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BROUSS.111

Argentina, octubre de 1976. • .


La increible historia de Marie-Añne Erize.
De las pasarelas a las villas, de modelo a militante.

@Plan~ta
PHILIPPE BRoussARD es redactor en jefe del
servicio Encuestas de L'Express. Célebre
reportero del diario Le Monde (1989-2005),
recibió el premio Albert Londres en 1993. Es
autor de varias obras publicadas en la
editorial Stock, entre ellas La Prisonniere de
Lhassa (2007), con Danielle Laeng.
La desaparecida San
PHILIPPE BROUSSARD

La desaparecida
de San Juan
Argentina, octubre de 1976
La increíble historia de Marie-Anne Erize.
De las pasarelas a las villas, de modelo a militante.

Traducción de Sara Vasallo

Planeta
Philippe Broussard
la desaparecida de San Juan. -1a ed. - Buenos Aires: Planeta, 2012.
368 p.; 23x15 cm.

Traducido por: Sara Vasallo


ISBN 978-950-49-2806-5

1. Crónicas Periodísticas. l. Vasallo, Sara, trad. 11. Título.


CDD 070.4

A 1hierry Pasquini

Original francés: La disparue de san Juan


© 2011, Éditions Stock
Traducción : Sara Vassallo

Diseño de cubierta: Departamento de Arte de Editorial Planeta

Diseño de interior: Orestes Pantelides

Todos los derechos reservados

© 2012, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C.


Publicado bajo el sello Planeta®
Independencia 1682 (1100) C.A.B.A.
www.editorialplaneta.com.ar

1ª edición: marzo de 2012


3.000 ejemplares

ISBN 978-950-49-2806-5

Impreso en Primera Clase Impresores,


California 1231, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
en el mes de febrero de 2012.

Hecho el depósito que prevé la ley 11. 723


Impreso en la Argentina

No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o


la transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico,
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Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446 de la República Argentina
No te encierres nunca en tu propia cárcel.
Encerrarse en sí mismo es empezar a morir.

MARIE-ANNE ERIZE
1

Es un día que la historia ha olvidado. Un viernes banal del año 1976.


Ese día, 15 de octubre, en Francia era otoño y llegaba una tormenta
desde Bretaña. En el oeste de la Argentina, en cambio, se celebraba
la fiesta del sol. En la primavera, que acababa de empezar, los días
empezaban a alargarse y los torrentes se precipitaban peñas abajo a
través de la precordillera.
Esa mañana, la ciudad de San Juan se había despertado al lento
compás de las costumbres de la provincia. Desde las primeras horas
del alba, los trabajadores agrícolas estaban ya en los viñedos y los oli-
vares. En la esquina de las calles Abraham Tapia y General Mariano
Acha, la vendedora del kiosco de golosinas, Elsa Emperatriz Astensio,
esperaba la llegada de sus dientes, los alumnos del colegio vecino. En
la vereda opuesta, Domingo Palacio, el bicidetero, se preparaba para
la nueva jornada, en un negocio a la antigua que olía a pegamento
para parches y a caucho de las cámaras de aire.
A media mañana, una joven abrió la puerta. Traía una bicicleta.
Era linda, delgada, sonriente; tenía cabellos castaños y ojos verdes; en
su mirada se adivinaba un asomo de fatiga y tristeza. Por su modo de
hablar y sus gestos, Magdalena, la esposa de Domingo Palacio, había
adivinado un pasado de relativa holgura y horizontes muy diferentes
de los que ofrecía San Juan. Buenos Aires, probablemente. O el ex-
tranjero. Sí, eso, tal vez el extranjero.
Su bicicleta tenía un problema de frenos o quizá de cambio de
12 / PHILIPPE BROUSSARD

velocidades en c d
' aso, no era na a grave. El arreglo sería rá ido
bastaba con dar una vuelta por la ciudad y l • , P_ '
e d 1. a recuperana ensegmda
uan o vo v1ó, a eso de las doce del mediodía el I b•
hecho y la factur d , arreg o esta a
. a prepara a. La bella desconocida pagó y de. ó el
negoc10. Desde adentro Domingo p 1 . . J
b ºd d ' a aCio VIO entonces que un hom
re vesti o e civil se acercaba a ella en la vereda Pa , . -
amenaz t .h • recia agresivo y
. , an e, como s1 ubiera querido llevársela a algún lado. Ella se
res1stia con fuerza. comerciante intentó int
tres h b l · erponerse, pero otros
om res o mmovilizaron contra la fachada del ne . U d
ellos lo am , gocio. no e
enazo c~n un arma y lo obligó a entrar: «Guardá la bicicle-
ta, segur~ que algmen va a venir a buscarla», le gritó al irse.
París, 22 de noviembre de 2008
p dD~ pie del~nte de su kiosco, Elsa Emperatriz Astensio tampoco
u o ~cer na a. Apenas tuvo tiempo de ver que dos de los a reso-
Señora,
res metlan a la fuerza a la muchacha en el asiento trasero de uf Ford
Fakon de color claro. Ella gritaba e intentaba escaparse
Tal vez esta carta la sorprenda. Hace ocho años que no le he dado
Las puertas del coche se cerraron de un golpe el cho.e ,
tod 1 •d d , 1er arranco a signos de vida. Acuérdese, era en noviembre de 2000.
a ve o~1 a • Otros dos vehículos siguieron al Ford con paradero
d esconoc1do. ' Yo trabajaba entonces en el diario Le Monde y nos habíamos visto
Así empezó el caso Marie-Anne Erize. en Buenos Aires para evocar la desaparición de su hija. Habíamos
tomado un café en un salón de té del centro de la ciudad, cerca de mi
hotel. Para serle sincero, yo temía ese encuentro. Es demasiado violen-
to y hasta falto de pudor irrumpir de golpe en la vida de una madre
para imponerle semejante ejercicio de memoria. Su abogada francesa,
Sophie Thonon- Wesfreid, me había avisado que usted era una mujer
con carácter, sólida pero sensible, y yo ignoraba hasta qué punto eso
era cierto. Es extraño, pero lo comprendí cuando la escuché hablar...
en francés.
Vaya uno a saber por qué, la había imaginado con un acento argen-
tino muy marcado y una tendencia a mezclar las dos lenguas. Había
pensado que el hecho de pasar medio siglo a miles de kilómetros de
París y educar a siete hijos en diferentes regiones de la Argentina, borra
muchos puntos de referencia, lingüísticos y culturales. Pero no, usted
hablaba sin acento extranjero y tenía hasta un modo muy personal de
intercalar unas cuantas sabrosas réplicas francesas en los momentos
más inesperados. Mientras yo le hacía una pregunta tras otra, usted
había interrumpido mi apresuramiento diciéndome con brusquedad:
«Minute, papillon!» [¡Momentito, mariposa!], lo cual me había dado
risa. Viniendo de usted, no era un reproche sino una manera deliciosa-
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 15
14 1 PHILIPPE BROUSSARD

Le agradezco por haber hecho tantos esfuerzos por obte-


m~nte familiar de decirme que quería tomarse su tiempo, ir a su ritmo. ner informaciones acerca de hija, me enteré de tantas cosas
Vi en ello una prueba de confianza. •
que ignoraba. He recibido muchos mensajes de simpatía que
Entonces usted me había hablado de Marie-Anne y de su familia.
me ayudan a soportar semejante prueba., ,
La conversación fue tan intensa que nos habíamos abstraído del mundo
Lo dejo, esperando volver a verlo algun d1a.
circundante para remontarnos hasta la Argentina de 1976.
Yo le había c~ntado mi estada en San Juan, mi empeño por encon-
Lo beso con todo afecto.
Frarn;:oise Erize.
trar rastros Y testigos. Recuerdo todavía hoy los mínimos detalles de ese
viaje. El vendedor de bicicletas se había muerto, su negocio no existía Esa carta me había conmovido por su pudor y simplicidad. Tení_a la
mas, pero yo pude encontrar a su hijo e impregnarme de la atmósfera marca de los Erize, la marca de la «prueba». Y esas palabras escritas:
del lugar. Me había quedado un largo rato en la esquina de las calles
Abraham Tapia y General Mariano Acha, tratando de imaginarme a «Esperando volver a verlo algún día».
Pero ahora abordo el motivo central de carta. No sin cierto temor,
Marie-Anne, a sus raptores y el Ford Falcon ...
N~ sé si usted lo había observado en esa época, pero al comienzo de tengo que confesarlo... . ,
Ayer por la mañana empecé un libro sobre Mane-Anne. Ya esta.
e~a pn_mera conversación yo decía «su hija», para preservar las distan-
cias. Sm darme cuenta, había pasado a decir «Marie-Anne» como si se Tomé la decisión. . , ,
Adivino su sorpresa, quizá su reticencia. Pero me decidi despues d~
hubiera convertido en un personaje familiar. Su destino m: interesaba haber reflexionado mucho. Desde que la encontré hac~ ocho años, dese,e
y usted_ lo había adivinado enseguida. Ese destino relataba mejor que a menudo hacer esta investigación. Pensé en ello vanas veces,. de!pues
cualquier otro la Argentina de los años 1976-1983. renuncié y me aboqué a otros proyectos. Hasta que los acontecimientos
fil artículo se publicó en Le Monde el 22 de diciembre de 2000. Dos
de los últimos meses me hicieron pasar al acto.
páginas enteras ilustra_das con una foto de gran tamaño en blanco y ne- La historia de Marie-Anne merece un libro. Los que la secuestrar~n
gro. ~n esa :orna, A;ane-Anne es muy joven, no tenía, según usted, más en 1976 tienen que saber quién era ella y medir de ese mod~ -1seran
de veinte anos, esta apoyada en una pared, vestida con una chaqueta y capaces de ello?- el horror de su crimen. Si comparecen algun dia ante
un pantalón de jea~, con un collar muy largo en el cuello y una pulsera un tribunal, harán de ella un retrato mentiroso, hasta podrán acusarla
artesanal en la muneca derecha. No sonríe, su rostro deja ver una vaga de haber sido una «terrorista», una asesina, una ponedora de bombas.
melancolía. Esa es la foto que prefiero entre todas. Todo eso es estúpido; Marie-Anne no mató nunca a nadie, er~ incapaz
!
_L~s semanas. tran_scurrieron u ego sin que usted me diera ninguna de violencia. Es preciso reconocer, sin embargo, que su ~ecorndo e~ des-
noticia. Un poco inquieto, empece a preguntarme si mi artículo no había
concertante, digno de una película o una novela: Este -~1bro no sera una
merecido su desaprobación. ¿Había traicionado, tal vez, su confianza y sus cosa ni otra. Se basará en la realidad, en un neo tepdo de hechos, lo
recuerdos? Pero hacia mitades de febrero de 2001, me llegó su breve carta
bastante trágicos como para que todo disfraz se vuelva superfluo. .
desde la Argentina, escrita con una letra densa y clara, con tinta azul: Me he vuelto a sumergir, pues, estos últimos días, en el caso Mane-
Anne, con el fin de hacer una lista de testigos en París, Buenos ~ires,
Querido Philippe: San Juan O cualquier lado en que sea necesario. Estoy c~nve~cido de
Disculpe el retraso con que le escribo para agradecerle el que hay muchos hombres y mujeres desconocidos que estan, 11spuestos
envío de su artículo en Le Monde. No estoy en Buenos Aires a hablarme de ella y de su vida, profesional, amorosa o polttica.
desde el 22 de diciembre, estoy pasando mis vacaciones con Soy demasiado directo, a no dudarlo, apareciendo así de golpe
mi hija mayor y, hace unos días, uno de mis hijos me envió después de tantos años, para exponerle y casi imponerle este proyecto.
su correo.
16 1 PHILIPPE BROUSSARD

Espero no molestarla. Le doy tiempo para que me conteste· mientras


tanto, p~ngo en conocimiento de mi proyecto a su hija Ma;ie-Noelle 2
en Espana. La a~ogada Ihonon- Wesfreid me dijo que estuvo siem r;
muy comprometida en la búsqueda de la verdad y me t, p
h lt ¡ , comen o que se
a vue o a go asi como la «portavoz» de lafiam ·¡·
~ 1m
, ;~go /ue dejarla por hoy, querida Franr;:oise, pidiéndole una vez
mas iscu pas por el aspecto un poco abrupto de esta decisión.
Hasta pronto, con mi amistoso recuerdo,

Philippe

N. B.: Encontré entre mis archivos un documento del 26 de ma o d


1999. E! un texto que usted había redactado como complement:a le
de7unta ante la justicia francesa de la desaparición de Marie-Anne A~
vo ver o a ~eer, se ~omprende hasta qué punto la vida de su hi ·a su .rió
un vuelco irreversible ese 15 de octubre de 1976_ 'J ifi Rapto.
Secuestro con torturas.
Desaparición.
Las palabras están ahí, escritas en un papel, en toda su violencia y
sequedad jurídica, como otras tantas acusaciones contra los que le han
arrebatado a su hija. El solo hecho de escribirlas es un sufrimiento.
Ese día de mayo de 1999, más de veintidós años después de los
hechos, Frarn;:oise Erize se sentó en su departamento de Buenos Aires.
Empezó por redactar una carta que otorgaba «todos los poderes» a su
abogada francesa para realizar una denuncia en su nombre, en París,
por «secuestro con torturas» y «desaparición».
Arriba y a la izquierda de la primera hoja, mencionó su identi-
dad, su fecha de nacimiento (25 de julio de 1928), su nacionalidad
-«FRANCESA», con mayúsculas-, su dirección, a lo que se agre-
gaban las dos precisiones siguientes:
Estado civil: Viuda.
Parentesco con la víctima: MADRE,
«MADRE» con mayúculas, como «FRANCESA».
Abajo, en una posdata, añade: «Adjunto el relato de la desapari-
ción de mi hija Marie-Anne Erize». El texto que sigue se desarrolla
en cuarenta y siete renglones escritos con una letra firme y regular. El
relato de una vida quebrada:
18 1 PHILIPPE BROUSSARD
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 19

En noviembre de 1975, mi hija Marie-Anne Erize, franco-argentina, Recién mucho más tarde, y gracias a las investigaciones del abogado
que trabajaba en Buenos Aires en la compañfa aérea Austral, pidió ser Horacio Méndez Carreras, tuvimos algunas informaciones de nuestra
transferida a Mendoza, adonde permaneció hasta febrero de 1976, fecha
hija, pero no sabemos dónde fue enterrada.
en que su novio fue detenido por haber robado un coche. Se escondió Buenos Aires, 26 de mayo de 1999,
entonces en San Juan, provincia vecina a Mendoza, desde donde nos
Fram;:oise Erize
escribió varias veces. Envió su última carta el Día de la Madre, que ese
año cayó el 17 de octubre.
Cuando en la primavera de 1999 el juez parisino Roger Le Loire
El 21 de octubre de 1976, a las 23 horas, unos quince hombres ves- descubre este relato, comprende que tiene en sus manos un enigma
tidos de civil pero armados, entraron en nuestra casa de Monroe 1062
cuyo secreto se halla a miles de kilómetros del Palacio de Just~cia de
en Buenos Aires. Nos amenazaron y nos interrogaron por separado, ~
París. Aunque sepa que la justicia francesa puede tratar ese tipo de
mi marido, a mis hijos y a mí. Se llevaron los documentos, las cartas asuntos, 1 es consciente de que la cooperación de los argentinos será
y fotos de Marie-Anne, le advirtieron a mi marido que iban a ponerla
indispensable para él. ¿Jugarán el juego? ¿Lo autorizarán a presentarse
dos metros bajo tierra y a mí me dijeron que la condenarían a muerte, en el lugar de los hechos, a tomar declaración indagatoria a even-
agregando que no valía la pena escribirle, y que ya podía rezar por su tuales sospechosos, a acceder a los archivos? Ese país sigue siendo
alma. Nos advirtieron también que nuestro teléfono estaba intervenido. una democracia frágil en que las organizaciones de defensa de los
Al día siguiente, o sea, el 22 de octubre de 1976, recibimos una
derechos humanos estiman en 30.000 el número de víctimas de la
carta anónima proveniente de San Juan en que se nos decía que Marie-
dictatura entre 1976 y 1983. 2 El ejército goza aún de una influencia
Anne había sido secuestrada el 15 de octubre, a mediodía, en la calle,
considerable. La Marina, sobre todo en la Escuela de Mecánica de la
po'r cuatro hombres que habían bajado de un Ford Falcan, que ella se
Armada (ESMA), sirvió como centro de torturas. En los años ochenta,
había dejado capturar sin oponer resistencia alguna. Desde entonces, la mayoría de los torturadores se benefició con las leyes de amnistía.
no tenemos ninguna noticia de ella.
Algunos de ellos obtuvieron grados más altos dentro del Ejército, con
Mi marido y yo somos franceses. Fuimos enseguida al consulado una tranquilidad y un sentimiento de impunidad humillantes para los
para pedir consejo. El cónsul nos consiguió una cita en el Departamento
parientes de los desaparecidos. . .
Central de Policía con el encargado del servicio de extranjeros, que nos La abogada parisina de la familia Erize, Soph1e Thonon-Wesfre1d,
prometió hacer una investigación. Unos días después, volvimos pero no conoce bien ese país herido. Presiente que habrá que luchar, sobrepa-
vimos más a ese hombre y otra persona nos dijo que la Policía no sabía
sar la amnesia de los hombres y la pesadez del sistema. La antigüedad
nada. Mi marido partió entonces para Mendoza y San Juan, y acompa-
ñado por los cónsules franceses fue a ver a los gobernadores de esas dos
provincias, dejándoles una carta que relataba los hechos. El gobernador l. El arresto del dictador chileno Augusto Pinochet en Londres, en octubre de 1998,
abrió una brecha jurídica y probó que era posible iniciar juicios en Gran Bret_aña,
de Mendoza nos respondió que Marie-Anne había partido a San Juan, España O Francia, en nombre de las familias de desaparecidos europeos. A partir _de
y el de San Juan no nos contestó nunca. De regreso en Buenos Aires, mi ahí, las personas cuyos cuerpos no se han encontrado -como es el caso de Mane-
marido volvió a ver al cónsul, que le dijo que la embajada se encargaría Anne Erize- no pueden ser consideradas difuntas.
de reclamar noticias. Pero las autoridades argentinas le contestaron que 2. El número exacto de desaparecidos suscita aún hoy debates en la Argentina. Los
no sabían nada. ultranacionalistas nostálgicos ponen en tela de juicio la cantidad, considerada en
general certera, de 30.000 víctimas. Según el periodista estadoun_idense John D~nges,
Cuando la Comisión de Derechos Humanos vino a Buenos Aires, autor de una obra de referencia sobre las dictaduras sudamencanas de esa epoca
denuncié la desaparición de Marie-Anne, comprobando que una inmensa (Operación Cóndor. Una década de terrorismo internacional en el Cono Sur. Santiago
muchedumbre de gente venía a ese lugar por las mismas razones que yo. de Chile, Ediciones B, 2004), la estimación más fidedigna se situaría alrededor de
22.000 desaparecidos.
20 j PHILIPPE BROUSSARD

de l?s hechos añade un obstáculo más a la complejidad del de f


¿Ex1~ten testig?s? ¿~ay documentos? Por iniciativa del abogad~ª~~~
gentmo Hora_cw Mendez Carreras, un primer juicio se había iniciado
en B~e~os Air~s a~ comienzo de los años ochenta, pero las leyes de
amrnstia lo h~b1an mterrumpido bruscamente. Es ese expediente, lis-
tado con el numero de referencia« 114», el que habrá que desenterrar
antes de ~artir en búsqueda de los rastros de Marie-Anne Erize la
desaparecida de San Juan. '

París, 30 de noviembre de 2008

Querida Franr;oise,

Espero que al recibir esta carta se encuentre bien, y que la anterior,


sobre el proyecto de mi libro no haya removido recuerdos demasiado
dolorosos.
Por mi parte, pasé estos últimos días consultando mis archivos, una
serie de carpetas que llevan la mención «Marie-Anne Erize».
Usted debe estar preguntándose por qué me intereso por ella en vez
de otros franceses en la Argentina. ¿Por qué no me ocupo, por ejemplo,
del periodista Maurice Jeger, del estudiante Yves Domergue o de las
monjas Alice Domon y Léonie Duquet? La explicación es simple: leí un
documento de la Asociación de las Familias y Amigos de los Franceses
desaparecidos en la Argentina, que conduce hace más de treinta años
su amigo Jean-Pierre Lhande.
Es una doble página titulada «Ciudadanos franceses víctimas del te-
rrorismo de Estado en la Argentina», Marie-Anne aparece en el noveno
lugar de la lista. Se la ve en la foto. Supongo que usted eligió ese retrato,
hace mucho tiempo. Maquillada, bien peinada, mira el objetivo con
una leve sonrisa. La imagen parece la de una niña modelo. Quiero decir
que le falta el aspecto rebelde de la foto de Le Monde, donde lleva una
chaqueta de tela de jean. Pero todo eso es secundario... Lo que importa
es la breve noticia biográfica redactada por la asociación a propósito de
Marie-Anne: «Nacida el 28 de marzo de 1952 en Espartillar, provincia
de Buenos Aires. Trabajó como modelo, después fue asistente social,
sobre todo en la parroquia del padre Carlos Mugica».
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 23
22 l PHILIPPE BROUSSARD

En la página se especifica que «toda información sobre una se esperaba a una esposa, un hermano, un_ hijo, o evocar voluntad
u otra de estas personas puede significar un paso importante en la bús- de pelear, de saber, luego el miedo a renunciar, ~ pensar en la
queda de la verdad y la justicia». avanza y avanza, sin curar nunca de la Ausencia. .
«Modelo», «asistente social», «parroquia», «verdad», «justicia» ... Usted me había hablado poco de todo eso, el día en que nos vimos
Son referencias e indicios en el camino de su destino. en el salón de té, en 2000. Todo eso pertenecía a su jardín secreto. Y~
¿Por dónde empezar? ¿Por Francia? ¿Por la Argentina? Por suerte, no había insistido y adivinaba, por su molestia, que el tema era tabu
conservé algunos archivos: entre ustedes. Sin haber tenido que enfrentar nunca ese drama, supon-
- mis cuadernos de notas del otoño del año 2000· go que una familia, por unida que esté, no puede salir in~emne de_esa
' situación. Llega siempre un momento en que la «estrategia» a seguir se
- varios documentos confidenciales·
' vuelve motivo de división y querellas, y a menudo de ruptura. Supe, por
. - una decena de artículos de diarios franceses, italianos y argen-
tmos. ejemplo, que su marido tuvo un ata~~e de bronca_ ese día, hacía fi_n~:
En Francia, solo Le Monde, Paris Match, Elle y L'Express hablaron de los años setenta, cuando la asocíacwn de Jean-Pierre Lhande decidw
verdaderamente de Marie-Anne. Nada comparable con la Argentina, exhibir en público, en París, el retrato de Marie-Anne, entre otras fotos
donde su nombre se había vuelto emblemático en lo referente a la suer- de desaparecidos franceses. Su marido tenía sin duda sus razones, como
te de los desaparecidos. Es cierto que esta palabra no posee el mismo padre y marido; solo él podía juzgar. . . .,
Y usted, ¿qué pensó de la actitud de Francia, de la mov_ilizacwn de
significado en las dos orillas del océano Atlántico. Aquí se asocia con
los raptos ruines, con los avisos de búsqueda de niños o adolescentes personalidades políticas (Mitterrand, Dela~oe), de ~lgunos mtelectua_les
(Marek Halter, Bernard-Henri Lévy), o artistas (Julien Clerc, Cathen~e
robados en estaciones de tren o comisarías. En su país alude a un pasado
de odio y de suplicios, a esos millares de personas detenidas, torturadas Deneuve ... )? Jean-Pierre Lhande, para nombrarlo otra vez, me di;o
y luego eliminadas en los años 1970 y 1980 por grupos de torturadores hasta qué punto Simone Signoret e Yves Montand se habían compr~-
al servicio de la dictadura. metido con esa causa. Pero Marie-Anne no era para ellos nada mas
Usted lo sabe mejor que nadie: «desaparecido» no quiere decir que un rostro entre otros quince: no podía~ imaginar l_~ riqueza_ de su
«muerto». En cierto sentido, es todavía peor. ¿La desaparición no es destino. En última instancia, habrían escrito una cancwn o un libro, o
acaso la negación misma de la existencia? Portadora de vacío y de rodado una película... ,
Cuando volví a París después del viaje del otoño de 2000, pense a
miedo, impone silencio a un duelo imposible y suscita preguntas sin
menudo en usted, Franfoise, y en sus seis hijos, cuando se encontra-
respuesta: «¿Dónde?», «¿Cómo?», «¿Por qué?»
Hablar de los «desaparecidos» en América del Sur equivale a volver ron cuerpos en la Argentina en el anonimato macabro de alguna fosa
común. o cuando, en agosto de 2005, se identificó el cadáver de un
a abrir una llaga viva, a despertar un teatro de sombras cuyo telón no
cayó nunca. Marie-Anne y otros miles están allí, en los corazones y cuerpo femenino enterrado en el cementerio de General Lavall~, e_n
las memorias de sus amigos y parientes, no así en la conciencia de sus la desembocadura del Río de la Plata, reconocido como el de Leonie1
Duquet, secuestrada el 1O de diciembre de 1977 en la Capital Federal.
verdugos.
Usted, que conoce a tanta gente dentro de la comunidad francesa en
Todo eso es difícil de entender para nosotros, europeos, que tenemos
solo un recuerdo confuso de esa época. Y sin embargo, sus fotos existen,
las de Marie-Anne y tantos otros, la mayoría en blanco y negro, retratos l. Un ex militar argentino, Alfredo Astiz, considerado un es~ecialista de la tortura,
fue condenado por contumacia a prisión perpetua en,Fr~ncia en octubre de 1990,
fijados por la eternidad, semejantes a esos rostros inmovilizados que
inculpado por la desaparición de Alice Domon y Leome Duquet. Juzgado en la
ornan las piedras de las tumbas en nuestros campos. Al contemplarlas, Argentina a partir del 11 de diciembre de 2009, fue condenado a cadena perpetua
no se puede evitar pensar en la angustia de los primeros días, cuando el 15 de octubre de 2011.
24 1 PHILIPP.E BROUSSARD

Buenos Aires, ¿conoció a esa monja y a su amiga, Alice Doman, también 3


desaparecida?
La hermana Léonie descansa actualmente en los jardines de la igle-
sia de Santa Cruz. Su nombre figura en la lista de las víctimas pero
ha sido borrado de la lista de los «desaparecidos». ¿Pasará lo mismo
algún día con el nombre de Marie-Anne? La abogada Sophie Thonon-
Wesfreid, a quien vi el jueves pasado en París, está convencida de que
se descubrirá su cuerpo, tarde o temprano, y que será identificado gra-
cias al ADN, en San Juan o en otro lado. Se lo deseo con toda mi alma,
porque usted espera ese momento -esa liberación, iba a decir- desde
hace tantos años ...
En París, Jean-Pierre Lhande prosigue el censo de nuestros com-
patriotas que no se han encontrado: Marcel Amiel, Robert Boudet,
Jean-Yves Claudet, Fram;oise Dauthier... Trece hombres y tres mujeres,
incluida Marie-Anne, por supuesto. 1 El mayor de ellos tenía cuarenta y
Marie-Anne, María Ana, Mariana, Ana María... . . .
dos años; el más joven, dieciocho. Todos ellos aparecen bajo la mención , lo y otro desde los documentos Judiciales hasta
«detenidos-desaparecidos». Entre un ar t icu ' . , · ás allá
los archivos administrativos, su identidad vana. Comods1, m .
Sé cuán primordial es esa palabra, «detenidos», para las familias.
de su desa arición, su nombre de pila continuara enlaza . o a un _mis-.
Pero manténgase firme, no renuncie: sí, están «detenidos». No en una . p ~tro lado ella misma se encargó de confundir las pistas.
celda, cualquiera sea, sino presos de un pasado y una historia que les te:1;~ fi~~a de ingr~so a la Universidad de Buenos Air~s, con fecl~a
niega lo esencial: la verdad. . A E • en el pnmer reng on
Querida Fran<;oise, la dejo con estas reflexiones un poco deshilva- de ab n·1 d e 1973 , escribe «Mana- nna .nze» s· b sus pa-
n el último firma como «Mariana Enze». me~ arg O ,
nadas para sumergirme ahora en la «saga» de su familia.
Espero que sea hasta pronto.
;i:ntes afirman con toda seguridad que la desaparec1~a de ~an {~ª:
se llamaba Marie-Anne. Adoptaba, pues, el nombre r~nces. eJ~
de ser anecdótico, este detalle señala un punto esen~ial: la a~~~
Con mi recuerdo amistoso,
valencia de este destino franco-argentino. Es necesarlo ver ; e tes
Philippe
sello de una nación plural, poblada en gran parte po~ esc~n ien
de inmi rantes europeos, donde los nombres se h1spamz~~ para
. .b. g en el estado civil y donde Jean se vuelve Juan; Etlenne,
mscn irse ,
l. Según la Asociación de Familias y Amigos, la siguiente es la lista de los «Ciuda- Esteban- Albert, Alberto ... y Marie-Anne, Mana-Ana. . .
danos franceses víctimas del terrorismo de Estado en la Argentina», cuyos cuerpos
Esta' doble identidad es la historia de su vida. Para descnb~rl\
nunca fueron encontrados: Marcel Amiel, Robert Boudet, Jean-Yves Claudet Fernán-
dez, Frarn;:oise-Marie Dauthier de Martínez, Alice Domon, Andrés Roberto Duro, es reciso viajar de París a Buenos Aires, desde el pasado hacia e
Marie-Anne Erize, Maurice Jeger, Mario Roger, Julien Cáceres, Pierre Albert Peg- p t busca de testigos fotos e indicios, de todo aquello que
presen e, en ' l' f ya
neguy, Juan Roger Peña, Jean-Marcel Soler, Marcel Tel10, Paul Tel10, Raphael Tel10. .b . recomponer el rompecabezas transat an ico
Todos son considerados «detenidos-desaparecidos». Se han encontrado los restos de pueda contn mr a . ? S' qué
otras tres personas: Léonie Duquet, el padre Gabriel Longueville, Yves Domergue. Se resolver el enigma originario: ¿por qué la Ar?entm~. 11, ¿po~ones
entronizó una placa en memoria de todos esos «franceses víctimas de la represión , ando las raíces de la familia provienen e as reg1
ese pa1s, cu
ilegal 1976-1983», en la entrada de la embajada de Francia en Buenos Aires.
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 27
26 1 PHILIPPE BROUSSARD

muere al caer de un andamiaje en Touraine. Para ayudar a su madre,


de Béarn Y de Vendée? 1 La investigación comienza en el centro de
el adolescente renuncia entonces a sus estudios y ejerce diversos em-
París, en el distrito XV.
pleos. Un día es contador, al día siguiente periodista o ~artero ••• Pero
Un edificio entre otros, en una calle muy comercial.
lo obsesionan las ganas de viajar y conocer nuevos horizontes. Aco~-
La puerta cochera abre a un pasillo.
sejado por un amigo de sus padres, se lanza a una carrera de au~od1-
Al final del pasillo, hay un patio interno.
dacta, aprendiendo inglés y estudiando derecho. Cuando ese mismo
Escalera al fondo. Primer piso. Puerta de la izquierda.
amigo le propone un cargo en el servicio comercial . consulado ~e
Es allí.
Francia en Johannesburgo (en Sudáfrica), el joven natiyo de Vendee
Anne-Marie Ortiz, una de las tías de Marie-Anne, es una señora
no duda un segundo y sube al primer barco que va al Afri~a austral.
de 86 años, de cabellos cortos y blancos, más bien menuda y con
Muy pronto se hace conocer por su inteligencia y s~ c~p~c1dad ~ara
rasgos finos y regulares. Se ha instalado en un sillón, frente a su hija
adaptarse a ese mundo en ebullición que nada a prmc1p10s del s1gl~
Monique. Su voz es clara y dulce, como la de las abuelas de otros tiem-
XX. Su camino está trazado, no se desviará de él, ya que se encargara
pos_. En algun~s palabras aflora todavía la influencia argentina: dice
de diversas misiones consulares en Inglaterra (Southampton) Yluego
«seis» Y no «six», «estancieros» y no «propriétaires terriens». Hace
varias decenas de años que dejó ese país pero su memoria y su cuerpo en Alemania (Berlín).
Cuando estalla la guerra en 1914, Louis Tisseau combate d~s ~ños
han ~uedado marcados para siempre. Conoció allí a su marido, hoy
en un regimiento de caballería, antes de incorporarse a ~n ser~ic10 de
fallecido. Sus cuatro hijos nacieron allí. La Argentina es también para
lucha contra el contrabando internacional en Oslo. Su vida agitada no
ella el desgarrón de su vida: el arresto de su hijo Michel en 1974, su
le impide casarse con una muchacha que enco_~tró en Inglaterr~ en
condena a nueve años de cárcel, la desaparición y muerte de su nuera
1913, Suzanne Falck, una católica de buena familia, francesa por lmea
Cecilia ...
materna y noruega por línea paterna. En contacto con esos burgues~s
Retrocediendo aún más en el tiempo, Anne-Marie Ortiz es tam-
de alcurnia, el hijo del carpintero cambia de universo, afina su senti-
bién 'el ~ltimo testigo directo -con su hermana Fram;:oise, la madre
do de la negociación y los asuntos mundanos. Nombrado ~gregado
de Mane-Anne- de la llegada de la familia a Buenos Aires. Todo
comercial en la embajada de Francia de Oslo, funda la Camara de
eso ?cu~rió hace unos setenta años, siguiendo los pasos de su padre,
Comercio Franco-noruega, enlace económico entre ambos países. S_u
Loms T1sseau, cuyo recorrido orientó el de toda su descendencia. Sin
mujer se ocupa de los hijos: Jacqueline (nacida en 1918) y An~e-Mane
él y sus dedsi~nes, ninguno de ellos habría conocido la Argentina.
(1922). Fran~oise, la menor, será la única que nacerá en Dmamarca
Todo empieza a finales del siglo XIX en Pouzauges, un villorrio
(1928), donde el padre prosigue la segunda etapa de su ~arrera.
de Vendée considerado uno de los focos del protestantismo francés.
Esta larga secuencia escandinava se interrumpe a mitad de 1930,
Louis, hijo de una costurera y un carpintero, es el mayor de seis her-
cuando se empiezan a oír de nuevo ruidos de botas en Europa. Ent~e
manos criados en condiciones materiales modestas pero educados
1936 y 1939, el Ministerio de Relaciones Exter~ores nombra~ Loms
con di~t.inguido esmero. Después de diversos fracasos profesionales,
Tisseau en Madrid, luego en Barcelona, en medio de una Espana ~es-
la fam1ha debe mudarse a Tours, donde Louis pasará la mayor parte
garrada por ese entonces por la guerra civil. La violencia del conflicto
de su juventud.
entre franquistas y republicanos es tal, que Suzanne debe quedarse en
Acaba de cumplir dieciséis años, en abril de 1902, cuando su padre
Versalles con los niños. Y lo peor está aún por venir••• esta vez desde
l. Béarn es el antiguo nombre de una de las regiones que forman parte actualmente Alemania.
del depart~me~to «Pirineos Atlánticos», en el sudoeste de Francia, cuya capital es
En junio de 1939, Louis decide instalar a su familia en Saint-
Pau. Vendee, situado al oeste, a orillas del Atlántico, forma parte del actual departa- Avertin, una pequeña ciudad de Touraine donde, pensando en su
mento «Pays-de-la-Loire», cuya capital es La Roche-sur- Yon [N. de fa T.].
LA DESAPARECIDA DE SAN fUAN 1 2 9
28 1 PHILIPPE BROUSSARD

se arredra ante esos obstáculos, viendo en esa expedición la m!s


vejez, adquirido un pequeño castillo, Le Nouveau Bois. La pequeña .
nodtante de las aventuras. En cuanto a sus hermanas, enfermeras e
Frarn;:oise pasa allí un verano apacible pero a partir de septiembre,
ex . , ded1· can sus cuidados a dos franceses que han encontrado
cuando Francia e Inglaterra declaran la guerra a Alemania, la región formaoon, l l h R ry
b d Como centenares de otros candidatos a a uc a, oge
de Touraine se transforma en un lugar devastado, recorrido por sol-
aG otronºErize no pudieron ir más allá de Senegal y helos aquí ahora
dados que se apresuran por reunirse con sus regimientos y donde las as edio del Atlántico, extenuados y con fi eb re, at endºl dos por esas
rutas y caminos desbordan de camiones militares y vehículos civiles.
:~:antes jóvenes cuyo padre tuvo la feliz idea de aceptar un cargo en
Al mismo tiempo, Louis Tisseau prosigue su periplo profesional.
Enviado de España a Inglaterra, se incorpora a la misión económica Buenos Aires. • f T
Unos y otros no lo saben, pero el futuro de sus respectivas a~1 ia:
del diplomático y escritor Paul Morand. Pero este paréntesis británico
se está jugando en el buque que se acerca, queramos o no, al R10 d
durará muy poco tiempo: su jerarquía le propone enseguida un cargo
de agregado comercial en América del Sur. Le queda solo decidir su la Plata.
paradero: ¿Chile? ¿Brasil? Opta rápidamente por la Argentina, que ha
quedado al margen del conflicto mundial.
Sin sospechar las emboscadas que los esperan, los jóvenes Tisseau
están embelesados con la idea de lanzarse en semejante odisea. Para
reunirse con su padre, que ha sido el primero en partir, tendrán que
abandonar el castillo de Saint-Avertin, recuperar diversas autoriza-
ciones en Vichy y viajar luego a España, desde donde sale el barco.
Llegados a Bilbao en noviembre de 1941, se embarcan con desti-
no a. Buenos Aires vía Dakar y Montevideo. «El barco reventaba de
gente -relata Anne-Marie, la hermana de Frarn;:oise- no sé cómo
no naufragó con los centenares de pasajeros que llevaba. En la tercera
clase, viajaban los más humildes, refugiados extranjeros o españoles,
pobre gente enclaustrada en la bodega del buque, obligados a vivir
en la promiscuidad y el mal olor. En el puente de la proa había más o
menos doscientos franceses de la Argentina y Uruguay. Habían par-
tido para luchar contra los alemanes pero habían sido bloqueados en
Dakar y volvían a sus países.»
Durante ese viaje, que duró unos cuarenta días, los Tisseau dis-
ponen de cabinas, almuerzan y cenan en una mesa al lado de la del
embajador de España en Buenos Aires. Pero esos privilegios son solo
aparentes, el viaje está lejos de parecerse a un crucero turístico: la co-
mida es infecta, se multiplican los casos de gastroenteritis y la mayoría
de los que han subido en Dakar sufren de paludismo. El personal, que
no basta para efectuar las tareas, se pone en huelga, lo que aumenta
aún más la tensión entre los pasajeros agotados.
Pero el entusiasmo de Frarn¡:oise, la menor de las hijas de Tisseau,
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 31

Pero ese mutismo es una elección suya y lo respeto, aun cuando me


deja a menudo muy solo con mi libro.
Usted tiene razón, sin duda, al fin y cabo ... Esta obra no es suya
sino mía. Soy yo el que debe construirla sin esperar nada, avanzando
en contra de la corriente, si hace falta. En su carta de febrero de 2001,
usted escribía respecto del artículo de Le Monde: «Gracias por haber
hecho tantos esfuerzos por obtener informaciones acerca de mi
me enteré de tantas cosas que ignoraba». ¡Y bien!
quede asombrada y le haga sufrir que yo saque a luz ciertas facetas de
Marie-Anne.
París, 15 de diciembre de 2008 En el fondo, más allá de los silencios de la circunstancia, a usted le
Querida Franr;:oise, importa solo una cosa: saber cómo y a causa de quién ella desapareció
en San Juan el 15 de octubre de 1976. Volveré allí. Para interrogar a sus
amigos, encontrar testigos y hablar con el juez, si es que acepta verme.
Usted ha tomado partido por el silencio.
A la espera de todo ello, tenemos que volver a los orígenes, a esta
No decir ni hacer nada antes del juicio.
fascinante trayectoria familiar: los Tisseau, los_Eriz_e, el Atlánt~co... ,
¿Tendrá lugar algún día? ¿Dentro de un año, dos años? ¿En la Ar- Cuando usted me había hablado de esa historia en el salan de te,
gentina o en Francia? Le deseo que ese proceso se inicie, aunque el tiem- yo había notado cierto orgullo en sus palabr~s, y tamb_ién nost~lgi~,
po de la justicia sea siempre más lento que el de las lágrimas. El hombre porque abordábamos episodios clave de su vida argentina, la genesis
que dama su inocencia en la cárcel de San Juan deberá explicarse ante misma de esta historia. Su hermana, que me recibió amablemente en su
usted, escuchar su voz y sus dolores, deberá atreverse a sostener su mira- departamento parisino, se emocionaba mucho también cuando evocaba
d~ en presencia de los jueces. Es creyente, reivindica como suyo el mismo esos momentos tan decisivos para todos ustedes.
Dios que usted, pero su fe se alimenta de odio, rechazo e intolerancia, Algunos días después, su hija Monique me confió un documento de
a diferencia de la suya, Fram;:oise, que es otra cosa. Él es un cruzado un valor inapreciable: un texto de su padre, Louis Tisseau, que relataba
neofascista y usted es una madre herida.
su infancia. Aunque no lleve fecha, se puede suponer que redactó esas
Usted ha optado, pues, por el silencio. No hablará en este libro. nueve páginas poco tiempo antes de morir, en 1961, en Touraine.' Hubo
Sus hijos tampoco. Ni Marc, ni Yolande, ni ninguno de los otros, salvo sobre todo un pasaje que me marcó. Es el que rememora, en un estilo muy
Marie-Noelle, designada de algún modo como «portavoz». Pero ella seguro, sus primeros sueños de viaje, en Vendée. «Recuerdo con mucha
tampoco se pronunciará sobre el asunto en sí mismo, solo hablará de precisión -escribe- el momento en que observé por la ventana de nuest~o
Marie-Anne, su hermana mayor.
dormitorio principal ese punto luminoso que en las noches claras aparecia
Confieso que me costó mucho, por lo menos al principio, comprender y desaparecía sin cesar, muy lejos al sudoeste y que, según me decían, era el
su decisión. Me pregunté si no había que leerla como el temor de conocer faro de la Isla de Ré, a una distancia de ochenta kilómetros. ¡Cuá~tas veces
una verdad perturbadora o como una reticencia a remover ese pasado me quedé con el rostro pegado al vidrio acechando esa luz que brillaba tan
de sufrimientos. La Argentina es un país con una memoria pesada, lejos, más allá de bosquecillos y llanuras, en un océano que me resultaba
cargada con tantos dolores y penas ...
difícil imaginar! No pensaba entonces en la vida errante que_ debería llevar
No conozco lo suficiente a su familia para disipar esas dudas. más tarde, pero me pregunto si no fue en ese momento preciso cuando me
No conozco lo suficiente la Argentina para evaluar sus peligros. atrajo por primera vez el horizonte de lo desconocido[... ]»
32 1 PHILIPPE BROUSSARD

Al leer estas líneas, uno piensa que todo se decidió en la ventana


de esa casa, a finales del siglo XIX. Su padre habría pasado horas ob-
servando, admirado, las tareas de los artesanos, o soñando, junto a sus
compañeros, con una carrera de médico o magistrado. Sin embargo,
solo lo atraía la alta mar...
Siga su mirada, Franroise ...
«Muy lejos al sudoeste», estaba el faro de la Isla de Ré, y más lejos
aún, ese país a un lugar tan esencial en su y en la
de Marie-Anne.
¿Tiene usted una copia de ese texto? ¿Su hija lo había leido? ¿Qué
sabía de su abuelo? Había muerto hacia unos quince años cuando ella
desapareció en San Juan, pero es ahí donde se escribe el comienzo del
relato, cuando un joven de Vendée necesitó ir en busca de otras lejanías.
Tengo que dejarla por hoy.
Con mi amistoso recuerdo y asegurándole que no le tengo rencor Buenos Aires. Diciembre de 1941. Franc;:oise, la hija menor de los
por su opción. Me toca a mí sorprenderla ahora, hermanos Tisseau, tiene la impresión de descubrir un planeta desco-
nocido. ¡Francia ocupada por los alemanes le parece que ha quedado
Philippe muy lejos! Se había ido en otoño y al cabo de un viaje agotador, está
aquí en medio de este país espacioso y lleno de sol, al comienzo del
N B.: Investigando sobre el año 1976 en la Argentina, noté una verano austral, alojada en un hotel residencial cuyo personal se afana
coincidencia asombrosa. El ex jugador de fútbol Diego Maradona, el por agradar a los clientes.
argentino más célebre de la historia, jugó su primer partido profesional Con sus avenidas anchas y sus parques sombreados, Buenos Aires
a la edad de 15 años, el 20 de octubre de 1976. Cinco días después del es una ciudad acogedora, aireada, agradable para vivir. La adolescente
secuestro de Marie-Anne en San Juan y un día antes del allanamiento se adapta y se dispone a ingresar en el colegio Francés. Su madre, que
de los militares en su casa. Por supuesto que esos hechos no tienen nada no habla una palabra de español, goza de la quietud de esa capital tan
en común, pero no puedo evitar pensar que la primera estrella del fútbol diferente del París oprimido por los alemanes. En cuanto a su padre,
mundial, surgido de los barrios pobres de Buenos Aires, conoció sus encargado por la embajada de supervisar las entregas mensuales de
primeros momentos de gloria en la Argentina de los dictadores. trigo hacia la zona libre, no tiene ninguna razón para lamentar su
decisión: Argentina es un país magnífico, una tierra abundante cuyas
riquezas bastan para alimentar por sí sola una parte de Europa.
Aprovecharía plenamente de este exilio sudamericano si no fuera
que la situación de Francia empeora a medida que pasan los meses.
Después de que el conjunto del territorio nacional pasó a estar bajo
el control alemán e italiano, en noviembre de 1942 el país parece más
sometido que nunca. Profundamente contrariado por ese acto de sub-
ordinación a las autoridades de Vichy, el joven diplomático renuncia
al cargo en la embajada e intenta abrirse un camino en el sector pri-
34 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 35

vado. No encuentra, por el momento, otra salida que incorporarse por sus padres. Mientras estos estén en Berlín, ella se recibirá deba-
a una empresa francesa de Buenos Aires que produce cacerolas de· chiller en la escuela de Hulst, un liceo versallesco donde sus hermanas
aluminio. Las finanzas familiares resisten mal a esta decisión: aunque habían estudiado antes de la guerra. Los pensionistas reciben allí una
en los primeros tiempos gozan de cierta holgura, los Tisseau termi- educación rigurosa en el marco del estricto dogma católico. Su paso
nan por abandonar la residencia para vivir en un departamento más or ese establecimiento será para ella una etapa decisiva. Saldrá de
modesto. Pese a todo, Frarn;:oise está satisfecha y los niños también. ~li profundamente cambiada, y mucho más piadosa que el resto de
Han crecido y forjan proyectos adultos: Roger quiere seguir una for- la familia. Hasta sus padres, con los que se reunirá en Alemania en
mación de piloto bombardero en Estados Unidos; Anne-Marie sueña 1946, quedarán sorprendidos por ese fervor repentino._ .
con seguir estudios de medicina; Jacqueline frecuenta siempre a uno Sin embargo, la joven bachiller no olvida a su «nov10» argentmo.
de los soldados que había conocido en el buque, Roger Erize. «Quiero casarme con él», le repite a su padre en 1947. Pr~oc~pado
Para unos y otros la vida sigue así su curso en una Argentina di- por la idea de una eventual guerra con Rusia en Europa, Loms T1sse~u
vidida entre los partidarios de los aliados y una elite militar seducida se muestra favorable a ese proyecto y él mismo incita ahora a su h1Ja
más bien por el régimen nazi. El golpe de Estado de junio de 1943, menor a ir hasta Southampton y a tomar sola el buque con destino a
que lleva al poder al general Ramírez, confirma la atracción de cier- la Argentina. Su futuro marido la esperará en Espartilla~, el pueblo de
tos oficiales por las dictaduras europeas. Más aún, habrá que esperar los Erize, al sur de la gigantesca provincia de Buenos Aues. ,
al 26 de enero de 1944 para que el país rompa por fin sus relaciones Sería vano buscar ese pueblo en un mapa. No figura en ningun
diplomáticas con la Alemania de Hitler, ¡y al 27 de marzo para que le atlas. Solo algunos mapas locales lo mencionan apenas. Al sali_r de la
declare la guerra! Ese retraso no tiene nada que ver con una actitud capital, hay que ir hada el sur, bajar cada vez más, recorrer tr~sc1entos,
pacifista; revela más bien la rigidez ideológica y el sentimiento anti- cuatrocientos, quinientos kilómetros a través de la pampa humeda en
est~dounidense de una buena parte de las elites. No es de extrañarse, dirección al puerto de Bahía Blanca. Al norte de esta ciudad costera se
pues, que la Argentina haya recibido en su suelo a centenares de nazis halla el pueblo de Pigüé, una especie de end~ve francés que debe s,u
o «colaboracionistas» franceses en busca de olvido. relativa notoriedad a la presencia de una coloma de Aveyron que habia
Por el momento, el señor y la señora Tisseau tienen otras prio- llegado allí en el siglo XIX. Qué extraño país, donde se p~ede d~safiar
ridades y no piensan en la política interna. Saben que la Liberación la pampa y criar vacas gordas como bisontes, pero al mismo tie~po
marca el fin de su experiencia sudamericana. vivir en la nostalgia de los platos de tripas de Auvergne y de su vmo.
Ya en 1945, las nuevas autoridades francesas le piden, en efecto, a Espartillar, fundado en 191 Opor españoles, franceses y aleman:s
Louis, que reanude su tarea, esta vez en Berlín, donde será adjunto del del Valga, se sitúa a unos treinta kilómetros de allí. Es una pequena
«director de división política» y luego, jefe de archivos de los aliados. aldea perdida en los extremos confines. Comparado con ella, el Pigüé
Solo sus hermanas mayores se quedarán en la Argentina: Anne-Marie, de los nativos de Aveyron merece el rango de metrópolis. Hay allí una
para seguir sus estudios de medicina, y Jacqueline, para casarse con escuela, un equipo de fútbol, una cooperativa agrícola y una iglesia
Roger Erize. Frarn;:oise, por su lado, se ha encaprichado con otro de los flamante, San Miguel Arcángel. Pero eso no disipa el sentimiento de
hermanos Erize, Albert, nacido en Pau en 1921. Si dependiera nada aislamiento impuesto por los horizontes rectilíneos, los campos de
más que de ella, ¡la adolescente no esperaría llegar a la mayoría de trigo y de girasoles, y esos ríos en que Albert y sus herm~~os adoran
edad para casarse! Pero su padre no quiere saber nada: «Tienes solo ir a pescar. La región es más ventosa y soleada que la reg1on francesa
17 años -le repite-, ¿estarás todavía enamorada de él dentro de dos de Beauce O el Middle West juntos, los estancieros reinan allí sobre
años? Mientras tanto, vienes con nosotros a Europa». propiedades ilimitadas e innumerables hectáreas de tierra generosa
Frarn;:oise se resigna y se dispone a cumplir el programa planeado que recorren a caballo con sus gauchos.
1

36 1 PH!LIPPE BROUSSARD
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 37

Vista desde esas comarcas, Buenos Aires y ~u agitación política . de ramos generales. Desde entonces, no se movieron más, sobre todo
pertenecen a un país diferente y menos apacible. Juan Domingo Pe- Albert. El joven sabe cuán inmenso es el amor de su padre por esa
rón, el general que preside los destinos de la Argentina desde 1946, tierra y su historia, hasta el punto de dedicarle un proyecto exorbitado,
imprime su marca inventando un concepto ideológico que no condice esto es, la redacción de un diccionario de mapuche, la lengua -solo
realmente con la derecha ni con la izquierda: el «justicialismo». Inspi- oral- de los autóctonos epónimos, célebres por su ideal de indepen-
rado en parte en los modelos italiano (Mussolini) y español (Franco), dencia. Fascinado por su lucha milenaria, Esteban Erize se empeñó
este régimen autoritario -calificado de «fascista» por sus adversa- en estudiar su idioma y dejar huellas escritas.
rios- se caracteriza por un extremo personalismo: el líder y su esposa Este patriarca a la antigua conoce demasiado la región como para
Eva (Evita) ocupan el centro de todo. Este populismo y las profundas no alertar a su futura nuera, Frarn;:oise Tisseau, sobre la melancolía de
reformas sociales (convenciones colectivas, suba de salarios, sistemas la pampa. ¡Cuántas veces el viento, el sol y el silencio invernal hicieron
de jubilación ... ) lanzadas desde los comienzos del gobierno (1943) huir de allí a las mujeres acostumbradas a las ciudades ... ! Pero el tem-
le valen a Perón la adoración de los humildes. Obreros y campesinos peramento de Frarn;:oise no es de esos que hacen las valijas llevados
sienten que Perón, acompañado por la popular Evita, es el único que por una depresión repentina. Su unión con Albert, celebrada el 26 de
vela por su dignidad. El despegue de la Argentina, estimulado por mayo de 1948 en la iglesia de Espartillar, le depara una única tristeza:
las necesidades de una Europa que debe reconstruirse, refuerza el la ausencia de sus padres, demasiado entrados en años para viajar.
aura de su jefe providencial, permitiendo que su dan use y abuse del Louis, el autodicacta de Vendée convertido luego en diplomático, tie-
dientelismo y la propaganda. ne problemas cardíacos que lo obligarán a retirarse al poco tiempo en
. Los Erize son ajenos a ese mundo. Su horizonte de emigrados de su gran residencia solariega cerca de Tours, donde morirá en 1961.
la región de Béarn se limita al coto cerrado de Espartillar, sociedad En Espartillar, la joven pareja vive en una casita que Albert, apa-
rural regida por usos codificados. Hace varias décadas que han echa- sionado por la arquitectura, había construido con sus propias manos.
do raíces en esa región, donde una aldea y una estación en medio del Allí, a dos pasos del negocio familiar de ramos generales, van a nacer
campo llevan su nombre. De un villorrio al otro, los Erize son tantos los dos primeros bebés: Marc (21 de agosto de 1949) yYolande-Marie
que resulta a veces difícil decir a qué rama del árbol genealógico per- (24 de octubre de 1950).
tenece tal o cual descendiente. Pero en Espartillar no hay nadie que no Aunque la mamá no sienta todavía la nostalgia por su país, no está
conozca a Albert, Gaston y Roger: son los hijos de Esteban (Étienne) a gusto en la pampa. Ni la belleza de los crepúsculos ni las partidas
Erize, el dueño de un comercio de ramos generales, el lugar donde de polo de su esposo preservan sus días de una rutina desesperante.
los productores venden sus cosechas a cambio de útiles y semillas. Lo único que la ayuda a mantenerse es el amor de su familia y la fe
Este hombre de carácter y muy culto, 1 había nacido en Bahía en en Dios. En los momentos de duda, consulta al cura de la aldea, el
marzo de 1891 pero nunca había renegado de sus orígenes france- padre Santiago Bakker. Este sacerdote de origen irlandés, miembro
ses. Dio prueba de ello durante la Primera Guerra Mundial, cuando de la congregación de los Misioneros del Verbo Divino, está radica-
se enroló para combatir contra los alemanes. Habiéndose quedado do en Espartillar desde 1940. Frarn;:oise; quien ve en él a su «padre
en Francia hasta 1933, tuvo tiempo para ser padre de familia y para espiritual», no dejaría que nadie, salvo él, bautice a su segunda hija,
crear luego una empresa de fabricación de muebles en el sudeste. Por nacida el viernes 28 de marzo de 1952 a las diez y media de la noche:
desgracia, la quiebra de esa sociedad lo obligó a volver a la Argentina, la pequeña Marie-Anne.
donde sus hijos, todavía menores, lo ayudaron a fundar el comercio

1. Esteban Erize dirigirá más tarde el Museo de Bahía Blanca.


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LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 39

se, mezclados con números de lotería, para llevarnos hasta eventuales


tesoros:
Marie-Anne Erize + Espartillar
Marie-Anne Erize + modelo
Marie-Anne Erize + San Juan + desaparición
Las respuestas salen a centenares, por lo general en español. La
mayor parte de ellas no presenta el menor interés. Se trata de artículos
de prensa más o menos recientes que retoman con las mismas palabras
y errores informaciones que usted conoce de memoria. ¿Qué es lo que
no se ha dicho sobre Marie-Anne? Que había nacido en la provincia
París, 30 de diciembre de 2008 de Misiones. Que se hallaba en Francia en mayo de 1968. Todo eso es
falso, por supuesto.
Querida Franroise, Pero Internet sabe también ofrecer pepitas de oro de verdad.
El jueves por la noche, por ejemplo, entré por medio del correo elec-
En Francia es invierno. Hace realmente mucho frío. trónico en relación con una historiadora argentina que estaba dispuesta
Todos los días mueren SDF, las «sin domicilio fijo», la última esta- a mostrarme el expediente universitario de su hija. Otro día pude ver
dística calcula trescientos cincuenta y nueve en todo el año 2008. En por YouTube imágenes de manifestaciones organizadas en Buenos Aires
parte a causa de la crisis, se respira aquí una atmósfera de depresión, a a comienzos de los años 70, por movimientos de izquierda. La época y
p~sar de las fiestas. En su país, en cambio, es verano. Para alguien que sus utopías me parecieron más cercanas.
vive\ en el_ hemisferio sur desde hace unos setenta años, es seguro que Estas inmersiones en el pasado son a veces tan profundas que salgo
estos _cote;os entre estaciones han dejado de sorprenderlo, pero confieso de ahí un poco perdido, como en esas películas de ciencia ficción en que
que siempre me costó imaginar el planeta al revés, la playa en diciembre el héroe viaja en el tiempo y tiene que hacer un esfuerzo para pisar de
y la nieve en julio.
nuevo la realidad.
Como todos los años, usted debe estar en casa de su hija Yolanda. Así fue como ayer; en el subte entre Réaumur y Saint-Lazare, mi
Por mi lado, sigo escribiendo y, sobr~ todo, continúo la investigación. Es espíritu merodeaba todavía por el lado de Espartillar; en los años de la
una experiencia única llevar una investigación a esta distancia, física y posguerra. En la parada Opéra del subte, unos jóvenes turistas italianos
temporal. Miles de kilómetros distan entre París y San Juan, han pasado invadieron el andén con estruendo, haciéndome volver de golpe al año
más de tres décadas desde la desaparición de Marie-Anne. Esta doble 2008. Pero no por mucho tiempo ... En ese preciso momento -¡extraña
lejanía me obliga a instalarme en un desajuste permanente entre dos coincidencia!- percibí en las paredes de la estación el afiche de la pelí-
países, dos épocas, y da a veces a mi tarea una dimensión obsesiva. Por cula de Steven Soderbergh sobre el Che Guevara. ¿Sabe usted que tenía
eso me suele ocurrir navegar en Internet durante horas siguiendo los exactamente su edad? En agosto de 1952 vivía en Buenos Aires y usted
rastros de un hipotético testigo, que se revela al final inútil. No impor- en la pampa. Mientras él planeaba la revolución, usted preparaba la
ta ••• hay que seguir. En francés, en español, en inglés. Entregar a Google mamadera para Marie-Anne. Tal como la conozco ahora, el personaje
pedazos enteros de la vida de su hija para que arroje sus redes hasta los del Che debía haberla fascinado. A usted mucho menos, seguramente ...
fondos de su memoria virtual. Albert no era de izquierda, usted tampoco, pero su hija sí lo era, y sus
No sé si usted es una adepta de Internet -supongo que no-pero la amigos también. ¿Por qué? ¿Cómo? Perdóneme, querida Franroise, por
«Tela» está hecha de tal modo que datos y palabras-clave deben asociar- exponer así mis dudas acerca de problemas que le conciernen solo a
40 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 41

usted, y al cabo, pero es así: la historia de Marie-Anne desborda como para preguntarse si el lugar ha cambiado tanto desde qu_e .
de contradicciones y enigmas íntimos. Marie-Anne, en marzo de 1952. Emana de ese lugar una terrible im-
Volviendo al Che, me enteré de que esta palabra es de origen mapu- • na dºie.r
resión de vacío ¡No se ve a na d ie, .
che. Se trata de una interjección utilizada en toda una parte de América P En el censo de 2001, el pueblo contaba sin embargo co_~ 913 habitan-
del Sur, que se podría traducir como «macho». Tengo que verificar en
el diccionario de su suegro, Esteban Erize. ¡Qué personaje! Para tener
una idea más precisa sobre él, consulté una copia de su libreta de ma-
::~s
t Una foto tomada desde el andén de la pequeña estacwn muestra
que se alejan. ¡Ahí tampoco se ve a ning~n viajer~, ningún obr~ro
de ferrocarriles! En cuanto a la iglesia San Miguel Arcangel, construida
trimonio y anoté los pocos mencionados en la columna de por su amigo el padre Bakker, parecería que se conserva en buen . ,
«Señas particulares»: Cabellos: castaños. Ojos: castaños. Frente: alta. como también el hogar de la parroquia. Que yo sepa,. n_~, hay nmgun
Nariz: rectilínea. Rostro: largo. cura desde 2001, la parroquia se ha anexado a la de ~1fue.
No me pregunte cómo lo conseguí pero tuve acceso también a un Antes de terminar, quisiera nada más decirle que 1re probablerr:en;e
documento militar referido a su marido. En la página derecha, se lee a la Argentina en primavera (¡la primavera francesa, no la a:g~ntma.).
que sirvió durante algunos años en el ejército francés, a principios del Bueno, creo no haberme olvidado de ninguna entre las ultimas no-
año 1945, en África del Norte. En la página izquierda figuran su altura, ticias.
1 m 77 cm, y una foto de identidad. Debe rondar los treinta años, tiene Con mi recuerdo amistoso,
pelo corto, un rostro anguloso, sonríe, es un hombre de hermoso aspecto.
Philippe
Algo me intriga, pese a todo: sus dos nombres de pila, René y Albert.
Cuando yo la vi en 2000, usted siempre decía «René». Pero su hermana,
su sobrina y toda la gente que encontré aquí lo llaman «Albert» o tam-
bié11 «Alberto». ¡Confieso que estoy perdido! Me atengo por mi parte a
esta ficha militar firmada «Albert Erize>>. Pero observe, eso de jugar así
con los apellidos y nombres de pila es una costumbre de la familia: en la
parte inferior de un texto sobre la desaparición de Marie-Anne llegué a
leer, escrita por usted, esta firma sorprendente: «¡Francesca Tisseau de
Erize»! ¿Es tal vez su faceta franco-argentina?
Otra cosa: cuando nos conocimos en Buenos Aires, usted me había
hablado de la aldea de Espartillar, de un «lindo chalé» familiar cons-
truido al lado de negocio de ramos generales. Pero según su hermana
Anne-Marie, ese rincón perdido no le gustaba mucho que digamos. Por
curiosidad, busqué en Internet fotos de las aldeas de Erize y Espartí-
llar...
Para Erize, hay que conformarse con una vista aérea, una especie
de relevo topográfico carente de interés.
Para informarse sobre Espartillar, es igualmente inútil recurrir a
Google Earth, la «lupa» planetaria. Apenas se divisan las casas en me-
dio de una miríada de campos con un trazado perfecto. Los raros sitios
locales difunden solamente una media docena de fotos. Mirándolas, es
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 43

5 contrato ideal para Albert: un grupo suizo buscaba un administrador


para el negocio de ramos generales en Puerto Esperanza, a orillas del
e río Paraná, en la provincia de Misiones. El grupo aceptó su candida-
tura y Albert obtuvo el puesto. El cambio de horizontes volvía loca de
alegría a Frarn;:oise, que se acercaba, así, al padre Bakker.
En ese verano de 1954, la pequeña Marie-An!1e y su familia de-
jan la pampa llevándose por único equipaje sus colchones y libros
franceses. Vendieron o regalaron todo el resto, como si necesitaran
borrar ese episodio sin mayor sabor en sus vidas, para preparar mejor
el siguiente.
Frarn;:oise, embarazada de otro hijo, no teme las fatigas de la mu-
danza; la perspectiva de un nuevo desafío la ayuda a tolerar la pesa-
dez pegajosa del verano austral, los caminos interminables, las rutas
polvorientas, las lluvias torrenciales del final de la tarde, las horas de
Ma~ie_-Anne no conservó jamás el menor recuerdo de Espartillar. Se espera para cruzar el río Paraná a bordo de una balsa destartalada.
habia ido ~e ese pueblo a los dos años. No le quedó nada de ese perío- Al cabo de un periplo agotador, llegan a la provincia de Misiones.
do d~ s~ vida, con excepción de una mención graciosa: «Espartillar, Ya no ven las líneas perfectas de la pampa, los campos de trigo y gi-
pr_ovmcia de Buenos Aires», inscripta en la casilla «Lugar de naci- rasoles, las estaciones que empiezan y terminan según el ritmo de las
m.1ento» de su cédula de identidad y sus documentos escolares. A mu- cosechas ... Una Argentina muy diferente se revela ante ellos, un país
chas_ compañeras Y amigas, francesas o argentinas, debió resultarles de agua y selvas, una tierra tibia, húmeda y febril, donde los jesuitas
~ra~1osa esa extrañeza biográfica y se habrán reído de esa aldea ignota. habían venido otrora para evangelizar a los indígenas.
¿Como se puede nacer en «Espartillar, provincia de Buenos Aires»? En los mapas, el territorio se presenta como una franja de cien
A principios de 1954, sus padres deciden que es hora de mudar~e kilómetros de ancho, que corre entre Brasil, al este, y Paraguay, al
Y cortar así el cordón umbilical con el abuelo Esteban y su negocio de oeste. Su forma se adapta perfectamente al trayecto del Paraná, cuyas
ramos ?ener~les. Esa voluntad no responde a una mera casualidad: aguas marrones remontan hasta el río Iguazú y las cataratas del mismo
Frany?Ise, ~as creyente que nunca, prefiere ver en ello la obra de la nombre, un lugar de una belleza dantesca donde se cuentan hasta 275
«P~ov1dencia», que tuvo la feliz idea de vincular su destino con su saltos de agua, repartidos en un arco circular sobre varios kilómetros.
amigo, el sacerdote de Espartillar, es decir, el padre Bakker. En medio de un estruendo apocalíptico, el agua hirviente y espumosa
~lfunos meses antes, el misionero había sido afectado a miles cae por todos lados, se mete entre los árboles y las rocas, cava su ca-
~e ~1lometros ~e allí, en el norte, en la provincia de Misiones, que mino a través de la jungla para terminar saliendo, llena de barro pero
hmita c~n-~rasil y Paraguay. La noticia entristeció tanto a la mujer apaciguada, en torrentes que huyen hacia el sur y que se encaminan,
que escnb_10 a la Congregación del Verbo Divino reclamando que muchas centenas de kilómetros más abajo, hacia el Río de la Plata.
se ~antuv1era en Espartillar al padre Bakker. Pero nadie escuchó su Todo aquí no es más que calor y sudor. El dima impone sus noches
pedido y el sacerdote partió no sin prometer a los Erize que manten- asfixiantes, sus lluvias diluvianas y juega, sin dejar de hechizarlos, con
dría e~ lo p_osible contacto con ellos. Fue en ese momento cuando la los nervios humanos.
«Providencia», tan cara a Franyoise, ejerció su influencia ... Marie-Anne es demasiado joven para sospechar la prueba que
Por intermedio de un amigo, se enteró del ofrecimiento de un espera a sus padres. Desde la primera noche en Puerto Esperanza,
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LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 45

en una sin agua corriente ni electricidad, ve cómo su madre


cuerpo, furor que produjo ese crisol de orígenes, razas y
luc~a a escobazos con una tropa de arañas gordas y peludas que los ·
dones diversas.
aut~ctonos llaman «arañas-pollitos. No importa ... Lejos de todo -de
Desde la segunda mitad del siglo XIX, las autoridades
l~ cmdad, ~~l c~nfort, de Francia-, Frarn;:oise, la hija del diplomático,
lo posible para facilitar la implantación de in_migrante~ en la región.
tiene el pnv1leg10 de ser dueña de su vida y su libertad, viendo en ello,
Los primeros fueron los campesinos de Ucrama y Paloma, encargados
una vez más, u~ «don de Dios». Con tres hijos pequeños, y un cuarto
de abrir los primeros surcos en esa tierra extenuante. Llegaron . .
por nacer, suscita la admiración de su marido, que la deja administrar
los asuntos _domésticos mientras él se ocupa del negocio. go, d espués de la Primera Guerra Mundial, los náufragos
. de la cns1s
alemana, después los rusos, los finlandeses, libaneses, los
_L~ pareJ_ª no se arredra, convencida de haber tomado una buena
los daneses, hasta que les llegó el turno a los asiáticos (japoneses,
dec1s1ón. _Ni siquiera el conflicto que estalla entre Albert y sus pa-
laosianos, coreanos). No hay que extrañarse si pasan a ~uestro la~o
~r~nes smzos basta para enfriar su entusiasmo. El nativo de Béarn,
colosos rubios con piel tan oscura como la de los guarames o al reves,
l~Justamente despedido, no se deprime por tan poca cosa. Conven-
indígenas de ojos azules, con un cuerpo semejante al de los mineros
cido de_ ~ue la A:gentina es un país donde todo es posible, compra
de Silesia.
un ca~10n, traba;a como chofer de transporte, solicita luego la ayuda
Después de atravesar el camino de tierra rojiza que bordea el río,
fin~nc1era de un_ ~migo alemán para asentar sus proyectos: una ferre-
los Erize deshacen sus valijas a unos 40 kilómetros al sur de las cata-
tena y una estac1on Shell. El conjunto es modesto -la nafta se vende
ratas, en Wanda, una aldea conocida por sus yacimientos de piedras
en recipientes alemanes de veinte litros y no en surtidores- pero
semipreciosas. La aldea es una especie de campamento de pioneros
muy bien situado, en el cruce de dos rutas. Por fin, Albert se ha vuelto
<lcUtónomo. Jefe de sí mismo. Libre. -una «colonia», como dicen allí- fundado por polacos en 1936. La
población se limita a algunas familias de agricultore~ o ~mpleados de
Los Erize ~o se quedarán mucho tiempo en Puerto Esperanza, a lo
las sociedades forestales. Como en el resto de la provmc1a, se encuen-
sumo unos vemte meses. Durante ese tiempo, se mudaron dos tres
O tran allí habitantes de todos los orígenes: Polonia, Alemania, Suiza,
v~ces, tu;ieron u_n segundo hijo, Bernard, y emprendieron una acti-
Paraguay... Marie-Anne y los suyos son los únicos franceses.
vidad mas lucrativa que una estación de servicio o la ferretería, esto
Su casa es un gran rectángulo construido con madera y chapa,
es, la apertura de rutas en la zona boscosa. Para ello, se necesitaban
semejante a las construcciones improvisadas co~ materiales ~iversos
herramientas, aparatos, personal, una testarudez de leñador. Tendrán
de los Estados Unidos. La puerta da a un espacio chato cubierto de
que adentrarse también más al norte, hacia las Cataratas del Iguazú
hierba, un terreno de diez hectáreas donde los chicos pueden jugar
donde árboles gigantescos se elevan en apretadas hileras en medio d;
a la pelota. Más lejos, a unos cien metros hacia abajo, corre el arroyo
la anarquía lujuriosa y húmeda de la selva ecuatorial.
donde Frarn;:oise podrá lavar la ropa. La selva está a dos pasos,_ poblada
La película La misión, en la que Robert De Niro encarna a un
de animales de toda clase -monos, tapires, águilas, ocelotes, ;aguares,
traficante de esclavos que se ha vuelto jesuita en una comunidad
tucanes, caimanes-, pero la joven madre no se inquieta: ese exotismo
guaraní, mues~ra hasta qué punto esta comarca de conquistas lleva
la divertirá cuando lo compare con las noches ventosas de Esparti-
en ella los estigmas de un destino de fe y violencia. Cuanto más
llar. y si las arañas-pollito o las serpientes se acercan demasiado, las
nos acercamos hacia el norte y las cataratas, con mayor fuerza los
matará a bastonazos. «Mi hermana tenía sentido de la aventura y una
nombres de aldeas nos cuentan por sí solos esa saga atormentada:
capacidad inédita para adaptarse al entorno -tes~imonia Ann~-Marie
Eldorado, Victoria, María Magdalena, Libertad ... Por todos lados
Ortiz-; para ella, lo esencial era estar con su mando. Estaba dispuesta
la memoria local se enriquece con miles de bautismos y otras tanta;
a seguirlo a cualquier lado.» .
matanzas. Por doquier, los habitantes dan testimonio, hasta en su
Sin embargo, las condiciones de vida eran espartanas. Franc;:01se
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 47
46 1 PHILIPPE BROUSSARD

. b de hielo -resume uno de sus amigos franco-


debe cocinar con fuego prendido con leña y con grasa de vaca utili- dernbar un aneo
zada como aceite. Para tener agua potable, hubo que cavar un pozo. • ª 1 h ub i~ra_
• e· ecutado la orden»•
argentinos-, el~. ll b tá en el corazón de todas las cosas.
La casa, que no tiene electricidad, se articula en torno a una vasta Así es la fam1ha Enze. a edes 'd cotidiana La bendición de
pieza iluminada con velas o con una lámpara de petróleo. El piso se . . . · 1 sura ca a com1 a • .
La plegana m1oa y c au b' , la lectura de los Evangelios
compone de tablas tan espaciadas que mirando por los intersticios ·t al Lo es tam 1en
los alimentos es un n u • dres e hi' os se arrodillan escuchando
se ven iguanas barrigonas que toman fresco en medio del barro, a la antes de acostarse, cuando p~ )tan largas que las rodillas de
sombra de los pilares de sostén. De un modo similar, los dos dormito- Al unas sesiones son
la Palabra Santa. g f . de madera bruta que la se-
rios carecen de confort y protección. Los niños duermen en colchones • n de rotar e1piso
Marie-Anne se enroJece d b . Pero la niña es indiferente a
que su madre fabricó rellenando bolsones de tela con hierbas secas. • ue duermen e ªJº· d
para de las iguanas q fl de sus dolores recurrentes e
Para ir al baño, hay que salir, bajar cerca del arroyo y entrar en una todo eso. A pesar de su extrema acubra y Se acostumbra a la falta de
especie de cabina donde inquietantes visitadores se presentan de vez . • f • es asom rosa.
caderas, su res1stenoa isica ·t Aunque sea menuda, muestra
en cuando. Una mañana, Marie-Anne sorprendió a una serpiente que 1 , 1 a los mosqm os.
confort, a a camcu a, , d l chachos Vale la pena verla
se removía en el foso. . .d la mayona e os mu • .
más mtrep1 ez que del río o cuando da bnncos
Su padre ama con ardor esta existencia de aventurero. Liberado de las aguas marrones
cuando se sumerge en . b' , igual a los más pobres de sus
las obligaciones de Espartillar, sigue su camino como un explorador con los pies desnudos. Se siente ien as1,
que se aventura en la jungla vecina, caminando en línea recta y dando y n Wanda son muchos.••
compañeros. que e . -A divina que su querida «colo-
golpes de machete si es necesario. La vida le impone, sin embargo, A pesar de su edad, Mane 1 nne a- de prosperidad. Familias
dolorosas pruebas, sobre todo cuando en 1956 Frarn;:oise pierde su l omper os suenos
nia» puede ser crue y r , b r suerte en esas implacables
quinto hijo, al que iban a llamar Dominique. Ese drama no altera la h 11 ado alh para pro ª •
enteras, que an eg h el corazón encogido hacia
deci$ión, tomada por la pareja, de vivir en condiciones precarias, pero . or marc arse con ,
latitudes, termman p , 1 E . Albert que todos llaman aqm
incita a Albert a ofrecer a su esposa y a los hijos una pausa en medio . d d d 1 r No as1 os nze. , ,
las cm a es e su • dre Esteban -el que se habia em-
del desafío amazónico: una estada de algunos meses en Francia en «Alberto», ha heredado d~ s~ pa . che- esa habilidad cale-
t el dicoonano mapu
casa de los abuelos maternos, para recuperar fuerzas y escapar por pecinado en re d ac ar lida rápida a cada fracaso
un momento a la asfixia de Wanda. , . l hace encontrar una sa
doiscopica que e . 'd rovecho de esas tierras cuyo
Ese viaje de varias semanas a bordo del buque Anna C, de la com- . , d'f ·1 Decid1 o a sacar P
o situac10n 1 ic1 • 1 d fi ma un contrato tras otro, en-
pañía italiana Costa, abre a los niños horizontes urbanos que nunca potencial le parece subexp ota º', r ·nas traza nuevos caminos. y
hubieran imaginado: Buenos Aires, Cannes, París. Marie-Anne, que • arga nuevas maqm , ..
cuentra sooos, ene t . ta que sigue siendo, Citroen
tiene entonces cuatro años, es demasiado joven para calibrar el al- llo para e1 pa no
como supremo orgu d una concesión en Posadas,
cance simbólico de esa expedición transatlántica. No sabe que pisa el no tardará en encargarle la apedrtura et actividades, Albert Erize
suelo de Francia por primera vez. Como sus hermanos, permanecerá . . Al margen e sus o ras
capital de Mmones. fi . de la fábrica francesa
seis meses en París y Touraine, antes de volver a la Argentina con . , 1 «representante o oa1»
se convierte, as1, en e h' ulos franceses para el nor-
una madre menos cansada e impaciente por reunirse con su marido de automóviles, encargando otros ve lC
pionero. deste argentino. d edizo estos éxitos le valen
A fines de 1956, Frarn;:oise aborda esa vuelta a Misiones con una Lejos de transformarlo en un a vetn d co,mo un notable local.
confianza de benedictina en tierras paganas. Se diría que el hecho de ciclo y respe a o .
desde entonces ser reconoobre el estatuto de comuna, se convert1-
habitar una región donde los jesuitas dejaron tantos vestigios significa Dispuesto a que Wand~ e . d te y obtendrá fondos para la
para ella un mandato divino. «Si un cura le hubiera dicho que fuera rá muy pronto en su pnmer mten en ,
~----------"'!!iiiiíill!iiillllllll"'--------------------~,,

48 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 49

de cuatro casitas prefabricadas: un correo, una enfermería, bles, llevan a la capital. En el verano de 1960, decide pese a
la intendencia, la comisaría. • todo ir a Buenos Aires con Marie-Anne para que su cuñado Domingo,
Albert Erize no se compromete en política. Es un empresario, un cirujano traumatólogo, le haga un examen. A los ocho años, la niña
simpatizante de la derecha y no un militante. Ese tema le interesa muy se queja siempre de dolores de cadera, su rostro se contrae al efectuar
poco, sobre todo en la Argentina, un país implicado en una historia ciertos movimientos, sobre todo del izquierdo. Sus padres temen
compleja y jalonada de violencia. En Buenos Aires, una capital con que tenga un amago de poliomielitis. . . .,
un temperamento eruptivo, el poder cambia de manos de la noche a Auscultándola, Domingo constata que sufre de descakificac1on en
la mañana, según el capricho de la burguesía o el ejército. Es así la cabeza del fémur. Tendrá que llevar en la pierna un aparataje pesado
que, en 1955, los ultraconservadores derrocan a Perón, el «general- e ingrato para no apoyar el pie y evitar toda presión.
presidente». Elegido dos veces, en 1946 y 1952, los últimos años de su Después de la operación, Marie-Anne pasa varias semanas de con-
gobierno habían caído en una franca demagogia. Después se refugió valecencia en la casa de Domingo y su mujer, Anne-Marie. A pesar
en España, dejando a sus adoradores el cuidado de mantener el mito de la presencia de su prima Monique, los días le parecen insípidos.
y soñar -en secreto- con un regreso triunfal. Arde en deseos de volver a Wanda para ver a su familia, sus amigos
Si a Albert Erize no le atrae la política argentina, es en parte por- y su selva.
que su trabajo y su familia lo acaparan completamente. Desde abril de A comienzos de 1961 está de vuelta en Wanda con sus muletas y
1959, el dan cuenta con un quinto hijo: Étienne. Como sus hermanos el mencionado aparato. La curación completa le llevará varios meses.
y hermanas, lo educan «a la francesa», preocupándose por que no Aprovechará ese período de vacaciones escolares para ser a su vez la
rompa los lazos con la tierra de sus abuelos. Frarn;:oise hace espe- anfritiona de Monique, que ha llegado de Buenos Aires en hidroavión.
cial hincapié en que cante «Les Freres Jacques» y le lee extractos del Para esa pequeña habitante de una gran ciudad, la estada anuncia
Rea<J,er's Digesto de la revista católica Ecclesia, que recibe por correo. aventuras excitantes pero también temibles. Por feliz que se sienta al
También habla a sus hijos de Vendée y de Béarn, comarcas que deben reunirse con la tribu Erize, Monique teme ese verano en la selva: no
resultar muy misteriosas para quien crece a la sombra de los árboles sabe trepar a los árboles, tiene miedo de los insectos y los ruidos noc-
gigantescos del norte argentino. turnos. Su prima Marie-Anne, temeraria por dos, es todo lo contrario.
Marie-Anne tiene entonces siete años. Solo le quedan de Francia Su aparato le molesta, sus muletas la fastidian, pero si le hacen falta
imágenes fragmentadas y vagos re.cuerdos de viajes. Sus padres sa- para atontar a una serpiente, no duda un solo instante. Uno de sus
ben, no obstante, que confluyen en ella las dos vertientes familiares: juegos favoritos con Monique consiste en recuperar restos de ananás
el espíritu de aventura de los Tisseau y la obstinación de los Erize. El en un conservero vecino y después, con las manos agarradas en la es-
hecho de crecer en los aledaños de la jungla añade un elemento más palda y una cuchara en la boca, agarrar los pedazos líquidos y jugosos
a ese mestizaje originario: la dimensión indígena, salvaje, que le pro- dispuestos sobre una mesa. «Marie-Anne era una chica alegre, muy
porciona una energía casi animal que no la abandonará nunca. Wanda positiva -se acuerda su prima-, no buscaba nunca enredos inúti-
es su reino, un lugar aislado del mundo pero cercano a lo esencial: la les ni hada sufrir a los demás. A diferencia de muchas muchachitas
naturaleza, la libertad, la vida. argentinas, a veces malignas, ella era franca, directa, espontánea, de
Para el viajero que no tiene medios para ofrecerse un hidroavión, una bondad natural y no calculada.»
el viaje hasta Buenos Aires se parece mucho a una expedición. En Familia extraña ... Se la creería surgida de una novela de aventu-
coche, hay que calcular unas veinte horas, primero por el camino, des- ras. Un verdadero dan, con tendencias boy-scout, devota y bohemia
pués en balsa a través del Paraná (a la altura de la ciudad de Corrien- a la vez, con padres que poseen el arte de lograr una armonía entre
tes) y, por último, hay que tomar las rutas, asfaltadas pero intermina- obligaciones y libertades.
50 1 PHILIPPE BROUSSARD
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 51

Cada uno gozaba de su autonomía pero tenía también sus deberes tudo y corpulento, no se asombra de ver llegar a Yolande o a Marc a
para con la colectividad. Chicas y muchachos d~ben participar en las· caballo. Marie-Anne viene a menudo en una carreta conducida por
tareas, ayudar a limpiar, lavar los platos, trabajar el jardín, mantener el hombre que sus padres contrataron como «peón». Es tan delgada
en ~uen es~ad~ ~os terrenos, cuidar los dos caballos, Mederick y Pingo. que sus compañeros la apodan Tacuarita (pequeño bambú), pero ella
La 1mprov1sac10n es solo aparente, todo está regulado, Frarn;:oise diri- nunca dejará que nadie se burle de ella.
?e sus «hu_estes» con una vigilancia de sargento en jefe, estricta pero La casa de los Erize, separada del centro de la dudad por una
Justa. Mane-Anne y Yolande, las dos hermanas, se complacen en ese distancia de cinco kilómetros, es la más frecuentada de los alrededo-
funcionamiento y anudan una complicidad que se consolidará con la res. Los muchachos de todo origen y condición han hecho ella un
adolescencia, sobre el telón de fondo de los compromisos políticos. punto de encuentro. Después de la siesta del domingo, cuando el sol
Marc, ~l_hermano mayor, parece más rígido y desentona en el conjun- baja detrás de los árboles gigantes, al oeste del Paraná, vienen a jugar
to fam1har. Su madre, sin embargo, aprecia su generosidad y sentido al fútbol y -lujo de los lujos- saborean una Fanta Naranja y una
de las responsabilidades, apoyándose mucho en él. Étienne, el menor, porción de postre. Frarn;:oise los recibe con alegría y se siente feliz es-
empieza a hacer de las suyas. Sin que se sepa por qué, le encanta tirar cuchándolos gritar o reír a cada gol. Apenas dejada atrás la fatiga de su
su pequeño camión en el foso que sirve de baño, lo cual arranca gritos último parto, da a luz un sexto bebé, Mari e-No elle, el 19 de diciembre
a la madre pero divierte a los hermanos mayores. de 1961. Imaginemos a esta joven mamá en su caserón salvaje, con un
En febrero de 1961, todos están reunidos en una linda foto en clima de 40 grados a la sombra, con el bebé en sus brazos, vigilando al
blanc~ y negro. Detrás se puede ver una especie de refugio con techo mismo tiempo las escapadas de Étienne al foso, suplicando para sus
. d~ hoJas secas. Albert es el único que está de pie. Es un hombre más adentros que los adultos no hagan imprudencias en la orilla del río o
bien_ delgado, bastante alto, vestido con un pantalón de tela y una no se caigan por un agujero de tres metros ...
canusa con mangas arremangadas. En la mano izquíerda sostiene un A veces, en los fines de semana, Albert los amontona a todos en
cigarrillo. No mira el objetivo sino a su esposa y a sus hijos sentados su coche y van a hacer un picnic a las Cataratas del Iguazú. Marie-
~e!ante de él. De izquierda a derecha se ve a Yolande, Frarn;:oise con Anne adora ese lugar salvaje, impenetrable, donde se baña sin ningún
Etienne sobre sus rodillas, un primo (André), y por último Marc. En temor. Casi se diría que no nació en la pampa de Espartillar, a miles
la primera fila está Monique, después Bernard y un muchacho desco- de kilómetros al sur, sino en esa tierra roja que las tempestades del
nocido en posición de perfil, desviando la mirada. Marie-Anne son- crepúsculo diluyen en barro. La naturaleza no la espanta, ha aprendi-
ríe mostrando sus dientes, como siempre. Con su vestido abotonado do a dominarla y a subir a los árboles con la agilidad de una pantera,
hasta el cuello, tiene un aire de chica modelo, alegre y satisfecha. Esos a penetrar el secreto de los frutos, raíces y creencias indígenas. Los
~ños le dejarán recuerdos maravillosos, la imagen de una infancia guaraníes la fascinan, le gustan su pureza y su lengua, que aprende
ideal a pesar de su discapacidad. palabra por palabra como un tesoro de infancia. Desde el primer día,
Su madre se ha vuelto ahora experta en esa vida cotidiana de ellos saben que esa muchachita de ojos verdes no hace trampa, que
combatiente. Y mala suerte si las ausencias de Albert, que pasa sus estará siempre del lado de ellos. En Buenos Aires también, en su vida
semanas en Posadas para tratar los asuntos de la concesión Citroen la futura.
o~l_igan a _encargarse, a su modo, de toda la familia, hasta a maneja; la
Vl~Jª camioneta familiar. Al fin y al cabo, la vida se organiza muy bien
as1, con la complicidad vigilante de una empleada de origen alemán.
En Wanda, los Erize están presentes en todas partes. En las fiestas.
En la misa. En la escuela ... El director, don Gómez, un hombre bigo-
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 53

cartel de señalización en la calle en honor de su marido: «Alberto Erize,


primer intendente». . .
Desgraciadamente, una contrariedad inesperada mancha las bue-
nas noticias de estas últimas semanas. Leí con un poco de retraso las
declaraciones del presidente del Consejo de Ministros de Italia, Silvia
Berlusconi, acerca de la dictadura argentina. En una intervención en
Cerdeña, se atrevió a hacer una broma sobre los detenidos embarca-
dos por sus torturadores en aviones y helicópteros, tirados vivos al Río
de la Plata o al océano. Ironizó sobre esos «vuelos de la muerte» y ese
«dictador argentino que para eliminar a sus opositores los ponía en un
París, 3 de marzo de 2009 avión con un globo y abría la puerta diciendo: "Es un lindo día afuera,
vayan a jugar un poco"». .
Querida Franroise, Esas palabras suscitaron una reacción tan fuerte en Buenos Aires
que el gobierno italiano se vio obligado a intervenir, explicando que los
El libro está cobrando forma, la investigación progresa. A medida medios habían sacado esas palabras de su contexto, más aún, que las
que encuentro gente, voy descubriendo poco a poco el mundo de los «habían modificado completamente». Según la versión oficial, Silvia
franco-argentinos de París. Los que conocieron la dictadura forman Berlusconi se proponía «destacar la crueldad de los crímenes» de la
una minicomunidad ligada por un mismo pasado de sufrimientos y, a dictadura. Para contener las burlas de la asistencia, había terminado
menudo, de divergencias. El trauma del período 1976-1983 constituye su intervención precisando: «Hace reír pero es dramático».
par sí solo el soporte de una solidez inaudita. Ellos «saben». Ellos pue- Esté segura de que Berlusconi miente, Franroise. No era uno de
den contar. Créame que son muchos los que preservaron, en el calor de esos lapsus a los que nos tiene ya acostumbrados. Al expresarse así,
su memoria herida, una anécdota o un detalle sobre Marie-Anne. La revelaba su verdadera naturaleza, la simpatía de una franja de la de-
mayor parte de ellos siente una gran felicidad (no me atrevo a decir recha italiana por los que contribuyeron a «erradicar el peligro rojo»
alivio) cuando la conversación los libera de muchas cosas. Solo Marina en América latina. Todos saben, en la Argentina y Chile, que las jun-
M. se negó a verme. Al comienzo, sin embargo, parecía estar dispuesta tas de los años 1970-1980 se apoyaron en redes de extrema derecha
a encontrarme, después dejó de contestar a mis mails, sin dar ninguna italianas, muy probablemente bajo la influencia de la logia masónica
explicación. No importa ... Propaganda 2 (P2). Silvia Berlusconi, que fue miembro de la P2, no
También escribí varias veces a un sacerdote que usted aprecia mu- puede haberlo olvidado.
cho y que conoció a Marie-Anne en la Argentina: el padre Jean Loison. Ignoro si Marie-Anne fue víctima de un vuelo de la muerte, ya que
Como usted sabe, vive en Nicaragua hace ya unos treinta años. Por el nunca se encontró su cuerpo. Pero pensé en ella durante esa polémica.
momento no me ha contestado, pero yo persevero, porque se trata de un En ella y en la escena del 15 de octubre de 1976 en San Juan, delante del
testigo mucho más importante que Marina M. negocio de bicicletas: los agresores, los golpes, el Ford Falcan ... Recordé
Por último, espero poder ir a Marbella para ver a su hija Marie- de pronto un detalle: al forcejear, había perdido un zapato y un par de
Noelle. Sé que ella veneraba a su hermana mayor y que hizo un intento, anteojos. Dudo de que se hayan conservado esas «piezas de convicción»,
hace cinco años, por seguir las huellas de la familia en Wanda. Una pero se las menciona en la declaración jurada de la vendedora de go-
amiga de infancia de Marie-Anne, Rosita Jejer, le mostró los lugares en losinas y bebidas, Elsa Emperatriz Astensio. Dicho sea de paso, esta
que jugaban antes: la casa de madera y chapa, el arroyo cercano y un indica que Marie-Anne «gritaba como una loca» cuando los agresores
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la metieron a la fuerza en el asiento trasero del coche, una precisión que puse a preguntarme qu,é inte:és tiene rer~-wver todo ese pasado. ¿Por qué
parece contradecir el relato que usted recibió en una carta anónima. • la Argentina? ¿Por que Mane-Anne Enze?
Un zapato, anteojos, gritos ... Sí, esa es la imagen que se me hizo No tengo ningún vínculo con ese país.
presente cuando me enteré de la broma de Berlusconi en Cerdeña. No conocí a su hija.
Hoy quisiera que por un instante Berlusconi pudiera ponerse en el En 1976, tenía solo trece años.
lugar del padre de una hija de veinticuatro años que no ha dado más •Por qué me pongo a buscar una aldea adonde no iré nunca en mi
signos de vida desde hace treinta años. Que la imagine arrastrada por ·d~ a esperar un mail de un sacerdote francés exiliado en Nicaragua,
~ , . . d
hombres ebrios de odio. Que el grado del dolor, el sentimiento de haciendo preguntas a su sobrina, a su hermana, a sus amigos, vien o
impotencia y tal vez de culpabilidad, el deseo nunca satisfecho de tener fotos, documentos ... ?¿Por qué? ¿Para quién?
por lo menos una tumba, un lugar donde recogerse. Ojalá encontrara Pero por suerte, ese momento de desaliento no duró mucho. Uno o
un día alguien que como usted, Fran<;oise, lo mirara de frente. dos días, tres como máximo. Para recobrar gusto y sentido a todo esto,
Las reacciones a las palabras de Berlusconi tuvieron por lo menos el me bastó una conversación telefónica con una mujer que usted conoce
mérito de mostrar que ese período de la historia suscita siempre interés, muy bien: su prima Franroise Besse, la viuda del PDG (Presidente Di-
y que existen todavía en nuestros países hombres y mujeres capaces de rector General) de Renault.
memoria e indignación. Sin saber cuáles eran las relaciones entre ustedes, me imagino que
Para serle franco, desde que me lancé en este proyecto, a veces he el asesinato de su marido por un grupo terrorista de «Acción Directa»
dudado, pensando que el destino de Marie-Anne y de miles de otros en noviembre de 1986 debió ser un golpe para toda la familia, llegan-
desaparecidos pertenece a una época demasiado lejana como para in- do esa impresión hasta la Argentina. Siempre pensé que su actitud
teresar a la opinión actual. ¿El mundo en crisis de 2009 no tiene acaso después del drama era digna y valiente. No e:oqué ese tema ,duran~e
otr(J,s preocupaciones que las dictaduras de 1976? nuestra conversación, por supuesto, pero mientras respondia a mis
Al fin y al cabo, visto desde el extranjero, ¿qué queda de la Argen- preguntas, tenía presente la fuerza 1e su carácter, ~resentía que s,u
tina y del Chile de esos años? El vago recuerdo de generales con ante- testimonio sobre Marie-Anne tendna un peso particular, que sena
ojos negros, uniformes y cascos, bigotudos de mirada sombría, frente justo y verdadero. .
alta y busto erguido. En el imaginario colectivo, sus crímenes son casi «No sé si le seré muy útil... », me previno de entrada. ¡Es evidente
irreales, parecen pertenecer a una historia cadaverizada, archivada en que podría serme útil! ¡ Y cómo! La imagen que había conservado de
blanco y negro. Para muchos de nuestros compatriotas, la Argentina Marie-Anne era tan luminosa y positiva que me dio ganas de perseverar
de los dictadores se reduce al Mundial de 1978, con Platini vestido con y superar las tristezas de la pampa. .
la camiseta azul. El resto, todo el resto, se ha disipado como se borra Franroise Besse me dijo lo siguiente: «Debían correr los comienzos
una pesadilla. de los años setenta. Marie-Anne estaba entonces de vacaciones en Fran-
Discúlpeme que sea tan duro, querida Franroise, pero estoy seguro cia. Pasaba algunos días en Touraine en la casa de su tío Roger. Como
de que usted también· debe hacerse preguntas similares sobre el tiempo, yo me encontraba también en la región, ella me había hecho una visita.
el desgaste, tal vez el olvido. ¡Tantas cosas han cambiado para usted, su Todavía hoy la veo llegar a casa, radiante de vida, frescura y alegría. Era
familia y para ese país desde octubre de 1976! Tuvo otros seis hijos que una chica totalmente espontánea, llena de dones y promesas, respiraba
educar, después tuvo nietos y el presente predomina sobre el pasado. libertad. Como su look. Hasta con un jean y una remera, su aspecto era
Mi período de las peores dudas se sitúa hace unas semanas. Creo una locura, la gente se daba vuelta cuando la cruzaba en la calle. Yo
que era el momento en que escribí el final del pasaje sobre Espartillar. no la vi mucho pero conservo ese recuerdo. Después, seguí con tristeza
Como si hubiera sido presa, a mi vez, del «blues» de la pampa ... Me y emoción la historia de su desaparición en la Argentina».
56 1 PHILIPPE BROUSSARD

No me dijo más nada. Algunas palabras, un rápido retrato, la ima-


gen sepia de un día de verano en una casa de vacaciones ... Había tris-·
teza Y afect_o en la voz de Fram;oise Besse y además, la certeza de que
era necesario esclarecer la verdad sobre un personaje como Marie-Anne,
a pesar 1e todo el tiempo transcurrido. La mayor parte de la gente que
veo aqui se alegra, como su prima, de que se escriba un libro sobre ella.
Su persona'.idad los ~~rcó tanto que para ellos el proyecto va de suyo.
Un matl que rec1b1 ayer por la noche disipó mis últimas dudas.
Estaba firmado por Monique, su sobrina, que me ayuda mucho para
el aspecto familiar del relato.
Después de haber hablado al comienzo de sus vacaciones en Wanda
en 1961, se acordó de golpe de una cosa. Su texto es muy breve, pero su
belleza me obliga a ofrecérselo a usted en crudo, para dar un término a
esta carta más deshilachada aún que las anteriores:
Los padres de Marie-Anne son perfectamente conscientes de que
Buen día, Philippe, Wanda no ofrece ninguna perspectiva para sus hijos. La escuela de
don Gómez los ha recibido hasta el final del ciclo primario. ¿Pero
No sé si le conté nuestras guerras con pelotas de barro en Wan- qué hacer con el secundario, la universidad? En el comienzo de ese
da. Las lluvias eran repentinas, torrenciales y tibias. Por eso, uno de año 1962, es hora de acercarse a Buenos Aires y sus establecimientos
nues_tros ju~gos, cuando llovía, consistía en salir en traje de baño al escolares. Todos presienten que esa partida marcará una ruptura en el
«pat10» de tierra roja delante de la casa, corriendo bajo las trombas de destino de la familia. Habrá un antes y un después, un «pre Wanda»
agua, que caían con tanta fuerza que nos hacían doler los hombros, y y un «post Wanda». Todos conservarán de esa experiencia una dulce
lanzandonos una a otra bolas de barro como si fueran pelotas de nie- nostalgia, alimentada por miles de anécdotas y recuerdos: los baños,
ve. Por supuesto, nos cubríamos de arcilla roja que chorreaba, éramos las Cataratas del Iguazú, y ese barro rojizo que se adhiere con mayor
verdaderos monstruos de la jungla, gritando y aullando. Frarn;:oise y fuerza, tal vez, al corazón que a los pies desnudos de los hombres
Albert no nos reprendían, ya que la lluvia misma nos servía de ducha. Cuando saludan a todos los chicos adeptos a la Fanta Naranja
Niños libres ... -sus amigos de los domingos-, las fotos, instantáneas de la feli-
cidad desde 1956, están ya guardadas en las valijas. Se ve en ellas el
Monique Ortiz dan completo delante de la casa de madera; Marie-Anne mastica con
ganas una espiga de maíz. Otra vida la espera en la vasta periferia
Querida Fram;oise, voy a dejarla con estas maravillosas escenas de norte de Buenos Aires, donde sus padres han encontrado una casa
infancia. Veo en ellas el más hermoso homenaje a los padres que ustedes en Boulogne-sur-Mer, una comunidad bautizada así en homenaje al
eran en 1961, hace ya cuarenta y ocho años exactamente. puerto francés en que el general José de San Martín, padre de la in-
Con mi recuerdo amistoso, dependencia argentina, murió en exilio en 1850.
Boulogne, ciudad anónima sin alma ni historia, atrae a las familias
Philippe que no tienen recursos para vivir en el centro de la capital. Frarn;:oise
y Albert encontraron allí un alojamiento cercano al de Jacqueline y
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Roger, la otra pareja Tisseau-Erize. 1 Pero esa proximidad no atenúa Veinte años después, cuando el general De Gaulle viaja para a
en lo más mínimo la decepción de los niños. Por niás que se diviertan firmar un acuerdo de cooperación, es recibido triunfalmente. Delante
con sus primos y primas, el barrio no les gusta, añoran los árboles y la de los scouts, inmóviles en posición de firme, y de sus padres embele-
libertad, extrañan Wanda. Yolande, la mayor, conserva sus costumbres sados, pone la primera piedra del liceo Mermoz en la calle Ramsay. Y
de hija de la selva jugando al fútbol con los pies desnudos y se asombra dice a propósito de la Argentina: «Nunca hubo, en su historia y en la
de que le reprochen usar el caballo de un vecino. Marie-Anne, por nuestra, nada que nos haya dividido. Al contrario, estuvimos siempre
su parte, comparte su tiempo entre la casa familiar y la escuela pri- de acuerdo en lo esencial de nuestra vida en medio de los pueblos». De
maria, un establecimiento católico de San Isidro que poco tiene que Gaulle olvida, no obstante, que esos visitantes tardaron en distanciarse
ver con la escuela del buen don Gómez. Hasta Frarn;:oise, la madre, de Hitler y que, por iniciativa del germanófilo Juan Domingo Perón,
tiene la impresión de asfixiarse, y se marchita en ese desierto urbano acogieron en su suelo a centenas de nazis en fuga, entre ellos el médico
de Boulogne en el que demasiados adolescentes le parecen librados jefe del campo de Auschwitz (Josef Mengele): el jefe de ~a Gestapo en
a sí mismos. Albert, que trabaja todavía en Misiones una parte de la Lyon (Klaus Barbie) y el secretario de Adolf Hitler (Mar~m Bormann).
semana, comprende que habrá que acercarse, una vez por todas, a Entre los franceses, colaboracionistas notorios se refugiaron en la Ar-
Buenos Aires. gentina, desde Charles Lesca, director del semanari?.ª~tisemita/e suis
Apenas dos años más tarde, los Erize se mudan a Ciudadela, en partout, hasta Georges Guilbaud, fundador de la m1he1~ en el nort~ de
el límite con la capital. Esta vez, la casa es por lo menos espaciosa y Francia 1 ... Los católicos tradicionalistas tampoco tuvieron motivos
confortable, el barrio está poblado por gente aceptable. Y aunque el para quejarse de la Argentina: el sacerdote Jean Ousset, ex secretario
jardín no puede rivalizar con las diez hectáreas de Wanda, será la de Charles Maurras (Acción Francesa)' pudo implantar allí con toda
2
alegría de los más pequeños, Étienne y Marie-Noelle. libertad su organización integrista llamada «La Ciudad Católica».
F~arn;:oise, aliviada de vivir bajo un techo que le agrada, se es-
fuerza siempre por inculcar una cultura francesa a sus hijos. Apenas 1. Para la acogida de los nazis y colaboracionistas, y en general para los vínculo_s e~tre
instalada en Ciudadela, se apresura por inscribir a los «más grandes» la Argentina y la extrema derecha, recomiendo la lectura del libro de la peno~1sta
Marie-Monique Robín, Escuadrones de la muerte, la escuela francesa, Buenos Aires,
en la Alianza Francesa de Buenos Aires, donde siguen cursos de ac-
Sudamericana, Les escadrons de la mort, l'école fran<;aise, París, La Découverte, 2004.
tualización lingüística. En esa época, la capital es todavía una ciudad
2. Action Jranraise designa tanto el movimiento monárquico-antiparlamentario-na-
profundamente francófila. Profesionales liberales, jefes de empresa, cionalista, inspirado sobre todo en las doctrinas del católico Charles Maurras, ~orno
personal de embajada ... todos los expatriados ven en Buenos Aires un el título de la revista que difunde su ideario fundada por M. Pujo en 1908. Asociando
lugar de exilio ideal cuyos vínculos con Francia, nunca rotos, se ha- un nacionalismo intransigente y antigermanófilo con un «antisemitismo de Estado»
(Maurras) y viejas tendencias de la Restauración monárquica, la Acción Francesa
bían anudado en la segunda mitad del siglo XIX. Georges Clemenceau
sentó las bases de la extrema derecha francesa, constituyendo paralelamente el motor
y Jean Jaures residieron en la Argentina, René Goscinny, guionista de más poderoso de movimientos de choque en la calle desd~ 19~0. Nacid~ en ~arte
Astérix, vivió en la Argentina, y allí nacieron el escritor Joseph Kessel como reacción al juicio Dreyfus (1894-1899) y al bloque de 1zqu1erdas anticlericales
y el actor Bernard Blier... Cuando París se liberó en 1944, decenas que se imponen en el parlamento f~ancés a prin~i~ios del siglo X~,,5e desar~olla en
el momento histórico en que Francia alcanza el apice de su expans1on colon~al. Pese
de miles de personas invadieron el centro de la capital entonando La
a la condena del papa Pío XI en 1926, su influencia ideológica entre la Pnmer_a, y
Marsellesa. la Segunda Guerra Mundial se ejerció sobre un amplísimo sec~or de la pobl~~10n
(sobre todo católica), desbordando los intereses partidarios estnctamente pohticos
l. Jacqueline Tisseau, hermana mayor de Frarn;:oise, y Roger Erize, uno de los her- e incluyendo intelectuales de renombre como G. Bernanos, L-. F. Céline, _P. Bou:an_g,
manos de Alberto. Se conocieron durante los años de la Primera Guerra Mundial, Drieu La Rochelle y muchos otros. Aunque su compromiso con el mariscal Petam
en el buque que los llevaba de España a la Argentina. Festejaron su matrimonio en (en cuya estrategia Maurras vio siempre un doble juego para con el _ocupan~~) le
1944 en el Alvear Palace Hotel, uno de los más grandes de Buenos Aires. haya atestado un duro golpe, su doctrina subsiste actualmente en partidos pohticos
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Es esta nación compleja, a la vez conservadora e insumisa, nacio- la menor palabra de «frañol», el cóctel lingüístico característico
nalista y abierta al mundo, la que va a ofrecer a Marie-Anne Erize una la juventud francófona de Buenos Aires. «Fram;ais, parle franraís!»,
adolescencia a su imagen, o sea, mitad argentina y mitad francesa. les grita cuando sorprende a uno de ellos en flagrante delito. Albert
Desde su mudanza a Ciudadela, sus padres la inscribieron en el comparte esa exigencia identitaria, a él también le importan las
Instituto Padre Elizalde, un colegio de renombre fundado en 1956. acariciando tal vez la idea de volver a Francia dentro de unos años. Y
Se codea allí con otros estudiantes de origen extranjero, sobre todo no importa que tenga una visión idealizada del Hexágono, alimentada
1
eslovenos, muy numerosos en esa comuna del Gran Buenos Aires. por sus actividades dentro de la Unión de los ex combatientes ...
Contrariamente a la mayoría de los hijos de expatriados, no estudia Esta necesidad de Francia se manifiesta en casa
en el colegio francés de la calle Pampa, en un barrio de la capital, el dela, donde el visitante observa muebles de tipo provenzal y adornos
cual sobrepasa los recursos financieros de sus padres, que están lejos al estilo de Béarn o Vendée. Al anochecer, en las reuniones familia-
de formar parte de la elite francófona de Buenos Aires. Excepto la res, le gusta hablar de las regiones francesas, juega con sus hijos a
lengua y un apego visceral por el Hexágono, los Erize no comparten bochados si no responden bien a preguntas de Geografía o Historia,
tampoco muchas cosas con esos compatriotas más afortunados con suscita debates y reflexiones. En los días feriados, canta con ellos en
que se cruzan a veces en la iglesia y en los cursos de catecismo, cuyo francés y no en español, siguiendo un ceremonial inmutable. Marie-
universo y estatuto social les son ajenos. Quedó atrás la época en Anne toca la guitarra, Marc el acordeón, y Yolande la armónica. El
que Frarn;:oise frecuentaba con su padre, Louis Tisseau, los ambientes living se convierte en una sala parisina de concierto donde se evoca
diplomáticos. Se casó, conoció la Argentina rural de Espartillar, la a Aznavour, Trenet y Moustaki. Es así: desde los cumpleaños hasta
Argentina subtropical de Wanda y la urbana de Ciudadela; Albert, por las comuniones se terminan cantando en esta familia atípica. Adulto
su parte, multiplicó sus proyectos y ganó algo de dinero, pero nunca o niño, cada uno con su voz y su rol, como en La novicia rebelde, de
fueron advenedizos ni habitués de las recepciones y cócteles munda- Robert Wise. Desde que los Erize vieron esa película premiada por
nos. Su acercamiento al país es más íntimo y carnal: no están allí de cinco Oscars en Hollywood, la erigieron en modelo de vida. La actriz
paso, como tantos exiliados con pasaportes vagabundos que pasan Julie Andrews encarna allí a una gobernanta austríaca que inicia en el
hoy por Buenos Aires y reaparecen mañana en Saigón. Esa tierra los canto a siete hijos de un viudo, el capitán Trapp, del cual se enamora.
alimentó, trabajaron en ella, sus hijos nacieron allí y no podrán dejarla También los Erize son siete desde el nacimiento de un cuarto varón,
tan fácilmente, afectados por el síndrome argentino, una atracción Jean (20 de abril de 1965), y juegan de buena gana a ser los Trapp de
fusiona! con esa nación excesiva y violenta pero siempre acogedora Ciudadela. Con la diferencia, no obstante, de que en la película los
para los audaces. Marie-Anne no se lo oculta: si Francia es el país de nazis amenazan la felicidad familiar pero a ellos nada los perturba
sus padres, Argentina es el país de su corazón, y no puede imaginar en la realidad. Albert se dedica a sus negocios, Fran~oise a su casa,
otro horizonte para sus sueños de adolescencia. los niños al scoutismo. Desde que se unieron a la sección local de los
Frarn;:oise y Albert conocen la solidaridad de este apego a la Ar- Scouts de Francia, participan en toda clase de actividades, especial-
gentina -¡ellos mismos lo experimentan hace ya tanto tiempo!-, mente expediciones con «carpas y mochilas» hacia las provincias más
pero se esfuerzan por preservar el vínculo con Francia, hasta el punto remotas de ese vasto país.
de que prohiben hablar en español a Marie-Anne y a sus hermanos El mayor, Marc, es miembro de los Castores. Es un muchacho
y hermanas. Frarn;:oise es presa de un ataque de rabia en cuanto oye
1. La Unión de ex Combatientes implantada en la Argentina es la prolongación de la
como el «Front National» y otros grupúsculos (incluso republicanos), que renuevan Asociación francesa de los ex Combatientes creada en la posguerra, que agrupaba a
su adhesión apasionada a la «soberanía» nacional a propósito de la implantación de integrantes de la Resistencia interior y del FFL (Fuerzas Francesas Libres) durante
la moneda europea única o del aflujo masivo de inmigrantes a Europa [N. de la T]. la Segunda Guerra. [N. de la T]
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robusto y resistente, dotado para las carreras a pk Se dice de él que en el corazón de los Andes. Un nuevo sacerdote francés, Jean Loison,
es áspero, directivo, con iniciativa. Aunque tenga pocos amigos, su acompaña al grupo. En general, oficia en alguna periferia pobre del
fuerza de carácter y su franqueza lo elevan al rango de adjunto del jefe Gran Buenos Aires y allí no se ocupa, por ende, de los scouts. Pero
de la patrulla, Alex Maudet, un argentino cuyo padre enseña francés. como su amigo Baqué no está disponible, acepta reemplazarlo.
El equipo reúne a los adolescentes del mismo estatuto social, los «re- Jean Loison, que vino a la Argentina por orden de la diócesis de
chazados» [rebuts], como los apoda Maudet en un arranque de burla Orleans, no tiene nada de un sacerdote tradicionalista. Es joven, sim-
de sí mismo, o sea, los que no tienen acceso a la alta sociedad de pático, tolerante, un heredero del Concilio Vaticano II, un hombre de
Buenos Aires y para los cuales los juegos anodinos se asemejan a una fe y corazón, contemporáneo de su época. No vacila en responder a
especie de lucha de clases, o de revanchas contra los privilegiados de preguntas sobre la educación sexual y se reconoce en el discurso de
las patrullas adversas, esos jóvenes franceses de los que se sospecha Hélder Pessoa Ca.mara, el obispo de Recife (Brasil), célebre en Amé-
que se burlan de los argentinos. rica del Sur por su defensa de una Iglesia solidaria con los humildes,
Los Erize, por su parte, no desprecian a nadie. El menosprecio no liberada de las viejas convicciones del sistema, de algún modo una
es un ingrediente de las costumbres familiares. La vida les enseñó la Iglesia de izquierda: «Cristo está en el barro», repite el obispo bra-
humildad y el gusto por el esfuerzo. Resisten al dolor, son robustos sileño en las favelas del nordeste de Brasil. Ese credo llega hasta la
y obstinados. Hasta las muchachas dejan atónitas a sus compañeras Argentina, donde muchos sacerdotes toman sus distancias respecto
por sus cualidades atléticas, que debieron ejercer durante los años de de una jerarquía excesivamente conservadora, adepta al Ejército y a
la salvaje Wanda. la derecha radical. Los «sacerdores del Tercer Mundo», como se auto-
Marie-Anne forma parte de los Guías, el grupo exclusivamnente denominan, prefieren dedicarse a los habitantes de las villas miseria.
femenino dirigido por el padre André Baqué, un cura originario del El padre Loison defiende esta visión social del sacerdocio con
sudeste de Francia, apasionado por el rugby. Marie-Anne encuen- tanto ardor que desconfía de la vida en común con estas jóvenes bur-
tra entre ellas a hijas de diplomáticos, ejecutivos e ingenieros. Entre guesas francesas. No forma parte del ambiente de los expatriados,
ellas está Laurence Fabre, guía desde 1963, seducida desde sus prime- prefiere el de las márgenes. Sin embargo, muy pronto, se deja conven-
ros encuentros por la peculiar personalidad y la frescura vivificante cer por la riqueza humana de esas adolescentes. Simpatiza con varias
de Marie-Anne. Hasta su fe de novicia terminó por impresionarla. de ellas, sobre todo con Marie-Anne, tan singular en su modo de ser
Agreguemos que Marie-Anne reza con frecuencia, por toda clase de y actuar. Jean Loison ve desde el primer día que ella no proviene del
razones ... mismo mundo que sus compañeras, que es el producto de un trayecto
Una tarde, mientras el grupo prepara la fiesta anual, empieza a incomparable con ningún otro. Para él, Marie-Anne encarna el ideal
llover. Marie-Anne, que participa siempre con gran alegría de esas scout de sus propias exigencias: dar, compartir, servir.
festividades, dice bruscamente a su compañera: De misión en misión, Marie-Anne va subiendo en la jerarquía de
-¡Laurence, hay que rezar! los Guías, hasta el punto de que le confían la dirección de grupos. Así,
-¿Rezar? ¿Para qué? en un campamento en la provincia de Jujuy, en el límite entre Chile y
-Por la lluvia, Laurence. Para que pare. ¡Vamos! ¡Por favor! Bolivia, se ocupa de un grupo mixto de adolescentes más jóvenes que
¡Arrodillate! ella. Entre ellos hay un muchacho de unos doce años, Roger Sorbac,
Con las manos juntas y el rostro chorreado de agua, las dos mu- cuyo padre preside la Unión de ex Combatientes. Como la mayoría
chachas imploran al Señor. Poco a poco, el chaparrón se detiene. Aho- de sus compañeros, admira a Marie-Anne, cinco años mayor que él.
ra sí, la fiesta se podrá hacer. «No era solamente una cuestión de belleza -precisa-; más allá de
Unos meses después, otra estada lleva a Marie-Anne a Bariloche, eso, su carisma hacía de ella una persona aparte. Podíamos contar
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con el menor ~~··-···._ Su mirada, su sonrisa y su rostro al «caudillo» justicialista. Su alejamiento del país no matado al
despedían una bondad y una humanidad increíbles. Era radiante, sí, peronismo sino que, al contrario, lo ha reforzado más aún. El propio
ese es el término, irradiaba» .1 Perón activa sus apoyos, de derecha o izquierda, en la óptica de un
Una foto de la época nos la muestra con el atuendo azul del guía, eventual retorno.
al lado del padre Loison. Detrás, se percibe una media docena de mu- A los 15 años, Marie-Anne es indiferente a esas maniobras poli-
chachas vestidas del mismo modo, con una pollera recta y calcetines tiqueras. La vida le impone una prueba mucho más penosa cuando
alzados casi hasta las rodillas. En otras fotos, toca la guitarra ante una se entera de que su padre está afectado por un cáncer de cavum, la
chimenea encendida o adopta una pose que imita una estrella de cine, parte de la faringe situada detrás de las fosas nasales. Es
con los ojos ocultos detrás de unos amplios anteojos de sol. tabaco, esos malditos cigarrillos de los que no pudo prescindir desde
Dentro de la comunidad de los Guías, donde rige la costumbre de su más temprana juventud. Tal vez sus preocupaciones profesionales
disfrazarse con un sobrenombre (el tótem), sus compañeras la bauti- incidieron también en su estado anímico: la dirección de Citroen, en
zaron como «Lagarto mañoso». Es cierto que tiene un aspecto «hija de Buenos Aires, le retiró la concesión cuando había vendido más de mil
la selva», semejante a Mowgli, pero femenino: la naturaleza es su reino coches en seis años: «Salí por la puerta grande», solía decirle a su hijo
y su cómplice. En Wanda conoció sus secretos. Encender el fuego, mayor con una voz apagada cuando se enteró de la noticia.
armar una carpa, pescar pececillos con una botella vacía, hacer una Cuando aparecieron los primeros síntomas de la enfermedad - un
sopa con dos raíces y una cacerola de agua, no se detiene ante nada. ganglio en la garganta-, su familia no se inquietó sobremanera, pero
Como si la sangre guaraní corriera por sus venas, preparándola para su estado empeoró, y antes de la Navidad de 1966, el veredicto del can-
los miles de desafíos de la vida a la intemperie. cerólogo sentenció que «le quedaban seis meses de vida». Desde ese
momento, los Erize, la «familia Trapp» a la moda franco-argentina,
reciben un golpe en pleno corazón. Frarn;:oise reza más que nunca,
Tanto chicas como muchachos, los jóvenes franceses del movi- aferrada a la frágil esperanza de un tratamiento a base de rayos en el
miento scout crecen bajo la férula protectora de la comunidad fran- Instituto Curie, en París. Pero para eso hacen falta cuarenta sesiones,
cófona, preservada de las agitaciones que sacuden la Argentina. Desde demasiado caras para la pareja. Felizmente, una colecta organizada
el exilio forzado del general Perón en 1955, el país vive, en efecto, al por iniciativa de la Acción Católica de Ciudadela va a ayudarlos a
ritmo de los golpes militares. Como en el resto de América latina, el financiar el viaje. En París, Albert se alojará en la casa de su suegra,
surgimiento de los movimientos de izquierda fragiliza los equilibrios Suzanne Tisseau, en el distrito XVI de la capital.
tradicionales y el «peligro rojo» espanta a las clases dirigentes. Para Cuando desembarca en Francia un día de 1967, el ex pionero de
algunos militares, el espectro del comunismo se ha vuelto una obse- Wanda es un hombre enfermo pero luchador, animado por una fe de
sión. En cuanto un gobierno anuncia medidas sociales, se lo sospecha penitente. Desde la primera consulta con el director del Instituto, este
de izquierdismo y corre peligro de ser derrocado. adopta una actitud contraria a la del cancerólogo argentino: «Vamos
Más allá de la división tradicional entre izquierda y derecha, el a curarlo», espeta a Albert. Este recobra esperanzas y se dispone a
conjunto de la sociedad se divide en torno al caso Perón. Ni su exilio afrontar las sesiones de rayos.
ni la disolución de su movimiento -¡está prohibido hasta pronunciar En su ausencia, Frarn;:oise dirige la tribu familiar con autoridad.
el nombre del ex presidente!- han logrado acabar con el mito. Una Empleados y mucamas de la casa colaboran con energía. Pero es ella
parte de la población, dispuesta a olvidar sus derivas, celebra el culto quien dirige, presente tanto en los resultados escolares de los más
pequeños como en las crisis de adolescencia de los más grandes. Su
l. Entrevista con el autor en mayo de 2009.
experiencia en Wanda le enseñó el arte de orquestar la vida cotidiana,
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de jugar con todos los registros, desde la intransigencia hasta la tole- En pleno centro de ciudad, el colegio acoge alumnos entre ocho
rancia, desde el autoritarismo hasta la flexibilidad. La prioridad reside y dieciocho años. Los ciento veinte internos se alojan en el primer
siempre en no apartarse del marco espiritual que gobierna su propia piso, en un dormitorio colectivo donde las camas se alinean en hileras
existencia. En la casa como en los cursos de catecismo, Frarn;:oise de treinta, bajo la vigilancia de una hermana que no tiene sueño fácil.
Erize gobierna el grupo con un rigor de madre superiora, hasta pecar Durante la semana, el ritmo de la jornada se organiza al compás de
a veces por exceso de devoción ... Según ella, la misa sigue siendo las plegarias: antes de las comidas y antes de acostarse. Sin embargo,
una cita insoslayable, está excluido sentarse a la mesa sin bendecir la Inmaculada Concepción está lejos de ser un predio integrista. En el
los alimentos, salir sin agradecer al Señor, o ir a dormir sin leer los cisma entre la tradición y el modernismo, la dirección eligió el segun-
Santos Evangelios. Los hijos están tan impregnados de la fe materna do, siguiendo a las tendencias del Vaticano II. Marie-Anne se siente
que algunos se imaginan ya que su futuro está en el sacerdocio o a sus anchas allí, como entre los Guías y los padres Loison y Baqué.
la vida conventual. Para gran tristeza de su madre, los impulsos de Desde los primeros días, un núcleo de compañeras se forma alre-
emancipación adolescente borrarán muy pronto esas efímeras aspi- dedor de ella: Marta Fortunato, Norma Tanno, Nora Bilbao ... Todas
raciones eclesiásticas. ellas comprenden que no pueden confundir a esa buena alumna, muy
Marie-Anne no piensa verdaderamente entrar en las órdenes pero dotada para la música y el dibujo, con una pretenciosa habitante de la
nunca rezó tanto como en ese año 1967. Muy marcada por el cáncer ciudad. Han entendido, además, que su belleza no la envanece.
de su padre, siente alivio cuando sabe que se dispone a volver a la Una de las monjas, la hermana Gabrielle, profesora de castellano
Argentina. Los médicos del Instituto Curie lo han confirmado: es y literatura, suele llevarlas al campo a una propiedad de la congrega-
seguro que se va a curar. ción. Marie-Anne toma la guitarra y entona canciones de Moustaki, su
• En medio de sus inquietudes más tenaces, Marie-Anne se ha im- ídolo del momento. La hermana Gabrielle, cómplice de esos pequeños
puesto una especie de prueba para «merecer» esa curación inespe- placeres dominicales, las autoriza a veces a fumar uno o dos cigarri-
rada: la inscripción en un pensionado alejado del nido familiar de llos. Durante la semana, después del desayuno, las acompaña a dar un
Ciudadela. Eligió el colegio de la Inmaculada Concepción, en Benito paseo cotidiano por las calles de Benito Juárez. Marie-Anne y Nora,
Juárez, a cuatrocientos kilómetros al sur de Buenos Aires. Un esta- inseparables vecinas de dormitorio, esperan con ansias ese paréntesis,
blecimiento femenino dirigido por las Hermanas Azules de Castres, que las hace felices. Con un poco de suerte, se cruzarán tal vez en el
una congregación de origen francés fundada en 1836. camino con dos muchachos del colegio vecino, Mariano y Simón.
Se dispensa allí, al parecer, una enseñanza calificada, que culmi- Nora se ha enamorado del primero y Marie-Anne del segundo, y se
na con una formación para ejercer la profesión de maestra. Esa es la han prometido verse lo antes posible ...
vía profesional elegida por Marie-Anne: ocuparse de niños. También
tener hijos, «por lo menos veinticuatro», dice riéndose. En principio,
pues, debería estudiar dos años en Benito Juárez para recibirse de
bachiller y a la vez de maestra. Los fines de semana se quedará allí y
solo volverá a la casa de Ciudadela para las vacaciones.
Su llegada al colegio en marzo de 1968 no pasa inadvertida. Al
contrario, es el gran evento del inicio del año. Todo el mundo se pre-
gunta qué puede ir a hacer una bella francesa en ese rincón perdido de
la pampa. Todo la distingue de sus compañeras: la manera de hablar,
su vestimenta, su sentido del humor, su personalidad extravertida.
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 69

al sacrificio de una vida por los más pobres. Sus primeras palabras se
refirieron a ese país donde sus amigos lo llaman «Juan» y no «Jean». Me
confió su impaciencia por volver. «No antes de varios meses», le dijeron
los médicos. Empezaba a contar los días.
Esa tarde, en un pequeño restaurante del bulevar la
conversación no tardó en traspasar los límites nicaragüenses para aven-
turarse en pleno sur argentino. Muy pronto, evocó el motivo dé su pri-
mera visita a la casa de ustedes entre 1967 o 1968. Según él, ese evento
debió ocurrir después del viaje con los Guías a Baríloche.
que tenía entonces unos quince años, había insistido en invitarlo para
París, 5 de abril de 2009 que la conociera a usted y hablara con su marido. Entabló de entrada
una amistad con todo el clan Erize. Según él, ustedes eran más accesibles
Querida Franfoise, y menos «burgueses» que la mayor parte de los otros expatriados, y eso
los hacía muy simpáticos.
Al releer mis notas de las últimas semanas, me di cuenta de que me Por supuesto, aproveché la oportunidad para hacerle preguntas
olvidé de contarle mi entrevista con una persona que le es muy querida acerca de usted, Franfoise, y su relación con la religión. Mi objetivo no
al padre Jean Loison. No es usted la única en apreciar a este sacerdote era emitir juicios sobre su fe sino más bien comprender la que animaba
francés instalado en Nicaragua: Monique, su sobrina, no me ha dicho más a Marie-Anne. ¿Por qué rezaba con tanta devoción? ¿De dónde venía
que cosas positivas acerca de él. Marie-Anne también lo quería mucho. su acercamiento casi místico al catolicismo? El padre Loison no esquivó
De$pués de varios mails sin respuesta, logré por fin entrar en con- mis preguntas. Respondió con franqueza y profundidad, hablándome
tacto con él ¡pero no en Nicaragua sino ... en Francia! Vive en su región sobre todo de usted.
natal, Orleáns, donde acababan de operarlo después de un episodio Más vale prevenirle: sería injusto ver en sus palabras un cuestiona-
cardíaco. Desde la primera conversación por teléfono, me aseguró que miento de la amistad que los une. Jean Loison no hizo una caricatura
le encantaría verme para hablarme de Marie-Anne. de usted, solo quiso destacar honestamente las diferencias entre el modo
Nos encontramos en el mes de marzo, cuando vino a pasar unos de creencia de su hija y el suyo.
días en la capital. Fui a buscarlo a la estación de Austerlitz, porque Me imagino, además, que ya se lo había dicho directamente: por
venía de Orleáns. momentos, todo un mundo lo separa de usted. Para decirlo rápido,
En el hall de la estación, Jean Loison se me apareció tal como me lo usted pertenece según él a la «vieja tradición». Jean Loison es un
había imaginado: de altura y corpulencia medianas, rasgos regulares hombre de Iglesia y tiene una edad avanzada, sin embargo, vive con
y una mirada serena de septuagenario que ha atravesado por todas su tiempo y se burla de las costumbres de otrora. En su espíritu, la fe
las pruebas de la existencia. No se preocupe: para un convaleciente, es un asunto de actos, de don de sí mismo y de amor, no tiene nada
estaba en muy buen estado. Observándolo, tan discreto y simple, con que ver con aparatos y devociones. Así, el hecho de que usted le diga
una pequeña mochila como único equipaje, no podía evitar pensar en todavía «padre» o «reverendo padre Jean Loison» después de cuarenta
la gente a nuestro alrededor, ya sea viajeros o empleados de tren ... To- años de amistad, le hace sonreír. Sepa que preferiría que lo llame por
dos pasaban sin saberlo al lado de un anónimo con un destino poco su nombre de pila.
común, que conoció la Argentina de los años sesenta, las premisas del Semejante detalle podría parecer ridículo si no se refiriera a la madre
golpe de Estado de 1976, la partida para Nicaragua, todo eso en vistas que usted era en los años sesenta: «Franfoise encarnaba un catolicismo
70 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 71

un poco cerrado -me explicó en medio de una larga conversación- no hija de esta extraña mezcla de orden y desorden, sumisión y rebelión.
estaba en consonancia con la época. A pesar del amor que tenía por sus Para avanzar en el descubrimiento de sus otras vidas -las que usted
hijos, existía el gran peligro de una ruptura con ellos. Viéndolos juntos, desaprobaba- era imposible no demorarse en esa alquimia sorpren-
llegué a pensar: "Es una gallina que ha criado patos". Tenía un modo dente cuyo secreto me reveló el fino análisis del padre Loison.
obsoleto de vivir su fe. Me acuerdo del día en que uno de sus hijos, que Bueno, ha llegado el momento de dejarla, esperando, una vez más,
luchaba con un dilema personal, le espetó: "Estoy solo para decidir, es que mi carta no la haya lastimado.
difícil para mí". Fram;:oise le contestó con la mayor seriedad del mundo:
"¡Pero tenés a tu ángel guardián!" En su manera de reducir todo a la fe, Con mi recuerdo amistoso,
presentaba un desfase respecto de sus hijos, que esperaban respuestas
y soluciones concretas. En cambio, me parece que Albert, su marido, Philippe
estaba más cerca de los jóvenes de los años sesenta».
No me entienda mal, querida Franroise: si Jean Loison se expresó en N.B.: Su hija Marie-Noelle me escribió desde Marbella. Acepta re-
estos términos, no fue por animosidad sino para facilitarme una mejor cibirme en las próximas semanas.
comprensión del contexto familiar. Usted sabe que la religión ocupaba
un lugar importantísimo en la vida de Marie-Anne. Ella rezaba en
Wanda, en Boulogne, en Ciudadela, con los Guías. Y ahora estoy con-
vencido de que rezó el 15 de octubre de 1976, cuando los hombres del
Ford Falcan la secuestraron en las calles de San Juan.
Usted misma mencionó en mi presencia, en 2000, su deseo de ha-
cerse monja. Sus amigas del colegio de Benito Juárez, con las que estoy
en contacto, no recuerdan nada de un proyecto similar, pero yo recuperé
algunas cartas en castellano donde se evidencia su fe. En una de ellas,
Marie-Anne dibuja una cruz y una joven madre con rostro de María.
En otra, con fecha de fines de 1969, escribe: «Señor, que la verdad de
tu vida sea el camino de mi vocación.,.» A veces, en cartas a tal o cual
compañero argentino, termina su carta, en francés, con «Que Dieu te
protege».
Su marido, de quien el padre Loison dice que era menos devoto
que usted, alimentaba también, no obstante, ese fervor. Una amiga de
Marie-Anne me contó que lo vio bendecirla cuando esta salía de su casa
para ir al cine o a una fiesta.
Llegamos así a los mecanismos íntimos de su hija. Y también a los
suyos. «Para tratar de comprender a los hombres, hay que cavar hasta
las raíces», escribe el novelista Philippe Claudel en su maravilloso libro
Almas grises.
Estamos allí, Franroise, en las «raíces».
Marie-Anne le debía a usted la fe y, a la selva, su faz salvaje. Sí, era

LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 73

7 adolescentes argentinos, reivindica cada vez más una búsqueda de las


raíces, de la autenticidad, rechazando el modelo cultural dominante
Inmaculada Concepción norteamericano.
Por la misma época, otro conjunto intenta hacerse un lugar en
Benito Juárez: Bachiller Seis, un sexteto integrado exclusivamente por
hombres, del que forman parte Mariano y Simón, los muchachitos
que Marie-Anne y Nora fre~uentan ~esde hace algunas_ ~emanas. Los
conocieron en circunstanoas pecuhares, cuando muno la hermana
Edwige, una de las religiosas del colegio. Los dos muchachos asistían
al velorio y fue allí, durante una emotiva noche de insomnio, cuando
se hablaron por primera vez. En encuentros sucesivos, la relación
amistosa se convirtió en flirteo. Se formaron dos parejas. Desde en-
tonces, las dos muchachas esperan con impaciencia el paseo de las
primeras horas de la tarde, cuando la hermana Gabrielle tolera que se
Es una foto de clase bastante ajada, de esas que la mayoría de las ex ausenten un rato o que se den besos furtivos una y otra vez.
alumnas del colegio olvidaron tal vez en el desorden de un sótano o En los muchachos, esos amores adolescentes no resistirán, por
en un altillo. Son unas treinta en total, alineadas en tres filas, vesti- desgracia, a las turbulencias afectivas de su edad. Algunos meses
das igual: vestido y corbata azul marino, camisa celeste y mocasines después, Nora decide dejar a Mariano y Marie-Anne a Simón. Esa
marrones. Tienen una rosa en la mano y sonríen, unas más y otras ruptura, a la que seguirá una aventura sin pasión por el hijo Delpech,
menos, mirando el objetivo. Hay solo dos adultos: un hombre con marca en ella el comienzo de un período de remordimiento y tristeza
traje oscuro, sin duda el director, y una monja con extraños anteojos respecto de Simón. Mariano, su común amigo, es testigo de esa brusca
negros. Marie-Anne Erize está de cuclillas en medio del grupo, justo depresión: Marie-Anne piensa que es egoísta y «llena de defectos»,
en el centro. Se diría que el fotógrafo la puso sabiendo lo que hada, «mucho peor que los otros». Poco a poco, Mariano se vuelve su confi-
en el punto de mira central de todo el conjunto. dente y anuda con ella una relación nunca turbada por la seducción ni
Desde marzo de 1968, momento en que llegó al Colegio de la In- el menor sentimiento amoroso. Son amigos, solo amigos, como solo
maculada Concepción de Benito Juárez, se adaptó al ritmo estricto de dos adolescentes saben serlo, para toda la vida y hasta la muerte. Ella
la institución. Los fines de semana, cuando los alumnos vuelven de la confía en sus juicios: él es hijo del pueblo; tiene el sentido común de
casa de sus padres, una amiga francesa, Caroline Delpech, la invita a la gente, de los valores. En mensajes escritos a las apuradas en papel
su casa de Tandil. Cuando no va a Tandil, se queda en el colegio y se para máquina de escribir, ella juega con la homonimia Marie-Anne/
dedica a su pasión del momento: Melipal, un conjunto musical orga- Mariano. En una carta, le confiesa: «Aunque haya decidido ser solo
nizado con cinco compañeras, sobre todo con su mejor amiga, Nora una compañera de Simón, no encontré todavía mi paz interior».
Bilbao. Ese sexteto femenino, cuyo nombre significa «Cruz del Sur» en Marie-Anne no pasa todo el año en la Inmaculada Concepción.
lengua mapuche, readapta canciones tradicionales o temas religiosos. Durante las vacaciones escolares, deja a Mariano, a Nora y al conjunto
Para Marie-Anne, guitarrista y cantante, es como si el grupo repro- de Benito Juárez y vuelve a la casa familiar, cerca de Buenos Aires.
dujera de lejos la hermosa aventura colectiva de una segunda «fami- Desde su partida al pensionado en 1968, no cortó los vínculos con
lia Trapp». Marie-Anne no desprecia en absoluto el estilo folklórico su vida anterior, siguió relacionada con los Guías, participando en lo
de Melipal ni le parece grosero, sino que al contrario, como muchos posible en los campamentos de primavera y verano.

74 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 75

Después de varios meses de ausencia, sus amigos .de la comunidad tación. Mario, el seductor inveterado, acompaña a su amigo con la
francesa, y sobre todo Laurence Fabre, observan cómo se afirma su esperanza de que alguna de esas bonitas francesas le dé su número
belleza, sin que esa maduración atenúe su aspecto salvaje e indomable. de teléfono. Al verlas con sus mochilas, queda impactado ante la más
Y si los muchachos se dan vuelta cada vez más para mirarla, ella acoge bella: Marie-Anne. Durante los cinco minutos en que se intercambian
sus miradas con relativa indiferencia, y hasta con cierto fastidio. «Al tres o cuatro banalidades, queda flechado por su encanto y piensa que
comienzo, ella no entendía por qué atraía tanto la atención -cuenta al fin y al cabo, su relación con Henry no debe ser muy seria ...
el padre Loison 1- pero su belleza era tal que era inevitable. Sobre En cuanto sale de la estación, y pensando en el modo de volver
todo porque tenía el don de embellecerse con nada. Me acuerdo, por a verla y quizá seducirla, termina diciéndose que existe una única
ejemplo, de que había recogido por ahí un trozo de tela banal para solución, es decir, ir hasta Bernardo de Irigoyen, ¡no importa que
atarse el pelo con una especie de vincha. En otra persona nadie lo quede a mil kilómetros!
habría notado. Pero en ella ... » Laurence Fabre lo confirma: «No se Es así como, el sábado siguiente, es el primero en subir al avión
puede decir que Marie-Anne fuera muy coqueta, al contrario, a veces que sale por la mañana destino a Posadas, capital de Misiones. Una
se vestía con mucho descuido, pero su elegancia natural, su rostro vez arriba del avión, no tiene idea de cómo llegar. No hay tren, ni
luminoso y vivo predominaban sobre todo el resto y le daban un aire coche de alquiler, el último micro se fue el día anterior. No importa:
fuera de lo común». tomará otro avión, si lo encuentra ... Pero ocurre que la pista es tan
Entre los franceses de Buenos Aires, frecuenta sobre todo a Hen- corta y peligrosa que hay pocos pilotos que se arriesgan a hacer el
ry Floquet, uno de los hijos del vicecónsul. Sus relaciones amorosas viaje, por más billetes en pesos que se les ofrezca. Mario termina por
comienzan en el verano de 1969, en Miramar. Se ven en forma in- encontrar uno, un médico con aire de aventurero, piloto en sus horas
termit~nte pero siempre con alegría. Marie-Anne presentó incluso a perdidas, perfecto conocedor de la región. ¡Él, por lo menos, no tiene
Henry asus padres, que lo invitaron a cenar varias veces. Por su lado, miedo de llevarlo hasta allá en su diminuto aparato!1
el joven aprecia mucho a esa familia, «tierna y divertida», según dice. 2 Mientras sobrevuela la jungla, se vuelve hacia Mario:
Marie-Anne tiene tanto éxito con los muchachos que son cada -¿Pero por qué es tan importante para vos ir a ese pueblito? ¿En
vez más los pretendientes que la rodean. Pero el que se lleva la palma qué negocios andás?
de oro de la insistencia es un amigo ítalo-argentino de Henry Flo- -No son negocios. Voy a ver a una chica que conocí en una esta-
quet, Mario Berlingieri, el flamante director de ventas de la concesión ción de tren en Buenos Aires, que se iba para Bernardo de Irigoyen.
Renault-Mercedes de su tío. Conoce por primera vez a la joven fran- Es linda, no te imaginás lo linda que es.
cesa en enero de 1970 en los andenes de la estación Federico Lacroze -¿ Y cómo se llama esa beldad? -prosigue el piloto, divertido.
en Buenos Aires, cuando ella se dispone a partir a Misiones con una -Marie-Anne. Una frarn;:esa. Su familia vivió en Wanda, creo.
quincena de Guías. Marie-Anne se entusiasma particularmente con -¿Franceses en Wanda? ¡Debe ser el padre de los Erize, Albert,
esa estada, organizada en Bernardo de Irigoyen, ciudad límite con el de Citroenl
Brasil: Wanda, el paraíso tropical de su infancia, dista apenas algunas Algunos minutos después, la avioneta aterriza ante las miradas
decenas de kilómetros de allí, a vuelo de pájaro. desorbitadas de un puñado de chiquilines atónitos.
Henry Floquet, su novio del momento, fue a saludarla a la es- -¿Sabe dónde están las francesas? -pregunta Mario.
-Allá, frente a la iglesia.
Se acerca, abordando a un guía tras otro, por fin se topa con Ma-
l. Entrevista con el autor en París en marzo de 2009.
2. Intercambio de mails con el autor en abril de 2009. Henry Floquet vive actual-
mente en Arabia Saudita. l. Escena relatada por Mario Berlingieri en enero-febrero de 2010.

LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 77


76 1 PHILlPPE BROUSSARD

rie-Anne, que parece asombrada pero no muestra ninguna turbación. de fricciones familiares. «Nuestros padres no vieron venir las cosas
La maniobra del joven la hace más bien reír. Se lo contará después a -dice Laurence Fabre-, tardaron en percibir los cambios que se es-
Henry, con esa sinceridad espontánea que es y será siempre la marca taban produciendo, en nosotras y en el planeta. En su modo de ser y
de los Erize. 1 juzgar a los argentinos, seguían siendo muy franceses. A veces, y como
Mario pasa la noche en el campamento, sin llegar a sus fines ... reacción, era frecuente que rechazáramos a Francia, que era para no-
Marie-Anne no le deja entrever ninguna ilusión: entre ellos, nunca será sotras el símbolo del corsé familiar. Hablábamos poco de ese tema,
cuestión de otra cosa que amistad. Viendo la furiosa energía con que no nos interesaba tampoco conocer la situación en París. Solamente
anima una sesión de plegaria el domingo por la mañana, Mario com- nos fascinaba la Argentina y su futuro. En ese entonces, si usted no
prende que esa chica no hace trampa, ni consigo misma ni con los de- actuaba en alguna organización de jóvenes, pasaba por un has been.
más. La volverá a ver, ya que ella se lo ha prometido, pero como amigos. Agregue a eso el contexto general de los años sesenta en América del
Luego de su partida el domingo por la tarde, los Guías prosiguen Sur y comprenderá por qué los viajes de Guías contribuyeron a hacer
su viaje. La llegada del hermoso ítalo-argentino había suscitado co- nacer en nosotras convicciones de izquierda, despertando deseos de
mentarios diversos y hasta algunos celos entre las adolescentes. Pero actuar en el campo humanitario. Por eso, nuestros padres se mostra-
no alteró en nada la alegría de sus actividades colectivas. La mayoría ron muy agresivos con ciertos sacerdotes, que ejercían, según ellos,
de las muchachas aprovecha esas expediciones para huir de un uni- una excesiva influencia sobre nosotras ... »
verso familiar muchas veces asfixiante. Una vez en el viaje, se olvidan En el caso particular de los Erize, sin embargo, nadie en la familia
del círculo cerrado de los «expatriados» y del Buenos Aires de los tiene nada que reprochar a los padres Loison y Baqué. Al contrario, los
«ricos»; se abre ahora ante su vista la Argentina de las manos callosas aprecian mucho. Los sacerdotes les devuelven ese aprecio visitando
y los rostros quemados por el sol. Marie-Anne conoce esa Argentina, a menudo a la familia, cuyas hijas tiene personalidades tan fuertes.
donde l;ia crecido. Otras muchachas, en cambio, reciben un verdadero A pesar de sus 17 años, Marie-Anne es la más difícil de captar y
schock «Esos campamentos -relata Laurence Fabre- eran verda- la más rebelde. Desde los tiempos de Wanda, sus padres saben que
deros momentos de descubrimiento y la oportunidad de conocer el sueña con «ayudar a los pobres», pero no ven que esa generosidad,
corazón del país real. Por nuestros orígenes y el estatuto social de impregnada todavía por la religiosidad de una madre devota, anun-
nuestros padres, sentíamos cierta culpabilidad, teníamos la impresión cia a corto plazo una evolución radical, un vuelco cuya amplitud y
de ser privilegiadas superprotegidas.» consecuencias no pueden imaginarse. En el universo scout, poblado
Sacerdotes como Loison y Baqué perciben claramente el abismo de adolescentes perfectos, su hija se distingue por su franqueza y
que separa a esa juventud en busca de sentido de la generación an- su sed de libertad. Sus amigas ven que crece en autonomía y que
terior. Ven que muchas muchachas atraviesan un período crucial, ya en su modo de ser, amar, indignarse, se va delineando una «con-
que todo cambia en ellas y alrededor de ellas: su cuerpo, su mirada ciencia social». En Benito Juárez, la ciudad de su pensionado, se ha
hacia los hombres, su percepción de las injusticias. comprometido ya en diversas acciones humanitarias, sobre todo
Alejadas del entorno nostálgico de una Francia de posguerra que la reconstrucción de la casa destartalada de un hombre anciano.
ya no existe, son propulsadas así en el torbellino de los años sesenta, «Entre todas las chicas de esa época -dice Jean Loison- era la
en la revolución de las costumbres, los espíritus y los valores. Pronto más sensible a esas problemáticas.» El padre André Baqué agrega:
serán mujeres hechas y derechas, un poco de izquierda, más argen- «Era simple, humilde, muy comprometida. Admiro a la gente con
1
tinas que francesas, y qué importa que eso acarree un nuevo motivo convicciones y que las defienden. Era su caso».

l. Interrogado por el autor, Henry Floquet afirma «haberse reído mucho» con ese
episodio y haber conservado su amistad con Mario Berlingieri. l. Entrevista con el autor en septiembre de 2009.
78 / PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 79

En la Argentina de esos años, esa actitud comprometida no debe Sus padres quieren que conozca «su» país, su lengua y su cul-
1
sorprender. Temeroso de las ideas de izquierda, cansado de los gol- tura, y que visite a su abuela materna, que todos llaman «Gram».
pes militares, el país aspira a la justicia. En el campo, ligas agrarias Marie-Anne se alojará primero en su casa de la calle Longchamp, en
desafían a los propietarios de tierras. En Córdoba, los obreros se rebe- el distrito XVI de París, antes de trabajar como niñera en la casa de
lan. En las parroquias de Buenos Aires, miles de jóvenes de las clases diferentes familias.
medias colaboran con los «curas del Tercer Mundo» en su acción a El 8 de junio de 1970, se presenta primero en el aeropuerto inter-
favor de los pobres. Por todos lados, reuniones de acción y reflexión nacional de Ezeiza. Un amigo francés la acompaña: Patrick D'Espéries,
se organizan en las villas miseria, que los poderosos desprecian. un apuesto muchacho con físico de actor, tres años mayor, cuyos pa-
Estos movimientos no pueden rotularse como fenómenos de dres están radicados en la Argentina desde 1953. Tiene entrada a las
moda y sería injusto ver en ellos una mera excentricidad de gente bambalinas del mundo francés del espectáculo: su hermana política,
privilegiada. Al contrario, apuntan a conocer mejor esas poblaciones France Louis-Dreyfus, es la mujer del célebre actor y productor Jac-
e inventar nuevos modos de socorrerlas. Para una parte de los argen- ques Charrier, el ex marido de Brigitte Bardot. ,
tinos, el país debe prepararse incluso para un «gran día final» de la Marie-Anne, que no tiene nada que ver con ese mundo, hab1a
revolución. Un hombre encarna esta esperanza: Juan Domingo Perón, conocido a Patrick un tiempo atrás en una fiesta. Charlando, des-
el artesano de las reformas sociales de la década 1945-1955. cubrieron que partirían a París por la misma época y acordaron la
Desde hace unos quince años, el ex presidente espera, en el extran- fecha del viaje. 2 Antes de embarcarse, los dos jóvenes se hacen sacar
jero, que le llegue su hora. Alimentando su leyenda de hacedor de la una fotografía en la escalerilla del avión. Valía la pena inmortalizar la
unión de los argentinos, es capaz de seducir tanto a la izquierda como a escena, ya que la última estada de Marie-Anne en Francia se remon-
la derecha, con sus extremos respectivos. En 1970 goza todavía de una taba a 1956, ¡a los 4 años!
inmens1¡1 popularidad, sobre todo entre los estudiantes que encuadran Llegados a París, Patrick la deja en taxi en casa de «Gram», a la
Yasisten a los villeros. Un día, se levantarán. Un día, Perón volverá. altura del número 20 de la calle Longchamp, un lindo edificio burgués,
Por el momento, se acerca el fin del año 1969. Marie-Anne, por de estilo haussmaniano, con balaustradas de hierro negro y pomposas
sensible que sea a la miseria humana, no tiene nada de una militante. iluminaciones. La estación Iéna del subterráneo está a cinco metros,
Acaba de recibir su diploma de bachiller en el colegio de la Inmacu- bajando hacia la izquierda en dirección al Museo Guimet.
lada Concepción y se prepara para abandonar la apacible aldea de Mientras espera descubrir la ciudad, Marie-Anne se muda a un
Benito Juárez y seguir estudios en Buenos Aires. En una carta a su altillo situado en el último piso del edificio donde vive su abuela. El
amigo Mariano, confidente de sus días de tristeza, escribe en unos lugar es diminuto, apenas cabe una cama, pero a través de las cortinas
breves renglones una última alusión a la similaridad de sus nombres: se puede ver la Torre Eiffel, y eso basta para hacerla feliz.
«A mi "hermanito" tan querido, quisiera expresarle con esta simple En los meses siguientes, la vida cotidiana de Marie-Anne se repar-
tarjeta todo lo que nos ha unido, nos une y nos unirá ... Acuérdate te entre sus paseos por París, los cursos de francés «para extranjeros»
siempre de tu tocaya, como yo también te recordaré con gratitud ... » en el Instituto Católico de la calle Assas.en el distrito VI, y sus tareas,
Por consiguiente, Marie-Anne no formará parte del viaje de fin a veces ingratas, de niñera. La primera familia que la acoge elogia
de año que Nora y las otras chicas de Melipal (el conjunto musical) mucho a su abuela y a todos los Erize de Buenos Aires. Son parientes
habían previsto, a las montañas de Bariloche. Ella las ayudó a prepa- próximos del escritor Antoine de Saint-Exupéry, el autor de El Princi-
rarlo e incluso a financiarlo, organizando animaciones musicales y
produciendo un disco autofinanciado. Pero un destino más exaltante l. Condensación de grand-mere (abuela). [N. de la T]
la está esperando: Francia. 2. Entrevista con el autor en febrero de 2010.
So I PHILIPPE BROUSSARD

pito. Además, Marie-Anne se propone aprovechar París, y sobre todo


volver a ver a Laurence Fabre, su amiga de la época d~ scoutismo, que
vino a vivir a Francia. Una noche de junio, Laurence la invita a una
fiesta en la casa de su tía, en la calle Adolphe Yvon (distrito XVI). La
aparición de esa belleza franco-argentina de piel bronceada y ojos
verdes producirá su efecto en el sector masculino de la asistencia ...
Su modo de vida no tiene puntos en común con su vida argentina.
Las veladas en las expediciones de scouts, la Inmaculada Concepción,
los inocentes estribillos de Melipal. .. todo eso quedó atrás. Ahora
se abre ante ella la Francia del post mayo de 1968, el país en que Joe
Dassin entona EAmérique y Michel Polnareff canta Gloria, un país en París, 30 de abril de 2009
que se insinuán ya las vacaciones de verano, con invitaciones a las que
no es posible resistirse. Patrick D'Espéries, el amigo que la acompañó Querida Fran<;oise,
en el vuelo Buenos Aires-París, le propone reunirse con él en Saint-
Tropez. Conoce bien a los dueños de Épi Plage, un club con piscina y Tengo ante mi vista los cuadernos de notas de noviembre de 2000.
vista sobre la bahía de Pampelonne, inaugurado diez años antes por Los había llenado delante de usted en el salón de té de Buenos Aires. Es
el rey de la noche parisina, Jean Castel. La jet set de la Costa Azul se un cuaderno con espirales, de marca Conquérant, de color azul, formato
precipita a ese lugar para organizar fiestas alocadas. pequeño, con papel cuadriculado, donde yo había transcripto lo esencial
Marie-Anne pasa algunos días allí, descubriendo así, a los 18 años, de lo que usted me había dicho sobre Marie-Anne.
un universo superficial pero fascinante. Sin saberlo, se enfrenta con No había grabado nuestra conversación, por temor a que le molesta-
dudas que no tardarán en hacerla sufrir: ¿dónde está su lugar: en las ra el grabador. Sabía que esa entrevista le preocupaba, que usted vacila-
fiestas mundanas o entre los pobres? ¿Quién es la verdadera Marie- ba entre las ganas de dar testimonio en público y el miedo de eventuales
Anne: la chica despreocupada de Épi Plage o la rebelde de Wanda? represalias. Tenía miedo. Nadie se lo puede reprochar, hay todavía en
la Argentina hombres y mujeres convencidos de que los desaparecidos
merecieron su suerte y que habría que haber duplicado o triplicado su
cantidad para erradicar para siempre el «peligro>, comunista. Hablo
de una minoría de argentinos, pero una minoría influyente, capaz de
alimentar una paranoia que paraliza.
Lo comprobé yo mismo hasta en París, donde muchos franco-argen-
tinos me alertaron diciéndome cosas como «Tenga cuidado adónde se
mete si va para allá, todavía ellos tienen poder». ¿Quiénes son «ellos»?
Los oficiales de extrema derecha, los eternos golpistas, las redes de gru-
pos con tendencias fascistas.
Detecté en la mirada de muchos de mis interlocutores la misma som-
bra que veo en la suya: el espectro de un miedo profundo, el miedo infantil
que sigue al despertar de una pesadilla. No contentos con haber quebrado
sus vidas, los torturadores siguen al acecho en sus pensamientos.
82 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 83

Pero volvamos a nuestra conversación de noviembre de 2000 y a mi «Muy diferente», dijo usted. «Muy diferente.» ¿En qué no se les pa-
cuaderno de notas. recía? ¿Era más influenciable, más impulsiva, más radical? Marc, el
Usted no habría podido descifrar esos garabatos escritos a las apura- mayor, tenía 27 años en el momento del secuestro; Marie-Noelle, la
das. Como todos mis colegas, tengo mis códigos, mis trucos o palabras- menor, se acercaba a los 15. Sin duda, estaban a mil leguas de poder
clave para los casos en que la memoria falle. No importan las faltas de evaluar, por diversas razones, el camino recorrido por su hermana desde
sintaxis, las tachaduras, las frases sin verbo, los verbos sin sujeto, los su nacimiento en Espartillar hasta su desaparición en San Juan vein-
adjetivos huérfanos, las palabras desordenadas y perdidas en el ángulo ticuatro años después. Como usted, solo tenían una vaga idea de sus
de una página. Al ir en busca de su significación, es todo su recorrido, zonas más sombrías.
el suyo, el que se escribe en estilo telegráfico. Un retrato así solo se completa en toques sucesivos, caminando a
tientas y a veces al azar, según lo dado en los encuentros, contando con
3 dic. 1940 llegada a Buenos Aires, padre diplomático nombrado la buena voluntad de unos y otros y desafiando también a la tecnología
en la Argentina. (Internet hace milagros). Por supuesto, la obra destructora del tiempo y
Marido nativo de Béarn, nacido en Pau. el olvido es de temer. No es difícil sospechar que ciertos episodios conser-
7 hijos, 4 varones y 3 niñas, entre ellas Marie-Anne. varán para siempre su secreto. Los años pasan, los testigos disminuyen,
Espartillar. Almacén agrícola. Lindo chalet construido por su pa- la indiferencia nos amenaza ... En la Argentina, como en Chile, miles
dre (dice. mapuche). de destinos fueron tragados así, como aspirados por el agujero negro de
Misiones (norte) Wanda (polacos), casonas de madera. la memoria. No así el de Marie-Anne. Tanta gente la conoció y amó,
Padre mentalidad de pionero. Rutas forestales, ferretería, estación que es posible reconstruir una parte del rompecabezas. Cada día un
Sh~ll, Citroen. nuevo elemento viene a completarlo: una foto, una fecha, un número
Católico militante. de teléfono.
Ambiente francés. Trenet, Montand. Así, por ejemplo, me puse en contacto con un tal Éric Bancharel, que
Ciudadela. tuvo una breve relación con Marie-Anne en Buenos Aires a principios de
Colegio argentino (parroquial). 1970 y que vive ahora en la región de Landes, en el sudoeste de Francia.
Nada de política. Me divirtió mucho la manera en que su hija lo conoció, y me parece muy
San Juan, M-A escondida. revelador de su modo de ser.
San Juan, M-A desaparecida. Un día de septiembre de 1971, en un café de Buenos Aires, percibe
a un hombre de unos veinte años absorbido en la lectura del diario
Entre una y otra página, observaciones suyas captadas al vuelo es- France-Soir.
bozan un retrato de Marie-Anne, sirviendo de puntos de referencia. -¿Sos francés? -le pregunta ella.
-Euh ... oui.
Idealista. -¿ Y francés de dónde?
Muy elegante, muy simple. -DePau.
Dibujos con tinta china (mujer estilizada con un bebé en los brazos). -Comme mon pere!
Ayudar a los pobres. Al día siguiente, sin haber tenido tiempo de entender lo que le ocu-
Quería mucho a su padre. rre, Éric Bancharel será su invitado. No he tenido oportunidad de hablar
Nunca enojada, muy diferente de los otros chicos. con él, por el momento intercambiamos algunos mails. En el primero,
escribía:« Yo conocí a Marie-Anne en septiembre del 1971 y fui, digamos

84 1 PHILIPPE BRülJSSARD DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 85

así, su durante el mes que me quedé en Buenos Aires. No veo Viendo a Laurence, no pude evitar imaginarme qué mujer sería
qué puedo contarle de interesante, en esa época parecía tan tran- Marie-Anne, a los 57 años. ¿Sería madre? ¿Abuela? ¿En Francia? ¿En la
quilo. Una cosa me había sorprendido en ella, o sea, bajo apariencias de Argentina? ¿Qué habría hecho de su vida? ¿Se habría vuelto maestra de
superficialidad se hacía muchas preguntas sobre la muerte. La última escuela en el campo, como lo ambicionaba en su infancia? ¿O periodista,
película que vimos juntos fue Muerte en Venecia, que ella quería ver como lo supe hace poco? Nadie lo sabrá nunca. En sus proyectos, sus
a toda costa. Si tiene preguntas precisas, no lo dude. Lo felicito por su ideas, sus amores, su hija cambia de camino, de vida, de sobrenombre.
trabajo porque ELLA lo merece. Era una chica realmente adorable.» Hasta ahora, recogí cuatro: Katy, Pirú, Sofía, Lucía. Identidades pres-
Muerte en Venecia. Visconti. 1971. Una obra sobre la belleza, la tadas para escapar de los que la perseguían, pero tal vez,
angustia, la búsqueda de la perfección. Parece que esa película había huir de sí misma. Pero volveremos a todo eso ...
impresionado mucho a Marie-Anne. Cuando el film terminó y volvió la Laurence Fabre no conoció ese período de su vida, todavía menos
luz a la sala, se había quedado un momento sentada, silenciosa, como esos últimos meses en San Juan, en 1976. Pero la quería mucho y me
paralizada por la emoción. habló con ternura de ella, sin ocultar nada de su complejidad. «Marie-
Toda su riqueza está ahí, en esa capacidad de desarmar lo previsible Anne era una persona excepcional -me confió-, no digo eso porque
y ofrecernos de golpe otra faceta más sombría y más frágil de su persona- fuéramos amigas. Otros se lo confirmarán. Adonde iba, su alegría de
lidad. Dos mujeres que vi en la periferia parisina me confirmaron en ese vivir irradiaba. Nada resistía a sus deseos. Lograba todo lo que quería.
análisis de una Marie-Anne inapresable. Hasta para usted, Franroise, Dinámica, enérgica, actuaba por pulsiones, pasaba rápidamente de una
hasta para usted. cosa a otra. Pero eso no quiere decir que fuera superficial. Al contrario,
La primera de ellas es una de sus amigas francesas de Buenos Aires: había en ella una verdadera profundidad. Simplemente, quemaba la
Laurence Fabre. Haga memoria: se frecuentaron en los viajes de los vida, como previendo que moriría joven. También creo que los hombres
Guías. y también en otros lados. Laurence había llegado a la Argentina desempeñaron una función importante en su evolución. El amor era su
en 1962, donde su padre, que es ingeniero, había sido trasladado, desde motivación y su motor. Estaba siempre en busca de algo, llevada por
Brasil. Para contarle una anécdota, formaba parte de las muchachas una especie de inquietud existencial.»
encargadas de recibir al general De Gaulle en la inauguración del fu- Una semana después, otra relación de Marie-Anne me ayudó a
turo liceo francés en Buenos Aires en 1964. ¡Ese día, el general hasta le completar este análisis: Christine Grigny. Creo que usted nunca la co-
estrechó la mano! noció. En Buenos Aires, trabajó un tiempo en el liceo Jean Mermoz. De
Han pasado más de cuarenta años. Parece un siglo. Laurence man- padre francés y madre uruguaya, se fue de la Argentina a principios de
tuvo un contacto muy limitado y hasta temeroso con ese país, que dejó los años ochenta y hoy ejerce como psicóloga en Corbeil-Essonnes, en
en 1976, en el momento del golpe de Estado. Tuvo hijos y ahora vive la periferia parisina.
en Nanterre, en las afueras de París, al oeste, y trabaja a unos veinte Fui a verla un martes a la tarde. Había caído la noche y hacía frío
kilómetros, en Conflans-Sainte-Honorine (Yvelines). Allí, cerca de su hasta en el andén del RER. Christine vino a buscarme en coche a la esta-
lugar de trabajo, fue donde almorzamos juntos, un lunes lluvioso de ción y me llevó a su consultorio, en un edificio a orillas del Sena. Por sus
febrero. Era una experiencia muy desconcertante estar allí sentados a silencios y su reserva, me di cuenta de que le era muy difícil evocar esta
una mesa, en 2009, en un restaurante indio de las afueras, hablando época y que había decidido hacer un gran esfuerzo para ello. Sus recuer-
de acontecimientos acaecidos treinta años atrás en un país tan lejano dos eran más vagos que los de Laurence Fabre, su amistad menos intensa,
como la Argentina. Uno sale de ahí medio grogui, aturdido, como un pero pintó a Marie-Anne en estos términos: «A veces parecía ''acelerada",
cinéfilo que a la salida de la sala de proyección se topa de golpe con las como se dice en nuestra jerga psicológica, es decir, un poco excitada, lo
luces de la ciudad. cual traducía probablemente una forma de angustia e inquietud».
86 1 PHILIPPE BROUSSARD

No vea, por favor, ninguna forma de reproche en estos testimonios


sino más bien el recuerdo amistoso de una «diferenci~», que usted mis~ 8
ma había destacado en nuestra conversación de noviembre de 2000.
Marie-Anne actuaba instintivamente, como cuando, de niña, aventa-
jaba a los otros muchachos trepando a los árboles o entrando con los
pies desnudos en el barro rojizo de Wanda. Es eso y no otra cosa lo que
la hacía tan «diferente». También ese modo casi animal de escuchar su
corazón y fiarse a sus pulsiones, sin preocuparse por los peligros. No es
casual que algunos años después, algunos de sus compañeros políticos la
llamaran la «Pirú» (la «Flaca» en guaraní). Un nombre de niña salvaje.
Con mi amistoso recuerdo,

Philippe

Buenos Aires, 7 de febrero de 1971. Marie-Anne ha vuelto. Los ochos


meses pasados en Francia le habían permitido conocer mejor el país
de sus antepasados. En París, Saint-Tropez y Touraine, pudo perfec-
cionar su francés, vivir en casa de familias, descubrir nuevos ambien-
tes. Visitó a una tía de su madre en Southampton (Inglaterra) y fue a
las islas anglo-normandas con su abuela Susana: dos fotos la muestran
con los cabellos al viento, en las alturas de Jersey, frente al mar. Pero
nunca renunció a lo esencial: la Argentina.
Sin embargo, muchas cosas han cambiado durante su ausencia.
Desde 1969, año en que estalló la agitación social en Córdoba,1 la có-
lera no ha dejado de aumentar en contra de los militares en el poder.
En el campo, en las universidades y los barrios populares, el peronis-
mo gana cada vez más terreno. Tanto en Buenos Aires como en las
provincias, la juventud de las clases medias sale de su reserva para
incorporarse a la política. Muchachos y muchachas sueñan con una
nueva Argentina, democrática y generosa con su pueblo. Por todos
lados, la ultraizquierda se moviliza, diversos movimientos radicales,
como el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), las FAR (Fuerzas

l. En mayo de 1969, un conflicto social de gran amplitud estalla en las usinas de


la ciudad de Córdoba y provoca un eco inesperado en el resto del país, sobre todo
entre los jóvenes de clase media. Se suele considerar este episodio, conocido en la
Argentina como el «Cordobazo», como el «mayo de 68» argentino. Marca el inicio
de un período de extrema agitación política.
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Armadas Revolucionarias) y sobre todo los Montoneros (peronistas salón. A la derecha, siguiendo el pasillo, están la cocina, el comedor
de izquierda), se vuelven cada vez más virulentos. En cuanto a los y el escritorio de Albert. El mirador, adonde les gusta reunirse en
«curas del Tercer Mundo», se hacen cada vez más presentes en las vi- invierno, da al jardín, el lugar reservado de Franc;:oise. Ha plantado
llas, lo cual indigna al ala conservadora de la Iglesia ... Desde Madrid, allí dos paltas que cuida con amor, pidiendo a menudo a los chicos
donde su exilio se eterniza, Perón activa sus grupos, tanto de derecha que arranquen las hierbas secas a cambio de algunas monedas. En el
como de izquierda. fondo, a lo largo de la pared cubierta por una hiedra, Albert ha ins-
También para los Erize se produjeron cambios durante la ausen- talado su galpón, donde ha puesto sus herramientas y una parrilla.
cia de Marie-Anne: la familia ha dejado Ciudadela para acercarse La escalera central lleva por un lado al sótano y por el otro a los tres
al centro de Buenos Aires. Sus padres desean que los «más chicos» dormitorios, repartidos en círculo en torno al palier. Los dormitorios
(Étienne, Marie-Noelle y Jean) ingresen lo más pronto posible en el de los pequeños disponen de un balcón con vista a la calle. El tercero,
liceo francés, inaugurado en marzo de 1969 en el barrio de Belgrano. orientado hacia el jardín, espera a Marie-Anne.
Ese trámite era una prioridad para Frarn;:oise, no quería que sus hijos Pocos meses después de la mudanza, el nº 1062 de la avenida
cursaran lo que ella consideraba como una formación mediocre en Monroe se ha convertido en el epicentro de la vida familiar, la sede
la Alianza Francesa de Ramos Mejía. Aceptada su solicitud de beca, de todas las reuniones y fiestas. Primos y primas, amigos y amigas ...
los inscribió, pues, en el liceo, donde estudian con otros niños de la el desfile es permanente.
comunidad francófona, donde la mayoría son miembros de los grupos Albert aprecia la companía de esas visitas de jóvenes con los cuales
de los Scouts y los Guías. • suele jugar a las cartas y al mahjong. Todo ello regocija a Frarn;:oise, a
.Franc;:oise tardó cinco meses en encontrar una vivienda a un pre- quien le gusta mucho recibir. Hace poco caso de los reproches de su
cio razonable en el sector residencial del barrio de Belgrano. Después marido, que se inquieta cuando ella abre la puerta ingenuamente a
de leer asiduamente los avisos, terminó por encontrar una casa a dos desconocidos indigentes. Buenos Aires no carece de pobres, la ciudad
pasos del liceo Jean Mermoz. Los niños encuentran allí todo lo que está construida como un inmenso patchwork social y étnico, de tal
deseaban: sus compañeros viven en el barrio y es fácil acceder al centro modo que no hace falta ir lejos para enfrentarse con la pobreza. No
de Buenos Aires, en ómnibus o en tren; hay muchos espacios verdes y hay que caminar mucho para encontrarse en medio de una villa. La
el barrio vibra al clamor de la cancha de River Plate, uno de los clubes casa de Marie-Anne está situada en el límite con uno de esos barrios,
de fútbol más grandes de la ciudad. Las calles de los alrededores, largas el Bajo Belgrano, donde centenares y hasta miles de personas sobrevi-
y aireadas, se cruzan en forma de cuadrados al estilo norteamerica- ven en condiciones de extrema indigencia. Sus padres lo sabían antes
no, que el grand reporter Albert Londres describía así en 1927: «Solo de mudarse, pero esa vecindad tan peculiar es lo que les ha permitido
un individuo fuera de serie podría circular por Buenos Aires sin un negociar la compra de la casa a un costo inferior a las tarifas del mer-
mapa. Es un nido de abejas, hecho como un radiador de automóvil. cado. Mientras Albert vaciló mucho tiempo antes de firmar, Franc;:oise
Los alvéolos se llaman cuadra, que quiere decir "cuadrado''. Son cua- nunca dudó. Esa gente no la espanta, al contrario, ya que el Señor y la
drados perfectos de cien metros de lado. Buenos Aires es un campo Providencia así lo quisieron ...
interminable donde se han plantado casas hectárea por hectárea. Los Muchos adolescentes conservarán sus distancias con ese mundo
estrechos surcos que separan cada una de esas hectáreas son las calles». tan alejado del suyo. No así Marie-Anne. Cuanto más pasa delante de
Marie-Anne y sus padres viven en la avenida Monroe 1602. Vista ese dédalo de callecitas embarradas y casonas insalubres, más arde en
desde afuera, su casa hace recordar a esas series de televisión nor- deseos de socorrer a esos habitantes, en su mayoría paraguayos. Esos
teamericanas donde se ven viviendas separadas de la vereda por un náufragos del milagro argentino le hacen recordar a los guaraníes de
jardincito y una vía de acceso al garaje. La puerta de entrada abre al su infancia en Wanda. Se siente uno de ellos.
90 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 91

A medida que pasan los días, con su sonrisa y su simplicidad, se Entre la cólera y la esperanza, todo se mezcla, todo hierve en ella,
gana su afecto y se empeña en ayudarlos, llevándoies víveres y ves- a veces de un modo confuso. No tiene todavía convicciones políticas
timenta, ocupándose de los niños mientras las madres van a buscar definidas sino más bien un impulso surgido de su recorrido personal:
trabajo. No es la única que hace esos esfuerzos. En la capilla de la villa, Wanda, los campamentos de scouts, la villa miseria. Más allá de sus
sede de la mayoría de las actividades sociales, se encuentra a menudo propias dudas, el espectáculo cotidiano de un país cada vez más des-
con un amigo del barrio, Luis Pittau. Como ella, ha trabado amistad garrado entre partidarios y opositores a Perón _l~ hace sufrir. ~Perón
con esas familias pobres y les dedica una parte de su tiempo libre. debe volver? ¿Quedarse en España? El tema d1V1de a los partidos, a
«Organizábamos fiestas y meriendas para los niños -cuenta1- . Yo la Iglesia, a las familias. La suya no se sustrae al conflicto: sus padres
conocía gente de la alta sociedad que iban a la "zona''; era incluso bas- perciben claramente que sus hijas mayores, Yolande y Marie-Anne,
tante común en esa época, en que el compromiso social estaba muy di- podrían dejarse seducir por el compromiso político y poco les falta
fundido. Pero Marie-Anne no iba allí para mostrarse sino para actuar para volverse «revolucionarias».
y trabajar duro, poniendo las manos en el barro y sin buscar sobresalir.
Su sinceridad era evidente. Era muy hermosa, muy femenina, encar-
naba a la perfección a "la francesa': una mujer idealizada que ocupa un Como miles de otros jóvenes católicos, Marie-Anne sueña con
lugar peculiar en el imaginario argentino. Pero su energía y dinamismo una sociedad más equitativa y abierta. No está lejos de pensar que
sorprendía a todos, empezando por los habitantes del Bajo Belgrano.» los Montoneros -el ala izquierda del peronismo- tienen razón en
La gente de la villa le devuelve sus esfuerzos con un profundo desafiar al poder mediante acciones más o menos violentas.
afecto y no guarda secretos para ella. Un día, su tía Anne-Marie le Cuando el movimiento nace en 1970, el grupo solo cuenta con
dice que alguien robó el portafolio a uno de sus pequeños primos unas veinte personas. Pero se popularizó muy rápidamente, hacién-
cerca del liceo Jean Mermoz. Como suele ocurrir, la sospecha recae dose conocer ese mismo año con el secuestro y asesinato del general
sobre los ladronzuelos del Bajo Belgrano. A esa ahora, deben haber Aramburu, un ex dictador que había ordenado en 1956 la ejecución
ya vendido o distribuido cuadernos y lápices ... Furiosa, Marie-Anne de militares peronistas y civiles inocentes. El asesinato de Aramburu
pide a su tía y a su primo que esperen un momento. Sale de la casa, y los acontecimientos trágicos de Trelew en 1972 1 terminaron impo-
dobla en la esquina a la izquierda. Una, dos, tres cuadras, y llega a la niendo a Montoneros en la escena política nacional. A partir de en-
villa. Todos la conocen: los adultos, los adolescentes, hasta el jefe, el tonces aumentan sin cesar en número e influencia. Después de haber
«Negro» Vidal.2 Unos minutos después, Marie-Anne está de vuelta creado ramas regionales de la Juventud Peronista, constituyen ahora
con el portafolio intacto. su vanguardia político-militar.
En esa época, el liceo Mermoz la emplea como maestra jardinera Para Fran<;:oise y su marido, conservadores de alma, se trata solo
en la sección del jardín de infantes, junto con su amiga Christine. Le de agitaciones de «comunistas». Piensan que la Argentina, como la
gusta ocuparse de los niños e iniciarlos en la lectura, el canto y el dibu- Francia de mayo del 68, tiene todo que perder si se deja llevar por
jo. ¿Es su vocación? Marie-Anne duda, busca su camino. Debe haber
también otras vías para ella. Asistenta social, tal vez. O periodista. l. El 22 de agosto de 1972 en Trelew (sur de la Argentina), 16 jóvenes militantes
de diferentes organizaciones de izquierda (ERP, FAR, Montoneros) detenidos por
Sí, eso, periodista ... Para relatar la realidad argentina, denunciar el el ejército en una base militar, son ejecutados en medio de la noche por soldados.
dominio de los militares sobre el país. Tres de sus compañeros, heridos de bala, sobrevivirán a la ejecución. Para muchos
observadores, la masacre de Trelew marcó el comienzo del terrorismo de Estado
argentino. Las víctimas formaban parte de un grupo de activistas de izquierda que
l. Entrevista con el autor en febrero de 2010. habían intentado evadirse algunos días antes de la cárcel local. Seis de los principales
2. Un paraguayo de piel oscura, muy autoritario y carismático. líderes de la rebelión habían logrado huir a Chile.
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esas utopías. Albert Erize sigue siendo un hombre pragmático, un por el Chaco, una región muy pobre, limítrofe con el Paraguay. Los
empresario que se arremanga la camisa para resolver ante todo sus Erize tienen allí unos amigos, los Cokombet, que frecuentan desde
negocios. La construcción de rutas que sigue dirigiendo acá o allá le la época de Wanda en los años cincuenta. En esa época, Albert Erize
permite ganar suficiente dinero como para encarar otros proyectos e dirigía un almacén de ramos generales, mientras Michel Colcombet
invertir sin ponerse límites. explotaba plantaciones de mate (el «té de los jesuitas»). Su amistad
En Río Negro, en el sur, compró tierras que no tardarán en pro- había nacido en el sudor de los desafíos subtropicales.
ducir frutos y maíz. Presionado por Marie-Anne y su hermano Marc, Los Cokombet viven ahora en Colonia Benítez, una aldea de co-
adquirió también una casa de vacaciones en la estación balnearia de lonos agrícolas y ganaderos. Albert pasa allí algunos días cuando sus
Miramar. Cuando Frarn;:oise la visitó por primera vez, no había agua negocios lo obligan a ir al norte argentino. A Marie-Anne le gusta
corriente ni electricidad, y el jardín estaba invadido por matas salva- acompañarlo y quedarse en su casa esperando su retorno.
jes. Pero una Erize no se arredra ante tan poca cosa. Para las vaca- Saliendo de Buenos Aires, hay motivos para que el trayecto desalien -
ciones del año siguiente, el dan desembarcaba en Miramar, con las te a los choferes más temerarios. Se necesita por lo menos una jornada
bicicletas amarradas en el Citroen y las valijas en el baúl, listo para para llegar a Resistencia, para encaminarse después a Paraguay. La
desbrozar, lavar y frotar esa bella durmiente bautizada «La Quinta», ruta 11 es un camino lleno de agujeros, rectilíneo, donde los camio-
capaz de acoger hasta veintiséis personas. neros no tienen nada que envidiar a Yves Montando a Charles Vanel
Esa casa se volvió desde entonces su sede veraniega. Desde el fi- en la película El salario del miedo. Los días de diluvio, cuando el suelo
nal de las clases, hacia mitades de diciembre, Frarn;:oise y sus hijos se satura bajo el exceso de agua, se prohíbe la circulación. Hay que
se instalan allí periódicamente por dos meses. Todos los muchachos armarse de paciencia y esperar dos o tres días antes de ponerse de
y chkas tienen sus propios dormitorios, sin contar las camas en los nuevo al volante.
pisos de arriba para los amigos, el dormitorio para huéspedes y una Algunos kilómetros después de Resistencia, siempre en la ruta
especie de anexo. Adolescentes y adultos, laicos y curas, todos viven 11, un cartel indica la entrada en el territorio comunal de Colonia
en un ambiente de campamento de vacaciones y durante las noches Benítez, la propiedad de los Colcombet. Girando a la derecha, se llega
ríen y cantan, mientras comparten un asado. A Frarn;:oise le gusta esa al centro del pueblo. «Centro» es un término un poco pretencioso
efervescencia. Solo exige que cada uno contribuya con lo que pueda. para ese lugar: hay una escuela, una capilla y un cementerio donde
¡Ay de aquel que se olvide de lavar los platos! descansan generaciones enteras de italianos y franceses. Pero el pai-
En la playa, la familia tiene sus costumbres. Está el puestito de saje de los alrededores se limita a una inmensidad verde, surcada por
José, donde se puede comer algo y alquilar hamacas y sombrillas. riachos perezosos que mueren zigzagueando en el río Paraná. Como
Los chicos, que vienen en bicicleta desde la mañana, pasan el día en en todos lados en este país de la desmesura, las casas están alejadas
la playa, almorzando a mediodía con los sándwiches preparados por unas de otras y ciertos propietarios reinan en medio de terrenos cuyos
Frarn;:oise. Marie-Anne saborea esos placeres del verano, en medio de límites ni siquiera conocen.
los efluvios de las frituras y las cremas solares. Como su hermana ma- Con sus diez mil hectáreas de tierras, los Colcombet ocupan un
yor Yolande, es íntegra, natural, indiferente a la opinión ajena, capaz rango de notables. Todos saben, a decenas de kilómetros a la redonda,
de entablar relaciones con una facilidad desconcertante. Hace mucho que pusieron la primera piedra de la capilla de la aldea y que Michel,
tiempo que sus padres se han acostumbrado a ver llegar a Miramar nombrado cónsul de Francia en todo el norte de la Argentina, es un
o a la avenida Monroe simpáticos desconocidos a los cuales ella ha hombre influyente, cercano a las autoridades civiles y militares. Se
sugerido simplemente que «vengan a casa», aún estando ella ausente. parece en muchos puntos a Albert Erize, es decir, es resueltamente
Tampoco sorprende a Frarn;:oise y Albert el amor de Marie-Anne de derecha, resueltamente católico, resueltamente francés. Uno y otro
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anticipan constantemente proyectos de explotación de la selva, pla- Juárez, era un flirteo de adolescencia; el hijo de los Delpech, un efí-
nes ganaderos y de creación y mantenimiento de caminos. El último mero «novio»; Éric, en Buenos Aires, un vínculo pasajero. Eudes es
empecinamiento de Albert, al parecer, fue cortar las palmeras que otra cosa. Por su manera de ser y de pensar, es el opuesto exacto de
crecen por decenas de miles en las tierras de su amigo y venderlas los galanes despreocupados que quisieron seducirla en la Argentina
a los constructores de la ciudad de Tigre, la muy coqueta «Venecia 0 en Francia. Su amor es de los que importan, y su fuerza proviene
argentina» en el delta del Paraná. de la mejor fuente: la tierra rojiza de Wanda. Allá, a la sombra de los
En Colonia Benítez, la casa de los Colcombet, edificada en el cruce mangles gigantescos, Eudes la conoció recién nacida. Trató luego a
de dos rutas, es una construcción de ladrillos rojos que el viajante la niña débil pero temeraria. Ahora es casi una mujer, seductora e in -
identifica fácilmente por una bandera tricolor que flamea en el mar- domable. De estada en estada, Eudes observa su evolución. Conserva
co superior de la puerta. Por si esto fuera poco, se lee en el frente del la sonrisa radiante de los Erize, pero cuando se trata de denunciar
edificio, en un pequeño cartel, la incripción «République franraise». las injusticias que padece el «pueblo», la rebelión nunca está lejos,
Marie-Anne se siente a su gusto en ese curioso consulado; tiene a flor de piel y en el corazón. En Colonia Benítez, le gusta cosechar
la impresión de estar en Wanda, aunque sin las Cataratas del Iguazú. el algodón, compartir la vida cotidiana de los obreros de estación,
Aquí también se usa como medio de transporte el caballo, la bicicleta recuperar vestimentas usadas para ir a distribuirlas junto con Eudes,
o el sulky. Los jardines son espléndidos, plantados con árboles cente- en carreta o sulky, entre los indígenas pobres. Esa generosidad no
narios. Aquí también el calor somete la vida cotidiana al cansancio y obedece a ningún cálculo, no lo hace para tener buena conciencia.
la fiebre, al soplo lancinante de los ventiladores durante la siesta. Aquí Siempre fue parte de ella.
también es un placentero alivio sumergirse en las aguas marrones del Eudes se indina menos por los problemas sociales, es más carte-
río vecino, donde pirañas y yacarés son, al parecer, inofensivos. siano, pero le complace la capacidad de su amiga para burlárse de las
Uno de los cinco hijos Colcombet, Eudes, entabló con Marie-An- convenciones. No se puede programar nada con esa chiquilina. Un
ne una amistad que no tardaría en convertirse en amor. Es un joven día le propone cruzar el Paraná para llegar, haciendo dedo, hasta las
brillante, cinco años mayor que ella, que se ha lanzado en estudios Cataratas del Iguazú, a cinco kilómetros de allí, simplemente porque
de veterinaria en Corrientes, ciudad-puerto de la orilla oriental del no se ha bañado allí desde hace más de cinco años. Otro día se le
Paraná. Su piel es cobriza y su mirada luminosa. Su lenguaje tiene la ocurre dar una vuelta por Buenos Aires, cerca de ochocientos kiló-
franqueza de los «gringos», nacidos entre la selva y el río. Hace mucho metros al Sur. La misma noche, aparecen en Resistencia, la ciudad
que se ha acostumbrado a los mosquitos, al aislamiento, a la canícula. vecina. La noche ya cayó y ningún coche se detiene para recogerlos.
Ya no se sobresalta con los ruidos de la noche tropical. Su casa no tiene Felizmente, encuentran un camionero dispuesto a llevarlos hasta la
agua corriente. Revisa sus cursos a la luz de una lámpara de petró- capital, con la condición de que viajen atrás sobre unos bolsos de
leo. Adora esa Argentina impetuosa y salvaje donde las limitaciones algodón.
de velocidad están hechas para transgredirlas, las líneas blancas para Los enamorados aprovechan plenamente esa libertad. Saben que
cruzarlas, ese país donde un hombre capaz de arriesgarlo todo, como sus padres respectivos tienen rigurosos principios religiosos y morales
su padre, tiene derecho a los sueños más audaces. «Aquí tú dominas pero que, en el fondo, están encantados de su relación. Sobre todo las
tu destino», replica a todo el que le sugiere volver a Francia, donde madres, que están al borde de organizar las mesas para la fiesta de
su familia posee un castillo en Dompierre-sur-Besbre, en la zona del casamiento.
Bourbonnais. Frarn;:oise Erize conoce las cualidades de Eudes. Tiene el mismo
La relación amorosa con Eudes es la más seria que Marie-Anne temple que su padre, se labrará su camino en ese país exigente y sabrá
haya tenido hasta entonces. Simón, el alumno del liceo de Benito comprender a Marie-Anne, y también canalizarla. Por más que la mu-
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...,,,,n.,,,u sea inteligente,


su piensa que es influenciable, idealista, los brazos la ventana, se burla de los soldados y grita clase
demasiado receptiva a la agitación «izquierdista». A Eudes, por lo de consignas. Eudes sonríe al verla más rebelde y más «Marie-Anne»
menos, no le importa la política. No pertenece a ningún movimiento que nunca, sabiendo que las dos letras mágicas, CD, garantizan su
ni asociación, no le interesan en lo más mínimo el Che, ni Perón. Lo impunidad ...
único importante para él son los estudios de veterinaria, que lo obli-
gan a pasar una parte de la semana en una pensión de Corrientes. En
esta ciudad, su apoliticismo explícitamente reivindicado les conviene Entre dos estadas con Eudes en el horno chaqueño, Marie-Anne
a sus compañeros miembros asociaciones clandestinas; como están lleva una vida de una intensidad inaudita para una ~-··~-... ~ 19
seguros de que los militares no allanarán su habitación, esconden allí años. En Buenos Aires, se las arregla para combinar sus actividades
documentos, armas y explosivos. sociales en el Bajo Belgrano con las reuniones familiares de la avenida
Marie-Anne, por el contrario, abre cada vez más sus oídos a los Monroe, y estas con su trabajo de maestra jardinera en el liceo Mermoz.
combates ideológicos de la época. Piensa que el retorno de Perón a Además, da sus primeros pasos en un universo desconocido: la moda.
la Argentina sería lo mejor que pudiera ocurrir y la única manera Después de un largo período en que sufría un complejo de flacura,
de terminar con décadas de dictadura. Bromeando con Eudes, y Marie-Anne ha cobrado confianza en sí misma. Ese cuerpo, ayer tan
sin que él sepa si habla o no en serio, lo trata de «burgués». Eso frágil, es hoy toda su fuerza. Lo adivina en la mirada de los hombres. No
no le impide pensar que puede vivir con él. No están muy lejos de llegó al universo de la moda por vocación sino encontrándose con gente
concretar ese proyecto en 1971, cuando Eudes le advierte que se acá y allá, sobre todo cuando conoció a los jóvenes publicitarios de una
mudará a Presidencia Roque Sáenz Peña, una ciudad un poco más agencia llamada Vanguardia. Mario Berlingieri, el audaz ítalo-argentino
grahde, a tres kilómetros de su predio de Colonia Benítez. Acaba que creyó poder conquistarla alquilando una avioneta de aventurero,
de recipirse de veterinario y ocupa ya su primer cargo. Ha alquilado la ayuda presentándole mucha gente, entre ellos a su hermano Nicolás.
una casa y sugiere a Marie-Anne que vaya a vivir con él. El proyecto Apasionado por la fotografía, este ha montado un negocio especializado
la seduce, por lo menos mientras espera el inicio de las clases en en publicidad y tapas de discos. «Te voy a ayudar a hacer tu book», le
el Liceo Francés de Buenos Aires, donde sigue trabajando como promete. ¡Unos días después, se ponía en pose delante del fotógrafo en
maestra jardinera. una sesión que iba a lanzar su carrera de top-model! 1
Cuando Marie-Anne llega a Presidencia Roque Sáenz Peña, des- A partir de ahí, su vida se convierte en un perpetuo torbellino.
cubre una región en plena ebullición. Cansados de la explotación, los Firma un contrato tras otro, acumula los viajes y las aventuras senti-
campesinos se organizan en ligas agrarias oponiéndose a los ricos mentales. En Buenos Aires, tiene su entrada en Mau Mau, la discoteca
estancieros. Es obvio que la joven francesa sostiene esa rebelión, que de la farándula. Se la ve en los cócteles, del brazo de Eduardo Blaquier,
desafía el desprecio de las autoridades civiles y militares. Mientras el heredero de una de las familias más ricas del país. A principios de
Eudes cuida a los animales en los terrenos de los alrededores, ella hace 1972, se da el lujo de viajar a Uruguay (Punta Ballena), luego al sur de
contactos, propone su ayuda y prepara una manifestación contra la Brasil (Porto Alegre, Florianópolis, Camboriú ... ) con Henry Floquet,
visita del jefe de Estado, el general Alejandro Agustín Lanusse. el hijo del vice cónsul de Francia.
Ese día, Marie-Anne logra poner a Eudes bajo sus órdenes. Mien- Los argentinos se acostumbran a verla en los cátalogos y revistas
tras él maneja el coche de su padre, que es un gran Ford Fairlane con de modas, ya sea llevando un vestido o en pantalones o con abrigo
una patente CD (cuerpo diplomático), se sienta junto a la ventanilla de cuello de pieles, ya sea con aspecto estricto o más desenvuelta,
del lado del acompañante, con una bandera francesa en la mano de-
recha. Los sigue un cortejo de camionetas, tractores y carretas. Saca l. Testimonio de Nicolás Berlingieri recabado en enero de 2010.
98 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 99

vestida de invierno o verano, siempre sonriente. Grandes anunciantes, misma naturalidad. Todas nosotras nos maquillábamos, nos pintába-
como la compañía aérea colombiana Avianca o los cigarrillos Jockey, mos las uñas y teníamos el pelo largo. Solo una francesa podía tener
recurren a sus servicios. En enero de 1972, participa en el concurso de el aplomo de presentarse como ella, con el pelo corto y sin maquillaje.
Miss Punta del Este, el Saint-Tropez uruguayo. Tres meses después, la Marie-Anne era una aventurera que se burlaba de la opinión de los
revista argentina Siete Días la selecciona para su concurso de belleza demás. Para ella, ese laburo no era un fin en sí mismo, nada más que
y la premia en calidad de «primera princesa» sacándola en su tapa del un modo de ganar dinero que la liberase de trabajar en una oficina.
4 de mayo. Aparece en la foto con una gran sonrisa, con un pulóver En los camarines, mientras preparábamos los desfiles, nos hablaba del
a rayas y el pelo peinado al estilo carré. En la misma semana, su rival barrio de Bajo Belgrano. A su modo, tenía una modernidad asombro-
mediático, la revista Gente, dedica su cobertura a esa modelo que se sa. Libre, muy libre». 1
ha convertido en tema de todas las conversaciones. Esa semana, se Esa libertad la autoriza a burlarse de los límites sociales y senti-
la ve solo a ella en una foto que ocupa toda la tapa, con una remera mentales, a pasar de una «vida» a otra con un frenesí embriagador.
amarilla y muy ajustada, que deja ver su vientre desnudo. Un día en los desfiles, otro en la villa o en el liceo Mermoz. Solo ella
Marie-Anne tiene ahora viente años. Nada ni nadie se le resiste. tiene la clave de ese universo donde no existe, en principio, ningún
La casa de la avenida Monroe no es más que un lugar de tránsito por punto de pasaje. No hay una sola Marie-Anne sino varias: la elegante,
donde aparece de vez en cuando, entre dos viajes, dejando carteras la enamorada, la militante, la francesa, la argentina, la Marie-Anne
y valijas en el garaje convertido en dormitorio. En cuanto suena el de Gente y la del Bajo Belgrano, la Marie-Anne de sus padres y la de
teléfono en medio de la noche, sus hermanas y hermanos rezongan: todos los otros: Eudes Cokombet, los guías, los colegas, los curas, los
«Otra vez para ella», convencidos de que un fotógrafo, una agen- peronistas, los seductores pasajeros, los ex, las modelos, la ex pensio-
cia o un pretendiente despechado la llaman desde Londres o Nueva nista de la Inmaculada Concepción.
York, sin preocuparse por el desfase horario. Además hay llamados
1
Todas esas personas no se conocen entre sí; no se imaginan ni
anónimos, voces masculinas que Étienne, uno de sus hermanos, no por un instante que forman parte de una misma galaxia donde cada
olvidará nunca, voces que preguntan: «¿Está la leona?» Marie-Anne uno es detentar de un fragmento de verdad acerca de esa estrella que
es hermosa, sexy, y su notoriedad naciente hace de ella el blanco de se vuelve cada vez más fugaz. Se va haciendo difícil comprenderla,
todas las frustraciones y fantasmas. todavía más difícil seguirle la pista. Ella misma se pierde a veces en
Ese éxito relativo no se le sube a la cabeza. Para su familia, sigue su camino, condenada a correr tras un improbable Grial. ¿Sabe real-
siendo la Marie-Anne de Miramar o de los campamentos de scouts: mente lo que quiere? En una carta de 1969 a Mariano, su confidente
simple, generosa, directa. Un día mientras circula con su hermana de los años de liceo en Benito Juárez, le había escrito: «Tengo muchos
Marie-Noelle por un barrio comercial del centro de Buenos Aires, se proyectos en mi vida ¿sabés? Mirándolo bien, a veces me pregunto si
precipita de golpe fuera del coche gritando: «¡Tetita! ¡Tetita!». Marie- no tendría que calcular un poco menos. ¡Pero tengo tantas ganas de
Noelle se pone colorada, los transeúntes se dan vuelta, Marie-Anne hacer algo por alguien! ¡Y ser alguien también yo!»
sigue gritando «¡Tetita! ¡Tetita!». Acababa de ver a la estrella de los Han pasado más de dos años. Su búsqueda de estabilidad no ha
desfiles de moda argentinos, su amiga Teté Coustarot, alias «Tetita». dado resultado. Pensándolo bien, solo Eudes Colcombet, su novio vete-
Marie-Anne es así: auténtica, escucha más su corazón que su ra- rinario, le ofrece una quietud relativa, pero está «allá», en el Chaco, y se
zón. Teté Coustarot lo confirma: «Ocupaba un lugar aparte en nuestro ven muy poco. Y muy pronto no se verán más ... Durante el año 1972,
ambiente. Su aire selvático hada de ella una figura especial y muy Eudes le anuncia una noticia decisiva para su vida de pareja: Francia
atractiva. A veces desaparecía durante algunos meses, por viajes o
por amores, sin dar noticias, luego reaparecía como si nada, con la
l. Entrevista con el autor en febrero de 2010.
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acaba otorgarle una beca para seguir en París una formación pro- ¡El Alvear Palace Hotel! Marie-Anne apenas puede creerlo. Ese
fesional sobre «las enfermedades del ganado en los países tropicales». hotel de once pisos, en la esquina la avenida Alvear y la calle Aya-
Cuando se entera, Marie-Anne reacciona de un modo sorprendente: cucho, fue durante mucho tiempo el hotel de la tripulación Air
«¡No podés irte así y dejar a tu pueblo! Este país te necesita». Hermé- France y de las personalidades francesas de paso por Buenos Aires.
tico a esos argumentos patrióticos, Eudes no cambiará de posición. El escritor Joseph Kessel ocupó allí una suite en en una estada
Marie-Anne lo acompaña, a pesar de todo, al aeropuerto de Ezei- que quedó grabada en las memorias. Muchos otros dientes famosos,
za. Aunque haya olvidado su cólera inicial, ausencia de su compa- ministros o vedettes cinematográficas, durmieron en ese estableci-
ñero empieza ya a pesarle. «Dejame un tiempo ganar un poco miento decorado con los estilos Luis XV y Luis XVI.
de dinero con la moda y me reuniré contigo en París», le promete. En el día señalado, la flor y nata de la costura confluye
Su éxito en el ambiente es tal que los contratos se multiplican. en los salones. Todas las marcas de renombre compiten: La Clocharde,
Los creadores más famosos de Buenos Aires la solicitan. Entre ellos, Linterdit, Dédé, Zebra, Ana de Castro ... Y Lamarca, por supuesto.
Manuel Lamarca, célebre por haber merecido los honores de la revista Marie-Anne no ha venido sola. Ha invitado a su hermanita Marie-
Vague y del fotógrafo de las estrellas, Richard Avedon. Para el diario Noelle a ese universo de princesas suntuosamente vestidas. La niña
Clarín, Lamarca es un franco-tirador con una «originalidad triunfa- se escabulle entre los camarines con el corazón palpitante, sus ojos
dora». Y él solo jura por Marie-Anne, «la» francesa de los desfiles de brillan de admiración. Con sus dedos infantiles, aparta las cortinas
moda argentinos. para contemplar a esa hermana mayor cuyo porte orgulloso es capaz
Para presentar la colección del invierno 1972, el gran modisto de imponer gestos y audacias que no se permite ninguna top-model.
ha elegido un trío glamour: Teté Coustarot, María Larreta, Marie- La sala está repleta. Ningún periodista ha faltado a la cita. El ju-
Anne Erize. Es ella la que se presenta primero en la pasarela con un rado, en el cual se destaca la presencia de la actriz Mirtha Legrand
vestido largo de estilo campestre, estilo Caperucita en el bosque. Una y del director de teatro Cecilio Madanes, se ha instalado en primera
ida y vuelta al camarín y vuelve luego vestida como para pasear por fila, con las libretas de notas en la mano. El desfile puede empezar. ..
los barrios chic: con un pantalón negro, chaqueta a rayas, un bolso María Larreta, la primera de las dos modelos que representa a
de viaje colgado al hombro en diagonal. «Era su primer desfile en la Manuel Lamarca, se adelanta con pasos seguros y la frente alta. Es
alta costura - relata Manuel Lamarca- pero tenía una desenvoltura una rubia de belleza un poco fría, con un falso aire de Ingrid Berg-
y prestancia increíbles. Por su historia personal, sobre todo por su man. Lleva un vestido de estilo Tudor, cuya distinción, típica de una
infancia en la selva, había en ella una mezcla única de naturalidad y Francia tradicional, se adapta a las maravillas a los techos dora-
sofisticación, totalmente nueva para la época». 1 dos del Alvear. Llega luego el turno de Marie-Anne, en el estilo neto
Algunas semanas después, en junio de 1972, otra cita de prestigio del todo-blanco. Su atuendo se destaca por su modernidad elegante,
moviliza a la profesión: el «Primer Certamen de la Elegancia Feme- más parisina que argentina: con un sombrero de.alas anchas, viste un
nina», organizado en el Alvear Palace, el hotel más ilustre de Buenos conjunto de lanita blanca cuya pollera corta y con vuelo, sin ser sexy,
Aires. Lanzado por un pequeño grupo de damas de alcurnia, el pro- pone de relieve las piernas elegantemente engarzadas en medias y
yecto apunta a colectar fondos para una obra de beneficencia. Una zapatos de taco alto. Como María, tiene distinción y el don de realzar
veintena de prestigiosas casas de alta costura compiten en la muestra, el genio del creador. El jurado y el público no se equivocan: Manuel
con dos modelos cada una. El ganador, nombrado por el público y un Lamarca gana el certamen por unanimidad.
jurado de especialistas, recibirá la «aguja de plata». Emocionado como un actor en su primer rol, el creador recibe su
trofeo rodeado por sus dos protegidas, María y Marie-Anne. Desde
l. Conversación telefónica con el autor en abril de 2010. La Prensa hasta La Nación, desde Panorama hasta La Razón, la prensa
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nacional relata el evento. Y aunque los diarios deforman todavía su Sus padres solo tienen una vaga idea de ese compromiso, pero lo
nombre -La Razón la llama «Marianne Élise» y Clarín simplemente poco que saben los enfurece. Hace meses que temen por su hija. Tie-
«Marian»-, se impone ampliamente en el mundo de la moda. Gente, nen miedo de la política y sus derivas. Miedo de la moda y sus excesos.
por su parte, ha previsto dedicarle una vez más la tapa, el 22 de junio Su temor es doble, o sea, por un lado que caiga en el izquierdismo y,
de 1972. por otro, en el desorden moral. Piensan que no tiene quizá la distancia
Esta vez, los lectores de la revista la descubren en biquini en una de Yolande, la hermana mayor que comparte sus indignaciones con
playa brasileña, poniéndose la mano en los cabellos mojados en una Marie-Anne. Habría que alejarla de Buenos Aires, enviarla a Francia
pose muy sensual. Por una extraña casualidad, dos de los temas evo- con Eudes. Es la única persona que puede tener una influencia sobre
cados en la primera página se refieren a Francia: la pelea de los boxea- ella. Con él en París, podrá reflexionar sobre su vida, sus amores, ol-
dores Bouttier-Monzón en la cancha de Colombes y el relato de un vidar sus anhelos revolucionarios y el universo superficial de los des-
viaje de Yves Montand a Chile. En las páginas de adentro, se describe files. Frarn;:oise se pone a soñar de nuevo con un posible matrimonio
a Marie-Anne como una misteriosa elegante que un fotógrafo sor- con el joven veterinario ...
prendió (!) por azar en las playas de Río, logrando «detenerla en un Con sus honorarios de modelo y su magro sueldo de maestra
instante -escribe Gente- para que quede así, definitiva, en nuestra jardinera en el liceo Mermoz, Marie-Anne logra comprarse un pasaje
memoria». En esta serie de fotos, camina al lado de adolescentes, y en de avión. Avisado de su llegada, Eudes se prepara para recibirla en
otra, en compañía de un play hoy con músculos de surfer. La acom- Francia.
pañan tres argentinas, dos rubias y una morocha, pero la heroína es
ella\ la «francesa».
Marie-Anne no se engaña: la Argentina real no tiene nada que ver
con la fotografiada en las revistas de moda o con el Alvear Palace. Es
un país sufrido, que hace ingentes esfuerzos y no come lo necesario.
En Belgrano, la villa está allí cerca, del otro lado de su casa, con sus
desempleados, sus casonas de chapas y esos chicos tan orgullosos de
su éxito. Desde allí, ella oye cómo el país se queja. Sufre por él y a
menudo con él. «Marie-Anne no me ocultaba su misión social en los
barrios pobres -dice Manuel Lamarca-, hasta el punto de que me
pedía modificaciones de horarios de trabajo para ir a la villa. Otras
chicas también tenían trabajos paralelos a la moda, pero su caso era
excepcional. Marie-Anne tenía una verdadera conciencia social y una
inteligencia que la diferenciaba de las otras. Algunos días, llegaba de
la villa, se ponía un vestido y desfilaba casi inmediatamente, con toda
tranquilidad, pasando con una flexibilidad asombrosa de un mundo
a otro.»
Ese don de ubicuidad va acompañado por un militantismo polí-
tico cada vez más visible. Como decenas de miles de jóvenes en toda
la Argentina, Marie-Anne se siente cerca del movimiento peronista y
de su ala izquierda: los Montoneros.
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 105

dado cita con Marie-Noelle, en la ciudad vieja. Sin haberla visto nunca,
no me costó nada identificarla, sobre todo por la sonrisa. Pero sus ojos
son diferentes, marrones y no verdes, como los de Marie-Anne, color
jungla. En sus primeras pala_bras reco~~cí de in~ediato la
franco-argentina de sus des~~nos de exiliados: ~zenso ahora que su voz
trasuntaba cierta aprehenswn en volver a v1v1r su pasado. Nada
normal. Hace falta mucha valentía para atreverse a hacer confidencias
ante un desconocido. O si no, una inmensa
una historia como la de su hermana puede terminar de ese modo un
sábado de octubre en San Juan.
Málaga, España, 27 de mayo de 2009 Nos sentamos en la terraza de un café a orillas del mar. Marie-
Noelle me repitió varias veces: « Yo tenía nueve años menos que Marie-
Querida Franroise, Anne. Era la más chica de las tres hermanas». Al principio, no le presté
mucha atención, viendo allí una alusión sin importancia a su diferencia
Le escribo desde la sala de embarque del aeropuerto de Málaga. de edad. Pero comprendí después que la insistencia de su hija se debía
Estoy esperando un vuelo para París. Son un poco más de las siete de a una herida de infancia. Tenía catorce años en 1976, y algo se rompió
la mañana. Este miércoles de otoño se anuncian lluvias en el sur de en ella la noche en que un comando irrumpió en la casa de ustedes. Esa
España. Por las ventanas se ven unas nubes agolpadas alrededor de violencia y luego el silencio insoportable de la desaparición la propul-
los contrafuertes de la cordillera Bética. Hay pocos pasajeros, el avión saron de golpe en la edad adulta. «Durante años -me confió- tuve
estará. medio vacío. la esperanza de que Marie-Anne volvería, pensaba que se había ido a
No quería esperar demasiado antes de escribir esta carta, de miedo esconder en el extranjero o que se evadiría de un campo de detención,
de omitir un detalle o dejar escapar una sensación. Esta estada es tan cualquiera sea. Cuando golpeaban a la puerta, mi corazón empezaba
intensa que se lo tenía que contar sin retraso alguno. a latir».
Ayer, estuve en la casa de su hija Marie-Noelle en Marbella mirando Nos quedamos casi dos horas en la terraza. Hacía un poco de
sus álbumes de fotos, unos retratos apenas envejecidos de toda la vida fresco. Un viento fuerte llegaba desde el horizonte. Había muy poca
de ustedes: Wanda, Ciudadela, la avenida Monroe ... Marie-Anne a los gente en la costanera. El grabador daba vueltas, Marie-Noelle hablaba
cuatro años, Marie-Anne a los doce años, a los veinte, Marie-Anne en y hablaba, de la familia, de su nacimiento en Wanda, de su vida allí
Buenos Aires, en París, en la playa, en el campo ... hacía cinco años, de su viaje a Oloron-Sainte-Marie, la cuna de los
En el living, vi un cuadro que usted conoce seguramente: Marie- Erize en los Pirineos. Muy pronto empezó a tutearme; era un signo
Noelle a los nueve años es una rubiecita adorable, con una sonrisa pí- más de confianza.
cara; Marie-Anne, con un vestido y un sombrero blancos, la rodea con La noche ya había caído cuando me contó que su hermana orga-
sus brazos con un gesto protector. Se ponen en pose de un modo un nizaba meriendas y juegos para los niños en el Bajo Belgrano. En una
poco ceremonioso, como si fuera un día de primera comunión o de ca- hoja de papel dibujó su casa de la avenida Monroe: la entrada, el living,
samiento, pero en sus miradas hay una fuerza inaudita. Sus hijas eran los dormitorios, el jardín, el garaje que Marie-Anne había convertido
hermosas, Franroise, y se querían con amor de hermanas. en su territorio personal. Marie-Noelle dibujaba con un trazo firme y
Pero volvamos al comienzo de mi estada. seguro, como si hubiera abandonado el lugar esa misma mañana. Su
Llegué aquí el lunes por la tarde. Esa misma noche nos habíamos memoria había registrado todo, no había más que despertarlo. Solo
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una vez su mirada se empañó al evocar el jardín que daba a la calle. Debían ser más de las 23 h cuando salimos del restaurante. Sentía
La famosa noche del 26 de octubre de 1976, dos tipos encapuchados y que Marie-Noelle había experimentado un gran alivio por haber su-
armados habían pasado por allí, trepándose a una pared baja exterior. perado la prueba del recuerdo. Fijamos otra cita al día siguiente a las
Habían empujado la ventana y habían aparecido delante de su cama. 10:30 h delante de mi hotel. Quería presentarme a un amigo arquitecto,
Marie-Noelle no olvidó nunca ese episodio, su marido, tampoco. Gustavo Kloster, un argentino que vivía en Marbella.
«Ese pino era el símbolo de nuestras desgracias -me confesó-, No creo que usted haya conocido a ese señor. Marie-Anne lo había
papá hizo que lo cortaran.» Decía «papá» y no mi padre, «mamá» y conocido en Ciudadela en la pileta, en un centro deportivo, el Club 26
no mi madre. Hablaba en serio. Como usted, Franroise. Como Marie- de Mayo. Él conservó de ella la imagen de una muchacha «sublime»
Anne, estoy seguro. (la palabra es suya), con un aire muy <ifrancés», resplandeciente en
Hacia las 21 y 30 hs, dejamos el café para ir a cenar a un restaurant el spot publicitario de los cigarrillos Jockey. El fondo sonoro de esa
italiano a orillas del mar. Marie-Noelle conoce a los dueños, que son pequeña película, rodada en la estación balnearia de Villa Gesell,
napolitanos. era Soley Soley del grupo escocés Middle of the Road. Marie-Noelle
Cuanto más avanzaba la noche, más anécdotas aparecían. Sobre lo recuerda y hasta canturreó la melodía delante de mí y de Gustavo.
los desfiles a los que asistió. Sobre la ropa que le había regalado Marie- Como la marca sigue existiendo, tal vez tenga la suerte de ver la pu-
Anne: su primer corpiño y un conjunto de pantalón y blusa muy mo- blicidad en la Argentina.
derno para esa época ... En un momento, pronunció esta linda fórmula: El martes por la noche, como se lo expliqué al comienzo de mi carta,
« Yo era como su muñeca, me protegía». pasé por la casa de Marie-Noelle y miramos docenas de fotos de su her-
4Se acuerda del mono Makulele? Marie-Anne lo había traído de su mana. La más hermosa, realmente, es esa donde se la ve en jeans apo-
viaje por Brasil. Debía ser una especie de tití muy travieso, con una cola yada en una pared, con los cabellos no muy largos y un collar indígena:
muy lairga y un cuerpo minúsculo. Se había apegado tanto a Marie- «Ahí es realmente ella, dulce y a la vez rebelde», concluyó Marie-Noelle.
Noelle que gritaba en cuanto ella se ausentaba, se aferraba a las raíces Ya no dudo de que la tapa del libro llevará esa foto.
de sus cabellos cuando los querían separar. Al verlo, usted había gritado: Al irme, le agradecí su confianza y nos prometimos quedar en con-
«¡Otra ocurrencia de Marie-Anne!», como si nada pudiera sorprender tacto. Su hija es una mujer digna y fuerte, Franroise, ella también me-
viniendo de ella. Un día en que usted se enojó, terminó por darle Maku- recía la verdad.
lele a un amigo de su hijo ... De vuelta en París, retomo esta carta en mi casa. Es miércoles por
A medida que pasaban las horas, el retrato que Marie-Noelle esbo- la noche. Pensaba que la terminaría en el avión, pero lo que ocurrió
zaba de su hermana se afinaba, los rasgos se volvían más precisos y el aná- después me obliga agregar unas líneas. Le explico por qué.
lisis más distanciado. Pesando sus palabras, interrumpidas por silencios, Al llegar a tExpress, me esperaba un mail firmado por Gustavo
terminó por extraer del fondo de su memoria y de su afecto una verdad Kloster,fechado en la misma mañana, a las 8:37 h, cuando yo ya estaba
quizás incómoda: «No quisiera idealizar a Marie-Anne -me dijo-, no en el avión. Se refería a la famosa publicidad de los cigarillos Jockey.
era una santa. Como todos, tuvo altibajos. Pero nadie te hablará mal El mail de Gustavo decía, en un francés un poco mezclado de español:
de ella porque era de una honestidad admirable. El haber frecuentado «Mi sobrino en la Argentina me envió el spot publicitario; no tiene más
el m~ndo de la moda no le hizo perder nada de su espontaneidad y que buscar en YouTube, '1ockey (Soley Soley)". Si tiene problemas en
humildad. Sobre todo, se atrevió a hacer lo que muy pocos hacen: vivir abrirlo, no vacile en decírmelo y se lo mando de nuevo».
con intensidad, divertirse, gozar de la vida. En ese sentido, era mucho ¡Su sobrino había encontrado la película! ¡Más aún, con hacer click
más rebelde que los otros hijos. Su energía la llevaba a querer tragarse en Internet podía recuperar a Marie-Anne viva!
a todo el mundo para cambiar las cosas.» Cuando inicié esta investigación, nunca pensé encontrar nada más
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108 1 PHILIPPE BROUSSARD

que fotos. muchísimas, entre las había algunas muy emotivas. · mo y todos /os franceses de Buenos Aires le dijeron seguramen-
ca tecis , J' .. d
. .Vi a su hiia en la tele! ¡ Vi a su hz;a en la tele!» Pero han pasa o
¡Pero imágenes, Fram;.oise, imágenes! te.«¡ J s·· f
años y usted no había podido verlo otra vez. z tiene J uerza
Semejante momento requiere tranquilidad y silencio. ~are nta . ,
Cerrar la puerta del escritorio. para eso, sepa que el tiempo ha realz~do esa~ imagenes que ayer eran
Cortar el teléfono. tan banales. Hoy nos ofrecen lo esencial: la vida.
Escribir en la casilla «Buscar»: «Jockey (Soley Soley)». Con mi amistoso recuerdo,
YouTube propone diversas referencias. Hay que cliquear en la pri-
Philippe
mera. El spot desfila en la uu,·,u,.uu sesenta y cuatro segundos al ritmo
de «Soley Soley».
Recuerde ...
Es una fiesta entre gente despreocupada y sin problemas, en una
casa de un lujo notorio. Los muchachos son hermosos y elegantes, lle-
van camisas apretadas y pantalones acampanados. Las chicas están
bronceadas; sus vestidos son estivales. Marie-Anne está soberbia, con
un conjunto blanco y un chal al cuello. Los cabellos castaños caen sobre
sus hombros. Está parada delante del bufet, lleno de platos y botellas de
champagne. La cámara se dem0ra en ella y la sigue hasta el exterior.
Ella baja la escalera y se acerca a la playa con otras dos chicas, una
rubia, vestida con una túnica blanca, y otra morocha, con un vestido
largo. E~ de noche. Las tres charlan caminando al borde del agua. Se
adivinan palabras de muchachas jóvenes sobre la vida, los hombres, el
amor. El viento hace revolotear su echarpe. Parece feliz. Quiere fumar.
La rubia le ofrece un cigarrillo y un encendedor. La cámara enfoca
su rostro. Ella sonríe. ¡Oh, Soley Soley! Una voz masculina cierra la
secuencia: «Jockey, la pura verdad».
En total, Marie-Anne aparece solo cuarenta y tres segundos. En la
escala de una vida, esos segundos son insignificantes. Pero un tesoro
para quienes no la conocieron.
Para serle franco, yo temía esta brusca confrontación con una for-
ma de realidad. Hasta entonces, Marie-Anne era para mí un rostro
inmovilizado en fotos viejas, con una expresión a menudo misteriosa
detrás de la cual había que adivinar los contornos de una personalidad
compleja. Pero en cuanto apareció en la pantalla en carne y hueso, en
movimiento, era tal como me la había imaginado.
Usted debe haber mirado miles de veces este spot al principio de los
años setenta. Hasta el punto de detestarlo quizá, porque encarnaba a
la Marie-Anne de la farándula. Sus vecinos, sus amigos del bridge o del
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 111

9 Wanda, de una resistencia a toda prueba, es siempre la más fuerte


de todas. Por más que haya desfilado bajo todas las lujosas arañas
a del Alvear Palace, puede muy bien conformarse con una buhardilla
de estudiante becado.
Su vida parisina no tarda en organizarse. Mientras Eudes va a sus
cursos en Maisons-Alfort o estudia los virus exóticos, ella visita las
alerías de arte, recorre librerías, asiste a conciertos, recorre a dedo
!sa Francia tan diferente de la Argentina de las villas miseria y _de
los Montoneros. En los cines dan El padrino de Coppola, las rad10s
difunden los discos de Mike Brant o Gérard Lenorman, se habla más
del Santiago de Allende que del Buenos Aires de Lanusse.
Por la noche, Marie-Anne prepara sándwiches en la kitchenette de
la habitación o va a cenar con Eudes a los restaurantes universitarios.
De vez en cuando, van a un café o escuchan música sudamericana en
Eudes ha venido al aeropuerto de Orly a buscar a Marie-Anne. No se
los cabarés del Barrio Latino. Los domigos, visitan a la abuela de la
han visto hace meses. La última vez había sido en Buenos Aires, en el
calle Longchamp o a la tía de Eudes, la condesa de Massignac, para
aeropuerto de Ezeiza. «Vendré a buscarte a París», le había prometi-
asistir luego a los conciertos de órgano en Notre-Dame.
do ella. Cumpliendo con su palabra, ha renunciado a todas sus vidas
El resto del tiempo, Marie-Anne improvisa a su gusto y placer,
argentinas: la moda, la familia, el peronismo, la villa miseria del Bajo
Belgra110. sin preocuparse demasiado por ese novio absorbido en sus estudios
de veterinario. No pasan desapercibidos para él los peligros de dejar
Su último viaje a Francia se remonta a 1970. En esa época, acababa
a una chica tan linda sola en París. Conoce mejor que nadie lo que él
de egresar del pensionado de la Inmaculada Concepción de Benito
llama púdicamente el aspecto «bohemio» de Marie-Anne, su propen-
Juárez. Era todavía una adolescente, una joven niñera un poco cándi-
sión a entablar relaciones amorosas o amistosas. Desde su llegada a
da e impaciente por explorar el país de sus antepasados. Han pasado
Francia, fue varias veces al domicilio del cantante Georges Moustaki,
dos años. Muy otra es la Marie-Anne que Eudes recibe en Orly ese
que conoció en Buenos Aires unas semanas antes a la salida de un
día de 1972. Es una mujer. Tiene veinte años y con su guitarra y su
concierto.
poncho de colores, un aspecto que deja mareado al que la mira. En el
Al final del espectáculo, mientras la sala se vaciaba, había dicho
hall, todas las miradas se vuelven hacia ella.
a su amiga Laurence Fabre: «Allá voy, trataré de verlo». Saltando al
En París, Eudes alquila un altillo en el bulevar Beaumarchais, en-
escenario, había irrumpido en el camarín del artista cuyas canciones
tre Bastille y République, en el distrito XL El lugar es ideal: la estación
canturreaba hada años. Esa noche, no era la modelo chic del Alvear
del subte Chemin Vert se halla justo enfrente, saliendo de la casa, y
Palace la que se había presentado con total desenfado en su camarín,
con la línea 8 se llega en veinte minutos a la escuela veterinaria de
Maisons-Alfort. sino la niña salvaje de las Cataratas del Iguazú, siempre dispuesta a
atrapar al vuelo el momento presente.
La pieza donde vive es diminuta, la calefacción del edificio es
Había vuelto a ver a Moustaki en los días siguientes y hasta había
tan mala que hace un frío siberiano. Las toilettes en el palier no
ido a saludarlo al aeropuerto a su partida de la Argentina. Recién ba-
contribuyen a mejorar la situación ... Pero eso no le importa a Ma-
jada del avión, le regaló un auténtico lazo de gaucho sustraído de una
rie-Anne. Entre todas las mujeres que viven en ella, la salvaje de
valija de Eudes. Moustaki la acogió a su vez en su departamento pari-
112 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 113

sino, en la lle de la Cité, corazón histórico de París. La invitó también en Nueva York para el concierto que Paco de Lucía, el príncipe del
a una espléndida fiesta donde simpatizó con su hija, Pía, de 16 años. flamenco, ha de dar en el Carnegie Hall el 2 de noviembre a las 20 h.
En los últimos años, Marie-Anne trabó también relación con un Los afiches están pegados en todo Broadway, pero la promoción nece-
hombre de unos cincuenta años, Paco Rebés, el organizador -español sitaría un último toque para garantizar el éxito. Marie-Anne propone
y no argentino- de la gira de Moustaki en la Argentina. Marie-Anne espontáneamente sus servicios. Hela aquí recorriendo velozmente los
lo había conocido en el aeropuerto de Ezeiza el día de la partida del corredores del subterráneo neoyorkino con un cartel que anuncia el
cantante. Había bastado con una conversación en el taxi que los lle- espectáculo. •
vaba de vuelta al centro de Buenos Aires para que ella lo invitara a El concierto será un éxito. No así los castings de Marie-Anne.
cenar a la avenida Monroe y presentarle a sus padres. Desde entonces, Sus medidas no obedecen a los cánones de la época. No tiene la al-
Paco Rebés es su amigo, nada más que un amigo, y ella lo ve en cuanto tura que exigen las agencias: mide menos de un metro setenta. Paco
puede, en España o en otro lado. Es un agente muy reputado en el Rebés intenta mover sus relaciones norteamericanas solicitando el
mundo cultural de habla hispana. Los artistas más notorios, desde apoyo de su amiga Naomi Sims, primera mujer negra aparecida en
el guitarrista de flamenco Paco de Luda hasta el bailarín Antonio la tapa del suplemento «Moda» del New York Times (1967), pero sus
Gades, pasando por el cantante barcelonés Joan Manuel Serrat, son últimos intentos fracasan. Marie-Anne regresa sin haber firmado nin -
sus amigos o «protegidos», a veces ambas cosas. Sin embargo, no es gún contrato.
su lista de relaciones lo que provoca en Marie-Anne el aprecio por su Según Rebés, ese chasco neoyorkino la «decepcionó» y «afectó».
compañía. Le atrae en él su cultura, su pasión por el arte y sus ideas Pero tuvo por lo menos el mérito de obligarla a cuestionarse sobre su
de izquierda. Paco Rebés no oculta su simpatía por Montoneros; hasta futuro y sus prioridades. Desde 1970, fue maestra jardinera, simpati-
se díce que colecta dinero para ellos: «Con Marie-Anne hablábamos zante peronista, recepcionista en el Salón de Agricultura de Buenos
de polfüca, de los debates que agitaban a la juventud -recuerda, sin Aires, «primera princesa» de Siete Días, chica de tapa de Gente, luego
demorarse demasiado en el aspecto financiero 1- , todo eso le intere- se imaginó modelo en Nueva York, periodista o asistenta social en
saba mucho, y como yo estaba en contacto con muchos Montoneros, Buenos Aires, se acercó a Moustaki, Paco de Lucía y todos los otros,
intercambiábamos nuestros puntos de vista». En los meses y años noctámbulos argentinos, Montoneros, los chicos del Bajo Belgrano y
siguientes, sus caminos habrían de cruzarse varias veces, sobre todo su jefe paraguayo, el «Negro» Vidal. .. sin olvidar a Eudes y a la familia
durante un viaje común a Bolivia, donde él aprenderá a conocerla: Erize, tan lejana en esta carrera desenfranada por vivir. «Quiero ser
«Marie-Anne era esencialmente buena, llena de atención a los demás libre, libre, conocer, aprender, viajar», escribía en 1969 a Mariano, su
-prosigue Rebés-y dispuesta a ayudar a su prójimo. Su ingenuidad confidente de Benito Juárez. Ha cumplido con su promesa: es libre,
e idealismo hacían de ella una persona frágil, pero cualquiera que la pero a veces se siente perdida.
conociera no podía olvidarla». Cuando vuelve a Europa, pasa algunos días en España, desde don-
Hacia fines de octubre de 1972, la joven francesa advierte a Eudes de envía tarjetas postales a sus padres, después vuelve a París y al
que se prepara para ir a los Estados Unidos, invitada por Paco Rebés. altillo del bulevar Beaumarchais, donde retoma la vida con Eudes: los
Convencida de que su futuro de modelo pasa por las casas de alta restaurantes universitarios, los almuerzos de los domingos en casa de
costura de Nueva York, quiere presentar su candidatura en agencias «Gram» o de la condesa de Massignac, en la calle Mignard (distrito
de esa ciudad. Tiene algunos contactos, sobre todo un escultor van- XVI) ... Eudes se ha convertido ahora en un verdadero parisino; se ha
guardista, que dirige una galería allí. Rebés, por su parte, se encuentra comprado una motoneta Solex para recorrer la capital. Le presenta
a sus primos y primas, jóvenes de la alta burguesía que veían a me-
nudo con placer en París, Allier o en las pistas invernales de esquí.
l. Encuentro con el autor en septiembre de 2009.
114 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 115

Marie-Anne no tiene ninguna habilidad para esquiar. Pero produce veterinario a dejar la pieza del bulevar Beaumarchais para mudarse a
sensación en el chalet de Megeve, las noches de raclette, enseñando al la Ciudad Universitaria, Marie-Anne sigue viéndolo entre dos perío-
resto del grupo a jugar al truco, ese juego argentino basado en el bluf, dos de silencio y ausencia, como sabe hacerlo, pero sus relaciones se
el engaño y el dominio de sí mismo. En ese juego, como en la vida, han vuelto distantes. Riéndose, lo trata de «burgués» y él la trata de
Marie-Anne no tiene rival para despistar al otro y avanzar guiándose «madre Teresa». Saben uno y otro que su amor se convertirá pronto
nada más que por su instinto. Eso es en ella una segunda naturaleza. en amistad. «Vos también tenés que ayudar al pueblo -insiste ella-.
El único que no se deja engañar por esa espontaneidad descon- Volvamos, por favor ... »
certante es Eudes. Sabe hasta qué punto su novia se busca y duda de sí Volverá sola.
misma. Sabe también qué es lo que la carcome por dentro: la Argen-
tina, a la que reclama y de la que huye al mismo tiempo. En el fondo
la comprende: «Ese país no nos ha formado del mismo modo», suele
decir. Sí, la Argentina ha hecho de ellos seres libres de cuerpo y espí-
ritu, pero presos de ese vínculo carnal y visceral con su tierra. Hasta
en París, Marie-Anne no puede separarse de su país. ¿Qué pasa en
Buenos Aires? ¿En el Bajo Belgrano? ¿En qué están los Montoneros?
¿Preparan la vuelta de Perón?
Sus centros de interés son ahora más políticos que mundanos. El
de~afío chileno del socialista Allende la apasiona, devora los libros de
compromiso político. Cuando dibuja con tinta china, como antes en la
casa o '~n el colegio, representa presos con el rostro desfigurado por el
sufrimiento, supliciados cuyos dedos descarnados intentan doblar los
barrotes de siniestras cárceles. Como leyenda de uno de esos dibujos
escribió: «No te encierres nunca en tu propia cárcel. Encerrarse en sí
mismo es empezar a morir».
No le sorprende ya a Eudes escuchar sus críticas al capitalismo
o celebrar a Trotski o al Che. Cada día teme, simplemente, que sus
utopías la encadenen: «Deberías volver a la Argentina, participar en
la lucha de Montoneros», le repite Marie-Anne sin cesar, como ob-
sesionada por el remordimiento de vivir a miles de kilómetros de
Buenos Aires. Nunca se sintió tan cobarde ni tironeada entre sus dos
países: Francia le ofrece los placeres de la juventud, la Argentina la
embriaguez de un ideal.
Cuanto más pasa el tiempo, más avanza a tientas, sin certeza ni
objetivo definidos, postergando una decisión. Viajes, proyectos, amo-
res ... todo se mezcla y se acelera. Concentrado en sus libros de cien-
cia, Eudes intuye que va a perderla.
Al comienzo del año 1973, cuando sus estudios obligan al joven
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 117

en el altillo arriba del departamento de su abuela, en la época su


primera estada en Francia.
Me la imaginé allá arriba contemplando la Torre Eiffel o saliendo
apurada del edificio para comprar una medialuna en la panadería de
la calle de Lübeck, para tomar después el camino del subte, apurada
como una parisina.
Habitante de los barrios residenciales, niña salvaje, guía scout, mo-
delo ... Cuanto más pasan las semanas, más me cuesta encontrar una
coherencia entre todas esas vidas. Marie-Anne de la calle Long-
champ y la de la villa pueden ser la misma persona? A los dieciocho
años, vivió ya en el campo, en la ciudad, conoció el confort y los guetos,
París, 23 de septiembre de 2009 París y Belgrano. A los veinte, acumuló más recuerdos que los que ne-
cesitaría la memoria más exigente ...
Querida Franroise, Por el momento, llegué, pues, a ese período en que ella salió del
mundo inocente para caer en el otro, a veces cínico, de la moda y la
Allá empieza la primavera. Aquí es otoño. Y sigo sin haber ido a la farándula. Esa evolución sorprende a la mayoría de los testigos que he
Argentina ... entrevistado. No por ella misma, que nos ha acostumbrado a bruscos
.En lo inmediato, mi prioridad es terminar el aspecto <francés» de la y radicales vuelcos. No, la sorpresa tiene que ver con usted, Franroise,
investigación. Tengo que conocer todavía tanta gente en París, que me ya que el modo de vida de su hija debe haber chocado violentamente
parece prudente quedarme por el momento para preparar bien el viaje. contra sus principios morales y religiosos.
En principio, por consiguiente, no iré antes de enero. ¿Cómo vivió esa metamorfosis la madre amante pero estricta que
Mientras tanto, y a lo mejor esto le divierte, fui a la calle Longchamp era usted? Nuestra conversación de 2000 en Buenos Aíres no había
ayer al mediodía. Quería ver ese barrio del distrito XVI que Marie-Anne sido lo bastante profunda como para explorar esas zonas íntimas. Sin
conoció bien y usted también, hace mucho tiempo. embargo, hemos llegado ahora al núcleo más íntimo de las relaciones
El clima era óptimo. La gente almorzaba todavía en las terrazas. madre-hija en sus puntos más vulnerables e indecibles, y hemos llegado
Grupos de turistas se dirigían hacia Trocadero y el palacio Chaillot. también muy cerca de la misma Marie-Anne, a sus contradicciones y
Cuando salí del subte, crucé la plaza de Iéna, dejando a mi derecha la su rabia por vivir, con todas las consecuencias que eso podía implicar.
estatua de George Washington y el museo Guimet, para subir por la A comienzos de 1973, la hija que usted creía destinada a las órdenes,
calle Longchamp. Pasé entonces delante de la embajada de México, un la alumna brillante de la Inmaculada Concepción, heredera de su fe y
bar de sushi, una panadería, otro café y una farmacia. Más lejos hay sus certidumbres, se vuelve el arquetipo de la mujer libre o «liberada»,
una agencia de viajes, un puesto de crépes y enfrente, en la vereda de la como se decía en esa época.
derecha, el «20». El edificio no ha cambiado mucho desde hace treinta ¿Las relaciones entre ustedes se vieron afectadas por eso? En nues-
y nueve años. Tanto en París como en Buenos Aires, los barrios ricos tras conversaciones en Marbella, Maríe-Noelle no eludió ese tema. Sin
son inmutables. Se limpian y se renuevan, se ponen a la moda -ayer dejar de admitir que su hermana era la más «rebelde» -la palabra
las rotiserías libanesas, ahora los sushis- pero sin cambiar realmente. es suya- de las tres hijas Erize, me aseguró que las relaciones entre
Dudo de que haya alguien en este edificio que sea capaz de hablarme de ella y usted no se resintió por el espíritu de libre cuestionamiento que
Marie-Anne y de la chambre de bonne adonde iba de vez en cuando, animaba a Marie-Anne. Pero su análisis es el de la hermana menor,
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demasiado joven en esa época como para apreciar las preocupaciones ninguna profundidad, en ningún aspecto. Ella no ocupó un gran lugar
que podía provocar su hermana mayor. Creo más bien que Marie- en mi vida y yo tampoco en la suya.»
Anne, a pesar del amor que tenía por todos ustedes, había terminado Tres veces, y sin que yo abordara ni siquiera el tema, me repitió de
por ser el «patito feo» de la familia, según la expresión de su amiga manera más o menos directa que no habían salido juntos. Creo que
Laurence Fabre. El padre Loison me lo había confirmado. Una vez que su memoria lo engaña en ese punto, pero eso no tiene ninguna impor-
le pregunté cómo veían ustedes la vida un poco disoluta de su hija, tancia, ya se lo dije. En el fondo, solo una frase me molesta realmente.
me dijo sin la menor maldad: «A Fram;oise le escandalizó que Marie- Cuando dijo: «Ella no ocupó un gran lugar en mi vida y yo tampoco en
Anne trabajara de modelo. Sentí que estaba decepcionada, humillada, la suya», ahí se equivoca. Para Marie-Anne, Georges Moustaki era una
y temía que Marie-Anne pudiera exponerse a gente mal intenciona- persona importante, encarnaba la Francia de las ideas. Le gustaban sus
da». Jean Loison me dijo también que usted estaba inquieta cuando se textos y su compromiso. También el hombre, creo.
enteró de su encuentro con el cantante Georges Moustaki, que estaba En Marbella, Marie-Noelle me habló de él con admiración. «¿Sabés
entonces en el pináculo de su gloria. El universo de la farándula sus- que Moustaki escribió una canción sobre mi hermana?», me preguntó
citaba en usted mucha sospecha y desconfianza y temía que su hija con entusiasmo. Esa noche misma, consulté su discografía donde figura,
cayera en la trampa de relaciones sin futuro. en efecto, en un álbum de 1974, una obra titulada «Carta a Marianne».
Ese encuentro con un ídolo que simbolizaba a Francia y al mismo Marianne y no Marie-Anne.
tiempo el espíritu de rebelión había marcado mucho a Marie-Anne. Le envié un mail al artista para tener más precisiones y me respon-
Un testigo directo me lo había dicho, Paco Rebés, el organizador de la dió de inmediato con diez palabras secas: «Hay un error. La canción no
gira de Moustaki. Es ahora un viejo señor de 88 años, que no goza de estaba dedicada a Marie-Anne». Le pregunté otra vez, siempre por mail:
muy buena salud, aunque tenga todavía la energía de mantener una «¿Debo inferir entonces que nunca escribió una canción para ella?» Su
galería <le arte en Barcelona. En su última visita a París, nos reunimos respuesta se limitó a una sola palabra, ni una más ni una menos, sin
en el Deux-Magots, el famoso café de Saint-Germain-des-Prés, donde fórmula de cortesía ni puntuación: «Negativo».
me habló mucho de Marie-Anne. Era inútil insistir. Me quedé con ese Négatif duro en la garganta.
También me puse en contacto, hace un tiempo, con Moustaki. Que- Ni relaciones amorosas, entonces, ni canción, de hecho no había habido
ría saber qué recuerdos tenía de ella, después de cuarenta años. Lo nada.
llamé entonces pensando que podía verlo. Me hizo entender que una Es tonto decirlo, Frani;oise, pero me dolió. Un poco por usted y mu-
conversación telefónica sería suficiente. cho por Marie-Anne.
Aunque pueda decepcionarla, Frani;oise, debo decirle que se mostró Unos días después quise comunicarme con Paco de Lucía, la estrella
somero y cómo decir... distante. Sí, distante. Percibí rápidamente en ese del flamenco, a propósito del episodio de Nueva York. Hablé una o dos
hombre de 75 años un desfase entre el rol importante que todos ustedes veces con su secretario español. Mandé mails una vez, dos veces. El gui-
le atribuyen en la vida de Marie-Anne y el lugar que ocupa ella en su tarrista nunca contestó. Ulteriormente, entré en contacto con su agente
memoria selectiva de estrella eclipsada. Le diré lo que me confió a este y secretario norteamericano, un tal Michael Stein, que me contestó del
respecto, casi literalmente: siguiente modo: «Por favor, tiene que comprender que el maestro Paco
«La conocí durante mi gira por la Argentina en octubre de 1972. Me de Lucía pueda querer guardar para él solo los recuerdos de su vida
sirvió de guía e intérprete en Buenos Aires. Me acuerdo de ella como de privada».
una joven que me hablaba de sus ideas políticas, porque en esa época yo El artista tiene derecho a callarse, por supuesto. Y hasta derecho al
tenía una imagen de cantante comprometido. Después, probablemente desprecio, es su privilegio de estrella, un modo de pedir disculpas propio
me vio en París. Nuestras relaciones fueron muy breves, no tuvieron de los «maestros». Pero cuando yo miro las fotos del otoño de 1972 y
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a Marie-Anne que posa feliz a su lado en Manhattan, y a él, orgulloso Discúlpeme que le hable directamente, Frani;oise, pero usted se
como un torero delante del afiche del Carnegie Hall, pienso que a esa vaca: Marie-Anne quería ser montonera. Nadie le impuso ese deseo.
gente del espectáculo, que se decía «comprometido», a esos Paco de Lu- y si ella le escribió un día: «No formo parte del club», le dijo eso para
cía y otros Moustaki, le falla la memoria. Una mujer ha desaparecido, protegerla. Con esa mentira -no hay otra palabra- aspiraba a
hace mucho tiempo, una mujer que conocieron y apreciaron, que tal vez lejos de sus secretos. Su familia debía saber lo menos posible, era una
amaron (o fingieron amar), una mujer que llevó sus ideas, por utópicas cuestión de seguridad, para ella y para ustedes.
que fueran, hasta sus últimas consecuencias. Al fin y al cabo, su lucha ¡Cuidado! No digo que Marie-Anne haya cometido actos violentos,
era semejante a la de ellos, que juraban por la izquierda y por ninguna estoy convencido más bien de lo contrario. Pero militó
otra cosa. Pero los años, y sin duda el dinero y la amargura de la vejez, lo que usted cree. Su atracción por la causa peronista no se limitó a
hicieron trizas sus principios de antaño, y hoy no encuentran ni tiempo las actividades del Bajo Belgrano, a meriendas festivas o cursos de
ni sentimientos para rendirle un simple homenaje. canto con los chicos de las villas. Desde 1972, año de una increíble
Solo el cantante catalán Joan Manuel Serrat, de paso por el sur de efervescencia en la Argentina, ella se encontraba en las primeras filas
España por un espectáculo, aceptó recibir a Marie-Noelle, que ya lo de la protesta.
conocía. Cuando ella le advirtió que estaba por salir un libro sobre su Alex Maudet, uno de los viejos scouts con quien me encontré dos
hermana, le dijo que estaba dispuesto a ofrecer testimonios, dudando veces en París, recuerda haberla visto a menudo en manifestaciones
sin embargo de que fueran de mucha utilidad: la había visto en Nueva en las calles de Buenos Aires con el «Negro» Vidal, el jefe de la villa del
York, al margen del famoso concierto de Paco de Lucía, pero recuerda Bajo Belgrano. Otra prueba de su compromiso es que en agosto de 1972,
solo su gentileza. Y su belleza, evidentemente. Unos años después, lo después de la matanza de Trelew, va a la sede del Partido Peronista,
había conmocionado la noticia de su desaparición. Como Marie-Noelle avenida La Plata, a expresar sus condolencias ante los cadáveres de tres
iba a verlo, yo le había pedido sobre todo que verificara una información de los dieciséis «compañeros» ejecutados por soldados del ejército. Y al
que circulaba en Internet, quería saber si había escrito su canción «La final de la tarde está presente cuando la policía y el ejército asaltan el
montonera» para Marie-Anne. La verificación se hizo y resultó que se lugar con carros blindados. Y eso no es todo ... El mismo año participa
refería a otra mujer. Pero esto importa poco, y usted lo sabe, ya que de una manifestación de la Juventud Peronista en Vicente López. Ese
ha llegado el momento de abordar esta zona sombría que la ha hecho día estallan violentos enfrentamientos con sindicalistas y ella corre a
sufrir tanto a usted. socorrer a un herido célebre, el pintor Ricardo Carpaní, gran figura de
Sí, su hija hubiera podido ser «La montonera» de Joan Manuel Se- la izquierda argentina.
rrat. Ella también fue guerrillera, soñó con la «revolución», con un Para comprender mejor ese contexto de ultraviolencia y para im-
«mundo mejor» y deseó una Argentina sin corrupción ni traiciones, una pregnarme de él, quise escuchar, no obstante, la canción de Serrat, y ver
Argentina donde los militares no fueran torturadores y donde los hom- imágenes de archivos disponibles en Youtube. Es sorprendente, todo lo
bres y mujeres de la Iglesia se parecieran a los que había frecuentado en que acabo de contarle puede verse allí en blanco y negro: los manifes-
las villas, ocupándose de los más pobres de los pobres. tantes, los soldados armados, los policías con cascos en medio del humo
Marie-Anne montonera, Marie-Anne revolucionaria ... Sé cómo la de los gases lacrimógenos, hasta un camión blindado que destroza la
hieren estas verdades ... Hasta hoy, usted duda de la realidad de su com- puerta entrando en la sede del Partido ...
promiso. Para usted, su implicación en ese movimiento político-militar Le parecerá a lo mejor ridículo, pero yo estaba muy esperanzado
sigue siendo inconcebible, y si ella se movió en ese grupo, usted piensa con la idea de ver a Marie-Anne en algún lado en medio de la muche-
que solo lo hacía a distancia, por ingenuidad o idealismo, o por amor; dumbre. Fue inútil. En algunos cortejos había decenas de miles, chicas
pero de ninguna manera por convicción ideológica. y muchachos de Buenos Aires, La Plata, Mendoza, quizá también San
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Juan. La busqué y busqué, pero no llegué a ubicarla en medio de ese


bosque de banderas y puños levantados. Debo dejarla por esta noche, pero no sin darle una información
Pero queda la canción, Franroise, y la letra de la canción 1: importante: reservé mis pasajes de avión. La llegada al ~eropuer!o de
Ezeiza está prevista para el viernes a la mañana, a las seis y media del
Con esas manos de quererte tanto 29 de enero, llegando de París vía Madrid. Me tendría que quedar casi
pintaba en las paredes «Luche y Vuelve» tres semanas, con un programa bastante pesado, primero en Buenos
manchando de esperanzas y de cantos Aires, después en San Juan. Iré al Chaco seguramente, donde Eudes
las veredas de aquel 69 ... Colcombet está dispuesto a recibirme, y a Uruguay, donde viven otros
testigos.
Con esas manos de enjugar sudores,
con esas manos de parir ternura, Le mando mi amistoso recuerdo,
con esas manos,
que volvieron la fe en la nueva primavera, Philippe
bordaba la esperanza montonera.

Con esas manos que pintaban


la historia de celeste y blanco,
con esas manos de quererte tanto ...

Cómo quiere usted que no ande


de acá pa' allá
cargando la primavera,
cayéndose y volviéndose a levantar
l1
la montonera. 1
í

Qué buen vasallo sería t


si buen señor tuviera.

Y cómo quiere usted que no ande


de acá pa' allá 1
luchando la primavera, 1
cayéndose y volviéndose a levantar
la montonera. 1
!
Qué buen vasallo sería
si buen señor tuviera. í1
1
1
l. Canción La montonera de Joan Manuel Serrat.
!
1
1
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 125

fresco, un viento frío sopla desde el Atlántico. Dentro del negocio, los
10 modelos, hombres y mujeres, se suceden sobre la pasarela bajo las
Noche en vela miradas de un grupo de privilegiados. Llega el turno de Marie-Anne.
Camina con paso seguro, mirando serenamente hacia adelante. Los
meses pasados en París y el fracaso de los castings en Nueva York no
han tenido ninguna incidencia en el aura que la rodea en la Argentina.
Sigue siendo allí una figura del mundo de la moda.
Mirándola en la pantalla, Mariano no puede evitar pensar en una
lejana carta en que ella se criticaba a sí misma por ser menos elegante
que la amiga de su compañero Simón. ¿Ha adquirido tanta confianza
en sí misma? Quiere saludarla y decide esperar.
La ceremonia toca a su fin. Afuera, un grupito de jóvenes admira-
dores acecha a las modelos como actores a la salida del teatro. Ahora
llegan: «¡Vamos, los invito!», les grita el dueño de Delmar, satisfecho
- ¿Tiene una invitación? de sus prestaciones.
-No, pero ... Mariano, que se ha quedado un poco atrás, hace una señal a Ma-
-No tiene ni invitación ni entrada ... rie-Anne, que lo reconoce enseguida. Loca de alegría, se abre paso
Mariano insiste, dice que conoce a una de las modelos. Pero es hasta él y lo estrecha en sus brazos como a un hermano a la vuelta
inútil, l.as recepcionistas son inflexibles: no podrá asistir al desfile de de un viaje.
modas realizado por la célebre firma Delmar, en La Plata. No es que -¡Vamos a cenar juntos! -le sugiere ella sin transición.
se apasione por la alta costura, que no es el mundo de él, hombre de -¿ Y tus colegas? -le pregunta él, un poco molesto.
izquierda, militante de la Juventud Peronista. Pero la prensa anuncia -Prefiero estar con vos. Hace tanto que no nos hemos visto ...
la presencia de famosas top-models, entre las cuales se halla su amiga -¿Una pizza?
Marie-Anne Erize. -Una pizza.
Hace más de dos años, tal vez tres, que Mariano no la ha visto. La Marie-Anne avisa a las otras modelos y se escapa con Mariano
última vez fue tal vez a finales de 1969, cuando estaban por terminar hasta la gran pizzería de Plaza Italia, en el centro de La Plata.
las clases en la Inmaculada Concepción en Benito Juárez. Marie-Anne La noche está bastante avanzada cuando se sientan a la mesa, pero
se disponía a irse a Francia para trabajar de niñera, y él se iba a La no sienten el paso del tiempo. Es la una, las dos ... Los dientes van
Plata, para seguir hipotéticos estudios de medicina. Ha conservado de desapareciendo, los mozos se impacientan. Las luces de la plaza se
ella algunos dibujos en tinta china, algunas cartas y esa frase llena de apagan una por una y ellos siguen hablando, hablando.
ternura: «mi hermanito tan querido»; después no tuvo más noticias En el fondo, es la primera vez que se confían uno al otro de ese
hasta el día en que la revista Siete Días la había eligido «primera prin- modo. Sobre todo Marie-Anne. Le habla de todo, del colegio, de Pa-
cesa» en 1972. Había comprendido entonces que la bachiller de Benito rís, de Eudes. De lo que le preocupa y obsesiona. De la lucha entre
Juárez, la juiciosa cantante del conjunto Melipal, se había convertido la mujer que es y la que quisiera ser. ¿Dónde está su verdadera vida?
en una estrella en Buenos Aires. Mariano no olvidará nunca la violencia de sus dudas: «Vos por lo me-
Ella no sabe que Mariano está afuera, siguiendo el evento en una nos encontraste tu camino -le dice ella-, militás, sos solidario con
pantalla de televisión instalada en la vidriera del negocio Delmar. Está los demás. Yo no soy más que una egoísta, incapaz de ser más activa y
126 1 PHILIPPE BROUSSARD

generosa, devorada por adentro por una contradicción fundamental


entre el mundo de la frivolidad y la miseria de las villas. ¿Qué tengo
que hacer, Mariano?»
La pizzería está por cerrar. Son los últimos clientes. La Plaza Italia
está desierta. Marie-Anne le propone ir caminando hasta la estación
de ómnibus, adonde tomará un micro para Buenos Aires.
En el camino, siguen hablando. Mariano sabe que su propia opi-
nión es decisiva para ella y puede influenciarla. Según él, ni siquiera es
cuestión de preguntárselo: el destino de Marie-Anne está en el com-
promiso, en intentar cambiar el país. La vuelta de Perón es probable, es
una cuestión de meses o tal vez algunas semanas, es su generación la Buenos Aires, 1º de febrero de 201 O
que debe escribir la historia y no los otros. Deben prepararse para ayu-
dar al «caudillo» a resistir a los militares y a la extrema derecha, tanto Querida Franroise,
como al sector conservador de la Iglesia y de su propio movimien-
to. Un proceso irreversible ha comenzado en la Argentina. Mariano Discúlpeme por escribirle tan tarde. Estoy en Buenos Aíres hace
piensa que es preciso ir hasta las últimas consecuencias del proceso algunos días pero las citas se han sucedido con un ritmo muy rápido,
a favor del pueblo y con el pueblo. Conoce bien a Marie-Anne, no sin dejarme tiempo para escribirle.
está hecha para hacerse admirar en las revistas de modas, ha llegado En este momento estoy por subir a un avión con destino al Chaco.
a ese mundo por casualidad, solo para ganarse la vida, esa no es su Hay que calcular una hora y media de vuelo para llegar a Resistencia.
aspiración profunda. Eudes Colcombet me va a esperar en el aeropuerto. Estas últimas sema-
Hace un buen rato que el último micro se ha ido de la estación. nas hablamos varias veces por teléfono.
El próximo está indicado para las primeras horas del alba. Para espe- Me tuteó rápidamente y me contó su relación con Marie-Anne.
rar, se instalan en la cafetería de la terminal, un lugar absolutamente París, Megeve, el truco y todo lo demás, hasta el episodio Moustaki.
deprimente por el aburrimiento y el olor a cigarrillo apagado. Pero Cuando le anuncié mi intención de ir a verlo al norte, al principio
no les importa, están absorbidos en su conversación. Lejos del mun- reaccionó con sorpresa (¡París, Buenos Aires, Resistencia, todo eso para
do. Su noche terminará con la madrugada y las últimas discusiones encontrarlo a él, el veterinario francés de Colonia Benítez!), pero se
existenciales. limitó a decirme: «¡Preparate para tener calor!»
Se levanta el sol en el Río de la Plata. Ha llegado el momento de Eudes no sabe nada de la desaparición de su hija. No estaba en
volver a Buenos Aires. Ambos saben que acaban de vivir un momento San Juan, evidentemente, ese maldito viernes de octubre de 1976. Pero
excepcional, una discusión que los marcará para siempre. fue una persona muy importante para ella. Escuchando su voz y sus
Mariano le da un beso. Ella sube al ómnibus y lo saluda con la palabras, adivino ya los rasgos comunes con ella: franco, natural, sin
mano una última vez. pretenciones. Sin embargo, su trayecto es de una increíble riqueza. ¿Sabe
usted que recorrió todo el camino de Katmandú, en Nepal, en los años
setenta, saliendo de la Plaza Saint-Michel en una «combi» Volkswagen
el día de Nochebuena? ¿Y que subió el curso del Amazonas antes de
que lo emplearan como GO (Gentil Organisateur) en el Club Med de
Marrakech, Cancún y Hawai? ¿Sabía usted que su prima Edwige, que
128 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 129

se entendía muy bien con Marie-Anne, dirige actualmente la colección - Mario Berlingierí, el rey del levante, que había alquilado una
Gallimard Jeunesse, el editor de los libros Harry Potter en Francia?¿ Y avioneta para ir a verla a Bernardo de Irigoyen. No pude entrevistar a
que su primo, Fram;:ois Colcombet, cofundador del Sindicato de la Ma- su hermano Nicolás, el fotógrafo del book de Marie-Anne, solo inter-
gistratura, fue diputado socialista en Allier? cambiamos unos pocos mails;
Era inverosímil que se pudiera entrevistar a Eudes en otro lugar que - Teté Coustarot, top model que se volvió después una estrella de
no fuera el Chaco. Y debo confesar que eso me daba a mí la oportunidad la televisión;
de conocer esa región que Marie-Anne apreciaba tanto. Resistencia, - Pata Villanueva, otra figura de la farándula porteña. Conoció a
Colonia Benítez ... nombres fascinantes solo escucharlos. Marie-Anne en el ámbito de la moda y se divirtieron mucho juntas. Pata
El avión acaba de despegar. Está sobrevolando el Río de la Plata. Me se casó después con el futbolista Alberto Tarantini, campeón del mundo
pregunto si los pasajeros piensan todavía en los «vuelos de la muerte», en 1978, con quien vivió en Francia;
cuando los presos de la dictadura eran empujados al vacío, cayendo - Louis Pittau, uno de los primeros compañeros políticos de su hija.
vivos en las aguas marrones del estuario que los hundía para siempre, o Había fundado en Buenos Aires una pequeña sociedad especializada
los depositaba algunos días o semanas más tarde, como macabros títeres en la utilización del plástico como material apto para construir bombas
de carne y hueso, en las orillas embarradas de ese cementerio marino. baratas.
Han pasado treinta años ... Hago esta lista simplemente para decirle que esas personas de hori-
Antes de encontrarme con Eudes Colcombet ( me falta menos de zontes diferentes usaron siempre las mismas palabras para describir a
media hora), quería decirle que estos últimos días vi a mucha gente en Marie-Anne: «irradiaba», «resplandecía». En París había escuchado ya
Bu'(nos Aires. Usted conoce a algunos. De otros, es probable que nunca esos términos. Que ayudan a comprender por qué tenía tantos amigos
haya escuchado hablar. Lo más difícil no es no encontrar testigos, eso con perfiles tan heterogéneos.
forma parte de mi profesión, tampoco hacerles entrevistas, lo cual tam- La mayoría no tiene miedo de hablar. Contrariamente a lo que me
bién forma parte de mi profesión. habían dicho en Francia, no se les ocurre que puedan producirse nue-
No, lo más difícil es pasar de una Marie-Anne a otra. Su vida esta- vas represalias. Una sola excepción ( una mujer que vive en otro país
ba tan dividida en compartimentos estancos -familia, política, amor, sudamericano) me pidió que callara su nombre sin precisarme por qué.
amistad, moda- que los puentes entre esos mundos resultan invisibles. Trabajó en el liceo Jean Mermoz, y cuenta que al final del año escolar
De golpe, me encuentro desempeñando el papel de transmisor de infor- Marie-Anne hurtaba el material usado para regalárselo a los chicos de
maciones. Sus amigas modelos me hacen preguntas sobre sus actividades la villa miseria.
de militante. Sus compañeros de lucha descubren su faceta jet-set. Com- El encuentro más conmovedor en Buenos Aires fue el que tuve con
pañeras de scout, compañeras de liceo, ex novios, curas franceses ... cada Mariano, su «confidente» de Benito Juárez, que es actualmente perio-
uno conserva un recuerdo singular, un toque diferente para dar al retrato. dista. Nos vimos en el bar de un hotel cinco estrellas. Es un personaje
Para darle una idea del casting que se va acumulando, le enumero sorprendente, con una actitud directa y un poco burlona, un físico de ju-
los últimos testigos por orden cronológico: gador de rugby y una mirada honesta. Tenía un gran interés en nuestro
- Ricardo Polo, el ex director argentino del liceo Mermoz, que se encuentro. Había traído todos los documentos de que disponía: cartas,
jubiló hace poco; fotos, recortes de diario ... La dimensión únicamente amistosa de su
- Marie-Jo Cocagne, una ex guía. Trabajó con Marie-Anne en la relación con Marie-Anne confiere a su testimonio una fuerza particular.
villa del Bajo Belgrano; Para ella, no era un compañero ni un pretendiente, sino el Amigo.
- La célebre actriz Claudia Lapacó. Sus dos hijos eran alumnos de Cuando evocó la noche en vela de La Plata y la cena en una pizzería,
Marie-Anne cuando era maestra jardinera en el liceo; los ojos de Mariano se llenaban de lágrimas y su voz se cortaba. Esa
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LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 131

noche lo marcó profundamente. Se acordaba de cada detalle, de cada nos quedamos allí para dormir, con la única provisión que teníamos,
palabra de su conversación. Cuarenta años después; ese recuerdo lo que eran unas bananas que Marie-Anne había traído. Me acuerdo de
persigue. Se estima en parte responsable de lo que le ocurrió después a sus actitudes, de sus reflexiones. No parecía feliz, daba la impresión de
Marie-Anne. «Ella se preguntaba cuál era el camino a seguir, la moda estar buscando algo. Para decirle la verdad, terminó por fastidiarnos,
o la militancia -me dijo-, pero mi opinión era crucial para ella. Yo nos daba su opinión sobre todo, insistiendo sin parar en la dimensión
también quería cambiar el país pero hubiera debido aconsejarle que social de las cosas. Después cada uno siguió su itinerario; luego la
renunciara. Me es imposible no pensar en eso. Esta historia me persigue, vimos en otra ocasión, en Paraguay.
me siento culpable ... »
Mariano no debería reprocharse su actitud: Marie-Anne había ele- «Marie-Anne no parecía feliz», había dicho Irene. La vuelta a la
gido su camino por sí misma, por su propia iniciativa. En esa época esta- Argentina después del paréntesis parisino no le había procurado la sere-
ba un poco perdida y necesitaba certezas. Otra persona me lo confirmó nidad que ella esperaba. Seguía buscando. ¿Pero qué buscaba, o a quién?
esa misma noche, una mujer esta vez, llamada Irene Pérez. Tal vez Eudes podrá explicarme algo más. El avión está por aterri-
Dudo que usted la conozca. Organiza un taller de relajación orien- zar. A lo lejos, hacia el oeste, se perciben las chatas y verdes inmensida-
tal en una zona residencial del Gran Buenos Aires. Se habían tratado des chaqueñas, y hacia el norte, la capital provincial, Resistencia.
fugazmente al principio de los años setenta en un grupo de jóvenes de R.E.S.I.S. T.E.N.C.I.A. A Marie-Anne debía gustarle ese nombre ...
estilo «hippies snobs», para retomar la expresión de Mario Berlingieri: Con mi recuerdo amistoso,
muchachos y chicas de buena familia, habitués de todas las discotecas
y que viajaban a veces por América del Sur. Sí, Frani¡:oise, Marie-Anne Philippe
también trataba ese tipo de personas ...
Pero lo esencial no reside en ese punto. El testimonio de Irene nos
interesa sobre todo por una razón precisa, un recuerdo situado a co-
mienzos del año 1973.
Ese año, Irene visita el sur del Perú con su novio del momento, y es
ahí cuando se encuentra con Marie-Anne. El mes tiene su importan-
cia: es febrero. Si mis cálculos son exactos, su hija acaba de volver de
Francia. Es probable que a esa altura hubiera tenido ya su famosa con-
versación con Mariano. Ese periplo por las alturas del Machu Picchu le
permite reflexionar una vez más, lejos de Buenos Aires y de sus amigos.
Lejos de usted, tal vez.
He aquí lo que me dijo Irene:

Estábamos en la estación de Cuzco cuando vimos a Marie-Anne.


Era una casualidad total, una cosa loca en semejante lugar. Estaba
sola, lo cual me sorprendió, porque hacía falta mucha valentía y una
voluntad a toda prueba para pasearse así con un bolso al hombro por
ese lugar. Decidimos subir juntos al Machu Picchu, junto con un es-
tadounidense y una chilena. Una vez llegados a la cima, extenuados,
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 133

11 con pasta o arroz. Vestirse con la ropa de los primos, resistir a las
burlas de los compañeros. Sus padres, acostumbrados a afrontar la
adversidad, hacen lo que pueden. Frarn;:oise solicita becas de estudio,
limita los gastos, Albert piensa en vender algunos terrenos.
A los 51 años, el ex pionero de Wanda busca abrirse un cami-
no en esa época tormentosa. Es un padre tierno pero chapado a
antigua, arrimado a sus certidumbres. Todo cambia tan rápido a
su alrededor. .. El mundo. La Argentina. Sus hijos. Sobre todo sus
hijos. Cuanto más crecen, menos entiende sus gustos y tendencias.
Por ejemplo, desde que se enteró que Yolande juega al fútbol con
la camiseta de la selección argentina, la amenazó con prohibirle la
entrada a la casa si seguía manchando el honor de los Erize prac-
ticando un deporte tan masculino. Marie-Anne, por su parte, re-
cibirá los rayos y truenos de su furia mientras siga tratándose con
Marie-Anne ha reanudado sus viejas costumbres en la avenida Mon- los «izquierdistas». Hasta Marc, el mayor, se ha vuelto una fuente
roe 1062. Su vida en pareja con Eudes en París es, a esa altura, un le- de preocupaciones: después de haber recorrido todo el continente
jano recuerdo. Cuando partió a principios de 1973, le dejó su guitarra sudamericano, se radicó en Venezuela, donde integra una secta lla-
y su~ grandes fotos en blanco y negro, retratos de moda con los que él mada Gran Fraternidad Universal (GFU), para la cual Cristo es el
cubrió las paredes de su habitación. En cuanto llegó a Buenos Aires, «gran Yogi», el «gurú de los gurúes».
se instaló en el garaje familiar transformado en departamentito de un Cuando va a almorzar a la casa de la avenida Monroe, el padre
ambiente. Le gusta encerrarse allí para dibujar, escribir poemas, leer Jean Loison, el amigo de los campamentos de scouts y guías de Fran-
a Boris Vian o escuchar a Serrat. cia, asiste a los primeros esbozos de los desgarramientos que amena-
A los 21 años, la ex primera princesa de las revistas femeninas ha zan el equilibrio familiar. Cuando se abordan en la mesa toda clase de
viajado por todo el mundo, ha conocido Nueva York, Río, Marbella, temas, espirituales o políticos, percibe hasta qué punto divergen los
Montevideo, pero la casa de la avenida Monroe sigue siendo el puerto puntos de vista: «Albert estaba desesperado de ver cómo su hijo Marc,
donde echa el ancla. Muy apegada a sus padres y hermanos, adora a adherente a una filosofía oriental, creía en la reencarnación -cuenta
la pequeña Marie-Noelle, que es ahora alumna en el colegio francés, el sacerdote francés 1- . Un día, mientras estaba almorzando con ellos
y a Yolande, la mayor, actualmente novia de un ex seminarista. Todo ¡Marc trató de convertirme! Tenía una especie de revelación. Inútil de-
andaría a la perfección en la familia si no fuera porque su padre pa- cirle que no era esa mi especialidad ... Los Erize eran muy simpáticos,
dece graves problemas financieros. Su empresa, especializada en la sobre todo por su capacidad de solidaridad en la adversidad, pero los
construcción de rutas, está al borde de la quiebra. La corrupción es padres daban la impresión de estar desbordados. Hasta Marie-Anne
tal, en las obras públicas, que quienes tomas las decisiones reclaman parecía estar en disidencia con ellos. Un domingo me anunció que
cada vez más coimas. En 1972, debió ceder el 50% de los negocios formaba parte de los Montoneros. "Para mí -me dijo- es también
al contramaestre, que le paga en cuotas por giros mensuales, pero el una cuestión de fe:' Albert, que era un hombre de principios, estaba
porvenir se ha vuelto sombrío. La crisis económica no contribuye a escandalizado de ver que se incorporaba a ese grupo».
resolver la situación, y el nivel de vida de la familia, que era razonable,
empieza a alterarse. Los hijos deben hacer esfuerzos. Conformarse l. Entrevista con el autor en marzo de 2008 en París.
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Marie-Anne quiere a su padre pero no cede ni por un instante personalidades, a ejecutivos, profesionales extranjeros con altas res-
respecto de ese compromiso, ni dejar de ir al Bajo Belgrano, adonde ponsabilidades. Se desvían camiones enteros de víveres y ropa y se
volvió inmediatamente después de su llegada de París. Su verdadera distribuye su cargamento entre los pobres. En los ambientes llamados
vida está allí, del otro lado de la calle que la separa de ese lugar donde «progresistas», se percibe el recurso a la violencia como una respuesta
la gente la considera una villera y no se asombra de verla correr de un justa a la represión de la dictadura. Hasta la gente de las villas empieza
lado para otro con los pies desnudos, como en Wanda. Los chicos la a movilizarse: el ala izquierdista del peronismo ha organizado una red
adulan, los adultos la admiran. En las paredes de las casas de chapa, tan densa de villas que puede arrastrar a grandes muchedumbres a
pegan recortes de la prensa: Marie-Anne en Brasil, Marie-Anne en el favor del exiliado de Madrid, el «Viejo», como se lo llama.
Alvear Palace ... La Juventud Peronista (JP), que es el movimiento de Marie-Anne,
Pero para ella, esos episodios han entrado en el pasado. El univer- es una de las ramas de ese movimiento socializante. Provenientes en
so de la moda es demasiado facticio e indiferente a las realidades de su su mayoría de las clases medias urbanas, esos jóvenes constituyen el
época. Si se pone a trabajar de nuevo, lo hará en otro ambiente, para motor de la ola de rebelión. Cierta forma de culpabilidad para con
financiar sus estudios. Una amiga, empleada en la aerolínea Austral, los pobres imprime una doble energía a su compromiso humanitario:
debería ayudarla a conseguir un puesto de azafata en el aeropuerto. «Queríamos ayudarlos -testimonia la historiadora militante María
Al parecer, el trámite puede tener un desenlace positivo. Oliveira-Cézar 1- tanto a nivel de trámites administrativos como de
Mientras tanto, se orienta hacia el periodismo y se inscribe en la salud, búsqueda de empleo o mejoría en las condiciones de vida e
carrera de antropología en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Su higiene en sus barrios. La idea era impregnar a la sociedad de nuestro
fic4a de inscripción en el examen de ingreso, con fecha del 23 de abril proyecto político. A cambio, aprendíamos muchísimo de esos hom-
de 1973, menciona su dirección de avenida Monroe, su diploma de bres y mujeres que componían amplios sectores de la sociedad argen-
maestra, su fecha de nacimiento (28 de marzo de 1952 en Espartillar). tina, y que conocíamos muy poco».
Será la única huella de su recorrido universitario. Todo indica que La participación activa de muchos sacerdotes, entre los cuales se
estuvo ausente de los claustros de la facultad. Sus actividades como hallan los famosos «Sacerdotes del Tercer Mundo», confiere a este
militante peronista la absorben. Un día y otro, participa constante- movimiento una dimensión casi mística. Desde finales de 1972, una
mente en manifestaciones y reuniones ... monja francesa, Léonie Duquet, 2 dirigiéndose a unas amigas, relata,
Esa dispersión no desentona para nada con el contexto de ese pri- en el texto que sigue, cómo comparte la vida cotidiana y las esperanzas
mer semestre de 1973. Para muchos jóvenes, los puntos de referencia de los más pobres: « Ustedes saben que estamos esperando el retorno
se confunden, las fronteras sociales desaparecen, las universidades se de Perón; todos prevemos que se producirá aquí un gran sacudón.
convierten en espacios de debates apasionados sobre el futuro argenti- En fin, Dios dirá. [... ] Seguimos de cerca, muy de cerca, los aconteci-
no y planetario. Marie-Anne asiste a las conferencias de intelectuales, mientos, pacíficamente, lo cual no significa que nos quedemos impa-
como Rodolfo Ortega Peña o Eduardo Luis Duhalde, se apasiona por sibles o inactivos. [ ... ]No podemos permanecer insensibles, por eso
la actualidad política sudamericana. debemos comprometernos con la causa del pueblo. Eso no significa
Las fuerzas armadas, que habían derribado a Perón hacía diecio-
cho años, parecen impotentes para contener esa gran ola que sacude l. Entrevista con el autor en septiembre de 2009 en París.
las profundidades de la sociedad. En la ciudad y en el campo, la re- 2. Léonie Duquet y su amiga, la hermana Alice, se habrán vuelto las desaparecidas
más célebres del período de la dictadura (véase la carta a Franyoise Erize del 30 de
belión se amplifica, excitada por una especie de euforia prerrevolu-
noviembre de 2008). Estos textos están extraídos del libro de Arlette Welty-Domon,
cionaria que nadie es capaz de decir adónde lleva. Las organizaciones Sor Alicia, un sol de justicia, Contrapunto, Buenos Aires, 1987. Soleil de justice, la
guerilleras (ERP, FAR, Montoneros) desafían el poder. Se secuestra a passion de soeur A/ice, La Campagnette, Montpellier, 2007.
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violencia sino cambio de las estructuras en el gobierno, tanto desde el Esta capacidad del peronismo para bajo una bandera única
punto de vista político como económico o social. Tendría tantas cosas tendencias tan opuestas, es un extraño fenómeno argentino difícil de
para decirles al respecto, pero hay que vivirlo para comprenderlo ... comprender para un observador extranjero. ¿Podríamos imaginar,
No he perdido la alegría, muy por el contrario». en Francia, que un Charles de Gaulle hubiera seducido tanto a
Cinco meses después, en 1973, Léonie retoma la pluma para criti- ultraizquierda como a grupos nostálgicos del fascismo? Pero Perón
car a los militares: «No quieren largar el pedazo de torta que defienden juega con esa ambigüedad. Piensa sin duda, que una vez en Buenos
por la fuerza hace tanto tiempo. Es una vergüenza, si se piensa que no Aires, tendrá tiempo para delimitar ambos campos y decir dónde está
han hecho nada por su país, salvo vaciarlo de sus tesoros, ya que todos el «verdadero» peronismo ...
viven con sueldos exorbitantes y gozan de todos los beneficios, eco- Como sus compañeros de lucha, Marie-Anne cifra espe-
nómicos y sociales. [... ] Cada día miles de ancianos y niños mueren ranzas en su retorno. Es cierto que Perón había venido una primera
de hambre, los salarios no aumentan, o muy poco, en comparación vez, el 17 de noviembre de 1972, pero su estada en Vicente López,
con el alza de los precios. Desde enero hasta ahora, hubo un alza del al norte de la capital, no había pasado de diez días, y además estuvo
40%, y el año pasado, de 50% o más». vigilado de cerca por las fuerzas del orden. Por otro lado, los milita-
En este contexto muy peculiar, la influencia de los Montoneros res habían sabido frenar el fervor popular en las zonas exteriores a
llegó a extenderse al conjunto del país. El movimiento cobró una su predio de Vicente López, invadido por sus adherentes. Después,
amplitud tal que es imposible evaluar sus efectivos. Considerando comprendieron que debían relajar la presión y llamar a elecciones pre-
nada más que los dirigentes, sé llegaría más o menos a unos 5.000, sidenciales democráticas. 1 Ese escrutinio histórico, programado para
rep<;1.rtidos en una estructura piramidal de ocho niveles a lo largo del marzo de 1973, está marcado por la victoria del candidato del peronis-
territorio. Es preciso agregar a ellos decenas de miles de simpatizan- mo de izquierda, Héctor José Cámpora. Ese triunfo abre las puertas a
tes más¡o menos declarados, miembros de organizaciones afines. Los la vuelta definitiva -y esta vez triunfal- del jefe venerado ...
Montoneros encarnan la esperanza de un cambio, una especie de sue- Todo está previsto: el avión de Juan Domingo Perón debería ate-
ño revolucionario sobre el telón de fondo del peronismo. Ese sueño rrizar el 20 de junio de 1973 en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza,
se conjuga, aunque parezca extraño, con el de los «Sacerdotes del a veintidós kilómetros de la capital.
Tercer Mundo». Guerrilleros y sacerdotes se codean así a menudo en Los Montoneros, orgullosos del calificativo de «maravillosos» con
las villas del Gran Buenos Aires ... que los ha aureolado su héroe, preparan el acontecimiento en medio
La misma Marie-Anne se acercó a la «causa» montonera por la vía de una exitación indescriptible. Se calcula que centenas de miles de
de la fe y a partir de una fuerte sensibilidad social. Como su hermana personas, tal vez varios millones, estarán presentes en Ezeiza para
mayor Yolande, es llevada en el torbellino de esa fiebre revolucionaria celebrar al hombre providencial, considerado como el único capaz de
y se regocija de ver las pinturas en las paredes que dicen PV («Perón volver a dar un impulso al país. Cada barrio y cada villa organizarán
vuelve») o el eslogan: «Libres o muertos, jamás esclavos». sus cortejos y carteles. Todos quieren demostrar a los partidarios tra-
Desde Madrid, donde espera el momento propicio, el líder exi- dicionales del «Viejo» que el pueblo peronista es de izquierda.
liado halaga a esa juventud a la que califica de «maravillosa». La ne- Los Montoneros son quizá menos disciplinados que los trots-
cesita, no pudiendo prescindir de la influencia que ella ejerce sobre kistas del ERP, pero su proselitismo ha dado sus frutos. Gracias
la inmensa población de las villas. No importa que ello lo obligue a al apoyo de las villas, piensan que se han vuelto un poder político
operar un considerable desvío ideológico para congraciarse con sus insoslayable.
partidarios de derecha, hostiles a esos «rojos» que empiezan amo-
lestar demasiado. l. Parte de lo que se conoció como «Gran Acuerdo Nacional».
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está cubierto de volantes, carteles rotos y abandonados en medio de


Responderán, si es necesario, a las eventuales provocaciones de la
escenas de pánico. El grupo del Bajo Belgrano, dislocado, se dispersó.
derecha del movimiento, la rama considerada con mayores tendencias
Después de varias horas de marcha, la joven francesa llega a su casa
«fascistas».
extenuada y deprimida. Como todos sus compañeros, no ha tomado
. ~arie-Anne no tiene ninguna afición por la violencia ni por las
todavía la distancia necesaria para evaluar la dimensión histórica de
nvahdades entre derecha e izquierda. Solo le interesa Perón. Es así
ese triste miércoles de junio de 1973. Era imposible no reconocer
como el 20 de junio de 1973, un miércoles, toma el camino de Ezeiza
que se había producido una implosión en la familia peronista, La iz-
con miles de compañeros del Bajo Belgrano. En ese barrio, como en
quierda había sido humillada. El « Viejo» había delimitado su campo:
otros, la movilización supera todas las previsiones. La Capital Federal
«Nosotros somos justicialistas -dirá al día siguiente-. [... ]No creo
se ha paralizado. Una muchedumbre calculada en dos millones de
que haya nuevos rótulos que-califiquen a nuestra doctrina y a nuestra
personas confluye en el aeropuerto gritando «Perón o muerte». Los
ideología. Somos lo que las veinte verdades dicen. [... ] ¿Estamos en
dirigentes montoneros temen fricciones con los servicios del orden
el Justicialismo o en alguna otra cosa [... ] ?»
pero están muy lejos de sospechar lo que les espera en las primera~
«Alguna otra cosa», dijo. O sea, el campo excluido es el campo
horas de la tarde, en el lugar en que «el Viejo» debería pronunciar su
de la izquierda.
discurso ...
Marie-Anne lo ignora todavía, pero el destino de los Montoneros
Antes del aterrizaje del Boeing 707 que llega de Madrid, hombres
acaba de sufrir un vuelco fatal. Y con ellos, también el suyo ..•
armados apuntan sus armas contra uno de los cortejos de Montone-
ros. Varias horas de tiroteo cerca de la tribuna oficial arrojan el saldo
de trece muertos y cerca de cuatrocientos heridos. La fiesta se había
convertido en masacre. El avión de Perón tuvo que desviarse hacia
una base militar.
Fue flagrante: el ala derecha fue la primera en atacar. ¿Se trató de
una maniobra premeditada, con el objetivo de hacer responsables de
las violencias a los izquierdistas? Muchos observadores lo piensan, y
notan que muchos extranjeros de extrema derecha (españoles, italia-
nos, franceses) habrían participado en la matanza: 1 «Las tensiones in-
ternas existían hacía mucho tiempo -advierte la historiadora María
Oliveira-Cézar-, de modo que episodios de ese tipo eran previsibles,
pero no de esa magnitud».
Esa noche, después de los episodios, una muchedumbre trauma-
tizada confluye desde todos lados hacia Buenos Aires. Las filas se
estiran a lo largo de los caminos marchando hacia la capital con la
lenta cadencia resignada de un ejército vencido. «Es la retirada de
Rusia», comenta uno de los compañeros de Marie-Anne. El suelo

l._ ~c~rca de la participación de los «soldados perdidos» de la OAS (Organización del


E3ercito Secreto, por s~s siglas en francés, movimiento político-militar antigaullista)
en la masacre de Eze1za, y e~ forma más general en la represión en la Argentina,
recomendamos de nuevo el hbro de Marie-Monique Robin, op. cit.
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 141

Un perro negro y enorme llamado «Dum» («estúpido» en sueco) vigila


el menor movimiento del entorno.
La sala principal de la casa es muy francesa, con sus sillones de cuero
gastado y una gran chimenea. Hay un afiche de una exposición de pin-
tura de ... «¡Moulins, Allier!». Sobre una mesa baja han quedado unos
viejos números de Paris-Match y de LÉcho des Savanes, una revista
francesa de tiras cómicas. El visitante creería estar al mismo tiempo
en el Chaco y en la región de Bourbonnais. Tuve la misma impresión
que sentí hace unas horas cuando Eudes me mostró en el cementerio
Colonia Benítez, Chaco, 1º de febrero de 201 O la bóveda de los Colcombet y la tumba de la ex directora de la escuela,
(¡Segunda carta del día!) que era también francesa.
Tengo que confesarle una cosa, Frani;oise: a mí siempre me fasci-
Querida Fram;oise, naron los destinos de los franceses que se fueron a vivir muy lejos, esos
hombres y mujeres que por desafío o necesidad dejaron todo, ya sea
Esta vez le escribo desde Colonia Benítez, el pueblo donde vive Eudes en París, Nantes o Marsella, con tal de ir a un lugar lejano y diferente.
Colcombet. Veo en el reloj de péndulo que son las 15:30. Estoy descan- Gente como usted, por ejemplo.
sando un rato en su casa. Debe haber algo de una actitud propia del jugador de póquer en esa de-
\¿Hace cuánto tiempo que no lo ve? Tiene sesenta y tres años. Marie- cisión de cambiar de rumbo, pero también una dimensión secreta, que los
Anne tendría ahora casi cincuenta y ocho. Sin haberlo visto nunca antes, hace a ustedes más enigmáticos aún. Su relación con Francia es diferente,
lo identifiqué enseguida esta mañana entre la gente que esperaba el más lejana y al mismo tiempo más íntima, no se alimenta de rencor amar-
vuelo de Buenos Aires en el aeropuerto de Resistencia. Su piel cobriza go sino de un afecto punzante. La distancia le enseña a usted a distinguir
no era la de un turista sino el producto del obstinado sol del norte ar- lo esencial de lo superfluo, le abre los ojos al mundo y a los pueblos, mien-
gentino. Llevaba una camisa amarilla y un short largo de color caqui. tras que nosotros nos quedamos obnubilados con nuestras preocupaciones
Su mirada clara, su rostro expresivo y surcado de arrugas le daban un «galas». Tal vez por eso me interesó tanto el destino de Marie-Anne. Por
aspecto similar al de Mick Jagger, el cantante de los Rolling Stones. curiosidad y fascinación. Y porque usted lo merece, simplemente.
¿Pero por qué venir hasta aquí? ¿Por qué este deseo imperioso de en- En esta estación, el Chaco es un horno. Por teléfono, Eudes me lo
contrarlo? Todo se decidió por teléfono. Por el tono de su voz y el modo de había dicho: «¡Preparate para tener calor!» Pero no me imaginaba hasta
evocar a Marie-Anne, Eudes me transmitía una sinceridad conmovedora. qué punto.
Era simpático, simplemente. Su lucha por disuadirla de comprometerse ¿Cuántos grados hace de calor? ¿Treinta y cinco? ¿Cuarenta? En la na-
con Montoneros y salvar de ese modo su amor tenía un aspecto desespe- turaleza abrumada, apenas se oye piar a algunos pajaros exóticos. El aire
rante y perdido de antemano, pero me emocionaba. Excepto usted, nadie ardiente del exterior se introduce por todos los resquicios de la casa, donde
vivió tan de cerca como él las contradicciones de Marie-Anne. los ventiladores hacen ingentes esfuerzos por refrescar las habitaciones.
La casa de sus padres, el modesto «consulado» adonde usted venía Eudes me dijo: «Hacé como en tu casa, es la hora de la siesta». Des-
a pasar las vacaciones de invierno con su familia hace tanto tiempo, pués se ausentó para ir a nadar al río vecino, el Tragadero. Al parecer
se vendió en 2008. Eudes vive ahora a doscientos metros de allí, en un va allí todos los días en las primeras horas de la tarde. Se llega en cinco
lindo edificio de ladrillos rojos rodeado de árboles centenarios y plantas minutos apenas, a caballo o en jeep, por el camino de tierra ocre. Cuan-
húmedas. El jardín es bastante extenso y la terraza, cubierta de sombra. do llegamos, habíamos pasado por allí hace una hora, justo después de
142 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 143

nuestra visita al cementerio. Un grupo de chicos de piel cobriza jugaban ¡ cual se tiene una vista impresionante de las inmensidades circun-
en medio del agua. Por un instante, dejaron de tirarse chorros de agua ~antes. Mientras hablaba de Marie-Anne, puso un CD traído de_ París
para observarnos sonriendo. n el equipo de su Renault Mégane: eran hits franceses de los anos 60
Eudes me mostró el lugar donde nadaba, en un espacio de varios e 70. La escena tenía un tono levemente surrealista: estábamos por
kilómetros, sin temer las pirañas ni los yacarés al acecho a lo largo las y ncima de uno de los ríos más grandes de América del Sur, a miles de
orillas: «Los de aquí son inofensivos», dice con firmeza. Hay que creerle: ~ilómetros de Francia, y escuchábamos Ma préférence de Julien Clerc.
estudió en Maisons-Alfort y es veterinario. Por desgracia, lo propio de la Argentina es imponernos bruscas
A Marie-Anne le gustaba este río. Venían a menudo a bañarse jun- vueltas hacia su pasado de sangre de lágrimas.
tos. Desde ese entonces, Eudes vivió por su lado, se casó con una sueca Algunos minutos después, en medio de Derniere séanc~ d~ Edd[
que le dio tres hijos -dos varones y una niña- y que se quedó en Mitchell, 1 Eudes me mostró, a lo largo de la ruta 11, los edificws eri-
Estocolmo. Él permaneció aquí, en Colonia Benítez, Chaco, Argentina. gidos en memoria de veintidós presos políticos mas,acrados por el
Nunca olvidó a su hija. Ya no se trata de amor, por supuesto, sino ejército, una noche de diciembre de 1976. La mayor:ª de ellos eran
más bien de cierta nostalgia por los excesos de la juventud. Habla de ese militantes peronistas, como Marie-Anne. Hace unos an_os, unos grupos
pasado con emoción, simplicidad, con una voz dulce y levemente pau- profanaron ese lugar de memoria y destroz~ron vari~s ~statu~s. El
sada, sin marcas del francés. Aunque corra el riesgo de escandalizarla, episodio hizo mucho ruido en el ~haco, suscit~ndo la ind~gnacton de
le confío el hermoso secreto que me confesó a orillas del río Tragadero, las familias de las víctimas. ¿Cuantas generacwnes faltaran para que
señalando un rincón de hierbas altas, un poco más lejos a su derecha: este país deje de desgarrarse? .. .,
« Ves -susurró- allí hicimos el amor por primera vez, Marie-Anne Antes de terminar, solo quisiera transmitirle una confeston de Eudes.
nun'ca lo había hecho antes». Los hechos se sitúan en los años 1973-1974, después de la vuelta de
Lo dijo de un modo natural, sin pudor ni vulgaridad, para destacar Perón. Marie-Anne se había ido de París hacía meses. Sus relaciones
la seriedad de su relación. con Eudes se habían vuelto más amistosas que amorosas, pero él seguía
Según él, ese episodio data de 1969 o de principios de 1970. Algunos yendo a la casa de la avenida Monroe c~ando volvía a la Argentina.
días después, Marie-Anne viajaba a Francia para trabajar de niñera y Cuando usted lo invitaba a cenar y dormir, pasaba la noche en un dor-
le enviaba una foto de ella al borde de un acantilado. En el dorso había mitorio diferente del de Marie-Anne. Cuando lo cuenta, sonríe. .
escrito: «Mi mirada hacia la Argentina, hacia ti, querido mío». Apenas se levantaban de la mesa, su hija le decía: « Vamos al eme»
Pero volvamos a mi jornada en el Chaco, cuando Eudes vino a 0
« Vamos a tomar algo en casa de amigos». Usted les pedía que no
buscarme al aeropuerto de Resistencia ... volvieran tarde y que no hicieran ruido porque los otros niños dormían
Empezamos yendo a un restaurante de la ruta, un autoservicio don- en el piso de abajo.
de servían carne asada, bufé de ensaladas y cervezas frescas. Duran- En realidad, no iban al cine ni a casa de amigos sino que se escapa-
te el almuerzo, me contó varias anécdotas, unas más asombrosas que ban a las villas para ayudar a los «compañeros» de Marie-Anne heridos
las otras. ¿Sabía usted, por ejemplo, que en plena dictadura franquista de bala en enfrentamientos con la policía o con las milicias de derecha.
Marie-Anne había ayudado a Paco Rebés, el agente de las estrellas de «Si sos capaz de cuidar a los animales, bien podrás ponerle una
habla hispana, a sacar clandestinamente de España obras de arte muy inyección a un hombre», le decía ella a Eudes. Y él se dejaba llevar•••
cotizadas? ¡ Una nota más en su currículum vítae de aventurera!
Después de la comida, Eudes quiso hacerme conocer Corrientes, la 1. Tanto «Ma préférence» [Mi preferencia] cantada por Julie~ Clerc como «La der-
ciudad de la otra orilla del Paraná. Tomamos entonces el gigantesco niere séance» [La última sesión de cine] cantada por Eddy Mitchell figu~~n entre las
canciones insoslayables que invadieron el espacio audiovisual de la canc1on francesa
puente Belgrano, que cruza el río sobre unos dos kilómetros y desde
popular de los años setenta. [N. de la T.]
144 j PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 145

Tenía que ponerse una venda en los ojos y subir a un coche desconoci- N.B.: Me enteré hace poco de que en 1970 Marie-Anne había parti-
do que desaparecía en la noche de Buenos Aires. «Es por tu seguridad cipado como extra en una película argentina llamada Un elefante
-le decía ella en el camino- y también por la nuestra. Tenías que ilusión. Es la historia de un niñito chaqueño (¡otra vez el Chaco!) que
saber lo menos posible.» va a un circo y recoge un pequeño elefante cuya madre acaban matar
Una vez llegados al lugar, ella lo ayudaba a salir del coche y le unos policías. En 1987, salió a la venta un videocasete. Pude encargarla
sacaba la venda. Eudes no sabía dónde estaba pero los niñitos en ha- a los Estados Unidos para tenerla y la vi. Marie-Anne aparece apenas
rapos y los estrechos caminos llenos de perros vagabundos no dejaban unos segundos, con un traje rojo al estilo del que llevan las chicas de las
Tipos silenciosos los con desconfianza. Todos vivían bandas musicales aldeanas. Triste y silenciosa, asiste a la partida
en el miedo y la paranoia de la traición. Marie-Anne los tranquilizaba: niño y del bebé elefante.
«No hay nada que temer, es un amigo». Su palabra les bastaba.
Eudes no olvidará jamás esas visitas nocturnas, cuando extraía
una bala o debía coser una herida. Tampoco olvidará la influencia
que Marie-Anne ejercía sobre esa gente. «La respetaban -me contó-,
para ellos era una verdadera "compañera", que trabajaba a fondo en
su asunto. Se las arreglaba siempre para conseguir los medicamentos
que yo necesitaba. En esos momentos yo me preguntaba: '¿Pero qué está
haciendo en este lugar?" Cuando se lo preguntaba, me contestaba: "Es
mi vida, mi pasión" o "No estoy hecha para vivir en el lujo". Sus padres
no estaban enterados de nada, evidentemente, las opiniones políticas de
Marie-Anne los habrían puesto furiosos. Albert, que tenía afecto por mí,
me pedía con frecuencia que la sacara de ese ambiente. Nunca pude.»
Supongo que usted nunca supo nada de esas expediciones noc-
turnas a las villas, pero prueban en todo caso que el compromiso de
Marie-Anne no era el resultado de un capricho efímero o una ceguera
amorosa, como ustedes lo creyeron durante mucho tiempo. Venía de
lejos, muy lejos, se debía solo a su propia voluntad.
Eudes y yo tenemos que hablar nuevamente. Después, quiere lle-
varme a Resistencia para hacerme visitar una casa transformada en
esos años en centro clandestino de detención. Después me llevará al ·
aeropuerto y tomaré el último vuelo para Buenos Aires, adonde llegaré
a eso de las 23 horas.

Hasta pronto.
Con mi amistoso recuerdo,

Philippe
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 147

Daniel Rabanal. Dentro de poco, va a cumplir 24 años. Es un militante


12 convencido, miembro de la rama militar de las Fuerzas Armadas Re-
volucionarias (FAR), un movimiento de extrema izquierda que está
por fusionarse con Montoneros. Sus superiores lo han designado «re-
presentante político» de las FAR en el Bajo Belgrano. Su misión es
asegurar la coordinación en el Bajo Belgrano. Pese a diversas friccio-
nes por rivalidades personales, los dos dirigentes se entienden bien,
sobre todo ese día de duelo.
Desde su llegada a la villa en mayo, Daniel Rabanal fijó su atención
en Marie-Anne. Viéndola tan hermosa en ese lugar miserable, creyó
primero ser víctima de un espejismo o de una «aparición divina». Le
extrañó mucho que caminara con los pies descalzos, igual que los
niñitos a los cuales daba cursos gratuitos. No llevó nunca la conversa-
ción con ella más allá de las banalidades cotidianas, porque le parecía
inaccesible. Se pregunta si el Negro, seductor profesional, no la tiene
La Juventud Peronista llora a los muertos de Ezeiza. Ese 23 de junio
de 1973, los militantes se reúnen por grupos de miles en el centro de en vista. Pero no es el momento propicio para contrariarlo ni para
Buenos Aires, en homenaje a los compañeros caídos tres días antes, arruinar las relaciones entre los Montoneros y las FAR ...
en oportunidad del retorno de Perón. Son mártires antes de ser ente- Al final de la tarde, a la hora de tomar el ómnibus para Belgrano,
Marie-Anne percibe a Daniel Rabanal en medio de la multitud.
rrados, caídos en el frente por una causa. iQué época extraña, en que
se pasa de la euforia al miedo, del miedo al duelo, sin renunciar a los -Volvé con nosotros -le propone-. El ómnibus está por salir. ..
-Yo, tengo ...
sueños revolucionarios!
Las circunstancias de la masacre no son todavía claras pero la hi- Es la primera vez que le presta atención. Inseguro, no sabe qué
contestar, pero termina por decir:
pótesis más plausible se inclina a favor de una emboscada orquestada
por el ala derecha del peronismo. ¿_Hay que reprochárselo al «Viejo»? -No ... no puedo, tengo mi coche.
- Entonces nos vemos allá, vayamos todos a comer algo, el Ne gro
¿Tiene este una parte de responsabilidad en esa maniobra? La mayo-
también.
ría de esos jóvenes no ven -o no quieren ver- que Perón les da la
espalda. Para ellos, los culpables son los «fascistas» que actúan bajo su Ella había dicho: «El Negro también» ... Daniel salta adentro de
su coche y va derecho al modesto restaurante de barrio en el que han
protección, sin que él lo sepa. Piensan que es urgente reunirse en tor-
previsto cenar. Ya no es cuestión de pensar en Ezeiza o en el futuro del
no a él alrededor de la sede del Partido Justicialista. Los Montoneros y
peronismo. Lo único que vale la pena es la dulce voz de Marie-Anne
las otras organizaciones de izquierda quieren probar que cuentan con
sugiriéndole: «Volvé con nosotros».
el apoyo del pueblo y que es demasiado tarde para invertir el curso
Habiendo llegado al restaurante antes que todos, Daniel le avisa
de la Historia. Pero aun cuando no fuera así, ¿_qué otra cosa hacer?
al dueño que están por llegar unos cincuenta comensales y se instala
Vencer o morir: no hay alternativas intermedias.
en el centro de la larga mesa, en un lugar estratégico. Si tiene suerte,
Marie-Anne fue a manifestarse con una delegación de «su» villa
Marie-Anne se sentará tal vez cerca de él. A menos que el Negro Vi-
del Bajo Belgrano. A la cabeza del cortejo marcha, como de costum-
dal quiera tenerla a su lado, como esos jefes de pueblo ansiosos por
bre, un paraguayo de piel oscura, el Negro Vidal, el jefe montonero
exhibirse al lado de las mujeres más lindas. Es un hombre autoritario
de la villa. Está también presente otro dirigente, menos conocido:
f
148 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 149

y voz imponente, que alimenta su reputación de rebelde «rojo». Vacilan por un momento pero piensan que, al fin y al cabo, eso no
Cuando entra en una casa «burguesa», escupe siempre en el suelo, los obliga a nada. Está bien, démonos un beso ...
como para mostrar a las claras su desprecio. Se besan.
El grupo llega algunos minutos después, detrás del Negro. Como Los otros exultan, aplauden como en la cancha de River Plate o
siempre en esos casos, se produce primero un momento de vacilación Boca Juniors después de un gol. Pero los otros piden todavía más ...
en que cada uno se pregunta dónde se va a sentar. -¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!
---¡Marie-Anne, sentate al lado de Daniel! -sugiere uno. Da- Esta vez Daniel se siente realmente molesto. El sobreenténdido
niel acaba de entrar en el paraíso; su maniobra ha dado resultado; no tiene misterio. « Vamos» sugiere que es hora de dar un paseo. Pero
la bella francesa va a cenar a su lado. El Negro, buen jugador, no como no se mueven, los otros insisten de modo más explícito:
parece sentirse molesto. Sin duda, tiene ganas de una sola cosa: -¡La noche! ¡La noche! ¡La noche!
distenderse, después de tres días de tensión insoportable, entre có- Daniel, siempre incómodo, se vuelve hacia Marie-Anne y le su-
lera y emoción. SUrra al oído:
Marie-Anne descubre así, al final de esa noche, a Daniel Ra- - ¿Qué hacemos?
banal, un joven inteligente, con una trayectoria ideológica y afec- Ella, menos incómoda, responde simplemente:
tiva ya muy rica. Casado por un breve período con una activista, -Salgamos, después vemos.
se divorció sin haber tenido hijos. Desde entonces, vive solo en Dejan el restaurante en medio de los gritos de los compañeros y
un departamento del barrio residencial de Palermo. Oficialmente, se meten en el coche de Daniel, estacionado cerca de ahí.
estµdia arquitectura. En realidad, se dedica a su movimiento revo- Y allí están, de nuevo, sentados uno al lado del otro, ambos muer-
lucionario, las FAR, que lo ayuda a vivir en la semiclandestinidad. tos de risa.
Daniel creció en Pompeya, en el sur de la capital, en una familia La noche está avanzada, hace frío. Daniel, que no sabe bien qué
de clase media, entre un padre comerciante y una madre ama de giro dar a esta secuencia un poco desatinada, se atreve:
casa. Su árbol genealógico tiene sus raíces en la Europa de los hu- -¿Y ahora qué hacemos?
mildes, en Italia y España. Sus abuelos -una rama napolitana y otra Marie-Anne sugiere que vayan a su casa. Queda a dos minutos en
castellana- desembarcaron en la Argentina llevados por el hambre. coche. A esa hora, hace un buen rato que sus padres están durmien-
Eran analfabetos. Pero jugaron su destino en la lotería del exilio y do, sus hermanos y hermanas también. Sus dormitorios están arriba,
se abrieron camino ascendiendo progresivamente los escalones de el suyo en el garaje. Nadie podrá oírlos. Escucharán tranquilamente
la sociedad, ganando posición a costa de mérito, de generación en Imagine de John Lennon, sin que nadie se entere.
generación. El hermano de Daniel, llamado Rodolfo, es un escritor Avenida Monroe.
y periodista de prestigio. Uno de sus tíos fue intendente de la ciu- El garaje.
dad. Él mismo quisiera ser arquitecto o quizá dibujante. Pero por el Imagine
momento una sola cosa le preocupa: la revolución. Y Marie-Anne ... La noche ...
Los otros comensales han observado, divertidos, las miradas in- Daniel se eclipsará a la madrugada, antes de que los padres se
sistentes de Daniel y sus atenciones de adolescente para con la bella despierten. Y caminará hasta su coche al paso liviano del enamorado
francesa. A los postres, cuando el vino de Mendoza los ha mareado del alba ...
un poco, se ponen a cantar al unísono:
-¡El be-so! ¡El be-so! ¡El be-so!
Ella sonríe. Él se pone colorado.
150 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 151

Ese vínculo no es una aventura de una noche. Para Marie-Anne, Señalándole la puerta a Daniel, le advierte: «No quiero verlo más por
es la relación más seria desde que volvió de Francia. Daniel es dife- aquí detrás de mi hija».
rente de los jóvenes que ha frecuentado en los últimos años. Es más Ese rechazo hace sufrir mucho a Marie-Anne. Cuenta consuma-
político y más intelectual que Eudes. Tampoco se lo ~uede comp~rar dre para que esta contrapese la actitud paterna, pero Fran1roise, a su
con los galanes simpáticos pero superficiales, de la ;et set argentma. vez, no deja de repetir: «Ese muchacho no me gusta». Sin embargo,
Sobre todo, comparte con ella lo que ningún otro puede ofrecerle: Marie-Anne no cortará nunca los lazos con sus padres. Los quiere
el compromiso ideológico, el llamado de la villa y su pueblo. Ella se demasiado para renunciar a verlos. Una vez más, tendrá que lograr
impacienta ya por presentarlo a sus padres, lo cual es un ritual y una un equilibrio entre sus diferentes vidas, seguirá viendo a Daniel sin
etapa natural: todo compañero o efímero «novio», todo nuevo amigo abandonar a la «familia Trapp».
debe almorzar en su casa. En las semanas siguientes, se mudará poco a poco a su departa-
Algunos días después de su visita nocturna, Daniel Rabanal toca mento, en el decimotercer piso de un edificio del barrio de Palermo.
el timbre en la avenida Monroe 1062. Esta comparecencia ante el Tiene una cocinita, un baño y una pieza central desde cuyas ventanas
«tribunal» Erize apabulla al irreductible jefe de las Fuerzas Armadas se puede admirar una hermosa vista de Buenos Aires. Marie-Anne se
Revolucionarias, pero está dispuesto a jugar el juego, aunque más no ocupa con cuidado y atención de la casa.
sea por Marie-Anne. Le encanta cocinar, hacer revueltos de verdura escuchando cha-
«Es una linda familia», dice al descubrir a los benjamines del clan. mamé o conjuntos chilenos. Le gusta también ir al cine con Daniel, o
Jean tiene solo ocho años, Marie-Noelle tres años más. Con sus cabe- pasar un fin de semana tranquilo en la provincia de Córdoba. El resto
llo$ rubios y muy cortos, le parece una miniatura de Juana de Arco. del tiempo, trabajan en la villa del Bajo Belgrano, donde ella se ocupa
Los padres parecen rígidos y muy devotos. Cuando Albert implora de los niños y él, de una misión «política» con el Negro Vidal. El ob-
al Señor «la bendición de esta comida», Daniel se queda atónito. Su jetivo común de FAR y Montoneros consiste en encuadrar y educar a
mirada de marxista ateo se cruza con la de Marie-Anne, que parece ·esa población necesitada, aconsejarla en sus trámites administrativos
decirle: «No te preocupes. Es la costumbre». Daniel no se hace la se- y en su lucha por lograr condiciones de vida decentes. Ese proseli-
ñal de la cruz. Fran1roise y su marido lo notan enseguida. Pero si no tismo apunta a aumentar las filas del peronismo de izquierda, para
hubiera más que eso ... enraizar más aún en la sociedad la idea de una revolución necesaria.
Durante toda la comida, escrutan y juzgan al muchacho del que su Marie-Anne no ha adherido a esa causa como ideóloga sino como
hija está enamorada. Para ellos es un izquierdista, un comunista, un militante de base. Su compromiso no es dogmático sino que sigue
Che Guevara improvisado. ¿Adónde va a llevar a su hija esa relación? siendo el del corazón y la generosidad. No se inspira en ninguna re-
i
Después de comer, Albert lo lleva aparte y le advierte: «Usted va a flexión intelectual estructurada. Eso no le impide compartir el com-
llevar a Marie-Anne por un mal camino». La joven, que es testigo de bate de Daniel y hasta algunos de sus secretos. Entre confidencias y
1
¡'

la escena, interrumpe a su padre: «No, papá, el buen camino, yo voy conversaciones, ha llegado a saber todo sobre él. Que es un dirigente
a seguirlo desde ahora ¡junto con Daniel!» «medio» de las FAR y no un jefe que toma decisiones. Que nunca
En ese momento, no piensa en la política sino en su estabilidad mató a nadie pero esconde en su departamento armas de mano, una
afectiva. Amar a ese hombre es volver la espalda a su vida anterior, a granada y documentos. Que se los llevará en una valija en caso de una
las relaciones sin futuro ni pasión. Su padre no sabe ni la centésima partida precipitada. Conoce también dos de sus sobrenombres en la
parte de sus andanzas en París, en Nueva York o Punta del Este. Ignora nebulosa revolucionaria, «El Flaco» y «Pancho». 1
hasta qué punto le repugnó ese universo y tal vez ella misma. Pero
Albert tiene una sola obsesión: romper esa unión que acaba de nacer. l. El uso de sobrenombres, vieja tradición argentina, está en plena vigencia dentro de
los grupos revolucionarios. Los activistas como Daniel Rabanal deben tener la menor
15 2 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 153

Por su lado, él descubre a todas las Marie-Anne que cohabitan en Además, conoce al Negro y su capacidad de usar y abusar de su esta-
ella: la pequeña parisina tan feliz de aprender francés; la ciudadana tuto de jefe para lograr sus fines. Sin embargo ...
argentina, que se siente a sus anchas en todos los barrios de Buenos Hablan mucho durante la noche. Marie-Anne evoca su vida ante-
Aires; la niña de Wanda, nunca muy lejos, sensible y emotiva a flor rior, bastante «bohemia», como decía Eudes. Daniel, más cartesiano,
de piel. defiende su propia concepción de la pareja y le recuerda que su seguri-
Al compartir su intimidad, comprende mejor por qué puede ca- dad común exige un respeto estricto de los horarios: «De lo contrario,
minar descalza en las callecitas polvorientas de la villa; sus pies han no sirve de nada vivir juntos», agrega. La joven no insiste. Por nada
pisado tanto la tierra del Chaco y Misiones, allá, en el norte lejano, que del mundo quisiera destruir la relación que han empezado a construir.
sus plantas tienen la resistencia del cuero y la dureza de los cascos de El incidente no dejará demasiadas huellas. Daniel le perdonará
los caballos. Ese pasado salvaje se manifiesta hasta en su modo de ser esos desvíos. Marie-Anne se compromete a respetar un poco más las
y de amar. Marie-Anne es tan imprevisible que Daniel no sabe nunca conveniencias revolucionarias y amorosas. Y a tornar sus distancias
qué sorpresa lo espera. con el amante de una noche, el Negro Vidal. ..
Una noche, mientras la espera en el departamento, no vuelve a De todos modos -y el momento es propicio para ello- deben
la hora convenida. Daniel se inquieta, mira por la ventana. En su dejar la villa del Bajo Belgranp. Una misión más importante espera
situación de activista con mil precauciones, la puntualidad es un im- a Daniel en Retiro, otro barrio pobre de la capital. Cuando la fusión
perativo absoluto. Al menor retraso de un compañero, la organiza- con Montoneros está por consumarse, le encargan que represente a
ción aconseja irse con sus cosas y buscar otro lugar adonde «parar». las FAR dentro de la villa local.
Dapiel posterga la decisión, vuelve a la ventana, acecha los ruidos del La llaman «Villa 31». Incomparable con la del Bajo Belgrano. Pa-
ascensor. sar de una a otra es lo mismo que mudarse de una aldea a una metró-
Los minutos pasan. Pronto va a ser una hora de espera. Marie- polis. La «31» de Retiro es una enorme excrecencia urbana derramada
Anne no aparece. de un modo anárquico al sur del corazón histórico de Buenos Aires,
Loco de inquietud, Daniel saca la valija, ordena las armas, la gra- entre el puerto y la estación Retiro. Se amontonan allí alrededor de
nada, los documentos. Debería irse, ya debería haberse ido. Pero oye 5.000 personas, muchos de los cuales son paraguayos y bolivianos, en
un ruido de llaves en la cerradura. La puerta se abre. Marie-Anne, con condiciones de higiene deplorables.
una gran sonrisa, le dice en francés: <<Bonsoir man chéri!». Para peronistas de izquierda corno Daniel y Marie-Anne, ese ba-
Le cuesta mucho conservar la tranquilidad. Pero lo peor no pasó rrio de paredes de cemento y techos de chapa encarna la Argentina
todavía ... de las injusticias y la esperanza, la Argentina que es preciso ayudar
Con Una espontaneidad desconcertante, Marie-Anne le cuenta cotidianamente para preparar el gran día final del socialismo. Un ecle-
que pasó la noche con el Negro Vidal, el otro líder del Bajo Belgrano. siástico goza allí de una popularidad sin igual: el padre Carlos Mugica.
Hace meses, tal vez años, que este intenta seducirla, y hoy, en un mo- Este cura del Tercer Mundo, educado en una familia de alta alcurnia,
mento de abandono, ella aflojó .... Se lo confiesa a Daniel sin la menor es un sacerdote comprometido que ha roto con la rama más conser-
intención de herirlo, sin vergüenza ni agresividad. vadora de la Iglesia. Todos saben que mantiene relaciones con ciertos
Él sabe que es sincera. Como Eudes, él también comprendió que dirigentes montoneros. Nadie duda tampoco de su apoyo a Perón.
Marie-Anne nunca hace trampa, sobre todo en el aspecto sentimental. ¿No formaba parte acaso de la comitiva privilegiada que acompañó a
Cuando dice: «Te quiero solo a vos», Daniel está dispuesto a creerle. Perón en el avión del retorno del exilio?
Numerosos militantes peronistas se movilizan por los habitantes
cantidad posible de informaciones unos de otros, para evitar entregar informaciones de la Villa 31. Marie-Anne, conocida bajo el sobrenombre de «Katy»,
comprometedoras en caso de tortura (nombre, dirección, profesión).
154 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 15 5

vuelve a encontrar allí a su compañero Luis Pittau, que veía a menudo da- me la crucé a Marie-Anne en una avenida del centro de Buenos
en el Bajo Belgrano. Luis dirige allí un depósito de alimentos y un Aires. Tomamos un vaso de vino en un café y ella me dijo que era
pequeño dispensario. Ella, por su lado, anima un jardín de infantes. montonera. Yo mismo era un semi-clandestino del ERP y hablamos
«Marie-Anne no era para nada una violenta -recuerda-, pero tenía un poco de política. se mostraba muy orgullosa de ese compro-
carácter y la voluntad de "cambiar el mundo", 1 según la expresión que miso.»
usaba a menudo. Una vez que había tomado una decisión, no renuncia- Marie-Anne no rompió el vínculo con sus otras vidas. Más bien,
ba a ella. De todos modos, era una época en que era difícil dar marcha hizo una selección entre la gente que aprecia verdaderamente y la que
atrás, y todavía más oponerse a una decisión de la jerarquía. Muchos de ahora en adelante, prefiere evitar. Eudes, su ex novio del Chaco y
jóvenes se comportaban como mariposas atraídas por la luz ... Sabía- del bulevar Beaumarchais, pertenece para siempre a la categoría de
mos tantas cosas uno de otro, Marie-Anne y yo, que por razones de los fieles. Cuando viene a Buenos Aires, lo ve con alegría en casa de
seguridad, nos pusimos de acuerdo en trabajar en sectores diferentes sus padres. El empresario Paco Rebés, agente de las estrellas y amigo
de la villa. Su compañero, al que yo solamente conocía con el nombre de los Montoneros, sigue siendo también uno de sus amigos cercanos.
de "Pancho", era uno de los responsables de la Villa 31.» Hasta la invitó una noche a cenar con Daniel en el restaurante del
En esa época, los Montoneros están en su apogeo. Pueden con- Claridge Hotel. Como no habían tenido tiempo de cambiarse de ropa
tar con la simpatía de una miríada de simpatizantes en todo el país. al salir de la villa, llegaron allí en zapatillas, para gran estupor de los
Daniel Rabanal, remunerado por la organización, ha sobrevivido a la mozos. Paco, gran señor, se levantó entonces de la mesa para decir en
absorción de las FAR por Montoneros. Se dedica ahora casi a tiempo voz alta, ante las elegantes de vestidos largos: «Déjelos entrar, señor
completo a la política, ya se trate de operaciones de propaganda o maitre d'hotel, son mis invitados».
animación de debates. Marie-Anne terminó por conseguir un puesto Las visitas de Marie-Anne a la avenida Monroe l 062 se han espa-
en la compañía aérea privada Austral. Es empleada en una agencia del ciado bastante, pero nunca se han interrumpido. De vez en cuando
centro de Buenos Aires. Al final de la tarde, él viene a buscarla para ir almuerza con la «familia Trapp» y hasta duerme a veces en su depar-
juntos a la Villa 31. Cuando deja su uniforme azul de recepcionista, tamento-garaje. La herida paterna sigue siendo profunda. Daniel, el
se siente revivir. Es de nuevo ella misma. Algunas noches, cuando se «comunista», es siempre persona no grata en casa de los Erize. Él mis-
hace demasiado tarde para ir al departamento de Daniel o a la avenida mo los considera con rigidez e intolerancia juzgando a Albert como
Monroe, duerme con placer en la casa de tal o cual familia, feliz de un «reaccionario». Frarn;:oise parece más flexible, dispuesta a hacer
alojarla en la villa. concesiones, pero Daniel siente muy claramente que, en el fondo, ella
Su proximidad con la gente hace de ella un lazo importante en no lo aprecia más que su marido. El casamiento, en que uno y otro
medio de la población. Aunque no le confíen ninguna función de piensan seriamente, deberá decidirse sin los padres.
dirigencia, los Montoneros del sector la llaman ahora con otro sobre- Llega por fin el 31 de diciembre de 1973, pero nadie sabe cuál es
nombre, «Pirú», que en guaraní significa flaca o delgada. Marie-Anne el futuro que les espera. Han pasado tantas cosas desde hace seis me-
se siente montonera, es montonera. ses: el retorno definitivo de Perón (junio), su elección definitiva a la
En su entorno familiar, solo muy pocos están al corriente, sobre Presidencia de la Nación en reemplazo de Cámpora (septiembre), la
todo uno de sus primos, Michel Ortiz. «A finales de 19732 -recuer- fusión entre FAR y Montoneros (octubre) y una extrema tensión con
el Ejército, la policía, la derecha ... Sobre todo, los Montoneros han
franqueado un límite en la ultraviolencia con el asesinato en el mes
l. Entrevista con el autor en febrero de 2010 en Buenos Aires.
de septiembre de una figura del ala derecha del peronismo: el sindica-
2. Conversación telefónica con el autor en noviembre de 2009. Michel Ortiz vive
actualmente en España.
lista José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT (Confederación
156 1 PHILIPPE BROUSSARD

General del Trabajo). Para muchos observadores, se trata claramente


de un acto de desconfianza para con Perón, cuyo vuelco a la derecha
los ha decepcionado tanto.
Así, la izquierda peronista sigue avanzando, ebria de certezas, y
sin encarar otra salida final que el triunfo contra los «fascistas» y sus
milicias. Marie-Anne y Daniel viven desde adentro, cerca de la gente
humilde, esa búsqueda despreocupada y desenfrenada. No hay duda
de que la joven francesa no se había sentido nunca tan bien antes, y
sobre todo tan útil. Ese 31 de diciembre, podría haber pasado el fin
de año con Daniel en Buenos Aires, pero no, quieren esperar el año
1974 en el centro de la Villa 31. Buenos Aires, 2 de febrero de 201 O
Hace buen tiempo, es una noche apacible y estrellada. Algunos
adolescentes juegan al fútbol en medio de gritos y risas, en un partido Querida Frani;oise,
muy peleado. A la luz pálida de las casas vecinas, sus madres preparan
comida sin carne. Usted no quiere a Daniel Rabanal. Nunca lo quiso.
La pareja pasa en medio de una y otra familia, brindando por el Usted piensa que él ejerció una influencia nefasta sobre Marie-An-
Año Nuevo, demorándose en charlas con unos y otros. Él no existe, ne. Cree que si no fuera por él y sus ideas, ella no se habría dejado llevar
por así decir, para los habitantes, que solo tienen ojos para Marie- por el movimiento Montoneros. Usted piensa que él se aprovechó de lo
Anne. Ella avanza, él la sigue. Una casita, después otra ... Bolivianos, que no era en ella más que un desvarío amoroso; que le hizo una especie
paraguayos, argentinos, todo un pueblo de espaldas desnudas y ma- de hechizo haciéndola entrar en las filas revolucionarias. En 2000, usted
nos callosas, mujeres y niños de sonrisas espontáneas, les abren la me había dicho esto: «Los Montoneros no fueron todos corderitos ino-
puerta y los invitan a compartir lo poco que tienen. centes, algunos fueron unos asesinos. La situación no es la misma que
Se acerca la medianoche. Un sonido familiar sube desde las calleci- la de la Resistencia francesa, que luchaba con un invasor extranjero. En
tas y hace vibrar los techos de chapa: es el chamamé, la música tropical la Argentina, fueron a menudo las acciones de los Montoneros las que
del norte argentino, el ritmo de Wanda. Marie-Anne Erize, primera provocaron la reacción militar. Hago a ese muchacho responsable de lo
princesa de la Villa 31, se saca los zapatos y baila, baila, baila ... que le pasó a Marie-Anne. Sin justificar los horron:s que la dictadura
pudo cometer».
Usted me había contado en detalle ese día de 1973 en que Albert
«echó» a Daniel de su casa. Cuando conversamos esa vez, noté un de-
talle revelador: usted no pronunciaba nunca su nombre. Decía «ese
muchacho» o «ese tipo», pero nunca «Daniel» ni «Rabanal».
Le diré, sin embargo, que ningún testigo que entrevisté, ya sea en
la Argentina o en Francia, comparte su análisis de una Marie-Anne
hipnotizada. Todos me confirman en lo contrario, o sea, que no tenía
temperamento para hacerse dictar sus conductas, sus ideas y mucho
menos un destino.
Pronto tendré la oportunidad de hablar con el propio Daniel Raba-
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 159
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nal, que está en Buenos Aires. Y no muy lejos de su casa, al parecer... El título de estos veinte renglones es «Quiero». Cada uno lo inter-
Hasta hace unas pocas semanas vivía en Colombia, donde trabajaba preta a su modo, por supuesto, pero creo que revelan a una Marie-Anne
como dibujante en la revista Cambio. Cuando tomé contacto con él por llena de exigencias, una mujer de convicciones, presa de una sola y
mail, me avisó que volvería definitivamente a la Argentina, y me dijo única cosa: la búsqueda de lo absoluto. Tan altas son sus aspiraciones,
que está dispuesto a verme. Le contaré ese encuentro en cuanto pueda. en el amor como en lo demás, que se pone en peligro. En peligro de ella
Mientras tanto, quisiera que leyera un poema que su hija escribió en misma.
una fecha indeterminada. Sería un poco largo explicarle de qué modo Si quiere, le envío la versión original.
llegó hasta mí, pero me parece muy bello y no creo que usted lo tenga. Hasta pronto.
Dice así: Con mi amistoso recuerdo,

Philippe
Quiero amar bien
sin mezquindad ni reproches
sin angustias ni vacíos
que el amor me desborde
para tener qué beber en sequía.

Quiero que de ese amor


broten semillas
que sean cimientos de un mundo mejor.

Quiero sentirlo en la sangre


que hierva muy fuerte
para cuando uno caiga o se duerma
tengamos fuerza de seguir adelante.

Quiero que seamos pan para el otro,


que lloremos o damos juntos
pero cuando es uno el que se acobarda
seas tú quien emprende el avance.

Quiero esto, quiero mucho más,


quiero hijos con temple, llenos de coraje,
para romper los vestigios
de un mundo mediocre
que sus padres no terminaron de cambiar.
13

¡Estúpidos e imberbes! ¡Traidores! ¡Mercenarios!


Ese 1º de Mayo de 1974, el «Viejo» Perón no escatimó injurias
en contra de los Montoneros. Desde el balcón de la Casa Rosada, ese
Palacio del Elíseo argentino reconquistado hace ocho años, ataca a
los .miles de jóvenes que se han reunido en la Plaza de Mayo, y que
insultan a sus parientes, sobre todo a su esposa Isabel. Rodeado por
un servicio de protección donde la primera dama ocupa el primer
lugar, el presidente pronuncia uno de esos discursos incendiarios de
los que él solo posee el secreto. Para los que no lo habrían compren-
dido después de la masacre de Ezeiza (junio de 1973), el mensaje es
claro y la sanción inapelable: no tolera más las críticas de Montoneros
contra su mujer, su gobierno y las organizaciones sindicales, es decir,
todos aquellos que él considera como los únicos peronistas dignos
de confianza.
Es inútil que los manifestantes griten y entonen estribillos hos-
tiles a los «fascistas» del entorno presidencial. Esa reunión en Plaza
de Mayo marca una ruptura, una más, entre Perón y su ala izquier 0

da. Las imágenes filmadas por los camarógrafos de televisión o por


particulares captan el alcance histórico de esos instantes. Una de las
secuencias finales, filmadas desde la Casa Rosada, muestra cómo la
muchedumbre de Montoneros se desplaza como un solo hombre: he-
ridos por los insultos del « Viejo», los militantes le dan la espalda y Marie-Anne Erize pasa la mayor parte de su infancia en la provincia
de Misiones, en los años cincuenta todavía una región pobre y agreste. [© D.R.]
abandonan la plaza.
Al final de la década
del 60, Marie-Anne
(de pie, en el centro)
participa en numerosos
grupos de Scouts
y Guías de Francia.
Ese día el animador
del campamento es
el padre Jean Loison,
un sacerdote francés
instalado en Buenos
Aires. [© D. R.]
En febrero de 1961, Franc;oise, Albert y sus
hijos viven en Wanda (provincia de Misiones).
De izquierda a derecha, en la primera fila, su
En 1968, Marie-
pequeña prima Monique Ortiz, Marie-Anne, su
Anne (en la foto,
hermano Bernard y un niño desconocido. En
a la derecha)
la segunda fila, delante de Franc;oise, se ve a
ingresa en el
Yolande, su hermano Étienne, un primo llamado
Colegio de la
André, Marc (el menor de los hijos Erize) y el
Inmaculada
padre, Albert. [© D. R.]
Concepción en
Benito Juárez.
Forma parte
de un conjunto
musical llamado
Melipal.
[©D.R.]

Francoise rodeada por sus tres hijas en los años 60. A la izquierda, Yolande,
na~ida el 24 de octubre de 1950. A la derecha, Marie-Anne, nacida el 28
de marzo de 1952. Adelante, la menor, Marie-Noelle, nacida El 8 de junio de 1970 viaja por segunda vez a Francia. Un amigo francés,
el 19 de diciembre de 1961. [© D. R.] Patrick D'Espéries, toma el mismo vuelo desde Buenos Aires. En París,
trabajará como niñera durante algunos meses. [© D. R.]
Desde la adolescencia, Marie-Arine se siente muy cercana a su hermana
menor Marie-Noelle. Un tiempo después, la invitará a los camarines
de los desfiles de moda. [© D. R.]

En 1971, es maestra jardinera en el liceo francés de Buenos Aires.


Paralelamente, trabaja de modelo y lleva a cabo acciones humanitarias
en algunas villas. [© Saamer Makarius]
A principios de la década del 7ci, el aspecto «natural» de Marie-Anne Erize
seduce a los estilistas argentinos, acostumbrados a modelos más clásicas.
Se suceden las sesiones de fotografía, posando tanto para revistas de moda
como para publicidades varias. [© D. R.]
En 1973, Marie-
Anne Erize
participa en
las inmensas
manifestaciones
organizadas por
el ala izquierda
del peronismo,
sobre todo
Montoneros,
cuyas banderas
ostentan la
sigla{/.
[©D.R.]

Un fotógrafo de
Gente la lleva
a Río, adonde
posa en varias
playas. Para ella,
ese trabajo no
representa una
vocación. Sólo En 1973, coincide en más de una ocasión con el famoso guitarrista
le permite ganar de flamenco Paco de Lucía. En noviembre, en Nueva York, lo ayuda a hacer
dinero. [© Gente] la promoción de su espectáculo en el Carnegie Hall. [© Deidi von Schaewen]
Según la información que pudimos recabar, esta foto es la única donde se puede
Mig.µel Reynal, dueño ver a Marie-Anne junto a su compañero montonero Daniel Rabanal. Este sostiene
de Una compañía aérea en sus brazos a la hija de Ana de Skalon, una amiga de Marie-Anne. [© D. R.]
argentinp, es uno de
los hombres que ocupó
uno de los lugares más
importantes en la vida
de Marie-Anne. En
la actualidad vive en
Uruguay. [© D. R.]

Eudes Colcombet, su
amigo de la infancia, que
se convirtió en su novio,
está asentado en la
provincia del Chaco en el Esta casa de la calle Sabatini, en San Juan, es el último domicilio
norte del país. conocido de la joven. Vivió allí con una pareja, los esposos
[©D. R.] Poblete. [© D. R.]
Fue en este lugar, delante de una bicicletería que ya no existe, donde Marie- En la época de la dictadura (1976-1983), el complejo deportivo La Marquesita,
Anne fue secuestrada el i 5 de octubre de 1976, cerca del mediodía, en las afueras de San Juan, albergaba un centro clandestino de detención.
sin duda por policías o militares vestidos de civil. [© D. R.] [©D. R.]
Todavía hoy, para llegar a las
instalaciones de La Marquesita,
es necesario dejar la ruta y atravesar
este camino de tierra. [© D. R.]

Jorge Olivera, militar que se convirtió luego en


abogado (en la foto, en su despacho de Buenos
Aires, en 2001), asegura no haber desempeñado
ningún rol en la desaparición de la joven francesa.
[© Página/12]
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 161

Daniel y Marie-Anne, que han ido a la Plaza como vecinos de


,.
.l:'r"
Villa 31, que se encuentra al lado de la Casa Rosada, oscilan entre la
'
cólera y la tristeza. Adivinan que se entra de nuevo en una zona de
•J .tun ·ªª /ere... / turbulencias. Los Montoneros deberán ahora preguntarse cuál puede
ser su futuro en un contexto en que han dejado de contar con el apoyo
de Perón. Años de acción y esperanza tropiezan ahora con el fracaso
de una realidad que se repite. Quisieron, por supuesto, la vuelta de
Perón, pero del Perón de otra época, el Perón de los años cincuenta,
cuya leyenda lo había convertido en héroe de su pueblo, pero no de
ese presidente envejecido y manipulado por la derecha, dispuesto a
injuriar a una juventud considerada primero «maravillosa».
Los dirigentes montoneros deben tomar una decisión inminente.
¿Qué hacer con las decenas de miles de jóvenes, muchachos y chicas,
que han adherido al movimiento en el más ciego entusiasmo de sus
veinte años? ¿Pueden, deben seguir siendo peronistas, en contra del
propio Perón? ¿Es ineluctable el conflicto armado con el ala derecha
del movimiento?
Conocen, por lo menos, el campo enemigo, encarnado por un
hombre, López Rega, de 57 años, apodado «el Brujo» por su afición
por las ciencias ocultas.
Oficialmente, ejerce la noble función de ministro de Bienestar
Social. En realidad, ya en 1973 ha puesto en funcionamiento una
organización paramilitar de extrema derecha bautizada Triple A, la
Alianza Anticomunista Argentina. 1 Este grupo, compuesto esencial-
mente por policías y militares, efectúan ilegalmente operaciones de
represalias contra los elementos llamados «subversivos», es decir, los
Montoneros y sus aliados, supuestos o reales. Los comandos de la
l. ¿Cómo y por mandato de quién López Rega, ministro de Bienestar Social, pudo
orquestar esa represión? La historiadora argentina María Oliveira-Cézar duda de que
-~i--· ~ • c. deba atribuirse su autoría a Perón, ya que este era, en principio, hostil a las «efusiones
nes Paulin de sangre». Si eso fuera cierto, dos hipótesis quedan en pie: la que lleva a la CIA y su
• .. ,/;,~•'
empeño por frenar el «izquierdismo» sudamericano; la otra pista, considerada como
la más probable por la misma historiadora, señalaría la asociación de varias agrupa-
Unos pocos días antes de su desaparición en San Juan, Marie-Anne le escribe ciones de derecha cuyo objetivo, en plena Guerra Fría, se concentraba también en la
a su padre en Buenos Aires. [© D. R.] lucha contra el marxismo. De todos modos, en lo referido al rol de López Rega en
el seno de ese dispositivo, solo se lo conoció más tarde, así como su acercamiento a
ciertos grupos fascistas y a la logia masónica italiana P2. El mismo Perón, que dejaba
mucho que desear en cuanto a ambigüedades varias, mantenía excelentes relaciones
con el gran jefe de esa logia, Licio Gelli, un fascista notorio.
162 j PHILIPPE BROUSSARD
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 163

Triple A practican la política del terror: operan vestidos de civil, con aunas tienen como objetivo atacar a los activistas de izquierda y otras
V
una violencia inaudita, irrumpen en las casas de sospechosos para gol- se deben a opositores a las derivas del poder. 1
pearlos o matarlos. En el mejor de los casos, se encontrará su cuerpo En esa situación, se ha vuelto ineludible para Marie-Anne y Daniel
a la vera de un camino o en un foso. Para el escarmiento. cambiar de domicilio, sobre todo teniendo en cuenta que los Mon-
López Rega y sus grupos de asesinos no retroceden ante ningún toneros han decidido pasar a la clandestinidad. Los dirigentes de la
horror. Dan prueba de ello cuando, después del famoso discurso de organización -unos diez- estiman que solo la lucha armada puede
Perón, eliminan a un ícono de la izquierda peronista: el padre Carlos invertir el curso de la historia. Lo que se prepara es una guerra, una
Mugica, el cura de la villa de Marie-Anne y Daniel. Ese hombre de guerra urbana, calle por calle y barrio por barrio. Es preciso, así, re-
43 años, carismático y comprometido, es asesinado el 11 de mayo de sistir a la derecha, más que nunca recurrir a seudónimos, multiplicar
1974, a la salida de una misa celebrada por él en otro barrio popular. las medidas de prudencia, recuperar armas, fondos y contactos fiables
«Ahora más que nunca debemos estar con el pueblo», habría susu- en casos de urgencia. Activista aguerrido, Daniel ha acumulado ya
rrado en un último estertor. una relativa experiencia de ese tipo de vida. Marie-Anne, en cambio,
Su muerte suscita una enorme emoción y lo convierte en el mártir no tiene ninguna o casi ninguna. Va a tener que hacer de la cautela
de esos años de violencia. Mientras algunos ven en ese crimen una su divisa y arreglárselas sin su compañero, cuando este se esconda
maniobra maquiavélica de Montoneros, la realidad parece mucho más acá o allá. Nadie improvisa una formación así. La joven francesa pro-
simple: diez días después del discurso de Perón desde los balcones de gresa un poco todos los días pero su desconfianza es tal que termina
la Casa Rosada, la Triple A ha declarado la guerra a la izquierda. Sin por despertar la sospecha de su entorno familiar, las raras veces que
ninguna duda, la derecha peronista ha tomado las riendas del poder vuelve a la avenida Monroe. Su hermano Bernard, dos años menor, se
político 1. sorprende al verla tan preocupada cuando toman juntos el ómnibus:
Marie-Anne vive esas horas trágicas en plena Villa 31, el terri- «No puedo decirte adónde voy -le confiesa una mañana- más vale
torio del padre Mugica. Ve cómo aumentan el miedo y la cólera, en que no lo sepas, es mejor para vos».
ese barrio y en todos lados. Daniel, por su parte, duda de si no llegó Marie-Anne se encuentra, de hecho, en la misma situación de
el momento de dejar el departamento de Palermo, con sus armas, millares de jóvenes. Hasta ahora, habían militado sin ocultarse, casi
para refugiarse en otro lado. Aunque no tenga funciones de mucha sin temor. La situación ha cambiado: la extrema derecha ajusta sus
responsabilidad dentro de Montoneros, constituye un blanco ideal cuentas. Los izquierdistas con nombres son conocidos, se vuelven
para los matones de la Triple A. presas potenciales. La Triple A mata.
La muerte de Perón el 1° de julio de 1974 agrava aún más la situa- Desde los comienzos de Marie-Anne en la política, el dima nunca
ción. Una vez transcurrida la tregua del duelo, López Rega prosigue su había sido tan tenso. En septiembre de 1974, dos industriales de re-
ascensión política, siguiendo las huellas de Isabel Perón, que sucede nombre, Juan y Jorge Born, son secuestrados por los Montoneros, ob-
en la presidencia a su marido muerto. El momento es propicio para teniendo el rescate récord de sesenta millones de dólares a cambio de
que la Triple A actúe con total impunidad, con el apoyo oficioso de su liberación. En las universidades y las villas, los militantes se hacen
las autoridades. En seis meses, entre julio y septiembre de 1974, se preguntas, debaten y entran en conflicto acerca del modo de encarar
cometen en el país doscientos atentados, entre los cuales sesenta son el futuro del movimiento. Entre los puntos de discusión figuran un
asesinatos. Dentro de esas operaciones, y de un modo indistinto, al~
l. Utilizo como fuente el libro de Marie-Monique Robin, Escadrons de la mort, l'école
l. Otra prueba de esa estrategia es el hecho de que se voltean equipos de gobierno franraise, op. cit. Entre las víctimas de esa época señalemos al abogado y diputado
considerados como demasiado cercanos a Montoneros, tanto en Buenos Aires como Rodolfo Ortega Peña, cuyas conferencias tanto apreciaba Marie-Anne Erize, y Pablo
en la provincia. Van Lierde, un compañero montonero de Daniel Rabanal.
164 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 165

acuerdo con el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP, trotskista) y de play boy y el éxito de su empresa hacen de él un patrón
el recurso a la violencia. Por ejemplo, ¿hay que ir a matar fríamente apreciado por su personal y por los ambientes mundanos de Buenos
a un simple policía para sacarle su arma? La respuesta será negativa. Aires. Su relación con Marie-Anne tomó de entrada un cariz de serie-
Pero el solo hecho de tener debates en torno a esos temas prueba que dad. Ella lo llama Mike o «Delfín» y él -porque se amablemente
la organización -«la orga» en la jerga interna- está pasando por de sus orejas- le ha puesto el mote de «Dumbo». Él le presenta a sus
un momento difícil: algunos quieren renunciar, otros quieren seguir amigos, a su hermano, a sus dos hijos, un varón y una niña nacidos
luchando. de un primer matrimonio.
Marie-Anne quiere seguir, pero a su modo, haciendo equilibrios Del brazo de un hombre de esas características,
entre varias vidas. reanuda su vida glamurosa anterior a 1973. Van a los mejores restau-
La política al lado de Daniel y bajo su autoridad. rantes de la capital, frecuentan clubes de jazz y el prestigioso teatro
El trabajo en la Compañía Austral. Colón, una de las más bellas salas de concierto del mundo. La relación
La familia en la avenida Monroe. no deja de ser, corno la propia Marie-Anne, eruptiva, un día «con»
Y un último secreto, muy difícil de preservar: hay otro hombre y un día «sin». Cada uno tiene su pasado, otra vida afectiva, a veces
en su vida. Un hombre totalmente ajeno a la política. Un hombre que sus remordimientos. Ella se lo dice, además, en cartas en que las pa-
Daniel no conoce. labras surgen con naturalidad en medio de la urgencia del desorden
Él tiene treinta y siete años, ella veintidós. amoroso:
Él es rico, ella no lo es.
)viiguel Reynal es uno de los dueños de la compañía Austral y por Mike ... 1
lo tanto, de algún modo, su propio patrón. Aunque no estés solo, aunque Hercilia [una ex compañera de Rey-
La historia no cuenta dónde ni cómo se vieron por primera vez. nal] te acompañe, quiero que leas esto, que me leas sin vergüenza a que
Solo se sabe que Viviana, una amiga en común, los presentó uno a se entere, que me leas como si estuvieras mirando mis ojos, que me sigas
otro. La historia no precisa tampoco de qué modo Marie-Anne se leyendo como cuando tratas de adivinar lo que pienso. Por qué sufrir
enamoró de Miguel en 1974, cuando vivía con Daniel Rabanal hacía si sentimos algo por el otro? Por qué negar o negarlo ante los demás? A
ya un año, amándolo sinceramente. ¿La tensión circundante y los veces me pregunto si la monogamia no es un pretexto para satisfacer el
cambios incesantes de escondrijo terminaron tal vez por desgastar a inmenso sentimiento posesión=sumisión, por temer a perder las cosas
la pareja, sin quebrarla del todo? ¿O ella comprendió que sus padres, que conseguimos ...
sobre todo Albert, no aceptarían jamás a Daniel? Todas estas cosas por qué no, en cambio, amar varias personas, pero amarlas en sen-
siguen perteneciendo a su secreto más profundo. Tan profundo como tido integral?... Tampoco quiero que esto se entienda como una manera
su manera de orquestar una doble vida amorosa entre un compañero liberal de autojustificarse las gansadas que nos mandamos a menudo,
y otro. bastante a menudo ... o no? Es que quizás haya también una relación
Cuando Miguel Reynal va a la avenida Monroe para las presenta- muy de compinches y que por miedo a perderla, me ocultes tus demás
ciones rituales, Frarn;:oise y Albert están convencidos de que su hija relaciones.
ha roto con el «comunista» Rabanal, lo cual no es cierto en absoluto. Es muy cierto, Mike, que si yo te hubiese amado más, estaríamos
Miguel, el nuevo novio, es un hombre de buen parecer, tal vez de- quizá en el más lindo idilio jamás vivido ni en los sueños de Cupido. Y
masiado mayor que ella, pero eso no les importa a los padres, ya que
goza de una situación económica excelente, es culto, dotado para los l. Los textos de las cartas que siguen, dirigidas a Miguel Reynal, reproducen exac-
tamente, con sus galicismos e inexactitudes, el original escrito en argentino por
negocios y, además, conserva sus distancias con la política. Su porte Marie-Anne Erize. [N. de la T.]
166 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 167

es muy cierto también que nunca me entregué a vos c,omo pareja, pero La mayoría de estas cartas están acompañadas de dibujos en tinta
también debemos admitir, aún pese a todo, que la relación se mantiene china. El trazo es puro y de una dulce sobriedad. Va a lo esencial, no
y esto tan sencillo y que nos cuesta admitir, con el simple hecho de ser sin jugar, con un poco de candor infantil, con los símbolos y lo ima-
así, limitado, imperfecto, parcial y subjetivo, no deja de ser admirable! ginario. Un día representa a un caracol subiendo los escalones de una
Te quiero así, mal, escalera en dirección a un pingüino cercano y a la vez inaccessible.
a medias Es Reynal, sin duda, cuya compañía aérea tiene como emblema al
pero al fin ... te quiero! pingüino. Otro día, los imagina como dos pájaros rechonchos que se
miran con amor.
Dumbo La menor frase o mensaje dejado en el escritorio se vuelve pretexto
para un rápido dibujo, gracioso o lleno de emoción, rico en reproches
Cuando «Mike» viaja por la Argentina o se va al extranjero, ella o en afecto. Estos mensajes son más elocuentes acerca del estado de
tiene las llaves de su casa. Vive en un elegante departamento cons- ánimo de Marie-Anne que muchas confidencias. Dejan ver sus tor-
truido al modo de las buhardillas parisinas, en el último piso de un mentos, sus variaciones de humor y relatan día a día una relación
edificio burgués del centro de Buenos Aires. El ascensor es muyan- apasionada pero caótica. El 6 de febrero de 1975, como complemento
tiguo, con puertas de rejas y armazón de madera, como los viejos a un breve texto escrito a «Mike», agrega también una casa de cuen-
edificios parisinos. Una vez arriba, la puerta se abre a un pequeño to de hadas semejante a la de los siete enanitos de Blancanieves. Se
paraíso: una ventana con vitrales da al Río de la Plata. El baño está adivina que se podría vivir muy bien en familia allí: sale humo por la
eq4ipado con una bañadera de plata donde el antiguo dueño· grabó chimenea, hay un pájaro en el techo y un gato en el jardín. Arriba, en
su nombre y apellido. medio del cielo soleado, una escalera de cuerda lleva, más allá de las
Marie-Anne duerme allí de vez en cuando, aunque «Mike» esté nubes, a una felicidad fuera del alcance. A la izquierda, Marie-Anne
ausente. Algunas noches, trae de la oficina papel con el sello de Austral escribe con trazos ansiosos:
y redacta una especie de informe, que firma «Marianne» y no «Marie-
Anne», que él descubrirá a su vuelta: Querido Mike:

22 h Aunque la depresión invada mi cueva, no dejo de tener en mente


Ya es de noche, y desde mucho tiempo antes ... un mundo mejor...
Decidí venir a disfrutar de la soledad de tus paredes y de algunas Con pena, pero con grandes ganas de cambiar.
notas clásicas. Debo confesar que las prefiero cuando su dueño se en- Una ternurita,
cuentra también en ella.
Miky! Son muchas las cosas que tengo adentro mío, y eso también, al Marianne
no lograr una disciplina sobre ellas, es por consecuente, más una carga
que una apertura a solucionar mis conflictos. Unos días después, en otro mensaje, dibuja de nuevo la casa de
[... ] los siete enanitos. Pero sin puerta, triste y abandonada. Hasta la ven-
Con una mezcla de Amor, soledad y melancolía, tana con postigos de madera está cerrada. En el colmo de la cólera,
se enoja:
Maríanne
168 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 169

Mike! cuando nos necesitamos, no estamos juntos. Sé que vos también buscás
algo más estable que yo. Alguien que esté cuando lo necesitás,
Vine, llamé, en vano, parece que nuestra incomunicación se pro- para ello sea Hercilia tu fiel compañera y ... estarás ahora con ella. ¿Si
fundiza ... me duele? Un poco, como cuando estoy o estuve con el Flaco
Quién boicotea nuestra relación? Para colmo, cambiaste la cerra- sea completamente diferente). [ ... ]
dura. Por qué no hablar claro? Voy a lo de Viviana, si querés hablar conmigo, tratá de ir. Te esperaré
Lástima, allí, ya que en tu casa no puedo entrar. Andá solo con la condición de
ser vos mismo. Te quiero bastante,
Marianne
Marianne
Como en la época de su relación con Eudes, el veterinario francés
del Chaco, parece oscilar entre dos estilos de vida. Y esta vez, entre
dos hombres.
Miguel Reynal sabe de la existencia de Daniel Rabanal, alias «Pan-
cho» o «El Flaco». No tiene duda de que ella lo sigue viendo de modo
regular. Se da cuenta también de que su búsqueda de libertad no tiene
fin, y que un día u otro será necesario cortar por lo sano, por ambas
partes. Marie-Anne adivina esas vacilaciones y a menudo le reprocha
no cumplir con lo que promete:

21:30 h
Mike!!

No lo puedo creer, parece mentira, pero estoy bastante apenada por


no encontrarte, por tu indiferencia pero por sobre todo, por tu falta de
honestidad conmigo. Pensé, quizás idealmente, que no te causaba tanto
sacrificio ser honesto contigo y con los demás.
Quizá sea cierto que uno ve la paja en el ojo ajeno, pero comienzo a
ser más crítica, y esto me subleva pero puedo entenderlo. Quizá sea víc-
tima de algo que yo mismo haya ido manipulando. Lo cierto o incierto
quizá es que no entiendo bien esto, en cuanto a que habíamos quedado
en encontrarnos. [ ... ]
No quiero ser una damita de una noche, aunque se empiece por
una noche ... es lo que hablamos hoy al mediodía, nada sin su práctica
cobra su dimensión real. Y. .. quizás nuestra dimensión real sea esta:
la de esta noche. Quizá nuestras necesidades sean diferentes y por ello,
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 171

Patrick D'Espéries, su compañero de viaje en el vuelo Buenos Aires-


París en 1970;
Manuel Lamarca, el modisto;
Rodolfo Rabanal, el hermano del «comunista» Daniel.
Me han dicho que usted quería mucho a Miguel Reynal. En los años
setenta, tuvo la amabilidad de contratar a su marido cuando su situa-
ción profesional se había deteriorado. Albert trabajaba con él en una isla
del Río de la Plata, creo que en un terreno de cavazón y transporte
tierra. Cuando evocó ese recuerdo, no pudo eludir una sonrisa. Según él,
Albert era un «muchacho de carácter», un empleado «no siempre fácil».
Montevideo, Uruguay, 3 de febrero de 2010 Hablamos mucho de ese período, y por supuesto de Marie-Anne.
Con la distancia, se adivina que esa relación fue para ella una enésima
Querida Franroise, oportunidad -¿la última?- para cambiar de camino. Una vez más
se encontró atenazada, presa de sus contradicciones, enfrentando un
Estoy en Uruguay, en la otra orilla del Río de la Plata... Un viaje dilema que la devoraba desde siempre: elegir entre dos tipos de vida.
relámpago -son las seis en mi reloj en este mismo momento- para ver Miguel no tomó enseguida conciencia de ello. «Al principo -me
a una sola persona: Miguel Reynal, el «Mike>> de las cartas de Marie- dijo- creí en una verdadera relación, con posibilidades de durar. Pero
Anne. ¿Sabía usted que ahora vive en Punta del Este, la ciudad donde a Marie-Anne la inquietaba y casi la aterrorizaba la idea de compro-
ella participó en un concurso de miss en 1972? meterse en una vida de pareja. Yo sabía también que estaba tironeada
Como Eudes Colcombet hace unos días, y muchos otros testigos, no entre Daniel Rabanal y yo. Cuando desaparecía por semanas enteras,
manifestó ningún problema en verme, al contrario. Vino a buscarme yo no tenía dudas de que iba a encontrarse con él. No sé si le informó de
esta mañana al aeropuerto de Montevideo, desde Buenos Aires, después nuestras relaciones, aunque no me asombraría. Para ella, él encarnaba
fuimos al centro de la ciudad en su Citroen. Llovía a baldes cuando la aventura de la guerrilla y yo la seguridad del mundo burgués. Dicho
llegamos a un restaurante a orillas del mar. de otro modo, los dos éramos símbolos de algo.»
Miguel tiene ahora 73 años y muy buena pinta: cabellos entre gris y Miguel conservó varias fotos de Marie-Anne. En una de ellas, están
blanco, una corpulencia de atleta y una prestancia de gran patrón. Di- sentados a la mesa de un restaurant con el hijo de Miguel, Max, que
rige una fundación llamada ECOS dedicada a programas ambientales debe tener cuatro o cinco años. También tuvo la amabilidad de trans-
en América del Sur. Cuando usted lo conoció en 1974, era un hombre mitirme cartas personales. Una de ellas, sin fecha, dice así:
de negocios muy prestigioso en la Argentina, con diplomas de Harvard y
métodos innovadores. Su compañía aérea se atrevía a hacerle competen- Siento que lo nuestro es fuera de todo esquema preconcebido para
cia a Aerolíneas Argentinas, la compañía nacional, y a lanzar toda clase ambos ... ¿por qué? porque simplemente somos dos fórmulas de vida
de proyectos ligados con el turismo. Lo recibían en todos lados, era un poco compatibles, o quizá yo sienta simplemente que mi amor por ti
«people», como se dice ahora en Francia, a causa de su vida mundana. no sea lo suficientemente fuerte como para reemplazar mi necesidad
La cosa no ha cambiado ahora, tampoco, ya que Punta del Este recibe a de entregarme a otro mundo. Es parte de mi contradicción, y vos sos
la jet set argentina. Por una casualidad asombrosa, Miguel tiene varios el claro reflejo de ella: sos el reflejo del mundo que cuestiono. Y esto
vecinos que conocieron a Marie-Anne: te costará entenderlo, como a mí me costó tomar conciencia de ella y
tomar una determinación activa. [ ... ] Sé que esto es muy cruel pero
172 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 173

no lo digo por vos, simplemente vos estás, quieras o no, estás en un contexto argentino, del cual los amores son indisociables. ¿Qué
mundo que deberá cambiar, que ya está cambiando ... elegir? ¿El de Rabanal o el de Reynal? ¿Resistir o someterse?
Si Miguel no hubiera tomado la iniciativa poniendo fin a su vínculo,
de todos modos Marie-Anne se habría alejado de él, tarde o temprano.
Miguel Reynal no es Eudes Colcombet. No tiene su desarmante es- El hecho de volver a Daniel y a las villas era en el fondo una manera
pontaneidad, ese aspecto de vino recién sacado de la bodega. Se nota en de permanecer fiel a sí misma: libre. Libre de esperar. Libre de amar. Y
él una leve reserva, una voluntad de mantener distancia con esa histo- quizá de equivocarse.
ria. Pero el retrato psicológico que hace de su hija no deja de ser exacto Con mi amistoso recuerdo,
y se acerca sin ninguna duda a la verdad: «Quizá buscaba a través de
mí una estructura familiar como la suya ... Usted sabe, Marie-Anne Philippe
era inteligente, indiferente a su confort, muy sensible a la noción de
familia. Muy sensible a todo, en realidad. Había en ella una forma de
extremismo, de bulimia en su modo de actuar y de ser. Quería escapar a
las convenciones, a lo que yo llamaría la mentalidad de 9 a 17 h. En su
vida, no hacía nada por la mitad, siempre había energía, compromiso,
ideales. Con ella, había que trascender el ritmo normal de la vida, había
que ir más rápido, siempre más rápido. A veces podía inspirar temor, es
es'? quizá lo que me retuvo ... »
Miguel recuerda perfectamente el día de la ruptura. Era después
de un 'fin de semana que habían pasado juntos en Bariloche, donde se
habían alojado en un complejo turístico gestionado por Austral. En el
avión de vuelta, él le había anunciado de golpe su intención de romper.
«Todo ocurrió muy rápido -me dijo- de golpe me pareció evidente
que era imposible seguir. Me di vuelta hacia ella y le dije: "Se terminó".
No quería herirla ni dolerla, solo decirle la verdad. Después seguimos
en relación, como amigos, pero ella se fue con Daniel y los Montoneros,
esta vez en serio.»
Todo eso debió ocurrir en los primeros meses de 1975. Marie-Anne
tenía 23 años. ¡Nada más que 23 años! ¿No hay derecho a buscar, vacilar
y soñar, a los 23 años?
Me enteré hace poco de que su vida amorosa era una fuente de
tensión y hasta de disputas entre ustedes dos. En ese terreno, como en
política, a usted sus secretos se le escapaban. Pero sería demasiado fácil
juzgarla hoy en día, después de tantos años y para colmo, en el contexto
del confort de nuestras vidas actuales. Un destino así no se juzga, al con-
trario, nos obliga a hacernos preguntas sobre nosotros mismos. ¿Cómo
habríamos reaccionado en lugar de ella? No hablo de sus amores sino del
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 175

1 En una carta escrita a Viviana, su amiga en común, alias «Vivi-


ta», «Vi» o «Negrita»,1 Marie-Anne confía estar feliz de hallarse en el
a ombligo de ese país, donde participa en actividades humanitarias. El
tono es alegre y lleno de energías. Está pasando por una etapa positiva:

Cuzco, 23/04/75

Querida « Vivita»,

Son las 12 h de la noche, y mañana Paco 2 se va a Bs.As. Estamos


en un pequeño hotel con sauna, en el ombligo de Cuzco, con música
norteña de fondo. Vi, estoy bien, muy bien, creo que volveré renovada.
Negrita, es muy tarde. Mañana me tengo que levantar muy tem-
prano porque me voy a un pueblito con un grupo educativo de títeres.
Perú. El viernes a otro, el sábado a otro, y así no sé hasta cuándo. Viajaré
Perú para respirar aire, olvidar por un momento Buenos Aires, a a Lima y de ahí a Bs. As.
Miguel Reynal, a Daniel Rabanal y su trabajo de recepcionista. Negrita, espero que estés mejor, que ya hayas solucionado lo de Ana
En abril de 1975, dos años después de un primer viaje solitario, María y que pronto la dicha reine en tu corazón. Todo mi cariño para
Marie-Anne vuelve al Cuzco, al pie del Machu Picchu. Ama esa ciu- ti, un poco para los demás.
dad, eselpueblo y esas montañas que le hacen tomar distancia respecto Ah! le llevaré un regalito para la Má postiza de Helena Hueyo.
de su vida y sus amores. Cómo se solucionó todo eso?
Su ruptura con Miguel, el hombre de la compañía Austral, es re- Besos pa' M. Inés, Susana y Julita y Luis. Pa' vos,
ciente pero se recupera, sin que se prive de mantener con él una rela- un besote de hermana,
ción muy personal. Como él encara un viaje al mismo lugar, le dibuja
un mapa muy preciso del centro histórico de Cuzco, con indicación Marianne
de lugares: un restaurante chino, un museo, un negocio de sombreros
( «¡Traéme uno!») ... En la parte inferior de la página agrega algunos Mis más lindos sentimientos a mi querido delfín Micky... !
consejos:

Hostal Argentino: «Finnish Sauna». Pedir la pieza al lado del sauna Desde la vuelta de Perú, Marie-Anne reanuda su trabajo en Aus-
(iba yo). tral, la sociedad de su «querido delfín», Miguel Reynal. Ahora trabaja
Hotel del Virrey: Conseguir pieza con frente a la Plaza de Armas como azafata en Aeroparque, el aeropuerto de los vuelos de cabotaje
(frente a la Catedral). Allí tomaba los desayunos.
Librería: allí me pasaba revolviendo libros. [... ] l. Esta joven, llamada Viviana Boglietti, fue sin duda una de las mejores amigas de
Hotel Bolívar: Hotel de hippies (30 soles diarios). Marie-Anne. Según Miguel Reynal, murió. Ella es la que habría ayudado a Marie-
Casa parroquial: Preguntar por el cura Tato Repullés. [... ] Anne a conseguir el puesto en la compañía aérea Austral.
2. No hemos podido saber quién es el «Paco» al que alude Marie-Anne. Se trata quizá
del célebre guitarrista Paco de Lucía o de su amigo Paco Rebés.
1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 177

interno. Ese trabajo no la apasiona pero es su único ingreso de dinero scout de los Castores. 1 Como para ella, el encuentro con los sacer-
desde que dejó moda y su puesto de maestra jardinera en el liceo dotes tercermundistas fue decisivo y ha entrado en el juego seductor
francés. de rebelarse contra el orden establecido. La pertenencia de Marie-
«Volveré renovada», anunciaba en su carta a Viviana. Como le Anne a Montoneros no lo sorprende. Recuerda haberla visto un día
suele ocurrir, la renovación para por las relaciones amorosas. Desde de 1973 con el famoso Negro Vidal, el líder de Bajo Belgrano. Dos
ese punto de vista, el final de su relación con Miguel tuvo al menos el meses después, su llegada a la villa del brazo de Pancho Rabanal
mérito de clarificar la situación: su destino de mujer y de montonera confirma su grado de compromiso con la guerrilla: «El solo hecho de
se halla solamente y en forma definitiva al lado de Daniel Rabanal y frecuentar a un hombre de esa envergadura a Marie-Anne una
solo de él. Siendo su compañera, acepta de hecho la existencia que él relativa importancia dentro de la organización -dice Alex Mau-
le propone, la de un dirigente medio del movimiento, un «oficial» de det-. Fue eso lo que la llevó, además, a un grado de clandestinidad
cuarta categoría comprometido en la lucha contra los «fascistas» del superior al que le hubiera correspondido. Sin ser una dirigente del
entorno presidencial. movimiento, «Pirú», como la llamábamos entonces, era algo más
La vida con un activista de esa índole exige una vigilancia perma- que una militante de base. Su activismo no se debía solamente a su
nente. En la calle, por teléfono, en el colectivo o en el subte, Daniel relación con Rabanal, venía de mucho antes». 2
«Pancho» Rabanal desconfía de todo y de todos, trata de desaparecer En Saavedra, la joven pareja aplica estrictamente las severas reglas
en la población, diluyéndose hasta el anonimato, sin renunciar a sus de seguridad instauradas por Montoneros. Está excluido, por ejemplo,
acciones militantes: distribución de volantes, empapelamientos sor- enclaustrarse dentro del departamento, porque despertaría las sospe-
presa, debates internos, y sin duda muchas otras cosas que no dice a chas del vecindario. Durante el día, cada uno debe trabajar en lo suyo
Marie-Anne. como todo «honesto» ciudadano, salir temprano, volver a la noche lo
Esa.vida cotidiana de animal perseguido desgasta los nervios, más tarde posible. Lo esencial es estar alerta, cambiar a menudo de
obliga a cuestionarse sin cesar, a levantar campamento en cuanto se vereda para despistar posibles seguimientos o caminar a contramano
siente la menor amenaza de confort. Daniel nunca sabe bien adónde de la circulación para detectar vehículos sospechosos.
va a dormir, todavía menos si ella podrá acompañarlo. Durante los Mientras que Daniel se maneja con documentación falsa, Marie-
nueve primeros meses de 1975, cambia de dirección una docena de Anne conserva sus documentos auténticos. En caso de control, deben
veces, siempre con el apoyo logístico y financiero de «la orga», como tener presente siempre alguna coartada, que modifican según el lugar
ambos llaman al movimiento. en que se encuentran. Esa consigna peculiar tiene un nombre en la
Su vida errante lo lleva así, en unos pocos días, al barrio de Saave- organización Montoneros: el «minuto» que permite justificar, en el
dra, al norte la capital. La casa adonde se muda ahora se sitúa a dos segundo que dura el control, su presencia en tal o cual lugar.
pasos de la estación, una proximidad muy útil en caso de partida En la casa, todo está preparado, pues, para una irrupción de la
precipitada. Su dueña, de unos treinta años, es una peronista de larga policía. En las habitaciones, nada debe revelar un interés político,
data que vive en ese barrio tranquilo con su compañero y dos hijos. cualquiera sea. Volantes y revistas deben ocultarse en lugar seguro,
Acepta alojar a Daniel Rabanal, con la condición de no llevar armas tanto como los libros demasiado intelectuales, por naturaleza sospe-
ni depositarlas en el lugar. chosos. En lo demás, la mejor de las protecciones es la normalidad. Y
La casa tiene un edificio principal (tres habitaciones) y un jardín mejor si la madre de la dueña de casa viene a menudo a cuidar a los
al fondo. Un hombre se esconde ya allí: Alex Maudet, estudiante
en la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires. Marie-Anne l. Véase el capítulo 6.
lo conoce bien, es un amigo argentino, de tres años más y antiguo 2. Entrevista con el autor en enero de 2009 en París.
178 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 179

nietos: sin saberlo, mantiene una imagen anodina de familia normal. de la Triple A están más activos que nunca. Cada día, se descubren
«Era una gimnasia de vida agotadora y esquizofrénica -cuenta Alex nuevos cadáveres de «izquierdistas». En la provincia de Tucumán, el
Maudet-; con Marie-Anne y Daniel Rabanal, hablábamos muy poco Ejército lleva a cabo desde hace unos meses una acción de enverga-
de nuestras respectivas actividades porque era peligroso tener dema- dura llamada «Operativo Independencia», contra los guerrilleros del
siados datos, en caso de interpelación y tortura. Para ellos y para mí, Ejército Revolucionario del Pueblo y todos los sindicalistas o docentes
esa casa era un lugar para dormir y pasar desapercibido». acusados de sostenerlo. 1
Los únicos momentos de distensión se daban en la cena en torno La ola de represión afecta también a la propia familia de Marie-
a la mesa familiar. «Como Rabanal tenía problemas de digestión, Ma- Anne: uno de sus primos, Michel Ortiz, miembro del ERP, fue in-
rie-Anne -prosigue Maudet- le preparaba platos especiales, menos terpelado el 23 de noviembre de 1974 y condenado a varios años de
pesados que para nosotros. Por su nivel de intimidad y frescura, su cárcel.2
relación era sorprendente. Sobre todo para un militante duro e inteli- Una verdadera guerra sacude al país, una «guerra sucia» cuyas se-
gente como él. Estaban tan enamorados que se decían todo el tiempo cuelas finales nadie es capaz de predecir. Ni siquiera la partida de Ló-
«Lovito» y «Lovita», palabras tiernas derivadas de lave». pez Rega, obligado a abandonar el gobierno después de la revelación
Sin embargo, el paso constante de un domicilio donde refugiarse de sus vínculos con la Triple A, bastará para hacer cesar la violencia. 3
a otro, deja poco lugar para la intimidad. Justamente por eso, los mo- Para no poner en peligro a su familia, Marie-Anne ha dejado casi
mentos de intimidad se vuelven memorables. Como este paseo en un de pasar por la casa de la avenida Monroe. Solo duerme allí cuando
barrio típico de Buenos Aires en mayo de 1975 ... Daniel no puede alojarla en su refugio del momento. Sus padres no
Por una vez, Daniel está menos angustiado. Marie-Anne está saben nada de su vida de montonera y están bastante perdidos en lo
todavía bajo el efecto benéfico de la estada en Perú. Posan para un referente a su vida amorosa. Antes del viaje a Perú, habían creído que
fotógr21.fo para turistas. La foto es de mala calidad, condenada a enve- organizaría su vida con el dueño de Austral, pero ahora ven que una
jecer, pero capta a las mil maravillas la exaltada utopía de sus veinte vez cortada esa relación, su hija ha vuelto con el «comunista» y no ha
años. En el dorso, escriben la fecha, 1° de mayo de 1975, seguida de aparecido más por la casa desde el invierno de 1973. En cuanto llama
estas palabras: «Victoria de los Khmers rojos». Unos días después, en al teléfono para hablar con su hija, Frarn;:oise y Albert quisieran cortar
Camboya, los combatientes comunistas entraron en Phnom Penh. la comunicación.
El ideal de los dos enamorados quiere ver en ellos a los héroes de un ¿Qué saben de ella, en concreto? Nada o casi nada. Tal vez sea
triunfo popular. mejor así. .. Porque Daniel Rabanal ocupa ahora. una jerarquía su-
No saben que sus lejanos «camaradas» asiáticos preparan uno de
los peores genocidios del siglo XX. l. Según documentos encontrados en los archivos de la embajada de Francia en
Buenos Aires, esta organización habría provocado un saldo de 600 víctimas entre
La euforia revolucionaria agudiza la frustración de Marie-Anne.
febrero de 1975 y octubre de 1976.
Quisiera actuar más o participar en actividades políticas y sobre todo
2. Michel Ortiz es el hermano de Monique, la prima de Marie-Anne que había pasa-
sociales. Se queja de ser inútil, le comenta a Daniel que está limitada do sus vacaciones en Wanda en 1961. Detenido en i974, pasó nueve años de su vida
a un rol inactivo de extra cinematográfico, sin posibilidad de darse en la cárcel. Su esposa Cecilia fue asesinada en el mismo período.
a la causa de los pobres, como en 1973 en la Villa 31 de Retiro. Por 3. López Rega debe renunciar el 11 de julio de 1975 después que se descubren armas
desgracia, todo ha cambiado allí desde la muerte del padre Mugica en los locales de su ministerio y luego de la revelación de su rol al frente de la Triple
en mayo de 1974: la villa está ahora tan vigilada que se ha vuelto pe- A. Isabel Perón le confía entonces un cargo diplomático en España. Vivió después en
Suiza, probablemente con el apoyo· financiero de Licio Gelli, el gran jefe de la logia
ligroso entrar en ella. Toda la Argentina se hunde inexorablemente en masónica P2. Volveremos a esta última en los capítulos siguientes. López Rega murió
la ultra violencia, tanto de derecha como de izquierda. Los matones en la cárcel en la Argentina en 1989.
180 J PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 181

perior en Montoneros, de resultas de lo cual debe dirigir las células zona residencial, Villa Hipódromo. Es una pequeña construcción baja,
del movimiento en una gran ciudad provincial. Después de un breve a la que se accede por un camino de tierra, en la esquina de las calles
pasaje por Rosario, termina siendo nombrado en Mendoza en sep- Cayetano Silva y Raffo de la Reta. Marie-Anne, muy ocupada por la
tiembre de 1975. mudanza, está satisfecha con las tres habitaciones, su patio y cocina.
Marie-Anne vacila en seguirlo. Dejar la capital sería doloroso ... El barrio es tan tranquilo que tienen casi la impresión de estar reali-
implicaría dejar a los amigos, Viviana y los otros, cortar el cordón con zando su sueño de vivir en el campo. Desde los meses pasados en el
la avenida Monroe y esa «familia Trapp» que nunca dejó de querer... departamento de Daniel en Buenos Aires, nunca antes habían sentido
Pero debe seguirlo, y se decide a partir. Su pedido de traslado de una que formaban una verdadera pareja. «Buenos pequeños burgueses de
agencia Austral a otra debería ser aceptado sin dificultad. Miguel Rey- provincia», bromea Marie-Anne, saboreando esos momentos de paz.
nal, su «querido delfín», no se lo podrá negar. Apenas instalada, la joven francesa simpatiza con los vecinos, que
En septiembre, pues, Daniel parte para instalarse en Mendoza. la ven salir todas las mañanas con el uniforme azul de la compañía
Aunque no conozca a nadie allí, aprecia la vida en esa ciudad, capital para ir a la agencia del centro de la ciudad. Por la noche, vuelve a
del vino y de la buena vida. El centro es agradable, en los espacios horas fijas, sin despertar la menor sospecha. Para ellos, es la «hija de
verdes se respira aire puro y los alrededores ofrecen magníficos pai- Austral», una mujer bella y sonriente cuyo novio, solitario y discreto,
sajes de viñedos al pie de las alturas montañosas de los Andes. Desde trabaja, al parecer, intensamente. Los fines de semana, cuando Marie-
que llegó, duerme en hoteluchos bajo una falsa identidad, haciéndose Anne y Daniel salen a pasear entre los viñedos, nadie puede saber
pasar por especialista en serigrafía, encargado de una investigación en que viajan en un coche robado. Tampoco sospechan que ocultan en
la región. El material, comprado en Buenos Aires, lo pone por encima su casa dos o tres armas de mano, granadas y diversos documentos
de toda sospecha. En realidad, es el número dos local de Montoneros. sobre la rama local de Montoneros.
El núcleo duro, la «unidad de combate» dirigida por él, está com- Con el tiempo, sin embargo, Daniel empieza a dudar y a pensar
puesta por unas cuarenta personas. Ninguno de sus miembros conoce que la rigidez excesiva de «la orga» terminará por perjudicar a su cau-
su identidad: para ellos es «Pancho». Se debe preservar el anonimato. sa, más aún, destruirla. Se pregunta si los grandes jefes, el triunvirato
Por razones de seguridad, más todavía, de vida o muerte, ya que los Firmenich-Perdía-Quieto, no están cediendo a un «delirio militaris-
Montoneros están en la mira prioritaria del poder y del ejército. En ta» cuando exigen, por ejemplo, que los oficiales de su rango deban
Formosa, en el norte del país, el 5 de.octubre de 1975, el ataque a un portar armas permanentemente, hasta en la calle. Solo los impulsos
cuartel por uno de sus grupos mató a doce militares y un policía. Esa de adrenalina y la esperanza de un Día Final revoh.).cionario lo incitan
operación, percibida por el poder como un acto de guerra, no debe todavía a avanzar. .. Marie-Anne comparte sus convicciones y tam -
quedar impune. bién sus dudas. Pero rumia las frustraciones que la minaban ya en
Daniel, que es ajeno a ese ataque, no aprueba forzosamente todas Buenos Aires, se siente inútil y condenada a la inactividad. Daniel lo
las decisiones estratégicas de la dirección nacional del movimiento, percibe pero no puede hacer nada: cada uno tiene su función precisa
pero las acata, como Marie-Anne, sin pestañear. Es así: las órdenes en Montoneros, las consideraciones afectivas no deben interferir con
no se cuestionan dentro de «la orga», estructura estalinista por ex- la acción política. Pero sabe, por lo menos, que puede contar con ella
celencia. en caso de alerta. Y nunca hay que descartar lo imprevisible, aun en
Un mes después, el 6 de noviembre, Marie-Anne obtiene, como la tranquila Mendoza.
lo había previsto, su traslado en una agencia Austral de Mendoza. Su Un día, mientras Marie-Anne está sola en la casa, Daniel llega
sueldo, que se eleva a 7.300 pesos, añadido a la ayuda financiera que como una tromba, el rostro deshecho y las manos temblorosas. Viene
el movimiento acuerda a Daniel, les permite alquilar una casa en una del barrio de la comisaría, donde su comando debía hacer estallar un
182 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 183

paquete lleno de volantes. La operación falló: estalló un tiroteo y él Lo han atrapado. Está muerto de pánico, apenas respira y le han
debió utilizar su arma (al parecer, no mató a nadie) y huyó. Los im- atado las manos en la espalda. Todo se confunde en su mente: el café,
pactos de bala en la carrocería del automóvil confirman la violencia el jefe, Marie-Anne ... Y ese maldito «minuto», la coartada de un mo-
del encuentro con la policía. Con una tranquilidad asombrosa, Marie- mento que va a tener que venderles a los canas.
Anne trata de calmarlo: actuando de ese modo ha hecho su «deber», Por suerte, no saben nada de él todavía. Ni siquiera en la comisa-·
nada más que su «deber». Y no importa que sus vidas cotidianas se ría. Para ellos, es solo un delincuente cuyo coche tiene una denuncia
hayan convertido en un juego de sombras, un teatro de apariencias de robo. 1 Por corrección, transmiten, mal que mal, su ficha a Buenos
entre una vida de pareja anhelada como normal y un compromiso Aires: «Daniel Hugo Rabanal, nacido el 9 de julio de 1949 en Capital
que los lleva a lejanías imprevisibles. Federal».
La casa de Villa Hipódromo hace las veces de «oficina» de Daniel, No se le escapa que allá su nombre debe figurar en los ficheros de
el cuartel central de la unidad de combate. El 6 de febrero de 1976 los «subversivos». Por lo menos como simpatizante de la causa pero-
por la mañana, Daniel recibe al jefe de Montoneros de Mendoza. Los nista. Pero eso es lo de menos. Lo importante es preservar el grupo
dos hombres deben estudiar diversos proyectos y las estructuras del de Mendoza: el jefe, Marie-Anne y todos los otros. Los policías no
movimiento. Daniel ha sacado de sus escondrijos todos los documen- deben descubrir que es montonero ni su jerarquía de número dos. O
tos necesarios. Marie-Anne está ya en su oficina de Austral, donde por lo menos, lo más tarde posible. Hay que mentirles, ganar tiempo.
comienza un día de deprimente rutina: venta de pasajes de avión, Veinticuatro horas como mínimo: es una de las reglas de oro de la
estadas de vacaciones, antes de volver al hogar dulce hogar de «buena guerrilla. Ese plazo debe bastarles a los compañeros para vaciar los
pequeña burguesa de provincia». domicilios que sirven de escondite, confundir las pistas, ocultar lo
Hacia el final de la mañana, después de una primera sesión de tra- que se puede ocultar.
bajo, Daniel y su jefe hacen una pausa. Los espera una cita en un café Daniel piensa en Marie-Anne. ¿Sabrá que se ha dejado capturar?
del centro, a algunas cuadras de la agencia de Marie-Anne. Saldrán a El jefe debe haber salido -piensa- y ha ido tal vez a la agencia a de-
tomar un café y volverán en un santiamén. Dejando los documentos círselo. A esa hora, ya debieron encontrarse en la casa para recuperar
en desorden arriba de la mesa del living, salen de la casa y suben en las armas, la ropa y esos malditos documentos que no tendrían que
el coche de Daniel. haber dejado sobre la mesa del living. Realmente, una falta digna de
Como estaba previsto, diversos compañeros se reúnen con él en un principiante.
el café, sin llamar la atención de los otros dientes. Alrededor de las Aguantar. Aguantar veinticuatro horas, veinticuatro horas «como
doce, Daniel sale solo del café para hacer una compra. El jefe y él se mínimo».
han puesto de acuerdo para encontrarse ahí mismo, un poco más -No hice nada -repite-, un amigo me prestó el coche.
tarde, y volver juntos a casa. Los policías lo golpean pero no lo torturan. No se tortura a un
Daniel camina en dirección a su coche, estacionado no lejos de ladrón de coches.
allí. Cuando se dispone a abrir la puerta, un militar vestido de civil lo Hacial el final de la tarde, caen por fin las informaciones des-
aborda: «¡Tiene los papeles del vehículo?» de Buenos Aires. El comisario en persona viene a ver a Daniel en
Sin vacilar un instante, Daniel hace un gesto brusco y se escapa su celda. Le dice simplemente, con un tono casi compasivo: «Ahora
a toda carrera. Al llegar a la esquina, tira los documentos falsos y si- sabemos quién sos, los duros que llegan ahora se ocuparán de vos».
gue corriendo. Pero no por mucho tiempo. Una patrulla de la policía Son tres. Vestidos de civil. Con pinta de asesinos.
provincial lo intercepta en la esquina de las calles Belgrano y Sargento
l. Al parecer, el hijo del dueño del coche, de paso por el barrio, había reconocido el
Cabral.
vehículo y había avisado de inmediato a la policía.
184 1 PHIL!PPE BROUSSARD

Uno de ellos le venda los ojos, lo arrastra por el brazo.


Daniel escucha el ronquido del motor, ruidos de puertas que se
cierran, un baúl se abre. Lo empujan adentro, con las manos esposa-
das y las piernas dobladas, la cabeza en las rodillas.
Se oye un chasquido sordo.
El baúl está cerrado.
El coche se aleja de la comisaría y atraviesa Mendoza.
Hace calor, es pleno verano. Por el ritmo de la circulación y los
ruidos de la ciudad, Daniel adivina que se alejan del centro.

Buenos Aires, 4 de febrero de 201 O

Querida Franroise,

Presiento sus aprensiones en leer esta carta. Hablar o escuchar ha-


blar de ese «muchacho», como usted dice, sin mencionar nunca su nom-
bre, fue siempre una prueba para usted.
Sepa que él tampoco nunca olvidó ese día de 1973 en que Albert lo
«echó» de la casa de Monroe al 1062.
Daniel Rabanal tiene actualmente 60 años. Es un hombre tranquilo,
dibujante de tiras cómicas, ha vivido mucho tiempo en Colombia, donde
se casó. Su vuelta definitiva a Buenos Aires es muy reciente, solo unas
semanas, con su esposa y su hija adoptiva.
Lo vi dos veces desde mi llegada. Perdóneme que no le haya avisado
antes pero es un personaje tan decisivo en el recorrido de Marie-Anne
que tenía que tomarme el tiempo de conocerlo antes de contarle todo.
En 2000, cuando hice mi primer reportaje en la Argentina, no había
podido verlo porque en ese entonces vivía en Bogotá. La corresponsal del
diario Le Monde en Colombia se había encargado de hacerle algunas
preguntas en mi nombre, a las que había contestado con generosidad.
Una de sus respuestas me había causado especial sorpresa. A la pregunta
de si Marie-Anne se refería a veces a Francia, había dicho: «Hablaba
muy poco de eso, muy probablemente a causa de sus pésimas relaciones
con sus padres. Su padre era un hombre de extrema derecha, que había
vivido en Argelia. Era gente con una formación cristiana muy rígida.
La relación de Marie-Anne y de su hermana Yolande con ellos fue muy
conflictiva. De algún modo, para ellas, los padres representaban a Fran-

186 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 187

cia. Pero además, Marie-Anne era muy joven y Francia, donde había ciares estalinistas. Hasta su apreciación de su familia es más matizada
vivido dos o tres años, pertenecía ya al pasado. Importaba solamente de lo que creía. En su memoria, usted era más «flexible» que Albert,
la lucha política en la Argentina». siempre dispuesta a llegar a un arreglo con Marie-Anne. Daniel insiste
Según él, Albert era, pues, un hombre de «extrema derecha» y Ma- también en que ella no había roto nunca los lazos con su familia y que
rie-Anne mantenía «pésimas relaciones» con ustedes dos. la partida para Mendoza, por esa razón, fue un desgarro. .
La severidad del juicio podría hacer pensar que la fuerte perso- Las horas pasadas en el café y luego en un restaurante con parrilla,
nalidad del ex montonero, «Pancho» para sus compañeros, era muy nos permitieron evocar, sobre todo, las sucesivas etapas de su vida en
intransigente. Yo temía encontrar a un ex activista de izquierda similar común. No era la primera vez que Daniel se encontraba con periodistas
a muchos otros que había conocido, inteligentes pero incapaces de auto- a propósito de estos temas, pero nunca antes las entrevistas fueron tan
crítica, y convencidos de que la extrema derecha empieza en el centro. largas y profundas.
Daniel creía, equivocadamente, que su marido era un «pied-noir» 1 No lo sorprendió la idea de que se dedicara un libro a su ex com-
nostálgico de las colonias perdidas. Durante mi primer encuentro de pañera Marie-Anne. Según él, ella lo merece. La amó, Fran<;oise, es
hace unos días, tuve que explicarle que era cierto que Albert había indudable.
vivido en Argelia, pero por un período muy breve, como militar, en la A la salida del restaurante fuimos a un bar de Puerto Madero. Mi-
época de la guerra. rando ese barrio renovado, muy apreciado por la juventud dorada de
Nos habíamos dado esa primera cita en un café de San Yelmo, en 2010, nos costaba creer que ese país fuera el que Marie-Anne conoció
Buenos Aires. Como Daniel no habla francés ni inglés, yo había invitado en los años setenta. Y sin embargo, la villa de Retiro sigue existiendo,
a la reunión a un amigo francés instalado en la Argentina, Joel Riveslan- a cinco minutos en taxi, a dos pasos del hotel Sheraton y del Alvear
ge, para que no hubiera malentendidos en nuestra conversación. Había Palace. Hasta han bautizado con el nombre Padre Mugica, una calle de
que captar todos los matices del personaje, avizorar al hombre detrás de los alrededores, que corre entre las vías férreas, en homenaje al famoso
sus palabras, comprender a «Pancho» detrás de Daniel. sacerdote asesinado.
¿Qué puedo decirle de él? Que es un hombre de altura mediana, de Creo que Daniel ha hablado con total confianza, sin ocultar nada.
unos sesenta años, con unos anteojos que le dan un aire de profesor uni- Ni las críticas contra la dirección de Montoneros ni su propia ceguera.
versitario. Que se expresa en términos precisos, con un tono tranquilo Se acordó, por ejemplo, de la foto que se había sacado con Marie-Anne
y sin agresividad. Que tiene sentido del humor. En resumen, para ser en un barrio turístico. « 1° de mayo de 1975, victoria de los Khmers
franco, no tiene nada del guerrillero amargo y esclerosado en los gla- Rojos», habían escrito.
Me dijo que las fuerzas de seguridad habían incautado esa foto en
l. Dentro de la sociedad colonial franco-argelina anterior a la independencia de
la casa de Mendoza. Las palabras escritas al dorso no los favorecieron
Argelia, y de la que le sucedió después de 1962, el apelativo no muy preciso de pied-
noir puede designar tanto a franceses implantados en Argelia recientemente o desde mucho ... «No podíamos sospechar los horrores que sucederían en Cam-
muchas generaciones, como a franceses y sus descendientes nacidos en Argelia, así boya» -dijo, defendiéndose- y no me arrepiento ni por un segund~
como también a los fervientes partidarios antigaullistas de la «Argelia francesa». Pero de lo que pude hacer en esa época. Con la distancia actual, puedo decir
también señala a la comunidad franco-judía instalada en Argelia, o al «expatria-
que teníamos el poder adquisitivo y el acceso a la universidad. O sea,
do» obligado a abandonar Argelia y volver a Francia después de la descolonización
(adonde van a formar otra «colonia» muy identificable ... ). Íntimamente unida a la nuestra situación no era mala. Viendo a la juventud de hoy, pienso que
posición identitaria o política que se tome respecto del imbroglio de las relaciones es ahora cuando tendrían que rebelarse.»
entre la metrópoli y las colonias, la expresión pied-noir está lejos de ser unívoca, y su Más tarde, durante la cena, traté de saber si tenía remordimien-
connotación cambia según que la enuncie un nacionalista argelino o un francés de
tos respecto de Marie-Anne, o si se sentía en falta por haberla llevado
Argelia ... Es evidente que Daniel Rabanal la usa como sinónimo de colono (francés)
explotador del nativo argelino. [N. de la T] a Montoneros. Esta pregunta, Frani;oise, era un poco la suya, llevaba
188 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 189

todas sus heridas y acusaciones de madre. Mire lo que me respondió: deseo de su hija Marie-Noelle, que intercambió varios mensajes por
«Quise y respeté a Marie-Anne. Aunque hayamos pasado por momen- con él cuando vivía en Bogotá. Estoy seguro de que aceptaría, aunque
tos difíciles, ella nunca dudó de su compromiso. Por consiguiente, no Juera nada más que para hablarle de Marie-Anne.
experimento ni remordimiento ni culpabilidad respecto de lo que le Cuando yo la vi en 2000, usted me había dicho que ese perdón
ha ocurrido. Mire, era una chica sólida e independiente, capaz de ele- estaba por encima de sus fuerzas de cristiana. ¿Sigue siendo así? Yo
gir y tomar sus decisiones con toda libertad. Nunca intenté influirla 0 no soy amigo de Daniel Rabanal ni su abogado, pero estoy convencido
imponerle cosas. Ella sabía cuáles eran los riesgos que corría si vivía ahora de que Marie-Anne no lo necesitaba a él para trazar su camino,
conmigo. Mi jerarquía en Montoneros era superior a la de ella pero en Mendoza o en otro lado.
nuestras esperanzas eran idénticas en todo. Si yo le hubiera dicho: ''Es Con mi amistoso recuerdo,
demasiado peligroso, tenés que irte", ella se habría sentido humillada,
y con razón. Le hacía sufrir el hecho de no tener un rol más activo. No Philippe
olvide que su compromiso era visceral, venía de sus tripas, no era pura
ideología. Quería ayudar a la gente, sobre todo a los niños. Que yo sepa,
Marie-Anne nunca detentó armas ni las usó, en cambio yo sí las tuve
y las usé, y lo asumo».
Mi segundo encuentro con Daniel Rabanal tuvo lugar en Belgrano,
no muy lejos de la antigua casa de la avenida Monroe. Era una linda
ma(lana soleada, siempre en la vereda de un café. Esta vez me contó
largamente los últimos momentos vividos con Marie-Anne, luego su
detenci(m el 6 de febrero de 1976 en Mendoza.
Yo había llevado fotos en blanco y negro de montoneros conocidos
en la provincia en esa época. Hombres y mujeres desaparecidos desde
el período de la dictadura. Daniel pasó revista a esos rostros y se detuvo
bruscamente en uno de ellos: Jorge Vargas. Un abogado originario de
San Juan pero instalado en Mendoza. Según él, era sin duda alguna
el jefe, el hombre que se hallaba en la casa con él y luego en el café el
día de su arresto. Parecía turbado al ver resurgir ese actor decisivo de
su historia. Se quedó un momento en silencio, como si por un instante
hubiera vuelto a febrero de .1976.
En total, contando todos nuestros encuentros, pasamos juntos unas
seis o siete horas, sin incluir los muchos mails intercambiados para ve-
rificar una que otra información. No sentí en él ninguna reticencia
ni voluntad de disimular esto o aquello, tanto respecto de él como de
Marie-Anne.
Después de despedirme aquella mañana, pensé si usted estaría dis-
puesta a encontrarlo, ahora que vive de nuevo en Buenos Aires.
Solo usted puede tomar esa decisión pero creo que sería el más caro
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 191

Resiste dos días. Cuarenta y ocho horas negando la evidencia,


15 mintiendo. En lo referido al coche, a él, a todo lo demás.
Cuarenta y ocho horas. Marie-Anne, el jefe ... Seguro que tuvieron
tiempo de escaparse.
«Soy miembro de la Juventud Peronista.» Es todo lo que larga, en
el colmo del dolor.
No dice «Montoneros», solamente «miembro de la Juventud Pe-
ronista». Como decenas de miles de otros muchachos y chicas en el
país. Un «izquierdista», sí, pero sin importancia.
-Tu dirección, danos tu dirección en Mendoza -exige el Viejo.
- En la esquina de las calles Cayetano Silva y Raffo de la Reta, en
Villa Hipódromo.
Al fin y al cabo, pueden ir: en dos días, la limpieza ya está hecha,
Marie-Anne y el jefe ya están lejos, con los documentos, las armas y
Mendoza, noche del 6 al 7 de febrero de 1976. El coche, por fin, va todos los secretos del domicilio clandestino.
amainando la velocidad. Daniel, que está encerrado en el baúl desde Mientras espera el retorno de los policías, Daniel permanece un
hace una hora, oye ruido de puertas y voces masculinas. Alguien abre largo rato atado a la cama, totalmente desnudo, con una venda en los
el b.aúl y lo hace salir. Tiene las piernas anquilosadas y con la venda ojos.
en los ?jos y las manos esposadas, vacila para caminar. Lo arrastran Más tarde, después de mucho tiempo, la puerta se abre. Oye pasos.
tomándolo por el brazo ... Adivina la presencia del Viejo. Este se acerca y apoya en su barriga,
Una puerta, un pasillo. que arde todavía de sufrimiento, un objeto frío y metálico que él re-
Debe ser una casa. Una casa en pleno campo o en un barrio poco conoce como un arma.
habitado. Los argentinos tienen un nombre para ese tipo de lugares Tiembla. Tiene miedo. Miedo de haber comprendido ... Ese bu-
clandestinos: es un chupadero, palabra que hace comprender clara- foso, sí, ese revólver. .. ¿Si fuera el suyo? El Viejo extiende hojas de
mente que el supliciado es tragado y enterrado por ese agujero negro papel encima de su pecho desnudo. Una, dos, tres hojas ... Los docu-
carcelario. Detrás de esas paredes, deja de existir. mentos requisados en la casa. Estaban ahí, visibles, sobre la mesa del
Lo llevan a una pieza. Lo interrogan y lo golpean. Lo interrogan. living. Ahí está todo lo que necesitaban saber sobre los Montoneros
Lo golpean. de Mendoza.
Veinticuatro horas, «la orga» pide a los activistas detenidos que El Viejo rebosa de alegría: ese chico no es solo un «miembro de
resistan veinticuatro horas. Debe resistir. Va a resistir. la Juventud Peronista», como dice, sino un miembro de Montoneros.
Golpes. Insultos. Más golpes. Después el «submarino seco»: una Un pez gordo en la provincia.
bolsa de nailon en la cabeza, el corazón que agoniza, los pulmones Daniel Rabanal es llevado en coche hacia las oficinas de los ser-
asfixiados. vicios de inteligencia (D2). Siempre con los ojos vendados, se halla
Uno de los tipos parece ser el jefe. Los otros lo llaman «el Viejo». ahora en un calabozo. Por los ruidos de pasos, conversaciones y má-
Habla como un porteño. Daniel no los ve. Pero oye sus voces, huele quinas de escribir, adivina que está en un piso de oficinas. Para las
sus olores, una mezcla de agua de colonia y sudor que impregnará sesiones de tortura con electricidad lo llevan a los subsuelos. Entre
por siempre su memoria. dos descargas, escucha el murmullo de una caldera y los borbotones
192 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 193

ahogados de las cañerías. Su calvario va a durar unos doce días. Casi ra-sigue relatando Rodolfo Rabanal-y me pusiera en contacto
dos semanas de idas y venidas entre el piso y el subsuelo. con los abogados de su organización para iniciar trámites a favor de
21 de febrero de 1976, Daniel Rabanal, el «Pancho» de los Mon- mi hermano. Yo no quería dar a mi acción una dimensión política.
toneros, es transferido por a la cárcel oficial de Mendoza. Volví, pues, el mismo día, a Buenos Aires, para estudiar el asunto con
dos amigos abogados. Unos días después, volvimos juntos a Mendo-
za. Durante este segundo viaje, vi probablemente a Marie-Anne dos
En cuanto se entera del arresto de su compañero, Marie-Anne veces, no más, en cafés. Conservaba sus anteojos, que no le servían
redacta su carta de renuncia a la compañía Austral. Un texto breve, de mucho porque era tan linda que le daban un aspecto de estrella de
escrito a las apuradas en una hoja suelta: «Presento mi renuncia a mi cine. Había siempre una forma de excitación en su actitud, pero no de
puesto a partir del 7 del mes corriente [febrero]. Marie-Anne Erize». pánico. Como muchos jóvenes de veinte años en esa época, la invadía
No volverá nunca más a la agencia y a la casa. Demasiado peligroso. un entusiasmo juvenil, una euforia romántica de la lucha. Alrededor
Había que advertir luego al hermano de Daniel, Rodolfo Raba- de ella, la gente la alentaba dándole la ilusión de que todo tendría un
nal. Ella lo conoce, se han encontrado varias veces. Tiene 35 años, buen final para ellos dos. Por mi lado, tenía que resolver un problema
es un escritor con mucho futuro, periodista en el diario La Opinión doble: encontrar a Daniel y ayudar a Marie-Anne. En cierto modo, me
de Buenos Aires. Para evitar los controles telefónicos, Marie-Anne sentía responsable de ella. Era, por así decir, mi cuñada. Pero de ahora
lo llamó desde una cabina, esperando que el otro comprendería su en adelante, ella era clandestina y por lo tanto corría peligro. Cuando
lenguaje codificado: mis abogados me dijeron que era imposible para mí quedarme en
-Rodolfo, tenés que venir a vernos a nuestra casa de Mendoza. Mendoza, tuvimos ambos una última conversación ...
Tu hermano está en una situación complicada. »Ese día, lo que nos dijimos fue tan breve como emotivo.»
-¿Cómo? ¿Una situación complicada? -Marie-Anne, tenés que irte -le implora Rodolfo-. Mis amigos
-Tendrías que venir con un médico porque está realmente muy lo confirman, la situación es grave.
mal. - De ningún modo.
Rodolfo no sabrá más nada. Loco de inquietud, se mete en el pri- -Pero sos francesa, podés dejar el país.
mer avión pensando que al llegar encontrará a un médico que podrá -No me iré de aquí antes de saber dónde está Daniel.
curar a Daniel. Rodolfo no la verá nunca más. A fines de febrero, cuando logra
Marie-Anne lo espera en el aeropuerto, con los ojos ocultos detrás localizar a su hermano en la cárcel y puede visitarlo, este le pregunta,
de unos espesos anteojos de sol. Rodolfo la ve más bien distendida pero inquieto: «¿ Y Marie-Anne?»
nota un estado subyacente de exaltación. «Cuando me vio -cuenta- la Rodolfo le cuenta sus viajes a Mendoza y su última conversación
primera reacción de Marie-Anne fue burlarse con humor de mi traje en torno a una eventual partida de la Argentina.
azul oscuro. Me dijo: "¿Pero por qué te ponés semejante cosa? ¡Parecés - ¿Y después?
un cana!': Después me contó lo que le había ocurrido a Daniel y en- - Desde entonces, no tuve más noticias.
tendí qué significado encerraba la "situación complicada"... Lo habían Ambos lo ignoran, pero ella ha encontrado refugio a ciento se-
arrestado y nadie sabía dónde estaba detenido». 1 tenta kilómetros de allí, en la última ciudad antes de la frontera con
Marie-Anne no vino sola al aeropuerto. Tres o cuatro jóvenes Ia- Chile: San Juan.
acompañan. Jóvenes montoneros. «Todos deseaban que yo me queda-

l. Entrevista con el autor en abril de 2010.


LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 195

Channel 4. Desde La Habana hasta Caracas, su nombre es célebre en


toda América latina. Nunca olvidó a Marie-Anne. Varias veces, los
días de aniversario de su desaparición, publicó en la prensa avisos en
su memoria. Por ejemplo este, del 15 de octubre de 1996: «En una ve-
reda de San Juan, ante un negocio de bicicletas del barrio de Rawson,
quedan un zapato y unos anteojos. Las últimas huellas. Ni olvido ni
perdón. Ana».
Miguel Bonasso nos relató la valentía de esa mujer que fue su com-
pañera durante catorce años. En el calvario de las últimas noches, había
encontrado la fuerza de viajar a Cuba para intentar un último trata-
Buenos Aires, 5 de febrero de 201 O miento contra el cáncer. Cuando murió, no solamente Fidel Castro en
persona sino también el presidente venezolano Hugo Chávez le rindie-
Querida Franroise, ron homenaje. Aunque estos no sean para mí personajes muy aprecia-
bles, su reacción muestra hasta qué punto Ana de Skalon fue un símbolo
Hace una semana que estoy en la Argentina. Estas búsquedas de las para una generación de líderes latinoamericanos.
huellas de Marie-Anne me deparan cada día momentos de una inten- Miguel Bonasso se emocionó mucho al recibirnos a Joel y a mí. Su
sidad inaudita y encuentros que no olvidaré nunca. emoción era todavía más conmovedora por el contraste con su físico de
Ayer a la noche fui con mi amigo Joel a la casa de Miguel Bonasso, hombre sólido, barbudo y bien parecido. Nuestra conversación no era
un intelectual notable, diputado de izquierda en el Congreso. A los 70 para él una entrevista más. Nuestra presencia en esa casa -y no en su
años, es también una figura histórica del peronismo, un «gran testigo» oficina- revestía visiblemente una importancia particular para él. Lo
de su tiempo. Sus libros sobre la dictadura se han traducido a varias sentí verdaderamente cuando me preguntó: «¿Sabés que Ana quería
lenguas. Su biblioteca, que se encuentra a la derecha cuando se entra en dedicar un libro a Marie-Anne?» Yo había escuchado hablar de un
su casa, da la medida del personaje: se lo ve fotografiado con diversas proyecto de película, o más bien de documental, pero no de un libro.
celebridades, entre ellas el líder cubano Pide[ Castro y el ex futbolista Hubo un momento de silencio. Miguel me miraba con los ojos hú-
Diego Maradona. medos y un nudo en la garganta. Yo no sabía más qué decir. Por pri-
Miguel Bonasso no conoció a Marie-Anne, pero yo quería que me mera vez desde el comienzo de esta investigación, tuve la impresión de
hablase de su compañera Ana de Skalon, muerta de un cáncer en febrero haberme apropiado del tema -el destino de Marie-Anne- sin tener la
de 2006 en Cuba. En 1974, Ana fue, en efecto, una de las amigas más legitimidad para ello. Llegaba de Francia con mis cuadernos de notas,
cercanas de Marie-Anne, tal vez la más íntima. Se conocieron primero mis certezas, mi lista de contactos. ¿Pero por qué? ¿Con qué derecho?
como militantes de la Juventud Peronista en la Villa 31 y luego afuera, Todo periodista se pasa la vida invitándose en la existencia de los de-
en un contexto familiar. También Daniel Rabanal se entendía muy bien más, jugando al usurpador. ¡Pero hasta ese punto! Ana podría haber
con Ana y le tenía una total confianza. Fue en su casa, además, donde seguido los pasos de su hija y escribir su historia. Ella tenía derecho a
había escondido la valija con las armas y documentos. hacerlo y hasta el deber, en nombre de la amistad y de un pasado co-
Amenazada de muerte en la Argentina a causa de su compromiso mún. Yo no lo tenía.
con la izquierda, Ana de Skalon pudo refugiarse en Venezuela, antes «Sí -prosiguió Miguel-, ella quería hacer un libro, hasta que esa
de irse a estudiar a Inglaterra, donde siguió una importante carrera de maldita enfermedad ... » No había ninguna agresividad en sus palabras.
periodista y productora de televisión, sobre todo en el canal británico Al contrario, el tono era amistoso y lleno de complicidad. Repitiéndolo,
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me alentaba a continuar, era feliz y lo emocionaba que alguien llevase Sin grandes expectativas, también yo intenté buscarlo, pensando que
a cabo el proyecto de Ana. tal vez vivía todavía, de este lado del Atlántico. Pensaba, en resumen,
El momento era para mí excepcional: encontrarme frente a un hom- que con suerte, sí, con mucha suerte ... Y lo logré.¿ Cómo? De la manera
bre curtido por la experiencia, un veterano de los años sombríos, y sentir más simple del mundo: ¡gracias a la guía telefónica y a Internet! Más
que me otorgaba lo esencial: su confianza. aún, ¡Marcelo Peschin es empleado de una librería parisina situada a
Cuando partimos, Miguel Bonasso hizo un último gesto que tampo- menos de diez estaciones de subte de mi trabajo!
co olvidaré nunca. Sin una palabra y con los ojos brillantes de emoción, Mi llamado no pareció sorprenderlo. Como si hubiera estado es-
me miró mostrándome su puño cerrado. Como diciendo: «Resistí, seguí perando que su pasado argentino resurgiera de nuevo una mañana de
adelante ... » invierno.
Recuerde, querida Franroise: al comienzo de mis investigaciones, Yo estaba muy tenso pensando que iba a cortar sin contestar, o que
usted deseó no mostrarse. A la espera de los plazos judiciales, prefirió se negaría a recibirme para no reabrir sus heridas, o para preservar no
guardar silencio. Como ya se lo escribí varias veces, es una decisón que sé qué secreto. Pero no, se mostró acogedor y disponible. Su voz era dulce,
yo comprendo y respeto. Pero no dude de lo justificado de mi trámite: su francés llevaba la marca de sus orígenes argentinos. Cuando le dije
esta historia debe contarse. Ana de Skalon estaba convencida, Miguel que había hecho una lista de todas las personas que habían conocido a
Bonasso también. Y no son los únicos ... La mayoría de la gente que Marie-Anne en San Juan en 1976, me contestó: «Conozco a esa gente,
llamo, tanto aquí como en Francia, se alegra de dar testimonio. Me pero creo que soy el único que vive en Francia».
mandan mails, fotos, documentos, reconstruyen el hilo de su memoria, Habían bastado unos segundos. Me quedé sin voz.
para mí y sobre todo para Marie-Anne. Y sin embargo, soy un extranje- Es una sensación inexplicable enterarse, después de meses de ansiosa
ro para ellos, aparezco de golpe en sus vidas, entro como por efracción, impaciencia, que existe a dos pasos de su propia casa una persona que
con mi cuhosidad y mis preguntas a veces estúpidas. detenta una parte de la verdad, una persona de la que la justicia no
El encuentro que más me impresionó se remonta a más de un año sabe nada. Un hombre que podría haberme cruzado en un café o en
atrás, esta vez en París. No me tenga rencor si no le hablé nunca hasta un negocio del Barrio Latino, sin adivinar su proximidad con su hija.
ahora de esto. Me demoré porque me parecía prematuro. Pero ahora ha Marcelo Peschin aceptó verme para hablarme de ella y de San Juan,
llegado el momento ... su ciudad natal. Nos pusimos de acuerdo en almorzar juntos en las
El hombre que conocí ese viernes 6 de marzo de 2009 es un testigo semanas siguientes.
importante. El juez de instrucción francés que lleva a cabo la investiga- ¿Qué sabía, concretamente? ¿La había conocido de cerca o se habían
ción ignora, qué extraño, su existencia, a pesar de que trabaja a cinco visto de paso por actividades políticas? ¿Se habían encontrado desde la
minutos a pie del Palacio de Justicia de París. llegada de Marie-Anne a San Juan, en febrero de 1976, u ocho meses
Se llama Marcelo Peschin. No conoció a la Marie-Anne de Buenos después, en las semanas que precedieron el secuestro?
Aires, de los desfiles o de las villas, sino a la de los últimos meses en San Contaba los días.
Juan. Descubrí su identidad un poco por casualidad, consultando un Marcelo Peschin, iría a ver a Marcelo Peschin.
viejo documento judicial, una nota de síntesis excelente que su aboga- Su nombre se había vuelto sinónimo de misterio. Esperaba mucho,
do argentino, Horacio Méndes Carreras, había redactado en los años o tal vez demasiado, de ese almuerzo.
ochenta: «El nombre de Marcelo aparece constantemente durante las Su librería, especializada en libros usados, está situada en pleno
investigaciones, pero no pude localizarlo», escribía entonces, precisando Saint-Germain-des-Prés. Me había dado cita, por lo tanto, cerca de
que ese misterioso Peschin ya no vivía, al parecer, en la Argentina, sino allí. El restaurant, llamado Le P'tit Fernand, es de esos cuyo menú se
probablemente en Francia. puede leer en un pizarrón en la vereda. Las mesas están cubiertas por
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manteles cuadriculados blancos y rojos. Llegué temprano y, mientras En ese preciso instante supe verdaderamente que no estaba frente a
esperaba, traté de imaginarme cómo sería «mi» testigo olvidado. Vaya un testigo entre otros sino ante EL testigo, el hombre providencial que me
uno a saber por qué, me lo había imaginado petiso, delgado, de cierta iba a permitir reconstituir los ochos meses de Marie-Anne en San Juan.
edad, con la elegancia un poco trasnochada de los viejos comerciantes Esa tarde el tiempo voló. Cuando pagamos la cuenta, todas las otras
de ese barrio burgués. Me equivocaba. mesas del restaurante se habían vaciado hacía un buen rato. Marcelo
Como estaba de espaldas a la puerta de entrada, lo primero que debía retomar su trabajo. Lo acompañé por las callecitas soleadas de
escuché fue su voz. Mejor dicho, la del mozo: «Bonjour Marcelo!», Saint-Germain-des-Prés, hasta la librería.
después la del dueño: «Bonjour Marcelo!» y al final la del cocinero: Un cliente caminaba impaciente de un lado a otro delante de la
«Bonjour Marcelo!». Todos lo recibían como habitué y amigo. Cuan- puerta y se burló amablememnte de su concepción sudamericana de los
do se presentó delante de mí, comprendí por qué: Marcelo Peschin es horarios de apertura. Ignoraba que Marcelo Peschin, su proveedor de
un barbudo de unos cincuenta años, tiene un físico corpulento, modos libros raros, volvía de un largo, larguísimo viaje por el tiempo.
simples y el don de descubrir libros agotados para clientes coleccionistas Querida Franroise, voy a tener que dejarla en este momento real-
a los que tutea sin escrúpulo. mente conmovedor. Ahora me toca a mí ir en busca de «Lucía», en San
No sabía por dónde empezar. ¿El libro? ¿Marie-Anne? ¿Su propia Juan.
vida? Más valía tomar el toro por las astas y contarle cómo la investi- Hasta pronto.
gación me había llevado hasta él: el documento del abogado, Internet, Con mi recuerdo amistoso,
la guía de teléfonos ... De hecho, él conocía a Horacio Méndez Carreras
y h,asta lo había visto algunos años antes en París, a propósito de este Philippe
asunto. «Pero ni el juez de instrucción francés ni la abogada parisina de
los Erite me interrogaron nunca», me precisó, para mi gran sorpresa.
Después evocamos largamente a Marie-Anne. O más bien a «Lucía»,
ya que la conoció bajo esa falsa identidad en 1976...
Durante la conversación, Marcelo estuvo muchas veces a punto
de llorar. Los mozos del P'tit Fernand debieron preguntarse qué podía
afectarlo tanto. Estaban a mil leguas de imaginarse las cosas que me
contaba: la clandestinidad, la dictadura, la desaparición de su propia
novia llamada Gladys, su huida a Israel y luego a Francia. Y «Lucía»,
o «Lucííía», como él decía con su acento.
Marcelo y su hija no tuvieron una relación íntima, estoy seguro,
solo un vínculo de confianza y complicidad, de esos que se forjan en el
miedo y la resistencia. Él no sabía casi nada de su vida anterior ni de sus
amores con Daniel, Miguel o Eudes. Para él era simplemente «Lucía»,
la bella montonera.
Mientras yo abordaba la escena del secuestro del 15 de octubre de
1976, delante del negocio de bicicletas adonde había ido a buscar la
suya, Marcelo sonrió levemente por un segundo y susurró con una mi-
rada de adolescente: «La bicicleta ... ¡era mía!»

LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 201

16 En ambos casos, los Montoneros se hallaban en plena dispersión.


San Juan, pues, una ciudad de aproximadamente 100. 000 habitan-
tes, tranquila y provinciana, nacida en el siglo XVII. Toda huella del
pasado colonial desapareció en enero de 1944 con un terremoto en
el que murieron mil personas. La ciudad, enteramente destruida, fue
recompuesta de acuerdo con un mapa muy clásico: calles rectilíneas
que se cruzan a intervalos regulares, como las cuadras de Buenos Ai-
res. Las construcciones no son altas, tres o cuatro pisos como máximo,
concebidos para resistir a los terremotos. La actividad comercial se
concentra en los alrededores de la catedral, o sea, en el centro. Hay
negocios, un cine, algunos cafés y restaurantes, una gran plaza llena de
árboles donde la gente se sienta con alivio en las noches de canícula.
El campo de los alrededores es acogedor: olivares, huertas y viñedos
se extienden hasta perderse de vista. Hacia el oeste se asoman los
¿_Por qué San Juan? Sí, ¿por qué esa ciudad donde no conoce a na- primeros picos de la cordillera. Chile está muy cerca, como acostado
die? El propio Daniel Rabanal no comprende esa decisión: «No sé a lo largo de la barrera rocosa.
con quién se conectó Marie-Arine después de que me detuvieron en El ritmo de la ciudad es apacible y se escande de acuerdo a las
febr~ro de 1976, pero la gente que vio cometió un error al enviarla exigencias de cada estación. En el verano, el sol impone sus horarios
allá», asegura. a una población más que dócil. La insoslayable siesta puede prolon-
Todavía hoy, treinta y cinco años después de los hechos, no existe garse hasta la cuatro o cinco de la tarde. Después, la vida reanuda su
ninguna certidumbre acerca de esa vuelta de su destino. Solamente curso, como esas ciudades de Andalucía o Sicilia que se adormecen a
meras hipótesis. la tarde antes de resucitar al atardecer.
Se puede suponer, por ejemplo, que después de descubrir la casa Los Montoneros «auténticos» son aquí muy pocos, a lo sumo unos
de la pareja en Mendoza, las fuerzas de seguridad identificaron al diez. La llegada de Marie-Anne y otros fugados de Mendoza podía
grupo regional de Montoneros. «La orga» en Buenos Aires habría llevar el grupo hasta unos quince. A ese núcleo central se añaden
ordenado entonces la transferencia de los militantes todavía libres compañeros menos comprometidos pero que se orientan hacia ten-
hacia la ciudad más cercana, o sea, San Juan. 1 dencia similares, sobre todo en la universidad. El conjunto constituye
Según la otra hipótesis, la decisión habría sido tomada por el jefe una estructura bastante fiable, dispuesta a ayudar a la joven francesa
del sector de Mendoza, Jorge Vargas, que conocía bien San Juan. Ma- a vivir en la clandestinidad.
rie-Anne habría seguido sus consejos -o sus instrucciones- para En San Juan, Marie-Anne Erize no existe, no existe más. Nadie,
escapar a un posible arresto. en todo caso, conoce su nombre. En el grupo interno, es «Luda» o
«Sofía». 1 Los únicos documentos de identidad de que dispone afuera
l. Según nuestros cálculos, Marie-Anne Erize habría partido para San Juan en fe-
de la organización mencionan a una tal Gloria Ruth Goldenberg.
brero de 1976 con dos personas por lo menos: Gisela Tenenbaum (21 años) y su «La orga» le encontró también un escondite en Concepción, en la
novio Francisco Escamez (23 años). Ambos jóvenes desaparecieron ulteriormente. periferia. Vive con otras dos chicas, «Celeste» y «La Petisa», en una
Marie-Anne, al parecer, era muy amiga de Gisela, conocida sobre todo por ser una
excelente nadadora. En total, unas diez personas habrían pasado de Mendoza a San l. Es probable que haya elegido esos sobrenombres por alusión al célebre guitarrista
Juan, una ciudad mucho más pequeña. Paco de Lucía y a Sofía, el bebé de su amiga de Buenos Aires, Ana de Skalon.

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casa modesta cerca de un club de boxeo. La propietaria, una vieja tre las células, para saber lo menos posible unos de otros. Saber solo
señora poco curiosa, les alquila la habitación del fondo, al extremo los sobrenombres: «La Gorda», «El Chastro», «La Pata», «Petete» ...
del corredor a la derecha. Cree que son estudiantes. Ellas son mon- Y por supuesto, «Lucía».
toneras. Para guiarlos en esa ciudad descompuesta desde el atentado, «la
San Juan no es Buenos Aires, ni Mendoza; la represión es allí me- orga» ha designado a un joven absolutamente fiable: Marcelo Peschin,
nos intensa y el miedo menos oprimente. Es hasta posible llevar una de 19 años. No es montonero sino «simple» militante peronista. Ha
vida social, con la condición de simular una indolencia despreocu- crecido en San Juan, conoce todos sus recovecos y emboscadas. Al
pada que puede a veces desconcertar. Así es como una vez invitan a ver a Lucía, piensa que una chica tan bonita no podrá recorrer cien
«Luda», a fines de febrero, a una fiesta de carnaval en una propiedad metros sin que se la detecte. Por más que se enrule el pelo, se lo corte
de Médano de Oro, al sudeste de la ciudad, adonde asisten más de o se lo tiña, en una palabra, por más que trate de afearse, es inútil. «Era
cincuenta muchachos y chicas, en su mayoría disfrazados. Entre ellos imposible esconderla -relata-,1 en cuanto nos encontrábamos con
hay varios compañeros de lucha: Carlos Melo, de la Juventud Uni- amigos, enseguida venían a preguntarme: "¿Pero quién es esa mina?"
versitaria Peronista (JUP); Marcelo Peschin, hijo de comerciantes del Se veía de lejos que no era de aquí y que su aire era más europeo que
centro de la ciudad y simpatizante de la JUP; Andrés Portillo, jefe de argentino. Supe mucho más tarde que tenía orígenes franceses. Al
esta misma organización y ex seminarista, que se ha disfrazado ese principio, me había dicho solamente que había vivido con su familia
día de ... diablo. en la provincia de Misiones, cerca de las Cataratas del Iguazú. Pero
«Lucía» descubre así el universo de los militantes de San Juan, una como el pasado de los otros militantes debía permanecer secreto, yo
micrnsociedad donde se codean hijos e hijas de profesores, obreros o no había insistido. Mi función consistía en sacarla de los escondites,
comerciantes, originarios o no de la región. Todos defienden las ideas llevarla aquí o allá evitando los cortes de calles. Nunca actuamos jun-
de izquierda y se aferran a lo que creen que es el «peronismo autén- tos en política. Un día, sin embargo, fuimos a una reunión organizada
tico», social y generoso. En su conjunto, sus acciones son limitadas: por los jefes en plena naturaleza. «Lucía» y yo debíamos preparar el
difusión de volantes, pintadas en contra de la Triple A o la presidenta asado. Yo me ocupaba del fuego y ella de los pollos. Fue uno de los
Isabel Perón, ayuda a las familias de los compañeros presos ... mejores de nuestros últimos momentos.»
Como en todas partes, se discute mucho acerca de la violencia. Por prudencia, Marie-Anne cortó toda relación con sus amigos
Algunos, sobre todo entre los más creyentes, postergan el momento de Buenos Aires. Solo sus padres saben dónde se refugia. Temiendo
de decidir esa cuestión que los enfrenta de un modo doloroso a sus las intervenciones de las líneas telefónicas por parte de los servicios
propias contradicciones. Otros, en cambio, reclaman una guerra total de inteligencia, se comunican por carta. Les ha dado una dirección
contra las fuerzas del orden. Y pasan al acto: en marzo de 1976, un adonde pueden escribirle en San Juan, un pequeño kiosco de diarios
policía federal acusado de practicar la tortura, el comisario Ernesto atendido por un compañero de lucha en la esquina de las calles Alem
Máximo Patetta, es asesinado en San Juan por un comando de Mon- y Rivadavia. Pasa por allí una vez por semana para recoger su correo
toneros que circulan a bordo de una camioneta. Entre los que perpe- a nombre de «Gloria Ruth Goldenberg».
traron el crimen, se halla el jefe local, un tal Gabino. En las cartas a su madre, Marie-Anne afirma que da clases de
Ya sea que aprueben o no esa operación asesina, todos los acti- francés y se ocupa de los pobres. Omite que esas familias necesitadas
vistas de San Juan presienten que la respuesta policial será terrible. son a menudo los parientes de compañeros presos. Hay que encontrar
Las autoridades no dejarán que una ciudad apacible como San Juan fondos, víveres, lugares para albergar a los niños. Todo eso obliga a
naufrague en la violencia. Por el lado de Montoneros, es necesario,
pues, preservar una compartimentación lo más hermética posible en- l. Conversaciones con el autor en marzo de 2009 y en enero y mayo de 201 Oen París.

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salir de la madriguera y exponerse. Pero por lo menos, ahora se siente blación. Poco importa que una mayoría de inocentes caiga en la red:
útil, como antes en el Bajo Belgrano o en la Villa 31. es el precio a pagar en la lucha contra el izquierdismo. Esta estrategia
Condenada a vivir al día, teniendo como único y magro sostén va a sumir a la Argentina en la peor dictadura de su historia, una era
financiero el que le procura Montoneros, anda a ciegas, sin saber lo de sospecha y de miedo donde será preciso desconfiar de todos, hasta
que le reserva el futuro. A mil kilómetros, en Buenos Aires, el destino de los eventuales «infiltrados» dentro de las células de militantes.
del país está a punto de naufragar de nuevo ... En medio de este contexto caótico, Marie-Anne no tiene la menor
El 24 de marzo, cuatro días antes del día en que Marie-Anne noticia de su novio Daniel Rabanal, detenido en Mendoza. No sabe
cumplirá 24 años, la televisión anuncia que los militares acaban de que ha pasado doce días en un calabozo, salvajemente torturado. Aho-
derrocar a Isabel Perón. Una Junta compuesta por el representante del ra se encuentra en la cárcel, con diez kilos menos y varias fracturas
Ejército (el general Videla), de la Armada (el almirante Massera) y un en las costillas, heridas en los testículos (ya no podrá tener hijos) y
tercero de la Fuerza Aérea (el brigadier Agosti), ha tomado el poder una infección grave en el talón derecho. Las correas de acero que lo
y dirige de ahora en adelante el país. mantenían atado han frotado tanto su carne bajo la potencia de las
Este golpe de Estado es el resultado de un proceso largamente descargas eléctricas, que la llaga terminó infectándose. Pero está vivo.
madurado, como si los golpistas hubieran dejado que la situación Vivo y preso, no desaparecido. En la Argentina de 1976, ese matiz es
se pudriese para presentarse luego como los salvadores y garantes crucial: marca la diferencia entre la muerte segura y una esperanza
del orden y la unidad nacionales. Su llegada al poder regocija a una de supervivencia.
mayoría de argentinos, cansados del conflicto entre los asesinos de la De alguna manera, Daniel tuvo suerte al ser detenido un mes y
Triple A y los «terroristas» de ultraizquierda (ERP, Montoneros ... ). medio antes del golpe, en un momento en que existía aún una apa-
Los propios padres de Marie-Anne, convencidos de que su hija no es riencia de legalidad en los procesos judiciales. Lo interpeló la policía y
una mqntonera sino una víctima embaucada por los «comunistas», no un grupo de esbirros a las órdenes de la Junta. Entró en el sistema
aprueban la nueva Junta Militar. de detención por un circuito «oficial». Es probable que el hecho de
Para ellos, la Argentina debe recobrar su estabilidad política y su tener un hermano periodista y un tío que había sido intendente de
rigor moral. Para comprometerse con esa tarea, los nuevos dueños de Buenos Aires haya jugado a su favor.
Buenos Aires enarbolan una prioridad central: «Erradicar la subver-
sión». Empezando por Montoneros.
La Junta aplica su plan. Dicta leyes de seguridad. Restablece la En San Juan, la atmósfera del posgolpe es relativamente tranquila.
pena de muerte. Prohíbe el derecho de huelga. Suspende las activi- En ese mes de marzo de 1976, la respuesta al asesinato del comisario
dades políticas y sindicales. Ocupa las universidades con tropas del de policía Patetta se hace esperar. Es cierto que se hace difícil viajar
ejército. Refuerza los controles en las rutas, las estaciones y los aero- por la ciudad, pero la situación no es para nada comparable con la de
puertos. Por todos lados, una tenaza cada vez más férrea se cierne las grandes aglomeraciones, como Buenos Aires o La Plata. Marie-
en torno de los que el nuevo poder llama los «delincuentes subver- Anne, escoltada por el alerta Marcelo Peschin, encuentra siempre la
sivos». Lo rige la evidente voluntad de asestar un golpe a la base del manera de soslayar los cortes de calle del ejército ¡y hasta de ir al
movimiento y perseguir a los que los escuadrones de la muerte de la cine!: «Yo quería ver La Pantera Rosa -cuenta Marcelo-, pero esa
Triple A no han podido ejecutar. Todos deben sentirse entrampados película no entraba dentro de sus gustos: "Quiero una película de sexo
y asfixiados. Para lograr esos objetivos, hay que ampliar el círculo de y violencia'', decía. Era alegre, estaba llena de vida y de sentido del
la represión, extenderla sin respetar ningún límite, aterrorizar a los humor. Recuerdo, por ejemplo, que a veces me llamaba "Tranquera''
parientes o amigos para aislarlos de toda protección dentro de lapo- porque yo llevaba en ese entonces un aparato de ortodoncia. Tenía
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206 1 PHILIPPE BROUSSARD

una capacidad portentosa para poner al mal tiempo buena cara. Lo Han estudiado juntos los modos de hacerle dejar el país con todas las
más importante para ella era el contacto con la gente, compartir lo garantías de seguridad. ¿En avión? Demasiado peligroso. ¿Por tierra?
poco que tenía». Imposible. Queda solamente el barco. Miguel conoce una línea que
Lo esencial de su actividad se concentra en el barrio pobre de San podría hacerle cruzar el Río de la Plata fuera de los cabotajes habi-
Juan, la Villa del Carril, adonde suele ir con dos o tres compañeros. tuales, para llegar a Uruguay por uno de los muchos canales que se
Aprovechan las fiestas y celebraciones organizadas por los habitantes hunden en las tierras.
para ocuparse de los chicos, aconsejar a los padres en la compra de Fran4roise Erize ha puesto todas sus expectativas en ese proyecto
bienes comunitarios y para difundir así, a una población precisa, su digno de una novela espionaje. Pero otro lado, uu,,nn.'-'H
ideología sociahzante. Los villeros, que la conocen como «Sofía», la tomar sus precauciones. Según el Consulado, es peligroso que vaya
adoptan desde el primer contacto. Como antes en el Bajo Belgrano o sola a San Juan. Viajará, pues, con el director de la Alianza Francesa
en la Villa 31 de Buenos Aires, Marie-Anne se siente allí a sus anchas. de toda América del Sur, que ha previsto ir a la provincia el 30 de
Las familias la invitan a tomar mate y a tocar la guitarra, en presen- mayo. Una vez allí, será alojada en la casa del responsable local de la
cia de los niños maravillados. Solo el jefe del barrio sabe que ella es Alianza Francesa.
montonera, pero con él no hay peligro, porque Héctor Córica es el En avión, el trayecto de Buenos Aires-San Juan dura más o me-
hombre del kiosco de diarios donde ella recibe sus cartas. nos una hora y media. El aparato sobrevuela primero el oeste de la
Durante el mes de mayo de 1976, le entrega una carta con remi- capital, luego Mendoza y por fin las inmensidades verdes de la llanura
tente de Buenos Aires. La abre: su madre le anuncia su intención de de San Juan. Con buen tiempo, se perciben a lo lejos las cim.is de la
venir a San Juan. precordillera.
Frarn;:oise no estuvo nunca tan inquieta por su hija como ahora. A «Te esperaré entonces todos los días, a las 12 h, delante de la ca-
los cuarenta y ocho años, conoce el país mejor que cualquiera y adivi- tedral», había escrito Marie-Anne a su madre.
na que el golpe del 24 de marzo no augura nada positivo. La Argentina A la hora señalada, Frarn;:oise va al centro de la ciudad y cruza la
«eterna» del Estado Mayor y de la Iglesia, la Argentina ultraconserva- plaza del 25 de Mayo. La catedral se levanta del otro lado, más allá
dora de los grandes latifundistas les va a hacer pagar caro a los «rojos» del estanque y los bancos públicos. Es un monumento un poco frío,
sus sueños revolucionarios. En Buenos Aires, la comunidad francesa de inspiración italiana, construido después del terremoto de 1944.
presiente que los jóvenes que han entrado en la aventura peronista Franyoise se adelanta buscando a su hija con la mirada.
de los últimos años se van a convertir en sospechosos y deben irse lo Allá, en la entrada. Sí, allá ...
antes posible al extranjero. Marie-Anne está radiante, aunque no puede ocultar su emoción.
El objetivo del viaje de Frarn;:oise es, pues, convencer a su hija de Estrechando a su madre entre sus brazos, la besa largamente: «Vení
que debe escaparse. Por prudencia, informó de su viaje al diplomático -le dice- vamos a casa».
del Consulado de Francia. Serge Bataille, un ex miembro de la resis- En la calle Sarmiento, en Concepción, Fran~oise descubre la casa
tencia francesa que ella aprecia sobremanera, se ha comprometido a sin pretensiones que le sirve de escondrijo: el living, el patio, el dor-
ayudarla si Marie-Anne acepta partir. Según sus planes, tres agentes mitorio que comparte con las otras dos chicas. La pieza es grande y
de los servicios franceses irían a buscarla en coche y la llevarían de funcional; sus tres camas individuales están alineadas contra la pared
vuelta, discretamente, a Buenos Aires. El paso ulterior consistirá en del fondo, lo que les deja un espacio para comer en la pieza.
sacarla fuera de la Argentina. Un hombre está dispuesto a organizar Fran~oise ha previsto pasar dos días en San Juan. Cuarenta y ocho
su fuga, su ex compañero Miguel Reynal, el dueño de la compañía horas para convencer a su hija y someterla a su plan: los agentes, el
Austral. Fran~oise ha ido a verlo y le ha mostrado las cartas de su hija. viaje por los canales fuera de línea para llegar a Uruguay... Tiene
208 1 PHILIPPE BROUSSARD

que poder lograr su objetivo, el Consulado tiene confianza y Miguel


Reynal también.
--Pero yo no he hecho nada -replica Marie-Anne-, no soy una
terrorista. No me pasará nada aquí. No formo parte del dub. 1 Solo
quiero ser pobre entre los pobres.
-Pero también hay pobres en otros lados. ¡Hasta en Francia!
-No, mamá. Me quedaré en San Juan.
Frarn;:oise volverá sola a Buenos Aires.

San Juan, 8 de febrero de 201 O

Querida Fran~oise,

Por fin estoy en San Juan.


Llegué hace tres días, con el primer avión de la mañana, un lindo
viernes de verano. No hacía todavía mucho calor, el cielo era de un
azul luminoso. En 1976, Marie-Anne había desembarcado aquí por
la misma época, probablemente por la ruta desde Mendoza, donde
Daniel Rabanal, su compañero, acababa de ser detenido a la salida
de un café.
Siento una emoción muy particular, hecha de aprehensión e im-
paciencia, al caminar sobre las huellas de sus pasos y abordar así,
después de un año de investigaciones, el lugar en el que se anudó el
drama de su vida. Vine aquí hace diez años, por cierto, pero no estaba
entonces tan impregnado de esta historia. En esos casos, es imposible
ver los lugares y la gente como un visitante normal, porque todo se
juzga y se experimenta de acuerdo con el pasado. Uno se pregunta
si ese restaurante o ese negocio existían ya en 1976, no se puede en-
trevistar a nadie sin preguntarse cuál habría sido su postura en la
época de la dictadura. ¿Sería un héroe o un abyecto? Es terrible decir
1. Con el término «club» alude sin duda a la agrupación Montoneros. Hemos eso respecto de un país que usted quiere tanto, pero yo he sentido esa
transcripto este diálogo a partir de las declaraciones de Frarn;:oise y Albert Erize
sensación solo en otros dos países, dos tierras de genocidio: Alemania
el 9 de abril de 1984 ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas
(CONADEP). y Ruanda.
210 1 PHIL!PPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 211

Mi hotel está ubicado en pleno centro. Desde mi habitación veo Todo es cierto, a lo mejor. ¿Pero por qué Moroy no dijo nada durante
la catedral donde usted se había dado cita con Marie-Anne del 30 de el interrogatorio de la brigada criminal? Al contrario, insistió en preci-
mayo de 1976. Ignoro qué aspecto tenía San Juan en esa época, pero sar: «Nunca vi a Marie-Anne en posesión de un arma durante todo el
hoy es una ciudad muy agradable, de dimensión humana, con un aire período en que militamos juntos».
de «pequeño municipio de provincia». Durante el día, la gente hace sus El otro testigo, a mi parecer más fiable, es Eloy Camus, funcio-
compras en el sector peatonal y por la noche toman fresco en los bancos nario en la administración provincial. Él sí conoció brevemente a
públicos o en las veredas de los cafés. Marie-Anne en 1976. Pero no fue por eso que tomamos un váso de
Las huellas de la dictadura son escasas. Se perciben apenas algu- vino juntos en cuanto llegué a San Juan, el viernes por la mañana,
nos libros en las vidrieras de las librerías. El sufrimiento se diluyó con sino más bien para evocar sus investigaciones sobre la dictadura en
el tiempo, el horror se convirtió en historia. De ese lejano pasado solo esa ciudad. Después de trabajar durante años en forma privada, ex-
quedan coches: los Ford Falcan que utilizaban los torturadores. Están trajo de esa labor un libro, publicado por la universidad local en
siempre allí, indestructibles, con sus caños de escape chisporroteantes. Al octubre de 2009. Según él, el número de víctimas en San Juan sería
verlos, no puedo evitar pensar en el secuestro de Marie-Anne ese viernes mucho más elevado (por lo menos ciento veinticinco personas) que
15 de octubre de 1976 delante de la bicicletería. Ese día, sus captores el balance admitido (unos treinta) por las organizaciones de defensa
la habían metido en el baúl de un Falcan. « Un Falcan de color claro», de los derechos del hombre.
según los escasos testigos. Su libro retrata el trayecto de más de un centenar de hombres y
Durante mi primer viaje, había podido entrevistar a dos hombres mujeres en la región. Unas cuarenta páginas están dedicadas a Marie-
que la habían conocido. Anne y a sus principales compañeros. Al parecer, un pasaje le molestó,
El primero es Jorge Moroy, alias «El Polaco», un ex montonero de el que dice que la familia Erize pertenecía a la «clase media alta»,
San Juan. Esta vez, no organicé un encuentro personal por una razón dicho de otro modo, a un ambiente social favorecido. «No éramos ri-
muy simple: dudo de su credibilidad. cos, siempre tuvimos que arremangamos para sobrevivir», les habría
Sus declaraciones ante la justicia y los medios comportan impreci- dicho usted a diversas personas, reaccionando contra los escritos de
siones y hasta contradicciones. En junio de 1985, había indicado a la Eloy Camus.
justicia argentina que había visto a «Lucía» solamente dos veces, y que No lo dijo para herirla, Fran<;oise, sino para destacar el hecho de
la conocía poco. Quince años después, declaraba a los diarios de su país que Marie-Anne provenía de un ambiente diferente de la gente que
haberla vista «prácticamente todos los días» y hasta haberse enamorado ella quería socorrer. Aunque haya forzado un poco las cosas con la
de ella. Cuando los policías franceses de la brigada criminal lo interro- fórmula «clase media alta», sería injusto reducir el libro de Eloy a
gan a su vez el 4 de marzo de 2003 en París, evoca «dos o tres» citas por esa única frase. Trabajó mucho sobre las actividades encubiertas de
día con «Lucía» en septiembre y octubre de 1976. la represión en San Juan durante el período 1975-1983. Sin super-
«El Polaco» Moroy es un hombre simpático y afable cuyos antepa- severancia y la de sus hermanas (Margarita, la magistrada, María
sados eran oriundos del norte de Francia. ¿Pero su memoria no le hace Julia, abogada), esos dossiers habrían caído en un total olvido. Sus
trampa? En 2000, yo había hablado mucho con él y me había propor- búsquedas siempre complementaron las investigaciones, más judicia-
cionado datos importantes: les, de su abogado argentino Horacio Méndez Carreras. Consultando
- Que Marie-Anne detentaba un arma que no había usado nunca; los archivos, pude comprobar cuán profundo fue el compromiso de
- que un día, en un supermercado, habría robado el monedero ambos en este asunto.
de un cliente porque la organización carecía de documentos de iden- Apenas llegué, Eloy me pidió el favor de dar una conferencia de
tidad. prensa a la semana siguiente, para explicar a los periodistas locales mi
4if

212 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 213

trabajo acerca de Marie-Anne. Su historia es conocida aquí, los medios ¿Recuerda usted que «Celeste» era una de las dos chicas que com-
la han tratado largamente, pero sin llevar muy lejos las investigaciones. partían la habitación con Marie-Anne cuando usted vino aquí en mayo
Eloy quiere que hable, para mostrar que los crímenes de la dictadura de 1976? Ahora es una mujer de cerca de sesenta años cuya mirada se
siguen siendo de interés en el extranjero. Por simpatía por él, participaré nubla de tristeza con solo evocar ciertos episodios. Hablando con ella,
en esta conferencia. Pero sin revelar tampoco demasiados elementos, me contó, sin embargo, una anécdota divertida: «Había en el grupo un
porque falta mucho para que la investigación se termine. Para serle muchacho forzudo y muy simpático cuyo sobrenombre era "El Gordo".
franco, me ocurre a veces perderme un poco en medio de la masa de Varios muchachos estaban enamorados de Marie-Anne, "Lucía", como
informaciones ... Demasiados nombres, sobrenombres, fechas, recuerdos la llamábamos. Pero solo el Gordo tuvo la valentía de declarárselo un
más o menos brumosos. Así lo quiso Marie-Anne: su vida, sus vidas, día, en plena reunión y delante de todos. Ella se burló graciosamente
fueron un rompecabezas de mil piezas. de él, sin agresividad, y la cuestión quedó ahí. Para serle totalmente
Lo más desconcertante en los ocho meses que ella pasó en San Juan honesta, estábamos todas un poco celosas de Marie-Anne, que atraía
es la desconexión casi total de este episodio respecto de los anteriores. tanto a los hombres».
Ella había construido aquí su propio mundo, separado de todos los Otro ex militante aceptó testimoniar: Héctor Córica. Más vale que
demás. Cuando daba a sus nuevos amigos indicios de su pasado, era a se lo diga, Franroise: sin que usted lo sepa, este hombre de sesenta años
cuenta gotas, por pudor o por precaución. Ellos no podían calibrar la desempeñó una función crucial en su vida, entre febrero y octubre de
riqueza de su trayectoria, a los vienticuatro años: Espartillar, Wanda, 1976. Es el dueño del kiosco de diarios donde Marie-Anne recogía sus
Buenos Aires, Miramar, París, Jersey, Saint-Tropez, Resistencia, Río, cartas. Era el enlace entre ustedes dos, el cartero de sus secretos. I-Iéctor
Nueva York, España, otra vez París, el Bajo Belgrano, el Machu Picchu, no olvidó nunca la sonrisa de felicidad de Marie-Anne cada vez que
la Villa 31, Mendoza ... Y por fin San Juan, donde da la impresión de recibía una carta de Buenos Aires.
haber llegado a la última fase del acoso, semejante al Fugitivo de la serie Vivía en esa época en la Villa del Carril, ese barrio pobre que a
y la película epónimas. ella le gustaba tanto. «La gente la adulaba -me contó-, tenía una
¿Quién queda, en 201 O, que nos pueda relatar esa trampa progre- verdadera personalidad, una reflexión política estructurada. Una vez
siva? En San Juan, la represión fue feroz. Faltan sobrevivientes. Justo que estaba entre nosotros, se comportaba como una líder, dirigía la
antes de dejar Buenos Aires, el otro día, pude encontrarme pese a todo maniobra, organizaba actividades, sobre todo para los chicos. Recuerdo
con Carlos Mela, uno de los que participaban en la famosa fiesta de haberla visto participar en una carrera donde cada adulto llevaba a un
disfraces de febrero de 1976. Mirada a distancia, esa fiesta de carnaval niño sobre los hombros. Otro día, en invierno, regaló su tapado de piel
aparece como un viraje en el destino de esa comunidad de militantes, a una mujer que temblaba de frío.»
una especie de clímax de la despreocupación: los personajes centrales Cuando Marie-Anne desapareció en octubre de 1976, le faltó poco
de la futura tragedia están reunidos allí, uno disfrazado de diablo, otro a Héctor Córica para ser detenido. Se escapó de San Juan y volvió
de Nerón, un tercero de yudoca. Bailan, cantan, beben, aprovechan sus recién en 1982. Desde entonces, envejece con sus dolores de sobrevi-
veinte años sin preocuparse por el mañana. viente, cargado con el duelo imposible de los compañeros cuyos cuer-
Carlos Mela estaba presente ese día. En los meses que siguieron logró pos nunca se encontraron: Florentino Arias, las hermanas Otarola,
exiliarse. Mucho más tarde fue a vivir a Mozambique y luego ... a París. Gladys Sánchez ... Por lo menos unas treinta personas. Entre ellas
Otra sobreviviente de los años de plomo es una mujer conocida con Marie-Anne.
el sobrenombre de «Celeste». No puedo develarle su verdadero nombre «No pertenezco al club», le había dicho a usted en mayo de 1976.
ni su profesión, ni el lugar donde la vi en la Argentina, porque me pidió Era falso, Franroise. Era una gran mentira, para protegerse y sobre todo
el más completo anonimato. protegerla A USTED. Ella formaba parte de ese «club». Como Celeste,
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Héctor y algunos otros de los que ya le hablaré. Nadie la vio con un arma
en la mano, poniendo una bomba o incitando a la violencia, pero ella
17
perteneció al grupo, fue montonera hasta el último día.
Hasta pronto.
Con mi amistoso recuerdo,

Philippe

N. B.: El juez federal encargado de la investigación en San Juan,


Leopoldo Rago Gallo, aceptó recibirme el martes por la mañana.

Sobrevivir, solamente sobrevivir. De escondrijo en escondrijo, día


a día.
Marie-Anne y sus compañeros montoneros no piensan en otra
cosa. Esta vez, la ola represiva que viene de Buenos Aires desde el
golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, empieza a llegar a San Juan.
Se vuelve difícil desplazarse, organizar reuniones, mantenerse comu-
nicados. Policías y militares vigilan atentamente todo: las reuniones
sospechosas, las casas tranquilas donde cohabitan varios estudiantes.
Hasta Marcelo Peschin, el «guía» de la joven francesa, debe redoblar
su prudencia, evitar ir al cine o a la cancha de fútbol. Las consignas
de «la orga», por su parte, no fueron nunca tan estrictas en materia
de seguridad: los militantes proscriben la barba y los cabellos largos,
los pantalones vaqueros y todo lo que pueda llamar la atención de las
fuerzas del orden. Las chicas no tienen ya derecho a fumar cigarri-
llos negros, demasiado masculinos y por ende sospechosos. Al igual
que su compañero, Marie-Anne limita sus salidas sin renunciar por
ello al único y modesto trabajo que le permite subsistir desde que se
instaló en San Juan: la cosecha de aceitunas en compañía de algunos
cosecheros temporarios, en una propiedad de los alrededores. Quiere
permanecer libre. Libre de elegir sus amigos, su vida y quizá su propia
muerte.
En su cárcel de Mendoza, su compañero Daniel Rabanal no sabe
dónde ni con quién está Marie-Anne. Está aislado del mundo, so-
216 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 217

metido a sesiones de un sadismo inaudito: descargas eléctricas, con Para alojar a los compañeros buscados o que esperan un refugio,
la cabeza cubierta con una bolsa de plástico o sumergida en el agua, «la orga» dispone de un campamento en las alturas del monte Cerro
golpes simultáneos en las dos orejas (el suplicio del «teléfono») ... sin Negro, a unos treinta minutos por ruta de San Juan. Los ocupantes
olvidar las torturas psicológicas. Así, unos cuatro meses después de nunca son muchos, a lo sumo unos diez. Sus carpas están instaladas
su arresto, su principal torturador le muestra la foto del 1° de mayo en una esplanada a la que se llega por senderos de cascotes y arena. En
de 1975 en Buenos Aires, poco después del triunfo de los Khmers la subida, hay que tratar de borrar con ramas las huellas de pasos, pero
rojos en Camboya. Hablando despacio y fingiendo emoción, el tipo el lugar ofrece una hermosa vista global, ideal para avistar al «ene-
le pregunta, señalando a Marie-Anne: migo». El lugar resulta perfecto, además, para depositar un pequeño
-¿La querés mucho a esta chica? arsenal (armas de mano, fusiles ... ) y entrenarse para el combate: los
ruidos de detonación, frecuentes en esa región minera, no llaman
-¡Te metió los cuernos con tu jefe de Mendoza! ¡Vos la querés y mucho la atención.
ella no te quiere! En sus orígenes, el campamento servía únicamente para entre-
namiento, pero el aflujo de militantes de Mendoza -después de la
-Sabemos dónde está. En San Juan. Colabora con nosotros y no destrucción de la sección regional de Montoneros en febrero- lo
tendrá problemas. O la dejamos libre, o la metemos en la cárcel, pero ha convertido en un lugar de tránsito, donde las condiciones de vida
sin tocarla. son más que rudimentarias. Falta agua, que hay que traer en baldes y
-¿Qué quiere que le diga? Aunque quisiera decirle algo, no po- distribuir a cuenta gotas. El menú de las comidas es invariable: arroz,
dría. Hace cuatro meses que estoy aquí. Usted sabe mejor que nadie pastas, conservas. La higiene deja mucho que desear: nadie puede la-
que no tengo informaciones de lo que pasa afuera. varse, mujeres y hombres deben dormir vestidos, las carpas despiden
-Si Vos nos ayudás, ella quedará con vida. Si no ... un olor pestilente de sudor y mezcla de suciedades diversas.
Daniel rechaza ese «ofrecimiento» y no cree ni por un instante en Marie-Anne pasa por allí solo dos o tres veces. No le molesta
la relación de Marie-Anne con Jorge Vargas, su ex jefe de Mendoza. en absoluto dormir en medio de la naturaleza, al contrario, tiene la
Pero una cosa le parece evidente: ya la han localizado, o están a punto impresión de volver a la vida de los campamentos de scout, en esa
de encontrarla. época en que sus compañeras guías o el padre Loison la llamaban
En esta época, o sea, a mediados de 1976, es imposible determinar «Lagarto mañoso».
en qué lugar vive la joven francesa. Su recorrido es sinuoso, una noche Un hombre puede dar testimonio de esas horas interminables en
aquí y otra allá. Hace malabarismos entre las direcciones, los contactos, medio de la soledad ventosa del monte Cerro Negro: Aldo Morán,
los sobrenombres: «Luda», «Sofia», hasta «Lovita». La única certeza es 60 años. Es uno de los escasos sobrevivientes de Montoneros de San
que en junio, después de la visita de su madre, vive por un momento Juan. «"Luda': como la llamábamos, estaba llena de vida -relata-
en la casa del cónsul honorario de Francia, Jean Jacquemin, en la calle y siempre dispuesta. Participaba en los entrenamientos militares, se
Maglioli nº 203 «sur» de San Juan. Se queda allí hasta el día en que un formaba en el manejo de las armas, aunque no se haya visto obligada
desconocido parado delante de la casa -un tipo rubio, bastante alto y a usarlas, por lo menos que yo sepa. En realidad, no sabíamos gran
corpulento, vestido con ropa blanca de deporte, según sus descripcio- cosa de su pasado. Un día que un avión de línea sobrevolaba el lugar,
nes- le llama la atención. Según sus amigos montoneros, se trataría me confió que había trabajado para una compañía aérea. También
de un miembro de los servicios de inteligencia apodado «El Pichi». Por hablaba de su familia y de sus padres, que adoraba. Como los días
suerte, deja ese refugio a último momento, antes de que el tipo en cues- eran largos, dibujaba mucho, sobre todo niños, o se distraía leyendo
tión venga a preguntar al propietario: «¿Acá vive Marie-Anne Erize?» nuestro futuro en las cartas: "Vas a ser el único que vivirá hasta viejo,
--------------------,,

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yo moriré joven': Otra cosa me había marcado: sus manos, muy finas recibido alguna: misión en la capital? Hubieran podido interpelarla
pero arruinadas, tan rugosas como las de un artesano». 1 diez veces, cien veces, en el tren o en la ciudad. Pero no. Hela aquí
Esa vida cotidiana de privaciones fue agotándola lentamente. Sus delante de su casa de la avenida Monroe al 1602.
sonrisas, su energía, su furia por seguir avanzando no son más que Ha caído la noche, hace frío. Marie-Anne está más menuda y frágil
simulacros para disimular una angustia cada instante. Minada por la que nunca. Su rostro, de una flacura inquietante, ha palidecido y está
desazón, debilitada por la mala alimentación, Marie-Anne se miente marcado por la preocupación; sus ojos verdes revelan el desgaste y la
a sí misma y pone su salud en peligro. Violentos dolores abdomina- fatiga de una huida agotadora: «No me quedaré a dormir, tengo que
les provocados por una enfermedad parasitaria obligan a Marcelo volverme rápido», dice a todos, dándoles un beso. Apenas tiene tiem-
Peschin, su guía oficial, a apelar a un tío médico. Para recuperar sus po para echar una ojeada al garaje, su antro de otras épocas, donde su
fuerzas, Marie-Anne recurrirá también a una amiga de su hermano madre ha guardado su mesa de dibujo, sus fotos del Perú, las revistas
Marc: Marita Gómez, una joven que este conoció en el marco de la de moda ...
Gran Fraternidad Universal, la secta de la que es miembro. Tiembla de frío. Su hermanita Marie-Noelle le da un pulóver. La
A principios del invierno austral de 1976, Marie-Anne se presenta mayor parte de los otros hermanos está presente, reunida en el dor-
en la casa de Marita Gómez, en la calle General Paz 94, una pequeña mitorio de los padres: Yolande, Jean, Étienne ... Entonces Marie-Anne
casa igual a otras cien en San Juan. Marita, soltera, vive en el segundo toma una guitarra y vuelve a dar vida a la «familia Trapp», animan-
piso con su madre María Magdalena, viuda de un comisario de poli- do el coro despreocupado de los años felices. Emocionados hasta las
cía. La joven francesa les oculta su pertenencia a Montoneros. Declara lágrimas, entonan canciones de Trenet, Piaf, Montand. Y después,
estar de paso por la provincia y les pide sólo poder pasar de vez en cuando se va, y agarrándose fuerte las manos: «Es solo un hasta pron-
cuando para lavarse y descansar en un ambiente calefaccionado. La to, nos veremos», les dice.
madre y la hija se encariñan muy rápidamente con esa visitante atra- San Juan, 18 de agosto de 1976. Se expande en la ciudad la noticia
yente pero un poco perdida. Su pelo corto, sus manos sucias y su ropa de que las fuerzas de seguridad han asaltado un campamento «terro-
le dan un aspecto de descuido extremo. Además, no tiene un centavo. rista» en el monte Cerro Negro. Un guerrillero ha muerto: Roberto
El departamento de los Gómez se convierte en su refugio, una Guilbert, 25 años. Los otros, que son menos de diez, en su mayoría
especie de centro de normalidad en su vida cotidiana de fugitiva. mujeres, habrían logrado huir por la montaña. Entre ellos Marie-
Aquí por lo menos vuelve a ser «Marie-Anne» y no «Luda», «Sofía» Anne, alias «Lucía».
o «Gloria Ruth Goldenberg». En general, llega a la hora de la siesta, Nadie sabe de qué modo las fuerzas del orden se enteraron de la
mordisquea alguna cosa rápidamente, duerme un rato y vuelve a irse existencia de esta base oculta -se trata tal vez de un total azar-, pero
a la caída del crepúsculo, después de dar un beso a la dueña de casa, a era inevitable que el grupo cayera, tarde o temprano. Había habido ya
la que ha empezado a llamar «mamá». Algunos días, la depresión es varias alertas, sobre todo un sábado en que los militantes presentes
más fuerte. Con los ojos húmedos, dice de pronto, misteriosamente: habían visto a scouts en las cercanías y con un nudo en el estómago
«Ya sé cómo va a terminar todo esto». se habían preguntado qué hacer para evitar que los descubrieran. 1
¿Es esa certeza la que la lleva a ir a Buenos Aires algunas semanas Los adolescentes, por suerte, habían proseguido su camino. Después
después? Nadie sabrá nunca por qué, ese día de invierno de 1976, de ese episodio, uno de los responsables insistió en que sería más
corre el riesgo insensato de ir a saludar a los suyos a mil kilómetros prudente desplazar el campamento unos kilómetros, pero nunca se
de San Juan. ¡Presiente una urgencia por verlos una última vez? ¿Ha realizó esa sugestión, al parecer por pereza.
l. Testimonio recabado por el autor en una conversación con «Celeste», ex monto-
l. Conversación con el autor en febrero de 2010. nera, en febrero de 2010, en la Argentina.
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Esta vez, no fueron scouts sino policías, vez acompañados por ingeniero digno de confianza, Carlos Cámpora. 1 Se la reconoce
soldados, los que llegaron hasta el campamento. Se cuenta que Ro- fácilmente por la larga reja que la separa de la vereda. Marie-Anne
berto Guilbert, la única víctima, se habría sacrificado enfrentando a vive allí con una pareja de militantes, los Poblete. Para evitar toda
los asaltantes para que sus amigos pudieran escaparse. «Marie-Anne sospecha, el trío aparenta una u«1uL1au de fachada. Marie-Anne y

formaba parte de los fugitivos -confirma el ex montonero Aldo Mo- la otra joven dan cursos de francés, química y matemáticas a los chicos
rán-, me lo contó uno de los sobrevivientes. 1 Tuvieron que caminar de los alrededores. Para los padres de los niños, son «simpáticas» y
un centenar de kilómetros antes de refugiarse en la región de Zonda, «muy lindas». No olvidan nunca saludar a los señores ni sonreír a las
donde conocían un lugar seguro. A su llegada, estaban extenuados y señoras. Los vecinos notan movimientos nocturnos, sobre todo al oír
tenían los pies bañados en sangre.» un Citroen que estaciona delante de la casa, pero terminan diciéndose
De vuelta en San Juan después de ese trágico episodio, Marie- que debe ser el coche del propietario.
Anne está más alerta que nunca. Cuando va a buscar sus cartas al
kiosco de diarios o va a la casa de su «mamá» Gómez, verifica cons-
tantemente si alguien la sigue. Desde que se esconde en San Juan, la única persona con la que
Nunca volvió a ver al «Pichi», el agente vestido de campera y pan- Marie-Anne ha conservado contacto, fuera de sus padres, es Eudes
talón blancos, pero al parecer, militares vestidos de civil patrullan la Colcombet, su ex novio del Chaco y del bulevar Beaumarchais. El
ciudad en coches Ford Falcon o Renault. La situación es tan tensa amigo de siempre.
que las diferentes células militantes ya no llevan a cabo prácticamen- Le escribe a Colonia Benítez, donde su padre, cónsul honorario
te ninguna actividad política, volviéndose cada vez más autónomas. de Francia, dispone de una casilla de correo diplomática (nº 155)
Sus miembros están enteramente concentrados en evitar los robos y protegida de la curiosidad de los militares. «Si querés, venía verme»,
seguimientos. El propio Marcelo Peschin, su compañero de primera le sugiere en una carta. Con una precisión: «Iré todos los primeros
hora, ha pasado a la clandestinidad después de haberse escapado por domingos del mes a la misa de las 18 h en la catedral, estaré en el
un pelo a ser arrestado a mediados de agosto. 2 último banco».
Por suerte, desde hace algunas semanas «la orga» ha instalado El joven veterinario se preocupa por ella. Sabe qué peligroso es desa-
a Marie-Anne en un lugar seguro y confortable, en la calle Sabatini fiar a los servicios de seguridad. La Argentina está en estado de tensión.
170, en un barrio residencial de San Juan. 3 La casa es propiedad de un En Buenos Aires, un atentado atribuido a Montoneros ha provocado
veinte muertos en las dependencias de la Policía Federal (2 de julio de
1. Aldo Mo.rán afirma que saca este testimonio de Coco Andrada, desaparecido hasta 1976). Por todas partes en el país, muchachos y chicas calificados de
el día de hoy. Es el único testigo que evoca la presencia de Marie-Anne Erize en el «subversivos» son detenidos, torturados, algunos de ellos estarían de-
momento del ataque armado. Jorge Moroy, alias «El Polaco», aludió también a este tenidos en cárceles no oficiales (chupaderos fuera de todo control ju-
hecho en 2000. Marcelo Peschin, ausente ese día del campamento, no tiene ningún
dicial). Por sus propias funciones consulares, el padre de Eudes evalúa
recuerdo de la participación de la joven francesa en este enfrentamiento armado,
pero considera que es «muy posible» que estuviera presente. todavía mejor la gravedad de la situación: hatenido que negociar con las
2. En ese momento, Marcelo está sin noticias de su mejor amigo, Andrés Portillo (24 autoridades la liberación de franceses sospechosos de «izquierdismo» 2:
años), el ex seminarista que se había disfrazado de diablo en la famosa fiesta de febrero.
Miembro muy activo de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), Portillo no dio más l. Juan Carlos Cámpora, personalidad de la izquierda muy conocida en San Juan,
signos de vida a partir del 6 de julio de 1976 a la noche, cuando partió para Córdoba, desaparecerá el 25 de febrero de 1977. En 1960, había sido rector de la universidad
donde debía asistir a una reunión de Montoneros. Nunca se encontró su cuerpo. de dicha provincia.
3. La fecha de llegada de Marie-Anne a esa dirección no se conoce con precisión. Se 2. En 1975, su sobrina Edwige y su novio fueron detenidos por un breve período
puede conjeturar que fue en julio de 1976. mientras viajaban por el norte del país. Los policías, muy agresivos, les preguntaron
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«Tiene que irse, si vos decidís ir a buscarla, les pago el avión para Francia «Lucía», la montonera. Apurada, toma las calles desiertas, para llegar
o Brasil». a su madriguera de la calle Sabatini.
Un sábado del invierno de 1976, Eudes decide ir a dedo a San Para Eudes, el viaje de vuelta es una noche sin fin. Una frase dicha
Juan. Desde Resistencia, en el Chaco, el trayecto es interminable. Debe por ella lo obsesiona: «Estoy acorralada, han encontrado mis rastros».
recorrer más de mil kilómetros, pero podría llegar a destino en la El mismo fatalismo se hace visible en la tarjeta que Marie-Anne envía
jornada del domingo. Una sola cosa le preocupa: los hombres de la a su padre para su cumpleaños (que cumple cincuenta y cinco años
SIDE, el servicio de inteligencia: «Tenía barba, el pelo medio largo, el 5 de octubre de 1976).
una chaqueta de tela de jean, en resumen, el aspecto ideal de un per- La tarjeta lleva una inscripción: «La alegría siempre viaja en los
fecto sospechoso», cuenta hoy. hombros del dolor». Al dorso, las palabras están llenas de tristeza y
A la hora de la misa dominical, penetra en la catedral de San amor. La letra apretada y nerviosa expresa todo el peso de la desga-
Juan, en pleno centro de la ciudad. A pesar de sus cabellos cortos y rradora separación:
sus anteojos negros, reconoce enseguida a Marie-Anne sentada en la
última fila. Ella se levanta y lo besa. Se instalan en un rincón apartado
para hablar en voz baja. Mi querido padre,
«Traté de convencerla que volviera conmigo al Chaco -prosigue
Eudes-. Por lo menos ahí nadie la conocía. Después, podíamos ir a Un nuevo cumpleaños. Un año lleno de preocupaciones, alegrías ...
Brasil o a Francia, como mi padre me lo había propuesto. Pero en- penas. Pero las penas solo deben afectar cuando vemos lo imposible,
segtüda me di cuenta de que todos esos argumentos no servían para cuando hemos perdido todas las batallas.
nada. Estábamos en dos ópticas diferentes. No parecía escucharme, Pero en esta vida, papá, ¿perdiste realmente tantas batallas?
estaba como aturdida, o como si le hubieran hecho un lavado de ce- Papá, lejos de mí pero cerca de mi corazón, estas palabritas que te
rebro. Cuando me había invitado a San Juan, yo creía que necesitaba mando en tu día no son más que un pequeño gesto de afecto, pero todo
ayuda. En realidad, su objetivo era enrolarme en su causa ... Eviden- el resto nunca se podrá decir con palabras. Algún día, tal vez, ustedes
temente, me negué. Ella dijo: "No puedo traicionar a mi pueblo. Si comprenderán cuánto los quiero. Hoy pienso en ti, pero no puedo sepa-
hace falta, moriré aquí". Como siempre con Marie-Anne, decía que rarte más de la imagen «papa-mamá».
no perseguía ningún interés personal, que no actuaba por su propio Pensaré en ti en la iglesia el 5 de octubre.
beneficio sino por pura generosidad, con el fin de ayudar a los demás. Hasta siempre,
Con el peligro de precipitarse en una muerte anunciada ... »
Después de la misa, caminan un rato por la ciudad. Marie-Anne le Con una ternura muy mía,
muestra la casa donde vive, en la calle Sabatini. Él observa la larga reja tu hija Marianne
y los postigos cerrados, que dan a la casa el aspecto de esas ciudades
balnearias cuyas ventanas están cerradas en invierno. Ella lo acom-
paña luego hasta la estación de ómnibus para tomar, en las primeras
horas de la noche, el micro para Resistencia.
A las nueve de la noche, las puertas se cierran y el chofer arranca.
Una última mirada, un gesto con la mano, y Marie-Anne es de nuevo

si conocían a Régis Debray, el intelectual francés comprometido poco tiempo antes


con la causa del Che Guevara. Los dos jóvenes fueron liberados.
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tanto tiempo, que es imposible compartirla con cualquiera». La com-


partió conmigo -sin ocultar nada, por lo menos así lo creo-, pero es
usted, Frani;oise, la destinataria final.
Si Marcelo y tantos otros me han hablado de Marie-Anne, si libera-
ron su memoria, fue para decirle a usted quién era la mujer y la amiga
que fue para ellos. A pesar de algunas imperfecciones y zonas todavía
misteriosas, el conjunto de estos testimonios compone la trama de dos
días decisivos, el 15 y el 16 de octubre de 1976.
Antes de volver a ellos en detalle, hay que demorarse en un actor im-
portante de esta secuencia: Daniel Russo, de 22 años. Sí, otro Daniel ...
San Juan, 1O de febrero de 201 O Muy diferente del Rabanal montonero, como lo verá ahora.
De algún modo, Daniel Russo fue el último hombre en la vida de
Querida Fram;oise, Marie-Anne. Varias personas de confianza me aseguran que sus rela-
ciones fueron siempre de tipo amistoso. Que yo sepa, su hija no tuvo re-
Sin duda, usted no tendrá ganas de leer esta carta. Preferiría tirarla laciones amorosas en San Juan. No por eso Daniel Russo deja de ocupar
a la basura o quemarla. La historia que ella cuenta constituye el núcleo un lugar particular dentro de su entorno: ella era su superior jerárquico,
de su vida desde hace treinta y cuatro años, su drama y a la vez su razón lo que en la jerga de Montoneros se llamaba una «responsable».
de ser. Ese viernes de octubre de 1976, que usted ha leído y escuchado Entre febrero y octubre de 1976, pasaron mucho tiempo juntos. En
centenares de veces. la Villa del Carril, en la cosecha de aceitunas, en las reuniones clandes-
Marie-Anne y su bicicleta. tinas. Durante la semana, Russo recogía a veces sus cartas en el kiosco
Marie-Anne en el negocio. de Héctor Córica, situado cerca de su casa.
Marie-Anne y los secuestradores. Su hermano Alfredo, que vi dos veces en San Juan, me hizo un re-
Marie-Anne en un Ford Falcan. trato completo de Daniel Russo. Al parecer, era un joven recto, generoso,
En la vereda, un par de anteojos y un zapato. idealista, creyente, deseoso de «cambiar el mundo». Usted debe pensar:
Y después nada, el silencio de una calle de San Juan, Argentina. «Como Marie-Anne pero en género masculino». Había algo de eso ...
Todo eso figura en el legajo judicial. El juez mismo, que me recibió Un día, Daniel se la presentó a su madre, una empleada administrativa
ayer, no lo oculta. Pero no tire estas páginas. Al contrario, léalas hasta que educaba sola a sus dos hijos: «Es muy linda esa chiquita», había
el final, querida Frani;oise, hasta la última línea. No es que yo pretenda comentado la mamá, sin saber hasta qué punto sus destinos se unirían
tener la clave del enigma, ya que usted no se enterará aquí de nada que después.
pueda cambiar el curso de la investigación, ni revelarle dónde está el Volvamos ahora al 15 de octubre de 1976... En esa época, como
cuerpo de su hija. Pero los testigos que encontré en San Juan y en otras dijimos, Marie-Anne vive en la calle Sabatini al 170, con una joven
partes no merecen hostilidad ni indiferencia. Algunos confiaron sus re- pareja, Carlos Poblete (32 años) y su mujer, María del Carmen Mo-
cuerdos, me entregaron sus trozos de verdad, y es para mí una ardua yana (23 años), alias «La Pichona». Usted conoce quizá sus nombres,
tarea tener que transmitirlos a mi vez. mencionados hace veinticinco años en el legajo judicial, pero ignoraba
Una vez, en el pequeño restaurante parisino donde suele comer, probablemente un aspecto crucial que figura en los archivos, o sea, el
Marcelo Peschin me dijo: «El período de la dictadura es algo tan fuerte, rango de esta pareja en la organización Montoneros en ese mes de oc-
una experiencia que nosotros hemos mantenido guardada desde hace tubre de 1976.
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Es muy simple: Carlos Poblete es entonces el responsable militar de Usted conocía, Franroise, todas estas informaciones, pero el hilo de
la organización en San Juan. «EL» patrón. los hechos ayuda a comprender lo que siguió ...
Su mujer, «La Pichona», es la superior directa de Marie-Anne, de Ese mismo viernes alrededor de las 20 h, cuatro o cinco hombres
algún modo su jefa. vestidos de civil irrumpen en el domicilio de Marita Gómez y su madre,
Su casa hace las veces de centro de operaciones de Montoneros. las dos mujeres en cuya casa Marie-Anne iba a descansar de vez en
Carlos organiza allí importantes reuniones clandestinas a las que Ma- cuando. ¿Cómo esos hombres consiguieron esa dirección? O Marie-Anne
rie-Anne no está siempre autorizada a asistir, porque no tiene la sufi- habló, o hicieron un seguimiento hasta allí... •
ciente jerarquía en la estructura. La organización, por otra parte, ha Llevan a la «mamá» Gómez al baño y a la hija Marita a su dor-
considerado problemática su presencia en un escondite tan estratégico mitorio. Someten a esta última a un intenso interrogatorio de cuatro
y ha sometido el tema a una discusión colectiva. ¿Tenía la suficiente horas, con las manos atadas a la espalda y los ojos vendados. No se
experiencia y discreción para vivir en ese lugar? La dirección había sabe si los intrusos son policías o militares. Quieren saberlo todo sobre
decidido en su favor. sus relaciones con Marie-Anne. Terminan comprendiendo que Marita
Resumiendo, las personas más próximas a su hija en la jerarquía son: no está informada de sus actividades políticas. El hecho de que el padre
- Daniel Russo, su subordinado. de Marita fuera comisario de policía juega a su favor. «Solo por eso te
- «La Pichona» Poblete, su jefa. perdonamos la vida», le dice uno de los tipos. Eso no les impide robar
Ambos van a desempeñar un papel decisivo en este drama, en dos todo lo que pueden: dinero, casetes, objetos personales.
tiempos. Para tener más datos sobre este episodio, fui a la casa de Marita
Todo empieza el viernes 15 de octubre a las diez, cuando Marie- Gómez. sigue viviendo en el mismo departamento, a trescientos metros
Anne entra a la bicicletería de Palacio. Su bicicleta negra marca Peugeot de mi hotel. Pasé por su casa el sábado, otra vez al día siguiente, e insistí
que le h't;l prestado su amigo Marcelo tiene una pequeña falla mecánica, una vez más ayer por la tarde, pero nadie contestaba el portero. Esta
nada importante. Dos horas bastan para repararla. mañana, por fin, alguien me respondió para decir «Marita no está» y
Hacia las 12 h, según previsto, el dueño, un ex corredor de ciclismo, colgó enseguida. Estoy convencido de que era ella. Como su madre, Ma-
le devuelve la bicicleta. Ella sale del negocio. Un hombre la aborda, des- rita no perdonó a Marie-Anne haberlas puesto en peligro ocultándoles
pués otros tres, vestidos de civil. Quieren llevársela. Ella grita, forcejea, su pertenencia a la guerrilla de extrema izquierda. Aunque usted les
pierde sus anteojos y un zapato. Domingo Palacio intenta interponerse pidió disculpas en su nombre, la herida no se ha cicatrizado.
pero es inútil. Los hombres empujan a Marie-Anne en el asiento de Pero retomemos una vez más el hilo de los acontecimientos de octu-
atrás de un Ford Falcan, que arranca como una tromba perdiéndose bre de 1976. Diversos testimonios permiten reconstruir la jornada que
en la ciudad. siguió al secuestro. Ese sábado, todo el pequeño grupo que Marie-Anne
Además de Domingo Palacio y su hija, una mujer presenció la esce- construyó en San Juan va a derrumbarse en pocas horas ...
na: la vendedora del kiosco de bebidas y golosinas instalado frente al co- Por la mañana, su jefa, «La Pichona» Poblete, va al kiosco de diarios
legio vecino. Según su testimonio, los secuestradores eran «cinco o seis». donde usted mandaba sus cartas. Sabe que Daniel Russo, el «segundo»
Según el juez Gallo, a quien vi ayer por la mañana, habrían llegado en de Marie-Anne, vive al lado.
tres coches, dos Ford Falcan y un Renault 6 blanco. Su abogado me habla -Quisiera hablar con Daniel -le dice al kiosquero.
más bien de un Renault 12, más apropiado para ese tipo de operación. Como él no la conoce, vacila por un instante:
Cuando el dueño del negocio preguntó a los secuestradores qué debía -Yo ... Yo no lo vi hoy.
hacer con la bicicleta, le contestaron que «alguien» vendría «segura- -Bueno, volveré.
mente a buscarla». «La Pichona» se acerca, no obstante, al edificio donde vive Russo.
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Toca el portero y pide a Daniel que baje. Su hermano y su madre, que es- y dobla rápidamente a la derecha. Su salida provoca la intervención de
tán presentes en el departamento, lo ven irse con toda tranquilidad. «No un equipo «mixto» de Policía federal/Policía de San «Lo hicieron
parecía para nada ansioso ni nervioso -me confirma su hermano-, caerse provocando un choque con una camioneta -relata su herma-
estoy seguro de que no estaba informado de lo que le había ocurrido a no- y luego lo balearon, aunque él no estaba armado. La chica que lo
Marie-Anne el día anterior». acompañaba tuvo tiempo de escaparse en un ómnibus.»
Daniel y «La Pichona» van entonces al negocio de Palacio para Gravemente herido en el abdomen por una bala de 9 mm, Daniel
retirar la bicicleta que Marie-Anne había dejado el día anterior. ¿Saben Russo es transportado de inmediato al hospital. Sin que nadie lo atien-
en ese momento que fue secuestrada? Si lo saben, ¿por qué se exponen da, permanece allí durante una hora vaciándose de su sangre en la parte
a tantos riesgos? En su libro, Eloy Camus defiende la siguiente tesis: la de atrás de la camioneta, un vehículo de color blanco y sin patente. Los
cubierta de la bicicleta disimulaba un mensaje y documentos secretos, policías, ocupados en hacer las constataciones de rigor, se niegan a que
que había que recuperar a toda costa. En una palabra, Daniel habría la esposa del vendedor de bicicletas le dé agua. Morirá cuatro horas más
actuado en nombre de la salvaguarda del grupo, por orden de «La Pi- tarde, en el hospital Rawson. «Nos prohibieron toda visita -se indigna
chona». su hermano-, recién pudimos verlo en la morgue. Estoy seguro de que
El argumento se sostiene. Pero todos los otros participantes del epi- lo torturaron en el hospital.» El juez me confirmó, en efecto, que el joven
sodio se muestran escépticos ... había sido objeto de violencias durante el interrogatorio de la policía
Marcelo Peschin, dueño de la bicicleta, no cree en lo más mínimo (o del ejército) dentro del centro hospitalario. Marcelo Peschin, con el
en esa explicación. Su abogado mantiene la misma posición que Mar- cual evoqué este episodio en París, me contó una cosa asombrosa: el
celo, .al igual que el propio hermano de Daniel Russo. «Esa historia del grupo había concebido montar una operación armada para hacer salir
mensaje no es creíble -me asegura Alfredo Russo-. ¿Usted cree que a Daniel del hospital. Pero los peligros que los acechaban, tanto como a
éramos James Bond? Teníamos veinte años y métodos muy artesanales. Daniel, los habrían disuadido de su intento.
Nuestro idealismo y nuestra falta de preparación explican por qué caye- Las actas del legajo que relata el «arresto» de Daniel Russo cerca
ron tantos de nosotros. Le repito que cuando salió de casa, mi hermano de la bicicletería se redactan el mismo sábado 16 de octubre a las 13 h.
no sabía que Marie-Anne había desaparecido. En ese caso, no se habría El comisario Julio Nieto lo presenta como un «delincuente subversivo»
quedado en casa la noche del viernes, se habría escondido en otro lugar. y deja entender que sería en realidad el jefe de Montoneros de San
En cuanto a la bicicleta, la quiso recuperar, punto, no hay que buscar Juan. Lo cual, por supuesto, es totalmente falso. Según el comisario, sus
más vueltas.» hombres actuaron en legítima defensa, dado que el sospechoso fue el
Ese sábado por la mañana del 16 de octubre de 1976, hacia las 11 h, primero en abrir fuego con un revólver tipo Ruby Extra de caño corto.
Daniel Russo penetra solo en la bicicletería. «La Pichona», vestida con El mismo documento indica que le incautaron una fotografía (formato
una chaqueta y una pollera amarilla, vigila afuera, un poco apartada. 6 cm x 4 cm) de una cierta «Ana María Erize», alias «Lovita», califi-
El joven pregunta al dueño si puede llevarse la bicicleta. Aleccionado por cada como «un elemento de activa participación en esta provincia en
las fuertes impresiones del día anterior, Domingo Palacio le advierte: la subversión de los delincuentes guerrilleros».
-Hay un tipo vestido de civil delante del colegio, un barbudo que El hecho de que se mencione la identidad de su hija en un informe
vigila la entrada. Ayer se llevaron a la chica. Fingí que comprás algo y policial -con un error en el nombre, una vez más- prueba que co-
andate tranquilamente. nocen su existencia. Dicho de otro modo, son las fuerzas de seguridad
-¡Pero si no tengo motivos para ocultarme! oficiales las que la secuestraron el día anterior.
-No agarres esa bicicleta, te repito. Pero la jornada del sábado todavía no ha terminado. En las horas
Daniel no quiere escuchar. Se apodera de la bicicleta, abre la puerta que siguen, se organizan dos allanamientos.
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El primero se hace en el departamento de la familia Russo. Es tal además que el apellido Mainer aparece mencionado en las actas del
la envergadura de la operación, y tan poco discreta, que el kiosque- comisario de policía del que le hablé hace un momento.
ro vecino ( el hombre de sus cartas) es informado a tiempo y logra Su abogado, al que le pregunté acerca de esa traición, no cree en ese
escapar. relato. Según él, la verdad es mucho más simple y a la vez más trágica:
El segundo allanamiento tiene lugar, a partir de las 3 h de la tarde, Marie-Anne no habría resistido a la tortura y habría hablado. Luego,
en la casa de Marie-Anne y de los esposos Poblete, en la calle Sabatini los acontecimientos se encadenaron uno tras otro: la requisa en casa de
170. Allí también el dispositivo desplegado es impresionante: hombres los Gómez, la emboscada de Daniel Russo, el allanamiento en la calle
armados controlan los alrededores (hasta se instala un automóvil blin- Sabatini.
dado en el jardín de una vecina); los habitantes no pueden salir de sus No se trata aquí de juzgar a su hija -nadie sabe lo que tuvo que
casas. En total, la operación dura entre dos y tres horas. Los soldados soportar-, pero la hipótesis parece plausible. Además, una cosa llama
llenan un camión entero con muebles, libros y ropa, pero no encuentran la atención en esta terrorífica cronología: las fuerzas del orden entran
ni armas ni «material subversivo», como dicen. Los esposos Poblete, en su casa veinticuatro horas después de su secuestro. Es precisamente
Carlos y «La Pichona», tuvieron tiempo de llevarse todo y escapar. Para el plazo a partir del cual un guerrillero puede empezar a hablar bajo la
las fuerzas del orden, el fracaso es humillante: los verdaderos jefes están tortura, para darles tiempo a sus compañeros para escapar.
en libertad. Pese a todo, es indudable que varias zonas oscuras seguirán siendo
Esta secuencia de un poco más de veinticuatro horas, entre el 15 y el para siempre opacas:
16 de octubre de 1976, se termina la noche del sábado con un llamado - ¿Cómo supo «La Pichona» que la bicicleta estaba en el negocio?
anónimo al negocio de Domingo Palacio. «Olvídate de lo que viste», le Alguien tuvo que habérselo dicho y darle la dirección, el viernes por la
lanza una voz masculina. noche o el sábado por la mañana;
Para'profundizar más en la reconstitución de los hechos, habría que - ¿Por qué necesitó a Daniel Russo para recuperarla? Podría haber
encontrar testigos. Desgraciadamente, los sobrevivientes son escasos ... ido sola, o dejar la bicicleta ahí donde estaba. «Es un acto inconsciente,
¿Daniel Russo? Muerto en San Juan el 20 de octubre de 1976. una enorme boludez», opina Marcelo Peschin, propietario de la bici-
¿Carlos Poblete? Detenido en la provincia de Mendoza el 1º de abril cleta.
de 1977. Desaparecido. - ¿Cómo es posible que nadie haya avisado al mismo Russo, desde
¿«La Pichona» Poblete?» Detenida en la provincia de Mendoza el el día anterior, que habían secuestrado a Marie-Anne? Es evidente que
1° de abril de 1977. Desaparecida. el sistema de informaciones circuló mal, o de modo parcial. Teniendo
¿Juan Carlos Cámpora, el propietario de la casa? Desaparecido el en cuenta las reglas de seguridad de la organización, es imposible que
25 de febrero de 1977 en San Juan. la ausencia de Marie-Anne, a partir del viernes por la tarde, no haya
La lista se alarga si se agregan las otras víctimas registradas en esta alertado a sus compañeros. Desde este punto de vista, los Poblete cargan
ciudad durante la segunda quincena de octubre. Eloy Camus cuenta con una parte de responsabilidad. En el mejor de los casos, pecaron por
hasta siete. Una hecatombe. imprudencia; y en la peor de las hipótesis, ocultaron la verdad a Russo
¿Se conocerá algún día la verdad sobre el modo en que se detectó, se enviándolo a buscar la bicicleta sin informarle de los peligros que corría.
siguió y desmanteló a estos grupos? Camus, que nos ha acostumbrado - ¿Por qué los Montoneros eligieron la casa de la calle Sabatini 170
ya a explicaciones sorprendentes, sostiene que el arresto, el 15 de sep- como sede central de sus operaciones sabiendo que el propietario, el
tiembre, de una tal «Malena» Mainer habría desencadenado toda la ingeniero Cámpora, era una personalidad de izquierda que podía ser
serie. Sospecha que esa militante habría traicionado a sus compañeros blanco de una vigilancia constante?
denunciando toda la estructura, especialmente a Marie-Anne. Destaca Por fin, me pregunto cómo «La Pichona» pudo escapar tan fácil-

232 1 PHILIPPE BROUSSARD

mente a los policías, mientras que Daniel Russo, en cambio, terminó


siendo asesinado. Un testigo, la portera del colegio, asegura que vio a 18
la joven saltar apresuradamente arriba de ... un ómnibus. Las actas
del proceso-verbal del comisario presentan una versión diferente. La
mujer partió caminando y habría «ascendido rápidamente a un au-
tomóvil Ford Falcan color celeste conducido por una persona de sexo
masculino».
¿A quién creerle? No a los policías, por cierto, simples instrumentos
de un relato mentiroso. Pero es seguro que otros hombres que queda-
ron en la sombra conocen la verdad, o sea, militares de civil. Los que
secuestraron a Marie-Anne.
Hay que investigar en esa dirección, para intentar saber algo más.
Digo «intentar» ... Porque es indudable que existe una parte de misterio,
muchas omisiones, más aún, arreglos inconfesables con la verdad, cuya
influencia en el resultado final no podremos evaluar nunca más.
Mujeres y hombres han hablado bajo tortura, otros quizás han trai- Un jueves por la tarde como muchos otros en casa de los Erize, en
cionado, mentido o han tomado decisiones suicidas. Todo eso perma- Buenos Aires. El reloj de péndulo marca las 23 horas. Étienne, uno
necer~ secreto. de los hijos, mira un partido de fútbol por televisión. Su padre, que
Poco importa hoy en día. Para usted y para mí, solo importan Ma- acaba de volver de un viaje por la provincia, descansa en el primer
rie-Anne y la identificación de sus secuestradores. piso. Frarn;oise está cosiendo. Bernard, otro de los chicos, ha salido
Con mi amistoso recuerdo, a cenar con unos amigos y no debería tardar en volver. Los dos me-
nores, Marie-Noelle y Jean, duermen hace un rato largo. Hace tanto
Philippe calor ese 21 de octubre de 1976, que la ventana de su dormitorio está
abierta. Nadie en la casa sabe todavía que Marie-Anne ha desapare-
cido el viernes pasado en San Juan.
Cuatro coches circulan subiendo por la avenida Monroe. Son cua-
tro Ford Fakon verdes, los vehículos polarizados de los servicios de
seguridad.
Nº 1300, 1200 ... 1062. Una construcción con un solo piso con el
garaje a la derecha y una pared medianera del lado izquierdo. No hay
duda, es ahí.
Los Fakon frenan delante de la entrada. Quince hombres bajan,
todos vestidos de civil.
En el salón, Étienne se pregunta de dónde viene todo ese estruen-
do. Se levanta, va hasta la puerta y la abre sin temor. Un hombre lo
atropella y entra sin miramientos; detrás de él vienen dos, tres, gritan-
do: «¡Cuerpo a tierra! ¡Cuerpo a tierra!», apuntándole con sus armas.
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adolescente se acuesta en el suelo poniendo su mejilla contra los no olvidará nunca su rostro ni la amenaza que lanzó a Albert: «Va-
mosaicos fríos de la entrada. mos a poner a su hija a dos metros bajo tierra». Frarn;:oise no olvidará
Varios tipos suben a buscar a los padres, Frarn;:oise y Albert. Otros tampoco a otro, más joven y más bien bajo, con un bigote fino y bien
dos, que se han quedado afuera, se trepan por la pared exterior para moreno: «Vamos a condenarla a muerte. No le escriban más. Ya pue-
llegar a la ventana. Uno de ellos empuja los postigos y aparece en el den rezar por ella».
dormitorio de los pequeños, apuntando su pistola en la sien de Marie- «No le escriban más», ha dicho. «No le escriban más.» ¿Es una
N oelle. «No despierte a mi hermano», le suplica ella. Jean tiene 11 simple bravata? ¿Ü han logrado localizar a Marie-Anne por los inter-
años y duerme con un sueño profundo de niño. cambios de cartas? Sin embargo, el sistema funcionaba: el kiosco, las
Los intrusos, frenéticos, van de un lado a otro como locos. Abren cartas a nombre de Gloria Ruth Goldenberg ...
las puertas, los cajones, buscan armas sin encontrar ninguna. Petrifi- Mirando la lista de los hijos de la familia, el más joven de los jefes
cado, Albert se mantiene de pie delante de ellos, en calzoncillos. se detiene un momento en el nombre de Marc, el mayor, y nota en
-¡Sus documentos! -ordena uno de ellos. uno de los documentos relacionados con él, que hizo la conscripción
-¿Pero quiénes son ustedes? en la policía: «Es uno de los nuestros», comenta.
- La policía. El garaje, convertido en sala de estudio o lectura desde la partida
- ¿Me lo puede probar? de Marie-Anne, está todo revuelto. Han vaciado la biblioteca y los
Otro se acerca, apuntándolo con su arma y apoyándola en su libros están tirados arriba de la cama.
frente: «¿Te basta para la identificación?» Con un gesto con la mano, Los «policías» inspeccionan ahora el armario metálico donde
Albert aparta el caño del arma. Fran~oise guarda toda clase de documentos: cartas, análisis médicos,
Lo llevan a él al jardín de invierno y a Fran~oise al garaje. Los in- boletines escolares ... Agarran una vieja libreta de direcciones de Yo-
terrogan por separado. Las preguntas son muy precisas y machacadas lande, la película Súper-8 del bautismo de un nieto, una tarjeta postal
cien veces. Sobre Marie-Anne, su vida, sus amigos. Albert comprende australiana dirigida a Bernard, y se llevan todo, absolutamente todo lo
que tienen ya muchas informaciones sobre su familia. referido a Marie-Anne. Sus cuadernos, sus fotos del Perú. Y su última
Estallan gritos en el corredor. Su hijo Bernard acaba de volver de carta, enviada desde el correo de San Juan una semana antes, para el
su cena con los amigos. Al ver los Falcon verdes, enseguida pensó: Día de la Madre. Marie-Anne había delineado en ella, con tinta china,
«Es por Marie-Anne». un dibujo extraño que representaba una mujer sin nombre ni rostro.
-¿Dónde está tu hermana? -pregunta uno de los tipos. Agarran la tarjeta, dejan el dibujo y prosiguen la requisa. «¿Reci-
-¡Pero no sé nada! bió otras cartas de su hija?», pregunta uno de ellos. Fran~oise contesta
Bernard no miente: sus padres no le han dicho nada. Como sus que no, lo cual es falso: las cartas están escondidas. No deberían en-
hermanos y hermanas, ignora que se ha refugiado en San Juan. contrarlas. A falta de otra cosa, uno de ellos intenta entonces alzarse
-¿No tenés miedo? con la vajilla que Marie-Anne había comprado cuando había hecho
-¿Miedo de qué? ¡No hice nada! el proyecto de vivir con el montonero Daniel Rabanal. Fran~oise, loca
-¡ Cuerpo a tierra! de rabia, se opone: «¡Vuelvan a poner eso en su lugar!», les grita. El
Como su hermano Étienne, se acuesta en el piso. policía-ladrón se somete a la orden.
El allanamiento se eterniza. Una hora. Dos horas ... Buscan, re- Pasan tres horas más. Tres horas durante las cuales interrogan y
vuelven todo y preguntan. Uno de los hombres, el que parecía el jefe, amenazan. No insultan, no golpean, no provocan demasiados des-
se comporta de manera correcta y sin violencia. Es de talla y estatura trozos, solo quieren aterrorizar a la familia y quebrarla moralmente:
medianas, de cabello escaso y bigote espeso color castaño. Fran~oise «Vamos a volver -dicen al irse-, el teléfono está intervenido. Re-

236 j PH!LIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 237

cuerden que tienen otros seis hijos. Y no busquen a su hija, o tendrán el diplomático que en el mes de mayo estaba dispuesto a hacer salir a
que irse del país y perder todos sus bienes)) 1. • Marie-Anne hacia el Uruguay. Con el apoyo personal del embajador
Son ahora un poco más de las dos de la mañana. Las calles están Frarn;:ois de la Gorce, les obtiene una cita en la Dirección Central de
desiertas. Los Fakon verdes desaparecen en la noche tibia de Buenos la Policía. Pero no antes del 1° de noviembre. Tendrán que pasar una
Aires semana más con el terror de enterarse de lo peor. ..
Padres e hijos se quedan solos. Un silencioso espanto se instala en El día indicado, un policía con nombre francés los recibe: el comi-
las piezas, ensuciadas de odio. De ahora en adelante, todos ellos saben sario Decour. Les promete informarse y se muestra más bien tranqui-
que nada será como antes en esa casa y en ese país. El comando ha lizador: «No se preocupen, vuelvan dentro de una semana».
hecho algo más que violar su intimidad. Ha matado lo mejor de ellos Otra semana más.
mismos: «la familia Trapp». Entretanto Albert viaja a Mendoza, adonde Marie-Anne partió
en noviembre de 1975. El cónsul de Francia en esa ciudad, Bernard
Wyns, se entrevista en su nombre con un ministro del gobierno de la
¿Y Marie-Anne en medio de todo eso? ¿Marie-Anne, cuyos padres provincia que se compromete a darle noticias.
ignoran que ha sido secuestrada allá lejos, en San Juan? Albert emprende luego un viaje a San Juan, a ciento setenta kiló-
Ese jueves 21 de octubre de 1976, no tienen ningún modo de metros hacia el norte. Allí, otro cónsul, Jean Jacquemin, le presenta a
ponerse en contacto con ella o de asegurarse de que está sana y salva. un oficial, el capitán Pérez Ruega, y a su consejero, el capitán Tronge.
Salvo el kiosco, no tienen ninguna dirección. Tampoco un teléfono. Los dos oficiales le dan una cálida y amistosa acogida. Por supuesto,
Tienen el de los Gómez, madre e hija, pero sería demasiado arriesga- harán «todo» lo que puedan para ayudarlo ...
do confesarles la verdad. Y además, los tipos dijeron que la línea de De regreso a Buenos Aires, Albert vuelve, como estaba previsto,
teléfono está intervenida. a la comisaría central, con su esposa: El comisario Decour les había
Una carta recibida a la mañana siguiente les da, por fin, una no- dicho: «No se preocupen, vuelvan dentro de una semana».
ticia. Es una carta anónima, enviada desde San Juan por una persona -No encontré nada, no hay ningún rastro de su hija -les dice
que se presenta como un «amigo» de su hija. Unas pocas líneas es- de entrada.
pantosas: Marie-Anne fue arrestada el 15 de octubre de 1976 en horas ¿La embajada? Tampoco. No tienen la menor información.
del mediodía, en la calle, por cuatro hombres que bajaron de un Ford ¿El consulado, tal vez? Nada. El vado total.
Falcan y se dejó capturar «sin oponer resistencia». Al final, solo las autoridades de Mendoza les transmiten el re-
La última precisión es inexacta -se sabe hoy en día que la mu- sultado de sus diversos trámites. En diciembre de 197 6, Frarn;:oise
chacha se r.esistió y gritó-, pero el resto es cierto: la fecha, la hora, y Albert reciben en su casa de la avenida Monroe una carta de una
los secuestradores, el automóvil. frialdad que los deja helados. Está firmada por un tal Raúl Correas.
¿Quién escribió esa carta? Nadie lo sabrá nunca. El texto dice así:
Albert, que se encuentra todavía bajo el efecto de las amenazas «Al respecto, comunico a Ud. que la.señorita Erize habría estado
del comando, deja pasar el fin de semana. El lunes, va a ver a un abo- residiendo en la provincia de Mendoza (calle Cayetano Silva y Raffo
gado de Buenos Aires, viejo amigo de su padre, que le aconseja ir al de la Reta - Villa Hipódromo) y luego de un procedimiento que se
consulado de Francia. realizó en el domicilio que ocupaba junto con el ciudadano Daniel
Albert y Frarn;oise relatan entonces lo ocurrido a Serge Bataille, Hugo Rabanal d'Amato, se constató que había hecho abandono del
lugar y luego, por averiguaciones practicadas, pudo determinarse que
1. Extraemos estas citas de las declaraciones de Frarn;:oise y Albert Erize en el marco
residiría en San Juan, estableciéndose posterioremente que tanto ella
de diferentes investigaciones judiciales.
238 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 239

como su compañero estarían seriamente vinculados con _organizacio- Temiendo el retorno de los tipos en Ford Fakon, Frarn;:oise reúne
nes declaradas ilegales». las cartas de su hija. Confía una parte a Eudes Cokombet, de paso
Rabanal, San Juan, «organizaciones ilegales» ... Nada nuevo, en- por la capital. Pero el joven veterinario no las guardará mucho tiempo.
tonces. Albert da vueltas en círculo dentro de un universo kafkiano, Por miedo de requisas en su casa del Chaco, las romperá una por una.
un mundo de uniformes y desprecio donde los hombres parecen na- Hará lo mismo con las fotos ampliadas que Marie-Anne le había rega-
cidos para la mentira y el odio. lado en París. Por su lado, Frarn;:oise acude rápidamente al consulado
En Buenos Aires, sin embargo, la policía sabe perfectamente lo con las cartas que faltan: «Páselas por la trituradora», le aconseja el
que ha ocurrido a Marie-Anne. Un oficial de grado inferior le ha dado diplomático Serge Bataille.
incluso informaciones de lo ocurrido a uno de sus ex novios, Miguel Frarn;:oise no conocía esa máquina de triturar y comer las palabras,
Reynal, el patrón de Austral. «Un día -relata este último- me con- los renglones, las vidas. Bajo sus ojos, las cartas se reducen a pedazos
vocaron a la sede de la Policía Federal. Un tal Rivera quería verme. rotos, como si no se pudiera dejar ninguna huella de Marie-Anne,
Era un tipo siniestro, que todos conocían en la ciudad. La gente lo reduciendo así su exilio de los últimos meses a un montón de papeles
apodaba «el detective millonario» por alusión a una muy popular en el tacho de basura de un diplomático tal vez demasiado prudente.
serie televisiva. De unos 45 años, frecuentaba los cafés a la moda y Con las fotos, le cuesta más. Ponerlas en la trituradora está por
una famosa discoteca, Mau Mau. Era corpulento, de buen parecer, encima de sus fuerzas. Hay que intentar ocultarlas, en el peor de los
siempre elegante. Llevaba un Rolex de oro en la muñeca. Ese día me casos, «censurarlas». ¿Qué hacer, por ejemplo, con ese póster en que
encuentro, pues, frente a él, en Una oficina. Me recibe con mucha su hija aparece disfrazada de cowboy, con una pistola de juguete en
seriedap, en uniforme, y me habla de Marie-Anne: "Sabemos que us- cada mano? Para evitar toda sospecha de «terrorismo», corta con una
tedes estuvieron saliendo, incautamos algunas cartas tuyas. Sabemos tijera los brazos que sostienen las armas. Quedarán solo de Marie-
también que vos no estás involucrado en la guerrilla. Ella sí. Entonces, Anne el busto y el rostro, siempre sonriente.
solo quería avisarte que murió. La asesinaron. Pero no se lo repitas a
nadie. ¡A nadie!" 1 Supongo que sentía placer anunciándome eso. Esa
misma tarde llamé por teléfono a Albert Erize. Más tarde, supe que
la mamá no había creído nunca en esa información. Pensaba que su
hija (reacción maternal lógica) estaba secuestrada en algún lado y
conservaba así la esperanza de volver a verla con vida.»
Frarn;:oise busca más que nunca apoyo en Dios. En una carta en-
viada el 16 de diciembre a una amiga argentina, le confía: «Pienso a
menudo en la Virgen María, que ha asistido a la tortura de su hijo y
a su muerte. Pero la muerte de Jesús tenía un sentido. ¿Qué sentido
puede tener la muerte de Marie-Anne?» Le preocupa también la opi-
nión ajena. Siempre a su amiga: «Esta desaparición nos llena de dolor
y de vergüenza porque la gente pensará: "Era una extremista': Pero
creo en la justicia divina y estoy convencida de que irá al cielo antes
que todos aquellos que la han matado en nombre de la "justicia''».

l. Conversaciones con el autor en agosto de 2009; y en febrero y mayo de 2010.


LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 241

el sacerdote asesinado en 1974. Esta ciudad fabricada con materiales


improvisados ofrece un espectáculo desesperante. Superpoblada y caóti-
ca, está como atenazada para siempre entre los buildings de los barrios
de las finanzas y una de las rutas más pobladas de la capital. Imagínese
que hubiera en París varias decenas de miles de personas viviendo al
borde del bulevar periférico, entre la puerta de Orleans y la puerta de
Versalles. ¡Decir que hace treinta y cinco años Marie-Anne ji Daniel
Rabanal festejaban aquí el Año Nuevo bailando al ritmo del chamamé!
Al final de la tarde, otro taxi me llevó al aeropuerto de Ezeiza. En la
autopista, pensé en el día de la masacre de 1973, cuando centenares de
Aeropuerto de Ezeiza, 14 de febrero de 201 O miles de personas que habían acudido a saludar a Perón habían tenido
que retroceder después del tiroteo. Marie-Anne había vuelto caminando
Querida Franroise, por esta misma autopista. Para ella, para Rabanal y muchos otros, ese
hecho marcaba el comienzo de una inmensa desilusión.
Le escribo una última vez desde Buenos Aires, esperando al avión Me voy, pues, de la Argentina, querida Franroise ... En mis valijas,
de vuelta. Estas pocas líneas para decirle que fui esta mañana a la muchas entrevistas, cartas,fotos, algunos dibujos de Marie-Anne. Cada
avenida Monroe. uno me ha aportado una parte de verdad. Falta ahora reunir estos
Aunque usted no viva más allí desde hace años, esa casa fue tan trozos de vida e imprimirles una coherencia. Algunas informaciones
importante en la vida de Marie-Anne que era imposible irme sin pasar merecerían que se las cruce y se las confirme, por eso tengo previsto ver
por ahí. de nuevo a su abogada francesa, Sophie Thonon- Wesfried, y a varios
La fachada está un poco escondida por la vegetación, pero supongo testigos importantes, entre los cuales está Marcelo Peschin, el hombre de
que no cambió mucho desde su época: el garaje está a la derecha, el la bicicleta de San Juan. Mucha gente que encontré allá me pidió que lo
balcón en el primer piso. El barrio se ha metamorfoseado: en lugar de salude. ¡Algunos no lo han visto desde hace treinta y cinco años, desde
las casas de chapa de la villa, hay ahora una zona residencial. La emba- la época en que guiaba a Marie-Anne en la ciudad!
jada de Rusia levanta sus muros en el lugar en que Marie-Anne había No hay duda, usted vive en un extraño país, Franroise, un país que
conocido a Daniel Rabanal. Los alumnos del liceo Mermoz, a dos pasos somete la memoria a durísimas pruebas.
de allí, no tienen probablemente la menor idea de ese pasado de miseria. Hasta pronto, esta vez desde París.
Tampoco saben que una montonera fue allí maestra jardinera. Marie- Con mi amistoso recuerdo,
Anne llevaba en esa época una blusa blanca e iniciaba en el dibujo a
los más pequeños. Recuperé una foto de ese período que la muestra con Philippe
una colega y unos quince alumnos. Los chicos llevan una corbata sobre
su camisa blanca, las chicas tienen todas el mismo vestido azul marino.
Marie-Anne está de pie detrás del grupo. Mira a los chicos con ternura.
Como debía ir al despacho de mi abogado, en la avenida Roque
Sáenz Peña, el taxi tomó la avenida rápida que bordea la Villa 31, la
otra villa de Marie-Anne. Allí, en cambio, nada ha cambiado, salvo que
hay quizá ahora más pobreza y droga que en la época de Carlos Mugica,

LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 243

tipo del que ella se había enamorado. [... ] Sufría mucho por estar ale-
19 jada de nosotros, porque nos quería mucho. Se sacrificó por una causa
que ella creía noble, y es terrible pensar que fue tratada, torturada y
probablememte asesinada como si hubiera sido una terrorista.
Es una verdadera pesadilla para nosotros, pero por suerte tenemos
fe, y eso nos permite aceptar esta prueba que nos envía Dios (creemos en
la justicia de Dios, que sabrá ver su intención y su bondad, aunque se
haya equivocado en los métodos). Sufrimos también por no saber dónde
la han enterrado (probablemente la han arrojado a una fosa común),
pero tenemos el consuelo de creer en la resurrección de los muertos y
en la vida eterna. Es lo que quería decirles: les pedimos a AM y a D 1
que no le digan nada a nadie, aunque parece que algunos jóvenes que
han estado aquí empiezan a saberlo. Pero nosotros quisiéramos que la
noticia se supiera por nosotros. Ustedes deberían ser los primeros en
Enero de 1977. Comienzo de las vacaciones argentinas. Los padres estar enterados. Escribí a AM para que se lo diga a mamá porque ella
Erize se van de Buenos Aires con sus hijos más jóvenes para ir a la pregunta por ella en todas sus cartas.
casa veraniega de Miramar. Todos anhelan respirar un aire diferente Escríbanme rápido si recibieron mi carta.
de la.atmósfera viciada y malsana de una capital oprimida, donde los Un beso,
militares ejercen un poder omnímodo desde hace diez meses.
Fran~oise y Albert no olvidan a Marie-Anne. Al contrario, su Frani;oise
paradero los obsesiona. Pero se sienten impotentes, abandonados,
reducidos al silencio, desgarrados entre las ganas de luchar y el mie- Un mes después, Frarn;:oise les envía a unos amigos de Buenos
do a las represalias. Cuanto más pasa el tiempo, más lancinante es el Aires otra carta donde evoca nuevamente a su hija, su idealismo y la
reproche que se hace la madre de no haberla convencido de escapar. influencia negativa de ese «extremista» de Daniel Rabanal.
Y además, lamenta no haber alertado al cónsul cuando Marie-Anne
visitó Buenos Aires la última vez. «Bataille habría sabido retenerla», Queridos amigos,
reflexiona, como tratando -equivocadamente- de convencerse a sí
misma. Hace mucho tiempo que quería escribirles, pero me resultaba muy
El 14 de enero de 1977, tres meses después de la desaparición de difícil, primero porque tengo mucho trabajo y sobre todo porque Dios
su hija en San Juan, Frarn;:oise les escribe a unos parientes: nos ha enviado una prueba terrible, que me cuesta mucho contar. Pero
como pienso que deben estar entre los primeros avisados, quiero que lo
Marie-Anne fue detenida a mediados de octubre y estamos con- sepan antes del comienzo de las clases.
vencidos de que la han asesinado. Albert ha hecho múltiples trámites Ustedes recuerdan que yo les había dicho que Marie-Anne había
por intermedio de la embajada pero la policía no quiere decirnos nada. querido independizarse y se había ido a vivir a Mendoza.
Marie-Anne era idealista y generosa, quería contribuir a que hubiera
1. «AM» es Anne-Marie, la hermana mayor de Frarn;:oise, y «D» es Domingo, su
menos pobreza, sufrimientos e injusticias sobre la Tierra. Desgraciada-
cuñado. En esa época, viven en Francia, y su hijo, militante del ERP, está preso en
mente, los comunistas le hicieron un lavado de cerebro, sobre todo un Argentina.
244 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 245

Algunos meses antes, se había enamorado de un muchacho con «Estamos convencidos de que la han asesinado», escribe Frarn;:oi-
quien quería casarse. Pero cuando nos dimos cuenta de las ideas de ese se. Esa convicción es solo una apariencia. En realidad, conserva una
muchacho, Albert lo echó de casa y nos opusimos al matrimonio. Poco esperanza, se aferra al menor rumor, al signo más insignificante, in-
tiempo después, Marie-Anne rompía con él. Pero un día quiso irse a tentando mover a todas las personas influyentes que Marie-Anne le
Mendoza. presentado en su vida. Es así que escribe un día al agente artístico
El muchacho había insistido en reanudar sus relaciones y la con- Paco Rebés, el organizador de la gira de Georges Moustaki en la Ar-
venció de irse con él para allá. Marie-Anne era una chica muy idealista gentina en 1972. Su hija lo quería mucho y esa amistad era recíproca.
y generosa, hacía muchas buenas obras entre los pobres y a pesar de su La noche anterior, Frarn;:oise había tenido un sueño extraño: Marie-
juventud, había visto muchas miserias. Quería contribuir a que haya Anne habría encontrado refugio en una ciudad llena de altas torres,
menos sufrimientos sobre la Tierra. Río por ejemplo. Como Paco Rebés viaja a menudo a Brasil, Frarn;:oise
Desgraciadamente, la utilizaron y se dejó enceguecer, porque ese solicita su ayuda: «Dígame si la ve, ella conocía bien Río». Paralizado
muchacho que le decía que era contrario a la violencia ¡fue detenido al por semejante desazón, Paco Rebés no tendrá fuerzas para contestarle.
final por ser un extremista! No hay duda de que Frarn;:oise no le informó a su marido de esa
Marie-Anne tuvo miedo y se escondió. Pero la policía, convencida carta a Rebés. La desaparición de su hija es una herida tan profunda
de que era cómplice del muchacho, la buscó y la detuvo. Lo más terri- que el tema se vuelve tabú hasta en la intimidad familiar. Tanto en
ble es que desde ese entonces no sabemos más nada de ella y estamos Miramar como en Buenos Aires, nadie habla del tema en la casa. Los
convencidos de que la han asesinado. Y sin embargo, Marie-Anne nos padres quieren proteger a sus hermanos y hermanas y evitar que les
escribía [ ... ] que no hacía nada malo, que había elegido vivir pobre ocurra nada. Es mejor permanecer en la ignorancia, no saber nada
entr~ los pobres, tratando de poner así en práctica el Evangelio; nos decía que pueda acarrear problemas. «Recuerden que tienen otros seis hi-
que iba todos los días a la iglesia y que le pedía a Dios que la iluminara
1
jos», habían amenazado los hombres del comando. Albert no olvidará
y le mostrara el camino que debía seguir. Pero se había metido en un nunca esas palabras, que dictarán su conducta hasta su muerte. Lu-
callejón sin salida. Solo Dios puede juzgarla, porque su intención era chará por obtener noticias de Marie-Anne, escribirá a medio mundo
verdadera, creía que la causa por la cual se sacrificaba era noble y justa. si es necesario, pero en forma discreta.
Para nosotros, es una pesadilla permanente no saber qué ha sido En ese año 1977, en que la Argentina se hunde en el peor período
de ella. Aunque el gobierno tenga razón en querer exterminar a los de su historia, cada uno de los hijos Erize intenta hacerse un camino.
comunistas, no tiene derecho a hacer desaparecer a personas sin que la Solo Marc, el mayor (28 años), vive en el extranjero, dentro de la Gran
familia sepa sí están vivas o muertas, y sin juzgarlas. Fraternidad Universal. Su hermana Yolande (26 años), asistenta social
Por suerte, tenemos fe y eso nos permite soportar esta prueba. Sabe- de formación, se quedó en su país al lado de su marido y su pequeño
mos que sí nuestra hija ha muerto, la veremos de nuevo en la resurrec- hijo. Bernard estudia veterinaria. A los 22 años, es el más solitario
ción. Pero hasta que llegue ese momento, sufrimos atrozmente. de todos los hijos. Hasta en la pensión tenía pocos amigos. Durante
Es lo que quería decirles. Espero verlos a mi vuelta a Buenos Aires. mucho tiempo Marie-Anne había insistido en sacarlo de ese aisla-
Los beso con todo mí corazón. Que Dios los bendiga, miento, con el dinamismo que le era propio. Ahora que desapareció,
él no comprende sus decisiones y le reprocha poner a la familia en
Fran~oise Erize peligro. A fuerza de dedicar su vida a los pobres y a la guerrilla -se
pregunta-, ¿no terminó por olvidar a su entorno? ¿Cómo entender
que una mujer tan inteligente, con el mundo de la moda a sus pies,
haya podido entrar en esa lucha suicida y sin salida?

246 1 PHILIPPE BROUSSARD


LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 247

Los tres últimos hijos de la fratría - Étienne, Mari e~ No elle, Jean- defensiva, por temor a que tal o cual colega sea un espía. «Había espías
estudian todavía en el liceo francés, donde su hermana desaparecida entre los profesores y el personal», confirma Ricardo Polo.
había trabajado hace algunos años. Pese a las intenciones protectoras Nunca la Argentina había vivido hasta ese punto la maldad y la
de los padres, su evolución está marcada por el miedo. Marie-Noelle desconfianza. Todo es pretexto para denunciar, detener y torturar. La
está convencida de que «ruidos extraños» en el teléfono de la familia Junta no se limita a combatir a la «subversión», tal como lo había pro-
revelan un dispositivo de escuchas. Étienne elude evocar «la historia metido a su llegada al poder el 24 de marzo de 1976, sino que somete
de Marie-Anne», como dicen, en presencia de los compañeros de cla- al país a un régimen de terror, sobre el telón de fondo de un catolicis-
se. A pesar de su tierna edad, está al tanto de la división profunda que mo intransigente. Muchos militares tienen una concepción mística de
desgarra a la comunidad francófona entre partidarios y enemigos del su misión. Convencidos de participar en una cruzada en contra del
régimen militar. Y esa ruptura, que va mucho más allá de la división peligro marxista, más aún, seguros de encarnar el Bien en contra del
habitual entre derecha e izquierda, tiene por epicentro justamente el Mal, se reconocen en el ala más radical de la Iglesia, encarnada por
liceo Mermoz, donde se codean un millar de alumnos de todas las el obispo francés de extrema derecha Marcel Lefebvre. No es casual,
edades y nacionalidades. por otro lado, que este último haya saludado los méritos de la Junta
Uno de los dos directores de la sección primaria es un argentino militar en un discurso pronunciado en Lille en agosto de 1976. En un
de unos treinta años, Ricardo Polo. En contacto permanente con los libro notable, A la sombra de las dictaduras 1, el historiador Alain Rou-
padres de los alumnos, descubre el origen de las fracturas franco- quié señala esta connivencia y el rol preponderante de una parte de la
francesas. «Muchos "colaboracionistas" -explica- se habían refu- Iglesia: «La jerarquía católica, que mira la democracia con sospecha,
giado aquí después de la Segunda Guerra Mundial. Sus hijos y nietos bendice todas las intervenciones militares y aprecia especialmente a
eran alumnos en nuestro liceo. Agregue a eso la presencia en Buenos los generales integristas deseosos de hacer defender "el estilo de vida
Aires de militantes de extrema derecha surgidos sobre todo de las filas occidental y cristiano" de la Argentina».
de la OAS1, y usted comprenderá por qué el clima era tan peculiar. A la inversa, se persigue a los hombres y mujeres de fe etiqueta-
Sin olvidar, por último, un sectarismo social muy marcado: algunos dos como «zurdos», herederos de los «Sacerdotes del Tercer Mundo»
padres con grandes fortunas, pertenecientes a la alta burguesía y a de los años sesenta. En La Rioja, en el nordeste, un obispo juzga-
las patronales, se negaban a que sus descendientes se codearan con do demasiado «social», Enrique Angelelli, es asesinado en agosto de
los pobres. Los Erize no formaban parte de los ricos. Y créame, eran 1976. En Buenos Aires, dos monjas francesas acusadas de ayudar a
mucho más abiertos que muchas otras familias 2 .» los parientes de los desaparecidos son secuestradas 2 • Los sacerdotes
Los militares desconfían de ese liceo, percibido como un nido de franceses más cercanos a la familia Erize tampoco están exentos de
«comunistas». Recuerdan que muchos adolescentes franceses fueron sospechas. En noviembre y diciembre de 1976, el padre André Baqué
marcados por la influencia de los sacerdotes de izquierda durante las estuvo detenido durante quince días. En cuanto a su amigo, el padre
expediciones de los scouts y los Guías. Sin hablar de los profesores, Jean Loison, escapó por un pelo a la misma suerte. Habiendo salido
argentinos o franceses, sospechosos por ser «intelectuales». Todo eso de Francia por razones familiares, estaba ausente de Buenos Aires en
alimenta un clima de temor y sospecha que corroe a esa microso- el momento del golpe. Su superior, el obispo de Orleans, juzgó más
ciedad paralizada de miedo, donde cada uno tiende a quedarse a la prudente que no volviera más a la Argentina.

l. Alain Rouquié, A l'ombre des dictatures, la démocratie en Amérique latine, Albin


l. La Organización del Ejército Secreto (OAS) era un movimiento político-militar Michel, 201 O, A la sombra de las dictaduras. La democracia en América Latina, FCE,
antigaullista favorable a la Argelia francesa. Buenos Aires, 2011.
2. Entrevista con el autor en febrero de 2010, en Buenos Aires. 2. Véase la carta a Frarn;:oise Erize del 30 de noviembre de 2008.
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Sin embargo, nadie puede medir realmente el alcance de la repre- menudo sus noticias y consigue para Marie-Noelle, estudiante en el
sión ni su aspecto planificado y sistemático. Se sabe, por supuesto, que liceo Mermoz, un puesto de trabajo a tiempo parcial en la Fundación
se detiene a cientos de personas; que comandos de hombres vestidos de la Vida Silvestre.
de civil rastrean a los «terroristas», reales o supuestos. Pero sus fami- Ese empleo es tanto más apreciado cuanto que la situación eco-
lias y amigos conservan la esperanza de que están presos, a la espera nómica de la familia se ha deteriorado. Albert no se recuperó nunca
de un juicio. ¿Quién se atrevería a imaginar «vuelos de la muerte» 1 o de la devualación del peso en 1975. Obligado a ceder poco a poco lo
fosas comunes? Las madres y abuelas que manifiestan todos los días, que posee, ve cómo su patrimonio disminuye en el espacio de algunos
desde el 30 de abril de 1977, en la Plaza de Mayo, en pleno centro de años a ritmo acelerado. Aunque esté excluido todavía vender la casa
Buenos Aires, pasan por «locas» a fuerza de reclamar informaciones de vacaciones de Miramar o la vivienda de avenida Monroe, han lle-
sobre sus hijos. Una buena parte de la población considera imposible gado momentos de austeridad. Frarn;:oise reduce los gastos de alimen-
que alguien desaparezca sin dejar rastros. Los «zurdos» que nadie vio tación, vestimenta, vacaciones y sigue solicitando becas al Consulado.
nunca más deben estar en alguna parte, en el extranjero o escondidos «Los Erize no nadaban en oro y eso se veía cada vez más», confirman
en alguna provincia. varias de sus relaciones.
Frarn;:oise no se incorpora a las «locas» de la Plaza de Mayo. Com- .Para llegar a fin de mes, Albert elucubra varias estrategias: volver
parte su cólera pero no su modo de expresarla. Teme sobre todo la a poner en venta el diccionario mapuche, que su padre Esteban había
reacción de su marido. Como jefe de familia intransigente, Albert redactado algunos años antes. O comercializar un utensilio que los
ha fijado para siempre la doctrina Erize: está excluido «hacer ruido» argentinos no conocen: el tensor, esa correa elástica tan práctica para
exhipiendo el caso de Marie-Anne en la plaza pública. «No nos atre- amarrar las valijas en el techo del coche. Si es necesario, los fabricará
víamos ni siquiera a hablar entre nosotros -testimonia su hija Marie- él mismo, en su taller de bricoleur de los domingos. Su esposa está
Noelle--'c--, ¡tal era el clima de miedo que había en el país! No había dispuesta a venderlos junto con él, tocando el timbre casa por casa,
que decir nada, disimular todo. Años más tarde, me enteré de que mi si fuera necesario.
padre había iniciado trámites, que había escrito sobre todo al obispo La pareja ya no es joven -Frarn;:oise ha llegado a los cincuenta,
de Buenos Aires. Al principio, el tono era cortés, le pedía simplemente Albert a los sesenta-, pero ambos conservan la mentalidad de los
ayuda. Después, como no se producía ningún cambio, acabó por ser pioneros que hacía su fuerza, un cuarto de siglo antes, en la jungla de
más duro y hasta llegó a insultarlo. Lo había decepcionado el apoyo Wanda. Esa capacidad para reaccionar y renovarse. Y además, esas
de la jerarquía católica a los militares. Se sentía solo, impotente. Muy dificultades financieras son secundarias comparadas con la angustia
poca gente lo ayudó, y eso también lo había marcado mucho.» que los corroe desde el 21 de octubre de 1976: Marie-Anne, sus silen-
Entre los amigos de Marie-Anne informados de su desaparición, cios, su ausencia. «Ese episodio ha quebrado nuestra vida -confía
algunos, pese a todo, salen de la oscuridad: Mario Berlingieri, el direc- Frarn;:oise a un amigo-, me obsesiona y me obsesionará siempre.»
tor de ventas de la concesionaria de autos que la perseguía asiduamen-
te en otros tiempos. Y sobre todo Miguel Reynal. La muerte de su hija
de diecisiete años, fulminada por una enfermedad, llevó al hombre
de negocios a cambiar de rumbo profesional para dedicarse a los pro-
blemas ambientales, sin renegar de su vida anterior (cuando dirigía
la compañía aérea Austral). Sensible al dolor de los Erize, inquiere a

l. Véase la carta a Frarn;:oise Erize del 3 de marzo de 2009.


LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 251

tina. Además, todo su equipaje estaba a bordo de un buque comercial


en dirección a Buenos Aires.
El buque llegó y aquí tengo la foto.
Es imposible fecharla con precisión, pero debe ser de principios de
1974. El lugar, sin ninguna duda, es la casa de su amiga periodista Ana
de Skalon, la entonces futura compañera de Miguel Bonasso.
En esa época, Ana vivía cerca de su casa de Belgrano. Marie-Anne
iba a menudo allí con Daniel. Me dijeron incluso que vivió allí durante
un período de gran cansancio, físico y moral.
En esta foto se los ve con el bebé de Ana, la pequeña Sofía, nacida el
París, 13 de mayo de 2010 1° de febrero de 1974. Daniel la tiene en sus brazos. Marie-Anne, recos-
tada en una cama, los mira con una sonrisa tierna. Ellos tambien habían
Querida Franr;oise, soñado con ser padres, pero la realidad de la vida militante había entor-
pecido ese proyecto. De común acuerdo, habían estimado que los riesgos
Tres meses de silencio. Tres meses sin una palabra, sin una carta. Le eran demasiado grandes mientras Daniel estuviera en la clandestinidad.
debo mis disculpas y una explicación. Sofía, el bebé de la foto, tiene hoy trenta y seis años. Trabaja como
Cuando volví de la Argentina a mediados de febrero, me hizo falta agregada periodística en el ambiente cinematográfico argentino. Entré
much.o tiempo para darles forma a las informaciones recogidas: decenas en contacto con ella por mail, para hablarle de la amistad entre su
de horas de grabación, tres o cuatro cuadernos de notas, recortes de madre y Marie-Anne. Y de esa foto, por supuesto ... Me contestó casi in-
diarios, t~xtos de Marie-Anne ... Sin hablar de la gente que tengo que mediatamente, de modo amable y espontáneo, escribiéndome este texto:
ver o volver a ver, y todos los archivos que debo consultar.
En teoría, el libro debería estar terminado este verano, pero me Marie-Anne era muy importante para mi madre, que ha-
costará mucho cumplir con los plazos porque cada día surgen nuevas blaba a menudo de ella. Pienso que le costaba creer que Marie-
pistas. Recibo muchos llamados telefónicos y también mails. De Marie- Anne había muerto. El deseo de saber lo que había pasado
Noelle. De Miguel Reynal. Solo Eudes Colcombet, el veterinario del Cha- era para ella un peso constante. No vacile en decirme de qué
co, se resiste a utlizar Internet y me escribe a la antigua, ¡por correo! modo puedo ayudarlo y le daré todas las informaciones en
Sus cartas, con espléndidas estampillas, llegan en unos sobres arrugados mi posesión. Tengo una foto de Marie-Anne que mi madre
pero tienen el sabor del exotismo transatlántico, un poco como en la guardaba siempre en su escritorio. Se la enviaré.
época del correo postal. Con mis mejores sentimientos,
También permanezco en contacto con el ex montonero Daniel Ra-
banal. Esta vez por mail. El último me llegó esta noche a las 19:55 h y Sofía Serbin de Skalon
justamente por eso le escribo.
Una foto acompañaba ese correo electrónico. Una foto de la que Le avisaré en cuanto reciba la foto. Entre tanto, hay que completar
nunca le hablé, la única, que yo sepa, en que Marie-Anne y Rabanal la historia de su hija, seguir componiendo los pedazos del rompecabezas.
aparecen juntos. Daniel Rabanal hace lo posible por ayudarme, a pesar de la distancia.
Daniel la había evocado en febrero, sin que hubiera podido mostrár- Aprovecho para precisarle dos o tres cosas que usted no sabe tal vez
mela, estando entonces en plena mudanza entre Colombia y la Argen- respecto de él.

252 1 PHILIPPE BROUSSARD

La primera se refiere a la manera en que se enteró de.la desaparición


de Marie-Anne. De hecho, fue su hermano Rodolfo (el escritor) quien se
lo dijo en 1978, cuando Daniel estaba en la cárcel. Por todas partes en el
país, la población argentina empezaba a tomar conciencia del fenómeno
de las desapariciones y Daniel, como usted, no se podía imaginar la am-
plitud del drama. Estaba convencido de que Marie-Anne había podido
refugiarse en el extranjero. Seis años después, cuando quedó libre, fue a
San Juan con Ana de Skalon, con la esperanza de encontrarla, pero sus
búsquedas no dieron resultado. En los años que siguieron, Daniel vivió
sin cesar con el recuerdo de Marie-Anne. También le afectó sobremanera
haber pasado mucho tiempo por un traidor, del que se sospechaba haber
«entregado» a sus compañeros de Mendoza en febrero de 1976, lo cual
era falso, según él.
Estas son las «novedades del frente», Frani;oise. Nada determinante,
por cierto, pero una vida se reconstruye poco a poco, gracias a testigos Francia, país de exilio. Francia, país de refugio.
lejanos. A partir de la primavera de 1976, decenas de jóvenes franceses
Con mi recuerdo amistoso y mis disculpas por este largo silencio, empezaron a instalarse en París. Entre ellos se encontraba Jean-Pierre
Lhande, un ex scout, compañero de Marie-Anne. Después del arresto
Philippe de su hermano Michel 1 en junio, comprendió que la vida en la Argen-
tina -país por el que siente un afecto entrañable- no sería nunca
más la misma. Desde el golpe del 24 de marzo de 1976, los militares
consideran, en efecto, como sospechosos a todos aquellos que han
frecuentado, de cerca o de lejos, la izquierda peronista. Y son muchos
en la comunidad francófona, donde toda una generación llegó a la
política por la vía del compromiso social en las villas.
En París, Jean-Pierre Lhande se ha propuesto luchar para sacar a
su hermano de la cárcel. Ahora bien, en el Ministerio de Asuntos Ex-
teriores, donde va a hacer sus trámites, se entera de que otras personas
viven la misma situación con un pariente detenido o desaparecido
en la Argentina. Se les ocurre entonces aunar sus fuerzas creando
una asociación. Participan a Albert Erize, que se niega a adherir al
proyecto. Según él, la mediatización de esos trámites corre el peligro
de encabritar a la Junta. Reprocha a Jean-Pierre Lhande y sus amigos

l. Michel Lhande, detenido en junio de 1976, militó en el ERP. Considerado durante


un tiempo como desaparecido, se terminó por localizarlo en una cárcel «oficial» en
octubre del mismo año. Estaba entonces detenido junto con uno de los primos de
Marie-Anne, Michel Ortiz, también miembro del ERP.
254 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 255

«hacer gesticulaciones» en París mientras otros, como él, viven en El eco de estas protestas llega, mal o bien, a Buenos Aires, donde la
Buenos Aires aterrorizados en medio de los Ford Fakon. El nombre Junta Militar, ulcerada, denuncia una campaña de «calumnias». Para
de su hija no figurará, por lo tanto, en las primeras listas de desapa- replicar a los defensores de los derechos humanos, inventa el eslogan:
recidos entregadas a los medios franceses. «Los argentinos somos derechos y humanos».
Para los responsables de la asociación, presidida por Jean-Pierre ¿Los desaparecidos? «Un puro invento.»
Lhande, lo más difícil queda por hacer, es decir, alertar a la opinión ¿Las cárceles clandestinas? «¡Prueben que existen!»
y suscitar la reacción del gobierno y del presidente, Valéry Giscard ¿Los Montoneros? «¡Terroristas!»
d'Estaing. «La primera en ayudarnos realmente -relata- fue la actriz Demos lugar al gran circo del fútbol. Nada deberá manchar el
Simone Signoret. 1 La conocimos por intermedio de Régis Debray. La espectáculo.
fuimos a ver una noche en un famoso restaurante parisino. Ella lla- Los generales, conscientes de que esa cita deportiva es vital en
mó por teléfono a la escritora Frarn;:oise Sagan y le pidió que viniera. términos de imagen, pretenden presentar al mundo un país estable y
Cuando llegó Sagan, le espetó con su voz tan particular: "Tenés que seguro de su fuerza. En Belgrano, el barrio de los Erize, los tanques
hacer un artículo sobre estas historias". Unos días después, Sagan pu- han arrasado con las casitas de la villa. Las autoridades querían termi-
blicaba un texto en el diario Le Matin de París.» nar con ese asentamiento urbano y suprimirlo antes del comienzo de
La movilización de esas personalidades tiene mucho impacto en la competencia deportiva, que tendrá lugar en el estadio monumental
los medios, sobre todo porque la Argentina está en el centro de la ac- de River Plate (con capacidad para 70.000 espectadores), situado a
tualidad internacional. En junio de 1978, se organizará allí el Mundial algunos centenares de metros de allí. Los habitantes, desalojados sin
de Fútbol, una oportuniadd ideal para denunciar las infracciones a los miramientos, han sido expulsados hacia la periferia, volviéndose in-
derechos humanos. Desde octubre de 1977, mientras el equipo fran- visibles para visitantes y turistas.
cés de Michel Platini se dispone a obtener la clasificación, el escritor Respecto del Mundial que se acerca, los Erize reaccionan como
Marek Halter publica en Le Monde un artículo en el que incrimina a sus amigos argentinos. Piensan que ese evento debe ser y será una
jugadores y futboleros fanáticos: «Niéguense a autorizar al régimen luz en medio de la noche carcelaria en que está sumergido el país.
con su presencia, hasta tanto no se haya liberado a los presos políticos No se trata de olvidar a Marie-Anne, simplemente quieren seguir
y acabado con las masacres». Prendiéndose al movimiento, muchos viviendo. Y la vida, durante ese mes de junio de 1978, se resume a
intelectuales de renombre planetario (Sartre, Aragon ... ) firman un esa competencia futbolística que lleva a un pueblo a preguntarse
llamado al boicot; Simone Signoret intenta sensibilizar a las esposas sobre su identidad profunda. Todas las naciones «madres» del cri-
del equipo francés; la ONG Amnesty International difunde un afi- sol argentino están representadas: España, Italia, Francia, Polonia,
che donde se lee: «Cuando ustedes aplaudan a los once de Francia, Alemania ... Esta tierra de inmigración nunca se enfrentó como en-
las aclamaciones cubrirán los ruidos de los torturados. Detrás de la tonces con el dilema de los orígenes. ¿A quién alentar? ¿Al país de
pantalla, la realidad». las raíces o al del corazón? En cada familia, una y otra generación
El único jugador que tomará una posición será Dominique Ro- discuten y se enfrentan entre sí.
cheteau (que juega de delantero), conocido por sus adhesiones de En casa de los Erize, los padres hinchan por Francia y los hijos, por
izquierda. Todos los demás, o sea, la inmensa mayoría de la opinión, la Argentina. El 6 de junio, cuando las dos selecciones se enfrentan en
repetirán una y otra vez el mismo argumento: «No se mezcla el de- el estadio monumental, la casa de la avenida Monroe se ha ornado en
porte y la política». ¿Al precio de garantizar horrores? la planta baja con banderas tricolores y en el primer piso con banderas
celestes y blancas. «Era un período particular, lleno de patriotismo
-recuerda Marie-Noelle Erize-, durante el cual la mayoría de los
1. Conversación con el autor en noviembre de 2008, en París.
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argentinos vivieron el Mundial como un respiradero y una oportuni- A medida que pasan las semanas, la cita de los jueves atrae
dad para vivir algo muy fuerte todos juntos. Pero en realidad, era un vez más personas. Participan intelectuales (Marek Halter, Jorge Sem-
simulacro destinado a distraernos y disimular lo esencial.» prún, Bernard-Henri Lévy... ), artistas (Yves Montand, Catherine
Ese día, para gran decepción de los tricolores, los jugadores fran- Deneuve, Michel Piccoli, Daniel Balavoine, Ariane Mnouchkine ... ),
ceses deberán indinarse ante los argentinos. Nadie oye -o no quiere políticos (Fran\ois Mitterrand, Bertrand Delanoe, Lionel Jospin ... ).
oír- los gritos de los supliciados en los chupaderos. Están disemina- Los manifestantes enarbolan los retratos ampliados regalados por
dos por todos lados en Buenos Aires, llegan hasta los alrededores del Simone Signoret, pegados a los carteles. La pequeña foto de Marie-
estadio monumental donde los argentinos competirán por la Copa Anne se ha convertido en un póster. Jean-Pierre Lhande no ni
Mundial en un último partido contra Holanda. «Las aclamaciones por un instante de la reacción de sus padres ... «Un jueves -cuen-
cubren los ruidos de los torturados», repite en vano Amnesty Inter- ta- uno de los hijos Erize, de paso por París, viene a la embajada
national. El 25 de junio de 1978, un domingo, la Argentina salega- y cae en plena manifestación. Al descubrir el rostro de su hermana,
nadora. Sentados ante la pantalla de televisión, la familia Erize asiste, me dice que su padre se pondrá furioso cuando se entere. Después,
como el mundo entero, a increíbles escenas de júbilo en la cancha de Fran\oise me advirtió: "Albert no te lo perdonará nunca". Le contes-
River, donde un público extasiado perdido en medio de un diluvio té: "¡Pero si fuiste vos quien me dio esta foto!". Albert me gritó y me
de papelitos celestes y blancos, ovaciona a los jugadores aglutinados endilgó toda clase de injurias. Tomando distancia, lo comprendo. Él
ante la tribuna oficial. estaba en la Argentina y yo no, y quería proteger a sus otros hijos.
Detrás de la tribuna está de pie un hombre con traje oscuro. Su No obstante, en el momento, su actitud me desconcertó. De hecho,
rostro es delgado, huesudo, atravesado por un fino bigote. Tiene ca- la familia Erize no supo nunca qué actitud adoptar. Cada vez que
bellos negros y una mirada de águila. Es el general Videla, el líder de tomábamos una iniciativa, Marc, el mayor, reunía a sus hermanos y
la Junta. Un asesino. hermanas y les prohibía tomar la menor decisión.»
Sin embargo, la opción «discreción», defendida desde el prin-
cipio por Albert, no da resultados. En Buenos Aires, no logra su
En París, los defensores de los derechos humanos no bajan los cometido. Ni siquiera la embajada de Francia le proporciona ayuda,
brazos después del Mundial. A partir del otoño de 1978, acostumbran mostrando que la cuestión de los desaparecidos es secundaria para
a reunirse todos los jueves ante la embajada de la Argentina, situada ella. Lo único que importa son las buenas relaciones económicas y
en un barrio residencial. Como en Buenos Aires, donde las Madres políticas con el régimen.
de Plaza de Mayo siguen desafiando al poder, esas manifestaciones Para una parte de los diplomáticos y algunos militares franceses
semanales incorporan cada vez más gente. Simone Signoret, plena- con cargos en la Argentina, esa timidez respecto de la dictadura
mente comprometida con la causa, no ceja en su activismo. «Un día delata una forma de connivencia ideológica. El ex periodista Jean-
-recuerda Jean-Pierre Lhande- se le ocurrió aumentar el tamaño Pierre Bousquet, corresponsal de la Agencia France Presse (AFP)
de las fotos de los desaparecidos, para que fueran visibles en las ma- en Buenos Aires en esa época, se acuerda de la «poca diligencia»
nifestaciones. Financió todo con sus propios fondos. Sin decir nada manifestada por el embajador Fran\ois de La Gorce (1976-1978) y
a su marido, Frarn;:oise Erize aprovechó su viaje a París para darme su sucesor Bernard Destremau (1978-1981), para exigir informacio-
una foto carnet de Marie-Anne. Fue la primera vez que su rostro nes sobre los desaparecidos: «Destremau organizaba cócteles con el
apareció en las calles de París.» 1 ministro del Interior, general Harguindeguy. Siempre decía: "Entre
oficiales de caballería, nos entendemos". El único que tomó inicia-
l. Frarn;:oise Erize afirma, por su parte, que fue Jean-Pierre Lhande quien le había
tivas reales fue el cónsul Hugues Horno. En el fondo de su corazón,
pedido una foto, sin precisarle el uso que iba a darle.
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creo que era monárquico, pero eso no le impidió ayudar a la libera- Bernard Destremau, ex campeón de tenis, semifinalista en Roland
ción de compatriotas de extrema izquierda.»
1 Garros en 1937, parece aterrorizado ante la idea de irritar a los dic-
Los embajadores, sin embargo, tienen conciencia del drama ar- tadores argentinos. En una nota del 13 de junio de 1979, dirigida a la
gentino, puesto que se lo comunican a sus superiores parisinos de Cancillería en Francia, afirma que se topa con «cierta indiferencia»
modo preciso y regular. Así, el 29 de diciembre de 1978, el mismo Ber- respecto de los desaparecidos, pero no por ello da la impresión de
nard Destremau envía al Ministerio de Asuntos Exteriores una nota querer forzar a sus interlocutores. Al contrario, cuando una delega-
confidencial en la que evoca «campos de detención no registrados ción de senadores franceses anuncia su viaje a Buenos Aires, manda
oficialmente». «Los detenidos -escribe- se hallan aislados en celdas a sus superiores esta carta edificante: «Para que la misión en América
de diez, con la cabeza permanentemente cubierta con una capucha.» Latina pueda efectuar en la Argentina una estada útil y agradable,
Sobre el caso preciso de Marie-Anne Erize, los expedientes de la sería esencial que no haga mención de su intención de proceder a
embajada muestran una pobreza reveladora en el modo de tratar el investigaciones sobre derechos humanos».
asunto. No se cita prácticamente su nombre entre un documento y Albert Erize no está al corriente de esas tibias estrategias diplo-
otro, y son frecuentes los errores de nombres y fechas. En una ficha, máticas. Legalista de alma, se limita a ir a la embajada para reclamar
se especifica que no ha dado signos de vida desde «fines de 1976», en a los argentinos informaciones sobre Marie-Anne. No contempla el
otra, desde el «20 de octubre» de 1976. Es todavía mayor la impre- menor cambio en su modo de gestión. Por miedo a las represalias,
cisión de los documentos argentinos: en una lista de desaparecidos sigue exigiendo total discreción sobre su hija. Hasta el cónsul Hugues
publicada en 1979 por la Asamblea Permanente por los Derechos Horno tiene que escribir a Jean-Pierre Lhande a París, para llamarlo
Humanos, aparece con el número de expediente 1326, con estas in- al orden: «Debo decirle, por saberlo de buena fuente, que el señor y la
dicaciones: señora Erize, como usted ya lo sabe sin duda, se han negado siempre
«Nombre: Erize Nane Anne. a hacer publicidad, de cualquier clase que sea, en torno a la desapa-
Edad: O. rición de su hija». 1
Documento de identidad: O. En el clan Erize, solo Frarn;:oise toma a veces iniciativas en contra
Lugar de la desaparición: O. de su marido. Así, en 1979, cuando se entera que una delegación de la
Fecha: 1976.» Organización de Estados Americanos (OEA) pasa por Buenos Aires
Habrá que esperar al 5 de enero de 1979, es decir, dos años después con el fin de recoger testimonios sobre las violaciones de derechos
del secuestro, para que la embajada deposite por fin un pedido oficial humanos,2 va al centro de la ciudad, donde juristas internacionales
al Ministerio Argentino de Relaciones Exteriores y Culto respecto del han abierto una especie de «oficina de reclamos». En principio, los
caso Marie-Anne Erize. Peor aún, el embajador, Bernard Destremau, trámites deberían ser rápidos, podrá llegar a tiempo para preparar el
oculta a los padres de la muchacha elementos que son quizá capitales. almuerzo de Albert, que está lejos de sospechar nada.
Omite decirles, por ejemplo, que su amigo el general Harguindeguy
l. Como la mayor parte de las notas y documentos de la embajada citados en este
le ha hablado de Marie-Anne. Según ese oficial, la habrían matado en capítulo, esta carta fechada el 22 de octubre de 1980 está extraída de los archivos
un «enfrentamiento» en que ella era portadora de «armas de mano». diplomáticos, que el autor pudo consultar. En el caso de Marie-Anne Erize, la em-
Por cierto, se sabe hoy en día que la información era falsa. ¿Pero por bajada de Francia hizo un último pedido de información al Ministerio Argentino
qué el diplomático no intentó advertirles a los padres? de Relaciones Experiores y Culto el 11 de agosto de 1981, o sea, tres meses después
de la llegada al poder de Frarn;:ois Mitterrand. Esta gestión no tuvo más éxito que
la de enero de 1979.
l. Conversación con el autor en mayo de 2010. Jean-Pierre Bosquetes autor de un
libro dedicado a la Argentina de esa época, Les folles de la Place de Mai, Stock, 1982, 2. La Junta Militar se ve obligada a aceptar esa visita porque está a la espera de la
Las locas de la Plaza de Mayo, El Centro Editor, Buenos Aires, 1983. ayuda financiera internacional para volver a llenar las cajas del Estado.
260 \ PHILIPPE BROUSSARD
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN \ 261

Llegada al lugar, Fran<;:oise descubre una larguísim.;t fila de espera. Debilitada por la crisis, minada por los negocios financieros y la
Centenares de personas están en su mismo caso, esperando que la corrupción, la Argentina se hunde cada día más. Los generales
puerta se abra. Después de hacer la cola durante tres o cuatro horas, suceden a Videla sienten que la situación se les escapa de las manos.
empieza a alarmarse, temiendo llegar tarde y provocar la inquietud En 1982 el régimen intenta una última maniobra de unión nacional,
de Albert. Felizmente, los que están delante de ella la dejan pasar. Un declarando la guerra a Gran Bretaña a propósito de las Islas Malvinas, 1
representante de la delegación anota sus datos. El drama de su vida pero la euforia patriótica nacida de ese conflicto será de muy corta
se convierte en una ficha entre mil otras. Pero esta vez, la ficha habla duración y la derrota, humillante. •
con exactitud: En su libro sobre las dictaduras sudamericanas,2 el historiador
«Apellido: Erize. Alain Rouquié explica claramente cómo la Junta buscó una puerta
Nombre: Marie-Anne. de salida después de siete años (1976-1983) de ejercicio en el poder:
Fecha de nacimiento: 28 de marzo de 1952. «[Ella] decide negociar el retorno a la democracia y declara, con un
Lugar de nacimiento: Espartillar (provincia de Buenos Aires). tono de arrogancia particularmente fuera de lugar, que no aceptará
Fecha de desaparición: mediados de octubre de 1976. ningún cuestionamiento en cuanto a los métodos y resultados de su
Lugar: San Juan». "glorioso combate" contra el terrorismo. [... ] En abril de 1983, la Junta
La masa de quejas recogidas por la OEA -5.580 en total- da publica un "documento final" sobre la lucha antisubversiva. Recono-
la medida de la tragedia argentina. Por lo menos, eso prueba tal vez ciendo "cristianamente" los errores cometidos, el texto estipula que la
que la Junta comienza a vacilar. ¿Pero por cuánto tiempo sobrevivirá guerra antisubversiva fue un "acto de servicio" y que solo la historia
todavía? ¿Qué hace falta para que cese el terror? Hasta los Estados juzgará "quiénes son los responsables directos de métodos injustos y
Unidos, durante tanto tiempo cómplices de los torturadores sudame- muertes inocentes. [... ] La dictadura no tiene cuentas que rendir a
1
ricanos, cambian su estrategia bajo el impulso del demócrata Jimmy nadie salvo a Dios"».
Carter. Desde que fue elegido en la Casa Blanca en 1977, ha erigido Seis meses después, se llama a elecciones democráticas para elegir
la defensa de los derechos humanos en la prioridad de su mandato. presidente de la república. Mesas de voto se instalan en todo el país.
A diferencia de la ostensible timidez del gobierno francés, Carter no Albert Erize no lo sabe, pero ese escrutinio histórico va a depararle
oculta su hostilidad a los generales. una prueba más ...
Los cuestionamientos norteamericanos acentúan el aislamiento Una mañana, un agente de la comisaría vecina se presenta en su
argentino al llegar el año 1980. Enfrentado a una crisis económica casa de la avenida Monroe y le trae una carta certificada dirigida a
muy grave, el país se deteriora. La euforia del Mundial de 1978 quedó «Mademoiselle Marie-Anne Erize»: se ha designado a la joven para
atrás como un viejo recuerdo. La cólera se eleva por todos lados, las presidir una mesa de votación en Avenida del Libertador 1886. Albert
finanzas entran en crisis, los precios se disparan. contesta que su hija no está, que ha desaparecido en 1976. Pero en su
La familia Erize, como tantas otras en Buenos Aires, trata de supe- lógica de frío papelería, la administración no quiere escuchar. Poco
rar las dificultades. Mientras su esposa vende tensores y diccionarios
de mapuche, Albert obtiene, gracias a Miguel Reynal, un empleo en l. El 2 de abril de 1982, la Junta ordena la invasión de esas islas apenas pobladas,
situadas en las cercanías de Tierra del Fuego. Las Islas Malvinas eran una posesión
una isla del Río de la Plata en un terreno de cavazón y transporte de territorial británica desde 1833. La primera ministra británica, Margaret Thatcher,
tierras. Es un trabajo extenuante y mal pago pero le permitirá soste- replica lanzando una operación militar de envergadura. Los combates son breves
nerse hasta la jubilación, en 1982. Mientras tanto, su hija Marie-Noe- pero mortíferos: 255 víctimas británicas y 649 argentinas. La Argentina reconoce
lle consiguió un buen puesto de secretaria de dirección en una mul- su derrota el 14 de junio de 1982. La dictadura sobrevivirá solo algunos meses a ese
fracaso.
tinacional (el grupo Louis-Dreyfus) y podrá así ayudar a la familia.
2. Utilizo como fuente el libro de Alain Rouquié, op. cit.
262 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 263

tiempo después Albert recibe una convocación firmada, esta vez por posibles en un país donde ciertos militares siguen ejerciendo una
Un Juez. influencia considerable sobre la vida social y política, se obstina en
Hasta entonces, hace siete años que la vida de familia es una pe- rechazar toda mediatización. Su prioridad sigue siendo la protección
sadilla, un largo combate contra el miedo, el olvido y el vado, siete de sus otros hijos, algunos de los cuales han trabajado o trabajan para
años durante los cuales no han podido saber nada y donde no se ha el Ejército. Esta prudencia, alentada por algunos de sus hijos, contras-
registrado ningún cambio. ta con la perseverancia de Frarn;:oise. Aun cuando haya aceptado las
Felizmente, la elección del 30 de octubre de 1983 confirma la de- indemnizaciones financieras propuestas por el Estado a las familias
rrota de los militares y el triunfo del radical Raúl Alfonsín. Argentina de los desaparecidos, eso no le impide seguir luchando por saber
cambia de época, aborda el fin de siglo como un país herido y mori- verdad.
bundo, donde veinte o tal vez treinta mil muertos habitan la memoria Es así como durante ese año 1984 convence a su marido de
como fantasmas. acompañarla en coche a San Juan, a mil kilómetros de Buenos Aires.
Hostil a toda ley de amnistía a favor de los militares, Alfonsín exi- Frarn;:oise no volvió nunca allí, desde ese día de mayo de 1976, en que
ge de inmediato indagaciones sobre las desapariciones. Un organismo Marie-Anne se había negado a seguir su plan de huida al Uruguay.
nacional, la CONADEP, presidida por el escritor Ernesto Sabato, se En esa época, por razones de seguridad, no había sacado fotos ni
encargará de esta tarea. anotado nombres ni direcciones. Su memoria solo había conservado
Como a otros miles de padres a lo largo y ancho del país, esta vagas imágenes de la ciudad.
comisión recibe a Frarn;:oise y Albert Erize. Su denuncia, firmada el 9 El aeropuerto.
de abril de 1984 ante dos funcionarios, cabe en tres páginas escritas a La catedral.
máquina. Cuentan lo poco que saben: la partida de Marie-Anne para La Alianza Francesa.
Mendoza\ con Daniel Rabanal, su radicación en San Juan, la carta Y esa casa, cerca de un club de boxeo, donde Marie-Anne vivía
anónima del 22 de octubre de 1976 ... Y las amenazas del comando: con otras dos chicas, una de las cuales se llamaba «Celeste».
«La vamos a poner dos metros bajo tierra». Ha pasado el tiempo. Más de ocho años. Excepto la catedral,
Ahora que es libre de sus movimientos, Frarn;:oise trata de recoger Fran<;:oise no reconoce nada. Ni un rostro ni una calle ni una casa. El
por todos los medios posibles otras informaciones acerca de su hija. olvido. San Juan no solo le arrebató a su hija sino que le robó también
Activa y reactiva los contactos que ella y su marido pudieron tener sus recuerdos.
esos últimos años. Una vez más, recurren a Miguel Reynal, el ex dueño Antes de volver, sin embargo, quiere pasar por el cementerio. Al-
de la compañía Austral. «La Señora Erize me llamó varias veces -in- bert la acompaña, pero se quedará en el coche.
dica este último- porque quería que yo fuera a ver a Rivera, el policía Fran<;:oise le pregunta al guardia si existe un lugar donde están
que me había convocado hace siete años para anunciarme la muerte enterrados los muertos después del año 1976. No, no hay ninguna
de Marie-Anne. Su madre esperaba que me diera precisiones o que me lista. Nada más que tumbas anónimas, allá, un poco más lejos.
dijera cómo encontrar su cuerpo. Insistió tanto que fui a ver a Rivera, Camina, avanza. Uno, dos, diez desconocidos ... Hombres. Tal vez
el "detective millonario", como lo llamaban en 1976. Cuando evoqué mujeres. Fran<;:oise reza por ellos. Por ella.
a Marie-Anne, me gritó: "¡Yo nunca te dije que había muerto! ¡No
me hables nunca más de eso!" Después, tuvo que irse de la Argentina
porque había recibido amenazas de muerte.»
Ni el retorno de la democracia ni el lanzamiento de un juicio
alteran la estrategia de Albert Erize. Temiendo represalias, siempre
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 265

fe e incluso la amistad del almirante Massera, manipulador profesional


y torturador en jefe. En cuanto a Bernard Destremau, quien lo sucedió
en el cargo durante los tres años siguientes, apuesta, erróneamente, a su
buena relación con el ministro del Interior, general Harguindeguy. Ese
Destremau es un curioso personaje, ex campeón de tenis reconvertido
a la diplomacia. Varias personas que vivieron en Buenos Aires en esa
época me aseguran que la gestión de los derechos humanos era para él
totalmente secundaria. Su preocupación principal era jugar al tenis, ya
sea en la residencia de Francia o en el muy chic Jockey Club, donde
morzaba a menudo solo. Según los mismos testigos, era presa de enojos
París, 10 de junio de 2010 apocalípticos cuando perdía un punto. ¡Tanta rabia le daba que rompía
a veces su raqueta golpeándola contra el piso!
Querida Franroise, Aparte del caso de este diplomático y algunos otros, sería sin embar-
go injusto acusar a Francia de inacción. Diputados franceses, ministros,
Tengo algunas novedades de mis últimas búsquedas ... ya sea de derecha o izquierda, han ido a la Argentina, algunos de los
Pasé el día martes en Nantes, en el servicio de archivos diplomáti- cuales reclamaron explicaciones sobre los desaparecidos franceses. En
cos. Un lugar sorprendente que alberga la «memoria» de las embaja- esas mismas cajas negras, vi incluso varias cartas que intercambiaron
das ff'.ancesas en todo el mundo. La consulta de esos viejos documentos el general Videla y el presidente Giscard d'Estaing. En una carta del 23
solo puede hacerse in situ, en una sala silenciosa llena de empecinados de diciembre de 1977, este último escribe: «Hago especial hincapié en
investigadores. Los dossiers son tantos que hay que precisar el período decirle de la manera más insistente la importancia que otorgo perso-
de referencia y la naturaleza del pedido. El mío se resumía en pocas pa- nalmente a que se esclarezca la verdad sobre el destino final de todos
labras: «Buenos Aires, 1976-1980, desaparecidos». Quería saber cómo los franceses desaparecidos o secuestrados». Cuando Videla le contesta,
habían gestionado estos asuntos, al comienzo de la dictadura, los diplo- no hace nunca ninguna mención a los desaparecidos. Bajo su pluma,
máticos que ocupaban cargos en la Argentina, y cuáles eran los trámites evidentemente, ese término no existe. A través de esos intercambios,
emprendidos en el caso de Marie-Anne. el lector comprende también que las presiones de Giscard tienen sus
Los archivistas me trajeron una media docena de cajas de cartón límites, esto es, el business (sobre el armamento) y el pragmatismo.
negro. Un tesoro de la memoria. Centenares de notas de síntesis, tele- Cuando su amigo y representante personal Michel Poniatowski viaja a
gramas diplomáticos, cartas confidenciales. Todos no se refieren a los la Argentina en octubre de 1977, no profiere una sola palabra sobre los
desaparecidos pero el conjunto da una idea bastante clara de las rela- desaparecidos. ¡Al contrario, se apresura en halagar al régimen!
ciones franco-argentinas en ese período. El nombre de Marie-Anne aparece apenas en medio de esta monta-
¿Qué resulta de todo ello? Una terrible impresión de impotencia y ña de papeles amarillentos. De hecho, su caso parece diferente al de los
debilidad. Los embajadores disponen de informaciones fiables de las otros desaparecidos. Como tiene la doble nacionalidad, las autoridades
violaciones a los derechos humanos. Tienen cifras, estadísticas quepo- de Buenos Aires ven en ella una ciudadana argentina y estiman que
nen al día con un rigor de contadores. Pero las tímidas intervenciones su caso no compete a París. Por falaz que sea, el argumento complica
dirigidas a la Junta Militar solo reciben como respuesta el desprecio y mucho la gestión de su expediente, tratado por franceses.
la mentira. Se dejan manipular por sus interlocutores. Franrois de La Prosiguiendo mis búsquedas, me topé con otro documento, o sea, la
Gorce, embajador entre 1976 y 1978, se engaña creyendo en la buena intervención de un diputado socialista, André Chandernagor. El 23 de
266 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 267

julio de 1977, en una pregunta escrita dirigida al gobierJIO, se preocupa general de la ONU Según él, «todo lo que se hizo en la Argentina en
por la suerte de «muchos franceses[ ... ] capturados en las tenazas de esa época se hizo con el aval y bendición de la CIA».
esa máquina sin alma» que es la dictadura argentina (y chilena). El Acusar a los Estados Unidos o a Francia no sirve ya mucho hoy en
diputado adelanta una lista de nombres, entre ellos «Madame Marianne día. Los dos principales embajadores franceses han muerto, también
Erize». El término «madame» hace sonreír, pero lo importante es otra «Ponia». 1 Giscard es hoy un viejo señor libidinoso que escribe novelas
cosa, la reacción del gobierno, que responde así: «Las personas cuyos rosas. Pero hay que sumergirse en esos archivos y hasta perderse en ellos
nombres se citan [. .. ] son conocidas por el Ministerio de Relaciones para comprender cuáles son los muros contra los cuales se rompieron
Exteriores, que no ha dejado de intervenir en el más alto nivel interpe- las esperanzas de usted. Hubo diplomáticos que la apoyaron -Serge
lando a las autoridades competentes de los gobiernos de referencia para Bataille, Hugues Hamo y otros que usted no conoce- ¿pero con qué
obtener su liberación o encontrar los rastros de los que han desapare- resultados? Solo una vez las autoridades francesas estuvieron quizás a
cido. [... ]Nuestras misiones diplomáticas han solicitado, asimismo, en dos pasos de obtener elementos decisivos: el 8 de noviembre de 1978,
varias oportunidades, a las autoridades locales, con el fin de intentar cuando Valéry Giscard d'Estaing aceptó recibir discretamente en París
obtener informaciones y en lo posible, garantías sobre su suerte. Estos a uno de los dignatarios del régimen, el almirante Massera. Para lograr
reiterados intentos, desgraciadamente, no han logrado el resultado desea- esa cita tan prestigiosa, este se había comprometido a proporcionar in-
do hasta ahora y las respuestas que han sido dadas invariablemente, que dicaciones sobre los franceses desaparecidos. Ese día había llegado al
señalaban que no se pudo encontrar rastros de los interesados en las listas Elíseo con una lista de doce nombres. En el octavo renglón se podía leer.
de detenidos, advierten o dejan entender que los cambios de identidad «Marie-Anne Erize 15 oct 76 III CPO EJ».
o los pasajes de una frontera a otra son frecuentes en este tipo de casos. La mención III CPO EJ se refería al «Tercer Cuerpo Del Ejército»,
No obstante, el honorable parlamentario puede tener la seguridad de que dicho de otro modo, a la entidad militar responsable, según él, del caso
nuestras embajadas proseguirán sus esfuerzos a favor de esos desapare- Erize en Mendoza y San Juan.
cidos, aunque la mayoría de ellos se componga de portadores de doble De los doce nombres citados, cuatro estaban precedidos de un as-
nacionalidad, es decir, personas consideradas por las autoridades locales terisco, que significaba que esas personas estaban muertas sin duda
como oriundas de Chile o la Argentina». alguna. Para las otras, había solo un punto, que dejaba que una duda
Este texto, pues, deja abierta la hipótesis de una huida al extranjero planeara aún sobre su destino. Antes del nombre de Marie-Anne, no
y tiene especial cuidado en diferenciar el caso de los portadores de doble había asterisco, Fran<;oise, sino solo un simple punto. Pero pese a ello, ¿su
nacionalidad, lo cual corresponde al ejemplo de Marie-Anne. En resu- hija estaba viva, ese día del otoño de 1978, dos años después del secues-
men, el gobierno francés, cauteloso, no levanta la voz. No hacer ruido, tro? Nada permite afirmarlo. Pero todo eso prueba la habilidad sádica
sobre todo no hacer ruido. del almirante, su capacidad para destilar informaciones utlizando en
¿Por qué? Simplemente porque la verdad molesta: su hija y todos los su beneficio el juego diplomático.
otros fueron víctimas de grupos paralelos, sustraídos a todo encuadre ju- El legajo «Marie-Anne Erize» ha atravesado esos años de una mane-
dicial pero avalados por las autoridades. Es evidente que los franceses ya ra muy extraña, entre luces y sombras. En París, los manifestantes que
adivinan eso, más o menos, cuando uno lee los documentos ... También enarbolaban su foto no sabían nada de su recorrido. En Buenos Aires,
saben, probablemente, que los servicios norteamericanos de inteligencia hizo falta la valentía de su madre para que no se hundiera en el olvido.
actúan a la sombra de la Junta. La CIA, obnubilada por su lucha contra Con la distancia que da el tiempo transcurrido, una cosa sorpren-
el «peligro rojo», sostiene la dictadura tanto en la Argentina como en de en este destino franco-argentino: en ningún momento usted dio la
Chile. Me lo confirmó un testigo confiable, Antaine Blanca, ex emba-
jador de Francia en Buenos Aires (período 1984-1988) y ex secretario l. Michel Poniatowski. [N. de la T.]
268 1 PHILIPPE BROUSSARD

impresión de alimentar rencor por uno u otro de sus dos países. Varios 21
amigos suyos me lo dijeron: ni la desaparición de Maiie-Anne ni esa
agotadora búsqueda de la verdad han roto su apego por la Argentina.
Esa doble prueba, por otro lado, tampoco puso en tela de juicio su con-
fianza en Francia. Al igual que su marido, usted siempre creyó en su
ayuda. A veces equivocadamente.
Querida Franroise, voy a tener que dejarla por hoy, no sin constatar
mi fracaso que me deja, personalmente, un gusto amargo.
Con mi recuerdo amistoso,

Philippe

Es un edificio anodino, en el centro de Buenos Aires. Un edificio de


oficinas, sin carácter ni encanto alguno, en una zona de negocios.
Un portero controla el acceso, cerca de un viejo ascensor. Durante la
semana entra mucha gente, el fin de semana, mucha menos.
Cuando se presentan aquí por primera vez a principios de 1984,
Frarn;:oise y Albert Erize suben al sexto piso, oficina 65. La persona
que van a ver los ayudará quizás a descubrir por fin la verdad acer-
ca del paradero de Marie-Anne. El hombre es un abogado, Horado
Méndez Carreras, contratado por el gobierno francés para aconsejar
y orientar a las familias de una quincena de compatriotas desapare-
cidos. Vinculado con el nuevo embajador (Antoine Blanca) y con el
cónsul general (Jean-Paul Angellier), su tarea consiste en examinar
cada expediente y obtener informes de las nuevas autoridades argenti-
nas. El país acaba de recuperar su libertad. Está dispuesto a enjuiciar a
los dictadores y a los pequeños ejecutores del trabajo sucio, todos esos
militares, policías, gendarmes y ciudadanos ordinarios que habían
actuado en los chupaderos.
Los padres de Marie-Anne Erize ignoran si ella fue llevada a uno
de esos centros el 15 de octubre de 1976. En el fondo, durante siete
años de miedo e impaciencia, no han avanzado ni un milímetro. Los
indicios de que disponen son muy pobres:
Un lugar: San Juan.
Un documento: la carta anónima sobre su secuestro.
270 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 271

Como ellos, el abogado Méndez Carreras empieza por viajar militares y policías de haber llevado a cabo operaciones clandestinas
a San Juan, donde Eloy Camus, un ex militante de la izquierda contra los «subversivos».
peronista, 1 lo ayuda a recabar diversos testimonios y a reconstruir en Pero el abogado Méndez Carreras se empecina, prosigue sus ve-
parte el trayecto seguido por la joven montonera. Gracias a la madre rificaciones, completa documento por documento un expediente que
de un desaparecido de Mendoza, el abogado recupera asimismo un va volviéndose para él la obsesión de toda una vida. El 21 de abril de
télex «urgente» difundido el 24 de julio de 1976 por los servicios de 1986, redacta para la justicia un relato lo más completo posible
inteligencia (D2) de esa ciudad. Según ese aviso de búsqueda, debía secuestro, luego los hechos acaecidos los días 15 y 16 de octubre: la
detenerse cuanto antes a una docena de hombres y mujeres, presen- trampa tendida al joven Daniel Russo cerca de la bicidetería y el alla-
tados como miembros de la «columna Mendoza» de Montoneros. namiento en la casa de Marie-Anne y los esposos Poblete en la calle
En el octavo lugar de la lista aparecía un nombre: Marie-Anne Erize, Sabatini. Al final del documento, establece una «lista del personal
alias «Lobita». militar y/o paramilitar y policial involucrado en los hechos».
Otro documento, proveniente esta vez del Tribunal Federal de Entre las doce personas citadas en la lista, figura el jefe del re-
Mendoza, intriga al abogado Méndez Carreras: es una lista de per- gimiento de San Juan, coronel Menvielle, y un hombre sospechado
sonas buscadas por «infracción a la ley». Entre ellas está «Ana María de ser «El Pichi», el tipo con equipo de gimnasia blanco que hacía el
Erico o Erice». Han deformado una vez más su nombre pero lo que seguimiento de Marie-Anne en la ciudad. Otro nombre, que encabeza
interesa sobre todo es la fecha mencionada al final del texto: 12 de la lista, llama la atención: Jorge Olivera.
marzo de 1976. Esa fecha prueba de un modo contundente que las Según el doctor Méndez Carrera, ese teniente de los servicios de
fuerzas de seguridad habían detectado ya a Marie-Anne por lo menos inteligencia dirigía las operaciones especiales. Siempre vestido de ci-
siete m.eses antes de su secuestro. vil, viajaba en un Renault 12. Para Méndez Carreras, se trata del que
El abogado requiere más informaciones, sobre todo en lo referido organizó el secuestro y el allanamiento. El sospechoso nº l.
al rol eventual desempeñado por el Ejército en su desaparición. A su
pedido, el juez federal encargado de la investigación se dirige a los
responsables del RIM 22, el regimiento de San Juan, para saber si Jorge Olivera.
existe un dato, cualquiera sea, sobre el caso. La respuesta de los mi- Este nombre acaba de entrar en la vida de los Erize. En ese mo-
litares cabe en tres renglones, con fecha de 1984: «Pongo en vuestro mento, no tienen ninguna foto suya, tampoco ninguna indicación
conocimiento que en este Estado Mayor General, no se registran an- sobre su trayectoria de católico de extrema derecha ni de «cruzado»
tecedentes sobre la mencionada ciudadana de nacionalidad francesa. de la lucha contra la ultra-izquierda ...
Dios guarde a Us». Olivera, hijo de un oficial de Gendarmería, es oriundo de la pro-
Para lograr su objetivo en la búsqueda de la verdad, Méndez Ca- vincia de Misiones, en el nordeste argentino. Nació el 10 de agosto de
rreras debe franquear una infinidad de obstáculos formales. Durante 1950 en Posadas, en la orilla oriental del río Paraná. Si desde allí se va a
meses y años, el expediente Erize, número de referencia 6204, se bam- hacia el norte, dirección de las Cataratas del Iguazú, se llega a Wanda,
bolea entre la justicia militar y la justicia civil. No es el único: miles el pueblo tropical donde Marie-Anne pasó una parte de su infancia.
de casos similares existen en la Argentina. Los tribunales de todo el Egresado del Colegio Militar de la Nación en 1971, lo afectan
país se derrumban bajo las pilas de pleitos. Por todos lados, se acusa a primero al Regimiento de Infantería de Montaña 26, en Junín de los
Andes, en el sur del país. A principios de 1975, lo trasladan a San Juan
1. Eloy Camus desempeñó un rol decisivo en la indagación de la verdad de lo acaeci- como «jefe de sección» en el RMI 22. En esa época, varias misiones, de
do en San Juan. Mencionamos su libro en la carta a Franc;:oise Erize del 8 de febrero
dos meses cada una, lo llevan hasta la provincia de Tucumán, donde
de 2010.
272 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 273

se esconden centenares de guerrilleros ERP. Esos combates, de una la situación. Debió pensar que la democracia era todavía demasiado
extrema violencia, agudizan su odio por los guerrilleros: que él llama frágil como para tener que vérselas con el ejército. Para desesperación
«ratas». Para él, como para algunos de sus compañeros, el peligro rojo de la mayoría, que era hostil a los rebeldes, ese jefe de Estado con fama
cobra un cariz francamente fóbico. El teniente Olivera se queda un de imprevisible y colérico va a a ceder a sus exigencias, acordándoles
poco menos de tres años en San Juan, con su joven esposa Marta y su lo que reclaman, o sea, la impunidad.
primer hijo. ¿Su misión oficial? Estudiar con el mayor detalle posi- A partir del 4 de junio de 1987, el Congreso vota la de Obe-
ble la zona fronteriza con Chile, en caso de una guerra eventual. Ese diencia Debida, que limita el alcance las persecuciones judiciales
conflicto, que se temió realmente por un momento, no se producirá vinculadas con el período 1976-1983. En nombre de la reconciliación
nunca. Olivera proseguirá su carrera en La Plata, San Javier, Posadas, nacional, la justicia no iniciará procesos contra los que cumplieron
Corrientes. Cada una de esas etapas significa un ascenso profesional órdenes durante la dictadura. Se perseguirá solo a los grandes «jefes».
(primer teniente, capitán ... ). Termina su formación como paracaidis- Al igual que centenares de otros sospechosos, Olivera no deberá
ta y en el área de los comandos. comparecer ante un tribunal: el expediente Erize vuelve a enterrarse
La caída de la dictadura a fines de 1983 perturba apenas su ascen- en los cajones.
so en el seno del Ejército, y todavía menos sus convicciones radicales. Es otra prueba suplementaria muy difícil para Albert y Frarn;:oise.
Olivera está convencido de que pertenece al campo de los vencedores, Creían haberse acercado a un punto de la verdad pero ahora ven que
esos patriotas que salvaron al país del marxismo y desafiaron a los se les escapa, más huidiza que nunca. De esos años de espera con
ingleses en las Malvinas. Méndez Carreras, les queda el esbozo de un relato real (la bicicletería,
Cuando su nombre empieza a emerger en el expediente Erize, en los secuestradores, el Ford Falcon) y un puñado de nombres, entre
1984, ocupa un puesto en el comando de paracaidistas de Córdoba. los cuales se halla un tal Olivera, pero siguen sin saber dónde está su
Como muii::hos de sus colegas de armas, no reconoce ninguna legi- hija, ni siquiera si realmente ha muerto.
timidad a los jueces que investigan sobre los crímenes de los años Albert Erize no se hace más ilusiones de encontrarla algún día.
1976-1983. Las nuevas autoridades recientemente elegidas tampoco A los 67 años, conoce a la perfección ese país y sabe que el Ejército
tienen para él mayor peso y está dispuesto a ponerlas en cuestión, funciona como una casta que preserva todos sus secretos. Las fami-
junto con otros militares. lias de los desaparecidos sufren cada día más y tienen que soportar
En abril de 1987, en el cuartel de Campo de Mayo, los argentinos la arrogancia de los inculpados y hasta, a veces, sus amenazas. En lo
descubren así las «caras pintadas» de los soldados rebeldes, que han que respecta a los militares radicales, en cuanto perciben la menor
elegido ese apodo por alusión a su vestimenta de camuflaje. Surgidos debilidad en los compromisos tomados por los poderes públicos, se
en su mayoría de las formaciones especiales, son unos cuantos miles rebelan, como para hacer recordar su capacidad de dañar. Es así como
en todo el país, están decididos y animados por un fervor católico en los años siguientes, se produjeron diversos levantamientos: en el
casi místico. Los otros soldados se resisten a intervenir contra ellos cuartel de Caseros (enero de 1988), en Villa Martelli (diciembre de
y lo hacen saber al poder político. Olivera, que es un «carapintada», 1988) y hasta en el corazón de Buenos Aires (diciembre de 1990). 1
aprueba esa lucha dirigida por un líder nacionalista, el teniente co- En este contexto de perpetuas tensiones entre una parte del ejér-
ronel Aldo Rico. cito y el poder civil, Jorge Olivera, el ex teniente de San Juan, va su-
Mirado de cerca, el objetivo de ese levantamiento no apunta a
derribar a Raúl Alfonsín, sino más bien a ponerlo en guardia para que 1. Estos levantamientos militares, que se limitaban a minorías extremistas, compren -
impida la condena de los «héroes» de la lucha antisubversiva. Tanto en <lían a un veterano de la Guerra de Malvinas, el coronel Mohamed Alí Seineldín. Este
argentino de origen libanés es el ideólogo de los exaltados y aventureros. Su odio por
uno como en otro caso, el presidente calibra enseguida el peligro de los norteamericanos y los judíos es conocido en toda América del Sur.
274 [ PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN [ 275

biendo los escalones de la jerarquía con una tranquilidad olímpica, sin y un círculo restringido de iniciados, nadie le presta atención. Jorge
hacerse ningún problema por las eventuales repercusiones judiciales Olivera, protegido por la Ley de Obediencia Debida, puede conti-
del caso Erize. nuar su carrera de abogado sin inquietudes. Nadie puede molestarlo.
Mientras enseña el arte del combate en la Escuela Superior de Nada le impide, tampoco, intentar dar un primer paso en política.
Guerra de Buenos Aires, sigue cursos nocturnos para preparar su gran En los años noventa, se incorpora a un grupo ultranacionalista, el
reconversión, que es también la gran encrucijada de su vida: a los 41 Movimiento por la Dignidad y la Independencia (MODÍN), creado
años, quiere trocar el uniforme color caqui por una toga de abogado, por Aldo Rico, líder de los carapintadas. Nombrado responsable del
el Ejército por el Colegio de Abogados. partido en la provincia de Misiones, Olivera aspira ahora a un futuro
Desde sus primeros días en la profesión, al comienzo de los años electoral. Reivindica una Argentina fuerte y piadosa, liberada para
noventa, el abogado Jorge Olivera se arma con una libreta de direc- siempre del marxismo. Pero los electores no aprecian lo suficiente
ciones compuesta por una clientela bastante peculiar: los ex militares, esa mezcla de catolicismo exaltado y neofascismo típico de ciertos
los torturadores de los años negros de la dictadura. Entre sus dientes sectores. Su fracaso será total. En 1997, no logra obtener el mínimo
figuran sobre todo tres celebridades: de votos necesarios para una banca en el Congreso de la Nación. Más
- un ex suboficial de la Policía Federal, Julio Héctor Simón, alias vale concentrarse en sus actividades de abogacía en Buenos Aires ...
«El Turco Julián», acusado de haber sido un torturador de primera Su despacho extiende poco a poco su campo de acción. En abril
línea en Buenos Aires; de 1999, el abogado Olivera y su socio Jorge Appiani difunden en
- el general Suárez Mason, acusado en un sórdido asunto de robo una revista especializada un aviso publicitario dirigido a todos los
de bebés;1 «uniformados», activos o jubilados, militares, gendarmes, policías o
- el nazi Erich Priebke, refugiado durante cuarenta años en la guardiacárceles. Ofrecen sus servicios en el área de las pensiones,
Argentina. 2
1 accidentes de trabajo, indemnizaciones de toda clase, pleitos discipli-
El abogado Olivera atiende también a las víctimas de la guerrilla narios o penales, sin olvidar los redamos vinculados con las Malvinas.
que piden indemnizaciones. Para él, no hubo represión en ese perío- Gracias a ese litigio, los dos abogados van a cobrar una inesperada
do sino una reacción justificada por la amenaza revolucionaria que notoriedad.
pesaba sobre el país. Argentina, su Argentina estaba en guerra, y una En efecto, en el año 2000 se deciden a enjuiciar a Gran Bretaña y
su ex primera ministra, Margaret Thatcher, ante la Corte Europea de
1

guerra autoriza métodos ·expeditivos.


Durante esos años, nadie le habla del caso Erize. El expediente los Derechos Humanos, en Estrasburgo. Olivera y Appiani afirman
nº 6204, registrado en 1987 en Mendoza, es por así decir desconocido pleitear en nombre de las familias de dos militares muertos en mayo
en la capital. Fuera de la familia de la víctima, la embajada de Francia de 1982, en el ataque británico al navío General Belgrano, en que mu-
rieron 323 personas. Según ellos, Margaret Thatcher habría dado la
l. En la época en que la Junta Militar ejercía el poder, algunos oficiales se habían orden a los aviones de hundir a ese crucero, que se encontraba, sin
obstinado en recuperar a los hijos de los opositores asesinados, educarlos y luego embargo, fuera de la zona de conflicto. Para Olivera, ese «crimen de
confiarlos (a veces vendiéndolos) a familias de adopción. Centenares de niños y guerra» no puede quedarimpune. ¡Pide la extradición de la Dama de
niñas, considerados «puros» por la blancura de su piel, habrían sido víctimas de
Hierro a la Argentina[
ese tráfico.
El intento, destinado sin duda al fracaso, les vale sin embargo
2. Acusado por Italia de haber participado el 24 de marzo de 1944 en la Masacre de
las Fosas Adreatinas cerca de Roma (335 civiles fusilados), Priebke había recomen- al dúo de abogados lo que el artista norteamericano Andy Warhol
zado su vida, como hotelero, en San Carlos de Bariloche, antes de que un equipo llamaría su «cuarto de hora de gloria». Todos los buscan, yendo de
de televisión norteamericano lo reconociera en 1994. Terminó siendo extraditado a entrevista en entrevista. Hasta el diario de izquierda Página/12 tiene
Italia en 1995, y condenado unos años después a prisión perpetua.
276 1 PHlLIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 277

la intención de dedicarles un artículo bajo la pluma de la prestigiosa las asociaciones de defensa de los derechos humanos», le dice. En la
periodista Victoria Ginzberg. Argentina, esas asociaciones no hacen concesiones con los tortura-
Acompañada por un fotógrafo, la joven periodista se presenta en dores. En cuanto uno de ellos es identificado, se manifiestan delante
el despacho de Olivera, en un viejo edificio del centro de Buenos Ai- de su domicilio o de su lugar de trabajo.
res, a dos pasos de Tribunales. Es la primera vez que Victoria Ginzberg La abogada Thonon-Wesfreid defiende una estrategia más ambi-
toma contacto con ese abogado. Ignora, al igual que sus colegas, las ciosa, o sea, aprovechar el paso de Olivera por Francia para arrestarlo.
sospechas que pesaron sobre su persona hace quince años, en la época Sería una captura histórica, el primer militar o ex militar argentino
en que era militar. interpelado fuera de su país. Roger Le Loire, el juez de instrucción
Olivera la recibe un largo rato en su despacho. Ha engordado parisino encargado de las indagaciones de la justicia francesa sobre la
un poco y tiene como un aspecto de notable de provincia, con su desaparición de Marie-Anne Erize, 1 aprueba ese audaz proyecto. Pero
camisa blanca y su chaleco a la antigua. Detrás de él, una pantalla de debe resolver un problema mayor: un abogado que hace una gestión
computadora. A su derecha, un teléfono, un cenicero, anteojos de sol. ante la Corte Europea de los Derechos Humanos, goza de impunidad.
Otros dos objetos llaman la atención: una cruz y un caballero armado. Por consiguiente, es imposible interpelarlo. Habrá que encontrar
La periodista registra también diversos documentos militares, una otra solución. O dejarlo volver a la Argentina ...
boina verde de los comandos, una boina roja de los paracaidistas, un Olivera no tiene la más pálida idea de lo que se trama detrás de
banderín de la Policía, un emblema de Gendarmería ... Pero el objeto bambalinas cuando llega a Alsacia el 4 de julio. Allí, nadie conoce
sagrado y central del orgullo de Olivera, es un diploma otorgado por su pasado. Por otro lado, tampoco sabe que en mayo de 1999, se ha
el general Antonio Bussi en persona. Toda la Argentina conoce a ese efectuado una denuncia en París por el caso Erize. En lo inmediato,
oficial de extrema derecha, que dirigía la «Operación Independencia» solo piensa en saborear su triunfo ante los medios británicos de co-
contra los guerrilleros del ERP. Desde entonces, sus víctimas lo han municación, curiosos de descubrir el rostro del hombre que pretende
apodado «el carnicero de Tucumán». extraditar a Maggie Thatcher. El diario Guardian, la BBC, la agencia
El 2 de julio de 2000, Página/12 publica el artículo de Victoria Reuters le dan la palabra: «Queremos indemnizaciones para todos
Ginzberg. En la entrevista, Olivera relata una parte de su carrera, esos muertos», clama Olivera en nombre de las víctimas argentinas
especialmemte su paso por el Regimiento 22 de San Juan. Ese simple de la Guerra de las Malvinas.
recuerdo, de apariencia anodina, va a dar vuelta toda su vida como La estada de los dos abogados se prolonga unos días a la espera
un guante. de la respuesta -que será negativa- de la Corte de Estrasburgo. 2
Al leer esas líneas, Méndez Carreras, abogado de los Erize, tiene Ese tiempo les permitirá, además, conocer a un hombre presentado
un súbito presentimiento: ¿ese colega que se jacta de haber pertene- a los periodistas como su «corresponsal» en Francia: un tal Jacques
cido al RIM 22, no será el famoso Olivera al que consideraba hace Cheminade.
quince años el supuesto autor del secuestro de Marie-Anne Erize?
Hace la verificación. Es él. En esa época, tenía jerarquía de teniente.
l. Frarn;:oise Erize depositó una querella ante la justicia francesa en mayo de 1999.
Después, fue trazando su camino a la derecha de la derecha. Algunos meses antes, la detención del dictador chileno Augusto Pinochet en Lon-
El artículo precisa que Olivera y su asociado han tomado un avión dres, en octubre de 1998, había abierto una brecha jurídica decisiva, que mostraba
para Francia el 1° de julio, y que deben presentarse en Estrasburgo tres que era posible iniciar persecuciones en Gran Bretaña, España o Francia, en nombre
días después con el fin de depositar su querella contra Gran Bretaña. de las familias de los desaparecidos.

Méndez Carreras avisa de inmediato a su colega Sophie Thonon- 2. La demanda, archivada con el número de referencia 58692/00, será rechazada el 19
de julio de 2000, con el motivo de haber sido depositada fuera de plazo (documento
Wesfreid, la abogada parisina de la familia Erize. «Voy a avisarles a en posesión del autor).
278 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 279

Estrafalario personaje, enarca 1 de 59 años, candidato fantasmáti- tonces que después de pasar por Estrasburgo, su colega se fue a Italia
co a la elección presidencial de 1995 (obtuvo el 0,28% de los votos), en coche con su mujer Marta. Un viaje de enamorados para festejar
ex miembro del Ministerio de Economía y Finanzas, con sospechas, sus veinticinco años de casados (sus bodas de plata).
fundadas o no, de flirtear con la extrema derecha, Cheminade fue el La abogada Thonon-Wesfreid capta rápidamente el interés de to-
líder del Partido Obrero Europeo (POE), un grupúsculo desaparecido das esas informaciones. Esta vez, no se puede alegar la impunidad,
hoy en día. porque se trata de una estada privada. Si el juez francés pronuncia un
¿Por qué dos abogados argentinos necesitan el apoyo de ese actor pedido de captura internacional, Olivera puede ser interpelado en
marginal de la vida política francesa para pleitear su causa? Cuando Italia. Pero para eso, hay que localizarlo.
el diario Libération le hace esa pregunta, Jacques Cheminade contesta:
Con el objeto de conocer su programa en Italia, la abogada pide a
«No sé en realidad quiénes son esos abogados. Un amigo de Buenos
su amiga de Buenos Aires que llame por teléfono al despacho de Oli-
Aires me habló de ellos, la ayuda que les presto es muy modesta. Mi
vera. Por prudencia, esta llama desde una cabina pública, haciéndose
apoyo era natural: Argentina es mi segunda patria porque nací allí». 2
pasar por una dienta ansiosa por obtener una cita. La secretaria del
Jacques Cheminade, en efecto, nació en Buenos Aires el 20 de
abogado le indica entonces que su vuelta al despacho está prevista
agosto de 1941. Hasta estudió en el liceo francés. Pero tiene también
para el miércoles 9 por la mañana. Conclusión: ha reservado un vuelo
otros amigos diseminados por el mundo ... En Estados Unidos, su
modelo es Lyndon LaRouche, un político al que se atribuyen derivas Roma/Buenos Aires para el domingo o el lunes por la noche. Y como
sectarias y racistas. En resumen, diga lo que diga, el ex candidato a es más que patriota, es seguro que eligió la compañía nacional, Ae-
la pr~sidencia francesa ofrece probablemente una «ayuda muy mo- rolíneas Argentinas. Verificando en las listas de los pasajeros, los in-
desta».ª esos extremistas argentinos por simpatía ideológica. Su sola vestigadores de la brigada criminal constatan que los esposos Olivera
presencia en las sombras, y su forma de presentarse, confirma el perfil están efectivamente inscriptos en el vuelo AR 1141 del domingo 6 de
de los dos visitantes: son hombres que forman parte de una vasta red agosto a las 20:40 horas. Entre París y Roma, se va poner en marcha
y disponen de apoyos en el extranjero. una impresionante maquinaria para interceptarlos.
Para la abogada Sophie Thonon-Wesfreid, la prioridad no es Che- Las autoridades italianas, solicitadas por Francia, prevén un dis-
minade sino Olivera. Como es imposible detenerlo en Francia, habrá positivo importante pero discreto en el aeropuerto de Fiurnicino. Po-
que atraparlo en la Argentina. La Ley de Obediencia Debida legaran- licías de civil irán a interpelar a Olivera cuando este se presente, con
tiza la impunidad pero no el olvido. Nada impedirá a las asociaciones su mujer, en el check-in. Al fin y al cabo, no tiene ninguna razón para
de derechos humanos denunciar su pasado. Entre tanto, la abogada desconfiar. ¿Cómo podría saber que es objeto de un pedido de captura
francesa quiere saber algo más acerca de sus recorridos y actividades. urgente decidida por el juez el 26 de julio?
Llama por teléfono a una amiga periodista en Buenos Aires, y le sugie- En las pantallas, el vuelo AR 1141 no tiene retraso. Al final de la
re asistir a la conferencia de prensa que organizarán Olivera y Appiani tarde, la pareja Olivera penetra en el hall de las partidas y empieza
a su vuelta a la Argentina. Ahora bien, al llegar al lugar el 18 de julio a hacer la cola ante la oficina de Aerolíneas Argentinas. El abogado
a las 13:30 horas, la mentada periodista se sorprende al constatar la no percibe el ballet de los policías en medio de la muchedumbre de
ausencia de Olivera. Con la mayor naturalidad, Appiani le confía en- pasajeros. Solo tienen de él una foto de mala calidad y les cuesta iden-
tificarlo entre los hombres de unos cincuenta años. La única solución
l. Traducción del original francés énarque designa en el lenguaje común al egresado
del ENA, Escuela Nacional de Administración, donde se forman la mayoría de los es transmitir el dato a las recepcionistas, pidiéndoles que les señalen
políticos franceses. [N. de la T] al pasajero Olivera.
2. Libération, 20 de julio de 2000. Le llega el turno en la fila de espera. Se adelanta hasta el check-
280 1 PHILIPPE BROUSSARD

deposita sus valijas en la cinta. Entrega su pasaje y su pasaporte. 1


La recepcionista se detiene un momento y después dice en voz alta:
«Señor Olivera».
Los policías se acercan y lo rodean.
-¿Señor Jorge Olivera?
-Sí.
- Está detenido. Síganos.
Tiene un momento de vacilación, un largo silencio.
-Síganos - insisten.
Llevan aparte a la pareja hasta una sala del aeropuerto. Al mismo
tiempo que revisan sus bolsos, los policías avisan al ex militar que un París, 18 de junio de 201 O
juez parisino ha pronunciado un pedido de captura contra él. ¿De qué
hechos se le acusa? Querida Franroise,
-«Secuestro seguido de torturas a una joven francesa, Marie-
Anne Erize, en octubre de 1976, en San Juan.» Ha llegado el momento de hablar de él.
Jorge Olivera dama su inocencia. Asegura que jamás ha escucha- Adivino, una vez más, sus reticencias. Pero no tema, no le pediré
do hablar de «esa chica», como dice. Los policías no le hacen caso. Su que me diga nada respecto de él, ni un solo comentario ni pregunta.
espo~a puede tomar el avión pero él no. Nada. Usted elige el silencio y lo eligió desde el primer día. Lo respetaré.
Su pasado de teniente ha vuelto y le está jugando una mala pasada. En el fondo, usted tiene razón en querer permanecer escondida.
Todos esos años pasados en la Argentina le han enseñado el peligro de
hablar. Más vale dejar a los jueces que hablen. Ellos deberán decir ahora
si Jorge Olivera secuestró, torturó y asesinó a Marie-Anne.
Su arresto en Roma en agosto de 2000 debió marcarla para siem-
pre. ¿Cómo lo supo? ¿Por los medios? ¿Por los abogados? Ese día, en el
aeropuerto de Fiumicino, los policías italianos le permitieron poner por
fin un rostro en el drama de su vida. Un rostro del que existen, a priori,
muy pocas fotos ...
Que yo sepa, los medios argentinos difundieron nada más que una
media docena de fotos, más bien banales, sacadas a la salida de un tri-
bunal o en su despacho. No lleva nunca el uniforme verde del ejército ni
la toga de abogado. Tampoco se lo ve con otros soldados. Su expresión
varía muy poco, tiene siempre la misma mirada sombría e inexpresiva,
el mismo tinte de cera.
Para darse una idea del hombre que era en 1976, hay que limitarse
a una foto privada que el Diario de Cuyo de San Juan desenterró de
un álbum de familia.
l. Escena reconstruida a partir de las declaraciones a la prensa argentina de Marta Es una foto sacada en el cumpleaños de una muchacha que lapa-
Ravasi, esposa de Olivera.
282 j PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 283

reja Olivera empleaba como mucama. La imagen es de mala calidad, Recuerde las declaraciones de Cheminade en el diario
desgastada por el tiempo y el olvido, pero se adivinan una mesa, unas «No sé en realidad quiénes son esos abogados. Un amigo de Buenos
botellas de gaseosa y una masa blanca que debe ser un postre. Hay ocho Aires me habló de ellos, la ayuda que les doy es muy modesta. Mi apoyo
personas de pie: una adolescente con un vestido violeta claro, un hombre era natural: la Argentina es mi segunda patria porque nací allí.»
con traje negro ... Olivera, todo sonriente, se ha puesto un saco de color Así hablaba el ex candidato a la elección presidencial francesa de
crema. Tiene en sus brazos a un niño. Otra adolescente muy corpulenta 1995, en julio, es decir, algunas semanas antes de que Olivera Juera de-
lo agarra por el brazo, debe ser Rosario, la empleada. A su izquierda se ve tenido en Roma. Ahora bien, cuando lo llamé por teléfono, Cheminade
una mujer esbelta con tapado de piel: Marta Ravasi, esposa de Olivera. se mostró mucho más crítico con los dos abogados: «Nunca había escu-
Es imposible fechar la Joto. ¿Cómo saber si ese hombre es el de antes chado hablar de ellos antes de que vinieran a Francia -me aseguró-.
o después del 15 de octubre de 1976? ¿O si su camino se ha cruzado ya Unos amigos norteamericanos, que tampoco conocían su perfil ideoló-
con el de Marie-Anne? ¿En qué pensaba en ese momento? ¿Conocía gico y actuaban de buena fe, les habían dado mis datos diciéndoles que
su existencia? Viéndolo así, al final de la comida, uno no puede evitar tal vez yo podía ayudarlos. Como su gestión con los ingleses me había
imaginarse que al día siguiente sale para seguirla a la salida de la bi- parecido interesante, yo había aceptado verlos en París por unas tres
cicletería ... horas. Pero vi enseguida que se trataba de tipos poco recomendables y
En San Juan, traté de recabar otras informaciones sobre él. Quería los había mandado a la mierda. Usted me dice que son nacionalistas o
saber más de sus orígenes, algo que le diera significación a ese rostro ultranacionalístas ... ¡Pero era mucho peor! Al verlos y al escucharlos,
muy típico, muy indio, de mirada negra y cabellos negros aceituna, ca- me habían hecho pensar en Astiz, ese capitán acusado por la desapari-
racterístico de mucha gente del norte argentino. Verifiqué que su padre ción de dos monjas francesas. Eran tan sospechosos que hasta le avisé
era un. oficial de Gendarmería de la provincia de Misiones, encargado a mi amigo Renaud Vignal, ex embajador de Francia en Buenos Aires.
de vigilat las zonas fronterizas. Su madre, llamada María, vive todavía Sus ideas no eran las mías. Sepa que tengo amigos chilenos y argentinos
y estaría radicada cerca de Posadas. que han sufrido en carne propia durante la dictadura ... »
Cuando ejercía sus actividades en San Juan, parece que Olivera cui- Esas declaraciones son muy diferentes de las que el mismo Chemi-
daba mucho su aspecto y su ropa. Llevaba a menudo un anorak azul y se nade hizo hace diez años para Libération:
peinaba con extrema pulcritud, poniéndose gomina en el pelo. Su mujer - En un caso, un «amigo de Buenos Aires» los orientó hasta él. En
era psicóloga de niños y adolescentes y trabajaba en la universidad local. el otro, «amigos norteamericanos».
Para contarle una anécodota, una vez fui a ver el lugar adonde vivían, - En un caso, se trata de «apoyo» o de una «ayuda muy modesta»;
en un campamento militar aledaño a la ciudad. Es una linda casita de en el otro, afirma que «los mandó a la mierda» y denuncia su extre-
una sola planta a la sombra de unos mangles. Tenían un solo hijo en esa mismo.
época, ahora tienen cuatro. El juez me indicó también que en ese tiempo ¿Cuándo dice la verdad Jacques Cheminade? ¿En caliente en el año
estaba asociado con otro militar en el Kangouroo Club, una especie 2000 o cuando el asunto se enfrió, diez años después? Más allá de sus
de bar o discoteca en el centro de la ciudad. Para serle completamente contradicciones, su distancia es poco creíble. Basta consultar el sitio
franco, en realidad, nadie lo recuerda en San Juan. Internet de la asociación de Jacques Cheminade, Solidaridad y Pro-
En estos últimos meses, busqué también precisiones sobre sus ideas greso, para comprobar que se nombra muy a menudo allí a un célebre
políticas, sus apoyos o su red de relaciones. Tengo que contarle a este coronel argentino, Mohamed Alí Seineldín, el ideólogo de los golpistas
respecto, una conversación que tuve en París con Jacques Cheminade, carapintadas, ¡los buenos amigos de Olivera!
ese misterioso «corresponsal» francés que Olivera y su asociado Appiani El sitio llega hasta el extremo de presentar a Seineldín como un
habían solicitado en el verano de 2000. «héroe nacionalista». Sí, llama «héroe» a un oficial de extrema dere-
284 1 PHILIPPE BROUSSARD

cha, antisemita notorio, condenado a muerte en su país antes de que lo


amnistiaran. Seineldín, muerto en diciembre de 2009, presentaba otra
particularidad: estaba muy cerca de Lyndon LaRouche, el sulfuroso
político norteamericano que Cheminade toma como modelo. En suma,
no es una casualidad que toda esa gente se haya puesto al servicio de
Olivera cuando vino a Europa, ya que comparten, sin duda, una parte
de sus ideas.
¿Por qué contarle todo esto? ¿Por qué infligirle el desciframiento de
todas esas mentiras? Simplemente para demostrarle quiénes son real-
mente esos hombres y de qué son capaces. A la sombra de un Olivera,
penetramos en un mundo brumoso, un terreno de doble lenguaje, simu-
lacros y paranoia, un mundo que vuelve a visitar la historia, conocido
por no apreciar a los demócratas ni a los judíos, menos todavía a jueces
y periodistas. Un mundo que Marie-Anne habría detestado, donde la
fe degenera en integrismo. Roma, cárcel Regina Coeh. En su celda, Jorge Olivera puede escuchar
¿Podía ella sospechar que su historia sería pretexto, un día, para las campanas de la iglesia Sant'Onofrio y meditar sobre la ironía de su
todas estas maniobras? ¿Que esos personajes se movilizarían de uno y situación. En la época del fascismo, es aquí, en el corazón de la Ciudad
otro lado del Atlántico? Han pasado cerca de veinticuatro años entre su Eterna, donde Mussolini encarcelaba a muchos de sus opositores. El
desaparición y el arresto de Olivera en Roma. Sí, veinticuatro años ... abogado argentino tampoco olvidó que uno de sus propios dientes, el
Con diferencia de unos pocos meses, casi la duración de su vida hasta ex nazi Erich Priebke, pasó por estos calabozos en los años noventa.
el 15 de octubre de 1976. Una ausencia tan larga no merece que se la Y helo aquí a su vez entre estas paredes, él, el hombre del orden, el
ensucie con portadores de odio. ex teniente de San Juan ... Tiene cincuenta años, cuatro hijos, una
Su marido no vivió el episodio romano, quizá mejor así. Cuando nos espléndida casa en las afueras residenciales de Buenos Aires. Pero en
encontramos usted y yo en 2000, en Buenos Aires, usted me había dicho ese verano de 2000, su futuro se juega en Italia.
cómo sufría por tener que morirse sin conocer la verdad, el 8 de marzo Desde su primera comparecencia ante un juez romano, jura que
de 1993. Como usted, nunca había perdido la esperanza de encontrar es inocente y repite que «nunca oyó hablar» de esa joven francesa
un día el cuerpo de su hija, para tener por fin un lugar donde recogerse. cuyo secuestro se le reprocha. Según él, Italia lo «secuestra» con la
Usted sigue sin tener ese lugar porque un hombre, Jorge Olivera, la complicidad del gobierno argentino y se indigna de ser posible objeto
priva de tenerlo. Él sabe, sin embargo, lo que le ocurrió a Marie-Anne de una extradición a Francia.
a la salida de la bicletería ... Mientras se prepara el juicio, su detención da al caso Erize una pu-
Con mi amistoso recuerdo, blicidad inesperada. Tanto en París como en Roma, los medios se focali-
zan en su historia como nunca lo habían hecho vienticuatro años antes.
Philippe En la Argentina, todos los diarios y canales de televisión le dedican las
tapas y el primer lugar en los noticieros. La revista Gente exhuma de sus
archivos las fotos de Marie-Anne en las playas de Río de Janeiro. Para
las víctimas de la dictadura, el caso Olivera se ha vuelto emblemático
porque es el primer torturador -o supuesto torturador- detenido
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fuera del país. «La impunidad ha quedado atrás -se alegra Nora Cor- Su detención volvió a abrir otras heridas en San Juan. Varias per-
tiñas, una de las madres de Plaza de Mayo-, de ahora en adelante, los sonas reconocen en él al torturador de los años negros. Su apellido,
responsables de la represión saben que están virtualmente presos dentro que es muy común en la Argentina, se había borrado de sus memorias.
de nuestras propias fronteras. Si salen, los capturan.» No así su rostro ni sus métodos. Un cuarto de siglo después del calva-
Reaccionando a esos ataques, el dan Olivera se pone en actividad, rio sufrido, descubren, gracias al juicio Erize, que se ha reencarnado
sobre todo su hijo Javier, un católico fanático en contacto con los en abogado. Uno por uno, van saliendo de la sombra.
ambientes integristas. Lanzándose en una cruzada religiosa, exhorta, Uno de los primeros en manifestarse fue un ex montonero, Jorge
por ejemplo, a sus compatriotas, a boicotear los productos franceses Moroy, alias «El Polaco». Es un hombre de 52 años, que
e italianos. En una carta al presidente de la república, Fernando de conoció a Marie-Anne, alias «Luda», en San Juan en 1976. 1 Relata
la Rúa, denuncia que se «ha abandonado» a su padre «en manos de que fue secuestrado por Olivera en diciembre del mismo año. Acom-
países extranjeros». Según él, los ingleses son responsables de todos pañado por un tal «Pichi» (¿el hombre del conjunto blanco?), el te-
estos problemas. Su mujer, Marta Ravasi de Olivera comparte la mis- niente del RMI 22 habría llevado luego al «Polaco» a un lugar de
ma actitud, y sostiene que Londres manipuló la causa: «Este caso lo interrogatorio y tortura llamado La Marquesita, un centro deportivo
inventaron después de la presentación en Estrasburgo». del Ejército situado en las afueras de San Juan. El lugar era tan tran-
La Nación, el diario conservador más importante, publica un ar- quilo y estaba tan aislado, que los militares lo habían convertido en
tículo sobre Marta Olivera. Tiene unos cincuenta años, es profesora una cárcel clandestina.
en la Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires. Una foto Una segunda persona testimonió haber sido víctima del accionar
la muestra vestida con un pulóver de cuello alto y un chaleco blan- de Olivera. El gobernador de San Juan desde 2003, José Luis Gioja.
cos. Con una mirada preocupada y mucha tensión en sus rasgos, se Acusa al ex militar de haberlo detenido cuando trabajaba como in-
pone las >.manos en la frente, como abrumada por ese mal golpe que geniero en la provincia de San Juan. «Olivera formaba parte entonces
le depara la suerte: «Yo entiendo el dolor de la familia de esa chica de esos grupos de tenientes y subtenientes que nos interrogaban y nos
-asegura-, pero mi esposo no tiene nada que ver». torturaban hasta que nos desmayábamos. Después, nos hacían tomar
Sus recuerdos de San Juan evocan una vida feliz y ordinaria, sin alcohol para que nos despertáramos. Yo había decidido borrar todo
terror ni violencia: «En 1976, mi marido era un modesto teniente de eso de mi memoria para no caer en el odio, pero cambié de opinión
24 años que vivía feliz en San Juan con un hijo chiquito -cuenta la cuando escuché las mentiras de su mujer, que me asquean.»
mujer, entrevistada por una radio argentina-. Como todo militar, La tercera víctima es una abogada, Margarita Camus. La detu-
siempre en uniforme, iba y volvía del cuartel. No tenía ningún poder vieron el 25 de noviembre de 1976, en San Juan. En esa época, era
de decisión». Su observación acerca del uniforme no es anodina, estudiante de sociología y adhería a la tendencia montonera. «Olivera
quiere hacer entender que no era de los tipos de civil de que hablan primero me interrogó solo, de modo cortés, sobre cosas de política
los diarios sino un «modesto teniente» a las órdenes de sus supe- -cuenta-, pero después, en la cárcel, me encontré desnuda, con los
riores. Más sorprendente aún es que pretenda que «nunca tuvo un ojos vendados, una capucha en la cabeza y las manos atadas atrás.
proceso» ni «fue convocado por la Cámara Federal en Mendoza en Varios hombres me tocaban, me insultaban y me golpeaban. Uno de
1987». Esas declaraciones son falsas, como lo prueban los archivos. ellos era Olivera. Lo reconocí por su voz. En otras sesiones, hicieron
¿Pero conoce todo el pasado de su marido? ¿Sabe que se escapó venir a mi abuelo, ex gobernador de la provincia, para que asistiera a
por un pelo de la comparecencia ante los jueces gracias a la Ley de la escena y hacerme aflojar más fácilmente.»
Obediencia Debida? Hasta había una fecha prevista: el 17 de junio
de 1987. Pero si todo se limitara al asunto Erize ... L Véase la carta a Frarn;:oise Erize del 8 de febrero de 2010.
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Los testimonios de Margarita Camus van más lejos, ya que acusa primero, Marcantonio Bezicheri, ejerce en Bolonia. A sus 64
a Olivera, que tenía entonces 26 años, de haberse infiitrado entre los años, es un fascista destacado vinculado con los círculos católicos
estudiantes inscribiéndose en la universidad con una falsa identidad. más tradicionalistas. En el pasado, defendió a terroristas italianos de
Su mujer, empleada en los servidos sociales de la facultad, lo ayudaba, extrema derecha que disponían de sólidos lazos en la Argentina.
al parecer, a identificar a «subversivos». vínculo con el dan Olivera se ha de haber hecho de ese modo, es
Otro hombre acusa a la esposa de Olivera: César Gioja, hermano decir, mediante las conexiones ítalo-argentinas del neofascismo y el
del gobernador mencionado. En 1975, cuando él mismo era diputado integrismo.
justicialista, César Gioja se veía con la pareja Olivera a nivel privado: El segundo abogado, Augusto Sinagra, tiene su despacho en
«Su mujer y la mía -cuenta- eran colegas en la universidad. Marta Roma. Él tampoco oculta sus lazos con América del Sur1 ni sus sim-
Olivera hada muchas preguntas. Ahora comprendemos por qué ... Un patías fascistas. Se lo ve a menudo en las ceremonias de ex comba-
día, nos invitaron a cenar en su casa del campo militar, con amigos pe- tientes italianos o acompañando a responsables políticos y religiosos
ronistas que al igual que nosotros, no desconfiaban de ellos. Olivera nos extremistas. Es un hombre brillante, experto en derecho internacional
había recibido muy bien, hasta había tocado un instrumento de música, y profesor en la Universidad La Sapienza de Roma. Se lo conoce por
trompeta o saxofón, no me acuerdo. Por supuesto, yo ignoraba que an- haber defendido en otra época a Licio Gelli, el gran gurú de la logia
daba en misiones de inteligencia. En esa época, San Juan era un lugar masónica Propaganda 2. Defendió asimismo, en 1988, los intereses de
más bien tranquilo. Después del golpe de Estado, cuando la situación Turquía cuando esta había pedido a Italia la extradición del líder turco
se agravó, estuve detenido en la cárcel local. De vez en cuando Olivera Abdullah Ocalan del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán,
venía a verme y me decía: "No te preocupes, decí lo que sabés y todo va sigla en kurdo), refugiado en Roma.
a andar bien': Se hacía el simpático y compasivo, dispuesto a ayudarme. El abogado Sinagra es un profesional de larga experiencia. En un
Pero cuclndo me interrogaban otros tipos con capucha, yo sentía su primer paso, se fija como prioridad la excarcelación de Jorge Olivera,
presencia y oía su voz, estoy seguro de que estaba ahí. Mi mujer trató o por lo menos, que se lo haga beneficiar de un arresto domicilario
de interceder con la suya, pero fue inútil. La echaron de la facultad. 1 mientras espera el resultado de los debates sobre la extradición. Si
La lista de las víctimas del ex militar se hace cada vez más larga: la justicia le otorga ese favor, podrá quizás instalarse en la pequeña
una modelo francesa, un ex montonero, una abogada, un senador, un ciudad de Frascato, cerca de Roma, donde un monasterio franciscano
ex diputado ... Debe cambiar de estrategia. Atacado por todos lados, había alojado a su propio diente, el nazi Priebke, en 1997. No tendrá
Jorge Olivera no puede seguir alegando complots. Su hijo Javier lo más que esperar, entonces, la decisión que determinará las consecuen-
va a socorrer poniendo en movimiento a sus amigos y sus redes de cias del juicio de extradición.
relaciones. La audiencia que tratará el pedido de liberación está prevista para
En ese mes de agosto de 2000, lo primero que hace es viajar a el 15 de septiembre de 2000, un viernes, en el palacio de tribunales de
Roma. Allí reorganiza el equipo de defensa de su padre. Los aboga- la capital italiana. Tanto la abogada Thonon-Wesfreid como el juez
dos italianos que había solicitado con urgencia en los primeros días, francés Roger Le Loire tienen entera confianza. El expediente no pa-
terminan siendo descartados a favor de dos colegas cuyos currículum rece presentar ninguna falla; hasta ahora, Italia se mostró cooperativa
vítae presentan una notoria orientación ideológica. y no hay razones para que la situación cambie. En el peor de los casos,
Olivera se quedará en Frascati, beneficiado con un arresto domici-
l. El autor se entrevistó en 2000 con tres de estos testigos (Jorge Moroy, Margarita
Camus y José Luis Gioja). Desde ese entonces, José Luis Gioja fue elegido gobernador 1. La noticia biográfica de Augusto Sinagra comporta decenas de textos jurídicos, en-
de la provincia de San Juan. Su hermano, César, que el autor entrevistó en febrero tre los cuales hallamos el siguiente, que prueba sus antiguos y estrechos vínculos con
de 2010, es hoy en día senador nacional. Argentina: «El conflicto anglo-argentino por las islas Falkland-Malvinas» (1983).
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liario y la libertad condicional. Eso no podrá afectar _su extradición -la culpabilidad o inocencia del ex militar- sino solo el pedido de
a Francia. Tendrá que armarse de paciencia durante menos de tres liberación (incluso en su variante de libertad condicional) solicitado
meses y después irá a dormir a su celda francesa. por su abogado.
El viernes 15 de septiembre, uno de los abogados italianos, Au- Al lunes siguiente, de acuerdo con lo previsto, la cuarta sección de
gusto Sinagra, se dirige a la hora prevista al Palacio de Tribunales, la Corte pronuncia su fallo. Una decisión que deja estupefacto: Jorge
que se halla a diez minutos en taxi del centro histórico de Roma. Los Olivera debe ser liberado de inmediato.
feos edificios que lo componen tienen ese carácter impersonal y frío Liberado. ¡Jorge Olivera está LIBRE! Las últimas líneas del fallo
de la arquitectura de los años setenta. Todo el conjunto configura lo dicen muy claro: la Corte pide la «liberación inmediata del señor
una ciudad dentro de otra ciudad, un dédalo de corredores y oficinas Olivera». ¡Ni siquiera sus propios abogados esperaban tanto!
donde el visitante pasa al lado de centenas de personas: magistrados, Para justificar su decisión, los magistrados alegan una serie de
acusados, testigos, policías ... complejos argumentos jurídicos sobre la noción de prescripción de
Los debates sobre el caso Olivera están :fijados para la mitad de los hechos. 1 Destacan que la defensa ha producido una «documenta-
la mañana, en la cuarta sección penal de la Corte de Apelación. Los ción donde se constata la defunción de la francesa» el 11 de noviembre
periodistas tienen prohibida la entrada, deberán quedarse afuera. de 1976. Para ellos, es una vieja historia, no hay razones, en términos
Al llegar a la sala de la audiencia, Augusto Sinagra transmite a la de derecho, para mantener detenido al acusado.
Corte y al representante de la Fiscalía de la Nación, un fax que afirma Sin preocuparse por saber un solo detalle más, dejado en liber-
haber recibido de la Argentina el día anterior: ¡un certificado de ... tad esa misma noche, Olivera abandona la celda de Regina Coeli y
defunción de Marie-Anne Erize! Según ese documento, esta habría se dirige prontamente al aeropuerto. Una noche de viaje le bastará
muerto el 11 de noviembre de 1976, o sea, cerca de un mes después para llegar a sus tierras argentinas, protegido por la famosa Ley de
de su desaparición en San Juan. Obediencia Debida.
En la sala, nadie se sorprende que un documento de esa índole En el aeropuerto de Ezeiza, compañeros militares lo reciben como
se entregue a la Corte a último momento. Nadie se hace tampoco la un huésped destacado, casi como un héroe. Según la prensa local,
pregunta fundamental: ¿cómo puede existir ese documento cuando lo hacen pasar a una sala reservada (VIP) a las celebridades. El ex
nunca se encontró el cuerpo y cuando ni siquiera los padres tuvieron teniente de San Juan vive ese retorno triunfal como una revancha
jamás el menor indicio a ese respecto? contra sus acusadores. Entrevistado por una radio, infla el pecho y se
La Corte integra el fax en el expediente, sin verificar su autentici- presenta como una víctima de los servicios de inteligencia europeos
dad. Comienza la audiencia. y de los «guerrilleros apátridas de los años setenta». Diez veces, cien
El abogado Augusto Sinagra expone su demostración jurídica. veces, asegura no haber visto nunca a Marie-Anne.
Sentado a su lado, Jorge Olivera reza en silencio, acariciando con Su liberación resulta tanto más chocante cuanto que «el certifi-
sus dedos una imagen piadosa. Lleva una camisa clara, un pantalón cado de defunción» presentado por uno de los abogados italianos no
gris oscuro y zapatos negros. Afuera, los periodistas se impacientan resiste al más apresurado examen. Las propias autoridades argentinas
por los corredores, esperando tener algunas briznas de información
l. Según la ley italiana, la prescripción para un secuestro es válida solo quince años
durante las escasas pausas. después. Se puede alargar el plazo a veintidós años y medio si un «hecho interruptivo
Tres horas después, al término de debates muy técnicos, la pre- de la prescripción» -dicho de otro modo, un hecho nuevo y decisivo- se produce
sidenta de la Corte, Maria Luisa Carnevale, anuncia que se conocerá durante los primeros quince años. En el caso Olivera, los magistrados calcularon a
la decisión el lunes 18 de septiembre, luego de un fin de semana de partir de la fecha del secuestro de Marie-Anne, es decir, el 15 de octubre de 1976.
Estiman, por consiguiente, que hay prescripción a partir de octubre de 1991 o, te-
reflexión. La decisión de la Corte no concernirá el fondo del litigio niendo en cuenta el plazo máximo, a partir de abril de 1999.
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deben aceptar que es un documento falso, un collage mal hecho cal- El ministro italiano de justicia, Piero Fassino, califica los hechos
cado sobre un simple pedido de certificado. de «gravísimos». El asunto agita también a la Cámara de Diputados,
Varios indicios lo confirman: donde un diputado ecologista denuncia «una de las páginas más es-
- la utilización de diferentes tipos de letras, que dan al conjunto candalosas de la historia reciente de la justicia nacional». Conminado
un aspecto muy artesanal; a explicarse, el gobierno anuncia una medida disciplinaria contra los
- faltan las fechas en dos sellos; tres magistrados. Al mismo tiempo, se abre un pedido de informa-
- el funcionario del Registro Civil que firmó el documento, una ción judicial contra los abogados de Olivera, el romano Sinagra y el
tal Suzana Morgenstern, no es conocida en la administración ... boloñés Bezicheri. Este último se defiende diciendo: «El certificado
¿Cómo es posible que los magistrados italianos se hayan dejado de defunción fue presentado en las formas previstas por la ley; todo
engañar de un modo tan burdo? ¿De dónde viene ese certificado tru- es, pues, regular. Si fue falsificado, nosotros, abogados, no tenemos
cho? ¿Quién lo envió al abogado Sinagra a Roma? En París, Sophie ninguna responsabilidad, porque fue enviado desde la Argentina».
Thonon-Wesfreid se indigna: «Esa grosera falsificación, hecha a base Queda por saber si el hecho de aceptar un documento en esas
de una evidente superposición de fotocopias, solo pudo elaborarse condiciones es un mero error debido a la incompetencia de los ma-
en Buenos Aires, pero con complicidades en Roma, que habrá que gistrados o si toda una red de grupos de extrema derecha vinculada
buscar». con lo que queda de la logia P2 orquestó el conjunto de la maniobra. 1
La falsificación es tan grave que el jefe de gobierno de la provincia Esas sospechas están lejos de ser una pura fantasía. Aun si esa or-
de Buenos Aires, Aníbal !barra, viaja en persona a Italia para confir- ganización se disolvió hace años, se sabe que uno de los abogados de
mar ante la Fiscalía de Roma que se trata, con toda evidencia, de un Olivera, Augusto Sinagra, la conoció de cerca (su apellido figura en las
documento fraguado y sin validez. listas) y también que defendió a su jefe Licio Gelli. Nótese asimismo
Por el lado italiano, la polémica escandaliza a los medios. El diario que otros argentinos célebres fueron miembros de la P2: López Rega
de izquierda La Repubblica se asombra de la excepcional celeridad con (el «brujo» de la Triple A); el almirante Massera2 (uno de los líderes
que se ha resuelto la causa: «Cuando Olivera salió de Regina Coeli por de la Junta); el general Carlos Suárez Mason, uno de cuyos abogados
la noche, ya tenía el pasaje de avión en el bolsillo», destaca el diario. defensores es, precisamente ... ¡Jorge Olivera! En resumen, toda esa
Según La Nación, algunos miembros de los servicios secretos de in- gente pertenece a la misma familia ideológica, el sector más radical
teligencia italianos estaban ya informados de la liberación de Olivera de la derecha.
veinticuatro horas antes de que la Corte hubiera pronunciado el fallo. Otros indicios, revelados por la prensa argentina, dan lugar para
La embajada de Francia en Buenos Aires se pregunta, por su lado, suponer que para sacar al ex militar de una situación tan embarazo-
qué papel pudo haber jugado un importante diplomático italiano, sa, debió ponerse en marcha una mecánica digna de una película de
del que se sospecha de haber maniobrado para resolver el «problema espionaje. Una verdadera «Operación Olivera»:
Olivera» con el fin de preservar las buenas relaciones ítalo-argentinas. - el certificado falsificado enviado a Roma el 14 de septiembre
Por el lado francés, al no tener pruebas, flota solo un sentimiento de desde la ciudad de City Bell, cerca de La Plata, a partir del fax de un
sospecha.
Pesan sobre los magistrados acusaciones muy graves: ¿por qué 1. La P2 comprendía cerca de 1.000 miembros, en su mayoría italianos y argentinos.
no ordenaron las más elementales verificaciones y no aplazaron los Había allí gente encumbrada, mafiosos, políticos más o menos corruptos ... En la
época de la dictadura en la Argentina, el gran jefe de la Logia, Licio Gelli, mantenía
debates para una audiencia ulterior que trataría la extradición? ¿Por estrechas relaciones con la Junta.
qué el sustituto general del fiscal general, al que competía presentar 2. Emilio Massera murió de una hemorragia cerebral el 8 de noviembre de 2010 en
el reclamo francés, no exigió el original del documento? Buenos Aires.
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militante nacionalista vinculado con el partido de Olivera, o sea, el francés no pesó políticamente en el asunto -acusa hoy-,1 no había
MODIN; ningún representante de la embajada en la sala de audiencia. Fíjese,
- se habría visto a su asociado Jorge Appiani en La Plata poco mi colega parisina Sophie Thonon-Wesfreid tampoco estaba presen-
antes del envío del fax; te 2 ••• Y no fue una casualidad que la audiencia haya tenido lugar a las
- una misteriosa mujer rubia se habría presentado la semana an- apuradas. ¡A los abogados italianos de Olivera les convenía trabajar
terior al Registro Civil de Buenos Aires para obtener informaciones en esas condiciones! Estoy convencido, asimismo, que el gobierno
sobre los certificados de defunción; argentino colaboró con la liberación. La presión de los militares so-
- la computadora de la oficina del Registro Civil guardó en su bre el presidente Fernando de la Rúa fue muy fuerte. Los servicios de
memoria tres pedidos de certificado referidos a Marie-Anne Erize. inteligencia del Ejército trabajaron para hacer salir de ese brete a su
Esos pedidos, efectuados los 7, 8 y 11 de septiembre por tres períodos «compañero». Para ellos, su caso era simbólico, había que mostrar
sucesivos (año 1976, década 1980-1990, años 1989-1999) no dieron que el Ejército era solidario con uno de los suyos. Créame, estaba todo
ningún resultado, como es evidente, pero permitieron que los falsifi- calculado, organizado de una manera diabólica».
cadores recuperasen documentos necesarios para hacer los collages; Horado Méndez Carreras no niega su propia responsabilidad.
- se habrían arrancado veinte páginas de un registro inaccesible Al contrario, se acusa a él mismo como el más culpable de todos:
al público para hacer desaparecer ciertos documentos (auténticos) «Tengo un sentimiento muy fuerte de culpabilidad», confía con un
referidos a Marie-Anne Erize ... suspiro. De hecho, se reprocha haber pecado por ingenuo, dejando
El escándalo hace tanto ruido en Buenos Aires que Olivera, asal- la totalidad del expediente Erize en las oficinas de la Secretaría de
tado por las organizaciones de defensa de los derechos humanos, no Derechos Humanos. Piensa que fue víctima de una traición interna:
puede entrar en su despacho. Las paredes del edificio se cubren de «Robaron documentos -acusa- y estoy seguro de que eso ayudó a
inscripciones: ¡Asesino! Su mujer Marita ha perdido su cargo en la los falsificadores a concebir su plan. En ese expediente estaba la "llave
universidad. Se inicia una investigación judicial a sus asociados para de acceso'' a esta maquinación».
saber si han fraguado el misterioso fax. Las principales víctimas de todo esto, Frarn;:oise Erize y sus hijos,
A unos cien metros de allí, en su despacho de la avenida Roque no tienen la menor idea de lo que ocurrió detrás de bambalinas. Ese
Sáenz Peña, el abogado histórico de los Erize, Horado Méndez Ca- mundo de intrigas y mentiras les es extraño. Lo único que les importa
rreras, declara estar «afectado» y «herido» por esa liberación. Hace es ese drama interminable que afecta los nervios de unos y otros, con -
dieciséis años que esperaba que Olivera fuera arrestado. Creía haber virtiéndose en fuente de fricciones en el seno de la familia. ¿Hay que
logrado su objetivo, resolver el misterio de la desaparición de Marie- expresarse en los medios? ¿Deben hacerse ver en público, con todos
Anne, y hete aquí que el enemigo vuelve libre y, para colmo, con los peligros que eso comporta? Cada uno tiene su punto de vista sobre
aires de vencedor. El abogado está tanto más afectado cuanto que el asunto, pero esa historia los demuele.
trabaja por ese entonces en la Secretaría de Derechos Humanos del Fieles a la línea de conducta adoptada veinticuatro años antes por
Ministerio de Justicia. Su compromiso personal en la denuncia de
los crímenes de la dictadura hace de él una figura emblemática de las 1. Declaración hecha al autor en febrero de 201 O. Nueve años y medio después de los
instituciones jurídicas en Buenos Aires. hechos, Méndez Carreras tiene por fin la suficiente distancia como para comprender
Se añaden a esa herida una serie de dudas acerca de lo que pudo qué ocurrió entre Roma, París y Buenos Aires durante el verano de 2000.
tramarse en las sombras de la justicia italiana. No lo puede decir to- 2. Interrogada por el autor, Sophie Thonon-Wesfreid contesta, en efecto, que no
davía en público, porque representa al gobierno francés, pero no com- había podido asistir a la audiencia pero que estaba en contacto permanente con abo-
gados y con los servicios de la embajada de Francia en Roma, sobre todo con el ma-
prende la actitud de Francia frente a la tramoya italiana: «El gobierno gistrado encargado de esos vínculos en el Ministerio de Justicia, Philippe Labrégere.
296 j PHILIPPE BROUSSARD

su padre, los hijos de Frarn;:oise deciden, al final, guí!rdar silencio,


por miedo a las reacciones y también a las amenazas. Una vez más,
se atienen a la justicia. Es Marie-Noelle, instalada en España desde
hace años, la que es nombrada como «portavoz» de la familia para
comentar la liberación de Olivera: «No pensábamos que una cosa
semejante podría ocurrir, no lo podemos creer, pero seguiremos lu-
chando», declara el 20 de septiembre de 2000 a La Nación.
«¿Luchar?» ¿Pero dónde? ¿Cómo? La investigación argentina se
dio por terminada en 1987, el juicio francés, entablado en 1999, está
ahora gravemente trabado. Y sobre todo, Olivera está libre. Nada le
impide pavonearse en los diarios e intentar de nuevo hacer hablar de
él y de su asociado Appiani en la escena internacional. En 2001, en París, 20 junio de 201 O
efecto, los dos hombres entablan nuevamente un juicio en Estrasbur-
go contra el Reino Unido (expedientenº 73004/01). Su gestión fracasa Querida Franroise,
como la anterior: el 5 de septiembre de 2002, un representante de la
Corte les envía una carta bastante seca precisando -resumo- que es Esta carta será mucho más larga que las otras y tal vez más penosa.
inútil insistir: la decisión anterior debe ser considerada «inapelable». Le hablaré de Italia. De sus jueces. De sus abogados. De Olivera.
Lo cual tiene sin cuidado a Olivera, cuya única preocupación es poder Viajé a ese país en octubre de 2009. Hubiera podido escribirle en
ejercer.su profesión. Y seguir mintiendo sobre su pasado ... ese momento pero tenía que verificar algunas informaciones y eso me
llevó más tiempo de lo previsto.
En Italia, como es obvio, mi objetivo era descifrar el episodio del año
2000. Saber cómo Jorge Olivera pudo volver libre a la Argentina. ¿Se
trataba de un error de la justicia? ¿Había que ver en ello la intervención
de la P2 y los grupos de extrema derecha, como lo piensa su abogado
argentino? Y además, recuerde que el gobierno italiano había prometido
dos investigaciones, una, judicial iniciada por la fiscalía de Roma, y la
otra, de carácter disciplinario, efectuada por el Consejo Superior de la
Magistratura (CSM). Ahora bien, consultando los archivos de la pren-
sa, busqué en vano el resultado de esas investigaciones. Como ocurre
habitualmemte, la curiosidad mediática había aflojado después de la
indignación inicial. Mis colegas italianos no pudieron dar cuenta -por
lo menos que yo sepa- de las consecuencias judiciales y disciplinarias
de este juicio. Para tener más datos, había que ir al lugar de los hechos
e interrogar a los tres magistrados responsables del fallo del 18 de sep-
tiembre de 2000.
Sus nombres están mencionados en la primera página de ese docu-
mento. Dos mujeres y un hombre:
4if

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- Maria Luisa Carnevale, presidenta; -Señor consejero, lo están esperando.


- Massimo Michelozzi, consejero; - Ya voy, ya voy.
- Serenella Siriaco, consejera ponente. Tengo miedo de que se vaya sin dejarme hacerle otras preguntas.
La primera, la presidenta Carnevale, se jubiló hace varios años. Pero no. Se queda todavía un momento para explicarse. Cuanto más
Imposible localizarla. Encontré un número de teléfono a su nombre en habla, más se hace evidente que el dossier Erize lo marcó. «Contra-
una ciudad de las afueras de Roma pero nadie atiende a las llamadas. riamente a lo que se dijo, el famoso certificado de defunción no fue un
Massimo Michelozzi sigue desempeñando sus funciones en la cuarta factor decisivo en el fallo. Yo ni siquiera vi ese fax. De todos modos, te-
sección penal de la Corte de Apelaciones de Roma. Cuando me atendió niendo en cuenta lo que sabemos de ese período en la historia argentina,
por teléfono, aceptó recibirme algunos días más tarde, no sin precisarme no había duda para nosotros de que la víctima había muerto. ¡Nadie
que no tenía «gran cosa que decirme». iba a imaginarse que estaba todavía secuestrada en alguna parte! Se lo
En octubre de 2009, me encuentro, pues, en el lugar mismo en que repito, no hicimos más que aplicar la ley vigente en Italia.»
Olivera compareció hace nueve años. Golpean de nuevo a la puerta. Es el hombre de camisa amarilla.
Michelozzi tiene unos cincuenta años, es bastante atlético, viste un -Señor Michelozzi ...
traje azul oscuro. Estrecha la mano de un modo franco y su mirada es -Enseguida, enseguida.
frontal: «No tengo mucho tiempo para darle -me dice de entrada-, No se levanta. Al contrario, se hunde más en su sillón y larga: «Usted
me están esperando en la sala de audiencia». sabe, todo eso me preocupó mucho ... Todos sufrimos mucho». Habla
Lo siento apurado, o tal vez lo preocupa volver a ese momento difícil de su sufrimiento y del de sus colegas, pero no del suyo, Frani;oise, en
de su farrera. Según creí entender, nunca tuvo oportunidad de tratar ningún momento.
ese tema con ningún periodista. Esta vez intuyo que va a ir en busca de sus colegas. Me queda nada
Desde,.e[ principio de la conversación, me da una precisión decisiva: más que un minuto para una última pregunta. La más molesta:
en esa época, él no era un especialista en problemas de extradición y solo -¿ Y qué responde usted a los que pretenden que las conexiones
desempeñó un papel secundario en la liberación del ex militar argentino. entre ex miembros de la Logia P2, italianos y argentinos, han favorecido
Digamos que había tenido la mala suerte de hacer un reemplazo ese tal vez la liberación de Olivera?
día, en pleno período de vacaciones, heredando así ese dossier sensible, Lanza una caracajada.
junto con dos colegas: «Participé en esa decisión colectiva -dice- y lo -¡Pero usted dice cualquier cosa! ¡Soy totalmemte ajeno a ese mun-
asumo, pero estaba ahí un poco por casualidad... » do, que está en las antípodas de mis convicciones!
Sea o no un azar, no se arrepiente de nada. Según él, no se habría La conversación termina así, de modo abrupto pero sin agresividad.
cometido ningún error. La prueba es que después de la investigación, el Ignoro si esperan realmente a Massimo Michelozzi en la sala de audien-
CSM, órgano de control de los magistrados, consideró que no se le podía cia o si pidió a alguien que viniera a buscarlo para abreviar la entrevis-
reprochar ninguna falta, ni a él ni a sus dos colegas. ta. Poco importa, al fin y al cabo, ya que acabo de confirmar un punto
Hoy en día, Massimo Michelozzi estima que desde el punto de vista primordial: el magistrado dice la verdad alafirmar que solo desempeñó
estrictamente jurídico no se podía mantener detenido a Jorge Olivera. una función secundaria, como la presidenta Maria Luisa Carnevale. De
«No decidimos eso a la ligera -prosigue- sino examinando la cuestión algún modo, uno y otro se limitaron a reforzar la demostración jurídica
de la prescripción de los hechos. Aplicamos el derecho, solo el derecho, de la única verdadera especialista del trío, es decir, Serenella Siriaco.
es nuestro oficio.» Es ella la que redactó el fallo. Y es a ella a quien tengo que encontrar.
Alguien golpea a la puerta del despacho. Un hombre con una camisa Una rápida búsqueda por Internet me permite saber que vive en
amarilla. Nápoles, su ciudad natal. Su nombre figura en una petición contra las
tJiif

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derivas de Silvio Berlusconi donde se lee: «Serenella Siriaco, magistrada juezas más jóvenes de Italia»), ejerció sus funciones en tres grandes
retirada, Nápoles». • ciudades (Milán, Roma, Nápoles) y trató muchos dossiers de extradi-
La guía telefónica registra nada más que una persona con ese nom- ción. Esos expedientes, a menudo minados por razones políticas, eran
bre. Una empresa, al parecer. Por qué no llamar.. . su «especialidad».
Un hombre atiende el teléfono. Le pregunto si conoce a Serenella El café está servido. La señora Siriaco se sienta, se acomoda los
Siriaco. Me pide que espere y me pasa con otro hombre: ¡el marido de anteojos, abre el expediente y va directamente al meollo de la cuestión,
la ex magistrada! sin tratar de rehuir sus responsabilidades: «Tomamos nuestra decisión
-Mi mujer llega dentro de una media horita. ¿Pero por qué la colectivamente, pero soy yo la que redactó el texto, porque tenía conoci-
llama? mientos específicos en este campo. Mis colegas, dos buenos magistrados
-Por un asunto que remonta a algunos años, en Roma. con los que tuve el gran placer de trabajar, dominaban menos la temá-
No hace más preguntas, lo cual me alivia porque temía que se re- tica. Usted sabe, esa historia fue para mí una fuente de sufrimiento,
trajera si se enteraba de qué dossier le estaba hablando. porque tengo la certeza de haber aplicado nada más que la ley de mi
Treinta minutos más tarde, llamo de nuevo al mismo número na- país. La audiencia había durado tres horas. Tres horas de debates serios
politano. Esta vez, atiende una mujer: Serenella Siriaco. y argumentados. No merecimos la medida disciplinaria que se inició
Cuando le digo que estoy investigando el caso de Marie-Anne Erize, contra nosotros. Nos defendimos con la fuerza de los que tienen con-
me interrumpe: «¡Ah! ¡La historia que tanto embadurnó mi carrera!» ciencia de haber cumplido con su deber, y ganamos, ya que el Consejo
No necesito insistir. Me recibirá en Nápoles «sin ningún problema». Superior de la Magistratura nos amnistió».
L.f pareja vive en el barrio residencial de Vomero. Para llegar, hay Para probarlo, me muestra el informe del Consejo Superior de la
que salfr de las arterias saturadas del centro y subir hasta alturas más Magistratura con fecha del 8 de junio de 2001: sí, efectivamente, están
tranquil4s. rehabilitados en sus funciones.
El departamento está situado al fondo de una cortada, en un lindo Nuestra conversación es importante para ella. La ha preparado
edificio, elegante sin ser lujoso, con una espléndida vista sobre el golfo como se prepara un juicio, con documentos y pruebas, interiorizán-
de Nápoles. Es lo primero que me dice el ama de casa, abriendo las dose en los argumentos punto por punto. Al escucharla hablar, al verla
ventanas: «Hoy hay un poco de bruma ¡pero mire qué hermoso es!» Con subrayar con un lápiz algunos pasajes del fallo del 18 de septiembre
sol, debe verse Sorrento en la orilla sur. de 2000, comprendo que espera este momento desde hace nueve años.
Serenella Siriaco es una mujer menuda, chispeante y vivaz. Debe Nunca pudo defenderse públicamente ni responder a las acusaciones
tener unos sesenta años. Su living, muy luminoso, está lleno de adornos, de los medios: «En esa época -precisa- había pensado en atacar por
arlequines y fotos en blanco y negro. Hay un piano cerca de la mesa y difamación a algunos diarios, pero mi superior se había opuesto».
arriba de la mesa, una carpeta: el dossier Olivera. Se ha lanzado ahora en una larga demostración jurídica, una clase
Me ofrece un café, me invita a sentarme. de derecho destinada a convencerme de la rectitud del fallo pronunciado
La imagino a usted, Fran<;oise, frente a esta mujer cuya decisión a favor de Olivera. « Usted sabe, soy muy escrupulosa», repite leyendo
tanto la hirió. ¿Qué pregunta tendría para hacerle? ¿Si tiene remordi- el texto en voz alta. No hay duda. Fue ella quien tomó la decisión, dice
mientos? ¿Si pensó por un instante, uno solo, en su dolor de madre? ¿Si siempre «yo» y nunca «nosotros». Diez veces, cien veces, expone sus
tiene hijos, o quizás una hija? principales elementos de defensa.
Sus gestos, sus palabras, su manera de medir mis reaccions revelan Primer argumento: para la ley italiana, esos hechos están prescrip-
una persona con carácter, segura de sus habilidades y orgullosa de su tos. «No tenía ningún motivo jurídico para mantener detenido a ese
trayectoria. Habiéndose recibido de juez a los 23 años («una de las hombre -insiste-, y en ese caso hubiera cometido una falta que me
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podía costar una medida disciplinaria. No era cuestión, ese día, de pro- Un poco confusa, me da una respuesta torpe: «Después de nuestra de-
nunciarse sobre la extradición en sí misma sino sobre el p~dido de libe- cisión, no supe nada de él». Sobreentendido: «No era problema mío, mi
ración presentado por la defensa. Para mí, es simple: Olivera no podía responsabilidad consistía solamente en ejercer la ley, no soy culpable
quedarse en la cárcel según la ley italiana.» de su partida».
Segundo argumento: el famoso certificado de defunción presentado Serenella Siriaco es inteligente, sabe que esta última respuesta la
por el abogado de Olivera no fue un elemento decisivo. «Con o sin docu- deja en evidencia, que hay que profundizar un poco, confesar algo más.
mento, se habría llegado a conclusiones idénticas. No jugó un rol deci- Después de un momento de silencio, como para sacar de .las pro-
sivo y tan importante como se quiso hacer creer. Además, yo no quería fundidades alguna otra verdad que no sea la del Código Penal, añade:
incorporarlo en el expediente. Al final terminamos por ponerlo, es cierto, «Si yo hubiera podido, respetando la ley, encarcelar a Olivera y a la vez
pero no condicionó nuestra reflexión. Ante todo, porque la acusación echar al mar la llave de la celda, lo habría hecho de buena gana ¡pero era
principal de la justicia francesa era "secuestro". Si la querella se hubiera jurídicamente imposible! Eso es lo que usted puede decir a la familia de
referido a un homicidio, nuestra reflexión habría sido diferente, porque esa pobre chica. Y además, dígales que todas esas polémicas me hicieron
ese crimen es imprescriptible en Italia.» mucho daño, me entristecieron mucho ... yo no lo merecía».
Serenella Siriaco tiene una respuesta para todo. Por un breve instante su voz pierde seguridad, se le caen las lágri-
Cuando le hago observar que el certificado era fraguado, me replica: mas, no puede controlar su emoción. No llora en señal de expiación de
«Es lo que nos dijeron después, pero yo no podía saberlo. Y además, para una falta, cualquiera sea, ni porque el fallo de 2000 será eternamente
mí, se lo digo una vez más, ese documento no fue lo esencial». escandaloso. No, llora porque cree haber sido víctima de una injusticia,
Curndo le pregunto si habla español, me contesta que no, pero que porque piensa en ese juicio por incompetencia o deshonestidad que ella
todos los documentos, «por supuesto, estaban traducidos». considera inmerecido.
Cuando le recuerdo que los medios de comunicación italianos habían Como con Michelozzi, guardé para el final las preguntas sobre la
protestado a los gritos por la injusticia, me responde: «La mayor parte de Logia P2.
los problemas vienen de una periodista de La Repubblica, una mujer muy -¿ Qué piensa usted de la tesis según la cual habrían liberado a
arrogante a la que le negué una vez la entrada en la sala de audiencia Olivera gracias a la influencia de la logia P2?
porque los debates no eran públicos, y que igual sacó un artículo engañoso -¿De la P2? ¡Oh!, ¿de la P2?
sin saber nada de lo que se había dicho adentro del recinto». -Sí, de la P2.
Su objetivo es claro. Pero tropieza con una realidad que ella no -¿ Yo? ¡Oh! ¡Pero yo soy de izquierda, lo juro! ¿Quiere una prueba?
puede negar: si ese certificado tenía tan poca importancia, ¿por qué Estoy contra Berlusconi.
lo pusieron pese a todo en el expediente?¿ Y por qué aluden a él cons- No finge sorpresa, al contrario, parece realmente asombrada de esa
tantemente en el fallo? Serenella Siriaco sabe que en ese punto toca los acusación de la que jamás, asegura, ha oído hablar. Hay que ver cómo
límites de su explicación, y termina admitiendo: «Nosotros tendríamos se agita en su sillón, asegurándome que sus opiniones políticas «jamás
que haber escrito claramente, haciendo abstracción total del documento, interfirieron» con sus argumentos jurídicos. En resumen, me quiere de-
que nuestro análisis redundaba en un resultado idéntico». cir que todo es falso y que cuenta conmigo para hacerlo saber.
Hace una hora que estamos hablando. La bruma se ha disipado Nuestro encuentro se termina así, después de una hora y media de
en el golfo de Nápoles. El tiempo es espléndido. La ex magistrada sigue charla. Tengo que correr a la estación y tomar el primer tren para Roma,
defendiendo sus certezas y a ella misma, como mujer de ley, sin una sola donde me espera otra cita a media tarde.
duda ni falla, sin un amago de remordimiento. Termino preguntándole Serenella Siriaco llama a un taxi y me acompaña hasta la puerta. La
qué sintió cuando se enteró de que Olivera se había ido a la Argentina. evocación de la Logia P2 la perturbó, no puede sacársela de la cabeza.
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Mientras subo al ascensor, mantiene la puerta abierta repitiendo: «¡Pero abogado en 1980. Especialista en derecho internacional y de los conflic-
soy de izquierda! ¡De izquierda!» tos territoriales, dio cursos y conferencias en el mundo entero. Más allá
El ascensor empieza a bajar. Su voz resuena todavía en el hueco de esa rica trayectoria, usted debe saber que tiene dos particularidades
del ascensor. «¡Hasta pronto! Pero no lo olvide ¿eh? Soy socialista, co- principales: fue el defensor del gran jefe de la Logia P2, Licio Gelli, y su
munista, roja, todo lo que quiera, pero no de la P2, no, ¡de la P2, no!» nombre figura en la lista de los 959 miembros de esa organización. Si
Creo que es sincera. Mis verificaciones en otras fuentes judiciales existe un vínculo con la P2 en el expediente Olivera, hay que buscarlo
me permitieron concluir que no se había descubierto contra los tres quizá por el lado de este abogado de 68 años.
magistrados ninguna prueba de complicidad con la P2 ni con eventuales Su despacho se encuentra en la avenida Gorizia, en un barrio re-
grupos de extrema derecha. sidencial de la Ciudad Eterna. Me recibe a la hora indicada, en un
En el taxi, no puedo no seguir preguntándome cosas acerca de esas despacho bastante sombrío y amueblado a la antigua. Es un hombre
dos mujeres y de ese hombre que un lunes de septiembre de 2000, casi de altura mediana, de pelo ralo y una voz ronca de fumador. Me recibe
veinticuatro años después del secuestro de Marie-Anne, decidieron li- cortésmente, visiblemente halagado por ser entrevistado por un perio-
berar a Olivera. dista francés. Empieza a contar el modo en que Olivera llegó a él como
Admitamos que hayan querido aplicar la ley. cliente. « Yo no lo conocía antes de su arresto en Italia -explica-; su
Admitamos también que no hayan recibido ninguna influencia. hijo Javier había solicitado primero un abogado boloñés, Marcanto-
Sí, admitamos todo eso ... nio Bezicheri. Creo que Bezicheri está vinculado con un movimiento
¿Qué queda? Lo esencial, Fram;oise: la amoralidad absoluta de esta religioso y es así como se vinculó con el hijo, que era seminarista en la
decisión. No sirve nada discutir: Italia, Estado de derecho, dio prueba de Argentina. Después, mi colega me llamó para que defendiéramos juntos
indulgencia para con un hombre buscado por otro Estado de derecho, a Olivera, porque no podía ir y venir tantas veces entre Bolonia y Roma.
Francia. Dos países europeos, dos países vecinos y amigos, miembros de Por mi parte, era la primera vez que defendía a un militar o ex militar
la Unión Europea, fueron incapaces de entenderse respecto del destino sudamericano.»
de un sospechoso que ha aprovechado la situación para escaparse. Por Se levanta. Abre la ventana que da a la avenida Gorizia. Enciende
más que Serenella Siriaco y Massimo Michelozzi invoquen su buena fe otro cigarrillo. Se vuelve a sentar. No sé si para preparar el encuentro se
y el respeto del dogma jurídico, predomina en nosotros el sentimiento ha sumergido primero en los archivos, pero sus recuerdos son límpidos,
de iniquidad y vergüenza. sobre todo en lo que concierne al certificado. Ignora que yo entrevisté a
Sus explicaciones sobre el falso certificado de defunción tampoco Serenella Siriaco en Nápoles y que esta no ha dejado de exonerarse de
resisten al sentido común. Si se hubieran tomado el tiempo para verifi- toda culpabilidad, invocando sobre todo la prescripción de los hechos.
car su autenticidad, si hubieran hecho un esfuerzo por exigir el original, Desde el principio, la conversación es amable pero tensa, tomando
habrían comprobado que alguien en Buenos Aires o en Roma se burlaba a veces un aspecto de interrogatorio.
de ellos con un documento falsificado. Tal vez eso habría sido una causa -¿Quién le transmitió ese documento?
para postergar el juicio a una audiencia ulterior, y ese incidente bastaba -El hijo de Olivera. Es lo que yo supongo, por lo menos. Porque
para mantener detenido a Olivera, o por lo menos bajo control judicial. el fax fue enviado desde un teléfono público en la Argentina. También
Nada de ello ocurrió. ¿Por qué? Un hombre conoce quizá la verdad, el puede tratarse de un envío anónimo, no sé. En todo caso, lo recibí el día
que voy a ver a Roma el mismo día: el abogado Augusto Sinagra, uno anterior a la audiencia, por la tarde.
de los dos abogados italianos de Olivera. - ¿Y usted qué hizo?
Nacido en Sicilia en 1941, Sinagra tiene detrás de sí una larga ca- Al día siguiente, señalé a la Corte que había recibido ese documento.
rrera. Después de ser magistrado durante unos quince años, ejerce como Sugerí entonces aplazar la audiencia para otro día, para tener tiempo de
....,

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verificar su autenticidad. Me parecía que era lo más razonable. Mí obje- precipitación, dejando pasar una posibilidad de mantener detenido a
tivo era sacar a mi cliente de la cárcel y ponerlo bajo control judicial en Olivera, con arresto domicilario o en la cárcel. El abogado Sinagra lo
algún lugar a determinar, a la espera del resultado de las verificaciones. sabe, es un hombre experimentado, habituado a los juicios alambicados.
-¿ Y cuál fue la reacción de los magistrados? Cuando me relata el momento preciso en que se dirigió a los magis-
-El fiscal general se volvió hacia la Corte y dijo: «No, no hay motivo trados para sugerirles que verificaran la autenticidad del documento,
para aplazar la audiencia a una fecha ulterior, el certificado está ahí, no hay una especie de asombro en su voz, como si continuara sin entender,
hay razón para ponerlo en duda». Yo mismo insistí con la presidenta, nueve años después, por qué la Corte fue mucho más lejos de lo que él
María Luisa Carnevale: « Verifique si quiere, pero entretanto, podría reclamaba como abogado.
poner a mi cliente en arresto domiciliario aquí en Roma, en vez de Tengo la impresión, pese a todo, de que calcula cada una de sus
mantenerlo en la cárcel». Prefirieron liberarlo completamente. palabras para eludir eventuales trampas. No olvida que este asunto
-¿Por qué? acarreó una indagatoria judicial en Roma, con medidas disciplinarias
-¿A mí me lo pregunta? contra él y su colega Bezicheri. Adivina también que no voy a soslayar
-Sí, a usted. la cuestión de los vínculos con la Logia P2.
-¡Pero qué sé yo! Llegó el momento.
-Pero hay tal vez una argumentación jurídica. -¿Usted fue miembro de la P2?
-¿Qué argumentación jurídica? Ninguna, no hay ninguna. -No, pero es exacto que hice una solicitud para entrar. Digamos
-¿Eso quiere decir que la Corte cometió un error? que mi adhesión no se formalizó antes de la huida de Gelli en 1981. 1 No
-Como abogado, sería hipócrita si pretendiera que eso no me ale- comprendo por qué la prensa se interesa tanto por mí a ese respecto. Sí
gró. Después de hacerles el pedido dos veces, ¿qué más podía hacer? ¿Les yo hubiera formado parte de la P2, se lo diría. Además, yo no juzgo el
iba a decir que dejaran a mi cliente en la cárcel? ¡Por favor! Yo actué co- valor de una persona en función de su pertenencia a tal o cual organi-
rrectamente, ya está. La polémica que estalló después no me concierne. zación sino en base a su comportamiento, su conducta.
-¿Aunque ese documento sea falso? -¿ Y después, usted fue el abogado de Gelli?
-Ignoro si es falso o auténtico. No tengo modo de verificarlo, no vi -Sí, y le puedo decir que me pagaba muy bien. ¡Pero también de-
la respuesta del gobierno argentino a esa cuestión. fendí a terroristas de izquierda! Para ocuparme de un cliente, no me
-¿Ese certificado fue un elemento central en la decisión de la Corte considero obligado a hacer una evaluación preliminar de índole política,
de Apelaciones? moral o ideológica. Yo pienso que un abogado que actúa de ese modo
-Central no, pero importante sí. Si recuerdo bien, la Corte retuvo no es buen abogado. Todo el mundo merece que lo defiendan, ya sea
también mi tesis según la cual no era creíble decir que un secuestro san José o Satanás.
podía durar vienticuatro años, sobre todo cuando se conoce el contexto Augusto Sinagra parece más nervioso. Se ha puesto incisivo y sus
argentino. Aunque el cuerpo de la joven francesa nunca se encontró, réplicas se vuelven más secas. El huésped desenvuelto y sonriente cede
hubiera sido más lógico perseguir a Olivera por asesinato. su lugar a un hombre de lenguaje acerado ymirada sombría. Oyéndolo,
Escuchándolo, recuerdo a Serenella Siriaco, la dama de Nápoles: la decisión favorable a Olivera no le debe nada a sus acercamientos con
el abogado Sinagra está confirmando su demostración sobre la pres- la famosa Logia. También ataca los artículos que lo presentan como un
cripción de los hechos y la diferencia, en el derecho italiano, entre un
secuestro y un homicidio. Pero las palabras del abogado sobre el modo l. En marzo de 1981, el gran jefe abandona Italia cuando la policía allana su domici-
en que los magistados validaron el certificado me confirman también lio y descubre la importancia de sus negocios. Su huida lo llevará sobre todo a Suiza
y América del Sur. Siempre pretendió tener vínculos particulares con la Argentina,
en mi propio análisis: se cometió una falta, por lo menos por exceso de un país donde varios militares de alto rango pertenecieron a la P2.
.....

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amigo de Silvia Berlusconi, que fue también, recuérdelo, ex miembro recibido la orden de detenerla en razón de sus actividades subversivas.
de la P2: «Nunca lo traté -me dice con enojo-, y si así fuera, no veo Con ayuda de otros hombres, había ejecutado la orden y la había in-
por qué no se lo diría, ¡es el presidente del Consejo!». terpelado, entregándola a sus superiores. Decía ignorar lo que había
El abogado marca una pausa, enciende un enésimo cigarrillo. Su pasado después».
humor varía según los temas abordados. En cuanto es cuestión de po- Adivino su sorpresa, Franroise. Yo también, me di cuenta enseguida
lítica, le agarra un ataque de nervios. de la importancia de esas palabras. Acababa de confirmar, por boca del
Empezamos a hablar de Olivera y del recuerdo que conserva de él, hombre que fue su propio abogado, su ABOGADO, lo que presentimos
limitado pero positivo: «Ese hombre, de una absoluta corrección, me desde hace tiempo.
conmovió mucho durante la audiencia. Todavía lo veo a mi lado, sus Jorge Olivera miente cuando afirma que no conoció nunca a Marie-
labios se movían como si rezara en silencio, mientras sus dedos acari- Anne.
ciaban una imagen de Jesús. Si hizo algo malo, responderá con su con- Jorge Olivera miente cuando declara que es ajeno a su secuestro.
ciencia delante de Cristo, pero yo no puedo decir nada negativo de él». Augusto Sinagra no se dio cuenta, tal vez, de la «primicia» que me
Sinagra afirma que recibe «de vez en cuando» mails del hijo de regalaba en ese momento. Se expresó con confianza, olvidando que uno
Olivera. También me confió viajar «bastante a menudo» a la Argenti- de los argumentos de la defensa de su ex cliente consistía justamente en
na, un país que él quiere por haber dado alimento a los italianos en la pretender que no sabía nada de su hija.
posguerra. Entonces, es cierto, mi grabador no registró esa parte de la conver-
Sus súbitos arrebatos, su modo de decir de golpe que Italia es un sación y se podrá objetar que no son más que fabulaciones de periodis-
«paí~ de ladrones» y la Guerra de las Malvinas una «agresión inglesa» ta. Pero no soñé: Augusto Sinagra pronunció esas palabras. Dijo que
dejan yer a un hombre rígido en sus convicciones, antinorteamericano, Olivera había recibido la orden de detener a Marie-Anne y que luego
anticomunista y derechista. Comprendo mejor ahora su participación la había «entregado» a sus superiores.
en ceremonias organizadas por nostálgicos del fascismo. Es verdad que A partir de ahí, me quedé ensimismado en esas declaraciones, no
parece dispuesto a reconocer los «horrores» cometidos por ciertos mili- podía ya escuchar lo que me contaba de su perro, de Bezicheri o de cual-
tares argentinos, pero un instante después, con idéntica convicción, se quier otra cosa. Mi espíritu viajaba solamente por el lado de San Juan.
pone a alegar el «contexto» y a denunciar los crímenes .(es cierto que los Saliendo del despacho, aún bajo el efecto de esa «confesión», pensa-
hubo) del «otro campo». En resumen, a falta de excusas, termina en- ba en usted, en sus abogados, en el juez, en todos aquellos que buscan
contrando explicaciones a los eventuales abusos de Olivera y compañía. o han buscado la verdad. Un poco después, por la tarde, intenté llamar
La conversación termina. Ha llegado la hora de guardar mi graba- a Bezicheri. Por desgracia, el número estaba fuera de servicio. A la
dor, que había apoyado en la mesa baja, delante de los sillones. mañana siguiente, partí para Bolonia, a dos horas de tren de Roma. La
Augusto Sinagra se levanta y abre la puerta con una gran sonrisa, dirección -4, via Riva di Reno- era exacta, pero el portero, que lavaba
dejando entrar a un perro joven y revoltoso que insiste sin parar en a baldazos el hall de entrada, me indicó que Marcantonio Bezicheri se
jugar con alguien. había mudado uno o dos años antes y que ignoraba su paradero.
Mientras su asistenta se ausenta para buscar los datos de Marcan- Navegando por Internet a la espera de poder ubicarlo, obtuve ciertas
tonio Bezicheri, el abogado de Bolonia, Sinagra sigue hablando, esta precisiones sobre su perfil. Quería comprender por qué había defendido
vez de manera informal. Por su propia iniciativa, sin que yo le pre- a Olivera en 2000. Y también por qué le resultaba tan simpático a su
gunte nada al respecto, vuelve a sus intercambios con Olivera en 2000. colega romano Sinagra.
Me hace entonces esta confidencia, que me deja estupefacto: «Cuando Marcantonio Bezicheri reivindica en voz alta y con orgullo su adhe-
discutía con mi cliente respecto de la joven francesa, me dijo que había sión al fascismo. Hasta ha ocupado funciones de dirigente en la Fiamma
310 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 311

Tricolore, un partido racista. Como abogado, es conocido por haber Antes de terminar, quisiera volver por un momento al final de mi
defendido terroristas de extrema derecha involucrados en el atentado estada del otoño de 2009 en Italia.
de la estación de Bolonia en agosto de 1980 (85 muertos) y en años Ese viaje terminó con una última visita al Palacio de Tribunales de
más recientes, al ex vicepresidente iraquí Tareq Aziz. Su nombre figura Roma. Quería hablar con el juez que había hecho la investigación del
también en un libro publicado en Italia en 2004 titulado A la extrema año 2000 sobre el certificado fraguado. Tal como lo habían decidido
derecha del Señor. Tradicionalismo católico y derecha radical. Como las autoridades de la época, se habían efectuado averiguaciones sobre
lo había explicado Sinagra, esas complicidades religiosas explican pro- los abogados Sinagra y Bezicheri, con el objeto de saber si estaban in-
bablemente que Olivera hijo y Bezicheri se hayan puesto en contacto. volucrados o no en esa manipulación. «La investigación fue muy larga
Busqué en vano sus rastros antes de dirigir mis pasos, a fines de y completa, según me había asegurado una buena fuente judicial. Se
2009, hacia la Fiamma Tricolore. El responsable del movimiento en Bo- indagaron sobre todo las comunicaciones telefónicas entre los defensores
lonia, Claudia Zanasi, me indicó que había dejado de recibir noticias de italianos de Olivera y diversos interlocutores argentinos, pero al final
ese abogado desde hacía un tiempo. «Solo sé que estuvo muy enfermo», el proceso cerró, sin que se haya retenido ninguna falta en su contra.»
me explicó por teléfono. Unos días después, recibí del propio Zanasi un Desde entonces, el expediente está archivado (referencia 7347/ 01).
comunicado dirigido a los militantes de su organización: «El compañero El juez de instrucción, Renato Laviola, me sugirió redactar un pedido
Marcantonio Bezicheri nos ha dejado después de una larga enfermedad. oficial, cosa que hice ya de regreso en París, sin que haya obtenido res-
Todos lo recordaremos como hombre, político y profesional ilustre y res- puesta hasta ahora.
petado. Dedicó su vida entera a la defensa de los valores sagrados. Que Lo que pude recoger a lo largo de estos viajes, se resume, pues, en
Dios lo acoja serenamente en una vida más justa y gloriosa». tres certezas:
El texto no mencionaba ni la fecha ni el lugar de su muerte. Pero - Olivera conocía a Marie-Anne;
supe después que el «compañero» Bezicheri había muerto totalmente - Olivera participó en su secuestro;
solo, el 3 de enero de 201 O, a la edad de 73 años. - Olivera sabe adónde la llevaron.
Un tiempo después, Zanasi me envió el folleto de los neofascistas de Esperando que esta larga carta le haya permitido comprender me-
Bolonia, el Folio di Ricino, una especie de diariucho donde se rendía jor lo que pudo ocurrir hace nueve años, y que no la haya perturbado
un breve homenaje al difunto. Según el autor de ese artículo, «nadie que demasiado, quiero expresarle toda mi admiración por su perseverancia
escriba la historia del neofascismo italiano puede omitir el nombre de y dignidad ante esta prueba interminable.
Marcantonio Bezicheri». Acompañaba el texto una foto del abogado,
donde se veía un coloso barbudo y apuesto con aires de Pavarotti. Hasta pronto.
Pero lo 'que más me llamó la atención fue el dibujo publicado en Con mi amistoso recuerdo,
primera página de ese pasquín. Nos lleva una vez más, curiosamente,
a la Argentina de los dictadores. Se ve en ella un avión piloteado por Philippe
dos hombres blancos. Atrás, seis pasajeros negros están de pie, con un
cinturón de hojas de cocoteros. Uno de ellos tiene una pelota en la mano.
El piloto, burlón, les grita: «Chicos, el día es tan lindo ... ¿Por qué no
van a jugar afuera?» Es evidente que representa un vuelo de la muerte,
en alusión directa a la broma que hizo una vez Silvia Berlusconi refi-
riéndose a lo sucedido en la Argentina. Nada de eso es casual, querida
Frani;:oise. Así es la gente dispuesta a defender a Olivera.
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 313

23 Fram;:oise, viuda desde 199 3, sigue siendo el eje de la familia, y vela


sobre sus hijos con el mismo fervor con que se aplicaba a su educación
en Wanda o en la avenida Monroe. En las paredes de su departamento
colgó un retrato de Marie-Anne y uno de sus dibujos en tinta
una mujer y su bebé. En una gran caja de cartón, juntó fotos y tarjetas
postales recogidas aquí y allá.
Al igual que sus hijos, Fran<;:oise vivió muy mal el episodio Oli-
vera, en septiembre de 2000. No tuva nunca explicaciones coheren-
tes acerca de su liberación en Roma. Tampoco los medios supieron
mucho más, y el interés por el tema fue decayendo poco a poco hasta
entrar en el silencio y el olvido. A su vez, la justicia se desentendió del
asunto. Durante los años que siguieron, no se registra ningún dato o
casi ninguno. En Buenos Aires, la investigación sobre el falso certifi-
cado de defunción se eclipsó en la indiferencia general, y la querella
Marianne Eríze, desaparecida el 15/10/76. contra los abogados de Olivera (Appiani, Pagnanelli y Feracce) no
Te recordamos siempre, muy especialmente en este día. desembocó en ningún proceso. 1 Las manifestaciones de las asocia-
Te amamos y extrañamos profundamente. ciones de defensa de los derechos humanos no impidieron que el ex
militar reanudara sus actividades de abogado. Protegido por la Ley
Toda tu familia de Obediencia Debida de 1987, no corre el riesgo de enjuiciamientos
mientras se quede en el país.
Por el lado francés, la investigación abierta en 1999 siguió su cur-
Todos los años, el 15 de octubre, Frarn;:oise y sus hijos publican este so con la lentitud propia de la máquina judicial. En marzo de 2003,
breve aviso en el diario argentino Página/12. Algunas líneas para varios testigos de San Juan, entre los cuales figuraban los ex militantes
luchar contra el olvido, el enemigo absoluto de los parientes de los peronistas Eloy Camus y Jorge Moroy, fueron a París para prestar de-
desaparecidos. claración indagatoria ante la brigada criminal. Deposiciones precisas
«La historia de Marie-Anne», como ellos dicen en familia, los e interesantes en cuyas actas Camus y Moroy sugieren interrogar al
traumó para siempre. Desde 1976, tuvieron que soportar esa ausencia, único testigo directo que vivía en Francia: Marcelo Peschin, el dueño
sobreponerse al miedo a las represalias, luego al episodio Olivera de de la bicicleta que Marie-Anne usaba en San Juan. Desgraciadamente,
septiembre de 2000. Entre una prueba y otra, cada uno de ellos hizo nadie sacó provecho de esa indicación de los testigos. Nunca se tomó
su camino tratando de preservar su propia vida, familiar y profesional. declaración indagatoria a Marcelo Peschin. Desde el Quai des Or-
Marie-Noelle, la menor, se instaló en España con sus hijos. Jean y fevres, sede de la policía judicial parisina, bastaría con cruzar el Sena
Étienne trabajan en informática en Buenos Aires.
Yolande es asistente social en una provincia. l. Según el abogado argentino de los Erize, Horado Méndez Carreras, sus tres co-
Bernard renunció a su profesión de veterinario para aventurarse legas no recibieron ninguna sanción. Precisemos, sin embargo, que pesan también
en el coaching y el estudio de la neurología. sobre Jorge Appiani (actualmente preso, procesado por delitos de lesa humanidad,
Marc, asesor en empresas, sigue fascinado por las filosofías orien- causa Área Paraná) sospechas de haber sido torturador en Entre Ríos durante la
dictadura. Jorge Appiani era el abogado que había acompañado a Olivera ante la
tales, sobre todo la secta del gurú indio Sai Baba. Corte Europea de los Derechos Humanos en 2000.
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para encontrarlo en la libería adonde trabaja e interrogarlo acerca deportiva. Todos los oficiales y suboficiales presentes estaban bajo sus
de Marie-Anne. Aunque no tenga pistas decisivas sobre el secuestro, órdenes. Era un hombre autoritario, brutal, cuya sola presencia inspi-
nadie conoce mejor que él lo que fue la vida de la joven francesa en raba temor. Ahora no tiene coraje, no admite sus responsabilidades.
esa época. Le puedo asegurar que era responsable del servicio de inteligencia,
En 2003, otra información crucial pasa desapercibida en Francia: a que gozaba de cierta autonomía en el seno del regimiento.» 1 Estas
su llegada al poder, el presidente argentino Néstor Kirchner, que había palabras confirman que Olivera miente cuando pretende haber des-
sido militante en la izquierda peronista, decide terminar con la impu- cubierto el nombre de Marie-Anne recién en agosto de 2000, cuando
nidad de los torturadores. Abroga, pues, la Ley del Punto Final de 1987. lo detuvieron en Roma. ¿Cómo imaginar que haya podido efectuar un
Según esa decisión, los verdugos de los años negros no podrán ya prote- allanamiento en la casa de la calle Sabatini sin saber dónde se escondía
gerse detrás de la jerarquía evocando la obediencia a las órdenes de los la joven francesa?
superiores. La justicia, por lo tanto, deberá reabrir las investigaciones. El segundo testimonio tiene todavía más peso que el anterior,
En San Juan, el expediente Erize vuelve a salir de los placares. Un juez puesto que emana del ex jefe regional de la Gendarmería, Ernesto
federal, Leopoldo Rago Gallo, se va a hacer cargo de él. En línea de mira Jensen. El 22 de noviembre de 2007, ese hombre de 83 años firma
se encuentra un sospechoso ya célebre: Jorge Olivera. una larga declaración donde indica en primer lugar haber conocido
¿Qué le reprochan, específicamente? Esencialmente, haber ejerci- a Olivera, él mismo hijo de un gendarme, cuando era aún un niño,
do dos funciones cuando trabajaba en San Juan en 1976. La primera y haberlo encontrado de nuevo en 1976 en San Juan con el grado
era oficial y concernía su grado de teniente. La segunda era oficiosa de teniente. Interrogado respecto de la lucha contra la subversión,
y consistía en dirigir un servicio de intervención paralelo, un grupo Jensen declara lo siguiente: «La versión que tenía yo [era] que el que
de hombres de civil que disponía de un margen de maniobra casi llevaba la batuta de todo era el teniente Olivera y después un oficial
total. Esa.estrategia no era solo propia del RIM 22. En todo el país, que estaba muy obsesionado, de nombre Cardozo, pero que siempre
existían esas células llamadas «grupos de tareas» (GT), sustraídos a dirigió la batuta Olivera».
todo control judicial. ¿Su misión? El trabajo sucio: identificar a los Con esos testimonios y el de las víctimas, el juez Gallo, a fines de
«subversivos», interrogarlos y, si era necesario, eliminarlos. Aparte de 2007, estima contar con suficientes elementos como para emitir un
Marie-Anne Erize, Jorge Olivera sería responsable de la desaparición pedido de captura contra Olivera. Pero primero hace falta localizar-
de varias decenas de personas. lo ...
Este último había rechazado siempre esas alegaciones utilizando El ex militar reconvertido a la abogada hace lo posible por pos-
un argumento recurrente: tenía solo 26 años en 1976, y sus funciones tergar el plazo, que sabe inevitable. Cada vez más solo, en instancia
de «modesto teniente» no podían otorgarle autoridad sobre oficiales de divorcio con su esposa Marta, cambia varias veces de domicilio en
de mayor edad y jerarquía que él. Esas explicaciones serían acepta- Buenos Aires, y termina haciéndose domiciliar en su despacho, donde
bles, si no fuera por que varios testigos afirman lo contrario, entre los había trabajado con su asociado Jorge Appiani. Cuando los policías
cuales, como lo vimos antes, no solo se hallan víctimas sino también se presentan, la secretaria contesta: «El señor Olivera está de viaje, no
dos hombres que trabajaban con él. sabemos en qué fecha estará de vuelta». En realidad, el magistrado
El primero de estos es Tristán Valenzuela, que efectuaba su servi- de San Juan se entera de que fue una vez al Paraguay el 14 de abril de
cio militar en la sección «Comunicación» del RIM 22. Tristán Valen- 2007. Pero habrá que esperar un año aún (20 de febrero de 2008) para
zuela cuenta haber participado en el allanamiento del domicilio de que se ordene un pedido de captura internacional.
Marie-Anne en la calle Sabatini en San Juan. «Olivera -recuerda-
l. El autor recogió este testimonio en un primer viaje a San Juan en 2000. Por otro
dirigía esa operación. Cuando llegamos, estaba en el lugar, con ropa lado, Tristán Valenzuela prestó testimonio varias veces ante autoridades judiciales.
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Durante ese mismo año 2008, se confían las investigaciones a po-


licías argentinos especializados en el seguimiento de los torturadores. Transferido a San Juan, el abogado es encarcelado en la prisión
Estas investigaciones, que se desarrollan bajo el control directo del local, el Instituto Penal de Chimbas. Todos los habitantes de la región
Ministerio de Justicia, emplazan un dispositivo de vigilancia y segui- conocen ese centro de detención situado en las afueras de la ciudad.
miento estratégicos en torno al despacho de la ex mujer del prófugo, Sus paredes de ladrillo empiezan a avistarse una vez que se dejado
en Vicente López, barrio residencial del Gran Buenos Aires. atrás la cancha de fútbol, en línea recta; después se ven las alambradas
En la mañana del 3 de noviembre de 2008, un Chevrolet Corsa y luego toda una serie de construcciones y patios interiores, a la som-
sale de la casa. Viajan en él dos hombres, uno bastante joven y el otro bra de los árboles. En la época la dictadura, algunos presos políticos
de más edad. Los policías los siguen. sufrieron aquí las peores sesiones de tortura. El propio Olivera habría
Al llegar a la calle Hilario de la Quintana, el Chevrolet disminuye dirigido muchas de ellas.
la velocidad y se detiene a la altura del número 1547. El pasajero de
más edad baja del coche y se dirige hacia un garaje. Es un quincuage-
nario de piel mate, que lleva un portafolio negro. Ninguna duda: se
trata de Olivera. Y el conductor es probablemente uno de sus hijos,
Mariano.
Los policías se precipitan sobre el abogado, que intenta escaparse.
Pero la policía termina por reducirlo, junto con su hijo. En el gara-
je, los .policías descubren un coche Volkswagen de tipo pick-up es-
tadounidense (modelo Saveiro ), que pertenece a otro de sus hijos,
Sebastián.\ Y lo que es más interesante todavía, el portafolio negro
de Olivera contiene el típico y perfecto desorden de un fugitivo con
múltiples identidades. El informe de la policía, que hemos consultado,
despliega el siguiente inventario:
- seis tarjetas bancarias a nombre de Olivera. Documentos de
identidad, civiles y militares, una licencia de conducir, una credencial
oficial de abogado, también a su nombre;
- un documento de identidad, una tarjeta bancaria y una creden-
cial de seguro médico a nombre de un cierto Eidinger Wonibald. El
documento de identidad lleva la foto de Olivera;
- dos licencias de conducir a nombre de Alfredo Osvaldo Ancha-
de, también con una foto de Olivera;
- un documento de identidad a nombre del «coronel Martín»
(con foto de Olivera);
- recargas y seis tarjetas SIM para teléfono celular. Un teléfono
de marca Samsung;
- 4.200 pesos (alrededor de 840 euros) en billetes de cien.
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LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 319

Yves tenía veintidós años, Cristina veinte. Como Marie-Anne, mili-


taban en la izquierda. Pensé en ella y en usted, Franroise, cuando des-
cubrí sus destinos. Un día terminará por saber la verdad, estoy seguro.
Este libro, que usted espera y teme al mismo tiempo, será solo una etapa,
una más, hacia la verdad.
A priori, debería publicarse en Francia en febrero de 2011. Será
bastante voluminoso, tendrá cuatrocientas cincuenta páginas ymuchas
fotos. Algunas son totalmente desconocidas para usted. Me las han dado
los tres hombres que ocuparon los lugares más importantes en la vida
de su hija.
Parma, Italia, 27 de julio de 2010 Como ya le dije, Daniel Rabanal, su novio montonero, me mandó
la famosa toma en blanco y negro donde él aparece con un bebé en bra-
Querida Fran<;:oise, zos (la hija de Ana de Skalon). Marie-Anne está recostada en segundo
plano.
No había previsto escribirle antes de mi vuelta de vacaciones a me- Miguel Reynal, por su lado, el ex dueño de Austral, me dio también
diados de agosto, pero los hechos de las últimas horas me obligan a una hermosa foto de él (sin Marie-Anne) de los años setenta. La sacó
hacerlo. durante un viaje al Perú; está sentado en una roca, en jeans y botas de
Je,:m-Pierre Lhande, siempre activo en la Asociación de Padres y cuero, recortado sobre un horizonte de alturas andinas.
Amigos de franceses desaparecidos, me llamó por teléfono esta tarde Por último, Eudes me mandó una fotito de 1975. A decir verdad,
para darme la noticia de Yves Domergue: cerca de treinta y cuatro años no me había imaginado así a nuestro querido veterinario del Chaco:
después de su desaparición, se ha encontrado su cuerpo gracias a los barbudo, bronceado, juna verdadera pinta de estrella de rock!
peritajes de ADN. Descansaba desde 1976 en un cementerio de la pe- Cada uno a su modo, desempeñaron su papel en esta obra. Me ayu-
queña ciudad de Melíncué (provincia de Santa Fe) al lado del cuerpo daron mucho sin exigir nada a cambio, ni siquiera silencio o discreción
de su compañera, Cristina Cialceta Marull, alías «La Mejicana». La sobre tal o cual aspecto de su relación con Marie-Anne.
familia Domergue publicará la información en las próximas siguientes. Otras personas se mostraron mucho menos cooperativas ... El úl-
Esta historia es asombrosa .. . timo, cronológicamente hablando, es un magistrado francés, Philippe
El 26 de septiembre de 1976, un campesino descubre dos cadáveres Labrégere, que ocupaba un cargo en la embajada de Francia en Roma
desconocidos que yacen en un foso en los alrededores de Melincué. Las en el momento del litigio Olivera, en septiembre de 2000. Estaba a cargo
víctimas son jóvenes, presentan huellas de heridas de bala y estigmas en ese momento del vínculo entre Francia y las autoridades italianas
de torturas. en las cuestiones de justicia. Por consiguiente, había gestionado el caso
Transportadas al cementerio, son enterradas como N. N. En los Olivera. Por el lado francés, era de algún modo el hombre clave de ese
años que siguen, los habitantes cubren regularmente sus tumbas con expediente.
flores pero no llegan a establecer su identidad. Pero en 2003, alumnos En cuanto supe su teléfono y mail, le envié un primer mensaje a su
del colegio secundario local se proponen reconstruir el recorrido de casilla profesional. Sin precisar el tema, indiqué que lo buscaba con cier-
la pareja. Sus esfuerzos, conjugados con el empeño de un abogado ta urgencia para la revista L'Express. Me respondió muy rápidamente
y de sus familias, lograrán la identificación de los restos, siete años diciéndome que se iba de viaje pero que podía volver a escribirle quince
después. días más tarde. Me daba su mail personal por si hubiera una urgencia.
-
320 1 PHILIPPE BROUSSARD

Le contesté enseguida indicándole el doble objetivo de mi gestión: un


libro y un artículo sobre Marie-Anne. A partir de ahí, no tuve la me-
nor noticia de él. No responde más a mis mails, personal o profesional.
Como si el tema lo hubiera espantado de golpe.
Su reacción contrasta con la de los magistrados italianos responsa-
bles del fallo. Ellos, por lo menos, tuvieron la valentía de manifestarse,
al igual que el abogado Augusto Sinagra, a pesar de que yo no comparta
sus ideas.
Diez años después de los hechos, el silencio de Philippe Labrégere
delata la parte de responsabilidad francesa en la liberación de Olivera.
Es evidente que tanto la embajada como el Ministerio de Justicia come-
tieron una falta. En el mejor de los casos, por indiferencia, por compli-
cidad en el peor. ¿Cómo pudieron dejar que la Corte de Apelaciones de
Roma dictara un fallo tan inicuo, sobre la base de un falso certificado
En la cárcel de San Juan, las condiciones de detención de Jorge Olive-
de defunción? Consultando los archivos de la prensa, uno se da cuenta,
ra son relativamente flexibles. Ocupa una celda individual, separada
además, de que las autoridades francesas no protestaron demasiado,
de los presos comunes, dispone de un espacio con ducha y toilette y
ni ejercieron su derecho a estar alertas respecto de las secuelas del caso.
puede salir de vez en cuando a caminar un poco o para practicar algún
¿Por qué?
deporte en un patio cercado de rejas. La prensa local dice incluso que
Sitr¡plemente porque sabían que se equivocaban, de un modo u otro.
a su llegada, al principio de noviembre de 2008, lo autorizaron a hacer
La dejaré, querida Fram;oise, con esta cólera -una más- que me
una llamada telefónica en las oficinas de la dirección.
provoca la actitud muy poco gloriosa de nuestra administración.
Cuatro días después de su encarcelamiento, el juez de instrucción
Hasta pronto.
lo convoca por primera vez. Para evitar todo incidente con las asocia-
Con mi amistoso recuerdo,
ciones de víctimas, se lo transfiere al tribunal a la madrugada, mucho
Philippe antes de la hora de la audiencia. Lo trasladan en un furgón celular
con escolta armada. Lleva un chaleco antibalas. No deja de ser una
precaución útil, ya que a la salida de las oficinas judiciales lo esperan
N. B.: Volviendo a leer mis mails de los últimos meses, caí sobre manifestantes amontonados en la entrada. Algunos enarbolan carte-
uno entre otros enviados por Henry Floquet, el hijo del vicecónsul de les donde se lee: «Exigimos juicio y castigo para los responsables del
Francia en Buenos Aires. Marie-Anne había salido con él a principios genocidio de San Juan».
de los años setenta, en la Argentina. También llegó a verlo en Francia, Como estos, el juez está convencido de que el ex teniente desem-
peñó realmente una doble función dentro del regimiento de esa ciu-
en diciembre de 1972. Terminaba su mensaje con esta frase que le gus-
dad, el RMI 22, y que sus víctimas se cuentan por decenas. 1 ¿Prueba
tará, estoy seguro: «Philippe -más allá de lo que usted escriba sobre
Marie-Anne-, sepa que era una chica espléndida, alegre en medio de eso, sin embargo, su protagonismo en el secuestro de Marie-Anne
su familia numerosa, generosa con los otros, tierna y graciosa». Erize?

l. En San Juan, cuarenta y dos juicios se han abierto contra Olivera (afirmación de
su abogado argentino en febrero de 2010).
o;¡¡¡¡¡¡¡¡

322 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 323

El único testimonio de que dispone el magistrado es indirecto. gencia, pero únicamente con objetivos militares, para un eventual
Proviene del ex militante peronista Eloy Camus. 1 conflicto con Chile. Diversas misiones de reconocimiento lo habrían
Camus, que tenía 17 años en 1976, se acuerda de charlas con un llevado a la cordillera, con el fin de encontrar puntos de pasaje para las
amigo montonero, Jorge Bonil, que hacía entonces la conscripción tropas argentinas. «También estaba a cargo de los mensajes cifrados
en el RMI 22. El soldado Bonil trataba de informar a sus compañeros que llegaran a la unidad», agrega.
de los hechos y gestos de los militares. Fue así como en diciembre de Según él, la existencia de una jerarquía paralela es una pura fan-
1976, había transmitido a Camus un informe crucial: afirmaba haber tasía. Y además, de todos modos, el RMI 22 no era competente para
asistido unas semanas antes a una pelea entre Olivera y uno de sus lucha contra la subversión, sino solamente la policía y servidos
compañeros de armas, el teniente Cardozo, cuando se hallaban en la especializados (D2) del Destacamento de Inteligencia, venidos de
cárcel clandestina bautizada La Marquesita, en San Juan. Los dos se Mendoza. Solo ellos llevaban a cabo operaciones contra lo que él lla-
peleaban por tener el «privilegio» de violar a Marie-Anne. Unos días ma la «guerrilla urbana».
después, ambos se habían jactado, ante los otros militares, de haber Cuando el magistrado exige precisiones, nombres, grados, sobre
violado a «la francesa», como la llamaban. esa «gente venida de Mendoza», él contesta que no tenía acceso, da-
Por desgracia, la justicia nunca podrá escuchar al soldado Bonil. das sus funciones, a informaciones de ese tipo. En un acta del 24 de
Desapareció a su vez en febrero de 1977, a caer quizás en una embos- noviembre de 2008, el ex militar llega hasta a precisar que los sub-
cada tendida por el grupo del propio Olivera. 2 El juez deberá, pues, oficiales y «oficiales subalternos» del RMI 22 tenían «estrictamentre
limitarse al testimonio indirecto, y por ende frágil, de Eloy Camus. 3 prohibido tomar contacto con ningún subversivo». Según sus declara-
Jorge Olivera sabe que ahí reside el punto débil de sus adversarios. ciones, solo las altas jerarquías tenían vínculos con los «especialistas»
Recurriendo a sus reflejos de abogado, aprovecha su encarcelamiento de Mendoza. La base debía proceder a veces a controles en las rutas
para estudiar a fondo el asunto y preparar una estrategia. Hay que es- o a requisas, pero en ningún caso estaban autorizados a interrogar a
tudiar y analizar en detalle cada testimonio, destacar las contradiccio- los sospechosos. Algunos meses después, el 5 de junio de 2009, indica
nes de fechas, lugares y hechos. El ex militar presiente cuán decisivas que no participó nunca en interrogatorios o audiciones de detenidos,
serán sus declaraciones ante el juez y sus colaboradores. Tendrá que ya sea en la cárcel o en el regimiento. En esta oportunidad, reacciona
luchar detalle por detalle. con mucha violencia a las declaraciones de dos testigos.
De un interrogatorio a otro, Jorge Olivera rechaza en bloque todas El primero es Tristán Valenzuela, el conscripto que lo designa
las acusaciones. «Nunca conocí a la Señora Marie-Annne Erize. [... ] como organizador de la requisa y allanamiento de la calle Sabatini.
Manifiesto que nunca conocí al señor Russo», repite en presencia del Según Olivera, «indujeron a mentir» a Valenzuela para implicar a
magistrado. Admite, por cierto, haber efectuado trabajos de inteli- oficiales y suboficiales del RMI 22.
El otro testigo cuestionado es Eloy Camus. Olivera lo acusa de
1. Véase la carta a Frarn;:oise Erize del 8 de febrero de 2010. mentir respecto de la violación de «la francesa»: «Esta conversación
2. Varios testigos nos confirmaron que el soldado Bonil era un militante peronista que mantiene Bonil con el señor Camus -declara- no fue presen-
muy apreciado, que recababa informaciones inapreciables en el RMI 22. Militares
próximos a Olivera le habrían tendido una emboscada haciéndole creer que habían
ciada por nadie». Se lo acusa solamente a partir de «comentarios» de
descubierto su doble juego pero que podrían facilitarle una partida hacia Bolivia. terceros. Firma en esos términos las actas de la declaración.
Creyó en sus promesas. Nunca se encontró su cuerpo. Olivera manifiesta asimismo sus dudas sobre ese punto: «¿Cómo
3. Eloy Camus nos confirmó ese testimonio dos veces, en 2000 y en 2010. Hizo el un joven de tan solo 16 años [Camus tenía en realidad 17 años] pudo
mismo relato a la justicia de su país poco tiempo después del retorno de la demo- tener en esa época tanta relación con estos personajes de la guerilla
cracia (actas de la declaración indagatoria del 16 de octubre de 1985), y después en
París ante la brigada criminal (actas del 3 de marzo de 2003).
montonera y cómo pudo granjearse la confianza de los mismos para
-
324 \ PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 325

ser receptor de tanta información importante?». En resumen, todo teniente» como Olivera no tenía acceso a conocer las operaciones de
eso no son más que fabulaciones y maniobras fabricadas desde la «Se- aquellos.
cretaría de Derechos Humanos con el señor Duhalde a la cabeza, por En plena conversación, San Emeterio, súbitamente, dejó de hablar.
abogados con marcada ideología marxista». «Definitivamente, debo Se ausentó algunos minutos, antes de retomar, visiblemente contrariado:
considerarme un preso político del Régimen ... », concluye. De creerlo, -Tenemos que hablar en voz más baja. Aquí los dientes son todos
la Argentina actual estaría en manos de los guerrilleros culpables de militares. No les gusta que abordemos ese tema. ¡Me van a tornar por
haber «asolado al país en la década del setenta». un delator!
Su abogado, Eduardo San Emeterio, mantiene un discurso si- La conversación se reanudó más despacio, grabada siempre en
milar, pero se muestra más mesurado, actuando con la prudencia los dos aparatos:
verbal de los hombres que calculan el peso de sus palabras y sobre -¿ Qué responde usted a las acusaciones del jefe de Gendarmería,
todo desconfían de los medios. Profesional experimentado y especia- Ernest Jensen, según el cual Jorge Olivera «llevaba la batuta de todo»?
lizado en la defensa de supuestos torturadores, afirma que asesora a - Dice eso para salir del paso, para protegerse él. ¡Pero es un men-
«unos cuarenta» dentro del país. Según sus detractores, esa clientela tiroso!
escogida no debe nada al azar, ¡hasta lo acusan de haber pertenecido -¿La ex mujer de Olivera trabajó para los servicios de inteligencia
él mismo a un grupo clandestino de intervención, cosa que él niega dentro de la Universidad de San Juan?
con vigor! -Es falso.
Eduardo San Emeterio tiene unos sesenta años, es afable y se -¿Por qué su cliente necesita, si es inocente, un certificado de
muestra disponible. Lo entrevistarnos un jueves de febrero de 2010, defunción fraguado en el momento de su arresto en Italia, en 2000?
en el bar q_el Círculo Militar de Buenos Aires, un edificio prestigioso -No puedo responderle porque en ese momento tenía otro abo-
reservado a los dignatarios del Ejército Argentino. Allí está como en gado. No sé en absoluto cómo se hizo eso.
su casa, mozos y clientes lo saludan corno un habitué. - ¿Y por qué andaba con documentos falsos cuando fue detenido
En cuanto se instala, en el fondo de la sala, pone en marcha un pe- en la Argentina en noviembre de 2008?
queño grabador para registrar la conversación. Nuestro propio graba- -No los utilizó ... Y además, puedo asegurarle que no se escondía.
dor también daba vueltas. Más valen dos precauciones que una sola ... La prueba es que lo vieron en las exequias de un amigo oficial. Usted
El abogado destacaba en forma aproximada los mismos argumen- sabe, lo único que yo pido es que se juzgue a los militares como a todos
tos que su cliente Jorge Olivera: los otros ciudadanos. Si alguien cometió delitos ¡que los pague! No de-
- este no había pertenecido nunca a una estructura paralela; fenderé nunca a violadores o traficantes de droga. Y si yo supiera que un
- era demasiado joven y su grado en la jerarquía era demasiado cliente militar tocó aunque sea un solo pelo de alguien, no lo defendería.
bajo como para tener mando sobre los jefes de compañía de un regi- -En el caso Erize, hay testigos ...
miento de oficiales del RMI 22; -Uno solo, ¡y para colmo indirecto! En esta historia, ¡los seu-
- no «tiene nada que ver» con la historia de Marie-Anne Erize ni dotestigos están pagados por el Estado! Pregúntese más bien cuánto
con la muerte de Daniel Russo, el joven asesinado a balazos cerca de cobraron para acusarlo de haberla violado.
la bicicletería; -¿Qué piensa usted del juicio iniciado en Francia en 1999?
- la lucha contra la subversión en San Juan era de la competencia -La justicia francesa es jurídicamente incompetente en este asun -
de los servicios de inteligencia venidos de Mendoza. Como Marie- to porque Marie-Anne Erize es argentina. 1
Anne Erize había vivido en esa ciudad con su compañero montonero
l. Este argumento es insostenible, puesto que Marie-Anne Erize, nacida en la Ar-
Daniel Rabanal, su caso era tratado por «especialistas». Un «modesto gentina de padres franceses, gozaba de la doble nacionalidad.
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326 1 PHILIPPE BROUSSARD


LA DESAPARECIDA DE SAN TUAN 1 327

-Por una última vez, ¿podría usted decirnos si su diente ha par- En el segundo grupo figuran hombres que deben obedecer a las
ticipado en operaciones contra la «subversión»? órdenes de Olivera:
-Para combatir a los subversivos hay que saber cómo están orga- - el teniente Daniel Vic. Podría ser el famoso «Pichi», el descono-
nizados, y eso exige una formación. Pero mi diente no tenía ninguna. cido vestido con un equipo de gimnasia blanco que buscaba a Marie-
Durante el juicio, presentaré un testigo que probará que Jorge Olivera Anne por la ciudad;
no podía desempeñar ese rol. Voy a desmantelar todas las declaracio- - el sargento Osvaldo Benito Martel, que tocaba el tambor en la
nes de los testigos adversos. orquesta del regimiento; •
-¿Había estado en contacto, de uno u otro modo, con Marie- - el teniente Eduardo Daniel Cardozo. Promovido a coronel en
Anne Erize? ¿La conocía? 2000, es hijo de un conocido policía de alta jerarquía asesinado por
-No. Montoneros (Cesáreo Cardozo). Profundamente marcado por ese
Todo eso era falso, por supuesto, quizá de buena fe, pero falso. A mi- asesinato, habría actuado por venganza. Es el mismo con quien Oli-
les de kilómetros del Círculo Militar, su colega italiano Augusto Sinagra vera habría tenido una rencilla respecto de la violación de Marie-
había admitido que Olivera era efectivamente responsable del arresto de Anne. Su responsabilidad queda por definir pero su nombre aparece a
la joven francesa ... Sus palabras me volvían a la memoria: Olivera había menudo en varios testimonios. El juez Leopoldo Rago Gallo sospecha
«recibido la orden de detenerla en razón de sus actividades subversivas. que vino especialmente de Mendoza a San Juan para cazar a la joven
Con ayuda de otros hombres, la había interpelado y entregado a sus francesa. Esos sospechosos presentan un punto en común con Jorge
superiores. Decía ignorar lo que había ocurrido después». Olivera: tienen el mismo defensor, el abogado San Erneterio, el hom-
La _conversación con el abogado San Emeterio terminó, así, con bre del Círculo Militar.
un «No» que olía a mentira. El abogado nos dio cita para el juicio que
tendría lugar «quizás en 2011», en los tribunales de San Juan.
Ese día Jorge Olivera no comparecerá solo. Otros sospechosos po-
drán sentarse con él en el banquillo de los acusados. Las investigacio-
nes han permitido hacer las listas de estos. Se dividen en dos grupos.
Figuran en el primero los que pertenecen a la alta jerarquía militar
y policial de la época:
- el general Luciano Benjamín Menéndez (81 años), responsable
del 3° cuerpo del ejército desde 1975 hasta 1979. Basado en Córdoba,
dominaba una inmensa zona militar, que comprendía sobre todo San
Juan y su regimiento. Menéndez ya fue condenado a varias decenas
de años de cárcel en el marco de otros juicios;
- Juan Carlos Coronel, jefe de la Policía regional de San Juan;
- el comisario Horado Julio Nieto, jefe de la Policía Federal en San
Juan. Era uno de los responsables de la operación del 16 de octubre de
1976 que había tenido corno desenlace la muerte del amigo de Marie-
Anne, Daniel Russo, cerca de la bicidetería. El mismo día, Nieto había
redactado las actas de la intervención donde se mencionaba el nombre
de la joven francesa.
LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 329

Su discurso es estúpido -como abogado, Olivera sabe muy


que el magistrado parisino no tenía ninguna obligación de presentarse
ante la justicia italiana-; sus palabras solo traducen su odio contra
Francia y sus jueces.
Han pasado dos años desde que fue detenido cerca de Buenos Aires.
Nadie habla ya de él. Hasta los medios de San Juan han dejado de pres-
tarle atención, mientras espera el desenlace del juicio. No se ha fijado
todavía la fecha, pero según lo que me dijo el juez Rago Gallo,
tener lugar a principios de 2011, esperemos .. . 1
A la espera del resultado, el «modesto teniente» se beneficia, al parecer,
París, 23 de agosto de 201 O de un estatuto especial dentro de la cárcel. Dispondría de una computa-
dora, tal vez hasta de una conexión Internet (teóricamente prohibida) y
Querida Franroise, asesoraría jurídicamente a algunos ca-detenidos. Parece que su celda está
equipada de tal modo que puede cocinar y hasta salir de vez en cuando
La investigación toca a su fin. Ha durado casi dos años, diez si re- para hacer deporte en el patio interno. Recibe algunas visitas, especial-
trocedemos hasta nuestro encuentro de 2000. mente la de uno de sus tres hijos, el famoso Javier del que ya le hablé.
Recién ahora se lo puedo decir: varias veces traté de entrar en con- En 2000, fue Javier quien había orquestado la estrategia de defensa
tacto con Jorge Olivera y su entorno familiar. de su padre. Sus contactos en Italia lo habían orientado hacia dos abo-
Mis primeras gestiones datan de fines de 2009. Dos meses antes de gados de extrema derecha. Después, su situación personal cambió. ¡Se
viajar a la Argentina, Había escrito a su abogado, San Emeterio, un hizo ordenar sacerdote!
mail de unos treinta renglones en que le detallaba mi proyecto. Olivera Ambos sabemos la importancia que tuvieron los hombres de Iglesia
lo supo y también su hijo Javier. Creí durante algunas semanas que me en la evolución de Marie-Anne, ya se trate de Jean Loison, guía de los
recibiría en el Instituo Penal de Chimbas, la cárcel de San Juan. Pero scouts, o del padre Mugica, el mártir de la Villa 31. Pero el «padre»
terminé recibiendo una respuesta negativa. Aunque San Emeterio no Javier Olivera no tiene nada que ver con esos hombres ... Dudo de que
me haya dado muchas esperanzas, intentaré de nuevo en las próximas tenga la libertad de espíritu del primero o la fibra social del segundo.
semanas. Su fe es la de un integrista rígido e intransigente.
Su negativa no me sorprende. A Jorge Olivera no le gustan los me- Miembro del Instituto del Verbo Encarnado, una congregación de
dios. Sobre todo los franceses. Su rencor contra nuestro país está lejos de origen argentino con redes en todo el mundo (Brasil, Italia, Ucrania,
haberse acallado. Para él, Francia es la fuente de todos sus problemas, Albania ... ), vive en la provincia de Córdoba. No tuve que buscar mucho
empezando por el juez Roger Le Loire. En 2000, era él quien había en Internet para descubrir que es un erudito, autor de un estudio de más
ordenado el pedido de captura internacional en su contra. Nueve años de 400 páginas sobre la metafísica en Santo Tomás de Aquino.
después, cuando Olivera es interrogado por un magistrado local, to- Cuando mi amigo Joel lo llamó por teléfono para pedirle una cita,
davía no había digerido ese episodio y declara en las actas: «Hoy me respondió cortésmemte pero con firmeza: «No hablaré. Y no vale la
explico cuál fue la razón por la cual el juez Roger Le Loire, de París, no pena molestar a mi madre ... Mis padres se divorciaron, ella tampoco
se presentó a la audiencia a la que estaba citado por parte del Tribunal le hablará ... »
Penal de Roma, el día que se celebró la audiencia especial. [... ] Como
no existe ninguna prueba en mi contra, habría sido ridículo». 1. El juicio se inició en realidad el 7 de noviembre de 2011, en San Juan. [N. de la T.]
330 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN j 331

Sin embargo, sigue luchando a favor de su padre. Poc_o tiempo des- Era Cristo quien sufría por los suyos, por la injusticia, por
pués de ser ordenado como sacerdote a fines de 2008 ¡pudo celebrar... los pecados de nuestra patria; era Cristo el que una vez más
una misa en la cárcel de San Juan! En agosto de 2009, difundió también pasaba la noche del Jueves Santo injustamente encadenado y
en los medios nacionales un relato de sus visitas a tres establecimientos sometido a un juicio que da risa, por no decir llanto. Era Cristo
penitenciarios (San Luis, Mendoza, San Juan) para encontrar a dete- que ahora padecía una vez más el odio satánico de quienes
nidos que él califica como «prisioneros de guerra». Alabando la «inte- todavía tienen un corazón de piedra.
gridad cristiana» de esos hombres perseguidos por crímenes cometidos
en la época de la dictadura, escribe: El joven no menciona ningún nombre, pero sus acusaciones exal-
tadas apuntan, en forma confusa y mezclada, a los defensores de los
[ ... ] una cosa es pagar por algo injusto que uno sí ha derechos humanos, a los ex montoneros, a los padres de los desapareci-
hecho y otra cosa muy distinta es pagar injustamente por dos, a los políticos de izquierda, a los periodistas ... Sin olvidar al más
algo que no se ha hecho. El visitar a esos presos es una ex- importante, el juez de San Juan, Leopoldo Raga Gallo. Cuando habla
periencia inolvidable que implica, a la vez, un gran dolor y de «seguir peleando», es en ellos en quienes piensa.
un poco de gozo. Semejante discurso no ha de sorprenderla demasiado ... Cuando nos
Dolor, por la cruz que deben llevar, y gozo porque uno se encontramos por primera vez usted y yo hace diez años, usted me había
sabe que está cumpliendo con un mandato evangélico («Es- hablado de los desgarros de este país. ¡ Y bien! Ahí están, Frani;:oise, en
tuve en la cárcel, y vinisteis a mí», Mateo, 25, 36). esas palabras, en esas acusaciones medievales de «satanismo». Al leer
. Se trata de ayudarlos a cargar la cruz, la de ellos y la de esto, uno se da cuenta de hasta qué punto esa gente permanece presa de
sus familias, porque todos estamos presos con ellos. Es com- su oscurantismo, y dispuestos a entablar contra sus adversarios odiosos
partiendo esta bendita Cruz como se les hace· más liviana, es procesos de brujería.
compartiéndola y abrazándola como la Cruz nos puede llegar Es normal que un hijo defienda a su padre, pero este texto va más
a redimir. allá del amor paterno: transpira violencia y rechazo. No deja el menor
[... ] lugar para las víctimas -ni a Marie-Anne ni a ninguna otra-, pre-
Había que ver a nuestros presos, no solo a mi padre, a sentadas como la encarnación del Mal. Felizmente, la realidad de los
quien visito mensualmente en la vieja cárcel de San Juan, sino hechos barre con esos sermones de inquisidor: por más cosas que diga
a muchos otros, a los que no pueden asistir a la Santa Misa, su hijo, Jorge Olivera secuestró a Marie-Anne en San Juan, un viernes
a los que -normalmente- no pueden recibir el cuerpo de de octubre de 1976. Y será necesario que responda de ese hecho ante la
Cristo, a los que pocas veces reciben un consuelo o una con- justicia de los hombres.
fortación. Hasta pronto.
Porque hay que seguir peleando, hay que seguir comba- Un beso,
tiendo esta misma guerra que pelearon ellos.
[... ] Philippe
Tres cárceles fueron y tres espadas parecían clavarse en
cada requisa, en cada lista y espera. [... ] Tres cárceles y varios
prisioneros de guerra. Historias similares, combates, desilu-
siones, pero siempre, siempre, un solo protagonista; uno solo
aparecía tras las rejas: era Cristo en la cárcel.
---

LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 333

conocen la noticia, a principios del mes de octubre, es demasiado


tarde para oponerse. También es demasiado tarde para apelar el
fallo de la Corte de Apelaciones de Mendoza, que deja estupe-
facto: liberación de ocho hombres, cercanos a Olivera, acusados
de violación de derechos humanos en San Juan en la época de
dictadura.
Estas medidas de demencia, tomadas en contra de la posición del
juez de instrucción Leopoldo Rago Gallo, provocan una encendida
polémica. Algunos observadores las interpretan como la consecuen-
cia de conflictos internos en la magistratura. Otros adoptan una ac-
titud más drástica y denuncian el compromiso ideológico de varios
magistrados de Mendoza, a los que se acusa de «complicidad» con
los torturadores. Entre los detenidos figuran, en efecto, inculpados de
primer plano, que el juez Rago Gallo ordenó encarcelar en el marco
Jorge Olivera se come los codos en la cárcel de San Juan, el Instituto de sus investigaciones:
Penal de Chimbas. En ese mes de agosto de 201 O, espera una noticia - Daniel Vic, el ex teniente del RIM 22, probablemente el hom-
del juicio, que tendrá lugar, recién en el segundo semetre de 2011. bre vestido con el equipo de gimnasia blanco y miembro del servicio
Poca g~nte lo visita: está detenido a mil kilómetros de su familia, oficioso de inteligencia;
sus amigos y su abogado, Eduardo San Emeterio. Conocido por sus - Osvaldo Benito Martel, el que toca el tambor en la orquesta del
vinculaciones con el Ejército, este último se apresura por transferirlo regimiento;
cuanto antes a un establecimiento penitenciario de Buenos Aires. Ter- - Eduardo Daniel Cardozo, del cual se sospecha que vino espe-
minará logrando su objetivo: tres semanas después de su cumpleaños cialmente desde Mendoza para organizar el seguimiento de Marie-
(cumplió 61 años el 1Ode agosto de 2011 ), el preso que era la estrella Anne Erize.
de San Juan es trasladado con extrema discreción a la base militar de La lista menciona además a otras personas susceptibles de haber
Campo de Mayo, al nordeste de la capital. desempeñado un rol relevante en el secuestro de la joven francesa o
Olivera no podría haber soñado con mejor suerte. Lejos de pare- de tener en su posesión informaciones sobre él: Gustavo de Marchi,
cerse a una cárcel común, es un lugar adaptado especialmente a los Carlos Luis Malatto, Juan Francisco del Torchio ... Todos ellos podrán
oficiales, retirados o en actividad, que han tenido litigios con la justicia. preparar su defensa tranquilamente fuera de la cárcel. A menos que
Otros torturadores han estado presos allí, en el pasado. Retrocediendo aprovechen la oportunidad para sustraerse de la justicia ...
más aún en el tiempo, los argentinos recuerdan que un centro de de- Su liberación indigna a las víctimas. Una de ellas, Margarita Ca-
tención clandestino funcionó ahí en los años setenta y que los militares mus, magistrada en San Juan, teme «represalias» contra los testigos,
ultranacionalistas, los «carapintadas» camaradas del mismo Olivera, 1 los querellantes y las familias. Pero hay algo peor todavía: el abogado
desataron en esa base su primer levantamiento en abril de 1987. San Emeterio quiere que Olivera recobre a su vez la libertad, aún
Pasarán varias semanas antes de que la familia de Marie-Anne bajo control judicial, antes de comparecer ante una corte penal. De
se entere del traslado del acusado a Buenos Aires. Cuando por fin atenerse a sus declaraciones, su hijo estaría a punto de reunir la suma
de la indispensable fianza (un millón de pesos).
l. Véase el capítulo 21. Durante varias semanas en ese fin de año de 2010, una partida
334 j PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 335

de póquer mentiroso se juega a la sombra de la máquina judicial: dan crédito a sus demostraciones. Para él, es un hecho fehaciente que
el abogado afirma estar convencido de que Olivera recuperará su Olivera no era un torturador entre otros, sino El jefe.
libertad «dentro de algunas semanas». 1 Sus adversarios, en cam- «En total, Jorge Olivera -precisa el magistrado- 1 está implicado
bio, insisten para que su detención se prolongue por lo menos un en unos cincuenta juicios. Aunque niega absolutamente todo, él co-
año más. No abrigan la menor duda en cuanto a su intención de mandaba ese grupo, es una certeza. Notemos, sin embargo, que insiste
escapar antes del juicio. La documentación falsa incautada en el mucho en no haber violado a Marie-Anne. Por otro lado, no se lo acusa
momento de su arresto en 2008 ¿no delataba ya entonces un pro- de violación porque no tenemos ninguna prueba sobre ese punto. Usted
yecto de fuga? sabe, todo esto se remonta a 1976. Los culpables han tenido tiempo de
Desde España, adonde le es muy difícil seguir esa serie de sorpre- sobra para destruir las pruebas. Este tipo de procesos son difíciles por-
sivos cambios, Marie-Noelle Erize está muy afectada. Para colmo, se que no existen documentos ni rastros escritos. En cuanto a los testigos,
entera de ello el 15 de octubre, día del aniversario de la desaparición tanta gente está traumatizada que no quieren hablar... En el expediente
de su hermana. Esta enésima prueba reabre las heridas de los últimos Erize, el carácter indirecto de los testimonios nos complica la tarea. Pero
treinta y cuatro años y despierta las reiteradas preguntas: ¿hay que tratamos de mostrar que Olivera encabezaba el dispositivo. Por eso lo
expresarse en público?, ¿alertar a los medios?, ¿pedir una intervención inculpamos también por la requisa y allanamiento de la vivienda en la
al juez o a la embajada? En el momento en que termino la redacción calle Sabatini y por la muerte de Daniel Russo. Espero llegar al final y
de este libro, Olivera sigue detenido en Campo de Mayo. ¿Pero por obtener la pena máxima contra los acusados, o sea, la prisión perpetua.»
cuánto tiempo? Las pruebas acumuladas contra él en el conjunto de Desde que sigue el proceso, el juez sabe que dispone ahora de
los juicios son, no obstante, abrumadoras. Suman un abultado expe- una ventaja enorme: Olivera no goza ya de los mismos apoyos que
diente cuidadosamente vigilado en las oficinas de la justicia federal, tenía en 2000. En diez años el país ha cambiado, y también el Ejército.
en el corazón de San Juan. Los militares -una minoría, aunque influyente- que sentían cierta
Esas oficinas, adonde fuimos en febrero de 2010, están situadas solidaridad con Jorge Olivera, han tomado ahora sus distancias, ya
en un edificio de apariencia totalmente anodina detrás de la catedral sea por convicción o por prudencia. El «modesto teniente» del RIM
donde Marie-Anne daba antaño sus citas secretas. Visto desde afue- 22 nunca estuvo tan aislado como ahora. Se han incautado sus bienes
ra, ese pequeño inmueble podría también servir de administración por un valor de 3,7 millones de euros. Su ex mujer, tan vindicativa en
territorial o de oficina de impuestos. Adentro, el visitante descubre 2000, permanece en silencio. Fuera de sus hijos y de su abogado, los
hileras de pasillos y despachos. El del juez Leopoldo Rago Gallo, frente apoyos manifiestos se han vuelto escasos.
a la escalera, se ha transformado en el epicentro del caso Erize. Todo En San Juan, algunas víctimas siguen acusándolo de haber esta-
lo relacionado de lejos o cerca con esa investigación pasa por aquí. do a la cabeza de un servicio paralelo encargado de las tareas sucias.
El expediente, compuesto por varios tomos, consta de centenares de Algunas de ellas conservan el anonimato, sin atreverse a salir a la luz.
cartas, audiencias y documentos de toda clase. «Esta historia me ha marcado hasta tal punto que nunca podré hablar
El juez es un hombre de cincuenta años, de cabellos blancos, baja delante de un juez - nos confía un hombre de alrededor de cincuenta
estatura y bastante gordo. Debía tener unos veinte años en la época de años-, pero puedo asegurarle que es él quien me detuvo en 1976,
la dictadura, esa «época aberrante», como dice ahora. Cuando habla llevándome a un centro clandestino.»
del asunto Erize, en ningún momento se altera o alza el tono de voz. Otros testigos se atreven a hablar a cara descubierta. Blas de la
Al contrario, enuncia los hechos con una frialdad y distancia que Fuente es uno de ellos.

l. En octubre de 2010, el abogado San Emeterio comunicó varias veces sus gestiones
a Joel Riveslange, corresponsal del autor en Buenos Aires. 3. Entrevista con el autor en San Juan, el 8 de febrero de 2010.
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En 1976 era camionero en una empresa pública, la Empresa Pro- -¿Meritello, el otro chofer, le parece que hablaría?
vincial de la Energía (EPE), cuando el Ejército lo había intimado para -No, murió. Pero estaba presente el día en que mataron al ami-
ser chofer del regimiento. Con su colega Meritello, se había encontra- go de Marie-Anne, Daniel Russo, cerca del negocio de bicicletas. De
do, pues, al servicio del grupo de Olivera. todos modos, Meritello admiraba a Olivera, lo consideraba como un
Han pasado cerca de treinta y cinco años. Blas de la Fuente, estatu- salvador de la patria. Como tenía una especie de complejo de
ra mediana, de aspecto rechoncho y jovial, es hoy un apacible jubilado rioridad, mi colega estaba como orgulloso de estar a las órdenes
que vive en la provincia de San Juan. Cuando aborda el período de un tipo como ese. Si estuviera vivo, merecería estar en la cárcel junto
la dictadura, sus palabras no revelan ni odio ni miedo, solamente con Olivera.
voluntad de relatar lo que vivió. -¿Nadie le oponía resistencia?
Lo encontramos tres veces a lo largo de estos diez últimos años. En -Sepa usted que había dos danes adentro del grupo. Por un lado,
San Juan en 2000, en París en 2003 y de nuevo en San Juan, en 2010. los que pensaban que Olivera era un héroe, por ejemplo los llamados
Esa tarde en el restaurante de un hotel en el centro de la ciudad, Martel, Vic, De Marchio o Cardozo. Por otro lado estaban los que lo
habla durante más de una hora. Un nombre reaparece sin cesar en la seguían pero con reticencia, Olivera les repugnaba pero lo ayudaban
conversación: Olivera. igual.
-¿Cómo lo conoció? -¿Cómo sabe usted lo que hizo?
-En el RMI 22. Era el jefe del grupo de intervención. -Por mi colega Meritello o amigos soldados, que me hablaban
-¿En qué consistía su trabajo? sobre todo de Olivera y de Cardozo. Otros civiles no se atrevían a
-Co:q mi colega Meritello, dependíamos de la división motori- hacer preguntas. A propósito de Cardozo, no entiendo por qué no
zada, dirigida en una época por Cardozo. Teníamos que transportar está encausado.
alimentos desde el regimiento hasta la cárcel, o participar en opera- -¿Usted recibió amenazas alguna vez?
ciones que necesitaban camiones. A veces, Olivera y sus hombres me -No,nunca.
pedían prestado el mío y me decían que no podía ir. -¿Por qué habla?
-¿Cuáles eran sus funciones? -Por mis hijos. No quiero que cosas semejantes se produzcan
- Hoy se hace el mártir pero yo sé lo que hizo. En materia de de nuevo.
informaciones, su servicio funcionaba como la Gestapo respecto -¿Recuerda usted a Marie-Anne Erize?
del ejército alemán, con un gran margen de maniobra para decidir a -No, no puedo dar testimonio directo de lo que le sucedió. Pero
quién detener y torturar. Disponía de un poder de vida y muerte sobre recuerdo que me encontré después de octubre de 1976, con un simple
las personas interpeladas. Todo pasaba por él, lo cual le producía un soldado que yo conocía, de apellido Arredondo. Me había interpelado
evidente orgullo. Adonde iba, todo el mundo acataba sus órdenes. un día diciéndome: «¿Conocés la última de Olivera?» Me contó que
Lo vi más a menudo vestido de civil que con uniforme militar. Todo el teniente había secuestrado y violado a la joven. Al parecer, había
eso para decirle que es imposible que hayan detenido y secuestrado estado detenida por un tiempo antes de desaparecer. Una vez más,
a Marie-Anne sin su aval. Olivera no puede pretender, tampoco, que estoy seguro de que hay gente que sabía mucho más que yo, y que
no sabe nada sobre los secuestros y torturas. Créame, es una mentira. hasta saben dónde se halla el cuerpo.
Conozco a ex soldados que podrían dar testimonio en esta misma -¿Había un centro clandestino en San Juan?
dirección, especialmente un suboficial que participó en la represión, -Sí. La Marquesita. Una especie de club deportivo del ejército,
el problema es que tienen miedo de hablar. Olivera torturaba él mismo situado en las afueras de la ciudad. Pero yo no tenía acceso, no fui
en la cárcel de San Juan. nunca.
338 1 PHIL!PPE BROUSSARD

-¿ Y entonces cómo sabe que se trataba de un lugar de detención?


-La gente autorizada a entrar, lo cual no era el caso de todos los
militares, nos hablaban de torturas, citando sobre todo a Olivera y
Cardozo. Todos sabían que ahí pasaban unas cosas terribles.

Blas de la Fuente no es el único testigo que menciona La Mar-


quesita. Por lo menos otras dos personas, que encontramos también
en San Juan, afirman que fueron detenidas y torturadas allí. En su
testimonio del 22 de noviembre de 2007, el ex jefe regional de la Gen-
darmería, Ernesto Jensen, la señala también como un probable lugar París, 20 de diciembre de 201 O
de torturas. El propio abogado de Olivera respondió a nuestras pre-
guntas sobre este punto con una prudencia que delataba a las claras Querida Marie-Anne,
su embarazo: «Los oficiales del rango de mi diente no tenían derecho
a ir a La Marquesita», nos dijo. Tú no me conoces pero yo sí, o por lo menos así lo creo...
El lugar sigue existiendo, en las afueras, al oeste de la ciudad. Hace dos años que trato de seguir tus huellas, en Francia, en la Ar-
Es un club de deportes, mitad camping y mitad solar de vacaciones, gentina y en todo lugar adonde te llevaron tus diferentes vidas. Hasta
gestionaqo por la Mutual de las Fuerzas Armadas. Para llegar hay que San Juan, delante de esa maldita bicicletería que hoy ya no existe.
subir por 1a avenida Libertador y después doblar a la derecha, donde Una carta así puede parecer estúpida. Escribir de este modo a una
está el cartel i<Complejo Deportivo Sargento Cabral, La Marquesita». desaparecida es como escribir en el vacío, a la nada, en un lugar incierto
El sendero de tierra, bordeado por enormes árboles y pasto salva- entre el pasado y el presente, en ese no man's land de la memoria adonde
je, conduce a una serie de construcciones. A la derecha, se ven hama- te abandonaron tus verdugos.
cas, un asador, sillas de jardín, algunos militares de vacaciones, muy Este modo que elegí para hablarte no tiene nada de religioso. Yo
desconfiados, que recelan de los visitantes desconocidos. no soy creyente. No tengo tu fe ni la de tu mamá. Hasta hace todavía
Bajo la dictadura, las instalaciones se habían dispuesto para ser dos años, al comienzo de mis investigaciones, la idea de redactar es-
lugares de tortura. Por más que los supliciados gritaran, aullaran o llo- tas líneas me habría parecido ridícula. En ese momento abordaba tu
raran con todas las lágrimas de sus cuerpos, nadie podía escucharlos. historia de un modo muy pragmático: buscaba los hechos y nada más
En los días de zonda, el viento caliente que viene de Chile, el lugar se que los hechos, en el marco de una búsqueda cartesiana de la «ver-
volvía siniestro. La Marquesita estaba aislada del mundo, librada a la dad». Como periodista pretencioso que soy, pensaba en términos de
locura de los hombres. «dossiers», «documentos», «archivos», esperaba dominar el curso de
las cosas reconstituyendo su morbosa cronología. Me equivocaba: el
núcleo del tema no era el misterio de tu desaparición sino al contrario,
el misterio de tu presencia.
Lo comprendí tomando contacto con todos los que te quisieron,
mujeres y hombres, ya sea amigos o amantes. Cada uno de ellos tiene
un poco de ti en él. Ni el tiempo ni el olvido lograron borrar sus re-
cuerdos y su afecto. Tú permaneciste, en ellos y por ellos. Han conser-
340 1 PHILIPPE BROUSSARD LA DESAPARECIDA DE SAN JUAN 1 341

vado lo mejor que tenías, lo que Olivera y los demás nunca pudieron Pero estoy convencido de una cosa: que en ningún momento dejaste de
robarte. Esta presencia es la que hace tu fuerza, Marie-Anne. La vida ser tú misma.
y no la muerte. Antes de dejarte, quisiera hacerte una última confidencia: semejan-
Con ayuda de tus amigos y de tu hermana Marie-Noelle, pues, te te búsqueda deja marcas. Uno no pasa dos años reconstruyendo una
busqué, mejor dicho, busqué a todas las que tú eras: la hija de Wanda, vida sin que esa vida termine por habitarlo a uno. Entonces, sí, esta
la «Pirú» de las villas, la «Lucía» de San Juan ... Este libro se fue cons- experiencia me ha afectado, mucho más allá del simple aspecto profesio-
truyendo así, poco a poco, siguiendo un juego en una pista cuyos indicios nal. Salgo marcado por todo esto, extenuado también, pero enriquecido
tú habías entregado otrora. Mi camino se detiene en el momento en que por todos estos encuentros y todas estas emociones. Enriquecido gracias
se detiene, por ahora, el recorrido de la justicia: ante las puertas de La a ti, Marie-Anne. Gracias.
Marquesita.
Ahora que todo eso terminó, yo quisiera que este libro sirviera para
despertar las memorias. Para que alguien, en San Juan o en otro lado,
tenga la valentía de decir dónde se halla tu cuerpo. Corren diferentes
rumores, por supuesto, sobre hipotéticas fosas comunes en el departa-
mento de Zonda, o cerca de un dique, pero nada es verificable, dado
que esas zonas son inmensas. Tu mamá, en todo caso, sigue teniendo
esperanzas. Ya dio su ADN en vistas a eventuales peritajes.
Hablemos de ella, justamente.
En otoño del año 2008, yo le había escrito a propósito de este libro:
«Espero que este proyecto no la moleste ni la contraríe». Esa preocupa-
ción nunca me abandonó.
A cada nueva información o testimonio, siempre me pregunté cuál
sería su reacción. Imaginé a veces su alegría o sus heridas, a veces su
pena, cuando lea este libro. Ella lleva a cuestas tu destino hace tantos
años que mis palabras no pueden estar a la altura de su lucha, y menos
todavía de su amor por ti. Aun cuando haya deseado no salir a la luz,
dejando a Marie-Noelle el cuidado de tomar la palabra en nombre de
la familia, yo sé hasta qué punto está atenta y es sensible a todo lo que
te concierne. Este drama escande su vida desde hace treinta y cuatro
años, le impone un ritmo donde alternan un día la esperanza y otro
día el dolor.
Cuando la conocí en 2000, ella me había contado su visita a San
Juan en 1976, cuando te negaste a escaparte de la Argentina. Con la
distancia, mucha gente que te era cercana ve en esa decisión una «di-
mensión sacrificial», como si hubieras decidido morir por tu «causa»,
tu exigencia de un «mundo mejor». ¿Era esa verdaderamente la única
razón? Hay allí un secreto que seguirá siendo tuyo, tu última libertad.
Quiero expresar mi agradecimiento a todas las personas que acepta-
ron orientarme, de un modo u otro, en la búsqueda de los rastros de
Marie-Anne.
En Francia: Sophie Thonon-Wesfreid, Anne-Marie Ortiz; Monique
Ortiz, Frarn;:oise Besse, Alex Maudet, Christine Grigny, Laurence Fa-
bre, Roger Sorbac y su padre, Éric Bancharel, Jean Loison, André Ba-
qué, Jean-Pierre Lhande, Marcelo Peschin, María Oliveira-Cézar, Louis
Joinet, Edwige Pasquet, Jean-Pierre Bousquet, Henry Floquet, Frédéric
Baleine du Laurens, Antoine Blanca, Paul Dijoud, Jean Mendelson.
En España: Michel Ortiz, Gustavo Kloster, Paco Rebés, Joan Ma-
nuel Serrat.
En la Argentina: Horado Méndez Carreras, Eudes Cokombet,
Miguel Reynal, Daniel Rabanal, Rodolfo Rabanal, Luis Pittau, Patrick
D'Espéries, Marie-Jo Cocagne, Margarita Camus, Eloy Camus, Ma-
ría Julia Camus, Blas de la Fuente, César Gioja, Jorge Moroy, Carlos
Melo, «Celeste», Alfredo Russo, Leopoldo Rago Gallo, Elvira Garcés,
Miguel Bonasso, Sofía Serbin de Skalon, Laura Radetich, Florencia,
Ricardo Luis Polo, Claude Mary, Nathalie Kantt, Manuel Lamarca,
Nicolás Berlingieri, Mario Berlingieri, Teté Coustarot, Irene Pérez,
Héctor Córica, Aldo Morán, Juan Mariano Asurabarrena, Simón Sa-
bre, Nora Bilbao, Claudia Lapacó.
No puedo dejar de agregar a esta lista varias personas cuya ayuda
discreta y silenciosa fue para mí inapreciable: Joel y Laura Riveslange
344 1 PHILIPPE BROUSSARD

en Buenos Aires; Jean-Marc Roberts y su SMS del 6 de junio de 2010;


Marie Eugene; Karine Vincent; Cécile, Robert y Maxime Broussard
(consejero especial).
Por último, agradezco especialmente a Marie-Noelle Erize por su
confianza y, a través de ella, la confianza de la «familia Trapp».

1. La desaparecida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Carta del 22 de noviembre de 2008
2. Dos metros bajo tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Carta del 30 noviembre de 2008
3. Un destino argentino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Carta del 15 de diciembre de 2008
4. Pampa.......................................... 33
Carta del 30 de diciembre de 2008
5. La niña salvaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Carta del 3 de marzo de 2009
6. La familia Trapp.................................. 57
Carta del 5 de abril de 2009
7. Inmaculada Concepción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Carta del 30 de abril de 2009
8. Primera princesa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Carta del 27 de mayo de 2009
9. De París a Nueva York ............................. 110
Carta del 23 de septiembre de 2009
-
10. Noche en vela .............................. _..... 124 25. La Marquesita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332
Carta del 1º de febrero de 201 O Carta del 20 de diciembre de 201 O
11. La masacre ...................................... 132 Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343
Carta del 1º de febrero de 201 O
12. Montonera ...................................... 146
Carta del 2 de febrero de 2010
13. «Dumbo» y «Delfín» ............................. 160
Carta del 3 de febrero de 201 O
14. La hija de Austral ................................ 174
Carta del 4 de febrero de 201 O
15. El chupadero .................................... 190
Carta del 5 de febrero de 201 O
16. «Luda» 200
Carta del 8 de febrero de 2010
17. El acoso ........................................ 215
Carta del 1O, de febrero de 201 O
18. Los Ford Fakon ................................. 233
Carta del 13 de mayo de 2010
19. El tiempo de las «locas» ........................... 242
Carta del 14febrero de 2010
20. El cementerio de San Juan. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253
Carta del 1Ode junio de 201 O
21. El teniente ...................................... 269
Carta del 18 junio de 2010
22. Operación Olivera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
Carta del 20 de junio de 201 O
23. El prófugo ...................................... 312
Carta del 27 de julio de 2010
24. «Preso político» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 321
Carta del 23 de agosto de 2010
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"La historia de Marie-Anne merece un
libro. Los que la secuestraron en 1976
tienen que saber quién era ella y medir de
ese modo el horror de su crimen. Si
comparecen algún día ante un tribunal,
harán de ella un retrato mentiroso, hasta
podrán acusarla de haber sido una
'terrorista', una asesina, una ponedora de
bombas. Todo eso es estúpido; Marie-Anne
no mató nunca a nadie, era incapaz de
violencia. Es preciso reconocer, _sin
embargo, que su recorrido es
desconcertante, digno de una película o
una novela."
Philippe Broussard

Foto de tapa: ©D.R.


Foto del autor:Jean-Paul Guilloteau L'Express

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