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SINGAPUR
SINGAPUR
nivel pueden existir varias opciones dependiendo de las habilidades de cada alumno y de
sus fines académicos. Dentro del país se pueden distinguir instituciones
públicas y privadas.
Normalmente los niños se introducen en sistema educativo con unos cuatro años de edad,
en el nivel denominado Preschool (preescolar). Aunque las guarderías no son de carácter
público, han de estar registradas en el Ministerio de Educación. También existen guarderías
internacionales específicas para extranjeros.
Esta etapa dura hasta los seis años, en los que se pasa a la Primary School (educación
primaria), que tiene una duración de seis cursos. Durante la etapa de Primaria, los alumnos
estudian Lengua Materna, Inglés, Ciencias (desde 3º), Matemáticas, Música, Artes,
Civismo y Educación Moral, Educación de la Salud, Estudios Sociales y Educación Física.
Al término de los seis años de Primary School, los alumnos se someten a un examen que
determinan los estudios que seguirán después. Esta prueba se denomina Primary School
Leaving Examination(PSLE).
El sistema educativo, además, permite el cambio entre los diferentes tipos de curso para
incrementar el nivel de flexibilidad. Al término de estos programas, los estudiantes se
examinan de O Levels (Special Courses, Express Courses) o N Levels (Normal Courses).
Special Programme: tanto este como los Express Programmes ofrecen enseñanza
de lengua materna a un nivel superior.
Express Programme
Normal Course (Academic o Technical)
Integrated Programmes (IPs): En él se ubica a los estudiantes que tienen un "claro
potencial para entrar en la universidad". El plan de estudios que se sigue es
específico para este fin, ya que se persigue desarrollar capacidades concretas que les
serán necesarias en su época universitaria y centrarse en conocimientos que les
permitirán adaptarse mejor a sus estudios superiores. Los estudiantes de estos
programas no necesitan realizar los GCE "O" levels para pasar a la universidad.
Existen otros programas caracterizados por su bilingüismo o por la relevancia de
una u otra lengua (malayo o chino, por ejemplo). En la web del Ministerio de
Educación proporcionan amplia información al respecto.
Specialised Programmes: Estos programas están dirigidos a estudiantes
especialmente dotados para un área de conocimiento o disciplina en concreto,
especialmente las artes y los deportes. Las Escuelas que imparten estos programas
(Specialised Independent Schools) se están implantando desde 2004. Algunos
ejemplos son la Singapore Sports School y la National University of Singapore
High School for Mathematics and Science.
Hay que tener en cuenta que los baremos de admisión de las universidades pueden diferir,
dado su cada vez mayor grado de autonomía, Por otro lado, los estudiantes que desean
ingresar en la universidad y provienen de una institución politécnica se enfrentan a
requisitos de admisión diferentes a los de los estudianres provenientes de educación
preuniversitaria.
Los politécnicos se centran en ofrecer formación dirigida a formar profesionales, sobre todo
en ámbitos técnicos, desde un punto de vista práctico y sin olvidar las innovaciones.
El sistema educativo de Singapur está estructurado en tres niveles básicos: Preschool o Preescolar,
Primary School o Primaria y Secondary Education o Secundaria. Los niños comienzan su etapa
educativa a los 4 años cuando acceden a Preschool; a los 6 años pasan a Primaria donde
permanecen seis cursos. Una prueba, conocida como Primary School Leaving Examination (PSLE),
es la que determina qué estudios seguirán después.
Un alumno de Primaria en Singapur acude al colegio cinco horas diarias; en Secundaria este
número aumenta a seis. Lo importante, según se refleja en su sistema educativo, no es la cantidad
de tiempo que los alumnos permanecen en el colegio, sino la calidad de la metodología. Así, se
apuesta por métodos que invitan a la reflexión de los estudiantes y se evitan aquellos basados en
la memorización.
Bilingüismo y competitividad
Singapur apuesta fuerte por el bilingüismo en la educación. Estudiar inglés es obligatorio desde
Primaria: los alumnos lo cursan 4 horas diarias, 3 veces a la semana. De esta forma se busca que
los estudiantes se adapten a un mundo cada vez más competitivo y globalizado.
Esta competitividad es otra de las claves que definen el sistema educativo del país. El objetivo es
lograr la máxima cualificación de sus alumnos. Para ello, se realizan clasificaciones entre los
propios estudiantes de cada clase y se premia a aquellos que logran los mejores resultados.
Cuando Singapur se independizó de Malasia en 1965 contaba con una fuerza laboral
mayormente pobre y poco calificada. Para salir de esta situación decidieron modernizar su
sistema educativo y para ello comenzaron a estudiar diversas teorías sobre educación,
sintetizaron las ideas de Jean Piaget y Hebert Blumer y las plasmaron en libros que
distribuyeron entre los pocos profesores que había en el país.
A día de hoy Singapur ocupa el primer puesto en el Informe PISA y es uno de los países
que más gasta en educación. Estas son sus principales características:
Metodología
En el año 1997 lanzaron el programa ““Thinking School, Learning Nation”, que entre sus
objetivos clave se encuentra “promover estrategias de aprendizaje crítico y creativo”.
En las escuelas los alumnos usan ordenadores, tablets, robots, impresoras 3D, drones, , etc.
Además aprenden a programar desde que tienen 6 años para desarrollar el “computational
thinking“.
Todas las escuelas se alían en unos objetivos nacionales comunes, pero se anima a cada
escuela a que diseñe un sistema de enseñanza y aprendizaje propio que se adapte a sus
estudiantes.
Objetivos
Profesores
Selección: son seleccionados entre el tercio de notas más altas y, dentro de ese tercio, se
escogen, después de una entrevista y un proceso de selección, a los que demuestran
vocación docente y pasión.
Formación: todos son entrenados en el Instituto Nacional de Educación. Pueden seguir
una carrera que los conduzca a ser directores de un colegio, maestros de clase o
investigadores en educación. Una vez han terminado sus estudios, son derivados a un
centro educativo, donde contarán con un mentor, un profesor con experiencia, que les
guiará.
Salario: similar al de un ingeniero (unos 35.000 euros anuales) que se complementa con
bonificaciones y beneficios en función del ranking que consiga la escuela, de los resultados
de los alumnos y de la antigüedad.
Papel: El profesor ya no es transmisor de información, sino facilitador. Adrian Lim, director
de un colegio, lo explica muy bien cuando dice: “los profesores no pueden pretender
enseñar hoy del mismo modo que ellos fueron enseñados hace 20 años”. Añade que ha
habido un gran cambio a ese respecto a partir de los años 90: “el alumno ya tiene la
información, ese ya no es el papel del docente”. Ahora el profesor debe enseñar a los
alumnos aspectos como: de dónde obtener la información, cómo sintetizarla, cómo
discernir la información buena de la mala, entre otras cuestiones. Los docentes, prosigue,
tienen que enganchar a los alumnos, adaptándose al mundo actual, a sus tecnologías y a
los nuevos modos de aprender, así los alumnos avanzan.
Trabajo en equipo e investigación: de las 37 horas de trabajo de un profesor a la semana,
solo unas diez o doce están dedicadas a la docencia. El resto de horas se dedican a la
investigación metodológica y la colaboración entre compañeros, así como a una formación
continua que se les ofrece en sus propios centros de trabajo.
📅16-11-2014 🕔 13:27
Por El observador.
De los 65 países que participaron de las pruebas Pisa 2012, Singapur se ubicó en el segundo
lugar en matemática y fue tercero en ciencias y lectura. En tanto, en 2011 cuando se midió
en las pruebas TIMS (Trends in International Mathematics and Science Study) –evaluación
que se realiza cada cuatro años– el pequeño país asiático logró posicionarse entre las dos
naciones con mejores resultados del mundo. Ese mismo año, concursó también en las
pruebas Pirls (Progress in International Reading Literacy Study) –medición que evalúa los
conocimientos en lectura cada cinco años– y los resultados arrojaron que había sido el país
que más progresó entre 2001 y 2011.
El lunes pasado, Alex Castillo, director para América Latina de Marshall Cavendish,
institución proveedora de soluciones educacionales, entre ellas el método Singapur, visitó
Uruguay invitado por Avista Proyectos Educativos, y presentó la metodología en una
conferencia en la Universidad de Montevideo. Ante la presencia de docentes de más de 20
instituciones educativas, Castillo aseguró que “el cambio de paradigma no es de enseñar,
sino de aprender. Y no solo en los alumnos, sino también en los profesores”.
Un método diferente
Es que en el método Singapur siempre se parte de lo concreto, donde se tocan las cosas, se
huelen, se doblan, se manipulan”, explicó a El Observador, Alex Castillo, director de
Marshall Cavendish para América Latina. A partir de allí, los alumnos inician su proceso de
aprendizaje. El segundo paso es aprender a representar pictóricamente aquel objeto con el
que están trabajando y de allí llevarlo al plano abstracto de los signos. “El método
tradicional, en cambio, parte de la abstracción. Se presentan las cosas de manera abstracta
con símbolos que representan cosas. Un signo representa dos unidades, pero nunca vi el
dos”, señaló.
Otra característica que lo separa del método tradicional es el sistema de espiral. “El
profesor repite los temas innumerables veces, pero cada vez en menor profundidad.
Entonces, cuando el estudiante pierde la oportunidad de aprender, siempre va a haber una
segunda oportunidad para aprender, una tercera, una cuarta”, agregó el experto.
Por otro lado, en el método Singapur adquiere especial relevancia la participación social.
“Las clases están constantemente ruidosas, el profesor deja de ser el centro de la clase, el
aprendizaje se produce en los niños y el profesor va facilitando ese aprendizaje; por lo
tanto, hace las preguntas concretas más que las respuestas concretas. El profesor está
siempre cuestionando y haciendo que los niños indaguen y descubran”, explicó Castillo al
respecto.
El directivo de Marshall Cavendish manifestó que lo pedagógico de este aspecto es que los
niños aprenden a trabajar en grupo y a hacerlo con terceros pero individualmente. “Aunque
haya otros puedo concentrarme y trabajar solo y no tengo que ir a un rincón a encerrarme”,
explicó.
Además, a diferencia del método tradicional donde solo hay una manera de hacer las cosas
(sumar, dividir, etc) y lo que importa es el resultado, en el método Singapur lo importante
es el proceso que hay atrás del resultado. Por eso, en todo los problemas tienen que haber al
menos dos caminos a seguir. “La matemática es solo una excusa. Lo que te enseñan es a
cuestionar, a buscar otra alternativa, a aceptar la diversidad, a quererla, a entenderla como
necesaria, a entender que mi camino no es el único”, señaló el experto.
Nacido en casa
El método Singapur surgió hace casi 50 años, cuando este pequeño país asiático logró su
independencia en 1965. En aquel entonces, el nuevo gobierno se propuso el desafío de
convertirse en un país moderno. Sin embargo, cuando se puso a explorar los recursos para
desarrollarse advirtió que contaba con muy poco. “Resulta ser una roca sin tierra de cultivo,
sin minerales, sin petróleo y hasta sin agua. El único recurso natural con el que se dan
cuenta que pueden contar es con las personas y, por lo tanto, hay que invertir en ellas. Es
así que posicionan a la educación como su moneda de cambio”, contó.
La metodología tuvo eficacia y hoy por hoy Singapur se considera como un país
desarrollado. Sin embargo, para Castillo, el secreto está en que el país “siempre ha puesto la
educación al servicio del propósito del país”.
En Singapur saben que las matemáticas tienen una naturaleza jerárquica. Es decir, que
conceptos y habilidades más elevados se basan en otras más básicas y por lo tanto es
fundamental aprender esta materia de manera secuencial. Se adopta un enfoque en espiral
en la creación de contenido a través de los niveles.
El plan de estudios de primero a cuarto de primaria es común para todos los estudiantes.
Secundaria
Los últimos dos programas son escogidos como asignatura optativa por estudiantes que
tienen interés y habilidades en matemáticas. Ofrece así la oportunidad de aprender más
matemáticas y prepararse para los cursos de matemática superior.
Preuniversitario
Los programas de N(A) y N(T) prepararán bien a los estudiantes que deseen estudiar
carreras de ingeniería en las escuelas politécnicas. Los estudiantes que aspiren a estudiar
matemáticas en la universidad podrían cursar el programa H2 y, si es posible, H3.
Referencias:
Tras ver el reportaje que La Sexta emitió en la noche del pasado jueves 10 de mayo sobre la
educación en Singapur como principal apuesta del pequeño país asiático y modelo
exportable a todo el mundo, quisiera compartir algunas reflexiones.
Empecemos por los datos que considero más positivos. Empecemos por las cuentas, que,
por lo visto, tan bien se les dan a los muchachos del Singapur del presente y del futuro. Se
nos dice que la inversión que el país destina a educación es del 20 %, frente al menos del 10
% que le dedica España. Si las matemáticas no me fallan, eso significa que invierten más
del doble que nosotros. Sigamos. Un profesor de primaria (¡de primaria!) cobra un sueldo
equivalente a lo que cobraría un ingeniero aeronáutico o un abogado. Además, al profesor
se le respeta dentro y fuera de las aulas. Se aprecia su labor como garante del futuro de las
nuevas generaciones. Cuando el profesor entra en el aula, los alumnos se levantan y lo
saludan a coro. Sin llegar a tanta ceremonia, explicable por la cultura y tradiciones de
países como el que nos ocupa, mostrar algo más de respeto hacia los profesores españoles
no nos vendría nada mal. Un respeto general, que proceda del conjunto de la ciudadanía y
no sólo del alumnado. Digo yo que, entre el excesivo ritual asiático, y la actual situación de
vulnerabilidad del profesorado español, expuesto a agresiones físicas y verbales casi a
diario en numerosos institutos de nuestra piel de toro, incluidos los intentos, por suerte
fallidos, del gobierno para culpabilizarlos en exclusiva por los pésimos, y ya familiares,
resultados cosechados por nuestros alumnos en los continuos informes PISA, cuyos
criterios, por otra parte, ya han empezado a cuestionarse por especialistas, aunque no lo
dijera el reportaje de La Sexta, digo yo que, entre ambos extremos, algún punto intermedio
habrá. Por último, no puedo pasar por alto mi fascinación ante el despliegue apabullante de
su formación profesional: aviones, helicópteros, drones y unas instalaciones de lujo
diseñadas para que el alumnado flote. Este despliegue no eclipsó el importante detalle,
repetido varias veces, de que no hay prejuicios a la hora de elegir entre universidad o
formación profesional, ya que lo que se persigue es la máxima cualificación en ambos
escenarios. Igualito que en nuestro país, oiga.
Con tantas bondades, si fuera un chaval de secundaria o Bachillerato que tuviera claro
hacer carrera en el mundo de la informática, la física, la química o las ingenierías de
cualquier tipo, ya estaría convenciendo a mis padres para que se endeudaran un poco más
mientras preparo las maletas. Olvidémonos de Silicon Valley. El futuro, muchachos, está en
Singapur.
Hasta aquí, las ventajas. Veamos los inconvenientes. Supongamos que, por unos minutos,
somos capaces de controlar la euforia y dejar de hacer las maletas, para dedicárselos a algo
tan prosaico como la reflexión. El reportaje insistió, machaconamente a veces, en que los
chicos eran “punteros en matemáticas” porque entendían desde un principio para qué
servían mediante métodos sencillos. Genial. También se habló, y mucho, de la importancia
de adquirir conocimientos técnicos y científicos para conseguir la excelencia. Toda la
comunidad educativa estaba anclada en la excelencia. Los profesores son los mejores del
mundo porque están altamente motivados, cualificados y tocan con sus dedos la excelencia
cada día. Fantástico. Nos quedó claro que las ramas técnicas del saber las dominan a la
perfección. Lo que no me quedó tan claro es qué les pasa a aquellos que no consiguen los
objetivos. Vale. Un profesor encuestado dejó caer que sí, que algo de presión y de estrés
por la competitividad reinante sí había, aunque ellos se esforzaban por no trasladar ese
clima a las aulas. ¿Debemos extraer de sus palabras que, de una manera u otra, todos,
toditos, salen ganando?
Otra cuestión que tampoco me quedó clara es si había en todo ese maremágnum un hueco
para las Humanidades. Me pareció ver, allá, a lo lejos, un cartel que decía “History”, pero
igual fue un espejismo. Terminó el reportaje y oye, nada se dijo de las pobrecitas. ¿Historia,
arte, literatura, filosofía? ¿Quiénes son? ¿Alguien las conoce? Quiero pensar que también
se ocuparán de ellas en ese Jauja, en esa colmena de rascacielos donde atisbo enjambres de
ingenieros aeronáuticos, informáticos, consultores, ejecutivos de alto standing y abogados
pululando por pasillos y ascensores. Todos eficaces. Todos perfectamente adaptados a las
cambiantes y caprichosas exigencias del mundo laboral actual y de los mercados. En lo que
llegan a los últimos pisos, apretados en ascensores supersónicos, algo de tiempo les quedará
para intercambiar opiniones sobre el cine de Bergman, las novelas de Haruki Murakami o
debatir sobre si se consideran más ascéticos o epicúreos.
Los libros de texto y los libros de trabajo son fáciles de leer con gráficos concisos.
Cubre menos temas en un año, pero de una manera más profunda que asegura que los
estudiantes tengan una base para avanzar sin necesidad de volver a aprender los
conceptos.
Contras de Singapore Math
Los materiales son consumibles y deben ser reordenados para cada salón de clases cada
año. Esto puede suponer una enorme carga financiera para los ya tensos presupuestos
escolares.
Menos atención a las matemáticas aplicadas que los libros de texto de matemáticas
tradicionales de los Estados Unidos.Por ejemplo, el programa de Matemáticas Diarias
enfatiza el análisis de datos usando problemas matemáticos de pasos múltiples de la vida
real, mientras que el enfoque de Singapore Math es más ideológico.
No funciona bien para una población estudiantil nómada. Muchos estudiantes entran y
salen de los distritos escolares, lo cual no es un gran problema cuando los programas de
matemáticas son similares. Sin embargo, dado que Singapore Math es tan secuencial y no
vuelve a enseñar conceptos o habilidades, el uso del programa puede hacer que estos
estudiantes fracasen, ya sea que se estén mudando dentro o fuera de un distrito que lo
utilice.
–Los profesores son escogidos entre el tercio de notas más altas y, dentro de ese tercio,
se escogen, después de una entrevista y un proceso de selección, a los que demuestran
vocación docente y pasión.
-Una vez han terminado sus estudios, son derivados a un centro educativo, donde contarán
con un mentor, un profesor con experiencia, que les guiará. En este primer momento, no
imparten tantas clases como el resto de profesores y siguen aprendiendo. Tienen 2/3 de la
docencia de un profesor normal.
–Sitúan al profesor como la clave del funcionamiento y de la modernización de su
educación. En este mismo sentido, tienen claro que: “ningún sistema educativo puede ser
mejor que sus profesores”.
-La colaboración entre profesores, así como una formación continua son fundamentales
en el sistema educativo de Singapur, hasta el punto de que, de las, aproximadamente, 37
horas de trabajo de un profesor a la semana, solo unas diez o doce están dedicadas a la
docencia. El resto de horas se dedican a la investigación metodológica y la colaboración
entre compañeros, así como a una formación continua que se les ofrece en sus propios
centros de trabajo. Todos los profesores son responsables de, al menos, una actividad que
denominan cocurricular, asignaturas dedicadas a mejorar la escuela o la comunidad, como,
por ejemplo, cuidar el jardín del colegio (esta idea recuerda a la metodología Aprendizaje-
servicio de la que se está hablando bastante en la actualidad).
-Los docentes tienen reuniones por Skype con profesores de todo el mundo e investigan
para tener la información más reciente en referencia a tecnología y a avances
metodológicos. Una profesora indica que “El aprendizaje mejora compartiendo. Siempre
hay algo nuevo que aprender, un nuevo modo de enseñar, tecnologías y modos de proponer
retos a los estudiantes”.
–La tecnología es una parte básica de su sistema educativo, así como la voluntad, por
parte de los docentes y los centros, como se acaba de ver, de estar siempre informados de
las últimas tendencias en tecnología y metodología, teniendo en cuenta los avances de
cualquier parte del mundo.
– Existen cursos para los padres, para que puedan ayudar a sus hijos con los estudios.
-En un centro concreto, explican que, antes de entrar en clase, los alumnos están 15 minutos
leyendo, para entrar calmados, después de escuchar el himno nacional que les aporta un
sentimiento de unidad, según sus propias declaraciones.
-Los exámenes no son un tema de conversación entre los alumnos y se pretende, así mismo,
que la educación después de secundaria sea para todos los alumnos, no solo para los
mejores.
-Intentan que todos los niños, independientemente de los ingresos de sus familias, reciban
la misma educación.
-Los debates son importantes en el aula, para dar a los alumnos la posibilidad de hablar.
Para ello, usan, en gran medida, el aprendizaje cooperativo. Así, por ejemplo, en una
clase de 40 alumnos tendríamos seis grupos, tres para defender el sí y tres para defender el
no, sobre un tema en concreto.
-Entre las nuevas tecnologías, los profesores usan Second Life, por ejemplo, para visitar una
exposición de artistas locales, chateando unos con otros para comentar las obras. En ese
mismo sentido, se usa Twitter para que los alumnos respondan preguntas. Hablan de lo
buena que es esta red social para poder atender a 40 estudiantes, siendo, a la vez, muy
motivador para los alumnos, porque usan unas tecnologías con las que están familiarizados
y que son muy buenos usando.
-El uso de Wikis, Facebook o blogs supone una metodología muy participativa que crea
mucha colaboración: no solo consumen contenido, sino que lo producen, creando
conocimiento. Cuando tienen una pregunta en la que se atascan, ponen un post y reciben
respuestas de los compañeros, por ejemplo con Facebook.
Desde mi punto de vista, hay varios aspectos básicos que deberíamos empezar a aplicar,
pero es, simplemente, una apreciación personal:
–Debería haber menos horas de docencia y más horas para la colaboración docente, la
formación continua del profesorado y la investigación. Pero no una investigación
fundamentada en la publicación, que también puede ser, pero no es la única, sino también
una investigación docente, para mejorar las metodologías, los contenidos o las tecnologías.
Sin duda, para llegar a esos objetivos, creo que queda mucho camino por andar, pero como
se dice, hay que ir paso a paso, ya que desde el estancamiento y la repetición no se avanza.
Enseñanza en casa
Para Dawn Fung, la industria de las clases extras muestra que los exámenes son muy
difíciles para los niños. "¿Por qué no hacerlos más fáciles? ¿Por qué nuestros hijos no
hacen pruebas apropiadas para sus edades?", se pregunta la exprofesora. Cuando se
convirtió en madre, Fung decidió salirse del sistema tradicional de escolarización y optó
por el modelo de educación en casa.
"Creo que es incorrecto formar parte de un sistema que nos hace infelices. Es cruel insertar
a los niños en un sistema educativo que no se comprometa con un resultado de aprendizaje
positivo", afirma la madre de dos niñas de 6 y 8 años, y de un bebé de ocho meses.
Como todas las familias que optan por la educación en casa en Singapur, Fung está
obligada a aplicar el currículo nacional y sus hijas tienen que tomar la PSLE. El puntaje que
obtengan no puede estar por debajo del promedio nacional.
Singapur es, probablemente, la mayor potencia educativa del planeta. Sin proponer
cambios revolucionarios ni dar lecciones al resto de países, la ciudad-estado ha conseguido
liderar con fuerza el ultimo inorme PISA.