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La resurrección y la Pascua cristiana La resurrección de Jesucristo Dios Padre resucitó a su Hijo Jesucristo al tercer día

de su muerte. Así lo profesamos los cristianos en el Credo: «Resucitó al tercer día según las Escrituras». La
resurrección de Jesús es la mayor revelación del amor que Dios siente por las personas y el mayor acontecimiento
para su salvación: vivir para siempre en completa felicidad con Dios en el cielo. La Pascua cristiana La Pascua cristiana
es la celebración de la resurrección de Jesús. La Iglesia recuerda y celebra la resurrección de Jesucristo cada domingo
en la Eucaristía y en el Tiempo Pascual. El Tiempo Pascual es uno de los siete tiempos en que se divide el año litúrgico
o calendario de la Iglesia. Este tiempo dura cincuenta días. Comienza el Domingo de Resurrección y termina el
Domingo de Pentecostés. El día más importante de este tiempo es el Domingo de Resurrección, llamado también
Domingo de Pascua o el día de la Pascua cristiana. La celebración principal del Domingo de Pascua es la vigilia
Pascual. Se celebra durante la noche del sábado al Domingo de Resurrección. En esta vigilia, la Iglesia celebra la
resurrección de Jesucristo y la esperanza de vivir eternamente con Dios.

Los frutos de la Pascua La Pascua nos invita a vivir el camino de la resurrección. Un camino para ser testigo de la
resurrección de Jesucristo y de compromiso con los demás. En este camino, los cristianos podemos practicar los
frutos que Jesús nos regala con su resurrección:

• La alegría es el principal fruto de la resurrección. La Pascua nos descubre la vida eterna que Dios, por su gran amor,
nos regala, y esto nos hace felices.

• La paz, que nos ayuda a lograr una convivencia pacífica.

• El amor, que debemos practicar con los demás para entrar en el cielo.
• La esperanza de saber que resucitaremos algún día como Jesús. Por ello, la Pascua nos pide confiar y esperar en
Dios.

• El perdón, que nos invita a la reconciliación.

• La valentía, que nos ayuda a seguir con la misión de la Iglesia.

• La fe en Jesucristo, que nos ayuda a expresarla públicamente

4 Dibuja un cirio Pascual y escribe en su interior dos frutos de la Pascua. Regálaselo a un compañero o compañera
que te ha ayudado a pasar de la tristeza a la alegría

4 Escribe una frase que exprese la alegría y la paz que sintieron los apóstoles al encontrarse con Jesús resucitado

La Pascua es el tiempo litúrgico en el que los cristianos celebramos la resurrección de Jesús.

1 Pascual; 2 Salud; 3 Eucaristía; 4 Credo; 5 Emaús; 6 Alegría.

Resuelve escribiendo en tu cuaderno el número y la palabra correspondiente.

1. Vigilia que se celebra el Domingo de Pascua.


2. Valor que consiste en cuidar el cuerpo para estar sano.
3. Sacramento que recuerda la resurrección de Jesús. 4. Oración en la que los cristianos profesamos la resurrección
de Jesús.
5. Ciudad a la que regresaban dos discípulos y que por el camino se les apareció Jesucristo resucitado.

6. Principal fruto de la Pascua.


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VER:

Una de las pocas buenas noticias que hemos tenido este año es que se ha desarrollado

la vacuna contra la covid-19, que es el único modo que tenemos ahora de cortar los contagios.

Varias empresas farmacéuticas están produciendo la vacuna y los países han comenzado el proceso

de vacunación. Pero este proceso está resultando más lento de lo deseable: unas veces por las dificultades que
acarrea la conservación de alguna de las vacunas, otras veces por retrasos en la producción, otras veces por
problemas logísticos para organizar lugares y personal de vacunación…

Unido a esto, en algunos sectores de la población, y a pesar de lo que llevamos sufriendo desde hace más de un año,
inexplicablemente sigue habiendo rechazo hacia la vacuna.

JUZGAR:

Las vacunas históricamente han sido uno de los grandes avances médicos y han contribuido a paliar la incidencia y
efectos de algunas enfermedades que pueden ser muy graves, incluso mortales. Gracias a las vacunas, muchas
enfermedades han desaparecido o están muy controladas, pero si se dejara de administrar esas vacunas, podrían
volver a aparecer y a provocar efectos negativos en las personas. Sin embargo, a pesar de estos avances médicos,
algo que nos ha recordado esta pandemia es que el ser humano es finito, que nuestra vida tiene un comienzo y un
fin, y ese fin constituye una frontera que por nosotros mismos no podíamos traspasar: la muerte.

Pero hoy estamos celebrando que ya está disponible la Vacuna para algo frente a esa frontera última que es la
muerte. Y esa Vacuna es Cristo Resucitado.

El sepulcro cerrado con la piedra parecía ser el final, pero el primer día de la semana guardaba la

gran sorpresa para las mujeres que fueron al sepulcro: la piedra estaba corrida y un joven vestido

de blanco les dijo: ¿Buscáis a Jesús el Nazareno,


el crucificado? No está aquí. Ha resucitado. Mirad

el sitio donde lo pusieron.

Con la resurrección de Jesús, el “virus” de la muerte ha quedado vencido. Ahora hay que anunciar esta noticia: id a
decir a sus discípulos y a Pedro: “Él va por delante de vosotros a Galilea.

Allí lo veréis, como os dijo”. Pero algo tan inesperado e inimaginable no resulta fácil de creer, y

María Magdalena sólo acierta a decir: Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo

han puesto.

Igual que muchos dudaron de que la vacuna contra el coronavirus estuviera disponible en tan poco tiempo, los
discípulos no acaban de creer que la

Vacuna que es Cristo Resucitado ya esté disponible. Pedro y Juan fueron al sepulcro, vieron indicios (las vendas en el
suelo, el sudario enrollado en un sitio aparte…) pero de momento sólo Juan vio y creyó. Será a partir de ese
momento cuando empiece el “proceso de vacunación”, como iremos viendo a lo largo del tiempo de Pascua.

Como en el caso de la vacuna contra la covid-19, acoger la Vacuna que es Cristo Resucitado supone

un proceso que conlleva avances, retrocesos, altibajos… Nos resulta difícil, en primer lugar, creer

que eso sea posible, que Cristo haya resucitado y que la muerte haya sido vencida definitivamente,

porque seguimos encontrándola en multitud de ocasiones y formas. Otras veces, nos cuesta mantener “fresco” el
anuncio recibido y ya no tiene efecto sobre nuestra vida; otras veces, falta “personal de vacunación”,
evangelizadores que nos “inyecten” la Buena Noticia de la Resurrección de Cristo. Y otras veces hay quienes,
inexplicablemente, se niegan a acoger esta Vacuna.

Pero el proceso de “vacunación”, el anuncio de la

Resurrección de Cristo, debe seguir adelante, porque de lo contrario el “virus de la muerte” volverá a ganar terreno
en nuestra vida.

ACTUAR:

Ya está la Vacuna contra la muerte. Hoy comienza el tiempo de Pascua, tenemos por delante 50 días para para
inocularnos la Vacuna que es Cristo Resucitado. Y del mismo modo que hay varias vacunas disponibles, también la
Vacuna de Cristo Resucitado nos llega de diferentes modos: en la oración, en la Reconciliación, en la formación en los
Equipos de Vida… Y sobre todo cada domingo podemos recibir “la dosis” correspondiente en la Eucaristía, para que
tengamos a punto nuestras defensas contra el pecado y la muerte. No tengamos miedo a los “efectos secundarios”
que pueda tener en nuestra vida, porque así, como decía san Pablo en la Epístola: Si nuestra existencia está unida a
Él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya.
http://accioncatolicageneral.es/index.php/documentos/documento/view/924

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