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CELEBRACIÓN
DE LA CORONA
DE ADVIENTO
INTRODUCCIÓN
La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad.
La palabra ADVIENTO es de origen latín y quiere decir VENIDA. Es el tiempo en que los
cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de adviento abarca cuatro
semanas antes de Navidad. Una costumbre significativa y de gran ayuda para vivir este
tiempo es La corona o guirnalda de Adviento, es el primer anuncio de Navidad.
Nueva realidad: Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: «Yo soy
la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la
vida.». La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence
la oscuridad. Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: Mateo 5,14 «Vosotros sois la luz
del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte."
En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el
adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía
expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que
vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.
La corona de adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. Tres
velas son violeta, una es rosa. El primer domingo de adviento encendemos la primera vela
y cada domingo de adviento encendemos una vela mas hasta llegar a la Navidad. La vela rosa
corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se encienden las velas se
hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos
en las misas de adviento y también es recomendable hacerlo en casa, por ejemplo antes o
después de la cena. Si no hay velas de esos colores aun se puede hacer la corona ya que lo
mas importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del nacimiento de
Jesús quien es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida
por el sacerdote.
La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es
eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca
debe de terminar.
Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su
gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más
importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro
Padre.
Las cuatro velas: Nos hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega
al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco
a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona.
Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron
iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas
las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de
adviento al hacer la oración en familia.
Las manzanas rojas que adornan la corona: Representan los frutos del jardín del Edén
con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del
Salvador Universal.
El listón rojo: Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.
BENDICIÓN DE LA CORONA
Todos: Amén.
5. Lectura Bíblica. Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 25-28-34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las
estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y
el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le
viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra
liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas,
borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día;
porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que
está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
6. Reflexión.
Guía: Vigilar significa estar atentos, salir al encuentro del Señor, que quiere entrar,
este año más que el pasado, en nuestra existencia, para darle sentido total y
salvarnos.
Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara, la paz más
profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
8. Padre Nuestro
9. CONCLUSION
5. Lectura Bíblica. Lectura del santo evangelio según san Lucas 3, 1-6
En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato
gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de
Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y
Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para
perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta
Isaías:
«Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus
senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se
enderece, lo escabroso se iguale.
Y todos verán la salvación de Dios».
6. Reflexión.
Guía: El personaje bíblico de esta semana es Juan el Bautista, Juan es el profeta que
prepara el camino de Jesús ¿cómo lo prepara? Llamando a la conversión. A Jesús no
lo podemos recibir si no dejamos atrás todo aquello que proviene de la maldad, que
hace daño al prójimo, a la sociedad, a nosotros mismos; es necesario abandonar las
actitudes negativas y los pecados para recibir el gozo que proviene de Jesús. La
conversión es pues cambiar, cambiar de la maldad a la bondad, del pecado a la gracia
de Dios, de las malas actitudes que destruyen las relaciones con el prójimo a las
actitudes que buscan el bien común. Igual que Juan el Bautista, preparemos el camino
del corazón para que llegue a nosotros Jesús en esta navidad.
¿Qué va a cambiar en mí, en nosotros en este Adviento? ¿Se notará que creemos de
veras en Cristo?
Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas,
para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven, Señor
Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
8. Padre Nuestro
9. CONCLUSION
2. Invocación inicial: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
3. Saludo: El Señor que ya viene esté con todos ustedes
4. Acto de contrición:
5. Lectura Bíblica. Lectura del santo evangelio según san Lucas 3, 1-6
En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «¿Entonces, qué hacemos?».
Él contestó: «El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el
que tenga comida, haga lo mismo».
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué
hacemos nosotros?».
Él les contestó: «No exijáis más de lo establecido».
Unos militares le preguntaron: «¿Qué hacemos nosotros?».
Él les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos
con la paga».
El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías;
él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede
más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizara con
Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su
trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga». Añadiendo
otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.
6. Reflexión.
Guía: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia
la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca!
Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el
mensajero!. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.
Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha
tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos
en tu luz, caliéntanos en tu amor ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
8. Padre Nuestro
9. CONCLUSION
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CUARTA SEMANA DE ADVIENTO
2. Invocación inicial: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
3. Saludo: El Señor que ya viene esté con todos ustedes
4. Acto de contrición:
5. Lectura Bíblica. Lectura del santo evangelio según san Lucas 3, 1-6
En aquellos días, María se puso de camino y fue a prisa a la montaña, a un pueblo de
Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de
María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz
en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy
yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos,
la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú que has creído, porque lo que
te ha dicho el Señor se cumplirá.»
6. Reflexión.
Así le anuncia la Buena Noticia a su prima, María se pone en marcha para compartir
la alegría de portar a Jesús en su vientre, y lo hace más que con palabras. De la misma
ya casi acercándose la Navidad estamos llamados a que estas celebraciones no sean
teoría, sino hechos, no se quede sólo en buenos deseos sino que cada uno de
nosotros anunciemos la Buena Noticia de que Jesús ha nacido para salvarnos, con
acciones concretas que lleven alegría a nuestro prójimo.
¿A qué te comprometes en esta navidad? ¿Cómo puedes servir al prójimo para
llevarle alegría?
8. Padre Nuestro
9. CONCLUSION
Guía: Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel,
hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su
cruz a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo. Ven, Señor, haz
resplandecer tu rostro sobre nosotros.