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Ciclos Dansgaard-Oeschger II
Ciclos Dansgaard-Oeschger II
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la distribución irregular de los ciclos D-O durante los pasados 100.000 años
extrayendo una señal de 1470 años de los datos indicadores de temperatura de
GISP2 utilizando el análisis de frecuencia temporal a través del filtrado de
armónicos. La señal resultante (figura 2A) muestra cuatro periodos de mayor
amplitud separados por mínimos a 80.000, 65.000, 50.000, 20.000 y 10.000
años. Cada periodo de mayor amplitud corresponde a un periodo de ciclos D-
O. Entonces notaron una estrecha relación entre la señal de 1470 años y las
variaciones de la masa continental de hielo, como se registran en las
variaciones del nivel del mar. Cada uno de los cinco mínimos de la señal de
1470 años corresponde a un punto de inflexión en la variación del nivel del mar,
y cuatro de los cinco tienen lugar cuando los niveles del mar están por encima
de los -45 m o debajo de los -90 m con respecto al nivel presente (figura 2B). El
quinto mínimo hace 50.000 años coincide con un máximo de oblicuidad.
Figura 2. Las oscilaciones D-O y los cambios en el nivel del mar. (A) Arriba: cambios temporales del
componente de la señal de 1470 años en el registro del indicador de temperatura estimado mediante un
algoritmo de filtrado de armónicos usando una ventana deslizante rectangular de anchura 4 x 1470
años. Abajo: Registro del indicador de temperatura de Groenlandia GISP2 con los números de los
sucesos D-O. (B) Amplitud de la señal de 1470 años suavizada 2000 años (línea discontinua) y nivel del
mar (rojo). La amplitud se incrementa bruscamente cuando el nivel del mar cae por debajo de -45 m y se
reduce cuando el nivel del mar cae por debajo de -90 m. Los mínimos pronunciados de amplitud coinciden
con mínimos o máximos locales en el nivel del mar (flechas). .
Puesto que las condiciones necesarias para los ciclos D-O pueden ser
desconectadas, por ejemplo durante el Último Máximo Glacial, y cuando se
reinician el ciclo aún mantiene el mismo espaciamiento de 1470 años, esto es
un fuerte indicio de que el interruptor de los ciclos D-O es externo, y su reloj
hace tictac todo el tiempo. Las condiciones adecuadas requieren la
acumulación de extensos mantos de hielo sobre los continentes del Norte que
provocan una caída del nivel del mar de al menos 45 metros. Una vez que esto
sucede el balancín bipolar debe posicionarse para calentar la Antártida y enfriar
las regiones polares del Norte. Estas condiciones extienden la cubierta de hielo
marino sobre amplias regiones de los mares nórdicos y el Atlántico Norte y
producen un incremento de la descarga de icebergs. Entonces el siguiente tic
del reloj disparará un ciclo D-O. Cuando quiera que estas condiciones sean
reseteadas puede dispararse un nuevo ciclo D-O. Una alta insolación del Norte
por un máximo de oblicuidad evita que estas condiciones tengan lugar, lo
mismo que un enfriamiento profundo que reduzca los niveles del mar por
debajo de -90 m y produzca demasiado hielo.
Figura 3. La hipótesis del Oscilador Salino. Izquierda, Durante los interestadíos templados una fuerte
AMOC transporta calor hacia el Norte causando que los mantos de hielo alrededor del Atlántico Norte se
fundan, reduciendo gradualmente la salinidad del agua superficial hasta que deja de hundirse y cesa la
formación de aguas profundas deteniendo la NADW. Finalmente la salinidad superficial se reduce lo
suficiente para debilitar la AMOC cambiando el clima a un estadío frío. Derecha, Durante los estadíos,
condiciones más frías en el Atlántico Norte reducen el aporte de agua de deshielo de los mantos de hielo
permitiendo un incremento en la salinidad superficial que con el tiempo provoca que el agua se hunda
reiniciando la NADW y haciendo que la AMOC se fortalezca, retornando el sistema climático a un
interestadío.
Figura 4. Mecanismos de la hipótesis del Oscilador Salino. (a) Durante los interestadíos cálidos,
cuando la AMOC es más fuerte, el incremento en el transporte de calor oceánico hacia el Norte da lugar a
condiciones más cálidas en el Atlántico Norte. Dichas condiciones cálidas provocan mayor fusión en los
mantos de hielo que rodean el Atlántico Norte, reduciendo gradualmente la salinidad de las aguas
superficiales. Finalmente la salinidad superficial se reduce lo suficiente para debilitar la AMOC, cambiando
el clima hacia un estadío frío. (b) Durante los estadíos, las condiciones más frías en el Atlántico Norte
reducen el aporte de agua de deshielo de los mantos de hielo, permitiendo un incremento en la salinidad
superficial que finalmente provoca un fortalecimiento de la AMOC, retornando el sistema climático a un
interestadío. (c) Perfil del Atlántico entre 30°S y 90°N mostrando la cresta submarina entre Groenlandia y
Escocia. Las condiciones del interestadío muestran una fuerte AMOC capaz de cruzar la cresta. Las
condiciones del estadío muestran una AMOC debilitada que se gira más al Sur. Durante los sucesos
Heinrich la AMOC colapsa AMOC: Corriente de Retorno Meridional Atlántica. NAC: Corriente
NorAtlántica. NADW: Aguas Profundas del Atlántico Norte. AABC: Corriente de Fondo Antártica.
Varios estudios han sugerido que solo hace falta una pequeña reducción en la
salinidad superficial marina para alterar la velocidad de formación de la NADW,
hasta el punto de que hay cierta preocuparon de que un incremento en el ciclo
hidrológico debido al presente calentamiento global pudiera reducir la salinidad
del Atlántico Norte, conduciendo al apagado de la AMOC causando un abrupto
enfriamiento en un futuro próximo. Sin embargo olvidar que antes de la
transición del Holoceno Medio, hace alrededor de 5.000 años, la región del
Atlántico Norte era más cálida y generalmente más húmeda que en el presente,
cuando el Sahara tenía un ambiente más húmedo de sabana, y la AMOC no se
paró. Además como se ha visto anteriormente estas paradas parece que
quedan inhibidas en los interestadíos, para condiciones de nivel del mar por
encima de los -45 m por encima del nivel actual.
En los últimos años esta visión de consenso de la formación de los ciclos D-O a
través de una oscilación salina está siendo atacada desde distintos frentes.
Mientras varios estudios han cuestionado que los MWP tuvieran lugar en los
intervalos de tiempo esperados, otros indican que la AMOC es mucho más
estable de lo que requiere la teoría y que incluso MWP extremos no podrían
desestabilizarla de forma persistente.
Durante los estadíos el flujo de agua cálida hacia el Atlántico Norte y el Mar de
noruega no cesa. En su lugar durante los fríos estadíos el agua cálida penetra
en el Ártico bajo el hielo marino a un nivel subsuperficial y debido a ello, en vez
de ceder su calor a la atmósfera calienta las aguas subsuperficiales por debajo
de una doble capa aislante de aguas frías formada por agua superficial dulce y
una capa fría y muy salina denominada haloclina. Así mientras la atmósfera se
enfría y el hielo marino aumenta, el calor oceánico se acumula al nivel
subsuperficial y no se produce agua fría en el fondo.
Figura 5. Mecanismos del ciclo D-O. (a) Al comienzo del estadío el Ártico se está enfriando y se reduce
el agua cálida superficial (naranja). (b) Al final del estadío el enfriamiento Ártico es máximo, la Antártida
se está calentando y hay un aumento en la Corriente Noratlántica cálida que produce un incremento en la
descarga de icebergs cargados de escombros (IRD). En el Mar de noruega las aguas cálidas se hunden
bajo el hielo evitando el calentamiento. De vez en cuando estas condiciones se incrementan produciendo
un suceso Heinrich. (c) Se produce de forma abrupta un interestadío cuando de forma explosiva el agua
cálida asciende y funde el hielo marino, transfiriendo el calor a la atmósfera. (d) Modelo de las
condiciones durante un suceso Heinrich. Obsérvese el enfriamiento del Atlántico Norte. (e) Modelo de las
condiciones durante un calentamiento abrupto D-O.
Cada 1470 (± 120) años las aguas cálidas subsuperficiales de altas latitudes
Norte ascienden a la superficie y calientan abruptamente la atmósfera (figura
5c, e), iniciando el interestadío de Groenlandia. Este calentamiento invierte el
balancín bipolar, de forma que la región Antártica comienza a enfriarse tras
unos 200 años. Al enfriarse las aguas cálidas en el Norte se hunden y forman
la NADW, y las altas latitudes también se enfrían. Una vez que el hielo marino
vuelve a crecer y se forma la haloclina, de nuevo aísla las aguas cálidas de la
atmósfera y la temperatura cae poniendo fin al interestadío. El profundo
enfriamiento de un nuevo estadío invierte de nuevo el balancín bipolar,
reiniciando el ciclo.
Existe evidencia en los sedimentos marinos noruegos que han preservado la
estratificación de temperaturas del mar que demuestra que cambios en la
temperatura del mar y en su estratificación preceden a los abruptos cambios
atmosféricos. Durante la fase de estadío los foraminíferos del plancton
registran la temperatura del agua en, o justo debajo de, la haloclina. Al
progresar la fase de estadío, los foraminíferos planctónicos muestran un
incremento de la temperatura (figura 6) que es consistente con la llegada
continua de agua del Atlántico relativamente cálida y salina por debajo de la
haloclina. Sin posibilidad de ventilar el calor a la atmósfera debido a la cubierta
de hielo marino, la reducción de la densidad de las aguas subsuperficiales
debilita la estratificación que permite que existan la haloclina y la cubierta de
hielo marino. La transición al interestadío cálido en Groenlandia tiene lugar
cuando colapsa la estratificación, y en ese punto el calor de la capa
subsuperficial se mezcla rápidamente hacia la superficie, fundiendo la cubierta
de hielo marino (figura 7). Esta repentina mezcla hacia arriba es registrada en
el indicador de los foraminíferos planctónicos como un calentamiento abrupto
de la temperatura del mar que precede al calentamiento atmosférico (figura 6).
las explicaciones del espaciamiento regular del ciclo D-O resultan insuficientes.
Los factores internos como los cambios en las corrientes oceánicas o la
acumulación de hielo están influenciados por demasiados factores variables
como el viento y las temperaturas como para esperar que sean capaces de
producir tal regularidad. Lo mismo pasa con la reorganización vertical de las
aguas estratificadas del mar de Noruega. Durante los sucesos Heinrich tanto el
tiempo como la cantidad de agua cálida subsuperficial cálida que se acumula
es mucho mayor, y sin embargo el espaciamiento se mantiene. Con respecto a
los factores externos, el Sol parece problemático. No hay indicación de un ciclo
solar de ~1500 años en los registros de indicadores solares, y los cambios en
la luminosidad solar no son lo suficientemente precisos (el ciclo de manchas
solares muestra un 14% de variabilidad en su espaciamiento) ni intensos para
explicar los cambios observados.
Hay muy pocos científicos que defiendan las mareas como origen del
espaciamiento de los ciclos D-O, Por absurda que suene inicialmente, la teoría
de las mareas, tiene una capacidad única para explicar algunas características
de la evidencia disponible sobre el funcionamiento de los ciclos D-O.
Como con cualquier sospechoso, tenemos que analizar si tiene los medios y la
oportunidad. ¿Son las mareas capaces de producir el efecto requerido? Las
mareas normales tienen ya un fuerte efecto en la mezcla vertical del agua
oceánica. Se calcula el efecto de mezcla vertical anual de las mareas en 4
Teravatios, frente a los 2 TW del viento. Puesto que las aguas oceánicas están
estratificadas por temperatura, el mezclado vertical es uno de los principales
factores en los cambios de temperatura del océano. Además las mareas
también tienen lugar bajo el hielo marino, donde son el único factor que afecta
al mezclado vertical.
Las mareas también aumentan su potencia de forma no lineal según los ciclos,
el principal de los cuales es el ciclo nodal de 18,6 años. Puesto que la órbita de
la Luna tiene una inclinación de ~5° con respecto a la órbita de la Tierra, los
nodos son los puntos en los cuales la Luna cruza el plano de la eclíptica, y la
línea que une ambos nodos lleva a cabo una rotación completa cada 18,6
años. Esto produce ciclos de alineamiento con diferentes periodicidades, que
ocurren cuando la Tierra está en perigeo, y la Luna está en perigeo o apogeo al
mismo tiempo que está en uno de los nodos donde la órbita de la Luna cruza la
eclíptica, y con la Tierra, la Luna y el Sol alineados. Incluso más importante que
estos ciclos de alineamiento, la fuerza de las mareas cambia con los ritmos
armónicos de las frecuencias de los ciclos de marea más largos. Estos ciclos
actúan en una escala centenaria y a diferencia de los ciclos de alineamiento
producen mareas muy altas sobre periodos de meses y años. Estos ciclos se
han asociado a periodos fríos durante periodos históricos.
Figura 8. Temporalidad del forzamiento de las mareas lunisolares desde 1600 dC. Cada suceso,
indicado por una línea vertical, da una medida del forzamiento en términos de la velocidad angular de la
Luna, en grados de arco por día, en el momento del suceso. Los arcos conectan los sucesos de cada
secuencia prominente de mareas de 18,03 años. También se indican las fechas de los episodios fríos
observados en los datos climáticos. Los máximos centenarios están marcados con letras. Los sucesos
climáticos de las secuencias dominantes entre 1700 y 1974 tienen lugar a intervalos de cerca de 90 años.
La secuencia de marea dominante más fuerte de los últimos 200 años tuvo
lugar el 8 de Enero de 1974 (figura 8). Por lo tanto podemos comprobar si algo
inusual tuvo lugar alrededor de esas fechas con las mareas. De acuerdo a los
registros históricos las costas Oeste de Norteamérica y Europa se vieron
afectadas por mareas inusualmente grandes en Enero de 1974. En Europa
Occidental las mareas asociadas a tormentas causaron inundaciones severas
en Irlanda donde la gravedad de los daños en la inundación del 11 al 12 de
Enero fue mayor que en el anterior huracán "Debbie", causando el peor
desastre en la historia para la compañía eléctrica nacional ESB de Irlanda. Los
granjeros que recogían algas en Crushoa, al Sur de Galway notaron un extraño
fenómeno en la tarde del 11. La marea que subía se invirtió durante cerca de
una hora para volver luego con una fuerza y un vigor no discernibles en su
anterior movimiento.
Por lo tanto está claro que con una periodicidad centenaria tienen lugar mareas
inusualmente fuertes con capacidad para ejercer una poderosa mezcla vertical
incluso debajo del hielo marino, proporcionando un mecanismo para disparar
un abrupto calentamiento interestadial Dansgaard-Oeschger. Las mareas
incrementan la producción de icebergs, pero las mareas también son sensibles
a los niveles del mar y por ello algunos investigadores han mostrado a través
de modelos que reproducen las mareas actuales, que con las condiciones
glaciales de bajo nivel del mar en algunos lugares del mundo se producirían
mareas mucho mayores. Estas áreas se localizan principalmente en la región
del Atlántico Norte (figura 9), por lo que los autores proponen un origen de
mareas para los sucesos Heinrich. Puesto que las olas de las mareas se
propagan, estas mega mareas del periodo glacial hubieran afectado al área del
Atlántico Norte – mar de Noruega donde tienen lugar los calentamientos
abruptos de los ciclos D-O.
Figura 9. Amplitud de las mareas en la Edad de Hielo. La amplitud de marea (m) de la marea principal
semidiurna M2 en (a) el tiempo presente y (b) Hace 23.000 años un modelo hidro-dinámico acoplado a
una predicción de la variación del nivel del mar auto-consistente gravitacionalmente (y por ello variable
geográficamente). Entre las áreas con mareas más fuertes están las que producen descargas de icebergs
durante los sucesos Heinrich (HE círculo negro), y el área del mar de Noruega, donde se originan los
calentamientos abruptos D-O (círculo azul oscuro).
Los ciclos de mareas lunisolares constituyen por tanto una explicación viable y
posible para el espaciamiento de 1470 años del abrupto calentamiento de los
ciclos D-O en el área del Océano Atlántico Norte – mar de noruega, aunque la
evidencia para apoyar esta hipótesis pueda no ser fácil de obtener, dada la
escala de tiempo implicado.
Conclusiones
6) El CO2 no juega ningún papel durante los ciclos D-O, y sus niveles no son ni
causa ni consecuencia de los cambios climáticos más abruptos y más
frecuentes del pasado. El incremento de los niveles de CO2 durante los
sucesos Heinrich no altera significativamente ni la velocidad ni la magnitud del
calentamiento durante la subsiguiente oscilación D-O.
7) Los ciclos D-O requieren niveles del mar entre 45 y 90 m por debajo de los
actuales, y parecen ser inhibidos por la alta oblicuidad.