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Matar a un ruiseñor.

Autora: Harper Lee.


"Si el general Jackson no hubiera perseguido a los indios creek valle arriba, Simon
Finch nunca hubiera llegado a Alabama. ¿Dónde estaríamos nosotros entonces?"

Así es como comienza el primer capítulo, Scout se encuentra con su hermano Jem
discutiendo la causa de su accidente; mientras él afirma que la responsabilidad es
mayormente de su pequeño vecino, podemos ver como ella comienza a desplazarse
por un panorama más amplio en donde la retrospectiva apunta a sus antepasados.

Con ello logramos conocer un poco más el lugar en donde ha crecido “Maycomb,
Alabama”, pero sobre todo nos presenta a algunos personajes que nos acompañarán a
lo largo de la historia:

Jeremy, el hermano mayor, que es valiente, curioso y posee un sentido de la justicia


muy arraigado, pero se muestra nostálgico ante la pérdida de su madre.

Charles Baker Harris, mejor conocido como Dill o el pequeño vecino de verano, es un
niño de siete años que se muestra muy curioso y con una imaginación explosiva.

Atticus Finch, su padre, es descrito como una persona amable que ejercía la abogacía,
además de mencionarnos que su primer caso fue defender a dos hombres que
refutaban ser los responsables un asesinato de segundo grado, déjandolo sin otra
opción más que ver su ejecución.

Y por último, Calpurnia, una mujer afroamericana de carácter estricto y dictador que se
desempeña como su cocinera.

Para el segundo capítulo, el relato se sitúa en el fin del verano, y con gran entusiasmo
somos testigos del primer día de clases de Scout, en donde se resalta la presencia de
la señorita Caroline, quien debido a un pequeño percance por su forma alternativa de
educar se gana una mala impresión por parte de la pequeña.

Además, es importante mencionar, que la maestra no termina de comprender la cultura


de Maycomb por lo que durante la jornada tiene más incidentes, provocando que al
final del día experimente un sentimiento de frustración.

Ahora bien, en el capítulo tres, presenciamos como Caroline sigue sin adaptarse
enteramente, ya que, durante esta jornada escolar puede observar un piojo saltar de la
cabeza de su pequeño alumno y grita horrorizada, acto que desata burlas.
Scout se siente desanimada, pues no le agrada la idea de seguir estudiando con
Caroline como instructora, así que decidida expresa con su padre que no quiere ir más
a la escuela tal como Burris Ewell. Para este punto es importante mencionar que la
familia Ewell tiene muy pocos recursos para subsistir, son ocho niños a cargo de un
padre que realmente no tiene una intención verdadera por mejorar su situación, incluso
las prestaciones que suelen hacerle son malgastadas en whiskey y caza ilegal, por lo
que muchos habitantes comienzan a sentir lástima al grado de ignorar las situaciones
con las que no están de acuerdo; es por eso que Atticus, le explica que a veces las
leyes suelen hacer excepciones con algunas persona, sin embargo, el compromiso es
algo invaluable, por lo que trata de negociar con su hija diciéndole que si ella continúa
yendo podrá leer con él y Jem al llegar a la casa.

En general hay muchos detalles por contar en la historia, pero centrémonos en que
durante esta primera parte los niños están intrigados por su vecino, Arthur "Boo"
Radley, quien ha permanecido recluido en su mansión durante años, siendo objeto de
especulaciones y rumores por parte de los habitantes del pueblo.

De igual manera, podremos conocer a Tom Robinson, un hombre afroamericano


acusado injustamente de agredir sexualmente a una mujer blanca, Mayella Ewell. Ante
dicho suceso Atticus acepta defenderlo y esto desata tensiones y conflictos en la
comunidad, ya que la sociedad está profundamente arraigada en el racismo y la
discriminación.

Recapitulando y como hemos mencionado antes, en el transcurso de los primeros diez


capítulos se retoman temas importantes como el prejuicio racial, la injusticia, la empatía
y la comprensión, además de permitirnos explorar la infancia, la inocencia y la
moralidad en un contexto social complejo y desafiante.

Para la segunda parte, el panorama se vuelve aún más intenso, abordando


principalmente el juicio que atraviesa Tom.

Atticus está desesperado pues sabe que la representación que le está brindando a este
hombre no es suficiente cuando intenta enfrentarse a la sociedad en la que vive. No
obstante, en todo momento nos deja ver que su compromiso con la justicia es más
grande que cualquier prejuicio.

¿Recuerdan que al principio mencioné que la historia nos anuncia la ruptura de la


inocencia? Pues es precisamente porque toda esta situación afecta fuertemente a
Scout, Jem y Dill, quienes son testigos de la crueldad e injusticia que se vive en el
sistema legal y social; ya que a pesar de los intentos de Atticus, el veredicto finalmente
indica que Tom es culpable, todo esto después de haber ignorado su versión.
Atticus, a pesar de la derrota en el juicio, se muestra como un hombre compasivo y
respetuoso hacia todos, tratando aún de inculcar lecciones sobre la importancia de la
empatía y la comprensión incluso en tiempos difíciles. Aunque la historia toma un giro
conmovedor, podemos ver como los protagonistas enfrentan la dura verdad de su
entorno hostil.

Esta situación me recuerda mucho a lo que decía el filósofo suizo, Rosseau, mismo
que en un debate ético afirmó que “El hombre es bueno por naturaleza, pero es la
sociedad quien lo corrompe”.

Bueno, finalmente, para la tercera parte. Veremos las consecuencias que ha traído la
condena de Tom, especialmente cómo esto ha afectado a la familia Finch.

En Maycomb la tensión aumenta, Atticus continúa con calma pese a las críticas y el
acoso que recibe constantemente por parte de sus vecinos que han dejado ver sus
profundas divisiones y prejuicios raciales.

Esto último repercute en el desarrollo de los niños, veremos que han crecido y logrado
formar una amistad con Boo Radley a pesar de haberlo visto durante momentos como
un hombre malo, pues se esfuerzan en descubrir su verdadera naturaleza y bondad,
desafiando nuevamente a las falsas percepciones que se tienen sobre él.

Para los capítulos finales se exploran temas de compasión y redención. Nuestra


pequeña Scout nos regala una última reflexión en la que pretende reconocer la
importancia de la verdad en la búsqueda de la justicia, así como lo difícil que se vuelve
la convivencia en una sociedad marcada por sus prejuicios y limitaciones.

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