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Elaboración de gráficas en donde se compara la canción y la poesía

centroamericana la segunda mitad del siglo XX.

A finales del siglo XIX la renovación mayor de la poesía escrita en español provino
de un poeta centroamericano: el nicaragüense Rubén Darío, quien revolucionó la
poesía, dándole un aire más fresco a la misma.
El modernismo fue la clarinada que despertó de nuevo el espíritu de
experimentación, de juego verbal, de creatividad.

Así, debemos a Centroamérica la renovación de la poesía en castellano. Sin


Rubén Darío fuera impensable la poesía escrita en español en el siglo XX y en el
siglo XXI. Fue el libertador.

El istmo centroamericano, esa delgada franja de tierra que une al subcontinente


norteamericano, vía México, con Estados Unidos y Canadá, y con el subcontinente
sudamericano, a través de Colombia, tiene, pese a su pobreza y atraso
socioeconómico, a la violencia de su historia, sobre todo en la segunda mitad del
siglo XX con tempestuosas guerras civiles, dictaduras feroces, ensayos populistas,
intervenciones militares encubiertas o desembozadas, una historia poética que
destaca y brilla.

PANAMÁ

El renovador y la figura mayor de la poesía panameña en el siglo XX lo fue


Rogelio Sinán, publica en 1929 “Onda” que es el primer libro vanguardista y
renovador en la poesía panameña del siglo XX, fuertemente influido por entonces
por la poesía pura, una de las corrientes que primó por entonces.

Autores como Ricardo J. Bermúdez, Demetrio Herrera Sevillano, Antonio Isaza


fijaron las pautas expresivas por las que posteriormente emergieron poetas como
Esther María Ossess, Tristán Solarte, José Guillermo Ross-Zanet y otros.
Tras ellos, llegarían voces que renovarían e insuflarían nuevos bríos a la poesía
panameña, como Bertalicia Peralta, Giovanna Benedetti, Enrique Jaramillo Levi,
Héctor Collado, Eric Arce, entre otros.

COSTA RICA
La poesía costarricense, lejos de los cataclismos políticos que han sumergido a
los demás países de la región en masacres despiadadas, tiranías atrabiliarias, ha
discurrido por otros canales, si bien menos glamorosos y estridentes, no menos
valiosos y significativos en tanto poesía.
Así, un autor como Isaac Felipe Azofeifa fue uno de los que inicialmente acogió la
vanguardia y la renovación de las letras costarricenses, al igual que la poeta
Eunice Odio y Francisco Amighetti, entre otros.

Tras ella, vino la Generación del 40 con nombres como Joaquín Gutiérrez, León
Pacheco y Julián Marchena.
Y ya para 1960, en que empieza el proceso de urbanización creciente y
desplazamiento del peso productivo progresivamente del campo a las ciudades,
emergen autores que expresan la vida urbana como tema, más que la
propiamente rural.
De esa generación son los poetas del Círculo de Poetas Turrialbeños, que luego
cambió su nombre a Círculo de Poetas Costarricenses, y que en 1977 lanzaron
su Manifiesto Trascendentalista, que promueve alejar la poesía del tono social
que se propiciaba por entonces.

NICARAGUA
La poesía nicaragüense es, por mucho, la más conocida de la región. Y la que
más nombres con proyección internacional ha aportado.
También, caso extraño, una poesía que en sus orígenes se vinculó fuertemente al
fascismo y al extremismo político de derechas.
Y que tuvo, por igual, mayor influencia de la poesía norteamericana que de la
española o la francesa.
Siendo la patria de Rubén Darío, la renovación llegó de manos del poeta José
Coronel Urtecho, quien El 29 de mayo de 1927, “El Diario Nicaragüense”, de
Granada, publicó la hoy famosa “Oda a Rubén Darío”, poema escrito por éste un
año antes, en 1926, en San Francisco, California.

La poesía nicaragüense es influida por la reacción nacionalista frente a la


intervención norteamericana, la guerra de Sandino en Las Segovias, la influencia,
simultánea, de la vanguardia norteamericana y de un extremismo en particular: el
fascismo y en falangismo español.

HONDURAS
Honduras fue, más que todas, la nación que mereció el sobrenombre humillante
de república bananera. Eran los feudos de Estados Unidos y la United Fruit
Company, que ponía y quitaba gobiernos.
La poesía hondureña tiene en el siglo XX dos grandes nombres: Oscar Acosta y
Roberto Sosa, que trascienden sus fronteras.
La renovación poética en Honduras comenzó tardíamente, con los miembros de la
llamada generación del 50. Oscar Acosta y Pompeyo del Valle, dos de sus
integrantes, fueron atraídos por la poesía política cuya mayor figura lo era Pablo
Neruda. Otros, como David Moya Pozas tomaron como modelo a García Lorca. Y
también destaca Clementina Suárez.

De los poetas actuales destacan Samuel Trigueros, Waldina Medina, José


González, José Antonio Funes, Marco Antonio Madrid, Giovanni Rodríguez,
Rolando Kattan, Salvador Madrid y Gustavo Campos. Rubén Izaguirre, Rebeca
Becerra y César Indiano. Por igual Amanda Castro y José González.

EL SALVADOR
País desgarrado por dictaduras sanguinarias, extremismos, terrorismo de
izquierda y de derecha, violencia política y radicalismos, El Salvador también
posee una poesía que tiene, como signo trágico, la muerte a manos de sus
propios conmilitones de su poeta de mayor proyección internacional: Roque
Dalton.
En los años ´30 se populariza en El Salvador la teosofía y alrededor de esta
corriente místico-religiosa se agrupa una gran cantidad de escritores, entre ellas
su narrador de mayor relevancia: Salarrúe, así como la poeta Claudia Lars.
En la década del ´40 surge un grupo más definido desde el punto de vista de la
ruptura vanguardista. Así están Pedro Geoffroy Rivas, cuya poesía está marcada
por las corrientes de vanguardia; Hugo Lindo, voz influida por la poesía pura y la
sobriedad verbal; Oswaldo Escobar Velado y Ricardo Trigueros de León.
En los años ´70 aparece “Piedra y Siglo” que reúne a escritores como Ricardo
Castrorrivas, José María Cuellar, Uriel Valencia y otros, al igual que otros grupos
como La Cebolla Púrpura.

GUATEMALA
Dos autores introducen las nuevas corrientes que rompen con el modernismo en
Guatemala: uno, el único premio Nobel de Centroamérica: el poeta y narrador
Miguel Ángel Asturias. El otro, Luis Cardoza y Aragón.
Ambos, fuertemente influidos por el surrealismo, del que bebieron directamente en
París, de manos de sus creadores.
El rompimiento arranca en los años ´30 con el movimiento de los tepeus, un
vocablo maya-quiché, que significa formador, creador. Y es que el vanguardismo
en Guatemala fue voltear la mirada hacia su realidad, esa inmensa comunidad
maya sometida que era la indudable mayoría del país y a la que el europeísmo
negaba y buscaba ocultar.
La revolución de octubre de 1944 inicia una escasa década democrática que
permite florecer las artes.
En Guatemala, escritores como Francisco Méndez y César Brañas quedan
brindando estímulo y guía a las jóvenes generaciones que emergen, en tiempos
difíciles.
En 1962, bajo el estímulo del modelo castrista, surge una guerrilla que sumerge a
Guatemala en una espiral mayor de violencia, que se expresó en masacres y
abusos crueles contra la mayoría maya.
En ese contexto, surge en 1968 Nuevo Signo, que agrupa a creadores como
Delia Quiñónez, Julio Fausto Aguilera, José Luis Villatoro, Roberto Obregón, Luis
Alfredo Arango y Francisco Morales Santos.

BELICE
Durante muchos años colonia británica, envuelta en conflictos territoriales con
Guatemala, Belice es la única nación centroamericana de habla inglesa.
Poblada por inmigrantes hindúes, negros y de otros países centroamericanos,
Belice es la nación más joven del Istmo.
En la poesía de Belice sobresalen nombres como el de Leroy Young, autor que se
inscribe en una corriente contestataria y rebelde y reproduce el ritmo sincopado de
la cultura hip hop.

Cuadro comparativo del tema la canción y la poesía centroamericana en la


segunda mitad del siglo XXI
País Exponente Obra Contexto en el que estaba
ese país.

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