EL HUARIQUE DEL CEVICHE

El Perú es considerado el lugar gastronómico más importante de Latinoamérica, y ello lo

debemos a los llamados huariques que el inicio de la cocina de carretilla, de la mesita de en la
puerta de la casa, o el quiosco andante que han hecho que hoy seamos poseedores de una
amalgama de deliciosos platos

Paco o Paquito, como le gusta que lo llamen, es ejemplo de éxito con su restaurante "La
Esquina Rosada” ubicada en el jirón Pérez Salmón Mz. D, lote en el distrito chalaco de
Bellavista.

Paco cuenta que la tradición del buen ceviche, lo heredo de su madre, norteña de pura sepa,
que en sus manos el ceviche se viste de gala.
¿Francisco, como nace la “Esquina Rosada”?

Bueno, como todo peruano fuimos víctimas mi hermano y quien les habla víctimas de la
reducción del personal en la chamba, y pues en este lugar mi hermana vendía pescado en una
carpa azul, y pues salió de la idea de ´preparar una sopa con todos los sobrantes del pescado y
que prepare, para la familia en casa, con mariscos, pescado, bien contundente naciendo la
“Sopa Salvaje” emblema de "La Esquina Rosada “

¿Cómo empezaste con el negocio?

Bueno como todos, con platitos para los vecinos y amigos que fueron los que quedaron
deleitados por el potaje y nace así el negocio familiar que ahora tiene una variedad de platos a
la carta, pero con la misma humildad de siempre.

Cómo es que ´pintan de rosado la fachada del local ¿

Bueno, como bien sabe el Callao es conocido por sus murales, y como chalaco tengo amigos
que son buen muralista y me dijeron que si podían pintan en el mural de la puerta y pues
como ve el emblema de la “Pantera Rosa” emblema del club Sport Boys, quedo plasmada y
pues parece que fue vaticinio, porque sirvió para que la barra llegara al lugar, y así hacerse
conocida “La Esquina Rosada” a la que han llegado artistas y futbolista peruanos a disfrutar de
la “sopa salvaje”, y pues se mantiene así sencilla, popular, un huarique infaltable para los que
visitan el primer puerto

Sin duda es el point de moda al que es difícil no realizar una parada obligatoria y así iniciar el
recorrido por el centro del Callao. Dejamos a Paquito, ratón en la esquina rosada y su
clientela que apenas se pone el sol, llena totalmente el lugar, y que pesa al frío del invierno, no
deja de calentarse con los platos que aquí se prepara y que llaman a repetir.
 y pues ella como toda chalaca decidido salir al frente con una dos mesitas una carpa azul,
donde primero vendimos pescado, que era el negocio de mi hermana.