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Cómo los Católicos pueden Re Evangelizar el

Mundo

Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

Cómo los
Católicos pueden
Re Evangelizar el
Mundo
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Es común sentir a los católicos decir que hay que


salir a evangelizar.
Que en realidad significa re evangelizar el mundo.
Luego de un proceso de descristianización que
comenzó al final de la Edad Media
¿Qué significa re evangelización del mundo?
¿Cómo podemos hacerlo?
¿Cómo podemos fracasar aunque parezca un
éxito?

En este artículo nos centraremos en el primer anuncio,


el anuncio de la buena nueva o lo que se llama kerigma.

Es muy notorio que nuestra sociedad está eliminando


sus bases cristianas.
Cada vez más personas se resisten a oír el mensaje de
Dios.
Y a su vez cada vez más católicos están siendo
moldeados por el espíritu del mundo.
Esto es lo que lleva a una apostasía (pérdida de fe) muy
extendida dentro de los fieles católicos.
Cuyos puntos centrales son la hostilidad hacia la doctrina,
el indiferentismo entre las religiones y el
antropocentrismo, o sea poner al hombre como centro y no a
Dios.
Ante esta crisis podemos sentirnos tentados a refugiarnos
en una camarilla de buenos católicos doctrinales,
O podemos sentirnos tentados a aceptar que el
catolicismo ha cambiado y que ahora los católicos tienen
una comprensión light de la doctrina y hay que convivir con ello.
O podemos responder al llamado de evangelizar
incluyendo en ello a la doctrina de los apóstoles.
Y en este último caso es fundamental distinguir 2 etapas en la
evangelización, y no quedarnos en una sola.

Una es la proclamación de la buena noticia o sea el


kerigma, a aquellos que no lo han oído o se resisten.
Y la segunda etapa es la catequesis doctrinal, que es
necesaria y no opcional o descartable.

Porque un primer anuncio de la buena noticia sin establecer los


mandamientos de Dios posteriormente, genera un
catolicismo que se aleja de sus bases doctrinales.
Donde cada católico es tentado a mezclar la buena
noticia que aceptó, junto con sus referencias
mundanas, porque no ha sido catequizado en los
requerimientos que nos hizo Jesús.
Este es uno de los problemas, quizás el central, de lo que se
denomina espiritualidad kerigmática.
O sea quedarse solamente en el anuncio de la buena
noticia inicial y no tratar de que el que está siendo
evangelizado asuma los mandamientos completos de Dios.
Esta práctica se ha popularizado por los hechos, ya que desde hace
tiempo ya no se oyen homilías respecto a las verdades
doctrinales de la fe.
Lo que legitima que cada persona haga una mezcla
de las buenas noticias que nos vino a traer Jesús,
junto con otras cosas contrarias a la moral católica,
como por ejemplo el aborto, la homosexualidad, la eutanasia, para
nombrar grandes rubros conflictivos.

Nuestra evangelización será funesta cuando


proclamemos una buena noticia tan simplificada, que
compatibilice el mensaje con los pecados del mundo; o
sea que funcione como un barniz espiritual que de
permiso para pecar.  

De modo que cuando hablamos de difundir la buena noticia, el


kerigma o el primer mensaje, debemos verlo como
una etapa en la formación y no como un fin en sí
mismo.
¿Qué significa buena noticia o kerigma?

 
PROCLAMACIÓN DE LA
BUENA NOTICIA =
PROCLAMACIÓN DEL
KERIGMA
Kerigma es una palabra griega que significa
proclamación.

En el contexto cristiano significa proclamación de la buena


nueva, o sea de la vida, muerte y resurrección de
Jesús, y del mensaje que Jesús vino a salvarnos.
Supone la idea de un heraldo tocando una trompeta,
como fueron los apóstoles.
Los apóstoles fueron proclamadores de un misterio
sobrenatural de implicaciones cruciales para la raza
humana, que requiere una respuesta del corazón y
de la mente de las personas que lo oyen.

“Arrepiéntete y cree en el evangelio”, “el reino de los


cielos está cerca”; es el núcleo central del anuncio.

Y su objetivo es la conversión, que nos transforma en


instrumentos de Dios, para que otros también puedan tener un
encuentro con Jesucristo.
O sea llegar a ser discípulos de Jesús dando una respuesta
positiva a su gracia y misericordia.
Y después de esta primera etapa, que es la primera
conversión, apuntamos a otras cosas que siguen en la catequesis.
El párrafo 61 del Directorio General de Catequesis dice,
«La proclamación primaria está dirigida a los no
creyentes y aquellos que viven en la indiferencia
religiosa.
Sus funciones son proclamar el Evangelio y llamar a la
conversión.
La catequesis, «distinta de la proclamación primaria del
Evangelio», promueve y madura la conversión inicial, educa
al converso en la fe y lo incorpora a la comunidad
cristiana».
Este término aparece 9 veces en los evangelios y es el corazón
mismo de ellos.

El kerigma presenta a la persona de Jesucristo y la


historia de nuestra salvación de una manera simple y
directa.

No lo presenta como una doctrina sino como una persona.


La explicación doctrinal vendrá luego con la instrucción
detallada que llamamos catequesis y que antes se denominaba
didache.
Porque la proclamación inicial no está organizada
sistemáticamente, ni es un conjunto coherente y armonioso
de explicaciones.
De modo que el anuncio del kerigma y la catequesis son
una secuencia, en que la catequesis supone que la persona
recibió el anuncio inicial, y desarrolló una relación personal con
Cristo.
Sin embargo la dificultad es que hay encuestas que dicen qué más
de la mitad de los católicos, en Estados Unidos, no creen que
sea posible una relación personal con Cristo.
Por lo tanto esto quiere decir que no han recibido el anuncio
inicial completo, ni la gracia actuó en ellos para
encontrarse con Jesús.
Y estas personas, aunque se llamen católicas, además no podrán
comprender la fe católica en una proporción
razonable.
Advierte además que a las personas que se llaman católicas y van
a misa incluso, hay que seguirles haciendo el anuncio
inicial de la buena noticia.
Y tal vez el kerigma también tenga que formar parte
activa de una catequesis de formación inicial.
El Papa Francisco ha insistido especialmente en proclamar el
kerigma diciendo que sin el kerigma colocamos el carro delante de
los caballos y enseñamos doctrina antes de presentar al creyente a
la persona de Jesucristo.
En teoría la catequesis se refiere a una enseñanza
doctrinal y moral más amplia, que es recibida por la
persona que haya aceptado el kerigma, o sea la buena noticia, y ha
sido bautizada.
Pero como hay discontinuidades entre la aceptación del
mensaje inicial y la enseñanza de la doctrina, parece que es
necesario repetir el kerigma, o sea la buena noticia, en los cursos
de catequesis.
Por eso hoy a veces se habla de catequesis kerigmática, o
sea enseñar la buena noticia.
 

VOLVER A LO BÁSICO
La idea de poner énfasis en el anuncio inicial es regresar
a los principios básicos de la fe.

Porque ya no se puede presumir que el católico


promedio tenga una comprensión y una aceptación plena
del kerigma católico.
Algunos dicen que nos encontramos como en los comienzos
cuando los discípulos tuvieron que evangelizar a una
multitud incrédula.
¿Y qué es lo básico?
Lo básico comienza con el mensaje de Juan el
Bautista llamando al arrepentimiento «apártate de
tus pecados» y en el anuncio de la venida de un mesías que nos
liberará.
Este anuncio luego es proclamado por los apóstoles que relatan las
palabras de Jesús.
San Marcos dice,
«El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios está cerca;
arrepiéntete y cree en el evangelio». (Mc 1: 14-15)
Y San Mateo agrega,
«Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está
cerca». (Mt 4:17)
De modo que el mensaje de Jesús puede resumirse en
arrepentirse y creer.
O sea cambiar de una vida llevada lejos de Dios a una
vida centrada en Dios, a través de la fe.
Y luego la proclamación de la Iglesia la podemos resumir en
estos pasajes,
«Pueblo de Jerusalén, este hombre, Jesús, a quien
crucificaste, resucitó de los muertos, y él es a la vez
Señor y Cristo« (Hechos 2: 22-24; 36).
«Arrepiéntanse, y bautícense cada uno de ustedes en
el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados; y
recibirás el don del Espíritu Santo« (Hechos 2:38).
«Predicamos a Jesucristo como Señor« (2 Cor 4: 5).
O sea que la predicación del reino que hizo Jesús se
convierte en una predicación de su persona, luego de
su muerte y resurrección.

Cristo ha provocado la venida del Reino de Dios


mediante su muerte y resurrección y nos ofrece una
nueva vida en el reino a través de una fe personal en Él.

Él se ha convertido en nuestra fuente de salvación.


Sin embargo a veces el anuncio del kerigma se queda
en lo más básico, «Dios te ama».
De modo que también en la buena noticia hay diversos
puntos de profundización, porque aceptar el concepto que
Dios te ama es un nivel extremadamente primario e insuficiente.

NO QUEDARSE EN LO
BÁSICO
La presunción de que occidentales de nuestra
época son el tipo de incrédulos del tipo de los que se enfrentaron
los apóstoles no es del todo correcta.
En aquella época las personas eran más como una
virgen esperando a su novio que como un divorciado
enojado, como sucede ahora.
Seguramente la mayoría haya oído hablar de
cristianismo y de Jesucristo y haya tomado una
posición negativa, indispuesta a hablar sobre el
tema.
Probablemente se hayan expuesto a grandes partes de
lo que llamamos lo básico, pero lo han rechazado.
De modo que no se puede presumir ignorancia sino
insolencia.

La respuesta ingenua que algunos dan a este problema


es recortar aún más el anuncio de la buena noticia para
hacerla más potable a los que rechazan parte de ella.

Porque se han persuadido que el mundo no está


preparado para nada más sustancial que «Dios te
ama» por ejemplo.
Y tampoco para el arrepentimiento de los pecados;
sobre todo la elucidación sobre los pecados de que hablamos.

Está suavización se dirige inexorablemente a concebir la


evangelización básicamente como el anuncio inicial,
recortado de aquello que pudiera ser rechazado.

Entonces entramos en un círculo vicioso, en el que las nuevas


generaciones se van formando en un catolicismo
light, tibio, podado de todas aquellas cosas que puedan
significar obligaciones y reglas.
Y es este criterio el que ha ido generando el compromiso
de una buena parte de los católicos con el mundo.
Porque les oculta las contradicciones entre ser católico
y apoyar el aborto o el matrimonio homosexual por
ejemplo.
 

OBJETIVOS DEL ANUNCIO


DE LA BUENA NOTICIA
El anuncio de la buena noticia es un proceso que pasa
por tres etapas.

La primera es la pre evangelización, que es la


construcción de una relación que permita el derecho de
proclamar el kerigma.
La segunda etapa es la proclamación explícita del
kerigma y la invitación a responder.
Y la tercera etapa es el discipulado, que incluye la
disposición a pasar a la catequesis incluyendo las reglas y
doctrina.
A su vez, el objetivo de la proclamación explícita de la buena
noticia tiene tres aspectos, que son el contenido del
mensaje, la respuesta al mensaje y la evidencia del
fruto de la aceptación del mensaje.
Referente al mensaje, deberíamos propender a ir en
una secuencia del anuncio hasta llegar a la puerta de
aspectos doctrinales y no frenarnos antes sólo para
lograr acuerdos.
La respuesta significa aceptar por decisión personal
la soberanía salvadora de Cristo y su conversión en
discípulo.
Lo que implica entrar en una relación personal con
Jesucristo.
Y para medir los frutos deberíamos mirar aquellas
cosas que indican donde pone el corazón la persona y
no tanto los gestos externos en los ritos.
Dentro de esos frutos está la sed por conocer más lo que
Jesucristo nos vino a enseñar y cuáles son sus
mandamientos.
Y en esta etapa, la actividad de quién guía a la persona
en proceso de conversión, es aprovechar para avanzar
rápidamente en los aspectos doctrinales del catolicismo.
¿Y cuáles son los elementos centrales de la buena noticia qué
debemos comunicar a las personas Cómo evangelización?
 

7 ELEMENTOS DEL
KERYGMA
Para comunicar la buena noticia podemos proceder anunciando
estos 7 puntos:

Dios te ama y tiene un plan para tu vida.


El pecado te destruirá.
Cristo Jesús murió para salvarte.
Arrepiéntete y cree en el Evangelio.
Sé bautizado y recibe el Espíritu Santo.
Permanece en Cristo y su cuerpo que es la Iglesia.
Ve y haz discípulos.
Obviamente cada uno de estos puntos hay que
desarrollarlos en la conversación, aunque no es el objetivo
de este artículo, sino plantear un esquema general.
El contenido de cada uno de estos puntos tiene que propender a
profundizar en los aspectos de fe y morales, y no
quedarse simplemente en un mero enunciado.
Es importante mostrar las diferencias con la moral
del mundo y no posicionarse como una mera
expresión espiritual de la sociedad actual.

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