabía me seguía a todas partes, entró al lugar y se sentó a cinco
mesas de mí. Por otra parte, el hombre de Michael había entrado antes
que él, y había tomado lugar en uno de los taburetes de la barra. 358

Cuando la única mesera del lugar se acercó a mi mesa para rellenar mi


taza de café, me dio una agradable sonrisa. Le sonreí de vuelta e hice un
gesto con la cabeza en forma de agradecimiento. Después de que la
mujer se marchara, me ajusté los lentes de lectura y fingí regresar mi
completa atención al libro en mis manos.

—Todo está yendo de acorde al plan, es hora del siguiente paso. 161

Por debajo de la mensa, guardé de manera discreta mi teléfono en la


bolsa delantera de mi sudadera y luego acomodé mi mochila de forma
que ambos hombres pudieran verla. Al terminar, dejé el libro y lentes
sobre la mesa y me levanté de mi lugar para ir al baño. 57

Dejar mis pertenencias de esa manera haría pensar a cualquiera que yo


iba a regresar después de hacer mis necesidades, pero no era así,
aquello era solo un señuelo.186

Para llegar a los baños del restaurante, era necesario cruzar por
pequeño pasillo que separaba el baño de hombres y el de las mujeres, lo
cual era ventaja extra. Cuando llegué al baño de mujeres, me aseguré de
estar completamente sola en el lugar y luego comencé a quitarme la
sudadera; sujeté mi cabello en una coleta y guardé mi teléfono en el
bolsillo trasero de mis jeans.59

Una vez terminada la tarea, utilicé un bote de basura para alcanzar la


ventanilla en una de las cuatro paredes y traté de abrirla, pero esta se
negó a abrirse. Fruncí el ceño e intenté abrirla de nuevo, pero parecía
estar atascada. Con el corazón latiéndome a cien por segundo, continué
jalando del gatillo hasta que, finalmente, el seguro cedió. Me encontraba
a punto de dar un brinco para alcanzar el borde de la ventanilla, cuando
la puerta del baño se abrió.123

Sentí que se me paralizaba todo el cuerpo. 6


—¿Tratando de irte sin pagar? —se burló una chica de cabello castaño al
verme encima de un bote de basura al revés, intentando salir por la
ventana.198

Parecía de mi edad, si acaso tenía un par de años más que yo.

—Yo... —mi rostro se calentó—. No, no es eso.

Se acercó a los fregaderos y me miró a través del espejo con una ceja
alzada.

—¿Ah no?

Negué con la cabeza, presa del pánico. Si la chica me acusaba con los
encargados del restaurante, estos vendrían inmediatamente y se armaría
un escándalo.1

—No —repetí—. Es solo que... hay un hombre ahí afuera...

—¿Un hombre?

—Sí, ha estado siguiéndome y yo... —mi voz tembló un poco—. No iba a


irme sin pagar, dejé dinero sobre la mesa. Es solo que... 8

Su expresión de burla se suavizó. Sonrió y asintió.

—Entiendo, ¿quieres que llame a la policía?1

—¡No! —me apresuré a decir, bajándome del bote de basura—. No, por
favor. Él... él...

—Está bien, está bien. No llamaré a la policía. Pero si estás siendo


víctima de abuso deberías hacerlo —se acercó a mí y juntó sus manos
para crear un escalón—. Venga, te ayudaré a subir.611

Me le quedé viendo sin saber que decir.


¿De verdad estaba ayudándome? ¿A mí? ¿Una total desconocida?
¿Qué tal si de verdad le estuviera mintiendo y en realidad me estaba
yendo sin pagar? ¿Por qué habría ella de ayudarme? No tenía sentido.
¿Y si ella era cómplice de Michael? ¿Y si después de ayudarme a
escapar por la ventana, iba y le contaba todo?90

—Tengo una amiga —comenzó al notar mi estado de confusión—. Su


novio abusa de ella y la golpea, pero teme involucrar a la policía —su
sonrisa se volvió triste—. Al menos tú estás tratando de escapar, eso es
bueno. Pero, ¿puedo darte un consejo?259

Asentí.

—Cuando estés a salvo, lejos de las garras de ese hombre, pide ayuda.
Ya hay suficientes mujeres maltratadas en el mundo que se niegan a
alzar la voz, no te conviertas en una de ellas. 827

—Lo haré —murmuré antes de colocar mi pie izquierdo entre sus


manos—. Lo prometo.25

Después de salir por la ventana con la ayuda de esa chica, le di las


gracias desde lo más profundo de mi corazón y me puse manos a la
obra. El siguiente paso del plan era asegurarme que nadie más estuviese
siguiéndome.

Entonces, me alejé del restaurante y tomé un taxi.

—A la estación de policía, por favor —le dije al conductor.210

Todavía tenía un par de minutos antes de que el lacayo de Michael o


incluso el policía comenzaran a sospechar que algo andaba mal. En
cuanto llegara a la estación, lo primero que haría sería pedir seguridad
para las personas con las que él me tenía amenazada y todo
terminaría.143

Tenía que evitar a toda costa que mis seres queridos, o incluso cualquier
otra persona resultaran heridos.2

Durante el viaje, cerré los ojos y descansé la cabeza sobre la ventana del
coche. Me sentía intranquila y nerviosa, eso sin mencionar los escalofríos
de angustia me recorrían todo el cuerpo cada cierto tiempo. Bajé la
mirada hacia mis manos retorcidas y me dije a mí misma que todo saldría
bien, que no tenía nada de que preocuparme. Sin embargo, me
encontraba tan abstraída por mis propios pensamientos no me di cuenta
de lo que estaba pasando fuera, en las calles. 162

Seis coches de policía pasaron por mi lado a toda velocidad, en dirección


contraria a la nuestra. El estruendo de las sirenas me puso la piel de
gallina y me devolvió bruscamente a la realidad. Giré la cabeza en la
dirección a donde habían ido los coches de policía, pero estos iban tan
rápido que no tardaron en desaparecer de mi vista.314

Sentí un peso en el estómago.

—Parece que tenían demasiada prisa —exclamó el conductor del taxi.66

Tomé aliento lenta y profundamente. Lo mejor era no hacerme malas


ideas, aquello podría haber sido una simple coincidencia. Nada malo iba
a pasar, todo iba a ir de acuerdo al plan. 57

Minutos más tarde, el taxi se detuvo frente a la estación de policía. 4

Con las manos temblorosas, deslicé mi tarjeta de débito por el lector


electrónico y bajé del coche después de pagar. La estación de policías
de Nueva York era un conjunto de tres edificios de apariencia majestuosa
e imponente, era la clase de sitio que te hacía sentir segura. Mientras
obligaba a mis piernas a moverse, una detrás de otra, para llegar a la
puerta principal de la estación, escuché la conversación de dos policías
que pasaron junto a mí en ese momento. Parecían apurados. 6

—¿Sabes si lo atraparon?

—No lo sé, escuché que inició un tiroteo en Times Square. 325

—Joder, maldito loco...

Después de escuchar eso, me detuve en seco. Los músculos de mi


cuerpo se tensaron y el dolor que tenía en el pecho se agudizó. El
temblor de mis manos se extendió y mis piernas amenazaron con
flaquear en cualquier momento. ¿Alguien había iniciado un tiroteo en
Times Square? ¿Podría ser que esa persona se tratase de él? Presa del
pánico, tomé el teléfono del bolsillo de mis jeans y le marqué a la primera
persona que apareció en mi mente.72

No hubo respuesta.

Mi cuerpo entero se estremeció.

Volví a intentarlo, pero de nuevo él no respondió.

Agarrándome con firmeza del barandal de las escaleras que conducían a


la entrada de la estación de policía, marqué de nuevo su numero y rogué
en silencio que por favor, esta vez respondiera. 30

Mi corazón latió desenfrenado cuando gracias al cielo, él tomó la


llamada.

—Hunter —solté con alivio—. ¿Dónde...?


—¿Ellie? —murmuró la voz llorosa de una mujer del otro lado de la
línea.529

Fue extraño, por un momento sentí como si el cielo me cayera encima.

—¿Eva? ¿Por qué tienes el teléfono de Hunter?221

La escuché sollozar con energía.5

No, no, no...2

Por favor, dime que es un malentendido. 20

Por favor, dime que él está bien.1

Por favor, te lo ruego, dime cualquier cosa, solo... 4

—Estoy en una ambulancia camino al hospital. Hunter, él... recibió dos


impactos de bala.
Capítulo 37

Ellie239

Me quedé helada. Mi corazón comenzó a latir con fuerza y se me


humedecieron las palmas de las manos. El tremendo desasosiego que
había sentido antes se intensificó. A lo lejos, escuché la voz de Eva decir
algo más a través del auricular, pero yo ya no estaba prestando atención.
Una nueva oleada de pánico me recorrió entera. Me fallaron las piernas y
caí al suelo de manera poco elegante. 156

Respiré hondo para superar el dolor que se había instalado en mi pecho,


pero pronto me di cuenta de que no podía hacerlo.17

El dolor que sentía era insoportable.11

—¿Señorita? —exclamó alguien, un hombre.1

Parpadeé varias veces antes de darme cuenta de la cantidad de


personas que me rodeaban en ese momento, entre ellos dos policías.
Eran los mismos a los que había escuchado hablar antes. 2

Me incorporé, sintiendo una tremenda opresión en el pecho. Necesitaba


aire, lo necesitaba desesperadamente, pero no podía respirar. Comencé
a ver puntitos danzando delante de los ojos y las piernas volvieron a
fallarme. Una mano me tomó del brazo antes de que mi trasero tocara el
azafato, amortiguado así el golpe. De mi garganta brotó un sonido de
dolor y me eché a llorar.58

Hunter... oh, Dios mío, Hunter... 231

—Necesito ir al hospital —murmuré, arrastrando las palabras.1


—¿Está herida en alguna parte? —me preguntó el oficial que me tenía
agarrada del brazo.82

Negué con la cabeza y me aferré a un puñado de la tela de su camisa


azul del uniforme. Era consciente de la cantidad de personas que me
miraban, pero no me importó estar dando un espectáculo.1

Lágrimas calientes corrían por mis mejillas, sin ninguna intención de


detenerse.18

—Por favor, necesito... necesito ir al hospital —repetí.9

El oficial más joven asintió.1

—Está bien, tranquilícese. La llevaremos al hospital.

Intenté ponerme de pie con su ayuda, pero mis piernas se negaron a


obedecerme. Al darse cuenta de mi estado, el oficial me tomó entre sus
brazos y caminó conmigo hasta uno de los coches patrulla estacionados
frente a la estación. Su compañero abrió la puerta trasera y después me
sentaron dentro. Segundos más tarde, ambos se colocaron en sus
respectivos lugares.58

—¿Está bien si la llevo al hospital general? —preguntó el joven frente al


volante.

—Yo... —tragué saliva y sollocé—. Necesito... necesito ver a Hunter.71

—¿Hunter? —repitió el otro oficial—. ¿Se refiere al oficial Cross? ¿Acaso


usted es...?413

Ambos oficiales compartieron una mirada rápida. 2

—De acuerdo —dijo aquel que me había cargado, encendiendo el motor


del coche.4
Durante el trayecto, cerré los ojos con fuerza y traté de tranquilizarme.
Un dolor agudo en mi cabeza amenazó con hacerme desmayar en
cualquier momento, era tan fuerte que fácilmente podía compararlo con
el vibración de un taladro clavándose en la parte interior de mi cráneo.
Una vez más, la inquietud aceleró los latidos de mi corazón. Apreté mis
manos en puños y mordí mi lengua.56

No iba a desmayarme, no ahora.43

Quince minutos más tarde, el coche patrulla se detuvo frente al hospital


general. Lo primero que noté fue el alboroto y la conmoción que había en
el lugar. Más de una ambulancia arribando, doctores y enfermeras
corriendo por todos lados, sin mencionar el bullicio que había dentro. Era
la clase de escenario que no era normal en un hospital. Mi estomago se
revolvió.25

Dios mío, ¿cuántas personas habrían resultado heridas debido al tiroteo


en Times Square?2

—Por aquí —dijo el oficial más joven de los dos que me habían traído,
guiándome por un enorme pasillo de blancas paredes.

Por encima de unas enormes puertas dobles, vi un letrero con la


palabra "Urgencias" escrito en él. Poco después, todo avanzó en
cámara lenta. Me sentí como un muerto viviente en busca de aquello que
tanto necesitaba. Con la ayuda de aquel amable oficial de policía, llegué
a lo que parecía ser una sala de espera. Dentro vi a un montón de
personas, entre ellos estaba Eva en una de las esquinas con dos
personas junto a ella. Se trataban de un hombre y una mujer, ambos con
ropa de detectives.67
La primera en notarme fue la mujer, quién me miró de forma
indescifrable. Después, el hombre siguió la dirección en la que ella
miraba y me encontró.3

Las facciones de su rostro endurecieron al mismo tiempo en el que su


mandíbula se desencajaba con una expresión de rabia acumulada. No
supe en que momento fue que sucedió, pero antes de que pudiera darme
cuenta, aquel hombre se acercó a mí, me sujetó con rudeza por los
hombros y me estampó bruscamente contra la pared que tenía detrás. Lo
escuché decir un par de palabras furiosas, pero mi cabeza tardó un rato
en procesar lo que estaba pasando.486

—¡Todo esto es tu jodida culpa! —fue una de las oraciones que me


dijo—. ¡Ahora tengo a un hombre ahí dentro, debatiéndose entre la vida y
la muerte por tu jodida culpa! 570

—¡John Parks, suéltala ahora mismo! —exclamó la mujer junto a él.73

Pero John Parks ni siquiera se molestó en escucharla, estaba furioso. 1

Furioso conmigo.5

—¡Ya he perdido demasiado tiempo esperando a que hable por su propia


voluntad, sinceramente me importa una mierda si sufre un maldito ataque
de pánico, o lo que sea! 469

Tanto la mujer como el oficial que había venido conmigo trataron de


hacer que aquel hombre me soltara, pero este se negó a hacerlo. Sus
manos eran como dos filosas garras clavándose en la piel de mis
hombros. Lo extraño era que no sentía ninguna clase de dolor en
ninguna parte de mi cuerpo.43

Mi cabeza estaba en otro lado.


"Tengo a un hombre ahí dentro, debatiéndose entre la vida y la
muerte"253

—¡Ya basta, es suficiente! —replicó su compañera, liberándome de su


agarre—. ¡¿Qué cojones pasa contigo?! ¡No puedes tratarla de esa
manera! ¡¿En qué diablos estabas pensando?! 14

—¿Estás bien? —me preguntó el oficial junto a mí. 3

—¡¿Tú conoces a ese jodido psicópata, no es así?! ¡¿Quién es él?!


¡¿Cuál es su maldito nombre?! ¡¿Dónde demonios se esconde?! —
continuó gritando John Parks—. ¡Vamos, habla! 168

Abrí la boca para responder, pero las palabras se quedaron atrapadas en


mi garganta. Me llevé las manos al rostro y sollocé. No podía dejar de
llorar. Sin importar cuanto lo intentara, las lágrimas no se detenían.
Aquello hizo que la furia del hombre aumentara todavía más. 39

—Bien —gruñó él, empujando a la mujer que me lo había quitado de


encima—. Ellie Annalise Russell, estás bajo arresto por encubrimiento y
complicidad en múltiples asesinatos. 1K

El suelo bajo mis pies comenzó a dar vueltas. Me sentí enferma y con
unas terribles ganas de vomitar. John Parks intentó acercarse a mí de
nuevo, pero su compañera no se lo permitió. Los escuché discutir una
vez más sobre todo el asunto, pero todo parecía distante. Miré a Eva,
tenía el rostro empapado en lágrimas y la expresión en su rostro era de
confusión y miedo. Confusión por no saber que era lo que estaba
pasando, y miedo por la persona que, como había dicho aquel hombre,
ahora mismo estaba ahí dentro debatiéndose entre la vida y la muerte.45

"—¿Acabas de meter tu lengua en mi boca?"654


"—Lo hice."147

Pestañeé confundida ante aquel repentino recuerdo. 3

"—Te amo... —susurró—. Te amo tanto que duele."428

Un momento, ¿por qué...? ¿por qué estaba recordando todo esto?132

"—Nena..."70

"—¿Mmm? ¿Qué suce...? ¿Qué estás...?"3

"—¿Te casarías conmigo?"318

Parpadeé mirando el techo y deseé que todo fuese solo un mal sueño.
Pero no era así. Esto de verdad estaba pasando. Mi peor pesadilla se
había vuelto realidad. Mi visión se tornó borrosa y sentí náuseas. Dejé
escapar un largo suspiro, antes de sentir como me venía abajo. 78

Un par de brazos me rodearon justo antes de que mi cabeza golpeara el


suelo.25

Entonces, todo se volvió oscuro.127

***6

Desperté un rato después, sintiendo una sensación de horror


recorriéndome el cuerpo entero. Mi pulso aún estaba acelerado y mi
respiración era un completo desastre. Desorientada, me quedé quieta un
momento mientras volvía en mí y recordaba donde estaba. 1

—¿Te sientes mejor ahora? —preguntó una voz femenina.

Apoyándome en los codos, levanté mi espalda hasta sentarme en la


camilla de aquella pequeña habitación del hospital. La misma mujer que
me había defendido de ese tal John Parks, se encontraba sentada en
una silla junto a mí, esperando pacientemente a que yo abriera los ojos. 3

—Yo...

—Está bien, tranquila. Lamento mucho lo que pasó hace unos minutos.
Mi compañero, el detective Parks, suele ser un hombre bastante
impulsivo.164

Tragué saliva, consiente de la tensión que había en mi interior.

—¿Cómo está Hunter? —murmuré, temblorosa.2

—No lo sé, los médicos no han dicho nada aún. 176

La presión en mi pecho volvió. Deslicé las piernas fuera del colchón, con
la única intención de levantarme, pero un suave dolor en mi brazo
derecho me hizo detenerme. Se trataba de un pequeño tubo que estaba
conectado a un gotero de hospital.3

—Por favor, no te levantes todavía. Las enfermeras tuvieron que


suministrarte un poco de suero vía intravenosa. Lo necesitas.

—¿Qué fue lo que pasó? —pregunté, con los ojos llenos de lágrimas.

La mujer dejó escapar un largo suspiro.

—Es una larga historia, ¿realmente quieres escucharla? —asentí con la


cabeza, percibiendo suaves escalofríos en la nuca—. De acuerdo,
comenzaré desde el principio entonces. Hoy, aproximadamente a las
ocho de la mañana, recibimos la llamada de una mujer que decía tener
información acerca de la persona que ha estado asesinando jóvenes por
todo el distrito de Brooklyn. Dicha persona aseguraba haber visto a un
hombre con los mismos rasgos y similitudes del cartel del retrato hablado
que hay por toda la ciudad, en el área de Times Square. 106

» Cross es uno de los oficiales que más involucrado está en el caso, por
lo que se decidió que sería él y su compañera, la oficial Prescott, quienes
asistirían a esa llamada. Sin embargo, poco después recibimos otra
llamada de la misma mujer, dando direcciones completamente diferentes.
Inmediatamente nos dimos cuenta de que algo andaba mal. Intentamos
rastrear las llamadas, pero estas estaban siendo realizadas fuera de
Nueva York.81

» Todo parecía indicar que el asesino estaba jugando con nosotros y aun
así, se decidió enviar un equipo de policías a cada una de las direcciones
dadas por aquella mujer. El oficial Cross ya había sido victima de un
atentado con anterioridad, así que sabíamos que, si el asesino tenía algo
en mente, su principal objetivo sería él —fruncí el ceño al escuchar eso.14

¿Hunter ya había sido victima de un atentado antes? ¿Cuándo sucedió


eso? ¿Cómo es que yo no lo sabía? ¿Por qué no me lo dijo?200

» No obstante, era imposible que el asesino supiera con exactitud a cual


de todas las direcciones él iba a asistir. Todos nuestros oficiales estaban
disfrazados de civiles, no había manera de que él lo descubriera. Pero
parece ser que nos confiamos demasiado.97

Guardó silencio unos segundos, esperando mi aprobación para poder


continuar.

—¿Cómo fue que recibió los disparos? —susurré, esas palabras sabían
amargas en mi boca—. ¿Cómo fue que inició el tiroteo?

—Según la oficial Prescott, un hombre encapuchado se acercó al oficial


Cross por la espalda, tomándolo desprevenido, y disparó su arma dos
veces. También dijo que, a pesar de estar usando chaleco antibalas, las
balas atravesaron la prenda y lo hirieron en el pecho y abdomen. 413

—¿Las balas atravesaron el chaleco? Pero...

La mujer me miró con una expresión bastante seria.

—Parece que llevaba un chaleco defectuoso. Ya estamos investigando al


personal de la estación que preparó el equipo, creemos que entre los
miembros de la policía, hay un infiltrado. 876

—Dios...5

—La oficial Prescott también declaró que el oficial Cross trató de atrapar
a aquel hombre, aún con las heridas en su cuerpo, pero esté comenzó a
dispararle a las personas que se encontraban cerca como método de
distracción para poder escapar. No mucho tiempo después, el oficial
Cross colapsó en el suelo debido a la pérdida de sangre. 166

Sentí lágrimas deslizándose por mis mejillas. 2

—¿Por qué Eva no hizo nada? ¿Por qué no intentó detener al asesino
ella también?347

—Estaba en estado de shock. Nos contó que desenfundó su arma para


dispararle a aquel hombre, pero debido al alboroto este se mezcló
rápidamente entre las personas.709

Un fuerte escalofrío me sacudió todo el cuerpo.

—Tengo que verlo —balbuceé, desesperada—. Tengo que ver a Hunter,


por favor...1

—No creo que eso pueda ser posible, Ellie.

—¿Por qué?
—Sigue en cirugía. Su estado aún es crítico, perdió demasiada sangre y
los disparos que recibió rozaron... —dejé de escucharla cuando me contó
todos los detalles.285

En algún momento, su voz terminó convirtiéndose en un zumbido


uniforme dentro de mis oídos. Tuve una horrible sensación de estar
alejándome por un túnel infinito. El corazón me latía con fuerza mientras
sentía un peso muerto en el estómago.1

Iba a vomitar, podía sentirlo.75

—¿Ellie? —pestañeé, confusa—. Sé que escuchar esto te duele


muchísimo, pero tienes que saberlo. Hunter está muy grave, puede
que...263

—No —la interrumpí, entre sollozos—. Él no puede morir, prometió que


no volvería a dejarme.409

Si Hunter muere, entonces yo...165

Yo...6

—Tienes que decirme lo que sabes —continuó la mujer de cabello


oscuro—. ¿Quién es él? ¿Dónde podemos encontrarlo? ¿Qué relación
tienes con esa persona? ¿Por qué...?5

—Es mi culpa —murmuré, dejando fluir más y nuevas lágrimas—. Todo


lo que está sucediendo es por mi culpa... si tan solo... si tan solo no
hubiese sido tan cobarde...275

Cerré los ojos y me froté el dolor que tenía en el pecho.


—Aún estás a tiempo, Ellie. Si hablas ahora, puedes evitar que más
personas salgan heridas. Todo lo que tienes que hacer es hablarnos de
él, nosotros nos encargaremos del resto. 15

—Yo...36

—Hazlo por él —insistió.66

Apreté los labios, víctima de una nueva opresión en el pecho. Tenía


miedo, mucho miedo, pero esta vez él había ido demasiado lejos. Incluso
yo tenía un límite.54

Esta vez, tendría que pagar las consecuencias. 45

Y yo me aseguraría de que lo hiciera.1

—Está bien... hablaré. Les diré todo lo que quieren saber, pero primero...
—me limpié la nariz con el dorso de la mano y miré a la mujer con
determinación—. Primero necesito que le otorguen protección a ciertas
personas. Esa es mi única petición. 362

Dejó escapar un suave suspiro antes de asentir con la cabeza.

—Dame sus nombres y acabemos con esto.


Capítulo 38
Ellie242

La detective Pérez; una mujer delgada de piel morena, ojos oscuros y


cabello castaño, estaba sentada en una silla junto a la cama de hospital
donde yo había despertado. Por otra parte, el detective Parks; un hombre
fornido de piel blanca, ojos verdes y cabello casi negro, estaba de pie
frente a la puerta, mirándome fijamente con una expresión bastante seria
en el rostro. 165

—¿Lista para hablar, señorita Russell? —exclamó el detective Parks con


un tono de voz que convertía la pregunta en una exigencia—. Porque no
tenemos todo el día.261

—Parks —le advirtió su compañera, lanzándole una mirada de pocos


amigos para después centrar su atención en mí—. Está bien, Ellie.
Tómate tu tiempo.95

Sentí que me acechaba un dolor de cabeza. El corazón me latía con


fuerza, pero me obligué a tranquilizarme antes de comenzar a hablar.5

—Se hace llamar a sí mismo Michael Kent, pero ese no es su verdadero


nombre —murmuré, notando un suave temblor en mi voz—. Su
verdadero nombre es Calvin. Calvin Scott Legrand. 1.3K

—¿Legrand? —repitió la detective Pérez.80

Asentí con la cabeza.1

—Fue criado en Francia, en un internado en Estrasburgo. 4


—Así que es francés, tiene sentido... —comentó el detective Parks,
anotando esa nueva información en un block de notas. Al terminar, clavó
sus ojos de nuevo en los míos—. Continúa.31

Respiré hondo, de manera temblorosa. Me limpié el sudor que seguía


formándose en mi frente y apreté ligeramente los labios. No sabía que
era lo que querían escuchar, por lo que decidí contarles todo. Desde el
principio.95

—La primera vez que lo vi, yo tenía diecisiete años —enterré las uñas en
la palma de mi mano, esperando que de esa forma el temblor en mi voz
desapareciera—. Iba a encontrarme con Hunter en un sitio, pero no
llevaba efectivo para poder entrar al lugar, así que él me prestó dinero.
Nuestro segundo encuentro fue muy parecido al primero, él siempre se
mostró como un chico amable conmigo, jamás pasó por mi cabeza que
pudiera haber algo mal con él, pero un día... un día alguien entró a la
casa en la que vivía con mis padres en Seattle para asustarme.649

» Llevaba puesta una máscara, por lo que no pude reconocerlo —me


tomé unos segundos antes de proseguir—. Pensé que iba a hacerme
daño, pero no lo hizo. Cuando le pregunté quién era y que era lo que
quería, respondió que me quería a mí —decir eso me hizo sentir
escalofríos—. Yo... recuerdo haberle hablado a la policía ese día, pero no
pudieron encontrar ninguna prueba de lo que yo había dicho, así que no
me creyeron. No mucho tiempo después, comencé a ser acosada por él
regularmente. En aquel entonces, yo no sabía quién era...126

Guardé silencio y me mordí el labio con fuerza. 2

—Continúa —insistió el detective Parks, irritado—. No dejes de hablar.307

—¿Qué pasó después, Ellie? —preguntó la detective Pérez.4


Decidí mirarla a ella ya que el hombre frente a la puerta me causaba
cierto temor.47

—Fui secuestrada junto con mi mejor amiga —temblé ante el recuerdo—.


Todo sucedió muy rápido, así que no recuerdo muy bien todos los
detalles, pero después de ser llevadas a una especie de bunker
subterráneo, él se presentó frente a mí como Michael Kent. 84

—¿Él se presentó frente a ti? ¿Eso quiere decir que también participó en
tu secuestro?3

De nuevo, asentí con la cabeza.

—No solo participó, fue él quien lo planeo todo. 95

—¿Por qué no lo mencionaste en tu declaración? —inquirió el detective


Parks, mirándome desde su lugar con los brazos cruzados—. Tu caso se
volvió muy popular incluso aquí, en Nueva York. Estuviste desaparecida
por tres meses y cuando fuiste encontrada, recuerdo haber escuchado
que en tu declaración solo mencionaste a tres personas. Un chico y dos
chicas.41

—Yo...1

—¿Desde ese entonces ya estabas decidida a encubrirlo?161

—No, yo no... nunca fue mi intención encubrirlo. Es solo que... 2

—¿Qué? ¿Decidiste omitir que fue él quien planeó tu secuestro? ¿Qué


fue lo que te llevó a nunca hablarle de él a la policía? ¿Acaso
desarrollaste síndrome de Estocolmo hacia tu captor? 497

—¡No, por supuesto que no! 1

—¡¿Entonces por qué cojones nunca...?!45


—¡Tenía miedo! —solté, temblando con violencia—. Tenía miedo...174

—Ellie... —comenzó la detective Pérez.3

—Durante esos tres meses de mi vida en los cuales fui privada de mi


libertad, Michael... Scott, se aseguró de recordarme, día tras día, lo que
haría si algún día yo lograba escapar de ese lugar. Él... —sollocé y me
odié por hacerlo—. Me dijo que si algún día yo le decía su verdadero
nombre a la policía, entonces... degollaría a mis padres, a Lexie y a
Hunter para después colgar sus cabezas en el pórtico de mi casa. 265

El detective Parks dejó escapar un bufido.17

—¿Y tú le creíste?373

Aquello me hizo enfurecer.13

—¡Ustedes no saben cómo es él! ¡No lo conocen! —apreté los dientes y


miré al detective Parks de la misma forma en la que él me miraba—.
Michael puede llegar a ser realmente cruel cuando se lo propone, él... es
un monstruo. Durante esos tres meses yo estaba... estaba tan aterrada...
quería que todo terminara, incluso pensé en suicidarme, pero no podía
hacerlo. No cuando Lexie estaba ahí también debido a mí —cerré los
ojos y dejé que las lágrimas corrieran—. No tienen ni la más mínima idea
de las cosas que tuve que hacer para que él no la asesinara... 316

—¿Qué cosas? —preguntó el detective Parks, acercándose a la camilla


donde yo me encontraba—. Vamos Ellie, ya estás hablando, así que
dinos. ¿Qué clase de cosas tuviste que hacer?193

Se me pusieron los pelos de punta y mi cuerpo se tensó.

—Yo...5
—No tienes que responder —irrumpió la detective Pérez—. Parks, sal de
aquí ahora mismo.288

—No, quiero saber por qué razón le tiene tanto miedo. Vamos Ellie,
dinos.72

—Yo tuve que... —se me cerró la garganta y en su lugar, dejé escapar un


gemido de dolor.20

No quería recordar aquello que tanto me había costado olvidar... o mejor


dicho, aquello que tanto me había obligado a olvidar. Me hacía sentir
sucia.218

—¿Él te violó? —murmuró la detective Pérez.9

Negué con la cabeza y sollocé con fuerza.

—No —balbuceé con un nudo en el estómago—. Él no me violó. Yo... yo


lo dejé hacerlo...851

—¿Tú lo dejaste hacerlo? ¿Quieres decir que...?13

Asentí con lágrimas.

—No puse ninguna resistencia. No lo arañé, no forcejé, yo... lo dejé


hacerlo.431

—¿Por qué?

Cerré los ojos, demasiado avergonzada para mirarlos a ellos. 1

—Era la única manera en la que podía mantener a Lexie a salvo —tragué


saliva—. Michael... Scott, siempre trató de deshacerse de ella. Decía que
se arrepentía por haberla llevado también, que era un peso extra sobre
sus hombros, que solo estaba ahí para diversión de Josh. Así que un día
él... trató de cortarle los dedos de la mano izquierda solo porque estaba
aburrido. Lexie estaba inconsciente, Scott me llevó con él para que yo
viera de lo que era capaz. Entonces... entonces tuve una idea. 146

» Le dije que si estaba aburrido, podíamos encontrar la forma de


divertirnos haciendo otras cosas. Él siempre ha mostrado tener cierto
interés en mí, así que yo... yo... 314

—Ellie, es suficiente.13

—Es asqueroso —continué, sin poder detenerme—. Durante todo este


tiempo he tratado de convencerme a mí misma de que eso no fue real,
que ya lo he olvidado, pero no es así. Esos recuerdos, esas imágenes...
siguen frescas en mi memoria. Y por más que trato de borrarlas, no
puedo... —me mordí el labio con fuerza hasta sentir el sabor metálico de
la sangre en mi boca—. Es asqueroso...279

—Está bien, Ellie. Está bien, tú no...

—No, no está bien. Nada de eso está bien, porque él... él... es mi medio
hermano...532

Justo después de decir eso, mi estómago se revolvió y sentí nauseas.


Me desconecté el tubo que estaba conectado a mi brazo y corrí al baño.
Me dejé caer de rodillas frente al inodoro y vomité. Vomité hasta que no
hubo nada más que arcadas vacías. Me limpié el sudor de la frente, tiré
de la cadena del excusado y me senté en el suelo del baño, sintiéndome
terriblemente cansada.93

Segundos más tarde, la detective Pérez se acercó a mí.

—¿Estás bien?1

Negué con la cabeza, pero me obligué a sonreír.


—Lo siento —murmuré, mirando al suelo—. Debí haber hablado antes,
pero...112

—Está bien, ya has dicho suficiente. Sabemos quién es, tenemos su


nombre. Ahora nosotros nos haremos cargo del resto —me ofreció una
mano para ayudarme a levantarme y luego también me ayudó a llegar a
la camilla en donde había despertado.9

El detective Parks abrió la boca para decir algo, pero se vio interrumpido
cuando un par de golpes en la puerta resonaron dentro de la pequeña
habitación. Se trataba de un oficial, aquel que me había traído al hospital
desde la estación. Le dijo algo en el oído al detective Parks, quien miró a
su compañera con una expresión que solo ella entendió. 67

—Tenemos algo urgente que atender, Ellie. Quédate aquí, no tardaremos


mucho.154

—¿Qué sucede? —quise saber.

Miré al detective Parks, pero este evitó hacer contacto visual conmigo. 97

—No tardaremos —repitió la detective Pérez para luego seguir al oficial


fuera de la habitación.15

Una vez sola, esperé unos minutos antes de levantarme de la cama y


abrir la puerta en silencio. Después de asegurarme de que no había
nadie vigilando la habitación, caminé por el pasillo del hospital hasta la
sala de espera donde había visto a Eva antes. Ella aún estaba ahí, solo
que esta vez se encontraba frente a un hombre mayor de bata blanca. A
su lado, estaban el detective Parks y la detective Pérez. 5

Antes de que alguno de ellos pudiera verme, me escondí detrás de la


pared del pasillo.
—¿Sangre dorada? —exclamó el detective Parks.725

—Se le conoce de esa manera ya que es uno de los tipos de sangre más
raros que existe, lo cual es un verdadero problema ya que solo se han
conocido cincuenta casos de personas que son portadoras de este tipo
de sangre en todo el mundo.346

—Los hospitales tienen reservas, ¿no es así? —comenzó Eva, sonaba


desesperada—. Ustedes...12

—Lamentablemente este hospital no cuenta con reservas de ese tipo de


sangre en este momento.8

—Entonces llame a otros hospitales, alguno debe tener reservas por ahí
guardadas.

El doctor dejó escapar un cansado suspiro.

—Ya lo hice, parece que ningún banco de sangre cuenta con reservas de
sangre rh nulo.256

—¿Es una jodida broma?1

—John, cálmate —murmuró la detective Pérez—. ¿Existe una razón por


la cuál no hay reservas de ese tipo de sangre en ningún banco de
sangre?

—Bueno, además de que es extremadamente difícil de conseguir debido


a la poca cantidad de gente que es portadora, un compañero mío
comentó que es como si alguien hubiese robado las pocas reservas que
había en los hospitales de Nueva York. ¿Ustedes saben algo al
respecto?629

Se hizo el gran silencio.


—¿Qué sucede si él no recibe una transfusión de sangre ahora? —
preguntó Eva.

—El chico perdió mucha sangre, si no recibe una transfusión ahora es


posible que no sobreviva mucho tiempo. Lo mejor será que avisen a sus
familiares, los padres del chico pueden ser portadores del mismo tipo de
sangre, después de todo es hereditaria.39

—Sus padres biológicos están muertos... —exclamó Eva, su voz se


rompió—. Llamaré a sus padres adoptivos, los señores Presley, quizás
ellos... quizás ellos sean portadores también, ¿verdad?144

—Habría que hacerles exámenes para ver si son compatibles, mientras


más rápido mejor.

Me quedé helada. Di un paso atrás de manera inconsciente y casi di un


traspié que estuvo a punto de mandarme directo al suelo, pero me
sostuve de la pared junto a mí. Tragué saliva y caminé de regreso a la
habitación con las piernas temblorosas.

Me sentía cansada, muy cansada.19

Cuando entré a la habitación, noté que mis pertenencias (mi teléfono y


tarjeta de débito), estaban junto a la cama sobre un pequeño mueble de
hospital. La pantalla de mi celular se encendió durante unos instantes y
luego se apagó. Me acerqué para mirar y vi que se trataba de una
llamada perdida de un numero privado. Un escalofrío me recorrió todo el
cuerpo.

Esperé a que volviera a sonar para responder.


—Sal de ahí ahora —ordenó una voz fría como el hielo—. Debes
aprovechar que esos imbéciles están ocupados para escapar sin ser
vista.235

—¿Cómo sabes dónde...?1

—Cierra la boca y sal de ahí ahora mismo.49

—No.

Soltó algo parecido a un bufido.

—¿No? ¿Acaso no quieres salvar a tu noviecito? ¿Sangre dorada, uh? 236

—¿Cómo...?3

—Sal de ahí ahora mismo, Belle. No volveré a repetirlo. 264

Colgó. Me quedé de pie junto a la cama, sintiendo cada extremidad de mi


cuerpo paralizada después de esa llamada. Guardé el celular y mi tarjeta
en los bolsillos de mis jeans antes de volver a salir de la habitación. No
había señales de los detectives aún, pero sabía que no tardarían en
aparecer. Seguí las señales hasta encontrar las escaleras de emergencia
y bajé hasta el primer piso. Burlar a los policías que había en el hospital
no fue tarea fácil, pero logré hacerlo al mezclarme entre el montón de
personas que había por todas partes, esperando saber algo de las
victimas que habían resultado heridas durante el tiroteo en Times
Square.130

Mi corazón latía con fuerza y me sudaban las manos, pero sí él estaba


detrás del robo de las reservas de sangre que Hunter necesitaba, tenía
que hacer algo al respecto.35
Cuando estuve fuera de la vista de cualquiera que pudiese reconocerme,
corrí lejos del hospital con el celular en las manos y me escondí en un
callejón. Entonces, esperé a que él volviera a llamarme, cosa que
sucedió al cabo de unos minutos.

—Escapaste con éxito, buen trabajo.75

—Dijiste que no le harías daño —murmuré, llorosa.

—Y tú dijiste que le romperías el corazón, no que aceptarías casarte con


él. Todo esto lo has provocado tu misma, Belle. Me desafiaste cuando
aceptaste su estúpida propuesta.142

—Mike...9

—Di que lo sientes.51

—No.

—¿Insistes en desafiarme?

—¿Por qué haces esto? Él jamás te ha hecho nada malo, y yo tampoco.


Fue mi padre quién decidió enviarte a un internado en Francia. 70

—No lo entenderías, Belle. Aún si te lo dijera, no lo entenderías. 61

—Hunter necesita una transfusión de sangre ahora, de lo contrario...


podría morir.

—Si, bueno, ¿eso que tiene que ver conmigo?390

—Tú robaste las reservas, ¿no es así?2

—¿Qué te hace pensar eso?


—Mike, por favor...

—Todos y cada uno de mis movimientos están fríamente calculados,


Ellie. Un disparo en el abdomen y otro en el pecho, las balas no
perforaron ningún órgano, así que no te preocupes por eso. No obstante,
perdió mucha sangre y parece ser que tiene un tipo de sangre bastante
raro y difícil de conseguir. Estoy seguro de que ni siquiera él lo sabía.
¿Sabías que hay laboratorios que pagan una pequeña fortuna por una
bolsa con ese tipo de sangre? Rh nulo, la sangre dorada. 194

Mi corazón se detuvo.

—¿Vendiste las reservas?35

—Necesitaba dinero para el sitio a donde voy a llevarte. 98

—No pienso ir a ningún lado contigo.1

—Lo harás, porque resulta que conozco a una persona que es portadora
de ese tipo de sangre, y da la casualidad de que esa persona soy yo.508

—¿Tú...?

—Sí, ¿quién lo diría?29

—Mike por favor, Hunter necesita esa trasfusión...

—¿Quieres salvarlo? ¿Qué te parece si hacemos un trato entonces? Yo


enviaré un par de bolsas con mi sangre al hospital, solo si tu aceptas
venir conmigo.150

—¿Cómo sé que no estás mintiendo?

—¿Alguna vez te he mentido?12


—Sí.9

Se rio.91

—No estoy mintiendo esta vez, lo juro. Te enviaré la dirección del lugar
en donde quiero que nos encontremos, una vez que estés frente a mí,
llamaré a alguien para que envíen las bolsas de sangre al hospital
general. Hunter se salvará y tú y yo estaremos juntos. Suena bien,
¿no?356

—Está bien, lo haré.149

—Ah, olvidé mencionar que no puedes decirle nada de esto a la policía.


Sí lo haces, el hospital general volará por los aires. ¿No querrás que eso
suceda, verdad?101

—Estás loco... no sabes cuánto te odio.87

—Repítelo hasta que te lo creas, Belle. ¿Ya olvidaste esos momentos en


los que...?692

Colgué y me cubrí el rostro con las manos. Me dolía la cabeza de tanto


llorar, pero no podía dejar de hacerlo. Todo era un desastre,
absolutamente todo. Hunter estaba muriéndose en la cama de un
hospital, Michael estaba en algún lugar disfrutando y riéndose de toda
esta situación, y luego estaba yo, llorando sola a mitad de un callejón a
punto de perder totalmente la cordura.76

—Dijiste que todo saldría bien —murmuré en voz baja, pero mi otra yo
parecía haber desaparecido cuando todo se fue al caño—. ¿Dónde estás
ahora, uh? ¡¿Dónde estás ahora?! 235
Recosté la espalda en la pared del callejón y me deslicé en esta hasta
terminar sentada en el suelo.

—No pierdas la cabeza aún, Ellie, no pierdas la cabeza aún. Todavía


tienes algo que hacer, todavía tienes algo que hacer... —repetí una y otra
vez, sin importar si sonaba como una lunática. 134

Cuando la pantalla de mi celular se encendió y la dirección de un sitio


apareció en un mensaje de texto, me limpié las lágrimas, me levanté del
suelo y me dirigí hacia ese lugar sin mirar atrás.
Capítulo 39
Ellie313

—Creí que no vendrías —exclamó Michael con una sonrisa de


satisfacción en el rostro, sentado en una de las mesas del centro del
restaurante gourmet en el que me había citado—. ¿Qué fue lo que te
tomó tanto tiempo?294

Me sorprendió un poco ver la manera en la que estaba vestido ese día;


pantalones de mezclilla azul y camisa de vestir blanca con las mangas
remangadas y el cuello abierto. Estaba tan acostumbrada a verlo con
sudaderas oscuras, que fue extraño verle con aquel aspecto tan informal.
Cualquiera que lo mirase pensaría que se trataba de un chico
completamente normal, nadie imaginaría que, en realidad, el apuesto
chico frente a mí era un maldito lunático. 242

—Tuve que caminar hasta aquí, no tengo efectivo conmigo —expliqué


fríamente—. Y para evitar que la policía me siguiera los pasos, preferí no
usar mi tarjeta de débito en un taxi.57

—Bien pensado, Belle. Me impresionas.103

—¿Dónde están las bolsas de sangre? —quise saber.3

Su sonrisa se amplió todavía más, segundos después, señaló la silla que


había frente a él.18

—¿Por qué no tomas asiento primero?181

—Dijiste que en cuanto estuviera frente a ti, llamarías a alguien para que
llevaran las bolsas de sangre al hospital general —le recordé.3
—Lo haré, lo prometo. Pero primero quiero que tomes asiento —su
mirada gris se volvió más oscura en cuestión de segundos—. No me
hagas tener que repetirlo de nuevo.142

Apreté la mandíbula, tomé aire con fuerza y, muy a mi pesar, me senté


en la silla frente a él, cara a cara.1

Poco después, una chica de cabello castaño se acercó a nosotros para


dejar un montón de platos con comida sobre nuestra mesa. Michael me
observó abiertamente mientras la camarera nos servía, examinándome
lentamente. Cuando la chica terminó, él sonrió con aquella actitud
amistosa que tan bien se le daba fingir, haciendo que la joven se
sonrojara.55

—Yo no pedí esto —murmuré.1

—Come, estás muy delgada. Eso sin mencionar tu pálida apariencia. 110

—No tengo hambre.1

—Come —repitió.173

Furiosa por no tener otra opción más que obedecerlo, tomé los cubiertos
sobre el mantel de la mesa y picoteé la comida; un jugoso filete de carne
término medio. Por desgracia, me sentía demasiado inquieta como para
comer. Mi estomago estaba hecho un nudo y mi apetito era nulo. 33

—¿Cómo lo supiste? —le pregunté finalmente.8

Se limitó a encogerse de hombros.


—Tengo ojos y oídos en todas partes Belle, ya deberías saberlo —
respondió mientras cortaba un trozo de carne—. Por cierto, ya que fuiste
tú quien tocó el tema, quiero que te quites eso que tienes en el dedo. 446

Una sonrisa tiró de mis labios.4

—¿Por qué? ¿No te gusta? —extendí mi mano izquierda sobre la mesa,


presumiendo la brillante sortija en mi dedo anular—. Es un anillo
hermoso, ¿no crees?517

—Quítatelo.142

—Lo haré cuando envíes las bolsas de sangre al hospital. 48

Michael me dedicó una sonrisa que no se extendió a sus ojos.9

—¿De verdad quieres jugar este juego?95

—Tú empezaste.74

Soltó una risa cruel antes de llevarse un trozo de filete a la boca. 2

—De acuerdo, tú ganas. Ahora, come.3

Dejé escapar un suspiro y miré el plato frente a mí. Levanté los cubiertos
y comencé a cortar la carne en pequeños trozos. Mientras lo hacía, el
tono rosado de la carne y su jugosidad me hicieron sentir nauseas. 321

De pronto, todo en lo que podía pensar era en animales muertos y


sangre.97

Percibí la mirada de Michael sobre mí. Sus ojos me estudiaban y


analizaran de forma calculadora.6
—¿Qué sucede? ¿No te gusta la carne? —preguntó Michael al ver mi
expresión.19

—Ya te lo dije, no tengo hambre.

—Has un esfuerzo, ¿quieres? No quiero que te desmayes después. 44

—Lo haré con una condición —él arqueó una de sus rubias cejas, pero
se mantuvo en silencio esperando a que yo continuara—. Envía las
bolsas de sangre al hospital general ahora mismo y yo comeré todo lo
que hay en mi plato. Incluso pediré postre. 65

—¿Por qué tanta prisa? —se burló.52

—Él se está muriendo en la sala de un hospital —mi voz casi se rompió,


tuve que morderme el labio con fuerza—. Por favor Mike, solo... envía las
bolsas de sangre.207

Sus facciones se pusieron tensas y por un momento, temí que él pudiera


negarse, sin embargo y para mi sorpresa, Michael asintió con la cabeza y
dejó los cubiertos sobre la mesa.67

—Bien —sacó un teléfono del bolsillo de sus pantalones y marcó un


número—. Lleva el paquete al hospital, ahora —dicho eso, colgó la
llamada y guardó el teléfono—. ¿Feliz? Ahora come.370

Mi cuerpo se relajó al mismo tiempo en el que una oleada de alivio y


esperanza me recorría entera.12

Tragué saliva y me obligué a mí misma a comer aquel trozo de carne a


pesar de las náuseas.1
Entonces, mientras cortaba la carne con los cubiertos, una idea loca
acudió a mi mente. Los cubiertos que sostenía en mis manos eran un
tenedor y un cuchillo chuletero; el cuchillo, al ser una herramienta
especializada para cortar ese tipo de filete, tenía una punta bastante
afilada.367

Aquello podría ser mi tabla de salvación. 1

—¿Sabías que un corte en la yugular puede ocasionar una muerte


silenciosa e instantánea? —había dicho Michael hace cinco años,
cuando fui privada de mi libertad—. Treinta segundos es el tiempo que se
necesita para que una persona muera desangrada. Para eso es
necesario un corte limpio y profundo —sus dedos acariciaron la piel de
mi cuello, unos centímetros debajo de mi oreja—. Justo aquí.644

Aquel repentino recuerdo me aceleró el corazón. 15

Contemplé a Michael durante unos segundos y luego regresé la atención


a mi plato. Él estaba demasiado ocupado mirando algo en la pantalla de
su celular. Se veía seguro y relajado, seguramente porque creía que
había ganado.91

—¿Le dijiste a la policía que te encontrarías conmigo en este lugar? —


preguntó de pronto.3

Levanté la cara para mirarlo y lo encontré mirándome de vuelta.

Negué con la cabeza.


—No.

—Hmm... —regresó su atención a su teléfono.94

Repasé mentalmente mi plan; un corte limpio y profundo. Nada más.


Tenía que aprovechar ahora que él estaba distraído. 276

Era ahora o nunca...31

Decidida, sujeté la empuñadura del cuchillo con fuerza y, usando toda mi


fuerza, dirigí la punta filosa directo a su cuello. Sin embargo, la puerta del
restaurante se abrió de golpe haciendo que las personas dentro se
sobresaltaran.314

Quizás mi plan habría resultado de no ser por eso, pues en cuando


Michael giró la cabeza hacia la puerta, notó el cuchillo que se
aproximaba a su cuello y, con un rápido movimiento, me tomó de la
muñeca evitando que este se clavara en su piel.280

Me miró con una sonrisa irónica en sus labios. 1

—Joder, buen intento —murmuró antes de tirar de mí hasta forzarme a


levantarme de mi lugar, y luego colocarme frente a él como un escudo
humano, mirando hacia la puerta.92

La persona que había entrado al lugar era el detective Parks, quien


sostenía una pistola en sus manos y le apuntaba a Michael con esta. 342

Fue ahí cuando sentí la presión de algo contra mi sien. Se trataba del
cañón de una pistola. Escuché gritos, muchos gritos. Las personas que
se encontraban en el restaurante en ese momento comenzaron a tirarse
al suelo, aterrorizados.55
—Déjala ir, imbécil —exclamó la firme y poderosa voz del detective
Parks.129

—Detective John Parks —habló Michael, sonriendo—. Es un placer


conocerlo. ¿Debería darle las gracias por salvar mi vida? Si no fuera por
su heroica entrada, yo ya estaría muerto. 382

—Déjala ir —repitió el detective.

—Fuiste a por la yugular, tal y como yo te enseñé. Bien hecho —susurró


contra mi oreja, presionando todavía más el cañón de su arma contra mi
sien—. ¿Sabes que lo que intentaste hacer tendrá consecuencias,
verdad? Además, me mentiste. Dijiste que no le habías dicho nada a la
policía.51

—Yo no...

—Un paso más y le volaré los sesos —dijo Mike cuando el detective
Parks trató de acercarse.2

—¿Volarle los sesos? ¿En serio? —chasqueó la lengua—. No te


atreverías, no después de todo lo que has hecho por ella. 37

—¿Quieres ponerme a prueba, John? —exclamó con frialdad.60

Se me empapó la piel de sudor. Mi única oportunidad de ponerle fin a


Michael se me había escapado de las manos. Parpadeé varias veces
intentando comprender esa nueva situación. Todo había sucedido
demasiado rápido.4

No sabía si él se atrevería a matarme y la idea me aterrorizó.


—Baja el arma, Calvin. El lugar está rodeado, no tienes ninguna
escapatoria.2

—Hace mucho tiempo que nadie me llama de esa manera —me apretó
más contra él—. ¿Tú les dijiste ese nombre, Belle? ¿Así como también
les dijiste que te encontrarías aquí conmigo?86

—N.. no... —balbuceé, temblando—. Te juro que yo no les dije nada


sobre este lugar.

—Mientes.17

—Mike...

—Ella dice la verdad —intervino el detective Parks, para luego mirarme


directamente a los ojos—. Cuando te desmayaste, colocamos un
rastreador y un micrófono escondidos en tu ropa. Sabíamos que él
trataría de ponerse en contacto contigo, y como era de esperarse, así
fue.405

Sentí que se me cortaba la respiración. Ahora todo tenía sentido, por esa
razón me había resultado tan sencillo escapar del hospital sin ser vista
por nadie, por esa razón mi celular había estado a un lado de la cama
cuando desperté.67

Ellos... ellos lo habían planeado todo.144

Saber eso me hizo sentir un poco mejor, incluso me hizo recuperar un


poco de la esperanza que ya creía perdida por atrapar de una buena vez
por todas a Michael. Si el lugar estaba rodeado como el detective Parks
había dicho, entonces no había escapatoria.12
Este era su fin.161

—Predecible —murmuró de pronto Michael, regresándome de manera


abrupta a ese momento—. Supongo que es hora del plan b —dicho esto,
metió la mano en el bolsillo izquierdo de su pantalón y, a continuación,
sacó un pequeño dispositivo—. ¿Sabes que es esto, John?285

Se produjo una tensa pausa. Una expresión extraña e indescifrable cruzó


por el rostro del detective Parks, como si todavía estuviese procesando lo
que acababa de pasar.

—Es un detonador —continuó Michael cuando él no respondió—. Sabía


que algo como esto podría suceder, así que me preparé con anticipación.
Hay explosivos en el suelo, en las paredes, incluso debajo de las mesas.
Ahora John, dime ¿qué crees que suceda si yo presiono este botón? 330

Exhalé con lentitud y traté de tranquilizarme, pero me resultó imposible.


¿De verdad había explosivos en este lugar? Michael no podía estar
hablando en serio, Dios mío, aquí había familias y niños. Todos aún
escondidos bajo las mesas del restaurante. 33

—¿Estarías dispuesto a hacer estallar este lugar, aún con tu hermana


aquí dentro?

Michael casi soltó un bufido.

—Por supuesto. Después de todo, ya tengo lo que quiero —respondió,


señalándome con la cabeza—. Así que, si es necesario que yo oprima
este botón, estaría encantado de hacerlo, ya que eso significaría que
moriríamos juntos. ¿No estás de acuerdo conmigo, Belle? 210

—Estás loco... —susurré, horrorizada.51

Mi loco hermano dejó escapar una risa más cruel que la anterior. 4
—¿Qué dices, John? ¿Quieres ponerme a prueba? —se burló, agitando
el detonador.9

—¿Qué es lo que quieres? —inquirió el detective Parks.

—Ya te lo dije, lo que quiero ya lo tengo en mis manos —dio un paso


atrás, obligándome a retroceder junto con él—. Aunque, ya que
preguntas, lo siguiente que quiero es salir de este lugar. 1

—¿Hace falta que te lo repita? El lugar está rodeado, no tienes ninguna


escapatoria.

—Oh, ¿eso crees? —sin dejar de apuntarme con el arma y sin apartar su
dedo pulgar del botón del detonador, Michael volvió a dar un paso atrás,
camino a la cocina—. Si te atreves a mover un solo músculo, todo lo que
quedará en este lugar serán restos. Ah, y diles a tus amigos que están
afuera que si se atreven a seguirme, no dudaré en oprimir el botón.
¿Entendido?16

Esa fue la primera vez que vi al detective Parks quedarse totalmente


mudo.129

A continuación, Michael abrió la puerta que conducía a la parte trasera


del restaurante y me arrastró dentro. Mientras atravesábamos la cocina
hasta la salida trasera, cerré los ojos e intenté controlar el mareo que
comenzaba a nublar mi mente. El detective Parks había dicho antes que
el lugar estaba rodeado, y si eso era cierto, significaba que, cuando
Michael y yo saliéramos por esa puerta, habría policías esperándonos del
otro lado.18

Aquel pensamiento me hizo sentir un poco mejor.


Sin embargo, cuando Michael abrió la puerta, una sensación de irrealidad
creció en mi interior. Me quedé inmóvil y en silencio. El corazón me latió
con fuerza mientras que distintas emociones se retorcían en una maraña
frenética.1

Sentí un espantoso deseo de llorar.168

Fuera, donde se suponía debía estar la policía, vi a un grupo de cinco


hombres vestidos completamente de negro. Todos y cada uno de ellos
tenían sus rostros cubiertos por máscaras oscuras y además, portaban
armas largas en las manos.238

¿Pero qué...?2

Cuando Michael tiró de mí hacia a una camioneta blanca con vidrios


polarizados que parecía estar esperándonos, noté a los policías que
debían estar ahí, tirados en el suelo con los ojos cerrados. Al ver esa
escena, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. 136

¿Quiénes eran los hombres que estaban vestidos de negro? ¿Por qué
estaban ayudando a alguien como Michael? ¿En qué clase de negocios
estaba él metido?85

—Sube a la camioneta —ordenó él, mirando a todas partes menos a mí.

—No —murmuré.3

Me miró furioso y me tomó por la nuca para luego, con un brusco


movimiento, obligarme a subir a la camioneta. Por supuesto yo traté de
resistirme en todo momento, pero fue inútil. 18

Él era muchísimo más fuerte que yo.


—Bon travail —le dijo Michael a uno de los hombres—. Envíale a Kozlov
mi agradecimiento.955

Después de eso, se montó en la camioneta conmigo y golpeó dos veces


el asiento del conductor. Fue ahí cuando noté a un sexto hombre vestido
con ropas negras, sentado detrás del volante. Ni siquiera hubo necesidad
de intercambiar palabras, pues este encendió el motor de la camioneta y
comenzó a llevarnos lejos de ahí.45

—¿A dónde...? —comencé, pero dejé la pregunta a medias cuando


Michael se acercó a mi para meter una de sus manos debajo de mi blusa
de tirantes—. ¡No me toques! 301

Vi la sombra de una sonrisa en su rostro.

—Relájate, no es lo que piensas —sus dedos tomaron algo que estaba


pegado en la parte baja de mis costillas y tiró de esta hasta arrancarla—.
No quiero que nos sigan.113

Me mostró lo que parecía ser una diminuta moneda plateada. Se trataba


del rastreador que me habían puesto cuando me desmayé en el hospital.
Michael abrió la ventanilla de la camioneta y lo lanzó fuera. 8

Segundos más tarde, volvió a mirarme.

—Ahora falta encontrar el micrófono —sus ojos se dirigieron al escote de


mi blusa y la esquina de su boca se arqueó en una media sonrisa—. ¿Lo
haces tú o lo hago yo?289

Asqueada, metí la mano dentro de mi blusa blanca y tanteé la tela hasta


encontrar el pequeño micrófono escondido. Después de arrancarlo de mi
prenda, se lo di a Michael para que él lo lanzara por la ventana del
mismo modo que había hecho con el rastreador.
—¿Quiénes son estas personas? —le pregunté al cabo de unos minutos.

—Trabajan para un conocido.1

—¿A dónde piensas llevarme?

—Ya te lo dije, es una sorpresa.35

Abrí la boca para hacer otra pregunta, pero fui opacada por el sonido de
la sirena de un coche patrulla que venía unos coches detrás de
nosotros.6

—Merde, ¿por qué cojones insisten en desafiarme? —bramó Michael


antes de meter la mano en el bolsillo de su pantalón y sacar de nuevo el
detonador.170

—¡Espera, no lo hagas! —exclamé, lanzándome hacia él.

Michael me empujó de nuevo a mi asiento y luego me apuntó con su


arma.

—¿Tú también quieres en desafiarme?

—No, por favor... no lo hagas. No es necesario que...

Pero, haciendo caso omiso a mis palabras, Michael sonrió de manera


perversa y, sin siquiera titubear, oprimió el botón de aquel extraño y
pequeño aparato en su mano izquierda. 348

Por unos segundos creí que aquello sobre los explosivos se trataba solo
de una de sus bromas, pero no fue así. El suelo bajo nosotros se sacudió
y las ventanas de la camioneta vibraron por un breve momento.

Entonces escuché la explosión.302


La camioneta ya se había alejado unas cuantas calles de aquel
restaurante, pero no lo suficiente como para no escuchar aquel
estruendoso sonido.

Un montón de pensamientos cruzaron por mi mente, todos estaban


relacionados con las personas que estaban en ese lugar.

¿Y si no lograron salir?35

¿Cuántas personas habían sido víctimas de la explosión? 4

¿De verdad esto no era una pesadilla?2

De pronto, el lado izquierdo de mi cuerpo comenzó a sentirse más


pesado que el derecho. Fue como si flotara en una marea sin fin. 46

Mi estómago se revolvió y creí que vomitaría ahí mismo. Pero no lo


hice.26

Simplemente me desmayé.
Capítulo 40
Ellie380

Cuando desperté, mi cabeza estaba apoyada en la ventanilla de un


coche. Me sentía fatal. Me dolían los brazos, el estómago y sobre todo
las piernas. Era como si alguien me hubiese dado una paliza mientras yo
me encontraba inconsciente. Me pesaba todo el cuerpo. Intenté levantar
la cabeza para echar un vistazo a mi alrededor, pero no tenía la fuerza
suficiente. Me sentía muy cansada a pesar de tener la sensación de
haber dormido durante un largo, largo tiempo. 201

Cerré los ojos antes de soltar un silencioso gemido. 44

Lo último que recordaba era estar en una camioneta con Michael


mientras que él me apuntaba con un arma. De ahí en adelante, todo era
confuso. ¿Acaso yo... me había desmayado? ¿En qué momento? Traté
de recordar el momento exacto en el que perdí el conocimiento, pero mi
cabeza era todo era un lío.59

Me sentía agotada y aturdida tanto física como mentalmente. 50

Mi cerebro aún luchaba por recordar lo que había sucedido cuando,


repentinamente, todo vino a mí de golpe. Recordé la explosión, el
estruendo, y también aquel dolor en mi pecho. De pronto, sentí sangre
zumbando en mis oídos. El corazón me latió con algo parecido al terror.
Mi pecho comenzó a doler, no podía respirar. A este paso iba a terminar
por quedarme sin aire.132

Entré en pánico y comencé a jadear.17

—Tranquila, tranquila... —exclamó una voz masculina—. Todo está bien,


tranquila.216
Me quedé inmóvil. Conocía esa voz, se trataba de Michael. Mi medio
hermano. Sí él estaba conmigo, significaba que la explosión, el estruendo
y el dolor en mi pecho no habían sido un sueño. 91

Todo eso en realidad sucedió.9

Yo... seguía viviendo la misma pesadilla. 179

No, Dios mío no.47

Con la cabeza todavía apoyada en la ventanilla del coche, abrí los ojos y
eché un vistazo fuera. Al parecer, nos estábamos moviendo en lo que
parecía ser una carretera despoblada y rodeada de bosque. No conocía
los alrededores, no los conocía en absoluto. Definitivamente esto ya no
era Nueva York. Darme cuenta de eso hizo que mi corazón comenzara a
latir con fuerza.167

—El efecto del sedante pasará en unos minutos —me informó Michael,
acariciando la piel de mi brazo izquierdo con una de sus manos—.
Tranquila, todo estará bien.397

Intenté incorporarme, pero mi cuerpo aún se sentía pesado. No podía


moverme. No podía hacer nada en absoluto. Sin importar cuanto lo
intentara, mi cuerpo se negaba a obedecer mis órdenes. Aquello me
sentir demasiada impotencia. Incluso me e hizo recordar cosas que
hubiera preferido no revivir nunca.93

La primera persona que apareció en mi mente fue Josh; recordé todas


esa veces en las que me drogó e hizo conmigo lo que se le dio la gana.
Yo no podía hacer nada para defenderme. Al igual que ahora, todo lo que
podía hacer era ahogarme en lágrimas. Odié profundamente sentirme así
otra vez. Lo odié tanto que casi pude sentir como me hervía la sangre en
las venas.305
Tragué saliva. Tenía que tranquilizarme. Lo menos que quería ahora era
ser víctima de un nuevo ataque de pánico, así que, en un intento
desesperado por recuperar la compostura, tomé una inhalación profunda
y comencé en contar del uno al sesenta. Lo hice una y otra vez, llevando
así la cuenta de los minutos que transcurrían mientras yo permanecía
inmóvil en mi lugar.2

Diez minutos más tarde, comencé a sentir un poco de movilidad en los


dedos de las manos. Ambos brazos comenzaron a hormiguearme y mis
piernas dejaron de sentirse entumecidas. Al cabo de unos minutos,
recuperé el control y la movilidad de mi total de mi cuerpo. Consciente de
ello, probé incorporarme una vez más y, esta vez, conseguí erguir la
espalda y la cabeza.5

Justo en ese momento noté que ya no nos encontrábamos en la misma


camioneta blanca de vidrios polarizados de la última vez. El hombre
vestido con ropas negras había desaparecido y ahora era Michael quien
conducía un viejo coche. Divisé grietas en el tablero de piel, manchas en
los vidrios y espejos, y un desagradable olor a humedad que inundaba
dentro.51

—¿Te sientes mejor ahora? —curioseó Michael después de unos


segundos.87

—¿Dónde estamos? —exclamé, ignorando su pregunta.2

La sombra de una sonrisa asomó su rostro. 2

—En algún lugar de Canadá —dijo sin más.485

—¿Canadá? —Me llevé una mano a la frente, todavía me sentía algo


mareada y la cabeza me dolía bastante—. ¿Qué... qué fue lo que me
hiciste?2
—Te inyecté un poderoso sedante. Nada peligroso, por supuesto. 29

—¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? —quise saber.2

—Poco más de dos días.882

Aquello fue como recibir una bofetada en el rostro. 54

—¿Más de dos días? —repetí, horrorizándome ante la idea—. Dios mío...


¿qué sucedió después de la explosión? ¿Las personas que se
encontraban en el restaurante lograron escapar?1

—Solo ocho personas resultaron heridas —murmuró, acomodándose las


gafas de sol que llevaba puestas—. De ahí en fuera no se reportó ningún
muerto, al menos hasta ahora.87

Dejé escapar un suspiro de alivio.3

Al menos nadie había muerto...19

—¿Qué hay de Hunter? ¿Él está bien? ¿Pudieron hacerle la transfusión


de sangre?

Su mandíbula se tensó visiblemente después de mis preguntas, pero no


respondió. Se limitó a permanecer en silencio durante un largo rato,
mirando fijamente la carretera frente a nosotros.73

—¿Él está bien, verdad? —insistí, sintiendo un escalofrío subir por mi


espalda—. ¿Mike?11

—Ellie, Hunter está muerto.2.8K

Mi mundo entero se detuvo. Me quedé helada, con el corazón a mil. Sus


palabras, sin ningún atisbo de burla o engaño, se hundieron en mi pecho
de la misma forma que un daga; lenta y dolorosamente. Mi visión se
nubló y antes de que pudiera darme cuenta, mis mejillas estaban
empapadas en lágrimas, otra vez. Paralizada, sostuve el aire y miré a
Michael.94

—Mientes.301

—Al parecer, hubo un par de complicaciones mientras realizaban la


transfusión de sangre —continuó, sin siquiera inmutarse—. Su corazón
se detuvo.114

—Mientes...82

—Perdió más sangre de la que yo había previsto debido a que intentó


detenerme aún después de haberle disparado. —Sonrió—. ¿Quién
demonios sigue en pie después de dos disparos?441

—¡Mientes!43

Michael presiono el freno de mano y el coche se detuvo de golpe. Fui


lanzada hacia adelante con tanta fuerza que el cinturón de seguridad casi
tuvo problemas para mantenerme en mi sitio.13

—Olvidas que también era mi hermano —su voz me fustigó con rabia,
haciendo que retrocediera en el asiento—. Entre mis planes no estaba
que él muriera.896

Respiré hondo para superar el dolor y me limpié las lágrimas que caían
en torrente por mi rostro. Desabroché el cinturón de seguridad que me
mantenía aprisionada en mi lugar y abrí la puerta del copiloto para salir
del coche. Escuché a Michael soltar una palabrota antes de desabrochar
su cinturón y salir detrás de mí.37

Mi plan era correr y tratar (aunque fuese inútil), escapar de él, sin
embargo, apenas puse un pie en el asfalto, sentí náuseas. 144
Me acerqué a la acera de la carretera, me dejé caer de rodillas y vomité.
Michael se agachó a mi lado y masajeó mi espalda. Cuando terminé de
vomitar lo poco que había es mi estómago, me limpié la boca con el
dorso de la mano y aparté la suya de mi espalda. 156

—No me toques —gruñí.9

Tocó mi frente y frunció el ceño.16

—¿Estás enferma?402

De nuevo, aparté su mano y me levanté del suelo.2

—¡Dije que no me toques! 3

—Bien, está bien. No te tocaré. —Levantó ambas manos en señal de


rendición y luego se puso de pie—. Ahora sube al coche.45

Me quedé mirándole de manera desafiante. 2

—No, no pienso ir a ningún lado contigo. 3

—Ellie no estoy de humor en este momento, así que no empieces. 56

Ignorando sus palabras, di media vuelta y empecé a andar con paso


enérgico por la carretera. Por desgracia, Michael me siguió furioso y me
tomó por la muñeca, solo que, al momento de girarme hacia él,
aproveché el impulso y le di una bofetada lo suficientemente fuerte como
para hacer que volviera la cabeza a un lado y a mí me ardiera la palma
de la mano.365

La rabia se desató en mi interior. De pronto, no soportaba siquiera


mirarle.6
—¡Eres un asesino! —grité, abalanzándome sobre él para abofetearlo,
golpearlo y empujarlo con toda la fuerza que fui capaz de utilizar—. ¡Por
tu culpa él está muerto! ¡Tú lo mataste! 262

Su rostro permaneció impasible y su mirada dura como el zafiro. Creí que


trataría de defenderse o que se enfadaría, pero no lo hizo. Simplemente
me dejó desquitar mi furia con él.12

—¡Te odio! —continué, golpeándolo fuertemente en el pecho—. ¡No


sabes cuánto te odio! ¡Desearía jamás haberte conocido! ¡Desearía que
no fueses mi hermano! ¡Maldito psicópata! 454

Solo en ese momento, Michael me sujetó de ambos brazos y me sacudió


con violencia.23

—¡Ya basta, joder! ¡Deja ya de golpearme! 297

Lo que él no sabía era que yo no tenía intención alguna de detenerme.


Así que, aún con sus dos manos sujetándome con fuerza de los brazos,
comencé a forcejear con todas mis fuerzas, rasguñando sus brazos y
pateando sus piernas en el acto. Aquello hizo que me sujetara contra su
cuerpo, rodeándome de tal forma que mis brazos y piernas se volvieron
inútiles.57

Pero no estaba dispuesta a darme por vencida, no lo haría. Estaba tan


furiosa y fuera de mí misma que, como último recurso, abrí la boca y
hundí los dientes en su hombro izquierdo. Lo mordí con tanta fuerza que
la mandíbula comenzó a dolerme. Michael por otra parte no dijo ni una
sola palabra, pero tampoco emitió algún sonido. 423

Solo se quedó completamente quieto. 67


Finalmente, cuando me di cuenta de que algo como eso no parecía
dolerle en absoluto, dejé de morderlo y en su lugar, descansé la frente en
su hombro. No me quedaban fuerzas para seguir luchando. Estaba
agotada y triste. Todo lo que quería hacer era dormir una eternidad. 230

—¿Terminaste? —preguntó él al cabo de unos minutos.306

—Te odio —dije entre sollozos mientras lágrimas de frustración mojaban


mi rostro—. Te odio... eres un sádico, egoísta, hijo de... 96

—Pronto comenzará a llover —me interrumpió Michael—. Será mejor que


nos vayamos.217

Levanté la cara para mirar el cielo cubierto de nubes grises que se


alzaba sobre nosotros. Él tenía razón, se avecinaba una tormenta.
Michael aprovechó ese momento para pasar sus dedos por mis mejillas,
secando mis lágrimas con delicadeza.190

Esta vez no lo aparté, estaba demasiado cansada. 43

—¿A dónde piensas llevarme? —pregunté después de subir de nuevo al


coche.3

—A lo que será nuestro hogar, al menos por un tiempo. —Se acercó a mí


para ponerme el cinturón de seguridad y luego se acomodó en su lugar—
.Te gustará, ya lo verás.286

No dije nada, solo me recosté en mi asiento y apoyé la cabeza en el


cristal de la ventanilla, del mismo modo en el que había despertado.
Cerré los ojos y me dejé vencer por el cansancio. 84

***9
El sitio al que Michael terminó llevándome resultó ser un motel de
carretera de lo más común; nada llamativo y lo suficientemente normal
como para no levantar sospechas. El edificio era de dos pisos, las
puertas daban directamente a la calle, y en el estacionamiento, un
enorme cartel con el nombre del motel "Sweet Recess" destacaba en
todo lo alto.184

Michael bajó del coche y después rodeó el vehículo para abrirme la


puerta. En una mano llevaba un paraguas con el que se encargó de
cubrirme para que la lluvia no me mojara; mientras que en la otra llevaba
un par de bolsas de plástico y dos bolsos de viaje. 44

—¿No debemos registrarnos? —le pregunté mientras subíamos a la


segunda planta del motel.17

—No hace falta.2

Nos detuvimos en la puerta número doce. Michael sacó una llave del
bolsillo de su pantalón y abrió la puerta. La decoración de la habitación
era bastante simple; paredes blancas, una lampara de dos cabezas, un
televisor encima de una vieja mesilla y dos camas individuales. 79

Entré estudiando el lugar esperando encontrar algo raro, pero no parecía


haber nada fuera de lo común. Michael dejó los bolsos de viaje sobre una
de las camas pero se quedó con las bolsas de plástico. Rebuscó en el
interior de una de ellas hasta encontrar una caja de cartón.

—Toma, tendrás que ponerte esto en el cabello —exclamó, dándome


aquella caja.73

Se trataba de pintura para el cabello. 148

Fruncí el ceño confundida.1


—¿Rojo?264

Se encogió de hombros.1

—¿Qué puedo decir? El rojo es mi color favorito, después del negro por
supuesto.378

Me acerqué a la otra cama y me senté en la orilla del colchón.

—¿Por qué quieres que me pinte en cabello?2

—La policía está buscándonos, nuestras fotografías están en todas


partes —explicó, sacando una segunda caja de la bolsa de plástico—. Yo
también voy a tener que pintármelo.90

Dejé escapar un largo suspiro.

—Estoy cansada.1

—Podrás descansar una vez que te pongas eso en el cabello. 7

—¿Realmente es necesario que lo haga ahora?1

—Sí.

Respiré hondo y me levanté de la cama para dirigirme al pequeño cuarto


de baño, el cual estaba equipado con los artículos más esenciales. Una
vez frente al lavabo, miré mi aspecto demacrado en el espejo sin ninguna
clase de expresión. Tenía la misma apariencia que la de un fantasma
ahorcado; piel pálida, círculos oscuros alrededor de los ojos y labios casi
azules.175

Ignorando mi propia apariencia, abrí la caja y preparé el tinte de pelo.


Después de ponerme los guantes comencé a ponerme aquella mezcla en
el cabello. Debido a que mi cabello era muy rubio, no tardó mucho tiempo
en adquirir el mismo tono que el de la chica de la imagen. 265
Cuarenta minutos más tarde, me quité la ropa y entré a la ducha. 1

Como no había agua caliente, tuve que bañarme con agua terriblemente
fría, cosa que no me importó. Cerré los ojos y masajeé mi cuero
cabelludo para deshacerme del exceso de pintura. 53

Mientras yacía bajo el chorro de agua fría, recordé las palabras de


Michael. Estaba tratando de no pensar en eso ya que, si no lo hacía,
podría fingir que había sido una pesadilla. Fingir era algo que se me daba
muy bien.33

—Hunter está muerto. Al parecer, hubo un par de complicaciones


mientras realizaban la trasfusión de sangre. Su corazón se detuvo.245

De pronto, me invadió un sentimiento de culpa y sentí un espantoso


deseo de llorar. Las manos comenzaron a temblarme, el miedo y la rabia
me inundaron. Quise gritar, pero el único sonido que pude emitir fue un
agudo gemido. Lágrimas caían por mi rostro y no podía parar.90

Cuando abrí los ojos, me di cuenta de que todo estaba cubierto de


sangre; el suelo, mi cuerpo e incluso mis manos. Era la sangre de todas
esas chicas a las que Michael había asesinado solo porque se parecían
a mí, era la sangre de las personas que habían resultado heridas durante
la explosión en aquel restaurante.270

Era la sangre que Hunter había perdido luego de haber recibido dos
disparos...83

Horrorizada por la escena que se encontraba frente a mis ojos, di un


traspié que me hizo golpearme la nuca contra una de las paredes de la
ducha. Aquel dolor no se comparaba en absoluto con el que crecía en mi
pecho. Llorosa, apoyé la espalda en la pared con la que me había
golpeado la cabeza y me deslicé por esta hasta sentarme en las
baldosas del suelo.98

Me llevé ambas manos a los oídos y solté un grito, el cual fue suficiente
para hacer que Michael entrara al baño. 38

Abrió la cortina de la ducha y me encontró en el suelo, rodeada de


sangre. Después de cerrar el grifo de agua, se agachó a mí lado y tomó
mi rostro entre sus manos.144

—¿Ellie? ¿Qué sucede?63

—Hay sangre Mike... hay sangre en todas partes... 175

Michael echó un vistazo alrededor y luego frunció el ceño.

—No es sangre, solo es pintura de pelo.150

Temblorosa, tomé un puñado de la tela de su camisa y me acerqué a él.

—Quítamela, por favor quítamela.249

Sus ojos me miraron confundido, pero al final aceptó. 2

—De acuerdo, cierra los ojos —ordenó.147

Eso hice.

Segundos más tarde, escuché el sonido del agua corriendo cuando él


volvió a abrir la llave y me lavó el cabello varias veces hasta asegurarse
de que el agua dejara de salir roja. Al terminar, cerró el grifo y tomó una
toalla de baño para cubrirme el cuerpo con ella. Me levantó entre sus
brazos y me llevó de nuevo a la habitación. Durante todo ese tiempo yo
mantuve los ojos cerrados, tenía miedo de abrirlos. 283
—Ya puedes abrir los ojos, Ellie —exclamó él, después de dejarme en
una de las camas.31

—¿Ya no hay más sangre?309

—No, ya no.70

Cuando abrí los ojos, lo encontré arrodillado en el suelo frente a la cama.


Levantó los ojos hacia mí para mirarme a través de un mechón de
cabello rubio que le caía por encima de la frente. 104

Normalmente, Michael era alguien que la mayoría del tiempo solía tener
una expresión fría e indescifrable en el rostro. No había forma de saber
que era lo que pasaba por su cabeza, sin embargo, justo en ese
momento, vi algo diferente en sus ojos.168

Fue como si se hubiese quitado una máscara.31

—Siento haberte arrastrado al infierno conmigo —murmuró


repentinamente, tomándome totalmente por sorpresa—. Pero tenía que
hacerlo, estaba cansado de estar solo.909

No dije nada, en su lugar, levanté una de mis manos y toqué su rostro.161

—¿Por qué yo? —quise saber—. ¿Por qué te empeñaste tanto


conmigo?1

—¿Recuerdas el día en el que te revelé mi verdadera identidad? Ese día


te conté toda mi historia y tú... tú me escuchaste atentamente. Mientras
te hablaba de mí, no me miraste con burla ni con lástima, todo lo
contrario, te veías... enfadada. Cuando terminé, extendiste tus brazos y
me abrazaste. Esa fue la primera vez que alguien me mostró afecto
sincero.524
Recordaba ese día, lo recordaba muy bien. Cuando él me habló de su
pasado y de todo lo que tuvo que vivir siendo solo un niño, me sentí muy
enojada. Él era solo un bebé cuando mi padre lo llevó lejos, dejándolo
solo en un lugar donde abusaron de él incontables veces al no tener a
nadie que se preocupara por él. Por esa razón yo... yo...127

—Gracias —exclamé, dejando caer mi mano.320

Michael frunció el ceño.

—¿Por qué?

—Por hacerme ver que ese día cometí un error. Si hubiese sabido que
mostrarte un poco de afecto desencadenaría todo esto, en lugar de
abrazarte habría elegido escupirte en la cara.879

Mis palabras lo hicieron sonreír.49

—El hubiera no existe, Belle. Estamos juntos ahora, eso es lo único que
importa —murmuró, poniéndose de nuevo aquella mascara. Se levantó
del suelo sin dejar de sonreír—. Tranquila, el infierno puede ser un lugar
muy desagradable, pero también es muy divertido. Vas a terminar por
acostumbrarte, te lo digo por experiencia. Con el tiempo, el infierno será
igual que un sauna. Tú solo espera y verás.
Capítulo 41
Ellie496

Durante los primeros días de mi cautiverio en un motel de carretera con


Michael, traté de escapar por lo menos tres veces. Por supuesto, ninguno
de mis intentos tuvo éxito alguno, sin embargo, fue suficiente para darme
cuenta de un par de cosas que antes desconocía por completo. 210

En mi primer intento por escapar, descubrí que las personas que


trabajaban en el motel (un hombre fornido y una mujer embarazada),
trabajaban también para Michael, pues habían sido ellos quienes me
atraparon y además, habían sido ellos quienes alertaron a mi
hermano.258

En mi segundo intento por escapar, descubrí que el único teléfono que


tenía línea en todo el motel, era aquel que se encontraba en la recepción
del lugar, y que para llegar a él, tendría que encontrar la forma de
despistar al hombre fornido que rara vez dejaba el mostrador.129

Finalmente, en mi tercer y último intento por escapar, descubrí que la


única manera en la que conseguiría salir de ese lugar, era en auto, pues
el único sitio poblado cerca del motel en el que nos encontrábamos
estaba a más de dos horas en coche.174

En otras palabras, si lo que quería era salir de ahí con vida, primero
tendría que idear un plan para burlar a la pareja encargada del motel y
así llegar al teléfono para llamar a la policía, o conseguir las llaves de un
coche.133

No obstante, mis deseos por escapar de ese lugar se desvanecieron


luego de encontrar una nota en el periódico que hablaba del atentado de
bomba en aquel restaurante en Nueva York, donde además, se hacía
mención del tiroteo en Times Square donde un oficial de policía había
perdido la vida.1.7K

Ese día, algo dentro de mí se rompió. 573

Mis ataques de ansiedad se hicieron cada vez más frecuentes y mis


pesadillas aumentaron a tal punto, que la simple idea de cerrar los ojos
me causaba terror. Michael insistía en que todo mejoraría una vez que
estuviéramos Francia, pues al parecer, quería llevarme a conocer el sitio
en el que él había crecido. El problema era que, debido a que nuestras
fotografías e información estaban en todos los aeropuertos y fronteras,
era imposible que tomáramos un avión o un autobús sin ser detenidos
por la policía. El verdadero nombre de mi hermano figuraba en la lista
negra de los más buscados y él, por alguna extraña razón, parecía
orgulloso de que así fuera.367

Por otro lado, a casi un mes de mi encierro, terminé acostumbrándome a


una nueva rutina. Cada día al despertar, solía encontrar a Michael
durmiendo profundamente a mi lado, sujetando mi mano de la misma
forma en la que un niño pequeño se aferraría a la mano de su madre. 576

Desde el principio, Michael y yo acordamos que dormiríamos en camas


diferentes y, afortunadamente, él no se había negado en absoluto.
Incluso había prometido no ponerme un solo dedo encima. Sin embargo,
tenía la rara costumbre de escabullirse en mi cama durante la noche para
acurrucarse junto a mí.710

Decía que solo de esa manera conseguía dormir. 387

Una vez despiertos, conducíamos durante más de dos horas en coche


hasta el único pueblo cercano. Se trataba de un pequeño pueblo que
muy apenas tenía un semáforo, una farmacia, una tienda de comestibles
y una cafetería. Los habitantes del lugar parecían bastante reservados,
eran de esas personas que solo eran amables con los forasteros por
educación y no por cortesía.109

A pesar de las miradas desdeñosas que nos lanzaban cada vez que nos
veían, Michael y yo acostumbrábamos almorzar en la cafetería del
pueblo varias veces a la semana.29

Posteriormente, después de almorzar y comprar víveres en el


supermercado, regresábamos al motel en donde yo pasaba el resto del
día encerrada mirando televisión o leyendo algún libro, mientras que él
se marchaba a alguna parte y no regresaba hasta pasada la
medianoche.152

Aquella era una rutina que se repetía día tras día, una y otra vez. Incluso
llegó un punto en el que comencé a perder la noción del tiempo. Todos
los días me parecían iguales y poco después perdí la cuenta de los días
que llevábamos en ese lugar, aislados y escondidos del resto del
mundo.240

Una parte de mi se resignó a vivir de esa manera, pues luego de que esa
nota en el periódico confirmara que las palabras de Michael no eran otra
de sus mentiras, perdí toda motivación para vivir. La única razón por la
cual seguía respirando, era porque no podía dejar de hacerlo. 426

—¿Ya has decidido que quieres comer? —preguntó Michael sentado


frente a mí en la cafetería del pueblo, mirando con atención el menú en
sus manos.49

No respondí, pero no porque no quisiera hacerlo, sino porque mi cabeza


parecía estar en otro lugar. Aquello era algo que me pasaba últimamente
con bastante frecuencia. Mi cuerpo estaba ahí, frente a él, pero mi mente
estaba en otro lado dentro de mi subconsciente. 201

—¿Ellie? —insistió él, tocando la mano que tenía sobre la superficie de la


mesa63

Intenté responder, pero mi cuerpo se negó a obedecerme. Por más que


lo intentara, no podía mover un solo musculo. Era como si cada parte de
mi cuerpo estuviese paralizado.202

—¡Hey! —exclamó él con furia, ganando la atención de las personas


dentro de la cafetería.92

Di un respingo y pestañeé con rapidez, recordando el sitio en el que nos


encontrábamos.5

—Sí —murmuré, respondiendo a su primer pregunta—. Ya sé lo que


quiero comer.70

Cuando no dijo nada, levanté la cara y lo miré. Tenía una expresión


sombría en el rostro.4

—¿Qué sucede? —le pregunté yo a él.3

—Tenías la misma mirada que esa mujer.298

Alcé una ceja.2

—¿Esa mujer?3

—Mi madre.105

—¿Te refieres a Isabella?121

Asintió.4
—No es la primera vez que lo haces —continuó, mirando sus manos con
un poco de angustia—. Es como si te desconectaras, como si dejaras de
estar aquí...278

—No era mi intención, solo estoy un poco cansada. 63

—No vuelvas a hacerlo —ordenó, mirándome fijamente.222

—Está bien.6

—Hablo en serio.23

—No volveré a hacerlo —le aseguré, aunque eso no era algo que
estuviera en mis manos. Segundos después, me surgió una duda—.
¿Alguna vez visitaste a Isabella en el hospital?4

Michael dudó en darme una respuesta, pero al final dijo: 1

—Solo una vez. —Regresó su atención al menú con indiferencia y luego


agregó fríamente—: Quería ver el rostro de la mujer que me abandonó
apenas me dio a luz y reclamarle por hacerlo, pero al parecer, Isabella
entró en un estado de trance luego de perder la cordura y matar a su
esposo.191

—Ya veo...4

—Conoces la historia, ¿no? Supongo que él te la contó. 19

Bajé la mirada y me concentré en una mancha sobre la mesa.1

—Sí, lo hizo.4

No quería pensar en él, recordarlo me hacía mal. 201

—¿Quieres saber que es lo más gracioso? Que esa mujer fue capaz de
asesinar a un hombre con tal de proteger a uno de sus hijos, pero no
movió ni un solo dedo cuando le arrebataron al otro de ellos. ¿Sabías
que fue ella quién le pidió a tu padre que me abandonara en otro país?
Pensé que al ver mi rostro, ella recordaría quien era yo y entonces
suplicaría por mi perdón, pero no fue así. Todo lo que hizo fue mirar una
maldita pared blanca como un jodido zombie. 224

—Isabella no estaba bien de la cabeza —comenté—. Sufrió mucho a


manos de Michael.37

—Ella me abandonó, Belle. Y gracias a eso mi vida fue un puto infierno.


Yo no pedí ser de esta manera, fueron tu padre y esa mujer quienes me
hicieron ser como soy.307

Que él dijera eso me hizo sentir repentinamente molesta. 3

—¿Así que simplemente vas a culpar a los demás por todas las cosas
que has hecho?177

—¿Qué debería hacer entonces? ¿Disculparme con ellos por ser el


monstruo en el que me he convertido? —Sonrió—. Nadie se disculpó
conmigo por hacerme de esta manera, nadie. 118

—Asesinaste a chicas solo porque se parecían a mí —le recordé—.


Iniciaste un tiroteo en un sitio turístico, hiciste estallar un restaurante con
personas dentro. Tú... tú mataste a Hunter. 249

—Ya te lo dije, no era mi intención matarlo. 49

—Pero lo hiciste. Lo hiciste y ahora él... 59

Ahora él está muerto...402


Cuando sentí lágrimas deslizándose por mis mejillas, me llevé ambas
manos al rostro e hice una mueca. Estaba cansada de llorar y
lamentarme por lo mismo pero... ¿qué más podía hacer? 8

—¿Por qué cuando lloras mi corazón duele? —murmuró en voz baja,


como si se hiciera la pregunta a sí mismo—. Dime Ellie, ¿qué debo hacer
para que seas feliz?730

—Déjame ir —susurré, limpiándome las lágrimas del rostro con las


mangas de mi sudadera.30

—No puedo.35

—Mike...1

—Si no te tengo a mi lado, siento que voy a enloquecer. 378

—Solo tienes miedo de estar solo.41

—¿Miedo...? —repitió, como si no terminara de entender esa palabra.


Abrió la boca para decir algo más, pero justo en ese momento, una chica
de largo cabello rubio con el uniforme rosa de la cafetería se acercó a
nuestra mesa y forzó una sonrisa en sus labios. 49

—¿Están listos para ordenar?1

Michael me miró esperando a que yo hablara primero.1

—Sí... me gustaría... me gustaría pedir una malteada de chocolate. 168

—¿Es todo? —me preguntó Michael, visiblemente molesto. 7

—Sí, no tengo mucha hambre.3

—Pide algo más, necesitas comer.17

—Dije que no tengo hambre.2


Mike apretó los dientes.1

—Trae dos platos de huevos revueltos con tocino —dijo él, sin
consultarme.70

—Dije que no tengo hambre —repetí.1

—Vas a comer así tenga que meterte la comida en la boca —gruñó


furioso.295

Puse los ojos en blanco y me recargué en mi asiento de mala gana.1

—Bien —respondí.1

La chica me miró a mí y luego miró a mi hermano. Arqueó una de sus


rubias cejas y al final hizo una expresión que decía: "vaya par". 67

—¿Entonces... una malteada y dos platos de huevos con tocino? —


repitió para confirmar nuestra orden. Michael asintió sin dejar de apretar
los dientes—. Enseguida.7

Después de que la chica se marchara de nuevo a la cocina, Michael


tomó una servilleta de papel y comenzó cortarla con los dedos. Aquella
era una manía que le había visto hacer más de una vez, sobre todo
cuando algo le molestaba. Primero cortaba la servilleta en pequeños
trocitos y después volvía a unirlos igual que un rompecabezas. Él era
raro...530

—No deberías desperdiciar las servilletas de esa manera —exclamé,


mirando el desastre que estaba haciendo sobre la mesa. 5

Sonrió igual que un niño pequeño.20


—¿Ahora eres mi madre? —se burló. Cuando terminó de juntar todos los
trozos que antes había cortado, me miró—. ¿Por qué pides tanto la
malteada de chocolate? Sabe a mierda.314

—A mí me gusta.55

—Tienes gustos raros.388

Dado a que no me apetecía establecer una conversación con él, decidí


guardar silencio y mirar fuera del ventanal. Minutos más tarde, cuando la
chica de uniforme rosa regresó a nuestra mesa con la comida, me lanzó
cierta mirada de desprecio antes de volver a marcharse. 385

Fruncí el ceño.3

—¿No has notado la forma tan rara en la que me mira la mesera? —le
pregunté a Michael en voz baja—. Creo que no le agrado...96

—Si te molesta puedo matarla.1.7K

Estuve a nada de poner los ojos en blanco.2

—Olvidé que eres un psicópata.258

Una sonrisita tiró de sus labios mientras le daba un mordisco a una tira
de tocino.2

—Solo bromeo. Y la razón por la cual esa chica te mira de esa forma es
porque me la estoy follando y cree que eres mi esposa. Supongo que
está celosa.1.2K

—¿Le dijiste que soy tu esposa? —exclamé indignada—. Por favor, no


me digas que la única razón por la que te la estás follando es porque se
parece un poco a mí.173
—Venga, no te creas tan importante. —Se encogió de hombros—: Pero
sí, esa es la razón.1.1K

Hice una mueca.1

—Eres asqueroso.131

—¿Asqueroso? Que yo recuerde tu amado Hunter hizo lo mismo, ¿no?


¿Por qué solo yo soy asqueroso? —Escuchar el nombre de Hunter salir
de su boca fue igual que recibir un puñetazo en el estómago—. Mierda,
olvidé que hablar de los muertos te pone mal. 686

Apreté los puños con fuerza y me obligué a tranquilizarme. 3

—¿Crees en el karma, Mike? —murmuré, mirándolo directamente a los


ojos—. Porque yo creo que todos, tarde o temprano, buenos o malos,
reciben lo que merecen. Por lo tanto, un día tú serás castigado. Y yo
misma me aseguraré de ver que pagues por todo lo que has hecho. 469

Se apoyó en el respaldo de su asiento y sonrió ante mis palabras. 2

—Descuida, sé muy bien que ya tengo un lugar reservado en el infierno


—se burló—. Ahora, si no tienes nada más que decir, come. 210

Miré la comida sobre mi plato y casi hice una mueca, la verdad era que
no tenía hambre. Lo único que tenía en ese momento eran náuseas,
además, me sentía muy cansada. Con su penetrante mirada sobre mí,
tragué saliva y tomé los cubiertos. Michael dijo algo más, pero no fui
capaz de prestarle atención.203

El sabor de los huevos y el tocino hizo que se me revolviera el estómago.


No era un sabor normal, era asqueroso y repugnante.197
—Yo, uh... necesito... necesito ir al... —balbuceé, levantándome de mi
lugar para dirigirme al baño tan rápido que no pude evitar golpear el
hombro de la chica que nos había atendido. 166

Al llegar al baño, me metí dentro de uno de los pequeños cubículos y


luego me dejé caer de rodillas sobre el frío azulejo. Acerqué la cabeza al
inodoro y vomité. Debido a que no tenía mucho en el estómago, después
de vomitar todo lo que tenía, solo tuve arcadas. Al terminar, me limpié la
boca con el dorso de la mano pero no me levanté del suelo. 85

—¿Estás bien? —escuché la voz de Michael a mis espaldas. 26

Se agachó a mi lado y masajeó mi espalda. 39

—La comida sabía un poco rara... es todo. Creo que no estaba bien
cocinada.84

—¿Quieres que mate al cocinero? —Ni siquiera me molesté en


responder a eso. Michael se rio y después acarició mi rostro con
suavidad. En cuanto sintió la temperatura de mi cuerpo, su expresión se
volvió seria—. Parece que tienes fiebre. Enfrente hay una farmacia,
quédate aquí mientras voy a...481

—¿Puedo ir contigo? —lo interrumpí—. Me gustaría comprar una bebida


energizante.67

—Yo te la traeré.2

—No, por favor, déjame ir contigo —insistí.8

Michael me miró fríamente durante unos segundos, pero al final aceptó. 2


—De acuerdo. —Después de ayudarme a levantarme del suelo, acercó
su boca a mi oreja y susurró—. Si intentas algo raro, no dudaré en volarle
los sesos a la primer persona que vea. ¿Entendido?201

Asentí con la cabeza.1

—No haré nada raro, lo prometo.14

—Bien.3

Después de pagar por nuestra comida en la cafetería, Michael y yo


cruzamos la calle para dirigirnos a la farmacia del pueblo. El local era
muy pequeño, dentro había solo unos cuantos pasillo con mercancía y el
mostrador estaba junto a la entrada. Mientras Michael se encargaba de
buscar pastillas para la fiebre en una de las estanterías, yo me dediqué a
mirar el resto del lugar.3

Deambulé por los pasillos para encontrar las bebidas energizantes, pero,
justo antes de dar con ellas, mis ojos se detuvieron en un producto. De
pronto, una duda se instaló en mi pecho. 51

¿Cuándo fue la última vez que tuve mi periodo?777

Fruncí el ceño y traté de hacer memoria, sin embargo, el hecho de no


poder recordarlo hizo que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo. La
ausencia de mi periodo debía tratarse de otra razón, anemia quizás.
Además, las posibilidades de que yo estuviese embarazada eran de una
en un millón. En otras palabras, era imposible, pero... ¿y si existiese la
posibilidad?212

Tragué saliva y tomé una respiración profunda. 1


Michael aún estaba de espaldas a mí, buscando medicinas para la fiebre,
y el encargado de la farmacia se veía muy ocupado resolviendo un
crucigrama en el mostrador.4

Ninguno de ellos parecía estar prestándome atención. 2

Me mordí el labio y miré de nuevo la prueba de embarazo sobre una de


las estanterías.1

Solo tómala, pensé.2

Tómala...1

¡Tómala!40

Con un rápido y silencioso movimiento, tomé la caja y la escondí dentro


de mis pantalones, ocultándola debajo de mi sudadera. Robar me sabía
mal, pero no iba a pedirle a Michael que me comprara una prueba de
embarazo. Quien sabe cómo podría reaccionar al saber que existía una
pequeña posibilidad de que yo estuviera esperando un hijo del hombre
que él había asesinado.133

Lo mejor era mantener esto en secreto.5

Con el corazón latiéndome a mil por segundo, me acerqué de nuevo a mi


hermano y esperé pacientemente a que él terminara de mirar las
medicinas.6

—¿No encontraste las bebidas energéticas? —preguntó al verme con las


manos vacías.1

Sentí que se me erizaban los vellos de la nuca.1

—Cambié de opinión... —me apresuré a decir—. Ahora quiero un


chocolate.1
—¿Chocolate? —Tomó una caja de pastillas y me sujetó del brazo—.
Está bien, te compraré los chocolates que quieras siempre y cuando no
vomites de nuevo.297

Después de que Michael pagara por la medicina y dos chocolates,


regresamos al coche y nos dispusimos a regresar al motel. 14

Normalmente, durante las dos horas de trayecto que hacíamos para


regresar al motel, yo acostumbraba apoyar la cabeza contra la ventana y
dormir, sin embargo, esta vez decidí que lo mejor era quedarme
despierta. Tenía miedo de que él pudiera encontrar la prueba de
embarazo que escondía dentro de mi sudadera si me quedaba
dormida.19

Durante el camino, fui consciente de la tensión que había en mi interior;


me temblaban las manos y las piernas. Sin importar cuanto lo intentara,
no podía quedarme quieta.2

Media hora más tarde, me eché para atrás en el asiento encontrándome


mal físicamente.1

Cuando llegamos al motel, fui la primera en bajar del coche y subir las
escaleras a nuestra habitación. Por supuesto, Michael me siguió de cerca
y me vio recostarme en la cama con una expresión de malestar en el
rostro. No estaba fingiendo, la verdad no me sentía nada bien. 7

Sentía náuseas y me dolía todo el cuerpo. 18

—Ten, deberás tomar una de estas cada ocho horas —murmuró


dándome una pastilla, para luego ir a servirme un poco de agua—. Si te
encontrabas tan mal debiste habérmelo dicho. 27

—Estoy bien, solo necesito dormir. 4


Después de tomarme la pastilla, me cubrí el cuerpo con una sábana y
cerré los ojos. Michael se sentó en la orilla de mi cama y acarició mis
mejillas con sus dedos.79

—Debo ir a un lugar, pero no sé si sea una buena idea dejarte sola en


este estado...97

Abrí los ojos para mirarlo.2

—Estaré bien, no te preocupes por mí. —Y para asegurarme de que no


se le ocurriera quedarse aquí esta tarde, agregué—: Cuando regreses,
¿crees que podrías traerme un poco de la sopa de pollo que trajiste la
última vez? No sé dónde la compraste, pero sabía muy bien. 16

La sombra de una sonrisa genuina asomó su rostro. 218

—De acuerdo, te traeré toda la sopa que quieras. Intentaré volver lo


antes que pueda.322

Asentí con la cabeza y cerré los ojos una vez más. 1

Cuando Michael se marchó, esperé unos minutos hasta escuchar el


sonido del viejo coche salir del estacionamiento del motel. Una vez
pasado ese tiempo, me deshice de las sábanas y salí de la cama. Tomé
la caja que me había escondido debajo de la sudadera y caminé hacia el
baño.33

Las instrucciones eran bastante sencillas, lo único que tenía que hacer
era orinar en la almohadilla absorbente y esperar de tres a cinco minutos
para obtener un resultado.8

Una línea significaba negativo.3

Dos líneas significaba positivo.231


Apoyándome en el lavabo, me aferré a la orilla de mármol y cerré los
ojos. El corazón me latía con fuerza mientras esperaba el resultado de la
prueba. Mi estómago era todo un revoltijo. 59

Si de verdad existía la posibilidad de que yo estuviese embarazada,


significaba que, a pesar de no estar más en este mundo, yo aún tendría
una pequeña parte de él conmigo.445

Si de verdad existía la posibilidad de que yo estuviese embarazada,


significaba que tendría que obtener las fuerzas necesarias para seguir
luchando y escapar de ese lugar.65

Cinco minutos más tarde, abrí los ojos y miré el resultado.131

Mi mundo entero se detuvo.268

—Tengo que salir de aquí... —susurré.


Capítulo 42
Eva1.2K

Me desperté en mitad de la noche con el pulso acelerado y la respiración


agitada. Mis mejillas estaban humedecidas, lo cual era una señal de que
había estado llorando mientras dormía. Desorientada, me quedé quieta
mirando el techo, dándome cuenta de que había tenido otra pesadilla. 221

Respiré hondo antes de incorporarme. 8

Mi pecho subía y bajaba con rapidez, negándose a tomar un ritmo más


tranquilo. Cerré los ojos durante unos segundos, tratando de encontrar la
serenidad que necesitaba para recuperarme de ese mal sueño. 39

Mis pesadillas iban siempre de lo mismo; comenzaban con Michael, un


chico con el cual había comenzado a salir no hace mucho tiempo, y
terminaban con su rostro a unos centímetros del mío, sonriendo de forma
aterradora mientras le disparaba a Hunter sin siquiera titubear. 287

Un violento estremecimiento me recorrió todo el cuerpo. El recuerdo de lo


que había sucedido ese día continuaba asechándome como un
recordatorio de mi incompetencia. Las cosas pudieron haber sido muy
distintas si tan solo no me hubiese paralizado como una idiota al ver a
Michael entre la multitud, sosteniendo un arma de fuego en sus
manos.182

Jamás imaginé que él resultaría ser el asesino que habíamos estado


buscando.76

Jamás imaginé que él resultaría ser el asesino de Brooklyn... 26


Me mordí el labio con fuerza, aguantándome las ganas de llorar. Había
sido una tonta al dejarme engañar por sus dulces encantos, eso estaba
bastante claro. Pero que me utilizara para obtener información acerca de
Hunter y todavía atreverse a lastimarlo en mi propia cara, me hacía sentir
una gran rabia que crecía día tras día, esperando verlo pagar en algún
momento.208

Una vez más tranquila, levanté la vista hacia la ventana y vi que ya había
oscurecido. Me había quedado dormida en el sofá mientras miraba un
programa en la televisión. Miré la montaña de platos sucios sobre la
mesilla del centro y casi fruncí el ceño. El hecho de no haber hecho nada
productivo en todo el día era algo que me hacía sentir un poco mal, de
alguna manera, pero, a decir verdad, aquello se había convertido en una
rutina para mí. Sobre todo, desde que fui suspendida del trabajo de
manera indefinida luego de lo sucedido en lo que hoy en día se conocía
como "el fatal tiroteo en Times Square que acabó con la vida de un oficial
de policía".736

Una vez más, mis ojos se llenaron de lágrimas pero me obligué a no


llorar.165

Dejé escapar un largo suspiro y toqué los bolsillos de mis pantalones de


pijama en busca de mi celular. Cuando lo encontré, me di cuenta de que
en realidad, aquello que me había hecho despertar de mi horrible
pesadilla había sido la vibración de mi teléfono al recibir dos mensajes de
Darla, mi mejor amiga desde que tenía uso de razón. El primer mensaje
era la ubicación del bar en el que trabajaba su novio Shane, y el segundo
era el siguiente:47

VEN AQUÍ AHORA MISMO, ES URGENTE. – Darla.307


Me tallé los ojos con sueño y me levanté del sofá, pateando una lata de
refresco vacía en el acto.2

Diablos, necesitaba limpiar y recoger todo este chiquero pronto o mi


departamento terminaría pareciéndose más a un vertedero de basura.
Anotando "limpieza" en mi lista de cosas por hacer, me dirigí a mi
habitación y cambié mis pantalones de pijama por unos jeans. Me puse
una camiseta, tomé mis llaves y salí a la calle para buscar un taxi. 79

Quince minutos más tarde, entré al bar sintiéndome repentinamente


avergonzada debido a mi aspecto desaliñado que no se comparaba con
el del resto de personas dentro. Con las mejillas encendidas, me acerqué
a la barra de bebidas donde Darla me esperaba con una cara de pocos
amigos.3

—¿Qué sucede? —le pregunté al llegar a su lado.2

—¿En serio preguntas? —exclamó bastante molesta, para luego señalar


a una persona sentada en uno de los banquillos frente a la barra de
bebidas—. Esto es lo que sucede.101

Mis ojos se abrieron de par en par.

—¿Qué estás haciendo aquí? —quise saber.21

En ese momento, Hunter giró la cabeza para mirarme y sonrió con


chulería.3K

—Eva... joder... que bueno que estás aquí... —la manera en la que
arrastró las palabras al hablar me hizo notar rápidamente lo borracho que
se encontraba—. ¿Podrías decirle a esta chica que cierre la boca? No
deja de parlotear... está comenzando a darme jaqueca.513
—Mi nombre es Darla, imbécil —replicó ella, cruzando los brazos sobre
su pecho—. Y Eva, ¿podrías decirle a este ebrio que saque su culo de
aquí antes de que lo haga yo personalmente?32

—No estoy ebrio —se defendió Hunter, sonando como un crío.169

—¿Ah, no? —Darla estiró un brazo y señaló el área vacía de la barra


frente a él—. En ese caso, dime, ¿de qué color es el vaso que tienes
frente a ti?5

Hunter se limitó a imitar la postura de Darla y cruzó los brazos sobre su


pecho.9

—Rojo.118

—Hunter, ahí no hay ningún vaso —le dije yo.754

Él levantó una mano para pasarla por la superficie de la barra y, al darse


cuenta de que en realidad, ahí no había ningún vaso, frunció el ceño. 33

—Mierda... estoy ebrio —admitió finalmente.358

—Le pedí a Shane que dejaran de servirle cuando noté que se trataba de
él —me dijo Darla en voz baja—. ¿Está bien que esté bebiendo alcohol?
¿Hace cuanto le dieron el alta en el hospital?193

Negué con la cabeza mientras dejaba escapar un largo suspiro.1

—Yo me haré cargo de él, gracias por llamarme. 195

—¿Estás segura de que puedes lidiar con él en ese estado? Creo que ha
bebido bastante.17

—Sí, no te preocupes.30
Después de convencer a Darla de que de verdad yo podía encargarme
de él, a pesar de estar más borracho que mi tío los fines de semana
cuando jugaba su equipo de fútbol favorito, ella se marchó dejándome a
solas con la persona que, según la nota de un periódico, había muerto en
un tiroteo hace más de un mes.301

Me senté en un banquillo junto a él y lo miré con desaprobación. 1

—Bien Cross, ahora que solo somos tú y yo dime, ¿qué estás haciendo
aquí?29

Me miró como si acabara de hacer una pregunta totalmente estúpida. 43

—Emborrachándome, por supuesto.19

—¿Por qué?13

—Tú sabes por qué...181

—Saliste del hospital hace menos de dos semanas, no deberías estar


bebiendo y menos...4

—Parks no me dejó participar más en la investigación... —murmuró,


apretando los puños con fuerza—. También me sacó de su equipo. Dijo
que necesitaba descansar...152

—Recibiste dos disparos de bala —le recordé—. Casi mueres debido a


toda la sangre que perdiste, ¿y tú estás molesto porque Parks te dijo que
deberías descansar?72

—No necesito descansar, lo que necesito es encontrarla. 703

—Créeme, estoy segura de que ellos están haciendo hasta lo imposible


por...37
—Ya he escuchado eso antes —me interrumpió, tensando visiblemente
la mandíbula.130

—Hunter...6

—Voy a encontrarla —continuó, levantándose de su lugar—. Así sea lo


último que haga, voy a...346

Cuando vi que se tambaleaba debido a la gran cantidad de alcohol que


había en su sistema, me levanté yo también de mi sitio y lo ayudé a
mantener el equilibrio.13

—Ni siquiera puedes caminar —lo sermoneé, pasando uno de sus


brazos alrededor de mi cuello para servirle de apoyo—. Lo mejor será
que te lleve a casa.122

—No necesito tu ayuda... —se quejó, intentando apartarme.11

—Deja de actuar como un idiota, ¿quieres? No me hagas tener que


golpearte.8

Aquello lo hizo sonreír.

—Olvidé que eres pequeña pero picosa. 120

—Cierra la boca o te juro que... —antes de que pudiera terminar la


oración, Hunter eructó en mi cara. Uff, apestaba horrible a alcohol—.
¡Demonios! ¿Qué tanto bebiste? —me quejé.601

Él dejó escapar una risita tonta y luego dio un traspié que casi nos lleva a
ambos al suelo mientras nos dirigíamos torpemente a la salida para pedir
un taxi.2

En realidad, arrastrar a Hunter fuera del bar resultó ser menos difícil de lo
que imaginaba, pues, debido a mi trabajo (ese en el que me habían
suspendido indefinidamente), estaba más que acostumbrada a lidiar con
tipos igual o más grandes que él. No obstante, lo que sí fue realmente
difícil fue evitar que Hunter se quedara dormido en el asiento trasero del
coche.52

El pobre estaba que se caía de sueño.6

Veinte minutos más tarde, cuando el taxi se detuvo frente a su edificio,


tuve que darle una que otra palmadita en el rostro para lograr que abriera
los ojos.6

—¿Dónde tienes la llave? —le pregunté al llegar a la puerta de su


departamento.1

—Yo abro —murmuró él enderezando la espalda, adquiriendo una


postura más recta.23

Por un momento creí que Hunter iba a sacar una llave del bolsillo de sus
pantalones para abrir la puerta como una persona normal, sin embargo,
mi boca se abrió en una gran "o" cuando ese borracho simplemente abrió
la puerta de una poderosa patada.693

¡¿Qué diablos?! 8

—¡¿Te volviste loco?! —chillé horrorizada al ver que se había cargado la


cerradura—. ¡El encargado del edificio te va a matar! 11

Hunter me miró confundido y ladeó la cabeza. 1

—¿Cómo se supone va a matarme cuando ya estoy muerto?751

—Muy gracioso —gruñí, pasando de nuevo uno de sus brazos alrededor


de mi cuello para llevarlo dentro antes de que algún vecino saliera a ver
que había sido aquel ruido.11
En cuanto pusimos un pie en el interior del departamento de Hunter, mi
mandíbula amenazó con tocar el suelo de madera. El lugar era una
completa locura, nada que ver con lo que había sido la última vez que
había estado ahí dentro, antes de que ella desapareciera. Las paredes
estaban abarrotadas de recortes de periódicos, informes policiacos,
mapas detallados de la ciudad, y fotografías tanto de Michael como de
Ellie. Parecía que, aun cuando el detective Parks había decidido sacar a
Hunter de su equipo de investigación debido a las heridas que recibió en
aquel tiroteo, él había decidido investigar por su propia cuenta. 428

—Bienvenida a mi sala de investigación privada —se burló él al ver la


expresión en mi rostro.132

—¿Tú... has estado investigando? —Asintió—. ¿Desde cuándo?12

—Desde que salí del hospital.421

Una vez más, di un rápido vistazo a las paredes tapizadas por papeles u
notas sobre el caso y tragué saliva. Hunter había salido del hospital hace
menos de dos semanas, por lo que era realmente sorprendente la
cantidad de información que había reunido en tan poco tiempo.95

—¿Has conseguido encontrar algo? —le pregunté—. ¿Tienes idea de


dónde podrían estar?4

Hunter apretó los dientes y cerró los ojos. 3

—No... —susurró, derrotado—, es como si se los hubiese tragado la


tierra.178

Pensé en decir algo más, quizás algo para animarle porque odiaba verle
tan decaído, pero no se me ocurrió absolutamente nada. La situación en
sí era terrible, Ellie llevaba desaparecida más de un mes y hasta la fecha,
la policía seguía sin tener alguna pista de donde podrían estar. 51

Tal y como él había dicho, era como si se los hubiera tragando la tierra. 2

Al final, cuando noté que Hunter estaba comenzando a cabecear, lo tomé


del brazo y lo llevé hasta su habitación. Lo ayudé a acostarse en su
cama y luego me senté en la orilla del colchón para admirar su rostro
mientras él dormía profundamente. 355

Su cabello estaba revuelto y los músculos de su cara se habían relajado


visiblemente, ahora incluso parecía más tranquilo. 22

De pronto, no pude dejar de pensar en lo realmente atractivo que era. 619

¿Fue su rostro lo que llamó mi atención la primera vez que lo vi? ¿O fue
la melancolía que había en sus ojos el día que lo encontré fumando un
cigarrillo junto a la ventana? Sea lo que fuera que había hecho que me
enamorara de él, seguía estando presente cada vez que lo miraba.140

—Hunter...11

—Mmm... —murmuró él, somnoliento.129

Sonreí y estiré una mano para acariciar su cara. 233

—Me gustas... —admití, acercando mi rostro al suyo—. Me gustas y me


has gustado desde la primera vez que te vi. Sé que tu corazón le
pertenece a otra persona, y también sé que no hay manera de que yo
pueda competir con el amor que sientes por ella, pero al menos quería
que lo supieras.928
Hunter no respondió. Sus ojos continuaron cerrados y su respiración
siguió siendo la misma de antes. Tragué saliva y respiré hondo,
armándome de valor para lo que estaba a punto de hacer. 350

Entonces, decidí acabar con la distancia que separaba nuestras bocas y


sin más, lo besé.2.6K

A decir verdad, fue un beso bastante simple. Una parte de mí sabía que
lo que estaba haciendo en ese momento definitivamente estaba mal, ya
que se podría decir que me estaba aprovechando de su condición para
besarlo, pero no pude evitarlo. Había fantaseado durante tanto tiempo
con besarlo que, ahora que estaba ocurriendo, no quería parar jamás.338

Después de unos segundos, me separé de él sin dejar de mirar sus


labios.4

—Te amo —susurré, dejándome llevar por mis sentimientos—. Te


amo...644

De repente, Hunter abrió los ojos y me miró fijamente. Mi cuerpo entero


se paralizó, sentí que me moriría de la vergüenza en cualquier momento.
Dios mío, Dios mío, Dios mío... él no estaba dormido. ¿Eso significaba
que había escuchado todas mis palabras?199

Trágame tierra, pensé.59

—L.. lo siento —balbuceé, avergonzada ante su profunda mirada—. Yo


solo...66

Antes de que pudiera terminar de disculparme, él me sujetó de la nuca y


me besó. Fue un beso desesperado y cargado de deseo. Su lengua
pronto invadió la mía y sin más, todo dentro de mi cabeza dejó de
funcionar. Me besó tan fuerte que pensé que mis labios iban a sangrar en
cualquier momento, incluso podía sentir el sabor metálico de la sangre
por anticipado. Mi respiración se volvió un desastre mientras que él
continuaba dominando el movimiento de nuestras bocas. 2.6K

En un arrebato, me subí a horcajadas sobre él y comencé a moverme de


tal forma que pronto sentí como su cuerpo reaccionaba a mí. El alcohol lo
hacía más lento y torpe, pero eso no evitó que sus dedos acariciaran mi
espalda provocándome escalofríos que sacudían mi cuerpo. 461

—Annalise... —dijo él repentinamente mientras presionaba su nariz


contra mi pelo.2.5K

Aquello fue como recibir un balde de agua fría. Me quedé completamente


quita y separé nuestras bocas para mirarlo desde arriba. Sus pupilas
estaban dilatadas y parecía tener problemas para mantener los ojos
abiertos, era bastante obvio que la única razón por la cual acababa de
confundirme con ella, era por la gran cantidad de alcohol que había en su
sistema en ese momento. Eso sin mencionar la poca iluminación que
había en su habitación.271

Sentí unas terribles ganas de llorar. Él no me estaba besando a mí, él


estaba besándola a ella.503

—¿Annalise...? —insistió, mirándome a través de la oscuridad. 133

Maldición, Hunter definitivamente iba a odiarme por esto... 161

—Estoy aquí —murmuré, acercando mi boca de nuevo a la suya—.


Estoy aquí...3.3K

Esta vez, cuando volvió a besarme, lo único que pude sentir fue un gran
golpe de culpa. Mi pecho dolía y yo sabía por qué, pero no podía
detenerme. No ahora.470
Su lengua se unió a nuestro beso conquistando todo a su paso. Solté un
gemido cuando sus manos regresaron a mi cintura y me apretaron con
fuerza. Dejé de pensar y me concentré por completo en lo que sus labios
hacían con los míos, en el trabajo que realizaba su ávida lengua y en
esas partes de su cuerpo que cada vez se sentían más grandes y
duras.447

De alguna manera me las arreglé para quitarle la camiseta y arrogarla al


suelo. Miré su torso y vi que seguía teniendo vendadas las áreas en
donde había recibido los disparos de bala, pero no iba a quitárselas. Me
deshice de mi camisa y sujetador, y luego tomé sus manos para
colocarlas sobre mis pechos. Hunter se encargó de apretarlos y
masajearlos a su antojo.1K

Mi mente me suplicaba que parara y me decía a gritos que esto estaba


mal, pero yo necesitaba ir más lejos que esto. Así que, deshaciéndome
de todo pensamiento racional, me encargué de quitar cualquier clase de
estorbo entre su piel y la mía hasta que ambos estuvimos completamente
desnudos.612

Mis mejillas se calentaron al ver que "eso" entre sus piernas estaba
grande y duro. Dejé besos húmedos sobre todo su cuerpo y volví a
colocarme a horcajadas sobre él. Tomé su miembro entre mis manos y lo
coloqué entre mis delicados pliegues antes de permitir que se hundiera
dentro de mí. Mi espalda se arqueó y eché la cabeza hacia atrás,
embriagándome de placer.2K

Esta no era la primera vez que lo hacía con un chico, pero sin duda
alguna se sentía como si lo fuera. Quizás por esa razón es que no podía
pensar en nada más. Mi cabeza era un caos, mis sentidos estaban en
conflicto.70
Esto está mal, esto está mal, esto está muy mal. 95

Por favor, para...73

Con lágrimas deslizándose por mis mejillas, vi como Hunter luchaba por
no quedarse dormido. Fue doloroso. Yo era su mejor amiga y ahora
estaba... estaba aprovechándome de él...947

Sin poder soportarlo más, me aparté de él y me recosté a su lado


sintiéndome horrible por lo que acababa de hacer. 238

—Lo siento —susurré, ahogándome en lágrimas—. Lo siento... lo


siento... lo siento... —continué repitiendo una y otra vez hasta quedarme
dormida.912

***23

Desperté horas después, cuando los primeros rayos de luz solar


comenzaron a filtrarse por la ventana.24

Cuando miré a Hunter, vi que continuaba tumbado tranquilamente a mi


lado, respirando profundamente y con normalidad. La sábana con la que
nos había cubierto anoche antes de quedarme dormida se le había
bajado hasta la cintura, dejando a la vista su pecho y bíceps.
Moviéndome con cuidado, apoyé la cabeza en una mano y miré su rostro
relajado mientras dormía. Con unos dedos llenos de adoración, le retiré
un mechón de cabello oscuro de la frente.261

Justo en ese momento, Hunter abrió los ojos poco a poco,


anonadándome con aquellos vividos iris azules. Me observó durante
unos segundos antes de fruncir el ceño lleno de confusión.96

—¿Eva? —soltó, incorporándose abruptamente.358


—Buenos días —murmuré.264

—¿Qué estás...? ¿Por qué...? ¿No me digas que...? —Se levantó de la


cama tan rápido que dio un traspié y cayó al suelo soltando una letanía
de palabrotas—. Por favor, dime que nosotros no...296

—Lo hicimos —confirmé.1.8K

Hizo una mueca y se pasó ambas manos por el pelo. 20

—Mierda... —Tomó lo primero que encontró en el suelo para cubrirse sus


partes privadas y luego volvió a mirarme, arrepentido—. Escucha, lo que
sea que pasó anoche yo... lo siento. No estaba en mis cinco sentidos, no
estaba... joder, nunca quise...425

—No fue tu culpa —comencé, preparándome para ser odiada por él—.
Yo fui quien...161

—No —me interrumpió—. Está claro que fue mi culpa, cuando bebo me
convierto en un imbécil...470

Dios mío, ¿él realmente no recordaba nada de lo que había pasado


anoche?57

—Hunter...3

—Solo respóndeme una cosa —continuó, sin atreverse a mirarme a la


cara—. ¿Nosotros... nosotros usamos...? —Apretó los dientes con fuerza
y finalmente dijo—: Joder, solo dime si usé un maldito condón. 469

Mi rostro se calentó. Ni siquiera había pensado en eso. 55

—No...200

Volvió a pasarse las manos por el pelo, exasperado. 1


—Mierda —gruñó en voz baja, dando un golpe en la pared—. Mierda...24

—No te preocupes por eso, pienso tomar la pastilla —le aseguré—.


Solo... solo... por favor, no me odies. 409

—¿Odiarte? —resopló incrédulo—. Probablemente fui yo quien te puso


en esta situación Eva, por eso mismo te ofrezco una disculpa. De haber
estado en mis cinco sentidos jamás me hubiese atrevido a ponerte una
mano encima, eres como mi hermana, joder... 708

Escuchar eso salir de su boca fue un golpe realmente duro. ¿Cómo iba a
decirle ahora que en realidad había sido yo quien se aprovechó de él
anoche? Si se lo decía, estaba segura de que me odiaría... no podía
permitir eso, no podía.457

Lo mejor era dejar que él pensara de esa manera. 1K

Abrí la boca para decir algo más, pero justo en ese instante el sonido de
un teléfono resonó en toda la habitación. Hunter continuó mirándome
como si esperara a que yo dijera lo que sea que iba a decir, pero
repentinamente me sentí muy avergonzada. 8

—Deberías contestar, podría ser importante —le dije.17

Él dejó escapar un largo suspiró y luego comenzó a buscar el lugar de


donde provenía el sonido de su teléfono. Justo en el momento en el que
lo encontró dentro del bolsillo de uno de los pantalones que se
encontraban en el suelo, el teléfono dejó de sonar. 3

—Número desconocido —dijo él, arqueando una ceja. Al cabo de unos


segundos, su teléfono volvió a sonar y está vez respondió al instante—.
Cross.179
Yo me dediqué a estudiar su rostro, viendo como pasaba de tener una
ceja alzada a fruncir completamente el ceño. 2

Entonces, contuvo la respiración.6

—¿Nena...? ¿Eres tú? —exclamó Hunter suavizando su tono de voz.


Solo hacía eso cuando se trataba de ella—. ¿Dónde estás? Dame una
dirección e iré a buscarte ahora mis.... 1.4K

Tensó la mandíbula y luego soltó una palabrota. 6

Parecía que la persona del otro lado de la línea le había colgado.90

—¿Era ella? —quise saber.128

Pero, en lugar de responder, Hunter marcó otro número e hizo otra


llamada.42

—Trevor, necesito que rastrees una llamada. Annalise me llamó, creo


que... —fue lo único que escuché antes de que él diera media vuelta y
saliera de la habitación, dejándome sola en su cama. 714

Me recosté en la cama, golpee mis puños contra el colchón y enterré mi


rostro en una almohada.214

¿Por qué diablos me sentía tan molesta?


Capítulo 43
Ellie331

"Mentiroso" fue el primer pensamiento que tuve justo después de


escuchar la voz de Hunter a través el auricular del teléfono. Calvin Scott
Legrand era un maldito y jodido mentiroso... 388

—¿Nena...? ¿Eres tú? —volvió a hablar él.372

Con un suave temblor en las piernas, intenté abrir la boca para


responder, pero no pude encontrar el sonido de mi voz. 18

Mi cuerpo entero estaba en estado de shock. 7

Un ruido sordo surgió desde el fondo del pasillo trasero que conducía al
baño de la recepción. Agucé mis oídos tratando de escuchar de nuevo
algún ruido de advertencia, pero, al no escuchar nada más, me dije a mi
misma que aun tenía un par de segundos más para usar el teléfono
antes de que el hombre fornido regresara a su lugar detrás del
mostrador.42

—¿Dónde estás? Dame una dirección e iré a buscarte ahora mis...144

Pegué un brinco al escuchar el crujido de una puerta cerrándose,


seguido por el sonido de unos pasos acercándose. Colgué el teléfono sin
pensar en nada más y salí de la recepción con el corazón latiéndome de
forma acelerada. Tras rodear el pequeño edificio que abarcaba la
recepción del motel, me escondí detrás de un viejo contenedor de basura
e intenté de recuperarme de la impresión que acababa de sufrir. 17

Hunter estaba vivo, él realmente estaba vivo... 455


Sintiéndome extrañamente inquieta y llena de energía, tomé una
respiración profunda y traté de concentrarme en la situación a la que me
enfrentaba en ese preciso instante. Según mis suposiciones, el hombre
fornido de la recepción abandonaba su sitio detrás del mostrador una vez
al día solo para ir al baño, lo que en otras palabras también significaba
que había gastado mi única oportunidad de usar el teléfono para llamar al
911, llamando a Hunter.252

Me llevé una mano al pecho, sintiendo los latidos acelerados de mi


corazón.2

No sé en qué estaba pensando cuando marqué su número... solo lo hice


y en realidad, no esperaba a que contestara... debí haber llamado a la
policía en lugar de llamarlo a él, debí haber aprovechado mi única
oportunidad de usar el teléfono para pedir ayuda... 120

Basta Ellie, concéntrate.1

¿Qué vas a hacer ahora?17

Michael ya debía estar camino hacia aquí, había dicho que trataría de
volver antes debido a que yo me encontraba enferma. No tenía tiempo
para crear una distracción y despistar al hombre de la recepción, mucho
menos tenía tiempo para intentar conseguir las llaves de algún coche. 5

Está bien, solo necesitaba pensar en una solución... 4

Cuando el frío viento me azotó los cabellos en la cara, alcé la mirada al


cielo y vi que este había comenzado a llenarse de nubes grises y
oscuras; aquello era una señal de que pronto se desataría una
tormenta.124
A pesar de lo realmente rápido que estaba trabajando mi cabeza para
procesar la información, lo único que tenía claro era que tenía que
escapar de ese motel a como diera lugar. Así fuera corriendo en mis dos
piernas, tenía que irme de ahí ahora mismo. No podía quedarme con
Michael por más tiempo, no cuando había algo que debía proteger a toda
costa.382

No iba a permitir que se repitiera la misma historia.379

No esta vez.120

Determinada a escapar de ese lugar, me acerqué a la carretera y


consideré mis opciones. Podía elegir el camino de la derecha y correr en
dirección al pueblo más cercano, el problema era que existía la
probabilidad de que me encontrara de frente con Michael, lo cual era lo
mismo que dirigirme directo al infierno; o podía elegir el camino de la
izquierda y rezar por encontrar una gasolinera para pedir ayuda y llamar
a la policía, el problema era que, debido a que jamás había ido hacia la
izquierda, no tenía ni la menor idea de lo que podría haber más allá. 167

Después de pensarlo durante unos segundos, tomé una decisión y eché


a correr hacia la izquierda. Mientras corría como si estuviese siendo
perseguida por el diablo, me aseguré de mantener la boca cerrada y
respirar solamente por la nariz, de esa forma, evitaría cansarme más
rápido.310

Al cabo de unos minutos, enormes gotas de lluvias empezaron a caer


sobre mí, mojando mi cabello y empapando mis ropas en cuestión de
segundos. No obstante, apesar de la intensa y fría que estaba la lluvia,
me concentré en el camino y en la curva situada más adelante. 78
Bien, todo estaba yendo bastante bien. Incluso al mirar hacia atrás, ya no
podía ver el motel. Aquello era una buena señal, significaba que estaba
alejándome con rapidez.100

Para mi mala suerte, la lluvia solo hizo que mi fiebre aumentara. De


pronto, sentí que el suelo bajo de mis pies comenzaba a balancearse y
todo me dio vueltas. Mi visión se tornó borrosa y me vi obligada a
detenerme para sostenerme en mis rodillas y llevar un poco de aire a mis
pulmones. Correr bajo la lluvia en mi condición definitivamente había sido
una mala idea, pero ya no podía dar marcha atrás. 166

Tenía que continuar, tenía que seguir adelante. 53

Después se tomar una respiración profunda, eché a correr aún más


rápido, escuchando el sonido que producían mis zapatillas al chocar
contra el asfalto. No supe exactamente durante cuánto tiempo estuve
corriendo, pero a mí me pareció una eternidad. 13

No había señales de gasolineras más adelante, ni siquiera de alguna


tienda de autoservicio. Lo peor era que mis piernas estaban comenzando
a cansarse.59

Entonces, escuché el rugido de un motor que se acercaba. Sin dejar de


correr, eché un vistazo por encima de mi hombro y vi que se aproximaba
un coche a través de la pesada lluvia. Pensé en gritar y agitar los brazos
por encima de mi cabeza para conseguir que el coche se detuviera y así
pedir ayuda al conductor, sin embargo, una vez que el coche estuvo más
cerca, en mi campo de visión, me di cuenta de que en realidad ese coche
era el de Michael.781

Aterrada, volví la vista al frente y seguí corriendo. 22


Cuando él hizo sonar la bocina, pegué un brinco que casi me hizo perder
el equilibrio. Me detuve para mirar la distancia que nos separaba y fue
cuando supe que era inútil seguir corriendo, él iba a terminar por
alcanzarme.121

Mientras veía su coche acercándose cada vez más, tuve un alocado. Sin
tiempo para detenerme a pensar si sería una buena o mala idea,
comencé a correr en dirección al bosque, adentrándome rápidamente en
la oscuridad de este.285

Ya no sentía frío a causa de la lluvia, lo único que podía sentir en ese


momento era la adrenalina que me recorría todo el cuerpo. La tierra bajo
mis pies se había convertido en lodo debido a la tormenta, por lo que
estuve a punto de irme de bruces más de una vez mientras corría
esquivando árboles y brincando raíces en el suelo. 27

Las piernas no tardaron en comenzar a dolerme y mi cabeza empezó a


palpitar. Poco después comencé a ver todo doble. 13

—¡Vamos, sigue corriendo! —exclamó la voz de Michael desde algún


lugar detrás de mí—. ¡Pero no te atrevas a cansarte! ¡No será divertido si
no puedes luchar una vez que te atrape! 451

Haciendo caso omiso a sus palabras, me detuve al sentir un violento


mareo y me escondí detrás de un gran y viejo árbol. Mi respiración era un
desastre, necesitaba descansar. Tragué saliva con dificultad y cerré los
ojos esperando recuperarme pronto, pero mi dolor de cabeza era
demasiado fuerte.4

Iba a desmayarme, estaba segura de eso. 87

—Sal ahora, Ellie —canturreó Michael, esta vez más cerca—. No me


hagas perder la paciencia.53
Me cubrí la boca con ambas manos tratando de esconder mi pesada
respiración.5

—¿Realmente pensaste que podrías escapar de mí? —giré la cabeza a


todos lados, incapaz de localizar el sitio del que provenía el sonido de su
voz—. ¿De verdad eres tan estúpida, mi querida Belle?192

Después de descansar un rato, intenté echarme a correr una vez más,


sin embargo, mis cansadas piernas terminaron por traicionarme y me
llevaron directo al suelo. El sonido que hizo mi cuerpo al chocar contra el
lodo fue más que suficiente para revelar mi ubicación, pues al cabo de
unos segundos, vi a Michael parado justo frente a mí. 92

—Ahí estás...173

Horrorizada, retrocedí arrastrándome por el lodo y busqué a tientas algo


entre el barro que sirviera para defenderme. Cogí una roca y se la arrojé
en el pecho, pero él ni siquiera se inmutó y continuó acercándose a mí.
Cogí otra con desesperación y se la arrojé, esta vez en la cabeza. Él
sonrió de forma perversa justo antes de abalanzarse sobre mí sin que yo
pudiera evitarlo. Me aplastó contra el lodo y me sujetó del cuello con
ambas manos, cortándome la respiración. 139

Hice una mueca de dolor.1

—¡Basta! ¡Suéltame! —chillé, presa del pánico.7

—Nunca debí ser tan blando contigo... —gruñó sin dejar de


estrangularme—. ¡Nunca debí creer que no volverías a escapar! ¡Eres
una puta mentirosa! 227
Mi cabeza comenzó a dar vueltas. No podía respirar. Llevé mis manos a
sus brazos y traté de arañarlo tan fuerte como pude oara hacer que me
soltara, pero era inútil.4

Él iba a matarme, así es como iba a morir. 4

No, no, no, no, no.1

No puedo morir, no aún...84

Con las pocas fuerzas que me quedaban, estiré una mano y tanteé el
suelo a ciegas hasta encontrar una roca del tamaño de mi puño. Antes
de que comenzara a perder el conocimiento, tomé la roca entre mis
dedos, levanté mi mano izquierda y sin más, lo golpeé en la cabeza con
ella. Michael gruñó y me soltó. Aproveché ese momento para arrastrarme
de nuevo por el suelo, pero él me sujetó de una pierna y después se
colocó a horcajadas sobre mí.140

Cuando me volví para mirarlo, vi que sostenía una roca lo


suficientemente grande como para destrozarme el cráneo entre sus
manos.128

—Eres igual a todas ellas... —murmuró mirándome desde arriba, su


cabello negro se le pegaba al rostro debido a la lluvia—. ¡Eres igual a
todas esas malditas zorras! 111

—Mike... —susurré al ver que levantaba la roca sobre mi cabeza—. Por


favor...1

—¿Por favor? —se burló—. Intentaste suicidarte dos veces, Belle.


¿Ahora no quieres morir?140

Mi rostro era una mezcla de lodo, lluvia y lágrimas. Negué con la cabeza
con desesperación.1
—Por favor... —repetí—. Por favor, no...3

—¡Cierra la boca! 1

—Lo siento —dije entre sollozos—. Por favor, perdóname. No volveré a


hacerlo. No volveré a...24

—¡Dije que cerraras la maldita boca! —gritó, levantando aún más la


roca.7

Esa fue la primera vez que de verdad temí por mi vida. Él de verdad iba a
matarme, podía verlo en sus ojos. Estaba furioso, nunca lo había visto
tan furioso antes. Se veía igual que un lunático. 65

—¡No lo hagas, por favor! ¡No quiero morir! ¡No quiero...! 25

Cuando Michael se preparó para golpearme con esa enorme roca en la


cabeza, cerré los ojos esperando que al menos fuese una muerte
rápida.4

Sin embargo, aquel golpe nunca llegó.295

A mi lado, el sonido que hizo la gran roca al caer sobre el lodo me hizo
dar un respingo.5

—Merde... —murmuró en voz baja, para luego dar una serie de


puñetazos en el suelo a unos centímetros de mi cara, salpicándome las
mejillas de barro—. ¡Merde! ¡Merde! ¡Merde! 543

Temblando de pies a cabeza, dejé escapar un fuerte sollozo y me quedé


completamente quieta debajo de él. La fuerte lluvia que caía sobre
nosotros no parecía tener intenciones de detenerse, por lo que, después
de desquitar gran parte de su ira dando puñetazos al suelo, Michael
finalmente levantó.86
—De pie —masculló fríamente sin mirarme a la cara. 43

Temblorosa, me levante del suelo como pude y abracé mi cuerpo.


Michael me sujetó bruscamente del brazo y me arrastró todo el camino
hasta la carretera. Debido a que sus zancadas eran dos veces más
largas que las mías, tuve que correr para mantenerme a la par mientras
procuraba no tropezar con algunas de las raíces que sobresalían de la
tierra entre aquel mar de lodo.3

Al llegar al coche, Michael abrió la puerta del copiloto para mi y casi me


arrojó dentro. Después tomó asiento detrás del volante y encendió el
motor. A pesar de que yo estaba temblando de frío, no se molestó en
poner la calefacción.7

Cuando llegamos al motel, me obligó a tomar una ducha y luego me dio


ropa seca.5

—Esta vez tuviste suerte de que lograse contenerme, Ellie —comentó


antes de atarme las manos a los barrotes de la cama—. Te lo advierto, la
próxima vez que intentes escapar, te mataré sin dudarlo.148

Justo después de decir eso, tomó la mochila que llevaba consigo a todos
lados y sacó una jeringuilla.65

—No, por favor, no me des eso, no me gusta —imploré, intentando


apartar mi brazo.28

Michael me sujetó con más fuerza, evitando que continuara


moviéndome.1

—Solo es un sedante Belle, te hará dormir. 169

—No, por favor, no quiero...3


Hice una mueca de dolor cuando él, a pesar de mis suplicas, me inyectó
aquel liquido adormecedor. Me dio un beso en la frente y se levantó de la
cama.18

El efecto del sedante con el cual solía hacerme dormir durante días
enteros era lento pero poderoso. Al principio no sentí absolutamente
nada, sin embargo, al cabo de unos minutos mis piernas y brazos
comenzaron a sentirse pesados. Cerré los ojos unos segundos y deseé
haber pensado en un mejor plan para escapar. 57

Con un suave suspiro, recosté la cabeza sobre la almohada y me dejé


vencer por el cansancio.1

***12

No podía respirar. Quise gritar, pero había algo que me tapaba la nariz y
me cubría la boca. Después de varios intentos, el único sonido que pude
emitir fue un agudo gemido. Mi corazón latía frenéticamente y mi pulso
estaba acelerado. Intenté moverme una vez más, pero el peso de una
persona sobre mí me lo impedía.254

¡No me toques! ¡Por favor, no me toques! ¡Basta, detente! ¡Por favor!


¡Duele!180

Josh estaba sobre mí, cubriéndome la boca con una de sus manos
mientras que el peso de su cuerpo me aplastaba contra el frío suelo de
aquel sótano. Sin importar cuanto tratara de quitármelo de encima, no
podía. Lo peor era que mientras más me resistía y más trataba de luchar,
más se excitaba. Jadeando como un animal, sentí sus caderas
embistiéndome una y otra vez, causándome un dolor desgarrador entre
las piernas.487

¡No! ¡Por favor, ya basta! ¡No lo soporto más! ¡Basta, basta, basta!15
—Ellie —escuché la voz de Michael, despertandome del sueño. 4

Cuando abrí los ojos, sentí como si hubiese dormido durante varios días
seguidos. Me sentía aturdida y angustiada mientras que mi cuerpo entero
se sacudía y temblaba. Había sido un sueño, solo eso...4

—Tuviste una pesadilla —explicó él parado frente a mí—. Una fuerte


pesadilla, al parecer...45

Tragué saliva y fruncí el ceño.2

Aunque aún me encontraba un poco mareada, pude darme cuenta de


que ya no nos encontrábamos en la habitación del motel. Ahora
estábamos en lo que parecía ser una bodega bastante fría. No había
muchos muebles, solo una silla de madera en la que yo estaba sentada
con las manos atadas en la espalda. La mayoría de las ventanas estaban
sucias o cubiertas con periódicos, por lo que no podía saber si afuera era
de día o de noche.198

¿Por qué ya no estábamos en el motel? ¿Qué lugar era este? 3

—Dime Ellie, ¿sobre qué exactamente son tus pesadillas?63

Cerré los ojos intentando recuperarme del mareo que me impedía pensar
con claridad. Todo estaba dándome vueltas, tenía ganas de vomitar. 1

—¿No piensas responder, eh? Bien, siguiente pregunta —suspiró


mientras caminaba de un lado a otro—. ¿A quién demonios llamaste
cuando intentaste escapar hace dos días?351

Sentí que se me erizaban los vellos de la nuca.3

¿Dos días? ¿Había estado dormida durante dos días?5

—Yo no...1
—¡Responde la maldita pregunta! —rugió, haciéndome pegar un brinco.3

—A nadie... —balbuceé, con el rostro lleno de lágrimas. 1

—¿A nadie? ¿Estás segura de eso? —repitió, girando un cuchillo de


caza entre sus manos. Su sádica sonrisa casi me hizo temblar—. ¿Y si te
dijera que sé a quién llamaste, me creerías?83

—No sé de qué hablas...2

—Eres una puta mentirosa —continuó mientras se acercaba a mí,


mirando el filo de su cuchillo—. Sí... ahora finalmente me ha quedado
bastante claro, realmente eres una puta mentirosa... 45

—Mike...5

Contuve la respiración cuando él acercó su cuchillo a mi rostro, siguiendo


la línea de mi mentón hasta detenerse en mi cuello. 2

—Tranquila, no voy a hacerte daño. ¿Ya debiste haberte dado cuenta,


no? Por alguna extraña razón, no puedo matarte. Pero... —guardó el
cuchillo y en su lugar, sacó un trozo de tela con el cual comenzó
cubrirme la boca—, lo que sí puedo hacer, es matarlo a él. ¿Y qué mejor
que matarlo frente a ti? Así nos aseguraremos de que realmente muera
esta vez.377

Mi corazón comenzó a latir con fuerza.19

—Lo sé, lo sé. Sé lo que estás pensando. ¿Cómo cojones se supone que
voy a matar a alguien que ya está muerto? —sonrió y se encogió de
hombros—. Pronto lo averiguarenos, después de todo estará aquí en un
par de horas, ¿sabes? Yo personalmente le pedí que viniera. 450
Cuando terminó de amarrar aquel trozo de tela atrás de mi cabeza, rodeó
la silla en la que me encontraba y se agachó frente a mí para comenzar a
atar mis pies a las patas del asiento. 4

—Bien, según mis cálculos él debería estar aquí en... ¿tres horas? —
miró un reloj de plata en su muñeca izquierda y luego meneó la cabeza—
. Sí, aún hay tiempo suficiente. Tengo que ir a preparar un par de cosas
para el espectáculo final. Oh, vamos Belle, no llores. Te prometo que
valdrá la pena.243

Lo miré con una expresión llena de furia, deseando poder decirle un


montón de cosas si no fuese por aquel trozo de tela en mi boca que me
lo impedía.3

Entonces, alguien tocó la puerta y entró a la bodega sin esperar


autorización. Michael giró la cabeza y al ver quién era esa persona,
sonrió. Mis ojos se abrieron de par en par. 107

Un momento, ¿acaso ella era...?935

—Hubo un cambio de planes, él ya viene para acá —informó la recién


llegada, evitando hacer contacto visual conmigo. 263

Michael puso los ojos en blanco.1

—¿Viene él solo?4

—Sí.17

—Bien —después de inmovilizarme por completo en la silla, Michael se


levantó del suelo y besó mi frente—. ¿Lista para ver morir a un
fantasma?43
—¡Mn! —gruñí, intentando desatar mis manos cuando ambos me dieron
la espalda—. ¡Mn! ¡Mn! 124

—¿Estás segura de esto? —le preguntó Michael a su compañera—. Aún


estás a tiempo de arrepentirte, una vez que asesinas a alguien no hay
marcha atrás.188

—Está bien, ya he tomado una decisión —respondió ella—. Quiero


matarlo con mis propias manos.1.1K

Michael sonrió como un padre orgulloso. 33

—De acuerdo, en ese caso... que comience el espectáculo.


Capítulo 44
Ellie816

Llorando, vi como Michael y su compañera abandonaban aquel lúgubre


lugar, cerrando la pesada puerta de metal detrás de ellos. Una vez sola,
cerré los ojos con fuerza e intenté mover mis brazos y piernas, pero era
inútil; la soga con la que Mike me había atado a la silla estaba muy
ajustada. 214

« Mira a tu alrededor Ellie, busca algo que puedas usar para cortar las
sogas. »230

Obedeciendo a mi voz interior, tomé una respiración profunda y abrí los


ojos para escudriñar el interior de la bodega. 51

Las paredes en ruinas o deterioradas me decían que este lugar llevaba


abandonado bastante tiempo; el techo sobre mi cabeza se veía tan
desgastado que incluso tenía grietas por las cuales se filtraba el agua de
la lluvia, formando pequeños charcos de agua estancada en el suelo.
Junto a la puerta, vi tablones de madera, vigas de acero y escombros. 52

Eso era todo.50

Una corriente de aire helado se coló por una de las ventanas tapizadas
con periódico, era la única que estaba rota de una esquina. Al mirar el
suelo bajo esta, noté que aún seguían ahí los trozos de vidrio. 57

« Bien, aquello era más que suficiente. Ahora lo único que tenía que
hacer era... »112

Cuando escuché pasos desde el otro lado de la puerta de metal, mi


corazón comenzó a latir de forma irregular. Se estaban acercando. Un
fuerte estremecimiento me recorrió todo el cuerpo al saber quien era la
persona que venía para acá y una vez más, mis ojos se llenaron de
lágrimas.285

Un segundo después, la pesada puerta de metal se abrió con un fuerte


chasquido, permitiendo que un haz de luz iluminara la oscura habitación.
Me vi obligada a pestañear un par de veces para poder distinguir la
silueta de un hombre parado frente a mí.194

Iba vestido estrictamente de negro, con ropa que parecía un uniforme


militar; usaba una gorra del mismo color y sostenía un arma en las
manos. En cuanto mis ojos se encontraron con los suyos, todas esas
lágrimas que había estado tratando de retener durante todo este tiempo,
se desbordaron sin vergüenza ni timidez alguna. 667

Cuando Hunter terminó de inspeccionarme de pies a cabeza,


asegurándose de que yo estaba completamente bien, lo vi soltar un
suspiro de alivio.800

Era él.150

Hunter estaba bien, estaba vivo.154

Dios mío, él realmente estaba vivo... 45

—Voy a sacarte de aquí —exclamó antes de acercarse a mí, guardando


su arma en la cintura.279

Negué con la cabeza frenéticamente, rogándole que no se acercara, pero


aún así lo hizo. Se agachó frente a mí y sacó un cuchillo de combate de
sus pantalones para comenzar a romper la soga que me mantenía
atados los pies a la silla.46
De pronto, la pesada puerta de metal se cerró de golpe, sumiéndonos de
nuevo en una profunda oscuridad. Un miedo helado me paralizó. 163

—¿Realmente pensaste que podías venir aquí y tomar lo que me


pertenece? —habló Michael detrás de Hunter, apuntando con el cañón
de una pistola a su nuca—. Sí que eres imbécil. ¡De pie! 472

Hunter me miró y yo lo miré a él. Con el rostro lleno de lágrimas, volví a


negar con la cabeza pero él solo sonrió y levantó una de sus manos para
acariciar mi rostro.533

« Tranquila » pronunció en voz terriblemente baja, de forma que solo yo


pudiera escucharlo.395

Después de eso, se levantó del suelo y dio media vuelta para enfrentar a
Michael.9

—Pon las manos donde pueda verlas —ordenó Michael sin dejar de
apuntar con su arma a Hunter. Él obedeció y levantó ambas manos a la
altura de su cabeza—. Ahora suelta el cuchillo.79

Una vez más, Hunter obedeció sus órdenes sin protestar y dejó caer el
cuchillo el cual terminó a unos centímetros de mis pies. Asustada, miré la
escena que se desarrollaba frente a mí. 117

—Vamos hermano, sin armas —habló Hunter con cierto tono burlón en
su voz, adquiriendo una posición de pelea—. Muéstrame lo que tienes.521

—¿Hermano? —repitió Michael, usando el mismo tono burlón que


Hunter—. Nunca creí que te escucharía llamarme de esa manera, me
gusta... Pero venga, ¿realmente estás desafiándome a un combate
cuerpo a cuerpo?422

—¿Tienes miedo?369
Aquello lo hizo reír. Mike miró a Hunter con una enorme sonrisa de
satisfacción en el rostro antes de guardar su arma en el cintura e imitar la
misma posición de pelea que él.32

—De acuerdo, tú ganas. Sin armas. El ganador se quedará con Ellie. 493

—Ella no es un maldito objeto —gruñó Hunter.988

—No, pero ella me pertenece —justo después de decir eso, Hunter le


propinó un fuerte puñetazo en la mandíbula de forma inesperada.
Michael se tambaleó un poco y se llevó una mano al área afectada.
Arqueó una ceja con desdén al sentir sangre en su boca—. Joder... ¿ya
empezamos?629

El siguiente en hacer un movimiento fue Michael, quien trató de


regresarle el puñetazo a Hunter justo en la mandíbula, solo que no tuvo
éxito. Hunter bloqueó el ataque con un brazo y lanzó rápidamente un
contraataque. Desafortunadamente Michael se echó para atrás antes de
ser golpeado.183

—Vaya, tu manera de pelear no ha cambiado mucho, hermano —soltó


Michael después de esquivar otra oleada de puñetazos—. Aunque he de
admitir que solías dar mejores golpes cuando peleabas en la arena
subterránea. ¿Qué te pasó? ¿Dónde quedó esa bestia despiadada?458

—Descuida, solo estoy entrando el calor —respondió Hunter.500

—Mn.397

De pronto, Michael tomó a Hunter de un brazo y trató tirarlo al suelo


dándole una patada en la pierna, pero Hunter fue más rápido y estrelló su
rodilla contra su estómago para luego estrellar su codo izquierdo en su
espalda. Michael dejó escapar un gruñido de dolor antes de echarse para
atrás y escupir sangre por la boca. Mientras se limpiaba, Hunter
aprovechó aquel momento para tomarlo por el cuello y estamparlo
bruscamente contra el muro.539

Cuando Hunter lanzó un puñetazo, Michael se deslizó por la pared y le


dio un fuerte golpe en el abdomen. La mueca que hizo Hunter no pasó
desapercibida para Mike, pues al ver que esa área le afectaba, volvió a
golpearlo en el mismo sitio y luego arremetió también contra su pecho.239

Casi de inmediato Hunter se echó para atrás apretando los dientes con
fuerza.5

—Hijo de...56

—¿Duele, cierto? Significa que tus heridas aún no han terminado de


sanar. —Michael sonrió y ladeó la cabeza, provocándolo—. Lástima,
parece que encontré tu talón de Aquiles. 335

Mientras la pelea continuaba, miré el cuchillo junto a mis pies y pensé en


algo.195

Estaba claro que Hunter no lo había dejado caer ahí por mera
casualidad, había una razón. Darme cuenta de eso me hizo sentir más
valiente para lo que estaba pensando hacer. Sin seguir perdiendo más el
tiempo, impulsé mi cuerpo de lado a lado hasta conseguir caer sobre mi
brazo izquierdo.121

Intenté no pensar mucho en el dolor de mi hombro al haber caído sobre


él y me concentré en alcanzar el cuchillo que ahora parecía más lejos
que antes.10

—Escuché que no has sufrido un ataque de ira en mucho tiempo —


exclamó Michael sin dejar de prestar atención a la pelea, él sin duda se
estaba divirtiendo a lo grande con esto—. ¿Es eso cierto? ¿Has
conseguido controlar esa lado agresivo tuyo que heredaste de nuestro
padre?343

—Cierra la jodida boca —gruñó Hunter, haciendo una pausa en sus


movimientos.48

—Nunca pude conocerlo, ¿sabes? Pero he oído que era idéntico a ti.
¿Por qué no me muestras como luces sufriendo un ataque de ira?
Vamos, quiero conocer a padre a través de ti. 293

Hunter aterrizó un puñetazo en la nariz de Michael, seguido de un


gancho izquierdo en sus costillas. Michael encorvó su cuerpo debido al
dolor; pero de inmediato arremetió contra Hunter golpeando su abdomen
una y otra vez. Hunter se tambaleó pero se negó a perder el equilibrio.
Sujetó a Michael por la cintura y lo arrojó hasta el otro lado de la
habitación.138

Lo vi mirarme brevemente unos segundos antes de acercarse de nuevo a


Michael.16

Utilizando el único pie que Hunter alcanzó a desatar antes de ser


sorprendido por Michael, traté de patear el cuchillo a mi espalda, pero
resultó imposible. Yo aún tenía las manos atadas al respaldo de la silla,
por lo que lo único que podía hacer era intentar arrastrarme hasta
alcanzar el cuchillo. Una vez entre mis manos, solo tendría que cortar las
sogas.59

—Ellie te ha ocultado muchas cosas, hermano. No solo te ocultó mi


existencia durante todo este tiempo, también te ocultó que durmió
conmigo voluntariamente decenas de veces cuando la secuestré por
primera vez —continuó Michael en su intento por provocar la ira de
Hunter—. Realmente entiendo porque te gusta tanto, hace sonidos tan
adorables cuando te la estás folla... 1K

El puño de Hunter voló directo a su cara con una velocidad increíble justo
antes de que Michael pudiera terminar la oración. Después de eso lo
tomó por los brazos y lo empujó contra el suelo. La expresión en el rostro
de Hunter era muy parecida a aquellas que había visto hace cinco años.
Sus ojos habían comenzado a inyectarse en sangre debido a lo furioso
que estaba.370

Michael estaba logrando lo que quería, iba a hacer que Hunter alcanzara
su límite.24

—Es tan suave y dulce... —alardeó Mike con una sonrisa


ensangrentada—. Joder, de solo recordarlo comienzo a ponerme muy
duro.639

Cuando las puntas de mis dedos tocaron el mango del cuchillo, lo sujeté
firmemente con ambas manos y comencé a deslizar el lado filoso contra
las sogas para romperlas. Me llevó tiempo, pero al final conseguí aflojar
las ataduras lo suficiente para liberar mis manos. 95

Me volví justo a tiempo para ver a Hunter dándole puñetazo tras


puñetazo a Michael con una expresión aterradora en el rostro. 27

Iba a matarlo, definitivamente iba a matarlo. 282

—Basta, no lo hagas... —exclamé al quitarme la tela de la boca—. Tú no


eres como como tu padre, Hunter. No lo eres, no dejes que él te
convenza de eso...396
Al escuchar el sonido de mi voz, Hunter detuvo sus puños a centímetros
del rostro de Michael y tragó saliva. Su cuerpo entero tembló debido a la
ira pero aun así, se apartó de él y me miró. 99

Cuando sus ojos se encontraron con los míos, lo vi tranquilizarse


visiblemente.133

El cuerpo de Michael yacía a su lado completamente inmóvil. Tenía el


rostro destrozado y cubierto de sangre; una escena que no me hizo sentir
pena en absoluto.296

Una vez más tranquilo, Hunter intentó levantarse del suelo solo que en
ese preciso momento, Michael levantó una mano y le clavó un cuchillo en
el abdomen, justo en el área donde había estado golpeándolo antes. Y
no solo eso, sino que también hizo girar el cuchillo en su interior,
provocando que Hunter escupiera sangre por la boca y se doblara de
dolor, haciendo una mueca. Michael me miró de reojo y sonrió al ver la
expresión en mi rostro. Se levantó del suelo con movimientos torpes y le
dio una patada en las costillas.863

—¡No! —chillé horrorizada, levantándome del suelo—. ¡No lo toques! 97

Cuando me abalancé sobre Michael con la única intención de clavarle el


cuchillo que tenía en las manos, él me sujetó por los brazos y me sacudió
con violencia.8

—¡No estorbes! —soltó antes de darme un bofetón que me mandó


directo al suelo.141

Al caer, mi cabeza golpeó contra una de las vigas de acero que había por
toda en la bodega y a los pocos segundos todo se volvió oscuro.281
Cuando volví a abrir los ojos, vi a Hunter poniéndose de pie para
enfrentar una vez más a Michael. Ambos se veían en muy mal estado. 86

Mi visión se tornó borrosa y todo lo que pude ver fueron siluetas


moviéndose.19

«No es momento para ser débil, levántate y...»75

Tres disparos hicieron eco en todo el lugar. Aturdida, intenté levantarme


para ver lo que estaba sucediendo, pero todo me daba vueltas. Entonces
me asaltó una idea horrible, alcé la vista hacia el sitio de donde habían
provenido los sonidos de los disparos y vi a una mujer junto a la
puerta.126

Se trataba de...248

—¿Por qué cojones tardaste tanto? —gruñó Michael, tocándose el


costado izquierdo con dolor.256

Su rostro estaba terriblemente mallugado; tenía la nariz rota y enrojecida,


la mitad de su cara estaba hinchada y de su boca no paraba de salir
sangre.2

—Parecías estar pasándotela en grande, no quería interrumpir tu


diversión —se burló ella.17

—Connasse...799

Su compañera se rio y después miró a la persona que se encontraba en


el suelo. Cuando seguí su mirada, el mundo a mi alrededor se
desmoronó de golpe.106

Sollozando, me arrastré por el piso hasta llegar a él. 66


Hunter estaba tendido en el suelo después de haber recibido tres
disparos de bala justo en el pecho. Su rostro estaba pálido, debajo de él
había un gran charco de sangre y ya no... ya no parecía estar
respirando.1.6K

Automáticamente llevé mis manos a la herida profunda que tenía en el


abdomen, intentando detener la hemorragia, pero era inútil. 12

La sangre no paraba de salir, era demasiada. 4

—No, no, no... —susurré, sintiendo una fuerte opresión en el pecho—.


Por favor Hunter, despierta... por favor, por favor abre los ojos... no me
dejes, no puedes dejarme, lo prometiste... 403

Con las mejillas empapadas en lágrimas, presioné mis labios contra los
suyos y lo besé, rogando y deseando que despertara milagrosamente. 107

Pero él no se movió.221

No, no, no, no, no...27

Comenzaba a pensar que perdería la cabeza cuando, de pronto, los


dedos de Hunter agarraron los míos. Sentí que se me cortaba la
respiración. Solo en ese momento me di cuenta de que en realidad, su
pecho continuaba subiendo y bajando suavemente debido a su
respiración.513

Hunter todavía estaba con vida.303

Entonces, antes de que pudiese procesar aquello, Hunter presionó mi


cabeza contra su pecho y, acto seguido, se sentó en el suelo para
después levantar su pistola y dispararle varias veces a Michael. Sus ojos
grises se abrieron por la sorpresa y luego miró a la chica a su lado con
furia.723
Eva sonrió y le dio un último culetazo en la nariz antes de que él cayera
al suelo.1.3K

Pestañeé sumamente confundida por lo que acababa de suceder. Nada


de eso tenía sentido alguno. Eva le había disparado a Hunter justo en el
momento en el que entró a la bodega. Quizás no la había visto hacerlo,
pero estaba segura de que lo había hecho. En cuanto a Hunter... ¿cómo
es posible que siguiera vivo después de haber recibido tres disparos en
el pecho?340

—Joder... —murmuró él, regresándome al presente. Lo vi quitarse una


pequeña placa balística del pecho, justo donde había recibido los
disparos—. Dijiste que solo dispararías una vez. 856

Detrás de mí, Eva soltó un bufido y se encogió de hombros. 124

—Tenía que parecer real, ¿no?461

Cuando Hunter tocó mis mejillas con la punta de sus dedos, yo di un


respingo.62

—Está bien, nena. Todo está bien ahora.544

Tragué saliva y me volví para mirarlo. Mi cabeza seguía dando vueltas


por el golpe de antes y mi cerebro aún no terminaba de procesar todo lo
que acababa de suceder. Además, continuaba sintiéndome mareada y
con nauseas, pero me obligué a seguir adelante. 15

—¿Estás seguro? —susurré.16

—Sí —dijo él sin dejar de mirarme a los ojos. 51

Aliviada, dejé escapar un largo suspiro y levanté una mano para tocar su
rostro.37
Estaba más delgado que antes, tenía marcas oscuras debajo de los ojos
y también tenía un par de moretones en la cara debido a su pelea con
Michael.34

—Estaba muy asustada —admití, sintiendo un ligero temblor en los


labios. Sus pulgares se movieron a través de mis pómulos en una caricia
lenta e íntima—. Creí que habías muerto...98

—Prometí que no volvería a dejarte, ¿no es así? —respondió él,


acercando su boca a la mía.643

Sin pensar en nada más, arrojé mis brazos alrededor de su cuello y lo


besé. Cuando lo escuché soltar un quejido, me eché para atrás de
inmediato recordando la herida en su abdomen. 133

—Lo siento... —balbuceé, sintiéndome horrible por causarle más dolor. 4

Él ignoró mis palabras y dejó la pistola en el suelo, me rodeó la cintura


con ambos brazos y me pegó de nuevo a su cuerpo. Entonces me besó
con una desesperación que no me esperaba y aun así, me derretí como
mantequilla sobre un panecillo caliente. Casi al instante sentí lágrimas
deslizándose por mis mejillas. Estaba cansada, muy cansada, pero
también muy feliz. Mi corazón estaba que se desbordaba de alegría por
tener a Hunter frente a mí, con vida. 463

Cuando nos vimos obligados a separarnos para tomar aire un poco de


aire, Hunter continuó besando mis parpados, mis mejillas, mi nariz y,
finalmente, mis labios. Por un breve momento pensé que aquel sería un
buen final para esa horrible pesadilla, sin embargo, lo que no esperaba
era que las cosas volverían a complicarse en un abrir y cerrar de ojos. 523

Dos poderosas explosiones continuas me hicieron pegar un brinco


encima de Hunter. Al girar la cabeza, vi a Eva sosteniendo su estómago
con una mueca de dolor mientras un hilo de sangre se deslizaba fuera de
su boca. Detrás de ella, Michael presionaba el cañón de su pistola contra
su sien.1.4K

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo al verlo de pie. 8

—Sabía que ibas a traicionarme, zorra... estaba bastante claro, aunque


debo admitir que esa fue una muy buena actuación de tu parte... —
escupió Michael arrastrando un poco las palabras. 176

Hunter no dudó ni un segundo en volver a tomar su pistola para apuntarle


a Michael con ella, pero él sujetó a Eva contra su cuerpo, usándola de
escudo humano.87

—Suéltala —exclamó Hunter.62

—Oblígame.285

—Mike —murmuré yo, mirándolo directamente los ojos—. Ya basta, se


terminó.8

—No, esto no... esto no se ha terminado, maldición... 32

Intenté levantarme del suelo, pero Hunter me sujetó de la muñeca


impidiéndomelo.3

—¿Qué estás haciendo? —me preguntó en voz baja, sin apartar su ojos
de Michael y sin dejar de apuntarle con el arma.6

—Está bien, él no va a hacerme daño.229

—Annalise...108

—Confía en mí.78
Después de mirarme rigurosamente durante varios largos segundos,
Hunter decidió confiar en mí y finalmente soltó mi mano para dejar que
me levantara del suelo. Cuando estuve de pie, me giré hacia Michael y lo
miré, decidida a enfrentarlo por última vez. Sus ojos examinaron mi
rostro, deteniéndose en la herida que me había hecho al casi
descalabrarme con la viga de acero.9

—Estás sangrando —masculló él, mirando la sangre en mi frente.182

—Lo sé, me hice daño cuando me tiraste al suelo hace un rato —le hice
saber. Michael tragó saliva y frunció el ceño—. Se acabó Mike, deja ir a
Eva. Ahora.142

Mi petición lo hizo apretar los dientes con fuerza. 2

—No.22

—Mike...2

—Lo haré si vienes conmigo.86

—No puedo.2

—¿Por qué?18

—Simplemente no puedo.6

—Entonces no la dejaré ir —gruñó, presionando con más fuerza el cañón


de su pistola contra la cabeza de Eva—. Voy a matarla justo frente a ti
para que así...180

—Nadie tiene que morir hoy —lo interrumpí, acercándome más a él—.
Nadie, ni siquiera tú. Así que por favor, solo... entrégate. 78

—¿Qué me entregue? —se rio, pero fue una risa vacía—. ¿Te volviste
loca?80
Negué con la cabeza.2

—Aún después de todo lo que has hecho sigues siendo mi hermano, no


quiero que...63

Su cuerpo se dobló y entonces tosió sangre.17

—Merde...108

Eva hizo una nueva mueca de dolor mientras seguía tocándose el


estómago.290

—Déjala ir —insistí.15

Michael estiró un brazo en mi dirección, ofreciéndome su mano. 4

—Lo haré, la soltaré, pero primero ven conmigo —cuando no respondí,


agregó—: No voy a llevarte a ningún sitio, ni siquiera sé como cojones
sigo de pie. Solo ven conmigo.399

Michael tenía razón, él ya estaba en sus últimas. No había forma de que


tratara de llevarme a algún sitio en ese estado. Consciente de ello,
alcancé su mano y la tomé. Al momento de hacerlo, Michael lanzó a Eva
a un lado y me estrechó a mí entre sus brazos. 206

Escondió la cara en mi cuello mientras se aferraba a mí. Su cuerpo


temblaba y respiraba con dificultad.333

—Voy a morir... —murmuró contra mi oído. Sus brazos me estrecharon


con más fuerza—. Lo sé, puedo sentirlo. Pero no quiero morir, no de esta
forma...686

Levantó la cabeza para mirarme y después llevó una de sus manos


detrás de su espalda. Cuando vi el brillo de la hoja de su cuchillo favorito,
mi corazón comenzó a latir con fuerza.142
—Ni siquiera lo pienses —exclamó Hunter detrás de mí—. Suelta eso
antes de que...7

Michael me obligó a tomar el cuchillo con ambas manos y luego colocó la


punta filosa en su cuello, justo en la yugular. Lo miré llena de horror. 311

—Mátame —dijo él sin más—. Sabes cómo hacerlo, ¿no? Un corte limpio
y profundo justo aquí.352

—No —balbuceé, intentando apartarme—. No puedo, no. No lo haré.36

—Mátame.35

—No tienes que morir —sollocé—. Solo entrégate. Por favor, entrégate.78

Él cerró los ojos y dejó escapar el aire con cansancio. 4

—Está bien...28

Realmente creí que se rendiría, creí que haría caso a mis palabras y
decidiría no pelear más, pero entonces levantó una mano y disparó.
Escuché a Hunter soltar un gruñido mientras hacia una nueva mueca de
dolor. Michael le había disparado en el hombro derecho. 318

—¿Qué estás...?3

—La próxima bala irá a su cabeza —dijo él, decidido a matarlo—. Ahora
hazlo.231

Antes de que él pudiera jalar del gatillo, miré a Michael y le clavé el


cuchillo en el cuello.751

Su cuerpo se tambaleó por unos segundos y luego dejó caer su pistola al


suelo para aferrarse por completo a mí. Horrorizada, le saqué el cuchillo
del cuello y llevé mis manos a la herida, pero no tenía caso. Mientras
Michael se desangraba en mis brazos, presionó su frente contra la mía y
sonrió. No era una sonrisa diabólica ni aterradora para atormentarme, fue
una sonrisa de calma y tranquilidad.856

Él estaba feliz de morir en mis brazos.662

"No hay forma de salir del infierno" me había dicho una vez, cuando
creyó que estaba dormida. "Durante mucho tiempo he estado buscando
una salida, pero no la hay". "Soy un monstruo, Ellie. A pesar de todo lo
que he hecho, no siento ningún remordimiento". "¿Por qué? ¿Por qué no
soy igual al resto? ¿Por qué no puedo ser como los demás? Yo jamás
pedí ser de esta manera... era solo un niño cuando supe lo que era estar
en el infierno y desde entonces, no he podido salir de ahí". 1K

"Quiero salir de aquí, Ellie, quiero encontrar una salida...". 508

—Ya lo hiciste —susurré, tomando su rostro entre mis manos—.


Finalmente encontraste una salida... 389

Cuando no fui capaz de sostener más su peso, mis piernas cedieron y


ambos caímos al suelo.3

Eso era todo.3

Michael había muerto.667

Mis manos estaban llenas de sangre, al igual que toda mi ropa. Dios mío,
su sangre estaba en todos lados...39

Yo lo maté, pensé.19

Maté a mi propio hermano, yo... 74

—Annalise —escuché la voz de Hunter aun en mi estado de shock—.


Deja de verlo, no mires más la sangre. Concéntrate en mí. —Estiró su
mano izquierda—. Ven aquí, nena. Ven a mí.504
Temblando como una hoja, atravesé el suelo cubierto de sangre hasta
llegar a donde estaba Hunter. Él no se había vuelto a levantar y llevaba
un buen rato sin mover las piernas. Probablemente no podía hacerlo,
después de toda había perdido mucha sangre. 15

—Michael está muerto —murmuré.18

—Lo sé.3

—Yo lo maté.4

—Nena...169

—Él asesinó a muchas chicas, Hunter —continué, con el rostro lleno de


lágrimas—. Hizo mucho daño, también hizo cosas horribles, ¿entonces
por qué...? ¿por qué estoy llorando?789

En lugar de responder, Hunter levantó el único brazo que podía mover y


me abrazó. Me dio un beso en el pelo y yo me acurruqué junto a él,
llorando con total libertad.55

—Adelante, Hunter —exclamó una voz desde algún sitio—. Hunter,


adelante.161

Con movimientos lentos y pausados, Hunter sacó un pequeño trasmisor


de sus pantalones y se lo llevó a la boca haciendo una suave mueca. 23

—Aquí Hunter.12

—Joder macho, estaba preocupado. ¿Cómo están? ¿Salió todo bien?


¿Hay algún herido?288

Al salir de mi aturdimiento, me di cuenta de que era la voz de Trevor. 160


—Yo diría que todos estamos heridos... —dijo él mirándome a mí y a
Eva.91

—La policía y los paramédicos están en camino, resistan —hubo una


pausa—. ¿Ellie está bien?78

—Sí, ella está bien.3

—¿Qué hay del psicópata asesino? ¿Lograron capturarlo?60

—Está muerto.9

—Genial —hubo otra pausa—. No quiero decir que sea genial que este
muerto, pero venga, estaba loco, ¿no? Como diría mi abuela, una mierda
menos en el mundo.1.1K

—Trev...31

—Lo sé, mejor cierro la boca.182

Después de que Hunter dejara el trasmisor en el suelo, volvió a acariciar


mi rostro.7

—¿Estás bien?9

Asentí con la cabeza.2

—Sí. ¿Tú estás bien?3

—Bueno, no siento nada de la cintura para abajo. —Al ver mi expresión


de preocupación, agregó—: Pero estaré bien, te lo prometo. Ya escapé
de la muerte una vez.316

—Hunter...5
—Estoy bien —repitió, acercando su boca a la mía.8

En ese momento, Eva tosió.507

Tanto Hunter como yo nos giramos a verla. 8

—Estoy bien, no se preocupen por mí —murmuró ella desde el suelo, a


unos metros de nosotros. No parecía estar bien, pero trataba de
ocultarlo—. Olviden que estoy aquí, sigan con lo suyo. 996

Cuando la miré, ella trató de no hacer contacto visual conmigo y miró al


techo. A pesar de no entender porque se negaba a mirarme a los ojos,
sonreí.343

—Gracias.64

Eva tragó saliva y sacudió una mano, restándole importancia al asunto. 15

—Está bien, no fue nada.184

Al no tener nada más que decir, me acurruqué de nuevo junto a Hunter y


cerré los ojos.42

No mucho tiempo después, escuché el sonido de las sirenas. 38

***7

—¿Por qué tienes esa expresión en tu rostro cariño? —exclamó mi


madre, caminando junto a mí mientras salíamos de los tribunales
después de enfrentar un juicio—. Tú también fuiste una victima en todo
esto, estaba claro que los jueces no iban a declararte culpable. 144

Habían pasado ya tres semanas desde aquel incidente y aún me parecía


que había sido ayer.86
—Pero lo soy, mamá —dije mirando mis manos—. Soy culpable, por mi
culpa todas esas chicas murieron a manos de él. Las cosas pudieron
haber sido muy distintas si tan solo hubiese hablado desde un
principio.115

—Cariño...1

—Tú madre tiene razón —intervino mi padre, tomándome de las


manos—. Él te tenía amenazada, no había nada que pudieras hacer. 261

—Sí lo había, pero decidí no hacerlo. Eso me hace culpable. 22

—Ya basta, no quiero escuchar ni una sola palabra más sobre este
asunto —se quejó mi madre antes de llegar al sitio donde se encontraban
Lexie y Christopher—. Lo que importa ahora es que tú estás bien y que
además, estás libre de todo cargo.159

Sí, yo estaba bien, pero no me sentía para nada bien. Dentro de mí


existía un sentimiento de culpa del cual no podía deshacerme sin
importar lo que hiciera. Me sentía culpable por no haber hablado antes y
así evitar que Michael asesinara a todas esas chicas. Sin duda yo pude
haberlo evitado, pero no lo hice por cobardía. No obstante, había sido
juzgada y declarada inocente luego de ser señalada como una víctima
con problemas psicológicos.160

¿Acaso era eso justo?113

No, no lo era. Yo era tan culpable como él y es por eso que merecía ser
castigada. Nada ni nadie me quitaría jamás aquel pensamiento de la
cabeza. Jamás.125
—Ellie. Dios mío, estoy tan feliz... —chilló Lexie antes de darme un fuerte
abrazo—. Tenemos que hablar de muchas cosas, ¿lo sabes, verdad? 54

Asentí.1

—Sí.1

—Y está vez vas a contarme todo de principio a fin, ¿de acuerdo? 16

De nuevo, solo asentí.1

—Sí, lo haré.2

Después de soltarme, miré a Christopher quien sonrió de oreja a oreja


antes de abrazarme con la misma fuerza que Lexie. 178

—Tú no tuviste la culpa de nada —murmuró él mientras me abrazaba.


Chris era la única persona realmente consciente de mis sentimientos de
culpabilidad—. Así que deja de pensar que lo eres.334

—Gracias... —le dije yo en voz baja.2

Minutos más tarde, mientras mis padres no se cansaban de darle las


gracias a Christopher por haberme defendido tan bien en el estrado,
Lexie miró a la puerta y sonrió. Conocía esa sonrisa. 93

—Parece que alguien no soportó más las ganas y vino a verte —se burló
ella.208

Cuando me di la vuelta para mirar a la persona a la que se refería, vi a


Hunter con ropa bastante casual en colores oscuros, con un cabestrillo
en el brazo derecho. En el momento en el que nuestros ojos se
encontraron, mi corazón comenzó a latir con fuerza y sentí mariposas en
el estómago. Una sonrisa tiró de mis labios y al final, terminé sonriendo
como una tonta.348

—Creo que deberíamos dejarlos solos —comentó mi madre, empujando


a mi padre, a Lexie y a Chris lejos de nosotros. Aquello me hizo sonreír
todavía más.288

Una vez solos, me acerqué a Hunter y puse mala cara. 3

—¿Qué estás haciendo aquí? Se supone que deberías estar en el


hospital —lo reprendí.38

Hunter sonrió como alguien que acababa de hacer una travesura y ladeó
la cabeza.137

—Me escapé —admitió sin ningún rastro de culpa—. Tenía muchas


ganas de verte.495

—Te vi hace un rato en el hospital —le recordé, cruzando los brazos


sobre mi pecho—. Y también te dije que regresaría cuando terminara el
juicio.49

—Lo sé, pero aun así tenía muchas ganas de verte. 66

—Hunter...2

—Tengo algo para ti —prosiguió, metiendo la mano dentro de su


cabestrillo azul oscuro, para luego sacar una pequeña caja de terciopelo
roja.415

Cuando la abrió, vi que se trataba del anillo que había perdido. 73

—¿Cómo lo encontra...? —cerré la boca de golpe al ver que, en realidad,


no era el mismo anillo que Michael me había quitado hace mucho tiempo.
Este era uno totalmente distinto, y era incluso más hermoso que el
anterior. Inmediatamente sentí como se me llenaban los ojos de
lágrimas—. ¿Tú... tú aún quieres casarte conmigo? —le pregunté.788

No podía creer aquello.3

—Sí. Pero aquí la pregunta debería ser: ¿tú aún quieres casarte
conmigo? —Incapaz de encontrar mi voz para darle una respuesta,
asentí con la cabeza—. En ese caso, déjame hacer correctamente la
pregunta. Ellie Annalise Russell, ¿quieres casarte conmigo? 919

Ni siquiera lo pensé, eché mis brazos cuidadosamente alrededor de su


cuello y lo besé.10

—Sí... sí quiero.345

Hunter sonrió y trató de sacar el anillo de la pequeña caja de terciopelo


mientras me besaba, pero le fue imposible ya que no podía hacer mucho
con la mano izquierda. Me reí y le ayudé a sacar el anillo.56

—Me pondría de rodillas si no fuera porque de hacerlo, dudo que pueda


volver a ponerme de pie —murmuró mientras deslizaba aquel anillo tan
precioso en mi dedo anular.321

—Eres un idiota —solté riéndome con lágrimas en los ojos. 203

Hunter sonrió antes de inclinarse sobre mí para besarme. Mis labios se


abrieron bajo los suyos de forma automática. Él me rodeó con su brazo
izquierdo y me apretó contra su pecho, sin importarle el cabestrillo. Sus
labios saborearon los míos con pasión y su lengua acarició la mía con
fervor. Fue un beso que me hizo olvidarme de todo en cuestión de
segundos, todo lo que podía pensar era en él, en nosotros. 77

Finalmente podíamos ser felices.437

—Te amo, Hunter —susurré contra sus labios, admitiendo lo que durante
mucho tiempo me había negado a decir en voz alta por miedo—. De
verdad te amo demasiado...642

Él me dio otro largo beso antes de responder. 5

—Lo sé, está escrito en todo tu rostro. 448

Le di un golpe no muy fuerte en el hombro izquierdo. 4

—Idiota.44

Se rio y acercó su boca de nuevo a la mía. 8

—Te amo, Annalise —dijo él, saboreando mis labios placenteramente


una vez más—. Te amo y te amaré hasta mi ultimo suspiro. 828

—¿Lo prometes?41

Él asintió, bastante serio.14

—Lo prometo.
Epílogo

Sí alguien me hubiese dicho alguna vez que la vida podría ser


maravillosa, probablemente no le hubiese creído. Después de vivir tanto
tiempo en la oscuridad, era difícil acostumbrarse a estar de nuevo en la
luz. Por supuesto, jamás esperé que mi historia tuviera un final triste; sin
embargo, tampoco imaginé que tendría un final feliz. Uno en el cual yo
sería inmensamente feliz.1.1K

—Dios mío, te ves... te vez bellísima —murmuró mi madre con lágrimas


en los ojos.454

—La señora Russell tiene razón —concordó Marisa a mi lado,


limpiándose las lágrimas con un pañuelo—. Te ves realmente hermosa
Ellie.333

Junto a Marisa, Lisa intentó abrir la boca para decir algo, pero le fue
imposible pronunciar una oración debido a que no podía detener su
llanto. Me causaba cierta gracia que todas las personas en la habitación
estuviesen llorando como magdalenas; la única excepción era Lexie,
pues ella me había prometido que, sin importar qué, no lloraría el día de
mi boda.740

—¿Lex? —dije yo, mirándola a través del espejo. 22

Lexie se mordió el labio y sonrió.15

—Ni siquiera sé que decir, yo... —Justo cuando creí que Lexie sería la
única persona que no iba a llorar, sollozó con fuerza—. Maldición, te
prometí que no lloraría. Joder...458

En ese instante, Valentina miró a su madre con horror. 78


—¡Mamá, has dicho una mala palabra! 391

—Lo siento cariño, pero...11

—¡Pero nada! Ahora deberás meter un billete de veinte dólares en el


tarro de malas palabras.655

Después de reñir a su madre, Valentina dio media vuelta y me miró con


una sonrisa30

—Tía Ellie, te ves muy, muy, muuuy hermosa. 268

—¿De verdad?23

—Sí, pareces una princesa.222

Debido a mis casi treinta semanas de embarazo, mi vestido de novia era


un corte imperio con hombros descubiertos, en un bellísimo color marfil.
En la parte de arriba se ajustaba a mi pecho con elegancia, para luego
caer con fluidez desde la línea de debajo de mi busto, haciéndonos sentir
sumamente cómodos a mí y al pequeño Cross que crecía día a día en mi
vientre. En cuanto a mi cabello, las chicas se habían encargado de
recogerlo en una sofisticada trenza con una vincha dorada en la parte de
arriba, dándome un toque bastante griego.1.6K

Tenía que admitirlo, justo ahora me sentía bellísima. 227

—Gracias Val —respondí sonriendo, acariciando las mejillas de la


pequeña.10

—¿Está todo listo? —inquirió Mera, la mujer que había organizado con
anterioridad la boda de Lisa y Trevor, y que ahora, se había encargado
de organizar la mía.68
—Sí, aunque creo que vamos a necesitar un montón de pañuelos —
exclamé riéndome al ver a mis tres mejores amigas e incluso a mi madre,
llorando a mares.118

—¿Cómo es posible que tú seas la única que no está llorando? ¿Acaso


no te da sentimiento saber que estás a unos minutos de casarte con
Hunter? —se quejó Lisa entre lágrimas—. Aunque pensándolo bien, si la
razón por la cual no estás llorando es porque en realidad no quieres
casarte con él, solo dinos y nosotras nos encargaremos de sacarte de
aquí y huir a Las Vegas.680

Marisa le propinó un codazo, para luego lanzarle una mirada ceñuda. 14

—¡No digas tonterías!15

Dejé escapar una risita mientras acariciaba mi estómago abultado.


Parecía que al pequeño Cross también le causaba cierta gracia ver a su
abuela llorando y a sus tías peleando.538

—¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? —me preguntó Lexie entre sollozos
luego de verme tocar mi estómago—. Si tienes ganas de vomitar o de ir
al baño, no dudes en decirnos.64

Sonreí y negué con la cabeza.3

—Estoy bien, estoy bien, tranquila. Es solo que este pequeñín ha estado
muy emocionado desde esta mañana. Parece estar ansioso por ver a su
padre en el altar.522

—¿Ya han elegido un primer nombre para el pequeño Cross? —quiso


saber Marisa.96

—Sí.6
—¿Y bien? ¿Cuál es?4

—Hendry —murmuré—. Hendry Cross Presley.1.6K

Justo después de decir su nombre, el pequeño Cross se movió dentro de


mi estómago. Me fue inevitable no sonreír. Aquello era algo que sucedía
cada vez que decía su nombre completo. 346

¿Te gusta bastante tu nombre, verdad cariño?264

—Es un nombre hermoso —comentó mi madre.91

—Sí, muy hermoso —confirmó Marisa.5

—Ya quiero conocerlo —exclamó Valentina acercándose a mí para tocar


mi estómago—. Y como va a ser igual de guapo que mi tío Hunter, desde
ahora pido ser su prometida.2.1K

Su comentario nos hizo reír a todos en la habitación. 13

—Es hora —informó Mera desde la puerta.83

Tomé una inhalación profunda e intenté no temblar, pero me fue


imposible. Sabía que en cuanto se abrieran las puertas, vería a Hunter
esperándome en el altar. La simple idea de verlo usando un traje negro
me hacía sentir nerviosa. Esperaba no quedar embobada por su
apariencia y por consecuencia, tropezar y caer, o algo por el estilo. Antes
de que Mera abriera las puertas del salón, mi madre se acercó a mí y me
dio un beso en la mejilla sin dejar un rastro de su pintalabios. 63

—Te amo, cariño. Deseo que seas muy feliz.210

Inmediatamente, mis ojos se llenaron de lágrimas. 9

—¡Oh, no! ¡Ni se te ocurra llorar ahora! —me regañó Lisa—. Tuviste
tiempo de sobre para hacerlo, no arruinarás tu maquillaje ahora. 209
—No lo haré, no lo haré —le aseguré, pestañeando para alejar esas
lágrimas—. Lo siento.18

—No te disculpes, es solo que si empiezas a llorar, entonces yo también


empezaré a llorar, y luego Marisa también lo hará, y después Lexie
también llorará, y por último tu madre se unirá a nosotras. ¿Qué van a
decir los invitados cuando nos vean a todas llorando?352

Me reí y asentí con la cabeza.3

—Tienes razón, sería demasiado gracioso.4

Cuando la música comenzó a sonar, Mera me tendió mi ramo de rosas


blancas y posteriormente, se preparó para abrir las puertas dobles.
Tragué saliva y sonreí. Del otro lado de las puertas, justo al pie del pasillo
que debía recorrer para llegar al altar, vi a mi padre vestido de negro,
listo para escoltarme y entregarme a mi futuro esposo. 303

—Te ves bellísima —susurró en voz baja, dándome un beso en la


frente—. ¿Lista, princesa?174

En cuanto me tendió su brazo, yo me agarré a él con fuerza. 8

—Sí, eso creo...15

Sonrió consciente de lo nerviosa que me encontraba. 6

—Todo saldrá bien, no hay nada de qué preocuparse. 128

Después de eso, Mera hace un gesto con la cabeza para luego indicarle
a la pequeña Susan que ha llegado su turno de recorrer el pasillo de
alfombra, mientras deja caer pétalos de rosas blancas a su paso. Con
una sonrisita nerviosa en los labios, Susan me sonríe y emprende su
camino al altar, haciendo que todos los invitados se levanten de sus
asientos.616

—Es nuestro turno —murmuró mi padre a mi lado.38

Asentí y me aferré con más fuerza a su brazo. A pesar de que Hunter y


yo habíamos intentado reducir la lista de invitados al mínimo, aún parecía
haber demasiadas personas esperando verme recorrer el pasillo entre
los invitados. Temerosa, intenté no prestarles demasiada atención y me
concentré en mirar el camino para evitar tropezar y dar un espectáculo. 51

Entonces, antes de darme cuenta, mi padre y yo llegamos al final del


pasillo.68

Cuando miré hacia adelante, finalmente lo vi a él. 596

Llevaba puesto un elegante traje en color negro, haciéndolo ver oscuro y


atractivo al mismo tiempo. A partir de ese momento me fue imposible
apartar mis ojos de él y por lo visto, a él le pasó exactamente lo mismo
conmigo. Sentí una sensación sumamente extraña, fue como si de pronto
todo a nuestro alrededor desapareciera y solo existiésemos él y yo. 501

—Te ves jodidamente hermosa —exclamó Hunter con una media sonrisa
en el rostro, sin preocuparse en controlar su vocabulario delante de mi
padre y del juez que nos casaría.619

—Tú tampoco estás nada mal —respondí sonriendo.32

—No sabes lo mucho que deseo arrancarte ese vestido ahora mismo. 1.2K

Mi padre se aclaró la garganta, recordándole a Hunter que él todavía


estaba ahí.499

—Jover Cross, ¿le puedo pedir un poco más de respeto?508


Hunter se encogió de hombros.12

—Soy un hombre sin filtros.838

Después de negar con la cabeza, mi padre depositó un beso en el dorso


de mi mano antes de entregarme a Hunter, quién tomó mi mano con
amor y delicadeza. Cuando mi padre se marchó a su lugar para tomar
asiento, Hunter acarició mi estómago y besó mis mejillas. 444

—Estamos hoy aquí reunidos, para celebrar la bella unión de estos dos
jóvenes amantes...125

—Te amo —susurró Hunter en voz baja mientras el juez seguía


hablando—. Por siempre y para siempre, Annalise. 1K

Sonreí y apreté su mano.20

—Yo también te amo —respondí—. Por siempre y para siempre,


Hunter.1.1K

Fin
Extra 1

Desperté a mitad de la noche con el pulso acelerado y respirando con


irregularidad. Mi pecho subía y bajaba, sentía cosquilleos en el estómago
y por alguna razón, tenía la boca terriblemente seca. 913

Cuando abrí los ojos, me sorprendí al encontrar a Hunter acostado


tranquilamente a mi lado, durmiendo profundamente. 343

Fruncí un poco el ceño.23

¿A qué hora había llegado anoche? Llevaba varios días llegando


bastante tarde del trabajo, por lo que solo lo veía en la mañana justo
antes de irme a trabajar. Con un largo suspiro, me apoyé en los codos y
lo miré con atención. Se había quitado toda la ropa antes de acostarse a
mi lado (a excepción de los boxers), y la sábana se le había bajado hasta
la cintura, por lo que justo ahora tenía una preciosa vista de su esculpido
pecho y bíceps.591

Ése era el hombre al que yo amaba, el hombre cuyo cuerpo me daba


tanto placer y el hombre cuyas caricias quería sentir justo en este preciso
momento. Entonces lo entendí, estaba excitada, muy excitada. La razón
por la cuál había despertado tan repentinamente era porque había tenido
un sueño erótico. Lo sabía por la tensión y los cosquilleos que había en
mi estómago y entrepierna.720

Con movimientos lentos y silenciosos, deslicé una mano por mi vientre


hasta alcanzar aquel punto sensible entre mis piernas que palpitaba en
busca de atención. Moví mis dedos de la misma manera en la que Hunter
solía hacerlo y me estremecí de solo pensar que era él quién me tocaba.
Después de encontrar el ritmo perfecto, me mordí el labio y cerré los ojos
embriagándome de placer.511

No era normal que me gustara tocarme a mí misma con tanta frecuencia.


En realidad, aquello era algo que me parecía de lo más vergonzoso. Sin
embargo, estos días me era imposible contenerme. 344

—Nena... —susurró la voz de Hunter junto a mí. Se había despertado y


ahora estaba mirándome con las pupilas dilatadas—. ¿Te estás...? Oh,
santa mierda...1.4K

Lo miré durante un par de segundos antes de volver a cerrar los ojos y


concentrarme solo en mí. Ahora que sabía que él estaba mirándome, mi
excitación creció todavía más. Con una mano, acaricié mi clítoris con
movimientos circulares y extendí la humedad que había comenzado a
crearse por los labios de mi sexo. Con la otra mano, comencé a
pellizcarme los pezones con fuerza.377

—Basta, déjame a mí —exclamó con voz ronca, acercándose a mí


ansioso.731

Hice caso omiso a sus palabras y seguí acariciándome a mí misma,


negándome a perder la oportunidad de tener un orgasmo por mi propia
cuenta. Podía sentirlo, aquella maravillosa sensación estaba justo ahí.
No obstante, por alguna razón mi cuerpo se negaba a alcanzar aquel
punto máximo sin sus caricias. Darme cuenta de eso me hizo molesta,
por lo que solté algo parecido a un gruñido. 229

—Quieta —dijo tomándome por las muñecas mientras se colocaba sobre


mí, respirando con dificultad—. Voy a darte lo que los dos necesitamos.
Voy a hacerte el amor hasta el cansancio para que así no tengas que
volver a tocarte a ti misma en el futuro. Al menos, no en mi ausencia. 720
Abrí los ojos para mirarlo con mala cara. 34

—Es tu culpa, has descuidado tus obligaciones durante muchos días —


me quejé.640

Separó mis piernas con las suyas mientras deslizaba una de sus manos
por mi entrepierna.70

—Lo sé nena, lo siento.396

Cuando sus dedos alcanzaron mi punto más sensible, gemí. Él conocía


mi cuerpo mejor que yo misma, por lo que sabía exactamente donde y
como tocarme. Aquello era maravilloso. 195

—Hunter...79

Gruñó al notar lo húmeda e hinchada que estaba. Con un rápido


movimiento se deshizo de mi ropa interior y me metió dos dedos
lentamente, girándolos en mi interior para causarme un exquisito placer.
Ahogué un grito y clavé las uñas en la piel de sus hombros. Frotó la
humedad por mi cuerpo y masajeó suavemente mis pliegues,
provocándome pequeñas convulsiones y cosquilleos en lo más profundo
de mi ser. Mi cuerpo se tensó ferozmente y después se soltó con un
ardiente estallido de placer. Grité cuando el orgasmo se apoderó de mí
hasta volverme loca.181

—Necesito estar dentro de ti —murmuró él, deshaciéndose de sus


boxers.201

—Sí —dije yo, rodeándole el cuello con mis brazos—. Por favor,
fóllame.609

Hunter ya estaba bastante excitado desde el momento en el que me


encontró tocándome a mí misma, de forma que, cuando el último trozo
de tela fue arrancado de su cuerpo, vi lo grande y duro que se
encontraba. Lo escuché tragar saliva antes de que la punta de su
miembro se abriera camino entre los labios de mi sexo, hundiéndose en
mi interior con una dolorosa lentitud. Los pezones se me endurecieron y
comencé a respirar con fuerza al sentir como me llenaba centímetro a
centímetro.223

Era una sensación enloquecedora.87

—Separa un poco más las piernas y levanta las rodillas —ordenó,


buscando una mejor posición.352

Después de separar más las piernas y levantar las rodillas, Hunter movió
sus caderas, clavándose dentro de mí con tanta fuerza que incluso
empujó mi cuerpo hacia la parte superior de la cama. 436

—¡Oh, Dios! —exclamé ahogando un grito.133

—¿Te gusta?149

—Sí, más por favor —supliqué.155

Una sonrisa de satisfacción tiró de sus labios. Se deslizó lentamente


fuera de mi cuerpo, para luego volver a embestirme. Me sacudí al sentir
el siguiente empujón y esta vez gemí con más fuerza. 73

—No sabes lo mucho que me gusta estar dentro de ti... —murmuró


Hunter, rozando su nariz contra el punto sensible bajo mi oreja—. O lo
mucho que me gusta oírte gemir... 372

Apreté los dientes con fuerza y comencé a mover las caderas,


encontrando el ritmo adecuado que se acoplaba con sus salvajes
embestidas. Hunter me sujetó por las piernas y levantó aún más mis
rodillas, haciendo que su miembro llegara hasta lo más profundo de mi
ser. Pasé mis manos por su magnífica espalda, sintiendo cada musculo y
centímetro de su piel ahora húmeda por el sudor con la punta de mis
dedos. Cuando la velocidad y la fuerza de sus embestidas aumentaron,
me fue imposible seguir controlando los sonidos que salían de mi boca,
por lo que comencé a gemir cada vez más fuerte. 185

El orgasmo me golpeó al igual que una poderosa explosión, sacudiendo


mi cuerpo hasta casi hacerme perder totalmente la cordura. Mi sexo se
contrajo y mi espalda se arqueó, presionando mi pecho contra el suyo.
Me corrí con violencia y ferocidad, clavando mis uñas en sus hombros. 119

—Te amo... —solté presa del placer, aferrándome a su cuerpo. 297

—Dilo otra vez —susurró Hunter contra mi oreja, mientras continuaba


embistiendo mi cuerpo con sus caderas a punto de alcanzar su
liberación.469

—Te amo —gemí, sintiendo una segunda oleada de placer


intensificándose en mi interior.176

Finalmente, cuando Hunter clavó su miembro en mi interior por última vez


antes de correrse dentro de mí, yo volví a correrme junto con él. ¿Estaba
tan excitada que había tenido un segundo orgasmo a unos segundos del
primero? Dios mío, ¿acaso era culpa de las hormonas del embarazo? 628

—Mierda... —gruñó Hunter al percatarse—. ¿Nena, acabas de...?486

Avergonzada, me cubrí el rostro con ambas manos. 99

—¡Es tu culpa! —chillé.137

—¿Sabes lo jodidamente caliente que fue eso?306

—Ya basta, cierra la boca.50


Comenzó a besar y mordisquear la sensible piel de mi cuello.37

—No tienes ni idea de la sorpresa que me llevé cuando desperté y te


encontré toca...252

—¡Dije que basta! 164

Lo escuché reírse antes de llevar ambas manos a mis redondos y


apretados pechos. Cuando lo miré a través de mis dedos, Hunter acercó
su boca a uno de mis senos y pasó la lengua sobre mi piel endurecida.
Me mordí el labio e inmediatamente traté de empujarlo lejos, pero él me
tomó de las muñecas y continuó saboreando y succionando mi pezón
izquierdo sin piedad alguna. Mi corazón comenzó a latir con fuerza y me
sorprendí al ver lo rápido que volvía a excitarme. 439

—Esto es increíble —dijo él, soltando mi mano para encargarse de mi


otro pezón—. Ya estás excitada otra vez, tan rápido. ¿Por cuánto tiempo
fue que te descuidé?433

—Eres un idiota —gemí, retorciendo las sábanas bajo mis dedos—. Un


grandísimo idio... ¡Ah! 79

—Dulce, muy dulce.234

—Hunter...7

—Shh... dije que te haría el amor hasta el cansancio y apenas he


comenzado. Confía en mí, esta va a ser una noche muy larga, mi amor.
¿Estás preparada?700

Mi estómago reaccionó tensándose de placer. 17

—Sí —respondí.20

***168
Jamás pensé que los lunes por la mañana podrían ser maravillosos,
hasta que Hunter y yo comenzamos a vivir de nuevo juntos en su
departamento. La primera vez que me había mudado aquí, el miedo de
que él pudiera estar mirándonos desde algún lado me carcomía por
dentro. Sin embargo, esta vez todo era diferente. Michael ya no estaba
ahí afuera y jamás volvería a cruzarme con él. 358

Finalmente podía salir a la calle sin sentir miedo o temor.337

Mientras Hunter jugueteaba con el anillo de compromiso que me había


dado hace un par de semanas, yo extendí la otra mano para tomar mi
taza de café con leche. Después de darle un largo trago a mi bebida, me
llevé un último bocado del desayuno a la boca y me levanté de mi
lugar.102

—¿Ya terminaste? —me preguntó Hunter, negándose a soltar mi


mano.121

—Sí, voy a lavarme los dientes antes de irme a trabajar. 3

Frunció ligeramente el ceño sin dejar de mirar mi plato. 4

—Deberías comer más, todavía estás muy delgada.263

—Hunter, estoy bien —le aseguré, tomando su rostro entre mis manos—.
Esta semana volví a subir tres kilos. ¿Oh, qué? ¿Acaso quieres ponerme
como una vaca?195

—Mmm...319

—Nada de "mmm".60
Sonrió y me rodeó la cintura con los brazos, acercándome a él. Debido a
que él todavía estaba sentado y yo estaba de pie, aprovechó su posición
para esconder la cara entre mis pechos. 285

—¿Por qué parecen más grandes? —soltó de pronto.585

Mis mejillas se calentaron y a continuación, tiré de su pelo para obligarlo


a mirarme desde abajo. Cuando sus ojos se encontraron con los míos,
una segunda sonrisa juguetona tiró de sus labios. 102

—Hay algo que necesito decirte, pero ahora no es el momento. —Miré el


reloj en mi muñeca y casi hice una mueca—. Ya voy tarde al trabajo,
¿qué tal si me sueltas?400

—No voy a soltarte. Nunca.318

—Hunter...14

—¿Cómo te está yendo en el trabajo? —preguntó aún sin dejarme ir.114

Dejé escapar un suspiro antes de llevar mis manos a su cabeza para


peinar su cabello con cariño, tratándolo igual que un niño pequeño. 313

Sabía que a él le encantaba que hiciera eso. 97

—Bien —respondí sin entrar en detalles. 5

—¿Solo bien?5

—Sí... —Hunter entrecerró los ojos y yo inflé las mejillas—. Está bien, tú
ganas, lo admito. Es bastante incómodo ya que todo el mundo me mira
como si estuvieran viendo un fantasma. Pero no puedo culparlos,
después de todo, mi fotografía estuvo de nuevo en todos los periódicos y
noticieros.210
—No tienes por qué seguir yendo a trabajar, ya te lo he dicho. No
necesitas hacerlo.91

Sonreí con burla.3

—¿Y qué pretendes que haga? ¿Qué me quede aquí todo el día hasta
que termines de trabajar, esperándote con la cena lista y servida en la
mesa?153

Hunter hizo una mueca.4

—En realidad, preferiría que me esperaras completamente desnuda en la


cama, lista para recibirme.517

Le di un golpe en el hombro y me reí. 3

—¡Eres un pervertido! —Negué con la cabeza—. No quiero dejar de ir a


trabajar, me gusta mucho mi trabajo. Además, creo que es realmente un
milagro que Elena me haya aceptado de nuevo en la editorial a pesar de
todo lo que sucedió con... ya sabes.68

—Nena...200

—Estaré bien, tarde o temprano terminaré acostumbrándome a ese tipo


de miradas. —Hunter me miró fijamente durante varios segundos,
observándome en completo silencio—. ¿Qué sucede?7

—¿Te he dicho ya lo mucho que te amo?549

—Sí, muchas veces. Ahora suéltame o llegaré tarde al trabajo. 78

—Hablo en serio.8

—Yo también, mira ya la hora que es.4


—Repítelo —continuó, negándose a dejarme ir—. Eso que no dejabas de
decirme anoche, repítelo.298

—Te amo —murmuré, acariciando sus mejillas—. Te amo, Hunter. Por


siempre y para siempre.497

Él me abrazó con más fuerza y presionó su cabeza contra mi estómago.


Aquello hizo que mi corazón comenzara a latir con rapidez, pues a pesar
de no saber lo que estaba haciendo, prácticamente nos estaba
abrazando a mí y al pequeño o pequeña que crecía día a día en mi
vientre.444

—Yo también te amo, nena. Por siempre y para siempre —repitió.267

Esperé unos minutos antes de decir:2

—Entonces... ¿vas a soltarme o qué?71

—¿Qué es eso que necesitas decirme, solo que ahora no es el


momento? —quiso saber.87

—Deja de cambiar de tema y déjame ir —gruñí.4

—¿Qué es? —insistió.4

—Es una sorpresa. —Sonreí—. ¿Crees que hoy puedas llegar más
temprano a casa?55

Hunter me miró curioso y luego ladeó la cabeza. 5

—Haré todo lo posible, nena.172

—Bien. Ahora... ¿me sueltas ya, por favor? De verdad que voy a llegar
tarde al trabajo, cariño.163

—Llámame cariño otra vez.571


—¡Hunter!60

Sonrió y finalmente me dejó ir. Después de lavarme los dientes a toda


prisa, tomé mi bolso de la barra y miré a Hunter, quién también tenía que
apurarse si no quería llegar tarde al trabajo. 3

—¿Te parece bien a las nueve? —exclamó cuando abrí la puerta para
irme.3

—Me parece estupendo, te veo a esa hora, cariño.266

***57

Estar de regreso en la editorial a pesar de todas las horribles cosas que


habían sucedido, era como un sueño. Aún me parecía un tanto difícil de
creer que fuese capaz de seguir con mi vida tal y como lo hacía antes de
que Michael apareciera de nuevo en ella. Incluso podría pensar que
aquello había sido una terrible pesadilla, si no fuese por la mirada que
me lanzaban la mayoría de las personas. 3

Afortunadamente, Elena era la única persona en todo el edificio que no


me miraba con lástima.14

—George Murphy llamó hace un rato, parece que quiere encontrarse


contigo linda.78

—¿George Murphy? —Elena asintió con la cabeza—. Escuché que la


publicación de su libro fue todo un éxito.1

—Ese hombre nació para ser escritor.20

Dejé de escribir en el teclado de mi computadora y miré a Elena. 2

—¿Sabes por qué razón quiere encontrarse conmigo? —le pregunté un


tanto nerviosa.6
—No entró en muchos detalles, pero dijo que quería tomar un café
contigo para ver como estabas. También mencionó algo sobre una
propuesta de trabajo.199

—¿Una propuesta de trabajo? —Tragué saliva—. Ya veo...5

—Si no quieres encontrarte con él, no tienes por qué hacerlo. 4

—No, está bien. ¿Te dijo qué día quería encontrarse conmigo? 2

—El jueves en la tarde. ¿Quieres que llame para confirmarle?12

—Yo lo haré, no te preocupes. Oh, y muchas gracias. 3

—No es nada, linda.11

Después de trabajar arduamente el resto de la mañana y parte de la


tarde, respondiendo correos y revisando nuevos manuscritos; decidí
tomar un respiro y relajarme en la sala de descanso para tomar mi
segunda taza de café del día. Mientras lo hacía, me aseguré de enviarle
un mensaje de texto a Chase para confirmar mi cita con él el día de
mañana.242

Actualmente, me encontraba tomando terapia tres veces por semana


para sobrellevar todos mis traumas. Chase era bastante bueno en su
trabajo y yo me sentía muy a gusto hablando con él de temas que nunca
antes le había mencionado, por lo que era agradable tener a un
amigo/profesional apoyándome en absolutamente todo.47

Mi amistad con Chase era algo de lo que estaba muy agradecida por
tener.200
Más tarde, cuando terminé mi jornada laboral, decidí pasar por el
supermercado para comprar un par de cosas que hacían falta para la
cena. Mi idea era preparar una cena romántica en la cual pudiera
confesarle de una buena vez por todas a Hunter que estaba
embarazada, el problema era que me sentía muy nerviosa al no saber
cuál sería su reacción al escucharlo. ¿Y sí no le agradaba el hecho de
que yo estuviera embarazada? ¿Qué haré sí él pensaba que era
demasiado pronto para ser padres?181

—Él te ama, Ellie. Por supuesto que va a amar la noticia de tu


embarazo—me había dicho Lex.318

Una vez realizadas las compras de todo lo que necesitaba para la cena,
tomé un taxi y me fui directo a nuestro departamento. Al llegar al edificio,
le pagué al taxi y tomé las pesadas bolsas del supermercado entre mis
manos para tomar el elevador. Apenas eran las siete, por lo que tenía
tiempo de sobra para preparar todo. Cuando el elevador se detuvo en
nuestro piso y di un paso fuera de la pequeña cabina, escuché la voz de
una chica por el pasillo.75

De repente, me quedé helada.12

Eva y Hunter estaban frente a la puerta de nuestro departamento,


mirándose mutuamente.439

—¿Todavía recuerdas lo pasó ese día, verdad? Me refiero a lo que...


sucedió entre nosotros.594

—Sí —respondió Hunter, sonando bastante serio.53

—Ese día no usamos protección, sin embargo... me aseguré de tomar la


pastilla al día siguiente —continuó Eva, su voz casi tembló—. Pero... el
problema es que yo...609
—¿Qué es? Suéltalo de una vez.24

—Tengo un retraso.1.2K

Mi estómago se revolvió y las manos comenzaron a temblarme. 28

—¿Un retraso? —repitió Hunter, incrédulo.71

—Sí. Aún no me he hecho ninguna prueba, pero creo que... creo que
podría estar embarazada.941

En ese momento, las pesadas bolsas del supermercado que sostenía en


mis manos se deslizaron por mis dedos, cayendo al suelo de forma
ruidosa. Todo lo que había comprado para la cena rodó por el suelo,
llamando inmediatamente la atención de ambos.259

Al verme, el rostro de Eva enrojeció y evitó hacer contacto visual


conmigo. Por otro lado, Hunter palideció al ver que había escuchado
aquella conversación y rápidamente dio un paso hacia mí. 346

—Nena...239

Horrorizada, di media vuelta y corrí de regreso al ascensor. Me temblaba


todo el cuerpo y mis piernas amenazaron con flaquear en cualquier
momento, además, sentía nauseas.153

Iba a vomitar.7

Cuando me metí dentro de la cabina que afortunadamente seguía en ese


piso, presioné decenas de veces el botón para hacer que las puertas se
cerraran, deseando que por favor lo hicieran rápido. Por un momento
pensé que mi apresurada huida tendría éxito, sin embargo, una mano
detuvo las puertas del ascensor justo al último segundo. 101
Con el corazón acelerado, miré a Hunter con una mirada furiosa en el
rostro. Él pareció notarlo, porque se mantuvo fuera de ascensor con una
mano en las puertas, asegurándose de que estas no se cerraran. 61

—Quita la mano —gruñí—. Deja que me vaya.29

—No.33

—Hunter...20

—No me dejes. Por favor nena, no me dejes. Todo tiene una


explicación.519

—Te acostaste con ella —murmuré, aguantándome las ganas de llorar


frente a él. Hunter hizo una mueca—. Te acostaste con ella mientras que
yo aún estaba... ¿cómo pudiste?410

—Déjame explicarte... —insistió.34

Aparté la mirada, conteniendo las náuseas que se abrían paso en mi


garganta.2

—Deja que me vaya.3

—¿A dónde irás?21

—No lo sé.2

—Annalise...121

—Solo deja que me vaya por ahora, hablaremos después —le aseguré,
sin atreverme a mirarlo a los ojos—. Justo ahora, todo lo que quiero es
estar lejos de ti.360
Después de largos y eternos minutos, Hunter asintió y retiró la mano que
tenía en las puertas del ascensor. Sintiéndome tan quebradiza como un
cristal roto, clavé mis ojos en los suyos y tragué saliva.36

—Por cierto, yo también estoy embarazada. Felicidades, vas a ser padre


de dos niños.2.2K

Hunter se quedó helado. 444

Cuando las puertas del elevador se cerraron, me llevé ambas manos al


rostro y permití que cientos de lágrimas rodaran por mis mejillas con total
libertad.
Extra 2

—Por cierto, yo también estoy embarazada. Felicidades, vas a ser padre


de dos niños.1.6K

Después de que esas palabras salieran de la boca de Annalise, las


puertas del ascensor se cerraron y yo me quedé ahí parado como un
imbécil, estupefacto. Mi cabeza era un caos y mis emociones alternaban
de una a otra sin siquiera darme tiempo de procesar toda esa
información.257

Annalise está embarazada, vamos a tener un hijo... 760

A pesar de mi aturdimiento, todo lo que deseaba hacer en ese momento


era salir corriendo detrás de ella como un maldito loco. Sin embargo,
había algo que necesitaba comprobar primero. 176

—Hunter... —exclamó Eva, acercándose a mí.669

—¿Ya te has hecho una prueba? —le pregunté, sin dejar de mirar el sitio
por donde Annalise había desaparecido. 88

—¿Una prueba de embarazo? —Tragó saliva antes de responder—.


Bueno, no pero...571

—Entonces andando.312

—¡Espera! —chilló, tomándome del brazo antes de que pudiera presionar


el botón para llamar de nuevo el ascensor—. ¿Quieres que me haga una
prueba ahora mismo?678
—La mujer que amo acaba de irse pensando que podrías estar
embarazada Eva, por supuesto que quiero que te hagas una prueba
ahora mismo.773

—¿Y qué vas a hacer si de verdad estoy embarazada, uh? ¿Vas a


hacerme a un lado con tal de ir corriendo detrás de ella? ¿Piensas negar
a tu propio hijo?888

Fruncí el ceño.25

—¿Pero qué estás diciendo?97

—Además, ¿no has pensado que es bastante extraño que ella haya
regresado embarazada después de su secuestro? ¿Qué tal si ese hijo no
es tuyo? ¿Qué tal si es de ese psicópata?2.1K

Escucharla decir todas esas tonterías hizo que me hirviera la sangre.


Nunca antes me había enfadado tanto con una mujer hasta el punto de
querer lastimarla. Aquella fue una señal de que necesitaba tranquilizarme
si no quería cometer una locura. Apreté los puños y me aparte de Eva. 304

—¿Estás tratando de hacer que dude de ella?214

—Piénsalo, incluso Michael me dijo que la primera vez que la secuestro


ellos...546

Antes de que pudiera terminar aquella oración, mi autocontrol se fue un


poco a la mierda y mi cuerpo actuó por su propia cuenta. Sin detenerme
a pensarlo, tomé a Eva por los hombros y la estampé contra la pared del
pasillo. Sus ojos se abrieron ante la sorpresa de mi rudeza. 577

—Jamás vuelvas a decir eso en voz alta, ¿me escuchaste? —solté


furioso.379
Eva se mordió el labio para tratar de contener sus lágrimas. 189

—Ni siquiera entiendo por qué estás tan obsesionado con ella —
continuó, haciendo una mueca—. Todos estos años no he podido evitar
preguntarme, ¿estás con ella solo porque ha tenido una vida realmente
jodida? ¿Estás con ella porque de verdad la amas, o solo sientes
lastima?887

No tenía tiempo para seguir escuchando todas las estupideces que


salían de su boca, por lo que decidí tomarla del brazo para después
arrastrarla hasta el ascensor.66

—¡Suéltame! —gruñó, tirando de su brazo para soltarse de mi agarre—.


¡Dije que me sueltes! 115

—Vamos a comprarte una jodida prueba ahora mismo —-espeté sin


soltarla.100

—¿Qué tal si yo no quiero hacerme ninguna maldita prueba?372

Me detuve y me giré a mirarla.11

—¿Entonces a que has venido? ¿A decirme que podrías estar


embarazada sin antes hacerte una prueba? ¿Querías que Annalise te
escuchara? —Cuando no respondió a ninguna de mis preguntas,
continué—. ¿Qué es lo que sucede contigo, Eva? ¿Qué maldita mosca te
ha picado últimamente?470

Desvió la mirada mientras que una lágrima corría por su mejilla. Solo
entonces la furia que había sentido hace unos momentos se disipó. Me
era muy difícil enojarme con Eva.435

—¿Por qué estás tan desesperado por que me haga la prueba? ¿Tanto
así deseas que no esté embarazada?837
Dejé escapar un cansado suspiro y decidí soltar su brazo con suavidad. 67

—Eva, lo que sucedió entre nosotros fue un error. Estaba muy ebrio y
para ser sincero, ni siquiera lo recuerdo. Si hubiese estado en mis cinco
sentido jamás te habría puesto una mano encima. 485

—¿Por qué? —exigió limpiándose las lágrimas—. ¿Por qué estando en


tus cinco sentidos jamás me pondrías una mano encima?298

—Porque eres como una hermana para mí. 397

Hizo una mueca de dolor.47

—Entonces, durante todos estos años ¿jamás sentiste algo por mí? 931

Fue solo después de escuchar su pregunta y ver la expresión en su


rostro que lo entendí. Estaba bastante claro, Eva estaba enamorada de
mí. Siempre lo había estado. Una parte de mí llevaba sospechando
aquello durante mucho tiempo, sin embargo me engañé a mí mismo
diciéndome que solo era mi imaginación. La razón por la cual no solía
entablar amistad con mujeres era sencilla; siempre terminaban
desarrollando sentimientos por mí, sin importar que tan hijo de puta
fuera.648

—Eva...26

—Solo necesito una respuesta —insistió.55

Me pasé una mano por el pelo y le respondí con toda sinceridad. 7

—No.297

—¿Por qué? —sollozó. Mierda, odiaba ver a una mujer llorar—. ¿Es
porque no soy lo suficientemente atractiva? ¿No encajo en tu estándar
de belleza?444
—No es eso.6

—¿Entonces por qué?45

—Porque a la única mujer que amo es a Annalise —respondí—. Siempre


ha sido y siempre será ella la mujer que voy a amar hasta el día que
muera.1.7K

Eva se llevó ambas manos al rostro y lloro con total libertad. Por
supuesto que me sentí mal al verla llorar de esa manera, pero tampoco
podía engañarla. Aquellos eran mis verdaderos sentimientos y no iban a
cambiar jamás. Annalise era mi luz, mi vida, mi todo. 548

Después de llorar por unos minutos, Eva se limpió las lágrimas y me miró
con una sonrisa.186

—Venga, vayamos a la farmacia antes de que se haga más tarde. Ella


debe estar esperando a que vayas a buscarla —murmuró con el rostro
todavía húmedo e hinchado.724

Asentí con la cabeza.28

—Andando.14

***19

Jamás pensé que esperar durante treinta minutos para obtener el


resultado de una prueba de embarazo sería un proceso tan largo y
eterno. El tiempo parecía avanzar más lento y mi paciencia estaba
llegando a su límite. Después de ir a la farmacia más cercana, decidimos
que Eva tomaría las pruebas en mi departamento para evitar más
retrasos. Justo ahora, ella se encontraba encerrada en el baño desde
hace más de veinte minutos y yo estaba que me moría de ganas por ir a
buscar a Annalise.277
Si Eva de verdad estaba embarazada, planeaba arrodillarme y
arrastrarme ante Annalise hasta conseguir su perdón. Pero, si Eva en
realidad no estaba embarazada, entonces... mierda, de igual forma
tendría que arrodillarme hasta conseguir su perdón por el hecho de haber
dormido con Eva estando ebrio mientras que ella estaba desaparecida. 701

En ese momento, la puerta del baño se abrió y Eva salió de este. 35

—Sabes, no era necesario que compraras tantas pruebas de embarazo.


Con una era suficiente.183

—¿Cuál fue el resultado? —exclamé, intentando no sonar


desesperado.22

Eva bajó la mirada al suelo, avergonzada. 49

—Las cinco pruebas salieron negativas, no estoy embarazada. 2K

Escuchar eso fue como un soplo de alivio. Cerré los ojos y dejé escapar
un largo suspiro.97

—Joder...28

Ella sonrió.33

—Pareces aliviado.367

—Lo estoy.337

—¿Y qué esperas entonces para ir corriendo detrás de ella? —me


animó, aunque sonaba bastante falsa—. Voy a irme ahora para que así
puedas...351

—Antes de que te vayas Eva, hay algo que quiero preguntarte. 30

Se giró a mirarme de nuevo.2


—¿Qué es?6

—¿Qué sucedió exactamente ese día? —le pregunté—. Recuerdo haber


estado en un bar ahogándome en alcohol por no tener idea de donde
podría estar Annalise. Después de eso, hay un enorme espacio en
blanco que me lleva hasta la mañana que desperté en mi cama contigo a
un lado.566

Tragó saliva y retorció sus dedos sobre su estómago. Supuse que


recordar algo como eso no cómodo para ella, pero necesitaba saberlo.
Normalmente, a pesar de estar totalmente ebrio podía recordar lo que
hacía estando borracho. Lo extraño era que, sin importar cuanto lo
intentara, no lograba recordar nada de esa borrachera. Absolutamente
nada.149

—Bueno, ese día estabas realmente ebrio, nunca antes te había visto tan
ebrio, así que supongo que es normal que no recuerdes lo que paso... 162

—¿Qué sucedió entonces? ¿Cómo fue que terminamos en la cama? 45

—Y.. yo... no sé si sea una buena idea decírtelo... —balbuceó.418

Me acerqué más a ella y eso la hizo paralizarse de inmediato. 3

—Eva, necesito saber que pasó exactamente ese día —insistí.51

Después de pensarlo durante un largo rato, Eva apretó los dientes y me


miró.9

—Ese día Darla me llamó para decirme que tu estabas en el bar en el


que trabajaba su novio Shane, y que estabas muy, muy borracho —
comenzó—. Debido a que no tenías mucho que habías salido del
hospital, inmediatamente fui a buscarte. Al ver que Darla tenía razón y
que estabas más borracho que nunca, decidí llamar a un taxi para
llevarte a tu departamento.47

"Entonces, cuando llegamos a tu departamento y me mostraste tu sala


de investigación privada, opté por llevarte a tu habitación ya que ni
siquiera podías mantenerte de pie. Después de eso, te quedaste
profundamente dormido —hizo una pausa para tomar aire antes de
continuar—. Después... yo hice algo muy estúpido... yo... te observé
dormir durante un rato, y luego te besé. 555

Fruncí un poco las cejas, pero no dije nada para no interrumpirla. 23

—Creí que mi beso no te despertaría, pero entonces tú abriste los ojos y


me devolviste el beso. Por un momento ni siquiera supe que pensar, así
que me dejé llevar. Pero entonces... entonces tú me llamaste Annalise.
Estaba tan oscuro y tú estabas tan borracho que pensaste que yo era
ella, así que volviste a llamarla y yo... —Sus ojos se llenaron de
lágrimas—. Yo te respondí como si fuera ella.717

"Continuamos besándonos durante un rato, hasta que me subí encima de


ti y comencé a quitarme la ropa... tú estabas tan borracho que ni siquiera
podías mantener los ojos abiertos, pero... pero aun así yo... yo quería
estar contigo, así que...284

Miré a Eva con horror.278

—¿Así que...?136

—Me aproveché de ti —soltó—. Tú confiabas en mí y yo me aproveché


de que estabas borracho y me confundiste con ella... para así poder estar
contigo.749

—Joder Eva...38
—No pasó mucho en realidad, yo solo... —dejó escapar una risita
nerviosa mientras un montón de lágrimas corrían por sus mejillas—. Por
favor, no me odies Hunter. Por favor...316

—¿Qué no te odie? —bufé y me alejé de ella, mirándola como si


estuviera viendo a una persona diferente—. ¿Qué cojones Eva? ¿En que
mierda estabas pensando?344

—Lo siento, de verdad lo siento, por favor... 57

—Incluso me hiciste pensar que había sido yo el que te puso en esa


situación —le recordé.244

—Iba a decírtelo. Te lo juro, de verdad iba a decírtelo pero... 45

—¿Pero?5

—Tenía miedo de que me odiaras.75

—¿Y no se te ocurrió pensar en eso mientras te hacías pasar por ella? 256

Mierda, me sentía tan molesto y asqueado que ni siquiera podía mirarla a


la cara.133

—Hunter, por favor...30

—Confié en ti. Todo este tiempo he pensado en ti como una hermana,


tanta así era la maldita confianza que te tenía. Jamás pensé que
resultarías ser esta clase de persona Eva, me decepcionas.315

—Hunter...31

—Incluso tuviste el descaro de venir a mi casa a decirme que podrías


estar embarazada aun sin estar segura. —Me pasé una mano por el pelo
y sonreí con ironía—. Dime, ¿tu plan realmente era que Annalise
escuchara, no es así?312
—Yo...6

—Responde la puñetera pregunta.151

—Sí... pero no lo hice con mala intención, yo solo quería que abrieras los
ojos. Sí ella está embarazada, existe la posibilidad de que ese hijo ni
siquiera sea tuyo, debes escucharme.664

—Lárgate.231

Eva comenzó a llorar, pero esta vez no me sentí mal en absoluto. 115

—Hunter, por favor no me odies, por favor... 96

—¡Lárgate!105

—No...59

Me acerqué a ella y la tomé bruscamente del brazo para arrastrarla hasta


la puerta.113

—No quiero volver a verte en mi puta vida —gruñí mientras abría la


puerta—. Tuviste mucho tiempo para decírmelo, pero decidiste no
hacerlo. Y ahora no pienso soportar que sigas diciendo estupideces
sobre ella. El hijo que espera definitivamente es mío, así que no voy a
dudar de ella.760

—¿Cómo es que estás tan seguro? Ni siquiera... 192

—Suficiente.8

—Espera, por favor solo escúchame...41

—No vuelvas a acercarte ni a mí, ni a Annalise —espeté.308

—Hunter...30
Cansado de escucharla, la empujé fuera del departamento y le cerré la
puerta en la cara. Después de eso, tomé mi celular y llamé a Annalise,
pero ella tenía el teléfono apagado. Desesperado por verla y escucharla,
llamé a la única persona que podría saber a donde pudo haber ido. 291

***8

Creí que tomar un baño caliente y aromático me relajaría y evitaría que


siguiera sintiendo ganas de llorar, pero no fue así. El efecto del baño fue
todo lo contrario. Quizás era por las hormonas del embarazo pero, sin
importar lo que hiciera, no podía dejar de llorar. Mañana mis ojos iban a
estar increíblemente hinchados, de eso no tenía ninguna duda.
Demonios, odiaba llorar.604

Luego de pasar un buen rato en la bañera, el agua comenzó a enfriarse y


mi cuerpo se estremeció. A pesar de que aún no quería salir, tampoco
quería pescar un resfriado, así que, a duras penas me levanté
suavemente de la bañera y envolví mi cuerpo en una bata de baño. 21

Mientras lo hacía, escuché un par de voces fuera, pero no le di mucha


importancia. Pensé que quizás podría tratarse de mamá recibiendo la
cena que habíamos ordenado para esa noche, pero para mi gran
sorpresa, la puerta del baño se abrió repentinamente y yo casi di un
traspié.240

—¿Qué estás hacien...? —Antes de pudiera terminar de hacer mi


pregunta, Hunter se acercó a mí con pasos decididos y me estrechó
entre sus fuertes brazos para luego enterrar su cara en mi cuello. 548

—Joder, estaba volviéndome loco...331

—¿Qué crees que estás haciendo? ¿Cómo supiste que estaba aquí? 19
En ese momento, mi madre apareció del otro lado de la puerta con una
sonrisita en el rostro.634

—Lo siento cariño, es solo que sonaba tan triste y desesperado a través
del teléfono que no pude evitar decirle que estabas escondiéndote
conmigo —exclamó ella desde su lugar.797

—¡Mamá!44

—Nena, tenemos que hablar —murmuró Hunter sin dejar de


abrazarme.361

—Pero yo no quiero hablar contigo. Ahora suéltame y vete —me quejé,


furiosa.54

—No.49

—Hunter...6

—Cariño, no seas así con Hunter. Sea cual sea la razón por la cual
hayan peleado, estoy segura de que puede solucionarse si se sientan a
hablar del problema.901

Sentí que Hunter fruncía el ceño e incluso yo también lo hice. 478

—Mamá, ¿estás bien? —le pregunté, solo para asegurarme de que


Hunter no le hubiese lavado el cerebro o algo por el estilo. 650

—Claro que estoy bien. Hunter querido, ya que estás aquí ¿no quieres
algo de beber?981

Solo entonces Hunter dejó de esconder su rostro en mi cuello para


girarse a mirarla.125

—No, gracias.28
—De acuerdo, si necesitan algo estaré en la cocina. 130

Después de que mi madre se marchara, Hunter y yo compartimos una


extraña mirada.18

—¿Qué le pasa a tu madre? —comenzó Hunter—. ¿Es la misma mujer


que puso una orden de restricción en mi contra, verdad? Incluso me
llamó querido, eso me dio escalofríos. 1.1K

Al ver su estado de confusión, no pude evitar reírme. Cuando Hunter vio


esto, intentó acercar su rostro al mío, solo que reaccioné más rápido y lo
empujé lejos de mí.161

—Ni siquiera lo pienses, estoy tan malditamente furiosa contigo que


podría golpearte.68

—Entonces dame un golpe, el más fuerte que puedas. 236

Puse los ojos en blanco y pasé de él.4

—Vete antes de que llame a la policía y... —Casi grité cuando Hunter me
cargó entre sus brazos y sonrió como un idiota—. ¡¿Pero qué haces?!
¡Bájame ahora mismo! 334

—El suelo está mojado, podrías resbalar. 336

—¡Hunter!12

Pero ese idiota me ignoró y salió del baño conmigo en brazos. 40

—¿Cuál es tu habitación? —quiso saber.41

—¡Vete al diablo! 122

—La puerta del fondo a la derecha —exclamó mi madre desde la


cocina.1.2K
—¡Mamá! —chillé ante su traición.160

Hunter me llevó en sus brazos hasta la que era mi habitación cuando


venía a la casa de mi madre y luego cerró la puerta antes de dejarme en
el suelo. En cuanto mis pies descalzos tocaron el piso de mármol, puse
un montón de distancia entre Hunter y yo, para después levantar un dedo
amenazador cuando él trató de acercarse de nuevo a mí. 98

—Nena...222

—Si das un paso más, te juro que te arrojaré algo. 84

Pero como siempre, Hunter me ignoró y siguió acercándose a mí.


Furiosa, tomé lo primero que encontré en uno de los muebles junto a mi
cama y sin detenerme a pensarlo, se lo arrojé. Pensé que lo esquivaría
como lo haría cualquier otra persona, pero no fue así. El alhajero que
tomé y arrojé sin pensar lo golpeó justo en la frente. Inmediatamente me
llevé las manos a la boca.751

—Auch —se quejó Hunter, llevándose una mano a la frente. 349

¡Oh Dios mío, estaba sangrando! 213

—Eres un idiota, ¡¿por qué no lo esquivaste?! 896

En lugar de responder, solo sonrió como el gran y estúpido idiota que


era. Entonces, por alguna extraña y desconocida razón, comencé a
llorar. Ya había perdido la cuenta de todas las veces que había estallado
en llanto esa noche, por lo que mi rostro justo ahora era una cosa
horrible y fea.265

Avergonzada, me llevé ambas manos a la cara. 25


—Lo siento mucho, nena —exclamó Hunter mientras me abrazaba con
fuerza.219

—¿Por qué te estás disculpando cuando fui yo quien te golpeó? —gruñí


entre lágrimas.280

—Si te hace sentir mejor, ni siquiera me dolió. 405

—Pero estás sangrando...105

Hunter tomó mi rostro entre sus manos y me besó. Fue un beso suave y
dulce, y quizás pudo haber sido un beso muy largo, si yo no hubiese
recordado la razón por la cual estaba enfadada con él. Como respuesta,
giré la cabeza para romper aquel beso y volví a empujarlo lejos. 111

—Annalise...18

—¡Te acostaste con ella! —chillé, sintiendo una terribles ganas de


ahorcarlo—. ¡Incluso podría estar embarazada! ¡¿Cómo pudiste?! ¡Me
das asco!310

—Annalise...4

—¡No quiero volver a verte nunca más! ¡Vete antes de que llame a la
policía!151

—Annalise... —repitió.44

—¡Eres un idiota, estúpido, imbécil...! —Hunter se acercó a mí mientras


que yo maldecía y volvió a abrazarme, esta vez lo hizo de tal forma que
mis brazos quedaron detrás de mi espalda, por lo que no podía
empujarlo—. ¿Qué haces? ¡Suéltame ahora mismo, idiota!139

—No sabes lo mucho que me pones estando tan enfadada. 776

Aquello solo hizo que mi furia se intensificara. 4


—Más te voy a poner cuando te rompa esa cara que te llevas. 345

—Tranquilízate nena, deja que te explique lo que sucedió con Eva. 135

Primero preferiría tomar leche agría que escuchar lo que hizo con Eva,
ugh.181

—No quiero escucharlo, quiero que te vayas. 2

Sin embargo, aún en contra de mi voluntad y debido a que no había


manera de liberarme de su abrazo, escuché todos y cada uno de los
detalles de lo que sucedió el día que supuestamente se acostó con esa
malvada mujer. Incluso sentí nauseas cuando Hunter terminó de
contarme.327

—¡Pero que desgraciada! ¡Voy a matarla! 1.2K

—Nena...221

—¡Se atrevió a tocar a mi hombre!2K

Hunter sonrió y comenzó a acariciarme los hombros.50

—En serio Annalise, tranquilízate. No es bueno que te enfades tanto en


tu estado.277

Él tenía razón. Cerré los ojos durante unos segundos y me concentré en


mi respiración, después de sentirme un poco más tranquila, abrí de
nuevo los ojos para encontrar a Hunter mirándome. 14

—¿Qué va a pasar con Eva? ¿Vas a levantar una denuncia en su


contra? —Hunter negó con la cabeza—. ¿Por qué? ¡Esa mujer se
aprovechó de ti mientras que tú estabas borracho! 443

—Lo sé, pero no quiero hacer de esto un gran alboroto. Solo no quiero
volver a verla nunca más.118
—Pero...3

—¿Cómo planeabas darme la sorpresa? —exclamó él, cambiando de


tema.216

Suspiré y casi puse los ojos en blanco.3

—Bueno, mi plan era hacer una cena romántica y luego darte la noticia
de mi embarazo.219

Me colocó un mechón de cabello que había escapado de mi moño detrás


de la oreja y sonrió.27

—¿Desde hace cuanto lo sabías?54

Sentí que me ruborizaba.4

—Desde hace mucho —admití y luego agregué—: Descubrí que estaba


embarazada mientras que todavía estaba con Michael. En aquel
entonces yo de verdad creía que habías muerto, por lo que no tenía
ningún motivo para querer escapar, pero entonces comencé a sentir
muchas náuseas y mareos, así que un día decidí robar una prueba de
embarazo de la farmacia de aquel pueblo. La prueba fue positiva y eso
solo me dio mucha fuerza para seguir luchando, ya que ahora había una
pequeña parte de ti y de mi a la que debía proteger. No iba a permitir que
la historia volviera a repetirse.566

Hunter estiró una mano y tocó mi estómago con delicadeza, como si no


quisiera lastimarme. Aquello hizo que mis ojos se llenaran de lágrimas
una vez más.404

—Ya veo...34

De pronto, tuve un pensamiento que me hizo abrir la boca. 37


—Te juro que este hijo es tuyo —me apresuré a decir—. Mientras estuve
con Michael en este segundo secuestro, él jamás me puso una mano
encima. Te lo juro por mi propia vida que es... 750

Pero Hunter selló mi boca presionando sus labios contra los míos,
haciéndome callar con un beso. Eso me sorprendió, por lo que no pude
evitar jadear suavemente.92

—No necesitas jurarme nada, sé que ese hijo es mío —murmuró él, para
luego inclinar acercar de nuevo su boca a la mía y así, volver a
besarme.420

Enseguida sentí la calidez de su cuerpo invadiéndome y percibí el


delicioso aroma profundamente masculino que lo envolvía. Su lengua se
movía despacio contra la mía, saboreándome como si yo fuese un
caramelo del cual parecía no poder obtener suficiente. Llevé mis manos
a su pelo, acariciándolo y tirando de él con un poco de agresividad. Lo
escuché soltar algo parecido a un gruñido. Entonces mi bata de baño
cedió a sus hábiles dedos y sus manos no tardaron mucho en acariciar
mis pechos, apretándolos y tirando de mis pezones. 509

—Hunter... —gemí, derritiéndome entre sus brazos.65

Inclinó la cabeza y sonrió antes de llevarse un pezón a la boca,


chupando y succionando de él con fuerza. Un grito amenazó con salir de
mi boca, pero cuando recordé que estábamos en la casa de mi madre y
que ella estaba en la cocina, me obligué a mi misma a no ser tan
escandalosa. Mi corazón se aceleró cuando Hunter metió una mano
entre mis piernas y me tocó tal y como me gustaba. 358
—Ahora entiendo porque un simple toque mío te pone tan húmeda —
susurró Hunter, fascinado—. Todo es culpa de las hormonas del
embarazo.611

Tragué saliva e intenté reprimir un gemido de placer cuando él introdujo


un dedo en mi interior, clavándomelo con delicadeza. Después de
atender mis pechos, Hunter comenzó a dejar un rastro de besos que
descendía por mi estómago. Beso mi vientre una y otra vez, antes de
continuar su camino hasta terminar de rodillas frente a mí. Levantó la
cabeza y me miró con sus hermosos ojos azules, sonriendo como un
niño pequeño a punto de cometer una travesura. Mi rostro estaba muy
caliente y me ardían las mejillas, pero estaba tan excitada que no sentí ni
un poco de vergüenza.382

Me moría por un orgasmo.227

Eché la cabeza hacía atrás y me aferré a la pared que tenía a mis


espaldas cuando él frotó suavemente mi clítoris en círculos e introdujo un
dedo más en mi interior. Mi estómago se tensó y aquella sensación de
locura mezclada con un intenso placer comenzó a crecer rápidamente a
medida que empujaba sus dedos adentro y afuera con un ritmo
constante. De pronto, Hunter levantó una de mis piernas y la apoyó sobre
su hombro para luego acercar su boca a mi entrepierna. 335

Mi rostro se calentó e inmediatamente me sentí muy avergonzada. 10

—No, espera —chillé, empujando su cabeza—. No lo hag... —Pero un


fuerte gemido escapó de mis labios cuando me tocó el clítoris con la
lengua, haciéndome perder la cabeza.532

Tomé un puñado de su cabello y respiré con dificultad, volviéndome loca.


La sensación era increíblemente difícil de describir, pero se sentía tan
increíblemente bien que no hacía falta nada más. Entonces, cuando me
introdujo la lengua y me lamió un par de veces más, me fue imposible
seguir conteniéndome y estallé en un intenso placer que me hizo temblar
desde la cabeza hasta los pies. Sentí que la sangre me latía en los oídos
mientras que mi cuerpo se estremecía violentamente.139

Ni siquiera tuve la fuerza suficiente para apartarle cuando él comenzó a


lamerme otra vez.120

—Hunter...30

—La noche es larga, nena. Espero que estés preparada, porque pienso
hacer que te corras una y otra vez hasta que te canses de gritar mi
nombre y me pidas que pare.791

Mi cuerpo entero se tensó como respuesta. Solo entonces me dejé llevar


por el placer y me olvidé de todo lo demás.

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