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Palabras clave
Juicio ordinario, Cuantía, Requisitos procesales, Acumulación de acciones
ÍNDICE:
Este documento recoge los materiales de trabajo y las conclusiones del seminario
celebrado en Madrid los días 21 a 23 de septiembre de 2016 bajo el título "Problemas
procesales que suscita el juicio ordinario y la dirección de los debates". El desarrollo del
seminario atendió a una doble finalidad. Se trataba, en primer lugar, de dar contenido
a las jornadas presenciales y propiciar el debate entre los asistentes; y, en segundo
lugar, de generar con nuestro trabajo un instrumento que resultara útil no solo para esa
finalidad instrumental del intercambio de opiniones y experiencias, sino también como
documento de consulta sobre las cuestiones tratadas.
Para ello, diseñamos un cuestionario amplio, conscientes de que no podría ser abordado
en su integridad, pero que pretendía, a través de este documento final, ofrecer un
cierto grado de respuesta a todas las preguntas integradas en él, eso sí, en la diferente
medida en que esa respuesta es posible y teniendo en cuenta que la diversidad de
las materias tratadas obligaba a abordajes también distintos: hay preguntas en las
que aportamos normas, doctrina y diferentes soluciones jurisprudenciales; en otras
únicamente opiniones o resultados del debate; y otras se refieren a problemas de gestión
sobre los que se refleja el intercambio de los participantes en el seminario sobre las
"2. Serán recurribles en casación las sentencias dictadas en segunda instancia por
las Audiencias Provinciales, en los siguientes casos:
1.º Cuando se dictaran para la tutela judicial civil de derechos fundamentales,
excepto los que reconoce el artículo 24 de la Constitución".
"1. El recurso extraordinario por infracción procesal sólo podrá fundarse en los
siguientes motivos:
(...)
"En esencia, la entidad recurrente en amparo aduce que el pleito que ha dado
lugar a la demanda de amparo debió seguirse por los trámites del juicio ordinario, y
considera que al haberse desestimado sus peticiones en tal sentido y seguirse como
juicio verbal se le ha impedido la interposición de un ulterior recurso de casación, lo
que a su entender resulta contrario a su derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1
CE) por defecto en el procedimiento causándole indefensión.
La queja ha de ser desestimada. En efecto, este Tribunal ha desestimado
reiteradamente la identificación entre defecto o irregularidad procesal e indefensión,
pues no toda infracción procesal es causante de la vulneración del derecho recogido
en el art. 24.1 CE, sino que sólo alcanza tal relevancia aquella que, por anular las
posibilidades de alegación, defensa y prueba cause una verdadera y real situación
de indefensión material (por todas, SSTC 15/2005, de 31 de enero, FJ 2; y 76/2007,
de 16 de abril, FJ 6). En el presente caso, aun en el discutible supuesto de que
se hubiera producido la irregularidad procesal denunciada, no cabría apreciar en
Por otro lado, el TS suele mitigar el rigor formal en estos casos y admitir el recurso
de casación (si no es inadmisible por otras causas) cuando el derecho fundamental ha
constituido el objeto específico del proceso, aunque no se haya seguido la tramitación
correcta, dando lugar a la intervención del fiscal, pese a que no se hubiera producido
en ninguna de las dos instancias.
Ahora bien, a la inversa, si la demanda fue tramitada con las especialidades procesales
propias, la cuestión de si existe o no afectación de un derecho fundamental atañe a la
prosperabilidad de la acción, pero no a la corrección del cauce procesal utilizado (STS
del 18 de febrero de 2016 [ECLI:ES:TS:2016:531]).
Impugnación de acuerdos de una asociación incluida en el art. 249.1.2.º (STS, Civil del 18
de febrero de 2016 [ECLI:ES:TS:2016:531]. Sentencia: 78/2016. Recurso: 1666/2014.
Ponente: Rafael Sarazá Jimena):
(...)
1.- La Hermandad demandada ha alegado como causa de inadmisibilidad del
recurso que la sentencia no era susceptible de un recurso de casación para la tutela
judicial civil de los derechos fundamentales puesto que no se habían planteado
genuinas vulneraciones de derechos fundamentales de naturaleza asociativa sino
simplemente la infracción de normas estatutarias de la Hermandad en la adopción de
sus acuerdos, por lo que el cauce de impugnación procedente no debiera haber sido
el de protección civil del derecho fundamental de asociación, que no había resultado
afectado, sino el proceso ante la jurisdicción eclesiástica.
2.- Las alegaciones de la Hermandad no pueden ser estimadas. En primer lugar,
porque habiéndose formulado una demanda de protección jurisdiccional civil del
derecho fundamental de asociación al amparo del artículo 37 de la Ley Orgánica
1/2002, de 22 de marzo, reguladora del derecho de asociación (en lo sucesivo,
LODA), que fue tramitada con las especialidades procesales previstas para estos
procesos de protección de los derechos fundamentales, conforme a lo previsto en el
artículo 249.2.2º de la Ley de Enjuiciamiento Civil, la cuestión de si se vulneró o no
el derecho fundamental de asociación atañe a la prosperabilidad de la acción, pero
no a la corrección del cauce procesal utilizado".
Contenido patrimonial del derecho a la propia imagen excluido del art. 249.1.2.º (SJPI
Madrid n.º 81 de 14 de marzo de 2011 [ECLI:ES:JPI:2011:21]. Sentencia: 81/2011.
Recurso: 867/2009. Ponente: Carlos Ceballos Norte):
intimidad personal y a la propia imagen-, no forman parte del contenido del derecho
fundamental a la propia imagen que consagra el art. 18 CE",
Pues bien, si el aspecto o esfera patrimonial de ese derecho "no forma parte
del contenido del derecho fundamental a la propia imagen", es evidente que las
demandas en las que se pretenda hacer valer esa esfera patrimonial no deben
tramitarse por los cauces del juicio ordinario especial por razón de la materia previsto
en el artículo 249,1.2° de la LEC, en el que hay una referencia expresa a las
demandas que "pidan la tutela judicial civil de cualquier otro derecho fundamental",
después de citar expresamente la "tutela del derecho al honor, a la intimidad y a la
propia imagen".
Por tanto, (...) debe[n] ser tramitadas por el juicio declarativo que corresponda por
razón de la cuantía, no por el declarativo ordinario especial por razón de la materia
que ha elegido en este caso la parte actora.
(...)
Ahora bien, pese a que es evidente que la parte actora equivocó el cauce procesal
por el que ejercitar su pretensión, en el caso examinado ello no tiene ninguna
repercusión procesal pues no ha existido merma de derechos procesales para
ninguna de las partes, en tanto que, en todo caso, la pretensión tenía que tramitarse
por los cauces del juicio ordinario al tratarse una pretensión de cuantía inestimable
o no determinable (art. 254.2 LEC).
La única consecuencia procesal es que ha intervenido el Ministerio Fiscal en un pleito
cuya presencia no era necesaria. (...) Ahora bien, que haya intervenido "de más"
el Ministerio Fiscal ningún perjuicio (ni beneficio) provoca a ninguna de las partes,
por lo que es evidente que esa innecesaria intervención no puede provocar ninguna
consecuencia procesal, porque, se insiste, el juicio ordinario era el procedimiento
adecuado por razón de la cuantía".
Contenido patrimonial del derecho a la propia imagen excluido del art. 249.1.2.º
(STS, Civil, Sección 991 del 20 de junio de 2016 [ECLI:ES:TS:2016:2781]. Sentencia:
414/2016. Recurso: 2593/2013. Ponente: Rafael Sarazá Jimena).
Resumen CENDOJ: Protección del derecho a la propia imagen. Legitimación para la
defensa de la memoria del difunto. El aspecto puramente patrimonial de la imagen no
está integrado en dicha memoria. No existe ninguna persona designada para el ejercicio
de las acciones previstas en la LO 1/1982 en defensa de la memoria de Salvador Dalí,
pues no se reúnen los requisitos que para dicha designación se contienen en dicha
ley. La escritura de constitución de la Fundación Gala Dalí no es el testamento exigido
por la norma, ni siquiera es un codicilo, porque no contiene disposiciones de última
voluntad. Tampoco la designación testamentaria de un heredero universal equivale a la
designación específica que exige la norma. La fundación no pretende la protección de
la memoria de Salvador Dalí, sino la explotación del contenido estrictamente patrimonial
de su imagen. La jurisprudencia del TC y del TS han reducido el ámbito objetivo del
derecho a la propia imagen y han excluido del mismo una serie de intereses puramente
"La jurisprudencia tanto del Tribunal Constitucional como de esta sala, han reducido
el ámbito objetivo del derecho fundamental a la propia imagen reconocido en el art.
18.1 de la Constitución y han excluido del mismo una serie de intereses puramente
económicos o patrimoniales.
En este sentido, la STC 81/2001, de 26 de marzo, declaró:
"[...] como ya se apuntó en la STC 231/1988, FJ 3 y, sobre todo, en la STC 99/1994,
el derecho constitucional a la propia imagen no se confunde con el derecho de
toda persona a la explotación económica, comercial o publicitaria de su propia
imagen, aunque obviamente la explotación comercial inconsentida -e incluso en
determinadas circunstancias la consentida- de la imagen de una persona puede
afectar a su derecho fundamental a la propia imagen.
"Es cierto que en nuestro Ordenamiento -especialmente en la Ley Orgánica 1/1982,
de 5 de mayo, sobre protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal
y a la propia imagen- se reconoce a todas las personas un conjunto de derechos
relativos a la explotación comercial de su imagen. Sin embargo, esa dimensión
legal del derecho no puede confundirse con la constitucional, ceñida a la protección
de la esfera moral y relacionada con la dignidad humana y con la garantía de
un ámbito privado libre de intromisiones ajenas. La protección de los valores
económicos, patrimoniales o comerciales de la imagen afectan a bienes jurídicos
distintos de los que son propios de un derecho de la personalidad y por ello, aunque
dignos de protección y efectivamente protegidos, no forman parte del contenido
del derecho fundamental a la propia imagen del art. 18.1 CE. Dicho en otras
palabras, a pesar de la creciente patrimonialización de la imagen y de "la necesaria
protección del derecho a la propia imagen frente al creciente desarrollo de los
medios y procedimientos de captación, divulgación y difusión de la misma" (STC
170/1987, de 30 de octubre, FJ 4), el derecho garantizado en el art. 18.1 CE, por
su carácter "personalísimo" (STC 231/1988, FJ 3), limita su protección a la imagen
como elemento de la esfera personal del sujeto, en cuanto factor imprescindible para
su propio reconocimiento como individuo".
Ello no impide que la defensa de esa esfera personal del sujeto, ceñida a la
protección de la esfera moral y relacionada con la dignidad humana, a través de
las acciones derivadas del art. 18.1 de la Constitución, ejercitadas conforme a
lo previsto en la LO 1/1982 y con las especialidades procesales previstas para
las acciones de defensa de los derechos fundamentales, permita solicitar también
la indemnización que sirva para reparar el daño causado por la vulneración del
derecho fundamental, puesto que, como ha declarado la STC 23/2010, de 27 de
abril, "[...] las posibles consecuencias patrimoniales del uso ilegítimo de la imagen
"Artículo 7. No incorporación.
No quedarán incorporadas al contrato las siguientes condiciones generales:
a) Las que el adherente no haya tenido oportunidad real de conocer de manera
completa al tiempo de la celebración del contrato o cuando no hayan sido firmadas,
cuando sea necesario, en los términos resultantes del artículo 5.
b) Las que sean ilegibles, ambiguas, oscuras e incomprensibles, salvo, en cuanto
a estas últimas, que hubieren sido expresamente aceptadas por escrito por el
adherente y se ajusten a la normativa específica que discipline en su ámbito la
necesaria transparencia de las cláusulas contenidas en el contrato.
Artículo 8. Nulidad.
1. Serán nulas de pleno derecho las condiciones generales que contradigan en
perjuicio del adherente lo dispuesto en esta Ley o en cualquier otra norma imperativa
[...]
5.º Las demandas en que se ejerciten acciones relativas a condiciones generales
de contratación en los casos previstos en la legislación sobre esta materia, salvo lo
dispuesto en el punto 12.º del apartado 1 del artículo 250".
"1. Se decidirán en juicio verbal, cualquiera que sea su cuantía, las demandas
siguientes:
[...]
12.º Las que supongan el ejercicio de la acción de cesación en defensa de los
intereses colectivos y difusos de los consumidores y usuarios".
Artículo 85 LOPJ:
retractación y declarativas, con cita del Auto del TS, Civil, Sección 1.ª, de 30
de septiembre de 2008 [ECLI:ES:TS:2008:10959A]. Ponente: Juan Antonio
Xiol Ríos.
Texto de la resolución de la AP:
"Sin embargo tal óbice procesal no puede ser estimado porque la acción ejercitada
por la actora y aquí apelada no es una acción es una acción colectiva o de grupo
relativa a las condiciones generales de contratación, para la defensa de intereses
colectivos y difusos, respecto de las que el proceso adecuado si es el juicio ordinario,
si bien para la acción de cesación en defensa de los intereses colectivos y difusos de
los consumidores y usuarios el juicio adecuado será el verbal conforme al art. 250.1,
12 LEC, sino de una acción individual de nulidad de una cláusula contractual general
abusiva sustentada en los arts. 10 y 10 bis 1 y 2 de la Ley General para la Defensa de
Consumidores y Usuarios. De modo que, estando ante un juicio seguido por razón
de la cuantía y no de la materia y siendo aquella inferior al límite legal establecido
para el juicio ordinario la cuestión litigiosa se ha sustanciado correctamente por los
cauces del juicio verbal. Como expresa el auto del TS de 30-09-2008 las acciones
a las que se refiere el art. 249.1.5º LEC son las previstas en el art. 12 de la Ley
7/1998 sobre Condiciones Generales de la Contratación, las colectivas de cesación,
retractación y declarativa de condiciones generales, no las individuales de nulidad
contractual sustanciables conforme a las reglas comunes siendo que en el caso de
autos la actora ejercita su acción en base a la normativa relativa a consumidores
y usuarios postulando la nulidad de una condición general de un contrato por su
condición de cláusula abusiva".
Conclusiones:
El ámbito de aplicación del artículo 249.1.5.º LEC no se limita a las acciones colectivas
de retractación y declarativa, sino que incluye también las acciones individuales de no
incorporación y las de nulidad de la LCGC.
"1. Se decidirán en juicio verbal, cualquiera que sea su cuantía, las demandas
siguientes:
1.º Las que versen sobre reclamación de cantidades por impago de rentas y
cantidades debidas y las que, igualmente, con fundamento en el impago de la renta o
cantidades debidas por el arrendatario, o en la expiración del plazo fijado contractual
o legalmente, pretendan que el dueño, usufructuario o cualquier otra persona con
derecho a poseer una finca rústica o urbana dada en arrendamiento, ordinario o
financiero o en aparcería, recuperen la posesión de dicha finca".
Jurisprudencia:
SAP La Rioja, Sección 1.ª, de 15 de julio de 2014 [ECLI:ES:APLO:2014:363]. Sentencia:
193/2014. Recurso: 111/2013. Ponente: María José Martín Argudo. Excede del juicio
verbal.
Con cita de otras: SAP de Madrid, Sección 10.ª, de 25 de noviembre de 2010, rec.
449/2010, ponente: María Isabel Fernández del Prado; SAP Cádiz, Sección 6.ª, de 17
de septiembre de 2013, rec. 63/2013; SAP Zamora núm. 248/2010, de 30 de noviembre
de 2010, rec. 220/2010, ponente: Luis Brualla Santos-Funcia; y SAP León de 21 de junio
de 2013, rec. 156/2013.
"Ahora bien, resulta factible acudir a dicho procedimiento siempre que las rentas
y demás cantidades que haya de satisfacer el arrendatario estén determinadas,
no siendo viable pronunciarse en el mismo sobre la aplicación de actualizaciones
de renta y repercusiones de obra cuando medie controversia entre las partes,
discrepancias que han de ser previamente resueltas en un juicio ordinario, de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 249.6º (...)".
6. ¿Qué efectos produce sobre el ámbito del juicio ordinario la doctrina tradicional
de la incompatibilidad entre las cuestiones complejas y el juicio de desahucio?
Los efectos del eco de la jurisprudencia tradicional sobre la incompatibilidad entre las
cuestiones complejas y el juicio de desahucio no recaen directamente sobre el juicio
ordinario sino, más bien, sobre la frecuencia con la que en el juicio de desahucio la
parte demandada plantea la inadecuación del procedimiento por la concurrencia de
cuestiones complejas. Es poco habitual que la parte actora acuda al juicio ordinario
justificando la elección procedimental en la complejidad de la relación jurídica, mientras
que, al contrario, sigue siendo muy frecuente la oposición de la parte demandada por
este motivo con cita de jurisprudencia antigua. Baste apuntar que, por un lado, la
inadecuación del juicio de desahucio requiere que la complejidad alegada sea objetiva,
es decir (vid. SAP Baleares de 27 de junio de 2016, citada abajo) nacida del mismo
título que invoque la demandante, y, además, que tal complejidad determine, o bien que
no puede calificarse de arrendamiento la relación jurídica existente entre las partes, o
bien que, estando anudadas a la relación arrendaticia contraprestaciones que excedan
de las que ordinariamente se incluyen en ese tipo de contratos, lo conviertan en un
arrendamiento complejo. Y, por otro lado, que el carácter sumario del desahucio por
falta de pago no contagia a la acción acumulada de reclamación de rentas (sobre la que
no existen limitaciones de alegación ni de prueba) ni tampoco puede ser extrapolado
al desahucio por expiración del plazo contractual (que no tiene tal carácter sumario)
ni al desahucio por precario, que es el procedimiento natural de las pretensiones
relacionadas con las situaciones de precario. Las sentencias dictadas en las dos
primeras modalidades de desahucio no generan fuerza de cosa juzgada (art. 477.2 LEC),
pero ello no impide que el juicio especial por razón de la materia sea el juicio verbal de
desahucio.
No hay sentencias recientes del TS que revisen la doctrina de las cuestiones complejas,
aunque se ha dado por hecha la vigencia de esa doctrina.
Jurisprudencia:
SAP Baleares, Sección 3.ª, de 27 de junio de 2016 [ECLI:ES:APIB:2016:1152].
Sentencia: 208/2016. Recurso: 182/2016. Ponente: Catalina María Moragues Vidal.
Doctrina general sobre las cuestiones complejas y el juicio de desahucio:
"CUARTO.- Tal como se ha expuesto por esta misma Audiencia Provincial -entre
otras muchas, las sentencias de 27 de marzo de 2013 y 31 de octubre de 2014-,
para que pueda apreciarse la complejidad tal que aborte el juicio de desahucio es
preciso, ante todo, que la complejidad sea objetiva, en cuanto nacida del mismo
título que invoque la demandante, y, además, que tal complejidad determine, o bien
que no puede calificarse de arrendamiento la relación jurídica existente entre las
partes, o bien que, estando anudadas a la relación arrendaticia contraprestaciones
que excedan de las que ordinariamente se incluyen en ese tipo de contratos, lo
conviertan en un arrendamiento complejo.
lícito para obtener un resultado ilícito, fraude que ha de ser rechazado por los
Tribunales (artículo 247.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil)".
"2. En ningún caso se admitirá reconvención en los juicios verbales que, según la
ley, deban finalizar por sentencia sin efectos de cosa juzgada.
En los demás juicios verbales se admitirá la reconvención siempre que no determine
la improcedencia del juicio verbal y exista conexión entre las pretensiones de
la reconvención y las que sean objeto de la demanda principal. Admitida la
reconvención se regirá por las normas previstas en el juicio ordinario, salvo el plazo
para su contestación que será de diez días".
Jurisprudencia:
SAP Madrid, Civil, Sección 19.ª, de 26 de noviembre de 2015
[ECLI:ES:APM:2015:16837]. Sentencia: 383/2015. Recurso: 628/2015. Ponente: María
del Carmen García de Leaniz Cavallé. Aunque no analiza expresamente esta cuestión,
"3. No concurre infracción de los artículos 406, 437 y 438 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil al no haber admitido la Juzgadora de Instancia la reconvención promovida de
contrario. La reconvención se pretendió promover "ad cautelam" pretendiendo que
se declarase la existencia de título de arrendamiento por posesión ininterrumpida
por más de 3o años a favor de los demandados, con la declaración de que el
demandado se avenga a reconocer dicha existencia y se declare incluso la duración
indeterminada y el precio mensual del arrendamiento. Principiemos señalando
que las demandas reconvencionales no pueden ser presentadas "ad cautelam" ni
admitidas con dicho carácter. Por lo demás, la Ley de Enjuiciamiento Civil es tajante
a la hora de regular que no admitirá la reconvención cuando la acción que se ejercite
deba ventilarse en juicio de diferente tipo o naturaleza, que es lo que pretendía la
parte demandada. El juicio de desahucio por precario requiere que se tramite por la
materia, no por la cuantía, por vía de juicio verbal por imposición legal, al amparo
del artículo 250.1.2º LEC. Las pretensiones declarativas de los demandados pasan
por exceder los márgenes del desahucio por precario, debiendo ser tratadas por
la cuantía (vista la propia cuantificación realizada por los demandados) en proceso
distinto, el juicio ordinario. Por consiguiente, la inadmisión a trámite de la pretensión
reconvencional encuentra todo su apoyo en lo previsto en el artículo 406 en relación
al artículo 438.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Ello conlleva la desestimación del
motivo de falta de motivación ("quinto").
(...)
5. Respecto a la falta de adecuación del procedimiento de precario, se refiere
confusamente la apelante a la "prescripción adquisitiva del dominio" por la posesión
ininterrumpida por más de 30 años, que no viene al caso porque no se discute título
de propiedad alguno, sin que los títulos posesorios sean susceptibles de adquisición
por prescripción, como pretende. Partiendo de tan erróneo planteamiento desarrolla
una teoría impracticable, invocando el artículo 249.6 LEC a fin de justificar el juicio
ordinario como cauce procesal adecuado. Se reitera que el cauce previsto por
imposición legal, es el juicio verbal a tenor del artículo 250.1.2º LEC, luego no es el
ordinario el juicio por el que debe ventilarse la acción ejercitada".
Pues bien, el recurso de apelación que ahora se resuelve se ocupa de esa cuestión,
destacando, de un lado, la complejidad de las relaciones entre las partes, que
están ligadas, alrededor de la industria objeto del contrato de arrendamiento, por
multitud de contratos vinculados entre sí (opción de compra, préstamo con garantía
hipotecaria), y de otro, la imposibilidad de ventilar por vía de reconvención alguna
de las cuestiones derivadas de esa compleja relación jurídica.
Además, la contestación a la demanda la tuvo que realizar el letrado de la
demandada bajo la presión de continuos requerimientos para que abreviara
y finalizara, como si lo que se ventilaba fuera una cuestión sencilla, lo cual
evidentemente supuso una merma para sus posibilidades de alegación, merma que
se vio agravada por la falta de concesión del trámite de conclusiones, al considerar
el Ilmo. Sr. Juez inaplicable al caso lo dispuesto en el art. 185,4 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
Razones que llevan en este momento a la estimación del recurso, con estimación
de la excepción de inadecuación de procedimiento, debiendo devolverse las
actuaciones al Juzgado para que le de la tramitación correcta de acuerdo con lo
dispuesto en el art. 254 de la ley de Enjuiciamiento Civil".
"La documentación que la mercantil actora acompañó no cumple con esa exigencia,
pues se limita a indicar las cantidades de cada partida en base a los presupuestos,
pero sin acreditar los importes, por lo que procede, habida cuenta de que se reitera
la excepción de inadecuación de procedimiento y de que la demanda no discute su
obligación de pago, estimar concurrente en parte la inadecuación de procedimiento
respecto de la reclamación del porcentaje de gastos comunes que se incluye en la
demanda (...)".
"Conforme a la dicción literal del art. 250.1.1º LEC, el juicio verbal es el procedimiento
adecuado por razón de la materia para las demandas "que versen sobre reclamación
de cantidades por impago de rentas y cantidades debidas y las que, igualmente, con
fundamento en el impago de la renta o cantidades debidas por el arrendatario, o
en la expiración del plazo fijado contractual o legalmente, pretendan que el dueño,
usufructuario o cualquier otra persona con derecho a poseer una finca rústica o
urbana dada en arrendamiento, ordinario o financiero o en aparcería, recuperen la
posesión de dicha finca".
Es claro que la demanda de reclamación de rentas debidas y la de resolución y
desahucio por impago de rentas o por expiración del plazo fijado en el contrato o
por la Ley, debe referirse necesariamente a una finca urbana o rústica. Bastaría una
interpretación literal del precepto para advertir que la referencia a los arrendamientos
urbanos y rústicos, que se regulan por sus respectivas normativas especiales (la
Ley 29/1994, de 24 de noviembre, de arrendamientos urbanos, y la Ley 83/1980,
de 31 de diciembre de arrendamientos rústicos), y sin perjuicio de la referencia al
arrendamiento financiero, excluye el resto de los arrendamientos de bienes, entre
los que se encuentra el arrendamiento de industria, que se regula por las normas
generales previstas en el Código Civil para el contrato de arrendamiento.
La procedencia de esta interpretación literal, se corrobora con las especialidades
que la propia Ley de Enjuiciamiento Civil prevé para el juicio verbal de desahucio
(arts. 439.3, 440.3 y 444.1 LEC), que se justifican por la finalidad de dotar de un
procedimiento ágil a la resolución de los contratos de arrendamientos urbanos,
permitiendo incluso la acumulación de la reclamación de las rentas debidas que han
justificado el desahucio, y facilitar que pueda ejercitarse, en su caso, la enervación
de la acción a tiempo.
De este modo, la resolución de un contrato de arrendamiento de industria, como es
una estación de servicio, no debía haber seguido el cauce del juicio verbal previsto
para el desahucio por falta de pago o por expiración del término de la relación
arrendaticia en el art. 250.1.1º LEC, sino el del juicio ordinario, conforme a las reglas
previstas en el art. 249.2 LEC.
El legislador, lo que prevé en el precepto que el motivo del recurso cita como
infringido, el art. 254.1 LEC, es el control de oficio por parte del tribunal de la
procedencia del procedimiento escogido por razón de la materia, que no es el caso.
Por lo que respecta al otro precepto que se denuncia infringido, el art. 439 LEC,
en su apartado 3, también regula otro supuesto diferente, cuando dispone que "(n)
o se admitirán las demandas de desahucio de finca urbana por falta de pago de
las rentas o cantidades debidas por el arrendatario si el arrendador no indicare
las circunstancias concurrentes que puedan permitir o no, en el caso concreto, la
enervación del desahucio". Tan sólo podría tenerse en consideración el apartado
5, según el cual "tampoco se admitirán las demandas de juicio verbal cuando no
se cumplan los requisitos de admisibilidad, que, para casos especiales, puedan
establecer las leyes", si entendiéramos que con ello se refiere a la previsión de los
casos en que se asigna el juicio verbal por razón de la materia, y no sólo a los
específicos requerimientos de admisibilidad que la ley pueda establecer en algún
caso.
Estas dos puntualizaciones no impiden al tribunal advertir de oficio la inadecuación
de procedimiento por razón de la materia y darle el curso que corresponde. De
igual modo, si el demandado lo plantea, en el marco de la audiencia previa del
juicio ordinario (art. 423 LEC) o, en su caso, al comienzo de la vista del juicio
verbal (art. 443 LEC), el tribunal, caso de apreciar la inadecuación de procedimiento,
puede proveer que continúe con arreglo al trámite que corresponde conforme al
procedimiento adecuado.
En este caso, es en apelación cuando el demandado plantea esta objeción, sin
que conste que en la primera instancia hubiera tratado de hacer valer un medio de
defensa que no le fuera permitido en el marco del juicio verbal de desahucio, ni por
ello la inadecuación de procedimiento le hubiera provocado realmente indefensión.
En cualquier caso, por lo que respecta al motivo segundo, la inadecuación del
procedimiento alegada en el recurso de apelación no podría justificar la revocación
de la sentencia de primera instancia y que en su lugar se desestimará la demanda.
La inadecuación de procedimiento, si se aprecia en primera instancia, debe dar
lugar a reconducir el procedimiento al trámite procesal que corresponda y, en su
caso, la nulidad de lo actuado para que pueda continuarse por el cauce procesal
adecuado. Y si se aprecia en segunda instancia tan sólo puede provocar la nulidad
de actuaciones, si se cumplen las exigencias que establece la jurisprudencia.
8. Conforme a la jurisprudencia de esta Sala, que arranca de cuando estaba vigente
la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 (entre otras, Sentencias 25 de noviembre de
1992, de 27 mayo de 1995, 1004/2000, de 8 noviembre, y 314/2008, de 9 mayo), y
se ha reiterado bajo la actual Ley procesal de 2000 (Sentencia 171/2012, de 20 de
marzo), "el mantenimiento del juicio elegido no invalida la conducción procesal de
la pretensión deducida por la actora, en base, entre otros, a los siguientes factores:
a) la relativización creciente que se observa en las directrices jurisprudenciales
en torno al valor de esta excepción, si el procedimiento elegido, aunque no sea
exactamente el adecuado cumple su finalidad en relación con la cuestión debatida;
b) la flexibilidad de criterio que ha de utilizarse en esta materia, y, que, por ello, debe
favorecer interpretaciones que se inclinen en pro de la economía procesal, ante las
inevitables dudas que muchas veces suscita entre los profesionales la elección de
un determinado procedimiento a causa de las superposiciones históricas que ofrece
nuestra legislación procesal; y c) la consideración formal de que el procedimiento
"Por tanto, entendemos que no existe disposición legal alguna que excluya la
resolución del arrendamiento de industria por expiración del plazo o por falta de pago
de la renta de los trámites del juicio verbal especial; por el contrario entendemos
que el artículo 250.1.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil emplea la expresión "finca
urbana" en un sentido amplio o general, en contraposición al concepto de finca
rústica, que no consideramos haya de ser objeto de interpretación restrictiva pues
permite amparar perfectamente dentro del mismo al arrendamiento de industria, en
tanto el mismo tiene no como objeto exclusivo mas si como base precisamente la
finca urbana sobre la que el negocio o industriase asienta. Y en este sentido pueden
citarse las sentencias de la Audiencia Provincial de León de 20 de mayo de 2008,
Cáceres de 15 de junio de 2011, Madrid de 18 de junio de 2009, Valladolid de 25
de julio de 2012, entre otras".
10. La reclamación junto con las rentas de otros conceptos ajenos a ellas
(daños en la vivienda, indemnización por incumplimiento del plazo de preaviso,
penalizaciones pactadas...), ¿obliga a acudir al juicio ordinario?
SAP A Coruña, Sección 3.ª, de 29 de noviembre de 2013 [ECLI:ES:APC:2013:2976].
Sentencia: 502/2013. Recurso: 489/2013. Ponente: Rafael Jesús Fernández-Porto
García. Sobre una reclamación inferior a 6.000 euros, importe en el que la demandante
cifraba la reparación de los daños que presenta la vivienda, Admite que pueda
reclamarse en juicio verbal.
Considera que, en todo caso, la inadecuación del procedimiento no daría lugar al
sobreseimiento del mismo proceso, sino a proseguirlo por los trámites que procedan.
Que se haya seguido el juicio por los trámites de otro juicio no da lugar a la indefensión
cuando las garantías del proceso seguido no merman ni restringen los medios de
defensa e impugnación. Ninguna indefensión se produce a las partes en la solución de un
conflicto, analizado y resuelto a través de un proceso en el que, pese algunas carencias,
se reconocen todas las garantías que exige el artículo 24 de la Constitución. Declarar
la nulidad para repetir el juicio, ninguna ventaja se deriva, en términos estrictamente
procesales, a las partes y, si en cambio, se propicia, sin beneficio, la inutilidad del proceso
contra una interpretación superadora del problema, más acorde con lo señalado en el
apartado 3 del artículo 11 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. El juicio fue seguido
correctamente por los trámites del verbal, pues se trata de una reclamación de cantidad,
que se halla excluida del régimen normal de los juicios arrendaticios establecidos en el
art. 249.6 LEC.
En similar sentido, SAP Alicante, Civil, Sección 5.ª, de 7 de marzo de 2016
[ECLI:ES:APA:2016:1361]. Sentencia: 97/2016. Recurso: 439/2015. Ponente: María
Teresa Serra Abarca (sobre acción de reclamación de cantidad derivada del impago de
Rechaza que sea correcto el juicio verbal para reclamar la indemnización pactada por
resolución unilateral, ya que tal indemnización no es renta. En el recurso de apelación
se alegaba la infracción de los arts. 438.3.3.º (actualmente art. 437.4.2.ª) y 250.1.1.º
LEC, conforme a los cuales está permitido acumular acciones reclamando cualquier
deuda económica pendiente de cumplimiento en base al contrato de arrendamiento
y subsidiariamente la inaplicación del art. 438.3.2.º LEC, (actualmente art. 437.4.2.ª)
porque cabe acumular la acción de resarcimiento de daños y perjuicios a otra acción
que sea prejudicial de ella.
"El motivo no puede prosperar. Estamos ante una norma excepcional (el principio
general es que en los juicios verbales no cabe la acumulación objetiva de acciones)
y por ello, su interpretación no puede ser extensiva, sino restrictiva, por lo que,
conforme al art. 4.2 CC, no puede aplicarse a supuestos ni en momentos distintos
de los comprendidos expresamente en ella.
En el presente caso ni estamos ante un juicio de desahucio por falta de pago o por
expiración del plazo, ni tampoco se están reclamando en la acción acumulada rentas
o cantidades "asimiladas" (ahora no se habla de "debidas"), pues la indemnización
por incumplimiento del plazo pactado no tiene naturaleza de rentas, ni cabe
asimilarla a ellas, ya que la disposición transitoria segunda, apartado c), 10.5 de la
Ley de Arrendamientos Urbanos (Ley 29/1994, de 24 de noviembre), sólo se permite
repercutir al arrendatario los costes de servicios y suministros que se produzca a
partir de la entrada en vigor de la Ley.
Además, no debe perderse de vista que estamos en un juicio verbal, que, según
la Exposición de Motivos de la LEC (párrafo ocho del apartado X), se caracteriza
por la simplicidad de lo controvertido y su pequeño interés económico. Por ello no
puede en ese procedimiento llegar a dilucidarse cuestiones complejas, que deberían
seguirse a través de un juicio ordinario, como son las relativas a la procedencia de la
indemnización pactada, que obliga a examinar los pactos plasmados en el contrato,
su validez, su interpretación, la responsabilidad de las partes en esa resolución
unilateral, la procedencia o no de la indemnización e, incluso, si cabe su moderación
o no, cuestiones todas ellas complejas que no pueden tener su cauce adecuado en
el juicio verbal y deben ventilarse en uno ordinario, no ya por razón de la cuantía,
sino de la materia (...).
Como segundo motivo del recurso, subsidiario del anterior, se plantea la infracción
del artículo 438.3.2ª LEC (...).
Tampoco este motivo del recurso puede prosperar, y ello porque la acción que aquí
se ejercita por los trámites del juicio verbal no es la que pretende que se declare la
existencia del contrato de arrendamiento y que se ha incumplido el mismo, sino la de
que se condene al pago de las rentas debidas. Sólo ese incumplimiento contractual
(impago de rentas y cantidades asimiladas) es el que en el presente caso permite
plantear la reclamación por los trámites del juicio verbal, y las conclusiones que en
ella se alcancen nada prejuzgan sobre si se ha incumplido el contrato en orden a la
resolución unilateral por el arrendatario. Se trata de cuestiones totalmente diferentes,
que pueden, y deben en el presente caso, dilucidarse en procedimientos diferentes,
pues, como antes se ha señalado (art. 249.6º LEC) el procedente, por razón de la
materia es el juicio ordinario".
Conclusiones:
El procedimiento adecuado es el juicio ordinario del artículo 249.1.6.º ("Las que versen
sobre cualesquiera asuntos relativos a arrendamientos urbanos o rústicos de bienes
inmuebles..."). Si se planteara por los trámites del juicio verbal del artículo 250.1.1.º LEC
("Las que versen sobre reclamación de cantidades por impago de rentas y cantidades
debidas..."), lo correcto sería plantear la indebida acumulación de acciones, pues sólo
es posible reclamar por el juicio verbal la renta y cantidades asimiladas.
11. La resolución del contrato de arrendamiento por incumplimiento de otras
obligaciones del arrendatario distintas del pago de la renta, ¿debe ventilarse a
través del juicio ordinario, aunque se acumule la acción de resolución por impago
de la renta? Si cabe la acumulación en el juicio ordinario, y la pretensión de
resolución por falta de pago es subsidiaria, ¿qué grado de cumplimiento debe
exigirse entonces a la información de la demanda sobre las posibilidades de
enervación?
SAP Huelva, Sección 2.ª, de 25 de noviembre de 2015 [ECLI:ES:APH:2015:814].
Sentencia: 420/2015. Recurso: 837/2015. Ponente: José Pablo Martínez Gámez. Debe
tramitarse a través del juicio ordinario.
Rechaza la excepción de inadecuación planteada en un juicio ordinario en el que se
había ejercitado no solo la acción de resolución de contrato por falta de pago de
rentas, sino también, acumulada, la acción de reclamación de otras cantidades y la
de la resolución del contrato por incumplimiento de otras obligaciones de carácter
heterogéneo, tales como no presentar las facturas de compra del mobiliario a que se
comprometieron, no firmar el inventario y no realizar los trabajos convenidos. Considera
que esta demanda no podía tramitarse su demanda por los cauces del juicio verbal
limitado a la resolución contractual por falta de pago de rentas según el art. 250.1.1.º,
debiendo tramitarse como se hizo por los cauces del proceso ordinario. Cita la Sentencia
de la Sec. 7.ª de la AP de Valencia de 1 de junio de 2015 [ECLI:ES:APV:2015:2580].
Y concluye: "el que la sentencia de primera instancia no haga referencia alguna
al procedimiento adecuado no puede conllevar la nulidad de dicha sentencia ni la
retroacción de las actuaciones; ni tampoco puede producir ese efecto el hecho de que
en la demanda no se hiciera constar si procedía o no la enervación de la acción, pues
al margen de que junto la acción de desahucio por falta de pago y reclamación de
rentas se ejercitaban otras acciones, lo que en principio haría inviable esa posibilidad,
los demandados tampoco la han ejercitado en la forma establecida por el artículo 22.4
de la Ley de Enjuiciamiento Civil ni alegado su intención de ejercitarla, sino que, por el
"Sobre esta cuestión (...) no es unánime el parecer de los distintos órganos judiciales
y así se expresa, a vía de ej. La A.P ZARAGOZA en 25-2-2011 El criterio de las
audiencias no es unívoco. Así, existen algunas que ciñéndose estrictamente al
criterio gramatical consideran que cualquier cuestión que se plantee con fundamento
o causa más o menos próxima en un contrato de arrendamiento rústico o urbano ha
de ser tramitada, dada la especialidad del procedimiento por razón de la materia,
por las normas del juicio ordinario, como previene el art. 249.1 6º (...) (auto de la
Audiencia Provincial de Zamora (Sección Primera) de 3 de enero de 2004 y auto de la
Audiencia Provincial de Bilbao (Sección Quinta) de 23 de septiembre de 2010). Por el
contrario, otras resoluciones consideran, especialmente en materia de obligaciones
dimanantes de contratos ya extinguidos y donde pueden discernirse claramente
cuestiones de índole meramente obligacional y accesorias a las obligaciones
principales del contrato (duración, naturaleza de los derechos, contenido de los
derechos y obligaciones de las partes...) es posible deslindarla causa remota de
la obligación y ceñirse a la próxima, considerando que tal procedimiento ha de ser
tramitado por las normas del juicio ordinario que corresponda por razón de la cuantía
(sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas de Gran Canaria(Sección
Quinta) de 21 de abril de 2003 y auto de la Audiencia Provincial de Barcelona
(Sección Decimotercera) de 7 de agosto de 2007)".
cosa juzgada. No hay, por ello, posibilidad de plantear la complejidad como base de la
inadecuación del procedimiento verbal.
Sobre el desahucio por precario:
SAP Badajoz, Sección 3.ª, de 25 de febrero de 2016 [ECLI:ES:APBA:2016:270].
Sentencia: 46/2016. Recurso: 34/2016. Ponente: Juana Calderón Martín:
"No tiene el procedimiento verbal de desahucio por precario el carácter sumario que
la Ley de Enjuiciamiento Civil atribuye a otros procesos, y tampoco la sentencia
que en ellos se dicta está excluida de los efectos de cosa juzgada ( art. 447 de
la LEC); en el juicio por precario pueden, por tanto, plantearse y discutirse todas
las alegaciones que deriven o estén relacionadas con la existencia o suficiencia
del título o títulos que esgriman las partes, y así lo hecho la parte demandada
tanto en la primera instancia como ahora en esta alzada. En este punto, merece
reseñarse lo expresado en la Exposición de Motivos de la LEC -apartado XII-, tal y
como expone la parte apelada: "... la experiencia de ineficacia, inseguridad jurídica y
vicisitudes procesales excesivas, aconseja en cambio, no configurar como sumarios
los procesos en que se aduzca como fundamento de la pretensión de desahucio
una situación de precariedad. Parece preferible que el proceso se desenvuelva con
apertura a plenas alegaciones y pruebas, y finalice con plena efectividad".
"Si bien no es claro el planteamiento de este motivo, ni las intenciones que llevan
a la parte a formularlo del modo como lo hace, hay que considerar que está
reproduciendo aquí la excepción que ha venido planteando durante todo el pleito
sobre la inadecuación del procedimiento del juicio verbal de desahucio por precario
para la extinción de la ocupación del piso propiedad del recurrido una vez acabada
la convivencia de hecho. (...) Es más, el procedimiento seguido fue correcto, porque
lo que se pretendía era lo previsto en el Art.250.2 LEC, que establece que se
decidirán en juicio verbal, las demandas "[...]que pretendan la recuperación de la
plena posesión de una finca rústica o urbana, cedida en precario por el dueño[...]".
"TERCERO.- El precario es un juicio verbal con carácter plenario, con la LEC 1/2000
pierde el carácter de sumario, por lo que la sentencia recaída produce efectos de
cosa juzgada, si bien ésta se limita al derecho a poseer (art. 447.2 LEC).
Subsiste la cuestión del ámbito de conocimiento del proceso, no tanto por su carácter
- indudablemente plenario - sino en razón del tipo de procedimiento al que, por
razón de la materia, remite la ley. El objeto de ese proceso se limita únicamente
a si el demandado posee o no un título que legitime su ocupación, oponible el
actor que interesa la recuperación de su posesión; en consecuencia, tal es, por
propia definición, el ámbito del juicio por precario, no obstante nada se opone a
"El tema planteado en esta litis ha sido abordado por el Tribunal Supremo en diversas
resoluciones, entre otras en la sentencia de 14 de febrero de 2.014, en un supuesto
en que el padre había cedido el uso de una parte de una finca de su propiedad a
un hijo, muerto el progenitor, habiendo otorgado testamento en el que nombraba
herederos a los cuatro hijos sin referencia alguna al trozo de terreno que había
cedido a uno de ellos, y promovido juicio de desahucio en precario por los tres
hermanos frente al que continuaba en el uso de la finca, el Alto Tribunal declaró:
"El recurso de casación que ha interpuesto Don Benito, demandado y condenado a
desalojar el inmueble (parte de la finca) en ambas instancias, tiene un motivo único
en el que cita la infracción de los artículos 1471 y siguientes del Código Civil (LEG
1889, 27), lo cual no tiene sentido en el presente caso (quizá es el error de citarlo
en vez del artículo 1741), y en el desarrollo del motivo mantiene, como verdadero
núcleo del mismo, que este recurrente tiene un título concreto, que es la ocupación
de una parte de la finca por autorización del padre, propietario del total de la misma,
para uso del negocio de carpintería, lo cual significa -según expresa este motivo,
citando el artículo 1742- que se trató de un contrato de comodato que se mantiene
hasta tanto no concluya el uso para lo que se concedió el terreno, es decir, hasta
que no concluya el negocio de carpintería.
No es así y las sentencias de instancia y la doctrina de esta Sala no comparten
la calificación que se mantiene en este único motivo del recurso. No aparece un
contrato expreso o tácito de comodato; el padre de los litigantes cede gratuitamente
una posesión de una parte de la finca, como acto tolerado -no consta otra cosa-
conforme al artículo 444 del Código Civil; es una posesión de hecho, sin título, lo que
se ratifica cuando otorga testamento y no hace mención alguna de este uso, que
obvia por entero. No existía, pues, contrato alguno que deban respetar los herederos
del contratante, conforme al artículo 1742 del Código Civil.
La sentencia del Pleno de esta Sala de 16 de septiembre de 2.010 (RJ 2.010, 6977)
seguida con reiteración por otras muchas, como la del 29 de julio de 2.013 (JUR
2.014, 61529), declaró que: estando pendiente el estado de indivisión hereditaria que
precede a la partición y teniendo ésta el carácter de operación complementaria que
resulta indispensable para obtener el reconocimiento de la propiedad sobre bienes
determinados de la herencia, no cabía admitir un uso exclusivo de un bien hereditario
en favor de un determinado particular coheredero.
Es decir, la jurisprudencia, que reitera la presente sentencia, admite la viabilidad
de la acción de precario entre coherederos, frente al coheredero y en favor de
la comunidad hereditaria, que disfruta exclusivamente por concesión graciosa del
causante. La mencionada sentencia de 29 de julio de 2.013 dice, literalmente:
En primer término, el supuesto en cuestión se encuadra metodológicamente en el
ámbito de la protección posesoria de las cosas comunes de la herencia durante
el período de indivisión de la misma (artículos 445 y 450 del Código Civil),
de forma que aunque se admite la coposesión, y su tutela, ello no autoriza a
ningún coheredero a que posea con carácter exclusivo un bien que pertenece
pro-indiviso a la comunidad hereditaria. Lo actuado en este sentido comporta una
clara extralimitación objetiva del derecho de posesión del coheredero y como tal
un perjuicio o despojo injustificado para el resto de los coherederos. En segundo
término, sentado lo anterior, debe señalarse que esta ratio (razón) de la tutela
dispensada debe prevalecer e informar el contexto doctrinal debatido. En efecto,
en este sentido el recurso práctico hacia la viabilidad en estos supuestos del
(...) 2.º Los documentos que constituyan un principio de prueba del título en que se
funden las demandas de retracto y, cuando la consignación del precio se exija por
ley o por contrato, el documento que acredite haber consignado, si fuere conocido,
el precio de la cosa objeto de retracto o haberse constituido caución que garantice
la consignación en cuanto el precio se conociere".
"(...)
2. No se admitirán las demandas cuando no se acompañen a ella los documentos
que la ley expresamente exija para la admisión de aquéllas o no se hayan intentado
conciliaciones o efectuado requerimientos, reclamaciones o consignaciones que se
exijan en casos especiales".
Jurisprudencia:
SAP Madrid, Sección 12.ª, de 26 de junio de 2014 [ECLI:ES:APM:2014:8069] que, con
cita de la SAP Barcelona de 30 de septiembre de 2005, considera que aunque el artículo
1535, "por su gramática y estructura, parece conceder un retracto" y, en tal sentido,
"el parentesco entre los artículos 1.521 y 1.535 resulta evidente", regula en realidad
un derecho a la extinción del crédito cedido: Se regula, pues, no "como un derecho de
adquisición preferente, sino de extinción de venta, con reembolso de lo abonado, por
la especial naturaleza del crédito transmitido, sin que sean extrapolables los requisitos
del retracto legal a esta figura del art. 1.535, pues fue excluida de tal regulación común,
precisamente por estas diferencias". Añade, después de explicar las resoluciones del
juzgado de primera instancia que consideraron que no procedía exigir la consignación:
cuestión prejudicial planteada ante el TJUE por el Juzgado de 1.ª Instancia número
11 de Vigo, entre otros tribunales?
La cuestión prejudicial planteada por el Juzgado de Vigo pregunta, entre otras materias,
si a la luz de los artículos 38 y 47 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión
Europea, el juez nacional puede no aplicar el artículo 1535 CC en cuanto impide ejercer
el retracto de créditos litigiosos en el mismo procedimiento en el que se ejecuta el crédito
cedido, exigiendo al consumidor la carga de iniciar un nuevo proceso declarativo en el
plazo de caducidad de 9 días tras la notificación de la cesión, con los costes que de ello se
derivan (abogado, procurador, tasas judiciales, determinación del juzgado competente
cuando el cesionario no tiene domicilio en España) contra el nuevo titular del crédito
cedido para proceder al retracto. Es el Asunto C-7/16 (DOUE 4 de abril de 2016). Si la
cuestión prosperara, habría que interpretar el art. 249.1.7.º LEC de conformidad con lo
que resulte de la sentencia, en el sentido de que la acción de retracto no será patrimonio
exclusivo del juicio ordinario y podrá ejercitarse también en el proceso de reclamación
del crédito, sea declarativo o de ejecución.
Hay otra cuestión prejudicial planteada por el Juzgado de 1.ª Instancia 38 de Barcelona
pero sin connotaciones procesales. Plantea, en síntesis, si es conforme con el Derecho
de la Unión, la práctica empresarial de cesión o compra de los créditos por un precio
ínfimo sin ofrecer la posibilidad al consumidor de extinguir la deuda con el pago del
precio, intereses, gastos y costas del proceso al cesionario.
Después de la preparación del cuestionario se ha conocido el auto del TJUE de 5 de
julio de 2016, que responde a la cuestión prejudicial C-7/16 en los siguientes términos:
Por tanto, la respuesta del TJUE no alterará la reserva del juicio ordinario para el ejercicio
de las acciones de retracto.
"La cuestión planteada ante esta Sala (...) consiste en determinar si, disuelta la
sociedad de gananciales pero no liquidada aún, la declaración de que la sociedad de
gananciales es acreedora de uno de los cónyuges por la revalorización de un bien
privativo de este debido al trabajo del otro, así como la condena del cónyuge titular
del bien privativo a pagar la cantidad resultante a la sociedad de gananciales, pueden
ventilarse y decidirse por los trámites del proceso declarativo correspondiente por
razón de la cuantía (en el presente caso el juicio ordinario) o, por el contrario, deben
ventilarse necesariamente por los trámites de los arts. 806 y siguientes de la LEC
en cuanto proceso especial por razón de la materia.
(...)
Los hechos en que se basaba la demanda eran, en síntesis, que gracias a las
intensas gestiones del demandante, anteriores al divorcio, una finca privativa de
la demandada (...) y adquirida por esta (...) por herencia de su madre, se había
revalorizado enormemente al ser recalificada y quedar incluida en el Plan General
de Ordenación Urbana (...).
5º.- La demandada contestó a la demanda proponiendo con carácter previo las
excepciones de inadecuación del procedimiento y falta de competencia objetiva del
Juzgado de Primera Instancia por entender que el procedimiento adecuado, una vez
disuelta la sociedad de gananciales, no podía ser otro que el previsto en los arts.
806 y siguientes de la LEC".
"1ª) El art. 248 LEC (...) establece claramente la prioridad de los procesos especiales
por razón de la materia sobre los procesos declarativos comunes (ordinario y verbal)
por razón de la cuantía (...).
2ª) Dentro del libro IV de la LEC, dedicado a los procesos especiales, el capítulo
II del título II regula el procedimiento para la liquidación del régimen económico
matrimonial (arts. 806 a 811), pero comprendiendo en realidad dos procedimientos
diferentes, el de formación de inventario (arts. 808 y 809) y el de liquidación en
sentido estricto (art. 810), con una variante más para el régimen de participación
(art. 811).
3ª) De lo anterior se sigue que la formación de inventario para determinar el activo y el
pasivo de la comunidad matrimonial precede a la liquidación del régimen económico
matrimonial, porque no es sino hasta concluido el inventario cuando cualquiera de
los cónyuges "podrá" solicitar la liquidación (art. 810.1 LEC), lo que significa, a su
vez, que la determinación del activo y el pasivo de la comunidad matrimonial no
exige necesariamente una petición de liquidación como se alega en el motivo.
(...)
5ª) La circunstancia de que ninguno de los litigantes haya pedido aún la formación
del inventario ni la liquidación de la sociedad de gananciales desde su disolución por
capitulaciones matrimoniales seguidas de sentencia de divorcio de mutuo acuerdo
no puede ocultar la realidad de que materialmente existe un conflicto entre ellos (...).
6ª) Si a lo anterior se une el relevante importe de la reclamación del hoy recurrente,
más de 7 millones de euros, y su pretensión no solo declarativa sino también de
condena de la demandada a ingresarlo en la sociedad de gananciales, se explica
más que suficientemente por qué la LEC de 2000 ha optado por un proceso
declarativo especial que, regido por el principio de concentración, permita solventar
ordenadamente las diferencias entre los cónyuges evitando litigios sucesivos entre
ellos que puedan acabar perjudicando seriamente el derecho a la tutela judicial del
que se encuentre en una posición más débil.
7ª) La decisión del tribunal sentenciador se ajusta, pues, tanto al principio general
incorporado al art. 254.1 LEC, que al ordenar la tramitación que corresponda a la
materia elimina la disponibilidad de las partes sobre el proceso a seguir, como a
la realización más específica de ese principio general en el art. 806 LEC cuando
dispone que la liquidación de cualquier régimen económico matrimonial se llevará a
cabo, en defecto de acuerdo entre los cónyuges, "con arreglo a lo dispuesto en el
presente capítulo y a las normas civiles que resulten aplicables".
8ª) Esta regulación de la LEC de 2000 permite considerar superada la jurisprudencia
que, bajo el régimen de la LEC de 1881, con relativa frecuencia acerca de
determinados procesos especiales no apreciaba quebrantamiento de forma por
inadecuación del procedimiento (motivo comprendido en el ordinal 2º del art. 1692
LEC de 1881) razonando que no existía indefensión cuando se había seguido un
proceso declarativo ordinario de mayor o de menor cuantía por sus más amplias
posibilidades de alegación y prueba".
2. Ámbito del juicio ordinario por razón de la cuantía (arts. 249.2, 251, 252
y 253 LEC)
Jurisprudencia:
Swaps: STS, Civil, Sección 1.ª, de 12 de febrero de 2016 [ECLI:ES:TS:2016:503].
Sentencia: 63/2016. Recurso: 3386/2012. Ponente: Pedro José Vela Torres.
El problema del nocional como referencia se resume en SAP Las Palmas, Sección 5.ª,
de 12 de febrero de 2016 [ECLI:ES:APGC:2016:357]. Sentencia: 52/2016. Recurso:
38/2014. Ponente: Carlos Augusto García Van Isschot. No aplica la regla del nocional
y, aunque considera aplicable la regla 8.ª, concluye que en los swaps la cuantía es
indeterminada:
"QUINTO.- Por último, se alega que la cuantía del juicio no ha quedado determinada,
pese a la contradicción entre las partes. Y en efecto, concurre incongruencia omisiva
al no haber sido establecida por la Juzgadora la cuantía del juicio, aún cuando no
se alegue la inadecuación del procedimiento (artículo 255 de la LEC), al estar en
juego la procedencia o no del recurso de casación. Pues bien, al respecto se ha
pronunciado el auto del Tribunal Supremo de 15 de junio de 2010, estableciendo
que "pesar de que la cuantía del pleito fuera fijada como indeterminada por el actor
en su escrito de demanda, debe ponerse de manifiesto que la cuestión relativa
a la cuantificación económica del procedimiento pertenece al orden público y en
consecuencia puede ser fijada o establecida por los Tribunales de oficio. En el
presente supuesto, aun cuando la resolución de la Audiencia Provincial de OVIEDO
(Sección Quinta), declara que la cuantía del procedimiento fue fijada por la parte
actora como indeterminada, tratándose de un pleito tramitado en atención a la
cuantía, CONFORME a lo dispuesto en el articulo 251 de la LEC 2000, la cuantía
del procedimiento la constituye el precio del contrato y tratándose de dos contratos
de permuta financiera en torno a los cuales giran las acciones ejercitadas, la cuantía
se corresponde con 749.000 y 1.803.000 euros fijados como precios de los mismos,
superando por tanto, la cuantía legalmente establecida para el acceso a los recursos
extraordinarios". En el caso, la cuantía sería coincidente con el precio del contrato
(226.000 euros), fijada por la actora en su demanda y no la pretendida por la parte
recurrente, subsanando esta Sala la omisión de la sentencia de instancia".
Preferentes: ídem (regla 8.ª) SAP Madrid, Civil, Sección 10.ª, de 12 de abril de 2016
[ECLI:ES:APM:2016:4756]. Sentencia: 228/2016. Recurso: 148/2016. Ponente: María
Isabel Fernández del Prado:
Pero se constata que sigue habiendo confusión en los ámbitos de la regla 1.ª y de la
8.ª, no porque la cuantía sea indeterminada, sino porque el valor determinado de lo
reclamado no siempre coincide con el total del interés económico de la obligación. La
diferencia puede ser relevante en los swaps, en la nulidad de adquisición de acciones (si
se han vendido antes de interponer la demanda), en las preferentes sometidas a canje y
recompra por el FOGADE... Es interesante el Auto del JPI n.º 1 de Fuenlabrada de 9 de
octubre de 2015 ([ECLI:ES:JPI:2015:14A]. Recurso: 917/2015. Ponente: Jesús Miguel
Alemany Eguidazu), sobre la tesis de la combinación de acciones:
"En los contratos ineficaces concurren la acción declarativa de la ineficacia junto con
la acción restitutoria de las prestaciones ejecutadas, que es una acción personal, de
condena y recuperatoria por razón de un enriquecimiento injustificado. La doctrina
procesal clásica expresó con estas palabras la llamada tesis de la combinación
de acciones: "A veces no solamente se pide la anulación o la rescisión, sino al
mismo tiempo la condena del adversario a una prestación (restitución de cantidades
pagadas, consignación de cosas, pago de frutos e intereses, etc.). Esto ocurre
cuando el negocio que se impugna ya se ha ejecutado. En estos casos tenemos
23. En particular, sobre las reglas 1.ª, 8.ª y 10.ª en los procedimientos relacionados
con la OPS de Bankia.
Legislación:
Artículo 251.1.10.ª LEC:
Jurisprudencia:
AJPI n.º 1 de Fuenlabrada de 9 de octubre de 2015 [ECLI:ES:JPI:2015:14A]. Recurso:
917/2015. Ponente: Jesús Miguel Alemany Eguidazu:
"TERCERO. Ámbito objetivo de la regla 10ª del artículo 251 LEC sobre "valores
negociados"
(...)
C) Interpretación estricta de la norma.- El supuesto de hecho de la regla 10ª es una
demanda que versa sobre valores negociados. Según el Diccionario de la Lengua,
"versar" es "tratar de una materia determinada". En un sentido vago, todas las
pretensiones ahora interpuestas están relacionadas con las acciones cotizadas de
la entidad demandada.
No obstante, una interpretación literal más estricta circunscribe la norma a
pretensiones declarativas o de condena cuyo objeto (bien jurídico pedido) sean los
valores mismos. Esto acontece en la declaración de propiedad de los valores tras
el ejercicio de una acción real (v.g. una reivindicatoria, contemplada en el art. 9 III
LMV), o en la condena a dar (prestación de dar) o a restituir (atribución inversa) los
valores.
Diversamente, la regla 10ª no se aplica a aquellas pretensiones en las que los
"valores" solo integran el elemento fáctico de la causa petendi -conjunto de hechos
jurídicamente relevantes para identificar la pretensión o supuesto de hecho- y, desde
luego, cuando los valores solo operan como hechos constitutivos complementarios
y no identificadores de la causa de pedir.
En lógica consecuencia, no se subsumen en la regla 10.ª las acciones personales
contractuales como la acción de anulación o la de resolución por incumplimiento,
aunque el vicio del consentimiento o el defecto de información recaiga sobre
la naturaleza o caracteres de los valores. Indudablemente, la regla tampoco se
extiende a las acciones de indemnización, ello a pesar de que en su cálculo deba
computarse el descenso en la cotización o valor de los instrumentos financieros
controvertidos.
D) Interpretación teleológica de la norma.- La conclusión alcanzada con una
interpretación literal estricta es también la más razonable porque delimita el ámbito
objetivo de la regla 10ª a aquellas pretensiones en las que pueda apreciarse una
correspondencia relevante entre el interés económico de la demanda y la cotización
o el valor del instrumento financiero. El concepto rector en la determinación de
la cuantía es el del "interés económico de la demanda" y el elenco de reglas
especiales tiene una función interpretativa en la labor de determinación. Es obvio
que el interés económico de una demanda en algún modo relacionada con un
"11.ª Cuando la demanda tenga por objeto una prestación de hacer, su cuantía
consistirá en el coste de aquello cuya realización se inste o en el importe de
los daños y perjuicios derivados del incumplimiento, sin que en este caso sean
acumulables ambas cantidades, salvo si además de instarse el cumplimiento, se
pretende también la indemnización. El importe o cálculo de los daños y perjuicios
habrá de ser tenido en cuenta cuando la prestación sea personalísima o consista en
un no hacer, y ello incluso si lo que se insta con carácter principal es el cumplimiento".
Jurisprudencia:
SAP Tenerife, Sección 4.ª, de 20 de abril de 2016 [ECLI:ES:APTF:2016:535]. Sentencia:
123/2016. Recurso: 651/2015. Ponente: Pablo José Moscoso Torres:
de la LEC) que sea más favorable para la tutela judicial efectiva y para el acceso
a los recursos legalmente establecidos (acceso que integra una de las facetas del
derecho más amplio a dicha tutela), hay que entender no es aplicable ese límite,
sobre todo cuando no se ha llevado a cabo el control de oficio de la clase de juicio
por razón de la cuantía en la forma señalada en el art. 254 de la LEC".
Se constata que es relativamente frecuente que la impugnación sobre cuantía quede sin
resolver en estos ordinarios por razón de la materia.
SAP Valencia, Sección 9.ª, de 21 de marzo de 2016 [ECLI:ES:APV:2016:1157].
Sentencia: 416/2016. Recurso: 1235/2015. Ponente: Luis Seller Roca de Togores.
"El concepto de título no debe ser interpretado en sentido estricto, sino que debe
entenderse que se incluye también la causa de pedir, pues el artículo 252.2.ª LEC,
aplicando criterios sistemáticos, debe ser interpretado en relación con lo dispuesto
en el artículo 72 LEC, en el cual se establece que podrán acumularse, ejercitándose
simultáneamente, las acciones que uno tenga contra varios sujetos o varios contra
uno, siempre que entre esas acciones exista un nexo por razón del título o causa
de pedir.
En suma, para la acumulación de cuantías en el supuesto que estamos
considerando es exigible que sea el mismo el negocio jurídico (título) o sean
los mismos los hechos en que se fundamentan sustancialmente las diversas
pretensiones acumuladas (causa de pedir).
C) A este último supuesto deben asimilarse aquellos casos, como el que se
considera en este proceso, en los cuales, aun cuando puedan registrarse diferencias
en los hechos que conciernen a los distintos reclamantes cuyas pretensiones
La idea es que hay que estar a la causa de conexión que ha permitido la acumulación de
las acciones, entendiendo que el "concepto de título no debe ser interpretado en sentido
estricto, sino que debe entenderse que se incluye también la causa de pedir, pues el
artículo 252.2.ª LEC, aplicando criterios sistemáticos, debe ser interpretado en relación
con lo dispuesto en el artículo 72 LEC, en el cual se establece que podrán acumularse,
ejercitándose simultáneamente, las acciones que uno tenga contra varios sujetos o
varios contra uno, siempre que entre esas acciones exista un nexo por razón del título
o causa de pedir". En otras sentencias del TS se distingue entre el título y la causa de
pedir en los siguientes términos: "Distinción entre título, como negocio jurídico, y causa
de pedir, concepto más amplio, como hecho o conjunto de hechos que tienen idoneidad
para producir efectos jurídicos, como acaecimiento de cuya existencia o inexistencia
pretende el actor deducir las consecuencias jurídicas determinantes de su petición o, si
se quiere, como relato histórico en que se funda la demanda" (STS de 21 de octubre de
2015. Rec. 2671/2012 [ECLI:ES:TS:2015:4270]).
Influyen tres factores de dificultad adicionales: las circunstancias concretas de cada
caso (o cómo determinar el título y la causa de pedir y la identidad o conexidad); las
circunstancias procesales -cómo se determinó la cuantía, cómo se impugnó, en su
caso, y cómo se resolvió la impugnación-; y, de nuevo, la versatilidad de la cuantía en
sus diferentes funciones porque, en su función de criterio de acceso a la casación, ha
generado resoluciones un tanto contradictorias.
26. ¿Cómo se determina la cuantía en los casos de acumulación subjetiva de
acciones en materia de vicios ruinógenos y LOE?
Legislación:
Artículo 252 LEC:
Para la fijación del valor no se tomarán en cuenta los frutos, intereses o rentas por
correr, sino sólo los vencidos. Tampoco se tomará en cuenta la petición de condena
en costas.
Sin perjuicio de lo anterior, si las acciones acumuladas fueran la de desahucio por
falta de pago o por expiración legal o contractual del plazo, y la de reclamación de
rentas o cantidades debidas, la cuantía de la demanda vendrá determinada por la
acción de mayor valor.
(...)
6.ª La concurrencia de varios demandantes o de varios demandados en una misma
demanda en nada afectará a la determinación de la cuantía, cuando la petición sea la
misma para todos ellos. Lo mismo ocurrirá cuando los demandantes o demandados
lo sean en virtud de vínculos de solidaridad.
7.ª Cuando la pluralidad de partes determine también la pluralidad de las acciones
afirmadas, la cuantía se determinará según las reglas de determinación de la cuantía
que se contienen en este artículo".
Artículo 72 LEC:
Artículo 12 LEC:
Jurisprudencia:
Considera que no provienen del mismo título o causa de pedir:
ATS, Civil, Sección 1.ª, de 8 de junio de 2016 [ECLI:ES:TS:2016:5429A]. Recurso:
3279/2014. Ponente: José Antonio Seijas Quintana:
la demanda por incumplir lo dispuesto en el art. 219 LEC, fue subsanado el mismo
en la audiencia previa en los términos expresados en el auto de 5 de mayo de 2008
(...) quedando fijadas las cantidades reclamadas por cada uno de los demandantes,
ninguna de las cuales supera los 600.000 euros.
Pues bien, a la vista de lo expuesto, la sentencia no es recurrible en casación al
amparo del art. 477.2.2.º LEC, que es la vía empleada por el recurrente, por cuanto
si bien sumadas todas las cantidades reclamadas si superan los 600.000 euros, tal
proceder no es correcto ya que no puede olvidarse que nos encontramos ante un
supuesto de acumulación subjetiva de acciones nacidas de diferente título, siendo
doctrina de esta Sala, plasmada, entre otras, en sentencias de 5 de octubre de 1999,
30 de marzo de 2000, 25 de enero de 2001 y 19 de febrero de 2009, así como en
los Autos de 27 de marzo de 2001, 12 de febrero de 2002, 22 de julio de 2008, 14
de octubre de 2008 y 24 de febrero de 2009, que la determinación de la cuantía
litigiosa en los casos de acumulación de acciones cuando tienen su fundamento en
distinto título, como es el caso, supone la improcedencia de sumar las cuantías de
las diversas pretensiones ejercitadas en un mismo proceso cuando los créditos de
quienes en él demandan nacen de títulos diferentes.
En la misma línea, la regla primera del artículo 252 LEC dispone que en tales
supuestos la cuantía se determina en función de la acción de mayor valor, lo que en
el presente caso supone la cantidad de 532.945,66 euros (...).
En cualquier caso, en materia de vicios ruinógenos, esta Sala ha considerado
aplicable la regla del art. 252.1.ª LEC y no la del art. 252.1.ª LEC (sic: debe decir 2ª),
así por citar algunos de los más recientes AATS de fecha 16 de octubre de 2012,
rec. n.º 2320/2011 y 10 de enero de 2012, rec. n.º 751/2011".
En sentido contrario: título igual por contratos idénticos (el matiz puede ser que
la prestación de la contraparte es "indivisible"): STS de 2 de julio de 2015
[ECLI:ES:TS:2015:3203]. Sentencia: 405/2015. Recurso: 1660/2013. Ponente: Rafael
Sarazá Jimena.
Resumen CENDOJ: Resolución de contratos de permuta de solar por edificación futura
por incumplimiento.
En síntesis: Los cuarenta y dos demandantes eran propietarios de viviendas en un
edificio en la ciudad de Valencia, que hubo de ser derruido en la década de 1970
por sufrir aluminosis, por lo que, junto con el resto de propietarios de viviendas del
edificio, se convirtieron en titulares de cuotas indivisas sobre el solar que quedó tras la
demolición del edificio. En el año 2004 los demandantes celebraron con la promotora
demandada contratos de idéntica redacción, que aunque contenían la denominación de
contrato "de compraventa", tanto el Juzgado de Primera Instancia como la Audiencia
Provincial han calificado como de contratos de permuta de solar por edificación futura.
Cada demandante transmitió a la inmobiliaria la cuota indivisa sobre el solar de que era
titular y la inmobiliaria demandada se obligó a construir un edificio y a entregar a cada
uno de los demandantes un piso en dicho edificio. El edificio no se llegó a construir. En la
demanda se pedía: 1) Se declare el incumplimiento contractual. 2) Se declaren resueltos
dichos contratos. 3) Se condene al pago de indemnización a favor de los demandantes
por los daños y perjuicios derivados del incumplimiento. Dice la sentencia:
por los demandantes con Reyal Urbis. Y los acontecimientos que llevaron a que
el contrato resultara incumplido por Reyal Urbis (según pronunciamiento de la
sentencia de la Audiencia Provincial que no ha sido impugnado) son los mismos. Por
tanto, puede considerarse, como en la sentencia transcrita, que existe una identidad
de título, entendido como causa de pedir, habida cuenta de que los demandantes
ostentaban sus cuotas de propiedad indivisa sobre una misma finca y que los
pisos que debían haberles sido entregados deberían haber sido los existentes en
el edificio que Reyal Urbis se obligó a edificar sobre dicha finca, obligación que
incumplió por las razones expuestas en la sentencia, que son comunes para todos
los demandantes.
De ahí que en la demanda la cuantía del litigio fuera fijada con base en este criterio
acumulativo y las demandadas, al contestar la demanda, hubieran mostrado su
conformidad con dicha cuantía".
También en sentido aparentemente distinto: igual título (con igual matiz sobre la
"indivisibilidad" de la prestación): STS, Civil, Sección 1.ª, de 22 de abril de 2013
[ECLI:ES:TS:2013:3120]. Sentencia: 283/2013. Recurso: 2040/2009. Ponente: Juan
Antonio Xiol Ríos.
Demanda de responsabilidad civil profesional contra el abogado que asistió a los
distintos demandantes en las demandas de reclamación de daños y perjuicios por
las obras de excavación en solar colindante basada en la denegación de medidas
cautelares y la desestimación de la petición de indemnización por gastos de alquiler y
por daños morales. Puede entenderse que los diferentes contratos con el abogado eran
idénticos porque desembocaron en la misma actuación profesional (la interposición de
una demanda).
"El presente recurso de queja tiene por objeto el auto por el que se deniega la
admisión del recurso extraordinario por infracción procesal interpuesto contra la
sentencia dictada (...) en un juicio ordinario sobre nulidad de adquisiciones de
participaciones preferentes, tramitado por razón de la cuantía.
La parte demandante fijó la cuantía de la demanda en 1.041.505,27 €, al entender
que ese es el montante total de los cargos en cuenta efectuados a los actores
como consecuencia de la concertación de los contratos cuya nulidad solicita y que
desglosa en la demanda, tratándose de adquisiciones efectuadas en distintas fechas
y por distintos adquirentes, de tal manera que la compra de preferentes de mayor
valor es de 100.000 € (...).
La parte demandada impugnó esta cuantificación de la demanda, siendo resuelta
dicha impugnación en la audiencia previa al juicio, en la que el Juzgado de Primera
Instancia determinó que la cuantía era de 100.000 €, al tratarse de una acumulación
de acciones, que no provienen del mismo título, al tratarse de adquisiciones distintas,
efectuadas por distintas personas, solicitando cada una de ellas una indemnización
diferenciada. Recurrida la sentencia por la parte demandada e impugnada por la
parte actora en lo referente a la cuantía del procedimiento, la sentencia de segunda
instancia confirma el criterio del juzgador a quo (...).
Pues bien, a la vista de lo expuesto la sentencia no es recurrible en casación al
amparo del art. 477.2.2º de la citada LEC, por cuanto se procede a sumar el importe
de lo cargado en cuenta por la totalidad de los contratos de compraventa.
Tal proceder no es correcto ya que no puede olvidarse que nos encontramos ante
un supuesto de acumulación subjetiva de acciones nacidas de diferente título, pese
a lo afirmado por la recurrente en fase de alegaciones, siendo doctrina de esta Sala,
plasmada, entre otras, en sentencias de 5 de octubre de 1999, 30 de marzo de 2000,
25 de enero de 2001 y 19 de febrero de 2009, así como en los Autos de 27 de
marzo de 2001, 12 de febrero de 2002, 22 de julio de 2008, 14 de octubre de 2008
y 24 de febrero de 2009, que la determinación de la cuantía litigiosa en los casos
de acumulación de autos, e incluso de acciones cuando tienen su fundamento en
distinto título, como es el caso, supone la improcedencia de sumar las cuantías de
las demandas de cada proceso acumulado, así como las cuantías de las diversas
pretensiones ejercitadas en un mismo proceso cuando los créditos de quienes en él
demandan nacen de títulos diferentes".
y sobre las posibilidades del juez en la audiencia previa. Como materiales de trabajo
para la fijación de esos criterios en cada juzgado se aportan los siguientes:
Explica las diferentes funciones de la cuantía el Auto del JPI n.º 1 de Fuenlabrada de
9 de octubre de 2015 [ECLI:ES:JPI:2015:14A]. Recurso: 917/2015. Ponente: JESÚS
MIGUEL ALEMANY EGUIDAZU.
Bibliografía:
La audiencia previa. Joan Picó i Junoy, Xavier Abel Lluch (directores). Barcelona: Bosch,
2010. ISBN: 978-84-7698-896-1. Parte V: Función saneadora en la audiencia previa,
pág. 257 y ss.
[Las referencias al juez se entienden hechas al LAJ después de la Ley 13/2009. Se
reproduce la parte más relevante, omitiendo las notas a pie de página].
1. "Las demandas sólo se inadmitirán en los casos y por las causas expresamente
previstas en esta Ley.
31. ¿Puede dirigirse la demanda contra los ignorados ocupantes de una vivienda
interpuesta por quienes han adquirido recientemente su propiedad y pretenden
su posesión?
El procedimiento utilizado en estos supuestos por los actores no es único.
Frecuentemente, acuden al juicio verbal de desahucio por precario (art. 250.1.2.º LEC),
pero también utilizan el juicio verbal para la tutela sumaria de la tenencia o de la posesión
de una cosa o derecho por quien haya sido despojado de ellas o perturbado en su
disfrute (art. 250.1.4.º LEC), el juicio verbal previsto para los titulares de derechos reales
inscritos en el Registro de la Propiedad que demandan la efectividad de su derecho de
propiedad frente a quienes se oponen al mismo o perturban su ejercicio, sin disponer
de título inscrito que legitime la oposición o la perturbación (250.1.7.º LEC) y también
el juicio ordinario por razón de la cuantía para quienes directamente ejercitan acción
reivindicatoria.
La jurisprudencia sobre la admisibilidad de este tipo de demandas es claramente
contradictoria:
* Desahucio por precario:
- A favor de la admisión:
Auto AP Barcelona, Civil, Sección 13.ª, de 13 de septiembre de 2012
[ECLI:ES:APB:2012:6026A]. Ponente: María dels Angels Gomis Masque.
Auto AP Madrid, Civil, Sección 11.ª, de 22 de mayo de 2013
[ECLI:ES:APM:2013:2209A]. Ponente: Beatriz Patiño Alves.
Auto AP Madrid, Civil, Sección 13.ª, de 27 de noviembre de 2012
[ECLI:ES:APM:2012:19941A]. Ponente: Modesto de Bustos Gómez-Rico.
- A favor de la inadmisión:
3. La solución en estos casos pasa, bien por acudir a las vías penales
para que puedan ser identificados los posibles ocupantes de la vivienda,
bien utilizando a expedientes u otras vías previas de carácter civil, como
podrían ser las diligencias preliminares previstas en el artículo 256.1,1.º,
para que una persona declare sobre algún hecho relativo a su capacidad,
representación o legitimación, o si se tratare de averiguar el domicilio o
residencia en el que deba ser citado, haciendo uso de las averiguaciones del
tribunal sobre el domicilio, según establece el artículo 156 de la misma Ley.
No puede obviarse que la entrada en la vivienda por personas desconocidas es un
hecho que resulta ser delictivo, expresamente sancionado en el Código Penal, y de este
carácter delictivo se deriva la falta de constancia de quiénes sean los sujetos, supuestos
delincuentes, que ocupan la vivienda. La vía adecuada para lograr la recuperación
posesoria en estos supuestos es la vía penal; ese es el camino que el ordenamiento
jurídico ofrece a la parte a fin de evitar su indefensión a través del orden jurisdiccional
penal.
* Solución intermedia:
La presencia de ocupantes cuya concreta identidad se desconoce no comporta que deba
cargarse al actor con la prueba de definir e identificar a las personas que efectivamente
la están poseyendo, cuando la ocupación es protagonizada por grupos informales cuyas
señas de identidad son justamente el aprovechamiento de inmuebles desocupados y no
usados por sus propietarios -el conocido "movimiento okupa"-.
En los supuestos, también frecuentes, en el que familias o personas bien determinadas
acceden violentamente a la posesión de una vivienda vacía por carecer de un lugar
digno donde vivir, siendo tal ocupación y la consiguiente posesión igualmente ilícita, es
posible que sean identificados en los términos del art. 399 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil los ocupantes, concretando sus identidades más allá de su condición de ocupantes
del inmueble. O al menos debe constar el intento de haberlo intentado.
Se proponen como posibles soluciones las siguientes:
- Solución 1. A favor de la admisión de demandas contra ignorados ocupantes
cuando la pretensión va a dirigida, de una u otra forma, a la recuperación
de la posesión.
- Opción 2. A favor de la inadmisión de demandas contra ignorados ocupantes
cuando la pretensión va a dirigida, de una u otra forma, a la recuperación
de la posesión.
- Opción 3. Deben distinguirse los supuestos de "movimientos okupa" de
aquellos otros en los que es posible que sean identificados los ocupantes en
los términos del art. 399 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, siendo carga del
"... la cualidad de heredero nace, tratándose de la sucesión intestada, una vez abierta
ésta por la muerte del causante, en virtud de la designación o llamamiento legal (arts.
658 y 913 del CC), y es a partir de ese momento cuando el heredero puede ejercitar
el "ius delationis" o transmitirlo (arts. 991 y 1006 del CC), sin que, en ningún caso, la
aceptación y consiguiente adquisición de la herencia condicione o pueda confundirse
con un preexistente derecho hereditario, unido a la cualidad de heredero, según se
infiere de los últimos preceptos citados y demás concordantes del Código sustantivo,
"Así resulta que cuando fallece una persona y esta había contraído con carácter
previo una deuda frente a otra, la acreedora, cuando concurran los requisitos
establecidos en el artículo 812 de la LEC, podrá hacer uso de los cauces del juicio
monitorio para reclamar contra la herencia yacente el importe que se considera
debido. En tales casos no cabe ejercitar la reclamación contra los herederos si
no consta que los mismos hayan aceptado la herencia y por ende no puede
determinarse en el momento actual la responsabilidad que ellos pudieran tener en
relación a las deudas y cagas de la herencia.
La parte actora con la documentación que adjunta acredita prima facie, y solo a
los efectos de admisión a trámite del monitorio, (artículo 812 regla 2ª), la existencia
de una deuda dineraria de cantidad determinada, vencida y exigible, pero no está
acreditado que los concretos demandados tengan la condición de deudores por lo
que o se hace constar que los mismos han aceptado la herencia pura y simplemente
o la demanda ha de dirigirse contra la herencia yacente en su caso personificada
en los citados demandados, por lo que no habiéndose así efectuado procede la
desestimación del recurso formulado confirmándose la resolución recurrida con
imposición a la recurrente de las costas procesales causadas en esta alzada".
"Por tanto, llamadas a este juicio, no determinadas personas concretas, sino los
herederos del finado, obviamente los que lo sean con arreglo a la Ley, la demanda se
dirige correctamente frente a su viuda y los hijos del causante, que no consta hayan
repudiado la herencia y no cabe confundir su legitimación con su responsabilidad
personal, como mecanismo para evitar que puedan hacerse efectivos los derechos
del acreedor.
La herencia yacente, carente de regulación en nuestro derecho, debe personificarse
con quienes resulten ser herederos o se crean con derecho a la herencia, en
consecuencia debe equiparse su llamada, por constituir el mismo patrimonio
separado, cuando la herencia, como ocurre en este caso aún no se encuentre
aceptada evitando así los perjuicios que una demora pudiera ocasionar en los
derechos de los titulares de créditos frente a la herencia (STS 10/11/1984 y
21/5/1991)".
"Por tanto, llamadas a este juicio, no determinadas personas concretas, sino los
herederos del finado, obviamente los que lo sean con arreglo a lo dispuesto por
el ordenamiento jurídico, según Ley, no cabe aquí admitir una incomprensible
ampliación de la demanda, a quien realmente ya era demandada, es decir la
herencia yacente, integrada por los llamados a ser herederos, perfectamente
emplazados en la persona de su viuda y madre de los menores, hijos del causante,
que no consta hayan repudiado la herencia. No cabe confundir su legitimación, como
hace interesadamente la contestación a la demanda, para evitar que puedan hacerse
efectivos los derechos del acreedor, cuidando del interés de otro o eventualmente
el propio para después aceptar. En todo caso, como es fácil comprender, la simple
defensa de intereses propios, como son los aducidos en la contestación, que no son
36. Grado de diligencia que se le puede exigir a la parte actora cuando demanda
a los eventuales destinatarios de una herencia. ¿Cabe imponer a quien reclama
sus legítimos intereses frente a la herencia yacente la "molestia adicional" de
indagar quién es el sujeto que definitivamente asumirá la titularidad de los bienes
y obligaciones relictos?
Doctrina:
CARPI MARTÍN, María Rebeca. "La herencia yacente como parte demandada: cuatro
odiseas procesales". Revista Crítica de Derecho Inmobiliario, núm. 746, noviembre 2014,
disponible en http://vlex.com/vid/herencia-yacente-parte-demandada-556764610.
Jurisprudencia:
STS, Civil, Sección 1.ª, de 3 de marzo de 2011 [ECLI:ES:TS:2011:1063]. Ponente:
Juan Antonio Xiol Ríos. Resume la jurisprudencia que "impone la práctica de diligencias
de averiguación del domicilio del demandado cuando el demandante alega su
desconocimiento, contempla sin limitaciones la posibilidad de que el órgano judicial se
dirija a entidades públicas y privadas y limita la comunicación mediante edictos a los
supuestos en los que resultaren infructuosas las averiguaciones".
Texto de la STS:
"C) Los motivos deben ser estimados por los siguientes razonamientos: (a) el
emplazamiento por edictos de los desconocidos herederos demandados se efectuó
sin intentar averiguación previa alguna sobre su identidad y domicilio, aunque
con la demanda se aportaron datos que podían abrir una vía de localización,
como los son el último domicilio de los fallecidos y sus datos personales obrantes
en las certificaciones de defunción que ofrecían la posibilidad de, coordinando
adecuadamente la petición de información a Registros y Organismos, identificar a
los posibles herederos y sus domicilios, (b) las diligencias de averiguación pudieron
ser solicitadas por la entidad demandante o acordadas de oficio en la fase inicial
del litigio, (c) no hay datos objetivos en el proceso que permitan afirmar que los
herederos finalmente comparecidos tuvieran conocimiento de la interposición de
la demanda, (d) los hechos relatados por la parte recurrida en los que se basa
para afirmar que los herederos debía tener conocimiento del proceso no son
más que conjeturas y, además, algunos de estos hechos lo que demuestran es
que estuvo al alcance de la parte recurrida solicitar la práctica de diligencias de
averiguación, por lo que no ha quedado suficientemente acreditado -carga que
corresponde a la parte recurrida- que fueron los herederos demandados los que,
con conocimiento extrajudicial del litigio, se colocaron en situación de indefensión,
(e) no se intentó en la fase inicial del proceso un requerimiento a las partes para
que facilitaran posibles datos relativos a los desconocidos herederos que hicieran
posible el emplazamiento por los medios ordinarios; intentada tras la sentencia de
segunda instancia, dio resultado de forma inmediata, lo que pone de manifiesto
que la ausencia de los herederos demandados no les es imputable a éstos, y (f)
carecen de consistencia las alegaciones de la parte recurrida sobre la peculiaridades
derivadas de la presentación de una demanda contra una herencia yacente pues,
aunque sea una masa patrimonial, se ha de intentar la localización de quien pueda
ostentar su representación en juicio".
"La cuestión está resuelta por cuanto ahora no debe caber duda alguna que se está
reconociendo capacidad para ser parte cuando en el ordinal cuarto del art. 6 Lec. se
hace tributario de dicha condición de parte en un proceso a "las masas patrimoniales
o los patrimonios separados que carezcan transitoriamente de titular...".
CUARTO.- Mas el problema que se genera con estos reconocimientos por parte
del legislador para ser parte del proceso no es tanto la atribución de esa condición,
que puede estar justificada, sino con quien entender la diligencia de emplazamiento,
quien puede lícitamente representar y defender jurídicamente a un ente que, por
definición, se encuentra, al menos potencialmente sin titular; en definitiva cómo
asegurar que no se genere indefensión alguna, pero ello sin mermas de los derechos
de los demandantes, quienes no tienen que soportar la pasividad o, en ocasiones,
la ocultación de los herederos.
[...] Por ello la diligencia de emplazamiento cobra aquí tanto una especial relevancia
como una adicional complicación, debiéndose extremar las cautelas para que la
noticia de la existencia del proceso pueda llegar a los herederos o a los legitimarios,
de los que, al menos estén llamados o que, incluso, hayan aceptado la herencia.
[...]
En La jurisprudencia del T.S., fuera de ese pronunciamiento en el que, como se ha
dicho, constituye una diligencia elemental, el de intentar el emplazamiento en el que
era el domicilio del causante y en cuyo entorno es probable que se encuentren los
llamados o herederos, no hay pronunciamientos que directamente afronten la forma
en que deben ser citados al proceso los llamados a una herencia...
[...]
Esta jurisprudencia, además de algo imprecisa, elaborada a propósito de la sucesión
procesal, no es extrapolable directamente a la diligencia de emplazamiento. En
ésta debe cuidarse de identificar y citado a los llamados y hacerlo a todos ellos:
"no cabe discutir el defecto del emplazamiento practicado en la persona de un
solo heredero de la demandada Dª Candelaria., y dar con ello por emplazados a
los demás herederos "desconocidos"; sin que se acredite, ni siquiera se alegue,
que el emplazado tuviera poder alguno para actuar en este proceso en nombre
de los ausentes o desconocidos. Luego debió acordarse la publicación de edictos,
diligencia que no puede obviarse en virtud del principio de economía procesal" (s.
de 7 de abril de 1.992). Siquiera de esta sentencia sí que se infiere la posibilidad de
citar edictalmente a los herederos ausentes o "desconocidos".
[...]
En realidad cuando se hacen estas consideraciones se está presuponiendo una
situación en el proceso sucesorio que puede ser irreal. Se está presuponiendo,
por el demandante, por el Juzgado y por la misma DGRN, lo que es sólo una
hipótesis, a saber que la herencia esté yacente. Porque puede existir aceptación, lo
que pone fín a esa situación de yacencia, o porque aun siendo yacente los llamados
puedan terminar siendo identificados. En realidad lo que subyace es una situación
de desconocimiento de ese trámite sucesorio.
Y porque si se identifica a los llamados, aunque se entienda que los mismos no
pueden representar la herencia yacente, es lo cierto que ya pasa a ser carga de
los mismos el reaccionar y adoptar una postura activa del defensa del patrimonio
hereditario, pasando, si ello es necesario, por la aceptación de la herencia. Pero
sin que la pasividad de los herederos deba repercutir negativamente en el acreedor
ni deba el órgano jurisdiccional en esa situación de puesta en conocimiento de los
llamados a una herencia de la existencia de un proceso seguida contra la misma
a proveer una administración judicial que no está prevenida para los supuestos
de mera pasividad de los mismos: fuera de los supuestos de urgencia que se
contemplan en el art. 790 Lec., el art. 791 de la misma Ley procesal la mencionada
intervención sólo se justifica cuando fallece una persona sin testar o sin parientes
que le puedan suceder intestado. Fuera de esa situación, solo a instancia de parte
legitimada (que puede serlo el acreedor ejecutivo) mientras se tramita la declaración
de herederos o se procede a la división judicial del patrimonio (art. 792 Lec). El
fundamento de la intervención judicial, como dice la sentencia de instancia, cuando
hay descendientes, ascendientes o colaterales hasta el cuarto grado se encuentra
en la consideración de ser éstos los posibles sucesores, en la sucesión intestada de
los arts. 930, 935, 943 y 954 del C. Civil, lo que, para la regulación aragonesa debe
entenderse referido al art. 202 LS.
La doctrina de la DGRN tiene la virtud de incentivar un escrupuloso cumplimiento
del derecho de defensa en un supuesto de, cuando menos, indeterminación de la
titularidad de un patrimonio y/o de la situación de yacencia de una herencia. Pero
tiene el inconveniente de homogenizar, bajo el manto del desconocimiento de la
real situación de un proceso sucesorio, lo que puede comprender situaciones muy
dispares y que deben o pueden tener tratamientos procesales heterogéneos.
SÉPTIMO.- Y esta es la situación que verdaderamente se debe afrontar, la de
aquélla en la que se desconoce o puede desconocerse no sólo por el órgano
jurisdiccional sino también por la parte demandante cual es la verdadera situación
del proceso sucesorio, porque la herencia puede ya no estar yacente sino aceptada,
porque aun estando yacente pueden estar perfectamente identificados los llamados
en la misma, sea por disposición testamentaria sea por disposición legal. Para
la Abogacía del Estado las medidas del art. 791 Lec., deben considerarse como
"medidas cautelares no vinculadas estrictamente a los juicios especiales de división
de la herencia y que deben practicarse de oficio por el Tribunal que conozca de
estas situaciones".
Lo que es de estimar. Pero no para abocar directamente al nombramiento de
administrador judicial sino que, antes se han de practicar en el proceso de que
se trate las diligencias que previene el art. 791.1 Lec., esto es recabar certificado
del Registro de Actos de Última Voluntad, y, con su resultado, indagar sobre el
hecho de que el causante haya fallecido abintestato y sobre si tiene parientes con
derecho a la sucesión legítima. Porque practicadas estas actuaciones es cuando
es posible esclarecer la situación del proceso sucesorio y a partir de ahí tomar una
determinación, si están identificados los llamados a la herencia, entender, la citación
judicial con los mismos, y si los mismos han aceptado entender no concurrente una
situación de herencia yacente. Y si no hay parientes con derecho a la sucesión
legítima -no existiendo testamento- es cuando resulta pertinente la designación de
un administrador judicial.
jurídica litigiosa, queda abierta la posibilidad de que, por un lado, puedan resultar
afectados por la resolución judicial quienes no han sido oídos y vencidos en juicio y, por
otro lado, de que se dicten sentencias contradictorias, lo que constituye precisamente
el fundamento de la excepción de litisconsorcio pasivo necesario tal y como ha sido
desarrollada por la jurisprudencia (SAP Sevilla, Sección 2.ª, de 2 de diciembre de 2002
[ECLI:ES:APSE:2002:4848]).
38. Protocolo de actuación en supuestos en los que la parte actora desconoce el
DNI del fallecido, fecha y lugar de fallecimiento, testamento del causante, parientes
con o sin derechos a la sucesión por ministerio de la ley y, además, el piso está
desocupado y cerrado desde hace tiempo.
Se tratan aquí aquellos supuestos en los que se sabe que el propietario del inmueble ha
fallecido y la parte actora (comunidad de propietarios) carece de los datos más básicos
del fallecido (DNI y fecha de fallecimiento). El inmueble está cerrado y desocupado y
la comunidad de propietarios manifiesta que desconoce la existencia de familiares o
herederos.
1. Debe dirigirse la demanda contra la herencia yacente y contra los ignorados
herederos.
2. La citación será edictal pero es necesario demandar a todos los llamados a la herencia
cuya identidad se conozca, o bien se pueda conocer empleando un nivel de diligencia
razonable. Para agotar esa diligencia razonable es indispensable traer certificación literal
de defunción y certificado del Registro de Actos de Ultima Voluntad, así como intentar
el emplazamiento en el que era el domicilio del causante (SAP Zaragoza, Civil, Sección
4.ª, de 20 de abril de 2009 [ECLI:ES:APZ:2009:1191]. Ponente: Juan Ignacio Medrano
Sánchez). Resulta conveniente "exigir" a la actora que complete la información con
certificación del Registro de la Propiedad por si puede obtenerse de dicha certificación
el DNI.
No hay pronunciamientos que directamente afronten la forma en que deben ser citados
al proceso los llamados a una herencia, pero la diligencia de emplazamiento cobra aquí
tanto una especial relevancia como una adicional complicación (SAP Zaragoza, Civil,
Sección 4.ª, de 20 de abril de 2009 [ECLI:ES:APZ:2009:1191]. Ponente: Juan Ignacio
Medrano Sánchez).
3. El principal problema que nos encontramos para "traer" a los autos certificado del
Registro General de Actos de Última Voluntad y la certificación literal de defunción es
que necesitamos saber la fecha de defunción y el lugar de fallecimiento.
Sin estos dos datos no podremos obtener la certificación literal de defunción, y sin ésta
no se podrá expedir el certificado del Registro General de Actos de Última Voluntad:
"1. En el caso a que se refiere el apartado 1 del artículo anterior, una vez practicadas
las actuaciones que en él se mencionan, el Secretario judicial adoptará mediante
diligencia las medidas que estime más conducentes para averiguar si la persona
de cuya sucesión se trata ha muerto con disposición testamentaria o sin ella,
ordenando, a tal efecto, que se traiga a los autos certificado del Registro General
de Actos de Última Voluntad, así como el certificado de defunción luego que sea
posible.
A falta de otros medios, el tribunal ordenará mediante providencia que sean
examinados los parientes, amigos o vecinos del difunto sobre el hecho de haber
muerto éste abintestato y sobre si tiene parientes con derecho a la sucesión
legítima".
40. Una vez que se cuenta con el certificado del Registro General de Actos
de Última Voluntad, ¿debe el juzgado de oficio remitir solicitud al notario
correspondiente o al Archivo General de Protocolos para que remita copia
autentificada del testamento o, por el contrario, incumbe a la parte actora
interesada dirigirse al notario para que le facilite copia de dicho testamento?
Legislación:
Decreto de 2 de junio de 1944, por el que se aprueba con carácter definitivo el
Reglamento de la Organización y Régimen del Notariado.
Artículo 224:
"1. Además de cada uno de los otorgantes, según el art. 17 de la Ley, tienen derecho
a obtener copia, en cualquier tiempo, todas las personas a cuyo favor resulte de
la escritura o póliza incorporada al protocolo algún derecho, ya sea directamente,
ya adquirido por acto distinto de ella, y quienes acrediten, a juicio del notario, tener
interés legítimo en el documento".
Artículo 225:
Artículo 226:
"En vida del otorgante, sólo éste o su apoderado especial podrán obtener copia del
testamento.
Fallecido el testador, tendrán derecho a copia:
a) Los herederos instituidos, los legatarios, albaceas, contadores partidores,
administradores y demás personas a quienes en el testamento se reconozca algún
derecho o facultad.
b) Las personas que, de no existir el testamento o ser nulo, serían llamados en todo
o en parte en la herencia del causante en virtud de un testamento anterior o de las
reglas de la sucesión intestada, incluidos, en su caso, el Estado o la Comunidad
Autónoma con derecho a suceder.
c) Los legitimarios.
Las copias de testamentos revocados sólo podrán ser expedidas a los efectos
limitados de acreditar su contenido, dejando constancia expresa de su falta de vigor".
Artículo 232:
"Cuando por algún Juez o Tribunal se ordenare al Notario la expedición de una copia
que éste no pueda librar con arreglo a las leyes y Reglamentos, lo hará saber, con
exposición de la razón legal que para ello tenga, a la Autoridad judicial de quien
emane el mandamiento, y lo pondrá en conocimiento de la Dirección General".
"[...]
4.º Las masas patrimoniales o los patrimonios separados que carezcan
transitoriamente de titular o cuyo titular haya sido privado de sus facultades de
disposición y administración".
"[...]
5. Las masas patrimoniales o patrimonios separados a que se refiere el número 4.º
del apartado 1 del artículo anterior comparecerán en juicio por medio de quienes,
conforme a la ley, las administren".
"[...]
2. Si, en efecto, resultare haber fallecido sin testar y sin parientes llamados por la
ley a la sucesión, mandará el Tribunal, por medio de auto, que se proceda:
[...]
En la misma resolución ordenará de oficio la comunicación a la Delegación de
Economía y Hacienda correspondiente por si resultare procedente la declaración de
heredero abintestato a favor del Estado, con traslado del resultado de las diligencias
realizadas y de la documentación recabada al amparo del apartado 1.
3. Desde el momento en que la Administración General del Estado o la
Administración de una Comunidad Autónoma comunique al Tribunal que ha iniciado
un procedimiento para su declaración como heredero abintestato, éste acordará que
recaiga sobre ella la designación para la administración de los bienes. En este caso,
no se exigirá a la Administración Pública que preste caución y realizará los informes
periciales cuando sean necesarios mediante servicios técnicos propios.
La Administración deberá comunicar al Tribunal la resolución que ponga fin
al procedimiento. Si dicha resolución concluyera que no procede efectuar la
declaración de heredero abintestato a favor de la Administración, ésta no podrá
continuar haciéndose cargo del caudal hereditario, solicitando al Tribunal que
designe nuevo administrador judicial en el plazo de un mes desde aquella
comunicación. Transcurrido este plazo de un mes, en todo caso, la Administración
cesará en el cargo de administrador.
Cuando esa resolución declare a la Administración heredera abintestato, el órgano
judicial que estuviese conociendo de la intervención del caudal hereditario adoptará,
antes de un mes, las provisiones conducentes a la entrega de los bienes y derechos
integrantes del caudal hereditario".
Artículo 7 LEC:
"(...)
4. Por las personas jurídicas comparecerán quienes legalmente las representen".
Artículo 9 LEC:
"La falta de capacidad para ser parte y de capacidad procesal podrá ser apreciada
de oficio por el Tribunal en cualquier momento del proceso".
"La demanda aparecía dirigida, entre otros codemandados, frente al "Club Bembrive
Futbol Sala" (antiguo "Flexgal Bembrive FS"), (...) Y el emplazamiento se hizo,
efectivamente al "Club Bembrive Futbol Sala" en el domicilio indicado. En el acto
judicial de apoderamiento a Procurador, compareció D. Franco, como Presidente
de la sociedad "Club Mosteiro Bembrive F. S.", club registrado con el núm.
C-07006 en el Registro de Entidades Deportivas de la Xunta de Galicia. Y en la
contestación a la demanda, el codemandado "Club Mosteiro Bembrive F. S." alegó
falta de legitimación pasiva, señalando que el día del incidente, el codemandado D.
Justiniano pertenecía al equipo de futbol sala "Flexgal- Disgraf Bembrive FS", que
en la temporada 2010-2011 estaba inscrito por la Federación Gallega de Futbol Sala
en la categoría Autonómica Sur. Y este equipo "Flexgal-Disgraf Bembrive", nada
tiene que ver con el "Club Mosteiro Bembrive F. S.". Se trata de diferentes clubs
deportivos. (...) La conclusión es terminante: el "Club Mosteiro Bembrive F. S." es un
club con personalidad jurídica propia, en tanto el "Flexgal- Disgraf Bembrive FS" es
el nombre comercial de un equipo y no de un club y es que el club a que pertenecía
este equipo era el "Club Deportivo Futbol Sala Radiactividad", entidad distinta del
codemandado en este procedimiento "Club Mosteiro Bembrive F. S.". (...) Y con
tal antecedente la sentencia de instancia viene a acoger la excepción de falta de
legitimación pasiva. Se confirma el pronunciamiento".
En tales circunstancias, pretender que ese tercero, antes de contratar, realice una
previsión detallada sobre las consecuencias que la concurrencia de posibles causas
legales de disolución (incluso las consideradas de pleno derecho que podría inferir
valorando el contenido del Registro Mercantil, como es el caso la no constancia
de elevación del capital social al mínimo exigido en el plazo previsto legalmente)
podrían tener sobre la actuación negocial de los representantes de la sociedad;
considere que la sociedad se encontraba en liquidación pese a no haber modificado
su denominación social y a la no constancia en el Registro de la apertura de tal
liquidación ni del nombramiento de liquidadores, teniendo en cuenta además que
es posible la reactivación de la sociedad anónima disuelta por falta de aumento
efectivo de su capital social al mínimo exigido del Texto Refundido de la Ley de
Sociedades Anónimas de 1989 (art. 22.2 del Código de Comercio en relación al
art. 242 y la disposición transitoria 8ª del Reglamento del Registro Mercantil); valore
si el contrato proyectado podía considerarse acorde con la finalidad y requisitos
propios del periodo liquidatorio, etc., supone una exigencia desproporcionada para
el tercero que contrata de buena fe con la sociedad que actúa representada por sus
apoderados, cuyo poder ha sido considerado bastante por el Notario otorgante de
la escritura.
5.- La tesis del recurrente no es acorde a los principios que inspiran la normativa
societaria en este punto (en este sentido, alterando el efecto riguroso de la publicidad
material positiva, art. 129 de la Ley de Sociedades Anónimas, hoy art. 234 del Texto
Refundido de la Ley de Sociedades de Capital, y art. 9 de la Directiva 68/151/CEE
en cuyo desarrollo se dictó).
En definitiva, el recurrente pretende que el tercero compense con una diligencia
extrema las deficiencias de la actuación de los socios en defensa de sus intereses
legítimos. Tal pretensión carece de sustento jurídico apreciable y no puede ser
estimada.
La consecuencia de lo expuesto es que la compraventa fue válida, que no hubo
ausencia de consentimiento de CHALACO, porque el contrato fue otorgado por
quien aparecía en el Registro Mercantil como representante legítimo de la vendedora
CHALACO y con facultades suficientes para realizar la enajenación.
Si los apoderados de la sociedad actuaron abusivamente en el ejercicio de las
facultades que les habían sido conferidas y la compraventa supuso una defraudación
de los legítimos derechos del demandante en tanto que socio de CHALACO,
tal cuestión ha de dilucidarse en el ámbito de las relaciones internas entre el
demandante y su socio y los apoderados de la sociedad a quienes el demandante
acusa de estar en connivencia para defraudar sus derechos y a quienes dirigió
determinadas comunicaciones. Pero habida cuenta de las circunstancias antes
expresadas, en especial de la falta de connivencia de la compradora, tales
cuestiones no pueden proyectarse al ámbito externo, de la contratación de la
sociedad con terceros, provocando la nulidad de los negocios jurídicos concertados
por sus representantes".
reconoce capacidad para ser parte y una cierta prolongación de su personalidad jurídica
hasta el agotamiento de todas sus relaciones jurídicas.
"El art. 6 de la LEC atribuye capacidad para ser parte a las personas jurídicas, en
cuanto sujetos de derechos dignos de protección y como sujetos pasivos que han
de afrontar las obligaciones contraídas, bien contractual o legalmente.
Como declara esta Sala, sin embargo, como resulta obvio, la cancelación no
tiene carácter sanatorio de los posibles defectos de la liquidación. La definitiva
desaparición de la sociedad sólo se producirá cuando la cancelación responda a la
situación real; o sea, cuando la sociedad haya sido liquidada en forma y no haya
dejado acreedores insatisfechos, socios sin pagar ni patrimonio sin repartir.
STS 25-7-2012, REC. 1570 de 2009.
Por ello, debemos desestimar el motivo, en cuanto la liquidación registral de la
sociedad, no conlleva su desaparición de la esfera mercantil "ex tunc", pues habrá
de seguir afrontando los compromisos contraídos, no pudiendo aceptarse que una
rápida disolución pueda conllevar la defraudación de los legítimos intereses de sus
acreedores".
"No se discute que la inscripción registral de la sociedad demandada VCC S.A. fue
cancelada en fecha 29 de agosto de 2007 al ser presentada al Registrador mercantil
la documentación oportuna. En consecuencia, lo primero que ha de plantearse es
si una sociedad anónima cuya inscripción ha sido cancelada puede ser demandada
sin solicitar al mismo tiempo del Juzgado que se deje sin efecto dicha cancelación,
por haber sido realizada faltando los requisitos que la ley exige para ello.
La respuesta ha de ser necesariamente negativa por las razones que se exponen a
continuación y que llevan a considerar que la sociedad que ya no aparece inscrita
en el Registro Mercantil carece de capacidad para ser parte en un proceso, de
conformidad con lo establecido en el artículo 6 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
TERCERO.- La disolución y la liquidación de la sociedad anónima tienen como
finalidad fundamental la desaparición de la persona jurídica social por medio de un
proceso en el cual, a la disolución, sucede el período de liquidación y a éste la
extinción formal de la sociedad.
El artículo 278 del TR de la Ley de Sociedades Anónimas, vigente en aquella
fecha, disponía que "aprobado el balance final, los liquidadores deberán solicitar
del Registrador mercantil la cancelación de los asientos referentes a la sociedad
extinguida y depositar en dicho Registro los libros de comercio y documentos
relativos a su tráfico".
El precepto regula la formalización de la extinción de la sociedad, operada a todo
lo largo del proceso liquidatorio; esto es, cuando la liquidación, en sentido amplio,
ha terminado, de modo que han sido satisfechos los acreedores, determinada la
cuota del activo social correspondiente a cada acción y realizado el reparto a los
accionistas. A partir de ese momento -el de la cancelación- la sociedad carece ya de
representantes y de patrimonio, por lo que incluso resultaría inútil iniciar cualquier
ejecución contra la misma.
La cancelación de los asientos registrales señala el momento de extinción de la
personalidad social. Si la sociedad anónima adquiere su personalidad jurídica en
el momento en que se inscribe en el Registro (art. 7 TRLSA), correlativamente la
cancelación de las inscripciones referentes a la entidad debe reputarse como el
modo de poner fin a la personalidad que la Ley le confiere. Una sociedad liquidada
y que haya repartido entre los socios el patrimonio social, es una sociedad vacía y
desprovista de contenido, aunque resulta necesaria la cancelación para determinar
de modo claro, en relación con todos los interesados, el momento en que se extingue
la sociedad. Éste es el sentido de la exigencia de que los liquidadores se manifiesten
sobre la liquidación realizada (artículo 247.2 RRM), manifestación que será objeto
de la oportuna calificación del Registrador (artículo 18.2 Código de Comercio),
cerrándose así el proceso de extinción.
Sin embargo, como resulta obvio, la cancelación no tiene carácter sanatorio de los
posibles defectos de la liquidación. La definitiva desaparición de la sociedad sólo
se producirá cuando la cancelación responda a la situación real; o sea, cuando la
sociedad haya sido liquidada en forma y no haya dejado acreedores insatisfechos,
socios sin pagar ni patrimonio sin repartir. En otro caso, los socios y los acreedores
podrán lógicamente, conforme a las normas generales, pedir la nulidad de la
cancelación y la reapertura de la liquidación, para interesar al tiempo la satisfacción
de su crédito, demandado en todo caso a aquellos que hubieren propiciado una
indebida cancelación de la inscripción de la sociedad. Lo que no resulta conforme
a lo ya razonado es que se demande, sin más, a una sociedad que carece de
personalidad jurídica sin pretender al mismo tiempo que la recobre.
Apoyan tales conclusiones tanto el anterior TR de la Ley de Sociedades Anónimas
como la nueva Ley de Sociedades de Capital (TR aprobado por RDLeg. 1/2010,
de 2 de julio). Esta última, tras referirse a la cancelación, dispone en su artículo
397 que "los liquidadores serán responsables ante los socios y los acreedores de
cualquier perjuicio que les hubiesen causado con dolo o culpa en el desempeño de
su cargo"; y en su artículo 399 que "los antiguos socios responderán solidariamente
de las deudas sociales no satisfechas hasta el límite de lo que hubieran recibido
como cuota de liquidación", a lo que añade que "la responsabilidad de los socios se
entiende sin perjuicio de la responsabilidad de los liquidadores", sin que en ningún
momento se haga referencia a responsabilidad alguna atribuible a la sociedad
extinguida y cancelada.
En igual sentido, la Disposición Transitoria Sexta.2 del anterior TR de la Ley de
Sociedades Anónimas, tras disponer la extinción y cancelación de las sociedades
anónimas que no cumplieran determinados requisitos antes del 31 de diciembre de
1995 decía que "no obstante la cancelación, subsistirá la responsabilidad personal
y solidaria de administradores, gerentes, directores generales y liquidadores por las
deudas contraídas o que se contraigan en nombre de la sociedad"".
"1. La cuestión nuclear que es objeto de debate en el presente recurso versa sobre
la aplicación del art. 1535 CC que regula el retracto de un crédito litigioso, cuando
éste conjuntamente con otros créditos litigiosos o no, ha sido objeto de un traspaso
en bloque por sucesión universal a consecuencia de una segregación de una parte
del patrimonio de la sociedad acreedora (Caja Círculo) que conforma una unidad
económica, recibiendo a cambio la sociedad segregada acciones de la sociedad
beneficiaria (Banco Grupo Cajatrés, S.A.). Esta operación fue realizada al amparo
del art. 71 de la ley 3/2009, de 3 de abril, sobre modificaciones estructurales de las
sociedades mercantiles.
En relación al retracto de crédito litigioso que contempla el art. 1535 CC, la doctrina
fijada en la STS invocada por el recurrente, de 31 de octubre de 2008, señala que
el "vocablo crédito comprende todo derecho individualizado transmisible", acorde
con un criterio general de nuestro ordenamiento jurídico (art. 1459.5º CC) y, por
consiguiente, debe entenderse que aquel precepto "se refiere a todos los derechos
(y acciones) individualizados y que sean transmisibles".
2. La segregación a que se refiere el art. 71 de la Ley 3/2009 es una figura
jurídica muy extendida en el tráfico mercantil, que supone un solo negocio jurídico
consistente en un traspaso en bloque por sucesión universal de una o varias
partes del patrimonio de una sociedad, cada una de las cuales forma una unidad
económica, a favor de una o varias sociedades, recibiendo a cambio aquella
acciones de las sociedades beneficiarias. La diferencia fundamental frente a la
escisión total o parcial reside en que la contraprestación a la aportación la recibe
la propia sociedad segregada y no los socios de ésta. Razón por la cual, por la
segregación, no es necesario que se extinga la entidad transmitente.
En la segregación no hay individualización de los créditos, ni una pluralidad de
negocios jurídicos de cesión de créditos, porque estos se transmiten en bloque, por
sucesión universal, formando una unidad económica".
48. ¿Qué supuestos típicos engloba el art. 6.1.5.º LEC (entidades sin personalidad
jurídica a las que la ley reconoce capacidad para ser parte)?
Legislación:
Artículo 6 LEC:
"1. Podrán ser parte en los procesos ante los Tribunales civiles:
(...)
5.º Las entidades sin personalidad jurídica a las que la Ley reconozca capacidad
para ser parte".
49. ¿Y el art. 6.2 LEC (entidades que, no habiendo cumplido los requisitos
legalmente establecidos para constituirse en personas jurídicas, estén formadas
por una pluralidad de elementos personales y patrimoniales puestos al servicio
de un fin determinado)?
A las entidades que, no habiendo cumplido los requisitos legalmente establecidos para
constituirse en personas jurídicas, estén formadas por una pluralidad de elementos
personales y patrimoniales puestos al servicio de un fin determinado se les reconoce
únicamente capacidad para ser parte demandada. Los ejemplos típicos son las
sociedades civiles y mercantiles irregulares y las asociaciones de hecho que nacen para
la consecución de un fin, normalmente con una duración temporal limitada (comités de
organización, por ejemplo). Los ejemplos controvertidos son las comunidades de bienes.
Por estas entidades comparecerán en juicio las personas que, de hecho o en virtud de
pactos de la entidad, actúen en su nombre frente a terceros (art. 7.7 LEC).
El principal problema que surge con estas entidades no es tanto su capacidad para ser
parte demandada, que se reconoce en el art. 6.2., sino la ejecución de las sentencias o
pronunciamientos condenatorios, si no se localiza patrimonio propio. Los arts. 543 y 544
plantean, además, múltiples problemas de interpretación.
SAP Madrid, Sección 12.ª, de 30 de septiembre de 2015 [ECLI:ES:APM:2015:16189].
Sentencia: 350/2015. Recurso: 17/2015. Ponente: José Luís Díaz Roldán. Ámbito
genérico de aplicación del art. 6.2:
"La LEC 1/2000 reconoce capacidad para ser parte -sin distinción entre las
posiciones activa y pasiva- a "Las masas patrimoniales o los patrimonios separados
que carezcan transitoriamente de titular o cuyo titular haya sido privado de sus
facultades de disposición y administración" (art. 6, apdo. 1, núm. 4.º), como acontece
con la herencia yacente o el patrimonio del concursado; a "Las entidades sin
personalidad jurídica a las que la ley reconozca capacidad para ser parte" (art.
6, apdo. 1, 5.º), caso en el que se encuentran las Comunidades de Propietarios
constituidas de acuerdo con la disciplina contenida en la Ley de Propiedad
Horizontal.
Junto a los anteriores, el art. 6, apdo. 2 LEC 1/2000 reconoce aptitud subjetiva
pasiva -esto es, exclusivamente a efectos de que puedan ser demandadas- a "(...)
las entidades que, no habiendo cumplido los requisitos legalmente establecidos para
constituirse en personas jurídicas, estén formadas por una pluralidad de elementos
personales y patrimoniales puestos al servicio de un fin determinado" (último inciso),
naturalmente, "Sin perjuicio de la responsabilidad que, conforme a la ley, pueda
corresponder a los gestores o a los partícipes, podrán ser demandadas".
En este caso se encuentran, de un lado, las llamadas uniones sin personalidad
integradas por un número variable de personas que de modo transitorio realizan por
sí o través de uno o varios de sus integrantes actividades de la más diversa índole,
ordinariamente de contenido económico (alquiler de locales; contratación de viajes,
personas; adquisición de bienes, etc.), orientadas a la consecución de un objetivo
común lícito. Pero, de otro lado, precisamente los entes a que inmediatamente se
refiere la norma con el circunloquio atinente a la omisión "(...) de los requisitos
legalmente establecidos para constituirse en personas jurídicas" -señaladamente de
forma y publicidad- son las distintas especies de las genéricamente denominadas
sociedades irregulares: las sociedades irregulares tanto civiles (art. 1669 CC) como
mercantiles, y las sociedades civiles ocultas (art. 1667 CC)".
50. En esos casos, ¿es posible demandar a la entidad y conjuntamente a los socios
o partícipes?
Sí. Incluso en el caso de las comunidades de bienes, si se consideran incluidas en el
ámbito del artículo 6.2, algunas sentencias aprecian de oficio la falta de litisconsorcio
pasivo necesario si no se dirige también la demanda contra los comuneros.
Legislación:
Artículo 35 CC:
"La sociedad civil se podrá constituir en cualquier forma, salvo que se aportaren a
ella bienes inmuebles o derechos reales, en cuyo caso será necesaria la escritura
pública".
"Las sociedades civiles, por el objeto a que se consagren, pueden revestir todas las
formas reconocidas por el Código de Comercio. En tal caso, les serán aplicables sus
disposiciones en cuanto no se opongan a las del presente Código".
"1. Por los actos y contratos indispensables para la inscripción de la sociedad, por
los realizados por los administradores dentro de las facultades que les confiere
la escritura para la fase anterior a la inscripción y por los estipulados en virtud
de mandato específico por las personas a tal fin designadas por todos los socios,
responderá la sociedad en formación con el patrimonio que tuviere.
2. Los socios responderán personalmente hasta el límite de lo que se hubieran
obligado a aportar.
3. Salvo que la escritura o los estatutos sociales dispongan otra cosa, si la fecha
de comienzo de las operaciones coincide con el otorgamiento de la escritura
fundacional, se entenderá que los administradores están facultados para el pleno
desarrollo del objeto social y para realizar toda clase de actos y contratos".
"1. Una vez inscrita, la sociedad quedará obligada por aquellos actos y contratos a
que se refiere el artículo anterior así como por los que acepte dentro del plazo de
tres meses desde su inscripción.
2. En ambos supuestos cesará la responsabilidad solidaria de socios,
administradores y representantes a que se refieren los dos artículos anteriores.
3. En el caso de que el valor del patrimonio social, sumado al importe de los gastos
indispensables para la inscripción de la sociedad, fuese inferior a la cifra del capital,
los socios estarán obligados a cubrir la diferencia".
"Todos los socios que formen la compañía colectiva, sean o no gestores de la misma,
estarán obligados personal y solidariamente, con todos sus bienes, a las resultas de
las operaciones que se hagan a nombre y por cuenta de la compañía, bajo la firma
de ésta y por persona autorizada para usarla".
Jurisprudencia:
SAP Madrid, Civil, Sección 14.ª, de 27 de junio de 2016 [ECLI:ES:APM:2016:8134].
Sentencia: 218/2016. Recurso: 367/2016. Ponente: Sagrario Arroyo García. Aprecia
falta de litisconsorcio pasivo necesario en la demanda dirigida únicamente contra la
comunidad de bienes:
"CUARTO.- La segunda de las razones por las que la demandante entiende que es
errónea la resolución de la Audiencia se refiere a la falta de capacidad procesal de la
ejecutante por tratarse de una comunidad de bienes; objeción que puede oponerse
en el propio proceso de ejecución (artículo 559.1.2º de la Ley de Enjuiciamiento Civil)
por lo que el supuesto error no tendría carácter definitivo y en ningún caso, aun en
el supuesto de que existiera, habría de ser declarado por esta Sala".
52. Cuando la demanda se dirige contra una comunidad de bienes, ¿cabe aplicar
siempre el art. 6.2? ¿Cuáles son las pautas para distinguir una comunidad de
bienes de una sociedad civil o mercantil irregular?
Jurisprudencia:
SAP Las Palmas, Civil, Sección 4.ª, de 11 de mayo de 2016 [ECLI:ES:APGC:2016:1078].
Sentencia: 159/2016. Recurso: 164/2015. Ponente: Juan Carlos Socorro Marrero.
Admite su capacidad para ser parte demandada, con fundamento en el art. 6.2, aunque
realmente en el caso la comunidad de bienes no había sido demandada y sólo se discutía
la responsabilidad de sus integrantes "conocidos". Diferencia entre la comunidad estática
y dinámica, que equipara a sociedad irregular. Se trataba de la reclamación del precio
de unas facturas. Cita otras sentencias que siguen el mismo criterio:
bienes para actuar como demandada ex art. 6-2 de Lec, que en el caso de autos
no se trata de una comunidad de bienes estática (tendente a la mera conservación
de un patrimonio común), sino de una comunidad de bienes dinámica (entidades
que, no habiendo cumplido los requisitos legalmente establecidos para constituirse
en personas jurídicas, están formadas por una pluralidad de elementos personales
y patrimoniales al servicio de un fin negocial determinado), que dicha diferenciación
entre uno y otro tipo de comunidades de bienes fue admitida por S.T.S. de 18 de
18 de febrero de 2.009, y que en el segundo caso nada empece a la virtualidad del
citado art. 6-2 de Lec.".
apartado 1.1º de este último artículo en el que tendría cabida la oposición basada en
carecer de la condición de socio, miembro o gestor de la sociedad civil que le legitime
pasivamente como ejecutado; pero no tanto en el caso de la ejecución de título
judicial, puesto que las posibilidades de oposición se reducen, en principio, a las
previstas en el art. 556.1 y ha de tenerse en cuenta también el art. 12.2, según el cual
han de ser llamados como litisconsortes todos los sujetos que, por razón de los que
sea objeto del proceso, puedan considerarse obligados conjuntamente; sin perjuicio
de que pudiera darse cabida a ese mismo motivo de oposición frente a un ejecutado
que no ha tenido oportunidad previa de alegar sobre el carácter en el que se le
demanda. Pero no es esta la cuestión que se plantea, puesto que, el Sr. Norberto ha
intervenido en el procedimiento precisamente en representación de la sociedad civil
con arreglo a los pactos por los que se rige la misma, y no se ha deducido pretensión
ejecutiva alguna, de manera que nos enfrentamos únicamente a la capacidad para
ser parte demandada de la sociedad civil irregular que se dice integrada por el Sr.
Norberto y Dª Casilda cuando el primero apodera a la procuradora que le representa
en este procedimiento hasta la personación en esta segunda instancia, por lo que
ha de estarse a la capacidad para ser parte demandada que establece el citado
art. 6.2 de la LEC; en lo que abunda el hecho de que, con independencia de que
pudiera considerarse una cuestión procesal controlable de oficio, lo cierto es que no
fue planteada en el escrito de oposición ni en la contestación a la demanda, lo que
hubiese dado oportunidad a la actora de solicitar incluso la ampliación de la demanda
personalmente los que se dicen integrantes de la sociedad civil irregular, por lo que,
como señala el Tribunal Supremo en su auto de 9 de septiembre de 2015 (ROJ: ATS
6748/2015 - ECLI:ES:TS:2015:6748A) la alegación de falta de capacidad para ser
parte -invocando además su posible apreciación de oficio- no se ajusta a las reglas
de la buena fe procesal cuando no ha cuestionado durante todo el proceso el Sr.
Norberto, que suscribió el contrato de franquicia en nombre propio, la posibilidad de
que fuera demandada la sociedad civil bajo el nombre comercial "DIRECCION000
C.B.", y que se persone, incluso en esta segunda instancia, representada por los
procuradores citados, con poder otorgado por dicho señor que se dice administrador
de la sociedad según sus estatutos. La posibilidad, dice el Tribunal Supremo, "de
que esta Sala pueda apreciar de oficio ciertos óbices procesales no implica que
las partes -en contra de su propia actuación en el proceso- se reserven in extremis
(para el último momento) ciertas alegaciones que debieron efectuar -si a su derecho
interesaba- en la fase alegatoria inicial del proceso".
Se rechaza, por tanto, la nulidad del proceso, teniendo en cuenta, en lo que al
litisconsorcio pasivo necesario se refiere, que, como se ha dicho, ni se alegó
oportunamente, ni tiene cabida al no haberse deducido pretensión alguna en esta
fase declarativa contra socios o gestores de la sociedad civil".
Jurisprudencia en contra:
SAP A Coruña, Sección 3.ª, de 4 de marzo de 2016 [ECLI:ES:APC:2016:350]. Sentencia:
84/2016. Recurso: 567/2015. Ponente: Rafael Jesús Fernández-Porto García. Le niega
capacidad para ser parte demandante y, aunque no muy claramente, demandada:
fiscal, quien desee dirigir su acción contra ellas desconoce realmente qué personas
físicas están detrás de esas sociedades mercantiles irregulares, pues no figuran
en ningún registro público, y la Agencia Estatal de la Administración Tributaria se
niega a facilitar a los particulares este tipo de datos; por lo que el demandante
ignoraba contra quién tenía que dirigir su acción. Es por ello que la actual Ley de
Enjuiciamiento Civil introduce esta novedad, que en todo caso permitirá al Juzgado
dirigirse a la Agencia Estatal de la Administración Tributaria para que le facilite los
datos personales de los miembros de esa sociedad irregular. Conclusión que es
corroborada por lo establecido en el artículo 7º, cuando en su numeral 7, cuando
regula que "Por las entidades sin personalidad a que se refiere el... apartado 2 del
artículo anterior comparecerán en juicio las personas que, de hecho o en virtud
de pactos de la entidad, actúen en su nombre frente a terceros", pero debiendo
recordarse que dicho apartado segundo se refiere a "demandados". Lo que a su
vez debe ponerse en relación con el párrafo primero del artículo 544 de la Ley
de Enjuiciamiento Civil, que prevé, para el supuesto de ejecuciones de sentencias
dirigidas contra entidades sin personalidad jurídica, que actúen en el tráfico como
sujetos diferenciados (como es el presente caso), que "podrá despacharse ejecución
frente a los socios, miembros o gestores que hayan actuado en el tráfico jurídico
en nombre de la entidad, siempre que se acredite cumplidamente, a juicio del
tribunal, la condición de socio, miembro o gestor y la actuación ante terceros en
nombre de la entidad". Y el propio artículo 6.2 claramente indica "Sin perjuicio de la
responsabilidad que, conforme a la ley, pueda corresponder a los gestores o a los
partícipes...". No tienen personalidad jurídica propia. No pueden demandar, pero sí
se les puede demandar, si bien finalmente soportarán la acción los socios, gestores
o partícipes. Obsérvese que lo contrario supondría afirmar que tiene personalidad
jurídica propia, y pueden actuar en el tráfico mercantil, cuando se ignora quiénes son
los socios, qué capital tienen, cuál sería el límite de la responsabilidad, sus cuentas
no están publicitadas, qué patrimonio, quiénes son sus administradores, etcétera.
Serían sociedades opacas".
"Si bien la parte pudo instar al amparo del artículo 256-1 de la LEC, las
correspondientes diligencias preliminares, el no haberlo hecho, no constituye un
obstáculo insalvable en aplicación de lo dispuesto en los artículos 156 y 437 de la
LEC.
(...) Por último, porque la parte, si bien, de manera procesalmente incorrecta, pidió
que se requiriera a la Agencia Tributaria para que facilitara los datos de las personas
que integran la Comunidad de Bienes demandada, en el suplico solicitó la condena
de los miembros de la Comunidad de Bienes.
CUARTO.- Por todo lo expuesto, debemos concluir, con la estimación del presente
recurso y la revocación de la resolución de instancia y, en su lugar, procede admitir a
trámite la demanda, realizándose por el Sr. Secretario las actuaciones que determina
el artículo 156 de la LEC".
En principio, la previsión de una diligencia preliminar tan específica como la del art.
256.1.1.ª impediría la admisión de la demanda. No obstante, resoluciones como la
citada en la pregunta 52 (AAP Valencia, Sección 7.ª del 14 de septiembre de 2015
[ECLI:ES:APV:2015:331A]. Auto: 183/2015. Recurso: 387/2015) admiten que en la
demanda se solicite una actuación del juzgado previa al emplazamiento (se supone que
posterior a la admisión de la demanda) con el mismo contenido que tendría la diligencia
preliminar.
55. ¿Cómo pueden atajarse en esta fase los posibles problemas de la ejecución, si
la demanda se dirige solo contra la comunidad de bienes o la sociedad irregular?
En igual sentido, si ha intentado actuar como demandante y el procedimiento
se ha sobreseído por su falta de personalidad jurídica con condena en costas,
¿puede dirigirse la ejecución por las costas causadas a la parte demandada contra
la entidad que demandó sin tener personalidad jurídica, pero que puede tener
cuentas a su nombre?
Legislación:
Artículo 538.2.2.º LEC:
"2. Sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 540 a 544, a instancia de quien
aparezca como acreedor en el título ejecutivo, sólo podrá despacharse ejecución
frente a los siguientes sujetos:
1.º Quien aparezca como deudor en el mismo título.
2.º Quien, sin figurar como deudor en el título ejecutivo, responda personalmente
de la deuda por disposición legal o en virtud de afianzamiento acreditado mediante
documento público".
"1. Las sentencias, laudos y otros títulos ejecutivos judiciales obtenidos sólo frente a
uno o varios deudores solidarios no servirán de título ejecutivo frente a los deudores
solidarios que no hubiesen sido parte en el proceso.
2. Si los títulos ejecutivos fueran extrajudiciales, sólo podrá despacharse ejecución
frente al deudor solidario que figure en ellos o en otro documento que acredite la
solidaridad de la deuda y lleve aparejada ejecución conforme a lo dispuesto en la
Ley.
3. Cuando en el título ejecutivo aparezcan varios deudores solidarios, podrá pedirse
que se despache ejecución, por el importe total de la deuda, más intereses y costas,
frente a uno o algunos de esos deudores o frente a todos ellos".
"En caso de títulos ejecutivos frente a entidades sin personalidad jurídica que actúen
en el tráfico como sujetos diferenciados, podrá despacharse ejecución frente a los
socios, miembros o gestores que hayan actuado en el tráfico jurídico en nombre de
la entidad, siempre que se acredite cumplidamente, a juicio del Tribunal, la condición
de socio, miembro o gestor y la actuación ante terceros en nombre de la entidad.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no será de aplicación a las comunidades de
propietarios de inmuebles en régimen de propiedad horizontal".
"El art. 538.2.2º LEC (...) está pensando en una sucesión procesal como pueda ser
el cambio de partes por sucesión inter vivos o mortis causa en un procedimiento,
ninguna disposición legal establece que el administrador de una sociedad deba
responder de las deudas sociales sin que un procedimiento judicial lo declare
previamente de forma expresa".
Doctrina:
MENÉNDEZ ESTÉBANEZ, Francisco Javier. "Disposiciones generales del despacho
de ejecución civil". En: El proceso de ejecución. Colección: Cuadernos Digitales de
Formación 19-2009.
B) Existe jurisprudencia contradictoria sobre la aplicabilidad de los arts. 543 y 544 LEC a
los integrantes de las comunidades de bienes. El problema esencial es la justificación en
el proceso de ejecución de que el comunero contra el que se dirige la demanda ejecutiva
ha actuado en el tráfico jurídico en nombre de la comunidad y, en segundo lugar, la
operatividad del art. 393 CC ("el concurso de los partícipes, tanto en los beneficios como
en las cargas, será proporcional a sus respectivas cuotas").
En contra, AAP Jaén, Sección 2.ª, de 7 de noviembre de 2012
[ECLI:ES:APJ:2012:597A]. Auto: 74/2012. Recurso: 303/2012. Ponente: Rafael Morales
Ortega:
"No obstante dicha discusión, en definitiva nos viene a reconducir al segundo motivo
de impugnación, esto es, a la falta o no de legitimación de los mismos como
presupuesto previo tanto de aquella reclamación como de la correspondiente al
importe de las tasaciones de costas del proceso declarativo acumuladas, y habrá
de otorgarse la razón a los apelantes en cuanto a que los mismos carecen de
legitimación como ejecutados, porque como antes hemos expuesto y resalta el
escrito de apelación, no se puede hablar de la existencia de sucesión alguna, cuando
se admite legitimación pasiva de la Comunidad de Bienes, debiendo mantenerse
la misma hasta la liquidación como también se afirma en el escrito de oposición a
la apelación, de modo que no es aplicable el art. 540 LEC, como tampoco lo son
por más que se trate de forzar su interpretación los arts. 543 y 544 de dicha Ley
Adjetiva, el primero porque se regula un supuesto no de entidades sin personalidad,
sino de uniones o agrupaciones de diversas empresas o entidades, y el segundo,
porque no existe justificación de que ninguno de los recurrentes hubiesen actuado
en el tráfico jurídico en nombre de la sociedad, condición exigida por el precepto,
pues entonces sería factible dirigirse contra los mismos como responsables de la
actuación llevada a cabo en nombre de una entidad sin personalidad, al asumir
para ésta lo por ellos realizado, que es lo realmente contemplado, sin que el
hecho de asumir los partícipes una responsabilidad solidaria con la Comunidad,
pueda interpretarse como actuación concreta o acto de representación o de gestión
encomendada precisamente por delegación al Sr. Jose María, de modo que como se
alega, al admitir la legitimación pasiva de los recurrentes lo que se está infringiendo
es el art. 542.1 LEC, que prohíbe que el título judicial que se pretende ejecutar lo
sea frente a deudores solidarios que no hubieran sido parte en el proceso, como es
claro no lo fueron en el presente supuesto en el Ordinario nº 412/05 sólo dirigido
contra la Comunidad de Bienes (...)".
Medrano Sánchez. Admite la ejecución frente a los comuneros, pero habían sido parte
en el proceso (a través de uno de ellos, que actuaba como gestor de la comunidad de
bienes):
"3. Una vez despejada la objeción procesal aducida, y antes de entrar a examinar la
queja formulada por los recurrentes, debemos proceder a acotar el objeto de nuestro
enjuiciamiento. Fuera del mismo ha de quedar el debate procesal suscitado por los
recurrentes y por el Fiscal en su escrito de alegaciones en torno a la existencia
de un error de apreciación jurídica de las resoluciones impugnadas en relación con
la indebida aplicación al caso de la norma contenida en el art. 538.2.2 LEC ("Sin
perjuicio de lo dispuesto en los artículos 540 a 544, a instancia de quien aparezca
como acreedor en el título ejecutivo, sólo podrá despacharse ejecución contra los
siguientes sujetos: 2 Quien, sin figurar como deudor en el título ejecutivo, responda
personalmente de la deuda por disposición legal o en virtud de afianzamiento
acreditado mediante documento público"), en perjuicio de la debida aplicación de
lo dispuesto en el art. 542.1 LEC sobre ejecución frente a deudor solidario ("Las
sentencias, laudos y otros títulos ejecutivos judiciales obtenidos sólo frente a uno
o varios deudores solidarios no servirán de título ejecutivo frente a los deudores
solidarios que no hubiesen sido parte en el proceso."). Semejante planteamiento
de la cuestión suscita un problema de interpretación y aplicación de la legalidad
ordinaria que compete a la exclusiva función jurisdiccional de los órganos judiciales
(art. 117.3 CE). Cuestión diferente, que hemos de desentrañar y que corresponde
a esta jurisdicción de amparo constitucional, es si la actuación del órgano judicial
despachando ejecución contra los ahora recurrentes, al amparo de lo dispuesto en
el art. 538.2.2 LEC, sin haber sido parte, ni haber sido oídos, ni tampoco condenados
en el procedimiento civil del que dimana la Sentencia objeto de ejecución, ha
producido la vulneración del derecho fundamental denunciada. Ello no implica el
cuestionamiento de la constitucionalidad del mencionado precepto legal, sino la
procedencia de su aplicación al específico caso examinado a la luz de las exigencias
que impone el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva consagrado en el art.
24 de la Constitución.
(...)
4. Conforme a reiterada doctrina de este Tribunal, "el derecho a la tutela judicial
efectiva reconocido en el art. 24.1 CE comporta la exigencia de que en ningún
caso pueda producirse indefensión (...). En ese plano se inscribe -según hemos
declarado- el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales (en sus propios
términos, tal y como la configura el art. 18 de la Ley Orgánica del Poder Judicial:
LOPJ) como contenido típico del derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE),
de cuya proyección sobre los intereses afectados por la ejecución se desprenden
dos premisas esenciales: "la primera es que, precisamente ese mismo derecho
fundamental a la tutela judicial efectiva, impide restringir la legitimación para
intervenir en el proceso de ejecución de Sentencias exclusivamente a quienes
tuvieran la condición procesal de parte demandante o parte demandada en el
proceso principal (...) como, por lo demás, admiten implícitamente los preceptos
legales que exigen que las resoluciones judiciales se notifiquen no sólo a las partes
procesales, sino, también, a las personas a quienes se refieran, puedan parar
perjuicio o puedan verse afectadas (arts. 270 LOPJ y 150 LEC); [y por lo que aquí
interesa] la segunda nota fundamental que hemos precisado es que la actividad
ejecutiva no puede dirigirse contra persona ajena al fallo y, más en concreto aun en el
ámbito de la jurisdicción civil, que la ejecución de Sentencia tiene como destinatarios
únicos y únicos protagonistas a las partes y más específicamente al condenado en
la Sentencia, de modo que en ningún caso cabe derivar la acción ejecutiva hacia
personas distintas sin destruir la misma esencia de la cosa juzgada." (STC 153/2006,
de 22 de mayo, FJ 3, entre otras).
5. Sentado lo anterior hemos de iniciar nuestro enjuiciamiento precisando los
términos en los que discurrió el debate procesal sustanciado en el procedimiento
declarativo del que trae causa el despacho de ejecución ahora impugnado, y,
en conexión con ello, examinar posteriormente el contenido de la obligación que
absuelve la ejecución dirigida contra los recurrentes. (...) [E]n la demanda de
juicio ordinario presentada por la sociedad actora (...) se formularon diversas
pretensiones de condena. Por lo que aquí interesa, una de ellas dirigida contra
la sociedad mercantil Azlo Comunicaciones, S.L., en reclamación de cantidad por
incumplimiento de un contrato de compraventa suscrito por ambas partes litigantes;
y otra, dirigida contra el Sr. Azcueta en ejercicio de una acción individual de
responsabilidad como administrador de la sociedad demandada [art. 69 de la Ley
de sociedades de responsabilidad limitada (LSL), que remite a lo establecido en el
art. 135 del texto refundido de la Ley de sociedades anónimas, entonces vigentes].
Dicha demanda (...) fue estimada parcialmente por Sentencia de 7 de junio de
2004 del Juzgado de Primera Instancia (...) que condenó de manera solidaria a
Comunicaciones Azlo, S.L., y al Sr. Azcueta al pago de la cantidad reclamada;
justificando la condena del administrador, Sr. Azcueta, por motivo de hallarse la
sociedad demandada incursa en causa de disolución, a tenor de la prueba pericial
contable practicada en el proceso, sin que hubiese adoptado medida alguna al
respecto. La Sentencia fue recurrida en apelación ante la Audiencia Provincial de
Valencia (...), confirmó el fallo y, estimando parcialmente el recurso de apelación
deducido por la actora, acordó la condena al pago de lo reclamado en concepto de
cláusula penal. Una vez firme la Sentencia recaída en el procedimiento ordinario,
de conformidad con lo dispuesto en el art. 538.2.2 LEC, la actora solicitó y obtuvo
del Juzgado de Primera Instancia núm. 25 de Valencia el despacho de ejecución
de dicha Sentencia contra los ahora demandantes de amparo como responsables
solidarios del pago en su condición de miembros del consejo de administración de
la sociedad condenada, al haberse acreditado la existencia de causa de disolución
por insolvencia de la sociedad demandada sin que hubieran adoptado las medidas
legalmente previstas.(105.5 LSL).
De los hechos reseñados se desprende que la pretensión sustanciada en el
proceso del que origina el despacho de ejecución, aquí cuestionado, traía causa
del incumplimiento por la sociedad demandada de una relación comercial a la que
se unía una acción individual de responsabilidad contra el administrador efectivo
de la sociedad demandada, Sr. Azcueta, por los daños producidos por dicho
incumplimiento. Ciertamente, como se denuncia en la demanda de amparo, los
recurrentes, ni fueron demandados individualmente ni se formuló contra ellos por
la actora pretensión alguna dirigida a deducir la responsabilidad personal solidaria
que pudiera incumbirles en su condición de consejeros (administradores) de la
deudora demandada, por lo que quedaron al margen del proceso del que dimana
el despacho de ejecución que se dirige contra ellos. Por otro lado, no puede
soslayarse en el examen de la queja de indefensión que se nos plantea (art. 24.1
CE) que la responsabilidad personal deducida contra los recurrentes, mediante el
despacho de ejecución ordenado al amparo de lo dispuesto en el art. 538.2.2 LEC,
Visto lo anterior, y determinado que la sociedad Mitra Media SCP es en realidad una
sociedad mercantil irregular a la que le es de aplicación la normativa que regula las
sociedades colectivas, la responsabilidad de los socios frente a terceros es la que
regula el artículo 127 del Código de Comercio conforme al cual, todos los socios que
formen la compañía colectiva, sean o no gestores de la misma, estarán obligados
personal y solidariamente, con todos sus bienes, a las resultas de las operaciones
que se hagan en su nombre y por cuenta de la compañía, bajo la forma de ésta y
por persona autorizada para usarla.
TERCERO.- Procede a continuación entrar a analizar si el título ejecutivo hace una
correcta aplicación del párrafo segundo del apartado segundo del artículo 538 de
la LEC (...).
La peculiaridad de la nueva medida legal estriba en que permite el despacho de
ejecución frente a persona que no figura en el título pero a la que la ley impone
la obligación de responder personalmente de la deuda de que se trate, disposición
que por su carácter excepcional, en tanto que discordante con la literalidad del
título, debe ser interpretada restrictivamente y sólo aplicada cuando la obligación de
responder resulte indubitada.
Pues bien, en el caso que nos ocupa, ya hemos reseñado que a la sociedad con
la que contrató la actora le son de aplicación las normas del Código de Comercio
referidas a la sociedad colectiva, entre las que se encuentra el artículo 127 antes
transcrito que impone a los socios la obligación de responder personalmente de
las deudas sociales, por lo que existe ab initio una disposición legal que impone
a los socios de la entidad demandada la obligación de responder de las deudas
de la misma y por consiguiente, la posible procedencia de la aplicación del párrafo
segundo del artículo 538 que analizamos.
La juzgadora de instancia excluye esta aplicación porque considera que de acuerdo
con el propio contrato de sociedad, los administradores tenían que actuar de forma
mancomunada, y el contrato firmado con la actora lo fue tan sólo por uno de los
administradores y no por los dos convenidos.
Discrepamos de ello por lo siguiente: a) porque siguiendo la indicada línea
de razonamiento, la consecuencia derivada del mismo sería la exención de
responsabilidad para la propia sociedad ya que para obligar a la misma sería
necesario el concurso de dos administradores, lo que no puede plantearse en tanto
que la sociedad no se opuso al juicio monitorio ni plantea oposición al auto de
despacho de ejecución, y b) porque la finalidad del artículo 127 del Código de
Comercio está encaminada a proteger a los terceros que han actuado de buena fe y
en la ignorancia de cuales pudieran ser los pactos societarios que se han mantenido
ocultos al no haberse inscrito en el Registro Mercantil.
En consecuencia, la disposición contenida en el artículo 127 del Código de Comercio
en el sentido de que la obligación personal de los socios depende de que quien ha
actuado pudiera obligar a la sociedad, debe entenderse aplicable únicamente a los
supuestos de sociedades debidamente inscritas en el Registro Mercantil pero no
a aquellas otras que actúan en el tráfico sin haber publicitado la identidad de sus
administradores, como ocurre en el caso que nos ocupa.
"2- En cuanto al artículo 7.6 de la L.E.Civil, se cita por la actora solo la parte que
le interesa, pero el precepto se refiere a "Las entidades sin personalidad a que se
refiere el número 5.º del apartado 1 del artículo anterior", esto es, a las "entidades sin
personalidad jurídica a las que la ley reconozca capacidad para ser parte". Y este no
es el caso del Grupo Municipal, al que la ley no reconoce capacidad para ser parte.
En atención a lo expuesto, procede estimar la excepción de falta de legitimación
pasiva del Grupo Municipal de UpyD del Ayuntamiento de Alcobendas, que ha
sido alegada en esta segunda instancia, pero es apreciable de oficio por tratarse
de un presupuesto procesal "susceptible de examen previo al examen del fondo
del asunto", como ha declarado la jurisprudencia (STS de 2 de abril de 2014,
Recurso: 269/2012, que cita las SSTS de 30 de abril de 2012 y 9 de diciembre de
2010), estimándose en tal sentido el recurso, lo que conlleva la desestimación de
la demanda. Con ello, resulta innecesario el examen del recurso de apelación de
la parte actora, en el que se pedía la estimación total de la demanda, debiendo
desestimarse dicho recurso".
Art. 15.1. Las asociaciones inscritas responden de sus obligaciones con todos sus
bienes presentes y futuros.
2. Los asociados no responden personalmente de las deudas de la asociación.
3. Los miembros o titulares de los órganos de gobierno y representación, y las demás
personas que obren en nombre y representación de la asociación, responderán
ante ésta, ante los asociados y ante terceros por los daños causados y las deudas
contraídas por actos dolosos, culposos o negligentes.
Art. 5.2 El acuerdo de constitución, que incluirá la aprobación de los Estatutos, habrá
de formalizarse mediante acta fundacional, en documento público o privado. Con
el otorgamiento del acta adquirirá la asociación su personalidad jurídica y la plena
capacidad de obrar, sin perjuicio de la necesidad de su inscripción a los efectos del
art. 10.
Así pues según resulta del art. 544, para que pueda ampliarse la ejecución a
las personas físicas a que se refiere, no basta que el ejecutado se socio o
gestor, sino también es menester, cumulativamente, que haya tomado parte en el
negocio del que deriva la deuda para con el ejecutante y ello se destaca por la
resolución impugnada. La interpretación y aplicación del precepto ha de ser rigurosa
y restrictiva, en tanto que compromete el derecho a la defensa que a todos garantiza
el art. 24 CE al permitir la ejecución contra quien no ha sido previamente oído. Ahora
bien, el precepto impone un presupuesto claro previo, que nos hallemos, además
ante un ente sin personalidad jurídica y la Asociación de vecinos de San Miguel
de Derio la tiene no sólo ad processum como afirma el juzgador a quo sino plena,
también ad causam.
La Asociación que hizo el encargo profesional al actor es una persona jurídica,
legalmente constituida, que tiene personalidad jurídica propia y diferenciada de la
de sus asociados, y plena capacidad de obrar, de acuerdo con el art. 35 del Código
Civil y con el art. 5.2 de la Ley Orgánica de 22 de marzo de 2002 reguladora del
Derecho de Asociaciones. (...) se constituyó con carácter voluntario el 1 de marzo
de 1978, inscribiéndose al núm. 2002/005813-1 (PO) del Registro Provincial de
Asociaciones, de conformidad con lo prevenido en la Ley, entonces en vigor, de 24
de diciembre de 1964, hoy derogada por la Orgánica de 22 de marzo del 2002, de tal
manera que, su conformación lo es de carácter público, con finalidad no lucrativa, y,
aprobó sus Estatutos -los obrantes en autos-, en los que se reglan su composición,
objeto y funcionamiento. Su personalidad, pues, a tenor de lo prevenido en el art.
35 del Código Civil comenzó en el momento mismo en que quedó válidamente
constituida, y, su capacidad, ha de regirse por lo que dispongan esos Estatutos, por
así disponerlo el art. 37 del citado Cuerpo Legal, y lo es plena para adquirir, enajenar
y poseer toda clase de bienes o contraer obligaciones. Es por ello que no se dan los
presupuesto del art. 544 para ampliar el despacho de ejecución inicial correctamente
acordado contra la Asociación y no extenderlo a sus socios o asociados.
En segundo lugar de darse las previsiones del art. 15 de la L.O de 2002, por
aplicación del principio del vencimiento, tampoco había otra solución más que la de
revocar la resolución de instancia toda vez que sería preciso que se hubiera seguido
un declarativo contra los asociados en calidad de representantes que lo fueron o
miembros de la Junta directiva en la vida de la asociación a fin de demostrar que
actuaron con dolo o negligencia. Entonces sí, y con el título judicial ad hoc, podría
instarse si hubiere recaído condena contra ellos, el despacho de ejecución".
"1. Cuando un tribunal de la jurisdicción civil estime que el asunto que se le somete
corresponde a la jurisdicción militar, o bien a una Administración pública o al Tribunal
de Cuentas cuando actúe en sus funciones contables, habrá de abstenerse de
conocer.
2. Se abstendrán igualmente de conocer los tribunales civiles cuando se les sometan
asuntos de los que corresponda conocer a los tribunales de otro orden jurisdiccional
de la jurisdicción ordinaria. Cuando el Tribunal de Cuentas ejerza funciones
jurisdiccionales se entenderá integrado en el orden contencioso-administrativo".
"La abstención a que se refieren los dos artículos precedentes se acordará de oficio,
con audiencia de las partes y del Ministerio Fiscal, tan pronto como sea advertida la
falta de competencia internacional o la falta de jurisdicción por pertenecer el asunto
a otro orden jurisdiccional".
Conclusiones:
"[...] 2. Cuando las normas del apartado anterior de este artículo no fueren de
aplicación a los litigios en materia de seguros, ventas a plazos de bienes muebles
corporales y contratos destinados a su financiación, así como en materia de
contratos de prestación de servicios o relativos a bienes muebles cuya celebración
hubiera sido precedida de oferta pública, será competente el tribunal del domicilio
del asegurado, comprador o prestatario o el del domicilio de quien hubiere aceptado
la oferta, respectivamente".
"Será juez competente para el conocimiento de las acciones derivadas del contrato
de seguro el del domicilio del asegurado, siendo nulo cualquier pacto en contrario".
Jurisprudencia:
AAP Madrid, Civil, Sección 28.ª, de 15 de abril de 2016 [ECLI:ES:APM:2016:332A].
Sentencia: 61/2016. Recurso: 64/2016. Ponente: Enrique García García. Entiende que
sí, aunque en el caso no lo aplica porque la declinatoria no había sido admitida aún a
la fecha de la vista de las cautelares por causas solo imputables a la parte que la había
promovido:
Doctrina:
MARTÍNEZ GÁMEZ, José Pablo. "Las medidas cautelares en el proceso civil. Análisis
de la jurisprudencia". En: Medidas cautelares y diligencias preliminares. Colección:
Cuadernos Digitales de Formación 28-2014.
Jurisprudencia:
Niega que del art. 400 resulte la obligación de acumular acciones STS, Civil, Sección
1.ª, de 9 de enero de 2013 [ECLI:ES:TS:2013:277]. Ponente: Juan Antonio Xiol Ríos:
"Este ha sido el criterio seguido por esta Sala, bajo la regulación de la LEC 1881,
cuando, adelantándose a la previsión que hoy contiene el artículo 400.2 LEC, ha
rechazado por contravenir el principio de cosa juzgada, el ejercicio de acciones
fundadas en hechos o fundamentos jurídicos que hubieran podido ser alegados
contra el demandado en un proceso anterior, siempre que los nuevos hechos o
fundamentos se alegaran en sustento de una misma acción.
[...]
Cuando no son las mismas las pretensiones y el título jurídico en virtud del que
se pretenden individualiza la acción, el artículo 400 LEC no obliga al demandante
(No obstante, hay que tener en cuenta que alguna sentencia anterior afirma que el
artículo 400 LEC impide nuevas pretensiones; por ejemplo en la STS n.º 682/2011, de
26 de septiembre de 2011, rec. 93/2008, se declara: "Lo que prohíbe el artículo 400.2
LEC es deducir en un litigio una pretensión que podría haberse formulado en el anterior.
Cita la STS de 13 de julio de 2006, RC n.º 4175/1999, 21 de marzo de 2011, RCIP
1862/2007).
STS de 4 de febrero de 2016 [ECLI:ES:TS:2016:328]. Sentencia: 34/2016. Recurso:
2495/2013. Ponente: Pedro José Vela Torres. Explica la interpretación restrictiva. No se
aplica a procesos anteriores a la LEC/2000:
"Como se ha dicho, el artículo 400 persigue que el actor haga valer en el proceso
todas las causas de pedir de la pretensión deducida. Por ello, el complejo supuesto
que condiciona la aplicación de la sanción que el mismo establece se integra (a)
por la realidad de dos demandas - sentencia 452/2010, de 7 de octubre -; (b) por
ser diferentes las causas de pedir alegadas en ellas, lo que puede deberse tanto a
que lo sean sus elementos fácticos -"diferentes hechos"-,como normativos-"distintos
fundamentos o títulos jurídicos"-; (c) por haber podido ser alegada en la primera
demanda la causa de pedir, en cualquiera de los aspectos de su doble vertiente, que
fue reservada para el proceso ulterior-"resulten conocidos o puedan invocarse"-; y
(d) por haberse pedido lo mismo en las dos demandas".
Como ya declaramos en la sentencia núm. 768/2013, de 5 de diciembre, tal precepto
ha de interpretarse en el sentido de que no pueden ejercitarse acciones posteriores
basadas en distintos hechos, fundamentos o títulos jurídicos cuando lo que se pide
es lo mismo y cuando tales fundamentos, fácticos y jurídicos, pudieron ser alegados
en la primera demanda.
Pero lo que no supone tal precepto es que el litigante tenga obligación de formular en
una misma demanda todas las pretensiones que en relación a unos mismos hechos
tenga contra el demandado.
4.- El art. 400 LEC permite tener por aducidos todos los hechos y fundamentos o
títulos jurídicos en que el demandante pudiera haber fundado lo pretendido en su
demanda, hayan sido alegados efectivamente en la demanda o no lo hayan sido,
pero no permite tener por formulado un pedimento, a efectos de litigios posteriores,
que efectivamente no lo haya sido en el litigio anterior. La preclusión alcanza
solamente a las causas de pedir deducibles pero no deducidas, no a las pretensiones
deducibles pero no deducidas.
5.- Para que entre en juego la regla preclusiva del art. 400 LEC no es imprescindible
que las pretensiones formuladas en una y otra demanda sean idénticas, pero sí es
necesario que exista homogeneidad entre ellas.
Tal homogeneidad no existe entre una demanda en la que se ejercita la pretensión
de que se declare la responsabilidad contractual de una entidad financiera por no
haber cumplido las obligaciones derivadas del contrato que le une con su cliente, y se
le condene a asumir los perjuicios patrimoniales provocados por tal incumplimiento,
y otra posterior en la que pide la protección del derecho fundamental al honor
respecto de la vulneración provocada por la inclusión del cliente en un fichero sobre
incumplimiento de obligaciones dinerarias, y se le condene a indemnizar los daños
morales producidos por tal vulneración, como sucede en el caso enjuiciado".
de los procesos allí implicados se vieron individualizadas por distintos títulos jurídicos:
ocupación del inmueble por la demandada como arrendataria y ocupación del inmueble
por la demandada sin título.
SAP Asturias, Sección 5.ª, de 14 de diciembre de 2015 [ECLI:ES:APO:2015:3006].
Sentencia: 378/2015. Recurso: 463/2015. Ponente: José Luis Casero Alonso.
Resumen CENDOJ: Se plantea el tema de la preclusión de la posibilidad de reclamar lo
no concedido en el anterior procedimiento conforme al art 400 LEC, dándose respuesta
afirmativa en primera instancia apreciando cosa juzgada. La posibilidad de condena
de futura está limitada al supuesto del pago de intereses o prestaciones periódicas
derivadas del mismo título, por lo que no cabe entender aplicar el criterio preclusivo del
art 400 si no se interesó en el pleito anterior dicha clase de condena, ni cosa juzgada con
efectos negativos. En el proceso anterior se vino a declarar la falta de legitimación del
actor porque dos de las mensualidades reclamadas entonces no eran exigibles por no
haber vencido. El efecto temporal de la cosa juzgada abarca los hechos y circunstancias
concurrentes al momento de la configuración del objeto del proceso no las posteriores,
como lo es aquí respecto a esas dos mensualidades no devengadas entonces. Si opera
el efecto prejudicial positivo de la sentencia anterior en cuanto a la vigencia del seguro,
riesgo contratado, concurrencia del siniestro y la prestación debida por el asegurador.
Se concede la cantidad solicitada con aplicación del art 20 LCS a computar desde la
fecha de cada una de las prestaciones periódicas reclamadas.
Se aplica:
STS, Civil, Sección 991.ª, de 24 de noviembre de 2014 [ECLI:ES:TS:2014:4617].
Sentencia: 462/2014. Recurso: 2962/2012. Ponente: Francisco Marín Castán. Aplica la
preclusión del art. 400 a un proceso de ejecución en el que no se formuló oposición:
sustentada por los mismos hechos. Para determinar la existencia de la identidad objetiva
entre los procesos ha de tomarse en consideración lo deducido en el primer proceso
y, además, lo que hubiera podido deducirse en él. La apreciación de cosa juzgada
no vulnera el derecho de tutela efectiva porque este derecho se satisface mediante el
acceso de las partes al proceso sin limitación de garantías ni impedimento alguno para
alegar y demostrar en el proceso los propios derechos.
Se plantean en el debate como supuestos especialmente problemáticos de aplicación
del art. 400 de la LEC, los siguientes:
1. Goteo de procedimientos sobre nulidad de diversas cláusulas de un mismo contrato:
¿es posible pedir la nulidad de una cláusula suelo de un contrato en un procedimiento y,
luego, en otro procedimiento, pedir la nulidad de otra cláusula distinta del mismo contrato,
por ejemplo, de la de vencimiento anticipado?
Tras la celebración del curso, se ha facilitado por una asistente el Auto de la AP de
Cádiz, Sección 8.ª, de 28 junio de 2016, dictado en rollo 148/2016, ponente Ilmo Sr. D.
Blas Rafael Lope Vega, que analiza un supuesto de tres procedimientos paralelos; en el
primero se analizaba la nulidad de una cláusula que establecía una comisión de 34 € por
impago de cuotas; en el segundo se analizaba la nulidad de una cláusula que establecía
un límite mínimo del 8 % aplicable al interés nominal anual para el mismo contrato de
préstamo hipotecario; y en el tercer procedimiento, siempre sobre el mismo contrato de
préstamo hipotecario, se solicitaba la nulidad de la cláusula de vencimiento anticipado.
En este último procedimiento, seguido ante un Juzgado de Primera Instancia de Jerez,
se estimó la excepción de litispendencia y se acordó el archivo del procedimiento. La
audiencia confirma la resolución por considerar que "los demandantes han fraccionado
artificialmente su demanda para reclamar por separado la nulidad de cada cláusula
abusiva, en una actuación equiparable, por ejemplo, a la de un perjudicado en un
accidente de circulación que reclamase por separado una indemnización por cada
una de las lesiones sufridas. Esa actuación de la parte demandante no debe ser
admitida, de acuerdo con el artículo 11.2 de la LOPJ...". La referencia del CENDOJ es
ECLI:ES:APCA:2016:168A.
2. Planteamiento en un procedimiento de la acción de nulidad absoluta y, en otro
posterior, la anulabilidad por vicio del consentimiento. En el debate se pone de manifiesto
que, a la vista de la elaboración jurisprudencial de los últimos dos años sobre el error
y el dolo como vicios del consentimiento, es difícil sostener la tesis de la sentencia del
TS de 9 de febrero de 2007, antes citada, para su aplicación a la litigiosidad derivada
de productos financieros.
3. Planteamiento en un procedimiento de la nulidad de la cláusula suelo y planteamiento
de un juicio posterior sobre las consecuencias económicas derivadas de dicha nulidad.
En el debate se puso de manifiesto la imposibilidad de plantear un nuevo procedimiento
dirigido a corregir la aplicación de una doctrina jurisprudencial que ha sido superada con
otra que favorece la tesis del actor, que en su día no fue estimada. También se criticó que
el desarrollo jurisprudencial del art. 400 LEC hace imposible, en la práctica, la aplicación
de la preclusión de la alegación de hechos y fundamentos jurídicos.
Es frecuente que, realizado el preceptivo traslado para que la parte actora subsane la
defectuosa acumulación de acciones, esta, bien deje transcurrir el plazo de cinco días sin
decir nada, bien recurra en reposición la diligencia de ordenación que hace el traslado,
sin subsanar, aunque sea de forma subsidiaria la indebida acumulación de acciones.
Jurisprudencia:
Auto AP Orense, Civil, Sección 1.ª, de 12 de mayo de 2015 [ECLI:ES:APOU:2015:70A].
Ponente: Josefa Otero Seivane:
"Pues bien, en cuanto a esta primera cuestión asiste razón a la parte actora
al sostener que se ha quebrantado lo dispuesto en el artículo 73.3 de la
LEC, de manera que, la resolución de una cuestión procesal, en sentencia ha
causado evidente indefensión. Tampoco en la Audiencia previa esta cuestión fue
expresamente planteada por la parte demandada, conforme a lo dispuesto en el
artículo 419 de la LEC, ya que no se opuso en tal aspecto en el escrito de oposición.
Como ya se ha expuesto el artículo 73.3 de la LEC solo prevé la apreciación de
"oficio" la indebida acumulación de acciones antes de la "admisión a trámite de la
demanda", no después.
No cabe desestimar en la instancia un eventual "defecto procesal" en sentencia, ya
que ello es contrario al principio de tutela judicial efectiva y de economía procesal,
prescrito en nuestro ordenamiento".
y, por ello, de derecho necesario excluidas del poder de disposición de las partes,
cuyo desconocimiento o infracción produce la nulidad de pleno derecho de lo
actuado, según se dispone en los artículos 238.1º de la Ley Orgánica del Poder
Judicial y 225.1º de la Ley de Enjuiciamiento Civil, susceptible de ser apreciada y
declarada incluso de oficio por el Juez antes de que hubiere recaído resolución que
ponga fin al proceso ex artículos 240.2 y 48 y 227.2, respectivamente, de las leyes
mencionadas.
La admisión a trámite de la demanda no es competencia del Juez sino del Secretario
judicial, conforme se preceptúa en el artículo 404 de la Ley de Enjuiciamiento Civil,
solo en los casos que se relacionan en el apartado 2 de dicho precepto (entre ellos
la falta de competencia del Tribunal), deberá dar cuenta al Juez para que resuelva
sobre la admisión.
Del mismo modo es al Secretario judicial a quien compete, en el caso de que en
la demanda se acumulen varias acciones conforme a los artículos 71 y 72 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil, apreciar si lo han sido indebidamente y requerir al
actor, antes de admitir la demanda, para que subsane el defecto, si transcurriere el
plazo concedido sin que se produzca la subsanación, deberá dar cuenta al Tribunal
para que resuelva sobre la admisión de la demanda, no siendo susceptibles de ser
acumuladas aquellas acciones de las que por razón de la materia carezca el Juzgado
de competencia, todo ello a tenor de lo dispuesto en el artículo 73 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
c) No obstante, si en la fase procesal inicial no se apreciara que se han acumulado de
forma indebida varias acciones, es a la parte demandada a la que compete oponerse
motivadamente a tal acumulación para su resolución en la audiencia previa, tal y
como se preceptúa en el artículo 419 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
En el presente caso ni la Secretaria judicial ni la parte demandada, que se
encontraba en rebeldía, detectaron en su momento la indebida acumulación de
la acción de responsabilidad del administrador social de Ceyco, por falta de
competencia objetiva por razón de la materia, a la acción de reclamación de cantidad
por haber incumplido aquélla la obligación de pago del precio a que venía obligada en
razón a la relación contractual mantenida con la demandante TMI; por lo que la Juez
tuvo que pronunciarse, como correctamente hizo al dictar sentencia, inmediatamente
después de tener lugar la audiencia previa, sobre su falta de competencia objetiva,
dejando imprejuzgada la acción mal acumulada. Sin que tal juicio valorativo pudiera
quedar condicionado por el auto dictado en la pieza separada de medidas cautelares
que tiene por objeto la resolución de la petición sobre una medida de aseguramiento,
que no en torno al fondo objeto de las acciones deducidas, cuyo contenido queda
subordinado, como no puede ser de otro modo, a lo que definitivamente se decida
en el proceso tal y como se establece en los artículos 744 y 745 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil".
Conclusiones:
1. La admisión a trámite de la demanda no es competencia del juez sino del secretario
judicial. Si en la fase procesal inicial no se apreciara que se han acumulado de
forma indebida varias acciones, es a la parte demandada a la que compete oponerse
motivadamente a tal acumulación para su resolución en la audiencia previa. El artículo
73.3 de la LEC solo prevé la apreciación de "oficio" de la indebida acumulación de
acciones antes de la "admisión a trámite de la demanda", no después.
2. No obstante ello, el tribunal puede plantearlo de oficio cuando la indebida acumulación
de acciones proviene de una falta de competencia objetiva o una inadecuación de
procedimiento.
66. Para apreciar esa indebida acumulación de acciones por falta de competencia
objetiva, ¿ha de dar audiencia previamente al Ministerio Fiscal antes de "indicar la
clase de tribunal al que corresponde el conocimiento" de la acción no acumulable,
ex art. 48 LEC? ¿La dinámica del mencionado artículo 48 obligará a suspender el
curso de las actuaciones para poder oír a las partes y al Ministerio Fiscal?
No parece exigirlo la SAP Sevilla, Civil, Sección 5.ª, de 30 de enero de 2015
[ECLI:ES:APSE:2015:323]. Ponente: Conrado Gallardo Correa:
Conclusión:
No es necesaria la audiencia del Ministerio Fiscal si ambas partes están de acuerdo con
la "desacumulación".
67. ¿Y en los supuestos en los que la indebida acumulación de acciones proviene
de una falta de competencia territorial por ser de aplicación un fuero territorial
imperativo? ¿Puede el tribunal plantear de oficio la indebida acumulación de
acciones por falta de competencia territorial en este supuesto de fuero imperativo?
Legislación:
Artículo 53 LEC. Competencia territorial en caso de acumulación de acciones y en caso
de pluralidad de demandados:
"2.1 aunque es cierto que el art. 73.1.1º LECivil no impone para la admisibilidad
de la acumulación de acciones que el tribunal que deba entender de la principal
posea competencia territorial para conocer de las acumuladas -solo se refiere a la
jurisdicción y competencia objetiva y por cuantía-, es jurisprudencia reiterada la que
concede a la territorial un tratamiento análogo a la competencia objetiva cuando se
trata de un fuero imperativo (Autos del Tribunal Supremo de 1/3 y 31/7 de 2.007).
Si ello es así, resulta imposible acumular dos o más acciones cuando el fuero de
competencia territorial imperativo aplicable a cada una de ellas no son coincidentes
pues en caso contrario se estaría burlando la aplicación de una norma inderogable.
2.2 con esta interpretación se da a la acumulación objetiva de acciones, en una
misma demanda, un trato idéntico al que el legislador, aquí sí de forma expresa,
prevé para el supuesto análogo de acumulación de procesos en el art. 77.3º LECivil.
Frente a estos argumentos no cabe invocar:
1º el principio general de la economía procesal cuando con la acumulación se
produce la elusión de un fuero imperativo y así lo declaró el Tribunal Supremo,
siempre tan proclive a la acumulación, en Sentencia de 27 de noviembre de 1.999
dictada bajo el imperio de la antigua Ley.
2º el art. 53.1º LECivil, el cual no puede ser objeto de interpretación aislada. Dicho
precepto está pensado para los fueros que no resultan inderogables para las partes,
cosa que no sucede con las reclamaciones derivadas de accidentes circulatorios".
"En primer lugar hemos de reseñar que no se cuestiona que rige el fuero imperativo
del artículo 52.2 LEC [...] pues las acciones ejercitadas por los demandantes derivan
de la suscripción de acciones Bankia que fue precedida de oferta pública [...]
En consecuencia, la cuestión planteada se ciñe a determinar si por razón del fuero
imperativo del artículo 52.2 LEC, por aplicación del artículo 73.1.1º de la misma
Ley, la acumulación sólo procederá respecto de aquellos demandantes con domicilio
en Madrid; a tales efectos, entendemos que el precepto aplicable es el artículo
53 LEC, empero no el apartado 2 en el que se basa la resolución recurrida, sino
el apartado 1, pues aquel se refiere al supuesto de ejercitarse acciones contra
diversos demandados [...], sin embargo, en el supuesto del presente recurso se
trata de acciones ejercitadas por varios demandantes contra un solo demandado
(Bankia), por lo que es de aplicación el artículo 53.1 del siguiente tenor: "Cuando se
ejerciten conjuntamente varias acciones frente a una o varias personas será tribunal
competente el del lugar correspondiente a la acción que sea fundamento de las
demás; en su defecto, aquel que deba conocer del mayor número de las acciones
acumuladas y, en último término, el del lugar que corresponda a la acción más
importante cuantitativamente".
La aplicación del artículo 53.1 LEC cuando rige una norma imperativa de
competencia territorial (sin que exista otra causa de indebida acumulación de
acciones [...]) se ha admitido por el Tribunal Supremo, así respecto de la norma
imperativa del artículo 24 LCS [...] la STS 10 de septiembre de 2014 recurso
2162/2011 [...], también a un supuesto de acumulación de acciones por diversos
demandantes se refiere el Auto TS de 3 de junio de 2015 recurso 56/2015...".
están correctamente acumuladas o no, por lo que, de acuerdo con los preceptos
expuestos, el Juzgado Mercantil de Córdoba no tiene capacidad para separar las
diversas acciones presentadas conjuntamente y habrá de conocer de la demanda
tal y como está planteada".
(por ejemplo, una cláusula penal). Supuesto analizado por SAP Gran Canaria, Civil,
Sección 5.ª de 10 de abril de 2012 [ECLI:ES:APGC:2012:653]. Ponente: Mónica García
de Yzaguirre.
Supuesto 2: Supuesto del art. 72 LEC ("Podrán acumularse, ejercitándose
simultáneamente, las acciones que uno tenga contra varios sujetos o varios contra uno,
siempre que entre esas acciones exista un nexo por razón del título o causa de pedir").
Se ejercita (i) acción de responsabilidad extracontractual frente a las Comunidades de
Propietarios de la DIRECCION000 nº NUM001 y DIRECCION000 nº NUM000 por el
mal estado que se dice del patio común a ambos edificios, motivo por el que según
los términos de la demanda, en que también se invoca el artículo 10 LPH (antigua
redacción), se ha podido filtrar humedad a la vivienda de los demandantes; y (ii)
acción frente a la promotora constructora y arquitecto intervinientes en el proceso
de construcción de dos viviendas en lo que anteriormente fuere una lonja sita en la
DIRECCION000 nº NUM000, por vicios ruinógenos conforme al régimen de la Ley de
Ordenación de la Edificación, así como el artículo 1591 del Código Civil en cuanto no
se entendiera derogado tácitamente y en cuanto mejore la posición jurídica concreta de
la parte actora y además los artículos 1091, 1098, 1101, 1166, 1258 y 1278 del Código
Civil por incumplimiento de las cláusulas del contrato de obra y en los particulares de la
compraventa frente a la promotora constructora.
Supuesto analizado por SAP Vizcaya, Civil, Sección 5.ª, de 16 de septiembre de 2010
[ECLI:ES:APBI:2010:2058]. Ponente: María Magdalena García Larragán.
Las acciones entabladas, por un lado, frente a las comunidades de propietarios y, por
otro, frente a los intervinientes en el proceso constructivo y vendedora, se fundan en
diferentes hechos, siendo distinto el título y causa de pedir diferenciándose nítidamente
los hechos en que se sustenta:
- responsabilidad extracontractual de las comunidades de propietarios por mal
estado de los elementos comunes e incumplimiento de obligaciones en orden
a su adecuada conservación;
- vicios ruinógenos e incumplimiento contractual con relación a elementos
privativos según contratación, en las acciones dirigidas contra promotora
constructora y arquitecto intervinientes en el proceso de construcción.
"No existe conexidad jurídica alguna y con ello no resulta justificado el tratamiento
unitario y la resolución conjunta en un mismo procedimiento excediéndose la finalidad
de la acumulación subjetiva contemplada en la norma procesal" (SAP Vizcaya, Civil,
Sección 5.ª, de 16 de septiembre de 2010 [ECLI:ES:APBI:2010:2058]. Ponente:
María Magdalena García Larragán. Dice que en sede apelación, si se aprecia esa
indebida acumulación de acciones, procede el archivo del proceso dejando las mismas
imprejuzgadas).
Supuesto 3: Supuesto del art. 72 LEC ("Podrán acumularse, ejercitándose
simultáneamente, las acciones que uno tenga contra varios sujetos o varios contra uno,
siempre que entre esas acciones exista un nexo por razón del título o causa de pedir").
El demandante ejercita una acción derivada de su contrato de seguro frente la
propia Cía. que asegura su vehículo y al propio tiempo demanda por responsabilidad
extracontractual a una constructora a la que se le asigna la culpa del siniestro que
llevó al vehículo del reclamante a un estado de siniestro total. Supuesto analizado por
SAP Ciudad Real, Civil, Sección 1.ª, de 12 de mayo de 2011 [ECLI:ES:APCR:2011:438]
Ponente: Alfonso Moreno Cardoso: "la Sala puede apreciarla de oficio, cual se hace en
este momento, al tratarse de irregularidades procesales que tienen carácter de orden
público, para que, con declaración de nulidad de actuaciones y retroacción de las mismas
a dicho trámite, el actor pueda aclarar y precisar en orden a la acción que elige y continuar
el procedimiento, conservando los actos propios de la prueba practicada no afectada de
nulidad a fin de que el Juzgador de instancia dilucide correctamente el litigio".
Jurisprudencia:
- SAP Gran Canaria, Civil, Sección 5.ª de 10 de abril de 2012
[ECLI:ES:APGC:2012:653]. Ponente: Mónica García de Yzaguirre.
- SAP Vizcaya, Civil, Sección 5.ª, de 16 de septiembre de 2010
[ECLI:ES:APBI:2010:2058]. Ponente: María Magdalena García Larragán.
- SAP Ciudad Real, Civil, Sección 1.ª, de 12 de mayo de 2011
[ECLI:ES:APCR:2011:438]. Ponente: Alfonso Moreno Cardoso.
Se proponen dos soluciones a los asistentes:
- Solución 1. El artículo 419 LEC no permite resolver en la audiencia previa el
defecto de acumulación de acciones si no ha sido alegado en la contestación,
y, por otro lado, el tribunal tampoco puede "escoger" a su antojo la acción
sobre la que ha de entrar a resolver, por lo que, en Sentencia, deberá acordar
el archivo del proceso dejando todas las acciones imprejuzgadas.
- Solución 2. El tribunal, de oficio, debe aplicar el trámite del art. 73.3 LEC. Si
no lo hace en la audiencia previa, deberá hacerlo antes de dictar Sentencia,
con nulidad parcial de actuaciones y retroacción de las mismas para que el
actor pueda "quedarse" con la acción que prefiera (art. 73.3 LEC).
La conclusión que se adopta es la n.º 2.
3. Control del cumplimiento del art. 219 LEC. Coordinación con el LAJ
70. El incumplimiento del art. 219, en cuanto a la reserva de liquidación, ¿es
defecto legal en el modo de proponer la demanda, una cuestión procesal diferente
o una cuestión de fondo?
Legislación:
Artículo 209 LEC. Reglas especiales sobre forma y contenido de las sentencias:
Doctrina:
La audiencia previa. Joan Picó i Junoy, Xavier Abel Lluch (directores). Barcelona: Bosch,
2010. ISBN: 978-84-7698-896-1. Parte V: Función saneadora en la audiencia previa.
En este apartado del libro citado se resumen con acierto los problemas que plantea
cualquiera de las soluciones por las que se opte en la cuestión planteada. Recuerda
el antiguo art. 360 LEC/1881 y la práctica arraigada de posponer a la ejecución de
sentencia la cuantificación de las condenas, con el aliciente de ponerse a salvo de
posibles condenas de costas procesales millonarias en caso de desestimación de
la demanda, ya que al no cifrar la indemnización la cuantía del procedimiento era
indeterminada. Y valora las posibles soluciones en los términos que se resumen a
continuación:
a) Si se considera como excepción procesal del art. 416.5 y 424 LEC (defecto legal el
modo de proponer la demanda), la consecuencia inmediata es que genera la posibilidad
de subsanar el defecto. Si no se subsana, procederá el sobreseimiento (art. 424.2), pero
la duda es si realmente se trata de un defecto subsanable sin menoscabo irreparable
de las posibilidades de defensa de la parte contraria. "A priori, su argumentación es
correcta ya que si el tribunal, en la fase de admisión de la demanda no ha percibido
el error padecido por el actor a la hora de solicitar la condena dineraria meramente
declarativa con reserva de liquidación para la ejecución de sentencia, debe conferirse
algún medio procesal al demandado para defenderse del expresado vicio. Ahora bien
(...) si definimos el vicio padecido por el actor ex art. 219 de la LEC como un supuesto
de falta de accionabilidad por contraposición legal a la normativa vigente, difícilmente va
a poder el mismo subsanar el defecto en el plazo que le confiera el Tribunal a no ser
lo que reclama. Por ello, una solución menos lesiva para el procedimiento y para las
partes pasa por no acordar el sobreseimiento del proceso, sino por aplicar el artículo
227.2 LEC, en cuanto establece que el tribunal podrá, de oficio o a instancia de parte,
antes de que hubiera recaído resolución que ponga fin al proceso, y siempre que no
proceda la subsanación, declarar, previa audiencia de las partes, la nulidad de todas las
actuaciones o de alguna en particular, porque el artículo 225.1 LEC considera como un
supuesto de nulidad de actuaciones la vulneración de las normas del procedimiento (en
este caso, artículos 219 y 399 LEC) cuando se haya producido indefensión. En tal caso,
cabe declarar la nulidad de las actuaciones desde el decreto de admisión a trámite de
la demanda y comenzar de nuevo el procedimiento teniendo en cuenta ya la cuantía
realmente reclamada.
En el debate se apuntó otra posibilidad: admitir la demanda y dejar en suspenso el plazo
de contestación hasta la determinación exacta de lo reclamado.
Jurisprudencia:
AAP Madrid, Sección 25.ª, de 24 de septiembre de 2012 [ECLI:ES:APM:2012:14865A].
Sentencia: 152/2012. Recurso: 881/2011. Ponente: José María Guglieri Vázquez (revoca
el auto de inadmisión pero sitúa el debate en un problema de cuantía inestimable, que era
el ámbito en el que se había centrado la motivación del juzgado, pese a que el problema
real era el incumplimiento del art. 219):
"Si un litigante, en contra de las previsiones del art. 219 LEC, pretende la
cuantificación durante el pleito o para ejecución de sentencia se verá abocado, en
su caso, a la inviabilidad de la pretensión, pero no se puede decir que por ello incurra
en defecto legal en el modo de proponer la demanda".
Al hilo del debate sobre la resolución anterior, se trajo a colación la jurisprudencia del
TS sobre las pretensiones mero declarativas. STS Civil, Sección 1.ª, de 9 de mayo
de 2016 [ECLI:ES:TS:2016:2063]. Sentencia: 303/2016. Recurso: 122/2014. Ponente:
Pedro José Vela Torres:
En el debate se entendió que era posible y que en los casos más claros el control
inicial del LAJ era la mejor opción para resolver los problemas apuntados en el apartado
anterior, de forma que cuando se admita la demanda ya se conozca la cantidad líquida
o las bases de liquidación que cumplan los requisitos del art. 219.
72. ¿Qué alcance tiene el control del LAJ?
Está en función de la respuesta a las dos cuestiones anteriores, pero en todo
caso se entiende que ese control estaría limitado a los casos más "patológicos" de
indeterminación, es decir, los que no requieran un estudio de fondo de la pretensión
ejercitada y que debe complementarse con el control de la parte contraria y con la
actuación del juez en la audiencia previa.
73. ¿Es necesaria una explicación en la demanda de los requisitos de excepción
fijados por el TS en la jurisprudencia que señala que la aplicación del 219.3 debe
ser matizada en aquellos casos en los que un excesivo rigor en su aplicación
puede afectar gravemente al derecho a la tutela judicial efectiva de las partes,
provocando indefensión?
En el debate se entendió mayoritariamente que la parte actora debe justificar en la
demanda el cumplimiento del art. 219 y, además, de los preceptos que regulan la cuantía.
Y todo supuesto excepcional que se pretenda acogerse a esa doctrina jurisprudencial
implica la carga de la parte demandante de acreditar la concurrencia de los requisitos
que justifican en el caso concreto esa solución excepcional.
Jurisprudencia:
STS, Civil, Sección 1.ª, de 10 de diciembre de 2015 [ECLI:ES:TS:2015:5221]. Sentencia:
712/2014. Recurso: 1804/2013. Ponente: Francisco Javier Arroyo Fiestas.
La sociedad actora formuló demanda solicitando, entre otras cosas, el pago de la
cantidad de más de 3.000.000 euros como precio por las obras de edificación y
urbanización ejecutadas. La parte demandada se opuso a la demanda, negando tener
obligación de pago frente a la actora. Formuló reconvención solicitando el pago de una
indemnización por el retraso en la obra de construcción del hotel y por el importe que
resultara de la prueba pericial que se aportaría. La sentencia, confirmada en lo que
interesa en apelación, estima en parte la demanda y condena al pago de la cantidad
de 2.606.820,78 euros por la obra ejecutada, más la que se determine en ejecución
de sentencia por el acondicionamiento de la fachada principal y plaza trasera del hotel
según las partidas indicadas por el perito judicial. Desestima la reconvención:
referido informe, pero entiende que debió dejarse su determinación para ejecución
de sentencia.
Esta Sala debe declarar que en la sentencia recurrida se mantiene que el informe
pericial de la demandada-reconviniente incluye más período que el determinado
por la recurrente, que no refleja el uso escalonado de las habitaciones, no consta
certeza sobre que el hotel debiese estar a pleno rendimiento, no se exponen las
razones por las que parte de que las habitaciones estuviesen bloqueadas, pues bien
pudo ser por infrautilización, no se concreta el beneficio por habitación, ni lo que
denomina intereses-subactividad y coste personal que une al primer concepto. El
concepto por visitas de obra no se justifica por los incumplimientos contractuales. No
motiva la demandada que los conceptos de alquiler casa de obreros y limpieza de
obra, correspondiese a la actora. Se pretende el importe de la maquinaria de cocina,
cuando pudo ser utilizada.
Se concreta en la sentencia recurrida que no puede concederse una cantidad menor
de la solicitada pues "tampoco resultan precisados ni los conceptos indemnizables
ni probado el concreto perjuicio".
Por lo expuesto, esta Sala debe rechazar el motivo dado que, pese al incumplimiento
parcial que se reconoce en la sentencia recurrida, la parte reconviniente no acredita
los perjuicios, ni las bases sobre los que asentarlos, lo que nos impide hacer uso del
art. 219 LEC en base a lo cual debemos declarar que en la sentencia recurrida se
ha tutelado de forma efectiva el derecho del justiciable (art. 24 de la Constitución)".
"Se alega por el recurrente que se infringe el art. 219.3 LEC, al diferir para ejecución
de sentencia la cuantificación de los gastos de acondicionamiento de la fachada
principal y parte trasera del hotel.
En la sentencia del Juzgado, de acuerdo con el perito judicial, se concreta
el acondicionamiento en el recrecido, impermeabilización, parte proporcional de
sumideros y tuberías de evacuación y el solado instalado. Con un coste mínimo de
185.- euros/m2 para la fachada principal, descontando un acabado superficial.
En la sentencia de la Audiencia se concreta que la superficie a medir debe partir
de que en la escritura se fija como aproximada de 2.289,23.- metros, por lo que
en la resolución recurrida se rechazaba la infracción del art. 219 LEC, dado que la
cantidad se ha de concretar con una simple operación.
Esta Sala declara que no procede estimar el motivo al definirse los conceptos en
que consiste la reparación, de forma minuciosa, los precios por metro cuadrado y la
superficie aproximada, que se ha de concretar.
En sentencia de 17 de abril de 2015, rec. 728 de 2014, se declaró:
Esta Sala en la STS, del Pleno, de 16 de enero de 2012, RIC núm. 460/2008, que
reiteran las de 28 de junio, 11 de julio y 24 de octubre de 2012; 9 de enero y 28 de
noviembre 2013, ha declarado -en interpretación de los artículos 209. 4.º LEC y 219
LEC-, que el contenido de estos preceptos debe ser matizado en aquellos casos en
los que un excesivo rigor en su aplicación puede afectar gravemente al derecho a
la tutela judicial efectiva de las partes, provocando indefensión. Esto puede suceder
cuando, por causas ajenas a ellas, a las partes no les resultó posible la cuantificación
en el curso del proceso. Para evitarlo es preciso buscar fórmulas que, respetando
las garantías constitucionales fundamentales -contradicción, defensa de todos los
implicados, bilateralidad de la tutela judicial-, permitan dar satisfacción al legítimo
interés de las partes. No es aceptable que deba denegarse la indemnización por
falta de un instrumento procesal idóneo para su cuantificación. Como se examinó en
la citada STS del Pleno, cuando se produce esta situación cabe acudir a dos criterios
que impidan la indefensión de las partes. Es posible remitir la cuestión a otro proceso
o, de forma excepcional, permitir la posibilidad operativa del incidente de ejecución.
Ambas soluciones han sido utilizadas en sentencias de esta Sala atendiendo a las
circunstancias singulares de cada caso"".
"1.- El motivo se basa en una exposición sesgada e incompleta del art. 219 LEC,
porque si bien es cierto que el mismo, como regla general, establece en su párrafo 3.º
que no podrá el demandante pretender, ni se permitirá al tribunal en la sentencia, que
la condena se efectúe con reserva de liquidación en la ejecución; no puede obviarse
que el apartado 2.º del mismo precepto permite que la sentencia de condena no
incluya necesariamente una cifra exacta, sino que fije con claridad y precisión las
bases para su liquidación. Y no hay base más sencilla y clara que remitirse al
resultado de la tasación de costas y la liquidación de intereses que se aprueben
en las ejecuciones seguidas ante la jurisdicción laboral, con los límites cuantitativos
expresados en la propia sentencia.
2.- Si acudimos a la ratio del precepto, lo que pretende es evitar que la ejecución de
una condena de dar (pago de una deuda dineraria) precise del incidente liquidatorio
especifico prevenido en los artículos 713 a 716 LEC; o por lo menos, simplificarlo
lo máximo posible. Y no hay mayor simplificación que dejar ya determinado en
el fallo que el importe de la parte ilíquida será la que se fije en unos procesos
judiciales en trámite, estableciendo unos máximos en función de los límites de lo
inicialmente presupuestado para tales conceptos (intereses y costas). Lo que incluso
es más sencillo que la remisión a ulteriores operaciones aritméticas, a que se refiere
expresamente el art. 219.2 LEC. Por lo que el motivo debe ser desestimado".
"Ya la antigua jurisprudencia, bajo la vigencia del art. 360 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil, había declarado que "[...] entra dentro de la congruencia así entendida tanto
la determinación del total importe como el deferir la exacta cuantificación para
ejecución de sentencia sobre las bases que la resolución establece[...]" (sentencia
de 3 de febrero de 1990). El cambio que supone el art. 219 de la vigente Ley de
Enjuiciamiento Civil respecto del art. 360 de la antigua Ley de Enjuiciamiento Civil no
supone obstáculo a la aplicación de este criterio jurisprudencial al supuesto objeto
de este recurso, en que la reserva de liquidación supone tan solo una estimación
parcial de la pretensión.
Tampoco se han incumplido los requisitos previstos en el art. 219 de la Ley
de Enjuiciamiento Civil. No es cierto que este precepto exija que la reserva de
liquidación se pida expresamente en la demanda, ni que prohíba en todo caso la
reserva de liquidación a ejecución de sentencia porque tal liquidación haya de tener
lugar en todo caso en un proceso declarativo posterior. El último inciso del apartado
segundo del art. 219 de la Ley de Enjuiciamiento Civil se refiere a la posibilidad de
reservar a ejecución de sentencia la liquidación de la condena.
78. ¿Qué problemas plantea la aplicación "de oficio" de esa posibilidad operativa
del incidente de ejecución? (Es decir, cuando una petición de condena que era
líquida prospera en parte, pero la sentencia difiere a ejecución los problemas
concretos de liquidación que aprecie).
Ninguno desde el punto de vista de la congruencia.
STS, Civil, Sección 1.ª, de 28 de noviembre de 2013 [ECLI:ES:TS:2013:5762].
Sentencia: 737/2013. Recurso: 2231/2011. Ponente: Rafael Sarazá Jimena:
"El Tribunal y el Secretario judicial cuidarán de que puedan ser subsanados los
defectos en que incurran los actos procesales de las partes".
"1. Las demandas sólo se inadmitirán en los casos y por las causas expresamente
previstas en esta Ley.
2. No se admitirán las demandas cuando no se acompañen a ella los documentos
que la ley expresamente exija para la admisión de aquéllas o no se hayan intentado
conciliaciones o efectuado requerimientos, reclamaciones o consignaciones que se
exijan en casos especiales".
Artículo 7.8, párrafo segundo, del texto refundido de la Ley sobre responsabilidad civil
y seguro en la circulación de vehículos a motor, aprobado por Real Decreto Legislativo
8/2004, de 29 de octubre:
"... "Aunque la doctrina ha venido sosteniendo que este precepto supone una
seria limitación del derecho de impugnación de los acuerdos de la Junta, y por
tanto del ejercicio del derecho fundamental a la Tutela Judicial efectiva consagrado
en el artículo 24 C.E., de forma que debe ser interpretado en el sentido más
favorable al ejercicio del derecho fundamental citado, es decir del ejercicio de la
acción y por tanto de la impugnación de los acuerdos de las Juntas, el Tribunal
Constitucional ha dicho que los condicionamientos o limitaciones en el ejercicio de
acciones ante los Tribunales de Justicia no resultan en sí mismos contrarios al
contenido del derecho a la tutela judicial efectiva, siempre y cuando no impidan u
obstaculicen gravemente el ejercicio de la acción y respondan a la salvaguarda de
otros derechos e intereses protegidos constitucionalmente. Así, puede afirmarse que
la norma limitativa del acceso a la jurisdicción es inconstitucional cuando el legislador
establece disposiciones que excluyen de forma arbitraria los cauces judiciales y
que, por el contrario, los obstáculos o limitaciones al acceso a los tribunales son
legítimos si obedecen a la finalidad de proteger otros bienes o intereses amparados
constitucionalmente y guardan proporción con las cargas impuestas al justiciable
para acceder a la jurisdicción (SS.T.C. 3/83, 62/83, 158/87, 197/88, 84/92, y 119/94
entre otras)".
Por tanto, aunque se trate de una limitación al acceso a los tribunales legítima, el
precepto limita o restringe tal acceso en cuanto condiciona el derecho fundamental a
la tutela judicial efectiva consignado en el artículo 24 de la Constitución Española, al
exigir para impugnar acuerdos comunitarios encontrarse al corriente en el pago de
todas las deudas vencidas o proceder a su previa consignación judicial y ello obliga
a interpretar el requisito en sentido favorable al ejercicio del derecho fundamental,
esto es, en el más favorable al ejercicio de la acción de impugnación de los acuerdos
de la junta de propietarios.
(...)
Es más, el ingreso realizado el mismo día de interposición de la demanda en la
cuenta de depósitos y consignaciones del Juzgado Decano era reconocido por la
demandada, ya que la excepción de falta de legitimación activa opuesta por la
comunidad de propietarios, por falta del requisito previo exigido por el artículo 18.2 de
la Ley de Propiedad Horizontal, se sustentaba en que, a pesar de haberse ingresado
el importe de la deuda vencida y aportar la demandante resguardo del ingreso, no
se había realizado una consignación judicial porque no se había dado cumplimiento
a los requisitos exigidos por los artículos 1176 a 1181 del Código civil (...).
La consignación judicial a que se refiere el artículo 18.2 de la Ley de Propiedad
Horizontal, no ha de seguir el proceso liberatorio que sustituye al pago produciendo
efectos análogos al mismo, y establecido en los artículos 1176 y siguientes del
Código civil, y ello porque la finalidad de la exigencia del requisito no es la extinción
de la obligación, como medio supletorio del pago para cuando el acreedor se niega
sin razón a admitirlo, o no puede recibirlo o son varios quienes lo reclaman, sino
constituir una alternativa al pago, como solución legal específica, para el caso de
controversia entre la comunidad y el comunero sobre la deuda.
(...) La consignación se hizo donde imponía el Real Decreto 467/2006, de 21 de abril,
en la cuenta de depósitos y consignaciones del Juzgado Decano, ya que la acción
de impugnación de acuerdos comunitarios, cuyo ejercicio exigía el cumplimiento del
requisito de la consignación que se efectuaba, se ejercitaba en una demanda que
ni siquiera había sido turnada al juzgado a quien por normas de reparto había de
corresponder el conocimiento, y era, no se olvide, previa a la interposición de la
demanda, a la que se debía acompañar el resguardo justificativo del cumplimiento
del requisito".
Pues bien, en ese supuesto, la Audiencia Provincial señala que "es cierto que el precepto
legal habla de consignación previa a la impugnación y que a la fecha de la presentación
de la demanda no estaba hecho el ingreso. Pero también lo es que, en ese momento, al
presentar la demanda en el Decanato, la parte no sabe aún a qué juzgado se turnará y
cuál será el número que corresponderá al procedimiento, y esta circunstancia admite una
interpretación flexible y adaptada a las circunstancias del caso, habida cuenta la voluntad
expresada de consignar, lo que efectivamente se hizo una vez se conoció el Juzgado al
que había sido turnado el procedimiento al que la consignación hacía referencia".
STS, Civil, Sección 1.ª, de 22 de octubre de 2013 [ECLI:ES:TS:2013:5359]. Ponente:
Rafael Sarazá Jimena.
Jurisprudencia que considera que es un requisito de prosperabilidad de la acción que
puede ser opuesto como excepción por la comunidad demandada:
Auto AP Madrid, Civil, Sección 21.ª, de 26 de julio de 2012 [ECLI:ES:APM:2012:11630A].
Ponente: José Zarzuelo Descalzo:
"La exigencia de que el propietario, para impugnar los acuerdos de la Junta, deberá
estar al corriente en el pago de las deudas vencidas con la comunidad o proceder
previamente a la consignación judicial de las mismas, artículo 18.2 LPH, se trata de
un requisito de procedibilidad que, como bien apunta el apelante debió constatarse
ad limine litis, supeditando la admisión a trámite de la demanda a que se acreditase
ese requisito, si es que el juzgador lo consideraba necesario. Apreciación que cobra
especial relevancia en el caso de autos, pues de haberse actuado de esa manera
se habría permitido al demandante su subsanación, solicitando la correspondiente
certificación del administrador de la comunidad y acreditando tener cubiertas la
totalidad de sus obligaciones pecuniarias con la comunidad".
"El Tribunal y el Secretario judicial cuidarán de que puedan ser subsanados los
defectos en que incurran los actos procesales de las partes".
Jurisprudencia:
Auto AP Alicante, Civil, Sección 8.ª, de 29 de abril de 2016 [ECLI:ES:APA:2016:44A].
Ponente: Enrique García-Chamón Cervera:
"La reforma operada por la Ley 35/2015, de 22 de septiembre, entró en vigor el día 1
de enero de 2016 según la Disposición final quinta pero la Disposición Transitoria.1
de la misma Ley declara: "El sistema para la valoración de los daños y perjuicios
causados a las personas en accidentes de circulación que establece esta Ley
se aplicará únicamente a los accidentes de circulación que se produzcan tras su
entrada en vigor." Quiere decirse que solo cuando estemos en presencia de daños
Jurisprudencia:
- SAP Barcelona, Civil, Sección 15.ª, de 29 de octubre de 2014
[ECLI:ES:APB:2014:14947]. Ponente: Luis Garrido Espá.
- Auto AP Madrid, Civil, Sección 28.ª, de 16 de enero de 2008
[ECLI:ES:APM:2008:859A]. Ponente: Rafael Sarazá Jimena.
- Auto AP Madrid, Civil, Sección 14.ª, de 18 de junio de 2007
[ECLI:ES:APM:2007:7245A]. Ponente: Paloma Marta García de Ceca
Benito.
- Auto AP Huelva, Civil, Sección 3.ª, de 7 de mayo de 2004
[ECLI:ES:APH:2004:288A]. Ponente: José María Méndez Burguillo.
88. ¿La falta de reclamación previa en la vía administrativa puede apreciarse
de oficio o por el contrario hay que entender que se trata de un requisito de
prosperabilidad de la acción que puede solo ser opuesto como excepción por la
administración demandada?
Solución 1. Se concede el plazo de diez días para subsanarlo para que el actor acredite
haber presentado ante la Administración el escrito formulando la reclamación (aplicando
analógicamente el plazo del art. 418 LEC) y, a continuación, se suspende el curso de
los autos hasta que se resuelva por la Administración o transcurran los tres meses que
prevé el art. 124 de la Ley 30/1992.
Solución que se utilizaba en el antiguo juicio de menor cuantía y que, entre otros, se
defendía como solución por Juan RUIZ-RICO RUIZ-MORÓN ("Falta de personalidad
en el procurador del actor. Falta de reclamación previa en vía gubernativa. Falta
Seguido el proceso por sus trámites, el Juzgado de Primera Instancia dictó sentencia
de fecha 30 de mayo de 2011 por la que estimó íntegramente la demanda
condenando a la parte demandada según lo solicitado, con imposición de costas.
Recurrió en apelación la demandada Tánger City Center SA y la Audiencia Provincial
de Madrid (Sección 25ª), tras rechazar la práctica de prueba propuesta por la parte
apelante, dictó sentencia de fecha 14 de diciembre de 2012 por la que desestimó
el recurso y confirmó la dictada en primera instancia con imposición de costas a la
parte recurrente.
Contra dicha sentencia recurre ahora por infracción procesal y en casación la parte
demandada.
(...)
Recurso extraordinario por infracción procesal
TERCERO.- El primero de los motivos se formula al amparo del artículo 469.1.2º de
la Ley de Enjuiciamiento Civil, por infracción de las normas procesales reguladoras
de la sentencia y en concreto del artículo 218.1, por incongruencia.
Se sostiene en la formulación del motivo que la sentencia recurrida modifica los
términos de la contestación a la demanda ya que la demandada no opuso una
"exceptio non rite adimpleti contractus".
El motivo se desestima ya que la demandante ejercitó una acción de cumplimiento
de contrato exigiendo de la demandada el pago de determinadas cantidades y, frente
a ello, la demandada sostuvo la existencia de incumplimiento por parte de dicha
demandante, que incluso le llevó a decidir por su parte la resolución del contrato.
En el propio escrito de recurso (pág.6, apartado 15) se dice por la recurrente que el
Juzgado de Primera Instancia, mediante auto de 1 de febrero de 2010, resolvió con
acierto que no era necesaria la reconvención por parte de Tánger City Center en
cuanto interesaba que el contrato se declarara resuelto conforme a derecho, siendo
así que el referido auto afirma que mediante la reconvención no se ejerce una acción
nueva sino que se solicita que se declare por el Juzgado que la resolución contractual
era debida al incumplimiento de la demandante. En todo momento la demandada
sostuvo la existencia de tal incumplimiento, por lo que el motivo ha de ser rechazado.
El segundo motivo se formula al amparo del articulo 469.1.3º de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, por infracción de las normas legales que rigen los actos y
garantías del proceso cuando la infracción determinare la nulidad conforme a la ley
o hubiera podido producir indefensión "y, en particular, infracción de las normas
reguladoras del contenido de la contestación a la demanda y la reconvención con
indefensión para Tánger City Center porque no se ha entrado a conocer de los
incumplimientos denunciados", mientras que el tercero se formula al amparo del
mismo artículo 469.1, apartados 3º y 4º, y se fundamenta en la denegación de la
práctica de prueba testifical en segunda instancia que fue oportunamente solicitada.
(...)
Viene a reconocer la Audiencia en el fundamento de derecho tercero de su
sentencia que la prueba denegada está en relación con la denuncia de deficiencias
e incumplimientos por parte de la demandante y en este sentido dice que
2. La reconvención colateral
Jurisprudencia:
STS, Civil, Sección 1.ª, de 23 de noviembre de 2012 [ECLI:ES:TS:2012:8261]. Ponente:
Rafael Gimeno-Bayón Cobos. La admite:
En contra, Sentencia n.º 385/2008 de TS, Sala 1.ª, de lo Civil, 21 de mayo de 2008:
Jurisprudencia:
SAP Valencia, Sección 8.ª de 13 de junio de 2014 [ECLI:ES:APV:2014:2530]:
"En primer lugar debe darse tratamiento a uno de los motivos alegados para recurrir
con respecto a que se están reclamando cuotas impagadas de más de dos años
y no se dio, en su momento, por vencido el préstamo. Es de observar que en el
escrito de oposición en su día planteado al folio 98 de actuaciones únicamente se
hace referencia a lo trascrito anteriormente y en ningún momento al argumento
expuesto en la apelación y ahora resumido. En la misma línea en la contestación
se observa que tampoco está relatado este y únicamente se hace referencia a lo
que podría incluso considerarse ciertamente distinto, al folio 123 párrafo segundo
de la contestación en el sentido de que se reconoce una carta del 13/01/2010 de
"1. Los plazos comenzarán a correr desde el día siguiente a aquel en que se hubiere
efectuado el acto de comunicación del que la Ley haga depender el inicio del plazo,
y se contará en ellos el día del vencimiento, que expirará a las veinticuatro horas.
No obstante, cuando la Ley señale un plazo que comience a correr desde la
finalización de otro, aquél se computará, sin necesidad de nueva notificación, desde
el día siguiente al del vencimiento de éste".
Doctrina:
SANZ ACOSTA, Luis. "Tratamiento procesal de la excepción de compensación:
interpretación del art. 408 LEC. Análisis de la STS de 13 de junio de 2013". En: Actualidad
Civil, n.º 11, noviembre 2013, pág. 1333, tomo 2. Editorial LA LEY. LA LEY 7721/2013:
"En principio no parece que el Legislador haya querido dar un trato distinto a dos
situaciones similares. Entiendo que, alegada por el demandado compensación o
nulidad del negocio jurídico, el Juzgado, en vez de convocar a las partes a la
audiencia previa que prevé el art. 414, deberá dar traslado al actor para que conteste
a esas alegaciones en el plazo establecido para la reconvención".
Jurisprudencia:
SAP Madrid, Civil, Sección 10.ª, de 7 de junio de 2004 [ECLI:ES:APM:2004:8339].
Ponente: José González Olleros.
STS, Civil, Sección 1.ª, de 13 de junio de 2013 [ECLI:ES:TS:2013:3359]. Ponente:
Francisco Javier Arroyo Fiestas:
demanda como excepción, al amparo del art. 408 LEC, "tramitándose como contestación
a la reconvención" (Luis SANZ ACOSTA).
STS, Civil, Sección 1.ª de 09 de enero de 2015 [ECLI:ES:TS:2015:191]. Ponente: Ignacio
Sancho Gargallo:
"La concesión de este trámite depende de que sea formalmente solicitado por
el demandante, debemos entender que dentro de los diez días siguientes a la
notificación de la contestación a la demanda".
"... pues conforme al contenido del art. 408 de la L.E.C., opuesta la compensación
podrá el actor responder a la misma en la forma prevista para la reconvención
y la observación de los trámites procesales pertinentes no queda sometida a la
voluntad de las partes, siendo responsabilidad del órgano judicial observar estos,
con independencia de que, efectuado, aquellas decidan o no hacer uso del trámite
procesal que se les otorga".
"... Esto último hubiera exigido que se hubiera dado traslado al actor de la excepción,
y no solo permitirle que contestara a la misma en el acto de la audiencia previa. Si la
falta de traslado del escrito en el que se opone la excepción se justificara diciendo
sin más que el actor ya ha podido hacer alegaciones sobre la compensación en la
audiencia previa ello sería tanto como vaciar de contenido el propio artículo 408 pues
nunca podría producirse tal indefensión en el juicio ordinario".
"La determinación legal "dicha alegación podrá ser controvertida por el actor en la
forma prevenida para la contestación a la reconvención", ha de ser entendida en
el sentido de que alegada la existencia de crédito compensable es preciso dar a la
parte actora un plazo para que pueda hacer alegaciones a la compensación opuesta
por la parte demandada, a fin de garantizar el derecho de contradicción y defensa.
"Ahora bien, aun partiendo de la base de que en este caso se cometió una
irregularidad procesal al omitir el traslado de la alegación de compensación a la parte
actora, no puede considerarse que ello produjera indefensión a dicha parte...".
Conclusión:
Mayoritariamente se opta por la solución 3 (el secretario judicial abre de oficio el trámite
de contestación a dicha excepción, concediendo al actor por decreto el plazo de 20 días
para que conteste dicha excepción), porque es la que menos problemas plantea. Si se
ha omitido el trámite y se detecta en la audiencia previa, puede subsanarse el defecto
procesal en la propia audiencia previa, permitiendo toda clase de alegaciones al actor,
siempre que ello no cause indefensión a la parte demandada que planteó el crédito
compensable.
98. ¿Qué sucede si, dado ese plazo, la actora no contesta? ¿Puede hacerlo vía
alegaciones complementarias en la audiencia previa?
Vid. 97.
99. Cuando la parte demandada alega un crédito compensable basado en una
petición de indemnización de daños y perjuicios fundada, por ejemplo, en la
aplicación de una cláusula penal por retraso en la conclusión de las obras, ¿puede
ser hecho valer simplemente a través de la excepción o, por el contrario, se exige,
indefectiblemente, el ejercicio de la correspondiente acción que pueda dar lugar al
pertinente pronunciamiento judicial a través de la correspondiente reconvención?
Legislación:
Artículo 408 LEC. Tratamiento procesal de la alegación de compensación y de la nulidad
del negocio jurídico en que se funde la demanda. Cosa juzgada:
Jurisprudencia:
Puede oponerse como excepción:
STS, Civil, Sección 1.ª, de 13 de junio de 2013 [ECLI:ES:TS:2013:3359]. Ponente:
Francisco Javier Arroyo Fiestas:
"El artículo 408 de la Ley de Enjuiciamiento Civil no establece previsión con respecto
a la competencia para conocer de la compensación, lo cual podría llevar a plantear si
la alegación de compensación sigue, en materia de competencia, otro curso distinto
del de la reconvención".
Jurisprudencia que parece favorable a la competencia del juez de primera instancia que
conoce la acción principal:
STS, Civil, Sección 1.ª, de 25 de abril de 2013 [ECLI:ES:TS:2013:2167]. Ponente:
Francisco Marín Castán.
- Petición expresa de nulidad del contrato litigioso por incompatibilidad de
alguna de sus cláusulas con el Derecho comunitario (hoy de la Unión),
formulada por la demandada en su contestación a la demanda.
- La parte demandante pidió contestar a la alegación de nulidad, como autoriza
el art. 408.2 LEC, ni ninguna de las dos partes suscitó cuestión alguna
en la audiencia previa sobre la competencia objetiva para conocer de la
nulidad del contrato ni sobre la necesidad de traslado específico a la parte
demandante para contestar a la nulidad contractual muy claramente pedida
en la contestación. Tampoco cuestionó su competencia objetiva el juez en
la audiencia previa.
Texto de la sentencia:
"A) Una aplicación rígida del art. 86 ter, apdo. 2, letra f), de la LOPJ habría
comportado una carga desproporcionada para ambas partes, ya que imponía a la
demandada interponer a su vez una demanda de nulidad contractual ante el Juzgado
de lo Mercantil cuya admisión a trámite habría determinado la suspensión del litigio
sobre reclamación de cantidad hasta que recayera sentencia firme".
Doctrina:
A favor de la incompetencia de los juzgados de primera instancia:
ARRIBAS HERNÁNDEZ, Alberto. "La experiencia judicial en la defensa de la
competencia; aplicación por los tribunales españoles del Reglamento CE 1/2003". En:
"La nulidad puede oponerse por medio de reconvención o por vía de excepción,
arts. 406 y 408 LEC. Si el demandado plantea este tipo de nulidad mediante
reconvención, el Juzgado de Primera Instancia, no puede admitirla a trámite, ya
que carece de competencia objetiva, art. 406.2 LEC, caso de admitirse, la falta
de competencia puede denunciarse por medio de declinatoria, art. 63.2 LEC,
o posteriormente denunciado la nulidad de las actuaciones, art. 225.1 LEC. El
demandado puede contestar a la demanda y al mismo tiempo plantear una acción
independiente ante los Juzgados Mercantiles denunciando la nulidad del contrato.
En tal caso, en el primer juicio, puede plantearse una cuestión prejudicial civil para
suspender el curso del procedimiento, art. 43 LEC, hasta que no resuelva el Juzgado
Mercantil. No es posible proceder a la acumulación de procesos por la prohibición
del art. 76.2.
En ningún caso, pierde competencia el Juez de primera instancia para conocer de
la acción principal, art. 411 LEC, porque el demandado ha ampliado el objeto del
litigio, ya que su competencia viene determinada por la admisión de la demanda.
El demandado puede hacer valer la nulidad absoluta en base a los arts. 81 y 82
TCE por vía de excepción, en este caso, el demandante puede pedir que se le
permita contestar como si se tratase de una reconvención, art. 408.2 LEC. En tal
supuesto, el Juzgado de Primera Instancia tiene que resolver sobre esa nulidad y
su sentencia produce efectos de cosa juzgada, art. 408.3. Lo que impedirá que la
cuestión vuelva a plantearse ante el juzgado de lo mercantil. Hay que tener en cuenta
que los juzgados de primera instancia y los mercantiles, comparten jurisdicción,
art. 86 ter 2 LOPJ, por lo que entre estos Juzgados sólo se plantean cuestiones
prejudiciales cuando existe un pleito pendiente, art. 43 LEC, como hemos visto, pero
no porque la ley le imponga el deber de abstenerse de conocer sobre el asunto, art.
37.2 LEC, como si se tratara de jurisdicciones diferentes".
El supuesto que analiza este artículo es el del demandado que se ha personado en las
actuaciones, se le ha tenido por personado y por contestada la demanda y, luego, en la
audiencia previa, se aprecia un defecto de personación que no subsana y, como dice el
art. 418.3 LEC, se le declara en rebeldía.
Se proponen tres soluciones a los asistentes:
Solución 1. La literal que se desprende del precepto, se desglosa la contestación y
documentos y se devuelven a la parte demandada. En este sentido, el artículo 272 de la
LEC ("Cuando se presente un documento con posterioridad a los momentos procesales
establecidos en esta Ley, según los distintos casos y circunstancias, el tribunal, por
medio de providencia, lo inadmitirá, de oficio o a instancia de parte, mandando devolverlo
a quien lo hubiere presentado").
Solución 2. Basta con decretar no se tendrá por contestada la demanda ni por
aportado documento alguno (SAP Tarragona, Civil, Sección 3.ª, de 4 de febrero de
2014 [ECLI:ES:APT:2014:346]. Ponente: Manuel Galán Sánchez), pero no hace falta
desglosarlo del procedimiento.
Solución 3. Aplicación del artículo 459.1 LOPJ: "Los Secretarios Judiciales responderán
del depósito de los bienes y objetos afectos a los expedientes judiciales, así como del
de las piezas de convicción en las causas penales, en los locales dispuestos a tal fin.
Todo ello, sin perjuicio de las excepciones que puedan establecerse reglamentariamente
en cuanto al destino que deba darse a éstos en supuestos especiales". De esta forma,
la contestación y los documentos se quedarían en un sobre reservado, unido a las
actuaciones.
Ventajas de esta solución (explicadas por PICÓ I JUNOY, para la prueba ilícita, según
cita de ANDINO LÓPEZ):
a. Permite que la audiencia provincial pueda revisar el material "expulsado", en
caso de que sea objeto de recurso ese extremo.
b. Impide que ninguna de las partes pueda alegar que la documental
presentada era otra, cuando, en su caso, haya de valorar la audiencia
provincial si la prueba debió o no admitirse.
"Es indiscutible que la rebeldía del demandado puede ser originaria o sobrevenida.
Se da la primera cuando ese litigante no comparece en ningún momento en el
proceso, en cuyo caso debe procederse del modo prevenido en el artículo 497.1
LEC; la rebeldía sobrevenida ocurre cuando un demandado comparecido en tiempo
y forma deja luego voluntariamente de tener representación procesal, en cuyo caso
ese litigante no pierde los derechos y facultades procesales de que haya hecho uso,
ya consolidados, sino que meramente deja de tener la oportunidad de ejercitar los
que nazcan a partir de su sobrevenida incomparecencia".
a que se refiere el artículo 3.2 del Estatuto General del Procurador, por lo que no puede
intervenir en las vistas en que la Ley faculte para renunciar, transigir o allanarse".
Auto AP Madrid, Civil, Sección 13.ª, de 26 de febrero de 2010
[ECLI:ES:APM:2010:3906A]. Ponente: Modesto de Bustos Gómez-Rico:
"En este caso el poder en virtud del cual comparece la Procuradora de los Tribunales
Dña. Teresa Marcos Moreno reúne los requisitos legales, el defecto reside en no
haber comparecido ella a la audiencia previa, siendo sustituida por quien manifestó
ser oficial Habilitado, lo que tampoco acreditó debidamente, sin que se solicitase la
suspensión del acto y la eventual subsanación del defecto ni contuviese el escrito
inicial la manifestación de voluntad de cumplir los requisitos exigidos por la ley a que
se refiere el artículo 231 de la Ley de Enjuiciamiento Civil".
"En este caso el poder en virtud del cual comparece la Procuradora de los Tribunales
Dña. Teresa Marcos Moreno reúne los requisitos legales, el defecto reside en no
haber comparecido ella a la audiencia previa, siendo sustituida por quien manifestó
ser oficial Habilitado, lo que tampoco acreditó debidamente, sin que se solicitase la
suspensión del acto y la eventual subsanación del defecto ni contuviese el escrito
inicial la manifestación de voluntad de cumplir los requisitos exigidos por la ley a que
se refiere el artículo 231 de la Ley de Enjuiciamiento Civil".
"Si bien podía haberse actuado por la parte apelante con mayor diligencia a la hora
de otorgar el apoderamiento apud acta, por parte del órgano judicial de estimar
insuficiente dicho poder bien, en el propio momento de su otorgamiento, o con
posterioridad, debió requerir su subsanación a la parte, con anterioridad al acto de
la audiencia previa, con el efecto tan grave que tiene para el derecho de la parte
ahora apelante.
En base a todo lo expuesto debe entenderse que al ser suficiente el apoderamiento
apud acta otorgado en fecha 24 de mayo de 2004, en la forma que se dio forma
y se reprodujo dicho apoderamiento, el hecho de no haber tenido por comparecido
y parte en el acto de la audiencia previa, se produjo una infracción de una norma
esencial del procedimiento determinante de indefensión en base a lo establecido en
el artículo 398 de la Ley Orgánica del Poder Judicial".
Matiza la solución respecto de los casos en que concurre justicia gratuita la SAP Madrid,
Civil, Sección 14.ª, de 30 de junio de 2011 [ECLI:ES:APM:2011:12229]. Ponente: Juan
Uceda Ojeda:
"Como regla general, y al amparo del artículo 418 Lec, los defectos de capacidad y
representación son subsanables, pero no cuando la ley prevé otra cosa; y esto es
que creemos que ocurre con el artículo 414.2".
Jurisprudencia que considera que es necesario poder especial pero que su falta es
subsanable:
SAP Lleida, Civil, Sección 2.ª, de 20 de noviembre de 2001 [ECLI:ES:APL:2001:901].
Ponente: María del Rocío Pala Laguna.
SAP Lleida, Civil, Sección 2.ª, de 9 de enero de 2002 [ECLI:ES:APL:2002:11]. Ponente:
Alberto Guilaña Foix.
SAP Lleida, Civil, Sección 2.ª, de 9 de abril de 2002 [ECLI:ES:APL:2002:337]. Ponente:
Alberto Guilaña Foix.
Auto AP Madrid, Civil, Sección 14.ª, de 8 de julio de 2004 [ECLI:ES:APM:2004:6472A].
Ponente: Amparo Camazón Linacero.
Auto AP Madrid, Civil, Sección 14.ª, de 27 de octubre de 2003
[ECLI:ES:APM:2003:5049A]. Ponente: Amparo Camazón Linacero.
Jurisprudencia que considera que no es necesario poder especial si no va a existir
disposición del objeto del proceso:
SAP Tarragona, Civil, Sección 1.ª, de 1 de septiembre de 2010 [ECLI:ES:APT:2010:916].
Ponente: Manuel Díaz Muyor.
106. ¿Es precisa en todo caso la asistencia al acto de audiencia previa del
procurador de la parte, o bien no es necesaria tal presencia cuando concurra la
parte personalmente? ¿Y en el acto del juicio?
En la audiencia previa:
STS, Civil, Sección 1.ª, de 23 de julio de 2009 [ECLI:ES:TS:2009:5267]. Ponente: Jesús
Eugenio Corbal Fernández:
- "... si concurre personalmente la parte no se requiere (tiene carácter
facultativo) la presencia del procurador, por lo que no cabe exigir como
preceptiva la asistencia de éste cuando lo haga la parte; aunque, en todo
caso, asista la parte, o el procurador, o ambos, es necesaria la asistencia
de abogado".
- "... si bien la redacción del precepto no es la mejor de las posibles,
sin embargo no ofrece duda interpretativa pues no cabe desconectar los
respectivos apartados 2 y 3, ni estimar que la alternativa parte o procurador
con poder (para renunciar, allanar o transigir) se refiere exclusivamente al
intento de arreglo o transacción, de modo que en cuanto a otros efectos
(restante contenido, eventual, de la audiencia) sería preceptiva en todo caso
la asistencia de Procurador".
En el juicio:
STS, Civil, Pleno, de 15 de junio de 2016 [ECLI:ES:TS:2016:2737]. Ponente: Antonio
Salas Carceller:
"La inasistencia del procurador al acto del juicio, cuando le consta el señalamiento
y no alega causa justificada para ello, podrá comportar incumplimiento de deberes
profesionales de carácter estatutario y de las obligaciones propias de la relación de
apoderamiento, con las consecuencias a que haya lugar -incluso el artículo 553-3.º
LOPJ prevé la incomparecencia como generadora de posible responsabilidad
disciplinaria exigible por el tribunal- pero no ha de suponer la privación al litigante
de toda posibilidad de defensa en juicio cuando el mismo está presente y asistido
técnicamente por abogado".
Legislación:
Artículo 416 y ss. LEC, y su relación con art. 210.2 LEC.
Artículo 210. Resoluciones orales:
"1. Salvo que la ley permita diferir el pronunciamiento, las resoluciones que deban
dictarse en la celebración de una vista, audiencia o comparecencia ante el Tribunal
o Secretario judicial se pronunciarán oralmente en el mismo acto, documentándose
éste con expresión del fallo y motivación sucinta de aquellas resoluciones.
2. Pronunciada oralmente una resolución, si todas las personas que fueren parte en
el proceso estuvieren presentes en el acto, por sí o debidamente representadas, y
expresaren su decisión de no recurrir, se declarará, en el mismo acto, la firmeza de
la resolución.
Fuera de este caso, el plazo para recurrir comenzará a contar desde la notificación
de la resolución debidamente redactada.
3. En ningún caso se dictarán oralmente sentencias en procesos civiles".
Artículo 416 LEC. Examen y resolución de cuestiones procesales, con exclusión de las
relativas a jurisdicción y competencia:
Jurisprudencia:
En la Jornada de Unificación de Criterios de los Magistrados de las Secciones Civiles
de la AP de Madrid, celebrada el 4 de octubre de 2007, se adoptó el siguiente acuerdo:
Jurisprudencia:
Auto AP Madrid, Civil, Sección 21.ª, de 3 de marzo de 2009 [ECLI:ES:APM:2009:2835A].
Ponente: Guillermo Ripoll Olazábal:
"Lo primero que se debe señalar es que la autorización judicial para entablar la
demanda en nombre del incapaz se debió obtener antes de presentar la demanda,
aportándose con la misma. Cuando el defecto se observó en el acto de la audiencia
previa, se concedió un plazo de 15 días para subsanarlo, excediendo incluso el
establecido en el artículo 418 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Ciertamente, la
parte actora solicitó la autorización judicial al día siguiente de la celebración de la
audiencia previa, pero también lo es que transcurrido el plazo concedido, ni a la fecha
del auto impugnado ni a la interposición del recurso de apelación se cuenta con la
preceptiva autorización judicial, no pudiendo permanecer el proceso indefinidamente
interrumpido por la ausencia de una autorización judicial precisa para la interposición
Jurisprudencia:
Auto del Juzgado de Primera Instancia n.º 6 de Guadalajara, de 01 de diciembre de 2014
[ECLI:ES:JPI:2014:24A]. Ponente: Jesús Gómez Sánchez:
"Debe insistirse, por tanto, en que la única alegación sobre alguna cuestión
procesal es la relativa a la falta de legitimación activa ad processum, que ya fue
resuelta en la primera audiencia previa aplicando el contenido del artículo 418 LEC,
habiéndose subsanado por la parte actora el defecto de representación. El artículo
54 LC establece que en caso de suspensión de las facultades de administración y
disposición del deudor, corresponderá a la administración concursal la legitimación
para el ejercicio de las acciones de índole no personal. Para el ejercicio de las demás
acciones comparecerá en juicio el propio deudor, quien precisará la conformidad de
los administradores concursales para interponer demandas o recursos, allanarse,
transigir o desistir cuando la materia litigiosa pueda afectar a su patrimonio. En el
presente procedimiento ha interpuesto la demanda la entidad REALITAS GRUPO
INMOBILIARIO SL, porque no se suspendieron sus facultades de administración
y disposición. Además, se ha presentado la autorización de la administración
concursal para el ejercicio de la acción de resolución contractual del contrato privado
de compraventa de 4 de diciembre de 2006, así como el ejercicio de una acción de
reclamación de cantidad".
112. ¿Cabe incluir el defecto de autorización de la junta para actuar por parte del
presidente de una comunidad de propietarios actora?
Doctrina jurisprudencial sobre "la necesidad de un previo acuerdo de la junta de
propietarios que autorice expresamente al presidente de la comunidad para ejercitar
acciones judiciales en defensa de esta, salvo que el presidente actúe en calidad de
copropietario o los estatutos expresamente dispongan lo contrario".
Jurisprudencia que señala que cabe apreciar el defecto en sede del art. 418 LC, pero
hay que dar la oportunidad de subsanar:
Auto AP Castellón, Civil, Sección 3.ª, de 12 de marzo de 2010
[ECLI:ES:APCS:2010:317A]. Ponente: Adela Bardón Martínez.
SAP Alicante, Civil, Sección 9.ª, de 3 de diciembre de 2013 [ECLI:ES:APA:2013:4660].
Ponente: Andrés Montalbán Avilés:
"Pero es que además, si en ningún caso puede modificarse el objeto del proceso,
con mayor motivo ha de ser rechazada la extemporánea alegación de falta de
legitimación en supuestos como el presente, en que de haber sido alegado
tempestivamente y de haberlo apreciado así el Juez, hubiese podido otorgar a la
actora el plazo para subsanar previsto en el artículo 418 de la LEC, el disponer
que "cuando el demandado haya alegado en la contestación o el actor aduzca
en la audiencia defectos de capacidad o representación, que sean subsanables o
susceptibles de corrección, se podrán subsanar o corregir en el acto y si no fuese
posible en ese momento, se concederá para ello un plazo, no superior a diez días,
con suspensión, entre tanto, de la audiencia".
Jurisprudencia que señala que no cabe apreciarlo en sede del art. 418 LEC:
SAP Madrid, Civil, Sección 14.ª, de 22 de octubre de 2015 [ECLI:ES:APM:2015:15841].
Ponente: Pablo Quecedo Aracil:
pueda ser condenado sin ser oído, pues es evidente que una estimación
de la demanda afectaría los derechos de los herederos del fallecido padre
aparente de la reclamante, y el principio de veracidad de la cosa juzgada. La
falta de litisconsorcio pasivo necesario constituye un presupuesto procesal
de orden público que puede ser estimada de oficio en cualquier fase. Nulidad
de lo actuado.
- Acciones de nulidad sobre la liquidación de gananciales si la trascendencia
registral puede afectar a terceros: STS, Civil, Sección 1.ª, de 26
de noviembre de 2014 [ECLI:ES:TS:2014:5105]. Sentencia: 701/2014.
Recurso: 1063/2013. Ponente: Eduardo Baena Ruiz:
"Es cierto que, expresamente, no se solicita la nulidad de la donación
al hijo, pero si se postula y se concede por la sentencia recurrida,
la nulidad de las capitulaciones matrimoniales y de la liquidación de
la sociedad de gananciales en la que se adjudicó a don Cipriano los
bienes donados a su hijo y, a continuación, se interesa, y se concede, la
cancelación de las inscripciones registrales practicadas como consecuencia
de las capitulaciones matrimoniales respecto de los bienes que en ellas
se contemplan y que se relacionan en el hecho cuarto de la demanda
(los donados), ordenando librar los correspondientes mandamientos a los
Señores Registradores de la Propiedad de Cuenca y Nules "a fin de que
aparezcan como titulares de todos ellos las mismas personas que figuraban
antes de procederse a tales inscripciones que se cancelan", es evidente que
ello supone la nulidad de la donación. No cabe duda que el mandamiento
ordenado por la sentencia sobre la cancelación de la inscripción de la
donación de la nuda propiedad de tales bienes adolecería de problemas
de eficacia, de conformidad con el artículo 82.1 y 100 del Reglamento
Hipotecario y artículo 24 de la Constitución al afectar al titular registral que
no ha sido parte en el procedimiento en el que se ha dictado la sentencia
que contiene el mandato de cancelación. De ahí, que en un caso que guarda
similitud con el presente, a tales efectos, se dirigiese la demanda contra los
hijos (Sentencia 21 de octubre 2009, Rc. 1302/2005)".
114. La falta de litisconsorcio pasivo necesario ¿puede ser "denunciada" por el
propio demandante una vez precluida la posibilidad de ampliación de la demanda,
cuando no ha sido alegado en la contestación, al amparo de la posible apreciación
de oficio?
Antes de que precluya la posibilidad de ampliación no habría especial problema en
dirigir la demanda contra nuevos demandados (art. 401.2 LEC). Y una vez presentada
la contestación, no sería admisible la presentación de un escrito similar, por impedirlo
"TERCERO.- La parte recurrente alega como primer motivo del recurso la falta de
pronunciamiento sobre la falta de litisconsorcio pasivo necesario. Las excepciones
procesales sólo pueden ser opuestas por las partes demandadas. Tal como
establece el Art. 405 de la L. E. C. las excepciones procesales deben ser opuestas
por el demandado en la contestación a la demanda y en consecuencia las
excepciones no pueden ser opuestas por el actor en la audiencia previa, sin que
por la demandada AON AFFINITY se formulase la referida excepción procesal,sino
la de falta de legitimación pasiva al ser una correduría de seguros y no una
compañía aseguradora de responsabilidad civil, lo que motivó que en la audiencia
previa renunciara la parte actora al ejercicio de la acción frente a la citada entidad,
quedando resuelta la cuestión planteada, debiendo ser desestimado el motivo del
recurso".
"El demandante, al dirigir la demanda a los litisconsortes, sólo podrá añadir a las
alegaciones de la demanda inicial aquéllas otras imprescindibles para justificar las
pretensiones contra los nuevos demandados, sin alterar sustancialmente la causa
de pedir".
la causa de pedir (art. 420.1, párrafo 2.º LEC). Otros, sin embargo, prefieren un escrito
sencillo, en el que se indique que la demanda se dirige contra los nuevos demandados
tras la estimación del litisconsorcio pasivo necesario en la audiencia previa, con la
prevención de que sea el tribunal el que dicte providencia, teniendo por "integrado"
el litisconsorcio y acordando que se emplace a los nuevos demandados con entrega
de copia de la demanda original y de los documentos a ella acompañados, más copia
del nuevo escrito y de la providencia por la que se acuerda tener por integrado el
litisconsorcio.
También se plantea en el debate si el demandado puede quejarse y alegar en la
audiencia previa por motivo de la integración del litisconsorcio que se haya hecho,
excediendo, en su caso, los límites del art. 420.1, párrafo 2.º LEC ("... sólo podrá añadir
a las alegaciones de la demanda inicial aquellas otras imprescindibles para justificar las
pretensiones contra los nuevos demandados, sin alterar sustancialmente la causa de
pedir").
116. En la constitución del litisconsorcio en el plazo máximo de diez días del
art. 421.3 LEC, ¿cuál es la tramitación posterior a la presentación del escrito de
integración más eficaz? ¿Se dicta providencia -control por el juez de la debida
constitución del litisconsorcio, sin alteración de la causa petendi de la demanda
inicial- o mera diligencia de ordenación?
Mayoritariamente se aboga por el control del juez.
Jurisprudencia sobre problemas posteriores a la constitución del litisconsorcio:
SAP Castellón, Sección 3.ª, de 16 de septiembre de 2014 [ECLI:ES:APCS:2014:1037].
Sentencia: 269/2014. Recurso: 346/2014. Ponente: Adela Bardón Martínez. Considera
que el demandante que, pese a recurrir en reposición la apreciación de la falta
de litisconsorcio pasivo necesario, lo constituye, no puede replantear la cuestión en
segunda instancia:
"De este modo, como oponen los apelados, problema planteado radica en
determinar el ámbito de aplicación e interpretación del párrafo anterior, es decir: a)
Si la ampliación de la demanda contra los litisconsortes ha de ser la misma que
la originalmente deducida, respetando los hechos básicos, la acción ejercitada y
el contenido del suplico, sin perjuicio de que, por coherencia contextual, puedan
añadirse las alegaciones expositivas o jurídicas que expliquen el motivo de llamarse
a los nuevos destinatarios de la acción; o b) Si esa ampliación no es meramente
subjetiva, y se puede modificar el suplico de la demanda inicial, al margen
lógicamente la mención de los nombres de los nuevos demandados, con nuevas
pretensiones mientras se respete "la causa de pedir".
Tradicionalmente se ha establecido que la "causa de pedir" o "causa petendi" viene
integrada como ya hemos tenido oportunidad de exponer, por el conjunto de hechos
esenciales para el logro de la consecuencia jurídica pretendida por la parte actora o,
dicho de otra forma, por el conjunto de hechos jurídicamente relevantes para fundar
la pretensión, o título que sirve de base al derecho reclamado, esto es, causa de
pedir no se identifica con las acciones de las que se vale el actor en defensa de sus
derechos sino que propiamente lo que conforma la "causa petendi", son los hechos
118. ¿Qué control tiene el nuevo demandado sobre la adecuada integración del
litisconsorcio? ¿Se cuida el adecuado traslado de la demanda inicial -si no hay
demanda integrada- y de todos los documentos?
En el debate se coincide en que es un tarea de pura gestión de la oficina que tiende
a realizarse mal.
Artículo 43 LEC:
"Cuando para resolver sobre el objeto del litigio sea necesario decidir acerca
de alguna cuestión que, a su vez, constituya el objeto principal de otro proceso
pendiente ante el mismo o distinto tribunal civil, si no fuere posible la acumulación
de autos, el tribunal, a petición de ambas partes o de una de ellas, oída la contraria,
podrá mediante auto decretar la suspensión del curso de las actuaciones, en el
estado en que se hallen, hasta que finalice el proceso que tenga por objeto la
cuestión prejudicial.
Contra el auto que deniegue la petición cabrá recurso de reposición, y contra el auto
que acuerde la suspensión cabrá presentar recurso de apelación".
Jurisprudencia:
No cabe acordar la suspensión ni apreciar litispendencia: SAP Málaga, Sección 4.ª, de 22
de enero de 2016 [ECLI:ES:APMA:2016:151]. Sentencia: 32/2016. Recurso: 533/2014.
Ponente: Joaquín Ignacio Delgado Baena. (Se trataba de un desahucio por precario
relacionado con un conflicto familiar):
(...)
30. Por lo tanto, las acciones individuales y colectivas tienen, en el marco de la
Directiva 93/13, objetos y efectos jurídicos diferentes, de modo que la relación
de índole procesal entre la tramitación de las unas y de las otras únicamente
puede atender a exigencias de carácter procesal asociadas, en particular, a la recta
administración de la justicia y que respondan a la necesidad de evitar resoluciones
judiciales contradictorias, sin que la articulación de esas diferentes acciones deba
conducir a una merma de la protección de los consumidores, tal como está prevista
en la Directiva 93/13.
(...)
35. En este asunto, debe constatarse que, tal como se desprende de la interpretación
del órgano jurisdiccional remitente, en circunstancias como las que concurren en
este caso, ese órgano jurisdiccional está obligado, en virtud del artículo 43 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil, a suspender la acción individual de la que conoce hasta
que se resuelva mediante sentencia firme la acción colectiva cuya solución pueda
aplicarse respecto de la acción individual y, de ese modo, el consumidor no puede
hacer valer de forma individual los derechos reconocidos por la Directiva 93/13
desvinculándose de dicha acción colectiva.
(...)
37. En efecto, por una parte, el consumidor queda obligatoriamente vinculado por
el resultado de la acción colectiva, incluso cuando decida no participar en la misma,
y la obligación que el artículo 43 de la Ley de Enjuiciamiento Civil impone al juez
nacional impide a éste realizar un análisis propio de las circunstancias que concurren
en el asunto del que conoce. En particular, no serán determinantes a efectos de
la resolución del litigio individual ni la cuestión de la negociación individual de la
cláusula respecto de la que se alega el carácter abusivo, ni la naturaleza de los
bienes o de los servicios objeto del contrato en cuestión.
38. Por otra parte, el consumidor está sometido, en virtud del artículo 43 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, tal como lo interpreta el órgano jurisdiccional remitente, al plazo
de adopción de una resolución judicial referida a la acción colectiva, sin que el juez
nacional pueda apreciar desde este punto de vista la pertinencia de la suspensión
de la acción individual hasta que exista sentencia firme en relación con la acción
colectiva.
39. Así pues, esa regla nacional resulta incompleta e insuficiente y no constituye un
medio adecuado ni eficaz para que cese el uso de cláusulas abusivas, en contra de
lo dispuesto en el artículo 7, apartado 1, de la Directiva 93/13.
40. La anterior conclusión se revela especialmente cierta si se tiene en cuenta
que, en Derecho interno, si desea adherirse a la acción colectiva, el consumidor
está sujeto, tal como resulta del auto de remisión, a condicionantes relativos a la
determinación del órgano jurisdiccional competente y a los motivos que pueden
invocarse. Asimismo, pierde necesariamente los derechos que le serían reconocidos
en el marco de una acción individual, esto es, la toma en consideración de todas
las circunstancias que caracterizan su causa, y la posibilidad de renunciar a que no
No obstante, solo analiza la cuestión desde una determinada interpretación del art. 43,
que no es la única posible (de hecho, muchos tribunales interpretaron lo contrario, por
lo que el supuesto automatismo del art. 43 no era tal, aunque era un punto de partida
insoslayable para lograr un pronunciamiento del TJUE, lo que le resta utilidad para otros
casos. En particular, no sirve como pauta interpretativa del art. 43, precisamente porque
se construye sobre una determinada versión de cómo aplicarlo.
Por su relación con esta cuestión, se documentan -aunque son posteriores al seminario-
las sentencias del Juzgado de lo Mercantil 2 de Barcelona (Sentencia 250/2016,
Ordinario 852/2014) de 3 de octubre de 2016 y de Primera Instancia 2 de Torrejón
(Sentencia 287/2016, Ordinario 172/2016) de 30 de septiembre de 2016. Que aplican la
cosa juzgada derivada de la sentencia dictada por el Juzgado de lo Mercantil número 11
(acción colectiva) en procedimientos seguidos a consecuencia del ejercicio de la acción
individual. El Juzgado de lo Mercantil 2 de Barcelona razona lo siguiente:
"8. En todo caso, y admitiendo las dudas que existen sobre el particular, de la lectura
conjunta de los artículos 221, 222 y 519 de LEC, e interpretados a la luz del art. 7
posterior entre las mismas partes y con el mismo objeto y su estimación conduce al
sobreseimiento del proceso (artículo 421 de la Ley de Enjuiciamiento Civil).
La prejudicialidad civil, regulada en el artículo 43 de la Ley de Enjuiciamiento Civil,
atiende al fenómeno de la conexión de procesos, cuando la decisión de uno es base
lógico jurídica necesaria para la resolución del otro, así como a la seguridad jurídica,
impidiendo resoluciones contradictorias y en caso de prejudicialidad homogénea, se
impone el efecto positivo de la cosa juzgada de la sentencia prejudicial y de ella
debe partirse para construir el fallo, lo que exige la suspensión del proceso, siempre
y cuando no fuere posible la acumulación, uno de cuyos supuesto es precisamente,
que la sentencia que haya de recaer en uno de los procesos pueda producir efectos
prejudiciales en el otro.
Como señala la sentencia de la sección 9ª de esta Audiencia Provincial de Madrid de
20 de abril de 2.006, en atención a "la regulación que se establece de la excepción de
litispendencia en los art. 222 y 421 de la LEC 1/2000, así como de la prejudicialidad
civil en el art. 43 de la LEC, se deduce que en aquellos supuestos en los que el
pleito anterior pueda afectar o incidir de forma directa en la decisión de otro, en
tal caso nos encontraríamos no ante el supuesto o existencia de la excepción de
litispendencia, sino en un caso de prejudicialidad civil, con el único efecto posible de
proceder a petición de ambas partes o de alguna de ellas a suspender el segundo
litigio hasta que el primero esté resuelto en virtud de sentencia firme, sin que en
tal caso pueda ser apreciada de oficio la existencia de la cuestión prejudicial ni por
lo tanto suspender la tramitación del proceso. En el mismo sentido sentencia de la
sección 10ª de esta Audiencia Provincial de 27 de abril de 2006".
solo a los efectos prejudiciales, y tampoco se produce suspensión del proceso porque
es un paso previo a la decisión del fondo, y a la hora de dictar sentencia):
proceso que debe ser suspendido hasta la resolución de la cuestión ajena dada su
evidente conexidad con la civil suscitada.
Cuando la cuestión es heterogénea no vinculante, se produce alteración por
extensión de la jurisdicción del juez del proceso, no se produce cosa juzgada, porque
se resuelve solo a los efectos prejudiciales, y tampoco se produce suspensión del
proceso porque es un paso previo a la decisión del fondo, y a la hora de dictar
sentencia".
Jurisprudencia:
ATS, Civil, Sección 1.ª, de 28 de octubre de 2003 [ECLI:ES:TS:2003:11119A]. Ponente:
Pedro González Poveda:
plano temporal, siendo leyes de naturaleza sustantiva las que regulan los plazos
correspondientes, cuyo cómputo se efectúa con arreglo al art. 5 del Código Civil,
por ello debe sostenerse que tanto la caducidad como la prescripción han de
abordarse en la Sentencia definitiva y la infracción de las normas que las regulan
son aptas para fundar el recurso de casación (art. 477.1 LEC 2000). Sin embargo
este planteamiento general ha sido modificado por la nueva LEC 1/2000, de 7 de
enero, que contempla el examen previo de la caducidad en el juicio ordinario, cuando
se alega la inadecuación del procedimiento, contemplándose el sobreseimiento del
proceso en los arts. 422.2 y 423.3 LEC 2000; obviamente se atiende a un estricto
criterio de economía procesal, al anticipar el análisis de la caducidad de la acción
(por cierto la ley no se refiere a la prescripción, ha de suponerse que por no resultar
acogible de oficio), entendiéndose que si no se presentó en el tiempo adecuado
la demanda, no cabe ya celebrar el juicio y se debe proceder a su archivo; este
examen anticipado de la caducidad parece lógico que deba limitarse estrictamente
a los casos de inadecuación del procedimiento en los que se contempla legalmente,
contrayéndose a los supuestos en los que la propia Ley de Enjuiciamiento Civil
prevé la inadmisión de la demanda por el transcurso del plazo (vid. art. 439.1 LEC
2000), fuera de los cuales las excepciones de caducidad y, con mayor motivo, de
prescripción deberán resolverse en la Sentencia (...)".
124. ¿Hay que resolver la cuantía del procedimiento en la audiencia previa cuando
de ello no depende la adecuación del procedimiento seguido por razón de la
cuantía?
Legislación:
Artículo 422 LEC (vid. supra).
Artículo 255 LEC:
Doctrina:
La audiencia previa. Joan Picó i Junoy, Xavier Abel Lluch (directores). Barcelona: Bosch,
2010. ISBN: 978-84-7698-896-1.
"Parte V: Función saneadora en la audiencia previa", pág. 251 y ss.
Realiza una exposición clarificadora de los efectos de la cuantía en el procedimiento,
aunque llega a una solución discutible: la parte demandada solo está obligada a
impugnar la cuantía en los estrictos casos del art. 422 y, si de ello depende la procedencia
de la casación, por la vía residual del 425. En cambio, considera que la ley releva al
demandado de la carga de impugnar la cuantía cuando el único efecto se produce en
materia de costas y que el único control en tales casos debe ejercerse de oficio. Distingue
los efectos inmediatos (procedimiento aplicable) mediatos (procedencia de la casación)
y diferidos (efectos sobre costas) de la cuantía y limita el ámbito del art. 422 a los efectos
inmediatos, lleva los mediatos al ámbito del art. 425 y excluye los diferidos. Se transcribe
la parte más relevante, con omisión de las notas a pie de página:
Si el decreto contiene una simple referencia equívoca a la cuantía, del tipo "expresa
la demanda que la cuantía es....", sin un pronunciamiento claro al respecto, no sería
exigible recurrir en reposición el decreto para luego impugnar la cuantía.
Si la referencia es más clara, la cuestión es dudosa, porque en los casos típicos de
impugnación no se exige el previo recurso de reposición contra el decreto de admisión
ni contra el resto de las resoluciones dictadas sobre la cuantía.
La perspectiva del demandante es diferente: no puede discutir la cuantía que él mismo ha
fijado, pero sí debe recurrir las resoluciones que le perjudiquen, porque no está previsto
un sistema similar al de la impugnación a instancia del demandado.
127. Cuando se evidencia que el desacuerdo sobre la cuantía se ciñe a los efectos
sobre costas, ¿cabe diferir su solución a la eventual fase de tasación?
Generalmente se hace así. Aunque teóricamente pueden plantearse muchos problemas,
la experiencia mayoritaria de los asistentes es que en la práctica no suelen darse o, al
menos, no llegan a la mesa del juez. Las pautas a tener en cuenta en esos posibles
problemas son:
- La doctrina del TS y del TC sobre la "petrificación" de la cuantía supondría
que la cuantía expresada en la demanda si no cabe impugnación queda
definitivamente fijada para todos los efectos que puedan derivarse, sin que
exista posibilidad de modificación, aunque luego el propio TS admite muchas
excepciones.
- La relevancia de la cuantía es evidente: los derechos del procurador vienen
concretados en función de la cuantía del procedimiento, y aunque el efecto
no es tan automático en los honorarios de abogados y peritos, las normas
orientadoras conceden a la cuantía un papel relevante que tendrá su reflejo
en la tasación de costas y en el establecimiento del límite de exigibilidad de
estos honorarios en virtud del art. 243.2.II LEC cuando excedan del límite del
tercio a que se refiere el art. 394.3 y no se hubiese declarado la temeridad
del litigante condenado en costas.
- Sobre las "impugnaciones" de cuantía no resueltas y replanteadas en
tasación de costas, hay dudas sobre si resuelve el LAJ a su criterio o da
cuenta al juez.
- Otro problema son los efectos sobre las posibilidades de impugnación de
la tasación de costas, porque la petrificación de la cuantía impediría debatir
la cuantía de los derechos del procurador. El art. 245.2 LEC sólo permite
la impugnación por excesivos de los honorarios de abogados, peritos o
profesionales no sometidos a arancel. Si la discrepancia de los derechos
del procurador se basa en la discusión de la cuantía del proceso, como la
"De modo que en un juicio verbal como el que nos ocupa, la cuantía puede y debe
ser impugnada por el demandado según dicho precepto cuando la fijación hecha por
el actor perjudique sus intereses, aunque no afecte a la clase de procedimiento, ni al
recurso de casación, siempre que perjudique sus intereses, como en este supuesto
en que afecta al cálculo de las costas".
"La intervención del médico forense en los juicios civiles de tráfico tras la nueva ley de
enjuiciamiento civil", Diario La Ley, n.º 5916 y n.º 5917, 18 y 19 dic. 2003, año XXIV,
ref. D-285, Editorial LA LEY).
129. ¿Puede un beneficiario del derecho a la asistencia jurídica gratuita solicitar la
práctica de la diligencia preliminar consistente en su reconocimiento por el médico
forense o, en su caso, por un perito de designación judicial para conocer el alcance
de sus lesiones y poder así cuantificar de forma correcta la indemnización que
pretende reclamar?
Jurisprudencia:
Auto de la AP de Huelva, Sección 3.ª, de 5 de diciembre de 2008
[ECLI:ES:APH:2008:1087A]. Ponente: Antonio Germán Pontón Práxedes:
"No discute la Sala el derecho de que pudiera gozar el solicitante a través del
beneficio de justicia gratuito por él instado (constando en autos simplemente la
designación provisional de letrado y procurador, no la concesión del beneficio), el
problema se halla en que, aun pudiendo ser beneficiario, la actuación procesal que
pretende no puede lograrse a través del mecanismo de las diligencias preliminares
y ello por cuanto no estando recogida en el catálogo del art. 256 LEC sin
embargo existe previsión especial para lo solicitado, pero dentro o en el seno del
procedimiento que eventualmente pueda instar bajo tal beneficio, no con carácter
previo al mismo a través de las diligencias preliminares".
"En caso de disconformidad del perjudicado con la oferta motivada, las partes,
de común acuerdo y a costa del asegurador, podrán pedir informes periciales
complementarios, incluso al Instituto de Medicina Legal siempre que no hubiese
intervenido previamente.
Esta misma solicitud al Instituto de Medicina Legal podrá realizarse por el lesionado
aunque no tenga el acuerdo de la aseguradora, y con cargo a la misma. El Instituto
de Medicina Legal que deba realizar el informe solicitará a la aseguradora que aporte
los medios de prueba de los que disponga, entregando copia del informe pericial
que emita a las partes.
Asimismo, el perjudicado también podrá solicitar informes periciales
complementarios, sin necesidad de acuerdo del asegurador, siendo los mismos, en
este caso, a su costa.
Esta solicitud de intervención pericial complementaria obligará al asegurador a
efectuar una nueva oferta motivada en el plazo de un mes desde la entrega del
informe pericial complementario, continuando interrumpido el plazo de prescripción
para el ejercicio de las acciones judiciales. En todo caso, se reanudará desde que el
perjudicado conociese el rechazo de solicitud por parte del asegurador de recabar
nuevos informes".
Añade en su número 6:
"La entidad aseguradora que haya emitido la oferta motivada será la obligada al
pago del precio público derivado de la realización de los informes periciales a que
se refiere este real decreto".
"1. Los plazos comenzarán a correr desde el día siguiente a aquel en que se hubiere
efectuado el acto de comunicación del que la Ley haga depender el inicio del plazo,
y se contará en ellos el día del vencimiento, que expirará a las veinticuatro horas.
Artículo 135 LEC. Presentación de escritos, a efectos del requisito de tiempo de los actos
procesales:
"1. Todas las resoluciones dictadas por los Tribunales o Secretarios Judiciales se
notificarán en el plazo máximo de tres días desde su fecha o publicación.
2. Los actos de comunicación al Ministerio Fiscal, a la Abogacía del Estado, a los
Letrados de las Cortes Generales y de las Asambleas Legislativas, o del Servicio
Jurídico de la Administración de la Seguridad Social, de las demás Administraciones
públicas de las Comunidades Autónomas o de los Entes Locales, así como los
que se practiquen a través de los servicios de notificaciones organizados por los
Colegios de Procuradores, se tendrán por realizados el día siguiente hábil a la
fecha de recepción que conste en la diligencia o en el resguardo acreditativo de su
recepción cuando el acto de comunicación se haya efectuado por los medios y con
los requisitos que establece el artículo 162. Cuando el acto de comunicación fuera
remitido con posterioridad a las 15:00 horas, se tendrá por recibido al día siguiente
hábil".
"1. Cuando las partes estuvieren representadas por procurador, cada uno de éstos
deberá trasladar a los procuradores de las restantes partes las copias de los escritos
y documentos que presente al tribunal.
2. El traslado de copias de los escritos y documentos presentados de forma
telemática, se hará por medios telemáticos de forma simultánea a la presentación y
Artículo 278 LEC. Efectos del traslado respecto del curso y cómputo de plazos:
Artículo 337 LEC. Anuncio de dictámenes cuando no se puedan aportar con la demanda
o con la contestación. Aportación posterior:
"1. Si no les fuese posible a las partes aportar dictámenes elaborados por peritos por
ellas designados, junto con la demanda o contestación, expresarán en una u otra los
dictámenes de que, en su caso, pretendan valerse, que habrán de aportar, para su
traslado a la parte contraria, en cuanto dispongan de ellos, y en todo caso cinco días
antes de iniciarse la audiencia previa al juicio ordinario o de la vista en el verbal".
Doctrina:
TOVAR SABIO, Vicente Jesús. "Audiencia previa: problemas derivados de la preclusión
de hechos y fundamentos y la facultad de aclaración y complemento del artículo 426
LEC". En: La dirección de la audiencia previa. Resoluciones orales y decisiones sobre
la prueba pericial. Colección: Cuadernos Digitales de Formación 7-2009.
Jurisprudencia:
STS, Civil, Sección 1.ª, de 8 de junio de 2016 [ECLI:ES:TS:2016:2629]. Sentencia:
389/2016. Recurso: 79/2014. Ponente: Pedro José Vela Torres. No hay mutatio libelli
en la precisión de fechas:
"Conforme al art. 412.1 LEC, una vez se haya establecido lo que sea objeto
del procedimiento en la demanda y contestación, las partes no podrán alterarlo
posteriormente; prohibición de la mutación de la pretensión (mutatio libelli) que tiene
como fundamento histórico la proscripción de la indefensión (sentencias de esta Sala
"Dichos motivos han de ser estimados y, con ellos, el recurso por infracción procesal.
La petición de resolución por incumplimiento de las obligaciones asumidas por
una de las partes (artículo 1124 del Código Civil) se asienta precisamente en la
frustración que en tal caso se produce respecto de la finalidad o de la causa del
contrato para la parte cumplidora, y así la facultad resolutoria que dicho artículo
recoge (derivada de la llamada "condición resolutoria tácita") se basa precisamente
en el hecho objetivo del incumplimiento con independencia de la causa de tal
incumplimiento, sin perjuicio de que lógicamente sean distintas las consecuencias
para el contratante incumplidor en el caso de que el cumplimiento resulte imposible
o de que se produzca el incumplimiento por una causa que le sea imputable.
En este caso no cabe apreciar que el Juzgado se apartó de la causa de pedir en
cuanto no prescindió de los fundamentos de hecho (incumplimiento) o de derecho
(procedencia de resolución en caso de incumplimiento) que se hicieron valer. (...)
Por ello no incurrió en incongruencia la sentencia de primera instancia al considerar
que procedía declarar la resolución contractual por imposibilidad sobrevenida de
cumplimiento y declarar las consecuencias inherentes a ello, y sí por el contrario ha
incurrido en infracción procesal la Audiencia al declarar que tal incongruencia existió
por alteración de la "causa petendi" dejando de prestar por tal causa de carácter
formal -que concurría según la percepción del órgano "a quo"- la tutela judicial que
correspondía a la demandante.
Cabe señalar que incluso en ocasiones la propia parte cumplidora puede desconocer
si el incumplimiento resolutorio de la parte contraria es por causa imputable a
su propia conducta o se produce por causas ajenas a ella. En tales casos la
parte demandante habrá de instar la resolución y será la demandada la que haya
de asumir la carga de acreditar que tal incumplimiento no le es imputable sino
que se trata de una "imposibilidad sobrevenida" que habrá de producir distintos
efectos, pues en tal caso no procederá la indemnización de daños y perjuicios
que acompaña normalmente a los incumplimientos culposos, una vez acreditada la
producción de los mismos, pero sí la restitución de lo percibido con sus intereses
como consecuencia de la liberación que para el deudor supone el hecho de que
la prestación "resultare legal o físicamente imposible" (artículo 1184 del Código
Civil) pues como declara, entre otras, la sentencia de esta Sala nº 1037/2003, de
11 noviembre, "si bien tal imposibilidad sobrevenida determina la extinción de la
obligación, esto no significa que el deudor quede absolutamente liberado sin coste
alguno cuando [...] ya había ingresado en su patrimonio el precio convenido como
contraprestación de una obligación de hacer que no va a cumplir. Es decir, no puede
ser exigido al deudor un cumplimiento que ha devenido imposible, pero en aras de
la buena fe y de la equidad y con el fin de evitar un enriquecimiento injusto, sí le
incumbe proceder a la devolución de las prestaciones que con anterioridad hubiese
recibido del otro contratante"".
134. ¿Cuáles son los casos más frecuentes del "desarrollo de la pretensión"
durante el transcurso del proceso ("biología de la pretensión procesal")?
Doctrina:
PICÓ I JUNOY cita el supuesto de que la petición inicialmente formulada en la demanda
devenga de imposible cumplimiento y pone como ejemplo 1) que en la demanda se
solicite la división de una finca y, posteriormente, ante el conocimiento por el actor de su
venta legal, se modifique el petitum para solicitar la mitad del precio que haya obtenido
el demandado por la venta del bien; 2) que solicitándose en la demanda la nulidad de un
testamento y complementariamente que se abra la sucesión ab intestato, se mantiene
"A la vista del marco delimitador expuesto, la cuestión que se plantea en el desarrollo
de ambos motivos se refiere a si el cambio en la fundamentación jurídica introducida
en la audiencia previa ha supuesto una variación de la causa petendi y, por tanto, un
cambio de demanda. En este aspecto, esta Sala -STS 361/2012, de 18 de junio - ha
dejado sentado que la causa petendi no se encuentra integrada exclusivamente por
hechos en abstracto al margen de su consideración jurídica, sino que por "causa de
pedir debía entenderse el conjunto de hechos jurídicamente relevantes para fundar
la pretensión (SSTS 19-6-00 en rec. 3651/96 y 24-7-00 en rec. 2721/95), los hechos
constitutivos con relevancia jurídica que constituyen condiciones específicas de la
acción ejercitada (STS 16-11-00 en rec. 3375/95), o bien los hechos jurídicamente
relevantes que sirven de fundamento a la petición y que delimitan, individualizan e
identifican la pretensión procesal (SSTS 20-12-02 en rec. 1727/97 y 16-5-08 en rec.
1088/01)". Por tanto, la causa de pedir tiene un componente jurídico que la conforma
y sirve de límite a la facultad del juez de aplicar a los hechos el derecho que considere
más procedente, esto es, limita el iura novit curia. Este límite tiene fiel reflejo en el
articulo 218 LEC, al disponer que el tribunal ha de resolver conforme a las normas
aplicables al caso pero sin acudir a fundamentos de hecho o de derecho distintos
de los que las partes hayan querido hacer valer.
Sin embargo, la distinción entre el componente jurídico de la causa de pedir y la
posibilidad de aplicar las normas jurídicas por el juez -iura novit curia- no es siempre
clara, o mejor, no siempre presenta unos contornos precisos. Por esta razón, nuestra
actual jurisprudencia admite la posibilidad de un cambio en la calificación jurídica
de los hechos en los supuestos de error o imprecisión de la parte, si bien este
cambio debe extraerse de los propios hechos alegados y conformados, en cuanto
han podido ser objeto de discusión sin alterar los términos del debate siempre que
no haya podido causar indefensión a cualquiera de los litigantes (STS 550/2008, de
18 de junio).
Esta perspectiva de análisis, llevada al supuesto de enjuiciamiento, exige realizar
las siguientes precisiones que conducen a la desestimación de los motivos. Así en la
demanda, con carácter principal, se ejercitó una acción civil ex delicto, sobre la base
de la determinación de unos hechos que fueron valorados como un incumplimiento
contractual de carácter grave y doloso, constitutivos de infracción penal. Por esta
razón, el componente de la causa petendi de la pretensión ejercitada en la demanda
quedaba constituido por unos hechos que servían para calificar la conducta de
los aquí recurrentes como de fraudulenta en el marco o desenvolvimiento de una
relación contractual, lo que a su vez significaba que la propia calificación penal de
la responsabilidad civil comportara un incumplimiento contractual o, dicho de otra
forma, que los hechos que conformaban el supuesto de la pretensión civil ex delito
incluían la responsabilidad civil contractual.
De este modo, el cambio en la calificación jurídica de los hechos alegados -
responsabilidad civil contractual-, en la medida en que su fundamentación se
encontraba insita en la propia acción civil ex delicto y conformaba el objeto mismo
de la discusión, no provocó un cambio de demanda, mutatio libelli, ni la vulneración
del derecho de defensa, generadora de nulidad de actuaciones. Por esta razón,
la solicitud de la parte actora en el acto de la audiencia previa ha de enmarcarse
en el contexto de una alegación complementaria y aclaratoria, a la luz del párrafo
2° del artículo 426 LEC, que no alteró el objeto formal del proceso sino que lo
especificó y, además, explica la ausencia de un pronunciamiento judicial expreso, ya
que no supuso añadir petición accesoria alguna, extremo para el que sí se exige una
decisión judicial, caso de oponerse la parte demandada. Con este planteamiento,
decae la denuncia sobre una ampliación extemporánea, por acumulación, de la
demanda y se rechaza igualmente la infracción por incongruencia que no existe".
"Las razones por las que la sentencia recurrida considera que no hubo un cambio
de demanda prohibido por la ley procesal no son compartidas por esta Sala y,
en consecuencia, debe ser estimado el motivo segundo del recurso por infracción
procesal, fundado, como se ha indicado ya, en infracción de los arts. 410 y 412 en
relación con el art. 426, todos de la LEC, y con su art. 225.3º.
La norma que más especialmente debe ser considerada en el presente caso es el art.
412 LEC, titulado "Prohibición del cambio de demanda y modificaciones admisibles".
Según su apdo. 1, "[e]stablecido lo que sea objeto del proceso en la demanda, en
la contestación y, en su caso, en la reconvención, las partes no podrán alterarlo
posteriormente". Y según su apdo. 2, "[l]o dispuesto en el apartado anterior ha de
entenderse sin perjuicio de la facultad de formular alegaciones complementarias, en
los términos previstos en la presente Ley".
Por su parte el art. 426 LEC, en lo referente a las alegaciones complementarias
y aclaratorias, dispone en su apdo. 1 que "[e]n la audiencia, los litigantes, sin
alterar sustancialmente sus pretensiones ni los fundamentos de éstos expuestos
en sus escritos, podrán efectuar alegaciones complementarias en relación con lo
expuesto de contrario"; y en su apdo. 2, que "[t]ambién podrán las partes aclarar
las alegaciones que hubieren formulado y rectificar extremos secundarios de sus
pretensiones, siempre sin alterar éstas ni sus fundamentos".
Estas normas guardan una estrecha relación, de un lado, con el art. 400 LEC,
titulado Preclusión de la alegación de hechos y fundamentos jurídicos y cuyo apdo.
1 dispone que "[c]uando lo que se pida en la demanda pueda fundarse en diferentes
hechos o en distintos fundamentos o títulos jurídicos, habrán de aducirse en ella
cuantos resulten conocidos o puedan invocarse al tiempo de interponerla, sin que
sea admisible reservar su alegación para un proceso ulterior", así como con el art.
401 sobre el momento preclusivo de la acumulación de acciones; y de otro, con
el párrafo segundo del apdo. 1 del art. 218 LEC, que permite al tribunal resolver
"conforme a las normas aplicables al caso, aunque no hayan sido acertadamente
citadas o alegadas por los litigantes", pero siempre "sin apartarse de la causa de
pedir acudiendo a fundamentos de hecho o de Derecho distintos de los que las
partes hayan querido hacer valer".
En cuanto a la jurisprudencia, antes ya de entrar en vigor la LEC de 2000 esta Sala
rechazaba que la causa de pedir estuviera integrada única y exclusivamente por
hechos puros, despojados de cualquier consideración jurídica. Muy al contrario, por
causa de pedir debía entenderse el conjunto de hechos jurídicamente relevantes
para fundar la pretensión (SSTS 19-6-00 en rec. 3651/96 y 24-7-00 en rec. 2721/95),
los hechos constitutivos con relevancia jurídica que constituyen condiciones
específicas de la acción ejercitada (STS 16-11-00 en rec. 3375/95), o bien los hechos
jurídicamente relevantes que sirven de fundamento a la petición y que delimitan,
individualizan e identifican la pretensión procesal (SSTS 20-12-02 en rec. 1727/97
y 16-5-08 en rec. 1088/01).
De ahí que, ya bajo el régimen de la LEC de 1881, ya bajo el de la LEC de 2000,
no se admita la introducción de cuestiones nuevas presentándolas como puramente
jurídicas (STS 10-10-02 en rec. 629/97); se considere un cambio de demanda
prohibido por la ley reclamar en principio una cantidad como exigible para, luego,
acabar pidiendo que se fije un plazo para su pago (STS 22-5-03 en rec. 2983/03);
o en fin, no se admita que en fase de conclusiones se invoque el art. 262 LSA
de 1989 como fundamento de la responsabilidad de los administradores sociales
demandados cuando la demanda no se hubiera fundado en el mismo (STS 5-11-04
en rec. 2957/98). Más en particular sobre el juicio de retracto, la STS 7-3-03 (rec.
2474/97) apreció incongruencia en una sentencia de apelación porque, computado
el plazo de caducidad por el juez de primera instancia incluyendo los días inhábiles,
el demandante alteró luego el día alegado en su demanda como inicial y el tribunal
de apelación admitió esta modificación.
La causa de pedir, por tanto, tiene un componente jurídico que limita las facultades
del juez de aplicar libremente a los hechos el Derecho que considere más procedente
o, dicho de otra forma, que limita el principio iura novit curia (STS 7-10-02 en
rec. 923/97) descartando que pueda tener un carácter absoluto, como por demás
resulta del art. 218 LEC al disponer que el tribunal resuelva conforme a las normas
aplicables al caso pero sin acudir a fundamentos de hecho o de Derecho distintos
de los que las partes hayan querido hacer valer.
Así, esta Sala ha advertido incongruencia en la apreciación de una servidumbre cuya
declaración no se pedía en la demanda (STS 24-10-00, rec. 3043/95); en la condena
a otorgar una escritura de donación no pedida en la demanda (STS 23-10-00, rec.
3066/95); en la condena de administradores sociales con base en el art. 262 LSA
de 1989 cuando se hubiera pedido con base en su art. 135 (SSTS 20-7-01, rec.
1495/96, y 28-9-06, rec. 4971/99); en resolver desde el punto de vista de la accesión
no sometido a debate (STS 24-9-01, rec. 1749/96); en acordar una indemnización
por resolución unilateral de un contrato cuando se pidió por incumplimiento (STS
13-5-02, rec. 3913/96) o por incumplimiento cuando la cantidad se pidió en concepto
de devolución de parte pagada del precio (STS 26-2-04, rec. 1061/98); en declarar
nulos unos acuerdos sociales por una causa no invocada en la demanda (STS
25-4-05, rec. 4311/98); en condenar por competencia desleal si solo se demandó
por infracción del derecho de marca (STS 6-3-07, rec. 2118/00); en conceder una
indemnización por clientela si la demanda del agente no se fundó en el art. 28 de
la Ley sobre Contrato de Agencia (STS 21-3-07, rec. 1483/00); en declarar nulo
un contrato no por el error alegado en la demanda sino por faltar los requisitos de
una donación (STS 18-7-02, rec. 451/97); o en acordar la extinción de un contrato
por mutuo disenso cuando lo pedido fue su resolución por incumplimiento (STS
27-12-02, rec. 1861/97).
Hay que reconocer, no obstante, que la distinción entre el componente jurídico de
la causa de pedir y las normas aplicables por el juez conforme al principio irua novit
curia no siempre es clara. Por eso el método más seguro para comprobar si se
ha producido un cambio indebido de demanda, con correlativa incongruencia de la
sentencia (STS 3-4-01, rec. 669/96), consistirá, dada la dimensión constitucional
de la congruencia como inherente a la tutela judicial efectiva y a la proscripción de
indefensión (art. 24 de la Constitución), en determinar si ese cambio ha alterado
los términos del debate generando en el demandado riesgo de indefensión por
haber contestado a la demanda adoptando una determinada línea de defensa como,
por ejemplo, proponer excepciones procesales o la de prescripción en función de
la acción ejercitada en la demanda (SSTS 23-12-04, rec. 3393/98, y 5-3-07, rec.
1412/00).
Precisamente por eso esta Sala ha respetado en casación el plazo de prescripción
de la acción sometido por ambas partes a debate, aunque no fuese el aplicable al
caso según su propia jurisprudencia (SSTS 20-2-06, rec. 2124/99, y 7-10-10, rec.
2192/06), o la redacción del art. 20 de la Ley de Contrato de Seguro considerada
135. Las peticiones accesorias ¿deben guardar alguna conexión con las
alegaciones de la parte demandada?
No necesariamente. El apartado 3 no lo exige, a diferencia de lo que sucede con las
alegaciones complementarias.
136. ¿Cabe plantear como alegación complementaria por el demandante la
nulidad de un negocio jurídico alegado en la contestación a la demanda o una
compensación relacionada con los hechos relatados en ella?
Sí, no hay una limitación expresa en el art. 426.
137. ¿Cabe, como aclaración, el carácter solidario de la condena que en la
demanda no se calificó como tal? ¿Y el cambio de una solidaridad tratada como
propia a la solidaridad impropia?
Sí, si del relato de hechos de la demanda resultan indicios suficientes para entender el
cumplimiento de los requisitos jurisprudencialmente exigidos para la solidaridad tácita.
A tener en cuenta, sobre el particular, la STS, Civil, Sección 1.ª, de 19 de febrero de 2016
[ECLI:ES:TS:2016:802]. Sentencia: 83/2016. Recurso: 2534/2013. Ponente: Francisco
Javier Arroyo Fiestas:
"En un caso como este, la subsanación del defecto procesal en que incurrió
el juzgado mercantil de no permitir alegaciones complementarias directamente
vinculadas con la contestación a la demanda, siempre en el marco de lo que el art.
426 LEC permite en el audiencia previa del juicio ordinario, en la medida en que no
consta que estas alegaciones precisaran de la práctica de una prueba específica
sobre alguno de los hechos contenidas en dichas alegaciones complementarias,
no exigía la declaración de nulidad de todo lo actuado en primera instancia desde
que fueron rechazadas aquellas alegaciones, sino que bastaba con admitirlas en
segunda instancia y tenerlas en consideración a la hora de dictar sentencia, previa
audiencia de la otra parte, para cumplir con lo prescrito en el art. 465.3 LEC. El
que la audiencia no hubiera dado oportunidad a los demandados para manifestar
lo que estimaran oportuno en relación con aquellas alegaciones complementarias
no afecta para nada al derecho a la tutela judicial efectiva del demandante que
quedó satisfecho al admitirse las alegaciones y tomarlas en consideración, al tiempo
de juzgar, sin perjuicio de que no se atendiera a lo pretendido por el demandante
respecto del fondo del asunto. Por ello, como la forma en que la audiencia subsanó
el defecto procesal no ha infringido el derecho a la tutela judicial del demandante,
ahora recurrente, ni le ha ocasionado indefensión, resulta irrelevante para justificar
la nulidad pretendida con el recurso extraordinario por infracción procesal".
13. Ámbito del art. 427 LEC y del pronunciamiento sobre los documentos
aportados de contrario en la audiencia previa
Jurisprudencia:
SAP Barcelona, Civil, Sección 14.ª, de 26 de octubre de 2006
[ECLI:ES:APB:2006:11671]. Ponente: María del Carmen Vidal Martínez:
"Como declaró la APB en sentencia de 23-3-2004: "El trámite previsto en el art. 427
LEC (posicionamiento de las partes ante los documentos y dictámenes presentados)
no tiene por objeto calificar el valor probatorio, para cada parte, de las pruebas
documental y pericial (función propia de la fase de conclusiones) sino impugnar
la autenticidad formal de los documentos que las contienen. No es un trámite de
valoración sino de autenticación. Se trata, básicamente, de evitar el libramiento
de despachos de adveración de documentos públicos (mandamientos) y privados
(arts. 267, 268, 318 y 325 LEC) que consten por copia simple y de ahorrar las
testificales respecto a aquellos documentos elaborados por empresas, compañías
de suministros y, en general, terceros ajenos al pleito (arts. 268 y 381 LEC). Por ello
la impugnación debe ser fundamentada en serias dudas de autoría, manipulación o
integridad, con concreción de los motivos o razones que llevan a la parte a impugnar
el documento. La regla general ha de ser por tanto la de no impugnación y sólo
en caso debidamente motivado el juez (siempre que, ante la impugnación, la parte
proponente del medio probatorio solicite estas diligencias) despachará oficios y
mandamientos o ordenará la presencia de testigos o peritos"".
SAP Cádiz, con sede en Ceuta, Civil, Sección 6.ª, de 24 de febrero de 2010
[ECLI:ES:APCE:2010:6]. Ponente: Jesús Carlos Bastardes Rodiles-San Miguel:
"Pues bien, debe señalarse que no cabe confundir impugnación del documento en
cuanto a su autenticidad con la no aceptación de lo que su contenido representa y
ello no es impugnarlo en los términos previstos en nuestra Ley procesal.
Es decir que si se impugna su autenticidad, equivale a manifestar su falsedad, la
parte que lo aportó puede proponer prueba para concretar su autenticidad (art.326.2
LEC) y en todo caso cuando no se pudiere deducir su autenticidad, o no se hubiere
propuesto prueba alguna, el tribunal lo valorará conforme a las reglas de la sana
crítica. En este caso es evidente que la aseguradora demandada no ha manifestado
que impugnaba la autenticidad de aquél documento".
"1. Cuando alguna de las partes entendiera que en la obtención u origen de alguna
prueba admitida se han vulnerado derechos fundamentales habrá de alegarlo de
inmediato, con traslado, en su caso, a las demás partes.
Sobre esta cuestión, que también podrá ser suscitada de oficio por el tribunal, se
resolverá en el acto del juicio o, si se tratase de juicios verbales, al comienzo de
la vista, antes de que dé comienzo la práctica de la prueba. A tal efecto, se oirá
a las partes y, en su caso, se practicarán las pruebas pertinentes y útiles que se
propongan en el acto sobre el concreto extremo de la referida ilicitud.
2. Contra la resolución a que se refiere el apartado anterior sólo cabrá recurso de
reposición, que se interpondrá, sustanciará y resolverá en el mismo acto del juicio o
vista, quedando a salvo el derecho de las partes a reproducir la impugnación de la
prueba ilícita en la apelación contra la sentencia definitiva".
B) Incomunicación de testigos
157. ¿Es posible denegar la práctica de la prueba de un testigo por haber
permanecido el testigo en la Sala durante la práctica de la prueba, conociendo por
ello lo manifestado por quienes declararon previamente a la misma?
Sobre esta cuestión, puede consultarse el siguiente documento:
- "Conclusiones del Seminario La Prueba en el Proceso Civil y Protección de
Derechos Fundamentales. La Prueba Electrónica. Nuevas Tecnologías y su
Acceso al Proceso. Madrid, del 16 al 18 de septiembre de 2015" (directora:
Eva E. Ramírez García, relator: Carlos Ceballos Norte).
166. Límite temporal de la renuncia. ¿Qué efectos tiene la renuncia a una prueba
practicada o en vías de ser practicada? ¿Y si la parte desconoce su contenido?
(por ejemplo, oficios cumplimentados, interrogatorios escritos o pericial judicial
de la que no se ha dado aún traslado). ¿Qué efectos produce el principio de
adquisición procesal?
Doctrina:
PICÓ I JUNOY, Joan. El principio de la buena fe procesal. Barcelona: Bosch, 2013.
ISBN: 978-84-940751-1-7.
Capítulo II, apartado 2: "Reglas de la buena fe procesal en los juicios declarativos", pág.
146 y ss.
Examina la vinculación entre el principio de adquisición procesal y el de buena fe
procesal la buena fe procesal. Como la libre valoración de la prueba no está afectada
por la parte que la haya propuesto, la renuncia a las pruebas propuestas por cada parte
puede generar consecuencias para la parte contraria. Picó distingue las tres situaciones
siguientes:
a) La prueba documental o pericial aportada con los escritos de alegaciones: considera
que, al ser directamente valorable por el juez sin necesidad de una actividad posterior
y por su influencia en la estrategia defensiva de la contraparte, puede inadmitirse su
retirada del proceso.
b) Sobre las pruebas admitidas en la audiencia previa pero aún no practicadas (por
ejemplo, pruebas personales previstas para el juicio, oficios a terceros, pericial judicial...).
Tradicionalmente, la doctrina y jurisprudencia admiten la validez de esta renuncia y
consideran que la vigencia del principio de adquisición procesal (vinculado al resultado
de la prueba y no a su admisión) no es un obstáculo para ello. Por otro lado, el art. 288.1
LEC permite expresamente dicha renuncia, aunque sólo sea para indicar que en este
caso no se impondrá multa a la parte renunciante. Y el art. 282 refleja el principio de
aportación de parte en materia de prueba.
No obstante, las renuncias en las que se aprecie mala fe procesal pueden ser limitadas
a través de una doble vía: si la parte contraria se ha adherido a esa prueba puede
acordarse su práctica y, en todo caso, pueden extraerse las consecuencias que en cada
caso procedan de las reglas de la buena fe de los arts. 11 LOPJ y 247 LEC. Ciertamente
"[l]as partes han sido libres para solicitar las pruebas que han estimado oportunas", pero
"la existencia de una resolución judicial admitiéndolas crea en la parte contraria la lógica
expectativa de su práctica, en la que él podrá intervenir contradictoriamente, expectativa
que puede verse frustrada por la renuncia a la prueba admitida". En este punto, Picó,
citando a Muñoz Sabaté, considera que "el principio de adquisición procesal debería ir
más lejos, al menos en aquellos casos donde se sospeche una deslealtad procesal, en el
sentido de extender la comunidad a la prueba simplemente propuesta, puesto que el acto
de proposición puede generar en la contraparte una expectativa suficiente para influir en
el planteamiento de sus propias pruebas por lo que antes de aceptar la renuncia a una
prueba propuesta y todavía no recibida, debería ser oída la parte contraria, dándole la
oportunidad de hacerla suya".
Se entiende que esta puede ser una de las consecuencias de la aplicación de los arts.
11 LOPJ y 247 LEC.
Se cita, como argumento adicional, el principio de invariabilidad de las resoluciones
firmes (arts. 214.1 y 207.4 LEC).
El desconocimiento por la parte que renuncia del contenido de la prueba (ejemplo: oficios
de gestión directa por el juzgado, pericial judicial sin informe presentado o sin traslado
a las partes) debe ser valorado a la hora de apreciar la mala fe procesal. En principio,
ese desconocimiento impediría la mala fe, pero en tales casos la renuncia debería ir
acompañada de una explicación plausible (por ejemplo, la carga económica que supone,
el resultado de otras pruebas...).
c) La renuncia a la prueba personal admitida que se está practicando no debe impedir
la intervención de la parte contraria, por exigencias del principio de contradicción.
d) En similar sentido, la renuncia a la prueba documental o testifical escrita que exija
diligenciamiento a cargo de la parte que haya propuesto dicha prueba no exime del deber
de aportar al proceso el documento, exhorto u oficio (vid. arts. 172.2 y 175.2 LEC para
el régimen de los exhortos, que pueden conllevar incluso sanción pecuniaria en caso de
incumplimiento -art. 176 LEC-).
167. ¿La parte puede renunciar a los documentos o informes presentados con la
demanda o con la contestación?
Vid. pregunta 166.
168. ¿Cabe la renuncia en caso de adhesión genérica de la contraparte a las
pruebas propuestas por quien renuncia?
Vid. pregunta 166.
169. Si el juez aprecia indicios de mala fe procesal, ¿puede oír a la otra parte y
darle la oportunidad de adherirse en ese momento a la prueba?
Vid. pregunta 166.
170. ¿Cómo gestionar en la práctica los efectos de la inadmisión de la renuncia, si
dicha inadmisión es posible, en función de los distintos medios probatorios? En
particular, en las pruebas personales.
"Entiende la apelante que habiendo emitido los dos peritos calígrafos dictamen
adverso, el Juzgado al amparo del apartado 2º del artículo 435 LEC, debía de haber
acordado de oficio y como diligencia final una prueba pericial dirimente.
Las diligencias finales, como regla general, sólo pueden acordarse a instancia
de parte y con sujeción a determinadas reglas que expresamente se recogen
en el apartado 1º del artículo 435 LEC. Excepcionalmente, el Juzgado podrá de
oficio, o a instancia de parte, acordar que se practiquen, de nuevo, pruebas sobre
hechos relevantes oportunamente alegados, en el supuesto que "los actos de
prueba anteriores no hubieran resultado conducentes a causa de circunstancias
ya desaparecidas e independientes de la voluntad y diligencia de las partes" y
siempre que existan motivos fundados para creer que las nuevas actuaciones
permitirán adquirir certeza sobre aquellos hechos. El apartado 2º del artículo 435
LEC no concede al Juzgador facultades similares a las que le reconocía el artículo
340 LEC de 1881. La nueva regulación sólo concede la posibilidad de acordar
de oficio la práctica de pruebas como diligencias finales en unos supuestos muy
determinados (cuando los anteriores no hayan dado el resultado conducente a causa
de circunstancias ya desparecidas y ajenas a la voluntad y diligencia de las partes) y
en casos limitados (cuando existan motivos fundados de que las nuevas actuaciones
permitirán adquirir certeza sobre aquellos hechos), que no acontecen en el presente
litigio. En definitiva, lo que pretende el apelante es que se acordara la práctica de
una pericial caligráfica cuando las propuestas por cada una de las partes ya han sido
practicadas, si bien con resultado adverso. La posibilidad de acordar una prueba
pericial dirimente, como pretende el apelante, no tienen pues, encaje en el actual
artículo 435 LEC".
"Por otro lado, la práctica de diligencias finales de oficio por parte del tribunal
es excepcional, conforme establece el artículo 435.2 LEC, y solo se autoriza "si
los actos de prueba anteriores no hubieran resultado conducentes a causa de
circunstancias ya desaparecidas independientes de la voluntad y diligencia de las
partes" (SSTS de 22 de diciembre de 2009, RCIP n.° 407/2006 y de 30 de noviembre
de 2010 RCIP n° 197/2007). Como se ha razonado, la parte pretende subsanar
de forma extemporánea el informe pericial evacuado utilizando el cauce de las
el testimonio del médico D. Marino, que emitió los informes de los folios 155, 157 (el
del alta), y 164 (FREMAP) de autos, entre otros, al estar incorporado a autos sus
textos, resulta innecesario, puesto que no se trata de una prueba pericial. Sino de
dos clases de pruebas, unas documentales ya practicadas, y una testifical que es
redundante, por reincidir en los informes anteriores. Por lo tanto, ha de claudicar la
incongruencia omisiva que integra otra de las vertientes del vicio de incongruencia
a la que se extiende el primer motivo de la apelación. Y, respecto de las facturas
sólo pueden adverarlas quienes las emitieron, no un testigo ajeno a su emisión, y
en cuanto al fallecimiento del otro testigo, no procede la sustitución de lo que habría
podido ser su testimonio por medio de documentos u otra clase de pruebas, que no
son equiparables a dicha testifical, por lo que no se estima este primer motivo del
recurso, no considerando producida indefensión, siguiendo la doctrina fijada entre
otras en la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, sec. 8ª, de 25-3-2009,
nº 126/2009, rec. 286/2008, cuya exposición se continúa en el fundamento jurídico
siguiente".
el tribunal "a quo" no denegó la práctica de las diligencias finales solicitadas sino
que las admitió, lo que ocurre es que el examen de los testigos Srs. Jesús Manuel
y Bernardino devino imposible al resultar ilocalizables y ello pese a los reiterados
intentos, en número de 10, realizados por el juzgado de primera instancia, lo que
obligó a suspender la vista señalada para la práctica de tales pruebas en tres
ocasiones. En segundo lugar, solicitada la práctica de dicha prueba en esta alzada,
la Sala la denegó atendiendo a los razonamientos que se contienen en el Auto de 20
de mayo del corriente, que se dan por reproducidos; y, en tercer y ultimo lugar, se
considera que el testimonio de ambos testigos no resulta relevante para la resolución
del litigio".
Aunque trata un supuesto distinto, puede tenerse en cuenta la STS, Civil, Sección 1.ª,
de 27 de septiembre de 2016 [ECLI:ES:TS:2016:4185]. Sentencia: 564/2016. Recurso:
3403/2015. Ponente: José Antonio Seijas Quintana. Estima el recurso extraordinario por
infracción procesal y declara la nulidad de actuaciones por no haber practicado una
prueba (informe psicosocial en proceso de modificación de medidas) de difícil ejecución
(la madre y la niña residían en Alemania). La audiencia provincial acordó inicialmente
que se practicara por el gabinete psicosocial adscrito al juzgado, pero lo dejó después
sin efecto al ser informada por la demandada de su residencia en Alemania y de la falta
de recursos para trasladarse a España, con el simple argumento de que no era posible
su práctica.
Notas
(1) Relator: Carlos Ceballos Norte. Magistrado-Juez.
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