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Análisis y perspectivas a los 20 años de vigencia de la

Ley del Procedimiento Adminitrativo General y la


Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo

Tania Zúñiga Fernández


(Coordinadora Académica)
Escriben:
Tania Zúñiga Fernández
(Coordibnadora Académica)

Sara Arobes Escobar María Elena Guerra-Cerrón


David Blanquer
Alejandra Boto Álvarez
Víctor Hernández Mendible
Alejandro Moscol Salinas APORTES AL DESARROLLO

DEL DERECHO ADMINISTRATIVO EN EL PERÚ


DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
Allan Brewer-Carías Dante Mendoza Antonioli
Alberto Castro Barriga Jaime Rodríguez-Arana Muñoz
Guillermo Chang Chuyes Miguel Ángel Torrealba Sánchez
Fernando Castañeda Portocarrero
Jorge Danós Ordóñez
Jose Antonio Tirado Barrera
Ricardo Vinatea Medina
EN EL PERÚ
Martin Eifert Karla Vilela Carbajal
Eloy Espinosa-Saldaña Orlando Vignolo Cueva
Antonio Ezquerra Huerva

APORTES AL DESARROLLO
Tania Zúñiga Fernández
(Coordinadora Académina)
APORTES AL DESARROLLO DEL DERECHO ADMINISTRATIVO EN EL PERÚ
Análisis y perspectivas sobre la Ley del Procedimiento Administrativo General y
la Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo a los 20 años de vigencia

© Asociación Civil Revista de Derecho Administrativo – CDA


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sin permiso expreso de los titulares del Copyright.

El contenido de los artículos publicados es responsabilidad exclusiva de los


autores.

Publicado en septiembre 2022. Lima – Perú.


500 ejemplares

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2022-08469


ISBN: 9786124880681

Diagramación: Rubí Victtoria Alburqueque Palma


Diseño de portada: CDA, Yachay Legal, Tania Zúñiga Fernández

Impresión: Aleph Impresiones SRL


Jr. Risso 580, Lince, Lima-Perú.

Cada artículo puede ser referenciado como:


Apellidos, Iniciales del autor. (2022). Nombre del artículo. En T. Zúñiga (Coord.),
Aportes al desarrollo del Derecho Administrativo en el Perú: Análisis y perspectivas
sobre la Ley del Procedimiento Administrativo General y la Ley que regula el Proceso
Contencioso Administrativo a los 20 años de vigencia, pp. inicio-fin. Círculo de
Derecho Administrativo y Yachay Legal.

2
Prof. Dr. Tania Zúñiga Fernández
Coordinadora Académica
Profesora, Pontificia Universidad Católica del Perú́

Joaquín Patricio Espinoza Escobar


Editor General
Alumno, Pontificia Universidad Católica del Perú́
APORTES AL DESARROLLO DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
EN EL PERÚ

Análisis y perspectivas sobre la


Ley del Procedimiento Administrativo General y la
Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo
a los 20 años de vigencia

_______________________________________________________________________________

ÍNDICE TEMÁTICO
_______________________________________________________________________________

Introducción: Construcción y desarrollo del Derecho Administrativo


en el Perú conmemorando el 20° Aniversario de la Ley del Procedimiento
Administrativo General y la Ley que regula el Proceso Contencioso
Administrativo........................................................................................... 11
Prof. Dr. Tania Zúñiga Fernández

Prólogo: El impacto de la entrada en vigencia de las leyes de


Procedimiento Administrativo General y del Proceso Contencioso
Administrativo en el Perú 20 Años Después............................................... 37
Prof. Jorge Danós Ordóñez

PARTE I: Ley del Procedimiento Administrativo General

1. Digital Transformation of Public Administration and Administrative


Law............................................................................................................ 59
Martin Eifert

2. La tipificación de infracciones y sanciones mediante reglamento:


una lectura constitucional de la potestad reglamentaria en materia
sancionadora prevista en el artículo 248.4 del Texto Único Ordenado
de la Ley del Procedimiento Administrativo General................................. 103
Jose Antonio Tirado Barrera

3. Tres cuestiones de Derecho Sancionador peruano.................................... 133


Orlando Vignolo Cueva

4. El acto y el procedimiento administrativo en el Estado Convencional...... 153


Víctor Rafael Hernández-Mendible

5. Sobre la nulidad de oficio de los actos nulos en el Derecho peruano......... 167


Jaime Rodríguez-Arana Muñoz

7
6. La regulación de los actos administrativos en el Perú:
una mirada sobre el particular.......................................................... 185
Eloy Espinosa-Saldaña Barrera

7. Justicia y seguridad jurídica en materia de la responsabilidad


patrimonial de la Administración.............................................................. 211
David Blanquer

8. El Análisis de Calidad Regulatoria (ACR) y la Eliminación de Barreras


Burocráticas (EBB) como instrumentos de control de la calidad de los
procedimientos administrativos................................................................ 243
Alberto Castro Barriga

9. Mejores regulaciones para una mejor Administración pública:


a propósito de la Reforma de Calidad Regulatoria y la Modernización
de la Gestión Pública............................................................................. 273
Sara Arobes Escobar

10. Reflexiones respecto de los precedentes de observancia obligatoria......... 303


Alejandro Moscol Salinas

11. El Procedimiento de Eliminación de Barreras Burocráticas en el


marco de la Modernización de la Gestión Pública en el Perú:
Análisis y reflexiones sobre su finalidad en un Estado unitario
y descentralizado.................................................................................. 311
Tania Zúñiga Fernández

PARTE II: Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo

12. La progresiva ampliación del objeto del proceso contencioso


administrativo contra los actos administrativos en América Latina.......... 351
Allan Brewer-Carías

13. Justificación y efectos de la doctrina de los actos propios en la


jurisdicción contencioso administrativa: una visión de Derecho
comparado................................................................................................. 371
Alejandra Boto Álvarez

14. La legitimidad para obrar en el proceso contencioso administrativo........ 389


Fernando Castañeda Portocarrero

15. La prueba de oficio en el proceso contencioso administrativo............... 409


Karla Vilela Carbajal

16. La pretensión de indemnización por daños en el proceso contencioso


administrativo........................................................................................... 431
Ricardo Vinatea Medina

8
17. En torno a la naturaleza jurídica del proceso contencioso
administrativo: una revisión necesaria...................................................... 451
Guillermo Chang Chuyes

18. La ejecución de la sentencia en el proceso administrativo desde


la perspectiva iberoamericana................................................................... 475
Miguel Ángel Torrealba Sánchez

19. La vulnerabilidad de la ejecutoriedad de los actos administrativos


y la tutela cautelar..................................................................................... 501
María Elena Guerra-Cerrón

20. El infortunio jurisprudencial de la impugnación de convocatorias


de empleo público en el Derecho español.................................................. 529
Antonio Ezquerra Huerva

21. ¿Temeridad o inconstitucionalidad? El precedente administrativo


como barrera de acceso al contencioso administrativo: El caso
de los disciplinarios................................................................................... 555
Dante Mendoza Antonioli

SECCIÓN ESPECIAL: ENTREVISTA

22. Entrevista al Prof. Jorge Danós Ordóñez.................................................... 579


Elaborada por la Prof. Dr. Tania Zúñiga Fernández

9
ENTREVISTA AL PROF. JORGE DANÓS ORDÓÑEZ
Elaborada y realizada por la Dra. Tania Zúñiga Fernández

Las preguntas que a continuación se formulan a manera de entrevista se proponen


con motivo de la obra “Aportes al desarrollo del Derecho administrativo en el Perú.
Análisis y perspectivas sobre la Ley del procedimiento administrativo general y la
Ley que regula el proceso contencioso administrativo a los 20 años de vigencia”.

PRIMERA SECCIÓN: Ley del Procedimiento Administrativo General

1. ¿Cuáles son sus reflexiones respecto a la evolución del Derecho


Administrativo en el Perú y el aporte de la Ley del Procedimiento
Administrativo General, Ley Nº 27444 (en adelante, LPAG), en este
proceso?

El Derecho Administrativo en el Perú como rama del derecho público


ha experimentado un notable desarrollo en los planos legislativo, académico y
profesional en los últimos 25 años producto de una serie de factores, entre los
cuales la LPAG cumplió un papel destacado porque sirvió de punto de partida
legislativo para atraer la atención hacia una disciplina que se estaba renovando,
porque la regulación contenida en la LPAG respondía a la necesidad de reforzar el
proceso de modernización de la administración pública, orientada a la realización
y tutela de los fines públicos o intereses generales, dotando al privado que se
relacionara con ella de los derechos y garantías indispensables para que la
administración pudiera cumplir sus funciones sin actuar arbitrariamente.

Desde su entrada en vigencia, la LPAG se ha erigido en el marco de


referencia para buena parte de la actuación de las entidades administrativas, por
las siguientes razones:

• Porque, aunque por su carácter de norma general, en principio sus


normas son supletorias a las reglas contenidas en otras leyes especiales
de procedimiento administrativo, lo cierto es que en la práctica
los funcionarios administrativos y los privados que acuden ante la
administración tienden a demandar la aplicación de la LPAG no solo por
su carácter supletorio, sino porque se convierte en la norma de referencia
para el funcionamiento de toda la administración pública, razón por la
cual aún las normas de los procedimientos administrativos especiales
son interpretadas bajo el prisma garantista de las LPAG.

• Porque, a partir de la reforma del artículo II de su Título Preliminar


dispuesta por el Decreto Legislativo N° 1272 de diciembre del año 2016,
la LPAG es también una ley que además de ser general contiene normas
comunes para todo procedimiento administrativo, lo cual refuerza su
carácter transversal en el funcionamiento de la actividad procedimental
de la administración pública peruana.

579
Tania Zúñiga Fernández

2. Desde la perspectiva del régimen económico de la Constitución Política


de 1993 que promueve la iniciativa privada y el rol facilitador y vigilante
del Estado, ¿considera que en la evolución del Derecho Administrativo
se advierte un nuevo entendimiento sobre la regulación y los
procedimientos?

Para entender en su real dimensión el cambio que en nuestro Derecho


Administrativo significó la reforma del rol del Estado en la Economía que se
produce desde comienzos de la última década del siglo pasado, proceso que
posteriormente es consagrado formalmente en la Constitución de 1993, hay que
rememorar dos hitos previos. El primero es el acentuado proceso de estatización
de la economía que se produce a partir del Gobierno Militar iniciado en el año
1968, que significó un fortalecimiento de las potestades de intervención del
Estado en la economía que se manifestó en el potenciamiento de numerosas
figuras administrativas, como es el caso de: expropiaciones, creación de empresas
públicas, monopolización estatal de servicios públicos, utilización de las
subvenciones como medida de fomento, control de precios, etc., etc., y que aunque
con matices es recogido en su esencia por la Constitución de 1979 que elevó a nivel
constitucional las numerosas prerrogativas que el Estado venía ejercitando en la
economía. El segundo hito marcado precisamente desde la entrada en vigencia
de la Constitución de 1979 es el progresivo proceso de constitucionalización del
ordenamiento jurídico, luego de 12 años de un gobierno de facto, que permeabiliza
también el ordenamiento administrativo y que sensibilizó a los juristas acerca
de la necesidad de velar porque toda la actividad de la administración pública
estuviera presidida por el respeto y realización de los derechos fundamentales
de las personas y la tutela de los intereses públicos que la sociedad le encarga a
través del régimen jurídico.

En ese contexto, la Constitución de 1993 modifica claramente el rol del


Estado de la economía que deja de tener un rol protagonista, mutándolo por un
rol más bien de carácter regulador, que debe cumplir las funciones de carácter
social que se le encarga, garantizando la prestación de los servicios públicos,
la dotación de infraestructuras y demás servicios sociales (educación, salud,
etc.), pero respetando la libre competencia y la subsidiariedad en la economía,
es decir, sin afectar arbitrariamente la libre empresa y otros derechos de los
agentes económicos, y la legislación que en ese sentido se dictó para desregular,
liberalizar, las actividades económicas y promover la iniciativa privada, así como
permitir a través de privatizaciones y concesiones la participación de la inversión
privada en servicios públicos y el desarrollo de infraestructuras, la creación
de organismos reguladores para supervisar dichas actividades, entre otras
medidas, generaron un impacto muy fuerte en el conjunto de nuestra legislación
administrativa, modificando radicalmente el entendimiento de algunas
instituciones propias del Derecho Administrativo que debieron recuperarse y en
algunos casos reinterpretarse acorde con el nuevo contexto (social, económico
y constitucional), como es el caso de: el dominio público, los servicios públicos
de contenido económico, el poder de policía administrativa, las concesiones de
servicios públicos de infraestructuras, el arbitraje como medio de solución de
controversias con el Estado, etc., etc.

El nuevo rol que asumió el Estado en la economía, que deberá continuar


tutelando los intereses generales o de la colectividad, pero ya no actuando como
un agente económico, sino ejerciendo potestades reguladoras y fiscalizadoras para

580
Entrevista

el correcto funcionamiento de los mercados, así como cumplir el rol de garante de


la prestación de los principales servicios públicos y sociales, a lo que debe sumarse
el consenso generado acerca de la necesidad de constitucionalizar el ordenamiento
jurídico administrativo y la demanda de que la administración pública deba actuar
en todo momento en consonancia con la Constitución, son dos factores que sin lugar
a dudas influenciaron directamente en la generación de un nuevo entendimiento
sobre los alcances de las potestades de la administración pública peruana y de sus
relaciones con los privados, tanto en lo referido a la regulación administrativa
como especialmente en el régimen legal de los procedimientos administrativos,
que influyeron decisivamente en la orientación de las leyes de procedimiento
administrativo general (LPAG y del proceso contencioso administrativo que se
elaboraron tomando en cuenta los referidos procesos.

3. La LPAG contiene normas comunes para las actuaciones de la


función administrativa del Estado, y regula todos los procedimientos
administrativos desarrollados en las entidades, incluyendo los
procedimientos especiales. ¿Considera que las entidades de la
Administración Pública al crear procedimientos especiales han logrado
comprender el núcleo del Título Preliminar de la LPAG, en particular
en lo concerniente a los principios y las garantías y derechos de los
administrados?

Como se sabe desde la reforma introducida por el Decreto Legislativo


N° 1272, la LPAG ya no es una mera ley general cuya regulación debe ceder
ante leyes que regulan de manera específica procedimientos administrativos
especiales, o algunos aspectos de ellos, porque conforme al artículo II de su Título
Preliminar la LPAG también contiene normas comunes para todo procedimiento
administrativo, incluso los que estén regidos por leyes especiales, cuya
aplicación debería prevalecer en caso de conflicto, para garantizar los derechos
de los que se relacionan con la administración, así sucede con los principios
que rigen el procedimiento administrativo, la mayoría de los cuales tienen
fundamento constitucional, con el régimen del acto administrativo, las normas
de simplificación administrativa, los deberes de la administración y los derechos
de los privados ante las entidades administrativas, los mecanismos de revisión de
actos administrativos y los principios de la potestad sancionadora y las garantías
esenciales del procedimiento administrativo sancionador, entre otros.

En ese sentido, me parece que no todas las entidades de la administración


pública en el Perú han entendido lo que implica que la LPAG contenga normas
comunes para todo tipo de procedimiento administrativo. Diría que se aprecia dos
grupos de entidades que exhiben un fuerte rechazo a que los privados gocen de un
mismo núcleo básico de garantías en sus relación con la administración pública
en general: un primer grupo está conformado por entidades que consideran
que aplicar las normas comunes de la LPAG les significaría perder potestades,
prerrogativas que están habituadas a ejercer y que consideran indispensables
para realizar sus actividades, aunque no necesariamente sean compatibles con
el ordenamiento constitucional. Buena parte de este primer grupo de entidades
gozan de cercanía con los sectores del Poder Ejecutivo que tradicionalmente han
centralizado el diseño y elaboración de las normas que se expiden con motivo de
las delegaciones de facultades legislativas del Congreso al Gobierno (es el caso
del Ministerio de Economía y Finanzas) y han conseguido que se dicten decretos
legislativos que los exceptúan de las normas comunes de la LPAG (SUNAT, etc.).

581
Tania Zúñiga Fernández

Algunas otras entidades han propuesto y conseguido que sea el Congreso que
mediante leyes especiales las exceptúa de las garantías de la LPAG (contraloría,
etc.). El segundo grupo está conformado por entidades de la administración pública
que en el día a día de su actividad cotidiana prefieren ignorar el carácter común
de las referidas normas de la LPAG, como viene sucediendo cada vez con mayor
frecuencia con numerosas municipalidades, las que consideran equivocadamente
que mediante sus ordenanzas y apelando a su autonomía pueden apartarse de las
normas garantistas de la LPAG, afectando los derechos de los privados.

Al respecto, no tengo dudas de que para poder corregir esas lamentables


tendencias centrífugas de las normas comunes del procedimiento administrativo
que se observan cada vez con mayor frecuencia en las entidades administrativas, es
indispensable que los órganos jurisdiccionales, es decir, los jueces constitucionales,
el Tribunal Constitucional, pero en especial los jueces contencioso administrativos
con motivo de los procesos sometidos a su conocimiento, velen por que se
respeten los principios, las garantías y la regulación común aplicable en todo
procedimiento administrativo que relacione a la administración pública con los
privados y de que su jurisprudencia pueda servir de referente vinculante para
corregir las anotadas disfunciones de la administración.

En la misma medida también es importante que organismos


constitucionales que cumplen funciones de supervisión o control del correcto
funcionamiento de la administración pública realicen campañas para llamar la
atención acerca de la necesidad de que las entidades administrativas encaucen
sus actividades acatando las normas comunes de la LPAG para garantizar los
derechos de los administrados, como debería ser el caso de la Defensoría del
Pueblo, entidad que conforme a la Constitución es competente para “supervisar
el cumplimiento de los deberes de la administración estatal y la prestación
de los servicios públicos a la ciudadanía” (art 162°) que debería elaborar un
informe especial sobre la materia dando cuenta de las anotadas disfunciones,
formulando propuestas legislativas para corregirlas, y también debería ser el caso
de la Contraloría General, entidad que hasta la fecha se ha demostrado muy poco
proclive a velar para que la administración pública garantice los derechos de los
privados que acuden ante la administración o son destinatarios de su actividad.

4. En el marco de la transformación digital, ¿considera que los cuerpos


normativos vigentes aprobados sobre Gobierno Digital permiten entender
que el uso intensivo de las tecnologías digitales y la sistematización
pueden generar efectos económicos, sociales y de valor para las personas?
Y en ese marco, ¿a qué desafíos debería el Estado debe hacer frente para
poder servir al ciudadano en la tutela del interés general?

La digitalización efectiva del funcionamiento de la administración


pública y en especial de los procedimientos que desarrolla en relación con
los privados constituye un proceso pendiente en nuestro país. Los avances
producidos hasta la fecha han sido más bien dispersos y, en muchos casos,
inconexos. En el plano legislativo se han aprobado profusión de normas sobre
la materia, aunque su correlato con la realidad es todavía lejano. Probablemente
las normas sobre gobierno digital, en especial su reglamento dictado a mediados
del año 2021, contiene la regulación más precisa sobre cómo debería funcionar la
administración pública peruana una vez digitalizada, pero se trata de una norma
meramente prospectiva, que no tiene correlato con la realidad.

582
Entrevista

Es verdad que a partir de la pandemia y las consecuentes restricciones


para el trabajo presencial muchas entidades administrativas han recurrido a la
utilización de medios digitales para relacionarse con los privados y algunas fases
de los procedimientos administrativos que tienen a su cargo se han tenido que
llevar a cabo por medios electrónicos, en especial la recepción a través de mesa
de partes denominadas digitales, la realización de audiencias no presenciales y
la notificación de las decisiones también por vía digital. Pero como se observa,
esa digitalización se centra exclusivamente en la recepción y remisión de
documentación, que no constituye un verdadero procedimiento digital.

La digitalización de la administración pública requiere la inversión


en equipos, pero no solo en las entidades del Gobierno Nacional, como ha sido
tradicional, sino también a nivel regional y sobre todo local, también requiere el
desarrollo de capacidades en los funcionarios y servidores públicos para realizar
sus actividades digitalmente, además de establecer mecanismos para facilitar
el acceso a los sectores de la población no familiarizados con el empleo de los
recursos digitales, todo ello acompañado de un necesario cambio en la forma de
entender la digitalización como un medio para facilitar el acceso a los ciudadanos
a la administración, generar mayor valor para la sociedad y de prestar un servicio
de calidad en beneficio de las personas, no como varias entidades administrativas
lo vienen entendiendo desde la perspectiva únicamente de facilitar su trabajo,
independientemente de si es o no beneficioso para el ciudadano.

Respecto de la regulación del procedimiento administrativo que se


desarrollaría digitalmente, es indispensable corregir la actual dispersión normativa
existente en la materia para que los aspectos nucleares de la regulación de los
procedimientos administrativos digitales se desarrollen en la LPAG, que debería
continuar siendo la norma de referencia para toda actuación administrativa
digital.

5. Dada la vasta arquitectura normativa que explica el funcionamiento de


la Administración Pública en la tutela del interés general y su relación
con los administrados, ¿cuáles son y deben ser los límites de la aplicación
de fuentes supletorias? Es decir, ¿cómo debemos entender la aplicación
supletoria de disposiciones normativas de cuerpos jurídicos extra
administrativos?

Al respecto, para contestar la pregunta es indispensable tomar como


referencia dos normas contenidas en el Título Preliminar de la LPAG. Nos
referimos al numeral 1) del artículo V) que establece que el ordenamiento jurídico
administrativo constituye un sistema orgánico que tiene autonomía respecto
de otras ramas del derecho y también al numeral 1) del artículo VI referido a
deficiencias de fuentes, porque dispone que la administración no puede dejar de
resolver las cuestiones de su competencia que se les propongan, aunque exista
deficiencia de fuentes específicas, porque, en tales casos, la laguna legal deberá
integrarse, en primer lugar, con los principios del procedimiento administrativo
consagrados por la citada ley, en segundo lugar, con el recurso a otras fuentes
supletorias del propio derecho administrativo y, solo en forma subsidiaria a
cualquier de las dos primeras fuentes indicadas, la administración podrá recurrir
a las normas de otros ordenamientos jurídicos, pero siempre que sean compatibles
con la naturaleza y finalidad del ordenamiento administrativo.

583
Tania Zúñiga Fernández

Por tanto, conforme a las normas citadas de la LPAG la posibilidad de que


la administración pueda aplicar cuerpos jurídicos extra administrativos solo opera
cuando se cumplan copulativamente dos supuestos: a) Que existiendo deficiencias
en las fuentes específicas sobre la materia, en esa situación los principios
generales y las fuentes supletorias de derecho administrativo no ofrezcan a los
funcionarios los criterios legales de carácter supletorio indispensables para
resolver, y b) que las normas de los otros ordenamientos legales diferentes al del
derecho administrativo que se pretendan aplicar, no sean contradictorias con los
caracteres propios del ordenamiento administrativo necesariamente orientado a
la tutela de los intereses generales o de la colectividad.

No debemos olvidar que, a pesar de las singularidades que les son


características, desde sus orígenes históricos el Derecho Administrativo ha
tomado, es decir, aprovechado de instituciones que fueron construidas y
desarrolladas en otras ramas o de la misma teoría general del derecho (contratos,
infracciones, procesos, nulidad, etc.), y las ha adaptado para encontrar soluciones
a una realidad que siempre será cambiante, pero se trata de una importación de
categorías jurídicas que son legisladas, aplicadas y que necesitan ser entendidas y
estudiadas en consonancia con la idea de ordenación para la tutela de los intereses
generales que es propia del Derecho Administrativo.

6. En la evolución del Derecho Administrativo ha jugado un rol importante


la jurisprudencia constitucional, los precedentes administrativos,
pero también las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. ¿Considera que, el denominado test de convencionalidad
sobre las actuaciones de las autoridades administrativas permite
comprender el alcance de las disposiciones constitucionales sujetando a
una interpretación de tutela de derechos humanos?

No hay duda de que conforme a nuestro ordenamiento Constitucional


nacional las entidades de la administración pública en general no tienen potestad
para ejercer control difuso de constitucionalidad respecto de leyes o decretos
legislativos, porque se trata de una atribución que el segundo párrafo del artículo
138 de la Constitución y la propia jurisprudencia del Tribunal Constitucional solo
se atribuye a los jueces que ejercen potestad jurisdiccional, pero tampoco existe
dudas de que la administración pública (como los jueces) sí está facultada o incluso
obligada para interpretar y aplicar las normas administrativas de conformidad
con la Constitución y la interpretación que sobre ella haya realizado el Tribunal
Constitucional, conforme se puede derivar de los establecido por el artículo VI del
Código Procesal Constitucional. En ese orden de ideas, en mi opinión tampoco
debería existir duda alguna que la administración pública peruana está dotada de
las atribuciones para realizar la misma operación respecto de las interpretaciones
realizadas por la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
porque como sabemos la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución
dispone que las normas relativas a los derechos y a las libertades que la Constitución
consagra se interpretan de conformidad con los Tratados Internacionales de
Derechos Humanos, que la jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano
ha reconocido que tienen rango constitucional y en consecuencia el artículo
V del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional establece que la
interpretación de los preceptos constitucionales sobre derechos humanos debe
realizarse conforme a la jurisprudencia de tribunales internacionales como es el
caso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

584
Entrevista

En resumen, la administración pública peruana no solo está facultada,


sino también obligada a interpretar y aplicar el ordenamiento administrativo
conforme a la Constitución, a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y a la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

7. ¿Cuáles serían los capítulos o secciones de la LPAG que, en su opinión,


podrían incorporar modificaciones normativas? ¿Qué cambios serían
necesarios hoy en día?

Pienso en cuatro rubros:

• Es necesario precisar que secciones de la LPAG contienen las normas


comunes que deberían prevalecer respecto de las normas especiales de
procedimientos administrativos. No tengo dudas que son las del Título
Preliminar, la regulación del acto administrativo, las normas generales
y permanentes sobre simplificación administrativa, el régimen de
revisión de los actos administrativos, y los principios y garantías del
procedimiento administrativo sancionador.

• Es indispensable avanzar hacia la digitalización progresiva del


procedimiento administrativo, pero conscientes de que se trata de un
proceso que no será homogéneo en todos los niveles y que requerirá de
acciones no solo normativas, como parece creerse equivocadamente el
día de hoy, sino de un conjunto de medidas en temas de organización,
equipos, sistemas, capacitación de personal, pero sobre todo cambio
de cultura administrativa para entender que la digitalización de la
administración pública se realiza en beneficio de las personas que
constituyen los destinatarios de la actividad administrativa. En otras
palabras, la digitalización de la administración es un proceso que no
alterará en lo sustancial las categorías principales del procedimiento
administrativo reguladas por la LPAG, pero que deberá ser reformada
para que establezca la cobertura legal necesaria para la progresiva
extensión de esa nueva forma de relacionamiento de la administración
con los privados y de toma de decisiones (procesamiento) al interior de
la administración.

• Reformar el régimen de la responsabilidad patrimonial extracontractual


de la administración pública que, en otros países, es uno de los tres
mecanismos principales para el control jurídico de la administración
pública y que, en el Perú, a pesar de que tiene cobertura legal, es
prácticamente inexistente. Hoy en día, los funcionarios públicos exhiben
cada vez con mayor frecuencia un temor casi paralizante de su accionar
frente a la responsabilidad funcional administrativa y/o penal que
pueden imputarles la Contraloría y el Ministerio Público, pero se saben
exentos de ser responsables de los daños que pueden producir su acción
o inacción irregular frente a los privados, porque en nuestro medio la
posibilidad que los privados puedan reclamar a la administración por los
daños que le causen es realmente remota.

• Repotenciar el régimen de simplificación administrativa contenido en la


LPAG, porque se trata de un proceso permanente que requiere de continuo
reforzamiento porque la experiencia demuestra que lamentablemente

585
Tania Zúñiga Fernández

la cultura administrativa nacional en determinados niveles de la


administración pública es proclive a prácticas burocráticas, formalistas
(la denominada “tramitología”) que imponen medidas irrazonables,
cuando no abiertamente ilegales, además del cobro de conceptos también
flagrantemente ilegales, confiando en que le resulte más oneroso a los
afectados reclamar que ceder a dichas exigencias arbitrarias.

SEGUNDA SECCIÓN: Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo

1. ¿Cuáles son sus primeras reflexiones sobre los primeros 20 años de la


Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo (en adelante,
LPCA)?

Fue una ley cuyo proyecto fue elaborado a continuación del proyecto de
ley que dio origen a la LPAG y que tenía en mente lo siguiente:

• Debería establecer el cauce para que el particular que no encontraba


en sede administrativa el reconocimiento o protección de sus derechos
legales y/o constitucionales, a pesar de las garantías establecidas en
la LPAG, pudiera acudir como lo establece la Constitución a un poder
del Estado diferente y no dependiente de los poderes que gobiernan la
administración pública, a efectos de poder obtener el reconocimiento y
tutela jurídica de lo que le habría sido negado par la administración.

• Debería otorgar una protección no menor que la que podría conseguir a


través de los procesos constitucionales, como era el caso paradigmático
del amparo que durante años constituyó el proceso por excelencia para
la protección de los derechos constitucionales frente a la administración
porque permitía que los jueces ordenasen el restablecimiento de los
derechos vulnerados. Por esa razón, el PCA tenía que ser un proceso que
no sirviera solo para anular o declarar ilegítima (invalidar) la actuación
o inercia antijurídica de la administración pública, como si solo se
tratase de un proceso cuasi casatorio de la actividad administrativa, sino
además permitir que el justiciable pudiera solicitar a los jueces también
el reconocimiento o restablecimiento de sus pretensiones, por eso fue
diseñado como un proceso de plena jurisdicción.

Me parece que la regulación contenida en la LPAG en esencia fue bastante


moderna considerando los estándares del derecho comparado, sin embargo, la
experiencia en su aplicación 20 años después no ha sido del todo satisfactoria, no
solo porque el legislador ha introducido normas que impiden que determinados
aspectos del PCA puedan desplegarse en toda su dimensión (restricciones a la
pretensión indemnizatoria, a la actuación de pruebas y a la ejecución de sentencias
pecuniarias, entre otras), sino sobre todo porque no todos los operadores que
tienen a cargo su aplicación, en especial los jueces que cumplen el rol principal
en la materia, han entendido y cumplen a cabalidad el rol que se espera deban
desempeñar para verificar la juridicidad de la actuación administrativa y la tutela
de las pretensiones de los afectados.

Todavía se aprecia que, en una alta proporción, la jurisprudencia


contenciosa administrativa es sumamente apegada al texto literal de la ley, es

586
Entrevista

decir, prefiere la aplicación legalista en la resolución de los casos sometidos


a su conocimiento, prescindiendo de consideraciones constitucionales o
convencionales y sin atención alguna a los fines públicos o de interés general que
inspiran la legislación y deben orientar la actuación administrativa. Se constata
en los hechos la tendencia hacia una suerte de deferencia en favor de la actuación
administrativa, negándose o desechando la posibilidad de ejercer el control
jurídico en toda la dimensión que, sin embargo, sí están facultados para ejercer.

El tiempo que demora en resolverse los procesos (4 o 5 años), lo oneroso


que significa en nuestro país acudir a un proceso judicial, la incertidumbre acerca
del resultado sobre el fondo del asunto y más aun de obtener una medida cautelar,
además de las graves dificultades para ejecutar las sentencias cuando condenan
pecuniariamente a la administración, constituyen disfunciones que se presentan
en la práctica y que requieren de la voluntad de los operadores para corregirlas.
No se trata de temas que solo requieren de una solución legislativa.

2. El proceso contencioso administrativo peruano ha sido concebido como


un proceso de plena jurisdicción y que, en estricto, no se circunscribe
únicamente a lo que el artículo 148° de la Constitución Política de 1993
señala, sino más bien se encuentra dispuesto bajo una interpretación
sistemática de la Constitución relativa a la tutela jurisdiccional, es decir,
se trata de un control jurídico pleno de la actuación administrativa.
¿Qué comentarios le merece que a lo largo de la vigencia de la LPCA, se
hayan interpuesto demandas contencioso administrativas para plantear
pretensiones con el objeto de obtener no solo la declaración de nulidad
de actos administrativos, sino como indica el artículo 5º de la LPCA,
estaría dirigido, p.e., al reconocimiento o restablecimiento del derecho
o interés jurídicamente tutelado y la adopción de las medidas o actos
necesarios para tales fines, o la indemnización por el daño causado con
alguna actuación impugnable?

Como he comentado, el PCA de plena jurisdicción que le permite al


justiciable plantear ante el juez pretensiones orientadas al reconocimiento o
restablecimiento de los derechos que el ordenamiento jurídico le reconoce y que la
administración le niega, es una garantía muy importante en nuestro ordenamiento
jurídico administrativo, pero todavía está pendiente que en la práctica sea
asimilado en toda su extensión y magnitud por parte de la magistratura, a la que
parece costar dejar de concebir al PCA como un juicio al acto administrativo,
lo que hace que en muchos procesos en los que sería legítimo que la sentencia
atienda directamente lo peticionado por el demandante para reponer su derecho,
se prefiera disponer que el asunto sea derivado a la administración para que se
pronuncie nuevamente, con el riesgo de que pueda desacatar el sentido de la
decisión judicial.

3. Sobre la exclusividad del proceso contencioso administrativo, la LPCA


señala que las actuaciones de la Administración Pública solo pueden
ser impugnadas en el proceso contencioso administrativo, salvo los
casos en que se pueda recurrir a los procesos constitucionales. ¿Qué
comentarios podría tener al respecto, considerando el nuevo Código
Procesal Constitucional, aprobado mediante Ley Nº 31307, a la luz de
los derechos protegidos que hoy en día pueden ser impugnados ante el
Tribunal Constitucional?

587
Tania Zúñiga Fernández

No cabe duda que el PCA es la garantía prevista por nuestro diseño


constitucional para que los afectados por actuaciones o decisiones administrativas
puedan acudir a otro poder del Estado, como es el Poder Judicial, para que mediante
procesos jurisdiccionales pueda realizar el control jurídico de la administración
pública. Este medio coexiste con los denominados procesos constitucionales,
como es el caso del amparo y otros, que están destinados exclusivamente a la
protección de los derechos constitucionales objetos de su tutela.

Respecto de los procesos constitucionales, el PCA es considerado la vía


ordinaria de resolución de controversias con la administración, mientras que
los procesos constitucionales para la protección de los derechos fundamentales
constituyen la tutela extraordinaria, la urgente, la de emergencia, por eso la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano ha establecido reglas de cómo
opera la subsidiariedad de los procesos constitucionales en relación al proceso
contencioso administrativo en materia de: pensiones, licencias o autorizaciones
administrativas, régimen de personal del sector público, etc.

El ámbito de protección o de tutela del PCA es notablemente más amplio


que el de los procesos constitucionales, porque mientras que estos últimos
están circunscritos a la tutela de los derechos constitucionales, como sabemos
el proceso contencioso administrativo permite que los demandantes puedan
plantear sus pretensiones de plena jurisdicción contra cualquier actuación o
decisión de la administración antijurídica de la administración y no solo las que
sean directamente atentatorias de un derecho constitucional.

La exclusividad del PCA establecido en la ley reguladora de su proceso


debe entenderse que proscribe la posibilidad de que puedan cuestionarse por
procesos diferentes al contencioso administrativo, como es el caso de los civiles,
decisiones de la administración pública.

4. ¿Cuáles serían los capítulos o secciones de la LPCA que, en su opinión,


podrían incorporar modificaciones normativas? ¿Qué cambios serían
necesarios hoy en día?

Sin perjuicio de que me parece que las más importantes propuestas de


reformas pendientes que se han elaborado en los últimos años fueron preparadas
hacia el año 2017 por una comisión de trabajo designada por el Ministerio de
Justicia mediante Resolución Ministerial N° 0104-2017-JUS que fuera integrada
por académicos de derecho administrativo, procesal, constitucional y por algunos
jueces de la especialidad contenciosa administrativa, considero que se necesita
modificar especialmente los siguientes aspectos:

• Suprimir las restricciones que mantiene la LPCA sobre la posibilidad


de realizar actuaciones probatorias que no hayan sido previamente
planteadas en sede administrativa.

• Suprimir que en aquellos procesos que la LPAC permite que por excepción
se inicien ante la Corte Superior cuyas decisiones puedan apelarse ante
la Corte Suprema, se pueda plantear recurso de casación ante otra sala de
la misma Corte Suprema.

588
Entrevista

• Suprimir la necesidad de que la pretensión de responsabilidad patrimonial


extracontractual contra la administración pública solo pueda plantearse
como accesoria de otra pretensión.

• Suprimir las graves trabas actualmente existentes para la ejecución de


sentencias pecuniarias contra la administración pública.

TERCERA SECCIÓN: Enseñanza del Derecho Administrativo

1. Hace unos años atrás, en una publicación sobre las particularidades de


la enseñanza del Derecho Administrativo, Ud. mencionó que: “una de las
principales particularidades en la enseñanza de esta rama del derecho que se
deriva de algunos de los signos de identidad característicos de la disciplina
(movilidad continua y evolución constante) radica en la necesidad de prevenir
al alumno que durante su ejercicio profesional requiere estar preparado para
adaptarse y estar en capacidad de manejarse (operar) en la disciplina a pesar
de los frecuentes cambios en el ordenamiento positivo administrativo”. ¿Qué
comentarios tendría sobre la formación de los estudiantes tomando en
cuenta la autonomía del Derecho Administrativo, y a su vez, la necesidad
de adaptación del jurista a los cambios sociales generados en distintas
épocas, que determinan cambios o transformaciones en el ordenamiento
jurídico, en particular, frente a los desafíos que plantea la necesidad de
recurrir a fuentes extra jurídico administrativas del derecho privado, y la
adaptación a la transformación digital?

El Derecho Administrativo es la rama del derecho público en mayor medida


permeable a las transformaciones políticas, económico y culturales de la sociedad,
porque el ordenamiento jurídico administrativo está en permanente evolución
para responder a las demandas de la sociedad. Sin lugar a dudas, la enseñanza de la
disciplina debe preparar al alumno que será un profesional del derecho para poder
adaptarse a los cambios que inevitablemente se producirán en algún momento de su
vida profesional. Por esa razón y varias otras, al estudiante no se le debe proporcionar
una preparación meramente legalista restringido a repetir lo que establecen los
marcos legales, porque como ya se dijo el ordenamiento administrativo es siempre
mutable. Al estudiante debe dotársele de las herramientas conceptuales, las
categorías jurídicas centrales, que a pesar de que puedan evolucionar en el tiempo,
constituyen los temas ejes de la disciplina porque son los que les permitirán guiarse
eficazmente en el futuro en su ejercicio profesional.

2. En esa misma línea, sobre la enseñanza del Derecho Administrativo,


Ud. refirió que la esencia del Derecho Administrativo reside en buscar
el equilibrio entre los privilegios otorgados a la administración y
la garantía de los derechos de los privados, es decir entre el poder
y la libertad. ¿Considera Ud. que, en la formación del estudiante de
Derecho, se presenta como imperativo explicar la relación asimétrica
Administración-Administrado, bajo las consideraciones conceptuales
de potestades y garantías, pero a su vez, bajo un entendimiento no de
antagonismo de intereses, sino de arribar a un equilibrio entre interés
general e interés particular? ¿Cómo percibe este importante rol del
Derecho Administrativo como articulador de prerrogativas y garantías?

Me parece que en los momentos actuales sigue haciendo falta insistir en

589
Tania Zúñiga Fernández

ese rol del Derecho Administrativo no solo como un mero derecho estatutario de la
administración pública, sino como un derecho articulador de las relaciones entre la
(i) administración pública y (ii) las regulaciones administrativas, en relación con los
privados destinatarios de la actividad administrativa o sujetos a las regulaciones de
carácter administrativo. Porque ese énfasis va a permitir entender mejor por qué es
que las regulaciones administrativas no se pueden restringir a otorgar prerrogativas
o potestades a la administración prescindiendo de toda consideración a los derechos
y garantías que deben preservarse a los privados. Solo una concepción autoritaria
de la administración pública, absolutamente desfasada en un Estado Constitucional
de Derecho, puede creer que el establecimiento de garantías a los destinatarios de la
actividad administrativa perjudica su actuación y le impide conseguir los objetivos
que el ordenamiento le encarga.

El Derecho Administrativo nunca puede ser entendido en forma


restringida solo como el derecho de la administración pública y para el ejercicio
de sus prerrogativas, porque su objetivo básico es juridificar a la administración
pública y a su actividad, como ya se dijo, dentro de un Estado de Derecho que
precisamente consagra derechos y garantías a las personas que la administración
pública está obligada a respetar.

3. Considerando el rol pionero de su contribución en la evolución del Derecho


Administrativo en el Perú, y la labor pedagógica en la enseñanza de esta
rama del Derecho, ¿qué reflexiones tendría sobre los logros alcanzados
en la formación de los estudiantes de pregrado, y las perspectivas sobre
el fortalecimiento de determinadas áreas del Derecho Administrativo en
la formación universitaria?

Primero que nada, es importante remarcar que el desarrollo académico de


nuestro Derecho Administrativo en los últimos 20 o 25 años ha sido un esfuerzo del
colectivo de profesores que decidimos impulsar los Estudios de esta rama del Derecho,
que había sido postergado durante varios años, no obstante los trascendentales
cambios que se producían y que era notable en países de nuestro entorno como
Argentina y Colombia, entre otros y en Europa, singularmente en España que había
iniciado desde mediados o finales de la década de los 50 del siglo pasado un gran
desarrollo doctrinario que, sin embargo, no se había difundido en el Perú.

Diversas circunstancias permitieron que ese colectivo de profesores


pudiera contribuir en el desarrollo de la legislación clave de nuestro ordenamiento
administrativo (LPAG y LPCA, entre otras normas) y en la elaboración de doctrina
que acompañara la entrada en vigencia de las nuevas normas, así como en los
muy diversos aspectos que comprende el ámbito del Derecho Administrativo, en
especial lo referido a la que en nuestro medio se denomina regulación sectorial,
es decir, los marcos legales que regulan las diferentes actividades económicas o
que tienen impacto en dichas actividades, en las que los intereses generales o
colectivos presentes determinan que el legislador otorgue diversas competencias
a la administración y establezca derechos y obligaciones para los agentes
económicos.

Por tanto, el colectivo de profesores siempre tuvo conciencia de la


necesidad de formar a los futuros profesionales del derecho en los temas
esenciales del Derecho Administrativo conscientes de que podrían desarrollar su
ejercicio profesional desde la administración o en relación con la actividad de

590
Entrevista

la administración pública, desde la magistratura o que en algún momento de su


desempeño profesional tuvieran que vincularse con la administración pública o
sujetarse a alguna regulación administrativa.

Conscientes de que el campo del Derecho Administrativo es bastante


amplio, se procura formar al alumno en los aspectos esenciales y transversales
de la disciplina para que, como en los estudios de toda rama del derecho, cuente
con el bagaje, es decir, las herramientas (categorías, instituciones jurídicas)
indispensables para poder desenvolverse profesionalmente cualquiera fuera el
sector u ordenamiento legal de carácter administrativo.

Los profesionales con una buena formación en Derecho Administrativo


tienen un amplio abanico de posibilidades de desarrollo profesional no
solo porque podrán desenvolverse en los temas clásicos de la disciplina
(procedimientos administrativos, contrataciones, arbitrajes con el Estado,
contencioso administrativos, concesiones, régimen de los funcionarios públicos,
régimen de los sistemas administrativos, etc.), además de las diferentes
especialidades sectoriales que forman parte o tienen una fuerte influencia
de esta rama del Derecho (telecomunicaciones, energía, urbanismo, minería,
transportes, infraestructura, derecho de los diferentes recursos naturales, medio
ambiente etc.), porque, aunque su práctica profesional no tuviera centrada en el
derecho público, sin embargo, contarán con las herramientas para relacionarse
eficazmente con cualquier entidad pública y/ o regulación administrativa que sea
aplicable.

FIN DE LA ENTREVISTA/.

591
LISTA DE AUTORES

Tania Zúñiga Fernández (Coordinadora)


Profesora en la Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Católica del Perú.
Doctora en Derecho, Humboldt-Universität zu Berlin. Master of Laws, Ruprecht-
Karls-Universität Heidelberg.

Sara Arobes Escobar


Profesora de la Facultad de Gestión y Alta Dirección, Pontificia Universidad
Católica del Perú. Magíster en Gestión y Políticas públicas, Universidad de Man-
chester. Abogada por la PUCP.

David Blanquer Criado


Catedrático en Departament de Dret Públic, Universitat Jaume I. Doctor en
Derecho, Universidad de Alcalá de Henares.

Alejandra Boto Álvarez


Profesora Titular en el Departamento de Derecho Público, Universidad de
Oviedo. Doctora con mención europea, Universidad de Oviedo.

Allan Brewer-Carías
Profesor Emérito, Universidad Central de Venezuela. Doctor, Universidad
Central de Venezuela.

Fernando Castañeda Portocarrero


Profesor en la Facultad de Derecho, Pontifica Universidad Católica del Perú.
Maestría en Política Jurisdiccional, Pontificia Universidad Católica del Perú.

Alberto Castro Barriga


Profesor de la Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Católica del Perú.
Doctor (PhD), Universidad de Utrecht. Master of Laws, Universidad de Utrecht.

Guillermo Chang Chuyes


Profesor Ordinario Auxiliar en la Facultad de Derecho, Universidad de Piura.
Máster en Estudios Jurídicos Avanzados, especialidad Regulación del Mercado,
Universidad de Valladolid.

Jorge Danós Ordóñez


Profesor en la Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Católica del Perú.
Abogado, Pontificia Universidad Católica del Perú.

Eloy Espinosa-Saldaña
Profesor de la Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Católica del Perú.
Posdoctor en Derecho, Universidad de Bologna. Doctor en Derecho, UNED.

593
Martin Eifert
Profesor de la Facultad de Derecho, Humboldt-Universität zu Berlin. Doctor
en Derecho, Hamburg Universität. Master of Laws, University of California,
Berkeley.

Antonio Ezquerra Huerva


Profesor Titular del Departamento de Derecho Público, Universidad de Lleida.
Doctor en Derecho, Universidad de Lleida.

María Elena Guerra-Cerrón


Fiscal Superior del Callao. Profesora en la Facultad de Derecho, Universidad de
Lima. Doctora en Derecho, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Máster
en Derecho Empresarial, Universidad de Lima.

Víctor Rafael Hernández Mendible


Profesor de la Facultad de Derecho, Universidad Monteávila. Post-Dottore in
Nuove Tecnologie e Diritto, Mediterranea International Centre for Human
Rights Research. Doctor en Derecho, Universidad Católica Andrés Bello.

Dante Mendoza Antonioli


Profesor de la Facultad de Derecho, Universidad de Lima. Magíster en Ciencias
de la Administración Pública, Deutsche Hochschüle für Verwaltungswissen-
schaften Speyer.

Alejandro Moscol Salinas


Profesor de la Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Católica del Perú.
Magíster en Regulación de los Servicios Públicos, Pontificia Universidad
Católica del Perú.

Jaime Rodríguez-Arana Muñoz


Catedrático en el Departamento de Derecho Público, Universidade da Coruña.
Doctor en Derecho, Universidad de Santiago de Compostela.

José Antonio Tirado Barrera


Profesor en la Universidad ESAN. Abogado, Pontificia Universidad Católica del Perú.

Miguel Ángel Torrealba Sánchez


Profesor Titular de Derecho Administrativo, Universidad Central de Venezuela.
Doctor en Derecho Administrativo Iberoamericano, Universidad de Coruña.
Máster en Política Territorial y Urbanística, Universidad Carlos III de Madrid.

Orlando Vignolo Cueva


Profesor en la Facultad de Derecho, Universidad de Piura. Doctor en Derecho,
Universidad de Zaragoza.

594
Karla Vilela Carbajal
Profesora Ordinaria de la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura.
Doctora en Derecho, Universidad de Navarra.

Ricardo Vinatea Medina


Juez Superior Titular de la Corte Superior de Justicia de Lima. Docente en la
Academia de la Magistratura. Master en Tutela Judicial de Derechos y Jurisdicción
Contencioso-Administrativa, Universidad de Jaén-España.

595
Reconocimiento y especial agradecimiento a los miembros del Círculo
de Derecho Administrativo que participaron en el proceso editorial:

Alice Burga Moreno, Ana Lucía Franca Angulo Santos, Angélica Mireli
Angulo Remuzgo, Anggie Melissa Amaro Zulueta, Claudia Elena Sotomayor
Dorival, Enith Milagros Camero Acuña, Gabriela De Los Ángeles Flores
Gonzales, Jhoan Rivera Cabrera, María Julia Cortez Medina, Ronny André,
Cuba Montesinos, Valeria Prieto La Noire, Valeria Vilcarromero Figueroa

Este libro se terminó de imprimir


en los talleres de Aleph Impresiones SRL
Jr. Risso 580, Lince, Lima-Perú.
Septiembre de 2022

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