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Energía y ambiente.
La energía no tiene un origen autónomo, siempre aparece como una fuerza, una capacidad de
trabajo o una propiedad física de la materia, asociada a otro recurso, sea éste el sol, el viento,
el agua, el calor interno de la tierra, los minerales y los combustibles de distintos orígenes.
Los economistas discuten si la energía es en sí misma un recurso natural o una cualidad del
recurso. Es evidente que las fuentes que la generan pueden ser empleados en otros usos no
energéticos, lo que indica que la energía constituye una capacidad del recurso que la
inteligencia humana ha sabido extraer y utilizar para satisfacer sus múltiples necesidades de
vida.
La energía, en tanto sea susceptible de apropiación por el hombre, puede ser objeto de una
relación jurídica directa, independiente de la fuente que la produce. Las leyes han visto así a la
energía como una cosa jurídicamente distinta del recurso que la genera y, por lo tanto,
susceptible de ser apropiada, transportada y consumida como las demás cosas que están en el
comercio.
La energía, en general, tiene múltiples propiedades, ya que es capaz de producir efectos
térmicos, mecánicos, eléctricos, magnéticos, acústicos, químicos, radiantes, lumínicos y
nucleares.
Es necesario tener en cuenta lo que establecen los arts. 15 y 16 del CCCN. El primero establece
que” las personas son titulares de los derechos individuales sobre los bienes que integran su
patrimonio”; el art. 16 establece que “esos derechos pueden recaer sobre bienes susceptibles
de valor económico. Los bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones referentes a las
cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio
del hombre”.
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Fuentes de energía.
Existen dos leyes nacionales que son las principales normas reguladoras de la industria de la
energía eléctrica, y que son las leyes n° 15.336 y n° 24.065. A su vez, el decreto del Poder
Ejecutivo nacional n° 1398, de agosto de 1992, y las resoluciones de la Secretaría de Energía n°
61/92 y 137/92 son las principales normas reglamentarias de la actividad.
La ley 15.336 fue sancionada en el año 1960, y regula la generación, transmisión y distribución
de energía eléctrica realizadas en jurisdicción federal. Debemos recordar que, en virtud de la
organización federal asumida por nuestro país, las provincias han conservado todo el poder no
delegado a la Nación. Entre esos poderes no delegados se encuentra el de sancionar sus
propias normas regulatorias de la energía eléctrica dentro del propio ámbito provincial. Y es
que en materia de energía eléctrica existe un ámbito federal y un ámbito -o, más
apropiadamente hablando, muchos ámbitos- provinciales.
La ley 15.336 establece que la distribución de energía eléctrica es considerada un servicio
público (conf. artículo 3).
No obstante, los contratos de compra de energía eléctrica celebrados entre una empresa
generadora y una empresa distribuidora son considerados como contratos comerciales regidos
por las normas que estipulen las partes (conf. artículo 4).
Aprobada en 1992, la ley 24.065 complementó y modificó a la ley 15.336 en la medida que
incorporó normas aplicables a la actividad de inversores privados en cada una de las tres
actividades eléctricas.
La ley 24.065 -que no derogó a la ley 15.336, por lo que ésta permanece vigente, aun cuando
reformada substancialmente- ha actualizado el texto de la ley 15.336 para adecuarlo a las
nuevas circunstancias provocadas por las privatizaciones de los últimos años.
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La ley 24.065, no obstante, mantiene la calificación de servicio público para las actividades de
transmisión y de distribución de energía eléctrica. También define los objetivos de la política
energética de la Nación, a saber:
a) La protección de los derechos de los consumidores;
b) La promoción de competencia en los sectores de generación y demanda de electricidad, y la
promoción de inversiones;
c) La promoción de libre acceso al servicio, la confiabilidad de los servicios, la no-
discriminación en la prestación de los mismos y su libre uso, tanto respecto de los servicios de
distribución como de los de transmisión;
d) Regular la distribución y transmisión de energía eléctrica asegurando tarifas justas y
razonables;
e) Promover la provisión, transmisión y distribución y el uso eficiente de la electricidad; y
f) Promover la inversión privada en dichas actividades.
A los fines regulatorios se suele distinguir entre tres actividades diversas: la generación de
energía, su transporte (por medio de la instalación y operación de líneas de transporte en alta
o media tensión), y la distribución a los usuarios finales, sean éstos domésticos o industriales.
A su vez, debe recordarse que existen distintas fuentes generadoras de energía eléctrica en
uso en el país. Así, pueden encontrarse:
a) Plantas hidroeléctricas: en las cuales la fuente generadora es la energía producida por el
agua durante una caída desde decenas de metros, y de las cuales existen ejemplos tan
conocidos como las plantas de El Chocón, Futaleufú y Salto Grande;
b) Plantas térmicas: en las cuales la electricidad es producida a partir de fuentes calóricas que
pueden utilizar combustibles variados, como gasoil, o gas, o vapor, o una combinación de
ambos (en las plantas llamadas, precisamente, de "ciclo combinado"); y
c) Plantas nucleares: en las cuales la fuente de energía eléctrica es la energía nuclear (estas
plantas son, en rigor, plantas térmicas).
Ahora bien, la clasificación precedente tiene una finalidad reglamentaria clara, pues el grado
de injerencia estatal en la concesión del derecho a desarrollar una de las actividades eléctricas
es distinto según de cuál se trate.
Así, es necesario el otorgamiento de una concesión por el Poder Ejecutivo nacional para:
a) La generación de energía eléctrica a través de plantas hidroeléctricas que estén en
jurisdicción federal y que produzcan por sobre los 500 kilowatts,
b) La transmisión bajo jurisdicción federal, y
c) La distribución bajo jurisdicción federal.
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La ley 24.065 ha optado por establecer obligaciones y conceder derechos a aquellos que
desarrollan las tres actividades clásicas a las que tanto nos hemos referido. Así, establece
normas que deben ser cumplidas tanto por los generadores, como por los transportistas, como
por los distribuidores, y que son aquellas que imponen la obligación de operar y mantener las
instalaciones y equipamiento en una forma y condiciones que aseguren la seguridad pública y
en cumplimiento de todas las reglas y regulaciones en vigencia; también se dispone que la
estructura, instalaciones y operación de los equipos de generación, transporte y distribución
de electricidad cumplan con las regulaciones relativas al medio ambiente, recursos hídricos y
de protección de sistemas ecológicos y de niveles de contaminación; incluyendo la ley la
prevención de que las empresas no incurran en prácticas prohibidas por las leyes de defensa
de la competencia o anti monopólicas. Prevé también la ley que las empresas deberán pagar
aranceles de inspección y control, y prohíbe a los concesionarios de transporte de energía
eléctrica participar de actividades de generación y de distribución. A su vez, los generadores,
distribuidores y grandes usuarios tienen prohibido, todos ellos, participar en actividades de
transporte. La ley prevé, además, que tales prohibiciones alcancen a los accionistas cuando los
concesionarios son sociedades anónimas.
Existe otro conjunto de normas dirigidas solamente a los transportistas y distribuidores. Las
más importantes son las siguientes:
- La construcción y operación de nuevas instalaciones que tengan por objeto el transporte o
distribución de energía eléctrica, o su expansión, deben ser aprobadas por la autoridad
competente basada la autorización en su conveniencia o necesidad para el público usuario.
- Los transportistas y los distribuidores deben otorgar libre acceso a sus sistemas de
transporte, y deben también concederlo a la capacidad que no haya sido requerida
previamente por otro consumidor.
Deben, incluso, responder a todo requerimiento de servicio dentro de un período de treinta
días de efectuado.
- Los distribuidores deben cumplir todo requerimiento de servicios que reciban según las
reglas y normas de su concesión.
- Los precios, tarifas y cargos que perciban los transportistas y distribuidores deben ser fijados
por períodos de cinco años como parte de los términos de la concesión.
- Los precios, tarifas y cargos deben ser justos y razonables e incluirán todos los costos
operativos razonables, los impuestos y gastos de amortización así como también tasas de
rentabilidad razonables relacionadas con la eficiencia de la compañía, y que sean similares a
las que resulten alcanzables de acuerdo a la práctica nacional o internacional, y estarán sujetas
a modificación en caso de variaciones en los costos que estén fuera del alcance de las
empresas.
- Los transportistas y distribuidores no pueden aplicar tarifas diferentes a consumidores que se
encuentren en circunstancias similares.
Las diferencias en las tarifas deben estar fundadas en diferencias de ubicación, tipo de servicio
o en cualquier otra circunstancia que la autoridad de aplicación pueda aprobar.
- Los distribuidores tienen prohibido ser titulares directos de plantas de generación, pero tal
prohibición no alcanza a los accionistas de la empresa de distribución, quienes pueden ser los
titulares de una sociedad que explote una planta de generación.
- Los distribuidores deben satisfacer toda la demanda de energía durante el término de la
concesión. No pueden alegar que no haya suficiente provisión de electricidad, estableciéndose
que el Estado nacional no será responsable de la provisión de energía que pueda ser necesaria
para satisfacer la demanda.
Podemos señalar, asimismo, que las disputas y conflictos entre consumidores y transportistas
o entre consumidores y distribuidores pueden ser sometidos al conocimiento de la autoridad
de aplicación, y que la ley prevé la posibilidad de que se realicen operaciones de importación
o exportación de energía eléctrica, las que deben ser autorizadas por la Secretaría de Energía.
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LEY 26.190: Declara de interés nacional la generación de energía eléctrica a partir del uso de
fuentes de energía renovables.
FUENTES RENOVABLES DE ENERGÍA: Son las fuentes renovables de energía no fósiles
idóneas para ser aprovechadas de forma sustentable en el corto, mediano y largo
plazo: energía eólica, solar térmica, solar fotovoltaica, geotérmica, mareomotriz, de las
corrientes marinas, hidráulica, biomasa, gases de vertedero, gases de plantas de
depuración, biogás y biocombustibles.
ENERGÍA ELÉCTRICA GENERADA A PARTIR DE FUENTES DE ENERGÍA RENOVABLES: es la
electricidad generada por centrales que utilicen exclusivamente fuentes de energía
renovable, así como la parte de energía generada a partir de dichas fuentes en
centrales híbridas que también utilicen fuentes de energía convencionales.
EQUIPOS PARA GENERACIÓN: son aquellos destinados a la transformación de la
energía disponible en su forma primaria (eólica, hidráulica, solar, entre otras) a energía
eléctrica.
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LEY 23.879
El mismo será remitido a los ministerios de Obras y Servicios Públicos y Salud y Acción Social de
la Nación, o aquel que en el futuro resultare facultado como autoridad nacional en materia de
política ambiental, los que juntamente con sus similares de las provincias afectadas, deberán:
a) Determinar qué acción ha de realizarse en aquellas obras en las que, ya construidas o en
construcción, no se previeron o no se ejecutaron, en forma parcial o totalmente, tarea de
preservación del ecosistema involucrado en forma efectiva;
b) Aprobar o rechazar, en función del estudio del impacto ambiental realizado, la factibilidad
de las obras planificadas. La no aprobación por parte de uno solo de los mencionados
ministerios será suficiente para suspender la realización de las obras. Ante la situación
señalada precedentemente se deberán rediseñar los proyectos observados a fin de disminuir
el impacto ambiental a niveles aceptables para su aprobación, sometiéndolos para su
consideración, nuevamente a ambos ministerios;
c) Recomendar al Poder Ejecutivo, en el caso de obras extranacionales que produzcan impacto
en nuestro territorio, las medidas y acciones que sea conveniente adoptar para lograr su
minimización, a efectos de que el mismo gestione ante los respectivos gobiernos extranjeros la
celebración de los acuerdos necesarios para su implementación.
Los mencionados estudios deberán ser presentados en audiencia pública. Dicha audiencia
deberá desarrollarse en el ámbito del Congreso de la Nación, y participarán de la misma los
funcionarios que participaron en la elaboración de los estudios, junto a organismos no
gubernamentales especializados en materia ambiental, universidades, centros académicos y
público en general. Concluida la audiencia, y en un plazo no mayor de TREINTA (30) días, los
legisladores de ambas Cámaras, integrantes de las comisiones legislativas intervinientes en el
tema, darán a publicidad un informe del resultado alcanzado en dicha reunión, y remitirán el
mismo a la autoridad de aplicación de la presente ley. Dicho informe tendrá el carácter de no
vinculante.
La omisión de la audiencia pública será causal de nulidad del acto que se produzca en
consecuencia.
2.- Régimen jurídico de los Hidrocarburos. Importancia de los recursos fósiles como fuente de
energía. Dominio de los hidrocarburos. Petróleo y gas: exploración, explotación y transporte:
Disposiciones fundamentales.
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Los combustibles fósiles tienen un alto poder calorífico que los convierte en una muy
importante fuente de energía útil para generar energía térmica.
② LEY 12.161: esta ley establecía que las minas de hidrocarburos eran bienes privados de la
nación o de las provincias, según el lugar donde estuvieran situadas.
Reguló en forma amplia la exploración y explotación petrolera, adoptando un sistema de libre
concurrencia entre la explotación fiscal, encarnada por YPF y la particular, esto es, autorizó la
explotación del Estado pero sin monopolio.
Instituyó un sistema de reservas petroleras que el Estado nacional y las provincias podían
establecer en sus territorios.
Los particulares podían obtener permisos de exploración y concesiones de explotación en
superficies mayores a las que establecía el código de minería.
El Estado podía exigir que el yacimiento se explotara con intensidad razonable, proporcionada
a su importancia. Organizaba la explotación de oleoductos como servicio público. Las
concesiones de explotación eran perpetuas.
Este régimen tuvo poca oportunidad de aplicarse ya que el Estado nacional y las provincias
siguieron aplicando el mecanismo de las reservas fiscales petroleras, que impidieron o
dificultaron toda iniciativa privada en la materia. La guerra iniciada en 1939 ocasionó una grave
crisis en la disponibilidad de combustible.
Hubo un intento de promover la participación de capital extranjero en 1954 con la
intervención de la Standard Oil Company de California, pero quedó frustrada por los
acontecimientos revolucionarios de 1955. En 1956 se anuló la Constitución reformada en 1949,
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cuyo art. 40 había nacionalizado los yacimientos de petróleo, de carbón y gas, con la
correspondiente participación en sus productos que se convendría con las provincias.
③ LEY 14.773: se dictó durante el gobierno de Frondizi. Declaró que los yacimientos de
hidrocarburos eran propiedad absoluta, inalienable e imprescriptible del Estado nacional y
dispuso que las actividades referidas al estudio, explotación, industrialización y transporte de
los hidrocarburos se realizaría a través de YPEF y Gas del Estado. Los derechos preexistentes
serian respetados.
Se prohibió el otorgamiento de nuevas concesiones pero no impidió que se celebraran otro
tipo de contratos mientras no tuvieran clausulas lesivas a nuestra independencia económica.
Ya antes de la sanción de esta ley, se habían celebrado una serie de contratos con empresas
nacionales y extranjeras, que en el fondo importaban verdaderas concesiones por su extensión
territorial y el conjunto de facultades que se otorgaban a los adjudicatarios. Estos contratos se
presentaron bajo la forma de locación de obra y servicio y su efecto fue favorable a la
expansión de la actividad petrolera.
Al asumir Illia en 1963, dichos contratos fueron anulados.
④ LEY 17.319: esta ley, del año 1967, derogó a la ley 14.773.
Partió del mantenimiento de la propiedad nacional de los yacimientos de hidrocarburos.
Dispuso el establecimiento de un régimen de libre concurrencia entre la explotación fiscal y la
particular, por un lado a través de YPF, actuando en las zonas de reserva creadas por la misma
ley y, por el otro, a través de los particulares, operando en las zonas que fueran objeto de
concurso público, especialmente convocados por el Estado.
⑥ LEY 26.197 de 2006: esta ley modifica el art. 1 de la ley 17.319, modificado por la ley
24.145, estableciendo que: “los yacimientos de hidrocarburos líquidos y gaseosos situados en
el territorio de la República Argentina y en su plataforma continental pertenecen al patrimonio
inalienable e imprescriptible del Estado nacional o de los Estados provinciales, según el ámbito
territorial en que se encuentren”.
⑦ LEY 27.007 DE 2015: introduce modificaciones a la ley 17.319 con el objeto de incorporar
Vaca Muerta (yacimiento no convencional): “Entiéndese por Explotación No Convencional de
Hidrocarburos la extracción de hidrocarburos líquidos y/o gaseosos mediante técnicas de
estimulación no convencionales aplicadas en yacimientos ubicados en formaciones geológicas
de rocas esquisto o pizarra (shale gas o shale oil), areniscas compactas (tight sands, tight gas,
tight oil), capas de carbón (coal bed methane) y/o caracterizados, en general, por la presencia
de rocas de baja permeabilidad. El concesionario de explotación, dentro del área de concesión,
podrá requerir la subdivisión del área existente en nuevas áreas de explotación no convencional
de hidrocarburos y el otorgamiento de una nueva Concesión de Explotación No Convencional
de Hidrocarburos. Tal solicitud deberá estar fundada en el desarrollo de un plan piloto que, de
conformidad con criterios técnico-económicos aceptables, tenga por objeto la explotación
comercial del yacimiento descubierto.
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Resumiendo:
HIDROCARBUROS
HIDROCARBUROS
LÍQUIDOS Y
SÓLIDOS
GASEOSOS
PETRÓLEO
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Los plazos de los permisos de exploración serán fijados en cada licitación por la Autoridad de
Aplicación, de acuerdo al objetivo de la exploración, según el siguiente detalle:
Plazo Básico:
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Para las exploraciones en la plataforma continental y en el mar territorial cada uno de los
períodos del Plazo Básico de exploración con objetivo convencional podrá incrementarse en un
(1) año.
En cualquier momento el permisionario podrá renunciar a toda o parte del área cubierta por el
permiso de exploración.
Podrán otorgarse permisos de exploración solamente en zonas posibles. La unidad de
exploración tendrá una superficie de cien (100) Kilómetros cuadrados.
Los permisos de exploración abarcarán áreas cuya superficie no exceda de cien (100) unidades.
Los que se otorguen sobre la plataforma continental no superarán las ciento cincuenta (150)
unidades.
Al finalizar el primer período del Plazo Básico el permisionario decidirá si continúa explorando
en el área, o si la revierte totalmente al Estado. El permisionario podrá mantener toda el área
originalmente otorgada, siempre que haya dado buen cumplimiento a las obligaciones
emergentes del permiso.
Al término del Plazo Básico el permisionario restituirá el total del área, salvo si ejercitara el
derecho de utilizar el período de prórroga, en cuyo caso dicha restitución quedará limitada al
cincuenta por ciento (50%) del área remanente antes del vencimiento del segundo período del
Plazo Básico.
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GAS
LEY 24.076: La presente ley regula el transporte y distribución de gas natural que constituyen
un servicio público nacional, siendo regidos por la ley 17.319 la producción, captación y
tratamiento.
Los objetivos para la regulación del transporte y distribución del gas natural son:
a) Proteger adecuadamente los derechos de los consumidores;
b) Promover la competitividad de los mercados de oferta y demanda de gas natural, y alentar
inversiones para asegurar el suministro a largo plazo;
c) Propender a una mejor operación, confiabilidad, igualdad, libre acceso, no discriminación y
uso generalizado de los servicios e instalaciones de transporte y distribución de gas natural;
d) Regular las actividades del transporte y distribución de gas natural, asegurando que las
tarifas que se apliquen a los servicios sean justas y razonables de acuerdo a lo normado en la
presente ley;
e) Incentivar la eficiencia en el transporte, almacenamiento, distribución y uso del gas natural;
f) Incentivar el uso racional del gas natural, velando por la adecuada protección del medio
ambiente;
g) Propender a que el precio de suministro de gas natural a la industria sea equivalente a los
que rigen internacionalmente en países con similar dotación de recursos y condiciones.
El transporte y distribución de gas natural deberán ser realizados por personas jurídicas de
derecho privado a las que el Poder Ejecutivo Nacional haya habilitado mediante el
otorgamiento de la correspondiente concesión, licencia o permiso previa selección por
licitación pública.
Las habilitaciones serán otorgadas por un plazo de treinta y cinco (35) años, a contar desde la
fecha de su adjudicación.
① SUJETOS:
PRODUCTOR: persona física o jurídica que siendo titular de una concesión de
explotación de hidrocarburos, o por otro título legal extrae gas natural de yacimientos
ubicados en el territorio nacional disponiendo libremente del mismo.
TRANSPORTISTA: persona jurídica que es responsable del transporte del gas natural
desde el punto de ingreso al sistema de transporte, hasta el punto de recepción por los
distribuidores, consumidores que contraten directamente con el productor y
almacenadores.
DISTRIBUIDOR: prestador responsable de recibir el gas del transportista y abastecer a
los consumidores a través de la red de distribución, hasta el medidor de consumo,
dentro de una zona, entendiéndose por tal, una unidad geográfica delimitada. El
distribuidor, en su carácter de tal, podrá realizar las operaciones de compra de gas
natural pactando directamente con el productor o comercializador. Sin perjuicio de los
derechos otorgados a los distribuidores por su habilitación, cualquier consumidor
podrá convenir la compra de gas natural directamente con los productores o
comercializadores, pactando libremente las condiciones de transacción.
COMERCIALIZADOR: quien compra y vende gas natural por cuenta de terceros.
CONSUMIDOR.
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③ ENTE NACIONAL REGULADOR DEL GAS: ENARGAS. Es el organismo del Estado nacional
encargado de velar por el buen funcionamiento de la industria del gas en Argentina.
Quienes exploten minas que contengan minerales nucleares quedan obligados a presentar
ante la autoridad minera un plan de restauración del espacio natural afectado por los residuos
mineros y a neutralizar, conservar o preservar los relaves o colas líquidas o sólidas y otros
productos de procesamiento que posean elementos radioactivos o ácidos, cumpliendo las
normas aplicables según la legislación vigente y en su defecto las que convenga con la
autoridad minera o el organismo que por ley se designe. Los productos referidos
anteriormente no podrán ser reutilizados ni concedidos para otro fin sin la previa autorización
del organismo referido y de la autoridad minera.
La exportación de minerales nucleares requerirá la previa aprobación, respecto a cada
contrato que se celebre.
La COMISION NACIONAL DE ENERGIA ATOMICA podrá efectuar prospección, exploración y
explotación de minerales nucleares.
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En materia nuclear el Estado Nacional fijará la política y ejercerá las funciones de investigación
y desarrollo, regulación y fiscalización, a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica y
de la Autoridad Regulatoria Nuclear.
Toda actividad nuclear de índole productiva y de investigación y desarrollo que pueda ser
organizada comercialmente, será desarrollada tanto por el Estado Nacional como por el sector
privado.
Funciones:
a) Asesorar al Poder Ejecutivo en la definición de la política nuclear;
b) Promover la formación de recursos humanos de alta especialización y el desarrollo de
ciencia y tecnología en materia nuclear, comprendida la realización de programas de
desarrollo y promoción de emprendimientos de innovación tecnológica;
c) Propender a la transferencia de tecnologías adquiridas, desarrolladas y patentadas por el
organismo, observando los compromisos de no proliferación asumidos por la República
Argentina;
d) Ejercer la responsabilidad de la gestión de los residuos radiactivos cumpliendo las funciones
que le asigne la legislación específica;
e) Determinar la forma de retiro de servicio de centrales de generación nucleoeléctrica y de
toda otra instalación radiactiva relevante;
f) Prestar los servicios que le sean requeridos por las centrales de generación nucleoeléctrica u
otra instalación nuclear;
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Residuos radiactivos.
La Autoridad Regulatoria Nuclear deberá desarrollar las funciones de regulación y control que
le atribuye esta ley con los siguientes fines:
a) Proteger a las personas contra los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes;
b) Velar por la seguridad radiológica y nuclear en las actividades nucleares desarrolladas en la
República Argentina;
c) Asegurar que las actividades nucleares no sean desarrolladas con fines no autorizados por
esta ley, las normas que en su consecuencia se dicten, los compromisos internacionales y las
políticas de no proliferación nuclear, asumidas por la República Argentina;
d) Prevenir la comisión de actos intencionales que puedan conducir a consecuencias
radiológicas severas o al retiro no autorizado de materiales nucleares u otros materiales o
equipos sujetos a regulación y control en virtud de lo dispuesto en la presente ley.
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