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¿Qué es la Biblia?

Parte 11: ¿Qué tenemos hasta aquí?, por Rob Bell


Veamos.

Algunas personas en un período de tiempo escribieron algunas cosas. Gran


parte de lo que escribieron fue tradición oral que ya había sido aprobada
por un tiempo, y luego eventualmente escrita. Lo que finalmente escribieron
cubre una multitud de géneros, desde poesía, narrativa, historia, evangelio
hasta apocalíptico, así como también una serie de cartas.

Las personas que escribieron estas cosas tenían planes, miradas,


perspectivas y puntos particulares que querían transmitir. Cuando lees a
los profetas menores, estás leyendo el nacimiento de lo que llamamos
justicia social (puedes dibujar una línea directa desde la indignación justa
en el libro de Amos hasta el movimiento Occupy de Wall Street). Lucas
escribe su relato sobre la vida de Jesús porque hay dimensiones de la vida
de Jesús que él quiere que sus lectores conozcan. La Torá fue montada en el
exilio, donde la historia de la liberación definitiva de Éxodo habría tenido
una particular resonancia inmediata. El apóstol Pablo vio a Timoteo como a
un hijo y quiso impartirle su particular sabiduría acerca de lo que
significaba seguir a Jesús en Asia Menor en el siglo primero.

Desde finales del siglo I a través de varios cientos de años, diversos


consejos y líderes de la iglesia decidieron que ciertos libros fueran lo que
ellos llamaron canónicos (que pertenecen a la Biblia) y otros no.
Ellos desarrollaron criterios y formas de evaluar cuales libros tenían ciertas
características y cuáles no. Hubo mucha discusión y debate acerca de esto.
(Aun en el 1500 un líder de la iglesia llamado Martín Lutero estuvo diciendo
cosas despectivas sobre ciertos libros del Nuevo Testamento, sugiriendo
dejarlos afuera).

Cuando afirmas la Biblia (y cualquier canon en particular que afirmes) te


encuentras en la misma línea de afirmar que estás de acuerdo con los
líderes y concilios que seleccionaron estos libros en particular para que
conformaran la Biblia. Esto es especialmente cierto cuando la gente dice
que la Biblia es la palabra de Dios (Llegaremos a esa frase en un momento).
Para afirmar que la Biblia es la palabra de Dios primero debes afirmar a las
personas que decidieron que sea la palabra de Dios, y a sus decisiones
sobre este libro frente a ese libro, esta biblioteca en particular contra esa
biblioteca en particular.

La Biblia, entonces, es una biblioteca escrita por seres humanos, editada y


compilada por humanos; y, en última instancia, llamada La Biblia por...
humanos. Y lo que estos humanos afirmaron (con algunos desacuerdos) fue
que esta particular biblioteca es algo más que una biblioteca de libros. Hay
una serie de palabras que se han utilizado para esta particular biblioteca,
tanto en las Escrituras como en la historia reciente, para describir esta
dimensión de que es más que sólo una colección de libros.

Inspirada. Autorizada. Divina. Revelada por Dios

Creer que la Biblia es una biblioteca de libros y a la vez más que solo una
biblioteca de libros requiere fe. Tienes que creer que hay algo más
ocurriendo en estas páginas, algo debajo de la superficie, algo que une a
todos los escritores a escribir durante todos esos años, y luego a toda esa
gente a tomar todas esas decisiones acerca de cuáles cosas de las que se
escribieron pertenecen a la particular disposición de escritos que llamamos
la Biblia.

Estas verdades acerca de esta biblioteca y de cómo la conseguimos nos


ayuda a entender qué es la Biblia y a cómo (no) hablar de ella.

En primer lugar, los argumentos circulares no son útiles. Por ejemplo: La


Biblia es inspirada por Dios porque dice que lo es. Cualquier libro podría
decir eso. No sólo que este argumento no es útil, sino que es terriblemente
confuso para las personas que nunca han leído la Biblia.
En segundo lugar, insistir en que este libro fue escrito por Dios no es útil.
Fue escrito por personas reales. Para las personas que son nuevos en la
Biblia, decirles que no fue escrito por gente es terriblemente confuso
también. Comienza con lo humano, reivindica eso primero, entonces
elabora tu camino a lo divino.
En tercer lugar, la Biblia no es un argumento. Las personas que escribieron
estas cosas tuvieron experiencias muy reales de lo divino e hicieron todo lo
posible para poner esas experiencias en palabras. Esas experiencias fueron
filtradas a través de su conciencia, cultura, cosmovisión e historia personal.
Las historias de la Biblia fueron contadas porque significaban algo
profundo para quienes las escribieron.

Toda doctrina, dogma y teología fue primero una experiencia mística.


Alguien tuvo un encuentro con lo divino. Y entonces se dispusieron a
articular lo que pasó.

Lo que vemos en esta biblioteca en particular es una historia, una historia


que se desarrolla en el tiempo, una historia acerca del crecimiento de lo
divino en la conciencia humana. Es una visión del mundo que evoluciona
en su comprensión de lo que somos, hacia dónde vamos y lo que significa
ser humano. Esta historia tiene una serie de características particulares que
la unen, rasgos, giros y revelaciones que son el porqué tantas personas
como yo han afirmado a este libro y a estas historias como únicas,
inspiradas y reveladoras.
Ahora, cuando hablo de conocimiento, filtros y conciencia, estoy hablando
de lo que sucede cuando la gente en un lugar y tiempo real tienen un
encuentro con lo divino.

Para explorar esto, primero vamos a hablar de tribus.


A continuación de materialidad.
Luego de la expansión de la consciencia.
Y entonces de Jesús.

Próximo capítulo: ¿Qué es la Biblia? Parte 12: Tribus y violencia.

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