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Tesoro: ¡Las ventajas de tener defectos!

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En el curso de su última gran campaña política, el presidente estadounidense Teodoro Roosevelt


fue herido de un disparo por un presunto asesino. El cirujano que lo atendía le entregó el estuche
de acero de sus anteojos, diciéndole que le había salvado la vida. ¡El estuche, que se encontraba
en su bolsillo, había disminuido el impacto de la bala, y la había desviado para que no le llegara al
corazón! "¡Qué curioso", dijo Roosevelt tomando en la mano el estuche con los lentes rotos,
"siempre había pensado que tener anteojos era una desventaja, y ahora resulta que han servido
para salvarme la vida!"
¡Puede que no siempre lleguemos a saber en esta vida las razones para los defectos físicos
que nos aquejan, pero podemos estar seguros de que muchas veces no hay mal que por bien no
venga! Dirás: "¡Pues necesitar anteojos no es un gran defecto físico? ¿Qué me dices de los
inválidos, los sordos o los ciegos? ¿Qué clase de ventajas puede reportar tener una incapacidad
física tan grave?"
¡Pues verás, ser inválido no le impidió a Shakespeare escribir algunas de las mejores obras de
teatro del mundo! ¡Estar ciego no le impidió a John Milton escribir el poema más celebrado de
Inglaterra, "El paraíso perdido"! ¡Estar sordo como una tapia no le impidió a Beethoven componer
algunas de las páginas más bellas que se hayan escrito de la música! ¡Es más, la historia está
llena de grandes hombres que lograron grandes cosas a pesar de tener graves impedimentos
físicos! Alejandro Magno era jorobado. Homero era un trovador ciego. Renoir pintó algunas de sus
mejores obras con los dedos torcidos por el reumatismo, con el pincel atado a la mano. ¡Haendel
estaba paralítico del lado derecho cuando compuso su obra maestra, "El Mesías"! Edison estaba
sordo cuando inventó el fonógrafo.
Pero dirás: "¿No podrían haber logrado mucho más esos hombres de no haber tenido esos
impedimentos físicos?" No necesariamente. Es como el antiguo relato que cuentan de un soldado
griego que tenía una enfermedad muy dolorosa que lo podía matar en cualquier momento. ¡Como
esperaba morirse en cualquier momento, se volvió muy intrépido en la batalla! No tenía nada que
perder. Antígono, su general, admiró tanto su valor que hizo que los mejores médicos lo curaran de
su enfermedad. ¡Pero a partir de entonces, aquel soldado que había sido tan valeroso ya no
apareció en el frente de batalla! ¡Rehuía el peligro y hacía todo lo posible por salvar la vida en vez
de arriesgarla! ¡Su enfermedad le había hecho luchar valientemente, pero la salud y las
comodidades acabaron con su utilidad como soldado!
Como ves, con frecuencia los impedimentos físicos desarrollan las mejores cualidades de las
personas obligándolas a luchar contra la adversidad y alcanzar grandes logros que de otra manera
jamás se habrían esforzado por alcanzar! La poetisa Myra Brooks Welch, que escribió la obra
maestra "El toque de la mano del Maestro", decía dando una palmadita en el brazo de su silla de
ruedas: "¡Gracias a Dios por esto!" ¿Te imaginas? ¡Se alegraba de su silla de ruedas! ¡Pero antes
de estar en la silla de ruedas, nadie había descubierto su inmenso talento! ¡Y ahora sus poemas
han sido una bendición para el mundo entero!
Los defectos físicos pueden, o bien mejorarnos, o amargarnos. Los poetas ingleses Lord Byron
y Sir Walter Scott eran inválidos. Byron estaba muy amargado por su invalidez, y siempre se le veía
en público taciturno y pensando en sí mismo. ¡Por otro lado, a Scott nunca se le oía quejarse ni
decir una palabra de lamento por su incapacidad física, ni siquiera a su amigo más íntimo! ¿Es de
extrañar entonces que Scott recibiera en una ocasión una carta de Byron en la que le decía: "¡Ah,
Scott, daría toda mi fama por tener tu felicidad!"
Charles Elliot, uno de los más grandes rectores de la Universidad de Harvard, se sentía
terriblemente amargado de muchacho por lo tremendamente desfigurado que era de nacimiento.
¡Hasta que un día su madre le dio un consejo que transformó su vida! Le dijo: "¡Hijo mío, hemos
consultado con los mejores cirujanos y dicen que no es posible quitarte ese defecto! ¡Pero sí es
posible, con la ayuda de Dios, llegar a tener una mente y un alma tan grandes que la gente se
olvide de mirarte a la cara!" ¡Y llegó a tenerlas!
Como Charles Elliot y Sir Walter Scott, cuando Fanny Crosby tenía 8 años -se había quedado
ciega poco después de nacer- decidió no permitir jamás que su defecto físico le amargara la vida.
Entonces fue cuando escribió su primer poema:
"Cuánta dicha hay en mi alma,
> aun privada de visión.
> ¡He decidido que en la vida
> siempre sentiré satisfacción!
> ¡De cuántas bendiciones gozo
> que no tienen los demás!
> ¡Mi ceguera lamentar no puedo,
> y no lo haré jamás!
Para compensar su falta de visión, el Señor la bendijo con muchos otros dones. ¡A lo largo de
su vida escribió más de 6.000 himnos, entre ellos algunos de los cánticos cristianos más conocidos
y estimados de todos los tiempos! Cuando cumplió los 90 años, les dijo a sus amistades: "¡Si antes
de nacer hubiera tenido la oportunidad de hacer una petición, habría pedido nacer sin vista!
¡Porque cuando llegue al Cielo, el primer rostro que me alegrará la vista en mi vida será el de
Jesús mi Salvador!"
¿Quién no ha oído hablar de Helen Keller? ¡Era sorda, muda y también ciega! ¡Pero gracias al
amor y la dedicación de una enfermera cristiana que se preocupaba mucho por ella, Annie Sullivan,
no sólo aprendió a escribir, sino también a hablar! ¡Llegó a ser una poetisa, escritora y oradora de
fama mundial, y dio un aliento tremendo a millones de sordos, mudos y ciegos en todo el mundo!
¡Les dio esperanza al mostrarles que no se tenían que desanimar por tener incapacidades físicas
tan graves! En cierta ocasión dijo: "¡Doy gracias a Dios por mis defectos físicos, porque gracias a
ellos me he encontrado a mí misma, he encontrado mi vocación y he conocido a Dios!"
Muchas veces Dios escribe derecho con renglones torcidos. No siempre entendemos las
razones misteriosas de lo que hace. Pero una cosa de la que podemos estar seguros es de que el
Señor siempre hace las cosas con un motivo y un propósito, y "todo redunda en bien de los que
aman al Señor"! (Romanos 8:28) Aunque no siempre lo parezca.
Jesús tiene poder para librarnos de todo defecto físico o enfermedad, pero a veces no nos libra
de ellos porque sabe que, por alguna razón, nos conviene tenerlos. ¡A lo mejor si se lo preguntas te
muestra por qué!
¡Reconozcámoslo, todos tenemos algún defecto real o imaginario! ¡Todos tenemos defectos o
debilidades, o cometemos fallos y errores -defectos espirituales- que pueden ser mucho más
graves que los que simplemente son de tipo físico! ¡Por eso tuvo Jesús que morir por nosotros,
porque todos tenemos el impedimento del pecado! ¡Pero tanto si nuestros defectos son físicos
como espirituales, tanto si son grandes como si son pequeños, no podemos pasarnos la vida
compadeciéndonos de nosotros mismos y deseando ser lo que no somos! El Señor es feliz con
que seamos de la manera que nos creó; entonces, ¿por qué no vas a ser feliz tú siendo como
eres? Hay ciertas molestias e incapacidades físicas de las que nos cura cuando han cumplido su
propósito y nos han enseñado lo que teníamos que aprender, pero hay otras que, en su infinita
sabiduría, permite que padezcamos toda la vida. ¡A veces tenemos que limitarnos a aceptar tales
defectos, sacarles el mayor partido posible y avanzar!
¡Lo más importante es que, sea cual sea nuestro defecto o debilidad, nunca debemos permitir
que nos impidan testificar de Jesús de todas las formas posibles! Victoria es una misionera que
está en Sudamérica, y su testimonio es otro ejemplo de alguien que convirtió su defecto físico en
una ventaja. Escribe: "A los dos años contraje la polio y tengo una pierna medio paralizada, por lo
que tengo que usar muletas. Un día conocí a un grupo de jóvenes cristianos en la calle que oraron
conmigo para que recibiera a Jesús, ¡y a partir de ese momento mi vida cambió! Me dijeron que
Jesús me necesitaba para llevarle su Amor a los demás, y aquello me conmovió profundamente,
pues nadie me había necesitado hasta entonces!"
"¡Los médicos siempre me habían dicho que no me cansara mucho, que caminara muy poco y
que no podría vivir la misma vida que los demás! ¡Pero en cuanto empecé a salir a testificar y a
hablarles a otros de Jesús, en vez de debilitarme y cansarme, cada vez me ponía más fuerte, libre
y feliz!"
"¡Aquello fue hace 12 años! ¡Y desde entonces, el Señor me ha bendecido con un marido, un
niño precioso y un puesto de servicio trabajando a plena dedicación de misionera en América del
Sur! ¡Ahora no tengo que preguntarle a Dios por qué tengo que usar muletas, porque El se vale
mucho de ellas! ¡Muy pocos me dicen que no cuando les ofrezco el Evangelio, y muchas veces
puedo testificarles a más personas que las personas normales! ¡Además, cuando me ven otras
personas inválidas, les da fe a ellas para creer que ellas también pueden ser felices y servir al
Señor! ¡Ahora sé por qué quiere el Señor que yo sea así, y El nunca ha dajado de darme fuerzas
para seguir adelante! ¡Alabado sea Dios!
¡De modo que nunca subestimes las ventajas de tener defectos físicos! "¡Cuando somos
débiles, entonces somos fuertes porque el poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad, para
que la excelencia del poder sea de El y no de nosotros!" (2a a los Corintios 12:10,9; 4:7) ¡A Dios le
encanta ayudar a las personas débiles, quebrantadas, incapacitadas, a los que saben que no son
nada ni tienen nada, porque entonces es cuando puede manifestar el poder y fortaleza de El! ¡Así
que tu defecto físico no tiene porque ser el fin, sino sólo el principio de una vida nueva y
maravillosa de llevar a los demás el Amor del Señor! "Nosotros consolamos a los demás con el
consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios." (2a a los Corintios 1:4)
Dale y Roy Rogers, célebres artistas de películas del oeste, tenían una niña mongólica. Dale
escribió un libro sobre ella titulado "Sin saberlo, un ángel". Trataba del cambio tan radical que
produjo aquella niña en sus vidas, y decía que había sido una influencia increíblemente buena en
la vida de los dos, porque los había unido más al Señor!
Es más, eso casi siempre sucede en las familias que tienen niños deficientes. ¡Generalmente
tiene un efecto muy beneficioso para toda la familia! ¡La compasión y el amor que tiene por el niño
se aumenta y agranda debido a su incapacidad, volviendo a toda la familia más humilde, cariñosa,
amable y comprensiva! ¡Generalmente hace que todos tengan una relación más estrecha con el
Señor y es una experiencia enriquecedora que aumenta la fe, profundiza el amor, prolonga la
paciencia y enseña a tener humildad y muchas otras cosas que de otra forma no se podrían
aprender!
¡Los niños mongólicos son niños toda la vida, y de esa manera se evitan muchos de los
problemas de crecer y hacerse mayores, y que hacen que muchas otras personas se aparten del
Señor! ¡Esos niños siempre son infantiles, tienen fe, son fieles, son cariñosos, tiernos y simpáticos
y contribuyen a que toda la familia sea siempre así! Y a fin de cuentas, ésa es una de las razones
principales de la existencia: ¡aprender a amar más!
¡Así pues, Dios permite todas esas cosas con un propósito! ¡Los caminos de El están por
encima de los nuestros, "como están de altos los cielos sobre la tierra"! (Isaías 55:8,9) ¡Con
frecuencia, Dios escribe derecho con renglones torcidos hermosos poemas de amor! ¡De modo
que confía en El! El Señor te ama, se preocupa por ti y "se compadece de tus debilidades."
(Hebreos 4:15) ¡Descubre las ventajas de tu incapacidad física! ¡Y deja que ello te haga mejor en
vez de amargarte la vida! ¿Amén? ¡Que Dios te bendiga!
(c) La Familia, 1999

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