Believe It - How To Go From Underestimated To Unstoppable

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Para los amores de mi vida: Wonder y Wilder
Y por todas y cada una de las personas que me han ayudado a

creer… en mí mismo, en una misión más grande que yo, en Dios y en el
gran potencial que cada uno de nosotros tiene para ayudar a
sanar a la humanidad a través del amor.
INTRODUCCIÓN
El mayor riesgo que cualquiera de nosotros correrá es ser visto como realmente somos.
CENICIENTA
ES UN NO. Vamos a dejar de invertir en su empresa. Si quieres saber la verdad, no estoy seguro
de que las mujeres le compren maquillaje a alguien que se parece a ti. Ya sabes, con tu cuerpo
y peso”. Esto es lo que me dijo un potencial inversor, cara a cara, en uno de los días más difíciles
de mi trayectoria como emprendedor. Y como mujer. Al ver su boca moverse y escuchar esas
palabras salir, me sentí inundado por el dolor de toda una vida luchando contra las dudas sobre
mí mismo y sobre mi cuerpo. También fue un momento en el que me preocupaba que todo
estuviera en juego y que la supervivencia de mi empresa estuviera en sus manos. Pasaría otro
año antes de que pudiera pagarme, cuando los alimentos básicos de mi dieta consistían en
fideos ramen, hot dogs a 1 dólar del mostrador de comida para llevar de Costco y muestras de
yogur helado de la tienda de la calle.
¿Alguien te ha dicho alguna vez algo tan hiriente que tuviste que hacer todo lo
que estaba a tu alcance para no repetirlo una y otra vez en tu cabeza? Este fue uno
de los muchos momentos en los que tuve que descubrir cómo manejar a alguien que
no creía en mí, y al mismo tiempo descubrir cómo creer en mí mismo.
Respiré hondo, lo miré a los ojos y escuché amablemente sus palabras de
rechazo. Entonces comencé a ver mi propio miedo mirándome fijamente y supe que
necesitaba descubrir cómo mantener mi fe más allá de eso. Mientras la parte lógica
de mi mente se preguntaba si él tenía razón, en lo más profundo de mi ser sentí ese
instinto abrumador de que estaba equivocado. Y también sabía que el camino para
demostrarlo dependería primero de que aprendiera a creerlo de verdad por mí mismo.
Estoy emocionado de llevarte en este viaje en las páginas de este libro, y mi esperanza es que
a través de este viaje salvaje, lleno de picos victoriosos y pozos devastadores, descubras
aprendizajes inspiradores que impacten tu forma de creer en tu propio poder. y sueños. He leído
muchos libros en los que sentí que los consejos venían de un pedestal lejano sin incluir el lado
humano real, crudo y desordenado de todo. Me quedé preguntándome cuál era la versión detrás de
escena. Y cómo se suponía que debía conectarme con él y entender realmente cómo aplicar las
lecciones a mi vida real .
En este libro, espero que sientas que aquí se acepta tu VERDADERO TÚ. Porque te voy a
mostrar el VERDADERO YO. No solo la célebre persona que fundó una empresa en su sala de
estar casi sin dinero, la vendió por más de mil millones de dólares, se convirtió en la primera mujer
directora ejecutiva de una marca en la empresa de cosméticos más grande del mundo, ayudó a
cambiar la forma en que todo La industria de la belleza muestra imágenes de mujeres en todo el
mundo y ahora aparece en páginas de revistas elegantes, aparece en programas de televisión y
está en la lista de Forbes, pero la verdadera yo y las verdaderas luchas, historias y lecciones detrás
de los titulares. El verdadero yo que ha luchado contra la ansiedad, las dudas sobre uno mismo, las
dudas sobre el cuerpo y las dudas sobre Dios. El verdadero yo que lloré hasta quedar dormido en
innumerables noches cuando sentía que nadie creía en mis ideas. El verdadero yo que lucha contra
el sentimiento de no ser lo suficientemente bueno, no lo suficientemente inteligente o no (completar
el espacio en blanco) lo suficientemente.
DESPUÉS DE VER tantas veces las versiones sexys y destacadas de mi historia en la prensa y en
las redes sociales, generalmente en forma de una historia de éxito empresarial, y luego de recibir
innumerables cartas, correos electrónicos y mensajes de tanta gente, me di cuenta que en nuestro
mundo impulsado por las redes sociales y los titulares, rara vez llegamos a conocer la verdad. Por
fuera, la historia que cuenta la prensa sobre mí parece un cuento de hadas.
O parece que debió haber sido fácil. O que simplemente tuve mucha suerte. O que soy una de esas
otras personas o algún unicornio biónico. Me hizo darme cuenta de lo importante que es contar la
historia real detrás de los titulares cenicientos, la historia que tal vez les haga saber que no están
solos.
SER VULNERABLE ES difícil, pero he aprendido que compartir nuestro yo verdadero,

asombrado y auténtico es la única forma en que puede ocurrir una verdadera conexión y amor.
Es la única manera de alcanzar todo nuestro poder y propósito en nuestras vidas.
En esta parte memoria, parte manifiesto, voy a compartir varias de las luchas y triunfos,
riesgos y lecciones, fracasos y victorias profundamente personales y profesionales que me han
ayudado a aprender cómo alcanzar todo mi poder. Las lecciones de negocios contenidas en
este libro han cambiado fundamentalmente mi vida personal en cuanto a cómo soy padre y
amo. Y las lecciones personales que comparto son las claves de cómo convertí un sueño en un
negocio de mil millones de dólares. Esta es la historia de cómo sucedió todo realmente y de
cómo casi no sucedió. Espero que te haga saber que tienes el poder dentro de ti ahora mismo
para creer en ti mismo y también en tus sueños, ¡y luego vivirlos verdaderamente! Este libro es
para usted si alguna vez lo han subestimado, incluso si fue usted quien se subestimó a sí mismo.
Mira, creo que cada uno de nosotros tiene una luz dentro de nosotros, una luz que puede
quemar las dudas e iluminar el camino que tenemos por delante; una luz que te da el poder y la
confianza para presentarte auténticamente y ser visto. Mi esperanza es que al revelar mi viaje
para encontrar y encender la luz de la confianza y el propósito dentro de mí, te inspires a
encontrar la luz dentro de ti, incluso si es por primera vez, o la primera vez en mucho tiempo.
Una vez que eres capaz de iluminar tu propio camino (¡y celebrarlo!), no sólo ayudas a iluminar
el mundo, sino que también ayudas a despejar el camino para que otros hagan lo mismo al
liderar el camino.
Si cogiste este libro, no creo que sea un accidente o una coincidencia. Creo que tú y yo
debemos estar conectados de esta manera. Y creo que todos tenemos el poder de encender
nuestra luz y saber que somos dignos y suficientes exactamente como somos. Sólo aceptando
esto por completo podrás alinearte con tu yo verdadero y auténtico y dar un paso hacia el
propósito y el llamado que tienes para tu vida. Tienes todo lo que necesitas dentro de ti. Todo
está en ti ya. Mi objetivo es crear un espacio con las palabras y las historias compartidas aquí
para que puedas abrazarlas más plenamente.
Y SÓLO un aviso: las historias en estas páginas se volverán súper personales.

Entonces, cuando te imagino abriendo este libro ahora mismo, siento como si te abriera la
puerta principal de mi casa y extendiera mis brazos para darte un gran abrazo.
e invitándote a entrar, donde tengo galletas con chispas de chocolate recién hechas en el horno
para tu llegada, y también hay un poco de masa para galletas todavía en el tazón, en caso de
que, como a mí, te guste comer eso aún más. Tengo una taza de café con un dicho inspirador o
divertido esperándote, y puedo prepararte café o llenarla con vino, como a veces lleno el mío. Y
sé que no me juzgarás por recibirte en la puerta con mis cómodos pantalones deportivos
favoritos. Incluso tengo un par extra si necesitas alguno. Eres bienvenido aquí, perteneces a este
lugar y aquí encontrarás el amor, exactamente como lo deseas.
son.
Mi esperanza es que estas páginas se conviertan en tu hogar por un tiempo y que sientas
que perteneces aquí. Porque creo que todos estamos conectados y que muchas veces
compartimos los mismos sentimientos, las mismas dudas, las mismas heridas y la misma
necesidad de amor. Y lo que nos damos unos a otros, automáticamente nos lo damos a nosotros mismos.
EN ESTE LIBRO, comparto algunas de las lecciones personales y profesionales más importantes
que he aprendido, desde momentos realmente difíciles y dolorosos hasta momentos casi
increíbles, parecidos a los de un cuento de hadas, desde cómo me pisotearon los que me
odiaban hasta cómo enfrentarme a algunos de los Las mujeres más increíbles e influyentes del
mundo me animaron. Desde casi perderlo todo, no escuchar más veces de las que podía contar
y descubrir cómo seguir adelante, hasta perder muchos "amigos" el día que desafié a toda la
industria de la belleza a cambiar. Desde superar las luchas por agradar a las personas y el
perfeccionismo hasta aprender que ser valiente es más importante que agradar. Desde que me
dieron en adopción cuando era un bebé hasta descubrir cómo creer que Dios me creó a propósito.
He aprendido lecciones poderosas sobre creer en uno mismo, seguir su intuición y asumir
riesgos. Lecciones sobre cómo llegar más alto de lo que alguna vez pensaste que podrías,
porque el lugar de donde vienes no determina hacia dónde vas; y de conectarnos con los demás
(¡como lo estamos haciendo aquí!), porque la vida no está hecha para vivir solo.
MIENTRAS ESTE LIBRO es un espacio donde comparto mis historias, mis fracasos, mis luchas
y mis victorias contigo, este es tu libro. Si bien es posible que aún no nos hayamos conocido en
persona, estoy escribiendo este libro desde un lugar de puro amor, de mi parte para usted. Mi
La intención es que todo lo que he experimentado, aprendido y compartido en estas páginas

sea, de alguna manera, de utilidad y valor para usted. Una de mis oraciones favoritas es
"Dios, úsame, el amor, úsame". Dicho esto, ¡comencemos con esta carta de amor! Aquí nosotros
ir…
XOXO,
Jamie
ps te amo
pps Eres digno de amor
PARTE UNO
CREER
UNO
Cuando tu intuición te hable, cree

Él
¿Eso que llamamos intuición? Es tu alma. Puedes confiar en ello.

ANÓNIMO
TOMA RESPIRO, cariño, lo estás haciendo muy bien”, dijo la presentadora de QVC
mientras agarraba mi brazo tembloroso, lo mantenía firme y, como una profesional, me
cubría en vivo en la televisión nacional. Mientras me esforzaba por parecer confiado y
luchaba por no temblar, me preguntaba si los espectadores de todo el país veían algo
más que mi cara roja brillante y mis brazos temblorosos. Me preguntaba si podrían sentir
mi miedo. Me quedaban menos de $1,000 en mi cuenta bancaria personal y de empresa
combinada, lo que solo me cubriría unas pocas semanas más de gastos antes de tener
que cerrar el negocio. ¿Qué pasaría si seguir mis instintos, en lugar de lo que los
expertos me dijeron que hiciera, en este momento que cambia mi vida en el que todo
estaba en juego, resultara estar mal?
Antes de quedarme temblando en la televisión nacional, antes de que se me
ocurriera la idea de crear una empresa de maquillaje y cuidado de la piel, trabajaba
como presentadora de noticias y reportera de televisión. Amaba tanto mi trabajo que
pensé con seguridad que sería lo que haría durante toda mi carrera. Mis padres
trabajaron mucho cuando yo era niño, y cuando estaba solo en casa, los programas
de entrevistas diurnos (junto con MTV, que no me permitían ver) me hacían compañía.
Oprah, en particular, fue una gran influencia. El sueño en mi corazón, desde que tengo memoria,
Siempre había sido presentar mi propio programa de entrevistas diurno donde podía hacer lo
que amaba: entrevistar a otras personas y compartir sus historias con el mundo.
¿Conoces ese famoso dicho: la vida es lo que te pasa mientras haces otros planes? Bueno,
cuando tenía veintitantos años, mientras trabajaba como presentadora de noticias matutinas,
comencé a desarrollar una afección de la piel en la cara llamada rosácea. Es hereditario y
suele aparecer en forma de manchas rojas, a veces con textura rugosa o parecida al papel de
lija y, a veces, del tamaño de una manzana. Los extraños en el supermercado me preguntaban
si tenía una quemadura solar o si me sentía bien, todo porque algunos días mis mejillas se
ponían muy rojas. Me volví consciente de mí mismo. Aprendí de los dermatólogos que no
existe una cura comprobada, sólo algunas formas de tratar de limitar la gravedad de los
problemas.
Con la esperanza de ocultarlo, comencé a gastar mi tiempo y dinero probando cada base
de maquillaje o corrector que pude conseguir. Marcas de farmacia y, aunque estaban muy
fuera de mi rango de precios, también ahorraba para comprar y probar cualquier marca de
grandes almacenes que pudiera conseguir. Los presentadores del horario de máxima audiencia
tenían maquilladores profesionales, así que pedí ayuda y probé cualquier solución o producto
del que habían oído hablar. Nada funcionó. O un producto no daría suficiente cobertura o, si lo
hiciera, parecería que llevaba una máscara de maquillaje. Hubo momentos en los que estaba
presentando las noticias en vivo por televisión y escuchaba a mi productor en mi auricular
decir: “Hay algo en tu cara. ¿Puedes limpiarlo? Pero sabía que no había nada que pudiera
borrar. Era mi rosácea de color rojo brillante que comenzaba a aparecer a través de las grietas
donde el maquillaje se estaba rompiendo en mi piel bajo las calientes luces HD de la televisión.
Fue realmente vergonzoso y también empezó a hacerme sentir insegura. Esa voz de duda en
mi cabeza me decía cosas que nunca le diría a otro ser humano. Ya sabes, cosas como No
eres bonita o Esto va a perjudicar tu carrera o Los espectadores podrían cambiar de canal
cuando te vean o Los ratings bajarán y te despedirán. Ahh, ese crítico interior que todos
tenemos. ¿No la amas?
Necesitaba descubrir esto del maquillaje. Me di cuenta de que es fácil encontrar maquillaje
que luzca bien cuando realmente no tienes nada que cubrir, pero si tienes la piel ultrasensible
o una pigmentación y textura desiguales, entonces es difícil encontrar algo que funcione.
Tuve lo que Oprah llama un momento ajá cuando se me ocurrió que si yo estaba teniendo
esta lucha, debía haber muchas otras personas que, como yo, no podían encontrar un maquillaje
que les funcionara. O tal vez simplemente se habían dado por vencidos. Y no se trataba sólo de
encontrar la base adecuada. También me di cuenta de que ninguna de las innumerables empresas
de belleza que existen hablaban con mujeres como yo con desafíos reales en la piel, y ninguna
usaba imágenes de mujeres que se parecieran a mí para vender sus productos. Todos parecían
utilizar únicamente imágenes de mujeres excesivamente retocadas, filtradas y alteradas que eran
prácticamente inalcanzables. Esas imágenes publicitarias de mujeres “aspiracionales” no sólo no
eran identificables, sino que ni siquiera eran reales.
Cuando los miré, me hicieron sentir como si no fuera hermosa o como si no fuera suficiente.
Mientras me sumergía en todo esto, me di cuenta de que durante la mayor parte de mi vida,
creciendo como niña y ahora como mujer, había perdido mucho tiempo sintiéndome insegura
acerca de mi cuerpo, haciendo dieta constantemente, concentrándome en ser "bonita". ”, y nunca
sentirme así. Cuanto más me di cuenta de cuánto de mi vida había perdido por esto, comencé a
enojarme mucho, mucho. Pero también me inspiré mucho para cambiarlo.
La bendición de todo esto fue que encendió un fuego en mí.
Mi instinto me decía que las mujeres estaban hartas de ver imágenes retocadas de personas.
que no se parecían a ellos promocionando productos que no funcionaban.
Y entonces nació la idea de IT Cosmetics. Tuve una visión para crear
maquillaje que era bueno para tu piel, funcionaba en todas las edades, tipos y tonos de piel, y te
daba cobertura si lo deseabas pero no parecía una mascarilla. Y, a diferencia de prácticamente
todas las demás marcas de belleza que existían en ese momento, quería utilizar como modelos a
mujeres de todas las edades, todos los tamaños, todos los tonos de piel y todos los problemas de
la piel. Realmente creía que no solo existía la necesidad de este tipo de producto, sino que había
una necesidad aún mayor, en nombre de todas las mujeres, de cambiar la cultura en torno a las
imágenes que la industria de la belleza presenta como "aspiracionales".
Una cosa es tener un sueño; otra cosa es hacerlo.
EN 2007, me casé con Paulo, a quien conocí en mi primer año de posgrado, en la clase de
estadística. (¡Súper romántico!) Nunca olvidaré el primer momento que lo vi. El profesor había
puesto una ecuación enorme y larga en la pizarra para que toda la clase la resolviera.
con nuestras calculadoras de negocios (el romance continúa...), y luego escuché a este tipo
soltar la respuesta unas filas detrás de mí. Cuando me giré para ver quién era, nuestras miradas
se encontraron. Sus brillantes ojos brasileños de color marrón combinados con una vibra
inteligente de venganza de los nerds (lo único que faltaba era un protector de bolígrafo de
bolsillo) e inmediatamente sentí en mis entrañas que él y yo teníamos algún tipo de conexión.
Cuando tenía cinco años, Paulo emigró a los Estados Unidos desde Brasil con su familia.
Creció en un pueblo en las afueras de Manhattan, donde enfrentó mucha discriminación en sus
primeros años. Los niños le preguntaban si vivía en los árboles en casa y le decían que volviera
al lugar de donde vino. Su familia finalmente se mudó a la ciudad, que fue mucho más tolerante.
Se crió en torno a diversas culturas, viajó mucho y se destacó en la escuela.
Antes de conocer a Paulo, siempre me había gustado el tipo de chico malo, que siempre me
rompía el corazón, o los atletas, que también siempre me rompían el corazón. Pero el primer
día que mis ojos se encontraron con los de Paulo en la clase de estadística, me encontré
enamorada del tipo superinteligente. No quería esperar para ver si el enamoramiento era mutuo,
así que le pregunté si quería estudiar juntos para la clase. Él dijo que sí y fijamos fecha y hora.
Llegó esa fecha y él nunca apareció. Nunca llamé. Nada.
Cuando lo vi en la escuela al día siguiente, se dio cuenta de que estaba enojado. Luego se
disculpó y me dijo que como es de Brasil, no se dio cuenta de que era un compromiso formal y
pensó que era sólo un compromiso tal vez. ¿Eh? ¿No te mudaste a Estados Unidos cuando
tenías cinco años y vives aquí desde entonces? De todos modos, hasta el día de hoy dice que
fue el mejor error que jamás haya cometido. Está convencido de que dejarme en pie llamó mi
atención y me interesó aún más.
Paulo no se parecía a nadie con quien había salido. No prestaba atención a las apariencias
externas, las suyas y las de todos los demás. Había tenido sólo un par de jeans durante más de
diez años, pero (a menudo con esos mismos jeans) había viajado por el mundo, lo cual era
emocionante para mí. En ese momento de mi vida, no había tenido muchas oportunidades de viajar.
Tenía una sola ceja y no era consciente de ello. ¡Qué libertad! Hoy celebro sus cejas libres y
salvajes, pero en ese momento no tanto. En un momento, mientras estábamos saliendo, me
dejó depilarle la uniceja en dos cejas distintas. ¡Se sintió como una gran victoria! En retrospectiva,
esa pudo haber sido su primera introducción al mundo de la belleza. Estaba completamente
ajeno a
moda o apariencia, pero Paulo era MUY inteligente y descubrí que eso me parecía MUY atractivo.
Me sentí realmente atraído por él.

Sin embargo, una vez que estuvimos saliendo por un tiempo, algo se interpuso en mis
sentimientos por él. Al crecer, había visto muchos ejemplos en mi vida y en el mundo de mujeres
que atenuaban sus propias luces para hacer felices a los hombres. Mujeres que subsidian a los
hombres a expensas de su propio poder y sueños. Incluso en la escuela de posgrado, hacían el
aburrido chiste de que las mujeres estaban allí para obtener sus títulos de MRS.
Ese no era mi plan. Crecí creyendo que los hombres frenan a las mujeres y esa creencia se
convirtió en la convicción de que no quería casarme. Muchas de mis amigas habían soñado con
su boda desde que eran pequeñas, ¡pero esa no era yo! Quería construir un imperio.
Paulo y yo estábamos saliendo desde hacía cinco años. Poco antes de que me propusiera
matrimonio, le pedí que no lo hiciera y le recordé que no sabía exactamente por qué pero que
simplemente no estaba lista para casarme. (Lo sé, lo sé, ¡esta es la historia más romántica jamás vivida!)
Sin embargo (supongo que siguiendo sus propios instintos), le propuso matrimonio una semana
después. Su confianza y convicción fueron inspiradoras. “Te amo con todo mi corazón”, dijo.
Y realmente lo amaba. Recé por eso. Cuando rezo, a menudo me llega una pequeña voz en la
que confío en forma de intuición. En mi alma, sabía lo que era correcto, pero en ese momento mi
intuición me sorprendió muchísimo. No se alineaba con mi mente, pero dejé de lado mi miedo y
mis dudas para seguirlo. Casarme con Paulo me pareció bien y dije que sí.
Nuestra boda estuvo llena de amor y luego (esta es la parte más romántica), en nuestro viaje
de luna de miel a Sudáfrica, los dos escribimos el plan de negocios para IT Cosmetics. Me
preocupaba mucho que un hombre me impidiera cumplir mis sueños, pero terminamos nuestro
matrimonio yendo a toda velocidad con uno de ellos. Si bien más tarde aprendí que trabajar juntos
no siempre es la manera ideal de comenzar un matrimonio, una de las ventajas fue aliviar ese
miedo. Fue un regalo tenerlo a bordo conmigo.
Cuando regresamos a casa, ambos dejamos nuestros trabajos y comenzamos la empresa en

nuestra sala de estar. Me entristeció renunciar al sueño de presentar un programa de entrevistas,
pero sentí un llamado aún más fuerte en una dirección diferente. A veces, saber cuándo abandonar
un sueño es tan importante como saber cuándo seguirlo.
Dedicamos todas nuestras horas de vigilia y cada centavo que teníamos a buscar químicos
y fabricantes, crear el producto, reunir el consejo asesor y lanzar la empresa.
Para crear nuestro primer empaque, le pedí ayuda a un amigo que había trabajado
conmigo en las noticias de televisión haciendo los gráficos al aire, ya sabes, como los mapas
que muestran las ubicaciones de las escenas del crimen que ves en las noticias. Estuvo de
acuerdo y le pagué por horas para que viniera a nuestra casa en las primeras horas de la
mañana, antes de que tuviera que irse a su trabajo diario a las 8 a. m. Todos los días sacaba
su computadora de escritorio del baúl de su auto y la configuraba. Colócalo en el piso de mi
sala de estar. Luego nos sentábamos uno al lado del otro y creamos. Él nunca antes había
empaquetado y, por supuesto, yo tampoco, pero hicimos lo mejor que pudimos.
Paulo y yo no conocíamos personalmente a nadie de la industria de la belleza, así que
teníamos mucho trabajo por delante. Esto significó muchas búsquedas en Google, muchas
llamadas en frío a personas que no conocíamos, muchos malos consejos y muchos errores.
Mientras tanto, mientras buscaba obsesivamente en Google todo lo que podía encontrar y
aprendía a través de golpes duros, tuve que descubrir cómo trabajar con los fabricantes y
lidiar con los problemas que surgían. Una vez, recibimos un lote completo de brochas de
maquillaje cuyo casquillo (el anillo de metal que conecta las cerdas con el mango) se caía
después de solo uno o dos usos. No nos devolvieron el dinero porque éramos un cliente
pequeño. Y si peleábamos con el fabricante, corríamos el riesgo de perderlo.
También aprendí lecciones difíciles sobre el diseño de empaques de productos. El hecho

de que la obra de arte de la caja se vea bien ampliada en una computadora no significa que
los clientes podrán leerla cuando pasen y verla en el estante de una tienda a seis pies de
distancia. Después de ese error, siempre firmé una prueba de tamaño completo que podía
probar en la vida real antes de entrar en producción. Y (¡atención, compradores de maquillaje!)
aprendimos que había una línea fina a la hora de decidir qué tamaño de envase usar. Incluso
si el producto durara un año, si el paquete pareciera demasiado pequeño, la gente diría que
era demasiado caro. Pero si fuera mucho más grande, se quejarían de que no estaba lleno.
Hubo innumerables lecciones más; casi desearía no saber estas cosas ahora, porque no
puedo comprar en el supermercado sin
Me preocupo cuando veo errores de empaque de marcas para bebés que intentan luchar por el espacio
en los estantes.
El dinero era muy escaso, así que cualquier trabajo que pudiéramos hacer nosotros mismos lo
hacíamos. Paulo asumió la tarea de construir nuestro primer sitio web. Compró un gran libro amarillo
llamado HTML para tontos. Simplemente lo sabía, debido a que nuestra misión era tan poderosa y,
después de innumerables iteraciones de fórmulas, en realidad teníamos un producto que funcionaba, una
vez que lanzáramos nuestro sitio web, ¡iba a ser enorme! Y contábamos con las ventas online previstas
para pagar las facturas. Nunca olvidaré el día de su lanzamiento.
Esa mañana estaba lleno de emoción y anticipación. Una vez que el sitio web estuvo activo… no pasó
nada. Sin pedidos. Pensé que tal vez la gente tardaría un minuto en descubrir que teníamos un sitio web.
Luego, el segundo día, no volvió a haber pedidos. Luego el tercer, cuarto y quinto día, sin pedidos.
Finalmente, fui a donde es tan fácil llegar cuando trabajas con tu cónyuge.
"Esta roto. ¡No lo hiciste bien! Le dije a Paulo. Luego, después de que pasaron más días, y finalmente
semanas, y todavía no había órdenes, ¡de repente la adrenalina corrió por todo mi cuerpo cuando vi llegar
nuestra primera orden! Salté de mi silla para celebrar y corrí por la casa como un niño pequeño en la
mañana de Navidad. “¡¡¡Paulo!!! ¡¡¡Es nuestro primer pedido!!!! ¡¡¡Acaba de llegar!!!!” Estaba tan
emocionada.
Paulo me sonrió y dijo: “Ese era yo. Acabo de hacer ese pedido para probar
Para usted, el sitio web no está roto”.
Pensé que una vez que convertías una gran idea en un producto increíble, simplemente se vendería,
¿verdad? ¡Vaya, me equivoqué! Sabía que nuestro producto cambiaría la vida si llegara a manos de
mujeres reales en todas partes, pero ¿cómo iba a llegar exactamente a sus manos? A través de tiendas
y online, ¿verdad? ¿Pero qué pasaría si todos los minoristas dijeran que no? ¿Qué pasaría si las mujeres
ni siquiera se dieran cuenta de que existe el sitio web?
Entrar en tiendas minoristas requiere que alguien crea en ti y diga que sí.
Promocionar un sitio web requiere dinero. Nosotros tampoco teníamos.
¡Vaya, cómo no sabía lo que no sabía! ¡Y cuanto más aprendí, más aprendí lo mucho que no sabía!
Había trabajado duro toda mi vida, pero no tenía idea de lo difícil que es ser un emprendedor, donde no
puedes simplemente registrar tu entrada y salida o dejar el trabajo al final del día. Cuando se trata de su
propio negocio, la presión, el estrés y la preocupación incesante están ahí las 24 horas del día, los 7 días
de la semana. Empezó dominando

todo lo demás en la vida. Por primera vez, me resultó casi imposible estar en un momento
presente sin que los pensamientos sobre el negocio se apoderaran de mí. ¿Cómo ganaré
dinero y seguiré con vida? ¿Los minoristas alguna vez responderán a mis llamadas? ¿Por
qué nadie cubre el producto en la prensa? ¿Es todo esto un gran error? ¿Qué pasaría si mi
instinto estuviera mal? ¿Voy a perder todos nuestros ahorros?
Los primeros dos años de nuestra empresa serían algunos de los más difíciles que jamás
haya experimentado. Trabajamos más de cien horas a la semana, enviamos nuestro producto
a todos los minoristas y escuchamos un no tras otro de casi todos. No de todos los grandes
almacenes, no de ULTA Beauty y Sephora (los dos minoristas de belleza de venta abierta
más grandes del país, donde, a diferencia de los grandes almacenes, los productos no están
detrás de un mostrador y no es necesario hablar con un vendedor). para comprarlos), y no
de QVC. Tuvimos algunos sí, pero no los vendimos bien y nunca obtuvimos ninguna
ganancia. A pesar de mi carrera en televisión, ni siquiera logramos vender bien durante
nuestro breve paso por un canal de compras por televisión en los EE. UU. llamado HSN (que
finalmente adquirió QVC). No entendía por qué nuestro producto no abandonaba los estantes.
Lo primero que pensé fue que necesitábamos más opciones de productos. Nuevamente
recurrí a mi propia experiencia en busca de inspiración. Como presentadora de noticias de
televisión, siempre me metía en problemas por la fluctuación de mi peso. Para disimular los
cambios, había aprendido a contornear muy bien. El contorno consiste en utilizar sombras y
luces en el rostro y el cuerpo para mejorar su forma y rasgos. Entonces pensé que tal vez si
lanzáramos paletas de contorno facial y corporal, se venderían. Los nuevos productos eran
súper innovadores y fuimos los primeros en el mercado, pero ser los primeros no siempre es
algo bueno. No vendieron. (Nota: cinco años después, el contorno se convirtió en una gran
tendencia y muchas marcas mucho más importantes tuvieron éxito al eliminar algunos de
nuestros primeros productos de manera casi idéntica).
Nuestra empresa se mantenía viva, a duras penas, por dos cosas. El primero fue The
Shopping Channel Canada, una red de compras por televisión en vivo con sede en las
afueras de Toronto. No obtuvimos muchas ganancias con ello, pero ellos creyeron en
nosotros y siguieron trayendonos de regreso. El segundo fue el boca a boca de nuestros
clientes. La mejor parte de crear un producto que realmente funcione y haga lo que dice es
que la gente hace correr la voz. Mujeres reales comenzaron a publicar en línea sus propias
fotos de "antes" y "después" utilizando nuestro producto. Mientras teníamos sólo dos o tres
pedidos al día en nuestro sitio web, aquellos primeros defensores de la marca realmente nos
mantuvieron a flote.
Después de vender en The Shopping Channel durante un tiempo, llegamos al punto en el que
pudimos contratar a nuestro primer verdadero empleado asalariado a tiempo completo. Hasta
entonces, sólo habíamos contratado ayuda independiente o a tiempo parcial o rogábamos a amigos
que nos echaran una mano. Nuestra primera contratación fue una de mis mejores amigas,
Jacqueline, que en ese momento estaba embarazada de seis meses. Ni siquiera podíamos
permitirnos darle beneficios a Jacquie, pero ella tomó el riesgo de su carrera de todos modos
porque creía en lo que estábamos haciendo. Así que Jacquie venía a trabajar todos los días y se
sentaba conmigo y con Paulo en los escritorios IKEA de nuestra sala de estar. Los tres cubrimos
todos los roles de la empresa, desde empaquetar pedidos hasta finanzas, operaciones, relaciones
públicas, marketing, redes sociales, TI, desarrollo de productos, empaque, ventas, educación, servicio al cliente y m
A menudo no teníamos idea de lo que estábamos haciendo, pero, como emprendedor, cuando no
tienes el dinero para contratar a alguien que sí lo tenga, simplemente tienes que averiguarlo.
Incluso al principio, en mi corazón y en mi alma creía lo que estábamos haciendo.
¡Era más grande que nosotros mismos!
Después de innumerables, y quiero decir innumerables, iteraciones de la fórmula de nuestro

producto, finalmente habíamos creado una fórmula de corrector que funcionaba para pieles como
la mía. Y creí que nuestros mensajes y nuestra visión eran realmente necesarios. Creía que las
mujeres estaban hartas y cansadas de ver modelos que no se parecían a ellas. Nuestro POR QUÉ,
o misión como empresa, era capacitar a todas las mujeres para que creyeran que eran dignas y
hermosas y cambiar la cultura en torno a la inclusión en la industria de la belleza, lo que a su vez
cambiaría la cultura en todas partes. Esa era una misión ambiciosa para alguien que seguía
escuchando que su idea no funcionaría en todos los minoristas de belleza más importantes y para
alguien que vendía solo dos o tres pedidos al día en su sitio web. Pero este PORQUÉ era algo en
lo que creía en mi alma, y concentrarme en ello fue, durante muchos días, literalmente lo único que
me dio el coraje para levantarme de la cama cuando realmente tenía ganas de rendirme.
EL DINERO ESTABA DISMINUYENDO y comencé a presionar "sin recibo" cada vez que sacaba
efectivo de un cajero automático porque no podía soportar ver el saldo. Necesitábamos obtener un
sí de alguien. No entendí por qué todas estas increíbles tiendas de belleza
que vendían cientos de marcas nos decían que no . Envié paquete tras paquete de muestras de
nuestros productos por correo, no solo a todos los minoristas de belleza y grandes almacenes,
sino a cada empleado individual que pude encontrar en línea que trabajaba allí. Y nada. Haría
llamada telefónica tras llamada telefónica. Envíe un correo electrónico tras otro para no recibir
respuesta ni devolución de llamada. Fue muy difícil no dejar que su falta de interés se tradujera
en dudas en mi cabeza.
Como emprendedor, debes hacer lo que debes hacer. No podíamos permitirnos contratar a
nadie más y apenas podíamos pagar a nuestro consejo asesor y a Jacquie, nuestra única
empleada de tiempo completo. Y todavía no podíamos permitirnos el lujo de hacer publicidad.
Cuando eres rudo, tienes que ser creativo. Decidimos que determinación era nuestro segundo
nombre. Y hablando de segundos nombres, mi verdadero segundo nombre es Marie. ¿Adivina
que? Marie@ItCosmetics.com obtuvo su propia dirección de correo electrónico y se convirtió en
nuestra jefa de relaciones públicas y, ocasionalmente, de servicio al cliente. Marie enviaba
diligentemente correos electrónicos a todos los editores de belleza y programas de televisión para
informarles que nuestro fundador, Jamie, estaba disponible para entrevistas. Marie se apresuró.
En retrospectiva, estoy orgulloso de nuestra determinación, pero todavía me sorprende lo
despistados que éramos a menudo. Pero resulta que a veces eso puede ser una fortaleza. La
persistencia incansable y la voluntad de hacer lo que fuera necesario en realidad funcionaron con
bastante frecuencia. Muchos editores de belleza aceptaron probar el producto y luego escribieron
sobre él. Eso hizo correr la voz y llevó a que más personas probaran el producto, lo que los llevó
a correr la voz. Cada vez que aparecía un artículo, enviaba un correo electrónico a todos los
compradores que conocía en todos los minoristas de productos de belleza. Compartí cómo se
estaba corriendo la voz sobre nuestros productos, tratando de generar suficiente entusiasmo para
que se reunieran conmigo. Y entonces, por fin… ¡SUCEDIÓ! ¡Un comprador de Sephora acordó reunirse conmigo
Pensé: ¡ Esto es! Ella se enamorará del producto y nos dará una oportunidad en sus tiendas.
¡Estaba seguro de que esta sería mi gracia salvadora! Mi capacidad para hacer nómina. El SÍ que
necesitábamos para avanzar a toda velocidad con nuestra visión. En ese momento, Sephora tenía
más de doscientas tiendas en todo el país.
A través de ellos, personas de todo el mundo pudieron descubrir nuestros productos. Unos años
antes, antes de que lanzáramos la marca, tenía un amigo que trabajaba en Sephora. Nos reunimos
una vez en su sede y ella mostró interés y dijo que mis ideas eran prometedoras, pero para mi
decepción, había dejado la empresa antes de que lanzáramos nuestros productos. En los años
posteriores, les envié constantemente
muestras de productos y correos electrónicos, pero siempre habían mostrado cero interés. ¡Hasta
ahora!
Me preparé como loca para la reunión. Saqué instantáneas del “antes” y el “después” que las
mujeres que usaron nuestros productos habían publicado en la Web. Reuní presentaciones de
PowerPoint que había impreso en FedEx y luego las encuaderné en espiral en libros de
presentación con cubiertas de acetato transparente. Fueron noventa y nueve centavos impactantes
por página impresa en color, lo cual suma. Pensé que los gráficos que mi mismo amigo diseñador
gráfico de la estación de noticias me ayudó a diseñar se veían muy bien.
Destrocé mi armario para encontrar la prenda más linda que existía. (En ese momento estaba
trabajando veinte horas al día desde nuestra sala de estar en sudadera, por lo que la moda era lo
último en lo que pensaba). Empaquetando los libros de presentación y las muestras de productos
en caso de que no tuvieran los diez millones que les había dado. Ya enviado, me subí a un avión
y me fui a San Francisco. Cuando entré a las oficinas de Sephora, sentí que se desató una batalla
interna. Quería ser yo mismo, pero al mismo tiempo sentía que estaba entrando en las oficinas de
un club infantil genial y tenía que demostrar que era digno de ser miembro.
Me recibió una chica encantadora en la recepción y me pidió que tomara asiento en el
vestíbulo. Me di cuenta de que era alguien que había iniciado una empresa, lanzado excelentes
productos y ahora me habían invitado a una reunión real en vivo en Sephora. Me sentí tan
abrumada por la gratitud solo por estar allí, incluso en la sala de espera, mientras asimilaba todo:
el hermoso arte, las luces elegantes, el ambiente divertido, los muebles elegantes. Me sentí como
el personaje de Anne Hathaway en El diablo viste de Prada, como si fuera un extraño que entraba
en este mundo de cuento de hadas.
Unos quince minutos después, un asistente me llevó a la sala de conferencias. Rápidamente
se llenó con cinco o seis personas de Sephora, todas amables, sonrientes y curiosas. Comencé
mi presentación presentando nuestro corrector Bye Bye Under Eye. Desde el momento en que
empezamos a hablar, me di cuenta de que amaban apasionadamente los productos de belleza.
Pero inmediatamente me di cuenta de que el comprador principal, el que tomaba las decisiones,
no era tan curioso. Sus ojos se fijaron en lo que llevaba puesto y luego volvieron al producto que
había dejado sobre la mesa. Todos los demás en la reunión parecían animarme, pero ella no.
¿Alguna vez conociste a alguien y sentiste que no era para ti? Sabía que tendría que descubrir
cómo ganármela ya que su opinión sería el factor decisivo.
"Realmente creo que a sus clientes les encantará y se venderá muy bien en sus tiendas,
y sé que cambiará la vida de los clientes que lo tengan en sus manos, especialmente las
personas como yo con problemas de piel", dije. señalando las fotografías reales de “antes” y
“después” de mujeres que usan nuestros productos.
De repente, el comprador principal me cortó. “Las mujeres no compran belleza de lujo a
partir de imágenes como esa. Tendrás más suerte yendo a misa”. “Masa” significaba mercado
masivo. Decía que nuestros productos podrían venderse mejor en las farmacias. Intenté no
mostrar cuánto me molestaba esto. Sentí como si estuviera diciendo que las mujeres que
parecen reales no tienen dinero para gastar. Tal vez lo que estaba diciendo sobre la industria
de la belleza había sido cierto hasta ese momento simplemente porque se había hecho de
una sola manera durante mucho tiempo. Entendí por qué lo decía; Simplemente tuve la visión
de hacer las cosas de manera diferente.
Estábamos creando fórmulas de alta calidad con pruebas clínicas. Como nos costó mucho
dinero fabricarlos, tuvimos que cobrar los mismos precios que encontrarías en Sephora,
ULTA o una tienda departamental. Las farmacias normalmente no venden productos de
belleza de alto precio, por lo que no tuvimos más remedio que vender en tiendas que
ofrecieran nuestra calidad y precios.
Le dije: “En realidad, creo que las mujeres comprarán imágenes de mujeres que se
parecen a ellas. Hay muchos rumores interesantes entre los editores de belleza y las mujeres
reales que prueban el producto”.
Nunca olvidaré lo que pasó después. Sentí un cambio de energía más dramático en la
habitación, casi como si estuviera haciéndole perder el tiempo y se le hubiera acabado la
paciencia conmigo. Me miró directamente a la cara y con severa convicción dijo: "Si la gente
estuviera hablando de este producto, yo estaría escuchando sobre él, y no es así".
Mi corazón se aceleró. Sentí mi cara cansada y caliente. Recuerdo haber esperado que
mi Spanx hubiera absorbido el sudor que sentía en casi todas partes de mi cuerpo. La
ansiedad me hizo un nudo en el estómago como si me hubieran dado un puñetazo en el
estómago. Después de toda mi convicción de que poner un pie en la puerta era todo lo que
necesitaba para realizar la venta, Sephora fue otro no. Pero deseaba y necesitaba muchísimo
que fuera un sí. Si no hubiera sido por la adrenalina corriendo por mi cuerpo, esa que imagino
que sienten los luchadores de UFC cuando se niegan a rendirse incluso cuando están
heridos, creo que me habría desmayado. Quería explicarle que la industria de la belleza
necesita cambiar y que ella podría ser parte del cambio conmigo. Quería guardar la reunión y
obtener un sí, y quería salvar mi empresa obteniendo ese sí. Me sentí devastada, especialmente
porque el dinero se estaba acabando y, con él, mi sueño.
La reunión terminó y traté de actuar con calma mientras empacaba mis cosas y agradecía
a todos por su tiempo. Luego caminé hacia el ascensor para salir. El mismo ascensor en el
que acababa de subir, lleno de esperanza y de sueños de una gran oportunidad, ahora me
parecía un viaje hacia la perdición. Estaba haciendo todo lo que estaba en mi poder para
contener las lágrimas. Yo era director ejecutivo, así que sentí que tenía que ser impasible y
profesional en todo momento. Y estaba rodeado de otras personas en el ascensor que podrían
trabajar en Sephora. Cuando las puertas se abrieron, salí corriendo con los talones por las
puertas del vestíbulo hacia Market Street y doblé una esquina, luego me escondí contra una
pared afuera de un restaurante de comida rápida y sollocé a mares. No sabía qué iba a hacer
a partir de ahí. Temía llamar a Paulo y Jacquie para decirles que era un no. De nuevo.
En las semanas siguientes, en la oficina, era difícil ver cómo iba a funcionar todo esto. El
rechazo duele profundamente, especialmente cuando valoras las opiniones de las personas
que te rechazan. Una de mis mejores amigas, Natasha, dijo algo que me ayudó a superar este
momento: “Estás poniendo a estas personas en un pedestal. Y al único que deberías poner en
un pedestal es a Dios. Él es quien decide qué puertas se abren y cierran y cuándo, y tu
confianza sólo debe estar en Él. En nadie más”. Y aunque sabía que ella tenía razón, hacer
esto me resultó muy difícil.
A través de pura resiliencia, seguimos adelante. Me di cuenta de que, dado mi deseo de

cambiar la industria de la belleza, probablemente no debería haberme sorprendido que a
alguien en la industria de la belleza no le gustara mi visión. Porque no estaba alineado con el
de ella. O al menos con lo que estaba segura de que se podría vender bien. Fue un
descubrimiento importante, pero todavía tenía que decidir cómo íbamos a seguir en el negocio.
El bullicio continuó. Y continuó. Y continuó. Envié correo electrónico tras correo electrónico
y dejé correo de voz tras correo de voz con tanta pasión y entusiasmo en cada mensaje como
si fuera la primera vez que me comunicaba con esa persona. Encontraría asistentes de
personas en LinkedIn o en cualquier otro lugar en línea y también me pondría en contacto con ellos.
El rechazo se repitió una y otra vez, durante años. De Sephora, ULTA Beauty, Nordstrom y los
principales grandes almacenes. Entonces un día, yo
FINALMENTE me comuniqué con el asistente de Allen Burke. Allen Burke, entonces jefe de
belleza de QVC, el canal de compras por televisión más grande del país, es una leyenda.
Él fue el responsable de transformar esa vieja y a menudo cursi imagen de vender productos
en televisión en una nueva imagen, y se le atribuye haber convencido a las empresas de
belleza de lujo para que se asociaran con QVC. Bajo su liderazgo, casi todas las marcas de
grandes almacenes más codiciadas comenzaron a vender sus productos en QVC y lo hacen
hasta el día de hoy. Como pensaba que las mujeres estaban cansadas de que los productos
no funcionaran para ellas, sentí que QVC sería el lugar perfecto para mostrar, en vivo por
televisión, que nuestros productos realmente funcionaban en mujeres reales. Casi le rogué a
su asistente que programara una llamada con él. Ella me prometió que transmitiría mi mensaje
y que él me devolvería la llamada si QVC tenía algún interés. Seguí enviando (otro) paquete
de muestras de productos y copias de artículos de prensa sobre nuestros productos.
A medida que pasaban las semanas, estaba en un constante estado de suspenso, mirando
obsesivamente el teléfono, como lo haces cuando tienes la mejor primera cita de tu vida pero
no quieres ser el primero en enviar mensajes de texto o llamar. No podía pensar en nada más.
Excepto que no podía dejar de pensar en todo lo demás. Los crecientes gastos y nuestro
creciente agotamiento. Mi miedo a perder no sólo todos nuestros ahorros sino también la
pequeña cantidad de dinero que habíamos tomado de tres inversores que eran amigos y
familiares. Y la devastadora posibilidad de tener que renunciar a este sueño. Entonces, ¡sonó
el teléfono!
"Hola, Jamie, soy Allen Burke de QVC". Mi corazón se aceleró, pero reuní toda mi confianza
y saludé con entusiasmo. Fue directo al grano.
Dijo que había revisado nuestros productos y empaques con su equipo de compradores de
productos de belleza, y el consenso fue que "no éramos la opción adecuada para QVC o para
el cliente de QVC". Así, en cuestión de segundos, otro no desgarrador. Mi corazon se hundio.
Mientras caminaba por el dormitorio de nuestro apartamento/oficina, las lágrimas corrían por
mi rostro. Sabía que él no podía verlos y esperaba que tampoco pudiera sentirlos. Le pedí
comentarios y opiniones y le hice un discurso más, diciéndole que realmente creía que a sus
clientes les encantarían nuestros productos. Me agradeció por amar a QVC pero confirmó
nuevamente que era un no. Le agradecí por su tiempo. Después de que terminó la llamada,
me metí en la cama bajo las sábanas y lloré. Y lloró. Y lloró. Y oró. Y lloró un poco más.
Entonces el
El sentimiento más extraño se apoderó de mí: me di cuenta de que no importaba lo difícil que
fuera, no iba a dejarlo. Simplemente no iba a rendirme. No tenía sentido en mi cabeza, pero sí
tenía sentido en mis entrañas. Mi intuición todavía me decía que siguiera adelante.
Una de las mejores cosas que he hecho es construir una caja de herramientas de las que
puedo sacar provecho cuando me derriban. Una caja de herramientas que puedo usar cuando
me enfrento al rechazo, cuando necesito recordar quién soy y por qué estoy haciendo lo que
estoy haciendo. Uno que esté lleno de herramientas que me ayuden a creer en mí mismo,
incluso en momentos en los que siento que nadie más lo hace. Es una caja de herramientas
imaginaria, pero está llena de historias, mensajes, citas y oraciones de la vida real que puedo
aprovechar para resolver problemas. Mantengo esta caja de herramientas en mi cabeza, en
forma escrita en mi computadora y, a veces, en la aplicación Notas de mi teléfono. Es gratis y
es algo que he construido y editado año tras año. Si esto le parece algo que necesita y aún no
tiene, una manera fácil de comenzar es resaltar citas o historias que lo impacten profundamente
y guardarlas todas en un solo lugar al que pueda consultar rápidamente.
Esta caja de herramientas es parte de cómo supe en ese momento, mientras yacía bajo
las sábanas llorando por el doloroso rechazo de Allen Burke en QVC, que no iba a rendirme.
Leí cita tras cita que me inspiró y me recordó que casi todas las grandes cosas vienen con
oposición. Leí historias que había guardado para momentos como éste, de personas
desamparadas que superaron el rechazo para triunfar. Oré y pedí claridad sobre si debía
seguir adelante, a pesar de todo el rechazo. Y realmente me concentré en mi PORQUÉ. Mira,
muchas personas establecen metas e incluso tienen un diario de establecimiento de metas,
pero he aprendido que para mí eso no es suficiente. Creo que tienes que adjuntar un PORQUÉ
a cualquier objetivo, y ese PORQUÉ tiene que ser tan significativo para ti que no importa cuán
difíciles se pongan las cosas, tu creencia en tu PORQUÉ es lo suficientemente poderosa como
para resistir los momentos difíciles cuando las cosas no salen como esperabas. forma.
Tumbada bajo las sábanas, recordé el profundo dolor que había sentido cuando era niña
cuando veía imágenes de belleza que me hacían sentir que no era lo suficientemente buena.
Estaba decidida a cambiar esto, por otras niñas que estaban a punto de empezar a aprender
a dudar de sí mismas y por todas las mujeres adultas que todavía lo hacen. Estaba decidido a
utilizar cada gramo de mí mismo y cada gramo de lucha que tenía dentro de mí antes de dejar
de cumplir esa misión. Antes de quedarme dormido esa noche, escribí estas palabras y me las
envié por mensaje de texto, prometiendo leerlas.
ellos cada día hasta que ya no necesité el recordatorio: conoce tu por qué, luego vuela, niña,
vuela.
Se acercaba la feria de los PREMIOS CEW y me inscribí para demostrar nuestro producto en
ella. CEW, que significa Cosmetic Executive Women, es una organización con más de diez mil
miembros; la membresía está abierta a cualquier persona en la industria de la belleza, desde
asistentes hasta tomadores de decisiones, que patrocinan los eventos, la mayoría de los cuales
son mujeres. Una vez al año, se muestran y demuestran cientos de productos a todos ellos.
Imagínese una gran exposición de maquillaje y productos para el cuidado de la piel. Tenía la
esperanza de que tal vez si otras mujeres de la industria probaran nuestro corrector Bye Bye
Under Eye, verían lo fantástico que era y votarían por nosotras para ganar uno de sus codiciados
premios a las recién llegadas.
Me asignaron una mesa de demostración de un metro y, cuando se abrieron las puertas de

la exposición, fui rápidamente consumida por innumerables mujeres de la industria que pasaban
y se detenían para probar cada producto. Estaba mostrando con entusiasmo nuestro corrector
y explicando por qué era especial cuando noté un enorme stand de QVC al fondo. Oh, vaya.
QVC está aquí, pensé. Cada vez que había una pausa en el tráfico peatonal, me acercaba
sigilosamente al stand de QVC con la esperanza de encontrar un comprador. Se suponía que
no debíamos abandonar nuestras mesas de demostración, así que cuando veía que los
compradores de QVC estaban abarrotados, regresaba corriendo a mi mesa y seguía trabajando.
Luego, otro fundador de la marca pasó a saludar. Cuando le dije lo emocionado que estaba de
que QVC estuviera allí, me señaló a su comprador y me aconsejó que la conociera. Una y otra
vez, me escabullí de mi mesa para observar el stand de QVC hasta que finalmente el comprador
quedó libre y solo. Me acerqué a ella y me presenté. Ella fue súper amable, dijo que reconocía
mis productos y me dio su tarjeta. Le dije que me encantaría compartir más. Ella accedió a
concertar una reunión futura, pero no pude decir si solo estaba siendo cortés. Con el corazón
en la garganta y la cabeza en las nubes, volví a mi mesa de un metro y seguí mostrando nuestro
corrector a las miles de mujeres que pasaron por allí.
Luego, casi dos horas después del evento, una mujer se presentó ante mí.
No sabía que ella cambiaría mi vida para siempre. Ella dijo que era presentadora de programas.
en QVC y que ella había hablado conmigo más temprano esa noche. No podía creer que
no la había reconocido cuando me habló antes. De todos modos, quedó tan impresionada
con nuestro corrector que dijo: “¡Creo que a nuestros clientes de QVC les encantaría este
corrector! ¡Y quiero que sepas que acabo de hablar con el comprador en el stand y se lo
conté!
“Realmente significa muchísimo para mí que hayas hecho esto”, dije, y las lágrimas
brotaron inmediatamente de mis ojos. Mis lágrimas tomaron por sorpresa a la presentadora
y rápidamente dijo: “Ahora, cariño, yo no tengo nada que decir sobre si aceptan un producto
o no; Sólo quería decirte que esta es genial”. Le di las gracias y traté de recomponerme.
Hice un seguimiento con el comprador de QVC y ¡conseguimos una reunión! La sede
de QVC está a unos treinta minutos de Filadelfia. La sala de reuniones estaba al final de
un pasillo lo suficientemente ancho como para pasar un automóvil con varias puertas
idénticas a ambos lados. Entre las puertas había imágenes enmarcadas de sus exitosas
marcas y fotografías de los centros de distribución de QVC en todo Estados Unidos y el
mundo. Quería creer que pertenecía a ese pasillo y a lo alto de la pared, pero era difícil
cuando todo lo que había escuchado era que no. La sala de reuniones era pequeña. Pensé:
Oh no, ¿la habitación pequeña es una mala señal? Paulo y yo sacamos las presentaciones
llenas de esas páginas a color de noventa y nueve centavos que habíamos encuadernado
en FedEx con sus tapas de acetato.
Me sentí apasionado pero entumecido. El entumecimiento era probablemente un

escudo de defensa para protegerme de sentir y exponer mis propias dudas. No quería que
sintieran el desánimo por el que había pasado. Los compradores deben creer que les va a
hacer ganar mucho dinero. Y no tenía datos que respaldaran ninguna promesa de ventas.
Sabía que mi oportunidad de vender tendría que basarse en mi energía y convicción
contagiosas, no en datos. En el pasado no había sido suficiente. No quería que el
comprador preguntara por qué no estábamos en ninguna tienda. Si lo hiciera, tendría que
ser honesto y decirle que fue porque todos dijeron que no. Además, no había olvidado la
llamada de Allen Burke menos de un año antes, diciéndome que el consenso era que no
éramos adecuados para los clientes de QVC. Intenté ahogar ese recuerdo lo mejor que
pude. Cuando terminé, hubo una pausa, casi una pausa en la reunión. Me preparé para
algunas preguntas difíciles, pero eso no fue lo que sucedió. Ella sonrió y dijo: "Genial, nos
gustaría darte una oportunidad".
¡TENEMOS UN SÍ! ¡UN SÍ! Pasé años esperando escuchar esa palabra y hasta ahora en este libro
no he tenido la oportunidad de escribirla, así que, solo para escribirla de nuevo, obtuvimos un ¡SÍ!
SI, como yo, eres una persona que come estrés, te aconsejo que tomes un refrigerio y te tomes un
breve descanso, porque todo está a punto de empeorar de la manera más estresante.
DE LO QUE NO me di cuenta fue que SÍ y la forma en que lo manejamos conduciría a una de las
mejores lecciones de negocios y de vida que he tenido. Y todo se reduce a creer en el poder de tu
propia intuición.
Este es el trato: el SÍ significaba que QVC nos estaba dando la oportunidad de nuestra vida: una
sola transmisión en vivo en su canal. Estaba previsto que durara diez minutos.
Durante ese tiempo, necesitábamos vender más de seis mil unidades de nuestro corrector. ¡Seis mil
unidades en sólo diez minutos! Era un acuerdo de consignación, lo que significaba que teníamos que
pagar para fabricar el corrector y enviarlo a QVC, y después solo nos pagarían por la cantidad de
unidades vendidas. Lo que no se vendiera, lo tendríamos que llevar a casa... sin que nos pagaran por
ello. Recuerde, en este momento solo hacíamos dos o tres pedidos al día en nuestro sitio web.
Nos quedaban menos de 1.000 dólares en la cuenta bancaria de nuestra empresa, que también
era la cuenta bancaria personal de Paulo y mía. Nota para los empresarios: una de las mejores
prácticas comerciales más importantes es ¡NUNCA acepte una orden de compra que no pueda
permitirse perder! Y esta era una orden de compra que no podíamos permitirnos perder. Pero después
de años de escuchar NO, decidimos correr el riesgo. Gastamos todo el dinero que teníamos, además
de pedir prestado un poco más, para fabricar los correctores y pagar todas las pruebas clínicas y los
requisitos legales de QVC. Todos los bancos rechazaron nuestras solicitudes de préstamo, excepto el
último, un pequeño banco independiente de California, que nos concedió un préstamo de la SBA lo
suficientemente grande como para cubrir nuestros gastos y conseguir nuestra oportunidad en QVC.
Una vez que tuvimos el producto, todo se redujo a lo que sucedería en esos diez minutos de televisión
en vivo. Si este único programa en QVC no funcionaba, no tenía idea de cómo íbamos a pagarle a
Jacquie. Y en ese momento, casi tres años en la empresa, Paulo y yo todavía no nos habíamos
pagado, a pesar de
trabajar cien horas a la semana sin descanso y vivir al borde del agotamiento. Para colmo, si
todo saliera muy mal y tuviéramos que recuperar el inventario, cerraríamos el negocio.
Estaba a punto de enfrentar una de las decisiones más importantes de mi vida en lo que
respecta a confiar en mi instinto.
PARA PREPARARNOS PARA tener la mejor oportunidad de triunfar en ese espacio de diez
minutos, nos reunimos con algunos expertos externos diferentes. Estos consultores se
ganaban la vida asesorando a empresas sobre cómo vender con éxito por televisión. Uno
por uno, todos me dieron el mismo consejo. Me dijeron que la única manera de hacerlo bien
era utilizar un grupo selecto de modelos para mostrar nuestro producto. Modelos que tenían
poco más de veinte años y tenían la piel perfecta. Les hice preguntas a estos consultores
como: "Está bien, pero ¿cuál es el punto de mostrar un corrector a alguien con una piel
perfecta?" o "¿Qué pasa si alguien que mira tiene problemas en la piel como yo? ¿Cómo
sabrán si este producto funcionará para ellos?" o “Si estoy sentado en casa, tengo setenta
años, y veo este producto en una persona de veinte, ¿cómo sé que funcionará para mí?”
Quería mostrar los productos en diversos modelos para que los espectadores pudieran
identificarse con su edad, tono de piel y/o tipo de piel. Les dije a los consultores que incluso
estaría dispuesta a aparecer en la televisión en vivo sin maquillaje, dejando al descubierto
mi rostro rojo brillante cubierto de rosácea, para demostrar cuán efectivo era el corrector y
cuán apasionada estaba al respecto. Me desaconsejaron firmemente, argumentando que la
única receta para el éxito que alguna vez había funcionado era lo que me decían que hiciera.
No tuve el lujo de intentarlo en ambos sentidos. La supervivencia de mi empresa estaba en
juego. ¡Solo tenía diez minutos y un tiro!
En las semanas previas a nuestro programa, me sentí mal por la decisión que tenía que
tomar. no pude dormir Los expertos me dijeron que mi visión de cómo exhibir el producto
nunca funcionaría. Pero mi instinto me dijo que las mujeres merecen algo mejor que ver sólo
imágenes de belleza inalcanzables que no se parecen a ellas. Fui a QVC una semana antes
de nuestro show y conduje hasta el estacionamiento de QVC en mi auto alquilado, estacioné
a treinta metros de la puerta principal y me senté allí solo todos los días, durante horas. Me
quedé mirando la puerta principal y el enorme letrero de QVC colocado frente a ella,
observando a la gente entrar y salir. Sabía que la próxima vez que cruzara esas puertas
tendría éxito o, literalmente, cerraría el negocio.
Durante esas horas planifiqué lo que esperaba hacer y decir en esos diez minutos e
imaginé el éxito. De la misma manera que un atleta olímpico visualiza aterrizar un triple
axel o subir al podio con una medalla de oro, yo imaginé el cartel de AGOTADO en el aire.
Pero todos los días de esa semana, sentado en ese auto de alquiler en el estacionamiento
mirando el frente del edificio de la sede de QVC, también sentí la creciente presión de que
todo estaba en juego.
Recordé una historia que Oprah había contado en su programa acerca de cómo
deseaba tanto ser parte de la película El color púrpura que prácticamente la consumió.
Un día, corrió por una pista cantando la canción “I Surrender All” mientras oraba para que
Dios le quitara la obsesión porque era demasiado para ella.
Bueno, eso es lo que hice en ese auto. El peso de lo que estaba en juego realmente me
parecía demasiado pesado, así que oré, pidiéndole a Dios que me lo quitara. Le pedí que
me dejara saber qué hacer. ¿Debo seguir los consejos de los expertos sobre cómo tener
mayores posibilidades de éxito? Después de todo, eran expertos por una razón. ¿O debería
seguir mis instintos y intentar cambiar la industria y redefinir las imágenes que las mujeres
ven como “hermosas”? Algunos de nosotros lo llamamos intuición o instinto; para otros, es
Dios o el Universo. Pero en ese auto alquilado, después de días de orar y tratar de escuchar
la respuesta, todo quedó claro como el día para mí.
Tomé mi decisión. Iba a transmitir en vivo en QVC con diez minutos y una toma y
exponer mi toma desnuda del "antes" y mostrar cómo nuestro producto funcionaba para
todo tipo de mujeres. Mujeres que se parecían a mi madre y a mi abuela, a mis hermanas
y amigas, mujeres que se parecían a Jane en la cafetería y a Jennifer en la oficina de
correos. Mujeres reales. Incluso si fracasara y perdiera mi oportunidad de tener éxito en
QVC, no iba a desperdiciar mi oportunidad de defender algo, mi oportunidad de mostrarles
a las mujeres que realmente creo que son hermosas y merecen sentirse hermosas. Iba a
usar mi única oportunidad para mostrarles que todas las mujeres deberían ser “modelos
hermosas”. Iba a hacer mi tiro, con todo en juego. Quiero decir, en serio, si las únicas
imágenes que las mujeres y las niñas ven una y otra vez son las de modelos que no se
parecen a ellas, entonces ¿cómo se supone que alguien pueda verse a sí misma hermosa?
Decidí que pasara lo que pasara, tenía un único objetivo para todos los que miraban.
Quería que todas las mujeres se sintieran hermosas. Quiero que todas las personas se
sientan hermosas. Aunque sea por primera vez, o por primera vez en mucho tiempo.
Estaba a minutos de lo que parecía el momento más importante de mi vida. Me puse mi

mejor vestido, recé una oración con Paulo, encendí el micrófono y me dirigí por el largo pasillo
hasta el estudio en vivo. Entré al set y vi las cámaras por todas partes, y vi cómo transcurrían
los segundos en la cuenta regresiva al aire. En unos segundos estaríamos al aire, retransmitidos
a más de 100 millones de hogares en todo el país. Mi corazón estaba en mi garganta. Tuve
que ahogar esas voces de expertos que me decían que estaba loco, que estaba cometiendo
un gran error. Tuve que dejar de lado la posibilidad de que mi empresa cerrara.
Y tuve que dejar de lado cosas comparativamente pequeñas como que el vestido que estaba
a punto de usar en la televisión nacional me parecía un poco ajustado. En cambio, me
concentré en luchar por las mujeres de todo el país que merecían ver una nueva definición de
lo que era una aspiración. Mujeres a las que, como a mí, les han dicho que no son suficientes.
No son lo suficientemente delgados ni lo suficientemente bonitos. Lo cual, si lo piensas bien,
ocurre con casi todas las mujeres. Mujeres que, como yo, hemos recordado tantas veces esas
palabras que las creen, creando una prisión en nuestras propias mentes. Mujeres como yo
que hemos desperdiciado TANTA energía, todos los días de nuestras vidas, teniendo esta
loca y falsa sensación de que si pudiéramos parecernos a otra persona, seríamos felices. No
estaba desperdiciando mi oportunidad. La luz roja ONAIR se encendió, la cámara en vivo se
acercó a mi cara, el reloj comenzó a las 10:00 minutos y cuando la presentadora abrió la boca
para decir su primera palabra, vi mi tiempo pasar ante mis ojos... 9: 59, 9:58, 9:57… ESTAMOS
EN VIVO… AQUÍ VAMOSOOOO…
EL PRIMER MINUTO más o menos me sentí fuera de mi cuerpo, casi sin darme cuenta de lo
que estaba pasando y sin poder creer que todo estuviera sucediendo realmente. Tenía
preparada una demostración para demostrar que nuestro corrector no se arrugaba ni se
agrietaba. En mi muñeca, aplicaría nuestro corrector junto a dos de los correctores más
vendidos del mercado. Había practicado esta demostración frente al espejo del baño cientos
de veces antes del espectáculo. Me paraba frente al espejo y luego doblaba la muñeca hacia adelante y hacia
Al cabo de diez o veinte segundos, los otros dos correctores se agrietarían como arcilla del
desierto. El nuestro se mantendría tranquilo. Esto fue un gran problema. Cuando los correctores
crean grietas y líneas que ni siquiera tienes, están haciendo lo contrario de lo que hacen.
supone que debe hacer. Y magnifica lo que intentas cubrir en lugar de hacer que parezca
piel real. Mi demostración mostró exactamente lo que habíamos logrado y estaba
emocionado de hacerlo.
Una vez que estuvimos en vivo, los correctores hicieron su parte, pero mi cuerpo no. No
estaba nervioso por estar en la televisión. Estaba estresado por lo que estaba en juego.
¡Tan estresado que me temblaban el brazo y la mano! No temblando como si estuviera un

poco nervioso; temblando como ScoobyDoo, el perro de dibujos animados, cuando vio un
fantasma. Se suponía que yo debía ser el experto y no temblar. Fue tan malo que a mitad
de la demostración el presentador susurró: "Respira, cariño, lo estás haciendo muy bien", y
luego me agarró del brazo, lo mantuvo firme y, como un profesional, me cubrió y me habló
de cómo Cuánto le encantó el producto. Luego pasé al momento que cambiaría mi vida
para siempre: mi foto roja brillante y desnuda del “antes” apareció en la pantalla del televisor.
DESDE QUE comenzó mi batalla contra la rosácea cuando tenía veintitantos años, rara
vez salía de casa sin maquillaje. Era la única manera de evitar a las innumerables personas
que me preguntaban si me sentía mal, cómo me quemé con el sol, si tenía quemaduras por
el viento, si estaba bien o simplemente: "¿Qué es eso en tu cara?". Al crecer como
perfeccionista, pasé toda mi vida en una prisión mental sobre cómo pensaba que debería
lucir. Incluso busqué oportunidades que me recompensaran en gran parte por mi apariencia,
como ser elegida para un episodio del programa de televisión Baywatch (sí, corrí en cámara
lenta con un traje de baño rojo), o ganar Miss Washington USA y competir en el Miss
concurso en Estados Unidos, las cuales fueron experiencias bastante increíbles, y la
primera en mi vida en la que me preguntaba: ¿Esto realmente está sucediendo? En la
universidad me enamoré de un lanzador de Grandes Ligas de Béisbol que siempre me
decía lo "atractivo" que era. (Por cierto, qué desastre fue esa relación). Había estado
haciendo dietas poco saludables desde que tenía catorce años y hasta el día de hoy sigo
luchando contra la alimentación emocional. Y, como nos sucede a muchos de nosotros,
cuanto más delgada estaba, más elogios recibía, especialmente de muchas de las mujeres
bien intencionadas y de buen corazón de mi vida. Dondequiera que iba había mensajes de
que el amor y la aprobación estaban ligados a la apariencia, por lo que contraer rosácea
acababa con la confianza. Cuando supe que no había cura para esto, mis pensamientos
inmediatamente se dirigieron a preguntas que me avergüenza admitir, como: "¿Los chicos me encontrarán
¿Carrera en las noticias televisivas?” y “¿Volveré a sentirme bonita algún día?” Había estado en
esa hermosa prisión mental toda mi vida y mis pensamientos no podían expandirse más allá de
la jaula que había creado. Pero en ese momento en QVC, di el paso y pasé de ser una chica
que no salía de casa sin cubrirse el rostro con capas de maquillaje a una chica que mostraba su
rostro desnudo, rojo brillante y lleno de rosácea en la televisión nacional. .
La vida puede cambiar en un momento. Y el mío lo hizo. Lo que me habían enseñado era
que mis “aws” se ampliaban al tamaño de una pantalla grande de televisión en las salas de estar
de la gente en todas partes. Tengo dos palabras para ti: Alta Definición. Si me permitiera pensar
en ello, se me habría metido en la cabeza. Pero lo que creía y más tarde sabría con certeza es
esto: no se puede fingir la autenticidad. Si dijera que todas las mujeres son hermosas pero me
concentrara en mis propias inseguridades, la gente no conectaría conmigo y fracasaría. Pero
sabía que no se trataba de mí; Realmente se trataba de algo mucho más grande. Y como no se
trataba de mí, me volví libre.
Mientras mis tomas de “antes” y “después” eran transmitidas en vivo por la televisión nacional,
yo hablaba, pero no podía sentir mi cuerpo. Era como si estuviera parado en el aire en el cielo.
Luego saqué a mis modelos: mujeres reales con desafíos de piel reales. El reloj estaba dando
vueltas y parecía una escena de película donde todo sucede en cámara rápida y lenta al mismo
tiempo. Entonces vi que el reloj de cuenta regresiva ya había bajado a solo unos minutos. En
lugar de reproducir la emotiva música de una película, era yo quien hablaba sin guión, sin
teleprompter, simplemente en vivo y desde mi corazón. Este fue el riesgo más grande que jamás
había corrido, en uno de los momentos más importantes de mi vida. Y no tenía idea de cómo
iba. De repente escuché al presentador decir: “Comenzamos con seiscientos doscientos y el
'tono medio' ya no existe. En la 'luz' quedan novecientos. ¡En el 'profundo' quedan doscientos, y
en el 'bronceado', sólo quedan doscientos! Sentí que mis sueños se estaban haciendo realidad
ante mis ojos. Mi corazón estaba latiendo. Mi adrenalina estaba volando.
Necesitaba seguir difundiendo mi mensaje, ¡pero el presentador acababa de decir que las
gafas se estaban agotando! Eso significaba más para mí que la supervivencia de mi empresa.
Significaba que mujeres reales estaban usando sus voces, su tiempo y el dinero que tanto les
costó ganar para decirme a mí, a QVC y al mundo que no querían ni necesitaban ver imágenes
de belleza inalcanzables para comprar productos. Le están diciendo al mundo,
Ya lo superamos. Queremos que los productos que están diseñados para nosotros se muestren
en mujeres que se parecen a nosotros, para que sepamos que realmente funcionan para
nosotros. Antes de que pudiera tomar aire, el reloj se redujo a unos pocos segundos y el cartel
de AGOTADO apareció en la pantalla. El anfitrión se volvió hacia mí y me dijo: “Tráelo,
hermana”, y me dio un gran abrazo. La cámara pasó a otra cosa y entonces, por fin, lloré.
Mientras el rímel corría por mi cara (¿cómo me olvidé de usar rímel a prueba de agua?),
escuché al productor preguntarme en mi auricular si estaba bien. Otra productora entró corriendo
por las puertas dobles del estudio con una expresión de preocupación en su rostro y dijo que
podía ayudarme a caminar de regreso a la sala verde. Estaba confundido.
Aparentemente, la gente en la sala de control estaba preocupada de que me fuera a desmayar,
algo que sucedió antes durante la primera vez que la gente salió al aire. Hay tanta presión. En
el mundo de las compras por televisión, cada minuto cuenta. Tener que llevarse a casa todo el
inventario no vendido no es el único riesgo. Si no alcanza un determinado objetivo de ventas,
conocido allí como “dólares por minuto”, no se le invitará a volver a tener otra oportunidad. En
el juego de mesa de venta de cosméticos, es cuando te arruinas sin pasar el Go ni cobrar 200
dólares. Miré y vi que a Jacquie también le corrían lágrimas por la cara, y justo en ese momento
Paulo entró corriendo por las puertas dobles del estudio. Nunca olvidaré la expresión de su
rostro.
Nos abrazamos y él proclamó: "¡No vamos a ir a la quiebra!".
No sólo vendimos las seis mil unidades de corrector en diez minutos, sino que la demanda
fue tan grande que más de tres mil pedidos adicionales quedaron en lista de espera. Nos
invitaron nuevamente a QVC. Y otra vez. Y siempre mostré mi rostro desnudo en la televisión
nacional. Realicé convocatorias de casting a las que las agencias de modelos no estaban
acostumbradas, preguntando por mujeres de todas las edades, formas y tamaños, con acné u
otros problemas de la piel, que estuvieran dispuestas a mostrar sus caras desnudas conmigo.
Contratamos modelos de distintos tonos de piel y edades, como Helen, que tiene más de
setenta años; Alisha, que tiene piel propensa al acné; Sheila, que tiene hiperpigmentación como
la mayoría de nosotros; y Desiree, que tiene ojeras hereditarias, ha luchado contra el acné toda
su vida y nunca salía de casa sin maquillaje cuando la conocí. Jacquie, nuestra única empleada,
salió al aire para mostrar cómo, además de ocultar la hiperpigmentación de su piel, nuestro
corrector cubrió el tatuaje gigante de su brazo que decía "DJ Jacquie Jack". (Había sido disc
jockey en una vida anterior). De hecho, hizo su demostración de tatuaje tantas veces que más
tarde bromeábamos diciendo que el tatuaje
Se había convertido en una diva y pedía un aumento y su propio salón verde. Como grupo, no nos
parecíamos a nada que la industria de la belleza hubiera visto jamás.
Juntos, todos mostramos nuestros rostros desnudos y cómo funcionaba el producto en vivo.
Juntas éramos modelos para una empresa de belleza. Juntos, creíamos auténticamente que toda
mujer es hermosa.
Hicimos 5 transmisiones de programas en vivo ese primer año, en 2010. Y luego más de 100
transmisiones en vivo en 2011. Luego, más de 150 en 2012. Crecimos y crecimos, y cada año desde
entonces, hemos realizado más de 200 segmentos y programas en vivo en QVC. . IT Cosmetics
creció hasta convertirse en la marca de maquillaje número uno en QVC y luego en la marca de
belleza número uno en todas las categorías. Hoy, mientras escribo esto, somos la marca de belleza
más grande en la historia de QVC.
QVC DIJO NO durante muchos años. Luego, cuando finalmente obtuvimos un sí, todos los expertos
dijeron que mi visión nunca funcionaría. Si me hubiera tomado en serio esos años de rechazo por
parte de QVC, no habría tenido la confianza para seguir intentando decir un sí. Cuando las opiniones
y palabras de los mejores expertos no coincidían con lo que mi instinto me decía, lo más seguro y
tentador hubiera sido escuchar su experiencia y sus antecedentes. Una de las grandes lecciones que
aprendí fue que, cuando tienes una idea, un producto o una visión verdaderamente nueva, no debería
sorprender que los expertos no crean que tendrá éxito. Simplemente no hay pruebas de que así sea.
¿Cómo podría haberlo? Nunca se ha hecho antes. A menudo, los expertos que tienen buenas
intenciones en realidad no han creado ni construido nada por sí mismos. Y, aunque crean que son
visionarios, a menudo no son capaces de imaginar el éxito de algo que no han visto antes. Si hubiera
sabido esto antes como emprendedor, me habría ahorrado tantas noches llorando hasta quedarme
dormido.
Para aventurarnos en un territorio no cartografiado, a veces tenemos que sacar a los expertos
del pedestal que hemos creado en nuestra mente para ellos y poner nuestra intuición en uno.
Tenemos que estar quietos y escuchar esa pequeña y clara voz dentro de nosotros que nos dice qué
hacer. Y luego tenga la confianza y el coraje para hacerlo. Estos son los momentos que nos definen.
Si hubiera escuchado a los expertos, podríamos haber alcanzado un objetivo de ventas. Incluso
podríamos haber sido una de las pocas marcas a las que se les invita nuevamente.
Pero estaríamos haciendo lo que hacen todos los demás, en lugar de ceñirnos a nuestras
misión auténtica, que era mucho más grande que las ventas. Ir a lo seguro habría significado
poner el miedo en un pedestal, en lugar del amor. Y como todo en la vida, cuando dejamos
que el miedo o las opiniones de otras personas gobiernen nuestras decisiones, a menudo el
precio es perder todo lo que realmente importa.
A medida que nuestro negocio creció en QVC, seguí persiguiendo a todos los demás
minoristas de productos de belleza que nos habían dicho que no hasta ese momento. Uno por
uno, finalmente obtuvimos el sí de cada uno de ellos. Tres años después de nuestra primera
feria QVC, la primera vino de la mano de ULTA Beauty, quienes lanzaron con entusiasmo
nuestros productos en sus tiendas de todo el país con gran pasión y colaboración. Vieron la
visión y avanzaron a toda velocidad con nosotros. Incluso nos asociamos en una línea de
brochas de maquillaje de marca compartida. Entre las brochas y nuestros productos de
maquillaje crecimos hasta convertirnos en la marca de lujo número uno y más vendida en sus
tiendas a nivel nacional. Que locura, ¿verdad? ¡De los no a su marca más vendida! Entonces,
¿listo para esto? Seis años después de la reunión en la que me rechazaron, ¡finalmente obtuvimos el sí de Sep
Imagínese: estaba aplastando con QVC, pero hubo muchos años más agotadores
escuchando que Sephora no, incluso después de mostrar pruebas de venta. Si fuera un tipo,
tus amigos dirían: “Él no te merece. Y necesitas dejarlo ir. Simplemente no le gustas tanto. Y
esas serían palabras que usarían en un buen día. Cuando tu espíritu siente rechazo, puede
agotar tu alma. Especialmente si parece que el rechazo debe ser personal. Pero no puedes
tomártelo como algo personal cuando se trata de negocios. No si quieres un sí y ganar a largo
plazo. Este es un error que cometen muchos emprendedores. Pero debes mantener la cabeza
en el juego. Es dificil. Pero cuando conseguimos la victoria, todo valió la pena. Y Sephora es
realmente un socio increíble. Ese comprador principal que no fue tan amable conmigo hacía
tiempo que había dejado la empresa y la industria de la belleza. Los compradores y el equipo
con el que trabajamos allí hoy son de clase mundial: solidarios, amables e inteligentes, y con
frecuencia ayudan a cultivar y lanzar nuevos emprendedores de belleza. Mientras comparto
esta historia con ustedes, somos una de las principales marcas en la división de cuidado de la
piel de Sephora a nivel nacional. Pasamos de años de no a convertirnos eventualmente en una
marca líder y tener una asociación divertida y exitosa al mismo tiempo. Dondequiera que estés
atrapado en este momento, eso no indica hacia dónde irás en el futuro. No permitas que las
dudas de los demás sobre ti o tu sueño se conviertan en dudas en tu propia cabeza. Y además,
no se resienta por su incredulidad y sus no. esto es estupendo
importante. Nuestra naturaleza humana es resentirnos cuando alguien nos lastima o no

cree en nosotros. Pero si hubiera guardado rencor contra alguien que alguna vez me
rechazó, ¡nunca habría convertido esos NO en gloriosos SÍ!
TOMAR LA DECISIÓN de confiar en mi instinto cuando literalmente todo estaba en juego

abrió todas las puertas después. Ese único momento fue en gran parte responsable de
convertir un sueño que comencé en mi sala de estar en una empresa de mil millones de
dólares. Realmente creo que nuestro propio instinto es uno de nuestros mayores
superpoderes. ¡Y todos lo tenemos! ¡Lo tienes ahora mismo! Pero uno de los mayores
desafíos que a menudo enfrentamos es cuando nuestro instinto nos dice algo
completamente diferente de lo que nos dicen nuestra cabeza/corazón/otras personas/los
expertos/los trolls de las redes sociales/amigos/familia/parejas/compañeros de trabajo, y
tenemos que decidir cuál escuchar. La clave es ser consciente de las cosas que nos
impiden escuchar nuestra intuición: errores del pasado, dudas, opiniones de otras personas.
Estos pueden nublar nuestros instintos, pero cuando eres consciente de ellos puedes
recuperar tu poder. Cada uno de nosotros tiene intuición, y cuanto mejor nos sintonicemos
con ella, más podremos acceder a nuestro yo auténtico y a todo nuestro poder.
Y es importante tener paciencia con nosotros mismos. A veces, aprender a

desarrollarnos y luego confiar en nuestro propio instinto puede ser un viaje. Puede
requerir que nos cuidemos mientras miramos de dónde venimos, qué tan lejos hemos
llegado y cuán fuertes tuvimos que ser para llegar a donde estamos ahora. El rechazo,
los fracasos e incluso las veces que nuestro instinto resulta estar equivocado son todos
regalos a lo largo del viaje de la vida. No las desperdicie: todas son lecciones valiosas.
Podemos usarlos para renovar nuestros instintos y nuestra intuición. Esto es clave para
entrenar nuestro instinto para conocer la diferencia entre un buen consejo y el sonido de
la oposición. Luego, cuando quienes dudan vean obstáculos, nuestro instinto nos llevará
a soluciones. Cuanto más hacemos esto, mejor escuchamos y nos apoyamos en nuestra
intuición cuando nos susurra. Esto genera confianza y, finalmente, el conocimiento de
que su intuición es más poderosa que el consejo de cualquier otra persona.
En el momento en que apareció el cartel de AGOTADO en nuestro debut en QVC. La presentadora, Lisa Mason,
tomó mi mano y luego mi espalda (creo que todos estaban preocupados de que me fuera a desmayar) justo
cuando las lágrimas comenzaron a correr por mi rostro.
DOS
Cree de dónde vienes, no

Determina adónde vas
No llegaste tan lejos para llegar tan lejos.

ANÓNIMO
¿ALGUNA VEZ te han tomado por sorpresa o te han quitado la alfombra de

una manera que te ha hecho cuestionar todo lo que creías que era verdad?
Tal vez se trataba de una relación que descubriste que estaba llena de mentiras,
o de creencias familiares o historias que descubriste que no eran ciertas. Bueno,
eso es lo que me pasó el día que se reveló un secreto por accidente. Un secreto
que había durado casi tres décadas en mi familia. La lucha que siguió me enseñó
que cuando te quitan la alfombra, la forma en que manejas la incertidumbre que
sigue puede por sí sola cambiar el curso de tu vida.
Cuando era pequeña, aprendí a valerme por mí misma y a soñar despierta para pasar
el tiempo. Mis padres se divorciaron cuando yo tenía seis años. Mi padre, Mike, era un
alcohólico amable, carismático y luchador y hasta ese momento había trabajado como chef
durante toda su carrera. Un ambiente de restaurante donde había alcohol por todas partes
y no había responsabilidad no era una buena combinación. Después de terminar su turno,

a menudo se quedaba fuera durante horas bebiendo y muchas veces ni siquiera regresaba
a casa. Al escuchar cosas que se suponía que no debía hacer mientras crecía, descubrí
que mi papá engañó a mi mamá con muchas, y quiero decir con muchas, mujeres.
Tengo muchísimos recuerdos buenos y no tan buenos de él. Cuando era niña, en
los días en que se suponía que debía cuidarme, solía dormir hasta después del mediodía.
Hoy entiendo que fue por su forma de beber. Pero todo lo que sabía en ese momento era que
me sentaba en el suelo junto a su cama durante horas mientras él dormía, observando cómo
el reloj giraba lentamente sus azulejos negros con grandes números blancos e imaginando
todas las cosas que esperaba que hiciéramos cuando él despertó. Mi trabajo consistía en
tener una lata de cerveza lista para él cuando se despertara porque sabía que lo haría feliz.
Este era un plan que teníamos juntos, uno que nunca le conté a mi mamá. Cuando los
minutos y las horas finalmente marcaban el número del reloj cuando él decía que podía
levantarlo, digamos a las 10:00, me emocionaba mucho, con su cerveza en la mano, listo
para jugar. Muchas veces susurraba: “Papá, papá, es hora de despertar”, y luego él revisaba
el plan y me decía que ahora tenía que esperar hasta que los números dijeran las 11:00 o las
12:00. Así que me sentaba allí, a su lado, observando cómo esos azulejos pasaban los
minutos.
Cuando estaba despierto y sobrio, mi papá era el tipo más amable y divertido. Él nunca
fue malo y nunca realmente me disciplinó. Dentro de los límites de su capacidad como
alcohólico, me amaba tanto como cualquiera podía hacerlo. Coleccionábamos tarjetas de
béisbol juntos y me encantaba sentarme en su regazo viendo a su equipo de fútbol favorito,
los 49ers de San Francisco, ganar múltiples Super Bowls en la década de 1980.
Me enseñó a andar en bicicleta, a hacer estallar un bote inamovible y a nadar de regreso a la
orilla cuando el bote inastillable tenía un agujero mientras estaba en medio de un estanque.
Sin proponérmelo, también me inculcó la profunda creencia de que las mujeres son más
fuertes que los hombres, que los hombres frenan a las mujeres y que las mujeres deben ser
supermujeres y hacerlo todo por sí mismas.
Mi mamá, Nina, era exactamente eso: una supermujer. Se levantaba temprano todos los
días para llevarme a la guardería o a la escuela para poder ir a trabajar, manejar las cuentas,
hacer todos los recados y hacerse cargo de todas las responsabilidades familiares. Ella hizo
esto mientras de alguna manera se mantenía firme, mientras mi papá la decepcionaba y
rompía sus promesas una y otra vez. Después de casi veinte años de matrimonio, ya estaba
harta y finalmente lo puso fin.
Después del divorcio, mi padre trabajó en un sindicato en una fábrica de vidrio,
inspeccionando tarros de vidrio y botellas de vino en una línea de montaje. Trabajaba en
turnos rotativos que cambiaban cada semana. Una semana trabajaba de 7 a.m. a 3 p.m., la
semana siguiente de 3 p.m. a medianoche, la semana siguiente de medianoche a 7 a.m., y
luego empezaba todo de nuevo. Nunca dormía bien y siempre estaba cansado.
Sorprendentemente, en lugar de salir a beber todas las noches y priorizar su vida nocturna,
dio un giro de 180 grados y se convirtió en un ermitaño y rara vez salía de casa.
La tormenta del divorcio nunca es fácil, pero Dios definitivamente me trajo muchos
arcoíris en la forma de mis familias reconstituidas. Mi papá se casó con mi madrastra,
Laura, que era amable, sensible y cariñosa, y asumió el papel de supermujer en su casa.
Me hice muy cercano a ella y años después, cuando tenía dieciséis años, ella y mi papá
tuvieron una hija juntos, mi hermana Karly, que se convertiría en uno de los amores de mi
vida. Mi papá también adoraba a Karly, y una de las ventajas de convertirse en ermitaño
es que era un padre mucho más presente para ella que para ella.
a mí.
Desde el primer día, mi madrastra Laura y toda su familia me quisieron como si fuera
suyo. Y en sus mentes, lo era. Y todavía lo soy hasta el día de hoy. Los padres de Laura,
mi abuela Betty y mi abuelo Dick, me abrazaron con ese tipo de amor incondicional que
hace que una nieta se sienta especial y elegida. Cuando tenía quince años, la hermana de
Laura, mi tía Terri, me enseñó a conducir su Mazda 626 plateado con palanca de cambios,
modelo de los años 80. Apreté las marchas, sacrificando la transmisión de su auto,
mientras ella me instruía pacientemente. Durante toda la universidad, toda la familia me
envió paquetes llenos de Kraft Mac & Cheese y cualquier artículo que estuviera a la venta
en Walmart. Una de las otras hermanas de Laura, mi tía Karen, me prestó su camioneta
durante mi primer trabajo en las noticias de televisión cuando no podía permitirme comprar
o alquilar un auto. La familia de Laura es de esas que te reciben con un abrazo, una taza
de café y un regalo de Costco, sin importar quién seas o cómo vaya tu día. Te invitan a
unirte al juego de cartas alrededor de la mesa y te aman plenamente incluso si no tienes
ganas de jugar. Son personas de la sal de la tierra que aman con todo el corazón. No
podían haber tenido idea de que algún día lograría algún tipo de éxito monetario y cuando
lo hice, ninguno de ellos cambió en lo más mínimo. Porque su definición de riqueza es
amor. Y son algunas de las personas más ricas que conozco.
MI MAMÁ TAMBIÉN se volvió a casar poco después del divorcio y yo viví con ella y mi
padrastro, Dennis, quien realmente me amó como a su propia hija desde el primer día.
Dicen que Dios te da el doble por tus problemas, y por todo el dolor el divorcio.
causado, Dios definitivamente me dio más del doble en la forma de mis familias adoptivas en
ambos lados. También le dio a mi mamá el doble, ya que Dennis es sólido en su lealtad, amor
e intenciones. Estaban tan enamorados que adoptaron la costumbre de usar sudaderas a
juego y lo siguen haciendo hasta el día de hoy. Por supuesto, cuando era niña esto me parecía
mortificante y vergonzoso. ¡Pero ahora lo encuentro tan jodidamente lindo!
Mientras crecía, mi mamá y mi padrastro, con quienes vivía, trabajaban mucho. Y por mucho
quiero decir mucho. Cuando yo tenía siete años, comenzaron juntos un negocio de depósito en
garantía. (Todos mis amigos de la infancia preguntaban: "¿Negocio de acompañantes?". "No, no
acompañante, depósito en garantía. Como las personas que retienen el dinero en depósito en
garantía mientras cambia de manos entre los prestamistas hipotecarios y las personas que compran o venden casas".
“Ooohhh”, dirían.)
Desde el principio, su pequeño negocio de custodia independiente los hizo trabajar los
siete días de la semana para mantenerse a flote. (¿Le suena familiar? Era una ética de trabajo
bastante intensa que luego encontraría replicando en mi propio negocio). Sentí que a partir de
ese día toda mi vida estuvo dictada por el mercado inmobiliario.
Cuando el mercado estaba en baja, mis padres tenían que despedir empleados y trabajar aún
más duro y durante más horas para permanecer en el negocio, y cuando era un mercado en
auge, tenían que contratar más personas y, aun así, trabajar muchas más. horas para
satisfacer la demanda. Siempre estaban trabajando duro e incesantemente para poder
permitirme participar en actividades como gimnasia e ir al campamento. Pero también significó
que cuando era niño estuve mucho solo, a veces siete días a la semana, y a menudo solo. Me
convertí en un gran admirador de la televisión, especialmente de MTV, y solía invitar a mis
amigos, y luego a los chicos, a recrear los movimientos de baile de los vídeos musicales en
mi sala de estar. También me obsesioné con los comerciales de World Vision que mostraban
a niños de todo el mundo que no tenían suficiente para comer. Les rogué a mis padres que
adoptaran a un niño que necesitaba una familia, y cuando mi súplica no funcionó, escribí
historias y planes sobre cómo algún día iba a adoptar a estos niños. Cuando me enteré de la
política del hijo único en China, les dije a mis padres que las niñas nos necesitaban ahora. Si
bien dijeron que no a adoptar, a mí me dijeron que seguramente algún día podría hacerlo.
Siempre me inculcaron el poder de creer que podía hacer cualquier cosa que me propusiera.
Me hicieron sentir que nada era imposible, y que si lo soñaba y trabajaba duro

Believe It - How To Go From Underestimated To Unstoppable

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Para los amores de mi vida: Wonder y Wilder

Y por todas y cada una de las personas que me han ayudado a

SER VULNERABLE ES difícil, pero he aprendido que compartir nuestro yo verdadero,

Y SÓLO un aviso: las historias en estas páginas se volverán súper personales.

La intención es que todo lo que he experimentado, aprendido y compartido en estas páginas

Cuando tu intuición te hable, cree

¿Eso que llamamos intuición? Es tu alma. Puedes confiar en ello.

Me sentí realmente atraído por él.

Cuando regresamos a casa, ambos dejamos nuestros trabajos y comenzamos la empresa en

También aprendí lecciones difíciles sobre el diseño de empaques de productos. El hecho

de la semana. Empezó dominando

Después de innumerables, y quiero decir innumerables, iteraciones de la fórmula de nuestro

A través de pura resiliencia, seguimos adelante. Me di cuenta de que, dado mi deseo de

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