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3.1. Adherencia
Muy raramente se aplica la carga externa directamente al acero de refuerzo,
entonces para que este pueda recibir su participación de la carga es necesario que
el hormigón que lo rodea se la transmita. Esta transmisión se conoce como
“Esfuerzo de adherencia”, o sea el esfuerzo cortante en la entrecara de la barra y
el hormigón que, al transferir la carga desde el hormigón que rodea la barra a la
barra, modifica los esfuerzos del acero. Cuando se desarrolla de manera eficaz
esta adherencia, permite que los dos materiales formen una estructura compuesta.
El logro de una buena adherencia es el objetivo mas importante para la utilización
de este material compuesto H°A°.
El esfuerzo de adherencia se acostumbra definir como una fuerza cortante por área
unitaria de superficie de barra de la siguiente manera:
𝐪 d𝐟𝐬 𝐀 𝐛 𝐝𝐛
𝒖= = = d𝐟𝐬
𝐨 𝐨 𝟒
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UCC CALCULO I – CAPITULO 3
Hace algunos años, cuando se utilizaban barras lisas, es decir sin conformación
superficial, la resistencia de adherencia inicial era provista únicamente por la unión
química y por la fricción mecánica, relativamente débiles, entre acero y hormigón.
Una vez que se sobrepasaban las fuerzas de adherencia y la fricción estática, para
cargas superiores, pequeñas cantidades de deslizamiento llevaban a un
entrelazamiento de rugosidad natural de la barra y el hormigón.
Sin embargo, esta resistencia de adherencia natural esta tan baja que las uniones
entre el acero y el hormigón se rompía con frecuencia en vigas reforzadas con
barras lisas. En estos casos la viga entraba en colapso a medida que la barra se
deslizaba a través del hormigón.
Esto se explica porque el elemento actúa como un arco atirantado como se muestra
en la Figura 3.2., donde el hormigón no fisurado que aparece en forma sombreada
representa el arco y las barras de anclajes, el tensor. En este caso, los esfuerzos
de adherencia son cero a lo largo de la longitud en donde ya no existe adherencia.
Esto significa que a todo lo largo de la longitud no adherida, la fuerza del acero esa
constante e igual a T = Mmax/z. En consecuencia, la deformación total del acero en
estas vigas es mayor que en aquellas vigas donde se mantiene la adherencia. En
las primeras las deflexiones son más amplias y mayores los anchos de fisuras.
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UCC CALCULO I – CAPITULO 3
Figura 3.2. Acción de arco atirantado en una viga con adherencia pequeña o nula
Una barra se debe prolongar a una distancia ld mas allá de cualquier sección a la
que se requiera para desarrollar una fuerza dada. A lo largo de ld se transmite la
fuerza de la barra al hormigón por adherencia. Si se especifica el esfuerzo u de
adherencia promedio, que se supone que está distribuido uniformemente en toda
su longitud, entonces las consideraciones de equilibrio se plantean de la siguiente
forma:
𝐓 = 𝐀 𝐛 𝐟𝐬 = 𝒖 𝐨 𝒍𝐝
𝐝𝐛
𝒍𝐝 = 𝐟
𝟒𝒖 𝐬
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UCC CALCULO I – CAPITULO 3
Supongamos una viga cargada con una carga q(x) y solicitada por un Momento
Flector variable a lo largo de x (eje de la viga). Aislemos un elemento de viga de
ancho dx según se muestra en la Figura 3.4.a. El momento flector a un lado de la
pieza difiere de aquel al otro lado en una pequeña cantidad dM. Suponemos que
después del agrietamiento del hormigón este no resiste tracciones, las fuerzas
internas son las que se indican en la figura 3.4.a. El cambio de momento flector dM
produce un cambio en la fuerza de la barra, siendo jd el brazo de palanca interno
entre las fuerzas que resultan de tracción y las de compresión. Puesto que las
barras deben estar en equilibrio, este cambio de la fuerza de la barra es resistido en
la superficie de contacto entre el acero y hormigón mediante una fuerza igual y
opuesta que produce la adherencia, como indica la Figura 3.3.b.
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UCC CALCULO I – CAPITULO 3
(1)
La ecuación (1) corresponde a una sección elástica fisurada para los esfuerzos de
adherencia a flexión e indica que la tensión de adherencia por unidad de longitud es
proporcional al corte en la sección particular, es decir a la variación del momento
flector.
tracción en el hormigón entre las grietas, debido a que entre las grietas se transmite
cierta tensión desde el acero al hormigón por efecto de los esfuerzos de
adherencia. La magnitud y distribución del esfuerzo de adherencia entre las grietas
determina la distribución de los esfuerzos de tracción en el hormigón y el acero
entre las grietas.
Es evidente que los esfuerzos de adherencia reales en las vigas mantienen muy
poca relación con los estimados mediante la ecuación (1), excepto en el sentido
general de que estos son máximos en las regiones de máximo cortante.
Figura 3.6. Efecto de las grietas de flexión de una viga sobre las tensiones de
adherencia (a) Esquema de cargas-fisuración (b) variación de la fuerza de tracción
T en el acero a lo largo de la luz. (c) variación de la tensión de adherencia.
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UCC CALCULO I – CAPITULO 3
Los esfuerzos en el hormigón que rodea a una barra corrugada inducen grietas y
deformaciones del hormigón. Los esfuerzos de adherencia u, que se transmiten al
hormigón sujetan al hormigón de recubrimiento a tracción excéntrica según se
muestra en la Figura 3.7. Las deformaciones el hormigón producto de los esfuerzos
generados de esta manera, tienden a separar al hormigón del acero en la
proximidad de una grieta grande, entonces se alcanza la resistencia a tracción de la
adherencia entre el acero y el mortero y el hormigón que rodea la barra se separa
del acero (Figura 3.8.). En barras lisas se espera que desaparezcan completamente
los esfuerzos de adherencia donde haya ocurrido la separación entre el acero y el
hormigón. En barras corrugadas, se deben transmitir las fuerzas de adherencia en
esta área únicamente mediante apoyo de las costillas.
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UCC CALCULO I – CAPITULO 3
Figura 3.8. Sección a través de una barra de armadura que muestra la separación
que ocurre cerca de una grieta.
Cuando se presenta una falla por adherencia, esta produce por lo general una
fisura del hormigón a lo largo de la barra, bien sea en planos verticales como se
ilustra en la figura 3.9.a. o en planos horizontales como en la Figura 3.9.b. Esta
fisuración resulta principalmente de la acción de cuña cuando las estrías de las
barras corrugadas se apoyan sobre el hormigón. La fisuración de tipo horizontal se
inicia con frecuencia en una grieta diagonal.
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Las barras corrugadas tienen una capacidad muy grande de adherencia, debido a
la trabazón que ocurre entre las costillas y el hormigón que las rodea. La resistencia
por adherencia que se desarrolla entre dos costillas de una barra está asociada con
los siguientes esfuerzos, (Ver Figura 3.10.):
𝐝"𝟐 ´𝟐
𝐛 + 𝐝𝐛
𝐓 = 𝐝´𝐛 𝐛 + 𝐜 𝒗𝒂 + 𝒇𝒃 𝐝"𝐛 𝐜 𝒗𝒄
𝟒
𝐝"𝟐 ´𝟐
𝐛 + 𝐝𝐛
𝐝𝐛 𝐚
𝟒
En que db es el diámetro nominal de la barra. En consecuencia se tiene
𝐓 = 𝐝𝐛 𝐚 𝒇𝒃 𝐝𝐛 𝐜 𝒗𝒄 por tanto,
𝒂
𝒗𝒄 𝒇
𝒄 𝒃
Rehm, encontró el rendimiento más satisfactorio de una barra embebida en
hormigón en una longitud corta c, cuando a/c estaba en la proximidad de 0,065.
Cuando las costillas son altas y están espaciadas estrechamente, es esfuerzo
cortante vc gobierna el comportamiento y la barra se sale. Cuando el espaciado de
las costillas es mayor que aproximadamente 10 veces la altura de estas, el
hormigón parcialmente aplastado puede formar una cuña frente a la costilla, y
normalmente se presenta falla por la fisuración del hormigón que la rodea. El
hormigón frente a la costilla puede soportar una presión de apoyo varias veces
superior a la resistencia a aplastamiento del cilindro de hormigón debido a la
condición confinada de este. En la figura 3.11. se ilustran los dos tipos de
mecanismos de fallas asociados con la costilla.
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UCC CALCULO I – CAPITULO 3
Figura 3.12. Influencia de la posición de las barras frente al colado del hormigón en el
comportamiento de la adherencia
Se espera que las barras superiores de una viga tengan cualidades mas pobres de
adherencia que las barras inferiores, ya que la ganancia de agua y aire es mayor
bajo las barras superiores. Además, el movimiento descendente relativo del
hormigón que las rodea, provocado por el asentamiento de la mezcla fresca, puede
ser grande.
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Vamos a desarrollar tres tipos de anclajes según sea el esfuerzo que transmitan las
barras o la forma misma de sus anclajes, a saber:
Para poder desarrollar toda la resistencia a tracción de una barra corrugada en una
sección, se debe prolongar la barra en el hormigón una distancia suficiente mas allá
de la sección. Esta longitud de la barra mas allá de la sección requerida para
desarrollas la resistencia de la barra se la conoce como longitud de desarrollo o
longitud de anclaje. Es necesario disponer esta longitud de anclaje a ambos lados
de las secciones donde se produce el esfuerzo de tracción a garantizar. La
expresión para determinar 𝒍𝒅 la fija el Reglamento CIRSOC 201 según la Tabla 3.1.
O mediante la expresión:
𝟗 𝒇𝒚 𝒕 𝒆 𝒔
𝒍𝒅 = 𝒅𝒃
𝟏𝟎 𝒇´𝒄 𝒄𝒃 + 𝑲𝒕𝒓
𝒅𝒃
𝒄𝒃 +𝑲𝒕𝒓
Se debe adoptar < 2,5. 𝑐𝑏 es el menor valor entre la distancia desde el eje
𝒅𝒃
de una barra a la superficie del hormigón más próxima, o la mitad de la separación
entre los ejes de las barras.
𝑨𝒕𝒓 𝒇𝒚𝒕
𝑲 𝒕𝒓 =
𝟏𝟎 𝒔 𝒏
"𝒏" número de barras o alambres que están siendo anclados a lo largo del plano
de fisuración.
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Hoy estudios realizados que muestran que aunque la separación entre las barras
sea pequeña, la resistencia del anclaje se puede incrementar agregando acero
transversal que cruce el plano potencial de fisuración, restringiendo las fisuras que
tenderían a producirse.
Para barras lisas los esfuerzos de tracción se reducen mas lentamente a lo largo
del gancho, en consecuencia, se puede obtener resistencia adicional de anclaje
extendiendo la porción recta de la barra que sigue al gancho.
Una menor curvatura de los ganchos de las barras implican menor concentraciones
e cargas y en consecuencia menor deslizamiento en el extremo cargado. Por lo
tanto, un gancho de diámetro grande transmite una carga mayor para mismo
deslizamiento de una barra con gancho de diámetro más pequeño.
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Figura 3.17.
𝒇𝒚
𝒍𝒅𝒉 = 𝟎, 𝟐𝟒 𝒆 𝒅𝒃
𝒇´𝒄
Esta longitud ldh, se puede reducir con factores de la Tabla 3.6. en función del
confinamiento lateral o de la adopción de estribos cerrados en la zona de anclajes.
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En la Figura 3.20. se indica el estribado para reducir la longitud ldh cuando hay
cargas en el extremo de una ménsula. Si por diseño, se requiere, que las longitudes
de anclaje sean pequeñas, las resistencia del anclaje puede aumentarse
sustancialmente proporcionando acero de confinamiento en la forma de estribos
cerrados.
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Los mecanismos por los cuales se anclan las fuerzas en barras solicitadas a
tracción y a compresión difieren significativamente.
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En algunos casos especiales, no hay espacio suficiente para los ganchos o para el
acero necesario de confinamiento y deben utilizarse dispositivos fabricados que
deben someterse a ensayos para determinar si son adecuados (anclajes
mecánicos). Cuando se utilizan estos dispositivos, el desarrollo del esfuerzo puede
obtenerse combinando la contribución de la adherencia a lo largo de la longitud de
la barra que llega hasta la sección critica con la dada por el anclaje mecánico o
químico, es decir la resistencia total es la suma de las dos partes. (Ver Figura 3.21.)
El ancla mecánico puede ser adecuado para transmitir al hormigón la tensión de los
cables de pretensado.
𝒇𝒚 − 𝟐𝟒𝟎 𝑴𝑷𝒂 𝟓 𝒅𝒃
o siempre > o = 1
𝒇𝒚 𝒔
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mara esa malla se debe considerar igual a 1,0 y ld se debe determinar igual que
para alambres conformados.
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3.2. Empalmes
Mientras el hormigón, por su consistencia plástica en estado fresco, puede tener las
dimensiones continuas que el diseño estructural requiera, las dimensiones
longitudinales comerciales de las barras de acero pueden ser insuficientes para
cubrir las necesidades de los elementos estructurales.
Un empalme transfiere la fuerza de una barra a otra a través del hormigón que
rodea a ambas barras. Dentro del hormigón, estas fuerzas pueden generar
esfuerzos cortantes elevados, al igual que fuerzas de fisuración. La integridad de un
empalme depende del desarrollo de adherencia adecuada a lo largo de las
superficies de las barras, y de la habilidad del hormigón alrededor de las dos
barras de transmitir cortante sin desintegración o deformación excesiva.
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Se realiza colocando una barra junto a otra, dejando una cierta separación entre
ellas. Ver figura 3.23.
Longitud de empalme
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Por manguitos sin rellenar: Para las barras corrugadas, se dispone de una
técnica de empalme mecánico que comprende una manga anular que se
presiona en frio contra las barras, con lo cual se obliga a las costillas de la
barra corrugada a introducirse en el espesor de la pared de la manga.
Por manguitos con relleno: Consiste en una manga anular algo mayor que
el diámetro de las barras, colocada alrededor de ambas. Se emplea un
proceso térmico para llenar el espacio entre la manga y las barras
corrugadas con un compuesto metálico.
Las técnicas en que se utiliza una manga de acero son especialmente útiles cuando
se debe empalmar armaduras de alta resistencia, debido a que la soldadura de las
barras puede producir fragilidad. (Ver figura 3.26.)
siempre que se garantice que las superficies que están en contacto, se has
aserrado en forma perpendicular al eje de la barra y se le han retirado las rebarbas.
Además se debe asegurar el contacto centrado mediante un elemento de guía fijo
que deje parcialmente visible la junta de contacto antes de hormigonar.
Los extremos de las barras deben terminar en superficies planas que formen un
ángulo recto con el eje de la barra, con una tolerancia de 1,5°. Una vez puestas en
contacto se debe realizar un ajuste del empalme con una tolerancia de 3° con
respecto al apoyo completo.
Este tipo de empalme (por contacto a tope) se debe utilizar únicamente en aquellos
elementos que tengan estribos cerrados o zunchos.
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En los dos casos debe tenerse en cuenta una longitud mínima de 300 mm. Los
empalmes por yuxtaposición deben ser clase B. Solo se permite la utilización de
empalmes Clase A cuando:
permitir la reducción por etapas del área de acero de la columna a medida que las
cargas disminuyen en los pisos superiores.
≥ 300 mm
𝒇𝒚 ≤ 420 MPa 𝒍𝒅 = 𝟎, 𝟎𝟕 𝒇𝒚 𝒅𝒃
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Cuando las tensiones en las barras, debidas a las cargas mayoradas, sean de
tracción ≤ 0,5 𝒇𝒚 , los empalmes a utilizan deberán ser:
Para determinar el área efectiva, se deben utilizar las ramas del estribo que son
perpendiculares a la dimensión h.
Los empalmes mecánicos o soldados en las columnas, deben cumplir con las
especificaciones explicadas en el punto 3.2.2.
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Las barras que continúan cada cara de la columna, deben tener una resistencia a la
tracción, en base a la tensión de fluencia 𝒇𝒚 especificada, igual o mayor que 0,25
𝒇𝒚 veces el área de la armadura vertical en esa cara.
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Estos últimos valores están tomados del Reglamento CIRSOC 201/05, pero pueden
contener un erro ya que no parece lógico que en caso (b) la longitud de empalme
sea menor que en caso (a).
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