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EL MUNDO CUIDA DE TI Y SALE A TU ENCUENTRO

"Cuando nos vemos al borde del abismo y parece que Dios nos ha abandonado, ya no vacilamos en
esperar de él un milagro."

Marcel Proust

¿Podrías recordar, si quisieras, algún momento de tu infancia en que el mundo se ocupaba de ti?
Piensa en algún momento en que todo parecía ayudarte, quizá porque eras pequeño y recibías
más cuidados y atenciones, pero ni siquiera lo valorabas, porque dabas por hecho que eso debía
ser así.

¿Recuerdas ese momento?

Piensa en ello...

Quizás eso ocurrió con tus padres, o en casa de tu abuela, en el pueblo. Piensa en aquel momento
en que te sentías a gusto, cómodo y protegido por todos. Piensa en uno de esos momentos. Quizá
recuerdes a tu abuela en la cocina preparando tu comida favorita. O jugando con tus amigos bajo
la atenta mirada de tus padres.

O quizás estabas en la playa jugando con las olas y sentías que todo estaba bien, no sentías miedo
porque te sentías protegido. ¿Cómo era aquello? Piensa en ello... Trata de recordar ese
sentimiento de placidez...

Todo eso pasaba porque el mundo se ocupaba de ti. No le dabas importancia, solo estabas bien y
punto. El niño va creciendo y el mundo tiene reservadas un montón de sorpresas agradables para
él. Todo es precioso porque todo es nuevo y está por descubrir, sin darse cuenta de que en ese
momento está verdaderamente disfrutando de la vida. Solo toma conciencia de esos días muchos
años después, cuando los recuerda con nostalgia mirando su estado actual.

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