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Culto dos cranios
Culto dos cranios
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All content following this page was uploaded by Francisco Javier Carod Artal on 28 January 2015.
Introducción. El culto a los cráneos es una tradición cultural que se remonta, al menos, al Neolítico. Sus principales mani- Servicio de Neurología. Hospital
Virgen de la Luz. Cuenca, España.
festaciones son las cabezas trofeo, las máscaras cráneo, los cráneos moldeados y la reducción de cabezas. Se revisa desde
una perspectiva neuroantropológica el culto a los cráneos en la América precolombina y en el presente etnográfico. Correspondencia:
Dr. Francisco Javier Carod Artal.
Desarrollo. La tradición de moldear y pintar los cráneos de los antepasados se remonta al Neolítico indoeuropeo (cultura Servicio de Neurología.
natufiense y Gobekli Tepe). En Mesoamérica, la decapitación post mortem era el primer paso de un tratamiento mortuo- Hospital Virgen de la Luz.
Avda. Hermandad Donantes
rio que daba lugar a una cabeza trofeo, un cráneo del tzompantli o una máscara cráneo. La tecnología lítica empleada en de Sangre, 1. E-16002 Cuenca.
las culturas mesoamericanas hacía necesario que la desarticulación se realizase en varias etapas. El tzompantli es un tér-
E-mail:
mino que se refiere tanto a una construcción donde se colocaban las cabezas de las víctimas como a los cráneos mismos. fjcarod-artal@hotmail.com
Las máscaras cráneo son cráneos modificados artificialmente para separar y decorar su porción facial, y se han encontra-
do en el templo Mayor de Tenochtitlán. La existencia de cabezas trofeo se ha documentado iconográficamente en cerámi- Aceptado tras revisión externa:
24.04.12.
cas y textiles de las culturas paracas, nazca y huari de Perú. Los indios mundurucú de Brasil y los shuar o jíbaros de la
Amazonia ecuatoriana han mantenido esta costumbre. Los shuar, además, reducen las cabezas (tzantzas) en un proceso Cómo citar este artículo:
Carod-Artal FJ. El culto a los cráneos.
ritual. Cronistas españoles como Fray Toribio de Benavente ‘Motolinía’ y Gaspar de Carvajal relataron estas prácticas. Cabezas trofeo y tzantzas en la
América precolombina. Rev Neurol
Conclusión. En la América precolombina se desarrolló profusamente la tradición de la decapitación para obtener cabezas 2012; 55: 111-20.
trofeo de guerreros.
© 2012 Revista de Neurología
Palabras clave. Cabezas trofeo. Mundurucú. Mutilación corporal. Ritual. Shuar. Tzantza.
Los cráneos de los antepasados contrado los primeros asentamientos neolíticos que
muestran un culto ritual a las cabezas de los ante-
La cabeza y, por extensión, el cráneo se han consi- pasados, y que datan del 9000 a. de C. Las eviden-
derado a lo largo de la historia la sede bien del alma cias arqueológicas indican que las cabezas de los
bien de la fuerza y la inteligencia, y detentan cuali- sujetos con un estatus especial se retiraban del res-
dades preciadas, como la fuerza y el poder del indi- to del cuerpo. Los cráneos eran enlucidos en yeso o
viduo. Por ello, el culto a los cráneos se ha ligado escayola, pintados y decorados, para luego ser colo-
tradicionalmente a una serie de creencias sobre la cados en templos y edificios [4].
fertilidad y la veneración a los ancestros, y se les ha Según la costumbre funeraria del Neolítico tem-
atribuido poderes sobrenaturales [1]. prano de Anatolia y el Próximo Oriente, los difun-
Los cráneos de los antepasados fueron objeto de tos eran expuestos deliberadamente al aire libre
culto en numerosas culturas que consideraban que para que sus cuerpos fuesen descarnados por los
aquéllos protegían a los poblados de las influencias buitres. Pinturas murales de Gobekli Tepe mues-
perniciosas de los espíritus maléficos. El culto a los tran a estas aves transportando el resto de los
cráneos de los ancestros estuvo presente en todos cuerpos. Las cabezas de ciertos difuntos se sepa-
los continentes [2,3], y sus poderes mágicos o so- raban en ocasiones del cuerpo y se preservaban. El
brenaturales protegían a la tribu y al hogar, y favo- proceso de retirar y recolocar cabezas se asoció al
recían la fertilidad de la tierra. El origen de esta culto a los ancestros, quienes podrían comunicar-
práctica cultural hay que trasladarla al menos al se con el mundo espiritual animal, como muestran
Neolítico. En la Edad del Bronce, fue una práctica las pinturas y las cerámicas de humanos interac-
presente en algunos pueblos de Europa (celtas) y de tuando con animales de grandes dimensiones. En
las estepas asiáticas. el poblado neolítico de Nevali Cori se ha hallado
una figura que muestra a un buitre posado sobre
Cráneos moldeados dos cabezas femeninas, y en Gobekli Tepe aparece
una figurilla de un cuerpo decapitado y rodeado
En Catal-Hoyuk y Gobekli Tepe (Turquía) se han en- de buitres.
Decapitación
ellas, quienes desarrollaron con mayor profusión el de cabezas trofeo sostenidas entre las manos por
uso ritual de las cabezas trofeo fueron los nazca y guerreros, atadas a los cinturones de guerreros y
sus antecesores paracas. En cambio, los moche chamanes, o asociadas con criaturas míticas antro-
practicaron con mayor frecuencia los sacrificios ri- pomorfas [13]. Las cabezas trofeo se hacían con su-
tuales. Cabezas humanas aisladas y cabezas trofeo jetos en edad media de la vida. El análisis de 84 ca-
se han encontrado en los Andes en excavaciones ar- bezas trofeo nazca mostró que el 85% de los especí-
queológicas de las culturas chavín, nazca, huarpa, menes eran varones de 20-50 años de edad [14].
huari, moche y tiwanaku [9]. En esta sociedad, la guerra y el conflicto se nos
Las cerámicas de la época huari (600-1000) mues- muestran en sus cerámicas. Los guerreros nazca
tran a guerreros que portan cabezas trofeo, obteni- van ataviados con armas, mazas y lanzas, y a menu-
das en batallas e incursiones. El análisis bioarqueo- do portan cabezas trofeo. Numerosas armas se han
lógico del sitio huari de Conchopata ha mostrado encontrado en las excavaciones arqueológicas. En
que las 31 cabezas trofeo halladas correspondían a los combates cuerpo a cuerpo se emplearon porras
24 adultos y adolescentes y a 7 niños, lo que sugie- y cuchillos de obsidiana. Uno de los principales ob-
re que este grupo solía ser escogido como recipien- jetivos de la guerra era la obtención de cabezas tro-
te de cabezas trofeo. La mitad de los cráneos de feo, como se deduce de las escenas de decapitación
adulto presentaba señales de violencia y traumatis- pintadas sobre vasos rituales. Guerreros ricamente
mo craneal, lo que indica que los individuos fueron ataviados sujetan a sus víctimas por el cabello con
capturados en acciones de guerra [10]. una mano mientras las decapitan con un cuchillo
Hoy día, el uso ritual de los cráneos se mantiene durante la batalla. Los nazca tenían una sociedad
en sociedades rurales andinas tradicionales. Dota- políticamente organizada, con jefaturas locales que
dos de poderes mágicos y curativos, los emplean cha- se expandían y luchaban entre sí para obtener un
manes y yatiris, como es el caso de los uru-chipaya mejor acceso al agua, a los sistemas de irrigación y
de Bolivia, para tratar diversas enfermedades [11,12]. a las tierras agrícolas.
En la región amazónica, los indios juruna del Se han encontrado alrededor de 100 cabezas tro-
Alto Xingú utilizan los cráneos-trompeta, que son feo nazca y su proceso de preparación es semejante.
una especie de trompeta o bocina ceremonial for- La cabeza se cortaba con un cuchillo de obsidiana
mada por un cráneo humano sin mandíbula ni mediante un corte que separaba las vértebras cervi-
dientes, con fines ceremoniales. Las cavidades ocu- cales. Después se rompía y se retiraba la base del
lares y nasales se rellenan de brea y sobre la calota cráneo, el foramen magno y parte del hueso occipi-
craneal se coloca un tubo de caña hueco recubierto tal. A través de esta abertura se retiraba el cerebro y
por una espiral de fibra vegetal y adornada con pen- los globos oculares. A continuación se perforaba un
dientes de plumas. agujero en el centro de la región frontal del cráneo,
y en su interior se insertaba una especie de botón
Cabezas trofeo en la sociedad nazca de madera anudado a una cuerda, que servía para
transportar la cabeza trofeo. Los labios eran sella-
La cultura nazca se desarrolló en el sudeste de Perú dos con un par de espinas de huarango y la cavidad
entre el 100 a. de C. y el 700 d. de C., y se caracteri- craneal se rellenaba con paños que contenían trazas
zó por el desarrollo de un sistema hidráulico y de de maíz, cacahuete y piel de cactus.
agricultura intensivos en uno de los parajes más La cuidadosa preparación de las cabezas trofeo
áridos del planeta. La iconografía religiosa que se era el primer paso de un elaborado ritual, cuyo
nos muestra en sus cerámicas y en sus elaborados principal actor era el chamán, que actuaba como
textiles es muy compleja, y en ella aparecen secuen- intermediario entre el mundo espiritual y el huma-
cias en las que se usa ritualmente cabezas trofeo no [15]. Se piensa que este ritual se aderezaba con
humanas. Los nazca enterraban a sus antepasados elementos musicales, sonajeros, tabores y zampo-
en tumbas poco profundas en la arena, revestidas ñas, durante una procesión al santuario de Cahua-
de un armazón con techos de madera de huarango, chi con las cabezas trofeo, y se alcanzaban estados
un arbusto local. Los cuerpos se disponían senta- de trance favorecidos por la ingestión del cactus de
dos, acompañados por vasos de cerámica, ornamen- San Pedro [16]. Estas ceremonias aparecen en imá-
tos, alimentos y armas. En ocasiones, se han encon- genes vívidas en la cerámica nazca, y la mescalina
trado cráneos trepanados y otros deformados in- del cactus de San Pedro desempeñaba un papel fun-
tencionalmente. damental [17,18].
Uno de los hechos más destacados de la socie- El uso individual que se hacía de las cabezas tro-
dad nazca es la frecuente descripción iconográfica feo es desconocido. Pasado un tiempo, las cabezas
trofeo se enterraban en grupos en alijos subterrá- Negro y Tapajós: ‘Había siete picotas que nosotros
neos. Así, en el valle de Palpa se ha encontrado un vimos que estaban en trechos por el pueblo, y en las
alijo con 48 cabezas trofeo agrupadas a modo de picotas clavadas muchas cabezas de muertos, a
ofrenda. En una cerámica nazca se muestra el en- cuya causa le pusimos a esta provincia por nombre
tierro ritual de las cabezas trofeo bajo un montículo la provincia de las Picotas, que duraba por el río
en forma de pirámide, a cuyo lado se encuentra un abajo setenta leguas’.
chamán que porta diversos artilugios rodeado de Otras referencias etnográficas sobre la práctica
vasos de libaciones. del pariua-á (cabezas trofeo) de los mundurucú
La obtención de cabezas trofeo y su enterramien- proceden de Barbosa Rodrigues, quien en 1875 rela-
to ritual encuentra su sentido en un contexto reli- tó cómo los feroces mundurucú, tatuados y pintados
gioso que incorpora el animismo y la creencia en de negro, mataban y decapitaban a sus enemigos, y
espíritus sobrenaturales a través del chamán. Se sus cabezas les servían como cabezas trofeo [22].
piensa que el principal propósito relacionado con la Los mundurucú llevaban un corte de cabello y un
obtención de cabezas trofeo era asegurar la abun- tatuaje transversal en la cara muy característicos.
dancia continuada de las cosechas, por lo que aqué- El proceso de preparación de las cabezas trofeo
llas constituirían una metáfora simbólica de la ferti- mundurucú difería de la técnica empleada por los
lidad, regeneración y renacimiento [13,19]. Esta hi- shuar, pues no había reducción del tamaño de la ca-
pótesis se ve apoyada iconográficamente por diver- beza ni retirada de los huesos del cráneo. Las cabe-
sas escenas de plantas que crecen desde las bocas de zas trofeo mundurucú se dejaban secar, con la piel y
las cabezas trofeo. Éstas simbolizarían la relación el cabello, una vez retiradas las partes blandas, la
entre la sangre, la regeneración y la fertilidad, nece- grasa y el encéfalo a través del foramen magno.
saria en todas las sociedades agrarias tradicionales. Después, la cabeza se sumergía varias veces en un
recipiente con aceite vegetal y urucum (Bixa orella-
na), y posteriormente se colocaba varios días al sol
Cabezas trofeo en el presente etnográfico para secarse o bien se ahumaba. La cabeza se unta-
ba con aceite de andiroba (Carapa guianensis), se
Entre algunas tribus de Ecuador, Perú, Colombia y llenaba su interior de bolas de algodón y se tapaba
Venezuela existía hasta muy recientemente la cos- la boca con resina. En los cabellos, y a ambos lados
tumbre de reducir las cabezas de sus enemigos para de la cabeza, se tejían dos cordones de algodón
conservarlas como trofeo o talismanes mágicos. En adornados con plumas rojas y negras de tucán de
el presente etnográfico, los grupos de reductores de pico negro (Ramphastos vitellinus). En las órbitas
cabezas más conocidos se localizan en Sudamérica, se colocaba una masa de resina y se incrustaba un
y son los mundurucú de Brasil y los shuar (o jíba- diente de un roedor llamado cutia (Dasyprocta agu-
ros) de la Amazonia ecuatoriana, quienes embalsa- ti). De la boca pendían varios cordones entrelaza-
maban ritualmente las cabezas de los enemigos muer- dos, y el más grueso servía para que el guerrero due-
tos por motivos religiosos. ño de la cabeza la pudiese transportar o amarrar a
su cintura [23].
Cabezas trofeo mundurucú En ocasiones se introducía una caña de bambú o
una estaca por el foramen magno para transportar la
Los mundurucú fueron considerados un grupo muy cabeza trofeo en expediciones y en rituales (Fig. 5).
aguerrido y belicoso. Actualmente sobreviven unos La cabeza trofeo era transportada por su dueño tan-
7.500 individuos en los estados brasileños de Pará, to en las incursiones guerreras como en fiestas y ca-
Amazonas y Matto Grosso. Hablan una lengua tupi cerías, pues se pensaba que favorecía la suerte en la
y se autodenominan Wuy jug u. El término mun- caza [22]. Por la noche, la cabeza trofeo se fijaba en
durucú (‘hormiga gigante’) les fue asignado por los una estaca y permanecía cercana a la hamaca donde
indios parintintín debido a sus técnicas de guerra, dormía su dueño. Esta demostración era un testimo-
pues en el combate se alineaban como un grupo nio del coraje y valentía del guerrero, y servía de avi-
compacto de hormigas [20]. so a cualquier potencial invasor del territorio.
Los mundurucú eran famosos porque exponían El ritual del pariua-á se iniciaba con la prepara-
las cabezas trofeo en las proximidades de sus caba- ción de la cabeza trofeo y duraba, al menos, tres es-
ñas. El fraile dominico Gaspar de Carvajal [21], en taciones de lluvia (de tres a cinco años). Los dientes
su crónica Relación del nuevo descubrimiento del se extraían durante la confección de la cabeza tro-
famoso Río Grande de las Amazonas, describió la feo, y se usaban para fabricar un cinturón que se
siguiente costumbre cuando navegaba entre los ríos empleaba en un ritual llamado pariuate-ran (pa-
riuate, enemigo; ran, cinturón). Una vez confeccio- los shuar, llamadas tzantzas, impactaron a los con-
nada la cabeza, se entregaba el cinturón de algodón quistadores. El cronista Gonzalo Fernández de Ovie-
adornado con los dientes de la cabeza al guerrero do, en su obra Historia general y natural de las In-
vencedor y dueño de ella en una fiesta ritual, pasa- dias, ya relató que ‘los indios jíbaros del Ecuador
do casi un año de la obtención de la cabeza. La eta- acostumbraban reducir las cabezas o tzanzas, las
pa ritual final sucedía al final de la tercera estación cuales creen que son de muy buena suerte y tienen
de lluvias, donde se celebraba una nueva fiesta a la poder mágico’.
que se invitaba a grupos mundurucú de la vecin- Se dice que los shuar organizaban incursiones y
dad. En esta última celebración se escenificaba la partidas de guerra en los territorios de tribus veci-
caza de las cabezas de los enemigos y los guerreros nas para obtener tzantzas. El guerrero vencedor te-
adultos debían seguir una serie de preceptos, como nía derecho a cortar la cabeza del enemigo vencido,
la abstinencia sexual. y posteriormente la reducía de tamaño en una serie
El dueño de la cabeza trofeo tenía una serie de de rituales. La reducción de cabezas de monos cons-
privilegios, ya que era honrado y alimentado por la tituía una parte del entrenamiento de los más jóve-
tribu durante todo el período de realización del ri- nes con el fin de aprender la técnica a aplicar en las
tual. Pero, al final de él, el valor simbólico de la ca- cabezas humanas.
beza trofeo se perdía, el guerrero regresaba a su La práctica de cerrar los orificios del rostro es tí-
vida normal y terminaban sus privilegios adquiri- pica de las tzantza shuar y no se observa en las ca-
dos [23]. Las cabezas de los enemigos perdían su bezas mundurucú. El cierre de los orificios faciales
poder espiritual al término de este ritual, pasados guarda relación con el aprisionamiento del alma del
cuatro o cinco años, y eran descartadas. muerto en el interior de la cabeza. Para los shuar, el
El estudio tomográfico de la cabeza trofeo mun- espíritu del individuo reside en su cabeza, y aqué-
durucú del Museo Nacional de Río de Janeiro ha llos que han muerto en combate pueden volver para
mostrado la ausencia de encéfalo y de duramadre. vengarse del guerrero victorioso. Sin embargo, si se
La cavidad craneal se encontraba vacía, excepto por corta y reduce de tamaño la cabeza del enemigo
la presencia de una estructura en forma de cordón vencido, se consigue encerrar en ella su alma e im-
que ocupaba la fosa posterior. La ausencia de dura- pedir su regreso. En el mundo espiritual shuar, el
madre demuestra que hubo una limpieza intencio- espíritu de la persona muerta, arútam, es recibido
nal del contenido endocraneal. No había fractura por otro ser humano, habitualmente su hijo o su
de la base de cráneo, lo que indica que el encéfalo nieto, para perpetuar un ciclo vital indefinido. Por
se retiró a través del foramen magno. En las órbitas ello, la posesión de una tzantza implica la apropia-
se apreciaba un material amorfo en cuyo interior ción simbólica del enemigo muerto en combate.
estaba incrustado un diente de roedor, probable- El proceso de elaborar una tzantza conlleva va-
mente cutia. En la boca no había indicios de denti- rios actos rituales. Toda la ceremonia va acompa-
ción. La cabeza trofeo no era de un individuo mun- ñada de cantos, oraciones y conjuros. El ritual se
durucú, ya que no portaba el tatuaje característico iniciaba una vez que los guerreros retornaban de
de esta tribu [23]. una incursión a su campamento base con las cabe-
Los mundurucú, además de cortar las cabezas zas decapitadas. En primer lugar, se hacía una inci-
de los enemigos, también lo hacían con los guerre- sión desde las orejas hasta la base del cráneo y se
ros miembros de su tribu que fallecían durante un desollaba, separando completamente la piel de la
combate lejos de su aldea. En este caso transporta- cabeza y el rostro del cráneo. Empleaban punzones
ban la cabeza del difunto a la casa de su familia, la de madera para retirar los restos de cartílago de la
colgaban, y tras una ceremonia en la que los guerre- nariz y orejas, y para enuclear los globos oculares.
ros juraban vengar su muerte, se enterraba en el Este proceso duraba en manos expertas unos 15 mi-
suelo de la vivienda [24]. nutos. El cráneo, cerebro, globos oculares y demás
partes blandas se eliminaban.
Las tzantza shuar En una segunda fase del ritual se recogía agua
del río, se vertía en un vaso ritual de cerámica de
Los shuar o jíbaros habitan diversas áreas de la Ama- unos 50 cm de diámetro, y se hacía hervir junto con
zonia ecuatoriana y peruana, y su población actual cortezas, hojas y plantas ricas en tanino y el jugo de
se estima en 80.000 individuos. La palabra jíbaro una liana llamada chinchipi. En ese momento, el lí-
fue usada por los conquistadores españoles y tiene der del grupo introducía los restos de la cabeza, piel
su origen en la palabra shuar ‘xivar’, que significa y cabellos varias veces en el agua, hasta que final-
gente. La visión de las cabezas trofeo reducidas de mente depositaba la piel desollada y la dejaba her-
motivación ritual o religiosa, que actualmente se hace cefaleas entre los aborígenes de Tierra de Fuego. Comparación
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Introduction. The skull cult is a cultural tradition that dates back to at least Neolithic times. Its main manifestations are
trophy heads, skull masks, moulded skulls and shrunken heads. The article reviews the skull cult in both pre-Columbian
America and the ethnographic present from a neuro-anthropological perspective.
Development. The tradition of shaping and painting the skulls of ancestors goes back to the Indo-European Neolithic
period (Natufian culture and Göbekli Tepe). In Mesoamerica, post-mortem decapitation was the first step of a mortuary
treatment that resulted in a trophy head, a skull for the tzompantli or a skull mask. The lithic technology utilised by the
Mesoamerican cultures meant that disarticulation had to be performed in several stages. Tzompantli is a term that refers
both to a construction where the heads of victims were kept and to the actual skulls themselves. Skull masks are skulls
that have been artificially modified in order to separate and decorate the facial part; they have been found in the Templo
Mayor of Tenochtitlan. The existence of trophy heads is well documented by means of iconographic representations on
ceramic ware and textiles belonging to the Paraca, Nazca and Huari cultures of Peru. The Mundurucu Indians of Brazil and
the Shuar or Jivaroan peoples of Amazonian Ecuador have maintained this custom down to the present day. The Shuar
also shrink heads (tzantzas) in a ritual process. Spanish chroniclers such as Fray Toribio de Benavente ‘Motolinía’ and
Gaspar de Carvajal spoke of these practices.
Conclusions. In pre-Columbian America, the tradition of decapitating warriors in order to obtain trophy heads was a wide
spread and highly developed practice.
Key words. Body mutilation. Mundurucu. Ritual. Shuar. Trophy heads. Tzantza.