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EN NICARAGUA.
MANAGUA, NICARAGUA
AGOSTO 2004
*
El autor es Magíster en Gestión y Políticas Públicas de la Universidad de Chile. Actualmente se desempeña como
Director General de Prospección y Políticas del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes en Nicaragua.
Cualquier comentario puede ser dirigido a portae@mecd.gob.ni.
INDICE DEL ESTUDIO
Introducción ………………………………………………………………….. 1
3.1 Hacia quienes van los recursos públicos del 6% universitario ………………… 20
Bibliografía ……………………………………………………………………... 28
ANEXOS
Anexo 1. Instituciones de Educación Superior legalmente reconocidas por el 32
CNU
Anexo 2. Título académico de los docentes de las universidades favorecidas con 33
el 6%
Anexo 3. Evolución de la matricula en Educación Superior 34
Anexo 4. Aranceles observados en el año 2003 para las Universidades Privadas 35
Anexo 5. Modelo de Efectos Aditivos 36
Anexo 6. Tasa de Retornos Privado y Social – MCO 37
Anexo 7. Estudiantes en Educación Superior por decil de ingreso 37
Anexo 8. Logro educativo alcanzado según Educación del Jefe de Hogar 38
Anexo 9. Estudiantes de Pregrado Por tipo de Becas según CES 38
INDICE DE CUADROS
INDICE DE GRÁFICOS
En las últimas décadas, la inversión en educación, ha pasado a ser un factor central en las
estrategias de los países para promover la prosperidad económica, mayor empleo y cohesión
social. Así, en un contexto de economías abiertas, libre mercado y competitividad global se
requiere cada vez más contar con mano de obra más calificada y con mayores niveles de
productividad para competir y progresar. Por ello, la educación superior en el mundo ha dejado
de ser una actividad de élites y ha pasado a ser una actividad masiva, al respecto el cuadro No. 1
evidencia el progresivo crecimiento en el tamaño de la matricula de educación superior a nivel
mundial, que se ha triplicado en un período de 30 años pasando de 28 a 88 millones.
1
El caso de Nicaragua, no ha sido la excepción, de hecho para el período de 1985-2003 la
matricula de educación superior, incluyendo oferta pública y privada, prácticamente se
cuadruplicó pasando de 28,163 a 100,601 alumnos matriculados en la educación superior1.
Paralelamente, la inversión de recursos públicos destinados ha experimentado un crecimiento
exponencial, creando fuertes polémicas en el debate público sobre las asignaciones
presupuestarias destinadas a la educación superior.
Este documento está conformado por cuatro capítulos. El capitulo I, describe la evolución
histórica de la educación superior en Nicaragua, la conformación actual del Consejo Nacional de
Universidades, se reseña el conflictivo 6% de las universidades y el progresivo crecimiento del
presupuesto público destinado a educación superior desde 1990 hasta el 2003. En el capítulo II,
se visualiza la situación de la educación superior desde la perspectiva de eficiencia, en primer
lugar se examinan algunos indicadores educativos como la relación egresado secundaria vs.
matricula universitaria de primer ingreso, costo promedio por estudiante y costo por egresado,
entre otros. Posteriormente, se presenta estimaciones de la rentabilidad de la educación superior y
una descripción breve sobre el incipiente sistema de crédito universitario existente en el país.
En el capítulo III, se aborda la equidad en el acceso a este sistema educacional, las diferencias en
la inversión educativa universitaria con respecto a los demás niveles educativos, se realiza un
análisis socioeconómico de los estudiantes universitarios, el sistema de subsidios y becas, así
como de los mecanismos de fiscalización de los recursos destinados a las universidades.
Finalmente, en el último capítulo se presentan las conclusiones principales del estudio y algunas
propuestas de mejora al sistema de financiamiento debatidas en la agenda pública actual.
1
El dato para el año 2003 es una proyección estimada en base al crecimiento promedio para 1985-2001. Nótese que
de acuerdo a un Catalogo de Instituciones de Educación Terciaria de Nicaragua elaborado recientemente (MHCP
/PMAET/ BID, 2004) la población estudiantil de 31 universidades corresponde a 97,342 estudiantes. Por tanto, es
muy probable que nuestra estimación esté por debajo de la población total de estudiantes de las 44 universidades que
forman parte del Consejo Nacional de Universidades (CNU).
2
1. Evolución histórica de la educación superior en Nicaragua
Con el Decreto del 10 de Enero de 1812, la Corte de Cádiz concede a la Provincia de Nicaragua
la creación de una casa de estudio superior, la cual se instaló en la ciudad de León el 24 de
Agosto de 1816, siendo su nombre oficial “Real Universidad de la Inmaculada Concepción de
León”. El 27 de marzo de 1947, esta universidad pasó a llamarse Universidad Nacional de
Nicaragua, debido al carácter nacional que se le trató de imponer. Posteriormente, el 25 marzo de
1958 la universidad pionera de Nicaragua modificó su nombre, debido a la autonomía alcanzada,
pasando a llamarse Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), nombre que lleva en
la actualidad. En 1959 se abre en Managua la Escuela de Economía, y en 1960 las Escuelas de
Periodismo y Ciencias de la Educación, dependientes todas ellas de la UNAN. El rápido
crecimiento de estas escuelas y las constantes demandas de los capitalinos por tener su propia
casa de estudios superiores llevaron, el 29 de abril de 1982, a la división de la UNAN en dos
instituciones autónomas, siendo éstas la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN -
León y la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN – Managua.
Adicionalmente, entre los años 1961 y 1976 se crearon otras casas de Educación Superior, entre
ellas: Universidad Centroamericana (UCA), Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) y el
Centro de Ciencias Comerciales (CCC). Posteriormente, con la Revolución de 1979, se crea una
institución rectora de la Educación Superior en Nicaragua, conocida como Consejo Nacional de
Educación Superior (CNES).
En 1990 con el retorno de la democracia a Nicaragua, el CNES cesa en sus funciones y se crea el
Consejo Nacional de Universidades (CNU). Además, en este mismo año, empiezan a aparecer
diferentes universidades privadas, entre las que destacan la Universidad Católica de Nicaragua
(UNICA) y la Universidad Americana (UAM).
Actualmente, el CNU está compuesto por 44 casas de estudios superiores2 que imparten carreras
técnicas y profesionales, de las cuales sólo 10 son reconocidas como miembros del CNU (ver
Cuadro No 3), reciben financiamiento estatal y son gratuitas.
Cuadro 3. Universidades del CNU que reciben financiamiento público del 6% (2004).
Institución Propietario Financiamiento
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León (UNAN-León) Estado Estatal
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua (UNAN- Estado Estatal
Managua)
Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) Estado Estatal
Universidad Nacional Agraria (UNA) Estado Estatal
Universidad Centroamericana (UCA) Privado Estatal
Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) Privado Estatal
Escuela Internacional de Agricultura y Ganadería, Rivas (EIAG) Privado Estatal
Escuela de Agricultura y Ganadería, Estelí (EAG) Privado Estatal
Universidad de la Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Privado Privado
Nicaragua (URACCAN)
Bluefields, Indian and Caribbean University (BICU) Privado Privado
Fuente: CNU (2003).
2
En el anexo No. 1 se presenta el listado de todas las instituciones educativas que forman parte del CNU.
3
1.1 El 6% como factor de conflicto
En 1965 la comunidad universitaria se lanzó a las calles para demandar una reforma a la
Constitución Política, a fin de elevar a rango de precepto constitucional el principio de la
autonomía universitaria en todos sus aspectos, y la garantía mínima de una suma no menor del 2
por ciento del Presupuesto General de Egresos de la República a favor de la Universidad. Esta
campaña tuvo éxito, y el 4 de mayo de 1966 el Congreso aprobó la reforma constitucional en la
cual se elevó a la autonomía universitaria a la más alta jerarquía legal. La Constitución de 1974
incorporó la demanda del 2%, pero lo hizo sólo sobre los fondos percibidos en conceptos de
impuestos, excluyendo del cálculo cualquier otro ingreso del Estado. Al producirse, entre los
años 1965 y 1970, un notable crecimiento de la matrícula universitaria, y la creación de nuevas
carreras y recintos universitarios, el 2% resultó insuficiente, según autoridades universitarias,
especialmente por el hecho de que la garantía mínima se transformó en monto máximo.
Nuevamente las universidades se volcaron a las calles en 1972, esta vez demandando un 6% del
Presupuesto General de la República. El terremoto que destruyó la ciudad capital ese mismo año
llevó a las autoridades universitarias a deponer la campaña. Sin embargo, estas mismas
autoridades llegaron a ocupar altos cargos en el gobierno que se formó a partir de la revolución
del 79, y no hicieron nada por el 6%, sino hasta que perdieron el poder mediante elecciones
democráticas en 1990. Entre febrero de 1990 (fecha en la que el sandinismo perdió las
elecciones) y abril de 1990 (fecha en la que tenían que entregar el poder), la Asamblea Nacional
(compuesta mayoritariamente por sandinistas) decidió apuradamente aprobar una serie de leyes,
entre las cuales se le otorgaba el 6% del Presupuesto General de Ingresos de la República a las
universidades, como garantía mínima para hacer efectiva la autonomía universitaria.
Esa reforma no dejó claro si el 6% era sobre la base de los ingresos ordinarios o sobre los
ingresos generales (ordinarios y extraordinarios). Esta falta de claridad ha embarcado al país en
una costosa y sangrienta lucha, que han ocasionando millones de dólares en pérdidas económicas,
y además, dejando como saldo decenas de heridos y muertos. Recientemente, en estas protestas
murió el policía Roger Rodríguez en el Departamento de Carazo (LA PRENSA, 18 de Mayo
2004).
4
A pesar de que se ha corregido la redacción de la Constitución Política y se le ha otorgado el 6%
sobre los ingresos ordinarios y extraordinarios del Presupuesto General de la República a las
universidades, las manifestaciones no han cesado dado que todavía las universidades y el
gobierno difieren en la manera de calcular el 6%. El CNU escudado en la autonomía universitaria
y haciendo uso de su poder político ha encabezado las movilizaciones populares que le han
permitido aumentar considerablemente sus ingresos.
Es importante señalar que la lucha universitaria ha estado centrada en una cifra y no ha sido
respaldada con estudios serios sobre la necesidad de más fondos para la Educación Superior. Al
respecto, en el cuadro No. 4 al comparar las asignaciones recibidas por las universidades públicas
antes y después de la aprobación del 6%, se evidencia que los fondos recibidos en las últimas
tres administraciones de gobiernos democráticos han superado en 7, 10 y 14 veces la asignación
promedio percibida con el régimen sandinista.
Aún más, al analizar la evolución de los fondos públicos destinados a la educación superior (ver
cuadro 5), se observa que el CNU ha sido la institución pública que ha obtenido el mayor
incremento presupuestario durante el período de 1991-2003, correspondiente a 103%.
Nótese en el cuadro anterior que la inversión en educación superior como porcentaje del gasto
total en educación pasó de 27% a 30.2% en el período de 1991 a 2003, dado que a medida que
crece la torta presupuestaria, las universidades demandan cada vez mayores recursos amparados
en el marco jurídico que respalda el 6% para las universidades.
5
Adicionalmente, la gráfica No. 1 evidencia que mientras los fondos públicos destinados a las
universidades han experimentado un crecimiento de 2677% con respecto a 1985, la matricula de
las casas de estudio universitario ha crecido solamente en un 84%. Es decir, que aún cuando el
presupuesto universitario ha crecido sistemáticamente, la matricula prácticamente ha
permanecido estática en el tiempo e incluso en el período de 1986 a 1990 presentó matriculas
decrecientes, lo cual se explica debido a la situación bélica que vivió el país para dicho período.
Por otra parte, si bien aparentemente la matricula ha comenzado ha crecer a ritmos más rápidos,
tal efecto se debe a que a partir del año 2001 se incorporan la matricula de dos universidades de
la Costa Atlántica que recien en ese año comenzaron a recibir fondos estatales.
Gráfica 1. Evolución de matrícula y presupuesto de las Universidades financiadas por el Estado (Año Base: 1985).
2800%
2100%
1400%
700%
0%
85
87
89
91
93
95
97
99
01
03
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
Presupuesto Matricula
Gráfica 2. Evolución de los costos por alumno de las Universidades financiadas por el Estado.
1500%
1200%
900%
600%
300%
0%
85
87
89
91
93
95
97
99
01
03
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
6
Junto a este incremento en el costo por alumno de educación superior se contrasta el hecho que
los recursos destinados a proyectos de inversión propiamente dichos, han representado apenas un
8.8 % en promedio en los últimos 4 años. Obsérvese que en los años 2001 y 2002, se realizaron
inversiones más significativas con respecto al total de fondos estatales destinados a las
universidades beneficiadas por el 6%.
Cuadro 6. Estructura del Presupuesto Público para Educación Superior (millones de US$)3
Como se observa en el cuadro anterior, las universidades del CNU están destinando mayores
cantidades de recursos a la inversión, ello se puede explicar como una estrategia de dichas
universidades por mejorar la calidad de su oferta educativa como respuesta al “boom” de las
universidades privadas y además, como una medida para justificar ante la población
nicaragüense4 el significativo incremento en la asignación de las fondos estatales. Esto último
tiene sentido sobretodo por el significativo costo de oportunidad que tienen los fondos de las
universidades para un país con un 45.8% y 15.1% de la población viviendo en condiciones de
pobreza y extrema pobreza, respectivamente (EMNV, 2001). Por tanto, en el próximo capítulo se
analiza la eficiencia en la administración de los recursos estatales destinados a las universidades.
3
Para los años 1990-1999 no se encuentra información desglosada según gastos corrientes e inversión.
4
Cabe señalar que cada año quedan fuera del sistema de educación básica más de 800 mil niños y jóvenes
nicaragüenses (ver Políticas de Educación Básica y Media, MECD).
7
2. Eficiencia en la administración de los recursos públicos
En vista que solamente 10 instituciones de educación superior miembros del CNU reciben
financiamiento público, y considerando que toda inversión tiene un costo de oportunidad resulta
relevante analizar la manera en que se están destinando estos recursos, específicamente respecto
al tema de la eficiencia económica.
A manera de preámbulo, cabe señalar que dentro del CNU no existen incentivos para la
eficiencia, debido a que las instituciones que conforman este “cartel” no compiten por los fondos,
sino que los mismos son asignados mediante la tradición y la negociación de los miembros del
CNU. Por tanto, para dicha distribución no existen indicadores de desempeño, ni indicadores de
calidad de la educación que incentiven a las universidades que reciben los fondos del 6% a ser
eficientes.
Adicionalmente, dado que la legislación nicaragüense (Asamblea Nacional, Ley 89) le otorga al
CNU la facultad de regular la oferta universitaria, siendo el propio Consejo el que aprueba o no la
formación de nuevos centros de Educación Superior, existe una especie de comportamiento
oligopólico debido a que dicha institución ha hecho uso de su poder monopólico mediante el
establecimiento de barreras de entrada de tipo legal. Al respecto, es importante señalar que al
CNU no le conviene el ingreso de nuevos centros de Educación Superior, pues esto significaría
repartir entre más instituciones los fondos provenientes del 6%. Por esta razón, la estrategia del
CNU ha sido condicionar la autorización del funcionamiento de las instituciones privadas de
educación superior a que renuncien a los fondos provenientes del 6%.
Respecto al tema de la calidad de la enseñanza al parecer las instituciones miembros del CNU
han invertido en la capacitación de sus docentes, puesto que en 1991 sólo el 16% de la planta
docente ostentaba el título de master o especialista y en el año 2003 cerca del 52% presenta
dicho nivel educativo. Asimismo, para el mismo lapso de tiempo se ha incrementado de 3% a
10% el número de docentes con nivel de doctorado y se observa un número cada vez menor de
docentes que tengan únicamente el grado de técnico superior, representado apenas un 1.1% del
total de los docentes universitarios de las universidades beneficiadas con el 6% (ver anexo 2).
5
De acuerdo a datos del CNU y MHCP/PMAET/BID(2004).
8
estudiando. De continuar esta tendencia se proyecta que para el año 2005 sólo la mitad de los
egresados de secundaria podrán acceder al sistema educativo público financiado por el 6%, y para
el año 2010 cerca de 50,000 alumnos quedarán fuera de dicho sistema, es decir que las
universidades financiadas por el estado sólo podrán incorporar a un tercio del total de alumnos
egresados de secundaria, por lo tanto cada vez más las universidades privadas adquirirán un rol
más protagónico en la formación del capital humano del país.
Gráfica 3. Egresados de secundaria y matricula para primer año de las universidades financiadas por el Estado.
50000
40000
30000
20000
10000
0
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
00
01
02
03
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
20
Egresados de Secundaria Mat. 1er Año Universidad
Fuente: Elaboración propia en base a datos del CNU y BCN. Nota: Egresados = t, Matricula primer año = t+1
100
75
50
25
0
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
00
01
02
03
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
20
Financiadas No Financiadas
9
2.1 Costos de la educación superior
Como se indicó, el costo unitario de las universidades financiadas con recursos públicos ha
presentado una tendencia creciente con el paso de los años, por lo tanto debido al rol cada vez
más protagónico que han adquirido las universidades privadas en el proceso de formación del
capital humano del país, resulta relevante conocer que ha pasado con los costos de las
universidades privadas frente a esta mayor demanda por educación superior.
En este sentido, se tiene que de acuerdo a estimaciones propias para el año 2003 el costo
promedio anual de estudiar una carrera en el campo de humanidades es de US$939.4 dólares,
mientras que estudiar una carrera de ingeniería cuesta US$955.1 dólares. Obsérvese que en un
estudio anterior (Porta, 2000) señalaba que para el año 1998 el costo promedio anual de los
aranceles en una universidad privada eran de US$865.64 dólares, por lo tanto en un quinquenio
se ha experimentado un incremento del 8.5% y 10.3%, respectivamente( ver Anexo 4).
Respecto al costo medio de las carreras de salud y educación, en su mayoría este tipo de
educación es impartido por las universidades financiadas con el 6%, específicamente por la
Universidad Nacional Autónoma de León y la Universidad Nacional Autónoma de Managua. A
la fecha, solamente dos universidades privadas han ofertado este tipo de carreras, la UAM ofrece
la carrera de Medicina General y Odontología a un costo promedio anual de US$3650 (la
matricula cuesta US$50 y la mensualidad US$300), mientras que la UNICA imparte
licenciaturas en el campo de la educación bajo la modalidad sabatina a profesores de educación
primaria y secundaria a precios accesibles, teniendo un costo anual promedio de US$210
(matricula a US$30 y mensualidad a US$15).
Este incremento en los aranceles educativos tiene una explicación simple en base al
comportamiento de las curvas de oferta y demanda educativa, así dado que en los últimos años se
observa un exceso de demanda por educación superior era de esperarse que ante un mayor
desplazamiento de la curva de demanda por sobre la oferta educativa actual, los precios de estos
“bienes” tenderían a incrementarse (la gráfica No 5 ilustra este efecto).
S1
S0
P1
P0
D1
D0
Q
Q0 Q1
Fuente: Elaboración propia en base al comportamiento del mercado de educación terciaria.
10
Para complementar el análisis anterior se aprovechó la información suministrada por las
encuestas de hogares de 1998 y 2001 respecto al gasto promedio de los hogares en educación
superior. A diferencia de lo ocurrido en los aranceles de las universidades privadas
“tradicionales”, que experimentaron un incremento en el período 98-01, se evidencia (ver cuadro
No. 7) una caída en los aranceles promedios de colegiatura para la totalidad de las universidades
privadas, que puede estar asociado a la presencia de una mayor cantidad de “universidades de
garaje” que ofertan carreras de bajo costo sin estar reconocidas por el CNU y sin reunir
condiciones mínimas de infraestructura. Además, obsérvese que a pesar del fuerte incremento
del presupuesto de las universidades financiadas por el 6%, el gasto de los hogares que envían a
sus hijos a estas universidades se ha incrementado en un 21%. Además, algo que despierta interés
es que en las universidades del 6% se soliciten cuotas voluntarias a los estudiantes, que han
pasado de 28 a 37 dólares anuales, demostrando aún más ineficiencia en la administración de los
recursos económicos.
Cuadro 7. Gastos promedios de los hogares en Educación Superior, según tipo de universidad (en dólares).
Financiadas No Financiadas
Rubro
1998 2001 1998 2001
Colegiatura 0.00 0.00 606.32 493.41
Cuota Voluntaria 28.04 37.16 0.00 0.00
Transporte 112.75 176.50 106.83 177.91
Prematricula 21.39 19.39 57.00 41.57
Uniformes 2.37 2.66 3.53 1.36
Útiles 16.85 14.66 34.37 17.81
Libros 24.43 17.44 31.90 20.14
Total 205.84 250.37 839.95 732.06
Fuente: Elaboración propia en base a EMNV de 1998 y 2001.
Despierta la atención el hecho que el transporte represente sea un rubro cuyo costo ha
incrementado de forma más acelerada ya que para el año 2001 incrementó en un 57% y 67% con
respecto a 1998, además ocupa el rubro más caro para los estudiantes de universidades
financiadas representando un 70% de su gasto total de educación superior y un 13% para aquellos
provenientes de universidades privadas. Por tanto, sería conveniente examinar algunas medidas
que contribuyan a disminuir el costo del transporte para los estudiantes universitarios, sobretodo
para aquellos provenientes de familias pobres.
Cuando hay altas tasas de deserciones y/o repitencia el costo por egresado es más relevante que el
costo promedio por estudiante. Por lo tanto, el índice de retención puede resultar ser una
excelente medida para evaluar la eficiencia del sistema de educación superior tanto en las
universidades financiadas con recursos del 6% como en las no financiadas.
Según estimaciones del CNU (1995) para el año 1995 en promedio sólo un 20% de los alumnos
matriculados llegaba a concluir sus estudios universitarios en un período de 5 años (ver cuadro
No. 8), ello implica que el 80% de la inversión que el Estado realiza en la Educación Superior se
pierde debido a las altas tasas de repitencia y/o deserción que presentan las universidades
financiadas con los fondos provenientes del 6%. De hecho en una entrevista realizada
11
recientemente, el decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la
UNAM-Managua, señalaba que “sólo entre el 10 y 20% de los alumnos que estudian Matemática
logran terminar la carrera” (LA PRENSA, 28 de junio de 2004), confirmando que la tasa de
retención en las universidades del 6% es bastante baja.
Cuadro 8. Índices de retención, por cohortes, de universidades financiadas por el Estado ( 1985-1994 ).
1985-1989 1986-1990 1987-1991 1988-1992 1989-1993 1990-1994
Total % Total % Total % Total % Total % Total %
AÑO ESTUDIO
1 8594 100 8887 100 8945 100 9956 100 8030 100 8219 100
2 4437 52 4281 48 5157 58 4285 43 4272 53 5660 69
3 3142 37 3661 41 2676 30 2726 27 3760 47 5502 67
4 2450 29 1948 22 1257 14 2274 23 3058 38 2731 33
5 1884 22 1161 13 1688 19 2530 25 2093 26 1483 18
Fuente: CNU (1995).
Lo anterior, es una señal de alerta respecto a la necesidad de crear mecanismos que permitan
elevar el interés y compromiso de los estudiantes universitarios pertenecientes a los
establecimientos financiados con fondos públicos, de manera que se logre internalizar los
beneficios obtenidos al estudiar en una de estas universidades.
Debido a lo anterior, resulta relevante conocer el costo por egresado tanto para las universidades
financiadas como para las no financiadas con recursos públicos, de manera que se pueda
cuantificar el costo social de los recursos públicos que se pierden debido al mal aprovechamiento
de los mismos. Para calcular el costo por egresado se utilizó la siguiente fórmula:
Costo por Egresado = Costo promedio anual por estudiante X Años promedio para egresar
Índice de egresados
El cuadro No. 9 detalla el costo por egresado de las universidades financiadas y no financiadas
por el 6%, observándose que un egresado de una universidad subsidiada cuesta 4 veces más que
12
el egresado de una universidad privada que no recibe subvención6. Por lo tanto, se puede afirmar
categóricamente que los recursos públicos destinados al 6% de las universidades bajo el sistema
actual son asignados de manera ineficiente y con un costo elevado para la sociedad en general.
Este comportamiento ineficiente de las universidades financiadas con recursos públicos se puede
explicar debido a que bajo el sistema actual (amparado por la autonomía universitaria) estas
universidades pueden ser extremadamente ineficientes en la administración de dichos fondos
públicos y sin embargo la Constitución y las leyes que las amparan les garantizan su asignación
presupuestaria, sin tomar en cuenta ningún indicador de desempeño u otro mecanismo que genere
incentivos para competir.
Por lo tanto, se requieren mecanismos modernos y eficientes que generen incentivos para mejorar
estos resultados, sobretodo en elevar la tasa de egresados de las universidades financiadas dado
que cada córdoba mal empleado de los tributos que aportan los ciudadanos nicaragüenses tiene
asociado un costo de oportunidad, que resulta más significativo para quienes se encuentran por
debajo de la Línea de Pobreza.
Desde la teoría del capital humano se ha dado una especial referencia al hecho que las
inversiones en años de escolaridad adicionales, crean habilidades que permiten a la persona
desarrollar su trabajo de una manera más productiva y en consecuencia obtener mayores ingresos.
Bajo este enfoque, estudiar es una decisión de inversión que es analizada por el beneficiario en
términos de la relación costo-beneficio, para ello el beneficio se mide como el diferencial de
ingreso obtenido por individuos con diferentes niveles o grados de escolaridad, en tanto que el
costo se mide como el gasto educativo directo más los costos indirectos o de oportunidad. Sin
embargo, puede ser que aún cuando para los individuos no resulte rentable continuar estudiando,
para la sociedad en su conjunto si sea rentable8.
Debido a lo anterior, puede distinguirse entre la tasa de retorno privada y la tasa de retorno social.
La tasa de retorno privada, es aquella que iguala el valor presente de los costos directos y de
oportunidad con el valor de los ingresos después de impuestos. La tasa de retorno social agrega a
los costos privados los subsidios públicos y privados a la educación, al igual que cualquier
6
Estos resultados confirman las estimaciones realizadas en un estudio anterior, ver Porta (2000).
7
Sólo se consideran los gastos de colegiatura que cobran las universidades no financiadas y el costo unitario de los
estudiantes de universidades públicas (presupuesto público asignado a las universidades dividido por la matricula anual).
8
Al conjunto de bienes que la sociedad valora más allá del valor de mercado se le conoce como “Bienes de Mérito o
Preferentes”.
13
externalidad positiva que no sea percibida por el individuo. Estas tasas de retorno han sido
estimadas en un sinnúmero de estudios tanto a nivel internacional como nacional9.
En cuanto a los retornos sociales obsérvese que muestra la misma tendencia, excepto para
aquéllos países más desarrollados. Además, obsérvese las altas tasa de retorno privado de la
educación superior, lo cual es coherente con el mayor premio que recibe ésta en un mundo cada
vez más tecnificado y globalizado.
En vista que el Gobierno de Nicaragua destina una gran proporción de los recursos públicos a la
educación superior, interesa abordar la rentabilidad privada y social de la misma, así como su
respectiva comparación con los demás niveles educativos. Algunos trabajos que ha realizado
dichas estimaciones para Nicaragua son Behrman, Wolfe and Blau (1985), Pessino (1994),
Funkhouser (1996), Belli y Ayadi (1998), Kruger (1999), Laguna(2003) y más recientemente
Laguna y Porta (2004). En este sentido, el cuadro No. 11 presenta las tasas de retorno privada y
social10 estimadas por Laguna y Porta (2004), corregidas por sesgo de selección11 mediante el
9
Aparte de los estudios pioneros de Shultz (1963), Becker (1964) y Mincer (1974), a nivel internacional sobresalen los
trabajos de Blaug (1976), Psacharopoulos (1973, 1985, 1994 y 2002), Shultz (1989), OECD(1997), Chiswick(1997),
Card (2001), Duryea and Pagés (2002), Heckman(2003b), entre otros. A nivel latinoamericano, Carnoy (1972, 1995
y 1997), Psacharopoulos y Vélez (1988), Zamudio y Bracho (1992), Butelman y Romaguera (1993), Sapelli (2002),
Rojas y Velásquez (2000), entre otros.
10
En vista que el trabajo se encuentra en una versión preliminar, se solicita no citar las tasas de retorno social y
remitirse a la versión final que saldrá a finales de Agosto. Para las tasas de retorno privada, ver Laguna (2003).
11
El sesgo de selección surge a partir de los datos de las encuestas de hogares. En ellas sólo es posible observar el
ingreso que perciben aquellos individuos cuyo salario de reserva es inferior al salario que pueden obtener en el
mercado. Los individuos cuyo salario de reserva es superior al salario de mercado no entran en la estimación de la
ecuación de ingresos. Según Heckman (1979), ignorar este proceso de autoselección puede introducir sesgos en los
estimadores de los parámetros de la ecuación de ingresos, similares a los generados por la omisión de variables
relevantes en el modelo (problema de especificación). Para ello propone corregir los estimadores mediante el uso de
una ecuación tipo probit que mide la probabilidad que cada una de las observaciones reporte o no ingresos laborales.
14
método de Heckman vía Máxima Verosimilitud12. En el anexo 5 se explica en detalle la
metodología empleada para esta estimación.
13
Cuadro 11. Tasas de Retorno de la Educación en Nicaragua (Heckman)
Retorno Privado Retorno Social
Nivel Educativo
1998 2001 1998 2001
Primaria 10.7% 8.3% 9.1% 7.5%
Secundaria 12.1% 11.1% 11.2% 10.7%
Superior 15.0% 19.4% 6.0% 5.1%
Fuente: Laguna y Porta (2004)
Estos resultados evidencian que desde la perspectiva privada los estudios superiores son
altamente rentables, ya que con la apertura del mercado nicaragüense y el ingreso de nuevas
tecnologías los individuos que poseen una mayor acumulación de capital humano son premiados
con mayores salarios.
En cuanto a la rentabilidad social de la educación superior, se observa que la misma es cada vez
menor y dicho comportamiento está asociado con el notable incremento del costo público por
estudiante universitario, que es lejos superior a los niveles educativos precedentes. No obstante,
hay que destacar que estas estimaciones no cuantifican las externalidades positivas que provee la
educación superior. Por tanto, es necesario que en el futuro se realicen investigaciones que tengan
por objetivo cuantificar estas externalidades14.
Nótese que a la fecha, la profesión más rentable para estudiar es la ingeniería, en tanto que ser
maestro licenciado es la profesión menos rentable15. Despierta la atención la caída en la
12
Estos datos fueron calculados usando el paquete econométrico Stata versión 8.0 for Windows.
13
Las estimaciones en MCO corregidas por heterocedasticidad se presentan en el Anexo 6, obsérvese que las fuertes
diferencias en la tasa de rentabilidad social estimada vía MCO indican que el mercado no está satisfaciendo las
expectativas salariales de los profesionales que no se encuentran trabajando.
14
Al respecto véase Mingat y Tan(1996), Haveman y Wolfe (1984), Lochner (1999) y Vinniker (2001), entre otros.
15
Si bien la baja tasa de los maestros podría causar preocupación respecto a los incentivos para ingresar a la carrera
docente, debe considerarse que estas estimaciones fueron realizadas utilizando únicamente el salario principal de la
persona, por tanto sería interesante investigar la rentabilidad de dicha profesión considerando los ingresos totales del
trabajo (muchos docentes han utilizado como una estrategia de superación económica combinar sus horas de
docencia con otras actividades económicas).
15
rentabilidad de las profesiones de áreas humanistas en el período en cuestión, ello podría
atribuirse a un exceso de oferta laboral en este campo o a la contracción por la demanda de estas
profesiones, dejando abiertas nuevas interrogantes en el campo de la investigación.
Cuadro 13. Salario promedio Mensual de Profesionales con menos de 15 años de experiencia (Monto en Dólares)
Masculino 320.86
Femenino 285.72
Universidades Públicas 292.57
Universidades Privadas 326.38
Carreras de Ingeniería, ciencia y tecnología 329.61
Carreras Jurídicas 327.37
Carreras Administrativas y Económicas 314.14
Carreras de la Educación 195.39
Promedio Mensual en US$ 302.96
Fuente: LOGOS (2003)
Cabe señalar que en promedio los graduados de las universidades privadas perciben mayores
salarios que los profesionales provenientes de universidades públicas, ello puede explicar en parte
el fenómeno que la tasa de desocupación de los egresados y graduados de las universidades
privadas sea mayor16. Además, es muy probable que los profesionales egresados de las
universidades privadas evidencien salarios de reserva mayores a los ofrecidos en el mercado y
por tanto, estén dispuestos a esperar una mejoría en la situación económica del país.
16
Según LOGOS (2003) la tasa de desempleo de los egresados y graduados de universidades públicas y privadas
corresponde a 17.1% y 36.4%, respectivamente.
16
2.4 Crédito Universitario
Las altas tasas de retorno privado que reporta la Educación Superior en Nicaragua hacen pensar
que, aunque el Estado reduzca los aportes públicos hacia esta actividad, las personas seguirían
invirtiendo en su educación universitaria. El fuerte incremento de los ingresos que se observa al
completar la Educación Superior refuerza esta hipótesis, de tal manera que los individuos que
terminan la educación superior perciben el doble de ingresos horarios por sobre aquellos que no
logran completar dicho nivel educativo y seis veces superior al que reciben los que no cuentan
con ningún nivel educativo aprobado.
Cuadro 14. Salario por hora promedio según nivel educativo ( en dólares USA)
Logro Educacional Salario por hora Variación*
Sin instrucción 0.46
Primaria incompleta 0.54 16.6%
Primaria 0.67 24.9%
Secundaria incompleta 0.74 9.7%
Secundaria 0.85 15.5%
Superior incompleta 1.19 40.4%
Superior 2.68 124.2%
Total 0.81
*Con respecto al nivel anterior.
Fuente: Elaboración propia en base a datos de EMNV 2001.
17
LOGOS (2003) señala que el crédito no es desde ningún punto de vista una opción o fuente de financiamiento
significativa, además de ser la fuente de financiamiento menos usual en el país.
17
3. Equidad en la educación superior
Desde el punto de vista de la equidad, varios estudios han señalado la necesidad de buscar una
mayor recuperación de costos en los niveles de educación superior en donde los rendimientos
privados individuales son mayores18. Sin embargo, algunos argumentan que los mecanismos de
recuperación de los costos podrían darse a expensas de un acceso equitativo a la educación
terciaria para los individuos y hogares más pobres. Debido a ello, se analiza la equidad en la
educación superior para Nicaragua, puesto que la desigualdad en los sistemas educativos, y
especialmente al nivel de educación superior, podría reforzar desigualdades sociales aún más
grandes19.
La escasa oferta de profesionales puede explicar en parte la alta rentabilidad privada en este nivel
educativo, de hecho tal como se presenta en el cuadro No. 15 sólo el 4.3% de la Fuerza de
Trabajo (FT) ha logrado completar la educación superior.
Los datos anteriores indican que antes de continuar incrementando la asignación de recursos
públicos a la educación terciaria, se debe considerar que un 21% de la población no posee ningún
tipo de educación formal y que un 29% de los nicaragüenses no terminó la Educación Primaria,
es decir que la mitad de la mano de obra nicaragüense tiene un bajo nivel de capital humano y
dado que la rentabilidad privada de los primeros años de escolaridad es bastante baja, éstas
personas obtendrán menores ingresos laborales y en consecuencia estarán más orientados al
presente debido a sus limitaciones presupuestarias, por lo cual postergaran la decisión de invertir
en educación para ellos e inclusive para sus hijos.
18
Ver Psacharopoulos (1992), Banco Mundial (1995) y Lopez-Acevedo (2001), entre otros.
19
Algunos argumentos económicos también sugieren que una distribución más equitativa de las oportunidades
educativas ayuda a mantener el crecimiento económico y que las inversiones en educación primaria universal tienen
como resultado grandes beneficios para la sociedad, ver Beyer (2000).
18
Gráfica 6. Perfil de Salarios del trabajo principal por nivel educativo (2001).
14000
12000
Promedio de Sueldos y salarios (en córdobas)
10000
8000
6000
4000
Sin instrucción
Primaria
2000
Secundaria
0 Superior
15-20 21-25 26-30 31-35 36-40 41-45 46-50 51-55 56-60 61 y más
Rango Edad
Cuadro 16. Cuadro comparativo de costo por estudiante según nivel educativo.
Relación x Estudiante
Costo Unitario Estudiante (en dólares) universitario
Año Primaria Secundaria Superior Primaria Secundaria
1995 39.76 32.15 680.54 17 21
1996 53.09 36.37 671.49 13 18
1997 67.26 33.39 785.49 12 24
1998 59.99 30.87 857.27 14 28
1999 111.39 36.56 911.87 8 25
2000 94.00 28.25 987.65 11 35
2001 137.33 41.60 936.00 7 22
2002 67.17 32.98 962.79 14 29
2003 61.39 35.71 928.82 15 26
Promedio 76.82 34.21 857.99 12 25
Fuente: Elaboración propia en base a datos del MECD, CNU, MHCP y BCN.
19
Se observa que a nivel internacional, Nicaragua es uno de los países con las mayores diferencias
relativas de costos con respecto a los demás niveles educativos, comparable sólo con “China,
Brasil e Indonesia donde los costos por alumno de educación superior son entre 12 y 16 veces
más altos que los costos por alumno de primaria. En China e Indonesia, el costo relativo por
alumno de secundaria es más del doble que el de un alumno de primaria” (UNESCO, 2002). Esta
situación refleja la inequidad existente en el sector educación, ya que debido a la rigidez de la
demanda universitaria por mayores recursos se deja de invertir en los niveles educativos que
resultan ser más rentables para la sociedad en general.
Como se observa en el cuadro a continuación al corregir la inversión por alumno por el poder de
paridad de compra, Nicaragua realiza una inversión mayor por alumno universitario que países como
Argentina, Uruguay y Grecia (todos ellos con mayores niveles de ingreso per cápita que Nicaragua).
Es importante destacar, que Nicaragua es el país en donde observamos una mayor brecha de la
inversión de los programas preescolar, primaria y secundaria con respeto a la educación terciaria.
Cuadro 17. Gasto por estudiante según nivel educativo (Año 2000)
Gasto por estudiante en US$ equivalentes Gasto en Educación como % del PIB per
País usando PPP20 cápita
Preescolar Primaria Secundaria Terciaria Preescolar Primaria Secundaria Terciaria
Corea 1949 3155 4069 6118 13 21 27 40
Japón 3376 5507 6266 10914 13 21 24 42
R. Checa 2435 1827 3239 5431 18 13 23 39
Bélgica 3282 4310 6889 10771 12 16 26 41
Grecia 1 3318 3318 3859 3402 x(2) 21 24 21
España 3370 3941 5185 6666 17 20 26 33
Malasia 1 491 1235 2238 11237 5 14 25 125
EEUU 7980 6995 8855 20358 23 20 26 59
Chile 1563 1940 2016 7483 17 21 21 79
Uruguay 1039 1011 1219 1219 12 11 13 23
Argentina 1653 1598 2382 2965 * 13 13 19 m
México 1385 1291 1615 4688 15 14 18 51
Nicaragua* 183 518 200 4867 8 22 8 206
* Gasto por estudiante para preescolar, primaria y secundaria corresponde a estimaciones de Arcia (2003) para el año
2002. El costo de las universidades fue obtenida de Porta (2004) para el año 2000.
Fuente: OECD (2003)
Cabe destacar, que este desbalance presupuestario entre los distintos subsistemas de educación se
produce en un país en el cual para el año 2002 aproximadamente 78,698 niños quedaban
excluidos de la educación primaria y 373,709 de la educación secundaria21. Por tanto, la pregunta
central es ¿verdaderamente estos recursos benefician a las personas más pobres del país?, a
continuación se da una respuesta basada en la evidencia empírica.
20
Para Nicaragua se estimó el gasto por estudiante por nivel utilizando una tasa de conversión obtenida del PIB per
cápita en PPP del IDH 2002 y del PIB per cápita del BCN. Dicha tasa (4.93) se multiplicó por el costo unitario
obtenido (US$35 para preescolar, US$94 para primaria, US$28.25 para secundaria y US$987.65 para universitaria).
21
Estimaciones del MECD para el año 2002, plasmadas en el documento Políticas de Educación Básica y Media
(disponible en el sitio web del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes).
20
3.1 Hacia quienes van los recursos públicos del 6% universitario
Los defensores del 6% para las universidades miembros del CNU argumentan que este elevado
gasto en la Educación Superior se justifica debido a que el mismo permite que los pobres accedan
a las universidades. Sin embargo, luego de analizar los datos de la EMNV 2001 es posible
afirmar que más del 60% de los estudiantes universitarios se encuentra en los dos deciles
superiores de consumo. Tan sólo un 6.8% del total de la matrícula se encuentra en los 5 deciles
inferiores de consumo.
Los datos presentados en el cuadro No. 18 confirman que en gran medida los recursos públicos
que se destinan a la educación superior favorecen a los estudiantes que pertenecen a las familias
con mayores niveles de consumo22 y por tanto, el argumento utilizado por los defensores del
CNU para justificar el incremento continuo de los fondos para beneficiar a los jóvenes
nicaragüenses provenientes de las familias más pobres es una falacia sin fundamento empírico.
Además, los datos muestran que cuando se avanza en el sistema educativo, los pobres y pobres
extremos van disminuyendo su participación en éste; al punto que no se encuentra presencia de
los pobres extremos en la composición de la matrícula de educación superior, la cual está
conformada por un 94.3% de estudiantes que provienen de familias no pobres y un 5.7% que
proviene de familias pobres (ver Cuadro 19).
22
Los resultados son similares cuando se utilizan los niveles de ingreso, ver Anexo 7.
21
Cuadro 19. Composición de la matrícula en educación según nivel socioeconómico.
Pobre Pobre no
Nivel Educativo extremo extremo No Pobre
Preescolar 33.89 28.87 37.24
Educación de adultos 17.05 51.24 31.72
Primaria 16.90 36.18 46.91
Secundaria 3.94 22.24 73.82
Técnico Básico 9.32 7.79 82.89
Técnico Medio 2.54 5.10 92.36
Formación docente 42.40 57.60
Educación especial 59.11 40.89
Técnico Superior 13.01 86.99
Universitario 5.68 94.32
Postgrado 100.00
Maestría 100.00
Doctorado 100.00
Total 11.87 29.61 58.51
Fuente: Elaboración propia en base a EMNV 2001.
Adicionalmente, esta tendencia a una menor participación de los estudiantes de familias pobres
en la educación superior es confirmado con datos propios del CNU(2001 y 2003), ya que al
examinar la composición de la matricula de los estudiantes de pregrado según centro de segunda
enseñanza (ver cuadro 1.6 de dicha publicación) se evidencia que en dicho período la tasa de
estudiantes provenientes de establecimientos estatales ha caído de 72% a 65%, es decir que los
estudiantes de centros de segunda enseñanza privada representan un 35% de la matricula de las
universidades financiadas con el 6%. Así, el centro de segunda enseñanza puede funcionar como
una variable proxy de status socioeconómico y claramente las familias de estos jóvenes podrían
financiar una universidad privada, por lo tanto no se está beneficiando a quienes los defensores
del CNU dicen beneficiar: a los más pobres.
Por otra parte, al estimar las probabilidades de sobrevivencia en los subsistemas educativos por
quintiles de consumo, se encuentra que las probabilidades de las personas ubicadas en los
22
quintiles inferiores de consumo de progresar en el sistema educativo se disminuyen drásticamente
a medida que este avanza. Además, en base a la EMNV 2001 se determinó que por cada año
escolar adicional en el sistema educativo, la brecha de las probabilidades de terminación del año
escolar entre las personas del quintil superior y quintil inferior de consumo aumenta en 3.7
puntos porcentuales promedios. Es así, que mientras la probabilidad de terminar el primer grado
para las personas del quintil superior y el quintil inferior son de 99% y 78% respectivamente, en
el último año de secundaria las probabilidades de terminación de estos quintiles son de 85% y
24% respectivamente23.
1.0
0.9
0.8
Probabilidad de Sobreviviencia en la Escuela
0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0.0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
Grados Cumplidos
NTILES of CONSU2PC 1 2 3 4 5
Fuente: Elaboración propia en base a EMNV 2001.
Esta situación impacta en los años promedio de escolaridad, en la tasa de analfabetismo de las
personas que se encuentran en familias pobres o pobres extremas y en los ingresos laborales que
percibirán los mismos.
Adicionalmente, cuando analizamos la matricula actual según el nivel educativo del jefe de hogar
se evidencia que solamente un 6.3% de los universitarios provienen de hogares cuyos jefes no
tuvieron educación formal. Asimismo, se observa que a medida que los jefes de hogar poseen
mayores niveles educativos los miembros del hogar obtienen mayores logros académicos a nivel
de postgrado (ver anexo 8). Esto confirma que existe una transmisión intergeneracional de las
brechas desigualitarias en la educación y en consecuencia, en la desigualdad de ingresos.
23
Estos resultados concuerdan con Gutiérrez y Porta (2001) quienes señalan que el 51% de las razones de no
asistencia escolar se debe a problemas económicos.
23
Resulta aún más preocupante el hecho que la inversión total realizada por el gobierno en el
sistema educativo sea regresiva, es decir, favorece en mayor medida a los que más tienen. Tal
como muestra la gráfica No.8, aún cuando el gasto público en educación primaria es bastante
progresivo, la magnitud de las transferencias a las universidades y la poca participación de los
pobres en estas casas de estudios hacen que el 40 por ciento de las familias con mayores niveles
de consumo se beneficie del 49 por ciento del total de los recursos estatales dirigidos a
educación24.
40
35
30
Millones de US$
25
20
15
10
5
0
Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5
Porta (2004) encuentra que para el año 2001 los estudiantes universitarios que provienen del 40
por ciento de las familias con mayores niveles de consumo fueron beneficiados con el 88 por
ciento de los fondos que el Estado le otorga al CNU, beneficiando a los menos necesitados con
más de 38 millones de dólares.
Con base en lo anterior, se puede afirmar que en Nicaragua los pobres y pobres extremos rara vez
acceden a la educación superior, por tanto considerando que la educación es el activo productivo
más importante que puede obtener la mayoría de la gente si realmente se desea romper con la
desigualdad se deben impulsar políticas que permitan la incorporación efectiva de los más pobres
a la actividad del conocimiento.
En la actualidad los jóvenes que salen de la secundaría no cuentan con información estadística y
estandarizada que les permita escoger su centro de Educación Superior. El factor que determina
la elección de los estudiantes es el dinero, si carecen de recursos saben, a priori, que sus
alternativas están limitadas a las universidades que reciben aporte estatal. Sin embargo, el bajo
crecimiento en la matrícula de estas casas de estudios hace cada vez más difícil el acceso a la
Educación Superior de los sectores con menores recursos económicos.
24
Extraído de un artículo publicado en LA PRENSA, 12 de Julio del 2004 en la sección de Opiniones.
24
Ahora bien, a pesar que las universidades reciben cuantiosas cantidades de dinero el porcentaje
de becas destinado a los estudiantes es cada vez menor, observándose que para el año 1999 el
21% de los estudiantes recibían algún tipo de beca y para el año 2001 sólo un 16 % (ver cuadro
No. 20). Esta caída de 5 puntos porcentuales en la ayuda financiera, podría estar asociada a la
composición socioeconómica de la matricula universitaria para el año 2001 y por tanto, dar
mayores indicios que confirman que estos fondos están beneficiando a quienes se encuentran
mejor ubicados en la distribución socioeconómica.
Además del sistema de becas existente en estas universidades financiadas con fondos del 6%, de
acuerdo a declaraciones realizadas por dirigentes estudiantiles algunas de estas universidades
utilizan mecanismos de exoneración de matriculas para los estudiantes con restricciones
presupuestarias como una forma de disminuir la carga económica que puede significar la
cancelación de dichos aranceles para estudiantes de bajos ingresos. Asimismo, otra alternativa
que tienen los estudiantes para matricularse es obtener un crédito y pagar la matricula en
pequeñas cuotas durante un semestre (La Prensa, 16 de Febrero 2004).
Cabe señalar que la mayoría de las universidades privadas proporcionan becas completas y
parciales a estudiantes con méritos académicos, deportivos y culturales estableciéndose una serie
de criterios mínimos que el estudiante beneficiario de la beca debe cumplir para disfrutar los
beneficios de la misma. Adicionalmente, la empresa privada ha apoyado una serie de fondos
destinados a la formación de capital humano de excelencia, financiando el estudio universitario a
los mejores bachilleres.
Si bien no se dispone de información consolidada sobre el número de becas otorgadas por las
universidades privadas, LOGOS (2003) estima que el 21.9% de los estudiantes universitarios
graduados de universidades privadas entre 1998-2002 recibieron becas como una fuente de
financiamiento para sus estudios, observándose que no hay muchas diferencias con respecto a la
tasa de becas en las universidades públicas (23.1%).
25
técnicos superiores, por la participación de los profesores, estudiantes y trabajadores
universitarios en la administración financiera, a través de los respectivos Consejos Universitarios
en los que participan representantes de todos los sectores institucionales de la comunidad
universitaria.
Lo anterior, evidencia que los mecanismos de fiscalización del gasto público en educación
superior presentan vacíos legales que impiden realizar controles sobre la utilización de los fondos
públicos, ya que la ley deja a las universidades en libertad para entregar un informe trimestral y
anual, sin concebir acciones coercitivas que obliguen a las mismas a entregar dichos informes en
tiempo y forma.
Estas debilidades legales, la escasa rendición de cuentas y la falta de incentivos que desarrollen
una cultura de accountability en las universidades impidieron acceder a información relevante
para este estudio25. Se espera que en investigaciones futuras existan mecanismos que incentiven a
las IES públicas y privadas a revelar este tipo de información.
25
No se logró obtener el presupuesto detallado de las universidades para el año 2002, ni los montos asignados a cada
universidad beneficiada por el 6% ni las estrategias de administración y utilización de los recursos financieros,
tampoco se logró conseguir información respecto a los mecanismos de determinación de las remuneraciones de los
docentes y personal administrativos de universidades públicas y privadas.
26
4. Conclusiones y Perspectivas
Las instituciones financiadas por el 6% no tienen incentivos para la eficiencia, debido a que no
existen indicadores de desempeño, ni indicadores de calidad de la educación que obliguen a las
universidades a competir por los fondos, ya que los mismos son asignados mediante la tradición y
la negociación. Adicionalmente, las instituciones miembros del CNU presentan un
comportamiento oligopólico en el mercado de los fondos estatales asignados mediante el 6%,
debido al uso de barreras de entrada que impiden al resto de instituciones educativas disfrutar de
tales recursos.
Resulta interesante que el gasto de los hogares que envían a sus hijos a estudiar en las
universidades financiadas por el 6% se ha incrementado en un 21%, mientras que el gasto de los
hogares que envían a sus hijos a universidades privadas ha disminuido en un 13%. Asimismo,
preocupa el hecho que en las universidades del 6% se soliciten cuotas voluntarias a los
estudiantes, las cuales han pasado de 28 a 37 dólares anuales en dicho período.
Se evidencia que el costo por egresado de una universidad financiada con fondos del 6%
representa 4 veces más que el egresado de una universidad privada, lo cual refleja la necesidad
de crear mecanismos que permitan elevar el interés y compromiso de los estudiantes
universitarios pertenecientes a los establecimientos financiados con fondos públicos.
27
Lamentablemente, a pesar que las altas tasas de rentabilidad privada de la educación justifican la
implementación de créditos universitarios, el mercado financiero no ha respondido como se
esperaría, quizás debido a la ausencia de un marco jurídico que permita comprometer a los
estudiantes a cancelar cuotas de acuerdo a sus ingresos futuros. Evidenciándose algunos casos
aislados de universidades pioneras en la utilización de este tipo de mecanismos.
En cuanto al tema de la equidad, cabe señalar que la asignación de los fondos del 6% del
presupuesto General de la República para las universidades es una política errada y regresiva, ya
que está acentuando cada vez más las brechas de desigualdad entre los individuos calificados y
no calificados. Puesto que al analizar la composición socioeconómica de la matricula
universitaria se observa que está conformada por un 94.3% de estudiantes que provienen de
familias no pobres y un 5.7% que proviene de familias pobres.
Tal como señala la UNESCO (2002), “el acceso a la educación secundaria y terciaria debería ser
una cuestión de gran importancia en los países que tienen grandes niveles de desigualdades
sociales”, sin embargo en nuestro país la ineficiente administración de los recursos públicos por
parte de las universidades del 6% han profundizado la brecha de la desigualdad al beneficiar a
aquellos que están mejor ubicados en la distribución socioeconómica, ya que apenas el 6.8% del
total de estudiantes universitarios pertenece a los 5 deciles inferiores de consumo.
En cuanto a los mecanismos de fiscalización del gasto público en educación superior, los mismos
presentan vacíos legales que impiden realizar controles sobre la utilización de los fondos
públicos.
La situación actual de la educación superior, la magnitud de la inversión, los escasos recursos con
los que el país cuenta, la ineficiencia en la asignación y administración de los recursos por parte
de las universidades financiadas por el 6% y la tendencia a incrementar las desigualdades
educativas, llevan a concluir en la necesidad de un cambio.
En coherencia con lo anterior, existe un debate abierto sobre posibles acciones que debieran
realizarse para modificar el 6%, existiendo una variedad de opiniones de políticos,
investigadores, estudiantes, docentes, rectores de universidad, religiosos y encuestas de opinión
dirigidas a la población. En este sentido, el diputado Dr. Noel Ramírez (ex presidente del Banco
Central de Nicaragua) propuso eliminar la transferencia directa a las universidades e implementar
un sistema de subsidio a la demanda, mediante el mecanismo de vouchers dirigidos a los
estudiantes universitarios. A su vez, Porta (2000) plantea que el sistema de financiamiento actual
sea reemplazado por un sistema de crédito estudiantil en donde se subsidie la demanda, mediante
créditos con un bajo interés y flexibles en su forma y plazo de pago. Recientemente, el diputado
Orlando Mayorga26 (presidente de la Comisión de Educación) señalaba que las universidades que
brindan servicios privados no deberían gozar del presupuesto del Estado y que éste debe pasar a
las universidades públicas.
26
LA PRENSA, 28 de Marzo 2004.
28
Esta variedad de opiniones respecto al 6%, obliga a reconocer que una reforma al sistema de
Educación Superior requiere de un fuerte consenso político, en el cual el Estado debe jugar un rol
fundamental como maximizador del bienestar de la sociedad, por tanto se debe llamar a la
reflexión a todos los actores e impulsar un debate nacional en donde se discuta sobre temas
como: el desarrollo de la educación en su conjunto; la asignación de recursos a los diferentes
subsistemas de educación; la relación entre el sistema educativo y el mercado laboral; la
eficiencia administrativa con la que las instituciones educativas debieran trabajar; y, sobre los
incentivos que el Estado debe promocionar con el objetivo de que en Nicaragua exista una
educación más eficiente y equitativa.
29
Bibliografía
1. Asamblea Nacional (1990). “Ley No. 86, Ley de Autonomía de las Instituciones de
Educación Superior” en La Gaceta. Managua, Nicaragua.
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Sitios Web visitados:
33
Anexo 1. Instituciones de Educación Superior legalmente reconocidas por el CNU (2003)
I- Universidades y centros de educación técnica superior estatales y privados, miembros del CNU.
1.- Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León (UNAN-León)
2.- Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua, (UNAN- Managua)
3.- Universidad Centroamericana (UCA).
4.- Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli)
5.- Universidad Nacional de Ingeniería (UNI)
6.- Universidad Nacional Agraria (UNA)
7.- Escuela Internacional de Agricultura y Ganadería, Rivas (EIAG)
8.- Universidad Católica Agropecuaria del Trópico Seco, “Presbitero Francisco Luis Espinoza Pineda ”
(Ucatse) Estelí
9.- Bluefields Indian and Caribbean University (BICU)
10.- Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (Uraccan)
II.- Otras universidades y centros de educación técnica superior privados, legalmente establecidas.
11- Universidad Autónoma Americana (UAM)
12.- Universidad Católica “Redemptoris Mater” (Unica)
13.- Universidad Popular de Nicaragua (Uponic)
14.- Universidad de Occidente (UDO)-León
15.- Universidad Iberoamericana de Ciencia y Tecnología (Unicit).
16- Universidad de Ciencias Comerciales (UCC)
17- Universidad de Ciencias Empresariales (UCEM)
18- Centro Superior de Estudios Militares (CSEM)
19.- Universidad Internacional de la Integración de América Latina (Unival)
20.- Universidad Tecnológica Nicaragüense (U.T.N.)
21.- Universidad de Chinandega (UACH)
22.- Instituto de Estudios Superiores de Medicina Oriental Japón-Nicaragua
23.- Universidad de Managua (UdeM)
24.- Universidad de las Américas (ULAM)
25.- Universidad Central de Nicaragua (UCN)
26.- Universidad Evangélica Nicaragüense (UENIC)
27.- Universidad del Valle
28.- Universidad del Norte de Nicaragua (UNN)
29.- Universidad Hispanoamericana (Uhispan)
30.- Academia de Policía “Walter Mendoza Martínez”
31.- Universidad Thomas More (UTM)
32.- Escuela Politécnica de Comercio
33.- Universidad Cristiana Autónoma de Nicaragua (UCAN)
34.- Universidad Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (UCYT)
35.- Universidad Metropolitana (Unimet)
36.- Universidad La Anunciata
37.- Universidad Paulo Freire (UPF)
38.-Universidad Juan Pablo II
39.- Universidad Jean Jaques Rosseau
40.- Universidad Martín Lutero “ Un Ministerio de las Asambleas de Dios”
41.- Universidad de Administración, Comercio y Aduana María Guerrero (Unacad)
42.- Universidad Adventista de Nicaragua (Unadenic).
43.- Universidad Santo Tomás de Oriente y Medio (Ustom).
44.- Instituto Latinoamericano de Computación (Ilcomp)
34
Anexo 2. Título académico de los docentes de las universidades nicaragüenses
27
Sólo incluye a la BICU, UCA, UNA, UNAN-León y UNAM- Managua. Las restantes universidades no entregaron
información del nivel educativo de su personal docente.
28
Se excluyen ESPOLTES, UHISPAM y UPF por no presentar información detallada o tener un carácter de
formación que impide realizar comparaciones (Academia de Policías y CSEM)
35
Anexo 3. Evolución de la matricula en Educación Superior
Aporte a matricula
No Matrícula total (%) Crecimiento (%)
Año Financiadas Financiadas Total U.1 U.2 U. 1 U. 2 Sistema
1985 28,163 - 28,163 100 0
1986 25,947 - 25,947 100 0 -8% 0% -8%
1987 25,508 - 25,508 100 0 -2% 0% -2%
1988 24,138 - 24,138 100 0 -5% 0% -5%
1989 23,297 - 23,297 100 0 -3% 0% -3%
1990 26,465 1,069 27,534 96 4 14% 0% 18%
1991 31,609 4,055 35,664 89 11 19% 279% 30%
1992 32,459 3,483 35,942 90 10 3% -14% 1%
1993 32,897 7,782 40,679 81 19 1% 123% 13%
1994 35,035 7,794 42,829 82 18 6% 0% 5%
1995 35,877 11,210 47,087 76 24 2% 44% 10%
1996 37,109 13,324 50,433 74 26 3% 19% 7%
1997 38,000 22,003 60,003 63 37 2% 65% 19%
1998 38,524 27,526 66,050 58 42 1% 25% 10%
1999 38,956 31,039 69,995 56 44 1% 13% 6%
2000 39,172 36,422 75,594 52 48 1% 17% 8%
2001 46,630 40,087 86,717 54 46 19% 10% 15%
2002 49,186 44,215 93,401 53 47 5% 10% 8%
2003 51,883 48,718 100,601 52 48 5% 10% 8%
Crecimiento Promedio: 4% 33% 8%
U.1: Universidades financiada por el Estado.
U.2: Universidades no financiadas por el Estado.
Fuente: Elaboración propia en base a CNU(1995, 2001 y 2003), MECD, BCN, EMNV 1998 y 2001. + Los años 1995 –
1998 y 2002 –2003 son estimaciones personales.
36
Anexo 4. Aranceles observados en el año 2003 para las Universidades Privadas (dólares).
Ingeniería Humanidades
Universidad Matrícula Costo
Mensualidad Costo Semestral Costo Anual Mensualidad Costo Anual
Semestral
UNICIT 120 120 840 1560 120 840 1560
UAM 50 200 1250 2450 200 1250 2450
UNICA 40 140 880 1720 130 820 1600
UNIVALLE 75 75 525 975 75 525 975
UENIC 36 40 276 516 40 276 516
UCC 65 90 605 1145 90 605 1145
UPONIC 30 40 270 510 40 270 510
Thomas Ruiz 15 40 255 495 40 255 495
UCA 16 75 466 916 75 466 916
UPOLI 45 45 315 585 45 315 585
Univ. Central 35 45 305 575 40 275 515
UNN 18.75 25 168.75 318.75 25 168.75 318.75
UTN 50 50 350 650 50 350 650
UCEM 125 40 365 605
UNIVAL 50 100 650 1250
Promedios 51.4 75.8 500.4 955.1 74.0 495.4 939.4
Fuente: Elaboración propia en base a consultas telefónicas a las Universidades.
37
Anexo 5. Modelo de Efectos Aditivos
Este modelo es una extensión de la Ecuación de Mincer, que mediante una regresión lineal por tramos
permite que el retorno privado por año de educación difiera según el nivel educativo del individuo. La
ecuación tiene la siguiente forma:
Donde Esc es el número de años de estudio de cada individuo; p equivale al número de años de la
educación básica o primaria; m los años del nivel de educación media o secundaria; Db representa
una variable binaria que asume el valor 1 cuando el individuo tiene un número de años de estudio
mayor o igual que b; Dm es igual a 1 cuando la persona tiene m o más años de estudio; Exp es una
variable proxy de la experiencia laboral del individuo y se obtiene restándole a la edad del individuo,
los años de escolaridad y la edad de ingreso a la educación formal, que para el caso de Nicaragua
correspondería a 7 años de edad. De manera que la tasa de retorno para un nivel educativo se calcula
agregando los valores de los parámetros estimados en los ciclos previos. De esta forma, β1 es la tasa
de retorno para el nivel de escolaridad básico, (β1 + β2) es la tasa del ciclo de educación media y (β1 +
β2 + β3) es la tasa de retorno del ciclo superior.
α0 β1 β2 β3
6 11 16
38
Anexo 6. Tasa de Retornos Privado y Social – MCO
Porcentaje
Decil Porcentaje
acumulado
1 0.5% 0.5%
2 0.4% 0.9%
3 1.6% 2.5%
4 3.2% 5.7%
5 4.4% 10.1%
6 8.6% 18.7%
7 11.3% 30.0%
8 13.3% 43.3%
9 20.0% 63.3%
10 36.7% 100.0%
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2001.
39
Anexo 8. Logro educativo alcanzado según Educación del Jefe de Hogar.
Sin
Nivel educativo Primaria Secundaria Universidad Postgrado
instrucción
Preescolar 22.2% 56.0% 21.8%
Educación de adultos 56.7% 27.7% 4.2% 0.8% 10.6%
Educación especial 24.2% 16.6% 59.1%
Primaria 30.7% 46.8% 15.9% 4.5% 2.1%
Secundaria 18.9% 41.1% 29.2% 9.4% 1.3%
Técnico Básico 20.3% 59.3% 16.1% 4.2%
Técnico Medio 24.5% 36.8% 32.9% 4.4% 1.3%
Formación docente 22.0% 36.7% 21.6% 19.7%
Técnico Superior 3.8% 38.7% 37.8% 12.2% 7.6%
Universitario 6.3% 35.1% 25.8% 31.2% 1.6%
Postgrado 8.7% 91.3%
Maestría 47.7% 52.3%
Doctorado 100.0%
Total 25.5% 43.9% 20.4% 8.3% 1.9%
Fuente: elaboración propia en base a EMNV 2001
Anexo 9. Estudiantes de Pregrado Por tipo de Becas según CES (Año 2001)
40