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Revista Derecho de Niñez - Familia - Género Vol.4
Revista Derecho de Niñez - Familia - Género Vol.4
PRESENTACIÓN ENTREVISTAS
DOCTRINA LEGISLACIÓN
JURISPRUDENCIA
Contenido
1. PRESENTACIÓN
1.1. Presentación Revista nro. 4
Por Ezequiel Cooke .................................................................................................................... 03
2. DOCTRINA
2.1. Manuela tiene voz. Violencia obstétrica
Por Sabrina Kenis ....................................................................................................................... 05
2.3. La compensación económica en clave de género
Por María D. Theaux y Lautaro M. Miranda ........................................................................... 16
2.4. Cuando el tiempo y las circunstancias de los niños, niñas y adolescentes pierden
ante las formas. Un fallo que ordena prioridades y educa
Por Lorena S. Cappella y Oscar A. Davini ................................................................................ 24
2.5. Cuando el silencio grita. TRHA. Cese de criopreservación de embriones
Por Juliana Paredes.................................................................................................................... 52
2.6. Perspectiva de género en el marco de las relaciones de poder «posesión y tenencia»
Por Mariano E. Pelliza Palmes .................................................................................................. 81
2.7. La conformación de las familias adoptivas: el proceso psico-afectivo y el proceso judicial
Por Aldana Othar ....................................................................................................................... 96
3. JURISPRUDENCIA
3.1. B. E. M. | reservado s/ adopción s/ casación ......................................................................... 114
3.2. López Joaquín | información sumaria .................................................................................... 117
3.3. V. M. S. A. y L. M. y O. B. P. | medidas proteccionales .......................................................... 118
3.4. P. T. M. B. c/ V. L. D. | tenencia de hijos .................................................................................. 120
3.5. M. Z. A. R. c/ G. M. A.N. | restitución internacional de menores ......................................... 121
4. ENTREVISTA
4.1. Entrevista a la Dr. Bettina Croppi - Fiscal de instrucción de Violencia Familiar en Prov.
de Córdoba sobre el tema “La investigación penal de los delitos cometidos en contextos
de Violencia Familiar”. ............................................................................................................... 123
4.2. Entrevista a la Dra. Dora Barrancos - Investigadora, socióloga, historiadora feminista,
Asesora ad honorem presidencial, ex directora del CONICET sobre el tema “Aspectos
prácticos relativos a las modalidades de la Violencia contra la Mujer, a la luz de la
.............................................................................................. 123
4.3. Entrevista al Dr. Sebastian Monjo - Juez Civil, Comercial y de Familia de Villa María
sobre el tema “Los daños derivados de las relaciones de familia” ...................................... 123
4.4. Entrevista al Dr. Guillermo González - Fiscal de Instrucción del Distrito I Turno II
Provincia de Córdoba sobre el tema “Género y justicia. Mandatos de masculinidad” ..... 124
4.5. Entrevista al Dr. Marcelo Escola - Juez de familia de Distrito San Lorenzo sobre
el tema “La gestación por sustitución desde la praxis de los juzgados de familia.” .......... 124
5. LEGISLACIÓN
5.1. Legislación Nacional .................................................................................................................. 125
5.2. Misiones ...................................................................................................................................... 125
5.3. Salta ............................................................................................................................................. 125
5.4. Santiago del Estero .................................................................................................................... 126
5.5. Tierra del Fuego ......................................................................................................................... 126
Presentación Presentación
Revista nro. 4 de Derecho de la Niñez
MJ-DOC-16411-AR | MJD16411
Transcurrido el primer año del lanzamiento cia doméstica; ii) Entrevista al Dr. Guiller-
de la revista, y contentos con los resultados mo González, relativa a Géneros y justicia -
Mandatos de masculinidad; iii) Entrevista
felicitaciones, renovamos el compromiso al Dr. Sebastián Monjo acerca de los da-
para el 2022 con el lanzamiento de la cuar- ños generados en el marco de las uniones
ta edición de esta joven revista que espera- convivenciales; iv) Entrevista al Dr. Marcelo
mos disfruten. Escola referida a la gestación por sustitu-
En lo relativo a la sección entrevistas - in- ción desde la práctica de los juzgados de
cluimos: i) Entrevista a la Dra. Bettina Cro- familia v.) y por último tuvimos el honor de
ppi, referida a la investigación penal sobre entrevistar a la Dra. Dora Barrancos sobre
delitos producidos en contextos de violen- los aspectos prácticos relativos a las moda-
MJ-DOC-16406-AR | MJD16406
I. INTRODUCCIÓN
La historia de Manuela2 nos conmueve, y representa la historia de muchas mujeres que
de manera cotidiana y a lo largo de sus vidas sufren algún tipo de violencias y/o en algu-
na de sus modalidades y el reciente fallo emitido por la Corte Interamericana de Dere-
chos Humanos en su caso marca un nuevo hito en un arduo camino de (re) construcción
social desde un enfoque de género, al pronunciarse sobre la violencia obstétrica.
-
tancia en la región, en particular teniendo en cuenta que, y tan solo según registros de
aquellos países en los cuales se tienen datos disponibles, el 55% de las mujeres gozan
de autonomía para la toma de decisiones relacionadas con la atención a la salud, anti-
concepción y/o ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos3. En este sentido la
violencia obstétrica no puede ser analizada sin tener presente la regulación legal de la
interrupción del embarazo de manera segura en el mundo4.
A quince años de «Penal Castro Castro vs. Perú»5 el que se erige como el primer pronun-
ciamiento emanado de un tribunal internacional de derechos humanos en el cual se apli-
ca la perspectiva de género de manera sistémica con el corpus iuris regional, además de
sentar las bases sobre jurisdicción en la aplicación de la Convención de Belem Do Para,
nuestro máximo tribunal regional de protección de los Derechos Humanos, sienta nue-
vos estándares vinculantes para los países signatarios en materia de derechos sexuales y
reproductivos y la violencia obstétrica que se ejerce contra las personas gestantes, lo que
representa un nuevo hito en el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres
y su rechazo a cualquier tipo y modalidad en que se ejerza violencias contra ellas6.
3 Estos datos surgen del informe sobre la población mundial 2021 por el Fondo de Pobla-
ción de las Naciones Unidas (UNFPA) titulado «Mi cuerpo me pertenece. Reclamar el derecho a
la autonomía y a la autodeterminación». https://news.un.org/es/story/2021/04/1490812 (última
consulta 3/12/2021).
4 Resulta de gran utilidad observar como el escenario regional es uno de los más restricti-
vos en cuanto a legislación en materia de aborto. https://maps.reproductiverights.org/worlda-
bortionlaws.
5 El 25/11/2006 la Corte Interamericana de Derechos Humanos emite su resolución en el
Caso del Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú. Sentencia de 25 de noviembre de 2006. Serie C
Nº 160.
6 En varios pronunciamientos la Corte ha señalado que la violencia contra la mujer no solo
constituye una abierta violación de los derechos humanos, sino que además atenta contra la dig-
nidad de las personas y resulta ser una manifestación de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre hombres y mujeres que trasciende todos los sectores de la sociedad indepen-
dientemente de su clase, raza, o grupo étnico, nivel de ingresos, cultura, nivel educacional, edad,
o religación y afecta negativamente sus propias bases» (Caso Rosendo Cantu y otra Vs, México.
Excepción Preliminar, Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 31/08/2010.Serie C Nº 216).
No sabía leer ni escribir y al poco tiempo del nacimiento de su segundo hijo, su cónyuge
emigra hacia Estados Unidos sin volver a tener contacto con él.
El 26 de febrero del año 2008 y mientras se encontraba lavando ropa junto al río sufre
una caída que termina en un sangrado transvaginal. El día siguiente ingresa al Hospital
Nacional de San Francisco Gotera, siendo diagnosticada en su ingreso como parto extra-
hospitalario, retención placenta y desgarro perineal. Manuela estaba embarazada y no lo
sabía y mucho menos tenía registro del tiempo de gestación7.
El mismo día del ingreso al nosocomio, la médica que atiende a Manuela presenta una
denuncia contra ella ante la Unidad de Recepción de Denuncia, Fiscalía Subregional de
Morazan, dando de esta manera inicio al proceso penal en su contra.
Ese día, a tan solo 48 hs. de haber sufrido un aborto espontáneo y mientras se encontra-
ba recibiendo asistencia médica en el nosocomio Manuela es detenida por ser respon-
sable del delito de homicidio en perjuicio de su hijo recién nacido, siendo esposada a la
camilla del nosocomio estatal.
Se le designa un defensor público y lo llamativo es que a las pocas horas de su deten-
ción la Fiscalía de Morazan indica que «dentro de las investigaciones realizadas hasta el
momento se ha logrado determinar [.] que efectivamente [.] ha cometido delito, y quien
como consecuencia a la fecha se encuentra detenida».
Entre otros antecedentes tenidos en cuenta para arribar a tal conclusión se destaca la
historia clínica de la paciente, de la cual surgen valoraciones sobre datos personales rela-
-
cia para la investigación que se iniciaba en su contra.
Se solicita al Juzgado de Paz de la Ciudad de Cacopera, Departamento de Morazan, no
solo la continuidad de detención sino también la instrucción formal del delito bajo argu-
mentos tales como que «para garantizar que el presente caso no quede en la impunidad,
y que no se frustre la secuela normal del proceso, ya que con los elementos de convicción
existentes se presumen también que dicha imputada puede evadir la acción de la justicia
mediante fuga y debe recordarse también de que el [del Código Procesal Penal], es bien
claro de que este tipo de delito no debe darse otra medida diferente a la detención pro-
visional» (Punto 68).
Es de destacar que Manuela no solo no pudo estar presente en la primer audiencia ante
el Juzgado interviniente, ello debido a la «falta de personal» responsable del traslado des-
de el nosocomio hacia la sede del Tribunal, sino que su propio abogado defensor avaló
dio la existencia del delito [.] pero existe duda en cuanto a la participación delincuencial»,
por lo que solicitó que se ordenara la instrucción formal sin detención provisional» (Pun-
7 El punto VII «Hechos» del Caso Manuela y otros Vs El Salvador desarrolla los antecedentes
facticios necesarios para entender el contexto socio cultural marcado por la presencia de gran-
des asimetrías y vulnerabilidades fundadas en el género.
La instrucción formal y la detención provisional son ordenadas con argumentos que de-
notan un prejuzgamiento, además de la presencia de una mirada discriminatoria por su
género y clase, cuanto menos8
Juzgado Segundo de San Francisco Gotera, donde minutos antes de dar comienzo a la
audiencia preliminar su abogado defensor solicitó ser sustituido por otro abogado con el
argumento de tener otra audiencia en la que participar.
El Tribunal condenó a Manuela por ser autora del delito de homicidio agravado y en-
casada; por lo que teniendo capacidad de elección entre tenerlo, cuidarlo, alimentarlo y
vivir por él como naturalmente lo haría cualquier madre biológica, optó por un compor-
tamiento contrario a la naturaleza misma y a las exigencias del ordenamiento jurídico al
que estamos sometidos, y así esperó dar a luz al bebé para luego deshacerse de él arro-
jándolo ella misma a la fosa séptica» (Punto 83).
En la determinación de la pena, el Tribunal señaló que «no existe motivo legal alguno,
encuentra indefenso, quedando evidenciado en el proceso que el único motivo que tenía
-
tida», y que «resulta evidente que la procesada es de bajísimo nivel cultural, desarrollada
en el campo, dentro de un lugar con patrones tradicionales, sin embargo tal situación no
En primer lugar, cabe resaltar que la Corte determina que se han violado los derechos a
la libertad personal y presunción de inocencia protegidos por los arts. 7 y 8.2 de la Con-
vención Interamericana de los Derechos Humanos.
En este sentido la libertad de las personas contra toda interferencia ilegal y arbitraria del
Estado tiene como herramienta necesaria para su prevalencia la garantía de no ser priva-
do de su libertad de manera ilegal o arbitraria, así como también el conocer las razones
de su detención ilegal o arbitraria y cargos imputados con el consiguiente acceso a la
justicia y el derecho de defensa.
Los Estados tienen la obligación de tratar al individuo como verdadero sujeto en el pro-
ceso, materializándose aquel en dos vertientes, una material, que se traduce en la posi-
bilidad real de participar en todos los actos del proceso de manera activa, y otra formal,
cual es tener una defensa técnica a través de un profesional que cumpla acabadamente
sus funciones de asesoramiento, control del proceso.
Manuela fue privada de todas las garantizas judiciales de las que era titular, a tal punto
que ni siquiera al momento de su detención se le informa el delito de la cual se la acusa,
12 Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 54, y Caso
Acosta Martínez y otros Vs. Argentina, supra, párr.76.
13 Cfr. Caso Servellón García y otros Vs. Honduras. Excepción Preliminar, Fondo, Reparacio-
nes y Costas. Sentencia de 21 de septiembre de 2006. Serie C No. 152, párr. 89, y Caso Villarroel
Merino y otros vs. Ecuador, supra, párr. 87.
contar con una defensa técnica diligente que asegure la protección de las garantías de la
persona acusada y se evite que sus derechos se vean lesionados14.
La detención fue ilegal, arbitraria y en una absoluta violación al principio de inocencia sin
que haya existido «fundamento jurídico razonado y objetivo sobre su procedencia —de-
tención— asi como su duración por más de cinco meses».
14 Cfr. Caso Giron y otros Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Cos-
tas. Sentencia de 15 de octubre de 2019. Serie C Nº 390, párr. 101. Costas. Sentencia de 16 de
noviembre de 2009. Serie C No. 205, párr. 401, y Caso Guzmán Albarracín y otras Vs. Ecuador.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de junio de 2020. Serie C Nº 405, párr. 188.
15 Caso González y otras («Campo Algodonero») Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
ejercicio pleno de derechos entre los que encontramos el de una vida libre de violencias.
-
denciar una violación al principio de inocencia estandarte de todo Estado de Derecho 16
(Parr. 134).
La erradicación de aquellos exige necesariamente (re) pensar las construcciones sociales
y culturales y jurídicas en cuanto a la distribución del poder entre hombres y mujeres y
por ende en la necesidad de construcción de una nueva ciudadanía, caso contrario esta-
mos ante una reproducción interminable de estereotipos que contribuyen a la persisten-
cia de la violencia contra las mujeres.
16 CEDAW, Recomendación General No. 33 sobre el acceso de las mujeres a la justicia, CE-
Unidas para los Derechos Humanos, Documento de antecedentes sobre el papel del Poder Judi-
cial en el abordaje de los estereotipos nocivos de género en casos relativos a la salud y los dere-
chos sexuales y reproductivos, pág. 5. Disponible en: https://www.ohchr.org/Documents/Issues/
Women/WRGS/JudiciaryRoleCounterStereotypes_SP.pdf
17 Caso de los «Niños de la Calle» (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala, supra, párr. 144,
y Caso Chinchilla Sandoval y otros Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 29 de febrero de 2016. Serie C No. 312, párr. 166.
Manuela se encontraba en una emergencia obstétrica, acababa de dar a luz y era con-
siderada como una persona que presentaba riesgo serio de fuga razón por la que se la
esposa a la camilla de internación, sin el mínimo respeto a su dignidad.
Como consecuencia de la violación al derecho a la salud se vulneran el derecho a la salud
sexual y reproductiva, los que conforme «I.V. Vs. Bolivia» y «Artavia Murillo y otras Vs.
Costa Rica» se relacionan con la autonomía y la libertad reproductiva, en cuanto al dere-
cho a tomar decisiones autonomías sobre su plan de vida, su cuerpo, y su salud sexual y
reproductiva, libre de toda violencia, coacción y discriminación18.
En un momento de extrema vulnerabilidad, aquellos responsables de garantizar justa-
mente el ejercicio de derechos humanos se constituyen en los principales promotores de
su violación.
La situación de vulnerabilidad es agravada por la emergencia obstétrica en la que se en-
contraba y a pesar de ello es detenida de manera inmediata y por lapso absolutamente
desproporcional atento las particularidades del caso sometido a conocimiento de la Corte.
Tanto el derecho a la vida, como el derecho a la integridad personal de relevancia par-
ticular en la CIDH deben ser protegidos por los Estados signatarios por ser un derecho
humano indispensable para el ejercicio del resto de los derechos humanos, entre los que
encontramos el derecho a la salud y es obligación de aquellos de asegurar su acceso en
persona a gozar del más alto nivel de bienestar físico, mental y social.
No es ajeno el análisis de la calidad de atención médica recibida durante la emergencia
obstétrica, toda vez que la salud sexual y reproductiva es parte integrante del derecho a
la salud, y se relaciona con la autonomía y libertad reproductiva de las mujeres19.
elección, así como a otros métodos para la regulación de la fecundidad que no estén legalmente
servicios adecuados de atención de la salud que permitan los embarazos y los partos sin riesgos
y den a las parejas las máximas posibilidades de tener hijos sanos». Programa de Acción de la
Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, El Cairo, ONU A/CONF.171/13/Rev.1,
1994, párr. 7.2.
19 La Corte ha señalado que, debido a su capacidad biológica de embarazo y parto, la salud
sexual y reproductiva tiene implicancias particulares para las mujeres. En este sentido, la obliga-
ción de brindar atención médica sin discriminación implica que la misma tome en cuenta que las
que las mujeres tienen derecho a una vida libre de violencia, y son los Estados quienes
tienen la obligación no solo de abstenerse de acciones o prácticas de violencias contra
las mujeres sino que también tienen el deber de que los órganos de gobierno se adecuen
a los principios que emergen de aquella y recuerda «que la protección a los derechos
persona humana que no pueden ser legítimamente menoscabados por el ejercicio del
poder público. Se trata de esferas individuales que el Estado no puede vulnerar. Para
hacer efectiva esta protección, la Corte ha considerado que no basta con que los Esta-
dos se abstengan de violar los derechos, sino que es imperativa la adopción de medidas
positivas, determinables en función de las particulares necesidades de protección del
se encuentre. La Corte considera que este deber estatal adquiere especial relevancia
cuando se encuentran implicadas violaciones a los derechos sexuales y reproductivos de
las mujeres (Párr.257).
Continúa diciendo que «La Convención de Belém do Pará ha establecido parámetros
entenderse por violencia contra la mujer, cualquier acción o conducta, basada en su gé-
nero, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto
en el ámbito público como en el privado.
necesidades en materia de salud de las mujeres son distintas de las de los hombres, y se presten
servicios apropiados para las mujeres. In re Caso I.V. Vs. Bolivia.
Trae para reforzar su postura la jurisprudencia sentada en Campo Algodonero Vs. Méxi-
co, I.V Vs. Bolivia y Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú.
El fallo nos impone la obligación de su análisis en un contexto particular en donde las
violencias contra las mujeres han recrudecido sin dejar de traer a colación el reconoci-
miento de aquellas y la necesidad de protección por parte de los Estados, ello marco del
sistema interamericano de derechos humanos.
Si bien las leyes que promueven la igualdad de género e implementan políticas públicas
en materia de prevención, asistencia y sensibilización en materia de violencias contra las
mujeres se encuentran en expansión no podemos desconocer que las mujeres se conti-
núan en una desventaja estructural lo que afecta la posibilidad de acceder a una igualdad
de género y por ende a un acceso igualitario de derechos.
Manuela tiene voz.
La compensación
económica
en clave de género
POR MARÍA D. THEAUX1 Y LAUTARO M. MIRANDA2
T HEAUX - MIRANDA
MJ-DOC-16403-AR | MJD16403
I. A MODO DE INTRODUCCIÓN
La incorporación de la perspectiva de género en la labor judicial de decidir una controver-
sia importa el cumplimiento de la obligación constitucional y convencional de hacer efec-
tivo el derecho a la igualdad, en la búsqueda de un remedio a las situaciones desiguales
de carácter estructural y asimetrías de poder, cuyos sesgos androcéntricos siguen aún
enraizadas en el pensamiento popular. Se presenta, entonces, como un criterio de refe-
rencia en aquellas cuestiones que involucren tales notas o patrones estereotípicos de
género que visibilizan la desigualdad.
Si bien el juzgar con perspectiva de género es transversal a cualquier causa a resolver, el
presente comentario se focaliza en el Derecho de Familia, más precisamente en el insti-
tuto de la compensación económica y cómo, en función del análisis que deben efectuar
los Magistrados a la hora de resolver, éste busca recomponer la desigualdad de género
y oportunidades frente al quiebre conyugal o de pareja, en un claro encuadre en el pa-
radigma constitucional que enarbola los principios de igualdad y no discriminación de
todas las personas, sin distinción alguna.
Debe repararse que los estereotipos de género basados en el binomio: hombre como
sostén económico y mujer asociada a la noción del trabajo doméstico y el cuidado de
hijos, pueden —sin hesitación— limitar o anular el ejercicio de los derechos humanos de
las mujeres, que conlleva a la noción de subordinación y discriminación que las afectan
de manera desproporcionada.
La realidad nos muestra a diario que son las mujeres quienes —en general— relegan su
desarrollo o crecimiento laboral o profesional, en pos del cuidado de la prole y dedica-
ción a tareas del hogar y que frente a la ruptura o quiebre familiar quedan inmersas en
una situación de desventaja para afrontar su reorganización vital. Entonces, y desde una
perspectiva de equidad y de género, el instituto de la compensación económica se erige
de las familias, a través de un aporte que le permita rearmarse para afrontar su nueva
cotidianeidad y reinserción laboral.
La mirada de género a la luz de los derechos humanos ha permitido la visibilización del
desamparo económico en que las mujeres se han visto sometidas a lo largo de los años
frente al quiebre del proyecto familiar en razón de roles estereotipados que han dado
prevalencia a lo masculino sobre lo femenino.
A raíz de ello, se nos abre el interrogante de saber de qué manera esos estereotipos pue-
den afectar la vida de las mujeres, qué relación guardan con la afectación de sus derechos
desde la mirada de la Justicia y cómo el instituto de la compensación económica busca
equiparar el desequilibrio que eventualmente algunas situaciones pueden provocar.
cuyo concepto y alcance han sido tomados por la novel legislación argentina.
Conforme sostiene Molina de Juan (2018), ambas estructuras normativas tienen una re-
dacción similar y es lo que permite el tratamiento conjunto del tema, sin que ello importe
4
.
En el marco del matrimonio, sostiene Lorenzetti (2015) que la compensación económica
es el derecho que le asiste a uno de los cónyuges al momento de la ruptura del matri-
posconyugal».
-
-
miso de asumir esa compensación; dicho en otros términos, la compensación económica
tiene lugar por cuanto acontece un enriquecimiento puntual sin causa legítima, de suerte
6
.
Siguiendo a Molina de Juan (2018), diremos que la compensación económica es un dere-
cho- deber de carácter familiar que tiene su fuente en las relaciones jurídicas de la pareja
entre adultos7.
4 Molina de Juan, M.F. (2018). Compensación Económica. Teoría y Práctica. Santa Fe: Rubin-
zal Culzoni Editores, pp.21/22.
5 Lorenzetti, R. (2015). Código Civil y Comercial de la Nación. Comentado. Tomo II. Buenos
Aires: Rubinzal Culzoni Editores, p.757.
6 Mizrahi, M.L. (2018). Divorcio, alimentos y compensación económica. Buenos Aires: Edito-
rial Astrea, pp.138/139.
7 Molina de Juan, M.F. (2018). Ob. Cit., p.21.
en las posibilidades económicas y de inserción en la vida laboral de una entidad tal que
un cónyuge o pareja frente al otro, no solo hay que estar a la composición del patrimonio,
sino que se incluye también las potencialidades de desarrollo, entendidas estas como las
posibilidades concretas de obtener ingresos, y las expectativas ciertas de acceder a un
empleo.
desigualdad que tal situación provoca, pues su tutela apunta a la protección del miembro
que ha dedicado su tiempo y esfuerzo a atender las necesidades de la familia, habida
cuenta que el otro continuará luego de la ruptura generando y percibiendo réditos eco-
nómicos por su labor y desarrollo profesional fuera del hogar, en desmedro del primero
que deberá enfrentarse a la pérdida de lo que fue hasta ese momento su única fuente de
ingresos y sostén. De allí qu e el examen debe hacerse no sólo en función del proyecto de
vida en común y papel que cada uno jugaba en la familia, sino también la potencialidad
de cada uno para poder desarrollarse económicamente.
Tal como sostiene Pellegrini (2014), si bien la compensación económica no es una medida
-
reotipos que hayan estado presentes en su proceso de socialización . 9
8 Pellegrini, M.V. (2014), El convenio regulador del divorcio en el Código Civil y Comercial ar-
gentino. Kemelmajer de Carlucci, A., Herrara M. (directoras). Suplemento especial del Código Civil
y Comercial. Familia. 04/12/201. Disponible en: http://colectivoderechofamilia.com/wp-content/
uploads/2015/06/MVP-El-convenio-regulador-del-divorcio-en-el-C%C3%B3digo-Civil-y-Comercial.pdf.
9 Cardoso Onofre de Alencar, E. Mujeres y estereotipos de género en la jurisprudencia de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Eunomía. Revista en Cultura de la Legalidad Nº
9, octubre 2015 – marzo 2016, ISSN 2253-6655, pp. 26-48. Disponible en: https://e-revistas.uc3m.
es/index.php/EUNOM/article/viewFile/2801/1532.
10 Lagarde, M. (1996) Género y feminismo: desarrollo humano y democracia. Horas y Horas.
de Caeiro, S.B.). Tomo II. Palacio de Arato, M. A. Mujer. Género y Derechos Humanos. Resolucio-
nes jurisprudenciales desde una perspectiva de género. Buenos Aires: La Ley, 2017, p.1044.
ceso de valorar las implicancias que tienen para los hombres y mujeres cualquier acción
11
.
Encontrándonos transitando la renovación social de género, introducir la perspectiva en
la función de juzgar importa abordar la meta de la superación de los prejuicios y estereo-
tipos culturales predominantes y de promover vías que permitan soluciones integrales
y más justas en términos de igualdad real entre mujeres y hombres, como derecho fun-
damental del que todo juzgador debe partir como estándar normativo aplicable en toda
resolución que dicte.
Ruiz (2013) sostiene que el derecho es un constructor social a partir del cual se cimientan
las legitimidades e ilegitimidades, que impactan directamente en las conductas de la vida
social y que es parte de un permanente proceso de asignación de sentido en un mun-
do que no admite una única lectura12. Así, teniendo en mira la visión del derecho como
constructor social que regula las conductas y que se nutre de los aportes históricos del
momento, no debemos olvidar que la sentencia o resolución judicial, como instrumento
que plasma el derecho, constituye un regulador y transformador de la realidad. En este
punto adquiere relevancia la perspectiva de género, que permite la visibilización de la
asignación de la sociedad en función de roles y tareas, y las consiguientes diferencias
equidad e igualdad.
Huelga aclarar que, aun cuando parezca obvio, debe señalarse que no en todos los casos
en que se encuentre involucrada una mujer, necesariamente deba recurrirse a la pers-
pectiva de género, sino que debe analizarse cada cado en particular para detectar rela-
ciones asimétricas de poder y situaciones estructurales de desigualdad, que den lugar a
la mirada de género en busca de una solución.
De común se ha dicho que el juez habla por su sentencia. Pues bien, siendo ello así, cabe
resaltar el poder de nombrar que tiene el derecho atendiendo el rol que cumple y es, pre-
cisamente a partir de su performatividad que puede alterar las relaciones preexistentes
y disponer su transformación, inclusión y construcción de sujetos de derecho, en función
de los cambios que la sociedad exige.
Entonces, juzgar con perspectiva de género permite transformar las prácticas de apli-
11 Gialdino, R.E. (2013) Derecho Internacional de los Derechos Humanos: Principios, Fuentes,
Interpretaciones y Obligaciones. Buenos Aires: Abeledo Perrot, p.200.
12 Ruiz, A.E.C. (2013). Teoría crítica del derecho y cuestiones de género. Colección Equidad
de Género y Democracia. Vol.6. México. Disponible en: -
cIk-n7l54OUfJ2-NLIBv9qu0qYC/view.
por sesgos androcéntricos y patriarcales y que, sin hesitación, coadyuva a los nuevos pa-
radigmas que la reforma fondal argentina ha pretendido.
Desde un enfoque judicial, en la labor del juzgador cobra especial relevancia el principio
de igualdad a la hora del ejercicio de la tutela efectiva de los derechos, pues el acceso a
justicia, como derecho humano elemental que toda persona tiene, no importa sólo un re-
conocimiento de acceso formal a la jurisdicción; esto es, la posibilidad de peticionar ante
sólo ese acceso, sino el ejercicio y goce del elenco de derechos que la ley brinda a todas
las personas, sin ningún tipo de distinción, tal como expresamente lo señala nuestra
Constitución Nacional.
En este orden, el derecho de acceso a justicia es un «derecho de derechos, pues su efec-
tividad conlleva a hacer valer otras prerrogativas. El reconocimiento del derecho com-
pensatorio de la mujer desde una perspectiva de género, permitirá el ejercicio de otros
luego del quiebre de la pareja, tales como tener una vida digna, a trabajar y estudiar, a
la autonomía personal, por citar algunos, cuyo reconocimiento descansa en el respeto
absoluto de los derechos humanos y de la promoción de una democracia más inclusiva,
que importe el pleno ejercicio de la ciudadanía en igualdad de consideración, sin ningún
tipo de segmentación.
V. REFERENCIAS
CARDOSO ONOFRE DE ALENCAR, E.(2015): Mujeres y estereotipos de género en la juris-
prudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Eunomía. Revista en
Cultura de la Legalidad Nº 9, octubre 2015 - marzo 2016, ISSN 2253-6655, Recupe-
rado de: https://e-revistas.uc3m.es/index.php/EUNOM/article/viewFile/2801/1532.
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Derechos del Niño - Interés Superior del Niño - Derecho a ser 21-enero-2022
Oído - Convención Sobre Los Derechos del Niño - Menores
MJ-DOC-16408-AR | MJD16408
Sumario: I. Introito. II. El caso en comentario. III. Los fundamentos del fallo y prin-
cipios aludidos. III.1. El tiempo de los NNA. III.2. El interés superior de los NNA.
III.3. Las medidas de protección excepcional. III.3.a. Las medidas que prevé la
Ley 26.061. III.3.b. Panorama de las disposiciones del orden internacional: el cor-
pus juris. internacional de las infancias- adolescencias. III.3.c.1. Las directrices de la
ONU sobre las modalidades alternativas de cuidado de niños 24 de febrero de 2010.
III.3.c.2. Documento 54/13, «Derecho del niño y la niña a la familia. cuidado alterna-
NNA a ser oídos y a que su opinión sea tomada en cuenta. III.5. El inadmisible apego
excesivo a las formas. IV. De cómo la Corte reitera enfáticamente algunos criterios
protectorios de las infancias. V. Conclusión.
I. INTROITO
1 Abogada. Profesora Adjunta de las materias Derecho de las Familias y Taller de Acceso a
la Información Jurídica, Facultad de Derecho, Universidad Nacional de Rosario. Profesora Adjunta
de Introducción al Derecho Privado, Facultad de Ciencias Económicas y Estadística. Universidad
Nacional de Rosario. Miembro Investigador programa de Incentivo docente.
2 Juez de 1ra. Instancia de Distrito de Familia en Villa Constitución, Santa Fe. Abogado es-
pecializado en Derecho de Familia y en Magistratura Judicial. Docente en temas de familia de
diversas carreras de posgrado.
seguridad y el sentido»3.
Cuando hablamos de infancias, la variable tiempo adquiere especial relevancia, y más
aún cuando referimos a niños, niñas y adolescentes4 cuya vida está signada por el desco-
nocimiento y vulneración de derechos.
-
mente, su pasado los obliga y condiciona.
Afortunadamente, el fallo pronunciado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación el
16 de septiembre de 2021 en autos «G., P. G. c/ V., A. K. s/ reintegro de hijo»5, no solo
puso «orden» sino que también otorgó «seguridad» y «sentido» a la vida de IG, un niño
desencadenó un largo derrotero por distintas instancias judiciales en las que el eje del
debate giró entre la adopción de un modo convivencial alternativo y la permanencia jun-
to a su progenitora.
-
te, a las incertidumbres del niño respecto a cuál sería su centro de vida, abriéndole la
puerta a un futuro (no sabemos cuan prometedor) al darle carnadura razonable a su
derecho a ser oído y a que su interés superior tenga una consideración primordial.
No obstante, en esta historia personal, familiar, administrativa y judicial no puede sosla-
yarse que el transcurrir del tiempo —varios años— dejó profundas consecuencias en el
devenir de la existencia de IG y que, a efectos de no perpetuar tal situación de vulnerabi-
lidad, era deber judicial buscar soluciones que se adaptasen a su realidad existencial no
quedando anclada en soluciones meramente formales.
Apelaciones en lo Civil y Comercial de Lomas de Zamora decidió que dos niños, debido a
las particulares circunstancias personales de sus progenitores, dejaran el domicilio de su
madre con quien convivían y se adoptara una forma convivencial alternativa hasta tanto
-
thropos, Barcelona, 2003, ps.79-81.
4 En adelante NNA.
5 Fallos 344: 2471. CSJ 799/2020 RH1.CSJ 1554/2020/RH1, https://sjconsulta.csjn.gov.ar/sj-
consulta/novedades/consulta.htm
se resolviera la situación penal del padre. Dicha decisión dio lugar a la interposición de
distintos recursos de queja por ante la Corte provincial que, aunque por razones forma-
les se desestimaron, motivó una exhortación a que se examinara el asunto de manera
integral y priorizando el interés superior de los niños6.
Luego de casi dos años, el 29 de marzo de 2019, ante el pedido del progenitor de que se
hiciera efectivo el cambio de domicilio dispuesto por la cámara, el juez de primera ins-
tancia entendió conveniente, dada la seria problemática familiar, diferir el tratamiento de
la petición hasta tanto se llevara a cabo la medida para mejor proveer ordenada en una
causa conexa sobre cuidado personal seguida entre las mismas partes y requerida con
el objeto de contar con un amplio enfoque interdisciplinario que permitiera arribar a una
-
solver: a) si la progenitora se encontraba en condiciones de desempeñar adecuadamen-
te el rol materno y, en caso de detectarse aspectos psíquicos-conductuales limitantes,
se indicaran las estrategias terapéuticas apropiadas y/o la posibilidad de implementar
intervenciones con apoyos de familiares y/o referentes afectivos idóneos; b) las conse-
cuencias que podrían derivarse del cese de la convivencia de los niños con su progeni-
tora, particularmente si ello podría exponerlos o colocarlos en una situación de riesgo o
perjudicial o de vulneración de sus derechos, y c) las consecuencias que implicaría tanto
el retorno de los niños al ámbito residencial de su progenitor como la adopción respecto
de estos de una forma convivencial alternativa en los términos de los arts. 41 de la ley
nacional 26.061 y 35 ap l) y 35 bis de la ley 13.298 de Promoción y Protección Integral de
los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Pcia. de Buenos Aires7.
En septiembre de 2019, la cámara provincial revocó la decisión del juez de grado al con-
siderar que no mediaban elementos que habilitaran a posponer o a revisar la decisión
ese momento solo respecto de I.G., único menor de edad— con motivo de las evidentes
-
xual de su hijo menor, se dispuso su prisión preventiva —denegándosele el pedido de ex-
carcelación— y la suspensión del ejercicio de la responsabilidad parental, mientras que la
madre había omitido cumplir con obligaciones a su cargo derivadas de las resoluciones
8
.
La progenitora y la defensa técnica de I.G. interpusieron recursos extraordinarios de nu-
lidad e inaplicabilidad de la ley, que la Corte provincial declaró mal concedidos. Contra
dicho pronunciamiento, los recurrentes dedujeron sendos remedios federales que, de-
negados, dieron origen a la queja.
Este breve relato da cuenta del camino recorrido por las actuaciones judiciales para lle-
decisión del juez de primera instancia que disponía la permanencia del niño junto a su
progenitora.
pecto al tiempo y las infancias-adolescencias dicho órgano expresa que «en vista de la
importancia de los intereses en cuestión, los procedimientos administrativos y judiciales
9 En adelante ISN.
10 GONZALEZ DE VICEL, Mariela. El régimen jurídico de la adopción: cuestiones de fondo.
Sup. Esp. Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación. Familia: Filiación y responsabilidad parental,
LA LEY 20/05/2015. Disponible en www.informacionlegal.com.ar, cita on line AR/DOC/1298/2015.
11 En adelante CIDH
En este punto, proponemos seguir la línea que traza el Comité de los Derechos del Niño
en la Observación General 14/201317 donde se destaca que la noción de ISN no es nueva,
derechos previstos responden a tal ISN y ninguno debería verse perjudicado por una in-
terpretación negativa del mismo.
El Comi té de los Derechos del Niño señala que ISN es un concepto triple: a) un derecho
sustantivo: el derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primor-
dial que se evalúe y tenga en cuenta al sopesar distintos intereses para tomar una deci-
sión sobre una cuestión debatida, y la garantía de que ese derecho se pondrá en práctica
siempre que se tenga que adoptar una decisión que afecte a un niño; b) un principio
jurídico interpretativo fundamental: si una disposición jurídica admite más de una in-
terpretación, se elegirá la que satisfaga de manera más efectiva el ISN; c) una norma de
procedimiento: siempre que se tenga que tomar una decisión que afecte a un niño en
concreto, a un grupo de niños concreto o a los niños en general, el proceso de adopción
de decisiones deberá incluir una estimación de las posibles repercusiones (positivas o
negativas) de la decisión en el niño o los niños interesados. La evaluación y determina-
19 OG 14/22013, párr. 6.
20 CILLERO BRUÑOL, Miguel. El Interés Superior del Niño en el Marco de la Convención In-
ternacional Sobre los Derechos del Niño en Justicia y Derechos del Niño, N° 1, Santiago de Chile,
noviembre 1999, disponible en www.unicef.cl.
21 OG 14/2013, párr. 14.
situación concreta del niño o los niños afectados y teniendo en cuenta el contexto, la
de vista individual, y los de un grupo de niños o los de los niños en general tienen que
resolverse caso por caso, sopesando cuidadosamente los intereses de todas las partes y
encontrando un compromiso adecuado.
Por tanto, se debe conceder más importancia a lo que sea mejor para aquél.
Luego, el párrafo 40 dispone que la consideración del ISN como algo «primordial» re-
quiere tomar conciencia de la importancia que deben tener sus intereses en todas las
medidas y tener la voluntad de dar prioridad a esos intereses en todas las circunstancias,
más aún cuando las medidas tengan efectos indiscutibles en los niños de que se trate.
Conforme dispone el párrafo 47, en cada caso, cuando haya que tomar una decisión, de-
ben seguirse dos pasos, a saber: la evaluación y la determinación del ISN.
La «evaluación del interés superior» consiste en valorar y sopesar todos los elementos
necesarios para tomar una decisión en una determinada situación para un niño o un gru-
po de niños en concreto. Incumbe al responsable de la toma de decisiones y su personal
(a ser posible, un equipo multidisciplinario) y requiere la participación del NNA.
Por su parte, por «determinación del interés superior» se entiende el proceso estructu-
rado y con garantías estrictas concebido para determinar el ISN, tomando como base la
evaluación que se hubiese realizado respecto a tal interés.
Los elementos a considerar para hacer la evaluación son: a) la opinión del niño; b) la iden-
tidad del niño; c) la preservación del entorno familiar y de las relaciones; d) el cuidado,
protección y seguridad del niño; e) su situación de vulnerabilidad; e) el derecho a la salud
y f) el derecho a la educación.
Los Estados deben establecer y aplicar salvaguardias procesales adaptadas a las nece-
-
parentes y objetivos para todas las decisiones de los legisladores, jueces o autoridades
administrativas23.
de proteger al niño y decidir prioritariamente conforme su mejor interés. Este interés «es
una pauta de actuación, de obrar, que se impone a todos los órganos del Estado involu-
crados en la protección de menores»24.
hacia las políticas públicas e, incluso, orienta el desarrollo de una cultura más igualita-
ria y respetuosa de los derechos de todas las personas. Así lo ha reconocido el Comité
de los Derechos del Niño, al señalar que el ISN es uno de los principios generales de la
Convención, llegando a considerarlo como principio «rector-guía» de ella. De este modo,
cualquier análisis sobre tal instrumento no podrá dejar de hacerse cargo de esta noción,
pero, a su vez, quien pretenda fundamentar una decisión o medida en el «interés supe-
rior del niño» deberá regirse por la interpretación que se desprende del conjunto de las
disposiciones de la Convención26.
La Corte Suprema de la Nación, en el precedente «S., C. s/ adopción»27 dijo «la atención
-
se prioriza el del niño. el niño tiene, pues, derecho a una protección especial cuya tute-
la debe prevalecer como factor primordial de toda relación judicial, de modo que, ante
debe tener prioridad sobre cualquier otra circunstancia que pueda presentarse en cada
caso concreto.» En otros precedentes sostuvo que «el interés superior del niño propor-
ciona un parámetro objetivo que permite resolver los problemas de los niños en el senti-
y 3324:122)».
En el caso Fornerón, en que se alegaba la violación del derecho de protección a la familia
de un padre y su hija biológica en un proceso de adopción tramitado en la provincia de
Entre Ríos, la CIDH reiteró que «toda decisión estatal, social o familiar que involucre algu-
na limitación al ejercicio de cualquier derecho de un niño o niña, debe tomar en cuenta
el interés superior del niño y ajustarse rigurosamente a las disposiciones que rigen esta
materia»; que dicho interés superior «se funda en la dignidad misma del ser humano,
en las características propias de los niños, y en la necesidad de propiciar el desarrollo de
éstos, con pleno aprovechamiento de sus potencialidades»30.
-
31
.
28 Fallos: 331:2047 y causa N.157.XLVI «N.N. o U., V. s/ protección de persona», sentencia del
12 de junio de 2012.
29 www.csjn.gov.ar, 27/11/2012.
30 «Fornerón e hija vs. Argentina», sentencia del 27 de abril de 2012.
31 Cfr. HERRERA, Marisa; GROSMAN, Cecilia, «¿El tiempo sentencia? A propósito de un fallo
sobre adopción y restitución del alto tribunal», JA 2005-IV-32, Lexis Nexis, Buenos Aires, 2005), a
-
artículo La adopción en el nuevo Código Civil y Comercial, en el que sostiene que el paradigma
interés superior del niño no puede ser aprehendido ni entenderse satisfecho sino en la
medida de las circunstancias particulares comprobadas en cada caso y dada la dinámi-
constante»32 y que «El principio liminar que las normas mencionadas prevén, la protec-
ción del «interés superior del niño» —que no puede ser aprehendido ni entenderse satis-
fecho sino en la medida de las circunstancias particulares del caso—»33.
La ley crea el «Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Ado-
lescentes» integrado por todos aquellos organismos, entidades y servicios que diseñan,
preservación o restitución a las NNA del disfrute, goce y ejercicio de sus derechos vul-
nerados y la reparación de sus consecuencias, mientras que el art. 35 manda aplicar
son los programas dirigidos a brindar ayuda y apoyo incluso económico, con miras al
mantenimiento y consolidación de los vínculos familiares.
Una vez comprobada la amenaza o violación de derechos deben adoptarse las siguientes
medidas previstas en el art.37: a) Aquellas tendientes a que los NNA permanezcan convi-
viendo con su grupo familiar; b) Solicitud de becas de estudio o para jardines maternales
o de infantes, e inclusión y permanencia en programas de apoyo escolar; c) Asistencia
integral a la embarazada; d) Inclusión de la NNA y la familia en programas destinados al
fortalecimiento y apoyo familiar; e) Cuidado de la NNA en su propio hogar, orientando y
apoyando a los padres, representantes legales o responsables en el cumplimiento de sus
obligaciones, juntamente con el seguimiento temporal de la familia y de la NNA a través
de un programa; f) Tratamiento médico, psicológico o psiquiátrico de la NNA o de alguno
de sus padres, responsables legales o representantes; g) Asistencia económica.
Finalmente, es de destacar que si bien el catálogo de las MPI reseñadas no es taxativo, en
ningún caso podrán consistir en la privación de la libertad, art. 36.
Las Medidas de Protección Excepcional:
34 En adelante MPI
35 En adelante MPE
resguardar al NNA y apoyar a su familia porque, básicamente, cualquiera que sea, impli-
ca que la posibilidad de aquel de permanecer en el seno de su familia, con algún tipo de
apoyo o asistencia.
Si esas medidas no dan el resultado esperado, proceden las MPE.
Entonces, el primer fracaso es extraestatal, se produce en el seno de la familia, que no
sirvió como ámbito de protección y desarrollo del NNA (el preámbulo de la CDN reconoce
que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el
seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión mientras que, en el
cedimiento, como en el caso de las medidas de urgencia que regula el art. 58 bis de la
ley Nro.12.967de Promoción y Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes de la Pcia. de Santa Fe).
Al abordar estos temas, ya sabemos, siempre nos enredamos en cuestiones prácticas,
fundamentales, claro: si la intervención del órgano administrativo fue oportuna, ade-
cuada a las circunstancias fácticas (razonable), si se cumplieron o no los plazos, etc. Ahí
aparecen, o pueden aparecer, disputas entre funcionarios y jueces, se desnudan ciertas
-
guna que otra infame batalla de egos y mezquindades.
Estas leyes surgidas como consecuencia del establecimiento del paradigma de los NNA
como sujetos de derechos, que sustituyó al del menor en situación irregular, que lo con-
sideraba como objeto, tienen anclaje en diversos instrumentos internacionales de dere-
chos humanos de las infancias-adolescencias.
Cabe comenzar por la CDN y las Observaciones Generales38 del Comité sobre el segui-
miento de la Convención, N° 5 (2003) «Medidas generales de aplicación de la Convención
sobre los Derechos del Niño; Nº 10 (2007), «Los derechos del niño en la justicia de meno-
res»; Nº 12 (2009) «El derecho del niño a ser escuchado»; Nº 14 (2013) sobre «El derecho
del niño a que su interés superior sea una consideración primordial», entre otras.
38 En adelante OG
39 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Doc. 54/13, Derecho del niño y la fami-
prensivo corpus juris internacional de protección de los niños que debe servir a esta
de la Convención Americana»40.
Recordemos que los instrumentos internacionales que integran el mentado corpus esta-
blecen, como primer principio protectorio, que los NNA tienen derecho a la vida familiar;
es decir, a nacer, permanecer y ser cuidados por su familia.
Así, por ejemplo, el art. 19 CADH establece que «todo niño tiene derecho a las medidas
de protección que su condición de menor, requieren por parte de su familia, de la socie-
dad y del estado».
El art. VII de la Declaración Americana de DDHH, a su vez, plantea que «(t)oda mujer en
estado de gravidez o en época de lactancia, así como todo niño, tienen derecho a protec-
ción, cuidado y ayudas especiales.»
El art. 9.1. CDN dispone que «Los Estados parte velarán porque el niño no sea separado
de sus padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial,
las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y los procedimien-
tos aplicables, que tal separación es necesaria en el ISN».
tiene derecho a «la protección de la ley contra los ataques abusivos a su honra, a su re-
putación y a su vida privada y familiar» (Art. V) y a constituir una familia, elemento funda-
mental de la sociedad, y a recibir protección para ella (Art. VI).
Por otro lado, en el preámbulo de la Convención sobre Protección de los Derechos del
Niño, sostiene que «en todos los países del mundo hay niños que viven en condiciones
excepcionalmente difíciles» y que «el niño necesita protección y cuidados especiales».
Entonces, conforme las normas citadas, los NNA tienen derecho a una protección espe-
cial y a crecer en el seno de una familia.
Ahora bien, cuando la propia estructura familiar a la que aquéllos pertenecen es la que le
causa daño o vulnera sus derechos, se impone ineludiblemente plantearse qué y cómo
proceder.
En tal caso, el Estado asume una posición de garante de los derechos de los NNA. En tal
carácter, deberá hacerse cargo de la situación, intervenir respecto del mismo y su grupo
familiar para así decidir si es posible que, con algunos apoyos, permanezca en la familia
40 CIDH, caso «Niños de la calle» Villagrán Morales y ots. Vs. Guatemala, párr. 194. Lo reitera,
entre otros, en Fornerón vs. Argentina», 137; Gelman vs. Uruguay, 121.
La CIDH, en la Opinión Consultiva OC-17/02 (Condición jurídica y DDHH del niño) sostuvo
que «La autoridad que se reconoce a la familia no implica que ésta pueda ejercer un con-
trol arbitrario sobre el niño, que pudiera acarrear daño para la salud y el desarrollo del
menor» (párr. 74); también que «.el niño debe permanecer en su núcleo familiar, salvo
que existan razones determinantes, en función del interés superior de aquél, para optar
separarlo de su familia. En todo caso, la separación debe ser excepcional y, preferente-
mente, temporal (punto resolutivo 5 y párr. 77; reiterado en Fornerón, párr. 108).
-
ción excepcional).
Conforme surge del punto I de este instrumento, el mismo tiene por objeto promover la
aplicación de la CDN y de las disposiciones pertinentes de otros instrumentos internacio-
nales relativos a la protección y bienestar de los niños privados del cuidado parental o en
peligro de encontrarse en esa situación.
A la luz de tal propósito, establece pautas adecuadas de orientación política y práctica,
concebidas para su amplia difusión entre los sectores que se ocupan directa o indirecta-
mente del alojamiento alternativo de NNA.
Apoyar los esfuerzos encaminados a lograr que el niño permanezca bajo la guarda de su
propia familia o se reintegre a ella;
Velar porque, mientras se logra ese objetivo o si ello no es posible o es contrario a su
interés superior, buscar las modalidades de acogimiento alternativo más idóneas;
Ayudar y orientar a los gobiernos a asumir más plenamente sus responsabilidades y obli-
gaciones al respecto;
Orientar las políticas, decisiones y actividades de todas las entidades que se ocupan de la
protección social y el bienestar del niño.
En el punto II se establecen los denominados «Principios y orientaciones generales».
En lo que respecta al niño y la familia indica que los esfuerzos deben encaminarse prin-
cipalmente a lograr que el mismo permanezca bajo la guarda de sus padres o de otros
familiares cercanos (párr. 3).
Luego, si no es posible, ni con apoyo, mantener al niño en la familia o cuando esta lo
abandona o renuncia a su guarda, el Estado es responsable de proteger sus derechos
familia y la posible reintegración a ella (párr. 11); debe tenerse en cuenta la importancia
de garantizar al niño un hogar estable, así como un vínculo continuo y seguro con sus
acogedores (párr. 12).
El niño debe ser tratado en todo momento con dignidad y respeto y contar como una pro-
familia para facilitar el cumplimiento de los deberes que le incumben en relación con el
niño y promover el derecho del niño a mantener «una relación con el padre y la madre»;
-
nario en la medida de lo posible (párr. 56).
Deben evitarse los cambios frecuentes del entorno de acogimiento porque son perjudi-
ciales para el desarrollo del niño y su aptitud para crear vínculos (párr. 60), mientras que
basarse principalmente en la naturaleza y calidad de los vínculos del niño con su familia
(párr. 61 y 62).
El niño y sus padres o tutores deben estar informados de las opciones de alojamiento
disponibles (párr.64). Asimismo, debe procurarse que el niño y sus padres o quienes ejer-
zan funciones parentales, tengan la posibilidad de ejercitar ante un tribunal de justicia
su oposición a la resolución de acogimiento adoptada, sean informados de su derecho a
ejercitar tal oposición y reciban asistencia para ello (párr. 66).
Por último, los Estados deben garantizar el derecho de todo niño en acogimiento tem-
poral a la revisión periódica y minuciosa —preferentemente cada tres meses por lo me-
nos— de la idoneidad del cuidado y tratamiento que se le da (párr. 67).
sentido, sostiene que la CDN les exige que aseguren las condiciones necesarias para el
efectivo ejercicio, disfrute y vigencia de todos los derechos, por lo que sus intervenciones
no deben limitarse a ofrecer respuestas aisladas y desconectadas entre sí, ni ser de ca-
rácter reactivo frente a vulneraciones concretas de derechos.
Por otro lado, sostiene que la CDN y la Declaración y la Convención Americana, atribuyen
a la familia un papel preponderante en la garantía de cuidado, bienestar y protección de
los niños, por ser el espacio natural para su crecimiento y desarrollo.
de Derechos del Niño deben centrar esfuerzos (regular y adoptar medidas positivas)
en: I) fortalecer a las familias (por su papel preponderante en la garantía de cuidado,
bienestar y protección de los NNA) y II) prevenir situaciones de violencia, abuso y negli-
gencia hacia NNA.
41 En adelante DADH
la injerencia en la vida familiar sea acorde con los parámetros del derecho internacional
de los derechos humanos, la separación sólo procede en circunstancias excepcionales,
cuando existen razones determinantes para ello (párr. 5).
Es de destacar que se apunta que la intervención de las autoridades públicas a través de
una MPE no se contradice con el derecho a la vida familiar, sino que surge como conse-
cuencia directa de la ausencia de los cuidados parentales adecuados y de la obligación
de proteger y garantizar los derechos de los niños que tiene el Estado de acuerdo con el
art. 19 CADH y el VII de la DADH.
Se enfatiza que «.las medidas de protección especial que impliquen la separación del
niño de sus progenitores se apliquen de acuerdo con el principio de legalidad y con res-
peto de las garantías procesales.» (párr. 8).
n esta cuestión se hace fuerte hincapié, tanto que, luego, le dedica un capítulo extenso
(el IV), en el que se desarrollan los siguientes principios: 1. de excepcionalidad y tempo-
ralidad de las medidas; 2. de legalidad y legitimidad; 3. de necesidad e idoneidad; 4. de
diligencia excepcional; 5. de especialidad y profesionalización; 6. diferenciación respecto
de las intervenciones sancionadoras y 7.garantías de procedimiento y protección judicial
(dentro de este último, el documento se ocupa del procedimiento establecido por ley y
autoridad competente, la razonabilidad del plazo, la revisión de las medidas especiales
de protección, el derecho del niño a ser oído y el derecho a la representación legal y la
asistencia letrada).
-
peciales de protección de los niños sin cuidados parentales «se debe enmarcar en el
funcionamiento de los sistemas nacionales de promoción y protección de derechos de
los niños, niñas y adolescentes que los Estados deben implementar a los efectos de dar
cumplimiento a las obligaciones de protección de la niñez». Se trata de medidas que
«deben tener por objetivo la preservación o restitución de los derechos afectados y la
superación de las situaciones que las motivaron» (párr. 142).
mera invocación nominal al ISN, sino que debe existir «una evaluación de la realidad del
-
rechos del niño, de modo objetivo y probado» (párr. 186). Debe tenerse en cuenta que la
carencia de recursos materiales no puede ser el único fundamento de la decisión judicial
o administrativa que suponga el apartamiento de la familia (párr. 187).
Dicho principio también rige respecto de la regulación de las garantías procesales ne-
cesarias —tanto en los procesos administrativos como judiciales— para garantizar ade-
cuadamente el respeto de los derechos involucrados (párr.192). Esto se relaciona direc-
tamente con las garantías del procedimiento, ya que la decisión de separar al NNA de su
entorno familiar debe ser resultado de un procedimiento en el que se observen todas las
garantías aplicables a la afectación de un derecho tales como las consagradas en los arts.
8 y 25 CADH. Se debe respetar el debido proceso, los procedimientos deben ser rápidos,
tramitados diligentemente, estar adaptados y centrados en las necesidades y derechos
del NNA (párr. 224 y 228), garantizándose el derecho de estos y sus familias a ser debida-
mente informados, así como a participar del procedimiento.
Por último, el principio de legalidad también importa que las autoridades competentes
(sean administrativas o judiciales) estén establecidas por la ley especial y los procesos
estén regulados por normativas anteriores al hecho.
(párr. 244).
Claro que debe respetarse el derecho del NNA a ser oído, a que su opinión sea tenida en
cuenta en función de su edad y madurez y a participar del procedimiento.
También se establece que aquél tiene derecho a una asistencia jurídica propia por parte
de un profesional idóneo. Acorde a ello, la legislación debe prever las garantías para la
adecuada representación y defensa del NNA, que debe ser representado independien-
temente por alguien que actúe en su interés (párr. 266, 267, 269, 270); también, tiene
derecho a su propio asesoramiento legal y a la representación en su propio nombre, es-
en lo referente a las decisiones que impliquen el apartamiento del niño de sus progeni-
tores o familia de origen» (párr. 198/199) y en el ingreso a una modalidad de acogimiento
alternativo (párr. 200); deber de diligencia reforzado y excepcional que se extiende tam-
bién a las autoridades administrativas y judiciales (párr. 200).
En cuanto a la especialidad y profesionalización, el documento indica que a partir de la
entrada en vigor de la CDN se constata que el tratamiento de los NNA ha evoluciona-
do hacia una progresiva especialización y profesionalización de todas las intervenciones
que tienen que ver con su cuidado y protección. De forma consecuente con el deber de
protección especial, se deriva la necesidad que las normas, la institucionalidad, los pro-
cedimientos, las intervenciones y los profesionales que se vinculan con las infancias-ado-
En la OG Nro.12 el Comité de los Derechos del Niño señaló que el art. 12 es una disposi-
ción sin precedentes en un tratado de DDHH (párr. 1).
También remarcó que el derecho a ser escuchado es «uno de los valores fundamentales
de la CDN» (párr. 2) y que el concepto ha evolucionado hacia el más amplio de «participa-
ción», aunque ese término no aparece en el art. 12 (párr. 3).
Queda claro que recae sobre los Estados la obligación jurídica de reconocer ese derecho
y garantizar su observancia, incluso por medio de su sistema judicial.
Pero, cabe destacar que el derecho a ser oído es un derecho del NNA. Este es el titular
de tal derecho subjetivo que, en tanto tal, puede no ejercerlo. Para el niño, expresar su
opinión es un derecho, no una obligación.
El documento señala enfáticamente, en varios párrafos, que el NNA en condiciones de
formarse un juicio propio tiene derecho a expresar su opinión «libremente», lo cual sig-
su derecho a ser escuchado y b) que no puede ser manipulado ni estar sujeto a una in-
-
ción intrínsecamente ligada a la perspectiva «propia» del NNA quien tiene el derecho a
expresar sus propias opiniones y no las opiniones de los demás.
Esta aclaración enfática, implica que aquél debe ser oído en el proceso para expresar su
particular punto de vista, no el de algún adulto interesado en el proceso. Por eso el NNA
no es sujeto, objeto ni medio de prueba a ser utilizado por las partes adultas. De allí que
ofrecer su declaración en carácter de prueba testimonial es improcedente y su trata-
miento debe equipararse al de las pruebas prohibidas.
Tras ser oído, corresponde tomar debidamente en cuenta las opiniones del NNA, en fun-
ción de su edad y madurez (es decir, conforme la pauta de la autonomía progresiva).
42 Conf. Fallos: 238:550, reiterado luego en Fallos 312:1656; 314:629; 315:1186 y 1203; 320:
730 y 2209; 321: 2106 y 322: 179.
Con mayor intensidad rigen esas reglas cuando se deben resolver temas de familia o
niñez.
Así, sostiene Famá que la «necesaria transformación del proceso de familia conlleva la
humanización de las formas y principios procesales tradicionales que responden al siste-
ma adversarial o litigioso»43.
La cuestión también fue planteada por Morello44, cuando remarca cuando remarca
aquello que el proceso de familia puede aportar al litigio civil en general: el trato
directo y personal, diálogo y consenso continuos, que buscan y concretan parciales
respuestas a objetos complejos, que ocurren mientras se desarrolla el litigio .», y que
«La función jurisdiccional actúa aquí, «sobre la marcha», con estabilidades precarias,
-
tación constante».
La Corte Nacional también se expresó en este sentido, cuando sostuvo «la misión es-
-
43
RDF - 69, 154 (mayo 2015).
44
Revista de Derecho Procesal, Rubinzal-Culzoni Editores, 2002-1, Derecho Procesal de Familia - I,
pág. 17.
45 JA, 2005-IV-21; LL 2005-D-872; ED 214-143.
46 Todas se pueden consultar, por fecha, en https://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/nove-
dades/consulta.html.
47 CSJ 2209/2019/CS1.
48 CSJ 1813/2018/RH1.
49 CSJ 241/2019/RH1, 242/2019/RH1.
-
manos asignados).
dado que ponen en tela de juicio la inteligencia y el alcance de una norma de naturale-
za federal, como es la contenida en el art. 3.1. de la Convención sobre los Derechos del
Niño -el interés superior del niño» (considerando 3). Reiteró el criterio en el considerando
9 de II) y el 6 de III).
Luego agregó que «el principio del interés superior del niño no puede ser aprehendido ni
entenderse satisfecho sino en la medida de las circunstancias particulares comprobadas
en cada caso» (considerando 4). Este último criterio fue reiterado en II) —consideran-
26.061 y al art.707 del Código Civil y Comercial (considerando 13) y, más adelante, expre-
só «la exigencia legal que impone a los jueces escuchar la opinión de los niños no implica
el cumplimiento de una mera formalidad ni impide que aquellos puedan desatender sus
preferencias si de los elementos obrantes en la causa surge que satisfacerlas no es con-
ducente al logro de su superior interés» (considerando 18).
vida de la pequeña como tampoco sus referentes de cuidado y atención, por lo que sería
desfavorable y nocivo para el desarrollo social y afectivo de la infante disolver el vínculo
de unión y contención construido hace ya 3 años.» (considerando 6.a-).
En III) indicó, como crítica a la Corte local, que «.no pudo negar o neutralizar la importan-
cia y efectos que el paso del tiempo tiene en los primeros años de vida de los infantes
cuya personalidad se encuentra en formación, desde que es en ese curso temporal en
el que se desarrollan los procesos de maduración y aprendizaje, convirtiéndose en un
factor que adquiere una consideración especial a la hora de determinar «su interés supe-
rior» en el caso concreto.» (considerando 14).
V. CONCLUSIÓN
Los derechos humanos se posicionan como el «punto de conexión entre el sistema jurí-
dico y la realidad humana a la que debe servir, provocando así el deber de humanizar el
derecho por medio de la valoración, no del hombre abstracto, sino del ser humano de
carne y hueso», todo lo cual se traduce en la órbita procesal en el «deber de regular y
conducir el proceso en un estilo humano»50, con dinámicas que res peten y se ajusten a
tiempos también humanos.
En el último sentido, basta recordar que Calamandrei ya alertaba a comienzos del siglo
pasado sobre los riesgos que importa el ‘ordinario iter procesal’ —como llama al desarro-
llo del proceso judicial— debido a las demoras que implica su desenvolvimiento, pensa-
tener otra familia; estabilidad emocional; etc.) pudiéndose, incluso, agravar el daño que
se pretendió reparar o la situación de insatisfacción de derechos que se tuvo en miras
superar.
En este contexto, es indispensable mirar al NNA en su integralidad, sin desconocer su
realidad existencial y las particularidades de su mundo personal, familiar y afectivo.
preocupe por ponderar las circunstancias del caso más que por burilar perfectas y frías
construcciones racionales geométricas53.
jurisdiccional pone coto a un debate judicial de años que había invisibilizado al niño, si-
lenciado su voz y no atendido a su interés superior.
«Siempre hay un momento en la infancia en el que se abre la puerta y deja entrar al fu-
turo»54, este precedente judicial es a nuestro criterio, precisamente, la llave que posibilita
al niño retomar las riendas de su existencia y caminar hacia el porvenir.
MJ-DOC-16405-AR | MJD16405
I. INICIO
en un momento determinado, no diga nada. Qué quiere decir el no decir nada en ese
general, como saber qué valor concreto van a adoptar los comodines de una baraja antes
de comenzar el juego y haber repartido las cartas2.
La ausencia de regulación sobre embriones no implantados, consecuentes de las técni-
1 Abogada. Secretaria del Juzgado de Familia N° 2, Esquel, Chubut. Mediadora UBA. Maes-
tranda Magistratura y Derecho Judicial, Universidad Austral. Maestranda Derecho de Familia, In-
fancia y Adolescencia, Universidad de Buenos Aires.
2 Ramírez, José Luis. EL SIGNIFICADO DEL SILENCIO Y EL SILENCIO DEL SIGNIFICADO. Po-
nencia leída ante el Seminario de Antropología de la conducta, Universidad de Verano, San Roque
(Cádiz),1989. Publicado en Castilla del Pino, Carlos (Compilador). El silencio. Madrid: Alianza Edi-
torial, 1992. Disponible en: http://www.ub.edu/geocrit/sv-73.htm
La propuesta es desentrañar el tema y postular una pauta que se integre a los compo-
nentes puestos en crisis como engranaje de ajuste a los estándares convencionales.
El reciente fallo de la Cámara Nacional Civil Sala I. 21/10/21. «P.A y Otro s/ autorización»,
se anota como un nuevo precedente con génesis en el silencio normativo.
Ello, porque debió solicitarse autorización judicial para interrumpir la criopreservación
de tres embriones conseguidos a través de técnicas de reproducción humana asistida
(TRHA), como requisito exigido por la clínica donde se encontraban por no estar el tema
legislado.
En la segunda instancia, se revocó el fallo anterior, se sostuvo —como en otros ante-
cedentes tal como se verá en el recorrido jurisprudencial— que deviene innecesario el
pronunciamiento sobre el trámite de autorización judicial y por tal razón los actores se
encontraban habilitados para decidir su destino, sin que la co-contratante pueda opo-
nerse, quedando de esta forma expedita la vía para cumplimentarse con el dese de los
peticionarios en el legítimo y libre ejercicio de la autonomía de la voluntad.
II. LA CUESTIÓN
3 Ramírez, José Luis. EL SIGNIFICADO DEL SILENCIO Y EL SILENCIO DEL SIGNIFICADO. Po-
nencia leída ante el Seminario de Antropología de la conducta, Universidad de Verano, San Roque
(Cádiz),1989. Publicado en Castilla del Pino, Carlos (Compilador). El silencio. Madrid: Alianza Edi-
torial, 1992. Disponible en: http://www.ub.edu/geocrit/sv-73.htm
4 CorteIDH. Caso Artavia Murillo y otros («fecundación in vitro») vs. Costa Rica. Sentencia de
28 de noviembre de 2012 Disponible en: Disponible en: https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/
articulos/seriec_257_esp.pdf
Las ciencias biomédicas establecieron (en especial a partir del descubrimiento del geno-
ma humano) que la condición genética humana existe a partir de la «singamia», que es
conforma una nueva célula, con un código genético, propio, distinto y único. Ello permi-
-
mentos anteriores, y adquiere más sustento con el siguiente que dispone que la ley debe
interpretarse conforme aquellos5 .
Teniendo en cuenta los principios y valores jurídicos que son pautas y guías de interpre-
tación, señalan que la mayoría de la doctrina civil se expresaba en el sentido indicado6.
volver a la redacción originaria del art. 19 del Proyecto de 2012, que diferenciaba la con-
cepción e implantación; y resulta inadmisible la protección especial para el embrión no
implantado.
El derecho internacional de Derechos Humanos incorporado a la CN (art. 75 inc. 22),
avala la disposición en distintas previsiones, como el art. 167 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos; Convención Americana sobre Derechos Humanos, art.1, 2 y
3, por los cuales persona es todo ser humano y tiene derecho al reconocimiento de su
personalidad jurídica. La Declaración Universal de Derechos Humanos en su art. 6.
Y la Convención sobre los Derechos del Niño, que prevé en su art. 1 que se entiende por
niño a todo ser humano menor de 18 años. No hace mención concreta a la persona por
que debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde
el momento de su concepción y hasta los 18 años. Al no referir el lugar donde podría
suceder la concepción abarcaba todas las posibilidades. Este punto también resultaba
controvertido.
Para algunos, dicha aclaración, tiene tratamiento similar a la reserva (Gelli, Basset) y otros
consideran que no (Herrera) con base lo dispuesto por la CSJ en el fallo F.A.L (13/3/2013)
de aborto no punible (art. 86 inc. 2 CP). En el cual se había interpretado que los términos
sino que se trata de una mera declaración interpretativa. Hoy, se entiende superado con
el avance legislativo que implicó la Ley 27.610.
5 Código Civil y Comercial. Art. 2. «La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus
derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordena-
miento.»
6 Jornadas Nacionales del Derecho Civil 2003. Rosario. La existencia de la persona huma-
na comienza con su concepción, entendida como fecundación y a partir de ese momento tiene
derecho a que se respete su vida, integridad física, psíquica y moral. El inicio de la vida humana
coincide con el comienzo de la persona humana; y Jornadas del 2013. Buenos Aires. por mayoría
se había dejado establecido la reformulación del art. 19 del Proyecto y aclarar que la concepción
es fecundación del óvulo, ocurra dentro o fuera del cuerpo materno.
7 Art. 16: «Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su per-
sonalidad jurídica»
8 CorteIDH. Caso Artavia Murillo y otros («fecundación in vitro») vs. Costa Rica. Sentencia de
28 de noviembre de 2012.HECHOS. Costa Rica reguló por decreto la práctica de la fecundación
in vitro y se planteó la validez constitucional del decreto. Con fecha 15 de marzo de 2000 la Sala
Constitucional de ese país declaró su inconstitucionalidad por considerar que la regulación de
la fecundación in vitro trae como consecuencia una elevada pérdida de embriones de manera
consciente y voluntaria que resulta incompatible con el derecho a la vida de aquellos embriones.
Como consecuencia de la decisión se prohibió la práctica de fecundación asistida. Un grupo de
parejas, que se consideró perjudicado se presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos denunció al Estado de Costa Rica por impedirle el acceso al tratamiento y por entender
que constituía una injerencia arbitraria en la vida privada, a la violación al derecho de igualdad
(art. 24) Disponible en: https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_257_esp.pdf
9 OEA. San José, Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969. CONVENCIÓN AMERICANA SO-
BRE DERECHOS HUMANOS (Pacto de San José). Disponible en: https://www.oas.org/dil/esp/trata-
dos_b-32_convencion_americana_sobre_derechos_humanos.htm
10
persona está anclada a las menciones que se hacen en el tratado respecto a la «concepción» y al
óvulo fecundado da paso a una célula diferente, con la consecuente información genéti-
Constitucional entendió que la concepción sería el momento en que se fecunda el ovulo y asumió
que a partir de ese momento existía una persona titular del derecho a la vida (supra párr.73). Al
respecto, en el presente caso las partes también remitieron como prueba un conjunto de artí-
artículo 4.1 de la Convención [.] Cuándo empieza la vida humana, la Corte considera que se tra-
ta de una cuestión valorada de diversas formas desde una perspectiva biológica, médica, ética,
claro que hay concepciones que ven en los óvulos fecundados una vida humana plena. [.] Estas
comparten.
11 CorteIDH. Ídem nota 12. Interamericano (CADH y Declaración Am. DH); 2) Universal (De-
claración Un. DH, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Convención sobre la elimi-
entre el embrión y la persona nacida, ni que el embrión titularice el derecho a la vida: por
otro, que si bien la mayoría de los Estados partes de la CADH, no regularon la cuestión,
tampoco prohibieron las TRHA. De allí que concluye que no encuentra obstáculo en el
art. 4.1 (derecho a la vida) de la CADH.
Por último, realizó una interpretación de acuerdo al principio más favorable, el objeto y
Implica ello, que no pueda alegarse protección absoluta del embrión —en salvaguarda
del derecho a la vida— sin que implique la negación de otros derechos que protege la
Convención.
Estos argumentos para aplicarlos en Argentina, son rebatidos por quienes se posicionan
contrariamente12 .
Esta segunda posición -concepción=implantación- se basa además en:
La Interpretación sistémica. art. 1 y 2 CCyC13. El concepto de concepción es un concepto
sistémico, que se construye a partir del articulado, con la integración de las fuentes y
nación de todas las formas de eliminación de discriminación contra la mujer CEDAW, y CDN); 3)
el europeo; 4) el africano.
12 Disgregan en los siguientes puntos. 1.Con relación al caso de la CorteIDH, entienden que
es diferente contexto de la Argentina y Costa Rica, en tanto la CorteIDH condenó a Costa Rica
porque consideró que la prohibición de la fecundación in vitro, y en Argentina está vigente la ley
por Costa Rica no fueron considerados por la Corte de manera directa; y dichos puntos puede
dar lugar a una nueva evaluación.3. El fundamento en el art.68.1 de la Convención Americana,
debido a que Argentina no fue parte en el litigio que dio lugar a la sentencia de la CIDH, no puede
considerarse vinculante tal decisión, conforme el artículo 68.1. de la Convención Americana de
Derechos Humanos. 4. La sentencia «Artavia» contradice el principio «pro homine» establecido
en el artículo 29 de la CADH. La interpretación respecto a la condición jurídica del embrión no
implantado limita sus derechos. Si hasta entonces el común entendimiento del artículo 4 de la
Convención cubría la protección de todo ser humano desde el momento de la concepción (fe-
cundación) señala ahora el resguardo comienza después con la implantación. Por un lado, se
suprime el goce del derecho a la vida en el período preimplantatorio; y, asimismo, si la concep-
ción-fecundación y la concepción- implantación fuesen incluso interpretaciones viables al interior
del artículo 4 de la Convención, debiera preferirse la interpretación que más proteja en vistas del
principio pro homine. 5. Asimismo, sostienen la inaplicabilidad del fallo de «Artavia Murillo» para
una correcta interpretación del término concepción, en función del artículo 1 del inicial Antepro-
yecto de Código Civil que suprimió la jurisprudencia en consonancia con las circunstancias del
caso, y en su lugar, se señala como pauta de interpretación «la voluntad del legislador».
13 Código Civil y Comercial. ARTÍCULO 1°. Fuentes y aplicación Los casos que este Código
rige deben ser resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución
Nacional y los trata dos de derechos humanos en los que la República sea parte. A tal efecto,
de acuerdo a la pauta de interpretación que prevé que la norma debe ser interpreta-
da de manera coherente con todo el ordenamiento. Por eso, el art. 19 debe leerse co-
rrelacionado con la futura ley de protección especial del embrión no implantado (art. 9
que prevé revocación del consentimiento prestado para las TRHA, mientras no se haya
producido la concepción en la persona o la implantación del embrión.
De ello, se podría inferir que para el CCyC la concepción a partir de la cual el concebido es
considerado persona ocurre dentro del cuerpo gestante, diferenciando entre embriones
implantados y no implantados y dando a éstos últimos la protección de una ley especial14.
Otros fundamentos (tanto jurisprudenciales como doctrinarios) en que se asienta la po-
sibilidad del descarte de embriones crioconservados en virtud de su naturaleza jurídica
los encontramos en los arts. 20, 21, 561 y 562.
El artículo 2015, en tanto prevé sobre la época de la concepción y la vincula con el emba-
razo. Determinan que hay que interpretar el artículo 19 referido a la concepción en el
siempre que no sean contrarios a derecho. ARTÍCULO 2°. Interpretación La ley debe ser interpre-
surgen de los tratados sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo
coherente con todo el ordenamiento
14 La otra posición estima que, de ese modo, solo se podría tener certeza sobre lo dispuesto
en cuanto al comienzo de la existencia de la persona humana una vez que se dicte la ley y de
acuerdo a sus términos y alcances. Respecto de la disposición transitoria esbozan que no dice
nada sobre el embrión no implantado. Solo se limita a reconocer que por la fecundación in vitro
(que hace referencia la ley 26862) se generan embriones fuera del seno materno y la intención
15 Código Civil y Comercial. Artículo 20. Duración del embarazo. Época de la concepción es
prueba en contrario, que el máximo de tiempo del embarazo es de trescientos días y el mínimo
de ciento ochenta, excluyendo el día del nacimiento.
16 Contrariamente, entienden que la concepción ocurre fuera del seno materno, admite
-
lógicos disponibles. (ADN)
17 En sentido contrario, consideran que las disposiciones no deben entenderse como nega-
torias de la personalidad del concebido, porque se vincula a evitar fraudes sucesorios.
18 Por su parte, los que respaldan la tesis opuesta consideran que, la circunstancia que el
la personalidad del embrión. Ninguna norma del nuevo Código autoriza a destruir embriones,
e incluso un artículo prohíbe la manipulación genética transmisible a la descendencia (art.57).
-
lógico previo.
19 Código Civil y Comercial. ARTÍCULO 560. Consentimiento en las técnicas de reproduc-
ción humana asistida El centro de salud interviniente debe recabar el consentimiento previo,
informado y libre de las personas que se someten al uso de las técnicas de reproducción hu-
mana asistida. Este consentimiento debe renovarse cada vez que se procede a la utilización de
gametos o embriones. ARTÍCULO 561. Forma y requisitos del consentimiento La instrumenta-
ción de dicho consentimiento debe contener los requisitos previstos en las disposiciones espe-
-
recho a quitar la vida de los embriones ya concebidos. Son personas y gozan del derecho
a la vida20.
Aplicación en el derecho argentino de la doctrina del fallo. La obligación de seguimiento
Para determinar sobre la cuestión es necesario recurrir a la interpretación de las normas
que integran el bloque de convencionalidad que forma parte de la Constitución Nacional
(CN), a partir del art. 75 inc.22 y la incorporación de 11 instrumentos que forman el cor-
pus iuris de los DDHH.
La regla en materia de armonización de las normas en Argentina es la de compatibili-
dad plena, que existe como presunción iure et de jure entre la primera parte de la CN y
los 11 TTDDHH; esta incorporación de los Tratados en las condiciones de su vigencia,
tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo alguno de la CN y deben entenderse
complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos.
Respecto de la fuerza vinculante de los fallos de la CorteIDH, distintos supuestos
Cuando el país fue parte: la sentencia es vinculante, es decir, de cumplimiento obligatorio
por el art. 68 de la CADH: los Estados partes se comprometen a cumplir la decisión de la
Corte en todo caso en que sea parte21.
Cuando el país no fue parte: no existe norma expresa que imponga la obligatoriedad de
seguimiento de la jurisprudencia de la CorteIDH.
20
21 aunque algunos en la doctrina consideran que, aun siendo parte, para la ejecución de la
sentencia procede un análisis de compatibilidad con el núcleo dogmático de la CN, habilitado por
la reserva del art. 75 inc. 22 en armonía la incompatibilidad de reforma sin ley previa dispuesta
por el art. 30 CN.
22 Fallos: Ekmekjian, Bramajo, Simón
por cumplir sus doctrinas, sin desconocer el orden jurídico interno y la competencia asig-
nada por a CN a los tribunales argentinos.
De allí los que sostienen que la concepción es implantación, entienden que, no se pue-
de apartar del criterio establecido por la Corte IDH en el fallo, porque su jurisprudencia
resulta de seguimiento obligatorio para los Estados miembros de la CADH, bajo pena de
incurrir en responsabilidad internacional23. Y se entiende que esos lineamientos fueron
los seguidos en el debate que culminó con la sanción de la Ley 27.610.
-
nes, fue objeto de decisiones judiciales. Abarca la cuestión de la naturaleza jurídica del
embrión no implantado y la valoración de voluntad procreacional para decidir sobre su
23 Los que postulan que la concepción es fecundación, consideran que el fallo ha dado un
alcance restrictivo al derecho a la vida, que es inaceptable en nuestro derecho. Ello, debido a la
falta de correspondencia cultural e histórica con el pensamiento y la tradición jurídica argentina.;
y que no se ha respetado el margen de apreciación nacional, reconocido en la CADH, y que pocos
imponen su visión sobre el inicio de la vida con grave violación de la dignidad humana. No existe
de él, a partir del cual la persona es titular de derechos y obligaciones, entre ellos el de-
recho a la vida y a la integridad física y psíquica.
Ninguna decisión que comprometa el derecho a la vida o a la integridad personal puede
ampararse en el art.19 de la Constitución Nacional, pues trascendería el ámbito de las
acciones privadas y afectaría a terceros.
Consecuentemente, prohibió la destrucción o experimentación de los embriones ovo-
citos -sea por parte de los dadores de los gametos, sea por parte de las instituciones o
profesionales actuantes. Además, ordenó llevar a cabo un censo de embriones, y luego
alcanzaron un acuerdo para informar cada seis meses.
A partir de aquí, me detendré solo en los precedentes relativos al cese de embriones
crioconservados, a partir de la vigencia del CCyC, sin perjuicio de anotar otros casos atra-
vesados por cuestiones vinculadas a la crioconservación de embriones que servirán para
particular, se establece que el consentimiento debe renovarse cada vez que se proceda
a la utilización de los gametos o embriones generados.
De esta manera interpretó, que la titularidad de los embriones formados para concretar
el proyecto de procreación, son de las personas que manifestaron su voluntad de pro-
crear por medio del consentimiento informado. Si no se otorga, no puede procederse a
ningún cambio de su situación, y los embriones se encuentran crioconservados perma-
Con relación al estatus jurídico del embrión crioconservado, sustentó la decisión en caso
Artavia Murillo vs. Costa Rica (2012) Corte IDH, conforme lo descripto en los párrafos que
preceden.
d. Fallo del Juzgado de Familia N° 8 La Plata, Buenos Aires, 30/09/201932
31 Código Civil y Comercial. Artículo 562: «Los nacidos por las técnicas de reproducción hu-
mana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la mujer que también ha prestado su
consentimiento previo, informado y libre en los términos de los artículos 560 y 561, debidamente
inscripto en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, con independencia de quién
haya aportado los gametos»
32 Ídem nota 25. Los hechos: La pareja en durante el año 2007 había realizado distintos tipos
de estudios hasta lograr el diagnóstico correcto en el mes de diciembre, la baja reserva ovárica
de C., iniciándose una ovodonación mediante técnica ICSI.
En abril del año 2008 se llevó adelante el procedimiento del cual obtuvieron once embriones
que se criopreservaron en cuatro pajuelas. De la primera transferencia embrionaria lograron el
embarazo y nació su hija. Que, en la actualidad, no es su deseo tener más hijos. Mantuvieron la
criopreservación de los embriones, 10 años, en un principio pensado que más adelante inten-
tarían lograr un nuevo embarazo. Tomaron la decisión de cesar la criopreservación y resolver el
contrato que los une vitaliciamente con la Clínica P. De la Clínica les manifestaron que para inte-
rrumpir la criopreservación ante la falta de normativa expresa se requiere autorización judicial.
-
dencia que no le da los mismo alcances y consecuencias jurídicas previstas en el art. 19.
Que la ley de acceso integral a al TRHA (ley 26862) y su decreto reglamentario (956/2013)
trazan la misma línea de interpretación.
Asimismo, reforzó lo relativo a la vida privada familia, como parte de la esfera íntimo de
los peticionantes que por art. 19 CN debe ser respetado.
Sentó que el estado (Poder Legislativo) al no legislar sobre la cuestión viola a la pareja el
derecho aquel derecho porque en virtud de tal falta, se ven obligados a judicializar una
decisión que forma parte de su esfera íntima y del proyecto de vida.
e. Juzgado de Familia N° 2 de Puerto Madryn.18/11/202033
-
tad de donarlos ni dejarlos para la investigación.
33 Cita: TR LALEY AR/JUR/81901/2020Se resalta de la documentación suscripta por los acto-
res que surge que los titulares del embrión han sido informados sobre la necesidad de que de
común acuerdo se expidan sobre el destino de los embriones y la posibilidad de revocar en todo
tiempo el consentimiento. En varios pasajes de ese documento se ha contemplado la revocación
del consentimiento informado, y como opción el cese de la criopreservación. El Centro Médico al
momento de la suscripción de dicho documento, ha puesto en consideración a los suscriptores
del mismo, como una opción viable el cese de la criopreservación ante la falta de pago por el
termino de 2 meses del abono por el mantenimiento, y ante la revocación expresa del consenti-
miento y en ninguno de esos casos se contemplaba la exigencia de una autorización judicial para
proceder al descarte. Implícitamente en esa oportunidad no consideraban la existencia de un
«vacío legal» para las opciones del destino del embrión. Preocupa además la postura del Centro,
ya que han provocado que los actores hayan tenido que acudir a la justicia, efectuar un reclamo
jurisdiccional, exponiendo su caso, no respetándose el principio de la autonomía y el derecho a
Sostuvo que no se puede desconocer que hay una variedad de fuentes normativas vigen-
tes nacionales e internacionales, que habilita su aplicación el art. 75 inc. 22 de la Constitu-
ción Nacional, y resulta inadmisible sostener el fundamento de vacío legal para no hacer
eco de la libertad de los accionantes, y de su derecho a la no procreación.
Consideró en particular, que el Centro Médico había adoptado una actitud arbitraria que
afectaba la vida privada y familiar, no respetaba la voluntad de los peticionarios.
Asimismo, que no resultaba necesaria una autorización judicial a efectos de descartar los
embriones criopreservados, pues correspondía acceder a lo solicitado, respetándose el
principio de autonomía, de buena fe, su derecho a la privacidad, a la libertad reproducti-
va e integridad de las personas, a elegir la familia que desean, y el derecho a la mujer a no
Asimismo, que el art. 19 del Cód. Civ. y Com. de la Nación no diferencia la condición jurí-
dica del embrión implantado del no implantado. Solo menciona la concepción.
Consideró que el embrión crioconservado no es una cosa, dado que el deber de con-
tar con una ley que brinde una protección especial al embrión no implantado, confor-
me el art. 9 de la ley 26.994, e indicó que no cabía proceder a su destrucción.
g. Cámara Nacional Civil. Sala I. 21/10/21 21/10/21.«P.A y Otro s/ autorización»
En este último y reciente fallo, los actores tuvieron que solicitar la autorización judicial
para interrumpir la criopreservación de tres embriones conseguidos a través de téc-
nicas de reproducción humana asistida (TRHA), como requisito exigido por la clínica
donde se encontraban por no estar el tema legislado.
En segunda instancia se revocó el fallo anterior, y se sostuvo que deviene innecesario
el pronunciamiento sobre el trámite de autorización judicial incoado, y por lo tanto
los actores se encontraban habilitados para decidir su destino, sin que la co-contra-
tante pueda oponerse, quedando de esta forma expedita la vía para cumplimentarse
con el dese de los peticionarios en el legítimo y libre ejercicio de la autonomía de la
voluntad.
Se resolvió la cuestión desde un doble análisis. Por un lado, los términos del contrato
cuestión.
h. Por su parte la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo: «L E.H y otro c/
OSEP s/ amparo»35 pudo expedirse y no se pronunció acerca de la naturaleza jurídi-
ca del embrión no implantado al llegar la cuestión en torno a la pertinencia o no del
diagnóstico genético preinplantacional (DGP).
No brindó una solución al caso concreto y en ningún momento trató la cuestión relativa
a si el embrión no implantado es considerado persona o no para los efectos jurídicos.
La Doctrina
Las posturas descriptas en los fallos se sostienen en las dos vertientes descriptas. La que
-
cuentemente el embrión crioconservado carece de personalidad jurídica mientras no se
-
majer de Carlucci, Lamm, Herrera ; Gil Domínguez ; Krasnow , entre otros. La posición
36 37 38
común.» La ley. 2012-D. 925. Lamm, Eleonora. «El comienzo de la personalidad jurídica en el
Código Civil y comercial. estatus, alcance y protección del embrión in vitro». revista de Derechos
privado y comunitario 2015-3. Personas Humanas. Rubinzal Culzoni. Santa Fe. Entre otros.
37 Gil Domínguez, Andrés. «implantación compulsiva de embriones, colisión de derechos y
racionalidad argumental». La Ley. 2011-E. 441 «l derecho a la vida en el Proyecto del Código». La
Ley 29/8/2012.
38 Krasnow, Adriana N. Derecho a la vida privada, a la libertad reproductiva y situación jurí-
dica del embrión crioconservado: ¿cómo conciliar? TRLALEY AR/DOC/1628/2021. Entre otros.
39 Laferriere, Jorge Nicolás. «El artículo 19 de del código Civil y Comercial de la Nación y el
reconocimiento como persona del embrión humano no implantado». DFyP. 2014 (noviembre).
Pag. 143 y otros.
40
defensor de la dignidad personal de los embriones congelados. Apuntes sobre la nulidad de los
constitucional de razonabilidad». Nota a fallo CNCiv. sala J. 13/13/9/2011. ED. 27/10/2011 y otros.
41 Bueres, Alberto J. Dirección. Código Civil y Comercial de la Nación y Normas Complemen-
tarias. Análisis Doctrinal y Jurisprudencial. Ed. Hammurabi. Tomo 1 y 2. Buenos Aires. 2016.
42 Torres, Vanina A. Necesidad de regular la protección del embrión no implantado.AR/
DOC/2602/2019
43 Chmielak, Carolina. Crioconservación de embriones. AR/DOC/2139/2019
44
«Artavia Murillo» no es un cheque en blanco. AR/DOC/1867/2019
embrión —por su origen humano no podrá ser asimilado a una cosa ni tratado como
tal— no deba ser protegido por leyes especiales de acuerdo con su especial condición y
al centro de interés46.
Desde el feminismo se ha dicho sobre el art.19 del CCyC, que la libertad y el ejercicio de
los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres no pueden estar supeditados a
creencias religiosas ni a interpretaciones estrictas de las leyes. Ello sería no cumplir con
CEDAW. Hubiera sido deseable que el artículo 19 incorporara la aclaración de que se re-
fería solamente a los efectos civiles, ya que las redacciones confusas pueden dar lugar a
interpretaciones e invocaciones carentes de veracidad, sobre todo cuando se las quiere
dotar de contenidos con creencias ajenas a la temática en cuestión y que pueden conver-
tirse en elementos de negación de derechos.
Es imprescindible tener especial cuidado al legislar sobre cuestiones tan profundas, la
habilitación a interpretaciones restrictivas puede hacer de la letra de la ley un estándar
de prohibiciones, limitaciones y/o violaciones a derechos humanos fundamentales. Cier-
-
formarse en presiones indebidas, cuyas consecuencias pueden ser trágica47.
los debates cercanos se obtuvo la Ley de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embara-
zo (IVE)48. Salimos del silencio, superamos el estancamiento y nos movimos.
No pueden soslayarse los fundamentos legislativos, tenerlos en cuenta y sumarlos en la
medida en que se vinculan con el tema.
En lo que aquí concierne se alcanzó una construcción jurídica superadora con relación
al embrión a partir de la noción de gradualidad. El embrión no implantado o in vitro; el
feto, neonato, naciturus o persona por nacer y persona nacida. Es decir, que ya se dialogó
acerca del primer grado —embrión no implantado o in vitro— etapa en la que se encuen-
tra el criopreservado cuyo destino debe ser resuelto. Razón por la cual, es un paso que
no permite pausa ni retroceso.
En este silencio la realidad hace eco y necesita de las reglas para igualar ejercicio de dere-
chos: De acuerdo al informe publicado en el mes de septiembre de 2021, en la Argentina
crece el almacenamiento de embriones. Aumentó el 68% en tres años49.
Antes, se había anoticiado que: «Hoy, el destino de dichos embriones excedentes tiene
el centro o donarlos a otros pacientes. Cabe destacar que, según los registros en nuestro
centro, por cada pareja que acude a un tratamiento suelen congelarse entre 1 y 2 em-
briones, que son los que no se implantan en el útero de la madre. En total, se congelan
por año aproximadamente 2000 embriones, solamente en IVI Buenos Aires»50.
El último proyecto de ley se presentó el día 8 de junio de este año 2021, en la Cámara
de Diputados (2461-D-2021), denominado «Régimen de protección del embrión no im-
48 Ley 27.610 «Acceso a la interrupción voluntaria del embarazo». Sancionada el 30-12- 2020,
promulgada 14-01-2021.
49 Clarín. Digital. Según Fuente: Lima, NEthical dilemas.in Argentinean fertility centers Fertili-
ty & Sterility, jun 2021. Disponible en: https://www.clarin.com/buena-vida/vacio-legal-20-mil-em-
briones-nadie-reclama_0_WvRi0gScY.html
50 LA NACION Opinión. 22/1/2021. ¿Qué va a pasar con los embriones congelados? Disponi-
ble en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/que-va-pasar-embriones-congelados-nid2578218/
II.6. Perspectivas
-
buye a esas diferencias biológicas, lo que da lugar a relaciones jerárquicas entre hom-
bres y mujeres y a la distribución de facultades y derechos en favor del hombre y en
detrimento de la mujer. El lugar que la mujer y el hombre ocupan en la sociedad depende
de factores políticos, económicos, culturales, sociales, religiosos, ideológicos y ambienta-
les que la cultura, la sociedad y la comunidad pueden cambiar53.
51 Otros de interés: «Embriones congelados: cada vez hay más y no tienen un destino claro
LA NACION Comunidad. 3 de febrero de 2020. Disponible en: https://www.lanacion.com.ar/co-
munidad/embriones-congelados-cada-vez-hay-mas-no- nid2330142/.
Entrevista. Andrés Gil Domínguez: «Derechos en la era del algoritmo». El jurista analiza los nue-
vos desafíos que debe tratar la justicia en este momento de transformación permanente. Cla-
rín. com Revista ÑIdeas. 19/02/2020. Disponible en: https://www.clarin.com/revista-enie/ideas/
andres-gil-dominguez-derechos-algoritmo_0_GNLedbrV.html
«La ley IVE volvió a abrir el debate sobre el destino de los embriones congelados». Telam digital.
27/03/2021. https://www.telam.com.ar/notas/202103/548850-debate-destino-embriones-conge-
lados.html.
«Una decisión difícil. Fertilización asistida: en el país hay 40.000 embriones congelados y se re-
aviva el debate por qué hacer con los que no se usan. A ocho años de la sanción de la ley, este
vacío legal no se resolvió. Y la reciente aprobación del aborto legal plantea un nuevo». Clarín.
com. Sociedad. 06/06/21. Disponible en: https://www.clarin.com/sociedad/fertilizacion-asisti-
da-pais-40-000-embriones-congelados-reaviva-debate-hacer-san_0_ZDO0fMjpU.html
«Vacío legal: hay más de 20 mil embriones que nadie reclama. Mientras muchas parejas no pue-
den tomar una decisión, las clínicas deben costear la criopreservación. La necesidad de una ley
que lo regule». Clarín.com. buena vida. 03/09/21. Fertilización asistida. https://www.clarin.com/
buena-vida/vacio-legal-20-mil-embriones-nadie-reclama_0_WvRi0gScY.html
52 Proyecto de Ley. Iniciado en: Diputados Expediente Diputados: 2461-D-2021. Publicado
en: Trámite Parlamentario N° 68 Fecha: 08/06/2021. Disponible en: https://www.hcdn.gov.ar/pro-
yectos/proyecto.jsp?exp=2461-D-2021
53 Bidart Campos, Germán J. «Tratado elemental de Derecho Constitucional argentino.» cita-
do en Herrera, Marisa. Gil Domínguez, Andrés. Hoppe, Cecilia. Acceso a la interrupción voluntaria
Es cierto que muchas decisiones jurisdiccionales evidencian realidades actuales que me-
de la historia: ¿y ahora qué hacemos con los embriones? deviene ineludible buscar una
respuesta que explique por qué las cosas de este modo y no de otro. Así se desatan pre-
guntas: ¿Cuándo miramos? ¿Cómo miramos?
De los fallos apuntados, a primera vista, aparece el interés en el momento en que el
-
mostrar que fueron trámites, formularios, que revisten calidad de contrato y requieren
judicial.
Ahora bien, si se observara antes, estaríamos en una etapa previa a la realización de la
práctica en la cual para proyectar se impone garantizar y efectivizar el derecho humano
al consentimiento informado.
Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el antecedente I.V. vs. Bo-
livia55 al tratar la cuestión de la importancia del consentimiento informado, previo, pleno
y libre dejó un precedente importante, en cuanto sentó las bases sobre las cuales cons-
truir o evaluar las legislaciones nacionales de los Estados partes del pacto de San José en
torno al ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Pues si bien
del embarazo. Ley 27.610. Atención y cuidado integral de la salud durante el embarazo y la prime-
ra infancia. Ley 27.611. Ed. Rubinzal-Culzoni Editores. Santa Fe. 2021, pág. 34
54 Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer. Recomendación Gene-
ral Nº 28 relativa al artículo 2 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer. Disponible en:
. Consultado el 30/8/21
55 Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Avances y Desafíos hacia el reconoci-
miento de los derechos de las personas LGBTI en las Américas. Párr. 63. Disponible en: http://www.
oas.org/es/cidh/informes/pdfs/LGBTI-ReconocimientoDerechos2019.pdf. consultado el 30/8/21
es cierto, que el caso aborda el supuesto particular derechos reproductivos —la anticon-
cepción forzada irreversible— sus lineamientos son extensibles a otros supuestos que
comprometen tanto el derecho a procrear —el uso de técnicas de reproducción humana
asistida, por ejemplo— como el derecho a no procrear56.
Bajo estos estándares hay que ahondar, desentrañar y ajustar la reglas. En esa orien-
tación es que deviene necesaria la regulación sobre los embriones crioconservados, en
la que se incluyan alternativas frente a la decisión libre de no procrear y dentro de las
cuales podría estar su cese.
El consentimiento informado (CI) es un proceso y no se consume en un solo acto, más
necesario de los clásicos derecho a la vida, la salud, la integridad física, la libertad de con-
ciencia y la libertad personal, a decidir por sí mismo en lo atinente a la propia persona y
vida, y una consecuencia de la autodisposición sobre el propio cuerpo.
En palabras de la CorteIDH, el consentimiento informado no solo consiste en un acto
de aceptación, sino que es el resultado de un proceso en el cual deben cumplirse los
siguientes elementos para que sea considerado válido, previo, libre, pleno e informado,
encontrándose todos estos elementos interrelacionados ya que no podrá haber un con-
sentimiento libre y pleno si no ha sido adoptado luego de obtener y entender un cúmulo
de información integral57.
-
mado (CI) en el art. 59 . La regulación del consentimiento informado en el capítulo desti-
58
56 Corte Interamericana de Derechos Humanos caso I.V. vs. Bolivia. Sentencia de 30 de no-
viembre de 2016. par. 159. Disponible en: https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/se-
riec_329_esp.pdf
57 Herrera, Marisa. De la Torre, Natalia. Fernández Silvia. Derecho Filial. Perspectiva contem-
Además, este CI debe considerarse en el marco del modelo de atención integral enfoca-
do en derechos. Procura un abordaje holístico y articulado con prácticas que incorporan
la promoción, prevención, y rehabilitación en salud que incluye la perspectiva de géne-
ros, la noción de autonomía, equidad, ciudadanía, agencia moral y las necesidades en
salud, según el ciclo de vida. (Deza, Álvarez, 2021); considero entonces que la ausencia de
previsión sobre el embrión no implantado enrolada con el art. 19, limita la posibilidad de
decidir bajo este paradigma.
Surge de algunas de las decisiones, que se acuerda el procedimiento y en ese marco
abre el abanico con el descarte como opción. Luego, ante la decisión de hacerlo se des-
conoce su viabilidad esgrimiendo un vacío legal, motivo por el cual requieren se recurra
a la instancia judicial. En ese sentido se ha señalado que, en la práctica médica y social
de las técnicas de reproducción humana asistida se entrelaza de forma contundente el
-
recho normativo, la bioética y la deconstrucción de la subjetividad individual [.]Aunque la
frontera de los Derechos sociales y de la igualación de oportunidades implica, al mismo
tiempo, incluir a todos los actores intervinientes, atribuir derechos y responsabilidades
-
camente posible y lo cultural, política y socialmente deseable .
59
59 El Código Civil y Comercial. Artículo 59.- Consentimiento informado para actos médicos e
investigaciones en salud. El consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en
salud es la declaración de voluntad expresada por el paciente, emitida luego de recibir informa-
ción clara, precisa y adecuada, respecto a: a. su estado de salud; b. el procedimiento propuesto,
se encuentre en estado terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación, el
derecho a rechazar procedimientos quirúrgicos, de hidratación, alimentación, de reanimación
-
dos en relación a las perspectivas de mejoría, o produzcan sufrimiento desmesurado, o tengan
por único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e incurable; h.
el derecho a recibir cuidados paliativos integrales en el proceso de atención de su enfermedad o
padecimiento. Ninguna persona con discapacidad puede ser sometida a investigaciones en salud
sin su consentimiento libre e informado, para lo cual se le debe garantizar el acceso a los apoyos
que necesite. Nadie puede ser sometido a exámenes o tratamientos clínicos o quirúrgicos sin
su consentimiento libre e informado, excepto disposición legal en contrario. Si la persona se en-
cuentra absolutamente imposibilitada para expresar su voluntad al tiempo de la atención médica
y no la ha expresado anticipadamente, el consentimiento puede ser otorgado por el representan-
te legal, el apoyo, el cónyuge, el conviviente, el pariente o el allegado que acompañe al paciente,
siempre que medie situación de emergencia con riesgo cierto e inminente de un mal grave para
su vida o su salud. En ausencia de todos ellos, el médico puede prescindir del consentimiento si
su actuación es urgente y tiene por objeto evitar un mal grave al paciente.
De lo cual se deduce que la información brindada a quienes acceden a las técnicas, pue-
otorgado.
autonomía, para aproximar una idea con relación a su ejercicio, en la toma de la decisión
apuntada hacia el descarte de embriones crioconservados a partir del marco complejo
de las relaciones personales y contextuales. Enseñan Belli y Suarez Tomé (2021)60, que la
revisión del concepto de autonomía de la bioética tradicional de la mano de la ética rela-
cional, posibilita revisar las nociones como la autonomía y constituirse en herramientas
de toma de decisiones centrales. De ese modo interpela al asunto que convoca y merece
introducirse como engranaje de ajuste al estándar convencional.
Dicen, que las decisiones se encuentran estructuradas por esquemas, dinámicos o es-
táticos, de privilegio o desventaja, dominación u opresión, haciendo que el lugar que la
autónomas.
En ese sentido, para demostrar las fuerzas que actúan en el ámbito de la toma de deci-
siones en salud deben tenerse en cuenta el contexto político y social en el que se hallan
inmersos los pacientes, profesionales, investigadores y quiénes encuentran a cargo la
formulación de políticas públicas en salud.
El enfoque relacional en la bioética para comprender la autonomía obliga realizar una
profunda revisión y reorientación ya que se dirige a los mismos presupuestos y normas
que producen las injusticias persistentes en todos los ámbitos de la salud.
Bajo estos postulados entonces, en la construcción de la autonomía en cuestiones com-
plejas participan componentes que nacen del contexto. Consecuentemente, la labor será
transformarlo de manera tal que ese no decir que hoy lo caracteriza se vuelva un medio
irritante y produzca un cambio positivo.
expresarse61.
De allí que, en este entramado multidimensional, la regulación aportaría un elemento
indispensable desde el contexto —en tanto brindaría claridad y certeza en la toma de
decisiones— y en el supuesto que se atiende se traduce en la conformación del con-
sentimiento informado del usuario. Por cuanto reviste la condición sine qua non para la
práctica médica, el cual se basa en el respeto a su autonomía y su libertad para tomar sus
propias decisiones de acuerdo a su plan de existencia. Asegura el efecto útil de la norma
que reconoce la autonomía como elemento indisoluble de la dignidad de la persona62.
61 Belli, Laura F. Suárez Tomé, Danila. La autonomía revisitada desde la perspectiva de una
bioética feminista. Política Públicas y Multidisciplina
62 RAZ, J. The Morality of Freedom. Oxford (Oxford University Press). 1986. Citado por Álva-
rez Medina, Silvina. LA AUTONOMÍA REPRODUCTIVA. RELACIONES DE GÉNERO, FILIACIÓN Y JUS-
TICIA* PROCREATIVE AUTONOMY: GENDER, PARENTHOOD AND JU STICE RELATIONS. Disponible
en: http://hdl.handle.net/10486/690262
63 Ídem nota 60. parr.159
de embriones de 1990, que prohíbe ciertas técnicas; en Suecia está regulada por la ley de
integridad genética, la donación de óvulos y esperma son permitidas, sin embargo no se
permite la donación de óvulos y la donación de esperma en el mismo procedimiento; la
donación de embriones no está permitida en Suiza64.
Respecto de la Jurisprudencia, además, de fallo de la CorteIDH ya reseñado, «Artavia
Murillo vs. Costa Rica»; se ha expedido el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el
caso: «Evans c. Reino Unido» en 2007 y el caso «Costa y Pavan vs. Italia», 2013 y «Parrillo
III. CIERRE
El embrión humano separado del cuerpo —gestante—66 [.] es una nueva realidad para la
ley que debe juzgarlo, no por lo que representa ontológicamente sino por lo que es lícito
o ilícito hacer con esa realidad67.
TRHA, los centros de medicina reproductiva dan como opción el cese de la criopreser-
vación de embriones; y se suma la incertidumbre de los involucrados ocasionada por el
marco que limita su decisión.
Se impone la perspectiva desde el inicio para proyectar y respetar el principio de autono-
mía, de buena fe, el derecho a la privacidad, a la libertad reproductiva, a la salud e integri-
64 Ver Herrera, Marisa. Direc. técnicas de reproducción humana asistida. Ed. Rubinzal Culzo-
ni. Tomo I. Santa Fe. 2018. pág. 293
65 Idem nota anterior pág. 289/293
66 Farnós Amorós, Esther. La reproducción asistida ante el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos: De Evans c. Reino Unido a Parrillo c. Italia Revista de Bioética y Derecho versión On-line
ISSN 1886-5887. https://dx.doi.org/10.1344/rbd2016.36.15381
67 -
nes de la Ley 26743, en tanto de ese modo se incluye a todas las personas con capacidad de ges-
tar. Se puede ampliar en comentario al art. 1 de la Ley 27.610, en Herrera, Marisa. Gil Domínguez,
Andrés. Hoppe, Cecilia. Acceso a la interrupción voluntaria del embarazo. Ley 27.610. Atención y
cuidado integral de la salud durante el embarazo y la primera infancia. Ley 27.611. Ed. Rubinzal
Culzoni Editores. Santa Fe 2021. pág. 41.
dad de las personas, y a elegir la familia que desean. Se vuelve —como en los casos cita-
dos— en el derecho de las personas que acceden a las TRHA a no querer procrear en un
determinado momento y cuyos motivos debieran quedar al margen de la esfera judicial.
Los pedidos no cesan y el tema atraviesa, además, otros debates pendientes relativos a
jurisdiccional llega, pero la quietud obliga a transitar una etapa judicial sin seguridad de
tal deber.
Sin embargo, dicha circunstancia no resulta incompatible ni desplaza lo anotado. En-
tiendo que la regulación sobre los embriones crioconservados deviene necesaria para
despejar la vía que se abrió con el reconocimiento de derechos respecto del acceso a las
-
ción de la autonomía.
Cabe preguntarse si el silencio legislativo respecto de los embriones criopreservados —y
sus consecuentes decisiones jurisdiccionales— podría ser objeto del test de proporcio-
nalidad propuesto por Clérico y Aldao (2018)68 como estrategia para empoderar voces y
argumentos invisibilizados en las arenas parlamentarias; y que como forma de argumen-
tación habilita la interpelación a las categorías ya establecidas: la ausencia de regulación.
Conforme tal consideración se podría poner bajo la lupa los entramados que omiten su
debate actual.
Mantener el silencio no condiciona el uso y las prácticas, sino que equivale a observar la
realidad a través de un vidrio empañado que la distorsiona y obtura la posibilidad que
las reglas la alcancen y allanen el camino para que los involucrados asuman decisiones
sin obstáculos.
Habilitar el debate es parte del pasaje de la (des)igualdad estructural a una igualdad
transformadora.
-
gura como nuevo engranaje de ajuste a estándares convencionales.
De ese modo, brindaría muchas respuestas y se evitaría la judicialización de cuestiones,
68 Bergel, Salvador. «El proyectado artículo 19 del Código Civil, Comienzo de la existencia
humana». La Ley. 9/8/2012.
Perspectiva de género
en el marco de las relaciones
de poder «posesión y tenencia»
POR MARIANO E. PELLIZA PALMES1
MJ-DOC-16409-AR | MJD16409
I. INTRODUCCIÓN
de fondo. El artículo 1° del Código Civil y Comercial (en adelante CCCN) dispone:
«Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser resueltos según las leyes
que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los tratados de dere-
-
lidad de la norma. Los usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o
derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el
ordenamiento».
Siguiendo estos lineamientos, entendemos que todas las normas aplicables en las mate-
rias que trata nuestra ley de fondo deben ser interpretadas con una mirada puesta en la
persona humana y con perspectiva de derechos humanos.
Dentro de la perspectiva de derechos humanos encontramos la especie «perspectiva
de género». Se ha dicho que: «la perspectiva de género constituye una herramienta ten-
diente a que todo el ordenamiento jurídico se interprete y aplique de manera tal que no
para que su aplicación no sea más gravosa para las mujeres que para los hombres. La
perspectiva de género no es una moda, ni un consejo, ni una corriente ideológica, ni una
aspiración o preferencia. Es una forma de concretar un mandato constitucional/conven-
cional que obliga al Estado argentino. Adquirió plena efectividad sobre todo el articulado
del CCCN en función de lo dispuesto en los arts.1°, 2° y 3° del propio cuerpo legal, dada
la centralidad que adquieren los derechos humanos en la interpretación y la aplicación
de las normas»2.
Las cuestiones de género atraviesan todos los ámbitos, es que donde encontramos una
mujer puede existir una verdadera asimetría en relación al varón o varones con los que
se relaciona.
-
la sociedad; esta nueva posición les ha permitido contar incluso con vivienda propia y,
en muchos casos, ser el sostén familiar, aun encontrándose casadas. Contrariamente,
2 CCC Sala II, Morón, Bs.As. 17/12/20. R.S 416/2020. Juzg. 5° CC, Morón, Bs.As. «C.H. c/ H. de
D.J.C. s/ División de condominio- Causa N° MO-13375-2011».
Es evidente que ciertas normas que rigen la materia familiar pueden ser de utilidad para
resolver los efectos posteriores a la medida ordenada. Entendemos que, en caso de exis-
tir un proceso en curso de violencia familiar, éste debe primar y se debería suspender
cualquier instancia judicial en relación a un posible lanzamiento. Empero, debido a la
diversidad de trámites que se pueden iniciar para lograr la restitución de un inmueble,
resulta inadecuado que se decrete la suspensión de los mismos; más teniendo en cuenta
que las medidas que se dictan tienen una vigencia —salvo situaciones excepcionales—
de tres a seis meses.
Resulta indudable que mientras la medida esté vigente no puede prosperar ningún lan-
zamiento en contra de la mujer, el tema se presenta cuando ésta ha concluido.
Cuando la medida está en curso, en ocasiones el denunciado peticiona la restitución del
dicho jurisprudencia reciente: «La pretensión del demandado en esta instancia es ejer-
cer otro acto de violencia en el caso económica emocional y en un contexto donde sigue
vigente las medidas de protección hacia la actora y sus hijos por el serio riesgo en sus
vidas (.) los antecedentes de estos actuados evidencian un historial de extrema violencia
padecida tanto por la Sra. C. como por sus hijos»3; el juzgado hizo hincapié en la necesi-
dad de juzgar con perspectiva de género.
No podemos dejar de analizar que las cuestiones familiares trascienden aquello que se
trata en los juzgados de violencia familiar, ello en atención a que ciertos temas relacio-
nados a la familia, trátese de ex convivientes o esposos, deben ser resueltos por el juez
especializado (art. 706 inc. b del CCCN). En este marco, la mujer podría ampararse en lo
normado por los artículos 443 y 526 del CCCN y solicitar —según sea el caso— la atribu-
ción de la vivienda.
Ahora bien, si el denunciado inicia una demanda con la intención de recuperar el inmue-
ble del cual se lo excluyó por hechos de violencia, será competencia del juez civil. Sea
una u otra la situación, en todos los casos, la contienda debe resolverse en el marco de
la mentada perspectiva de género, lo que no sólo es una necesidad sino un deber que
emana de los tratados y convenciones con jerarquía constitucional.
Es sabido que la Convención sobre Eliminación de todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) tiene jerarquía constitucional. El artículo
2 inc. d) establece que los Estados partes se comprometen a «abstenerse de incurrir en
todo acto o práctica de discriminación contra la mujer y velar porque las autoridades e
instituciones públicas actúen de conformidad con esta obligación». Del art. 5 de dicha
3 Juzgado de Paz de Villa Gesell, Res. 18/06/2021, autos «C.A.E c/ S.J.A. s/ denuncia».
En este contexto normativo consideramos que, bajo ningún concepto, frente a la visua-
lización de conductas que colocan a la mujer en inferioridad respecto al varón se puede
omitir la obligación de juzgar con perspectiva de género.
sustancial de las acciones posesorias. Doctrina especializada ha dicho con meridiana cla-
ridad, que: «ahora existe sin lugar a dudas una sola acción ante la desposesión (la acción
de despojo) y una sola ante la turbación (acción de mantener). Así es que se incluye una
acción para el ataque más grave (el despojo o desposesión) y otra para el ataque más
leve (la turbación). Se ha eliminado el doble régimen de las acciones posesorias otorgán-
dose una sola acción para cada tipo de ataque a la posesión o tenencia. Pero además no
hay distinción alguna entre la tenencia y la posesión para su ejercicio, como tampoco im-
porta si se trata de un poseedor vicioso o de un tenedor interesado; las acciones pueden
ser ejercidas por «todo tenedor o poseedor». Se brinda un concepto de los ataques a la
posesión, o sea la turbación y el desapoderamiento (art. 2238, CCCN)»4.
regula solo una acción frente al desapoderamiento, que puede ser ejercida por todo te-
nedor o poseedor (aún vicioso) sobre una cosa o una universalidad de hecho, contra el
despojante, aunque sea el dueño, sus herederos y sucesores particulares de mala fe. En
-
mos decir —en términos penales— que se trata de una tentativa de desapoderamiento;
en consecuencia, procede cuando no hay exclusión absoluta y b) el desapoderamiento,
-
rar se logre la exclusión absoluta.
De tal guisa, el desapoderamiento referido en la nueva legislación tiene como presu-
puesto fáctico que el titular de la relación de poder —poseedor o tenedor— sea excluido
absolutamente, contra su voluntad, ya sea en forma total o parcial, en su vinculación
material con la cosa, por quien tiene intención de poseerla (art. 2238 CCCN).
De acuerdo al marco normativo explicitado, los requisitos para que proceda la acción de
despojo son:1) haber detentado la relación de poder; 2) haber sido desapoderado (ata-
que a la relación de poder).
4 Díaz Reyna, José Manuel, «Las acciones posesorias en el Código Civil y Comercial de la
Nación y CPCC», Semanario Jurídico, N° 2005, 21/05/2015, Cuadernillo 18, Tomo 111, Año 2015-A,
p. 781.
Ahora bien, nos preguntamos: ¿la exclusión ordenada en el marco de una denuncia de
-
puestos?
La respuesta negativa impera. Nuestra legislación cuenta con un principio de derecho
aplicable a todo el ordenamiento jurídico, en materia civil lo encontramos plasmado en
artículo 2239, el que reza:
«Acción para adquirir la posesión o la tenencia. Un título válido no da la posesión o te-
nencia misma, sino un derecho a requerir el poder sobre la cosa. El que no tiene sino un
derecho a la posesión o a la tenencia no puede tomarla; debe demandarla por las vías
legales».
-
mente dirigirse por las vías legales.
Las decisiones judiciales, en el marco de la ley de violencia familiar y de género, deben
ser cumplidas; en consecuencia, quien no lo haga se verá inmerso en el delito de desobe-
diencia a la autoridad (art. 239 del Código Penal). Con lo expuesto, quien debe cumplir la
orden judicial, ante su disconformidad cuenta con la vía recursiva; no pudiendo conside-
rarse que al ser ejecutada nos encontremos con un ataque a alguna de las relaciones de
poder.
El cumplimiento de una orden judicial de exclusión, bajo ningún concepto puede ser con-
siderado un ataque a una relación de poder. Tampoco debemos confundir el denomina-
do despojo judicial con el cumplimiento de una medida ordenada por el juez de violencia
familiar y de género. Es que el despojo judicial se da en el marco de juicios en donde el
lanzado por orden judicial no ha sido parte en el proceso pertinente5.
A más de no corresponder considerar la exclusión ordenada en violencia familiar como
un ataque a las relaciones de poder, necesariamente se debe avizorar la realidad en la
que se puede encontrar aquella mujer que, si bien no es la titular del inmueble donde
convivía con el titular varón, se pude haber visto por años maltratada en todas o varias
de las modalidades de violencia que existen. Es que la denuncia por violencia debe gene-
rar en el juzgador una alarma, que se deberá tener en cuenta en aquellas acciones cuya
éste en el artículo 793 el que rezaba: «Compete la acción de despojo: 2) al poseedor, tenedor u
ocupante de inmueble que hubiese sido privado de su posesión, tenencia u ocupación, en virtud
de sentencia o resolución judicial dictada en juicio o en trámite judicial en que no haya sido par-
te». Vale aclarar que si bien en nuestra legislación adjetiva actual no hay norma que haya susti-
tuido dicho artículo, el «despojo judicial» se ha mantenido por vía doctrinaria y jurisprudencial.
Es que la situación se presenta cuando del contenido de las posiciones del varón, actor o
demandado, resulte un caso sospechoso de género.
Un caso sospechoso de género se da cuando la posición asumida por cada una de las
dijo: «De esta manera, las manifestaciones formuladas por el actor en su escrito de de-
de vida en común y es la madre de su hija. Ello no es más que una visión androcéntrica,
que resulta intolerable en los tiempos que corren, de absoluta igualdad entre los varones
-
senta un supuesto de violencia simbólica, consagrado en el art. 5, inc. 5 , Ley 26485 de
“Protección Integral a las Mujeres”, en tanto dispone que: Quedan especialmente com-
6 Cierta jurisprudencia nos muestra algunas expresiones del varón hacia la mujer que evi-
dencian una cuestión de género, las que necesariamente debieron ser analizadas, realizando
jurisprudencia se dio en el marco de un reclamo de una hija para que su padre la reconozca como
tal peticionando también daño moral; el accionado tanto en su contestación de demanda como
que provocan la exclusión absoluta. Ahora bien, teniendo en cuenta que la exclusión se
efectiviza por orden judicial en el marco de proteger a la víctima de violencia, ésta no
puede considerarse como ataque de desapoderamiento en los términos expuestos en el
ordenamiento de fondo.
En conclusión, en el marco de violencia familiar, la orden de exclusión y su cumplimiento
no pueden interpretarse como ataque de desapoderamiento, como tampoco pueden con-
siderarse despojo judicial. Asimismo, necesariamente —ante la existencia del caso sospe-
choso de género—, debe juzgarse con perspectiva de género; no sólo con el afán de que la
sentencia sea justa para la mujer en situación de vulnerabilidad, sino también con la inten-
ción de educar en estos temas a las partes intervinientes y a la sociedad toda, ésta última
a través de las publicaciones de los fallos judiciales cuando tratan cuestiones de género.
7 Juzgado en lo Civil, Com., Conc. Y Familia de 1° Nominación de Río Tercero, Autos: «A., J. A.
c/ O. B., E. E. -Acciones posesorias/reales», Sent. N° 23 del 12/06/2020.
Si dentro del contexto se avizora que lo propio se está efectivizando por un hombre que
intenta aprovecharse de la situación de la mujer (v.gr. vive sola con sus hijos); tal situa-
ción debe analizarse y, necesariamente, tomarse las medidas tendientes a impedir que
los actos vuelvan a producirse, todo ello con perspectiva de género.
La Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2003/22 —guiándose por la Decla-
ración Universal de Derechos Humanos , el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos , la Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la Conven-
ción Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial—,
-
miento relativo a las tierras, las propiedades y la vivienda—, constituye una violación del
derecho humano de la mujer a la protección contra la discriminación.
En este sentido, debe analizarse el contexto en el que se producen los ataques. En el
campo, muchas mujeres se encuentran desprotegidas debido a su escaso nivel cultural y
económico, lo que no les permite —en ocasión de ser atacadas— sobreponerse y excluir
al tercero hombre que las lesiona en su relación de poder. Ahora bien, existen movimien-
tos de campesinos que llegan a dichas mujeres, consiguiendo —incluso— ingresar a la
justicia y, a través de una acción de mantener la posesión y la tenencia, logran el cese
de tales conductas. Es en este marco donde el juez debe tomar las medidas para que no
se vuelvan a repetir los actos turbatorios, poniendo la mirada en evitar conductas que
coloquen a la mujer en una situación de discriminación y violencia permanente, frente al
varón o varones cuyos patrones de conducta violenta se encuentran naturalizados.
-
chos futuros, si el caso es de los sospechosos de género— deberá resolverse con la pers-
carácter; más allá de las defensas que pueda impetrar la mujer8, este tipo de demandas
generalmente prosperan. Empero, en el caso que se observe que la mujer queda en una
situación de perjuicio (generado por el varón, habiendo éste ejercido —por ejemplo—
violencia económica o bien simbólica); sin perjuicio de corresponder que se haga lugar a
la demanda, se debe ponderar una ejecución con perspectiva de género.
Es importante que el juzgador tenga la sensibilidad necesaria para captar —principal-
mente de los escritos de demanda o contestación y demás presentaciones que se efec-
túen— la discriminación que origina el actuar del varón hacia la mujer, colocándola en
una verdadera situación de asimetría, y en consecuencia de desigualdad, lo que genera
una situación de vulnerabilidad que necesariamente se debe atender.
Sin hesitación que una mujer víctima de violencia se encuentra en situación de vulnera-
bilidad, por otro lado, no se puede dejar de considerar el derecho que recae en el dueño
del inmueble (v.gr.derecho real de dominio). Así, cuando el hombre excluido del bien
—pasado el término de la medida— lo pretende recuperar, es habitual observar que la
mujer cuente con mínimos recursos y, en consecuencia, no tenga donde vivir. Claramen-
te les asisten derechos a ambas partes.
En una situación judicial como la expuesta, una vez cumplidos los requisitos para que
proceda el desalojo, el juez nuevamente deberá advertir la cuestión relativa a otros de-
rechos que se pueden ver vulnerados y juzgar —necesariamente— con perspectiva de
género9. Ello no implica que corresponda no hacer lugar a la demanda, pero sí se deberá
tener en cuenta la situación de la mujer frente al contexto que le toca transitar. Es por
disposición de la cosa puede reclamarla en contra de quien ningún título puede invocar en su
contra. Si no prueba que es posedora (Ej: haber realizado mejoras en el inmueble), es una mera
ocupante del inmueble sin título alguno y tiene la obligación de restituir. La mayoría de la doctri-
na y la jurisprudencia se pronuncia por esta última postura.
9 En estos casos cuando de la causa surja lo relativo a la denuncia en violencia, el juez de-
-
tancias obrantes en el mismo y cumplir así con la manda constitucional de juzgar con perspectiva
de género.
ello que la ejecución debe ser realizada con los cuidados que resulten necesarios para no
vulnerar los derechos de la mujer. En este estadio el juez podría ordenar un plazo mayor
al que habitualmente se da para desocupar el inmueble10
Superior de Justicia11, como así también a la Secretaría de Derechos Humanos del men-
cionado Alto Cuerpo. También, en el ámbito provincial, puede informarse al Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos, Polo de la Mujer y Ministerio de Desarrollo Social; a los
El Estado no puede verse infalible con una sola o única intervención, el Estado debe
acompañar en los procesos. Así, el juez deberá juzgar con perspectiva de género y los
funcionarios del Poder Ejecutivo acompañar antes, durante y posteriormente a la ins-
tancia judicial donde se encuentre una mujer en situación de vulnerabilidad por haber
sido víctima de violencia familiar o de género. De esta manera, el inmueble puede ser
entregado al titular del mismo, respetando su derecho de propiedad de raigambre cons-
titucional, pero sin dejar de proteger a la mujer víctima de violencia.
Finalmente, en este tipo de casos resulta necesario que la sentencia explicite la nece-
10 A tenor de lo dispuesto en el artículo 1223 del CCCN «el plazo de ejecución de la senten-
cia de desalojo no puede ser menor a diez días». En la mayoría de los casos se ordena que en el
término de diez días el perdidoso debe restituir el inmueble. Ahora bien, la ley permite que ello
norma es donde se tiene que mover el juez, y en aquellos casos donde, quien deba cumplir con lo
ordenado en sentencia, se encuentre en situación de vulnerabilidad, corresponde acudir a dicha
articula su actividad en toda la Provincia de Córdoba tanto en el ámbito judicial como también
con organismos extra poder, entre otros, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Policía de
la Provincia, y otros vinculados, constituyéndose como una red institucional e interinstitucional
de contacto. Tiene como objetivo principal optimizar el servicio de administración de justicia
procurando mejorar y brindar mayor calidad de la respuesta judicial en el marco de los hechos
cometidos en el ámbito familiar.
12 Ejemplo de ello lo encontramos en el Convenio Marco de Colaboración suscripto entre los
Municipios de Jesús María, Colonia Caroya y Sinsacate, para trabajar regionalmente en la Preven-
este sentido el inciso c) citado nos brinda otras alternativas que se deben considerar y,
en ocasiones, priorizar.
13
con Cáritas Arquidiocesana de Córdoba, que posibilita el alojamiento provisorio de víctimas de
violencia familiar. El nuevo inmueble destinado a alojar víctimas de violencia familiar se encuentra
en calle Corrientes N° 558. Por Acuerdo Reglamentario del TSJ N° 1616 «Serie A» se estableció la
siguiente prioridad de alojamiento, previendo que en primer lugar se intente alojar en el refugio
recién mencionado, en segundo lugar, en los Hoteles «El Fundador» y «Alto Paraná». Asimismo,
en el caso del Hotel Savoy, deberá priorizarse el alojamiento provisorio en los siguientes casos: a)
mujeres víctimas de delitos contra la integridad sexual; b) testigos protegidos; c) hombre víctima
de violencia familiar.
En esta dirección, el juez de violencia familiar y de género debe indagar cuál es la situa-
ción habitacional de la víctima, si cuenta con parientes o amigos cercanos que la puedan
hospedar, sus posibilidades económicas y posibles ayudas monetarias que podrían efec-
entorno viciado por violencia, lo que incluye apartarla de la unidad habitacional donde
reside en carácter de mera tenedora14.
-
tes y se evitan futuras acciones que pueden colocar a la víctima de violencia en una nueva
situación de vulnerabilidad frente al contexto judicial que tenga que atravesar a instancia
del hombre que pretende recuperar el inmueble. Ello, sin perjuicio del resto de medidas
que puede ordenar el juez en su afán de garantizar la protección integral de la víctima
(v.gr. que el varón le provea alimentos).
las que se pueden encontrar las personas humanas. Es que no es lo mismo una persona
de escasos recursos económicos y culturales, que quien se encuentra con mayores he-
rramientas de este tipo. Siendo así, sus actos materiales variaran considerablemente. Es
por ello que, al individualizar un inmueble, podríamos encontrarnos con simples signos
materiales o bien con cerramientos más costosos como alambrados perimetrales. Ello
va a variar según se trate de personas humanas con menor o mayor poder adquisitivo.
Siguiendo este entendimiento, en zonas rurales pobres no debe ser menos considerado,
como acto posesorio, un amojonamiento que un cerramiento con alambrado. Entende-
mos que por la igualdad ante la ley establecida en el artículo 16 de nuestra Carta Magna,
debe interpretarse que la norma jurídica sea aplicada en todos los casos que traten un
mismo supuesto de hecho. Así, el alcance del principio deberá entenderse en el sentido
de tratar de manera igual a quienes están en las mismas circunstancias.
En las relaciones de hecho de las personas con las cosas, las actividades que se exteriori-
cen en el inmueble serán distintas según las circunstancias que cada persona atraviese,
independientemente de que en todos los casos estemos hablando de actos posesorios
en cumplimiento de la norma. La circunstancia idéntica será la de ser poseedor, pero la
valoración de los actos debe realizarse de acuerdo al contexto en el que se encuentre
quien los ejerce.
Es por ello que debemos, necesariamente, mirar la pobreza con perspectiva de derechos
humanos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló que: «la po-
breza constituye una violación de derechos humanos».
Si al contexto de pobreza le sumamos el hecho de que en el inmueble se encuentra una
mujer de escasos recursos culturales, la situación deberá analizarse con perspectiva de
género.
Es que la falta de formación intelectual muchas veces puede colocar a la persona en si-
tuación de vulnerabilidad y, en muchos casos, del propio contexto se puede avizorar un
caso sospechoso de aprovechamiento frente a la pobreza y el género.
También puede suceder que dentro de la sociedad patriarcal se la coloque a la mujer en
situación de desigualdad y la misma, por ignorancia o bien por tener la violencia naturali-
zada, se puede ver perjudicada a la hora, incluso, de dividir los bienes. Es así que —atento
a la necesaria perspectiva de género que debe adoptar la magistratura, impartiendo una
justicia igualitaria que abandone los estereotipos de una sociedad patriarcal, superando
las discriminaciones por género—; debe analizarse la situación jurídica de los bienes que
han sido adquiridos una vez iniciada la vida del ente societario16.
Preocupan todos los ámbitos en los que se ejerce violencia familiar y de género, pero
en los contextos sociales más humildes el Estado debe ocuparse aún más. La situación
16 CCC Sala II, Morón, Bs. As., 17/12/20. R.S 416/2020. Juzg. 5° CC, Morón, Bs. As. «C.H. c/ H.
de D.J.C. s/ División de Condominio- Causa N° MO-13375-2011» (citando el Voto del Dr. Se Lázzari
en Sup. Corte Bs. As., 25/10/2017, «A. M. Á c/ A.C.A. s/ división de condominio»).
17 CEDAW, la violencia contra la mujer, recomendación general N° 19, 11°, periodo de sesio-
nes, 1992.
18 -
des y lugares cuyas desigualdades pueden evidenciarse aún más, la Resolución de la Comisión
de Derechos Humanos 2003/22 «Alienta a los gobiernos a que apoyen la transformación de cos-
tumbres y tradiciones que discriminan contra la mujer y que le niegan la seguridad de tenencia
y la igualdad en materia de propiedad, acceso y control de la tierra y la igualdad de derechos a la
propiedad y a una vivienda adecuada, a que aseguren el derecho de las mujeres a un tratamien-
to igual en los programas de reforma agraria, así como en los planes de reasentamiento y en lo
relativo a la propiedad y la vivienda adecuada, y a que tomen otras medidas para incrementar
VII. CONCLUSIONES
Las normas del derecho de fondo deben ser interpretadas con perspectiva de derechos
humanos. Encontramos dentro de este gran mundo la denominada «perspectiva de gé-
nero».
Cuando la vivienda sea uno de los temas a resolver entre ex convivientes —con inde-
pendencia de a quien le pertenezca el inmueble—, excluido el hombre por el juez de
violencia familiar entendemos que con la simple denuncia ya existe un caso sospechoso
de género; del que, en ocasiones y con el seguimiento, se logra tener la debida certeza.
En estos casos, a la hora de resolver, el juez necesariamente deberá atender la situación
de vulnerabilidad en la que se puede encontrar la mujer.
Las medidas ordenadas en violencia familiar, principalmente la exclusión, en ningún caso
pueden interpretarse como ataque de desapoderamiento en los términos del artículo
2238 del CCCN, como tampoco considerarse que se traten de un «despojo judicial».
Cuando el juez deba resolver una acción de mantener, si existe un caso sospechoso de
tendrá que hacer uso de todas las medidas que sean necesarias para evitar se repitan los
actos turbatorios contra la mujer. A tal efecto, podrá ordenar las medidas que surgen de
las leyes 9283 y 10401, según corresponda. También podrá despachar toda otra medida
—incluso pecuniaria— que resulte necesaria.
Cuando se enfrente el derecho de propiedad de un varón versus los derechos de las mu-
jeres en situación de vulnerabilidad, y corresponda el lanzamiento de la mujer, se debe
debida investigación de manera previa a ordenar alguna medida cautelar (siempre eli-
la disponibilidad de tierra y vivienda para las mujeres que viven en situación de pobreza, en par-
ticular a las cabezas de familia» (La igualdad de las mujeres en materia de propiedad, acceso y
control de la tierra y la igualdad de derechos a la propiedad y a una vivienda adecuada)
La conformación
de las familias adoptivas:
el proceso psico-afectivo
y el proceso judicial
POR ALDANA OTHAR1
MJ-DOC-16410-AR | MJD16410
I. INTRODUCCIÓN
El Derecho de las familias ha evolucionado vertiginosamente en los últimos años, y la
resolver aisladamente las cuestiones que aborda, recurriendo por ello a la interdisciplina.
En la actualidad, no caben dudas que existen múltiples formas de familias: tradicional,
Y si bien la práctica demuestra que cada caso es particular, y no parece prudente esta-
-
judicial —con sus reglas y plazos— al desarrollo de los vínculos afectivos, y si el abordaje
interdisciplinario que se hace en el marco del proceso judicial debe o no sujetarse estric-
tamente a los tiempos de evolución de los vínculos afectivos, en pos de la consolidación
de esos grupos familiares.
La comprensión intrínseca de las familias adoptivas y su forma de constitución, puede traer
luz sobre dilemas que se presentan en el marco de los procesos judiciales de adopción.
II. DESARROLLO
que, a los efectos de este trabajo, nos referiremos a las familias como constructo social,
que alude a grupos humanos diversos y complejos que se conforman y determinan por
las relaciones estrechas entre sus miembros, marcadas generalmente por el afecto y
el respecto, sobre cuya base se imponen a sus integrantes roles, funciones, derechos y
deberes, así como prohibiciones sexuales, en pos de la reproducción y subsistencia de
la especie humana, y cuya pertenencia hace a la propia identidad de cada sujeto que las
componen.
Es esa necesaria unión vincular entre sus miembros, la que nos lleva a determinar que la
familia es una construcción, no solo en tanto constructo social, sino en cuanto a que cada
familia se origina y constituye como tal mediante un proceso complejo, más o menos
prolongado en el tiempo.
«Sea a través de la adopción, por naturaleza o mediante técnicas de reproducción hu-
mana asistida, si bien existe legalmente un momento puntual a partir del cual nos con-
vertimos en progenitores y debemos comenzar a asumir la responsabilidad parental, no
podemos decir que necesariamente ocurra lo mismo en el plano afectivo. Muchas veces
esto no resulta tan lineal ni tan claro para algunos adultos. El entretelado de vivencias
sea simple.
En el caso de las familias ensambladas, ese proceso —que no siempre sucede, razón por
la cual existen grupos reconocidos por el Derecho como familias, que sin embargo no
la articulación que se produce entre las novedades que las culturas aportan y la produc-
ción de cambios sustantivos en dichas organizaciones; así como la elasticidad o la rigidez
seguir, como en un juego de ajedrez, pero como dice Jorge Luis Borges: «Dios mueve al
jugador y éste la pieza ¿qué dios detrás de dios la trama empieza?». Cuando se inician las
2 El inicio de los legajos de Aspirantes a Guardas con Fines Adoptivos requiere la inscripción
de datos personales y presentación de documentación concordante, pero ello deriva luego en
un proceso de evaluación de las capacidades de ahijamiento por adopción, que al mismo tiempo
debiera ser —aunque muchas veces no lo es— un proceso informativo y de acompañamiento en
3 Cabe aclarar que el derecho a formar una familia, reconocido por el ordenamiento jurídi-
co nacional e internacional (especialmente: art. 17 CADH, analizado en el conocido fallo «Artavia
Murillo y otros vs. Costa Rica» de la CIDH de fecha 28/11/2012) alude a la posibilidad de engen-
drar, de recurrir a Técnicas de Reproducción Humana Asistida y también, podría decirse, de tener
a disposición procesos adoptivos con los límites y formas que las leyes dispongan; pero de ningu-
na manera se constituye como una garantía de paternidad/maternidad. Por el contrario, sí existe
el derecho de niños, niñas y adolescentes a ser criados en el marco de una familia; es decir, se
debe buscar padres para niños en situación de adoptabilidad y no niños para adultos con deseos
de paternar.
a Guarda con Fines Adoptivos que en el mes de septiembre de 2021 existe un total de 2929 le-
gajos de solicitantes, entre los cuales, solo un 0,41 % (es decir, 12 legajos) contemplan personas
dispuestas a vincularse con adolescentes y solo un legajo señala que aceptaría a adolescentes de
15 años o más; solo el 2,77 % aceptan hasta tres niños y un solo legajo aceptaría cuatro o más
hermanos; por otra parte, solo el 16,9% están dispuestos a aceptar niños o niñas con discapa-
cidades o enfermedades. Pueden verse los datos completos en: https://www.argentina.gob.ar/
justicia/adopcion/Estad%C3%ADsticas-DNRUA.
Las historias de las familias adoptivas son múltiples y variadas. Y al recordar ese primer
encuentro, algunos relatos dan cuenta de un amor mutuo instantáneo, otros destacan
sentimientos de incomodidad y desconcierto, muchos rememoran un fuerte temor que
bloqueaba cualquier otro sentimiento, hay quienes sintieron un afecto unilateral fuerte-
mente rechazado, e incluso para ciertas personas fue un momento extraño, carente de
Luego, según las prácticas habituales de los distintos organismos, así como las particula-
ridades de cada caso, con posterioridad a ese primer encuentro se dará generalmente un
proceso de vinculación entre el/la/los/las NNA en situación de adoptabilidad y los postu-
que se elijan mutuamente, más allá de la elección previa efectuada por los operadores
del sistema.
Al mismo tiempo, el desarrollo de esa vinculación inicial será seguido de cerca y evaluado
en detalle por parte de los equipos interdisciplinarios intervinientes; quienes, en pos del
resguardo del interés superior de NNA y en base a la dinámica que se despliega entre los
individuos, procurarán vaticinar si puede ser el germen de una familia adoptiva. Y si así lo
consideran, se dictará la resolución judicial que otorgará la guarda pre-adoptiva de ese/
esa/esos/esas NNA a ese/esa/esos/esas postulantes.
«Los procesos de vinculación no tienen una evolución lineal sino espiralada, que perma-
nentemente implican reformular lo elaborado previamente, permitiendo que la relación
El tiempo entre ese encuentro inicial y el otorgamiento de la guarda pre adoptiva, puede
ser de tan solo unas horas, días o meses; puede transcurrir con encuentros periódicos o
una relación continua; en el ámbito de un Juzgado, en el hogar convivencial donde resi-
den NNA, en el domicilio de los pretensos adoptantes, o en espacios públicos; puede o
no involucrar a las familias ampliadas, amistades u otros referentes de los postulantes a
guarda, o también de NNA; no hay reglas uniformes determinadas por el Derecho, ni por
la práctica.
En cualquier caso, la intervención de funcionarios judiciales y profesionales de distintas
disciplinas en ese proceso, tan íntimo y, a la vez, público —en el sentido del interés estatal
sobre el mismo—, opera, por un lado, como contención y resguardo de ese acontecer,
pero también, como límite y control en el desarrollo espontáneo de esa vinculación. Sue-
le producirse un ida y vuelta entre los pretensos adoptantes y los equipos técnicos que
dan seguimiento a la vinculación: pedidos de permisos, sugerencias, interrogantes sobre
el pasado, cuestionamientos a los actos y elecciones, dudas, temores, evaluaciones, re
-
liar, e irá constituyendo su identidad.
En la construcción de esa identidad familiar, jugará un rol importante la información con
la que cuenten sus individuos en relación al pasado, especialmente de NNA, la que será
obtenida principalmente en este momento inicial de vinculación, otorgada por los opera-
dores del sistema de acuerdo a sus propias convicciones sobre lo que será conveniente
que sepan en esa instancia. «La información adquiere una singularidad asociada con el
«saber», con la «verdad» de por qué una mujer cede a un niño a quien lo semantiza como
su hijo. Desde el psicoanálisis sabemos de representaciones en las que convergen fanta-
sías infantiles de apropiación de productos valorados del cuerpo de la madre, fantasías
sádicas de despojo, y por otro lado también las representaciones de una madre que no
desea a su hijo o de una madre que quiere, pero no puede, o una madre efecto del inces-
to o de una violación. No «saber», tal vez, elude estos fantasmas y mantiene encapsulada
la fantasía —compartida por el imaginario social— de que la adopción remite a un hijo
misma; más aún, pareciera que el saber acerca del origen queda equiparado a la verdad
absoluta. Proponemos una posición que ubique la información en su carácter de vehi-
culizar, de construir un vínculo que produzca diversos sentidos entre quienes participan.
acceder al expediente y a toda información que conste en los registros judiciales o admi-
nistrativos. Este derecho es impuesto como deber a los adoptantes, quienes se compro-
meten a hacer saber su origen a sus hijos, pero en la realidad, y sin importar la edad con
que cuenten NNA al ser adoptados, mayor o menor parte de su historia de origen suele
permanecer oculta, activándose mecanismos represivos del inconsciente en NNA, lógicas
pretendidamente protectorias por parte de los padres/madres adoptivos, surgiendo te-
mor por lo que no se conoce y generando silencios que se instalan en las cimientos de las
familias adoptivas. Lo ideal es, siguiendo a los autores antes citados, que la información y
de este grupo conviven como familia naciente y se vinculan más libremente, aún con el
seguimiento y acompañamiento de los operadores judiciales, pero revelando y creando
sus propias reglas y dinámicas; ya no solo se conocen entre sí como individuos, sino que
empiezan a descubrirse como familia.
En ese proceso, se darán mecanismos de ejercicio del poder por parte de cada uno de
los individuos: «Podemos reconocer la dimensión política de una práctica (la adopción)
precisan adoptar, se oculta una trama que cobija sólidos dispositivos de poder» (Giberti,
2010: 20).
Resultando de ello la determinación de las reglas familiares. La teoría estructural desa-
rrollada por Salvador Minuchin (1998), aporta los conceptos de límites o fronteras fami-
-
bles a los diferentes subsistemas familiares; esos límites entre los subsistemas varían en
cuanto a su permeabilidad, y pueden ser difusos, rígidos o claros: estos últimos son los
En ese transcurrir, quienes se constituyen como padres realizan un proceso interno com-
plejo diferente a quienes conciben un hijo natural:
«El hijo biológico sostiene un imaginario derecho de propiedad sobre los hijos, al modo
de prolongación. ´Derecho´ que, con los hijos adoptivos, no-biológicos, requiere de un
trabajo diferente. En la economía libidinal, habría primero que ´hacer propio´ —desde
el punto de vista de la narcisización— para recién luego reconocer al hijo como diferente.
La ruptura de la continuidad biológica —que se introduce con un hijo adoptivo— propo-
ne otros modos de anudamientos para tramar la ilusión de lo propio. Desde los padres,
parentales adoptivas (Otero, María Federica, 2018), pero es en esta instancia del proceso
en la que se pueden advertir las capacidades concretas para ahijar a ese/esa/esos NNA
con quienes se intenta una vinculación. Es cuando la teoría se pone en práctica, la fanta-
sía se vuelve realidad, y no siempre resulta como se esperaba; siendo en general nece-
sario que los equipos interdisciplinarios aborden los obstáculos junto a los adoptantes.
Es en ese sentido que se dice que: «El vínculo que empieza a plasmarse durante este pe-
ríodo es el resultado y cristalización del trabajo interdisciplinario de todos los integrantes
del equipo de adopción» (Amato, María Ines, 2006: 131).
Ahora bien, volviendo al proceso judicial, luego del otorgamiento de la guarda preadop-
El derecho, y los procesos judiciales, tienen estos plazos determinados, que no siempre
-
ros. Por su parte, los afectos, no entienden de límites.
Entonces, el juez ya ha constatado a esta altura del proceso que se encuentran cumplidos
Y pese a lo que creen algunos operadores, y lo que sienten algunas familias que atra-
viesan este tipo de procesos, ese plazo no es estrictamente evaluativo, sino que cumple
una función de acompañamiento que resulta trascendental en la formación familiar, el
equipo interdisciplinario cumple un rol auxiliar que busca aportar a fortalecer la relación
con intervenciones tendientes a los procesos de subjetivación.
En el transcurso del plazo de las guardas pre-adoptivas, puede advertirse en un gran nú-
mero de casos que los vínculos tambalean, las dudas y miedos de todos los involucrados
pueden poner en crisis la adopción, siendo el deber de los magistrados y los equipos
técnicos que acompañan el proceso adoptivo dar un marco de respeto y seguridad, pero
protegiendo siempre el interés superior de NNA. En un sentido sistémico, las crisis fa-
miliares —que envuelven la interacción de la tensión y las características de la familia—,
implican la posibilidad de cambiar, de adaptarse a situaciones transaccionales propias de
cada sistema internamente, como de sus relaciones externas con otros sistemas; cuando
mientras que la tensión confusa, extiende la crisis y la vuelve incontrolable; por ello, el
profesional o terapeuta que interviene, no debe pretender resolver con exactitud la cues-
tión, sino reducir la complejidad para tornarla manejable (Quintero Velásquez, 1994).
Así, muchas veces esas crisis son parte del proceso de acomodación de los individuos a
la nueva dinámica, una etapa en la conformación de la familia.
Pero en algunos casos, pueden devenir en lo que se denominan procesos excluyentes,
que implican la «devolución» de NNA y su total desvinculación con los que hasta ese mo-
mento pretendían adoptar; se frustra el proyecto adoptivo, con fuertes consecuencias
dañosas. Como ya se ha sostenido antes, no hay soluciones universales para estas si-
tuaciones, y aquí la interdisciplina cobra fuerzas para procurar la elección de las mejores
alternativas y el abordaje que conlleve el menor daño.
En general, se necesita tiempo. Acompañamiento profesional, contención, escucha ac-
tiva, y tiempo, para que se desaten esas crisis, se apacigüen y luego, se consoliden los
vínculos.
Es allí, donde se advierte un dilema: vencidos los plazos legales, ¿debe el juez necesaria-
mente dictar una resolución judicial?, ¿puede otorgar la adopción, aunque observe incon-
tesco psico-afectivo debiera ser un requisito previo para la creación del vínculo jurídico
mediante la sentencia?
Son preguntas a las que no se dará una respuesta terminante en este trabajo, sino sobre
Ballarín (2018) nos dice que: «el proceso de adopción, por su esencia, está atravesado por
la temporalidad propia de la vida del adoptado, y la construcción de su identidad en el
transcurso de las distintas etapas de su existencia. Y si la sentencia decreta la adopción,
el efecto retroactivo dispuesto en la ley nos da la pauta de la envergadura del tiempo
como constituyente de vínculos jurídicos. Pero la construcción de vínculos es, siempre,
diferente en la historia personal de cada familia» (Ballarín, Silvana, 2018: 69).
Y en su texto, a su vez, cita: «las leyes ceden su reputada generalidad y abstracción a
favor de la individualidad y concreción y reducen su considerable relación al breve lapso
que no puede hacer frente la rigidez anquilosante del legalismo abstracto» (González
Ordovás, María José, 2003:45 y 50).
La práctica jurídica y la realidad cotidiana nos demuestran que los vínculos jurídicos no
sustentan los lazos afectivos; uno de los grandes vacíos en los casos del Derecho de las
familias es la impotencia del Derecho para obligar a amar. Y las familias —en el sentido
que venimos desarrollando en este trabajo— no se sostienen por los deberes jurídicos
—al menos, no exclusivamente—, sino que se consolidan por el afecto mutuo.
sexualidad, regida por la prohibición del incesto. Al inscribir a sus sujetos en cadenas ge-
nealógicas, la familia también determina los lugares a ocupar en el orden cultural y social,
fundando los modos en que los sujetos se perciben y, por lo tanto, perciben a los demás
Retomando los términos del enfoque sistémico antes mencionado, la estructura de rela-
ciones familiares es mantenida y manifestada a través de los sistemas de comunicación,
los roles y las normas o reglas —que son la expresión observable de los valores de la fa-
milia—; mientras más congruentes son ellos, más funcional es el sistema familiar: «Para
que exista una familia, se requiere una congruencia mínima entre estos procesos, su fun-
cionamiento se mide a través de la retroalimentación permanente» (Quintero Velásquez,
1994:44).
Las familias realizan constantes movimientos instituyentes para sostener sus subjeti-
vidades y sus vínculos; desde las distintas funciones internas de las familias (función
manteniendo su cohesión. Pero todos estos procesos se dan al interior de una familia
constituida, y difícilmente puedan ser impuestos desde el exterior.
Así, entendemos que si se dictara una sentencia de adopción cuando aún los procesos
internos vinculares se encuentran en formación/transformación, podría darse un marco
jurídico inadecuado a un grupo humano disgregado. No habrá, en tal caso, familia; sino
-
dos los involucrados, por la inconsistencia de esos lazos jurídicos, carentes de verdadero
amor mutuo y solidaridad familiar.
Siendo que la adopción se presenta como instituto reparador para NNA que, aun con vín-
familia. Por lo tanto, entendemos que el desarrollo de esos vínculos psico—afectivos que
darán origen a la identidad familiar, debe ser el eje rector de los procesos judiciales, y no
a la inversa.
IV. BIBLIOGRAFÍA
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vulnerabilidades y géneros
POR EZEQUIEL COOKE1
MJ-DOC-16404-AR | MJD16404
diciones que los varones, la ley de matrimonio igualitario, recientemente el cupo laboral
trans, entre otras conquistas legales.
dad de contar con patrocinio letrado gratuito, que el proceso se desarrolle en el menor
tiempo posible y la posibilidad de obtener una rápida respuesta (la sentencia en el caso
que lo amerite) en favor del justiciable, contando aquel con todas las vías impugnativas
permitidas por ley.
Es decir, siguiendo con el ejemplo planteado, a estos colectivos vulnerables (pero tam-
bién para el resto de la sociedad) no se le debe prometer (si o si) una respuesta favorable
a su petición o planteo, pero si se le debe prometer y cumplimentar el efectivo y adecua-
do acceso a la justicia, conforme los postulados legales existentes en la materia.
y equilibrar estas diferencias troncales y, desde esa línea, lograr equiparar o acortar la
positivas para lograr tales objetivos y satisfacer los derechos de estos colectivos.
Se podría decir que estamos a la mitad del camino. Es necesario seguir por la misma sen-
da como también redoblar los esfuerzos (por más costoso que fuera) en pos de lograr
una igualdad real y sustancial de satisfacción de derechos por parte de todos y todas los/
as integrantes de nuestra sociedad.
MJ-JU-M-134967-AR | MJJ134967
Sumario:
1.-Se otorga la adopción simple de la niña al matrimonio guardador pues si
bien el trámite de adopción estuvo viciado se deben considerar entre todos
los intereses en juego el sujeto más vulnerable y debe tenerse en cuenta que la
niña ha transcurrido prácticamente toda su vida - desde los 9 meses a los 11
años- en el hogar del matrimonio guardador, se encuentra totalmente inte-
de la niña.
sede judicial tres años después de encontrarse ya la niña bajo el cuidado de los
guardadores, ocasión en la que admitió haber contado con asesoramiento ju-
rídico sobre el alcance de su postura y más tarde reiteró su intención durante
7.-La consideración del interés superior debe orientar y condicionar toda de-
cisión de los tribunales llamados al juzgamiento de los casos que involucran a
los infantes en todas las instancias, incluida la Corte Suprema, a la cual, como
órgano supremo de uno de los poderes del Gobierno Federal, le corresponde
aplicar -en la medida de su jurisdicción- los tratados internacionales a los
que nuestro país está vinculado, con la preeminencia que la Constitución Na-
cional les otorga (art. 75, inc. 22 , de la Ley Fundamental)
Sumario:
1.-Si bien cabe el reconocimiento de todas las formas de familia, en la pre-
A. V. M. S. A. y L. M. y O. B. P. | medidas proteccionales
MJ-JU-M-135111-AR | MJJ135111
Sumario:
1.-Corresponde otorgar la tutela dativa de los nietos de la actora, por enten-
der que es el instituto que mejor resguarda actualmente su superior interés,
dada su edad, y el plazo legal establecido para la guarda prevista en el art. 657
del CCivCom..
2.-El otorgamiento de la tutela a favor de la abuela materna debe prosperar en
no seguir expuestos a la intromisión sin una justa causa por parte de la justi-
cia, por el mero hecho de hacer cumplir un procedimiento que representaría
para los niños una situación traumática e indeseada por todos; teniendo en
por demás, lo cual distaría mucho de los puntos u objetivos establecidos por
las normas internacionales, que proponen como norte de todo proceso donde
intervengan niños, niñas u adolescentes, el de cuidar celosamente su interés
superior.
3.-Se ha sobrepasado excesivamente un plazo que pudiera considerarse ra-
-
cimiento del Plazo, por una solución jurídica interminable, que les permita
ejercer sus derechos en plenitud.
MJ-JU-M-135214-AR | MJJ135214
Se acuerda que un padre, que luego de la separación con la progenitora, dejó de te-
ner contacto con sus hijos, tenga régimen de comunicación progresivo con su hijo
adolescente que padece trastorno de espectro autista previa revinculación gradual.
Sumario:
1.-De los informes interdisciplinarios, surge que resulta posible establecer un
régimen de comunicación entre el progenitor y su hijo menor de edad, aten-
diendo al interés primordial de éste, previo proceso paulatino de vinculación
entre ambos, toda vez que no emergen aspectos de gravedad que indiquen
riesgo de daños para el menor e impida el restablecimiento de la comunica-
MJ-JU-M-135369-AR | MJJ135369
Sumario:
-
cepción extraordinaria del art. 25 de la Convención Interamericana sobre
Restitución Internacional de Menores, para negar la restitución pretendida
por el progenitor, ya que surge en todas las entrevistas efectuadas a las niñas
que éstas han sufrido violencia física y psicológica grave y extrema por parte
de su padre, como así también su madre y una hermana mayor de edad que
reside en Paraguay.
2.-El derecho del progenitor no es absoluto, aun cuando las niñas hayan in-
gresado a la República Argentina en forma ilícita y sin el consentimiento del
mismo, sino que debe subordinarse al bienestar de sus hijas garantizando su
integridad física y psicológica, teniendo en miras el interés superior de las
mismas; de hacer lugar a la restitución internacional pretendida, colocaría
a las niñas en un riesgo cierto y concreto de sufrir nuevos ataques contra su
integridad física y psicológica.
3.-No se encuentran dadas las condiciones para efectivizar la restitución in-
ternacional peticionada en razón de los malos tratos severos y reiterados que
-
nas en condición de vulnerabilidad.
MJD16283
MJD16249
MJD16352
MJD16353
Legislación Nacional
— Resolución 1959/2021.
Protocolo para el abordaje de las violencias por motivos de género en el ámbito
laboral de la Agencia Nacional de Discapacidad. Aprobación.
Nacional. 25/11/2021
LEG117359
Misiones
— Ley 78.
Ley de prevención del embarazo no intencional en la adolescencia. Ley XIX - Nº 43
(Antes Ley 4017).
Misiones. 1/11/2021
LEG116739
Salta
— Ley 8281.
Protección contra la violencia de género. Objeto. Ley Nacional 26485. Aplicación.
Salta. 17/11/2021
LEG117217
— Ley 7333.
Capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres y
diversidades.
Santiago del Estero. 26/11/2021
LEG117457
— Ley 1388.
Equipo de Abogadas y Abogados para víctimas de violencias por motivos de géne-
ros en el ámbito de la Provincia de Tierra del Fuego. Creación.
Tierra del Fuego. 10/11/2021
LEG117025