Está en la página 1de 2

El fin del socialismo europeo y sus consecuencias en el nuevo orden mundial

Durante la Guerra Fría sucedieron varios acontecimientos donde se confrontaron los países capitalistas
liderados por Estados Unidos y las naciones socialistas encabezadas por la Unión Soviética. Ahora veremos
algunos sucesos que causaron la desintegración del bloque comunista y el establecimiento de un nuevo
orden económico internacional, controlado por una sola superpotencia: Estados Unidos (considera que se
le denomina ‘superpotencia’ a un Estado con una posición predominante en el sistema internacional y que
posee los medios para tener influencia en eventos y proyectos a escala mundial).
Las discrepancias de los líderes en torno a cómo implementar el modelo socialista provocaron la caída del
régimen soviético y la crisis del socialismo en Europa del Este, éste se derrumbó principalmente por
problemas políticos internos que no se supieron afrontar. Otros factores que contribuyeron fueron la
profunda crisis económica (1964- 1982), la carrera armamentista de la Guerra Fría, el fracaso en la Guerra
de Afganistán, la caída del Muro de Berlín y la implementación de la Glásnost y la Perestroika.
Caída del Muro de Berlín
Recordemos que el Muro de Berlín empezó a ser construido por el régimen socialista en 1961 para dividir a
Berlín Oriental controlada por la Unión Soviética y la Berlín Occidental bajo el mando del bloque capitalista:
EE.UU., Reino Unido y Francia. Esta valla no sólo dividió a la ciudad alemana de Berlín, sino a Europa y el
mundo en dos bloques. Para justificar la construcción del muro, el bloque socialista sostuvo que el
propósito era proteger a su población de ideologías fascistas (totalitarias) que conspiraban contra el
sistema socialista.
Los soldados de Alemania Oriental vigilaban todo el tiempo las barreras que colindaban con Berlín
Occidental y tenían órdenes de disparar a matar si veían a algún fugitivo; entre 1961 y 1989, más de 5000
personas lograron escapar exitosamente y al menos 140 fueron asesinados o murieron intentando cruzar.
En 1989, muchos alemanes orientales, aprovechando la desestabilización del bloque soviético por los
problemas económicos y las reformas políticas y fastidiados por la situación, organizaron diversas
manifestaciones para demandar democracia. La más importante ocurrió el 4 de noviembre del mismo año
en la Alexanderplatz de Berlín Este, en la que más de 200 mil personas exigieron cambios en el sistema
político.
En respuesta a la enorme manifestación, el 9 de noviembre de 1989, el portavoz del Partido Socialista
Unificado (Günter Schabowski), anunció accidentalmente en una conferencia de prensa que las leyes para
viajar al extranjero habían sido derogadas. Este error del funcionario, que cambió el rumbo de la historia,
provocó que miles de berlineses orientales se aglomeraran para cruzar el muro y los guardias, confundidos
por la manifestación, abrieron los accesos controlados para permitir el paso hacia la Alemania occidental
de régimen capitalista.
La caída del muro de Berlín fue un acontecimiento tan relevante, que además de posibilitar la reunificación
de Alemania, propició la desaparición de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría. Impulsó cambios
ideológicos, políticos y económicos para el establecimiento de un nuevo orden mundial donde prevalece la
hegemonía de Estados Unidos y la globalización.
La Perestroika
Al asumir el poder, Mijaíl Gorbachov (1985) emprendió un proceso de reformas radicales económicas
conocidas como Perestroika (en ruso, ‘reestructuración’), que consistió en convertir en 500 días a la URSS
en una economía de mercado, dando lugar a aperturas económicas y relaciones con occidente (en una
economía de mercado la interacción de la oferta y demanda es la que determina la cantidad y precio de
equilibrio de los bienes y servicios negociados).
El propósito de Gorbachov y la nueva generación de líderes soviéticos era reestructurar el sistema
socialista para evitar su desplome.
Al permitir la autonomía de las empresas y el beneficio individual a través de la creación de cooperativas y
la explotación de la tierra, aumentaron la producción de bienes agrícolas y de consumo. Sin embargo, el
cambio provocó el descontento de la población por los problemas para adquirir alimentos y otros
productos debido a la constante alza de precios.
Por otro lado, los comunistas ortodoxos (aquellos que cumplen normas o políticas tradicionales) temían
perder sus antiguos privilegios y esperaban el momento propicio para despojar del poder a Gorbachov y así
interrumpir la Perestroika. El 19 de agosto de 1991, un grupo de dirigentes encabezados por el
vicepresidente de la Unión Soviética (Guennadi Yanáyev) y el Primer Ministro (Valentín Pávlov), dieron un
fallido golpe de Estado; sin embargo, el 8 de diciembre de 1991, Gorbachov anunció la desintegración de la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
De manera concreta, podemos decir que la Perestroika fue una iniciativa insuficiente y tardía de reformas
económicas que tuvo como consecuencia el fin del gobierno de Gorbachov y la desintegración de la Unión
Soviética, para dar paso a la conformación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y a la caída
del socialismo en Europa.
La Glásnost
La nueva reforma radical que Gorbachov implementó en la Unión Soviética, a la par de la Perestroika, fue la
Glásnost (en ruso ‘apertura’ o ‘transparencia’), la primera estaba enfocada en la reestructuración
económica y la segunda buscaba liberar el sistema político, otorgando a los ciudadanos más libertades
individuales y confianza en los medios de comunicación para que pudiesen criticar al gobierno; eso
representaba un gran avance, ya que los gobiernos anteriores habían ejercido una represión hacia la
libertad de expresión y las críticas. Gorbachov también permitió la liberación de presos políticos, la
emigración de algunos judíos soviéticos (refuseniks) y las elecciones libres (1990).
Otro de los propósitos era fomentar un debate interno entre los ciudadanos soviéticos, y generar una
actitud positiva hacia las reformas económicas, así como ejercer presión sobre los sectores conservadores
del partido socialista que se oponían a la Perestroika; no obstante, la política se volvió en contra de
Gorbachov al incrementarse los problemas económicos y sociales por efecto de sus mismas reformas. La
prensa, al ejercer mayor libertad, comenzó a publicar los graves problemas de corrupción que existían al
interior del gobierno, trágicos episodios sangrientos y abuso de los derechos humanos por parte del
régimen soviético. Aunque la Glásnost, al igual que la Perestroika, pretendía agilizar el sistema de la Unión
Soviética, no logró mejorar las condiciones de vida de las personas. Pese a ello, Gorbachov se convirtió en
una de las figuras políticas más destacadas del siglo XX.

Material tomado del libro de Historia Universal Contemporánea editado por el Cobaev

También podría gustarte