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SERIE LA ORDEN DE LA PIEDRA

Clay 1

TEDI SINCLAIR

Tedi Sinclair 1
Sinopsis

El periodista Preston Matthews buscaba un artículo de interés humano


acerca de un nuevo monasterio, localizado en el lado malo de la ciudad de
New York. Lo que encontró fueron edificios llenos de hombres fornidos y
saludables. Durante el recorrido, la cautivadora estatua de una gárgola, y un
fraile, llamaron su atención.

El hermano Clay se trasladó a la gran ciudad con la esperanza de encontrar


a su aeternus. Cuando Preston sale de la nada y entra en su vida, Clay está
demasiado impactado para actuar. Él no quiere asustar al hombre
mostrando su naturaleza de gárgola antes de explicarle todo lo que eso
implica.

Por desgracia, como les ocurre a muchas personas en una ciudad llena de
delincuencia, Preston es atacado. Tiene la pequeña esperanza de que su
mejor amigo o él sobrevivan. Eso es hasta que la versión real, de la gárgola
de la iglesia, se abalanza para rescatarlo, abriendo así un mundo de intrigas.

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Capítulo 1
En las últimas décadas, los únicos visitantes de la iglesia en ruinas
eran transeúntes o roedores. Ver monjes llevar basura y empujar carretillas
a través del patio fue extraño, pero bien recibido, por los residentes del
deteriorado barrio.

El vecindario en sí, era una mera sombra de su antigua gloria y


completamente indigno de la santidad de los ministros traídos allí.

La vida aquí era dura. Las primeras personas que notaron el ajetreo
fueron los niños que corrían a la calle para evitar los gritos y llantos de
casa.

La calle no era segura para los niños, pero la posibilidad de herirse


allí, era mucho menor que la posibilidad de que les pegaran en su propia
casa. Ellos preferían arriesgarse con balas perdidas en lugar de con botellas
de cerveza rotas y cinturones.

Los hermanos dieron la bienvenida a los chicos. Sus votos fueron los
de proteger a todos, en especial a los niños.

La primera parte que debía ser reparada, fue la esquina oeste del
patio que recorría la iglesia y el monasterio, lugar donde se encontraban los
columpios y la zona de juegos. Si los niños estaban ocupados y felices, los
padres poco a poco lo notarían. Esta era una forma segura de ganarse su
confianza.

La comunidad se dio cuenta del patio. Este hizo brillar una zona que
era húmeda y oscura. También notaron que el tejado contenía nuevos
ocupantes.

Era normal el cotillear en los pisos y los dúplex acerca de las


complejas gárgolas que, de pronto, se alineaban en la azotea. El dinero
podría haberse dado a los necesitados, en lugar de utilizarlo para comprar
aquellos excéntricos trozos de rocas, pero los vecinos no conocían la
historia detrás de las gárgolas y los frailes rezaban para que, con el tiempo,

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ellos fueran capaces, no de ver el precio, sino de ver la protección que
representaba su mirada vigilante. Eran los protectores de esta ciudad,
encargados de enmendar las injusticias. Esos fueron sus votos, su pacto con
la humanidad y con Dios.

—¿Has visto toda la remodelación que han hecho en la catedral, a


partir de la original? —Los ojos de Preston se iluminaron con interés por
una buena historia. Apretó la mano de Tom y la sacudió esperando
transmitirle su entusiasmo.

—En serio, ¿Quién no lo vería? Era una enorme monstruosidad y


ahora es un edificio impresionante ¡ocurrió casi de la noche a la mañana!
—Tom bebió un sorbo de café y acuno la taza en sus manos.

—Tienes toda la razón.

Preston no había sido capaz de resistir la necesidad de pedirle a su


jefe que le dejara entrevistar al sacerdote principal o a quién estuviera al
cargo de la iglesia. Quería saber porque iban a establecer un monasterio en
una de las peores zonas de la ciudad.

El editor, jefe Jim Abrams, estuvo de acuerdo en que sería un


convincente artículo de interés local y ayudaría al periódico. Como Jim dijo
“Ayudar a los monjes era bueno para el Karma”

—Voy a ir a entrevistarlos. Te lo había dicho ¿Verdad? —Preston


sabía que se lo había dicho a Tom, pero quería que él lo confirmara. No
estaba seguro de que era lo que le emocionaba de ésta entrevista. Pasar
tiempo en una iglesia no era exactamente como asistir a una fiesta, pero
algo le estaba atrayendo hacia ella y le hacía impacientarse.

Preston no se había sentido tan entusiasmado por un proyecto desde


que estaba en la escuela secundaria y ganó unas prácticas en el periódico
local.

—Sí. ¿Ya tienes todas las preguntas?

Preston palmeó el bolsillo lleno de la pernera del pantalón.

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—Tengo mi fiel bloc de notas justo aquí. —Preston miró su café
antes de decir:

— Tú no piensas que vaya a ofenderlos ¿Verdad?

—No, siempre dices lo correcto. Te pones a hablar y todo el mundo


te adora.

Preston asintió. Tom le dio el mismo sermón que siempre utilizaba


antes de las entrevistas sobre luchar contra sus inseguridades. Preston
podría habérselo dado a si mismo, pues se conocía las palabras de
memoria, pero siempre se sentía mejor después de escucharlo de boca de
Tom.

Una vez finalizado el café con su mejor amigo y habiendo disipado


sus miedos, Preston montó en su coche y condujo a través de la ciudad
hasta el monasterio.

Era extraño pensar que había un edificio entero lleno, únicamente, de


hombres religiosos viviendo en el centro de la moderna NYC1.

Durante todo el viaje a través de la ciudad reconsideró la lista de


preguntas que tenía para ellos. Estaba tan preocupado en no ofender a los
monjes y posiblemente a los tristes curas, que tuvo que dar marcha atrás
cuando paso por delante del edificio.

Cuando volvió hacia atrás, fue capaz de encontrar fácilmente donde


estacionar. Recordó que, antiguamente, ahí no había ningún aparcamiento.
Antes de eso, había que aparcar en la calle y dar un paseo hacia arriba,
pasando los edificios, y llegar hasta la iglesia. Ahora era práctico, seguro y
limpio.

Preston escribió todo esto en su cuaderno y luego esperó en silencio


en el coche. Sólo tomó varias respiraciones para mantener la calma. No
podía deducir si los nervios eran por tener que entrevistar a un extraño o
porque nunca antes había pisado una iglesia.

Preston había visto iglesias en la televisión y había paseado al lado


de ellas en la ciudad; pero, como organización religiosa, nunca le había
llamado la atención. Para él una experiencia religiosa incluía estar de
1
Son las siglas para New York City

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rodillaS gritando “Oh Dios, oh Dios”, y eso era más probable que ocurriera
en su dormitorio que una iglesia. Abrió la puerta de su coche, y armándose
de valor, repitió en su mente que siempre consigue su historia.

Las gárgolas y el intrincado trabajo del tejado le habían dado la


impresión que la iglesia era posiblemente católica. El nombre “la orden de
piedra” no menciona santos ni deidades que explicaran la religión a la que
pertenecían.

Al entrar, el vestíbulo de la iglesia, era muy diferente a cualquiera


que hubiera visto en cuadros y películas. Era moderno y limpio. Se parecía
más a la sala de espera de un exclusivo edificio de oficinas que al de una
iglesia. No había velas o incienso. No había cruces ni imágenes en las
paredes. Los colores eran cálidos y nítidos, y había intercalados cuadros de
oleos y acrílicos. Podría haber pasado por una exposición de arte en lugar
de una iglesia.

Una pintura en particular llamó la atención de Preston. La pintura era


una acuarela en la que se veía la escena de un parque. Los azules y verdes
de la hierba y el lago parecían fluir fuera del dibujo. Cuando caminaba
hacia el lienzo su pelo se removió con la brisa que parecía salir del cuadro.
Se inclinó hacia el paisaje, inhalando el frescor de la baja hierba.

Con su nariz a sólo una pulgada del cuadro, notó a lo largo del borde
de la línea de árboles una sombra en el suelo. A lo lejos él hubiera pensado
que era parte de los árboles o algo de suciedad. Desde cerca, puedo ver que
la sombra era proyectada por un pájaro en el cielo. Preston estaba seguro de
que se trataba del parque de Central Park, pero nunca había visto una
silueta de pájaro como esa en ninguna pintura.

Él lo estudió más de cerca. Se había criado en New York y se


enorgullecía del conocimiento no solo de los mejores restaurantes, si no, de
todo lo referente a la flora, fauna y costumbres históricas.

—¿Puedo ayudarle?

Preston se dio la vuelta jadeando, dejando así su inspección del


cuadro. Se agarró el pecho. Era incapaz de respirar o hablar. Estaba
asustado como jamás lo estuvo en zona de guerra.

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—Lo siento, no era mi intención asustarle. Mi nombre es Dean Ash.
Soy el prior del claustro2, ¿Necesita algo en particular o sólo ha venido a
rezar?

Al ver al hombre en hábitos3 grises, Preston se calmo


inmediatamente y recuperó la voz.

—No, está bien. Mi nombre es Preston Mathews, soy un periodista


del Daily Tribune4. Quiero escribir un artículo de interés humano sobre su
iglesia y sobre las renovaciones que han hecho. Tenía la esperanza de poder
hablar con quién sea que esté a cargo.

— Ese debería ser el padre Abbot Mason, pero no está disponible en


este momento. Siento no poder ser de mucha ayuda, sin embargo, estoy
seguro que si deja su tarjeta de visita podre convencer a Mason para que le
llame cuando esté disponible.

—¿Le importaría que hiciera algunas preguntas o que estuviera


mirando por aquí un poco más?

—Por supuesto que no. Estoy seguro de que si tiene cualquier duda
los hermanos que están en el patio podrán ayudarle. Solamente le pido que
no moleste a los hombres que se encuentren en el altar de la capilla, ya que
eso quiere decir que es su tiempo para ejercer el voto de auto reflexión.

—Oh, está bien, gracias.

El hermano Ash llevó a Preston a través del vestíbulo hasta el


auditorio de la iglesia principal. Para una estructura tan grande el auditorio
era muy pequeño. No tenía más de veinte estrechos pero acolchados
bancos.

—El auditorio es más pequeño de lo que me imaginaba, para tan


basta propiedad.

—No tenemos muchos feligreses asistiendo a los servicio, la mayor


parte son los hermanos de la iglesia. Todo el edificio al que tú te has
referido incluye también las viviendas individuales de los hermanos que

2
Monje superior, sería el equivalente a la madre superiora de un convento.
3
Vestimenta tradicional de los monjes
4
Se deja el original por ser el nombre del periódico

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viven aquí. Nuestro objetivo no es atraer gente a nuestros servicios, pero
eso podría ser de ayuda para la comunidad y los individuos.

Ash abrió una puerta en la parte delantera del auditorio que conducía
a una serie de pasillos con suelo de piedra. Al igual que en la entrada, las
paredes estaban revestidas de arte y tapices. Caminó hasta llegar a un
pasaje abovedado. El techo estaba decorado con un mural y Preston se
lamentó por haberse dejado la cámara en el coche a causa su nerviosismo.

—Sígueme, la mayoría de los hermanos están trabajando fuera ahora.


Sin embargo, algunos están en la cocina, y estoy seguro de que unos pocos
se encontrarán en la sala de arte que es donde yo debería estar.

Ash se apoyó en dos pesadas puertas de madera que parecían haber


sobrevivido durante milenios. La madera estaba pulida y erosionada a
causa de todas las manos que la habían empujado durante todo este tiempo.
El conjunto de bisagras de hierro y el marco que las sostenía en su lugar,
crujió cuando abrieron la puerta.

Al otro lado de las puertas había un jardín lleno de plantas en flor y


verduras maduras. Flores de diversos colores y especies, Preston nunca
había visto que las semillas florecieran hasta desbordar las macetas y los
jardines.

Abrumado por la belleza del lugar, Preston se quedó helado y


paralizado. Puso su mano en el pecho y lentamente observó el paisaje.
Abrió la boca y trató de encontrar palabras que describieran la belleza de la
escena, pero no encontró ninguna que le hiciera justicia.

As devolvió a Presto al presente —¿Son preciosas, verdad? —


Preston asintió frenéticamente—. Todo el mundo reacciona de la misma
forma la primera vez que lo ve. Es como si la naturaleza y tú fueran uno y
pudieras ver el esplendor en todo el mundo.

Preston vio la creación. Este ha sido un momento que le marcaría.


Esto era belleza en estado puro. Los hermanos no hacían más que quitar las
malas hierbas, regar y fertilizar. No podían controlar las plantas o fabricar
las flores pero las nutrían y les daban espacio para crecer, y esa era su
recompensa, la pura belleza.

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Ubicado entre las flores había estatuas de bestias y animales.
Algunas eran criaturas de ficción, otras eran simples animales domésticos.
Cada uno fue modelado en arcilla o esculpido en piedra. No había estatuas
de madera. Cuando Preston miró más de cerca, pudo ver las diminutas
marcas de herramientas de la artesanía manual.

Caminando por el sendero más próximo, vio una curiosa estatua de


una criatura mítica apoyada en sus patas traseras y con la cola enroscada en
su tobillo. La criatura sostenía algo pequeño y, por lo que se deducía de su
expresión feliz, algo obviamente muy preciado. Sus alas estaban abiertas y
la envolvían creando una pantalla de seguridad.

Preston se recostó en una roca lisa cerca de ella y trazó con el dedo
cada una de las curvas y esquirlas en la roca. Esta obra le pertenecía. Es
decir, estaba destinada a ser suya y él lo sabía.

—¿Qué es eso?

—Una gárgola.

Una voz que no era Ash respondió, así que Preston miró hacia atrás
para ver quien hablaba. De pie, con el sol a sus espaldas, había un alto
monje con el rostro oculto por la sombra. Preston se giró de nuevo y
reanudó la inspección de la pieza.

—Es hermoso. ¿Lo has esculpido tú?

—Sí, he sido yo. Gracias. —La sombra del gigante danzó frente a
Preston cuando el monje se acercó a él. Su estómago se estremeció por la
atención.

—Pienso que deberías tenerla

—¿Por qué pensarías eso?

Preston sonrió. Era bastante bueno evaluando situaciones. —Saliste


de la nada para protegerla cuando la estaba tocando. Debe ser importante
para ti. —Preston continuó la inspección de la silueta. Los músculos
expuestos eran firmes y bien definidos. Una tela atada a la cintura cubría su
desnudez. Sus manos estaban intrincadamente esculpidas hasta las uñas
aunque la estatua no media más de un pie de alto.

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—¿Qué es lo que sostiene la gárgola?

—El corazón de su amado. —Preston apartó la mano

—¿Su corazón de verdad?

El monje se movió hacia delante agitando las manos. —¡No, no! De


forma figurada.

—Eso tiene más sentido. —Ahora que el monje se encontraba de


cara al sol, Preston pudo verlo más claramente. Era alto y de hombros
anchos. Tenía mandíbula cuadrada y la nariz recta. Sus rasgos eran
corrientes, pero algo de él le atraía, e hizo que su estómago cayera cuando
el monje le miró— Soy Preston Matthews.

El monje se quedó mirando la mano de Preston y movió la suya


ocultándola en el pliegue de la túnica de lana. Entonces Preston la retiró.

—Lo siento, no conozco sus costumbres. —En esta ocasión, cuando


Preston habló, el monje no emitió ninguna respuesta, ni siquiera con un
movimiento de cabeza.

—He venido a entrevistar al padre Abbot Mason acerca de la iglesia


para el Daily Tribune. Ya que el no está, el hermano Ash me dijo que podía
andar por aquí y tal vez incluso hablar con otros monjes.

Nuevamente el hombre no dijo ni una palabra. Su cara no reflejaba


ningún tipo de expresión. Preston empezó a sentirse incomodo bajo su
atenta mirada. Se puso en pie y sacudió la parte trasera de los pantalones
mientras miraba la estatua una vez más y sonrió. —Creo que debería irme.

Preston hizo una pausa. El hombre parecía como si quisiera decir


algo y entonces lo pensó mejor. A continuación se coloco rápidamente la
capucha del hábito hacia arriba. Preston retrocedió ante la extraña reacción
y alcanzando el bolsillo, sacó una de sus tarjetas de visita.

—En ese caso ¿Podrías darle esto al padre Abbot Mason por favor?
Con tu permiso, me iré ahora.

El monje se acercó a él y rápidamente cogió la tarjeta sin permitir


que la mano saliera completamente de la manga ancha de la túnica, y, sin
duda, asegurándose de no tocar a Preston.

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Preston deambuló hacia las puertas que Ash había abierto
anteriormente. Después de un tirón, un poco de sudor y un par de gruñidos,
logró abrir uno de los pesados armatostes.

De pie, ya fuera de la iglesia, Preston levanto la vista hacia las


estatuas colocadas a lo largo del borde del tejado. Ellas observaban
fijamente la ciudad y miraban en todas direcciones.

Su corazón se acelero un poco, y rápidamente miró para atrás, hacia


una de las largas y amplias ventanas de la pared de la iglesia, sólo para ver
como una cortina caía y se cerraba. Se dio la vuelta sonriendo y paseó hasta
su coche. Tal vez no era la única persona que estaba interesada en alguien,
con el que se había reunido hoy.

Tom cogió otro palito de queso del plato de aperitivos.

—Así que ¿Era todo un convento5? —Hizo una pausa y Preston se


encogió de hombros.

—Es decir ¿Todo un edificio lleno de hombres disponibles? Suena


como un sueño hecho realidad. —abanicándose con la servilleta, Tom agitó
las pestañas rápidamente.

Preston rodó los ojos mientras tomaba otro trago de cerveza.

—Sí bueno, de todos modos, yo no pienso eso. ¿Has visto alguna vez
a un cura antes? No me gusta pensar en un centenar de frailes Tucks6
borrachos, gordos y calvos. Puede ser que haya hombres en todas partes
pero estoy seguro de que ellos no serían mi tipo.

Preston arrugó la cara con disgusto, aunque ahora que lo pensaba,


Ash no era mal parecido. En realidad no era su tipo, pero tenía todo el pelo
y parecía estar en buena forma. Por supuesto, una túnica amplia podría
ocultar muchos defectos, sin embargo, a Preston, no le importaría
inspeccionar lo que hubiera debajo de la túnica del monje si le dieran la
oportunidad.
5
Imagino que usará el término para referirse a celibato
6
Tuck es el nombre del monje en la película de Robin Hood

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Cuanto más pensaba Preston, en el hombre con el que se reunió en el
jardín, más guapo le parecía. Pero prefirió guardarse eso por más tiempo.

Tom robó un trozo de pollo del plato de Preston y se lo metió en la


boca. Masticó la comida robada y entonces continuó con la anterior línea
de pensamiento.

—De todos modos ¿No será eso probablemente lo mejor?

—¿Por qué dices eso?

—Bien, que yo sepa, no hay cura que te la vaya a sacar, y tú mi


amigo... Bueno tu pene se marchitaría y moriría si no le dan atención de
forma regular.

Preston abrió la boca en estado de shock de forma cómica y fingió


horrorizarse por lo que Tom le estaba diciendo.

—Lo haces sonar como si fuera una puta.

—Eh, si el condón se ajusta.

Preston, golpeó a su amigo desde el otro lado de la mesa

—Por lo menos sé, como se ve otro pene a parte del mío, perra.

Horas más tarde Preston y Tom iban tambaleándose por la calle.


Tuvieron que dejar el restaurante y se dirigieron a un club para pasar lo que
quedaba de la noche del viernes.

Preston vio como Tom iba a la derecha y luego se volvió y se dirigió


hacia la izquierda, luego se detuvo, cruzó los brazos sobre el pecho y
resopló.

—No tengo ni idea de dónde estamos.

Preston rió. Engancho su brazo con el de Tom y tiró de él hacia casa.

—Estamos solo a unas manzanas de esta dirección. Sí no puedes


hacerlo sin parecer demasiado borracho cogeremos un taxi.

—No, yo debería estar bien. Así que dime ¿Era raro estar en la
iglesia?

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Tom conocía la historia de Preston. Preston no tenía ni formación ni
influencias religiosas. Tom era agnóstico pero él no se preocupaba de un
modo u de otro.

—¿Raro? ¿A qué te refieres?

—No sé. ¿Parecian amistosos? ¿Cómo les afectaría si supieran que


eras gay? No muchas iglesias te darían la bienvenida.

Preston miró de reojo a Tom —Para ser un borracho eres un


parlanchín horroroso.

Tom hizo caso omiso del comentario de Preston y siguió caminando


hacia delante, contento por el silencio. Pero Preston pensó sobre las
preguntas de Tom por un momento.

Los monjes no tenían forma de decir si era gay o no. Esto nunca
afectó a su trabajo de un modo u otro. Pero si pudieran decirlo ¿Qué más
les da? Él no tuvo esa impresión. Ellos parecían realmente preocupados por
la comunidad y por ayudar a otros. El amor por el arte y la jardinería era
evidente. Les gustaba cultivar cosas buenas y crear arte.

La mente de Preston fue de nuevo a la deriva hacia el misterioso


monje y sus oscuros ojos. La timidez y cautela que demostró fue
entrañable. Él apareció de la nada para proteger su arte y, una vez que vio a
Preston, se quedó congelado.

Tom tropezó y Preston intentó enderezarlo, pero se chocaron con


unos hombres que salían de un edificio cercano. En la confusión. Uno de
ellos se tambaleo hacia atrás y calló de culo.

—Oh dios mío, lo siento mucho.

Tanto Tom como Presto corrieron a ayudar al hombre, pero fueron


empujados por sus dos amigos.

—No necesita vuestro tipo de ayuda.

¿Nuestro tipo? Preston desestimó el comentario y se disculpó


nuevamente

—Lo sentimos mucho. No teníamos la intención de golpearles.

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Todos los hombres se encontraban en pie ahora. El que había sido
tirado al suelo, era el más alto de todos ellos. Él miró primero a Tom y
luego a Preston.

—Tal vez si ustedes dos, hadas, no hubieran estado dando saltos


alrededor, nos hubieran visto.

Tom se tensó junto a Preston, pero rápidamente volvió a relajarse.

—Tienes razón. Deberíamos haber estado prestando más atención.


Nos iremos ahora.

Tom agarró la muñeca de Preston y tiro de él hasta pasar a los


hombres. Habían dado apenas unos pasos, cuando oyeron fuertes pisadas
que se dirigían hacia ellos.

—¿Quién dijo que podían irse? ¡Aún no habíamos terminado de


enseñaros modales!

Antes de que Preston pudiera mirar hacia atrás para ver donde estaba
el hombre, fue empujado al callejón más cercano por uno de ellos. Los
otros dos agarraron a Tom por los brazos y lo arrastraron también al oscuro
pasaje. Tom golpeó y destrozo un cubo dispersando más la basura y
esperando que alertase a alguien que pudiera ayudarles.

Preston estaba en el suelo tratando de orientarse. Él no estaba


preparado para el empujón. Cuando cayó, se golpeó la cabeza contra el
cemento, rebotó, y esta segunda vez se hirió la nariz. Sangre proveniente de
un corte cerca del pelo, emborronaba su visión que ya era doble.

Oyó a Tom pedir ayuda y llorar de dolor. Preston penosamente se


dirigió hacia su amigo lo mejor que pudo, poniendo una mano delante de la
otra se arrastró lentamente. Sus manos se raspaban con trozos de metal y
vidrio. Con cada grito que Tom daba su pecho se oprimía por el dolor de su
amigo.

Esto no puede estar sucediendo.

Tom colgaba entre los dos brutos mientras que el tercero continuaba
balanceándose y golpeando fuerte su vientre.

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Ahora que había dejado de luchar, perdieron el interés y lo dejaron
caer al suelo. El hombre que había golpeado a Tom, ahora le hizo señales a
Preston.

—Arriba princesa.

El estómago de Preston se apretó y la bilis le subió por la garganta.


Más allá de ellos, Tom estaba inmóvil y había dejado de emitir sonidos.
Preston se golpeó la cara tratando de aclarar su visión. Cuando retiró la
mano de los ojos, otro hombre llegó justo por detrás de los tres asaltantes.

Este era mucho más grande, muchísimo más grande. Preston no tenía
ninguna oportunidad contra los cuatro. Se deslizó hacia atrás
frenéticamente con la esperanza de llegar a la calle en busca de ayuda. Pero
cuando el desconocido cogió al primer atacante y lo tiró contra la pared de
ladrillo, Preston detuvo su retirada. El matón aterrizó estúpidamente y se
desplomó sobre la basura.

Girándose hacia el intruso, los dos matones saltaron para atacarle


pero se acobardaron. Preston parpadeó rápidamente pensando que la mente
le estaba jugando una mala pasada por la mala iluminación del callejón.

El desconocido cogió a los otros dos salvajes y los golpeó juntos


antes de tirarlos también contra la pared. El extraño se paró jadeando de ira.
No podía ser por agotamiento, debido al poder que demostró. A su
espalda, una capa oscura fluctuaba con la brisa que Preston no podía sentir.

Se giró hacia Preston con los hombros caídos, con sus anchos y
grises hombros. Él miró boquiabierto, como una fina cola, que terminaba
en una flecha ancha, se balanceaba en su espalda de un lado a otro.
Mirándolo más de cerca se dio cuenta de que el gigante era la misma
estatua de la iglesia. Preston no se movió cuando la forma descomunal se
acercó más. Se puso en cuclillas y le tendió su amplia mano.

—Preston, permíteme ayudarte.

Con demasiado miedo cómo para preguntarle a la estatua por qué


sabía su nombre, simplemente se limitó a coger la mano que le ofrecía. Era
lisa y fría al tacto y la mano de Preston se deslizó sobre la piel, como hielo
fundido, de la bestia.

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Fue hábilmente puesto en pie a la vez que se balanceaba a causa del
movimiento rápido y la sangre perdida. Se apoyó en el pecho de la bestia
con la frente apoyada sobre el corazón de su salvador. Su fuerte latido le
calmó.

—¿Puedes mantenerte en pie sin ayuda? —La voz profunda y grave


retumbó sobre su piel alborotando su pelo castaño. Preston asintió.

—Déjame revisar a tu amigo.

—Oh dios mío, Tom. —Preston salió del agarre del gigante y se
apresuró hacia su amigo caído. Puso a Tom boca arriba y jadeó. La cara de
Tom estaba hinchada y amoratada. Sus labios y párpados estaban rotos y
sangraban. Preston le quito la camisa a Tom para ver también la extensión
de los moratones a través de su abdomen. Mirando a su salvador gimoteó.

—Por favor, tenemos que llevarlo al hospital.

—Lo sé Preston. Déjame ocuparme de ellos primero.

La gárgola se volvió y caminó hacia los atacantes. Ahora que su


visión se había aclarado, Preston vio como la criatura envolvía sus dedos
alrededor de la muñeca del atacante. Cuando apartó su mano, un aro negro
y suelto permaneció en las muñecas del hombre como si fueran brazaletes.
La criatura formó círculos oscuros solamente con sus manos y uso esos
círculos para unir los brazaletes y sujetar a los hombres.

El gigante utilizó sus dos manos para dar forma a un círculo enorme.
Un enorme y solido aro cayó al suelo por debajo de sus manos con un
clink. Preston apartó las piernas y aterrizó con el culo en el frío suelo.
Observó asombrado como la criatura creaba anillos encadenados,
únicamente con sus manos. Él unió a los atacantes por el gran círculo
central. Una vez que los hombres inconscientes estaban atados juntos con
las esposas que la criatura había creado de la nada, éste, se dio la vuelta y
emitió un largo y lento suspiro antes de caminar cuidadosamente hacia
Preston.

— Ven conmigo. Llevaré a tu amigo al hospital. —Preston asintió y


puso su mano sobre la de la criatura una vez más. Aunque, casi resbaladiza
al tacto, se sentía reconfortante y segura. Con un movimiento rápido,
Preston fue empujado y tirado contra el cuerpo del gigante. El hombre pasó

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la mano sobre la frente de Preston retirando su pelo hacia atrás y lanzando
un suspiro de satisfacción. Los ojos de Preston se cerraron con la suave
caricia.

—Tengo que coger a tu amigo.

—Tom, mi amigo se llama Tom.

El titán asintió con la cabeza y se dobló para recoger a Tom. Lo


sostuvo como si fuera un bebé con uno de sus enormes brazos y envolvió el
otro alrededor de Preston.

—Agárrate fuerte, tenemos que volar rápido.

—¿Volar?

Preston se dio cuenta que eran alas lo que la capa cubría en su


colosal espalda. Él extendió a lo ancho las curtidas extremidades para
desplegarlas completamente. Con un fuerte pump se elevaron hacia el
cielo nocturno. Preston se revolvió para agarrarse fuerte al cuerpo de la
criatura. Su piel se puso resbaladiza bajo la presión cuando Preston
encontró su agarre. Envolvió sus piernas alrededor de los gruesos
músculos, sujetándose firmemente mientras cruzaba sus tobillos. La bestia
miró hacia Preston con una sonrisa en sus gruesos labios.

—¡No me mires! ¿Estás mirando por dónde vas?

—No te preocupes aeternus. Yo siempre te sostendré.

El mitad hombre mitad bestia voló a través de la oscura noche,


bordeando los edificios y permaneciendo en la sombra hasta que
alcanzaron el New York Medical7. Voló directamente hacia elevado
edificio. Se impulso hacia arriba y navegó, todo recto, hacia el cielo
nocturno.

Una vez aterrizaron en el borde del tejado, Preston soltó su agarre,


tratando desesperadamente de recuperar el equilibrio sobre el plano techo.
Tras algunos tropiezos, cayó de rodillas.

—A la mierda. Voy a gatear.

7
Se deja en inglés por ser el nombre del hospital

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La bestia pasó junto a él cargando con Tom. Suavemente lo puso
sobre una camilla que les estaba esperando en la azotea. Preston se empujó
sobre una rodilla y luego sobre la otra y recorrió finalmente la distancia
para unirse a ellos.

—¿Estaban esperando por él?

El monstruo levantó el portapapeles enganchado al final de la camilla


y paso la uña a través de una anotación.

Asalto no sexual.

—El hospital y… yo tenemos un acuerdo. —Colocó el portapapeles


de nuevo en el gancho y pulsó el botón de llamada que se encontraba en el
exterior del ascensor.

Mirando a su alrededor Preston se dio cuenta que era un helipuerto


para emergencias y partos.

—Ven. Ellos llegarán pronto y nosotros debemos irnos ya.

Preston retrocedió.

—No, tengo estar con Tom. Necesito ver a un médico y presentar


cargos.

—Tom estará bien estará bien atendido y le ingresarán en una


habitación privada.

Preston retorció las manos. —Pero necesito un médico.

La bestia acuno la cara de Preston con sus grandes manos.

—Puedo curar todas tus lesiones. Confía en mí, por favor.

Preston sentía su mente confusa. No estaba en trance pero era como


si el monstruo le conociera y supiera todo acerca de él, como si se
conectaran a otro nivel.

La bestia sonrió enseñando los dientes lo que le hizo sentirse relajado


en lugar de aterrorizado y tirando a Preston en sus brazos despegó desde el
tejado hacia el despejado cielo nocturno.

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Una vez más, Preston se agarro a los hombros del desconocido,
sintiendo su piel fresca y suave al tacto. Envolvió sus manos alrededor del
cuello y sus piernas en su cintura. La bestia gruñó bajo o tal vez se quejó, y
Preston se estremeció con el sonido. Metió la cabeza bajo la barbilla para
resguardarse del frío y áspero viento hasta que el loco viaje llegara a su fin.

Tedi Sinclair 19
Capítulo 2
El viaje esta vez duró el doble de tiempo y no fue tan rápido ni
complicado. La bestia pasó más tiempo planeado y menos agitado las alas
frenéticamente. Parecía estar tomándose su tiempo con el vuelo.

Los sonidos de la ciudad se desvanecían lentamente a medida que la


criatura aterrizaba. En lugar de liberarse para recobrar el equilibrio, Preston
se sostuvo más fuerte contra el duro cuerpo y los anchos brazos que
abrazaban la espalda de Preston.

Una voz desconocida se oyó detrás de él.

—¿Esta herido?

—Yo me ocupo. ¡Déjanos!


Preston trató de girar la cabeza para mirar pero la criatura decidió en
ese momento envolver las manos, que aún le sujetaban, por detrás de su
cabeza. Preston comenzó a sentir pánico.
—¿Porqué no quieres que mire? ¿A dónde me llevas? —Preston
empujó contra el pecho del monstruo y sus pezones se clavaron en las
palmas de las manos. Se habían alejado bastantes pasos de la extraña voz,
pero Preston no quería cambiar el peligro de la calle por otro aun peor aquí,
así que se esforzó en serio para liberarse.
El monstruo paró y respiró profundamente, su pecho expandiéndose
por el esfuerzo.
—Lo siento. —Él soltó a Preston y le ayudó a ponerse en pie.
—Te traje a mi casa. Pensé que te sentirías abrumado si vieras toda
la gente que hay aquí.
—No me seas condescendiente. ¡Quiero saber a dónde demonios
vamos! Acabo de ser atacado, he dejado a mi mejor amigo en la camilla de
un hospital sin decir una palabra, y ahora estoy aquí ¿Qué es lo que está
pasando?
—Yo nunca te mentiría.

Tedi Sinclair 20
—¡Pero no me cuentas nada! Ni siquiera sé tu nombre
—¿No me reconoces? —El monstruo ahuecó la cara de Preston una
vez más—. ¿Estás diciendo que nunca nos hemos visto?
—Creo que recordaría a una bestia, de seis pies y medio, con alas
andando por la calle.
—Sólo mírame aeternus.
Preston inclinó la cabeza hacia un lado mirando en los oscuros ojos
de la bestia. Estudió de arriba abajo el cuerpo de la bestia y, entonces,
volvió a mirarle a los ojos, resultándole familiares.
—Sé que eres la viva representación de la estatua de la iglesia pero
eso no quiere decir que nos hayamos visto.
La criatura sonrió dulcemente.
—¿Te estás haciendo el difícil?
—¿Te estás haciendo el difícil? —Preston utilizó sus palabras contra
él—. Deja de andar en círculos. Yo no te conozco. Tus ojos me son
familiares. Se parecen a los ojos del monje que conocí. Pero él era todo un
hombre, y tu definitivamente no lo eres. —Preston agitó las manos
señalando por todo el cuerpo hasta la cola.
La bestia levantó las cejas. —Todo un hombre ¿Eh?
Un rubor cubrió la cara de Preston cuando se dio cuenta de lo que
había dicho. Se frotó la parte posterior del cuello mientras pensaba una
réplica, pero el esfuerzo fue inútil.
La bestia invadió su espacio y le presionó más cerca de la pared de
piedra que tenía detrás.
—Te aseguro que soy, realmente, todo un hombre.
El pecho de la bestia estaba muy cerca de su cara. Presionado contra
la cintura de Preston, se encontraba la evidencia de su virilidad.
¿Cómo podía estar duro en un momento como este? Su mente se
había aclarado. Debería empujar lejos a la bestia, pero nunca se había
sentido tan a salvo como lo hizo en este momento. Tendría que estar
horrorizado de que un extraño se frotara tan descaradamente contra él,
pero, sin embargo, quería más. Cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia
atrás, sobre la fría piedra.

Tedi Sinclair 21
—Sólo dime tu nombre, Por favor.
Sintió al gigante acercase aún más y su cálido aliento le hizo
cosquillas en la oreja.
—Soy Clay, el monje dueño de la estatua que tú admirabas.

—No lo entiendo. No puedes ser el mismo Clay que conocí en la


iglesia.

Clay pasó su nariz por la mejilla de Preston y por su pelo.

—Ese soy yo.

—¿Cómo es posible?

Clay encogió sus muy grandes hombros. —Sólo lo soy. ¿Me besarías
si te lo pidiera?

Preston comenzó a inclinar la cabeza, la cercanía y la intimidad


nublaban su juicio, pero se detuvo y presionó sus manos sobre el pecho de
Clay, intentado retroceder. —Ibas a decir que sí ¿Por qué paraste?

—Yo, ni siquiera te conozco. ¡Eres una, uh, cosa! Y mi nariz duele.


Creo que puede estar rota.

La voz Preston se redujo a un lloriqueo al darse cuenta de que lo


había ignorado. Se había olvidado de su dañada cara con toda la excitación
y el drama de volar.

—Oh, aeternus, ¡Perdóname! Ven conmigo, curaré tu nariz


inmediatamente.

Clay agarró la mano de Preston y tiro suavemente le llevo por un


pasillo hasta un vestíbulo contiguo lleno de puertas.

Se movían demasiado rápido como para que Preston las contara,


Pero notó que las paredes estaban llenas de arte. Pasando varias, Preston
abrió una puerta a la derecha de un ornamentado tapiz tejido con nudos.
Clay le acomodó dentro de una pequeña habitación.

Clay fue al único fregadero y sumergió un paño. La habitación estaba


escasamente decorad, y llena solo de lo estrictamente necesario. Una
pequeña pantalla separa la sala de estar de la cama. Ahora que se daba

Tedi Sinclair 22
cuenta, Clay parecía haber amplificado su tamaño debido a la pequeña
habitación. Era como si sus manos fueran a partir los grifos del agua en
lugar de girarlos. Sus hombros llenaban la distancia entre ambos armarios.

El pequeño espacio contenía un amplio sofá de dos plazas y una


mesita. Contra una pared había una mesa y dos sillas preparadas como para
un agradable desayuno o una intima cena. Una ligera presión en el hombro
hizo que Preston se diera la vuelta y alzara las manos para defenderse.

—No era mi intención asustarte.

Preston, bajo las manos despacio y respondió balbuceando.

—No, es que aún estoy al borde, y creo que lo estaré por un tiempo
todavía.

Clay le llevó de nuevo a la cocina, donde le espera un bol con agua,


al borde del fregadero, y un paño.

—Vamos, gira tu cara hacia la luz. —sosteniendo con una mano el


rostro de Preston, Clay limpió, en primer lugar, suavemente las mejillas y
la frente. Cuidadosamente trabajo cerca de los lugares que habían sido
heridos. Enjuagó el trapo en el recipiente y continuó con su tarea,
acariciándole con los dedos, de vez en cuando.

Preston se derretían bajo el toque de Clay, incluso, cuando las


lesiones eran ahora lo primero en su mente.

—Quédate quieto mientras te aplico el vendaje. —Preston no había


visto vendas la primera vez que se acercó, sin embargo, permaneció quieto
mientras Clay pasaba los dedos por encima de las lesiones. Presionó a cada
lado de sus heridas empezando por las de la nariz. Cuando se alejó, dejó
una fría y húmeda sensación.

Tocó un rasguño junto a la frente de Preston y ligeramente presionó


sobre lo que él supuso que era un bulto ya que todavía no se había mirado
en el espejo. Nuevamente, sólo se mantuvo la sensación de frío.

—¿Cuánto tiempo tengo que llevar puesto esto? Y ¿cada cuánto


debería cambiarlo?

Tedi Sinclair 23
—Se caerán cuando estén completamente o casi curadas. —Preston
se estiró y toco su nariz. Se sentía como si le hubieran colocado un molde
de yeso.

—¿Qué me has puesto?

—Cálmate. Sólo es un poco de bálsamo curativo. Ven aquí. —Clay


atravesó un área de la habitación, abrió una puerta y giró una pequeña
bombilla de luz incandescente.

—Hay un espejo aquí.

Preston pasó junto a Clay y entró en el pequeño cuarto de baño


cerrando la puerta de golpe. Miró su reflejo. Una pasta de barro
cubría todas las zonas que habían sido heridas. Parecía como si se
hubiera hecho un pésimo tratamiento facial.

El ungüento sobre la frente empezó a secarse y desmoronarse.


Él lo sacudió, revelando una piel nueva y sin cicatrices. Inclinándose
hacia el espejo pincho y presionó el área. En su piel no había ni
marcas ni costras. Estaba completamente impecable. Abrió la puerta
y volvió, hecho una furia, a la habitación.

Clay estaba de pie en el fregadero, con sus manos agarradas a


la encimera.

—¿Qué eres? —Preston se esforzó en formular la pregunta sin


que pareciera una demanda.

Clay le miró en silencio por encima del hombro y frunció el


ceño presionando los labios. Se giró lentamente y señaló su
estructura de arriba abajo, como si la respuesta fuera obvia.

—Soy una gárgola.

—Una gárgola. ¿Igual que las gárgolas de piedra?

Clay asintió

—Tú estabas en el jardín y esa pequeña estatua también eras


tú. —Una vez más, Clay se limitó a asentir.

Tedi Sinclair 24
Preston hizo muecas mientras pensaba sobre lo que había
aprendido y qué era lo próximo que le iba a preguntar. Por su mente
de periodista pasaban preguntas y datos históricos, pero, de alguna
manera sabía que no iba a escribir esta historia.

— ¿Hay más como tú… gárgolas?

—Como probablemente habrás deducido, toda la orden es


como yo.

Preston asintió para confirmárselo y empezó a caminar de un


lado a otro mientras pensaba.

—No se lo cuentas a la gente ¿verdad?

—No, habitualmente no.

Clay le observó atentamente y seguidamente fue a sentarse al


sofá. Preston le siguió pero no tomó asiento, estaba demasiado
agitado para eso y, además, la gran estructura de Clay, parecía
ocupar las dos plazas.

— ¿Entonces por qué me lo cuentas?

—Tú tienes que saberlo.

—¿Por mi historia? —Preston sonrió como si le hubiera


tocado la lotería.

Clay puso su mano suavemente sobre la piel de Preston y


Preston acarició con su mano libre la de Clay. Quería tocarlo más,
sentarse en su regazo y dejarse llevar por las emociones que se
arremolinaban por todo su cuerpo.

—No, lo siento, esto no puede formar parte de tu historia.

—¿Sigues llamándome aeternus? ¿Qué es eso? ¿Es el motivo


por el que necesitas que yo lo sepa?

—Sí, ese es el por qué. No tengo secretos para ti y nunca los


tendré. —Clay rascó su cabeza pelada y luego paso la mano por un
cuerno.

Tedi Sinclair 25
—Sabes, creo que es más fácil hablar, acerca de convertirme
en gárgola que sobre mi aeternus.

Preston se sacó el móvil del bolsillo y se sentó en el borde de


la mesa de café.

—¿Qué estás haciendo? Si hay algún problema con Tom, el


hospital llamará aquí.

—Genial. Yo iba a buscar aeternus en internet pero ahora me


siento fatal por haberme olvidado de Tom a causa de todo esto. —
Preston tiró el móvil en el sofá al lado de Clay disgustado por su
descuido. Su mente se aceleraba y su cuerpo pulsaba por la necesidad
y el deseo. Quería hacer preguntas pero no podía formularlas.

—Sé que las lesiones de Tom parecían severas, pero creo que
realmente estará bien. Y aeternus en líneas generales se traduce por
nuestro eterno. Tú eres mi único destino.

—¿Cómo un alma gemela? —Clay movió la cabeza de arriba


abajo y Preston resopló.

—Ahora pienso que estás loco. Casi me tragué lo de la gárgola


pero ahora creo que esto es un elaborado sueño de mi cabeza dañada.
Ahora voy a irme a casa a dormir o a despertarme en el hospital o en
el suelo del salón, si ahí es donde he despejado mi borrachera. —
Preston se alejó de Clay con las manos en alto—. Ha sido divertido,
una buena locura, gracias por curar mi nariz, y, uh, buenas noches.

Preston abrió la puerta y salió al pasillo. Corrió en la dirección


por la que Clay le había traído. La distancia era poca y él estaba
agradecido, ya que su sentido de la orientación era pésimo. Al llegar
al final de hall corrió a la derecha por el pasillo contiguo. Siguió
hasta que sintió caer la temperatura mientras se acercaba a la salida
que le permitiría ir al exterior. Empujó la puerta y se precipitó hacia
adelante. Patinó hasta detenerse a centímetros de otra gárgola, ésta
era fría como el hielo.

Preston estaba en el tejado de la iglesia de piedra.


Aterrorizado, miro de izquierda a derecha. No se veía ninguna ruta de
escape en la azotea de la iglesia, pero tenía que irse ya. Lanzándose a

Tedi Sinclair 26
la derecha corrió y se estrelló contra más piedra. Él sacudió la
cabeza mientras lo que creía que era una pared alargo la mano para
estabilizarlo.

—¿Va todo bien? ¿Te has perdido?

—No, estoy bien. Estoy intentando salir, pero no encuentro el


camino. —Preston miró en los amplios ojos de la otra gárgola. Éste
tenía rasgos más suaves y cara más redonda. Le sonrió a modo de
bienvenida pero la sonrisa parecía falsa y eso le hizo sentirse más
inquieto. Aunque Clay estuviera loco, por lo menos, le hacía sentirse
seguro.

—¿Has venido con alguien o estás aquí por tu cuenta?

Preston se apartó de la nueva gárgola y apoyo la mano en la


pared detrás de él. Lentamente hizo su camino de vuelta a la puerta,
manteniendo su mano en la pared para controlar sus movimientos.

—Clay me trajo aquí. Fui atacado

El monstruo gesticulo hacia la cabeza de Preston

—¿Acaso Clay te curó?

Preston levantó la cabeza y toco el ungüento de su cara.


Asintió y continúo su retirada.

—¡Él lo hizo! Bueno eso significa… ¿Te dijo lo que significa?

—Sí. No, no me ha dicho que el que me cure signifique algo


especial.

—Significa mucho. Una gárgola solo puede curar a su


aeternus. —Ahí estaba de nuevo esa palabra, palabra que elevaba al
máximo la curiosidad de Preston.

—¿Qué implica eso exactamente? Dijo que soy su alma


gemela.

La bestia asintió. Dejó de andar hacia Preston y se inclinó en el


carril que revestía el borde del techo.

Tedi Sinclair 27
—Es muy parecido a un alma gemela, pero más intenso. Es
para siempre. Tú eres el único para él. Es algo muy especial. Sé que
Clay te ha estado esperando por mucho tiempo. Debes regresar con
él.

A pesar de lo maravilloso que el extraño hacía sonar lo de


aeternus, Preston aún sentía pánico.

—Todo esto es demasiado.

—No lo dudo. Oh ¿dónde están mis modales? Mi nombre es


Terran.

La bestia se limpió las manos antes de ofrecerle una a Preston,


quien la estrecho sin pensarlo. La piel de Terran era parecida a la de
Clay pero más áspera. Se sentía como si estuviera cubierta de arena.
Cuando la criatura retiró su mano, Preston se quedó mirando la suya
con su ceño fruncido mientras se preguntaba por la diferencia de
texturas. Esperaba ver suciedad, pero sus manos estaban limpias.

—Siento eso. Debería convertirme en piedra en una pocas


horas, por eso, mi piel es un poco más áspera de lo normal.

Preston miró a Terran con la boca abierta. Deslizó la mano por


su pelo mientras sentía la sangre correr a través de sus oídos.
¿Convertirse en piedra? Fue lo último que pensó antes de colapsar en
el suelo.

Preston pestañeó abriendo los ojos y lentamente se fueron adaptando


a la luz. Estaba tumbado en una cama cuando, sin embargo, la otra
noche, se encontraba de pie en el exterior. Mirando a la derecha vio
una pantalla. Ese era la pantalla de la habitación de Clay. Estaba en
su habitación de nuevo. Su ritmo cardíaco se acelero y él se levantó.
¿Clay lo había encontrado y llevado nuevamente a la habitación?
¿Estaba aquí encerrado?

—Bien, estas despierto. —Terran caminó lentamente alrededor


de la pantalla—. Me diste un buen susto. Creí que te habías vuelto a
herir la cabeza con la caída.

Tedi Sinclair 28
El alivio le invadió cuando vio que no era Clay. Preston se
arrastró hacia delante sobre la cama. Habló susurrando mientras
buscaba a Clay

—Por favor, tienes que ayudarme a salir de aquí. Clay se está


comportando raro. Hay cosas que no quiere que sepa. Si no quiere
hacerme daño, debería dejarme ir ¿Verdad?

—Eres libre, pero lo que estás diciendo no suena como Clay.


Él normalmente es menos reservado. Debes ponerle nervioso ¿Sabes?
—dijo Terran guiñándole el ojo a Preston.

—¿Nervioso? —Preston quedó impresionado de que un


gigante pudiera ponerse nervioso por un humano como él—. Eso es
irrelevante. Sólo quiero irme ¿Me ayudarías por favor?

Terran frunció el ceño pero asintió —No puedo llevarte a casa.


El final de mi ciclo está demasiado próximo. Pero puedo llevarte con
Mason, el te ayudará a llegar a tu hogar.

—Gracias.

Preston se lanzó hacia Terran. La idea de escapar cada vez se


veía mejor. Terran le dio unas palmaditas en la espalda y le ayudo a
levantarse de la cama. Se dirigían a la puerta justo cuando Clay
regresó.

—Preston estás despierto. —Cuando Clay se acerco a él,


Preston se colocó tras Terran. Empujó a Terran por la espalda para
que fuera él el que manejara la situación.

Terran levantó las manos. —No mates al mensajero, pero


Preston quiere irse. Lo llevo con Mason para que así pueda irse a
casa.

—¡Qué! ¿Por qué querría irse? ¡Yo puedo llevarlo a casa! No


debería sentir la necesidad de irse con nadie más a parte de mí. —
Preston se encogió y se escondió tras el cuerpo de Terran para que
Clay no lo viera. Clay intentó mirarle moviendo la cabeza para mirar
hacia un lado sobre los brazos de Terran.

—Terran, es mi aeternus, no deberías involucrarte.

Tedi Sinclair 29
—Clay se razonable, no tengo ninguna intención hacia Preston.
Está agobiado y quiere irse a casa, eso es todo. Estoy tratando de
ayudarle.

Un estruendoso rugido salió desde lo profundo del pecho de


Clay y Preston se apretó contra la espalda de Terran gimiendo. Clay
y Terran podrían derribar las paredes de la iglesia si empezaran a
pelearse aquí. Preston había visto suficiente violencia esta noche y
quería volver a la normalidad de su apartamento. La intensidad de
Clay lo abrumaba. No podía procesar nada más esta noche.

—Clay, cada gárgola en la orden es responsable de todos los


aeternii8 que formen parte de la casa. Ven con nosotros si quieres,
pero él está aterrorizado, puedo sentirlo temblar detrás de mí. Por
favor, vayamos a ver a Mason.

Clay resopló su asentimiento, sonando más como un caballo


que como un hombre. Sin embargo, abrió la puerta y empezó a
caminar. Preston asumió que iban donde Mason. Esperaba que
Terran no lo llevara a algún lugar para ofrecerlo como sacrificio
humano. ¡Maldita sea! ¿En qué me he metido?

Caminaron por el pasillo. Al final había una escalera por la que


bajaron al nivel inferior y luego volvieron a bajar. Este pasillo era
más amplio y con menos puertas alineadas. Terran miro a Preston por
encima del hombro.

—La oficina y habitación de Mason está justo ahí abajo. Está


en el piso principal, ya que es el director de toda la iglesia. —Terran
se volvió. Preston no necesitaba que él llenara el silencioso vacío.
Sólo quería llegar a la parte donde podía irse. Pero Terran tenía otros
planes y siguió hablando un poco más

—Incluso puedes llamar un taxi desde allí, si te hace sentir


mejor. Es decir, en lugar de que uno de nosotros te lleve a casa. —
Terran puso la mano sobre su boca y susurró—. He oído que no te
gusta mucho volar.

8
Por lo que he entendido del contexto plural de aeternus

Tedi Sinclair 30
Él se sonrojó. Clay debió decirle a Terran que volaron hasta
aquí. Preston agarró el brazo de Terran. —¿Qué más te dijo?

—No te enfades con él, estaba triste por eso, nada más.

Preston rechazó la explicación. —Sólo quería saber que dijo de


mí.

Terran parecía incómodo discutiendo esto con Preston. Miró a


Clay que se encontraba a unos pasos de distancia, entonces volvió a
mirar a Preston.

—Dime Terran. Ya no me importa, parece confiar en ti en


lugar de en mí ¡Su propio aeternus!

Clay gesticuló y su voz sonó como un gemido que recordaba a


la angustia de un adolescente. Abrió la puerta de madera y caminó
dentro. Cuando fue cerrada de golpe el pasillo retumbó.

Terran dejó escapar un largo suspiro. —Venga vamos a


sentarnos un momento ahí. —señaló el vestíbulo, donde se
encontraba un banco debajo de un elaborado tapiz, y se rascó las
muñecas, pelando las escamas y dejándolas caer al suelo.

—Esto significa que no tenemos mucho tiempo antes de que


me convierta en una sólida roca. Puede que media hora o poco más.

—¿Eres realmente una gárgola que se convierte en una estatua


de piedra? —Preston sabía que era lo que decían Clay y Terran, pero
ver la evidencia era impactante. Observó la suciedad del suelo y la
empujó con la punta del zapato.

—Sí. Así es como nos regeneramos. Vivimos mucho tiempo,


casi eternamente, pero para hacerlo necesitamos regenerarnos.
Convertirse en piedra, para nosotros, es como hibernar. —Terran
cubrió la corta distancia y Preston cerró la boca—. Sé que has tenido
una noche horrible, Clay me habló acerca de lo que presenció.

El estómago de Preston se retorció al mencionarlo. —Creo que


nos hubieran matado si Clay no los hubiera detenido. Nos atacaron
sin razón ¡Y luego me salvo una gárgola! ¡Una jodida roca que anda
y habla! —Preston saltó de su asiento y empezó a caminar. Su visión

Tedi Sinclair 31
del mundo había rotado sobre su eje en cuestión de minutos. Tenía
que desahogarse. Él iba y venía antes de empezar su alegato.

—Tienes que darte cuenta que todo esto es una locura. Yo


llevaba una vida tranquila. Y ahora hay gárgolas que han abierto una
lata de gusanos paranormales. Cosa que no consideré posible, pero
aquí están. Es demasiado para procesar en tan poco tiempo. Casi
muero y han hecho que cambie la forma de ver el mundo. Entonces
llega Clay y se convierte en un ser feroz y posesivo ¡Cuando apenas
lo conozco! Lo entiendes ¿Verdad Terran?

Preston se giró hacia Terran cuando no recibió respuesta.


Terran estaba en el banco con la cabeza girada hacia Preston, con una
ligera sonrisa divertida en su cara. Sus manos reposaban doblada
sobre su regazo. Le miraba como si sólo estuviera ahí hablando con
un viejo amigo y simplemente se hubiera congelado.

Preston se estiró para tocar las líneas de la sonrisa alrededor de


los ojos de Terran. Su piel se sentía como el cemento solo que más
suave. No era tan suave como el mármol o el granito de una
encimera. Era algo entre eso y una acera. Preston deslizó los dedos
por el brazo de Terran con la textura raspando contra su piel. La ropa
de Terran se fundía con el también. Preston iba a tener que preguntar
sobre eso.

Los hombres no le estaban mintiendo. Entendiera o no lo que


estaba pasando, la clara evidencia frente a él le demostraba que esto
era real. Lo que significaba que tenía un alma gemela sentada al otro
lado de la puerta.

Tedi Sinclair 32
Capítulo 3
Preston llamó suavemente con los nudillos, sobre la entrada de
madera. Cuando nadie respondió inmediatamente, se volvió y pensó
en echar a correr. Terran le había dicho que era el piso principal,
seguramente encontraría una salida por aquí. Mientras buscaba una
vía de escape, una voz desconocida le indicó que entrara. Preston
exhaló unas cuantas respiraciones para prepararse antes de entrar.

La habitación era la oficina que Terran había mencionado.


Sentado detrás del escritorio había otro monje con la túnica gris, se
trataba de la misma túnica que Preston había visto anteriormente,
pero fueron agregadas una capa azul oscura y una insignia en el lado
derecho del pecho. Clay se sentó a su lado en una silla de respaldo
recto. Miro a Preston y luego se volvió con un “ejem” mirando
fijamente al fuego que rugía.

El corazón de Preston se hundió un poco cuando Clay no hizo


más que reconocer que había entrado. Rápidamente la atracción que
Clay sentía hacia él se había convertido en molestia e indiferencia.

El monje desconocido se puso de pie y caminó hacia Preston


rodeando el escritorio con su mano extendida. La ropa adicional era
de un rico color oscuro que añadía calidez a la túnica gris claro.

—Es un placer conocerte finalmente. Soy Mason el director de


éste lugar. Ash me dijo que habías pasado por aquí. No estaba
disponible en ese momento, pero ahora que estoy de vuelta en mi
viejo yo, estaba preparándome para llamarte el lunes a primera hora.

Preston miró al suelo. Se aclaró la garganta y habló


suavemente. —¿Eres una roca?

—Sí, lo soy. ¿Eso te molesta?

Mason cogió a Preston por el brazo y lo llevo hasta el pequeño


sofá. Se sentó cerca de él y giro para mirarle a la cara.

Tedi Sinclair 33
Preston sintió como si La Inquisición9 se hubiera presentado,
aunque lo que Mason quería era hacerle sentir más cómodo. El
enfoque de Mason estaba en Preston, su brazo reposaba sobre el
respaldo del sofá mientras se inclinaba hacia atrás ligeramente.

—No me molesta. —dijo Preston retorciendo las manos en su


regazo.

La mirada de Mason, aunque alegre, era penetrante. Preston se


retorció y luego suspiró antes de inclinarse hacia atrás.

—Todo es muy nuevo y raro. Oh, y también abrumador.

—Sólo puede imaginarme como debes sentirte. Hemos sabido


sobre esto toda nuestra vida. Puede que ni siquiera creas en un dios y
mucho menos en criaturas paranormales. Estoy seguro de que tienes
preguntas.

Mason parecía relajado, como si diariamente rompiera la


visión que un hombre tiene del mundo y lo hiciera a zancadas. Clay
todavía mirada hacia el fuego, su cola moviéndose de adelante hacia
atrás. Clay estaba enfadado con él, pero Preston no podía entender
por qué su agitación le afectaba tanto. De alguna manera, él quería
hacerle sentir mejor.

—Lo siento. Estoy aterrado. Es mucho para procesar, sobre


todo teniendo en cuenta lo que sucedió en el callejón. —Lo soltó
todo sin pensar, dirigiendo sus palabras hacia Clay.

La cola de Clay detuvo su movimiento. Decirlo en voz alta


hizo que Preston recobrara su antigua confianza, y continuó —Y
honestamente, después de ver por todo lo que he pasado, uno
pensaría que serías más considerado con mi estrés y no convertirías
esto en algo personal contra ti y tus sentimientos heridos. ¡Esto es
normal para ti, pero para mí, es algo digno de un paseo al asilo!

Preston terminó su diatriba con un leve balanceo de cabeza. Se


cruzó de brazos y se sentó. Mason golpeó la parte trasera del sofá

9
Tribunal religioso que se dedicaba a juzgar y ejecutar herejes. También fueron los responsables de la
quema de brujas y numerosas torturas.

Tedi Sinclair 34
—Bien hecho Preston. Eres exactamente lo que Clay necesita.
Él estaba haciendo pucheros porque le dije esencialmente lo mismo
que tú has dicho ahora.

—¿Lo hiciste?

—Por supuesto. No es mi trabajo tomar partido si no hacerles


ver las cosas que no han tenido en cuenta. Por ejemplo, puede que no
sepas que Clay ha estado esperando a que su aeternus apareciera
mucho más tiempo del que te imaginas. Y en ese tiempo, a preparado
muchas escenas románticas.

—En este momento no se si podría manejar el conocer la edad


que tiene Clay.

—Trescientos cincuenta y nueve. Yo tengo trescientos


cincuenta y nueve años desde hace dos meses.

La boca de Preston se abrió por el shock. Si el objetivo de Clay


era ponerlo más incomodo lo estaba consiguiendo.

—¿En serio Clay? ¿Tenias que rivalizarlo? —La voz de Mason


se oyó sorprendida y castigadora mientras hablaba. Pero Preston no
se dejo intimidar por la frustración que sentía hacia el hombre.

—Para alguien que ha esperado tanto tiempo, no estás teniendo


problemas para alejarme. Y a tu edad… ¡Piensas qué deberías estar
actuando como un niño!

Preston estaba intentando recobrar su ingenio. Tenía buenos


instintos y sabía cómo conseguir que alguien hablara. Lo que Clay
sentía, no era más que un rencor infantil y Preston quería
demostrarle que era un mocoso. Iba a conseguir que Clay se
espabilara y arreglara esto de una vez.

—Me han atacado y golpeado, he dejado a mi mejor amigo en


un hospital y mis heridas han sido curadas mágicamente por una
criatura imaginaria. Es comprensible que entre en pánico, ¿Pero tú
tuviste un ataque porqué necesitaba un momento para pensar en todo
esto? Genial. Escúpelo. Si lo que quieres es que me aleje, lo estas
consiguiendo.

Tedi Sinclair 35
La cabeza de Clay se giró para observar a Preston. Él sabía que
le vigilaba pero no le miró.

—Mason, Terran mencionó que podría llamar a un taxi o que


incluso alguno de los otros hermanos podrían llevarme a casa,
incluso tal vez, volar hasta allí ¿Podrías arreglar eso?

—¡Qué! ¿Vas a volar con alguien más? ¡No lo permitiré! —


Clay se levantó de un salto con sus manos haciendo gestos salvajes.

—Disculpa, estaba hablando con Mason, no contigo. —Preston


intentó mantener un tono distante, pero ver a Clay furioso era
exactamente lo que quería. Estas idas y venidas entre ellos eran
extrañamente estimulantes. Clay consiguió provocarle sentimientos
de seguridad y excitación que no sabía que ansiaba. Mason sonrió, y
se mordió el labio apartándose de la línea de visión de Clay.

—¿Mason tienes a alguien que pueda llevarme volando hasta


casa? Eso probablemente sería lo mejor. Alguien esta noche ha sido
muy duro conmigo y me siento muy inseguro.

—Soy tu aeternus. Se supone que debo protegerte yo ¡Nadie


más!

A estas alturas, Mason tenía la mano sobre la boca ahogando


su risa. El cuerpo de Mason se estremeció intentando reprimir su
diversión. Pensó que pronto Mason iba a tragarse el puño tratando de
mantenerse tranquilo.

Clay estaba encorvado, meneando la cola como si tuviera la


capacidad de soplar fuego, si fuera así, probablemente habría
incendiado el sofá.

Preston miró la mano de Mason que estaba oculta entre el sofá


y su cuerpo, la que no tapaba su boca, haciendo le gestos para que
continuara. Él sabía exactamente qué hacer para que Clay explotara.
O lo soltaba todo o no volvería a dirigirle la palabra.

—Es una pena que Terran se quedara petrificado en el pasillo.


—Preston se encogió de hombros y suspiró, mientras representaba su

Tedi Sinclair 36
mejor actuación de adolescente herido—. Era tan amable y
comprensivo.

—¡Qué! ¡Tú eres mi aeternus!

—Si soy tan importante como para darme un nombre tan


especial ¿Por qué no te has tomado el tiempo para tener paciencia
conmigo, precisamente hoy que ha sido un día estresante y aterrador?
¿Por qué me alejarías cuando tenía tanto miedo? —Preston no gritó,
hablo tranquilamente exponiendo su punto de vista. La respuesta de
Clay determinaría cuanto de este mundo había experimentado y si
toda la charla a cerca de la eternidad era verdad.

La boca de Clay se abrió y luego se cerró sin emitir respuesta


alguna. Preston esperó en silencio, sin dejar su sitio, al lado de
Mason, en el sofá, cuando Clay se apartó de ellos.

Mason dio unas palmaditas en la rodilla de Preston y se puso


en pie.

—Clay, si quieres puedo arreglarlo para que lleven a Preston a


casa. —Preston escuchó a Mason y su estómago cayó. Pensó que
había leído bien a Clay y que sabía lo que le haría permanecer
alrededor ¿Cómo pudo estar tan equivocado si se suponía que tenía
razón en lo del uno para el otro?

—Preston probablemente necesita una ducha y algo de comer.


Ha tenido una noche muy dura y debería ir a la cama.

—No, estás en lo cierto. Yo me ocupo. Gracias Mason. —Clay


respondió suavemente y estiró la mano hacia él—. Disculpa mi
comportamiento. Por favor, deja que cuide de ti.

Preston sonrió con el estomago lleno de mariposas. Había


apostado todo en ese último comentario y había funcionado después
de todo. Poniendo la mano en la de Clay se sentía seguro. Se
pusieron de pie y dejaron a Mason en su oficina.

Mientras Clay los llevaba de regreso por los pasillos de la


iglesia de piedra, Preston entrelazó sus dedos juntos. Paso el pulgar
por la suave superficie de la mano de su mano. Cuando llegaron a las

Tedi Sinclair 37
escaleras, Clay presionó la mano en la pequeña espalda de Preston y
lo guió hacia arriba.

Agradeció a los cielos de que Tom le hubiera arrastrado a


Pilates, clases de spinning, kickboxing o cualquier otra clase de
entrenamiento para golpear la ciudad. Sabía que su culo era uno de
sus mejores rasgos y ahora lo exhibía por dos tramos de escalera.
Cuando llegaron al tercero esperaba que Clay estuviera jadeando por
la vista y no por la caminata.

Preston paró en el rellano sólo para que Clay le diera la vuelta


y lo soltara. Sus fosas nasales respiraban pesadamente. Tenía los ojos
dilatados y salvajes. Preston podía ver la cola de Clay moverse detrás
de él y sus manos abriéndose y cerrándose. Quería que él lo besara,
así que, para mostrarle lo que quería, invadió su espacio personal.

Preston alcanzó a Clay, pero éste agarró su mano deteniendo


sus progresos. Creyó que estaba siendo rechazado hasta que Clay la
movió y la colocó sobre su hombro. Imitando la acción, Preston
colocó su otra mano sobre el otro hombro. Tentativamente, Clay
colocó sus grandes manos en la cintura de Preston. La vacilación fue
leve cuando levantó a Preston, devorando sus labios en un beso
hambriento.

Preston envolvió sus piernas alrededor de la estructura de Clay.


Esto era lo que quería. Si Clay había esperado tantos años por
Preston, debería estar loco de deseo por él. Clay deslizó las manos
hasta la curva del culo de Preston apretando fuertemente los firmes
músculos, sus alas envueltas sobre ellos en un abrazo íntimo. Nadie
podía verlos ahora, incluso estando de pie en el pasillo, ya que sus
alas ocultaban todas sus acciones.

Los labios de Clay estaban calientes y tiernos. Su piel blanda y


suave. Quería sentir cada centímetro de él y explorar cada textura.
Preston rompió el beso solo para colocar los labios sobre su cuello y
oreja. Clay gemía mientras Preston lamía y succionaba su piel.

—¿Te quedarás conmigo esta noche? —Clay deslizó la mano


por la mejilla de Preston y agarro su cara. Cuando Preston no
respondió inmediatamente, Clay pasó la nariz por su hombro hasta

Tedi Sinclair 38
llegar al cuello—. Lo entenderé si no quieres y te llevare a casa.
Realmente siento mi comportamiento de antes.

Preston se inclinó hacia atrás permitiéndole que explorara más.


Sus caricias le pusieron más duro de lo que nunca había estado antes.
Su mente estaba fuera de servicio por lo que solo era capaz de
responder con “uh-huh”

—¿Uh-huh te quedarás o uh-huh me llevaras a casa?

—Hu-huh —Clay se rió.

Preston quería quedarse y que Clay se lo comiera vivo, así era


como se sentía. Nunca el tacto de alguien había hecho que se
tambalease o que su cuerpo se estremeciera con deseo. Clay debió
haber entendido los confusos deseos de Preston cuando abrió la
puerta de su habitación y los llevó al sofá.

Preston no tenía tiempo para estar decepcionado por no ir a la


cama cuando Clay se tumbó y lo extendió sobre él. Retomó el beso
donde lo había dejado antes. El sabor de Clay era terroso. Sus labios
estaban húmedos y frescos, era como besar la brisa nocturna.

Cuando Preston se sentó pensó que estaría aturdido al ver una


gárgola gris debajo de él, pero parecía la cosa más natural de mundo.
Los cuernos de Clay no asustaban a Preston. Se inclinaban hacia
arriba en pequeños puntos curvos. Hacían que Clay pareciera viril y
dominante. Su color no era pálido o pastoso. Era algo complejo,
estaba salpicado de cristales negros y fragmentos claros que brillaban
bajo la tenue luz de la habitación. Haciendo que cada parte de su
cuerpo resaltara con una evidente masculinidad.

Preston dejó que sus manos se deslizaran por el pecho


expuesto de Clay.

—Es como piel pero más suave y entonces no lo es. No creo


ser capaz de explicarle esto a otra persona.

—Espero que no estés desilusionado cuando mi piel vuelva a


ser humana.

Tedi Sinclair 39
—No creo que lo esté —Preston frunció el ceño mientras
pensaba y Clay alisó las arrugas con sus dedos.

—Está bien. No tienes que decírmelo, aunque lo estés. —


Preston se acostó y se abrazó al cuerpo de Clay. La forma masiva de
Clay normalmente lo hubiera intimidado, pero en este momento
sentía que era el tamaño perfecto.

Preston apoyó la cabeza en las manos cruzadas sobre el pecho


de Clay y le miró fijamente a los ojos

—Pensé que esto sería raro, pero no lo es. Me siento


completamente bien, como si aquí fuera donde debo estar.

Clay sonrió y Preston sintió como si su corazón se derritiera.


Había pensado que era guapo cuando estaba en forma humana, pero
cuando sonreía en esta forma, se convertía en algo impresionante,
una obra de arte viva.

—¿Entonces vas a decirme lo que necesito saber? —Preston


era curioso y quería saberlo todo a cerca de todo. Las inquietudes de
la infancia dieron paso a la curiosidad del adulto.

Cuando Clay no respondió de inmediato Preston tamborileó los


dedos sobre su pecho.

—¿Ésta seguro que no preferirías comer o ducharte?

Preston se levanto de encima de Clay y elevó una ceja.

—Bien haremos un trato. Me ducharé si tienes algo para que


me cambie, no quiero seguir con esto, y puedes alimentarme. Esa es
la única concesión que voy a darte. Mientras tanto, podrás aclarar tus
pensamientos.

Clay extendió su enorme mano hacia Preston

—De a cuerdo.

Preston apartó la mano de un Clay hacia un lado

—Nada de apretones de mano. Séllalo con un beso.

Tedi Sinclair 40
Preston se arrastró sobre la forma de Clay hasta que sus caras
estaban casi tocándose. Le encantaba que su franqueza intimidara al
gigante.

El aliento de Clay se hizo más superficial acelerado cuando sus


ojos se centraron en los labios. Preston sonrió y estrelló sus bocas
juntas. De nuevo, Preston sintió la idoneidad 10 del momento mientras
envolvía sus manos alrededor del cuello de Clay.

Los brazos de Clay unieron sus cuerpos y Preston apretó las


caderas con más fuerza buscando alivio. Clay se apartó del beso
jadeando.

—La ducha primero.

— Está bien.

Clay se sentó con Preston todavía aferrado a él. Lentamente


dejó que su cuerpo resbalara por Clay y Clay gruñó bajo en la parte
de atrás de su garganta. El sonido transmitió escalofríos a través de
su columna vertebral

—¿Me vas a ayudar en la ducha?

Clay dio un paso atrás —¡No! —Su voz era fuerte y su


declaración firme—. Lo siento. No puedo. Se espera que me abstenga
del contacto sexual con mi aeternus hasta nuestro enlace. Es nuestra
costumbre.

—¿No hay sexo hasta el matrimonio? —La voz de Preston se


elevó por el shock. Esta noche recibía un golpe detrás de otro. Clay
asintió. A Preston le gustaba la bestia, sentía una extraña atracción,
pero no tener sexo cuando ambos tanto lo querían era ridículo. No
estaba interesado en una vida de compromiso, sólo quería una buena
jodida. Basándose en el contorno detrás del taparrabos, Clay podía
proporcionar eso y estaba igualmente interesado.

La curiosidad de Preston por la vida de Clay lo mantuvo


dispuesto a jugar por una noche. Por una noche el podía sufrir una
erección. Si decidía que esto era demasiado trabajo o que Clay era
10
Reunir condiciones necesarias para desempeñar una función

Tedi Sinclair 41
solo un paranormal tarado, Preston se largaría y se haría una paja en
la ducha de su casa.

—Está bien. Enséñame la ducha.

Clay llevó a Preston a la ducha y fue en busca de algo de ropa


que le pudiera servir. Preston se aseguró de decirle que, entre las
ropas que encontrara, no incluyera túnicas eclesiásticas. Mientras él,
comenzó a limpiarse a fondo, con la esperanza de poder seducir a
Clay en algún momento. Enjuagar el barro y la suciedad de su
cuerpo, le hicieron recordar a Tom y las lesiones contra las que
luchaba. Su necesidad de tener sexo con Clay ya no parecía tan
imperativo. El se gruñó a sí mismo, frustrado porque su mente iba y
venía de un extremo al otro. Puede que seducir a Clay no fuera una
buena idea. Aunque la imagen de Clay amándole y haciendo que su
mente viajara a cualquier otro lugar, era atractiva.

Preston apagó el agua, sin estar más cerca de entender sus


emociones que de entender el nuevo mundo que se había abierto ante
él. Envolvió una toalla alrededor se la cintura y salió del baño.

Clay estaba a los pies de la cama con una camiseta, la cual,


inspeccionaba. Preston se apoyó en el marco de la puerta y observó
hasta que él se dio cuenta de su presencia. Tuvo que admitir que ver a
una gárgola inspeccionar ropa era algo más que un poco extraño. No
tenía miedo de Clay, pero esta era una imagen que pensó que nunca
vería. Preston supo exactamente cuando Clay se dio cuenta de que
estaba ahí de pie en el momento en que se alejó de él.

—Te traje ropa de uno de los otros miembros, son de tu talla.


—Clay se estiró hacia atrás y colocó la camiseta en la cama—.
Dejaré que te cambies. —caminó rápido alrededor de la pantalla y
entró en la sala de estar.

Preston nunca había experimentado una reacción como esa


antes. No estaba seguro de haber visto nada igual en la televisión o
haberlo oído de algún amigo. Intentó contener una risita cuando el
último trozo de la cola de Clay desapareció de su vista, rodeando la
cortina.

Tedi Sinclair 42
—Gracias por respetar mi privacidad, aunque no es necesario.
Intentaré controlarme. —Preston se puso la ropa rápido, sobre su
cuerpo húmedo y miro alrededor de la pantalla. Él estaba de pie lejos
del biombo. Preston le arrojó la toalla a los pies haciendo que saltara.

—Preston pensé que dijiste…

—Es una broma, estoy vestido. —Clay se volvió y lo miró con


los ojos entrecerrados. Preston volvió a reírse.

—Realmente, yo no pondría a nadie, de forma intencionada, en


una situación en la que se sintiera incómodo.

—Gracias, sé que esto no es lo común en la sociedad de hoy en


día, pero nuestro aeternus es especial y diferente a todos los demás.
No soy un mojigato11. Sólo es, por ser quién tú eres.

Clay caminó hacia Preston y lo envolvió en un cálido abrazo.


Encontrar a alguien que te respetara era raro en el mundo de Preston
y era algo que deseaba. Quería ser apreciado por Clay.

—Entonces ¿me vas a contar sobre tu mundo y lo que significa


ser un aeternus?

—Tienes que comer primero.

—En realidad, debería dormir o incluso despertar ¿Qué hora


es?

Clay se quedó callado e inmóvil. Cerró los ojos y exhalo. En


este momento, Preston temía que Clay se convirtiera en piedra, pero
éste abrió los ojos y habló.

—Son las tres de la mañana.

Clay miró por encima del hombro al reloj de la pared, bastante


seguro de que pasaban dos minutos de las tres.

— Tú miraste mientras estaba en la ducha.

Clay enlazó los dedos con los de Preston y caminó hasta el


sofá.
11
puritano

Tedi Sinclair 43
—No, puedo decirte que es realmente fácil cuando estoy en
esta forma. Este cuerpo envejece cuando estoy a cerca de
convertirme en piedra. Cuando mi cuerpo se siente como ahora,
recuerdo cual fue el momento de los anteriores ciclos. He estado
pasando por esto toda mi larga vida, por lo que, tú solo memorizaras
eso, con el tiempo.

—¿Cómo cuando esta cerca de convertirte en piedra tu piel,


uh, es más gruesa?

—Sí.

—Terran se rascó y se le soltó un poco de piel. Dijo que sólo


tenía unos treinta minutos antes de convertirse en piedra. No lo
entendí entonces, pero ahora tiene sentido.

Cuando Preston habló sobre Terran, pudo sentir un cambio en


el comportamiento de Clay. Aunque él intentó enmascararlo, Preston
se dio cuenta. Entonces se dio cuenta de por qué.

—Lo que dije en la oficina de Mason sobre Terran era mentira.


Solo estaba intentando provocarte para que hablaras conmigo. Yo no
siento nada por Terran. Viendo ahora cuanto respeto tienes hacia tu
aeternus, me disculpo, no debí hacer eso.

Clay sonrió y acercó más a Preston.

—Gracias por decírmelo. Realmente no quería tener que


odiarlo para siempre o estar todo el tiempo tentado a matarlo.

Preston permaneció en el abrazo de Clay. Hace mucho tiempo


que nadie lo mimaba. Todos sus encuentros eran rápidos y puramente
sexuales. Las pocas veces que buscó una relación, las cosas
progresaban hasta reunirse para una cita y terminaban con el sexo.
Eventualmente, se convertían en amigos que se rascaban la picazón,
nunca fue una relación real, era más como una masturbación mutua.
Sentarse con Clay en el sofá, era lo más íntimo en lo que había
participado, en un tiempo más largo del que quería recordar.

Tedi Sinclair 44
Preston bostezó fuertemente —Clay, quiero saber más, pero
estoy demasiado cansado. Por favor ¿Podemos dejarlo por esta
noche?

—Claro. —Clay besó a Preston en la cabeza—. Puedes


quedarte la cama.

—No, no quiero echarte. Podemos compartirla, te prometo no


intentar nada. Todavía no quiero que te vayas. —Preston supo que
estaba mendigando. Sabía que estaba poniendo los ojos de
cachorrito, más grandes, que era capaz de lograr. No quería que este
momento con Clay terminara, si tuviera que sentarse toda la noche en
el sofá con él, lo haría.

—Está bien.

Preston creyó ver a Clay levantar los ojos al techo y susurrar


algo. Si él, ya había conseguido que el monje pidiera por el perdón o
la fuerza, sólo podía imaginar lo que le podría hacerle rezar por la
mañana.

Preston corrió hacia la cama, atravesó la superficie y se metió


bajo las mantas. —¿De qué lado duermes? —Clay apuntó a la
derecha así que Preston paso por encima. Clay subió a la cama y se
tumbó sobre el edredón mirando al techo.

—¿Te molestan las alas?

—Nop, están colocadas donde deben estar.

Preston contempló la situación. —Clay realmente no quiero


hacerte sentir incómodo pero… —deslizó su brazo sobre el pecho de
Clay y acurrucó su cuerpo en la curva de su brazo. Una vez
acomodado Preston suspiró y cerró los ojos—. Buenas noches Clay.

—Buenas noches aeternus.

Tedi Sinclair 45
Capítulo 4
Preston se despertó con la sensación de un cuerpo duro junto a
él y el olor del hombre en sus fosas nasales. Su cuerpo estaba
parcialmente cubierto por su compañero de cama. Cuando su mente
empezó a procesar los eventos de la noche anterior, se dio cuenta de
con quién compartía la cama.

Clay seguía roncando ligeramente, su respiración profunda y


pacífica. Preston apoyó la cabeza sobre su pecho y escucho el fuerte
latido de su corazón. Podría despertar así todos los días y ser muy
feliz. Clay presionó suavemente los dedos sobre su cuero cabelludo,
amasando la superficie.

—Sé que estas despierto, Preston.

—No lo estaba ocultando. Simplemente estaba disfrutando del


momento un poco más. No me di cuenta de lo que faltaba en mi vida
hasta la noche anterior.

Preston quería contarle más a Clay. Más acerca de que, a pesar


de toda la gente con la que tenía sexo, seguía sintiéndose solo. Que
no tenía intimidad en su vida a parte de algunos amigos cercanos,
incluso con estos, las relaciones tenían sus límites. Quería decirle
todo esto a Clay, pero no quería arriesgarse a perder lo que tenía el
potencial de convertirse en algo más maravilloso.

—Nos perdimos el desayuno con el resto de la orden, pero


debe haber por aquí algo de comida que puedo prepararte.

—Honestamente, si tuvieras cereales sería genial.

—Pues cereales serán. Vamos. —Clay tiró de Preston por la


cama, pero este se resistió.

—Necesito ir al baño y estaré listo.

Tedi Sinclair 46
Preston se deslizó por la gran cama y entró al baño. Cuidó de
sus negocios, luego se enjuagó la boca dos veces, solo por
consideración. Su cabello se veía como si lo hubieran arrastrado
fuera de la cama, pero realmente no podía arreglarlo. Su pelo castaño
tumbado de forma irregular en lugar de perfectamente colocado de
punta. Cuando estuvo convencido de que se arregló lo mejor que
pudo, se reunió con Clay en el área de la cocina.

Clay tenía dos tazones, una jarra de leche y dos cajas de


cereales en la pequeña mesa de desayuno. La imagen de Preston
sobre dos personas sentadas para comer estaba convirtiéndose en
realidad. La gran forma de Clay ocupaba mucho espacio, así que
deslizó su silla lejos de la pared y ocupó dos tercios de la mesa.

—¿Sobre qué cosas te sientes cómodo hablando conmigo? Sé


que finalmente tendré que aprenderlo todo, pero me gustaría hacer
esto lo mas indoloro posible para, ti ya que veo que te sientes
incómodo con la situación.

—Puedo hablarte a cerca de nuestra historia y sobre el largo


ciclo mensual que atraviesa nuestra piel. Puedo hablarte a cerca de
nuestro propósito y sobre lo que hacemos. Te diré sobre nuestra
esperanza de vida y como progresamos, cuando te hable sobre el
aeternus y como completar nuestro vinculo.

Preston pensó en los temas a tratar. Sabía algo a cerca de su


piel por lo que Clay y Terran le habían dicho, el resto podía
deducirlo. Su historia era probablemente interesante, pero después de
ver de lo que Clay fue capaz la otra noche, Preston quería saber sobre
su propósito.

—Dime como supiste que estaba en peligro la otra noche.

—No te estaba siguiendo, si es lo que piensas. Estaba


patrullando. Cada noche los hermanos que están en esta forma
vigilan la ciudad. Hay muchos más peligros, y más mal de lo que la
fuerza policial sería capaz de controlar. Estaba patrullando el área en
el que sabía que tú estabas. Oí una conmoción y volé para ver qué
pasaba.

Tedi Sinclair 47
—¿Así que sois vigilantes? —Preston hizo las preguntas entre
medias de morder y masticar.

Clay se encogió de hombros. —Creo que la mayoría de


nosotros preferimos el término guardián. —Clay miró a Preston por
debajo de sus pestañas y actuó con bastante presunción. Su actuación
termino rápido cuando se rió y Preston se le unió.

—Pero realmente ¿Por qué hacerlo?

—El mundo necesita ser sanado. La gente necesita ayuda.


Tenemos este regalo por esa razón. Es para lo que estamos hechos.
¿No es por esa razón que eres reportero? La gente necesita saber la
verdad, estas ayudando al mundo a tu manera.

Preston asintió con la cabeza. Eso es cierto. No era periodista


porque quisiera un premio. Era periodista porque lo amaba y quería
llevar los hechos a las masas. Preston estaba viendo que tenía mucho
más en común con el monje de lo que pensaba.

—De todos modos hicimos cambios de turno solo para detener


el crimen antes de que empezara. Cuando frustramos12 uno, y si fuera
necesario, llevaríamos a la víctima al hospital. Se los lleva a un ala
privada con personal médico bajo acuerdo de confidencialidad.
También se les paga generosamente y la cuenta del paciente está
cubierta. La mayoría de las víctimas no tienen ganas de hablar o de
cuestionar lo sucedido.

— ¿Qué pasa si quieren dinero? ¿O si quieren descubriros?


¿No sería malo para ti?

—Claro que lo sería. Pero algunos han sufrido lesiones en la


cabeza, así que, no les creen. También enmascaramos sus ojos
recubriéndolos de piedra. Y por eso trabajamos en parejas. Hemos
estado haciendo esto el tiempo suficiente para saber cuando la
situación requiere intervención. Uno de nosotros es un hermano en
forma humana. El puede estar en el suelo acompañando a la persona
rescatada. Todo eso sonaba muy bien pero aún había muchos
interrogantes. Si lo pensaba detenidamente, arruinaría sus vidas y no

12
detener

Tedi Sinclair 48
podrían seguir como antes. Pero ¿a qué coste? ¿Vale la pena destruir
la buena obra que hacían?

—¿Quién trabajo contigo la noche que nos salvaste a Tom y a


mí?

Clay se sonrojó. —Me fui por mi cuenta.

Preston sonrió burlonamente ante la cautela de Clay. —¿Qué


los atrajo a todos aquí, a New York?

—Encajamos aquí. La comunidad nos necesita.

Clay llevó su tazón y el tazón vacio de Preston al fregadero.


Los lavó y seco antes de guardarlos. Preston puso la leche en la
nevera.

Clay trabajó en silencio. Preston se apoyó contra el armario


cerca de Clay. Este último estaba enjuagando el fregadero y
limpiando la encimera. Parecía estar tomándose demasiado tiempo.

—¿Hay alguna otra razón por la que te mudaras a New York


desde dónde sea que estuvieras viviendo? —Preston se acercó a
Clay, y este se desplazó hasta el pequeño espacio al otro lado del
fregadero. Presto se movió nuevamente hasta que hubo acorralado a
Clay contra la pared.

—¿Estabas buscando algo cuando te trasladaste aquí, Clay?

No parecía que tuviese a un coloso acorralado contra la pared


de su apartamento. Clay no era un gigante, era sólo un hombre que
deseaba a Preston tanto como Preston lo deseaba a él. Su forma no
era intimidante, era arte en movimiento, la belleza que los hombres
deseaban e intentaban alcanzar.

Clay tenía las manos a los lados, apretadas contra la pared.


Preston pudo ver que Clay lo deseaba. La erección era claramente
visible detrás de la ropa que llevaba. Viendo la erección totalmente
llena, a Preston se le hizo la boca agua. Quería probar a este hombre,
por favor. Puso las manos sobre las caderas de Clay y arrastró sus
cuerpos hasta que estuvieron juntos.

Tedi Sinclair 49
Besando la piel de su pecho, deslizó sus manos a través de sus
músculos. Preston oyó la cabeza de Clay golpear la pared que estaba
detrás de él.

—Dime Clay ¿Qué más querías encontrar?

—A ti. Todos vinimos a buscar a nuestros aeternii.

Preston sonrió sobre el pecho de Clay. Quería a Clay


desesperadamente. Aunque sabía que le estaba presionando, no podía
recordar por qué esto estaba mal. Quería a este hombre
urgentemente, lo quería todo de Clay y acababa de conocerlo.

—¿A mí? ¿Querías encontrarme a mí? ¿Me querías? ¿No es lo


mismo que encontrarme?

Preston deslizó las manos desde el pecho hasta llegar a rodear


el cuello, inclinó la cabeza de Clay hacia delante, sus pupilas estaban
dilatadas y su cara ruborizada. Cuando finalmente hizo contacto
visual con Preston, Clay se lamió los labios.

—Sí, te quiero. —Clay gruñó como la bestia que era. Presionó


sus bocas juntas e inmediatamente le metió la lengua dentro. Él los
giro para que Preston estuviera atrapado contra la pared. Preston no
podía estar más feliz, quería todo lo que Clay estaba dispuesto a
darle. Agarró a Preston por el pelo mientras rompía el beso, ambos
jadeando para recuperar el aliento.

Preston miró hacia abajo cuando notó algo frío serpenteando


por su muñeca. Clay enrolló su cola alrededor del antebrazo y lo
levanto sobre su cabeza, sujetándolo a la pared.

—Preston tu me empujas para que te tome, y yo quiero. —


Clay descansó su frente en la de Preston mientras continuaba—.
Quiero tomarte aquí mismo así, pero tienes que entenderlo.

Clay giró a Preston de modo que ahora se encontraba


presionado de cara a la pared. Levantó la otra mano de Preston, para
unirla a la primera y las ató juntas con la cola. El corazón de Preston
se aceleró por el áspero trato. Confiaba en que Clay no le haría daño,

Tedi Sinclair 50
y si él lo quería aquí, contra la pared, estaba más que dispuesto a
permitírselo.

Con la mano libre, Clay agarró las caderas de Preston y las


empujo hacia atrás presionando su pene sobre la raja del culo de
Preston y éste dejo caer la cabeza hacia delante.

—Sí, por favor.

—Debes entender que esto no es sólo sexo, esto crea un


vínculo eterno. El sexo, cuando estoy en esta forma, nos permite
aparearnos y unirnos para toda la eternidad. Serías inmortal.

—No me importa, solo quiero que me jodas.

Preston se tensó en contra de la cola que lo tenía preso. Clay


calmó sus movimientos espasmódicos. El aliento de Clay estaba
caliente contra el cuello de Preston mientras hablaba. —Si te tomo,
me ataré a ti eternamente, tendrás completamente el control de mi
cuerpo de forma permanente. Nadie más será capaz de darme placer
¿lo entiendes?

—No quiero para siempre. Tienes que seguir sin mí.

—No puedo, Así que escucha con atención, sólo me quedan


unas horas hasta que me convierta en piedra. Y tengo mucho menos
tiempo y paciencia antes de que tome tu cuerpo y nos una de una
forma permanente. Querías saberlo todo, déjame que te lo cuente.

Preston dejó caer los hombros y se desplomó hacia adelante.


Quería a Clay pero aun no estaba dispuesto a comprometerse para
siempre. —Habla. Lo escucharé todo.

—La primera vez que una gárgola tiene sexo debe ser cuando
se aparee con su aeternus.

—¡Eres virgen! —Preston luchó contra el agarre de Clay. Esto


no está bien. No podía hacer esto. No iba a echar un polvo con un
virgen. Él no lo hacía así. Clay soltó la cola pero mantuvo el agarre
en la cintura de Preston para no permitirle girarse o huir.

Tedi Sinclair 51
—No me avergüenzo de mi condición de virgen. Tengo la
seguridad, aeternus, que todavía puedo complacerte.

Preston ni siquiera trató de esconder su incredulidad cuando


resopló. Clay deslizó sus manos por la parte frontal del cuerpo de
Preston. Continuó bajando por encima de sus caderas hasta la
entrepierna. Le agarró la polla por encima de los pantalones y apretó
liberando más pre-semen en los calzoncillos prestados. Clay le habló
suavemente al oído sin detener nunca la suave presión en la polla de
Preston.

—Podemos ser monjes pero todavía somos hombres. No


compartimos nuestro placer físico con cualquiera que no sea nuestro
cónyuge. Sabemos lo que queremos. Jugamos con nosotros mismos.
Observamos las curvas de una mujer, su pecho o el cuerpo de un
hombre. Nos tocamos. ¿Nunca has explorado tu propio cuerpo
cuando estás solo en la ducha? Sé que lo he hecho por cientos de
años.

Preston asintió cuando supuso que debería, pero su mente


estaba creando imágenes de Clay acariciando su polla en la ducha o
gimiendo y meneándosela en la cama. Preston quería estar debajo de
él cuando derramara su semilla.

—¿Por qué me cuentas esto? ¿Para qué te desee más?

—No, para calmar el temor de que no pueda satisfacerte.


Puedo complacerte ahora con solo unos golpes.

Preston pegó con su cabeza en la pared tratando de despejar la


niebla creada por el toque de Clay. —Cuéntame el resto, Clay. ¡Sólo
dímelo!

—Te tomaré mientras estoy en esta forma, y mi semilla de


apareamiento unirá nuestras almas. Sentirás la unión en tu cuerpo y
lo verás en el aire. La unión te hará inmortal como yo y estaremos
unidos para siempre. Estarás comprometido conmigo plenamente.
Nadie más dará placer a tu cuerpo. Nadie más sentirá el placer de tu
liberación física corriendo sobre su mano excepto yo. Únicamente

Tedi Sinclair 52
yo te tocaré de las más íntimas maneras. Pero Preston, hay una cosa
más.

Preston gimió de frustración pero no hizo ningún comentario.


Esto sería el final. Una vez Preston hubiera oído todo, podría decidir.
No todas las gárgolas pueden tener hijos. Son raros, codiciados y
únicos. Llegará el momento en que yo, como hombre, entre en calor.
Te aparearás conmigo durante un mes hasta que pueda producir un
huevo. Me convertiré en estatua y tú, como mi aeternus, tendrás el
trabajo de protegerme a mí y al huevo durante ese tiempo. Criaremos
a ese niño y le inculcaremos moral, honor y le daremos todo nuestro
amor.

Clay dejó de hablar y besó el hombro de Preston. Esto era


demasiado y Preston sentía como si su cabeza se dividiera en dos.
Durante el tiempo en que Clay soltó la bomba sobre la creación de
un niño, Clay había cogido la polla de Preston con sus manos. La
noticia de que tenía que tener un hijo era como un cubo de agua fría
en los huevos. De pronto ya no importó lo fuerte que era la atracción
entre ellos o lo bien que se sentía, Preston no quería una vida o
múltiples vidas, según sea el caso.

Preston sabía que Clay quería una respuesta, pero no podía


dársela. Quería a Clay. Estaba cayendo por su dulce sonrisa y sus
tiernas maneras. Su cuerpo era arte y hacía que Preston se debilitase.
—Necesito tiempo para procesarlo. —Eso fue todo lo que podía
darle por ahora.

—Lo sé. No te lo hubiera soltado si no hubieras presionado.

Preston sacudió la cabeza. Había presionado cada botón de


Clay desde que se conocieron y ahora tenía que lidiar con las
consecuencias. Sabía que Clay respondería de esta manera pero le
molestaba recibir lo que estuvo pidiendo.

—¿Puedo irme a casa? —Preston sonaba como un niño incluso


ante sus oídos. Creía que debería volver a arrastrarse a la cama e
intentarlo mañana.

Tedi Sinclair 53
—Por supuesto. Pediré a Mason que te lleve. Vamos a recoger
tus cosas.

Preston recogió sus cosas y siguió a Clay a través del edificio.


Clay no se enfadó. Pareció haber estado esperando esta respuesta y
se mantuvo en calma mientras hablaba con Mason. Mason hizo que
otro hermano de la orden lo llevara a casa. Informó a Preston que
aquí era bienvenido en cualquier momento y que no importaba su
respuesta, siempre sería considerado familia aquí.

Clay se quedó callado observando a Preston. Preston quería


que Clay le persiguiera y le pidiera que se quedara. Pero no
consiguió nada de eso. Se preguntaba si Clay creía que no valía la
pena. Preston lo había manipulado para conseguir lo que quería, y
ahora se había atascado. Se despidió de Clay y Mason mientras el
coche salía del garaje. No tenía intención de regresar, ni si quiera
para escribir el artículo para su periódico.

Tedi Sinclair 54
Capítulo 5
Las máquinas sonaban constantemente dentro de la habitación
privada del hospital. Preston se había ido a casa, se había duchado y
se había desmayado durante tres horas. Cuando despertó por la tarde,
solo quería una cosa, ver a Tom.

Tom dormía plácidamente en la cama de hospital. Las dosis de


analgésicos que le inundaban a través de las IV era probablemente la
causa de eso. Su rostro estaba magullado al igual que su cuerpo.
Preston no podía ver los moratones debido a las vendas. Tom las
llevaba apretadas para proteger la costilla rota. La enfermera le
informó sobre esto cuando Preston preguntó.

Tom no tenía familia que viniera a verlo. Se había trasladado a


la ciudad cuando cumplió los dieciocho e hizo su vida aquí. Preston
se sentó en silencio dentro de la habitación privada, en un cuarto
separado, viendo como el pecho de su amigo se levantaba con cada
respiración. Agradecía a Clay por esto, por asegurarse de que Tom
viviera y por ayudarle. Tom no tenía mucho, pero sobrevivir a un
ataque solo para ahogarse con las cargas financieras habría sido una
farsa.

Preston se entretuvo con los juegos de su teléfono, parando de


vez en cuando para hacerle preguntas a Tom o para entablar una
conversación normal. Tom no despertó, tampoco es que Preston lo
esperara. Sólo quería que Tom supiera que no estaba sólo. Intentaba
pensar en otra cosa que no fuera el fuerte hombre al que de repente
extrañaba. Antes de que los pensamientos le llevaran, Tom gimió.

—Tom ¿Estas despierto amigo? —Preston se sentó en la silla


que había arrimado antes a la cama. Tom había emitido sonidos antes
durante la visita, pero no había despertado. Esta vez sus ojos se
abrieron.

—Preston.

Tedi Sinclair 55
La voz de Tom era áspera y dura. Preston pulso el botón de
aviso a la enfermera. —Shssss, no hables, he llamado a la enfermera,
estás bien, bueno lo estarás.

La enfermera entró en la habitación con una sonrisa radiante.


—Señor Molina está despierto, eso es maravilloso. —Apuntó varias
notas en el porta papeles antes de caminar hasta la cabecera de la
cama—. ¿Quiere unos cubitos de hielo? Aun no puedo darle agua
pero apuesto que tiene la garganta seca.

Tom logró poner una débil sonrisa y asintió con la cabeza.

—Está bien, volveré. —Una vez la enfermera hubo salido de


la habitación, Preston sonrió ampliamente a Tom—. Volveré. —
Preston repitió con acento—. Es como si tuvieras a la enfermera-
nator.13

Tom dibujó una sonrisa y apretó la mano de Preston. La


frivolidad se interrumpió cuando la enfermera regresó rápidamente.
Ajustó a Tom para que pudiera sentarse más fácilmente y colocó el
primer trozo de hielo en la boca. Preston observó a Tom caer sobre
las almohadas con una mirada de satisfacción en su cara magullada.
Ella se volvió hacia Preston.

—¿Le importaría darle esto?

—No, en absoluto. Preston cogió la taza y le dio otro trozo de


hielo.

—Ahora solo puede tomar una cucharada pequeña a la vez,


dos cada minuto como mucho. Necesita comerlo despacio. Si
necesita algo más, llámeme.

La enfermera salió de la habitación y Tom hizo un gesto para


que le diera otro trozo de hielo.

Preston retiró la taza.

13
Referencia a la frase de Terminator

Tedi Sinclair 56
—Bien. —Tom se aclaró la garganta—. ¿Entonces qué pasó?
¿Cómo llegué hasta aquí? —Tom apretó sobre su abdomen y se
estremeció—. ¿Es malo?

—Tienes una costilla rota y muchos moratones pero eso es


todo. Los médicos no estaban seguros de por qué no despertabas y yo
les dije que así eras tú. Si te golpeabas un dedo necesitabas por lo
menos una siesta de dos horas.

—Me ofendería si no fuera cierto. Dame un trozo, ya es hora.


—Preston sonrió y le dio la copa a Tom, pero la aparto cuando él
intentó inclinarla en la boca.

—Los chicos te pegaron muy fuerte, trate de ayudar, pero


cuando me tiraron al callejón me golpee la cabeza y todo estaba
borroso. Alguien oyó lo que estaba pasando y detuvo todo el asunto.
Creo que los chicos fueron arrestados, no lo sé, pero el buen
samaritano te trajo al hospital y te acomodó.

—Sí, una habitación privada, esto me va a costar una fortuna.

—No, ya está todo cubierto por algún programa para víctimas


de crímenes. No tienes que pagar nada y aun así consigues buenos
tratamientos.

Preston vio el alivio en la cara de Tom. Si las víctimas estaban


aquí cuando despertaban los hermanos lo tendrían más fácil evitar a
los entrometidos y podrían mantenerlos a salvo.

—¡Genial! ¿Y qué me dices de ti? Te ves como si atuvieras


curado.

Preston tocó su cabeza. No había contado con que Tom se


diera cuenta de que había mejorado antes que él. Nunca había
mentido, ni en su vida personal ni en la profesional y le enfermaba
empezar ahora. En lugar de eso, tenía la esperanza de poder distraer a
Tom.

—No he hablado con la policía, quería saber cómo te sentías a


cerca de eso.

Tedi Sinclair 57
—No lo sé, creo que merecen ser castigados, pero me asusto
solo de pensarlo. No quiero volver a verlos ¿Sabes?

Preston asintió con la cabeza. Sabía que los hombres habían


sido retenidos en el callejón pero no se le ocurrió preguntar qué pasó
después. No había testigos que contaran lo sucedido ya que Clay
estaba trabajando sólo. Esos hombres vieron que una gárgola les
atacó. ¿Serían arrestados y etiquetados como criminales dementes?
¿Saldrían libres? Nuevamente tenía muchas preguntas sin respuesta.
Sólo había una persona que podía responderle pero no quería pensar
otra vez en él. Preston iba tener que acallar esa voz que lo convirtió
en un gran periodista de investigación. Sí, él iba a echar a Clay de su
mente.

—Lo dejaré pasar si quieres que lo haga. —Tom asintió y


bostezó.

Preston miró su reloj. El bostezo de Tom le dio la perfecta vía


de escape.

—Escucha estás agotado. Duerme, come algo y tómate la


medicación, hazlo en el orden que prefieras. Llámame si me
necesitas. —Preston se inclinó sobre su amigo y lo abrazó
suavemente. No, Preston no quería hablar con Clay de nuevo.
Siempre estaría agradecido de que Tom se hubiera salvado.

Las horas de visita llegaban a su fin, cuando Preston salió del


hospital. Al salir del estacionamiento pensó en ir al trabajo y pedir
unos días libres. Sabía que era tarde pero las noticias nunca dormían,
ni siquiera en un pequeño periódico como el Daily Tribune. Pero
¿qué tiempo libre conseguiría? Si no estaba trabajado estaría
pensando en Clay y en cómo lo estaba perdiendo. Por supuesto, si
fuese a trabajar su editor preguntaría sobre la historia de los monjes.
Mierda. Preston bajó por una calle lateral y se dirigió hacia el
monasterio. Necesitaba hablar con Mason a cerca de qué es lo que
pasaría con Tom y los criminales.

No es así como pensaba pasar la noche. Preston se detuvo en el


estacionamiento recién pavimentado. Desde su primera visita habían
sido arreglados los alrededores de la iglesia. Había pocas plazas de

Tedi Sinclair 58
aparcamiento, pero suficiente para las pocas visitas en horas de
trabajo o durante la noche, al igual que Preston.

Aunque Preston conocía los alrededores mejor que nadie,


quería mantener esta visita a nivel profesional y entrar por el
vestíbulo como lo hizo la primera vez. De pie, en la entrada, miró
fijamente la pintura de acuarelas. La sombra que antes había
atrapado su atención, ahora tenía sentido. No era un pájaro, se trataba
de uno de los hermanos. Preston miró fijamente la forma intentando
identificarla pero tan solo conocía el aspecto de Clay y Terran.
Pensándolo bien, no parecía que Terran tuviera alas.

— ¡Preston! —Unos brazos se enrollaron en su cintura y una


cabeza se apoyo sobre su cuello y hombro.

—Uh, ¿quién eres? —Preston luchó para liberarse y se volvió


a ver quien le abrazaba. De pie, frente a él, estaba una rubia cabeza
de ojos azules, un magnifico ejemplar masculino en camiseta y
pantalones cortos. Preston, una vez lo vio mejor, se dio cuenta de que
no era Clay, por lo que le interesaba poco sexualmente. El hombre
levantó los brazos y los cruzó sobre el pecho.

—Lo siente, no te reconozco.

—¿Después de la noche que compartimos? Me siento herido.

Preston se aturdió y tartamudeo, se había acotado con este


hombre. Sabía que le gustaba el sexo y lo practicaba siempre que
podía, pero esperaba recordar a un hombre así.

—Preston, soy Terran.

—¿Terran? ¿Cómo se supone que iba a saber que eras tú? —


Preston le golpeó en el brazo—. Espera pensé que eras de piedra y
¿Por qué no llevas túnica?

—¿En serio? Ya he salido. No estoy de servicio. Ahora me


disponía a ir por algo para comer. —Preston estaba confundido.
Terran vivía en la iglesia y pertenecía a algún tipo de orden.

—¿No estás casado con la iglesia o algo así? ¿Es así como se
dice?

Tedi Sinclair 59
—¡Demonios no!

Preston dejó caer la mandíbula cuando Terran discutió. —¡No


puedes decir eso! —Terran ignoró la advertencia de Preston—. ¡Eres
un monje, un miembro de la iglesia! —Terran miró a Preston. Este
balbuceó y luego paró asintiendo con la cabeza.

—No estoy casado con la iglesia, esa es una religión diferente.


De hecho la orden no tiene una religión específica. Somos
espirituales, no es lo mismo. Si permaneces por aquí, puede que
incluso encuentres también tu camino.

—¿Qué quieres decir con permanecer? —Preston no había


dicho nada a Terran sobre irse, aunque Terran había estado presente
en su crisis nerviosa.

—Sé que es mucho para procesar. No escuche tu decisión,


pero vi que te habías ido y no estás usando la entrada trasera de los
jardines.

No estaba seguro de por qué las palabras de Terran le


molestaban. La verdad era que no estaba pensando en quedarse. Tal
vez ser dejado fuera era el problema.

—Todo el mundo sabe que los visitantes utilizan la entrada


principal. La familia y amigos cercanos usan la trasera. No te estoy
juzgando, así que relájate. —Preston asintió

—De todos modos, ¿qué te trae de vuelta por aquí?

—Tenía que preguntar a Ash o Mason que pasará ahora con


Tom. Él es el tipo que Clay llevó al hospital. También quería saber
sobre los chicos de los que Clay nos rescató.

—Es un poco tarde. No sé si alguien estará despierto. Terran


se pasó la mano por el pelo, despeinándose.

—Sí, pensé sobre ello en la visita a Tom. Estoy bastante por


ahí ahora.

Terran puso su brazo alrededor de Preston y lo llevó al jardín.


—Cuando necesito ordenar mis pensamientos, sentarme aquí me

Tedi Sinclair 60
ayuda. Es tranquilo y pacífico, Vamos. —Terran llevó a Preston a
través de unas hileras de casas hasta la vuelta de la esquina—. Este
es el mejor lugar para la noche.

—Oh, es espectacular. —Una fuente con agua brilló a la luz de


la luna. El agua fluía bajo las rocas hacia una pequeña cascada. Los
arbustos de alrededor estaban en plena floración. Amarillo, púrpura y
flores blancas llenaban el espacio con aromas dulces.

—¿Qué son?

Terran señaló las flores mientras decía sus nombres.

—Noche primavera, a las cuatro en punto, las flores de la luna,


los lirios de casa blanca, y esas no lo sé.

—¿No lo sé? Nunca había oído hablar de esas flores antes. —


Preston se rió de su broma y Terran se unió a él. Su risa se apagó y
Preston acabó mirando a la fuente. Las ondas rebotaban a los lados.
La luz de la luna brillaba haciendo extraños diseños que atraparon su
atención. Volviéndose a mirar a Terran, Preston vio el campanario en
el horizonte nocturno y la valla que recorría su longitud—. ¿Dónde
está Clay?

—Petrificado. —Terran se rió del juego de palabras—.


Debería estar en el tejado en realidad. Todos nos turnamos para
sentarnos allí. Es agradable estar al sol, incluso si no somos
conscientes.

—¿No notará la gente que cada día hay gárgolas diferentes? —


Preston siguió a Terran mientras regresaba al edificio. No estaba
seguro de a dónde iban pero esperaba ver a su Clay. ¿Su Clay?
Preston no sabía cuando sucedió, pero le gustaba como sonaba.

—La gente solo ve lo que quiere ve. Probablemente no verán


mucho más que estatuas. Si realmente alguien lo nota, tenemos todo
tipo de historias y estipulaciones listas. Deberías preguntarle a Clay.
—Terran se detuvo en el segundo piso y abrió la puerta de la
habitación de Clay—. Deberías dormir un poco, es tarde.

Tedi Sinclair 61
Preston se volvió para preguntarle algo a Terran, pero este ya
había salido y cerrado la puerta. ¿Cómo no se había dado cuenta de
hacia dónde caminaban? Preston se dio una vuelta por el pequeño
espacio. Se sentía como en casa pero fuera de lugar sin Clay aquí.
Solo, de pie en la habitación, se tomo su tiempo para pensar si podía
hacer esto. ¿Podría vivir en este pequeño espacio con Clay y
renunciar a todas las cosas que había adquirido con el tiempo?

Preston pasó la mano por el respaldo del sofá. Estaba gastado.


Tal vez Clay cambiara este asiento por el de Preston. Su última mesa
cabría aquí también. Preston levantó sus manos e hizo un marco para
mirar a través de él. Miró a la izquierda y luego a la derecha
imaginando sus cosas por la habitación. Si movía los muebles podía
crear un espacio acogedor para los dos. Se apoyó en la división de la
pantalla y miro alrededor. Frunció el ceño. No había armario, pero
Clay tenía uno antiguo contra la pared del fondo. Preston miró sobre
su hombro antes de abrirlo. En el interior, como ya imaginaba, había
perchas metálicas con las ropas grises monásticas de Clay. Había uno
con profundos adornos azules y tejido mucho más suave.

Preston empujó la túnica a un lado. Clay también tenía


colgadas algunas camisas y pantalones. En el fondo del armario, en
una repisa, había una caja. Sabía que no debería fisgonear, pero de
todos modos siguió, adelante y abrió la tapa. Dentro había una
colección de juguetes sexuales. Conmocionado, cerró la tapa con
fuerza. Clay no había estado bromeando cuando dijo que se tocaba.

Su mente llenó de imágenes, del fuerte cuerpo de Clay, de pie


en la ducha, con un consolador en el culo. Cerró la puerta después de
enderezar la ropa. La figura de Clay, todavía presente en su fantasía,
hacía que Preston deseara urgentemente su compañía. Preston se
ajustó el bulto en el pantalón y se tumbó en la cama. Una ola del
aroma de Clay le rodeó cuando se hundió en el colchón, poniéndole
todavía más duro. Preston alcanzó una de las almohadas que estaban
detrás de él, colocándosela sobre el rostro e inhalando la rica
fragancia.

Preston deseaba a Clay. Su cuerpo dolía por la necesidad de


unirse a él. Su mente se aceleraba ante la idea de que Clay lo amara.

Tedi Sinclair 62
Él era su destino. Preston lo sabía y quería que sucediera. Dejando a
un lado, por el momento, los deseos de su cuerpo, fue en busca de su
gárgola.

Preston dejó la habitación, se dirigió hacia abajo hasta el hall y


salió al tejado por un pasaje de piedra. Varias palomas se
acurrucaban por la noche en el repecho de piedra del alto pabellón.
Preston pasó por su lado y no despertaron. Se detuvo en la primera
gárgola ubicada en la esquina. Esta tenía una estructura similar a la
de un león y orejas redondeadas, una nariz ancha y plana, además,
anexo a la imagen, se veía un impresionante pelo alrededor de su
cuello. Sus manos se parecían a garras y Preston las tocó con cautela.
Mirando la estatua, era difícil darse cuenta de que había un hombre
encerrado en esa cascara de piedra.

Andando alrededor, por la pasarela del tejado de la iglesia,


Preston encontró a Clay. Su rostro era exactamente el mismo que el
de la criatura del jardín. Estaba erguido, sus fuertes músculos se
veían a los lados más allá del borde del taparrabos. Preston extendió
la mano y acaricio esa área, deseando poder despertar a Clay de ese
sueño pétreo14. Sonrió cuando vio su cola descansando a los pies, las
misma que lo había mantenido preso contra la pared.

El corazón de Preston retumbó reviviendo esos momentos


calientes. Anhelaba el que algo así, pasara de nuevo, que Clay lo
devastara y finalizara su unión. Pensar en el enlace mágico provocó
que su estómago se encogiera. Los aterradores pensamientos había
desaparecido y Preston tuvo claro que seguiría este camino. Él tocó
con sus manos las manos heladas de Clay.

Sus manos estaban enlazadas con un pequeño espacio entre


ellas y es en esa abertura se encontraba el corazón de su amado. Era
el corazón de Preston el que estaba sosteniendo. Dejo escapar un
suspiro contenido y en ese momento deseó poder tener algo que
dejarle a Clay, una señal o un recuerdo, para que, cuando el
despertara, lo viera. Le traería algo mañana. Tan pronto como Clay
despertara, sabría que su aeternus le estaba esperando.

14
De piedra

Tedi Sinclair 63
Capítulo 6
Preston se despertó cuando la sólida puerta fue golpeada.
Busco sus pantalones vaqueros y extrajo su teléfono móvil.

—¡Mierda!

No había oído la alarma y se había perdido las llamadas de su


editor. Frunciendo los ojos pidió al visitante que entrara. La puerta se
abrió pero Preston no puedo ver quien entraba debido a la pantalla
que separaba las dos áreas.

—Un segundo.

—Soy yo, Ash, tómate tu tiempo.

Preston se puso la ropa de ayer y caminó alrededor de la


pantalla. Ash, con su hábito, estaba sentado en el sofá sosteniendo un
libro de cuero. Preston se le unió y cubrió su boca cuando se le
escapó un enorme bostezo.

—Lo siento. Probablemente podría haberme pasado


durmiendo todo el día.

—Pensé que necesitabas dormir. A veces el sueño es lo más


espiritual que una persona puede hacer. Restaura el cuerpo y a su vez
el espíritu.

—Bueno no creo que mi jefe esté de acuerdo contigo. —


Preston soltó su teléfono en la mesa—. Me ha dejado más mensajes
de los que me gusta reconocer.

—Lástima que estuvieras aquí investigando el artículo sobre la


historia de La orden de piedra como algo de interés público.

Preston frunció el ceño. Era demasiado temprano, o tarde,


dependiendo como lo miraras, para que estuviera resolviendo
enigmas. Ash simplemente le entregó el pesado libro.

Tedi Sinclair 64
—¿Qué es esto?

—Este tomo es nuestro libro sagrado. Cuenta nuestra historia.


Obviamente no puedes publicar nada de lo que está aquí, pero siendo
quien eres no hay necesidad de ocultarte información.

Preston abrió el grueso libro, con un sentimiento de temor y


veneración deslizándose sobre él. Las páginas de láminas doradas
contenían valiosa información sobre linajes, relatos sobre historias de
amor y salvación. Preston continúo con la lectura cuando Ash
empezó a hablar de nuevo.

—He oído que anoche hablaste con Terran y fuiste a ver a


Clay. Cuando él se despierte notará que su aeternus está cerca.

—¿Cómo? —preguntó Preston sin dejar de pasar las páginas


del libro.

—No lo sé. Todavía no he encontrado a mi aeternus. Sólo sé,


que es lo que dice el libro que tú tienes. Cada cinco años una nueva
edición es creada y entregada de forma personal a cada familia de
gárgolas, miembros solteros del clan y a los asociados de las diversas
órdenes. Los libros de años anteriores son recolectados y quemados
en una ceremonia, y solo el maestro principal conserva una copia en
la iglesia para que otros puedan tenerla de referencia. Yo te traje mi
copia, aunque estoy seguro que Clay tiene la suya en algún lugar de
esta habitación.

Ash se levantó y se agachó detrás de la pantalla del dormitorio.


Preston había visto la estantería que estaba contra la pared más
alejada, pero todavía tenía que fisgar los libros que interesaban a
Clay. En un espacio tan pequeño como este, solo mantendría las
cosas más importantes.

—Aquí está el tomo de Clay.

—¿Puedo? —Preston alcanzó el libro ofrecido al mismo


tiempo que le devolvía el otro.

—No te ofendas si te lo devuelvo, pero es que este es el de


Clay.

Tedi Sinclair 65
Ash sonrió e intercambió las copias con Preston —Las
disculpan no son necesarias, puedo ver que ya se está formando el
vínculo entre vosotros.

—Sí, ni yo mismo lo entiendo, pero tengo una inexplicable


sensación de que todo es correcto.

Preston se hundió en los cojines, olvidando la compañía y las


llamadas no devueltas. Pasó páginas tras página buscando alguna
señal de Clay en todo el manuscrito. No solo buscaba la fecha en la
que habían escrito sobre su aeternus, sino que también sobre
cualquier marca o subrayado que Clay hubiera hecho. Deslizó los
dedos por la página, queriendo saber cuáles eran las partes del libro
que tenían importancia para su aeternus.

Inocentemente, Preston levantó la vista cuando Ash se aclaró


la garganta.

—¿Sí?

—Permíteme que me vaya.

—Oh, disculpa, yo estaba demasiado absorto buscando algo


sobre Clay en el relato. —Preston se sonrojó.

Ash se echó a reír, disminuyendo así su culpa y le dio unas


palmaditas en el hombro antes de dirigirse hacia la puerta. —Espero
encontrar a mi aeternus, por la expresión en tu cara ante la mención
del nombre de Clay, debe ser un sentimiento increíble.

Una vez Ash hubo dejado la habitación, Preston volvió al


manuscrito. Paso a través de la historia sobre los clanes de gárgolas,
deteniéndose solo para leer sobre la familia de Clay.

Clay dejó Europa y se trasladó a Estados Unidos hace casi


doscientos años. Vivía en la costa este ya que ahí estaban las
ciudades más grandes. Pero pronto se fue al Oeste, con otro clan,
durante la época de la fiebre del oro. El clan del que ahora formaba
parte, La orden de la piedra, se formó el pasado año debido al
incremento de miembros durante los últimos cincuenta años,
permitiendo formar un nuevo clan. El libro enumeraba a todos los

Tedi Sinclair 66
miembros de los clanes en hojas separadas, incluido este. Preston
estaba sorprendido de ver que los padres de Clay pertenecían aún al
clan de Europa.

Preston no pudo dejar de leer. Página tras página se relataban


las historias de sus vidas y sus muertes y la forma sorprendente en
que fue registrado hasta el último detalle. Estaba asombrado de sus
habilidades. De repente supo por qué era el aeternus de Clay. El
podría ayudar a registrar su historia. Le encantaría estar involucrado
en la actualización del tomo y tal vez incluso en su modernización.
Cerró el tomo y lo colocó en la mesa que estaba ante él. Ahora tenía
un nuevo propósito.

Mientras se terminaba de vestir, Preston cogió el teléfono y


llamó para hablar con su jefe.

—Hola Jim. Soy Preston.

—¿Dónde demonios has estado? ¡Te he llamado por lo menos


tres veces!

—Lo sé y lo siento. Estaba en la iglesia de piedra hablando


con el decano. No quería ser grosero, así que apagué el teléfono. —
Esperaba que Jim le creyera. Era una mentira creíble, pero Preston
siempre tenía problemas en no dejar que su voz le delatara.

—¿Qué pasaste horas con un sacerdote? ¿Intentas que me crea


que este artículo es tan interesante que merece que ignores a tu
editor?

—Cuando veas el artículo estarás de acuerdo. —¡Mierda! Esto


no estaba yendo como él quería. El relato tenía que ser bueno, no,
excelente. Ugh, cada vez que Preston mentía, esto era lo que pasaba.
Esto empeoraba incontrolablemente, hasta que la situación era tan
rara que llegaba a ser ridícula. Iba a tener que inventar algo y rápido.

—¿Me has oído? Dije que quiero ver lo que tienes sobre la
iglesia mañana.

—¿Mañana? Acabo de recibir hoy la información. No puedo


hacer ese tipo de trabajo tan rápido.

Tedi Sinclair 67
Preston se desplomó sobre la cama. Había planeado pasar la
noche investigando el cuerpo de Clay, no la iglesia.

—Mañana al final del día. Te he permitido mucho porque eres


uno de los mejores, pero por lo visto piensas que eso significa que
puedes hacer lo que quieras. Lo siento, pero así es como debe ser.

Jim cortó la conexión y Preston se quedó mirando la pantalla


del teléfono. ¿Me corta las alas? Su jefe se pasaba tanto tiempo sobre
él,15 que había bromeado con Tom sobre que, por lo menos, Jim
podía empezar a azotar fuerte su culo y tirarle del pelo. Si él tenía
hasta última hora de mañana, aun podía pasar tiempo con Clay esta
noche. Le entregaría a su editor el borrador más escandaloso que
hubiera visto y entonces tendría en la mano sus dos semanas de
aviso.

Preston tenía un plan y se aferraría a ello. Esto significaba que


tenía que conseguir un regalo. Preston salió cogiendo sus llaves y la
cartera. De camino a su apartamento, paro en una floristería local.
Caminó directo al mostrador pasando por alto todo lo expuesto.

—Necesito una rosa blanca, por favor.

La florista levantó la vista del arreglo en el que estaba


trabajando.

—¿Blanco? Usted sabe lo que significa el blanco ¿Verdad?

Preston asintió incapaz de reprimir una sonrisa. —Sí, total y


completa rendición.

Con la rosa en la mano, Preston subió las escaleras de su


apartamento. Quería poner la rosa en agua mientras empacaba. No se
estaba mudando con Clay, pero quería estar con él. Tenía sentido, ya
que Clay tenía que estar en la iglesia para que Preston se uniera a él.
No podía pedirle que dejara el monasterio. Su labor allí era más que
un trabajo o una carrera. Era una vocación. Preston había visto de
primera mano el bien que hacía.

15
Es una forma de decir que lo presionaba pero por la forma de expresarlo la utiliza como un juego de
palabras

Tedi Sinclair 68
Preston se detuvo cuando llegó a su piso. Mirando hacia el
hall, pudo ver su puerta entreabierta .Imágenes de una casa
destrozada y pertenencias robadas llenaron su mente, antes de que se
diera cuenta de que podía ser aún peor. ¿Y si los ladrones seguían
allí? O ¿ Y si eran los chicos del callejón otra vez?

Preston extrajo el teléfono de su cartera y se dispuso a llamar


al 911. Se deslizo por el pasillo y se acerco a la puerta abierta. Antes
de entrar, escuchó por algún sonido, pero no oyó nada y empujó la
puerta abierta con el pie.

Como esperaba, su apartamento fue destrozado. El sofá y los


cojines estaban en el suelo, las mesas estaban patas arriba y las
habían arrastrado a través de la habitación. Mirando más de cerca,
Preston se dio cuenta de que los objetos se encontraban en la misma
esquina que las mesas. Tentativamente, atravesó la habitación y
estudió la montaña.

Ahora Preston podía escuchar los sonidos amortiguados.


Sollozando en una bola, bajo la mesa, estaba Tom. Había apilado
todo tipo de artículos a su alrededor creando un fuerte.

—¿Tom? Tom ¿Qué pasó?

Preston movió objetos de la barricada y Tom mantuvo la


posición en el suelo, envuelto sobre sí mismo. Tenía los brazos
alrededor de la cabeza, protegiéndose de alguna fuerza invisible. En
su estado actual, Preston estaba realmente sorprendido de que Tom
tuviera suficiente sentido como para recordar donde estaba la llave
de repuesto y entrara al apartamento. Una vez recolocó los objetos,
se arrodilló en el suelo.

—Tom ¿Puedes oírme? Soy Preston. —Preston tocó


suavemente la espalda de Tom. Él giro la cabeza como si no hubiera
oído o visto nada de lo que Preston hizo desde que llegó.

—Preston, van a cogerme. Saben que he salido del hospital.


Aún no han terminado el trabajo. Es solo cuestión de tiempo.

Tom escupió las palabras sin pararse a respirar. Mientras


hablaba, Preston examinó a su amigo. Todavía estaba magullado y

Tedi Sinclair 69
un poco hinchado pero un poco mejor que cuando fue ingresado.
Preston no podía entender cómo podía retorcerse así con la costilla
rota que le habían diagnosticado. Sus ojos eran lo que aterrorizaba a
Preston. Tom miró alrededor sin enfocarse en nada, solo saltando de
un objeto a otro.

Preston no sabía cómo reaccionar a no ser que fuera para


seguirle la corriente.

—Fuiste muy inteligente al venir hasta aquí. Ellos apenas me


tocaron, no sabrán ni como luzco.

Tom se incorporó con una expresión salvaje en su cara. —Sí,


eso es verdad.

—Déjame cerrar y candar la puerta. Creo que tú y yo


deberíamos ir a otro sitio.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Crees que me encontraran aquí?

Preston se apresuró en regresar con su amigo. —No, no, creo


que será mejor que te quedes conmigo mientras te recuperas y yo iba
a quedarme con un amigo.

Tom inmediatamente desenrollo su cuerpo tenso y empezó a


actuar normal. Preston retrocedió ante sus movimientos

—Oh, ¿de verdad? ¿Lo dices en serio?

La cabeza de Preston iba a estallar a causa del comportamiento


bipolar de Tom. Su amigo necesitaba ayuda pero no estaba seguro de
poder proporcionársela.

—Estoy viendo a uno de los hermanos de la iglesia de piedra.

—¡Un monje!

—Un fraile en realidad. Los monjes se quedan en el


monasterio, los frailes trabajan con el vecindario. —Preston despejó
el aire con las manos. Lo que aprendió en el tomo no era importante
ahora.

Tedi Sinclair 70
—No importa. Quiero que vengas conmigo al monasterio, no
hay lugar más seguro que ese. Creo que sería bueno para ti, para
nosotros, tener un cambio de escenario.

Tom asintió con la cabeza. —Eso suena divertido. Todos son


hombres elegibles.

Preston rodó los ojos y se dirigió hacia el armario de dónde


sacó una gran maleta. Tengo que empacar, llevaré cosas para ti
también, hasta que podamos conseguir las tuyas. ¿Por qué no recoges
el fuerte de almohadas?

— Esta bien —Tom murmuró su respuesta. Preston esperaba


no haber presionado a Tom tan pronto. No quería avergonzar a su
amigo. Amaba a Tom muchísimo y solo quería que él buscara ayuda.
Dos horas más tarde él y Preston estaban aparcando en el
estacionamiento de la iglesia. Ash estaba fuera, regando los nuevos
arbustos y los llamó. La túnica de Ash le cubría la cara y las manos,
si no hubiera hablado no lo habría reconocido. Preston saltó del
coche y se dispuso a abrir el maletero.

—Ash quiero que conozcas a alguien. Este es Tom. Tom este


es el hermano Ash, es uno de los miembros aquí.

Ash dejó la manguera que estaba usando y se acercó al coche.


Entonces fue cuando Preston vio que su piel era más oscura de lo
normal. Estaba empezando a cambiar a piedra. Si lo hubiera sabido,
no habría llamado la atención sobre él. Ash se acercó a Tom
igualmente y Tom asintió con la cabeza y cruzó los brazos sobre el
pecho. Ash miró a Preston, pero Preston no quería discutir el
comportamiento de Tom en medio del estacionamiento y se lo hizo
saber meneando la cabeza como respuesta negativa.

—¿Clay ha vuelto ya?

—¿Hmm? ¡Oh! no, no ha vuelto. ¿Estás aquí por eso? —


preguntó con las manos en la túnica, pareciendo bastante nervioso.
Preston quería aligerar el estado de ánimo creado por el extraño
comportamiento de su amigo.

Tedi Sinclair 71
—¿Qué? No pensarías que estaba aquí por ti ¿Verdad? —dijo
golpeando el brazo de Ash. Este gruñó, pero tenía una sonrisa en su
rostro. Tom sin embargo jadeó ante la escena.

—Tom lo siento. No me di cuenta. Sólo estamos bromeando.


—Preston trató de calmar a Tom, pero Tom lo alejó.

—No, está bien. No sé porque reaccioné de esa manera. Lo


siento. —Tom metió las manos en los bolsillos de los pantalones y
miró al suelo. Preston tenía que sacar a Tom de esta montaña rusa y
ayudarlo.

—Hey, vamos a entrar, puedo meter mi maleta y luego


hablaremos con Mason sobre que te quedes un tiempo.

—No será un problema. —dijo Ash. Preston le observo


fijamente con mirada interrogante—. Sé que Preston está dispuesto a
ayudar a quien lo necesite, especialmente amigos de la familia.

—Oh, de acuerdo. —Preston cogió su equipaje y luego


alcanzó la rosa que había colocado en el asiento trasero. Miro al
tejado, pero no pudo ver a Clay desde donde se encontraba de pie.
Preston engancho con su brazo a Tom

—Venga, tengo un regalo que entregar.

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Capítulo 7
Tom se instaló en una habitación del hall por debajo de la de
Clay y Preston, con la única condición de que le explicase a Tom
todo sobre el monasterio. Preston no estaba seguro de cómo iba a
abordar el tema de las gárgolas con un hombre que era claramente
inestable, Pero tenía que hacerlo pronto. Por ahora, Tom dijo que se
sentía seguro dentro de su habitación y que quería dormir. Ash
también había prometido revisarle periódicamente en lugar de
Preston.

Preston guardó su maleta y corrió hacia el tejado. El pasó el


espacio donde la gárgola con cara de león estaba colocada y notó que
estaba vacío. Fuera quien fuera, ya había despertado y no había
dejado ningún recordatorio de su estancia anterior. Preston se guardó
las preguntas y siguió con su camino hacia su aeternus. Sólo ver la
figura de Clay, posada en el tejado, traía paz y alegría a su corazón.
Sonrió ampliamente cuando los rayos de sol brillaban sobre Clay.
Preston tocó la cálida mejilla de piedra con un suspiro. Cogió la rosa
que había comprado, y suavemente, la colocó en la hendidura, entre
las manos de piedra. Se puso de puntillas y besó su mejilla.

—Estaré esperando.

Preston no sabía cuánto quedaba hasta que Clay despertara de


su hibernación de piedra. Quería hacer planes, por lo que corrió
escaleras abajo hacia la oficina de Mason. Se puso nervioso mientras
esperaba a que contestara a su llamada.

—Adelante.

Preston entro cuando Mason caminaba hacia su escritorio


desde una entrada lateral. Preston no podía ver a través de la puerta,
mayormente cerrada. Mason hizo un gesto para que se sentara frente
al escritorio. Tan pronto como se sentó, Mason empezó a ponerse

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nervioso en su escritorio. Viendo eso, recordó que quería ayudar con
el registro de las gárgolas.

—Hola de nuevo.

—Hey Preston, ¿va todo bien? —Preston se sentó en la misma


silla en la que se había sentado antes, cuando discutieron sobre los
arreglos de la estancia de Tom. Algo entre antes y ahora tenía a
Mason en el borde. Él no quería complicarle la vida.

—Tom quiere quedarse durmiendo en su habitación. Dice que


se siente realmente seguro.

—Él debería sentirse seguro aquí. —La voz de Mason sonaba


tranquila y ligeramente agitada.

—Sí, Ash va estar cuidando de él por mí. Parece que realmente


han conectado. Tom necesita buenos amigos, especialmente ahora.

Mason asintió pero nunca levantó la vista de los papeles.

—Mason ¿me preguntaba si sabías cuando saldrá Clay de la


piedra?

Mason miró el reloj de la pared y lo apuntó con el lápiz


murmurando algo para sí mismo.

—Bueno, supongo que eso sería en unas cuatro horas, tal vez
más debido al número de anillos de carbono que usó para retener a
tus atacantes.

—Oh, bien. —Así que usar el carbono y probablemente el


bálsamo curativo, altera la duración de la regeneración de las
gárgolas. ¿Qué otras actividades afectarán a su ciclo? No podía
reflexionar sobre esto ahora, tenía que decidir cómo hablar con
Mason sobre lo que quería. Él parecía ocupado y preocupado y no
quería hacerle perder el tiempo. ¿Estaba yendo demasiado rápido?
¿Y si Clay quería irse con Preston después de todo y necesitaban su
trabajo para mantenerse? Y si…

—¡Preston!

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—¿Uh? Lo siento. Estaba pensando y me dejé llevar. ¿Dijiste
algo?

—En serio estas chirriando los dientes, dime que te tiene tan
molesto.

Mason apartó los papeles y posó las manos sobre el escritorio.

—Es por Clay. No es que esté molesto con él, solo estoy
analizando demasiado el cómo nuestra relación va a funcionar ahora.
Tenía todo planeado y me di cuenta de que tal vez no sea lo que Clay
quiere.

—Bueno él estará aquí para hablar contigo en solo unas horas.


¿Puedes esperar hasta entonces?

—Por supuesto. Sólo quería demostrarte que hablaba en serio


y que estoy trabajando en ello.

—¿Cómo?

Preston vio esto cómo la excusa que necesitaba y salto sobre


ello.

—Quiero ser más que su aeternus. Quiero contribuir y


devolver algo de lo que la orden me ha dado. Estaba leyendo y me di
cuenta de que si paso el libro en formato digital o al menos hago algo
del trabajo online, tú podrías actualizarlo más rápido. Me encantaría
ayudar con eso. Quiero decir que no hay razón para que la
información no se vaya enviando más frecuencia en lugar de cada
cinco años, o acceder a ella desde un CD en lugar de en un libro
encuadernado, tal vez algo así como actualizaciones anuales en CD y
luego reimprimirlo todo a los cinco años.

Cuando Preston terminó su arrebato nervioso, Mason miró


hacia abajo. Preston se sintió igual que cuando iba a ser reprendido
por el director de la escuela. Se pasó las manos por los pantalones
intentando secarlas. Tal vez había empujado demasiado o pensado
que su lugar en la orden era distinto al creía que era.

—Realmente has pensado en esto ¿no?

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—Sí lo he hecho. Incluso he pensado pedir mis dos semanas
en el Tribune y trabajar como autónomo, así tendría más tiempo para
pasar con Clay. Creo que su vida es estresante pero necesaria, y
podría tener a alguien cuidándole más que una esposa normal.

—¿Dejarías el trabajo tan pronto? Ni siquiera sabes si esta


relación funcionará.

—Va a funcionar, sé que lo hará. Soy su aeternus, no hay


nadie mejor para él, y francamente, me sorprende que digas eso. —
Mason sonrió.

—Estaba jugando al abogado del diablo. Sin embargo, estoy


asombrado de lo rápido que te estás adaptando a la idea.

—Es mi instinto. Siempre confío en él. —Preston cruzó los


brazos sobre su pecho, no estaba muy contento de que Mason lo
pusiera a prueba, pero lo entendía.

—Mi instinto me dice que estoy destinado a estar aquí para un


propósito más grande que el de ser un esposo perfecto para Clay.
Todavía no sé exactamente lo que es, pero estoy entusiasmado y
dispuesto a averiguarlo.

—Ah, la llamada. —Preston se rió del tono musical pero


siniestro en la voz de Mason—. ¿Te vas a unir a la iglesia también?

—Mmmm, no, al menos que quieras que el techo caiga en el


auditorio.

—Tan malo ¿eh?

Preston se encogió de hombre e intentó actuar inocentemente,


pero basándose en la risa que Mason soltó, no lo estaba comprando.
Cuando la risa murió, Preston suspiró y se frotó las manos. Preston
se moría de ganas por salir de la oficina de Mason e ir a ducharse.
Había traído comida para Clay y para él, la cual estaba ahora
guardada en el apartamento de Clay.

—Debo irme. Supongo que aún me quedan unas horas hasta


que Clay… rompa.

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—Nunca había oído eso. Gracias, me gusta. Hablaré con los
ancianos sobre tus peticiones. Que tengas buena noche Preston.

—Oh, la tendré.

Preston se levantó de su silla. La respuesta de Mason le


recordó a un tío simpático. El que era un poco tonto, tal vez infantil.
O tal vez un hermano mayor al que Preston podría acudir por
cualquier consejo. Realmente estaba disfrutando, aprendiéndolo
todo, sobre los hombres que Clay tenía como amigos.

Subió corriendo las escaleras. Decir que estaba ansioso era un


eufemismo. Estaba emocionado de ver cuál sería la reacción de Clay
ante la rosa. Fue el regalo perfecto para su compañero, y él lo sabía.

Estaba tan eufórico que aún no sabía si esperar a Clay en la


habitación o esconderse en el tejado para ver su reacción. Preston
miró alrededor del apartamento. Quería que todo fuese romántico
cuando Clay llegara.

Él se puso a trabajar, cruzando los dedos, buscando en los


armarios velas y platos para poner en la mesa. Dudaba que
encontrara algo ya que Clay no había tenido necesidad de
parafernalia romántica hasta ahora.

—¡Los milagro suceden! —Preston rió ante la referencia


religiosa, haciéndolo más gracioso.

Encontró algunos platos desiguales que colocó en la mesa.


Preston no sabía lo que a Clay le gustaría comer, por lo que solo trajo
fruta, pan y embutidos. Pensó que sería comida fresca y que llenaría.
A los hombres les gustaba la carne, especialmente a los hombres
gays. Preston bufó, su monólogo interior podría convertirse en una
rutina. Una vez organizados los alimentos, dio un paso atrás para
admirar su obra.

—Ahora a la ducha.

Preston tomó la larga ducha que pensó poder permitirse.


Quería asegurarse de estar reluciente cuando se acostara con Clay.
Nunca había estado tan nervioso por tener sexo en toda su vida, ni

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siquiera cuando perdió la virginidad. Esa vez, él estaba atrapado en
el momento y las hormonas adolescentes inundaban su cuerpo,
realmente no se dio cuenta de lo que pasaba hasta que estuvo en ello.
Sólo podía esperar que las hormonas nublaran su mente otra vez. En
realidad, cuanto más pensaba en ello, más esperaba que las hormonas
de Clay nublaran su mente desde que era él el que colocaba las
barreras.

Saliendo de la ducha, Clay se vistió y se puso el cambio de


ropa que había traído. Llevaba unos vaqueros que ajustaban su culo y
una camisa que hacia juego con sus ojos. Estilizar su cabello y
cepillarse los dientes eran los últimos pasos de su lista de tareas
pendientes.

Con la cabeza hacia atrás, haciendo gárgaras, oyó la puerta


exterior, abrirse y cerrarse. Su ritmo cardíaco se aceleró. Clay había
llegado. No tuvo tiempo de decidir si esperar a su aeternus, aquí o en
el tejado.

—¿Hola? ¿Hay alguien aquí?

Clay

La voz de Clay se apoderó de Preston, calentándole y


simultáneamente, haciéndole temblar como una ráfaga fría. Preston
se secó la cara y se paró para mirarse en el pequeño espejo. Esto era
lo que quería. Sólo tenía que abrir la puerta y salir a por Clay. Pero
tenía el estómago atado con tensión y miedo. De pronto se sintió
estúpido y abrumado. Preston siempre había tomado una decisión y
la había mantenido. Pero ahora mismo ni siquiera podía abrir la
puerta.

—Esto es estúpido Preston. Solo abre la puerta, ¡Es tu


aeternus! —reflexiono duramente consigo mismo. La manilla
empezó a girar en la puerta, pero se detuvo repentinamente.

—¿Hay alguien ahí? —A estas alturas, Clay debía saber que


algo pasaba.

¡Sólo hazlo! Clay se reprendió mentalmente y abrió la puerta.

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—Hola Clay. —Preston sonrió vacilante, esperando la
reacción de Clay.

La confusión de Clay rápidamente se transformó en felicidad,


sus ojos se iluminaron con su sonrisa y pequeñas arrugas adornaban
sus esquinas.

—¿Preston? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Has hecho tu todo


esto?

Clay envolvió a Preston en sus brazos y éste inmediatamente


se calmó. Susurró el nombre de Clay en silencio mientras presionaba
su rostro contra su cuello. Clay se agachó y levantó a Preston
llevándolo hasta el área de la salita antes de depositarlo cerca del
sofá. La habitación estaba bañada por el cálido resplandor de las
velas. En la parte de atrás del sofá estaba la rosa blanca. Preston la
cogió con cuidado y se la entregó a Clay una vez más.

—Veo que tienes mi regalo.

Clay cogió la flor de los dedos de los dedos de Preston y


olisqueó la fragancia del capullo. — Sí, es preciosa. — El rostro de
Clay se arrugó por un segundo, pero rápidamente fue suavizado y
reemplazado con una sonrisa. Preston se preguntaba qué era lo que
decidió no decir o consultar. Sólo hazlo, se recordó a sí mismo. Clay
estaba destinado a ser suyo. Al final, Preston sabía que tenían que
trabajar para estar juntos.

Preston puso la mano sobre la de Clay y se acerco. —Es una


rosa blanca ¿Sabes?

Clay se aclaró la garganta y contestó —Sí, puedo ver eso.

—¿Sabías que cada color tienen su significado?

Clay sonrió y colocó la mano en la cintura de Preston. —Lo sé


y me estaba preguntado si tú lo sabías también.

—Lo hago, por eso elegí esta rosa. —Preston podía oír su
propia sangre pulsando en sus venas. Sentía como si su corazón fuera
a salirse del pecho. El único sonido que podía escuchar era el sonido
de la respiración de Clay. La mano de su cintura se sentía caliente y

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pesada. El dedo de Clay estaba ligeramente enrollado en la tela, y
Preston deseaba que él tirara sus cuerpos juntos.

Clay se aclaró la garganta —¿Te rindes a mí? —Preston sonrió


ante la suave inseguridad en su voz.

—Sí, para ti y solo tú, por siempre. —Clay abrió la boca para
hablar y Preston lo detuvo colocando un dedo en sus labios. Una vez
se calmó, le ahueco la cara.

—Planeo dejar mi trabajo en el Tribune. Mason va a hablar


con los ancianos para que ayude en las actualizaciones anuales de
los tomos. Sé que tengo un propósito más grande y es, estar aquí
contigo. Quiero mudarme y construir una vida contigo.

Preston hablaba con Clay manteniendo el contacto visual, pero


sus ojos cayeron cuando los nervios tomaron el control. Cuando
termino su charla, estaba mirando el espacio que había entre ellos.
Clay, colocó el nudillo bajo su barbilla e inclinó la cabeza de
Preston hacia arriba. Él esbozó la más impresionante de las sonrisas,
fue la más brillante que le había visto poner hasta ahora.

—¿Estás seguro? No tienes que dejar tu trabajo ni unirte a la


orden, lo sabes.

Preston rió entre dientes —Lo sé, y no voy a unirme a la


orden. —Preston se estremeció ante el pensamiento—. Pero quiero
estar aquí todos los días para ti. Tienes esta vocación, un regalo, y
pienso que debe ser muy duro para ti y para las otras gárgolas. Por
eso el destino da a cada uno un aeternus, necesitas saber que alguien
te cuida y que hay bondad y amor en el mundo.

Cuando Preston terminó de hablar, deslizo la mano por el


cuello de Clay y lo inclinó hacia adelante, para que pudiera besarlo.
Acarició ligeramente los labios de Clay con los suyos —Te he
echado de menos mientras eras una piedra.

Clay frotó su pulgar sobre la mejilla de Preston, la yema del


dedo se enganchaba en los pelos recién afeitados.

—Soñé contigo mientras dormía

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—Es divertido, porque besé tu mejilla y te dije que te estaría
esperando.

Clay inclinó la cabeza de Preston nuevamente y con su otra


mano presionando su pequeña espalda.

—¿Por qué esperabas Preston?

—Te quiero, y quiero que tú nos unas.

Clay soltó a Preston y dio un paso atrás. —No puedo hacerlo.

Preston no lo entendía. Quería al hombre frente a él. Lo


deseaba hasta el punto del dolor. Había leído el tomo y sabía lo que
estaba pidiendo.

—¿Por qué? ¿Por qué no eres medio piedra? Aunque no


puedas unir nuestras almas Todavía puedes unir nuestros cuerpos.

—Si me uno a ti, todavía puedes alejarte de esto, pero yo


estaré atrapado en una eternidad solo sin nadie con quien compartir
mi vida.

Preston jadeó. —¿Piensas que me alejaría de ti? ¿Preguntarte


para conseguir esto y luego dar la vuelta e irme? Si eso es lo que
piensas, no sé ni siquiera por qué quieres unirte a mí. Si las gárgolas
unen sus almas, el ser humano todavía puede alejarse. Vosotros sois
paranormales, nosotros no. El único compromiso que te puedo dar,
es mi palabra. —Preston frotó la cabeza haciendo que su pelo se
aplastara—. Tal vez venir aquí fue un error.

Clay abrió la boca, pero un fuerte ruido procedente del hall


llamó la atención de Preston.

—¿Qué eres? —El grito de Tom se oyó desde el otro lado de


la puerta.

Preston corrió hacia el pasillo para ayudar a su amigo con su


argumento hacia Clay totalmente olvidado.

Tom estaba de pie en el pasillo lanzándole cosas a Ash. Ash


tenía las manos en alto tratando de calmarlo, pero cada avance fue
recibido con una nueva descarga. Libros, zapatos y una lámpara

Tedi Sinclair 81
estaban dispersos por el vestíbulo. Preston se precipitó hacia
adelante.

—¿Qué estás haciendo? —Tom agarró a Preston y lo empujo


detrás de él.

—Tiempo muerto, Preston, no sé qué es esa cosa.

Clay se adelantó y coloco el brazo alrededor de Ash —¡Él no


es una cosa! ¡Es una persona! —La indignación ante la acusación de
Tom podría ser escuchada fácilmente por cualquier persona. Preston
se sintió como un cabrón. Se suponía que tenía que explicarle todo
esto a Tom, pero eligió pasar tiempo con Clay primero. Se olvidó de
que Ash había empezado a convertirse en piedra.

—Esto es culpa mía. No he tenido la oportunidad de decírtelo.


—Preston salió de detrás de Tom para proteger a Ash y señaló a Clay

—Clay en realidad es el hombre que nos rescató y te llevó al


hospital. Sin embargo, cuando lo hizo, se parecía mucho más a Ash.

—Espera Preston, no puedes estar hablando enserio, esto es


una locura. —Tom retrocedió lejos del grupo—. ¿Sabes lo que estás
diciendo, no?

Preston asintió con la cabeza. —Sí, Clay, Ash y el resto de los


monjes…

— Frailes. —Intervino Clay.

Preston lo miro con incredulidad. —De verdad, ahora no es el


momento. —Preston le reprendió. Clay se encogió de hombros antes
de que Preston girara hacia Tom—. El resto de los frailes son todos
gárgolas. Se mudaron aquí para proteger a los ciudadanos de
situaciones como la nuestra.

—No puedes creer eso.

—Tom, lo he visto con mis propios ojos. Estaba consciente


cuando Clay nos rescató. Los he visto moverse e incluso convertirse
en piedra. Por favor, tienes que intentar calmarte. Puedes mirar a Ash
y ver que es cierto.

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—Todo lo que veo es un monstruo. ¡Un monstruo! —Preston
se volvió hacia Ash cuando oyó un jadeo.

—¿Crees que soy un monstruo? —Tom asintió con la cabeza y


cruzó los brazos sobre el pecho cuando Ash gesticuló hacia él—.
Los verdaderos monstruos son los hombres de los que Clay te
rescató, no yo y mis hermanos. No voy a quedarme aquí y ser
comparado con ellos. —Ash pisoteó por el pasillo, con su corta cola
detrás de él, moviéndose de un lado a otro.

—Ash, espera por favor. —Preston le llamó. Si solo le hubiera


explicado todo esto a Tom en el momento en que llegaron, los
sentimientos de As podían haberse evitado.

—Tom, nos han abierto su casa. Nos han contado sus secretos
porque creían que podían confiar en nosotros. No seas cruel con
ellos.

—¿Cruel? ¿Con ellos? —Tom se alejó de Preston—. Hablas


en serio. —Varias emociones se dibujaban en la cara de Tom. Se
inclinó hacia Preston y le susurro—. ¿Somos prisioneros?

—¡No! Por supuesto que no, pero guardaremos su secreto, les


debemos la vida. Esconder su secreto es un precio justo. —Preston
vio como el rostro de Tom palidecía.
—¿De verdad nos salvaron? —Preston asintió—. ¿Son
gárgolas de verdad? ¿De las que se convierten en piedra? —Tom
apuntó hacia abajo, al hall, por donde se había ido Ash, como media
piedra.
—Sí, puedo llevarte para que lo veas una vez haya cambiado
completamente. —Preston miró atrás, hacia Clay y sintió sus mejillas
calentarse. Es asombroso.
—Creo que necesito algo de aire ¿Puedo salir un rato? Sólo
para caminar.
—Por supuesto. No eres un prisionero. —Clay sonaba un poco
insultado cuando respondió a la pregunta de Tom.
—No creo que sea eso lo que Tom esta insinuando. —Preston
miró de vuelta a su amigo. Le habían pasado tantas cosas malas a lo
largo de su vida que esto solo se sumó a la reciente confusión.

Tedi Sinclair 83
—Déjame coger el teléfono de la habitación de Clay y me
uniré a ti.
Tom se apartó de Preston. — No, está bien. Quiero estar solo y
analizar mis pensamientos. —Tom se volvió, caminó hacia el hueco
de la escalera, y giró hacia Clay y Preston—. Te prometo que no
haré ninguna cosa loca. Solo necesito pensar.
—Mantente a salvo ¿Vale?
Tom asintió y bajo por las escaleras. Era una fría noche y salió
sin chaqueta, cuando normalmente se acurrucaría como un esquimal,
lo que quiere decir que tenía la mente en otra parte.
Preston esperaba que Tom volviera en un rato.
—Lo siento Clay, debería habérselo dicho antes. Pensé que al
menos tendría un día. Voy a hablar con Ash. —Preston se volvió,
dispuesto a ir tras Ash. Pero Clay lo detuvo poniendo la mano en su
brazo.
—No lo hagas, Ash aún no estará listo para hablar.
Preston se giró hacia Clay. —Me siento mal. Yo solo tenía una
cosa en mente y ahora todo el mundo está sufriendo. —rodeó con los
brazos el pecho de Clay y apoyó la frente en su pecho. Clay lo
sostuvo con fuerza y paso sus manos arriba y abajo por su espalda.
Una calidez y calma que rara vez había experimentado, inundó su
cuerpo haciendo que Preston se relajara.
—¿Es parte de nuestro vinculo?
—¿Hmm?
Preston retrocedió y le miró a los ojos. —El sentimiento de
seguridad instantánea que tengo cuando me abrazas. Es difícil de
explicar sin que suene como una chica. —Preston sintió que sus
mejillas se calentaban—. No recuerdo leer en el tomo cualquier
descripción de que sientes cuando estas con tu aeternus.
Clay enlazó sus dedos con los de Preston y los giró para que
caminaran hacia su cuarto. Una vez dentro los desplomó en el sofá.
—Yo Pienso que estar con tu aeternus sería como estar
enamorado pero más intenso, debido a la conexión y a la poderosa
magia de mi clan.

Tedi Sinclair 84
—¿Amor? Nadie dijo nada sobre estar enamorado. —Preston
se distanció de Clay en el pequeño sofá. No estaba hablando de
amor. Se sentía seguro, cuidado y protegido. Le gustaban muchas
cosas sobre Clay y él se había ganado su respeto. Deseaba a Clay
pero no estaba enamorado de él.
—¿Quieres comprometer tu vida conmigo pero no quiere
hablar de amor? Creo que necesitas el mes para reconsiderarlo.
¿Cómo puedes quedarte con alguien al que no amas?
—No es eso. Es… yo… — Preston tartamudeó durante un
momento y entonces paró. No tenía ninguna respuesta. Quería unirse
a Clay. Estaba atrapado en el acto, la lujuria, la permanencia. Pero no
pensaba a largo plazo. Sus sentimientos estaban desbordados, algo
que un periodista no dejaría que sucediera.
Era observado por Clay, mientras pensaba en todo esto. Sin
decir nada, sacudió la cabeza y se puso en pie. Preston vio como
vagaba por la cocina que habían abandonado y llenó dos platos con
comida. Regresó y le entregó uno a Preston.
—Come.
Preston tomó el plato y lo colocó en su regazo. Su estómago
estaba anudado y furioso. No tenía ganas de comer.
—Preston hay mucho tiempo para que aclares tus
sentimientos. No voy a crear el vínculo contigo hasta que esté de
nuevo en mi media forma. Eso no será hasta que pasen un total de
veintiún días. Por favor, solo disfruta de ese tiempo conmigo.
Preston asintió partiendo un poco de pan y metiéndolo en la
boca. Lo masticó lentamente mientras su mente elucubraba16. ¿En
que estaba pensando? Estaba comprometiendo su vida con alguien, al
que literalmente solo conocía desde hacía unos días, porque era
sobrenatural. Preston tenía que poner la cabeza en su sitio. Dejó el
plato en el suelo. Su estómago no admitía ningún alimento ahora.
—¿Todavía piensas quedarte a pasar la noche? —Él ya no
estaba haciendo contacto visual.
—Si no te importa. Quiero estar contigo aunque no estemos
unidos. ¿Aun puedo moverme a la habitación contigo? Eso no creará
problemas con los otros hermanos ¿verdad?

16
Reflexionar acerca de un asunto con atención

Tedi Sinclair 85
—No lo sé. Le preguntaré a Mason. Sabe que conozco los
riesgos de tener sexo antes de enlazarnos. No ha habido una
ceremonia entre nosotros, pero eso puede suceder antes o después del
enlace.
—¿Ceremonia? ¿Qué ceremonia? —Preston buscó
mentalmente lo que había leído en el libro. No estaba preocupado por
una ceremonia, a no ser que implicara dolor o sacrificio. Con este
último pensamiento Preston se estremeció.
—Es como una boda o un enlace de compromisos. —Preston
se calmó con la respuesta de Clay. No estaba seguro del por qué
había estado pensando en cortes y sangrías, pero una boda tenía
mucho más sentido.
—Ya le he dicho a Mason que quería estar aquí contigo.
—Lo sé, pero es mi superior, y hasta que nos unamos
oficialmente tengo que asegurarme de discutir esto con él. Preston se
sentía como si Clay no confiara en él ni en su palabra. No intentó
ocultar su frustración por los comentarios.
—Es una señal de respeto hacia Mason, no es nada contra ti.
Lo que Clay decía tenía sentido. Él era parte de la orden de
Mason. Clay tendría que preguntar a Mason antes de trasladar a un
hombre a su habitación. Preston asintió con la cabeza. Clay le
acarició la cara con los nudillos suavemente y Preston cerró sus
ojos. Jadeo cuando Clay presionó sus bocas inesperadamente, pero
pronto se recuperó y devolvió el beso a su aeternus.
El tacto de Clay era tan eléctrico como siempre, y Preston se
encontró a si mismo moldeándose contra el cuerpo de Clay. Él sonrió
contra los labios de Preston.
— Deja de sonreír. —Preston le reprendió con poco
entusiasmo, pero continuó subiendo por el cuerpo de su pareja en un
intento por acercarse.
—No puedo evitarlo. Me deseas, nadie me había deseado
antes. —Preston apenas lo creía. El cuerpo de Clay era musculoso y
tan hermoso en su aspecto carnal como lo era cuando se esculpía en
piedra.
—No puedes estar hablando en serio. —Preston miró al pecho
expuesto de Clay y suspiró.

Tedi Sinclair 86
—Si alguien pensaba en mí como tú lo haces, nunca actuaron
en consecuencia.
—¡Vale!
Clay levantó la ceja. —¿Celoso?
—Bueno, es que eres sólo mío.
—Lo soy. Y tú eres todo mío. —Clay prácticamente gruñó las
palabras y Preston se endureció ante los brutales sonidos de la voz de
Clay. Preston inclinó la cabeza hacia atrás mientras Clay besaba su
mandíbula y cuello. Preston gimió y se agarro a los hombros de Clay.
Esta provocación le estaba haciendo sentir mareado y necesitado.
—Por favor.
—No puedo follarte, Preston. —protestó Clay. Preston abrió
los ojos para ver la angustia en su cara.
—Entonces, dame un poco de alivio.
Clay buscó a tientas los vaqueros de Preston. Los botones
siempre se atascaban y la cremallera era ajustada. Por supuesto, la
razón para llevarlos era su estrechez, pero ahora, estaba lamentando
esa decisión. Preston se incorporó en sus rodillas para desabrochar
sus vaqueros, pero decidió ponerse en pie frente a Clay y quitárselos
por completo. Él observaba la cara de Clay mientras deslizaba los
pantalones por las piernas.
Nadie había deseado tanto a Preston como lo hacía Clay.
Clay miró atentamente como cada porción de piel era expuesta. Una
vez que los vaqueros estuvieron tendidos en el suelo, lo agarró por la
cintura y lo atrajo hacia él, una vez más.
El toque de Clay era desenfrenado17 y Preston disfrutaba con
ello. Ruborizándose, Clay lo empujó contra él y lamio sus labios,
Preston gimió y abrió la boca para poder jugar con la lengua de Clay.
Lamiendo y retozando, Preston continúo jugueteando con él,
mientras Clay movía las manos hacia abajo. Las detuvo una vez
alcanzó los calzoncillos.
Preston se dio cuenta de que todo aquello era un territorio
nuevo para Clay. Todo lo que ellos hicieran físicamente, sería la
primera vez para Clay. Su forma física hacía pensar a Preston que

17
Con ímpetu y sin control.

Tedi Sinclair 87
Clay era más experimentado. Como si el tamaño, la edad y
experiencia fueran juntos de la mano.
Preston alcanzó la mano de Clay y la colocó sobre su
endurecida polla. El calor de su mano a través de los calzoncillos era
divino, y la presión ayudaba a alcanzar el alivio que deseaba.
Tentativamente, Clay la frotó sobre el tejido áspero y Preston gruñó
en voz alta para demostrar que le gustaba.
—Más. —Susurró Preston. Su voz se desvanecía en su
garganta reseca por causa de los jadeos18. Clay asintió y presionó
más fuerte deslizándola hacia arriba y hacia abajo a través del
algodón. Él le miró atentamente la entrepierna y Preston agarró los
bordes del calzoncillo y los deslizó más abajo, exponiéndose ante su
aeternus. Clay retiró la mano y tragó saliva moviendo la manzana de
Adam.
Una vez que su polla fue revelada completamente, Preston
tomó la mano de Clay y la envolvió alrededor de ella. Lentamente
guió a Clay con firmeza.
Cuando Clay se tensó y comenzó su propio ritmo, Preston
metió las manos en el hábito húmedo, hasta llegar al regazo de Clay.
Él vestía pantalones cortos bajo el grueso traje, que se había puesto
para ir desde el tejado a su habitación. Quería sentir su gruesa polla y
regresar el placer a Clay.
Clay envolvió un brazo alrededor de la espalda de Preston. —
Deslízalos hacia abajo. Él los levantó a los dos para que Preston
pudiera empujar los pantalones cortos hacia abajo por su culo. Una
vez bajados, Preston consiguió la primera vista de la polla que antes
había sentido presionando contra su cuerpo. La polla de Clay lloró
cuando Preston envolvió las dos manos alrededor de la
circunferencia. Viendo todo esto, el culo de Preston se apretó
deseando que estuviera enterrado dentro de él.
—Dime si te hago daño. —Clay aceleró el ritmo, tirando y
sacudiendo el pene de Preston. Preston asintió y supo claramente,
que era muy probable, que esto terminara antes de que él volviera a
acariciar a su pareja.
Las manos de Clay hicieron que su piel hormigueara. Preston
gimió cuando se desplomó hacia adelante apoyando la cabeza en el
hombro de Clay.
18
Es un poco enrevesado pero está diciendo que se queda afónico.

Tedi Sinclair 88
—Clay, Clay, Clay. —Preston no pensaba en otra cosa más
que en el hombre que tenía debajo de él y el placer que su toque le
traía. Preston no podía seguir meneando a Clay mientras estuviera
abrumado. Colocó sus manos en la cintura de Clay y se empujó en su
puño.
—Eso es, permíteme complacerte. —Clay sostuvo a Preston
cerca, una mano acariciando rápidamente mientras la otra descansaba
en su culo. Clay se acercó más al culo de Preston. La sola idea de
que Clay le tocara, era suficiente para encontrar su liberación. Con
un grito ronco, se agarro a Clay y derramó su semilla por la mano.
Lentamente los músculos de Preston se aflojaron y se
desplomó contra Clay. Trataba de encontrar la polla de Clay, pero su
cuerpo no estaba dispuesto a cooperar.
Clay envolvió sus dedos en el pelo de Preston y le levantó la
cabeza.
—Mírame. —Preston sonrió y asintió. Sería caliente ver a
Clay masturbarse. Clay meneó su polla pero mantuvo los ojos en
Preston. Éste sabía que estaba observando su reacción pero Preston
no necesitaba fingir su lujuria.
Mirando fijamente la polla de Clay, Preston se excitó de nuevo
y estiró la mano para tocarla. Le sobó las pelotas y acarició el vello
de su entrepierna. Se lamió los labios en el momento que más pre-
semen se derramaba por la punta. Preston untó el dedo y lo llevó a
los labios. Cuando el sabor salado atravesó por su lengua, suspiró y
Clay gimió en respuesta comenzando a moverse más rápido. Preston
observo como Clay disparaba chorros de semen por su mano y su
pecho, salpicando también, varias veces, sobre Preston al caer.
Clay cayó nuevamente en los cojines con su cara ilegible.
—¿Clay, estas bien?—Preston se inclinó sobre él y le sostuvo
la cara.
—Eso fue, realmente intenso —dijo Clay antes de abrir los
ojos.
—Esperaremos un mes entero hasta que nos unamos y luego
vivirás aquí.
—Uh,huh. —Estaba preocupado de que Clay le pidiera que se
fuera. Había pensado que él sólo le follaría y ya estarían unidos.

Tedi Sinclair 89
Pero con Clay esperando hasta que fuera de piedra de nuevo
para la penetración durante el sexo, Preston hizo hincapié en señalar
que esto sería demasiado como para que un monje mantuviera su
celibato. —¿Quieres que me vaya? —Preston odiaba hacer la
pregunta, pero sabía que se iría si ese fuera el deseo de Clay. No iba
a hacer que se sintiera incomodo, ni le pondría en una situación en la
que pudiera romper los votos que había mantenido toda su vida.
—No, nade de eso. —Clay hizo círculos con sus dedos en la
espalda de Preston—. ¿Te casarías conmigo?
—¿Qué?
—Con el tiempo tendríamos una ceremonia pública. Ya sabes,
en el momento en que decidamos unirnos. Pero si nosotros
hiciéramos esto ahora… —La voz de Clay fue apagándose y se
encogió de hombros.
—¿Estás diciendo, que si nos casamos, podríamos tener todo
el sexo que queramos y no tendríamos que preocuparnos acera de
que te conviertas en piedra porque estaríamos comprometidos?
Clay volvió a encogerse de hombros. Preston rió entre dientes.
Su inexperiencia le hacía tímido ahora que sus hormonas estaban
calmadas. Si un compromiso permitiría a Clay y Preston tener todo el
sexo que quisieran, Preston estaba de acuerdo con ello. No tenía
intención de dejar a Clay. Entendía que mantuviera las tradiciones de
su gente. Le respetaba. Clay esperó más de trescientos años por
Preston, así que, tendría sentido que solo quisiera un compromiso.
—Me parece bien. ¿Cómo suena mañana?
Clay enterró la cabeza en el cuello de Preston y se echo a reír
—Demasiado lejos.

Tedi Sinclair 90
Capítulo 8
Clay habló con Mason, y después, volvieron a pasar la noche
juntos, abrazados en la misma cama. Mason no los estaba juzgando,
entendía la necesidad de Clay de ser sincero acerca de la relación y
de mantener también las normas de la orden. Por lo menos lo
entendió, una vez que hubo escuchado la explicación de Clay. Tener
relaciones sexuales mientras está parcialmente convertido en gárgola
crea un vínculo eterno que es más sólido que el matrimonio humano,
si bien es cierto que era la única institución parecida con la que
Preston podía compararlo. Sexo en el que el vínculo solo une la
gárgola al humano pero no viceversa. La gárgola solo respondería al
toque de su pareja desde ahora hasta la muerte. Habiéndose calmado,
Preston entendió la necesidad de Clay de un voto formal. Crear una
relación con alguien que quería esperar hasta el matrimonio para
tener sexo, no era una opción que Preston hubiera considera jamás. Y
ahora el estaba aquí, eufórico, por estar con el fraile. Clay le dijo a
Preston lo emocionado que Mason estaba al oír, que uno de su clan
iba a casarse, y estaba impaciente por oficiar la ceremonia.

La noche fue larga cuando cayeron dormidos uno en los brazos


del otro. Una vez que finalmente había decidido lo que quería,
Preston sintió una calma total y sabía que tenía que seguir adelante
con ello. Tomó una ducha y se cambió los pantalones con los que
había dormido, mientras, Clay fue a hablar con Mason. No quería
que la falta de sexo fuera aún más dura para cualquiera de los dos.
Preston quería asaltar a Clay cada vez que estaba cerca de él, así que
imagino que el deseo de Clay será aún más fuerte sabiendo que
Preston era su aeternus. La mañana no llegaba suficientemente
rápido. Campanas sonaron cuando amanecía y Preston se estiró en la
cama. Buscó a Clay pero sólo tocó sábanas frías.

Comprobando su teléfono vio que eran las seis de la mañana.


El ajuste a la vida y horario monástico tomaría un cierto tiempo.
Preston sacó las piernas de la cama y se levantó de un salto. Hoy

Tedi Sinclair 91
sería un gran día, un día enorme. Ellos iban a obtener su licencia
matrimonial. Preston tuvo que llamar a su familia y hacerles saber
que iba a casarse. Sabía que estarían felices e incluso querrían venir.
Sin embargo también se sorprendieron porque Preston nunca dijo
que estaba saliendo con alguien. Suponía que era una buena cosa que
no hablaran a menudo sobre las personas con las que se veía. Su
familia podía pensar que Clay y él llevaban mucho tiempo juntos.
Tal vez debería contárselo luego y decirles que se iba. Eso evitaría
muchas preguntas de por qué vivía en una iglesia. Supongo que
podría saltarse esa parte también. Necesitaba hablar con Clay sobre
todo esto un poco más.

Preston se preparó y salió de la habitación para comprobar a


Tom. Él abrió la puerta sin llamar. Si Tom estaba durmiendo, quería
que siguiera así. La franja de luz del vestíbulo iluminó la cara de
Tom. Estaba acostado en la cama, roncando suavemente, cuando
Preston cerró la puerta y notó que Ash estaba de pie dentro de la
habitación.

—¡Ash! ¿Qué estás haciendo? —Preston siseó señalando hacia


el pasillo exigiendo de se uniera a él. Una vez estuvieron fuera de la
habitación Preston cerró la puerta suavemente.

—¿Quieres explicarte?

—No.

—Pensé que eras mejor. Tom ya ha pasado por lo suficiente y


no necesita sentirse acechado por alguien de aquí.

—Me gustaría pensar que soy la razón por la que se siente


seguro.

—¿Tom es tu aeternus? —Ash asintió con una expresión


sombría en su cara—. ¿Sabes que esto va a ser difícil para él?

—¿Piensas qué es más fácil para mí? Mi aeternus cree que soy
un monstruo. Está aterrorizado de mí, pero se siente tranquilo cuando
estoy alrededor. Siempre y cuando no me vea, como ahora.

Tedi Sinclair 92
—Ash, lo siento. —Preston lo sentía por Ash. Tom necesitaba
amor. Probablemente necesitaba a Ash más de lo que Ash le
necesitaba. La vida de Tom no era fácil, iba a necesitar la firmeza y
la estabilidad por la que las gárgolas eran conocidas.

—Lo seguí anoche, cuando salió. Él murmuraba y no sé ¿se


movía de forma nerviosa? Finalmente se sentó en el banco de un
parque local, lo que fue algo imprudente. Pero una vez estuve cerca
de él, escondido por supuesto, se relajó. Todo su comportamiento
cambió. Esa es la razón por la que estaba en su habitación. Así él
puede dormir. Sin embargo, sé que si me ve, se pondrá histérico otra
vez. Reaccionó gritando de nuevo cuando volví la otra noche.
Supongo que soy masoquista.

—Estoy seguro de que vendrá. —Aunque trataba de ser


optimista por Ash, como mucho, no estaba seguro de que Tom se
acercara en un tiempo próximo. Tom era bastante decidido con lo
que le gustaba y con no le gustaba. Si decidía odiar a alguien, se
aferraría a eso.

Ash no hizo ningún comentario o gesto mientras dejaba a


Preston y entró en la habitación de Tom, una vez más,
presumiblemente para custodiarlo. Preston añadió esto a la creciente
lista de cosas que necesitaba hablar con Clay. Realmente debería
encontrar a su obstinado aeternus.

Bajando las escaleras, Preston encontró a varios hermanos,


paseando lejos, de camino a sus tareas. Los hombres le saludaron por
su nombre. Sabían quién era y cuál era su nombre, pero él aún no
había conocido a todos los miembros de la orden. Tenía sentido que
los frailes fueran informados de los nuevos seres humanos que vivían
con ellos. Preston continúo por el corredor principal hasta la fuente
del gran alboroto.

Empujando una de las puertas abatibles, Preston vio alguna


clase de cafetería. Varios hermanos estaban sentados en una mesa
disfrutando del desayuno. Allí riendo con otros hombres, estaba
Clay.

Tedi Sinclair 93
Preston caminó hacia Clay, el cual lo notó enseguida y le
saludó con la mano. Tomando el asiento vacío al lado de Clay,
Preston se sentó y esperó. Sus instintos le decían que le besara en la
mejilla, pero no quería cometer algún tipo de infracción frente a los
otros miembros de la orden.

—Preston, estás levantado. —Clay envolvió el brazo alrededor


de Preston y lo atrajo hacia él—. No quería despertarte ya que no
sabía el horario al que estás acostumbrado.

—Gracias, pero debiste haberme levantado, te eche de menos


cuando me desperté y tú no estabas ahí.

Preston deslizó hacia fuera su labio inferior parpadeando. Con


una sonrisa, Clay se inclinó y le besó en la frente. Él mantuvo el
gesto, quedándose cerca. La momentánea oleada de celos que
Preston tuvo al ver a Clay comiendo con alguien más, desapareció,
cuando Clay le prodigó más atenciones.

—¿Tienes hambre? Puedo conseguirte algo. Nosotros


comemos juntos. Es más barato el comer en grupo que, el que cada
persona se compre lo suyo. Iba a llevarte algo cuando me fuera.

—Puedo cogerlo yo, tú sólo indícame la dirección correcta. —


Preston se dirigió hacia allí, tras la guía de Clay, y cargó su plato
con comida.

Clay parecía genuinamente enamorado de él, cada vez que


levantaba la vista le estaba mirando fijamente o le echaba un vistazo
mientras su amigo hablaba y Preston llamó su atención.

Cuando volvió a la mesa, Clay le presentó a su compañero de


desayuno, Marl.

—Marl, ese es un nombre diferente ¿Qué significa? —


preguntó Preston, intentando conversar con esta nueva persona,
aunque no era muy original con sus preguntas. Eventualmente
aprendería el nombre de todos los hermanos y conocería sus
historias, entonces encajaría mejor. Hasta ahora solo había tratado
con lo básico, el nombre, rango y una serie de numerosas preguntas.

Tedi Sinclair 94
—Marl es otro tipo de roca, una piedra arenisca.
Probablemente has notado que, de una u otra forma, todos tenemos
nombre de rocas.

—Sí, me di cuenta, pero el tuyo no es ninguna de la que haya


oído hablar antes.

Clay empujó el plato y pasó el brazo alrededor de Preston,


tirando de él más cerca. —Marl es muy joven comparado con
algunos de nosotros. Sus padres querían un nombre que no fuera
común.

—Tuvieron éxito. —Marl gesticuló con el tenedor y luego


metió la comida en la boca. Preston percibió un poco de sarcasmo
cuando Marl habló de su linaje.

—¿Eres joven? ¿Qué edad si no te importa que lo pregunte?


—Marl empujó su plato. Preston soltó el tenedor, ruidosa y
rápidamente, tartamudeando e intentando explicarse—. No tienes
que decírmelo si te hace sentir incómodo. Pareces tener mi edad. Por
supuesto todos vosotros parecéis rondar mi edad. Sólo tengo
veintiocho años si eso te hace sentir mejor.

Marl soltó una carcajada. —Más o menos. Yo tengo sesenta y


cinco, lo que es un bebé en término de gárgolas. Sólo llevo quince
años en la orden, así que todavía, algunas veces, me siento confuso.
—Marl giró la cabeza lentamente hacia Clay y expresó las palabras
con burla—. Resulta divertido ya que soy todo un doctor en
psiquiatría.

—¡Al menos con tu tamaño, puedes apañártelas tu sólo! Yo no


sólo soy un bebé, si no que también escuálido comparado contigo.

—Sí, supongo que sí. —Marl tuvo las pelotas de alborotar el


pelo de Preston. En un primer momento, Preston abrió la boca por el
shock, pero rápidamente se dio cuenta de que las intenciones de Marl
eran inocentes. Preston se rió y tanto Marl como Clay se le unieron.
Se sentía aliviado por ser iniciado en el club.

Marl se levantó de la mesa llevándose el plato y, después de


unos pasos, se dio la vuelta. —Oh, felicidades por cierto.

Tedi Sinclair 95
Preston saludó a Marl, mientras este salía y le dio las gracias.
Esperaba entablar amistad con él, ya que era el más próximo a su
edad de todos los hombres que había conocido. —¿Cuáles son los
planes para esta mañana? —Cuando estaba buscando a Clay, se dio
cuenta que no conocía sus horarios o a lo que se dedicaba. Ellos
sabían muy poco el uno del otro, aparte de lo que Preston había
aprendido al leer el tomo.

—Tengo el día libre. ¿Has olvidado nuestros planes? ¿No


estabas hablando en serio? —La voz de Clay fue bajando de tono,
con cautela, mientras hablaba.

—No, por supuesto que lo recuerdo. Yo no sabía si tenías


tareas que terminar primero. —Preston colocó la mano en el brazo de
Clay y lo acarició suavemente para que se calmara—. Sé muy poco
acerca de lo que haces todos los días, y sólo quería asegurarme de
que no se te olvidara nada.

Clay soltó un suspiro aliviado y se hundió un poco más en su


asiento.

—Normalmente todos comemos aquí y luego hacemos las


tareas alrededor del edificio. No todas las habitaciones están
terminadas, y el jardín siempre necesita atención. Algunos de
nosotros rotamos, tomando turno en la cocina o para la limpieza.
Además de nuestros diversos ministerios 19 en el vecindario. No son
tan activos como nos gustaría, ya que acabamos de empezar en esta
área.

—Wow. —Preston no sabía que decir a todo esto. Eso sólo le


llevo a hacer más preguntas—. ¿Cuál es tu posición? ¿Es como si
tuvieras un titulo?

—¿Yo? No tengo ningún título en especial. Tan sólo el normal


de una gárgola veterana. Algunos miembros tienen títulos y trabajos
respectivos, pero yo no. No te preocupes por aprenderlo todo en un
solo día. Clay pasó su mano por el pelo en la sien de Preston y luego
sostuvo su mejilla. Preston no sabía cómo encajaría en el estilo de

19
Servicios religiosos.

Tedi Sinclair 96
vida tan ocupado de Clay. Sabía que trabajaba durante el día, al igual
que Clay. Pero él también pasaría algunas noches patrullando la
ciudad, y luego, unos días hibernando. El alma gemela con quien
estaba destinado a pasar su vida se volvía cada vez más inaccesible y
a Preston, le dolía pensar en perderse cualquier momento con el
hombre del que se estaba enamorando.

—¿Tienes algo que necesites hacer hoy? A parte claro está, de


casarte conmigo. —Clay se acurrucó contra el lado de Preston y le
acarició con la nariz, pero Preston se sentía agobiado de nuevo.
Quería estar con Clay. La idea de dejarle o perderlo hacía que se
enfermara de preocupación. Pero él estaba consiguiendo un cónyuge
paranormal con tantas obligaciones que le llevaban en todas las
direcciones.

Preston permaneció en silencio durante un minuto. —Se


supone que debo hacer el artículo para mi jefe, pero creo que
simplemente voy a dejarlo, Ni siquiera sé si tendré algún artículo.
Iba a darle mis dos semanas de preaviso, pero tal vez cortar lazos
podría ser lo mejor.

—Puede que tengas razón, sin embargo me gustaría ir contigo.


No sé lo que es, pero algo acerca de ese hombre me molesta.

Preston se frotó la cara ante el comentario de Clay. —¿Cómo


puede ser si ni siquiera lo conoces?

—Llámalo intuición de aeternus, pero yo, todavía quiero estar


ahí.

—Bien. —Preston se quedó a terminar su comida, mientras


Clay se marchaba para hablar con Mason llevándose su apetito con
él. Cogió su plato y lo vacío en la basura. Luego se dirigió a la
cocina. Después de preguntarle a la cocinera la rutina de Terran, dejó
el plato en el fregadero y subió la escalera hasta la habitación que
compartían.

Tal vez, hoy no era el día en que deberían casarse. Con todas
las malas ideas y sies pasando por su mente, Preston no deseaba

Tedi Sinclair 97
tener sexo y estaba pensando que casarse con alguien, sólo para tener
sexo, era una razón estúpida.

Cuando Clay volvió de hablar con Mason, Preston se tensó en


la cama con sus rodillas tensadas hacia su pecho. Escuchó como Clay
rodeó la cama y se sentó a su lado. Colocando la mano en la espalda
de Preston la froto suavemente.

—¿Quieres hablar acerca de ello? —Preston se encogió de


hombros. No sabía cómo decirle que estaba teniendo dudas sobre su
inminente matrimonio. ¿Qué tipo de relación podrían tener en tan
solo unos días?

—Algún día, espero llegar a ser tu mejor amigo y así podrás


hablar conmigo de cualquier cosa.

Preston rodó y se acercó a su lado. Clay había dejado su hábito


y estaba sentado en la cama en vaqueros y camiseta. Apoyó la
cabeza en el regazo de Clay sin ser capaz de expresar sus
preocupaciones. Paso los ojos por su cuerpo. No había visto al
hombre, en ropa de calle, antes, y eso inesperadamente le preocupó.

—Apenas nos conocemos. Me acabo de dar cuenta que esta es


la primera vez que te veo en algo más que tu hábito.

Clay se rió y abrió los brazos. —Entonces, ¿Qué piensas?

Preston se incorporó sorprendido. —¡Quieres saber que pienso


de tu estilo!

—Seguro ¿Por qué no? Sólo el tiempo puede ayudar a que nos
conozcamos, pero si te gusta mi cuerpo… —Clay meneó las cejas.

Preston se lanzó al regazo de Clay y cayeron de espaldas en la


cama. Él estaba a horcajadas sobre Clay mientras le colocaba sus
manos sobre los hombros.

—Bueno, eso responde a mi pregunta. ¡Te has arrojado sobre


mí!

Preston se inclinó lentamente y le dio un beso rápido a Clay.


—¿Tú siempre eres así?

Tedi Sinclair 98
Clay sonrió enormemente y asintió. —Un corazón feliz es la
mejor medicina para el alma, o eso he leído.

Preston inclinó su cuerpo sobre el de Clay y descansó su


cabeza sobre su hombro, Clay abrazó su espalda suavemente. —
¿Está eso en tu libro?

—No, esa es la traducción de Clay de un libro popular, pero es


un buen consejo.

Preston suspiró y dejo caer el cuerpo sobre su aeternus. La


seguridad que sentía en presencia de Clay le rodeaba. Nunca antes
había tenido esta conexión con nadie. Pero comprometerse para toda
la eternidad, no solo una, si no varias vidas humanas, aún pesaba a
Preston, incluso ahora.

—Preston nadie dijo que tuviéramos que casarnos hoy. No


tendríamos por qué hacerlo nunca.

Preston se sentó de nuevo y miró a Clay. Él realmente lo


observó, miró su cara y le miró a los ojos, con la esperanza de
encontrar las intenciones detrás de sus palabras. Clay había esperado
más de trescientos años a que Preston hiciera su aparición en la
tierra, entonces, después de llegar, deambulando, por casualidad, una
mañana, entra en su vida.

—¿Me mantendrías tan solo como un amigo?

Clay se encogió de hombros y entonces tiró a Preston contra


él. Lo rodó y lo acurrucó en su gran constitución. —No quiero
perderte. Si solo puedo tenerte como amigo, con eso me conformaré.
Eres mi aeternus. Confío en la providencia 20.

Preston pensó en eso por un momento. —¿Es feliz cada


gárgola con su apareamiento?

—Cada gárgola apareada con su aeternus es feliz.

—Eso no es exactamente lo que pregunté. ¿Así que algunas


gárgolas no son felices en su apareamiento?

20
Cuidado del mundo y de los hombres que los creyentes atribuyen a Dios.

Tedi Sinclair 99
—Bueno, no todos están casados con su aeternus. Se cansan de
esperar y se aparean con otros que no son sus parejas. Hay otros que
tienen relaciones sexuales con alguien al que cuidan y se
comprometen con esa persona creando un vínculo. Y si encuentran a
su aeternus más adelante, no hacen nada al respecto. Eso provoca
inevitablemente angustias y conflictos cuando piensan en lo que
podía haber sido si hubieran esperado.

—¿Qué hay de tus padres? ¿Ellos son aeterniis?

Clay sonrió y desvió la mirada hacia abajo. —Sí. Llevan


apareados setecientos años. —Los ojos de Preston se abrieron por la
sorpresa y exhalo un tranquilo “Wow”—. Mi madre tenía doscientos
años cuando mi padre nació, pero no se encontraron, hasta cien años
después.

—Ni si quiera soy capaz de concebir eso. Apenas puedo elegir


un color de pared. Yo, la relación más larga que he tenido ha durado
tres meses.

—Está bien Preston. Ahora mismo estás conmigo, eso es un


comienzo.

—Pero que…

—No. Yo esperaré. Soy feliz por haberte encontrado. Verás


cómo nos complementamos el uno al otro. No será fácil o perfecto,
pero valdrá la pena.

—Vale. Confío en ti. ¿Podemos ir al Tribune ahora? Quiero


terminar con esto, ya.

—¿Estás seguro que todavía quieres hacerlo?

—Sí, realmente quiero trabajar en la historia de tu gente y en


el tomo. Es fascinante y creo que podría hacer que todo esto fuera
menos agobiante. —Puede que Preston no estuviera preparado para
el matrimonio, pero estaba más que listo para mandar a la mierda a
su autoritario jefe. Descubrir nuevos mundos a través de libros
históricos, contados de primera mano, hacía salir a su periodista
interno. Saltó de la cama con su determinación renovada.

Tedi Sinclair 100


Capítulo 9
—Entre Preston.

El señor Abrams presionó los botones de su teléfono y


murmuró algo inentendible, antes de girarse hacia Clay y Preston.
Extendió la mano hacia ellos gesticulando, con sus dedos
rechonchos, pidiendo que Preston le entregara algo.

—Dame el artículo. Necesito enviarlo a la edición.

Preston respiró hondo y se preparó para la batalla que estaba


por llegar. Jim era duro y no se iba tomar la falta del artículo muy
bien. Probablemente a él no le importaría, de una u otra manera iba a
dejarlo. Él tenía un ejército de becarios deseando ocupar el puesto de
Preston. Asignaría los artículos a cualquier de ellos.

—Señor Abrams, no hay artículo. Renuncio de forma efectiva


e inmediata.

—Muy divertido. —Jim se estaba poniendo nervioso. Con las


duras líneas de su cara fruncidas mientras levantaba las cejas. Incluso
son su boca relajada y su apariencia distante, las arrugas
permanecían.

—Lo siento, pero esto no es una broma.

—Estas vacilándome. ¡Tú no puedes dejarlo, especialmente a


mitad del proyecto! —El Señor Abrams bajo la cabeza, sus hombros
subieron y bajaron varias veces antes de estirar el brazo—. Dame lo
que sea que hayas escrito hasta ahora y sal. —Sus palabras fueron
frías y planas. Y esto preocupó a Preston.

—No tengo nada para darte, yo…

—¡Nada! ¿Qué demonios has estado haciendo los últimos tres


días? ¿Perder el tiempo por ahí?

Tedi Sinclair 101


Clay dio un paso adelante y envolvió el brazo alrededor de
Preston.

—Pres, dale cualquier llave que tengas y nos iremos. Puedes


enviarle el último cheque a la dirección de su casa.

El Señor Abrams resopló. —Preston no es lo suficiente


importante como para tener llaves. ¡Y tendrá suerte si consigue
encontrar un trabajo a tiempo completo haciendo historias en la
biblioteca después de que yo le cuente a la gente por qué has sido
despedido!

Clay posó la mano sobre el escritorio, fracturando la parte


superior y fragmentándolo sobre la línea central. Preston tembló ante
la demostración de poder de Clay. Jim pasó sus ojos del rostro de
Clay al escritorio. —Di el nombre de Preston otra vez, y me
aseguraré de que sea lo último que digas.

—Clay. —Preston susurró. Adoraba su protección, pero temía


lo que Jim pudiera hacerle a él y a la orden, si presentaba cargos o
incluso, si los investigaba más a fondo.

—No sé quién eres, pero no quiero que me amenaces. —Jim se


levantó y recogió un trozo de madera astillado—. O que me
silencies. —rodó la pieza una y otra vez en la mano, rápidamente
cerró su puño y lo llevó hacia su cuerpo antes de mirar a Preston—.
Tu cheque estará en el correo.

Preston agarró la mano de Clay y se dirigió hacia la puerta.


Prácticamente tuvo que llevárselo a rastras. Las puertas del ascensor
se deslizaron y cerraron entonces Preston se giró hacia Clay. —¿En
qué estabas pensando? ¡Rompiste su escritorio con la mano! —
Preston agarró el ofensivo apéndice y lo sostuvo. Lo giró buscando
marcas pero no había ninguna—. La gente normal no impacta contra
un escritorio y hace que se parta en dos. ¿Y si presenta cargos? ¿O
empieza a investigar a la orden? ¿Qué haríamos entonces?

Preston agarró la camisa de Clay y tiró de ella, intentando


llamar su atención. El ascensor sonó y envolvió un brazo alrededor

Tedi Sinclair 102


de Preston, tirando hacia si en un abrazo. Las puertas se abrieron y
Clay tranquilamente declaró: —El viaje ha terminado.

Él cogió le cogió la mano antes de salir del ascensor. Preston


lo siguió, conmocionado por el comportamiento de Clay. Caminaron
tranquilamente hacia el aparcamiento. Su mente reviviendo el
despido y el comportamiento de Clay. Cuando, finalmente, él y Clay,
estaban sentados en el coche con las puertas cerradas, soltó un
suspiro. Clay envolvió la mano en la parte de atrás de su cuello y lo
apretó suavemente. Preston se volvió para ver si quería algo.

Una vez que Preston estuvo de cara a él, Clay lo tiró hacia sí,
para besarlo fuertemente. Gruño y colocó a Preston en la posición
deseada y lo mantuvo quieto mientras controlaba el beso. Preston se
sentía débil por el ataque pero no quería que se detuviera o
ralentizara. Él se entregó voluntariamente a Clay. Éste retrocedió con
la boca abierta y trazó los húmedos labios de Preston. —Él no
amenazará a mi aeternus. Ni a mí, ni a mis hermanos. No tenemos
nada que temer.

Preston asintió con la cabeza todavía en las manos de Clay.


Esta vez, él se inclinó lentamente hacia adelante. Cuando sus labios
se encontraron, Clay saboreó tiernamente a Preston. Éste gimoteó
cuando los besos gentiles de Clay y sus tiernos toques le hicieron
perderse. El beso incesante de Clay hizo sentir a Preston como si se
estuviera muriendo debido a la avalancha de emociones que trajo
consigo, Clay rompió el beso y atrajo a Preston a su pecho. —Te
amo Preston, no dejaré que te pase nada, eres demasiado importante
para mí.

Preston asintió con la cabeza. ¿Amor? Él no estaba todavía


enamorado de Clay, sin embargo sabía que Clay quería decir lo que
dijo. Sus palabras eran sinceras. Preston sentía una intensa atracción.
Clay era interesante, divertido, inteligente y encantador. No podía
imaginar a nadie más, siendo tan complaciente, como lo era Clay.
Pero ¿amor? No estaba ahí todavía, aunque estaba llegando.

—Sé que hablas en serio. Gracias.

Tedi Sinclair 103


Clay soltó el agarre de Preston y él mismo se abrochó el
cinturón de seguridad. Condujeron por el tráfico de regreso, haciendo
progresos lentos, a través de la ciudad. Cuando Preston finalmente
llegó a su apartamento estaba muerto de hambre. Algo a cerca de la
frustración por el tráfico y él estar atacado al lado de un dios del sexo
le dio hambre.

Preston abrió de un empujón, la puerta de su apartamento y de


inmediato lamentó la acción cuando Clay lo tiró de nuevo hacia el
pasillo. Sus hombros parecían ensancharse y su respiración era
irregular. Se parecía a un toro preparándose para la carga.

—¡Espera! ¡Todo está bien! —Clay le miró con la mandíbula


crujiendo—. Tom lo destrozó ¿Recuerdas? No limpié antes de que
nos fuéramos a la iglesia. —Preston cogió las manos de Clay y
lentamente lo empujo hacia delante—. Yo llegué a casa y encontré a
Tom en una fortaleza improvisada. —Preston señaló la pila más
grande de la habitación, era probablemente lo que Clay vio cuando
miró más allá de él.

—Ahí es donde estaba escondido el día que lo traje a la iglesia.

Clay miró por la habitación destrozada. —¿Él hizo todo esto?

Preston asintió con la cabeza. —Y así es como quedó después


de que lo arregláramos un poco. Estaba escondido debajo de todo
esto. Hablaba con el pero no respondió hasta que lo toque. Era como
si no le hubiera hablado en absoluto. —Preston recogió una silla
mientras Clay colocaba los cojines en el sofá.

—Creo que tu amigo tiene trastorno de estrés postraumáticos.

—¡No lo dudo! Le va a costar mucho seguir adelante. Ash lo


tendrá difícil con su apareamiento.

Clay palmeó el lugar junto a él y Preston se le unió. —


Hablando de apareamientos ¿Todavía sigues pensando vivir conmigo
este mes?

Tedi Sinclair 104


Preston sonrió. Clay parecía inseguro —Sí, pienso que si voy a
comprometer mi vida contigo, probablemente debería concerté un
poco mejor.

—Oh, ¿Enserio? ¿No lo harás para tener una cita conmigo?

Preston se echó a reír y se acercó más al hombre arrogante. —


Supongo que podría ser por eso, pero realmente quiero aprender todo
lo que pueda sobre ti lo más rápidamente posible, y creo que eso
implica un profundo estudio. —Preston insinuó mientras pasaba las
manos sobre la ajustada camisa de algodón. Sonrió cuando Clay se
estremeció bajo su toque. El hombre que era capaz de romper un
escritorio con su mano, se convertía en un desastre tembloroso bajo
la simple caricia de un mero humano.

Preston deslizó un beso en la parte inferior de la barbilla de


Clay, y este se inclinó hacia atrás para exponer su cuello a la
exploración de Preston. Preston arrastró la nariz por la piel de Clay,
bebiendo el fragrante aroma que identificaba a Clay. La esencia
inundó el cuerpo de Preston e hizo que su alma temblara. Sabía que
Clay le decía la verdad sobre la conexión, pero aún seguía luchando
con los drásticos cambios que tenía que hacer.

Inesperadamente, Preston ya no quería follar con Clay. Él bajo


la cabeza y dejó que Clay la sostuviera. Su palpitante erección, había
desaparecido, por el momento, de su mente. El hombre bajo él era
todo lo que quería en este momento. El hombre, que hacía solo un
momento, le había dicho que lo amaba y hablaba en serio. Una paz,
como jamás había experimentado, se asentó sobre él y supo lo que se
suponía que debía hacer.

—Clay quiero casarme contigo. Vamos a esperar y hacer esto


en el momento del cambio.

—¿Huh? —Clay debió haber asentido con confusión en su


tono.

Preston sonrió, observando como Clay luchaba por abrir los


ojos. —Ya sabes, lo de la ceremonia y el vínculo, eso de lo que me

Tedi Sinclair 105


hablaste antes. —La voz de Preston se alzó cuando dirigia a Clay
donde él quería.

—Oh, ¡Oh! Sí, ¿De verdad? ¿Estás seguro?

Clay, por fin se había unido a Preston en la conversación, y


Preston no pudo evitar reírse, —Sí, estoy seguro, pero eso significa
que todavía vamos a necesitar un certificado de matrimonio para la
ceremonia.

—Realmente no. Siempre nos consideraré casados en santo


matrimonio ya que las gárgolas se casan por la iglesia y sus
matrimonios duran más que muchos gobiernos o civilizaciones. Pero
sé a qué te refieres.

—Déjame hacer las maletas para llevarlas a tu casa, y


entonces, iremos al registro a recoger los formularios que
necesitamos. —Preston se sorprendió, al desear dar saltos, por la
energía y felicidad que sentía. Clay permanecía pegado a su culo
mientras recogía, por todo el pequeño apartamento, los enseres que
necesitaba para unos pocos días.

Cuando sus pertenencias estuvieron empacadas, Preston


saqueó el frigorífico con la esperanza que pudiera encontrar algo
para comer. Se inclinó sobre la nevera y rebuscó entre los artículos.
—Estoy seguro que había sobras aquí, que aún eran comestibles.

Mientras hablaba oyó a Clay acercarse. Este, agarró sus


caderas, y las tiró hacia su ingle. Preston gimió, mientras la polla de
Clay se endurecía contra su trasero. Volvió a gemir dejando caer la
cabeza hacia delante y arqueándose mientras se inclinaba hacia Clay.

—Se supone que debo alimentarnos.

—Uh, huh. —La cabeza de Clay estaba inclinada hacia abajo y


sus ojos cerrados cuando Preston miró hacia atrás. Preston se
enderezó y cerró la nevera. Girando en el abrazo de Clay, froto su
cuerpo contra la entrepierna de Clay, cuando se dio la vuelta. Clay
respondió temblando y endureciéndose más. Cada toque de Preston,
traía más éxtasis a la expresión de Clay. Éste estaba perdido en el
placer físico, mientras Preston seguía moliéndose contra él como en

Tedi Sinclair 106


una danza erótica. Preston aprovechó esta oportunidad, para
preguntarle a Clay algo que le había estado molestando.

—Clay, cuando me masturbaste ¿Era lo que tu raza considera


sexo consensuado?

—Sí.

—¿Así que ya has unido nuestros cuerpos?

Clay frunció el ceño y tuvo la decencia de verse avergonzado.


—Sólo yo me vinculé a ti, tú eres libre.

—Clay. —Preston se sorprendió. No estaba herido pero si


confundido—. No sé qué decir. Pensé… —Sinceramente, Preston no
estaba seguro de lo que pensaba—. ¿Por qué harías eso? Ahora estas
atrapado.

—Estabas necesitado. No podía negártelo. No me arrepiento


de vincularme. —Clay cogió la cara de Preston entre sus manos.
Habiendo encontrado a mi aeternus, jamás podría amar a otro.

—Entonces, déjame amarte también. —Preston alcanzó la


polla de Clay y la froto a través de la tela. Clay agarró la mano de
Preston.

—Detente. Yo… No puedo.

—¿Por qué? Soy tu aeternus. Tú te reservaste para mí y nos


uniste.

—No, yo me uní a ti. Tú no has sido afectado.

—¿No lo he sido? Tú eres mi aeternus. Estás necesitado, y


solo yo puedo aliviarte. —La sonrisa de Preston era astuta, cuando
empujaba a Clay hacia su cuarto—. Permíteme amarte.

Clay asintió, con ojos distantes, y fue detrás, cuando Preston


caminó hacia su habitación. Preston soltó su mano y desabrochó
unos pocos botones de su camisa, antes de quitársela por la cabeza y
dejarla caer en el suelo del pasillo. Clay parecía vacilar frente a la
puerta, así que Preston lo agarró por las manos y lo llevo dentro.

Tedi Sinclair 107


Miró alrededor y comprobó que, afortunadamente, estaba limpio. No
quería que ese momento se arruinara por ser un cerdo.

Él empujo a Clay para que se sentara en la cama antes de


quitarle su camisa por encima de la cabeza. Separando sus muslos,
empezó a besar a Clay. Despacio al principio para persuadirlo, y en
seguida más rápido incitado a la boca de Clay con su lengua y sus
labios. Clay apretó el culo de Preston y empujó al pequeño hombre
contra su pecho mientras los tumbaba de espaldas en la cama.

Preston gimió, cuando Clay los rodó, empujándole hacia el


colchón. Clay se presionaba contra el cuerpo de Preston y sus ojos
cerrados por el deseo. Preston arañó con sus uñas el pecho de Clay y
le agarró los pezones. Clay siseó de placer, abriendo los ojos y
ensanchando sus fosas nasales. Preston se agacho y deslizó los
pantalones vaqueros de Clay mientras éste observaba todos sus
movimientos. Una vez que los vaqueros fueron desechados y se
deslizó hacia abajo por sus caderas, Preston levantó las piernas para
agarrar los vaqueros y ponerlos a los pies de Clay. Éste miró hacia
abajo, y entonces, volvió a acostarse, con una sonrisa en su cara.

Preston se encogió de hombros. —Estoy un poco impaciente.


—rápidamente, se liberó de sus pantalones y ropa interior y los tiró
al lado de la cama.

La piel de Clay estaba suave y caliente, cuando su gran


estructura presionaba a Preston contra las sábanas. Preston no podía
alcanzar suficientes lugares en Clay para tocar su piel y sentir la
ondulación que sus músculos dibujaban al moverse. Rodaron por la
cama besándose y gimiendo. Preston los silenció una vez estuvo
sentado sobre Clay. La gruesa erección de Clay estaba presionada
bajo el culo de Preston. Preston señaló con la cabeza la mesita de
noche. —Dame el lubricante. Está en el cajón de arriba.

Clay revolvió su cuerpo mientras Preston lo montaba. Una vez


hubo cogido el lubricante, Clay se paró y le miró fijamente. A
Preston le preocupaba que el hombre estuviera teniendo dudas. —No
tenemos que hacer esto. No voy a obligarte.

Tedi Sinclair 108


Clay le tendió la botella. —Estoy en conflicto. ¿Qué tipo de
tío, se retira del sexo, cuando tiene a un hombre dispuesto, sentado
en su regazo, desnudo?

Preston dejó caer la botella a un lado y se inclinó hacia delante


agarrando la cabeza de Clay entre sus manos. —Alguien que no está
interesado en tener sexo, si no en hacer el amor.

Clay sonrió débilmente. —Esto es algo muy importante para


mí.

—Lo sé. Tú me has esperado mucho tiempo, así que yo,


también puedo esperarte.

Clay asintió y Preston se dejó caer sobre su aeternus. Por


mucho que él quisiera sentir a Clay follándolo en la cama, no iba a
obligarle a hacer algo para lo que no estaba dispuesto. Clay le
importaba demasiado como para hacerle eso. Su primera vez debería
ser como él dijera ya que Clay era el más interesado y había esperado
toda su vida por este momento.

La cabeza de Preston descansaba sobre el pecho de Clay


escuchando los fuertes latidos del corazón. Eran golpes secos, y
Preston juró, que su corazón, igualaba el ritmo de ambos latidos.

Las manos de Clay recorrían el cuerpo de Preston, con cada


toque se encendía un poco más su deseo. Cuando Clay alcanzó el
culo de Preston, él vaciló en sus toques por un momento.
Tentativamente le tocó el culo. Preston no sabía si Clay intentaba
restregar su agujero, pero cuando lo hizo, Preston gimió y giro su
cabeza sobre el cuerpo de Clay. La reacción positiva de Preston,
debió hacer animado a Clay, ya que continuó la exploración de su
cuerpo.

Clay estaba, lentamente, torturando a Preston, cuando pasaba


los dedos de arriba abajo por la grieta del culo. Cada vez que
deslizaba el dedo sobre el ano de Preston, éste se retorcía, esperando
que un trozo se colara dentro y le diera más placer. La voz de Clay
rompió el patrón de profundas respiraciones y gemidos. —Dame el
lubricante.

Tedi Sinclair 109


Una parte de Preston quería preguntarle a Clay si estaba
seguro. El lubricante podías no ser para follarle. Tal vez solo quisiera
meterle el dedo o masturbarlo. Esto se haría como Clay quisiera, así
que le dio la botella y bajo la cabeza.

Los dedos resbaladizos se deslizaron por el culo de Preston.


De forma vacilante le abrió el ano despacio. Nunca Preston, había
deseado tanto sentir eso, como ahora. No había dolor, solo placer,
cuando Clay lentamente jodió su cuerpo.

Preston agarró los hombros de Clay y empujó hacia atrás


contra su dedo. Quería suplicar por más, pero se mordió el labio y
gimió, esperando que Clay se apiadara de él. Tal vez fue por su
vínculo, Pero Clay enseguida supo lo que él quería, entonces, un
segundo dedo lo llenó. La velocidad con la que bombeaba era más
rápida que antes y Preston estaba en el cielo. Puede que su
compañero nunca se lo hubiera hecho a otra persona, pero no
bromeaba cuando dijo que sabía lo que había que hacer. Preston
golpeó fuertemente con su cabeza en el estómago de Clay cuando
éste presionó su próstata.

—Oh, ¡Dios!

—No, solo Clay

Preston levantó la cabeza mientras observaba a Clay. Su


mirada furiosa fue rápidamente transformada por el placer, y sus
párpados, se deslizaron cerrados cuando le toco nuevamente la
próstata. Su boca se secaba mientras jadeaba. Todo él se estremeció
y su escroto se tensó.

—Eres el hombre más sexy que he visto. Viéndote sentado


sobre mí, encontrando tu placer por mi cuerpo… Así que voy a darte
mucho más.

—Por favor. —Preston gimió y rápidamente rodó sobre su


espalda. Clay se arrodilló entre sus piernas y lo agarró por las
rodillas. Clay miró entre sus cuerpos y vaciló. Preston observó y
esperó a que él dijera que no podía hacerlo, pero no dijo nada. Clay
siguió mirando de abajo a Preston repetidas veces. Lentamente

Tedi Sinclair 110


deslizó una mano por debajo de la rodilla y empujó el muslo para
arriba, y hacia su culo.

Preston sabía que esto era algo muy importante para Clay, pero
como no empezara a moverse, el mismo iba a tomar el asunto en sus
manos, de forma literal, y masturbarse. Él levantó los codos para ver
qué era lo que Clay había decidido. Sintió la mano de Clay alejarse
de su pierna. Eso fue todo. La roma cabeza de la polla de Clay
empujó en Preston. Lentamente se abrió paso a través de los
músculos y Preston suspiró. Sentir a Clay deslizarse en su cuerpo, le
hacía sentir algo que nunca había experimentado antes. Se sentía
conectado con el alma de Clay. Esto era mucho más que sexo. Clay
empujó hacia delante con la vista puesta en los cuerpos unidos.
Preston se recostó en la cama y esperó a que Clay se sentara. Clay
continuó trabajando despacio, con su longitud empujándose más
profundo mientras Preston se retorcía debajo de él.

—¿Éstas bien? —Clay finalmente habló mientras Preston


sentía las pelotas de Clay tocando su culo.

—Sí. —Preston no quería que este momento, la primera vez


que estaban juntos, y la primera vez de Clay, se estropeara de
ninguna manera. Él quería que a Clay le gustara el sexo y que amara
practicarlo con él.

Clay miró abajo mientras salía lentamente y luego empujó


fuerte en Preston. —Mi aeternus.

Para alguien inexperto, Clay sabía lo que hacía, y rápidamente.


Encontró el ritmo. Su polla entraba y salía con facilidad, presionando
contra sus carnes, conduciéndolo al orgasmo. Le llenó hasta el rincón
más remoto. Clay envolvió las piernas de Preston alrededor de su
cintura, y se inclinó sobre él, balanceándose lentamente.

Cuando Clay se acercó a él, Preston sintió el vínculo como


nunca lo había sentido antes. Contemplando los ojos oscuros de
Clay, Preston vio su futuro, era un futuro con amor, con un hijo y
feliz que se prolongaba a lo largo de siglos y años. Ellos pasaron
pruebas y dificultades, pero se tenían entre sí. La lealtad que Clay le
tenía era inquebrantable.

Tedi Sinclair 111


La cabeza de Clay, cayó sin fuerza. —Preston, no puedo.
Estoy tan cerca.

Clay retomó su posición y empezó a empujar en Preston con


más fuerza. Preston buscó su propia polla, pero Clay la cogió
primero. Éste le acarició rápidamente. Los callos de las manos de
Clay se frotaban sobre su carne caliente con tanta precisión que
llevaban a Preston a la locura. Clay gritó, mientras llenaba a Preston
con su semilla. El temblor fue suficiente para que Preston acabara, y
él se corrió sobre las manos de Clay y en su propio pecho.

Clay cayó hacia delante, hasta que su cabeza descansó, en el


colchón, al lado de la de Preston. El pecho de Clay palpitaba con
cada respiración. Preston tampoco pudo encontrar aliento. Todavía se
tambaleaba a causa de su orgasmo. Su mente llena de imágenes de su
futuro, y su cuerpo destrozado con temblores. Preston agarró a Clay
y lo tiró sobre él. Besándole fuertemente en la boca, balanceó sus
caderas, todavía unidas por la polla flácida de Clay, y trató de
transmitirle, cada emoción que sentía. Nunca pensó que el sexo
pudiera afectarle así. Antes el sexo solo había sido una forma de
rascarse la picazón. Ahora era una forma de expresar los
sentimientos más profundos. Él quería que Clay supiera que le
amaba y que estaba comprometido con él. El descargó deseo, afecto,
amor y devoción en su beso.

—Te amo, Clay. —Los ojos de Clay se iluminaron cuando


Preston dijo esas palabras—. No quiero a nadie más que a ti.

—Lo sé. —Clay sonrió y hablo entre bostezos. Tiró de Preston


hacia él y pronto se quedaron dormidos. Una hora después, Clay y
Preston se ducharon y fueron a conseguir su certificado de
matrimonio, en la oficina del secretario de la ciudad. Apenas había
cola y cinco minutos después, estaban realizando los trámites.

El empleado era todo negocios, pidiéndoles su carnet de


identidad y sus certificados de nacimiento. Preston le entregó la
documentación requerida al igual que Clay. Él miró al empleado,
mientras examinaba los documentos de Clay. Sin parpadear, entregó
los formularios y les indicó que rellenar y donde firmar. Clay rellenó

Tedi Sinclair 112


rápido los formularios y se los devolvió al secretario, con una
enorme sonrisa en su rostro. Preston sostuvo el bolígrafo en el aire
con su mente todavía en la documentación de Clay.

—¿Estás teniendo dudas?

Preston giró la cabeza hacia Clay. —¿Qué? ¡Oh, no! —Preston


miró hacia el empleado y sonrió. Luego se inclinó hacia Clay y
susurró—. ¿De dónde han salido tus papeles?

Clay meneó las cejas. —Convénceme y te lo diré.

Después de un rápido beso, Preston firmó los papeles y se los


devolvió al empleado.

—En un momento volveré con vuestro certificado. —Él se


quedó de pie lejos del mostrador, y Preston se acurrucó contra Clay.

—Así que, ¿lo necesitaré también?

—Algún día, si alguna vez necesitases presentar tu partida de


nacimiento aquí en New York. Es fácil para los certificados de
matrimonio, ya que solo necesitamos un registro bautismal, Mason
puede proporcionárnoslo.

—¿Un hombre de Dios mintiendo en un documento religioso?


Woah, eso es exponencialmente malo ¿verdad?

—Realmente no creo que Dios piense que un pecado es peor


que otro. Pero sé que tenemos que vivir en este mundo y está es la
única forma que tenemos.

Preston abrió la boca, pero Clay señaló hacia el empleado, que


se acercaba rápidamente.

—Bien, caballeros, aquí esta su certificado. Es válido para


sesenta días y solo para el estado de New York.

Preston, agarró la mano de Clay, apretándola con fuerza,


mientras el hombre hablo sobre la firma y el archivo. Esto era todo.
Ellos se habían casado. Preston se percató de que estaba fuera del
mercado. El hombre agarrado a su brazo sería, el que estaría allí
mañana, y todos los días, por el resto de su vida.

Tedi Sinclair 113


Preston esperó a que regresara el sentimiento de
incertidumbre, pero no lo hizo. Finalmente tomó su decisión. El
sabía que tenía que estar escuchando, pero estaba atrapado
observando como la luz se reflejaba en el pelo oscuro de Clay y en
su mandíbula cuadrada. Cuanto más tiempo miraba a Clay más
atractivo lo veía.

Clay le dio un codazo a Preston. —¿Por qué hiciste eso? —


Clay apuntó al secretario, y antes de que pudiera explicarse el
empleado habló.

—Le preguntaba si tenía alguna pregunta.

—Lo siento, estaba en mi propio mundo. —Presto sintió su


rostro calentándose cuando se ruborizó avergonzado, mirando a su
hombre. Había cosas peores en las que podía ser pillado—. No, no
tengo ninguna pregunta, gracias.

—¡Enhorabuena! —El hombre extendió y estrechó la mano de


Clay y luego la de Preston—. Déjenme que sea el primero en
desearles una feliz y larga vida juntos.

—Gracias. —Clay tiró a Preston cerca de él con un brazo


sobre sus hombros. Preston se alegró de que respondiera por los dos.
Él estaba sin palabras. Acababan de obtener su certificado de
matrimonio, para la boda que se hacía realidad. El hombre que lo
mantenía recto, estaba destinado solo para él y para siempre.

Caminando fuera desde la oficina del empleado, Clay mantuvo


su brazo sobre Preston, mientras se dirigían por café y un aperitivo.
Preston sintió las miradas a su cuerpo, pero con un hombre tan
grande Como Clay, escoltándolo, se sentí seguro, incluso después del
ataque que él y Tom sufrieron.

Los dioses de la sincronización debieron estar de su lado, al


entrar en la cafetería usualmente llena y ver a un empleado barriendo
y a otro limpiando el mostrador. Había algunos clientes en las mesas,
pero la mayor parte de la cafetería estaba vacía. Clay y Preston
compraron sus cafés y unos muffins para llevar. Doblando una

Tedi Sinclair 114


esquina Clay se paró en seco, con el brazo extendido, para detener a
Preston.

—¿Qué? —Preston se apoyó en Clay y miró alrededor.

—Oigo algo. A alguien gritando.

—¿Cómo? —Preston quería interrogarle más a fondo, pero


Clay le detuvo una vez más colocando su vaso en la mano de
Preston.

—Vuelva a la tienda y espérame allí. Llama a la orden y diles


dónde estamos y que me dirijo hacia el este.

Clay salió corriendo sin ni siquiera decir adiós, mientras


Preston se quedaba ahí de pie, con la boca abierta. Su pecho se
agitaba mientras aceleraba de vuelta a la cafetería. La gente había
aumentado rápidamente, y eso estaba bien para Preston ya que no
quería que se oyera su llamada telefónica. Sacó su teléfono y llamó a
Mason.

—Iglesia de la alianza, orden de piedra, hermano Mason al


habla. ¿Cómo puedo ayudarle?

—Mason, soy Preston, Clay acaba de salir corriendo. Me dijo


que te informara que iba hacia el este. Estábamos saliendo del área
de la cafetería.

—De acuerdo ¿Dijo algo más?

—Sólo que oyó gritar. —Preston se giró y habló acercando


más el teléfono—. ¿Podéis estar fuera durante el día?

—No somos vampiros, intentamos que se nos vea sólo como


hermanos durante el día, debe ser algo importante para que saliera a
investigar.

—Ahora me tienes realmente preocupado. —La pierna de


Preston se balanceaba arriba y abajo cuando se sentó en su silla y
miró hacia fuera por el vidrio de la ventana. Colocó el teléfono en la
cara con las dos manos, ya que no confiaba en poder dejar de temblar
y apoyó el rostro en la ventana escaneando la acera.

Tedi Sinclair 115


—Voy a enviar gente para comprobar que todo está bien y le
pediré a alguien que vaya a buscarte. Clay es un hombre adulto,
puede cuidar de sí mismo.

—Vaya, muchas gracias. —A Preston no le pasó


desapercibido el que Mason estaba enviando a alguien para que
cuidara de él, mientras que Clay estaba ahí fuera luchando sólo
contra el mundo. Asumió que ellos le trataban como a un niño.

Preston colocó el teléfono sobre la mesa con su café y muffins


olvidados. Sabía que Clay podía cuidar de sí mismo. Lo hizo durante
cientos de años. Pero la idea de que Clay pudiera ser herido era algo
en lo que Preston aún se negaba a pensar.

Un nuevo miedo le abordó ¿Se podría matar a Clay? Prestón se


imaginó que si una gárgola fuese destruida en su fase de piedra, se
destruiría, pero en su estado humano ¿Cuánto daño haría falta para
que no pudiera sanar? Preston gritó cuando una mano se poso en su
hombro y le sacó de su confusión interna.

—Shh, Preston, soy yo.

Preston se agarró el pecho para calmar su palpitante corazón.


—Soy Marl, perdona, siéntate. —Marl se metió en la cabina junto a
Preston mientras la gente miraba en su dirección. Preston los
despidió—. Disculpen por ponerme nervioso. —dijo en voz alta a la
multitud. Eso pareció ser suficiente cuando se giraron y volvieron a
sus asuntos dejando a Marl y Preston con los suyos. Preston estaba
agradecido de que fuera a Marl al que enviaron. No solo porque ya lo
conocía y se relacionaba con él, sino porque, de la orden, era un
psiquiatra lo que necesitaba.

—Entonces ¿Qué pasó? Mason me acaba de pedir que viniera


aquí.

—No lo sé, Clay y yo estábamos andando por la calle, cuando


me dijo que oyó algo que yo no pude oír, y luego me envió de nuevo
aquí antes de largarse.

—Debe haber oído a alguien pidiendo ayuda. Nuestra audición


es mejor que la del humano promedio.

Tedi Sinclair 116


—Aparentemente, pero, ¿Qué oyó?

Marl se encogió de hombro. —No lo sé, pero debemos


regresar a la iglesia. —Preston asintió con la cabeza.

—Mi coche está justo al final de la calle. Aparcamos donde la


oficina del secretario y caminamos hasta aquí.

Marl cogió la bolsa de la mesa, y se puso de pie. Se giró hacia


Preston con la mano extendida y éste la cogió mientras Marl tiraba y
le ayudaba a ponerse en pie.

—Sabes que no necesito ayuda. Probablemente hubiera


conseguido llegar a mi coche y volver yo solo a la iglesia.

—Yo solo estaba siendo útil y siguiendo órdenes. No mates al


mensajero.

—Lo sé. —Preston suspiró—. Sólo me molesto que Mason


dijera que Clay era un hombre maduro y que podía valerse por sí
mismo y que al mismo tiempo enviara a alguien para cuidarme,
como si yo no fuera un adulto.

—Auch. Eso es duro.

Preston le hizo una mueca a Marl para expresar su frustración.

—Estoy seguro que no lo dijo de esa forma.

—Oh ¿Y cómo quiso decirlo? ¿Me iluminas? —Preston señaló


su coche y Marl caminó en esa dirección.

—Bueno, no eres tan fuerte como uno de nosotros, supongo


que eso era lo que quería decir. Además estás molesto y preocupado.
Nadie debería estar solo en momentos de angustia. —Marl hizo
perfectamente su función de psiquiatra, calmando a Preston, mientras
se mantenía leal al líder de su orden.

—Sé que no soy una gárgola, pero podría haber esperado en la


cafetería o haberme montado en mi coche y conducido hasta la
iglesia.

—¡Oh, sin duda! Pero es mejor hacerlo con un amigo.

Tedi Sinclair 117


Preston suspiró, estaba agradecido de tener a Marl con él,
incluso si apenas lo conocía. Ellos compartían un pequeño vínculo.
Vínculo que sentía que le faltaba con el resto de los que había
conocido hasta ahora. Probablemente era la edad de Marl lo que le
hacía más accesible.

—Entonces ¿Cuánto daño podría soportar y curar Clay?

Marl se giró lentamente hacia Preston, en su asiento, para


enfrentarle. —Esa es una extraña pregunta.

—¿Lo es? Quiero decir que mi novio está ahí fuera…

—Prometido.

—Uhg. Mi prometido está ahí fuera, defendiendo el mundo de


dios sabe qué, y yo quiero saber cuánto daño puede sufrir y volver a
casa conmigo. No está en forma de piedra ahora, no puede regenerar
un brazo o la cola. Es humano. Entonces ¿Con qué estoy tratando?
—La voz de Preston se elevaba mientras hablaba, su ansiedad la
liberaba acelerando por la calles de la ciudad.

—Está bien, no hagas esto más complicado de lo que es. Ya


veo por dónde vas. Hmm, déjame pensar.

Preston arañó el volante de forma impaciente a causa de Marl


y el tráfico. Quería respuestas y a Clay, y ninguna de las dos cosas
estaban a su disposición.

—Es más duro que un humano normal. Lo que a ti te haría


daño no lastimaría a Clay. Si a ti te golpean te harían daño, pero para
que Clay sufriera el mismo dolor debería ser pegado por alguno de
nosotros. Se reiría ante cualquier golpe, que un humano normal
pueda darle. Podría soportar cuchilladas, incluso en el pecho,
sobrevivir y escaparse, algunos disparos también. Una herida en la
cabeza sería una situación delicada.

—¿Básicamente estás diciendo que es como un ser humano


normal cuando el daño procede de otro ser humano. Cuchillos,
pistolas, cualquier otra cosa, y ¿qué es tan susceptible a morir como
yo?

Tedi Sinclair 118


Marl se encogió de hombres. —Supongo que no me he
explicado bien. Él es más fuerte que un humano.

—¡Deberías estar allí ayudándolo, y no estar aquí sentado


conmigo! —Preston pisó fuerte el acelerador y pasó la luz en
ámbar.

Marl miró sobre sus hombros a la intersección que se alejaba.


—Has tenido suerte de que la policía no estuviera ahí. Ve más
despacio.

—No. Quiero volver a la iglesia y ver a Clay.

Marl dejó de hablar después de eso, pero apoyó las manos en


el salpicadero, mientras Preston salía y entraba por los carriles del
excesivo tráfico de la ciudad.

Cada vez que ralentizaban, Preston murmuraba y miraba por la


ventana buscando otra salida. Su necesidad de regresar con Clay
estaba aumentando y su corazón empezaba a golpear fuertemente. Se
acababan de conocer y Preston ya estaba horrorizado por el miedo a
perderle.

—Preston, respira.

Marl apoyó la mano en su hombro, pero Preston la apartó. —


Necesito ver a Clay.

—Lo sé, pero estas empezando a sufrir un ataque de pánico.


Necesitas relajarte o vas a conseguir que esto te rompa. Nada le ha
pasado a Clay, así que no te preocupes.

Marl intentó hablar con calma, pero Preston estaba demasiado


agitado. No sabía lo que había pasado con Clay, pero sentía su estrés
aumentar. Esto era por algo más que el temor de perder a Clay.
Estaba seguro de que Clay estaba nervioso. Podía sentirlo en su
corazón. Alguna conexión nació entre durante su relación. Preston ni
siquiera estaba seguro de que esto fuera posible o de que realmente
estuviera ocurriendo. Solo sabía que tenía que llegar hasta Clay.

—Se que no tiene sentido, pero siento que algo anda mal con
Clay. No es algo físico, pero él me necesita. —Preston giró

Tedi Sinclair 119


bruscamente a la izquierda, quedándose sobre dos ruedas en el
proceso.

—Muy bien. ¡Pero te necesita de una sola pieza! —Marl


agarró el salpicadero una vez más y desvió la mirada del tráfico,
cerrando los ojos con la cara tensa. La iglesia apareció en la distancia
y Preston desaceleró. Marl estaba en lo cierto. No haría ningún bien
tener a gente zumbando dentro de la iglesia. Preston aparcó el coche
y se dirigió a la entrada principal.

—¡Ven por aquí! —Preston se giró y siguió a Marl. Preston


aprendería Pronto a moverse por el edificio, pero en este momento
solo quería llegar hasta Clay de la forma más rápida posible. Gritos y
golpes se oían en el aire cuando Preston entró en el pasillo donde se
encontraba la oficina de Mason. Salto cuando algo salió volando por
la puerta y se estrelló con la pared de enfrente. Salió corriendo solo
para ser detenido por Marl. —Quédate ahí. Déjame que mire
primero.

—¿Tú también? —Preston pensaba que Marl estaba de


acuerdo con él, pero parecía que se había equivocado. Su enfado
contra Marl creció a causa como lo estaba tratando, hasta que Marl
se explicó. —No me rompo tan fácilmente. Hay dos formas de hacer
esto, y yo me decanto por la de mantener a mis amigos a salvo.

Preston se mantuvo presionado contra la espalda de Marl


mientras avanzaba lentamente hacia la oficina de Mason. Cuando
finalmente miró dentro, vio a Mason sentado en su escritorio. Ash
estaba en su forma de gárgola, Clay y Tom se encontraban allí
también.

Clay corrió hacia Preston y lo abrazó. —¿Estás bien?

El corazón de Preston se calmó inmediatamente y su


respiración se ralentizó cuando la esencia de su aeternus inundo su
ser. Él le devolvió el abrazo. —Sí, estoy bien. Me quedé sentado en
la cafetería. ¿Y tú como estas? —Preston miró a Clay pero no
encontró indicios de que hubiera sido herido. Su ropa estaba un poco
sucia, pero no había desgarros. Agarrando las manos de Clay, les dio
la vuelta para buscar heridas.

Tedi Sinclair 120


—Estoy bien, lo prometo. —Clay presionó suavemente los
nudillos en la sien de Preston, y éste le sostuvo la mano ahí.

—¿Qué paso? Tú solo saliste corriendo. Estaba tan preocupado


por ti. —Clay dejó caer la cabeza con una mueca formándose en sus
labios. Preston se inclinó para echar un vistazo a la cabeza baja de
Clay. Él parecía repentinamente cansado. Antes de que pudiera
responder, Tom gritó de nuevo, levantó una silla, y la estrelló contra
la pared. Preston evaluó la devastación de la oficina de Mason. Dos
de las sillas estaban rotas por el suelo. Los papeles esparcidos y
varios objetos pequeños destrozados. Preston no podría deducir que
tipo de baratijas eran.

—Me atacaron eso es lo que pasó. ¡Fui lo suficientemente


estúpido como para pensar que podía ir solo por la calle, cuidar de
mis asuntos, y esperar que ningún tipo vaya a atacarme por no tener
guardaespaldas!

Ash se giró hacia Tom. Sus hombros se elevaban con cada


respiración. —¡Eso no es lo que dije! ¡Deja de retorcer mis
palabras! —Su voz grave resonó por todo el cuarto de Mason.

—¡Dijiste que no es seguro que yo este solo por ahí fuera!


Dijiste que me lo estaba buscando al ir solo. —Preston se escondió
detrás de Clay cuando los dos empezaron a gritar más alto. Viendo
el lío que un humano normal era capaz de hacer, no quería estar en el
medio si Ash empezaba a tirar cosas. Preston debería tener que
esquivar un escritorio o alguna estantería.

—¡No es seguro! ¡Fuiste atacado de nuevo! ¡Tú buscas el


peligro o simplemente eres un imán para él, primero con Preston y
luego hoy!

—¿Así que le estaba pidiendo a ese tipo que intentara


violarme?

Preston jadeó y se precipitó hacia su amigo, pero Tom lo


empujó lejos. —No me hizo nada.

Clay cogió a Preston mientras tropezaba por el empujón. Tom


nunca había empujado a Preston antes. El empujón le hirió más

Tedi Sinclair 121


emocional que físicamente. Clay debió de haberse dado cuenta de su
reacción porque rápidamente empezó a frotar su espalda con
movimientos relajantes.

—Intervine y te lo quité de encima antes de que pudiera hacer


nada más. —Ash se golpeó el pecho antes de gesticular
nerviosamente hacia el cuerpo de Tom. Él se hinchó mientras
hablaba levantando la barbilla con orgullo.

Tom pasó a Preston y Clay para invadir el espacio personal de


Ash. —Pero como dice Ash, supongo que lo pedí.

Preston giró hacia Ash. —¿Realmente tú, no dijiste eso


verdad? —La falta de respuesta de Ash fue toda la confirmación que
necesitaba. Tom dejó la habitación bramando a gritos con sus manos
alzadas en el aire. Clay agarró a Preston cuando volaba hacia Ash—.
Bastardo. ¡Nadie pide ser violado! ¡Espero que Tom nunca vuelva a
hablar contigo!

—¡Es suficiente! —La voz de Mason se elevó a través del


caos—. Clay y Preston vayan a su cuarto. Esto no les incumbe a
ninguno de los dos. Ash, necesitas rezar y, espero que puedas
arreglar esto. Las palabras descuidadas dichas con ira han herido a la
persona que se supone deberías proteger. Voy a sentarme en la
oficina solo y trataré de reparar los daños. Vete.

Con la despedida de Mason, Preston estuvo furioso hasta que


llegó al apartamento de Clay. —¿Qué demonios? Permite que Tom
revuelva su apartamento, pero al minuto ¿pierde la calma y me echa
fuera? —Preston subió las escaleras hacia su habitación compartida,
enfadado por traer a su amigo aquí para que estuviera a salvo y, en
lugar de eso ser acosado. Estaba enfermo y cansado de que las
gárgolas le dijeran lo que hacer.

Tedi Sinclair 122


Capítulo 10
Clay se quedó de pie con la espalda apoyada contra la puerta,
observando a Preston pasar por su pequeña sala de estar. Preston
escupía blasfemias que Clay no había escuchado nunca en su larga
vida y señalaba las paredes como si Ash estuviera al otro lado. A él
no le importaba lo más mínimo, solo estaba agradecido de que su
aeternus estuviera a salvo. Oír el grito de Tom trajo de nuevo el
miedo y el pánico de la primera noche que tuvo que rescatarlos.
Escuchó más atentamente cuando Preston descargó su ira contra él.

—¿Y dejaste que le hablara así a mi mejor amigo? ¿Cómo


pudiste?

—Preston, por favor escucha.

Preston detuvo su diatriba y apoyó las manos en sus caderas.


Clay cerró la puerta y caminó hacia su aeternus. Mientras reducía la
distancia, observo como el humor de Preston pasaba de la rabia, se
suavizaba, y llegaba a la confusión. Podía ver como Preston
intentaba aferrarse a la ira por su amigo. Pero cuando Clay deslizó
las manos sobre los brazos de Preston y apretó sus hombros, éste
dejó caer su frente. Él sabía que el verdadero problema de Preston
era el miedo a no saber si Clay estaría bien.

Clay susurró cerca de la oreja de Preston suavizando la voz.


— Aeternus. —Preston tembló y agarró la estructura de Clay.

—Tuve tanto miedo de perderte antes de tener la oportunidad


de estar contigo.

—Lo sé, y siento haberte dejado tan de repente. —Clay


continuó, hablando contra la piel suave del cuello de Preston—.
Estaba preocupado por tu amigo, y sabia que te mantendrías a salvo.

Tedi Sinclair 123


Preston asintió con la cabeza, y Clay se rió cuando vio al
cuerpo de Preston derretirse en sus manos. —Sabes que yo no creo
que Tom pidiera ser atacado. Nunca diría eso. Nadie debe ser herido.

Clay sabía que mencionar a Ash y a Tom le traería al presente


y arruinaría su estado de ánimo. Pero Clay también sabía que, como
su mejor amigo, discutir lo sucedido con Tom era lo necesario. Y el
que Ash y Tom fueran compañeros, solo hacía la situación más
complicada.

—Lo sé. Sin embargo, no sé cómo pudiste quedarte allí


mientras Ash decía esas cosas tan horribles.

—No era mi deber involucrarme. Tom estaba a salvo. Esa era


mi única prioridad antes de volver a ti. Ash habló con miedo e ira, si
hubiera sabido lo que decía, habría escogido mejor sus palabras.

—Tom es el aeternus de Ash.

—Lo sé. —Clay miró a su pequeña pareja, la cual estaba muy


afectada por su amigo. El amor de Preston y su espíritu de protección
fueron dos de las razonas por la que se alegró de que este hombre
fuera elegido para él.

—¿No crees que haya sido un error? ¿Qué Ash sea el tipo
equivocado para Tom?

Clay miró al techo esperando por inspiración divina. —Cada


pareja de aeternus que conozco es feliz. En este caso creo que fueron
emparejados porque cada uno tiene algo que enseñarle al otro. Al
final, con trabajo y amor, también serán felices.

—Pero ¿No es así en todas las relaciones?

Clay pasó su mano por un lado de la cara de Preston. La


sensación de la escasa barba acariciando sus dedos, encendía una
llama que no se había dado cuenta que existía. Los ojos de Preston
despedían adoración mientras esperaba expectante la respuesta de
Clay.

—Eres sabio, más allá de tus años, aeternus.

Tedi Sinclair 124


Clay se acercó a Preston y presionó sus labios juntos. Preston
suspiró en el beso. En lugar de dejarse llevar, enganchó a Clay,
tratando de acercar sus cuerpos. Clay estaba eufórico por la
sensación del deseo de Preston.

Nadie hasta ahora había demostrado interés en él. Había


empezado a creer que era repulsivo o indeseable. Pero viendo el
deseo en los ojos de Preston, empezó a reconsiderar que eso era
porque los demás no eran su aeternus.

Clay llevó a Preston al sofá y se tiró de espaldas llevándoselo


con él.

Preston rió mientras caían. Saliendo de debajo de Clay,


preguntó. —¿Cuáles son sus intenciones, señor?

—Hacerlo con mi prometido.

Clay no se cansaba de mirar los ojos de Preston. Eran la parte


más expresiva de su ser. Su alma brillaba a través de ellos y el color
se intensificaba cuando expresaba sus sentimientos. Clay apartó su
pelo hacia atrás antes de deslizar su mano alrededor de la base del
cuello de Preston empujándolo hacia abajo para otro beso.

Clay separó las piernas permitiendo que Preston se deslizara


hacia abajo. La presión de Preston contra el cuerpo de Clay era
exquisita. Compartir el afecto con su aeternus, era mucho más
intenso de lo que podría haber soñado en sus trescientos años.
Preston le encajaba como un guante. Sus muslos se frotaron sobre la
entrepierna de Clay creando una maravillosa fricción. La polla de
Preston se acurrucó en las líneas del abdomen de Clay. A medida que
se endurecía, Clay podía sentir como crecía y se engrosaba contra su
piel. Podía usar eso como señal de lo que su hombre quería, sus
necesidades y sus deseos. En este momento Clay podía decir que
Preston le quería y le necesitaba mucho.

Clay agarró el culo de Preston y apretó firmemente una mejilla


presionándolo aún más fuerte contra él. —¿Cuándo nos casaremos?

—No lo suficientemente pronto. —respondió Preston, antes de


tirar de nuevo del cuello de Clay ,con una expresión confusa

Tedi Sinclair 125


dibujada ahora en su cara. Clay se preparó, una vez más, para lidiar
con el conflicto que su aeternus tenía con el matrimonio. —Hoy, yo
estaba realmente asustado de perderte, antes de que incluso,
pudiéramos estar juntos. Apenas te conozco y ya no puedo
imaginarme estando con nadie más.

—Así es como debe ser un emparejamiento.

—No para mí. Soy humano, nosotros no nos acoplamos.

Clay tuvo que recordarse a sí mismo que Clay no era una


gárgola. Su idea de alma gemela no era la misma que la que él había
cultivado a lo largo de los siglos. —Lo sé, e intento ser comprensivo.

—Oh ¡Lo eres! Y creo que lo estás haciendo genial. —El


pecho de Clay se relajó ante lo elogios. Ahora esperaba que el
“pero,” que sabía que vendría, no lo anulara todo—. Siento como si
fuera el único que estuviera liándolo todo.

—Oh, aeternus, no se sientas así, tú no estás estropeando nada.

—Ya te enlacé a mí, aunque esta no era la forma en que quería


que pasara. Entonces cuando hoy pensé, que iba perderte, un montón
de locas ideas pasaron por mi mente. Sigo dándole vueltas a lo del
matrimonio y el compromiso. Todo esto es demasiado.

Clay escuchó. Estaba aprendiendo rápido, que su pareja, para


arreglar sus cosas, primero necesitaba expresarlas en voz alta. Hablar
no era algo en lo que Clay, o cualquiera de los hermanos, fuera
experto. Eran más proclives a los votos de silencio. Pero eso le
convirtió en un excelente oyente.

—¿Te molestaría si nos casáramos esta semana?

Una sonrisa se deslizó fácilmente por la cara de Clay. —No,


no me molestaría en absoluto.

Preston cogió la camisa de Clay y dirigió sus declaraciones a


ese lugar. —¿Qué tal el viernes, o incluso, el jueves por la noche?

—¿Alguna razón en particular?

Tedi Sinclair 126


Preston se encogió de hombros. Clay encontró su súbita
timidez adorable. Esperó a que su aeternus llenara el silencio, esta
era su forma habitual de actuar.

Con un suspiro dramático Preston hizo precisamente eso. —


Esperaba que tal vez, si no estuvieras demasiado ocupado, podríamos
tomarnos un día libre. Sé que tienes muchas responsabilidades como
gárgola, pero si lo hacemos ahora que aún eres humano, podremos
tener tiempo.

—Me gustaría establecer el día de la boda, por algo más, que


por mi naturaleza de gárgola, o por mis actividades con la iglesia.

—¿Te gustaría? Pero la iglesia es toda tu vida.

—Sí, es exactamente lo que deseo. La fecha de la boda es algo


nuestro, y no tiene nada que ver con lo que hago en la iglesia o con
las restricciones por mis responsabilidades. —Preston se tiró sobre
Clay y lo abrazó estrechamente. Clay esperaba que, en los próximos
años, fuera capaz de complacerlo tan fácilmente—. Y yo estaba
pensando en que nos tomáramos todo el fin de semana libre en lugar
de un solo día. E ir lejos para una corta luna de miel. Nada
extravagante. Tal vez por la costa, pero nosotros solos.

—¿De verdad? ¿Irnos lejos? ¿Solos?

—Por supuesto. Eres mi aeternus. Haría cualquier cosa


contigo. —Clay no entendía la expresión de sorpresa de Preston.
Esperaba compartir todas las experiencias nuevas con su aeternus. A
lo largo de los siglos, Clay vio a los matrimonios (y lo que se
esperaba de ellos) cambiar y morir con los cambios de las
civilizaciones. Matrimonios fueron alterados también, por culturas y
regiones. Las gárgolas no trataban el matrimonio así. Los cónyuges
se unen para la eternidad. Ellos a menudo se casaban con
desconocidos, pero los amaban y los trataban con cuidado. Sus votos
eran sagrados y los mantenían a toda costa. No había clausula que los
liberara del vínculo.

—¿Entonces el jueves? ¿Y vamos a ir de luna de miel?

Clay asintió con la cabeza. —Déjame a mí, la luna de miel.

Tedi Sinclair 127


—Oh, claro, quédate con la parte fácil. —Preston sonrió
colocando un rápido beso en los labios de Clay. Antes de que pudiera
alejarse, Clay le cogió por la parte de atrás del cuello y lo mantuvo
cerca. Con un gruñido invadió su boca con la lengua.

El beso se calentó rápidamente, y Clay quiso rodar a Preston


bajo él, pero el pequeño sofá no se lo permitía. Esta fue la primera
vez en su vida que Clay estuvo descontento con un objeto material.
Quería un sofá más grande, uno en el que pudiera pasar las tardes, o
tardes noches, tumbado con su aeternus. Este mobiliario de segunda
mano no se lo permitía. Incluso si fuera más grande, no soportaría el
ajetreo que Clay pretendía darle.

Frustrado, Clay rompió el beso mirando alrededor del estrecho


espacio. ¿Este era todo lo que sería capaz de darle a su aeternus? Una
habitación en el tercer piso de un monasterio remodelado.

—¿Algún problema?

—Este sitio.

Preston se sentó a horcajadas sobre la cintura de Clay para


poder mirar por su habitación. —Es tu cuarto. No lo entiendo.

—Este lugar no es igual que los otros, donde has vivido.


Quiero darte mucho más. —Clay señaló, en un momento, de un lado
al otro de la habitación, el pequeño espacio no necesitaba más para
ser mostrado.

—Pero tú ya me estás dando mucho más.

—Yo no te he dado nada. Ni siquiera una prueba de mi amor


por ti.

Clay tenía dinero. Tras años de crear obras de arte e invertirlo


todo, a la vez que tenía una vida humilde, le había permitido, a él y a
las otras gárgolas, acumular riqueza. Gran parte de su dinero era
destinado a proyectos misioneros y a las actividades de beneficencia,
pero guardaron algunas reservar para usarlas cuando lo necesitasen.
Clay podía usar ese dinero ahora.

Tedi Sinclair 128


—Lo que tú me has dado, es a ti. —Preston llevó el dedo al
cuello de la camisa de Clay y lo deslizó hacia abajo mientras
continuaba hablando—. A todos vosotros.

Cada trazo deslizado hacia abajo, hacía que el corazón de Clay


se estremeciera. Su polla, engrosada dentro de sus pantalones, y la
presión de Preston sobre su entrepierna le hacían enloquecer. Clay
observó como Preston se levantaba sobre las rodillas en el espacio
estrecho, agarró el final de la camisa de Clay y se la levantó. Una vez
que estuvo bajo los brazos de Clay se acomodó en su entrepierna.

—Levántate.

Clay obedeció sin vacilar. Preston levantó la camisa todavía


más y la pasó por encima de la cabeza. Él la tiró hacia el área donde
se apoyaba. Rápidamente la camisa de Preston se unió a la de Clay,
en el suelo.

—¿Dónde estábamos? Ah, ya lo recuerdo.

Clay observó a Preston lamerse los labios mientras se


inclinaba hacia su boca. Clay se encontró con sus labios, los abrió y
se preparó para que él entrara y jugara. Maldito sofá, Clay quería a
su aeternus ahora. Envolviendo los brazos alrededor de Preston, se
levantó y se puso en pie.

Una vez en pie, Clay agarró el culo de Preston con una mano y
su cuello con la otra. Preston se deslizó por su pecho, tirándole del
vello y haciéndole sisear de placer. Preston sonrió y chasqueó los
dientes a Clay en broma, y gruñendo, pero lo único que consiguió es
que lo deseara más. Rápidamente, Clay se lo llevo a la cama y lo
dejó caer sobre el edredón. Preston rebotó una vez y aterrizó con los
brazos apoyados detrás de él. Preston observó divertido, el transporte
y el brusco trato, pero la intención de Clay era mostrar su fuerza y
poder, no el romperlo. La erección que veía en los pantalones de
Clay le demostraba que lo estaba disfrutando.

—Desnúdate Preston. —La voz de Clay era profunda y grave.


Se levantó al lado de la cama y se quitó los vaqueros mientras
observaba como Preston, luchaba por quitarse los suyos. Pronto su

Tedi Sinclair 129


aeternus estuvo desnudo y esperándole en su cama. Esa misma idea
hizo a su polla derramar gotas. Clay se arrastró por la cama tirando
del tobillo de Preston, hasta que estuvo sobre él. Preston gritó, pero
una risa le siguió rápidamente.

—¿Ves algo que te guste?

—Todo. —Clay se sorprendió por los sentimientos que


Preston evocaba en él. Los hombres siempre fueron atractivos para
Clay, Pero Preston era mucho más completo. Era el genio creativo de
Dios personificado. El color de su piel era pálido pero besado por el
sol. Sus piernas eran largas y esbeltas, con las líneas de los músculos
definiendo suavemente sus muslos. Clay pasó la mano por las crestas
del abdomen de Preston y observó como su carne temblaba por su
contacto.

—No te burles de mí.

—Te olvidas que he esperado más de trescientos años por ti,


tengo una excelente fuerza de voluntad y podría molestarte durante
días. —Clay deslizó la mano hacia abajo y agarró la polla de
Preston—. Pero no lo haré.

Varias sacudidas fuertes y Preston se retorcía debajo de él.


Preston se empujó en el puño de Clay mientras se aferraba al
edredón. Clay mantuvo su agarre en la polla de Preston, mientras
buscaba el lubricante, que había colocado debajo de su almohada. Sí,
Clay sabía que se estaba tentando a sí mismo, al colocar el lubricante
en un lugar tan accesible, pero no sentía remordimiento alguno.

Clay soltó la polla de Preston para poder levantarle las piernas,


pero cambió de opinión en el último momento. Golpeando su muslo
dijo —Date la vuelta.

Preston rodó sobre su estómago y se puso a cuatro patas, Clay


nunca había contemplado algo tan atractivo en su larga vida, a no ser,
ver a Preston tumbado sobre su espalda. Él deslizó las manos hacia
arriba por los muslos de Preston, a través de los pelos ásperos hasta
su culo liso. Poniéndose detrás, presionó su polla en el pliegue y la
restregó arriba y abajo. La suave piel de Preston atrapó, la tierna

Tedi Sinclair 130


carne de la polla de Clay, con una suave fricción, y ambos gimieron
ante las sensaciones.

Clay se inclinó, colocando besos a lo largo de la columna


vertebral de Preston, y trabajando su camino hacia abajo. Alcanzó el
ano y lo probó con su lengua, primero lamiéndolo y luego
insertándola dentro. Preston gimoteó y pidió por más, y Clay,
gustosamente le complació. Una vez que el culo de Preston estuvo
húmedo y pidiendo alivio, solo entonces, Clay cedió.

Clay buscó en la cama el lubricante desechado, encontrándolo


finalmente, detrás de él. Rápidamente vertió un poco sobre su polla y
silbó cuando el gel frío toco su piel. Preston miró hacia atrás.

—¿Huyendo?

Clay sintió su rostro calentarse bajo el escrutinio de Preston.


—Me había olvidado de lo frío que era.

Preston retrocedió hacia Clay, hasta golpear, su mano y polla,


con el culo. —Puedo calentarlo.

Clay agarró las caderas de Preston, sin preocuparse del pringue


en sus manos, y tiró de ellas para acercarle. Con el poco lubricante
que le quedaba, cubrió el culo de Preston. Una vez satisfecho, Clay
sostuvo firme su polla y se inclinó contra su aeternus. Cuando la
cabeza pasó a través del ano de Preston, éste gimió y se empujó hacia
atrás. Clay se quedó quieto y permitió que Preston tomara el control.

En unos instantes el culo de Preston se había tragado la polla


de Clay uniéndose una vez más. Sentimientos que nunca había
experimentado le inundaron. Eran un solo cuerpo, unido por un amor
expresado físicamente. El placer y la emoción corrieron a través de
Clay. El deseo por complacer a Preston era enorme, y se tomó su
tiempo para empezar a moverse dentro del agarre de su aeternus.

Lentamente deslizó su cuerpo hacia atrás, sintiendo el tirón en


su polla dolorida, mientras el canal de Preston lo aferraba con fuerza.
Esa fuerza hizo que Clay sintiera como si Preston no quisiera nunca
dejarlo ir, que era lo mismo que él sentía. La excitación le atravesó
cuando se introdujo en el cuerpo de su amante y oyó el gemido

Tedi Sinclair 131


recíproco de placer. Clay sintió su polla rozando sobre la próstata de
Preston, y supo que le estaba dando un éxtasis que nadie más le daría
le de nuevo.

Clay descansó sobre la espalda de Preston, cubriéndolo con su


figura más grande y con la boca cerca de su oído susurró. —Te amo.
—Preston volvió su cara y le besó. El corazón de Clay se aceleró, y
él quiso soltar las abrumadoras emociones en la pasión de ese beso.
Pero en lugar de eso, él trabajó sus cuerpos, con tortuosos
movimientos, hacia la mutua liberación.

Clay estaba cerca de llenar a Preston con su semilla. Él


alcanzó desde abajo, la polla hinchada de su aeternus, y la sacudió,
murmurando sucias palabras para estimularlo. Clay esperaba llevar a
Preston rápido hacia el orgasmo. Su cabeza que colgaba sin fuerza,
de pronto se sacudió fuerte hacia atrás, al encontrarse con cada
empujé de Clay.

—Dios, tu cuerpo es increíble. Hay que ver las cosas que este
culo me hace. —Clay se puso de rodillas y golpeó contra el cuerpo
de Preston, agarrando las delgadas caderas de forma casi dolorosa.
Los sucios sonidos, que provocaban el golpeteo de piel contra piel,
llenaron la habitación. La semilla de Clay se derramó por su polla
con cada empuje, mientras él gritaba y se sacudía de forma
temblorosa. Afortunadamente, Preston le siguió de inmediato,
apretando la polla de Clay dentro de su cuerpo, mientras derramaba
sus fluidos sobre las sábanas.

Preston cayó hacia adelante, apoyándose primero sobre sus


hombros y tumbándose luego de lado. El pelo humedecido por el
sudor se aferraba a su frente. La polla de Clay derramó las últimas
gotas de semen sobre la cama, antes de que él, también, se estrellara
contra las sábanas. Pronto el sueño invadió a los dos hombres
exhaustos.

Tedi Sinclair 132


Capítulo 11
Preston llamó a la puerta de Tom y esperó, preparándose para
la lucha. Había conocido el tiempo suficiente a Tom, para saber, que
una pelea llegaría.

—¡Vete! —Preston puso los ojos en blanco, abrió la puerta y


la cerró de nuevo apenas evitando ser herido por el libro que le
llegaba.

Esta vez abrió la de golpe. —¡Qué coño haces, Tom!

Tom se adelanto deprisa, gesticulando con las manos. —¡Lo


siento! Pensé que eras él.

—¿Quién? —Preston detuvo las manos de Tom y se quedó


mirando a su amigo. Su pelo era un desastre y tenía los ojos
hinchados. Se parecía mucho a cuando se lo encontró escondido bajo
la mesa de su apartamento.

—Ese monstruo. ¡Ash!

Preston, inmediatamente se tensó ante el insulto, que incluía al


hombre que amaba y los que ahora les protegían. —Tom no lo
llames así. Cuando le dices esto a Ash, también estas insultando a
Clay y a cualquier fraile de aquí. Clay no es un monstruo.

—Sé que Clay no lo es, pero Ash es diferente. Él es raro. No


me gusta. —Tom envolvió los brazos alrededor del torso y caminó
hacia la pequeña sala de estar. Había dos sillas frente a una mesa de
café. Él tomó una y Preston la otra.

—¿Ni siquiera te gusta Ash ahora que te ha salvado la vida?

—Él me salvó la vida solo para echármelo en cara. Es un


imbécil.

Tedi Sinclair 133


—Sí, escuché algo de lo que te dijo. Él estaba siendo,
realmente, un imbécil. —Preston se sentó un momento, tratando de
pensar que decirle a Tom para aliviar su mente, o al menos que le
distrajera de lo ocurrido esta horrible semana—. ¿Te gusta estar
aquí? Quiero decir ¿Está bien por ahora?

—Por su puesto. Todo el mundo es agradable, a pesar de que


Mason me gritara. —Tom se dejó caer en la silla con gesto
dramático.

—¡Mason te gritó! ¿Qué te dijo?

—Realmente no me grito. Dijo que no quería que llamara a


ninguno de los hombres de aquí, raros o monstruos. Que ellos
estaban aquí para protegerme a mí y a cualquiera que lo necesitara, y
yo debería estar agradecido y no herirlos.

Preston asentía mientras escuchaba. No podía imaginar a


Mason gritándole a Tom, pero, después de todo, no lo conocía tan
bien. Él supuso que, como el líder, sería muy protector con la orden y
sus miembros y también sabía que Tom tenía una tendencia a
exagerar.

—¿Cuánto tiempo estaba planeando quedarte aquí? —Preston


observó como Tom le miraba fijamente, esperando su respuesta.

Preston respiró profundamente. Allá voy. —Pienso mudarme


con Clay. Nos vamos a casar.

Tom se impulso con fuerza, hacia delante, en su asiento. —


¡Qué vas a hacer qué! ¡Preston, esto es una locura! —Preston ya
sabía que Tom reaccionaría de esta manera, y estaría triste, si su
mejor amigo no le dijera lo que pensaba. Tom continúo—. Si es
algún tipo inapropiado de culto al héroe, o síndrome de Estocolmo, o
lo que sea, podemos irnos ahora mismo.

—No, no es nada de eso. Clay es especial. —El corazón de


Preston se aceleraba un poco al pensar en su aeternus. Su amor por
Clay estaba creciendo rápidamente.

Tom bufó. —Todos son especiales los primeros cinco minutos.

Tedi Sinclair 134


—¡Tom! —Preston giró los ojos—. ¿Sabes que son gárgolas,
verdad? Igual que las reales, te lo juro, como si salieran fuera de un
comic hacia este mundo, criaturas paranormales. —Tom asintió—.
Bien, a cada gárgola se le concede un alma gemela y esperan toda la
vida para encontrarlo o encontrarla. Yo soy la de Clay.

—¿Lo dices en serió? —Tom se inclinó hacia adelante y tomó


la mano de Preston. Preston asintió con la cabeza. ¿Estás totalmente
seguro de esto? ¿Cómo sabes que no miente?

Preston palmeó la mano de Tom tratando de tranquilizar a su


amigo. —Tan solo lo sé. Lo he leído en los libros sagrados. ¿Por
qué razón si no, establecerían un monasterio y atraerían hombres
aquí? Y lo del cambio de forma ¿Está todo en nuestra mente?

Tom frunció el ceño y trató de recordar a Clay. Preston no


estaba intentando avergonzar a Tom, pero el elemento paranormal
era demasiado obvio como para olvidarlo. —Un alma gemela se
llama aeternus. Yo soy la de Clay.

—¿De verdad? —Tom se recostó en la silla, obviamente


perplejo por este giro.

—No tiene ninguna razón para mentirme. Sé que esto es


repentino y que todo por lo que has pasado y has visto es abrumador.
También lo ha sido para mí. Pero si de algo estoy seguro es, de que
pertenezco a Clay.

Preston habló gentilmente con Tom. Tratando de contarle


ahora lo que debió haberle dicho cuando llegaron al monasterio. Tom
le miró de forma inexpresiva. Preston estaba preocupado de no haber
sido capaz, de llegar hasta su mejor amigo. Esto se trataba de mucho
más que el perder a su amigo, Tom ya tenía mucho que ver con las
gárgolas, lo supiera o no.

—Así que Clay es realmente tu ¿Cómo lo llamas? ¿Aeternus?


—Preston asintió—. Entonces pienso que deberías casarte con él.

—¿Qué pasa contigo? ¿Y si tú tuvieras un aeternus?

Tedi Sinclair 135


—No, yo no soy el aeternus de nadie. —Preston movió
rápidamente la cabeza desviando la mirada, esperando que Tom no
notara su desacuerdo, pero su mejor amigo lo vio de inmediato—.
¿Tú sabes algo?

—No, solo quería saber qué harías si la situación se invirtiera.

—Nada. Solo dejaría a una triste y solitaria gárgola ahí fuera.


Pero tú no eres yo, así que cásate con él.

El tiempo de la boda se acercaba rápidamente. Ahora ya sólo


quedaba un día. Quedaba poco por preparar para el evento. Todos
los hombres se ofrecieron encantados para hacer cosas, preparar la
comida o comprar los regalos de la pareja. Todo lo que Preston
conocía sobre las bodas, era el trabajo, el pánico y las tareas
aburridas. Pero él no sentía eso, si no alegría, perfección y paz.

Clay le había explicado la ceremonia a Preston. Podía vestir la


ropa que quisiera, elegir la música y también variar el orden de los
servicios. A Preston le sorprendía que una orden religiosa estuviera
tan relajada con un evento tan importante. Pero Clay dijo que la
experiencia era diferente para cada pareja y que no todas las parejas
les gustaba de la misma manera, por lo que necesitaban ser
indulgentes para aceptar a todos.

Clay había llamado a sus padres y les había hablado de la


ceremonia. Estaban muy contentos de que su hijo hubiera encontrado
por fin a su aeternus, pero no podrían asistir con tan poco tiempo.
Los padres de Clay estaban deseando conocer a Preston y querían
planear esto pronto. A Clay le había hecho gracia su excitación y los
nervios de Preston mientras el moderaba la conversación. Preston rió
el último, cuando le recordó que aun tenían que llamar a los suyos,
que vivían en el estado, y se presentarían aquí en un suspiro.

A parte de esa llamada, la cual aún estaba debatiendo, solo le


quedaba hacer una cosa de su lista de tareas pendientes: Comprar el
anillo de boda de Clay. Preston convenció a Tom para que se le

Tedi Sinclair 136


uniera a la búsqueda del anillo perfecto. Clay de buena gana le dio la
talla exacta después de que Preston le dijera la suya a él. Mason, le
había incluso dado, la dirección de un buen joyero local. Al parecer,
dos de los frailes trabajaban con metal, y en ocasiones fabricaban
piezas que vendían a través de este comerciante.

—¿Estás seguro que este es el lugar? —dijo Tom agarrando la


correa del cinturón de seguridad que le atravesaba el pecho.

—Esta es la dirección que Mason me dio y ahí está el nombre


del joyero. —Preston señaló el nombre en el letrero de la puerta
mientras se inclinaba sobre el regazo de Tom.

Había algunas plazas de aparcamiento en esta calle, en frente


de las tiendas, y el tráfico era ligero para un cambio de sentido.
Preston estaba agradecido por el descanso, ya que Tom había estado
nervioso desde que pusieron un pie fuera de la iglesia. La pequeña
tienda tenía alambres de metal cruzando a través del cristal de la
ventana de enfrente. Preston no prestó atención a los otros negocios o
a cualquier parte de esta tienda, estaba demasiado ocupado abriendo
la puerta para Tom.

Él se quedó sentado con los pies reposando en el bordillo —


¿Éstas seguro que es esta?

Preston fue egoísta al querer que Tom viniera con él. Quería
compartir este momento con su mejor amigo, pero se estaba dando
cuenta que, aparentemente, debió de haber dejado a Tom atrás. Tom
no estaba preparado para una aventura con su mejor amigo. La
iglesia era un lugar seguro para él. Preston se inclinó mientras le
hablaba suavemente.

—Tom, si quieres esperar en el coche está bien, pero necesito


el anillo hoy, la boda es mañana.

—No, no, estoy bien. —Tom apoyo lo pies en el bordillo para


levantarse y cerró la puerta detrás de él. Antes de dar un paso, miro
de arriba hacia abajo, de la manzana. La calle estaba limpia. Las
ventanas brillaban. La calle era preciosa, así que, sabía que el
malestar de Tom no tenía fundamento. Preston no quería ser

Tedi Sinclair 137


insensible, pero deseaba apresurarse dentro para poder observar los
anillos. Agarró la mano de Tom y le hizo avanzar.

La puerta de la tienda se abrió con el ding de una campana que


colgaba sobre sus cabezas. Preston miró a su alrededor. Solo había
algunas vitrinas de cristal y cada uno no tenía más de cinco anillos.
Dejó caer los hombros desilusionado. Aquí no había suficientes para
encontrar el anillo perfecto para Clay.

—¿Puedo ayudarles caballeros?

Un hombre mayor, que llevaba una corbata aflojada, salió de


la parte de atrás de la tienda y alargó la mano para estrechar la de
Preston. Tenía el pelo gris, cuidadosamente retirado de su cara y sus
mangas estaban enrolladas mostrando las líneas de los músculos de
sus antebrazos.

—Mason de Stone Church me dijo que aquí podría encontrar


un anillo de boda.

—Él tiene razón. Si no puedes encontrar lo que quieres, es que


no existe. Por su puesto, entonces es, cuando lo fabrico.

Preston miró por la tienda una vez más. Eso explicaba la


escasez de productos. Evidentemente se dedicaba más a los pedidos
personalizados. —Necesito un anillo de boda para un hombre.
Eso no será un problema ¿Verdad?

Tom dio un paso hacia Preston, escondiéndose detrás de él.

—Tengo muchas alianzas de boda para hombres. ¿Puedo


preguntar con cuál de los frailes te vas a casar? —Preston estaba
impresionado de que supiera que iba a casarse con uno de los frailes
solo por la recomendación de Mason. Tal vez él sabía también acerca
de las gárgolas. Preston detuvo sus pensamientos justo ahí. Sería
mucho para un joyero ir desde que los monjes eran gays hasta que
eran gárgolas.

—Clay. —Preston dio unos pasos hacia el hombre, el cual


parecía genuinamente interesado, ya que mostraba una sonrisa en su
cara.

Tedi Sinclair 138


—Puedes decirle a tu amigo que se calme. No me importa con
quien te cases siempre que tu dinero sea bueno. —El acento del
hombre emitía una alegre entonación mientras hablaba.

—Lo siento. Hemos pasado por algunos incidentes


recientemente y eso nos tiene al borde. —El anciano asintió
colocando las gafas sobre su cabeza—. Realmente no se qué tipo de
alianza quiero para Clay, solo sé que quiero que algo especial.

—¿Tenéis algo especial que compartís?

—Bueno, realmente no. —¿Cuánto podrían compartir dos


persona es un solo fin de semana? Preston se sintió estúpido hasta
que recordó su regalo.

—Rosas. Oh, y corazones. —pensó en la estatua de Clay en el


jardín, sosteniendo el corazón de su amado.

—Un romántico ¿Eh? —Preston sonrió y trató de no


sonrojarse. Clay era muy romántico y dulce, esas eran algunas de las
razones por las que se había enamorado de él—. Entonces tengo el
anillo perfecto. Clay lleva la talla quince ¿Verdad?

La cara de Clay se crispó por la impresión. —Sí. ¿Cómo lo


sabe?

—Creo haber conocido a todos los hermanos de la iglesia en


algún u otro momento. Con una sola sacudida de manos soy capaz de
medir el tamaño. —El hombre paró de rebuscar detrás del mostrador
para mirar a Preston y guiñarle el ojo—. Ese es mi trabajo, ya lo
sabes.

Él posó sobre la vitrina que tenía delante un paño de


terciopelo. — Está bien muchachos, esto es lo que les recomiendo.
—Sobre el terciopelo colocó una gruesa alianza de plata. Tenía hojas
grabadas profundamente sobre el metal gris. Estas iban de un lado al
otro del anillo y se unían en un punto con un granate incrustado.

—Oh, es perfecto. —Preston levantó el anillo cuidadosamente


y lo puso bajo la luz. No sabía lo que quería hasta que vio este anillo.
Representaba todo lo que apreciaba en Clay. Para Preston el grueso

Tedi Sinclair 139


del anillo de metal significaba su fuerza. Las delicadas y románticas
formas de las hojas rodeaban el camino hacia el corazón de su
aeternus, la piedra granate—. ¡Me lo llevo!

Con un gesto de asentimiento, el hombre mayor buscó una caja


de terciopelo. Colocó el anillo en el interior y le quitó el precio. —
¿Quieres grabarle algo? —Preston asintió—. Escribe exactamente lo
que quieres que ponga. —Le pasó un papel y Preston escribió con
palabras lo que sentía en su corazón—. Voy a pedir que lo entreguen
en la iglesia antes de que acabe el día. Ha sido un placer ayudarles.

Preston miró a Tom, y este se encogió de hombros. —Señor,


no he pagado todavía.

—Y no vas a hacerlo. Esto corre por mi cuenta. Considéralo


un regalo de bodas de un viejo amigo. Preston tomó su mano y la
sacudió firmemente. Le preguntaría más cosas a Clay más tarde
cosas sobre el hombre.

—Muchas gracias. La boda es mañana a las seis de la tarde,


por si le apetece venir.

El hombre se despidió con la mano mientras salían del


edificio. Preston no podía esperar para volver con Clay ahora que
había finalizado su última tarea. Todo lo que quedaba era casarse.
Mientras tanto, ellos podían divertirse un poco.

Clay se desperezó junto a Preston cuando las campanas de la


mañana sonaban, señalando la primera hora de trabajo del día.
Preston se había despertado hace algunas horas. Realmente, había
estado despierto casi toda la noche, dándole vueltas al tema de la
boda. Clay le rodeó con los brazos y le acercó más.

—Buenos días. —Clay susurró mientras le besaba la sien—.


Te has despertado pronto. ¿Te has acostumbrado ya al horario de la
iglesia?

Tedi Sinclair 140


—No, acabo de despertar. —Preston miró hacia el techo y
rápidamente giró hacia Clay, sonriendo, tratando de actuar normal.

Clay subió sobre su aeternus y se puso a cuatro patas. —¿Me


puedes decir que te pasa?

Preston arremetió. —Todo está bien excepto yo. Mi cabeza.


Mi mente da vuelta. No quiere callarse. —Preston trató de explicar
cómo su mente daba vueltas a la información, haciendo círculos con
las manos al lado de la cabeza.

—¿Qué está diciendo? —Clay miró fijamente a Preston de


forma sincera.

—Está diciendo ¿Qué te pasa? ¡No puedes casarte después de


tan solo unas semanas! Pero entonces la otra parte me dice ¡Cállate!
Ya le amas y sabes que esto va a funcionar. —Preston dejó caer las
manos sobre los ojos y gimió—. Mira, estoy perdiendo la cabeza.
Esto es estúpido. Estoy desconcertado sin razón alguna ¡Yo no soy
así! —Clay se rió entre dientes y Preston apartó la mano de la cara—
. ¿Qué es tan divertido?

—Tú lo eres. Pensé que necesitabas hablar conmigo, pero ya


estás teniendo una gran conversación contigo mismo.

—Grr, no ayudas.

Clay bajó de Preston y se deslizó hacia el borde de la cama. —


Preston ¿qué quieres que haga? Estas nervioso, eso es normal.

Preston cruzó por la cama hasta llegar al lado de Clay. —


¿Quieres decir que tu también estás nervioso?

—¿Yo? No, pero soy un mal ejemplo, tengo a mi gárgola


tomando el control. He sabido durante trescientos años que me
casaría con mi aeternus, así que esto es más fácil para mí. —Preston
asintió. Lo que Clay decía tenía sentido. El creyó sin dudar, que Clay
era su aeternus. Él tenía razón, en que eso eran nervios, no dudas.

—Quiero casarme contigo. No tengo la intención de


escabullirme de la ceremonia de esta noche. No entiendo porque mi
mente no se calla.

Tedi Sinclair 141


Preston se dejó caer al borde de la cama, mientras Clay iba al
baño. No estaba seguro de donde venía la indecisión. Los nervios
eran normales. El súbito y rápido acoplamiento los incrementaba.
Preston se sacudió la cabeza para despejarse justo cuando Clay salía
del baño. Clay se estiró hacia el techo, desplegando su enorme
estructura. Preston siguió las líneas que cortaban los músculos de
Clay, empezando por las manos y bajando por los brazos hasta su
pecho. Por un momento su vista se posó en el vientre definido.
Preston casi salivaba. Podías estar dudando en lo de caminar por el
pasillo, pero no podía negar, que estaba mirando al hombre más
hermoso del planeta.

El gruñido de Clay rompió la mirada de Preston. —Espero que


siempre me mires así. —Antes de que Preston pudiera responder,
Clay lo estrechó en un apretado abrazo, silenciándolo con un sonoro
beso. Preston lanzó los brazos alrededor del cuello de Clay y dejó
que lo devorara. Clay enredó una mano en el pelo de Preston y con la
otra agarró su culo, levantándolo y acercándolo más a su cuerpo.
Preston deseaba más, a pesar de que Clay lo sujetara tan apretado, y
entonces, envolvió los pies en su cintura. Clay rompió el beso, pero
Preston no quería detenerse y le persiguió.

—Preston. —Clay dijo riendo.

—¿Hmm?

—Todavía tenemos cosas por hacer hoy, Como preparar la


iglesia.

Preston dejó caer su cabeza sobre la de Clay, —No echaremos


un polvo hasta más tarde ¿Eh?

—Pienso que podemos esperar hasta el final del día.

—No lo sé. Falta mucho tiempo para la ceremonia. Y está la


recepción. Oh, y el tiempo que nos llevará llegar a donde sea que
vayamos en nuestra luna de miel. Podría ser casi un día entero. —
Preston deslizaba sus dedos por el cuerpo de Clay mientras hablaba,
esforzándose en parecer falsamente modesto.

Tedi Sinclair 142


Clay dejó caer sobre la cama a Preston, haciéndole rebotar. —
Estoy seguro que sobrevivirás.

—¡Bien! —dijo lanzándose hacia atrás con los brazos


extendidos—. Supongo que así crearemos la anticipación. —Un par
de pantalones vaqueros aterrizaron en la cama al lado de Preston, y
los recogió justo antes de que Clay se sentara a su lado. Clay cogió
los pantalones y empezó a vestirse—. ¿Jeans?

—Por supuesto. Quiero estar cómodo mientras preparamos las


cosas.

—¿No usara el hábito?

—Voy a ayudarte hoy.

—Bueno, pero pensé que íbamos a decorara por aquí.

Clay sonrió y Preston sintió como si le esperase un sermón. —


Piensa en mí hábito, como un uniforme o un mono de trabajo. Solo
lo necesito si es un acto oficial o si puedo acabar realmente sucio.
También nos esconden cuando estamos pasando por el cambio.

—¿Así que, no tienes que usarlo todo el tiempo?

—No. Lo usamos porque encaja con nuestro estilo de vida y


nos ayuda a ocultar nuestra piel. Si de pronto nos lo pusiéramos una
semana al mes sería más evidente.

Preston asintió con la cabeza todavía tenía mucho que


aprender sobre la Orden y lo que hacían. Cada vez que descubría
algo nuevo, sentía que una oleada de paz le invadía. Clay tenía razón.
Preston estaba teniendo lo habituales nervios del día de la boda.

Ellos cortaron flores del jardín para hacer los arreglos de la


iglesia y los que iban a llevar en el ojal de la chaqueta. El auditorio
era pequeño y estaba bien cuidado, aún así, Clay y Preston limpiaron
debajo de cada banco y barrieron el suelo de piedra. Ninguno de los
dos quería la iglesia recargada, por lo que no pusieron arreglos
florales en los bancos. Extendieron un tapete blanco por el centro de
la iglesia.

Tedi Sinclair 143


Clay colocó dos candelabros al frente de la iglesia y los llenó
con estrechas velas blancas que varios de los hermanos le habían
hecho como regalo. Una vez encendidas, llenarían la habitación con
un olor a naranja para un próspero matrimonio, el sándalo para la
bendición sagrada y la vainilla para el amor duradero. Preston
caminó hacia el fondo de la habitación y miró alrededor. La
decoración era simple pero llenaba la habitación con el aura que
deseaba proyectar.

Preston observó como Clay se giraba hacia él. Su cara se


dividió con una sonrisa, como ninguna que Preston hubiera visto
antes. —¿Qué?

—Estaba pensando que dentro de unas horas estarás en ese


mismo lugar, pero vendrás aquí para casarte conmigo. Preston no
pudo evitar sonreír junto a Clay. Clay corrió por el pasillo hacia
Preston y éste se preparó para ser envuelto entre sus brazos y que le
besara. Cuando Clay le alcanzó se detuvo.

—Si te beso aquí, no voy a parar en un solo beso.

—Lo sé. Quieres esperar. —Preston dio un paso atrás—.


Vamos a comprobar el pastel para luego.

—Gracias. —Clay tomó la mano de Preston y se dirigieron a


la cocina, donde se preparaba el postre. Ellos observaron como el
nivel superior se colocaba sobre una capa inferior más grande. Los
hermanos trabajaban juntos, reuniendo ingredientes y haciendo
pequeños ajustes—. No creo que seamos necesarios aquí, Preston.
Terran parece tener todo bajo control.

—Entonces, vamos a hacer las maletas.

Preston puso rumbo a su habitación seguido de Clay. Clay


caminaba lentamente como si quisiera estar en cualquier otro lugar.
Una vez se cerró la puerta, él apenas entró en la habitación.

—Clay, no voy a intentar nada, te lo prometo. —Clay suspiró,


y por un momento, Preston creyó haber solucionado el problema,
pero Clay siguió en silencio—. Habla conmigo ¿Qué pasa?

Tedi Sinclair 144


—No pasa nada. Tenemos un par de horas hasta la boda. —
Preston asintió y esperó a que el otro zapato cayera. Clay estaba
demasiado callado como para que fuera algo bueno—. Voy a hacer
las maletas y luego me iré.

—¿Salir? ¿A dónde vas?

—Voy a ir a la habitación de Marl y prepararme para la boda.

Preston caminó hacia Clay. ¿Por qué te vas a preparar ahí?


Actúas como si estuvieras escondiéndome algo.

Clay miró a Preston sin levantar la cabeza. —No te oculto


nada. Parece raro que nos preparemos y vayamos a la iglesia juntos.
Por lo general las parejas se encuentran en el altar de la iglesia no
antes.

Comprendió lo evidente cuando Preston lo escuchó. Clay


estaba tratando de conservar algunas costumbres. —Si quieres ir a lo
tradicional y encontrarnos en el altar, estoy de acuerdo con eso. Solo
tienes que decírmelo. Estoy abierto a todo tipo de tradiciones o
rituales que tu orden tenga. No soy religioso, así que voy a cederte
esto.

—Lo sé, pero yo no quería que pensaras que estaba


equiparando a alguno de los dos con la novia que se supone no sea
vista hasta el día de la boda o que estaba siendo estúpido. Sé que no
eres religioso y que ya hemos tenido sexo, así que no tiene sentido
después de todo. Pero quería que tuviéramos ese momento de
separación y reencuentro, en el que nos miramos el uno al otro a
través de la iglesia y, finalmente sabemos, que eso es todo.

—Clay lo entiendo, has tenidos trescientos años para saber lo


que quieres en tu boda. Puedo darte esto. No me importa. Eres un
romántico y quieres que todo se revele con la emoción del momento.
Solo tienes una oportunidad para disfrutar de todo esto. Eso está muy
bien. Prométeme que cuando aparezca tú estarás ahí.

—Lo prometo.

—Bien, entonces vamos a empacar.

Tedi Sinclair 145


Capítulo 12
El momento de la boda llegó de forma triunfal. Todos los
frailes disponibles llenaban las filas de la iglesia. Las velas estaban
encendidas y su aroma se mezclaba con la fragancia de las flores
recién cortadas. Tom estaba listo para colocarse en la parte delantera
de la iglesia, de pie, junto a Preston. Mason estaba en el centro del
escenario, esperando a los novios mientras hablaba con Marl, que se
encontraba de pie, él era el padrino de Clay.

Ninguno de los dos tenía familia aquí. Preston había echado


una ojeada antes, para comprobar como de llena estaba la iglesia.
Túnicas oscuras cubrían a todos los miembros. Se levantaros las
capuchas para ocultar su cambio, proporcionando el anonimato entre
la multitud. Las ropas sombrías no reflejaban las animadas voces y
las alegres risas. Si una persona llevara capucha, alguien podría darse
cuenta. Pero si todos las llevaban puestas a nadie le extrañaría. Los
hermanos gestionan su vida siempre considerando el bien de los
otros frailes y no el suyo propio.

Clay estaba encerrado en la oficina de Mason y Preston en una


pequeña aula al final del pasillo. Preston pensó que Clay debería
entrar en último lugar para ver la iglesia y a su novio esperando por
él en el altar, haciendo que Clay fuera el centro de atención de la
ceremonia. Clay lo consideró pero le pareció mejor que ese fuera el
lugar de Preston. Después de haber esperado tantos años por este
momento, Clay quería ver a su aeternus caminar por el pasillo hacia
él. Preston no podía negarle ese deseo.

Cuando la música toco, anunciando la entrada de Clay, Preston


dejó caer las manos sobre las rodillas y se inclinó, y respiró
profundamente varias veces. Desearía que sus padres o alguien,
estuvieran aquí para apoyarle en este momento. Solo se enderezó
cuando la canción cambio de clave anunciando su entrada. Se
sostuvo en la puerta, luchando por mantenerse erguido. Quería

Tedi Sinclair 146


casarse con Clay pero los nervios del día de la boda llegaron salidos
de la nada y le golpearon. Debería habérselo esperado, como siempre
le pasaba antes de un gran proyecto, ¿Y qué podría ser mayor y
cambiaría más su vida, si no el matrimonio?

Controlando sus nervios, Preston entró en el auditorio. La


multitud estaba sentada, ninguno de los dos los quería de pie.
Pensaron que sería demasiado ceremonial para que alguien pasara
caminando. Ver a Clay esperando por él en el altar, era toda la
motivación que necesitaba. Él se apresuró por el pasillo hacia su
novio, olvidándose caminar al ritmo de la música. Clay tomó su
mano inclinándose hacia él y le susurró —¿No se suponía que no
debías hacer eso? Preston no respondió con palabras, en su lugar
miró de forma burlona a Clay.

Preston se concentró en Clay y en los votos memorizados


anteriormente. El anillo pesaba en su bolsillo, esperando a que
Mason llegara a esa parte de la ceremonia. Cuando llegó el
momento, escuchó con atención como Clay pronunciaba el voto
ceremonial de las gárgolas. —Con este anillo, hecho de mi cuerpo,
yo me comprometo a ti. Es una pieza hecha por mí para que tú la
lleves. Como la piedra de la que procede, yo seré una roca a tu lado,
firme, segura y más fuerte contigo.

Preston observo el anillo cuando Clay lo deslizó por su dedo.


Era de carbón negro con una banda incrustada de plata. En el centro
del anillo había un diamante. Preston sonrió y miró a Clay una vez el
anillo estuvo en su lugar.

Clay se encogió de hombros como si estuviera avergonzado.


—Realmente es solo otra piedra.

—Es hermoso.

Preston metió la mano en el bolsillo para coger el anillo de


Clay. Los votos de Preston habían sido pronunciados por muchos
esposos antes que él. Los leyó en el libro y supo que eran los que
quería pronunciar, aunque Clay dijo que podía escribir los suyos
propios.

Tedi Sinclair 147


—Con este anillo me comprometo a ti. Ya que no serás capaz
de llevarlo todos los días, yo ocuparé su lugar, firme y seguro, como
una roca, a tu lado. Nosotros somos más fuertes juntos.

Preston observó la cara de Clay, leyendo cada expresión. Clay


era todo sonrisas, mientras observaba a Preston colocar el anillo en
su dedo.

—Es perfecto. —Clay se frotó con el pulgar bajo el anillo,


girándolo en su dedo. El granate brillaba a la luz de las velas, hasta
que la piedra estuvo cerca de su nudillo.

Mason volvió la atención hacia la multitud. —Ante el cielo y


estos testigos, han profesado las intenciones del uno para el otro.
Ayudémosles a cumplir sus promesas, mientras inician su vida
juntos.

La iglesia se llenó momentáneamente con los sonidos


entusiastas de los hombres y elevaron sus voces en acuerdo con la
promesa.

—Yo te os declaro casados. ¡Puedes besar al novio!

Mason apenas había terminado de pronunciar las palabras


cuando Clay cogió la cara de Preston y le besó ferozmente. Con un
rápido movimiento, Clay lo levanto de sus pies y los hizo girar.
Preston echó la cabeza hacia atrás y se rió de las payasadas de su
marido. Los asistentes se levantaron y aplaudieron, sonando más
como una fiesta que como un monasterio. Brillos y confetis llenaron
el aire y volaron alrededor de ellos.

—¡Felicidades! —Preston estrechó sus manos, cuando Clay


finalmente dejo a Preston en sólido suelo—. Sois el primero de los
muchos matrimonios que tendrá esta orden ¡Espero!

Los nuevos cónyuges se quedaron con Mason y los padrinos,


para firmar su certificado de matrimonio. El resto de la iglesia se
vació, dirigiéndose al comedor para picar algo. Una vez firmado,
vagaron hacia el comedor, entre besos y caricias, hacia el sonido de
música y risas. La recepción estaba en pleno apogeo.

Tedi Sinclair 148


—Vosotros los frailes sí que sabéis como hacer fiestas. —
bromeó Preston.

Clay tiró de Preston hacia la habitación. —Vamos a saludar a


todo el mundo.

—Oh, vamos, vivimos con estos chicos. Vamos a cortar el


pastel e irnos.

Clay paró de empujar y se volvió hacia Preston. Le sostuvo las


manos y le miró fijamente antes de inclinar la cabeza a un lado. —Tú
solo quieres meterte en mis pantalones.

—¡En serio! —Preston piso fuerte y siguió a Clay a la


recepción. Como buen anfitrión, Clay se acercó a cada persona
sonriendo, dándoles la bienvenida, las gracias y lo más importante
presentándoles a su marido. Después de que Preston fue presentado a
dos personas que ya conocía bien, se dio cuenta de lo que Clay
estaba haciendo. Estaba utilizando su nueva relación para reafirmar
su condición de casados. Preston disfrutó de la atención. Este era un
día que su romántico Clay había soñado durante cientos de años.
Preston le dejaría hacer lo que quisiera.

—Preston este es Tedrick, un viejo amigo mío. —Preston


sonrío ampliamente y se abalanzó para abrazar al joyero que le había
regalado la alianza de boda de Clay.

—¡Tú lo fabricaste! —Preston agarró al joyero. Tedrick agarró


inmediatamente la mano de Preston para ver el anillo que Clay había
hecho. Preston estaba muy feliz de mostrar el hermoso anillo.

—¿Tú conoces a Teddy?

—¡Por supuesto! ¿Dónde piensas que compré tu anillo de


boda? —Clay levantó su mano y estudió más de cerca su alianza.

—Ahora me doy cuenta que es tu artesanía. —Tedrick sonrió a


Clay en reconocimiento y volvió a mirar la alianza de Preston.

—¿Tedrick? —La voz de Mason era apenas un jadeante


susurro, pero toda la gente se giró cuando habló. La reverencia en su
voz silenció a la multitud. Él se apresuró para adelantarse y abrazar

Tedi Sinclair 149


al joyero—. No esperaba verte aquí. —Con un brazo sostuvo la
cabeza de Tedrick sobre su hombro, el otro estaba envuelto en su
espalda. Éste le devolvió el abrazo, apretándolo fuerte y aferrándose
a su hábito.

—Preston me invitó y ya sabes cómo me gustas las bodas.

Mason mantuvo las manos agarradas a los brazos de Tedrick.


—Te ves increíble. —Mason soltó una mano para estirarse y
acariciar el pelo corto de Tedrick. Las hebras de color sal y pimienta
volvieron a su sitio tras el toque.

—Me veo viejo Mason.

—Jamás he visto a un hombre tan guapo y distinguido. Y


nunca lo veré.

Tedrick bajó la cabeza, pero Preston aun alcanzó a ver el rubor


que cubría su cara y cuello. Tirando de la mano de Clay, dejo a los
dos hombres solos. No necesitaban que la gente presenciara su
íntimo reencuentro.

Preston continúo dirigiendo a Clay hacia una esquina de la


habitación. Quería llevarle hacia la puerta y tal vez, escabullirse
durante un rato. Pero Clay tenía otros planes. En cuanto se dio cuenta
de las intenciones de Preston, se escurrió del agarre de Preston.

Preston se despreocupó, riéndose, cuando empezó a perseguir


a su amante fugitivo. Este ha sido uno de los mejores días de su vida.
Se sentía más cerca que nunca de Clay. Ellos eran uno y
compartirían su vida juntos.

La risa de Preston fue aplastada cuando chocó contra la


espalda de la inmóvil estructura de Clay. Sus hombros estaban
elevados y su postura era rígida. Preston miró alrededor de su
cuerpo. Sacando fotos de los asistentes estaba Jim Abrams.

Jim dio un paso hacia atrás y se agarró a una silla para


enderezarse. Ésta cayó al suelo y pronto todo el mundo estaba
mirándoles.

Tedi Sinclair 150


—Jim, ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Preston a su
antiguo editor. No quería verlo de nuevo y menos en su propia boda.

Jim se giró cuando gritaron su nombre, mientras una cámara,


con objetivo para lentes de larga distancia, se balanceaba en su
flácido brazo, con la correa cepillando el suelo. La levanto hacia su
rostro y su cabeza se balanceó hacia atrás cuando golpeó en su cara.
El flas cegó a Preston cuando Jim tomó otra foto de los hermanos. —
Sabía que estabas escondiendo algo raro cuando esa bestia rompió mi
escritorio. Pero esto. —Jim giro alrededor con los brazos extendidos.
Sus palabras eran confusas y excesivamente dramáticas.

—Dame esa cámara Jim. Esto es una propiedad privada, no


puedes estar aquí.

Preston fue a coger la cámara, pero Jim la retiro hacia atrás y


la elevo sobre su cabeza. —Uh,uh. Voy a mostrarle al mundo lo que
son estos hombres. —Preston pudo oler el alcohol en su aliento ahora
que se puso más cerca. La nariz de Jim estaba colorada, al igual que
sus mejillas. Y el blanco de sus ojos tenía manchas rojas.

He estado observando esta iglesia Preston. Ellos no son


humanos. ¡Esta es la historia más grande de mi vida! Voy a ser rico.
—La mirada de Preston recorría toda la sala, observando las acciones
de los frailes. Varios se movían hacia Jim. Otros bloqueaban las
salidas. Jim se tambaleó de nuevo al tropezar con la larga correa de
la cámara. Él también había notado el cambio de los hombres, y
empezó a correr hacia la puerta.

Jim alcanzó su bolsillo y cogió su teléfono empujándolo hacia


el aire. —¡Quédense atrás! Llamaré al 911. ¡La policía vendrá!

La mano de Clay en la espalda de Preston atrajo su atención.


—Nadie quiere eso Jim. Tan solo dame la cámara. —Clay habló y
lentamente se puso delante de Preston. Preston frenéticamente miró a
su alrededor intentando averiguar qué es lo que estaba pasando. No
quería que las gárgolas quedaran expuestas, pero no sabía cómo
mantener su secreto si Jim ya lo sabía.

Tedi Sinclair 151


Jim vaciló de nuevo. Había tenido que meter mucho alcohol en
su sistema para estar tan torpe. Preston había visto a Jim apurar las
bebidas en cada evento del periódico. Se bebía hasta el agua de los
floreros. Jim se rió cuando su zapato se enredó con el borde del
mantel.

Preston notó a una nueva figura entrando en la habitación.


Nunca había visto a ese fraile antes. Levantó su capucha, ocultando
su rostro. Era el hombre más alto que Preston había visto fuera de los
jugadores de los Knicks. Sus hombros abarcaban el marco de la
puerta por la que estaba andando. Él se agachó cuando pasó por el
marco de la puerta.

Jim estaba balbuceando al mantel, sin darse cuenta del hombre


que se le acercaba. El blandió la cámara y disparó al azar mientras
balbuceaba.

—Clay, ¿Quién es? ¿Qué está pasando? —Preston se inclinó y


susurró al oído de su marido. Clay envolvió el brazo alrededor de
Preston y lo acercó más. El vello del cuello y los brazos de Preston,
se puso de punta.

—Ese es Hallam. Es el jefe de seguridad. El se encarga de


manejar los asuntos que nadie quiere. No sé si querrás ver esto.

—¡No puede matarle! —Preston agarró a Clay


frenéticamente—. Jim es un capullo pero ¡no puedes dejar que
muera!

La habitación se congeló cuando Jim titubeó. El nuevo


visitante paró de andar hacia atrás. Él se giró cuando tocó el duro
cuerpo detrás de él y se cayó suavemente cuando intentaba
enderezarse.

Hallam se adelantó lentamente y cogió la cámara del agarre de


Jim. Jim no dijo nada, era como si Hallam entrara en la habitación y
todo el mundo obedeciera. Hallam exudaba poder y control, era
como si por respirar a su alrededor se convirtieran en esclavos,
inamovibles hasta que el hablara. Hallam no dudó al sacar la tarjeta
de memoria del dispositivo. Él rompió la cámara con sus manos,

Tedi Sinclair 152


antes de devolverle, a Jim, la mayor parte. Hallam se sacudió las
manos para quitarse la mayor parte del plástico de las palmas.
Láminas de roca y piedra cayeron de su agarre también.

Clay intentó ocultar la cara de Preston contra él, pero Preston


no quería que impidiese ver lo ocurría. Tenía que saber lo que
pasaba. El no quería quedarse, si las gárgolas que hacían tanto bien,
eran capaces de matar a un hombre a sangre fría porque supusiera
una amenaza. Preston aceptaba que lo hicieran en defensa propia,
pero tenía que haber otra forma.

Hallam extendió la mano y Jim le paso su llavero. No se


dijeron ni una palabra, pero de algún modo, Jim consiguió lo que
necesitaba. Con su fuerza invisible obligó a obedecer a Jim, como si
tuviera a toda la habitación cautiva e inmóvil. Hallam desenganchó
un pendrive del llavero de Jim antes de devolvérselo. Una vez tuvo
sus llaves de vuelta, Jim ladeó la cabeza y parpadeó unas cuantas
veces como si estuviera saliendo de un trance o de un sueño
profundo. Él señaló los dispositivos de almacenamientos cuando
Hallam se los metía en los pliegues de su hábito.

Hallam apretó el pulgar contra la frente de Jim, dejándole una


marca de suciedad. Lo agarró por los hombros y se inclinó más cerca
de su cara. Jim sacudió los hombros pero no pudo librarse del agarre
de Hallam. —Te han pesado, no has dado la talla, esta es la marca de
tu maldición.

Suavemente Jim susurró —¿Me estás amenazando?

Hallam soltó los hombros de Jim —Has elegido y creado tu


propio camino. He visto a dónde conduce.

Jim se alejó de Hallam. Siguió con su camino hacia la salida


antes de dar la espalda a Hallam y salir corriendo del edificio.
Preston se retorció para liberarse de la mano de Clay y salió tras Jim.
Lo vio saltar a su coche y salir a gran velocidad del aparcamiento. Se
desvió cuando salió del terreno de la iglesia y se dirigió hacia la
ciudad camino al Daily Tribune.

Tedi Sinclair 153


Clay se unió a Preston en el vestíbulo, para mirar hacia el
estacionamiento.

—¿Vamos a dejar que se vaya? Sabe todo sobre ti.

Una voz firme y profunda, despotricando, detrás de ellos


sorprendió a Preston. De pie al otro lado, escondido en la sombra,
estaba Hallam. Él se inclinó sobre el marco de la puerta, con los
brazos cruzados sobre su amplio pecho. Su capucha estaba fruncida
en su cuello. Su piel era más oscura. A Preston le recordó la primera
vez que Clay empezó a cambiar. —No te preocupes Preston
Matthews.

Clay lo empujó a Preston hacia atrás, pero Preston se escapó


del agarre de Clay —¿Vas a matarlo? ¿Es eso a lo que te dedicas?

—¡Preston no! —Clay intentó calmarle. Pero Preston no lo


permitió, la búsqueda de la verdad era algo que estaba arraigado en
él.

—¡No! ¡Dímelo! ¿Es eso lo que haces? Te dedicas a matar a


todos para que la orden no quede expuesta. ¿Ellos se dedican a hacer
el bien y tú estás aquí matando gente en lugar de razonar con ellos?

Hallam se enderezó. Su rostro era estoico. Preston no iba a ser


intimidado. Se mantuvo firme cuando Hallam se acercó. Preston
había sido entrenado para entrevistar a personas poderosas. Aunque
Hallam tuviera fuerza, ese era solo otro tipo de poder. La estructura
de Hallam se comió la distancia que los separaba en apenas un par de
pasos. Hallam apoyó el pecho contra la nariz de Preston y le miró
fijamente. Preston se mantuvo firme sin romper nunca el contacto
visual.

—Eres muy valiente, solo por eso voy a responderte. Sin


embargo, Jim Abrams no morirá en mis manos.

Hallam se dio la vuelta y se agacho mientras pasaba por la


puerta del vestíbulo.

—¿Pero va a morir?—Preston le preguntó.

Tedi Sinclair 154


Hallam no se paró para responder, no le dio a Preston esa
consideración. Simplemente gritó —Todo el mundo muere.

Clay giró a Preston para mirarle a la cara. —Por favor, no seas


hostil con Hallam. Él y otros como el nacieron para proteger la
orden. No es para nada conocido por ser cariñoso y sociable. Ha
nacido para la lucha y la guerra. Ha servido en más guerras de este
mundo desde… Ni sé cuándo. Pero por favor. Déjalo estar.

Preston comprendió el temor y respeto que Clay le tenía a


Hallam. Las especies contaban con la protección, especialmente
cuando eran de piedra, y Hallam y sus compañeros se encargaban de
eso. La mente humana de Preston estaba preocupada por el asesinado
antes que por la autodefensa. Preston dedicó su carrera a revelar la
verdad y desentrañar las conspiraciones a las masas. Él no toleraría
un asesinato si no fuera para impedir la muerte de una persona
inocente.

—Preston, tú ahora eres parte de la iglesia. Nuestro secreto es


primordial. Hallam nos permite seguir protegiendo al mundo

—Entonces ¿Haces la vista gorda con los asesinatos?

—No, no. No se trata de eso. —Clay se alejó lentamente de


Preston. Una mano descansaba en la cadera y la otra cepilla el pelo
cuando se volvió hacia a Preston una vez más con una expresión
agitada en el rostro—. No puedo decir que conozca a ninguna
persona, que Hallam haya matado. Aparte de asegurarse de
mantenernos a salvo, nadie conoce lo que implica el trabajo de
Hallam. Podría tratarse simplemente de retorcer brazos e intimidar.

Preston lo sentía por Clay y sus hermanos. Su estilo de vida


solo era posible gracias al sacrificio de Hallam. Clay quería creer en
lo mejor de Hallam y de los otros protectores como él. Preston no
quería seguir presionando. Hallam dijo que no iba a matar a Jim y
ese era el único temor que tenía.

Preston agarró la mano de Clay y tiró hasta que se juntaron sus


cuerpos.

Tedi Sinclair 155


—Vámonos no hay ninguna razón para quedarse aquí. Pero
puedo pensar en una razón, realmente buena, para irnos.

Preston deslizó el dedo por los botones de la camisa de Clay.


Quería desabrocharlos y revelar la carne caliente que había detrás de
ellos. Era el día de su boda y quería dejar de lado todos los
problemas del mundo y disfrutar del hombre que tenía frente a él.

—Quiero mostrarte algo.

Preston agarró el bulto en los pantalones de Clay y lo agarró


fuerte. —Si se trata de esto, estoy dispuesto a ir a por ello.

Después de una rápida sacudida de caderas, Clay retrocedió.


—Todo a su tiempo.

El cielo de la noche estaba oscuro cuando Clay llevó a Preston


al jardín de la iglesia. —Clay ya he viso el jardín.

—Tú sígueme la corriente.

Accediendo, Preston siguió los pasos de su marido cuando él


se deslizó a través del camino. Una vez llegaron a lo más profundo
del jardín, se metieron entre los arbustos. La distribución creaba
parcelas íntimas, similares a refugios tranquilos, en una selva que
crecía rápidamente. O el jardín era mucho más grande de lo que
Preston creía o Clay estaba tomando la ruta panorámica.

—Aquí.

Clay se echó hacia un lado y reveló una zona de picnic


iluminada por velas. Una botella de champan descansaba en un cubo
de hielo. Había una bandeja de plata con dos copas de champan y
fruta. Preston recogió una copa y la colocó a la luz de las velas. La
fecha de la boda y sus iniciales estaban grabadas en el cristal.

—Se que mañana nos vamos de viaje, pero quería que esta
noche fuera especial. Siento que la conmoción de antes haya
empañado lo que debió haber sido una ocasión especial.

Tedi Sinclair 156


Preston, perplejo, se arrodilló en el suelo y tiró de Clay hasta
que éste se reunió con él. —Me arrepiento de haberte arruinado el
día.

—Nada podría arruinar el día. Finalmente tengo a mi aeternus.

Preston alcanzó el cinturón de Clay y aflojó el cuero. Esta


noche no pensaba en seducir. Quería sentir el poder de su amor. La
cercanía que solo experimentaba cuando unían sus cuerpos. Clay
inclinó la cabeza para besar la mandíbula y cuello de Preston. Él le
desabrocho los botones lentamente, en comparación a la rapidez con
la que Preston se deshizo de la ropa de Clay.

Preston empujó hacia abajo, los pantalones ya desabrochados y


la ropa interior de Clay, hasta que llegó a las rodillas. Su polla estaba
ya erecta y goteando pre-semen. Una gota brotó y se deslizó hacia
abajo, brillando a la luz de las velas. Preston se inclinó para
alcanzarla y luego lamió todo el camino hasta llegar a la punta antes
de tomar a Clay en su boca.

Las uñas de Clay arañaban el cuero cabelludo de Preston y


esto hacía que su cuerpo respondiera estremeciéndose.
Desesperadamente, arqueó la espalda y separó más sus rodillas sobre
la manta. Él quería que Clay sintiera como si se estuviera burlando
de él pero sin soltar el premio de entre sus labios. Para asegurarse de
que se quedara quieto, Preston agarró el culo de Clay y amasó las
carnes con sus manos, arrastrando su cuerpo cerca.

Con cada trago, la vara de Clay bajó un poco más por su


garganta, saboreando así algo más de la esencia salada de Clay. Clay
estaba gimiendo y empujando, usando la boca que Preston le ofrecía.
Piel caliente y suave cepillaba la garganta de Preston. Las venas
pulsaban contra sus labios en un ritmo Staccato21.

Respirando ampliamente, Preston succionó profundamente el


miembro tratando de extraer su semilla mientras apretaba cada
testículo y acariciaba las arrugas de la piel.

21
Se refiere al doble latido pausa doble latido.

Tedi Sinclair 157


—¿Quieres que te folle la boca? ¿Qué la bañe con mi leche?
—Las sucias palabras de Clay enviaban pulsaciones de placer a
través del cuerpo de Preston. Su ano se estremeció y gimió alrededor
de la polla de Clay en respuesta.

Clay agarro la parte de atrás de la cabeza de Preston y lo


mantuvo firme mientras se empujaba dentro. Sumergiéndose rápido,
Clay gimoteo cuando Preston le acarició con su lengua. Preston
apretó estrechamente el falo de Clay. Aun no conocían bien sus
cuerpos, pero Preston podía sentir que Clay estaba cerca.

Clay empujó a Preston hacia atrás y liberó su pene hinchado


por la sangre. Preston secó sus ojos llorosos. A él no le afectaba el
que estuviera llorando o resoplando o que Clay estuviera siendo
rudo. Saboreaba la agresión y el poder.

Preston acarició el miembro escurridizo de Clay,


manteniéndolo tan al borde, que estaba a punto de caer. Preston
susurró sus deseos cerca del oído de Clay. —Quiero que te corras en
mi boca y luego en mi culo.

En lugar de asentir, Clay sacudió la cabeza. Tenía los ojos


firmemente cerrados, respirando rápido y con la boca abierta. Preston
trazó con la lengua el labio lleno de Clay y luego lo lamió por dentro.
Envió a Clay mucho más cerca antes de sumergirla en su boca e
intentar succionar la parte de atrás de la garganta.

Tal vez fue por el calor repentino o por la humedad pero eso
hizo que Clay cediera. Agarrando la cara de Preston bombeó su
semen en dispuesto recipiente. Suavemente, Preston saboreó
cualquier resto con su lengua hasta que las piernas de Clay flojearon
y cayó de nuevo al suelo.

—No puedo esperar a que te recuperes. —Preston se puso en


pie y se deshizo de la ropa que le quedaba antes de montar a
horcajadas a la gárgola, que aún se estaba recuperando. La gastada
polla de Clay se alojaba ahora bajo en el culo de Preston. Se
balanceó suavemente disfrutando de la sensación creada por la
fricción en su piel—. Te quiero desesperadamente. Ahora voy a
estirarme y quiero que entres en mí tan pronto consigas recuperarte.

Tedi Sinclair 158


Los ojos de Clay se abrieron y sus fosas nasales se
encendieron. Él guió a Preston hacia abajo, con una mano alrededor
del cuello, para poder besarlo. Clay deslizó su lengua contra la de
Preston, queriéndose saborearse a sí mismo en la boca de Preston.

Preston estaba tan distraído por la boca de Clay que no notó el


lubricante que Clay puso en su dedo hasta que lo estuvo deslizando
por su grieta.

—¿Listo para la revancha?

Clay presionó la cabeza de Preston contra su pecho a la vez


que jugaba con su cuerpo. Sus pollas estaban próximas la una a la
otra, atrapadas entre ellos. Clay se burlaba con toques ligeros como
una pluma, sin traspasar nunca la entrada de Preston. Al rodear su
agujero, Preston supo que rogaría a Clay que lo llenase.

La punta del dedo se deslizó y paro. Preston intentó empujarse


hacia atrás para intentar conseguir algo de alivio, tal vez incluso
llegara a su próstata, pero Clay lo sostuvo con firmeza contra su
pecho.

Solo cuando él gimoteó un “por favor” Clay cedió y empujó


más profundo, retorciéndolo y llegando hasta el borde para que él
encuentre su liberación. A Preston le encantó esta parte. Se enfocó en
su culo y en el relleno húmedo con el que le daba atención su pareja,
haciendo que así aumentara su placer.

Clay agregó un segundo dedo y más lubricante. Todo lo que


Preston podía hacer era mover la cabeza de atrás hacia delante contra
el pecho de Clay. La forma lenta en que Clay lo estiraba era una
tortura dichosa. Su cuerpo cedió y se abrió. Clay torció los dedos,
buscando y presionó su botón dándole a Preston el alivio deseado.
Clay se rió cuando Preston gritó ”¡No, no!” cuando el apartaba los
dedos. —No te preocupes, tengo algo más para ti.

Aliviado Preston se levanto del abdomen de Clay y se giró


presentándole el culo como ofrenda. La camisa de Clay estaba
abierta, su pecho expuesto y su sudor brillaba bajo la luz centelleante
de las velas. Preston miró hacia atrás cuando Clay deslizo hacia

Tedi Sinclair 159


abajo su camisa hasta que los bordes colgaban sobre sus caderas. Él
apartó la mirada cuando la polla de Clay besó su culo.

Lentamente, Clay recorrió su camino a través del anillo


exterior del musculo. Preston quería relajarse y aceptar la felicidad
ofrecida por Clay. La unión de sus cuerpos acercaba sus almas.
Preston anhelaba el día en que este acto los uniera de la forma
tradicional del pueblo de Clay. Esta noche se habían unido como
cónyuges y no solo como amantes. Clay pudo haber sentido la
reflexión de Preston mientras le cubría con su cuerpo. Envuelto en su
calor, Preston se relajó y le dio la bienvenida a su interior. Clay besó
su cuello y hombros mientras se insertaba dentro.

—Mi aeternus.

Clay se apoyó en un brazo y usó el otro para acariciar la carne


de Preston. Le froto los pezones hasta que estuvieran erectos, duros y
con la piel sensible. Avanzó sigilosamente sobre el estómago de
Preston y le agarró la polla con su callosa mano. Y suavemente,
acarició la piel caliente sin apretar tanto como para que pudiera darle
alivio.

Preston gritó, cuando su culo se vació, solo para ser llenado,


sin preaviso, de nuevo. Clay alargó sus empujes, saliendo con más
fuerza y presionando más profundo. El aire nocturno se llenó con
sonidos hedonistas. 22 Los gritos de Preston resonaban con cada
golpe de la unión de sus cuerpos. Él se inclinó hacia atrás,
presionando fuerte con sus manos sobre la manta y removiendo la
tierra.

Preston echó la cabeza hacia atrás cuando Clay gruñó y agarró


sus caderas, tirando de Preston hacia atrás, sobre su longitud. Los
empujes de Clay vacilaron, sugiriendo su próxima liberación. Preston
alcanzó el final por sí mismo cuando Clay le llenó completamente, y
con cada empuje, presionó su próstata.

Estaba tan cerca. Si Clay simplemente… —¡Sí! ¡Eso! —


Preston gritó cuando Clay lo embistió con fuerza. La semilla de

22
Con sonidos de placer es decir, gemidos, jadeos, etc.

Tedi Sinclair 160


Preston salió disparada formando un charco debajo de él. Sus brazos
temblaron cuando intentaba mantenerse firme, mientras Clay
continuaba balanceándose en su interior.

Preston sonrió cuando Clay colocó la cabeza en el centro de su


espalda. Él le daba besos por de su espina dorsal mientras envolvía
los brazos alrededor del torso de Preston. Se deslizó fuera y sin
soltarle, rodo hacia un lado. Preston giró para besar a Clay, quien le
dio la bienvenida con la boca abierta. Sus lenguas se acariciaban
lánguidamente. El sabor de Clay era dulce por algo que había comido
o bebido anteriormente. Ansioso por más, Preston se inclinó hacia su
marido. Clay rompió el beso cuando sonrió.

—Eres feliz. —Su declaración fue expresada con tanto amor


que Preston pudo ver la felicidad en las arrugas alrededor de los ojos,
y en los pliegues de su boca. Preston se acurrucó más cerca,
agarrando las piernas de Clay con sus propias piernas.

—Lo soy.

Preston se sentía seguro, protegido y querido. Su futuro se


dibujaba, como una historia no escrita, esperando a ser redactada.
Todavía no podía creer que él y su felicidad, estuvieran envueltos, en
este mundo sobrehumano. Y pensar que esto era solo el principio.
Preston no era capaz de entender la felicidad que sentía ahora que se
habían enlazado. El mundo que encerraba las paredes del monasterio,
era completamente nuevo y Preston se sentía mucho más feliz él.

Tedi Sinclair 161


Epílogo
Marl se paró junto a Clay, cuando éste estaba descargando las
maletas que estaban en el coche de Preston. —Bienvenidos, recién
casados.

Clay sonrió a Marl, sin quitarle la vista de encima a Preston.


Desde que se dieron el “Sí quiero” Preston estaba radiante y sonreía
ampliamente. Ése solo apartó la vista para mirar su anillo de bodas.

Preston no era capaz de expresar lo feliz que era con su joya


artesanal. Saber que Clay no solo lo confeccionó, si no que extrajo el
mineral de su propio cuerpo, lo hacía todavía más valioso. Era una
parte, literalmente, de Clay, que Preston podía llevar con él en todo
momento.

Clay conservó la tradición de tallar el anillo con la piedra


producida por su cuerpo. Le explicó a Preston que con el tiempo, es
posible que necesitara repararlo, pero que era algo normal en la
cultura de las gárgolas.

Los cónyuges disfrutaban regalándose nuevas alianzas en sus


aniversarios o en eventos especiales. Si Clay le iba a estar
obsequiando con alianzas a lo largo de su extensa vida, Preston iba a
tener que encontrar alguna forma para lucirlas.

—Quería hablar contigo a cerca de algo que sucedió mientras


estabais fuera. Probablemente esté pasando por encima de Mason,
pero creí que sería mejor que lo oyeras de mí.

Preston se unió a Marl y a Clay, que estaban junto al maletero


del coche. Marl tenía el ceño y los labios fruncidos. Por lo visto,
estas no serían buenas noticias.

—¿Tom está bien? ¿Ash le ha hecho daño? —La voz de


Preston se elevaba mientras hablaba. Tuvo la impresión de que Tom
tendría problemas cuando él se fuera de luna de miel, pero lo apartó a

Tedi Sinclair 162


un lado, se merecía tiempo con Clay. No podía ignorar a su marido, y
había gente maravillosa en la iglesia que podía cuidarle en su
ausencia.

Marl se echó a reír. —Tom es… bueno, Tom es Tom. Y Ash


está en estado de piedra. Probablemente él corra más peligro que
Tom. —El corazón de Preston se ralentizó. Debería haber sabido que
Tom le llamaría, para contarle lo sucedido, si hubiera pasado algo.
No le importaría que Preston estuviera teniendo sexo en su luna de
miel, él le interrumpiría igual—. Si no es por Tom ¿Qué es lo que ha
pasado?

—Jim, tu jefe, está muerto. —Preston enloqueció


inmediatamente con las palabras de Marl. Hallam tuvo que estar
metido en esto. Él no iba a tolerar que un asesino viviera en la
iglesia—. Puedo ver que tu maquinaria ya está trabajando. No, no ha
sido Hallam.

—¿Entonces qué pasó?—Preston cogió el brazo de Clay y lo


envolvió alrededor de su cintura. Utilizaba a Clay para estabilizarse,
ya que él era su roca.

—Jim ya estaba borracho cuando lo encontraste en la


recepción. A tres calles de distancia, él estrelló el coche contra un
semáforo. Había botellas vacías dentro, y no eran de cerveza, más
bien parecía ser Whiskey o vodka. ¡No sé cómo se mantenía en pie!

—¿Y Hallam no tuvo nada que ver con eso?

—Honestamente, lo que deberías preguntar es si alguien


resultó herido. Pudo haber matado a alguien. Sus niveles de alcohol
en sangre eran lo suficientemente altos como para considerarlo en
coma etílico.

Preston se sentía avergonzado. La mano de Clay que agarraba


su brazo se apretó reconfortándolo. Él apreciaba su consuelo.
Entonces Preston enlazó sus dedos.

—Nuestro estilo de vida es nuevo para Preston, y sus


preocupaciones sobre Hallam o a que se dedica son aceptables.

Tedi Sinclair 163


Preston entiende nuestra necesidad de mantener el secreto, pero en
un primer momento, siempre considerará las cosas como humano.

Marl asintió. Preston apreciaba que Clay saliera en su defensa,


especialmente frente aún hermano. Esto era un buen augurio para su
futuro matrimonio. Él sería tolerante y paciente mientras su relación
se afianciaba.

—Quería contártelo ya, porque pensé que sería más fácil si lo


oías de mí. No sé cómo funcionan los poderes de Hallam. El es
diferente al resto de nosotros. Pero es un buen hombre Preston. Él lo
único que vio fue la inminente muerte de Jim. Él no tuvo nada que
ver con ella.

—Tal vez los poderes de Hallam sean profecías inevitables. Te


creo. Jim se hizo esto a sí mismo. Pero la forma en que huyó, era
como si estuviera aterrado.

—Esa es una buena especulación. Pero eso es todo. Tan solo


los protectores lo entienden. Si Hallam estuviera fuera de control, los
otros protectores lo detendrían. Ellos son sus propios vigilantes.

Marl cogió una de las bolsas de Clay, se giró y caminó hacia el


monasterio, concluyendo así la conversación. Preston frunció el ceño
cuando Marl siguió caminando. Clay besó su frente y le acarició la
espalda para calmarlo. Hallam era inocente de la muerte de Jim, pero
temía que aún así, él tuviera la sangre de otros en sus manos.

Preston se preocuparía de eso otro día. Hoy comenzaba una


nueva vida y su matrimonio con su aeternus. Hoy era el comienzo de
un para siempre.

Fin
Tedi Sinclair 164
Acerca del Autor
¡Soy esposa de un militar, una madre que educa en casa y tenaz en su
trabajo! Tedi hizo su aparición durante la clase de inglés, de primer
año, más aburrida de todos los tiempos. Cuando mi presencia física
no pudo soportar el zumbido, mi autoconsciencia desapareció y Tedi
salió a la superficie. Ahora ¡Tedi salé para hacer cosas locas! como
el escribir romance erótico. También es responsable de la mayoría de
mis comentarios sarcásticos, bromas épicas y de mis risitas traviesas.

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Créditos

Sakura
Cyllan
Clau
Pervy
Morgana Celtic

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