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La Iliada (Adaptación)

(Adaptación del poema épico de Homero)

Personajes:

• Aquiles: jefe de los Mirmidones de Tesalia. CRISTOBAL


• Héctor: príncipe de Troya, esposo de Andrómaca y padre de Astiánax. ALEJANDRO
• Patroclo: amigo de Aquiles, cuya muerte desata su ira sobre Héctor. BRUNO
• Agamenón: hijo de Atreo, rey de Micenas y de Argos, hermano de Menelao y dirigente
de la coalición en Troya. VICENTE
• Paris: príncipe troyano y hermano de Héctor, raptor de Helena. AMARU
• Helena: esposa de Menelao rey de Esparta y hermana de Clitemnestra. BIANCA

• Deidades tales como: Zeus GASPAR, Afrodita RENATA, Atenea AGUSTINA , Hera LAURA,
Apolo IGNACIO, Hefesto.

• Briseida JOSE: sacerdotisa de Lirneso, entregada a Aquiles como botín cuando tomaron
la ciudad.
• Áyax FELIPE: hay dos: uno hijo de Telamón (el grande) y otro de Oileo.
• Néstor FELIPE (Ulises): representante de la sabiduría heredada el primero, y de la
pericia frente a las masas el segundo.
• Príamo FACUNDO y Hécuba FLORENCIA: padres de Héctor, condenados a ver cómo su
hijo elige conscientemente la muerte, así como a prever constantemente cómo su ciudad
pronto arderá y será para siempre destruida.

ARGUMENTO: La guerra de Troya lleva diez años cobrándose las vidas de soldados y
campesinos. Aquiles, el más grande de todos los guerreros griegos, es insultado por el rey
Agamenón, que decide robarle su esclava Briseida sin más motivo que su lujuria. El
orgulloso Aquiles jura no volver a luchar, lo que provoca que los griegos comiencen a
verse superado por los troyanos, comandados por el valeroso Héctor. Una historia donde
los hombres pueden herir a los dioses, donde bestias míticas pueden cambiar el curso de
la batalla, donde un rostro puede hacer zarpar mil naves. Camaradería, honor, amor,
traición... la mayor de las guerras contada tal y como se merece.

ACTO I
Narrador: Todo comenzó con el silencio del amanecer siendo interrumpido por la
estruendosa voz de Príamo, rey de Troya.

Príamo: Mi hijo! Quiero ver a mi hijo… ¡Hécuba!


Hécuba: mira amado mío, nuestro hijo ha nacido, es un varón.
Casandra: Hay que matar a ese niño. Por su culpa arderá Troya. Le he visto en mis
sueños. Mátenlo antes de que sea tarde.
Hécuba: Casandra nunca se equivoca, y tú lo sabes.
Príamo: No dejaré que mi hijo muera indignamente.
Hécuba: yo misma subiré al monte Ida y desde lo mas alto arrojaré su pequeño cuerpo al
vacío.
Príamo: pero Hécuba.
Hécuba: (aparte) Pequeño París, no puedo acabar con tu vida, pero tampoco puedo
permitir que te quedes en Troya, serás entregado a una familia adoptiva para jamás
regresar.

Narrador: Al tiempo, en el Olimpo, se celebraba la boda de la diosa Tetis y peleo, hijo de


Eaco. Solo una diosa no fue invitada: Discordia. EL todo poderoso Zeus no quería líos en
el banquete. Pero aunque discordia no estaba presente, se las ingenió para hacer de las
suyas.

Hera: Y esta manzana recién no estaba aquí (leyendo) “a la mas bella”


Atenea: Por lo que dice, obviamente es mía
Afrodita: Patrañas, todo el mundo sabe que yo soy la más bella.
Hera: JA eso es lo que ustedes creen, querido esposo, es momento de que tu acabes con
esta discusión, ¿cual de nosotras es la mas bella?
Zeus: Mejor será que consulten a otro, conozco un pastor que podrá zanjar este entuerto.
Narrador: aquel pastor no era otro que Paris, aquel niño abandonado por sus padres, que
al crecer entre los pastores se convirtió en el hombre mas deseado sobre la tierra.
Del Origen de la ira de Aquiles y el sueño de Agamenón.
Hera: Si me eliges te haré el hombre mas poderoso…
Atenea: Yo te prometo toda la sabiduría que un mortal podría desear.
Afrodita: yo, en cambio, solo puedo prometerte amor… te daré por esposa a la mujer
mas bella del mundo.
Narrador: eso era todo lo que Paris necesitaba oír, la ganadora fue afrodita… al tiempo
parís fue reconocido como el hijo de Príamo, y retorno a la corte y partió hacia Esparta.
Allí conoció a helena la mas bella de las mortales. Esposa de Menelao, rey de Esparta y
madre de su hija: Hermiona.
Entonces Afrodita cumplió con su palabra y bajo los influjos divinos helena no pudo
resistirse a los ruegos de su joven pretendiente y así fue como helena abandono a su
patria, a su esposos y a su pequeña hija, enceguecida por el amor hacia parís que afrodita
había despertado en su pecho.
Hermiona: donde esta mamá, hace día que no viene a peinarme.
Menelao: Tu madre se ha ido, querida hija, nos ha abandonado.
Hermiona: ¿Pero por que no vas a buscarla? Quiero estar con ella.
Menelao: Esto no quedará así, Agamenón, hermano mío, rey de todos los griegos, la
traición de Paris debe ser duramente castigada. Te ruego que recuperes a Helena para
devolvérmela.
Agamenón: Menelao, hermano mío, puedo sentir tu dolor inmensurable en mi propia
carne. Esta ofensa solo significa una cosa… una nueva guerra nos espera. La mas grande
que ha visto y que vera este mundo.
Narrador: desde las alturas, Atenea y Hera, presas de los celos y las ansias de venganza,
impulsaban a las naves griegas y enardecían la cólera de los hombres.
A pesar de los esfuerzos de Agamenón, Apolo protegía a los troyanos haciendo que la
pelea fuese extensa y equilibrada. Pero Agamenón encontró un punto de quiebre:

Agamenón: y tu bella criatura… ¿Cómo te llamas?

Criseida: Criseida, Señor, Soy hija de crises, sacerdote de Apolo, por favor libérame,
debo cuidar de mi padre.
Agamenón: JAJA cuanta juvenil impertinencia. A partir de ahora serás mi esclava.
Menelao: (entrando) Agamenón, hermano, necesitamos refuerzos.
Agamenón: ya mandé a por Aquiles, es el a quien necesitamos.
Aquiles: Yo, Aquiles, el mas poderoso entre los hombres me dispongo a tus ordenes,
Agamenón, Rey de los griegos. Pero antes debo decirte mi única condición. Debes liberar
a Criseida.
Agamenón: ¡Criseida es mía y tu no tienes autoridad para negármela, ni que fueras un
dios!
Aquiles: si me quieres en tus filas… libérala.
Agamenón: Vuelve con tu viejo Crises mujer, corre antes que me arrepienta… Maldito
engreído, esto no quedara así, te he dado lo que me pediste, ahora deberás
compensarme. Briseida, tu hermosa esclava a partir de hoy será mía.
Aquiles: eso ni lo sueñes.
Briseida (aferrada a Aquiles): ¡No, por misericordia, no me lleven, no quiero ir!.
Aquiles: ¡No la lleven!, ¿por qué la arrebatan de mi lado?
Agamenón: ¡Es una orden!
Aquiles: Codicioso, Algún día, te arrepentirás de no haber honrado al mejor de los
aqueos, me quedaré en mi tienda y no volveré al combate!.

Cuadro 2
Narrador: Aquiles, en su aflicción, invoca a su Madre, la Diosa Tetis, para que ore a su
favor a Zeus, padre de los dioses.
Aquiles: ¡Madre, Agamenón me ha deshonrado, me arrebató la recompensa que tuve
cuando nos apoderamos de la ciudad de Etión!, El átrida me quitó a mi Briseida. ¡Madre, si
puedes, honra a tu hijo!, ¡habla con Zeus!
Narrador: En el Olimpo, la Diosa Tetis, accede a hablar con Zeus para pedirle el favor de
su hijo Aquiles, para que el Atrida le diera toda clase de honores a éste.

Cuadro 3
En la tienda de Agamenón.
Narrador: Zeus, padre de los dioses, se presenta en sueño al Atrida Agamenón, este
recibe la orden del dios para atacar Troya.
Zeus: Agamenón, es momento de atacar Troya y apoderarse de ella, no pierdas más el
tiempo.
Agamenón (despertándose bruscamente): Tengo que tomar Troya ¡ya! Este es el
momento.
Cuadro 4
En la playa, lugar del combate.
Narrador: Habiendo manifestado su sueño con Zeus a sus soldados, Agamenon ordena dar
comienzo a la toma de Troya y pide consejos a Nèstor y Ulises quienes sabiamente
aconsejaron al Atrida.
Néstor: Hay que reclutar y ver a los mas valientes que tenemos disponibles.
Solo los cobardes huyen ante el primer obstáculo, ustedes deben ser valientes y volver a
la lucha. ¿Como volveremos a la patria derrotados?
Narrador: Todos se devuelven hacia el lugar donde se encuentra Agamenon.
Néstor (aconsejando a Agamenon): Agrupa por tribus y familias así tendremos un ejército
organizado.
Narrador: Los soldados fueron a comer y celebraron los sacrificios en honor a los dioses
para que los libraran de morir en la lid.
Atenea (mirando a los guerreros): ¡luchad sin descanso hijos míos la batalla es vuestra!.
Narrador: Y se abrieron las puertas de Troya donde salio el ejercito comandado por el
valeroso Héctor, para enfrentarse al bravo ejercito de esparta.

ACTO II
Cuadro 1
Narrador: Los Troyanos comenzaron a avanzar dando feroces gritos en cambio los Aqueos
marchaban silenciosos, Paris iba en primera fila desafiando a los Aqueos.
Menelao: Ha llegado el momento del castigo.
-Menelao se baja de su caballo presentándose ante Paris.
Paris: Tengo miedo.
-Paris retrocede y se confunde entre sus amigos.
Héctor: ¡Miserable seductor irresponsable y cobarde! ¡Los dioses te brindaron belleza pero
te negaron valor! Te atreviste a raptar a la bella Helena y no pensaste en la furia de su
marido. Eres el hazme reír de los Aqueos al ver como tiemblas y te escondes entre tus
huestes. ¡Para nada te sirve la belleza sin valor!
Paris: Héctor no me reprendas por los dones que me brindó afrodita. Te haré una singular
proposición. Detén a los Aqueos y a los troyanos. Lucharemos Menelao y yo por Helena,
aquel que gane se llevara las riquezas y a Helena. Luego jugaran paz y amistad y los
griegos volverán a su patria.
Narrador: y habiendo hecho esto Héctor, Menelao accedió. Los soldados dejaron sus
armas en el suelo y se sentaron alrededor para contemplar el duelo. Un soldado corrió a
Troya para avisar al rey Príamo para que presenciara la lid y se cumpliera la promesa.
Príamo (retirándose): No me atrevo a ver a mi hijo luchando con Menéalo. Zeus sabe
quien muere o quien vive.
Narrador: Menelao lucho con entereza y habiendo arrebatado la pelea a Paris este último
fue protegido por Afrodita quien lo conduce al palacio.
Helena: mi primer marido te ha humillado Paris, Te creías superior a Menelao en fuerza y
valentía pero estas equivocado, te aconsejo que no vuelvas a pelear con el si es que en
algo aprecias tu vida.
Paris: No me retes Helena, Menelao conto con el favor de atenea. otro día venceré yo.
Narrador: Mientras decía esto Paris a Helena los griegos festejaban a Menelao como
triunfador cobrando la promesa a los troyanos.

Cuadro 2
En el Olimpo.
Narrador: Los Dioses se reúnen, para conversar y discutir el tema de la guerra de Troya.
Zeus: Hera y Atenea son las protectoras de Menelao solo se contentan con contemplarlo y
no lo defienden ni protegen. En cambio, Afrodita ha protegido a Paris salvándole incluso
su vida. Hay que acordar si conviene que la guerra continué o finalice.
Hera (Irritada): Haz lo que quieras pero no estamos todos de acuerdo. Propongo que se
envíe a Atenea a la batalla para hacer que los troyanos rompan su juramento y así se
ofenderán los Aqueos y seguirá la contienda.
Atenea (Apareciendo entre los soldados): Ahora que tengo el aspecto de un soldado yo
misma haré que este soldado mate a Menelao.
- Atenea se pone al oído del soldado y persuade a este de matar a Menelao.
Soldado: ¿Que me dices?
Atenea: ¡Si! Fama y gloria tendrás si matas a este hombre. Solo tira tu flecha en silencio y
poderoso serás.
Narrador: Habiendo herido gravemente a Menelao todos acudieron en su ayuda.
Agamenon exclamó.
Agamenon: ¡Los troyanos han violado su juramento Zeus los castigara, todos serán derrotados!
ACTO III
Cuadro 1
Narrador: La sangre corría como rió por el suelo, muchos Aqueos y troyanos vieron la luz
del mundo por última vez. Héctor y su gente causaron grandes estragos entre las huestes
griegas y decidió Hera ir a solicitar ayuda a su esposo.
Hera: Es indignante el como Ares ocasiona los cruentos hechos sangrientos de Héctor.
Zeus, permite que aleje a Ares del campo de batalla.
Zeus: Azuza a Atenea para que vaya contra el, es la única que puede herirlo en la guerra.
Narrador: Hera logro herir a Ares. Este subió al Olimpo quejándose de su dolor mientras
Zeus lo reprendió por ser tan pendenciero.

Cuadro 2
Héctor: ¡Madre ruega a Atenea que se apiade de nosotros y que aparte de Ilion al feroz
Diomedes!
Hècuba: ¿Quién es Diomedes?
Héctor: Es aquel que ocasiona nuestra derrota.
Narrador: De hecho Diomedes fue quien, por persuasión de Atenea hirió a Ares.
Héctor (Encontrándose con Paris): ¡Desgraciado, deja tu casa y ven conmigo al campo de
batalla!
Paris: Permanezco en mi morada por que mi corazón esta apesadumbrado. Helena me
convenció de que volviera a la batalla. Espérame, que voy a armarme convenientemente y
salgo a combatir.
- Entra Helena llorando.
Helena: Héctor, cuñado os he traído grandes males y he ocasionado vuestra infelicidad y
la ruina de Troya.
Héctor: Helena anima a Paris a que salga a combatir, los troyanos están impacientes,
ahora voy a mi casa a ver a mi esposa y a mi hijo, pues, ¡talvez los dioses hayan
decretado mi muerte!
Narrador: Héctor se dirige a su casa, esta con su esposa y su hijo, al salir de su casa toma
en Brazo a su pequeño hijo y lo beso en su frente en signo de darle su coraje y valor.
- Paris ya armado sale al encuentro de Héctor.
Héctor: Hermano eres valiente pero te domina la cobardía, vamos juntos al combate a ver
si podemos echar a los Aqueos de Troya.

Cuadro 3
Narrador: Héctor y Paris llegaron al campo de batalla, lucharon con gran ardor y
ocasionaron muchas perdidas. Mientras tanto al darse cuenta la diosa Atenea de que
estaba muriendo muchos Aqueos salio a apoyarlos. Apolo obstaculizo sus designios, el
quería que ganaran la batalla los troyanos.
Apolo: ¿No tienes piedad de los troyanos Atenea? Lo único que quieres es que ganen los
Aqueos, mejor has que Héctor enfrenté a Ayax, el mas valiente después de Aquiles, así
habrá una pequeña tregua.
Atenea: Tienes razón, así lo haré.
Narrador: Y aceptando la contienda Ayax acepto.
- Ayax dice a su gente con voz suplicante.
Ayax: Oren por mi al divino Zeus para derrotar a Héctor.
Narrador (mientras combaten Héctor y Ayax): Ambos contrincantes se enfrentaron y,
mirándose con fiereza se acometieron como hambrientos y salvajes leones. Cuando el
fragor del combate llegaba a su punto álgido:
Zeus: Ya cae la noche y es necesario que se interrumpa la lucha.
Héctor: Dios padre de los dioses, accedo a su petición.
Ayax: Otro día volveremos a paliar hasta que otorguen la victoria a quien les plazca,
ahora es necesario ir a descansar. Te felicito eres un gran guerero.
Hector: es un honor combatir contigo Ayax.

ACTO IV
Cuadro 1
En el Olimpo.
Narrador: Zeus convoca a una reunión urgente de los dioses.
Zeus: ¡Ninguno de ustedes volverá a intervenir en la guerra de Troya, aquel que lo intente
será castigado severamente! Yo decretare como seguirá la contienda de ahora en
adelante.
Afrodita: Apártate Atenea, es su decisión
Atenea: eres una insolente afrodita. Nada de esto hubiera ocurrido si no fuera por tu
vanidad sin limites
Afrodita: ¿Que pasa atenea, has perdido la fe en tu adorado Odiseo?
Atenea: BASTA, yo misma iré a luchar a favor de los griegos, de su lado esta la justicia
Afrodita: si tu lo haces yo defenderé a los míos
Hera: si ustedes van, yo voy.
Zeus: Callen de una vez, arpías, las cosas se harán bajo mis decisiones.

Cuadro 2
En el campo de batalla, en la tiende de Nestor.
Diomedes: Anciano los guerreros te acosan. Enfrentamos ambos al fiero Héctor para que
conozca el peso de mi lanza.
Nestor: Diomedes no hables necedades. Zeus protege a los troyanos hoy y mañana no,
puede conceder la victoria a nuestros hombres hoy y mañana no, nosotros los mortales no
podemos oponernos a los designios de los dioses, mejor volvamos con los nuestros.

Cuadro 3.
- Agamenon suplica a Zeus en el campo de batalla.
Agamenon: ¡Zeus escúchame y apiádate de nosotros! Permite que salgamos con vida.

Cuadro 4
En el Olimpo.
Hera: Tenemos que ayudar a los Aqueos.
Atenea: Héctor ocasiona grandes estragos entre ellos.
Atenea: Me armo y bajo a luchar contra el impetuoso Héctor.
Zeus: Veo que ambas salen a luchar contra mis ordenes. ¡Iris anda y dile que si no
regresan al momento las castigare a las dos por igual!
Narrador: Iris cumple con su misión y entrega el recado a ambas diosas, ellas vuelven al
olimpo y al sentarse entre los dioses:
Zeus (En tono imponente): Les aviso que el valiente Héctor deberá luchar contra Aquiles
por la muerte de Patroclo.

Cuadro 5
En la tienda de Agamenon.
Agamenon: Creo que lo mejor es huir de inmediato, presiento que no tomaremos Ilion.
Diomedes: Si tú quieres irte, ándate, pero nosotros nos quedamos aquí hasta apoderarnos
de Troya, acuérdate que los dioses nos protegen.
Néstor: Hay que convencer a Aquiles para que regrese al combate, su presencia es
indispensable y urgente.
Agamenon: Reconozco que he actuado mal con Aquiles enviare una embajada para el con
regalos fastuosos incluyendo a Briseida. ¡Ayax, Ulises, yo los envío a hablar con Aquiles!,
sean cautos.
Ayax y Ulises: Así será.

Cuadro 6
En la tienda de Aquiles
Aquiles: Amigos, pasen, coman y beban conmigo, que tal vez mañana moriréis. Debo
hacer mucha falta frente a las filas enemigas, porque ustedes han venido personalmente a
buscarme.
Ulises: Tememos que los troyanos nos causen estragos. Héctor está protegido por Zeus,
nos causa graves daños. Tememos morir. Ven, ayúdanos. Te causará pesar y morirás si
no nos ayudas. Agamenon te hará grandes regalos, e incluso a Briseida si accedéis a ir a
pelear.
Aquiles: Ni con eso iré al campo de batalla. Bastantes victorias he conseguido para los
aqueos y nunca he sido bien recompensado y me arrebató hasta a Briseida . ¡No iré de
ninguna manera!.
Narrador: Ulises y Ayax comunican el mensaje al Atrida Agamenón, Agamenón se dio
cuenta de que el ultraje hizo que, sin Aquiles, ellos tenían que enfrentarse solos con
Héctor y el ejército troyano.

ACTO V
Cuadro 1
Campo de Batalla.
- Todos combatiendo. Aquiles observa desde un lugar lejano. En un alto está Zeus
mirando lo que sucede haciendo gestos de ayuda para Héctor.
Narrador: Los Aqueos espiaron a los troyanos para saber qué se veía venir en las
siguientes contiendas. Los troyanos lo intentaron, pero no consiguieron tal efecto, pues el
espía troyano Dolón fue asesinado mientras realizaba tal peligrosa misión, mientras que
Héctor sigue siendo favorecido por Zeus, Padre de todos los Dioses. Durante la contienda
siguiente, Zeus hizo que Agamenón fuese herido, sin embargo, con altruosa valentía
Ulises Salió del campo de batalla airoso, sin embargo, al ver al Atrida herido los griegos
huían despavoridos, la presencia de Aquiles era necesaria.

Cuadro 2
En la tienda de Aquiles
Patroclo (entrando consternado y se pone de rodillas ante Aquiles): Pelida, por favor,
vuelve al campo de batalla, Néstor pide tu presencia, los troyanos queman nuestras
naves.
Aquiles: ja ¿los troyanos están ganando y creen que yo puedo salvarles el pellejo? ¡No
intervendré!, de ninguna manera.
Patroclo: tu rencor hacia Agamenón por robarse a Briseida esta condenando a tus
compañeros.
Aquiles: como te atreves a inculparme, si no fueras mi amigo haría correr tu sangre.
Patroclo: Entonces, déjame ponerme tu armadura, así los troyanos huirán y los aqueos se
animarán, y tendremos momentos gloriosos por un momento.
Aquiles: esta bien, no iré a la batalla pero al menos te puedo dar algo que te servirá, ahí
tienes mi armadura, pero no vayas a Ilión. Ahora, anda amigo mío y ármate.
-Sale Patroclo de la tienda de Aquiles. Este último se arrodilla y reza a Zeus.
Aquiles (en tono de súplica): Padre de todos los dioses, oíste mis palabras cuando te pedí
que derrotaras a los aqueos y dieras victoria a los troyanos. Yo me quedo en mi nave y
mando a mi amigo. Haz que patroclo eche a los enemigos de las naves y regrese sano y
salvo a mi lado.

Cuadro 3
En el campo de batalla.
Patroclo (dirigiéndose a los mirmidones): ¡Mirmidones, mostrad vuestro inigualable
valor! .Vosotros sois los mejores guerreros, como lo es también vuestro jefe Aquiles.
Ahora, Agamenon comprenderá el error que cometió no honrando al más valiente aqueo.
Mirmidones (todos atrás del escenario): ¡Es Aquiles!, ¡ataquemos!, ¡a pelear!, ¡por
Grecia!.
- La batalla se da, mientras se encuentran Héctor y Patroclo disfrazado de Aquiles y
comienzan a combatir.
Narrador: Héctor, protegido por Apolo y aconsejado por él embiste a Patroclo.
Apolo: ¡Héctor!, ¡embiste a ese soldado!, ¡no es Aquiles, sino su amigo Patroclo!.
Héctor (habiendo matado a Patroclo y dirigiéndose a él): ¡Pensabas destruirme a mí y a
mi ciudad, pero en tal misión se te ha ira la vida! Mírame…mi rostro es lo ultimo que
verás.
-Héctor quita la armadura a Patroclo y se la lleva como trofeo a Troya.

Cuadro 4
En una nave está Aquiles observando la contienda. En un alto está Tetis, madre de
Aquiles, observando la escena.
Mensajero: ¡Aquiles, Aquiles! .Tu amigo yace muerto en el campo de batalla. Héctor acabó
con él. Además el Hijo de Príamo se llevó tu armadura como trofeo a la ciudad de Troya.
-Mientras Tetis se acerca al lado de Aquiles, éste llora.
Aquiles (dirigiéndose a Tetis): ¡Madre!, mi amigo ha muerto y por mi culpa, ¡tengo pena,
tengo rabia!, ¡yo lo envié a la contienda y me quedé aquí sin hacer nada! . Iré a buscar a
Héctor, causante de la muerte de Patroclo. Madre, no intentes detenerme, porque no
podrás convencerme.
Tetis (mirando con cariño a su hijo fijo a los ojos): Por ahora Héctor se vanagloria de
tener tu armadura, pero su jactancia no durará mucho. La muerte lo ronda. Mañana te
traeré nuevas armas fabricadas por Hefestos, espera mi regreso y las lucirás en el
combate.

Cuadro 5
En el campo de batalla
Narrador: La noche inundaba el campo de batalla, mientras Héctor instaba a sus hombres:
Héctor: Guerreros míos, vigilad toda la noche. Mañana tendremos un reñido combate
junto a las naves aqueas. Si Aquiles se propone embestirme, lo enfrentaré hasta matarlo.

Cuadro 6
En el campamento griego.
- Los soldados acompañan a Aquiles, depositan el cuerpo de Patroclo. Mientras el Narrador
comenta el hecho.
Narrador (mientras sucede la escena): Los soldados aqueos habían traído el cadáver de
Patroclo, mientras acompañaban a Aquiles, que se lamentaba ante el difunto y juraba que
le haría honrosas exequias sólo cuando consiguiera la cabeza de Héctor, permaneciendo
hasta entonces insepulto. Los soldados lavaron el cadáver, le quitaron las manchas de
sangre y lo ungieron con aceite. Luego, lo envolvieron con un blanco velo y lo depositaron
en el lecho.

ACTO VI
Cuadro 1
De madrugada en la tienda de Aquiles.
-Llega Tetis con la armadura que Hefesto le hizo.
Aquiles: ¡Madre!, nunca vi nada tan hermoso como la armadura que me hizo Hefesto. Al
momento vestiré con ella…
- Tetis interrumpe las palabras de Aquiles.
Tetis (Alzando un poco la voz y luego suaviza su tono mientras le entrega la armadura):
Antes convoca a reunión a los jefes aqueos, harás las paces con Agamenón y luego
ármate y ve a luchar contra los troyanos.

Cuadro 2
En las afueras de la tienda de Aquiles.

Narrador: Aquiles convoca a los aqueos y cuando todos estuvieron reunidos...


Agamenón: tu nos has llamado y aquí estamos glorioso Aquiles, la bella Briseida y todo lo
que es mio será tuyo si aceptas unirte a nuetsra lucha.
Aquiles (dirigiéndose a Agamenón): levántate, un rey no debe postrarse ante nadie. nunca
debimos haber llegado a esta pugna. Todo esto ha sido prejudicial para nosotros y
beneficiosa para Héctor. Hago en este momento, las paces contigo, vuelvo a la contienda.
Incita a los aqueos a que luchen conmigo…No perdamos más tiempo y volvamos a la
lucha, para que el enemigo me vea entre tus combatientes.
- Mientras los aqueos se retiran, Aquiles entra a su tienda y se pone su armadura.
Narrador: Y vistió Aquiles su armadura, se puso coraza, llemo y grebas, colgó de su
hombro la gran espada, embrazó el escudo y cogió su potente lanza. Una vez que estuvo
listo, se fue a dirigir a las primeras filas del ejército.

Cuadro 3
En el campo de batalla.
Escena 1
- En esta escena están los dioses, troyanos y aqueos. En un alto está Zeus. Zeus hace
gestos de convocar a los dioses, los dioses van a su presencia.
Zeus: ¡Tenéis toda libertad de ayudar y proteger a quienes queráis, yo por mi parte,
observaré la contienda desde mi trono! .
Hera: Atenea y yo protegeremos a los aqueos a como de lugar. Y vos Bello Apolo, ¿a
quién defendéis? .
Apolo: Sabes Hera, que mi lucha va a favor de los buenos y románticos troyanos, ellos
nos oran y dan ofrendas agradables. Yo protejo a Héctor.
Afrodita (Apolo): Yo sigo la causa de Troya junto a vosotros.

Escena 2
- Bajan del alto los dioses y se colocan junto a sus protegidos mientras Aquiles en acción
valerosa increpa a sus hombres paseándose entre ellos. En frente están los troyanos
Héctor alienta a sus soldados todos listos para el combate.
Aquiles: ¡Aqueos!, ¡no permanezcan lejos del enemigo!.¡Cada hombre debe atacar a otro
y sentir placer en lidiar, en pelear y matar! .
-Mientras Héctor habla a los suyos.
Héctor: No temáis a Aquiles. Yo saldré a su encuentro y lo mataré.
Troyanos: ¡Siii!, ¡muerte a Aquiles! .
- se enfrentan los ejércitos, los dioses gritan y alientan a sus protegidos.
Atenea: Vamos hijos de Esparta, luchen, luchen.
Apolo: ¡peleen hijos míos, peleen! .
-Se encuentran Héctor y Aquiles. Se ponen a luchar.
Aquiles (al momento de encontrar a Héctor): ¡Tú eres el hombre que mató a mi amigo!
¡Tu hora final ha llegado! .
Héctor: Seré menos mejor guerrero que tú Aquiles, pero nuestras vidas dependen de la
decisión de los dioses.
Aquiles: Apolo te protege, por eso no puedo matarte, pero ya acabaré contigo. Acabaré
con cualquiera que se ponga a mi alcance.

Narrador: Y así, los troyanos y aqueos lucharon apoyados por sus dioses y diosas
favorables a ellos…La guerra se hizo más cruenta y terrible, entretanto, Aquiles seguía
luchando, poseído de una furia incontenible.

ACTO VII
Cuadro 1
Los dioses están en combate junto con troyanos y aquileos.
Narrador: El combate seguía reñido y alborotado. Los dioses habían decidido intervenir en
forma cada vez más directa
- (mientras ocurre la pelea de fondo, los dioses salen delante).
Atenea: ¡Ea que este lo cuido yo!, ¡fuera esta flecha! (con la mano hace desviar una
flecha).
Apolo: ¡No te metas conmigo, que a los troyanos los defiendo yo! .
Afrodita: ¡Te daré tu merecido Atenea! (golpea el escudo de Atenea).
Atenea (cogiendo una piedra): ¡Toma esto necia! (y tira la piedra en el pecho de Ares).
Afrodita (cayendo al suelo): ¡ahhh, maldita eres Atenea!
Atenea: Para que veas, que soy mas poderosa y fuerte que tu..
Afrodita: ¡Ares, te ayudará!
Atenea (se lanza sobre Afrodita): A mi nadie me vence, menos tú.
- Afrodita y Ares caen al suelo.
Zeus (mirando desde el alto y riendo): Jajajajaja que inicuo sois, parecéis niños riñendo
como idiotas.
-Se van los dioses con paso cansado hacia el lugar donde esta Zeus.

Cuadro 2
En las puertas de Troya
Narrador: Habiendo vuelto los dioses donde su padre Zeus, quien reía de sus infantilismos
los aqueos estaba cada vez más cerca de la ciudad. Pero todos los troyanos alcanzaron a
entrar a la ciudad, quedando solo Héctor fuera de Ilion.
Príamo: Héctor hijo por favor entra a la ciudad.
-Héctor se queda inmóvil.
Príamo: Hijo mió no esperes solo a ese hombre que es mucho mas peligroso que tu. Tu
imprudencia te costara la vida, compadécete de mi, de tu madre y de tu esposa.
- Se acerca Aquiles hacia Héctor con gesto de ira y furia.
Héctor (en forma pensativa): Será mejor comenzar esta lucha cuanto antes.
¡No huiré mas, quiero combatir contigo! Lleguemos a un acuerdo, si los dioses permiten
que uno de los dos muera el que queda vivo le hará las exequias.
Aquiles (con gesto de furia): De ninguna manera, tu muerte esta cercana. Atenea me
protege, ella te hara sucumbir, por el dolor que me has dado.
-Y le entierra la espada Aquiles a Héctor.
Héctor (Habiendo caído al suelo y con voz agónica): Te suplico no dejes que me coman los
animales si no que entrega mi cuerpo para que me honren e incineren.
Aquiles: Tú no te acordaste de mí y te llevaste mi armadura, dejare tu cadáver insepulto.
Han ofendido a mi patria quintándonos a Helena, luego has matado a mi amado Patroclo,
ahora dejare que los buitres y los perros mas hediondos se alimenten con la carne de tu
príncipe.
Paris: Hector…hermano mio…
Narrador: Príamo, Hecuba y los troyanos vieron con dolor cómo moría y era ultrajado el
cuerpo de su hijo. Aquiles arrastró el cuerpo de Héctor por el polvoriento suelo bajo los
lamentos de Andrómana, su esposa.

Cuadro 3
Narrador (mientras sucede la escena): Y Aquiles pudo cumplir su promesa y dar honrosas
exequias a Patroclo.
Aquiles: Adios querido Patroclo, pronto nos encontraremos en el hades.
Apolo intervino ante Zeus para dar esquía al cadáver de Héctor a lo que este envió a Iris a
pedir el cadáver e Héctor. Fue dada la recompensa por el cuerpo de este a Aquiles. Príamo
pudo dar los honores correspondientes a su hijo gracias a Aquiles quien obedeció los
designios de Zeus.
Príamo: dichosos los ojos que te ven divino Aquiles. Soy yo priamo y he venido a pedirte
un favor. Te imploro divino Aquiles, déjame llevar su cuerpo de regreso a mi ciudad. Todo
lo que ha sucedido aquí a sido capricho de los dioses. Somos juguetes en sus manos.
Aquiles: tus palabras son sabias viejo piramo, llévate los restos de tu hijo y vete antes de
que me arrepienta.

Narrador: El remordimiento de parís no podía ser apagado. Sin saber que hacer solo pudo
implorar a su dios protector..
Paris: Gran Apolo, dime que hacer.
Apolo: tensa tu arco y apunta al campamento Griego. Yo hare el resto.
(Apolo baja y pelea junto a Paris contra Aquiles)
Narrrador: parís obedeció a apolo, quien hizo su parte guiando la flecha en su camino
hacia el único punto débil de Aquiles y dio en el blanco.
Aquiles: Patroclo me espera.

La muerte de Héctor tajo románticos lamentos de su esposa y del pueblo de Troya


quemando su cuerpo sepultándolo honrosamente y el rey dio un gran banquete fúnebre.
Por un breve lapso, la paz entre troyanos y griegos fue algo posible.
Y estas fueron las exequias realizadas en honor de Héctor, el más valeroso de los
defensores de Troya.
Los giregos por la muerte de Aquiles decidieron usar la mente para crear un plan mas
certero para dar fin a Troya.
Asi entonces construyeron un caballo de madera a modo de ofrenda, donde entrarían los
hombres griegos para una vez dentro de Troya quemar la ciudad.
Helena que había aprendido su error. Nunca debio haber abandonado a su rey melenao.
Su lugar era con los griegos, colaborar con el complot de sus antiguos compañeros era la
única forma de reivindicarse. Y pasada la media noche el ataque ocurrio.
Los griegos fueron cruentos en su venganza. El objetivo era simple: no dejar ni un solo
troyano con vida.
Los troyanos, sin su general, sin su rey, no resisitieron mucho tiempo.
Pronto no quedaba un solo troyano en pie. Hombres, mujeres y niños.
Todos muertos por igual.
Asi lo habían querido los dioses.
Helena fue perdonada, ella pudo volver con Menelao
Los héroes griegos que por tanto tiempo habían luchado hombro a hombro,
Ahora partirían de regreso a sus hogares.
Cada cual con una parte del botín.

Fin

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