Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Uno de los grandes momentos en la larga evolución del hombre en el planeta Tierra fue cuando por
primera vez tuvo la idea de poder ser libre, de poder ejercer algún dominio sobre su destino. En ese
momento de la historia del hombre, lejos de pretender dominar los elementos o bestias gigantes, lo
más importante fue que pretendió hacerse cargo de su vida y hacer cosas inspiradas por su propia
voluntad. Este fue, sin duda, uno de los grandes momentos en la historia de la humanidad.
Uno de los principios más básicos y elementales para aceptar y entender que la Abundancia
comienza contigo es la siguiente gran y verdadera idea: eres un poderoso imán viviente que atrae
constantemente las cosas, la gente y las circunstancias que están en la misma frecuencia vibracional de
tus pensamientos. Dicho de otra manera, estás donde estás en experiencia, relaciones y condiciones
financieras por lo que eres, o sea, por donde estás en conciencia. En los años que llevo enseñando esta
gran verdad, y viviéndola por supuesto, me queda claro que no es una enseñanza fácil de entender o
aceptar a la primera vez para la mayoría de las personas. Mucha gente que ha pasado por Nueva
Conciencia rechazó este principio. No importa, aún así el principio siguió actuando en ellos y fue
evidente. De alguna manera, como lo explica Eric Butterworth, me reconforta saber que cuando Jesús
empezó a exponer sus desafiantes enseñanzas, la Biblia dice: “Desde entonces muchos de sus discípulos
volvieron atrás y ya no andaban con él”. (Jn. 6:66). Eso me pasó el año pasado donde incluso uno de mis
clientes me pidió que no hablara de cuestiones espirituales en las conferencias que me contrató, incluso
este singular cliente ni me terminó pagando el total de mis conferencias. En un estado de conciencia se
vería como robo o fraude (que sin duda lo es), pero hoy lo alcanzo a ver como esa purificación de mi
medio de influencia. Algo de rechazo al principio a una Nueva Conciencia siempre ha sucedido. Pero
mantenerse a comprobar la verdad siempre ha sido más reconfortante que ninguna otra experiencia en
mi vida.
Tu Abundancia casi me atrevería a afirmar que es simple cuestión de sumar o restar. Por la
calidad de tus pensamientos, o añades a tu bien o le restas. Esta ley es inexorable. El fracaso, la
carencia y la pobreza en tu vida es sencillamente el resultado de limitarte continuamente. Y a la
inversa, el éxito y la Abundancia son los resultados de ampliar constantemente tus horizontes. Es
valiosísimo hacer un inventario de la calidad de tus pensamientos de vez en cuando, y mejor si es
empezando el año. ¿Le restas o le sumas a tu vida? Es así de fácil. Tus pensamientos negativos de
temor y preocupación restan tu bien con mucho mayor rapidez que la inflación merma la cotización del
dólar. Y tus pensamientos optimistas suman a tu bien de manera más espectacular que el interés
compuesto aumenta tus ahorros bancarios.
Para la gente poco estudiada en Biblia y religión, una de las frases de Jesús que más debate ha
generado es cuando afirmó: “Porque al que tiene le será dado y tendrá más; y al que no tiene aún lo que
tiene le será quitado”. (Mt. 25:29). Mucha gente creyó que con esto el rico se volvería más rico y el
pobre más pobre, pareciendo una gran injusticia. Pero no creo que Jesús propusiera injusticias, sino que
su declaración en lenguaje simbólico no era otra cosa más que una ley sobre la cual el Universo entero
está edificado. Es la ley de Atracción. Si piensas en abundancia, atraerás más de ella a ti. Si dedicas
tiempo a pensar en carencia y problemas, atraerás más de ellos a ti. Esto es ley.
No te imaginas cuánto interés tengo en convertir este año a 1818 personas en ricas y
prósperas. Lo voy a lograr. Ya empecé. Y esa cifra de personas solo será una demostración que luego se
multiplicará una y mil veces más gracias a ellas mismas precisamente. Estoy convencido de que
cualquiera, ¡literalmente cualquiera!, puede lograr sintonizar con la Abundancia que se nos tiene en
derecho de nacimiento a esta existencia. Quiero que te convenzas. Si estas convencido de tener
ciertas cosas en tu conciencia, irremediablemente vas a darles forma en lo externo y las manifestarás
en tu experiencia. Esto lo afirmo porque lo vivo todos los días. Los niños lo hacen incluso con mayor
maestría.
Creo en Dios. Y ahora más que nunca. Hum…, si te contara. Y una de las formas más poderosas y
congruentes de creer en Dios es precisamente creer en la Abundancia, porque eso es lo que hay en todo
momento. No es algo que hagas por Dios, o algo que Dios haga especialmente para ti. Es sencillamente
una Nueva Conciencia en el que sintonizas tus pensamientos –tu conciencia- con la actividad incesante
del amor divino, la vida sanadora o la substancia próspera, que sería lo mismo que decir Dios. Sé que
esto puede ser difícil de comprender para mis lectores de primera vez, pero créanme, es así. Y es
formidable darse cuenta. Un milagro ya importante que se podría dar para ti en esta lectura de inicio
de año es que aceptaras, comprendieras y te percataras de que eres un ser espiritual con la Perfección
de la Mente Infinita. Si logramos esto juntos, verás que nos se trata de pedirla nada a Dios para que te
lo de, como mal nos enseñaron aquellos de conciencia más primitiva, donde al pedir, automáticamente
nuestra conciencia se enfocaba en carencia, y de esa forma carencia atraía a más carencia por una ley
que ya te he explicado. Y no, más bien se trata de que descubras y liberes tu propio “esplendor
encerrado”. Centra tu conciencia en un sentido más profundo de la vida donde tú eres el centro de
todo, donde descubres que Dios no está afuera, sino precisamente lo contrario, está dentro como tu
esplendor. Solo es cuestión de darse cuenta para liberarlo y una demostración empezará a hacerse
realidad para ti, sin que tú hagas prácticamente nada.
A estas alturas de mi vida sé que todas las cosas son posibles. Lo sé. Pero no porque Dios haga
una excepción para alguno de nosotros en respuesta a nuestros ruegos o buen comportamiento, sino
porque nuestra fe es la llave del reino del poder para aplicar leyes que trascienden toda limitación
humana. Somos Dios todos. Pero solo hasta que te das cuenta es que entras al mundo de la creación
consciente de tu realidad.
La curación que anhelas, la superación que deseas, la prosperidad y éxito por las cuales quizá
has orado persistentemente, aunque te parezca extraño te he de decir que todo ello no requiere de
ningún milagro, sin más bien requiere tan sólo de la aplicación disciplinada de la ley divina y el firme
esfuerzo de conocer a Dios en ti y en todo.