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PARA TENER EN CUENTA….

 Su desarrollo tiene su propia lógica y muchas de sus conductas “alteradas” son de


formas de enfrentar el mundo desde su manera especial de ver y percibir.
 Su edad emocional es inferior a la cronológica. No hay que sorprenderse de un
comportamiento inmaduro.
 Proteger al estudiante antes, durante y después de clase
 Anticipar cada situación de aprendizaje. El orden y estructura los hace sentirse seguros,
evita que se estresen.
 Es fundamental para ellos que los mensajes sean breves y precisos, ya que el estudiante
no siempre recibe los mensajes y avisos que van dirigidos a toda la clase. Si es necesario
hay que repetirle el mensaje a él personalmente.
 Su comprensión del mundo que le rodea es literal. Les resulta difícil comprender el
sentido de muchas cosas, por eso debemos evitar frases ambiguas o metafóricas.
 Es raro que mientan o actúen con malicia. Son muy sinceros y leales. A veces otros
alumnos se aprovechan de su inocencia.
 Si en la clase sus respuestas son demasiado cortas, puede deberse a su interpretación
literal de la pregunta.
 Sus actos son más lentos que los demás. Algunas tareas sencillas les resultan difíciles:
escribir, atar los cordones, trazar una recta con regla, realizar cuadros, etc. no hay que
insistir en que haga lo que no puede.
 Su escritura suele ser poco legible. Si es necesario, ofrecerle un modo alternativo (por
ejemplo, usar dispositivos alternativos).
 Se sienten muy cómodos siempre, con lo ordenado y tranquilo.

 Hablarles con naturalidad, respetar sus tiempos de soledad, pero no dejarlos solos

 Respetar su ritmo, generalmente necesitan más tiempo para hacer realizar sus
actividades, exámenes y/o ejercicios.

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