Está en la página 1de 368

Rene Van Dalen

VENGEANCE OF A BLACK
KNIGHT
Iron Dogz MC 04
Sinopsis:
Wolf
Perder a un hermano nunca era fácil. ¿Que asesinen a un hermano
mientras él no podía defenderse? Era insoportable, inaceptable y
exigía venganza.
Lo que ninguno de ellos esperaba era la llegada de la familia de
Army y con ellos una mujer que puso patas arriba la vida bien
ordenada de Wolf. Ella rompió cada una de sus barreras con una
mirada de sus ojos llenos de tristeza.
Aceptar reclamarla para mantenerla a salvo no sale como él había
planeado. Le resulta imposible mantener la distancia. Pero ella no es
para él, nunca podrá ser suya.
Pero ni siquiera su parche en la espalda fue suficiente para
mantenerla a salvo. Arrebatada mientras estaba bajo su protección,
tuvo que permanecer impotente cuando ella era secuestrada.
La venganza lo lleva a encontrarla. La venganza era todo en lo que
podía pensar una vez que la tuvo de nuevo en sus brazos.
Él juró que nunca más le fallaría.
Pero lo hizo.
Y cuando se da cuenta de su error. Es demasiado tarde.
Ella se ha ido.

Leo
Había venido a Sudáfrica para encontrar a su hermano. Sólo para
que le dijeran que estaba muerto.
Asistir a su funeral a las pocas horas de llegar al país es desgarrador.
Su pérdida sacude los cimientos de su mundo, el mundo de su
familia y su MC.
Reid era un miembro parcheado del Iron Dogz MC en el momento
de su muerte. Tratar con ellos no es fácil, pero por el bien de su
hermano lo intentaría.
Las amenazas contra ella resultan en un reclamo reacio por parte de
Wolf, un ejecutor de los Iron Dogz. El hombre es atractivo, grosero y
extrañamente cautivador. Si tan solo no fuera frío y apasionado todo
el tiempo. Enamorarse de él no es una buena idea y no iba a suceder.
Desafortunadamente, ser reclamada no logra mantenerla a salvo.
Secuestrada y sometida a horrores indescriptibles, Leo lucha por
sobrevivir. No sólo por ella sino por su familia, por su nuevo
hombre y su club.
Pero su supervivencia y rescate tienen un alto precio.
Sufriendo física y mentalmente sólo hay una cosa que puede hacer.
Ir a casa.

Advertencia: este libro contiene lenguaje gráfico, violencia, abuso y


contenido sexual. Destinado a un público maduro, mayores de 18
años.

Capítulo 1
Hawk
—¡Sentaos joder!—les gritó Hawk a sus hermanos que se estaban
tomando su jodido tiempo para acomodar sus culos en las sillas.
Tenía malas noticias y cuanto antes se sentaran, antes podría
terminar.
Murmullos, arrastramientos de pies y el chirrido de las sillas al ser
retiradas fue todo lo que se escuchó en la habitación cuando se
quedaban en silencio.
Esperó hasta que estuvieron sentados y la puerta cerrada con llave
antes de golpear el bloque de acero con el mazo. El silencio era
pesado, como si todos supieran que iban a escuchar algo que no
querían oír. Todos los ojos estaban puestos en él. Respirando
profundamente, les contó la mierda que todavía lo tenía temblando
de furia.
—Hace veinte minutos recibí una llamada de Sita Patel, la madre de
Army. Ha decidido quitarle el soporte vital. —Las reacciones de sus
hermanos fueron las que esperaba porque las suyas habían sido las
mismas.
—¡Qué!
—¡Qué coño!
—¡Eso es una puta mierda!
Hawk levantó la manos y poco a poco se calmaron. Se sentó hacia
adelante apoyando los antebrazos sobre la mesa mientras miraba a
sus hermanos. Se quedó con los ojos clavados en la silla vacía de
Army contra la pared.
—Lo intenté, hermanos, traté de disuadirla. Le pedí que le diera más
tiempo a nuestro hermano. Le expliqué que dos meses no era tiempo
suficiente para curar las heridas que había sufrido, pero se negó. Ella
afirma que sus doctores le dijeron que no había esperanzas de
recuperación y no iba a dejarlo sufrir. Según ella, una vez que
apaguen las máquinas dejará de respirar y fallecerá en paz. Y eso
pondrá fin a su sufrimiento. —Levantó la mano y sus hermanos, que
habían comenzado a protestar, se callaron nuevamente—. Lo mejor
que pude hacer fue persuadirla para que nos diera tiempo para
despedirnos de nuestro hermano y aceptó de mala gana. Nos
levantaron las restricciones de visitas, tenemos dos días, a partir de
mañana, y después ella hará que apaguen las máquinas. Si queréis
despediros, poned vuestro nombre en la lista de visitantes con Ziggy
y él os dará un horario.
—Necesitamos hablar con su doctor, jefe. Quiero escuchar esta
mierda de él, personalmente—gruñó Wolf enojado.
—¿Qué tal si solicitamos una orden judicial para detenerla, Prez?—
preguntó Ratel—. He visto esa mierda en la televisión y parece
funcionar para esos cabrones.
Su pregunta hizo que todos hablaran al mismo tiempo y Hawk
golpeó la mesa con la mano para llamar su atención.
—Ya lo estamos investigando. Ice está tratando de que los malditos
doctores hablen con nosotros y que no nos digan la maldita mierda
de 'solo a la familia'. Army es nuestra familia y no me rendiré sin
luchar. Tenemos dos días para detener esta mierda y os doy mi
palabra de que haremos nuestro mejor esfuerzo.
—No lo entiendo. —Spider sacudió la cabeza confundido—. Hablé
con una de las enfermeras en la UCI y me dijo que él mostraba
algunos signos positivos. Ella no quiso decir más porque no soy de
la familia, pero parecía optimista sobre sus posibilidades.
—Sí, recibí lo mismo de una de las enfermeras—agregó Wolf a la
conversación.
—¿Qué carajo está pasando aquí? ¿Por qué los doctores aceptarían
apagar las máquinas si él ha mostrado signos positivos de
recuperación? No tiene sentido. ¿Quién nos está mintiendo? —Rider
hizo la pregunta que estaba en la mente de todos.
—¿Qué dijo el especialista de Tori, jefe? ¿Está de acuerdo con esta
mierda? —Los dedos de Bullet tamborileaban a un ritmo rápido y
agitado sobre el brazo de su silla.
—Le dejé un mensaje justo después de recibir la llamada, hermano.
No ha vuelto a llamar todavía porque está en cirugía, pero su
p q g p
asistente prometió que llamará tan pronto como regrese a la oficina
esta tarde. Me aseguré de que supiera lo jodidamente urgente que es.
Ella me advirtió que él no podrá decirnos nada sobre las lesiones
cerebrales de Army, solo sobre sus lesiones en la columna.
Apoyando sus gruesos antebrazos sobre la mesa, Kid suspiró.
—Mierda. Pensé que al menos tendríamos un poco más de tiempo
para respirar antes de que la mierda volviera a llover sobre nosotros.
—Sacudió la cabeza con cansancio—. Las últimas semanas han sido
tranquilas, sin señales de los cabrones afuera de nuestras
propiedades. Además, hemos tenido buenas noticias, Sam se
despertó y no sufrió daños duraderos en su dura cabeza. —La
tensión disminuyó un poco cuando los hermanos se rieron y
asintieron—. También hemos tenido un par de cosas que celebrar.
Primero fueron los gemelos de Gail y Johan, luego la boda de Ice y
River y la sorpresiva llegada anticipada de sus gemelos el 1 de enero.
Hemos estado celebrando esas cuatro nuevas vidas, ahora es el
momento de salvar una. La vida de nuestro hermano.
Duma “Bullet” Baloyi se puso de pie y cruzó los brazos sobre su
amplio pecho con sus musculosas piernas bien plantadas. La furia
chispeaba profundamente en sus ojos oscuros.
—Prospecté con mi hermano, me emborraché con él, me metí en una
mierda con él, me encerraron con él y me follé a muchas mujeres con
él. No dejaré que pase por esto sin mí. Es mi hermano en esta vida y
en la próxima. Nadie le va a quitar esta pelea, y él está jodidamente
peleando. Lo sé, y cualquiera que haya estado en su puta habitación
del hospital lo sabe. Siento en mis entrañas que puede oírme cuando
hablo con él y confía en mí para mantenerlo a salvo mientras él es
incapaz de hacerlo. Ninguna puta vieja que no haya estado en su
vida desde que nació va a dar un paso al frente ahora y apagar las
malditas máquinas. No bajo mi supervisión.
Hawk se inclinó hacia adelante y clavó a Bullet con su mirada.
—¿Qué? ¿Qué quieres decir con que ella no ha estado en su vida?
Según ella, el hospital la llamó como su único familiar más cercano.
Bullet resopló con disgusto.
—Eso es una mierda, jefe. Ella se fue de su vida y lo dejó con su
padre. No volvió hasta el día en que apareció en el hospital jugando
a la jodida carta de la maldita mamita afligida. Por el amor de Dios,
Prez, estás nombrado como su principal contacto de emergencia en
caso de que le pase algo. Deberías haber sido contactado primero.
¿Por qué la contactaron cuando ni siquiera está en su lista de
contactos? ¿Por qué no te contactaron?—terminó Bullet en un
gruñido.
—¿Por qué coño me estoy enterando sobre esta mierda recién ahora,
Bullet? ¿Por qué coño no viniste a mí con esto? —Hawk señaló con el
dedo a Ziggy—. Consígueme todo lo que puedas sobre Sita Patel y
piratea los malditos registros del hospital y descubre quién la
contactó.
La atención de Hawk volvió a centrarse en Bullet parado junto a la
silla vacía de su mejor amigo.
—Explícame por qué no viniste a verme.
Bullet negó con la cabeza.
—Porque soy jodidamente estúpido, jefe. Ella jugó conmigo, igual
que jugó contigo. Afirmó que Army y ella se habían reunido y
estaban arreglando las cosas. Es una excelente mentirosa porque le
creí.
Al escuchar la explicación de Bullet, Hawk pasó un dedo por el
costado del martillo mientras intentaba juntarlo todo.
—¿Dónde está su padre? ¿Sigue vivo y si lo está, por qué carajo no
sabíamos que tenía familia? —Hawk le indicó a Bullet que se sentara
y miró a Ziggy, quien negó con la cabeza.
—Lo siento, Prez. Todo lo que tengo es su madre y la información
que ella nos dio. Afirmó no tener familia y su verificación de
antecedentes mostró lo mismo.
Bullet levantó una mano y Hawk le hizo un gesto para que siguiera
adelante.
—Army no quería que la mierda de sus padres afectara su futuro en
el club. Me pidió que guardara su secreto, pero dijo que si alguna
vez fuera necesario podría contarte lo que sé, y no sé mucho. —
Bullet se encogió de hombros—. Esto es lo que sé. Un amigo suyo
limpió sus antecedentes antes de salir de Estados Unidos. Llegó a
Sudáfrica después de que lo declararan médicamente no apto
después de su último período de servicio en Afganistán con los
marines estadounidenses. Nació aquí y sus padres son sudafricanos.
Su madre lo abandonó cuando nació. Su padre estaba casado con
una estadounidense y ella lo adoptó. Todos regresaron a Estados
Unidos cuando él era un bebé. Army no hablaba mucho de su
familia, pero sí mencionó a una hermana menor. Creo que se
mantuvo en contacto con ella. Si lo hizo, su teléfono debería tener
sus números de contacto y su correo electrónico o algo por el estilo.
Ziggy estaba tecleando en su portátil y Hawk apartó la mirada de
Bullet cuando comenzó a maldecir.
—¿Qué?
—Quien limpió sus antecedentes hizo un trabajo increíble, Prez.
Necesito trabajar más en esto porque no tengo nada—gruñó Ziggy
frustrado.
Sintiendo la frustración de Ziggy, Hawk se pasó dos dedos por el
bigote y la barba antes de mirar alrededor de la habitación a sus
hombres que lo miraban en busca de dirección. Ser el puto
presidente no era un trabajo fácil. Especialmente cuando les
ocultaste mierda.
—Sigue escarbando, Ziggy. Bullet, te veré en mi oficina una vez que
terminemos aquí y veremos si podemos arrojar algo de luz sobre
esta mierda. Encuentra el teléfono de Army y entrégaselo a Ziggy,
incluso si quedó destrozado en el accidente, aún debería poder sacar
algo de él. El resto de vosotros, poned vuestros nombres en la lista
de visitantes, tenemos que detener a la perra mientras Ice intenta
evitar que apague sus máquinas. —De repente se le ocurrió algo—.
Ziggy, revisa sus seguros de vida, sus inversiones y toda esa mierda.
Descubre quién se beneficiará de su muerte.
Tomando el mazo lo dejó caer.
—Hemos terminado aquí. Manteneos en contacto y nadie viaja solo.
Mantened los ojos bien abiertos y conducid con seguridad.
Apartando su sillón de la mesa, Hawk cruzó los brazos sobre el
pecho y observó cómo sus hombres se levantaban de sus sillas. La
atmósfera en la capilla era lúgubre y nadie decía una palabra
mientras salían. Las malas noticias parecían seguir llegando para
ellos. Esperaba que la última mierda no tuviera nada que ver con la
vieja perra de Ciudad del Cabo, porque si así fuera significaba que
ella había encontrado una manera de acercarse a sus hombres, y eso
no podía permitirlo.
Ice golpeó la mesa mientras se levantaba.
—Voy a ir a la oficina. Me comunicaré con mis contactos y veré si
puedo encontrar una manera de evitar que esa perra mate a nuestro
hermano. Llamaré si tengo algo.
Hawk asintió mientras Ice salía. Por la mirada en sus ojos supo que
su primo estaba decidido a encontrar una forma legal de evitar que
las máquinas fueran apagadas.
Sin se apartó de la mesa y se puso de pie.
—Ayudaré a Bullet a registrar la habitación de Army. Tal vez
encontremos algo que podamos utilizar para ponernos en contacto
con su familia.
Todos se fueron excepto Ziggy, quien lentamente cerró el portátil y
suspiró.
—Esto va a ser difícil, jefe. No puedo encontrar ningún nacimiento
registrado a nombre de Sita Patel. Si tuviera el nombre de
nacimiento de Army, podría piratear los registros de adopción o
encontrar su certificado de nacimiento que incluya a su padre. Pero
sin su nombre me quedo investigando en la oscuridad. Quiero
preguntarle a Skelly si tiene alguna idea que pueda ayudar y quiero
comunicarme con los Devil's Spawn en Estados Unidos. Tal vez
puedan ayudarnos escarbando en la mierda de ese lado del océano.
Hawk suspiró.
—Hazlo, hermano. No importa si nos cuesta otro favor, hazlo.
Tenemos que encontrar algo para salvar a nuestro hermano. Joder, sé
que hay muy pocas posibilidades de que algún día despierte y
menos aún de que sea el Army que conocemos cuando lo haga. Pero
me importa un carajo. Cuando lo traje como prospecto y le di su
parche, se convirtió en mío y protejo lo que me pertenece.
Siguiendo a Ziggy, Hawk caminó hasta su oficina y abrió la puerta.
Hundiéndose en su sillón detrás del escritorio, se recostó y miró
fijamente la pintura de los moteros en la pared. Uno de los cuadros
de su dama. Y mirando fijamente el cuadro añadió otra
preocupación a la carga de mierda que ya tenía, su dama no había
estado pintando, al menos que él no lo supiera. Hacía muchísimo
tiempo que no había vuelto a su casa donde tenía el estudio. No
porque no quisiera pintar, no era eso. Con lo que había estado
sucediendo con el club, ella sería vulnerable en el estudio, no era tan
seguro como el complejo y su mujer no quería poner a más
hermanos en la línea de fuego.
Podría hacer algo sobre que su dama no estuviera pintando, con lo
que no podía hacer nada era con el puto secreto que les ocultaba a
sus hermanos. Había dado su palabra y ahora deseaba haber
negociado un trato mejor.
Levantando el teléfono, marcó un número que no había necesitado
desde hacía tiempo. Mientras esperaba, luchó contra su ira, no podía
perder la cabeza ahora, tenía que actuar con calma y obtener
respuestas.
—Van Blerk.
—Tengo un problema con nuestro acuerdo—dijo Hawk sin saludar
al policía.
—Hawk. ¿Qué puedo hacer por ti?
El bastardo sabía muy bien lo que podía hacer por él.
—La puta madre de Army va a apagar las máquinas que lo
mantienen con vida. Necesito saber en qué estaba él trabajando
q j
porque estoy seguro de que por eso quiere que las apaguen. Es para
callarlo permanentemente.
Un pesado silencio se cernió entre ellos antes de que el maldito
policía le respondiera.
—Lo siento, Hawk. No puedo. Todo lo que puedo decirte es que
estaba trabajando en algo para poner de rodillas al Harrison
Syndicate. Se puso en contacto conmigo antes del accidente para
concertar una cita y darme lo que tenía. Nunca llegó a la reunión.
—Maldito infierno. Nunca debí haber aceptado dejarlo trabajar en
esto para vosotros, bastardos. Probablemente sea lo que lo llevó a la
situación en la que se encuentra ahora.
El maldito policía no dijo nada, sólo gruñó en lo que Hawk
interpretó como un acuerdo.
—Bien, no puedes o no quieres darme lo que necesito. Si ella le quita
la vida a mi hermano, nuestro acuerdo se va por la borda. Llevaré
esta mierda a la mesa y dejaré que mis hombres participen en el
trabajo que su hermano ha estado haciendo para la fuerza especial.
—No me obligues a hacerlo, Hawk. Te derribaré a ti y a tu club si te
interpones en mi camino.
—Que te den. —Hawk había llegado al límite de su paciencia—. Solo
acepté prestarte uno de mis hombres porque insistió en que tenía
una manera de entrar que ninguno de nosotros tenía. Quería
ayudarte y mira lo que consiguió. Está tirado indefenso en una cama
esperando que esa perra lo mate mientras yo no puedo hacer nada
para detenerlo.
—Si esto alguna vez sale a la luz, lo negaré. ¿Me entiendes?
—Sí. Dame algo, Van Blerk, cualquier cosa que me ayude a salvar a
mi hermano.
—Army habló sobre que tenía un lugar seguro. Encuentra esa
ubicación y encontrarás la información que dijo que tenía para mí.
Eso es todo lo que puedo darte.
Hawk exhaló un suspiro de alivio.
—No dejaremos piedra sin remover hasta encontrarlo. Mientras
tanto, ¿hay alguna manera de detener a la perra? Nos ha dado dos
días para despedirnos.
Van Blerk resopló.
—Maldita perra. Haré lo que pueda, Hawk, pero no dejes de intentar
una suspensión legal por tu parte.
—Ya estamos en eso. Me niego a dejarlo irse así, Van Blerk. Se
merece mucho más que morir en una cama de hospital con esa perra
desconectándolo.
Van Blerk suspiró.
—Haz que tus hombres busquen la ubicación y comenzaré a
encontrar una manera de detener a esta perra—dijo Van Blerk y
cortó la llamada.
Hawk estaba sentado en su oficina con el teléfono silencioso en la
mano deseando con todas sus fuerzas haber podido convencer a
Army de que no se involucrara en este jodido show de mierda.
Pero él había convencido a Hawk para hacerlo y mira los resultados.
Muerte segura para su hermano dentro de dos días, a menos que
encontraran su casa segura.
A veces odiaba ser el hombre en la cima.
Como en este momento.
Capítulo 2
Leo
Frotándome los ojos cansados con las manos, me recliné en la silla y
lentamente me alejé de mi escritorio. Había estado trabajando en los
libros de los tres clubes de striptease y los dos bares que
administraba para el club durante las últimas horas y era muy obvio
que alguien nos estaba robando. La factura total de bebidas
alcohólicas, la cantidad que habíamos vendido y las existencias no
conciliaban. Estaba gastando demasiado dinero en alcohol y eso sólo
significaba una cosa. Alguien nos estaba robando. Haciéndome
parecer un estúpido coño ignorante.
No vas a salirte con la tuya mientras yo esté a cargo, imbécil.
Tenía una buena idea de quién era, pero necesitaba pruebas antes de
empezar a lanzar acusaciones. Acusar a la persona equivocada los
mataría, así que necesitaba encontrar al verdadero culpable. Todo lo
que tenía que hacer para encontrarlo era seguir el rastro del dinero.
Y cuando lo hiciera, me las iba a pagar.
Levanté el teléfono y lo revisé por lo que me pareció la millonésima
vez hoy, esperando recibir un mensaje. Pero seguía sin haber nada
de Reid. Mierda. Estaba preocupada por él. Tenía una molestia en el
estómago que empeoraba cuanto más mi teléfono permanecía en
silencio. La única vez que pasó tanto tiempo sin contactarme fue
cuando lo reportaron como desaparecido. Afortunadamente fue
rescatado pero declarado médicamente no apto para el servicio.
Abandonó el país y para todos los efectos desapareció.
Recientemente escuché algunos rumores de que algo estaba pasando
con algunos de los MC sudafricanos, pero mi padre y mis hermanos
se negaron a contarme más. Tendría que descubrirlo por mí misma,
pero desafortunadamente tendría que esperar mientras intentaba
desentrañar el maldito desastre frente a mí.
Todavía estaba sentada mirando el teléfono cuando Lure, un
hermano del club y uno de los mejores amigos de mi hermano Dive,
llamó a mi puerta abierta mientras entraba.
—Hola, Lure. ¿Qué puedo hacer por ti? —Sonreí con cansancio
mientras dejaba caer el teléfono sobre el escritorio.
—Hola, Leo, lo siento cariño, es hora de hacer picadillo. Estoy aquí
por el teléfono. —Me entregó mi nuevo teléfono desechable, agarró
el viejo y se lo metió en el bolsillo trasero de los vaqueros.
—Renegade instaló el nuevo para ti y está listo para funcionar. Me
pidió que pasaras por la casa club de camino a casa esta noche,
necesita hablar contigo acerca de algo.
Fruncí el ceño.
—¿Sabes de qué?
Se encogió de hombros y negó con la cabeza.
—Lo siento, cariño, no estoy al tanto de eso.
Suspiré. Esto iba a ser para largo.
—Está bien, dile que pasaré cuando termine aquí. Todavía tengo un
montón de trabajo por hacer.
—No te preocupes, cariño. Hasta luego. —Con un gesto por encima
del hombro, se fue.
Encendí mi nuevo teléfono y comprobé los números de contacto,
negué con la cabeza. Mi hermano mayor era un fanático del control.
Los únicos números eran los del club y los de mi familia. Mis
hermanos, Renegade y Dive, mis padres y por supuesto, Sherri y
Evie, mis mejores amigas. No había agregado a Reid porque no
habían hablado desde el día en que se negó a ingresar como
prospecto en el club por segunda vez. En lugar de eso, abandonó los
Estados Unidos y desapareció durante casi un año antes de
contactarme. Sólo para informarme que era prospecto en un MC en
Sudáfrica precisamente. Se negó a decirme qué club, sólo dijo que no
estaban muy sucios, sea lo que sea que eso significara. Mi padre no
había dicho nada, pero el hecho de que Reid terminara en Sudáfrica
lo había preocupado y todavía hoy lo preocupaba. Cuando agregué
el número de Reid, esperaba con todas mis fuerzas que siguiera
siendo válido porque él también estaba usando teléfonos
desechables. Estaba a punto de enviarle un mensaje de texto cuando
mi teléfono sonó. Sonriendo cuando vi el nombre respondí.
—Hola, mamá.
—Hola, cariño. Ren me acaba de dar tu nuevo número. Te llamo
para recordarte la barbacoa familiar del sábado. Te necesito allí, niña.
—Mi madre me obligaba a ir con una sonrisa en su voz.
—Puaj. Sabes cuánto odio esas cosas, mamá. Todas esas perras
entrometidas que quieren saber lo que hago—gruñí.
—Lo único que les preocupa es que te haces mayor y no aceptes a
uno de los muchachos como tu hombre. Todos pensaron que Gear
seguramente te daría su parche.
Dios. La misma vieja historia. Gear y yo tuvimos algo hasta que lo
pillé en un trío con dos putas del club. Me sentí tremendamente
aliviada de encontrar una manera rápida y fácil de salir del error
más grande que había cometido en mi vida. Con mucho gusto le di
una patada. Puede que fuera guapo y bastante competente en la
cama, pero el bastardo había mostrado muy rápidamente su
verdadera cara. Se había vuelto súper controlador e insistió en que
dejara mi trabajo en el club. Según él, era degradante para su futura
posición en el club que su mujer trabajara en clubes de striptease. El
imbécil. Era un miembro parcheado, no un oficial. Tenía la ilusión de
que sería elegido para un puesto de poder si se convertía en mi
hombre porque yo era la hija de Grave y mi padre era el
vicepresidente del club. Según su loco razonamiento yo era una
princesa del club y eso aseguraría su ascenso. Que idiota más
grande.
Podría patearme el culo por haberme relacionado con él. Porque eso
era todo en lo que a mí concernía. Un mes de relación del que ahora
me arrepiento. El último clavo en su ataúd fue descubrir que se
había estado tirando a las putas del club todo el tiempo que
estuvimos juntos. Y eso fue un completo chasco para mí, no sólo me
j p p
hacía parecer débil sino que no había manera de que compartiera mi
vida con un hombre que tenía amantes. Ya había suficiente de ese
drama en mi familia, muchas gracias.
Si las damas estaban boquiabiertas sobre Gear y yo, significaba que
todavía no había recibido el mensaje de que ya no estaba interesada
en él. Tenía que cortar esta mierda de raíz. Manteniendo mi
temperamento, se lo expliqué a mi madre con calma.
—No estoy interesada en Gear, mamá. Fui estúpida al empezar algo
con él porque es un bastardo infiel y un cabrón controlador. Cometí
un error y ahora él piensa que es mi dueño. Te aseguro que no.
Nunca usaré su parche y tampoco quiero el de nadie más, así que
puedes pasárselo a esas perras entrometidas.
—Maldita sea, niña. Ella me llamó para decirme que su padre había
oído que Gear había advertido a los hermanos solteros que se
alejaran de ti. Les dijo que te iba a reclamar delante del club y que
muy pronto llevarías su parche. —La voz de mi madre se había
vuelto suave y preocupada. Su acento sureño haciéndose aún más
evidente.
Mierda. Mierda. Mierda. Esto no era bueno, nada bueno.
—Mierda, mamá, ¿crees que va a intentar imponerme su parche?—
pregunté, la preocupación atravesándome. Estaba preocupada
porque lamentablemente esa mierda pasaba en algunos clubes, hasta
ahora no en el nuestro, pero nunca se sabía cuándo algún idiota loco
probaría suerte.
Ella resopló enojada.
—Tu padre no permitirá que esa mierda suceda, cariño, y yo
tampoco. Eres libre de elegir al hombre al que quieres unir tu vida.
Nadie te obligará a tener una relación. No bajo nuestra vigilancia.
—Bien, no quiero tener nada que ver con su culo controlador. —
Mamá soltó una especie de mmjá, estando de acuerdo conmigo pero
sin expresarlo con palabras. La dama perfecta.
Era la mejor madre y la mejor dama de todos los tiempos. Amo a mi
padre, pero él había sido un perro total cuando era joven y estúpido.
p p p j y p
Mi hermano y yo éramos prueba de su estupidez. Nuestros padres
habían pasado por una mala racha después del nacimiento de
nuestro hermano Raigan y se separaron durante aproximadamente
un año. Al parecer papá se volvió loco cuando ella lo dejó, bebía y
salía de fiesta indiscriminadamente. Reid y yo somos el resultado de
ese tiempo. Después de que mamá recuperó su culo infiel, nos
adoptó y nos crió, junto con sus dos hijos, tratándonos como si
fuéramos sus propios bebés. Mi medio hermano, Reid, y yo nacimos
con cinco días de diferencia, de una puta de club y de una
simpatizante. La madre biológica de Reid, una simpatizante del club,
lo abandonó en el hospital y se lo entregaron a mis padres recién
nacido. Mi madre, una puta del club, no le había dicho a nadie que
estaba embarazada. Fue a su casa para tenerme pero murió debido a
complicaciones durante mi parto. Mi abuela me acogió pero siete
meses después sufrió un derrame cerebral masivo y fue entonces
cuando mi padre se enteró de mí. Su nombre estaba en mi certificado
de nacimiento y Bienestar Infantil lo llamó. Mamá dijo que me miró
y se enamoró. Ella nos crió a Reid y a mí como si fuéramos gemelos.
Era nuestra madre y no habíamos conocido a otra más que a ella.
Mamá quería volver a casa para alejarse de todos los malos
recuerdos que los rodeaban. Mi padre aceptó de inmediato y trajo a
su familia a los Estados Unidos para darse un nuevo comienzo. Una
vez que llegamos aquí, se unió al Shadow Wraiths MC en Savannah,
Georgia, y desde entonces ha estado feliz. Su nuevo comienzo
funcionó. Nuestros padres todavía estaban total y públicamente
muy enamorados el uno del otro.
Nuestra madre casi había perdido la cabeza cuando, en lugar de
ingresar como prospecto en el club, Reid se alistó en la Infantería de
Marina. Ella quedó destrozada cuando lo reportaron desaparecido
en acción, pero nunca perdió la esperanza, y cuando lo rescataron,
estuvo a su lado durante su recuperación y mientras él estaba en
rehabilitación. Cuando finalmente regresó a casa, ella lo cuidó y lo
llevó a sus citas de terapia hasta que estuvo lo suficientemente bien
como para cuidarse solo.
Y entonces, de repente, desapareció.
p p
El acto de desaparición de Reid la había herido profundamente, pero
ella le había dado el espacio que necesitaba. Sabía que en algún
momento él se comunicaría conmigo, todo lo que me pidió fue
informarles si se encontraba bien. Cuando finalmente se puso en
contacto conmigo, lo regañé y lo convencí de que llamara a mamá.
Ahora la llamaba una o dos veces al mes para charlar pero no era
suficiente. Ella era su madre y necesitaba más de él. Demonios, todos
necesitábamos más de él. Y me preocupaba que ninguno de nosotros
hubiera sabido nada de él en los últimos dos meses. El bastardo se
había negado a decirme dónde estaba en Sudáfrica o en qué club
estaba, por lo que era un poco difícil rastrearlo. Créanme, lo intenté,
pero choqué contra una pared de ladrillos.
Sentada aquí, mirando el teléfono silencioso, decidí que cuando
llamara insistiría en que viniera a casa de visita. Había estado fuera
demasiado tiempo, casi cuatro años. Éramos su familia y no iba a
permitir que nos ignorara más. Toda esa estúpida mierda que tenía
en la cabeza necesitaba ser limpiada. Siempre pensó que papá amaba
más a nuestros hermanos, Rhys y Raigan, porque Vivienne, nuestra
madre, era su madre biológica. Pero no lo hacía. Nos amaba a todos
exactamente igual. Éramos sus hijos y eso era todo en lo que a él
concernía.
Reid necesitaba volver a casa y arreglar la estupidez entre él y
nuestro hermano mayor, Rhys. Más conocido por aquí por su
nombre de carretera, Renegade. Su mierda llevaba demasiado
tiempo sin resolverse. Si no iba a volver a casa, iría a verlo, le daría
una paliza por preocupar a nuestra madre y después lo arrastraría a
casa.
Al estar pensando en otras cosas, había perdido la noción de lo que
mamá decía, pero ella seguía hablando de la barbacoa.
—Sólo quería recordarte la barbacoa y hacerte saber de qué estaban
hablando las damas. Dive y Ren vendrán a cenar mañana por la
noche y espero verte aquí también.
—Está bien, mamá, allí estaré.
—Bien. Que tengas un buen día, cariño.
g
Luego cortó.
Dejé el teléfono, lo aparté, puse el portátil frente a mí y comencé a
trabajar para encontrar las pruebas que necesitaba para atrapar al
imbécil que estaba robando al club. Había escaneado todos los
recibos y facturas en mi portátil y los había estado comparando con
las existencias. Fue un trabajo para adormecer el cerebro.
Que el ladrón fuera del club no disminuiría su castigo por robarles.
Iban a perder la cabeza cuando les dijera esto. Especialmente
Maniac, nuestro presidente.
Mierda. Sólo esperaba que no me perjudicara porque me lo había
perdido.
Cené en mi escritorio y seguí trabajando, ignorando los golpes
sordos del bajo mientras mis chicas trabajaban duro en el club en la
parte delantera del edificio. Estaba tan acostumbrada al ruido que
podía trabajar sin que me molestara en absoluto. Eran cerca de las
doce cuando finalmente tuve todas las pruebas que necesitaba para,
tal vez, clavar a Lucy en la cruz que parecía que ella misma había
construido. Me estiré para aliviar el dolor de mis hombros y espalda
y suspiré. Ahora tenía que llevar esto al club. A Maniac no le iba a
alegrar que se hubieran perdido cerca de 150.000 en los últimos
dieciocho meses. Y ninguno de nosotros se había dado cuenta.
Y ese era el truco. No me había dado cuenta y era mi maldito trabajo
darme cuenta, pero nadie más lo había hecho tampoco. Y eso era lo
que me preocupaba. ¿Por qué no nos habíamos dado cuenta de las
discrepancias? No eran notoriamente obvias pero estaban ahí.
Suspirando, deslicé el portátil en su funda protectora y lo metí en el
bolso grande que llevaba conmigo todos los días. Mi espalda no me
agradecía por cargarlo.
Bruiser, uno de los hermanos de turno, me siguió hasta mi coche y
esperó hasta que lo encendí y salí del estacionamiento de empleados
en la parte de atrás del club. No perdí el tiempo conduciendo hasta
la casa club. Cuanto antes les diera las malas noticias, mejor.
Lentamente atravesé las puertas bajo la atenta mirada de los
hermanos de guardia y subí por el largo camino curvo hacia la casa
club. Estaba completamente oculta a la vista por grandes árboles que
dominaban la estrecha carretera y cortaban los rayos plateados de la
luna. Tenía la ventanilla baja y el exuberante olor de la vegetación
llegó a mis pulmones. Me encantaba el olor del aire fresco de la
noche. Me recordaba las noches de hacía mucho tiempo cuando
jugaba aquí con mis hermanos y los otros chicos del club. Buenos
tiempos.
La casa club estaba brillantemente iluminada cuando conduje hasta
la puerta principal y estacioné mi coche en el lugar reservado para la
familia. Echando un vistazo a las motos estacionadas en fila, agarré
el bolso, salí del coche y miré hacia el edificio pintado de blanco. Era
un edificio imponente con pilares y mierdas para que pareciera la
casa de una plantación, pero no era real. No había ventanas a la
vista, solo las enormes puertas de entrada con Shadow Wraiths MC
exhibido con orgullo encima.
Soltando un suspiro, subí las escaleras, empujé la puerta de la
derecha para abrirla y me sorprendió un poco que no hubiera
ninguna fiesta en curso. Sí, la música sonaba fuerte y había hombres
bebiendo y riendo esparcidos por la habitación, pero las putas del
club estaban notablemente ausentes. Ni una sola a la vista.
Oh, mierda. Esto no estaba bien.
Al entrar, dejé que la puerta se cerrara detrás de mí. Agradecí
haberme arreglado un poco antes de salir de la oficina. Mi cabello
estaba recogido en una trenza gruesa que me caía por la espalda y
vestía unos vaqueros azules descoloridos con una camiseta negra
lisa y mis botas favoritas, nada elegante o sexy en absoluto, pero
estaba lo suficientemente preparada para hablar con el presidente.
Ignoré todas las miradas que se dirigieron hacia mí y busqué en la
habitación a mi hermano, Renegado o Ren, como todos lo
llamábamos. Reportaba directamente a él y tenía que informarle
primero sobre esta mierda. No es que no supiera lo que estaba
pasando, lo sabía. Simplemente no había tenido ninguna prueba
para darle antes. Ahora la tenía.
Al encontrar sus ojos al otro lado de la habitación, asentí y luego me
dirigí directamente hacia donde estaba sentado al final de la barra.
Desafortunadamente tuve que pasar por el lado de Gear. Y típico del
bastardo, me agarró del brazo y trató de sentarme en su regazo como
si fuera una puta de club. Me resistí y traté de soltar mi muñeca de
su agarre. Pero el bastardo apretó con más fuerza y dolió
muchísimo.
—Suéltame, Gear—le grité mientras tiraba de su agarre.
—Nunca, eres jodidamente mía y jamás te dejaré ir. Y pensaba que te
había dicho que no te arreglaras el pelo así, no me gusta—gruñó él
mientras intentaba acercarme, pero yo había plantado mis piernas
bien abiertas y clavado mis botas en el suelo. Por encima de su
cabeza vi a Ren prácticamente catapultarse lejos de la barra y abrirse
camino hacia nosotros.
Tiré de mi brazo para intentar escapar antes de que Ren nos
alcanzara y los estúpidos amigos de Gear se rieran como si fuera una
gran broma. Se callaron instantáneamente cuando el chasquido de
una voz fría y furiosa congeló todo sonido y movimiento en la sala
común.
—¡Gear! Manos fuera. ¡Ahora mismo!—retumbó la voz de Maniac a
través del silencio expectante y el imbécil no tuvo más opción que
soltarme. Pero lo hizo lentamente, aparentemente demasiado lento
para el gusto de nuestro presidente.
—Hijo de puta, ¿no te acabo de dar una orden? ¿Vas a enfrentarte a
mí, Gear? ¿Me estás poniendo a prueba, hijo de puta? —De repente,
Maniac estaba justo a mi lado, pasando un brazo pesado alrededor
de mi cintura y alejándome de Gear para ponerme detrás de él.
Oh joder. Oh, mierda.
Gear sacudió la cabeza mientras saltaba hacia atrás y su pequeño
grupo formado por nuevos parches y simpatizantes también lo hizo.
—No, Prez. Sólo estaba bromeando con mi mujer. —Intentó seguir
adelante mientras Ren, Dive, Lure, Breaker y Magic formaban un
semicírculo detrás de ellos, listos para cualquier cosa. Mi padre
estaba al lado de Maniac, con los brazos cruzados sobre el pecho, el
rostro inexpresivo pero sus ojos ardían de rabia. Permaneció en
silencio mientras su presidente manejaba la situación.
—Estoy jodidamente cansado de tener que decirte que cuando una
mujer en este club dice que no, entonces es no y te vas. Ella no es tu
maldita mujer y Grave te advirtió que ella está prohibida para ti y
para los cabrones de tus amigos, pero no escuchas. Ahora puedes
aprender esa lección de la manera más difícil. —Maniac miró a Dive,
mi hermano y el ejecutor del club—. Ocúpate de esta mierda
mientras hablo con Leo, Dive. Y, mientras tanto, echa a esos
simpatizantes cabrones por la puerta, ya no son bienvenidos aquí.
¿Qué mierda estaba pasando aquí?, me pregunté en silencio. Maniac
nunca antes había dado un paso al frente e ido contra Gear. Ni
siquiera sabía que mi padre le había advertido que se mantuviera
alejado de mí. Esto era algo nuevo y enorme.
Pasando su brazo alrededor de mi cintura, me llevó a su oficina con
mi padre y Ren siguiéndonos. Una vez dentro me soltó, me indicó
una silla y se sentó detrás de su escritorio. Mi padre se sentó a mi
lado mientras Ren se acomodaba contra la pared al lado de la puerta.
—Ren me dice que encontraste a nuestro ladrón. —Sus ojos oscuros
sostuvieron los míos mientras yo asentía.
—Lo hice y no te va a gustar. Es alguien que tiene tu confianza y...
No me dio tiempo para explicarle.
—Basta de explicaciones. Sólo dame la prueba y el nombre.
Saqué el USB de mi bolso y lo deslicé por el escritorio hacia él.
—Está todo ahí. Hemos perdido cerca de 150.000 dólares en los
últimos dieciocho meses. Empezó siendo pequeño hace dieciocho
meses, pero en los últimos seis meses las cantidades prácticamente
se han triplicado.
—¿Quién?—gruñó él.
Mierda. Iba a explotar porque Lucy era su chica favorita. Lleva
muchos años en el club y ocupaba un puesto de confianza. Ella hacía
los pedidos para los clubes, bares y algunos otros negocios, además
de servir al club como chica del club cuando la necesitaban. Aunque
ha sido exclusiva de Maniac desde hace un tiempo. Mi madre había
especulado que él estaba a punto de convertirla en su dama y se
había sentido complacida porque le gustaba Lucy y la quería para él.
Respiré profundamente y se lo dije.
—Lucy.
Su silencio atónito fue terriblemente aterrador porque nunca se
quedaba sin palabras.
Frotándome los ojos y la cara cansados con las manos, miré hacia
arriba y a sus ojos fríos y furiosos.
—Conozco a Lucy desde casi toda mi vida y esto no tiene ningún
sentido. Ella no es una mujer codiciosa. Una vez que comencé a
buscar el dinero perdido, fue tan condenadamente obvio que sentí
como si lo hubieran preparado para que lo encontrara. Todo lo que
tenía que hacer era seguir las miguitas de pan esparcidas por el
camino.
—¿Me estás diciendo que crees que alguien incriminó a mi mujer
para que cargara con la culpa de esta mierda? —La voz de Maniac
había bajado y se había vuelto helada y áspera.
No dije nada, solo asentí. Y santo infierno, la había llamado su
mujer. Mi madre tenía razón. Estaría muy contenta si él le diera su
parche.
Volviéndose hacia mi padre, levantó una ceja en señal de
interrogación. Como vicepresidente del club, mi padre era la mano
derecha de su presidente y su caja de resonancia. Eran un gran
equipo.
—Estoy de acuerdo con Leo. Esto es demasiado obvio, Prez. Echarle
encima esta mierda a tu mujer te hace parecer débil. Hace que
parezca que no tienes control sobre tu club o tu mujer. Podría
tratarse de alguien que está haciendo movimientos para desafiarte
por el mazo y hacerse cargo del club—le expuso mi padre a su
presidente.
—¿Cuál es tu opinión, Ren?
—Leo lo hizo bien, Prez. Ya sabes lo que hemos descubierto y esta
mierda acaba de confirmar nuestras sospechas. —Ren no cambió su
posición pero conocía a mi hermano y sabía que estaba listo para
cualquier cosa mientras se apoyaba contra la pared.
Maniac tenía un dedo en el USB y lo movía en pequeños círculos
sobre su escritorio. Luego, colocando la mano sobre el USB, me miró
y sonrió. No fue una sonrisa agradable en absoluto.
—Gracias por venir a mí y explicármelo claramente, cariño. Aprecio
que defiendas a mi mujer cuando todo apunta a que es nuestra
ladrona. No lo olvidaré. —Él suspiró—. Pero mientras decimos eso,
dejaremos que esto se desarrolle. Lucy me odiará a muerte y tendrá
mis pelotas cuando esto termine, pero para sacar a la luz al cabrón o
cabrones vamos a tener que hacer que parezca que creemos que ella
es nuestra ladrona.
Sacudiendo la cabeza, no estuve de acuerdo violentamente.
—No, no, no, no. No puedes hacer eso, Prez. Ella nos odiará y te
odiará si pretendemos no creerle. Y no soy buena mintiéndoles a mis
amigas. Ella sabrá que le estoy mintiendo. No le hagas esto. ¿Y si
deja el club?
Mi padre interrumpió antes de que Maniac pudiera decir una
palabra.
—Ella no irá a ningún lado excepto a su cama. Y de todos modos no
estarás aquí para que ella te interrogue. Te estoy enviando detrás de
Reid. Necesito que salgas y lo encuentres. Tu madre y yo no hemos
podido localizarlo desde hace meses. Tus hermanos y yo no
podemos irnos con toda esta mierda que está pasando con el club,
pero tú sí puedes. La otra razón es que te quiero lejos de ese pequeño
cabrón de ahí fuera, no confío en él ni en sus amigos con mierda en
el cerebro. Están planeando algo y una vez que lo solucionemos no
habrá ningún peligro para ti.
Ignoré la mención del imbécil.
—No sé dónde está en Sudáfrica, ni a qué club se unió, papá. Se
negó a decírmelo y no se ha puesto en contacto conmigo desde hace
casi dos meses, igual que contigo y mamá. Intenté llamarlo antes
pero lo único que recibí fue ese mensaje de mierda de “el número
solicitado ya no está en servicio”. Debe tener un teléfono nuevo y no
ha podido llamarme. Iré, pero primero tengo que arreglar las cosas
para que Jamie tome el relevo. ¿Vale?
Los tres asintieron con la cabeza. Algo no estaba bien aquí pero sabía
que no me dirían nada. Obviamente se trataba de un asunto del club.
—Si pudierais darme más información sobre en qué club está, me
ayudaría muchísimo en mi búsqueda cuando llegue allí. Y ahora me
voy a casa porque ha sido un día muy largo. —Me levanté de la silla
y tomé mi bolso, pero Maniac puso su mano encima y lo atrajo hacia
él. Sacando mi portátil, lo dejó sobre su escritorio y después me
entregó el bolso. Me quedé en silencio todo el tiempo.
—Recibirás esto mañana junto con todo lo que tengamos sobre Reid.
Lure te seguirá a casa. Lo dejas revisar, luego cierras bien y pones la
alarma. ¿Entendido? —me ordenó él.
Oh, sí, definitivamente algo estaba pasando.
—Sí, Prez—dije en voz baja.
Inclinándome le di un fuerte abrazo a mi padre, hice lo mismo con
mi hermano, y como Maniac no permitía que nadie lo tocara sin una
invitación, simplemente me despedí con la mano. Pero me hizo una
seña, me acercó para abrazarme, luego golpeó mi culo y me empujó
hacia la puerta. Totalmente sorprendida y aturdida, salí corriendo
por la puerta. Lure estaba apoyado contra la pared fuera de la
oficina, obviamente esperándome.
—Hola, cariño. Te ves jodidamente agotada, vamos a llevarte a casa,
¿vale? —dijo suavemente mientras pasaba un brazo por mis
hombros y me conducía a través de la sala común anormalmente
y
silenciosa, donde todos evitaban mirarme, y hasta mi coche.
Mientras caminaba por la sala común busqué a Dive y Gear pero no
vi a ninguno de los dos. Los amigos de Gear ya no estaban presentes
y tampoco Breaker y Magic y algunos de los parches más antiguos.
Sentada en mi coche, esperé hasta que Lure estuviera en su moto
antes de conducir por la carretera, con sus faros siguiéndome todo el
camino a casa.
No me dejó entrar a la casa hasta que hizo un recorrido completo,
luego se paró en el porche delantero y esperó hasta que escuchó el
fuerte pitido de mi alarma activándose. Sólo entonces bajó las
escaleras, se subió a la moto y se fue.
Estaba asustada por esta última situación en el club y lo primero que
hice fue sacar mi arma de la caja fuerte. Una vez cargada, la metí en
la parte trasera de mis vaqueros. Había sido demasiado negligente
últimamente, pero ya no, no iba a ir a ningún lado sin estar armada
hasta que me fuera a buscar a Reid.
Después de una larga ducha caliente, me puse unos pantalones
cortos para dormir y la camiseta negra descolorida que le había
robado a Reid cuando fue a su primer despliegue y me metí en la
cama.
Mi último pensamiento antes de quedarme dormida fue para mi
hermano y por qué no había oído una palabra de él en tanto tiempo.
No era propio de él en absoluto. Estaba tremendamente preocupada
por él.
Reid y yo habíamos nacido tan cerca uno del otro que éramos más
como gemelos. Habíamos compartido todo a medida que crecimos y
éramos el mejor amigo del otro. Eso comenzó a cambiar después de
convertirse en infante de marina. Realmente no había hablado
mucho de sus despliegues antes de lastimarse y absolutamente nada
después. Comprendí que la lesión en su cerebro y la posterior
tortura que había soportado le habían robado algunos de sus
recuerdos y habían hecho que su temperamento fuera mucho más
volátil. Pero seguía siendo mi hermano y mi mejor amigo en todo el
mundo. No me rendiría con él. Iba a patearle el culo por desaparecer
una vez más cuando lo viera.
Me desperté jadeando, llorando y empapada de sudor, con el horror
del sueño todavía claro en mi mente. Se había sentido tan
condenadamente real. En mi sueño, Reid estaba conduciendo y su
moto de repente se había salido de la carretera y él y la moto habían
salido volando por el aire. El horrible sueño resonaba una y otra vez
en mi cabeza. Sabía, en lo más profundo de mi ser, que mi hermano,
mi mejor amigo y mi gemelo de otra madre había resultado
gravemente herido.
Sin embargo, fue la última parte del sueño la que se quedó conmigo.
La parte en la que me había hablado. Él había estado parado en un
campo verde brillante y me sonreía, sus ojos color avellana, muy
parecidos a los de mi padre, ya no estaban ensombrecidos, eran
diáfanos y felices.
—Soy libre, hermanita. Hacía mucho tiempo que no me sentía libre, pero
ahora sí. Los amo, chicos, incluso al maldito Ren. Siempre estaré cerca, Leo,
siempre. Te amo, hermanita.
Esa fue la parte del sueño en la que me desperté y las lágrimas
seguían saliendo. Abrazando la almohada contra el pecho, sollocé
por mi hermano perdido. Sollocé porque tenía la horrible sensación
de que no lo iba a ver vivo nunca más. Su risa loca, sus incesantes
burlas, su inmediata aversión por cualquiera con quien saliera, su
mal genio, su extraña pulcritud, lo extrañaba todo. Quería que
volviera a casa. Necesitaba que volviera a casa.
Mi hermano era leal a aquellos que amaba y respetaba y, aunque se
había negado a ser prospecto en el club, había respetado a mi padre
y a sus hermanos por sus decisiones.
El Shadow Wraiths MC era un club 1%, pero la sede de Savannah no
estaba tan metido en cosas malas como algunas de las otras sedes. El
presidente nacional dejaba la elección al presidente y a los hermanos
de cada sede. Públicamente, Maniac y los hermanos caminaban por
un camino bastante recto, pero detrás de las puertas cerradas, su
camino no era tan recto y no eran reacios a cruzar la línea hacia la
y
oscuridad. Su negocio principal era el tráfico de armas, pero de vez
en cuando realizaban operaciones de protección si el dinero era
adecuado.
La mierda entre Reid y Ren fue probablemente un estúpido
malentendido y ninguno de los dos cedería un ápice para resolver su
mierda. ¿Qué pasaría si mi sueño fuera real y fuera demasiado
tarde? ¿Cómo afectaría a Ren si Reid ya no estuviera con nosotros?
Joder, ni siquiera podía pensar la palabra m.
Tenía que calmarme. Era sólo un puto sueño. Solo un sueño.
Comprobando la hora en mi teléfono gemí. Según el teléfono, había
dormido exactamente cuatro horas y sabía que no había manera de
que me volviera a dormir.
Levantándome de la cama, me arrastré hasta la oficina de mi casa y
comencé la tarea de hacer arreglos para que mi asistente, Jamie,
tomara el relevo lo antes posible. Sabía que no podría irme de
inmediato, pero iba a hacer todo lo posible para irme antes del final
de la semana.
Y hasta que no supiera exactamente qué estaba pasando con mi
hermano no había manera de contarle a nadie sobre mi sueño. ¿Y
por qué lo haría de todos modos? Había sido sólo un sueño, nada
más.
Todo lo que tenía que hacer era llegar a Sudáfrica, conseguir de
alguna manera una cita con el presidente del club al que se había
unido y preguntarle en qué sede estaba Reid. No era una tarea fácil.
¡Ja! Era casi imposible.
Una vez que lo encontrara, le daría un infierno por no ponerse en
contacto conmigo. Y luego iba a convencerlo de que volviera a casa
para una visita condenadamente larga.
Y si hubiera pasado lo peor...
De ninguna manera iba a permitir que lo metieran en un agujero
profundo y oscuro en un país extraño, lejos de su familia, solo y
olvidado.
Nunca.
Nunca.
Nunca.
Reid odiaba los lugares pequeños y oscuros después de la mierda
que le había pasado en Afganistán.
Siempre dijo que quería arder en llamas.
Si hubiera pasado lo peor, me encargaría de que se cumpliera su
deseo.
Mi hermano saldría de este mundo como un maldito vikingo de
antaño.
Capítulo 3
Wolf
Apoyándose en el marco de la puerta de la oficina de Ziggy, Wolf
esperó para ver si podía extraer alguna información del jodido
teléfono de Army. Había quedado aplastado en el accidente y Ziggy
había pasado la noche intentando recomponerlo lo mejor que pudo.
Wolf no pensó que iba a tener mucha suerte con eso. Bullet, que
estaba sentado en la única otra silla en la habitación, tampoco lo
creía.
—Mierda—maldijo Ziggy mientras tomaba con cuidado las entrañas
del teléfono remendado y lo colocaba en lo que tenía frente a él—.
Está bien, veamos si hay algo aquí. No tengo grandes esperanzas de
que esto funcione, pero vale la pena intentarlo.
Mientras tocaba las teclas, todos miraron la pantalla para ver si
tendrían suerte hoy.
Bullet se inclinó hacia adelante cuando una breve serie de nombres
apareció en la pantalla. Pero no les ayudó mucho, todos eran
miembros del club. Ziggy hizo algo y de repente se añadió otro
nombre a la lista.
Bullet apuntó a la pantalla.
—No conozco ese nombre. Tal vez sea alguien de su familia en
Estados Unidos.
Leo.
Wolf frunció el ceño mientras miraba el nombre. ¿Con quién diablos
había estado hablando Army?
—¿Puedes llamarlo, Zig?
Su hermano asintió sin decir palabra. Al tocar el teclado, Ziggy se
recostó mientras sonaba solo para ser interrumpido con un mensaje
que no querían escuchar. El número solicitado ya no estaba en servicio.
Mierda. Mierda. Mierda.
Un callejón sin salida.
Ziggy volvió a jugar con el teclado y, por algún milagro, accedió al
historial de llamadas. La última llamada que hizo Army fue a Bullet
el día en que fueron emboscados. La anterior fue a esta persona Leo
la noche anterior y la llamada había durado más de una hora. Pero
no mostraba el número que había marcado, sólo el nombre. Y el
nombre sólo surgió porque Army debió haberlo programado en su
teléfono. El número, como en sus teléfonos prepagos, estaba
bloqueado.
—Joder, esto no se ve bien—murmuró Ziggy.
Bullet gruñó enojado.
—No vayas a ver mierda donde no la hay. Army es jodidamente leal
al club, nunca nos traicionaría. Y si fue él quien nos traicionó,
entonces el maldito hombre equivocado está acostado en una cama
de hospital esperando que la puta de su madre lo mate. Estaba
viajando con él cuando sucedió esta mierda. Esos cabrones lo
atacaron tanto como al resto de nosotros.
—Bullet, hermano—dijo Ziggy en voz baja—. Mira esto desde
nuestro punto de vista. Habló durante mucho tiempo con alguien
que ninguno de nosotros conoce. Luego somos atacados. Podrían
haberlo atacado para que pareciera legítimo, para encubrir su
traición al club.
—¡Una puta mierda!—gruñó Bullet mientras empujaba su silla hacia
atrás y se levantaba—. Conozco a mi hermano y sé con certeza que
nunca me traicionaría, ni a mí, ni a este club. Hay una explicación
detrás de este nombre y voy a encontrarla.
—Hemos registrado cada centímetro de su habitación, Bullet—dijo
Wolf intentando calmar a su hermano—. No encontramos nada que
lo incrimine, pero tampoco encontramos nada que lo absuelva.
¿Dónde está su portátil o su tablet? ¿Por qué no estaban en su
habitación?
Bullet soltó una carcajada.
j
—No tiene tablet, sólo un portátil muy básico y no sé dónde mierda
está. Decía que la tecnología es una maldición. Siempre decía que las
personas pasaban demasiado tiempo charlando con extraños en
línea en lugar de conectarse con las personas de carne y hueso que
los rodeaban.
—Está bien, te creo, Bullet.
Wolf se encogió de hombros cuando Bullet lo miró con incredulidad.
—Zig, hermano, ¿puedes sondear para ver si podemos encontrar a
esta persona Leo? Quizás sepa el verdadero nombre de Army y
cómo contactar a su familia. Vamos a necesitarlos para impedir que
esa perra apague las máquinas y lo mate. —Wolf se apartó del marco
de la puerta y salió de la oficina de Ziggy.
Tenía que informar lo último a su presidente. El tiempo de Army se
estaba acabando rápidamente y todavía no tenían nada. Necesitaban
un jodido descanso.
Sentado frente al escritorio de su presidente, sabía que Hawk estaba
tan frustrado como todos ellos. No habían encontrado nada.
Después de comunicarse con varios de los grandes clubes, ahora
sabían que no había nadie con el nombre Leo viajando con ninguno
de ellos. El problema eran los riding club1 más pequeños, esos
bastardos no llevaban registros adecuados e incluso preguntarle a
Wimpie no había dado ningún resultado.
Estaban atascados y les quedaba un día para evitar que se apagaran
las máquinas que respiraban por Army.
Wolf estaba a punto de irse cuando el teléfono de Hawk comenzó a
sonar y por la expresión del rostro de su presidente supo que la
llamada era de quien estaba de servicio fuera de la UCI.
—Beast.
Su presidente no dijo nada mientras escuchaba, pero su rostro se
cerró y se endureció, sus ojos parecían brillar, eran de un amarillo
muy intenso.
—Puto infierno. Gracias, hermano, pondré a Ice en esto
inmediatamente. Quédate con él, no lo dejes solo ni un puto instante.
Lentamente y con cuidado, Hawk dejó el teléfono sobre el escritorio,
inspiró antes de mirar a Wolf y luego sacudió la cabeza dejando
escapar un profundo suspiro.
—Se fue. Hace treinta minutos tuvo una hemorragia cerebral masiva
seguida de convulsiones, lucharon por nuestro hermano pero no
pudieron salvarlo. Beast no llamó de inmediato porque a ninguno de
nosotros se le habría permitido estar en la planta de la UCI. Nuestro
hermano se ha ido. Esto es una puta mierda. ¡Mierda! —Las manos
de Hawk estaban apretadas en enormes puños sobre el escritorio
frente a él—. Esto fue demasiado jodidamente conveniente. Le
indicamos que íbamos a pelear con ella y de repente le sangra el
cerebro y muere. No me creo esta mierda.
Wolf se frotó la cara con las manos, recordando la forma en que
Army siempre bromeaba y reía. Era su hermano y ahora se había
ido. Esto iba a joder a Tori a lo grande y ni siquiera quería pensar en
cómo iba a afectar a Bullet.
Pero tenían otro asunto urgente al que prestar atención.
—Tenemos que insistir en una autopsia, jefe. Pon a Ice en eso. —
Wolf se frotó los ojos ardientes mientras sacudía la cabeza—. ¿Estaba
solo cuando sucedió esto?
La cabeza de su presidente se levantó de repente y el depredador
que era brillaba en sus ojos.
—Sí, pero la perra había ido a verlo menos de media hora antes.
La puerta de la oficina se abrió, Ice entró y por la expresión de su
rostro, Beast también lo había llamado. Se hundió en la silla junto a
Wolf y sacudió la cabeza.
—Joder, Hawk. Ella va a pelear con nosotros en el funeral pero yo
arreglaré su mierda. ¿Cómo carajo enterramos a un hermano cuando
ni siquiera sabemos su verdadero nombre?
Esa era la puta pregunta del día.
—No vamos a dejar de buscar a su familia, Ice. En algún lugar,
alguien sabe quién es y cuando se presente lo haremos de la manera
correcta. Incluso si nos lleva putos años, sabremos quién era y
honraremos su nombre—prometió Hawk—. Por el momento iremos
con Steven “Army” Patel, pero durante el servicio solo usaremos su
nombre de carretera. Eso es lo que él era para nosotros y ese es el
hombre que enterraremos. Con todos los honores del club.
Ice asintió.
—He podido encontrar sus seguros e inversiones. Tiene dos
beneficiarios, Sheryl Springfield y su hija Lori de tres años. La
dirección que figura en su seguro no existe. Lo busqué en Google y
me muestra un puto terreno vacío en el sur de Johannesburgo. En
este momento no tenemos nada, sólo los nombres y un número.
Intenté comunicarme con ella al número que había indicado pero ya
no está disponible. Ziggy investigará el nombre y verá si puede
conseguirnos algo. Piensa que podría ser alguien con quien tuvo una
relación. Él lo está investigando.
Wolf no sabía cómo iba a decirle a Bullet que el hombre que había
montado a su derecha ya no estaba con ellos. La noticia iba a
destripar a su hermano.
—Tenemos que decírselo a Bullet antes de que la noticia corra por el
club, jefe. Merece que le den la noticia lo antes posible. —Wolf
esperaba con todas sus fuerzas que no le cayera encima.
—Soy su presidente, es mi trabajo. —Hawk tomó el teléfono, envió
un mensaje de texto y luego lo dejó con cuidado mientras esperaban.
El golpe en la puerta llegó demasiado pronto.
La expresión del rostro de Bullet cuando los vio cambió de
interrogatorio a devastación en segundos.
—Se ha ido, ¿verdad?
—Ja (NdelT: Sí), hermano. Sufrió otra hemorragia cerebral masiva y
convulsiones y esta vez no pudieron salvarlo—le explicó Hawk en
voz baja.
El gran cuerpo de Bullet se desplomó en el sofá y se sentó con las
manos cubriéndose la cara durante varios minutos. Sus grandes
hombros temblaron mientras lamentaba la pérdida de su mejor
amigo.
Secándose los ojos, levantó la vista y se sorbió la nariz.
—¿Y ahora qué, jefe? ¿Qué pasa ahora?
—No dejamos de buscar, Bullet. Encontramos a su familia y una vez
que lo hagamos lo honraremos como se supone que debe suceder.
Lamentablemente no podemos evitar que esa perra pelee contra
nosotros por el entierro, pero nos aseguraremos de que sea a través
del club y con todos los honores. Murió protegiendo a una dama de
este club y nunca olvidaremos su sacrificio.
El hombretón negó con la cabeza y se pasó las manos por la cabeza
afeitada, con los ojos brillando de arrepentimiento.
—Dios, Prez, desearía poder volver a ese día. Debería haber
protegido su costado, pero retrocedí para encargarme del cabrón
detrás de nosotros y fue entonces cuando los hijos de puta delante
de nosotros le dispararon y luego lo atropellaron de costado. Mierda,
no puedo dormir porque cuando cierro los ojos todavía puedo verlo
volar por el puto aire y aterrizar sobre su cabeza y cuello y rodar por
ese maldito terraplén.—dijo Bullet en voz baja, pero la ira y la
tristeza impregnaban su voz.
—No hables mierdas, Bullet. Nada de eso fue culpa tuya y tampoco
nuestra. Los culpables son los hijos de puta que ordenaron la
emboscada y te prometo que no lo hemos olvidado, ni nos hemos
rendido. Los encontraremos y nos vengaremos—dijo Hawk con los
dientes apretados.
Bullet suspiró pero no fue un suspiro de alivio. Fue un suspiro de
tristeza. Wolf levantó una ceja ante su presidente e inclinó la cabeza
hacia la puerta. Ante el asentimiento de su presidente, se levantó y
caminó hacia Bullet.
—Hermano, vamos tomar un trago por nuestro hermano caído y
para honrar su sacrificio. —Wolf esperó a que Bullet lo mirara y
cuando lo hizo, Wolf dio un paso atrás, esperando a que su hermano
se recuperara antes de levantarse.
Juntos salieron de la oficina y entraron a la sala común. La noticia ya
había corrido y un silencio siniestro se cernía sobre la habitación.
Wolf estaba a punto de decir algo cuando la voz de Hawk resonó en
el silencio. Su presidente los había seguido fuera de su oficina hasta
la sala común.
—Hoy perdimos a nuestro hermano, Army. Celebremos su vida y su
sacrificio.
Hawk tomó el trago que una Chris, llorosa, le sirvió y lo levantó.
Todos recogieron sus bebidas y siguieron su ejemplo.
—Por Army, nuestro hermano. Te vamos a extrañar muchísimo.
Monta libre, hermano mío.
Con eso, todos se bebieron el trago y el consumo de alcohol
comenzó. Wolf y Bullet se sentaron en la barra y bebieron varios
tragos uno tras otro mientras Chris observaba preocupada a Bullet.
En algún momento en medio de la bebida, Wolf había cambiado a
agua pero su hermano siguió bebiendo.
En las primeras horas de la mañana, entre Wolf y Boots llevaron a
Bullet a su habitación. Dejándolo en su cama, Boots lo puso de lado
en caso de que comenzara a vomitar y puso un balde junto a la cama
mientras Wolf le quitaba las botas. Cubriéndolo, se quedaron
mirando a su hermano y dejando la lámpara de la mesita de noche
encendida, salieron silenciosamente de la habitación.
Chris los estaba esperando afuera de la habitación.
—Lo vigilaré durante la noche sólo para asegurarme de que está
bien.
—Eres una buena chica, Chris. Gracias. —Wolf le dio unas
palmaditas en el hombro al pasar.
Todo lo que quería hacer era irse a la cama y dejar que el día
terminara.
De pie bajo una ducha caliente dejó escapar las emociones que había
ocultado desde que recibieron la noticia. Las lágrimas le quemaron
los ojos pero se las tragó. No las dejaría libres, eso no es lo que su
hermano necesitaba. Necesitaba que encontraran a los que habían
hecho esto. Necesitaba que encontraran a su familia.
Se secó, arrojó la toalla hacia la canasta en la esquina del baño,
caminó descalzo hacia su cama, levantó el edredón y se metió en la
cama.
Acostado de espaldas, miró al techo antes de darse la vuelta, apagar
la lámpara y cerrar los ojos. Necesitaba dormir un poco y no pensar
en la mierda que había pasado hoy. Mañana, se preocuparía por eso.
Pero mañana ya estaba aquí e iba a ser un día infernal.
Capítulo 4
Wolf
Mirándose al espejo sobre el lavabo de su baño, Wolf suspiró. Se
había despertado con un maldito dolor de cabeza y, al mirarse en el
espejo, vio la evidencia en sus ojos rojos e irritados. Había dormido
un total de cuatro horas y tampoco había dormido bien. Sus sueños
habían sido jodidos. Había revivido constantemente el momento en
que llegó al lugar de la emboscada y vio la destrucción. Pedazos de
motos y del SUV estaban tirados por toda la carretera y por el
empinado terraplén. Lo peor fue ver a sus hermanos caídos. Era un
espectáculo que nunca olvidaría.
En ese momento supo que se perderían vidas y había tenido razón.
Habían perdido a Petey en el lugar y tuvieron mucha suerte de no
haber perdido más, pero ahora, meses después, habían perdido a
Army. Dos vidas eran demasiadas.
Dos de sus hermanos cuyas vidas se habían perdido debido a las
maquinaciones de la perra en Ciudad del Cabo. Había que detenerla.
No le tomó mucho tiempo prepararse para un día que iba a ser largo
y jodidamente devastador. Se duchó, se cepilló los dientes, se peinó
y se vistió en el tiempo que le tomó a su teléfono reproducir cinco
canciones. El espejo le mostró que todavía se veía jodidamente mal.
Necesitaba café y píldoras para el dolor de cabeza, ya mismo.
Respirando profundamente, enderezó los hombros, adoptó una
expresión de fría indiferencia y salió para comenzar el día. Cerrando
la puerta detrás de él, bajó rápidamente las escaleras hasta la cocina,
donde pudo escuchar el murmullo de voces. Spider, Bullet y Buzz le
levantaron la barbilla en silencio mientras entraba. Bullet se veía mal
mientras tomaba un sorbo de su café en silencio. La piel oscura del
hermano tenía una especie de tono gris que indicaba que su resaca le
estaba dando un infierno.
Arrastrando una silla al otro lado de la mesa frente a los otros tres,
Wolf se sentó y asintió en agradecimiento cuando Mellie puso una
taza de café frente a él.
—¿Puedes encontrarme algunas píldoras para el dolor de cabeza,
por favor, Mellie?—le preguntó mientras tomaba el primer sorbo de
café.
—Ja, apoyo ese pedido, cariño. —Spider se frotó las sienes mientras
sonreía y le guiñaba un ojo a Mellie, la chica prácticamente brillaba
de felicidad.
Wolf soltó un resoplido silencioso. Esa mierda de ahí era la razón
por la que nunca llamaba a las perras por nada más que por sus
nombres. De ninguna manera iba a darles ninguna razón para que
creyeran que estaba interesado en lo que estaban vendiendo. Sí, se
había follado a algunas de ellas, pero no con regularidad y nunca en
su habitación. Sus encuentros con las putas del club habían sido
breves y al grano. Tenía reglas con ellas. Nunca las besaba, nunca les
comía el coño, nunca las follaba cara a cara y después de que ambos
se corrieran, se marchaba. Todas sabían que no debían colgarse de él,
sentarse en su regazo o cualquier otra mierda estúpida. Eran un bien
que usaba cuando tenía ganas de rascarse, nada más.
Y tenía mucho cuidado de lubricarla y envolverla en dos condones
antes de que su polla se acercara al coño de la puta. Por eso no le
importaba salir como compinche de Sin. El hermano nunca se follaba
a putas de club, siempre encontraba algún coño civil y siempre había
más que suficiente para todos. Y si realmente era honesto consigo
mismo, también lo prefería así.
Es repugnante cuando sabes que las pollas de tus hermanos han
estado en el agujero que estás a punto de follar.
—¿En qué carajo estás pensando para poner esa expresión en tu
cara? —Buzz lo miró con las cejas arqueadas. De repente todos los
ojos se posaron en él.
Wolf miró a su alrededor y vio que por el momento estaban solos en
esa parte de la cocina. La tía Beryl y las chicas no estaban cerca como
para que escucharan lo que estaba a punto de decir.
—En las putas de club y por qué son una jodida mala idea. Sin tiene
razón, un coño civil es mejor y no tan complicado.
Spider se inclinó hacia adelante listo para discutir el punto, pero
Wolf no le dio la oportunidad de decir una palabra.
—¿No viste lo que pasó hace un momento? Esa perra tiene putas
estrellas en los ojos cuando te mira. Ten cuidado donde pones tu
polla, hermano. No quieres terminar atado a una mujer que no te
importa sólo porque compartes un hijo.
Spider resopló.
—Soy jodidamente cuidadoso, Wolf.
Wolf se rio sin alegría.
—Sí, todos nosotros también, pero sabéis que los condones tienen
fugas e incluso se rompen.
—Estoy de acuerdo—dijo Buzz y se volvió hacia Spider cuando este
resopló—. ¿Me estás diciendo que eso nunca te ha pasado? ¿Un
condón roto y tú enloqueciendo?
Spider se encogió de hombros.
—Ja, por supuesto que sí, pero no me asusto por eso. Simplemente
cargo a la perra, me dirijo a la farmacia más cercana y soluciono esa
mierda. Me aseguro de que tome la medicación y no más
preocupaciones.
—Dios, esa mierda te va a morder el culo, Spider. —Wolf negó con la
cabeza—. Estás arriesgando tu futuro, hombre.
—¿Sabes lo que pienso? —De repente sonó una voz desde la puerta
que ninguno de ellos había vigilado.
Chris estaba en la puerta, con las manos en las caderas y una
expresión extraña en el rostro.
—No, cariño, no lo sabemos—dijo Spider y sonrió.
—Creo que Wolf tiene razón hasta cierto punto. Algunas de las
chicas definitivamente están aquí buscando un chaleco de
q
propiedad, pero no todas. Hay que tener cuidado con las
simpatizantes, lo que es evidente. Desafortunadamente, Wolf y Sin
no están más a salvo de las mujeres depredadoras que los hermanos
que usan a las chicas aquí en la casa club. Algunas de esas perras
civiles están igualmente ansiosas por reclamar un chaleco de
propiedad. Simplemente son mucho más astutas que las putas del
club.
De repente sonrió y le dio una palmada en el hombro a Wolf
mientras pasaba.
—Aprended de la experiencia de Wolf y envolvedla dos veces, sin
importar quién sea.
Si su boca pudiera abrirse más, Wolf estaba seguro de que lo haría.
—¿Cómo carajo sabes eso?
Chris se encogió de hombros mientras entraba a la cocina, agarraba
una taza y empezaba a prepararse un café.
—Las chicas hablan. Todo el mundo sabe que no obtendrán nada de
ti además de un orgasmo. Tus reglas para el coño son bien conocidas
y se habla de ellas todo el tiempo.
—Esto tengo que escucharlo. —Buzz sonrió mientras se inclinaba
hacia atrás para mirar a Chris. Incluso Bullet salió de su depresión y
le prestó atención.
—En realidad, son muy sencillas, sin besos, sin mamadas, sin comer
coños, sin cara a cara, sin abrazos cuando termina y se la envuelve
dos veces, sin importar quién seas. —Ella sonrió—. Mantiene a todos
de acuerdo y seguros.
Tanto Spider como Buzz lo miraban con expresión de asombro en
sus rostros.
—¿Qué carajo? ¿Sin mamadas? ¿Hablas en serio? —Spider parecía
como si no recibir una mamada fuera el fin del maldito mundo.
—No voy a poner mi polla desnuda en una boca en la que tú tuviste
la tuya, hermano. Sin ofender—dijo Wolf y se encogió de hombros.
—¿No comes coño? ¿Jamás? —Buzz lo miraba con los ojos
entrecerrados.
—Puta de club y coño simpatizante, nunca. Coño civil, sólo si
realmente me gusta y la volveré a ver, de lo contrario, ¿para qué
molestarse?
—¿De qué mierda están hablando bastardos? O incluso ¿quiero
saberlo? —gruñó Hawk mientras entraba en la cocina con DC
pisándole los talones.
—Puede que él no quiera saberlo, pero yo estoy segura que sí. —Ella
sonrió mientras se sentaba junto a Wolf y golpeaba la mesa—.
Vamos, soltadlo. ¿Qué estáis diciendo sobre coños del club y coños
civiles?
—Pajarito—gruñó Hawk pero su dama lo ignoró mientras les hacía
un gesto con la mano para que continuaran.
Y, por supuesto, Spider no dejó que el hecho de que su presidente no
pareciera muy contento con ellos lo molestara. Él expuso las reglas
de Wolf para follar. Ella asintió mientras escuchaba, con el ceño
levemente fruncido.
Volviéndose completamente hacia Wolf, sonrió y luego le dio unas
palmaditas en la espalda.
—Bien por ti. El día que encuentres a una mujer y la traigas a la casa
club, no será bombardeada con imágenes tuyas comiendo el coño de
una puta del club. Me gustan tus reglas. ¿Qué con la prevalencia de
ETS y SIDA? No quiero ni pensar en cuántas pollas han entrado y
salido de esos coños. Pero tengo una pregunta. Creía que el doble
envoltorio causa fricción y rompe el condón. ¿Cómo se hace para
que no se rompa?
Wolf negó con la cabeza y miró fijamente a su presidente, donde
estaba preparando café para él y su dama.
El silencio se hizo pesado en la cocina antes de que Hawk se echara a
reír, sacudiendo la cabeza hacia Wolf.
—Dios, hermano, solo respóndele, ella no se rendirá hasta que lo
hagas. ¿Y cómo no sabíamos que eras un cabrón paranoico respecto
a mojarte la polla?
Que le den a su vida. Sacudiendo la cabeza, trató de explicar.
—Lo investigué. Encontré un estudio realizado con prostitutas en los
Estados Unidos que usaban dos condones y tenían una tasa de falla
del condón del 0,2%. No hay fricción si usas lubricante adicional. Lo
llaman doble embolsado. Y eso es todo lo que voy a decir sobre esta
mierda. Eres la dama de mi presidente, por el amor de Dios.
DC le guiñó un ojo y le dedicó a su hombre una sonrisa perversa.
—Creo que necesito probar esto del doble embolsado. Con fines
científicos.
Hawk sonrió y sacudió la cabeza hacia su mujer mientras las risas
resonaban por toda la cocina, siendo DC la que se reía más
jodidamente fuerte.
Wolf soltó un silencioso suspiro de alivio cuando la tía Beryl empujó
un carrito de servicio con fuentes humeantes de tocino, salchichas y
huevos revueltos y empezó a colocarlos en el centro de la mesa.
Mellie y Grietjie entraron detrás de ella y colocaron platos con
montones de tostadas y tazones llenos de uno de los favoritos del
club. La salsa de tomate, cebolla, pimiento verde y champiñones de
la tía Beryl. Era espesa y picante, excelente con huevos o cualquier
maldita cosa.
—Comed ahora, muchachos. Vais a necesitar vuestra fuerza hoy. —
La tía Beryl le dio unas palmaditas en el hombro a Hawk antes de
alejarse—. Os prepararé un poco de café recién hecho mientras
coméis.
El silencio se hizo en la cocina. No sólo porque estaban comiendo. El
día se extendía como una montaña frente a todos ellos. Tenían que
hacer arreglos que todos desearían no tener que hacer. Mientras
comían, la cocina se llenó con más hermanos que entraban a
desayunar, pero el ambiente se mantuvo silencioso.
Este puto día iba a ser un infierno.
p
Después del desayuno, los oficiales y lugartenientes fueron llamados
a la oficina de Hawk, se pararon contra las paredes afuera de su
oficina esperando a su jefe mientras él se aseguraba de que su dama
estuviera debidamente protegida en su camino al trabajo.
Cuando caminó por el pasillo y abrió la puerta, fue obvio para todos
que el humor de su presidente había cambiado. Las risas que habían
compartido en la cocina habían desaparecido.
—Sentad vuestros putos culos y hagámoslo—gruñó mientras se
dejaba caer en su sillón y apoyaba bruscamente en teléfono en el
escritorio. Esperó hasta que Wolf cerró la puerta, respiró hondo y
entonces los sorprendió a todos.
—Hay algo que necesitáis saber. Army estaba trabajando con el
grupo de fuerzas especiales con mi permiso. Se acercó a algo y
estaba a punto de darle la evidencia a Van Blerk cuando ocurrió la
emboscada. Según Van Blerk, tenía un lugar seguro donde guardaba
lo que había encontrado.
El shock y la rabia lucharon por la supremacía en su cabeza. Y no era
el único.
—¿Qué? ¿Él hizo qué? —gruñó Ice.
—Fue una decisión a conciencia, Ice, y la apoyé.
—¡Lo dejó jodidamente muerto!—rugió Wolf cuando sus hermanos
expresaron su acuerdo en voz alta.
—¡Calmaos mierda!—gritó Kid y el silencio se apoderó de la oficina.
—Adelante, Prez. —Kid se paró con los brazos cruzados sobre el
pecho detrás del sillón de Hawk y los miró a todos con frialdad.
—No puedo daros más que eso. Todo lo que puedo decir es que
Army acudió a mí con la solicitud y, después de considerarlo un
poco, acepté. Insistió en que no se lo dijera a nadie. Ni siquiera los
hombres de Van Blerk saben nada de esta mierda. Hasta ahora
éramos solo nosotros tres.
—¿Crees que quienquiera que estuviera investigando lo descubrió,
Prez?— preguntó Jagger en voz baja.
—No lo sé y Van Blerk tampoco. —Hawk los observó a todos con los
ojos entrecerrados—. Lo que sí sé es que tenemos cosas que hacer.
No más preguntas. Pongámonos manos a la obra.
Se volvió hacia Ziggy.
—Hermano, envía avisos a nuestras sedes y aliados informándoles
que hemos perdido a un hermano y que los arreglos del funeral se
realizarán en breve. Hazles saber que habrá un viaje de honor y que
será enterrado con todos los honores del club.
Ziggy asintió mientras escribía en la tablet que tenía en equilibrio
sobre sus rodillas.
—¿Alguna novedad sobre la búsqueda del beneficiario de los
seguros de nuestro hermano y su autopsia, Ice?
Ice negó con la cabeza.
—Aún no hay nada sobre el beneficiario, jefe, pero le pedí un favor a
Rick Townsend. Le di lo poco que tenemos y llamará si encuentra
algo. A menos que Van Blerk lo declare secreto.
Hawk asintió lentamente antes de centrarse en Beast.
—Danos tu informe sobre cómo sucedió todo, Beast. Y, hermano, no
dejes fuera ninguna puta cosa, por pequeña e insignificante que te
parezca.
Con un profundo suspiro, Beast empezó a hablar.
—Reemplacé a Ratel poco antes de la una y me instalé fuera de la
ventana de la UCI. La enfermera de turno fue comprensiva y me dejó
quedarme donde tenía una vista completa de Army. La perra llegó
exactamente a las 13.30, entró a verlo, se quedó unos diez minutos y
se fue. A las 14 sus máquinas empezaron a funcionar mal y estaba
rodeado de médicos y enfermeras que luchaban por mantenerlo con
nosotros. A las 14.45 apagaron las máquinas y listo. Nuestro
hermano se había ido. El personal tuvo la amabilidad de dejar que
me quedara con él hasta que vinieron a llevárselo. Fui con él y me
quedé hasta que Ice trajo la documentación solicitando una autopsia.
Beast hizo una pausa y cuando su presidente estaba a punto de
comenzar a hablar, levantó una mano y continuó, y lo que tenía que
decir era jodidamente esclarecedor.
—Algo extraño sucedió mientras esperaba con nuestro hermano.
Uno de los doctores que había ayudado a intentar salvarlo bajó y
ordenó una autopsia. No me dijo por qué quería una autopsia, pero
pude ver que no estaba contento con algo. Entonces, de una manera
extraña, hay algunas noticias alentadoras. Dijo que la perra de Patel
quería que Army fuera incinerado inmediatamente, pero como él
estaba ordenando una autopsia, ella no pudo seguir adelante con sus
planes.
—La maldita perra está tratando de cubrir sus huellas—gruñó Hawk
—. No retiraremos nuestra solicitud de una autopsia en caso de que
ella tenga influencias en el hospital y consiga que rechacen la
solicitud de los doctores. No dejaré nada librado al azar.
Todos asintieron con la cabeza.
—Boots, ¿tú y Spook estáis de acuerdo con hacer lo mismo que
hicisteis en el funeral de Petey? —Los dedos de Hawk golpeaban los
brazos de su puto gran sillón con un ritmo agitado.
—Sí, Prez, no hay problema. Reuniremos a nuestro equipo y lo
armamos todo. ¿Cuánto tiempo tenemos para hacer esto?
Hawk miró a Ice y Kid y luego de nuevo a Boots.
—Estoy pensando que con la autopsia y todo no va a ser pronto.
Vamos a arreglarlo para aproximadamente 2 semanas a partir de
hoy, eso debería darles tiempo suficiente para hacer las cosas y
devolvernos a nuestro hermano.
Dizzy, que era un lugarteniente nuevo, levantó la mano.
—Lo siento, pero he oído que hay una enorme acumulación de
autopsias en Gauteng, Prez. Dijeron que hay una puta lista de espera
de meses. No podemos hacerle eso a nuestro hermano, necesitamos
que se haga lo antes posible.
—Maldita mierda—gruñó Hawk—. ¿Qué más va a salir mal? Ice,
sigue adelante, no hay manera de que Army se quede en una
morgue esperando boca abajo. Si tenemos que contratar un médico
forense privado, que así sea, hazlo sin importar el costo.
—Me encargo, Prez. —Ice asintió mientras comenzaba a escribir en
su teléfono.
Los ojos amarillos de su presidente se posaron en él y Wolf se
preparó para lo que vendría.
—Wolf, cuando registraste la habitación de Army, ¿revisaste los
bolsillos de sus chaquetas, pantalones y su ropa sucia? —Wolf negó
con la cabeza porque sabía que no habían pensado en hacer eso—.
Bien, tú y Buzz revisad su ropa y mirad si tal vez nos perdimos algo.
Necesitamos encontrar ese jodido lugar seguro suyo y rápido. Tal
vez Bullet lo sepa y, mientras lidiaba con la muerte de su mejor
amigo, se le olvidó. Si es así, tomad dos de los prospectos, revisadlo
de arriba a abajo e informad.
—Estoy en ello, Prez. —Wolf asintió de inmediato.
No había pensado en que Army tuviera un lugar fuera del recinto.
Bullet era su mejor apuesta para encontrar dónde Army podría
esconder su secreto.
La mayoría de ellos tenían un lugar al que podían ir si querían
alejarse un rato del club. Él también, tenía un piso que utilizaba en
alguna que otra ocasión. Básicamente era sólo un lugar para
descansar, nada más. No había estado allí por un tiempo y había
estado pensando en dejarlo porque realmente no lo necesitaba.
Desde que la mierda había comenzado con el club, la mayoría de
ellos se habían quedado en la casa club debido a los horarios que
Jagger tenía para todos. Todos se turnaban para hacer guardia o
patrullar la propiedad, por lo que tenía sentido quedarse en la casa
club.
—Sin, hermano, empieza a organizar las rutas para llevar a nuestro
hermano a casa y a su lugar de descanso final. Quiero que esté
finalizado para que no tengamos preocupaciones en una etapa
posterior.
Sin asintió con la cabeza sin decir una palabra. Escribió algo en su
teléfono antes de volver a prestar atención a Hawk.
—Ziggy hará lo que mejor sabe hacer, encontrar todo lo que pueda
sobre esa maldita perra de Sita Patel. Tengo un mal presentimiento
con ella.
—Ya comencé con eso, Prez. Tendré más para ti pronto.
—Bien—gruñó Hawk.
—Nuestra seguridad es estricta, pero Jagger la va a reforzar aún
más. No le den mierda a los hermanos de guardia en las puertas
principales cuando insisten en los nuevos procedimientos. Es para
mantenernos seguros a todos nosotros y a las mujeres y niños que
dependen de nosotros. —Hawk miró alrededor de la habitación con
los ojos entrecerrados esperando atacar a cualquiera que se atreviera
a estar en desacuerdo. Nadie fue tan estúpido como para hacer esa
mierda.
El siguiente que recibió una mirada de esos ojos amarillos fue
Spider, pero ese maldito loco le sonrió a su presidente. Él
jodidamente le sonrió.
—Deja la puta cara sonriente, Spider. —Hawk lo fulminó con la
mirada y Spider simplemente se encogió de hombros—. Ten
suficiente dinero disponible para cubrir lo que necesitemos para
enterrar a nuestro hermano con todos los honores. Asegúrate de
tener efectivo disponible si tenemos que pagarle a algún cabrón para
que saque a nuestro hermano de la lista de espera y haga la puta
autopsia lo antes posible. No quiero ningún maldito retraso en esto.
Tú te encargas de esto por nuestro hermano.
Spider ya no tenía esa sonrisa, ahora habló muy serio.
—Estoy en ello, Prez. Trabajaré con Ice para hacer esto lo antes
posible. Todos queremos que nuestro hermano esté en paz y
trabajaremos juntos para asegurarnos de que lo consiga.
Y entonces, de repente, su presidente cambió de Army a Scar.
—Beast, hermano, ¿cómo está Scar?
Beast soltó una sonrisa malvada.
—Le está yendo bien, Prez. A él no le gusta mucho mi dama en este
momento, pero ella está detrás de él todos los días haciéndole
fisioterapia. Tiene más sensibilidad en las piernas y puede ponerse
de pie, pero sólo si usa un andador. Lo cual lo enoja como no lo
creerías. —Beast se rio—. Sus malas palabras se están volviendo muy
inventivas y mi dama lo alienta en todo momento. Según ella, decir
malas palabras ayuda con la frustración de tener que volver a
aprender a caminar. Ella dice que pronto podrá usar un kierie
(NdelT: bastón), por lo que hay mucho avance.
Por fin Hawk sonrió.
—Gracias a la mierda por las buenas noticias. Dile que pasaré a
visitarlo en cuanto tenga un momento libre.
—Dalo por hecho, Prez.
Golpeando su escritorio con el dedo, Hawk miró alrededor de su
oficina asegurándose de encontrar los ojos de todos los hombres allí.
—Estamos en medio de una guerra que no empezamos pero que
vamos a terminar. Tened mucho cuidado ahí fuera y nadie viaja solo.
Kahn tendrá dos hermanos consigo cuando viaje hacia y desde su
casa. Estamos trabajando para que él y su familia vengan pronto a la
propiedad del club. Esta semana se colocará la losa de su casa móvil
y las conexiones para que podamos instalarlos. En algún momento
esa perra volverá a perseguirnos y quiero que las familias de todos
estén a salvo en el club. Aseguraos de que vuestras familias
comprendan los peligros que enfrentamos y de que estén protegidas
en todo momento.
Hawk golpeó su escritorio y se recostó en su gran sillón.
—Eso es todo por ahora hermanos, idos y haced las cosas para que
podamos seguir adelante. Tened cuidado ahí fuera y mantened los
ojos jodidamente abiertos.
Wolf esperó a Buzz, juntos salieron de la oficina y fueron a la
habitación de Army. La habían dejado exactamente como la
encontraron después de su última búsqueda. La bandera
estadounidense todavía estaba exhibida con orgullo encima de su
cama y su escudo de combate zulú con una assegaai (NdelT: lanza
corta) y un knobkierie (NdelT: garrote) y sus bastones de combate
zulúes estaban montados en la pared al lado de la cama. Nadie
tocaría su habitación hasta encontrar a su familia, solo entonces
empacarían sus cosas para entregárselas.
Esta vez registraron su ropa, incluso los putos bolsillos de sus
pantalones y el interior de sus zapatos. Por último revisaron la ropa
sucia en el cesto de su pequeño baño.
Y ahí fue donde lo encontró Wolf, un llavero con un juego de llaves y
una tarjeta electrónica en el bolsillo de unos vaqueros sucios, en el
fondo del cesto. Con una sola mirada, Wolf supo que las llaves no
abrían nada en el complejo. En el llavero había un disco con la
insignia de Harley Davidson. No era real, solo una imitación que
podías comprar en la caja de cualquier tienda, nada especial en
absoluto. La tarjeta electrónica tenía que abrir una puerta o algo así.
Ahora sólo tenían que encontrar dónde mierda estaba esa puerta y
qué abrían las putas llaves.
No dejarían de buscar porque eso significaba que podrían enterrar a
su hermano con su verdadero nombre y, con suerte, con su familia a
su alrededor.
Su mejor apuesta para encontrar el lugar que abrían las llaves era
Bullet. En ese momento estaba lidiando con la pérdida de su mejor
amigo, pero muy pronto comenzaría a recordar cosas y cuando lo
hiciera, Wolf estaría allí junto a él. Sacando esas cosas de su cabeza.
Por ahora le llevaría las llaves a Ziggy para ver si podían encontrar
una ubicación a través de los números de las llaves y el número de
serie de la tarjeta.
Tal vez ese número de serie los llevaría a las respuestas que
necesitaban.
La gran pregunta era ¿por qué Army no le había confiado su
verdadera identidad a su club? ¿De quién se había estado
escondiendo?
O tal vez de qué se había estado escondiendo fuera una pregunta
mejor.
Su hermano no tenía miedo y Wolf no podía verlo escondiéndose de
nadie.
Tantas malditas preguntas y ninguna puta respuesta todavía.
Quizás pronto.
Lo esperaba.
Hawk
Ocho Días Después

Mirando alrededor de su oficina, Hawk se alegró jodidamente de


que sus oficiales fueran hombres en quienes podía confiar para hacer
su trabajo sin controlarlos constantemente. Ice y Spider habían
desembolsado un montón de dinero para que la autopsia de Army
pasara al principio de la lista y ahora tenía los informes delante de
él. Uno que protegía al médico forense en caso de que quien
estuviera detrás de esto intentara silenciarlo. El otro era el verdadero
asunto, el que sólo ellos y el grupo de fuerzas especiales podrían ver.
Estaba todo ahí. Las lesiones causadas por la moto de su hermano
siendo atropellada. Las lesiones en la columna que lo habrían dejado
paralizado de la cintura para abajo si se hubiera recuperado. Las
lesiones en la cabeza, pasadas y presentes, todas ellas, estaban
meticulosamente enumeradas.
Y luego estaba la sección que hizo que valiera la pena la invasión del
cuerpo de su hermano muerto. Conclusiones de los médicos forenses
una vez realizado el procedimiento.
Estaba presente una sustancia desconocida que no estaba en la lista de
medicamentos administrados al paciente. Hasta ahora los esfuerzos por
identificar la sustancia no han tenido éxito. Se requiere más investigación.
Causa de muerte: aneurisma cerebral y convulsiones exacerbadas por una
sustancia desconocida.
Hawk dejó los papeles a un lado y suspiró.
—Nuestro hermano fue asesinado. Se encontró una droga
desconocida en su sangre que provocó hemorragias cerebrales y
convulsiones.
El pesado silencio fue roto por furiosos siseos y gruñidos.
Hawk levantó una mano y se hizo silencio mientras sus hombres
clavaban los ojos en él. Sabía que lo que iba a decir a continuación no
iba a ser lo que querían oír.
—No la vamos a tocar. No mientras el grupo de fuerzas especiales
esté mirando. Ella no está sola en esto. Quiero saber de dónde sacó la
droga que mató a nuestro hermano. ¿Quién se la dio? Esa es la
persona que necesitamos encontrar, y para ello la necesitamos viva.
Por ahora. Quiero que la vigilen las 24 horas del día, los 7 días de la
semana. Quiero fotografías de cada persona con la que habla. Quiero
un rastreador y micrófonos en su teléfono y en su casa. Ella se
mueve, quiero saberlo.
Jagger asintió.
—Estoy en ello, Prez. Iremos a su casa y nos encargaremos, no hay
problema.
—Lo que sea que tengas que hacer, Jag. ¿Me entiendes?
—Me encargo, Prez.
Hawk asintió.
—Seguimos adelante con los arreglos para su funeral y que le den si
se queja. Ice, asegúrate de que un juez apruebe darnos la autoridad
para enterrar a nuestro hermano. No dejes nada librado al azar. Haz
arreglos para trasladar el cuerpo de Army a la funeraria
administrada por nuestra gente y hazles saber que deben tener
cuidado. Pon dos hombres en el lugar, ellos reportarán cualquier
movimiento a Beast y Wolf.
y
Suspirando profundamente, Hawk se reclinó en su sillón.
—Si Army se hubiera recuperado, nunca hubiera vuelto a caminar.
Su columna estaba rota en dos lugares. Todos sabemos que no
hubiera querido vivir así, y tal vez esto fue una misericordia para él.
Pero no fue su decisión y esa es la puta diferencia. No le dieron la
oportunidad de despedirse de aquellos que dejaba atrás y eso es
jodidamente inaceptable. Una vez que encontremos a su familia,
quiero poder mirarlos a los ojos y decirles que hicimos todo lo que
pudimos por él. Y eso significa que después de que terminemos con
el funeral, ella estará en nuestro calabozo. ¿Alguien tiene algún
problema con eso?
Las cabezas negando le indicaron que nadie tenía ningún problema
con su plan.
—Yo nomino a Crow para el trabajo, Prez. Obtendrá lo que
necesitamos muy rápido—gruñó Spider.
—Ésta es una vez que tengo que estar de acuerdo. Crow será
llamado. Necesitamos que esto se haga rápido y no hay nadie que
consiga que ella suelte sus tripas más rápido—gruñó Hawk con
tristeza—. Ya terminé con esto. Salid y haced lo que sea necesario.
Tendremos una iglesia completa una vez que hayamos puesto a
descansar a nuestro hermano. Tened cuidado, hermanos, nuestros
enemigos están intensificando la guerra. Sed conscientes y estad
preparados.
Hawk observó cómo sus oficiales y lugartenientes salían de la
oficina, nadie dijo una palabra y la puerta se cerró silenciosamente
detrás de ellos.
Sentado en el silencio de su oficina, volvió a leer el informe de la
autopsia y el resultado era el mismo. Su hermano había sido
asesinado.
Y aunque no tenía pruebas, su instinto le decía que era la vieja perra
de Ciudad del Cabo que le hacía saber que podía matar a sus
hombres con impunidad.
La perra iba a descubrir que el Iron Dogz MC no era tan fácil de
someter. Él no era Freeze. Sin importar lo que ella les arrojara,
sobrevivirían para contraatacar.
Todo lo que necesitaba era encontrar su talón de Aquiles. Algo o
alguien que fuera importante para ella y eliminarlo.
Él había estado dando vueltas demasiado tiempo. Había llegado el
momento de contraatacar y hacerlo con fuerza.
Pronto, muy pronto.
Capítulo 5
Wolf
Antes, el ambiente alrededor del fogón no había sido bueno. La ira
se mezcló con la tristeza mientras los hermanos del club celebraban
la vida de un hermano caído. No se había permitido a ninguna
mujer porque recordaban a su hermano y se despedían en privado.
Nadie en la casa club podía verlos ya que estaban ocultos por un
denso muro de arbustos y árboles. El fogón era sólo para hermanos.
Siempre lo había sido, siempre lo será.
La apasionada despedida de Bullet hizo que todos se limpiaran los
ojos húmedos mientras cantaba una canción para su mejor amigo. Lo
acompañaron Ratel y Buzz a las guitarras y Dollar, Terror y Crash
tocando la batería tradicional zulú. Cantó Impi, una canción icónica
de Johnny Clegg y Juluka. Algunos de ellos entendían y hablaban
zulú y para ellos eso significaba aún más. Impi era una canción
apropiada porque cuando se traducía la palabra significaba guerra,
batalla, combate, ejército o hueste. La música y sus voces se
mezclaron y retumbaron en el cielo nocturno mientras cantaban y
bailaban alrededor del fuego.
Celebraron y lloraron a su hermano hasta que el fuego se redujo a
brasas rojas antes de regresar a la casa club.
Hacía tiempo que todos habían ido a buscar sus camas para dormir o
cualquier otra cosa que quisieran hacer. La música y las luces
principales se habían apagado, pero Wolf todavía estaba sentado en
la barra, bebiendo su bebida y observando a Chris limpiar. Su cabeza
no paraba de pensar en las malditas llaves. Habían agotado todas las
vías posibles para encontrar el lugar que abrían esas llaves y nada.
Absolutamente nada. El número de serie de la tarjeta había sido un
callejón sin salida. El teléfono había sido un callejón sin salida. Todo
lo que intentaron los había llevado a un callejón sin salida.
Mañana era el funeral de su hermano y todavía no tenían idea de
quién era realmente y por lo tanto no podían informar a su familia
que había muerto. La idea de que Army sería enterrado sin su
familia, excepto la perra, luchando por él, le preocupaba como un
puto dolor de muelas.
Wolf jugaba con las llaves, haciéndolas pasar entre sus dedos una y
otra vez, mientras se sentaba con un vaso de whisky porque sabía
que no podría dormir. Dejando las llaves, tomó el vaso, bebió un
sorbo y lo apoyó nuevamente, todo el tiempo mirando esas malditas
llaves.
De repente una mano pasó por encima de la barra y las recogió. La
cabeza de Wolf se levantó bruscamente pero se relajó cuando vio que
era Chris.
—Éstas son sus llaves, ¿verdad?
Wolf levantó una ceja inquisitiva y ella se encogió de hombros.
—Trabajo en este bar todas las noches y escucho cosas, Wolf.
—Sí, pero no sirve de nada porque no sabemos qué carajo abren. —Y
le cabreaba que hubieran fracasado.
Chris soltó un mmm mientras inspeccionaba las llaves.
—Se parece a las llaves y la tarjeta de acceso que tengo de mi
depósito alquilado.
Wolf le rodeó la muñeca con una mano, lo que hizo que Chris se
sobresaltara del miedo y las llaves se le escaparan de la mano.
—Wolf—susurró mientras miraba al suelo—. El disco de Harley se
rompió y hay algo dentro.
Wolf no dudó, saltó a través de la barra, cayó delante de Chris y se
agachó. Estudió las llaves que habían caído sobre la alfombra de
goma detrás de la barra y las recogió con cuidado. Sosteniendo el
disco roto y las llaves en su mano, se puso de pie, lo colocó con
cuidado sobre la barra y se inclinó para echar un buen vistazo. El
disco se había roto y ahora podía ver que había sido cuidadosamente
cortado y pegado nuevamente. A través de la ruptura pudo ver algo
blanco escondido en el interior.
—Mierda—susurró mientras suavemente la abría aún más,
revelando un pequeño cuadrado de papel. Con mucho cuidado
extrajo el cuadrito y lo colocó sobre la barra.
—Necesito unas pinzas2 para abrir esto y que no se dañe—se dijo en
voz baja a sí mismo.
—Te conseguiré una. —Chris pasó a su lado y corrió por el pasillo
hacia su habitación.
Tenía que llamar a su Prez y a Ice pero ya era tarde y no estaban en
la casa club, estaban en sus casas con sus damas. Pero tenía que
llamar a alguien. Sacando el teléfono del bolsillo, lo abrió y llamó a
Kid, que sabía que estaba en su habitación en el primer piso.
Kid respondió después de que el teléfono sonó unas cuatro veces.
—¿Qué ocurre? —Su voz no sonaba como si hubiera estado
dormido.
—¿Puedes bajar al bar? He encontrado algo.
Su sargento de armas no dudó.
—Estoy en camino.
El siguiente al que llamó fue Ziggy.
—¿Sí? —Tampoco parecía que hubiera estado durmiendo.
—Encontré algo escondido en el disco del llavero, hermano. ¿Puedes
venir al bar y traer unas pinzas?
Hubo un momento de silencio.
—Estaré allí ahora mismo.
Wolf regresó a donde había estado sentado y miró fijamente el
pequeño cuadrado de papel, solo levantó la vista cuando Chris
volvió corriendo y colocó una pequeña pinza frente a él.
—No pude encontrar las más grandes, están en algún lugar de mi
estuche de maquillaje. Éstas estaban en mi bolso.
—Gracias, Chris. —Ella se encontró con los ojos de Wolf con un
rápido movimiento de cabeza antes de mirar el pequeño cuadrado
de papel.
—¿Crees que tendrá información sobre su familia?—susurró.
—Eso espero—gruñó Wolf mientras también miraba el pequeño
cuadrado en la parte superior de la barra.
Dos pares de pasos apresurados sonaron en las escaleras y ambos
levantaron la mirada en esa dirección. Kid y Ziggy llegaron a la
barra, ambos con el ceño fruncido.
—¿Qué encontraste, Wolf?—preguntó Kid después de una rápida
mirada a Chris.
Wolf inclinó la cabeza hacia el pequeño cuadrado encima de la barra
y sus hermanos se acercaron. Kid detrás de la barra con Chris y
Ziggy a su lado frente a la barra.
—Joder, nunca pensé en ver si el disco tenía algo escondido dentro—
dijo Ziggy suavemente mientras sacaba una pinza de mango largo
del bolsillo de su chaleco.
Tomando la pinza pequeña, las usó para sostener el cuadrado
mientras lo desdoblaba con cuidado con la más grande.
—Esto es jodidamente asombroso. Usó papel de arroz porque es
muy delgado, así podía doblarlo lo suficientemente pequeño como
para caber dentro de este disco—murmuró Ziggy mientras
trabajaba. Tenía las manos firmes mientras desdoblaba el delgado
papel.
Cuando terminó, tenían un trozo de papel que era aproximadamente
del tamaño de un paquete de cigarrillos. Estaba cubierto de letras
diminutas que eran imposibles de leer.
—Voy a necesitar fotografiar esto y ampliarlo. Dejadlo ahí mismo.
Nadie lo toca mientras no estoy. Necesito sacar algo de mierda de mi
oficina—murmuró Ziggy mientras salía corriendo.
Wolf miró a Kid.
—¿Crees que deberíamos llamar a Prez?
¿ q
Kid negó con la cabeza.
—Déjalo dormir un poco, hermano. Lo llamaremos cuando
tengamos más. De todos modos, no puede hacer nada hasta que
Ziggy haya hecho lo suyo.
Wolf asintió y luego miró a Chris.
—Esto no sale más allá de nosotros cuatro, Chris, ¿de acuerdo?—dijo
suavemente.
Chris asintió mientras permanecía mirando el papel y cuando
levantó la vista había lágrimas en sus ojos.
—No diré una palabra, Wolf. Sólo espero y rezo para que esto te dé
lo suficiente para encontrar a su familia. Era un buen tipo y ellos
necesitan saberlo y deben estar aquí mañana. Para él pero más para
que ellos puedan despedirse.
Wolf y Kid asintieron con la cabeza.
Zig volvió a entrar y deslizó con cuidado un trozo de plástico rígido
debajo del trozo de papel y luego colocó otro encima. Presionó y
aplanó con cuidado el trozo de papel entre las dos hojas de plástico.
—Éste es plástico que se usa para plastificado. El proceso utiliza
calor para fusionar las dos piezas y sellar todo lo que coloques entre
las hojas en un bolsillo hermético e impermeable. No estoy seguro de
si el proceso de calor dañará el papel o la escritura, así que
simplemente lo prensaré y tomaré fotografías tal como están. —
Ziggy recogió con cuidado el plástico—. Necesito más luz de la que
tenemos aquí. Haré esto en mi oficina. —Le sonrió a Chris—. Chris,
cariño, gracias por tu ayuda, te haré saber lo que encontremos—dijo
antes de alejarse con Kid siguiéndolo de cerca.
Ella asintió, pero en sus ojos se reflejaba la decepción.
—Chris—la llamó Wolf suavemente—. Tienes mi palabra. Te
mantendremos informada, ¿de acuerdo?
Ella le dedicó una pequeña sonrisa, asintió con la cabeza y le hizo un
gesto de adiós con la mano. Tomando su bebida, se la tragó,
saboreando la quemazón mientras se deslizaba por su garganta, dejó
el vaso vacío, golpeó la barra una vez y siguió a sus hermanos a la
oficina de Ziggy.
Se apoyó contra la pared junto a Kid, ambos observando a Ziggy
trabajar. Tenía la nota sujeta entre las hojas debajo de una lámpara y
estaba tomando fotos con el teléfono. Le dio la vuelta y continuó
tomando fotos antes de aflojar las abrazaderas que sujetaban todo,
tomar las hojas y deslizarlas en una gran bolsa de plástico con cierre
hermético. Dejándolo a un lado, se sentó, comenzó a escribir en su
teléfono, lo dejó y luego encendió sus computadoras.
Mientras esperaba, se volvió hacia ellos con voz suave y llena de
intensa emoción.
—Espero que obtengamos lo que necesitamos de esto para encontrar
a su familia. Deberíamos poder leerlo cuando lo haya limpiado y
ampliado en la pantalla.
El pitido de sus máquinas lo hizo girar la silla y comenzó a escribir,
sus dedos volando sobre las teclas. Trabajó en las fotografías durante
casi diez minutos antes de asentir para sí mismo.
La primera foto apareció en los monitores. Wolf y Kid se
enderezaron y se acercaron al escritorio para mirar más de cerca.
—Está bien, ampliémoslo y veamos si tenemos la suerte de encontrar
las respuestas que necesitamos—murmuró Ziggy.
La foto del pequeño cuadrado de papel apareció en la pantalla
principal y Ziggy hizo su magia. Lo amplió lo suficiente para que
pudieran leer la nota sin problemas.
Wolf se preguntó cómo diablos se las había arreglado Army para
hacer esta mierda. Luego cuando comenzó a leer ya no se preguntó
más sobre esa mierda.
Hermano, si estás leyendo esto significa que ya no estoy aquí, lo cual apesta.
Pero la vida tiene un plan para todos nosotros. He escapado de la Parca más
de una vez en mi vida, así que no me sorprende que haya venido por mí
ahora. Eres mi mejor amigo y mi familia y tengo una confesión que hacerle a
mi hermano. Te he ocultado secretos, pero sólo para mantenerte fuera de la
mierda en la que estoy involucrado. Sabía que si te lo decía, habrías estado
q y q
allí conmigo. Hice otra mierda, abandoné a mi familia de sangre. Me alejó y
no miré hacia atrás. Lamento mi decisión, pero tenía sentido para mí en ese
momento. Mi familia son proscriptos. No están limpios pero tampoco tan
sucios como algunos. Joder, déjame ir al punto de esta nota. He estado
usando un alias para evitar que la mierda de mi familia toque al Iron Dogz
y esconderme de ellos. Mi verdadero nombre es Reid Jordan. Mi padre,
Grave Jordan, es el vicepresidente de la sede madre del Shadow Wraiths MC
en Savannah, Georgia. Contáctalos por mí, Bullet. Diles que los amo.
Finalmente, las llaves del llavero abren mi depósito. Unidad 27b en Storage
en Kosmos. Lo que hay ahí es para nuestro presidente, para ti y para mi
familia en Estados Unidos. Por favor, asegúrate de que obtengan lo que les
dejé. Te amo, hermano. Nos vemos en la próxima vida. A
Wolf dio un paso atrás y miró a Kid.
—Esto es lo que buscaba el jefe. Lo necesitamos aquí.
Kid asintió mientras sacaba su teléfono y marcaba. Permanecieron en
silencio, esperando que Hawk respondiera.
—Hawk, tenemos algo, ¿puedes venir a la oficina de Ziggy? —Kid
escuchó y luego asintió—. Está bien, nos vemos ahora.
—Me pregunto si esos miembros del Devil's Spawn que aparecieron
en el funeral de Petey sabían algo sobre Army—se preguntó Wolf
mientras se recostaba nuevamente contra la pared.
—No me parece—dijo Ziggy mientras comenzaba a tocar las teclas y
abría imágenes de vigilancia del día del funeral de Petey.
—¿Ves sus parches? Son de Portland, Oregón. Ni cerca de Georgia.
Seguiré comprobando si tienen alguna conexión con los Shadow
Wraiths.
—Me gustaría saber por qué carajo estaban aquí. —Wolf se inclinó
para observar bien los rostros de los cuatro hombres.
—No lo sé hermano, y ellos tampoco se han ido a casa, siguen aquí
—le informó Kid en voz baja.
Wolf abrió la boca para responder, pero justo en ese momento
Hawk, con Ice y Beast pisándole los talones, entraron en la oficina.
—¿Qué has encontrado? —Hawk entrecerró los ojos ante las fotos de
los Devil's Spawn en el monitor.
—Eso no es lo que queríamos mostrarte, Prez. —Ziggy volvió a la
foto ampliada de la nota y se recostó—. Wolf y Chris encontraron
esto escondido en el disco adjunto al llavero.
Wolf y Kid se apartaron para dejar espacio para que Hawk, Ice y
Beast se acercaran a la pantalla. El único sonido en la habitación era
el zumbido de las computadoras y el crujido de la silla de Ziggy
cuando se mecía en ella.
—Mierda—susurró Hawk mientras se pasaba las manos
bruscamente por el cabello que colgaba suelto sobre sus hombros. Ni
siquiera se había detenido a hacerse su trenza habitual antes de
entrar a la casa club.
—Está bien, esto es lo que vamos a hacer. Beast, tú y Wolf tomad dos
prospectos y revisad el depósito. Si tenéis que pagar a los malditos
guardias para entrar, hacedlo.
Se volvió hacia Ziggy.
—Consígueme todo lo que puedas sobre la sede de Savannah del
Shadow Wraiths MC y Grave Jordan. Necesito el nombre y los datos
de contacto de su presidente y dame una puta idea de la diferencia
horaria antes de llamarlos. — Él suspiró—. Tal como está, no va a ser
una puta llamada muy placentera. No sé cómo reaccionará la familia
de Army ante la noticia de su muerte y el hecho de que hoy lo
enterraremos. No hay manera de que alguno de ellos llegue a
tiempo. Maldito. Infierno.
—Voy a necesitar ayuda con esto, Prez. ¿Puedo llamar a Kobus para
que me ayude? —preguntó Ziggy en voz baja.
—Sí, despierta su maldito trasero y tráelo aquí. Necesitamos avanzar
en esto a la jodida velocidad de la luz. Haz que descubra quién
carajo es realmente la perra que dice ser su madre. Necesitamos esa
información lo antes posible. —Se alejó de Ziggy mientras
continuaba diciéndoles a todos.
—Ahora son las 3:00 de la mañana, tenemos cinco horas para
hacerlo. Salimos a las 9:00 a. m. para acompañar a nuestro hermano
desde la funeraria hasta aquí. La procesión desde aquí hasta la
iglesia comienza a las 10:00 a. m. y el pastor Radebe dijo que su
sermón comenzará a las 11:00 a. m. y no será largo. Haré lo mío y si
Bullet quiere decir algo puede hacerlo, después acompañaremos a
nuestro hermano en su último viaje. Cuando terminemos todos
regresaremos aquí para celebrar la vida de nuestro hermano.
Ziggy levantó una mano para llamar la atención de Hawk.
—¿Qué si grabamos todo lo que sucederá hoy para su familia, jefe?
Podemos montar un par de cámaras en algunas motos y cascos para
que tengan la sensación de montar con él. Instalamos una o dos
dentro de la iglesia para registrar la ceremonia. Su último viaje
quedará grabado mientras nos dirigimos al cementerio. Instalamos
cámaras en la fiesta y dejamos que su familia y su club vean cuánto
significaba Army para todos nosotros. Puedo editarlo todo junto y
enviárselo más tarde esta noche. No me importa trabajar en ello en
lugar de beber y follar con una perra sin rostro para intentar
olvidarlo.
Ice fue quien respondió en lugar de Hawk.
—¿Puedes configurarlo en el tiempo que tenemos disponible y
brindarle a nuestro presidente la información que necesita, Ziggy? Si
es posible, necesitamos llamar a su gente antes de salir de aquí a las
nueve.
—Buscaré ayuda si no puedo hacerlo solo. Mad Dog llegará pronto y
puedo llamar a Skelly para que nos eche una mano. Tal vez Jagger
pueda encargarse del asunto de las cámaras.
—Haz lo que tengas que hacer, Zig. Confío en tu criterio. Estaré en
mi oficina, envíame lo que consigas sobre los Shadow Wraiths tan
pronto como tengas algo. Si no consigues nada, me comunicaré con
Doc y Dagger para ver qué tienen, pero prefiero no involucrar a más
personas de las necesarias en esto. —Hawk tocó a Ziggy en el
hombro y luego salió con Ice y Kid siguiéndolo.
Mirando a Beast, que todavía no había dicho una palabra, Wolf
frunció el ceño cuando vio la expresión de enojo en su rostro.
—¿Qué pasa, hermano?
—¿Estás follando a Chris?—gruñó él—. Ella no está bien en este
momento y no deberías aprovecharte de ella.
A Wolf le resultó jodidamente difícil no estrellar su puño en la cara
de Beast.
—¿Qué mierda, Beast? ¿Por quién me tomas? Estaba tomando una
puta copa con ella en el bar. Hablando de la mierda. Pero si me la
estuviera follando, cosa que no es así, no sería asunto tuyo.
Los ojos de Beast se entrecerraron.
—Ella es una buena mujer y no necesita más mierdas.
—¿Como la puta tonelada de mierda que descargaste sobre ella,
quieres decir?—gruñó Wolf.
Beast se alejó de la pared, pero Ziggy de repente apareció entre ellos.
—Beast, retrocede, hermano. No sabes de qué carajo estás hablando.
No pasa nada entre Wolf y Chris, son amigos y eso es todo. Estás
totalmente fuera de lugar. Ella ya no es tu responsabilidad, tienes
que retroceder.
—Tuve mi polla dentro de ella, siempre será mi jodida
responsabilidad—gruñó Beast.
—Ja ja, ¿le dijiste eso a tu dama? No estoy seguro de que ella esté de
acuerdo con ese montón de estupideces. —Wolf no podía creer la
absoluta mierda que Beast estaba soltando.
—Joder—susurró Beast al darse cuenta de lo que había dicho—. No
es eso lo que quise decir. Sólo quise decir que ella no es como las
demás, es una buena mujer.
—No estoy jodidamente interesado en escuchar tus malditas
excusas. —Wolf ya estaba harto de esta mierda. Tomando las llaves
del escritorio de Ziggy, empujó a Beast pero se detuvo en la puerta
cuando estaba a punto de salir y le soltó a Beast las últimas palabras
que le diría al cabrón por el resto del día.
—Haré que Spider vaya conmigo y con los prospectos. En este
momento, no puedo soportar viajar contigo o mirarte.
Wolf salió furioso a la sala común con el teléfono en la oreja.
Comenzó a hablar mientras Spider refunfuñaba adormilado.
—Necesito que vengas conmigo. Tengo información sobre Army que
tenemos que investigar ahora mismo.
Spider no dudó.
—Dame dos minutos.
Luego levantó a los prospectos, Will y Owen. Se quedó afuera
esperando a todos y giró el cuello para aflojar los músculos tensos.
Hoy iba a ser un día muy largo sin dormir.
Cuando la puerta se cerró de golpe detrás de él, miró por encima del
hombro. El jodido Beast. ¿Por qué carajo no podía retroceder?
—Lo siento, hermano. Soy un idiota. Tendremos una charla más
tarde.
Dicho esto, se giró y volvió a entrar, probablemente para ver cómo
estaba su dama. A Beast todavía le resultaba difícil dejarla sola
después del ataque.
Dios. Nunca había querido una jodida dama. Parecía un trabajo
jodidamente duro.
Estaba feliz con su vida tal como era ahora. No necesitaba que
viniera una perra y lo arruinara cuando lo tenía exactamente como
quería.
Todos los pensamientos sobre las damas y sus mierdas salieron
volando de su cerebro cuando Spider y los prospectos salieron
corriendo por la puerta principal. Spider lo miró a la cara y frunció el
ceño.
—¿Que tenemos?
—Encontré su nombre verdadero y que tiene un depósito alquilado
en Storage en Kosmos. Vamos a comprobar qué tiene oculto allí. —
Wolf lo puso al tanto de los puntos principales porque no tenían
tiempo de quedarse y charlar.
Spider asintió mientras se subía a su moto y se ponía el casco.
Siempre había sido el más fácil de llevar de los hermanos. Si había
que hacer algo lo hacía, sólo pedía una explicación somera antes de
realizar el trabajo. Y ahora mismo hizo exactamente eso.
Uno al lado del otro, Wolf y Spider salieron por las puertas seguidos
por los prospectos y se dirigieron a la carretera. Sería la forma más
rápida de llegar a Kosmos. Quince minutos después, tomaron la
salida a Samrand y redujeron la velocidad mientras se acercaban al
semáforo rojo. Estaban en una zona peligrosa y los cuatro estaban
muy atentos a cualquier cosa fuera de lo común. Wolf y Spider
redujeron la velocidad aún más esperando que el semáforo se
pusiera verde. De ninguna manera querían detenerse por completo a
esta hora de la mañana.
Diez minutos más tarde se detuvieron ante las puertas cerradas y
bien iluminadas de la empresa de depósitos de alquiler. Las cámaras
se encontraban en un lugar muy destacado en lo alto de grandes
postes y Wolf se quitó el casco para asegurarse de que los guardias
no presionaran el maldito botón de pánico y la compañía de
seguridad y los cerdos vinieran corriendo con sus armas disparando.
Hizo un gesto con la mano hacia los dos guardias que podía ver en
la caseta de vigilancia.
—Buenos días, necesitamos entrar urgentemente a nuestro depósito.
¿Puede abrirnos las puertas, por favor?
—¿A qué unidad quiere ir, señor?—preguntó uno de los guardias
mientras salía lentamente de la caseta de vigilancia y caminaba hacia
las puertas.
—Unidad 27b.
El guardia inmediatamente dejó de caminar.
—Esa no es suya, señor, pertenece al jefe Reid. ¿Por qué no está con
usted?
Mierda.
Wolf sacudió la cabeza mientras se bajaba de la moto, pero la dejó
funcionando bajo la atenta mirada del guardia.
—Lamento decirte esto, pero Reid murió en un accidente. Su funeral
es mañana y necesitamos conseguir algunas cosas de su depósito
para el funeral.
Su mentira no estaba tan lejos de la verdad en absoluto.
—Hau (NdelT: expresión de shock) ¿está muerto? No puedo creerlo.
Estuvo aquí hace quizás dos meses. —El guardia pareció
sorprendido ante la noticia mientras sacudía la cabeza con tristeza—.
El jefe era un buen hombre, un muy buen hombre. —Señaló los
depósitos—. El del jefe Reid está al otro lado del bloque b.
Le hizo un gesto al hombre que todavía estaba en la caseta de
vigilancia y la puerta se abrió lentamente. Wolf volvió a subirse a la
moto, sin molestarse en ponerse el casco, se acercó lentamente al
escáner, escaneó la tarjeta y esperó a que se levantara la barrera para
dejarlos entrar. Los guardias observaron mientras los cuatro pasaban
y luego cerraron la puerta detrás de ellos.
Wolf condujo lentamente hacia el bloque b y buscó los números
hasta que vio 27 b. Los cuatro se detuvieron frente a la puerta
enrollable de un depósito del tamaño de un garaje doble. Apagaron
sus motos y se quedaron sentados en silencio frente a la puerta
durante varios segundos antes de que Wolf bajara de una patada la
pata lateral y se bajara de la moto. Dejando su casco en el asiento
sacó las llaves del bolsillo del chaleco. Había tres cerraduras en la
puerta, una en el medio y dos candados pesados en la parte inferior
de la puerta, uno a cada lado. Primero abrió la cerradura central,
luego se agachó y deslizó una de las llaves en el candado, suspiró
aliviado cuando se abrió, sacó el candado abierto y lo dejó a su lado.
Le arrojó las llaves a Spider y esperó mientras hacía lo mismo con el
candado de su lado de la puerta.
Retrocediendo, Wolf miró a Spider, quien asintió. Inclinándose,
agarró la manija en la parte inferior de la puerta y tiró. La puerta se
deslizó fácil y silenciosamente, revelando el contenido de la unidad
bajo la luz que reflejaban los brillantes faroles de seguridad.
Wolf frunció el ceño confundido mientras miraba dentro del
depósito y luego volvió la mirada a Spider.
¿Qué carajo era esto?
Capítulo 6
Wolf
Wolf entró al depósito, encendió las luces y se quedó paralizado.
Spider fue el primero en romper el atónito silencio.
—Que me den. Tiene que ser aquí desde donde trabajaba encubierto.
No estaba jodiendo como solíamos pensar, estaba aquí haciendo lo
que sea esta mierda. ¿Por qué no pidió nuestra ayuda? ¿Y por qué
mierda tenía un puto arsenal? Ni siquiera voy a intentar entender la
maldita crotch rocket3. Pensé que nuestro hermano era un
incondicional de las Harley.
—Creo que éste era un lugar donde podía escapar de la mierda en su
cabeza cuando se volvía demasiado para él—dijo Owen en voz baja.
Se dieron la vuelta para mirar al prospecto, quien se encogió de
hombros nerviosamente antes de explicar.
—Army tenía demonios, muchos malditos demonios y creo que aquí
es donde venía cuando necesitaba escapar de ellos.
Spider le asintió brevemente.
—Sí, tienes razón, los guardias parecen conocerlo bien, lo que
significa que venía aquí a menudo y de noche, cuando no había
nadie alrededor que lo molestara. Aunque eso todavía no explica las
armas.
Wolf miró las llaves que tenía en la mano y encontró la pequeña que
abriría el pequeño archivador junto a un escritorio y un alto estante
de acero contra la pared trasera. Era la única parte del espacio que
no tenía malla de alambre soldado fijada a la pared.
Por donde miraras, armas de todo tipo descansaban en ganchos
montados en la malla. Con solo una mirada, Wolf vio AK-47, R-1, un
lanzagranadas, varias marcas diferentes de pistolas, cuchillos de
diferentes tamaños y más armas semiautomáticas. Debajo de las
armas había cajas de plástico transparentes apiladas que contenían
municiones, un montón de municiones.
En un riel para ropa había prendas de cuero para moteros, chaquetas
de cuero y varios pares de vaqueros y pantalones cargo negros.
Prolijamente acomodadas en el estante de acero había una pila de
camisetas negras, tres cascos integrales negros y un estante entero
lleno de botas. Desde botas de motero todoterreno hasta botas
militares. En otro estante, profundas bandejas de malla contenían
guantes de cuero, calcetines y bóxers todavía en sus envoltorios.
Otra bandeja contenía desodorantes y mierdas.
Los dos estantes inferiores contenían los artículos más interesantes.
Uno sostenía un bolso de lona de los USMC 4con RL Jordan
estampado y el otro sostenía un enorme bolso de primeros auxilios
5
que ocupaba casi todo el estante.
Wolf pasó una mano para señalar las paredes cubiertas de armas.
—Esta mierda aquí es una cadena perpetua esperando a suceder.
Tenemos que terminar y largarnos. Prez puede decidir qué hacer al
respecto—dijo Wolf en voz baja—. Comenzad a tomar algunas fotos
para que podamos mostrarle al jefe lo que hemos encontrado,
prospectos. No toquéis nada, si es necesario usad guantes. Y, joder,
no nos pilléis a ninguno en esas jodidas fotos.
Con Spider a su lado, Wolf se adentró más en el depósito hasta el
archivador de la esquina. Insertando la llave en la cerradura en la
parte superior del gabinete, la giró y escuchó el clic cuando la
cerradura se abrió.
Spider abrió el cajón superior y miraron confundidos los expedientes
que contenía.
—¿Lo vas a hacer tú o yo?—preguntó Spider en voz baja.
Wolf no respondió, simplemente sacó el primer expediente y lo
abrió. En el lado de adentro de la tapa había una fotografía de un
cabrón de aspecto hostil y peligroso agarrada con un clip, y varias
hojas estaban agarradas con un clip a la otra tapa. La hoja superior
indicaba su edad, rasgos físicos y direcciones. Había una lista de
alias, así como lo que parecía ser una lista muy corta de condenas
por delitos juveniles, y otra lista mucho más larga de presuntos
delitos cometidos por quienquiera que fuera este imbécil.
Y luego el apellido lo golpeó y su aliento salió de sus pulmones en
un fuerte gruñido.
—¿Qué carajo?—susurró mientras señalaba el nombre y miraba a
Spider—. ¿Tiene un expediente sobre uno de los miembros de su
familia? ¿Por qué?
Spider frunció el ceño y sacudió la cabeza confundido.
—Ni puta idea. Necesitamos tomar cada puto expediente en caso de
que alguien más venga a husmear. No podemos hacer nada con
respecto a las armas, pero podemos proteger a su familia por él—
dijo Spider mientras sacaba el resto de los expedientes del cajón.
Eran unos veinte. Variaban de finos a gruesos, todos llenos de
papeles y fotografías. Colocándolos en una pila sobre el escritorio,
asintió hacia el gabinete—. Revisemos qué hay en los otros cajones.
En el segundo cajón había una botella de Johnny Walker Black y dos
vasos.
En el tercer cajón había una caja con un pequeño chaleco de
propiedad envuelto en papel de seda. No era del Iron Dogz MC, el
parche en la parte posterior era del Shadow Wraiths MC, pero los
nombres en él no significaban nada para ninguno de los dos.
El cuarto y último cajón contenía una caja de seguridad con la llave
pegada con cinta adhesiva en la parte superior y un portátil en un
estuche protector rígido.
—Yo me quedo con esta mierda, tú te llevas el resto. —Wolf señaló
con la cabeza hacia los expedientes.
Recogió el chaleco y la caja fuerte, salió y los metió en sus alforjas.
Spider lo siguió con los expedientes y el portátil y los guardó con
cuidado en sus alforjas. Se pararon junto a sus motos mientras
esperaban a que los prospectos terminaran. Una vez que lo hicieron,
cerraron el depósito y regresaron a la puerta de entrada. Wolf habló
p y g p
brevemente con el guardia, le dio su número y le dijo que llamara si
alguien más intentaba entrar allí.
Se alejaron lentamente y sólo aceleraron cuando llegaron a la
carretera. Al entrar en el complejo, Wolf miró hacia el este, donde el
sol estaba a punto de salir. No les quedaba mucho tiempo antes de
partir para escoltar a su hermano en su último viaje.
Al entrar a la casa club, giró el cuello e hizo una mueca cuando
crujió con fuerza. Necesitaba café, mucho café. Pero primero tenían
que entregarle al jefe la mierda que habían encontrado en el
depósito. La puerta de su oficina estaba abierta y Wolf y Spider
entraron y encontraron a todos los oficiales y lugartenientes
reunidos en la habitación. Eran los últimos en llegar.
Wolf dejó la caja que contenía el pequeño chaleco y la caja de
seguridad, junto con el teléfono prepago de Owen, sobre el escritorio
frente a Hawk mientras Spider dejaba los expedientes y el portátil.
—No abrimos la caja fuerte, jefe, pero sí echamos un vistazo al
expediente en la parte superior de la pila y ahí es donde esto se
vuelve extraño. Por alguna razón, Army estaba vigilando a su
familia en Estados Unidos. Ziggy tendrá que revisar el portátil para
ver si hay algo allí que pueda ayudar.
Antes de que Hawk pudiera responder, la tía Beryl seguida de Chris
entró en la oficina con dos bandejas. Una llena de tazas, azúcar, una
jarra de leche y dos grandes cafeteras francesas llenas de café recién
hecho; la otra contenía dos grandes fuentes llenas de sándwiches de
huevo y tocino tostado, una pila de servilletas de papel y otra de
pequeños platos descartables. Dejaron las bandejas y se fueron sin
decir una palabra, cerrando la puerta detrás de ellas.
—Joder, no me di cuenta del hambre que tenía hasta que olí esos
sándwich—gimió Spider.
El silencio invadió la oficina mientras se servían café y llenaban sus
platos con sándwich. No había suficientes asientos en la habitación,
así que se sentaron en el suelo contra la pared.
Hawk terminó su sándwich, tomó un sorbo de café y carraspeó. La
atención de todos se dirigió instantáneamente hacia él.
—Hoy tenemos un día jodidamente largo por delante. La mierda
que encontraron Wolf y Spider necesita más investigación y lo
haremos, pero no hoy. —Hawk tomó otro sorbo de su café y se
recostó sosteniendo la taza.
Mientras comía y bebía su café, Ziggy había estado hojeando los
expedientes con el ceño fruncido. Había dejado uno a un lado,
separándolo del resto mientras los examinaba rápidamente. Ahora él
también se recostó en su silla y golpeó la parte superior del montón.
—Estos necesitan una mayor investigación antes de que pueda hacer
un informe completo sobre por qué nuestro hermano los tenía. —
Suspiró y tocó el otro—. Éste no necesita ninguna investigación. Por
alguna razón, estaba vigilando a su hermano mayor. La última
entrada aquí se hizo la semana anterior a la emboscada y según el
expediente su hermano está limpio. Army estaba buscando algo,
pero nunca sabremos qué era porque no hay notas además de las
comprobaciones periódicas que estaba haciendo.
Palmeando una mano en el portátil, sonrió.
—Esto va a necesitar algo de delicadeza si el amigo de Army lo
configuró. Sea quien sea, es muy bueno y no será fácil hackear este
bebé. Si Army lo configuró será muy fácil, odiaba las computadoras.
Solía decir que le daban dolores de cabeza y que sólo servían para
ver pornografía.
Suaves risas resonaron en la habitación cuando todos recordaron a
Army y su colección de pornografía.
Wolf escuchaba a sus hermanos mientras se sentaba en el suelo
contra la pared y bebía su café. Estaba a punto de comentar cuando
Hawk golpeó el escritorio y las suaves risas en la habitación se
acallaron.
—Llamé a Maniac, el presidente del Shadow Wraiths MC en
Savannah, y le dejé un mensaje. Todo lo que podemos hacer es
esperar hasta que me devuelva la llamada y, como es media noche,
no espero que me devuelvan la llamada pronto.
Sacudió la cabeza mientras se inclinaba hacia adelante y dejaba la
taza en la bandeja.
—Se nos acaba el tiempo y no creo que podamos informar a sus
padres de su muerte antes del funeral. Es jodidamente
decepcionante, pero hemos hecho todo lo posible para conseguirlos.
Lo único que podemos hacer ahora es esperar la llamada del
presidente de su club.
Miró a los hombres esparcidos por la oficina.
—Tampoco hemos encontrado mucho sobre Sita Patel. Excepto que
la perra apareció de la nada hace unos dos años y ha estado viviendo
en Ciudad del Cabo. Antes de llegar a Johannesburgo, trabajó como
recepcionista para un distribuidor de repuestos en Paarden Eiland.
No tiene trabajo aquí y vive en un maldito apartamento de lujo en
Fourways. No tiene cuenta bancaria y paga todo en efectivo. No
hemos podido averiguar quién es el propietario del apartamento.
Ziggy todavía tiene que hackear su seguridad, lo cual aparentemente
es un infierno, para conseguirnos esa información. Lo que plantea la
pregunta: ¿por qué tantas medidas de seguridad en un complejo
residencial?
Agarrando la cafetera francesa se sirvió lo último del café en su taza.
—Todo lo que tenemos hasta ahora me da un jodido mal
presentimiento. Independientemente de toda esta mierda, el funeral
de nuestro hermano se llevará a cabo dentro de unas horas y
mantendremos nuestro plan original. No usaremos su alias en
ningún momento durante el servicio ni lo vincularemos con esa
perra que dice ser su madre. He ordenado a los prospectos que se
aseguren de que nadie se siente en el banco familiar, permanecerá
vacío. Tienen órdenes sobre dónde debe sentarse ella en la iglesia.
Durante el servicio nos atendremos a su nombre de carretera y el
pastor Radebe estuvo de acuerdo. Me aseguró que lo entiende.
Usaremos su nombre de carretera durante las palabras finales en el
cementerio y cuando demos la fiesta en su honor. Como mis oficiales
y
y lugartenientes quiero vuestros votos sobre la decisión. ¿Qué
opináis?
No hubo nadie que no estuviera de acuerdo. Hawk asintió y se
volvió hacia Wolf.
—Wolf, quiero que tú y Spider estéis cerca de Bullet hoy. A nuestro
hermano le va a resultar muy difícil atravesar este día.
—Me encargo, Prez—dijo Wolf de inmediato.
—Sí, no hay problema, Prez—respondió Spider con un gruñido bajo
—. Él nos necesitará a todos hoy, especialmente si esa perra
comienza a hacer una escena o algo así.
Wolf gruñó enojado.
—La perra no dirá una puta palabra. No si sabe lo que es
jodidamente bueno para ella. La vigilarán todo el tiempo y la
mantendrán bajo control.
Hawk gimió, mirando el pesado reloj que llevaba en la muñeca.
—Tenemos un montón de clubes que vienen a honrar a nuestro
hermano y acompañarnos en la procesión hasta la iglesia y el
cementerio. Ya todos conocéis las medidas de seguridad que
teníamos implementadas para el funeral de Petey, lo mismo aplica
hoy. Todos los niños estarán en la casa de Rider y Beast y serán
vigilados por un equipo de los Road Warriors. Doc insistió en ello.
Lo mismo con las mujeres, serán vigiladas por un equipo que será
supervisado por su Ejecutor, Rover. Eso nos dará algo de
tranquilidad mientras nos encargamos de nuestro hermano. —
Volvió a mirar el reloj y gimió—. Mierda. Hay tiempo suficiente para
daros una ducha si lo necesitáis. Nos encontraremos afuera en
cuarenta y cinco minutos. Necesito que todos y cada uno de nosotros
mantengamos los ojos bien abiertos hoy. Sin jodidas sorpresas.
Salgamos de aquí y comencemos este maldito día.
Con eso, su Prez se levantó, se estiró y salió por la puerta seguido
por Ice y Kid. El resto de ellos lo siguieron y como Wolf fue el último
en salir, cerró la puerta y se dio cuenta de que no tenía las llaves
para cerrarla. Estaba a punto de ir a buscar a su presidente cuando
Devon, uno de los nuevos prospectos, corrió con un juego de llaves.
—Prez dice que cierres con llave y le devuelvas las llaves. Ha subido
a su habitación a ducharse—se apresuró el prospecto a decir.
Wolf asintió, tomó las llaves, cerró la puerta y luego se dirigió a su
habitación, dejando las llaves en el camino. Necesitaba urgentemente
una ducha. Curiosamente no se sentía cansado en absoluto, pero
sabía que el cansancio lo golpearía en algún momento durante el
largo día. Pero ya había hecho esta mierda antes y podría superarlo,
había tiempo suficiente para dormir una vez que terminara este
jodido y horrible día.
Hawk
Apoyándose en la puerta abierta del baño, Hawk observó en silencio
a su dama en la ducha. Ella era el maldito amor de su vida. Su
relación no era fácil, nunca había sido fácil, pero le gustaba así. Él era
un bastardo por amar la forma en que ella perdía la mierda con él,
pero era porque una vez terminada la pelea ella lo daba todo
follándolo hasta el olvido. Y a él le encantaba.
—Deja de mirarme el culo y métete en la puta ducha. No tenemos
mucho tiempo antes de que tengas que irte—dijo ella alzando la voz
por encima del agua que caía pero no lo miró.
No la hizo esperar. Entró en la ducha, acercó su cuerpo mojado hacia
él y besó su cuello.
—Buenos días, pajarito.
Habló con los labios contra su cuello y sonrió cuando vio la piel de
gallina estallar sobre su piel. Su cabeza cayó hacia atrás contra su
pecho y se estremeció cuando sus manos se deslizaron por sus
brazos y se curvaron alrededor de su vientre. La apretó contra él y se
quedó con ella en sus brazos bajo el agua que caía sobre ellos.
—Es malo, ¿verdad?—le preguntó en voz muy baja.
—Sí, pajarito, lo es. Está pasando una mierda y necesito que tengas
mucho cuidado hoy. Army tenía secretos que recién ahora estamos
descubriendo. —Él apretó los brazos para calmarla mientras ella
abría la boca para hablar—. No era un peligro para el club, en
absoluto, pero sus secretos podrían traernos peligro a nosotros. Su
familia en los Estados Unidos es parte de un MC 1% el Shadow
Wraiths MC, algo que deberíamos haber sabido pero no lo hicimos.
La perra que se hace pasar por su madre es…
—¿Qué? ¿Hacerse pasar por su madre? —gruñó DC mientras giraba
en sus brazos para mirarlo.
—Sita Patel apareció de repente en Ciudad del Cabo hace unos dos
años. Después del accidente vino aquí y reclamó a Army como su
hijo. La tenemos encerrada en una de las celdas hasta que podamos
decidir qué hacer con ella.
Su mujer se puso instantáneamente muy seria.
—¿Quieres que hable con ella? ¿O quieres que haga que Skelly la
investigue?
Hawk dejó caer la cabeza y apoyó la frente contra la de ella.
—Joder, cariño, desearía no tener que involucrarte en esta mierda. Ya
tienes suficiente en tu plato.
Su mujer deslizó sus pequeñas manos por su pecho y las apoyó
sobre sus hombros mientras lo miraba profundamente a los ojos. Él
vio el otro lado de ella observándolo desde el fondo de sus ojos,
Crow siempre estaba ahí, siempre vigilante, y a él le encantaba
porque la mantenía a salvo.
—Cualquier cosa que amenace a ti o al club es una prioridad para
mí. Si puedo ayudar, déjame hacerlo—dijo suavemente mientras le
daba un suave beso sobre el corazón.
—Está bien, puedes hablar con ella, pero hoy no. Déjala cocerse ahí
abajo durante unos días.
Hawk rodeó con más fuerza a su mujer con sus brazos.
—Te amo mucho, pajarito. No tengo ni puta idea de cómo sobreviví
antes de que entraras en mi vida y cambiaras todo para mejor.
Su mujer no dijo una palabra, solo volvió a besar su pecho y deslizó
sus brazos alrededor de su cintura, aferrándose a él. Pero él no había
terminado de explicárselo.
—Eres mi todo, cariño, nunca lo olvides. La cago todo el tiempo y
hemos tenido algunas discusiones épicas debido a mis cagadas, pero
me encanta la forma en que nos reconciliamos después de terminar
la pelea. Prométeme que nunca te rendirás conmigo, cariño.
Prométeme.
Ella se puso rígida en sus brazos, soltó su cintura para estirar el
brazo y agarrar su mandíbula.
—Te amo, mi vikingo. Pareces tener una habilidad especial para
cabrearme tanto que mi cabeza quiere estallar, pero, por más enojada
que esté contigo, nunca dejaré de amarte. Eres mío, sólo mío y así
seguirá siendo hasta el día de mi muerte.
Hawk gruñó.
—No hables de que te estás muriendo, pajarito. Joder, no puedo
soportar la idea.
Bajando la cabeza, su mujer lo besó suavemente.
—No planeo que eso suceda pronto, cariño. Tenemos un futuro
brillante por delante, te lo prometo.
—Mierda. Me encantaría empujarte contra la pared y follarte largo y
duro, pero tengo que volver abajo y empezar el día.
Muy en contra de su voluntad, la soltó para lavarse rápidamente el
cuerpo. Le encantaba la forma en que el cuerpo de su mujer se
deslizaba contra el suyo mientras se movían en la ducha. Pero
lamentablemente terminó demasiado pronto.
Él estaba vestido cuando ella salió del baño con una toalla alrededor
del cabello y nada más. A Hawk le encantaba la forma en que los
músculos se movían debajo de su piel mientras caminaba por la
habitación. Sus muslos musculosos y su culo apretado lo tentaron a
follarla y comérsela antes de tener que irse, pero una mirada a su
reloj lo hizo suspirar y presionar una mano contra su dolorida polla.
Y su pequeña perra lo miró y le dio una sonrisa malvada mientras se
subía las bragas y se pasaba los dedos por los abdominales antes de
ponerse el sostén.
Dios. Era una seria tentación, pero él tenía mierda esperándolo.
—Puedes sonreír todo lo que quieras, cariño, solo debes saber que
más tarde te voy a follar hasta que tengas que suplicar piedad. Y eso
es una promesa.
La sonrisa no desapareció, sólo se hizo más amplia.
—Bien, te haré cumplir esa promesa.
Pero luego la sonrisa desapareció y ella se puso seria al instante.
—Viaja con cuidado, mi vikingo.
Ya no pudo mantenerse alejado de ella y con dos grandes pasos la
tuvo en sus brazos y la levantó para poder mirarla a los ojos sin tener
que agacharse.
—Cuando regrese, las cosas avanzarán rápidamente. No salgas de
aquí desarmada. Permanece cerca de los hermanos que viajarán
contigo y mantén los ojos bien abiertos. No espero un golpe durante
el viaje, pero con estos cabrones nunca se sabe. No tienen ningún
jodido honor.
—Tendré cuidado y no hay manera de que me vaya de aquí sin
algunas armas.
—Bien, cariño.
Hawk selló sus labios sobre los de ella y hundió la lengua en su
dama, llenándose con su toque y sabor, inhalándola mientras su
lengua se deslizaba por la de ella. Sabía a pasta de dientes de menta
y a su propio sabor único.
Alejándose de su boca a regañadientes, la abrazó con fuerza contra
su cuerpo, apoyando su frente en su hombro mientras estaba de pie
con ella en los brazos.
Finalmente tuvo que dejarla en el suelo y se alejó. Con una última
mirada que la recorrió desde la cabeza hasta las uñas de los pies
pintadas de rojo, se giró y salió de la habitación, cerrando la puerta
detrás de él. Sonrió cuando la cerradura hizo clic y el cerrojo se
deslizó mientras se alejaba.
Su dama estaba siendo cautelosa y eso era algo bueno.
La precaución en un día como hoy era algo jodidamente bueno.
Capítulo 7
Leo
—Dios, niña, ¿para qué necesitas toda esta mierda? Pensé que solo
iríais por una semana más o menos. Tienes suficiente mierda en este
bolso para dos malditas semanas—se quejó Sherri mientras se
sentaba en mi bolso, forzando la tapa hacia abajo mientras yo
rápidamente cerraba la cremallera.
—Mierda, viste lo que empaqué. Las mierdas para mi pelo, mi cara y
mi piel, luego mi par de botas extra, mis prendas de cuero, mis
sudaderas con capucha y una chaqueta, sabes que lo necesito todo.
Esa mierda ocupa mucho espacio. No quería usar un bolso más
grande porque Dive ya estaba teniendo un ataque de mierda por
éste. Por eso tienes tu culo en mi bolso para ayudarme a cerrarlo.
Ella me miró negando con la cabeza.
—Tu bolso tendrá sobrepeso y él se volverá loco cuando tenga que
pagar. —Ella sonrió mientras se levantaba de un salto.
Ignoré la discusión sobre el bolso y fui directa a lo que me ha estado
molestando durante días.
—Estoy jodidamente preocupada, Sherri. Tengo una sensación
horrible en el estómago que no desaparece. Por favor reconsidera y
ven con nosotros. Por favor—le rogué.
Su sonrisa y su actitud desaparecieron.
—Quiero ir contigo, pero es mucho dinero y no puedo dejar a Lori.
Respiré profundamente y dije lo que debería haber dicho justo
después de que Reid desapareciera y mi mejor amiga apareciera
embarazada.
—Sherri, siempre sospeché que ella es de Reid. No he dicho nada
porque sabía que tenía que haber una muy buena razón por la que
nunca nos lo dijiste. Podemos arreglar eso con mamá y papá cuando
regresemos. Lori puede quedarse con ellos mientras estamos fuera.
Ven con nosotros. Arreglemos esta mierda con Reid para que puedas
seguir adelante. Y cuando digo seguir adelante me refiero a Ren.
Frente a mis ojos, mi mejor amiga se desplomó, acurrucándose sobre
sí misma mientras las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas.
—Yo…yo…yo no… no… pu…pu… puedo enfrentarlo, él sabe so…
sobre Lori. Me dijo que... que me deshiciera de ella y cuando me
negué... me dijo que la mantuviera alejada de él y desapareció. Me
rompió, Leo. Me destrozó el corazón. No puedo hacerlo. No puedo
enfrentarlo con todo este dolor y rabia todavía en mi corazón.
Su voz se fortaleció a medida que hablaba mientras mi boca se abría
en estado de shock.
¿Reid se deshizo de su hija? ¿Por qué? Todos sabían que había
estado loco por Sherri. Habían sido novios desde la secundaria y
todos esperaban que se casaran. Pero entonces recordé al hombre
enojado y destrozado que había regresado a casa. Mi hermano
regresó como un extraño que ninguno de nosotros conocía
realmente.
De repente muchas cosas cobraron sentido. La pelea de Ren y Reid
antes de que él desapareciera, se trató de Sherri. Es por eso que Ren
se volvía frío y distante cada vez que surgía su nombre. Y por eso
Ren había dado un paso al frente para cuidar de Sherri y Lori.
Prácticamente se había mudado a su casa mientras ella estaba
embarazada y muy frágil, la llevaba a sus citas con el doctor, la había
abrazado mientras daba a luz y había tratado a Lori como si fuera
suya. Fue mucho más allá de tratarla como si fuera suya. Hasta
donde sé, soy la única que sabe lo que hizo.
Mirando a Sherri con la boca abierta como un maldito pez, caí en la
cuenta de repente. Sherri y Ren. Mi hermano mayor,
extremadamente peligroso, estoico y frío como una piedra, estaba
enamorado de mi mejor amiga.
—Él te ama, ¿verdad? —Ni siquiera tuve que aclarar de cuál de mis
hermanos estaba hablando.
—Eso es lo que él dice, pero me aterroriza confiarle mi corazón a
otro hombre. ¿Qué pasa si no funciona? Te perderé a ti y a tu familia
y no podría soportar eso.
—¡Oh, mierda! Siempre serás familia. Mira lo que pasó cuando
mamá descubrió que estabas embarazada y no había ningún hombre
reclamándote a ti y a esa bebé. Te contaré lo que pasó, ella se hizo
cargo y en el momento en que vieron a Lori se enamoraron de ella
como todos nosotros. Es hora de dejarlo ir todo, Sherri. Es hora de
sacar a mi hermano mayor de su miseria y permitirle reclamar a su
mujer y a su hija.
Ella negó con la cabeza con tristeza.
—Pero ese es el problema, ella no es suya.
Qué absoluta tontería.
—Oh, pero lo es. Él fue quien cortó el cordón y la abrazó después de
que ella nació. Incluso puso su nombre en su maldito certificado de
nacimiento. ¿Qué más quieres?
La mirada de asombro en el rostro de Sherri me dio una pista de que
había dejado escapar el secreto de Ren. Oh, mierda! Estaba en
muchos problemas ahora.
—¿Él hizo qué?—susurró Sherri.
Carraspeando, me senté en la cama junto a ella y tomé sus manos
entre las mías. Estaban heladas y temblaban.
—Está bien, tal vez no debería haberlo hecho, pero fue con buena
intención, Sherri. Él la ama y te ama. En lo que a él respecta, ella es
suya.
Sherri negó con la cabeza violentamente mientras las lágrimas
asomaban a sus ojos. Y luego soltó una absoluta tontería. De nuevo.
—No lo merezco, Leo. Es un buen hombre y yo sólo soy mercancía
usada.
—Ahora me estás cabreando. ¿Quién carajo te dijo que eres
mercancía usada? Apuesto que fue una de las putas del club. Todos
en el club conocen el celibato de Ren. No ha tocado a esas perras en
años y, hasta donde sé, tampoco ha estado con nadie fuera del club.
Y fue entonces cuando un sonrojo rojo brillante cubrió el rostro de
Sherri.
¡Seeehh! ¡Vaya hermano mayor!
—Ooh, parece que el período de sequía de mi hermano mayor y el
tuyo se ha roto—bromeé—. Ya era hora.
—Fue sólo una vez la semana pasada. No pensé que podría volver a
sentirme así nunca más y él fue tan... tan asombroso. No sé qué
hacer. —Las manos de Sherri volaron mientras intentaba explicar.
—Eso es fácil. Saca a mi hermano mayor de su miseria, hazle saber
que lo amas y permítele ponerte su parche. Te ha estado esperando
durante años, Sherri. —Dándole palmaditas en la espalda me puse
de pie—. Y tu invitación a venir conmigo acaba de ser rescindida. Te
quedarás aquí con tu hombre. Cuando regrese celebraremos que mi
hermano te haya reclamado con unas margaritas.
Mi mejor amiga se levantó de un salto y me rodeó con sus brazos,
abrazándome fuerte.
—Me alegra mucho que seas mi mejor amiga y si esto funciona
seremos hermanas de verdad. Como siempre soñamos—susurró
ella.
—No hay ningún si en esto. Tú y Ren estaban destinados, sólo
tuviste un pequeño obstáculo en el camino y ahora ya está
terminado. Un viaje tranquilo de ahora en adelante para vosotros
tres. Y solo digo, la familia necesita más bebés.
—Oh, joder. ¿Qué diablos estáis cocinando las dos aquí? —
interrumpió la voz ronca de mi padre nuestra pequeña sesión de
vinculación emocional.
—Nada, papi—dije inocentemente mientras me alejaba de Sherri y
abrazaba a mi padre—. Solo nos estábamos despidiendo. Sherri tiene
cosas que hacer hoy y no podrá pasar el rato conmigo.
Mi padre sacudió la cabeza y nos dio a ambos una sonrisa pícara.
—Joder, ambas sois un problema. —Tomó a Sherri en sus brazos y la
abrazó con fuerza.
—Sal de aquí, niña, y ve a buscar a tu hombre. Está en el club
lidiando con una mierda. Estoy seguro de que le encantaría ver tu
hermoso rostro—dijo mi padre mientras la empujaba hacia la puerta.
—¡Prospecto! Viaja junto con la mujer de Renegade. Está de camino a
la casa club—ordenó él con una sonrisa mientras se frotaba las
manos.
La sonrisa desapareció cuando me miró y luego a mi bolso en la
cama. Cruzando los brazos sobre su gran pecho, inclinó la cabeza
hacia un lado mientras me observaba y luego suspiró.
—Intenta convencerlo de que vuelva a casa de visita, cariño. Tu
madre y yo lo extrañamos.
—Lo intentaré, papá, pero ya conoces a Reid. Es un burro testarudo.
—Como todos vosotros—masculló mi padre mientras me abrazaba
con fuerza.
—Cuídate, niña. —Y con eso se dio la vuelta y se alejó. Mi padre
odiaba las despedidas y la mayoría de las veces las evitaba como a la
peste.
Estaba lista pero al mismo tiempo no lo estaba. No podía
deshacerme de la sensación de fatalidad que me retorcía las tripas.
Estaba asustada, condenadamente asustada.
Unas horas más tarde, me quedé con la boca abierta cuando
llegamos al aeropuerto y atravesamos varias puertas hasta donde
nos esperaba un jet privado. No tenía idea de quién era el avión y
realmente no quería saberlo. Algunas de las conexiones de mi
familia eran un poco peligrosas y parecía que ésta era una de ellas.
Un tipo guapo vestido con vaqueros descoloridos y una camiseta
blanca estaba parado en lo alto de las escalinatas, en la puerta
abierta. Él sonrió y levantó una mano a modo de saludo. Dos
hombres aparecieron con un carrito y cargaron nuestro equipaje
mientras Dive lideraba el camino escaleras arriba con una amplia
sonrisa. Eso significaba que conocía al tipo. Hicieron ese apretón de
manos, medio abrazo y palmada en la espalda que los tipos siempre
hacen una vez que Dive llega a lo alto de las escaleras.
—Me alegro de verte de nuevo, amigo—lo saludó el tipo con una
amplia sonrisa.
—Yo también a ti, hombre. —Dive se volvió hacia mí y me rodeó con
un brazo—. Ella es Leo, mi hermana menor y está prohibida—dijo
con algo de acero en su voz—. Leo, él es Adam, el cabrón es nuestro
piloto, su familia y él son amigos del club.
Mis ojos se abrieron ante la presentación de Dive. Advertirle a este
tipo Adam que se mantuviera alejado de mí era nuevo, mi hermano
generalmente dejaba ese tipo de cosas en mis manos. El tipo era
peligroso o un gran jugador. Por la forma en que se veía y sonreía,
votaría por lo de jugador, pero una mirada en sus ojos hizo que mi
opinión cambiara.
Una vez que estuvimos en el aire y los hombres empezaron a jugar
al póquer, reclamé el dormitorio de atrás. Llevé mi tablet, leí y vi una
película antes de intentar dormir. Me desperté varias veces durante
el vuelo, mi sueño perturbado por pesadillas llenas de horror, lo que
significaba que me desperté con peor aspecto que cuando me fui a
dormir.
Muchas horas después, me froté los ojos cansados, rojos y doloridos
mientras miraba alrededor de mi habitación de hotel y gemía. Todo
lo que quería hacer era tumbarme en la acogedora cama y dormir,
pero eso no sería así. Teníamos que empezar a contactar con las
filiales madre de los grandes clubes locales que no fueran 1% y sabía
que iba a ser un dolor de culo. No nos iban a decir nada. Pero si
alguno de ellos lo conocía, esperábamos que le hicieran saber a mi
terco hermano que estábamos aquí.
Teníamos tres habitaciones contiguas. Lure y Breaker estaba en la
habitación a mi derecha, Dive y Magic a la izquierda con una puerta
que comunicaba nuestros cuartos. Después de que Dive golpeó a
Gear hasta convertirlo en pulpa, mi padre y Maniac pensaron que
era mejor alejarlo del club por un tiempo para permitir que su ira
j j p p p p q
disminuyera. Por eso estaba aquí conmigo y no lidiando con lo que
estuviera pasando en el club. Cuando se unió a nosotros en el
aeropuerto había estado mascullando acerca de no golpear al cabrón
lo suficientemente fuerte, así que ellos tenían razón, necesitaba algo
de distancia.
Sí. Mi hermano era un especie de loco realmente especial. Toca a su
familia y él hará todo lo posible para destruirte.
Abriendo la cremallera del bolso, saqué mi bolsa con artículos de
aseo personal junto con ropa interior y ropa limpia. Lo primero es lo
primero. Una ducha para despertarme, ropa limpia, café y entonces,
estaría lista para lidiar con el culo loco de Dive.
Aproximadamente treinta minutos después, cuando salí del baño,
los cuatro estaban en mi habitación y la tensión se podría haber
cortado con un cuchillo. Algo había sucedido mientras estaba en la
ducha. Dive no me dejó esperando.
—Papá llamó hace unos diez minutos. No quiso decir nada hasta
que terminaras de ducharte. Lo llamaré ahora.
Mis entrañas se revolvieron con la misma sensación que he tenido
arrastrándose por mis tripas durante demasiado tiempo. Cuando
contestó la llamada, Dive puso el altavoz. Nos miramos y pude ver
el miedo en sus ojos mientras me acercaba a él. Esto tenía que ver
con nuestro hermano y ambos sabíamos instintivamente que no iba a
ser bueno.
Mi padre carraspeó pesadamente.
—Supongo que no hay otra manera de hacer esto que decirlo. —La
voz de mi padre estaba llena de algo que nunca antes había
escuchado… tristeza—. Durante la noche llegó una llamada al club.
Devolvimos la llamada hace unos quince minutos. —Se quedó en
silencio, respirando con dificultad y pude escuchar a nuestro
presidente de fondo murmurar algo.
Luego Maniac tomó el teléfono y nos lo dijo sin preámbulos.
—Reid está muerto. Resultó gravemente herido en un accidente y ha
estado en coma durante unos dos meses. Murió hace dos semanas.
Su club, el Iron Dogz MC, en Johannesburgo, nunca supo su
verdadero nombre porque el pequeño cabrón nunca dejó que nadie
supiera quién era y que tenía una familia que estaba jodidamente
preocupada por él.
El mundo cayó bajo mis pies cuando la sensación de miedo en mis
entrañas se hizo realidad.
—¡Nooo!
Mis piernas ya no pudieron sostenerme y caí de rodillas, con
lágrimas brotando de mis ojos y corriendo por mis mejillas. Dive
estaba ahí conmigo, envolviéndome en sus brazos y sosteniéndome
contra su pecho. Sentí sus lágrimas mojar mi cuello mientras
lamentábamos la pérdida de nuestro hermano. A lo lejos escuché el
retumbar de la voz de Lure pero no significaba nada para mí en este
momento. Todo lo que sabía era que había perdido a mi hermano y a
mi mejor amigo.
Es posible que Reid y yo nacimos de dos madres diferentes, pero
éramos muy cercanos, incluso después de que él resultó herido en
Afganistán y se alejó de todos. Me había negado a renunciar a él. Me
mantuve en contacto mediante llamadas telefónicas, mensajes de
texto y videollamadas. Obligándolo a comunicarse conmigo. Ahora
lo había perdido para siempre.
Sorbiéndome la nariz ruidosamente me senté. Me sequé las lágrimas
de los ojos, envaré la columna, le di a Dive un último abrazo y le hice
la pregunta que estoy segura que todos nos estábamos haciendo en
silencio.
—¿Lo enterraron, papá? —Esperé ansiosamente su respuesta.
Mi padre grande, fuerte y rudo resopló y carraspeó antes de
responder.
—Lo están enterrando hoy, niña. Según su presidente, su funeral
comenzará hoy a las 11.00 horas. ¿Qué hora es allí?
—Aquí son las diez y media de la mañana, vicepresidente—
respondió Lure antes de que Dive o yo pudiéramos—. ¿Tienes
coordenadas para nosotros? Iremos allí antes de que intenten
enterrar a nuestro hermano.
—Sí, las enviaré a tu teléfono. Será mejor que los tres cuidéis bien de
mis hijos. No dejéis que le pase nada a ninguno de los dos. Éste no es
un buen día para la familia Jordan ni para los Shadow Wraiths.
Dive gruñó enojado.
—No te preocupes, no dejaré que le pase nada a Leo, papá—
prometió Dive con voz áspera—. Vamos a vestirnos con algo más
apropiado y salir de aquí. Lo siento mucho, papá, lo siento
muchísimo. Sé cuánto lo amáis tú y mamá. Por favor, dile a mamá
que la llamaremos más tarde, ¿de acuerdo?
La voz de mi padre estaba cargada de dolor.
—Está bien, hijo, cuida a tu hermana, no queremos que discuta con
este club y los cabree. Llámame en cuanto sepas algo, te estaremos
esperando.
Resoplé con desdén. Como si alguno de ellos fuera a detenerme si
descubría que mi hermano había muerto en circunstancias
sospechosas. Me ayudarían a sacar la basura. Pero eso era para otro
momento, ahora mismo tenía que despedirme de mi padre y
prepararme para el horror absoluto del día que nos esperaba.
—Te amo, papá, dile a mamá que la amo y dale un fuerte abrazo—
dije en voz baja antes de que Dive terminara la llamada.
Dive me ayudó a ponerme de pie y luego miró a sus hermanos.
—Vamos a ir a su funeral vistiendo nuestros colores. —Se volvió
hacia mí y supe lo que me iba a preguntar—. ¿Todavía duermes con
su camiseta, Leo?
Todo lo que pude hacer fue asentir y señalar mi bolso. Vi como Dive
sacaba del bolso la camiseta negra descolorida que le había robado a
Reid hacía mucho tiempo y procedía a cortar cinco tiras. Nos entregó
una tira a cada uno que atamos a nuestro bíceps izquierdo, el lugar
más cercano a nuestro corazón.
Estaba a punto de decir algo cuando alguien llamó con fuerza a la
puerta. Magic llegó a la puerta en segundos y solo la abrió después
de mirar por la mirilla.
Intenté con todas mis fuerzas no mostrar mi sorpresa cuando cuatro
hombres vestidos con los colores del Devil's Spawn MC entraron en
la habitación. Teníamos una estrecha lealtad con ellos en Estados
Unidos. ¿Por qué mierda estaban aquí?
Observé en silencio cómo los hombres realizaban ese ritual de
saludo en el que se golpeaban la espalda unos a otros y medían
mentalmente la longitud de sus pollas.
Bueno, eso es lo que pensaba que hacían cuando actuaban rudos
entre ellos.
Pasando mis ojos por sus chalecos, respiré en silencio. Oh mierda.
Eran de la sede madre en Portland, Oregón. ¿Qué coño está
pasando? Leí en silencio sus parches, Reaper, Hunter, Archer y
Crash.
Era obvio que el tipo grande al frente estaba a cargo y por el parche
en su chaleco sabía que era condenadamente peligroso.
Dive no dejó que eso lo detuviera.
—¿Por qué estáis aquí, hermanos?
Respondió el llamado Reaper con el parche de Ejecutor en su
chaleco.
—Nuestro presidente nos envió aquí hace unas semanas para
encargarnos de algunos asuntos del club. Desafortunadamente,
sucedió algo que paralizó nuestro asunto y esta mañana nos
enteramos de que estabais aquí y podríais necesitar refuerzos. Así
que aquí estamos, viniendo para hacerles saber que los respaldamos.
El único problema es que hoy no podemos, vamos a participar en la
procesión por un hermano caído del Iron Dogz MC.
La atmósfera en la habitación se enfrió instantáneamente cuando
Dive explicó.
—El hermano que van a intentar enterrar hoy es el hijo menor de
nuestro vicepresidente. —Se señaló con el pulgar a sí mismo y luego
a mí—. Y es nuestro hermano de sangre. Nuestro hermano no será
enterrado aquí, volverá a casa con su familia y nadie nos detendrá.
La conmoción era clara en todos sus rostros cuando Dive explicó
nuestra relación con Reid.
—Joder, lamento mucho vuestra pérdida. No sabíamos que era uno
de los vuestros, lo que por extensión significa que también es uno de
los nuestros—dijo uno de los otros, Archer según su parche,
mientras sacudía la cabeza con tristeza.
—Reid nunca se unió a nuestro club, pero de todos modos era un
hermano. Fue jodido mientras sirvió en Afganistán y eso lo cambió.
Nuestra madre y Leo eran las únicas con quienes hablaba y tampoco
con demasiada frecuencia. No habían sabido nada de él en meses y
decidimos venir a buscarlo. Maniac y Grave nos llamaron hace unos
minutos para darnos la puta noticia.
Deslizando mi mano en la de Dive, la apreté con fuerza mientras
sentía que las lágrimas ardían en mis ojos nuevamente. Luché duro
para no dejarlas caer.
—Joder, hermano—dijo Reaper suavemente y luego sus ojos se
volvieron hacia mí y la compasión en esos ojos casi me hizo llorar de
nuevo.
—Iremos con vosotros al funeral. Lo triste es que sabemos adónde ir,
ya que hemos estado allí antes—dijo el que se llama Hunter en voz
baja.
—Gracias, hermanos. —Lure me miró a la cara y me acercó a su
lado. Solté la mano de Dive y escondí mi cara en el amplio pecho de
Lure, rodeándole la cintura con los brazos, lo apreté fuerte mientras
dejaba escapar las lágrimas.
—¿Ella estará bien para montar?—preguntó una voz áspera.
—Sí, ella es fuerte, superará esto. Y estaremos allí para ayudarla a
superarlo. Reid y ella eran tan cercanos como jodidos gemelos—
explicó Lure mientras pasaba la mano por encima de mi cabeza.
p p p
Alejándome del cálido y reconfortante pecho de Lure, me limpié los
ojos con las palmas de las manos, sorbí la nariz y miré a los hombres
que me observaban.
—Necesito arreglarme. No voy a despedirme de mi hermano con
este aspecto. —No les di la oportunidad de decir una palabra
mientras me giraba hacia mi bolso aún abierto que estaba en mi
cama.
Comencé a vaciarlo sobre la cama, dejando a un lado mis trajes de
cuero junto con mis botas, una camiseta sin mangas, una bandana y
finalmente mi chaleco.
Sí, tengo un chaleco, no como los que usan los hermanos ni como el
que les regalan a las damas cuando les daban el parche de
propiedad. El mío era diferente.
Comencé a trabajar para el Shadow Wraiths MC a los veintidós años,
justo después de obtener mi título en negocios. Maniac me advirtió
que estaría en período de prueba el tiempo que fuera necesario. No
pregunté por qué, simplemente asentí con la cabeza y me puse a
trabajar. De todos modos no me lo habrían dicho. Un año después
descubrí el motivo cuando me presentaron un chaleco que me
declaraba propiedad del club. Estaba confundida pero contenta
esperando a que me explicaran, pero Reid no, había estado furioso.
Pensó que yo iba a trabajar para el club como puta.
¡Ja!
Solo se calmó después de que mi padre le dio un puñetazo en el
estómago y luego le explicó que era para dejar muy claro que yo
estaba prohibida. Querían mantenerme a salvo de hermanos y
miembros visitantes que pensaban que era un coño disponible.
Me abrí camino desde abajo y ahora era la gerente general de sus
clubes de striptease y de dos de sus bares y próximamente de un
bar/restaurante de lujo que estaba en etapa de desarrollo. Nunca
sería más que la gerente general de los negocios del club, pero tenía
planes. Grandes planes.
Planes de expandirme por mi cuenta. No negocios de striptease, ni
lugares donde se vendiera alcohol, porque me enfrentaría al club.
Y eso no sería bueno.
La mierda que rondaba por mi cerebro sirvió para desviar mi
atención del dolor que me inundaba. Recogiendo la ropa me retiré al
baño. Me desnudé y me vestí rápidamente. Agarrando mi gran bolsa
con elementos de aseo personal, saqué mi bolsa de maquillaje y me
puse a trabajar. Apliqué maquillaje con moderación, principalmente
una base ligera con rímel y delineador de ojos negro. Mi cabello me
tomó más tiempo porque me hice las finas trenzas que Reid siempre
solía hacerme después de que me enamoré de la forma en que Mel
Gibson las lucía en esa película de William Wallace. Me encantaban
esas trenzas. A lo largo de los años, las he vuelto más sofisticadas,
tejiendo dijes y pequeñas campanillas de plata, cuentas de vidrio y
finos cordones de cuero. A veces incluso plumas. Llevaba cuatro
trenzas a cada lado y eran lo suficientemente largas como para casi
llegar hasta mi cintura.
Todos los dijes que tejía en mi cabello significaban algo para mí.
Fueron regalos de Reid, de mi familia y amigos. Los ocho cordones
muy finos de cuero rojo oscuro que entretejí en mi pelo tenían
plumas blancas y pequeñas campanillas plateadas en los extremos,
intercaladas con cuentas plateadas y cuentas de vidrio azul. Había
atado a los finos cordones los dijes que normalmente tejía en mi
cabello. Estaba el dije del águila que Reid me había regalado, el de
pistola de mi amiga Evie, un dije tonto de gemelos de Dive.
Renegade me había regalado uno de Harley que había hecho hacer
especialmente. Maniac me había regalado uno que era la réplica de
la espada con cabeza de lobo de Juego de Tronos. Lure y Bruiser me
habían regalado uno de una stripper en un poste, y solo Dios sabía
dónde lo habían encontrado. Sherri y Lori me habían regalado un
angelito en mi último cumpleaños. Y el último dije de plata, y mi
favorito, era un corazón rojo con alas regalo de mis padres. Sherri
me regaló todas las cuentas de plata y de vidrio azul. Le encantaba
tejer las cuentas en mi cabello porque, según ella, lo encontraba
relajante.
j
Las trenzas tenían un doble propósito. Número uno, mantenían mi
cabello fuera de mis ojos y número dos, se veían muy bonitas y
rudas.
El toque final fue volver a atar la tira negra en mi bíceps izquierdo.
Cuando llegara a casa me la iba a tatuar en la piel, exactamente en
esa misma posición, añadiendo su nombre y las fechas en recuerdo
de mi hermano.
Me miré por última vez en el espejo, asentí, respiré profundamente y
regresé a la habitación. Alguien había pedido servicio de
habitaciones mientras yo estaba en el baño y el olor a café flotaba en
el aire. Al mirar a Dive, vi que estaba escribiendo furiosamente en su
teléfono, con el ceño fruncido.
Mi atención se desvió de él cuando sentí los ojos de los hombres
nuevos sobre mí en el momento en que me senté en el borde de la
cama para ponerme los calcetines y las botas. En realidad, sus ojos
estaban puestos en mis tetas, no en mí. Fui maldecida o bendecida,
como quisieras verlo, con un par doble D. Hacía mucho tiempo que
había aprendido a aceptar que los ojos siempre se centrarían en ellas
y la mayoría de las veces los ignoraba. Hoy los ignoré.
Estaba a punto de agacharme para atarme las botas cuando Dive
arrojó su teléfono sobre la cama, se arrodilló frente a mí, tomó mi
pie, lo puso en su muslo y me ató los cordones. Algo que solía hacer
cuando yo era pequeña. Me mordí los labios y tragué fuerte mientras
miraba a mi gran hermano rudo arrodillado ante mí, atándome los
cordones. Golpeando mi pie, lo puso en el suelo, tomó el otro, ató los
cordones y nuevamente golpeó mi pie, lo puso en el suelo, agarró el
teléfono y se levantó con fluidez. Sin decir una palabra. Ambos
sabíamos por qué lo había hecho, por un lado era por nuestra
infancia, y por otro no quería que nadie se quedara mirando mis
tetas. Mi héroe.
Lure me entregó una taza de café y asentí agradecida antes de tomar
un sorbo. Estaba perfecto.
La puerta se abrió y Magic entró en la habitación, fue entonces que
me di cuenta de que había desaparecido.
q p
—Las motos están aquí según lo acordado, Dive.
Dive me examinó de pies a cabeza y asintió.
—¿Estás bien para montar, hermanita?
Asentí firmemente.
—Sí, lo estoy.
—Bien. Toma tus cosas y vámonos.
Volviendo a mi bolso, rápidamente abrí la cremallera de uno de los
bolsillos interiores, saqué mi bolsa de joyas y busqué dentro hasta
que encontré lo que estaba buscando. Me puse gruesos anillos de
plata, varias pulseras y mi collar favorito antes de agarrar el resto de
mis cosas. Mi teléfono entró en uno de los bolsillos interiores del
chaleco, la tarjeta de crédito, la de acceso a la habitación, algo de
moneda local y brillo de labios en el otro. Lo último que guardé en
mi bolsillo interior fue una pequeña fotografía que siempre llevaba
conmigo. Una foto de Lori y yo el día que nació.
Sí, tenía bolsillos cosidos en el forro de mi chaleco. Soy una chica y
necesito bolsillos para mis cosas. Me hubiera encantado tener una
billetera con una cadena, pero no era práctico y no me gustaba la
forma en que hacía que mi culo pareciera torcido. Ya era bastante
grande, muchas gracias, no había necesidad de llamar más la
atención sobre él. Los bastardos a mi alrededor pensaron que no me
había dado cuenta, pero lo hice. Vi esas pequeñas sonrisas burlonas
que todos tenían mientras me veían guardar mis cosas en los
bolsillos.
Metí mis gafas de sol en el cuello de la camiseta, me puse la chaqueta
de cuero, me saqué el cabello de donde estaba atrapado dentro ésta,
lo coloqué sobre mi hombro y me puse mi chaleco. Sacudiendo la
cabeza, sonreí ante el tintineo de las campanitas mientras pasaba los
dedos por mi cabello y lo colocaba en mi espalda, por ahora. Antes
de montar, lo trenzaría sin apretar y lo metería dentro de mi
chaqueta para que no lo llevara el viento y se convirtiera en un
desastre. Lo último que hice fue atarme el pañuelo del club
alrededor del cuello como si fuera una gargantilla. No me gustaba
cuando ondeaba con el viento, por eso lo enrollé y lo até alrededor
de mi cuello.
Seguí a Dive fuera de la habitación y dentro del ascensor. Nos
quedamos en silencio mientras bajábamos hacia el aparcamiento.
Todos sabíamos que la mierda iba a pasar en el momento en que
entráramos en ese funeral.
Y estábamos preparados para ello.
Me quedé esperando en silencio mientras los hermanos de Portland
iban a recoger sus motos. Lure me entregó un casco integral negro y
lo colgué en el manillar de la Harley que montaría. Gracias a Dios
era una low-rider. No fui bendecida con piernas largas, ni estatura.
Toda mi vida he deseado ser alta como el resto de mi familia pero no
sucedió. Me parecía a mi madre biológica, aparentemente ella era
baja y con curvas y yo también.
Pasando mi pierna por encima de la moto, me acomodé en el asiento,
rápidamente me trencé el cabello y metí la trenza en la parte trasera
de mi chaqueta, luego tomé el casco, me lo puse y abroché las
correas. Me calcé los guantes y esperé a que mi hermano nos diera la
señal para conducir.
Unos minutos más tarde estábamos en el camino a lo que parecía mi
peor pesadilla.
El funeral de mi hermano. Un hermano que para todos los efectos
era mi gemelo. Un funeral sin nadie de su puta familia de sangre
presente en este momento.
Eso no iba a suceder.
Pueden tener su maldito servicio, pero una vez hecho, llevaríamos a
Reid a casa con su verdadera familia, con mamá y papá, y los
Wraiths. No sería enterrado en este país lejos de casa y de todos los
que lo amaban.
Él se iba a casa.
Incluso si tuviera que enfrentarme a su club, no me importaba.
Llevaría a mi hermano a casa.
Capítulo 8
Leo
El servicio ya había comenzado cuando llegamos a la iglesia y nos
encontramos con un espectáculo que había visto una o dos veces en
los Estados Unidos. Había motos y jaulas por todas partes y
hermanos parados afuera de la iglesia porque obviamente no había
suficiente espacio para todos adentro.
Encontramos un lugar para aparcar en el otro extremo del
estacionamiento y conmigo arrastrando los pies en el centro del
grupo comenzamos la caminata hacia la iglesia. Instantáneamente
nos dimos cuenta de que algunos de los hombres estaban parados
detrás del grupo. Observaron con los ojos entrecerrados mientras
caminábamos hacia ellos y fue entonces cuando algunos de esos ojos
se abrieron cuando vieron nuestros chalecos.
Estaba claro que Dive y los demás habían planeado nuestro
acercamiento a la iglesia mientras yo me preparaba.
Reaper y Crash estaban al frente con Dive y Magic detrás de ellos.
Seguíamos Lure y Breaker conmigo intercalada. Y en la retaguardia
estaban Hunter y Archer. A medida que nos acercábamos, se abrió
un amplio camino hacia la puerta como por arte de magia. Reaper no
dudó mientras subía los peldaños. Un murmullo de voces nos siguió
mientras atravesábamos las puertas abiertas.
La iglesia era grande con un amplio pasillo en el medio y filas de
bancos a cada lado. Un gran balcón colgaba encima de casi un tercio
de los bancos traseros. Había pequeñas naves a ambos lados con más
filas de bancos. Y todo estaba abarrotado de personas que habían
venido a presentar sus últimos respetos a mi hermano.
No podía ver el frente de la iglesia donde el pastor sonaba como si
estuviera llegando al final de su sermón debido a los hombres frente
a mí. Llenaban el maldito pasillo sin permitirme ni un solo vistazo.
Cuando comenzamos a caminar por el pasillo, Lure y Breaker
retrocedieron ligeramente, permitiéndome caminar justo delante de
ellos. Una ola de susurros nos acompañó mientras avanzábamos por
un pasillo que parecía interminable. Mantuve mi rostro inexpresivo
y duro, guardando todas las emociones en mi interior.
Y entonces finalmente pude ver porque habíamos llegado al final del
pasillo y al frente de la iglesia. Reaper y Crash se habían movido a
ambos lados del pasillo permitiendo a Dive y Magic moverse al
frente.
Ignoraron al sorprendido pastor y abrieron una brecha mientras
caminaban hacia el estrado.
No pude detener el jadeo ni las lágrimas cuando finalmente vi a mi
hermano a través de ese brecha.
No a él, en realidad no, a su ataúd negro brillante con la tapa cerrada
y un ramo de rosas blancas y rojas y una especie de escudo encima.
Reid no había sido un hombre de rosas, siempre le había regalado
margaritas a Sherri.
No vi nada más que ese horrible ataúd negro. Un pequeño lugar
oscuro que albergaba a mi amado hermano.
Sin dudarlo, corrí hacia adelante, subí al estrado y con reverencia
puse mis manos sobre el brillante ataúd que lo contenía. Deslizando
mis manos sobre los lados curvos de la tapa, lentamente me dirigí
hacia la cabecera del ataúd y dejé caer la cabeza, apoyando mi frente
contra ella. Justo donde sabía que estaría su cabeza. Acariciando mis
manos sobre la madera brillante, lloré en silencio girando la cabeza
hasta que mi mejilla reposó contra la madera.
—Estoy aquí—susurré—. Ya no estás solo. Estoy aquí. Estoy aquí.
Estoy aquí.
Dive y Lure estaban a ambos lados de mí y sus brazos me rodearon
mientras lloraba con la cabeza apoyada en el ataúd de Reid. Cuando
me sorbí la nariz y levanté la cabeza, lentamente me soltaron y,
todavía de pie a cada lado de mí, apoyaron sus manos sobre el
ataúd. Breaker y Magic hicieron lo mismo del otro lado. Tenían la
cabeza inclinada mientras se despedían en silencio.
Limpiando las lágrimas de mis mejillas con las palmas de mis
manos, tomé los pañuelos que Lure me tendió y me sequé los ojos
tratando de no mancharme la cara con el delineador de ojos. Respiré
profundamente, saqué la foto de Lori y mía del bolsillo de mi
chaleco y la puse entre las rosas junto al pequeño escudo hecho de
piel de vaca blanca y negra con dos lanzas cortas cruzadas detrás. Le
susurré mis últimas palabras sobre la maldita caja negra en la que
yacía.
—Ella es tan hermosa, Reid. Ojalá hubieras tenido la oportunidad de
verla, de pasar tiempo con ella porque no hubieras podido evitar
amarla. Te prometo que ella sabrá de ti. Compartiré mis recuerdos
con ella y la amaré lo suficiente por los dos. Descansa en paz ahora y
cabalga libre hermano mío. Te amo.
Besé la madera que envolvía a mi hermano. No podía besar su frente
o sus mejillas como hubiera querido, pero esto tendría que ser
suficiente.
Fue el grito femenino enojado que irrumpió en nuestro momento
privado lo que me hizo levantar la cabeza y comenzar a prestar
atención a lo que sucedía a mi alrededor.
Hubo un zumbido de voces junto con los gritos de la mujer que
estaba siendo retenida por un tipo muy grande con un chaleco del
Iron Dogz MC. Reaper y sus hermanos habían formado un muro
entre nosotros y los hombres enojados que ahora estaban reunidos
debajo del estrado.
Dive silenciosamente me sacó del ataúd y me acercó a su lado, luego
caminó hacia donde el pastor estaba mirándonos con los ojos muy
abiertos. Dive silenciosamente pidió hablar asintiendo hacia el atril
con el micrófono y el pastor dio un paso atrás asintiendo. Me
sostuvo a su lado mientras nos acercábamos al atril y Dive carraspeó.
Y esa maldita perra empezó con los malditos chillidos de nuevo.
—¡Alejaos de mi hijo! ¿Quiénes sois? ¡Alejaos de mi hijo!
Entrecerrando los ojos para lanzarle una mirada asesina, tuve el mal
presentimiento de saber quién era ella. Tenía que ser la perra que
había abandonado a mi hermano después de su nacimiento, su
donante de óvulos. ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Por qué mierda se
le había permitido siquiera estar cerca de Reid?
Dive se convirtió en una estatua de piedra a mi lado y un gruñido
salvaje retumbó desde lo más profundo de su pecho. Lo miré y
después de esa mirada pasé mis brazos alrededor de su cintura y lo
apreté con fuerza. Mi hermano estaba a punto de explotar y eso no
sería bueno. Nada bueno en absoluto.
Este era el funeral de Reid y no podíamos montar una escena frente
a los hermanos de su maldito club.
Dive me llevó con él mientras se inclinaba para estar más cerca del
micrófono. Su voz retumbó en el silencio que de repente había
descendido sobre la iglesia.
—Soy Dive Jordan y el hombre que yace en esa maldita caja es mi
hermano pequeño, Reid. Hay una cosa que necesito dejaros muy
clara a todos vosotros. —Extendió el brazo y señaló a la perra loca—.
Esa perra no es su madre. Ella no es más que una puta impostora
codiciosa. Nuestros padres son Grave y Vivienne Jordan del Shadow
Wraiths MC en Savannah, Georgia.
Hubo un silencio atónito y luego pareció como si todos empezaran a
hablar a la vez, un zumbido recorrió la iglesia. Eso fue hasta que un
tipo grande y rubio subió al estrado y levantó las manos.
Inmediatamente hicieron silencio, las personas en los bancos pero no
la perra. Ella seguía chillando y amenazándonos con el desalojo,
abogados y más mierda de la que yo quería prestar atención.
—¡Silencio!—le gritó a la perra.
Me impresionó cuando ella inmediatamente se calló, lo miró
nerviosamente y luego a los hombres que ahora la rodeaban.
Mientras ella tenía su pequeño berrinche, todas sus rutas de escape
habían sido cortadas. Estaba atrapada y de repente se dio cuenta
mientras su cabeza giraba frenéticamente, sus ojos oscuros muy
abiertos y asustados.
El gran rubio se giró hacia nosotros y sentí un poco de escalofrío
cuando encontré sus ojos dorados, ojos que obviamente le daban su
nombre de carretera en su chaleco. Era Hawk, presidente del Iron
Dogz MC, Sudáfrica. Y aparentemente el presidente de Reid.
—¿Por qué mierda el Shadow Wraiths MC está interrumpiendo el
funeral de nuestro hermano?
¿Qué? ¿Maniac no le dijo que estaríamos aquí? ¿Qué está pasando?
—Porque Reid es nuestro hermano y lo llevaremos a casa con su
familia—dijo Dive con los dientes apretados.
—Se llama Army y está con su familia—le gruñó Hawk a Dive.
Sentí a mi hermano tensarse aún más bajo mis manos mientras
gruñía enojado en lo profundo de su pecho.
—Su maldito nombre es Reid Lawrence Jordan. Puede que seáis la
familia de su club, pero yo soy su sangre y estoy aquí para
asegurarme de que regrese a casa con nuestra madre y nuestro padre
—le gruñó Dive.
Hawk se acercó a nosotros, estiró la mano y apagó el micrófono,
dándole la espalda a las personas en los bancos. Su voz era baja y
dirigida a nosotros para que no llegara más lejos.
—Sígueme el juego, hermano. No discutamos esto aquí donde
tenemos oídos que no necesitan escuchar nuestro asunto.
Enterremos a nuestro hermano. Vamos a tener una fiesta para
celebrar su vida en nuestra casa club y eres bienvenido a asistir.
Podemos discutir esto en mi oficina sin que nadie nos escuche.
No le di a Dive la oportunidad de decir una palabra.
—Lo pondrás en un agujero en el suelo sobre mi puto cadáver—siseé
brutalmente mientras quitaba mis brazos de la cintura de Dive y
daba un paso hacia el bastardo.
Unos brazos me agarraron por detrás, rodeándome y apretándome
contra un amplio pecho. Lure.
—Leo, cálmate, pequeña. Necesitas estar tranquila ahora, ¿de
acuerdo? —susurró contra mi oído.
Me hundí en sus brazos y asentí brevemente.
Dive se agachó y me miró a los ojos, él solo me miró en silencio y leí
su mensaje alto y claro. Él me respaldaba y tenía la espalda de Reid.
Nuestro hermano no entraría en un hoyo en la tierra. No mientras
tuviéramos algo que decir al respecto.
De pie en silencio en los brazos de Lure, escuché mientras Dive le
explicaba cosas a Hawk en voz baja. El presidente del Iron Dogz
frunció el ceño profundamente, me miró, luego volvió a mirar a Dive
y asintió. Acercándose al atril, volvió a encender el micrófono y miró
a las personas que se habían reunido para llorar a mi hermano.
—Parece que la familia de nuestro hermano llegó justo a tiempo para
evitar que cometiéramos un error muy grande. Nuestro hermano
dejó instrucciones a su familia de que en caso de su muerte quiere
ser cremado y estaremos honrando sus deseos. Su cuerpo será
trasladado hoy al tanatorio. Habrá una guardia de honor junto a él,
el resto de vosotros podéis dirigiros directamente a la casa club
donde celebraremos la vida de nuestro hermano y se pronunciarán
los discursos por él. —Se giró y asintió con la cabeza al pastor—. El
pastor Radebe concluirá la ceremonia antes de que acompañemos a
nuestro hermano en este viaje.
Dio un paso atrás e indicó que tomáramos asiento justo en frente del
estrado.
Un tipo grande, calvo, con piel color del chocolate y profunda
tristeza en sus ojos oscuros, se levantó de repente y caminó hacia el
estrado. Me tendió una mano y miré a Dive, quien asintió. En
silencio tomé su mano y le permití que me llevara al banco vacío.
Una vez que me sentó, tomó mi mano entre las suyas y la apretó
suavemente antes de soltarme y regresar silenciosamente a su
asiento.
Cuando todos nos acomodamos, miré para ver qué estaba haciendo
la perra. Ella y los hombres que la habían rodeado habían
desaparecido.
Mierda. Había deseado muchísimo un pedazo de ella.
Wolf
Arrastrar a la perra fuera de la iglesia había sido más fácil de lo que
ellos habían pensado. Los acompañó en silencio hasta que
estuvieron afuera, que fue cuando intentó alejarse de ellos y
descubrió para su jodida sorpresa que no iba a ninguna parte.
Al menos no a ningún lugar al que ella quisiera ir.
Los dos prospectos estaban listos para transportarla de regreso a la
casa club donde la pondrían en las celdas hasta que Hawk tuviera
tiempo de arreglar las cosas. Wolf entregó a la perra a los prospectos
y se aseguró de que la tuvieran sujeta en la parte trasera de la
camioneta antes de que él, Spook y Boots regresaran a la iglesia por
la entrada lateral.
Wolf se sentó junto a Bullet mientras el pastor terminaba con una
breve oración.
—¿Podrían presentarse los portadores del féretro, por favor?
Hubo cierta confusión cuando todos los Shadow Wraiths intentaron
dar un paso adelante junto con los Iron Dogz, pero Hawk
rápidamente lo resolvió.
De los Shadow Wraiths, Dive, Lure y Breaker dieron un paso al
frente. Su presidente había seleccionado a Bullet, Dizzy y Wolf
porque eran amigos de Army.
De pie junto al ataúd negro que sostenía a su hermano, Wolf se negó
a mirar hacia abajo al principio hasta que vio los ojos de Bullet
clavados en algo encima del ataúd. Al mirar, todo dentro de él se
congeló.
Mierda. Una niña. Su hermano tenía una hija y nunca había dicho
una maldita palabra.
Una pequeña fotografía yacía entre las rosas encima del ataúd. Una
foto de la mujer increíblemente hermosa que había tocado su frío
corazón mientras lloraba a su hombre. Ella sonreía brillantemente
mientras sostenía a una pequeña bebé envuelta en una manta rosa.
Al mirar a Bullet, vio la decisión en sus ojos y supo que su hermano
daría un paso adelante por la niña y su madre. Sería su manera de
honrar a su mejor amigo y hermano. Pero eso podría ser un
problema porque vivían en los EE. UU. y después de esta mierda,
sospechaba que una vez que ella se fuera, nunca la volverían a ver,
ni a ella, ni a su hija.
Sin embargo, lo que lo tenía totalmente confundido era el chaleco
que llevaba. La proclamaba propiedad del Shadow Wraiths MC en
Savannah, Georgia. ¿Qué significaba eso?
No tuvo tiempo para reflexionar sobre el motivo del chaleco cuando
los Shadow Wraiths junto con los Devil’s Spawn se formaron delante
del ataúd con la mujer entre ellos. Mientras el pequeño grupo se
alejaba del estrado y avanzaba lentamente por el pasillo, levantaron
el ataúd de su hermano sobre sus hombros y los siguieron. Un
pesado silencio flotó en el aire hasta que llegaron al último banco a
su derecha. Estaba lleno de chicas del club que sollozaban y Wolf
sintió que se le encogía el estómago. Esperaba con todas sus fuerzas
que mantuvieran su distancia de la mujer de Army porque ella no
necesitaba esa mierda a su alrededor hoy. Si no lo hacían, la mierda
estallaría, no tenía duda de ello
La hermosa mujer estaba justo al lado del coche fúnebre esperando
mientras bajaban el ataúd y luego lo deslizaban lentamente hacia el
interior. El hermano llamado Dive extendió la mano y tomó la foto
de la parte superior del ataúd, la miró y luego se volvió hacia la
mujer, con la sorpresa muy clara en su rostro mientras se la
mostraba a sus hermanos.
—¿Qué carajo significa esto, Leo?
Al escuchar su nombre, Wolf echó un vistazo rápido a sus hermanos
que estaban tan atónitos como él. Todos habían tenido la impresión
de que Leo era un hombre.
La mujer miró a Dive y luego a los hombres que ahora se agolpaban
a su alrededor. A Wolf no le gustó y Bullet y él se acercaron para
rescatarla. Ella no se movió ni un centímetro mientras miraba a los
hombres.
—Ella es suya—dijo, levantando la barbilla con orgullo—. Él sabía de
ella, pero estúpidamente pensó que no era lo suficientemente bueno
para ser padre.
—¿Le dijiste a mamá y papá? ¿O siempre lo supieron y lo
mantuvieron en secreto?
Ella suspiró.
—No, no lo sabían, pero estoy seguro de que Ren y Sherri ya se lo
habrán dicho.
Dive negó con la cabeza, cerró los ojos y suspiró.
—En algún momento hoy me vas a contar todo. Y me refiero a todo,
ninguna de tus habituales respuestas evasivas, esta vez no, Leo.
¿Entendido?
Ella asintió, luego se acercó a él y escondió su rostro en su pecho y le
rodeó la cintura con los brazos.
No miró a la mujer que tenía en brazos. Sus ojos estaban puestos en
Wolf y Bullet mientras permanecían en silencio detrás de ella.
Entrecerró los ojos mientras los miraba y luego apareció una sonrisa
arrogante.
—Parece que no soy el único que va a querer una explicación, niña.
—Siguió hablándole, pero Wolf no pudo oír lo que era porque el
bastardo había bajado la cabeza y la voz.
Cuando ella giró la cabeza, sonó el tintineo de campanillas y Wolf
miró su cabello.
Tenía jodidamente diminutas campanillas plateadas atadas en el
pelo junto con cuentas, plumas, dijes y esas mierdas.
Y entonces todo lo que lo rodeaba, sus hermanos, el coche fúnebre, el
puto mundo, desapareció cuando se encontró con un par de grandes
ojos violetas con matices azules rodeados por largas pestañas negras
j p g p g
brillando con lágrimas y llenos de tristeza. Cayó en sus ojos y no
pudo apartar la mirada, al menos no hasta que Bullet le dio un
doloroso codazo en el costado. Parpadeando, lentamente apartó los
ojos y se centró en su presidente que caminaba hacia ellos.
Joder, ¿qué mierda había sido eso? Esa mierda no podría pasar, en
absoluto.
—Wolf, Bullet, organicemos el viaje y pongámonos en marcha.
Seguiremos el camino que planeamos sólo que ahora con un destino
final diferente. Ziggy informó a la funeraria sobre los nuevos
arreglos y nos están esperando. Todos los clubes que vinieron a
apoyar van directamente a la casa club mientras escoltamos a
nuestro hermano. Los Road Warriors nos sustituirán y se encargarán
de dar la bienvenida a quienes asistirán a la fiesta.
Wolf levantó la barbilla a su presidente y, después de una rápida
mirada a la mujer, se fue para hacer su trabajo.
El viaje transcurrió sin incidentes. El único incidente fue lo que
pasaba dentro de su jodido pecho cuando la vio conduciendo su
propia moto. Esta mujer no era una puta flor delicada. Era fuerte y
probablemente se había criado en el club igual que DC. Mientras
conducían, las preguntas seguían sonando una y otra vez en su
cabeza.
¿Quién diablos era ella? ¿Era algo más que la madre del bebé de su
hermano?
¿Y por qué los hombres eran tan protectores con ella?
¿Era más que una chica del club y, si lo era, cuál era su función en el
club?
La pregunta más importante para él era la siguiente: ¿era ella una
amenaza para su club?
Tenía más preguntas que respuestas, pero las obtendría antes de que
terminara la noche. De alguna manera ella había llamado su atención
y no podía dejarla ir. Algo que nunca le había pasado y no le gustaba
nada.
Las mujeres no eran una parte importante en su vida y nunca lo
serían si tuviera algo que decir al respecto. Estaba dedicado a su club
y no tenía tiempo para la mierda por la que habían pasado sus
hermanos al reclamar a sus mujeres. ¿Y por qué coño estaba
pensando en esa mierda? Sacudiendo brevemente la cabeza, volvió a
colocarla en el lugar donde debería haber estado desde el principio.
En el camino de regreso a la casa club y a la reunión que tendrían
pronto.
Esperaba con todas sus fuerzas que lo llamaran para asistir porque
tenía preguntas sobre Army que necesitaban respuestas. Y el club
necesitaba respuestas sobre la mierda que Army había escondido en
su depósito.
¿Por qué mierda tenía su hermano un puto arsenal en un depósito?
¿Se estaba preparando para el ataque que todos esperaban del
Harrison Syndicate?
Y qué extraño era que ahora ya no se refirieran a esos bastardos
como Maingarde Organisation sino como Harrison Syndicate.
Dejar a Army en la funeraria le pareció mal en tantos sentidos que ni
siquiera podía explicárselo. Su familia insistía en llevarse el cuerpo a
casa y su presidente se había comprometido a celebrar una reunión
para discutir sus opciones. Army había sido un hermano y por tanto
merecía el honor de ser enterrado en la sección del cementerio
reservada a todos los que habían sido miembros o familiares del
club. ¿Qué diría de su club si no lo honraran como lo hicieron con
todos los demás miembros que habían realizado su último viaje?
Wolf siguió a Prez y DC al interior del complejo con sus visitantes
detrás de ellos. Mientras estacionaba la moto, miró hacia donde los
Wraiths y los Devil’s caminaban hacia atrás con sus motos para
aparcarlas. Ella estaba allí con ellos y estacionó con facilidad.
No tenía duda alguna, por la forma en que manipulaba la moto supo
que tenía años de experiencia montando motos grandes y pesadas.
Parecía diminuta encima de una máquina brutal, pero como era una
Softail Low Rider sus pies tocaban el suelo con facilidad. Aún
sentada en la moto, se quitó el casco, lo colgó del manillar y luego se
quitó los finos guantes de conducir de las manos. Doblándolos en
una bonita bola, los metió en su casco antes de pasar una pierna y
bajarse de la moto. Observó como un jodido lujurioso hijo de puta
mientras ella sacaba la gruesa trenza de la parte posterior de su
chaqueta y la desataba.
El cabello cayó grueso y recto hasta la parte superior de su culo, los
dijes y cuentas de plata brillaban al sol. Era jodidamente largo,
incluso más largo que el cabello de River y esa chica tenía el cabello
jodidamente largo.
Por mucho que quisiera, no podía apartar la mirada mientras se
quitaba el casco y lo colocaba sobre su tanque. Abriendo el velcro, se
quitó los guantes sin dedos e hizo lo mismo que ella había hecho,
sólo que con menos cuidado, y los metió dentro del casco antes de
colgarlo en el manillar. Bajando el pañuelo para que colgara
alrededor de su cuello, esperó que sus gafas fueran lo
suficientemente oscuras como para disfrazar el interés que tenía en
la mujer.
Era pequeña, como Tori, pero no delgada como ella. Esta mujer tenía
unas curvas para morirse. Un montón de tetas y un culo y
curvilíneas caderas que quería sentir bajo sus dedos mientras hundía
su polla sin condón dentro de sus cálidas y resbaladizas
profundidades.
¿Eh? ¿Qué mierda? ¿De dónde había venido ese pensamiento?
¿Qué coño le pasaba?
Nunca, en todo el tiempo que había follado perras, le había pasado
esto.
Una atracción instantánea y ardiente le había robado el aliento y
todo el jodido buen juicio a la primera vista.
Esto estaba mal en muchos putos sentidos. Estaba jodidamente
cachondo con una mujer el día del funeral de su hermano. Y no una
maldita mujer cualquiera.
La dama de su hermano muerto. Tenía que recordar eso y dejar esta
mierda.
Ella nunca iba a ser suya. Pertenecía a su hermano. Incluso si él ya no
estuviera vivo, todavía era suya.
Cómo deseaba que ella fuera sólo otra perra. Pero no lo era.
Era la madre de la hija de su hermano muerto.
Una mujer que parecía que su hermano había abandonado cuando
llegó a Sudáfrica y se unió a su club. ¿Por qué?
¿Por qué su hermano se había alejado de ella y de su hija?
Tantas malditas preguntas que necesitaban respuestas.
Capítulo 9
Leo
Aferrándome a Dive, escondí mi rostro en su pecho mientras él
digería la noticia de que Lori era de Reid. Sentí sus músculos
endurecerse bajo mi mejilla y aflojé mis brazos para soltarme pero él
no me lo permitió, acarició mi cabello y me dio palmaditas en la
espalda.
—Parece que no soy el único que va a querer una explicación, niña—
dejó caer la cabeza y susurró contra un lado de mi cara—. Sus
hermanos vieron esa foto, pero creo que se hicieron una maldita idea
equivocada.
El sonido de su voz debajo de mi oído desvió mi atención de él y
cuando me giré me encontré con los ojos más increíbles que jamás
había visto. Eran de dos colores diferentes. Uno de un azul brillante
y el otro de un verde musgo con una fina raya azul sobre la pupila
en el de color verde. No podía apartar la mirada y me quedé
inmóvil, sin aliento, hasta que esos ojos intensos me abandonaron,
sólo entonces pude respirar libremente de nuevo.
Su atención ya no estaba en mí sino en su presidente que se acercaba.
—Eso sí que es jodidamente interesante—murmuró Dive mientras
me soltaba—. Parece que su lugarteniente tiene sus ojos puestos en
nuestra Leo.
No sabía si me estaba hablando a mí o a los demás, pero no tuve que
preguntarme por mucho tiempo. Había estado hablando con los
demás que ahora miraban fijamente al pobre tipo.
Bueno, pobre, en realidad no. Era grande, lo suficientemente grande
como para soportar cualquier cosa que mi hermano y sus hombres
pudieran arrojarle. Lo devoré con los ojos, pero sólo porque ya no
me estaba mirando. Maldita sea, estaba bien, muy, muy bien. Los
hombros anchos estaban encerrados en una camiseta negra y su
chaleco de cuero cubría un amplio pecho sobre el cual había cruzado
sus grandes brazos tatuados. La camiseta se estiraba sobre grandes
bíceps que conducían hasta antebrazos pesados con esas deliciosas
venas protuberantes que me provocaban pequeños escalofríos por la
columna. Deslizando mis ojos hacia abajo sobre su abdomen
cubierto de algodón y cuero negro hasta donde sus vaqueros
colgaban bajos sobre sus estrechas caderas, encontré mi parte
favorita del cuerpo masculino. No, esa parte no, aunque tengo que
admitir que tengo un gran cariño por esa parte en particular. Sin
embargo, mi parte favorita del cuerpo de un hombre son los muslos
grandes y musculosos. Y los suyos eran increíbles. Pero fue el área
en la unión de esos muslos lo que desvió mis ojos de mi parte
favorita y una vez que llegaron allí se quedaron atrapados en un
paquete muy grande y prominente.
¡Diooossss! Bajé los ojos a sus pies y la sabiduría sexual de Evie pasó
por mi cabeza.
Si tiene pies y manos grandes, normalmente se deduce que tiene una polla
grande.
Este hombre definitivamente tenía una gran polla. Y al ver la forma
en que llenaba sus pantalones, estaba segura de que le competiría de
igual a igual a Horse en el departamento de tallas grandes en
nuestro club. ¡Guau!
Un desagradable escalofrío me recorrió cuando me di cuenta de lo
que estaba haciendo. Estaba devorándome con los ojos el paquete de
un tipo mientras estaba parada junto al coche fúnebre que sostenía el
cuerpo de mi amado hermano.
Eso estaba tan mal.
Cerré los ojos y me alejé de él. Bloqueando mi atracción, la empujé a
un pequeño rincón oscuro donde, con suerte, no tendría que volver a
verla nunca más. Escuché en silencio a mi hermano exponer sus
planes para el resto del día.
Íbamos a viajar con el coche fúnebre y en la funeraria Dive y yo
haríamos arreglos temporales con el director. Él no quería hacer
ningún arreglo permanente, al menos no hasta haber hablado con el
presidente del Iron Dogz y con mis padres.
El viaje a la funeraria se realizó a un ritmo tranquilo y los ojos nos
siguieron mientras nos dirigíamos hacia allí. No pensé que los Iron
Dogz nos esperarían mientras concluíamos nuestro asunto con el
director de la funeraria, pero lo hicieron. Me resultó difícil respirar
cuando dejamos atrás a nuestro hermano, pero en silencio le prometí
que regresaríamos y que no tendría que permanecer en ese lugar frío
y oscuro por mucho tiempo. Viajamos con los Iron Dogz hasta sus
instalaciones y seguí el ejemplo de Dive, estacionando mi moto entre
la suya y la de Lure.
Sentí sus ojos sobre mí mientras me quitaba el casco y me desataba la
trenza. Me quemaban y un escalofrío recorrió mi columna. Me
obligué a ignorarlo, a no devolverle la mirada.
Supe en el momento en que ya no tenía sus ojos puestos en mí. Tan
extraño.
Permanecer en silencio mientras Dive me llevaba a su casa club fue
difícil, especialmente cuando no estaba invitada a la puta reunión.
Abrí la boca para darles mi opinión y la cerré igual de rápido cuando
mi hermano me dio una palmadita en la espalda. Mierda. Esto era
asunto del club y tendría que quedarme al margen.
Me puse cómoda en el bar mientras todos desaparecían. Lure me
lanzó una última mirada por encima del hombro y asentí, tendría
cuidado y mantendría los ojos abiertos.
Me quité el chaleco y lo puse con cuidado encima de la barra antes
de quitarme la chaqueta, colocarla en el asiento a mi lado y volver a
ponerme el chaleco. En el momento en que me quedé quieta y sin
concentrarme en otras cosas, la tristeza volvió y me inundó. Apoyé
mis antebrazos en la barra y me senté respirando profundamente
para intentar calmarme. Este lugar había sido el hogar de Reid
durante los últimos años, el bar un lugar donde bebía con sus
hermanos. Un lugar donde había vivido la vida que había elegido
por encima de su familia de sangre y eso dolía mucho.
Una mujer alta y rubia estaba al otro lado de la barra, colocando
bandejas de cerveza frente a cada uno de los tres hombres que me
miraban abiertamente. Los ignoré, si estaban relegados a ir a buscar
cervezas no estaban en lo alto de la jerarquía del club.
Los miré de reojo mientras se iban. Llevaban las cervezas a su capilla
donde se desarrollaba la reunión.
Mientras los observaba, la rubia se acercó a mí y se paró en silencio
frente a mí hasta que levanté la vista y encontré sus ojos tristes.
—¿Qué puedo servirte? —Su voz era melódica y de alguna manera
tranquilizadora.
—Cualquier cosa que no contenga alcohol, por favor.
Su pequeña sonrisa, aunque triste, era amistosa.
—Puedo hacer eso.
—Perfecto, gracias.
La vi llenar un vaso con hielo y luego colocarlo junto con una lata sin
abrir delante de mí.
Apoyándose en la barra, observó en silencio mientras la abría y me
servía la bebida. Esperó hasta que tomé el primer sorbo.
—Soy Chris, la camarera de aquí. Army era amigo mío.
Todavía sonaba tan mal cada vez que lo llamaban Army. Le habían
puesto un nombre de carretera que, por un lado, debía haberlo
cabreado porque era un marine y, por otro, le recordaba la mierda
por la que había pasado. Eso hizo que mi corazón doliera aún más.
—Soy Leo, la hermana de Reid. Sé que su nombre de carretera era
Army, pero no puedo usar ese nombre, no lo siento como él.
Sus ojos se abrieron un poco haciéndome saber que no se había dado
cuenta de que era su hermana. Como la mayoría de ellos,
probablemente asumió que yo había sido la mujer de Reid.
—Lo siento por tu pérdida. Era un gran tipo, siempre bromeaba. Sus
hermanos lo respetaban y su mejor amigo está perdido sin él. Las
chicas del club lo amaban y lo extrañan porque aparentemente era
muy divertido, si sabes a lo que me refiero. —Intentaba animarme
con esa pequeña información, pero no fue así. Simplemente dolió
aún más.
¿Cómo pudo haber sido un bromista amante de la diversión aquí
cuando se había alejado de sus responsabilidades para con Sherri y
su hija? ¿Por qué lo había hecho? ¿Alguna vez obtendríamos las
respuestas a todas nuestras preguntas ahora que se ha ido?
Su voz me sacó del lugar oscuro al que había ido.
—¿Tu nombre es Leo? ¿En serio?
Me tragué la oscuridad y le di una pequeña sonrisa. Pero pude ver
por sus ojos que no se había dejado engañar por la sonrisa, sabía que
yo estaba sufriendo y estaba tratando de llevarme a una
conversación que no me doliera tanto. Se lo permití.
—En realidad es Leona, pero mi hermano mayor lo acortó a Leo
cuando yo todavía era una bebé. Y se quedó. Ahora todo el mundo
me llama así.
—Eres tan afortunada. —Chris suspiró—. Me gustaría tener un
apodo que sonara tan rudo en lugar de sonar como una tipa débil.
Por alguna razón me gustaba esta mujer.
—La parte más difícil de un nuevo apodo es lograr que las personas
te llamen así. Créeme, intenté cambiar el mío cuando era adolescente
y me empecé a fijar en los chicos. Con tres hermanos mayores y todo
un club de tipos rudos detrás de mí, mis esperanzas de conseguir
que un chico me mirara era una causa perdida y el nombre sólo lo
empeoraba.
Chris sacudió la cabeza y sonrió con tristeza.
—Tuviste mucha suerte de tener una familia que se preocupara por
ti. No todo el mundo tiene tanta suerte. —Un pequeño ceño se
asentó entre sus cejas e inclinó la cabeza hacia un lado mientras me
miraba—. ¿Por qué no tienes más acento americano? Pronuncias
algunas de tus palabras como lo hacemos nosotros.
Esa era una respuesta fácil.
—Nuestro padre es sudafricano y cuando era niña pensaba que
sonaba exótico y quería sonar como él. Todos mis hermanos tienen el
acento sureño de nuestra madre. Al crecer, hice cualquier cosa para
llamar la atención de mi padre y de ahí viene el acento. Sueno más
como él, pero con un poco del acento de mi madre.
Ella estaba frunciendo el ceño mientras escuchaba mi explicación.
No tuve que esperar mucho para descubrir por qué fruncía el ceño.
—Army no tenía mucho acento en absoluto. Todo el mundo sabía
que era americano, pero no lo parecía.
Negué con la cabeza.
—Cuando dejó Estados Unidos era el típico chico sureño, con acento
y todo. Por qué cambió quién era y de dónde venía es un misterio
para mí. Reid rompió el corazón de nuestra madre y el de su mujer.
Ella lo amaba y se había mantenido fiel a él durante sus numerosos
despliegues e incluso después de que él la abandonó. Estoy tan, tan
enojada con él. Lo amo y lo extraño, pero si hoy estuviera vivo le
daría una paliza por lo que ha hecho. Se alejó de su familia y de
alguien que lo necesitaba desesperadamente para venir aquí y
trabajar como soldado en este club. Y eso lo mató. Nunca podré
perdonarlo, nunca.
Había estado tan sumergido en mis recuerdos que no había notado
que los ojos de Chris se abrieron hasta que el tintineo de unas chapas
de identificación llamaron mi atención. Me volví y vi a la mujer
acompañada por dos perros enormes caminando hacia nosotros. Era
de estatura promedio con cabello oscuro y rizado y ojos muy
oscuros, pero nada de eso importaba porque el aura de poder que la
rodeaba fue lo que llamó mi atención. Eso y los perros. Dos perros
muy hermosos que caminaban a cada lado de ella y con un gesto de
su mano se sentaron mientras ella se deslizaba en el taburete a mi
lado.
—Soy DC, la dama de Hawk y lamento mucho tu pérdida. Army era
un gran tipo y lo vamos a extrañar.
No sabía qué decir así que asentí.
—Gracias, aprecio eso.
Y como es típico de una mujer con poder, no dudó en empezar a
interrogarme.
—¿Cuál era tu relación con Army? ¿Eres su mujer? —Esos ojos
negros estaban enfocados en mí como láseres.
Fruncí el ceño, sin permitir que su intensa mirada me alcanzara.
Después de todo, me había criado en un club de proscritos. Sabía
cómo manejarme.
—No, no soy su mujer. Soy su hermana. No había sabido nada de él
en más de dos meses, así que se decidió que vendría aquí a buscarlo.
Llegamos a nuestro hotel esta mañana solo para recibir la llamada de
nuestro padre diciendo... que había muerto y que su funeral era hoy.
Realmente aún no he asimilado el hecho de que se ha ido.
Sólo el ligero aumento de sus ojos mostró que no esperaba mi
respuesta.
—Eso debe haber sido muy difícil para todos vosotros. Lamento
mucho que hayáis tenido que escucharlo así. Fue un héroe, ¿sabes?
Estaba en el destacamento que protegía a la dama de un hermano
cuando sucedió. Fueron emboscados. —Miró hacia atrás antes de
volver a mirarme mientras me informaba—. Se supone que no debo
discutir esto con nadie, pero necesitabas saberlo. Fue un protector
hasta el final.
Negué con la cabeza porque no ayudaba en absoluto.
Para. Nada.
—Eligió a las personas equivocadas a las que proteger. Debería
haber estado en casa protegiendo a los suyos. No aquí protegiendo a
extraños—dije y no pude evitar el hielo que se había apoderado de
mi voz.
Una mano pesada cayó sobre mi hombro y me di la vuelta en la silla.
Los malditos perros no se habían movido para avisarme de que
alguien se acercaba. Era el tipo de la iglesia, el que me había
ayudado a sentarme. Sus ojos oscuros eran suaves y estaban llenos
de tanta tristeza que me dolía el corazón mirarlos.
—Mi hermano tenía demonios de los que no hablaba con nadie. Fui
el único que se acercó a él y ni siquiera yo conocía su pasado. Nos lo
ocultó a todos. El club conocía su pasado militar, pero eso fue todo.
Vino aquí y empezó de cero, como hacemos todos—dijo suavemente.
Sacudiendo la cabeza con enojo, me sequé la lágrima que se
deslizaba por mi mejilla.
—Era un infante de marina, no estaba en el ejército (NdelT: Army). Y
no tenía derecho a hacer borrón y cuenta nueva. Él... abandonó a su
familia, a su...
Antes de que pudiera decir más, unos brazos grandes me rodearon
con fuerza y la voz de Lure retumbó en mi oído.
—Cariño, tomó sus decisiones desde un lugar de dolor y tenemos
que aceptarlo porque no hay nada que podamos hacer al respecto
ahora. Tienes que perdonarlo y seguir adelante, o eso arruinará tus
recuerdos de él.
—Lo sé, pero es muy difícil—susurré.
Lure carraspeó y me abrazó con más fuerza.
—Me enviaron a buscarte, cariño. Dive te necesita a su lado.
Oh Dios, ¿y ahora qué? Ser llamada a la capilla no era algo que les
pasara a las mujeres. En cualquier caso, no en la mesa del Shadow
Wraiths MC, tal vez las reglas eran diferentes aquí.
Permití que Lure me ayudara a levantarme del taburete, deslicé mi
mano en la suya y me la apretó con fuerza. Estirando el brazo hacia
atrás, agarré la chaqueta, asentí al tipo grande que todavía estaba
parado en la barra y dejé que Lure me guiara fuera de la habitación.
La disposición de su capilla no me sorprendió. Era diferente pero
igual que la de casa. Y sí, se suponía que no debía ver el interior de
esa habitación, pero había sido una niña curiosa y muy inventiva.
Así que entré y salí a escondidas sin que nadie supiera que había
estado allí.
Su capilla era grande y no tenía ventanas y si tuviera que decirlo,
habría dicho que estaba casi en el centro de su casa club. Una gran
mesa llena de rayones ocupaba el centro de la habitación con sillas
que no combinaban a su alrededor. Algunas de esas sillas estaban
llenas al igual que algunas de las que estaban apoyadas contra las
paredes. La historia del club estaba documentada mediante
fotografías y chalecos enmarcados colgados en las paredes. Magic y
Breaker estaban sentados contra la pared al igual que tres de los
Devil’s de Portland. Reaper estaba sentado con Dive en la mesa.
Había una silla libre al lado de Dive y Lure la sacó y esperó hasta
que me senté antes de alejarse.
Nos observaron todo el tiempo, sin decir una palabra. Las puertas se
cerraron y la cerradura hizo clic. Mi cabeza se giró en esa dirección y
allí estaba el tipo grande con ojos increíbles. Pero no me miró, así
que aparté mis ojos de él y volví a mirar a mi hermano.
Los ojos de Dive estaban sobre mí mientras movía mi culo tratando
de sentirme cómoda bajo sus ojos observadores.
—Normalmente no permitimos que las mujeres entren a nuestra
capilla. Pero son circunstancias excepcionales las que tenemos hoy
aquí.
La voz profunda y retumbante de Hawk atrajo mis ojos hacia él. El
hombretón llenaba su sillón con su corpulencia y su aura de poder
inconfundible. No dije una palabra porque si querían que hablara en
su santuario me darían permiso para hacerlo.
Aparté la mirada de él y la bajé hacia la mesa maltrecha, mis ojos se
centraron en la caja fuerte frente a él. Una caja de seguridad que
conocía muy, muy bien y que lleva años desaparecida. Ya no esperé
a que me dieran permiso para hacer una mierda.
—¿Qué mierda está haciendo mi caja de seguridad en su mesa?—le
susurré a Dive.
Su mano salió disparada y agarró mi brazo, apretándolo demasiado
fuerte.
—¿Eso es tuyo?
Sacudí mi brazo para intentar soltarme de su agarre pero él no me
soltó.
—Sí, es mía. Mi padre me la regaló cuando me regaló mi primera
arma cuando cumplí doce años. Pero mi colección creció y tuve que
conseguir la caja fuerte que tengo ahora. —Señalé la caja—. Usaba
esa para recuerdos y esas cosas. Mis iniciales están escritas en la
esquina inferior derecha. Puedes comprobarlo.
Hawk dio vuelta la caja, la levantó y gruñó.
—LGJ, ¿eres tú?
—Sí, Leona Grace Jordan, esa es ella—gritó Dive enojado.
Señalé la pequeña llave pegada con cinta adhesiva en la parte
superior y sonreí.
—Y esa llave no va a abrir nada más que la primera cerradura. Esa
caja es una caja dentro de otra caja. Necesitas el código para abrir la
caja interior.
Y entonces me di cuenta de lo que significaba la caja sobre esa mesa.
Me di la vuelta para mirar a mi hermano.
—Reid robó mi caja fuerte, Dive, robó mi puta caja fuerte. Y si la
abrió… —No pude decir más porque cuando Reid la abrió había
encontrado mi secreto. Un secreto que me había asegurado de no
compartir con nadie. Ni siquiera con Sherri y Evie, y ellas conocían
todos mis secretos.
Mierda. Esperaba con todas mis fuerzas que se hubiera deshecho de
la evidencia de mi estupidez. Era joven y estaba furiosamente
enojada cuando hice lo que hice y luego me llevé un recuerdo, algo
que me metería en un lío con el club si alguna vez lo encontraban.
—¿Qué? ¿Qué encontró dentro de la caja, Leo? —Dive me agarró la
barbilla y me obligó a mirarlo. Maldición.
—Sólo cosas estúpidas de chicas—mentí.
Entonces escuché un chirrido y un clic, un chirrido y un clic muy
familiar que no había escuchado en años. La caja se deslizó sobre la
mesa y Dive la agarró y la empujó delante de mí.
y g y p j
—Ábrela—ordenó con la voz helada que le había oído usar con
otros, pero nunca conmigo. Mierda.
Lentamente arrastrando la caja fuerte hacia mí, pasé los dedos por el
pequeño panel de seis números en la parte superior de la tapa. Dije
una breve oración e ingresé el código.
Como por arte de magia, la tapa se levantó con un clic, pero cuando
extendí la mano para abrirla por completo, Dive me la arrebató.
—Dios. Mierda. Leo, ¿qué carajo?
Me incliné para mirar y me quedé helada, mi suerte, mi estúpida y
desafortunada suerte. Nunca debí haber impreso esa maldita cosa,
debería haberla borrado de mi teléfono y dejarlo así. Pero quería
recordar lo que había hecho y no volver a ser tan vulnerable nunca
más. La foto que había tomado de Scraggs justo antes de arrojar su
cuerpo al agua para que los caimanes se dieran un festín estaba
encima de cualquier otra cosa que hubiera allí. Sobre la foto se
habían dibujado tres anillos rojos. Uno grande alrededor de sus
pantalones desabrochados y muy ensangrentados. Uno pequeño
alrededor de la punta de mi bota, apenas visible en el borde de la
foto. Y otro alrededor de las múltiples puñaladas en su torso.
¿Y cómo había sabido Reid que era mi bota? Fácil.
Porque mi padre me había puesto unas punteras grabadas bastante
brillantes en ese par de botas específico. Esa misma mañana me
habían regalado las botas como uno de los regalos por mi
decimosexto cumpleaños. Casi nunca las usé después de aquella
noche. Las había limpiado a conciencia y ahora estaban en el fondo
de mi armario.
Mis hombros cayeron cuando se la entregó a Lure y a los demás. A la
mierda mi vida, esto significaba ser interrogada y revivir esa mierda.
—¿Por qué? ¿Qué carajo hizo? —gruñó Lure mientras arrojaba la
foto sobre la mesa.
—Trató de tomar lo que no le correspondía—dije en voz baja y luego
me encogí de hombros—. Hice lo que tenía que hacer y sabía que me
metería en problemas con el club, así que lo limpié.
p q p
—¡Mierda, Leo! ¡Tenías quince años! No te habrías metido en una
mierda si...
No le di a Dive la oportunidad de terminar.
—Tenía dieciséis años y por eso lo hice. Ese si. Ningún si, él hizo lo
que hizo y yo me encargué de él. Definitivamente. No fui la primera
ni habría sido la última de las jóvenes que tuvieron que lidiar con su
mierda enferma. Ninguno de vosotros hizo nada con respecto a sus
enfermizas perversiones. Todos sabían lo que era. —Le di un
puñetazo a Dive en el bíceps, con fuerza—. ¡Todos vosotros lo
sabíais!
Nuevamente fue Lure quien me rodeó con sus fuertes brazos y me
abrazó, calmándome mientras Dive tomaba mi mano entre las suyas.
—No lo sabíamos, en realidad no, cariño. Lo sospechábamos pero
nunca pudimos atrapar al cabrón haciendo esa mierda. Sabes,
jodidamente sabes, que no podíamos llevar las sospechas a la mesa.
Nos habrían linchado si lo hubiéramos hecho, sin importar de quién
fuéramos hijos. Él era un miembro antiguo y nosotros éramos
prospectos en ese momento. Me mata que tuvieras que lidiar con su
jodida mierda. No deberías haber sido tú, nunca tú.
Hundiéndome en la silla, suspiré.
—Ya está hecho y no hay nada que pueda cambiarlo ahora.
Hablaremos de esto más tarde. Es mierda del club y toda esa
estúpida basura masculina.
Extrañamente Dive comenzó a reír, me agarró y me abrazó fuerte.
—Joder, te amo, Leo—gruñó contra mi cabello.
Hawk carraspeó, él me soltó y se relajó en su silla. Lure me tocó el
hombro antes de regresar a la suya.
—No estamos interesados en una mierda que obviamente es asunto
de vuestro club. Lo que necesitamos saber es si hay alguna
explicación para la mierda que encontramos en su depósito—gruñó
él.
Hice ademán de empujar la caja hacia él, pero negó con la cabeza.
—Hazlo, vacía todo sobre la mesa.
Maldición. Cerré los ojos, los abrí y miré dentro de la caja. Había
cartas allí. Las levanté y las coloqué sobre la mesa. Estaban dirigidas
a mamá y papá, a mí, a Renegade, a Dive, a Sherri y por último a
alguien llamado Bullet. Solía hacer lo mismo antes de un despliegue,
pero en aquel entonces me dejaba las cartas hasta que regresaba a
casa. Entonces encendíamos una fogata en el pozo de mi patio
trasero y las quemábamos para celebrar su regreso a casa con vida.
No esta vez. No habría hoguera para estas cartas.
Respiré profundamente y saqué lo siguiente. Era un sobre blanco
bastante grande y sin cerrar. Arrojé el contenido sobre la mesa y su
licencia de conducir estadounidense, tarjetas de crédito, pasaporte
estadounidense y certificado de nacimiento se deslizaron. Los dejé
donde cayeron.
En una esquina de la caja había tres USB y los puse uno al lado del
otro sobre la mesa. Una pequeña caja de plástico transparente
contenía varias tarjetas de memoria para una cámara y la puse junto
a los USB.
Casi en el fondo de la caja fuerte había un sobre abierto lleno de
fotografías. Lo saqué y las dejé sobre la mesa, eran de Reid y Sherri y
me hicieron tragar saliva para detener las lágrimas. Había fotos de
su relación desde que comenzaron a salir hasta el horrible final.
Debajo del sobre estaban sus placas de identificación. Eran un
montón de color plateado en una esquina. Las recogí, deslicé el
pulgar sobre su nombre y me las pasé por encima de la cabeza,
mirando hacia abajo mientras se posaban contra mi camiseta con un
suave tintineo.
Me dieron una idea y la archivé para pensar en ella más tarde.
Sólo quedaban tres cosas más en la caja y lentamente las recogí y las
puse sobre la mesa. Dos eran cajas de anillos. Una era una vieja caja
de terciopelo negro desgastada, mientras que la otra era una caja
más nueva pero también un poco desgastada, como si la hubiera
tenido por un tiempo. Supe sin abrirlas que los anillos que contenían
estaban destinados a Sherri.
El último artículo que había en la caja era una pequeña bolsita de
gamuza negra con cordón. Apartando la caja fuerte de mí, solté el
cordón y dejé caer el contenido en mi mano abierta. Un anillo
pesado cayó en mi palma. Era el anillo que le habían regalado a Reid
en su decimoctavo cumpleaños, cuando papá esperaba que
comenzara a ser prospecto en el club. No lo había hecho, en lugar de
eso se había alistado. Deslicé el anillo en mi pulgar, cerré los dedos
para evitar que se me cayera y sacudí la cabeza. Tanta angustia y
desperdicio por pura terquedad. Reid y papá eran como dos
malditos guisantes en una vaina.
Sacando con cuidado el anillo de mi pulgar, se lo di a Dive, quien
cerró su mano alrededor de él. Levantando la mano, apoyó el puño
en la boca, apretándolo con tanta fuerza que los nudillos se pusieron
blancos y su propio anillo que nuestro padre le había regalado en su
decimoctavo cumpleaños brilló opacamente en la luz. Luego acercó
la bolsa, volvió a meter el anillo en su interior, la cerró y la metió en
el bolsillo delantero de sus vaqueros.
Mi atención volvió a las cajas de anillos sobre la mesa, dándole
tiempo a mi hermano para recuperar el control. Acerqué la caja más
antigua y la abrí lentamente, luego sacudí la cabeza mientras las
lágrimas llenaban mis ojos. Era el anillo de la abuela, un anillo que
solía estar en el joyero de mi madre. Ella debe habérselo dado para
que se lo diera a Sherri y él nunca se lo devolvió después de alejarse
de ella y de su hija. La dejé abierta sobre la mesa y agarré la otra. Era
aún peor. Dos anillos de boda yacían juntos sobre el terciopelo azul.
Vi algunos grabados en el interior pero no pude tocarlos. No me
correspondía a mí hacerlo. La cerré con un fuerte chasquido en la
habitación silenciosa.
Carraspeando, tragué y luego hablé mientras seguía mirando la caja
de terciopelo azul.
—Nunca podremos dárselos, nunca. Ella está comenzando una
nueva vida con Ren y no necesitan que esto se entrometa en lo que
están construyendo juntos. Los guardaré hasta que Lori sea mucho
mayor y tal vez entonces se los daré a Ren. Dejaré la decisión en sus
manos.
—No—gruñó Dive—. Nunca les contaremos esto a ninguno de los
dos. Esta mierda muere aquí, con Reid. Se alejó de su mujer y de su
hija, y esa fue su decisión. No le causaremos más maldito dolor
llevándole esta mierda a casa. Lo que haremos será llevarnos el
anillo de la abuela y devolvérselo a mamá.
Acercó la caja del anillo abierta y sacudió la cabeza.
—Este anillo debería haber sido para Ren como el hijo mayor.
Necesito saber por qué se lo dio a Reid.
Tomé su mano entre la mía y la apreté.
—Ella se lo dio porque la abuela amaba a Sherri. Ese anillo siempre
estuvo destinado a ser suyo y tal vez todavía lo sea.
Recogiendo las cajas de anillos se las entregó a Magic, quien parecía
no saber qué hacer con ellas. Le entregué mi chaqueta y lo entendió
al instante, deslizando las cajas en los bolsillos interiores, la dobló
con cuidado y la colocó en la silla vacía a su lado.
Quedaban las cartas, los USB y las tarjetas de memoria.
Reuní nuestras cartas en una pequeña pila frente a mí, dejando la
carta de Bullet al lado de los USB.
—No sé si lo que necesitáis saber está en esas cosas. —Señalé los
USB y las tarjetas de memoria—. Tomaré nuestras cartas y dejaré el
resto en tus manos. —Me encogí de hombros—. De todos modos, lo
más probable es que sea un asunto del club.
Tomando aire me dispuse a levantarme pero no podía irme sin ella.
—Lo único que necesito antes de salir de aquí es la foto.
Dive inmediatamente negó con la cabeza mientras fruncía el ceño
pesadamente.
—No la vas a recuperar, hermanita. Es evidencia del fracaso del club
para protegerte a ti y a las otras chicas del club. Es necesario
abordarlo y lo sabes—dijo Dive suavemente—. Ve, tómate una copa
y lee tu carta. Nos vemos una vez que hayamos terminado aquí. —Se
giró y asintió hacia uno de los hombres—. Breaker te acompañará
hasta el bar.
Y así sin más me despidieron.
Y por una vez no me importó.
Estaba lista para salir de esa habitación llena de testosterona y de los
ojos penetrantes y enojados de un hombre que sentían
constantemente sobre mí. Sentí el ardor contra mi piel desde el
momento en que entré a la habitación.
No tenía idea de lo que significaba, pero sabía que no iba a pensar en
ello ahora.
Iba a tomar una copa y reunir coraje para abrir la última carta de
Reid.
Frotándome el corazón con la mano, donde había una herida en
carne viva que nunca sanaría, empujé la silla hacia atrás y me
levanté.
Ni siquiera una carta póstuma iba a curar esa herida.
Nada en este mundo podría hacerlo.
Porque nadie podría devolverme a mi hermano y mejor amigo.
Capítulo 10
Wolf
Desde el mismo momento en que entró en la capilla, no pudo
apartar los ojos de ella. La mujer era jodidamente magnífica. Le dolió
por ella cuando abrió esa caja fuerte y encontró lo que había hecho.
El dolor estaba claramente escrito en toda su cara.
Y ese increíble momento cuando se dio cuenta de que ella no era la
dama de su hermano había encendido un maldito infierno dentro de
su pecho. La roca que se había instalado sobre su espalda se había
desprendido, dejándolo sintiéndose tan ligero como el jodido aire. Y
eso lo cabreó. ¿Qué mierda le pasaba?
Hawk atrajo la carta de Bullet hacia él y sacudió la cabeza.
—Me aseguraré de que nuestro hermano reciba esto. Zig, veamos
qué nos dejó Army.
La habitación quedó en silencio mientras Ziggy conectaba los USB
uno tras otro y lo que el primero reveló produjo jadeos de sorpresa y
gritos indignados mezclándose en el aire. Estaba lleno de vídeos,
fotografías y documentos escaneados. Todo relacionado a Winifred
Maingarde y el Harrison Syndicate. Army había encontrado pruebas
irrefutables de que la vieja bruja y el sindicato eran actores
importantes en el tráfico sexual, el tráfico de armas y la fabricación y
distribución de drogas.
¿Cómo había hecho esto su hermano? ¿Ésta podría ser la razón por
la que fue atacado específicamente durante la emboscada? ¿Era la
razón por la que su puta madre insistía en apagar las máquinas que
lo mantenían respirando? ¿Estaba ella trabajando para la vieja perra?
¿Por qué mierda no había acudido a su presidente o al grupo de
fuerzas especiales con esto? Por lo que pudo ver, había pruebas
suficientes para acabar con ellos.
Mientras sus pensamientos se agitaban, se dio cuenta de que Hawk
había golpeado la mesa con la mano y se había hecho un pesado
silencio.
—Hay algo que necesitas saber, Dive. Army estaba cedido al grupo
de fuerzas especiales para ayudar a acabar con el Harrison Syndicate.
Éste es su legado. Y una manera de hacerles pagar por lo que
hicieron—espetó Hawk, recordándoles a todos el sacrificio de su
hermano.
—Ese fue el primero, jefe, me quedan dos más—dijo Ziggy—. Si
contiene aún más información para respaldar lo que encontró Army,
será más que suficiente para poner a esa vieja perra tras las rejas por
el resto de su miserable vida y romper el control del Sindicato en
África.
—Mierda. Mi hermano era un jodido adicto a la adrenalina. Esta
mierda se parece mucho a él, el maldito imbécil—dijo Dive
suavemente.
De repente, Ziggy se recostó y miró a Hawk.
—Hay un video en este con tu nombre, Prez.
—Vamos a verlo.
El único sonido en la habitación era el sutil crujido del cuero cuando
los hombres se movían en sus sillas mientras esperaban. Wolf se
centró en la pantalla contra la pared. Hubo una inhalación colectiva
cuando apareció el rostro sonriente de Army.
—Hola Prez, si estás viendo esto, estoy muerto, encontrasteis mi alijo y
Ziggy descifró el código de esta caja de seguridad.
Sonrió mientras golpeaba la caja fuerte en la mesa frente a él.
—Si mañana no pasa nada, os llevaré lo que he encontrado a ti y a Van
Blerk. Estoy haciendo este vídeo porque tengo un maldito presentimiento
sobre el día de mañana y tengo que ordenar mis cosas antes de irme. Solía
dejarle cartas a mi familia con Leo, esta vez te las dejo a ti. Espero que Tori
y todos los demás hayan sobrevivido a la mierda que siento que se avecina.
Se hizo el silencio mientras él carraspeaba y empezaba de nuevo.
—Bien, entonces ya sabes que no soy quien dije. Cuando vine aquí fue para
descubrir quién era, pero en lugar de eso encontré quién debía ser, un
q p g q
hermano, un amigo y una parte valiosa del Iron Dogz MC. Mientras
buscaba a la perra que me abandonó al nacer me encontré con una mierda
que no tenía sentido. Soy jodidamente entrometido, así que empecé a
husmear y Van Blerk me pilló. Así fue como comencé a trabajar con él. Es
un maldito imbécil pero un buen policía. Pedí algunos favores y encontré la
mierda que puse en los USB. Hay suficiente allí para que Van Blerk avance
en su investigación y se asegure de acabar a esa vieja perra y al Sindicato.
Agitando una mano a su alrededor con una sonrisa maliciosa, miró
hacia la cámara.
—Todo lo que ves aquí lo he rescatado de algunas personas realmente
jodidas. No te preocupes, ya no es ilegal, algunos amigos míos movieron
algunos hilos por mí. Bullet y yo ahora somos comerciantes de armas de
fuego legalmente registrados y éste es nuestro stock legal. Tendrás que
trasladarlo a la casa club y ¿puedo sugerirte que lo hagas por la noche
aunque sea legal y toda esa mierda? Los guardias nocturnos de las
instalaciones son amigos y además es muy tranquilo durante la noche. No
queremos que los cerdos metan sus narices en nuestro negocio.
Sonriendo a la cámara, le guiñó un ojo mientras inclinaba la cabeza
hacia un lado.
—Ahora, pasemos a mi adicción a la velocidad que está estacionada allí.
Hola hermanos, no me odiéis. Sé que no es una Harley pero, maldita sea, es
rápida. Hay suficiente dinero en mi cuenta para los gastos de envío. Por
favor, envíala a los Estados Unidos a mi familia. Se la dejo a Leo. Ella
comparte mi adicción y ésta sería una buena adición a su colección.
La sonrisa y la diversión desaparecieron cuando volvió a mirar a la
cámara.
—Cuando mi familia venga, y créeme jefe, vendrán, les entregareis las
cartas, sus expedientes y el USB que les dejé. Hay cosas ahí que necesitan
saber lo antes posible. Espero que Leo no venga aquí, pero si lo hace,
mantenla vigilada y a salvo. Mi hermana es una mierda entrometida y
despiadada. Piensa en ella como otra DC y con los Wraiths apoyándola,
cualquier cosa es posible. No dejes que esos ojos grandes te engañen ni un
puto minuto.
Army suspiró y sacudió la cabeza antes de mirar directamente a la
cámara.
—Si sobrevivo mañana nunca verás esto y entregaré lo que tengo al club y
me encargaré de la mierda que amenaza a mi familia en los Estados Unidos.
Pero si no sobrevivo entonces quiero agradecerte, Prez, por acoger a un
hombre destrozado y darle la oportunidad de una nueva vida y una nueva
hermandad para reemplazar la que yo había perdido. Amo a mi familia de
sangre, pero necesitaba como todos vosotros dejar atrás el pasado y
comenzar a vivir de nuevo. Bullet, hermano mío, te amo, hermano. Gracias
por todo lo que hiciste para que sacara mi cabeza de mi culo. No, y repito,
no te culpes por esto. Ambos sabemos que lo vas a hacer, así que no lo hagas,
hermano. Amo el club y a todos los hermanos, incluso al maldito Spider y
sus chistes. Hasta que nos volvamos a encontrar en el otro lado, mantenedlo
brillante, hermanos míos. Montad libres, montad para siempre.
Un pesado silencio invadió la habitación cuando la pantalla se volvió
negra. Wolf no tuvo que mirar a su alrededor para saber que varios
ojos estaban llenos de lágrimas en ese momento. Carraspeó, respiró
hondo y parpadeó para aclararse los ojos.
—Compartiremos esto con toda la hermandad una vez que termine
el día de hoy. Necesitan escuchar las últimas palabras de su
hermano—dijo Hawk en voz baja.
Dejando que eso se calmara, se volvió hacia Ziggy.
—¿Algo más que tengas para compartir, hermano?
Ziggy sacudió la cabeza mientras carraspeaba..
—No, jefe, el USB que queda es para su familia y su club, como dijo
Army—explicó Ziggy en voz baja—. Aquí hay varios archivos con
fechas y nombres que datan de varios años atrás. Pero hay algunos
más recientes.
Dive respiró hondo.
—¿Qué tan reciente?
—Los últimos seis meses. —Ziggy tocó su teclado mientras hablaba
con Hawk—. ¿Qué quieres que haga, Prez?
Hawk dejó caer la cabeza contra el respaldo alto de su sillón pero
mantuvo sus ojos en Dive.
—Ya tenemos suficientes jodidos problemas propios, pero tengo
curiosidad por saber por qué un hermano nuestro mantuvo al club
de su familia y a sus miembros bajo vigilancia. ¿Qué mierda estaba
buscando? ¿O había encontrado lo que buscaba? Por eso vamos a
meter nuestras narices en los asuntos de vuestro club y, con suerte,
obtendremos algunas putas respuestas.
Dive se volvió en su silla y miró en silencio a sus hermanos contra la
pared. Su comunicación fue silenciosa hasta que uno tras otro le
levantaron la barbilla o le inclinaron la cabeza. Al volverse, golpeó la
mesa con los dedos, sólo una vez.
—Hazlo.
Ziggy abrió el primer archivo e hizo clic en el primer vídeo.
Dive y sus hombres se echaron a reír cuando aparecieron en la
pantalla dos niños pequeños muy desnudos sentados en un charco
de barro. Estaban cubiertos de barro, lo tenían pegado en el pelo, la
cara y todo el cuerpo. Hombres vestidos con chalecos bebían cerveza
y se reían de una hermosa mujer que intentaba, sin éxito, ordenarles
que salieran del charco. Con grandes sonrisas, los dos pequeños
demonios comenzaron a arrojar barro y todos se rieron mientras se
dispersaban.
—Joder, me había olvidado de esto—dijo Dive—. Debe haber
copiado los videos caseros de mamá. Esos son Leo y Reid cuando
tenían cuatro años. Había llovido justo antes de la barbacoa del club
y se suponía que Ren y yo íbamos a cuidarlos mientras mamá
ayudaba a las otras damas. Por supuesto que las pequeñas mierdas
se nos escaparon. Si miráis detrás de los hermanos, nos veréis
escondidos detrás de ese árbol al fondo. Mamá no estaba contenta,
pero papá y Maniac pensaron que era lo más divertido que jamás
había existido. Nuestro castigo fue limpiar a las pequeñas mierdas.
Esos dos eran un infierno sobre ruedas cuando eran pequeños,
odiaban usar ropa. A nuestros padres les salieron canas por las
mierdas en las que se metían.
q
Hawk frunció el ceño.
—Espera un momento. ¿Estás diciendo que Army y Leo son
gemelos?
Se hizo un pesado silencio mientras todos los ojos se volvían hacia
los hombres de Estados Unidos.
Dive suspiró mientras negaba con la cabeza.
—Esto es un jodido asunto familiar, pero viendo que Reid, o Army,
como lo llamáis, abrió esta lata de gusanos. —Miró alrededor de la
mesa y había fuego en sus ojos—. En lo que respecta a nuestra
familia y al club, son gemelos. Pero la verdad es que nacieron con
cinco días de diferencia de diferentes madres. Y no, mi madre no es
la madre biológica de ninguno de los dos. Nuestros padres pasaron
por una mala racha y se separaron. Papá la cagó y dejó embarazadas
a dos perras. Hubo mucho drama durante unos meses, pero
volvieron a estar juntos y el resultado final fue que mamá adoptó a
los bebés y los crió como si fueran suyos.
—Tu madre es una puta santa. No muchas mujeres llevarían a su
casa las pruebas de la infidelidad de su hombre y los criarían como
si fueran suyos—dijo Bulldog las palabras que la mayoría de ellos
estaban pensando.
Wolf miró a Beast y vio por la forma en que tenía los músculos
apretados en la mandíbula que lo estaba golpeando con fuerza.
Había tenido dos hijos con una mujer a la que despreciaba mientras
aún estaba enamorado de la que ahora era su dama.
Afortunadamente esa mierda se había aclarado y ahora eran una
pequeña familia feliz.
Incluso cubierta de barro, los inusuales ojos violeta con matices
azules de la niña brillaban en su carita risueña. Había sido una niña
feliz y obviamente muy mimada.
Ziggy carraspeó y todas las miradas se posaron en él.
—He echado un vistazo rápido a la mayor parte del resto y todos
son vídeos familiares.
Dive se sentó hacia delante, con los ojos fijos en Ziggy.
—¿Tiene el vídeo de su fiesta de decimosexto cumpleaños?
Ziggy volvió a hacer clic y luego asintió.
—Sí, lo tengo.
—¿Te parece bien si echamos un vistazo? Quizás veamos lo que
todos nos perdimos en esa maldita fiesta. Cómo llegó ese cabrón
hasta ella—preguntó Dive y Hawk inclinó la cabeza hacia Ziggy
para que siguiera adelante.
El silencio descendió sobre la habitación mientras observaban.
Maldito infierno. La familia estaba en un pequeño escenario
sonriendo a los hermanos que gritaban y a sus mujeres. Ver a Army
como un adolescente alto y desgarbado era, cuanto menos,
desconcertante. Leo, ya con curvas, estaba a su lado y era pequeña
comparada con el resto de su familia. Su cabello oscuro estaba
trenzado igual que hoy y caía hasta debajo de su culo. Era
jodidamente hermosa incluso cuando era adolescente. Se sintió como
un jodido pervertido mientras veía el vídeo de su cumpleaños.
El que se llamaba Breaker gritó de repente.
—¡Detenlo! ¿Puedes rebobinar eso hasta donde están bailando, por
favor?
Dive y su grupo se levantaron de sus sillas y se quedaron cerca de la
pantalla observando cómo Ziggy rebobinaba y luego avanzaba
lentamente cuadro por cuadro.
Breaker señaló.
—Ahí está el hijo de puta. Míralo, ni siquiera está tratando de ocultar
que está salivando por ella. ¿Cómo carajo nos perdimos todos esta
mierda? Estábamos allí, todos nosotros, estábamos allí—gruñó él con
disgusto.
Lure se frotó bruscamente la cara y la barba con las manos.
—Estábamos mirando en la dirección equivocada, hermano, por eso.
Después de todos los discursos y esa mierda y de que Grave les
entregara las llaves de sus motos nuevas, la fiesta para los chicos
estaba llegando a su fin y las zorras estaban entrando. ¿Recuerdas
cómo nos envió a buscarla cuando llegó el momento de irse? Todos
pensábamos que estaba en un rincón oscuro chupándole la cara a ese
pequeño cabrón con el que estaba saliendo en ese momento. Pero lo
encontramos en un rincón oscuro con una de las zorras, no con ella.
¿Recuerdas? Ella salió furiosa de la oscuridad, le dio un puñetazo, le
rompió la nariz y saltó a la parte trasera de la camioneta de tu
madre. Nos reímos como si fuera una gran broma.
—Sí, lo recuerdo. —Breaker frunció el ceño pesadamente—. Estaba
blanca como una puta sábana y llevaba la chaqueta de cuero de
alguien. Me di cuenta porque las mangas le caían sobre las manos y
la parte inferior le colgaba sobre los muslos. Había manchas oscuras
en sus vaqueros, pero pensé que era salsa barbacoa o algo así.
Dive suspiró profundamente.
—Apenas tenía dieciséis años y tuvo que matar a un hombre y
ninguno de nosotros se dio cuenta—dijo en voz baja—. Lo resolvió
sola. Ella siempre ha sido la inteligente y centrada de nosotros, los
niños. Si Leo fuera un hombre, sería la que estaría siendo preparada
para reemplazar a Maniac cuando llegara el momento de dimitir, no
Renegade, ni yo.
A Wolf le sorprendió que alguien tan joven se hubiera visto obligada
a matar para protegerse a sí misma y a las demás.
—Espera un minuto. Solo espera—dijo Magic mientras señalaba la
pantalla—. Su cuerpo fue encontrado en el río, ¿verdad? —Miró a
sus amigos en busca de confirmación y ellos asintieron.
—Ellos lo sabían, lo sabían—dijo él mordiendo las palabras—.
Maniac y Grave sabían lo que ella había hecho y lo encubrieron.
Fueron ellos dos quienes les dijeron a todos que Scraggs estaba
borracho y debió haberse caído al río y así fue como lo atraparon los
caimanes. Ellos jodidamente sabían lo que ella había hecho.
—¿Cómo pudieron saberlo?—exigió Dive.
—Lo sabían porque una semana antes de la fiesta me ordenaron
ayudar a Ghost a instalar cámaras de visión nocturna junto con las
cámaras normales en la parte trasera de la propiedad frente al río.
No me dijeron por qué. Maniac quería que se hiciera lo antes posible
y en silencio. Me ordenaron mantener la puta boca cerrada y, siendo
un prospecto, hice lo que me dijeron—explicó Magic en voz baja—.
Todos sabéis por qué ellos instalaron esas cámaras y no fue porque
se acercaba la fiesta de Reid y Leo.
—Tenemos que destruir la foto. —Breaker señaló el video en pausa
—. Puedes apostar tu culo a que esto es todo lo que queda de esa
noche. Prez y VP se deshicieron de las pruebas para mantenerla a
salvo. Pusieron su seguridad en nuestras manos así que ahora es
nuestro trabajo. Nadie en casa puede enterarse jamás de esta mierda.
La puta de ese hijo de puta muerto todavía pasa el rato en el club
follándose a los viejos parches y si esta mierda sale a la luz, pedirá la
cabeza de Leo. Y eso no sucederá bajo mi supervisión.
—¿Entonces destruimos la maldita foto y todo muere aquí? ¿Eso es
lo que estás diciendo?
Sus hermanos asintieron mientras Dive se encontraba con los dedos
sobre los labios y los ojos todavía fijos en la imagen en la pantalla.
Nada perturbó el silencio hasta que se giró y enfrentó a los hombres
del Devil's Spawn MC.
—¿Vas a dejar que esto muera aquí, Reaper?
Reaper se reclinó en su silla, con los brazos cruzados sobre el pecho.
—Ella era una niña y se hizo cargo de la plaga de tu club, hermano.
Está hecho. Pero incluso diciendo eso, y sabiendo que es la verdad,
igual tendré que informarle esto a mi presidente debido a los
vínculos de nuestro club con el puto Scraggs. —Levantó las manos
cuando Dive gruñó enojado—. No, Dive, no puedo ocultarle esta
mierda, sabes que tengo que hablar con él sobre esto. —Él sonrió—.
Joder, lo más probable es que descubramos que ya lo sabe. Mi Prez y
Maniac se conocen desde mucho tiempo atrás. Maniac se habría
asegurado de que nada de esta mierda volviera a caer sobre Leo y es
por eso que le habría informado a mi presidente. Nuestros clubes
han estado relacionados durante mucho tiempo, hermano.
Bulldog carraspeó mientras golpeaba la mesa para llamar su
atención.
—Como padre de mujeres, sé exactamente lo locos que esa mierda
habría vuelto a Grave y Maniac. No tengo ninguna duda de que lo
arreglaron para que su chica pudiera respirar tranquila por el resto
de su vida. Esa foto ha abierto viejas heridas en tu chica que
necesitarán un manejo cuidadoso. Eso se suma a la pérdida de lo que
para ella era su hermano gemelo y sin duda va a arruinar su
tranquilidad. —Bulldog miró a Dive a los ojos y los sostuvo—.
Tendrás que avisarle a tu padre y a tu presidente sobre esto, hijo. Los
necesitarás cuando esta mierda se asiente y los fantasmas del pasado
comiencen a joderla. Y creedme, puede que sea fuerte, pero luchará
contra esto, como todos lo hemos hecho en algún momento u otro.
Hawk tamborileó con los dedos sobre la mesa, pero no esperó a que
llamaran la atención cuando empezó a hablar.
—Puedo ver por vuestras expresiones que todos pensáis que habéis
revelado demasiados asuntos de vuestro club a jodidos extraños,
pero permitidme tranquilizaros ahora mismo. Army era nuestro
hermano y no estáis entre extraños, estáis entre familiares. Todos en
esta sala son oficiales o lugartenientes de mi club y su palabra, y la
mía, es jodidamente oro. Nada de lo que ocurrió aquí se discutirá
jamás fuera de esta sala. Mi consejo es que pongáis al día a vuestro
presidente y vicepresidente sobre todo lo que nos hemos enterado
hoy.
Miró alrededor de la habitación, encontrándose con las miradas
mientras recorría la habitación y luego asintió.
—Volvamos al asunto y terminémoslo. ¿Qué contienen los archivos
más recientes que Army tenía en ese USB, Ziggy?
Ziggy volvió a hacer clic en los archivos, luego contuvo el aliento y
comenzó a escribir furiosamente. Todos los ojos estaban puestos en
él mientras hacía clic y clic durante varios minutos. Tenía el ceño
fruncido cuando finalmente levantó la vista.
—Odio decir esto, pero parece que se está por armar una gran
podrida. Army encontró pruebas que vinculan a nuestros dos clubes
con el puto Harrison Syndicate. Los Shadow Wraiths tienen
infiltrados y, desafortunadamente, Leo es el objetivo específico.
Wolf sintió como si su corazón fuera a salírsele del pecho cuando
cayó en la cuenta de las implicancias de la noticia. Habló antes de
que pudiera pensarlo dos veces o tal vez incluso tres veces.
—¿A quién mierda tienen detrás ella?—gruñó y sintió más que vio
que la atención se dirigía hacia él. Recibió miradas ardientes,
enojadas e intensas de los Wraiths.
—¿Por qué crees que tienen a alguien detrás de ella?—preguntó
Hawk en voz baja.
Wolf resopló disgustado.
—Es lógico, Prez. Esos cabrones tenían a Jane en tu cama y a Flash
en nuestra mesa. Harán lo mismo con los Wraiths, así que os vuelvo
a preguntar. ¿A quién tienen detrás de ella?
Hubo un breve silencio de asombro.
—¡Maldito infierno!—gruñó Lure mientras se ponía de pie de un
salto y comenzaba a caminar—. Es Gear, tiene que ser él. Ha estado
persiguiéndola desde que llegó desde Nueva York. La persiguió
implacablemente y pensó que lo había logrado cuando comenzaron
una relación. Pero ella terminó cuando lo encontró follándose a esas
putas. Ahora él afirma que ella va a ser su dama. Una de las perras
del club me dijo que estaba diciendo una locura, que la iba a
reclamar incluso si ella decía que no. Me reí, joder. —Se dio la vuelta
—. Tenemos que llamar a Prez y advertirle sobre el cabrón, Dive.
Ahora, mientras que no sabe que estamos detrás de él. El bastardo
usará todo lo que pueda para obligarla a aceptar su parche. Él
atacará sus debilidades y todos sabemos que es su familia. Ese
cabrón secuestrará a Lori para obligarla a regresar a los Estados
Unidos.
—¡Dios jodido Santo!—gritó Dive mientras se ponía de pie de un
salto.
—Lo tuve, lo tuve y lo dejé ir. Debería haberlo matado a golpes sin
importar las putas órdenes de no hacerlo—despotricaba él mientras
comenzaba a caminar y palparse los bolsillos buscando el teléfono,
luego se dio cuenta de dónde estaba y lentamente se calmó.
—Lo siento, Hawk, pero tengo que llamar a casa ahora mismo. —Se
dirigió hacia la puerta pero la dura voz de Hawk lo detuvo.
—Lo llamaremos desde aquí, Dive. Siéntate y cálmate, hermano.
Créeme, todos sabemos exactamente cómo se siente. Y no te
preocupes por Leo, ella está a salvo. Mi dama está con ella y tenemos
los ojos puestos en las dos.
—Llama a Savannah, Ziggy—ordenó Hawk.
Dive siguió caminando de un lado a otro mientras esperaban que se
realizara la llamada. Wolf observó al hombre que luchaba por
mantener el control debido a la preocupación.
—Sí—respondió una voz áspera.
Dive inmediatamente comenzó a hablar.
—Encontramos algo de mierda de este lado, Prez. Necesitas encerrar
a las mujeres de mi familia lo antes posible. Reid nos dejó algo de
información. Gear es un traidor colocado en nuestro club por el
maldito Harrison Syndicate. Debería haber matado a ese cabrón
cuando lo tenía en mis manos. Creemos que su plan es obligar a Leo
a ser su dama arrebatando a Lori. Joder, Prez, incluso podría llevarse
a mamá, a Sherri o a Evie si no puede llegar hasta Lori.
El sonido de voces discutiendo de repente llenó la línea.
—¡Callaos, cabrones! Estoy tratando de escuchar lo que Dive tiene
que decir. —Se oyeron murmullos y luego silencio—. Dive,
hermano, Grave lo tiene bajo control. La familia está a salvo. He
estado en contacto con Demon, el presidente de Devil's Spawn en
Portland, y me hizo saber que tienen hermanos allí. Estamos
trabajando juntos en la amenaza a nuestros clubes. Haz lo que tengas
que hacer, hermano, te respaldamos de este lado.
Dive soltó un profundo suspiro de alivio mientras asentía.
—De acuerdo, Prez. Llamaré cuando sepamos más.
—Mante el lado brillante hacia arriba, hermano.6
Dive regresó a su asiento y se hundió, la tensión drenando
lentamente de su cuerpo.
Wolf tuvo una idea y sabía que tenía que hablar antes de que se
hicieran otros planes. Estaba seguro de que su plan sería mejor que
simplemente vigilarla. Respirando profundamente, fue a por ello.
—¿Qué pasa si alguien más la ha reclamado? No puede impulsar su
reclamo si ya existe otro y eso le quita presión a su familia. Aún
mejor si alguien fuera de vuestro club la ha reclamado. Significa que
tiene más de un club cuidándola y además les da tiempo a los
Wraiths para encargarse de él y sus cómplices. —Se hizo silencio
ante su plan y siguió hablando—. Podéis seleccionar a un hermano
soltero sin familia para que no puedan intimidarlo para que
retroceda. Algunos de nosotros no tenemos la mejor reputación entre
las putas del club, pero eso no debería ser un problema, ya que de
todos modos no sería un reclamo verdadero. Y hay muy pocas
posibilidades de que las putas la avergüencen. —Wolf le dio a Sin
una amplia sonrisa—. Excepto nuestro hermano Sin, por supuesto, él
está completamente libre de putas, pero no creo que presentaría su
nombre. Le gusta demasiado la variedad de sus coños civiles como
para estar sin eso por mucho tiempo.
—Eso es verdad, hermano—dijo Sin y sonrió.
Hawk miró a Wolf durante tanto tiempo que estuvo a punto de
empezar a retorcerse en su silla.
Se obligó a esperar impasible la reacción a su sugerencia.
Aparentemente su sugerencia había dejado atónitos a sus hermanos
hasta dejarlos en silencio. La respuesta no vino de su presidente o
del hermano de Leo, sino del hombre que siempre tenía sus malditas
manos sobre ella. Y el bastardo apoyó el plan y después puso palos
en la rueda. Lanzó a Wolf en medio de una situación de la que no
estaba seguro de poder salir ileso.
—Esa es una idea jodidamente brillante. Voto por Wolf para
reclamar a nuestra chica ya que fue idea suya. Ella estará
jodidamente enojada, pero si se lo explicamos, estoy seguro de que
entrará en razón. —Lure le sonrió a Wolf y luego le guiñó un ojo.
¿Qué? Primero el cabrón lo tiraba debajo del puto autobús y luego le
guiñaba un ojo. ¿A qué mierda venía el guiño?
—Yo lo haré, carajo—gruñó Reaper—. Es asunto nuestro cuidar de
ella. No de los Dogz.
Ziggy carraspeó suavemente.
—Mmm, no creo que quieras hacer eso, Reaper. Tienes una niña que
proteger y no quieres la atención de estos bastardos sobre tu familia.
Créeme, no la quieres.
—¿Estás investigando a mi familia ahora, hijo de puta?—le gruñó el
hombretón a Ziggy, quien se encogió de hombros y siguió haciendo
clic en su portátil mientras le respondía con calma.
—Investigo a todos los hijos de puta que se acercan a mi familia,
Reaper. Y vosotros, bastardos, habéis estado aquí desde que
enterramos a Petey. ¿De verdad crees que no iba a investigarte o a
tus hermanos y los antecedentes de todos o por qué seguís dando
vueltas por aquí? Mierda, eres más inteligente que eso. Y repito, no
puedes dar un paso adelante en esto, tienes mucho que perder. Y tus
hermanos tampoco pueden dar un paso al frente porque no se
sientan en la mesa de tu club mientras que Wolf, sí lo hace. La mujer
es realeza del club y merece ser reclamada por alguien que sea un
oficial.
—Me gusta este plan—dijo Dive de repente—. ¿Pero cómo diablos
vamos a explicar el maldito reclamo instantáneo? No puede ser
porque hayan estado charlando entre ellos o algo así porque
entonces deberíamos haber llegado antes. Tiene que ser algo creíble
pero no sé qué. Tendremos que pensar en algo. Tal vez los unió la
pérdida de nuestro hermano y Wolf reclamó su culo en el momento
en que tuvo la oportunidad.
Spider, el cabrón, habló de repente.
—Hermano, ¿estás seguro de que quieres renunciar a tu libertad por
una mujer que te va a patear el culo por idear este plan? Además,
¿has pensado en el hecho de que tal vez no le gusten los tipos
corpulentos, y prefiera, digamos, tipos deportivos como yo?
El cabrón disfrutaba metiéndose con él.
—Que te den, Spider. No soy ningún maldito Hulk.
—No estoy de acuerdo, hermano—continuó—. Tú y Beast sois
definitivamente de la variedad Hulk en comparación con el resto de
nosotros, excluido Reaper, por supuesto—dijo y asintió sonriendo al
hombre serio sentado con los brazos cruzados sobre el pecho.
—Cállate la puta boca, Spider. Si no puedes aportar algo que valga la
pena a la discusión sobre la mesa, no digas ni una puta palabra más
—espetó de repente Ice a su hermano, mordiendo las palabras.
Spider no se molestó en absoluto, solo sonrió e hizo como si
estuviera cerrando sus labios con una cremallera, se cruzó de brazos
y se reclinó en su silla.
Hawk golpeó la mesa y Wolf se quedó quieto. Sabía que dependía
de su presidente decidir si iba a permitir que esta mierda se acercara
aún más al club. Pero no tenían otras malditas opciones en este
momento.
—El plan de Wolf es jodidamente brillante. Definitivamente atraerá a
los bastardos cuando se den cuenta de que sus planes para
apoderarse de los Wraiths se han visto comprometidos. Y creedme,
eso es exactamente lo que planean hacer. Estos bastardos juegan un
juego largo, jodidamente largo. —Hawk inclinó la cabeza hacia un
lado mientras se acariciaba la barba. Una señal de que estaba
tramando algo.
—¿Qué más descubrió Army, Ziggy?
—Él tiene vigilancia de la casa de Leo y de la oficina desde la que
trabaja. Hay imágenes del exterior de negocios que supongo
pertenecen al club, más dos casas familiares más. Hay muchas
imágenes de una niña y su madre. Sólo cosas generales como ir a la
escuela, de compras y jugar al aire libre. La mayoría de las veces son
solo ellas dos, pero a veces un hermano está con ellas. Se parece
mucho a Dive.
Dive asintió.
—Sí, ese es mi hermano, Renegade. Ren dio un paso al frente cuando
Reid desapareció.
—Me parece que a pesar de que se fue, todavía las cuidaba—dijo
Wolf muy suavemente porque no quería empezar una mierda con el
hermano de la mujer que estaba a punto de reclamar.
Con un suspiro él asintió.
—Sí, parece que sí, pero debería haber hecho más.
—Hermano, sabes que Reid estaba completamente jodido cuando
llegó a casa después de ese despliegue de mierda. No era el hombre
que conocíamos. Éramos como extraños para él, incluso Leo. Tuvo
que irse para sobrevivir a la mierda en su cabeza. Ni siquiera su hija
podría haberlo salvado—dijo Lure en voz muy baja.
Dive sacudió la cabeza como si estuviera sacando pensamientos de
ella.
—Está bien, vayamos a lo que tenemos que hacer para tener a Leo
reclamada.
Wolf ya lo había pensado detenidamente y tenía un plan.
—Saldré y la traeré de regreso aquí. Me aseguraré de que ella sepa
seguir el juego en todo lo que haga para garantizar que la tapadera
se mantenga.
Hawk asintió e hizo un gesto hacia la puerta.
—Ve, pero tómatelo con calma con ella, Wolf. A estas alturas ya
habrá leído la carta de Army.
Wolf sabía que era más que una simple posibilidad de que ella no se
encontrara en un buen momento. Sabía que no iba a ser fácil pero no
lo dudó. Se levantó de la silla, abrió la puerta y caminó por el pasillo
hasta la sala común. Estaba sentada junto a DC bebiendo de una
botella de agua. La carta no estaba en la barra ni en su mano. Sus
ojos enrojecidos y llenos de lágrimas estaban fijos en él mientras
caminaba hacia ella y curvaba su cuerpo alrededor del de la mujer.
Deslizando sus brazos alrededor de su cuerpo que se había puesto
rígido como una tabla, le dio un pequeño apretón tranquilizador y le
susurró al oído.
—Sígueme el juego, Leo, por tu seguridad tienes que seguirme el
juego.
Ella se relajó y Wolf respiró mejor mientras deslizaba su brazo hacia
abajo y debajo de sus rodillas, levantándola de la silla y acercándola
a su pecho. Sus brazos rodearon su cuello y él se quedó allí con una
mujer de olor muy dulce contra su pecho y casi se perdió en esos
impresionantes ojos suyos.
—¿Qué mierda estás haciendo, Wolf?—preguntó DC bruscamente,
devolviéndolo a la realidad.
—Alzando a mi dama, DC. Prez me pidió que la llevara. Estoy
seguro de que no le importará si la acompañas.
—¿Tu qué?—siseó Leo enojada mientras Chris miraba con los ojos
muy sorprendidos. Wolf la abrazó con más fuerza a modo de
advertencia, se dio la vuelta y caminó de regreso por el pasillo hacia
la capilla con la mujer que estaba a punto de reclamar en sus brazos.
DC los siguió de cerca y por la forma en que ella estaba dando
pisotones, supo que la dama de su presidente estaba enojada. El
tintineo de las placas de identificación de los perros le hizo saber que
los monstruos a los que llamaban perros estaban pisándole los
talones.
Justo antes de cruzar las puertas de la capilla, dejó caer la cabeza y
susurró contra un lado de su cabeza.
—Escucha lo que tienen que decir y dale una oportunidad a nuestro
plan, Leo.
Entonces ya era demasiado tarde para decir más.
Estaban adentro y él volvió a tomar asiento y la colocó en su regazo.
Ella no estaba jodidamente contenta y el pellizco en su bíceps se lo
hizo saber.
Pero le importaba una mierda.
Ella no iba a sentarse en ningún otro lugar que no fuera en su regazo
porque justo aquí, en esta habitación, era donde iba a tener que
aceptar el cambio en su estado.
Ya no era una mujer soltera, estaba reclamada.
Capítulo 11
Leo
Me senté en la barra, con la carta de Reid agarrada en una mano y
sus placas de identificación en la otra, mirando la carta y las arrugas
que había hecho en el sobre. Estudié la forma en que su letra se
inclinaba a lo largo del sobre. Lo acerqué a mi nariz y lo olí, pero lo
único que olí fue el aroma a papel y tal vez un poco a hierro de la
caja fuerte. Ni una pizca de Reid.
Esperaba sólo una pequeña bocanada de su aroma. Siempre había
olido tan bien, a su gel de baño favorito y ese olorcito a aceite para
armas porque siempre estaba limpiando sus armas. Y tenía muchas.
Las coleccionaba como otros coleccionaban sellos o coches.
DC estaba sentada en silencio tomando sorbos de café y me miró en
el espejo detrás de la barra.
—¿Vas a leerla?—preguntó Chris en una voz tan suave que apenas la
oí.
Dejé la carta frente a mí y suspiré mientras miraba hacia arriba.
—Voy a necesitar una inyección de Jack para superar esto—dije
igual de suave.
—Enseguida.
Después de servirlo, dejó el trago frente a mí y limpió la parte
superior de la barra, que ya estaba limpia, sin irse. Froté el pulgar
sobre las placas de identificación durante unos segundos y las dejé
caer contra mi pecho con un suspiro. Agarré el trago y me lo bebí.
Le di la bienvenida al ardiente ardor que se deslizó por mi garganta
y calentó mi vientre. Eso no disipó el temor o la pena que sentía
mientras sacaba mi cuchillo de la funda en mi cadera.
Respiré profundamente, inserté la punta debajo de la solapa sellada
del sobre y lo abrí. Deslizando el cuchillo nuevamente en la funda,
metí dos dedos y saqué la única hoja de papel, dejando caer el sobre
sobre la barra.
Sosteniendo la mísera hoja con ambas manos, la desdoblé con
cuidado, cerré los ojos y respiré profundamente antes de abrirlos.
En el momento en que miré hacia abajo y reconocí su letra atrevida e
inclinada, la hoja se volvió borrosa y las lágrimas llenaron mis ojos.
Parpadeando para aclarar mi visión comencé a leer.
Leo
Esta carta es como todas las demás que he escrito a lo largo de los años.
Espero poder destruirla también. Extraño nuestras fogatas, hermanita, y si
estás leyendo esto, nunca volveremos a tenerlas.
Lamento muchísimo haberme ido sin contarte sobre la mierda oscura que
constantemente se revuelve en mi cabeza y que me hizo imposible quedarme.
Estaba tan jodido que ignoré el vínculo que tenemos y hui antes de hablarlo
contigo. Estoy tan avergonzado con lo que le hice a Sherri. Pero no podía
hacerlo. No podría condenar a una niña a crecer con el hombre jodido que
soy. Por favor, cuídalas por mí. Sé que siempre lo has hecho y estoy muy
agradecido de que te hayas hecho cargo cuando me fui. No confío en nadie
más para hacer lo mejor para ellas, ni siquiera en Ren. El hijo de puta.
La amo y amo a mi pequeña, Leo, siempre las amaré, pero no hay manera de
someterlas al hombre en el que me he convertido. Perdóname, por favor,
aunque yo no pueda perdonarme.
Mis recuerdos estaban y siguen estando jodidos. Siento como si hubiera
perdido todo lo bueno y sólo hubiera quedado lo malo. Te he mentido a ti, a
mamá y a papá. No estoy mejor, pero me encanta fingir que sí. Mis
hermanos del club no saben que no estoy jugando con un jodido mazo
completo. Creen que la máscara que les muestro es quién soy.
Después de que me fui, me perdí en la oscuridad de mi cabeza. Pensé que
encontrar a la puta que es mi madre ayudaría, pero no fue así. Entonces
encontré algo mejor en lo que concentrarme. Mi club y el Harrison
Syndicate. Después de lo que les hicieron a las damas de mi presidente y
vicepresidente, supe que tenía que hacer algo. La mierda en la caja fuerte es
para mí Prez, él sabrá qué hacer con ella.
Te amo, Leo. Eres mi gemela nacida de otra madre, mi hermana pequeña y
la única que realmente me tuvo. Ten la certeza que estaré cuidándote,
siempre. Te estaré esperando en la próxima vida, Leo.
Dile a Ren que si no trata bien a mis chicas, lo perseguiré hasta el día de su
muerte. Se lo dije en su carta, pero puedo ver su cara cuando tú hagas lo
mismo. Siempre supimos exactamente cómo cabrear a nuestro hermano
mayor.
Cuídate, hermanita.
Hasta que nos encontremos de nuevo.
R.
Me temblaban las manos cuando dejé caer la carta sobre la barra y
Chris deslizó otro trago frente a mí. Lo bebí y me estremecí ante el
ardor que se deslizó por mi garganta. Sólo cuando inspiré me di
cuenta de que había estado llorando y que me moqueaba la nariz.
Me froté la cara con las manos, me sequé las lágrimas y sorbí la
nariz. Una caja de pañuelos apareció frente a mí y agarré algunos,
me limpié los ojos y me soné la nariz, dejando caer los pañuelos
sucios en el pequeño contenedor que Chris me tendió.
—Eso debe haber sido tremendamente difícil—dijo DC en voz baja.
Todo lo que pude hacer fue asentir mientras sacaba otro pañuelo y
me secaba los ojos que aún estaban goteando. Carraspeando, los hice
una bola en mi mano, toqué la carta con la otra y traté de explicarles.
—Reid y yo éramos más que solo hermano y hermana. Perderlo
significa que he perdido la otra mitad de mí misma.
DC y Chris respiraron sorprendidas.
—¿Qué quieres decir? —DC me miró con los ojos muy abiertos y de
repente me di cuenta de cómo había sonado mi explicación. Como
un maldito incesto.
Dándole una pequeña sonrisa, negué con la cabeza.
—Mierda, eso salió mal. Éramos gemelos en todos los sentidos
menos de nacimiento. Nacimos con cinco días de diferencia de
madres diferentes. Y nada de mierdas gemelas tipo Juego de Tronos.
g p g
DC y Chris se rieron entre dientes, yo sonreí y me volví a limpiar los
ojos con el pañuelo.
Chris se cruzó de brazos sobre la barra y se inclinó hacia mí.
—Entonces, ¿el hermano con el que viniste aquí? ¿Cómo es vuestra
relación?
—Tenemos el mismo padre pero diferentes madres.
DC asintió.
—Yo también tengo eso con mis hermanos. Mi padre es un bribón.
Negué con la cabeza.
—Mi padre no, era joven y estúpido y cometió un error muy, muy
grave mientras él y nuestra madre estaban separados. Ella lo aceptó
y nos adoptó. No ha vuelto a mirar a otra mujer desde entonces.
Están repugnantemente y a veces vergonzosamente enamorados el
uno del otro.
Sacudí la cabeza y suspiré.
—Reid era el favorito de mi madre, a pesar de que ella dice que ama
a todos sus hijos por igual. Él tiene un lugar especial en su corazón
porque la necesitaba más que el resto de nosotros. Que él muera así,
solo y sin ningún miembro de su familia a su alrededor, la
perseguirá durante mucho tiempo.
—Army era un buen tipo, pero siempre mantenía la distancia con
todos, no físicamente, pero sí mentalmente. El único al que dejó
acercarse fue a Bullet. Tal vez porque Bullet no le permitía esa
distancia, no lo sé, era su mejor amigo.
Chris me miró directamente a los ojos y vi lo que estaba tratando de
decir.
Que mi hermano no había estado solo, que había tenido alguien
cuidándole las espaldas.
Su mejor amigo.
No tenía idea de cuánto dolía eso.
Porque hubo un tiempo en que su mejor amigo había sido yo.
q p q j g y
Asentí, recogí la carta, la volví a doblar con cuidado y la deslicé
nuevamente en el sobre. Las palabras que no podía decirles a
ninguna de ellas se quedaron silenciosas en mi lengua mientras
deslizaba la carta en el bolsillo interior de mi chaqueta.
—Creo que necesito cambiar a agua antes de caerme de esta silla—
intenté bromear.
—Ningún problema.
Nuevamente Chris se movió rápidamente y puso una botella de
agua frente a mí.
Abriéndola, bebí sedienta antes de dejarla.
—¿Cuáles son vuestros planes ahora que estáis aquí? —Los ojos de
DC eran directos y muy oscuros.
—No lo sé, pero estoy segura de que los muchachos me informarán
sobre ellos tan pronto como terminen con la iglesia. —Me encogí de
hombros como si no importara y esperaba con todas mis fuerzas que
ella no pudiera ver que no estaba diciendo la verdad. No la conocía,
no sabía cómo funcionaban las cosas en este club. No iba a dar
opiniones antes de hablar con Dive, o Maniac y papá.
Abrió la boca para decir algo cuando fuimos interrumpidas. Miré
hacia arriba y vi esos fascinantes ojos que habían captado los míos
antes y me pregunté por qué había salido de la reunión.
Fue lo que hizo a continuación lo que me dejó sin aliento en estado
de shock.
Curvó su cuerpo alrededor del mío y deslizó sus brazos alrededor de
mí mientras me ponía rígida bajo su toque. Me dio un pequeño
apretón y su aliento sopló contra mi oído mientras susurraba.
—Sígueme el juego, Leo, por tu seguridad tienes que seguirme el
juego.
Me tomó todo no fruncir el ceño mientras lentamente me relajaba
contra él. Wolf, leí su nombre en su chaleco, deslizó los brazos
alrededor de mí levantándome del taburete y me apoyé contra su
pecho. Mis brazos rodearon su cuello mientras él se enderezaba y me
miraba. Miré hacia arriba y me encontré con los ojos más increíbles
que jamás haya visto. Y todo se volvió un poco confuso por un
instante.
Fue la voz de DC la que me sacó de mi confusión.
—¿Qué mierda estás haciendo, Wolf?—preguntó DC bruscamente.
Y lo que dijo inmediatamente me cabreó.
— Alzando a mi dama, DC. Prez me pidió que la llevara. Estoy
seguro de que no le importará si la acompañas.
—¿Tu qué?—le siseé enojada.
Wolf me abrazó con más fuerza a modo de advertencia, se dio la
vuelta y caminó de regreso por el pasillo hacia la capilla conmigo
todavía en sus brazos.
Por encima de su hombro vi a DC siguiéndonos de cerca. De hecho,
ella nos seguía pisando fuerte y viéndose muy cabreada. Sus perros
caminaban detrás de ella, sus placas de identificación tintineaban
alegremente.
Justo antes de llegar a las puertas de la capilla, dejó caer su cabeza
contra la mía y susurró suavemente.
—Escucha lo que tienen que decir y dale una oportunidad a nuestro
plan, Leo.
¿Qué mierda estaba pasando aquí?
Me enteré poco después cuando el presidente del Iron Dogz me lo
explicó.
Al parecer, los clubes han sido infiltrados por el Harrison Syndicate
y yo he sido el objetivo específico. Entendí totalmente por qué
entrarían en modo protector. Era un procedimiento estándar en la
mayoría de los clubes. ¿Pero que un lugarteniente del Iron Dogz MC
me reclamara como su dama? ¿No era eso ir un poco demasiado
lejos?
—No creo que reclamarme sea realmente necesario. Gear es un
completo imbécil, todo el mundo lo sabe, pero ¿realmente creéis que
irá tan lejos como para agarrar a Lori y obligarme a ir con él? No me
parece. —Fruncí el ceño cuando mi hermano soltó un gruñido
enojado.
—¿Te agarró o no en nuestra sala común y te dejó marcas en el
brazo?— gruñó y los muslos en los que estaba sentado, y sí, el
bastardo me tenía en su regazo, se endurecieron como el acero y un
estruendo enojado resonó en el pecho contra mi espalda.
Pero mi maldito hermano no había terminado.
—¿Olvidaste que Prez me ordenó que golpeara su puto culo porque
te puso las manos encima? Y antes de que preguntes, él no fue el
único. Le dimos una paliza a él y a sus malditos amigos y ahora
nuestro presidente me informa que están desaparecidos. Ni un puto
rastro de ninguno de ellos. No vamos a correr riesgos con ninguna
de nuestras mujeres y niños, Leo. No después de lo que nos hemos
enterado hoy aquí.
Su tono enojado repentinamente cambió a suave e implorante.
—Por favor, Leo, atiende razones y haz esto por nuestra
tranquilidad y tu seguridad. Mamá y papá no soportarán perder
otro hijo, los mataría perder a su niña, cariño.
Fruncí el ceño y sacudí la cabeza.
—¿Por qué me mataría si necesita que le consiga a él y a sus
compinches asientos en la mesa? No tiene ningún sentido.
—Tiene todo el sentido—dijo bruscamente un tipo cuyo nombre no
sabía—. Si te tienen, pueden obligar a tu club a votar una mierda que
ninguno de ellos habría traído a la mesa. Lo primero que pondrían
sobre la mesa sería su red de tráfico sexual y una vez que el club esté
involucrado en esa mierda, todo lo demás seguirá. —Me lanzó una
mirada dura—. Y mientras las personas que amas se verán
arrastradas a la mierda oscura tratando de salvar tu vida, tú estarás a
merced de esos bastardos. Una vez que terminen contigo, te pasarán
a quien quiera una parte de ti. Y para cuando te devuelvan con tu
familia, si te devuelven, no quedará nada de la persona que solías
ser. Serás una puta drogadicta que vendería a sus seres más cercanos
y queridos por su próxima dosis.
—Dios, Kahn, eso es jodidamente duro, hermano—gruñó Wolf
detrás de mí.
El tipo al que llamó Kahn sacudió la cabeza con tristeza.
—Puede que sea duro, hermano, pero ¿estoy mintiendo? Sabes que
no. Hemos visto de primera mano lo que estos hijos de puta les
hacen a las mujeres y a los niños. No podemos endulzarla. Ella
necesita saberlo.
El vicepresidente de los Iron Dogz se inclinó hacia adelante y me
inmovilizó con sus ojos azul hielo.
—El Sindicato apunta a lo que creen que son nuestra mayor
debilidad, nuestras mujeres y niños, para obligar al club a
involucrarse en sus negocios sucios. Secuestraron a DC y tuvimos
mucha suerte de que sobreviviera. A mi dama le dispararon y las
vidas de mis hijos por nacer corrieron peligro. La dama de Beast,
Tori, estaba en la camioneta que protegía tu hermano cuando fueron
emboscados. Ella escapó de heridas graves gracias a los sacrificios
que hicieron nuestros hermanos ese día. Ahora tienen la mirada
puesta en ti. Todos sabemos que no pararán hasta que encontremos
una manera de borrarlos de la faz de la tierra. Y si el reclamo de
Wolf te mantiene a salvo, entonces eso es lo que sucederá. No
aceptaré ningún otro resultado.
El silencio se apoderó de los hombres mientras esperaban mi
respuesta. Después de escuchar los horrores a los que habían sido
sometidas las mujeres de este club, no me quedaba otra opción. No
podía ignorar el peligro muy real que ahora nos acechaba a mí y a
mi familia en casa.
El maldito Gear y sus espeluznantes amigos.
Me giré y miré a Wolf a los ojos. Me miró inexpresivamente, sus ojos
helados y duros. No parecía contento con toda esta mierda del
reclamo.
—Está bien, acepto que Wolf me reclame. Pero el día de hoy
pertenece a Reid. ¿Cómo hacemos esto sin quitar la atención de él?
Hubo lentos asentimientos mientras se miraban, obviamente
pensando en cómo responder a mi pregunta. Fue el hermano a
punto de convertirse en mi hombre quien respondió.
—Eso es fácil, Leo. Durante los discursos anunciamos que te reclamé
pero habíamos estado esperando a que Army se recuperara antes de
hacerlo público.
Vale, parecía que podría funcionar, pero había una cosa que no
teníamos y que iba a estorbar el proceso.
—¿Qué de un chaleco? No hay forma de confeccionar algo en tan
poco tiempo.
Su presidente se rio de repente.
—Ese es el menor de nuestros problemas en este momento. Pero
dicho esto, no te preocupes, Leo, mi tía lo solucionará mañana. Esta
noche vamos a anunciar que has sido reclamada y Wolf se
mantendrá cerca de ti en todo momento dejando en claro que le
perteneces.
Todo signo de hilaridad desapareció de su rostro y se volvió duro
como una piedra.
—A partir de ahora, los Iron Dogz, los Shadow Wraiths y los Devil's
Spawn son aliados en la guerra contra el Harrison Syndicate. Mañana
convocaremos una reunión con los presidentes de los Road Warriors
y de los Sinner’s Sons y les explicaremos esta mierda. Pero hoy
celebraremos la vida de nuestro hermano caído con sus hermanos,
familiares y amigos.
Estuvo en silencio por un momento antes de volver a hablar.
—Mañana empezamos a planificar la erradicación del flagelo que
ataca a nuestros clubes. Nos reuniremos a las dos, no se aceptan
excusas. La asistencia será obligatoria para todos los miembros
excepto los que estén de guardia. Kid pondrá al tanto a los que estén
de servicio cuando finalice su rotación.
Mirando alrededor de la habitación, asintió casi imperceptiblemente.
—Hemos terminado aquí. Salgamos y démosle la atención que se
merece nuestro hermano caído. Una última palabra antes de irnos,
no perdáis de vista a vuestras mujeres. Manteneos alertas.
Tomando un martillo plateado, lo estrelló contra el bloque de acero
frente a él, se levantó, agarró la mano de su dama y la atrajo hacia su
costado.
Las grandes manos de Wolf agarraron mis caderas y me levantaron
de su regazo, colocándome de pie junto a él mientras se levantaba.
Su gran brazo se curvó alrededor de mis hombros, atrayéndome
hacia su costado mientras se dirigía hacia donde mi hermano estaba
mirándonos. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho y parecía
enojado. ¿Por qué estaría enojado? Él no era el que había sido
reclamado por alguien que no conocía.
No tuve que esperar mucho para saber por qué estaba enojado.
—Sólo voy a seguir adelante con esta mierda para mantener a mi
hermana a salvo. Mantén tus putas manos alejadas de ella o te las
cortaré—gruñó cuando nos acercamos.
No pude evitarlo, me reí en su cara. Eso lo enojó aún más.
—¿Cuántos años tengo? Espera un segundo, déjame contar con los
dedos—dije sarcásticamente mientras levantaba ambas manos
fingiendo contar con mis dedos. Su ceño fruncido habría asustado a
cualquiera que no lo conociera tan bien como yo—. Oh, cierto. Tengo
treinta y dos, no doce, ni veintidós, no, treinta y dos. —Abrí mucho
los ojos como si estuviera sorprendida—. Creo que eso significa que
puedo hacer lo que quiera y tú no tienes ni voz y ni voto sobre a
quién voy a fo...
No tuve la oportunidad de terminar porque una mano grande que
envolvía toda la mitad inferior de mi cara me interrumpió.
—Como ella dijo, es una mujer adulta, no una niña pequeña que
necesita tu protección. Es mi dama y cualquier cosa que hagamos o
dejemos de hacer es asunto nuestro. He dado mi palabra de que la
mantendré a salvo, eso es todo lo que debe preocuparte.
q p p
—Haz jodidamente eso—gruñó Dive enojado y se alejó con un
sonriente Lure justo detrás de él. Magic y Breaker me miraron, luego
a Wolf y levantaron la barbilla en un gesto típico de macho alfa y
siguieron a mi hermano.
Suspirando, permití que mis rígidos hombros se hundieran un
poquito. Y fue entonces cuando me di cuenta de que ninguno de los
Iron Dogz había abandonado la capilla. Todavía estaban todos aquí
y me miraban expectantes.
¿Qué mierda estaban esperando?
Sólo cuando Wolf me llevó ante su presidente que me esperaba me
di cuenta de lo que estaba pasando. Me estaba presentando a sus
hermanos.
Desde Hawk hasta Spider, que parecía ser el bromista del grupo y
un Kid distante que no sonreía en absoluto. El más dulce de todos
fue su capellán, Bulldog, el hombre era un gran papá oso que me
abrazó y me dio la bienvenida a la familia.
Cuando salimos de la capilla y entramos a la sala común había un
grupo de mujeres esperándonos. Puaj.
Nuevamente pasé por las presentaciones. DC no necesitó
presentación pero sentí sus fríos ojos sobre mí todo el tiempo. Me
presentaron a River, la dama de su vicepresidente Ice y me gustó al
instante. La dama de Bulldog, Suzy, me recordaba tanto a mi madre
que sentí que se me espesaba la garganta por las lágrimas, pero las
descarté y sonreí cuando me presentó a sus hijas, Gail y Genna con
G. Genna parecía una chica un poco salvaje a juzgar por el guiño y la
sonrisa que me envió. La dama de Beast no necesitaba presentación.
Supe quién era ella al instante. Había visto su rostro en los carteles
publicitarios en Estados Unidos cuando el ballet llegó a nuestra
ciudad. Victoria Keating, una bailarina superestrella de ballet. Su
saludo fue muy dulce y un poco tímido.
Las presentaciones se sucedieron una tras otra. Conocí a Penny, otra
dulzura, ella era la novia de un hermano llamado Rider y la madre
de su bebé. Slim era hermana de un miembro parcheado llamado
Buzz y Harmony era la esposa de uno de sus prospectos. La mayoría
de las mujeres estaban bien conmigo excepto una.
Era una mujer mayor, aproximadamente de la misma edad que
Suzy, y me miraba con los brazos cruzados debajo de las tetas. Al
mirarla a los ojos, me sentí confundida por la ira en ellos. ¿Cuál era
su maldito problema?
Hawk le puso la mano en el hombro y la atrajo hacia adelante.
—Ésta es mi tía Beryl, está a cargo de la casa club. Cualquier cosa
que necesites, habla con ella.
No había manera en el infierno. La vieja hacha de batalla explotaría
antes de darme algo. Iba a evitarla tanto como me fuera posible.
Joder sabía cuál era su prejuicio, pero ciertamente no era mi
problema. Si ella era quien se suponía que organizaría lo de mi
chaleco, sabía sin lugar a dudas que no habría ningún chaleco en mi
camino, al menos no por un tiempo.
No sé si Wolf notó la frialdad entre nosotras, pero me alejó de ella
tan pronto como se hicieron las presentaciones.
Llevándome afuera, quería ir directamente a donde estaban mi
hermano y su grupo, obviamente esperando que saliéramos, pero
Wolf me detuvo.
—Tenemos una cosa más que hacer antes de poder seguir adelante.
—Me puso frente a él y me sujetó por los hombros, obligándome a
mirarlo.
—¿Qué? ¿Qué más hay que hacer? Hemos tenido la reunión y el
reclamo, ya está. ¿Qué otra cosa podría ser?
Una mirada que podría haber sido de ira o aprensión cruzó por su
rostro cuando acercó su cabeza a la mía.
—Tu chaleco, Leo. Tienes que quitártelo.
Mi grito de asombro debe haber sido lo suficientemente fuerte como
para que mi hermano lo oyera porque de repente estaba justo a mi
lado.
—¿Ahora qué?—gruñó mientras ponía una mano en mi espalda.
¿ q g p p
—Ella no puede entrar ahí con su chaleco. Nadie creerá que la han
reclamado si lleva el parche de propiedad de su club—explicó Wolf
en voz baja.
—Que me den—maldijo Breaker en un susurro.
Luché por formar palabras pero no pasó nada mientras abría y
cerraba la boca en silencio.
—Sabemos que esto es jodidamente difícil, pero tienes que hacerlo,
Leo—. dijo Magic suavemente.
Negando con la cabeza, tragué y me carraspeé.
—Me he ganado el honor de vestir estos colores y he usado mi
chaleco durante los últimos ocho años. Es una parte de mí al igual
que el tuyo es parte de ti. —Respiré profundamente y lo solté.
Lentamente acaricié la parte delantera de mi chaleco y luego cerré
las manos sobre las solapas—. Pero haría cualquier cosa por Reid,
cualquier cosa. —Como siempre, el acento aparecía cuando estaba
molesta.
Lentamente comencé a quitármelo, pero unas manos más grandes se
cerraron sobre las mías y lo miré a los ojos mientras él me ayudaba a
quitármelo. Doblándolo cuidadosamente, le entregó mi chaleco a
Dive. Mi hermano se quedó mirando el cuero que tenía en sus
manos y sacudió la cabeza.
—Trabajaste duro para ganarte esto. Nunca pensé que vería este día.
Durante ocho años has llevado nuestros colores en la espalda.
Siempre pensé que agregaríamos el nombre de un hermano a éste,
no que te lo quitarías de los hombros para que los jodidos colores de
otro club pudieran ocupar su lugar.
Me sentía desnuda sin mi chaleco y un escalofrío recorrió mi espalda
como una premonición.
Una premonición de que todo iba a cambiar junto con el chaleco.
Un chaleco que representaba a mi familia, mi vida y todo lo que soy.
Joder, ¿en qué mierda me estaba metiendo?
Mirando el chaleco cuidadosamente doblado en las manos de mi
hermano, lo pensé mejor.
Pero entonces miré al hombre que estaba a mi lado y algo dentro se
calmó.
Haría esto por mi hermano y nuestros clubes.
Maldita sea, nunca pensé que alguna vez renunciaría a mi chaleco.
Jamás.
Y menos para ser reclamada por alguien de otro club.
Increíble.
Capítulo 12
Wolf
Su nueva dama estaba luchando para contener las lágrimas que él
veía en sus ojos mientras le entregaba el chaleco a su hermano.
Estaba un poco desgastado en algunos lugares, pero se había
mantenido en buenas condiciones, ¿y escuchó que lo ha estado
usando durante ocho años? Le mató que tuvieran que quitarle sus
colores.
Acercándola a su cuerpo, dejó caer la cabeza hasta que su mejilla
descansó contra el costado de su cabeza. Frotó su mejilla sobre sus
trenzas, hizo tintinear las campanillas y luego susurró su promesa.
—Mi presidente me seleccionó para ser tu hombre. Te juro por mi
vida que cuidaré de ti, Leo. Eres mía ahora. Eres mi dama y, por lo
tanto, parte del Iron Dogz MC. Perder tus colores tiene que parecerte
el fin de tu mundo, pero no lo es. Una vez que terminemos con esta
mierda, volverás a usar tu chaleco. Todo lo que tenemos que hacer es
pasar los próximos días.
Ella apoyó la frente contra su pecho por un momento, asintió,
después se movió para dejar un poco de espacio entre ellos y lo miró
a los ojos. Y como él todavía estaba inclinado sobre ella cuando echó
ligeramente la cabeza hacia atrás, estaban cara a cara. Buscó sus ojos
y su rostro para asegurarse de que ella estaba manejando la mierda
que le acababan de obligar a hacer.
Y ella no decepcionó.
—Está bien, puedo darte eso. Pero ahora debemos honrar a mi
hermano, que sacrificó su vida por su club mientras protegía a la
dama de un hermano.
No podría haber detenido la sonrisa ni aunque su vida dependiera
de ello. Sabía por la dilatación de sus pupilas que a ella le gustaba lo
que veía e inmediatamente se lo limpió de la cara mientras se
enderezaba. Su rostro volvió a estar inexpresivo cuando la acercó a
su costado y salió de la casa club. Como antes, la carpa se había
instalado en el terreno abierto entre el complejo y la casa de Beast y
Rider.
Los Wraiths y los Devil’s salieron con ellos, rodeándolos y él supo
que la estaban protegiendo. Ella siempre sería lo primero para ellos
y así debía ser. Él estaba bien con eso, en realidad más que bien. Era
una mujer desconocida en su club y no se apresurarían a recuperarla
como lo harían los otros dos clubes.
Los ojos los siguieron cuando entraron a la carpa y él acompañó a su
mujer hacia las mesas que habían sido reservadas para las mujeres
del Iron Dogz MC. La colocó al final de la mesa, donde su hermano y
su grupo podrían vigilarla más fácilmente. Después de la actitud
enojada de tía Beryl, tenía mucho cuidado de dejarla sola con las
mujeres. DC había sido decididamente fría con ella y las otras
mujeres siguieron sus instrucciones. Las únicas mujeres que se
habían mostrado totalmente abiertas y relajadas fueron Suzy, Genna
y Chris. Y como Leo ahora era suya, por falso que eso fuera, era su
trabajo asegurarse de que se sintiera cómoda en su club.
Alejándose de la mesa, sacó el teléfono y le envió a Genna un
mensaje de texto rápido.
Te necesito aquí. Mi dama necesita una amiga.
Estaba a punto de guardar el teléfono cuando sonó un mensaje de
texto entrante.
Estoy en camino. Tengo su espalda, no te preocupes.
Deslizando el teléfono nuevamente en el bolsillo, inspeccionó la
carpa abarrotada. Había varios clubes 1% presentes que habían
venido a honrar al hermano caído del Iron Dogz MC. Esto era algo
que no había sucedido en mucho tiempo, hasta Petey. Con su muerte
todo había cambiado. Su club volvió a ser reconocido por los
grandes clubes de forajidos. No sabía si eso era algo bueno o malo,
tendría que pensarlo un poco. Pero no ahora. Su nueva dama
necesitaba su atención.
Mientras él observaba a la multitud reunida, Genna se deslizó dentro
de la carpa y se acomodó junto a Leo. Por su lenguaje corporal pudo
ver que Leo estaba más relajada y su sonrisa había vuelto. Era
jodidamente bueno ver eso. Lo que no era tan bueno fue la atención
que Genna había obtenido del hermano de Leo. El cabrón tenía sus
ojos puestos en la hermana pequeña de Ice y Spider y Wolf sabía que
esto tenía el potencial de convertirse en una mierda gigante.
Su vicepresidente no había ocultado que no quería que nadie mirara
a su hermana pequeña. Estaba prohibida para todo el club. Ese era el
problema, Dive no era parte de su club. Estaba en un club con el que
ahora eran aliados. ¿Ice seguiría haciendo cumplir la regla con
respecto a su hermana?
Encogiéndose de hombros internamente, lo dejó pasar, no era su
problema en este momento. Se sentó junto a su dama y acercó su
silla a la de él. Él sonrió ante su pequeño chillido de sorpresa.
—¿Puedo traerte algo de beber, gatita?
Poniéndole los ojos en blanco, ella asintió.
—Mi nombre es Leo, no gatita. Y sí, por favor, una cerveza estaría
bien.
Wolf miró a su alrededor y luego le hizo señas al prospecto que
había estado moviéndose cerca de ellos. El muchacho acudió
inmediatamente a él.
—¿Qué puedo hacer por ti, Wolf?
—Prospecto, esta es mi dama, Leo. Cualquier cosa que ella necesite,
se la consigues, ¿entendido?
La conmoción pasó por su rostro, pero la ocultó rápidamente.
—Entendido, Wolf—dijo asintiendo.
Dirigiéndose a su dama, el prospecto se presentó.
—Soy Devon. ¿Qué puedo ofreceros, señoras?
Genna se inclinó hacia adelante y sonrió al prospecto.
—Tráenos un trago de Jack a cada una y yo tomaré una cerveza
ligera.
Levantó una ceja a Leo en una pregunta tácita. Leo no la dejó
esperando.
—Hola, Devon, tomaré una cerveza normal, nada de esa mierda
ligera para mí—dijo con una sonrisa.
El prospecto se rio y se marchó a buscar las bebidas a las mujeres.
Wolf estaba a punto de seguirlo a la barra cuando una hielera con
cerveza fue colocada en el suelo junto a la mesa.
—Pensé en ahorrarnos todo este ir y venir para tomar una puta
bebida. Conocí a una mujer increíble en el bar que me dio la hielera
porque somos la familia de Leo. —Lure le guiñó un ojo mientras
abría una cerveza y tiraba la tapa al contenedor grande cerca de su
mesa—. Creo que me la voy a llevar a casa conmigo.
Wolf se rio.
—Eso no va a ser fácil, hermano. Tendrás que pasar por encima de
Hawk con esa.
Lure frunció el ceño.
—¿Es una perra de club?
—Si es la rubia alta llamada Chris, no, en realidad no, ella dirige el
bar en la casa club y ayuda a Beryl cuando necesita otro par de
manos. Ella solía estar con Beast pero eso terminó cuando él
encontró a su dama nuevamente. Ahora trabaja para el club, pero no
como chica de club—intentó explicarse Wolf.
Lure esbozó una sonrisa malvada pero antes de que pudiera decir
algo, Leo le dio una palmada en el brazo.
—Ella fue amable conmigo, Lure, me gusta. No hagas tu mierda
habitual aquí. Si no puedes jugar bien, debes mantenerte alejado. Ha
sido herida y no necesita la mierda de otro hombre para lastimarla
aún más.
—No voy a lastimarla, Leo. —Lure levantó las manos para
apaciguarla—. Es jodidamente hermosa y estoy interesado. Eso es
p g j y y
todo lo que puedo decirte ahora. ¿Pero quién mierda sabe qué pasará
en el futuro?
Antes de que pudieran continuar con su conversación, el resto de las
mujeres entraron en la carpa junto con sus hombres. Wolf observó
con los ojos entrecerrados mientras se acercaban y se sentaban a la
mesa. No se levantó. Antes lo habría hecho, pero no después de que
todas siguieron el ejemplo de Beryl y la trataron fríamente.
DC se sentó frente a ellos, River y Tori también. Gail, Suzy y Slim se
sentaron junto a Genna. El resto ocupó los otros asientos con sus
hombres alineados alrededor de la mesa, en su mayoría de pie detrás
de sus mujeres.
Gracias a la mierda, Beryl no estaba a la vista y sería mejor que no se
acercara a su dama. Él no sabía cuál mierda era su problema, pero
sería mejor que controlara su mala actitud antes de que él perdiera la
cabeza. Hasta donde ella sabía, esto era jodidamente real y él no
podía permitir que tratara a Leo como si fuera el enemigo. No
cuando él estaba a cargo de su seguridad.
Su presidente lo estaba mirando pero Wolf fingió no darse cuenta, en
lugar de eso centró su atención en su mujer. Poniendo un dedo bajo
su barbilla, giró su rostro hacia el de él e inmediatamente notó una
tensión alrededor de sus ojos. Estaba muy consciente de las malas
vibras que rodeaban la mesa y sabía que tenían que ver con ella.
Inclinándose más cerca, le susurró.
—Te tengo, gatita. Tienes mi palabra.
Ella se inclinó hacia delante y apoyó la mejilla contra la de él durante
unos segundos.
—Gracias—le susurró al oído antes de retirarse.
La tensión alrededor de la mesa no disminuyó en absoluto. En lugar
de eso, pareció aumentar cuando llegó el momento de que Hawk
rindiera homenaje a Army y su sacrificio por el club.
Un pesado silencio cayó sobre la multitud reunida cuando Hawk
subió al pequeño escenario instalado al otro extremo de la carpa.
—El Iron Dogz MC da la bienvenida y agradece a todos los que
vinieron hoy a participar con nosotros en la procesión en honor a
Army, nuestro hermano caído. Nuestro hermano dio su vida para
salvar la de la dama de un hermano. Era una parte importante de
nuestro club y todos lo extrañaremos. Era un buen hombre y amaba
a su moto, a sus hermanos y a su club. Nuestro hermano era un
hombre al que le encantaban las fiestas y las mujeres, y digamos que
tampoco tenía reparos en disfrutarlas.
Se escucharon risas y Wolf se unió a ellas solo para darse cuenta de
que Leo y los hombres que la acompañaban no se reían. Sus rostros
estaban en blanco. Cerrados y fríos.
—La familia estadounidense de nuestro hermano se une a nosotros
hoy aquí para celebrar su vida. ¿Os gustaría agregar algunas
palabras, hermanos?
Fue una Leo muy tensa y obviamente cabreada quien empujó su silla
hacia atrás y se levantó, agarrando su chaleco que, extrañamente, su
hermano todavía había estado sosteniendo y se lo puso. Mierda.
Después de dejar caer el cabello en su espalda, se lo acomodó con un
chasquido firme y comenzó a caminar hacia el escenario, con los
Wraiths y los Devil’s siguiéndola detrás. Wolf se levantó de su silla y
los siguió.
¿Qué mierda?
Un ávido interés siguió a la pequeña mujer que subía al escenario.
Ella dio un paso adelante con Dive justo a su lado. Ambos asintieron
de manera breve y muy cortante a su presidente, luego Dive se
acercó al micrófono y, sin decir una palabra, lo bajó para su
hermana.
Maldito infierno.
Se quedó en silencio mientras sus ojos se deslizaban sobre la carpa
abarrotada. Los susurros zumbaban y el cuero crujía mientras todos
se movían bajo su gélida y distante mirada. Ella comenzó a hablar y
llamó la atención de todos cuando su voz sexy como la mierda se
deslizó en el aire.
—El hombre que todos aquí conocían como Army era mi hermano,
el Sargento de Artillería Reid Jordan, USMC. Sirvió a su país con
honor y fue un marine altamente condecorado. —Sus palabras
provocaron un pesado silencio que descendió sobre los hombres y
mujeres reunidos.
—Luchó por su país y enfrentó peligros a diario durante muchos
años antes de que una bomba casera acabara con su carrera. Enfrentó
todos esos peligros y sobrevivió, sólo para venir aquí, a este país, y
morir. Él era la otra parte de mi alma, mi gemelo de otra madre, mi
mejor amigo. —Hizo una pausa y miró a su hermano y ante su
asentimiento, continuó. Wolf estaba jodidamente furioso porque
llevaba el chaleco del Shadow Wraiths MC con el jodido diamante
del 1% al frente y al centro. Cuando ella continuó, él quiso
avergonzarse por su presidente porque se aseguró de que todos
supieran que el hermano que ella había conocido no era el hombre
que su presidente había dicho que era. Wolf sabía que su presidente
le iba a dar una mierda por esto. Se suponía que debía mantenerla
contenida y había fracasado estrepitosamente la primera vez que
estuvieron en público.
—El hermano que conocíamos, el hermano con el que crecimos y
amamos, no era un calavera. No bebía en exceso, ni se metía con las
putas del club, ni con las simpatizantes. Pero entonces vino aquí y se
convirtió en alguien a quien me resulta muy difícil identificar como
el hermano que conocía y amaba. Pero incluso diciendo eso tengo
que admitir que las personas cambian, especialmente las personas
como nosotros. Personas que viven duro, que saben que la muerte
está a sólo un giro de la rueda.
El silencio reinó mientras ella respiraba profundamente y
continuaba.
—Su muerte ha dejado un agujero enorme y sangrante en nuestra
familia. No perdono ni olvidaré jamás cómo murió. No dejaré que
esto pase hasta que los responsables sufran un destino similar.
El silencio era pesado mientras ella miraba a la multitud. Dive le
puso una mano en el hombro y ella se giró hacia sus brazos. La
abrazó durante unos segundos antes de soltarla y levantar el
micrófono.
—Reid era un hijo de puta malhumorado. Las únicas que podían
sacarlo de su mal humor o hacer que asistiera a las fiestas del club
eran Leo y Sherri. Arrastraron su culo a más de una fiesta a la que no
quería asistir. El bastardo se quedaba bebiendo agua mientras todos
a su alrededor se emborrachaban como una cuba. —Hubo risas y
movimientos de cabeza, y él sonrió y se encogió de hombros antes
de continuar.
—Mi hermano era un heredero, como yo, pero rechazó la
oportunidad de prospectar con los Shadow Wraiths para alistarse.
Estábamos jodidamente orgullosos de él, nos importaba un carajo
que no fuera un hermano del club. Seguía siendo nuestro hermano y
un puto héroe. Ya casi lo perdimos una vez… pero esa vez
sobrevivió. Esta vez no lo hizo. Nuestros padres y nuestro club están
devastados por la pérdida de un hijo y un hermano que amaban. Y
como decía Leo, ni perdonaremos, ni lo olvidaremos jamás.
Agarrando dos tragos de Lure cuando se los tendió, Dive le entregó
uno a Leo y levantó el suyo.
—Bebed con nosotros, hermanos. Por un héroe, un hermano y un
jodidamente buen hombre. Viaja libre, hermanito.
Dive y Leo se lo bebieron de un trago mientras los gritos se
escuchaban alrededor de la carpa.
Tomando el vaso vacío de Leo, le entregó los vasos a Lure, la rodeó
con su brazo y la condujo fuera del escenario. La llevó directamente
a Wolf y se la entregó. Todo el tiempo lo miró fijamente a los ojos,
tratando de decirle algo. Wolf miró a Leo y vio lo que Dive intentaba
decirle en silencio. Ella se había cerrado. Su rostro y sus ojos estaban
en blanco, sin expresión alguna.
Abrazándola, la sostuvo contra su pecho y le dio a Dive un
levantamiento de barbilla. Él lo entendió. Volviéndose con su mujer
en brazos, la acompañó entre la multitud hasta la mesa. Antes de
acomodarla en su silla, le quitó el chaleco y se lo dio a Lure, quien lo
dobló con cuidado antes de salir de la carpa. A Wolf le importaba
una mierda adónde carajo iba con eso, lo único que le importaba era
su mujer silenciosa.
—Gatita, estoy aquí para ti, ¿de acuerdo?—susurró Wolf contra un
lado de su cabeza mientras la abrazaba.
—Mi nombre es Leo, no gatita—murmuró ella contra su pecho.
Moviéndose suavemente hacia atrás, retiró la silla y esperó hasta que
ella se sentara antes de sentarse a su lado. DC, River y Tori ya no
estaban en la mesa y cuando buscó entre la multitud las encontró
apiñadas con sus hombres en el otro extremo de la carpa.
Mierda. Eso no estaba bien.
Pero no tenía tiempo para preocuparse por esa mierda ahora. Tenía
que cuidar a Leo y ella necesitaba toda su atención. Gracias, joder,
por Genna. La chica había dado un paso al frente y había cuidado la
espalda de su dama hoy y él nunca olvidaría su amabilidad hacia
alguien que no conocía.
Dive se inclinó sobre la mesa y le habló suavemente a Leo.
—Hermanita, te llevaremos de regreso al hotel, ¿de acuerdo? No sé
vosotros, pero yo estoy jodidamente agotado. El desfasaje horario
nos está alcanzando a todos. Podemos ocuparnos de esta jodida
mierda de nuevo mañana. ¿De acuerdo?
Ella no respondió, solo asintió y comenzó a levantarse, pero Wolf
tomó su mano y la detuvo.
—Viajarás conmigo. No quiero que conduzcas después de todo lo
que has pasado hoy.
Eso provocó una reacción de ella. Gracias, joder.
—No soy una delicada violeta, Wolf. —Le encantaba la forma en que
se notaba su acento cuando estaba enojada—. Estoy conduciendo la
moto y eso es todo.
Dive ocultó una sonrisa al bajar la cabeza, pero Wolf captó su guiño
antes que ella lo hiciera.
—Me importa un carajo si puedes conducir o no. Estás en la parte
trasera de mi moto. Necesito saber que estás a salvo y, cariño, no te
dejaré esta noche. Esto es lo que está pasando. Volvemos a la casa
club donde empacaré algo de mierda en mis alforjas. Esta noche me
quedaré contigo. Mañana volveremos aquí para la reunión. Lo que
suceda una vez que esa reunión haya terminado es preocupación de
mañana.
Ella se encogió de hombros visiblemente y dejó escapar un suspiro
triste.
—Bien, pero tenemos que irnos ahora. No puedo estar aquí ni un
minuto más.
—No hay problema, gatita. Vamos a salir de aquí.
Ella refunfuñó enojada, sonando muy parecida al pequeño animal
como él la llamaba.
Wolf la levantó, tomándola de la mano mientras se despedía de
Genna, Gail y Suzy y saludaba levemente a las otras mujeres en la
mesa. Genna se levantó de un salto, la abrazó y le susurró algo que
la hizo sonreír un poco.
Dive eligió ese momento para inclinarse junto a él y lentamente
pasar un dedo por la mejilla de Genna mientras ella lo miraba
aturdida.
—Te veré mañana, cariño. Cuídate, no te quedes hasta muy tarde y
duerme bien.
Leo miró a su hermano con los ojos entrecerrados antes de mirar a
Genna, que sonreía amplia y brillantemente mientras sus mejillas
estaban sonrojadas.
Mierda.
Cuanto antes salieran de aquí, mejor porque si Ice, Spider o Bulldog
veían esta mierda, iban a desatarse un infierno.
Agarrando a su mujer, la condujo fuera de la carpa y de regreso a la
casa club.
Más tarde, mientras conducía en medio de su reducido grupo con la
pequeña mujer apretada contra su espalda, tuvo que preguntarse
por la mano que el destino le había deparado hoy.
Si era honesto consigo mismo, tenía que admitir que se sentía atraído
por la mujer en la parte trasera de su moto, pero ella iba a regresar a
los Estados Unidos. No había ningún futuro para ellos. Estados
Unidos era donde vivía su familia, donde estaba su vida. Era una
princesa de un club 1%, alguien a quien nunca él le habría prestado
atención antes de hoy.
Frunció el ceño mientras el pensamiento pasaba por su cabeza.
Su club estaba jodidamente sucio y estaban involucrados en cosas en
las que ninguno de ellos quería verse involucrado.
No es que los Iron Dogz estuvieran absolutamente limpios, no lo
estaban. Pero ya no eran proscritos. Hacía mucho tiempo que no lo
eran.
Lo mejor que podía hacer por sí mismo era bajar la cortina sobre esta
atracción antes de que se volviera más.
Mierda.
Cerró su mente y se concentró en el camino y en todo lo que los
rodeaba.
Ahora no era el momento para estos pensamientos pesados.
Ya habría tiempo más que suficiente para esa mierda más tarde.
Capítulo 13
Leo
Estaba en la parte trasera de la moto de un hombre. Había cedido a
la presión de él y de mi hermano. Si tuviera que ser totalmente
honesta conmigo misma, y siempre intentaba serlo, estaba
agradecida de no tener que conducir. Estaba exhausta, física y
mentalmente.
El día me había pateado el culo como es debido. Primero, la horrible
noticia de que mi hermano había muerto, y luego asistir a su funeral
inmediatamente después de recibir la noticia. Después vino la
reunión con los Iron Dogz y Wolf reclamándome como su dama
para mantenerme a salvo. Y la extraña animosidad de la perra vieja y
la repentina actitud de rechazo de algunas de las mujeres. Aunque
no de Genna y las mujeres de su familia. Habían sido amigables y
solidarias. Solo Dios sabía que le pasaba a las otras perras, pero en
realidad, por lo que me importaba, podrían irse al puto infierno.
Lo peor fue el maldito discurso de su presidente. Hizo que mi
hermano pareciera un buen chico que era el alma de las fiestas. Él no
era así. Y lucharé hasta el final para que se den cuenta de que el
hombre que creían conocer no era el hermano con el que había
crecido.
Por el amor de Dios. Con lo que habían encontrado en la caja fuerte,
lo que él les había dejado, ¿cómo no se habían dado cuenta de que
mi hermano escondía al verdadero hombre que era detrás de la
fachada que les mostró?
Tratar de calmar la mierda en mi cabeza mientras montábamos no
salió bien, así que aclaré mi mente y me concentré en el viaje.
Sobre estar en la parte trasera de la moto de un hombre. Una
novedad para mí.
Bueno en realidad no. He montado en la moto de mi padre y en las
de mis hermanos pero nunca con nadie más que con mi familia de
sangre.
Su espalda era ancha y cálida y me aferré con fuerza. Mis manos se
entrelazaron sobre sus duros abdominales. De vez en cuando ponía
una mano sobre mi muslo, como para tranquilizarme, y la dejaba allí
durante unos minutos antes de soltarme nuevamente. Sentí el calor
de su mano a través de mis vaqueros y traté con todas mis fuerzas de
ignorarlo. El hombre no ocultó el hecho de que yo no le gustaba,
reclamarme como su dama era un trabajo que estaba haciendo para
su club. Sería mejor que lo recordara y no me dejara distraer por sus
muslos dignos de lamerlos y su bonita sonrisa.
Nunca había montado en la parte trasera de la moto de Gear porque
le habría dado una idea equivocada. Mierda, todavía tenía una idea
equivocada, pero viajar con él lo habría empeorado diez veces.
Y aquí estoy, en la parte trasera de la moto de un hombre y no estoy
tratando de saltar en el primer semáforo y salir corriendo como si mi
culo estuviera en llamas para alejarme de él.
Y eso era lo que me estaba asustando muchísimo.
No estaba huyendo de él.
En lugar de eso, me aferraba a él como si fuera mi maldito
salvavidas.
Mientras viajábamos, de repente recordé que se suponía que
debíamos decirles a todos en la fiesta en honor a Reid que Wolf me
había reclamado como su dama. Mierda. Arrasé con eso usando mi
chaleco Y pensando en retrospectiva, llevaba mi chaleco de
propiedad cuando me presentaron a las perras en la casa club.
Mmm. Tal vez se sintieron ofendidas por el hecho de que fuera una
forajida con una insignia del 1% en el chaleco.
Si es así, que les den. Estoy orgullosa de quién soy y de dónde
vengo.
Mañana sería otro día y, a juzgar por cómo había ido hoy, no tenía
muchas esperanzas de que fuera mejor.
Las motos disminuyendo la velocidad y cambiando de marcha me
alertaron de que habíamos llegado a nuestro destino. Después de
estacionar, Wolf se echó las alforjas al hombro, me agarró de la mano
y siguió a Dive y Lure hasta el ascensor. Subimos silenciosamente a
nuestro piso. Liberando mi mano del agarre de Wolf, saqué la tarjeta
de acceso cuando llegamos a mi puerta.
—Reunión en la habitación de Leo en quince minutos. Pediremos
servicio de habitaciones y hablaremos. Dúchate o lo que sea que
necesites hacer—ordenó Dive antes de desaparecer en su habitación
con Lure.
Reaper y los hermanos del Devil's Spawn abrieron las puertas frente
a la nuestra. Aparentemente también habían reservado habitaciones
en nuestro piso. Significaba que querían estar cerca en caso de que
algo saliera mal.
Suspirando, abrí la puerta y entré. Mi bolso estaba abierto sobre la
cama y la ropa toda desparramada. Mi ropa sucia amontonada en el
suelo. No había estado en condiciones de limpiar después de que
recibimos la noticia sobre Reid esta mañana. ¿Fue sólo esta mañana?
No se sentía así.
—Disculpa el desorden, tenía prisa.
La puerta se cerró detrás de mí mientras caminaba por la habitación
revisando el baño y los armarios. Su voz era ronca, fría e impersonal
cuando habló.
—No hay necesidad de disculparse. Ve a ducharte antes de que
todos se unan a nosotros. Me ocuparé de la habitación mientras estás
en la ducha y me ducharé una vez que hayas terminado. —Wolf
arrojó sus alforjas sobre una de las sillas.
No discutí, solo saqué un par de pantalones cortos y una camiseta
sin mangas para usar en la cama. Antes de que pudiera moverme, él
se acercó, me quitó las prendas de las manos y las dejó caer encima
del desastre que era mi bolso.
—No, no llevarás eso delante de los hombres. No voy a permitir que
esos cabrones te miren las tetas y el culo y no presten atención a lo
que es importante.
Dame fuerzas pensé en silencio. Pero, lamentablemente, él tenía
razón.
—Bien—refunfuñé mientras agarraba unos leggings y una camiseta.
Y de nuevo me detuvo, me quitó la camiseta de las manos y la
reemplazó por una que había sacado de sus alforjas.
—Usa ésta, es más grande y te cubrirá más de lo que te cubriría esa
—gruñó él.
—Eres tan molesto—espeté y me retiré al baño antes de que
decidiera cambiar los leggings por otra cosa. Dios, odiaba a los
hombres controladores, especialmente a los malditos moteros.
La ducha estaba caliente y era exactamente lo que necesitaba. No me
lavé el pelo porque todavía tenía mis dijes trenzados. Me había
recogido el cabello antes de entrar. Me paré bajo el chorro y dejé que
el agua caliente absorbiera la tensión de mi cuello y hombros.
Después de lavarme el cuerpo con mi gel de baño favorito, me sentía
más yo misma otra vez. Me sequé rápidamente, me puse crema en
todo el cuerpo, me vestí y, dejándome el cabello recogido, salí del
baño lleno de vapor.
Wolf se levantó de la cama donde había estado sentado y sin decir
una palabra desapareció en el baño, cerrando la puerta detrás de él.
Mientras me duchaba, él había ordenado la habitación y guardado
nuestras maletas. Sentada en el borde de la cama, me puse un par de
calcetines gruesos y me incorporé de un salto. Tenía demasiada
curiosidad como para no investigar lo que había hecho.
Revisando el armario encontré nuestras chaquetas y chalecos
colgados uno al lado del otro. Había desempacado nuestra ropa y la
había guardado en los cajones. Significaba que había manipulado
mis bragas y sujetadores. No sabía cómo me sentía al respecto.
Abriendo un cajón, sonreí y usé mi dedo índice para mover sus
calcetines y bóxers de un lado del cajón al otro.
Bien. Ahora estábamos empatados y me sentía mejor. Había tocado
mi ropa interior y ahora yo toqué la suya.
—¿Hay alguna razón por la que estás revisando mi ropa interior,
Leo? —Su curiosa voz vino justo detrás de mí.
Él se rio cuando salté sorprendida.
Golpeándome el pecho con la mano, jadeé.
—Mierda, casi se me sale el corazón del pecho. Me diste un susto. —
Las palabras salieron vomitadas de mi boca—. Se supone que tú
debes estar en la ducha, no dándome un susto de muerte.
Las palabras vomitadas fueron provocadas por el hombre
semidesnudo detrás de mí. Estaba de pie con los vaqueros colgando
de sus caderas, dejando el resto de él y todos esos deliciosos
músculos, a la vista. Mis ojos se abrieron ampliamente cuando vi la
piel tatuada, bronceada por el sol, estirada sobre unos pectorales y
abdominales duros. Y esa V, mierda, esa V muy prominente y
lamible, que conducía a un paquete acunado y delineado por unos
vaqueros descoloridos. Tenía mangas amplias con un lobo (NdelT:
Wolf) gruñendo en su pectoral derecho y lo que parecían
coordenadas en el dorso de su mano derecha. Sin embargo, la mejor
parte era la escritura que se asomaba por detrás de la cintura de sus
vaqueros bajos y que tenía muchas ganas de investigar. Dios, este
hombre era peligroso para mi tranquilidad.
Estaba en muchos problemas aquí.
Wolf se rio.
—No estaba tratando de ser sigiloso. Caminé hacia ti y no te diste
cuenta. Estabas demasiado interesada en revisar mi ropa interior.
Jadeé indignada.
Estaba a punto de responder cuando sonaron varios golpes fuertes.
Wolf me apartó de su camino y me empujó hacia el baño.
—Quédate aquí mientras compruebo y abro la puerta. ¿De acuerdo?
Estos machos alfa eran iguales en todo el mundo. Sólo ellos pueden
detener una amenaza, nadie más. Con un suspiro, me crucé de
brazos y le dejé hacer lo que quería. El bastardo me frunció el ceño
mientras iba, revisaba la mirilla y luego abría la puerta.
Fue entonces cuando lo vi. Mierda, tenía un tatuaje importante en la
espalda, el logo de su club era la pieza central, pero había más a su
alrededor que necesitaba una inspección mucho más de cerca. Pero
ahora no era el momento.
Mi hermano entró con el ceño fruncido y lo miré con los ojos
entrecerrados. Saltando sobre la cama, me acomodé contra el
cabecero mientras los hombres entraban a nuestra habitación.
Reaper gruñó algo a dos de sus hombres y salieron de la habitación
sólo para regresar poco después con dos sillas cada uno. Lure usó la
puerta que comunicaba nuestras habitaciones para pasar más sillas.
Una vez que todos estuvieron instalados, Dive tomó el menú del
servicio de habitaciones y me lo pasó.
—Pidamos algo de cena antes de hablar sobre hoy y lo que haremos
en el futuro.
Miré el menú del servicio de habitaciones y pedí nuestra comida
después de una breve conversación. Mientras esperábamos que
nuestra comida y bebida llegara, la conversación se centró en las
motos, obviamente. Cuando llegó la cena, Magic y Crash tomaron
los carritos de servicio, los empujaron hacia la habitación y le dieron
propina a los camareros que tenían los ojos muy abiertos. No sé qué
pensaron que estaba pasando en una habitación llena de hombres de
aspecto peligroso y una mujer. Pobres tipos. Al menos recibieron
buenas propinas.
Vi los ojos de mi hermano entrecerrarse cuando Wolf se puso
cómodo a mi lado una vez que nos servimos nuestra comida. Se
había asegurado que me sirviera mi hamburguesa con queso y
patatas fritas (que ellos llamaban chips) y colocó una botella de agua
en la mesita de noche a mi lado antes de tomar la suya. El silencio
descendió mientras comíamos. Una vez que terminamos, las sobras
y los platos vacíos se apilaron en los carritos de servicio y fueron
empujados hacia el pasillo donde el personal los recogería.
La atmósfera en la habitación cambió. Se volvió tirante y llena de
tensión.
—No te va a gustar lo que tengo que decir, Leo, pero dame la
oportunidad de terminar antes de que me arranques la maldita
cabeza de un tarascón, ¿de acuerdo?
Fruncí el ceño confundida y asentí.
—Tenemos que seguirle el juego a esta tontería del reclamo si
queremos mantenerte a salvo. Y antes de que digas algo, Wolf, solo
ten en cuenta que ella es mi hermana menor, me importa un carajo la
edad que tenga, siempre será la bebé de nuestra familia. Tu trabajo
es mantenerla cerca y segura. Dicho esto, conozco a mi hermana, es
muy terca cuando algo le importa, y Reid le importaba. Necesitamos
que ambos permanezcan cerca si queremos que todos crean que Leo
ha sido reclamada de verdad.
Levantó las cejas esperando que lo interrumpiera, pero simplemente
sacudí la cabeza y me quedé en silencio. Habría tiempo más que
suficiente para saltar sobre él más tarde.
—Mañana llevaremos la documentación de Reid a la embajada de
Estados Unidos para averiguar qué debemos hacer exactamente para
llevarlo a casa. No sé si habrá problema porque ha estado viviendo
aquí con un nombre falso y ha estado viajando con un MC.
Tendremos que esperar y ver. Era un infante de marina de los
Estados Unidos, tal vez sus años de servicio cuenten como algo y nos
agilicen el papeleo.
Mi hermano estaba tan tenso como la cuerda de una guitarra
mientras estaba sentado con los codos apoyados en los muslos y las
manos entrelazadas entre las rodillas.
—Reaper y sus hermanos se quedarán para ayudar con la
investigación sobre la muerte de Reid. Han oído rumores de que la
zorra que se hace pasar por su madre tiene algo que ver con su
muerte. —Le hizo un gesto a Wolf para que se callara cuando
comenzó a hablar—. No vamos a discutir una mierda esta noche,
Wolf. Sólo te estoy dejando saber dónde está mi cabeza. Hawk
quiere que volvamos a la casa club mañana para mantenerlo
informado sobre los arreglos con la Embajada. Iremos allí después
del almuerzo, lo que debería darnos tiempo suficiente para
ocuparnos de nuestros asuntos.
Dive me lanzó una mirada que hizo que se me apretara el estómago
ante la aprensión de la bomba que sabía que estaba a punto de
lanzar sobre nuestras cabezas.
—El club me respondió sobre Gear. Él y varios hombres no
identificados volaron en un jet privado desde un aeródromo
privado, sin destino indicado. Maniac cree que ha regresado a Nueva
York pero no tiene pruebas. Lo que eso significa para nosotros es que
mantenemos los ojos bien abiertos cuando salimos del hotel y
estamos alerta en todo momento. Leo está en la parte trasera de la
moto de Wolf todo el tiempo.
Empecé a protestar, pero Wolf me tapó la boca con una mano para
hacerme callar.
—Tiene razón, Leo, no podemos correr el riesgo de que te separes
del resto cuando estás en tu propia moto. Sabes lo fácil que es hacer
eso, así que no podemos correr ese riesgo—me explicó el bastardo
alejando la mano de mi boca cuando intentaba morderlo.
—Deja de callarme con tu gran y sucia zarpa sobre mi boca—le siseé
antes de mirar a Dive—. Bien. Pero quiero que todos sepáis que no
me gusta.
Dive sonrió.
—No tiene por qué gustarte, cariño, siempre y cuando sigas el plan,
estaremos bien.
Resoplé.
—Sí, estaremos bien porque vosotros, bastardos, estáis en vuestras
propias motos. No monto como perra, nunca, y aquí estoy haciendo
exactamente eso. Apesta.
—Mentira, Leo. —Lure soltó un resoplido—. Has viajado con Prez y
VP una o dos veces. Recuerda, el año pasado montaste como perra
con Maniac hasta esa exhibición de motos en Atlanta.
Le puse mala cara, él sabía que la única razón por la que había
montado con él era porque mi moto había estado en el taller y no
estaba lista cuando tuvimos que irnos.
—Sólo porque mi moto estaba en el taller, idiota.
—Yo no soy idiota, tú lo eres porque dijiste que nunca montas como
perra. Acabo de demostrar que es mentira, montas como perra.
—Viajar con Grave o Maniac no es lo mismo que viajar con otra
persona.
—Lo es.
—No lo es.
—¡Dios!—gruñó Dive—. Cabrones, no comencéis una de vuestras
estúpidas sesiones de disputas, callaos y terminemos con esta puta
conversación.
Mi hermano nos dio a ambos una mirada asesina y giró el cuello. Los
sonidos que hizo me hicieron encogerme y ponerle cara de
preocupación.
—Necesitas un masaje, Dive, tu cuello suena horrible.
—No hay tiempo para esa mierda ahora, cariño, tal vez más tarde—
dijo con un suspiro—. Odio ser el que está a cargo, pero puedo lidiar
con ello. Y como yo puedo, tú también puedes. Te han reclamado,
andas como perra con tu hombre hasta nuevo aviso. ¿Entendido?
Sabía que no debía presionar más a mi hermano. Sus ojos azules
estaban inyectados en sangre y llenos de oscuridad. Hoy tampoco
había sido fácil para él.
—Entendido, Raigan. —Usé su nombre para que le quedara claro
que lo entendía.
Estirando el brazo, cerró su gran mano sobre mi pie y lo apretó.
—Bien, niña. Voy a dormir un poco. Desayunaremos mañana a las 7
de la mañana, después iremos a la embajada. ¿Todos estáis de
acuerdo con eso?
Los hombres dijeron que sí.
—Necesitamos intercambiar números. —Reaper sacó el teléfono de
su bolsillo—. Nunca se sabe cuándo necesitaremos refuerzos o dejar
que todos sepan dónde te encuentras.
El intercambio de números se logró rápidamente, entonces Dive se
puso de pie y se estiró, su espalda sonó siniestramente.
—Está bien, hemos terminado aquí. Dormid un poco y os veré a
todos en el desayuno.
Los hombres comenzaron a salir lentamente de nuestra habitación,
llevándose sus sillas con ellos. Dive y Lure fueron los últimos en irse,
pero antes de hacerlo los detuve.
—En serio, Raigan, necesitas reservar un masaje o si no quieres ir al
spa, lo haré por ti. Te vas a paralizar si no nos ocupamos de eso.
Me preocupaba por él, había tenido una mala racha hacía un año y
eso lo había dejado con algunas secuelas que el imbécil decidía
ignorar la mayor parte del tiempo. No se preocupaba por recibir
masajes regulares y hacer ejercicios de fisioterapia para mantener los
músculos flexibles.
Me hizo un gesto con la mano desdeñoso e irritado.
—Deja de sermonearme, lo haré cuando tenga tiempo.
—No, lo haremos ahora. Si lo ignoras esta noche, mañana será peor.
Empaqué un Muscle Rub 7por si acaso. Ve, date una ducha, una vez
que termines te daré un masaje. Sabes que lo necesitas, así que no
pelees conmigo, hermano mayor.
—Joder, no vas a parar hasta que me rinda, ¿verdad?
—Nop—dije, haciendo estallar la p mientras le sonreía.
Frotándose con fuerza la cara con las manos, suspiró.
—Está bien, joder, déjame darme una ducha y luego podrás
torturarme.
Simplemente asentí sin presionar más porque sabía que había
ganado esta pelea.
El hombre a mi lado había observado toda la interacción en silencio
pero atentamente. No me gustó exponer ante él la debilidad de
Raigan, pero si no lo hubiera hecho, mi hermano habría sentido un
dolor terrible por la mañana.
Cuando me fui para hacerle el masaje de espalda a Dive, la atención
de Wolf estaba en algún juego que estaba viendo. Estaba recostado
en la cama mirando algo más cuando regresé a la habitación, pero su
atención se centró en mí al instante.
—¿Va a estar bien?
Asentí.
—Sí, sólo necesitaba un masaje para aflojar los músculos de la
espalda.
Él asintió y se volvió hacia la televisión, ignorándome mientras me
preparaba para acostarme.
Estaba cansada, triste y había terminado el día. Subiendo a la cama,
tiré las almohadas adicionales al suelo, me acosté, me puse de lado
dándole la espalda y apagué la luz de mi lado. Agarrando la
almohada, cerré los ojos y me obligué a dormir, ignorando al
hombre que está en la cama conmigo. No luché para quedarme
dormida. Estaba despierta un minuto y dormida al siguiente.
No dormí sin soñar.
Me atormentaban sueños de Reid cayendo de su moto, del brillante
ataúd negro cubierto de rosas rojas y blancas desapareciendo en un
agujero negro.
Me desperté sobresaltada más de una vez durante la noche y cada
vez él estaba allí, tranquilizándome para que me volviera a dormir.
Me desperté sintiéndome cómoda y cálida. Suspiré mientras me
acomodaba mejor en mi encantador y cálido capullo, sólo para
darme cuenta de que no era un capullo hecho por una manta sino
por un humano.
Un gran brazo pesaba alrededor de mi cintura y mi espalda y mi
culo estaban apretados contra su cuerpo. Podía sentir ese muslo
grande y musculoso que era mi kryptonita entrelazado íntimamente
con el mío.
Y tenía una erección matutina, una espectacular erección matutina.
Oh, mierda.
Me obligué a no reaccionar y traté de liberarme lentamente de la
creciente tentación.
Seh, eso no salió bien porque su brazo se apretó y la pierna fue
empujada más profundamente entre las mías.
Mierda, mierda, mierda. Una mujer cachonda tiene cierta cantidad
de resistencia a un hombre atractivo rodeándola en la cama y yo
estaba llegando al límite.
Antes de que pudiera hacer algo realmente estúpido, se despertó.
Inmediatamente las cosas cambiaron. No en el buen sentido.
Instantáneamente se retiró a su lado de la cama, se deslizó
silenciosamente y desapareció en el baño. La puerta se cerró
silenciosamente y suspiré cuando abrió la ducha.
¿Qué había pensado que pasaría?
¿Y quería siquiera ir allí? No, no quería. El tipo era un cabrón y un
idiota.
Y eso es lo que debía recordar. No cuánto me gustaban sus grandes
muslos y lo grande que era su bastón del amor.
¡Oh Dios! Ahora sonaba igual que Evie.
Saltando de la cama, recogí y arrojé las almohadas sobre la cama.
Podía ser tan distante y fría como él. Lo que debía recordar es que
este reclamo no era verdadero. Nada de lo que sucedía entre
nosotros era verdadero. Todo era un espectáculo para cualquiera
que esté mirando.
Podría ser atractivo y tener algunos apéndices realmente buenos,
pero no era mío, nunca lo sería.
Joder, estaba hablando conmigo misma para no hacer algo estúpido.
Entonces ¿por qué no me sentía tranquila?
¿p q q
Capítulo 14
Wolf
Con la frente apoyada contra los azulejos, Wolf dejó que el agua tibia
cayera en cascada sobre su cabeza mientras acariciaba su polla dura
como el acero. Necesitaba aliviar el maldito dolor en sus pelotas
antes de poder enfrentarla de nuevo. ¿Y sabéis qué?, sólo pensar en
ella hacía que su polla palpitara en su mano. Agarrándosela,
comenzó a masturbarse fuerte y rápido, mordiéndose el labio
inferior mientras imaginaba sus manos alrededor de él. Agarrando
su verga, masturbándolo bruscamente y con fuerza.
No duró mucho. Su semen salió en chorros y salpicó los azulejos
mientras él apretaba los dientes y se tragaba el grito que subía por su
garganta. Cuando hubo ordeñado lo último que le quedaba, se
apoyó pesadamente contra los azulejos con otro gemido.
¿Qué mierda había hecho? Ella iba a querer usar la ducha y todo lo
que él podía oler era su semen. Mierda. Enjuagó rápidamente la
evidencia de los azulejos, tomó su gel de ducha, se echó una
cantidad generosa en la mano y los lavó. Suspiró aliviado cuando el
aroma amaderado se apoderó de todos los demás olores.
Lavándose rápidamente e ignorando su estúpida y jodida polla,
terminó y salió. Fue entonces cuando se dio cuenta de que todo lo
que tenía que para usar eran los bóxers que había usado en la cama.
Maldito infierno.
Se secó, se envolvió una gran toalla de baño alrededor de la cintura
como una puta falda y se dispuso a terminar sus asuntos en el baño.
Su polla todavía estaba haciendo una tienda de campaña con la
maldita toalla, esperaba con todas sus fuerzas que se relajara lo
suficiente como para que no fuera tan prominente una vez que
tuviera que regresar a la habitación.
Mientras se secaba el cabello, se cepillaba los dientes y se arreglaba
la perilla, ignoró cierta parte de su anatomía y finalmente se relajó lo
suficiente como para intentar salir de la habitación.
Y, por supuesto, lo primero que vio cuando abrió la puerta fue a ella,
inclinada mientras sacaba sus botas del armario. ¿No podía tener un
puto descanso?
Ella le lanzó una mirada por encima del hombro y sus ojos se
abrieron cuando vio que lo único que llevaba era la maldita toalla.
Gracias a la mierda, ella rápidamente bajó la mirada, agarró las botas
y la pila de ropa en la cama, lo rodeó y entró al baño. La puerta no se
cerró suavemente pero tampoco dio un portazo.
Suspirando con alivio, Wolf se puso los bóxers y los vaqueros sin
quitarse la toalla, dejándola caer al suelo una vez que tuvo el culo
cubierto. Se acomodó cuidadosamente la polla ya que la cabrona no
estaba cooperando en absoluto. Tenía una semi erección que no
bajaba. Acababa de subirse la cremallera y ponerse la camiseta negra
sobre la cabeza cuando se abrió la puerta de comunicación y Dive
entró. Sus ojos inmediatamente se dirigieron a la cama y luego a él.
¿Y sabéis qué?, su semi desapareció. Gracias, joder.
—Buenos días, ¿está en la ducha?— Gruñó con voz aún dormida.
—Ja (NdelT: sí), ella no tuvo una buena noche. Muchas pesadillas—
respondió Wolf en voz lo suficientemente baja como para estar
seguro de que Leo no podría escucharlos desde la ducha.
—Joder, tenía miedo de eso. Solía tener sueños jodidos cuando era
niña, especialmente cuando algo la molestaba. Reid solía ser el único
que podía hacer que ella hablara de ello. Parecía ayudarla a dormir
mejor. No sé qué carajo vamos a hacer ahora que se ha ido.
Wolf frunció el ceño.
—Él ha estado fuera por años, Dive. Seguramente ya lo superó o
encontró a alguien más con quien hablar.
—No. —Dive negó con la cabeza—. Ella solía llamarlo. Fue duro
mientras estuvo desplegado y cuando resultó herido fue
jodidamente horrible, mucho peor cuando desapareció. Evie solía
quedarse a dormir mucho en su casa en aquel entonces. Joder,
debería haberla traído con nosotros, pero ella y Magic tienen algunas
cosas entre ellos, así que…—Se encogió de hombros.
Wolf estaba a punto de preguntarle sobre sus sueños cuando la
puerta del baño se abrió y ella salió rodeada de una nube de vapor.
Tenía los ojos enrojecidos y círculos oscuros debajo de los ojos
cansados. Cuando vio a su hermano, una sonrisa se abrió paso e
iluminó la oscuridad de sus ojos. Esos impresionantes ojos violetas
con matices azules estaban oscuros hoy y llenos de los demonios de
sus pesadillas.
¿Y cómo carajo sabía eso? Porque la había estado observando, por
eso.
Esta mierda tenía que parar. Ella era un jodido trabajo y la princesa
de un club 1%. Una intocable para él y su club. No querían verse
arrastrados a la jodida mierda en la que estaban metidos estos
bastardos proscritos.
Y si tuviera que repetirse eso una y otra vez, lo haría. Si tan solo su
polla escuchara.
—Buenos días, cariño, me alegra ver que estás lista y no arrastrando
el culo—bromeó Dive.
—Buenos días y no estoy arrastrando el culo. Necesito desayunar.
¿Cómo está tu espalda?
—Estoy bien, hermanita, gracias a ti. —Inclinando la cabeza hacia la
puerta abierta escuchó y luego asintió—. Magic salió de la ducha.
Dame cinco y podemos bajar a desayunar, ¿vale?
Él no le dio oportunidad de responder. Al salir dejó la puerta de
comunicación abierta y por alguna razón eso enojó a Wolf. Y se
desquitó con la mujer desarmándose las trenzas y sacando de su
cabello las largas tiras de cuero rojo cargadas de cuentas y dijes de
plata.
—Tienes que apurarte con esa mierda, no quiero que nos demores.
Vio su espalda enderezarse mientras entrecerraba los ojos hacia él en
el espejo.
—Vete a la mierda. Sé exactamente cuánto tiempo tengo mientras
Dive se ducha. ¿Por qué no te metes en tus propios asuntos y me
dejas a mí con los míos?
Con eso, ella apartó la mirada y volvió a cepillarse y trenzarse el
cabello. Hoy no había trenzas pequeñas, pero todos los cordones
estaban siendo tejidos en la trenza gruesa que sabía que casi llegaría
a su cintura una vez que estuviera terminada.
Dándole la espalda, Wolf apretó los dientes mientras se ponía los
calcetines, las botas y el chaleco. Gracias a la mierda, saldrían de la
habitación antes de que él se volviera aún más idiota. Estaba a punto
de disculparse cuando Dive y Magic entraron. Dive no llevaba su
chaleco, extraño. Magic cerró la puerta de comunicación y echó el
cerrojo mientras Dive se acercaba a Leo y le daba una fuerte
palmada en el culo. El sonido del azote pareció resonar en la
silenciosa habitación.
—¡Ay! ¡Maldito! —Leo se apartó y su pequeño puño golpeó el bíceps
de su hermano.
Él sonrió mientras se frotaba el lugar.
—Vamos, hermanita, sin chaleco, solo tu chaqueta. Date prisa,
cariño, realmente podría comerme mi peso en tocino ahora mismo.
Wolf observó cómo ella se obligaba a sonreír y le permitía llevarla al
pasillo donde los otros hombres ya estaban esperando.
—Ella no se ve bien—murmuró Magic mientras se dirigían hacia la
puerta.
—Mala noche, malos sueños.
—Mierda—maldijo Magic en voz baja.
Siguiéndolo, Wolf cerró y se aseguró de que la puerta estuviera
cerrada con llave antes de caminar hacia el ascensor donde los
demás estaban esperando. Leo lo miró por encima del hombro
cuando se unió a ellos. Quería sonreír cuando sus ojos se
entrecerraron en el momento en que él tomó su mano, la hizo
retroceder y pasó un brazo alrededor de ella, acercando su pequeño
cuerpo al suyo.
Joder, era baja. Por lo general, evitaba a las mujeres como ella,
pequeñas, bajas y demasiado frágiles para él. Aunque tenía que
admitir que ella podría ser baja, pero no parecía frágil. Para nada.
Quizás podría tomarlo. Clausurando ese pensamiento
inmediatamente se concentró en el día que le esperaba. Hoy se
pondrían en marcha cosas que obligarían a algunos de sus enemigos
a salir a la luz. Esperaba que eso los obligara a salir de su escondite,
pero nada en esta vida era seguro.
Después del desayuno se dirigieron a la embajada estadounidense
en Sandton Drive. Wolf y los hermanos tuvieron que esperar afuera
ya que solo se les permitió entrar a Dive y Leo. No se permitía
estacionar fuera de la Embajada. Después de una breve discusión, el
resto decidió buscar una cafetería. Dive estacionó su moto en un
estacionamiento al otro lado de la calle y Leo y él caminaron hacia la
entrada de la embajada mientras el resto los vigilaba. Llamarían una
vez que terminaran y salieran.
Ellos dieron vueltas hasta que encontraron una cafetería cercana con
asientos al aire libre. Estar sentado en la terraza tomando café y
observando a la gente era una sensación extraña. Wolf no sabía
cuándo había sido la última vez que había tenido tiempo de sentarse
y ver pasar el mundo. Y sentarse en la casa club mirando a sus
hermanos y a las putas del club definitivamente no contaba.
Reaper carraspeó y Wolf miró en su dirección, encontrando sus ojos
clavados en él.
—Entonces, ¿cuál es exactamente tu puesto en tu club? Tu parche
dice lugarteniente pero no hay más designación. ¿Por qué?
Wolf no pensó que revelara secretos del club si respondía.
—Soy uno de los dos lugartenientes que reportan a Beast, nuestro
ejecutor.
Entrecerrando los ojos mientras pensaba, Reaper asintió lentamente.
—Así que cuando necesita hacer algo y no puede hacerlo por sí
mismo o necesita refuerzos, te envía. ¿Está bien?
Wolf asintió.
—Ja, así es.
Breaker, que estaba sentado frente a él, se inclinó más cerca de la
mesa, evitando que su voz llegara a las otras mesas.
—¿Qué pasa si el trabajo requiere alguien más que vosotros tres?
—Si es así, tiene hermanos de guardia que pueden hacer el trabajo.
No es un problema en absoluto. —Wolf se preguntaba adónde
diablos iba esto.
—¿Era Reid uno de los hermanos que Beast tenía de guardia? —Los
ojos de Lure permanecieron fijos en él mientras se preguntaba si
debería responder.
—¿Por qué quieres saber?
—Curiosidad acerca de su posición en su club, eso es todo.
Wolf asintió.
—Ja, él estaba en la lista.
Asintieron como si tuviera sentido para ellos. Lure miró a Magic y
Breaker, ambos asintieron como si estuvieran de acuerdo. ¿Qué
estaba pasando aquí? Lure no lo dejó pensando por mucho tiempo.
Y lo que reveló de repente hizo que el depósito de Army y el hombre
que aparentemente había ocultado al club cobraran sentido.
—Reid era un asesino entrenado detrás de esa máscara que le
mostraba al mundo. El maldito entrenamiento lo había convertido en
ese hombre. Leo no lo sabe, ella cree que era un soldado normal,
pero no lo era, era un francotirador. En su último despliegue fue
capturado cuando su transporte atrapó un artefacto explosivo
casero, fue torturado antes de que un equipo SEAL lo rescató a él y a
otras tres personas. Su observador, que era un muy buen amigo, no
logró sobrevivir. Reid se culpó por no matar a esos cabrones. Nos
dijeron que habían sido inmovilizados bajo un intenso fuego
enemigo y Reid eliminó a un montón de atacantes antes de quedarse
g y q
sin municiones. Luchó contra esos cabrones con su arma vacía y un
cuchillo, tenía una herida en la cabeza, una pierna rota, varias
quemaduras y cortes por todo el cuerpo y aun así luchó. Un hombre
cambiado regresó a casa. Ni siquiera Leo podía comunicarse con él.
La bomba y lo que le hicieron durante el cautiverio le dejaron
grandes lagunas en sus recuerdos. Su chica, Sherri, lo apoyó y aceptó
toda su mierda, sin quejarse ni una sola vez. Y entonces, un día,
simplemente desapareció. Intentamos encontrarlo pero fue como si
Reid Jordan hubiera dejado de existir. —Lure sacudió la cabeza con
enojo.
—Eso casi rompió a Sherri, pero la chica es fuerte y con Leo y Evie
apoyándola, logró superarlo. Ella estaba embarazada y algunos de
los hermanos, sus mujeres y las zorras del club la llamaban puta. Leo
les dio una paliza. A todos. Hombre o mujer, no le importó una
mierda. Ren se enteró de esa mierda y digamos que la sangre fluyó
durante varios días mientras destrozaba a esos cabrones. Maniac
finalmente intervino y dijo que era suficiente. Sherri era familia y se
aseguró de que todos lo supieran. Prohibió a algunas de las putas
del club y advirtió a las damas que serían las siguientes en salir por
la puerta. Ren dio un paso al frente, no porque tuviera que hacerlo,
sino porque quería hacerlo. Ha sido el hombre en la vida de Sherri y,
en lo que al club respecta, es el padre de Lori.
Wolf esperó en silencio cuando Lure tomó su taza y bebió un sorbo
de café, sabía que había más, tenía que haber más.
—Entonces, de la nada, Reid se acercó a Leo. Empezó a llamarla con
regularidad y al principio no le daba ningún número. Ella intentó
rastrear sus llamadas sin suerte. Pero nuestra chica es decidida. Lo
acosó hasta que él cedió y le dio su número. Leo lo trajo
directamente al club, ella quería saber dónde estaba para poder ir a
buscarlo y traerlo de regreso. No sé qué le dijeron Grave y Maniac,
pero hicieron que se echara atrás.
Lure lo miró fijamente y algo en sus ojos hizo que Wolf envarara su
espalda.
—Leo le dio el número de Reid a su madre y ella comenzó a hablar
con su hijo. Y entonces las llamadas cesaron. Durante dos malditos
meses todos contuvimos la respiración y la miramos, porque lo
sabíamos, lo sabíamos con absoluta certeza. Si algo le hubiera
pasado a Reid, Leo iba a perder la puta cabeza. Por eso nos enviaron
aquí con ella. No porque nuestro presidente quisiera que nos
alejáramos de la mierda del club. Estamos aquí para cuidarla, para
asegurarnos de que regrese a casa sana y salva. Es muy buena
ocultando lo que pasa por su cabeza. Necesitas estar atento. Algo se
está cocinando ahí dentro y no estará bien cuando estalle. Leo no es
la princesita mimada que todos parecen creer que es. Es jodidamente
peligrosa cuando está enfadada. Te lo advierto, tenlo en cuenta
cuando trates con ella.
Lure se recostó como si hubiera dicho su parte y ya hubiera
terminado. Dios, toda la información que acababa de darle era
jodidamente abrumadora. Tenía que ir con su presidente tan pronto
como pudiera y hacérselo saber. Sin embargo, tenía reservas sobre
algunas cosas. ¿Debería contarle lo que se había enterado sobre Leo
o debería guardárselo por ahora?
No lo sabía y no iba a tomar una decisión hasta que estuviera seguro
de qué era lo mejor que podía hacer.
—Tengo una pregunta que me ha estado dando vueltas en la cabeza
desde ayer—dijo Hunter, uno de los Devil's Spawn con el ceño
fruncido.—. ¿Cuál carajo era el problema de esa vieja perra con Leo?
Ella no conoce a la chica, nunca la había conocido pero la enfrenta
con una actitud enojada. ¿Qué pasa con eso?
Mierda. Había esperado que nadie le preguntara sobre la actitud de
Beryl ayer.
—No tengo idea, hombre. Estoy tan a oscuras como tú. —Wolf se
encogió de hombros porque no tenía una respuesta para ellos.
—¿Vas a dejarlo pasar?—dijo Reaper y lo observó atentamente
mientras esperaba a que él respondiera.
—No, no puedo hacer eso, pero tendré que tener mucho cuidado al
abordarla porque es realeza del club y yo solo soy un lugarteniente.
Hablaré con mi presidente, descubriré qué está pasando y trataré de
detener esa mierda. Pero no creo que nada vaya a cambiar. Beryl
prácticamente gobierna en la casa club, Hawk le permite hacer y
decir lo que quiera porque es la hermana de su padre y lo crió
después de que su madre falleciera. Creo que es difícil para él
negarle algo.
Breaker resopló.
—Si no lo arreglas, debes saber que Leo lo hará por ti. Sólo
aguantará un límite de mierda antes de decidir que ya ha tenido
suficiente.
Antes de que Wolf pudiera contestar, el teléfono de Lure sonó y
todos lo miraron.
—Sí, okay. No hay problema, nos vamos ahora. Os veo ahí.
Se puso de pie y deslizó el teléfono en el bolsillo.
—Ya terminaron y están saliendo. Vamos.
Dive no parecía feliz cuando se encontraron con ellos en el
estacionamiento. Leo tampoco. Wolf no fue el único que pensó eso.
—¿Qué dijeron? ¿Qué tan pronto podremos llevar a nuestro
hermano a casa? —preguntó Breaker mientras le entregaba a Dive su
chaleco.
—No será tan fácil como eso. Necesitamos papeleo, papeleo que no
tenemos. No tengo ni idea de quién hizo el papeleo de Reid, todo lo
que sé es que es inútil porque usaron el puto nombre equivocado.
Necesitamos regresar a la casa club para que podamos arreglar esta
mierda antes de la reunión. Montemos.
Le lanzó una mirada a su hermana que Wolf no entendió.
—Súbete a la moto de tu hombre, Leo. No vamos a hablar de esto
ahora.
Su pretendida dama resopló mientras le arrebataba el casco de las
manos, se lo ponía y se subía detrás de él. Se sentó lo más lejos
p y j
posible de él y Wolf sonrió detrás del pañuelo. No iba a permitir esa
mierda. Agarrándola por los muslos, la arrastró hacia adelante, justo
contra él, colocando su pequeño y cálido cuerpo contra su espalda.
La pequeña mierda trató de alejarse en el momento en que la soltó,
pero un rápido golpe en su muslo la hizo sisear enojada pero se
quedó donde la había puesto.
Ignoró lo bien que se sentía y se concentró en mantener la vista en la
carretera.
Entrar al complejo sin ninguno de sus hermanos, pero con los
Shadow Wraiths y los Devil’s Spawn detrás de él fue una
experiencia extraña porque no consiguió un levantamiento de
barbilla, ni un gesto con la mano, ni siquiera un asentimiento a modo
de saludo. Ojos fríos los observaron mientras se dirigían a la casa
club y estacionaban.
¿Qué mierda?
Fue mientras caminaba por la sala común hacia el bar que escuchó
los susurros. Susurros de putos coños simpatizantes que querían ser
moteros. A quienes no se le debería haber permitido cruzar la puerta
en primer lugar.
—Maldito traidor.
—Puta sucia del club.
—Puta sucia.
—Voy a follar ese culo apretado hasta que sangre.
Toda su moderación salió volando por las inexistentes ventanas de
la habitación. Entregando a su mujer a Dive, arrastró al bastardo
fuera de su pequeño grupo de lameculos y procedió a destrozarlo
antes de pasar a sus sorprendidos maricas amigos. La sangre voló,
los huesos se rompieron y escuchó mujeres gritando débilmente en
el fondo porque todo lo que podía ver, todo lo que podía escuchar
eran a los bastardos que le habían faltado el respeto y amenazado a
su dama.
Unas manos lo agarraron mientras dejaba caer al cuarto cabrón y
comenzaba a patearlos a todos. Luchó contra las otras manos pero
vinieron para alejarlo de los bastardos en el suelo. Sólo cuando
escuchó la voz de Beast se calmó un poco.
—Calma, hermano, necesitas calmarte antes de matarlos.
Jadeando de rabia, se soltó de las manos que lo sostenían y señaló a
los cuatro en el suelo y luego al resto de los sorprendidos hermanos
y las putas.
—Escucho otra maldita palabra irrespetuosa sobre mi dama y
acabaré contigo. No me importa quién carajo seas. ¿Entendido? Si
tenéis algo que decir, venid a hablar conmigo, no os quedes ahí y
susurréis como una perra enojada. ¿Y amenazar con violar a una
mujer? ¡No en este maldito club, nunca en este maldito club! No
tengo ni puta idea de cómo conseguisteis el estado de simpatizantes
o cómo cruzasteis la puerta, pero tened en cuenta que estáis
avisados. Me libraré de todos vosotros, tarde o temprano. Pasaros de
la raya, vamos, os desafío. Ponedme a prueba, hijos de puta, aquí
estoy, esperando.
Un silencio sepulcral se cernió sobre los conmocionados hombres y
mujeres hasta que la voz de Ice lo rompió.
—Wolf, hermano, vayamos a la oficina. —Señalando a los hombres
en el suelo, dio más órdenes—. Beast, toma a Boots, Spook, Dizzy y
Rider y encierra a estos pequeños bastardos. Prez los quiere delante
de los oficiales hoy más tarde. —Mirando alrededor de la sala
común, señaló a las mujeres que habían estado con los imbéciles—.
Vosotras, perras, terminasteis aquí. Sacad vuestros putos culos de mi
club y no regreséis. Idos a la mierda ya.
Wolf respiró hondo tratando de calmar la ira que aún rugía a través
de él. Una pequeña mano deslizándose alrededor de su muñeca tuvo
éxito donde él no lo logró. Respirando para calmarse, miró hacia los
brillantes ojos violetas con matices azules. Joder, realmente parecían
brillar. Ella le sonrió y le dio unas palmaditas en la espalda con la
mano libre.
—La próxima vez que empieces a romper cabezas, cariño, déjame
algunas—bromeó ella.
No lo pensó dos veces, la agarró, la levantó y estrelló la boca contra
la de ella. Sintió su sonrisa contra sus labios antes de que ella se
abriera para él y hundiera la lengua en su boca besándolo hasta que
la ira estaba fuera de su sistema.
El beso sirvió para dos propósitos, primero, lo calmó muchísimo y,
segundo, como aviso a los hombres y a las putas que observaban de
que ella era suya.
Apartando su cabeza de la de ella, le dio un fuerte azote en el culo,
luego la dejó en el suelo, la agarró de la mano y la llevó a la oficina
de Hawk. Ignoró su corazón acelerado y su polla dura como la
mierda.
Había sido para el show. Todo para el show.
Ella no era suya. Nunca sería suya.
Nunca podría haber más entre ellos de lo que tenían ahora.
Simulación.
Respirando profundamente, Wolf siguió a Ice a la oficina de su
presidente. Pero entrecerró los ojos al ver quién los estaba
esperando. DC y Beryl estaban sentadas en las sillas frente al
escritorio de su jefe. Conduciendo a su mujer al sofá contra la pared,
Wolf se sentó y luego la sentó en su regazo.
—Buenos días, Prez, señoras. —Eso fue todo lo que pudo decir.
Nadie respondió el saludo, en absoluto.
—Causaste un poco de alboroto ahí fuera, Wolf. ¿Quieres explicar
qué mierda pasó?
E inmediatamente la ira que había reprimido volvió a existir.
—Pensaba que tratábamos a las mujeres como jodidos seres
humanos en este club. Que no amenazábamos con violar a una
mujer y nos reíamos de eso como si fuera una broma. Que no le
faltábamos el respeto a la dama de ningún hombre en este club. —
Wolf señaló la puerta—. Esa maldita mierda que sucedió ahí afuera
acaba de demostrar que estaba equivocado.
No fue su presidente quien reaccionó, sino DC, con los ojos muy
abiertos y sorprendida.
—¿Qué? ¿Estás seguro?
Wolf la ignoró mientras miraba a su presidente, esperando su
reacción. Hawk no lo decepcionó.
—¿No le vas a contestar a mi dama, Wolf?
Wolf no apartó la mirada de su presidente. No respondió a su
pregunta, sino que le dijo la verdad tal como la conocía.
—Aprendí de tu error, Prez. No voy a dejar a mi dama vulnerable al
ataque de cabrones dentro de mi club, ni ahora ni nunca. Me diste
esta tarea. Sabías que la protegería con mi vida. Este soy yo
protegiéndola como me ordenaste.
Hawk no tuvo la oportunidad de responder porque Beryl intervino
directamente en la conversación.
—¿Cómo puedes faltarle el respeto a tu presidente de esa manera?
Ella no es digna de tu protección. Todos vimos ese asqueroso chaleco
en su espalda. Es propiedad de un club, no de uno de sus hermanos.
Todos sabemos que es ella. Tienes que sacarla de aquí y mantenerla
alejada de las mujeres decentes de este club. Debido a su influencia,
Genna no me habla. Todo es culpa suya.
Sintió que los músculos de Leo se tensaban y puso su mano sobre su
boca cuando ella la abría para responder, asegurándose de ahuecar
la mano para que esos dientes suyos no se acercaran a sus dedos.
—No, Leo, no digas una palabra. Yo me encargo—le dijo en voz baja.
Mirando a Dive y a los otros hombres, levantó una ceja y todos
asintieron. La ira era clara en sus rostros.
—¿Por qué no le informaste a tu familia sobre mi dama y quién es
realmente, Prez? —Wolf negó con la cabeza—. Sé que esto es algún
tipo de juego, lo sé, pero no lo entiendo. —Mirando a Beryl, le lanzó
un gruñido frío.
—Mi dama no es una puta de club, Beryl. Ella es una parte valiosa de
la sede madre de su MC en Savannah, donde su padre es el
vicepresidente. ¿Crees que su familia la tendría trabajando de puta
en su club? ¿Crees que Army habría permitido esa mierda? Tu
actitud es jodidamente decepcionante y me ha abierto los ojos de
quién eres realmente. Juzgar a las personas sin conocer los hechos es
ser miope y te deja como una maldita imbécil.
Beryl lo miraba con los ojos muy abiertos, su rostro casi tan blanco
como la camisa que llevaba.
—Wolf—gruñó Hawk—. Respetarás a mi tía o tendremos
problemas.
Wolf negó con la cabeza.
—Ya tenemos problemas, Hawk.
—Dios—gruñó Dive—. ¿Podemos terminar con esta mierda para
poder dedicarnos a nuestros asuntos y salir de aquí? El aire en esta
casa club apesta a prejuicio.
Hawk apoyó la cabeza contra el respaldo del sillón y suspiró.
—Lo siento, Wolf, Leo. He estado tratando de que me dijera cuál era
su problema con Leo y no me lo dijo. Ésta fue mi jodida jugada para
llegar a la verdad—se disculpó Hawk.
Los ojos amarillos de su presidente se centraron en su tía.
—Tía Beryl, debes dejarte de tonterías y disculparte con Leo. Como
te dije una y otra vez, es la hermana de Army y si te hubieras
quedado en la fiesta te habrías dado cuenta de lo cercanos que eran
cuando tuvimos los discursos. No sé qué mierda está pasando
contigo, pero todo termina aquí y ahora.
Todos observaron con asombro cómo la ira de la mujer se desinflaba
como un globo y sus hombros caían.
—Lo siento, Hawk. Vi su chaleco y las cosas malas del pasado
levantaron su fea cabeza y nublaron mi juicio. Lo siento, Leo. Espero
puedas perdonarme. Espero que todos vosotros podáis perdonar mi
reacción miope. Os falté el respeto a ti y a tu dama, Wolf, lo siento
mucho, por favor busca en tu corazón el perdón. Sé que te resulta
difícil perdonar, lo he visto más de una vez a lo largo de los años,
pero por favor, necesito que lo hagas esta vez.
Apretando sus brazos alrededor de la cintura de Leo, los soltó
lentamente. Se pasó los dedos por el pelo y respiró hondo.
—Bien, Beryl. Te perdono pero no puedo olvidar que tu actitud y
opiniones provocaron la mierda por la que nos tocó pasar a mi mujer
y a mí ahí fuera. Tuve que proteger a mi mujer en mi puto club. No
podré olvidar eso.
Ella asintió con tristeza.
—Lo siento mucho, Wolf. Yo causé todo eso ahí fuera. Te prometo
que lo arreglaré.
Hawk la miró con los ojos entrecerrados.
—Si hubieras sido abierta conmigo, nada de esta mierda habría
pasado, tía Beryl. Por favor, te amo, pero vuelves a hacer esta mierda
y no podré protegerte de las consecuencias.
Ella se encogió visiblemente antes de asentir.
—Lo sé, hijo. No volverá a suceder, lo prometo. —Ella se puso de pie
—. Tengo que ir a la cocina para asegurarme de que estemos en
camino para cenar. Espero que todos vosotros os unáis. Por favor. —
Ella dirigió su petición a Leo.
Leo inclinó la cabeza hacia un lado y observó a Beryl con los ojos
entrecerrados y luego asintió con decisión.
—Gracias. Aceptamos la invitación.
Él no se dejó engañar por el cambio de actitud de ella, en absoluto.
Leo había sopesado los pros y los contras y tomado la decisión en
consecuencia. No le sorprendería que estuviera usando esto como
una misión de investigación. Su mujer era la dama perfecta.
—Bien. —La voz de Hawk devolvió su atención a su presidente—.
Ahora que hemos solucionado esa mierda, vayamos a la reunión. —
Miró a su dama—. Pajarito, ¿podrías cuidar de Leo mientras estamos
ocupados, por favor?
p p
DC asintió con una sonrisa.
—Claro, tengo muchas preguntas y estoy segura de que ella
también.
No mucho después, Wolf dejó a su mujer sentada en la barra con
DC. Miró alrededor de la sala común y varios ojos evitaron los
suyos, pero algunos de los hermanos asintieron o levantaron la
barbilla, asegurándole que lo respaldaban.
Y así era como debería ser.
Caminando hacia la capilla con Dive, se encogió de hombros cuando
el hombre le dio una palmada en la espalda y asintió, diciendo
mucho sin decir una palabra.
Capítulo 15
Leo
Tomando un sorbo del café que Chris me había servido en el
momento en que me senté en la barra, examiné la sala común
abarrotada detrás de mí en el espejo detrás de la barra. Era fácil
distinguir de dónde vendrían los problemas si nos quedábamos aquí
más tiempo del previsto.
De las putas del club que no habían sido expulsadas por Ice. Solté un
suspiro.
¿Por qué siempre eran las putas del club las que empezaban las
cosas que los hermanos tenían que terminar? Incluso en casa era la
misma mierda. Era como si las perras pensaran que porque se
encargaban de las pollas de los hermanos podían decir y hacer lo
que quisieran. Y cuando iniciaban una campaña de rumores
causaban un sinfín de problemas entre los hermanos, sus damas y
sus novias.
Lo que me interesó fue la evidente división entre las putas. Un
pequeño grupo era muy visible en su desprecio por el resto de las
zorras. Permanecían en un pequeño grupo en los sofás al fondo de la
sala, sin circular como las otras mujeres. Interesante. Muy
interesante.
Mis padres nunca ocultaron la forma en que Reid y yo habíamos
venido al mundo. Ambos sabíamos que éramos el resultado de que
mi padre se acostara con putas del club. Mi madre las odiaba, nunca
lo había dicho en voz alta, pero estaba ahí en sus ojos y mi padre se
aseguró de que ella supiera que nunca volvería a ir allí. Y no lo ha
hecho, ha sido fiel a su dama, ya sea en la casa club o viajando,
nunca hizo trampa. En lugar de eso, chateaban por video cuando él
estaba de viaje, todas las noches antes de irse a dormir. Solo.
O en el caso de mi madre, no tan sola. Cuando éramos más
pequeños, su gran cama se llenaba de niños emigrando durante toda
la noche.
Cuando encontrara al hombre con el que quería establecerme, quería
lo que ellos tenían. Un amor que fue lo suficientemente fuerte como
para resistir lo peor y convertirse en el amor más grande entre dos
personas. Mis padres eran el máximo ejemplo de un amor duradero.
—¿En qué estás tan pensando —La voz de DC irrumpió en mis
pensamientos.
La miré antes de mirar el café.
—Estaba pensando en mis padres. En las muchas cosas a las que han
sobrevivido y lo enamorados que siguen. A veces son bastante
repugnantes, pero mis hermanos y yo crecimos sabiendo que se
amaban y nos amaban.
—Tus padres suenan como si fueran increíbles. —Chris se apoyó en
la barra frente a mí y sonrió—. Los míos, no tanto.
—Mi padre es increíble pero siempre está ocupado, por lo que las
cosas le pasan desapercibidas todo el tiempo. Pero lo está
intentando, así que eso es algo—dijo DC y se encogió de hombros.
—Tuvimos suerte de tener a Viv y Grave como nuestros padres, no
encontrarás a ninguno de nosotros en desacuerdo con eso. —Pero
entonces pensé en Reid—. Excepto tal vez Reid, él siempre quiso
saber sobre su madre biológica y por qué no estaba en su vida. A mí
me importa una mierda mi biología, ella está muerta, fin. Mi madre
me adoptó y me amó sin importar cómo nací. No la cambiaría por
nada. Creo que cuando a Reid se le jodió la cabeza vino aquí a
buscarla, para ver si podía haber algo entre ellos. Apostaría mi mejor
juego de cuchillos a que quedó decepcionado con lo que encontró.
—Nunca dijo una palabra sobre su familia, siempre cortó las
conversaciones que eran incluso cercanas al tema—dijo Chris
suavemente—. Todos los hermanos hablan cuando se ponen de
cierto humor después de beber, pero Army no, nunca. Se guardaba
una parte de él para sí mismo. Siempre.
Asentí con la cabeza. Ese era Reid. O ese había sido el Reid que
volvió a casa después de la mierda que pasó en su último
p q p
despliegue.
DC giró en su taburete hasta que estuvo de cara a mi lado y me giré
para mirarla.
—¿Por qué no abordamos la verdad incómoda mientras los hombres
no están presentes para involucrarse? La mierda que pasó ayer y hoy
más temprano en la oficina de Hawk.
Me volví hacia ella y levanté una ceja.
—Si crees que voy a escupir mis tripas sobre mis sentimientos, será
mejor que lo pienses de nuevo. No está pasando. Ella hizo lo que
hizo, tú y tu séquito hicisteis lo que hicisteis. Ella se disculpó. En lo
que respecta al club, está terminado. En lo que a mí respecta… me
llevará un tiempo confiar en alguna de vosotras.
Mirando a Chris, le sonreí.
—Sin embargo, tú no, tú y Genna no están incluidas en esa
declaración.
DC no dudó.
—Bien, la confianza es algo que una persona tiene que ganarse. No
puedes dársela a alguien por con quién está relacionado. Ahora que
eso está fuera del camino, tengo una pregunta. ¿Qué haces
exactamente en tu club?
Estuve totalmente de acuerdo con el cambio de tema.
—Soy la gerente general de los clubes de striptease y bares que
posee el club.
—¿Es como administrar pero reportándole a un hermano que en
realidad está a cargo?
Riendo, negué con la cabeza.
—No, estoy a cargo, totalmente. Tengo gerentes en cada uno de los
lugares, ellos me reportan a mí y yo le reporto a Maniac, nuestro
presidente. Mi oficina principal está en uno de los clubes de
striptease, pero también tengo una oficina en casa.
—Dijiste clubes de striptease y bares, en plural. ¿Cuántos?—
preguntó Chris con los ojos muy abiertos.
—Tres clubes de striptease y dos bares, además de otro
bar/restaurante que estamos construyendo ahora mismo. Jamie, mi
asistente, se encarga de todo mientras estoy aquí, así que no me
preocupa que las cosas vayan mal mientras no estoy allí.
—¿Es esto lo que siempre quisiste hacer?—preguntó DC con
curiosidad en todo su rostro.
Sacudiendo la cabeza me reí.
—No, quería ser un hermano, pero claro, sin polla y bla, bla. Así que
ésta fue la mejor opción.
DC rebotó en su asiento y sonrió ampliamente.
—¡Oh Dios! Yo también. Yo también quería ser parte del club. Me
enojé cuando mi padre me dijo que era solo para chicos. Estaba tan
enojada que decidí demostrárselos a todos. Sería mejor que el mejor
hermano del club. —Ella le guiñó un ojo—. Ahora los cabrones me
tienen miedo y eso me encanta.
Sonreí.
—Si no puedes unirte a ellos, golpéalos en su propio juego. Eso es lo
que estás diciendo, ¿verdad?
Ella sonrió y asintió. Nos volvimos hacia la barra, recogimos
nuestros cafés y bebimos casi al mismo tiempo. Chris sacudió la
cabeza y nos miró con ojos muy grandes.
—Vosotras dos seríais muy malas noticias si alguna vez decidierais
uniros contra alguien. Puedo verlo en vuestros ojos. Ambas tenéis
ese brillo depredador.
Sonriendo, sacudí la cabeza como si no le creyera o no fuera tan
peligrosa como ella me hacía parecer. DC, sin embargo, esa mujer
era realmente una mala noticia, estaba ahí en sus ojos oscuros. Podía
verlo y ella era consciente de que podía. Y tal vez quería que yo lo
viera, como una especie de advertencia. No lo sabía y en realidad no
me importaba.
—¿Puedes decirme de qué se trata la reunión de hoy? Hawk estaba
siendo un idiota con la boca cerrada esta mañana porque estaba
enojado con Beryl y conmigo. —Una vez más cambió de tema.
Suspirando, asentí.
—Acabamos de estar en la embajada para organizar la repatriación
del cuerpo de Reid a Estados Unidos. Sólo para que nos digan que
no pueden ayudarnos hasta que les llevemos la documentación
correcta. Eso significa papeleo con el nombre de Reid Lawrence
Jordan. Y desafortunadamente, todos los documentos aquí tienen ese
estúpido alias suyo.
—Mierda, eso no es bueno. Pero estoy segura de que Ice podrá
encargarse y, si hay un problema, Ziggy lo arreglará para que
desaparezca.
—Eso espero porque necesitamos llevarlo a casa con nuestros
padres. No lo están pasando muy bien ahora, especialmente mi
madre. Necesitan un cuerpo para llorar y esas cosas. Además está el
club y todo lo que conlleva. Creció con algunos de esos hermanos y
todos quieren presentarle sus respetos. Y luego están los marines,
estoy seguro de que hay que informarles y es posible que quieran
participar en su funeral. No lo sé en este momento. —La tristeza que
no había podido quitarme de encima me envolvió y suspiré
profundamente—. Parece que no es real, que simplemente está en
otro despliegue y cruzará la puerta en cualquier momento con una
gran sonrisa en el rostro. Y luego recuerdo ese puto ataúd negro y
brillante.
Apoyé los codos en la barra, junté las manos delante de mi boca y
respiré.
—¿Y qué pasa con Wolf? ¿Cómo van las cosas con él reclamándote
como su dama?
Maldita sea, ¿por qué tenía que ir allí?
—Estamos bien. Y todo va tan bien como se puede esperar dadas las
circunstancias.
—Ese beso que te dio fue increíblemente caliente, digo. —Chris
sonrió—. Creo que deberías saber que el hombre tiene reglas serias
sobre cómo estar con una mujer y creo que las rompiste todas.
Ella me miró con ojos grandes y sonrió.
—Déjame decirte que esas perras de allí se sorprendieron muchísimo
por ese beso. No hay una sola de ellas que no haya intentado atrapar
a tu hombre y se haya estrellado y prendido fuego. Muy, muy
raramente se follaba a una zorra de club y sólo a una de las CTB’s,
nunca a una de las otras.
Fruncí el ceño.
—¿CTB’s?
—Significa las chicas de la tía Beryl y son las mujeres que ella
aprueba porque la ayudan a cocinar y limpiar por aquí. Por el
momento sólo somos cinco. Y antes de que preguntes, no, nunca me
he follado a tu hombre. Y por favor no me preguntes cuál de las
chicas sí. No puedo decirte eso. Solo debes saber que ha pasado un
tiempo desde que tocó a una, meses en realidad.
Levanté ambas manos para evitar que vomitara más.
—Oye, no te estreses. Crecí en un club, sé cómo funciona. Un
hermano folla con las putas del club y una vez que encuentra a su
dama deja de hacerlo… con suerte. Algunos de los tipos en casa son
hombres buenos que no engañan a sus mujeres. Pero al igual que los
hombres en todo el mundo, existen esos cabrones que no se
conforman con un solo coño, les gusta la variedad. Es muy difícil
ignorarlo, especialmente si su mujer es una amiga. Por eso tengo
muy pocas amigas en el club. Mantengo la distancia, así no tengo
que cortarle las pelotas a un hermano por engañar a una amiga.
—Debes meterte en muchos problemas con tu presidente—dijo DC y
sonrió.
Encogiéndome de hombros, empujé mi taza vacía hacia Chris y vi
cómo me la llenaba.
—Solía hacerlo, pero con el tiempo aprendí a elegir mis batallas. Esa
es una batalla que nunca ganaré, así que tuve que dejarla pasar.
—Lo mismo conmigo. Me cabrea muchísimo cuando lo veo y tengo
que evitar a ese hermano en particular durante semanas en caso de
que pierda la cabeza con él. ¿Por qué ponerle tu parche a una mujer
si vas a seguir follándote a las putas del club? No lo entiendo—dijo
DC sacudiendo la cabeza confundida.
—Lo sé. Una vez le dije a mi hermano Ren que eso era como si yo
tuviera el parche de un hermano en la espalda, pero todavía me
estuviera follando a varios otros tipos cuando él no estaba cerca. Casi
perdió la cabeza. Dijo que sólo una puta haría una mierda así. Fue
entonces cuando llamé puta a uno de sus mejores amigos porque
aunque tiene una dama, que sé que ama, todavía se folla a las putas
del club cuando viaja. Digamos que Ren no estuvo contento
conmigo, por mucho tiempo. —Inclinando mi cabeza hacia un lado,
de repente me golpeó—. Vaya, me lo perdí por completo. Ren dejó
de salir con las putas del club casi al mismo tiempo. Mmm, mi
argumento debe haber causado impacto.
DC me observó con interés mientras yo analizaba en silencio la
revelación en mi mente.
Chris irrumpió en mi neblina autoimpuesta.
—¿Lure está disponible o tiene a alguien en casa?
Giré mis ojos hacia los de ella y ella se sonrojó. El rojo subió por su
pecho, cuello y mejillas mientras la observaba con una pequeña
sonrisa.
—Hay una razón por la que su nombre de carretera es Lure (NdelT:
señuelo/carnada/cebo). Según sus hermanos del club, su sonrisa es
como un señuelo de pesca, lo lanza y atrae a las mujeres sin esfuerzo.
—Mi sonrisa se hizo más amplia cuando Chris se puso más roja.
—Bueno, mira eso—bromeó DC—. Creo que Chris se ha sentido
atraída por esa sonrisa y está enganchada.
—No lo estoy—protestó ella con vehemencia—. Solo preguntaba.
—¿Y por qué preguntarías por Lure y no por Breaker o Magic o
incluso por mi hermano? Creo que la señora protesta demasiado.
—Ooh, mira eso, parafraseando nada menos que a Shakespeare. —
DC se rio entre dientes—. Responde esa si puedes, Chrissie.
—Ambas estáis llenas de tonterías. Solo preguntaba. —Chris nos
miró con el ceño fruncido mientras el rojo desaparecía lentamente.
—Está bien, déjame aliviar un poco la situación—dije con una
sonrisa maliciosa—. Dive, Lure y Breaker están muy, muy solteros y
nunca han tomado en serio a una mujer. Magic, es una historia
diferente. Hasta hace unos cuatro meses salía con una de mis
mejores amigas, Evie. No tengo idea exactamente de qué salió mal
porque ninguno de los dos quiere hablarme de ello. Lo que sí sé es
que se trató de putas del club y que era algo serio, muy serio. Espero
que lo resuelvan porque estaban bien juntos.
DC se frotó las manos como si se estuviera preparando para iniciar
una sesión de chismes.
—¿Qué pasa contigo? Tiene que haber uno o dos hombres en casa
que estén esperando ansiosamente a que regreses.
Resoplé y negué con la cabeza.
—Mierda, no, no hay nadie esperándome. Al último lo tiré a la acera
de una patada porque lo pillé con dos putas del club y ya está. En
primer lugar, fui estúpida al empezar una mierda con el cabrón y
ahora tengo problemas para deshacerme de él.
—¿Es uno de esos que siguen? —Chris se apoyaba en sus antebrazos
para acercarse.
—Es peor. Piensa que si me reclama, automáticamente tendrá un
asiento en la mesa. Estúpido culo.
DC estaba a punto de responder cuando escuchamos el sonido de
botas resonando por el pasillo dirigiéndose hacia la sala común.
La reunión había terminado y, con suerte, el problema del papeleo se
había solucionado para que pudiéramos comenzar los arreglos para
llevar a Reid a casa.
Una mirada al rostro de Dive me dijo que no estaba feliz, en
absoluto.
Mierda.
Vino directamente hacia mí y me pasó el brazo por los hombros.
—Camina conmigo, Leo.
Me levantó del taburete, me acompañó a través de la casa club y
salió por la puerta principal. Se dirigió hacia el costado del edificio y
hacia el césped antes de detenerse.
No me dejó colgada y comenzó a explicarme tan pronto como
estuvimos lo suficientemente lejos de cualquier oído.
—Tendremos que quedarnos aquí más tiempo del esperado. Tomará
tiempo ordenar el papeleo sin alertar a las autoridades de que lo
estamos jodiendo. No podemos arriesgarnos a ir a Estados Unidos
con documentos falsificados porque si nos atrapan terminaremos en
una prisión federal. Ice se acercará a algunas personas para que nos
ayuden con el cambio de nombre en todos los trámites relevantes. Su
maldito alias está en todo y esa perra donante de óvulos sabía
exactamente quién era y guardó silencio. Hay una razón para esto y,
con suerte, sabremos cuál es muy pronto.
Me quedé con los brazos cruzados mientras lo escuchaba explicar
pero había algo que no me decía.
—¿Qué otra cosa hay? Dímelo todo, Dive. No te contengas,
cuéntamelo todo.
Se frotó la cara con las manos y se las pasó por el cabello antes de
suspirar profundamente.
—Hay otras cosas que están pasando, pero son cosas del club que no
puedo discutir contigo, cariño. Pero volvamos a lo de nuestra
estancia prolongada.
Parecía incómodo, mi rudo y listo hermano luciendo incómodo no
era algo que veías con frecuencia. Más bien nunca.
—Hawk insiste en que te quedes aquí, en su casa club con Wolf.
Insiste en que será más seguro para ti.
q g p
Mientras hablaba, yo ya estaba moviendo la cabeza de un lado a
otro.
—No, me niego. No me quedaré aquí sin vosotros. Después de la
mierda que pasó cuando llegamos, no me siento segura aquí. No lo
haré, Dive.
Y ahí fue mi acento que delataba lo molesta que estaba.
—Niña, de ninguna manera te dejaremos aquí sola, lo juro. Dos de
nosotros estaremos contigo en todo momento. El club tiene algunas
cabañas cerca de aquí donde nos alojaremos. Reaper y los
muchachos también estarán aquí. No estarás sola, te lo juro.
—Pero estaré sola allí—dije mientras señalaba la casa club—. Te
quedarás en otro lugar mientras yo estoy allí con ellos. No les agrado,
Dive. Oíste lo que decían cuando entramos. Si una de esas personas
se mete conmigo, la cortaré, sabes que lo haré. Y no me arrepentiré.
Mi hermano mayor sonrió de repente.
—¿Cuándo te has arrepentido, cariño?
Me encogí de hombros y suspiré profundamente.
—Ya votasteis sobre esta mierda, ¿verdad?
Se encogió de hombros casi a modo de disculpa y asintió.
—Sí, y te quedarás aquí con Wolf.
—Así que toda esta charla fue en realidad un montón de putas
tonterías. La decisión ya está tomada y te dijeron que me dijeras
agua y ajo—le gruñí.
—No con esas palabras, no, pero algo parecido. —Agarró mi cara
entre sus manos, me miró a los ojos y vi algo que nunca pensé que
vería en los ojos de mi hermano. Miedo.
—Se supone que no debo decirte esto, pero que les den, necesitas
saberlo, Leo. Hay fotos tuyas en el funeral en Internet. Fotos tuyas
llorando sobre su ataúd, parada al lado del coche fúnebre y en la
parte trasera de la moto de Wolf. Alguien tomó fotos y las publicó en
internet, les puso tu maldito nombre y que perteneces a los Shadow
Wraiths. Están jodidamente por todas partes. Ziggy está haciendo
todo lo posible para deshacerse de ellas, pero sabes que una vez que
están en la red, es muy difícil borrar todo rastro de ellas.
Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.
—¿Por qué? ¿Qué tiene de importante que esté en su funeral como
para ponerlo en la web? ¿Es esa mierda de casa la que nos siguió
hasta aquí, Dive? —Tenía tantas preguntas y sabía que para la
mayoría de ellas no recibiría ninguna respuesta.
—No puedo responder a eso, cariño, porque no lo sé. Lo que sí sé es
que no me gusta. Deberíamos haber estado pasando desapercibidos
aquí y no lo estamos. Y esa es la razón principal por la que acepté
que te quedaras aquí en su jodida casa club.
Mis hombros se hundieron mientras suspiré.
—Bien, pero necesito que sepas que no estoy contenta con esta
mierda. Prométeme que tú y los muchachos estaréis cerca y que no
me dejarás pudrirme aquí. Y necesito andar en mi moto. Incluso si lo
único que puedo hacer es recorrer la carretera de un lado a otro, al
menos será un escape de la mierda que pasa dentro.
Dive comenzó a negar con la cabeza y rápidamente lo hice callar.
—No. No empieces conmigo, Dive. Sabes que no soporto estar
encerrada. Tienes que hacerles ver que necesito esto para no lastimar
a alguien. Te doy mi palabra de que lo único que haré será dar la
vuelta al complejo y seguir la carretera. ¿Qué puede doler?
—Dios, Leo—gruñó mi hermano—. Eres un puto dolor en mi culo, lo
sabes, ¿verdad? Bien, haré arreglos con su presidente para permitirte
montar. Pero necesitas escucharme atentamente, niña. Sólo conduces
por donde te dicen que puedes. No los presiones por más. ¿Tengo tu
palabra?
Suspirando con resignación asentí.
—Tienes mi palabra. Me quedaré aquí y conduciré sólo donde me
digan que puedo. ¿Qué pasa con esta estupidez del reclamo?
¿Tendré que compartir habitación con ese bastardo?
Lo sentí detrás de mí antes de que dijera una palabra. Su voz sonó
enojada al máximo cuando llegó.
—Nada de lo que estamos haciendo es una estupidez. Lo hacemos
para evitar que tu culo resulte lastimado o algo peor. Compartirás
mi habitación como mi dama y respetarás a mis hermanos y a sus
mujeres. No necesito ningún puto problema de tu parte. Te estoy
haciendo un maldito favor a ti y a tu club y será mejor que lo
recuerdes, princesa. Ésta es mi casa y respetarás a todos los que
están dentro de ella. Ponme a prueba, princesa. Ponme a prueba y
verás cómo te enseñaré a respetar a tus superiores.
Me giré para decirle lo que pensaba, pero él ya se estaba alejando
furioso hacia quién sabe dónde. Cuando desapareció por la esquina
de la casa club, estaba completamente furiosa. Necesitaba golpear
algo o montar. Me volví a Dive solo para ver una sonrisa maliciosa
en su rostro que rápidamente borró cuando le di un puñetazo en el
brazo. Bastardo.
—Consígueme permiso para montar. Lo necesitaré si así es como ese
imbécil va a actuar conmigo. Sólo puedo soportar un límite de
irritación por parte de ese bastardo—Le escupí a mi hermano antes
de alejarme, dejando a la mierda riéndose mientras me alejaba
Estaba furiosa. ¿Con quién mierda se creía que estaba hablando? ¿Y
llamarme princesa? ¿Y ellos eran mis superiores? ¿Qué carajo? No,
no sólo no, sino oh mierda, no.
Las cosas no mejoraron cuando irrumpí en la casa club y fui al bar.
DC ya no estaba, pero Chris todavía estaba allí sirviendo bebidas.
Necesitaba algo fuerte ahora mismo. Desafortunadamente, ella no
estaba sola en el bar, había tres zorras del club colgando de los
hermanos en el bar. Me senté y las ignoré, esperando a que Chris
terminara con ellos antes de venir hacia mí.
Con suerte, esas perras me dejarían en paz para que pudiera
calmarme. Si no lo hacían, pagarían un infierno porque de ninguna
manera mantendría la boca cerrada ante una puta de club.
Sí, llámame princesa, imbécil, te mostraré una maldita princesa.
Chris me miró a la cara, tomó el Jack del estante, colocó un vaso de
chupito frente a mí y lo llenó. Lo agarré, me lo bebí de un trago y
dejé caer la cabeza mientras la quemadura recorría mi garganta y mi
pecho. Golpeando la barra con el vaso observé mientras ella me lo
llenaba de nuevo.
—¿Estás bien, Leo?—me preguntó en voz muy baja, sin dejar que su
voz llegara a las perras demasiado interesadas al otro extremo de la
barra.
Negué con la cabeza lentamente de un lado a otro.
Yyyy fue entonces cuando una de esas perras decidió joderme.
—¿Crees que puedes entrar aquí y actuar como si fueras la dueña
del lugar? Todos vimos ese chaleco. Eres mercancía en la escoria de
tu club. No eres más que una puta que intenta conseguir un parche.
Yo lo tuve primero, perra y siempre volverá por más porque mi coño
es el mejor. Me lo dijo repetidamente—terminó la perra dándose
importancia.
Lentamente giré en mi taburete y la miré de arriba a abajo. La perra
estaba vestida al estilo típico de una puta de club, falda corta y
ajustada, una diminuta camiseta sin mangas y zapatos de stripper.
Era de estatura promedio y tenía tetas y culo en abundancia, cabellos
oscuros que se curvaban alrededor de sus hombros. No me perdí el
hecho de que era muy bonita pero sus ojos eran ladinos y crueles.
—¡Tracy! —espetó Chris pero la perra la ignoró y mantuvo sus ojos
en mí.
—¿Eso es todo lo que tienes? ¿Nada más? Maldita sea, eres patética.
Déjame iluminarte, puta de club. Para tu información y la de
cualquier otra persona que quiera ponerme a prueba, la próxima vez
que me faltes el respeto te cortaré. No soy una puta de club, ni una
conejita de parche. Nací en mi club. Soy una heredera. La única hija
del vicepresidente de Shadow Wraiths MC de Savannah, Georgia. Y
perra, tú sabes en lo que eso me convierte. Sí, puedo ver que
empiezas a entenderlo. Realeza del club, perra. Solo recibirás esta
advertencia, ven hacia mí otra vez y nadie querrá volver a mirarte a
la cara. —Miré sus ojos sorprendidos y asustados—. ¿Me entendiste?
Asiente con tu maldita cabeza para decir que sí.
Ella asintió frenéticamente y luego salió corriendo como si su culo
estuviera en llamas cuando le hice un gesto para que se marchara.
Volviéndome hacia Chris, sacudí la cabeza.
—Me cansa tanto tener esta charla con las putas de club. En casa
saben que no deben atacarme con sus tonterías. Si lo hacen,
aprenden muy rápidamente que se arrepentirán por el resto de sus
vidas.
Tocando la barra deslicé mi vaso de chupito hacia ella.
—Vamos a emborracharnos, Chris. ¿Qué dices?
La risa brilló en sus ojos mientras sacudía la cabeza.
—Me va a encantar tenerte aquí dándoles un infierno a esas perras.
Mierda, me pondrá triste cuando vuelvas a casa.
—No estés triste, ven conmigo cuando me vaya—le susurré
inclinándome hacia adelante.
Sus ojos se abrieron ampliamente y jadeó. Su boca se abrió para
responderme pero no tuvo la oportunidad. Me agarraron del brazo y
me arrancaron bruscamente del taburete. Tropezando para ponerme
de nuevo en pie, estiré la mano hacia el cuchillo pero me detuve
cuando me di cuenta de que era Wolf.
Un Wolf enfurecido. Empujando su cara contra la mía, me gruñó
entre dientes.
—Te lo advertí. Te advertí que respetaras a todos en este edificio.
Tenías que ponerme a prueba, ¿verdad?
—Wolf, ella...—intentó interrumpir Chris pero él la silenció con un
gesto de la mano.
Cuando me arrastró con él, mis ojos se encendieron ante la maldita
puta sonriente. Levanté mi mano libre y lentamente la arrastré por
mi garganta manteniendo mis ojos en ella mientras Wolf me sacaba a
la rastra de la habitación y me llevaba escaleras arriba. Sonreí con
maldad mientras ella se encogía y se alejaba escabulléndose.
g y j
Lo que no esperaba era que me empujara casi violentamente dentro
de la habitación cuando llegamos. Me aparté de él, él empujó y
sucedió esa mierda. Al entrar a trompicones en la habitación, me
resbalé con una camiseta que estaba tirada en el suelo de madera,
pero en lugar de caer de culo, salí volando por la habitación y
choqué contra una cómoda. Gracias a la mierda la golpeé de lado y
no con la cara. Los bordes afilados se estrellaron contra mis costillas
y me dejaron sin aliento por el dolor. Gemí pero corté el sonido
mientras lentamente me levantaba del suelo, colocando una mano en
mi costado. Levanté la vista y lo miré a los ojos. Donde antes habían
estado furiosos, ahora estaban abiertos y conmocionados y tenía su
mano extendida como si quisiera ayudarme a levantar.
—Joder, no fue mi intención hacer eso. Lo siento muchísimo.
Me alejé de él y él se encogió. Sin decir una palabra, me quedé
mirándolo.
Sabía que no había tenido la intención de enviarme volando por la
habitación como lo había hecho, pero lo hizo. Y me había lastimado.
Por la expresión de su rostro supe que estaba conmocionado y
horrorizado.
Me importaba un carajo. Había ido demasiado lejos.
—Necesito a mi hermano—siseé muy suavemente.
—No, Leo. Eres mi dama y yo te cuidaré. Lamento que te hayas
caído, pero debes darte cuenta de que tú empezaste esta mierda. —
Su ceño enojado había regresado—. Te lo advertí pero seguiste
adelante y le faltaste el respeto a mis hermanos. No puedo permitir
que eso siga así. —Su voz se había suavizado mientras hablaba y la
ira había desaparecido.
Resoplando con disgusto, negué con la cabeza.
—No he hablado, ni faltado el respeto a ninguno de tus hermanos.
Pero parece que tu puta sabe que te encantan las lágrimas falsas. Ella
te cuenta su triste historia y tú le crees cada palabra y me pones las
manos encima. Que así sea. Me alegra saber exactamente qué tipo de
hombre eres y donde estamos parados.
Le di la espalda y miré alrededor de la habitación. Al ver la puerta
abierta de un baño, me acerqué dolorosamente, ignorándolo.
Arrastrando los pies dentro, cerré y trabé la puerta detrás de mí.
Gracias a Dios había un espejo detrás del lavabo y lentamente me
saqué la camiseta de los pantalones, la levanté e inspeccioné mis
doloridas costillas y cadera. Joder, iba a tener un moretón horrible.
Tocar el área me dolía muchísimo, pero hice presión e inspeccioné
hasta que estuve satisfecha de que no me había dañado las costillas.
Era solo un hematoma muy grave. Ni siquiera intenté volver a meter
la camiseta dentro de los pantalones, la dejé colgando mientras
agarraba la toallita. Necesitaba una compresa fría para detener la
hinchazón y los moretones. La mantuve debajo del agua fría, la
escurrí con fuerza y luego la sostuve contra mi costado dolorido.
Mientras estaba ocupada en el baño, al otro lado de la puerta, la
habitación había estado en silencio y esperaba con todas mis fuerzas
que el cabrón se hubiera ido.
Abriendo la puerta, salí con cuidado, pero me detuve cuando lo vi
parado frente a la ventana. Se giró y sus ojos inmediatamente se
dirigieron a mi mano que sostenía la tela contra mi costado. Él
lentamente vino hacia mí.
—Lo siento mucho, Leo. No quise hacerte daño. Te juro que fue un
accidente, sólo quería empujarte dentro, pero te soltaste de mi mano,
te resbalaste y volaste hacia la cómoda. —Sus manos se extendieron
y levantaron con cuidado mi camiseta. Le dejé. Incluso dejé que
apartara mi mano para mirar mi costado.
—Dios, joder—susurró—. Nunca me olvidaré ni me perdonaré por
esta mierda. Nunca, no mientras viva.
—Bien, espero que vivas mucho tiempo para arrepentirte de esta
mierda—siseé enojada.
—Por favor, déjame ayudarte, Leo. Necesitas recostarte con una
bolsa de hielo sobre ese hematoma. —No esperó a que respondiera y
me llevó a su cama.
Los siguientes minutos parecieron absolutamente surrealistas. Había
pasado de furioso a preocupado en un abrir y cerrar de ojos.
Y lo dejé.
Me quité la ropa y me quedé con las bragas y el sujetador, luego me
acosté con cuidado y me acomodé en su cama. Tenía algunas de esas
bolsas de hielo que se usan para que los químicos hagan su trabajo y
me colocó dos. Una en mis costillas, la otra en mi cadera. Pero no
había terminado. Me dio analgésicos y me cubrió con una colcha
suave antes de que arrastrara una silla y se sentara al lado de la
cama.
—Dime lo que pasó.
Y por fin el bastardo hizo la pregunta del millón que debería haber
hecho antes de perder la cabeza.
Demasiado tarde.
—Sabes qué, que te den. Ve y descúbrelo por ti mismo, ya no perderé
el tiempo, ni el aliento contigo. Sal, ve a jugar con tu maldita puta. —
Mi cabeza se sentía como un remolino mientras lo fulminaba con la
mirada y hacía una mueca como si oliera algo malo—. Tienes muy
mal gusto para las putas. Deberías haber ido con las con clase como
Chris, pero noooo, fuiste con la basura. Es bueno saberlo—farfullé.
Mis ojos comenzaron a ponerse muy pesados y a cerrarse. Drogas.
Me había drogado. Bastardo.
—¿Qué me diste?—murmuré mientras intentaba obligar a mis
párpados a obedecer.
—Sólo algo para el dolor, cariño. Duerme, estaré aquí cuando te
despiertes.
—No me hagas ningún favor...
Y eso fue todo. Estaba apagada como una maldita luz.
Capítulo 16
Wolf
Parecía pequeña y vulnerable acostada en su cama. La fuerza de su
personalidad había desaparecido ahora que estaba durmiendo. Ella
había luchado hasta el final contra las drogas que él le había dado.
Su atracción por ella y su maldito temperamento había sido lo que
causó esto. Había estado buscando una excusa para poner más
distancia entre ellos y cuando Tracy se le acercó llorando, estaba
listo. Listo para creer cualquier jodida historia triste que le contara la
puta. Y ahora había hecho lo imperdonable. Había puesto sus manos
sobre una mujer y la había lastimado. No importaba que ella se
hubiera alejado de él y se hubiera resbalado con la maldita camiseta
que él había dejado tirada en el suelo. En primer lugar, no debería
haberla empujado para que entrara en su habitación.
Para empezar, debería haberle preguntado su versión de los hechos
y sólo después reaccionar. Pero no lo había hecho. Había irrumpido
en el club y delante de algunos de sus hermanos y las putas había
maltratado a su dama. Les había demostrado que no la respetaba y
muy probablemente sentó las bases del trato que recibiría de todos a
partir de ahora. Y esto después de haber hecho toda una exhibición
golpeando a los bastardos que le habían faltado al respeto y
amenazado.
Mierda. Tenía que arreglar esto.
No sabía cómo pero de alguna manera tenía que arreglar esto.
Todavía estaba sentado al lado de la cama tratando de descubrir
cómo iba a hacer eso cuando alguien comenzó a golpear su puerta.
Una rápida mirada a Leo le aseguró que nada iba a despertarla. Le
cubrió el hombro con la colcha y fue a abrir la puerta.
El puño de Dive todavía estaba levantado para golpear la puerta
cuando la abrió. Chris estaba a su lado, sin mirarlo pero tratando de
mirar a su alrededor. Obviamente tratando de ver a Leo.
—¿Dónde está mi maldita hermana?—gruñó Dive dando un paso
hacia Wolf, haciéndolo retroceder.
Wolf se plantó y miró al bastardo.
—Deja de hacer ese maldito ruido. Está durmiendo.
—¡Mierda! ¿Dónde está? —Empujó el pecho de Wolf para pasar.
Chris los apartó a ambos del camino, corrió hacia la habitación y se
subió a la cama. Se inclinó y le habló en voz baja.
—¿Estás bien, Leo?— La ansiedad y la preocupación estaban
grabadas en todo su rostro y Wolf se encogió al saber que había
puesto esa mierda allí.
—Ella no se va a despertar, Chris. Tomó algunos analgésicos y la
dejaron inconsciente. Estará dormida profundamente al menos
durante las próximas cuatro horas.
Chris levantó la vista y lo miró, pero no lo miró a los ojos, miró a un
lado de su rostro para evitar mirarlo a los ojos.
—¿Por qué? Estaba bien cuando estaba en el bar. ¿Qué hiciste?
Wolf sacudió la cabeza y miró a Dive, cuyos ojos habían estado fijos
en su hermana pero ahora se giraban hacia él. Nada de lo que dijera
les haría creer que no le había puesto las manos encima. Respirando
profundamente, se preparó para la tormenta de mierda que había
provocado el golpe.
Señalando la puta camiseta que todavía estaba en el suelo junto a la
cómoda, trató de explicar.
—Eso estaba en el suelo junto a la puerta. Cuando subimos las
escaleras, la empujé hacia la habitación, ella se apartó, la pisó,
resbaló y salió volando hacia la cómoda. Sus costillas y cadera se
llevaron la peor parte de la caída. Le puse bolsas de hielo en los
moretones, le di algunos analgésicos y la acosté.
Dive se acercó a la cama y le quitó la colcha, exponiendo su costado
con las bolsas de hielo todavía en el lugar. Se las quitó suavemente y
luego maldijo con saña, se dio la vuelta y estrelló su puño en la cara
de Wolf, haciéndolo balancearse sobre sus pies.
—Maldito hijo de puta. ¿Qué tan jodidamente fuerte la empujaste
para que tuviera suficiente impulso como para causarse semejantes
moretones? —dijo mordiendo las palabras con los dientes apretados.
Wolf no intentó excusarse mientras se limpiaba la sangre de su labio
partido.
—Demasiado jodidamente fuerte. No debería haberla empujado en
absoluto.
Una Chris enojada se volvió hacia él con las manos en las caderas.
—Tienes toda la razón, no deberías haberla tocado. Todo esto es obra
de Tracy. Una puta te ha engañado para que le pongas las manos
encima a tu dama. Felicitaciones Wolf, ahora eres oficialmente parte
de la brigada de los estúpidos cabrones—dijo Chris enfurecida.
Dive se quedó muy quieto y su voz sonó letalmente fría.
—¿Una puta causó esta mierda? ¿Ésta es la perra Tracy de la que
hablabas?
—Yo me encargaré, Dive. Esta es mi mierda para limpiar—
interrumpió Wolf a Chris antes de que ella le diera más.
La Parca miraba a través de los ojos azules de Dive mientras los
clavaba en Wolf, sin decir una palabra pero haciéndole saber
exactamente lo que le esperaba.
—Sí, tú te encargarás de eso y luego yo me encargaré de ti. Estaba
bien con que le dieras algo de mierda porque ella nunca ha tenido
un hombre que pudiera hacerla retroceder como lo hiciste tú. Con
esa mierda ahí en su cuerpo ahora sé que cometí un maldito error al
confiarte nuestro tesoro. ¿Me pregunto cómo se sentiría Reid con
respecto a esta mierda en este momento?
Sus palabras lo destriparon total y completamente.
—Joder, Dive, no fue mi intención lastimarla. Estaba enojado porque
ella se estaba metiendo debajo de mi piel y cuando la puta vino
susurrando su veneno, reaccioné de forma exagerada. Ahora lo sé.
g
No tienes idea de lo jodidamente avergonzado que estoy por lo que
permití que sucediera.
—Si estás tan jodidamente avergonzado entonces haz algo al
respecto. Sal y jode a esa zorra. Si no lo haces, lo haré por ti. Y solo
un pequeño aviso, pendejo, no me importa si eres hombre o mujer,
jodes a mi familia y yo te joderé a ti. Lo hice antes, lo volveré a hacer
—siseó Dive suavemente.
Wolf estaba a punto de responder cuando Beast entró en la
habitación, llenándola con su actitud enojada.
—¿Qué carajo está pasando aquí? Os oigo discutir desde mi
habitación. Estáis molestando a mi dama con vuestra mierda.
Fue entonces cuando sus ojos se centraron en Leo, que yacía de lado
en la cama, con los moretones en las costillas y la cadera muy
prominentes. Y apareció el Beast con el que nadie quería joder.
—¿Alguien quiere explicarme esa mierda?—gruñó suavemente, con
los ojos fijos en el labio de Wolf.
Suspirando profundamente, Wolf le explicó. Beast estaba de pie con
los brazos cruzados sobre su amplio pecho y el ceño fruncido
mientras escuchaba.
Cuando Wolf terminó, negó con la cabeza.
—Ya estoy harto de la mierda que estas perras causan todos los
putos días. Las putas casi le cuestan a Hawk su dama, lo mismo con
Ice y conmigo. Ahora te están apuntando. La estoy echando. A la
mierda, las voy a echar a todas. —Miró a Dive—. Lo siento hermano,
sé que quieres arrancarle un pedazo de culo pero no podemos dejar
que hagas eso. Las prohibiremos y las echaremos a la calle.
Wolf abrió la boca para hablar pero Dive llegó primero.
—Las putas de tu club tienen demasiado poder, ¿te das cuenta,
verdad? ¿Por qué se les permite pasar el rato aquí durante el día?
Todos trabajáis durante el día, así que ¿por qué tenerlas en la casa
club? En mi club sólo se les permite entrar con invitación y de noche.
Sin quedarse a dormir. Las follamos y las tiramos.
—Eso es duro—dijo Chris suavemente.
—Cariño, lo que es duro es que le falten el respeto a una dama en su
propia casa. Eso es jodidamente duro.
—Bien, hemos terminado con esta discusión—dijo Wolf en voz baja
—. Mi dama necesita descansar. Bajaré y me encargaré de esa perra
más tarde.
—No, no te encargarás de una mierda. Yo me ocuparé de la puta por
ti. Cuida de mi hermana y si vuelves a ponerle la mano encima, tu
cabeza estará sentada en el escritorio de tu presidente, hijo de puta.
¿Me has entendido?
Dive estaba hablando muy en serio y Wolf asintió.
—Sí.
Sacudiendo la cabeza, Dive tomó la mano de Chris y arrastró su culo
protestando fuera de la habitación.
Wolf esperó porque sabía que Beast tenía algo que decir.
—La cagaste, hermano. Pero también lo hicimos todos cuando
encontramos a nuestras damas. Te daré un pase esta vez, no dejes
que haya una próxima vez.
—Nunca volverá a suceder, hermano. Te doy mi palabra.
Beast asintió y salió, cerrando la puerta detrás de él.
Volviendo a colocar la colcha sobre los hombros de Leo, Wolf se
sentó en la silla junto a la cama. Se desató los cordones, se quitó las
botas, se deshizo de los calcetines, los vaqueros y la camiseta y se
metió en la cama junto a ella. Con un suspiro de alivio, acercó
suavemente su cuerpo al suyo, la colocó en sus brazos y empujó su
cara contra su cuello, inhalándola.
Esperaba con ansias que cuando se despertara lo perdonara y
aceptara empezar de nuevo. De ninguna manera iba a mantener su
distancia con ella nunca más. Por lo que todos sabían, era su dama y
él tenía que empezar a tratarla como tal.
Cerrando los ojos, relajó su cuerpo y se quedó dormido sosteniendo
su posesión más preciada en sus brazos.
Él sonrió en sueños. Ella iba a perder la cabeza cuando él la llamara
así.
Su preciosa posesión.
Horas más tarde se despertó bruscamente con un pequeño gemido
de dolor. Levantándose con cuidado sobre un brazo, se inclinó sobre
ella.
—¿Tienes dolor, cariño?
Un pequeño gemido y un lento asentimiento fue todo lo que obtuvo.
Quitando la colcha, se sentó e inspeccionó su costado. Mierda.
Estaba negro, morado y azul desde debajo de sus tetas hasta la parte
superior del muslo. Su chica estaba magullada hasta la mierda.
—Espera, gatita, te conseguiré algunos analgésicos y te pondré otra
bolsa de hielo en el costado.
—No, no más píldoras para dormir, ni bolsas de hielo. No las
necesito—susurró.
Pasando la mano por su cabello, se inclinó y besó su mejilla.
—Está bien, cariño, pero necesitas tomar un poco de ibuprofeno para
el dolor.
—Está bien—murmuró ella.
Levantándose de la cama sin empujarla, Wolf encontró las píldoras
en su botiquín de primeros auxilios aún abierto y sacó un poco de
agua de su pequeño refrigerador en la esquina de la habitación.
Dejando el medicamente y el agua en la mesita de noche, deslizó con
cuidado sus brazos debajo de ella y la ayudó a sentarse. Sosteniendo
su brazo detrás de su espalda, rápidamente apiló las almohadas
detrás de su espalda y la recostó suavemente contra ellas.
Ella tragó las píldoras con un poco de agua y sus ojos nunca lo
abandonaron. Una vez que terminó, él le quitó la botella y la volvió a
dejar en la mesita de noche.
—¿Te estrellaste contra una puerta o alguien te golpeó?
—Dive estaba cabreado y con razón. Lo siento mucho, gatita.
¿Puedes perdonarme?—mantuvo su voz suave y baja.
Se sentía como si hubiera estado esperando durante siglos antes de
que ella le respondiera.
—Sé que fue un accidente, pero si nos hubieras dado a Chris o a mí
la oportunidad de explicarte, nunca habría sucedido. Eso es lo que
me cuesta dejar pasar. Creíste las mentiras de una puta. Si yo fuera
tu dama de verdad, mi chaleco estaría en pedacitos pequeños en la
basura ahora mismo.
Joder, eso era duro, pero se lo merecía.
—La cagué —Ella estaba a punto de decir algo, pero Wolf levantó la
mano para silenciarla—. Nunca volveré a hacer esa mierda. Si
alguna vez hay una próxima vez, y espero que no la haya, acudiré a
ti primero y escucharé lo que tengas que decir. Te doy mi palabra,
cariño.
—¿Por qué estaba tan enojada conmigo? ¿Era tu polvo habitual?
Wolf retrocedió.
—¡Joder, no! Nunca he tenido mi polla cerca de esa perra.
Ella frunció el ceño y luego asintió.
—Está bien, lo entiendo. Estaba celosa porque al reclamarme
significaba que ella nunca tendría la oportunidad de apoderarse de
tu parche. Puta estúpida.
—Correcto, es una puta estúpida. Y se ha ido—coincidió Wolf con su
dama—. Ahora no volvamos a hablar de ella nunca más.
Wolf había terminado con su charla. Deslizándose nuevamente en la
cama junto a ella, acomodó las almohadas y la atrajo con cuidado
contra su pecho. Ella se resistió un poco al principio pero luego se
relajó y se acurrucó contra él. Extendiendo la mano, agarró el mando
a distancia que estaba sobre la mesita de noche y encendió el
televisor.
—Hoy han pasado demasiadas cosas, nos quedaremos aquí y
estaremos juntos durante unas horas. ¿Qué te gustaría ver?
—¿Qué pasa con la cena de Beryl? Ella está tratando de hacer las
paces y no puedo faltarle el respeto no apareciendo—se preocupó
Leo.
—Tenemos algunas horas, cariño. La cena es a las ocho y sólo son las
cinco, tenemos tiempo—la tranquilizó Wolf. El pequeño ceño
fruncido cuando la llamó 'cariño' le hizo saber que a ella no le
gustaba. Una pena. Se acostumbraría.
—¿Tienes Netflix?
—Ja, veamos qué podemos encontrar para mirar.
Se decidieron por una película y Wolf finalmente se relajó. Tenía a su
mujer en su cama con la cabeza apoyada en su pectoral y finalmente
el dolor en su pecho que se había instalado en el momento en que la
vio estrellarse contra la cómoda comenzaba a retroceder un poco.
Ahora lo único de lo que tenía que preocuparse era de la puta
erección en sus bóxers. Conseguir que desapareciera no iba a ser
fácil porque cada vez que su mano le acariciaba los abdominales, y
hacía esa mierda a menudo, se volvía más dura. Y por la pequeña
media sonrisa supo que ella sabía exactamente lo que le estaba
haciendo.
La pequeña mierda.
La mantuvo relajada en la cama hasta las siete y luego la envió a
ducharse. Estaba rígida y dolorida y él sabía que una ducha caliente
la ayudaría con la rigidez y parte del dolor. Cuando terminó y salió
vestida con unas sexys bragas cortas de encaje y un sostén, su jodida
polla se sacudió. Su mujer tenía el par de tetas más bonitas que
jamás había visto. Eran grandes y pesadas, la tersa y abundante
carne llenaba las copas de su sujetador. Jodidamente hermosa.
Tratando de alejar su mente de sus tetas, la atrajo entre sus muslos y
aplicó con cuidado el ungüento de árnica que tenía preparado. Cada
vez que sus dedos tocaban los moretones quería patearse el culo por
ser tan jodidamente estúpido.
Había sido uno de los hermanos que intentó advertir a Hawk sobre
las putas con las que había estado follando, pero su hermano no lo
escuchó. Y él fue e hizo la misma maldita cosa. No escuchar.
Mientras frotaba el ungüento en su piel, sus dedos seguían rozando
la parte inferior de su pecho, pero estaba oculto detrás del sujetador
y Wolf deseó en silencio que ella hubiera estado parada frente a él
sin sujetador. Sus tetas eran lo suficientemente grandes como para
haber tenido que sostenerlas mientras él le frotaba el ungüento en el
hematoma. ¿Y eso no le dio algunas ideas jodidamente geniales?
Su polla palpitaba cuando terminó de frotar el ungüento en su
hermosa piel. Piel que era del color de la leche cremosa. Su control se
rompió.
Con cuidado, le rodeó la cintura con las manos, la acercó más y las
manos de ella volaron hacia sus hombros. Estaba tan cerca que sus
tetas estaban justo ahí para su boca y él no dudó. Pasó la nariz por su
escote, aspirando su limpio aroma hasta lo más profundo de sus
pulmones. Girando ligeramente la cabeza, pasó la lengua por el
tentador globo, luego se llevó la suave carne a la boca y chupó. No lo
suficientemente fuerte como para dejar una marca permanente, sólo
lo suficiente como para marcarla por ahora.
Ambos gruñeron.
Alejándose, Wolf miró esos hermosos ojos y, sin apartar la mirada,
acarició el otro seno, lo lamió y chupó.
Fue entonces cuando ella lo dejó boquiabierto.
Soltando sus hombros, levantó la mano, bajó la copa de su sujetador
y le presentó su teta. Maldito infierno.
Sin apartar la vista de esos oscuros charcos de color violeta con
matices azulados, pasó la lengua alrededor del pezón, se lo llevó a la
boca y lo azotó con la lengua mientras chupaba con fuerza. Sus
gemidos lo incitaron a hacer más y él tomó el pezón entre los
dientes, lo mordió suavemente al principio y luego con más fuerza
mientras arrastraba la lengua sobre la punta. Ella gimió y se
estremeció bajo sus manos y Wolf gruñó.
Joder, a su mujer le gustaba un poco de dolor con su placer. Era
jodidamente perfecta para él.
Si tuvieran tiempo habría seguido jugando con ella pero no lo tenían.
No quería soltarla pero tenía que hacerlo y lentamente retiró la boca
pero no la soltó del todo. Lamió círculos alrededor del pezón, luego
se llevó su voluptuosa teta a la boca y la chupó con fuerza. Esta vez
estaba dejando su marca porque esas tetas, esta mujer, toda ella, le
pertenecían.
Su dama.
Joder, esta mierda lo iba a meter en problemas, lo sabía.
Mientras ella gemía y se retorcía bajo sus manos, él apretó su cuerpo
contra el suyo y le acarició la espalda y el culo con las manos.
Y fue entonces cuando sus cuidadosos planes de soltarla se fueron a
la mierda. De repente, Leo se montó a horcajadas sobre él y frotó su
caliente coño contra su polla dura como una roca. Sus manos
agarraron sus nalgas y la apretaron contra él, sujetándola lo
suficientemente fuerte como para saber que le iba a dejar moretones,
pero tenía que hacerlo. Tenía que impedir que ella se moviera.
—No, no, no, no pares. Chúpame, Wolf. Estoy tan cerca. Por favor,
chúpame y muérdeme—gimió ella suavemente mientras intentaba
frotar su coño contra su polla.
Y joder, él era sólo un hombre, un hombre débil. Hizo lo que ella le
pidió. Cerró la boca alrededor de su pezón y chupó con fuerza
mientras la frotaba sobre su polla. Si esto continuaba por mucho más
tiempo, se correría en sus bóxers, lo sabía.
Sus movimientos se estaban volviendo frenéticos y él la empujó con
fuerza contra su polla y presionó las caderas contra su coño cubierto
de encaje. Podía sentir el calor sobre su pene y gimió alrededor de su
teta.
Estaban follando en seco y era caliente y frenético.
Y entonces ella comenzó a estremecerse, lo rodeó con las piernas,
dejó caer la cabeza sobre su hombro y ambos gimieron. No sabía
cuándo había sucedido, pero ella estaba sentada en su regazo con las
piernas alrededor de él y él tenía su coño caliente apretado contra su
polla. Una polla que se sacudía porque él se estaba corriendo en su
puta ropa interior.
Esta mierda no había sucedido desde que era un maldito
adolescente.
Dándole una última lamida a su teta, la soltó y dejó caer su frente
contra sus tetas, frotando sus mejillas cubiertas de barba sobre su
piel. Marcándola. Alejándose apenas, miró sus tetas. Había dejado
una bonita marca de mordisco en la que estaba expuesta mientras
que la otra ahora estaba roja debido a su barba. Le gustó eso. Le
gustó ver sus marcas en ella.
—Maldita sea, eso estuvo caliente. Nunca antes me había corrido así.
Wolf frotó su barba sobre su sensible pezón y ella se estremeció.
Sonriéndole, soltó su culo y deslizó sus manos por su espalda y su
cabello. Echando su cabeza hacia atrás, tomó su boca y la reclamó
mientras la besaba fuerte y profundamente. Le mordisqueó el labio
inferior, lo lamió y luego soltó su boca.
—La última vez que me corrí en mi ropa interior era un maldito
adolescente. No he perdido el control así desde entonces. Ahora me
pregunto cómo me sentiré cuando tenga mi polla profundamente
dentro de ti.
La sintió quedarse inmóvil contra su cuerpo y la rodeó con los
brazos, manteniéndola en el lugar. A pesar de que sus bóxers
estaban mojados y le irritaban muchísimo.
—Ambos sabemos que va a suceder, cariño. Tenemos química,
mucha jodida química. Esperemos y veamos a dónde va esto.
Tenemos algo de tiempo, usémoslo.
Deslizando suavemente la mano por su mejilla y sobre su perilla
cuidadosamente recortada, se inclinó hacia adelante y frotó su nariz
contra la de él.
—Está bien, podemos intentar esto, pero Wolf, sólo una advertencia,
me iré a casa al final de esto. Si eso va a ser un problema, dejémoslo
p j
aquí y no lo hagamos más difícil de lo que ya es. —Su voz era suave
pero llena de resolución.
Su mujer pensaba que lo dejaría pero él tenía noticias para ella.
Tenían algo y él estaba seguro de que cuando llegara el momento
ella tomaría la decisión correcta. Ella lo elegiría y se quedaría.
Eso esperaba.
Porque eso es todo lo que tenía, solo esperanzas.
—Te escuché, gatita. No dejaré esto aquí, ni te dejaré ir. Una simple
advertencia, me quedo con lo que me pertenece. Y ahora mismo me
perteneces.
—Oh Dios, eres todo un hombre. Recuerda una cosa, todo esto es
temporal, Wolf—dijo sarcásticamente mientras agitaba una mano
entre ellos.
Wolf sólo pudo sonreír.
—Ja, cariño, soy un hombre, todo hombre. —Con eso, la frotó sobre
su polla semidura y la hizo gemir.
—Después de eso voy a necesitar otra ducha—se quejó ella.
Wolf no perdió el tiempo.
Agarrándola, se levantó y fueron al baño. En cuestión de segundos,
ambos estaban desnudos y bajo el agua caliente. Estaba
condenadamente tentado, pero mantuvo las manos quietas mientras
se enjabonaban y lavaban. Cuando terminaron, estaba duro otra vez.
Ignoró su polla y salió de la ducha. Si se hubiera quedado, la habría
follado contra la pared.
No podía esperar a que regresaran a su habitación después de cenar.
Al verla sonriéndole mientras se vestía, él silenciosamente le
prometió retribución por la sonrisa.
Más tarde se arrepentiría de esa sonrisa.
La anticipación lo invadió.
Iba a ser una maldita larga noche.
Capítulo 17
Leo
¡Mierda! No podía creer que hubiera hecho esa mierda con Wolf. Un
tipo con el que estaba muy cabreada pero cuyo maldito culo sexy me
tenía completamente confundida. Y después de ver su polla en la
ducha, estaba total y absolutamente obsesionada con ella.
La polla de Wolf era grande, muy grande. No sólo era larga, sino
gruesa. Estaba un poco preocupada de que ese monstruo se metiera
en mi coño. No iba a encajar.
—Deja de preocuparte por el tamaño de mi polla y vístete, gatita—
interrumpió Wolf mis reflexiones.
—No estoy preocupada—negué rápidamente.
Deslizando mis ojos hacia él vi la ceja levantada y la sonrisa. Maldita
sea.
—Encajará, cariño. No te preocupes por eso. Te dejaré tan
resbaladiza que mi polla se deslizará dentro de tu coño.
Apartando la mirada de él, extendí la mano para que dejara de
hablar.
—No, no quiero escuchar más. Vístete para que podamos salir de
aquí.
—Primero necesito ponerte un poco más de ungüento de árnica en
tus moretones.
No, no está sucediendo.
—No me encargo. Vístete.
Mientras estábamos follando en seco, me había olvidado por
completo del dolor y ahora que ya no estaba en una nebulosa sexual,
podía sentirlo. Poniendo en práctica mis palabras, rápidamente froté
el ungüento sobre mi costado dolorido y mi cadera. Los moretones
eran feos pero el dolor no era tan intenso, era totalmente soportable.
Una vez que terminé, me vestí rápidamente y me senté a ponerme
los calcetines, pero Wolf me los quitó de las manos. Se arrodilló
frente a mí, me puso con cuidado los calcetines y las botas y las ató.
Cuando terminó, pasó sus grandes manos por la parte posterior de
mis piernas, luego las deslizó sobre mis muslos y las mantuvo allí
mientras me miraba.
—¿Qué?—pregunté, frunciendo el ceño porque todavía estaba
arrodillado frente a mí. No tuve que esperar mucho para recibir una
explicación.
—Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida. Sólo tenía que
hacértelo saber. Tu cabello, tus ojos, tu piel, tus labios, tu cuerpo,
todo me excita, gatita. —Sacudió la cabeza como si no pudiera
creerlo—. Cuando te vi por primera vez pensé que pertenecías a mi
hermano. Después, cuando quedó claro que no era así, fue como si
una pesada carga cayera de mis hombros. Ya no estabas fuera de mi
alcance. ¿Y cuando necesitábamos una forma de mantenerte a salvo?
Fingí estar enojado pero sabía que iba a ser yo quien te reclamaría,
nadie más.
—Tienes que dejar de ser tan honesto, dulce y esas cosas. Salgamos
de aquí para que puedas volver a poner tu cara de enfado. —Intenté
sonar fría y distante pero sabía que sólo tenía que mirarme a los ojos
para saber que no era verdad. Estaba tan atrapada por él que me era
difícil recordar que esto no iba a llegar a ninguna parte. Que no era
verdadero.
Yo iba a regresar a mi hogar a los Estados Unidos y él se quedaba
aquí, con su club. La idea de dejarlo ya me dolía y ni siquiera
habíamos tenido sexo todavía.
—Está bien, gatita, pero una advertencia, no creas que no sé lo que
está pasando por esa dura cabeza tuya. Lo sé, porque lo mismo está
en mi cabeza. Deja de preocuparte por eso.
Se puso de pie y me levantó, mantuvo mi mano en la suya mientras
me sacaba de la habitación. El sonido de muchas voces se
arremolinaba en las escaleras mientras bajábamos lentamente. Los
nervios tenían mis entrañas muy retorcidas. La sala estaba llena de
hombres y mujeres charlando y riendo y busqué a Dive entre la
multitud. Lo encontré a él y a los demás pasando el rato en el bar
con algunos de los hermanos. Estaban rodeados de putas del club.
Maldita sea.
Sabía lo que eso significaba. Desaparecerían después de la cena.
¿Qué pasa con la chica que le había gustado tanto anoche? Mi nueva
amiga, Genna.
Mirando a mi alrededor la vi parada con un grupo de mujeres en el
extremo opuesto de la barra, sus ojos estaban puestos en Dive y mi
estúpido hermano no lo notaba. Estaba tan ocupado charlando y
bebiendo que estaba completamente ajeno. Era tan obvio que había
fracasado sin siquiera empezar.
Genna le había dado la espalda cuando permitió que la bonita rubia
se deslizara a su lado y se frotara contra él. Conocía muy bien esa
expresión en el rostro de Genna, yo misma la había usado una o dos
veces. Todo había terminado antes de que tuviera siquiera la
oportunidad de comenzar.
Hombres, qué estúpidos eran cuando se trataba de coños fáciles.
Arrastrando a Wolf conmigo, crucé la sala común y alejé a la perra
de Dive, lo que inmediatamente llamó su atención. Frunció el ceño y
miró a la mujer como si recién ahora se diera cuenta de que se había
pegado a su costado. Era un milagro que no se lastimara el cuello
por la forma en que su cabeza se sacudía mientras sus ojos buscaban
la habitación.
Le hice saber que lo habían visto y despedido.
—Ella está en el otro extremo de la barra, de espaldas a ti. Te vio con
la puta y eso fue todo. Fracasaste antes de empezar, hermano mío.
Por qué permites esta mierda con las putas, realmente no lo sé. Te
cuesta tener chicas buenas cada vez. Una buena mujer no quiere una
polla usada en exceso, del mismo modo que ninguno de vosotros
pondrá un parche en un coño usado en exceso. ¿Alguna vez pensaste
en eso?
Por la expresión de sorpresa en su rostro y la de los hermanos que
habían escuchado lo que le había dicho, ninguno de ellos había
pensado en eso. ¿Y no era eso triste?
Y entonces mi hermano me mostró lo estúpido que era en realidad.
—De todos modos, no puede salir nada de esto, Leo. En algún
momento regresaremos a casa y ella se quedará aquí. No sirve de
nada empezar algo que no puede llevar a ninguna parte.
Gemí y sacudí la cabeza.
—Ella es una mujer, no un hermano. Si hubieras jugado bien tus
cartas, podría haber estado dispuesta a ir a casa con nosotros para
ver a dónde va esto entre vosotros. Ahora que estás actuando como
un idiota, creo que no. Movimiento estúpido, hermano mío,
movimiento muy estúpido.
—Mierda—masculló Dive y luego apareció en sus ojos una mirada
que conocía muy bien. Determinación.
Sonreí cuando dejó su cerveza, se separó del grupo en la barra y
caminó hacia Genna.
Wolf se rio entre dientes mientras soltaba mi mano sólo para curvar
su pesado brazo sobre mis hombros y atraerme hacia su costado. Se
aseguró de que mi lado herido estuviera contra el suyo para que no
me lastimara si alguien chocaba contra nosotros. Levantando una
mano llamó a Chris. Ella había estado mirando, le sirvió una cerveza
y me sirvió una medida de Jack. Luego se inclinó sobre la barra.
—Solo recibirás éste, ninguno más. No puedes beber alcohol con
medicamentos—me dijo suavemente.
Le guiñé un ojo y sonreí.
—De acuerdo, mamá—bromeé.
Ella se relajó visiblemente y buscó mi mano por encima de la barra.
—¿Estás bien?
Asentí.
—Estoy bien, Chris, parece peor de lo que es.
—Bien, me alegra escuchar eso.
Estaba a punto de decir más cuando una voz ronca detrás de
nosotros desvió su atención de mí.
—Dame una cerveza, por favor, Chris.
Me volví, pero fue Wolf quien me soltó y puso una mano sobre el
hombro del hombre detrás de nosotros.
—Mierda. Scar, hermano mío. Es jodidamente genial verte. ¿Cómo
estás?— preguntó Wolf mientras volvía a rodearme con el brazo y
me atraía hacia él nuevamente.
Los brillantes ojos verdes del tipo con un elegante bastón de madera
y plata nos observaron antes de responder.
—Estoy parado aquí en lugar de tener mi culo en esa puta silla de
ruedas, hermano. Una mierda mejor que la última vez que estuve
aquí. Pero veo algo aquí que me dijeron que nunca sucedería. Tú con
una mujer. Tengo que decirte que tengo mucha curiosidad. ¿Te
importaría presentarnos? —Él enarcó una ceja y sonrió.
Wolf sacudió la cabeza de un lado a otro pero sonreía mientras lo
hacía.
—Ella es Leo, mi dama. Es la hermana de Army.
La sonrisa inmediatamente desapareció de su rostro mientras
extendía la mano libre hacia mí y la apoyaba sobre mi hombro.
—Es un honor conocer a la familia de Army. Fue un buen hombre.
—La soltó para pasar la mano por su cuerpo—. Esto es de ese día.
Tuve suerte. Yo sobreviví mientras mis hermanos no.
Sus ojos estaban oscuros con recuerdos que estoy segura preferiría
no tener. Alcancé su mano y la apreté.
—Gracias. Gracias por decir eso sobre mi hermano. Me alegro de
que tuviera tantos amigos aquí.
No había nada más que pudiera decir. Además, tenía que callarme si
quería frenar las lágrimas que ardían en el fondo de mis ojos.
Mierda.
Beryl me salvó tocando un gong y gritando.
—¡La cena está lista! Y para las chicas del club que están colgando de
mis muchachos, mis reglas aún se aplican, aquellas que no ayudaron
en la cocina tienen la tarea de limpiar una vez que hayamos
terminado.
Hubo algunas risitas nerviosas, pero una mirada de ella las acalló
antes de darse la vuelta y marcharse.
Salimos lentamente de la sala común, pasamos por la cocina y
fuimos a un gran patio, donde había largas mesas estilo picnic
dispuestas en forma de U. Había luces colgando sobre ellas y parecía
muy festivo. Contra la pared trasera de la casa club se apoyaban
largas mesas cargadas de comida con algunas de las chicas del club
detrás de ellas, listas para servir.
Quedó claro que la asignación de los asientos no se dejaba librado al
azar. La cabecera de la mesa era obviamente para su presidente, sus
oficiales y sus mujeres. Wolf me llevó a la mesa junto a la de ellos y
me sorprendió ver a mi hermano, Lure, Magic y Breaker uniéndose a
nosotros. Fue entonces cuando me di cuenta de que ninguno de los
hombres en nuestra mesa tenía una mujer a su lado. Yo era la única.
Y cuando miré alrededor del patio vi que con los hombres sólo
estaban sentadas damas y las que supuse eran novias.
Parecía que esta noche era una noche formal y solo se permitían
damas, novias y familiares en las mesas de los hermanos. Las chicas
del club estaban sentadas al otro lado del patio, en la última mesa.
Nunca había visto chicas de club sentadas en una cena familiar, pero
parecía que aquí algunas de ellas eran una parte valiosa del club. Las
perras que habían estado colgadas de Dive y los demás no estaban a
la vista. Obviamente se habían escapado en el momento en que les
dijeron que tendrían que limpiar. Perras estúpidas. Muestra un poco
de lealtad y gánate un lugar, esa es la manera de hacerlo. Lo guardé
en mi banco de memoria para mencionárselo a mi madre durante mi
llamada de esta noche. Estoy segura de que podría conseguir el
apoyo de las otras damas y empezar a hacer lo mismo en casa.
—Estás tramando algo—dijo Breaker mientras se inclinaba hacia mí
a través de la mesa.
Me encogí de hombros.
—Solo pensaba que la forma en que Beryl separa las malas de las
buenas es un movimiento genial. Se lo voy a contar a mamá. —Le
sonreí—. Estén preparados para algunos cambios cuando lleguemos
a casa, perras.
—Joder, Leo, no empieces con las putas del club en casa—me lanzó
Magic su opinión.
Y así de simple me enojé.
—Si esas putas supieran cuál es su lugar, Evie seguiría siendo tu
mujer y no estaría dispuesta a empezar a salir con un imbécil y
remilgado contable—le espeté.
—¿Qué? —Su voz era suave pero llena de ira y asombro.
Le di una mirada dura.
—Saca la cabeza del culo, Magic. La vas a perder si sigues así. Ella
sólo sabe lo que vio y lo que le dijeron esas zorras. Tú fuiste quien la
dejó irse sin una explicación. Llámala antes de que sea demasiado
tarde.
Él resopló enojado.
—Sé que ella es tu amiga, pero debes mantenerte al margen de esto,
Leo.
Negué con la cabeza.
—No. Os amo a ambos y no puedo quedarme en silencio y veros
arruinar algo bueno. Llámala. Oblígala a verte y cuéntale la verdad.
—Agité una mano cuando abrió la boca para responder—. Y eso es
todo lo que voy a decir.
A propósito aparté la mirada de sus ojos enojados para
concentrarme en Dive, que estaba sentado a su lado.
—¿Lo arreglaste?
Dive suspiró, se encogió de hombros y yo negué con la cabeza. Qué
estúpidos, todos esos tipos rudos eran tan estúpidos cuando se
trataba de mujeres. Por lo que podía ver, necesitaban unas jodidas
lecciones sobre cómo comportarse.
Un fuerte ruido metálico hizo que el silencio cayera sobre la reunión
y vi a Hawk parado en medio del patio con una cuchara y una olla
grande en la mano. La fuente del ruido metálico. Comenzó a hablar
mientras el murmullo se calmaba.
—Nuestro agradecimiento a tía Beryl y sus ayudantes por la
increíble cena que nos preparó. Huele jodidamente bien y, por mi
parte, no puedo esperar a atiborrarme. Pero antes de hacerlo, hay
algunas cosas que quiero compartir con todos vosotros
Se giró para mirar hacia donde estábamos sentados.
—En primer lugar, quiero darle la bienvenida a nuestra mesa y a
nuestro club a la familia de nuestro hermano caído. Lamento mucho
que nos conociéramos en circunstancias tan tristes. A pesar de la
tristeza, es un placer darle la bienvenida a nuestra familia. —Él
sonrió mientras todos gritaban su bienvenida.
El silencio cayó instantáneamente cuando levantó la mano.
—En segundo lugar, tengo buenas noticias que compartir durante
este momento triste. No hemos tenido mucho que celebrar en los
últimos meses, pero hoy sí. Estamos celebrando que Wolf reclamó a
Leo, la hermana de Army, como su dama.
Sentí que mis ojos se abrieron como platos, no esperaba que esto
sucediera, al menos no todavía.
Un murmullo de sorpresa recorrió las mesas cuando todos
comenzaron a hablar a la vez y capté más de unas pocas miradas
enojadas de las mesas de las chicas del club. Oh, lo que sea, perras,
conseguíos una puta vida. Dejad de abrir las piernas a todos los interesados
y quizás tengáis más suerte para encontrar un hombre.
Las siguientes palabras de Hawk me sacaron de mi discurso mental
a las zorras del club.
—Wolf, trae a tu dama aquí, hermano mío.
Al minuto siguiente nos levantamos y caminábamos hacia donde
Hawk y DC nos estaban esperando en el medio del patio. Mierda, ¿y
ahora qué?
Hawk explicó mis antecedentes mientras nos acercábamos a ellos.
—Nuestro hermano fue y reclamó a una princesa del club como su
dama. Leo es la única hija del vicepresidente del Shadow Wraiths
MC en Savannah, Georgia. —Se volvió hacia Wolf con una gran
sonrisa—. Será mejor que tengas cuidado hermano, ella tiene
muchos hermanos mayores que te patearán el culo si te pasas de la
raya. Créeme, sé de qué va esa mierda—bromeó.
La risa se extendió por todos lados y sonreí. No iba a mentirle a
nadie. Era la verdad. Si se pasaba de la raya, mis hermanos
definitivamente le darían una paliza.
Pero la luz burlona desapareció rápidamente de sus ojos cuando
Hawk se puso manos a la obra.
—Sin alargar más esto. —Tomó la caja plana blanca que sostenía DC
y se la entregó a Wolf—. Adelante, hermano.
Vi como Wolf abría la caja, sacaba un chaleco y luego dejaba caer la
caja al suelo. Sus ojos nunca dejaron los míos mientras se acercaba.
—Darte mi nombre y mis colores delante de todos mis hermanos,
gatita, significa mucho para mí—dijo lo suficientemente bajo como
para que sólo yo lo oyera.
Sólo pude quedarme allí mirándolo y asentir. ¿Qué diablos más iba a
hacer?
Manteniendo el chaleco abierto, inclinó la cabeza hacia abajo y me
indicó que deslizara mis brazos a través de los agujeros. Me di vuelta
y deslicé mis brazos. Volviéndome hacia él, acomodó el chaleco
sobre mis hombros mientras la gente a nuestro alrededor comenzaba
a silbar, gritar y, en general, a hacer ruido cuando veían el parche.
Sabía que me declaraba Propiedad de Wolf.
El olor a cuero nuevo subió por mi nariz y bajé la cabeza para mirar
el frente del chaleco. En este no había una insignia del 1%. Sólo mi
nombre bordado sobre mi corazón. Pero entonces vi algo que tenía
lágrimas en mis ojos mientras lo frotaba con la mano. En el lado
izquierdo del chaleco había bordado un pequeño parche del Shadow
Wraiths MC. Levanté los ojos y encontré a Beryl mirándome con una
expresión nerviosa en su rostro. Sonreí en señal de gratitud y ella
asintió rápidamente.
Ella lo entendió.
Necesitaba a mi familia en algún lugar de este extraño chaleco para
no sentirme sola.
Entonces todos esos pensamientos salieron volando de mi cabeza
cuando Wolf me agarró por los muslos, me levantó contra él y
procedió a besarme hasta atontarme.
Todo en lo que me concentré fueron en sus labios, lengua, sabor y
aliento mientras se hundía en mí y envolví mis brazos y piernas
alrededor de él. Los silbidos y abucheos empeoraron cada vez más
hasta que Wolf levantó la cabeza de mala gana y frotó su áspera
mejilla contra la mía suave, marcándome antes de que me dejara en
el suelo.
Después de ese beso, mis piernas temblaban un poco, pero lo manejé
cuando Hawk y DC se acercaron y me abrazaron. Y maldita sea, hizo
falta todo para ocultar cuánto dolían esos abrazos.
—Bienvenida a la familia, Leo—dio Hawk lo suficientemente alto
como para que las personas alrededor lo escucharan.
Las palabras de DC fueron suaves y solo estaban dirigidas a mí.
—Felicidades. Si necesitas uno o dos cuchillos para destripar a
algunas perras, te cubro las espaldas.
Escondí mi sonrisa detrás de mis labios apretados mientras asentía.
—Gracias, podría llamarte por eso.
Luego volví al lado de Wolf y él me tomó la mano mientras me
presentaba a su club. Me perdí en una confusión de felicitaciones y
abrazos, en su mayoría de personas que no conocía, pero Wolf se
encargó de presentármelas a todas. No es que los nombres se me
quedaran. Bueno, la mayoría de ellos no lo hicieron.
Sostuve fuerte su mano y me abrí paso con descaro durante todas las
presentaciones hasta que finalmente me llevó de regreso a nuestra
mesa donde mi hermano y los otros hombres esperaban.
Dive fue el primero en felicitarnos. Me levantó y me hizo girar y
mientras pasaba volando vi a Lure sonriendo mientras nos grababa.
Mierda. Sabía exactamente dónde iba a enviar ese maldito vídeo. A
Sherri y Evie. Iban a tener tantas malditas preguntas.
Pero no tuve mucho tiempo para preocuparme por eso ya que la
noche se volvió mucho más festiva. Con la cena terminada y la
limpieza hecha, la noche se volvió más salvaje y las chicas del club
ahora estaban mezcladas entre los hombres. Mirando a mi alrededor
me di cuenta de que la mayoría de las damas y sus hombres se
habían ido en algún momento. La música sonaba y la gente bailaba
en el patio.
Wolf y yo estábamos al borde de los bailarines y nos balanceábamos
suavemente mientras Godsmack sonaba por los altavoces. Con mis
brazos alrededor de su cintura, mi cabeza sobre su pecho y los ojos
cerrados, estaba agradablemente emocionada y contenta.
—Salgamos de aquí, gatita. No me interesa ver los culos de mis
hermanos mientras se follan a las putas sobre las mesas—refunfuñó
Wolf contra mi cabello.
Mis ojos se abrieron de golpe y aparté la cabeza de su pecho para
mirar a nuestro alrededor. Mierda. Tenía razón. La fiesta ya no era
familiar. En algún momento, mientras estaba en Nebulosalandia-Wolf
se había transformado en una sesión de sexo libre para todos.
Rápidamente escaneé los grupos retorciéndose para encontrar a mi
hermano y su grupo y suspiré con alivio cuando los vi. Estaban a un
lado charlando y bebiendo cerveza con algunos otros hombres, sin
participar en lo que sucedía a nuestro alrededor.
Gracias al puto destino por eso. No estaba segura de poder perdonar
a Magic si lo hubiera visto follándose a una puta desconocida
mientras atravesaba una mala racha con mi mejor amiga. Incluso
Breaker, que tenía fama de gustarle el sexo en público, no se lo
estaba permitiendo.
Mmm. Interesante.
Inclinando la cabeza para mirar a Wolf, asentí.
—Salgamos de aquí, Hombre Lobo, pero primero necesito darle las
buenas noches a mi hermano.
—Sé rápida, cariño. Te necesito boca arriba en mi cama, con las
piernas abiertas mostrándome ese delicioso coño tuyo.
Mierda, eso era jodidamente caliente.
Lo arrastré hasta Dive y después de darles un abrazo de buenas
noches les di mi última advertencia.
—No dejéis que me entere de que os unisteis a la mierda que sucede
allí. Cortaré vuestras pelotas y se las daré de comer a los caimanes en
casa.
—Joder, Leo. Vete a la maldita cama con tu hombre. No somos tu
problema—gruñó Dive.
—Recordad una cosa, bastardos. A esas zorras les gusta alardear, así
que si os las folláis lo descubriré, pero también lo harán las chicas
buenas. Pensad en eso antes de hundir vuestras pollas en esos
agujeros usados en exceso. Y con esa última advertencia sanitaria me
voy de aquí.
Le mostré el dedo al grupo sonriendo mientras un Wolf sonriente
me rodeaba con el brazo y me alejaba.
Me olvidé de ellos en el momento en que entramos porque me
empujó contra la pared y me comió la boca.
Me besó tan hermosamente profundo que mis rodillas cedieron. Sólo
me mantuve erguida porque él me sostenía contra la pared.
Echando la cabeza hacia atrás, me miró a los ojos y sonrió con
satisfacción.
—Me encanta poder hacerte eso con un beso, gatita.
Al minuto siguiente me tenía encima de su hombro mientras subía
corriendo las escaleras y caminaba de prisa hacia su habitación. No
tengo idea de cómo logró sacar las llaves y abrir la puerta mientras
me sujetaba, pero lo hizo. Cerró la puerta detrás de nosotros y
accionó el interruptor que encendía las lámparas de la mesita de
noche.
Esperaba que me dejara caer en la cama pero me sorprendió.
Me bajó suavemente sobre él y se quedó mirándome.
—Jodidamente hermosa—murmuró—. Y toda mía.
Capítulo 18
Wolf
Su dama. Ella llevaba su parche y yacía tendida en su cama. Suya
para tomar. Y él iba a follarla toda la maldita noche.
Pero primero tenía que quitarle la ropa, revisar sus moretones y
después, solo después iba a hundir su polla tan profundamente
dentro de ella que ninguno de los dos volvería a ser el mismo. Él lo
sabía y sabía que ella también.
Leo le sonrió, esos hermosos ojos suyos llenos de luz.
—Vamos a quitarte esa ropa, cariño. Quiero echar un vistazo a tu
costado antes de darte mi polla.
—Ooh, me la estás dando, ¿verdad?
—Te la di en el momento en que te reclamé y te puse mi parche en la
espalda, gatita. Es tuya y para siempre. Tienes mi palabra.
Wolf quiso sonreír cuando vio la forma en que sus ojos se abrieron
cuando él se lo explicó. Quería que ella entendiera que esto era más
que un simple plan para mantenerla a salvo. Fue rápido y la mayoría
de las personas lo llamaría una ridiculez, pero él no. Él lo llamaba
destino.
La ayudó a quitarse el chaleco, lo dobló cuidadosamente y lo colocó
sobre la silla, se quitó el suyo, lo dobló y lo puso encima del de ella.
Volvió a mirar a su mujer que lo observaba atentamente y le guiñó
un ojo mientras regresaba a la cama, ganándose una pequeña sonrisa
de ella.
Le quitó la ropa en minutos y arrastró los dedos sobre su piel
cremosa mientras ella yacía frente a él en sujetador y bragas.
—La piel más hermosa que he visto en mi vida y es toda mía.
El pequeño ceño entre sus ojos le dijo a Wolf que la estaba cabreando
con su reclamo, pero le importaba un carajo. Ella aprendería que era
suya y que siempre sería suya. No sabía cómo iba a lograrlo, pero lo
que sí sabía era que iría hasta los putos confines de la tierra por esta
mujer. Y por qué era eso, no lo sabía. Simplemente sabía que era la
verdad, su verdad.
La verdad de los dos.
—Quiero que estés desnuda para mí, cariño—susurró Wolf mientras
le bajaba las bragas y las dejaba encima de la ropa en el suelo, el
sujetador fue lo siguiente.
Y entonces ella quedó desnuda para él. Sus hermosas curvas visibles
solo para sus ojos. Sus pesadas tetas atrajeron sus manos como
jodidos imanes y las llenó con ellas.
Su mujer se retorcía mientras él jugaba.
—Son demasiado grandes—murmuró ella.
Wolf negó con la cabeza.
—No, cariño, mira, mira cómo me llenan las manos. Estas tetas
fueron hechas para mis manos. —Arrastró los pulgares sobre sus
duros pezones y sonrió cuando ella gimió—. Me encanta que sean
tan sensibles a mi toque, voy a jugar con ellas, a morderlas,
chuparlas y marcarlas como mías. Pero primero voy a frotar el
ungüento en tu costado.
Soltar sus tetas no fue fácil, pero lo logró mientras la ayudaba a
ponerse de costado. El puto moretón todavía parecía una mierda,
pero él no se lo dijo mientras frotaba suavemente el ungüento en su
piel. La giró un poco más y fue entonces cuando se quedó helado.
Las huellas de sus dedos estaban en el costado de su culo. Mierda.
—Joder, cariño, mis huellas dactilares están en tu culo. ¿Te lastimé
antes?
Ella lo miró por encima del hombro y sonrió antes de rodar sobre su
espalda.
—No. Simplemente tengo la piel como la de un melocotón y me
salen moretones con facilidad. —Ella rio—. Incluso se podría decir
que tengo la piel como un melocotón de Georgia.
q g p g
—¿Qué carajo es un melocotón de Georgia?
—Es sólo un dicho que viene de casa. Georgia no sólo es famosa por
sus melocotones, sino que a una chica bonita de Georgia también se
la llama melocotón de Georgia.
—Bueno, cariño, date la vuelta para que pueda admirar ese trasero
color melocotón tuyo—bromeó él mientras la hacía rodar sobre su
vientre.
Delineó suavemente el árbol de la vida tatuado en el centro de su
espalda. Luego leyó en voz alta la frase en su omóplato izquierdo.
—Saber lo que hay que hacer elimina el miedo.
—Eso es profundo, cariño. ¿Quién lo dijo?
—Una de mis heroínas, Rosa Parks8. Intento vivir mi vida en
consecuencia.
—Sin miedo. Me gusta eso.
Arrastrar sus dedos desde sus hombros hasta su espalda, por su culo
color melocotón y sus piernas lo hizo salivar por darle un mordisco a
su piel cremosa. Y no lo dudó.
Inclinándose sobre ella, le mordió suavemente el culo, metiendo la
carne en su boca y chupando con fuerza mientras su lengua jugaba
con la piel dentro de su boca. Quería su marca en ese culo donde
sólo él pudiera verla.
Levantándose, agarró su camiseta detrás del cuello y se la quitó,
luego rápidamente se deshizo del resto de la ropa. Bombeando su
dura polla, se inclinó sobre su mujer y cubrió su cuerpo con el suyo.
Enjaulándola debajo de él, le apartó el cabello de la nuca y plantó
besos con la boca abierta a lo largo de la nuca y los hombros. Hizo
esto varias veces mientras empujaba lentamente sus caderas hacia su
culo dejando que su polla se hundiera entre sus deliciosas nalgas.
Ella levantó las caderas hacia él y gimió suavemente. Se sentía
jodidamente increíble y tuvo que reducir el ritmo o se correría sobre
su espalda.
No esta noche. Esta noche iba a entrar en ese pequeño coño. Iba a
llenarla con su semen y ver cómo goteaba una vez que terminara con
ella. Incluso podría dejarla así, sin limpiarla, durante toda la noche.
Mierda. El solo pensamiento hizo que su polla se sacudiera y se
hundiera más profundamente entre esas nalgas.
—Una noche, no esta noche, voy a lubricar este valle y follarte el
culo hasta correrme sobre esta hermosa piel.
—Puedes follarme todo lo que quieras siempre y cuando no te
acerques a mi entrada trasera. No tengo sexo anal.
Wolf sonrió mientras lamía su columna vertebral.
—No hay problema, cariño. No quiero meter mi polla en tu culo.
Quiero meterla en tu coño.
Ella se estremeció debajo de él mientras él lamía, besaba y chupaba
el lado ileso de su espalda. Después de una última caricia a sus
nalgas, se puso a cuatro patas y la giró con cuidado. Volviendo a
bajarse, selló su boca sobre esa boca roja de labios llenos y se perdió
en la sensación de besarla.
Hacía tanto tiempo que no besaba a una mujer que las sensaciones
eran casi abrumadoras. Sintió que su polla goteaba y supo, sin tener
que mirar, que estaba goteando por todo su vientre. Y joder si eso no
lo excitó aún más.
Alejándose de su boca, arrastró la lengua sobre el tendón tenso a un
lado de su cuello, más abajo sobre su pulso acelerado hasta llegar a
donde quería estar, su pecho palpitante.
Equilibrándose sobre sus codos y rodillas, alcanzó sus tetas,
apretándolas mientras la trabajaba con la boca. Primero un pezón y
luego el otro. Chupó con fuerza esos pezones de color marrón claro,
volviéndolos de un rojo oscuro. Pasando la nariz y la lengua por la
hendidura que sus manos habían creado, la respiró y la saboreó. Olía
y sabía como ninguna otra cosa en esta tierra.
Pero sobre todo olía y sabía a él.
Girando la cabeza, le mordió el costado de la teta, suavemente al
principio y luego con más fuerza. Chupó su piel. Lo suficientemente
duro como para dejar una marca.
Su segunda marca. Y aún no había terminado. Ni siquiera estaba
cerca.
Soltándola, descendió sobre su suave vientre y no pudo resistirse. Lo
hizo justo al lado de su pequeño y sexy ombligo. Mordió y chupó y
dejó otra marca mientras ella se estremecía debajo de él.
—Oh, Dios mío, Wolf. ¿Qué mierda me estás haciendo? Nunca antes
me había sentido así.
Wolf sonrió contra su piel mientras arrastraba lentamente su barbilla
barbuda por su vientre desde el ombligo hasta la parte superior de
su coño. Dejando un rastro rojo que siguieron sus dedos.
—Haciéndote mía, gatita. Haciéndote mía—murmuró contra su piel.
Entonces llegó al cielo, su cielo.
Su pequeño coño parcialmente depilado. El vello que quedaba lo
llevaba muy corto, casi inexistente. Con cuidado, arrastró la lengua
por su raja antes de separar con cuidado sus labios para revelarle el
interior brillante. Se quedó mirando su pequeño agujero y el clítoris
regordete antes de ponerse a trabajar.
Él le había prometido que estaría lista para su polla antes de follarla
y era un hombre de palabra. Ella estaría goteando y dilatada para su
polla cuando él terminara.
Mantuvo sus labios separados con dos dedos y procedió a acariciar y
masajear sus labios internos con los dedos de la mano libre, evitando
tocarle el clítoris o la raja mientras la veía ponerse cada vez más
húmeda. Sus gemidos eran fuertes y sus caderas se meneaban bajo
su agarre tratando de conseguir más. Pero la forma en que la
sujetaba le impedía moverse demasiado, permitiéndole jugar todo lo
que quisiera.
Respirando profundamente su aroma almizclado, se inclinó hacia
adelante y arrastró la lengua lentamente hasta su clítoris, dándole un
pequeño golpecito con la lengua antes de regresar a la parte baja de
su coño y comenzar todo de nuevo. Hizo esto una y otra vez
volviendo loca a su mujer.
Metiendo las manos en su cabello, intentó sin éxito forzar su boca
más profundamente en su coño. Él ignoró sus súplicas y continuó
saciándose.
—Por favor, por favor, cariño. Chúpame el clítoris, méteme los
dedos. Fóllame. Por favor—le suplicó ella y él sonrió contra su coño
goteando.
Después de una última y larga lamida, le dio lo que quería.
Hundiendo dos dedos profundamente dentro de ella, le chupó el
clítoris con fuerza y procedió a follarla con los dedos y la boca.
Su cuerpo tembló y se estremeció, luego se arqueó, gritó y chorreó a
borbotones mientras su coño se apretaba con fuerza alrededor de sus
dedos.
Levantándose sobre ella, metió con cuidado su polla en el
resbaladizo coño y comenzó a follarla mientras ella se corría. Tuvo
que luchar contra sus músculos tratando de expulsarlo de su coño,
pero se estrelló una y otra vez, arrancándole otro orgasmo. O tal vez
era el mismo que continuaba mientras él la follaba persiguiendo su
propio clímax.
Sabía que no iba a durar. No podía recordar la última vez que se
había comido a una mujer o la había follado cara a cara. Era una
sensación completamente nueva mirar fijamente a los ojos de una
mujer que te importaba mientras la estabas follando. Ver sus ojos
vidriosos mientras la follabas duro.
Echando la cabeza hacia atrás, gruñó y dejó caer la cabeza hasta que
su barbilla descansó contra su pecho, mirándola mientras aceleraba
sus estocadas, entonces empujó su polla profundamente y comenzó
a correrse.
Sin condón.
En lo más profundo de ella.
Marcando el interior de su cuerpo con su semen.
Haciéndola suya con su semilla empapando sus paredes aun
contrayéndose por el orgasmo.
Nunca en su vida se había sentido así. Nunca en su vida se había
corrido más fuerte. Nunca en su vida había estado sin protección
dentro de una mujer.
Hasta esta mujer.
Su mujer.
Volviendo a bajar, selló su boca sobre la de ella y la besó suave, lenta
y húmedamente.
Levantando la cabeza, la miró a los ojos.
—Mía—gruñó—. Dámelo. Dámelo, cariño.
Ella tragó fuerte y luego asintió.
—Las palabras, cariño, necesito las palabras.
Su boca se abrió y se cerró una, dos veces y luego se las dijo con voz
áspera.
—Tuya, Wolf. Solo tuya.
Se dejó caer completamente sobre ella, empujando su cuerpo contra
el colchón y rodeando su cabeza con las manos, miró
profundamente sus ojos violetas con matices azules.
—Me corrí dentro de ti, cariño. No usé condón y me importa un
carajo. Quería marcarte por dentro y por fuera como mía. ¿Estás de
acuerdo con eso?
Fue una mierda pedirle su opinión después del hecho, pero a él
realmente le importaba un carajo mientras esperaba su respuesta.
—Estoy limpia—susurró—. Me hice un control completo hace unos
meses y no he estado con nadie desde entonces. Tengo un implante
como método anticonceptivo.
Un pequeño lamento debido a que ella estaba protegida pasó por su
cabeza, pero lo ignoró.
—Yo también estoy limpio, cariño. Me he hecho la prueba pero si
quieres me la repetiré. Nunca me he follado a nadie sin protección.
Eres mi primera vez y ahora que lo he hecho no volveré a usar un
condón contigo.
—Nunca lo he hecho sin protección tampoco. Se sintió increíble,
pero es condenadamente lioso—bromeó su chica con una amplia
sonrisa.
Dejando caer la cabeza sobre su pecho, se rio suavemente mientras
sacudía la cabeza y luego le dio un beso con la boca abierta en el
pecho. Sus pequeñas manos se entrelazaron alrededor de su rostro y
le dio una pequeña sonrisa secreta mientras pasaba los dedos por su
barba que estaba cubierta de sus jugos.
Wolf sonrió, dejó caer la cabeza y arrastró su perilla mojada sobre
sus tetas, usándola como un pincel para pintar sus jugos sobre el
pecho femenino.
Retirando lentamente su polla semidura, se sentó sobre los talones y
observó cómo su semen se escapaba de su brillante coño rojo. Lo
excitó tanto que pasó de semi a duro como una roca en un instante.
No pudo evitar extender la mano y frotar lentamente sus jugos
combinados por el exterior de su coño. Después los frotó por toda su
polla y sus pelotas, esparciendo sus aromas combinados sobre él.
—¿Qué estás haciendo? —Ella lo miró con curiosidad, pero él vio la
excitación en sus ojos mientras continuaba acariciándose la polla,
poniéndose más duro.
—Frotando nuestros juegos sobre mí, cariño. Puedo olernos y me
está excitando muchísimo.
Casi lo hizo correrse cuando se incorporó y pasó un dedo por el
tatuaje sobre su polla.
—Veni Vidi Vici. ¿En serio? Vine, miré, conquisté. ¿Y encima de tu
polla?
—Mierda, gatita. Tenía dieciocho años cuando me hice eso. La peor
decisión de mi vida, pero era un pequeño idiota arrogante que
pensaba que su polla era la reina. He estado pensando en cubrirlo
pero no quiero que DC lo haga. Entonces habrá que esperar—trató
de explicarle Wolf sin sonrojarse.
Ella le dedicó una sonrisa malvada.
—Iré contigo y tomaré tu mano.
Ella dejó caer la mano sobre la de él que todavía estaba alrededor de
su polla y le guiñó un ojo. Su sonrisa malvada y su pequeña mano
sobre la suya acariciándolo para endurecer su polla lo suficiente
como para volver a entrar dentro de ella, lo puso duro casi al
instante.
Soltando su polla, la rodeó con la mano de ella. Observó cómo lo
acariciaba hasta que ya no pudo soportar más. Levantándola en sus
brazos, sujetó sus nalgas y lentamente la dejó caer sobre su verga.
Una verga que ella sostenía en posición mientras se sentaba encima
lentamente.
Mierda. Esta mujer le estaba volando la cabeza una y otra vez.
Y entonces estuvo dentro de sus profundidades calientes, apretadas
y húmedas. Tan profundamente dentro que la punta empujaba
contra su cuello uterino. Había leído que dolía y observó su rostro
con atención para asegurarse de que no le estaba haciendo daño.
Pero ella lo tomó sin una sola señal de que le dolía tomar toda su
polla. Una de las muchas novedades para él esta noche. Siempre
tenía que tener mucho cuidado con las mujeres que follaba. Había
probado la vaquera inversa con una o dos perras pero nunca
funcionó debido a su tamaño.
Por eso había tenido cuidado cuando la folló por primera vez.
Cuidado de no ir demasiado profundo.
—¿Estás bien, cariño? No quiero hacerte daño.
—Estoy tan estirada y tú tan profundo que se siente increíble, mi
Hombre Lobo. Sin dolor, simplemente llena.
Levantándola, lentamente comenzó a subirla y bajarla por su polla.
Sus movimientos combinados facilitando el deslizamiento.
—Quiero hacer esto de forma lenta y suave, sin prisas. —Wolf
inclinó la cabeza y la besó.
Las manos de ella le acariciaron los pectorales y los hombros. La
espalda y luego subieron hasta su cabello, aferrándolo con una
pequeña punzada de dolor que a él le gustó.
La folló lenta y suavemente, levantando, bajando y arrastrando su
cuerpo sobre su polla, una y otra vez. Obligándose a no acelerarlo.
Manteniéndolo lento pero profundo, tan jodidamente profundo. Su
polla empujando contra su útero al final de cada deslizamiento. Y
cada vez que lo hacía, ella jadeaba, un profundo y estremecedor
jadeo y su coño se apretaba alrededor de su polla.
Nuevamente no duraron mucho.
En un deslizamiento largo y duro, ella comenzó a jadear y a
estremecerse y su coño se apretó como un puño alrededor de su
polla. Los espasmos y pequeños temblores acariciaron y masajearon
el tronco de su pene. La levantó y la dejó caer dos veces más antes de
empujarse tan profundamente dentro de ella como era posible.
Disparó su semen por todo su cuello uterino y ese pensamiento loco
volvió a recorrer su explosiva mente. Extrañamente deseaba que ella
no estuviera tomando anticonceptivos, para que su esperma pudiera
encontrar un terreno fértil para unirla a él para siempre.
Manteniéndose bien profundo, deslizó las manos por su espalda, la
abrazó y la inclinó para acostarla en la cama. Manteniéndose
apretado contra su coño y con las piernas femeninas rodeando sus
caderas, la enjauló con sus brazos y arrastró sus manos por su
cabello. Pasando los dedos por los suaves mechones, le sonrió.
—No quiero dejar este coño mío. Se siente jodidamente bien estar
dentro de él.
—Yo tampoco quiero que lo dejes. Me encanta la forma en que me
llenas, Hombre Lobo. —Ella le dedicó una brillante sonrisa mientras
apretaba sus músculos internos alrededor de su polla todavía
semidura—. Me encanta que no te ablandes en el momento en que te
corres. Se siente tan bien tenerte dentro.
—Joder, cariño, no me digas eso. Me quedaré jodidamente duro y
dentro de ti por el resto de la noche—gimió Wolf.
—No tengo ningún problema con eso, Hombre Lobo Me gustas
mucho dentro de mí—bromeó ella con una sonrisa traviesa.
Wolf sonrió.
—Vamos a limpiarnos y continuaremos justo donde lo dejamos. Yo
muy dentro de ti mientras nos follamos hasta quedar dormidos.
¿Como suena eso?
—Como el mejor plan que jamás hayas tenido.
La levantó y se metió con ella en la ducha minutos después. Se tomó
su tiempo mientras lavaba su cuerpo perfecto, aprendiendo cada
curva, cada rincón. Sonrió cuando ella se estremecía cuando él le
pasó los dedos por el culo, jugando con el pequeño y apretado
agujero. ra bueno saber que era sensible allí, él podría trabajar con
eso. No para follarle el culo, sólo para jugar un poco con él.
Su mujer lo hizo temblar a su vez mientras lavaba su cuerpo,
teniendo especial cuidado en limpiar su polla y sus pelotas y la
pequeña mierda jugó con sus dedos sobre su culo, devolviéndole lo
que él le había hecho. Y para su sorpresa, se sintió bien, jodidamente
bien. Nadie nunca lo había tocado allí y ahora tal vez la dejaría jugar
un poco con él.
Maldito infierno. Tenía pensamientos sobre lo que los dos podrían
hacerse el uno al otro en la cama y algunos de ellos eran jodidamente
salvajes. Más salvaje de lo que jamás había sido con una mujer. Ni
siquiera con las putas más experimentadas había ido allí.
Ella sacaba a relucir eso en él, ese demonio sucio interior que quería
traspasar los límites que ambos tenían.
Levantándola, salió de la ducha y la secó, luego hizo lo mismo con él
mientras ella se pasaba un cepillo por el cabello enredado. No le dio
más tiempo que el necesario para domar su melena salvaje antes de
alzarla y llevarla de regreso a la cama. Ella le rodeó el cuello con los
brazos y sus ojos se encontraron.
Poniendo su trasero en la cama, los movió hasta que estuvieron en el
centro y luego la colocó encima de él. Un escalofrío lo recorrió
cuando ella abrió las piernas y apoyó su cálido y húmedo coño sobre
la parte superior de su dura polla.
—Tienes un tiempo de recuperación sorprendentemente rápido, ¿lo
sabías?—susurró ella mientras depositaba besos a lo largo del tatuaje
en su pecho, trazando el contorno del lobo con la lengua.
—Sólo contigo, gatita. Solo contigo—murmuró Wolf mientras
levantaba la cabeza, acercaba la de ella hacia él y la besaba.
Él todavía la estaba besando lenta y suavemente cuando ella movió
su culo y él se deslizó dentro de su apretada vaina.
—Joder, cariño. ¿Qué carajo me estás haciendo? —jadeó Wolf
cuando sus caderas se elevaron y se instaló profundamente.
—Poniéndote a donde perteneces. Dentro de mí—susurró ella
mientras hacía un pequeño movimiento con las caderas.
—Duro y rápido o lento, suave y largo, cariño. Tu elección.
—Quiero tu polla dura dentro de mí todo el tiempo que pueda
tenerla. Tú eliges. Mientras te quedes adentro una vez que hayamos
terminado, no me importa.
Y Wolf le dio eso. Tomándola rápido y lento. Primero con fuerza,
llevándolos hasta el borde antes de retroceder, entonces quedándose
bien profundo mientras le acariciaba la espalda y el culo con las
manos, alejándose lentamente del borde. Una vez que estuvo seguro
de que ninguno de los dos se correría si él se movía, empezó de
nuevo.
Siguió así durante lo que parecieron horas, ambos jadeando y
cubiertos de sudor mientras los llevaba al borde sólo para retroceder
y esperar. Jugando con sus tetas y su culo. Chupando sus pezones y
ella haciéndole lo mismo. Se atormentaron mutuamente con lamidas,
caricias y pequeños mordiscos. Él la marcó más y ella le hizo lo
mismo, poniendo sus marcas en su cuello y pecho.
Al final ambos estaban temblando y supo que la próxima vez que
empezara no iba a poder parar. Los llevaría a ambos al límite y se
correrían.
Cuando lo hizo, fue el jodidamente mejor clímax que jamás había
experimentado.
Lo dejó fuera de juego.
Lanzó su cerebro y su cuerpo a una tormenta de sensaciones que
nunca antes había sentido en su vida.
La mujer sudorosa y jadeante que sostenía contra su pecho había
cambiado por completo su forma de ver el sexo.
Ya no era algo que hiciera sólo para correrse.
Era más, mucho más.
Por primera vez en su vida había hecho el amor con una mujer. Su
mujer.
Una mujer a la que tenía muchas posibilidades de perder una vez
que regresara a casa.
Apretando los dientes se negó a creerlo. No la perdería.
No después de lo que acababan de compartir.
Cuando abrió los ojos y miró los de ella, vio la misma comprensión
en ellos.
Era suya y ella lo sabía.
—Duerme, cariño. Mantendré mi polla dentro de ti tanto tiempo
como pueda—susurró, abrazándola contra su pecho.
Los ojos de Leo se cerraron y los de él hicieron lo mismo poco
después, con su polla todavía a salvo dentro de ella.
Capítulo 19
Leo
Era un maldito milagro que no caminara raro esta mañana. Wolf
había follado mi coño hasta dejarlo en carne viva. Estaba irritado y
dolorido, pero era un buen dolor. Un dolor que nunca antes había
sentido y estoy segura de que si termináramos, nunca lo volvería a
sentir.
Eso era muy triste.
No estaba lista para que terminara. En realidad, si fuera honesta, y
siempre intentaba serlo, no quería que esto terminara nunca. Por
alguna razón, lo que siempre había estado buscando era el culo
gruñón y controlador de este hombre. Tenía la capacidad de
enojarme más que nadie que conociera.
Discutíamos constantemente, ambos éramos muy posesivos. Pero
por otro lado era protector, dulce, cariñoso y a veces hasta divertido.
Y cuando estábamos solos en nuestra habitación, nuestra pasión
prendía fuego al mundo.
Chris me sacó de mi neblina sexual cuando golpeó la barra con la
mano y deslizó una taza de café debajo de mi nariz. Parpadeé
mientras miraba su rostro sonriente.
—Vosotros dos sois la comidilla de la casa club esta mañana—
bromeó ella—. He oído a más de una persona especular sobre qué
fue lo que hizo que él tirara las reglas de Wolf por la ventana.
Tomando un sorbo de mi café, le fruncí el ceño.
—¿Qué? ¿Qué reglas?
Chris se rio.
—¡Oh caramba! Él no te dijo las reglas, ¿verdad?
Negué con la cabeza, ahora aún más confundida.
—Está bien, Wolf tiene reglas escritas en piedra para el sexo. Y si no
te las dijo significa que contigo las reglas no se aplican. Son muy
simples en realidad. Sin besos, sin comer coño, sin cara a cara, sin
abrazos, sin quedarse a dormir y se lo envuelve dos veces. Siempre.
Mientras ella explicaba, mi boca se abrió y permaneció así hasta el
final cuando parpadeé. Puta mierda.
—Por tu cara, ¿supongo que la mayoría de esas reglas se fueron por
la ventana?—me preguntó ella en voz baja.
—Todas—susurré.
Ahora fue la boca de Chris la que se abrió y sus ojos casi se salían de
sus órbitas.
—Me estás jodiendo. —Ella sacudió la cabeza—. Tienes que estar
jodiéndome.
Negué lentamente con la cabeza.
Lo que no esperaba era que Chris se echara a reír y levantara la
mano para chocar esos cinco. Sonriendo, golpeé mi palma contra la
de ella y moví mis cejas hacia arriba y hacia abajo.
—Leo Jordan, eres la bomba de todas las bombas—dijo y se rio.
A punto de responderle, cerré la boca cuando unos pasos pesados
resonaron en el pasillo que conducía a su capilla y a la oficina del
presidente.
Wolf y Dive, junto con todos los oficiales, habían desaparecido justo
después de un desayuno temprano y habían estado encerrados allí
durante la última hora o más. Observé cómo Chris rápidamente
comenzó a colocar leche y azúcar a lo largo de la barra y estaba lista
para servir café a quien quisiera. Pero tal vez después de tanta fiesta
anoche algunos de ellos podrían estar más para una copa para curar
la resaca.
Me tragué la risita pensando en los Iron Dogz necesitando curarse la
resaca. Estoy segura de que a ninguno de ellos le parecería gracioso,
pero bueno, a mí sí.
Su olor se arremolinó a mi alrededor antes de que sus brazos me
rodearan.
—Tenemos algunas cosas que discutir en privado, gatita. Dive y los
hermanos nos esperan detrás. Tomemos algunas tazas y café y
unámonos a ellos, ¿de acuerdo?
Inclinando la cabeza hacia atrás, besé la parte inferior de su
mandíbula y luego asentí.
—Bueno. Déjame pedirle a Chris una bandeja para toda la mierda.
Cuando salimos, los hombres habían movido una de las mesas de
picnic al césped debajo de uno de los grandes árboles añosos y nos
estaban esperando. Wolf dejó la bandeja grande en el medio de la
mesa y luego me ayudó a sentarme antes de sentarse a mi lado.
—Buenos días, dama de Wolf—bromeó Lure mientras servía el café.
Negué con la cabeza.
—Buenos días a todos—respondí con un tono pesado que hizo que
todos se rieran.
—Advertencia rápida, Wolf, si saca ese acento, significa que está
cabreada por algo—le informó Magic.
Wolf simplemente sonrió, se inclinó y besó mi sien.
—Está todo bien, hombre.
Dive golpeó la mesa con su taza y al instante todos perdieron sus
sonrisas burlonas.
—Conseguí una cita con la Embajada esta mañana, Leo. Ice cumplió
con todos los trámites necesarios para llevar a Reid a casa. Hablamos
de dejarte aquí mientras lo soluciono, pero te conozco. Querrás estar
allí y nos seguirás una vez que nos vayamos. Entonces vendrás con
nosotros, pero Leo, haz exactamente lo que te dicen. ¿Entendido?
Asentí mientras mantenía mis ojos en él.
—Ninguno de nosotros quiere que estés al aire libre en tu moto, así
que Hawk nos deja usar uno de sus SUV. Nos ha dado algunos de
los hermanos para que vayan con nosotros como protección. A todos
nos preocupa que intenten lo mismo que hicieron con la dama de
Beast, pero esta vez estaremos esperándolos. —Él sacudió la cabeza,
cerró los ojos y respiró profundamente antes de volver a hablar.
—Si sucede lo peor y todo se va a la mierda, entonces recurres a tu
entrenamiento. ¿Me escuchas? No importa qué carajo tengamos que
hacer, te doy mi palabra de que te recuperaremos. Tu trabajo será
mantenerte con vida, pase lo que pase. ¿Me has entendido?
—Sí. Pero sólo digo que espero tener un viaje tranquilo.
—Nosotros también, cariño, todos nosotros también—gruñó Wolf a
mi lado.
Aproximadamente una hora después, estaba sentada junto a un
prospecto llamado Will en una gran camioneta negra mientras
salíamos por las puertas del complejo. Estaba muy nerviosa y mis
ojos seguían deslizándose hacia el espejo retrovisor de mi lado del
vehículo. No sólo estaba nerviosa por las amenazas a todos nosotros,
sino porque estábamos conduciendo por el maldito lado equivocado
de la carretera. Me había sentido bien en mi moto porque siempre
estaba en el centro de nuestro grupo, pero esto era diferente. Estaba
sentada en el lado equivocado del vehículo y conducíamos del lado
equivocado de la carretera, y tampoco conducíamos despacio.
Cuando llegamos y nos dirigimos a la Embajada, mi estómago había
estado hecho un nudo la mayor parte del tiempo con los coches y
minibuses que circulaban por las estrechas y abarrotadas calles.
Debería haberme sentido más segura al verme sentada dentro de
una jaula, pero no lo estaba. Las palabras de Dive seguían dando
vueltas en mi cerebro. Mi hermano había estado preocupado por
este viaje y su preocupación no era por él sino por mí.
Debería haberlo tranquilizado.
Debería haber compartido mi secreto, pero Maniac me había hecho
jurar que guardaría el secreto bajo pena de muerte.
Fue después del desastre de la fiesta de mi decimosexto cumpleaños
cuando me llamó a su oficina. No me dijo que sabía que yo había
matado a Scraggs, no dijo nada sobre él. En lugar de eso, me habló
de ser la única niña pequeña de Grave y que por eso siempre estaría
en peligro. Quería asegurarse de poder encontrarme si alguna vez
desapareciera.
Siendo una chica de dieciséis años bastante inocente, no estaba
segura de lo que quería decir. Eso fue hasta que empezó a explicar
sobre los rastreadores. Ya tenían uno en mi teléfono y en la mochila
que usaba para la escuela.
Pero Maniac quería estar muy seguro.
Desde entonces, he tenido más rastreadores colocados en mis
zapatos y bolsos de los que estoy segura tenía incluso la Primera
Dama.
¿Pero cómo mierda funcionarían hasta aquí? ¿Funcionaría siquiera?
Por si acaso me había trenzado el cabello con mis dijes en una cola
gruesa. En el caso de que alguien me escanee en busca de un
rastreador, lo encontrará en los dijes y, con suerte, no buscará más.
Y tal vez todos estábamos siendo paranoicos por nada.
El viaje a la embajada transcurrió sin incidentes y Dive y yo fuimos
recibidos por una señora muy servicial. Ella nos facilitó todo. El
papeleo y los arreglos para la autorización una vez que regresara a
los Estados Unidos. Y como había sospechado, la historia de Reid
como marine estadounidense condecorado había ayudado. Cuando
salimos media hora más tarde me dolía la cabeza y todo lo que
quería era tratar de olvidarme de que había estado haciendo los
arreglos para que el cuerpo de mi hermano regresara a casa con
nuestros padres.
Dive llamó a Maniac tan pronto como llegamos al garaje donde
todos nos estaban esperando.
No quería escuchar lo que decían y fui directo a los brazos de Wolf,
escondiendo mi rostro en su pecho.
—Te tengo, gatita.
El alivio de no tener que fingir ser fuerte fue enorme y me hundí
contra él.
—Eso fue muy difícil. Espero que sea la última vez que tenga que
hacer arreglos para que el cuerpo de un hermano sea enviado a casa
de mis padres.
Wolf, sabiamente, no dijo nada, solo me abrazó mientras de fondo
escuchaba el retumbar de la voz de Dive. Ambos habíamos elegido a
Maniac como persona de contacto en los Estados Unidos, ya que no
queríamos que papá o mamá tuvieran que lidiar con esto.
En el momento en que terminó su llamada, Dive vino hacia nosotros
y me arrastró fuera de los brazos de Wolf y me abrazó.
—Maniac lo tiene controlado, pequeña. Estará esperando para llevar
a Reid a casa en el momento en que aterrice el avión. Es una mierda
que no podamos llevarlo con nosotros pero las reglas son las reglas,
¿verdad? No estaremos muy lejos de él, lo prometo.
No se dio cuenta de que la promesa que acababa de hacerme
también hirió mi corazón. Estaba empezando a enamorarme de mi
Hombre Lobo y dejarlo iba a ser un infierno.
Pero me lo tragué todo, enterrándolo profundamente para
encargarme de ello más tarde, mucho más tarde.
No mucho después volvimos a la carretera y viajamos sin ningún
problema por caminos alternativos hasta el complejo. La decisión se
había tomado después de muchas discusiones sobre qué tan segura
sería la carretera.
Todo iba bien hasta que llegamos a una elevación y en ambos
carriles de la carretera había un enorme control de carretera. Estaba a
cargo de lo que parecían ser policías locales más que policías
regulares. Una fila de coches serpenteaba por la carretera de nuestro
lado y parecía que estaban registrando todas y cada una de las
jaulas.
—Mierda—murmuró Will suavemente mientras activaba el teléfono
conectado a un kit en la consola.
—Hawk.
—Estamos detenidos en un control de carretera entre Kyalami y Blue
Hills, Prez.
—Malditos, no te preocupes, Will. La jaula está limpia, sólo mantén
la boca cerrada, haz lo que te pidan y estarás bien.
—Entendido, Prez, eso haré—dijo Will y terminó la llamada.
Le fruncí el ceño.
—¿Esto sucede a menudo?
—Ja, siempre están buscando a alguien, cosas robadas y mierdas así.
Por suerte, parece que los coches se mueven rápidamente.
Nos sentamos a esperar, avanzando lentamente con las motos
delante y detrás de nosotros. Estábamos a dos coches del frente
cuando un oficial se acercó a Dive que estaba delante de nosotros.
Habló y gesticuló. Cuando Dive me miró, sentí que se me encogía el
estómago. Querían que las motos siguieran adelante, sin registrarlas
en absoluto.
—Mierda—susurró Will—. Solo haz lo que él dice, hombre—instó,
mientras sus manos apretaban con fuerza el volante.
—¿Qué pasará si se niega a moverse?
—Problemas, grandes y jodidos problemas.
Wolf hizo avanzar su moto y comenzó a hablar con el policía. El tipo
sacudió la cabeza con firmeza y les hizo señas para que siguieran.
Wolf miró por encima del hombro y me llamó la atención. Nuestras
miradas se cruzaron hasta que él se giró y pasó lentamente junto al
coche que teníamos delante y atravesó el control de carretera. Todos
lo siguieron cuando se detuvo en el arcén, sentado sobre la moto
mirándonos y esperándonos.
Estábamos a punto de avanzar después de que le hicieran señas de
pasar al vehículo que iba delante de nosotros cuando un gran SUV
negro en el carril opuesto al nuestro cruzó el control de carretera y
comenzó a conducir lentamente hacia nosotros. El repentino sonido
de frenos y un choque desviaron mi atención del SUV. Un coche se
había estrellado contra la parte trasera de uno de los coches parados
en el carril contrario y los cerdos se dispersaron para encargarse de
eso. Estaba a punto de llamar a Wolf cuando mi ventanilla se hizo
añicos y una mano enguantada la atravesó. El hombre enmascarado
que estaba fuera del vehículo metió una mano enguantada dentro,
quitó el cerrojo y abrió la puerta de golpe.
Todo sucedió en segundos. Me cortaron el cinturón de seguridad y
me arrastraron fuera de la jaula, pero Will agarró el brazo que yo
había lanzado hacia él con ambas manos y comenzó a empujarme
hacia adentro. El disparo de un arma fue repentino y fuerte. Las
manos de Will cayeron y se desplomó hacia un lado, su cabeza
golpeó el volante, lo que hizo sonar la bocina.
—¡Will! —Había sangre pero no estaba segura de dónde lo habían
herido.
Cuando me abalancé sobre él, alguien me agarró por la parte de
atrás de la camiseta y me sacó. Comencé a caer pero el imbécil
enmascarado me agarró antes de que cayera al suelo. Sabía que tenía
que llamar la mayor atención posible sobre lo que estaba pasando y
sumé mis gritos al sonido de la bocina. Las cabezas se volvieron
hacia nosotros y los rostros sorprendidos vieron la mierda que
sucedía justo delante de los jodidos cerdos inútiles.
Un puño conectó con mi sien, el dolor fue inmediato y la oscuridad
intentó filtrarse pero luché contra ella. Entonces estaba volando por
el aire, el cabrón me arrojó hacia alguien que había estado
esperando. Él tipo me echó sobre su hombro y corrió hacia la jaula
que esperaba mientras pataleaba y gritaba como una maldita alma
en pena, llamando la mayor atención posible sobre el hecho de que
me estaban secuestrando. Con suerte, algunos de los espectadores
tenían sus teléfonos en la mano y estaban grabando esta mierda. Si
tuviera esa suerte, eso ayudaría a mi familia a encontrarme.
Fui arrojada al asiento trasero del vehículo que esperaba, donde otro
imbécil enmascarado me arrastró pateando y gritando hacia él.
Estaba luchando con todas mis fuerzas cuando sentí un pinchazo en
el cuello y luego nada.
Capítulo 20
Wolf
Todo parecía suceder en cámara jodidamente lenta. El gran SUV
negro atravesó el control de carretera y luego redujo la velocidad
cuando se detuvo junto a Leo y Will. Wolf sintió lo malo en sus
entrañas, sabía que algo no estaba bien y bajó los ojos para mirar el
número de matrícula que estaba parcialmente oscurecida por el
barro mientras que el vehículo no tenía ni una puta mota de barro.
Cuando reaccionó ya era demasiado tarde. El sonido de cristales
rotos, un disparo y los gritos de su mujer desviaron la atención de
todos del accidente. Estaba pataleando y gritando mientras su
atacante la arrojaba sobre el hombro. Sus atacantes, que llevaban
pasamontañas, corrieron con ella hasta la jaula que los esperaba, la
arrojaron dentro y saltaron detrás de ella. El vehículo se alejó
segundos después.
—¡Emboscada!—rugió Wolf mientras aceleraba su moto para girar y
comenzar a perseguirlo solo para ser detenido por los malditos
cerdos.
Estaban esparcidos por la puta carretera apuntándoles con
semiautomáticas mientras sólo uno de los policías los perseguía.
Quitándose el casco, le gritó al cerdo mientras señalaba hacia donde
el SUV negro desaparecía rápidamente por la carretera.
—¡Esa era mi puta esposa! ¡Alguien se llevó a mi puta esposa!
Déjanos pasar. Somos más rápidos que vuestros malditos coches. Se
están escapando, joder, déjanos pasar. ¡Secuestraron a mi esposa! —
les suplicó a los cabrones con cara de piedra mientras los que
estaban en los coches miraban atónitos e incrédulos, con los
teléfonos en las manos y grabando todo.
El bastardo a cargo sacudió la cabeza y Wolf pudo ver que deseaba
no tener que hacerlo, pero estaba siguiendo órdenes. Dejando caer
su arma para que apuntara al suelo, se acercó a ellos lentamente.
—Lo siento, señor, pero no podemos permitirle el paso. ¿Dice que es
su esposa?
Dive interrumpió, sin darle oportunidad de responder.
—Es mi maldita hermana a la que acaban de secuestrar. Es
ciudadana estadounidense y la dama de mi hermano. Déjanos pasar,
hombre. Aún podemos atraparlos si nos dejas pasar ahora mismo.
Por favor, déjanos pasar antes de que sea demasiado tarde para ella.
El oficial sacudió la cabeza pero no parecía feliz por ello.
—Lo siento, señor. Tengo mis órdenes del Capitán allí. Él está a
cargo de la situación y como ahora es la escena del crimen, no se
permitirá pasar a nadie. Lo lamento.
—Escuchamos un disparo, Will, el tipo que conducía, ¿está bien?—
preguntó Wolf, pero su estómago se revolvía casi continuamente al
estar tan jodidamente indefenso.
—Déjeme averiguarlo, señor.
Aproximadamente un minuto después, otro pedazo de mierda de
bajo rango vino a decirles que Will había sido herido y que una
ambulancia estaba en camino. La bala solo le había rozado el costado
de la cabeza, dejándolo inconsciente y sangrando profusamente,
pero no pudieron ver otras heridas. Tendrían que esperar hasta que
llegaran los paramédicos para evaluarlo.
Con la conmoción del secuestro sucediendo justo debajo de las
malditas narices de los cerdos, Wolf no había pensado en pedir
refuerzos. Tomando su teléfono llamó a su presidente.
—Hawk.
—La atraparon, Prez. La sacó de la jaula en un maldito control de
carretera delante de al menos una docena de cerdos y le disparó a
Will. Tuvo suerte, al parecer es sólo un roce. Se llevaron a mi puta
mujer, Prez—se obligó a hablar a través de los tensos músculos de su
garganta y apretó los dientes—. Los malditos cerdos no nos dejaron
seguirlos y no hay caminos secundarios que podamos tomar para
rodearlos. La perdimos, Prez.
Hubo un breve silencio de asombro antes de que Hawk reaccionara.
—¡Maldito infierno! Volved aquí, hermano. Pondré a Ziggy en esto y
llamaré a Doc y Dagger. La recuperaremos, hermano, solo traed
vuestros culos aquí para que podamos poner en marcha una
búsqueda y rescate. —La voz de su presidente se convirtió en un
profundo gruñido—. He estado donde tú estás ahora, hermano.
Créeme, sé lo que se siente y que quieres matar a esos cerdos, pero
necesito que te calmes. Necesitamos tu ayuda para identificar esa
maldita jaula y darle a Ziggy más posibilidades de encontrarla.
Vuelve, hermano. Te doy mi palabra de que no dejaré ni una puta
piedra sin remover hasta que la encontremos.
—No quiero irme hasta que hayamos hablado con las personas que
estaban esperando en la fila. Quizás alguno de ellos usó sus malditas
cabezas y grabó un vídeo del secuestro. Podría darnos alguna pista
de su identidad o algo así, Prez. —Wolf no quería irse, todavía no.
—Wolf, si alguien tomó fotos o un video lo publicará en internet.
Ziggy ya se está encargando. En el momento en que se publique lo
sabremos. Te necesitamos de regreso aquí, hermano. —Hawk le
negó la opción de quedarse—. Además, te necesito lejos de los
malditos cerdos porque esta mierda huele muy mal. No quiero que
te encierren por cargos falsos.
Wolf agachó la cabeza y supo que su presidente tenía razón.
—Está bien, Prez, estamos en camino.
Deslizando el teléfono en su bolsillo, Wolf se quedó mirando sus
botas y luego se frotó la nuca y el cabello con las manos. Tenía ganas
de gritar su rabia, pero sabía que los malditos cerdos lo tendrían con
esposas y en la parte trasera de una puta aapkas (NdelT: furgoneta de
la policía) si lo hacía. Los estúpidos cabrones no tenían idea de cuán
amenazante era él para ellos en este momento. Calmándose un poco,
levantó la cabeza y tomó nota de lo que sucedía a su alrededor. Buzz
tenía una mano en el brazo de Dive y el resto de los Shadow Wraiths
estaban siendo manejados de la misma manera. Los malditos cerdos
todavía tenían armas apuntándoles mientras el bastardo a cargo se
pavoneaba como un maldito pavo real gritando órdenes a sus
p p g
hombres. Wolf sacó su teléfono y tomó una foto del pedazo de
mierda y luego del coche que había comenzado todo chocando
contra la parte trasera del que estaba frente a él. El conductor estaba
parado junto a él, luciendo sorprendido y culpable. Su día llegaría.
Él se aseguraría de ello.
Exhalando profundamente, Wolf se acercó a Dive.
—Hermano, tenemos que montar. Prez nos está esperando en el
complejo y ha pedido ayuda. Vamos a recuperarla incluso si tengo
que destrozar el maldito mundo para hacerlo. La encontraremos,
carajo. Y una vez que lo hagamos, la sangre fluirá como un maldito
río. Empezando por quien nos vendió y pasando por esos hijos de
puta de allí y el pedazo de mierda que ordenó este maldito control
de carretera.
Los ojos de Dive se llenaron de demonios que gritaban mientras
miraba a Wolf.
—Debería haberla dejado en la casa club. Nunca debería haberla
llevado conmigo. Esto es mi maldita culpa. Si le pasa algo, ¿cómo
mierda voy a enfrentar a nuestra madre? Esto la va a matar. Los
gemelos eran sus bebés sin importar la edad que tuvieran. Eran los
bebés de nuestra familia. Ya perdimos a Reid, no podemos perder a
Leo también. Simplemente no podemos.
—Contrólate, hermano mío, todavía no la hemos perdido. Sabes que
es jodidamente astuta. Ella jugará su puto juego y les ganará.
Hagamos lo que dice Wolf y volvamos a la casa club. Aquí no
podemos hacer nada. —El acento de Lure se había intensificado
mientras instaba a Dive a abandonar la escena.
Dive no tardó mucho en tomar una decisión.
—Montemos. Necesito estar más calmado antes de llamar a Maniac.
Joder, le pasa algo a ella y él irá a la guerra con este maldito país.
Wolf estaba totalmente de acuerdo con el sentimiento de ir a la
guerra. No importaría qué jodidas negociaciones se hicieran, él se
iba a poner sangriento si no la recuperaba. Todavía tenía la llave del
depósito de Reid y lo visitaría muy pronto. No importaba lo que se
decidiera en la mesa, él estaba matando a todos los cabrones del
Harrison Syndicate, empezando por la vieja perra. Luego pasaría a
quienes les habían ayudado a perpetrar sus atrocidades. Cada uno
de ellos iba a pagar, y lo pagarían con sangre.
Sentado en su moto, levantó la cabeza bruscamente cuando un
helicóptero de la SAPS pasó rápido y bajo sobre sus cabezas y
continuó en la dirección en la que habían huido los secuestradores.
Wolf negó con la cabeza.
Demasiado tarde, demasiado tarde.
A estas alturas los cabrones ya habrían cambiado de ruta y
desaparecido.
—Wolf, hermano mío, me quedaré aquí con Will hasta que llegue la
ambulancia y lo seguiré al hospital. Le envié un mensaje de texto a
Ice para hacérselo saber. Vuelve a la casa club y busca a esos hijos de
puta para que cuando regrese podamos ir de cacería—dijo Buzz en
voz baja mientras se paraba junto a su moto.
Todo lo que Wolf pudo darle fue un gesto de asentimiento antes de
volver a ponerse el casco. Arrancando la moto se alejó lentamente
del lugar donde había perdido a su dama por culpa de los putos
cerdos. Alguien, o varios, en ese control habían ayudado a los
cabrones y cuando supiera quiénes eran los iba a agregar a la lista.
Una lista de aquellos a quienes iba a hacer pagar con sangre, su
sangre.
Por cada gota que perdiera su dama, ellos estarían teniendo un
infierno.
Había una muy buena razón por la que era el segundo de Beast. No
le importaba hacer sangrar. No le importaba una mierda si tenía que
cortar partes del cuerpo o ponerle una bala en la cabeza a algún
estúpido cabrón. Le daba igual.
La vieja perra acababa de joder con el hombre equivocado.
Wolf estaba totalmente perdido en su cabeza cuando llegó a la casa
club y estacionó la moto. Al entrar, arrojó violentamente el casco y
los guantes sobre un sofá mientras pasaba furioso junto a algunas
zorras asustadas que estaban en la sala común. Ignorándolas, se
dirigió a la oficina de Hawk.
La puerta estaba abierta y Wolf entró sin llamar, ni siquiera en el
marco de la puerta, como lo habría hecho antes. Todos los oficiales y
lugartenientes los estaban esperando. Ziggy estaba ocupado con su
portátil y no hizo más que levantar la vista antes de regresar al
trabajo.
Las sillas frente al escritorio de Hawk estaban esperándolo a él y a
Dive y ellos las ocuparon.
—¿Qué tienes para mí, Prez?—le preguntó Wolf mientras se sentaba.
—Muy poco me temo, hermano. Los vídeos difundidos en Internet
muestran cómo la sacan y se la llevan en un todoterreno negro. Los
cerdos lo encontraron abandonado en una calle lateral de Lone Hill.
La búsqueda del helicóptero tampoco ha arrojado nada. No me
sorprendería si descubrimos que el SUV había sido robado de un
estacionamiento en algún lugar. Y eso plantea algunas preguntas. Si
lo habían robado, ¿cómo logró atravesar ese control? Por otro lado, si
no fue denunciado como robado, ¿a quién pertenece? Necesitamos
un nombre y Ziggy está en ello ahora mismo. Pronto tendrá
respuestas para nosotros.
—Tomé fotos del maldito cerdo al mando del control de carretera y
el pedazo de mierda que fue la distracción—gruñó Wolf mientras
arrojaba su teléfono a su presidente a través del escritorio.
Hawk simplemente lo recogió y se lo arrojó a Ziggy, quien lo atrapó
y lo dejó junto a él antes de volver a trabajar en su portátil.
—Necesito llamar a mi presidente y a mi padre para contarles lo que
pasó. Todos sabemos por qué agarraron a Leo. Ella es su moneda de
cambio—dijo Dive con los dientes apretados.
Hawk asintió.
—Estoy de acuerdo. Llámalos, Dive, pero hazlo por el altavoz y
hazles saber que todos estamos escuchando.
A Wolf le resultó difícil quedarse sentado ahí sin hacer nada y dejar
que toda esta mierda lo rodeara. Quería estar afuera buscándola. No
importaba que estuviera perdiendo su maldito tiempo, se sentiría
como si estuviera haciendo algo y no sentado esperando.
Dive carraspeó con fuerza mientras el sonido del teléfono sonaba
estridente en la silenciosa habitación.
La voz de su presidente sonó como si estuviera durmiendo.
—Maniac.
Dive no lo dudó. Le contó los hechos a su presidente con voz muy
controlada y su acento había disminuido considerablemente.
—Prez, estás hablando con Hawk y sus oficiales. Hace treinta
minutos Leo fue secuestrada en un control de carretera. Uno de los
prospectos de Hawk recibió un disparo mientras intentaba
protegerla. Los cerdos locales nos apuntaron con armas y nos
impidieron seguir a esos malditos bastardos. —Mientras Dive
tomaba aire para decir más, su presidente empezó a maldecir con
saña.
—Maldito infierno. Esto es un puto desastre. Por el amor de Dios,
¿cómo mierda la perdisteis en primer lugar? ¿Tenéis alguna idea de
lo jodidamente valiosa que es? ¿Alguna puta idea? ¿Queréis que
vaya allí y os muestre a todos cómo hacer vuestros putos trabajos?
Hawk se adelantó e interrumpió su diatriba.
—Maniac, como dijo Dive, se la llevaron de un control de carretera
controlado por cerdos locales, lo que significa que les pagaron para
que miraran para otro lado. Alguien en ese control ignoró esas
órdenes y llamó a un helicóptero de búsqueda, pero ya era
demasiado tarde. El secuestro está en todas las putas redes sociales y
en las noticias locales. Tienes que llamar a Grave y a su dama y
darles la noticia antes de que los medios se comuniquen con ellos.
Debéis encerrar a vuestras mujeres y niños hasta que descubramos
qué quieren. Estoy seguro de que se comunicarán con cualquiera de
nosotros muy pronto.
Se escuchó el sonido de una mujer hablando suavemente de fondo y
el áspero gruñido de Maniac antes de volver a conectarse.
—Tengo una pregunta para ti, Hawk. ¿Cómo coño sabían que Leo
estaría de gira hoy? ¿Tienes una rata o esos muchachos nuestros
fueron demasiado estúpidos para detectar que los estaba siguiendo?
—No esperó respuesta, se la dio—. No. No respondas a eso, sé que
no fueron estúpidos en absoluto. Yo en tu lugar empezaría a buscar
una rata—gruñó Maniac—. Tengo que irme. Grave está en casa con
las mujeres y necesito conseguir más protección. Te llamaremos.
Pronto.
Con eso cortó.
Dive agarró su teléfono y estaba a punto de tirarlo contra la pared
cuando Wolf se lo arrebató de la mano.
—No, Dive, necesitarás esto cuando te vuelvan a llamar.
Se volvió hacia Hawk.
—¿Crees que lo que dijo es verdad, Prez? ¿Crees que tenemos otra
maldita rata? Hemos limpiado la casa más de una vez después de
que pasó la mierda de Laney. ¿De verdad crees que habrían traído
otra rata aquí? Hemos sido jodidamente cuidadosos con la
verificación de antecedentes de los simpatizantes y de las putas y no
surgió nada sobre ninguno de ellos.
Hawk sacudió la cabeza con decisión.
—Definitivamente no tenemos una rata, pero creo que en algún
lugar tienen un puesto de vigilancia que no hemos encontrado. Eso
termina ahora mismo. Jagger, saca las patrullas. Quiero que se
registre cada centímetro de la propiedad, y cuando digo cada
centímetro me refiero a cada puto centímetro. Todas nuestras
propiedades. Bulldog, pídele a Suzy que llame a Iona para averiguar
si ha visto algo sospechoso en su lado de la cerca en los últimos días.
Spider, prepara algo de dinero en caso de que necesitemos pagar a
algunos cerdos. Beast, Wolf y Dive, quiero que vosotros tres trabajéis
juntos para encontrar una solución final una vez que tengamos una
ubicación. Necesito algunas ideas que podamos compartir.
Jagger y Bulldog inmediatamente comenzaron a escribir en sus
teléfonos y a hacer lo que les indicó su presidente.
Los ojos amarillos de Hawk sostuvieron los de Wolf mientras
hablaba.
—He hecho algunas llamadas. Rick y su equipo están trabajando en
el caso desde su lado y Dominick está siguiendo algunas pistas en
Ciudad del Cabo. Se comunicarán con nosotros tan pronto como
tengan algo.
Wolf no sabía cuánto tiempo podría permanecer sentado en esa
maldita silla y no explotar. Necesitaba salir de allí para encontrar a
su dama antes de que esos cabrones le pusieran las manos encima.
Las palabras de Kahn se repetían una y otra vez en su cabeza y no
podía evitarlo.
Si rompían a su chica, ¿era lo suficientemente fuerte como ayudarla a
sanar?
¿Era lo suficientemente fuerte como para no romperse como ellos la
rompieron?
¿Y si él se rompiera, qué significaría eso para ambos?
Ziggy interrumpió sus vertiginosos pensamientos.
—Rastreé su teléfono, se movió unos kilómetros desde el punto
donde abandonaron el vehículo antes de que oscureciera. Creo que
se lo perdieron cuando la registraron por primera vez. Skelly rastreó
la jaula que abandonaron y ahora está revisando las cámaras en el
área donde fue encontrada. Se dirigían hacia el norte cuando la señal
desapareció. Significa que abandonaron las zonas urbanizadas y se
dirigieron a las explotaciones agrícolas. No me sorprendería que la
tuvieran en una pequeña propiedad. Voy a configurar una
cuadrícula de búsqueda desde el punto donde perdimos su teléfono.
Es un área enorme, pero por suerte para nosotros tenemos mano de
obra. Los Warriors y los Sinner’s ayudarán con la búsqueda y me
comunicaré con los clubes de apoyo.
Hawk inmediatamente asintió con la cabeza.
—Bien. Arma equipos de búsqueda, cada uno encabezado por un
oficial o miembro de alto rango. —Volviéndose hacia Wolf y Dive,
les dio órdenes que no querían seguir—. Aquí se quedarán Wolf,
Bullet, Dive y los hermanos de Estados Unidos. Los necesitaremos
cuando tengamos noticias de Maniac.
Todo lo que pudo hacer fue estar de acuerdo con su presidente. Pero
necesitaba salir de la maldita oficina antes de perder la cabeza.
Levantándose de la silla sacudió la cabeza.
—Necesito salir de aquí, caminar o algo por el estilo antes de hacer
algo de lo que me vaya a arrepentir.
Hawk inmediatamente asintió.
—Ve, hermano, enviaré a alguien a buscarte si conseguimos algo.
Wolf no fue el único que salió de la oficina. Beast lo siguió y se
quedó con él mientras atravesaban la sala común y salían al exterior.
Siguió caminando sin saber a dónde carajo iba, sólo sabía que tenía
que seguir moviéndose o se volvería loco.
Dios. La tenían en sus malditas manos sucias. La tenían desde hacía
casi tres horas.
¿La estaban lastimando? ¿Tocándola?
Echando la cabeza hacia atrás, gritó su rabia al cielo antes de dejar
caer la cabeza entre sus manos respirando como si hubiera corrido
un maldito maratón.
—La recuperaremos, hermano. Te lo juro, la recuperaremos. —La
pesada mano de Beast se posó sobre su hombro. Wolf se frotó la cara
y los ojos ardientes con las manos y sacudió la cabeza.
—¿Pero en qué condiciones estará cuando la encontremos, Beast? ¿Se
parecerá en algo a la chica de la que me estoy enamorando una vez
que hayan terminado con ella? No puedo respirar pensando en lo
que le están haciendo, hermano—confesó Wolf.
—Entonces no pienses en eso. En lugar de eso, empieza a pensar en
lo que les haremos una vez que los tengamos. Y hermano, sabes que
vamos a atrapar a esos cabrones. Los llevaremos a los abismos más
profundos del infierno por ponerle las manos encima.
Una pequeña mano le acarició la espalda y miró hacia abajo para ver
a DC parada a su lado. Pero no era DC quien estaba con ellos. Era
Crow.
—Escucha a Beast. Pronto nos bañaremos en su sangre, Wolf. No
pueden esconderse de nosotros, al menos no por mucho tiempo. Tu
mujer es fuerte. Se crió en un club 1%, es la hija de un
vicepresidente, y la habrían preparado para algo como esto. Cree en
Leo. Ella sobrevivirá.
Al mirar esos ojos negros y muertos, Wolf no podía estar en
desacuerdo. Ella tenía razón. Su dama era fuerte y muy inteligente.
Si había una manera de salir de esto, ella la encontraría.
Si ella fuera capaz de hacerlo.
¿Y si no lo fuera? ¿Y si ya le habían empezado a suministrar drogas?
¡Mierda! Tenía que detener esos pensamientos jodidos.
—¡Wolf, Beast! ¡Encontramos algo en las motos! —Una voz excitada
lo sacó de la oscura mierda en su cabeza. Al darse vuelta, vio un
prospecto que les hacía gestos desde el lavadero.
Los tres no dijeron una palabra mientras corrían.
—¿Qué tienes para nosotros, prospecto?—gruñó Beast.
El prospecto apuntó a las motos de los Shadow Wraiths.
—Al principio pensamos que era mierda de la empresa de alquiler,
pero luego vimos que la suya no estaba oculta. Está justo al lado de
su pequeña pegatina en la parte inferior de la matrícula9. Estos son
diferentes. Echa un vistazo aquí—dijo y señaló la tercera parte de la
chapa.
Wolf, Beast y DC se inclinaron para mirar más de cerca.
Wolf frunció el ceño mientras su cerebro intentaba lidiar con lo que
estaban viendo. Se había colocado un rastreador dentro de la
cubierta de la tercera parte de la chapa, haciendo que pareciera que
se suponía que debía estar allí. Pero también hacía que fuera casi
imposible detectarlo a menos que lo estés buscando activamente.
—¿Cómo descubriste esto, prospecto?—le preguntó Beast.
Su voz era dura y fría mientras explicaba.
—Ésta era la sede de nuestro padre. Estos bastardos lo mataron y
hemos mantenido los ojos bien abiertos. Ayudando en todo lo que
podamos. Lavamos todas las motos con regularidad y estamos
orgullosos del trabajo que hacemos. Pulimos cada trozo de cromo.
Hoy es la primera vez que lavamos estas motos y cuando
empezamos a pulirlas, Devon lo vio. Me llamó y revisamos todas las
motos. La de ellos y las de nosotros. Las suyas son las únicas con esta
mierda.
—Buen ojo, muchachos. Gracias—dijo Wolf en voz baja—. Sacad
esas chapas de las motos y llevadlas a la oficina del presidente.
Beast y DC estaban con él mientras regresaba al interior.
Ahora sabían cómo los habían rastreado. Mierda. Lo más probable es
que los bastardos hubieran estado siguiendo a los Wraiths desde el
momento en que pusieron un pie en el país.
Y eso significaba que habían planeado llevársela desde el principio.
Si Wolf no la hubiera reclamado, los Wraiths no habrían tenido
respaldo ni aliados a quienes llamar cuando la atraparan. Se
preguntó si quienquiera que la tuviera sabía que era la dama y
propiedad de un ejecutor del Iron Dogz MC. No creía que lo
supieran.
¿Eso la salvaría o se convertiría en un lastre mayor para ella?
—Quienquiera que sea, no creo que sepa que ella es mía—dijo Wolf
en voz baja mientras caminaban de prisa por la sala común hacia la
oficina.
Cuando entraron, todos los ojos se volvieron hacia ellos y Hawk
levantó una ceja cuando su dama los siguió. Wolf lo ignoró todo. Las
noticias que tenía eran demasiado valiosas.
—Sabemos cómo lo hicieron. Las motos de los Wraiths tenían
rastreadores. Cada puta moto. Los gemelos los encontraron mientras
las lavaban. Están ocupados sacándolos y los traerán.
Ziggy aplaudió y sonrió ampliamente.
—Dependiendo del tipo de rastreador, existe una pequeña
posibilidad de que pueda rastrearlo, por así decirlo.
Joder, cualquier cosa que pudiera llevarlos hasta su dama era
bienvenida en este momento.
El teléfono de Dive comenzó a sonar cuando los prospectos entraron
con las manos llenas de las chapas que habían quitado de las motos.
Dive respondió mientras Ziggy hacía señas a los muchachos para
que se acercaran. La atención de Wolf se dividió entre los dos pero
luego la expresión de Dive cambió y se centró en él.
—Ok, Prez, se lo haré saber. —Él frunció el ceño—. Sí, tienen un tipo
y es bueno con esa mierda. —Sacudió la cabeza mientras se mordía
el labio—. Bien. Esperaremos a tener noticias tuyas.
Cortó la comunicación, levantó la cabeza y miró a Wolf.
—Se comunicaron. Videollamada a las 12 del mediodía, hora de EE.
UU. No estoy seguro de qué hora será aquí. Maniac llamará tan
pronto como tengan todo organizado de su lado. Quiere que Ziggy
se conecte con Byte para que podamos ver la llamada en nuestras
pantallas de este lado. Quiere saber si Ziggy puede hacerlo.
Ziggy asintió de inmediato.
—Hay una diferencia horaria de seis horas, así que las 6 p.m. es
nuestra hora. Se puede hacer, pero vamos a necesitar armas pesadas
en este caso. Rick tiene las conexiones adecuadas para que esto
suceda. ¿Prez?
—Hazlo. La vida de una mujer está en juego y nos ocuparemos de
las malditas preguntas del grupo de fuerzas especiales cuando
vengan con ellas.
—Prez, van a investigar nuestros vínculos con los Wraiths si
nosotros...— intentó hablar Ice pero la voz de DC los silenció.
p
—No, no lo harán. Rick hará esto porque yo se lo pediré. Es mi
hermano primero y policía después.
—Okay, hazlo. —Su presidente sonrió cuando su dama sacó el
teléfono al salir de la oficina.
—Bien. Ahora eso ya se ha solucionado. Ziggy, haz que Kobus revise
esos rastreadores y, si necesita ayuda, comunícate con Skelly para
que le eche una mano. —Miró alrededor de su oficina y se encontró
con los ojos de todos los hombres allí presentes.
—Jagger, continúa con las patrullas. No quiero que nos pillen con los
malditos pantalones bajados. Bulldog, si Iona informa movimientos
sospechosos en su propiedad, convéncela de que venga aquí para su
propia protección. Está sola con dos niñas pequeñas y saber que esos
cabrones están ahí afuera me da urticaria. Joder, haz que venga de
todos modos. Pueden quedarse en mi casa. Spider, sigue con el
efectivo. Kahn, ayuda a Spider con eso. Sin, cuando consigamos una
ubicación quiero que nos pongas en marcha lo antes posible.
Mientras tanto, trabaja con Ziggy en la cuadrícula de búsqueda. Kid,
haz lo de siempre y llama a los miembros antiguos para que te
ayuden a controlar la situación en la propiedad—dijo, después giró
el cuello y se frotó la nuca.
Dive gruñó enojado.
—Hay una cosa más. Aparentemente mi hermana tenía rastreadores
pero se apagaron. Si los cabrones en mi casa me hubieran dejado
saber esa mierda, podríamos haber llegado a ella antes de esta
maldita llamada telefónica.
Wolf estaba a medio levantarse de la silla cuando la voz de Hawk lo
hizo volver a sentarse.
—Siéntate, carajo. No hay nada que podamos hacer al respecto ahora
y ambos lo sabéis. Nos concentramos en lo que podemos hacer.
Beast, Wolf, Dive and los Wraiths, estarán conmigo cuando llegue la
llamada. Es posible que estemos viendo una mierda, lo sabemos y lo
esperamos. Todos necesitáis mantener la calma, hermanos.
Necesitamos estudiar ese puto vídeo en busca de cualquier cosa que
pueda darnos una pista de dónde la tienen retenida. ¿Me oíste,
Wolf?
—Sí, Prez, te oí.
No había nada más que pudiera decir.
¿Pero podría permanecer en silencio mientras lastimaban a su chica?
No sabía si sería capaz de hacer eso.
No, tacha eso, él sabía que no sería capaz de permanecer en silencio.
Sus hermanos iban a tener que cerrarle la maldita boca con cinta
adhesiva.
Capítulo 21
Leo
Dolor, frío y voces fueron lo primero que registró.
Obligándome a abrir los ojos, los volví a cerrar casi de inmediato
cuando una luz brillante hizo que los martillos en mi cabeza
aceleraran su ritmo. Respirando profundamente unas cuantas veces
lo intenté de nuevo, esta vez lentamente. Abriendo los ojos con
cuidado, quise volver a cerrarlos de inmediato cuando me di cuenta
de la posición en la que me encontraba.
Estaba desnuda.
Mirando atentamente, observé el estado de mi cuerpo.
Me habían atado a una amplia y fría mesa de acero inoxidable. Mis
brazos y piernas estaban estirados como si estuviera dando un
maldito salto de estrella10. Al revisar los dolores y molestias de mi
cuerpo, me sentí aliviada al descubrir que lo único que me dolía era
la cabeza y el viejo hematoma en el costado.
Pero no cerré los ojos. Hice lo que me habían entrenado para hacer.
Primer trabajo si te atrapan. Haz un balance de tus lesiones. Observa
tu entorno. Familiarízate con tu enemigo si puedes. Si es posible,
encuentra una manera de escapar.
Me dolía la cabeza, pero se sentía más como un dolor de resaca que
como el resultado del golpe que había recibido allí. Las cuerdas
alrededor de mis muñecas y tobillos estaban apretadas y eran
incómodas, pero todavía no me dolían. Las probé, haciéndolo con
cuidado y en silencio para no llamar la atención. No cedieron.
Maldita sea, entonces no había escapatoria todavía. Estar atada a una
mesa desnuda lo hacía bastante difícil.
Mi entorno, ¿dónde mierda estaba?
Girando lentamente la cabeza, observé la habitación. Los suelos de
baldosas estaban sucios con rayones profundos en algunas partes.
Las paredes tenían agujeros y habían sido tapados con matrículas y
porquerías. Había una chimenea oxidada y maloliente en un rincón
llena de cenizas viejas y los azulejos que la revestían estaban
desconchados y rajados. El techo se hundía en algunos lugares y
tenía una gran marca de agua a lo largo de una pared. A juzgar por
el tamaño de la habitación y lo que vi a mi alrededor, me
encontraban retenida en una casa abandonada. Grandes ventanales
cubiertos de tierra y polvo me dieron una vista parcialmente
oscurecida de un jardín cubierto de árboles y nada más. No pude ver
ninguna otra casa. Tampoco se oía ningún ruido de tráfico. No
estaba en la ciudad sino en algún lugar del campo. Eso haría más
difícil desaparecer si tuviera la oportunidad de escapar. Por la luz
que entraba por las ventanas supuse que era el final de la tarde.
Mis ojos se fijaron en un par de equipos colocados al lado de la mesa.
Había una cámara sobre un trípode con un monitor y un portátil en
la mesa al lado. Mierda.
Giré la cabeza tanto como pude y me esforcé por ver detrás de mí,
pero todo lo que pude ver fueron algunos cables serpenteando por el
suelo antes de desaparecer. Nada bueno, nada bueno en absoluto.
Cerrando los ojos me concentré en mi fuerza interior porque sabía lo
que iba a pasar. Los hijos de puta iban a torturarme ante la cámara
hasta que Maniac y mi padre, o Hawk, les dieran lo que querían.
Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.
Nada bueno, nada bueno en absoluto.
Las voces resonaban en la casa vacía y dificultaban la localización.
Estaban tan seguros de que no podría escapar que ni siquiera me
tenían vigilada.
Tumbada indefensa en esa mesa fría, tragué saliva. Sabía que lo que
vendría sería horrible pero tenía que hacer mi parte. Tenía que
hacerle llegar un mensaje a mi familia, darles lo que sabía aunque no
fuera mucho. Pero como Maniac me había metido en la cabeza
durante mi entrenamiento, cada poquito ayuda y nunca sabías qué
poquito sería la última pieza del rompecabezas para aquellos que te
estaban buscando.
La cuestión era cómo hacerlo sin despertar las sospechas de mi
secuestrador.
Mientras yacía allí, con el dolor martilleando en mi cabeza, comencé
a hacer mis propios planes.
No iba a caer sin luchar. No importa lo que me hicieran, sobreviviría.
Tenía que sobrevivir.
Por mi familia y extrañamente por Wolf. Se culparía por esta mierda
tal como lo harían Dive y los muchachos. Pero, sinceramente, no
podían haber hecho nada. Habían estado demasiado lejos para llegar
hasta mí antes de que estos cabrones me llevaran.
Y entonces tuve una pequeña idea.
Esos bastardos no me conocían y no se darían cuenta de que no tenía
un notable acento americano. Querrían que hablara con quien
estuviera al otro lado de esa maldita cámara. Mi única esperanza era
poner un acento increíble que fuera difícil de entender.
Especialmente si usaba un acento sureño exagerado con palabras
abreviadas y jerga.
La idea casi me hizo reír, pero me contuve mientras hacía mis
planes. Iba a inventar mi maldito acento y nadie, excepto aquellos
que me conocían muy bien, serían capaz de entender lo que estaba
diciendo.
Entonces lo escuché. Ellos venían. Se oyeron pasos en el suelo de
baldosas y venían hacia mí.
No fingí estar inconsciente. Giré la cabeza y los vi entrar a la
habitación. Estaban vestidos con trajes oscuros con pasamontañas
negros sobre sus rostros y se distribuyeron en silencio por la
habitación. Los que estaban en mi línea de visión estaban con las
manos entrelazadas detrás de la espalda. Obviamente esperando al
hombre a cargo.
Hizo su entrada en silencio. El hombre que caminaba hacia mí no
tenía nada especial, era insulso y totalmente olvidable. No le darías
una segunda mirada. Y eso, estoy seguro, funcionaba para él.
¿Y cómo supe eso? A diferencia de los hombres que se encontraban
alrededor de la habitación, él no llevaba una máscara.
Mierda. Eso no estaba bien, nada bien. Significaba que le importaba
una mierda que yo y quienquiera que estuviera al otro lado de la
cámara viéramos su cara. ¿Pero por qué los demás estaban
enmascarados? ¿Los conocíamos?
Caminó por la habitación como si inspeccionara a los hombres y su
postura me dijo que tenían miedo o desconfiaban mucho de él.
Ninguno de las dos cosas auguraba nada bueno para mí.
Finalmente se dio la vuelta y caminó hacia la mesa, deteniéndose
justo a mi lado. Lo miré y no pude detener el profundo
estremecimiento interior. Pude ver por qué sus hombres
desconfiaban de él. Sus ojos pálidos no mostraban ninguna emoción,
eran como pálidos agujeros muertos en su rostro. Me tomó todo
dentro de mí no mostrar mi repugnancia mientras le devolvía la
mirada. Sabía que estaba esperando que yo hablara pero no iba a
darle la satisfacción.
Yo podía esperar.
Arrastró un dedo helado por mi brazo, por mi hombro y por el
centro de mi pecho, luego sobre el hematoma curándose en mis
costillas y por mi muslo, resopló con disgusto.
—No tengo idea de por qué le darían tanto valor a tu vida o te
llamarían su princesa. Mira el desastre que has hecho con tu piel.
Ninguna princesa se profanaría así.
Manteniendo su dedo frío sobre mi cuerpo, rodeó la mesa,
arrastrando ese dedo sobre las marcas que Wolf había dejado en mi
piel.
—Y esto, permitir que alguien te muerda como un animal es
asqueroso.
Se paró a mi lado derecho y dio golpecitos con el dedo en el mandala
tatuado en la parte superior de mi brazo antes de arrastrarlo hacia
abajo sobre el laberinto, las olas, el caimán y las bandas negras que
cubrían mi brazo.
—Puedo ver que esto significa algo para ti y tal vez para tu familia.
Pero desafortunadamente para ti te vuelve demasiado reconocible.
Habrá que taparlo. Dejarlos en tu piel te hará fácil de recordar
durante la subasta.
Dios. Mierda.
Luché duro para mantener mi rostro sin expresión.
No sólo me habían tomado como una herramienta para obligar a mi
club a cumplir con sus demandas. El bastardo estaba planeando
venderme. No me iban a devolver al club.
Me traficarían una vez que obtuvieran lo que querían de mi club o
de Hawk.
Maldito infierno.
Me quedé allí en silencio, sin darle ninguna reacción. Aparté la
mirada de él y sólo entonces me di cuenta de que habían traído mi
ropa y que yacía hecha jirones en el suelo junto a la mesa. Mi
teléfono destrozado yacía encima de la pila junto con los cordones de
cuero con mis dijes. Los bastardos habían pisoteado los dijes y los
habían destruido parcialmente. Luché contra las lágrimas. No les iba
a dar la satisfacción de verme llorar. No todavía, de todos modos.
Sentí sus ojos fríos sobre mí y supe que estaba esperando una
reacción, una reacción que me negué a darle.
Girando mi cabeza hacia él, casi, casi me delaté cuando sentí ese
pequeño tirón en la parte posterior de mi cabeza. Todavía estaba allí.
Mi pequeño as en la manga. Mi única esperanza de salir de aquí. No
saldría ilesa pero saldría.
Mientras la maldita cosa siguiera funcionando. Con ellos tirándome
y maltratándome, podría haber resultado dañado.
Tragándome el miedo, me enfrenté al hombre que iba a lastimarme y
disfrutaría mientras lo hacía.
—Estoy impresionado. Qué fuerza y determinación. Una lástima que
tendré que romperte para conseguir lo que queremos. —Se encogió
de hombros mientras se quitaba con cuidado la chaqueta del traje y
se la entregaba a uno de los hombres, quien la dobló
cuidadosamente e hizo algo con ella detrás de mi cabeza donde no
podía ver.
—Ahora, Leona, esto es lo que va a pasar—dijo con esa voz suya sin
emociones—. Voy a llamar a Maniac y él me dará lo que quiero a
cambio de tu libertad. Si no, él y tu familia verán cómo te hago
sufrir.
Él sonrió, una sonrisa de tiburón, cuando resoplé.
—Lo sé, lo sé. Un poco hipócrita, pero eso es negocio para ti. Y eso es
lo que es esto, sólo negocios, nada personal. Desafortunadamente
para ti, tu familia se interpuso en el camino de los intereses
comerciales de un socio mío, lo que nos lleva a la situación en la que
te encuentras ahora. —Se enrolló con cuidado las mangas de su
camisa blanca, prestando mucha atención a mantener los puños
exactamente del mismo ancho y a enrollarlas la misma cantidad de
veces. Precisión, este bastardo tenía que ver con precisión y control.
—Lo que te haré no obstaculizará de ninguna manera que sea fácil
venderte. Tu nuevo dueño aún podrá follarte aunque lo más
probable es que sientas dolor. No es que a él le importe eso. La
mayoría de nuestros clientes tienen predilección por infligir dolor a
sus esclavos, lo que a su vez nos reporta ganancias cuando tenemos
que reemplazar los que han roto.
Dio una palmada y dos de los hombres llevaron una pequeña mesa y
la colocaron al lado de la mesa en la que yo estaba. Controlé
rígidamente mi respiración cuando vi los instrumentos de tortura
colocados encima.
Diiiioooossss.
Inmediatamente aparté la mirada. No quería ver esa mierda. Cerré
los ojos, me armé de valor y recurrí a la fuerza de mi creencia de que
me encontrarían antes de que él me lastimara demasiado. Que iba a
sufrir, era un hecho, pero no moriría. No me quería muerta. Me
necesitaba viva.
Y me aferré a eso.
El cabrón me necesitaba viva.
—Esto es lo que va a pasar a continuación. Voy a llamar a Maniac y
hacerle nuestras demandas para tu liberación. Le rogarás que me dé
lo que quiero. —Él sonrió—. No me mires así, Leona. Gritarás y
rogarás. Te lo prometo.
Agitando una mano lánguida hacia sus hombres, ellos respondieron
de inmediato y trajeron lámparas de pie como las que encontrarías
en un estudio fotográfico y las colocaron alrededor de la mesa. Y de
repente me sentí brillantemente iluminada. Uno de los hombres se
acercó detrás de la cámara y otro hizo algo en el portátil que estaba
en la mesa al lado del monitor. La pantalla se encendió con un clic y
me vi a mí misma, tendida como un maldito cordero de sacrificio. Y
entonces el rostro de Maniac ocupó mi lugar.
Una mirada a su cara y supe que estaba furioso. Estaba sentado en
su escritorio con mi padre a su lado, Ren y Viper detrás de ellos. Mi
padre estaba sentado allí sin ninguna emoción, con su cara de
vicepresidente. Joder, esto era muy difícil. Apartando la vista de la
pantalla, me quedé mirando a la cámara, dejando que mi familia
leyera mi resolución en mis ojos.
Parpadeando dos veces miré hacia otro lado y luego volví al
monitor. Miré a Maniac. Los parpadeos le hicieron saber que no
habían encontrado el rastreador en la parte posterior de mi cabeza.
Oí sus dedos tamborilear sobre el escritorio, una, dos, tres veces. Lo
más probable es que fuera una señal porque Maniac no tenía
pequeños gestos que revelaran lo que estaba sintiendo.
—Buenos días, señor Maniac—dijo mi secuestrador con voz
amigable y amena, pero sabía que Maniac no se dejó engañar en
absoluto—. Bueno, tal vez no sea un buen día para usted y sus
hombres, pero sí es un muy buen día para mí—dijo con una sonrisa
fría—. Como puede ver, no estaba mintiendo cuando le dije que
tengo a Leona. —Agitó su mano sobre mí como en uno de esos
estúpidos publirreportajes—. Aquí está ella, y todo lo que tiene que
hacer para recuperarla es darme lo que quiero. Un intercambio muy
razonable entre posibles socios comerciales.
—En primer lugar, ¿quién carajo eres? Y en segundo lugar, no voy a
darte una mierda—gruñó Maniac.
El secuestrador se rio.
—Puede llamarme señor Brink. No es mi nombre pero será
suficiente por ahora. Escuche lo que quiero de usted antes de que me
obligue a hacer algo que no le va a gustar. —Él se encogió de
hombros—. Pero a mí, en cambio, me va a encantar.
—¿Qué mierda quieres? —Maniac se recostó en su sillón y de
repente pareció muy relajado. Mi padre hizo lo mismo, cruzando los
brazos sobre el pecho. Oh, mierda.
Dead Eyes (NdelT: Ojos muertos) apoyó sus manos en la mesa junto a
mi cuerpo y se inclinó sobre mí para mirar directamente a la cámara.
—Esto es lo que va a hacer. Llamará a sus oficiales y los echará
inmediatamente. Nombrará a los hombres de la lista que le acabo de
enviar como sus nuevos oficiales. Ellos dirigirán su club a partir de
hoy, mientras que usted seguirá siendo la cara del club. Aquellos de
sus hombres que no cumplan con la nueva orden serán eliminados.
Recibirá una llamada de nuestros socios comerciales y hará lo que
ellos quieran que haga. Protección, eliminación, asesinato, no
importa lo que sea, usted lo hará. Si no lo hace, ella será herida un
poco más cada día. Y usted verá cada segundo de eso.
Maniac se reclinó en su sillón y sonrió.
—No. Y no sólo no, hijo de puta, ¡ni de coña!
Dead Eyes sonrió.
—No creo que lo entienda. —Se giró, agarró un bisturí de la mesa
que tenía detrás y trazó una línea rápida desde mi hombro hasta mi
mano. El hijo de puta cortó una delgada línea a través de mis
tatuajes. Eso jodidamente quemó y la sangre inmediatamente salió
del corte. No muy profundo, solo lo suficiente como para sangrar.
Volvió esos ojos muertos hacia mí mientras daba golpecitos en mi
vientre con el bisturí ensangrentado.
—Dile, Leona, dile lo que te voy a hacer si no me da lo que quiero.
Ruégale por tu vida. Anda, sé una buena perra y haz lo que te digo.
Y aquí estaba la oportunidad por la que había estado rezando. No un
espiche establecido sino mis propias palabras.
Abrí la boca para hablar, pero antes de que pudiera decir una
palabra, tajeó con ese maldito bisturí la parte superior de mi
montículo. ¡Dolió! Siseé de dolor pero mantuve mis ojos en la
cámara. No me atreví a mirar las reacciones de los hombres en el
monitor.
Cuando finalmente encontré mi voz y hablé, mi acento era tan
extraño y diverso que sabía que les resultaría difícil entenderlo todo,
pero también sabía que lo descifrarían. El acento que puse fue en su
mayor parte un galimatías inventado. Usé acentos que había
escuchado en un momento u otro y terminé sonando como basura
blanca, un campesino sureño, un cajún, un irlandés, un jamaicano y
cualquier otra cosa que pudiera agregar para sortear a este imbécil.
—May-ni-hack, ah’s lyin’ he’ah in me birfdey kit. Caint ya see? Doan
wanna bee he’ah. Hee’ah ain’t gon’ah lemme goah. Ya gi’ heem wah hee
whahnts. Ah cain’t be treckin’ wha’ hee whahnts wif meah atall. Y’all cain’t
he’p heem none. Y’all needs ta gits ta steppin’ ova dere. Ah wanna git back
ta mah empty hoose afore eet gits ta fallin’ dohanh. Hee’ah sayahs dey’s
gonna gi’ y’all wahun dey’ah den hee’ll be a callin’ all y’all beck. Doan be
lettin’ tha’ thin’ ring see-hicks or see-effin tahms afore ya ans’er laaik ya
allus doe. Ah’m no’ y’alls lil’ slave gurl no moah. No’ah, doan git ta
stompin’ y’alls boots an’ lemme lie he’ah wit’ dem allus starin’ a’ mah
cookey. Tha’s it.
Dios. La mitad de la mierda que dije no la habría entendido yo
misma, así que esperaba que alguien de allí pudiera hacerlo.
Dead Eyes no estaba contento. No, señor. No le gustaba el acento tan
marcado que obviamente le resultaba difícil de entender.
—¿Qué mierda fue eso? Dios, Grave, ¿no podrías enseñarle a tu hija
a hablar correctamente? ¿Por qué suena como si fuera una prostituta
sin educación?
—Tha’s de wahay ah allus talk (NdelT: That’s how all us talk/Así es
como todos nosotros hablamos)—mascullé justo antes de que él
golpeara el moretón en mi costado.
¡Puto infierno sangriento! Se me escapó un grito de dolor antes de
que pudiera contenerlo.
—Creo que todos necesitáis una pequeña lección antes de terminar
nuestra conversación de hoy. No me dejaré joder. Ni por ti ni por
esta puta en mi mesa—espetó Dead Eyes mientras me miraba
fríamente. Creo que tenía la sospecha de que lo había engañado pero
sin pruebas no tenía nada.
Volviéndose hacia la mesa, tomó lo que parecía una tenaza11 y
apreté los dientes. Lo que fuera que a hacer con esa cosa iba a doler.
Cerré la boca con fuerza mientras él tomaba suavemente la mano
que estaba más cerca de la cámara, colocaba la tenaza alrededor de
mi dedo meñique y cortaba.
¡Santas jodidas pelotas!
Un dolor como nunca antes había sentido se disparó a través de mi
cuerpo y grité. El bastardo sonrió mientras recogía mi dedo perdido
y lo ponía sobre mi pecho.
Oh Dios. Era mi mano izquierda, mi mano dominante. Trabajé duro
para borrar el horror de mi cara.
—No puedo dejar que te desangres antes de divertirme, ¿verdad? —
No me miró mientras hablaba. Todo lo que estaba haciendo era para
el beneficio de mi padre y Maniac.
Y si no quería que me desangrara, significaba cauterizar la herida.
¡Santas jodida pelotas! Apreté los dientes preparándome para el dolor
que se avecinaba.
Aun sonriendo, tomó el soldador que uno de los hombres le tendió y
lo presionó contra el muñón que sangraba profusamente en mi mano
izquierda.
El dolor y la conmoción me hicieron girar vertiginosamente y,
afortunadamente, caí en el agujero negro que me esperaba.
Capítulo 22
Maniac
Nunca había sentido tanta rabia como ahora. La chica que era como
una hija para él estaba siendo torturada ante la cámara y él no podía
hacer nada. Todo lo que podía hacer era observar en silencio,
dándole su fuerza mientras la respiración de su padre y su hermano
delataba su lucha por permanecer callados.
Finalmente, al puto fin, la pantalla se apagó. Maniac se quedó
sentado respirando profundamente tratando de encontrar el control.
—Lo quiero muerto—gruñó Grave mientras se levantaba de su silla
—. Pero primero quiero que lo aten a una silla mientras le quito con
cuidado cada apéndice que tiene el cabrón. Quiero...
—Suficiente, Grave—dijo Maniac en voz baja—. No tenemos tiempo
para imaginar lo que le vamos a hacer a ese cabrón.
Dirigiéndose a Byte, que estaba trabajando en la estación que habían
instalado en la esquina de su oficina, le hizo la pregunta para la que
todos querían la respuesta.
—¿Pudiste rastrear al cabrón?
—No, pero he podido activar remotamente el rastreador de Leo.
Dive podrá rastrearla en su teléfono. Le instalé la aplicación antes de
que se fueran. Desafortunadamente, tuvimos que ser cautelosos con
él, por lo que tiene una potencia de transmisión muy débil. Tendrán
que estar a 8 kilómetros de su ubicación para comenzar a detectarlo,
y aun así seguirá siendo muy débil. Mientras ese cabrón te tenía
frente a la cámara, alguien intentó ingresar a nuestro sistema a través
de una puerta trasera furtiva, pero pude cerrarla. Estoy ocupado
realizando diagnósticos ahora mismo para estar ciento por ciento
seguro de que ya no están.
Maniac asintió mientras ponía una mano en el hombro de Grave y
avanzaba al siguiente paso de su plan para liberar a su chica.
—Conéctanos con los Iron Dogz pero asegúrate de proteger la
conexión. No podemos permitir que esos cabrones sepan que
estamos trabajando para recuperarla.
—Antes de que haga eso, Prez. Acabo de recibir la lista de nombres y
no te va a gustar—gruñó Byte enojado.
Maniac sabía, sin tener que mirar la maldita lista, que encontraría
hermanos en ella. Su traición causaría problemas de confianza una
vez que limpiaran la podredumbre del club. Había preguntas para
las que necesitaba respuestas, y antes de que eliminaran la
podredumbre, las conseguiría.
—¿Quiénes?
—Gear, Shutter, Red y Mug, además de algunos de los imbéciles que
pasan el tiempo con ellos.
Era como había sospechado. El jodido estúpido y su grupo de
inadaptados descontentos. ¿Por qué carajo Shutter, Red y Mug
habían aceptado estos planes? Solían ser buenos hermanos. ¿Qué
había cambiado? Tendría sus respuestas una vez que terminara con
ellos.
—¿Por qué carajo ellos creen que estos maricas podrán controlar el
club? ¿Qué es lo que no sabemos?
Viper fue quien le dio una posible respuesta.
—Se han mostrado muy íntimos con algunos de los parches más
nuevos y con algunos de los miembros más viejos que han estado
molestos por los cambios que hemos hecho en el club. Especialmente
por las reglas sobre el tratamiento del coño y cómo salir del negocio
de la prostitución.
—Que les den. Una vez que hagamos esto, todos irán bajo tierra.
Hasta el último de ellos. No importa si nos faltan un par de
hermanos. Viper, llama a aquellos en quienes podemos confiar para
que nos respalden. Haz que entren, pero antes limpia el complejo de
aquellos en quienes no confiamos. Grave, sé que esto es jodidamente
difícil para ti pero necesito tu cabeza en el juego, hermano. Ren, lleva
a todas las mujeres y niños al lugar seguro y ciérralo, pero hazlo en
j y g g y p
silencio. No quiero que esos traidores se den cuenta de lo que
estamos haciendo. Y Ren, sólo Lucy, las damas, las novias y los
niños. Sin putas de club, no podemos confiar en ellas.
Entrecerrando los ojos, inclinó la cabeza hacia un lado mientras
calculaba todo lo que había que hacer antes de que el bastardo
volviera a llamar.
—Tenemos un día para organizarnos antes de que ese cabrón llame.
Estamos ocupados. Ponme a Hawk en la pantalla, Byte.
Cuando todos a su alrededor se fueron para cumplir sus órdenes, se
sentó con Grave a su lado y esperó.
Wolf
La imagen de su chica tendida desnuda sobre una mesa sangrando
quedó grabada en sus retinas. Era algo que nunca iba a olvidar, no
mientras viviera. Pero, joder, era fuerte. Ella yacía allí, sufriendo, y
hacía frente al cabrón que la mantenía cautiva.
No podía concentrarse mientras Ziggy y él intentaban descifrar el
mensaje. Levantó la cabeza cuando la pantalla se iluminó de nuevo.
Maniac estaba devolviendo la llamada.
Junto con Dive y su grupo, él prestó mucha atención. No quería
perderse ni una puta palabra.
—¿Qué tienes para nosotros, Maniac?—preguntó Hawk.
—Hemos decodificado su mensaje. Está retenida en una casa
abandonada en algún lugar. Hay seis o siete hombres que puede ver
desde su posición. Está retenida por traficantes sexuales y la
venderán una vez que acaben con nosotros. Y joder, esta parte duele
muchísimo. Nuestra chica cree que hay muchas posibilidades de que
la violen ante la cámara para que cumplamos con sus demandas.
Wolf no fue el único que gritó con furia. Todos los hombres de la
oficina tuvieron la misma reacción. Se quedaron en silencio en el
momento en que Maniac levantó las manos y gritó.
—Callaos y escuchad. No podemos cometer un error en esta etapa.
Tengo un día para organizarme antes de que vuelva a llamar, así que
escuchad. Tenemos un rastreador implantado en la parte posterior
de su cabeza. Byte lo activó hace un par de minutos. —Maniac
frunció el ceño ante el gruñido enojado de Dive antes de continuar
—. La aplicación se instaló en tu teléfono, Dive. Desafortunadamente
tiene un radio de transmisión muy corto. Byte le envió la aplicación
a vuestro hombre. Instaladla en los teléfonos de vuestras personas
de confianza. No tenemos suficiente tiempo, todos lo sabemos. Salid
y encontrad a nuestra chica antes de que le haga lo peor que un
hombre puede hacerle a una mujer.
Hawk lanzó una mirada a Wolf y Dive mientras respondía.
—Estamos en ello. Tenemos una ubicación general, pero es un área
enorme en la que tenemos que buscar. He llamado a nuestros aliados
y clubes de apoyo para que se unan a la búsqueda. Son hombres en
quienes confiamos. La aplicación sólo irá a los oficiales a cargo de los
grupos de búsqueda. Enviaré a Dive, Wolf y a tus hombres para que
se unan a la búsqueda mañana. Es mejor para ellos y para todos
nosotros si no están aquí cuando vuelva a llamar.
Maniac asintió.
—Estoy de acuerdo. Nos hemos encerrado y estamos organizando
una convocatoria a la capilla para evitar que ese cabrón haga lo peor.
He llamado a los cabrones de su lista, una vez que los tengamos
confinados pasaremos a la siguiente fase de nuestro plan.
—¿Cuál es el plan, Prez? ¿Va a lastimar a Leo?
—Hijo, sabes que la amo como si fuera mía. Pero ella sabe, como tú,
que tengo que hacer lo mejor para el club antes de poder hacer lo
mejor para ella. Tienes mi palabra de que intento terminar con esto
lo más rápido posible. Tu trabajo es salir y encontrarla para que
pueda acabar con toda la mierda de este lado. Y Dive, quiero a ese
cabrón vivo. Lo que sea que le hayan hecho a nuestra chica, se lo
haremos a él, pero peor. ¿Entendido?
—Sí, Prez, entendido—asintió Dive con un profundo suspiro.
Wolf no podía creer esta mierda.
La pantalla apenas se había puesto en negro cuando estuvo junto a
Ziggy.
—Pon esa aplicación en mi puto teléfono, ahora mismo—demandó.
Ziggy sonrió.
—Hermano, ¿qué crees que he estado haciendo desde que la obtuve?
Ya está activa en tu teléfono.
Estaba a punto de exigir el último cuadro de búsqueda cuando la
fuerza de la ira de Hawk atrajo sus ojos hacia su presidente, donde
todavía estaba sentado en su sillón.
—Wolf, tú, Dive y su equipo id al lugar donde perdimos la señal de
su teléfono y mirad si podéis detectar alguna cámara afuera de los
complejos o casas que Ziggy y Skelly tal vez puedan piratear.
Wolf negó con la cabeza.
—No, Prez, no estoy de acuerdo. He estado pensando en lo que dijo
Ziggy. Abandonaron el vehículo en Lone Hill y perdimos la señal
mientras se dirigían al norte. Si se dirigen al norte, regresarán hacia
nosotros. Si bajamos por la R562 en dirección a la N14 podemos
hacer una búsqueda en la zona comprendida entre aquí, la R511 y la
N14. Tengo la sensación de que se están escondiendo en algún lugar
de nuestro patio trasero pensando que no los buscaremos allí.
—Creo que es una buena idea, Prez—añadió Ziggy—. No tengo a
nadie buscando en nuestra área, no pensé que serían lo
suficientemente arrogantes como para estacionar sus culos en
nuestro territorio.
—Bien. —Hawk entrecerró los ojos y miró a Wolf y Dive—. No
hagáis nada si la encontráis. Esperad refuerzos porque no tenemos
idea de sus números exactos. ¿Entendido?
Todos asintieron con la cabeza.
—Entendido, Prez. —Wolf miró a Ziggy—. Me mantendré en
contacto mientras viajamos.
Wolf no se quedó esperando. Su tiempo se estaba acabando
rápidamente. Su chica necesitaba que la encontraran y que lo
hicieran jodidamente rápido. Porque cuando oscureciera, el sonido
de sus motos sería demasiado fuerte como para quedarse afuera
buscando.
Al llegar a sus motos, se sorprendió al encontrar a los prospectos
trabajando furiosamente en ellas y cuando vio lo que estaban
haciendo, agradeció en silencio a Ziggy. Estaban conectando bases
para sus teléfonos en el centro de sus manillares, lo que les permitía
observar el pequeño punto rojo pulsante que aparecería si se
acercaran a la ubicación de su chica.
Recorrieron todos los caminos secundarios en un círculo cada vez
más amplio.
Y nada.
Ya estaba oscuro cuando Ziggy los llamó para que regresaran.
Wolf estaba cansado y dolorido pero no quería regresar, quería
seguir buscando.
No tuvo la oportunidad de hacerlo porque Ice se acercó a ellos y
simplemente señaló la dirección. Tuvieron que obedecer y lo
siguieron de regreso a la casa club. Wolf se prometió que estaría allí
buscando a su mujer apenas amaneciera.
Capítulo 23
Wolf
El sol apenas estaba asomando en el horizonte cuando Wolf y Dive
se sentaron a la mesa de la cocina con Bullet y el resto de los
hombres para tomar un café y un desayuno rápido antes de regresar
a la carretera.
No tenían idea de a qué hora llamaría el cabrón, lo que significaba
que tenían que comenzar la búsqueda lo antes posible. Comió rápido
y se bebió el café, después empujó la silla hacia atrás y se puso de
pie.
—Termina aquí para que podamos ponernos en camino. A mi mujer
no le queda mucho tiempo.
Recibió asentimientos y gruñidos antes de salir. Necesitaba revisar
su moto antes de ponerse en marcha. De ninguna manera iba a
perder tiempo hoy. No tenía por qué preocuparse por su moto, los
prospectos que se ocupaban de las ellas las habían revisado.
De pie, observó cómo llegaba la mañana y esperó y rezó para que
hoy la encontrara… la encontrara antes de que ese cabrón la
lastimara más de lo que ya lo había hecho. Al regresar al interior, se
unió a sus hermanos mientras esperaban que Hawk y Ziggy les
asignaran sus áreas de búsqueda.
El grupo de Wolf fue asignado a buscar hacia Harties y la zona
agrícola de Hennopsriver. Había muchas pequeñas propiedades y
granjas por allí e inmediatamente se pusieron en camino.
Mientras viajaba por la R562 hacia donde la carretera se cruzaría con
la R511, sus ojos se movían constantemente hacia la pantalla. Pero
todo seguía en silencio, no había señales de la señal de su rastreador.
Llevaba su casco integral y tenía su teléfono conectado al Bluetooth
del casco por si alguien llamaba para contarle noticias. Todos
estaban comunicados.
Se acercaban a la intersección R562 y R511 cuando sonó su teléfono.
Ziggy.
—Sí.
—Tenemos una señal débil. Jinx te espera debajo del puente N14 con
un grupo de sus hermanos. La búsqueda está a tu cargo ahora y
deberías tener suficiente respaldo en los próximos veinte minutos
aproximadamente. Estaré vigilando desde este extremo, hermano.
Buena suerte.
—Gracias, Zig. Hablamos pronto.
Mirando a Dive, señaló y lideró el camino, corriendo hacia donde su
mujer los estaba esperando para salvarla de ser violada, aún más. Y
no solo eso jodía con su cabeza.
Condujeron a toda prisa en un grupo apretado, volando por las
curvas cerradas, y solo redujeron la velocidad una vez que llegaron a
la intersección. Al girar a la izquierda vieron el puente y corrieron
hacia él. Y fue entonces cuando apareció en su teléfono, una débil
luz pulsante de color rojo pálido, sin ningún punto todavía. Ziggy
les había explicado que se volvería más oscuro y más enfocado
cuanto más se acercaran a ella.
No se bajó de la moto, simplemente se detuvo junto a Jinx y abrió la
visera de su casco para hablar con él.
—Jinx, hermano, gracias por ayudarnos a buscar a mi mujer. Ahora
que tenemos señal, veamos si podemos encontrarla. —Sacó el mapa
del área en su teléfono y señaló el área de búsqueda—. Tenemos
Laezonia, Knopjeslaagte y Gerhardsville, muchos lugares donde
esconderse. No creo que estén por la M34, tenemos la finca de golf
en esa dirección y Mnandi, y Monavoni está demasiado urbanizado.
Pero en caso de que me equivoque, enviemos a dos hermanos con un
rastreador por esa dirección, pueden darse la vuelta si la señal
desaparece.
—Estoy de acuerdo. El resto de nosotros podemos conducir por la
R511 y enviaremos a nuestros hermanos con el rastreador a los
caminos secundarios cuando pasemos por ellos.
—Está bien, hermano. Hagamos esto, carajo.
Jinx extendió su puño cubierto de cuero y Wolf lo chocó antes de
cerrar la visera y volver a salir. Condujeron en formación apretada
antes de que él enviara a cuatro hermanos por un camino lateral
para atravesar el área de Laezonia mientras continuaban. El latido se
hacía más brillante cuanto más avanzaban.
Wolf sabía que el bastardo ya podría haber llamado a Maniac y se le
hizo un nudo en el estómago. Envió un mensaje de voz para
mantenerlo informado.
—Nos estamos acercando, Zig. Necesitamos más hombres para
registrar la zona. Estamos buscando en Laezonia, Knopjeslaagte y
Gerhardsville. Volveré a reportarme pronto.
Llegaron al desvío hacia Hartebeespoort y continuaron bajando
hacia Gerhardsville cuando todos llegaron a la misma conclusión. El
pulso se estaba debilitando. Ella no estaba en esa dirección.
Deteniéndose, se dio la vuelta y regresó por la carretera.
Al girar hacia la carretera de Harties, sus ojos oscilaban entre su
teléfono y la carretera. Tenía que tener cuidado porque el camino
estaba lleno de subidas ciegas y de curvas y contracurvas. Estaba
concentrado en la carretera cuando Jinx le indicó que redujera la
velocidad y se detuviera.
Mierda. ¿Ahora qué?
Jinx estaba sonriendo ampliamente.
—La tenemos, hermanos. La tienen retenida en una pequeña
propiedad casi paralela a esta carretera. Por eso recibimos tan buena
señal. Sólo hay una casa ocupada cerca de la casa en la que está
secuestrada, pero no debería ser un problema. Los hermanos se
mantienen alejados del lugar porque está tan jodidamente tranquilo
aquí que nos oirán llegar. Tenemos jaulas, un médico y paramédicos
en camino. Estarán con nosotros en los próximos cinco a diez
minutos. Vayamos al área, nos reunimos con mis hombres y
planeemos cómo vamos a derrotar a estos cabrones.
—Primero necesito avisarle a mi presidente—dijo Wolf.
p j
—No es necesario, Wolf. Ya se hizo. Ha enviado un par de pequeñas
furgonetas para ayudar con la limpieza si lo necesitábamos.
—Bien. Hagamos esto, hermanos.
Dive asintió mientras se ubicaba junto a Wolf.
No les llevó mucho tiempo encontrarse con los cuatro hermanos que
se habían detenido y los esperaban.
Al poco tiempo, la carretera se llenó de motos, dos jaulas y dos
furgonetas a medida que llegaban más y más buscadores. Lo más
inteligente era enviar hombres a pie para explorar el lugar. Una vez
que tuvieran una idea de la distribución de la propiedad, podrían
planificar su ataque.
Uno de los prospectos abrió la verja de una de las propiedades
vacías y entró con las jaulas y las furgonetas mientras los hermanos
entraban en la propiedad con sus motos. Respiraron mejor una vez
que estuvieron fuera de la carretera y de la vista.
Beast, Kid y Spider llegaron poco después e inmediatamente
comenzaron a hacer planes para acabar con los bastardos.
Lamentablemente estaba tomando algún tiempo, ninguno de ellos
quería arruinar el rescate.
Wolf confiaba en la experiencia de Kid y le dejó el plan final de
ataque. Todo lo que quería era estar en el primer grupo que
atravesara la maldita puerta.
Beast lo llevó a un lado y Wolf supo que no le iba a gustar lo que
vendría después.
—Hermano, lo siento mucho, el cabrón llamó temprano. Maniac no
estaba preparado y la cosa se puso fea muy rápidamente. Tienes que
prepararte, hermano. Esto podría convertirse en una recuperación y
no en un rescate.
Wolf negó con la cabeza.
—Ella no va a morir, Beast. Hoy no. El bastardo la quiere viva, no
muerta. Ella resultará herida pero estará viva.
Beast asintió brevemente.
—Te cubro las espaldas, hermano. Pase lo que pase, estoy contigo.
A Wolf le empezaba a doler la puta cabeza y le ardían los ojos por la
noche de insomnio. Pero joder, él dormiría una vez que ella estuviera
a salvo.
Los hombres que habían sido enviados a explorar la propiedad
regresaron con mucha información. Vieron a dos guardias afuera de
la puerta trasera, otros dos en el frente y luego dos que caminaban
por el perímetro. Estaban haciendo un trabajo de mierda vigilando.
En lugar de eso, charlaban y fumaban, sin prestar atención a lo que
pasaba a su alrededor. Eliminarlos sería fácil. Habían visto hombres
moviéndose dentro de la casa, pero no pudieron hacer un recuento
exacto porque las ventanas estaban manchadas de barro, lo que
permitía una vista parcialmente oscurecida del interior de la casa.
Después de revisar el diseño de la propiedad, Kid dio sus órdenes.
Envió a Bullet con cinco hombres para eliminar a los guardias
exteriores. El resto de ellos se acercarían y rodearían la propiedad
mientras esperaban que todo estuviera despejado.
Wolf estaba escondido detrás de unos altos arbustos, esperando con
Dive y Beast. Su corazón latía rápidamente en su pecho cuando
escuchó el estridente llamado de un kiewiet (NdelT: avefría, chorlito),
su señal para acercarse.
No lo dudó, corrió hacia la puerta principal de la propiedad con
Dive a un lado y Beast al otro. Beast llevaba una unidad de
comunicación y estaba en contacto con Kid, que lideraba el ataque a
la puerta trasera.
A Wolf se le revolvieron las entrañas cuando llegaron a la puerta sin
ser vistos y esperaron la orden de avanzar. Cuanto más se
demoraban, más daño le hacían a su mujer. El cabrón le había dado a
Maniac un día para entregar su club a sus enemigos. El único
problema fue que no le dio un día, le dio unas cuantas horas. Y esas
horas no habían sido suficientes para cumplir con sus exigencias.
Y eso significaba que su mujer estaba siendo herida ahora mismo.
Mierda. Mierda. Mierda.
Ni siquiera estaba respirando con dificultad cuando cruzaron la
verja y corrieron por el camino cubierto de maleza hasta la
desgastada puerta principal de la casa. Los sonidos de los gritos de
su mujer casi lo hicieron atravesar la puta puerta. Pero controló el
impulso. Tenían que esperar a que Kid y Jinx llegaran a la puerta
trasera antes de poder moverse. La puerta principal se abría
directamente al salón donde Leo estaba siendo torturado, por lo que
tenían que esperar. Sus gritos roncos lo hicieron enfurecerse por la
espera.
Los ojos de Dive estaban fríos como piedra y su boca formaba una
delgada línea mientras miraba a Wolf y asentía. Iban a matar al
cabrón. A la mierda las órdenes de Maniac.
Su chica estaba sufriendo y tenían que quedarse aquí escuchando su
maldito dolor.
Wolf no pudo soportarlo más.
Tocando a Beast en el brazo, indicó que iba a entrar, pero Beast negó
con la cabeza.
—¿Por qué?—articuló.
—Kid, dale cinco—articuló Beast mientras sostenía los ojos de Wolf.
Wolf cerró los ojos con fuerza y respiró hondo, luego los abrió y
esperó.
Por fin, Beast empezó la cuenta regresiva desde cinco. Se movieron
hacia un lado para permitir que Bullet y Ratel, que tenían el ariete, se
acercaran y atravesaran la puerta.
A las cinco el mundo a su alrededor explotó. Vio la puerta salirse de
sus bisagras y aplastar contra el suelo al tipo que había estado
parado frente a ella. Entraron corriendo usando la puerta como
puente, todos dando un salto con toda su fuerza para aplastar al
cabrón contra el suelo.
El derribo fue rápido y mortal. El resultado final fue que los
cabrones estaban muertos o sangrando en el suelo cuando
terminaron.
Pero era su mujer quien tenía toda su atención.
Estaba cubierta de sangre. La única parte de ella sin sangre era su
hermoso rostro. La sangre manaba de los cortes en su abdomen,
brazos y piernas. Goteaba lentamente de los lados de la mesa hacia
el charco de sangre en el suelo. Un charco de sangre demasiado
grande.
Estaba increíblemente pálida y tenía la cabeza apartada de la
cámara. Su cuerpo estaba inmóvil, sus manos estaban atadas detrás
de su cabeza y de ellas caía un constante goteo de sangre.
¡Dios! ¡Le había cortado los dedos! Sus dedos perdidos yacían en el
charco de sangre en el suelo sucio y la ira de Wolf explotó.
—¡Maldito hijo de puta! ¡Te voy a matar! —rugió Wolf y habría
atacado furiosamente pero Beast lo detuvo.
—Espera, hermano. Aún no—susurró.
Sacudiendo la cabeza, Wolf miró al cabrón sonriente que estaba
parado junto a ella, con un bisturí en una mano y un jodido
consolador enorme cubierto de sangre en la otra.
Los ojos enfurecidos de Wolf se dirigieron al coño de su dama y lo
que vio hizo que la rabia se convirtiera en furia helada. Por la sangre
que la cubría allí abajo, supo que el cabrón había violado a su mujer
con ese maldito consolador.
—Vas a desear no haber puesto nunca un dedo en mi dama—juró él.
Junto a él, Buzz, Spider y varios otros hermanos sujetaban a Dive y
su grupo cuando se abalanzaron.
El pedazo de mierda sonrió. Él jodidamente sonrió.
—Bienvenidos a todos a mi pequeña fiesta. Qué placer que os unáis
a mí y a los caballeros en la pantalla de allí. —Apuntó el consolador
ensangrentado al monitor y se rio—. Han estado disfrutando del
entretenimiento que les he proporcionado esta mañana, pero
lamentablemente ahora debe llegar a su fin.
Cuando Wolf se movió, agitó el consolador de lado a lado.
—Ah-ah-ah, no te acerques más, odiaría tener que lastimarla otra
vez solo para que retrocedas.
El loco de mierda no parecía estar preocupado en absoluto por la
posición en la que se encontraba.
—Vas a morir hoy, hijo de puta—le prometió Wolf en voz baja y sin
emociones.
Mirando el chaleco de Wolf, sonrió.
—No lo creo, señor Wolf. Me iré de aquí con mi juguetito y vosotros
seréis buenos muchachos y permitirán que esto suceda. ¿De verdad
pensasteis que no tendría un plan de contingencia? Creedme, lo
tengo. —Señalando la pantalla, mostró su pequeña y fría sonrisa—.
Si obstaculizáis mi salida de alguna manera, mi nuevo socio
comercial allí, el señor Maniac, se verá obligado por sus oficiales
recién nombrados a comenzar a ejecutar a las mujeres de su club.
Empezando por la madre de mi pequeño juguete y pasando por su
futura cuñada y esa hermosa niña suya. Y sería una lástima porque
tengo algo muy especial planeado para los dos—le sonrió con su
pequeña y fría sonrisa a Maniac, que estaba sentado como
congelado.
Maniac no dijo nada. Simplemente miró estoicamente a la cámara.
No podía dar la orden de llevarse a los jodidos traidores sonrientes
sentados en su mesa hasta que Leo estuviera a salvo.
Y ahora mismo ella no estaba a salvo. Para nada.
Wolf no apartó los ojos del hombre que sostenía el bisturí en la
carótida de Leo. Un tajo, eso sería todo lo que haría falta y ella se
desangraría antes de que pudieran evitarlo. Tenía que hacer algo
pero solo Dios sabía qué. Fue entonces cuando se dio cuenta de que
Jinx estaba casi directamente detrás del bastardo. Al encontrarse con
sus ojos, lentamente los bajó hasta la mano que sostenía el bisturí.
Jinx inmediatamente entendió lo que quería decir y comenzó a
avanzar lentamente para moverse hacia el punto ciego del bastardo.
Por alguna razón, ninguno de los cabrones que miraban a través de
la cámara le advirtió al hijo de puta. Una vez que Jinx estuvo detrás
de él, avanzó lentamente paso a paso. Uno de sus hombres se unió a
él en el lento avance.
Mientras lo hacían, tenía que mantener al cabrón ocupado y de
espaldas. Wolf rezó para que su próximo movimiento no causara
más daño a su chica y que los hijos de putas de Estados Unidos
permanecieran en silencio.
Wolf lentamente comenzó a avanzar y la atención del bastardo se
centró en él.
—Deja de moverte o la cortaré.
Wolf dejó de moverse.
—Suelta a mi dama y consideraremos dejarte salir de aquí con vida.
—Su voz sonó gutural y extraña, incluso para sus propios oídos.
Una mirada confusa apareció en el rostro del cabrón antes de que
sacudiera la cabeza.
—Dijiste eso una vez antes, pero es mentira. No la han reclamado; si
lo hubieran hecho, me lo hubieran dicho.
—Hijo de puta, la reclamé el día que entró en nuestra casa club.
Lleva mis marcas por todo el cuerpo. Las has visto. Ella es mía y
estoy aquí para recoger lo que me pertenece.
Aun luciendo confundido, la mano que sostenía el bisturí se alejó
ligeramente de su cuello. Pero no suficiente.
—Eso no es posible. Me aseguraron que ella no pertenece a nadie.
Puedo entender que su hermano y sus hombres vengan aquí a
buscarla, pero tú no. No tengo problemas con los Iron Dogz o los
Sinner’s Sons en este momento. Llegará un momento en el futuro en
el que tendremos un motivo para conversar, pero ese momento aún
no ha llegado. —Miró alrededor de la habitación—. Os sugiero que
os vayáis antes de que sea necesario agravar la situación.
—Estás jodido de la cabeza si crees que dejaré a mi dama aquí
contigo porque crees que no tienes problemas con los Dogz y los
Sinner’s. En el mismo momento en que la tocaste involucraste a
todos los clubes relacionados con los Dogz, los Sinner’s y los
Warriors en la puta Sudáfrica y en los Estados Unidos. Has
empezado una guerra, hijo de puta.
Sacudió la cabeza firmemente mientras su atención se alejaba de Leo.
Eso era todo lo que Jinx necesitaba. En el momento en que la tensión
en su mano se aflojó y se alejó de su cuello, Jinx y su hombre
atacaron. Al mismo tiempo, la pantalla del monitor se puso negra. La
conexión había sido cortada.
Todo terminó en segundos. El pedazo de mierda fue atado al suelo y
Wolf, Dive y Beast junto con los demás corrieron hacia la mesa. El
cuerpo de su chica yacía flácido y casi sin vida cuando comenzaron a
quitarle las ataduras que la sujetaban a la mesa.
—¡Esperad! ¡No le desatéis los brazos todavía! —gritó la doctora
mientras ella y los dos paramédicos que traían con ellos entraban
corriendo a la casa.
—Ella no se ha desangrado debido a esas ataduras Necesitamos
dejarlas puestas un poco más de tiempo hasta que tenga bajo control
el sangrado de sus manos.
Trabajó rápido y ordenó a uno de los paramédicos que encontrara
los dedos y los pusiera en hielo. Le insertaron intravenosas y le
vendaron las heridas antes de moverla de la mesa a una tabla
cubierta con una manta isotérmica en el suelo.
Y ahí fue cuando la mierda empeoró.
—Jinx, lo siento mucho, pero no puedo hacer nada más por ella aquí.
Tengo que pedir un vuelo salvavidas o la perderemos. Ha perdido
mucha sangre y está en shock—dijo la doctora por encima del
hombro mientras continuaba trabajando con Leo.
Mierda. Eso significaba policías, muchos policías.
Por la vida de su dama se pondría el jodido traje naranja con una
sonrisa.
—Está bien, esto es lo que va a pasar. —Jinx tomó el control—. Liz y
sus muchachos cargarán a Leo y se dirigirán a la carretera principal
donde el vuelo de emergencia podrá aterrizar de forma segura. El
resto de nosotros estamos limpiando esta mierda tan rápido como
podemos. Necesitamos borrar toda evidencia de lo que pasó aquí.
Eso significa sacar balas de las paredes y recoger casquillos. Necesito
una foto facial de cada uno de estos bastardos antes de subirlos a las
furgonetas. Recoged sus teléfonos y billeteras antes de cargarlos y
aseguraos de que todos los teléfonos estén desactivados pero no
destruidos. Las furgonetas se dirigirán al lugar previsto. Los Sinner’s
se encargarán de la eliminación.
—Wolf y yo tenemos que seguirla al hospital. —Dive señaló al
hombre a su lado—. Lure está a cargo de nuestra parte de la
limpieza. Sugiero lejía, mucha lejía.
—Beast y su grupo llevarán al maldito bastardo al complejo de los
Iron Dogz, es el más cercano. Estoy seguro de que nuestro
presidente tendrá a Crow preparado para el interrogatorio—agregó
Kid.
Fueron interrumpidos por la doctora.
—La tenemos estable pero tenemos que salir ahora mismo para
recibir el vuelo. Están en camino. ¿Qué le digo a la policía cuando
pregunten?
Jinx inmediatamente tuvo una historia para ella.
—Tú y tus amigos estaban visitando a tus padres cuando recibiste
una llamada anónima de alguien que la había encontrado pero no
quería involucrarse. Agarraste tus cosas, encontraste la camioneta
estacionada al costado de la carretera con ella atrás y pediste ayuda
—dijo Jinx—. Usaremos la camioneta en la que la transportaron. Hay
suficiente sangre en la mesa y el suelo para verterla en la parte
trasera de la maldita cosa y que parezca que alguien la abandonó a
ella y al vehículo.
—Bien. —La doctora mantuvo sus ojos en Leo—. Hagámoslo, Jinx.
Necesita ayuda, más ayuda de la que puedo brindarle.
Todo fue muy rápido a partir de ese momento.
Wolf y Dive estaban en sus motos y corriendo detrás del SUV en
cuestión de minutos, pero tuvieron que quedarse atrás y fuera de la
p q q y
vista.
Permanecieron escondidos detrás de la hierba alta y un grupo de
árboles de acacia y observaron impotentes cómo los médicos del
vuelo de emergencia trabajaban en ella antes de subirla al
helicóptero.
El piloto no se anduvo con rodeos. Despegó y corrió hacia el
nosocomio más cercano.
Wolf observó hasta que el helicóptero desapareció antes de girarse y
pasar la pierna por encima de la moto.
La rabia era un peso pesado en sus entrañas.
Su chica tenía una pelea entre manos y él estaría allí para ayudarla.
Quería venganza por su dama.
La venganza no se debía únicamente a él y a su dama. Su familia
también merecía un pedazo del cabrón. Tal vez lo mantuvieran con
vida y lo enviaran a los Shadow Wraiths en una maldita caja.
Tantas opciones y él las estaba esperando a todas. Pero antes tenía
que cuidar de su dama.
Ella era su prioridad número uno.
Su mujer era fuerte pero después de lo que le habían hecho...
Mierda.
—Vamos a montar, hermano. —Dive se volvió a poner el casco y
luego levantó la visera—. Ella es una luchadora, hermano mío,
superará esto. Créeme, nuestra Leo luchará.
Sólo pudo asentir mientras se ponía el casco y los guantes.
Uno al lado del otro condujeron por la carretera, unidos por la mujer
que ambos amaban.
Capítulo 24
Leo
Me desperté en una cama con todo tipo de máquinas pegadas a mi
cuerpo y sintiendo dolor por todas partes.
Estaba aterrorizada de que todavía estuviera secuestrada, pero
entonces una enfermera entró en la habitación y me di cuenta de que
estaba en un hospital. Su dulce sonrisa y sus cálidos ojos calmaron
mi corazón que palpitaba rápidamente.
—Ahí estás. Me alegro mucho de que estés despierta—dijo ella y me
dio unas palmaditas suaves en la mano—. Déjame comprobar
algunas cosas y llamar al médico para informarle que estás
despierta.
Abrí la boca para hablar pero lo único que salió de mi garganta
dolorida fue un graznido. Sin voz.
—No intentes hablar, cariño. Te dolerá la garganta por la intubación.
Anoche te quitamos el respirador porque luchaste contra él. Te traeré
unos trozos de hielo para chupar. Regresaré en un santiamén.
Con una última palmadita en la mano, ella se fue.
Me quedé allí y traté de recordar exactamente lo que había sucedido,
pero después de que el bastardo me cortó los dedos, todo se volvió
confuso.
La enfermera volvió con los cubitos de hielo y el médico. Tuvo que
ponerme los pedacitos en la boca porque tenía ambas manos
fuertemente vendadas.
—Buenas tardes, señora Jordan. Me alegro mucho de encontrarla
despierta y consciente. —Golpeó la etiqueta con su nombre sujeta a
la blusa azul de su bata médica—. Soy el doctor Vermeulen, fui uno
de los cirujanos que la operó cuando la trajeron.
—¿Qué me pasó?—grazné.
—Tuvo mucha suerte. Una doctora la encontró y la estabilizó
mientras esperaba un vuelo salvavidas. La trajeron con tres dedos
amputados en la mano izquierda y uno en la derecha. Había varias
laceraciones profundas en su cuerpo, brazos y piernas y tuvo un
desgarro vaginal muy importante. Un cirujano reconstructivo le
volvió a colocar los dedos antes de pasar a sus otras lesiones.
Jadeé.
—¿Todavía tengo mis dedos?
—Sí, excepto el meñique de su mano izquierda.
Desafortunadamente, había pasado demasiado tiempo desde que
fue amputado y el daño a las terminaciones nerviosas era demasiado
grave para volver a colocarlo con éxito. El pronóstico para los demás
dedos es muy bueno. El doctor Stanley podrá contarle más durante
su visita mañana por la mañana.
Tuve que hacer la siguiente pregunta aunque realmente no quería
hacerla.
—Mi… mi… vagina. ¿Qué tan grave es el da… daño?
El doctor Vermeulen me dio unas palmaditas en la pierna para
tranquilizarme y me estremecí. Inmediatamente retiró la mano.
—No había líquido pre seminal, ni semen, así que concluí que la
lesión había sido causada por la inserción de un objeto extraño en la
vagina. Causó un desgarro importante que reparé durante la cirugía.
Le tomará un tiempo sanar y tengo la esperanza de que no haya
daños duraderos. Sugiero visitar a un cirujano ginecológico para
recibir tratamiento de seguimiento una vez que llegue a casa. Estaré
encantado de enviarle un informe completo.
Eran noticias bastante buenas, pero de alguna manera no lo sentía
así. Me sentía perdida. Sucia y usada.
Después de que él se fue, me quedé mirando el techo blanco. Quería
ir a casa. Quería a mis padres. Necesitaba sus brazos alrededor de mí
para hacerme sentir mejor. Las lágrimas resbalaban de los rabillos de
mis ojos y corrían por los lados de mi cara hasta mi cabello. Me
quedé dormida con las lágrimas secándose en mi cara.
q g
Y así continuó durante los siguientes días. Me mantuvieron sedada
con una maldita medicación y la única persona a la que se le
permitía verme era a Dive. En voz baja me contó lo que había
sucedido, pero me importaba una mierda.
Las cosas cambiaron una vez que me trasladaron de la UCI a una
unidad intermedia. Mis primeros visitantes fueron los malditos
cerdos.
Dos detectives me interrogaron pero no pude decirles mucho.
Me apegué a lo básico del secuestro.
Me sacaron del vehículo, me drogaron y me mantuvieron en una
habitación oscura. Una persona sin rostro me torturó. No tenía idea
de quién era, por qué hizo lo que hizo o dónde me tenía secuestrada.
Lo único que sé es que me desperté en el hospital. Fin.
No estaban contentos conmigo pero tuvieron que dejarlo pasar. Por
supuesto, me informaron que habían usado un kit de violación
cuando me trajeron y que, con suerte, podrían obtener algunas
pistas.
Solo asentí y se fueron poco después.
Cuando me desperté por primera vez, el dolor había sido mi
compañero constante. Ahora era mucho más manejable y
aparentemente seguiría mejorando a medida que me recuperara.
Estaba muy agradecida de no tener que compartir mi habitación
porque no había manera de que quisiera hablar sobre lo que me
había pasado. Cada vez que me miraba las manos o me movía
recordaba mi terrible experiencia.
Me habían injertado el meñique, el dedo medio y el anular de la
mano derecha y según mi doctor el pronóstico era muy bueno.
Podían ver las puntas de los dedos injertados y se veían rojos y eso
es muy bueno porque significaba que había flujo sanguíneo. Sabía
que tenía un largo camino por delante pero era terca. Trabajaría para
recuperar el uso de mis dedos, de ninguna manera ese bastardo iba a
quitarme más.
Los cortes en mi cuerpo habían sido reparados por un cirujano
plástico y me habían asegurado que me quedarían cicatrices
mínimas. Él, con la ayuda de un cirujano ginecológico, reparó los
cortes y desgarros dentro y alrededor de mi vagina y nuevamente
me aseguraron que esperaban una recuperación completa. Me
aconsejaron que me tomara un tiempo para recuperarse por
completo y que solo intentara quedar embarazada bajo la
supervisión de mi ginecólogo.
El embarazo era lo más alejado de mi mente en este momento. No
cuando no podía soportar la idea de que algo se acercara a mi
dolorida vagina.
Esta mañana me trasladaron a una habitación privada porque mis
médicos estaban muy satisfechos con mi progreso. Parecía que me
darían de alta pronto si continuaba sanando a este ritmo. Era la
mejor noticia que había recibido en mucho tiempo.
Otra buena noticia fue que a partir de hoy mis visitas ya no se
limitarían únicamente a la familia. Aparentemente había una lista de
personas que querían visitarme y Chris y Genna estaban en la parte
superior de esa lista. Tenía muchas ganas de verlas.
La habitación en la que estaba tenía vistas al jardín del hospital, lo
cual era mejor que la que tenía antes. Una voz amigable desvió mi
atención de la ventana.
—¡Eh, tú! —Genna sonrió mientras se volvía ligeramente hacia
Chris, que estaba sonriendo a su lado—. Mira, te dije que si salíamos
lo suficientemente temprano seríamos las primeras en llegar.
Vencimos a Dive y Wolf.
—Sólo porque eres una maníaca al volante. Creo que vi a Dive negar
con la cabeza con incredulidad más de una vez ante tu forma de
conducir. Es como si pensaras que las reglas de tránsito están ahí
para otras personas. Estoy conduciendo cuando nos vayamos. No
volveré a confiar mi vida a que tú conduzcas—se quejó Chris con
una sonrisa.
Obviamente se habían divertido tratando de perder a los hombres en
el camino al hospital.
—Hola a las dos. —Mi voz todavía sonaba un poco ronca pero
estaba mejorando—. Maldita sea, es bueno volver a verlas.
Ambas se acercaron y me dieron abrazos muy cariñosos.
Chris miró mi mano sin levantarla y sacudió levemente la cabeza.
—Espero que le corten los dedos de las manos y de los pies antes de
quitarle la polla y las pelotas—gruñó—. Me alegra ver que hay un
buen flujo sanguíneo y no hay signos de infección.
Le fruncí el ceño.
—¿Cómo sabes todo eso?
—Google es mi amigo. —Ella sonrió—. Le pregunté y él me
respondió. Genna y yo buscamos en Google y leímos todos los
artículos que pudimos encontrar sobre la recuperación y el cuidado
de las reinserciones de dedos. Somos los gurús del tema en este
momento.
—En realidad, me hizo pensar en convertirme en paramédico—dijo
Genna muy casualmente.
—Vaya, eso es enorme. ¿Se lo has contado a Bulldog? —Chris me
miró con los ojos muy abiertos antes de volverse para mirar a Genna.
—No. Y no lo haré hasta que esté segura de que es lo que quiero
hacer.
—¿Hasta que estés segura de que quieres hacer qué, cariño?—dijo
Dive de repente desde la puerta y la espalda de Genna se enderezó y
sus mejillas se pusieron rojas brillantes.
Oh, mi querido hermano parece haber intensificado su juego.
—Hasta que esté segura de que quiere ser paramédico. —Sonreí ante
el rápido ceño de Genna—. Aunque todavía se lo está pensando.
Dive no lo dudó.
—Haz lo que quieras, cariño, la vida es lo suficientemente corta
como para perder el tiempo haciendo cosas que no quieres hacer.
p p p q q
Los brazos de Wolf rodeándome desviaron mi atención de ellos y la
dirigieron a sus hermosos ojos. Intenté leer la mirada en ellos pero
parpadeó y desapareció. Algo no estaba bien con él pero no pude
concentrarme en eso porque me abrazó y eso salió volando de mi
cabeza.
—Odiaba no poder verte. ¿Cómo te sientes hoy? —preguntó
suavemente mientras depositaba un suave beso en mi mejilla.
—Me siento mejor y mis manos se ven mejor.
—Me alegra saberlo, Leo. —Dio un paso atrás y arrastró una silla
junto a la cama, se sentó y luego puso su mano sobre mi antebrazo.
Aferrándose a mí sin lastimarme la mano.
—Hola, hermanita. —Dive besó mi frente mientras se apoyaba en el
costado de mi cama—. Es bueno ver esa sonrisa nuevamente en tu
rostro, cariño. Hay mucha gente que quiere venir a visitarte, pero
Hawk se puso firme. —Dive se rio suavemente—. Le pidió a Ziggy
que elaborara una lista de aquellos que querían visitarte Luego les
dio un horario. Habrá gente entrando y saliendo de aquí todo el
tiempo.
No me importaba. Era aburrido estar aquí sin nada que hacer.
—Me alegra que ese cabrón no se diera cuenta de que eres zurda —
gruñó Dive de repente mientras pasaba un dedo suave sobre las
vendas que cubrían mi mano izquierda.
Todo lo que pude hacer fue asentir. Sí, era una suerte pero me cabreé
cuando me miré las manos y vi el daño que había hecho.
Supongo que estar enojada era mejor que estar triste. Y estoy segura
de que me sentiría mucho mejor si pudiera superar la necesidad de
frotarme la piel constantemente. Me sentía sucia y usada. Y eso me
cabreaba más que cualquier otra cosa.
Dive y Wolf se negaron a hablarme sobre el hombre responsable de
mi estancia en el hospital y parecía que se había dado la orden a
todos los que me visitaron de no decirme nada.
Eso también me cabreó, pero hasta que pudiera salir de aquí no
había nada que pudiera hacer al respecto.
Otra cosa que empezaba a enojarme era la actitud de Wolf. El
bastardo iba del frío a la calidez. Algunos días era cálido y dulce,
otros estaba de mal humor y era grosero y un completo imbécil.
Estaba tan condenadamente confundida.
Pero mi confusión no duró mucho.
Hawk fue quien aclaró todo durante una visita muy breve y directa.
—No voy a andar con rodeos aquí, Leo. Necesito que mis ejecutores
vuelvan con todas sus fuerzas y no tener a Wolf disponible para los
asuntos del club mientras Scar todavía está fuera de servicio está
jodiendo al club.
Asentí, pero estaba confundida en cuanto a cómo me impactaba los
asuntos de su club.
—Esta mañana, en la iglesia, Wolf retiró su reclamo y su parche. Ya
no eres su dama. Pensé que sería mejor para ambos cortar los lazos
ahora en lugar de dejar que se prolonguen indefinidamente.
No pude evitar estremecerme y Hawk se acercó a mí.
—No me toques—siseé enojada y él instantáneamente retiró su
mano.
El hijo de puta. El maldito reptil. No tuvo los cojones de venir a
decírmelo en persona y mandó a su puto presidente a hacer el
trabajo sucio. Me quedé allí y contuve mi rabia en mi interior
mientras miraba a Hawk sin expresión alguna. Y luego hice lo que
tenía que hacer.
—Agradece a tu club por su protección. Lo aprecio pero ya hemos
terminado. Necesito que te vayas.
Parecía un poco sorprendido pero se levantó, asintió confundido y se
marchó.
Apreté el maldito botón de llamada y puse en marcha la siguiente
parte de mi vida.
—¿Qué necesitas, Leo?—preguntó mi dulce enfermera.
—No quiero visitas excepto mi hermano y sus tres amigos. Sin
excepciones.
—¿Está segura? —Parecía confundida.
—Sí, muy segura.
Ella asintió y se fue para hacer lo que le había pedido. Lo siguiente
en mi lista fue una llamada a Maniac. Gracias carajo por el marcado
rápido.
—Necesito volver a casa. ¿Puedes arreglar que ese tal Adam venga a
buscarme? Los médicos en casa pueden acompañarme durante el
resto de mi recuperación.
—¿Pasó algo que debería saber?
—No, solo extraño a mamá, a mi hogar y a todos. Necesito a mi
familia a mi alrededor ahora mismo.
—Está bien, niña. Lo arreglaré. Estate preparada para partir con muy
poca antelación. ¿Estás de acuerdo con eso?
—Sí, sí, lo estoy. —No sabía lo preparada que estaba para salir de
aquí.
Maniac no perdió tiempo y organizó mi vuelo a casa en cuestión de
horas.
Dive intentó disuadirme, pero insistí. Estaba yendo a casa.
Doce horas más tarde estaba en la cama en la parte trasera del avión
atendida por una enfermera y volando a casa con un grupo de
hombres muy enojados.
No presté atención ninguno de ellos, ni a sus talantes. Estaba de
camino a casa para curarme.
Desafortunadamente para mí, mi corazón magullado y dañado
tardaría más en sanar que mi cuerpo roto.
¿Y mi mente?
Mi mente era otra historia.
Capítulo 25
Wolf
Observarla acostada en una cama de hospital luciendo tan
condenadamente frágil, jodía con su cabeza a lo grande. Se culpaba
por no protegerla como había prometido. Todo lo que le había
sucedido a ella era su culpa Él debería haber estado en la puta jaula
con ella, no un prospecto inexperto.
Se sentó junto a su cama mientras dormía y supo que tenía que
tomar una decisión. Una decisión de las que te cambia la vida.
Su mujer.
O su club.
Una decisión imposible. Era una decisión que iba a arruinarle la
vida, fuera cual fuera la dirección que tomara.
Con esa mierda en mente no pudo seguir sentado al lado de la cama
y se fue antes de que se despertara. Ella ni siquiera sabía que él había
estado allí. Él asintió con la cabeza hacia la alegre enfermera que la
cuidaba mientras salía.
No volvería hasta que tomara su decisión. Era lo correcto para
ambos.
De regreso a la sede del club, se alegró de poder regresar al trabajo
diario y se dedicó a ello de todo corazón.
La mejor parte fue asistir al interrogatorio del idiota que habían
encerrado debajo del club.
Crow caminaba alrededor de su cautivo, mirándolo y asintiendo con
su cabeza enmascarada.
—Puedo verlo—siseó ella con esa voz alterada suya.
—¿Ver qué?—preguntó Dive mientras miraba lo que pensaba que
era solo un tipo pequeño y extraño. No el interrogador que habían
estado esperando.
Wolf podía ver su confusión escrita en todo su rostro. Estaba
confundido acerca de por qué no habían tocado al bastardo atado a
la silla sino que lo habían dejado sentado mientras esperaban a que
llegara Crow. Cuando Crow entró por la puerta, Wolf se dio cuenta
de que todos se habían olvidado del verdadero Crow. El que
caminaba vestido con un abrigo de cuero negro y esa jodida máscara
de BDSM en la cabeza.
Esa era la persona que había entrado por la puerta con Hawk.
No la que había interrogado a Laney y Emma.
La persona que estaba en la habitación con ellos era el secreto mejor
guardado de Doc Michaels, su Crow.
Enfocando esos ojos negros y muertos en Dive, siseó.
—Veo su alma oscura.
Dive lanzó una mirada a Wolf antes de asentir.
—Ok.
Crow golpeó la cabeza de su cautivo con su dedo índice enguantado.
—¿Me va a dar lo que quiero o vamos a jugar?
El estúpido idiota parpadeó como si estuviera confundido.
—Yo… no estoy seguro de por qué estoy aquí o qué quieres de mí.
Solo estaba haciendo mi trabajo. Eso es todo.
—¿Y cuál es tu trabajo? —Crow se inclinó y le siseó al oído.
—Yo, uhm, acelero la adquisición de ciertos activos para mi
empleador.
¿Por qué diablos el imbécil nos estaba dando esta mierda sin que lo
tocaran?
—¿Y cuáles podrían ser esos activos?
—Todo lo que quiera. Simplemente hago lo que me dicen. Es sólo un
trabajo.
Crow soltó una risita extraña.
—No, no, no seas tan humilde. Te gusta tu trabajo. ¿No es así?
g j ¿
—A veces. No siempre.
—Explica.
—Yo…yo…no puedo. No puedo decir más.
De nuevo esa pequeña risa siseada.
—Error. Va a decir mucho más antes de que terminemos aquí hoy.
—Crow miró a Beast, que estaba parado junto a la mesa llena de
instrumentos de tortura—. Tráeme mi cuchillo número dos, Beastie.
Beast sonrió mientras se acercaba con el cuchillo y lo colocaba en la
mano enguantada extendida de Crow. No pasó mucho tiempo para
que la ropa del bastardo colgara en largas tiras a su alrededor. El
cabrón estaba sentado allí desnudo y finalmente empezó a asustarse.
—Mi empleador no tiene problemas con el Iron Dogz MC. Si me
dejas ir, te doy mi palabra de que hablaré bien de ti. No querrás
enojarte con él, créeme.
—Ah, entonces tu empleador es un hombre. Es bueno saberlo.
El cuchillo brilló y apareció un corte a lo largo de su brazo. En el
lugar exacto en el que él le había hecho el primer corte a Leo. El
segundo corte justo encima de su polla fue igual de rápido. Estaba
sangrando incluso antes de conectar los puntos. Pero lo hizo. Muy
rápidamente conectó esos lugares.
—No sabía que ella era parte del Iron Dogz—trató de explicarle pero
Crow no estaba escuchando.
Moviéndose al ritmo de la música que sólo él escuchaba, caminó
alrededor de la silla, una silla nueva. Una silla que estaba
completamente recubierta de plástico y lo mejor era que con solo
tocar un botón se podía reclinar. Y Crow hizo exactamente eso.
El plástico que cubría la silla chirrió cuando el estúpido cabrón se
movió, tratando de mantener a Crow a la vista.
—Nombre. Dame tu nombre.
Temblando como si tuviera malaria, el cabrón negó con la cabeza.
Varios pequeños cortes después y lo soltó sin aliento.
—¡Peter Van Wijk, mi nombre es Peter Van Wijk!
—Bien. Ahora dame el nombre de tu empleador.
Sacudiendo la cabeza con furia, tartamudeó.
—Yo…yo no…no puedo. Él… me.. me matará.
Crow soltó una risita horrible.
—No, él no te matará, yo lo haré.
Varios cortes y pequeños giros de la punta del cuchillo en las
terminaciones nerviosas lo hicieron gritar y retorcerse en la silla.
—Dame lo que quiero y podrás descansar, sólo un poquito.
El cabrón estaba llorando. Los mocos le corrían por la nariz y la
saliva le goteaba por la boca. Era un patético montón de mierda
llorosa y Wolf tuvo que apretar los dientes y los puños para evitar
acercarse a la silla y destripar el pedazo de mierda.
—¡No puedo! No puedo decírtelo.
—Mmmjá, ya veremos.
Esta vez Crow se acercó a la mesa y seleccionó personalmente el
siguiente implemento.
Peter Van Wijk empezó a gritar cuando vio la tenaza. Él sabía lo que
se avecinaba. Maldito marica.
Crow no se detuvo hasta que ocho dedos cortados se posaban sobre
el pecho del bastardo. Crow le dejó los pulgares mientras colocaba la
tenaza cubierta de sangre sobre la mesa y tomaba un cuchillo con
una hoja larga y delgada.
—Beast, haz un torniquete alrededor de los antebrazos. No quiero
que se desangre demasiado pronto.
—P…po…po… po… fa…vorrrr. Pa... pa... para. Lo diré, lo diré.
—Continúa entonces. Dime lo que quiero saber—le siseó Crow al
oído.
—Él... él se lla... llama Ja... Ja... Ja… James, James Ha... Ha... harisss...
sssson!
—Eso no fue muy difícil, ¿verdad? —Crow le dio unas palmaditas
en el pecho y luego pasó la mano por las heridas e hizo que el
pequeño cobarde gritara de nuevo.
—¿Por qué James Harrison se acercaría tanto a la mugre, Peter? No
tiene sentido para mí. Realmente no pensó que iba a salirse con la
suya, ¿verdad?
—Él, él quería demostrarle a su… a su… a su padre que es… estaba
listo para hacerse cargo de Ci… Ciudad de… del Cabo. El tiempo de
Winifred se está... se está... se está acabando co... co... con el
Sindicato.
Crow soltó una carcajada y sacudió la cabeza.
—Joder, Petey, vosotros dos lo habéis jodido totalmente, ¿ya os
habéis dado cuenta de eso? Mutilaste a la única hija del
vicepresidente del Shadow Wraiths MC, la dama de uno de los
ejecutores del Iron Dogz MC. Y al hacerlo, comenzasteis una guerra
entre el Harrison Syndicate y varios de los MC más grandes y crueles
del mundo.
Crow esperó un momento antes de continuar.
—Y por eso, Peter, estás aquí. En mi silla. Lastimaste a una amiga
mía. —Crow asintió cuando sus ojos se abrieron de miedo—. Oh, sí,
Peter, ella es una amiga e hiciste cosas que no puedo perdonar. —
Levantó un dedo cuando el maldito pedazo de mierda empezó a
tartamudear y a sisear furiosamente—. No, no quiero escuchar más.
Estoy aburrida de ti. Terminemos nuestra pequeña charla.
Todos los hombres en la sala de interrogatorios se encogieron
cuando Crow regresó a la mesa y volvió con el consolador que el
cabrón había usado con Leo.
Pero Wolf no; no se encogió, sino que hervía de rabia.
—Espera.
Los ojos negros se volvieron hacia él.
—¿Por qué?
—Le puso las manos encima a mi mujer, la violó. Lo que viene
después es mío, mi venganza.
La cabeza cubierta de cuero asintió, dejó el consolador y se alejó de
la silla para pararse a un lado, con los brazos cruzados sobre el
pecho, totalmente relajado.
Wolf no dudó ni un segundo. Acercándose a la silla, se inclinó sobre
el bastardo.
—Llamaste a mi mujer puta y juguete mientras la cortabas y la
violabas. No te voy a llamar así. Porque no eres más que un
desperdicio de aliento y piel. Los juguetes y las putas tienen un
propósito. Sin embargo, tú ya no tienes ningún propósito.
Tomando el consolador, lo levantó y lo agitó frente a la cara del
pedazo de mierda que lloriqueaba.
—Aquí funcionamos con un sistema simple. Ojo por ojo. Dado que
no tienes el equipo adecuado, tendremos que conformarnos con lo
que tienes.
Con eso, Wolf metió el consolador en el culo del hijo de puta, lo sacó
y observó cómo la sangre y la mierda fluían de su culo destrozado.
Sus gritos eran como música para sus oídos y sonrió mientras le
volvía a meter el consolador en el culo y lo dejaba allí.
—Voy a dejarlo ahí porque tu mierda es jodidamente asquerosa. No
es que tengas que preocuparte por eso por mucho tiempo—dijo en
un tono conversacional mientras caminaba hacia la mesa de juguetes
de Crow, tomaba un cuchillo de hoja larga y regresaba para
inclinarse sobre el bastardo que lloraba.
—Ahora llegamos a la parte buena. —Wolf se agachó y le arrancó el
consolador del culo. Cuando su boca se abrió para gritar, le metió
profundamente el consolador cubierto de sangre y mierda en la
boca, sin sentir absolutamente nada mientras el bastardo se ahogaba
y luchaba por respirar.
—Nunca más volverás a lastimar a otra mujer—gruñó Wolf mientras
se movía detrás de él, le echó la cabeza hacia atrás tirándole del pelo
y le cortó el cuello.
y
Wolf dio un paso atrás mientras la sangre se esparcía formando un
arco rojo sobre el cuerpo y goteaba sobre el suelo cubierto de
plástico. Su mano que sostenía el cuchillo colgaba floja a su costado
mientras su ira retrocedía lentamente.
Había vengado a su mujer y, de algún modo, a cada mujer o niño
que el bastardo había tocado alguna vez.
—Listo. Ya casi hemos terminado. —Crow soltó una pequeña
carcajada, tomó el cuchillo de su mano, cortó la polla del cabrón y la
puso sobre su pecho—. Y mira eso, hemos hecho un pequeño
desastre.
En el impactante silencio que reinaba mientras la sangre goteaba
lentamente de su víctima, Crow limpió meticulosamente sus
instrumentos y los devolvió a sus lugares sobre la mesa. Asintiendo
a Hawk una vez que terminó.
—Enviad su polla a Winifred Harrison y deshaceos del resto—
ordenó Hawk, luego miró a Wolf y le levantó un poco la barbilla. Su
jefe aprobaba sus acciones.
Hawk tomó a Crow del brazo y lo condujo hacia la puerta. Wolf
sabía que su hermano la llevaría a su habitación para limpiarla y
ocultar su identidad a los Shadow Wraiths. Ninguno de ellos podía
descubrir jamás que DC Michaels era Crow.
La voz de Beast rompió el silencio.
—Escolta a nuestros hermanos estadounidenses de regreso a sus
vehículos, Wolf. No te olvides de las vendas y las bolsas.
Dive y sus hermanos habían sido llevados al Santuario a través de la
entrada oculta de nuestra propiedad y no por la escalera interior. Les
habían puesto vendas en los ojos y sólidas bolsas negras para
cubrirles la cabeza antes de subirlos a la enorme camioneta del club.
Luego los condujeron alrededor de la propiedad antes de ingresarlos
por la entrada de la cueva.
El viaje de regreso a la sede del club transcurrió en un silencio
sepulcral.
Veinte minutos más tarde, Wolf aparcó dentro del garaje y acabó con
el silencio.
—Podéis quitaros las capuchas y las vendas. Estamos de vuelta en la
casa club.
Tomó las bolsas y las vendas de los ojos mientras los hombres se las
arrancaban y luego se quedó sentado en la jaula mientras ellos lo
miraban.
—Eso fue una mierda, te das cuenta, ¿verdad? Pero dicho esto,
hiciste lo que todos queríamos hacer. Él pagó por lo que le hizo a mi
hermana. Gracias, hermano mío—dijo Dive mientras se acercaba y
estrechaba la mano de Wolf.
—¿Quién carajo era ese tipo pequeño? —Magic rompió el pesado
silencio que los rodeaba.
Wolf negó con la cabeza.
—Ese era alguien a quien nunca querrías cabrear. Tampoco querrás
nunca llamar su atención. Jodidamente nunca. Tiene ojos y oídos en
todas partes.
—Entonces él es un contratista. Él va donde está el dinero—dijo
Lure.
—No, ni siquiera cerca. —Wolf sabía que no podía decir demasiado,
pero tenía que decir algo que satisficiera su curiosidad.
—No se puede contratar a Crow para un trabajo. Él te encontrará.
Nos encontró y Hawk le permite hacer lo que mejor sabe hacer. Él
siempre obtiene la información que necesitas.
—Entonces trabaja para tu club.
Wolf se rio y sacudió la cabeza.
—No. Después de hoy no lo volveremos a ver hasta dentro de
bastante tiempo. Viene y va como un maldito fantasma.
—Lástima, nos vendría bien un hombre como él en casa.
Wolf se encogió de hombros y salió, cerrando la puerta de un golpe
detrás de él.
Estaba jodidamente cansado y todo lo que quería hacer era regresar
a su habitación y ducharse para lavarse el día.
Y no pensar en la mujer que yacía en el hospital.
Después de su ducha no volvió a bajar a la sala común, se dejó caer
en su cama y se durmió.
Se despertó con unos golpes en la puerta.
—¡Vete a la mierda!
—¡Wolf! Levanta tu maldito culo de la cama y ve a la oficina. Hawk
te está buscando. —La voz gruñona de Beast llegó desde el otro lado
de la puerta.
Estirando su cuerpo aún cansado, Wolf salió de la cama y se metió
en la ducha para despabilarse antes de ir a ver a su presidente.
Sentado rígidamente frente al escritorio de Hawk, tuvo que respirar
profundamente para controlar su temperamento. Y lo controlaría. Su
presidente no se equivocó, había estado intentando decidir qué
hacer. Pero no esperaba que su presidente decidiera por él.
—No voy a perder a uno de mis mejores hombres por otro club,
Wolf. Te necesitamos aquí. Si todavía sientes lo mismo después de
haber vadeado la mierda por la que estamos pasando ahora,
podemos volver a hablar. No es que esté jodidamente feliz de
perderte, pero si insistes, eso es todo lo que puedo hacer.
Pasándose las manos por el pelo, Wolf dejó escapar un profundo
suspiro.
—Tienes razón, jefe. Pertenezco aquí, no a algún club que no
conozco y al que no podré brindarle mi lealtad. Es mejor cortar los
lazos ahora antes de que haya más sentimientos involucrados. Te
entendí.
—Bien. He llamado a una iglesia, adelante.
Fue muy decepcionante. Él retiró su reclamo, sus hermanos lo
aceptaron y Wolf le entregó el chaleco de Leo a Hawk. Su presidente
lo dobló con cuidado y lo dejó a un lado.
—Iré a verla después de la iglesia y se lo diré—dijo Wolf.
—No, no lo harás—dijo Hawk—. Yo lo haré. Es mi deber como
presidente de este club terminar este asunto con ella y los Shadow
Wraiths. Confía en mí para hacerlo bien, Wolf.
No quedaba nada más que decir. Su presidente había hablado y su
palabra era ley.
Después de la iglesia, él y sus hermanos fueron al bar y bebió hasta
el olvido.
No tenía idea de cómo regresó a su habitación.
Cuando despertó a la mañana siguiente sintió como si un puto
pájaro se hubiera cagado en su boca y su cabeza estaba martillando.
Lo que lo jodió por completo fue la mujer en la cama con él. Maldita
Melly.
Qué. Mierda.
—¿Qué mierda estás haciendo aquí?—gruñó él, inmediatamente
rabioso.
La perra se deslizó fuera de su cama y él exhaló silenciosamente con
alivio cuando vio que estaba completamente vestida y él también.
—Anoche no estabas en tus cabales, Wolf. Bebiste hasta que Chris te
echó y yo te ayudé a subir hasta tu habitación. Te desmayaste
cuando llegamos aquí y me quedé para cuidarte. ¿Por qué no nos
damos una ducha rápida y te cuidaré aún mejor? —Ella sonrió y el
estómago de Wolf se revolvió violentamente.
—Nunca va a pasar, perra. Sal de mi puta habitación y aléjate de mí.
Ésta es tu única advertencia—le gruñó y no sintió nada cuando sus
ojos se abrieron en estado de shock.
Ella salió corriendo de su habitación mientras Wolf se levantaba de
la cama y arrancaba el edredón de la cama.
El olor de la maldita puta lo impregnaba todo y su estómago se
rebeló violentamente. Corriendo hacia el baño, cayó de rodillas y
vomitó en el inodoro. Permaneció allí hasta que no quedó nada
dentro de él que expulsar. Poniéndose de pie, se enjuagó la boca, se
cepilló los dientes y se lavó la cara antes de sentir que podía volver a
mirar a la habitación.
Wolf sabía que nunca más volvería a dormir en su cama sin recordar
que había tenido una puta de club en su maldita habitación. Y peor
aún, casi había engañado a su dama. Aunque ya no llevaba su
parche, eso sería siempre para él, su dama.
Y luego, una vez más, eso explotó en su cabeza como una maldita
granada.
Había tenido una puta en su habitación. En su maldita habitación.
En su cama. Necesitaba limpiarla.
Después de una larga ducha caliente, se vistió con unos pantalones
deportivos, una camiseta y sus jodidos takkies (NdelT: zapatillas para
correr) y se puso a trabajar.
Atacó la habitación, arrastró su cama y su ropa de cama escaleras
abajo y las arrojó por la puerta lateral. Gritando a los prospectos que
se deshicieran de eso, volvió arriba para continuar con su purga.
Aspiró, limpió con lejía y pulió. Una vez que terminó, se duchó
nuevamente, se vistió, tomó su billetera y las llaves y salió de la casa
club.
Al salir, recogió a Devon y Damon para que lo acompañaran. Se
metieron en su jaula en silencio y él los llevó a un gran centro
comercial y compró todo lo que necesitaba en dos tiendas.
Los prospectos permanecieron en silencio durante todo el viaje de
compras, incluso mientras cargaban sus mierdas nuevas en la parte
trasera de la bakkie. Lo ayudaron a subir su nueva cama al piso de
arriba y solo después de instalarla uno de ellos habló.
—Comprar una cama nueva y esas cosas no va a cambiar lo que
hiciste. Es lo que es, Wolf.
Wolf no tenía idea de cuál de los pequeños cabrones era el que
vomitaba su opinión por toda su habitación y tampoco le importaba
descubrirlo. Todo lo que sabía era que quería estrangular al pequeño
cabrón.
Sobre todo porque tenía razón.
—Largaos, pequeños bastardos. Si necesito consejo lo pediré. No os
lo pedí.
Llevando su nueva mierda al cuarto de lavado, la metió en una de
las lavadoras y se sentó a esperar a que terminara. Una vez que el
ciclo terminó, arrojó todo a la secadora, fue a la cocina, tomó una
botella de agua y píldoras para el dolor de cabeza y regresó a esperar
a que la secadora terminara.
En el cuarto de lavado tuvo tiempo para pensar en lo que había
hecho y no en lo que debería haber hecho.
Volvió arriba, hizo su cama y se paró en medio de su habitación que
olía a limpio y fresco. No quedaba ni rastro de la puta.
No tenía idea de qué hacer a continuación.
No, eso era mentira. Sabía exactamente lo que tenía que hacer.
Tenía que recuperarla. Ella era su puta dama.
La quería aquí con él, a su lado, en su club como su dama.
De verdad esta vez.
Agarrando las llaves y la billetera, corrió escaleras abajo solo para
detenerse repentinamente.
DC estaba de pie con las manos en las caderas y una expresión
enojada, esperándolo. Y no estaba sola. Chris y Genna estaban justo
detrás de ella, con las manos en las caderas también.
—La cagaste, Wolf. Tan terriblemente que ni siquiera lo entiendes.
Frunciendo el ceño, negó con la cabeza.
—No me follé a esa perra, DC. Me desmayé y cuando desperté ella
estaba ahí. La eché de mi habitación inmediatamente.
Las mujeres resoplaron.
—Todo el mundo sabe lo que pasó. Intentó atraparte mientras
estabas borracho. La pequeña y estúpida cabeza hueca pensó en
entrar allí como pieza de despecho. Ahora está metida en una
mierda con tía Beryl. Ella cruzó un límite que sabía que no debía
cruzar—dijo Chris con una expresión de disgusto en su rostro.
—Pero no es de eso de lo que estamos hablando—dijo DC—. ¿Ya
llamaste al hospital para recibir información actualizada?
—No, estaba de camino a verla. ¿Por qué?
—Se fueron. Se fueron en algún momento de la noche—le espetó
Genna—. Dive me dejó un mensaje largo en mi teléfono, que recibí
recién esta mañana, para despedirse. Después de que la follaste y la
tiraste, Leo quería irse a casa y su presidente lo arregló. Se llevaron a
Reid con ellos.
De repente, las lágrimas llenaron los ojos de Genna.
—Recién estaba empezando a conocerlo. Él fue el único hombre que
realmente me vio y tu mierda me lo quitó. No te perdonaré por esto,
Wolf. No hasta dentro de mucho tiempo.
Mierda. Una sensación de vacío se instaló en su pecho.
La había perdido.
Ella se había ido y era por su culpa.
Él nunca le preguntó qué quería, simplemente asumió que no se
quedaría con él. ¿Por qué había estado tan seguro de que ella no se
quedaría, si en ese momento no se sentía así en absoluto?
Estaban bien juntos. Muy bien.
A la mierda esto. A la mierda la estúpida decisión que había tomado
cuando se enfrentó a su presidente.
Él debería haber sido quien hablara con ella en primer lugar. No
Hawk.
Qué puto marica había sido.
Se había escondido detrás de su presidente y de sus obligaciones
para con su club. Debería haber sido valiente y hablar con ella sobre
sus opciones.
Levantando la cabeza, respiró profundamente y exhaló con fuerza.
—Estoy recuperándola. Tan pronto como pueda arreglarlo, iré allí y
la traeré a casa.
Haciendo caso omiso de las mujeres, se giró y se marchó hacia la
oficina de su presidente.
Tenía que organizar un viaje a los Estados Unidos.
Winifred
Al mirar su reflejo en la pared de vidrio de su oficina, Winifred
Harrison Maingarde pasó las manos por la ajustada falda de su traje
gris pálido, acomodándola sobre sus estrechas caderas después de
asegurarse de que su blusa de seda blanca aún estuviera impecable.
Su pelo rubio, con las canas recién retocadas por Claude, su
peluquero, estaba recogido en su moño de costumbre. Se veía
espléndida, elegante y en control. La furia la recorría pero no lo
demostraba. Nada de lo que sentía se mostraba nunca en su rostro.
Las emociones te hacían débil, vulnerable y presa fácil. Y es por eso
que ella tenía éxito donde otros fracasaban.
Como su sobrino James. El frasco de cristal con su repugnante
contenido había llegado esta mañana, lo que demuestra su fallido y
torpe manejo de la tarea.
Sus acciones habían sacado a la luz una de las fuentes de ingresos
más lucrativas del Harrison Syndicate. Tuvo que ser abandonada
hasta que pudiera reconstruirse. Y la reconstruiría, pero sin el inútil
hijo de Freddie. Había enviado al pequeño cobarde de vuelta a
Londres con el rabo entre las piernas. Las acciones de James
pusieron en alerta a los sucios moteros de todo el país y el Sindicato
se vería en apuros para operar sin ser notado.
Si tan solo Dominick aceptara asumir el cargo de segundo al mando,
las cosas serían mucho más fáciles. Su continua insistencia en su
autonomía era el obstáculo.
Ella había comenzado a prepararlo desde el momento en que se casó
con su abuelo y se deshizo de sus molestos y santurrones padres. Él
era tan despiadado como ella. Solo enfocado en los márgenes de
beneficio y resultados finales. Dominick era temido, pero al mismo
tiempo su gente le era intensamente leal. No se les podía comprar, ni
chantajear. Muchos lo habían intentado. Lo habían intentado sin
éxito.
Lo necesitaba a él y a su gente si quería reconstruir eso. Tenía que
haber una manera de convencerlo de que aceptara su forma de
pensar. Sólo tenía que encontrarla.
Y la encontraría.
Capítulo 26
Leo
Sentada en el bar de la casa club, tomé un sorbo de mi Jack con Coca
Cola e ignoré la fiesta que se desarrollaba a mi alrededor.
Era viernes por la noche, noche de fiesta, pero me importaba un
carajo. Sólo vine porque Maniac me ordenó estar aquí. No tenía idea
de por qué pero aquí estaba, haciendo lo que me ordenó mi
presidente.
—Trae tu culo a la maldita casa club. Si no te veo sentada en el bar
en los próximos veinte minutos enviaré a Lure tras de ti.
¿Entendido?
Por supuesto que lo entendí. Por eso mi culo estaba sentado en el
bar.
Habíamos regresado a casa hacía casi cuatro meses. El club estaba
esperando cuando aterrizó el avión y escoltaron el cuerpo de Reid a
la funeraria y a mí a la casa de mis padres.
Me quedé con ellos durante tres semanas antes de poder convencer a
mi madre de que me dejara ir a casa.
Cada día era una lucha para sobrevivir a la mierda en mi cabeza.
Todavía me duchaba unas cuatro veces al día pero ya no me frotaba
la piel hasta que sangrara. Veía a un terapeuta una vez por semana e
iba a fisioterapia dos veces por semana. Mi mano estaba mejorando.
Los dedos estaban respondiendo lenta pero seguramente al trabajo
que estaba haciendo para que volvieran a la normalidad. El
terapeuta y los médicos intentaron advertirme que tal vez nunca
recuperaría toda la movilidad, pero no tienen idea de lo decidida y
testaruda que soy.
Nada de lo que ese cabrón me hiciera iba a arruinar quién era yo.
Puede que tenga cicatrices en el cuerpo y en la cabeza, pero con el
tiempo se desvanecerán. Me aseguraré de eso.
Me levanté de la cama para asistir al funeral de Reid y fui en una
puta silla de ruedas. Después le di a cada miembro de mi familia las
placas de identificación que les había hecho. Placas que tenían
grabado el nombre de Reid y las fechas de su nacimiento y muerte. Y
en la parte de atrás el lema del Cuerpo de Marines.
Semper Fidelis. Siempre Fiel.
El servicio se llevó a cabo en la casa club y estuvo lleno de moteros,
veteranos y marines en servicio. Se habría reído muchísimo si
hubiera podido verlo. Fue una fiesta increíble y me quedé la mayor
parte del tiempo. A Reid le hubiera encantado ver a sus dos familias
festejando juntas.
Mi madre todavía está pasando por un momento difícil por haberlo
perdido. Hacía un par de meses mi padre nos dio la noticia de que se
habían encargado de la perra responsable de su muerte y eso ayudó.
Con nuestro apoyo, poco a poco está aceptando el hecho de que él se
ha ido. Creo que saber que Lori era suya tuvo algo que ver con eso.
A veces la veo mirando a Lori con una mirada lejana en los ojos y
una pequeña sonrisa en los labios.
Nuestra pequeña niña se parecía mucho a su padre cuando tenía esa
edad.
Al principio, Sherri se culpó por su muerte por alguna estúpida
razón que se había inventado en su cabeza. Intentó echar a Ren y
actuó como si hubiera hecho algo malo al amarlo. Mi hermano
mayor no le permitió pensar eso. Según Sherri, él le quitó esa idea de
la cabeza. No le dio la oportunidad de pensarlo dos veces antes de
deslizar su anillo en su dedo, poner su parche en su espalda y su
tinta en su culo.
¿Y por qué en su culo te preguntas? Aparentemente porque a mi
hermano le gusta verlo ahí cuando la folla por detrás.
¿Demasiada información? Sí, dije lo mismo pero Sherri solo sonrió
feliz y me guiñó un ojo.
Volver al trabajo había sido duro para mí. Me resultaba difícil
concentrarme y si no fuera por Jamie, mi asistente, ya me habría
estrellado y equivocado. No podía hacerlo más. No sé por qué,
simplemente no podía. Lo único que me gustaba del trabajo era
trabajar con el arquitecto en el diseño del nuevo bar/restaurante que
estábamos a punto de construir. Se nos ocurrió una idea para el
interior que era más sofisticada que cualquiera de nuestros otros
lugares y afortunadamente Maniac y el club estuvieron de acuerdo
con nosotros. El club se movía cada vez más hacia el lado legítimo de
la valla y eso estaba cambiando a los hombres de manera sutil.
Siempre serían rudos y forajidos, pero podrían ganar dinero sin estar
constantemente mirando por encima de su hombro. O que les
dispararan.
Vale, tal vez eso sea demasiado parecido a creer que eran
inofensivos. No lo eran. Para nada.
Le dije a Maniac que imaginaba un bar/restaurante en cada pueblo y
ciudad donde el club tuviera una sede. Cada sede administraría el
establecimiento, pero la sede principal lo vigilaría para que se
mantuviera dentro de los estándares que estableciéramos. Sacudió la
cabeza y me puso los ojos en blanco.
Imbécil.
Suspirando, tomé otro sorbo de mi bebida, me volví a la barra y dejé
el vaso. Apoyando los codos en la barra jugaba con el vaso entre mis
manos. Pasando un dedo a través de la condensación en el costado y
observando las gotas correr por los lados.
Aburrida, eso era lo que estaba. Muerta de aburrimiento.
Mis dedos estaban hinchados y dolían porque me había excedido
con los ejercicios hoy. Envolviendo con cuidado mi mano alrededor
del vaso, dejé que el frío empapara mi mano dolorida.
La chica del club que trabajaba en el bar miró mi mano, luego me
miró a los ojos y silenciosamente llenó un vaso con hielo y lo puso
frente a mí. No dijo nada, solo hizo algo bonito por mí sin esperar
nada.
—Gracias.
Ella sonrió, se encogió de hombros y volvió a servir a los hermanos.
Rodeé el vaso con la mano y suspiré con el alivio que me traía del
dolor constante.
La voz de Maniac me hizo girar en el asiento.
—¡Escuchad, hijos de puta!—gritó él.
El silencio cayó lentamente sobre la multitud que estaba de fiesta.
—Lo sé, es viernes y es nuestra noche de fiesta habitual, pero tengo
un anuncio que hacer.
Un murmullo recorrió la habitación sólo para desvanecerse cuando
él se quedó mirándolos con el ceño fruncido y los brazos cruzados
sobre el pecho. Una vez más se hizo el silencio.
—Hace cuatro meses este club sufrió un montón de mierda. Dijimos
un último adiós a un hombre que era hijo y hermano aunque nunca
usó nuestro parche. Y nuestra princesa regresó con nosotros después
de soportar algo a lo que pocos habrían sobrevivido. —De repente
me miró directamente y sonrió—. Diablos, estoy seguro de que me
va a dar un infierno por llamarla nuestra princesa, pero qué carajo,
soy el presidente y puedo decir lo que mierda quiera.
Risas y 'diablos, sí' resonaron en la habitación y yo simplemente
sacudí la cabeza y sonreí.
La risa se calmó cuando levantó una mano.
—Ahora, al anuncio. En realidad es más de uno, así que esperad
hasta que termine antes de empezar a gritar y esas mierdas, hijos de
puta. ¿Entendido?
No esperó un reconocimiento y siguió adelante.
—Hace una hora le pedí a Lucy que se casara conmigo y ella dijo que
sí. La he reclamado como mi dama. Ella aceptará mi chaleco el
miércoles por la noche, aquí, frente al club. —Se escucharon silbidos
y patadas y algunos gritos rebeldes.
—No he terminado, cabrones. Cerrad la puta boca—gritó Maniac.
—Eso fue sólo una pequeña parte del primer anuncio.
Me miró directamente y parecía un poco incómodo.
¿Qué? ¿Qué demonios estaba pasando aquí?
—No me gusta compartir mi maldito asunto con vosotros, pero lo
prometí, así que escuchad. —Sus ojos estaban puestos en mí y me
sentí un poco incómoda.
—Esta noche no fue la primera vez que le pedí a Lucy que se casara
conmigo. Le pregunté poco después de que Leo y los muchachos
llegaran a casa. Ella dijo que no. Según ella, y tengo que admitir que
tenía razón, yo había jugado a ser Dios con la vida de una de mi
gente y hasta que no lo arreglara ella no quería saber nada de mí.
Decir que estaba jodidamente enojado es decirlo suavemente. Pero si
quería mi parche en su espalda tenía que hacer algo que no me iba a
gustar. Tenía que disculparme.
Estaba confundida. ¿De qué estaba hablando? ¿Por qué se
disculparía? El bastardo nunca lo hacía. Y cuando explicó, quedó
claro por qué.
—Mientras nuestra princesa estaba en Sudáfrica, Wolf, uno de los
ejecutores del Iron Dogz MC, la reclamó. Ella aceptó su reclamo y su
chaleco y se convirtió en su dama. Lo que empezó como un ardid
para mantenerla a salvo se convirtió en realidad. Pero como
presidentes de nuestros clubes, Hawk y yo tuvimos que tomar una
decisión difícil. Ninguno de nosotros quería perder a un miembro
muy valioso de nuestros clubes. —Él se encogió ligeramente de
hombros—. Así que decidimos poner fin al reclamo.
El grito enojado de Dive fue el más fuerte.
—¡Qué carajo!
Me enfurecí mientras estaba sentada allí con un vaso en cada mano.
Estaba tan jodidamente tentada de arrojárselos a su maldita cara de
culpa. Pero no lo hice, respiré hondo y apreté los dientes contra la
rabia y el dolor de mi corazón. Si Lucy no lo hubiera obligado a
disculparse, nunca me habría enterado de esta mierda. Me
preguntaba si Wolf lo sabía.
—Hicimos lo que pensamos que era mejor pero cometimos un gran
error. Nuestra princesa no ha sido la misma desde que la
recuperamos. Y según Hawk, su ejecutor está fuera de control. Ha
estado haciendo cosas que lo matarán o lo encerrarán de por vida.
Extendió su mano hacia mí y todos los que estaban frente a mí se
apartaron dejando el camino abierto para él.
—Leo, cariño, ¿podrías venir aquí?—me preguntó demasiado
amablemente como para mostrarle el dedo. Bastardo.
Dejé los vasos en la barra, salté del taburete y me acerqué,
deteniéndome justo frente a él.
—Tengo tantas ganas de patearte los huevos—susurré con los
dientes apretados.
—Por favor, no lo hagas, niña, los necesitaré más tarde—bromeó el
bastardo mientras me acercaba a él, me pasaba un brazo por los
hombros y me colocaba contra su costado.
—Como dije, tengo dos anuncios que hacer. El segundo involucra a
nuestra chica aquí. —Carraspeó antes de continuar. Casi con
nerviosismo—. Hace cuatro días organicé una sorpresa para nuestra
chica y espero que le devuelva la sonrisa.
Me giró en su brazo hasta que lo enfrenté y parecía tan arrepentido
que dejé caer mi cabeza sobre su pecho y lo abracé. Era como mi
segundo padre y sabía en mi corazón que había hecho lo que
pensaba que era lo mejor para mí. Lo único es que la había cagado,
pero ahora se hizo cargo y se disculpó. Entonces, tenía que tratar de
superar que él pisoteara mi vida y mi corazón.
—Grave, hermano, ¿puedes traer la sorpresa?—gritó él y fue
entonces cuando me di cuenta de que había visto a mi madre con
Lucy antes, pero no a mi padre.
Girándome en el brazo de Maniac, miré hacia las grandes puertas de
entrada y jadeé.
Mi padre estaba parado en las puertas abiertas, sonriendo
ampliamente, con Wolf justo a su lado.
Un Wolf que parecía al menos el doble de grande que la última vez
que lo había visto. Mientras yo no estaba, se había convertido en una
maldita montaña de hombre. Ahora era fácilmente tan grande como
Beast.
Mis ojos nunca lo dejaron mientras caminaban hacia nosotros. Lo
miré a los ojos y mi mundo, que había estado al patas para arriba y
mal, volvió a su lugar.
Sus ojos decían todo lo que necesitaba escuchar sin que una sola
palabra saliera de sus labios. No esperé ni un segundo más. Corrí.
Directo hacia él y salté a sus brazos. Mis brazos y piernas estaban
apretados alrededor de él y mi rostro surcado de lágrimas estaba
empujado contra su cuello.
No sé cuándo comencé a llorar pero me importaba una mierda quién
lo viera.
Él estaba aquí. Eso era todo lo que importaba ahora.
—Nunca más te dejaré ir, gatita. Jodidamente nunca.
Sólo pude sorber mi nariz y susurrarle al oído.
—Viniste por mí. Viniste.
La voz de Maniac me sacó de mi lugar seguro en su cuello.
—Hermanos, me gustaría presentarles a Wolf, el hombre de nuestra
Leo. Hagamos que se sienta bienvenido en nuestra casa. Ahora
tomemos una maldita copa y celebremos.
A nuestro alrededor la gente volvió a lo que habían estado haciendo
pero sus ojos permanecieron en nosotros. No me importaba, ni un
poquito. Y eso era muy impropio de mí. Por lo general, odiaba que
me miraran.
Había una cosa que quería saber antes de dar un paso más.
—¿Qué diablos hiciste? ¿Te tragaste millones de esteroides para
llegar a ser tan grande tan rápido?
Wolf echó la cabeza hacia atrás y se rio como nunca antes lo había
visto reír.
Y maldita sea si eso no atrajo los ojos de las mujeres hacia él, tanto de
las damas como de las putas. Sonreí mientras pasaba una mano por
un lado de su cara. Él era mío, todo mío.
—No hice nada más que entrenar y golpear a los cabrones cuando te
fuiste, cariño. —Él se encogió de hombros—. Puede que me haya
excedido un poco en el gimnasio pero, qué mierda, ayuda cuando
estoy golpeando a los cabrones. Ahora la mayoría corre cuando me
ven llegar.
Sonreí.
—¿Vas a besarme, Hombre Lobo?
—No. Si pongo mi boca en la tuya te voy a follar aquí y ahora. Y
nadie más que yo ve el cuerpo de mi dama—dijo en voz muy baja
mientras dejaba caer su frente sobre la mía.
—Entonces salgamos de aquí—dije con el mismo tono de voz.
—Aun no, cariño. Primero tengo que conocer a tu madre, sería de
mala educación irme sin saludarla.
—Bien, pero no estaremos aquí toda la noche.
—No, gatita, no estaremos aquí toda la noche. Nos vamos a casa en
cuanto podamos para poder follarme a mi dama. La extrañé
muchísimo.
Sonreí.
—Y yo extrañé a mi hombre.
Dejando caer mis piernas al suelo, Wolf me rodeó con su brazo y me
apretó contra su costado mientras nos acercábamos a donde mamá,
papá, Maniac y Lucy estaban parados mirándonos.
Hice las presentaciones.
—Mamá, Lucy, éste es Wolf, mi hombre.
Wolf extendió la mano para saludar a mi madre. Pero ella la evitó,
rodeándole la cintura con los brazos y abrazándolo. Dando un paso
atrás, le puso las manos en la cara, las bajó y lo besó en ambas
mejillas.
—Bienvenido a nuestra familia, Wolf. Cuida a mi niña y no
tendremos ningún problema, ¿vale? —le advirtió ella.
—Tiene mi palabra. Ella lo es todo para mí.
Guau. Buena respuesta.
Lucy también lo abrazó, para disgusto de Maniac.
—Bienvenido a la familia, Wolf. Lo siento, mi hombre y tu jefe
fueron unos idiotas, pero me alegro de que finalmente sacaran la
cabeza de esos culos y repararan su error.
Wolf no dijo una palabra, sólo asintió. Pero pude leer en esos ojos
suyos que todavía estaba enojado con Hawk y Maniac.
—Maniac, te presento a Wolf, mi hombre.
Los ojos de Maniac se entrecerraron cuando se encontraron con los
de Wolf y ninguno de los dos bajó la mirada. Ninguno de los dos
parpadeó hasta que Lucy le dio un codazo a Maniac en el costado.
—Joder, mujer, eso duele—se quejó.
—Deja de ser un idiota y no tendré que darte un codazo—espetó
Lucy.
—Bienvenido a nuestra familia, Wolf—dijo Maniac y le tendió la
mano. Wolf la agarró y los dos se quedaron allí aplastándose las
manos hasta que golpeé mi mano sobre la de ellos.
—¿Qué carajo, hijo? Tienes un puto apretón. —Maniac sonrió de
repente—. No puedo esperar a verte enfrentarte a algunos de estos
hijos de puta en el ring. Debería ser jodidamente entretenido.
Con eso había terminado.
Nadie iba a poner a mi hombre en el ring. No si tuviera algo que
decir al respecto.
—Estamos fuera. No llaméis. No vengáis a casa. Nada. Os veremos
cuando os veamos.
Establecí la ley, tomé la mano de mi hombre sonriente y lo llevé a
casa.
Capítulo 27
Wolf
Entrar a la sede de otro club sin que tus hermanos te respalden
nunca era algo bueno. A menos que ese club fuera amigo del tuyo.
¿Era éste amigo del suyo? No precisamente. No había habido
reuniones entre los dos presidentes para formalizar la relación entre
los clubes. Y esa era una de las razones por las que estaba aquí. Lo
habían enviado, en primer lugar, para recuperar a su dama y, en
segundo lugar, para llegar a algún tipo de acuerdo entre los dos
clubes.
Toda esa mierda desapareció de su cabeza cuando la vio.
Su gatita. Estaba tan jodidamente delgada. Tendría que alimentarla
para recuperar esas curvas que amaba.
Y entonces ella estuvo en sus brazos y todo lo que estaba mal en su
vida se borró y dejó de tener consecuencias. Lo único que importaba
era ella.
Su dama.
Sabía que si la besaba se la follaría, así que se contuvo, sufrió las
jodidas presentaciones mientras sentía a Dive y los ojos de su grupo
arder en la nuca. Les debía una explicación, pero no esta noche. Esta
noche pertenecía a su dama.
Ella lo sacó del club y Wolf recogió el bolso que había dejado afuera
de la puerta y extendió la mano para agarrar las llaves cuando
llegaron a su vehículo. Su dama no lo dudó, las dejó caer en su
mano.
Con los dedos entrelazados, ella tomó su mano mientras él los
llevaba a su casa, ambos estaban en silencio, ella solo habló para
darle instrucciones. Su casa no estaba lejos del club. Gracias, joder.
En el momento en que la puerta se cerró detrás de ellos, dejó caer el
bolso y la levantó en sus brazos.
—Dormitorio, cariño.
—Arriba, segunda puerta a la derecha.
No vio nada más que a ella mientras la llevaba a su dormitorio.
La recostó suavemente en el centro de la cama, retrocedió y se limitó
a mirar.
La miró tumbada allí con el pelo oscuro esparcido alrededor de la
cabeza y los ojos violetas con matices azules casi luminiscentes en su
rostro demasiado pálido. Había círculos oscuros debajo de ellos que
le indicaban que su chica no estaba durmiendo bien. Había perdido
peso, demasiado peso, pero eso era fácil de solucionar. La mierda
que perturbaba sus sueños no sería tan fácil.
Notó que ella escondía su mano izquierda debajo del cuerpo, como
si el dedo faltante hiciera que él la quisiera o deseara menos. Le
demostraría que para él ella era perfecta.
Sin decir una palabra, lentamente le quitó las botas, los vaqueros y la
camiseta, dejándola en sujetador y bragas. Mirándola a los ojos, él
también se los quitó suavemente, luego retrocedió y se desnudó
lentamente, le gustó la forma en que ella lo miraba.
Finalmente ambos estaban desnudos. Arrodillándose en la cama, le
acarició los pies y las pantorrillas, dejándola acostumbrarse a sus
manos sobre ella. Había visto a una terapeuta antes de ir a buscarla y
seguiría los consejos que ella le había dado. Sé amable, tómatelo con
calma y habla con ella. Siguió el recorrido de sus manos con la boca.
Besando las líneas rojas que el bastardo le había dejado en los
muslos. Todas estaban curadas, pero tardarían en desaparecer. Y si
ella lo quisiera él pagaría una cirugía plástica para hacerlas
desaparecer. Eran las de su coño ahora sin vello las que más le
preocupaban. ¿Le permitiría tocarlas?
Por ahora evitó esa área, en lugar de eso, subió sobre su abdomen
para alcanzar sus hermosos pechos. Trazó una línea en el centro de
su cuerpo con su lengua sonriendo contra su piel cuando ella se
estremeció.
—¿Así, cariño?
¿
—Sí, se siente tan bien.
—Cualquier cosa que haga que no te guste o te haga daño, me lo
dices. ¿Está bien, gatita?
—Ok. —Su vacilante susurro oscureció su alma un poco más antes
de continuar su exploración.
Mordió suavemente los costados de sus senos y arrastró la lengua
sobre las marcas ligeramente rojas que había dejado, finalmente se
llevó un pezón a la boca y lo chupó. Suavemente. Él alternó entre sus
tetas y cuando sus pezones estaban bonitos, rojos y húmedos, se
levantó sobre ella y tomó su boca.
Le habían advertido que tal vez no se sintiera cómoda con él encima
de ella, pero hasta el momento no se había alejado de él. Quizás el
hecho de que el bastardo no hubiera estado encima de ella jugaba un
papel aquí. Pero seguiría teniendo cuidado. Mucho cuidado.
Sus lenguas se encontraron y un gemido escapó desde lo más
profundo de su pecho. Finalmente, la saboreaba de nuevo. Su chica,
su mujer, su pequeña dama, su hermosa gatita.
El beso casi hizo estallar el ritmo lento que había tratado de
mantener.
Era todo y más de lo que recordaba. Sus labios eran tersos, su lengua
se deslizaba suavemente contra la de él, su sabor con una pizca de
Jack, todo era absolutamente perfecto.
Besándola con más fuerza, arrastró una mano por el costado de su
cuerpo hasta su cadera y la levantó hacia él, colocando su coño
contra su dura polla. Ella inmediatamente comenzó a frotarse contra
él y él tuvo que contenerse con fuerza. Todo lo que quería hacer era
hundir su polla dentro de su coño y montarla con fuerza.
Pero no podía. Tenía que tomárselo con calma. Tenía que cuidar de
su mujer.
—Tengo tantas ganas de estar dentro de ti, pero tenemos que
tomarlo con calma, no quiero lastimarte, cariño.
—No lo harás, Hombre Lobo. Puede que tengamos que ir despacio
al principio, pero…
—Lo haremos, gatita, lo haremos a tu ritmo. Dime qué quieres que
haga.
—Quiero tu boca sobre mí, amor. Haz que me corra con tu boca,
luego desliza esa gran polla dentro de mi coño y fóllame fuerte,
como solo tú puedes. Pero ahora soy fea ahí abajo—terminó en un
susurro.
Joder, sus palabras casi lo hicieron estallar de rabia, pero la controló.
—Escúchame, gatita. Nada, y quiero decir absoluta-jodida-mente
nada, es feo en ti. Tienes el coño más bonito, mi coño. Y cariño, mi
coño no es feo, es el puto Miss Universo de los coños.
Mientras ella temblaba de risa, él se deslizó por su cuerpo,
pintándolo con su lengua, pero antes de llegar a su coño tomó su
mano izquierda y se la llevó a la boca. Cerrando la boca sobre el
muñón del dedo meñique que le faltaba, lo acarició con la lengua.
Dándole un último beso, colocó su brazo sobre su cabeza y continuó
su viaje hacia su coño. Besó y lamió las débiles cicatrices a su
alrededor, miró hacia arriba y sonrió cuando ella se puso rígida. Con
los labios apoyados en su montículo , esperó hasta que ella se
relajara para él. Dejando caer la cabeza, lamió y besó sus hinchados
labios exteriores, se metió los labios interiores en la boca, los chupó
con fuerza antes de abrirla con los dedos y lamer su raja. Su sabor,
tan exclusivo de ella, cubrió su lengua y se dispuso a darle lo que
necesitaba.
Chupó, lamió y mordió suavemente y durante sus atenciones su
chica se retorcía en la cama. Pero fue cuando él se metió esa pequeña
protuberancia en la boca y pasó la lengua por ella que su Leo
enloqueció. Sus caderas se arquearon, sus muslos se apretaron con
fuerza sobre sus orejas y sus manos agarraron su cabeza,
hundiéndose en su cabello y aferrándolo mientras cabalgaba su cara.
Con mucho cuidado deslizó dos dedos dentro de ella, joder, estaba
tan apretada como una puta virgen. Los curvó, buscando ese lugar
dentro de ella y comenzó a masajearlo.
y j
No pasó mucho tiempo antes de que sus paredes se aferraran a sus
dedos como una puta prensa, pulsando mientras inundaba su mano.
Su grito resonó en la habitación, su cuerpo en un arco tenso mientras
se corría. Observó su rostro sin decir una palabra, sus dedos
acariciando sus paredes interiores y su lengua masajeándole
suavemente el clítoris durante el orgasmo. Cuando sus músculos
interiores se relajaron, él retiró los dedos lentamente y los deslizó
dentro de su boca, saboreando más de ella, tragándola.
Dios, era jodidamente increíble y toda suya.
—Ahora voy a follarte, gatita, pero tienes que decirme si te duele o si
es incómodo o si necesitas que pare. Necesito saberlo para no hacerte
daño. Si necesitas estar arriba me lo dices y cambiamos. ¿De
acuerdo?
Su asentimiento fue toda la respuesta que necesitaba.
Acercándose a ella, deslizó la polla a través de su coño empapado,
cubriéndola con sus jugos antes de colocar la punta en su abertura y
empujar lentamente. Estaba tan jodidamente apretada que luchó
para entrar.
—Relájate para mí, cariño. Déjame entrar, no voy a hacerte daño. Lo
prometo—susurró contra su boca.
Su chica trataba visiblemente de relajarse mientras él seguía
empujando, más y más profundamente hasta que finalmente estuvo
tan profundo como iba a estar esta noche. Era como si ella fuera
virgen y ésta fuera su primera vez. La cirugía en su coño la había
cerrado y él tendría que trabajarla lentamente para estirarla y que
pudiera tomarlo por completo. Pero tenían tiempo.
Tenían toda una puta vida para hacerlo bien.
Comenzó a follarla lentamente mientras observaba su rostro en
busca de incomodidad. Afortunadamente todo lo que vio fue placer.
—Más rápido, Hombre Lobo, tienes que moverte más rápido.
—Todavía no, gatita, este pequeño coño mío necesita adaptarse a mi
tamaño primero. Estás tan apretada como un maldito puño
alrededor de mi polla, cariño. Se siente tan jodidamente bien. Quiero
saborear este momento y prolongarlo tanto como pueda.
Él se retiró y empezó a moverse un poco más rápido y ella jadeó
pero de placer, no de dolor. Él aceleró sus embestidas y sus caderas
se elevaron para encontrarse con las de él. Eso lo impulsó a moverse
aún más rápido y se deslizó un poco más profundamente con cada
estocada. Estaba tan mojada que el sonido de él entrando y saliendo
de ella llenaba la habitación y él se movió para hacerlo ruidoso
saliendo casi por completo antes de volver a hundirse.
—Tienes que follarme más rápido y fuerte, cariño. Por favor, lo
necesito—le suplicó ella mientras lamía sus labios.
Retiró su polla y observó su rostro atentamente mientras la metía un
poco más rápido y fuerte, cada vez. Continuó hasta que su espalda
se arqueó y sus pequeñas manos aferraron su espalda mientras ella
gemía y su coño lo apretaba. Él se puso de rodillas, la agarró por las
caderas y siguió empujando dentro de ella, más profundamente que
antes.
Apretó los dientes cuando sintió que su clímax subía desde los
jodidos dedos de sus pies. Se empujó tan profundamente dentro de
ella que se sintió como si fueran la misma persona mientras se corría
y se corría, llenándola con su semen y marcándola como suya.
Una vez más. Y esta vez era para siempre.
Mientras bajaban lentamente desde lo alto, él la abrazó con fuerza
contra su ingle y se recostó con cuidado de lado con su pierna sobre
su cadera, manteniendo su polla dentro de ella el mayor tiempo
posible.
—No usé condón, gatita. No quería.
—¿Te follaste a alguien mientras no estábamos juntos?—preguntó
nerviosamente.
—No, cariño. —Sabía que tenía que ser honesto con ella. No quería
que una perra le dijera cosas que no eran ciertas una vez que
llegaran a casa—. Una noche me acosté completamente borracho y
una de las putas lo intentó, pero me desmayé antes de que pasara
algo.
Mientras le explicaba, ella respiró hondo y lo contuvo hasta que él
terminó.
—¿Ella todavía está en la casa club? —Su voz sonaba tranquila.
—No, cariño. Se ha ido.
—Bien. Si ella todavía estuviera allí, no habría sido bueno.
—Joder, gatita, no hablemos más de esa mierda. Tengo una pregunta
más importante que hacerte. ¿Estás tomando anticonceptivos,
cariño?
Ella estuvo callada durante tanto tiempo que él empezó a
preocuparse.
—No, no lo estoy, y mis doctores no están seguros de mis
posibilidades de quedar embarazada. Hay algunas cicatrices y
mierdas y dijeron que sólo el tiempo lo dirá.
Wolf apretó su brazo alrededor de su espalda y arrastró su coño
contra su ingle.
—No importa si podemos o no tener bebés. Todo lo que quiero es a
ti.
Ella abrió la boca para decir algo y él le quitó la mano de la cadera
para tapársela con los dedos.
—Gatita, si quieres bebés y descubrimos que no podemos tenerlos,
entonces buscaremos algunos niños que necesitan un buen hogar.
No me importa cómo lleguen a ser nuestros. Los amaré como si yo
mismo los hubiera metido dentro de ti y tú los hubieras parido.
Tomando su rostro entre sus manos, miró profundamente esos
hermosos ojos violetas con matices azulados y le dijo su verdad.
—Te amo, Leo. Nunca le he dicho esas palabras a nadie más que a ti.
Ni siquiera a mi madre. Quiero construir una vida contigo. Por
favor, cariño, ven a casa conmigo y construye una vida conmigo.
El brillo de sus ojos lo preocupó hasta que empezó a sonreír.
—Yo también te amo, Wolf. Cuando más te necesitaba viniste por
mí. Como si fueras mi caballero de brillante armadura, viniste y me
salvaste. Me encantaría tener bebés contigo, mi Hombre Lobo. Voy a
esperar y rezar para poder dártelos. Pero si no puedo, iremos a
buscar a esos niños. —Ella le sonrió.
Wolf negó con la cabeza.
—No soy ningún jodido caballero de brillante armadura sobre un
caballo blanco, cariño. Soy un motero malhablado y de corazón
negro que conduce una Harley. Pero también soy un hombre que
ama a su mujer.
Su mujer sonrió y le guiñó un ojo.
—Tienes razón. No eres un caballero de brillante armadura. Eres un
caballero negro, mi caballero negro, sobre su corcel de acero.
—Me acabo de dar cuenta de algo—dijo ella de repente.
—¿Qué, cariño?
—Ni siquiera sé tu nombre y aquí estoy hablando de tener bebés
contigo.
Wolf se rio suavemente y besó sus suaves labios.
—Mi nombre es Shane, Shane Edwards.
Su dama sonrió ampliamente y apretó sus brazos alrededor de su
cuello.
—Te amo, Shane “Wolf” Edwards y espero construir una vida
contigo. Dondequiera que vayas, yo voy. Hasta el fin de los tiempos.
Él se lo devolvió.
—Te amo, Leona “Leo” Grace Jordan. Eres mía, mi gatita. Mientras
te tenga a mi lado nada en esta vida es imposible. Haces realidad
todos los sueños que nunca supe que tenía.
Saber que ella era suya hizo que su polla se endureciera dentro de
ella y comenzó a balancearse contra ella. Moviéndose tan lento y
suave que tomó mucho tiempo antes de que el impulso de moverse
más rápido los invadiera a ambos.
Cuando lo hizo, su dama bajó la mano entre ellos hasta su coño y
empujó su clítoris contra su polla mientras él se deslizaba dentro y
fuera de ella. Al mismo tiempo, esos dedos añadieron estimulación
adicional a los lados de su polla.
Se corrieron gimiendo ruidosamente, ella palpitaba y él se corría a
chorros dentro de ella. Sus jugos combinados resbalaron por su polla
mientras él pulsaba lentamente dentro de ella.
Le encantó. Su pequeño coño cubierto de las corridas de los dos con
su polla profundamente dentro.
Nada mejor en el puto mundo.
Esta noche recuperarían el tiempo perdido.
Mañana comenzarían a planificar su futuro.
Después de que les pidiera a sus padres su bendición, claro está.
Mañana le daría los dijes y las campanas que había reparado además
de los que había añadido a su colección. Desafortunadamente, a las
cuentas de vidrio no les había ido tan bien, pero las reemplazarían
juntos.
Le estaba poniendo su anillo en el dedo, su parche en la espalda y su
tinta en la clavícula. Donde todos pudieran verla.
¿Posesivo? Oh sí.
Él estaría haciendo lo mismo. Ponerse su tinta en el cuello. Donde
todos podían ver el nombre de la mujer que era su dueña.
¿Algunos de los hermanos lo considerarían un marica por eso? Tal
vez. Pero a quién carajo le importaba. Tenía algo que ninguno de
ellos jamás tendría.
Una mujer que había sido lo suficientemente fuerte como para
sobrevivir a lo peor. Una mujer lo suficientemente fuerte como para
estar a su lado y aceptar lo bueno y lo malo.
Una mujer que lo veía como nadie más.
Como un caballero.
Su maltrecho y sangriento caballero negro.
y g g
Y con su caballero negro cuidándola, nadie volvería a tocarla jamás.
Sobre su puto cadáver.
Fin
THE IRON DOGZ MC
SEDE JOHANESBURGO

OFICIALES
Presidente - Cole “Hawk” Walker – Su dama - Jasmine “DC”
Michaels/Crow
Vice Presidente - Gray “Ice” Walker – Su dama – River “Blue”
Anderson
Sargento De Armas - Nathan “Kid” Warne
Ejecutor - Joseph “Beast” Van Den Bergh - Su dama - Tori Keating
Capitán de Ruta - Carl “Sin” Smith
Seguridad & Tecnología - Ryan “Jagger” Du Plessis
Oficial de Información - Nolan “Ziggy” Porter
Tesorero - Griffin “Spider” Walker
Secretario - Edwin “Kahn” Naidoo – Su dama - Lavashni “Vash”
Naidoo
Capellán - Gabriel “Bulldog” Walker – Su dama - Susan “Suzy”
Walker

LUGARTENIENTES
Lodewyk “Boots” Schoeman
Warren “Spook” Hoffmann
Shane “Wolf” Edwards
Jason “Scar” Quinn

MIEMBROS
Jason “Dizzy” Mitchell
Marnus “Rider” De Ridder - Novia - Penny De Klerk
Clayton “Dollar” O’Donnell
Duma “Bullet” Baloyi
Steven “Army” Patel /Reid Jordan - Fallecido
Christoph “Buzz” Esterhuizen
Chrisjan “Ratel” Meintjies
Colin “Petey” Peterson – Su dama – Maggy (Ambos fallecidos)
Johan “NikNak” Bezuidenhout
Kevin “Wrench” Clarkson – Nuevo parche
Sam “Crash” Du Plessis – Nuevo parche
Terrance “Terror” Makhubela – Nuevo parche

PROSPECTOS
Owen Maharaj
William “Will” Randal
Kobus Pretorius (nuevo)
Devon Peterson (Nuevo)
Damon Peterson (Nuevo)

ANTIGUOS
Gabriel “Bulldog” Walker – Ocupa el cargo de Capellán
Fred “Flash” Warne – Su dama - Esther “Essie” Warne (Ex dama, lo
rechazó)
Ted “Taxi” Cox
Koos “Buffel” Bosman
Kobus “Krokodil” Schutte

NOMADAS
Stone
Cracker
Venom
Leeu (Lion)
Jakkals (Jackal)

FAMILIA
Beryl David – La hermana viuda de Bounty y Bulldog Walker
Gail & Johan Van Der Walt – La hija mayor de Bulldog. Tiene dos
hijas pequeñas, está embarazada de gemelos
Genna Walker – La hija menor de Bulldog
Engela “Slim” Esterhuizen – La hermana de Buzz Esterhuizen
Duncan Martins – El hijo de River con Dylan “Sparrow” Martins
Delene De Ridder – La bebé de Rider and Penny
Esther “Essie” Warne – La madre de Kid Warne. Renunció a su
hombre “Flash” Warne.
Jane Warne (Out Bad) – La hermana Kid Warne. Enemiga del Iron
Dogz MC
Harmony Pretorius – Esposa del prospecto Kobus Pretorius

CHICAS DEL CLUB – LAS CHICAS


DE LA TÍA BERYL “CTB’S”
Chris
Melly (Out Bad)
Sandy
Lori
Grietjie

OTRAS SEDES
Ciudad del Cabo
OFICIALES
Presidente - Brans “Orca” Wellington – Su dama - Fatima
Vice Presidente - Gray “Hook” Greeff – Su dama – Yvonne

Durban
OFICIALES
Presidente - Gerald “Hotdog” Atkins – Su dama - Molly
Vice Presidente - Desmond “Growler” Harrison
Capitán de Ruta - Fred “Claw” Butler
Oficial de Tecnología – Maddox/Mad Dog

LUGARTENIENTES
Joshua “Scar” Quinn – Transferido a Johannesburgo

MIEMBROS
Jimmy “Spanner” Radcliffe
Jeremy “Pesto” Quinn – Hermano de Scar
John “Zer” De Wer – Su dama – Ina (Ayudó a DC a conseguir a
Speedy)
Port Elizabeth “PE”
OFICIALES
Presidente - William “Greyhound” Le Roux – Su dama - Terri
Vice Presidente – Dieter “Cable” Wentzel

Fuerzas Especiales
Detective Marnus Van Blerk
Derrick “Rick” Townsend

SHADOW WRAITHS MC
SEDE SAVANNAH, GEORGIA
OFICIALES
Presidente - Drake “Maniac” Flynn
Vice Presidente - Lawrence “Grave” Jordan/Jordan
Sargento de Armas - Rhys “Renegade, Ren” Jordan
Ejecutor - Raigan “Dive” Jordan
Oficial de Tecnología - Michael “Byte” Flynn

MIEMBROS
Eric “Lure” Johnson
Ward “Breaker” Williams
Nicholas “Magic” Monroe
Ryan “Bruiser” Adamson
Kyle “Viper” Rigby
Harvey “Gear” Keyes (Out Bad)
Red (Out Bad)
Mug (Out Bad)
Shutter (Out Bad)

FAMILIA
Vivienne “Viv” Jordan – La dama de Grave
Luciana “Lucy” Ricci – La mujer de Maniac
Sheryl “Sherri” Springfield – La mejor amiga de Leo, La ex de Reid,
la mujer de Renegade
Lori Springfield Jordan – La hija de Reid / La hija adoptada de
Renegade
Eva “Evie” Jurgenson – La mejor amiga de Leo, La ex de Magic
Jamie O’Brien – EL asistente de Leo

DEVIL’S SPAWN MC
PORTLAND, OREGON
Tanner “Reaper” Knox - Ejecutor
Travis “Crash” Myers - Miembro
Neil “Hunter” Jameson - Miembro
Carson “Hunter” Blake - Miembro

Nota:
Tened en cuenta que algunos de los personajes anteriores aún no han
aparecido en los libros.
Publicaré listas de personajes/árboles genealógicos más extensos en
mi página en una fecha posterior que aclararán cómo están
relacionados todos los personajes y clubes.
EL CONO del SILENCIO
Traducción

Colmillo
Corrección

La 99
Edición
El Jefe
Diseño

Max
Notas

[←1]
El principal objetivo de un riding club (RC) es conducir una moto. Su misión es
disfrutar del espíritu de conducir juntos, sin otros compromisos, ni requisitos, ni la
necesidad de ser soporte o depender de algún MC.
Las personas que forman un RC lo hacen porque quieren encontrar amigos para
conducir por las carreteras juntos, mejorar su destreza a la hora de conducir
aprendiendo de los demás y no quieren un compromiso de por vida con el club.
Un RC no necesita el reconocimiento de un MC ya que es un grupo de amigos que
se reúne para montar, comúnmente usan un logo que los identifica y no requiere la
utilización de un chaleco pues éste es opcional.
[←2]

Habla de esto.
[←3]

Habla de este tipo de moto. Super motos. Ducati es un


ejemplo.
[←4]
Es un bolso de los Marines americanos.
[←5]
[←6]
Slang motero. Significa mantente erguido, no te estrelles. Lo de lado brillante se
refiere al lado brillante de una moto.
[←7]
[←8]
Rosa Louise McCauley Parks fue una activista afroamericana, figura importante
del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos por ocupar un asiento
para blancos en lugar de uno en la zona trasera del autobús para gente de color
durante una protesta organizada con acciones iguales en Montgomery, Alabama, el 1
de diciembre del año 1955.
[←9]

Parte 1: KCL Parte 2: 184 Parte 3: GP


[←10]
[←11]

También podría gustarte