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Introducción a las infecciones por hongos

Paschalis Vergidis , MD, MSc, Mayo Clinic College of Medicine & Science

Los hongos son organismos vivos, pero no son ni plantas ni animales. Algunos hongos causan
infecciones en las personas:
Aspergilosis
La aspergilosis es una infección, principalmente de los pulmones, causada por el hongo
Aspergillus. Los afectados pueden no tener síntomas o presentar expectoración de sangre,
fiebre, dolor torácico y dificultad respiratoria. Si los hongos se extienden al hígado o a los
riñones, pueden producir disfunción en dichos órganos. El diagnóstico suele basarse en los
resultados del cultivo de una muestra de material infectado y, a veces, en una radiografía o
una tomografía computarizada. Se realiza un tratamiento con fármacos antifúngicos, y en
algunos casos es necesaria la cirugía para extirpar las bolas de hongos.
Blastomicosis
La blastomicosis es una infección principalmente de los pulmones, causada por el hongo
Blastomyces dermatitidis. Los afectados tienen fiebre, escalofríos y sudoración profusa, y
algunas veces dolor torácico, dificultad respiratoria y tos. La infección puede propagarse a la
piel, los huesos, los aparatos reproductivo y urinario, y las membranas que recubren el
encéfalo, produciendo inflamación, dolor y otros síntomas. Se obtiene una muestra de esputo
o de tejido infectado y se envía al laboratorio para su cultivo; además, se realiza una
radiografía torácica. Deben tomarse fármacos antimicóticos durante meses.
Candidiasis
La candidiasis es una infección por hongos producida por diversas especies de levaduras
Candida, especialmente Candida albicans. El tipo más común de candidiasis es la infección
superficial de la boca, la vagina o la piel, que produce placas blancas o rojas y prurito,
irritación o ambas cosas. Las personas cuyo sistema inmunitario está debilitado pueden sufrir
infecciones graves del esófago y de otros órganos internos. Una muestra de material
infectado se examina al microscopio y se envía al laboratorio para realizar un cultivo. Los
fármacos antimicóticos pueden administrarse directamente en la zona afectada o por vía oral, pero las
infecciones graves requieren fármacos por vía intravenosa.
Coccidioidomicosis
La coccidioidomicosis es una infección, generalmente de los pulmones, causada por el hongo
Coccidioides immitis o bien Coccidioides posadasii. La inhalación de esporas del hongo provoca la
infección. Si es leve, la infección pulmonar produce síntomas parecidos a los de la gripe, y en
ocasiones disnea, pero la infección puede empeorar y propagarse por todo el organismo y dar lugar a
diversos síntomas. El diagnóstico se confirma al indentificar el hongo en las muestras de material
infectado analizadas al microscopio o en un cultivo. El tratamiento consiste en medicamentos
antifúngicos.
Criptococosis
La criptococosis es una infección causada por el hongo Cryptococcus neoformans o Cryptococcus
gattii.
Las personas pueden no presentar síntomas o tener dolor de cabeza y confusión, tos y dolor torácico,
o una erupción, dependiendo de la localización de la infección. El diagnóstico se basa en el cultivo y el
examen de las muestras de tejido y fluidos. Los antifúngicos se administran por vía oral o, si la
infección es grave, por vía intravenosa.
Histoplasmosis
La histoplasmosis es una infección causada por el hongo Histoplasma capsulatum. Afecta
principalmente a los pulmones, aunque en ocasiones se extiende a todo el organismo. La
histoplasmosis se contrae al inhalar esporas del hongo. La mayoría de las personas no presentan
síntomas, pero algunas sienten malestar y tienen fiebre y tos, algunas veces con dificultad
respiratoria. En ocasiones la infección se disemina, provoca un aumento de tamaño del hígado, el
bazo y los ganglios linfáticos, y daña otros órganos. El diagnóstico se basa en el cultivo y el examen de
las muestras de tejido y fluidos. La necesidad de tratamiento con fármacos antimicóticos depende de
la gravedad de la infección.
Mucormicosis
Diferentes tipos de mohos pueden provocar mucormicosis, una infección por hongos. Mucormicosis
se adquiere cuando las esporas producidas por el moho se inhalan o, con mucha menor frecuencia,
cuando entran en el cuerpo a través de un corte u otra herida en la piel. Produce dolor, fiebre y en
ocasiones tos, y puede destruir estructuras faciales. Los médicos diagnostican la infección
identificando el hongo en muestras de tejido. A la mayoría de las personas se les administran altas
dosis de anfotericina B por vía intravenosa, y el tejido infectado y muerto se retira mediante cirugía.
Paracoccidioidomicosis
La paracoccidioidomicosis (blastomicosis sudamericana) es una infección causada por el hongo
Paracoccidioides brasiliensis. Las esporas del hongo, que crecen en el suelo, pueden inhalarse. La
mayoría de las personas afectadas no presentan síntomas, pero, si llegan a presentase, suelen
aparecer años después de la inhalación del hongo. La paracoccidioidomicosis suele provocar tos,
fiebre, sensación de falta de aire y dificultad para respirar, pero puede provocar úlceras, hinchazón de
los ganglios linfáticos y, en algunos casos, dolor abdominal. Los médicos diagnostican la infección
identificando el hongo en muestras de tejido. Los médicos suelen tratar la paracoccidioidomicosis con
el medicamento antifúngico itraconazol.
Esporotricosis
La esporotricosis es una infección causada por el hongo Sporothrix schenckii. La infección se desarrolla
cuando los hongos entran en el organismo a través de una herida punzante. Normalmente se infectan
la piel y los ganglios linfáticos de la zona, lo que produce protuberancias en la piel e inflamación de los
ganglios linfáticos. En raras ocasiones se infectan los pulmones, las articulaciones u otras partes del
organismo. El diagnóstico requiere el cultivo de una muestra de tejido infectado y la identificación del
hongo. El itraconazol se usa para tratar la mayoría de las infecciones, pero se necesita anfotericina B
para las infecciones sistémicas.

Infecciones cutáneas
Los hongos suelen vivir en zonas húmedas en las áreas húmedas del cuerpo donde dos superficies
cutáneas entran en contacto: entre los dedos de los pies, en la zona genital y debajo de las mamas.
Las levaduras y los mohos son tipos de hongos.
 Candida y Malassezia furfur son levaduras que causan infecciones fúngicas comunes.
 Epidermophyton, Microsporum, y Trichophyton son dermatofitos que causan infecciones
fúngicas. Los dermatofitos son mohos (un tipo de hongos).
Muchos de estos hongos viven solo en la capa más externa de la piel (estrato córneo) y no penetran
más profundamente.
Las personas obesas son más propensas a sufrir estas infecciones porque tienen un exceso de pliegues
cutáneos; especialmente si la piel situada en el interior de un pliegue cutáneo se irrita y se desprende
(intertrigo). Los diabéticos también suelen ser más propensos a los hongos.
Por extraño que parezca, las infecciones fúngicas en una parte del cuerpo pueden causar erupciones
en partes no infectadas. Por ejemplo, una infección micótica en el pie puede causar una erupción
abultada y pruriginosa en los dedos de la mano. Estas erupciones, llamadas reacciones dermatofítides,
son reacciones alérgicas al hongo. No se producen por tocar la zona infectada.

Diagnóstico de las infecciones fúngicas de la piel


 Raspados cutáneos o cultivos
Se supone que existe una infección micótica al visualizar una erupción rojiza, irritada o escamosa en
una de las zonas donde la afectación es frecuente.
Por lo general, el diagnóstico de una infección micótica cutánea se confirma mediante el raspado de
una pequeña porción de piel para examinarla con el microscopio o colocarla en un medio de
cultivo donde los hongos en cuestión podrán crecer, de modo que sea posible identificarlos.

Tratamiento de las infecciones fúngicas de la piel


 Medicamentos antifúngicos
 Medidas para prevenir la humedad

Las infecciones fúngicas suelen tratarse con fármacos antimicóticos, que habitualmente se aplican
directamente sobre la zona afectada (denominados fármacos tópicos). Los medicamentos tópicos
pueden incluir cremas, geles, lociones, soluciones o champús.
Los fármacos antimicóticos también pueden tomarse por vía oral.
Además de fármacos, pueden utilizarse medidas para mantener secas las zonas afectadas, como usar
polvos de talco o llevar zapatos de punta abierta.
Los corticoesteroides pueden ayudar a aliviar la inflamación y el prurito causados por algunas
infecciones, pero solo deben utilizarse cuando sean prescritos por un médico.
Los hongos tienen dos posibles formas de reproducción y crecimiento:
 Levaduras: células redondas únicas
 Mohos: organismos compuestos por múltiples células que forman unos hilos largos y
delgados llamados hifas

Algunos hongos existen en ambas formas durante su ciclo de vida. Estos hongos se denominan hongos
dimórficos. Los hongos crecen a menudo en la tierra y el material en descomposición de las plantas.
Muchos hongos, como el moho del pan y las setas, se ven a simple vista. Los hongos se reproducen
diseminando esporas microscópicas, que suelen estar presentes en el aire y la tierra, por lo que
pueden ser inhaladas o entrar en contacto con la superficie del cuerpo, principalmente con la piel. Por
lo tanto, las infecciones fúngicas suelen iniciarse en los pulmones o en la piel. De la amplia variedad
de esporas que se depositan en la piel o que son inhaladas por los pulmones, la mayoría no causan
infección. Algunos tipos causan infección solo en las personas que presentan alguna de las siguientes
características:
 Sistema inmunitario debilitado
 Material extraño, como dispositivos médicos implantado en el cuerpo (por ejemplo,
prótesis articulares y válvulas cardíacas artificiales)
El sistema inmunológico puede verse debilitado cuando las personas toman fármacos que lo
deprimen (inmunodepresores), como antineoplásicos (quimioterápicos) o fármacos para prevenir el
rechazo a un órgano trasplantado, o bien cuando padecen un trastorno que causa inmunodeficiencia,
como el sida. Las personas que pasan muchos días en una unidad de cuidados intensivos pueden
desarrollar un sistema inmunológico debilitado debido a diferentes procedimientos médicos,
trastornos subyacentes, desnutrición o una combinación de los anteriores. Excepto en el caso de
algunos trastornos cutáneos superficiales, las infecciones fúngicas rara vez se transmiten de persona a
persona.
Las infecciones fúngicas pueden afectar únicamente un área del cuerpo (localizada) o diversas áreas
del cuerpo (sistémica). Las infecciones fúngicas localizadas afectan solo a un área del cuerpo. Suelen
afectar la piel y las uñas, la vagina, o la boca y puede ocurrir en personas que tienen un sistema
inmunológico normal o debilitado. Las infecciones fúngicas localizadas se producen algunas veces
cuando la mezcla de otros microorganismos (por ejemplo, bacterias) que normalmente residen en
ciertas partes del cuerpo (también llamado microbioma) está desequilibrada. Por ejemplo, es normal
que ciertos tipos de hongos (por ejemplo, Candida) estén presentes en las superficies del cuerpo o en
el intestino. Las bacterias que en condiciones normales están presentes en el sistema digestivo y en la
vagina restringen el crecimiento de estos hongos en esas zonas. Cuando una persona toma
antibióticos, pueden ser eliminadas también las bacterias útiles, lo que favorece que los hongos
proliferen de manera incontrolada. El excesivo crecimiento de los hongos provoca síntomas, que
suelen ser leves. Al crecer las bacterias de nuevo, el equilibrio se restablece y el problema, por lo
general, se resuelve.
Las infecciones fúngicas sistémicas afectan órganos como los pulmones, los ojos, el hígado y el
cerebro, además, también pueden afectar la piel. Por lo general ocurren en personas que tienen un
sistema inmunológico debilitado.
Las infecciones por hongos son oportunistas y primarias.
Oportunistas
Las infecciones fúngicas oportunistas aprovechan que el sistema inmunitario está debilitado. Por lo
tanto, por lo general afectan a personas cuyo sistema inmunológico está debilitado por trastornos
como el sida o por medicamentos que deprimen el sistema inmunológico. Las infecciones fúngicas
oportunistas se producen en todo el planeta.
Ejemplos de infecciones fúngicas oportunistas incluyen
 Aspergilosis
 Candidiasis
 Mucormicosis
Las infecciones por hongos oportunistas pueden ser muy agresivas, propagarse rápidamente a otros
órganos y con frecuencia causar la muerte.
Factores de riesgo para el desarrollo de infecciones fúngicas oportunistas:
Uso de fármacos que inhiben el sistema inmunitario
 Quimioterapia
 Corticoesteroides

 Medicamentos para prevenir el rechazo de un trasplante de órganos, como azatioprina,


metotrexato y ciclosporina
 Inhibidores del factor de necrosis tumoral (utilizados para tratar la artritis reumatoide y
trastornos relacionados)
Trastornos
 Sida
 Quemaduras, si son extensas

 Diabetes

 Linfoma de Hodgkin u otros linfomas


 Leucemia
Primaria
Las infecciones fúngicas primarias pueden aparecer en personas con un sistema inmunitario normal, a
veces con consecuencias graves. Estas infecciones se suelen producir después de inhalar esporas de
hongos, lo que puede dar lugar a la aparición de neumonía en los pulmones como primer signo de
infección
El tiempo transcurrido desde la transmisión hasta el desarrollo de una infección varía, puesto que
muchas infecciones fúngicas primarias evolucionan lentamente, es posible que pasen meses o años
antes de que una persona solicite atención médica. Normalmente, si el sistema inmunitario está sano,
las infecciones fúngicas no se propagan a los órganos internos del cuerpo.

Diagnóstico de las infecciones por hongos


 Cultivo y examen de una muestra
 Análisis de sangre

Si el médico sospecha una infección fúngica primaria, le formula al paciente preguntas que pueden
ayudar a establecer el diagnóstico, como las siguientes:
 A dónde ha viajado y dónde ha vivido, para determinar si puede haber estado expuesto
a ciertos hongos, incluso si la exposición tuvo lugar años atrás
 Si está tomando algún tipo de fármaco que deprima el sistema inmunológico
 Si sufre un trastorno que debilita el sistema inmunológico

A continuación el médico obtiene una muestra y la envía al laboratorio para su cultivo y examen al
microscopio. La muestra puede ser de esputo o de sangre pero, algunas veces, los médicos deben
tomar una muestra de los pulmones. Para tomar una muestra de los pulmones, los médicos insertan
una sonda flexible de visualización (llamada broncoscopio) a través de la boca hasta las vías
respiratorias. Se echa un chorro de líquido a través de la sonda y luego se succiona, llevándose
consigo las células y cualquier hongo (u otros microorganismos). En algunos casos se necesita
una biopsia o una cirugía para obtener una muestra.
Si el diagnóstico no está claro, pueden realizarse análisis de sangre. En estas pruebas se
buscan anticuerpos (que son producidos por el sistema inmunológico de la persona como respuesta a
sustancias extrañas, incluidos los hongos), antígenos (moléculas de sustancias extrañas que pueden
desencadenar una respuesta inmunológica en el organismo) u otras pruebas de la presencia de
hongos.
Las pruebas que detectan material genético en los microorganismos también se realizan para algunas
infecciones fúngicas.

Tratamiento de las infecciones por hongos


 Medicamentos antifúngicos

Existen diversos fármacos que resultan eficaces contra las infecciones fúngicas, pero la estructura y la
composición química de los hongos hace que sean difíciles de destruir.
Los antifúngicos pueden aplicarse directamente sobre la micosis de la piel o de otra superficie, como
la vagina o el interior de la cavidad oral; también se administran por vía oral o se inyectan cuando es
necesario tratar infecciones más graves, que suelen requerir un tratamiento de varios meses de
duración.

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