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UNA IGLESIA BAJO ATAQUE

Isaías 54:17
“No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será
refutada.
Esta es la herencia de los siervos del Señor, la justicia que de mí procede, afirma el
Señor.”
Mateo 16.18b (NVI)
“...y las puertas del reino de la muerte, no prevalecerán contra la iglesia”.

INTRODUCCIÓN

escribe siendo profeta en el próspero Reino del Sur, Judá, durante los reinados de Uzías
y Jotam.
El reino Isaías prosperaba con la expansión de sus fronteras territoriales.

En el capítulo 54, Isaías se acerca a Dios como Todopoderoso, Señor y Salvador, y


exalta la defensa de su pueblo. El versículo 17 dice: “No prevalecerá ninguna arma
que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada.”.

Al leer este pasaje, nos imaginamos una victoria total y absoluta. Pero la secuencia de
la historia nos muestra que Judá sería atacada por los asirios. Incluso en medio de la
adversidad y en una situación de destrucción y cautiverio, el Señor preservó el
remanente de su pueblo.
Dios no se olvida de los suyos. Incluso en medio de la destrucción y la devastación, Él
cumple sus promesas. Por supuesto, entender los días difíciles no es tan sencillo. En los
países donde hay persecución por la fe, los cristianos viven una realidad que les desafía
diariamente a recordar y confiar en que “ninguna arma forjada prevalecerá” contra
la Iglesia, contra los cristianos, y que desmentirán las acusaciones. Esta es exactamente
la situación que viven hoy los cristianos en Nigeria y África Occidental. El Señor defiende
a su pueblo y nosotros estamos invitados a ser instrumentos del amor de Dios hacia
nuestros hermanos. En el Antiguo Testamento, Dios utilizó a los profetas, en el Nuevo
Testamento, a los apóstoles, y hoy, te invita a ti.

VICTORIA Y PERSECUCIÓN: ¿REALIDADES CONTRADICTORIAS?


No es fácil creer en la victoria cuando las cosas no van bien o como nos imaginamos.
La realidad de los cristianos nigerianos y de los países de África Occidental es de
persecución, cárcel, casas quemadas, iglesias destruidas, secuestros e incluso
asesinatos.
¿Cómo podemos creer que ninguna arma forjada prevalecerá? La afirmación bíblica
y la realidad pueden parecer incompatibles o incluso contradictorias, pero en verdad
la iglesia sigue creciendo, el cuerpo de Cristo se fortalece, la fe se añade y muchos
siguen rindiéndose al único y suficiente Salvador, Jesucristo.

¿Cómo es posible? En Mateo 16:18b, Jesús, al hablar de su iglesia, declara que “las
puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra la iglesia”. Los discípulos
probablemente no imaginaban lo que se avecinaba, pero en el contexto del intento
de eliminación de la iglesia que las puertas del infierno no se mantendrían en pie y
ninguna arma forjada prevalecería contra ella.
Jesús explica a los discípulos lo que iba a suceder:
“Entonces los entregarán a ustedes para que los persigan y los maten y los odiarán
todas las naciones por causa de mi nombre”. Mateo 24.9

El mismo tema ya había sido mencionado en las Bienaventuranzas:


“Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante
contra ustedes toda clase de calumnias.”. Mateo 5.11

En el evangelio de Lucas vemos además que serían odiados, traicionados, perseguidos,


encarcelados, pero todo ello sería una oportunidad para dar testimonio. Los discípulos
no debían preocuparse por lo que debían responder, después de todo el Espíritu Santo
les daría palabras y sabiduría, de manera que ningún adversario pueda resistir o
contradecir.

La historia continúa. Jesús es arrestado, crucificado y asesinado. Pero al tercer día, tal
como prometió, resucita. Sin embargo, antes de ascender al cielo, Jesús promete a los
discípulos que serán revestidos de un poder dinámico con el fin de llevar a cabo la
Gran Comisión.
“Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos
tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra.”.
Hechos 1.8
¿Cómo podemos medir o explicar el poder que ofrece un Dios que es todopoderoso?
Para ello, propongo una metáfora. La primera ley del movimiento de Newton afirma
que: “Todo cuerpo continúa en su estado de reposo o movimiento uniforme en línea
recta, a menos que sea obligado a cambiar ese estado por fuerzas aplicadas sobre
él”. Esto significa que algo que está en movimiento sólo puede detenerse si hay una
fuerza igual o mayor que él. Es como si alguien lanzara una bola de boliche y otro
intentara detenerla utilizando una “barrera” de papel higiénico ¿Habría alguna
diferencia con la bola? No, simplemente seguiría su camino.
Del mismo modo, cuando el Espíritu Santo desciende sobre los primeros miembros de
la iglesia primitiva, ese poder comienza a actuar. Sin embargo, no hay nada ni nadie
con un poder igual o mayor que el Espíritu Santo de Dios que sea capaz de detenerlo.
Este es el poder que está sobre la iglesia de Jesús. Por lo tanto, “ninguna arma forjada
prevalecerá” y “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”, después de todo
nada puede detener a la iglesia que ha recibido el poder del Espíritu Santo.
LA POSTURA DE LA IGLESIA ANTE LA PERSECUCIÓN

Al recibir el poder del Espíritu Santo, los apóstoles obedecieron la orden dada,
predicando el evangelio (Mateo 28:18-20; Marcos 16:15-18; Lucas 24:44-49). El resultado
fue que muchos se convirtieron, fueron bautizados, sanados, se produjeron señales y
prodigios, estaban unieron y tuvieron la simpatía del pueblo. Pero esto hizo que se
quedaran en Jerusalén, sin atender el mandato de Jesús de predicar por toda Judea,
Samaria y hasta los confines de la tierra.
En este contexto, una semana después de Pentecostés, Pedro y Juan fueron
arrestados. La razón: predicar el evangelio de Jesucristo. Esto, entonces, se convierte
en el acto inaugural de la persecución de los cristianos.
“Prendieron a Pedro y a Juan y como ya anochecía, los metieron en la cárcel hasta el
día siguiente.”. Hechos 4:3
Pero esto no los detuvo; al contrario, los llenó de convicción y determinación para
seguir proclamando el mensaje del Evangelio (Hechos 4.18-21).

Los cristianos, después del arresto de Pedro y Juan, se reunieron en oración. Incluso
ante las amenazas y los riesgos, no se dejaron intimidar, sino que pidieron audacia y
valor para seguir predicando el mensaje del Evangelio (Hechos 4.23-24; 29-31). La
oración incluso hizo temblar el lugar donde estaban reunidos.
Sin embargo, la persecución se intensificó, dando lugar a una dispersión. Aunque la
situación parecía negativa, esto hizo que la iglesia saliera de Jerusalén y predicara
dondequiera que fuera: toda Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra. De este
modo, la iglesia creció.

Posteriormente, la persecución ya no fue sólo contra los apóstoles o los que


predicaban, sino contra la iglesia. Los líderes religiosos no cristianos se levantaron en
oposición a los cristianos (Hechos 8.1-3).
A pesar de todos los sufrimientos, desde el encarcelamiento de Pedro y Juan hasta el
final de la vida de los apóstoles, es posible ver una iglesia triunfante que superó todas
las armas forjadas. Una iglesia que las puertas del infierno no le pararon. Una iglesia que
se enfrentó y superó la adversidad.
Pero a veces es difícil aceptar que la Iglesia triunfe frente a esta larga historia de
martirios. Sabemos que, de los doce apóstoles de Jesús, once fueron martirizados,
siendo Juan el único que murió de muerte natural.
Sin embargo, el mayor consuelo proviene del propio Señor y Salvador Jesús, que murió
en una cruz.
Del mismo modo, nuestros hermanos de Nigeria y de África Occidental siguen siendo
fieles al servicio del Señor, incluso en medio de las armas forjadas. Pero estas no
prevalecerán, al igual que las puertas del infierno no se les resistirán. Incluso en medio
de condiciones desfavorables, su esperanza descansa en Cristo, sabiendo que nada
escapa al control de Dios Todopoderoso.

CONSUELO EN MEDIO DE LA PERSECUCIÓN


La iglesia en Nigeria y en África Occidental está siendo atacada, ya sea en la familia,
la nación, la sociedad, el trabajo o la escuela. Sin embargo, su función no es sólo
sobrevivir, sino avanzar, al igual que la iglesia de los Hechos. Las situaciones vividas por
la iglesia primitiva pueden parecer tan lejanas y remotas, pero situaciones muy similares
o casi idénticas siguen ocurriendo hoy en día en más de 50 países donde más de 360
millones de cristianos son perseguidos. Nuestros hermanos de Nigeria y África
Occidental forman parte de esta realidad.
Una iglesia herida, quemada, asolada, sin embargo, una iglesia que sigue creciendo.
Uno de los principales factores para ello es la oración. Siempre estuvo presente en la
iglesia apostólica. Incluso antes de ser revestidos con el Espíritu Santo, estaban reunidos
en oración. En medio de las persecuciones y las cárceles, se reunían para orar.

Y también nosotros, como un solo cuerpo, debemos interceder en favor de los cristianos
perseguidos. Ora para que se siga predicando el mensaje de la cruz, para que no
triunfen las armas forjadas, ni prevalezcan las puertas del infierno. Ora para que la fe y
la esperanza de nuestros hermanos no se desvanezcan en sus corazones. A medida
que sean fortalecidos por el Señor, podrán seguir adelante y continuar proclamando
la buena noticia de la salvación.

CONCLUSIÓN
Pase lo que pase, ninguna arma forjada contra la iglesia prevalecerá y las puertas del
infierno no prevalecerán contra ella. Estas son verdades bíblicas reales y presentes
incluso en medio de persecuciones, ataques y las embestidas frustradas para acabar
con la iglesia.

La iglesia de Nigeria y de África Occidental, considerada la región más peligrosa del


continente, está siendo atacada, siendo amenazada su existencia. Las cifras de la
violencia revelan eso, con 96% de las muertes de los cristianos en el continente. Nigeria
es el país con más asesinatos de cristianos en el mundo, llegando a 79%.

Como consecuencia, aldeas enteras de cristianos huyen en busca de local seguro


para sobrevivir, siendo obligados a dejar todo atrás.

Aunque la persecución contra los cristianos nigerianos es muy violenta y hostil, nuestra
ayuda, ya sea mediante oraciones o donaciones, es para que la iglesia no sólo
sobreviva, sino que siga avanzando. Estas son formas de ayudar a destruir las armas
forjadas y no permitir que las puertas del infierno prevalezcan. Sé hoy un instrumento
de Dios y una respuesta al clamor de los cristianos perseguidos.

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