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Ofelia Kovacci

Tendencias
actuales
de la
gramática

0
Marymar
TENDENCIAS ACTUALES
DE LA GRAMATICA

Ofelia Kovacci

El marco de referencia de
esta introducción a las teorías
gramaticales del siglo XX es
el estructuralismo. Dentro de
él la gramática ha adquirido
status científico con derecho
propio —se ha constituido co-
mo disciplina puramente lin-
gúística—- dejando de ser sub-
sidiaria de la filosofía o la
psicología. Esta autonomía no
la aísla, sin embargo; por el
contrario, el conocimiento de
la estructura específica del
lenguaje es también la condi-
ción necesaria para la inves-
tigación en otros campos del
saber: las relaciones entre
lengua y pensamiento, el me-
canismo de las afasias, la
comprensión del lenguaje co-
mo fenómeno social, los pro-
blemas linguísticos de la ci-
bernética, el uso artístico de
las lenguas.

La autora estudia varias ten-


dencias bien definidas. Las
sitúa históricamente, analiza
sus principios y sus métodos
y explica sus mutuas, relacio-
nes. El último capítulo, dedi-
cado al considerable avance.
de la lingúística en general y
de la gramática en particular
en los últimos años, completa
una visión dinámica del desa-
rrollo de la disciplina y señála
sus más notables perspecti-
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Kahle/Austin Foundation

https://archive.org/details/tendenciasactuald0000kova
TENDENCIAS ACTUALES DE LA GRAMATICA
LA LINGUÍSTICA HOY
Directora: Ofelia Kovacci

Tendencias actuales de la gramática Ofelia Kovacci

En preparación:
La escuela de Praga Vachek, Danes y otros

Lingúística y análisis literario Jacobson, Levin y otros


? 0 de Chania Española en
laUniversidad de Buenos Aires Ñ
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0] mer Ediciones Marymar


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La E sul o parcial de este Abraen fons idéntica o mo difí
- crita a máquina por el sistema “multigraph”, mimeógrafo, impreso, etc., 1
rizada por los editores, viola derechos reservados. cola utilización de
previamente solicitada. == S

415
Kovacci, Ofelia
Tendencias actuales de la gramática. 3% ed. Buenos
ESO Aires, Marymar, 1977.
250p., 23 cm. (Col. La linguística hoy).
1. GRAMATICA 1. Título.
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PRIMERA REIMPRESION

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Diseño de la cubierta:
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Carlos Boccardo

(3%) by Marymar Ediciones, S.A.


Chile 1432 — Buenos Aires
Todos los derechos reservados
Tercera edición: 1977
Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723.
Impreso en Argentina
Printed in Argentina

1.5.8.N. 950-503-095-9
INDICE

BE toa la sseganda: edición 0 rita ac rod


OSO ala” tercera “edición 0 ia oa e a APO
ce INTRODUCCION. 1.1. Estructuralismo. 1.2, ¿Qué es la gra-
mática estructural. 1.3. Delimitación del campo de la gramá-
tica. 1.4. Un antedecente. 1.4.1. Panini. 1.4.2. Organización
y principios. 1.4.3. Mecanismo de la gramática. 1.4.4, Un
ejemplo: el elemento cero. 1.5. Tendencias actuales ......
. FERDINAND DE SAUSSURE. 2.2, El Curso de lingiísti-
ca general. 2.3. Principios de la teoría. 2.3.1. Objeto de la lin-
gúística. 2.3.2. Lengua y habla. 2.3.3. El signo lingúístico.
2.3.4. Sistema y valor. 2.3.5. Relaciones entre signos. 2.3.6.
Sincronía y diacronía. 2.3.7. La gramática. 2.4. Conclusiones 19
. ESCUELA DE PRAGA. 3.1. Círculo lingúístico de Praga.
3.2. Período “clásico”. 3.2.1. Problemas generales. 3.2.11. Ni-
veles gramaticales. 3.2.2, El campo de la gramática para
Karcevskij. 3.2.21. Proposición y frase. 3.3. Segunda época
de la escuela de Praga. 3.3.1. Sistema de niveles. 3.3.2. Teoría
morfológica. 3.3.3. Nivel sintáctico. 3.3.4. Nivel supersintác-
tico. 3.3.5. Centro y periferia. 3.3.6. Descripción generativa.
e A As A RS IE EN A 31
GLOSEMATICA. 4.2. Los prolegómenos de una teoría lingúís-
tica. 4.2.1. La teoría. 4.2.2, El sistema de definiciones. 4.2.3,
El signo lingúístico. 4.2.31. Esquema y uso. 4.2.4. Figuras.
4.2.5. Reconocimiento de entidades. 4.3. La gramática. 4.3.1.
Estructura gramatical. 4.3.2, Gramática general. 4.4. Con-
EOS TARTA ON E RE CAS 47
. ESTRUCTURALISMO NORTEAMERICANO. 5.1. El des-
criptivismo. 5.1.1. “Hocus-pocus” y “God's truth”. 5.1.2. Cor-
pus. 5.1.3. Forma y gramática. 5.1.4. Principios teóricos. 5.1.5,
Modelos de descripción gramatical. 5.1.6. Desarrollo y pers-
pectiva. 5.2. Edward Sapir. 5.2.1. Lingúística y antropología.
5.2.2. Los sonidos de la: lengua. 5.2.3. La forma lingúística:
los procesos gramaticales. 5.2.4. Los conceptos gramaticales.
5.2.5. Conclusiones. 5.3. Leonard Bloomfield. 5.3.1. Los pos-
tulados para la ciencia del lenguaje. 5.3.11. La lengua. 5.3.12.
Forma y significado. 5.3.13, Antimentalismo. 5.3.14. Campo
de la gramática. 5.3.15. Fonémica y morfofonémica. 5.3.2,
“Language” 5.3.21. Nivel semiótico. 5.3.22. La gramática.
5.2,.23. Clases de formas gramaticales. 5.3.24. Tipos de ora-
ción. 5.3.25. Construcciones. 5.3.26. Morfología. 5.3.27. Susti-
tución. 5.3.28. Conclusiones. 5.4. Teoría de los constituyentes
inmediatos. 5.4.1. Los principios de Wells. 5.4.2, Gramaticali-
dad. 5.4.3. Constituyentes inmediatos. 5.4.4. Morfología y sin-
taxis. 5.4.5. Conclusiones. 5.5. Los métodos estructurales de
Harris. 5.5.1. Métodos “matemáticos”. 5.5.2, Estructura y mé-
todo. 5.5.3. Procedimiento formal. 5.5.4. Métodos morfológi-
cos. 5.5.9. Reducción del inventario. 5.5.6. Forma de presenta-
ción. 5.5.7. Transformaciones y análisis del discurso. 5.5.8.
Conclusiones. 5.6. La microlingúística. 5.6.1. El campo de la
lingúística según Trager. 5.6.2. Estructuras de niveles. 5.6.3,
Análisis morfémico. 5.6.4. Análisis sintáctico. 5.6.5. Semolo-
gía. 5.6.6. Conclusiones. 5.7. Tagmémica. 5.7.1. Teoría gene-
ral. 5.7.2. Constituyentes secuenciales. 5.7.3. Modelo tagmé-
mico. 5.7.4. Descubrimiento de gramáticas. 5.7.5. Conclusio-
A O MAIA 65

. GRAMATICA GENERATIVA TRANSFORMACIONAL. 6.1.


Antecedentes y marco. 6.1.1. Gramática formalizada. 6.1.2.
Construcción de teorías. 6.1,21. El método de la ciencia. 6.1.3.
Empirismo versus racionalismo. 6.1.31. Generalización y pre-
dicción. 6.1.32. Mentalismo y antimentalismo. 6.1.33, Formali-
zación. 6.1.34. Reglas sintácticas. 6.1.35. Lenguaje de la física.
6.1.4. Desarrollo y perspectiva. 6.2. El concepto de gramáti-
ca según Chomsky. 6.3. Teoría lingiística. 6.4. Gramática de
estructura de frase. 6.4.1. Contexto libre y contexto restricto.
6.4.2, Reglas morfofonémicas. 6.4.3. Limitaciones de la gramá-
tica de estructura de frase. 6.5. Gramática transformacional
1. 6.5.1. Tipos de transformaciones. 6.5.11. Dominio de la
transformación. 6.6. Gramáticas generativas. 6.7. Gramática
transformacional II. 6.7.1. Adecuación de la gramática. 6.7.2.
Adecuación explicativa de la teoría. 6.8. Gramática transfor-
macional III. 6.8.1. Subcategorías. 6.8.11. Gramaticalidad y
grados de gramaticalidad. 6.8.2. Capacidad recursiva de la
gramática. 6.8.3. Componente semántico, 6.8.4. Componente
JOBOlÓgICO: 6.9. Conclusiones Tri 115
. EXCURSO. El concepto de gramática. Problemas morfológi-
cos. Problemas sintácticos. Delimitación de la oración en es-
OA NN O A 151
. OTRAS TEORIAS ESTRUCTURALISTAS. 8.1. Teoría estra-
tificacional. 8.1. La lengua como sistema de estratos. 8.1.2,
Gramática y análisis lingúístico. 8.1.3. Notación. 8.1.31. In-
formación efectiva e información superficial. 8.1.4. Estratos y
sistemas estratales. 8.1.41. Estructura de signo. 8.1.42. Estruc-
tura de enlace. 8.1.43. Estructura .de alternación. 8.1.44, Es-
tructura táctica. 8.1.5. Gramática. 8.1.6. Relaciones entre es-
tratos. 8.1.7. La forma de la descripción. 8.1.8. Estratificación
y proceso de descripción. 8.1.9. Conclusiones. 8.2. Teoría sis-
témica. 8.2.1. Teoría lingúística. 8.2.11. Forma. 8.2.2, Esca-
las. 8.2.3. Categorías. 8.2.31. Unidad. 8.2.32. Estructura. 8.2.33.
Clase. 8.2.34. Sistema. 8.2.4. Léxico y fonología. 8.2.5. Transi-
tividad. 8.2.6. Componentes de la gramática. 8.2.7. Conclu-
A A A A 161

. RECIENTES AVANCES DE LA GRAMATICA. 9.1. Tenden-


cias generales. 9.2, Escuela de Praga. 9.2.2. Gramática del dis-
curso. 9.3. Teoría tagmémica. 9.4. Gramática transformacio-
nal. 9.4.1. Hipótesis lexicalista. 9.4.2, Mecanismos de filtrado.
9.4.3. Teoría estándar ampliada. (Gramática transformacional
IV.) 9.4.4. Gramática de casos. 9.4.5. Semántica generativa.
9.4.6. Teoría estándar ampliada y semántica generativa. 9.4.7.
Poder de la teoría. 9.4.8. Sintaxis formal y gramática de Monta-
gue. 9.4.9. Objetivos de la teoría lingúística. 9.5. Teoría estra-
tificacional. 9.5.1. Objetivos y estructuras. 9.5.2. Estratos su-
periores. 9.6, Teoría sistémica. 9.7. Modelo de generación
A da: ADS AR. o e AA

AA ARAN RA AI
PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION

La presente edición mantiene el plan básico y todo el contenido


de la edición original. Sobre ésta se han efectuado algunos cambios:
en pocos casos se ha modificado la redacción para aclarar el texto;
algunos puntos ham sido ampliados dando mayor extensión a la dis-
cusión primitiva; hemos intercalado la reseña de investigaciones re-
cientes dentro de las tendencias ya estudiadas.
El amplio y rápido desarrollo de la investigación lingiística —mo-
tivo del último cambio señalado— ha hecho necesario incluir por lo
menos dos nuevas secciones en el Apéndice (Cap. 8) dada la impor-
tancia intrínseca de las teorías allí expuestas (sin olvidar la que el
consenso de opiniones les asigna). Además, la Addenda a la biblio-
grafía —seleccionada para incluir sólo la pertinente para los alcances
de nuestro texto— muestra claramente dicho crecimiento entre 1966
y 1969.
Esta actualización intenta ser la respuesta a la inmejorable acogida
que ha tenido la edición de 1967.

OrELIAa Kovacci

PROLOGO A LA TERCERA EDICION

Esta tercera edición no altera el texto de la segunda. Pero debido


al incesante progreso en los estudios gramaticales hemos agregado un
nuevo capítulo, el noveno: “Recientes avances de la gramática”, que
reseña el estado de la disciplina desde 1970.
La bibliografía ha debido ser ampliada nuevamente y para faci-
litar su consulta la hemos refundido en una sola lista.
OFELIA KovAccI
ADVERTENCIA

La traducción de los textos transcriptos es nuestra, con excepción


de las citas de Saussure y de Sapir 1921, para las que utilizamos las
ediciones españolas. |
Los signos [ ], / / y 4 | son los convencionales para señalar, res-
pectivamente, (aló)fono, fonema y morfema, y los adoptamos en el
- texto (el último equivale al signo matemático de raíz, usado por al-
gunos autores para indicar morfemas).
Por necesidades tipográficas indicamos fin de AR (descen-
dente) con + (en lugar de la doble cruz convencional), lo mismo -
que silencio.
El cero fonémico o morfémico se representa con Q.

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1. INTRODUCCION

1.1. Estructuralismo.

La tendencia estructuralista en las ciencias empieza a tomar incre-


mento enilas primeras décadas de este siglo. Cassirer escribe:
“El estructuralismo no es un fenómeno aislado; es, más bien, la
expresión de una tendencia general de pensamiento que, en estas últi-
mas décadas, se ha vuelto más y más prominente en casi todos los
terrenos de la investigación científica... El campo electromagnético,
en el sentido de Faraday y Maxwell, no es un agregado de elementos
materiales. Podemos, y debemos, en verdad, hablar de partes del campo;
pero estas partes no tienen existencia por separado. El electrón es, para
usar el término de Hermann Weyl, no-elemento del campo... y existe
sólo bajo condiciones estructurales generales del campo. El electrón
es nada más que una parte en la cual la energía electrónica se condensa
y adquiere una peculiar fuerza. En el desenvolvimiento de la psicología
nos encontramos con la misma tendencia de pensamiento... En la mo-
derna “psicología de la estructura” [Gestalt]... los fenómenos psíqui-
cos... tienen una estructura definida; y es imposible entender esta
estructura tratándolos como un suelto conglomerado, un mero mosaico
de datos sensoriales.” 1
El enfoque estructuralista llega a la lingiística europea como reac-
ción ante la lingúística histórica y comparativa del siglo xix y su en-
foque atomista. Pero la nueva corriente ya no abandonará el rigor
metodológico de los neogramáticos y algunos de sus supuestos.
El error de la lingúística histórica, según Saussure y Bloomfield ?

1 Las referencias a la bibliografía se hacen por autor. Si se menciona más


de una obra de un autor, se identifica por el año de publicación.
2 Tanto Saussure como Bloomfield iniciaron sus carreras dentro de las
tendencias de la lingúística histórica. Bloomfield,por su parte, fue discípulo del
indoeuropeísta Whitney y del antropólogo Boas, y tiene el respaldo de la tra-
dición norteamericana en el campo de la lingiística antropológica, que estudiaba
las lenguas indígenas en términos de sus propias estructuras.
consistió en no haber sido también descriptiva, es decir: en haber des-
deñado el estudio de los sistemas sincrónicos. Por su parte, Saussure
parece heredar el mentalismo de teóricos del siglo x1x, como Hermann
Paul, para quien los procesos. lingúísticos eran reflejo de los procesos
mentales. bi
El enfoque estructuralista, además, se impone cuando se estudian
lenguas cuyo desarrollo histórico se desconoce, lo mismo que sus rela-
ciones genéticas. Así el descriptivismo norteamericano ha trabajado
desde sus orígenes sobre las lenguas indígenas de los Estados Unidos,
y posteriormente sobre otras lenguas “exóticas”; Troubetzkoy estudió
diversas lenguas del Cáucaso; etc.

1.2. Qué es la gramática estructural.

Nos proponemos estudiar los métodos y teorías de distintas co-


rrientes lingúísticas estructuralistas con especial referencia a la gramá-
tica. Este propósito implica plantear dos problemas preliminares: qué
es la gramática y qué se entiende por estructuralismo' en este ámbito.3
Nuestra hipótesis acerca de qué es la gramática puede formularse
en estos términos: es la descripción de los elementos significativos de
una lengua y sus funciones (= relaciones sistemáticas); es decir, la
gramática es un metalenguaje de primer grado. Pero también podemos
entender —sin contradicción— que los elementos significativos de una
lengua y sus funciones son su gramática.
Consideramos como estructura un conjunto finito “de elementos
solidarios entre sí y con el conjunto; la existencia de cada uno es fun-
ción de la existencia de los demás y del todo (depende de ellos), y a
la inversa, las relaciones constantes (= formales) entre los elementos
determinan la estructura. La existencia de estructura implica la co-
existencia de los elementos, o sea: sincronía.
Estructura es una propiedad de la gramática entendida según la
“segunda formulación. De modo que la denominación “gramática estruc-
tural” (también para nosotros “descripción estructural”) * es una ex-
tensión de la primera acepción: es el estudio de un sector de la es-
tructura inmanente de una lengua (sin el auxilio de datos externos).
Cuál es el alcance de ese sector de la estructura lingúística queda-
rá aclarado si delimitamos el alcance de la expresión “elementos
significativos”: se refiere a las entidades que podemos caracterizar
como constituidas por expresión y contenido. La recurrencia de ciertas

3 La gramática transformacional es también una tendencia estructuralista,


aunque en sentido diferente de las restantes.
4 Cf. E. Coseriu (1962), p. 106,
expresiones en textos mostrando relaciones constantes permite identi-
ficarlas y clasificarlas.
1) Reconocemos como dos ocurrencias de un mismo elemento sig-
nificativo a -aba y a -ía (él cantaba allí, él vivía allí), que podemos
indicar como <imperfectop, o a -es y -s (árboles, casas), es decir
<plural!.
II) Una de las ocurrencias puede no estar manifestada por una
expresión particular, y, sin embargo, contar como elemento significativo:
como terminal de relaciones. Por ejemplo, el imperativo singular de
varios verbos muestra que -4, -e son ocurrencias que uniéndose a ciertas
bases lo manifiestan (¡canta!, ¡corre!, ¡vive!); pero también puede no
tener una expresión observable (¡ven!, ¡sal!), de modo que -a, -e, -D
son las ocurrencias del elemento significativo ¿imperfecto+.
III) En los textos Juan canta; todo el bosque canta; él” canta;
ela escribe una carta; Juan escribe cartas; escribe cartas, se reconoce
una relación constante a la que no afectan las diferencias de expresión
de cada ocurrencia particular; esa relación habitualmente se identifica
como “sujeto/predicado”.
: IV) Debemos notar que el “contenido” correspondiente a una
expresión” no coincide siempre con “significado” en el sentido corrien-
“e PRO . . . «_. .fo »” . .

te; así -go recurre en conmigo, contigo, consigo como elemento grama-
tical, pero parece vacío de significado.
V) Lo que es gramaticalmente significativo puede ser incongruen-
te desde el punto de vista semántico, como en el caso de la categoría
de género en alemán. Los sustantivos pertenecen en esa lengua a tres
2 géneros según les correspondan los artículos der (masculino), die (fe-
menino) o das (neutro) y puedan ser representados por los pronom-
bres personales er (masculino), sie (femenino) o es (neutro); así
tenemos:

masculino: der Mann ist... (el hombre es...) er ist... (él es...)
ARAN femenino: die Frau ist... (la señora es...) sie ist... (ella es...)
neutro: das Weib ist... (la mujer es...) es ist... (ello es...)

De modo que Frau y Weib pertenecen a clases diferentes y con-


traen relaciones gramaticales diferentes a pesar de que en su “signifi-
cado” reconocemos un elemento común “sexo femenino”, que en otras
lenguas, como en español, concuerda con la clasificación gramatical;
pero es observable por un tipo de conexión distinto de las sintácticas
(cf. Excurso). Su estudio escapa a la gramática: es objeto de la semo-
logía. Por otra parte, la expresión, cuando es observable —como sucede

9
en la mayor parte de los casos—, puede estar manifestada por unidades
menores: cant- en cantaba consta de /k/, /a/, /m/, /t/; éstas son uni-
dades distintivas o fonemas y se estudian en fonología.
Los ejemplos recubren el campo de la gramática y corresponden
a los niveles gramaticales morfológico (IL, HL, IV), sintáctico (11) y
morfosintáctico (V).5 Acerca de lo que entendemos por gramática
volveremos en el Excurso.

1.3. Delimitación del campo de la gramática.

Según se verá en el panorama de las tendencias estructuralistas,


la gramática no siempre aparece delimitada del mismo modo, ni se
reconocen dentro de ella los niveles morfológico y sintáctico. Por ejem-
plo, Saussure, lo mismo que Trager y Smith, considera la gramática
aproximadamente con el mismo alcance que hemos señalado; pero mien-
tras Saussure no reconoce una subdivisión en morfología y sintaxis,
Trager y Smith la encuentran necesaria. Los transformacionistas, por
su parte, comprenden en el término gramática la totalidad de los fe-
nómenos lingiísticos. Estas diferencias responden a distintos funda-
mentos teóricos; así el rechazo de Saussure de una separación entre
morfología y sintaxis se debe a que reconoce relaciones sintagmáticas
y paradigmáticas que operan uniformemente en todos los hechos lin-
gúísticos. En cambio, Trager y Smith consideran que la lengua —y el
análisis de la lengua— se organiza en niveles jerárquicos a los que
corresponden determinadas unidades y tipos de relaciones; por ello
separan morfología de sintaxis. Los transformacionistas no se interesan
por la clasificación —al menos en teoría— y se limitan a desarrollar
mecanismos de generación de oraciones; como la gramática transforma-
cional no intenta ser una descripción que corresponda paso a paso
a los “hechos” lingilísticos, e incluso admite en parte de su proceso
construcciones arbitrarias (artificiales), sus divisiones internas o niveles
son los niveles de la formalización lógica.
Aunque nuestro interés se centra en las principales tendencias ac-
tuales de la gramática con orientación básicamente estructuralista,
creemos imprescindible detenernos en los aspectos teóricos propios de
cada tendencia, pues sin ellos cualquier muestra de un enfoque parti-
cular de problemas específicos quedaría sin su fundamento natural
dentro del cual debe valorarse. No hemos podido detenernos, por el
contrario, en mostrar extensamente la influencia de corrientes filosó-

5 Cf, E. Coseriu (1962), p. 248.

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18
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ficas, psicológicas o epistemológicas en tales teorías, pero baste señalar


F

que la creciente inclinación hacia la consideración de la gramática


—de la lingúística en general— como ciencia susceptible de formali-
zación en alto grado (como las ciencias exactas) es paralela al desarro-
llo del empirismo lógico (que influyó, por ejemplo, en Bloomfield y
en Hjelmslev) y de la lógica matemática y la metalógica (que influyen
en los transformacionistas).
Otro problema que debemos plantearnos es el de si la gramática
consiste en la descripción de la estructura de una lengua particular
(nuestra primera acepción) o debe ser general: un sistema de cate-
gorías aplicables a todas las lenguas. Por ejemplo, en la lingúística
americana anterior a los transformacionistas, la gramática es descriptiva,
partiendo de un supuesto: la realidad relevante de una lengua es su
propia estructura. Pero la evidencia de que algunos rasgos de una
lengua aparecen también en muchas otras (el género, el número, etc.)
permite suponer que es posible una gramática general “no especula-
tiva sino inductiva” (Bloomfield, 1933): a partir de los rasgos obser-
vados en muchas lenguas se podrá generalizar. Para Trager (1941) una
gramática general es un paso necesario, pero ello no significa aceptar
que las categorías lingiísticas sean otra cosa que “clases de relaciones
entre formas lingúísticas”; una gramática general debe consistir en un
sistema cuasi matemático de “reglas para hablar de las formas lingúís-
ticas”. Para Trager, pues, la gramática general es un metalenguaje de
segundo grado. La teoría glosemática (Hjelmsley, 1943 b) se orienta en
esta última dirección. Una gramática general en el sentido de meta-
metalenguaje pero que establece también a priori categorías universa-
les es la que propone la teoría de Chomsky.

1.4. Un antecedente.

Nos hemos referido al estructuralismo como una corriente carac-


terizadora de la investigación científica de este siglo, que marca una
época en la historia de la lingúística. Curiosamente, una descripción
estructuralista prácticamente completa de una lengua, formulada con
el rigor de un sistema deductivo —que parecería propio de los avan-
ces de la lógica contemporánea—, y que muchos lingiistas (Bloomfield,
1929 y 1933; Trager, 1956; Staal, 1962) han reconocido como un mo-
delo aún no superado en diversos aspectos, se remonta a varios siglos
antes de nuestra era. Es la famosa gramática de Panini, que trata la
estructura del sánscrito por medio de un sistema de reglas morfofo-
némicas, es decir: a través del nivel dela lengua que sirve de puente
entre el fonémico y el gramatical. Una breve reseña de esta fasci-

11
nante obra nos parece la introducción adecuada a la gramática es-
tructuralista contemporánea.
xs
MN

1.4.1. Panini.

Según Bloomfield (1929) “la gramática descriptiva del sánscrito,


que Panini llevó a su más alta perfección, es uno de los más grandes
monumentos de la inteligencia humana y un modelo indispensable
para la descripción de lenguas. La única realización del mismo rango
es la lingúística histórica del siglo xix, y debe su origen a la fami-
liaridad europea con la gramática india”. Los comienzos de la gra-
mática del sánscrito en la India se remontan a los siglos del primer
milenio antes de J. C.
Panini vivió en el NO. de la India, cerca de la actual ciudad
de Attock (Pakistán); tuvo muchos predecesores y de algunos de ellos
se conservan citas, de modo que su gramática es la culminación de
una tradición.S Pero también es el punto de partida de otras gramá-
ticas: se calcula que son más de mil las obras sánscritas sobre el
modelo paniniano (Allen 1953), algunas de las cuales se utilizan como
comentarios aclaratorios.

1.4.2. Organización y principios.

La gramática de Panini (350? a. J. C.) se denomina “Ocho Libros”


(Astadhyayi). Cada uno de los libros se divide en cuatro secciones
que contienen definiciones y reglas.? En total la gramática se com-
pone de unas cuatro mil reglas, y su objeto es la lengua hablada
(3.2.108; 4.1.62, etc.) 8 desde un punto de vista exclusivamente sincró-
nico. Su característica fundamental es que trabaja con todos los datos
de la lengua y sus relaciones sistemáticas; la unidad superior que rige
las funciones es la oración (2.1.1; 8.1.16-74, etcétera).
Aunque la fonología —fonética y fonémica— es básica en toda la
obra, no se utiliza para describir el uso de los sonidos del habla; su
función se relaciona con la formulación de procedimientos abstractos
de formación de palabras, que es el asunto de la gramática. Por ejem-
plo, los morfemas verbales (persona, tiempo, etc.) no se tratan fuera

6 Algunos predecesores aparecen nombrados; por ejemplo, en 8.3.18-20,


Para las citas del texto de Panini utilizamos la edición de Renou.
Las reglas se identifican con tres números; por ejemplo, en 3.2.41 con 3
se indica el libro, con 2 la sección de ese libro, y con 41 la regla particular. Las
secciones se llaman pada, y las reglas, sutras.
8 De la clase de los brahmines, según Bloomfield (1929).

12
de las reglas que gobiernan la combinación de los sufijos que los
manifiestan, con bases, con sufijos temáticos, etcétera.
Las definiciones se hacen pur oposiciones formales (términos posi-
tivos y negativos); así el tema nominal se define como una forma con
significado que no es raíz (verbal) ni afijo (1.2,45); las raíces verbales
se definen por enumeración y por su construcción con ciertos afijos
(1.3.1; 3.1.32), etcétera. Las definiciones por el sentido se rechazan
porque el sentido entra en el uso y no en las relaciones estructurales
(1.2.55-57).

1.4.3. Mecanismo de la gramática.

La gramática está precedida de un inventario de los fonemas?


arreglados en un orden adecuado a las necesidades de la descripción
morfofonémica; es decir, grupos de fonemas están señalados por índi-
ces O exponentes especiales, que se aplican como abreviaturas en
la gramática. Por ejemplo:
o

ate ty al Aeon? / aicaul“e/“ete,

es el comienzo de la serie de fonemas, donde las letras entre comillas


son índices.1% Así la regla 1.1.10 trata de “los fonemas “a...c'”; la
letra “c” mo representa ningún fonema: sólo marca el límite de la
serie, con lo que condensa la mención de todas las vocales:
aiurleoaiau

La regla 1.1.48 se refiere a “los fonemas ¡¡...k, “e...c



; es decir,
menciona primero las vocales
ur 1

y luego las vocales


e o ai au.

Esta técnica de formulación cuasi algebraica está explicada en 1.1.71:

9 Los suprasegmentales se tratan en 1.1.8 y 1.2.27-40. El inventario inicial


consiste en catorce reglas “condensadas”: las pratyaharasutras, conocidas también
como Sivasutras, pues según una tradición el dios Siva las reveló a Panini como
la esencia de la gramática. (Esta historia es. significativa de la superior opinión
que mereció Panini).
10 Señala Staal (1962) que pertenecen al metalenguaje de la gramática.
Los índices se denominan anubandha.

13
1.1.71. “Un fonema inicial unido [en un enunciado] a un expo-
nente situado al final [designa, al mismo tiempo que su forma pro-
pia, los fonemas que se hallan en el intervalo entre el inicial y el
elemento final]”. A
Los índices metalingúísticos no aparecen en las fórmulas sólo para
señalar series fonémicas. Otro uso consiste en indicar variantes com-
binatorias de raíces o afijos. Por ejemplo, “ka” en 3.1.135 representa
el sufijo nominal -a cuando se usa después de una raíz con “vocal
penúltima del tipo “¡...k””. El exponente “k” en “ka” (según 1.1.5)
significa que la raíz a la que se aplica el sufiio -a no sufre variación;
en “...k” (1.1.48) señala el límite de una serie de cuatro fonemas;
aplicando la regla 3.1.135 se obtiene, por ejemplo, budha (“un sabio”),
de budh-. Cuando el mismo afijo se combina con otras características
se llama “ac”, “ap”, etcétera. A veces un afijo se indica con un nom-
bre totalmente arbitrario: así “lyu” es índice del sufijo -ana (3.1.134).
Esta técnica tiende a la generalización, ya que una vez conocido el
valor de un índice se evitan con su uso reglas particulares para cada
uno de los casos en que se aplica. En el concepto moderno generali-
zación implica simplicidad. :
En ciertos casos la amplia generalidad de una regla se debe al
reconocimiento de rasgos distintivos comunes a distintas unidades, que
no necesitan así ser mencionadas (cf. 7.4.62; 8.4.54, infra).
La gramática alcanza gran condensación y economía con varios
procedimientos, además de los anteriores. Si varias formas tienen
rasgos comunes, éstos se señalan una sola vez para todas (como
3.1.135, supra). Cuando hay formas irregulares que escapan a las
reglas generales, se enumeran en Ganapatha, lista atribuida a Panini
junto con Dhatupatha, lista de raíces; la enumeración hace posible
referirse a grupos de raíces abreviadamente (cf. 2.4.72 y 2.4.75 infra)
por referencia a una raíz tipo.
La formulación de las reglas es sintética:

1.1.1. “Los fonemas “ai...c” [se llaman] 1 vrddhi [incremento]”.

1.1.2, “Los fonemas “e...n”, guna [alternancia vocálica]”.

Una palabra o frase de una regla no se repite en las siguientes


de una serie, y así cada regla depende de las anteriores por el orden:

7.1.17. “El elementoi es el sustituto de la desinencia -as”.

11 Los corchetes señalan agregados de Renou para aclarar el texto.

14
7.1.18. [El elemento
i es el sustituto de] “la desinencia -au des-
pués de un tema terminado por el sufijo femenino -a-”.
7.1119. [El elemento
i es el sustituto de la desinencia -au] “tam-
bién después de un tema neutro”.

1.4.4. Un ejemplo: el elemento cero.


Las reglas están presentadas a lo largo de la gramática de modo
tal que su validez depende del orden en que se aplican. Ilustraremos
con las reglas relativas al elemento $ postulado por Panini:

1.1.60. “[El hecho de que un elemento que se espera] no aparece


[en una forma dada lleva el nombre de] lopa [enmudecimiento]”.
Una aplicación a relaciones fonémicas exclusivamente es la si-
guiente regla:

6.1.66. “Hay enmudecimiento de los fonemas v, y delante de


cualquier consonante menos y”.
Por ejemplo, jiradanuh “en el curso de la vida”, de jiv- (“vivir”)12
En términos de la gramática, -v- alterna con cero en los con-
textos fonémicos indicados.
Un supuesto paniniano es que todas las formas verbales se ge-
neran por combinación de raíz verbal + afijo temático; luego a esta
base extendida se unen las desinencias personales. Ciertos afijos te-
máticos se combinan con la raíz sin que ésta sufra modificaciones,
mientras otras combinaciones producen cambios en ella (diptongación,
cambio vocálico —según 1.1.1 y 2—, reduplicación, etcétera). Por
ejemplo, la raíz budh- se combina con el afijo sap” (-a, con cambio
vocálico en la raíz) *, y se obtiene: budh + s'ap = bódha-; después
esta base extendida se une a la desinencia (como -ti, tercera persona):
bódha + ti = bódhati. En otros casos el afijo temático no aparece,
pero se postula como alternante cero, pues las raíces se comportan
de modo similar a los casos mencionados, en que el afijo se mani-
fiesta.**
A este cero morfémico se refiere la regla
111.61. “[El hecho de que] un afijo [que se espera no aparece
en una forma dada, lleva el nombre de enmudecimiento por] uk”,
Sílu”, lup'”.
< >

12 Ejemplo +de Renou. La gramática no da ejemplos.


* Con s' representamos la fricativa palatal sorda.
** Obsérvese la técnica de análisis en constituyentes inmediatos; cf. aquí 5.4,

15
is
>
ee

Se aplica a diversos afijos nominales y verbales; “lu” es el cero


(enmudecimiento); “k”, “s'” y “p” son índices de distinto valor. Ge-
0 «>» c<_ >»

neraremos, como ejemplos,


a) Atti, “él come” de ad- [por luk);
b) juhoti “El ofrece” de hu- (por slu);
c) yauti “él une” de yu- (por lup),
siguiendo el proceso de aplicación sucesiva de reglas, cada una de
las cuales supone las anteriores.
a) Atti, de la raíz ad- (por luk):

1.1.5: “k” en “luk” indica que no se producen variantes como las


señaladas por 1.1.1-2 (supra) en la raíz con la que se combina “luk”.

1.1.61: postula el $ (con el nombre arbitrario “lu” en la com-


binación “luk”).

1.3.1: ciertas formas cuya lista se da en Dhatupatha son raíces


verbales.

1.3.3: una consonante final en la instrucción teórica (= el me-


talenguaje) es un índice.

2.4.72: “luk” del afijo “sap” después de las raices del grupo
ad- (ad + sap = ad-b). S

3.1.68: el afijo “Sap” (vocal temática -a-) va después de cual-


quier raíz (pero lo impide 2.4.72).

3.4.78: lista de las desinencias de voz activa; -ti es la de tercera


persona singular, presente de indicativo (ad-QD-ti).

8.4.55: ensordecimiento de la oclusiva sonora ante la oclusiva


sorda del sufijo: ad + OD + ti = ad + ti = atti,
b) Generar juhoti, de la raíz hu- (por su):

1.1.2: alternancia vocálica.

1.1.61: 0 por *“slu”.

1.3.1: establece raíces.

1.3.3: establece índices.

16
2.4.75: “slu” del afijo “sap” después de las raíces del tipo hu-
(hu + sap = hu — D).

3.4.78: desinencia -ti (hu-Q-ti).

34.113: agrupa con el nombre sarvadhatuka la desinencia ti y


el afijo con exponente s” (cf. 7.3.84).

6.1.10: las raíces con “slu” se reduplican (hu-hu-).


€ >

7.3.84: alternancia de u ante toda desinencia de persona y todo


afijo con índice “s”” (hu = ho).

7.4.62: una palatal es sustituto de h en la reduplicación (pa-


latal + uho).

8.454: una oclusiva sonora no aspirada es sustituto de h en la


reduplicación: juho + O + ti = juhoti.15
c) Generar yauti, de la raíz yu- (por lup):

1.1.61: $ por “lup”.

1.2,4: el exponente “p” implica alargamiento o alternancia vo-


cálica (1.1.1-2).

1.3.1: raíces (yu-lup).

3.4.78: desinencia -ti (yu-lup-ti).

3.4.113: especifica la alternancia vocálica opcional en la raíz


seguida de afijo primario o de tí. No se puede aplicar, pues lo im-
pide 1.2.4. (que es excepción de 3.4.113); por lo tanto se aplica obli-
gatoriamente 7.3.89.

7.3.89: alargamiento de la vocal final de un tema de presente


con afijo H de índice “p”: yu + lup + ti =yau + O + tí = yauti,

13 Proceso de las cuatro últimas reglas:


hu +0 + ti= huhu + 0 + ti
huho + O + ti
pal. + uho + O + ti
juho + DH + ti = juhoti.
La consonante jes palatal oclusiva, sonora, no aspirada.

17
Estos procesos muestran cómo Papini concibe la gramática: como
un sistema de elementos simples cuya combinación se genera me-
diante reglas ordenadas teniendo en cuenta todo el material.
Según Chomsky (1965) esta gramática puede interpretarse como
“un fragmento” de gramática generativa en “el sentido contemporá-
neo” de la denominación (cf. cap. 6).

1.5. Tendencias actuales.

Aunque no todos los estudios gramaticales de la actualidad se


encuadran en el estructuralismo, lo adoptamos como marco de refe-
rencia para nuestra reseña de las tendencias de la gramática; es en
ese marco donde la gramática he adquirido status científico con de-
recho propio —se ha constituido como disciplina dentro de la ciencia
lingúística— dejando de ser subsidiaria de la filcsofía o la psicología.
Tomaremos en cuenta cuatro tendencias bien definidas: el pen-
samiento de Saussure, la escuela de Praga, la glosemática y el estruc-
turalismo norteamericano; dentro de este último grupo consideraremos
la gramática descriptiva (capítulo 5) y la gramática transformacio-
nal (capítulo 6).
Existen otras corrientes de bases más o menos estructuralistas
—pero comparativamente de menor importancia— en varios países:
Inglaterra (Firth, Halliday), Hungría, Yugoslavia, Holanda y otros.
También, como señala Martinet (1955), se nota la inclinación de
algunos lingiiistas hacia el eclecticismo, es decir, hacia la adopción
y reelaboración de principios y métodos de diversas procedencias.”

* Véanse ahora los Caps. 8 y 9.

18
2. FERDINAND DE SAUSSURE

2.1 La importancia de Saussure para el desenvolvimiento de la


lingúística estructural es evidente. Ha sugerido problemas esenciales
de modo tan certero que sus planteos han vivificado directamente
el pensamiento de muchos lingiistas europeos, especialmente los de
la escuela de Ginebra (Bally, Sechehaye, Frei, Godel y otros), los
comienzos de la escuela de Praga y la glosemática. Pero también ha
influido indirectamente en muchos estudiosos norteamericanos (cf.
Joos, 1957). Bastará mencionar algunos de los temas tratados por
Saussure que ya no es posible ignorar al emprender estudios lingilís-
ticos: la lingiística como disciplina dentro de la semiología; la cons-
titución del signo lingiiístico, la posición mentalista; la noción de sis-
tema; los dualismos forma-sustancia, lengua-habla, diacronía-sincronía.
Es verdad que Humboldt ya había planteado el problema lingúís-
tico en términos mentalistas abarcándolo en su complejidad sincrónica
—es decir, como sistema—, pero su formulación es oscura y no la
- acompaña con un método adecuado. Es Saussure quien como lingúista
y no como filósofo del lenguaje presenta un cuerpo coherente de
doctrina y quien, junto con Baudoin de Courtenay en el campo de
la fonología, es el verdadero guía de la nueva lingiiística europea.

2.2. El Curso de lingúística general.

Saussure dedicó parte de sus trabajos a estudios históricos sobre


el indoeuropeo, y ya en ellos aplicó algunos de los principios teóricos
desarrollados sistemáticamente más tarde; así su famosa interpretación
del sistema vocálico del protoindoeuropeo (Mémoire sur le systeme
primitif des voyelles, 1878). Por extrapolación estructural postuló las
vocales largas como vocales breves más un incremento *A, en que al
elemento hipotético A no se asigna determinado valor fonético, sino
sólo un valor sistemático paralelo a la función del segundo elemento
de los diptongos; la generalización permitía la simplificación del aná-

19
N

lisis. Al estudiarse el hitita, descubierto en 1907, pudo confirmarse


la tesis saussureana, pues esa lengua tiene elementos consonánticos
que se comportan como *A.*..
Después de la muerte de Saussure, dos de sus discípulos, Charles
Bally y Albert Sechehaye, se entregaron a la tarea de ordenar las
notas de los estudiantes que asistieron a los cursos dictados por
Saussure en la Universidad de Ginebra en 1906-7, 1908-9 y 1910-11,
pues el maestro destruía cada año los borradores de sus clases y sólo
se conservaban algunos apuntes suyos de diversas épocas. La recons-
trucción de las ideas saussureanas se realizó, pues, sobre la base del
tercero de aquellos cursos* y dio como resultado el Cours de lin-
guistique générale.

2.3. Principios de la teoría.

2.3.1. Objeto de la lingilística.

La primera preocupación de Saussure es establecer el status de


la lingúística como ciencia, deslindando su objeto y definiendo sus
fines. Así la tarea de la lingiística será, por una parte, describir las
lenguas, hacer su historia y la historia de las familias de lenguas, y
reconstruir las lenguas madres; por otra parte, formulará las leyes
generales que interpreten los fenómenos particulares estudiados. Para
emprender esta tarea es necesario delimitar el objeto de la ciencia
lingúística, puesto que el lenguaje presenta múltiples aspectos que,
sin embargo, se ordenan como dualidades (sonido-ideas, lo social-lo
individual, etc.) que parecen no prestarse a clasificación coherente.
Pero hay una dicotomía —lengua y habla— abarcadora de todos -esos
aspectos que permitirá a Saussure deslindar el objeto de la lingúística:
la lengua.

2.3.2. Lengua y habla.

La lengua es caracterizada en el Curso desde varios puntos de


vista —y en contraposición al habla—: a) mentalista, b) social, c) tem-
poral (o socio-temporal), d) intralingúístico.

1 En los Cahiers Ferdinand de Saussure se han venido publicando fragmentos


inéditos de Saussure. Robert Godel con Les sources manuscrites du Cours de Lin-
guistique Générale (París, L. Droz, 1957), en vista de la influencia que el Curso
ha tenido y las discusiones que ha suscitado su interpretación, se propuso dar a co-
nocer las fuentes para permitir la confrontación cun la versión de Bally y Se-
chehaye. Cf. ahora Engler (1967-68).

20
Según a) la lengua es psíquica y puede localizarse en el cerebro,
donde las imágenes acústicas se asocian con conceptos; es una “suma
de acuñaciones depositadas en cada cerebro”; es el “conjunto de los
hábitos lingúísticos” por los que el individuo entiende y se hace en-
tender. El habla es psicofísica e incluye la fonación; es “la suma de
todo lo que las gentes dicen”. “No es el lenguaje hablado el natural
al hombre, sino la facultad de constituir una lengua, es decir, un
sistema de signos distintos que corresponden a ideas distintas”.
Según b) la lengua es una institución social; “la parte social del
lenguaje exterior al individuo, que por sí solo no puede ni crearla
ni modificarla”. El habla es individual.
Según c) la lengua es “un producto social de la facultad del
lenguaje”; es herencia de una época precedente y “la solidaridad con
el pasado pone en jaque a la libertad de elegir”, de cambiar lo esta-
blecido. El habla es un acto momentáneo.
De acuerdo con d) la lengua es un código; es un “sistema de
signos que expresan ideas” en el que “sólo es esencial la unión del
sentido y de la imagen acústica” y en que los signos no están cons-
tituidos más que por las diferencias puestas en juego por relaciones
y oposición; por esto la lengua “es una forma y no una sustancia”. .
El habla es el uso del código: las combinaciones individuales para
manifestar el pensamiento personal; comprende la “sustancia material”
exteriorizada por un mecanismo psicofísico. “Lo propio del habla es
la libertad de combinaciones”.
Saussure dice que la lengua y el habla son interdependientes: sin
habla la lengua no se establece; sin lengua, el habla no sería inteli-
gible. Pero como objeto de la lingúística elige la lengua, por ser, en
la multiplicidad de aspectos del lenguaje, “lo único susceptible de
definición autónoma”.
Podemos interpretar como básico el punto de vista intralingúístico
acerca de la lengua, y referir a él los otros, apoyándonos en las pa-
labras de Saussure: “el problema lingiístico es esencialmente semio-
lógico”. Así el punto de vista social mostrará el establecimiento del
sistema (valores); el punto de vista mentalista revelará el funciona-
miento interno del sistema (relaciones sintagmáticas y asociativas entre
signos); el aspecto sociotemporal pondrá en evidencia la distinción
entre el sistema establecido y su evolución.

2.3.3. El signo lingúístico.

Para Saussure el sistema de la lengua consiste en un conjunto


de elementos solidarios llamados signos.

21
Ro A

El signo saussureano es una entidad formada por un significado


- y un significante (un concepto y una imagen acústica), ambos psí-
quicos. El signo es lineal: se*desenvuelve en el tiempo a causa de
su naturaleza acústica. La relación entre ambos planos es arbitraria,
es decir: no hay motivación natural para que determinado significado
se una a determinado significante (el significado contenido en el
signo perro se une a distintos significantes en distintas lenguas: inglés
dog, francés chien, esquimal qimmiq, etcétera).
El significante es arbitrario en relación con el significado; pero con
respecto a su uso por la comunidad lingúística es impuesto y obliga-
torio (sincrónicamente). En este sentido el signo es inmutable, pues
resiste al cambio. Entre los factores que lo hacen inmutable están:
ser el “producto de factores históricos”; el carácter arbitrario del signo
por el cual “no hay motivación alguna para preferir” un signiticante
a otro para un significado; la complejidad del sistema de la lengua
y la multitud de signos que la constituyen; la * resistencia de la inercia
colectiva a toda innovación lingúística”.
Para que exista una lengua es necesaria una comunidad lingiiís-
tica, pues la lengua es un hecho social. Pero por otra parte, “fuera
del tiempo la realidad lingiística no es completa”. Es el tiempo el
que muestra “el efecto de fuerzas sociales que obran en la lengua”
y hacen que la lengua cambie. De ahí que el signo sea mutable
(diacrónicamente).
AS

2.3.4. Sistema y valor.

Para Saussure lo arbitrario del signo está directamente relacio-


nado con la noción de sistema y de valor —o, mejor dicho, de sis-
tema de valores—. Cada signo aisladamente —por ejemplo, una pa-
labra— tiene significación: “la contraparte de la imagen acústica”;
por eso los signos son distintos. Pero en cuanto se consideran den-
tro del sistema de contenido de que forman parte son diferentes, pues
entra en juego la noción de valor.2 Palabras que tienen la “misma”
significación en distintas lenguas, pueden tener en cada una distinto
valor; pescado y pez traducen el inglés fish (tienen la “misma” sig-
nificación que fish), pero sus valores son diferentes, ya que recubren
distintas porciones de una zona conceptual: pez y pescado se deli-
mitan mutuamente en castellano:

2 En el plano del significado es un aspecto de éste. Analizar un sistema


implica comparar sus elementos; como los elementos deben ser homogéneos, la
comparación se establece entre significantes o entre significados.

22
fish
pez |pescado

a) En el significado de estas palabras, además del rasgo “piscis”,


en español es relevante el rasgo “vivo” (y en inglés no lo es):

AN PEz piscis q vivo


o NX, pescado: “piscis” — “vivo”
b) Por ello, tanto pez como pescado se traducen por fish en
todas las situaciones; pero no a la inversa, pues el uso de pez o pes-
cado depende del contexto en que se halla la palabra inglesa. c) En
español no es indistinto decir pez o pescado, ya que el rasgo + “vivo'
determina el valor (la posición en el sistema y la posibilidad de uso)
de cada término.
Este ejemplo muestra que para que se constituya un sistema (como
pez / pescado) es necesario: 1) un número finito de términos, que son
todos los que 2) tengan por lo menos un rasgo común que los rela-
cione, y 3) que cada término tenga por lo menos un rasgo diferente.
Así la existencia de cada elemento depende de sus relaciones y dife-
rencias: es función de la existencia de los demás y del todo, y a la
inversa (cf. nuestra caracterización de estructura en 1.2.).
También en el plano del concepto, las nociones gramaticales va-
rían en las distintas lenguas (en los distintos sistemas). Así el valor
del plural no es igual en español y en esquimal, pues en esta lengua
está limitado por el dual; con ¿glut no podemos traducir casas en todas
las circunstancias del empleo de esta forma en español:

(dos) (tres
o más)

igluk | iglut
casas

El valor de un término “está determinado por lo que lo rodea”;


un término es “lo que los otros no son”: se define relacional y dife-
rencialmente por su posición en el sistema. En otras palabras, sólo
los valores de los signos —por su capacidad diferencial— importan en
el sistema, y están determinados por él. Un sistema es así, esencial-
mente, sistema de valores.
-- En cuanto al significante, son también las diferencias fónicas —y
mo la sustancia somora misma— las que distinguen una palabra de

23
otras3 En francés /z/ y /s/ distinguen palabras (poison, veneno” y
poisson, pescado”), mientras en español [z] es sólo una variante po-
sicional (en algunos dialectos) de /s/ (por ejemplo, en rasgo). El sis-
tema vocálico español se compóne de /ie a o u/: por estas entidades
podemos distinguir cinco palabras distintas en los contextos fonémi-
cos /m-sa/, /p-so/. El esquimal tiene tres vocales: /ia u/; [e] y [o]
son variantes posicionales de /i/ y de /u/ respectivamente (en posi-
ción final y delante de uvulares; cf. Hill 1958).

español /1/ /e/ /o/ | /u/


esquimal /i/ /u/

Por consiguiente, el valor del fonema español /s/ es distinto del


de la /s/ francesa, así como el valor de /i/ en esquimal es distinto
del de /i/ en español.
Saussure considera ilustrativo del carácter puramente diferencial
del significante el hecho de que una diferencia del significado puede
conservarse aun cuando se modifique un significante. La Gramática
castellana de Nebrija (1492) da vos como forma del caso bbjetivo del
pronombre de segunda persona plural, de modo que se distinguía del
de primera persona plural por el fonema inicial: nos/vos; en la lengua
actual se conserva la misma diferencia conceptual, aunque el signifi-
cante de uno de los términos se ha modificado: nos/os, porque lo que
importa es la diferencia que existe entre ellos y no sus cualidades
fónicas positivas.

1 2
) caso (2) caso
pers obj pers. obj.

12 pl n 12 pl. n
— ———| Os ————A——— | OS
22 pl. v 22 pl.

En la primera manifestación ambas personas están marcadas; en


la segunda, sólo una, y eso basta para diferenciarlas: la ausencia de

3 Este hecho, según nota Wells (1947 a), mo implica interpretar que exista
una independencia total de la sustancia fónica: que ésta se pueda ignorar. Sin
embargo, del texto saussureano ha podido seguirse tanto el desarrollo puramente
formalista de la glosemática como el sustancialista de la escuela de Praga.

24
marca tiene valor diferencial frente al término marcado. No eran las
cualidades de la sustancia fonética de v lo que distinguía nos / vos,
sino el hecho relacional de que v no es n (la diferencia entre v / n);
lo mismo que la “ausencia de n' no es la “presencia de n', y este carác-
ter negativo sirve para diferenciar nos / os.
Los valores se fijan socialmente; los consagra el uso de una comu-
nidad. Como los valores son relativos y se imponen en términos del
sistema, “el lazo entre la idea y el sonido es radicalmente arbitrario”.
Así los futuros de subjuntivo se empleaban en español para expresar
“acción venidera posible” * y se integraban en un sistema de seis tiem-
pos: presente, imperfecto, futuro imperfecto / pretérito perfecto, pre-
térito pluscuamperfecto, futuro perfecto. En la lengua moderna los
dos futuros han caído en desuso; los otros tiempos simples han to-
mado las funciones del futuro imperfecto y los tiempos compuestos
las del perfecto: presente, imperfecto / pretérito perfecto, pretérito
pluscuamperfecto. Los valores relativos han cambiado al volcarse las
significaciones de ambos futuros en los otros tiempos por acción del
consenso social; cada uno de estos signos ha quedado determinado ar-
bitrariamente en un nuevo sistema de cuatro elementos.
Dice Saussure que “aunque el significado y el significante tomados
cada uno aparte sean puramente negativos y diferenciales, su combi-
nación es un hecho positivo”: el signo. Al comparar los signos entre
sí “ya no se puede hablar de diferencia.” Los signos “sólo son distin-
tos. Entre ellos no hay más que oposición. Todo el mecanismo del
lenguaje... se basa en oposiciones de este género y en las diferen-
cias fónicas y conceptuales que implican”.

2.3.5. Relaciones entre signos.

Los signos funcionan de acuerdo con “dos formas de nuestra ac-


tividad mental”: 1) las combinaciones basadas en la linealidad del
signo, o sintagmáticas, en que cada uno adquiere su valor por la pre-
sencia de los otros en la cadena (no está en casa; releer; inútilmente,
etcétera); 2) las relaciones asociativas, cuya “sede está en el cerebro”,
que unen términos por asociación mental (canto, cantas, canta...;
releer, rehacer, reedificar...; alegría, contento, júbilo; cantar, can-
ción...; etc.). Las relaciones asociativas implican contrastes paradig-
máticos, pues uno y sólo uno de los términos puede ocupar una po-
sición en cada sintagma. La elección de una unidad depende, pues,
de una oposición doble; por ejemplo:

4 S. Cili y Gaya, Curso superior de sintaxis española,5 Barcelona, 1955, $ 140.

25
rel. sint. <= No estaría en su casa
estaba
estuvo
rel. asoc. | está

Del mismo modo se organizan las unidades del significante:

rel. sint. <= pan caso


d r
s b
t n
rel. asoc. 1 : ;

La relación sintagmática produce también signos (utilidad), pero


que no son mínimos, ya que pueden analizarse en otros menores
(útil + idad). Los sintagmas son signos relativamente motivados: la
relación lineal de signos formando esquemas fijos comprende la sig-
nificación individual de esos signos más la del esquema al que se
ajusta la combinación (ambas arbitrarias), pero también suscita re-
laciones asociativas (capacidad, felicidad). Las solidaridades sintag-
máticas y asociativas originan la relativa motivación de signos como
dieciséis, que evoca diecisiete, veintiséis, etc., y cuyos componentes
—diez, seis son arbitrarios. Este es el “mecanismo por el cual se ex-
presan las ideas”.

utilidad dieciséis
capacidad diecisiete veintiséis
facilidad dieciocho treinta y seis
felicidad diecinueve cuarenta y seis

5 Ejemplos de este tipo —derivados, compuestos— son los que según Saus-
sure pertenecen a la lengua; pero dice que otros, como la oración, por su libertad
de combinación, pertenecen al habla. Creemos que esto es erróneo, pues también
la oración se sujeta a esquemas con leyes no menos sistemáticas que las de otros
sintagmas. Si Saussure lo hubiera visto así, habría sacado las consecuencias que se
siguen de su proposición: que los esquemas sintagmáticos, al formar sistemas, per-
miten producir —y comprender— cada vez nuevas combinaciones de elementos (cf.
Wells 1947 a).

26
APO
LE Y
ES'4 y

2.3.6. Sincronía y diacronía.

Con respecto al tiempo, Saussure distingue dos ejes que se cru-


zan: el de sucesión y el de simultaneidad. El primero representa las
relaciones entre términos que se reemplazan sucesivamente, no coexis-
tentes y que no constituyen un sistema; en el segundo se representan
los elementos coexistentes para una conciencia colectiva, es decir:
formando un sistema y sin tener en cuenta la acción del tiempo. El
primero es el eje diacrónico; el segundo, el eje sincrónico.
En español usted es una etapa en el eje diacrónico que comienza
con vuestra merced y registra múltiples etapas intermedias (no coexis-
tentes): ?

vuestra merced
vuesa merced
vuesarced

vusted
usted

Pero usted, visto en el eje sincrónico, coexiste con yo, tú (vos),


él, etc.; es decir, como un término del sistema pronominal, del cual
adquiere su valor:

la. pers. yo

confianza tú (vos)
sg 2a. p — A >A<A,,
respeto usted

3a. pers. él

2.3.7. La gramática.

En el eje sincrónico se sitúa la lingúística estática: la gramática,


que estudia el sistema de valores coexistentes y comprende la interrela-
ción de la morfología, la sintaxis y la lexicología. Saussure rechaza
el punto de vista tradicional que considera la morfología como el es-
tudio de las formas de las unidades lingiísticas, la sintaxis como el
estudio de sus funciones, y excluye la lexicología. Es que para Saussure
las relaciones sintagmáticas y asociativas constituyen los únicos prin-

2 Según R. Lapesa, Historia de la lengua española, Madrid, 1965, p. 251,

27
cl OA
e

cipios en que puede basarse el estudio de la gramática y muestran que


forma y función son solidarias. Por ejemplo, el hecho de que formas
como cantaba, era, comía, integren una serie asociativa, aunque no ten-
gan similitud fónica, se debe a que se reconoce en ellas la misma
función sintagmática.

rel. sint.. <> El entonces cantaba así.


7 era
rel. asoc. —., comía

Gramática es, entonces, un sistema abstracto de relaciones. La


abstracción gramatical descansa en las unidades concretas, sin embar-
go; esto significa, por una parte, que una unidad material existe en
tanto pertenece al sistema, sólo “por el sentido, la función de que
está revestida”; pero, por otra parte, la función sólo existe por “el
soporte de alguna forma material”. Así el valor que deriva del orden
de palabras en un sintagma es una entidad abstracta, pero se establece
apoyado en los términos que se suceden linealmente (cf.: mil diez
indica una suma; diez mil, un producto). y
Saussure parece querer decir$ que las entidades abstractas, que
pertenecen a la lengua, sólo pueden aprehenderse en el habla; y de
hecho así lo hace el investigador cuando de un corpus dado abstrae
las unidades y reconoce los sistemas. Las relaciones entre signos
constituyen el dominio de la gramática,? pero son observables a través
de las cadenas del significante (las “entidades concretas”).
Aunque Saussure consigna esquemáticamente su concepción de
la gramática, su verdadero aporte a este problema es el establecimiento
de la teoría completa, la consistencia y la penetración de su sistema
de ideas.

2.4. Conclusiones.

No podemos suscribir algunas de sus afirmaciones —por ejemplo


la presentación de las dualidades lengua/habla y diacronía/sincronía
como antinomias irreductibles—;* permanece, sí, el rigor con que Saus-

6 Wells nota que el concepto de “entidad concreta” de Saussure no es fácil


de establecer y está empleado en el Curso en varios sentidos.
7 La importancia de la gramática para Saussure resalta si notamos que la
fonología vale para él sólo como disciplina auxiliar. Los fomemas son meramente
elementos del significante, aunque se organizan también por relaciones sintagmá-
ticas y asociativas.
8 Cf. A. Alonso, Prólogo a la edición española del Curso; E. Coseriu (1958)
y (1962), “Sistema, norma y habla”; y aquí, 3.2.1.

28
ATA ALIÓ q

sure ha tratado de deslindar los campos del lenguaje y -los planos de


la investigación lingiúfstica. Amado Alonso ha destacado que el Curso
es “un cuerpo organizado de doctrinas” y, Wells (1947a) señala que
“trata estrictamente de principios”; ambos coinciden en subrayar que
el pensamiento de Saussure es sistemático. Para Wells el Curso es “un
sistema coherente y casi deductivo”, de cuyas proposiciones se siguen
muchas consecuencias —y, agreguemos, de donde se siguen desarrollos
posteriores (cf. la glosemática),9 favorecidos por el desarrollo de la
logística—; ese sistema debió de ser para Saussure “un verdadero mé-
todo de descubrimiento” (Wells). Creemos que más que un método
de descubrimiento es una teoría científica: las bases explícitamente
establecidas por Saussure —los cuasi postulados sobre el signo, las pro-
piedades del signo, sistema, valor, forma, etc.— han mostrado ser pro-
ductivas —de nuevos sistemas teóricos, métodos de análisis, etc.— y
han arrojado luz sobre cruciales aspectos de la naturaleza y la es-
tructura del lenguaje.

9 La llamada “escuela de Ginebra” ha adherido a “la letra de la ley y a


veces hasta el punto de una exégesis casi filológica del Curso” (Garvin 1954), y
no nos detendremos en su desenvolvimiento. Pero véase E. Benveniste, “Saussure
aprés un demi-siecle”, Cahiers F. de S. 20.7-22, 1963.

29
SE ai) au ae
3. ESCUELA DE PRAGA

3.1. Círculo lingúístico de Praga.

El Círculo lingúístico de Praga fue fundado en 1926 por lingiiistas


de ideas y métodos afines sobre problemas diacrónicos y sincrónicos.
Reaccionaban contra la tendencia de los neogramáticos a aislar los
hechos lingiísticos, dando una visión parcial de ellos. Pertenecían al
Círculo los checos B. Havránek, J. M. Korínek, V. Mathesius, J. Vachek
y B. Trnka, y los rusos R. Jakobson, N. Troubetzkoy y S. Karcevskij.
Estos tres últimos fueron los redactores de un programa para el estudio
de los sonidos lingiiíísticos basado en la distinción saussureana de len-
gua y habla, que ponía el acento sobre la investigación de las leyes
estructurales de los sistemas fonológicos tanto sincrónica como dia-
crónicamente, presentado en el Primer Congreso Internacional de Lin-
gúistas de La Haya en 1928. El principio de la separación de los so-
nidos del habla como fenómenos concretos y físicos de los sonidos
de la lengua en tanto señales significativas implicaba el reconocimiento
de dos disciplinas: fonética y fonología, y había sido puesto en prác-
tica por el polaco Jan Baudoin de Courtenay hacia 1870 sin que al-
canzara gran difusión. El programa de los fonólogos rusos fue soste-
nido por el Círculo de Praga y los dos primeros Travaux du Cercle
Linguistique de Prague (1929) se dedicaron a la fonología.

3.2. Período “clásico”.

Comienza de este modo la época “clásica” de la escuela de Praga,!


que se extiende durante el período de la preguerra. Los estudios de-
sarrollados por los neogramáticos hicieron que se prestara atención pre-

1 El nombre de escuela de Praga empieza a emplearse desde el primer Con-


greso Internacional de Ciencias Fonéticas (1932) para designar a los lingúistas del
Círculo de Praga como grupo homogéneo (Vachek 1966).

31
ferente a los problemas históricos, pero luego de la proposición saus-
“sureana de que la lengua es un sistema se rechaza —contra el mismo
Saussure— la idea de que los cambios históricos son fortuitos. Trou-
betzkoy sostiene en 1926 que la evolución tiene un carácter lógico, que
se extiende tanto al aspecto fonético como al morfológico y al léxico.
Esa lógica interna puede mostrarse en leyes inmanentes, ajenas a fac-
tores extralingiísticos (Principes, xxtv-xxv).2 Por otra parte, si la len-
gua es un sistema, debe existir estrecha relación entre la estructura
fónica y la gramatical (id., xxvm). En este terreno Mathesius señalaba
en el Congreso de La Haya que “el fin de una gramática descriptiva
es dar un inventario completo de todos los elementos formales y fun-
cionales que existen en una lengua en un momento dado de su de-
sarrollo” (Actes).

3.2.1. Problemas generales.

Las tesis presentadas colectivamente por el Círculo de Praga al


Primer Congreso de Filólogos Eslavos en 1929 (TCLEP, I) establecen
que “la lengua es un sistema de medios de expresión apropiados para
un fin”, es decir: se subraya la idea de la lengua como sistema fun-
cional. Las estructuras fónica, gramatical y léxica de una lengua
dependen de las funciones lingúísticas y sus modos de realización.
Hay que distinguir, por ejemplo, entre lengua intelectual y lengua
afectiva; y en el aspecto social, entre la función de comunicación
(práctica O teórica) y la función poética; son modos, de realización:
lengua oral y escrita, lenguaje alternativo o monólogo. Se señala la
necesidad del estudio sincrónico, pero sin oponerlo como enfoque irre-
conciliable al estudio diacrónico (como lo hacía Saussure). Al con-
cebir la lengua como sistema funcional, ni la diacronía puede ignorar
los estados del sistema afectados por ella —porque los cambios tienden
a menudo a reconstruir o estabilizar el sistema— ni la descripción
sincrónica puede dejar de mostrar ciertos hechos de diacronía que
se dan en un estado de lengua (por ejemplo: arcaísmos, formas pro-
ductivas e improductivas, etc.). Entre las tesis relativas al aspecto fó-
nico de la lengua se establece la necesidad de considerar los proble-
mas morfonémicos es decir “la utilización morfológica de las dife-
rencias fonológicas”.

2 Este problema se sigue discutiendo posteriormente sobre esta misma base;


cf. Havránek 1931 y Vachek 1962,
3 Morfonología: abreviatura de morfofonología. Pasamos por alto las tesis
relativas al aspecto fónmico mismo para atender a aquellas que se relacionan con
la gramática.

32
' %
A IA AA
ES

3.2.11. Niveles gramaticales.

Con referencia a los otros niveles de la lengua, se distingue en


las mismas tesis entre la palabra y el agrupamiento de palabras. Se
reconoce la existencia autónoma de la palabra —aunque haya dife-
rencias de grado en las distintas lenguas— y se la define por su fun-
ción: es el “resultado de la actividad lingiiística denominadora” que
permite clasificar lingiísticamente la realidad.
La palabra es el objeto de la teoría de la denominación lin-
gúística. Los sistemas de denominación presentan, según las lenguas,
distintas formas (derivación, composición, combinaciones fijas de pa-
labras) y distintas categorías (sustantivo, adjetivo, etc.). En cada
categoría es posible distinguir también otras clasificaciones (como
> género y número para el sustantivo). El estudio funcional relacionará
los hechos para establecer el sistema de la lengua y permitirá así ex-
plicarlos. Dentro de los problemas de la denominación hay que es-
tudiar el modo como el vocabulario se organiza en cada lengua en sis-
temas semejantes a los morfológicos (aunque más extensos y com-
plejos) ya que la significación de las palabras (hecho que tradicio-
nalmente se examina en la semántica) depende de la relación de
cada una de ellas con las demás, como se da, por ejemplo, en un
diccionario.
En cuanto al agrupamiento de palabras o “actividad sintagmá-
tica” constituye el objeto de la teoría de los procedimientos sintag-
máticos.* El procedimiento sintagmático básico es la predicación,
que sirve para establecer la frase. Corresponde a la sintaxis fun-
cional estudiar la división formal en sujeto-predicado y los distintos
tipos de predicación; además se distinguirán ambos del tema y del
enunciado (posteriormente: mudo, rema), que corresponden a la di-
visión de la frase realizada (manifiestan respectivamente lo conocido
y lo nuevo acerca de una situación dada).
La morfología no es una disciplina paralela a la teoría de la
denominación y a la teoría sintagmática, sino transversal: “es la
teoría de las formas de palabras y de grupos” (TCLP, 1). En el
proyecto de terminología fonológica de 1931 (TCLP, 4) se caracte-
riza el morfema como unidad morfológica mínima “que en una serie
| de palabras se presenta con la misma función formal",
. Mathesius (1936) insiste posteriormente en que el punto de par-

4 El término sintagma parece usarse como “la palabra en tanto elemento de


una unidad gramatical más compleja, especialmente la proposición (Projet de
terminologie... TCLP, 4). Cf. aquí 2,3.5,
5 No está clara la distinción entre frase y proposición, que veremos delimi-
tada por Karcevskij.

33
tida de la investigación debe ser “la necesidad comunicativa del ha-
blante”, que lleva del habla a la lengua. Como cada acto de comu-
nicación implica dos procesos antes de manifestarse en la emisión
(frase): modos y medios de clasificar la realidad con nombres, y
medios y modos de organizar esos nombres, la lingiiística tiene dos
secciones ad hoc: onomatología funcional y sintaxis funcional. La
morfología cruza esos campos “pues partes distintas del mismo sis-
tema morfológico pueden tener distintas funciones onomatológicas o
sintácticas”.

3.2.2. El campo de la gramática para Karcevskij.

Karcevskij (1927 y 1931) distingue en la lengua dos planos: 1)


conceptual, que se divide en plano lexicológico y plano sintáctico, y
2) fónico, que comprende el plano morfológico y el fonológico.
El plano sintáctico es intermedio entre el morfológico y el lexi-
cológico. Sus relaciones con el plano morfológico son sintagmáticas: $
1) concordancia: reflexión de los valores formales de un término T
por otro T” (gat-o-s blanc-o-s: concordancia en género y número de
sustantivo T y adjetivo T”); 2) rección: los valores formales de T” son
regidos por T sin reflexión (lo vi: el verbo T —que no tiene caso—
rige el caso objetivo T” del pronombre objeto directo); 3) adjunción
(no hay concordancia ni rección como en el caso del adverbio T'
con respecto a un núcleo T verbal, adjetivo o adverbial). Las rela-
ciones de este mismo plano con el lexicológico son. asintagmáticas:
coordinación, subordinación e inciso (= ni coordinación ni subordi-
nación; por ejemplo, ciertos paréntesis: “El —yo nunca lo hubiera
creído— ganó
1

3.2.21. Proposición y frase.

Al plano sintáctico (Karcevskij 1931) pertenece la proposición,


que es un sintagma predicativo. La predicación implica la presen-
cia de un hablante, que atribuye T” (predicación) a T con expre-
sión de tiempo (en relación con el momento en que el emisor habla)
y de modo (manera como el hablante encara la relación de T” con

6 Sintagma (en Karcevskij 1931) es una estructura binaria constituida por


un determinante (T”') y un determinado (T); por ejemplo, casa (T) de campo
(T'). Aunque Karcevskij en ciertos aspectos se aparta de las tendencias de Praga
para acercarse a las de la escuela de Ginebra (la doctrina de los sintagmas), sus
nociones de frase y proposición son útiles para comprender desarrollos posteriores
praguenses.

34
T: como real, hipotética, etc.). La proposición impersonal, en que
T' indica la imposibilidad de referirse a un T, existe en oposición a
la proposición ordinaria.
El plano lexicológico “está “superpuesto” en cierto modo a los
otros planos y los incluye a todos”; es un plano integrador de todas
las diferenciaciones de los planos sintáctico y morfológico. La inte-
gración se realiza en la frase (oración); la partición de sus elemen-
tos —miembros de frase— puede coincidir o no con los de unidades
sintagmáticas, porque sus relaciones son diferentes. La frase es “una
unidad de comunicación actualizada” que no tiene estructura grama-
tical determinada, pero sí estructura fónica propia: la entonación,
por la cual se constituye la frase. Los signos de la lengua tienen
valor virtual, y sólo se realizan en casos concretos de habla en la
frase, por el procedimiento de actualización por excelencia que es
la entonación. Hay tipos fijos de entonación que pueden estudiarse
sistemáticamente, como ocurre con la de la frase intelectual, cuyas
dos variedades son pregunta-respuesta y en la que se pone en juego
la oposición tensión-distensión.
La proposición es una de las posibles estructuras gramaticales
de la frase (cf. nuestro Excurso, 10).

3.3. Segunda época de la escuela de Praga.

Después de la guerra se pone mayor énfasis en los estudios gra-


maticales, aun cuando la escuela de Praga mantiene críticamente los
principios operativos de la época “clásica” en sus rasgos fundamen-
tales?” (Vachek 1964, Trnka 1961). Entiende por estructuralismo el
análisis de las relaciones entre segmentos de una lengua, que a su
vez se considera una totalidad jerárquicamente organizada. Relacio-
nes y segmentos —entidades coexistentes— no pueden aparecer por
separado. La realidad lingúística es vista como un sistema de signos
que apuntan a una realidad extralingúística (Trnka-Vachek 1958).
El análisis estructural conduce a la formulación de las leyes que
gobiernan la organización de los datos; a diferencia de las leyes na-
turales, que son mecánicas, las lingiísticas son normotéticas (Trnka-

7 Desde 1947 hasta los primeros años de la década del cincuenta se desa-
rrolló una polémica con lingiiistas soviéticos (recogida en Voprosy jazykoznanija
de Moscú en 1952 y Slovo a Slovesnost de Praga en 1954) sobre los principios
fonológicos. Si biem, como se ha visto, la escuela de Praga ha subrayado siempre
las relaciones de la lengua con la realidad y la sociedad, se trata de sostenerlas
más enfática y críticamente para conciliarlas con la base materialista de la lingúís-
tica soviética (cf. Kopál). En cambio se ataca el puro formalismo de la glosemá-
tica o la posición antisemántica de los bloomfieldianos.

39
Vachek 1958); válidas y verificables sólo dentro de ciertos límites
temporales y de un corpus dado (emisiones orales y escritas). Al-
gunas de estas leyes son universales, comunes a todas las lenguas.
Los integrantes de la escuela de Praga se autotitulan funciona-
listas, término debido a Mathesius, quien trabajó por formular una
gramática funcional. El funcionalismo se basa en el carácter biplá-
nico del signo lingúístico, que es un fenómeno social: 8 las cadenas
fónicas se segmentan en cuanto manifiestan segmentos del contenido
semántico; es decir, con vistas a la función comunicativa, fenómeno
que se repite en todos los niveles. Pero el dualismo significante-
significado no da cuenta de la complejidad de la lengua si no se
considera una jerarquía de planos o niveles. :
En el Sexto Congreso Internacional de Lingúistas las tesis del
círculo de Praga subrayaban la diferencia entre morfología y sin-
taxis en las distintas lenguas, con variaciones de grado desde la gran
diferenciación de las lenguas indoeuropeas hasta que desaparece, co-
mo en chino; pero si se consideran la derivación y la onomatología
como partes de la morfología, la diferencia se hace universal. Trnka
en el mismo Congreso sostenía que la frase y la palabra pertenecen
a planos distintos que no se hallan en oposición recíproca, sino en
la relación de una función y de su realización (semejante a la de la
palabra y el complejo de fonemas que la realizan). Así resalta la
naturaleza jerárquica de las relaciones entre los planos. Estos di-
fieren en su grado de relación con la realidad extralingúística, ya que
la frase puede expresarla independientemente, mientras que la pa-
labra sólo puede hacerlo dentro de la frase (sin que esto implique
que las categorías de palabras tengan su origen en la frase). Para-
digmática y sintagmática son dos modos de considerar cada plano
(así yo, me, má son variantes de la misma palabra desde el punto
de vista paradigmático, pero son palabras distintas en el eje sintag-
mático; lo mismo canto, cantas, canta...; gato, gata; etc., cf. aquí
2.3.5.).

8 Idea saussureana; también para la glosemática corresponde al uso social.


9 K. Biimer en la década del veinte había anticipado su modelo del acto de
la comunicación desarrollado más tarde en Sprachtheorie: las funciones del signo
lingúístico en relación con el hablante, con el oyente, y con los objetos y sus
relaciones, son, respectivamente, expresiva, apelativa y representativa. Según la
primera, el signo, semánticamente, es síntoma de la interioridad del hablante; según
la segunda, es señal hacia el oyente; y según la tercera, es símbolo de los objetos
y sus relaciones.

36
3.3.1. Sisiema de niveles.

idea de considerar la lengua como un sistema de niveles


correlacionados fue formulada por Mathesius (19292). Estos niveles,
del inferior al superior, son: fonológico, morfológico y sintáctico; a
ellos agrega Trmka (1961) el supersintáctico o estilístico. Según
Danes y Vachek (1964) las leyes normotéticas que los gobiernan
son por definición sincrónicas, pero no estáticas (cf. Saussure); ello
se debe a que el sistema no es cerrado y existen en él muchos puntos
flojos (cuyo equilibrio tiende a restablecerse diacrónicamente). Este
hecho se compensa con la existencia de los niveles mismos, cuya in-
terrelación da cohesión al sistema.
Los niveles superiores imponen su organización categorial a los
inferiores, pero siempre el último de éstos selecciona los medios de
realización. Cada nivel consiste en un subsistema, cuyas unidades
forman inventarios a los que no afecta el orden de citación, y en una
subestructura, que organiza esas unidades en el orden temporal. El
análisis estructural debe, en consecuencia, tener dos aspectos: para-
digmática, que estudia los (sub)sistemas, y sintagmática, que trata
de las (sub)estructuras. Dentro de los niveles gramaticales (es decir,
excluyendo el fonológico) morfología y sintaxis no contrastan como
paradigmática y sintagmática (como para la escuela de Ginebra),
ya que cada una se estudia como sistema y como estructura, ni se
consideran disciplinas que pertenezcan, respectivamente, a lengua y
habla. Además, el reconocimiento de un nivel supersintáctico, con
(sub)estructura propia, vuelve inoperante la dicotomía lengua-habla
(Trnka 1964), pues el habla de Saussure es un cuerpo de emisiones
concretas estudiadas en el nivel supersintáctico en el cual puede des-
cubrirse un código de reglas que lo rigen (lengua). En cada nivel
el análisis se realiza desde dos puntos de vista:
a) fonología paradigmática: inventario de fonemas y rasgos dis-
tintivos; fonología sintagmática: combinaciones de fonemas.
b) morfología paradigmática: inventario de las entidades (pa-
labra, morfema); morfología sintagmática: secuencias de pa-
labras y sus reglas de organización según sus oposiciones
morfológicas.
c) sintaxis paradigmática: inventario de las oposiciones sintác-
ticas y su realización por oposiciones morfológicas; sintaxis
sintagmática: estudio de las combinaciones de oraciones.

10 Para E. Paulíny (cit. por Vachek 1960) se trata básicamente de dos


sistemas: fónico y semántico.

37
La distinción entre morfología y sintaxis corresponde a la dis-
tinción de las unidades respectivas: la palabra y la cración, que
constituyen diferentes jerarquías de abstracción (como lo son el fone-
ma en el nivel fonológico y la emisión en el supersintáctico). Hay
que notar que si la palabra no es sólo la suma de sus fonemas, tam-
poco la oración es igual a la suma de las palabras que la integran.

3.3.2. Teoría morfológica.

Los principios de Trnka (1961) sobre el análisis morfológico con-


densan una serie de conceptos que caracterizan la investigación pra-
guense en este terreno, y recogen en parte ideas ya formuladas en la
época anterior.11 'Trnka establece que la morfología funcional se
aplica a la palabra y sus oposiciones y combinaciones. La palabra
es “la unidad mínima significativa de la lengua, capaz, en la oración,
de ser desplazada por otra unidad significativa desplazable, o de ser
separada”. Como cada plano realiza al inmediato superior y es reali-
zado por el inmediato inferior, el plano morfológico resulta interme-
diario entre el fonológico (que lo realiza) y el sintáctico (al que
realiza). Como los demás niveles, el morfológico se puede conside-
rar como (sub)sistema y como (sub)estructura y el análisis será, res-
pectivamente, paradigmático y sintagmático.
Según Trnka los planos morfológico, sintáctico y supersintáctico
son significantes, pero difieren en el grado de concreción del signi-
ficado que manifiestan; por ejemplo en el plano morfológico —el de
menor concreción— se denotan oposiciones de clases de objetos
(árbol / casa) o individuos (Marías/Juanes); el nivel sintáctico es
el encargado de especificar esas oposiciones de clases morfológicas
según el contexto de la oración, la que sirve para representar va-
rias realidades, cada una de las cuales se manifiesta por medio de
una emisión. El significado de la oración Los árboles son frondosos es
menos concreto que el de la emisión Los árboles son frondosos,
hecha por un hablante a un oyente en una situación extralingiística
particular.
Cada nivel se divide en subniveles, cuyas unidades realizan a las
unidades de aquéllos; así el plano morfológico tiene un subnivel
básico de palabras y otro de morfemas, unidades estas que realizan
a las palabras, pero que no son básicas, pues no pueden realizar el
plano- superior (sintáctico). Constituyen la identidad de la palabra

11 Cf. Trnka 1932.

38
y e

a) el mism> significado y b) la misma estructura fonológica en igual


contexto oracional; /bán/ y /bám/ son la misma palabra van, pero
la segunda forma depende del contexto fonémico /-p/, /-b/, como en
van paseando, van bien, mientras la primera depende de otros con-
textos (van atrás, van otros, etc.); las formas niño/niña representan
la misma palabra en distintos contextos: el-/la-.
Trmka encuentra en la palabra significación morfológica, que
consiste en su oposición a otras palabras (brazo se opone a tronco,
cabeza, etc.), y significados contextuales si es polisemántica (“dame
el brazo”, “el brazo del río”, “el brazo del sillón”). Por otra parte,
la misma secuencia de fonemas puede representar dos palabras (que
pueden a su vez ser polisemánticas): son los homónimos (/uso/ para
uso y huso).
Las palabras son indivisibles (sol) o tienen base y superbase
(sol-ar). Las superbases pueden estar manifestadas por morfemas
(prefijos yy sufijos: in-sol-ar), por alternación de la base (inglés
take/took) o por morfema y alternación (inglés wife/wives). Son
oposiciones morfológicas aquellas en que toma parte cada miem-
bro de una clase de palabras (en español cada miembro de la
clase sustantivo es singular o plural). Cada lengua tiene sus pro-
pios sistemas de oposiciones morfológicas, y éstas son binarias (por
ejemplo, -singular-plural);12 otros casos se resuelven en dos grupos
de oposiciones binarias que tienen un miembro común (el tiempo en
español: presente/pretérito; presente/futuro). Los grupos oposiciona-
les forman categorías (por ejemplo, número, que comprende singular
y plural). Las oposiciones morfológicas son privativas si sólo un miem-
bro está marcado (casa-s/casa), equipolentes si cada miembro está
marcado (niñ-o/niñ-a) (ambas pueden combinarse en oposiciones
indirectas).
Las palabras forman clases de acuerdo con el total de oposiciones
morfológicas en que toman parte (en español los nombres son las
palabras que entran en las oposiciones de género y número; luego se
clasifican en sustantivo y adjetivo según la relación determinado-de-
terminante; cf. Trnka 1962). Las oposiciones morfológicas pueden
estar manifestadas sólo por los determinantes de una palabra (el lunes/
los lunes); pueden formar grupos analíticos (género y número en
niñ-o-s) o sintéticos (persona, número, tiempo, modo en cant-é). Una
oposición morfológica se neutraliza (desaparece) si es incompatible
con otra oposición en la que participan sus miembros: en latín el caso

12 Según Horálek (1962) no hay acuerdo sobre este punto en morfología,


aunque fue
el criterio de Jakobson al estudiar el sistema casual del .rugo
(TELP:6):

39
nominativo y el acusativo tienen marcas diferentes en los sustantivos
masculinos y femeninos (ciuis/ciuem; rosa/rosam), pero en los neutros
ambos casos se neutralizan (nominativo templum, acusativo templum 33;
desaparece su diferenciación por ser incompatible con el neutro).
La morfonología estudiael sistema de medios fonológicos con que
se realizan las oposiciones morfológicas. Las marcas de éstas se llaman
exponentes o formativos; una misma oposición puede manifestarse por
medio de distintos exponentes (-s, -es son formativos del plural en
casas, árboles), y éstos pueden ser homónimos (-es como formativo de
plural: trenes, o de oposiciones verbales: corres). El exponente cero
presupone miembros marcados (imperativo sal-4 frente a part-e).
La morfología sintagmática toma en cuenta —para estudiar la
organización de las palabras y de las oposiciones morfológicas en la
secuencia temporal— ciertas relaciones, por ejemplo coordinación/subor-
dinación; determinación/indeterminación. También en el eje lineal
puede haber neutralización de oposiciones morfológicas (la relación
de subordinación neutraliza la oposición singular/plural en jóvenes de
cabeza hueca = jóvenes de cabezas huecas).

3.3.3. Nivel sintáctico.

Danes (1964) recoge, reorganiza y completa teóricamente ideas ya


formuladas sobre los niveles superiores. Propone distinguir niveles sin-
tácticos:
>”

1) el de la estructura gramatical de la oración;


2) el de la estructura semántica de la oración, y
3) el de la organización de la emisión.

El primero es autónomo; sus categorías (sujeto, objeto, etc.) están


basadas en la forma sintáctica solamente, y no en el contenido semán-
tico. El concepto básico es el de esquema oracional (sentence pattern)
y corresponde al de proposición de Karcevskij; opera con las clases de
palabras en su clasificación morfosintáctica. La relación principal
de este nivel es la sintagmática de dependencia (o subordinación) a la
que corresponden la determinación y la predicación, “las más abstractas
del plano semántico”; se manifiesta por medios morfológicos (concor-
dancia, rección, adjunción), y otros, como orden de palabras. Otra
relación, asintagmática, es la de contigiidad o coordinación (cf. aquí
3.2.2.).

13 Ejemplo de Trnka.
PR
AA
O 4
1...

La estructura semántica de la oración se basa en relaciones que


suelen llamarse “lógicas”, que “derivan de la naturaleza y de la socie-
dad” y parecen ser esenciales para las actividades sociales del hombre;
por ejemplo, actor, acción, objeto de la acción, determinaciones circuns-
tanciales (lugar, tiempo, etc.). No son relevantes los significados lexi-
cales concretos, sino su generalización categorial ('ser viviente”, “ani-
mado”, “individuo”, etc.).
La autonomía del nivel de la estructura gramatical frente al de la
estructura semántica se evidencia en la diversidad de lenguas (cada
una con su estructura gramatical peculiar); en cambio, las categorías
semánticas no son de naturaleza lingúística (parecen ser universales).*
El nivel de la organización de la emisión (unidad comunicativa
minima) muestra el funcionamiento de las estructuras gramatical y
semántica en una situación extralingúística determinada, es decir: en el
acto de la comunicación. Pero hay que distinguir entre la emisión
concreta observable, singular, individual, y aquella en que por vía de
abstracción se elimina todo lo que es “accidental, singular e individual”;
esta última ya no pertenece al habia, e incluye el esquema oracional
más rasgos no gramaticales: relaciones con el contexto lingiístico situa-
cional, unidades léxicas concretas, entonación. Este nivel es el super-
sintáctico.
El esquema oracional es una estructura abstracta y estática capaz
de convertir una cadena de palabras en unidad mínima comunicativa
aun fuera de un contexto o situación. El esquema oracional es unidad
de un sistema: por oposición se construye el sistema de esquemas ora-
cionales de una lengua, que pertenecen a la paradigmática sintáctica.
Por ejemplo, las siguientes oraciones:
(1) (El alumno) estudia (sus lecciones) 4
(2) (El alumno) trabaja
(3) (El alumno) tiene un libro
(4) Llueve
corresponden a los siguientes esquemas:

* Creemos que las categorías semánticas —que relacionan la lengua con


objetos no lingiísticos (Morris 1938)— forman, sin embargo, sistemas peculiares
en cada lengua: adquieren en cada una valores diferentes. Son, pues, dentro de
cada lengua, categorías lingúísticas.
14 Los paréntesis señalan los elementos no obligatorios; pero su existencia
potencial distingue unos esquemas de otros. En español el orden de los elementos
no pertenece a este nivel, sino a la emisión.

41
> p Pro: pronombre
(1) (Pro >) V (> Proz)
V : verbo
p: persona
(2) (Pro, >) vV 1: caso nominativo

y : caso Objetivo
(3) (Pro, >) V => Pro) :
3 sg: tercera persona sing.

(4) V3se >: señala dependencia

en los cuales se aplican reglas de sustitución del tipo:

Pro ; == 9

o de expansión: S: sustantivo
ISS EA A: adjetivo
Momia Me->ADES pr: preposición
ea =: señala equivalencia sintáctica
S=S etc. +: indica coordinación
Xx A
o de extensión:
S=S+...+S

Otros aspectos del estudio de la sintaxis son el sintagmático y el


de las relaciones transformacionales; éstas parecen suponer como inva-
riantes esquemas semánticos (del nivel de la semántica sintáctica).

3.3.4. Nivel supersintáctico.

En este nivel la unidad es la emisión o “perspectiva funcional de


la oración” (Mathesius 1929b). Implica la existencia de una situación
comunicativa concreta, con un hablante y un oyente (según el modelo
de Biihler) y toma en cuenta como función primaria del lenguaje la
representativa o informativa. Mientras la estructura sintáctica es más
abstracta y estática (Danes 1964), la emisión es un proceso dinámico
de comunicación, pues sus elementos están jerarquizados de acuerdo
con el grado de información que conducen (= dinamismo comunica-

42,
o
A

tivo; Firbas 1964). Para Mathesius esos elementos, tema y rema (o


núcleo),15 se encargan, respectivamente, de trasmitir información cono-
cida e información nueva. Para Firbas el rema no siempre lleva nueva
información; por ello propone definir como función temática la con-
ducción del grado menor (o grados menores) de dinamismo comuni-
cativo; el concepto de información conocida o desconocida puede apli-
carse posteriormente como criterio determinante de relaciones de
dependencia contextual entre oraciones.
La emisión se organiza por medios principalmente no gramaticales
(aunque algunos operen también en el nivel gramatical: acento con-
trastivo o enfático, entonación, orden de palabras, tipo de construcción,
léxico, etc.). Para Danes (1960) las palabras, unidades apelativas, se
convierten en unidades comunicativas en la emisión por medio de la
entonación (cf. Mathesius 1929b). Ciertas emisiones tienen forma gra-
matical específica: se ajustan a un esquema oracional; estas emisiones
son emisiones oracionales (u oraciones en sentido amplio) y se carac-
terizan porque en ellas el hecho de la comunicación se manifiesta doble-
mente: por la entonación y el esquema oracional. Puede haber emisio-
nes sin forma gramatical (que no sean oraciones) pero no pueden
ocurrir sin entonación.
Para sus funciones delimitativas de emisiones y divisorias de los
miembros de las emisiones en tema y comentario, la entonación se
combina con pausas y juntas forman junturas. Ambas funciones de la
entonación (delimitativa y organizadora de tema y comentario) son
primarias, y Danes las llama, siguiendo a Mathesius, funciones estruc-
turales. Una caracterización secundaria de la entonación es la modal,
es decir: la caracterización de la actitud del hablante. (enunciativa,
interrogativa, etc., que no se confunden con las modalidades expresivas
subsidiarias; por ejemplo, emotivas).

3.3.5. Centro y periferia.

En las últimas publicaciones praguenses se discute en detalle el


punto de vista de que el sistema de la lengua no es cerrado (cf. aquí
3.3.1). Según Vachek (1966) no todos los elementos de un sistema
se integran en él en igual grado. Aquellos que tienen mayor participa-
ción en las características propias del sistema son elementos que cons-
tituyen su centro; los que exhiben bajo grado de integración (aun es
posible que algunos no estén integrados) corresponden a la periferia
del sistema. Por ejemplo (Vachek 1964), el bajo grado de rendimiento

15 Tema y rema son en otros sistemas tópico' y comentario o sujeto y predi-


cado psicológicos.

43
>,
AD NS DR

de ciertos fonemas en inglés, que se distribuyen limitadamente (como


la consonante dental, sonora, fricativa de they, then, etc., o la nasal velar
que aparece sólo en final de silaba —ortográficamente ng-).
Popela enumera tipos centrales opuestos a otros periféricos: tipos
caracterizados por rasgos básicos frente a tipos caracterizados por ras-
gos especiales (por ejemplo, en español, consonantes orales / consonan-
tes nasales); tipos productivos frente a tipos improductivos (como
verbos regulares/verbos irregulares); tipos “normales” frente a otros
defectivos (sustantivos comunes, con significación léxica general / sus-
tantivos propios, que no la tienen); etcétera.

3.3.6. Descripción generativa.

Las investigaciones recientes en relación con la lingilística matemá-


tica han dado como resultado algunos trabajos sobre la construcción de
gramáticas generativas. Petr Sgall (1966) propone una alternativa a la
descripción propuesta por Chomsky (cf. aquí cap. 6). Acepta como sus
principales condiciones 1) que la gramática genere todas las oraciones
gramaticales de la lengua descripta y sólo ésas, y 2) que la gramática
asigne a cada una sus descripciones estructurales.
Ya que las gramáticas de estado finito no llenan la primera condi-
ción y las de constituyentes inmediatos no cumplen la segunda, cabe
preguntarse si una gramática transformacional llena ambas condiciones,
especialmente si la segunda se interpreta como parte de la capacidad
innata del hablante. Este último criterio no es para Sgall estrictamente
lingiiístico. Una descripción debe mostrar el mecanismo de codificación
(por el que un mensaje es convertido a su forma fonética) y a la in-
versa, el mecanismo de decodificación (por el que una representación
fonética puede interpretarse semánticamente).
Por otra parte, hay otras dificultades relacionadas con las propie-
dades formales de las gramáticas, particularmente en cuanto a la es-
tructura sintáctica y su interpretación semántica. Sgall presenta, sobre
la base de los estudios praguenses de la lengua como sistema de niveles
interrelacionados, un sistema similar a la gramática estatificacional de
Lamb (cf. aquí 8.1). Si es posible enumerar un “conjunto de cadenas
que corresponda a ciertas condiciones sintácticas y que pueda inter-
pretarse como el conjunto de los significados de las oraciones grama-
ticales de una lengua natural”, este conjunto puede convertirse en el
“conjunto de representaciones fonéticas de oraciones de la lengua dada”.
La operación de conversión tiene varios pasos cumplidos por meca-
nismos automáticos (transductores), cuya salida es la descripción de
los niveles de la lengua. De tal modo la relación entre una interpreta-

44
ción semántica y su representación puede definirse como una cadena
de operaciones que se corresponden con las relaciones entre niveles
inmediatos; tales relaciones pueden llamarse de “función” y de “forma”
o representación.
La primera consiste en la estructura misma (tectogramática), y la
segunda en los medios de representación (fenogramática). Por ejem-
plo, Sgall supone que hay por lo menos dos niveles de estructura de
oración. Uno es el nivel tectogramatical, cuyas relaciones son “actor de
la acción”, “paciente de la acción”, etc. y cuyas unidades léxicas son
elementales (una sola unidad corresponde a tender, tensión, tenso, etc.):
independientes de las unidades morfológicas (número, persona, etc.).
El otro es el nivel fenogramatical, donde las relaciones son “sujeto”,
“objeto”, etc., y donde las unidades léxicas corresponden a las pala-
bras individuales (tender, tensión, tenso, etc., son unidades diferentes).
La diferencia entre “activo/pasivo', “cláusula/nominalización” es dife-
rencia en el segundo nivel (e inferiores), pero no en el primero; en
éste son sinónimos o paráfrasis. Niveles inferiores son el morfológico
(unidades: “bases, casos, preposiciones”, etc.); y probablemente el
morfofonémico (cuyas unidades son el morfo y el fonema) y el fonético.
De acuerdo con esta estratificación “la descripción estructural de
la oración está dada precisamente por la cadena de las representaciones
de esta oración en todos los niveles individuales”.
Los componentes del sistema son de dos tipos: el primero es
generativo, y los otros, conversores (transductores). La cadena de
salida de cada componente es una determinada representación de la
oración que entra en el siguiente para ser convertida en una o más
representaciones; y así hasta alcanzar la representación fonética.
El componente generativo es una gramática de estructura de
frase de contexto libre, cuyas reglas adoptan la forma A => X, donde
X no es nulo. La propiedad recursiva no pertenece al símbolo inicial
(oración) sino a la relación “actor-acción” o a “acción” (para verbos
impersonales).
El número de componentes puede variar según las lenguas. Los
transductores pueden ser cuatro. Por ejemplo, el segundo convierte
la salida del primero (nivel tectogramatical) en la representación
fenogramatical de acuerdo con un símbolo regente; así si la oración
toma la forma activa, el “objeto lógico” será el “objeto” (“compra los
libros”), o si se nominaliza, aquél será el “adjunto” (“la compra de
los libros”); el tercer transductor convierte la salida del segundo en los
símbolos del nivel morfémico; etcétera.
Para Sgall las reglas y convenciones del sistema pueden verse como
una descripción solamente (metalenguaje)o como la estructura in-
trínseca del sistema.

45
El hecho de asignar más de una representación a cada oración
distingue este sistema (generativo) de los taxonómicos, que asignan
sólo una descripción estructural a cada oración (excluidas las homó-
nimas).
En Sgall (1967) se muestra la necesidad de incorporar el nivel de
la perspectiva funcional de la oración a una gramática generativa.

3.4. Conclusiones.

Los lingúistas de Praga son estructuralistas funcionalistas. To-


man en cuenta en el aspecto interno la relación entre significante y
significado del signo y externamente las relaciones con la realidad
extralingúística, que resulta en estratos de lengua (geográficos, socia-
les, etc.). Difieren de la glosemática, pues ésta es puramente forma-
lista: excluye la sustancia (tanto la fónica como la semántica) y las
relaciones extralingúísticas. Se diferencian de varias corrientes norte-
americanas en cuanto los praguenses no rechazan el significado, por
ejemplo, para la definición de fonema. S
La escuela de Praga ve la lengua como sistema dinámico de
niveles no cerrados, con desequilibrios parciales, pero cuya interre-
lación da coherencia al sistema total. El hecho de que los niveles
en cada estado de lengua no sean cerrados muestra que no es posible
identificar sincronía con estática. En este aspecto Vachek (1964)
señala una discrepancia con los transformacionistas, que presentan sis-
temas estáticos. a
Todos los niveles pueden estudiarse desde el punto de vista sin-
tagmático y del paradigmático (o asociativo, en términos saussureanos).
La dicotomía lengua/habla se hace innecesaria al considerar
dentro del juego de sistemas un nivel supersintáctico (Trnka, 1964).
4. GLOSEMATICA

4.1. La teoría desarrollada por el lingiiista danés Louis Hjelmslev


—en parte con la colaboración de H. J. Uldall— ha venido discutiéndose
a lo largo de las tres últimas décadas en las sesiones del Círculo Lin-
gúístico de Copenhague, en congresos internacionales de lingiística y
en diversas publicaciones especializadas (especialmente las del Círculo:
Acta linguistica y TCLC) con creciente interés.
Hjelmslev (1948 a) llama lingúística estructural a un conjunto de
investigaciones basadas en la hipótesis de que una descripción cientí-
fica implica considerar la lengua como una “entidad autónoma de de-
pendencias internas, es decir, una estructura”. Esta particular concep-
ción, diferente de otros enfoques no inmanentes de la lingúística, hace
que Hjelmsley prefiera llamarla glosemática y no lingiística, por las
connotaciones que ha adquirido esta última palabra (1943b y 1948 b).
Juzga Hjelmslev que debe considerarse a Saussure el fundador de
la ciencia lingúística moderna (la lingúística estructural) ya que fue
el primero que trató la lengua como sistema de valores: entidades
opositivas, relativas y negativas; es decir, por relaciones formales y
no por las cualidades fonéticas o semánticas de esas unidades. Así
una distinción fundamental de Saussure es la de forma y sustancia;
otra es la de lengua y habla; y aunque la lengua es definida en el
Curso de varios modos, interesa su caracterización como forma y no
como sustancia. Estos puntos de la doctrina saussureana son interpre-
tados como básicos por la glosemática,! aunque ella misma no deba
identificarse con la teoría de Saussure. Por otra parte, el estructura-
lismo lingúístico y en particular la glosemática se relacionan con las
investigaciones de la logística sobre el lenguaje.2 Rudolf Carnap ya en
1928 al tratar el problema de la constitución de los conceptos definía

1 Otra interpretación de las ideas de Saussure es la de la escuela de Praga


(que define, por ejemplo, el fonema por sus rasgos distintivos, es decir: por la
sustancia). Cf. Trmka-Vachek (1958) para una crítica de la glosemática desde el
punto de vista praguense.
2 Whitehead, Russell y los lógicos del círculo de Viena. Carnap se trasladó a
los Estados Unidos en 1938 y con Ch. Morris y O. Neurath como editores comenzó

47
A
»
ñ A
o
y o
"a A
;

los objetos por propiedades estructurales, es decir, por relaciones (Der


logische Aufbau der Welt); en cambio, para Hjelmslev no es aceptable
en lingiiística el concepto de signo monoplánico de los lógicos, quienes
como consecuencia ignoran la conmutación, fundamental para la com-
prensión de las lenguas naturales. Al tratar específicamente la glose-
mática nos referiremos exclusivamente a la obra de Hjelmslev.3

4.2. Los prolegómenos de una teoría lingúística.

4.2.1. La- teoría.

En Prolegomena intenta mostrar las condiciones necesarias y ade-


cuadas para la formulación de una teoría lingúística que establezca un
método para comprender su objeto. La teoría debe ser general para
dar cuenta no sólo de un objeto dado, sino de todos los de su misma
naturaleza (las lenguas). Una teoría lingúística construida con un
sistema formal de premisas busca descubrir la estructura de una len-
gua en lo que ésta tiene de constante, en lo que hace que sea ella
misma en cualquiera de sus manifestaciones, independientemente de
cualquier realidad extralingúística (“física, fisiológica, psicológica, on-
tológica, lógica”); en otras palabras, como una entidad autónoma.
La lengua es un objeto tal que detrás de sus secuencias (proceso)
es posible descubrir un sistema, y éste permite analizar el proceso por
medio de cierto número de premisas. En el proceso recurre un número
limitado de elementos en varias combinaciones y las posibilidades de
combinación permiten asignar los elementos a clases determinadas.
Al establecer un cálculo general de todas las combinaciones posi-
bles se alcanza el nivel de una ciencia exacta, capaz de prever todas
las ocurrencias posibles y las condiciones de su realización. El propó-
sito de la teoría es, pues, establecer un álgebra inmanente de la lengua.
La teoría exige un principio metodológico anterior a todos los
demás, que Hjelmslev llama “empírico”,* según el cual la descripción
debe cumplir tres condiciones, que en orden jerárquico son: ser auto-
consistente (= no contradictoria), exhaustiva y lo más simple posible.

la publicación de la International Encyclopaedia of Unified Science, Chicago, 1938.


En el primer volumen apareció un trabajo de Bloomfield (1939) al que se refiere
Hjelmslev (1948 b) cuando habla del contacto que hasta cierto punto se había
establecido entre lógicos y lingiiistas.
3 Aspectos de la fundamentación de la glosemática son tratados por Uldall.
Una muestra de investigaciones orientadas en esos principios puede verse en
DEBLCIVE
24 Denominación poco afortunada; no implica alusión a la experiencia.

48
El procedinmento adecuado para cumplir las condiciones del principio
empírico es el deductivo, que parte de las clases para llegar a los
componentes; por ejemplo, si tomamos como texto toda la sección de
este libro que titulamos Glosemática, tal texto es una clase que puede
partirse en componentes; cada uno de éstos se asignan a clases llama-
das oraciones, las que volverán a partirse en componentes que perte-
necen a las clases sujeto o predicado; y así se sigue hasta agotar el
análisis. El método inductivo puede ser otro punto de vista a veces
apropiado para alcanzar los mismos resultados “necesariamente con
deducción implícita”.
La teoría es arbitraria, en el sentido de que no incluye postulados
de existencia, y es, por lo tanto, independiente de los datos externos;
su validez depende únicamente de su sujeción al principio empírico.
Por otra parte, la teoría debe ser apropiada: aplicable a los datos de
la experiencia.
La aplicación de la teoría a un cuerpo de datos permite extraer
el conocimiento necesario para generar nuevos textos; dicho conoci-
miento consiste en hacer explícito el cálculo de todas las posibilidades
combinatorias en determinadas condiciones establecidas arbitrariamente;
si el cálculo admite diversos procedimientos para descripciones auto-
consistentes y exhaustivas, el principio de evaluación de la más ade-
cuada será el de simplicidad.
Como la teoría es general podrá aplicarse a textos de cualquier
lengua. Las premisas de la teoría lingilística se manifiestan en un
sistema de definiciones formales; el alcance de una definición formal
es delimitar su objeto relativamente, respecto de otros objetos definidos
del mismo modo en el mismo sistema (el mismo universo). Ciertas
definiciones operativas pueden admitirse; son aquellas que se usan
temporariamente hasta que en cierto nivel procedural se formulan for-
malmente. “Teoremas en la forma de condiciones” toman el lugar de
postulados de existencia.

4.2.2. El sistema de definiciones.

El procedimiento deductivo implica la división del texto en partes,


las cuales entran en relación de dependencia mutua y con el todo, rela-
ciones que dan existencia científica al todo y sus partes. De modo que
una totalidad —una estructura— consiste sólo en una red de relaciones
y no en los elementos y su sustancia. Estos no son más que puntos de
intersección de dependencias o funciones, de tres tipos: interdepen-
dencia o presuposición mutua de términos (constantes); determinación,
en que un término (variable) presupone a otro (constante), pero no

49
a la inversa; constelación: simple compatibilidad entre variables.5 Por
razones prácticas estas denominaciones generales se cambian por otras
especiales según se refieran al proceso o al sistema. Los terminales de
función son funtivos. En otras palabras: se llaman funtivos las cons-
tantes y las variables que contraen función.
En un nivel dado del análisis (descripción), las partes ( =funtivos)
contraen dependencias uniformes con el todo (una oración tiene sujeto
sólo si tiene predicado; y tiene predicado sólo si tiene sujeto, porque
“sujeto y predicado se presuponen mutuamente). Así el análisis se de-
fine formalmente como la “descripción de un objeto por las dependen-
cias uniformes de otros objetos con respecto a él y entre sí”. En esta
definición, la primera, se encuentran los únicos términos no definidos
del sistema de definiciones específicas formales de Prolegomena: des-
cripción, objeto, dependencia, uniformidad (aunque más adelante apa-
recen otros indefinibles no específicos, como “presencia”, “necesario” y
“condición” en las definiciones 12 y 13; cf. Lamb 1966 a). A partir de
ésta, las restantes definiciones presuponen la primera, y se organizan
en un orden tal que cada una es presupuesta por las que siguen. Por
ejemplo, el objeto que se analiza es una clase (segunda definición) y
los objetos uniformemente dependientes de la clase y entre sí son com-
ponentes de la clase (tercera); una clase de clases se llama jerarquía
(cuarta). Así un texto como El chico juega manifiesta una clase (ora-
ción bimembre) cuyos componentes son sujeto-predicado. La oración
bimembre junto con la unimembre (Llueve; Hasta mañana) for-
man una jerarquía. De las restantes definiciones —son 108 en total—
mencionaremos aquellas que sean aclaratorias para la siguiente expo-
sición.
Hay una jerarquía de procesos, cuyas clases son cadenas, y otra
de sistemas, cuyas clases son paradigmas. Los componentes de un
paradigma contraen la función (dependencia que cumple las condicio-
nes de la Def. 1) llamada correlación, consistente en la alternación de
los componentes, o sea la disyunción lógica “o ...o”; los componentes
de una cadena contraen la función llamada relación, que consiste en
la coexistencia de los componentes, es decir: la conjunción lógica “tan-
to... como”. En la cadena niños el componente “masculino” entra en
relación —coexiste en presencia— con el componente “plural”, y en corre-
lación con femenino” de la cadena niñas: masculino y femenino no
pueden coexistir en la misma cadena. Entre el proceso —o jerarquía
relacional— y el sistema —o jerarquía correlacional— hay determina-
ción: el sistema es el funtivo presupuesto (constante), y el proceso, la

Ss Simbolos: c, constante; v, variable; c <> c interdependencia; v=> c deter-


minación; v|v constelación. Ejemplos en el proceso: sujeto «> predicado; adje-
tivo > sustantivo; objeto directo |objeto indirecto.

50
-
IS A” *

- variable. La lengua es el sistema de jerarquías o paradigmática; el


texto es el proceso correspondiente o sintagmática.$
6

4.2.3. El signo lingúístico.

Considerada desde el punto de vista de su finalidad extrínseca la


lengua es un sistema de signos (cf. Saussure). A partir de la noción
saussureana del signo biplánico, Hjelmslev tratará de demostrar que,
desde el punto de vista interno, tal definición de lengua es inadecuada.
Significante y significado saussureanos son en glosemática expresión y
contenido, respectivamente, funtivos que contraen la función signo,
como interdependencia en el proceso. De modo que la función signo
es universal, pero su ejecución —que un determinado contenido se una
a determinada expresión— es propia en cada lengua de los hábitos lin-
gúísticos de los hablantes (es uso; cf. Hjelmslev 1954) y por lo tanto
una constelación (véase aquí 4.2.31).
Una vez identificado un signo en un texto es necesario analizar
por separado cada uno de los planos. En el plano del contenido hay
que distinguir una materia: el pensamiento considerado separadamente
de su manifestación lingúística; por ejemplo, lo que es común a estos
textos que se traducen mutuamente: japonés Dóko e, ittá ka, inglés
Where did he go?, español ¿Adónde fue? *
Pero en la manifestación lingúística la materia se forma de distinta
manera en cada lengua: por relaciones (funciones) particulares. Así
es posible distinguir a) una forma del contenido, es decir: las relacio-
nes que organizan la materia en cada lengua, que es constante en
cada una, y b) una sustancia del contenido: la materia ordenada por
las divisiones que le impone la forma. La fórmula [S-P] contiene dos
formas (dos constantes) que contraen la función en cuestión y que
pueden ser manifestadas por diferentes sustancias de contenido (Ma-
ría/canta; ellos y nosotros/estamos de acuerdo; quiénes vienen/no me
interesa; la reunión/esta noche; etcétera).?

6 Proceso y texto pueden emplearse como términos sinónimos, lo mismo


que sistema y lengua.
* Ejemplo de B. Bloch, “Studies in colloquial Japanese Il; syntax”, Lg.
22.200-48 (1946).
7 En un esquema se ve cómo se organizan las relaciones y cómo difieren
de una lengua a otra: Dókó es ittá ka

¿A dónde fue?

Where
ANS
did he go?

ol
La noción de “mostración del lugar” (materia de contenido) puede
—en español— manifestarse (sustancia) con dos formas distintas: ya
sea por medio de un sistema de tres términos o por medio de un
sistema de dos:

aquí | ad | allí
acá | allá

En el primer sistema la sustancia se ha formado con tres divisiones,


y en el segundo, con dos.
En hopi* la noción “agua” se expresa con dos palabras:

hopi español

pahe (en fuente natural)


agua
keyi (recogida)

La noción 'más de uno” se forma de distinta manera en lenguas


que sólo conocen “plural” y en las que analizan “dual'/plural':
(dos) (tres o más)
samoano ila:ua | ila: to
español ellos

Por otra parte, hay lenguas que distinguen en el paradigma pro-


nominal la pluralidad exclusiva del oyente (para primera persona)
de la inclusiva del oyente; de tal manera podemos comparar: **

(exclusivo) (inclusivo)

ima:ua ita:ua 1 (dos)


samoano . sa
| ima:tou Os
ita: más de dos)

tagalo ka'mi E
español * nosotros

Ejemplo del hopi según Whorf.


** Ejemplos del samoano y del tagalo tomados de Bloomfield (1933).

52
Del mismo modo se distinguen en el plano de la expresión los
mismos estratos. La materia puede ser el sonido considerado como
la suma de los sonidos articulables por el aparato de fonación humano.
La sustancia de la expresión consiste en los sonidos articulados 3 que
cada lengua utiliza. La forma de la expresión son las constantes espe-
cíficas de cada lengua. En español vocales y consonantes se definen
formalmente por sus funciones en la sílaba y/o sus posibilidades de
constituir la expresión de una palabra; vocales son las entidades de la
expresión que pueden formar sílaba por sí mismas (a-la, a casa; 0-so;
o él o yo); consonantes son las figuras de la expresión que no cumplen
ese requerimiento (sa-la; an-tes; etc.). Estas definiciones según la
forma de vocales y consonantes (constantes de expresión) se basan,
pues, en dependencias en la cadena y en el paradigma; es decir, en las
funciones de relación y correlación. Pero nada dicen acerca de la
manifestación fónica (sustancia) de ambas clases. Desde el punto de
vista de la sustancia en español son vocales las articulaciones abiertas
clasificadas por grado de abertura y posición. Son consonantes las
articulaciones oclusivas, fricativas, etc., especificadas por el modo de
articulación (sordez, sonoridad) y el punto de articulación (bilabial,
palatal, etc.).
En distintas lenguas la misma zona de materia puede formarse de
distintas manera: por ejemplo, el continuum “vibrante, sonoro, oral” +
“simple” o “múltiple”:

inglés /x/ /xr/


español /1/

o el continuum dental, sonoro, oral” + fricación” u “oclusión':

inglés /d/ /0/


español /d/

38 Hijelmslev incluye otras sustancias posibles: grafémica (notación fonética


o fonémica), lenguaje de gestos de los sordo-mudos, los códigos de banderas, etc.,
porque admite que la tarea de la teoría lingiiística puede tener por finalidad
también describir distintos sistemas de expresión que corresponden a un mismo
sistema de contenido; de hecho, excepto en el caso de la notación fonémica o foné-
tica, cualquier sustancia que no sea el sonido vocal (matural, o su ícono: la graba-
ción en disco o cinta) manifiesta diferentes formas, se organiza en sistemas pecu-
liares. Este aspecto de la teoría hjelmsleviana ha sido casi unánimemente criticado,
pues cualquier sustancia que no sea fónica es sólo representación de la última.

93
ca E A E

En cada ocurrencia textual de un signo ambas materias desapare-


cen como tales para realizarse como sustancias formadas del contenido
y de la expresión; pero para Hjelmslev signo es sólo la unidad forma
del contenido-forma de la expresión.

materia

sustancia | |
contenido ¡AECA
forma
Ú) | E ocurrencia
| Signo >1 textual
a forma
expresión |— 7
sustancia
materia

En cada plano la respectiva forma es determinada (presupuesta)


por la sustancia (variable en cada manifestación); ambas formas son
interdependientes (funtivos constantes de la función signo). Hay que
notar que la sustancia es la variable sólo en cuanto se considera la
función signo como una relación; desde el punto de vista paradigmá-
tico —“que no presenta sino raramente un verdadero interés práctico”—
en cada plano hay interdependencia entre forma y sustancia (Hjelms-
lev 1954).
La tarea de la lingiística es estudiar la forma. A otras disciplinas
corresponde el estudio de las sustancias (la semántica para la sustan-
cia del contenido y la fonética para la sustancia de la expresión).

4.2.31. Esquema y uso.

Al discutir la dicotomía saussurcana lengua-habla Hjelmslev (1943


a) establece una estratificación diferente, que no coincide exactamente
con aquélla. Llama esquema a la lengua considerada como forma. La
norma es la sustancia formada, pero considerada independientemente
de la manifestación; este estrato es una abstracción frente a los demás,
que representan realidades. Uso es la lengua en cuanto conjunto de
hábitos propios de una comunidad que manifiestan el esquema; el
uso incluye la unión especifica de determinada sustancia de contenido
con determinada sustancia de expresión, que realizan las relaciones y
correlaciones del esquema. Hjelmslev llama acto al habla saussureana
(aquí 2.3.2. b,.c).

54
> 7
E

Según el esquema las entidades lingiiísticas se definen exclusiva-


mente por la función de relación (dependencias sintagmáticas) y por
la función de correlación (dependencias paradigmáticas). En la nor-
ma, las mismas entidades se definen por los rasgos distintivos de su
sustancia (de expresión o de contenido), es decir por la relevancia de
los rasgos en cuanto se oponen sistemáticamente. En el uso se incluyen
también los rasgos de sustancia no distintivos, pero habituales.
La noción de esquema corresponde al concepto de lengua como
forma según Saussure en su cuarta acepción (véase 2.3.2); el uso, al
concepto de hábitos lingiiísticos en la primera acepción.
Por ejemplo, en el plano del contenido (ver 4.3.1.) el número gra-
matical a) desde el punto de vista del esquema es un morfema fun-
damental intenso de rección homonexual y heteronexual; b) según la
norma, su contenido general es la oposición discreto/compacto; c) según
el uso, una variante (significación particular) en español es la de can-
tidad. En el plano de la expresión, /b/ se define en español: a) según
el esquema, por sus posiciones en la sílaba (inicial, final, primera en
grupo inicial con /1/ y /r/ y en grupo final: vas; obtuso; blu-sa; abs-
tracción); b) según la norma, por ser bilabial, sonora, no nasal; c)
según el uso, por ser bilabial sonora, no nasal, que se realiza como fri-
cativa en determinadas posiciones y como oclusiva en otras; d) el acto
comprende variantes individuales momentáneas (velocidad, tensión,
desonorización, etc.).
El concepto de habla según Saussure es tan complejo como el de
lengua (habla: ejecución, no institución; individual, no social; libre,
no fija) y no puede identificarse con ninguno de sus caracteres aisla-
dos. Al analizarlos, Hjelmslev observa, por ejemplo, que “la ejecución
no es necesariamente individual ni necesariamente libre”. Pero la eje-
cución en todos los casos comprende la sustancia (como uso social o
individual y la abstracción de sus rasgos distintivos sistemáticos como
norma). La institución es, pues, lo que se identifica con el esquema.
Por ello concluye Hjelmslev que, desde el punto de vista semiológico,
la oposición esencial no debe ser entre lengua y habla, que son con-
ceptos complejos cuyas notas se superponen, sino entre forma y sus-
tancia, distinguidas como esquema y uso (desechando la norma y el
acto, pues la primera es una abstracción, y el segundo, un “documento
pasajero” del uso).
El objeto específico de la lingúística estructural es el estudio del
esquema, porque este estrato representa la lengua como constante que
permite identificarla como “la misma” cualquiera sea la sustancia en
que se manifieste (fónica, gráfica, banderas, alfabeto Morse, etc.).
El estudio de la sustancia, por otra parte, deberá llevarse a cabo
científicamente describiendo las relaciones que se establecen entre las

90
RN AO 1 A Y E a E

partes de sus unidades, es decir, también formalmente (Hjelmslev 1954).


Hay, pues, jerarquías de formas, ya que al describir científicamente la
sustancia ésta “se convierte a su turno en una forma” de un grado
diferente”; así “oclusivo”, fricativo”, “africado”, etc., son categorías del
estudio formal de la sustancia fónica.

4.2.4. Figuras.

El análisis de un texto hasta cierto nivel reconoce signos: oracio-


nes, proposiciones, palabras. La palabra puede no ser un signo míni-
mo; mal lo es, pero maldad es una cadena de dos signos, cada uno de
los cuales no puede analizarse en componentes que sean también signos
(es decir, que a una expresión corresponda un contenido). Los com-
ponentes de la expresión m, a, l, d son no-signos o figuras, cuyo número
es restringido y se usan para construir la expresión de signos.2 Del
mismo modo podemos analizar el contenido de signos mínimos en
figuras (Hjelmslev 1943 b). Así la combinación “humano”, “joven”, “mas-
culino”, produce en inglés el contenido del signo boy; el cambio de una
figura: “masculino” por femenino”, produce el signo girl.1% Las figuras
del contenido se comportan como las de la expresión. Si en sal cambia-
mos /a/ por /o/, en virtud de la función de correlación en el paradigma
obtenemos otro signo: sol (lo mismo si cambiamos /s/ por /m/, por
JS, .etes):
Así, considerando la figura de contenido “adulto” además de las
mencionadas antes, se generan otros signos: man (“kumano”, “adulto”,
“masculino”), woman (humano, “adulto”, femenino”).

dl “humano” 'masc.” “humano” 'masc.”


signo : joven “adulto”
expr. boy man
etc.
cont, “cal ” “mal” “mar” “par”

signo RR RE O
expr. cal mal mar par
etc.*

9 Las figuras pueden ser las sílabas o, cuando son mínimas, los fonemas.
(También unidades gráficas, etcétera).
10 Creemos que las figuras del contenido no deben verse como contenidos
de expresiones una vez aisladas (A. Martinet, BSLP, 42.19.43, 1946), sino como
términos operacionales del metalenguaje con que hablamos de categorías del con-
tenido.
A
: Con la denominación entre <>
simbolizamos el complejo de figuras del
contenido de cada signo.

56
Este análisis interno le permite concluir a Hjelmslev que, aunque
la lengua por sus funciones externas es un sistema de signos, por sus
funciones internas en un sistema de figuras que se usan para construir
signos. de
Una estructura cuyo análisis exhaustivo opera en dos planos no
conformales *! es una semiótica; el “análisis en figuras es característico
de los signos”. La lengua es una semiótica denotativa: ninguno de sus
planos es a su vez una semiótica. Así Hjelsmlev postula una semiótica
con “base inmanente” despojándola de los supuestos psicológicos y
sociológicos que la semiología tenía para Saussure.

4.2.5. Reconocimiento de entidades.

El cambio de entidades de un paradigma en un plano que produce


un cambio en el otro plano se llama conmutación. La prueba de la
conmutación hace posible el reconocimiento de invariantes, o sea, de
los componentes de los paradigmas (en los ejemplos anteriores, Ímascu-
líno” y femenino” entran en conmutación en el plano del contenido y
forman un paradigma; /s mt/ son mutuamente conmutables y pertene-
cen a un paradigma en el plano de la expresión). La conmutación
implica el concurso de la sustancia, y no sólo de la forma (cf. aquí
4.2.3; HMjelmslev 1954).
Permutación es, en el proceso, lo que la conmutación en el sistema.
La palabra puede definirse como el mínimo signo permutable: el cam-
bio de orden entre la expresión de un signo y la expresión de otro pro-
duce el correspondiente cambio entre los contenidos respectivos.
En ciertos textos incompletos o interrumpidos (fragmentos, inscrip-
ciones, etc.) es posible llevar a cabo el análisis si interpolamos ciertos
funtivos exigidos para el registro de las funciones que el texto no mani-
fiesta. Esta interpolación se llama catálisis; si la catálisis se registra en
el plano del contenido, la entidad que se cataliza debe tener expresión
cero, y si se registra en el plano de la expresión, tendrá contenido cero.

11 El análisis de cada plano produce figuras que no son simétricas: mu-


chach— tiene cinco figuras de expresión (fonemas) y tres de contenido: “animado,
humano, joven”. Por otra parte, mientras el contenido del signo es terminal de
funciones en el plano del contenido (plural, persona, sujeto, etc.), la expresión
de un signo no lo es en el plano de la expresión simo accidentalmente (cuando
consiste en una sola figura y puede, por ejemplo, ser parte de una sílaba).
Hay que notar que la definición (formal) de las categorías y figuras de cada
plano tiene marcos de referencia distintos: las categorías y figuras del contenido
se definen en relación con el signo como unidad; las de la expresión, en relación
con la sílaba, que es ella misma una figura y sólo a veces coincide con la expresión
del signo. Pero cf. Hjelmslev (1954); sin embargo, allí el concepto de figura se
refiere sólo a la expresión.

57
La - a PON E
> PAy E AN
FU

Por ejemplo, en “...mí no tengas miedo” catalizaremos una preposi-


ción, ya que má determina (presupone) una preposición; pero esta
entidad de contenido no tendrá expresión (no podemos decir que es
de, por, ante, o alguna otra en particular).
Un sincretismo (corresponde al término “neutralización” de la
Escuela de Praga) consiste en la suspensión de la conmutación entre
miembros de un paradigma del contenido o de la expresión en condi-
ciones dadas; el ejemplo clásico es la suspensión de la oposición nomi-
nativo/acusativo en presencia del neutro en el nombre latino.

4.3. La gramática.

4.3.1. Estructura gramatical.

En el plano del contenido las dependencias entre funtivos se regis-


tran igualmente entre palabras y entre signos mínimos que son compo-
nentes de palabras. Esta circunstancia hace inoperante la división
tradicional entre morfología y sintaxis, que asigna a ésta la descripción
sintagmática, y a la morfología, la descripción paradigmática.
Por otra parte, la glosemática se interesa sólo en la relación entre
clases y entre invariantes (“correlatos con mutua conmutación”), mien-
tras que la “sintaxis tradicional” se interesa por las relaciones entre
miembros de clases (variantes) sin tener en cuenta las clases mismas
a las que pertenecen (Hjelmslev cit. por Siertsema). Pero debemos
hacer una objeción: aquí Hjelmslev parece no tener en cuenta que en
la jerarquía relacional también hay que establecer clases que forman
lo que podríamos llamar paradigmas sintácticos; por ejemplo, sujeto /
predicado (Juan canta; Bienvenidos todos) opuesto a a/b (A otro
perro / con ese hueso; Cuando estés listo, / adelante), y ambas bimem-
braciones opuestas a la clase unimembre (Llueve; Buenas tardes).*
La estructura del contenido o estructura morfológica es un sistema
de relaciones sintagmáticas y paradigmáticas. El método deductivo
exige, además, partir de la totalidad y considerar las partes como tota-
lidades para ulteriores particiones. ki
Así la teoría del contenido o pleremática es una disciplina global
(Hijelmslev 1939). Sus componentes son pleremas (bases y elementos
derivacionales) y morfemas (sólo elementos inflexionales). La relación
entre un morfema y un plerema se denomina homosintagmática (ya
que ambos forman un sintagma mínimo, o sea la palabra). La función
entre sintagmas es heterosintagmática.

* Cf. O. Kovacci (1965).

98
”..

Contenido (o plano pleremático) y expresión (o plano cenemático)


se organizan paralelamente. En ambos planos se distinguen dos cate-
gorías (paradigmas correlativos del mismo grado): constituyentes y
exponentes, que se definen por sus posibilidades de contraer determi-
nación heterosintagmática, función esta llamada rección; el término
regido es el determinado (el presupuesto). Los exponentes forman
paradigmas que pueden contraer rección; los constituyentes forman
paradigmas que no la contraen. El siguiente esquema sintetiza la es-
tructura de ambos planos:

=——

pleremática cenemática
(contenido) (expresión)

pleremas cenemas
consti- (radicales (vocales
tuyentes
derivativos) consonantes )

morfemas: prosodemas:
intensos (caso, compara-| intenso
ción, número, género, ar-| (acento)
expo- tículo) extenso
nentes extensos (persona, voz,| (entonación)
énfasis, aspecto, modo,
tiempo)

Un exponente es fundamental si sus miembros pueden ser regidos,


como es el caso de los morfemas flexionales; así el número del sustan-
tivo en español, que es presupuesto por el número del adjetivo que lo
acompaña. Un exponente que no cumple tal condición es convertido,
como la primera persona en el pronombre aquí. Un morfema puede
aparecer a la vez como convertido y como fundamental; por ejemplo,
la tercera persona en el pronombre aquel forma paradigma de personas
convertidas con este (de primera persona) y con ese (de segunda per-
sona) pero los tres son de tercera persona fundamental (evidente por
la concordancia con la tercera persona verbal: éste canta, ése canta,
aquél canta).2

12 La concordancia es uno de los hechos de rección; otro es el tradicio-


nalmente llamado régimen.

59
3 HE e o o MATA A PA AA Sl ls y

. ' ” e "

Los exponentes fundamentales son extensos4 si caracterizan un


enunciado (cuya unidad mínima es un nexo): 1% por ejemplo, tiempo,
modo; son intensos si no cumplen esa condición: por ejemplo, género,
número. A
Cada categoría se define además por sus posibilidades de entrar
en rección homonexual —dentro de un nexo— o heteronexual —entre
nexos—. Así el modo es regido homonexualmente, como ocurre con el
subjuntivo en ojalá venga, y heteronexualmente en “quiero que venga”
(el subjuntivo venga es exigido por quiero, que pertenece a otro nexo).
Hjelmslev (1936) presenta el siguiente cuadro de las categorías mor-
femáticas:

x categorías
ES extensas intensas
TECCIÓN?

homonexual persona caso


vOzZ
heteronexual énfasis comparación
homo y heteronexual aspecto género
tiempo número
homo o heteronéxual modo artículo

La teoría de los morfemas se denomina morfemática. Los morfe-


mas se definen sólo por sus funciones; quedan fuera de la definición
el valor semántico y los formantes, es decir, las cadenas de figuras de
la expresión que los realizan ( -a, -esa, -ina son formantes del morfema
“femenino” en español). Los formantes son establecidos por el uso: un
formante puede cambiar totalmente sin provocar cambios en el para-
digma al que pertenece el morfema, ni en el sistema de figuras de la
expresión (por ejemplo os, antiguo vos, o “errores” del tipo sabo en
lugar de sé).

13 Para Hjelmslev no son necesariamente verbales, pues aparecen en los


nexos sin verbo. Por ejemplo, en Bienvenidos todos se reconoce la presencia del
subjuntivo y sincretismo de presente y futuro. Cf. “Le verbe et la phrase nomi-
nale”, en Melánges. .. Marouzeau, 1948, recogido en Hjelmslev 1959.
14 En Quiero que venga hay dos nexos: quiero y que venga.

60
De acuerdo con la representación del signo (4.2.3.):

sustancia
—— contenido lv... t....:
forma <— morfemática

formantes

forma
pa expresión AS AA SA HE pos

sustancia

4.3.2. Gramática general.

Los morfemas pueden ocurrir también sin contraer rección; las


categorías morfemáticas, como todas las del sistema de la lengua, no
son vistas sino como posibilidades puras que pueden o no realizarse pa

(comprobarse mediante el análisis) en un texto particular. Por ello


las categorías morfemáticas son generales 1 y no universales; pertene-
cen al lenguaje como posibilidades que pueden realizarse total o par-
cialmente en una lengua si se dan las condiciones estructurales de rea-
lización. De este modo MHjelmslev (1939) trata de construir una
gramática general que estudia el sistema del lenguaje “como un sistema
de realizables generales y no de realizados universales”. La gramática
general se eleva así a la categoría de ciencia, cuyos fines son establecer
lo posible y prever las ocurrencias particulares (permite reconocer lo
general; por deducción se verifica lo particular). Por esto es que
Hjelmslev rechaza el método inductivo, que puede llegar únicamente
a registrar lo particular. La condición necesaria para establecer una
gramática general es la comparación de lenguas; por ello no se identi-
fica con la gramática de una lengua (por ejemplo, lenguas clásicas
como el sánscrito, o el griego, o el latín).'6

15 Las categorías morfemáticas más generales, que resumen las dimensiones


internas de cada categoría, son cuatro: relación (las de rección homonexual), in-
tensidad (rección heteronexual), consistencia (rección homo y heteronexual), rea-
lidad (rección homo o heteronexual). “Los hechos de la lengua nos han conducido
a los hechos del pensamiento. La lengua es la forma por la que concebimos el
mundo” (Hjelmslev 1936).
16 Estudios específicos de gramática general de Hjelmslev son La catégorie
des cas y varios trabajos reunidos en Essais.

61
Lo que parece universal es la teoría según la cual puede construirse
el cálculo tanto de realizables generales como de realizables particulares.

4.4. Conclusiones.

La glosemática es una teoría aplicable a estados sincrónicos de las


lenguas; para nada se alude a la diacronía en los textos reseñados.*
La lengua es una semiótica (para Saussure la lingúística era una
disciplina que pertenece a la semiología) ninguno de cuyos planos es
a su vez una semiótica.
La lengua tiene expresión y contenido; cada uno de los planos dis-
tingue forma y sustancia. El signo lingúístico está constituido por las
dos formas: la glosemática retiene la definición saussureana de lengua
como forma y mo como sustancia.
Cada plano del signo está construido con figuras; éstas son termi-
nales (funtivos) de dependencias (funciones). Las dependencias en
cada plano se dan en el sistema y en el proceso: como correlaciones y
como relaciones, respectivamente. Las dependencias o funciones son:
interdependencia, determinación y constelación.
La sustancia de contenido de una lengua natural es el pensamien-
to; 17 la sustancia de la expresión puede ser gráfica, fónica, código de
banderas, etcétera.
La dicotomía saussureana lengua-habla es reelaborada por Hjelms-
lev, para quien hay esquema y uso, definidos según dos puntos de vista
de Saussure con respecto a lengua: forma y conjunto de hábitos; el
habla saussureana, en tanto “documento pasajero”, es el acto de Hjelms-
lev. El esquema es el dominio de las formas puras; el uso, el de la
sustancia lingúísticamente formada.
El campo gramatical en la teoría hjelmsleviana corresponde al
estudio de la forma del contenido.
La glosemática es la etapa final de una descripción estructural:
supone la anterior identificación de los elementos teniendo en cuenta
la sustancia al aplicar la prueba de la conmutación para establecer
invariantes.
Como Hjelmslev no ha hecho una aplicación extensiva de la glose-
mática a una lengua 1$ no se puede saber cómo se resolverían algunos

* Hjelmslev trata el problema de la diacronía en Sproget, Copenhague,


1963 (traducción francesa Le langage, París, Les Editions de Minuit, 1966); el
libro —a pesar de su edición reciente— fue escrito en la misma época de la redac-
ción de Prolegomena (cf. Bibliografía de 1943 en Hjelmslev 1959).
17 En algunos pasajes dice que son “cosas” (Prolegomena, p. 78).
18 En Structure immanente de la langue francaise K. Togeby disiente con
Hjelmslev en algunos aspectos, mientras la Gramática estructural de Alarcos Llo-

62
o
y

problemas de la descripción. Por ejemplo, la división entre contenido


y expresión y el análisis separado de cada plano dejan fuera de la mor-
femática la entonación, y ésta sería pertinente para permitir la catálisis
de morfemas extensos en la llamada frase nominal (cf. nota 13) —para
aludir a uno de los temas gramaticales tratados por HMjelmslev—.

rach aplica los principios hjelmslevianos, pero a veces su interpretación es discu-


tible. Murray Fowler, al reseñar el primer libro, encuentra en esa aplicación “un
aire de irrealidad” (Lg. 29. 165-75, 1953).

63
e 3 A pd E
Pt POR
E OS
O AAA q
a

303 A, sa
5. ESTRUCTURALISMO NORTEAMERICANO
5.1. El descriptivismo

5.1.1. “Hocus-pocus” y “God's truth”.

Una discusión frecuentemente renovada en la lingúística norte-


americana se refiere a dos modos de considerar el concepto de estruc-
tura. Uno es la posición “hocus-pocus”, que consiste en suponer que
una lengua es un conjunto de materiales que el investigador interpreta
imponiéndoles cierto tipo de orden y éste es su estructura.! Otro modo
es la posición “verdad divina”, que parte de la premisa de que la
lengua tiene una estructura, y el lingiista debe descubrirla y descri-
birla (Householder 1962). Esta última posición ha sido explicada por
Hockett (1948), considerando que la lingúística es una ciencia y no
un juego.2 Como científico el analista debe mostrar la estructura creada
por los hablantes, que es independiente de las actividades de aquél; la
descripción estructural debe dar cuenta no sólo de los textos de un
corpus, sino también de otros que no figuran en él; es decir, debe pre-
decir nuevas emisiones. Así la tarea misma de investigación reflejaría
el proceso analítico que se opera en el sistema nervioso de un niño
que aprende su lengua materna: después de oír éste muchas emisiones
(corpus), es capaz de repetir algunas y, en cierto momento, de producir
otras nunca oídas.3 Los errores que produzca serán corregidos por los

1 La estructura sería un artificio que surgiría como conjurado por esas


palabras mágicas. Las denominaciones muestran el sentido del humor con que
algunos lingúistas norteamericanos matizan las discusiones más eruditas.
2 Una forma de introducir el juego sería la aplicación a la lingúística de
ciertos tipos de formulaciónmatemática, como ocurre en otras ciencias empíricas,
por ejemplo la física.
3 Si el corpus fuera El chico juega, María juega, El perro juega, El chico
corre, María corre, podrá producir El perro corre. Aunque Hockett habla de
cera mental, se limita a seguir el proceso de aprendizaje como se refleja en la
conducta.

65
mayores (informantes), hasta que en cierto momento —habiéndose
extendido el corpus suficientemente— ya no producirá más errores. Da-
do un cuerpo de datos, el lingiista puede predecir la generación de
nuevos textos por medio de un conjunto de enunciados sobre la lengua,
mientras que el hablante puede manejarse con ella.
La sistematización que propone el lingúista, “en un sentido opera-
cional” se iguala con los hábitos lingiísticos de un hablante (Hockett
1952), es decir, con el sistema de la lengua. Entendemos en este últi-
mo sentido los distintos desarrollos del estructuralismo norteamericano,
aunque Householder aplicó por primera vez el epíteto “hocus-pocus”
a los Methods de Z. Harris.
Descriptivismo es el nombre que se da corrientemente al enfoque
estructuralista norteamericano.

5.1.2. Corpus.

-El corpus de datos es habla en sentido saussureano, y el punto de


vista, sincrónico; de la observación de las variables- —comportamientos
que manifiestan hábitos sociales— se abstraen los sistemas: constantes
en las ocurrencias (la lengua según los puntos de vista b) y d) de
Saussure —aquí 2.3.2.—; y para Sapir también en el sentido a). Estas
distinciones se dan como supuestas y no se presentan como problema
teórico (Hockett 1952).
Excepto en cierta manera para Sapir y Pike, el objeto de la gra-
mática en sentido estricto excluye el estudio del “significado”; los as-
pectos de éste que “dependen de las ocurrencias de formas lingúísticas
en el sentido más amplio, de sus combinaciones textuales y de sus inter-
relaciones en la estructura de la lengua” (Joos 1958) son el objeto de la
“semología” (cf. aquí 5.6.1.).
El análisis gramatical recurre al significado, pero sólo como signi-
ficado diferencial. Al elicitar datos de un informante, éste debe decir
cuáles son “iguales” (por ejemplo, -s y -es en casas y males) y cuáles
“diferentes” (-s en casa-s y va-s).

5.1.3. Forma y gramática.

Con el siguiente esquema comparamos los planos del hecho semió-


tico y el campo de la gramática, según la teoría hjelmsleviana y el
estructuralismo norteamericano; debemos observar que la palabra for-
ma tiene un sentido técnico diferente en cada una de las dos tendencias.
Las unidades gramaticales se establecen para las corrientes nofte-
americanas mediante la articulación de una forma y un significado. El

66
Objeto de la gramática es el estudio de tales formas tanto en su mani-
festación (formante hjelmsleviano) como en sus relaciones distribuciona-
les (forma del contenido para la glosemática); el objeto de la gramática
coincide con el de la Escuela de Praga.

estructuralismo
glosemática norteamericano
o
AS a
sustancia DPS t “semología”
ds it significado
ra | SES
ec Ly. ” o AH RÁ
gramática Eds )
l + gramática
)
formantes
-
No] forma forma
aA || fonología:
o :
As sustancia )

Las entidades mínimas que manifiestan las formas son los fonemas,
estudiados por la fonología. Las relaciones entre gramática y fonología
corresponden a la morfofonémica —que a veces se considera un nivel
gramatical—. Al estudio del significado nos hemos referido en 5.1.2.
El hecho de que los lingilistas norteamericanos no ignoren la sus-
tancia (formada sistemáticamente) se debe a que es fundamental su
concepto de “lengua en la cultura”: la lengua como fenómeno cultural
y medio de transmisión de la cultura; sin embargo, estó no impide
que en algún nivel de la descripción establezcan los sistemas como pu-
ramente formales (fonotáctica; constituyentes inmediatos; etc.), inde-
pendientes de la sustancia (de la conformación). Lo muestra el ejem-
plo de Sapir (1925): dos lenguas pueden tener iguales sonidos, pero
distintos esquemas fonémicos; o distintos sistemas de sonidos e igual
esquema fonémico.
Justamente el modo de reconocer entidades y relaciones puramente
formales coincide con las funciones relacionales y correlacionales según
_Hijelmslev o sintagmáticas y asociativas de Saussure, que para los ame-
ricanos son distribución y contraste.
En cuanto a la relación entre lengua y cultura, se subraya en la
obra de Sapir —adquiere un particular sesgo con Benjamin Lee Whorf
y se continúa con la etnolingiística—. Por lo menos dos teorías poste-
riores (Pike y Trager 1963) sostienen la hipótesis de la similitud es-
tructural de la lengua y la cultura, considerando la primera como
fenómeno cultural.

67
5.1.4. Principios teóricos.

Los estructuralistas norteamericanos intentan dar status científico


a la lingúística. Este propósito se evidencia en la preocupación por
sentar los principios teóricos por medio de postulados, axiomas, defi-
niciones o enunciados, que son la formulación de supuestos o hipótesis
(por ejemplo, Bloomfield, Bloch, Trager, Pike); otras veces los prin-
cipios teóricos aparecen formulados juntamente con la ejemplificación
de métodos para su aplicación —y fundamentándolos— (Wells 1947b);
o es el método lo que preocupa al lingúista en primer lugar y los prin-
cipios quedan implícitos (no formulados como tales; por ejemplo, el
de la estructura distribucional en los Methods de Z. Harris). No hay
evidencia, pues, para sostener que el descrédito de la teoría sea “la
falacia posbloomfieldiana”.4 Claro que la extensión de los resultados
en el terreno práctico de la descripción de lenguas parecería relegar
a segundo plano el aspecto teórico, pero no lo creemos así. Sólo que
la teoría descriptivista es ante todo una teoría para la “adquisición de
conocimiento” (cf. Garvin 1963c) y no para reformulaciones estruc-
turales. :
Para que la lingúística adquiera el status de ciencia debe seguir
ciertos pasos: observación, hipótesis operacionales, cálculo basado en
las hipótesis, predicción y comprobación de predicciones; reformulación
de las hipótesis si es necesario o enunciado de conclusiones generales
(Bloomfield 1939; Trager 1956). Estos pasos corresponden fundamen-
talmente al método inductivo (aunque suele alternar con el deductivo).
Las conclusiones pueden constituir justamente los postulados o defini-
ciones de una teoría particular o una teoría general formando un sis-
tema deductivo (en que cada enunciado presupone los anteriores),
cuyas características internas coinciden casi siempre con los requeri- .
mientos hjelmslevianos de coherencia y simplicidad. Para Bloomfield
(1939) ésta es “la parte puramente verbal de un acto de ciencia que
conduce del registro de observaciones y las hipótesis a la predicción”: 5
el cálculo puede formularse como sistema matemático, en que las fór-
mulas son equivalentes a los términos y las hipótesis (cf. Z. Harris
1951).
Una teoría general requiere métodos para su aplicación a campos
particulares. Los postulados de Bloomfield son esencialmente una teo-

% Según Teeter (1964), porque se coloca desde la perspectiva de un con-


cepto de teorías: un modelo mecánico de generación de oraciones. Cf. también
Halliday (1961) y nota 22 a 6.9.
5 Observa Hill (1962) que este tipo de presentación de una teoría está
fuera de moda en los últimos años, aunque las teorías trabajan con postulados
implícitos.

68
ría general de las categorías lingúísticas. Trager (1949) formula una
teoría general para la descripción de las lenguas como estructuras de
niveles jerárquicos. ,Z. Harris (1951) intenta desarrollar la metodología
para cumplir de modo extremo el postulado bloomfieldiano según el
cual la lingúística debe estudiar las formas con exclusión de los sig-
nificados.

5.1.5. Modelos de descripción gramatical.

En el último decenio se habla insistentemente de modelos de des-


cripción gramatical por influencia de esa noción en filosofía de la
ciencia, y a veces parecen confundirse con la teoría. Hockett (1954)
describe el modelo independientemente de la noción de teoría, como
un marco de referencia para la investigación y para la exposición de
los resultados.£ Dos modelos son corrientes: IA (item and arrangement)
e IP (item and process), aunque habría que agregar, según Hockett,
un tercero: palabra y paradigma.
El modelo 1P es más antiguo que IA; consiste en describir rela-
ciones entre unidades, como procesos por los cuales unas unidades
resultan de otras consideradas básicas, a las que se otorga “cierta clase
de prioridad” (por ejemplo, casas resulta de casa por un proceso de
sufijación). En la lingúística norteamericana Sapir sigue el modelo IP.
El modelo IA consiste en establecer unidades coexistentes y sus
combinaciones; por ejemplo, casas es la combinación de una palabra
y un sufijo (en determinadas condiciones). El modelo IA se impone
desde Language de Bloomfield —aunque esporádicamente aparezcan
rastros de IP—. La preferencia se debe, según Hockett, a que IA ha
sido formalizado” y los lingiistas tienden a la formalización.
El modelo IA es análogo a los sistemas matemáticos caracteriza-
bles como “conjuntos de elementos para los cuales se definen ciertas
relaciones”, mientras que el modelo IP es análogo a otros sistemas
matemáticos que consisten en “conjuntos de elementos para los cuales

6 “Debe distinguirse entre un modelo y una teoría, aun cuando ambos se


hallan muy estrechamente relacionados, pues el modelo para una teoría equivale
a una interpretación de esta teoría... Es común distinguir hoy entre una expli-
cación (teórica) en sentido estricto y un modelo (el cual es un modo de ver una
realidad o un proceso como si tuvieran tales o cuales características). Ello .supone
dar al modelo un cierto valor heurístico, pero no reducirlo al mismo, ya que ver
una realidad o un proceso como si tuvieran tales o cuales características es también
explicar la realidad o el proceso en cuestión” (J. Ferrater Mora, Diccionario de
filosofía, Buenos Aires, 1965). Cf. C. Douglas Chrétien: “Genetic linguistics and
the probability model”, Lg. 42 (1966), pp. 518 y 519, y Y. R. Chao (1962).
7 Chomsky formaliza el modelo 1P, pero no antes de la publicación de
Hockett.

69
se definen ciertas operaciones”. Psicológicamente, las relaciones pa-
recen estáticas, y las operaciones, dinámicas.
Cada descripción gramatical puede ser satisfactoria en cuanto res-
ponde a determinados fines (por ejemplo, pedagógicos), pero debe
haber criterios de evaluación independientes de esas consideraciones,
y Hockett propone varios metacriterios (un modelo debe ser “general,
específico, inclusivo, productivo y eficiente”), que ninguno de los dos
modelos satisface totalmente. Cree Hockett que deben buscarse nuevos
modelos o tal vez integrar el modelo IA y el modelo IP en otro más
satisfactorio.
Recientemente, el concepto de modelo en el sentido de marco
teórico para la presentación sistemática de resultados ha servido para
clasificar las gramáticas en dos tipos (Garvin 1965; Voegelin 1959):
formalizadas —fuertemente orientadas hacia el modelo— y descriptivas
—débilmente orientadas hacia el modelo— (cf. aquí 5.1.6), que se
corresponden con las tendencias a la “explicación” y a la “descripción”
(Wells 1963).

5.1.6. Desarrollo y perspectivas.

El descriptivismo se desarrolla a partir de la obra de Sapir y de


Bloomfield. La influencia de cada uno se advierte en mayor o menor
grado en los enfoques particulares que reseñaremos a continuación, y
que hemos elegido como representativos del desenvolvimiento del es-
tructuralismo llamado bloomfieldiano: acentuando este Y aquel aspecto
teórico o metodológico, todos conservan fundamentos comunes basados
en la evidencia de que la forma lingúística manifiesta una estructura.
Sapir se interesó en las relaciones entre la lingúística y otras disciplinas
—psicología, sociología, antropología—, pues los datos y métodos de
aquélla son capaces de enriquecer el conocimiento de todos los aspectos
del comportamiento humano, que se estructuran de modo similar al
comprobado en las lenguas; desde luego, manteniendo teórica y me-
todológicamente la independencia de cada disciplina. Bloomfield, en
cambio, concentra sus esfuerzos en el estudio delimitado e inmanente
de las lenguas. Según Newman, Sapir y Bloomfield son complemen-
tarios con respecto a la lingiística: el primero es centrífugo; el segundo,
centrípeto.
El descriptivismo domina los estudios -lingiísticos hasta fines de
la década del cincuenta, en que encuentra fuertes competidoras en
las gramáticas formalizadas (que trataremos en el capítulo siguiente).
Estas han tenido un rápido desarrollo y ganan terreno espectacular-
mente, en especial la tendencia iniciada por Chomsky. Algunos de los

70
argumentos que las respaldan están dirigidos a criticar el descriptivismo
neobloomfieldiano (también se critican otras teorías “taxonómicas”,
como la glosemática, por su tendencia clasificatoria), cuyos principios
impedirían dar cuenta de ciertos problemas (relación entre estructuras,
resolución de homonimias, etc.) y presentar otros con simplicidad (coor-
dinación, concordancia,, etc.). Sin embargo, una gramática formalizada
presupone una gramática descriptiva, que “se caracteriza por primeras
formulaciones estructurales más que por reformulaciones estructura-
les” (C. F. Voegelin, IJAL 25.207-220).
Creemos que la principal diferencia entre el estructuralismo bloom-
fieldiano y la formulación chomskiana consiste en el punto de vista
epistemológico (cf. Garvin 1963b). Para el primero, una gramática
es un metalenguaje que representa objetivamente —es decir, como una
correspondencia uno a uno basada en la observación estricta y com-
probable por ella— la estructura subyacente en los hábitos lingiiísticos
de los usuarios de una lengua. Para la segunda una gramática es
esencialmente un metalenguaje fijado por una teoría general, el cual
no se corresponde necesariamente en todos sus pasos con la realidad
de la estructura lingúística, pero cuyo mecanismo permite obtener se-
cuencias finales aceptables para los hablantes. En el primero la pre-
ocupación fundamental es la estructura inmanente de la lengua (“God's
truth”); en la segunda, la estructura de la gramática (“hocus-pocus”),
que permite “generar” oraciones.

5.2. Edward Sapir.

5.2.1. Lingúística y antropología.

Un gran sector de la lingiística estructuralista norteamericana


está relacionado desde sus orígenes con los estudios antropológicos,
centrados muchas veces en el estudio de las lenguas indígenas de
los Estados Unidos, y característicamente ligado al estudio de los
rasgos culturales de cada pueblo. La primera publicación de esta orien-
tación es el Handbook of American Indian Languages (partes 1 y Il,
1911), editado por Franz Boas. El principio fundamental establecido
por Boas en el prólogo es que la descripción de una lengua no debe
ceñirse al modelo gramatical de ninguna otra (por ejemplo, las len-
guas clásicas) sino a su estructura propia, que el lingiista debe abs-
traer a partir de un corpus de textos nativos. Edward Sapir fue dis-
cípulo de Boas en ambos campos: antropología y lingúística.
Además de lucidez en la codificación de la teoría estructural y
sus implicaciones metodológicas, Sapir mostró especial interés por

vi
interpretar el fenómeno lingúístico en relación con la cultura. Su afir-
mación de que los hábitos lingiiísticos de una comunidad “predispo-
nen ciertas elecciones de interpretación” del mundo (Sapir 1949), se
ha convertido en tópico frecuente de discusión de lingúistas y antropó-
logos, y no ha sido refutada aún.
En Language (1921) Sapir sintetiza los principios de su con-
cepción de la lengua La caracteriza como 1) un sistema de sím-
bolos, 2) un “sistema funcional” plenamente formado dentro de la
constitución psíquica o “espiritual del hombre”, 3) no instintivo, y
por ello adquirido, “cultural”, 4) que sirve para expresión de ideas
y estados psíquicos.
Los símbolos son complejos: constan de significado (o contenido
psíquico conceptual) denotado por un signo de naturaleza primaria
auditiva (localizado en el cerebro, es decir: psíquico también).?* La
lengua es, pues, un proceso mental, cuya manifestación externa es el
sonido.

5.2.2. Los sonidos de la lengua.

La comprensión de los problemas lingúísticos, tanto en su aspecto


formal (= sincrónico) como histórico, no puede. ser completa para
Sapir si no se tienen en cuenta los sonidos “en que esa forma y esa
historia están encarnadas”. Toda lengua posee una cantidad de so-
nidos tradicionales que el hablante nativo se habitúa a pronunciar,
entre muchos otros que podría aprender; pero toda lengua “se sirve
de una selección explícita, rígidamente económica, de estos ricos
recursos” (sincrónicaménte). Los elementos fonéticos tienen “valores
psicológicos” variables. Por valor psicológico hay que entender dos
cosas: el condicionamiento cultural —los hábitos adquiridos— y el
“comportamiento y funcionamiento generales de los sonidos” como
sistema, ambos interdependientes. Así las dos d de dedo no se dife-
«rencian en la conciencia de un hablante nativo del español (con tal
que no se distribuyan de modo diferente), mientras que sí ocurriría
para un inglés, para quien hay diferencia funcional —psicológica—,
pues la primera consonante de dedo corresponde a la de den “guarida”,

8 En el prólogo consigna la influencia del pensamiento de B. Croce; en


varios aspectos su pensamiento coincide con el de Saussure: mentalismo, signo
(símbolo) biplánico, sistema independiente de la sustancia. Nótese que el símbolo
equivale al signo saussureano, y que signo para Sapir es el significante de Saus-
sure. El término “símbolo” es preferido a “signo” entre los norteamericanos.
Por otra parte, “signo” como significante coincide con el de los lógicos (cf. Mo-
rris 1938).
9 Cree Sapir que podría ser visual; para muchos lectores los signos gráficos
de la escritura no se asocian con imágenes auditivas sino con imágenes visuales.

72
'
g

y la segunda a la de then “entonces”. El análisis fonético lleva en


cada lengua a confeccionar el inventario de los sonidos que los ha-
blantes utilizan; pero detrás de ese inventario existe otro, un “sis-
tema “interno”, o “ideal'”, más restringido. Este último, en cuanto
sistema —número de elementos y relaciónes entre ellos—, puede per-
sistir aun cuando cambie el contenido fonético del primero, su sus-
tancia sonora (véase aquí 5.1.3.).
Existen además en el habla otros aspectos, como velocidad o
altura personal de la voz, que son características individuales o me-
ramente momentáneas y no cuentan para el sistema simbólico que
es la lengua. De este modo está distinguiendo Sapir tres estratos de-
finidos, observables en el acto de habla: 1) momentáneo, fortuito
e individual, 2) hábitos propios de una comunidad lingúística, que
pueden variar sin afectar, 3) el sistema de “valores psicológicos” de
los sonidos de la lengua (posteriormente, llamados fonemas; el tér-
mino se difunde en la década siguiente). La distinción es rigurosa
a pesar de tratarse de un libro dedicado al lector común, comparable
con otras formulaciones más sistemáticas y abstractas (cf. Saussure).
Como vemos, Sapir estudia el nivel fonológico de la lengua en dos
diferentes estratos de abstracción (clasificación): a) sistema de so-
nidos según sus caracteres articulatorios (posteriormente llamado sis-
tema de fonos); b) en un plano de mayor abstracción, sistema “in-
terno” o “ideal” (posteriormente, sistema fonémico).

5.2.3. La forma lingúística: los procesos gramaticales.

Sapir distingue en la lengua tres niveles estructurales mayores:


a) el sistema ideal de sonidos, b) la estructura conceptual —que “de-
muestran el sentido” de—, c) la forma.
Los fonemas constituyen las sílabas, unidades del plano fónico;
pero en cuanto consideramos la división de una secuencia fónica por
sus características distribucionales en relación con unidades de sig-
nificado, las particiones no coinciden necesariamente con la sílaba:
son unidades formales. Gramática es para Sapir la sistematicidad (no
totalmente cerrada) de las lenguas, consecuencia de la tendencia lin-
gúistica hacia la economía de la expresión: “conceptos y relaciones
análogos se simbolizan de la manera más conveniente mediante for-
mas análogas”. Hay que distinguir, entonces, entre forma y función;
así puede verse que forma es la manifestación de una función (con-
cepto formado lingiísticamente). il
En la lengua hay unidades formales y unidades funcionales: son
funcionales la oración y los elementos radicales y gramaticales; son

73
formales las palabras (que a veces coinciden con las raíces o las ora-
ciones).
La palabra tiene realidad psicológica, y aunque es difícil de de-
finir puede caracterizarse como el mínimo segmento de “significado
aislado en que se resuelve la* oración”. La palabra está incluida en
la oración, que es “la más importante de las unidades funcionales del
habla” y tiene también existencia psicológica, así como existencia lógica.
La oración es la expresión de una proposición: tiene sujeto y predicado.
Una palabra puede ser también raíz (sol). Pero en ciertas pa-
labras hay expresión de un concepto fundamental y otro más abstracto
(como número, tiempo, etc.); solar es, por ejemplo, de este tipo, y
aquí sol- es una raíz, mientras -ar es un elemento gramatical. Esta
palabra puede simbolizarse A + (b), donde el paréntesis indica que
el elemento b no aparece por sí solo. De este modo Sapir simboliza
distintas posibilidades de asociación de unidades funcionales en una
unidad formal:

A (nootka hamot “hueso”, sin la idea de o que acom-


paña a la palabra española)
A + (0) (hueso, árbol, en que O simboliza “singular”)
A + (b) (árboles, solar)
(A) + (b) (cant-ar, doct-or, en que la raíz no es palabra)
A+ B (casa-quinta)

(Estos tipos pueden combinarse de diversas maneras).


Los esquemas formales son limitados en número en cada lengua
y pueden manifestar innumerables funciones. Los tipos de esquema
son independientes de la función que manifiestan, pues cada lengua
tiene procedimientos gramaticales peculiares que no se identifican con
funciones particulares. Por ejemplo, el cambio vocálico en inglés en
food/ feed ('alimento/ alimentar”) indica el cambio de sustantivo
en verbo, mientras que en foot/ feet (“pie/ pies”) indica el cambio
de singular por plural. Por otra parte, la misma función puede ser
expresada por distintas formas: así el plural inglés puede manifestarse
por sufijo o por cambio vocálico (cat/ cats, “gato/ gatos”; foot/ feet).
La forma del lenguaje puede estudiarse desde dos puntos de
vista: a) de los procedimientos gramaticales o expresión formal (en
otras palabras, cómo se combinan los morfemas); b) de la distribución
de conceptos formalmente expresados (la estructura y combinación de
morfos * y las categorías de morfemas). Desde el primer punto de

% Véase nota 11 al parágrafo 5.3.14.

74
PR bl

vista Sapir examina seis tipos principales de DoESSOSa gramaticales


(= procesos que tienen valor funcional):

1) orden de palabras (inglés He is here] Is he here (?); espa-


ñol cierta noticia/ noticia cierta);
2) composición (un correveidile, frente a corre, ve y dile);
3) afijación (útil/ inútil; útil/ útiles; tagalo ta: ta: wa “el que
reirá/ tuma: ta: wa “el que ríe”);
4) modificación interna del elemento radical o del gramatical
(inglés foot/ feet; sing/ sang “cantar” + 'pres'/ “cantar” +
“pretér”);
5) reduplicación (latín cano/ cecini “canto'/'canté);
6) diferencias acentuales —acento tónico o altura— (hábito/
habito/ habitó; tonos en chino; junturas terminales / A|| | / da

Estos procedimientos son típicos y fundamentales, pero se puede


objetar que Sapir engloba —lo que le es característico— varios niveles
(morfémico: 2,3,5; sintáctico: 1,6; morfofonémico: 4,6), aunque esté
dando lineamientos generales.

5.2.4. Los conceptos gramaticales.

Sapir considera que los elementos radicales, no analizables (for-


malmente), son básicos, ya que sobre ellos giran los procedimientos
de modificación de los conceptos fundamentales manifestados en las
raíces. La jerarquía relacional de los elementos formales corresponde
a una jerarquía conceptual que se esquematiza así (de lo concreto
a lo abstracto):

1) conceptos básicos (concretos) expresados normalmente por


raíces O palabras; :
2) conceptos derivativos (menos concretos que 1 y más que 3),
expresados por modificaciones de las raíces (afijos, alter-
nancia) y que denotan ideas que no interesan al conjunto
de la oración;
3) conceptos concretos de relación expresados por afijos o al-
ternancia de la raíz: trascienden la palabra a la que van
adheridos;
4) conceptos puros de relación (abstractos): pueden ser inde-
pendientes (palabras: conjunciones, preposiciones) o estar
expresados por afijación o consistir sólo en relaciones de orden.

79
En cada lengua varía la distribución de estas jerarquías; por
ejemplo, en yana el concepto de plural no se expresa por inflexión
(en español o inglés pertenece a la clase 3), sino como derivativo,
y corresponde a la clase 2; el concepto de género, que en español
puede darse por inflexión (sufijación), no tiene la misma expresión
en otras lenguas, que lo manifiestan léxicamente, o que no lo dis-
tinguen.
Para Sapir este esquema conceptual que presenta “no es un aná-
lisis filosófico de la experiencia, sino más bien una escala móvil: a
ello se debe que no podamos decir por anticipado en qué lugar pre-
ciso hay que colocar un concepto dado”. 1) y 4) parecen ser los
polos sobre los que se asienta la expresión lingúística. En las len-
guas más sintéticas (como el latín, el potawatomi), los recursos de
la palabra aislada parecen coincidir con la oración completa; y en
oraciones extensas muestran inequívocamente su lugar (latín cano
“canto”: es una oración con sujeto de primera persona y predicado;
en arma virumque cano el análisis de canoes el mismo, sólo que se
amplifica el predicado con modificadores).
Los métodos de construcción de expresiones unificadas de ideas
aisladas son fundamentalmente:

a) orden de palabras y elementos (John loves Mary/ Mary loves


John; la casa de la puerta blanca/ la puerta de la casa blanca);
b) influencia del acento de intensidad (Long Island —nombre
propio— frente a lóng island);
c) concordancia, que permite libertad en el orden de palabras.

Sapir no considera posible una clasificación universal de “partes


de la oración” basada en la semántica o en la lógica que coincida con
otra basada en los valores funcionales de las palabras en una lengua.
Como —en términos generales— siempre se encuentra la oposición
sujeto-predicado, la distinción sustantivo-verbo parece ser común a
todas las lenguas, quedando las demás categorías como secundarias
en el examen particular de cada lengua. Estas consideraciones apoyan
la distinción de las estructuras de niveles en el sentido de función
y categoría que la llena.

5.2.5. Conclusiones.

El concepto fundamental en la doctrina de Sapir es el de estruc-


tura (sistema, esquema). Las entidades de los sistemas se identifican
por sus relaciones dentro del sistema mismo, y —en términos menta-

76
O A A O O
. Ly AA " s ¿

listas— con valores psicológicos, que consisten en el condicionamiento


cultural de los hablantes. En este sentido, trabaja implícitamente
con la dualidad saussureana lengua/habla. Otra coincidencia con
Saussure es la aceptación de la dualidad forma/contenido (significan-
te/significado), ambos igualmente estructurados, pero el segundo ana-
lizable sólo a través de la forma.
Un rasgo característico de Sapir es considerar la lengua como un
fenómeno cultural, idea que da impulso a varias ramas de la lingúís-
tica antropológica (descriptiva).

5.3. Leonard Bloomfield.

5.3.1. Los postulados para la ciencia del lenguaje.

En un trabajo fundamental dentro del estructuralismo norteame-


ricano, Bloomfield (1926) justifica el método de postulados y defini-
ciones para la presentación de una teoría lingúística. El método obliga
1) “a establecer explícitamente lo que se supone”, 2) a definir el valor
y el alcance de los términos, y 3) a decidir cuáles son las unidades y
cuáles las relaciones (“qué cosas pueden existir independientemente
y qué cosas son interdependientes”); además 4) permite aislar con
claridad el objeto de la lingúística de los de otras disciplinas (meta-
física, psicología, antropología).

5.3.11. La lengua.

Las definiciones y postulados abarcan siete secciones que se re-


fieren al orden sincrónico, excepto la última, dedicada al aspecto his-
tórico. La primera de las secciones trata el nivel semiótico. Empieza
definiendo la emisión (utterance) como un acto de habla; el primer
postulado establece que en determinadas comunidades —definidas como
comunidades de habla— emisiones sucesivas son iguales en su totalidad
o en parte. Esto significa a) que para la lingiística esta igualdad es
absoluta, mientras que fuera de ella sería sólo relativa; y b) que
ciertos hechos son relevantes para ella mientras otros, por ejemplo
la situación, no lo son. El ejemplo de Bloomfield es la emisión Tengo
hambre dicha por un mendigo o por un niño que ha comido pero
quiere aplazar el momento de ir a dormir; a la lingiiística sólo le
interesan, para afirmar la igualdad, los rasgos fónicos y los correspon-
dientes rasgos de estímulo-reacción que son comunes a los dos casos:
mediante ellos se postula la identidad lingúística y es posible dejar
de lado los aspectos no lingiísticos del sonido y el significado. De

771
AS O

modo que los rasgos comunes de emisiones idénticas totalmente o en


parte son formas si se trata de rasgos fónicos, y significados si se trata
de rasgos de estímulo-reacción; a una forma corresponde un signifi-
cado, y viceversa. ;
El lingijista debe predecir a partir de los datos que posee; así
Bloomfield define la lengua de una comunidad de habla como la
totalidad de las emisiones que pueden efectuarse. El postulado 2 esta-
blece que cada emisión se compone totalmente de formas.

5.3.12. Forma y significado.

El postulado 2 delimita el campo de investigación semiológica. No


niega que forma y significado se corresponden; sólo establece como
principio teórico que las formas son los objetos en que se basará la
investigación. Posteriormente, Bloomfield (1939) explica que el término
“significado”, tal como lo usan los lingúistas, incluye diversos aspectos
que deben distinguirse desde el punto de vista lógico: a) relación en
varios niveles entre formas lingúísticas; b) relación-de formas lingúís-
ticas con situaciones no lingúísticas (objetos, sucesos, etc.), c) relación
de las formas lingiísticas con las personas que intervienen en el acto
comunicativo (la descripción coincide con las dimensiones del signo
según Morris 1938, respectivamente: sintaxis lógica, semántica y prag-
mática).

5.3.13. Antimentalismo.

Este principio se basa en un concepto no psicologista de descrip-


ción científica (véase aquí 5.1.4.; cf. Bloomfield 1939). Sólo para
describir el acto de habla Bloomfield se apoya en la psicología con-
ductista: ante un estímulo (S) una persona reacciona hablando (r);
lo que dice es el estímulo (s) de los oyentes para ciertas reacciones
(R). Según Bloomfield 1933, esquematizado así:

Desde el punto de vista lingúístico interesan el fragmento r ......


s, es decir, los rasgos fónicos del acto de habla, y S y R, que son ras-
gos de estímulo-reacción (significados). Las flechas señalan fragmen-
tos del acto total de comunicación que ocurren en el sistema nervioso
de cada interlocutor. A Bloomfield le interesan únicamente las ocu-
rrencias observables r ... s, S, R (y no los fragmentos —>, que no lo
son directamente): “los procesos mentales de otras personas son cono-
cidos por cada uno de nosotros sólo a partir de las emisiones de habla

78
%
y Otras acciones observables” (Language, p. 143). Esta posición es
antimentalista, y a veces Bloomfield la denomina mecanicista. Es
el único modo científico de acercamiento a la lengua, sin prejuicios
psicologistas; 1% sin embargo, los resultados que de ese modo obtenga
el lingúista han de ser útiles al psicólogo.
Podemos interpretar el circuito de la comunicación del siguiente
modo (según las necesidades de la descripción lingiñística):

SPAIN SDR

l- forma-|
3
l___ significado

La teoría posbloomfieldiana respeta la interdependencia de forma


y significado, para estudiar los sistemas de significado a partir de las
formas (cf. Joos 1958, en 5.1.2.).

5.3.14. Campo de la gramática.

El tercer postulado de Bloomfield establece que hay un número


finito de formas en una lengua; para ello define los elementos del sis-
tema de formas. La forma mínima (“X que no consiste totalmente
de X menores”) es un morfema,!! y su significado un semema. Formas
libres son las que pueden ser emisiones (sal; sales marinas); las que
no cumplen esa condición son formas ligadas (-ar en salar). Una for-
ma libre mínima es una palabra (sal; salar); una forma libre no mí-
nima es una frase (la sal; no hay sal; pero no “sal en” o “sal de”

10 Cf, Morris 1939: “Los resultados de la ciencia no dependen de cierta


cuestionable teoría psicológica, como la de la naturaleza “mental” de la experien-
cia”. Aunque Bloomfield (1926) menciona su deuda con Sapir y Saussure, no los
sigue en este aspecto.
11 Sólo años después comienzan a hacerse distinciones necesarias acerca de
problemas morfémicos; por ejemplo las de Hockett (Lg. 23, 321-43, 1947), casi
todas aceptadas en la actualidad. Adoptamos: morfos, como en español, -s, -es,
representantes del morfema “plural. Alomorfos, las variantes distribucionales: -s
después de vocal, etcétera. Morfo portmanteau, el que representa simultáneamente
varios morfemas: -o en como representa “primera persona”, “singular”, “presente”,
“indicativo”. Morfo vacío: no tiene significado, no representa ningún morfema,
como -go en conmigo. El morfema, pues, es una abstracción; los morfos son su
manifestación. El (q es siempre alomorfo de un morfema: no puede ser su repre-
sentante único (los alomorfos de ¿plural? nominal en español son -s, -es, -P, y
sólo éstos). Bloomfield utiliza la palabra “morfema” en el sentido de “morfo”
de Hockett. Lamb vuelve a utilizar el término 'morfema” en el sentido de cadena
(morfo) fonémica (cf. aquí 8.1).

79
porque no tienen significado). Formativo es una forma ligada que
es parte de una palabra (-a en señora).
Otro postulado dice que frases diferentes pueden ser iguales en
total o en parte en cuanto..a la combinación de las formas constitu-
yentes y sus correspondientes significados.12 Esas formas recurrentes
son construcciones y sus significados son significados construccionales;
así, cuando una palabra no es una forma mínima, es una construcción
morfológica (árbol-es). Una frase integrada por formas libres es una
construcción sintáctica (el árbol es alto). Una construcción máxima en
una emisión se llama oración (Llovía; Llovía y el frío era intenso).
El postulado noveno dice que el número de construcciones en una
lengua es un pequeño submúltiplo del número de formas; y el décimo,
que sólo ciertas formas llenan cada posición en una construcción. Po-
sición se define como cada una de las unidades ordenadas en una
construcción (en volaron pájaros hay dos posiciones: predicado y su-
jeto; la posición sujeto puede ser llenada sólo por sustantivos; etcétera).
El significado de una posición es un significado funcional (sujeto,
objeto, etcétera). Cada forma puede ocupar distintas posiciones; éstas
son sus funciones (Juan, el libro pueden funcionar como sujeto, como
objeto, etcétera). Todas las formas con la misma función constituyen
una clase funcional (adverbios, afijos de género, etc.) y su significado
es un significado de clase. Los significados funcionales y de clase
son las categorías de una lengua (por ejemplo, número; singular y
plural son subcategorías). Las clases formales de palabras más inclu-
sivas son las partes de la oración. A

5.3.15. Fonémica y morfofonémica.

El aspecto sincrónico se completa con postulados y definiciones


fonémicos y morfofonémicos. Los primeros reconocen la igualdad de
ciertos morfemas en total o en parte, siendo diferentes los respectivos
sememas (-es plural en mares y segunda persona singular en comes; d
en dos, dado). Las partes mínimas idénticas en diferentes morfemas
son los fonemas (d, s, p, etc.) cuyo número en cada lengua es pequeño
comparado con el número de formas que pueden construir. Las com-
binaciones de fonemas en morfemas y palabras constituyen esquemas
cuyo número es submúltiplo de las posibles combinaciones (en español
ocurren tr- como grupo inicial, pero no rt-, ni sp, ni fr, etcétera).
En el capítulo dedicado a la morfofonémica establece axiomática-
mente la posibilidad de alternaciones morfémicas condicionadas foné-

12 La combinación no debe entenderse únicamente como lineal —Bloom-


tield ejemplifica con el francés au (=d le)— ni como fija.

80
micamente (ante -b, -p, en español no aparece n sino m: pío/ impío;
pero útil/ inútil) o morfológicamente (afijo de pretérito, de acuerdo
con las raíces: com-í, tuv-£); otro alternante puede ser la ausencia de
sonido: elemento cero (imperativo ven/ venid, frente a parte/ partid).

5.3.2. “Language”.

5.3.21. Nivel semiótico.

Bloomfield desarrolla y amplía metodológicamente en este libro los


conceptos fundamentales de los Postulados. El número relativamente
pequeño de unidades de señalamiento (fonemas y taxemas) hacen de
la lengua un sistema de señales manejables. Las señales están compues-
tas por unidades de señalamiento; es decir, ciertas combinaciones de
tales unidades son formas o señales y a éstas se asigna arbitrariamente
un significado. De acuerdo con el postulado 2 el estudio debe empezar
por la forma o señal —que es lo que se presenta a la observación— y
no por el significado, ya que Bloomfield parte del principio de que la
lengua es vehículo de las significaciones, reveladas por los rasgos
formales.

5.3.22. La gramática.

La lista total de los morfemas de una lengua constituye su léxico.


Pero sólo ellos más sus respectivos sememas no dan un conocimiento
adecuado de una lengua, pues ésta contiene rasgos aue no están com-
prendidos en el léxico. Hay que considerar también la gramática,
definida como el conjunto de combinaciones significativas de formas.
Los modos de combinación son cuatro:
1) orden lineal: mesa de madera, pero no *mesa madera de; cant-
an, pero no *an-cant;
2) modulación: constituida por la entonación y el acento; un
morfema dicho aisladamente debe ir acompañado de cierta entonación
(Juan, ¡Juan!, ¿Juan?); el acento distingue formas complejas, es decir,
compuestas por morfemas (hábito, habito, habitó);
3) «modificación fonética (= fonémica): alternancia a partir de
una forma básica (por ejemplo, la raíz pon- es pus- ante ciertos mor-
femas: pone, puso, etc.; inglés sit/sat);
4) selección de ciertas formas por otras (Juan canta; el buen
Juan; pero no *buen canta).
Un rasgo simple de combinación gramatical (modulación, selec-
ción, etc.) es un taxema o rasgo gramatical, y de su ocurrencia resul-

81
a e A o a
4 E >
a
ES 1 ON

tan formas tácticas. En cuanto una forma táctica se emplea como señal,
manifiesta un significado y se denomina forma gramatical. La forma
gramatical mínima es un tagmema. y su significado un episemema. En
casos como Juan corre; volaron pájaros; yo escribo, hay varios taxemas;
por ejemplo, un taxema de selección permite asignar un constituyente
(= una forma que recurre en construcciones) a la clase formal de
expresiones nominales nominativas, y el otro a la clase de los verbos.
Otro taxema de selección hace que los constituyentes de cada clase no
sean libremente intercambiables (por ejemplo, no es posible *Juan
escribo o *yo pasaron). Cada taxema, aisladamente, no tiene signifi-
cado; pero en su conjunto constituyen una forma gramatical: un tag-
mema cuyo significado puede describirse diciendo que “un actor
ejecuta una acción”.

5.3.23. Clases de formas gramaticales.

Bloomfield reduce las clases de formas gramaticales a tres:


a) tipos de oración, teniendo en cuenta que una forma puede
constituir una emisión por sí sola; :
b) construcciones, ya que las formas pueden combinarse;
c) sustituciones, porque ciertas formas son sustitutos convencio-
nales de los miembros de ciertas clases formales.
a) y c) pertenecen a la sintaxis; b) a la morfología o a la sintaxis.
La gramática se divide en morfología y sintaxis. La sintaxis comprende
el estudio de las construcciones en las que “ninguno de sus constitu-
yentes inmediatos es una forma ligada”.
A Bloomfield le interesan los lineamientos generales para la clasi-
ficación de las formas gramaticales y sus posibilidades de funciona-
miento, que discute extensamente. Por ello no se detiene en la delimi-
tación de clases particulares (Language no es una gramática) como las
las partes de la oración, o en la clasificación exhaustiva de los tipos
de oración, los sustitutos, etcétera.

5.3.24. Tipos de oración.

Language mantiene el concepto de oración dado en los Postulados


(construcción máxima en una emisión), pero formulado recurriendo a
la oposición posición incluida /posición absoluta. Así en Juan corre,
Juan está en posición incluida (es parte de una forma más extensa);
y Juan corre en posición absoluta (no es parte de una forma más ex-
tensa): es una oración; si sólo decimos ¡Juan! también es una oración.
Los taxemas de modulación señalan los límites de oraciones en

82
español; los hay finales (grafías .? 1) y no finales (,), de modo que
El libro está aquí. Me lo llevaré, son dos oraciones, pero El libro está
aquí, me lo llevaré, es una. Por rasgos de selección pueden distinguirse
tipos de oración: completas o tipo favorito” (en inglés se incluyen las
de sujeto-predicado verbal y las imperativas: verbo sin sujeto) y ora-
ciones menores (como Sí. No. ¿Con quién? The more, the merrier).

5.3.25. Construcciones.

Bloomfield discute la segunda de las formas gramaticales mostran-


do cómo operan los taxemas. Los de modulación permiten construc-
ciones sintácticas por parataxis, como la pausa en El libro está aquí,
me lo llevaré, pero también sin pausa: Sí señor. Variedades de parataxis
son las formas semiabsolutas (Bill, he hit John), paréntesis o intercala-
ción (Lo vi —estoy asombrado— en la ópera), aposición o equivalencia
gramatical (Juan, mi primo, llegó).
El taxema de modificación fonética que aparece en las construe-
ciones sintácticas se llama sandhi y consiste en una variante combina-
toria de un constituyente con respecto a su forma absoluta (buen
chico, frente a bueno, buena). El taxema de orden determina en algu-
nas lenguas tipos de construcción; por ejemplo, John loves Mary es
diferente de Mary loves John porque el orden establece las funciones
(actor, acción, objeto, etcétera).
Los taxemas de selección permiten distinguir las clases más inclu-
sivas de palabras; así los que intervienen en la construcción actor-
acción en español muestran dos clases funcionales en esas posiciones:
sustantivo y verbo.13 Hay otros tipos de selección más limitados, como
la concordancia entre formas de las mismas subclases (género, número),
la rección o régimen, en que la elección de una forma depende de la
posición sintáctica (yo, me, mí), la referencia externa, o sea la mención
específica de una función explícita en la construcción, como en francés
Jean ou est ¡l?, donde Jean guarda referencia externa con el sujeto il
(ejemplo de Bloomfield).
Las construcciones pueden ser de dos tipos según su función: endo-
céntricas, cuando la construcción funciona como uno solo de sus consti-
tuyentes inmediatos (el buen Juan puede funcionar en las mismas posi-
ciones que Juan); > exocéntricas, en que la frase resultante no pertenece
.

13 Acerca de las partes de la oración, Bloomfield dice que la clasificación


depende de las construcciones o funciones en que se basa (del criterio que se
adopte); pero es posible distinguir en inglés, de cualquier manera, sustantivo,
verbo, adjetivo, adverbio, preposición, conjunción coordinante, conjunción sub-
ordinante e interjección. Estas son categorías de la lengua; lo son igualmente
otras clases formales menores, que dividen a las mayores, y se definen también
por rasgos formales (inflexión, selección, etc.): número, caso, tiempo, etcétera.

83
* Fi » A RS TS

a la clase formal de ninguno de sus constituyentes inmediatos (en


casa; María lee).4 La construcción endocéntrica es coordinativa (ayer
y hoy) o subordinativa (muy pronto; lindo día), y ésta tiene núcleo y
atributo(s). SN

5.3.26. Morfología.

Por morfología Bloomfield entiende el estudio de construcciones


que incluyen formas ligadas (act-or, in-útil), es decir: resultan palabras
u otras formas ligadas (por ejemplo, activ-). De acuerdo con sus cons-
tituyentes inmediatos las palabras complejas se dividen en secundarias
y primarias. Las secundarias pueden ser compuestas, si incluyen más
de una forma libre (casaquinta), o derivadas, si incluyen sólo una (ma-
rino); las primarias son derivadas si contienen más de una forma ligada
(act-or) o son palabras-morfemas, constituidas por un solo morfema
(mar). Los morfemas ligados en la derivación secundaria son afijos
(prefijos: inútil; sufijos: pares; infijos: tagalo tuma: ta:wa “el que rie”,
frente a ta:ta:wa “el que reirá”).
En el análisis de formas parcialmente. similares, puede ser más
simple que otros análisis posibles tomar como base de la derivación
una forma artificial o teórica y no la forma subyacente (la libre).
Bloomfield sigue, al explicar esta alternativa, el modelo IP; por ejem-
plo, en wife/ wives, cliff/ cliffs, etc., tomando como base wife, cliff,
es necesario hacer la lista de cuáles sonorizan la consonante final ante
otro morfema; es más simple, en cambio, partir de la forma combina-
toria (/wayv-/, /klif-/) estableciendo la regla de que en todos los casos
la consonante final es la sorda correspondiente cuando aparece en la
forma libre.
En muchas lenguas hay jerarquías de construcciones: así un nivel
inflexional y otro de formación de palabras (el primero en marea-s; el
segundo en mar-ea). La inflexión produce cierre total o parcial de la
construcción (no puede ser constituyente de otra construcción morfo-
lógica mayor) y establece conjuntos (paradigmas) de formas subya-
centes y resultantes paralelas (mar/ mares, león/ leones, casa/ casas);
si hay jerarquías de inflexión se forman paradigmas compuestos donde
se Observa cómo opera el taxema de orden:

masculino femenino
singular : gato gata
plural gatos gatas

14 Contrariamente a lo que dice Bloomfield, algunas construcciones exocén-


tricas pueden funcionar en la posición que ocuparía uno de sus constituyentes

84
A veces la derivación no se opera sobre la base (kernel) de la
inflexión, sino sobre un correspondiente derivado; el ejemplo de Bloom-
field es del griego: hipp- es la base de la inflexión del sustantivo “ca-
ballo” hippos, hippe, hippon, etc.; pero jinete” (= hombre a caballo”)
/ip'pote:s/ deriva de la raíz hippo-, la que puede sufrir modificación
fonética en otras derivaciones.
Las palabras primarias contienen una raíz libre (sal) o una ligada
(trig-al), que se reconoce porque se comporta junto al afijo como una
libre (arroz-al).

5.3.27. Sustitución.

Dentro de la sintaxis Bloomfield define la tercera clase de forma


gramatical, la sustitución, como la posibilidad de que ciertas formas
lingúísticas (sustitutos) puedan reemplazar a los miembros de ciertas
clases formales. El hecho de que puedan sustituir sólo ciertas clases
constituye el dominio de los sustitutos; así el dominio de yo es la clase
de los sustantivos. El significado del sustituto es a) el significado de
clase de su dominio (el de yo es el significado de la clase de las ex-
presiones sustantivas singulares), y b) el tipo de sustitución, que se
refiere a las circunstancias convencionales de la sustitución (yo denota
el emisor de la emisión).
Los sustitutos pueden ser dependientes o anafóricos, si se refieren
a un antecedente (“Vi a Juan y él me dijo...”), o independientes, si
no es ése el caso (“No la vi”).
El dominio de ciertos sustitutos puede ser en inglés el nombre, el
verbo (to do), el adverbio (where, etcétera). No considera sustitutos
de adjetivos, excepto un caso del francés (equivalente al español: “¿Es
bueno? Lo es”). Los sustitutos de un nombre son pronombres, que a
diferencia de los nombres no admiten modificadcres adjetivos; ambos
forman una clase mayor, los sustantivos. Hay que distinguir clases
transversales (class-cleavage), es decir: la ocurrencia de una forma en
distintas clases; por ejemplo, los sustitutos demostrativos no son susti-
tutos cuando funcionan como adjetivos (en este caso son determina-
dores): this book. Algunos interrogativos son pronombres (who?,
whom?) y otros son sustitutos adverbiales (where? when?).

—si por clases formales entendemos las que llenan las mismas posiciones—: De allí
viene/ Allí viene. En cambio, se definen claramente por la relación de sus cons-
tituyentes inmediatos: en oposición a las endocéntricas, mo se relacionan por coor-
dinación ni por subordinación.

85
5.3.3. Conclusiones.

Refiriéndose a Saussure (cit. por Fries 1961), Bloomfield está de


acuerdo con el maestro ginebrino en considerar la lengua como el
único objeto de la lingúística: los rasgos comunes a los hablantes de
una comunidad, que forman sistemas rígidos. Pero Bloomfield, a dife-
rencia de Saussure, no cree que el estudio del significado deba incluirse
en el objeto de la lingiiística (especialmente lo que se ha llamado “sig-
nificado léxico” por oposición a “significado gramatical”, que en cierto
modo está implicado en el análisis de la forma). No es que Bloomfield
niegue la relación entre forma y significado (significante/ significado);
pero confía sólo en los datos que proporciona la forma, que es obser-
vable. No ignora la posibilidad de interpretar los sistemas en términos
puramente relacionales (formales), como su clasificación de los fone-
mas del inglés en Language, cap. VIII, al estilo de la glosemática; pero
su preocupación central no es tanto la presentación de resultados, como
el análisis mismo (descubrimiento de estructuras), y por ello tiene en
cuenta la sustancia fónica como vehículo de los contrastes sistemáticos.
Lo mismo que el significado, sin embargo, el estudio de la fonética no
pertenece a la lingiística.
Otra diferencia con Saussure es el rechazo de Bloomfield de toda
apelación mentalista, sustituyéndola por el supuesto de que los datos
que el analista debe manejar sólo pueden ser los que se observan como
comportamiento de los hablantes. Su conductismo no'va más allá de
esta limitación del campo científico: el análisis se desarrolla sin refe-
rencia a doctrina psicológica alguna, y acentúa en cambio el aspecto
contrastivo-distribucional de las entidades de la estructura lingúística.
Bloomfield intenta hacer una ciencia de la lingúística, y esa limitación
mencionada es una garantía de objetividad, de acuerdo con formulacio-
nes del empirismo lógico.
Bloomfield trabaja con principios, cuya formulación más precisa
es quizá la de los Postulados (1926), donde condensa rigurosamente
una teoría gramatical general, cuyos lineamientos sólo en detalle pueden
considerarse superados.

5.4. Teoría de los constituyentes inmediatos.

5.4.1. Los principios de Wells.

Rulon S. Wells desarrolla la teoría de los constituyentes inmediatos,


en una monografía ya clásica (1947 b). Los principios que propone
Wells sirven, por una parte, para establecer a qué, construcción o es-
quema (pattern) pertenece determinada secuencia y, por otra, como

86
medios para descubrir los esquemas mismos; su adecuación permitirá
afirmar, en la prueba de aplicación a un corpus, que en una determi-
nada lengua existe un esquema determinado (por ejemplo, en español
o en inglés, sujeto-predicado). Distintos análisis de constituyentes in-
mediatos (CI) de una misma secuencia reflejan distintos esquemas:
voy a saludarlo (cuando llegue) -voy a saludarlo (a su casa) (vw. aquí
5.3.23).
En el primer caso voy a saludar es una unidad; en el segundo los
CI son voy / a saludarlo.
En la elección de bases para un análisis deberá tenerse en cuenta
el sistema total al que pertenece;: por ello puede juzgarse un análisis
como mejor o peor que otro, y no como bueno o malo en sí mismo. Una
consecuencia de este criterio es que el mejor análisis de un texto es
el que armoniza con otros análisis del corpus, pues se establecen se-
cuencias máximas independientes. Una división en CI se relaciona con
otras; es decir, sus efectos pueden detectarse en otras partes del sis-
tema de la lengua.
Wells propone, pues, que la valoración de un análisis se base sólo
en el sistema total de CI de una lengua. En este sentido Los libros de
historia / están ahí es mejor análisis que Los libros de / historia están
ahí, porque, por ejemplo, los constituyentes del primer caso pueden
y
constituir oración por sí mismos (-¿Los libros de historia? - Están ahí),
y porque pueden compararse con otros (como Compré / los libros de
historia; ellos / están allí, etc.); en cambio * “compré los libros de” no
ocurre: no es gramatical. La elección se fundamenta en el criterio
de simplicidad: la primera partición del ejemplo es más simple o eco-
nómica, porque es paralela a otras.

5.4.2. Gramaticalidad.

La teoría de los CI trabaja sobre un corpus: sobre datos que se


sabe ocurren, y por ello Wells no trata de dilucidar el problema de la
gramaticalidad; por ejemplo, la imposibilidad de que algo ocurra por
razones gramaticales: * “compré los libros de”. Aunque tampoco los
trata en detalle, distingue estos de aquellos casos que no ocurren por
otras razones (semánticas: París es la capital de España; o estilísticas:
Juan lo hizo como Juan pudo, que, sin embargo, son gramaticales).
El fin de la teoría es describir qué constituyentes ocurren dados
los datos, y no decir qué datos ocurren. Pero de hecho el investigador
tiene en cuenta ambos aspectos durante la investigación. Wells pro-
pone un método de descubrimiento que consiste “en encontrar el mejor
esquema para describir los hechos en términos de ese esquema”, es
decir: un método formal. Distingue, como los lógicos, método de des-

87
cubrimiento y método de prueba o exposición. Podemos interpretar,
en esta distinción, que el segundo a) presupone al primero; y b) a
partir del esquema que es el resultado del primero, permite probar
qué datos ocurren. j YN

5.4.3. Constituyentes inmediatos.

Hasta cierto punto la teoría debe desenvolverse sin consideraciones


de significado, dependiendo únicamente del concepto de estableci-
miento de un esquema. Un modo de conseguir esto es la expansión
(concepto derivado del de sustitución de Z. Harris, Lg. 22.161-83,
1946): sustitución de una secuencia de morfemas por otra. El contexto
determina las clases de morfemas; en el contexto - mí ocurren de, por,
sin, etc.; llenan la posición vacía : ocupan el foco, y constituyen una
clase focal.
Varias secuencias de morfemas pertenecen a una clase de secuen-
cias (también lo es un morfema en la secuencia) si el primer morfema
de cada una pertenece a una misma clase de morfemas y el segundo a
otra clase de morfemas (ella/estudia; la niña/ está lejos). Cuando una
secuencia “es por lo menos tan larga como la otra” y “no pertenece a
todas las clases de secuencias de la otra” es una expansión de ésta,
la cual es su modelo (ella estudia es el modelo de la. niña estudia mu-
cho). El análisis conduce a dividir la secuencia en partes, que son
expansiones. Las partes son los CI de la secuencia.
Otros dos principios deben tenerse en cuenta: que los constitu-
yentes tengan la mayor independencia posible en su distribución y que
se respeten los límites de palabras.

5.4.4. Morfología y sintaxis.

Dos conceptos importantes en la demostración de Wells son el de


gramática interna y el de gramática externa de una secuencia. La pri-
mera es “la clase de todas las clases de secuencias a la que la secuencia
pertenece”; la segunda es “la clase de todas las clases focales a las
que pertenece la secuencia”; en otras palabras, gramática interna se
refiere a la forma, y gramática externa, a la función (en el sentido de
Bloomfield).
Un modo de establecer un esquema se basa en los paradigmas; es
especialmente útil cuando los constituyentes contraen relaciones de con-
cordancia (él/ estudia- ellos/ estudian). Un constituyente en un con-
texto debe considerarse constituyente también en otro contexto (el li-
bro/ es interesante; leyó/ el libro). Hay dos excepciones a este prin-

88
cipio: a) que la secuencia en cuestión entre en una expansión endo-
_Ccéntrica “en la que es una parte y un modelo”; 15 b) que el constitu-
yente en cuestión tenga distinto significado en la secuencia mayor, ya
que una función del análisis de CI es revelár una diferencia formal en
relación con una semántica; por ejemplo, La antología de cuentos de
NN puede analizarse; 1) La antología de cuentos / de NN (se dice
que NN es dueño de un libro), o bien: 2) La antología/ de cuentos de
NN (cuentos escritos por NN integran una antología). Este hecho lleva
a Wells a definir construcción como algo más que morfemas y sus
secuencias. Construcción es una clase de ocurrencias tales que a) ocu-
rren por lo menos en una clase focal; b) tienen un significado en
común; y opcionalmente, c) “ocurren en cierto contexto total o en todos
los contextos de cierta clase de: contextos totales” (= oraciones). De
modo que las ocurrencias de La antología de cuentos de NN con el sig-
nificado 1) pertenecen a una construcción, y las ocurrencias con el
significado 2), a otra. El análisis de CI debe reflejar esta diferencia.
Hay construcciones totalmente homónimas: aunque ocurren con
distinto significado, el análisis de Cl siempre es el mismo (el asesino
de Juan significa “Juan es un asesino” o bien “alguien que asesinó a
Juan”; ejemplo de la Academia Española) (cf. aquí 6.7).
Wells considera la palabra como unidad relevante del sistema de
CL y la define como unidad permutable; en ciertas lenguas el criterio
gramatical se refuerza con el fonémico (especialmente el acento). Jus-
tifica la división morfología - sintaxis como parte de la gramática: “la
morfología estudia la gramática interna de las palabras, y la sintaxis, la
gramática externa y las secuencias de palabras”.
El análisis de CI no requiere ser binario; tal el caso de la coordi-
nación (lunes/ y /martes) ya que la teoría no permite otro análisis.
Además admite constituyentes discontinuos, siempre que en otros con-
textos formen secuencias continuas de significado armónico con aqué-
llos (ejemplo de Wells: an easy book to read - the book is easy to read).
La última parte del trabajo trata de los morfemas suprasegmentales
(acento, juntura, entonación) que en un análisis total deben considerarse
también CI.

5.4.5. Conclusiones.

El concepto de CI es similar básicamente al concepto de sintagma


saussureano. Codificado por Wells con rigor y flexibilidad, es suma-
mente fructífero, especialmente en sintaxis; y en la práctica todos los

15 Want to es constituyente de 1 go there because 1 want to; pero en


want to go, to es modelo de to go, de modo que los constituyentes son want/to go
(ejemplo de Wells).

89
AVO A A a A Te

lingúistas lo siguen, aun aquellos que reaccionan contra las teorías y


métodos (pos) bloomfieldianos. Así los transformacionistas construyen
su gramática —como veremos— sobre un componente básico sintáctico
que es una formalización del principio de CI.

5.5. Los métodos estructurales de Harris.

5.5.1. Métodos “matemáticos”.

Señalando que su obra debe mucho a Sapir y especialmente a


Language de Bloomfield, Z. Harris (1951) encuadra los métodos estruc-
turales en el concepto de lingúística como ciencia. Manifiesta que la
base de sus métodos es lógica: “la lógica de las relaciones distribucio-
nales, que constituye el método básico de la lingúística estructural”.
Tanto en este libro como en trabajos previos, Harris señala que la
novedad de ciertos procedimientos que propone consiste en hacerlos
explícitos. La falta de explicitación había dado como resultado el uso
de términos no definidos —por lo tanto con alcancé indeterminado— o
la confianza en la diferenciación semántica antes que formal, y había
hecho del análisis sintáctico, por ejemplo, “un conjunto de observacio-
nes cuya relevancia no es segura y cuya interrelación no es clara” (Ha-
rris, Lg. 22.161-83, 1946). Por este motivo en parte —observa— poco
trabajo se ha llevado a cabo en sintaxis. Califica sus métodos como
matemáticos 16 y subraya que a ello se debe que sean explícitos, redu-
ciendo a simbolización las técnicas del trabajo de campo.

5.5.2. Estructura y método.

La finalidad de Harris (1951) es establecer rigurosamente las


operaciones que debe cumplir el investigador al estudiar una lengua
y no “una teoría de los análisis estructurales que resultan de esas in-
vestigaciones”. Un supuesto es el enfoque sincrónico de la lengua de
una sola comunidad.” Otro supuesto es que los métodos conducen a
identificar, por oposiciones formales (no basadas en el significado),
elementos y sus combinaciones sistemáticas (no un “mero catálogo de
sonidos y formas”), ambos en número relativamente restringido. No
cree que cada una de las técnicas propuestas, ejemplificadas con len-
guas particulares, sean universales; es decir: aunque son generales

16 Según Joos (“Description of language design”, JASA 22.701-8, 1950),


en una Jingúística matemática “la inconsistencia es imposible por definición”.
17 No toma en cuenta las diferencias de estilo en un dialecto. Mc Quown.
(Lg. 28.498) observa que al trabajar con una lengua desconocida el lingúista*
no puede responder a este requisito de antemano.

90
—aplicables en muchos casos— no son válidas para estudiar todas las
lenguas posibles. Tampoco los métodos presentados llevan necesaria-
mente a una única solución frente a los datos —es decir, varias gra-
máticas pueden seguirse de los mismos datos con la aplicación de los
mismos métodos—. Por otra parte, sería “un efecto indeseable” el de
imponer la misma estructura lógica a todas las lenguas sin revelar sus
diferencias peculiares. Por el contrario, las distinciones formales son el
medio seguro de establecer estructuras diferentes, para lenguas dife-
rentes. En otras palabras, las lenguas tienen estructuras y los mé-
todos propuestos sirven para revelarlas. Sin embargo, para varios rese-
ñantes, el libro parecería demostrar lo contrario: que se les impone
una estructura.
Según Harris, la descripción de lenguas aplicando los mismos mé-
todos tiene la ventaja de mostrar que las diferencias son inherentes a
las estructuras de las lenguas y no a diferencias de método. Algunas
consecuencias de la aplicación de métodos explícitos serán la contri-
bución al desenvolvimiento de la tipología lingiística, así como de los
estudios históricos y dialectales.
Las regularidades de una lengua relevantes para mostrar su estruc-
tura pueden encontrarse al examinar las relaciones distribucionales de
los rasgos de habla. Por lo tanto el método fundamental es la distri-
bución (= “libertad de ocurrencia de porciones de una emisión en
relación con cada una de las otras”, $ 2.1). Los restantes métodos pro-
puestos son particulares, es decir: procedimientos por los cuales se
aplica el análisis distribucional a ciertos datos.

5.5.3. Procedimiento formal.

Tanto en fonología como en morfología —“división fundamental”—


se siguen dos pasos: a) establecer las unidades relevantes (= los ele-
mentos del sistema) distribucionalmente, y b) especificar las relaciones
mutuas. Como el criterio es intralingiístico, las unidades se establecen
independientemente en cada lengua. Una descripción hecha sobre esta
base debe ser unívoca (no ambigua), consistente y sujeta a compro-
bación. Otros requerimientos (como simplicidad, en el sentido de esta-
blecer el menor número de unidades, de enunciados, etc.), no tienen
importancia lingúística sino lógica, en cuanto son útiles para ciertos
propósitos (para el uso que se va a hacer de la descripción).
Harris toma como base del análisis la emisión: un segmento de
habla de una persona comprendido entre silencios 18 (por ejemplo:

18 No estudia aquí las relaciones entre las emisiones en el discurso, pero


dice que es posible hacerlo con un corpus de extensión adecuada.

91
Gracias. No puedo ir, puede ser una sola emisión, mientras también
pueden serlo Gracias y No puedo ir, independientemente). Los ele-
mentos por definir ocurren en ciertas posiciones o contextos de una
emisión (en la emisión XAZ, X-Z es el contexto del elemento A; -AZ,
el contexto de X, etcétera). De modo que la distribución de un ele-
mento es “el conjunto de todos los contextos en que ocurre” ($ 2.4).
Aunque el lingúista se basa en un corpus limitado, los resultados del
análisis se aplican a la totalidad de la lengua: predice que esos resul-
tados son aplicables también a otras emisiones no registradas en el
corpus.
Para establecer los elementos se acepta empíricamente (cf. Bloom-
field 1926) que ciertas emisiones o partes de emisiones son similares,
es decir: suscitan la misma respuesta del hablante nativo o del oyente
cuando se sustituyen. Sustitución es la gperación según la cual en una
lengua en que ocurre un contexto Y-Z y una secuencia YAZ, al cam-
biar A por X, B, C, etc., se obtienen las secuencias YXZ, YBZ, etc.,
que también ocurren en la lengua (cf. la conmutación para la glosemá-
tica). La verificación conductista es más confiable que la apelación
al significado. Esta imposición metodológica está dirigida a lograr ob-
jetividad en la descripción. Pero, como observan varios lingúistas al
reseñar el libro de Harris, hace sumamente complicado el procedi-
miento.!* Harris toma en consideración de antemano estas objeciones,
y admite que en ciertos casos los procedimientos formales tienen que
ser más complejos que si descansaran en el significado, pero una vez
establecidos, permiten resolver otros casos en que la apelación al signi-
ficado no resulta satisfactoria. Cree que entre el resultado del análisis
morfémico por los métodos formales que propone y el que se obtiene
tomando en cuenta el significado hay en general estrecha correspon-
dencia; esto ocurre porque a diferencias de significado también corres-
ponden diferencias de contextos.

5.5.4. Métodos morfológicos.

Reseñaremos brevemente los métodos morfológicos. Los segmentos


morfémicos de una emisión son las secuencias fonémicas independien-
tes. Estas recurren en otras emisiones, y pueden alternar con cero. Es
decir, las particiones de una emisión se establecen por comparación con
otras emisiones, y estas comparaciones deben controlarse: el contexto
cambiará sólo en determinados fragmentos. Por ejemplo, gas no es

19 Difícil de cumplir —según Hockett (SIL 10.27-30)— sin la ayuda de


computadoras electrónicas; cf. McQuown (op. cit) y Garvin (Romance Philology
9.38-41).

92
divisible en ga y s, porque la comparación de secuencias en contextos
adecuados impide la partición: (el) mapa está..., (los) mapas están...,
(la) casa está..., (las) casas están..., permiten establecer -s indepen-
dientemente; pero no ocurre *(el) ga está..., ni (los) gas están..., sino
(el) gas está...; por lo tanto gas es una unidad. Este requerimiento
no basta para establecer segmentos morfémicos con suficiente genera-
lidad. Otro requisito es que los segmentos morfémicos sean distribu-
cionalmente similares a-otros (impide considerar como morfemas r y l
en mar y mal); así mudar, mudanza, se comportan como enseñar, ense-
ñanza; templar, templanza, etc.: admiten los mismos contextos (puede
—=; la -).
Una emisión puede contener un solo segmento morfémico. Estos
son formas libres (gas, mar, no). Formas ligadas son las que “práctica-
mente nunca constituyen una emisión por sí mismas”: doct-or.
A manera de ilustración veremos algunos tipos discutidos por Ha-
rris. Los segmentos morfémicos están formados casi siempre por
cadenas ininterrumpidas de fonemas que se siguen unas a otras (doct-
or). Pero a veces las cadenas aparecen interrumpidas; así los segmen-
tos vocálicos intercalados en las raíces consonánticas de las lenguas
semíticas. En árabe la raíz ” k-t-b “escribir” integra formas como katab
“El escribió”, kita:b libro”, maktab lugar para escribir”. Otro caso es el
de los morfemas discontinuos: ...o ...o en niño estudioso constituyen
un solo segmento morfémico con el significado “masculino”.
Al comparar contextos en que entren formas como cat/ foot y
cats/ feet, puede establecerse que cat + s da cats y que food + el
cambio vocálico (/uw/ > /iy/) da feet; aquí el reemplazo de fonemas
compone un segmento morfémico. En algunos casos el reemplazo de
fonemas puede ser por cero; un ejemplo de Harris es el de los adjeti-
vos masculinos en francés, que consisten en el femenino menos la con-
sonante final (petite /ptit/, petit /pti/; fausse /fos/ faux /fo/; etcétera).
Otros ejemplos pueden interpretarse dentro del primer caso de este
párrafo o bien como reemplazo de componentes de fonemas: belief
(sustantivo), believe (verbo), en que la sustitución es entre los rasgos
sordez-sonoridad del fonema final.
Los elementos suprasegmentales pueden ser también identificado-
res. Por ejemplo, la posición del acento hace que en inglés transfer
sea verbo (con acento en la última sílaba) o sustantivo (acento en la
primera sílaba); el contorno (entonación) en ¿Se va? agrega el mor-
fema “pregunta” (comparando con Se va).
Harris establece luego los criterios distribucionales adecuados para
agrupar los segmentos morfémicos y sus alternantes (secuencias foné-
micas diferentes = alomorfos) en clases -morfemas- de modo que los
miembros de la clase se sustituyen libremente (inglés paradigm con

93
pronunciación /i/ o /ay/ de la última vocal) o tienen distribución com-
plementaria: español Juan y Pedro - Juan e Ismael; e alterna con y
sólo en el contexto /-i.../)..
Las variaciones fonémicas en los miembros alternantes de un
morfema constituyen morfofonemas. El morfema <wayF| contiene
cuatro morfofonemas: los tres primeros son definidos siempre por los
fonemas /w/, /a/, /y/, respectivamente; para el cuarto, /F/, la defi-
nición es /f/ (wife), excepto ante el morfema “plural en que la defini-
ción es /v/ (wives). De este modo los morfemas2 están manifestados
por morfofonemas. Cada uno de éstos es una clase con un solo miem-
bro, o varios complementarios.

5.5.5. Reducción del inventario.

Para establecer la composición de las emisiones es necesario redu-


cir el número de elementos. Esta reducción puede realizarse asignando
morfemas de distribución parcialmente idéntica a la misma clase. Así
emisiones como Juan come el postre, Juan lee el libro, Juan mira el
cielo, responden a la fórmula NV el N, en que se distinguen las clases
N y V, interpretando que cada miembro de V puede ocurrir con un
miembro de N, y que cada miembro de N puede ocurrir con un miem-
bro de V (pero no que cada miembro de una clase ccurre con cada
miembro de la otra).
Otro paso en la reducción indica qué secuencias morfémicas tienen
igual función sintáctica. Harris no distingue morfología de sintaxis,
pues en ambos campos los procedimientos son los mismos. Clases de
morfemas y secuencias de clases morfémicas se agrupan en una misma
clase mayor (o clase posicional) si se sustituyen libremente en la misma
posición en la emisión; por ejemplo, AN = N es una ecuación que
significa que una secuencia de adjetivo más sustantivo es sustituible
por un sustantivo (la ecuación incluye el contexto). Los próximos pasos
consisten en mostrar las relaciones entre las clases de morfemas y sus
posibilidades de sustitución en la emisión. Las relaciones entre una
clase y las secuencias que incluye revelan niveles jerárquicos del tex-
to.? De modo que el índice mayor de un símbolo señala la mayor
inclusividad dentro de una clase. El procedimiento puede ir de los

20 Véase nota 11 a 5.3.14.


21 Harris propone usar una simbolización capaz de mostrar clases y sub-
clases. Por ejemplo, su gran inteligencia puede representarse simbólicamente del
modo más simple como N3, si convenimos en que el sustantivo aislado es N, y por
sucesivas expansiones, sustantivo con adjetivo es AN = N2; sustantivo con adjetivo
y posesivo es PN2 = N3, Para otros modos de simbolización Harris cita Mathe-
matical logic, de W. V. Quine.

94
simbolos de índice menor a los de índice mayor —expansión— o a la
inversa; en este último caso se trata de la determinación de constitu-
yentes inmediatos (N3; PN?2; AN; N). .,
El paso siguiente consiste en mostrar relaciones entre morfemas y
las restricciones de su distribución: clases compatibles, clases de un
solo miembro y subclases representadas componencialmente (así Nm
y Nf son subclases complementarias que permiten asociar, por ejem-
plo, toro-vaca). Los componentes son elementos básicos, y sus combi-
naciones —más un residuo en ciertos casos— identifican morfemas (o
clases de morfemas) cuyas limitaciones distribucionales son indicadas
por cada componente; es decir, éste representa también los rasgos que
diferencian el contexto de un. morfema de los contextos de otros. Los
componentes son extensos (long components) porque indican la relación
entre morfemas mutuamente sustituibles (paradigmas) y la relación
entre el morfema y los rasgos diferenciadores del contexto ($ 17.4). Por
ejemplo, los componentes m, f, en Nm y Nf, se corresponden con contex-
tos de variación uniforme (toro: el-, un-, algún-, etc.; vaca en la-, una-,
alguna-, etcétera).
Por el procedimiento de sustitución se clasifican como una deter-
minada construcción todas las secuencias con rasgos especificamente
similares (incluidos los suprasegmentales) y se afirma luego su ocu-
rrencia como emisiones del corpus (por ejemplo, en español ocurren
emisiones de NVX, donde X representa entonación: 22 los distintos tipos
de oraciones).

5.5.6. Forma de presentación.

El análisis conduce a un sistema deductivo de enunciados —que


hacen posible predecir las emisiones de una lengua— a partir de algu-

22 Harris propone, además del uso de fórmulas, la construcción de diagra-


mas que permiten mostrar dimensiones; horizontalmente, la selección de variables
en las distintas posiciones; verticalmente, las posibilidades de sustitución de las
variables:
V

PN
N
Ve A

Podemos obtener, por ejemplo, Juan trabaja, Juan es de Rosario, Juan es


bueno, Juan cs comerciante.

95
nos axiomas que definen los elementos iniciales, con teoremas acerca
de las relaciones entre ellos (cf. Hjelmslev 1943 b). Este sistema pue-
de presentarse de varios modos. Por ejemplo, por un conjunto orde-
nado de definiciones de los elementos de los sucesivos niveles; o por
construcción de modelos geométricos (dimensionales); o por modelos
mecánicos, en los cuales los elementos se tratan como si pasaran de un
estado a otro: “los elementos son vistos como si tuvieran historias, de
modo que la relación de un elemento con las secuencias que lo con-
tienen se convierte en la historia del elemento como si estuviera sujeta
a varios procesos y extensiones” (cf. aquí 6.4 y ss.).

5.5.7. Transformaciones y análisis del discurso.

En el breve prefacio de la cuarta edición de Methods, Harris men-


ciona el desarrollo de métodos no tratados en el libro, especialmente
transformaciones y análisis del discurso. A diferencia de la caracteri-
zación que se hace en Methods de cada entidad como compuesta de
entidades ordenadas de nivel inferior, la primera de esas tendencias
describe la lengua a partir de un conjunto de oraciones básicas, de las
cuales (una o más) derivan las restantes por medio de reglas de trans-
formación (la relación es entre entidades del mismo nivel). Este aná-
lisis es capaz de mostrar relaciones formales y semánticas entre oracio-
nes. En cuanto al análisis del discurso, esta tendencia estudia rasgos
estructurales de elementos o clases equivalentes (sustituibles, similares
posicionalmente) a los de otros elementos o clases en el discurso, es
decir, excede los límites de la oración. Ambos desarrollos se deben en
parte al mismo Harris (cf. Harris 1952, 1954 y 1957).

5.5.8. Conclusiones.

Aparte los Postulados de Bernard Bloch para el análisis fonémico


(Lg. 24. 3-46, 1948), el libro de Harris es el único que en gran escala
—abarcando todos los niveles lingiísticos— intenta codificar métodos
enteramente formales para aplicar un único principio teórico que des-
cansa en un supuesto también formal: el de la estructura distribucional
de las lenguas. Sin embargo, Harris admite que sus métodos pueden
ser la alternativa más rigurosa y objetiva para los métodos que descri-
ben las lenguas apelando al significado; y de hecho éste no es elimi-
nado totalmente, porque tiene en cuenta la respuesta del informante
para establecer igualdad y diferencia (es, es realidad, el procedimiento
generalizado de elicitación en la lingúística norteamericana).
El intento de formalizar los procedimientos sobre bases lógicas

96
trata de eliminar el análisis intuitivo, y puede servir como marco de
referencia para la evaluación de diferentes gramáticas de una lengua.

5.6. La microlingúística.
..»

5.6.1. El campo de la lingúística según Trager.

George L. Trager publicó en 1949 un pequeño folleto donde intenta


delimitar el lugar de la lingúística como ciencia. En cada campo de
observación —en cada ciencia— el investigador debe manejar un mé-
todo (científico) que consiste en una serie de pasos: observación de
hechos; construcción de hipótesis que constituyen el marco de referen-
cia para otras observaciones; formulación de conclusiones (enunciados)
sobre clasificación sistemática de los hechos observados, cuya validez.
deberá ser probada. Se llega así a una conclusión final que es una
conclusión científica “si incluye los límites de su validez y describe
ocurrencias que se dan en condiciones establecidas (es decir, por
implicación predice ocurrencias)”. El cuerpo de conclusiones deberá
ser consistente, exhaustivo y económico (cf. aquí 4.2.1).
Las ciencias pueden clasificarse de acuerdo con los supuestos bási-
cos que requieren (en número y complejidad), y por su dependencia
de conclusiones científicas previas. En esa jerarquía las más simples 4
son las ciencias físicas (física y química), cuyas conclusiones se expre-
san en el lenguaje artificial especialmente creado para ese fin: el de
la matemática. Las ciencias biológicas dependen de las anteriores en
cuanto se aplican a organismos vivos, y utilizan también en parte
el lenguaje de las matemáticas para sus conclusiones. Cuando el objeto
de la ciencia es la cultura, es decir: las actividades recurrentes de gru-
pos humanos, estamos en el campo de las ciencias sociales. Lo que
hace posible la existencia de uma sociedad humana es la lengua: “un
sistema de símbolos vocales arbitrarios por medio de los cuales los
miembros de una sociedad interactúan en términos de su cultura total”.
Trager concibe también el lenguaje en general como el “sistema totali-
zador de tales sistemas hallados entre los seres humanos”.
La lengua es a la vez un conjunto de fenómenos culturales, un ins-
trumento de expresión para la ciencia y el medio por el que se mani-
fiestan otros conjuntos de fenómenos culturales. Puede estudiarse
científicamente, entonces, desde tres puntos de vista: a) “los hechos
físicos y biológicos como tales, descriptos en términos de las ciencias
de menos complejidad que las ciencias sociales”; b) el lenguaje, y
lenguas particulares, como sistemas de elementos; c) la lengua en rela-
ción con otros sistemas culturales. Así puede llamarse macrolingiiística

97
SMBUIONPJA
eo

mBurolg
eos eoNSINBUIOLIA eonSMBU
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Á <eonsnoe > <eonsm3ur]
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(vorual)

|[sauoroe¡non1y]
(eoruguos

/
IN]

<uordadiod
se1qe¡ed
SIXBJUIS

-OJOHON

SBULIOj
eorugu
:ROJULAJIO
el campo totel, y las tres divisiones respectivas, prelingúística, micro-
lingúística y metalingiiística, de acuerdo con el cuadro.2
La microlingúística es el campo de la lingúística descriptiva; la
gramática descriptiva comprende “la fonología (fonética, fonémica) y
la gramática” (morfémica y sintaxis). /
Según Trager el lingúista conviene en aceptar dos ficciones (cf.
Hall 1965): que la lengua es usada uniformemente por todos los ha-
blantes, ya que las diferencias individuales no afectan al sistema, y la
absoluta sincronía, ya que las diferencias ocurridas en pequeños espa-
cios de tiempo tampoco son significativas.

5.6.2. Estructuras de niveles.

En 1963 Trager propone una teoría lingilística general, de la cual


cree que pueden desprenderse teorías especiales. Es necesario, ade-
más, elaborar una metodología y procedimientos para aplicar la meto-
dología. La teoría será, pues, un marco de referencia total. Parte de
la hipótesis de que por lo menos algunos hechos culturales (especial-
mente la lengua) tienen una estructura trifoliada (cf. Pike). Tal es-
tructura tendrá una sustancia o manifestación; ésta será descripta por
sus unidades componentes o diacríticos; por último, su función o modo
de Operar se estudiará a través de las relaciones entre las partes de
la sustancia y entre la sustancia y otras estructuras.

| estructura |

|
1

diacríticos |— | sustancia |> | relaciones

Cada uno de estos aspectos puede observarse como ocurrencias


(“hechos en tiempo y espacio”), como distribuciones de tales ocurren-
cias, o como clases de distribuciones (para el análisis la secuencia man-
tiene este orden). Si una estructura es clase, sus diacríticos son clases,
su sustancia es ocurrencia, y sus relaciones, distribuciones; si una estruc-
tura es distribución, sus diacríticos son distribuciones, su sustancia es

23 Según Trager 1956. Los signos < > corresponden a aclaraciones de Joos
1958 y los ( ) a Trager 1956. Las líneas de puntos indican conexiones diferentes
de las subdivisiones directas. La metalingiiística es el estudio de las relaciones
entre lo lingúístico y lo no lingúístico: otros sistemas de la misma cultura; también
las aplicaciones técnicas como la estilística. Pura el término semología véase la
definición de Joos 1958 aquí en 3.1.2.

99
clase, sus relaciones son ocurrencias, etcétera. .Este esquema implica
un análisis de la lengua en niveles o aspectos jerárquicos. Si la len-
gua manifiesta en un primer nivel la estructura trifoliada, estas divisio-
nes corresponden a sonido, forma, significado. Los sonidos son fonos,
las formas son morfos, y los Significados, semas. El conocimiento empí-
rico muestra que la sustancia de la lengua son los morfos, cuyos dia-
críticos son los fonos; los semas surgen de las relaciones entre morfos.
Si lingúística (o microlingiística) es el estudio de la lengua, debe
dividirse, en un primer nivel, en fonología, morfología y semología.
Cada una de estas divisiones es trifoliada a su turno, y vuelven a serlo
estas nueve. En síntesis: 4

I Fonología (diacr.)
[fonos] (oc.)
Lingúística II Morfología (sust.)
[lengua] [morfos] (distr.)
III Semología (rel.)
[semas] (cl.)

El nivel IL, que es el gramatical, se organiza así:

Ao O
IL1i (distr.)
11.1. Morfofonémica (diacr.) e

11.2. (cl)
11.2. Morfémica (sust.) |12" Loc.)
[morfemas] (cl.)
11.2.ii (distr.)
| 113.i (oc.)
11.3. Sintaxis (rel.)
[frases] (oc.) H 3.1 -(distr.)
11.3.ii (cl.)
La división en niveles no implica tratar diferentes cosas en cada
uno. Cada uno trata “la lengua total”, y de hecho, en el procedimiento
el lingúista debe ir de uno a otro. “Los niveles son las conclusiones que
corresponden a los diferentes valores derivados de los materiales” (Tra-
ger 1963). No reconocer los niveles hace confuso el análisis, y por lo
tanto, las conclusiones no serán adecuadas al objeto.

24 [] simboliza el objeto que estudia cada división; así “Lingiística [len-


gua]” significa “la lingúística estudia la lengua”.

100
7
E A

5.6.3. Análisis morfémico.

En este sistema (cf. Trager-Smith; Trager 1961; Smith 1957; 1962)


la fonología provee las bases para el análisis gramatical, que comprende
morfémica y sintaxis; las estructuras de ambas son interpretadas en el
nivel semológico. Esas bases están constituidas por los fonemas supra-
segmentales (acentos, tono o altura y junturas). Para el inglés Trager
y Smith fonemizan una juntura interna /-+/ y tres terminales: / x IM Le
cuatro grados de altura, del más agudo al más grave: /4321/; y cuatro
acentos: primario, secundario, terciario (representados con las grafías
de agudo, circunflejo y grave, respectivamente) y débil —que general-
mente no se marca— (cf. el análisis del inglés sobre bases semejantes
en Hill 1958).
Por ejemplo, la juntura /+/ púede indicar división morfémica en
secuencias que tienen los mismos fonemas: nitrate y night rate son,
respectivamente, /náytreyt/ y /náyt+reyt/. Los superfijos (esquemas
de dos acentos superiores y una juntura /+/) pueden identificar uni-
dades léxicas (palabras) por oposición a unidades sintácticas (frases):
póst + man, White + House (nombre de la casa presidencial), llevan
superfijos léxicos; pero (a) whíte + hóuse tiene superfijo sintáctico.
El método del análisis morfémico tiene también otros criterios. De-
be identificar parciales estructuralmente recurrentes (manifestados por
lonemas, pero también no manifestados: cero): morfemas. La técnica.
de identificación comprende ciertas operaciones: conmutación dentro
de un contexto (cf. Harris “sustitución”), distribución complementaria.
No es pertinente la similaridad fonética. Por ejemplo, los alomorfos
(variantes distribucionales) del morfema de plural en español son /-s/,
/-es/, /D/ (en casas, mares, lunes); o bien distintos morfemas pueden
ser homónimos: inglés <-Z) es plural, posesivo y tercera persona ver-
bal (con los mismos alomorfos), que serán <4-Z,p 4-Z2p y 3-Z3?.
Los morfemas son vistos en este nivel como unidades con “valor
gramatical”, caracterización que no implica referencia a sus signifi-
cados, pero que los muestra como potenciales portadores de mensajes.
Por ello aquí sólo se los identifica y se los rotula. E
Morfofonémica es el conjunto de conclusiones sobre la forma de
manifestación de morfemas (como el condicionamiento fonémico, que
permite alternar in- con im- en inútil, imprevisto; o el condicionamien-
to morfémico de recib-, recep- en recibir, recepción).
Reconocer este nivel significa afirmar que los (alo)morfos no son
fonemas o cadenas de fonemas, sino que los fonemas, condicionados
por el contexto morfémico, se convierten en morfofonos. El nivel mor-
fofonémico (Smith 1962) estudia: a) como diacríticos, las clases de
morfofonos (por ejemplo, invariables como /f/ en cliff/cliffs; varia-

101
bles como /F/ en wife/wives); b) como sustancia, el inventario de
morfofonos; c) como relaciones, el sistema morfofónico (sus «distribu-
ciones y condicionamientos).
Los moríemas del inglés son libres o ligados. Los libres son bases
primarias (boy) y constituyen palabras simples; llevan acento primario
y pueden combinarse con uno o dos sufijos paradigmáticos (boys).
También hay bases primarias ligadas (sublime, sublimity). Las bases
secundarias son ligadas; son morfemas de derivación y forman palabras
complejas. Comprenden, según su distribución, prebases (compartment)
o postbases (compartment); éstas se clasifican de acuerdo con su
propia distribución (orden y selección) en varios tipos que permiten
la clasificación morfológica de las palabras complejas (una base +
otro(s) morfema(s) + un superfijo); se obtienen así paradigmas de
derivación (y formación) de sustantivos, verbos, etc. Igualmente, las
sub-bases (sufijos de derivación) forman una matriz de acuerdo con
su orden relativo: A(ntepenúltimas), de las que derivan sustantivos
y verbos; P(enúltimas), que forman adjetivos; U(itimas), que forman
sustantivos y adjuntivos. A ellas se agregan los sufijos inflexionales o
paradigmáticos F(inales). Por ejemplo:

A P U F
(vis) -ion- (vision)
(vis) -ion- -al- (visional)
(boy) -ish- (boyish)
(boy) -ish- -NESS- (boyishness )
(write) -er- (writer)
(write) -er- s- (writers)

Otra matriz se forma, según se ha dicho, con postbases (com-


partment, generalize), que admiten acento primario como las prebases
(the contract), mientras que las sub-bases no admiten más que acento
débil, lo mismo que los sufijos inflexionales. Ambos tipos se combi-
nan en orden fijo (para las sub-bases es el indicado) y con limitacio-
nes en la repetición de cada clase. En resumen:
bases | libres
Mi : econ. /*/
primarias | ligadas
bases [ prebases
mes qe leon /'/9/%/
secundarias | postbases ] morfemas
| d de ligados

sub-bases ] A cb
Oe : |- con acento débil |
sufijos inflexionales J

102
Otros tipos de morfemas son los afijos: para el inglés, a) prefijos
(no productivos: caracterizan diversas clases de los tradicionalmente
llamados pronombres) como th-, twh-, etc.; b) sufijos, que forman tam-
bién paradigmas flexionales (sufijos de pretérito, de plural, de pose-
sivo, etc.) y cierran la construcción morfológica; c) postfijos (la /t/
de it, its), que aparecen cuando no aparece prefijo; d) afijos no deri-
vacionales (como /ik/ en particular), que pueden llevar acento pri-
mario, pero no terminar palabra. Hay que considerar como otro tipo
de morfema las vocales nucleares que siguen a los prefijos o prece-
den a los postfijos.
Las palabras son simples si constan de una base primaria solamente
o de una base primaria + sufijo(s) inflexional(es); son complejas si
tienen una base primaria + morfema(s) derivacional(es).
El morfema es la unidad morfémica; la palabra, la unidad gramá-
tical. La frase morfémica (más de una base primaria + otro(s) mor-
fema(s) + un superfijo) es la unidad sintáctica.
El nivel morfémico trata (Smith 1962) como diacriticos las clases
de morfemas (inflexionales, superfijos de palabra, bases, etc.); como
sustancia, las palabras; como relaciones, las clases de palabras (con
inflexión, sin inflexión, derivadas, etc.).

5.6.4. Análisis sintáctico.

Un ejemplo sumario dará idea del método seguido en el nivel


sintáctico.
Para el análisis sintáctico del inglés2 se requieren datos de los
niveles anteriores (fonémica, morfofonémica y morfémica). Sea la
oración

(1) The + big + bóy | rán + fást


SA

En el nivel fonológico hay oraciones (terminan en /x/ o /||/)


y no-oraciones (terminan en /|/). En el nivel sintáctico el ejemplo
será una oración primaria completa, 'pues se divide en nominal% y
verbal finito (= sujeto y predicado); la incompleta no tiene sujeto
nominal; la secundaria no tiene verbal finito; la no-oración no tiene
verbal.
La juntura /|/, menor que // y que /||/, determina la primera

25 Cf£ Smith 1957. Omitimos la transcripción fonológica de las palabras.


El análisis de los grados de altura (entonación) es pertinente en semología.
26 El sufijo -al identifica clases de palabras del nivel sintáctico (“nombre”,
"verbo, etc., son denominaciones del nivel morfológico).

103
división interna. Luego se examinan de derecha a izquierda los super-
fijos, que permiten dividir los CI:
(2) ([The + (big + bóy)] [rán + fást])
Recurriendo a datos morfológicos 2? identificamos palabras con in-
flexión: ran (run:ran::walk:walked) y boy (boy:boys), respectivamen-
te verbo pretérito (Vd) y nombre (N). The pertenece a la clase mor-
fológica de los demostrativos, identificados por el prefijo (que en la
ortografía corriente se manifiesta th-); entre los demostrativos D sim-
boliza al artículo. Por último las palabras sin inflexión big y fast son
adjuntivos2 (An), pero sus respectivas posiciones, prenominal y pos-
verbal, los clasifican como adjetival (Aj) y adverbial (Av) en el nivel
sintáctico.

(3) ([D+(An>Aj4+N) ] [ Vd + An>


Av] )
El resumen final indica todos los componentes incluidos en los
constituyentes principales de la oración (sujeto = s; predicado = p):
(4) N[=D.N (=Aj<An.N)
]s V [ = Vd.Av
< An]p
La fórmula establece jerarquías (cf. 5.5.5) de constituyentes: N
como s y V como p se enfrentan. Cada uno muestra a su turno las
jerarquías de CI según (2): por ejemplo N se desarrolla en sucesivas
expansiones por equivalencias (=>); el paréntesis menos inclusivo debe
verse como nuclear. La fórmula sintetiza el proceso analítico desarro-
llado de (1) a (3).
El nivel sintáctico (Smith 1962) trata como diacríticos las clases
que llenan posiciones sintácticas (nominal, verbal, etc.); como sustan-
cia, las frases, los CI, etc.; como relaciones, el sistema (tipos de ora-
ciones, constituyentes de oraciones, etc.).

5.6.5. Semología.

El nivel semológico no pertenece a la gramática en este sistema;


estudia aspectos del contenido (en términos hjelmslevianos) en rela-
ción con las formas. Un ejemplo del primer nivel semológico es la
clasificación de los adjetivos, del inglés por medio de “colocaciones”:

27 En el nivel de la identificación morfológica debe tenerse en cuenta la


concordancia si es pertinente (por ejemplo, The boy runs). Ciertas formas (pala-
bras o frases morfémicas) varían de modo independiente de las alternancias mor-
lológicas: son alologos (don't = do not) y para el análisis deben establecerse sms
formas plenas.
28 Unidades sin inflexión, pero que admiten derivación comparativa y super-
lativa, como fast, que más adelante es posible reconocer como adjetival o adver-
bial por la posición que ocupa.

104
segmentos de material sin verbo que permiten determinar semas (“bases
potenciales para la construcción de mensajes”) por distribución. Junto
con otros marcos (celligations) que incluyen verbos, las colocaciones
clasifican el léxico.
Lo hacen —creemos— como consecuencia de que primariamente
clasifican subclases sintácticas.
Si se establece una colocación que consta de sustantivo precedido
de adjetivos (identificados sintácticamente por su posición prenomi-
nal) con juntura /|/ como máximo entre ellos, los adjetivos pueden
formar una matriz de diez posiciones fijas (clases). Si se acumulasen
en distinto orden o varios de la misma clase, la juntura obligatoria
sería mayor. La matriz es la siguiente (cf. Hill 1958, p. 176): 2

0». 49 8 4 6 5 4
All | the | ten | other | similar | fine | old |
Both this many : E . A
Many very few

3 2 4:
aged | grey | stone | houses
.
. . .

Las clases pueden llamarse: designativa, indicativa, cuantitativa,


contrastiva, comparativa, cualitativa, temporativa, aspectiva, cromativa
y tecnitiva (que son los semas posicionales). Hay conversiones di-
rectas de los datos morfémicos; por ejemplo, los morfemas <4Z,p y
4Z,) son portadores de los semas “plural y “posesivo”, respectivamente.
Según Smith (1962) la semémica comprende tres niveles: a) clases
de sememas (género, tiempo, deixis, etc.); b) inventario semémico;
c) clases semémicas (adjetivos, adverbios, etc.). La fémica estudia
clases de ocurrencias (examinando los CI, concordancia, etc.), el in-
ventario y las clases de ocurrencias (correspondencias, variaciones es-
tilísticas, etc.). La rémica tiene por objeto las clases de discurso, sus
secciones y los sistemas de discurso (oral, escrito, poético, etc.).
Las construcciones sintácticas se tienen en cuenta para mostrar
distinciones y contrastes semológicos en el segundo nivel. La sintaxis
indica a Juan como “sujeto” en Juan saluda y en Juan es saludado;
pero semológicamente el primero es el “actor”, y el segundo, “paciente”.
También se tienen en cuenta los elementos suprasegmentales. Así en

29 Del curso dictado en Buffalo, N. Y., por H. L. Smith Jr. en 1962-63.


Cf. Smith (1963).

105
AID 39 AS
The bóy += Bill + is sick +
y en
pda 22 231
The bóy + Bill || is sick +

los tonos y las junturas señalan la oposición semológica “aposición'/


“vocativo”.

5.6.6. Conclusiones.

Trager hace una división rigurosa de la lingúística propiamente


dicha, y dentro de ella, del campo de la gramática, Quedan fuera de
la microlingúística las que serían, en términos de Hjelmslev, las dos
sustancias (fónica y conceptual) excepto en lo que hace a la conside-
ración de las alo-unidades, que son clases de manifestaciones y se
estudian en niveles específicos (por ejemplo, los alófonos, en 1.2),
distintos de los niveles puramente relacionales (así los fonemas, en
1.3), según hemos visto en 5.6.2.
Cree que la lengua tiene una estructura de niveles que deben
distinguirse rigurosamente; los enunciados del analista para cada uno
son representaciones de la estructura lingúística.
Un análisis de este tipo requiere en primer lugar un conocimiento
exhaustivo del nivel fonémico, pues los niveles superiores se basan en
los datos de los inferiores. Los criterios de análisis son estrictamente
formales: contraste y distribución, teniendo en cuenta todos los ma-
teriales en cada nivel y apelando al significado únicamente como “sig-
nificado contrastivo” o diferencial. El rasgo más característico es que
el análisis morfológico y el sintáctico —lo mismo que el semológico—
descansa en gran medida en los sistemas fonológicos (especialmente
suprasegmentales).

5.7. Tagmémica.

5.7.1. Teoría general.

Pike propone una teoría lingúística integrada en los hechos de la


cultura: una teoría unificada acerca de la actividad verbal y no verbal,
un conjunto de términos unificados y una metodología unificada. Se
coloca, pues, en la tradición norteamericana de “la lengua en la cul-
tura” que parte de Sapir, con una teoría de ambicioso alcance, sóli-
damente fundada, en lo que al lenguaje se refiere, en el vasto cono-

106
cimiento de Pike de los problemas teóricos, metodológicos y prácticos
y en su larga experiencia en la investigación de campo sobre lenguas
indígenas y exóticas. .
La lengua es parte de la actividad humana, es decir, conducta,
y no deberá tratarse estructuralmente separada de la actividad hu-
mana no verbal.30
El comportamiento o conducta puede describirse desde dos puntos
de vista: ético y émico. El punto de vista ético clasifica en un solo
sistema todos los datos comparables de todas las culturas y organiza
los datos nuevos con referencia a él; este sistema es creado por el
investigador para manejar los datos nuevos (por ejemplo, las tablas
fonéticas de sonidos cardinales).
El punto de vista émico es un 'intento de descubrir y describir
la estructura de una lengua (o una cultura) “en sus relaciones in-
ternas” y no en relación con construcciones a priori creadas por el
analista.
Cree Pike que forma y significado no deben separarse en teoría,
pero pueden discutirse como si estuvieran separados, a condición de
reintegrarlos luego a una unidad. Rechaza el concepto saussureano
de signo lingúístico como “portador” de significado (también para
Hjelmslev), pues el signo es un “compuesto” de forma y significado.
Este dualismo parece ser correlativo de comportamiento verbal y no
verbal. Rechaza también el criterio bloomfieldiano que, a pesar de
aceptar que no hay forma sin significado, estudia la forma solamente.
Pero, como afirma Longacre (1964), se trabaja en realidad con corre-
latos formales del significado; no se puede afirmar un contraste de
significado sin reconocer un contraste formal.
La estructura de las unidades émicas es trimodalmente analiza-
ble: comprende un modo distintivo (feature mode), un modo de ma-
nifestación y un modo distribucional. Los tres recubren los mismos
datos físicos y las tres estructuraciones son simultáneas (cf. Trager
1963).
El modo distintivo consiste en los componentes simultáneos iden-
tificadores que contrastan con otras unidades con referencia a rasgos
de estímulo-respuesta (es decir, son significativos). El modo de ma-
nifestación comprende las variantes físicas no simultáneas que mani-
fiestan las unidades del modo distintivo. El modo distribucional com-
prende los componentes relacionales de la unidad: su pertenencia a
una clase (del modo distintivo) y su función (significado) posicional.

30 Pike dice que este punto de vista fue anticipado por Sapir. Al respecto
H. Hoijer (Lg. 31.486, 1955) observa que para Sapir es el habla y no la lengua
lo que es parte de la actividad humana; y que la cultura tampoco puede identi-
ficarse con la actividad humana, ya que es una abstracción a partir de ésta.

107
A

Así una unidad de comportamiento (como un desayuno, o un ser-


vicio religioso, o un partido de fútbol) es un ciclo émico de com-
portamiento (behavioreme), o sea un segmento de actividad humana
que apunta a un propósito (tiene significado) y está estructurado tri-
modal y jerárquicamente con principio y fin señalados por itdicios
culturales (reconocidos como tales por los participantes). Un beha-
vioreme verbal es una emisión émica (uttereme).
Las unidades mínimas de los modos son:
a) de comportamiento (émicas):
modo distintivo: motivo émico
modo de manifestación: actema
modo distribucional: correlación clase posicional - motivo
émico y
b) lingiísticas:
(émicas) (éticas)
modo distintivo: morfema morfo
modo de manifestación: fonema fono
modo distribucional: tagmema?!l “tagma

Sujeto, predicado, objeto, etc., son diferentes tagmemas; compren-


den la posición (estructural) y la clase (de morfemas o cadenas de
morfemas) que la llena.
Cada una de estas unidades mínimas se estructura también tri-
modalmente. Por ejemplo, en el análisis del modo distintivo del mor-
fema encontramos sus componentes simultáneos: forma-significado; en
su modo de manifestación, las alo-unidades o alomorfos; en su modo
de distribución un morfema es miembro de una clase (distribucional)
de morfemas, capaz de distribución potencial en varias clases po-
sicionales.
Las unidades están arregladas en niveles jerárquicos; así, por en-
cima del fonema hay hiperfonemas, como la sílaba, el grupo acen-
tual, etc. (también con estructura trimodal). Su identificación de-
pende del foco (nivel de análisis). En el orden gramatical la existen-
cia de niveles jerárquicos hace inoperante la división morfología-sin-
taxis. Los tres focos básicos serían: fonémico, morfémico y tagmémico
(de acuerdo con el cuadro de unidades mínimas).

31 Pike en los volúmenes 1 y II lo llama gramema.

108
5.7.2. Constituyentes secuenciales.

Longacre (1960) se basa en el concepto de tagmema para su


teoría del análisis de los constituyentes de la secuencia. Hipertagmema
o sintagmema2 (construcción) es la matriz distribucional en la que
se identifican (o se describen) los tagmemas (elementos del sintag-
mema); así un “sujeto” se define en relación con (cada elemento de)
una cláusula u oración. Tagmema e hipertagmema son conceptos in-
terdependientes, pues no ocurre uno sin el otro. Por otra parte, un
sintagmema de un nivel puede manifestar un tagmema de un nivel su-
perior (por ejemplo, frases manifiestan tagmemas de la cláusula); un
tagmema de un sintagmema puede estar manifestado por otro sintag-
mema del mismo nivel (por ejemplo; una frase dentro de otra frase);
un sintagmema de nivel superior pude manifestar un tagmema de
nivel inferior (como una cláusula subordinada dentro de una frase);
cf. Longacre 1964.
Sobre esta base se critica (Longacre 1960) la descripción de la
estructura gramatical por el análisis de sus constituyentes inmedia-
tos, que supone una serie de estratos analizables por medio de cortes
dicótomos progresivos (según Wells 1947 b hay que interpretar prefe-
rentemente dicótomos).
Longacre propone un punto de vista alternativo: algunas estruc-
turas se presentan estratificadas binariamente; otras se ordenan como
cuentas de un collar (es decir, en orden secuencial). Introduce con-
ceptos jerárquicos como el de cláusula: clase de sintagmema superior
a la palabra y la frase e inferior a la oración y al parágrafo; es una
construcción no coordinativa mi subordinativa y expresa relaciones de
predicación o ecuación. El orden jerárquico de los sintagmemas es:
oración, cláusula, frase, palabra, base extendida; superiores a la ora-
ción son parágrafo y discurso.
Una oración como Los alumnos estaban estudiando sus lecciones
en la biblioteca y el profesor los examinará esta tarde consta de cua-
tro niveles de constituyentes secuenciales. El primero es el de la
oración, con dos tagmemas, manifestados por dos cláusulas principa-
les (la primera hasta biblioteca). El nivel de la cláusula se divide,
para la primera, en cuatro tagmemas, cada uno manifestado por una
frase (los alumnos, estaban estudiando; sus lecciones; en la biblioteca).
Cada frase es una secuencia de tagmemas; así la primera contiene un
tagmema identificador (manifestado por el artículo), y un tagmema
núcleo (manifestado por el sustantivo). Finalmente, una vez identi-
ficadas las palabras como los últimos constituyentes del nivel de la

32 Pike lo llama hipermorfema; Longacre (1964) usa sintagmema.

109
frase, se reconocen los tagmemas en el nivel de la palabra (por ejem-
plo, alumn-o-s).

5.7.3. Modelo tagmémico..

El modelo tagmémico ha desarrollado una técnica de análisis cuyos


resultados se expresan en fórmulas; la idea de Pike de la unidad forma-
significado se muestra en el uso convencional de una nomenclatura
caracterizadora —en general— de la significación de los tagmemas (aun-
que no es necesario que sea así, y a veces se ha usado el simbolismo
numérico, pero éste es de difícil lectura). Las fórmulas deben ma-
nifestar si un tagmema es obligatorio (+) u opcional (+), si en una
Y
alternativa uno es obligatorio (+ —), si los tagmemas no son adya-
centes: (+...+), etc. La fórmula indica la posición estructural
| +-|
(= función) y la clase que la llena (en ese orden, separados por el
signo :). Algunos ejemplos ilustrarán el manejo de los símbolos y la
terminología, según Elson y Pickett.
Las siguientes oraciones:
Juan tiene frío
Juan tiene frío ahora
se interpretan con la fórmula
Clt= hSum “Pi FOnoA E

que se lee: cláusula transitiva, igual a sujeto obligatorio manifestado


por un nombre (sustahtivo), predicado obligatorio manifestado por
verbo transitivo, objeto obligatorio manifestado por nombre, temporal
opcional manifestado por palabra temporal.
Si se tiene en cuenta la entonación, ésta se analiza como tagmema
en el nivel de la oración:

2 1
Juan tiene frío |
Or = +Base: Cl indep + Ent: 21

Un tagmema puede estar manifestado por más de una palabra, es


decir: por una frase. En
El chico tiene frío en el jardín
el sujeto y el locativo son frases:

110
A A

S:Nm (sujeto manifestado por nombre modificado)


Lfre = +R: prep +E: Nm
(el locativo es frase de relator-eje; el relator manifestado por preposi-
ción, y el eje por nombre modificado).
Un tagmema puede ser una construcción coordinativa como Juan
y Pedro:
+C:n=>+(+C: n ... [$Co; co ....J+C: n,..)
La fórmula indica que por lo menos uno de los miembros, C (cabeza),
es obligatorio; los puntos indican que los elementos pueden repetirse;
Co es coordinante.
Ciertas relaciones seleccionales, como la concordancia en la frase
nominal (N), se formulan así (para el siguiente ejemplo):

el cuaderno forrado los cuadernos forrados


la hoja cuadriculada las hojas cuadriculadas

m nm m
N = +Lim: art (pl) 4C: = (pl) +M: adj mE (pl)

(Lim se lee limitador —el artículo—; C, cabeza, y M, modificador).


Para dar cuenta de la circunstancia en:
Juan tiene frío cuando la puerta está abierta
hay que especificar +T:CIT; es decir, la circunstancia temporal ma-
nifestada por una cláusula subordinada de tiempo, la que corresponde
a la fórmula
Cl sub = + Con T: cuando + S: modN + P: vi + Pred: adj
(Con se lee conector; mod, modificador; vi, verbo intransitivo).

5.7.4, Descubrimiento de gramáticas.

Para Longacre (1964) el descubrimiento de gramáticas (por ejem-


plo, de lenguas no estudiadas previamente) debe basarse en una teoría
de la estructura del lenguaje; pero “la teoría misma se basa en estudio
empírico”. De modo que una teoría debe iluminar la comprensión de
la naturaleza del lenguaje como para que el investigador sepa qué
podrá encontrar en la lengua particular que estudia; mientras que por
otra parte el refinamiento de los procedimientos de investigación puede
refinar la teoría misma. La codificación de estas técnicas proporciona
“procedimientos de descubrimiento”.

111
<

La teoría en que Longacre se basa es la de Pike y da como su-


puesto que el comportamiento humano es “más objetivo y observable
que la intuición o la introspección”.3 La lengua, como parte del com-
portamiento, tiene diseño o estructura (pattern) y la teoría lingúística
deberá reflejar esta característica básica. En la evaluación de gramá-
ticas de una lengua un criterió consistente será reconocer cuál de ellas
muestra el diseño de modo más directo.34 La descripción precisa de los
esquemas estructurales de una lengua permite que éstos puedan ser
comparados con los de otra, cumpliéndose así uno de los atributos de
toda estructura (comparabilidad). Para Longacre diseño o esquema
(estructural) y punto funcional en el esquema son entidades primitivas
de la estructura lingúística y en la teoría tagmémica se denominan
respectivamente sintagmema y tagmema. La interdependencia de am-
bos da un lugar básico a la función, la cual justifica las particiones del
análisis (“nudos” en el árbol chomskiano).
Afirma Longacre que llamar taxonómica a una gramática no es
negarle carácter científico, como hacen los transformacionistas. Por el
contrario, por medio del análisis es necesario establecer unidades y
relaciones, clasificarlas y nombrarlas. Pero como la gramática genera-
tiva transformacional ha mostrado que gran parte de la estructura
lingúística puede describirse por medio de reglas formales deductivas
—sin excluir en cierta medida el análisis y la clasificación—, ambas
tendencias, taxonómica y analítica versus generativa, están llamadas a
complementarse. (En trabajos recientes Longacre ha aplicado un nivel
de transformaciones a su modelo tagmémico.) Cree necesario utilizar
un sistema de símbolos con valores uniformes para construir fórmulas
y realizar diversas operaciones que muestren la generación de oraciones
en el dominio gramatical (las operaciones reales dependen de la infor-
mación léxica y fonológica, no gramatical). Algunos de estos símbolos
permiten traducir el poder recursivo de las lenguas naturales (inclusio-
nes sucesivas, ramificación múltiple, etcétera). Dada una fórmula, el
símbolo R indica una operación por la cual se obtiene una lectura parti-
cular reteniendo los símbolos obligatorios ( +) y los que se lean como
positivos entre los optativos; el indicador? de la fórmula permite repe-
tir un símbolo una vez; el indicador” permite repetirlo ilimitadamente.
Una cláusula intransitiva impersonal del español como Ahora llueve
torrencialmente aquí o Ahora llueve torrencialmente afuera sobre el
patio, tendría la fórmula:
+T+V>3M +I2
33 Afirmación que va al encuentro de la opinión de los tranformacionistas.
34 Las gramáticas generativas (chomskianas) que dan prioridad a los pro-
cesos de retranscripción de reglas sólo pueden alcanzar esta condición básica in-
directamente (no en forma explícita), y parecen encaminadas a rechazar el con-
cepto mismo de unidades lingúísticas (Longacre 1964).

112
ai
>
da
o h

R permite derivar: TVML, TVMLL, TVM, VMLL, TVL, V, etcétera.


El número de posibles lecturas se indica R;, (para la fórmula dada).
La operación P indica la permutación del orden de los símbolos
(de acuerdo con ciertas reglas). P, indicala imposibilidad de la per-
mutación; otros suscriptos señalan el número de permutaciones permiti-
das; por ejemplo:

P (TVML) = LTVM, VMLT, VMTL, etcétera.

Por la operación E cada símbolo de una permutación se reemplaza


por el símbolo o la fórmula de una de sus manifestaciones (exponen-
tes). Por ejemplo, para M los exponentes pueden ser adverbio, frase
relator-eje, cláusula subordinada; se indican como frase con suscripto:
F,. Ejemplo de las operaciones sucesivas (algo simplificado):

(1) +T +4V=M-=I?
(2) R (+T 4V +M-=I1?) = TVML
(3) P (TVML) = TVML (permutación de identidad)
(4) E (TVML) = F, Fi F, F; =

= (+Dem +Adj4+C) (+V) (+Adv+Adv)(+R+4E)


(5) R (+Dem +Adj 4+C) = Dem C
(6) R (+V)
=V
(7) R (+Adv+Adv) = Adv
(8) R (4+4R +E) =RE
(9) E (Dem C) = Dem Sust esta tarde
(10) E (V) = llueve
(11) E (Adv) = torrencialmente
(192) E (RE) = en Buenos Aires
(13) Sustitución en la fórmula final (4) con el léxico seleccio-
nado por (9-12) recurriendo al diccionario:
Esta tarde llueve torrencialmente en Buenos Aires.

5.7.5. Conclusiones.

La teoría tagmémica trabaja con forma y significado; supone que


la estructura linmgúística está trimodalmente estructurada, de modo
que el análisis de las entidades se hace desde tres puntos de vista
coexistentes. En el análisis gramatical se pone énfasis en el reconoci-
miento de funciones y de las clases que las cumplen; clases y funcio-
nes se organizan en jerarquías interrelacionadas. Así la teoría tagmé-
mica puede prescindir de la división entre morfología y sintaxis.

113.
"ue 3 an Y
le e a E Ju per
6. GRAMATICA GENERATIVA TRANSFORMACIONAL

6.1. Antecedentes y marco

6.1.1. Gramática formalizada.

Entre las diversas corrientes que en los últimos años se han dedi-
cado a la lingúística formal, trataremos aquí la gramática generativa
transformacional y en particular las tres formulaciones de Chomsky.
Otros desarrollos se deben en los Estados Unidos a Yngve, a Hays y a
Lamb.* (La tendencia formal —empleamos aquí el término en cone-
xión con formalización— no es exclusivamente norteamericana, y ha
logrado progresos importantes en Francia, Checoslovaquia y Rusia **).
Estas corrientes lingúísticas se relacionan, por una parte, con el
avance de la teoría matemática de la información (y disciplinas afines,
como la construcción de autómatas, la traducción automática, etc.), y
por otra, de la lógica matemática. La teoría chomskiana, en particular,
se desenvuelve sobre la base de la última, y de anteriores estudios
lingúísticos de tendencia formal como el análisis del discurso de Harris
(de quien Chomsky es discípulo); cf. Z. S. Harris 1952, 1954, 1957.
Esta teoría cuestiona los principios y alcances de la lingiística
descriptivista bloomfieldiana —y en general del estructuralismo— en
varios puntos, según se verá; algunos de ellos son los siguientes.
La lingúística bloomfieldiana se basa en textos y por análisis llega
a establecer invariantes y sus relaciones; a este procedimiento induc-
tivo de “descubrimiento” de gramáticas particulares se opone el pro-
cedimiento deductivo que no se interesa en el análisis, pues parte de
la gramática ya descubierta —por cualquier método— e intenta pro-
ducir las oraciones gramaticales bien formadas y sólo ésas.
Los bloomfieldianos confían únicamente en la observación del
comportamiento lingiiístico de los hablantes a través de los textos que

2 Véase ahora aquí el Cap. 8.


ee C£. aquí 3.3.6 y 9.7.

115
producen, y suponen que en dichos textos se puede descubrir una
estructura natural; a este principio se opone el mentalista 4 outrance
de que una gramática debe interpretar la intuición del hablante, su
competencia para el manejo de la lengua.
Desde Boas se sostiene que cada lengua difiere de las otras en su
estructura fónica y en los “grupos de ideas que hallan expresión en
grupos fonéticos fijos” (Boas); pero es también posible una gramática
general “no especulativa sino inductiva” (Bloomfield 1933). Boas afirma
que la lingiiística —rama para él de la etnografía por su objeto de
estudio— es “parte de una investigación completa de la psicología de
los pueblos del mundo” pues el lenguaje es una de las manifestaciones
de la vida mental. Así'un aspecto del estudio del lenguaje consiste en
descubrir la estructura del sistema de ideas de cada lengua —y la del
sistema sonoro que las manifiesta—. Pero como las categorías funda-
mentales de la gramática aparecen en todas las lenguas —aun cuando
cada una subraya sólo ciertos rasgos de la imagen mental total— la
descripción lingiúística mostrará la unidad de los procesos psicológicos
básicos. Así Boas entiende que la lingúística debe describir empiírica-
mente las lenguas a partir de un corpus y establecer luego una hipó-
tesis sobre el sistema universal de las significaciones parcialmente
realizadas en cada lengua. Señala Stuart (1963) que Boas, al sustentar
una teoría universal sobre la lógica de las significaciones, es un pre-
cursor no reconocido de Chomsky.
La aparición de la teoría chomskiana ha suscitado una literatura
polémica para su justificación. Los argumentos varían desde los abso-
lutamente negativos para el estructuralismo descriptivista norteameri-
cano, como los de Teeter, que supone varias “falacias”: la posboasiana
(la práctica divorciada de la teoría) y las posbloomfieldianas (descré-
dito de la teoría; la teoría se iguala a la práctica); hasta los que reco-
nocen, como Lees, que la lingúística norteamericana se apoya en la
teoría, aunque ésta no es suficientemente comprensiva del lenguaje
por favorecer exageradamente la relatividad de las clases formales
elegidas arbitrariamente (morfemas, etcétera).
Aparte el hecho de que la corriente chomskiana da al concepto de
“teoría” una connotación especulativa que no siempre caracteriza a
una teoría, esta literatura polémica se maneja a su vez con falacias
propias: desde sutiles trueques de énfasis al discutir otras tendencias
(por ejemplo, la extensión con que toman el concepto mismo de “teo-
ria”), hasta la construcción de hipotéticas caracterizaciones sin modelos
reales correspondientes —como la “lingúística descriptiva” de Chomsky
(1964, 1966) o Postal (1964)—, las distorsiones y las aserciones sin
pruebas que las demuestren (por ejemplo, sobre ideas innatas). Choms-
ky (1966) mismo dice al fin de su presentación de la “lingúística car-

116
tesiana” (otra caracterización hipotética por-él reconocida como tal):?
“el examen que aquí se ha presentado es muy fragmentario y por ello...
puede conducir a error. Ciertas figuras mayores —Kant, por ejemplo—
no se han mencionado o se han discutido inadecuadamente, y se intro-
duce cierta distorsión por la organización de este examen en cuanto
proyección retrospectiva de ciertas ideas de interés contemporáneo más
bien que presentación sistemática del marco en el que surgieron y
hallaron lugar”.
El enfrentamiento de las dos corrientes —bloomfieldiana y choms-
kiana— no tiene, sin embargo, razón de ser, pues son complementarias,
además de basarse en valores diferentes: conductistas y logicalistas,
respectivamente (Garvin 1963 b). La primera descubre una gramática
a través de la observación del comportamiento de los hablantes; la
segunda es una retórica: presenta el material según un modelo (teoría)
general, como un mecanismo totalmente explícito que maneja datos
taxonómicos y genera oraciones.
Chomsky (1965) señala que las gramáticas generativas como la
que propone sólo han podido investigarse después del desarrollo de la
lógica matemática. Pero según R. Langacker **” “la investigación de un
formalismo apropiado, requerido para efectuar las aserciones estructu-
rales correctas sobre todas las lenguas humanas, está sólo en sus etapas
iniciales”.

6.1.2. Construcción de teorías.

La tendencia logicalista responde —como hemos visto— a una


tendencia del pensamiento científico en relación con la lógica matemá-
tica. Pero varios de los principios y métodos con que trabaja fueron
discutidos por Bloomfield (y otros lingúistas norteamericanos) en el
marco del empirismo lógico. Algumos son, pues, comunes; otros no
fueron pertinentes para el concepto bloomfieldiano de ciencia (esen-
cialmente, las diferencias que mencionamos más arriba).
El desarrollo de la lógica y la matemática ha permitido en las últi-
mas décadas la creciente formalización de las ciencias fácticas. Esto
implica la construcción o adopción de sistemas lógicos dentro de cuyo
marco han de formularse todos los enunciados de una ciencia —es de-
cir, la adopción o construcción de teorías—. Tal es el caso de la lin-
gúística, parte de la cual se ha intentado formalizar —en grado diverso—
ya por medio de sistemas de definiciones y postulados (Bloomfield,
Hjelmslev), ya con álgebras construidas a partir de principios precisos.

* Cf. Lamb (1967) y Househo!lder (1969).


2% Reseña de Koutsoudas (1967), en Lg 44 (1968), pp. 103-4.

117
Dice Uldall: “El álgebra es un cálculo [universal] de posibilidades
glosemáticas y la descripción de un material consiste en indicar cuál
de esas posibilidades se realiza en ese material”; “su fin es proporcio-
nar un cálculo de funciones no cuantitativas y su aplicación a un mate-
rial resultará en una descripción de ese material en términos de rela-
ciones, correlaciones y derivaciones”. El “contraste cualitativo” también
caracteriza al descriptivismo, mientras las teorías formalizadas —como
la chomskiana— intentan producir “modelos cuantitativos de lengua”
(Garvin 1963 c).
La formalización de las ciencias fácticas supone una teoría que,
además de la consistencia interna del sistema de principios y de con-
venciones lógicas que utiliza (racionalidad), exige la verificación empí-
rica de las hipótesis (objetividad). Ambas condiciones —interna y
externa— son interdependientes; para los descriptivistas son “consis-
tencia” y “comprobación”; para Hjelmslev “arbitrariedad” y “propie-
dad”; para Chomsky, “generalidad” y “adecuación” (ésta basada en
pruebas conductistas).

6.1.21. El método de la ciencia.

Los pasos de la ciencia —su método— son según Bloomfield: 1) ob-


servación; 2) ordenamiento de las observaciones; 3) enunciado de
hipótesis; 4) cálculo y predicción; 5) prueba de las predicciones y
nuevas observaciones. Estos pasos persiguen la objetividad de la inves-
tigación científica. De ellos, 3) y 4) alcanzan el nivel máximo de abs-
tracción y generalidad (que puede traducirse a lenguaje matemático),
pero su status es provisional y depende de 5). Un modelo teórico se
sigue de 3) y 4). Para Chomsky (1957), ni la teoría general ni las
gramáticas que se siguen de ella pueden ser definitivas, pues nuevos
conocimientos de las lenguas o nueva “comprensión teorética sobre
organización de datos lingúísticos” (modelos) pueden mejorarlas. Es
decir, la teoría y las gramáticas están sujetas a revisión.
En cuanto a los pasos 1) y 2), no puede decirse que queden
fuera de toda teoría, ya que para la búsqueda de datos son necesarias
hipótesis previas. También lo admite Chomsky (1964), si se trata de
alcanzar lo que llama “adecuación observacional”.

6.1.3. Empirismo versus racionalismo.

Una teoría lisgiiística formulada de acuerdo con el método des-


cripto por Bloomfield (aquí 6.1.21) es esencialmente empiricista.
En recientes trabajos de los transformacionistas se acentúa el re-

118
chazo del empirismo para afirmar su racionalismo. Pero, aparte la
identificación de la gramática con la estructura del lenguaje (Choms-
ky 1957) y la posterior insistencia en que la gramática refleja y “ex-
plica” la facultad del lenguaje, “la naturaleza de las estructuras y
procesos mentales” (Chomsky 1965), otros aspectos peculiares derivan
de la relación del empirismo lógico con la ciencia. Según veremos por
el cotejo, hay un traslado del punto de vista epistemológico. Mientras
la lingúística bloomfieldiana, al apoyar sus resultados descriptivos o
teóricos en los datos observables, se acerca al campo de las ciencias
naturales (Bloomfield 1933) o sociales (Trager 1949), la tendencia
chomskiana insiste en subrayar como primario el aspecto formal en
sentido matemático o mecánico, relegando a la prueba de adecuación
la compatibilidad con los datos. Mientras la lingiiística bloomfieldiana
se interesa por la gramática como interpretación de una lengua (ob-
jeto) de modo que los enunciados descriptivos muestren una relación
uno a uno con la estructura de la lengua y valgan sólo por ser el
resultado del descubrimiento de tal estructura, la chomskiana se interesa
por la gramática como metalenguaje según una teoría general esta-
blecida a priori con principios lógicos (cf. aquí 6.1.1. y 34).
A este respecto Haas (1966) caracteriza el análisis lingiístico
como distinto de estudios no lingúísticos del habla y de estructuras
metalingúísticas de gramáticas y define la lingúística estructural como
las relaciones básicas de los elementos lingúísticos, correspondientes
a las operaciones básicas del análisis lingúístico.

6.1.31. Generalización y predicción.

En la International Encyclopedia of Unified Science encontramos la


orientación básica del empirismo lógico en relación con la ciencia
en trabajos de O. Neurath, R. Carnap, Ch. Morris y —para el campo
de la lingiíística— Bloomfield. Así Neurath establece en la monografía
inicial que el empirismo científico “concentra su atención en generali-
zaciones y predicciones”. Este es un tópico corriente en la teoría lin-
gúística descriptivista; es, asimismo, tópico de la chomskiana.

6.1.32. Mentalismo y antimentalismo.

Morris (1939) coincide con Bloomfield (cf. aquí 5.3.13) en la


posición antimentalista: “los resultados de la ciencia no dependen de
cierta cuestionable teoría psicológica, como la de la naturaleza “mental
de la experiencia”.
Se nota, por lo menos desde Chomsky 1964 (conocido dos años

119
antes; cf. Proceedings 1962), su preocupación por encontrar una genea-
logía mentalista y racionalista, haciendo hincapié en los aspectos per-
tinentes de las teorías de Saussure, Sapir y especialmente de Humboldt
(sobre la “forma” dei lenguaje y la creatividad), en las gramáticas
“tradicionales” (Port Koyal)*y en las teorías sobre el lenguaje como
las de Leibniz y Descartes (acerca de las “ideas innatas y principios
de varias clases que determinan la forma del conocimiento adquirido”;
Chomsky 1965). Parecería que es la justificación ante la afirmación
de que la teoría debe ser “explicativa”. Según Katz (1964) el punto de
vista empiricista “estrecha el alcance de las clases de fenómenos que
un científico debe descubrir y explicar” (cf. aquí 6.9).
El mentalismo en el que se centraliza actualmente para los trans-
formacionistas el fin último de la lingúística no se contradice con el
carácter logicalista. Chomsky * cree útil la distinción entre el punto de
vista psicológico y el epistemológico en el problema de la adecuación
explicativa de una teoría (véase aquí 6.7.1 y 2). La teoría alcanza
adecuación explicativa si permite seleccionar una gramática descripti-
vamente adecuada (“ésta —dice— es la variante epistemológica”), que
es la que más aproximadamente refleja los mecanismos innatos (“va-
riante psicológica”). Sin embargo “no tenemos otra evidencia acerca
de los mecanismos innatos de producción gramatical que los que pode-
mos determinar estudiando el problema lingúístico de justificar gramá-
ticas, de modo que en la práctica los dos problemas se funden”. Pero
“en principio” es el problema psicológico el importante. De donde el
lector deduce que la “explicación” no es otra cosa que un formalismo
satisfactorio. A
Según Chomsky (1965) la estructura lingiística es una “realidad
mental” en gran parte inaccesible a la observación directa. De ahí
que una gramática adecuada debe estar en armonía con la “intuición”
del hablante nativo. Pero Chomsky, lo mismo que Bloomfield, funda-
menta sus análisis en pruebas estructurales: en datos lingúísticos
observables. Así (Chomsky 1957):
The picture was painted by a new technique.
y The picture was painted by a real artist.
son estructuras diferentes, pues la segunda se corresponde con a real
artist painted the picture, mientras que la primera no se corresponde
con a new technique painted the picture. En realidad, parece cierto
que “los resultados de la ciencia no dependen de [la consideración de]
ia naturaleza “mental” de la experiencia”.

* Lo que sigue, citado por Hockett (1968), p. 42.

120
6.1.33. Formalización.

Carnap (1939), al estudiar los fundamentos lógicos de la ciencia,


define la noción de formalización como la “construcción de un cálculo
suplementado por una interpretación”. El cálculo es un sistema for-
mal (o sistema sintáctico, o sistema deductivo) que consiste en un
conjunto de reglas formales (sin referencia a designata: aquello a que
el signo se refiere) que especifican propiedades y relaciones de oracio-
nes para permitir una deducción formal. Un procedimiento para su
construcción se vale de oraciones primitivas (postulados o axiomas)
más reglas de inferencia. Los signos nuevos se introducen con reglas
llamadas definiciones.
Para Bloomfield (1939) la AOS verbal” de un acto
de ciencia puede consistir en “el discurso científico formal”, que utiliza
“un vocabulario y sintaxis rígidamente limitados y se mueve de ora-
ción en oración sólo dentro del alcance de reglas convencionales”. Este
discurso “produce un cálculo, hecho para su propio interés o como un
modelo, o con vistas a uso eventual; acerca del mundo exterior no dice
nada”. Es correcto en cuanto se ajusta a las convenciones adoptadas
(Bloomfield adopta otro tipo de discurso científico: el de postulados).
Chomsky intenta construir una teoría “general formalizada” (1957)
que permita descubrir la inadecuación de ciertas conclusiones o pro-
veer “automáticamente” otras nuevas y “correctas”.

6.1.34. Reglas sintácticas.

En su teoría de los signos Morris (1938) considera la sintaxis lógica


como una dimensión de la semiosis: aquella que estudia las relaciones
entre signos (cf. aquí 5.3.12). De modo que la sintaxis de un lenguaje
(Lsyn) es “cualquier conjunto de entidades relacionadas de acuerdo
con dos clases de reglas”: a) de formación (que permiten determinadas
combinaciones de elementos del conjunto; las combinaciones son ora-
ciones) y b) de transformación (que permiten derivar ciertas oracio-
nes de otras). Estas reglas son reglas sintácticas (formales) y no tienen
en cuenta otras propiedades de los signos que las puramente relacio-
nales (las determinadas por las reglas sintácticas).
Para Chomsky (1957) “la noción central de la teoría lingúística
es la de nivel lingiiístico””, que consiste en “mecanismos descriptivos”
para la construcción de gramáticas y constituye un “método para re-
presentar emisiones”. La teoría permite dar una forma a la gramática,
que tendrá un nivel de estructura de frase ( = reglas de formación), un
nivel transformacional (= reglas de transformación), etcétera. Los
niveles son, pues, lógicos. La teoría hace posible desarrollar un “mé-

121
todo mecánico” para la elección de gramáticas adecuadas: compatibles
con los datos. Así una objeción a la gramática descriptiva es que no
provee un método mecánico de descubrimiento de gramáticas (pero
cf. Garvin 1967).
a
*N

6.1.35. Lenguaje de la física.

Carnap indica como característico del lenguaje físico que cada


término es reductible al del lenguaje de cosas y a predicados de cosas
observables. Así “extensión” es un “coeficiente cuantitativo” en lugar de
términos cualitativos como “corto”, o largo”, etc. que describen los
estados temporarios o permanentes de las cosas o procesos observables.
Bloomfield (1939) afirma que la ciencia empleará (por ejemplo,
en el sistema deductivo de postulados) sólo términos que derivan por
definición de aquellos relativos a sucesos físicos (como “fonema” en
relación con rasgos fónicos). Cf. Bloomfield (1926).
Según Chomsky (1957) las nociones de una teoría general tales
como “oración en la lengua L”, o “fonema en L”, etc., deben definirse
“en términos de propiedades físicas y distribucionales de emisiones de
L y propiedades formales de gramáticas de L”.

6.1.4. Desarrollo y perspectiva.

Hasta el momento existen tres formulaciones de la gramática gene-


rativa transformacional, que llamaremos 1, 1 y IM; ninguna de ellas
se ha aplicado a la descripción completa de una lengua.
Varios problemas de relación sintáctica con el campo semántico
recientemente examinados (Chomsky 1965) muestran la resistencia de
ciertos hechos a ser sistematizados de acuerdo con la teoría. Queda el
interrogante de si esas limitaciones pueden ser superadas en posterio-
res investigaciones.

6.2. El concepto de gramática según Chomsky.

Chomsky (1957) define un lenguaje como “un conjunto (finito o


infinito) de oraciones finitas en extensión, construidas con un conjunto
finito de elementos”. La definición abarca tanto lenguajes naturales
(= lenguas: español, inglés, etc.), como artificiales (por ejemplo,
matemáticos).!

1 En adelante, en nuestra exposición usaremos “lengua” para referirnos a


lenguajes naturales.

122
Para Chomsky una gramática es una mecanismo para generar
(= producir) las oraciones de una lengua, y la sintaxis, el conjunto de
“principios y procesos” para la construcción de oraciones.2 Por “meca-
nismo” se entiende un recurso lógico como lo es un conjunto de reglas
que proveen una especificación total de lás cadenas a las que se re-
fieren; esta capacidad del mecanismo es generativa. Si el “mecanismo”
o algoritmo se interpreta en el sentido de “programa para computado-
ra” o de “máquina automática”, puede decirse que produce las cade-
nas de salida (cf. Garvin 1963 c).
Los mecanismos de una gramática deben ser presentados abstrac-
tamente en una teoría de la estructura lingúística, es decir, en una teo-
ría general formalizada.
Se establece la condición de que la gramática debe generar sólo
las oraciones gramaticales de una lengua; para ello debe ser empíri-
camente adecuada, en el sentido de que la verificación muestre, por
ejemplo, qué oraciones son aceptadas por hablantes nativos y cuáles
no lo son (el perro ladra es gramatical en español; * el ladra perro no
lo es). En otras palabras, debe ser exteriormente adecuada, verifi-
cable en relación con un corpus observable. Por otra parte, el
conjunto de las oraciones gramaticales no es únicamente el que in-
tegra el corpus en que el lingiiista se basa, sino que va más allá de
él, pues la gramática genera Oraciones nuevas que no estaban en el
corpus. La gramática está relacionada con el corpus de un modo “fijado
de antemano” por la teoría; de manera que la noción de “gramaticali-
dad” será una noción general para cualquier gramática construida de
acuerdo con la teoría e independiente de cada lengua particular. Ge-
neralidad es una condición interna de las gramáticas, en relación con
la teoría de la que se siguen; adecuación es una condición externa, que
tiene que ver con su conformidad con los datos empíricos (cf. aquí
6.8.11).

6.3. Teoría lingiística.

Una teoría lingúística puede tener como finalidad suministrar un


procedimiento de descubrimiento de gramáticas: un método para des-
cubrir gramáticas a partir de un corpus dado; es decir, un método “prác-
tico y mecánico” que establezca cómo se construye una gramática. Cree
Chomsky (1957) que este fin es excesivo y conduciría sólo a resultados
“sin interés”, pues llegaría a complejos procedimientos analíticos sin

2 “Oración” no se define en Syntactic structures.


3 Ambas condiciones (generalidad y adecuación) parecen coincidir, como
señala Chomsky, con las nociones de “arbitrario” y “apropiado” de Hijelmslev.
- . «e . a 29 «tl . » .

123
A, eA E

explicar ciertos interrogantes sobre la “naturaleza de la estructura


lingúística”.
Una teoría puede tener otro fin de menor alcance: suministrar un
procedimiento de decisión, un método también “práctico y mecánico”
que permita establecer si dado un corpus y una gramática, ésta es la
“correcta” para ese corpus sin tener en cuenta cómo ha sido construida.
Chomsky se decide por un objetivo aun menos ambicioso —dice—:
una teoría lingúística deberá proveer un procedimiento de evaluación
de gramáticas. Dado un corpus y varias gramáticas posibles, la teoría
permitirá seleccionar la mejor entre ellas.*
Encontrar un procedimiento de descubrimiento parece haber sido
el fin de la lingúística norteamericana, pero en realidad, según Choms-
ky, el descriptivismo sólo ha llegado a resultados de menor alcance:
a procedimientos de evaluación. Chomsky no puede negar “la utilidad
de procedimientos de descubrimiento, aun parcialmente adecuados”;
pero la teoría que le interesa no es de este tipo, ni puede esperarse de
ella que alcance esa meta. La falta de interés de Chomsky en los
procedimientos de descubrimiento parece provenir de la dificultad de
su formalización rigurosa, exhaustiva y simple: de que el procedi-
miento sea mecánico; admite cualquier procedimiento para llegar a la
gramática, sin necesidad de que sea objetivo (intuición, adivinanza,
etc.); en cambio el método de evaluación de una gramática una vez
construida, deberá ser objetivo: la medida de la objetividad es la teoría.
Para seleccionar una gramática hay que tener en cuenta —además
de los requerimientos de adecuación y generalidad— sus propiedades
formales, que pueden abarcarse en el término simplicidad. Este término
dista de ser claramente definido por Chomsky en ningún texto, pero
dice que la simplicidad es una “medida sistemática” que depende de la
totalidad del sistema al que se aplica y parece consistir en el (menor)
número de reglas y de símbolos con que la gramática se desenvuelve;
en Otras palabras, la simplicidad se refiere al lenguaje en el que se
formula la gramática: al metalenguaje de una lengua L. En este as-
pecto, la relación entre una lengua L, una gramática G de L y una
teoría T de la que se sigue G, es la siguiente:

— metateo- __ metameta-
A ría de ">? L T= lenguaje de >L
A SS A
teoría teoría metalen- metalen-
de de guaje de guaje de
E x /

4 Es un criterio relativo: “la mejor gramática” entre dos o más propuestas;


“la preferible”.

124
La noción de simplicidad tiene otra dimensión para Chomsky: es
“el requerimiento básico que cualquier concepción de la estructura
lingúística (es decir, cualquier modelo para la forma de las gramáticas)
debe satisfacer”. Con esta afirmación encontramos una equivalencia
entre la forma de la gramática y la naturaleza de la estructura lin-
gúística.*

6.4. Gramática de estructura de frase.

Chomsky examina tipos de teorías ( = modelos de estructura lin-


gúística) capaces de producir las oraciones gramaticales de una lengua,
con el fin de determinar qué teoría es más explicativa, general y ade-
cuada. Rechaza las teorías de estados finitos —como el proceso Markov
de comunicación— porque una lengua natural no es de estado finito y
se caracteriza por su recursividad (repetición e inclusión sucesiva de
estructuras). Trata luego el modelo descriptivo de CI (cf. aquí 5.4),*”
llamado también de estructura constituyente o estructura de frase, y lo
formaliza del siguiente modo (como modelo IP; cf. 5.1.5):

elo) (i) Oración > FN + FV*


(ii) FN>T+N
(iii) FV > Verbo + FN
(iv) T > el
(v) N > libro, grabado, etc.
(vi) Verbo > muestra, oculta, reproduce, etc.

(1) es una gramática F que parte de una cadena inicial E (= oración);


cada línea es una regla (i, ii, etc.,), del tipo A—>B, que se interpreta
“retranscribir A como B”. Cada retranscripción es una derivación; en
(2) la última es una derivación o cadena terminal, porque ya no pue-
den aplicarse más reglas de (1):

* Cf: “Estamos interesados en describir la forma de gramáticas (equiva-


lentamente, la naturaleza de la estructura lingúística)” (Chomsky 1957).
** La caracterización chomskiana de este modelo es una interpretación a
menudo distorsionada por mala interpretación, supresiones y agregados —luego
irreconocible en trabajos de ningún lingiiista en particular—. Cf. Postal 1964,
5 FN= frase nominal; FV = frase verbal, etcétera. La enumeración en la
regla (v) indica que debe elegirse un solo elemento de los enumerados por vez;
otro modo de indicar la alternativa es colocar los ítem en columna, entre llaves.

125
(2) Oración
FN + FV (1)0
TN q EV (ii)
T+N4+ Verbo Sp FN (iii)
el N + Verbo Ax FN (iv)
el + libro + Verbo + FN (v)
el + libro + muestra + FN (vi)
el + libro + muestra + T + N (ii)
el + libro + muestra + el + N (iv)
el + libro + muestra + el + grabado (v)

La derivación de (2) puede representarse como un diagrama o


árbol (que no indica el orden de aplicación de las reglas):

Oración
(3) ..

4d ]
FN FV
EA 6 NS
db: N A FN

| D N
el libro muestra el grabado
El diagrama permite asignar una secuencia a un «constituyente de
determinado tipo retrocediendo hasta un nudo rotulado; por ejemplo,
el libro es una FN, pero libro muestra no es constituyente porque no
se origina en un nudo común. Las relaciones gramaticales pueden defi-
nirse formalmente en términos del diagrama (por ejemplo, FN en
relación con FV y ambas con Oración; etcétera).
El conjunto de cadenas terminales de una gramática [X,F] es
una lengua terminal.
La estructura de frase (PS) constituye un nivel de representación
de las oraciones gramaticales de una lengua; en él cada oración és re-
presentada por un conjunto de cadenas (por ejemplo, en (2), por
nueve cadenas entre las que no puede establecerse ninguna distinción
jerárquica) que se corresponden con diagramas como (3).
Una derivación (como 2) y un árbol (como 3) son descripciones
estructurales de una oración.

6 Este número indica que las reglas de (1) se aplican en el orden seguido
por la gramática.

126
6.4.1. Contexto libre y contexto restricto.

Una gramática F en el nivel de PS como (1) es de contexto libre.


Pero para poder producir oraciones como el libro muestra los grabados
o los libros muestran los grabados, es necesafio establecer reglas (de
restricciones) contextuales. La gramática puede formularse así (algo
simplificada):
(4) (i) Oración —> FN + FV
(ii) FN=>T+YN

A Ae
Npl
: Verbo sg + FN en / Nsg —)] ?
(im FV> e pl + FN |
, el en / — Ns
(y, T=> |ES 4

(vi) Nsg —> grabado, libro, etc.


(vii) Npl > grabados, libros, etc.
(viii) Verbo sg —> muestra, etc.
(ix) Verbo pl > muestran, etc.

El orden en que las reglas aparecen impide derivar oraciones no


gramaticales, como por ejemplo * el libro muestran el grabados.

6.4.2. Reglas morfofonémicas.


Las gramáticas (1) y (4) permiten derivar cadenas de palabras
(o de morfemas). Para completarlas hay que establecer un nivel mor-
fofonémico que interprete la estructura fonémica de las cadenas. Por
ejemplo, la siguiente gramática para el español (distinguimos s de z):

(5) (i) Nombre — N (pl)?


(ii) N => casa, árbol, lápiz, lunes
debe tener un conjunto de reglas morfofonémicas:

7 La llave indica la elección alternativa en las reglas iii a v. En iv debe


interpretarse: Verbo sg + FN en el contexto N sg=; es decir, se retranscribe:
N sg + Verbo sg + FN. La alternativa Verbo pl + FN se aplica en los demás
casos. Las reglas (iv) y (vw) son contextuales.
% Los ( ) indican elementos opcionales.

127
(iii) casa > /kása/
(iv) árbol => /árbol/
(v) lápiz—= /lápi0/
(vi) lunes > Aúnes/
(vi) /...a/% + pl. > /...a/ + /s/
(viii) /...Vs/ + pl > /...Vs/ + /0/
(ix) pl > /es/

Ejemplos de gramáticas seleccionadas:


(5a) (el sustantivo en singular):
Nombre > N : (i)
N => casa (ii)
casa —> /kása/ (iii)
(5b) (el sustantivo en plural):
Nombre > N + pl Ca (i)
N > casa. (ii)
casa —> /kása/ (iii)
/kása/ + pl —> /kása/ + /s/ (vii)

xa

6.4.3. Limitaciones de la gramática de estructura de frase.

Según Chomsky, la utilidad de una gramática de PS es limitada,


pues su forma no permite retranscribir más que un solo símbolo por
vez a partir de la cadena inmediatamente anterior —como en (2)-—
y hay casos en que es necesario conocer la “historia de la derivación”,
es decir: más de lo que la cadena anterior puede informar. Así, no
puede dar cuenta de ciertas construcciones, por lo menos sin perder
en gran medida la simplicidad; por ejemplo, la eoncordancia, para
la que habría que multiplicar el número de reglas contextuales, o la
coordinación * (construcciones de constituyentes múltiples), o la re-
lación entre la voz activa y la pasiva, etc. (cf. Postal 1964).

8 Podría generalizarse: vocal inacentuada / ...V/. En la regla siguiente


debe leerse: vocal inacentuada seguida de s.
* Sin embargo, “cierto esquema de regla, quizá universal, se requiere para
manejar la coordinación; las reglas tramsformacionales, concebidas como en la
actualidad, no son adecuadas para captar las generalizaciones apropiadas”. (R. W.
Langacker, reseña de Koutsoudas, en Lg 44, pp. 103-4 (1968).

128
6.5. Gramática transformacional !.

Para superar tales limitaciones, Chomsky (1957) propone que


una gramática tenga una estructura tripartita:
1) un nivel de estructura de frase
2) un nivel morfofonémico
3) un nivel de estructura transformacional.?
Las reglas de transformaciones se aplican a cadenas terminales
de PS, que luego son interpretadas por reglas morfofonémicas; pero
también pueden aplicarse transformaciones en el nivel morfofonémico.
Las reglas de 1) y 2) son elementales, pues se aplican a cadenas sim-
plemente; las de 3) requieren que se conozca la historia derivacional
de la cadena o de sus símbolos; se aplican a un “marcador de frase”,
es decir, al conjunto de secuencias de una derivación (que corres-
ponden a un diagrama).
Una gramática semejante a (4) podría generar los chicos leyeron,
pero no leyeron los chicos. Para derivar esta oración no puede apli-
carse una regla de retranscripción como
FN + FV>FV
+ EN
porque se interpreta, de acuerdo con la forma de la regla, que FV
deriva de FN y que FN deriva de FV, que es falso. En cambio,
como regla de transformación Tr, una instrucción semejante
ICENSE
FEV ==> EV E EN
produce un nuevo marcador de frase. CGráficamente:
a) por la regla de PS se obtendría:

Oración
cd ES
FÑ FV
| IN
FV EN

b) por la regla de Tr se obtiene:

Oración Oración
E NS
FÑ FV > FV EN
9 Aunque Chomsky afirma que la sintaxis es totalmente independiente de
la semántica, cree que una teoría general podrá incluir las relaciones entre ambas.

129
Las relaciones entre las categorizaciones indicadas por los mar-
cadores de frase definen las funciones gramaticales; por ejemplo (ora-
ción; FN, FV) indica la relación sujeto-predicado; (FV; Verbo, EN),
la relación verbo-objeto; etc. (Chomsky 1964).
Las cadenas terminales del nivel 1) de la gramática son oraciones
básicas (kernel).1

6.5.1. Tipos de transformaciones.

Las transformaciones pueden ser obligatorias u optativas. Las pri-


meras se aplican a cadenas no gramaticales. Las optativas, a cadenas
gramaticales.
Supongamos que queremos formular una gramática simple del si-
guiente corpus (conjugación de la lengua inventada R):
tagit (come)
tagil (comía)
tagik (comerá)
abit tagur (ha comido)
abil tagur (había comido)
abik tagur (habrá comido)
likit (canta)
likil (cantaba)
likik (cantará)
abit likur (ha cantado)
abil likur (había cantado)
abik likur (habrá cantado)
Proponemos la siguiente gramática [X,F]:
(6) (i) Frase —> X + Y
(ii) X => tag, lik
(iii) Y > W (Z + ab)!
(iv) W > it, il, ik
(v) Z > ur

10 Según Chomsky (1957), las oraciones “simples, declarativas, activas, con


frases verbales o nominales no complejas”. Parecería no haber oraciones básicas
sin ninguna transformación (cf. Katz y Postal). Posteriormente el concepto varía,
pues su elección depende de las condiciones generales de la gramática (de la
simplicidad). Por ejemplo, los adjetivos no pertenecen en la primera versión a las
oraciones básicas (la casa blanca es grande deriva de dos oraciones básicas: la
casa es grande y la casa es blanca); más tarde derivan sin transformación de la
estructura de frase (Chomsky 1965). En la última versión de la gramática la uti-
lización del concepto de oración básica parece abandonarse. Para una crítica aguda
véase Winter.
11. Los ( ) encierran elementos optativos.

130
IRA e | Re

Con esta gremática de PS queremos generar a) tagit, y b) abik


tagur:

a) X YY p (i)
tag + Y (ii)
tag + W (iii)
tag + it (iv) ;
L) (Xul Y (i)
tag + Y (ii) 3
tag 4 W + 2Z + ab (iii)
tag + ik + Z + ab (iv)
tag + ik + ur + ab (v)
La cadena terminal de a) es gramatical; pero la de b) no lo es.
Como sería difícil imaginar una gramática simple que produjera en
los dos casos oraciones gramaticales, construimos una gramática sim-
ple de PS más una transformación de orden. Aplicamos pues una
transformación obligatoria a b) para obtener el orden correcto:
Tr obl.:
Anál. estructural: X + W + Z + ab
Cambio estructural:
A
Ay =Az — Ay — As = > Ay— A — A, — A;

La transformación produce abik tagur.


En el caso siguiente la gramaticalidad depende de una Tr obl. en |
las reglas morfofonémicas:
Corpus: sustantivos en R.
rak (casa) ra (casas)
nadul (árbol) nadu (árboles)
kidan (hombre) kida (hombres)
nag (niño) na (niños)
dinok (hormiga) dino (hormigas)

(7) —(i) sust —> base (pl)


(ii) p=>o0o
(iii) base —> rak, nadul, etc.

Las cadenas terminales que se obtienen para el plural no son gra-


maticales; pero introducimos una Tr morfofonémica por la cual se
>limina la consonante final del singular ante pl (V = vocal; C = con-
sonante; X = lo que no es pertinente para la regla):

131
Tr obl. X-V-C-0= >X-V
Una transformación optativa se aplica cuando la parte izquierda
de la fórmula es gramatical. Por ejemplo, el chico compró el libro
—de (4)— es una oración gramatical; la pasiva correspondiente se ob-
tiene por Tr opt.: eS

(8) Anál. estr.: FN + Raíz Verbal + Pretérito + FN


Cambio €str.: Ay — Az = Az — Ay = > Ay— ser — As
— Az — ado — por — Ay

(es decir: FN + ser + Pretérito + Raíz Verbal + ado + por + EN.


Luego, ser + Pretérito es interpretado por reglas morfofonémicas para
obtener fue).
La transformación optativa implica una relación formal fija y
constante entre dos estructuras gramaticales (por ejemplo, activa-pa-
siva).
Las operaciones que cumplen las transformaciones son diversas:
en (8) se combina permutación (A + B = B + A) con adición (A
= A + B); en (7) la operación es supresión (A 4 B=A;A + B =
nada 12); etcétera.

6.5.11. Dominio de la transformación.

Las transformaciones pueden operar en una cadena (son singu-


lares) o en un conjunto de cadenas (generalizadas), asignándoles una
nueva estructura derivada. Los ejemplos de transformaciones en (6),
(7) y (8) son 'singulares. De las oraciones
(9) Juan canta.
Pedro lee.
se obtiene
Juan canta y Pedro lee.

Esta es una transformación de base doble (generalizada).

6.6. Gramáticas generativas.

Una gramática capaz de generar las oraciones gramaticales de una


lengua y asignar a cada una de ellas una descripción estructural (o
varias) es una gramática generativa. La gramática generativa se dis-

12 Desaparecen A y B.
ln

tingue de las gramáticas que únicamente presentan los inventarios de


elementos que entran en las descripciones estructurales y sus variantes
contextuales. Una gramática generativa puede ser taxonómica o trans-
formacional; el primer “tipo se relaciona con la lingiística estructural
moderna * (“Saussure, Hjelmslev, Harris”, etc.); el segundo, con la
gramática tradicional (por ejemplo la de Port Royal), de la que sería
una formalización (cf. Chomsky 1964 y 1966).
El modelo taxonómico formalizado tiene un componente sintáctico
y un componente fonológico. El componente sintáctico consiste en un
conjunto no ordenado de reglas por las cuales se asignan los miembros
de categorías de formativos. La descripción estructural clasifica las
“secuencias de formativos indicando la categoría de cada constituyente.
El componente fonológico consiste en un conjunto no ordenado de
reglas morfofonémicas que establecen la constitución fonémica de los
formativos (en sus contextos), y en otro conjunto no ordenado de
reglas que establecen la constitución fonética de dichos fonemas en
sus contextos.

6.7. Gramática transformacional ll.

El modelo transformacional modificado que propone Chomsky


(1964) consta de un componente sintáctico y dos componentes inter-
pretativos: fonológico y semántico. Parte del componente sintáctico, la
estructura de frase, es el modelo taxonómico formalizado (con reglas
ordenadas):
a) estructura de frase o estructura constitu-
componente yente, como en (1), (4), etcétera.
Anueico b) subcomponente transformacional.
a) reglas de retranscripción.
n
EMIR e b) reglas transformacionales.
fonológico UNE
c) reglas de retranscripción.

El mecanismo de esta gramática relaciona una representación fo-


nética con una interpretación semántica por medio de un “sistema de
estructuras abstractas generadas por el componente sintáctico”.
El componente sintáctico ofrece la estructura profunda —que el
componente semántico debe interpretar— y la estructura superficial
—representable fonéticamente—. Una gramática taxonómica es incapaz

* Lo mismo que la caracterización de “estructura de frase” o de la. “lin-


gúística moderna” (Chomsky 1966) el modelo taxonómico que discute es creación
propia (Chomsky 1964) y no corresponde a trabajos de ningún lingilista particular.

133
de mostrar la diferencia entre la estructura profunda y la superficial
en caso de que no coincidan. La casa de Juan tiene una sola inter-
pretación semántica: su estructura superficial coincide con la profunda.
Pero para la secuencia “el asno de Sancho” (marcador de frase deri-
vado) la gramática generativa transformacional muestra dos posibles
estructuras profundas (marcadores de frase subyacentes), ya que de-
riva transformacionalmente de dos estructuras subyacentes (es un caso
de homonimia construccional; cf. Wells aquí en 5.4.4.):

(10) Sancho es un asno


> el asno de Sancho
Sancho tiene un asno

La relación de la derivación con sus secuencias subyacentes se


muestra mediante un marcador de transformación. El asno de Sancho
tiene dos interpretaciones semánticas de acuerdo con cada una de las
estructuras profundas, pero una única interpretación fonética. En estos
casos de homonimia la gramática taxonómica no es suficientemente
reveladora de la estructura profunda (cf. Hockett 1958, $ 29).

6.7.1. Adecuación de la gramática.

Una gramática asociada con una teoría lingiística puede alcanzar


tres grados de adecuación que justifiquen la gramática externa (1-11)
o internamente (III): A
I) adecuación observacional (“correcta” presentación de datos
observados);
II) adecuación descriptiva (si da cuenta “correcta” de la intui-
ción del hablante nativo por medio de “generalizaciones
significativas” acerca de “las regularidades subyacentes en
la lengua”);
III) alcanza adecuación explicativa si es seleccionada por una
teoría que proporciona bases generales independientes de
cualquier lengua particular para seleccionar una gramática
descriptivamente adecuada de una lengua. Ya que la teoría
es “una hipótesis explicativa acerca de la forma del lenguaje
como tal” (Chomsky 1965),13 la gramática seleccionada es

13 Usa “teoría del lenguaje” en dos sentidos: a) “predisposición innata del


niño para aprender una lengua” y b) la versión: que el lingiista da de ella
(Chomsky 1965). El primero se opone a la caracterización del concepto de apren-

134
una explicación de la intuición del hablante nativo (= de su
competencia lingúística) de acuerdo con una hipótesis (teo-
ría) sobre la adquisición de la lengua.
Dentro de los términos de la teoría chomskiana el estructuralismo
norteamericano, por ejemplo, llega al nivel de la adecuación observa-
cional y se considera que la gramática tradicional y ciertos enfoques
de Sapir alcanzan el nivel de la adecuación descriptiva.

6.7.2. Adecuación explicativa de la teoría.

Para que una teoría del lenguaje pueda alcanzar adecuación expli-
cativa requiere (Chomsky 1965):

1)- “una teoría fonética universal que defina la noción “oración


posible”;
2) una definición de “descripción estructural”;
3) una definición de “gramática generativa”;
4) un método para determinar la descripción estructural de una
oración, dada una gramática; : :
5) un modo de evaluar gramáticas alternativas”.

Una gramática que reúna las condiciones 1-4 alcanza adecuación


descriptiva. :
La condición 5 pertenece a una teoría del lenguaje y proporciona
medios de evaluación de gramáticas construidas de acuerdo con esa
teoría. Hasta el momento las medidas de evaluación propuestas son:
a) la cantidad de rasgos especificados (por ejemplo: el sistema de los
rasgos fónicos distintivos propuestos por Jakobson y Halle como uni-
versales, ya que cada gramática selecciona entre ellos los relevantes
de acuerdo con los datos empíricos de una lengua particular); y b) las:
notaciones abreviadas (es decir, reducción de toda redundancia, y por
lo tanto del número de reglas); por ejemplo, la regla

Y > V (Mo) (Tp) (Lu)


dizaje de lengua (que Chomsky 1966 considera propio de la lingúística estructu-
ral) como “conjunto de hábitos” adquiridos por repetición, analogía, reforzamiento,
abstracción, generalización, etcétera. Afirma que tal concepción es a priori y
“no se basa en la observación”.
14 Una teoría descriptiva como 1-4 permite distinguir capacidad generativa
fuerte o débil. La capacidad generativa es débil si produce un conjunto de ora-
ciones (como la gramática de estructura de frase); es fuerte si genera también un
conjunto de descripciones estructurales,

135
(que completa generaría una oración como cantó bien anoche aquí),
abrevia ocho reglas:
e y V
V + Mo

V + Tp
V + Lu
V+
Mo + Tp

V + Mo + Lu

V + Tp + Lu
os
mms
e “iJJy
IIIV + Mo + Tp + Lu

Como la simplicidad es una medida sistemática, la descripción


adecuada de cada subsistema debe evaluarse en términos del sistema
total. En este sentido la elección de convenciones para la formalización
no es enteramente arbitraria, pues está condicionada por la totalidad.
En el estado actual de la teoría transformacional no existe ninguna
gramática completa para ninguna lengua: sólo se han formulado gra-
máticas de subsistemas. Está claro para Chomsky (1965) que “nin-
guna teoría del lenguaje actualmente puede esperar alcanzar adecua-
ción explicativa más allá de dominios muy limitados”, ya que las
aserciones y generalizaciones de la teoría son abstracciones a partir de
gramáticas descriptivamente adecuadas. Una vez que se incorporan a
la teoría, las aserciones y generalizaciones relativas a una gramática
particular se siguen de allí, pues aquéllas constituyen un sistema de
universales lingúísticos, que son sustantivos o formales. Universales
sustantivos son ciertas entidades postuladas por la teoría que se reco-
nocen en cada gramática, como las categorías sintácticas (sustantivo,
verbo, etc.); los universales formales se refieren a condiciones formales
de las gramáticas que sean propiedades formales de las lenguas hu-
manas (por ejemplo, que tengan tres componentes: sintáctico, semán-
tico y fonológico; que un subcomponente sea transformacional, etc.).*

15 La mayor parte, sobre el inglés (por ejemplo, en Chomsky 1957, con


sucesivas revisiones; Lees, etc.); sobre otras lenguas: mohawk (Postal), alemán
(Bach), etcétera.
; Un caso —quizás extremo por la impresión de fanático dogmatismo que
causan los escritos de Postal— de aplicación del concepto de “explicación” es el
siguiente. Parece razonable explicar —como hace Martinet (1960)— la distribu-
ción de los alótonos de /d/ en español por el entorno fonético (oclusivo después
de nasal, también articulación oclusiva; fricativo entre vocales, articulaciones
abiertas); sin embargo, como esta distribución no ocurre en otras lenguas, Postal

136
Pretende Chomsky (1961) que ciertos aspectos de la “forma del
lenguaje” son representados por la teoría lingiiística, pues ésta es
universal, independiente de cada lengua, y explica la habilidad humana
para aprender la primera lengua, cualquiera sea. En otras palabras,
la teoría explica la competencia (intuición), consciente o no, del ha-
blante nativo (en realidad, el conocimiento de la lengua de un hablante-
oyente ideal en una comunidad lingiiística homogénea). La compe-
tencia es la realidad mental que respalda la ejecución (el uso que el
hablante hace de su lengua) .16
La gramática generativa transformacional es mentalista, pues pre-
tende describir procesos mentales que configuran la competencia del
hablante; sus reglas no expresan el modo práctico o real de construir
una derivación concreta; sólo le asignan una descripción estructural
(como la representada por un árbol rotulado -—-cf. ejemplo (3)—). La
descripción del modo práctico pertenecería a una teoría de la ejecución.
Sostiene Chomsky que sólo idealmente puede decirse que la eje-
cución refleja la competencia del hablante, pero en los hechos no
es así (pues el habla real presenta falsos comienzos, repeticiones,
interrupciones, violación de reglas, etcétera). De modo que la teoría
lingiística tiene por objeto la realidad mental, que no es directamente
observable. Los datos de la ejecución “no pueden constituir el objeto
real de la lingúística” y la competencia “ni se presenta a la observación
directa ni es extractable de los datos por procedimientos inductivos”
especialmente porque no existen técnicas de formalización de estos
procedimientos. Por ello se sostiene la prioridad de la evidencia intros-
pectiva (intuición del informante o del lingúista).*

(1966) cree que tal explicación de Martinet es “vacía” e “irresponsable” ya que


elimina “los aspectos universales”, y que la distribución fricativa/oclusiva “no
tiene... explicación simplemente porque no existe un proceso universal tal y la
situación en español es arbitraria”.
16 Competencia y ejecución se relacionan con la distinción saussureana
lengua/habla; pero para Chomsky (1964) la lengua (la competencia) no está en
los cerebros de todos los individuos, sino en el de uno, ideal; la competencia Se
entiende más bien como la concepción de Humboldt de “procesos generativos”.
Además, supone que la lengua debe interpretarse en Saussure como “un inven-
tario sistemático de unidades” (Chomsky 1965)
* Cf. E. Nida, Morphology,2 Ann Arbor, 1949, $ 2.25: “intuiciones” en que
hablantes dei inglés relacionan sextette y sex; mysticism y mist; robust y bust;
etc., que llevarían al lingiiista a conclusiones erradas. Puede ocurrir también que
la prioridad de la intuición contradiga datos accesibles pero no tenidos en cuenta;
tal el caso de la derivación de los adjetivos (Chomsky 1957; generalización según
ejemplos como the white boy derivado de the boy is white) sobre la que Winter
abunda en contraejemplos (no se da la correspondencia en the poor guy: 0; the
civil rights: 0; o bien en 0: the boy is ill).

137
6.8. Gramática transformacional !l!.

Según Chomsky (1965) el modelo de la gramática debe contener:

componente
semántico

componente sintáctico

reglas de ramificación : estructuras


* 4 subcomponente categorial
2 profundas
subcomponente léxico

estructuras
|componente transformacional superficiales

componente
fonológico

La nueva organización del componente sintáctico se debe a la


necesidad de dar cuenta de modo general de ciertos rasgos selecciona-
les. Al comparar oraciones como:
(11) (1) La verdad convence a la chica
(ii) La chica convence a la verdad
es posible considerar la primera como gramatical (normalmente acep-
table por el hablante nativo, según Chomsky 1957), mientras la segunda
no lo es del mismo modo. El problema surge porque el verbo parece
requerir cierta clase de sustantivo para el objeto directo.

6.8.1. Subcategorías.

En una gramática de estructura de frase como (1), (3), (4), (5),


el vocabulario de símbolos comprende símbolos categoriales (FV, EN,
N, etc.) y formativos, que pueden ser de dos clases: léxicos (chico,
libro, etc.) y gramaticales (plural, singular, presente, etcétera). Los
simbolos categoriales y los formativos gramaticales pertenecen a un
vocabulario universal; los formativos léxicos son representados por ras-
gos fonológicos distintivos, pertenecientes también a un sistema uni-
versal, como el propuesto por Jakobson.
Para resolver un problema como el de (11) estas especificaciones
no bastan. «Pero vemos que los sustantivos pueden analizarse en rasgos
distintivos (= subcategorías sintácticas); en otras palabras, se carac-

138
pdas e di: E AS

terizan —como en general, el léxico— por ser haces de rasgos distintivos


según los cuales entran en relaciones de selección sintáctica. Sustan-
tivos Y como chica, verdad, Juana, maestra, casa, perra, Mora, Londres
(cualquiera puede ser sujeto en 11i) pueden especificarse positiva-
mente (+) o negativamente (—) con respecto a determinadas subca-
tegorías (tienen un rasgo o no lo tienen).
Un sustantivo es un símbolo complejo (SC): reúne ciertos rasgos
o subcategorías; así Mora (nombre canino) se especifica [ — común,
+ animado, — humano ].

(12)
común

concreto” . animado
A +/ X-
animado verdad humano Londres
+/NX- +/ X—
humano casa Juana Mora
+/ NW
chica
perra

Los verbos a su vez pertenecen a subclases caracterizadas, por


ejemplo, por sus posibilidades de combinación con ciertos sujetos y/o
con ciertos objetos (u otras categorías del predicado).
Convence admite ciertos contextos:

(13)
S — Obj
V SC / | y
]

Por el primer contexto se generaría La verdad convence a. la chica.


y por el segundo, La verdad. convence.
El sujeto y el objeto, a su turno, deben ser sustantivos que reúnan
ciertos rasgos o subcategorías que constituyen símbolos complejos (SC).
Todas estas informaciones se incorporan a la base del componente
sintáctico, asignando además a cada símbolo complejo una matriz de
rasgos distintivos fonológicos.'$ La gramática que generaría (11i)
pero no (1lii), sería, pues, la siguiente:

17 Todo este ejemplo es aproximativo, de modo que no se toman en cuenta


sino algunos rasgos entre los que podrían ser pertinentes.
18 Chomsky adopta el sistema de rasgos distintivos de Jakobson en lugar
de transcripción fonémica (Jakobson y Halle, 1956).

139
(14)
(i) Or => FN-FV*
(ii) FV > V-(a-FN)
(iii) V => SC reglas de
(iv) FN > Det-N ramificación

(v) N > (SC)

reglas de subcategorización:
(vi) [ + Det— ] > [ + común ]
(vii) + Det > la

(viii) [+ N, + — ] > [+ común ]


(ix) [ + común ] > [ = concreto ]
(x) [ + concreto ]> [ + animado ]
(xi) [ + animado ] > [ + humano ]
etc., como en (12)

léxico (símbolos complejos):


verdad, [ + N, + común, — concreto]
chica [ + N, + común, + concreto,
+ animado, + humano] >

[+ N, + común] —
convence [ + V]/ a [ + N, + humano]
[+ N, += común]—

Esta última regla puede generar La verdad convence a la chica,


La chica convence a la amiga (primer contexto); La chica convence,
La verdad convence (segundo contexto).
Chomsky (1965) hace notar que esta gramática ya no puede consi-
derarse de estructura de frase (sólo lo son las reglas 14i-y); en efecto,
no genera directamente secuencias terminales al tratar separadamente
el léxico e introducir el uso de símbolos complejos, que son “cuasi trans-
formacionales” porque llevan a la línea de derivación descripciones
estructurales enteras (las fórmulas entre []). De modo que “las re-

* La concatenación se señala con el signo —.

140
glas que se aplican a símbolos complejos son, en efecto, reglas trans-
formacionales”.
Son de subcategorización estricta las reglas que especifican un con-
texto categorial (13), y seleccionales las que especifican los pa
sintácticos del contexto (como las especificaciones de convence).E
SC sustantivo se especifica con sus rasgos distintivos; el SC verbo, en
relación con aquél por el contexto.

6.8.11. Gramaticalidad y grados de gramaticalidad.

En Chomsky 1957 “gramatical” significa “aceptable para el ha-


blante nativo”, de modo que sería necesario un criterio conductista de
gramaticalidad. La noción de * “oración gramatical en términos de “ora-
ción observada”, es decir, la relación de la gramática con un corpus,
es parte de la explicación general que una teoría lingúística debe
proveer.
En Aspects Chomsky se retracta al distinguir entre competencia y
ejecución (aquí 6.7.2.) y dice que “aceptable” no debe confundirse
con “gramatical”, pues el primer concepto corresponde a la teoría
de la ejecución, y el segundo, a la de la competencia. Así son grama-
ticales y aceptables oraciones del tipo:
(a) El salón era enorme.
(b) El salón que la casa tenía era enorme.
pero, siendo gramaticales —según Chomsky— no son igualmente acep-
tables:
(c) El salón que la casa que el fuego destruyó tenía era enorme.
(d) El salón que la casa que el fuego que el agua apagó des-
truyó tenía era enorme.
Como Chomsky hasta el momento se ha ocupado sólo de la teoría
de la competencia, cuyo formato genera tanto los casos aceptables como
los inaceptables, concluye: “sería totalmente imposible caracterizar las
oraciones inaceptables en términos de la gramática. No podemos for-
mular reglas particulares de gramática de tal modo que las excluya”;
por lo tanto (c) y (d) son gramaticales en razón de que el mecanismo
de la gramática no puede excluirlas.*
El problema de la gramaticalidad se presentaba en la primera
versión de la gramática transformacional como una opción entre gra-
matical y no gramatical —como entre (11i) y (11ii)—. Pero es evidente

* Por otra parte, pueden no considerarse gramaticales oraciones aceptables


si la gramática excluye ciertas estructuras. Por ejemplo —según Postal— no entra-
rían en una gramática del inglés (= no serían gramaticales) oraciones usuales en
ciertos estilos periodísticos (Panel 1963).

141
que (11ii) es una oración anómala hasta cierto punto, pues puede ser
aceptable metafóricamente, por ejemplo. Por críticas de este tipo
Chomsky conviene en aceptar grados de gramaticalidad. Distingue
(1965) tres tipos de anomalía:

(SL FAERES chica convencimiento a la verdad.


(ii) * La chica acontece a la verdad.
(iii) La chica convence a la verdad.

La diferencia entre estas oraciones se debe a que violan distintos


tipos de reglas: (i) presenta un sustantivo en lugar de un verbo (cate-
gorías léxicas); (ii) viola reglas de subcategorización estricta y selec-
cionales (acontece no admite “objeto” ni sujeto “animado”); (iii) viola
reglas seleccionales.
»

6.8.2. Capacidad recursiva de la gramática.

En esta versión de la gramática transformacional Chomsky pro-


pone simplificar la aplicación de la capacidad recursiva que antes
pertenecía al componente transformacional. La propiedad recursiva
se asigna ahora a la base, con la introducción del símbolo fantasma O”
en ciertas posiciones en las secuencias de símbolos categoriales, que
permite introducir nuevamente el símbolo inicial + Or + y aplicar otra
vez las reglas de la base. Así la base del componente sintáctico genera
ilimitadamente marcadores de frase generalizados. Por ejemplo quere-
mos generar la chica que vino dijo la verdad: aplicando (17) en el
símbolo fantasma O” de la estructura matriz (16):

(16)
$ Or +

/ AS
PAN EE (17)
o! | y | Ñ y He
T N. A V EFN / k
| | a Pe FN FV
Le de Ñ |
la chica O” dijo la verdad la >si dida

el resultado es la chica (la chica vino) dijo la verdad. El componente


transformacional debe proporcionar las reglas necesarias para cambiar

142
la chica de la oración incluida por un relativo (que), es decir, debe
generar una transformación singular.!%
Si en lugar de (17) quisiéramos incluir (18):

(18)

A premió a la chica pasiva

obtendríamos la chica (que fue premiada) dijo la verdad. Para ello es


necesario aplicar primero a (18) la Tr. obl. pasiva (indicada), y la Tr.
de eliminación del agente (señalada por el símbolo fantasma A); luego
hay que incluir (18) en (16); por último se opera la Tr. singular del
relativo como en el caso anterior.
Vemos que las transformaciones singulares, que son las únicas que
pertenecen ahora al componente transformacional (Chomsky 1965),
se aplican cíclicamente a las oraciones constituyentes —como (17) y
(18)— antes de su inclusión, y a la matriz después de operarse la
inclusión (como la Tr. de relativo). El marcador de frase generalizado
—como (16), derivado de las reglas del componente básico— genera
estructuras profundas, que se convierten en superficiales por las trans-
formaciones singulares del componente transformacional.?0

19 Que al mismo tiempo deberá establecer las condiciones de gramaticali-


dad; por ejemplo, impedir la inclusión de el chico en lugar de la chica. Pero una
gramática puede también “generar derivacionalmente” cadenas como (llii), asig-
nándoles descripciones estructurales que especifiquen el modo y el grado de des-
viación con respecto a la gramática (14).
20 Muchas de las transformaciones optativas propuestas anteriormente son
ahora obligatorias, determinadas por la presencia de un marcador o símbolo fan-
tasma, ya que las transformaciones no deben introducir elementos semánticamente
interpretables, ni eliminar otros sin que puedan recuperarse. Ello se debe a que
el papel de las transformaciones consiste únicamente en relacionar marcadores de
frase y por lo tanto establecer la combinación de las interpretaciones semánticas
de éstos de modo fijo. (Cf. Danes aquí en 3.3.3.).

143
6.8.3. Componente semántico.

En el componente sintáctico Chomsky (1965) caracteriza las uni-


dades léxicas como conjuntos de rasgos categoriales más conjuntos de
rasgos fonológicos. Entre Jos primeros, los que no integran ninguna
regla sintáctica —como las de (14)— son rasgos semánticos.
Katz y Fodor (1963) y Katz y Postal (1964) desarrollan la teoría
del componente semántico. Este es un mecanismo para la interpretación
de la estructura profunda, y consta de un diccionario y de reglas de
proyección. El diccionario da la forma normal del formativo léxico
especificando marcadores sintácticos (N, V, etc.) y semánticos. En
chico: +N ( +común, +concreto, +animado, +humano, -+ masculino,
+ joven); sin embargo, de acuerdo con Chomsky (1965), el único rasgo
semántico sería “joven”, ya que los otros se enumerarían en el compo-
nente sintáctico —como en (14)—.
El diccionario también especifica diferenciadores [ ], que son ras-
gos de distribución muy limitada; así:

banco, + N, ( + común, ( [asiento]


+ concreto, —animado) [inst. de crédito] ]

Finalmente, el diccionario debe establecer rasgos de restricción


selectiva <>. Por ejemplo:
agudo, +Adj... [vivo, perspicaz] <-+concreto, +animado, +hu-
mano >
EN

agudo, +Adj... [delgado] < +concreto, —animado>


Los rasgos diferenciadores corresponden a distintos contextos: los
de los rasgos señalados entre <> de los sustantivos a los que se
aplica agudo.
Las reglas de proyección producen interpretaciones derivadas;
combinan la interpretación semántica de más de un formativo (dicho
agudo, punta aguda) e indican anomalías semánticas (*perro agudo),
equivalencias (dentista = odontólogo), ambigiedades (estaba en el
banco), etcétera.
Según Chomsky (1965), sin embargo, el límite que separa sin-
taxis y semántica “si lo hay” no está aún delimitado totalmente; con
esta afirmación abandona el concepto de gramática como indepen-
diente de la semántica (Chomsky 1957).

144
6.8.4. Componente fonológico.

El componente fonológico, final, interpreta las estructuras su-


perficiales de un conjunto de reglas ordenadas. Los símbolos de
este componente pertenecen a un alfabeto universal: son rasgos distin-
tivos acústicos binarios (se elimina 'así la noción de fonema). Una
representación con rasgos distintivos es una matriz fonética. Por
ejemplo:

Y m a n o /

— vocal + vocal — vocal + vocal


+ conson. — conson. + conson — conson.
+ nasal + compacto | | + nasal — compacto
— compacto — compacto + grave
+ grave — grave — difuso

Saumjan (1967) considera que el abandono del concepto de fonema


no es irrelevante, pues el fonema es el vehículo de la “función diacrítica
(diferenciación)”, independiente de las “realizaciones de las potencia-
lidades diacríticas de los medios fonológicos [= fonémicos] para pro-
pósitos gramaticales”. Longacre (1964) observa que la gramática ge-
nerativa transformacional no tiene en cuenta entidades lingúísticas
relevantes como la sílaba y el grupo acentual.

6.9. Conclusiones.

Los aportes más valiosos de la gramática generativa transforma-


cional al avance de la ciencia lingúística han sido, por una parte, el
hecho de que su formulación rigurosa obliga a prestar atención a pro-
blemas en la totalidad de la lengua y hasta en sus menores detalles; por
otra parte, el impulso que esa formulación ha dado al estudio de los
problemas semánticos y sus relaciones con los “puramente” gramaticales.
La gramática chomskiana es un método de presentación —un
metalenguaje— riguroso, exhaustivo y elegante; sólo puede aplicarse a
descripciones, esto es, nada puede decir de lenguas de las cuales no
poseemos gramática.
Chomsky ha puesto en circulación ciertos tópicos no siempre bien
definidos: teoría versus método; visión en profundidad (insight) versus

21 Un intento de integrar los llamados fonemas suprasegmentales en la


gramática transformacional fue hecho por R. Stockwell (Lg 36, 1960). Una gra-
mática exclusivamente fonológica: Saporta y Contreras. Véanse también Chomsky
y Halle (1968) y J. W. Harris, 1969.

145
objetividad; racionalismo versus empirismo; formato de la gramática;
noción de regla de gramática; explicitación por procesos de mutación;
estructuras superficiales (observables) y estructuras profundas (no ob-
servables, pero accesibles por “intuición”), etcétera. Pero ciertas supo-
siciones no son fáciles de aceptar. Una de ellas es la que identifica la
forma de la gramática con la: naturaleza de la estructura lingúística;
otra es la que considera que la gramática trata de los procesos menta-
les, y es su “explicación”.
Afirmaciones a priori de este tipo se justifican como necesarias
para que la gramática sea “interesante”; por otra parte, una gramática
“interesante” es la formalizada que se construye de acuerdo con la
teoría que propone Chomsky, y por ese hecho adquiere status cientí-
fico.? La formalización de gramáticas, sin embargo, parece no ser
una meta científica suficientemente valedera; quizá por ello se buscan
otras metas trascendentes.
Una teoría lingúística es —creemos— sólo un conjunto de hipótesis
operativas sobre las reacciones de los hablantes (únicos hechos de
confianza); no se puede identificar con la naturaleza de la estructura
lingúística, ya que sólo “asigna descripciones estructurales a las oracio-
nes” (Chomsky 1965) de acuerdo con ciertos procedimientos conve-
nientes a las operaciones (y de acuerdo con ciertos fines para los que
la gramática se formula). Si se admite que puede haber varias teorías
y varias gramáticas igualmente adecuadas e igualmente simples de una
lengua, ¿esto indicaría que puede haber varios procesos mentales posi-
bles o que “la naturaleza de la estructura lingúística” no es una?
Podría suponerse también que la metalógica o la metamatemática
se identifican con la naturaleza de la estructura lingúística (ya que la
lógica y la matemática son lenguajes), tratan de los procesos mentales
y los explican (como igualmente podrían explicarlos la descripción es-
tructural del comportamiento o de la cultura). “Explicación”, además,
es un término suficientemente vago (como “interesante”)2% que en el
contexto de una gramática chomskiana hay que interpretar simplemente
como la descripción estructural de las cadenas, que se obtienen por la

% Chafe (1967) compara la tarea de los “lingiiistas que tratan de generar


emisiones y después las evalúar” con la de un botánico que tratara “de generar ár-
boles y después decidiera si el resultado es un árbol o una monstruosidad”.
22 Cuando Chomsky (1965) dice que el antimentalismo de Bloomfield es
“expresión de falta de interés en la teoría y la explicación” está dando a “teoría”
el significado de predisposición innata del hablante para aprender una lengua.
23 Otro vocablo del mismo tipo es “correcto”, que se aplica únicamente a
una gramática construida de acuerdo con la teoría formalizada propuesta, a una
explicación en el sentido indicado, etcétera. En el estilo de la literatura transfor-
macionista una discusión es “seria” o algo es “obvio” sólo si se encuadra en los
términos de la teoría, que canaliza el “modo natural” [de explicar, describir, etc.];
cf. Garvin (1963 b).

146
AS

aplicación de reglas; y la competencia del hablante (sus procesos


mentales) “puede representarse... como un sistema de reglas” (Choms-
ky 1964) totalmente explícitas. Este concepto de “explicación” corres-
pondería a la explicación que deriva de los sistemas deductivos (Nagel).
Se subraya que el valor de una teoría” científica está en relación
directa con los campos que puede abarcar y las relaciones que puede
establecer con otras teorías. En este sentido entendemos la observación
de Lees acerca del alcance de la teoría transformacionista, cuando dice
que al comparar varias lenguas éstas pueden encontrarse similares
o idénticas en sus oraciones básicas (o —en versiones posteriores— en
sus estructuras profundas), aunque sean superficialmente diferentes;
de este modo puede aplicarse la teoría a la “explicación de familia
genética”. Si se admite:
1) que la noción “regla de gramática” es fija en la teoría, y por lo
tanto las gramáticas particulares ajustan su forma a aquélla;
2) que de acuerdo con la medida sistemática de simplicidad la
gramática podría simplificarse generando oraciones básicas artificiales
(cf. Haas, intervención en Proceedings 1962, p. 400),*
parece que el conjunto de oraciones básicas (o estructuras subyacentes)
no es representación uno a uno (objetiva) de oraciones de una lengua.
Por lo tanto, ¿pueden interpretarse seriamente como comparables de
lengua a lengua? Más bien se corre el riesgo de prescribir una única
estructura para todas las lenguas. Si la habilidad humana para la
adquisición de la lengua —la “facultad del lenguaje”— puede tener una
estructura común para todos los individuos (¿no sería en realidad la
capacidad de abstracción y generalización?),** éste es un problema in-
dependiente del de la estructura inmanente de las lenguas. Pero parece
que ambos problemas se confunden.
Fuera de estas observaciones, que se refieren a perspectivas tras-
cendentes (las relaciones de la gramática con aspectos exteriores a
ella), creemos que una teoría debe evaluarse en sí misma, dentro de
sus límites singulares.*** Si la gramática estructuralista y descriptiva
(gramática de estructura de frase) es calificada por los transformacio-
nistas de insuficiente, “débil”, “no significativa”, “trivial”, “falta de

* “Por ejemplo, la observación verdadera de que en español el acento es


sincrónicamente asignado por lo que es esencialmente la regla de acentuación
latina y que el acento final en formas tales como [relihión], [señór], [papél], se
debe al hecho de que la representación en la cual la regla de acento opera
contiene fonológicamente e breve (sic) que cae finalmente, excepto después de
consonantes dobles morfofonémicas (nótese que no cae cuando el plural s esta
presente)...” Postal 1966.
** Psicólogos y lingijistas estudian y debaten este problema, y no existen
hasta ahora conclusiones ni pruebas fehacientes en favor de afirmaciones como
las chomskianas. Cf. Piaget (1969 a).
*** Véase ahora Hockett (1966).

147-
interés”, “incorrecta”, etc., es porque se la saca de su marco propio
caracterizándola en bloque, como un “retrato compuesto” (Chomsky
1966), dentro de límites estrechos, aunque, como observa Palmer, no
hay definición única. Se supone, por ejemplo, que tiene estructura de
árbol, cuyas ramas no pueden cruzarse ni reducirse; se rechazan, pues:

A e Ad ¿BC

co ales Y A etc.

El primer árbol daría cuenta de morfos discontinuos (cf. aquí 5.5.4.)


y el segundo de morfos portmanteau (francés d le = au). Otro caso,
la ambigúedad de un texto (el asno de Sancho), se considera irresoluble
en la gramática estrecha del oyente. Pero ¿por qué ignorar arbitra-
riamente, por ejemplo, la sustitución de categorías (= equivalencia
estructural) inherente a los métodos de “descubrimiento” de gramáti-
cas? Con ella se suscita la misma respuesta del informante (conver-
tido así en el hablante-oyente ideal) y se obtienen distribuciones dife-
rentes —diferenciadoras— para cada una de las “estructuras profundas”
(el asno de Sancho/el asno de él, el asno suyo, ..., únicamente para el
sentido “Sancho tiene un asno”).
Del mismo modo, cualquier sugerencia sobre fallas de la gramática
transformacional, debidas a puntos de vista que no tienen en cuenta
la totalidad de sus supuestos, es inoperante. Por ejemplo, ACB no
puede derivarse de ABC porque las reglas de la gramática lo impiden,
aunque en otro sistema podría permitirse;2% la consecuencia sería el
trastorno de la teoría total. Críticas de este tipo son, por ejemplo, las
de Harman, quien propone una redefinición de la estructura de frase
para eliminar las transformaciones.
Recientemente se ha demostrado que ciertas suposiciones que
fundamentan la gramática generativa transformacional son falsas. Hoc-
kett (1968) muestra que las lenguas naturales no son sistemas bien de-
finidos, contra la opinión de Chomsky, “crucial para su teoría completa”.
Chomsky (1965) establece explícitamente: “Por gramática generativa
entiendo simplemente un sistema de reglas que de cierta manera ex-
plícita y bien definida asigna descripciones estructurales a oraciones”.
Reich (1969) prueba que un sistema finito puede dar cuenta de
las lenguas naturales.

24 Cf. el siguiente caso: en aritmética corriente, 12 + 1 = 13, pero en “el


sistema de aritmética que empleamos para contar las horas del día, vale la pro-
posición 12 4+ 1 = 1” (Bunge).

148
Discípulos de Chomsky (cf. Bach y Harms), por otra parte, revisan
el problema de los universales sustantivos y formales: las categorías
de la gramática y su formato. En algunos aspectos parecen acercarse
a la orientación estratificacional en el sentido de considerar niveles de
mayor abstracción que la estructura profunda de Chomsky, los que se
corresponden con la interpretación semántica de las oraciones. Según
Fillmore (1968) la estructura profunda chomskiana “va a seguir el
camino del fonema. Es un nivel artificial intermedio entre la “estructura
profunda semántica”, posible de descubrir empíricamente, y la estruc-
tura superficial, accesible a la observación, un nivel cuyas propiedades
tienen que ver más con los compromisos metodológicos de los gramá-
ticos que con la naturaleza de las lenguas humanas”.
Dos objeciones finales —dentro de los términos de la teoría—. Una,
que “ninguna combinación puede llamarse permanentemente, en térmi-
nos absolutos, no gramatical” (Hall 1965).? Otra, que de hecho, con el
léxico y los componentes subcategoriales se incluye la semántica en la
sintaxis, contra la afirmación de Chomsky (1957). Esto va en contra de
la pretensión de que la gramática tiene poder creativo al establecer
categorías que se seleccionan o que se rechazan. Es cierto que las
cadenas terminales podrían, por transformación, violar esos requeri-
mientos, pero si lo que se quiere generar son las oraciones de.la lengua *
corriente, la gramática contendría tal multiplicidad de transformaciones
que haría ilusoria la simplicidad. Las categorías semánticas no forman
sistemas tan claramente convencionalizados como las gramaticales.%

25 Desde el punto de vista teórico la distinción “gramatical/aceptable”


(aquí 6.8.11), que se corresporde con “competencia/ejecución”, es poco rigurosa
si se la compara, por ejemplo, con las distinciones de Hjelmslev: “esquema/nor-
ma/uso/acto” (4.2.3.1). La “gramaticalidad” de Chomsky parece basarse en el
“uso” de: un hablante-oyente ideal que arbitrariamente aceptaría ciertas posibili-
dades del esquema (El salón que la casa que el fuego que el agua que el bom-
bero que... arrojó apagó destruyó tenía era enorme) y rechazaría otras (*me
se cayó).
26 Cf. “color chillón”, “voz clara”, etcétera.

149
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7. EXCURSO

Frente a los distintos alcances que se dan a la noción de gramática


en las tendencias examinadas, retomamos nuestras sugerencias iniciales
con una sinopsis acerca del concepto de gramática.

I. Una gramática tiene principios teóricos:

a) es el estudio de las unidades significativas (signos) en que


una expresión o sus relaciones son vehículo de un -con-
tenido.
b) el contenido se revela sólo a través de la expresión y/o
de sus relaciones; es una entidad puramente formal (se -
define por las relaciones que contrae con otros contenidos);
la expresión se manifiesta a través de la sustancia fónica;
se define por los (morfo) fonemas manifestantes o por su
no manifestación (cero); un contenido puede estar mani-
festado por una expresión de distribución única (la misma
en todos los contextos, como pero) o por varias en distfi-
bución complementaria (distintas según los contextos, co-
mo el coordinante: y / €);
d) los signos se organizan en niveles interdependientes de
estructura: morfología y sintaxis, que se distinguen: por
sus unidades y sus contextos totales, respectivamente:
morfema (unidad morfológica) y palabra (contexto total
del morfema) / palabra (unidad sintáctica) y oración
(contexto total de la palabra);
e) morfología y sintaxis se relacionan por medio de un sub-
nivel sintáctico (secuencial): el de las conexiones; *

2 Las conexiones sintácticas son: CONCORDANCIA, RECCIÓN O RÉGIMEN, CON-


CORDANCIA RECCIONAL Y REFERENCIA EXTERNA. a) Concordancia: reflexión de las

151
f) morfofonémica es un nivel intermedio que relaciona gra-
mática y fonología; gramática y semología se relacionan
por medio del subnivel de la congruencia (conexión se-
mológica);**? cf. aquí 5.6.1;
g) los signos constituyen sistemas que se organizan paradig-
máticamente por contraste, y secuencialmente por distri-
bución, orden y dependencia (bilateral, unilateral, libre);
h) las relaciones secuenciales establecen clases (= catego-
rías); las paradigmáticas, los miembros de cada clase;
por ejemplo, en español existe la categoría de persona pro-
nominal y sus miembros son primera, segunda y tercera
persona.

II. Una gramática debe tener métodos:


a) analíticos: expansión, reducción, conmutación, permuta-
ción, catálisis, interpolación estructural, transformaciones,
etcétera;
b) de verificación y generación: reglas ordenadas de con-
texto libre y de contexto restricto de varios tipos.

Problemas morfológicos.

Planos del análisis morfológico: a) en el contenido: clases de uni-


dades; b) en la expresión: ocurrencia de las unidades.

1) Definición de morfema: contenido del signo mínimo.

categorías morfológicas flexionales de a, término primario, por b, término secun-


dario (niño bueno; niña buena; niños buenos). b) Rección o régimen: cierta cate-
goría morfológica flexional de b, término regido, es exigida por a, término regente,
sin ninguna reflexión y sin que caracterice a ab (lo veo; le pertenece; en sí); cf.
Karcevskij (1931), y Paul L. Garvin, “Syntactic units and operations”, Proceedings,
1958. c) Concordancia reccional: cierta categoría morfológica flexional de b,
término secundario, es exigida por a, término primario, sin reflexión flexional, y
caracteriza a ab (pared alta; alto, el árbol); cf. Hockett (1958). d) Referencia
externa: cierta categoría morfológica flexional de b, término secundario, no exigida
ni expresada morfológicamente por a, término primario, caracteriza a ab (El/de aquí.
a
Las/de aquí: número, género; Los jóvenes/somos. .. Los jóvenes / sois. ..: persona).
> La congruencia es la compatibilidad de un elemento a (que entra en
paradigmas morfológicos y/o sintácticos) con un elemento b, de modo que b
especifica o anula determinado contraste paradigmático de a y caracteriza semo-
lógicamente a ab. Por ejemplo: Mañana salgo (= Mañana saldré).
a

152
2) Definición de palabra: secuencia de morfemas con un solo
acento primario.
3) Clases de palabras:
simples: sólo una base (sal);
palabra-frase: una base+ otros morfemas (solar);
frase-palabra: más de una base (+ otros morfemas): corre-

4) Clases de morfemas:
a) bases libres (sal) y ligadas (cas-a)
b) prefijos (in-útil; des-com-poner)
c) posbases
— no bloqueadas:
* no finales (admiten ser seguidas de posbases): -al
como en final
* finales (sólo admiten sufijos): -ar como en cantar;
establecen clases morfológicas de palabras
— bloqueadas (seguidas de posbases no bloqueadas): -íz-
como en finalizar
d) sufijos: establecen paradigmas gramaticales (plural, fe-
menino-masculino, tiempo, persona, etc.)

5) Subclases morfológicas:
a) combinación de miembros de unas clases con miembros
de otras;
b) alternantes de-los morfos (= manifestación de los mor-
femas).
6) Fórmulas canónicas de la formación de palabras (por ejemplo:
in-utilidad prefijo + base libre + posbase no bloqueada final).
7) Paradigmas cerrados y abiertos.
Clases flexionales.

Problemas sintácticos.

Planos del análisis sintáctico: a) clases de funciones y combina-


ciones; clases funcionales (contenido); b) sus ocurrencias (expresión).
1) Definición de oración (véase infra).

153
Jerarquía de funciones. Clases de oraciones según la jerarquía:
3. simples:
a) unimembres (¡Fuegol)
b) bimembres:
sujeto-predicado (María/canta; Interesante/el libro)
paralelas (A otro perro/con ese hueso)
li. complejas:
a) coordinativas (Las aves vuelan y los peces nadan)
b) adjuntivas (Corran,/niños)

3) Clases modales de oraciones (según la entonación, el modo


verbal, la presencia de índices, el orden de los constituyentes):
enunciativas, interrogativas, desiderativas, exhortativas, dubi-
tativas.

4) Funciones en la oración sujeto-predicado:


— en el sujeto:
núcleo
subordinados: sin conector
con conector
aposición
— en el predicado:
núcleo
subordinados: sx

objeto directo
objeto de interés
: vOZz
yz objeto indirecto activa
h circunstancias
pasiva eE
predicativo
agente

Clases de palabras sintácticas (definidas según su distribu-


ción de acuerdo con los paradigmas sintácticos; cf. Barrene-
chea 1963): sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio, coordinan-
tes, subordinantes, relativos, verboides.
Subclases de funciones (omisibles/ no omisibles: libres/ no
libres; fijas/ no fijas; etcétera).

154
7) Subclases de palabras sintácticas (según las dependencias, el
orden secuencial, etcétera).
8) Clases de llenado: no recursivas/recursivas (cf. Kovacci 1965).

Un ejemplo: 2

Para descubrir qué es una oración en español necesitamos datos


que pertenecen a otro nivel que el gramatical: el fonológico. El pro-
cedimiento de descubrimiento tiene que ser así necesariamente induc-
tivo (indica la jerarquía de los niveles, en que los inferiores son los
que permiten que otro se realice —que será superior—). La presenta-
ción del razonamiento y los resultados es deductiva a partir de premi-
sas iniciales basadas en la observación.

Delimitación de la oración en español

1. Cada acto de habla requiere dos clases de entidades fonoló-


gicas: 1) segmentales, o fonemas, cuya combinación constituye las síla-
bas, y 2) suprasegmentales, que son de tres especies: a) acento (pri-
mario o fuerte; secundario o débil),! simultáneo y solidario? con el
elemento central de la sílaba; b) tono,* simultáneo con un fonema o
una secuencia de fonemas (sílaba); c) juntura (ver 6.1.), no simultá-
nea y/o simultánea con un fonema o una secuencia de fonemas.
2. En el nivel fonológico una palabra no puede definirse adecua-
damente sin recurrir al artificio de la forma de citación de unidades
léxicas. Con esta condición una palabra fonémica es la emisión mí-
nima que puede decirse aisladamente y ser descripta como una sílaba
o una secuencia de sílabas con un solo acento primario (grupo acentual:
ver 5.2), una unidad melódica * (ver 3) en relación fija con un acento
(el tono más alto —medio— concurre con el acento primario), y una
juntura terminal del tipo /X/:

1 De acuerdo con los datos de T. Navarro Tomás (Manual de pronuncia-


ción española, Madrid, 1932, $ 172-3) hay en español cuatro acentos fonéticos:
débil, terciario, secundario y primario. Los interpretamos fonémicamente como
débil (son sus alófonos los dos primeros) y fuerte (sus alófonos son los dos últimos).
2 Solidaridad: interdependencia (mutua presuposición) entre los compo-
nentes de una clase (ver nota 15). Cf. Hjelmslev (1943b), definición 37. En
adelante nos referiremos a las definiciones de Hjelmslev con la abreviatura H.
3 Aceptamos tres grados fonológicamente contrastantes de la altura musical:
bajo /1/, medio o básico /2/ y alto /3/.
4 Unidad melódica: seguimos cierta terminología tradicional en español,
redefinida cuando es necesario.

155
2 Ll ESA 1 21
/líkido 4 / /likido / /likidó
4/

3. Una UNIDAD MELÓDICA es la línea musical descripta por una


secuencia de tonos, necesariamente asociada con una juntura interna o
una juntura terminal, como:en los ejemplos anteriores.
4. En el nivel morfológico la palabra se define como un solo mor-
fema (base) o como una secuencia de morfemas (sólo uno es base)
con un solo acento primario.
5. En el nivel sintáctico la palabra morfémica puede encontrarse
aislada, es decir: puede constituir una oración (ver 10) por sí misma;
O las palabras pueden formar secuencias. A este nivel la palabra se de-
fine por su distribución: en una secuencia es la entidad mínima per-
mutable.5
5.1. En este caso las palabras no están necesariamente asociadas
al acento primario ni a la misma unidad melódica que llevarían de
acuerdo con 2; tampoco se asocian a una juntura, con excepción de la
última palabra de la secuencia.
9.2. Del parágrafo precedente se sigue que la unidad melódica —en
el nivel sintáctico— tiene básicamente otra extensión que la de. la pa-
labra, y depende de la presencia de junturas; se extiende desde silen-
cio O juntura (punto inicial) hasta (otra) juntura. Aquí debemos dis-
tinguir dos estructuras fonémicas: grupo acentual y grupo fónico. a)
Grupo ACENTUAL: $ “la parte de discurso que tiene por base prosódica
un solo acento espiratorio”;? es decir, la sílaba o la Secuencia de sila-
bas asociadas con un solo acento primario. El grupo acentual es soli-
dario con una unidad melódica o con una parte de una unidad melódica.
Pero ésta coincide siempre (es solidaria) con b) un GRUPO FÓNICO, silaba
o secuencia de sílabas con un acento primario o más de uno: “Las
divisiones entre estos grupos o unidades no van siempre marcadas por
verdaderas pausas. Con frecuencia el paso de una unidad a otra se
manifiesta solamente por la depresión de la intensidad, por el retarda-
miento de la articulación y por el cambio más o menos brusco de la altura
musical, sin que ocurra real y efectivamente interrupción de las vibra-
ciones vocálicas”3 Los fenómenos fonémicos que marcan los límites de

5 H. 6l.
6 Grupo acentual: adoptamos la nomenclatura de A. Alonso y P. Henríquez
Ureña (Gramática castellana, Buenos Aires, 1938, vol. L, $ 153); según T. Na-
varro Tomás es grupo rítmico (Manual de entonación española, Nueva York,
1944, p. 38).
7 Navarro Tomás, Entonación, p. 38.
8 Navarro Tomás, Entonación, pp. 40-41.

156
los grupos fónicos son las junTUuRAS.2 En consecuencia, el número de
acentos primarios no caracteriza el grupo fónico en español, aunque el
grupo acentual puede coincidir con el grupo fónico y, por lo tanto, con
una unidad melódica. *
6. La FIGURA TONAL consiste en una unidad melódica o más de una,
con una sola juntura terminal (ver 6.1).

6.1. Las junturas som INTERNAS O TERMINALES. Los fenómenos


pertinentes que permiten la distinción entre junturas internas y termina-
les son la pausa (o alargamiento de la cantidad) y el tono. a) Algunas
junturas son seguidas de pausa. De acuerdo con los ejemplos de Navarro
Tomás, cada caso en que la pausa es “rara vez... inferior a un segun-
do” coincide con el fin de una figura tonal; mientras que otras pausas
más breves —“de unas 50 centésimas de segundo” o “inferior[es] a 25.
C.S."—, y una “cesura o depresión sin pausa perceptible” marcan las jun-
turas internas, es decir: los límites de los grupos fónicos comprendidos
dentro de una figura tonal. En otros casos las mismas mediciones pueden
hacerse sobre la cantidad silábica sin que se registre pausa, pero dando
cuenta del campo que abarca la juntura. Las pausas o el alargamiento
en cantidad son, pues, rasgos contrastantes y relativos. b) Del mismo
modo las variaciones del tono en altura asociadas con la juntura son tam-
bién contrastantes y relativas.
Del análisis precedente se sigue que existen tres tipos de juntura
terminal: ascendente /||/, descendente /*/ y de suspensión /|/. Las
junturas terminales contrastan con las internas por la extensión de los
intervalos. Por ejemplo, de acuerdo con los datos de Navarro Tomás,
el tonema de cadencia (/>/) comprende alrededor de ocho semitonos
(o más) por debajo del tono básico, en tanto el tonema de semicadencia
(juntura interna descendente) alcanza sólo tres o cuatro semitonos; del
mismo modo los tonemas ascendentes de anticadencia (cuatro o cinco
semitonos sobre el tono básico) contrastan con la anticadencia final
(hasta cinco tonos). La juntura interna /—>/ puede ser, pues, ascen-
dente [f], descendente [/] y de suspensión [=>]. Estas variantes en
altura de la juntura interna no contrastan entre sí (no son fonémicas)
y dependen de la distribución rítmica de los textos. En resumen, en
español existen tres junturas terminales /||/, /+/ y /|/, y una jun-
tura interna /—>/.

9 Cf. George L. Trager, “Some thoughts on juncture”, SIL. 16. 11-22 (1962).
10 La juntura abierta /+/ pertenece al nivel morfofonémico y no se tiene
en cuenta aquí.
1 Pronunciación, $ 253.
12 Entonación, pp. 69-71 y 142-3.

157
7. Los siguientes ejemplos muestran contrastes mínimos:

qAA<A--- 9
A A AR rr 0.M. —

Los libros que creíamos perdidos f aparecieron +*»


— BL. —_—_—_——__———- eg Li
A
PEE u.m. EN AS 0 PA um. E

Los libros -> que creícmos perdidos 1 aparecieron==


gi —— gt —_—_—_——— —gt—
a Y
AM MA AáÁ
A a AM MAA
Los libros que creícmos perdidos || Aparecieron ||
II A A
o a raHOLAS da
AM, A. A A—áAá. UM
Los libros que creíamos perdidos += Aparecieron ||
A AA

No es el autor +
No + Es el autor + Cuidado => le decía =
No == Es el autor | Le decía % cuidado |
No || Es el autor +=

8. La extensión de la unidad melódica depende de dos factores de


distinto nivel, pero interdependientes: a) el número de sílabas de la
secuencia con la cual se asocia (nivel fonológico); b) las funciones o
los enlaces sintácticos dentro de la secuencia de palabras (ver 9). En
el primer ejemplo de 7, la primera unidad melódica corresponde a un
grupo fónico de once sílabas; en el segundo, a causa de que los enlaces

13 Los grupos acentuales no varían; en los cuatro primeros ejemplos son:


Los libros que creíamos perdidos aparecieron
E g. a. g. a. Ea
Los textos llevan la siguiente puntuación ortográfica. Los libros que creíamos
perdidos (,) aparecieron. Los libros, que creíamos perdidos, aparecieron. ¿Los
libros que creíamos perdidos? ¿Aparecieron? Los libros que creíamos perdidos.
¿Aparecieron? No es el autor. No. Es el autor. No. ¿Es el autor? ¿No? Es el
autor. Cuidado... —le decía. Le decía: —Cuidado...
14 Cf. Navarro Tomás, Entonación, p. 46. Distinguimos entre función
sintáctica y enlace sintáctico; la primera es “uma dependencia que llena las
condiciones para un análisis” (H, 8); en cuanto al enlace, no altera la función
sintáctica, pero sí la semológica. Para el concepto de semología véase Trager
(1961) y Joos (1958).

158
sintácticos sor diferentes, la misma secuencia se divide en dos grupos
fónicos: uno de tres sílabas y otro de ocho.
9. La secuencia de palabras (sintácticas) solidaria con una figura
tonal forma una CONSTRUCCIÓN SINTÁCIICA ORBACIONAL. Como se sigue
de los parágrafos precedentes, la construcción sintáctica oracional puede
consistir en un grupo fónico o más de uno. De modo que cada grupo
fónico es, en sí mismo, una unidad sintáctica.

9.1. Como corolario de 9, la construcción oracional es sintáctica»


mente autónoma. Cualquier otra construcción es sintácticamente inclui-
da (no autónoma).
10. Sobre la base del análisis anterior llegamos a las siguientes
conclusiones (cf. 5 y 9-—9.1):
a) En español una oración debe tener por lo menos: 1) una pala-
bra (obligatoriamente con acento primario); 2) una figura tonal (por
definición solidaria con una juntura terminal).
b) Una oracióN es una clase cuyos componentes15 son: 1) sin-
táctico, es decir: una palabra o construcción (oracionales), en solidaridad
con 2) suprasintáctico (suprasegmental), es decir, una figura tonal.1

15 Clase: “objeto sujeto a análisis”. Componentes: “objetos que se regis.


tran por un análisis singular como uniformemente dependientes de la clase y
mutuamente” (H, 2 y 3).
16 Cf, Karcevskój (1931).

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8. OTRAS TEORIAS ESTRUCTURALISTAS

8.1. Teoría estratificacional.

8.11. La lengua como sistema de estratos.

La última década ha sido testigo de un cambio notable en la lin-


gúística norteamericana con la aparición de las obras de Chomsky y
sus discípulos, que si bien no han ganado muchos conversos, sí han
logrado en las nuevas generaciones innumerables seguidores.1 Los lin-
gúistas europeos mantienen en general su actitud independiente sin
acusar recibo de las andanadas al estructuralismo que lanzan los trans-
formacionistas, aun cuando serias críticas a las proposiciones choms-
kianas provienen de Europa —Winter, Leech, Herdan, etcétera—.
Sin embargo, la tendencia norteamericana actual en favor del estu-
dio de gramáticas generativas halla en la teoría estratificacional desa-
rrollada principalmente por Lamb la conciliación con la lingúística
estructural. Sydney M. Lamb señala que su obra no es más que la
prolongación —si bien con los refinamientos necesarios— de versiones
corrientes del descriptivismo y de la glosemática. Este parentesco
puede extenderse a otros autores que han estudiado especialmente la
estratificación del lenguaje: Saussure, Martinet —con su concepto de
doble articulación—. Todos ellos reconocen que la lengua se compone
de expresión y contenido. En otros casos se reconocen más estratos:
la escuela de Praga con su teoría del sistema de niveles; Trager con la
suya de la estructura trifoliada del lenguaje (tres niveles: fonológico,
morfológico y semológico).
Para Lamb la relación entre sonidos y significados que constituye
la lengua es compleja y no puede resolverse sin el reconocimiento de
varios estratos, cada uno visto como un sistema peculiar, pero análogo

1 El fenómeno es complejo y no intervienen sólo factores puramente


científicos (cf. Garvin 1963 b).

161
en cuanto a organización a los restantes. Los estratos se reconocen
empíricamente y la investigación deberá establecer si su número puede
variar en distintas lenguas. En el inglés (también en el español) es
posible distinguir seis, que forman tres componentes mayores: semo-
lógico, gramatical, fonológico.

8.1.2. Gramática y análisis lingúístico.

Lamb usa el término “gramática” en varios sentidos. Por una parte


es uno de los componentes mayores de la estructura lingúística (propie-
dad de la lengua). Por otra, puede llamarse así una descripción estruc-
tural de todo o de parte de dicho componente (gramática = metalen-
guaje). Además —y éste es el sentido en el título de Lamb 1966 d—
puede aludir a las condiciones generales para construir descripciones
estructurales de la lengua en su totalidad (= metametalenguaje).
“La lengua puede verse como un sistema de relaciones. Como tal
no es directamente observable”. Sin embargo, es posible observar las
manifestaciones del habla y el contexto en que ocurren, y a partir de
ellos construir una “representación del sistema de relaciones que sub-
yacen” en el corpus. Esa representación es una descripción. Así la
finalidad de un análisis lingúístico consiste en mostrar tales relaciones
subyacentes.2 “Esto no es lo mismo que describir las manifestaciones
de la estructura lingúística directamente ni significa simplemente pro-
veer una lista de reglas de retranscripción para derivar manifestaciones
de estructura lingiística de otras manifestaciones de estructura lingúís-
tica”. El análisis es un proceso de generalización y simplificación por
el cual se reconocen entidades constantes con relaciones constantes.
Dos tipos generales de análisis lingúístico son el táctico y el reali-
zacional. El primero conduce a establecer clases distribucionales (para-
digmas) y sus combinaciones (sintagmas posibles) del modo más simple
y con el menor número de términos. Así a partir de un corpus donde
aparece un exceso de “información superficial” (cf. aquí 8.1.31) debida
a las repeticiones de unidades:

el chico corre el chico duerme


el perro corre el perro duerme
el chico juega el chico come
el perro juega el perro come
se puede generalizar:

2 En términos de Hjelmslev sería mostrar la forma a partir de las mani-


festaciones de la sustancia.

162
corre
el perro come
el chico juega

duerme -

Otro tipo de análisis es el realizacional, que comprende cuatro


operaciones básicas.
a) Agrupamiento horizontal o realización compuesta: ciertos ele-
mentos se combinan linealmente para formar una entidad de otro
nivel (s a l en ese orden forman. sal, reconocible en salar, salobre, etc.,
pero no en dorsal).
b) Separación horizontal o realización portmanteau: un elemento
de un estrato inferior realiza conjuntamente dos o más elementos del
estrato superior (francés au, realización de a le).
c) Agrupamiento vertical: dos o más elementos de un estrato
inferior realizan una sola unidad del estrato superior (-a, -esa, -ina en
gata, abadesa, zarina, son realizaciones de femenino”).
d) Separación vertical: dos entidades de estrato superior tienen
una representación común en el estrato inferior (inglés “plural y *pose-
sivo” se realizan como s en cats y Jack's hat).
Las dos primeras operaciones corresponden (en general) al con-
cepto de Hjelmslev de relación (conjunción lógica Y = “tanto... co-:
mo”) y las otras dos al de correlación (disyunción lógica o = “o...o”).
Lamb (1966 a), aun reconociendo la importancia de las dependencias
tal como las considera Hjelmslev (cf. aquí 4.2.2.), afirma que son las
funciones Y, o (sintagmáticas y paradigmáticas) las que fundamental-
mente dan cuenta de la estructura lingúística.
Además, como Hjelmslev, también Lamb (1966 d) señala que “una
totalidad no consiste en cosas sino en relaciones”. Por otra parte (Lamb
1966 c) las entidades que la descripción maneja no son “objetos de
cierta clase sino más bien nombres”, indicaciones para la ejecución de
las reglas de realización.

8.1.3. Notación.

Para la descripción lingúística es necesario contar con una notación


precisa. Se pueden adoptar fórmulas de tipo algebraico o bien utilizar
diagramas bidimensionales (ambos métodos interconvertibles). Los
diagramas consisten en líneas y nodos que interpretan las relaciones
y, O. Si la representación se entiende como un proceso dinámico de
impulsos que parten de los nodos y se transmiten por las líneas hacia

163
otros nodos, la dirección descendente es un modelo de encodificación
(del contenido hacia la expresión) y la dirección ascendente es un
modelo de decodificación (de la expresión hacia el contenido). La
representación puede ser simple cuando un elemento de un estrato se
representa con un único elemento del estrato inferior (el lexón L/mar/
tiene una única representación morfémica M/mar/). Las otras repre-
sentaciones son las que muestra el ejemplo 1.

EJ.1
o

(8) ¿+ fem'
desc. | A
ns Or.
ordenado Sn. BIx* EVA /esa/ /ina/
1 term, 59
asc. á pl. pos.

Cc D
$e) Imi/ (o) /s/ (inglés)
(E) /sal/ A

desc. p
ordenado 151 fa (YU d
s a b
asc. B le

L ' (H) Al
(6) au (francés) Qe

Los nodos ordenados indican que el orden es relevante en la com-


binación o en la elección; los no ordenados, que no lo es.
El ejemplo 1.A es un nodo y descendente que interpreta la rela-
ción entre el fonema /b/ y sus rasgos distintivos: /b/ se analiza en los
rasgos simultáneos “oralidad”, sonoridad”, “bilabialidad”. El ejemplo 1.C
es un nodo y ascendente que representa la relación entre el morfema
pronominal /mi/ y los lexones que constituyen simultáneamente su
contenido: “1% persona”, “caso terminal”, (número singular”. La relación
Y no es necesariamente lineal.
En LE se indica que el morfema /sal/ está constituido por los ele-
mentos /s/, /a/, /1/, que se siguen linealmente en ese orden. En 1.G
aparece un nodo y ordenado ascendente que representa al morfema
/o/ del francés como realización obligatoria de la sucesión preposición
a + artículo le (ortográficamente au).

* Or: oral; Sn: sonora; Bl: bilabial.

164
».

En los ejemplos correspondientes a los nodos o, el caso B indica


que en español el lexón “femenino” se realiza ya como el morfema /a/
(en señora), ya como /esa/ (en abadesa), ya como /ina/ (zarina).
El caso D muestra que el morfema /s/ del inglés es realización ya del
plural (cats), ya del posesivo (Jack's). En 1.F el nodo o ordenado señala
que un elemento a se realiza como b dadas ciertas condiciones; pero
si alguna condición lo impide, se realiza como c (cfr. diagrama 5).
El ejemplo I.H muestra el condicionamiento en la dirección inversa.

En notación algebraica:

(A) a/ b.c.d (b/ Or.Sn.Bl)


(B) a/ bed (fem/ a, esa, ina)
(C) a.b.c / d (1. term. sg / mí)
(D) .abifc:(pL pos 1's)
(E) a/bcd (sal /sal)
(F) a / b+e
(G) ab/c (á le / au)
(H) a4+b/c
(A) se lee: a va hacia b y hacia c... en la encodificación; en la
decodificación b y c... van hacia a.
(B) se lee: a va hacia b, o bien hacia c...; b, o bien c... va hacia
a. Etcétera.

8.1.31. Información efectiva e información superficial.

Una descripción debe ser económica. Entre dos descripciones (in-


formación superficial) que den cuenta de la misma estructura (infor-
mación efectiva) se prefiere la más simple, es decir aquella que da
cuenta de la estructura del modo más general posible. En el ejemplo
II las tres descripciones son equivalentes, pues contienen la misma
información efectiva: x se realiza o como a, o como b, o como c, o
como d. Pero el diagrama y la fórmula (iii) son los más simples, y por
ello los preferibles. Las descripciones (i), (ii) presentan exceso de
información superficial. :
Una medida de simplicidad consiste en la menor cantidad de sím-
bolos utilizados en la descripción. Pero una medida más refinada debe

3 a va bacia b si es posible; si no, bacia c. En (H) c va hacia a si es


posible; si no, hacia b.

165
tener en cuenta que la información “realmente relevante es la que se
requiere para especificar una estructura lingúística individual, es decir
para distinguirla de todas las otras estructuras lingúísticas”. Esta espe-
cificación es diferente de la que caracteriza las lenguas como tales,
para las que se postulan propiedades comunes (universales): por ejem-
eS

add (1) (11) (10)


x x Xx

a bc d abc a ah red

X/(a,b),(c,d) x/a, (b,c),d x/0,b,crd

plo, las lenguas se componen de estratos; cada estrato contiene ciertos


sistemas con configuraciones peculiares; un sistema dado, como la es-
tructura de signo, contiene en su base nodos o ascendentes que se diri-
gen hacia nodos y descendentes; etcétera. La información superficial
da cuenta de una lengua particular especificando del modo más simple,
general y sistemático sus rasgos propios.

8.1.4. Estratos y sistemas estratales.

En cada estrato hay unidades mínimas (Xones) —cf. “protones”,


“electrones”— y elementos (Xemas) compuestos por aquéllas, que con-
traen dependencias tácticas propias del estrato y se relacionan además
con las unidades del estrato superior. X indica los estratos (fon-, morf-,
lex-, sem-). Así las unidades serán fonones, lexones, etc., y los elementos,
fonemas, lexemas, etcétera.

(estratos) (unidades) (elementos)


Hipersemémico hipersemón hipersemema
Semología (semántico)
Semémico semón semema

Gramática | Lexémico lexón lexema


“a . a

Morfémico morfón morfema


£ . £

Fonémico fonón fonema


Fonología ¡ Hipofonémico - hipofonema
(fonético)

166
EN ha

Los estratos son interdependientes, pero cada uno aparece ¿omo


un sistema con cuatro estructuraciones propias: estructuras de signo,
de alternación, táctica y de enlace. Excepto la estructura táctica, los
otros sistemas integran la porción realizacional de cada estrato. Un
ejemplo hipotético se da en el diagrama (1).

(1)

estructura estructura
de 4 táctica
alternación

estructura
de Xema 5
enlace

estructura
de s1gnos
Xémicos
signo
Xones
==. -- o. mo +... .. mo.

En el siguiente ejemplo del estrato morfémico los lexones (unida-


des del estrato lexémico) L/amar/; L/comer/, £/r/ (= infinitivo)? son
impulsados hacia la estructura morfémica de alternación; los dos pri-
meros tienen una única representación cada uno, pero el tercero se
diversifica (nodo o ordenado descendente). Las líneas entran en la
estructura de enlace; ésta muestra los morfemas representados por los!
nodos “diamantes”, que generan dos impulsos: uno hacia la estructura
táctica (para formar las palabras amar, comer) y otro hacia la estruc-
tura de signo, donde los nodos y ordenados descendentes son signos
morfémicos, es decir cadenas de mortones a, k, m... (nodos o no orde-
nados ascendentes) [diagrama (2)].

e Con los exponentes Y/.../, M/.../, etc., indicamos solamente los dife-
rentes estratos; pero una notación más precisa debe indicar también los niveles
de cada estrato. Por ejemplo l/.../ = lexemas; 1N/.../ = lexones; 15/.../ =
signos lexémicos; M/.../ = morfemas; MN/,,./ = morfones; etc. (Lamb 1966 d).

167
2
(2) L/amar/ L/comer/

8.1.41, Estructura de signo.

La estructura de signo muestra en cada estrato las relaciones entre


las unidades elementales y su combinación como realización compues-
ta; un ejemplo del estrato morfémico se da en el diagrama (3).

(3)

signos morfémicos

morfones

Un ejemplo del estrato fonémico se presenta en el diagrama (4).

(4) 714 —=Jel Jal to! ul

signos fonémicos

fonones

anterior alta baja media posterior

168
*

En la estructura de signo se observan las realizaciones portmanteau


(a le = au), que muestran que no siempre los signos Xémicos coinci-
den con los Xemas [diagrama (5)].

(5) estructura
de enlace
morfemas Y

estructura
de signo

La línea que parte del diamante m/a/ llega a un modo o ordenado.


Al seguir la primera línea llegamos a un nodo Y ascendente al que llega
también la primera línea de m/le/; este nodo se conecta con el signo
morfémico /o/. Es decir, que si queremos combinar d + le necesaria-
mente la realización es /o/. Pero también podemos producir d o le in-
dependientemente, y esas realizaciones están indicadas por la segunda
línea de cada nodo o ordenado.

8.1.42. Estructura de enlace.

En la estructura de enlace, que es la que conecta a las otras tres,


se presenta un tipo particular de nodo: el rectangular llamado dia-
=y
Oo.“
DINO DAA
- E£€6 ”
A -
o .
JJ .->
>»)

penar

estructura morfemas
de
enlace (neutralización)

signo morfémico

169
mante, tres de cuyos lados se conectan con los otros sistemas del es-
trato, interrelacionándolos. Pueden aparecer neutralizaciones: una uni-
dad de orden inferior representa a más de una unidad de orden supe-
rior; así el morfema /ar/ es el sufijo de “infinitivo” si se une a la base
verbal /pen/ (=penar) o bien es un sufijo “colectivo” si se une a las
bases sustantivas (olivar, pinar) [diagrama (6)].

8.1.43. Estructura de alternación.

La estructura de alternación muestra las correspondencias y las


discrepancias entre dos estratos vecinos. Así el lexón 1/r/ del diagra-
ma (2) se diversifica en la estructura morfémica de alternación, pues
se realiza con dos morfemas (ar, er) [diagrama (7)].

(7)

M/ar/

En otros casos los Xones tienen una única representación inferior


Xémica, como los lexones L/amar/ y 1/comer/ del diagrama (2), que
se corresponden, respectivamente, con los morfemas M/am/ y M/kom/.

8.1.44. Estructura táctica.

La estructura táctica especifica las combinaciones posibles de


Xemas en cada estrato. Por ejemplo, dados los lexones L/in/, L/útil/,
L/mente/, en la estructura táctica morfémica se generan adjetivos y
adverbios. En (8a) el nodo Y genera inútil; en (8b) genera inútil, y
también útil por medio de la línea del cero, que representa en el nodo
o la omisión optativa del prefijo. (8c) puede general útil, inútil, útil-
mente, inútilmente. (8d) también genera hábil, inhábil, etcétera.
La estructura táctica fonémica (básica) genera sílabas; la hipo-
fonémica, grupos (por ejemplo, la posibilidad de mp, nt en español,

170
(8)
; CN úrn
17, AE L/Gti1/ inútil
L/in/ L/1n/
(a) (b)

a adv.

(c)

L/úti1l/

L/in/

L/mente/

L/átil/

L/in/

pero no np). La estructura táctica morfémica genera palabras (sus-


tantivos, adjetivos, adverbios, etc.); la lexémica, oraciones. Toda es-
tructura táctica parte de un cero (elemento superior); por ejemplo, en
el estrato lexémico del diagrama (9). -

171
(9) oración

vocativo

cláusula

suj. pred.

El impulso que desciende del cero (9) permite generar en el nodo


y descendente una oración del tipo Juan canta (10a), o bien Si Juan
canta Pedro escucha (10b), Canta Juan, amigos (10c), Si Juan canta
Pedro escucha, amigos (10d).

(10)
(b)
(a) e A

s ¡

Juan canta Juan canta


Pedro escucha

A (d)
un

canta Juan amigos si amigos

Juan canta
Pedro escucha

Observamos que la recursión (cf. aquí 6.8.2) se representa con sim-


plicidad en la línea de la izquierda que converge en el nodo o ascen-
dente de (9). Por el diagrama (11) es posible generar, por ejemplo,
Dice mentiras (1la), Dice que sabe (11b).
La coordinación parece corresponder únicamente al estrato lexé-
mico y se representa mediante un nodo semicircular: * “un impulso

4 Otros recursos gramaticales, por ejemplo reduplicación, pueden generarse


mediante nodos especiales (cf Lamb 1966 d). La concordancia de género, nú-
mero, etc., en el español puede interpretarse como reduplicación de un único
elemento en la estructura táctica lexémica.

172
01)

dice
sabe

mentiras que

(b)
(a)

(dice)
. sabe
dice

mentiras que

descendente que llega a este elemento puede opcionalmente resultar


en dos o más impulsos separados”; es decir, permite recorrer más de
una vez el esquema. Por ejemplo, podemos generar Juan lee y escribe
(12a) o Compró los libros y los cuadernos (12b).

ty)
Juan
lee
escribe

los dibros
cuadernos

Estos dos casos de coordinación se representan con las fórmulas:


(a) Or. / Suj” (y, o, pero,...) Pred
(b) Pred / Núcleo* (y, o,...) Objeto

173
8.1.5. Gramática.

La gramática comprende los estratos morfémico y lexémico. El


morfón se relaciona en el estrato inferior* por medio de la estructura
fonémica de alternación. Dentro del estrato morfémico es la unidad
de que se componen los signos morfémicos, que directamente o por
medio de distintas operaciones se conectan con los morfemas en los
diamantes. Estos los impulsan hacia la estructura táctica para combi-
narlos en secuencias en las palabras (diagramas 6 y 8), a la vez que
los conectan por medio de la estructura morfémica de alternación con
los lexones.

(13) i

L/sobre./

M/sobre/ M/acerca/

El diagrama (13) muestra distintas realizaciones morfémicas del


lexón 1/sobre,/ (= “acerca de”) a la vez que su neutralización con
L/sobre,/ (= “encima”). El signo morfémico acerca se usa únicamente
en la combinación táctica morfémica acerca de.
El nodo o táctico que genera preposiciones en (13) presenta
cuatro líneas que corresponden a sobre (= encima”), sobre (= “acerca
de”), de y acerca de.
Los lexones son las unidades del estrato lexémico. Los elementos
(lexemas) se combinan linealmente en la estructura táctica en secuen-
cias (oraciones, frases) y se conectan por medio de la estructura lexé-

5 La estructura del componente fonológico está tratada extensamente por


Lamb en “Prolegomena to a theory of phonology”. El estrato hipofonémico “pa-
rece carecer de estructura de signo”; “en lugar de ella debe reconocerse la transi-
ción entre la estructura limgúística y sus manifestaciones externas, articulatorias,
acústicas y auditivas”. Por ello no hay hipofonones (cf. aquí 8.1.4.).

174
mica de alternación con los semones (unidades del estrato semémico).
En The man killed the worm la relación entre the man y killed, señala
al sujeto (lexémico) como agente (semémico). Pero el agente también
se expresa mediante otra combinación lexémica: by the man (en la
oración pasiva) [diagrama (14)].

the
killed
man
(14) by the man

|
s/matar/
s/det/ s/ag/ :
Ñ s/hombre/

— -- mm e

L/the/ L/Ki11/
L/man/ L/by/

8.1.6. Relaciones entre estratos.

El análisis de un corpus tiene por finalidad deducir la estructura


subyacente que de modo más simple dé cuenta de los datos, y mostrar
el mecanismo más simple de encodificación y decodificación de tales
datos. Al reconocer un funcionamiento peculiar dentro de cada estrato
se observa que en el morfémico los elementos se combinan linealmente,
mientras que en los otros estratos no ocurre lo mismo: hay redes semé-
micas, en que los elementos se combinan jerárquicamente; árboles lexé-
micos, ordenados por dependencias funcionales; y combinaciones foné-
micas simultáneas de unidades no jerarquizadas. Al texto The man
killed the worm corresponden las estructuras mencionadas como se
muestra en (15).*
La organización independiente de los estratos permite explicar el
hecho de que un texto como *el ladra perro no sea gramatical pues
contradice la estructura lexémica, pero que sí lo sea en dicho estrato
“un caballo verde fumaba una docena de naranjas”. La anomalía de
este último texto no es lexémica sino semémica.

6 Análisis aproximativo.

175
(15)
(xr11)
(rey det
=—cosa agente hacer=— 0bj.-= cosa det
semémica) animado pret. animado
adulto másc. declar. (worm)
humano
(árbol kil! >
lexémico) $ man | ora
the ed he

(cadena E
morfémica) ... 00 k ¡ 1 d 06
(combinaciones y] Vo etc.
fonémicas) Sr Ant
Oc! Alta

Superior al semémico es el estrato hipersemémico, que establece


la relación con nuestro conocimiento del mundo exterior, pero sin que
esa relación sea uno a uno. Así ciertos hipersemones que aparecen en
los sistemas de parentesco, por ejemplo el sexo, se realizan en inglés
en la estructura semémica en unos casos (brother / sister), pero no en
otros (cousin). En este último caso “sexo” tiene realización cero en la
estructura semémica de alternación.

8.1.7. La forma de la descripción.

Los diagramas pueden describir totalmente una lengua. Pero desde


el punto de vista práctico sería imposible hacerlo; por ello se emplean
sólo para la descripción de porciones limitadas de los sistemas. La
descripción adoptará, pues, la notación algebraicay tabular. Cada
sistema estratal será presentado por medio de una descripción táctica
y Otra realizacional.
Una descripción lexotáctica del español comenzaría por las si-
guientes reglas:
Or. / [Adjunto] [Modificador] [* (Coordinante)] Cláusula
(fórmula que se lee: oración se realiza como cláusula con adjunto op-
cional —por ejemplo el vocativo—, con modificador opcional —si no me
equivoco...—, o como cláusulas coordinadas —Las aves vuelan y los
peces nadan—, etcétera).
Cláusula / Bimembre, Unimembre
Bimembre / Suj-Pred, Paralela
Unimembre /[Modificador] Palabra, Complemento
Etcétera.?

7 Cf. Kovacci 1965. Cláusula equivale a estructura simple.

176
La descripción realizacional (de las estructuras de alternación, de
enlace y de signo) es el diccionario de cada estrato, que se organiza
como una lista de entradas (cada signo del sistema) con su valencia.
Esta identifica el nexo (= función) con el que se conecta en la estruc-
tura táctica. Una tercera columna incorpora la identificación de los
Xones con los que se conecta en el estrato superior. Por ejemplo (dic-
cionario lexémico) para el texto Las niñas corren:

(transcripción lexémica:

l -g -p niñ -a -s -n, -e, -n; -t, corr)

Entrada Valencia3 Semón


-a Femenino
corr Base
-e, Modo Declarativo
-g Concordancia;
l Artículo
-Ny Persona
-D, Concordancia;
niñ Base
-p Concordancia,
-S Número Plural
-t, Tiempo Presente

Además el diccionario puede incorporar reglas de realización espe-


cífica de la estructura de alternación (que ya aparece descripta, sin
embargo, por las reglas tácticas). Estas son reglas contextuales del tipo:

XxX
ll a—b / y
(lemz
Debe leerse (para el estrato morfémico): el lexón 1/x/ se realiza como
morfema M/y/ en el contexto M/a—b/, y como M/z/ en los otros
contextos.

8 Concordancia: 1 en género; 2 en número; 3 en persona. Ejemplo aproxi-


mativo.

177
8.1.8. Estratificación y proceso de descripción.

La estratificación es tanto una propiedad de la estructura lingúís-


tica como una característica de la descripción, en que “la estructura
se ve como estática, como un sistema de relaciones” que puede inter-
pretarse en dos direcciones (encodificación: punto de vista del hablan-
te; decodificación: punto de vista del oyente). Un sistema descriptivo
como el modelo de ítem y proceso, en cambio, supone mutaciones suce-
sivas, para las cuales ciertas entidades se postulan como iniciales. Para
Lamb la diferencia esencial entre ambas concepciones es que, dada una
alternativa (nodo o), el modelo de proceso considera como básico uno
de los términos, el cual se reemplaza por (el) otro en ciertas condi-
ciones; en el modelo estratificacional se reconoce además un elemento
(x) por encima de los alternantes (y, Z), que se corresponde con ellos
en distinto nivel, pero que no es igual a ninguno (x / y, z).2
Así el modelo de proceso interpreta la oración pasiva como deriva-
ción de la activa: 10

FN, + FV + EN, = > FN, + FV + por FN,

En una gramática estratificacional se supone una estructura sub-


yacente (semémica) y dos realizaciones (lexémicas) (cf. diagramas
14 y 15):

a) estrato semémico:
por

the +man <— agente —> kill < obj > worm <— the

pret.
b) estrato lexémico:
the man killed | the worm was killed
the worm | by the man

Las reglas que propone Lamb no son ordenadas, excepto para el


caso en que reflejan el ordenamiento real de la estratificación: la alter-
nación de un estrato debe describirse antes que la del estrato inferior.
Las reglas realizacionales no requieren ordenamiento. El elemento
superior permanece invariable, y ninguna de sus realizaciones toma

9 El proceso
es un modo de pensar similar al de la “gente que cree que
el hombre desciende del mono. El punto de vista más avanzado es, por supuesto,
que el hombre y el mono descienden de un antepasado común distinto de ambos”
(Lamb 1966 d).
109 Omitimos los detalles (cf. aquí 6.5.1 y 5.1.5.).

178
precedencia sobre las otras. Así cada regla queda disponible para ser
empleada en el caso requerido.
Las reglas de retranscripción de la gramática transformacional,
en cambio, son ordenadas. A veces pueden reflejar el orden estructu-
ral, pero otras veces el orden es arbitrario: el mecanismo exige que las
reglas operen reemplazando un elemento por otro, de modo que una vez
aplicada una regla ya no se puede volver a operar sobre el primer
elemento, que queda borrado.
Las reglas de retranscripción (cf. aquí 6.4.1) “producen una forma
lingúística y después la cambian en otra, luego en otra, etcétera”. En
un sistema estratificacional hay “impulsos que recorren la red de rela-
ciones” y sólo a su término se producen objetos.
Lamb ve en la última formulación de Chomsky de la gramática
transformacional una aproximación a la estructura estratificacional,
con su reconocimiento de una estructura profunda y una estructura
superficial como niveles diferentes. Sin embargo, ambos niveles “com-
parten muchos rasgos, incluyendo hasta los rasgos fonológicos” (ya que
como ciertas unidades no se retranscriben, pueden ser interpretadas
por sus componentes fonológicos aun en la estructura profunda). Las
transformaciones sirven ahora para convertir las estructuras profundas
en superficiales. -

8.1.9. Conclusiones.

La teoría estratificacional supone que las lenguas están estructu-


radas en varios estratos que relacionan “significados” con “sonidos”.
Lenguas como el español o el inglés tienen seis estratos, que se
agrupan de a dos en componentes mayores: el semológico, relacionado
con el significado; el fonológico, relacionado con el sonido, y el gra-
matical, que relaciona a ambos. Cada estrato presenta tres estructuras
realizacionales: de signo, de enlace y de alternación, y una táctica. La
estructura de enlace conecta a las otras tres. Cada estrato difiere de los
demás en sus unidades, en sus elementos y en las relaciones que éstos
contraen en cada estructura del estrato y con los estratos vecinos. Por
otra parte, una estructura es vista como un sistema de puras relaciones,
que sólo en sus terminales se conecta con el mundo exterior (semán-
tica y fonética).
Aunque la estructura que el lingúista describe es una abstracción,
refleja el hecho de que el acto de habla se desarrolla temporalmente:
es lineal, mientras que “las cosas con las cuales los sistemas semológicos
se relacionan —sucesos, fenómenos, experiencias, relaciones y otros—
son a menudo multidimensionales. Así una correspondencia estrecha

179
4

entre sistemas semológicos y fonológicos sería imposible”. De ahí que


es inadecuado describir las lenguas a partir de cadenas de elementos
que sufren procesos de mutación para obtener otras cadenas.
Si la evidencia empírica muestra que las lenguas (objeto) consis-
ten en sistemas de estratos.cada uno con su propia estructuración, y la
descripción (metalenguaje) tiene por finalidad ser la representación
uno a uno de tales sistemas,!! entonces la teoría estratificacional (meta-
metalenguaje) es “inductiva y no especulativa” (Bloomfield). Esto es,
sus universales son propiedades de las lenguas (estratos, clases de rela-
ciones, unidades de diferente extensión, etc.) y no postulaciones lógicas
(cf. aquí 6.1.34) impuestas por el formato de la gramática (metalen-
guaje). Su visión en profundidad (insight) sobre la naturaleza de la(s)
lengua(s) puede ser por lo menos tan poderosa como la de una teoría
racionalista.

8.2. Teoría sistémica.

8.2.1. Teoría lingiística.

M. A. K. Halliday encabeza actualmente en Inglaterra la llamada


escuela neofirthiana. En su “Categories of the theory of grammar”
(1961) presenta los conceptos fundamentales de esta tendencia, deri-
vados de los trabajos de J. R. Firth. Es en los últimos años cuando
la escuela inglesa alcanza notoriedad internacional.
Halliday considera el lenguaje como “sonido organizado”. La foné-
tica —que estudia los sonidos— y la lingúística —que. estudia la orga-
nización— son las disciplinas-que dan cuenta de diferentes aspectos del
lenguaje. Otras disciplinas conexas no estudian el lenguaje mismo, sino
con otra finalidad (psicología, lógica, crítica literaria, etcétera).
Halliday postula una lingúística general que respalde con una
teoría general la descripción de lenguas particulares y de los rasgos
comunes a todas las lenguas. Ciertos rasgos, propuestos por otras teo-
rías como- universales —por ejemplo, sustantivo, sílaba, etc.— no lo son,
ya que deben redefinirse en cada lengua. Los universales son más abs-
tractos y se relacionan con las propiedades que caracterizan a las len-
guas. Son universales las categorías que sirven de marco para una
descripción “poderosa y adecuada” de cada lengua. Así “palabra” no
es universal, sino una instancia particular en cada lengua dentro de la
categoría universal de “unidades”.

11 Para una crítica adversa, véase Hockett, IJAL 35.66-67 (1969), donde
a se retracta de haber sostenido anteriormente puntos de vista estratifica-
cionales.

180
Una teoríc consiste a) en un conjunto de categorías para dar cuenta
de los datos y b) en “un conjunto de escalas de abstracción que rela-
cionan las categorías entre sí y con los datos”.
Una descripción se define como la relación entre un texto (cuerpo
de datos observados) y las categorías teóricas, y se evalúa de acuerdo
con su dependencia respecto de la teoría.
Hay que distinguir también la descripción del modo de presen-
tarla. La evaluación de la presentación depende de sus fines.
De acuerdo con la teoría la descripción debe tener en cuenta los
niveles de estructuración del lenguaje. Los tres niveles primarios son:
situación, forma y sustancia, que se relacionan mediante el contexto y
la fonología.

situación IS F contexto |

O Y
a
| fonología |
sustancia

La situación y la sustancia no son estrictamente lingiísticas. Situa-


ción es la circunstancia social real en que opera la lengua; sustancia es
su materia (fónica o gráfica). Pero la descripción debe mostrar la
relación entre forma lingúística (organización significativa de la sus-
tancia) y situación, así como entre forma lingúística y sustancia. De
ahí que se postulen dos interniveles: contextual y fonológico, con esa
finalidad. Así un ítem tiene significado formal (según sus dependen-
cias en la red de relaciones formales) y significado contextual (relación
con rasgos no lingúísticos) lógicamente dependiente del primero.
La sustancia es el dominio de la fonética, mientras que la forma
es el dominio de la lingúística. Ambas son definibles autónomamente.
La fonología es el internivel que relaciona forma y sustancia. El estudio
de la forma comprende gramática y léxico.

8.2.11. Forma.

Dentro del nivel de la forma lingúística la diferencia entre gra-


mática y léxico consiste en que la primera trabaja con “sistemas cerra-
dos”1 y el segundo no cumple ese requerimiento. Un sistema (cerra-
do) consiste en un número finito de elementos, cada uno diferente de
los otros; y un nuevo elemento cambiaría el significado ( = valor saussu-

1 Aunque, según Halliday, todo sistema es cerrado. Pero como además


“cistema” es un término técnico de la teoría, “sistema cerrado” será la caracte-
rística de la gramática frente al léxico.

181
reano) de los otros. Esta última característica puede verse comparando
sistemas.?

aquí singular | singular |


o LEA acá A o AA
mostración abi Eto dual
del lugar allá SOCIO ar
allí plural

8.2.2. Escalas.

Las escalas que postula la teoría son: grado, exponencia y deli-


cadeza. Para introducir la primera Halliday discute las nociones de
jerarquía, taxonomía y jerarquía continua. Una jerarquía consiste en
un sistema de términos que se relacionan en una sola dimensión (por
ejemplo, por inclusión). Una taxonomía es una jerarquía en que
cada término guarda relaciones constantes con el inmediatamente pre-
cedente y el inmediatamente siguiente, y en que el grado —la dis-
tancia con respecto a los términos extremos— es una característica de
cada término.
Una jerarquía continua, por otra parte, es una relación unidirec-
cional potencialmente infinita.
Los términos de una taxonomía pueden describirse de “mayor” a
“menor” o, equivalentemente, de “más alto” a “más bajo”, de modo
tal que un término * “consiste en” el término inmediatamente siguien-
te o varios”. La escala que ordena una taxonomía es el grado.
La exponencia es otra escala por la cual se relacionan las cate-
gorías (que son abstracciones) con los datos: establece cómo se reali-
zan los términos de una categoría. Por ejemplo, en la categoría de
unidad se halla la “cláusula”, en cuya estructura (otra categoría) apa-
rece el elemento “sujeto”; para éste posibles exponentes pueden ser:
este chico; el chico inteligente; este hombre inteligente; él; etc.
La escala de delicadeza es una jerarquía continua que permite
“diferenciación o profundidad de detalle”.

2 La oposición cerrado/abierto no parece suficiente para distinguir gramá-


tica de léxico, pues sistemas del tipo
chico
= A chico
mediano A
A grande
grande
serían gramaticales según esa pauta.

182
E AA

8.2.3. Categnrías.

8.2.31. Unidad. .

La categoría de unidad es el marco teórico adecuado para des-


cribir secuencias que manifiestan esquemas gramaticales. Ellas son
(para el inglés o el español): oración, cláusula, grupo (frase), pala-
bra, morfema.
Las unidades forman una taxonomía. Están, pues, ordenadas según
la escala de grado. En español una oración consiste en una O más
cláusulas; una cláusula, en una o más frases; etc. Puesto que una uni-
dad consiste en otra(s) inmediatamente siguiente(s), las unidades en
que otra unidad consiste pueden relacionarse por secuencia:

oración
grado y
cláusula (+...-+ cláusula)
(Las aves vuelan y los peces nadan)
o por inclusión:
palabra
(grado) y
morfema (base) + morfema (infijo)
(tagalo sumú:lat “el que escribió”, frente a sú:lat “un-
escrito”)
o por fusión:
palabra
y
morfema sustitutivo
(inglés take +. pretérito = took)

La escala de grado permite el transporte de unidades de grado


más alto a un grado más bajo. Por ejemplo, una cláusula puede apa-
recer en lugar de una frase o de una palabra: “El hombre que vino
lo dijo”.
El número de unidades varía según las lenguas, pero es fijo en
cada una.

8.2.32. Estructura.

Una estructura consiste en la “combinación de elementos ordena-


dos en “posiciones” ” relativas; es decir, es la abstracción de “esquemas
de relaciones sintagmáticas” (por ejemplo, sujeto-predicado es una

183
estructura). El orden no siempre debe entenderse como mera secuen-
cia temporal. Puede haber diferentes secuencias con la misma estructura:

Tiene/los ojos/negros Tiene/negros/los ojosf


o distintas estructuras en la: misma secuencia:

La antología de cuentos/ de NN
La antología/ de cuentos de NN
Pero en inglés el orden en la secuencia define sujeto y complemento
(objeto).
Para describir una estructura se emplean símbolos ordenados en
secuencia. Halliday analiza la cláusula en inglés con cuatro elementos:
sujeto S, predicador P, complemento C y adjunto A. Distintas estruc-
turas de cláusula pueden ser: SP, SAP, SPCC, etcétera. Cuando el
orden secuencial define la estructura, se señala con una flecha; por
ejemplo, para el inglés:

— —>
sp "WSPO

Se emplean índices para señalar las posibilidades de expansión. En


español interesante conversación se estructura M(odificador) N(úcleo);
pero existe la posibilidad de que los modificadores de la frase sean
varios (...aguda, brillante...): (M...n)N.
Si se aplica la escala de delicadeza es posible establecer estruc-
turas primarias que distinguen el mínimo número de elementos nece-
sario para dar cuenta de una estructura. Por ejemplo, distintas com-
binaciones de los elementos S, P, C, A, forman estructuras prima-
rias en la unidad cláusula, y las de M, N, en la unidad frase. Pero en
las mismas unidades es posible, por un análisis más delicado, establecer
otras diferenciaciones que manifiesten estructuras secundarias:

C1. Ella le dio el libro


IEA A OO EN
2. CE CE

C1. Ella tiene los ojos negros


E ES > C Cc
2. CE CI3

3 CE: complemento extensivo; CI: complemento intensivo. Usamos la no-


menclatura de Halliday.

184
Fr. Aguda, brillante conversación
1. M M N
2: M. M.*

Fr. Esa primera brillante conversación


de Mi M M N
2. Ma Mo Me.

La unidad morfema no tiene estructura, pues no corresponde a


ninguna unidad de grado inferior, de modo que sus exponentes no son
gramaticales sino fonológicos.

8.2.33. Clase.

Por clase entiende Halliday el conjunto de los miembros de una


unidad definido por su capacidad de operar en la unidad superior. Así
el “grupo nominal” es una clase de la unidad grupo, definida por su
capacidad de ocupar posiciones determinadas en una estructura, por
ejemplo la posición sujeto.
La unidad oración no es miembro de ninguna clase, ya que no hay
una unidad de grado superior en la que pueda operar.
La escala de delicadeza también se aplica a la clase. Por una'
parte, clases más delicadas corresponden a estructuras más delicadas,
y esto puede ocurrir de dos maneras. 1) Un mismo elemento puede
aparecer en distintas posiciones en la estructura, y corresponder en
ellas,a distintas clases secundarias. Si las estructuras primarias son
AB BA. AAB etc.

las clases primarias de la unidad inferior son “clase que opera en A” y


“clase que opera en B”. Pero si una estructura secundaria fuera del tipo
A, As BA,
se ve que la clase que opera en A tiene dos subclases (o clases secun-
darias), una que opera en A, y otra que opera en A,. Por ejemplo:
Estos buenos chicos estudiosos
estr. prim. M M N M
clase prim. Adj Adj Sust Adj
estr. secund. Ma M. M.
clase secund. Det Epít Epit

4 e: epíteto; d: determinador; o: ordinativo.

185
2) Aplicando la escala de delicadeza en una estructura primaria
pueden distinguirse clases más diferenciadas:

Todos estos buenos chicos

presenta la estructura A...nB. En la estructura primaria todas las A


están en la misma relación con B (son M); pero de las relaciones mu-
tuas entre las A resultan clases secundarias: q, r, s, que operan en A,,
ASA:
Por otra parte, ciertas restricciones pueden dividir los miembros
de una clase primaria en subclases. Si la estructura es AB (es decir,
no hay posibilidad de estructura secundaria) la escala de delicadeza
debe mostrar la alternativa A¡B, /A,B, que permite, per ejemplo, los
textos buenos chicos/ buenas chicas.
Si se aplica la escala de exponencia se puede decir que las clases
primarias son exponentes de las estructuras primarias y que las clases
secundarias lo son de las estructuras secundarias. Halliday lo muestra
con el siguiente diagrama:

escala de delicadeza
menos delicado más delicado
EOOo—_—___

mayor Estructura Estructura


abstracción 1 primaria ——> Secundaria
de

escala de | |
exponencia
Clase Clase
datos y primaria ——> secundaria

8.2.34. Sistema.

Sistema es la categoría que da cuenta de las clases secundarias,


es decir, de las elecciones que se efectúan dentro de una clase. La
clase “grupo nominal” presenta (en español, en inglés) un sistema de
número: sg/pl; en español, también un sistema de género: masc/fem;
etcétera.
Si la elección es cerrada, es un sistema (gramatical); si es abierta
es un conjunto léxico. En la descripción de la frase verbal de Los edi-
ficios fueron destruidos, intervienen los sistemas:

186
pasiva pretérito perfectivo positivo
activa presente imperfectivo negativo
« futuro
De cada uno de ellos se selecciona un término y sólo uno.
Las mismas elecciones se efectuarían si el texto fuese fueron cons-
truidos (pintados, vendidos, etcétera). Pero destruidos, construidos,
pintados. .., son por su parte miembros en una elección abierta (léxico).
El paso de gramática a léxico se define por la escala de delicadeza:
cuando un análisis más delicado no presenta nuevos sistemas (cerra-
dos) la elección es léxica.
Una gramática explícita debe establecer mediante la escala de
exponencia cómo se realizan los rasgos de una categoría, por ejemplo
una unidad. Así en inglés SP expone la propiedad “afirmativo”, mientras
aque PS puede exponer o realizar “interrogativo” y P “imperativo”. Luego
P es expuesto —en cualquiera de los casos— por un miembro de la clase
“verbal”, a su turno expuesto por un término “activo'/'pasivo” del sistema
de subclases, cuyo exponente siguiente puede ser un miembro del sis-
tema de tiempo, a su vez expuesto por un miembro del sistema de as-
pecto, etcétera.
Cuando la elección en sistemas cerrados ya no es posible, se llega
al ítem formal léxico que pertenece a conjuntos abiertos e indica el
límite de la forma. Sus exponentes serán sustancia (fónica, gráfica).

8.2.4. Léxico y fonología.

La descripción del léxico tiene sus propias categorías teóricas: co-


locación y conjunto, y una única escala: delicadeza. Colocación “es la
asociación sintagmática de entidades léxicas, cuantificable, textualmente,
como la probabilidad de que ocurran las entidades a, b, c... a una dís-
tancia de n entidades léxicas a partir de una entidad x”. La colocación
permite formar conjuntos (paradigmas) léxicos de todas las entidades
que comparten ciertas colocaciones. La escala de delicadeza permite
establecer subconjuntos. Por ejemplo,

col. <= El perro corre. El perro duerme El perro ladra


chico chico
/ agua
conj. e

El nivel fonológico se describe con categorías y escalas como la


gramática. Así se encuentran unidades fonológicas ordenadas por la
escala de grado; ejemplo para el inglés:

187
O

escala P. grupo tonal


de pie (secuencia con acento fuerte)
grado sílaba
y fonema
NS

8.2.5. Transitividad.

El énfasis puesto por Halliday en las categorías y las escalas permi-


tió que esta teoría se conociera hacia 1963 como “gramática de escala y
categoría”. Actualmente se la denomina “teoría sistémica” por el cam-
bio de enfoque, centrado en los sistemas, en parte propuesto como
- alternativa a la descripción chomskiana de las estructuras profun-
das —es decir, a la descripción de las propiedades semánticas rele-
vantes en una gramática—.
Uno de los aspectos del sistema estudiados por Halliday (1967-68)
es la transitividad, que consiste en una red de sistemas originados en
la cláusula mayor (la que contiene predicación); también se originan
en ella otros sistemas simultáneamente:

compleja: declarativa
y indicativo> ' : polar
0 modo> ] : interrogativa> |disyun-
imperativo > tiva
simple=> : : no polar
transitividad> ases
extensiva
tema

Los sistemas de transitividad se relacionan 1)*con los tipos de


procesos empleados en la cláusula: “extensivos” (acción-percepción: él
corre, oye, canta), “intensivos” (descripción-identificación: Juan es
bueno, Juan es el autor); 2) además, con los participantes, y con atri-
butos y circunstancias de los procesos y los participantes. El proceso
se asocia con el P de una cláusula; los participantes con S y C; atribu-
tos y circunstancias con C.
Para describir contrastivamente estas oraciones:
a. Juan compró los libros.
b. Los libros fueron comprados.
c. El pájaro voló.
d. Juan estuvo contento.
además del proceso “intensivo” (d) o “extensivo” es necesario establecer
otras distinciones de rasgos gramaticales. En la cláusula extensiva se
origina el sistema “efectivo”/“descriptivo”. “Efectivo”: proceso de acción
dirigida hacia un objeto (a, b); “descriptivo”: proceso de acción no
dirigida (c). El rasgo “efectivo” puede manifestar el sujeto como actor

188
(“operativo”) v como objeto (“receptivo”). Estos rasgos sistemáticos se
ordenan según la escala de delicadeza:

cláusula intensiva (d)


mayor —> eXHENSiva a descriptiva (c)
efectiva —> operativa (a)
receptiva (b)

Una descripción más refinada aún (= más delicada) de la cláu-


sula extensiva debe incluir el rasgo “iniciador de la acción” (como
participante), así como otras posibilidades de relación de los partici-
pantes para explicar ejemplos como: ”
e. Juan se peinó.
f. Los soldados volaron el puente.
g. Se voló el puente.
(En la cláusula efectiva el actor es siempre iniciador.)

operativo medio receptivo

S: actor S: actor S: objeto


y objeto

efectivo a e b

S: iniciador S: inic. S: actor


no actor actor no inic.

descriptivo f c g

El sistema presenta, pues, dos dimensiones solidarias:

efectivo
descriptivo
extensivo operativo

pa medio
receptivo

5 Hay posibilidades ulteriores de refinamiento que omitimos.

189
E

Halliday generaliza diciendo que de acuerdo con los sistemas de


transitividad es posible distinguir tres tipos de sujeto: ergativo, momi-
nativo y acusativo, que corresponden, respectivamente, a los rasgos de
cláusula operativo, medio y receptivo más los papeles de los partici-
pantos señalados en cada columna. Así, sujeto ergativo: a, f; nomina-
tivo: e, c (también es nominativo el sujeto de la cláusula intensiva d);
acusativo: b, g.

8.2.6. Componentes de la gramática.

Una gramática como la del inglés o la del español tiene compo-


nentes que representan funciones del lenguaje entendido como sistema
de comunicación. El componente lógico es expresión lingúística de
relaciones universales como conjunción, disyunción, negación, o el sis-
tema de predicación por el cual se distinguen los elementos sujeto-
predicado.
La transitividad manifiesta el componente de experiencia $ extra-
úngúística manifestada lingúísticamente.
El componente discursivo es el tema: ” organización del mensaje
actual dentro de los límites de la oración. De él deriva la estructura
de información de la cláusula, en que los elementos no son los “par-
ticipantes en procesos extralingúísticos, sino componentes de un men-
saje”; manifiesta la relación entre lo que se dice y lo dicho anterior-
mente en el discurso, y su organización en el acto de la comunicación.
La marca del término nuevo” frente al término “conocido” puede ser
fonológica (grupo tonal enfático) o depender del orden sintagmático,
o del contraste entre rasgos sistemáticos (pasiva / activa), etcétera.
El componente interpersonal es el modo, que implica la presencia
de hablante y oyente en situaciones de habla, con opciones que mani-
fiestan la actitud del hablante (informa, pregunta, manda, etcétera).

8.2.7. Conclusiones.

La teoría sistémica presenta una estratificación de tres niveles:


fonología, forma, contexto. Los niveles deben distinguirse pues a ellos
corresponden “distintas clases de abstracción” y por lo tanto se manejan
con categorías diferentes. La forma es el dominio de la gramática y
el léxico. No se reconocen estratos en la gramática, sino categorías
sucesivamente inclusivas, ordenadas por la escala de grado, relaciona-

6 Dentro de la función representativa, según Biihler; cf. aquí 3.3.


7 Cf. aquí 3.3.4.

190
ds EAS Dre A Y

das por la escala de exponencia como contextos y realizaciones, y ana-


lizadas en profundidad progresiva según la escala de delicadeza.
No hay una distinción entre sintaxis y morfología (en el sentido
tradicional), si bien las unidades oración, cláusula, frase y —en parte—
palabra corresponderían al dominio sintáctico; mientras que palabra
y morfema corresponden al morfológico. Pero las estructuras y las
clases se aplican en ambos dominios, y los sistemas se aplican a las
clases.
Halliday subraya que una descripción lingiística es un “cuerpo de
métodos derivados de la teoría y no un conjunto de procedimientos”.
Ello implica que la teoría provee un modo de evaluar descripciones:
una descripción es la mejor si “aplica al máximo la teoría para dar
cuenta de la mayor cantidad de datos”. El principio de simplicidad
se aplica solamente cuando es necesario decidir entre “menos sistemas
con más términos y más sistemas con menos términos”. La teoría fa-
vorece la segunda alternativa, de modo que conduce a descripciones
“polisistémicas”.
El valor más evidente de la teoría sistémica es la investigación de
las relaciones entre la interpretación semántica y la forma gramatical,
desarrollada en muchos trabajos por Halliday y sus seguidores.

191
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9. RECIENTES AVANCES DE LA GRAMATICA

9.1. Tendencias generales.

El avance de la lingúística en general y de la gramática en particu-


lar ha sido considerable en los últimos años. Pruebas de ello son el
crecido número de publicaciones, entre las que se cuentan varias revis-
tas nuevas, los nuevos temas de discusión y el hecho —ahora común,
aunque bastante irritante (cf. Mattews 1972)— de que los trabajos
circulan en versiones preliminares (no siempre fáciles de obtener, pero
repetidamente citadas y discutidas por otros autores), y si se publican
formalmente después de dos o tres años, aparecen ya obsoletos (por
ejemplo: Lakoff 1970 b; Postal 1971). Como en la década del sesenta,
el mayor porcentaje de publicaciones corresponde a la gramática trans-
formacional.
A mediados de la década del setenta se distinguen líneas dominan-
tes en los estudios lingúísticos. Frente a un relativo equilibrio entre
investigaciones sobre fonología, gramática y semántica en Europa desde
la década del veinte, en la lingúística norteamericana se observan dos
etapas (si se toma a Joos 1957 como índice representativo). Inicial-
mente predomina el interés por los problemas fonológicos (desde 1925
hasta alrededor de 1942), equilibrado luego por estudios de morfología
y en menor medida de sintaxis (1942-1956). En la etapa subsiguiente,
con el surgimiento de la teoría transformacional, la sintaxis toma un
papel central, aunque por la tendencia integradora de la teoría se
1einterpretan también los problemas fonológicos y morfológicos. Por
otra parte se observa un mayor contacto entre investigadores de dis-
tintas tendencias que da por resultado una serie de líneas de interés
comunes.
El rasgo más saliente de los estudios actuales es el lugar promi-
nente otorgado a la semántica. Si bien se puede aceptar la autonomía
de la gramática —morfología y sintaxis— como uno de los componentes
de la estructura lingúística, también es necesario considerar que el

193
A A
>. Po

control de su funcionamiento para los fines de la comunicación en sus


distintos niveles, registros y situaciones corresponde a la semántica. En
cierto modo se subraya así la función frente a la estructura, tomando
el término función” en el sentido de Bihler, por ejemplo (cf. aquí,
3.3, n. 9). No es ajeno a este aspecto el enfoque pragmático sobre cómo
funciona la lengua en relación con las necesidades, propósitos, etc., del
usuario en su contexto situacional social.
Un asunto al que se presta atención en la mayoría de las tenden-
cias es el de cómo se distribuye la información en la oración, con el
estudio de las nociones de tema-rema, tópico, foco, presuposición,
nuevo-conocido. Algunas de ellas se aplican también al discurso, es-
tructura con organización propia en la que se integran las oraciones.
El discurso o texto se reconoce como parte de la gramática en sentido
amplio. Varios autores trabajan en la gramática del texto, a la que
conciernen también la estructura del diálogo y otros tipos de discurso,
la deixis, la elipsis, etc.
Desde otro punto de vista se advierte una doble orientación en los
fines de la investigación: hacia lo general y hacia lo particular. No ha
mermado el interés por los universales lingúísticos —compartido por
filósofos y psicólogos— y por la construcción y desarrollo de teorías
formales, mientras se extiende la inclinación hacia la sociolingúística,
una rama de la investigación en auge desde la década anterior que se
ocupa del funcionamiento de las lenguas en relación con el medio social
(lengua general y dialectos; factores sociales en la evolución de las
lenguas; diferenciación social y variación lingúística; etcétera). En las
distintas orientaciones es frecuente la utilización de un metalenguaje
lógico o matemático.!

9.2. Escuela de Praga.

9.2.1. Los lingúistas de Praga han dedicado sus esfuerzos a pro-


fundizar ciertos temas dentro de las grandes líneas teóricas que carac-

1 Al respecto dice O. Akhmanova: “Las dos principales tendencias en lin-


gúística, agudamente apodadas God's truth y hocus-pocus [cf. aquí 5.1.1.] están
siendo desalojadas por la que también humorísticamente podría describirse como
el nuevo traje del emperador”: estamos sumergidos en una masa de publicaciones
que posiblemente no podemos entender o cuya relevancia para nuestra materia
no podemos ver. Pero, de modo no diferente al de las “personas muy importan-
tes en el inmortal cuento de Hans Andersen, pretendemos que podemos por temor
de perder nuestros cargos; a menos que declaremos que entendemos el metalen-
guaje matemático y que nos deleitamos con las matrices y símbolos de la lógica
teórica, quedará demostrado que somos tontos, vetustos fósiles ignorantes —no-
toriamente ineptos para nuestros empleos—.” Akhmanova cree que la construc-
ción de descripciones formales corresponde a una disciplina especial, la lógico-
lingúística, “cuyo progreso ha sido impedido por la decadencia de la traducción
automática” (reseña de Chatfe 1970, en Linguistics 103 (1973), pp. 105-109).

194
terizan a esta escuela, principalmente acerca del nivel semántico y del
supersintáctico (cf. aquí 3.3.3 y 3.3.4).
Sobre la base de, la distinción de Danes de tres niveles estructu-
rales de la oración: gramatical, semántico y supersintáctico, se desarró-
llan aspectos de la estructura semántica y de la supersintáctica, así
como de las relaciones entre los tres.

9.2.2. Gramática del discurso.

El estudio del nivel supersintáctico, centrado en términos de la


perspectiva funcional (PF) de la emisión, muestra que la organización
de la emisión es básicamente bipartita. Ambas partes, tema y rema,
manifiestan funciones comunicativas complementarias. Es posible dis-
tinguir, en términos estrictos, a) tema —algo de que se habla y ele-
mento que lleva el menor grado de dinamismo comunicativo (Firbas)—
y rema —lo que se dice del tema y elemento que lleva la mayor canti-
dad de información—; de b) conocido y nuevo.
Tema-rema es la estructura intrínseca de la emisión en tanto enun-
ciado acerca de algo, portadora del dinamismo comunicativo (grados
de información). Conocido-nuevo es en cambio la organización de
la emisión en relación con su contexto lingúístico o situacional (cf. aquí
9.5 y 9.6). Pero según Danes (1970 a), “ambos aspectos en la mayoría
de los casos coinciden”. De esta manera la PF puede considerarse
como el nivel gramatical del discurso o texto.
La línea divisoria entre tema y rema no es siempre precisa. Puede
haber elementos transicionales con menor grado de dinamismo comu-
nicativo que el tema, pero mayor que el del rema; o bien los elemen-
tos del tema y del rema pueden enlazarse en parte. Se pueden consi-
derar también oraciones sin tema, como las impersonales del tipo
Llueve. (Sgall 1972).
Sgall distingue tres niveles en la PF: a) cuando la distribución del
dinamismo comunicativo depende sólo de la estructura semántica de
las oraciones, por ejemplo las que no presuponen un contexto lingúístico
o situacional (Un chico encontró un perro); b) cuando la distribución
del dinamismo comunicativo depende de un contexto (El perro seguía
al chico); c) cuando el rema es el único elemento que difiere de otra
emisión dada (por ejemplo, correcciones de errores).
Los medios que indican la PF son de uso primario (no necesaria-
mente exclusivos para esta función), como el orden de palabras para
el español y el checo. O son de uso secundario, pues pertenecen pri-
mariamente a niveles inferiores; por ejemplo la voz pasiva en inglés y
en español, que permite introducir el objeto (semántico) como tema.
De esta manera los niveles inferiores sirven al superior, que los abarca.

195
A o iz

Danes (1970 a y b) señala que la PF no se limita a la emisión, sino


que abarca el texto íntegro, y en este caso hay que considerar una
jerarquía en la estructura temática, que puede manifestarse de distintas
maneras, o sea con distinta “progresión temática” (PT). Un tipo de PT
es aquel en que el rema de.una emisión (R,) es retomado en la emi-
sión siguiente como tema (T,), es decir, en progresión lineal: |

T, —> PR;

T, (= Ri) —> R,

Ts (=R,) —>R;

Otro tipo puede presentar la progresión con un tema continuo, ya


que un mismo tema —aunque no necesariamente en la misma forma
léxico-gramatical— puede aparecer en distintas emisiones con distintos
remas:

(T,
— R,)

T, —RkB >

T, —> R,

La progresión se realiza también mediante dos (o más) remas para


un solo tema, de manera que la expresión produce dos (o más) pro-
gresiones temáticas. (La princesa. no ríe, la princesa no siente; / la
princesa persigue por el cielo de Oriente... R. Darío).
Además de estos tipos de progresión en secuencia continua de
emisiones —que, por otra parte, pueden combinarse de diferentes ma-
neras—, Danes señala otras posibilidades: que la progresión temática no
sea continua, es decir, que se retome en parágrafos no subsiguientes;
que se omitan emisiones implicadas por el contexto; etcétera.

196
O AS
PA di PT did A Ñ a E
A
, = »

Para estudiar el funcionamiento de la PF importa su relación con


otros niveles de la estructura lingúística, tal su correspondencia con ele-
mentos de la oración gramatical (sujeto, predicado, etc.), o con clases
semánticas de verbos, «algunos de los cuales sirven como elemen-
tos de transición entre tema y rema' (aparecer, señalar, mostrar,
etcétera).
Dado que un elemento temático o remático puede presentarse con
variación léxica, es necesario dilucidar ciertos aspectos semánticos como
los que conciernen a sinonimia, paráfrasis, inferencia o implicación
semántica.
Otro fenómeno que es necesario considerar es el que estudia Palek:
el de la remisión (cross-reference). Se basa en la referencia, o identifi-
cación de objetos no lingúísticos y es de carácter supersintáctico, pues
tiene su esfera de acción en las relaciones contextuales. Se trata de la
dependencia entre oraciones, que permite establecer la cohesión del
discurso.
En primer lugar Palek reconoce la función de denominación de
objetos en el discurso: la relación entre objetos y nombres, que puede
tener las variantes a) un solo objeto - un solo nombre; b) distintos ob-
jetos - distintos nombres; c) un solo objeto - distintos nombres; d) dis-
tintos objetos - un solo nombre. La elección del nombre de un objeto
depende de la intención del hablante, quien lo toma del vocabulario
disponible en la lengua. En el discurso conectado la mención de un
mismo objeto se puede realizar de distintas maneras. Si un texto fuera:

Esta es la historia de un chico y un perro. El chico encontró


al perro perdido y lo recogió. Lo llamó Fido, y desde entonces
el can seguía a su amiguito a todas partes. Uno y otro...

se observa que un chico, el chico, su amiguito, uno, son denominacio-


nes de uno de los objetos identificados; y que un perro, lo, Fido, el
can, otro, son las denominaciones del otro objeto. Además, el orden en
que las denominaciones aparecen muestra una relación de dependencia,
pues no siempre es posible alterarlo. Las elecciones subsiguientes a la
primera mención son impuestas por ciertas reglas lingúísticas, tales
como la correspondencia entre sustantivos comunes y propios, la pro-
nominalización, el uso del artículo definido (por ejemplo, no se podría
decir dentro del mismo texto: “...desde entonces un can...”, porque
un can no se referiría ya a Fido), etcétera.

197
9.3. Teoría tagmémica

La teoría tagmémica ha insistido en la idea de la unidad forma-


significado y ha utilizado en sus fórmulas analíticas una nomenclatura
semántica; por ejemplo, “sujeto como agente”, receptor de la acción
como sujeto”, etc. (Pike 1954-60). Sin embargo, más recientemente se
reconoce la importancia de esta notación tagmémica (Becker, Brend
1968), pues refleja la “estructura profunda” realizada en la “estructura
superficial”. Entre El chico curó al perro (en que el chico es “sujeto
como actor”) y El perro fue curado por el chico (en que el perro es
“sujeto como objeto de la acción”) la diferencia es de forma gramatical,
no de significado; en ambas oraciones las categorías semánticas son
las mismas, aunque con diferencia de foco o tema: en la primera, el
foco aparece sobre el actor y en la segunda sobre el objeto de la acción.
Además es necesario incluir en la descripción el análisis del léxico
por medio de rasgos (chico: “animado”, “humano”; perro: “animado”, no
humano”; etcétera).
Cook, en varios trabajos (1970 a 1972), propone utilizar la gra-
mática de casos de Fillmore (cf. aquí 9.4.4) complementada con apor-
tes de Chafe (1970) como “estructura profunda” tagmémica para obte-
ner un modelo más poderoso. Ello implica reconocer una forma gra-
matical con categorías como sujeto, objeto directo, objeto indirecto,
etcétera. Cada una de ellas manifiesta una categoría semántica, aunque
no siempre la misma; por ejemplo, el sujeto gramatical puede manifestar
“actor” (agente), como en El chico cura al perro, “locación” como en
Buenos Aires es grande, “afectado” como en Murió Juan, etcétera. En
este análisis el verbo toma importancia central, pues los papeles de las
categorías semánticas se organizan en relación con él.
Entre oraciones puede existir una identidad que no aparece en la
forma gramatical que adoptan, pero que se patentiza al describirlas con
fas fórmulas integradas (cf. aquí 5.7.3-4); por ejemplo:

El chico curó al perro.


estr. superf. +$S:n +P:vta +0D: r-e
estr. prof. Agente v Objeto

El perro fue curado por el chico.


estr. superf. +S:n + P:vtpas +A:r-e
estr. prof, Objeto V pas Agente

O bien es posible establecer la diferencia entre dos oraciones con


forma gramatical idéntica:

198
Horacio rompió el vidrio
estr. superf. +$S:n +P:vta +OD:n
estr, prof. ” Agente V Objeto

La. pelota rompió el vidrio


estr. superf. +8:n +P:yta +0D:n
estr. prof. Instrum. v Objeto

La teoría tagmémica también ha postulado desde el principio el


reconocimiento de niveles jerárquicamente organizados, y considera
dos niveles superiores a la oración: el parágrafo y el discurso. Lon-
gacre (1970) estudia la conexión de oraciones en el parágrafo para es-
tablecer los valores formales y semánticos de sus diversos tipos, como
la coordinación y otros modos de relación. En otras investigaciones
se ha considerado el análisis de discursos estableciendo los “roles” que
aparecen y las formas diversas que los manifiestan.

9.4. Gramática transformacional.

9.4.1. Hipótesis lexicalista.

El que hemos llamado tercer modelo de gramática transformacio-


nal, denominado también teoría transformacional clásica (Postal 1971 a)
o teoría estándar (Chomsky 1970 a), ha sido criticado por discípulos
de Chomsky, quienes cuestionan el status de la estructura profunda tal
como la presentan Chomsky (1965) o Katz y Postal (1964). Según
éstos, el componente sintáctico de la gramática contiene un subcompo-
nente básico que genera un conjunto de marcadores de frase M (= es-
tructura profunda; cf. aquí 6.5), tales que
a) constituyen la entrada del componente transformacional, es
decir, sobre ellos operan las transformaciones, las cuales proyectan las:
estructuras profundas en estructuras superficiales (que son a su vez la
entrada del componente fonológico);
b) los marcadores de frase M constituyen también la entrada del
componente semántico de la gramática, que les asigna una interpreta-
ción semántica componencial.
Los marcadores M no tienen ninguna transformación (no léxica)
en su historia derivacional; esto significa que las transformaciones no
contribuyen a determinar la interpretación semántica de las oraciones.
Según el mecanismo del componente semántico de que hemos hablado
en 6.8.3, las reglas de proyección que operan sobre la estructura pro-

199"
A eS

funda para generar representaciones semánticas requieren que la es-


tructura profunda provea los significados de las unidades léxicas que
contiene como elementos terminales, junto con la especificación de sus
relaciones sintácticas (marcadores semánticos y sintácticos). Un punto
crucial es que los marcadores M especifican ítem léxicos que son uni-
dades de significado (ya sea atómicas o complejas), de modo que el
componente transformacional opera sobre la estructura profunda des-
pués de la inserción del léxico (cf. aquí 6.8 y 6.8.1).?
Esta teoría es de “base sintáctica” en el sentido de que supone
que la relación sonido-significado está determinada por la estructura
- sintáctica (Chomsky, 1970 a). Por otra parte, es una hipótesis “lexica-
lista” en el sentido de que sostiene la existencia de estructuras profun-
das con especificación de entidades léxicas motivadas independiente-
mente de la interpretación semántica y previas a ésta. Y dada la fun-
ción interpretativa del componente semántico, la teoría semántica de
esta gramática es una teoría “interpretativa”.
Desde 1965 la teoría chomskiana ha sufrido cambios para superar
inadecuaciones y se han propuesto mecanismos adicionales.

9.4.2. Mecanismos de filtrado.

En el modelo de Aspects las transformaciones tienen una función


de filtro, pues bloquean estructuras de la base cuando no se cumplen
ciertas condiciones entre elementos de un marcador de frase. Estas
reglas se usan según principios universales, como porsejemplo el de su
ordenamiento cíclico. Las transformaciones se aplican cíclicamente y
en cierto orden (cf. aquí 6.8.2.).
En estudios posteriores se ha argumentado que este sistema es
insuficiente y se han propuesto otros mecanismos de filtrado, algunos
de los cuales mencionamos a continuación.
Reglas postcíclicas. Además de las reglas cíclicas que operan en
«ciclos (dominios transformacionales; cf. aquí 6.5.11), existen otras res-
trictas a aparecer en el último ciclo, como la de anteposición de adver-
bios en inglés: Fido ran away = > Away ran Fido (Fido se escapó).
Teoría de las excepciones (G. Lakoff 1970, escrito en 1965).
Transformaciones que se aplican a ciertos item y no a otros (reglas
menores) a pesar de que en todos los casos los ítem responden a la
descripción estructural especificada por una regla; por ejemplo, la
regla de transporte de la negación, aplicable con verbos como pensar,
creer, etc., pero no con otros como mostrar: Cree que Pedro no ven-

2 La operación de inserción del léxico se llama también transformación


léxica, y es distinta de las transformaciones no léxicas.

200
Ms

drá = > No cree que Pedro vendrá. Hay también excepciones abso-
lutas: casos en que no debe aplicarse la descripción estructural de una
regla a un ítem y casos en que sí debe aplicarse. Por ejemplo, la trans-
formación de borrado del sujeto de una oración incluida opera cuando
este sujeto es idéntico al de la estructura'matriz, lo cual se cumple
en inglés en 1 begged to go, “pedí ir (yo)”; pero no puede aplicarse
ni siquiera como regla menor con otros verbos como to implore, pues
éstos no permiten una estructura incluida con igual sujeto que la es-
tructura matriz: * 1 implored to go.
Restricciones a ciertos tipos de reglas de movimiento de frases
nominales, establecidas por Ross (1967), y reglas de correferencia (Pos-
tal 1971, escrito en 1968), entendidas como metarreglas que tienen
amplia esfera de acción. E
Restricciones no transformacionales que operan sobre la estruc-
tura profunda o sobre la estructura superficial (Perlmutter 1971). En
el primer caso el autor prueba con análisis concretos que es incorrecta
la teoría de las excepciones absolutas de G. Lakoff en tanto filtros
transformacionales, y propone en cambio otro tipo de filtrado: las
restricciones impuestas a la estructura profunda, que son condiciones
para la correcta formación de los marcadores de frase M antes de
su entrada en el componente transformacional, ya que filtran ciertos
marcadores de frase generalizados (cf. aquí 6.5.11). En el segundo
caso propone restricciones a la estructura superficial cuando ciertas
estructuras profundas bien formadas resultan, sin embargo, en estruc-
turas superficiales no gramaticales, “no importa qué transformaciones
se hayan aplicado para generarlas”; tal el caso del orden de los pro-
rombres clíticos del español (son posibles se me perdió, me los dio,
etcétera, pero no * me se, * los me, * me te, * se se, etc.), que sólo
puede ser gramatical en algunas oraciones por restricciones de la es-
tructura superficial que eliminen ciertas secuencias generadas en el
componente transformacional.
Teoría de las reglas globales o restricciones transderivacionales
(G. Lakoff 1970 c). A diferencia de las reglas de estructura de frase
y de las transformacionales, que son locales —es decir, “definen las
condiciones de formación correcta de marcadores de frase individuales
o de pares sucesivos de marcadores de frase en una derivación”—, las
reglas globales se aplican a nédos correspondientes en marcadores de
frase no sucesivos y pueden llegar a afectar todos los árboles de una
derivación “trazando la historia de un nodo”.
Existencia de estructuras intermedias (shallow) próximas a la
estructura superficial (preceden a las transformaciones del último ci-
clo), que admiten condiciones expresables en reglas de estructura de
frase (Chomsky 1970 a).

201
A

Operación de reglas fonológicas antes de la salida del componente


transformacional (Bresnan 1971). La regla del acento nuclear (RAN)
es una regla prosódica (reglas de entonación y contracción para el
inglés) que convierte los grados de acento (cf. aquí 5.6.3.) de las
palabras individuales en sus valores relativos cuando las palabras for-
man secuencias. La aplicación de esta regla implica el ordenamiento
de las transformaciones en ciclos o dominios transformacionales, ya
que las reglas prosódicas se aplican después de las transformaciones
sintácticas en cada dominio transformacional. En el componente léxico
se asigna el acento a cada palabra; luego se asigna el acento nuclear
a la secuencia por operación de la regla RAN “ordenada después de
todas las transformaciones sintácticas en cada ciclo transformacional”.
Por ejemplo (adaptado de Bresnan 1971):

[Paúl thóught [Jím refúted this théory1] Acento de palabra


Paul consideró que Jim refutó esta teoría

This théory was refúted by Jím Transf. pasiva


Esta teoría fue refutada por Jim.

This théory was refúted by Jím. RAN

Pául thóught this théory [Z to have been refút- Transf. de elevación


ed by Jím] del sujeto.
(Literal:) Paul consideró esta teoría [Y haber S
sido refutada por Jim].

This théory was thóught by Pául to have been Transf. pasiva


refúted by Jim.
(Literal:) Esta teoría fue considerada por Paul
haber sido refutada por Jim.

This theory was thóught by Pául to have been RAN


refuted by Jím.

Otra implicación para la teoría lexicalista es que se corrobora con


la aplicación de esta regla la existencia de un subcomponente léxico
y de estructuras profundas (acento interno de las palabras) que no
son afectadas por el componente transformacional.
El aspecto más importante de la discusión actual en gramática
generativa transformacional consiste no tanto en la revisión del for-
malismo, sino en la revisión del status teórico del aspecto semántico.

202
a e
O A O.

Frente a desarrollos divergentes de la teoría en este terreno, Chomsky


(1970 a y 1972 a) acepta modificaciones y extensiones. El modelo
modificado es la “teoría estándar ampliada”.

9.4.3. Teoría estándar ampliada. (Gramática transformacional IV).


En la teoría estándar la estructura profunda, con el léxico in-
sertado, determina totalmente la interpretación semántica de las ora-
ciones. En la teoría ampliada la interpretación semántica no está dcter-
minada sólo por la estructura profunda sino también por la estruc-
tura superficial (fonéticamente interpretada). En ciertos casos la
interpretación semántica se relaciona más estrechamente con la estruc-
tura superficial que con la profunda. En una oración como
(1) BOHM es el que dirige
la palabra en mayúsculas lleva el acento principal y en ella se centra
la entonación. Semánticamente (1) contrasta con textos como
(2) No es KARAJAN (PÉREZ...) el que dirige.
Entonces Bóhm es el foco de la oración (1), y ésta expresa la presu-
posición de que alguien dirige. En (2) la presuposición es la misma
y el foco diferente. En cambio, en la oración
(3) Pérez es el que CANTA.
con foco canta, la presuposición es diferente.
Los conceptos de foco y presuposición son esenciales, por ejem-
plo en la relación pregunta-respuesta. No pueden interpretarse semán-
ticamente por distintas estructuras profundas, puesto que oraciones
como
(4) a. ¿Puso el LIBRO en el estante?
b. ¿Puso el libro en el ESTANTE?
tienen igual estructura profunda, pero difieren en foco y presuposición,
y por lo tanto su interpretación semántica es diferente. (5 a) y (5 b)
serían respuestas adecuadas para (4 a); (5 c) y (5 d), respuestas
para (4 b):
(5) a. No. Puso el CUADERNO en el estante.
b. No, Otra cosa.
c. No. Puso el libro en el CAJÓN.
d. No. En otro lugar.
En muchos casos, pues, la interpretación semántica de una oración debe
tener en cuenta el centro de entonación (foco) y la presuposición,
que es una expresión en la que se reemplaza el foco por una variable.

203
o" AS ¿IO ATAR” WT
: Í 4 0
"] ' (4
dá0
E di"

Entonces cada oración Or se asocia con un par (F,P) de foco y


presuposición, el cual corresponde a una posible interpretación semán-
tica. Así habría para cada Or interpretada (F,P) una respuesta na-
tural: la Or” interpretada como (F',P”), donde P = P”. En consecuen-
cia, la interpretación semántica en la teoría estándar ampliada está
determinada por el par (estructura profunda, estructura superficial).
Otros aspectos de la estructura superficial que también pueden
determinar la interpretación semántica se relacionan con los cuantifi-
cadores, la correferencia, la negación, ciertos aspectos de la reduc-
ción de la coordinación, etc. (Partee 1970, Dougherty 1970-71, Jacken-
doff 1971 b).

9.4.4. Gramática de casos.

Entre las propuestas que tratan de modificar el formato de la


gramática para integrar mejor el aspecto semántico se halla la gra-
mática de casos de Fillmore (1968). Cree este autor que la descrip-
ción de la estructura básica de las lenguas debe abandonar los con-
ceptos tales como “sujeto”, “objeto”, etc., propios de la estructura su-
perficial, y sostiene que los términos primitivos de la teoría deben
ser relaciones casuales. Con la primera afirmación rechaza la con-
cepción de una teoría lingiística centrada en la sintaxis; con la se-
gunda, da importancia a las categorías encubiertas (covert), es decir,
subraya la relevancia de ciertas propiedades gramaticales que no tienen
realizaciones morfémicas o sintácticas diferenciadas, pero que se des-
cubren por restricciones seleccionales y posibilidades de transformación.
Ejemplifica con la distinción de affectum y effectum:
(6) Vicente destruyó el cuadro.
(7) Vicente pintó el cuadro.
En (6) la existencia del objeto se presupone anterior a la activi-
dad indicada por el verbo; en (7) el objeto resulta de dicha actividad.
Sintácticamente, sólo la primera oración puede responder a una interro-
gación con el verbo hacer: ¿Qué le hizo Vicente al cuadro? De este
modo la distinción semántica puede descubrirse empíricamente.
La modificación de la teoría de las gramáticas transformacionales
consiste en introducir sistemas nocionales —no morfológicos— de casos
que generen estructuras profundas. Así la estructura básica de una
oración se compone de un verbo y una frase nominal o más, cada una
asociada al verbo por una relación casual determinada; cada relación
casual ocurre una sola vez en una oración simple.

204
A AAA A E NA RS
==

Las nociones de caso forman un conjunto de conceptos universal


“presumiblemente innato”; por ejemplo: agentivo (A), que tiene los
rasgos “animado”, “instigador de la acción identificada por el verbo';
dativo (D): “animado”, “afectado por el estado o acción identificado
por el verbo”; locativo (L): “locación u orientación espacial de la
acción...'; etcétera. En los textos
(8) Vicente destruyó el cuadro en Buenos Aires.
(9) El cuadro fue destruido por Vicente.
(10) Buenos Aires es grande.
Vicente es agentivo en (8) y en (9); Buenos Aires es locativo en (8)
y en (10); el cuadro es objeto en (8) y en (9).
Los verbos se subclasifican de acuerdo con las relaciones de caso
que contraen. En las entradas léxicas de los verbos se indica el con-
junto de casos de las frases nominales que los acompañan. Por ejem-
plo, el verbo dar, que se usa en oraciones como “Alguien, da algo a
alguien”, requiere una FN agentiva, otra objetiva y otra dativa, y se
especifica:

dar (+ [2D
40 + A]')
En cambio, correr sólo exige agentivo:

correr (+ [—A])
Ciertos verbos se relacionan semánticamente; un verbo puede tener
los mismos casos de otro, más casos adicionales, como ocurre con ver
y mostrar:

ver(+ [-0O+D]) mostrar (+ [-0+D+A]).


O bien ciertos verbos pueden tener un contexto de casos común y
diferenciarse por otros casos distintos, como ver y mirar:
ver: (+ [-—-O0+0D]) mirar: (+ [-—- O+A])

Las estructuras profundas generadas por el sistema de casos se rela-


cionan con las estructuras superficiales por medio de las reglas que
establecen la forma en que aquéllos se manifiestan. Por ejemplo, las.
reglas para las preposiciones inglesas debe indicar que la preposición
del A es by; que la del Instrumental (1) es by si no aparece el A,y
en los demás casos es with; etcétera. Como las oraciones superficiales
tienen en general la forma sujeto-predicado, habrá alguna regla del tipo:
“Si hay un A, éste es el sujeto; si no hay A, pero hay un 1, éste es el
sujeto; si no, el sujeto es el O”, que permitiría formar oraciones como:

205
José manchó el libro con tinta.
La tinta manchó el libro.
El libro se manchó.

Fillmore reconoce posteriormente (1971) que su propuesta de 1968


no eliminaba la estructura profunda, sino que ofrecía un nivel sintác-
tico más profundo, que el de las estructuras profundas de la teoría
estándar, correspondiendo a una interpretación de éstas. En este sen-
tido, y por la clasificación del léxico que la teoría implica, la gramá-
tica de casos es una teoría “lexicalista”.

9.4.5. Semántica generativa.

La semántica generativa se desarrolla a partir de los lineamientos


de Chomsky 1965. Las proposiciones más claras de esta nueva ten-
dencia son las resumidas por McCawley (1971 a) y Postal (1971 a).
1) La noción de estructura profunda como distinta de la estruc-
tura semántica se rechaza; la estructura profunda de una oración es
(parte de) su representación semántica.
2) La noción de transformación distinta de la de regla de pro-
yección (regla de interpretación semántica; cf. aquí 6.8.3) también
se rechaza; en lugar de reglas de proyección se postula la existencia
de un solo sistema de reglas que relacione la estructura semántica y
la estructura superficial. S
3) La estructura semántica es de la misma naturaleza formal que
la estructura sintáctica; es decir, consiste en marcadores de frase (ár-
boles rotulados) cuyas categorías mo terminales son las mismas que
aparecen en la estructura superficial.
4) Hay transformaciones que operan antes de la inserción léxica.
5) Las mismas reglas que determinan el significado de una oración
gramatical determinan si la oración es gramatical.
6) Una gramática no genera un conjunto de estructuras super-
ficiales, sino un conjunto de derivaciones y consiste en un sistema de
restricciones derivacionales acerca de las combinaciones que pueden
ocurrir en la estructura semántica y en la estructura superficial, y de
cómo se caracterizan distintos momentos de la derivación (cf. G. Lakoff
1973).
Katz (1970) describe la teoría de la semántica generativa con el
esquema (i).

206
AER
Ea E

componente
semántico
a A e
S=representación semántica
de la oración Or.

componente
léxico

componente
transformacional

componente
fonológico

representación.
fonética de Or

Postal (1971 a) compara (diagramas adaptados (ii)) la teoría clá-


sica y la semántica generativa:
(ii) Teoría clásica Semántica generativa
Representación semántica Representación semántica
Reglas Transformaciones
de
proyección Inserción léxica

Estructura profunda
(contiene el léxico)
Transforma-
ciones Transformaciones
y
Estructura superficial Estructura superficial

La desaparición de la estructura profunda de la teoría de la se-


mántica generativa implica que la inserción del léxico no se realiza
necesariamente en bloque, sino en ciertos puntos de la derivación, y
que las transformaciones se aplican tanto antes de la inserción léxica
como después de ella. Además sólo aparecen tres clases de nodos no
terminales: Or, FN y V, categorías que aproximadamente correspon-
den a las de los lógicos; Or corresponde a “proposición” y “función

207
. A 3 -

proposicional”, V a “predicado” (incluyendo “operador”) y FN a “ar-


gumento”. La estructura semántica se relaciona con la lógica en sen-
tido amplio en cuanto a que en este nivel se aplican las reglas lógicas
de inferencia, pero también otras conexiones entre los contenidos de
la oración; se estudian las "oraciones declarativas, pero también todas
las otras variedades propias de la lenguas naturales; se tienen en cuenta
las propiedades de operadores como y, o, si, todo, alguno, no, pero
también las de otros elementos del contenido. Lógica en este sentido
es “lógica natural” (G. Lakoff 1970 d).
Las unidades semánticas que definen un ítem léxico pueden com-
portarse de modo no homogéneo en la estructura semántica, es decir,
pueden combinarse independientemente unas de otras con otros ele-
mentos de la oración que no integran dicho ítem léxico (McCawley
1971). Ello se observa, por ejemplo, si se comparan:
Me despedi hasta mañana.
* Me fui hasta mañana.
En el primer caso la expresión adverbial de futuro (hasta mañana)
es compatible con un pretérito (despedí), y en el segundo, no. La
compatibilidad en aquel caso se explica si se postula3 que despe-
dir(se) contiene en su estructura semántica los elementos ESTAR NO
PRESENTE, a los cuales se refiere hasta mañana (diagrama (1)).

ES —L mnze

e) al
Jedi xl TO
VÍ N

ce qe A

v F
|
HASTA MAÑANA Or


NO Or
AA
|- p

PRESENTE X

- Existe una transformación llamada de elevación del predicado por


la cual el verbo de una oración complementaria se eleva hasta la ora-

3 Ejemplo tentativo.

208
ción inmediatamente más alta y se conecta con el verbo de ésta, de
modo que se forma una especie de verbo compuesto o de V + modi-
ficador. Esta regla opera preléxicamente, o sea antes de la inserción
de los ítem léxicos de la estructura superficial. Además McCawley
propone otra regla de elevación de elementos adverbiales de aplicación
anterior a la de elevación del predicado. Aplicada al árbol antes dia-
gramado, la transformación de elevación del adverbio conecta HASTA
MAÑANA con ESTAR (la):

(la) Or

COMUNICAR 58 Or

v elevación del
ESTAR | adverbio

PRESENTE Xx

Luego operan las sucesivas elevaciones de predicado (diagramas


1 b-d):
(1b)

v FN FN

COMUNICAR
perrera
Xx Or

poca

e v
|
Or

ESTAR — HASTA MAÑANA e


E >

eS NX |
NO
|
PRESENTE Xx

209
> O AN A O a AA
. y

Or
(1 c)
a cg

h Xx aga,
COMUNICAR "N

ESTAR
TA DIASTA MASANA

z/

o Xx

v FN FN

Xx Xx

COMUNICAR ESTAR HASTA MASANA NO PRESENTE

Por otra parte, G. Lakoff (1971) observa que en relación con


ciertas oraciones no es posible hablar de gramaticalidad en sentido
absoluto, sino sólo de si son gramaticales con respecto a ciertas presu-
posiciones y a ciertas deducciones basadas en esas presuposiciones; es
decir, la gramaticalidad debe definirse con respecto a “pensamientos
y procesos de pensamiento y las situaciones a las que corresponden”,
dado que “las deducciones de la lógica natural son una primera aproxi-
mación a la representación formal de los procesos de pensamiento”.

210
Una derivación gramatical debe incluir la secuencia de marcadores
de frase y una representación semántica indicando presuposiciones,
tópico, foco, etc., y además “un miembro de la clase de deducciones
a partir de esas presuposiciones”. Por ejemplo:

Estamos en enero, pero no hace calor.


afirma que es enero y que no hace calor, y presupone que se espera
que en enero haga calor (pues pero indica lo contrario de lo que se
espera). La secuencia deductiva ocurre cuando se requiere más de
una presuposición:

Estamos en enero, pero debemos llevar abrigo.


Este texto requiere presuponer: a) en enero hace calor; b) si hace
calor no hace falta abrigo.
Este concepto de presuposición no coincide con el de Chomsky
mencionado en 9.2.3 ni con los de otros autores, como se observa en
varios trabajos incluidos en Fillmore y Langendoen.* En relación
con este aspecto de la estructura semántica Fillmore (1971 a) cree que
las presuposiciones son aspectos de la situación comunicativa que deben
satisfacerse para que realmente se ejecute un acto ilocucionario al decir
determinada oración. La noción de expresión ilocucionaria proviene
del filósofo John L. Austin y se refiere a aquellas expresiones que se
usan para ejecutar ciertos actos como informar, sugerir, juzgar, pre-
venir, etcétera. Por ejemplo: la oración Viene el tren usada en situa-
ciones concretas puede tomarse con distinta fuerza ilucucionaria: ya
con la fuerza de una información, ya con la de una advertencia.
Las presuposiciones pueden estar codificadas en sistemas léxicos;
así (simplificando el análisis de Fillmore) para la interpretación de
censurar y justificar se presupone la existencia de un “responsable” y
de una situación “real” junto con el significado “decir que algo está
mal” (censurar) o “decir que algo no está mal” (justificar). Pero no
siempre las presuposiciones están lingiísticamente codificadas, ya que
muchas veces no pueden atribuirse a la estructura lingúística, sino que
corresponden a universos no lingúísticos ligados a la situación de habla.
En este caso su ámbito presenta múltiples posibilidades y está sujeto
a vaguedad. Según G. Lakoff (1971), en última instancia no parece
decidible si una oración arbitraria está bien formada en relación con
un conjunto arbitrario de presuposiciones.

4 La noción de presuposición se aplica a la coordinación en español en


Kovacci 1972.

211
Ma id:

9.4.6. Teoría estándar ampliada y semántica generativa.

Para Chomsky (1972 a) ambas orientaciones difieren esencial-


mente en tres aspectos: a) la inserción del léxico; b) las restricciones
derivaciones (globales), y 2) el ordenamiento de las transformacio-
nes léxicas y no léxicas. Pero cree que “la diferencia entre las dos
tendencias es casi totalmente notacional”, aunque la semántica gene-
rativa ha seguido “el camino errado”. La semántica generativa coin-
cide en muchos respectos con la teoría estándar ampliada, y las dife-
rencias “son terminológicas o están situadas en un área donde ambas
teorías son comparablemente inexplícitas”. De las tres diferencias la
más clara y con “valor empírico” es la tercera; pero según Chomsky
los hechos hasta el momento parecen favorecer la suposición “más
estrecha y restringida” de la teoría estándar ampliada de que las
transformaciones léxicas (inserción del léxico) preceden a las demás,
creando una noción bien definida de estructura profunda y con condi-
ciones que restringen propiamente la clase de derivaciones que la
teoría permite. Chomsky sigue sosteniendo la idea estructuralista de
que los recursos formales de la lengua deben estudiarse independien-
temente de su uso. Las reglas sintácticas (en su funcionamiento) son
independientes del significado y del sonido, y la elección de una gra-
mática en el proceso de adquisición de la lengua “puede ser inde-
pendiente en grado significativo de condiciones de significado y uso”.
Si esto pudiera especificarse con precisión, esta hipótesis operativa sería
una hipótesis empírica; pero tal cosa es aún prematura en la opinión
de Chomsky. >

9.4.7. Poder de la teoría.

Bach (1971 a) señala que las propiedades matemáticas de un sis-


tema como el que Chomsky proponía en Aspects (1965) eran desco-
nocidas cuando este libro apareció. Antes, el estudio matemático de
las gramáticas de estructura de frase mostró que éstas eran inade-
cuadas como teorías de las lenguas naturales por su débil poder gene-
rativo (cf. aquí 6.4-6.4.3). Posteriormente, trabajos de Peters y Ritchie
muestran que las gramáticas transformacionales son demasiado pode-
rosas como teorías de las lenguas naturales, pues nó pueden distinguir
las lenguas de otros conjuntos arbitrarios recursivamente enumerables;
es decir, las gramáticas transformacionales equivalen a máquinas de
Turing. Además su poder —junto con la cantidad de datos que serían
necesarios para juzgar la adecuación de las gramáticas— impide resol-
ver cuestiones de validez empírica como es la de si todas las lenguas

212
tienen el mismo conjunto de reglas de base según postula la “hipó-
tesis de la base universal” (Bach 1968, Fillmore 1968). Es también
imposible juzgar si un determinado conjunto de reglas de base de una
lengua es correcto.
Chomsky (1966) afirma que la gramática transformacional es “esen-
cialmente una versión más moderna y explícita de la teoría de Port
Royal”, y que según ésta la estructura profunda es común a todas las
lenguas porque “es una reflexión de las formas de pensamiento”; no
así las estructuras superficiales, que son propias de cada una. De ahí
que pueda establecer las hipótesis de que las lenguas pueden descri-
birse por medio de una gramática transformacional y de que todas las
lenguas tienen el mismo componente básico en su gramática.
Observa Peters (1970) que la investigación empírica ha demos-
trado hasta ahora que una gramática transformacional puede describir
cualquier conjunto de intuiciones lingúísticas mediante funciones re-
cursivas: “si se recurre a una función para especificar qué oraciones
son “gramaticales” en alguna lengua”, [si se recurre] a otra para espe-
cificar el grado de “ambigiedad” de cada oración “gramatical”, etc.,...
entonces esas “intuiciones lingúísticas” son caracterizadas por alguna
gramática transformacional apropiadamente elegida”. Las lenguas tie-
nen, pues, sus gramáticas transformacionales descriptivamente ade-
cuadas.
En cuanto a la existencia de una base común para todas —de una
base universal—, no hay modo de confirmarla en el estado actual de
la teoría transformacional por la naturaleza débilmente restricta de las
transformaciones, es decir, por su poder, puesto que las transforma-
ciones son capaces de generar descripciones adecuadas de distintas
lenguas a partir de una misma base o de una misma lengua a partir
de distintas bases. En el primer caso no se puede probar que los
componentes transformacionales “expresen generalizaciones plausibles
o reveladoras, pues no tenemos caracterización matemática de estas
nociones o del alcance de variación de diferentes lenguas naturales”
(Peters 1970). En el segundo caso, no existe en la actualidad un pro-
cedimiento de evaluación (“decisión”) para preferir uno de estos aná-
lisis, y por lo tanto para saber cuál es la base correcta de esa lengua.
Para Chomsky (1972 a) un modo de hacer que una teoría aumente
(excesivamente) su poder sería, por ejemplo, introducir reglas de
mayor alcance que las transformaciones; tal el caso de las restricciones
transderivacionales de G. Lakoff. Ello conduciría a debilitar la noción
de “gramática”, pues permitiría “más gramáticas y más conjuntos de
derivaciones”. En cambio, condiciones más severas —aunque sean muy
complejas y detalladas— para la elección o evaluación de gramáticas,
“limitando las clases de reglas que pueden aparecer en ellas y los

213
E

modos como esas reglas pueden operar” son capaces de satisfacer el


requerimiento de adecuación descriptiva, y más específicamente, de
adecuación explicativa (cf. aquí 6.7.1 y 6.7.2). La teoría estándar
ampliada puede, según Chomsky, satisfacer estas condiciones.
Bach (1971 a) también cree necesario restringir fuertemente el
poder de las transformaciones y aumentar la cantidad de datos de
distintas lenguas. Pero considera que la controversia entre las teorías
semanticista y lexicalista no puede resolverse en el estado actual
de cosas.

9.4.8. Sintaxis formal y gramática de Montague.

Investigaciones como las de G. Lakoff y J. McCawley conducen,


como hemos visto, a la representación de la estructura semántica como:
un cálculo de predicado. En trabajos de 1975 y 1976, para explicar las
relaciones entre las cadenas terminales de una lengua y su aparato
de interpretación semántica, Chomsky supone (según Bach 1976) “que
una “estructura intermedia' modificada... es transformada por reglas
de interpretación a un nivel de representación llamado “forma lógica”
(que es la entrada de reglas ulteriores)”, distinta de la Tepresentación
semántica”.
Algunos lógicos y lingúistas en la actualidad prestan atención a la
teoría del inglés como lenguaje formal propuesta por el lógico Richard
Montague. Observa B. Partee (1975) que la sintaxis en la teoría de
Montague es “una definición recursiva simultánea de todas las cate-
gorías sintácticas de la lengua”. A partir de categorías básicas como
nombre propio, nombre común, adjetivo, verbo, (intransitivo), verbo,
(transitivo), etc., y otras especiales como las fórmulas (equivalentes
aproximadamente a oración), la teoría da reglas de concatenación que
generan otras categqrías no básicas. Por ejemplo:

i. Chico, perro, son nombres comunes.


ii, Pequeño, útil, son adjetivos.
iii, Cada nombre común es una frase nominal común (FNC).
iv. Cada adjetivo es una frase adjetiva (FA).
v. Sia es una FA y b es una FNC, entonces ab es una FNC.
Etc.

Además la gramática de Montague especifica la definición recur-


siva de denotación a partir de términos básicos. Así la denotación de

214
un nombre propio n (D (n)) es un individuo; la denotación de una
fórmula u es una proposición (D fml (n)). La denotación de otras
categorías son funciones: la denotación de un verbo, n es una función
que proyecta individuos en proposiciones (por ejemplo Juan corre);
etcétera. Ad
La gramática tiene, pues, reglas sintácticas y reglas semánticas;
estas últimas especifican la interpretación de las cadenas resultantes
de la aplicación de reglas sintácticas: la denotación del total está de-
terminada por la denotación de las partes. Son reglas del tipo (1):
(1) Si p es un nombre propio y q un verbo,, pq es una fórmula
y D ftml (pq) =D yv, (q) [D n propio (p)]. (Ejemplo: Juan
corre).
Estas reglas se corresponden con las de estructura de frase de con-
texto libre de la gramática generativa (cf. aquí 6.4 y 6.4.1), pero
también la gramática de Montague provee mecanismos similares a las
reglas de contexto restricto, como las que incluyen cuantificadores;
las fórmulas resultantes pueden derivar de operaciones lógicas como
conjunción o intersección y permiten dar cuenta de ambigúedades.
B. Partee considera que el formalismo de la gramática de Mon-
tague podría ampliarse todavía incorporando mecanismos de trans-
formación.
Bach (1976) trabaja en la relación de “traslación” entre las ex-
presiones de una lengua objeto y las de un lenguaje interpretado (una
teoría semántica) sobre la base de la hipótesis de la traslación regla
a regla (cf. regla (1): estructura sintáctica más denotación). Cree que
en lugar de tomar como base la gramática de Montague sería más ven-
tajoso utilizar una gramática transformacional del tipo anterior a Aspects
y añadirle rasgos de la de Montague. El formalismo daría cuenta de
ciertos hechos de la lengua que de otro modo requieren explicación
por medio de niveles de representación construidos ad .hoc (por ejem-
plo, la forma lógica” que propone Chomsky). La investigación de estas
hipótesis está en sus pasos iniciales.

9.4.9. Objetivos de la teoría lingiística.

Algunos generativistas replantean ciertas nociones y supuestos de


la teoría. Bach (1974) cree que la dualidad competencia-ejecución pa-
rece acertada como decisión heurística, pero que: es erróneo suponer
la prioridad del estudio de la competencia, puesto que no se puede
determinar que algo corresponde a la competencia o a la ejecución si

215
no existen teorías de la competencia y de la ejecución. Para encon-
trar una explicación satisfactoria de hechos lingúísticos de cierto orden
es necesario considerar “alternativas que incluyen teorías del uso de
la lengua, de la adquisición de la lengua, teorías cognitivas en ge-
neral, etc.”. AN
Chomsky explicaba la naturaleza del lenguaje (aquí, 6.7.1-2)
identificándola con la selección de gramáticas descriptivamente ade-
cuadas, las cuales a su vez reflejarían mecanismos innatos. Bach afir-
ma que tal “explicación” por mecanismos innatos no es explicación.
Alude a investigaciones recientes que tratan de encontrar explicacio-
nes más satisfactorias de hechos lingúísticos “en términos de restriccio-
nes perceptuales, fisiología y neurología, desarrollo cognitivo, etc.” Por
ejemplo, si la gramática construye oraciones complejas sobre la base
de otras simples, parece reflejar un proceso de adquisición de la len-
gua, pues el niño domina las oraciones simples antes que las comple-
jas. Por consiguiente Bach no rechaza justificaciones externas de las
teorías lingúísticas, porque sólo como decisión metodológica es posible
afirmar la autonomía de la lingúística con respecto a la psicología, la
fisiología, etc. -
Por su parte, R. Lakoff (Fillmore, G. Lakoff y R: Lakoff, XIV y
XVIII) argumenta contra el formalismo per se que ha llevado a los
transformacionistas a “malos análisis y a generalizaciones insostenibles”
sobre la base de unos pocos ejemplos (e ignorando otros igualmente
relevantes) y a pensar que si un hecho no puede ser formalizado de
cierta manera, ese hecho no es “interesante” (muchos teoristas basan
su preparación en la lógica, las matemáticas, la teoría»de la informa-
ción). Más bien habrá que considerar que el formalismo es insufi-
ciente o que ciertos criterios sintácticos o semánticos no bastan para
manejar ciertos fenómenos del comportamiento lingiístico —tipos de
oraciones, actos de habla, y otros—. El examen de los datos debe ocu-
par el primer lugar y ello puede conducir no sólo a mostrar que no
hay bases para sostener consistentemente distinciones como competen-
cia-ejecución, sino también en muchos casos a traspasar los límites de
la “lingúística” e investigar en otros dominios como psicología, antro-
pología, sociología, crítica literaria, etc., porque no hay frontera entre
el campo de la lingilística y aquellos (“y a la inversa”). Si es difícil
hallar un formalismo adecuado puramente lingúístico, “la formalización
completa dentro de estas definiciones más amplias del campo es actual-
mente imposible”.

216
9.5. Teoría estratificacional.

9.5.1. Objetivos y estructuras. ca

En un replanteamiento de los objetivos y la estructura de esta


teoría, Lamb (1971) afirma que la gramática estratificacional puede
llamarse “lingúística cognitiva”, pues su propósito es dar cuenta del
sistema interno de información del usuario de una lengua, que le per-
mite hablar y entender.
Inicialmente se proponía como fin de la gramática estratificacional
—siguiendo a Hjelmslev— generar textos de una lengua y no sólo ora-
ciones, como la gramática generativa transformacional. Pero cree Lamb
que los fines de las gramáticas generativas formulados de una u otra
manera no tienen base realista. También la alternativa más débil de
generar la mayor cantidad posible de textos (no todos los textos) y la
menor cantidad de textos mal formados debe rechazarse como no
realista, ya que “presupone la existencia de un conjunto de oraciones
bien formadas (gramaticales) como conjunto bien definido”. Este no
existe (cf. Hockett 1968) porque el límite entre lo gramatical y lo
no gramatical varía constantemente, y aun suponiendo fija la lengua
en un momento del tiempo es necesario reconocer en ella oraciones
semigramaticales (cf. relación sincronía-diacronía, “puntos flojos”, etc..
para la escuela de Praga). La teoría estratificacional, como teoría cog-
nitiva, debe servir de base para un modelo de ejecución de la lengua.
En cuanto a la formulación de la teoría, se ha propuesto (Bennett
1968) que cada sistema estratal cuente con dos estructuras de alter-
nación, una por encima de la estructura táctica, y otra debajo de ésta.
Tal conformación permite describir más adecuada y económicamente
ciertos fenómenos como la variación libre, en que la diferencia entre
los elementos no es tácticamente significativa.
El condicionamiento de la alternación en ambas estructuras de
alternación puede representarse en una estructura táctica de contexto
libre; pero se obtiene una descripción más económica si se utiliza un
mecanismo de restricción contextual por medio de un nuevo tipo de
nodo que capacita una opción particular entre las permitidas por un
nodo o ordenado. Por ejemplo, (la) indica que un elemento a puede
realizarse como b, como c, o como d; pero (1b) indica, con las líneas
que terminan en un círculo lleno, que a se realiza como b si precede
p; que se realiza como c si precede q, y como d en los demás con-
textos.

217
Por otra parte, se usan nuevos tipos de nodos diamante además
del ya considerado (aquí 8.1.42):
o paa
o
(2a) permite representar los casos de realización vacía, es decir,
sin contenido semémico; tal el morfema -go en español, que aparece
en conmigo, contigo y consigo exigido por la estructura táctica lexé-
mica cuando están presentes la preposición con y una de las formas
pronominales mí, ti, sí.
(2b) indica un Xema sin manifestación. Es el caso de los miem-
bros “no marcados” de una oposición. Por ejemplo, el semema */sin-
gular/ en los sustantivos del español no se realiza morfémicamente
(mientras que el “plural” sí se realiza), como muestra el diagrama (3).

(3)
S /mar/ S sg] S/pl/

(2c) es un diamante que indica un Xema “sin representación como


-ema del estrato inferior, pero con un efecto definido sobre las elec-
ciones efectuadas en la táctica de ese estrato inferior” (Lockwood
1972). Con este nodo es posible una representación más explícita y
simple en el diagrama (4) del ejemplo (14) que dimos en 8.1.15: la
realización del semema 5/agente/ como sujeto lexémico en the man
killed (the worm) (el hombre mató al gusano) y como complemento
agente de las oraciones pasivas: by the man (por el hombre).

218
The 'man ¡killed -.--
A

obj,

by the man

L /man/

9.5.2. Estratos superiores.

En los últimos años se ha prestado atención al componente semo-


lógico. Lamb ha empezado a usar el nombre de gnostémico para el
estrato superior (antes llamado hipersemémico), por su relación con
la organización del conocimiento. El estrato semémico describe tanto
la codificación lingiíística de los sistemas gnostémicos como las estruc-
turas de significado correspondientes a oraciones, cláusulas y otras
unidades menores. El estrato gnostémico da cuenta de unidades más
elevadas, como el parágrafo y el texto, pues genera las condiciones
de compatibilidad entre oraciones.
Entre los aspectos de la estructura semémica que se han estudiado
están las nociones de foco y tópico.
La oración activa y la pasiva tienen una estructura semémica
común, excepto en la elección del foco. Si el S/agente/ es $/foco/, la
oración es activa; si el */objeto/ es 9/foco/, la oración es pasiva.
Otra selección semémica es la de tópico. En la oración
Fue el hombre el que compró la casa.
el hombre es */agente/ y */foco/ y es el 9/tópico/; en la oración
Fue la casa lo que compró el hombre.
el 5/tópico/ es el S/objeto/ la casa y el $/foco/ es el S/agente/ el
hombre.
219
El siguiente caso muestra la relación entre los estratos gnostémico,
semémico y lexémico (cf. Lockwood 1972). El semema */morir/ se
define por los gnostemas “/cesación/ y “/vivir/ (cesar de vivir”) y
puede realizarse mediante varios lexemas, entre ellos */morir/ y */fa-
llecer/; pero la combinación: de estos lexemas con sustantivos está
condicionada en la estructura táctica semémica que especifica humano
y no humano”, ya que es posible decir, por ejemplo: murió el hombre,
murió el gato y falleció el hombre, pero no se usa * falleció el gato.
Las estructuras así descriptas se representan en el diagrama (5), donde
el cordicionamiento se indica con la línea discontinua.5

(5)
G ¡ces
G Ivivir/

(animado)
5 afectado/

3]morir/
gato

.. rd
.
(humano)

hombre

moria L/fallecer/

En la estructura gnostémica de un texto el gnostema que repre-


senta a un individuo particular aparece una sola vez aunque ese indi-
viduo desempeñe distintos papeles en diferentes sucesos. El diagra-
ma (6) ilustra la estructura táctica gnostémica del siguiente texto:

El chico encontró un perro y lo recogió. Desde entonces el can


seguía a su amiguito a todas partes. Ambos recorrieron...

El nodo descendente y ordenado en la parte superior del diagrama


indica el orden temporal de los sucesos narrados. Los nodos y ascen-
dentes en la parte inferior del diagrama representan a los actuantes y

5 Las líneas quebradas indican omisión de fragmentos no pertinentes para


el ejemplo.

220
muestran los papeles que éstos desempeñan en los distintos sucesos
narrados: chico es “agente” tres veces y una vez “objeto”; perro es “agente”
dos veces y “objeto” otras dos.

(6)

3
IA IAS
prel

¿AA

POS
encontra seguir
A TA recorrer
a Dire partes

Ág
Ob) ] Ag

y SA
chico perro

Un gnostema puede diversificarse en los estratos inferiores; así el


S/chico/ se realiza como chico, amiguito, amb(os) y una vez no se
manifiesta (sujeto tácito); y el “/perro/ se realiza como perro, lo, can,
amb(os).
Por sus conexiones múltiples esta estructura ha sido llamada “re-
ticular” (Gleason 1968). En el estado Actual de la teoría la estructura
táctica gnostémica parece ser el único componente de este estrato. Su
función es dar cuenta de la congruencia de los textos. Un contexto
adecuado puede permitir la interpretación de unidades menores (como
las oraciones) que aisladamente parecen sin sentido; por ejemplo: Esta
mesa cuadrada es redonda. Esta oración, sin embargo, es aceptable
en un contexto como: Es contradictorio decir que...
Otra función de la estructura táctica gnostémica es incluir jerar-
quías taxonómicas que describen nuestro conocimiento sobre la clasi-
ficación de cosas, hechos, etcétera.

221
9.6. Teoría sistémica.

Halliday (1970) insiste en la importancia de las funciones de la


lengua (cf. aquí 8.2.6) y advierte renovado interés por este aspecto
de los estudios lingúísticos en trabajos de la escuela de Praga y en
los de sociolingiística. Esta orientación funcional del lingúista inglés
se basa en el hecho de que para estudiar una lengua hay que con-
siderar su uso. Las funciones son usos generalizados de la lengua;
más aún: parecen determinar la naturaleza del sistema lingúístico.
En toda oración se observan tres funciones:
a) ideacional, que es la función de contenido, relacionada con
la experiencia que el hablante tiene del mundo real (en esta función
ideacional además del componente experiencial interviene un compo-
- nente lógico);
b) interpersonal o función de relación entre hablante y oyente
—papel social— en el acto del coloquio;
c) textual o función de discurso.
El significado de las oraciones incluye componentes derivados
de las tres funciones. Por ejemplo, Murió Abel manifiesta ideacional-
mente la relación entre un proceso (murió) y un participante (Abel),
y contrasta sistemáticamente con oraciones como Caín mató a Abel,
que manifiesta la relación entre un proceso y dos participantes. Se
puede dar cuenta de la función ideacional por medio del sistema de
transitividad (cf. aquí 8.2.5).
La misma oración Murio Abel manifiesta también una relación entre
hablante y oyente, pues en ella el hablante toma la posición de “el que
informa”, y contrasta, por ejemplo, con ¿Murió Abel?, en que la rela-
ción entre hablante y oyente es otra, ya que el primero es “el que
pide información”.
Por otra parte, Murió Abel contrasta con El que murió es Abel
por la elección de una forma particular con presuposiciones diferen-
tes. Esta última, función textual, “es interna a la lengua, y es instru-
mental para las otras dos [funciones]”. Se puede usar la lengua efec-
tivamente para representar una experiencia y para interactuar social-
mente sólo porque se puede seleccionar la forma deseada del mensaje.
Todos los contrastes sistemáticos de la gramática derivan de una
u Otra de estas funciones. La gramática es el entretejido de todos
estos componentes del significado en lo que se llama estructura lin-
gúística. Los sistemas que corresponden a las distintas funciones (cf.
aquí 8.2.5) pueden coincidir en parte, y dar lugar así a ambigiiedades.
Una oración como No pudo salir ayer es ambigua pues poder puede
interpretarse en función ideacional como una “modulación” de salir (los

222
AT

significados 'no tuvo permiso para salir” /mo tuvo los medios para sa-
lir”) o bien en función interpersonal, como una “modalidad” asertiva
(es imposible que saliera/haya salido ayer). Es sólo en el segundo
sentido en que se corresponde con No puede haber salido ayer.
Como “modulación” el pretérito es “una condición del proceso
salir en el texto dado, es decir, un factor de la experiencia que se ex-
presa. Como “modalidad” el pretérito o el presente son posibles, por-
que la modalidad sólo se relaciona con el aquí-ahora del hablante.
Con respecto a la función textual, Halliday establece la distinción
entre 'nuevo-dado” y “tema-rema”. Lo 'Tuevo” es la parte del mensaje
(cláusula) destacada por la entonación en inglés (contiene el acento
primario), que constituye el vínculo con las demás cláusulas del dis-
curso. Por ejemplo, SHeLLEY ¿is an English poet (“Shelley es un poeta
inglés”) tiene a Shelley como “elemento nuevo” ya que el resto presu-
pone un texto que signifique algo como “no conozco a ningún pocta
inglés”. En Hermógenes va AL CINE el elemento nuevo es al cine, y
se presupone, por ejemplo, “no sé adónde va Hermógenes”.
El tema, en cambio, no está determinado por el contexto: lo elige
el hablante. La función temática es propia de la cláusula, pues tema-
rema es una secuencia de ella. El tema se relaciona con el grupo
verbal y el nominal, capaces de manifestar indicios del “hablante-
ahora”; define el punto de vista del hablante en el contenido. En Esta
casa fue construida por mis padres, el demostrativo (esta) y el preté-
rito relacionan elementos ideacionales (objeto, proceso, actor) con el
hablante y su presente; esta casa relaciona la cláusula completa con
la actualidad del hablante. El tema transforma, por consiguiente,
estructuras ideacionales en mensajes. Mientras que lo dado está orien-
tado por el oyente, el tema está orientado por el hablante y es libre
con respecto al contexto.

9.7. Modelo de generación por aplicación.

El interés por el aspecto formal de las gramáticas no ha dismi-


nuido, y se siguen desarrollando modelos sobre bases matemáticas.
Entre otros, Petr Sgall y sus colaboradores trabajan en este sentido en
la escuela de Praga (cf. aquí 3.3.6).
En una línea similar se hallan los estudios del lingiista ruso Sebas-
tian K. Saumjan. En primer término subraya la importancia de las
investigaciones teóricas independientes (Saumjan 1971). Ellas son
la base indispensable para la ciencia aplicada, a condición de que
no se comprometan con finalidades estrechamente utilitarias. Hay una
diferencia fundamental entre los niveles teórico y aplicado de la inves-

223
tigación científica (entre la ciencia pura y la aplicada), aunque se
hallen vinculados entre sí.6
En esta tónica Saumjan establece su concepto de estructura lin-
gúística siguiendo la tradición saussureana. Le interesa la lengua como
forma y no como sustancia (cf, Saussure, Hjelmslev) y encuentra clara
la definición de “estructura” que da Hijelmslev: “entidad autónoma de
dependencias internas”. En esta definición la estructura lingúística
se entiende como una construcción teórica hipotética, en pleno acuerdo
con la exigencia lógica de distinguir en la investigación dos niveles de
abstracción: un nivel de observación y otro de construcción teórica.
Las construcciones teóricas son “objetos, propiedades y relaciones
no observables directamente”, y se vinculan con el nivel de observa-
ción por medio de reglas de correspondencia. Cree Saumjan que la
mayoría de los estructuralistas consideran correctamente la estructura
de la lengua como una construcción hipotética, que permite no sólo
describir los datos observables, sino también y fundamentalmente ex-
plicar su conformación interna, que no es directamente accesible.
La sincronía no debe confundirse con estática; de ahí que Saumjan
defina la lingúística estructural como “la ciencia del aspecto dinámico
de la sincronía”. Mientras que el aspecto estático define la lingúística
taxonómica o descriptiva porque incluye la red de relaciones taxonó-
micas (aquellas “que pueden investigarse por métodos clasificatorios”),
el aspecto dinámico comprende las relaciones internas gobernadas
por las leyes de generación de elementos lingúísticos a partir de los
primitivos. La lingúística estructural tiene que ver, entonces, con
las gramáticas generativas. «
Una ciencia empírica usa el método inductivo mientras permanece
en el estadio descriptivo; pero en el estadio teórico se vale del método
hipotético-deductivo de enunciados, que es la base lógica para cien-
cias como la física, la química o la biología. El mismo método sirve,
por consiguiente, para la lingúística estructural, que es una ciencia
empírica teórica.
Por otra parte, un modelo en lingúística estructural “debe ser
una representación simbólica de una gramática generativa y debe ser
considerado un análogo semiótico del mecanismo gramatical objetivo
inherente a la lengua natural”? Saumjan propone la construcción de

6 La investigación teórica en lingiiística es indispensable como fundamento


para encarar otros estudios como los de la tipología y la historia de las lenguas,
la traducción automática, la teoría de los juegos, los problemas del lenguaje como
fenómeno social, etcétera.
7 La noción de modelo se basa aquí en la noción de máquina en ciber-
nética: una máquina es un sistema abstracto que transforma información y sirve
de modelo de la estructura interna de un objeto estudiado (es una construcción
hipotética que interpreta esa estructura). ,

224
un modelo de gramática generativa que llama “modelo de generación
por aplicación”.
El modelo generativo de Chomsky es de un solo nivel, el cual
debe generar directamente las oraciones de una lengua. El modelo
de Saumjan tiene dos niveles: el de los genotipos y el de los fenotipos
lingúísticos. En el primero se generan objetos lingiísticos abstractos
que forman una lengua abstracta. En el segundo estos objetos se trans-
forman en los objetos de alguna lengua natural. Los genotipos lingiiís-
ticos constituyen la lengua en el sentido de Saussure de “lengua como
forma”.
La gramática generativa chomskiana es un sistema concatenado
que se centra en el eje sintagmático (genera cadenas de elementos
ordenados) y confunde los dos grados de abstracción: forma y sus-
tancia (cf. nuestras observaciones en 6.9, n.25). El modelo de genera-
ción aplicada tiene en cuenta las relaciones sintagmáticas y paradig-
máticas, pero la relación sintagmática no implica orden lineal (cf.
aquí 8.1.3). También tiene en cuenta la diferencia entre el plano del
contenido y el plano de la expresión. Para el plano del contenido hay
un genotipo y un fenotipo gramatical. El fenotipo gramatical del
plano del contenido se manifiesta en el plano de la expresión. Es en
esta manifestación cuando se asigna orden lineal a los objetos del
fenotipo gramatical del contenido y cuando tambiénse les asigna con-
formación fonológica. |
El proceso de generación aplicada se cumple en dos etapas: la
primera es de nivel genotípico y genera objetos sintácticos análogos a
palabras y oraciones; la segunda consiste en las reglas de correspon-
dencia que convierten los objetos genotípicos en objetos fenotípicos,
es decir, en palabras, categorías, oraciones, etc., de una lengua.
La operación que genera objetos abstractos es la aplicación. Por
ella, si A y B son objetos abstractos, AB (o más bien, la relación que
contraen A y B, independiente del orden lineal notacional) es un com-
plejo abstracto. La operación de aplicación puede generar objetos
sintácticos de cualquier grado de complejidad.
Hay además otro tipo de reglas: las que transforman complejos.
Las operaciones transformacionales establecen relaciones de invaria-
bilidad entre complejos, que otorgan capacidad explicativa a la gra-
mática; por ejemplo, la relación entre El hombre leyó el libro y El
libro fue leído por el hombre.
En la gramática chomskiana las transformaciones se aplican
aisladamente y no forman un sistema. Para Saumjan la noción primi-
tiva es la de “derivación transformacional”. Existe un sistema de
reglas de derivación múltiple llamado generador-T (ransformacional)
que determina la generación de un conjunto de oraciones o campo-T

225
a partir de una o varias oraciones iniciales. Dicho sistema puede re-
presentarse como un cálculo de transformaciones dentro de una deri-
vación-T. Este cálculo permite obtener todos los tipos de transforma-
ciones para cada tipo de oración. |
El cálculo de transformaciones se aplica también a los estudios
semánticos para generar conjuntos de estructuras sinónimas.

226
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249
Se terminó de imprimir en
Artes Gráficas Corín Luna,
Morelos 670, Buenos Aires,
en el mes de setiembre de 1984
vas: el lugar prominente que
actualmente se otorga a la
semántica y la investigación
de la estructura del discurso.
Ofelia Kovacci es profesora
de Gramática española en la
Universidad de Buenos Aires
e investigadora del Consejo
Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas. Espe-
cialmente invitada ha dictado
cursos de lingúística en va-
rias universidades de la Ar-
gentina, de Hispanoamérica y
de Australia. Ha publicado
libros de ensayos y crítica li-
teraria y numerosos artículos
sobre temas de gramática. Su
texto de Castellano para la
escuela secundaria ha signi- €

ficado un aporte valioso para


la enseñanza de la materia.

Ediciones Marymar
Chile 1432 — Buenos Aires
Nos referimos al estructuralismo como a una
corriente caracterizadora de la investigación
científica de este siglo, que marca una época
en la historia de la linguística. Curiosamente,
una descripción estructuralista prácticamente
completa de una lengua, formulada con el
rigor de un sistema deductivo —que parecía
propio de los avances de la lógica
contemporánea—, y que muchos lingúuistas
(entre otros Bloomfield, Trager, Staal, Chomsky)
han reconocido como un modelo aún no
superado en diversos aspectos, se remonta
a varios siglos antes de nuestra era.
Es la famosa gramática de Panini, que trata
la estructura del sánscrito básicamente por
medio de un sistema de reglas morfofonémicas,
es decir, a través del nivel de la lengua
que sirve de puente entre la estructura
fonética y la gramatical. Según Bloomfield
“la gramática descriptiva del sánscrito, es uno
de los más grandes monumentos de la
inteligencia humana y un modelo indispensable
para la descripción de lenguas.
La única realización del mismo rango es la
lingúística histórica del siglo XIX, y debe su
origen a la familiaridad europea con la
gramática india”.
Panini vivió en el N.O. de la India. Tuvo
muchos predecesores y de algunos de ellos ”
se conservan citas, de modo que su gramática
(350 ? a.J.C.) es la culminación de una tradición.
Pero también es el punto de partida de
otras gramáticas: se calcula que son más
de mil las obras sánscritas sobre el modelo
paniniano.

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ONISIO
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10
CUANVIDOS

Ediciones Marymar MT!


10
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