PERDON

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1 DE REYES 8:39 PERDONARÁS ... Y DARÁS A CADA UNO CONFORME A SUS CAMINOS.

Salomón comprendía que Dios perdonaría a su pueblo si ellos se apartaban de su pecado y


con sinceridad se arrepentían con aflicción y tristeza (1 DE REYES 35-36). También reconoció
que Dios pudiera tener que castigarlos, para que "teman [a Dios] todos los días que vivan sobre
la faz de la tierra" (1 DE REYES 40).

2 de CRÓNICAS 7:14 SI SE HUMILLARE MI PUEBLO ... Y ORAREN, Y BUSCAREN MI ROSTRO, Y


SE Convirtieran. El juicio de Dios de su pueblo durante épocas de decadencia moral, apatía
espiritual y transigencia con el mundo es sequía, aridez, pestilencia y aflicción (2 de
CRÓNICAS 13). La promesa de Dios (véase la nota siguiente), aunque originalmente se le dio
a Israel, es pertinente por igual para su pueblo de cualquier generación que, después de
experimentar su juicio, satisfaga los siguientes cuatro requisitos para el avivamiento de la vida
espiritual y la restauración del propósito santo y de la bendición de Dios para su pueblo (cf.
Hechos 3:19): (1) "Humillarse." El pueblo de Dios debe reconocer sus fracasos, expresar
arrepentimiento por su pecado y renovar su compromiso a hacer la voluntad de Dios.
Humillarse delante de Dios y de su Palabra significa reconocer la propia pobreza espiritual (2
de CRÓNICAS 11:16; 15:12-13,15; 34:15-19; Salmos 51:17; Mateo 5:3). (2) "Orar." El pueblo de
Dios debe clamar a Él desesperado por misericordia, y debe depender completamente de El y
confiar en Él para su intervención. La oración debe ser ferviente y constante hasta que Dios
responda desde el cielo (cf. Lucas 11:1-13; 18:1-8; Santiago 5:17-18). (3) "Buscar mi rostro." El
pueblo de Dios debe volverse diligentemente a Dios con todo el corazón y anhelar su
presencia, y no simplemente tratar de escapar de la adversidad (2 de CRÓNICAS 11:16; 19:3;
1 Crónicas 16:11; 22:19; Isaias 55:6-7). (4) "Convertirse de sus malos caminos. El pueblo de
Dios debe arrepentirse genuinamente al apartarse de los pecados específicos y de toda forma
de idolatría, renunciar a la conformidad al mundo, y acercarse a Dios para buscar
misericordia, perdón y purificación ( 2 de CRÓNICAS 29:6-11; 2 Reyes 17:13; Jeremías 25:5;
Zacarias 1:4; Hebreos 4:16).

Mateo 6:15 SI NO PERDONÁIS. Aquí Jesús pone énfasis en que el creyente debe estar
dispuesto a perdonar las ofensas de los demás. Si no perdona al ofensor arrepentido, Dios no
lo perdonará a él y sus oraciones no tendrán ningún efecto. Ese es un principio importante por
el cual Dios perdona (Mateo 18:35; Marcos 11:26; Lucas 11:4.)

Mateo 18:35 SI NO PERDONÁIS. En esta parábola, Jesús enseña que el perdón de Dios, aunque
se da gratis a los pecadores arrepentidos, no obstante permanece condicionado a la voluntad
de la persona para perdonar a los demás. En otras palabras, se puede perder el perdón de Dios
al mantener un corazón amargado que se niegue a perdonar ( Mateo 6:14-15; Hebreos 12:15;
Santiago 3:11,14; nótese especialmente Efesios 4:31-32 donde Pablo afirma que la amargura
y el resentimiento son totalmente incompatibles con la profesión de fe del creyente, y que
deben eliminarse).

PERDÓN DE LOS CREYENTES

LUCAS 17:3 SI SE ARREPINTIERE, PERDÓNALE. Con respecto a la afirmación de Jesús sobre


perdonar a los demás, obsérvese lo siguiente: (1) A Cristo le interesa que los creyentes deseen
perdonar y ayudar a quienes los ofenden, en vez de tener un espíritu de odio o venganza. (2) El
perdón y la reconciliación no pueden ocurrir hasta que el ofensor reconozca su acción
incorrecta y se arrepienta sinceramente. Además, Jesús no se estaba refiriendo a la misma
ofensa una y otra vez. (3) El ofendido debe estar dispuesto a perseverar en el perdón si el
ofensor se arrepiente sinceramente (LUCAS 4). Con eso de perdonar "siete veces al día", Jesús
no está justificando el pecado habitual. Ni está diciendo que el creyente debe permitir que
alguien lo maltrate o abuse de él indefinidamente. Más bien, enseña que debe mantenerse
siempre dispuesto a ayudar y a perdonar al ofensor.

PERDÓN DE DIOS.

NÚMEROS 19:9 EXPIACIÓN. Hebreos 9:13-14 contrasta la sangre de Cristo con las cenizas de
la vaca alazana. Como los israelitas tenían en las cenizas un medio disponible de purificación,
así los creyentes en Cristo tienen una fuente disponible de la sangre de Cristo en la cual,
mediante la fe y el arrepentimiento, pueden encontrar limpieza “de todo pecado” (1 JUAN 1:7).
Mediante esa purificación ellos podían acercarse a Dios, recibir misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro (HEBREOS 4:16; 7:25).

SALMO 32:1 BIENAVENTURADO AQUEL CUYA TRANSGRESIÓN HA SIDO PERDONADA. Las


únicas personas de veras felices son las que han recibido de Dios el perdón de sus pecados,
de manera que la culpa de sus transgresiones no pesa sobre la mente y el corazón de ellos, y
ya no está intranquila su conciencia. Tal bienaventuranza está a la disposición de todos los
pecadores que acudan al Señor (Mateo 11:28-29). El salmista describe el perdón de Dios de
tres maneras. (1) Él perdona el pecado. (2) Él cubre el pecado, es decir, lo pone fuera de la
vista. (3) No se imputa el peca do (Salmo 32:2), es decir, se elimina la culpa de los
antecedentes.

SALMO 51:1-19 TEN PIEDAD DE MÍ. Todos los que han pecado en gran manera y están
abrumados por los sentimientos de culpa pueden encontrar perdón, limpieza del pecado y
restauración de la gracia de Dios si se acercan a Él en el espíritu y las palabras de este salmo.
La súplica de David de perdón y renovación se basa en la gracia, la misericordia, la bondad y
la compasión de Dios (SALMO 51: 1), en un corazón de veras contrito y arrepentido (SALMO 51:
17), y por último en la muerte expiatoria de Cristo por los pecados de los seres humanos (1
Juan 2:1-2).

Proverbios 28:13 EL QUE ENCUBRE SUS PECADOS. Los que procuran negar su pecado u
ocultarlo en vez de reconocerlo, confesarlo y abandonarlo no harán ningún progreso espiritual.
Sin embargo, el perdón y la misericordia de Dios son asequibles para todos los que acudan a
Dios con sincero arrepentimiento (véase Mt 3:2, nota).

Jeremías 31:34 PERDONARÉ LA MALDAD DE ELLOS. Son fundamentales en el nuevo pacto el


perdón de los pecados y la resultante reconciliación con Dios, que se basan en el sacrificio
expiatorio de Cristo en la cruz (cf. Isaías 53:4-6; Mateo 26:27-28; Lucas 22:20)

Ezequiel 31:11 SEGÚN SU MALDAD. Los juicios de Dios no son arbitrarios; siempre están de
acuerdo con la iniquidad de las personas o las naciones. En la actualidad Dios no desea
ejecutar juicio, sino más bien ofrecer el perdón a todos los que se vuelvan a Él por medio de su
Hijo Jesucristo.
Zacarias 3:4 TE HE HECHO VESTIR DE ROPAS DE GALA. Dios había quitado las viles vestiduras
de Josué, lo cual simbolizaba la eliminación de su pecado (y el de Israel). Entonces se le vistió
de costosas ropas de gala y se le puso mitra o turbante limpio en la cabeza, que indica plena
restitución al oficio sacerdotal. Se limpió el pecado de los israelitas y se les vistió de la justicia
divina. Esa misma limpieza está a disposición de los creyentes por medio de Cristo (Efesios
1:7; Romanos 1:16-17; 3:22,25-26).

Mateo 26:28 REMISIÓN DE PECADOS. El perdón es necesario porque todos han pecado,
destruido su relación con Dios y están bajo condenación (Romanos 1:18-32). El perdón es el
medio por el cual se restaura esa relación (Efesios 1:7; Colosenses 2:13). (1) Las palabras
hebreas y griegas para perdón denotan el concepto de “cubrir”, “perdonar”, “anular”,
“despedir”. El perdón de Dios incluye: no tomar en cuenta el pecado que se ha cometido
(Marcos 2:5; Juan 8:11), salvar a los pecadores del castigo eterno (Romanos 5:9; 1
Tesalonicenses 1:10), aceptarlos (Lucas .15:20ss), liberarlos del dominio del pecado y
trasladarlos al reino de Cristo (Colosenses 1:13), y renovar a la persona en su totalidad y
prometer la vida eterna (Lucas 23:43; Juan 14:19b). (2) Para recibir el perdón, debe haber
arrepentimiento, fe y confesión del pecado (Lucas 17:3-4; Hechos 2:38; 5:31; 20:21; 1 Juan
1:9). Para que Dios pudiera extender el perdón, se requería el derramamiento de sangre
(Hebreos 9:22). Así que el perdón está basado en la muerte de Jesucristo en la cruz (Mateo 28;
Juan 1:29; 3:16; Romanos 8:32). El perdón divino es una necesidad permanente para los
creyentes, de modo que puedan mantener su relación salvadora con Dios (Mateo 6:12,14-15;
1Juan 1:9)

Mateo 3:2 ARREPENTÍOS. El significado fundamental de arrepentirse (gr. metanoeo) es


“volverse”. Es abandonar los malos caminos y volverse a Cristo, y por medio de Él a Dios (Juan
14:1,6; Hechos 8:22; 26:18; 1Pedro 2:25). (1) La decisión de volverse del pecado a la salvación
en Cristo incluye la aceptación de Cristo no sólo como Salvador de la condena del pecado,
sino también como Señor de la vida de quien lo acepta. Así que el arrepentimiento implica un
cambio de amos: del señorío de Satanás (Efesios 2:2) al señorío de Cristo y de su Palabra
(Hechos 26:18). (2) El arrepentimiento es una decisión libre de parte del pecador, hecha
posible mediante la gracia capacitadora dada a él al oír el evangelio y creer en Cristo (Hechos
11:21; (3) La definición de la fe salvadora como un simple “confiar” en Cristo como Salvador
es totalmente insuficiente a la luz de la exigencia que Cristo hace del arrepentimiento. El
definir la fe salvadora de manera que no incluya necesariamente un rompimiento radical con
el pecado es distorsionar de modo peligroso el punto de vista bíblico de la redención. La fe que
incluye el arrepentimiento siempre es una condición para la salvación (cf. Marcos 1:15; Lucas
13:3,5; Hechos 2:38; 3:19; 11:21). (4) El arrepentimiento fue un mensaje fundamental de la
predicación de los profetas del AT (Jereremias 18:8; Ezequiel 18:30; Joel 2:12-14; Malaquías
3:7), de Juan el Bautista (Mateo 3:2), de Jesucristo (mateo 4:17; 18:3; Lucas 5:32) y de los
creyentes del NT (Hechos 2:38; 8:22; 11:18; 2 Pedro 3:9). La predicación del arrepentimiento
siempre debe acompañar el mensaje del evangelio (Lucas 24:47)

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