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La contaminación del agua se puede definir como cualquier modificación química, física o
biológica que altera la calidad de esta en todos sus contextos y que por lo tanto provoca
un efecto perjudicial en quienes la consumen. Estragos que sufren los océanos y mares al
ser usados como vertederos de sustancias peligrosas como plásticos, metales pesados,
hidrocarburos y sustancias tóxicas empleadas en actividades agrícolas o industriales.
70´s : Creencia popular de que debido a la gran cantidad de agua que hay en los océanos,
esta tenía la capacidad de diluir todos los contaminantes sin generar consecuencias en el
medio. Sin embargo, lejos de diluirse estos contaminantes se han ido acumulando tanto en
el agua, además, han conseguido distribuirse por todo el planeta llegando a lugares donde
la actividad humana no está tan presente, como la fosa de las Marianas o la Antártida.
Aguas residuales: En muchos casos las aguas residuales de las poblaciones y las
industrias se vierten sin ningún control. Esto favorece la eutrofización debido al
enriquecimiento de las aguas con materia orgánica y nutrientes, así como la entrada de
químicos e incluso microorganismos y los parásitos, desestabilizando las comunidades
acuáticas e incrementando el nivel de toxicidad del agua.
Islas de plástico: Han surgido islas hechas totalmente de plástico. El Gran Parche de
Basura del Pacífico se descubrió en 1997 y ocupa una superficie mayor a la de España,
Francia y Alemania juntos, se localiza entre Hawái y California y se estima que su pesa
ascendería a 80.000 toneladas métricas.
Acidificación de los océanos: No solo con los residuos que generan, sino también con
las emisiones de gases de efecto invernadero que están provocando una acidificación de
nuestros océanos. De manera natural el CO2 se disuelve en el agua de los océanos
liberando protones como resultado de dicha reacción causando una disminución del pH
del agua y por tanto una acidificación de la misma.