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Apariciones

EDICIONES EN DANZA

Imagen de tapa: Rodrigo Orquera Vecile.

© 2023, Rodrigo Orquera Vecile


© 2023, Ediciones en Danza
Gaspar Melchor de Jovellanos 1068 (CP 1269)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
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Impreso en la Argentina

Orquera Vecile, Rodrigo


Apariciones / Rodrigo Orquera Vecile
1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : En Danza, 2023.
72 p. ; 20 x 14 cm.

ISBN 978-631-6520-08-1

1. Poesía. 2. Poesía Argentina. I. Título.


CDD A861
Rodrigo Orquera Vecile

Apariciones
A mis abuelos
a mis padres, mis hermanos
a Claudia Masin, a las letras
y a todas las casualidades
que se dieron para que éstas
páginas como yo
sean
Es hora de volver
a lo que apenas llegó

quehacer

- casa - así fuimos


rumor grave / sonrisa madre
pelotitas de naftalina en los bolsillos
del mismo saco de tweed gris
apolillado / nieve que despunta hoy
en las hombreras / velador soy
en tu mesa de luz:
pastillero de plata con hostias de papel

migrar para migrar


realidad propia de un espejo manchado

Es hora de devolver
una vida prestada

9
en verano tardío el agua
despierta antes que las madres
movimiento: el Rialto (rumor)
ondula sobre mi hombro
es mochila sed y en cada puente
suelta un suspiro como aquellos
de quienes confundían, por última vez
cielo y mar

camino la plaza del pueblo


sobre la Basílica se asoman
cuatro cabezas de bronce
suponen (traición)
un orden estable
nadie sabe que casi todas
son en realidad de cobre
voy a la par de la cuadriga
hasta perderme río adentro
y una góndola
avanza
a la par
de mi ritmo

los padres de todos


los de una familia entonan
en el grito un hombre y su embarcación
sobre el pecho: rayas horizontales
curso irregular que vira
a fuerza de brazo y muñeca

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de canal en canal
su bastón
adornado evita al vecino
que canta y viste su propia herencia

persianas a media asta


restos de trapo en porcelana limpia
barras al paso y granos
de café recién triturados
a la vuelta de la esquina
a la riva del tráfico

musgo escalones madera


en las casas de ventanas altas
y la señora en su gran muelle
que es pórtico sin puente
en curva mide la altura
con la punta de la escoba
cuida a su niña
de cinco años vestida
de escuela trepa
de un salto a la góndola
mochila cargada al hombro
pasa por abajo y ondula (canción)
me siguen tímidos sus lienzos
desde el balanceo del agua turbia
vuelve sobre mis pasos hasta perderse
camino a la cuadriga

cada tramo es otoño prematuro


el agua salada un yunque
y Venecia una pluma

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como acá
en todos lados
lo más pesado debería
poder cargar con lo más leve

San Marco, Venezia

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campanas cantan coplas

desfila bordado en seda


el trabajo de todo un año
de moldes y costuras
mixturas / manos enhebradas
en sus trajes los cuarenta pasos
de los días por el desierto

las campanas de San Marco hacen eco en la plaza


el bronce rebota en siete / colores

senza faccia
como allá lejos
por febrero tardío
tentando a los días santos
de ayuno
olor a tabaco prendido
coca y bica / toro y chicha
espigas entre espinas
enterrado el llamado
como si todos pudieran verlo
salir de atrás de los cerros
de Purmamarca
guiando a sus secuaces
canal por canal de mis ojos
por sobre el agua se mueve
el diablo vestido de espejos
tintes / cola que agarra
con mano y agita en el aire

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el baile es el reflejo árido
carnavalito caja y comadres
gondolieres compadres brindan
desde las máscaras hasta el canto
de harina talco y papel las no-caras
barniz y espuma
fiesta y ofrenda
tierra y agua

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te vibra
el equilibrio
aire cortado
inhalás y te cae
la ficha
escalón de por
medio verano
que te abre las rejas
las filas la plaza
y junio que a vos
a medias te
frena te
drena pero
escalón de por medio
golpea sin agua en la botella
y dejás
pasar a uno
que viene de arriba
querés llegar rápido
con la altura
te sube el café
de hace unas horas
no dejás pero todo
te pasa igual
todo un grupo
por la izquierda
y la campana resuena
te gana de mano te
abre te mueve te suda

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la inercia
cuerda floja
y cuando llegás
ya se apaga
te ves temblar con el cuenco
invertido frente a la cúpula
coronada en cruz y ala
dorado ladrillo paloma
en las manos huecos
te vibra el golpe
en los techos el sol
inunda y colgás

corre el Arno
divide por lo bajo
maderas y piedras
preciosas en las vidrieras
en las manos en puentes
en las suelas que arden
en las medias bajas
en tus tobillos flacos
blandos te vibra
el canto de los fieles
el rezo de tu abuelo
que seguro no pudo
pisar esta tierra
más suya por derecho
tanteá y buscá
decíle que no querés bajar nunca
decí si te vuelve la voz
cuando pase el agite
que las lenguas trepan

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escalón de por medio
el caracol sigue
al cielo un puente
que en vertical
cruza el Atlántico

Campanile di Giotto

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tus maestros no reclaman
del cirio la opacidad
madrigal
corazón del sestiere
a la luz de los ojos de los faunos
el paisaje se hace joven
renace continuo
un lamento disonante de amor
para alcanzarte
desde
cualquier tiempo
con el canto
María hecha ninfa
entre voces / tribunas
y rejas que atrozmente
te dejan lejos del cuerpo

La tumba de Monteverdi
(Basilica di Santa María Gloriosa dei Frari)

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brava estrella acorralada
por los bosques

hoy los estorninos muerden


pétalos de todo tipo
y color, tratando de dejar
al descubierto
las tierras que siempre

fueron las mismas

las guerras más crudas


se viven en tierra fértil
donde una y mil veces la bomba cae
la carne y los huesos abonan
los estorninos siguen
cantando

por sobre las grutas adornadas

Bardini-Belvedere-Boboli, Firenze

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de una voz de tantas yerbas
techo de palo ladrillo y curva
metal / el cielo llueve barro

de tantas sube
ciudad abierta

de piel en granos memoria


estado de acción en los cuerpos
barro / y una voz en sombra

de tantas canta
ciudad abierta

de un frío descalzo
al público empasta
alma cruda arma y foro

vida ni una sola


abierta al tráfico
de cuero y metal / la pelota
en pies del niño entre adoquines
rebotan los llamados a comer
los autores dictan recetas de banderas
el barro en ella / familia partido
y final de guerras

Trastevere, Roma

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cantan coplas campanas

cantan mis manos / aire de


coplas y huaynos, sobre
campanas florece / tu voz
en tierra blanda,
dibujada
arcilla hecha
de vos / abierta
húmeda,
formante

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Sobre tierra...
mascarones vigilan
las estrellas son casquillos
en la noche vuelven sus rostros
y el calor de sus voces
la familia son las luces de los barcos
que penetran en la arena / piedras
y puertas camufladas
por el óxido
de arpillera mis manos
el murmullo
se desprende y flota
cuando abro la bolsa
y caen
granos
caricias
casquillos del cielo
en la cueva percute
el perfume: metal, pólvora y miel
se guarda en años el tiempo que dura
el pan ahogándose en un café

Castello di Duino

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cantata
de metal sobre
metal bajo agua
bronce con arrugas
y en esas huellas
que aprietan los bolsillos
las instrucciones
precisas de ella:
en el cruce de las tres
calles la Virgen
se hidrata con cada deseo
yo como el mar ausente
de espaldas
por sobre el hombro
desprendo ya de mis yemas
la promesa
una piedra liviana al lago
entra, por tubos sube
y cae
salpicando los tobillos / las frentes de los niños / y mue-
ve todo / carroza túnica / y tritón por dentro / media
cúpula / navaja entre barbas / de mármol la raíz / las
hebras de té / en los lentes / en mis pupilas / cerradas
por el candil / media vuelta y canta / el tilo del jardín de
atrás / de las barricas / entre todas / el vino / la voz entre
las cuerdas de ella / salmos y más de cincuenta / cuentas
y una cruz / se repiten en mis labios / sin decirse / un

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padre un ave un gloria / en voz alta se reproduce / en el
aire se entierra / el precio de aquel deseo
de volver
y encontrarse
a ojos cerrados
en la fuente

Fontana di Trevi

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mesada de mármol
achicoria y panceta
el abrazo de tus huesos
ramas y hoja secas
temperatura de cuerpo dormido
en siesta a frente tapada la antena de radio despuntando
desde el bolsillo boina sobre marcas de piel quemada en
las plantas de los pies corre grasa cadenas rayos en las
palmas de las manos huecos el rumor tosco de un bigote
que engulle pedazos de pan bañado en caldo de tarde
noche una taza blanca una cocina azulejos de flores
grises salpicadas de aceite queso rallado cayos cruces
de amores metro y tijera hilo mimbre enhebrado café
con leche y salame feteado

no te hiciste la señal de la cruz al entrar

su forma de hablar
de moverse, su rostro no hiciste ni miraste
que lo, que sí ni migraste ni escapaste
conozco y fumo no tocaste ni curaste
noventa años sus pupilas ni cortaste ni rezaste
sus tablas, culatas no sangraste ni sabés
talones, bombas no fuiste el canto
que me, que sí no subiste las escaleras
toca fuera de cuadro no bailaste para desenterrar
su pobreza entiza no dejaste de amarte
su carbón empiedra ni de olvidarte para escuchar
condenado a mostrar

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sólo humo
piccola patria / de punta al norte los pelos / la puna delata
al monte en curvas / que se imitan / motor de aire / lago
mamífero / marfil los ojos / en punto muerto tirando por
la cuesta / ronchas y aleteos / de por medio / del sol /
la lengua amasa ladrillos de polenta fuera de estación
/ ciruelas y uvas / en grapa / papel de carta / a bordo /
la cursiva en la firma / la conciencia del vapor que no
deja volver / más / las horas de viaje se hacen años / en
los nietos el fuego del frío / aguardiente en el viento y
tanto verde que no puedo abarcar / pinchan los pies /
cuando trepo / de las espinas / el corte y gotas / sobre
las mismas piedras que hace tanto / atardece / decía el
temblor que las trajo abajo en el setenta / mueven los
huesos las bisagras / sueltas las tablas y el óxido / donde
el agua que conecta ya no fluye / sí las voces de familia
/ enredadera breve fresca y vegetal / crece del pozo
de raíces que separan los materiales / un gran árbol se
construye en esas ruinas / hoy del corte mi sangre ayer /
la de su madre goteaba y él caía en otros brazos / al lado
del fuego cual pesebre / animales y estrellas veo ahí /
generaciones atrás nace para cruzar el mar / con hambre
/ gateando / desde el bigote / el calcio en las uñas que
mueven / el dial de bolsillo / betún negro / el cepillo
rasga / de su madre / un fernet puro la herencia / de litro
en manos / águila y mundo / garras torpes / cargadas /
de tierra y cincel

hoy la ausencia por acá mira


los autos y la gente pasar
por la calle Independencia
desde el pórtico a puerta abierta

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peina bigote con índice y pulgar
ayer retoma por allá
sus promesas adolescentes
y vuelve a construir
la casa de sus padres

el campo
pelón maduro
tu piel
durazno, flor

a Yaco

Monte Prat, Forgaria nel Friuli

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Bagazo

En un patio
interno de un palazzo
en Roma un viejo
fuma y corta
de raíz una higuera

cuelgan un par
de calzas negras, más allá
en una escalinata un pibe
aprieta contra la baranda
a una tana rubia y come

el olor de un higo podrido


se parece al que en Ledesma
se huele en cualquier patio
de cualquier casa

acá ya es otoño
quien me viera
tirando azúcar al mate
del sobrecito, él diría
que es el cambio
de aire

del calor de la tela


humedad en la mochila
paquete de yerba
hace meses

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es el mismo aunque
ya no amarga tanto
al chorro de agua tibia

mi viejo
cebaba directamente
de la pava sobre la hornalla
dejando siempre
el fuego al mínimo

cuando el sol
ya no roza ya
decía él
ya no quema el pie
de la caña, comienza
la época

de zafra

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pasando Porta Rossa
ahí sentado
sobre sus patas traseras
salvaje, a bocca aperta
con toda la gente
en semicírculo
alrededor
me cuesta encontrar
la fila

(...)

del bolsillo saco una moneda


de un euro, la más grande
que tengo

uno después del otro


festejan
un padre alza a su hijo
que estira el brazo
frota el hocico y deja caer
la monetina
se supone que si entra
si pasa
entre las rejas
al pie de la fuente
se vuelve

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entonces seguro
se vuelve

como el niño
la gente grita y saca fotos y sigo yo
que rasco, pido y tiro
mas que tirar
sólo abro la mano desde la lengua
pero no, choca
rebota y queda a un costado

(...)

en vez de agarrar la misma, saco


por vergüenza otra igual - repito
rasco los pelos de bronce
desde la nariz del chancho dejo caer
pero no, la moneda
choca rebota y queda, húmeda
a un costado
me agacho y veo
entre rejas
que todas aquellas
guardadas en el hueco
de cemento: son de diez, veinte
o hasta de cincuenta
centavos - no más

apenas giro
un vagabundo agarra
mis monedas y se sienta
queda a un costado

31
a la espera
de otro fallo

(...)

cruzo el mercado
mañana, me digo
podría venir de nuevo
con cambio, a hacer fila

no es el tamaño
del deseo sino del recurso
el que cuenta
y quiero, sí
jabalí
volver

Fontana del Porcellino

32
coplas cantan campanas

la garganta
con ella al lado
silba involuntaria

cruz y ramo de olivo


sobre el respaldo

de la iglesia vecina
coplas cantan campanas
cada media y hora

ni aire ni luna entra


por los segunderos

del rosario que cuelga


con el llamado baila
la garganta

33
Almuerzo en Italia: Antipasti (Frío)

La bodega tiene aire de taller mecánico. Será


tal vez, por el olor a herrumbre
o por los calendarios vencidos
que muestran mujeres
desnudas y en poses
de fauna.

Quella (señala)

Para alcanzarla me pongo de rodillas.


El corcho húmedo, ennegrecido
por tanto uso.

Levanto la vista.

Desde una banqueta con tres patas


de mimbre, mi tío
pregunta algo al aire (respira
mientras habla, su voz se corta)

Yo no me animo, no a pedirle

que repita la frase

en lugar de responder
asiento con la cabeza / sonrío
con la botella de vino en alto
blanco.
34
De un gancho agarra
una tira y corta / rechina
la grasa en las arandelas.

Se pone de pie
(parece descubrir
en cada movimiento, cómo
funciona el cuerpo humano).

Sobre mi hombro se cierran


sus dedos / la llave. Mi tronco
hace de bastón en que se apoya / me indica
el camino con su otra mano.

Entrega la carga.
Nos sentamos. Prende
la televisión / se desabotona
el cuello de la camisa. De sus preguntas
sólo queda aquel ruido gris, el dejo que va
de un canto grave, esa

granulación

–En Siria hubo un bombardeo. En una escuela


murieron
veintisiete civiles, niños y adultos,
veintisiete hasta ahora.–

Su esposa en tres vasos, descorcha


para todos menos
para ella que pela / pica
el salame sobre una tabla

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en rodajas bien finas:

tajos

el golpe resuena en la madera, en los pliegues


sujeta con fuerza el mango y percute, quiebra
anillos / curvas, los años
del tronco en cortes transversales
hasta alcanzar la médula

vino dulce
nos sirve más
y más piel se despega
más fuerte se aferra
más
tajante el golpe

sobre el pan: manteca, brotes


de grasa, aceitunas verdes y algún
grano de pimienta que muerdo
y queda

atrapado entre dos muelas.

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Almuerzo en Italia: Primo piatto (Pasta)

Cocina con aire de museo, sólo un poco


de luz entra, fría por las ventanas.

Ella abre el grifo y se lava / las manos le brillan.

La dentadura primero, dice


garras, escamas, una por una
plumas. Con paciencia palpa
y separa los tomates maduros
de adentro
para fuera el escalpelo
rasgando por el centro: molde
yeso y fibra
de vidrio / una olla
llena a tres cuartos
hierve
durante ocho minutos
sal curtiendo pieles / yemas
de sus dedos que frotan aceite
sobre la sartén, el olivo dora
una cebolla entera y dos dientes
de ajo picados

sólo resta colar / servir / coser


cerrar el corte original
con puntadas firmes
e invisibles.

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Dice que es tan simple como vestir a una muñeca

cicatrices

ramitas de tomillo que se cruzan y se abren


en la pulpa de tomate / en su piel, ramas elásticas
violetas / verdes

pimienta y hojas de laurel.

Hablás tan emocionada:


en tu relato el orgullo restaurado / es el mío
por la perfección del corte de la pasta

fetuccini al pomodoro.

La perfección está
en el detalle, en la limpieza
del corte

de aves, reptiles y mamíferos


tu colección. Decís
del sol hay que cuidarlos
de la humedad, te digo:
crece el moho.

Con el viento la persiana / el tenedor


golpea la cuchara y enrolla
salpicando mi remera

cuando pruebo
me pregunto

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qué harás
con los fluidos, las tripas
con las entrañas
de tantos
animales que pasan
y se quedan
ahí

mirando.

39
Almuerzo en Italia: Secondo piatto
(Cacería)

Sentado en el living de tu casa, amuchado contra las


/paredes,
una de ellas (a mis espaldas) llenas de imanes
de todas partes del mundo. Otra
te rodea con rostros de familia,
tu propio rostro en muchas de ellas.
Sólo una te viste de uniforme:
faca en mano a un costado del cuerpo
rifle de cacería, manos de guerra, primera y segunda
escondido entre el verde, fumando de una pipa. El pelo
/corto
te agranda la nariz y uno de los bordes
del papel se redondea:
está quemado
como si alguien quisiera esclarecer
dejar marca en el recuerdo.
El incendio

no viene de los bordes de la foto, ni de la bodega.


/De tu boca
el alcohol que destilan tus tripas te tiñen de vino
los ojos, la piel alrededor de tu cuello.
El rojo sí, viene del papel añejado

ya desajustando el cinturón
ya con la panza llena y tu esposa me sirve otro plato,
/el segundo

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el principal dice / el cucharón se mueve lento,
/las manos le tiemblan
las arrugas, los cortes de cuchillo bañados en salsa
y el relato:
de cómo y dónde, con coraje (a tu edad)
diste muerte para darnos de comer. Una delicia
el contorno de polenta amarilla, la piel, el gatillo,
/los pies paralelos

la patada del cañón empuja para atrás

primero uno que lo frena, desde lejos, después el último


/tiro que se mutea de tan cerca
que pega, aquieta el chillido agónico del chancho, ese que
/hace vibrar los pelos

de tus manos a la mesa la carne que como, animal


/y humana
la textura del cinghiale salvaje trae un amargor nuevo
delata una lucha violenta, forcejeo en medio del monte

con tu esposa
estás
en otra foto
con los mismos ojos

el miedo
yo y ella / el chancho
que corre y grita en el bosque de atrás de tu casa

mordés un pedazo de pan y mirás la televisión


como sí no habláramos, no de vos

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tu mujer me mira mientras mastico:
de sus pestañas delineadas me habla
su voz joven, limpia de enfermedades

me estás dando de comer, me estás cuidando


no me puedo quejar, no puedo ahora, irme
a esta altura.

42
Almuerzo en Italia: Caffè e il dolce
(Pipa)

Rumoran los granos que se quiebran en automático


cuando abrís dos frascos de conserva
de uvas / de ciruelas
en grapa.

Cada estómago
con su digestión, cada mano
con su rojo: el vino / su cuello / pipa
en tus venas la hornalla
calentando a fuego viejo
una Bialetti

con tizne

el canto
de una respiración entrecortada, cortado digo
cuando me preguntás cómo me gusta.

Del cartón
el chorrito de leche entibia
también a él, apretando el rubio
contra el fondo él, con su pulgar
tomando impulso
hasta dar mecha.

43
El cosquilleo se contagia y te veo
rasgando hilos / acariciándote / tabaco
que se consume y destiñe

el humo
se confunde entre tanto perfume
a flor / de piel de monte / perfume que tus dedos
dejan con el plato sobre el mantel de flores:

licor de crema y café


tres jarritos, desde el vidrio
pintado de blanco
la borra baja tostando las llagas.

Te doy las gracias.


-En tus ojos claros / manchas amarillas bordean la pupila-
Siento el pulso en tus muñecas
en la grieta de tu mano que se apoya
en la mía / hasta en la mugre
que guardan tus uñas
late esa voz joven / voz que va
diluida
y me devuelve las gracias.

Él se levanta, te abraza, escurre


tus brazos de trapo. Quisiera
verte de frente, poder ver

tu rostro
el cáncer

44
el amor macerado
guardado en un estante.

Por sobre el volumen


de la televisión todavía
me hablan los cuerpos
su rumor de guerra que va
más allá del hambre
y envuelve ya casi
de tres en dos
un saludo
addio:

de sangre
nada tengo

nada tuyo
ni siquiera el silencio
de las fotos / de tu pipa
que arde sobre mi hombro
que se apaga y deja

en nuestra casa

cenizas.

45
Zapecado

asfalto abajo y sal


brota grasa
de un pedazo de jamón

crudo

entes migas migran


erran la boca y caen
al suelo

oliva de aceite y luz


verde en el semáforo
al peatón

cruzo

a un museo a colarme
sol arriba y sed
a boca llena con dos euros
siendo fiel a la carne
de vacas de verdad

el rostro
en tela y tierra
a sí mismo

46
retrata

migran entes migas


cerdas de un cuadro
a otro el estilo

repite

óleo de jardín
de linos el pelo
el suelo tus manos

reza

una firma descifra


a otro en su marco
tus pieles nuevas

el mingitorio en el centro
obra blanca la mochila
tapa que salta y moja
en un cubículo

escondo chupo y trago

por bombilla
migas migran entes
cortes de yerba
palo y polvo usado

47
repito: desdoblo

la bolsita de plástico
transparente al negro
al tacho el museo
se amarga y baja

repito: presumo

más tarde más cerca


se cuela en la piazza
por gargantas tanas
el arte cebado

48
Baldosa floja

Hoy llovió intermitente


ahora, ahora paró un poco

en la vereda
del bar de la esquina
hay mesas y sillas
abajo de un toldo
que todavía gotea
gris, paso por el costado
de un viejo y conmigo
queda ese tono
añejo
a vermut

un pie se va para atrás


hago equilibrio con el que queda
mordiendo puteo y me digo
si alguien entendiera
se daría vuelta

en la misma esquina
giro, entro por una de las bocas
del Ponte Vecchio
y los colores me pintan
un pasaje de corcho gastado
un aire o un Caminito
de hormigas
a punto el baile

49
serán las puteadas
serán las piedras en el piso
si las maderas fueran
chapas si el agua
del Arno te cerrara
la nariz como el riachuelo

otro salto y me digo


acróbata, que a mí solo
se me ocurre ponerme alpargatas
y caminar sobre un día que gotea

el cielo, un toldo gris


si las casas de La Boca
fueran casas flotantes
y vendieran joyas
que valen miles
y miles de euros

En la vidriera de un negocio se frena


una embarazada y su madre
con los dedos desnudos
señalan sonríen se tapan
las mejillas
Ése, no - éste
No, aquél me gusta más

hago fila para llenar con agua


mi botella de plástico
y salgo por la boca opuesta

50
camino un par
de cuadras largas y en subida
cuando llego al portón
de uno de los jardines
pago la entrada y me dejo caer
en el primer rescoldo de pasto
que encuentro

Qué encuentro
el mío con las hormigas
en el aire de las cuatro de la tarde
no hay bar pero hay vermut
y barro
y me digo
sobre adoquines
secos o húmedos
no se puede caminar con alpargatas

Una vez un alumno


me cantó un por qué
diciendo: las calles
de San Telmo están
como las de provincia
plagadas de adoquines
porque los barcos
extranjeros
que llegaban al puerto
no podían viajar vacíos

51
necesitaban por diseño
traer el peso equivalente
a aquello que venían a buscar

entonces amarraban cargados


de un material en desuso:
adoquines
y después los dejaban ahí
haciendo montoncitos
islas del primer mundo
en la costa.

Por allá el sol morderá las piedras


que morderán los autos en las calles
San Telmo y todos los santos
se balancean hacen equilibrio
sobre los restos la mierda gris
que vale miles
y miles de viajes

estamos tan así


colonias de piedras.

El cielo me hizo acróbata


y ese alumno era un chanta
que nunca pagaba
que vivía en La Boca
si no, Barracas
al sur, sí
pasando el puente
naranja que abre a provincia

52
ese largo que cruza el riacho
el negro
de esa agua
que salvo por el olor
de noche es la del Arno

53
convocado en ese momento
y el que vino después del nacido
un ángel
colgado a bocca aperta del andamio
pintando cal blanca graba en grava
granito en polvo y mármol
con el riesgo de no poder
corregir lo hecho
in mezzo / la puerta del infierno
y miles de cabezas
flotan

ellos ahora afuera


de la ciudad rasgando
paredes
sin despegar los hocicos
soporte seco
nivelado por tanto domingo
génesis y juicio
convocados todos

coronan los ojos


clavados en el centro

desnudos

sobre el altar con cruces:


cuellos estirados

54
brazos colgando a bocca
aperta sus voces escondidas en una sola

pigmentos de piel chorreando


músculos / piernas brutas
trompetas alas y llaves
su cuerpo vacío / su rostro
desfigurado por mano propia
tirando al fuego mantel
y guerra por sacar una foto

en pecado / como él
como ellos yo
por el sodio restaurado
dejando caer el peso del mentón
con tres cruces en el cuerpo que
no me puedo sacar
aunque rasgue - con fe
feto febril fétido aflora
frente labio y pecho
grabados en fresco ardiendo
los dedos arrugados de los jóvenes
sin escudos
ni uñas ni armas
escarbando las murallas
ladrillos amarillos y blancos
más de dos mil tesoros en años
una pared al menos
que se desprenda
y caiga / para dar de comer
a las bocas flacas que los trajeron

55
hoy también como
en ese momento
pagando la salvación del alma
con tinte de sangre

Capilla Sixtina
(Museos Vaticanos)

56
inmaculada llueve en ruinas estando sola
a ella le encantaba hacer sapito en el lago
del Duomo y cuando estaba acompañada
caminar sobre las piedras,
decía que “el conocimiento
entra por los pies”
y por las manos
en el juego
se le escapaba la fe

Santa Reparata
(Santa María del Fiore)

57
anclados
en el centro
piedra vieja sobre
nuestras piedras
que rozan más allá
en los vértices
del cabo
rasca el Egeo
el santuario
lo que envuelve
aún responde al tridente
que vigila las islas
aún más allá
con el enojo
tu brillo cede
y por primera
vez creo ver
esa cicatriz
en forma de estrella
sobre tu hombro

el día se acaba
y vos más adelante
tu pañuelo tu pelo
de luces se agita
entre los pilares
del templo como rejas
que intentan en vano
encerrarte y te vas

58
porque ya es tarde
para los dos
caés sola sin
nubes que apacigüen
tanto azul
te ahoga y te traga
la montaña
ni el dios
del mar
ni la sal en mi cara
te retienen conmigo

quedáte
que los siglos
me aplastan
que no puedo
viajar a oscuras
estas tierras tan vivas
que no conozco

Templo de Poseidón

59
el beso azul fermenta
en una ciudad que es selva
baúles flotando
nómades
al sol blanco de las seis
corazón de casas amarillas
sobre el mar
las huellas / la copa
del este
de un árbol que cae
y se arrastra

Oia, Santorini

60
columna de aire, más
que aire
suspiros y vigas

él
todos ellos
a la espera de otra
luz que cruce
también
del mar / carbón
estrella de leña
un punto avanzando
contracorriente
mortero / marzo
deshilachándose
en cada aniversario
nunca más
vuelve

del llamado
el ardor, sólo
lo ven
sus espaldas

Faro degli italiani d’Argentina

61
sus padres mueren otra vez todos los días
cuando sus ojos se alzan de frente
al asilo de las mañanas
y el espejo devuelve
el beso sobre una mejilla joven
que hoy se astilla
no hay fechas que rezar ni noticias
en los diarios, no hay idioma
ni raíz que los cobije. Hoy sus nietos
los visitan y sus padres mueren
otra vez todos los días

Museo de la Inmigración, Buenos Aires

62
yo era alérgico a los gatos
y nunca me gustó la pera
el balcón sostiene
al cielo, bastón que tiembla
con la lengua que sostiene
al caramelo de anís
batón con betún negro
colas en alto se pasean
y tengo pies que no las pueden
y manos que ya no
sólo hacen música en el roce
cuando se refriega una
amoldándose involuntaria
encima de la otra que cada tanto
se despega para hacer
una señal en cruz
sobre mi cara que dista de
tengo imanes en la frente
en los hombros el pecho
y esa otra que vuelve
me persigna, roza
en mis labios las grietas
bocca chiusa que ya no
no tiene con que
y caer con la mandíbula
y ese pedazo despejado, crudo
a través del cristal
las bombitas de la calle
y la despensa del frente

63
todas las lámparas son de querosén
Mamma! y algo de dialecto
que se vuelve juego para el resto,
vapor: un piano al fondo de la casa
la plancha y canciones de iglesia
el ceño, esa que era la voz de ella
el olor a sala de espera y a sopa
de la calle Independencia
el Prode y el bautismo a la luz de las velas
en Italia nos comíamos la carne de los gatos
y confundo el asfalto con el sendero
en medio de la granja confunden
el barrio los cerros con mis montes
reverdecido estoy
venas por las que no corre...
ellos arrastran el escobillón, levantan
los pelos de los animales
y yo ya no estornudo
y a pesar de mí el cielo es el mismo
mis hijas mis nietos los veo
me ven me sienten
se visitan y abrazan en mí
esto y aquello, me hablan
como a un nene chiquito
Mamma! y un poco de todo
ensalada de achicoria con pasas
panceta, aserrín y salares que no
y el cuchillo abre la pera
y mi bigote bien cuidado
eso vivido que se mezcla
ladrillo, cal con polvo
de luciérnagas

64
y vapor: rumoreo constante
el del torno en el piso de arriba
hollín sobre las aguas
de un mar no tan ancho
no tanto como ese pedazo
tormentoso de cielo
más allá de la ventana
que viene en cuadraditos
pedazos de ese fruto
en lo blanco, insípido
el jugo y la cáscara
con sus puntos negros
cuando lo rugoso
se pega al paladar
y ahí queda
y la lengua que tiembla
que no, ya no puede

2018
Buenos Aires, Argentina

65
ÍNDICE
Es hora de volver... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
en verano tardío el agua... . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
campanas cantan coplas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
te vibra... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
tus maestros no reclaman... . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
brava estrella acorralada... . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
de una voz de tantas yerbas... . . . . . . . . . . . . . . . . 20
cantan coplas campanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Sobre tierra... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
cantata... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
mesada de mármol... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Bagazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
pasando Porta Rossa... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
coplas cantan campanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Almuerzo en Italia: Antipasti (Frío) . . . . . . . . . . . . 34
Almuerzo en Italia: Primo piatto (Pasta) . . . . . . . . 37
Almuerzo en Italia: Secondo piatto (Cacería) . . . . 40
Almuerzo en Italia: Caffè e il dolce (Pipa) . . . . . . . 43
Zapecado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Baldosa floja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
convocado en ese momento... . . . . . . . . . . . . . . . . 54
inmaculada llueve en ruinas... . . . . . . . . . . . . . . . 57
anclados... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
el beso azul fermenta... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
columna de aire, más... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
sus padres mueren otra vez... . . . . . . . . . . . . . . . . 62
yo era alérgico a los gatos... . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
La presente edición de
Apariciones, de Rodrigo Orquera Vecile,
se terminó de imprimir en julio de 2023
en PROVISIONES GRÁFICAS,
Quilmes 282/284, C.A.B.A.

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