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I.

Descripción pieza
escultórica
Desde la primera edición del
Seminario Internacional
(efectuado en noviembre de
2021), el Instituto Mexicano de
Estudios Estratégicos en
Seguridad y Defensa Nacional
(IMEESDN) hace entrega de un
reconocimiento a investigadores
de primer nivel, por su
participación en las actividades
académicas del Instituto.

Figura 1: Escultura elaborada por


el maestro Pedro Ponzanelli
Descripción pieza escultórica
El distintivo es una pieza escultórica, diseñada por el maestro Pedro
Ponzanelli, reconocido artista cuya obra se encuentra en México y en
el extranjero; destacan el bi-escultórico en homenaje a Frida Kahlo y
Diego Rivera y la restauración del Monumento a la Madre.

La escultura está basada en la heráldica del IMEESDN, escudo


diseñado por el Coronel Fuerza Aérea Controlador de Vuelo Genaro
García Solís y el Capitán Segundo Dibujante Esteban García (+),[1]
donde sobresale la figura del dios mesoamericano Quetzalcóatl, una
deidad antigua que se representó en frescos, esculturas, códices y
múltiples objetos artísticos, procedentes de las ciudades mayas, los
mixtecas de Oaxaca y del Altiplano Central.

Grecas aztecas Mapamundi


Ratifican nuestra pertenencia a Proyección geográfica de la
una raza guerrera experta en esfera terrestre que representa
artes bélicas. el ámbito de estudio y su nivel
estratégico.

Macahuil
Alfil
Arma representativa de los
aztecas que simboliza a las Símbolo del conocimiento
Fuerzas Armadas estratégico de la clase militar

Libro Quetzalcóatl

Simboliza los conocimientos Representa al dios azteca del


heredados y disponibles para la aprendizaje, la sabiduría y el
preparación profesional. conocimiento.
Figura 2: Heráldica del IMEESDN

Asimismo, en la cara principal de la pieza destaca el glifo denominado


atl tlachinoli; los especialistas en cultura náhuatl lo han traducido
como “el agua, los campos incendiados”, “agua quemada o agua
hirviente”, con ello hacían alusión a la práctica de la guerra.[2] La
intención de Ponzanelli de incluir este antiguo símbolo en la escultura
se debe a su significado cosmogónico. Los mexicas plasmaron el atl
tlachinolli en sus representaciones sobre la fundación de Tenochtitlán;
el artista la retomó del Teocalli de la Guerra, un monolito que en la
actualidad se encuentra en el Museo Nacional de Antropología.
1. Llamada telefónica efectuada el lunes 26 de septiembre de 2022 al Coronel F.A.C.V. D.E.M.A.
Genaro García Solís, actual director de la Escuela Militar de Especialistas de la Fuerza Aérea,
perteneciente al Colegio del Aire.
2. Enrique Florescano, Etnia, Estado y Nación. Ensayo sobre las identidades colectivas en
México, México, Taurus, 2001, p. 119.
De acuerdo con Ponzanelli, el
escudo nacional actual
conserva varios elementos que
se representaron en las obras
plásticas que describían la
fundación de la capital del
imperio mexica.[1] Destacan
los elementos de agua y fuego,
ambos brotando del pico de
un águila real, ave vinculada
con el Sol, la cual se encuentra
parada sobre un nopal. En las
Figura 3: Glifo nahua de la guerra,
representaciones antiguas, la denominado atl tlachinoli, cara frontal
cactácea tenía en sus pencas de la pieza escultórica.
corazones humanos en lugar
de tunas y, a la vez, su raíz se El mérito del artista consiste en
hundía en el pecho del mítico retomar y armonizar los
noble mexica Copil. símbolos originarios, para que
El escudo nacional oficial hoy formen parte de la identidad de
conocido ha sustituido al este Centro de Estudios de alto
personaje sacrificado por un nivel. De esta manera, se
islote, los corazones humanos conjugan los emblemas de la
por tunas y el atl tlachinolli por sabiduría y la guerra, para
una serpiente de cascabel, lo conformar una armónica
cual indica las iconografía que describa los
transformaciones culturales alcances y las metas
suscitadas a lo largo del intelectuales del Instituto.
tiempo.

[3] Pedro Ramírez Ponzanelli et al., México en busca de su significado, México, Cámara de
Diputados/ LXII Legislatura, 2017, pp. 10-11.
Representación de la

fundación de Tenochtitlán Escudo nacional


(Copil)

Águila: simboliza el Sol Águila: simboliza el Sol, alusión al fuego.

Tenochtli: Representa el ámbito


Atl tlachinolli: agua y fuego
acuático.

Cuadro 1. Águila sobre el nopal que nace de Copil y el Escudo Nacional actual [4]

II.Quetzalcóatl: deidad de la civilización


mesoamericana
Quetzalcóatl, la “serpiente emplumada”, es el dios mesoamericano
por excelencia. Los rituales hacia este numen se efectuaban en
regiones muy diversas, abarcando desde la actual península de
Yucatán hasta el Altiplano Central. Se le representó en grandes
esculturas, sobresaliendo el templo de Quetzalcóatl de Teotihuacán,
los bajorrelieves de la pirámide de la Serpiente Emplumada de
Xochicalco y el castillo de Chichén Itzá.

[4] Ponzanelli, México en busca…, p. 11.


Asimismo, en México-Tenochtitlán se le consideraba la deidad
tutelar del Calmecac, ya que en su advocación de Ehécatl-
Quetzalcóatl, divinidad considerada por los mexicas como creador
de la humanidad y héroe civilizador, era quien revelaba a los
tlamatinime (los sacerdotes encargados de la enseñanza en el
Calmecac) todos los arcanos de la sociedad, de la naturaleza y de lo
divino; incluso, sostiene Miguel León-Portilla, fueron “numerosos
tlamatinime que a la sombra de Quetzalcóatl —símbolo del saber
náhuatl— prefirieron encontrar el sentido de su vida en un plano
intelectual”.[5]

Figura 4: Fachada del Templo de Quetzalcóatl en Teotihuacán. Según la


interpretación de Alfredo López Austin, Leonardo López Luján y Saburo Sogiyama
la Serpiente Emplumada se representa junta a Cipactli, un monstruo semejante a
un cocodrilo, el cual representa la Tierra. Ambos seres fantásticos conforman la
escena del surgimiento del mundo y del tiempo.

Las representaciones de esta divinidad se encuentran en urbes


que tuvieron su apogeo en las diferentes etapas de Mesoamérica:
el preclásico, el clásico y el posclásico. Las más conocidas son las
esculturas del Templo de Quetzalcóatl, un imponente edificio
teotihuacano construido en el 150 d.C. En la fachada del inmueble
se narra el papel fundamental de la serpiente emplumada, la cual
se consideraba uno de los artífices del surgimiento del mundo; se
le halla en un entorno acuático junto con el monstruo Cipactli, una
criatura semejante a un cocodrilo que carece de mandíbula
inferior.
[5] Miguel León-Portilla, La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, 11ª ed., México,
UNAM/IIH, 2017, p. 376.
De acuerdo con los mitos Esta tradición se conservó aún
mesoamericanos de la creación, en la época de los mexicas; los
la tierra emergió de un mar instructores del Calmecac
primigenio; y, en este acto afirmaban que dicho dios les
fundacional, se encontraba había enseñado a interpretar los
Quetzalcóatl; por lo tanto, se le signos de la naturaleza que
atribuía ser el iniciador del conducían los destinos de los
tiempo.[6] hombres. Ese saber lo
El numen esculpido en el recopilaban en el Tonalámatl, “o
templo, a la vez, era considerado libro de la sabiduría cuyo
“el gran iniciador de las cosas compendio global denominaban
del mundo de los hombres, y Tonalpohualli […]”.[8]
extractor de secretos y riquezas El conocimiento era una
del mundo de los dioses”.[7] atribución de la serpiente
Dicho de otra forma, emplumada; fue un rasgo que
Quetzalcóatl había creado la inspiró a gobernantes toltecas y
civilización, porque entregó los mexicas, para emplear la
dones del conocimiento a los indumentaria de Quetzalcóatl en
sabios. momentos especiales.

III. Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl y Ahuítzotl


Entre los gobernantes del México antiguo que utilizaron el nombre o
la indumentaria de Quetzalcóatl cabe destacar a Ce Ácatl Topiltzin
Quetzalcóatl, un personaje casi mítico, y al Huey Tlatoani Ahuítzotl el
Grande, reconocido por haber logrado la máxima expansión del
imperio mexica. A Topiltzin Quetzalcóatl se le atribuía el
florecimiento cultural y artístico de la ciudad de los Atlantes; se le
reputó como un rey sabio y justo; a la vez, tenía una gran destreza
como guerrero. Dicho de otro modo, se le concebía como el
arquetipo de hombre de Estado.[9]

[6] Alfredo López Austin, Leonardo López Luján y Saburo Sugiyama, “El templo de
Quetzalcóatl en Teotihuacán, su posible significado ideológico”, Anales del Instituto de
Investigaciones Estéticas, vol. XVI, núm. 62, agosto de 1991, pp. 40-42.
[7] Ibidem., p. 41.
[8] Virginia Aspe Armella, “Sobre filosofía y sabiduría en un texto náhuatl y uno de Aristóteles”,
Memoria XVIII Encuentro Nacional de Investigadores del Pensamiento Novohispano, San
Luis Potosí, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2005, p. 589.
[9] Enrique Florescano, “La saga de Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl”, La Jornada, 13 de mayo
de 2003. Disponible en: https://www.jornada.com.mx/2003/05/13/quet-saga.html (consultado
el 24 de septiembre de 2022).
Sobre este mítico gobernante aún no se ha encontrado evidencia
arqueológica. Lo que se conoce de los soberanos toltecas, que
emplearon las efigies de Quetzalcóatl, es que se destacaron por ser
grandes guerreros, los relieves que sobreviven de aquel tiempo los
representan en batalla; hay que recordar que la Tula histórica se
caracterizó por ser un imperio militarista.

Figura 5: Monolito de Ahuítzotl, Museo Nacional de Antropología.

Si bien la evidencia disponible con respecto a los dignatarios


toltecas no permite afirmar que aparte de la guerra también
impulsaban las ciencias y las artes, el caso mexica, mucho más
documentado, aporta los elementos necesarios para saber que un
gobernante empleaba la efigie de Quetzalcóatl en situaciones
especiales. Se sabe que el Tlatoani Ahuítzotl, reconocido por sus
hazañas militares, se colocó los atavíos de Quetzalcóatl en 1499;
con ello, conmemoraba la construcción de un acueducto que
trasportarían agua a Tenochtitlán, desde los manantiales
localizados en Coyoacán.[10] El abastecimiento del líquido vital,
para una ciudad que contaba con más de 70,000 habitantes,
requería de una planeación precisa y, desde luego, de una clara
política de lo que hoy conocemos por desarrollo.

10] Charles R. Wicke, “Escultura imperialista mexica: el monumento del Acuecuexcatl de


Ahuítzotl”, pp. 55-57. Disponible en
https://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/pdf/ecn17/265.pdf
(consultado el 24 de septiembre de 2022).
Entre los vestigios de esa obra hidráulica, hoy sobrevive un
monolito (resguardado en el Museo Nacional de Antropología),
que tiene esculpida una escena, donde se aprecia al Tlatoani
realizando actos de autosacrificio y vestido con los emblemas de
Quetzalcóatl; y justo atrás del emperador aparece la figura de la
serpiente emplumada.
Debido a sus cualidades intelectuales y guerreras, la serpiente
emplumada es la figura central de la heráldica del IMEESDN. Se
le relacionaba con la forma de conocimiento más elevada que
existía en el México antiguo, aquella que cultivaban los sabios del
Calmecac; por lo tanto, solo algunos podían portar sus
emblemas, como era el caso de los gobernantes, quienes,
además de atender los asuntos de Estado, también se ocupaban
directamente de la guerra; por ende, Quetzalcóatl fue la deidad
representativa de los gobernantes de Tula y el más grande
conquistador mexica, el Tlatoani Ahuítzotl, utilizó sus emblemas
cuando resolvió el abastecimiento de agua potable para la
populosa Tenochtitlán.

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